número 86 de diciembre de 2010 - mientrastanto.org
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Número 86 de diciembre de 2010
Notas del mes
Las grandes preguntas tras el crack
Por Armando Fernández Steinko
Cuaderno de crisis / 23
Por Albert Recio Andreu
A vueltas con el Sahara
Por Carles Mercadal
Tanques Leopard made in Spain para Arabia Saudí
Por Eduardo Melero Alonso
La enseñanza no es una excepción
Por José Manuel Barreal San Martín
Cajón Desastre
Por El Lobo Feroz
Noam Chomsky en la televisión iraní: "La invasión de
Afganistán fue ilegal, ya que nunca ha habido pruebas de que
los autores del 11-S planificaran los atentados en ese país"
Por José Luis Gordillo
Informaciones
Por
La Biblioteca de Babel
La política y la justicia del sufrimiento
Antonio Madrid Pérez
¿Están en peligro las pensiones públicas?
Vicenç Navarro, Juan Torres, Alberto Garzón
Los cristianos
Jesús Mosterín
El sastre de Ulm. El comunismo del siglo XX. Hechos y
reflexiones
Lucio Magri
En la pantalla
IV Muestra de Cine Árabe y del Mediterráneo
Señora de
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Las grandes preguntas tras el crack
Armando Fernández Steinko
La “gran depresión” que arranca con el crack de 2008 marca el fin de un sueño/pesadilla de uncuarto de siglo. El modelo neoliberal, que consiguió dividir a clases populares y clases mediasenriqueciendo a grandes propietarios y rentistas, pilotó alrededor de la creación de una demanda ficticia.Ficticia porque no estuvo alimentada por las rentas del trabajo sino por la renta financiera e inmobiliaria, nopor el pago del esfuerzo individual y colectivo, sino por el endeudamiento y la apuesta bursátil. El proyectofue restaurador en lo social y lo ideológico porque trató de generar crecimiento hundiendo salarios yprecarizando empleo. Pero sólo pudo durar casi tres décadas porque se ganó a una parte de las clasesmedias, e incluso a una fracción de las clases populares: aquellos con salarios regulares y capacidadadquisitiva suficiente para adquirir productos financieros e invertir en bienes inmuebles. Además, creó unsistema en el que la subjetividad y la inventiva ya no debía ser anulada por las cadenas de montaje y losdirectivos controladores, sino todo lo contrario. Surgió un segmento de asalariados cualificados que seidentificaban con lo que hacían distanciándose de las reivindicaciones laborales clásicas. Son hombres ymujeres que se autoexplotan hasta romperse la salud porque han convertido las necesidades de laempresa en sus propias necesidades fisiológicas y a pesar de que la dinámica del máximo beneficiosucciona su subjetividad, no por ello se identifican sin más con el resto del cuerpo laboral. Elendeudamiento combinado con un trabajar sin fin —gratificante o repetitivo— ha terminado y con ello todo unsistema de reproducción cultural. El capitalismo feo español ha sufrido este cambio de forma más radicalpues su sociedad del trabajo fue liquidada por la gran coalición monetarista que triunfó en la transicióninstalándose en fechas tempranas una economía de rentas, de rentas de todo menos de trabajo ¿qué va a
pasar ahora?
Los bancos, que son los grandes ganadores del neoliberalismo, estuvieron a punto de perder elinmenso poder acumulado a lo largo de un cuarto de siglo. La única razón por la que “los expropiadoresno fueron expropiados” en esos meses críticos de 2008/2009 no es ni económica ni técnica. La razón espolítica pues los gobiernos siguen siendo hoy los máximos representantes de los intereses financieros. Escomprensible que la salida fuera la restitución de la la lógica del funcionamiento privado haciéndoles pagara los ciudadanos dicho rescate con sus impuestos. Ahora los bancos hacen lo que siempre han hecho conel ahorro recibido: negocios para sus clientes, preferentemente para sus grandes clientes. Como en losaños treinta el problema no es de escasez de dinero sino de exceso de dinero en manos equivocadas yese exceso de liquidez seguirá ahí hasta que se produzca una reforma fiscal progresiva y un control de losflujos de capital. El capital sobreacumulado sin control ahora pasa a la ofensiva. Hace lo que tiene quehacer y lo que siempre ha hecho: buscar su máxima rentabilidad sin preocuparse del interés general. Ayerfue la apuesta sobre el precio del petróleo o las materias primas, hoy es la deuda soberana de un gobiernotras otro, mañana será otra cosa mientras persista la monumental liquidez. Hacia 1970 hubo una oleada deeconomistas y sociólogos neoliberales —Friedman, Bell, Huttington— que dijeron con claridad quedemocracia y desregulación financiera eran incompatibles, una verdad que no se han cansado de repetirlos gobernadores de los bancos centrales desde entonces. El centro-izquierda español, que creó unEstado del Bienestar con financiarización, parecía demostrar lo contrario. Hoy las aguas retornan al cauce
de la lógica y las finanzas fuera de control se meriendan uno a uno los contratos políticos de la postguerra.
La pregunta hoy es: ¿hasta cuándo, hasta cuándo los gobiernos, custodios de enormes maquinariasestatales, podrán cortar su principal fuente de legitimidad?, ¿hasta cuándo permitirán que los mercados lespongan al borde del abismo o incluso les empujen a él? La respuesta principal es otra vez política peroahora lo es también técnica y económica pues es imposible que se recupere la economía por estas vías.Antes o después habría que domesticar al sector financiero y los primeros pasos ya se están dando,aunque darán sus frutos más adelante y la tasa de beneficios del sector financiero tenderá a caer. Puede
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ser que haga falta una réplica del crack del 2008, otro vislumbramiento del abismo para provocar loscambios, pero los bancos saben que la cosa no va a seguir como hasta ahora. Por eso se abalanzan sobrelas universidades aprovechando el Plan Bolonia, por eso se abalanzan sobre las Cajas de Ahorros paradeglutirlas, por eso acumulan provisiones antes que conceder créditos nuevos. La deuda de los bancosque ahora avalan los gobiernos es impagable y todos los coquetean con la idea de provocar inflación paradevaluarla. También esto les hará a los bancos tragar aguas amargas, muy distintas a la horchata gratis dela que se venían hartando hasta ahora. Los fiscalistas irán ganando poder frente a los monetaristas ytambién esto les irá arrinconando ideológicamente. La sociedad se ha quedado sin dinero para financiarlas infraestructuras que necesita para su reproducción: la sanidad, la educación, la reconversiónenergética, el cambio climático, el envejecimiento de la población, la planificación de unas ciudades cadavez más grandes. No va a haber dinero para nada al menos durante media o tal vez incluso unageneración entera y esto en medio de una civilización derrochadora de recursos. Los gobiernos seguiránbombeando recursos públicos hacia el sector privado en espera de que éste cree empleo. Se intentaráhundir aún más los salarios para ser competitivos hacia fuera, se forzarán aún más las exportaciones parasanearse a costa del vecino y habrá escaramuzas proteccionistas para intentar evitarlo sin que se note,incluidas las devaluaciones directas e indirectas. Pero no será posible continuar mucho tiempo con estatransferencia de recursos colectivos, de salarios e impuestos a las empresas privadas que no van asolucionar nunca por sí mismas el problema del desempleo. Será un juego de suma cero incapaz de sacara la economía mundial de lo que se antoja como un largo período de “crecimiento estacionario”, de cuasiestancamiento. Al no contemplarse la reforma fiscal, la liquidez seguirá tiranizando a las poblaciones peroya no se las podrá compensar con una demanda ficticia basada en el endeudamiento. Esto cuarteará lasalianzas entre neoliberalismo y sociedad, algo que aquél intentará evitar por todos los medios, por ejemplorecurriendo al populismo, a un shock externo (efecto Pearl Harbour) o a cualquier otra formaextraeconómica que permite una movilización rápida y masiva de las poblaciones. Pero antes o después laeconomía tendrá que dejar de ser la suma de rentabilidades individuales, antes o después habrá quehablar de una economía-de-toda-la-casa. Esta no tiene que ser necesariamente progresista: es posibleuna economía-de-toda-la-casa reaccionaria, conservadora de las actuales estructuras de poder y de
propiedad basada en la coerción hacia dentro y hacia fuera.
¿Cómo van a responder las poblaciones? Las dos últimas veces que se dio una situación similar, enel último cuarto del siglo XIX y en el período de entreguerras, el nacionalismo le abrió el campo ideológicoa la reacción. En los años 1930 toda Europa, con la excepción de Escandinavia y las dos brevesprimaveras de España y Francia, se decantó hacia la derecha mientras América prácticamente entera lohizo hacia la izquierda. Pequeños autónomos y grandes propietarios consiguieron desmontar el sufragiocon ayuda del ejército. Puede parecer que el patrón se repite, pero no así la historia. Ecos reaccionariosnos llegan de algunos países del Este destrozados por las curas neoliberales de los noventa y músicassimilares cuajan en los intersticios de los partidos del centro-derecha occidental. La primera reacción alcrack de 2008 por parte de los gobiernos de Francia y de Rusia fue duplicar el gasto militar: una medidaque apunta a la versión reaccionaria de la economía-de-toda-la-casa. Alemania empieza a despertarsusceptibilidades en Francia y Gran Bretaña, lo cual explica el reciente pacto de colaboración nuclear.¿Son sólo escaramuzas?. Las rupturas históricas son siempre el resultado de una acumulación deescaramuzas. No es tan fácil que este patrón se pueda generalizar por mucho que se siga invocando elpeligro terrorista para asustar a las clases medias o el problema migratorio para narcotizar a las clasespopulares. No hay dinero y no lo habrá si no se trastocan los actuales poderes de clase. El rechazo delautoritarismo está fuertemente implantado entre amplios sectores de las clases asalariadas occidentalesaunque esto no impide el desarrollo de nuevas formas de movilización en torno a una versión reaccionariade una economía-de-toda-la casa. Ahí donde los autónomos tipo “Joe el fontanero” de MacCain alcanzanporcentajes muy elevados, como en la Italia de Berlusconi, en la costa mediterránea del Partido Popular oen las profundidades de los Estados Unidos, hay ya materia prima para algo parecido. La llave la tiene elsector profesional, ese trabajador que se ha desvinculado de las reivindicaciones clásicas y que sigue
distanciado de las clases populares buscando salidas individuales.
