memorias

de una manzana

MEMORIAS DE UNA MANZANA

ISBN: 978-84-92683-89-5 Diseño, maquetación y textos: Oier IrisarriAño: 2012Depósito legal: M-6810-2012Autor: Oier IrisarriImprenta: EPS, Vitoria-Gasteiz, Herminio Madinabeitia, 18 Pab.3oieririsarri@gmail.com

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepciones previstas por la ley.

Para ti, que esta historia te ayude en este momento de superación.

Soy Sustrai Sagastibeltz del quinto manzano de la octava hilera. Una manzana de raza, concretamente de la raza txakala conocida por su acidez y amargor, la mejor de todo Euskal Herria y mi misión en la vida es madurar para crear la mejor sidra.

Me gustaría que conocierais las tradiciones de mi pueblo a trabes de mi historia.

El final del verano a pasado ya y las tardes de otoño comienzan a refrescar. Allí quedan aquellos días de primavera cuando las flores de color rosa pálido inundaban los manzanares. Yo no había nacido todavía pero las abejas ya comenzaban a revolotear entre los manzanos bebiendo el delicioso néctar de sus flores. El viento normalmente poliniza a la mayoría de las plantas pero a excepción de otras plantas y árboles, el polen de los manzanos es demasiado pesado para trasportarlo a través del viento y sin querer las abe-jas cumplen ese trabajo. Ellas se encargan de trasportarlo de unos manzanos a otros y de esta manera se polinizan los manzanos. Gracias a este proceso natural al igual que yo muchas otras manzanas crecerán en los árboles.

La primavera fue avanzando y poco a poco salí de las entrañas de aquella flor que comenzó siendo un brote y luego se trans-formo en un hermosa flor rosa hasta dejar caer sus pétalos dan-do su belleza, su esfuerzo, su vida para dar paso al fruto, yo.

Muchas lunas han pasado desde que comencé a crecer y a madurar. El día comienza a acortarse y la noche a alar-garse y algo me dice que poco queda ya para “el día”. “El día” es un día que toda manzana espera con gran inquietud es el día en que deja de crecer y madurar y cae del árbol como si de un polluelo se tarara abandonado el nido familiar.

Hasta el momento he sufrido un proceso lento y laborioso pero sé que lo que me depara el futuro es un destino mucho más apasionado e inquietante, lleno de cambios y aventuras, de experiencias increíbles.Tras los calurosos días de agosto, al caer la noche, cuando el cielo se cuaja de estrellas, el viejo manzano relataba sus historias, sus experiencias, su ciclo vital año tras año y también nos contaba que era lo que nos pasaría en un futuro. Nos narraba la historia del “el día” el gran día, el día que toda manzana espera desde el momento de su nacimiento hasta el día en que cae del árbol y abandona el manzano.

Inesperadamente, una corriente de aire cálido comienza a tambalear el árbol y todas comenzamos a movernos de una lado al otro como si de un barco se tratara. Todas nos ponemos nerviosas y excitadas esperando que sea el momento de nuestro día, pero en realidad solo unos pocos tendrán esa oportunidad. Gracias a la madre naturaleza yo e tenido el honor de poder estar lo suficientemente madura para caer del árbol y comenzar a vivir por mi misma alejada del cuidado del manzano..

He iniciado mi primera aventura fuera del manzano…¡¡¡estoy volando!!! ¡¡¡Es mejor de lo que me había imaginado!!!¡¡¡Qué sensación de libertad!!!

Por fin he cortado mi cordón umbilical y soy libre. El aire al caer me acaricia la piel, es genial… Hasta que PLOF!!!

Que mala suerte, he caído boca abajo, pero una suave y fresca hierba me ha acogido en su regazo, me ha envuelto en sus delicados tentáculos y ahora sí, ahora me toca esperar, me toca valerme por mi misma. Aun oigo al viejo manzano animándonos y deseándonos suerte pero ya está lejos y su protección es inútil. Sé que será difícil y complicado pero estoy lista para afrontar el reto.

El sol se pone y la luna comienza a salir tras la montaña donde cada noche nos ilumina junto con las es-trellas. Yo espero y espero, pero nadie aparece y mi preocupación cada vez es mayor… ahora recuerdo las historias que nos contaba el manzano al anochecer y como me sentía, arropada, segura y hecho de menos aquella sensación.

