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Seminario Teológico “Anna Sanders” Materia: Profetas de Israel y Judá. Profesor: José Luis Carmona Lozano. __________________________ Amós Esto sucede casi veinticinco años antes de la caída de Israel. Estamos de visita en la ciudad de Bet-el, donde el rey Jeroboam II tiene su capilla privada y Amasías es su sacerdote. La nación disfruta de paz y prosperidad; es más, vive en lujo. El impresionante culto está a punto de empezar, con Amasías a cargo, cuando oímos una conmoción fuera de la capilla: «Ay de los que están cómodos en Sion», clama una voz. «Dios enviará juicio sobre esta perversa nación». Salimos corriendo y hallamos a un «predicador rural», un campesino de Tecoa, llamado Amós («carga»). No es un profeta en el sentido profesional, porque su padre no era profeta ni asistió a la escuela de profetas (7.10–17). Pero es el hombre de Dios con un mensaje de Dios, y está advirtiendo del juicio que se cierne sobre Israel. Usa la palabra «cautiverio» varias veces (5.5, 27; 6.7; 7.17). Hagamos una pausa y escuchemos a este campesino predicador y tratemos de entender el mensaje que trae. I. Mira alrededor (1–2) Amós inicia su mensaje mirando a las naciones circunvecinas y anunciando ocho juicios. El versículo 2 aclara que Dios ruge en ira, como un león que salta sobre su presa (véase 3.8). Amós empieza con Siria (1.3–5) y la acusa de terrible crueldad en la guerra. Luego señala a Filistea (Gaza, 1.6–8) y la condena por el pecado de la esclavitud. Los fenicios son los que siguen (Tiro, 1.9–10), y a estos también se les juzga por la cruel esclavitud. A Edom, el antiguo enemigo de Israel, se le acusa de no mostrar compasión sino mantener un odio constante (1.11–12). A Amón se le juzga por su amarga crueldad y codicia egoísta (1.13–15); a Moab por crueldad contra Edom (2.1–3); y a Judá por rechazar la ley de Dios (2.4–5). A los israelitas de Bet-el les debe haber alegrado oír a Amós condenar a sus vecinos, pero Amós no se detuvo allí. El octavo juicio estaba reservado para Israel. En 2.6–16 el profeta menciona los pecados del pueblo: soborno, codicia, adulterio, inmoralidad, egoísmo, ingratitud, embriaguez (incluso forzando a los nazareos a emborracharse) y el rechazamiento de la revelación de Dios. Amós clama: «Estoy aplastado bajo la carga del pecado». (El nombre «Amós» significa «carga».) ¿Cómo Dios puede perdonar alguna vez a nación tan perversa? Antes de condenar a estas naciones del pasado, haremos bien en examinar nuestra propia nación y nuestros corazones, porque tal vez seamos culpables de los mismos pecados. II. Mira adentro (3–6) Después de anunciar juicio a las naciones, Amós mira dentro de los corazones del pueblo y explica por qué viene este juicio. Recuerde que Israel disfrutaba de un tiempo de paz, prosperidad y «avivamiento religioso». El pueblo asistía a los cultos religiosos y traía ofrendas generosas. Pero los verdaderos siervos de Dios no miran la apariencia externa; miran al corazón. 1

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SeminarioTeológico“AnnaSanders”Materia:ProfetasdeIsraelyJudá.Profesor:JoséLuisCarmonaLozano.__________________________

Amós

Esto sucede casi veinticinco años antes de la caída de Israel. Estamos de visita en la ciudad de Bet-el, donde el rey Jeroboam II tiene su capilla privada y Amasías es su sacerdote. La nación disfruta de paz y prosperidad; es más, vive en lujo. El impresionante culto está a punto de empezar, con Amasías a cargo, cuando oímos una conmoción fuera de la capilla: «Ay de los que están cómodos en Sion», clama una voz. «Dios enviará juicio sobre esta perversa nación». Salimos corriendo y hallamos a un «predicador rural», un campesino de Tecoa, llamado Amós («carga»). No es un profeta en el sentido profesional, porque su padre no era profeta ni asistió a la escuela de profetas (7.10–17). Pero es el hombre de Dios con un mensaje de Dios, y está advirtiendo del juicio que se cierne sobre Israel. Usa la palabra «cautiverio» varias veces (5.5, 27; 6.7; 7.17). Hagamos una pausa y escuchemos a este campesino predicador y tratemos de entender el mensaje que trae.