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¿Cómo van a responder las poblaciones? En un primer momento la distancia entre clases medias yclases populares, la clave del futuro político del mundo occidental, aumentará con la privatización deservicios públicos que no se van a poder financiar por falta de recursos. La esperanza de vida entre ricos ypobres aumentará, las ciudades se degradarán junto a las universidades públicas, los espacios comunesque hoy comparten clases medias y populares —barrios, plazas, colegios— irán borrándose poco a poco.Pero esto sólo podrá ir un poco lejos en las zonas más lindas del capitalismo, aquellas con una altaconcentración de profesionales autónomos cualificados y un alto poder adquisitivo: las grandes ciudades,
el eje que atraviesa Europa desde el sur de Inglaterrahasta el norte de Italia pasando por el Benelux y elvalle del Rin. En el resto del territorio la clase media no tendrá recursos para pagarse los servicios quenecesita y caerá en una espiral de empobrecimiento. En los parques abandonados a su suerte seencontrará con las clases populares aún más empobrecidas que ellas ¿Para hacer el qué? Tal vez paraformar un bloque social con capacidad de forzar una versión no autoritaria de una nueva
economía-de-toda-la-casa, de-todo-el-planeta.
—Madrid, noviembre 2010
[A. Fernández Steinko es Profesor de la Universidad Complutense de Madrid]
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Cuaderno de crisis / 23
Economía del colapso
Albert Recio Andreu
Aunque en nuestra imaginación las catástrofes suelan adoptar una forma
apocalíptica, como en el desastre de Hiroshima y Nagasaki, a menudo tienen
formas menos teatrales: una sucesión de pequeños desastres que acaban por
generar un resultado brutal. Muchas de las mayores tragedias de la
humanidad, como la sucesión de grandes guerras, han venido precedidas por
esta dinámica de los pequeños fallos que al final han conducido a una crisis
inevitable. Ésta es la forma que siempre he pensado que va a
tomar —posiblemente ya ha tomado— la crisis ambiental y la forma que está
adoptando la evolución de la actual crisis —mejor, recesión— económica.
Mientras suceden una serie de desastres intermedios aún queda espacio para
enderezar el rumbo, pero el apego a una línea de conducta inadecuada
bloquea esta posibilidad y conduce a una situación fuera de control.
Estamos asistiendo a un nuevo episodio de este espiral de tragedias. Una
nueva tormenta irlandesa (siempre hay un país que sirve para nombrar cada
capítulo, un nombre que sirve para eludir el carácter sistémico del proceso)
que, de momento, ya ha justificado un plan de rescate y su contrapartida de
costes sociales, pero que anuncia nuevos episodios (como los viejos comics de
“aventis”) enfocando a Portugal, a España y, más allá, a Italia y Bélgica. Si el
rumbo no cambia parece evidente que el ajuste español, por su tamaño,
acarrearía un salto cuantitativo importante. Que el modelo irlandés era
inestable lo veía cualquiera que no hubiera sido adoctrinado en la dogmática
de la economía neoclásica moderna. Pero el ajuste actual no se explica sólo
en los fallos del modelo sino también en la contumacia de las recetas.
Por una parte desde el crac de Lehman Brothers la consigna ha sido no dejar
quebrar ningún banco más. En teoría esto se limitaría a aquellos con un
tamaño multinacional, pero en la práctica la cobertura se ha extendido a un
número mucho mayor de entidades. Ello supone una ruptura de la lógica
normal de la economía mercantil, que permite la quiebra o concurso
voluntario. (El acreedor deja de pagar, negocia una “quita” o reducción de su
deuda, unos plazos de pago generosos y, si todo ello es insuficiente, se
liquida; lo que supone que los deudores pierden parte de sus ingresos, pagan
por sus errores a la hora de evaluar riesgos). La única forma de evitar este
proceso es transfiriendo la deuda al sector público, impidiéndo a éste actuar
como un ente privado y por tanto endeudando de sopetón al conjunto de la
población. La justificación que se da al impedimento de la quiebra bancaria es
que, de producirse, afectaría gravemente al hipersensible sistema financiero,
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lo que generaría un proceso en cadena de incalculables y peligrosas
consecuencias. Pero si se acepta este razonamiento, lo que hay que hacer es
una regulación/reordenación del sistema financiero que reduzca su
hipersensibilidad, que imponga cortafuegos, impida comportamientos
erráticos, corte la especulación generadora de desastres. El sistema financiero
siempre ha sido una fuente de problemas, pero no cabe duda que la
liberalización neoliberal ha incrementado su inestabilidad y sin reconducir
este problema sólo queda averiguar dónde estallará la próxima bomba y a
qué país le tocará aplicar un ajuste/rescate.
Por otra parte está la Unión Europea. Creada con un modelo que por un lado
deja sin control los movimientos del capital y por otro genera directrices
rígidas a seguir por los gestores públicos. Un modelo de actuación impuesto
al alibi por la dogmática neoliberal y por la pretensión de los grandes países
(especialmente Alemania) de imponer sus directrices al resto. El resultado es
un modelo que ha fallado en la prevención de los problemas (es notorio el
nulo control del pomposo Banco Central Europeo sobre la actuación de la
banca privada) y constituye un fracaso en el tratamiento de la enfermedad. La
política de austeridad impuesta a los países con problemas no sólo genera
enormes costes sociales sino que convierte el endeudamiento en un mal
endémico para muchos años. La negativa del BCE a intervenir en el mercado
de la deuda (como sí lo ha hecho la Reserva Federal comprando cantidades
ingentes de bonos basura) alimenta las tensiones financieras de los estados
en dificultades, pues permite a los piratas financieros hacer “apuestas” que
fuerzan a incrementos criminales de los tipos de interés. Muchas de estas
presiones no se hubieran desencadenado si el BCE hubiera adquirido deuda
griega e irlandesa y mucho menos si no se hubiera forzado a los estados a
“socializar” las deudas privadas de sus bancos.
El camino del desastre está marcado por políticos y técnicos incompetentes
que no saben reconocer que el manual con que se orientaban lo había escrito
gente fantasiosa pero poco realista. La fuerza de los intereses creados, de un
sistema financiero todopoderoso impone un guión de tragedia griega. Con
sujetos que no pueden escapar de una lógica atroz. La combinación de
poderosos, y obsesivos, intereses de la elite mundial con la desorientación,
seguidismo y conservadurismo de los dirigentes públicos (políticos y asesores)
configura un cóctel letal para el bienestar de la inmensa mayoría de la
población.
Nos quieren hacer pagar por un endeudamiento que es, básicamente, el
resultado de los problemas generados por el modelo neoliberal: el
desequilibrio exterior recurrente de muchos países, las desigualdades de
renta intolerables y un sistema financiero desbocado. Sin atajar estas tres
grandes cuestiones la sucesión de sociedades con problemas será persistente
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(y su injusta traducción en graves costes sociales para la mayoría). Y por ello
hay que partir de la base de que el tema de la deuda no tiene solución sin una
reducción de la misma. Y la vía que se me ocurre más sencilla es dejar que los
grandes deudores privados, los bancos con problemas, quiebren y funcionen
los mecanismos clásicos de la quita y el aplazamiento de pagos.
Evidentemente no es la solución global. Pero sí puede ayudar a impedir la
expansión de una dinámica enloquecida, al tiempo que ponga a debate las
estructuras profundas que están en el origen principal de los problemas: la
dinámica de la globalización, las políticas neoliberales, el modelo de
construcción europea...
En manos de los pirómanos
Tras examinarse ante los grandes financieros internacionales, ahora
Rodríguez Zapatero ha repetido ante los verdaderos amos del país. Sólo ha
sacado de la convocatoria, por razones de imagen, a las principales empresas
de capital multinacional que controlan posiciones clave en el sector industrial
(aunque la presencia de multinacionales es tan grande que no ha podido
evitarlas del todo, Agbar y Cepsa se han colado en la convocatoria). Se trata
de una muestra representativa de quién manda en el país, de cuáles son sus
intereses reales, de cuál es su grado de control sobre las decisiones públicas.
Si adoptamos un punto de vista sectorial, encontramos 7 empresas
financieras (Santander. BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, la Caixa, Caja
Madrid y la aseguradora Mapfre), 8 ligadas a la construcción y a la gestión de
servicios públicos (ACS, FCC, Acciona, OHL, Sacyr, Ferrovial y las ingenierías
Técnicas Reunidas y Abengoa ), 5 energéticas (Repsol, Cepsa, Gas Natural,
Endesa, Iberdrola), 5 gestoras de servicios públicos (Hispasat, Telefónica,
Abertis, Agbar y la aeronaútica Iberia), 3 turísticas (Sol Melià, Globalia y Riu),
3 de distribución (el Corte Inglés, Inditex-Zara, Mercadona, más el
representante de Anfac), 2 de medios de comunicación (Telecinco, Planeta) y
sólo 5 ligadas a distintas actividades industriales y tecnológicas: Gamesa
(equipos eólicos), Indra (electrónica), MCC (grupo de las cooperativas vascas),
Grifols (farmaceútica) y Ebro Foods (alimentaria). Esta sola enumeración es
significativa del peso que tienen las distintas actividades en el núcleo central
de nuestro capitalismo. La mayor aglomeración sectorial se encuentra
también en aquellos que han protagonizado la burbuja
financiero-constructora. Por el contrario conviene subrayar que el único grupo
con una presencia claramente industrial es, no casualmente, un grupo
cooperativo que, por muchas cuestiones críticas que tiene abiertas, sigue
funcionando con una lógica bastante distinta que la que ha regido en las
empresas capitalistas prototípicas.