El sol comienza a salir y la luna a desaparecer y el frío del amanecer me entumece… los pájaros comienzan a cantar y temo por lo que puedan pasarme ya bien sea que me picoteen o que una gusano me coma. Y justo en el momento mas ines-perado oigo unas pisadas y una mano fuerte y áspera me reco-ge y me trata con una delicadeza que ni la brisa veraniega. Me deja con cuidado en un cesta con muchas otras manzanas del manzanar . Agradezco la compañía de las demás y las saludo. En ese instante me doy cuenta de que conozco a muchas de ellas. Son algunas de mis hermanas del quinto manzano e in-cluso me topo con manzanas de la octava hilera. Que alegría, tenía que ser fuerte y valerme por mi misma pero la verdad es que ahora me siento mucho mas segura y arropada. Él nos monta en sus fuertes hombros y tenemos una perspectiva diferente a la que teníamos en los manzanos. Es una sensa-ción parecida a la caída libre, vamos volando. Pasamos por el sexto manzano y también por el séptimo y de repente giramos inesperadamente a la izquierda y pasamos a la séptima hilera y luego a la sexta y así sucesivamente hasta encontrar un nue-vo mundo que nunca habíamos conocido. Nos despedimos de nuestras compañeras que quedan pendidas de los árboles hasta que finalmente acabamos todas en un enorme remolque tras un tractor.Por fin, por fin he conseguido lo que toda manzana ansia. He sido seleccionada entre tantas para poder llevar a cabo mi propósito en la vida.

Aquí estoy entre tantas como yo, pero ya no se cual será mi sino, el manzano nunca nos hablo de esto. Parece que nos llevan a algún lado. El viaje es movido y nos empujamos unas a otras como si quisiéramos aplastarnos.Por fin el tractor frena y cesa el tambaleo. Entonces vienen otra vez las manos ásperas de antes y nos van introduciendo en agua fría con muchos chorros. Algunas de mis compañeras las sacan del agua no se si será mejor que te saquen del agua pero yo sigo en el agua…

Voy flotando poco apoco por el canal y un chorro me golpea la piel con mucha fuerza y me quita el barro limpiando todas las impurezas. Pensaba que sería desagradable pero la verdad que una vez limpia me sien-to mejor y flotando me siento como en una nueve, la verdad que no se está tan mal.

Todas juntas, avanzamos, nos arrastra el agua, vamos cantando, alegres, pero en un momento, nuestros cantos se ahogan por el ruido ensordecedor de la máquina. Miro al frente y veo una enorme maquina con muchos dientes. No se que es lo viene a continuación pero asusta mucho, quiero salir de aquí no quiero morir…Nuestro destino parece inevitable acabaremos aplastadas y despedazadas frente a esa maquina infernal… Lentamente vamos cayendo una tras otra y por fin llega la hora de la verdad…¡¡¡¡¡ahhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!

Sé, cual es mi destino, cual es mi meta, pero me resulta dolorosa esta transformación. Ahora estoy macha-cada, estoy hecha puré, he perdido mi identidad.Estoy hecha papilla y me siento fatal y una plancha se aproxima sin descanso hacia nosotras y nos estruja y nos aplasta. Nos esta robando nuestra esencia…Se que mi destino es convertirme en la mejor sidra pero no pensaba que esto sería así. Dolor, destrucción.

¡Baya! Increíble, me he trasformado en zumo, en mosto. Ha sido muy duro, he perdido mi iden-tidad, pero he ganado Me he fusionado con todas mis compañeras y todas somos una, somos más grandes, más fuertes, más poderosas!!! Formamos parte del mismo elemento: una textura liquida, de un verde suave aunque un tanto turbia, espesa por los grumos. Todas formamos parte de un zumo suave y dulce.

El tiempo pasa y cada vez somos más ligeras y los grumos caen hacia abajo. No se cuanto tiempo tendre-mos que permanecer aquí pero puede que llevemos cerca de un día. Y de repente comenzamos a caer a una barrica de madera y también cae levadura. Esto es muy incomodo comenzamos a tener unas sensa-ciones muy raras, unas reacciones químicas y el tiempo pasa y pasa, ya no hablo de horas o días sino de meses y poco a poco la levadura nos a robado toda la dulzura que teníamos. Si soy sincero la acidez y la amargura que tenemos ahora también me gusta. Aunque el dulce estaba bien el cambio a ácido y amargo a sido bueno y el proceso de la vida es así… Como un joven dulce y lleno de vitalidad y vigor . Tras el paso del tiempo y madurar te conviertes en alguien más sabio, más reposado y más fermentado. Pero no por eso eres peor. Te trasformas en algo diferente ni mejor ni peor.

Por fin me he convertido en sidra, a concluido mi camino. Mi meta desde un principio de la cual no co-nocía ni el proceso ni el estado en que acabaría pero al final lo he conseguido. Tenía que convertirme en la mejor sidra y he dado mi vida, mi esencia, lo mejor de mi.

Nuca pensé que fuera tan difícil y largo este proceso ya que ha sido muy doloroso y fatigador pero ha me-recido la pena. Ha acabado siendo una experiencia única, que muchas otras lo han hecho antes pero nada como vivirla una misma. He madurado, he sufrido, he gozado, y me he trasformado y finalizo este relato repartiendo alegría y gritando:

TXOOOOTX!!!!!

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Formato: 22cm x 20cmTipo de papel: Papel satinado 160gr de gramageEncuadernación: Con tapas blandas y encolado

“Memorias de una manzana” se terminó de imprimir el día 29 de mayo de 2012 en la imprenta EPS de Vitoria-Gasteiz. Se terminó

de Encuadernar el 31 de mayo de 2012 y se presentó el mismo día.

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