I. Mira alrededor (1–2)

Amós inicia su mensaje mirando a las naciones circunvecinas y anunciando ocho juicios. Elversículo 2 aclara que Dios ruge en ira, como un león que salta sobre su presa (véase 3.8). Amós empieza con Siria (1.3–5) y la acusa de terrible crueldad en la guerra. Luego señala a Filistea (Gaza, 1.6–8) y la condena por el pecado de la esclavitud. Los fenicios son los que siguen (Tiro, 1.9–10), y a estos también se les juzga por la cruel esclavitud. A Edom, el antiguo enemigo de Israel, se le acusa de no mostrar compasión sino mantener un odio constante (1.11–12). A Amón se le juzga por su amarga crueldad y codicia egoísta (1.13–15); a Moab por crueldad contra Edom (2.1–3); y a Judá por rechazar la ley de Dios (2.4–5).

A los israelitas de Bet-el les debe haber alegrado oír a Amós condenar a sus vecinos, pero Amós no se detuvo allí. El octavo juicio estaba reservado para Israel. En 2.6–16 el profeta menciona los pecados del pueblo: soborno, codicia, adulterio, inmoralidad, egoísmo, ingratitud, embriaguez (incluso forzando a los nazareos a emborracharse) y el rechazamiento de la revelación de Dios. Amós clama: «Estoy aplastado bajo la carga del pecado». (El nombre «Amós» significa «carga».) ¿Cómo Dios puede perdonar alguna vez a nación tan perversa? Antes de condenar a estas naciones del pasado, haremos bien en examinar nuestra propia nación y nuestros corazones, porque tal vez seamos culpables de los mismos pecados.

II. Mira adentro (3–6)

Después de anunciar juicio a las naciones, Amós mira dentro de los corazones del pueblo yexplica por qué viene este juicio. Recuerde que Israel disfrutaba de un tiempo de paz, prosperidad y «avivamiento religioso». El pueblo asistía a los cultos religiosos y traía ofrendas generosas. Pero los verdaderos siervos de Dios no miran la apariencia externa; miran al corazón.

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Page 2: Materia: Profetas de Israel y Judá. Profesor: José …carmonalozano.com/assets/amos_introduccion.pdfIII. Mira hacia adelante (7–9) En la parte final de su mensaje Amós contempla

SeminarioTeológico“AnnaSanders”Materia:ProfetasdeIsraelyJudá.Profesor:JoséLuisCarmonaLozano.__________________________

En estos capítulos Amós da tres sermones, cada uno comienza con: «Oíd esta palabra» (3.1; 4.1; 5.1).

A. Un mensaje de explicación (3.1–15).

«¿Cómo puede Dios enviar juicio sobre nosotros?», se preguntaba el pueblo. «¿No somos su pueblo escogido?» Pero esa era precisamente la razón del juicio. Donde hay privilegio, debe haber responsabilidad. Los versículos 1–2 lo aclaran. Amós usa un argumento de causa y efecto. Si dos personas andan juntas, deben estar de acuerdo (v. 3). Si el león ruge, tiene presa (v. 4). Si un ave cae en una trampa, alguien armó la trampa (v. 5). Si se toca la trompeta, la calamidad se acerca (v. 6). Si el profeta predica, Dios debe haberlo enviado (v. 7). Entonces Amós anuncia que los asirios vienen para destruir la nación (vv. 9–15) y los hermosos cultos de Bet-el no los detendrán. Es triste, pero las casas de verano y de invierno (¡qué lujo!) serán destruidas.

B. Un mensaje de acusación (4.1–13).

El intrépido profeta «empieza a inmiscuirse» ahora y comienza a mencionar pecados. Llama a las mujeres que viven en abandono y lujo «vacas gordas de Basán». Las ve diciéndoles a sus esposos que traigan más licor. A Amós no le impresiona la religión de Bet-el; para él no es sino otro pecado en su lista. Dios le ha enviado sus advertencias (vv. 6–11), pero no quieren escuchar. Él ha llevado sus mejores jóvenes para morir en la guerra (4.10), pero sin embargo la nación sigue sin arrepentirse. Dios no usará más estos desastres naturales. Ahora vendrá Él mismo (v. 12). «Prepárate para venir al encuentro de tu Dios».