Hay otras lecturas posibles de esta “selección nacional”. Por ejemplo, resulta
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palpable que once de las empresas participan del patronato de la Fundación
Fedea, el principal productor de propuestas neoliberales y de reformas
estructurales del país (sólo cuatro de sus empresas-patrones han sido
excluidas del magno evento, la extranjera BP, las menores Bolsa de Madrid e
Ibercaja y el grupo March, ya representado a través de sus participadas ACS y
Abertis). Muchos de los presentes han firmado asimismo el documento,
también neoliberal, de la Fundación Everis. El peso de empresas cuyo negocio
se basa en la gestión de servicios públicos o el suministro público es
aplastante (incluidas aquellas que provienen directamente de las
privatizaciones de la década pasada). No era por tanto imaginable que de la
mayoría de estas empresas salieran propuestas orientadas a un cambio
profundo del modelo productivo, sino más bien demandas que refuercen sus
líneas de negocio. Ellas han sido las principales creadoras-beneficiarias del
modelo que nos ha conducido al desastre. Y en lugar de exigirles
responsabilidades y emprender su reforma estructural, se les pide una vez
más que sigan orientado nuestro futuro.
El resultado de la reunión ha seguido la pauta esperada. Más bien han sido las
empresas las que le han marcado el camino al Gobierno, y le han exigido “que
no le tiemble el pulso”, que no ceda ante las presiones sociales. Y han sido
precisos en sus demandas: culminar la concentración/privatización de las
cajas, aclarar el modelo energético (freno a las renovables que complican el
modelo de negocio) y, sobre todo, reforma laboral y de pensiones. Ya ha
salido la propuesta de crear un organismo nacional de control de la
competitividad para “poner presión”, o sea institucionalizar el desguace de
derechos sociales, la eliminación de barreras ambientales, condicionar la
entera vida social al evanescente objetivo de la competitividad.
En una lectura crítica, el grado de sumisión de los poderes públicos a los
intereses de una minoría que globalmente representa un modelo de
capitalismo rentista y parasitario resulta absolutamente escandalosa. Desde
una perspectiva democrática, constituye un acto absolutamente irresponsable
que las únicas voces que escuche un presidente de Gobierno de izquierdas
sean las de estos intereses oligárquicos o las de sus asesores áulicos (los 100
insignes). Desde una perspectiva reformista, el desprecio que se hace al tejido
social (incluso a los segmentos más vivos del mundo empresarial) demuestra
la estolidez de unas elites dirigentes que sólo son capaces de pensar la
economía en clave de unos pocos intereses. El gobierno se rebaja a ser un
mero ejecutor de los grandes intereses, con unas formas que nos llevan a
recordar las más esquemáticas formulaciones marxistas sobre el papel del
Estado. Podemos pensar en inculpar a estos dirigentes políticos por alentar a
los que han creado un grave problema de inseguridad económica.
Macroproyectos y saqueo público
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Los grandes proyectos de infraestructuras se hacen más en función de los
beneficios que de las necesidades reales. Sus promotores y propagandistas
exageran siempre los beneficios potenciales y minimizan sus impactos
sociales y ambientales. Para el negocio todo vale. Es algo que economistas
ecológicos como José Manuel Naredo y Federico Aguilera llevan años
demostrando. La “crisis de las autopistas” constituye un ejemplo de libro de
todo este entramado de intereses, despilfarro y saqueo público.
El Gobierno del PP impulso la construcción de una nueva generación de
autopistas de peaje, la mayoría en las cercanías de Madrid (radiales, eje
Aeropuerto, Madrid-Ocaña-La Roda, Madrid-Toledo) y en el Sureste
(circunvalación de Alacant, Alacant-Cartagena, Cartagena-Vera). Una vez
realizados estos proyectos, que se han financiado con avales públicos que
totalizan 3.513 millones de euros, se han demostrado un fiasco. Por dos
razones básicas: porque el tráfico real es muy inferior al previsto para
justificar el proyecto (en el caso más escandaloso, la Madrid-Barajas, sólo se
ha llegado al 13% del tráfico previsto) y porque algunos fallos judiciales
elevaron sustancialmente el pago de las indemnizaciones a los propietarios de
los terrenos expropiados para construir las vías. Todo un clásico de los
macroproyectos: exageración de los beneficios potenciales y saqueo de los
intereses de personas con poco poder social. Lo lógico, de seguir los manuales
de capitalismo competitivo, es que las empresas que erraron sus previsiones
apechuguen en forma de pérdidas. Pero en el neocapitalismo oligárquico los
problemas se resuelven apelando una vez más al paternalismo sumiso de
papá Estado, y así las autopistas (sus promotores) van a ser salvadas con
dinero público: Por una parte con créditos participativos del Gobierno
(inicialmente 135 millones de euros, hasta alcanzar los 250 millones), esto es,
créditos que pasan a convertirse en capital no recuperable en caso (seguro)
de pérdidas. Y por otra parte con una aportación de 80 millones de euros
como “adelanto de ingresos”, justificados como la diferencia entre los
ingresos reales por peajes y el 80% de los ingresos teóricos previstos en los
próximos tres años (algo totalmente fantasioso visto el bajo nivel de uso de
estas autopistas). Como parece que el PP está poniendo trabas a esta última
cuestión, el Gobierno ya ha aprobado el pasado 26 de noviembre un nuevo
régimen tarifario y una prolongación del plazo de concesión a alguna de estas
empresas (la RII de Madrid, la Alicante-Cartagena). Seguramente el siguiente
paso será la nacionalización completa, regada eso si de una nueva
compensación.
A riesgo de pasar por demagogo no me resisto a transcribir los nombres de los
propietarios beneficiados por la medida. No hace falta ser muy experto en
economía para adivinar los nombres de los interfectos: Abertis, Acciona. ACS,
OHL, FCC, Ferrovial, Sacyr, OHL, Caja Madrid (todos invitados por Zapatero) a
los que se suman algunos elementos de la segunda línea de empresas
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constructoras (Comsa Emte, ICC, Ploder, Sando, Azvi). Puestos a ser
malpensados vale la pena anotar que casi todas las empresas del núcleo duro
aparecen implicadas en varios de los más importantes escándalos de
corrupción que asolan el país, como el caso Brugal (Sacyr), Orihuela (ACS,
Acciona), Telde (ACS) o el Palau de la Música (Ferrovial). Eso sí: todos ellos
empantanados en complejos procesos de los que nunca se llega a ver la
salida. Es incluso morboso detectar que ha sido el grupo parlamentario de CiU
el principal promotor de la medida. Una buena muestra de su modelo de
colaboración público- privada.
Más allá de la anécdota cruel de inflar con fondos públicos la cuenta de
resultados de unas empresas incompetentes (pues ello y no otra cosa es
invertir en una actividad que no tiene mercado) lo que este caso muestra a las
claras es la lógica de muchas de las políticas de infraestructuras:
megaproyectos pensados sobre todo desde el punto de vista de conseguir
transferencias públicas a costa de construir equipamientos infrautilizados, de
tronchar el territorio, de destruir otras formas de actividad y de generar
graves problemas ambientales. Tdo ello da una idea de cómo estamos
sometidos al poder obsceno de una oligarquía despiadada y unos políticos sin
sentido de lo público.
12/2010
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A vueltas con el Sahara
Carles Mercadal
El pasado 8 de noviembre, fuerzas policiales marroquíes desalojaban con gran brutalidad elcampamento de Agdaym Izik, emplazado en las afueras de El Aaiún, en el que unos 20.000 civilessaharauis estaban instalados desde hacía un mes para protestar por las draconianas condiciones de vidaimpuestas por Marruecos a los habitantes del Sahara Occidental. Aunque, a estas alturas, la férreacensura impuesta por Rabat todavía no ha permitido esclarecer qué sucedió exactamente en esasjornadas dramáticas ni qué cantidad de víctimas mortales ocasionó la violenta intervención de la policíamarroquí, fuentes saharauis e independientes han hablado de una represión durísima, con varias decenasde muertos, más de medio millar de heridos y al menos doscientos desaparecidos, cifras todas ellasmucho más elevadas que las proporcionadas por el gobierno de Marruecos, que ha insistido sobre todo enel fallecimiento de una docena de agentes propios y sólo ha reconocido la muerte de dos civiles saharauis,
que, para más inri, ha achacado a causas accidentales.
Lo sucedido el pasado mes en El Aaiún supone otra vuelta de tuerca, la más feroz de los últimosaños, en una situación caracterizada desde hace ya tres decenios y medio por las míseras condiciones enque se ven forzados a vivir los saharauis de los campamentos de refugiados de Argelia y por la opresión yel hostigamiento constantes a que se ven sometidos los saharauis residentes al otro lado del muro de casi2.800 kilómetros levantado por Marruecos en pleno desierto, en el territorio no autónomo —es decir,pendiente de descolonizar— que dicho país controla ilegalmente desde 1975. Pocas novedades, pues, enlas escasas noticias que nos han llegado desde El Aaiún en las últimas semanas: como de costumbre,siguen produciéndose detenciones arbitrarias, encarcelamientos en condiciones infrahumanas, torturassistemáticas, violaciones de mujeres, ejecuciones... sólo que ahora a una escala mucho mayor. Y pocasnovedades, también, en la respuesta ofrecida por el gobierno de España, el del Estado que lleva 35 añossin asumir sus responsabilidades como antigua potencia ocupante, obligada según el derechointernacional a liderar un proceso de descolonización que debería haber conducido a la celebración de unreferéndum de autodeterminación. Hasta el momento, las declaraciones realizadas por los diferentesrepresentantes del gobierno español han constituido un cúmulo vergonzante de despropósitos, desde lasdel ministro del Interior Pérez Rubalcaba (“El ministro de Interior marroquí me ha dado una explicación detodos los acontecimientos que refuta las acusaciones graves”) hasta las de la ministra de Exteriores,Trinidad Jiménez —Trini la de la Trila para los amigos—, que declaró que “no puede calificarse a Marruecos
de potencia ocupante puesto que el ejercicio de facto que hace en el territorio de El Aaiún no es producto
de un conflicto bélico ni de un elemento de fuerza sino de un acuerdo”. Y esto último lo ha dicho sinempacho alguien que en julio de 2003 se manifestó en Madrid por un “Sahara libre” y exigió al gobierno
del PP que se comprometiera con la causa saharaui.
El actual gobierno español, que además de estar adscrito a la Internacional Socialista destacatambién por el entusiasmo con que suele adherirse a los postulados de la Internacional de la Razón deEstado, siempre se ha escudado, en lo tocante a este asunto, en los lazos e intereses que unen a Españacon Marruecos. Y la verdad es que razón, valga la redundancia, no les falta. Por eso, no está en modoalguno fuera de lugar preguntarse: ¿tendrá algo que ver la postura del gobierno español respecto de losucedido en el Sahara Occidental con que Marruecos sea el séptimo importador mundial de armamento defabricación española, el segundo entre los países no pertenecientes a la UE?; ¿tendrá algo que ver que enla última década España haya vendido armas a Marruecos por valor de más de 200 millones de euros?;¿tendrán algo que ver los intereses pesqueros españoles en las aguas territoriales saharauis, donde elacuerdo pesquero firmado en 2007 entre la Unión Europea y Marruecos permite a la flota españolaesquilmar los caladeros de un territorio que formalmente sigue siendo una colonia?; ¿tendrá algo que ver
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la factoría de envasado que tiene en El Aaiún la empresa conservera Damsa, de capital gallego, que cadaaño suministra más de 30 millones de latas de sardina y caballa a las empresas Rianxeira y Escuris y a lasmarcas blancas comercializadas por Mercadona?; ¿tendrán algo que ver las cuantiosas importaciones defosfatos por parte de empresas químicas como la catalana FMC Foret, un recurso abundante en el SaharaOccidental que se encarga de explotar en exclusiva una empresa propiedad del rey de Marruecos —eseque se gasta un millón de dólares diarios sólo en el mantenimiento de sus palacios— y por el que lapoblación autóctona no recibe ninguna compensación económica?; etcétera, etcétera (puede consultarse
en este sentido la excelente página web http://www.wsrw.org/index.php?dl=es)
Ni las empresas españolas son las únicas en participar en el saqueo impune de los recursossaharauis, ni España es el único exportador de armas a Marruecos (en eso Francia se lleva de largo lapalma), pero ello no quita que sea plenamente exigible un cambio de rumbo inmediato a los responsablesde un gobierno que, con su postura y sus declaraciones, ha estado restando importancia a un acto derepresión bárbaro, sigue colaborando en el aplazamiento sine die de la resolución pacífica y justa delconflicto, y contribuye a que el Frente Polisario se plantee retomar la vía armada tras la tregua que declaró
en 1991.
12/2010
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Tanques Leopard made in Spain para Arabia Saudí
Eduardo Melero Alonso
Según el diario El País (25/10/2010), España está negociando la venta de carros de combateLeopard a Arabia Saudí. La operación incluiría entre 200 y 270 tanques y podría superar los 3.000 millones
de euros, lo que la convertiría en la mayor exportación de armamento de la historia española.
La noticia aporta pocos datos sobre cómo se ha llevado a cabo la negociación, salvo que comenzóen mayo de 2008, a partir de una visita del Rey Juan Carlos a dicho país. A buen seguro ha jugado unimportante papel la Agregaduría de Defensa española en Arabia Saudí. Las Agregadurías de Defensaactúan como medio representantes medio intermediarios de la industria de guerra española, siendo unengranaje más de la organización administrativa que se encarga de poner en práctica la política de
fomento de las exportaciones de armamento españolas.
Es muy probable que el contrato ya esté firmado. A principios de noviembre visitó nuestro país elpríncipe Khaled bin Sultan, Ministro adjunto de Defensa y Aviación de Arabia Saudí, quien se entrevistó
con la Ministra de Defensa, con el Presidente del Gobierno y con el Rey de España.
Aunque el contrato ya esté firmado, hay que tener en cuenta que para poder exportar armamento serequiere una autorización administrativa. En concreto, el órgano administrativo que decide sobre laautorización es la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y de
Doble Uso, la JIMDDU.
Uno de los criterios que ha de tenerse en cuenta a la hora de autorizar las exportaciones dearmamento es el respeto a los derechos humanos en el país de destino. La situación de los derechoshumanos en Arabia Saudí no es nada ejemplar. Según Amnistía Internacional, en Arabia Saudí sepersigue a los opositores al régimen, se detiene a las personas por sus creencias religiosas o por suorientación sexual, las mujeres son discriminadas y sometidas a violencia, y se ejerce tortura en lasprisiones del país. Además, los carros de combate Leopard podrían utilizarse en el norte de Yemen. Portodas estas razones, varias ONG han criticado la venta de tanques Leopard a Arabia Saudí, entendiendo
que ello vulneraría la legislación española.
La legislación sobre el control del comercio de armamento no deja de ser problemática. La PosiciónComún de la Unión Europea 2008/944/PESC no prohíbe taxativamente la exportación a países en los quese haya constatado graves violaciones de los derechos humanos. Además, permite que los Estadosexportadores tengan en cuenta sus intereses económicos, sociales, comerciales e industriales. En estesentido, según la noticia de El País, el Ministerio de Defensa español estaría encantado de ceder los 50tanques Leopard que tiene pendientes de recibir en 2011, con el consiguiente ahorro presupuestario.Según ha informado posteriormente Infodefensa.com (9/11/2010), el Ministerio de Defensa solamente va arecibir 14 tanques Leopard durante el año 2011. Además, el contrato garantizaría carga de trabajo a SantaBárbara para casi una década y beneficiaría a decenas de empresas españolas. Arabia Saudí es un buencliente de la industria armamentista española. Durante el período 1999-2008 se exportó a Arabia Saudíarmamento por un valor de 69 millones de euros. También hay que tener en cuenta los interesesestratégicos de Estados Unidos. Este país venderá a Arabia Saudí armamento por valor de 43.000millones de euros, incluyendo aviones de combate F-15, 70 helicópteros de combate tipo Apache y 72 tipoBlack Hawk, así como sistemas de misiles THAAD. De esta forma Estados Unidos rearma a su aliado con
la vista puesta en Irán.
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Con todos estos datos, no hace falta ser adivino para deducir que la JIMDDU no pondrá ningúnreparo a la exportación de tanques Leopard a Arabia Saudí. En cualquier caso, no podremos saber quéargumentos se utilizarán para autorizar la exportación. Y ello porque el Gobierno ha clasificado como
secreto de Estado el contenido de las actas de la JIMDDU.
Según la Ley sobre Secretos Oficiales sólo puede clasificarse una información como secreto deEstado si su conocimiento público puede dañar o poner en riesgo la seguridad y defensa del Estado.Resulta curioso ver cómo se utiliza el secreto de Estado en materia de comercio de armamento. ElGobierno no considera que se pueda poner en peligro la seguridad y defensa del Estado si se publica unanoticia sobre la venta de tanques Leopard a Arabia Saudí. De hecho, si nos hemos enterado de la venta esporque algún miembro del Gobierno o algún alto cargo del Ministerio de Defensa ha querido que sesupiera, y por eso se lo contó al periodista que escribió la noticia. Sin embargo, para el Gobierno conocerlas concretas razones en las que se basa la autorización de la exportación sí pone en peligro la seguridad
y defensa del Estado y, por tanto, estas razones no pueden ser conocidas por los ciudadanos.
La noticia tiene también algunos flecos y algunas cuestiones que, aunque no se han planteado, nodejan de tener interés. En primer lugar, se nos informa que el Ministerio de Defensa se comprometió en sudía a adquirir más carros de combate Leopard de los que eran necesarios. ¿Influyó en dicha decisión elcomplejo militar-industrial patrio? ¿Ello es una muestra más de que el ejército español está
sobredimensionado?
La noticia no hace ninguna referencia a las partidas presupuestarias que se han destinado aldesarrollo en España de los carros de combate. Durante el período 2006-2010, la empresa GeneralDynamics–Santa Bárbara, fabricante del Leopard en España, ha recibido un total de 507 millones de eurosde los Presupuestos Generales del Estado en concepto de préstamos a largo plazo y anticipos sinintereses. Ahora que parece que han conseguido una buena venta y teniendo en cuenta las previsiones dereducción del déficit público: ¿le exigirá el Gobierno español a Santa Bárbara la devolución de dicho
dinero?
Esos 507 millones de euros proceden de las partidas presupuestarias del Ministerio de Industriadestinadas a investigación y desarrollo. Los tanques Leopard han sido diseñados por dos empresasalemanas, Krauss-Maffei Wegmann y Rheinmetall, que son las dueñas de las patentes y tienen que dar elvisto bueno a la venta de los tanques. Según El Paíscomo recibirán al menos el 30% del precio delcontrato, es muy probable que las empresas alemanas no veten la operación. De ello se deduce que SantaBárbara se limita a fabricar un producto ajeno, sin haber llevado a cabo ninguna actividad que pudieraconsiderarse como auténtica investigación. Uno de los argumentos que se suelen utilizar para justificar lainversión en I+D militar es que esta investigación es también aprovechable por la industria civil. Sería muyde agradecer que algún responsable público nos explicara qué aplicaciones civiles se han obtenido de los
507 millones de euros destinados al desarrollo en España de los carros de combate Leopard.