C. Un mensaje de lamentación (5.1–6.14).

Amós llora al contemplar los juicios que le vienen a su nación. El versículo 3 sugiere que el noventa por ciento de las personas morirán. Nótese la repetición de la palabra «buscar» (5.4, 6, 8, 14). «¡No busquen cultos religiosos; ¡busquen al Señor!» Había algunos en la nación que decían: «El Día de Jehová vendrá y entonces Dios nos librará» (5.18–20). No se percataban de que el Día de Jehová sería un tiempo de juicio para ellos y para sus enemigos. Eran como los cristianos de hoy que «anhelan» la venida de Cristo y sin embargo no están preparados para encontrarse con el Señor. En 5.24 tenemos el versículo clave del libro: léase «justicia» en lugar de «juicio». Amós anhelaba ver a la nación obedeciendo a Dios y ejecutando su justicia en la tierra. En el capítulo 6 Amós sigue lamentando los pecados del pueblo: indiferencia e indulgencia (vv. 1–6); injusticia, inmoralidad e idolatría (vv. 7–14). «Los reposados en Sion», ¡qué descripción de algunos creyentes hoy!

III. Mira hacia adelante (7–9)

En la parte final de su mensaje Amós contempla cinco visiones y en ellas descubre lo que Dios hará a la nación. (1) Visión de la langosta (7.1–3): La langosta está a punto de destruir la

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cosecha, pero Amós intercede y Dios la detiene. (2) Visión del fuego (7.4–6): Una terrible sequía agosta la tierra; el profeta ora y Dios libra la tierra. (3) Visión de la plomada (7.7–9): Dios está junto (no «sobre») a la pared y la prueba para ver si está derecha. Dios mide a Israel y esta no anda conforme a su Palabra; por consiguiente, el juicio viene. En este punto de su mensaje el «sacerdote oficial» Amasías ya no pudo soportar más e interrumpió. «No eres patriota. Llévate tu púlpito improvisado y vete a predicar a las montañas». Amós no temía. Le dijo al falso sacerdote: «Dios me llamó a predicar y debo obedecer. En cuanto a ti, Amasías, pagarás por tus compromisos y pecados, porque tu esposa se convertirá en una prostituta y tu familia morirá por la espada».

(4) Visión de la fruta de verano (8.1–14): Debemos tomar una breve lección de hebreo para comprender esta visión. La palabra hebrea para «fruta de verano» es jayitz y la palabra para «fin» en el versículo 2 es jatz. Estas palabras se ven y suenan parecidas y Amós usa la una para llevar a la otra. «¡El fin viene! Israel, como fruta de verano, está madura para el juicio». De nuevo en los versículos 4–14 el profeta menciona los pecados del pueblo: roban a los pobres en sus casas (8.4); se quejan de que los días sagrados interfieren los negocios (8.5); fijan precios exorbitantes que dañan al pobre (8.6). Dios advierte que enviará su ira sobre el pueblo, no sólo con desastres naturales, sino con hambre por la Palabra de Dios. No escucharon la Palabra cuando tuvieron la oportunidad; por consiguiente, Él se la quitará. En este día sus ídolos de Dan y Beerseba no les servirán de nada (8.14).

(5) Visión del altar (9.1–10): Ahora Amós ve al Señor mismo y no algún símbolo. ¿Por qué Dios está en el altar? Porque el juicio empieza por la casa de Dios (1 P 4.17). La religiosidad del pueblo era externa, pero no eran sinceros de corazón. Dios ordena que se derriben los capiteles y se derrumbe el techo. Los versículos 8–9 resumen lo que Dios planea hacer. Compara el juicio venidero con el acto de trillar el grano (véase Lc 22.31–34). La buena semilla (los verdaderos creyentes, el remanente creyente) será salva, pero el tamo será quemado.

Amós concluye con una nota de victoria, porque en 9.11–15 tenemos la promesa de restauración futura. Los versículos 11–12 se citan en Hechos 15.14–18 en el primer concilio de la Iglesia. Hoy Dios llama de las naciones a un pueblo para su nombre, la Iglesia; pero cuando esta quede completa, Él volverá y restaurará el tabernáculo (casa) de David y establecerá el reino judío. La tierra será fructífera de nuevo y el pueblo bendito para siempre.1

Warren W. Wiersbe, Bosquejos expositivos de la Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento, electronic ed. (Nashville: Editorial Caribe, 1

1995), Am.

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