Y para concluir, si Santa Bárbara fabrica bajo licencia unos tanques diseñados y patentados enAlemania, ¿por qué razón prefiere Arabia Saudí comprar la copia española en vez del producto original
alemán? ¿Porque Santa Bárbara va a instalar aire acondicionado en los Leopard?
El mercado armamentístico está fuertemente intervenido por los gobiernos. Lo normal es que el paísque compra armamento exija al vendedor contrapartidas, que pueden ser de carácter militar o civil. ¿Quécontrapartidas ha exigido Arabia Saudí al gobierno español? En la base sevillana de Morón de la Fronterase están entrenando pilotos saudíes. De hecho, uno de ellos murió en agosto al estrellarse el Eurofigtherque pilotaba. Alguna contrapartida más tiene que haber, ya que hay en juego 3.000 millones de euros. Oquizá no se trata de contrapartidas, sino que se le ha adjudicado el contrato a Santa Bárbara para
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agradecer los servicios prestados por el ejército español en Irak y en Afganistán.
12/2010
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La enseñanza no es una excepción
José Manuel Barreal San Martín
La crisis económica y social en la que estamos ubicados lo justifica todo. Es un momento crucial enel que los derechos adquiridos por la ciudadanía están en entredicho y de la noche a la mañana, sinpreaviso ni negociación, se esfuman como azucarillo en agua. Y esta devaluación de derechos se está
instaurando, ahora, en el sistema de enseñanza en sus diferentes modalidades.
En nuestro país, durante el proceso del buscado y nunca encontrado Pacto Educativo, el ministroGabilondo sostuvo que mantendría, aún sin firma, los 1.500 millones de euros (en este momento no sesabe qué fue de ellos) adicionales para las “medidas de mejora” que consideraba imprescindibles parasituar nuestra enseñanza en los niveles que le corresponde en Europa. Parece, a la luz de lo que estáocurriendo, que los centros escolares se conformarían, aunque no hubiera esas mejoras prometidas, con
mantener al menos las condiciones de años anteriores. Sin embargo, parece que el camino es otro.
Así, para que no hubiese duda de que esas “mejoras” eran pura entelequia se empezó por unataque en toda regla a los funcionarios públicos (entre ellos al profesorado) acompañado con las
restricciones del gasto público haciendo caso omiso de todo compromiso, acuerdo o convenio.
En los datos publicados con el inicio del curso escolar se resaltaba que hay 140.000 alumnos másen la enseñanza pública, paradójicamente producto de trasvases de la privada no subvencionada, y 6.400profesores menos, sin que en ese momento se tuviese el cómputo de todas las comunidades, si añadimosla supresión en muchas autonomías de itinerarios de transporte escolar, becas de comedor o de estudiospara el alumnado, así como licencias por estudio remuneradas para los profesores y profesoras, etc. Laalegría no es precisamente la protagonista en la enseñanza de este país. Unos años atrás, cualquiera deesas agresiones hubiera sido motivo suficiente para que el profesorado lanzase sus protestas a la calle.Sin embargo, el clima de desmoralización, de aceptación resignada de los efectos “inevitables” de la
crisis, es lo que domina en gran parte del colectivo de enseñantes.
Se podría volver, por enésima vez, al discurso crítico sobre los gastos millonarios en “guerrashumanitarias”, los 10.000 millones a la Iglesia católica, los apoyos a fondo perdido a empresariostramposos y sectores especulativos, la permisividad con el fraude fiscal, las subvenciones a la enseñanzaprivada, etc. Sin embargo, centraré el tema en las contradicciones entre los hechos y el discurso oficialsobre la educación, campo que el actual gobierno maltrata, el PP señala como bocado apetecible para
privatizar y ambos dicen que es la clave para salir de la crisis.
Así, a propósito del “Pacto social y político por la Educación”, tema que ocupó durante el cursopasado la atención de los implicados, se enfatizaba, tanto desde el ministerio correspondiente como desdelos medios de comunicación, la perentoria necesidad de elevar el nivel formativo de la población comorecurso para competir en la “sociedad de la información y del conocimiento” y ponernos al nivel que nos
corresponde en Europa.
Se esperaba, aunque con escepticismo, que lo dicho se operativizase con una política educativaacorde con las expectativas, pero ¡ay!, como era previsible el discurso dio un giro hacia motivospuramente económicos, utilitaristas y competitivos. Mostrando una vez más que el cambio en lasprioridades pasa por calmar a los mercados, sostener el sistema financiero, mantener los compromisos
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militares y seguir subvencionando a la Iglesia católica; de este modo los intereses privados se anteponenpor delante de la educación y la formación, que otra vez son sacrificadas ante el altar de “la crisis”.Ahorrar en el gasto público es la única y verdadera prioridad impuesta por los “mercados” que siguenteniendo como arma estratégica la especulación pura y simple y el canibalismo de todo lo que huela a
público, en este caso la enseñanza, pero también la sanidad.
Insistir en la vacuidad del discurso oficial empeñado en subordinar la enseñanza a los imperativosdel “desarrollo económico” y al mercado laboral es tarea imprescindible. Un discurso acompañado con lasprotestas de “boca pequeña” de la izquierda política, que no así de los sindicatos de enseñanza. Ladefensa incondicional del derecho a la educación, por encima de las “necesidades del mercado”, nospermitirá preservar el marco de la escuela, con sus objetivos y exigencias, contra los vientos ytempestades desencadenados por los que tienen como interés aumentar sus inmensos beneficios
personales a costa de la destrucción de conquistas sociales históricas.
12/2010
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Cajón Desastre
El Lobo Feroz
Pequeño apunte
La constitución española y el sistema político están necesitados de reforma. El
sistema del bipartidismo imperfecto no funciona. Conviene recordar las
circunstancias en que se hizo esa constitución: una situación internacional de
guerra fría que ya no existe; amenazas de un "partido militar" que pretendía
implantar un franquismo sin Franco; constitución hecha por un parlamento
surgido de unas elecciones que no se presentaron como constituyentes ante
el pueblo; y elecciones con pocas semanas de libertad política antes de que se
celebraran, tras casi cuarenta años de dictadura, y con la gente todavía con el
miedo en el cuerpo. Con algunos de los partidos más importantes de entonces
que no existen ya.
Aprobada popularmente, claro es, porque devolvía las libertades
fundamentales.
Hay varias generaciones de ciudadanos que nunca han podido opinar
políticamente acerca de la Constitución que cada día se les recuerda —¿se les
refriega?— oficialmente. Y que ni siquiera pueden influir en una reforma
constitucional, que sería lo propio de un sistema político democrático.
Preguntémonos para qué sirven, en concreto, nuestra libertades políticas:
hasta dónde llegan. Siendo fundamentales para todos, sin embargo se
ejercitan en un sistema mudo para lo que podemos esperar.
Los patriotas
En el momento en que los especuladores se lanzan, país por país, para
asegurarse ganancias haciendo caer las bolsas, y logrando cantidades
ingentes de dinero con la deuda pública de los estados en la crisis, esto es,
cuando las políticas neoliberales han puesto en manos de los especuladores
que agigantaron esa misma crisis cantidades enormes de dinero público, en
ese momento, justamente, llegan los patriotas del PP para decir que las
cuentas públicas españolas no son claras, que la economía española está
desgobernada y que hay que recortar más los derechos sociales de los
trabajadores españoles. Los patriotas aliados a los especuladores.
No debería sorprendernos demasiado: hay numerosísimos patriotas
electos procesados por llenarse los bolsillos de dinero público: en Madrid,
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Baleares, Castellón, Valencia, Alicante, Castilla-León... Todos recibiendo votos
de los que están encantados de vivir en dinero negro.
El comodín
Al Qaeda, al parecer, se ha convertido en una gigantesca organización
terrorista mundial. Los del Polisario, según Marruecos, obtienen algo de Al
Qaeda. Los secuestradores subsaharianos de civiles occidentales son, según
se dice, de Al Qaeda. En Pakistán los aviones norteamericanos machacan
viviendas donde se supone que hay gente de Al Qaeda. Al Qaeda estaría
detrás de los palestinos, y en Iraq (donde no había nada de eso antes de la
guerra), y de los atentados en estados de Oceanía, en el cuerno de África, en
los propios Estados Unidos. El gobierno español se pliega a Marruecos porque
sus delicados gobernantes nos protegen de Al Qaeda.
Con la mirada para otra parte de Obama, el ex-presidente Bush se congratula
de haber ordenado torturas, y los miembros de su gobierno también, "para
salvar vidas humanas" —en riesgo de atentado según estos virtuosos
especialistas en decir la verdad—. Todos estamos vigilados —nuestros pasos,
nuestras compras, nuestro correo electrónico, nuestros telefonillos— para
nuestra seguridad. La Otan se apresta a ejercer su radio de acción militar
prácticamente a todo el orbe precisamente para combatir el terrorismo de Al
Qaeda.
Seguro que hay terroristas enloquecidos que se reclaman de unas siglas, Al
Qaeda, que se han prestigiado entre mucha gente del mundo desdichado por
contraponerse a las acciones de los ejércitos de los ricos.
Pero el Lobo es por esencia desconfiado y no se lo cree todo. Al Qaeda parece
más bien el comodín que necesitaban Estados Unidos y la Otan para controlar
poblaciones, desplegar ejércitos, instalar bases militares y asegurarse el
futuro suministro de petróleo.
Para el Lobo, para luchar contra el terrorismo basta con la policía. Y si no, que
lo demuestren, no que lo prediquen.
Wikileaks, 1
Al Fiscal General del Estado, Conde Pumpido, y al anterior, el de Aznar, se les
debería caer la cara de vergüenza. Haciendo de palanganeros de los
norteamericanos para que no se establezcan las responsabilidades penales
por el asesinato del periodista Couso en Iraq. Ya sabéis: se toma a un
funcionario, se le nombra cargo político, y ya está dispuesto a todo.
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En las Facultades de Derecho deberían enseñar empleando el llamado método
del caso. Y explicar caso por caso. Éste de Couso, por ejemplo, es de manual.
Wikileaks va a dar juego sobre la verdadera cara de las administraciones
norteamericanas, del amigo americano. El Lobo empieza a dudar hasta de
Franklin Delano Roosevelt.
Elecciones catalanas
A buenas horas se le ocurrió a Maragall que quería un nuevo Estatut.
—Noviembre 2010
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Noam Chomsky en la televisión iraní: "La invasión de Afganistán fue
ilegal, ya que nunca ha habido pruebas de que los autores del 11-S
planificaran los atentados en ese país"
José Luis Gordillo
El eminente intelectual estadounidense Noam Chomsky ha declarado
recientemente que la invasión de Afganistán por EE.UU. fue ilegal debido a
que nunca ha habido pruebas de que el 11-S se planificara en ese país de Asia
Central. Chomsky hizo estas declaraciones a la Televisión iraní Press TV
(www.presstv.ir), en concreto al programa “A Simple Question” (Una simple
pregunta) del 3 de noviembre de 2010. Dichas declaraciones suponen un giro
radical respecto a lo dicho sobre el 11-S por Chomsky, y autorizan a añadir su
nombre a la larga lista de personas que no se creen la versión oficial de los
famosos atentados.
Entre otras cosas, el veterano activista dijo: "El motivo explícito y declarado
de la guerra de Afganistán fue obligar a los talibanes a entregar a los Estados
Unidos a las personas acusadas de haber perpetrado los ataques al World
Trade Center y el Pentágono (…), los Talibanes de entonces pidieron pruebas
de esas acusaciones… y la Administración Bush se negó a proporcionárselas”.
Para añadir: "Más tarde descubrimos la razón por la que no aportaron
pruebas: no tenían ninguna." La inexistencia de dichas pruebas fue
confirmada por el FBI ocho meses más tarde. Chomsky recuerda: "El director
del FBI, después de la investigación internacional más intensa de la historia
moderna, informó a la prensa que el FBI creía que la trama podía haber nacido
en Afganistán, pero que se llevó a cabo probablemente en los Emiratos Árabes
Unidos y Alemania."
Chomsky ha dicho también, “Tres semanas después de ganar la guerra los
oficiales de EE.UU. y Gran Bretaña dijeron que continuarían con los
bombardeos hasta que el pueblo de Afganistán derrocara a los talibanes (...)
lo cual, más tarde, se convirtió en la justificación oficial de la guerra hasta
hoy." "Todo esto fue totalmente ilegal. Es más, criminal", concluye Chomsky.
Ver entrevista en:
http://www.zerofilm.info/Contenuti/Articolo.aspx?IDContenuto=451
Y también en Youtube:
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Informaciones
Comunicado
Durante el curso 2008-2009 y con el objetivo de disponer de una aula de
estudios, los estudiantes de la Facultad de Económicas de la Universidad de
Barcelona, organizados en asamblea, llevaron a cabo un proceso de
reivindicaciones. Una de las facultades más grandes de Cataluña no contaba
todavía con un espacio de funcionamiento y de uso para todos los y las
estudiantes. Debido a la presión estudiantil, finalmente el objetivo se logró y
el aula de estudio entró en funcionamiento. Sin embargo, con el
consentimiento del Decanato de la Facultad, este espacio ha sido
reemplazado por una capilla. Es decir, las razones privadas se han impuesto a
las razones públicas. Ahora, este espacio tiene un carácter privativo y
excluyente, que abre tan sólo una hora a la semana y que genera un trato
privilegiado a una confesión religiosa. La realidad es que desde los años
ochenta la UB mantiene un convenio con el Arzobispado de Barcelona por el
que la UB está obligada a ceder terrenos y espacios a la Iglesia. En este
contexto se reproduce el siguiente Comunicado:
Comunicado del AEP-Asociación de Estudiantes Progresistas ante las luchas por
una UB verdaderamente LAICA
Ante los ataques por parte de un reducido sector de la derecha católica más
reaccionaria de la sociedad catalana a las luchas que se están llevando a cabo
en defensa de una UB verdaderamente pública y laica, la AEP-Asociación de
Estudiantes Progresistas, denuncia la manipulación mediática hacia la
organización y lucha de los y las estudiantes de la Universitat de Barcelona en
la defensa de los espacios públicos. Las informaciones emitidas desde la
prensa conservadora y otros medios de comunicación de carácter últracatólico
son falsas; éstas no es corresponden a la realidad: se trata de una
tergiversación de los hechos con clara intención de desprestigiar a los
sectores progresistas de la universidad. Una vez más, estamos ante una
muestra del carácter poco democrático de un sector que cree que la
organización de una sociedad se tiene que regir por principios morales
privados y no bajo principios resultantes de espacios de deliberación pública.
Estos ataques, pues, no son propios de una sociedad democráticamente
organizada. En un Estado social y de derecho la libertad de expresión es un
derecho inalienable de las personas. Los y las estudiantes manifestamos
nuestra opinión, y es tarea nuestra mostrar el rechazo a aquellos aspectos
que socavan el carácter público de la universidad. La organización estudiantil
no apela a un ataque a ninguna religión concreta, sino que se trata de una
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estricta defensa de la universidad pública.
El AEP ha trabajado, trabaja y trabajará siempre junto a las asambleas de
facultad. Son éstas el espacio legítimo de vertebración del movimiento
estudiantil, actor indispensable en la construcción de una universidad
verdaderamente pública. El AEP defiende la independencia del Estado y sus
instituciones respeto cualquier organización o confesión religiosa.
¡Por una UB verdaderamente laica, todos y todas a las asambleas!
—Miércoles, 1 de diciembre del 2010
El gran casino europeo
http://www.vimeo.com/15248048
Spot producido por Enlazando Alternativas sobre las políticas aplicadas por la
Unión Europea, como parte de la campaña “Contra la Europa del capital, la
guerra y sus crisis; por la solidaridad entre los pueblos”. Más contenidos
en attac.tv
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La Biblioteca de Babel
Antonio Madrid Pérez
La política y la justicia del sufrimiento
Trotta, Madrid, 2010, 191 pags.
En este recomendable libro Antonio Madrid hace una reflexión acerca del
sufrimiento profunda y contextualizada (en relación al entorno sociocultural),
muy atenta a la no siempre clara influencia que lo político y lo jurídico (a
pesar de su sólita desatención hacia los que sufren) tienen en la creación y
perpetuación de un fenómeno que se muestra desigualmente repartido.
Es en torno a dicha desigualdad, característica de la sociedad global, que se
articula la particular visión del autor. Madrid analiza cómo las estructuras
jurídico-políticas —aunque no sólo éstas— pueden imponer límites al
sufrimiento, de igual modo que pueden suponer la creación y normalización
del mismo. Que la tendencia sea más a esto último invita a una necesaria
reflexión acerca de lo que, en definitiva, hacemos con aquello que como seres
humanos permite vernos como iguales: el dolor.
Joan Ramos Toledano
12/2010
Vicenç Navarro, Juan Torres, Alberto Garzón
¿Están en peligro las pensiones públicas?
ATTAC, 2010
La “Mesa de economía, ecología y trabajo de Socialisme 21 de Catalunya”
informa de la aparición de este libro (“pedagógico y de fácil lectura, da los
argumentos principales para desmontar la ofensiva del gobierno y del capital
para la ‘contrarreforma’ de las pensiones.”), consultable íntegramente en:
http://www.scribd.com/full/27739006?access_key=key-jydhk73u2fcds25mnm6
Mesa de economía, ecología y trabajo de Socialisme 21 de Catalunya
12/2010
Jesús Mosterín
Los cristianos
Alianza Editorial, Madrid, 2010, 554 pags.
El cristianismo ha tenido y tiene una amplia influencia en la historia del pensamiento. Mosterín dedica estetexto a hacer una exposición y, en ocasiones, una interpretación sobre cuáles han sido los elementos
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centrales de esta tradición. Su lectura es muy interesante y ayuda a resituar la construcción oficialistarealizada dogmáticamente por la jerarquía católica. Trabaja especialmente la etapa que va de los primerossiglos del cristianismo hasta la contrarreforma católica. Los siglos restantes quedan tratados en 16páginas. A quien le interese la época más contemporánea puede consultar: Rosino Gibellini, La teología
del siglo XX, Sal Terrae, Santander, 1998.
Antonio Madrid
12/2010
Lucio Magri
El sastre de Ulm. El comunismo del siglo XX. Hechos y reflexiones
El Viejo Topo , Barcelona, 2010
Este importante libro ha sido presentado por su autor en Madrid y Barcelona.
Mejor que una reseña, ofrecemos el guión de las palabras de Lucio Magri a los
asistentes a esos actos en noviembre de 2010:
Por lo general, no me gustan las presentaciones de libros, ni siquiera cuando
se trata de los míos. Los que presentan el libro se ven obligados a ser
benévolos, la mayoría del público no lo ha leído aún y a veces está allí
únicamente para hacerse una idea del contenido y así evitar su lectura. Casi
nunca nace una verdadera discusión a partir de la presentación de un libro.
Además tenía muchas dudas de venir a hablar en italiano a ustedes que ya
tienen disponible mi libro traducido en castellano. Entonces, ¿por qué estoy
aquí esta noche, sin que nadie me haya obligado a venir?
Por muchos motivos. En primer lugar, he venido aquí para demostrar que,
pese a que en este libro hay pocas referencias directas a España, en realidad
puede ser útil para los lectores españoles, porque aporta elementos a la
reflexión sobre su propia historia nacional, muy a menudo, y no casualmente,
arrinconada o amputada por la narración de la historia internacional.
Empiezo con una pregunta aparentemente obvia y descontada.
¿Por qué ganó Franco, a pesar que el apoyo al gobierno democrático y
legítimo que el mismo Franco afrontó proviniera de una fuerza mayoritaria en
el país? ¿Por qué ganó Franco, a pesar de la resistencia heroica que lo
enfrentó y de la amplia simpatía que el gobierno legítimo y democrático
suscitaba en la opinión pública mundial?
La respuesta que Santiago Carrillo da a esta pregunta en su autobiografía es
lapidaria: “Franco ganó gracias a la intervención y ayuda que recibió del
fascismo italiano” (un ejército organizado y muy bien armado de 60.000
hombres que llegaba de Italia, además de la poderosa cobertura aérea
alemana). La respuesta es convincente y, quizás, bastaría por sí sola a
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explicar la derrota.
Pero plantea una interrogante que ha quedado en la sombra.
La guerra civil española se desarrolló y concluyó entre 1936 y 1939. Cuando
empezó, Hitler estaba en el poder desde hacía tres años. Había proclamado
sus intenciones agresivas y había comenzado a realizarlas. Militarización de
Renania. Anexión de Austria. Invasión de los Sudetes y luego de
Checoslovaquia. Y no era todo, ya que las amenazas se dirigían también a las
democracias occidentales; un poco más tarde, las cosas caminarían aún peor:
Polonia, Dinamarca y luego Bélgica, hasta llegar a la claudicación de Francia.
Inglaterra soportó los bombardeos y se salvó porque el mar la protegió. En fin,
todo desembocó en una guerra mundial que costó decenas de millones de
muertos. Y no solamente. Mi libro documenta que Hitler podría haber sido
parado a tiempo. Las altas jerarquías del ejército que lo habían llevado al
poder previeron la derrota e hicieron saber a Londres que estaban listas para
destituirlo.
¿Cómo es posible que, en ese momento crucial, Francia e Inglaterra no sólo se
quedaran inertes, sino que incluso se convirtieran en cómplices de la
intervención de Italia y Alemania en la guerra civil española al bloquear las
fronteras a través de las cuales la República podía recibir la ayuda que
necesitaba? La explicación que este libro intenta dar es que Chamberlaine y
detrás de él Daladier siguieron una estrategia precisa: desviar la agresividad
nazi hacia el este, es decir, hacia la Unión Soviética. En cambio, sucedió todo
lo contrario. Francia sucumbió en pocas semanas, Hitler efectivamente
invadió la Unión Soviética y fue derrotado principalmente por ésta.
No ahondaré en otra causa de la derrota porque mi libro la trata
indirectamente y no de manera adecuada: me refiero a las constantes
divergencias que caracterizaban el frente democrático a nivel político e
incluso militar. En sus orígenes el frente antifascista tuvo objetivos
divergentes y un grupo dirigente bastante heterogéneo. Actuaba más como
una coalición que como un frente.
Y ahora planteo otra pregunta, más difícil que la primera, ante la cual mi
trabajo puede resultar más útil y menos obvio.
¿Por qué el fascismo español —y sólo el fascismo español— logró sobrevivir
tranquilamente durante más de treinta años, después de la plena victoria de
la alianza antifacista mundial, sin cambiar ni a su líder, ni sus instituciones
autoritarias ni, sobre todo, renunciar jamás a una feroz represión? Y, al final,
¿cómo pudo incluso determinar quiénes serían sus sucesores?
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Mi explicación, documentada, es la siguiente: pocos meses después del final
de la guerra mundial y de la repentina muerte de Roosevelt, la política de los
Estados Unidos cambió de forma radical, cambio que fue imitado no
solamente por los ingleses, sino también por aquellos que prácticamente la
víspera habían sido sus enemigos: alemanes, japoneses e italianos. En otras
palabras, empezó la “guerra fría”. Esta constatación ha sido siempre eludida,
es más, negada. Pero la sucesión de los acontecimientos es clarísima. En
primer lugar, dos bombas atómicas, que no eran necesarias, doblegaron a los
japoneses que ya estaban postrados; esas bombas, en realidad, tuvieron
como fin demostrar la superioridad militar apabullante de los Estados Unidos
frente a una Unión Soviética destrozada por la guerra. Luego, el discurso en
Fulton de Churchill —convenido previamente con Truman— en el que ya se
indicaba el nuevo adversario por liquidar y, además, la expulsión de la
izquierda de los gobiernos europeos. Después, el Pacto Atlántico y la creación
de la República Federal Alemana. Y, además, la instalación de bases militares
americanas en todos los continentes. Todo ello alimentado y justificado por
una propaganda verdaderamente histérica. Evidentemente, en este contexto
la desestabilización de la España franquista no podía ni siquiera considerarse.
Y ésta fue sólo una primera etapa, la etapa que terminó sin que estallara una
tercera guerra mundial, al menos hasta el momento del equilibrio
atómico. Más tarde, una segunda etapa permitió que el franquismo siguiera
viviendo gracias al apoyo externo. Y esto sucedió en el terreno económico:
España se aferró al último vagón del tren del desarrollo del mercado europeo
y se modernizó, sin que nadie le exigiera que cambiara su régimen político.
No recuerdo que le hayan otorgado el Nobel de la Paz a Grimau antes de lo
que lo hicieran pedazos, ni tampoco recuerdo que el régimen franquista haya
sido amenazado con la imposición de un embargo económico para que
modificase la Constitución.
En mi libro se tratan otras cuestiones que podrían interesar a un español, por
ejemplo la evolución de la iglesia católica con respecto a la política. Pero yo
prefiero detenerme aquí para que no os aburráis.
Sin embargo, debo pedir ayuda para resolver una cuestión que no he logrado
resolver. Porque esta tarde he venido aquí no sólo para subrayar algunas
cosas que vosotros ya sabéis y que, de todas maneras, podéis fácil y
cómodamente encontrar en el momento en que leáis mi libro.
He venido, sobre todo, para plantearos un problema que considero muy
importante, no sólo para vosotros sino para todos. El problema es el siguiente:
Es indiscutible que, cuando empezó la guerra civil, los comunistas españoles
eran una exigua minoría. Pero es igualmente indiscutible que en los años de la
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guerra los comunistas se multiplicaron, tanto entre la población como en las
instituciones. Esto podría deberse a varios motivos: la ayuda material de la
Unión Soviética, la oleada de voluntarios que llegaban de otros países, el
papel político que desempeñó Palmiro Togliatti y las cualidades organizativas
de Luigi Longo.
También es indiscutible que el Partido Comunista Español, con la energía que
le aportaba la juventud socialista, fue el único que, durante décadas y en la
clandestinidad, se opuso al régimen franquista. Unas veces cometió errores
(como el de un amago de lucha armada), otras obtuvo grandes éxitos
(huelgas generales, creación de una sólida red sindical). Pero sus militantes
demostraron en todo momento un extraordinario coraje individual, que
muchas veces pagaron con sus vidas.
Franco murió en 1975 y debemos otorgar gran atención a ese año. En ese
momento el régimen estaba dividido en conservadores moderados, influidos
por el Opus Dei y partidarios de una suerte de democracia controlada, y
fascistas ortodoxos. Casi simultáneamente se derrumbaban los regímenes
semifascistas de Portugal (debido a la insurgencia de los oficiales del ejército
orientados hacia la izquierda) y de Grecia. Los principales partidos comunistas
europeos intentaban liberarse de la obediencia debida a Breznev. En Francia,
el acuerdo entre el PCF y el refundado Partido Socialista estaba por llevar a
Miterrand a la presidencia. En Italia, se había registrado hacía poco una
clamorosa afirmación electoral del PCI. Todo el Occidente capitalista se veía
sometido a una grave crisis económica. De igual modo, en el seno de la
socialdemocracia europea se desarrollaba una intensa discusión.
De este conjunto de hechos nace una cuestión sobre la cual he leído y
discutido mucho con muchos compañeros, pero sin lograr encontrar una
respuesta adecuada: ¿Cómo se explica que el Partido Comunista Español, con
el patrimonio histórico del que disponía, en un momento histórico en el que
aún la suerte no estaba echada (era 1975 y no 1989), en las primeras
elecciones libres tras la muerte de Franco, haya obtenido sólo un miserable
10% de los votos (porcentaje que nunca llegó a superar), por no hablar de las
numerosas crisis que sufrió? ¿Cómo se explica que en España, durante
décadas, se hayan alternado en el poder exfacistas remozados o
socialdemócratas que poco tenían de socialistas?
No es un problema que atañe sólo a los comunistas, o sólo a los españoles.
Atañe a toda la izquierda europea que se ha puesto de rodillas ante la
hegemonía de los Reagan, las Thatcher, los Blair, por no hablar del horrendo
Berlusconi; atañe a esa izquierda que hoy, a pesar de la crisis económica y de
civilización que doblega el planeta, sigue perdiendo fuerza e identidad
cultural.
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Desde luego no es mi intención ni mucho menos achacaros la responsabilidad
de esta decadencia. Al contrario, reconozco que en los últimos años España ha
recuperado algunos rasgos de izquierda gracias a Rodríguez Zapatero, que
ahora cruje fuertemente ante la crisis económica. Quisiera solamente
entender por qué la ocasión de realizar un verdadero cambio fue sofocada por
la voluntad de censurar el pasado y convertir en mito la modernidad que
homologa a todos. En otras palabras, ¿por qué la movida ha sido más
llamativa que el desempleo?
No pido ahora una respuesta, solamente espero que mi libro contribuya a
estimular la reflexión. Tal vez un esbozo de respuesta lo encontremos en las
palabras del mismísimo Franco cuando, sacando sus propias conclusiones,
dijo: “He construido una clase media fuerte”.
12/2010
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En la pantalla
IV Muestra de Cine Árabe y del Mediterráneo
La consolidación
Del 16 al 19 de diciembre se celebrará la IV Muestra de Cine Árabe y del
Mediterráneo, organizada por SODEPAU y la Asociación CineBaix de Sant Feliu
de Llobregat, que es el primer cine autogestionado de España.
El éxito de un festival tiene que ver con las películas que propone y con el
público que atrae. Las personalidades invitadas dependen de las películas; y
la cobertura mediática suele depender un poco de todo: de los famosos y de
la fortuna.
Este año las películas son impecables: nueve películas inéditas y la
recuperación de una que pasó por las carteleras con la fugacidad que
caracteriza las producciones árabes. Este año proponen Cuscús (La graine et
le mulet, 2007) de Abdelatif Kachiche, historia coral de una familia de
inmigrantes que luchan contra el destino, ataviado con los trajes de unos
cuantos consejeros municipales. Fue el primer papel de la actriz Hafsia Herzi,
que inmediatamente obtuvo el premio del Festival de Venecia a la mejor actriz
debutante (además del César francés a la mejor actriz). La Muestra exhibe
también el último éxito cosechado por Hafsia Herzi, la coproducción
franco-marroquí Française (2008), de la joven realizadora Souad El Bouahti.
Película que mezcla la aridez del retorno de los inmigrantes al país natal con
el punto de vista de los hijos, fuertemente emparentado con el derecho de las
mujeres. Souad El Bouahti juega con el título de su película (Francesa) en un
final insólito (y reivindicativo).
También emparentada con el movimiento de mujeres, pero de una forma
callada, es Granadas y Mirra (2009) de Natjwa Najjar, una producción libanesa
que narra la historia de una mujer casada (aunque sola), porque su
compañero está condenado a prisión. Como un velo, que deja simplemente
entrever, la película suscita serios interrogantes sobre la situación que retrata.
De tema palestino es la película que cierra el ábanico del panorama de cine
árabe: El tiempo que queda (2009) de Elia Suleiman, una sátira mordaz y
ácida sobre judíos (y, de paso, palestinos). Elia Suleiman hace un repaso
histórico de la opresión de los palestinos en cuatro etapas, desde 1948 hasta
el presente. Lo novedoso es la mezcla de un sonsonete burlón y una
resolución formal, que deja al espectador asentar tranquilamente su mirada
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en el encuadre. Y, cuando menos lo esperas, el estallido desusado de las
carcajadas y del cachondeo, un movimiento liberador que es, al mismo
tiempo, pensamiento crítico frente a Israel.
País invitado: Argelia
Argelia es el país invitado, como el año pasado fue Siria, con realizadores
como Omar Amiralay. Este año hay directores con amplia solera —en
festivales internaciones, no por estos pagos— como Merzak Allouache, y
directores cuyo nombre resuena en los mismos foros, comoRabah
Ameur-Zaïmeche (cuya película El último maquis cautiva por su forma plástica
y su inequívoco mensaje).
Rabah Ameur-Zaïmeche hace un cuento para adultos. La película empero
entra en la conciencia del espectador por el color (todas las gamas del rojo,
estallando en la pantalla) y por el movimiento de cámara y por el tiempo
lento, que muestran la sabiduría y el buen hacer de Ameur-Zaïmeche. Cuento
de empresa y trasfondo claramente argelino, que marca su alegoría
claramente política. El sentido social se percibe en el color que impregna la
película y sugiere lo que las imágenes parcamente dicen.
Por el contrario, Merzak Allouache opta por un estilo aparentemente
despojado en Los quemados o Los jóvenes quemados (Harragás, 2009). Su
película habla de los dos fenómenos sociales más cruentos del Argelia: la
oleada de suicidios entre jóvenes sin salida (fenómeno totalmente acallado
por las autoridades) y el intento desesperado de ganar las costas europeas
mediante pateras (que suelen terminar el detenciones o accidentes mortales).
Es la primera película argelina que se aventura a tratar ambos temas. Hay
imágenes que quedan para la historia: por ejemplo, éstas.
Los documentales que presenta la Muestra también buscan en el pasado para
mejor comprender el presente y el futuro. Carta a mi hermana (2006) de
Habiba Djahnine (que es la hermana de Nabila Djahnine, joven dirigente del
movimiento feminista, asesinada el 15 de febrero de 1995). El brutal
asesinato de una de sus dirigentes fue un mazazo para el movimiento de
mujeres, difundiéndose una ola de miedo que hizo que desapareciera lo poco
que había de dicho movimiento.
También es muy interesante Frantz Fanon, memoria de asilo (2002) de
Abdenour Zahzah. Fanon (1925-1962) fue bastante celebre durante los años
sesenta, como teórico de la descolonización de los pueblos oprimidos. Fanon
era psiquiatra, pero nadie se ocupó mucho de ello, hasta que llegó este
documental de Abdenour Zahzah y Bachir Ridouh. En los años cincuenta del
pasado siglo la nueva psiquiatría no existía siquiera: afloraría diez años más
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tarde. En Francia había un médico catalán (perseguido por Franco),
Francesc Tosquelles (1915-1994), que era pionero en estas prácticas, y que
tuvo a Frantz Fanon como asistente y discípulo. Cuando fue nombrado en
1951 uno de los jefes del hospital psiquiátrico de Blida en Argelia, puso en
práctica lo que había aprendido. Entre 1953 y 1956 —año en que va a Túnez,
como embajador itinerante de la revolución argelina— dirigirá el hospital con
medios absolutamente insólitos para aquel tiempo.
¿Y el público?
El público está bien: en su casa, imperturbable.
Bromas aparte, la programación de la IV Muestra de Cine Árabe y del
Mediterráneo se caracteriza por su excelencia y acierto, en el sentido de
atraer público deseoso de ver un cine que las distribuidoras comerciales no
suelen traer: documentales atípicos en su manera de indagar la realidad y
sacar a la luz una parte del pasado que nos afecta a todos; ficciones que
pretenden decir algo, sin perder de vista a su espectador potencial; obras que
dicen sin perder su capacidad de interesar y conmover; u obras que son
inequívocamente películas “de autor”, que indagan la forma cinematográfica
para tratar de ofrecer nuevas maneras de expresarse con una cámara.
Ahora bien, si bien hay que mencionar la excelencia al escoger las películas,
también hay que tener en cuenta las dificultades objetivas. La Muestra se
celebra en el único cine autogestionado del país, pero éste no se halla en
Barcelona sino a doce kilómetros más allá. Habrá que “concienciar el
inconsciente” —con palabras de Frantz Fanon— y sugerir a los espectadores
que ir a Sant Feliu de Llobregat es una excelente oportunidad de ver buen
cine (que normalmente no pasa por canales habituales). Sólo así será posible
el aumento de público que va a marcar la consolidación de la IV Muestra de
Cine Árabe y del Mediterráneo.
http://www.cinebaix.com/mostra/
Josep Torrell
12/2010
Señora de
Un film documental de Patricia Ferreira
España, 2010
Patricia Ferreira es una de las mejores directoras de cine españolas, y
seguramente la dotada de mejor punto de vista. Algunas de sus películas —Sé
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quién eres, Para que no me olvides— permanecerán siempre en nuestra
memoria cinematográfica.
Ahora, en 2010, presenta un documental, Señora de, que no tiene
desperdicio. Gracias a él se penetra a fondo en lo que fue la vida de las
mujeres del pueblo llano en la sociedad del franquismo. Ha impactado en
profundidad en la consciencia personal de quien escribe estas líneas, que
recomienda incondicionalmente ver esta película como sea, en el cine o en el
eventual formato digital.
Sin embargo también hay que subrayar las dificultades de difusión de una
obra de esta naturaleza. En Barcelona se ha estrenado en el especialísimo
horario de las 12.15 h. del mediodía. Y, por si esto fuera poco, el pasado 15 de
noviembre un tal J. O. publicó en El País una crítica titulada simplemente "Otro
documental" (puede leerse en internet) que muestra fundamentalmente dos
cosas: la incapacidad del crítico para una tarea que vaya más allá de la
propaganda consumista y su decidida voluntad de cargarse una obra de arte.
Según J.O. al documental "le pierde la pereza narrativa"; tiene "poco que
aportar cinematográficamente hablando"; "acude sin remedio al
maniqueísmo" y es "otro documental que pasará por los cines sin pena ni
gloria".
Por mi parte sólo puedo decir que las obras de Patricia Ferreira, y en particular
este documental de ahora, tienen la cualidad esencial de cualquier obra de
arte verdadera: la capacidad para suscitar una emoción auténtica, no
sentimental sino estética y moral, en quien las contempla. Cosa que falta,
como es natural, en las obras de entretenimiento que los críticos de El
País suelen publicitar con engañosos halagos. Esos críticos se desacreditan al
llevar a espectadores inteligentes a perder el tiempo en cines con obras de
poca monta.
No es el caso de Señora de. Que es hasta ahora una de las más importantes
contribuciones cinematográficas a nuestra memoria, a nuestra historia. No de
la gente "de palacio", sino de la gente corriente.
J.-R. C.
12/2010
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