lcde018 - glenn parrish - máquinas rebeldes.doc

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ULTIMAS OBRAS PUBLICADASEN ESTA COLECCIN12. El canje. Ralph Barby.

13. Fronteras del terror. Peter Debry.

14. Un enviado a la Tierra. Marcus Sidereo.

15. Cronoclismo. Glenn Parrish.

16. Un minuto en la cuarta dimensin. Ralph Barby.

17. Torbellino de horror. Marcus Sidereo.

GLENN PARRISHMQUINASREBELDESColeccinLA CONQUISTA DEL ESPACIO n. 18Publicacin quincenal

Aparece los VIERNES

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.BARCELONA BOGOT BUENOS AIRES CARACAS MXICO Depsito legal: B. 39.425 - 1970

Impreso en Espaa - Printed in Spain.

1 edicin: diciembre, 1970

RALPH BARBY - 1970

sobre la parte literaria

MANUEL BREA - 1970

sobre la cubierta

Concedidos derechos exclusivos a favorde EDITORIAL BRUGUERA, S. A. Mora la Nueva, 2. Barcelona (Espaa)Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S. A.Parets del Valls (N-152, Km 21,650) Barcelona 1970

Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia.CAPTULO PRIMERO

Orden especial nm. 457/II-C 30. dirigida al inspector Kenneth Osma, nm. 8.775/IV-R. Asunto:

Investigacin a realizar sobre puestos avanzados destinados a exploracin, contacto con nativos, comercio y establecimiento posibles colonias. Antecedentes:En los ltimos seis meses, cuatro P A, los sealados en la hoja adjunta nmero 1, han sido abandonados por sus ocupantes, todos los cuales han desaparecido sin dejar el menor rastro y sin que sucediese nada previamente que permitiese adivinar o prevenir tal abandono.

Diferentes expediciones han encontrado los P A en estado completamente normal, con todo el equipo y almacenes en perfecto estado, sin el menor rastro de lucha o combate, y sin que se haya hallado nada que justifique tal abandono.

El inspector mencionado en la presente orden practicar una exhaustiva investigacin con el fin de esclarecer la verdad de lo ocurrido. Sus atribuciones sern ilimitadas, dentro de lo establecido por los cdigos 4-F y Rykker-2, no sealndosele tiempo determinado para el trmino de la investigacin, aunque se estimar como mrito personal la mayor brevedad posible en la misin asignada. Asimismo, los medios que emplee para el cumplimiento de tal misin quedarn a su libre discrecin, pero teniendo en cuenta siempre los ya mencionados cdigos. Por la Junta Central de Exploracin y Establecimiento en Planetas Extraterrestres,

T. LESSEYTercer Presidente

Hoja adjunta nm. 1.

Relacin de los puestos avanzados objeto de abandono:

Nm. 551/V, planeta Acten II. (Vase situacin en mapa adjunto a la presente hoja.)

Nm. 23.072, planeta Foris/I (Idem., idem. sobre situacin)

Nm. 14, planeta Equoor/XIV (Idem., idem.) Nm. 790, planeta Trimor/IX (Idem., idem.)

Hoja adjunta nm. 2.

Se reproduce mensaje recibido urgentemente, a ltima hora, del puesto avanzado nm. 80/III, planeta Itx/IV:

Ruego urgente ayuda. Dotacin puesto avanzado desaparecida sin causas aparentes. Ignoro suerte corrida por todos los miembros. He quedado yo sola en el P A. Repito: ayuda urgente.

Firmado:

G. HETZLAR

Dra., Vicedirector P A.

* * *Kenneth Osma avanz con paso rtmico a travs del brillante enlosado de cemento vitrificado que constitua el pavimento del gran astropuerto. En la mano izquierda llevaba un pequeo maletn de viaje que contena sus efectos personales.

Kenneth, Kenny para los ntimos, no demasiados, a decir verdad, vesta el uniforme de inspector de Puestos Avanzados: mono gris plateado, con hombreras rojas, sobre las que se divisaban los dos crculos dorados de su grado. A la edad de treinta y cuatro aos, Kenny era uno de los inspectores con mejor porvenir en el cuerpo a que perteneca. .

Sobre el lado izquierdo del pecho ostentaba un rombo, tambin rojo, con la I de inspector en oro. Su pelo castao quedaba al aire: era muy poco aficionado a cubrirse la cabeza, salvo cuando no tena otro remedio. Sus pupilas oscuras escrutaban con inters siempre cuanto le rodeaba, aunque saba dar a su cara una expresin de corts indiferencia. Era alto, fornido, de recia musculatura, pero los inspectores no se escogan solamente por sus cualidades fsicas.

Ciertamente, la salud era cosa importante. Los inspectores tenan que desenvolverse en mundos a veces tremendamente hostiles, bajo atmsferas de caractersticas inimaginables o en planetas de gravedad muchas veces superior a la de la Tierra. Otras veces, se enfrentaban con seres monstruosos, que parecan salidos del lpiz de un demente o con nativos irreductiblemente hostiles. Ciertamente, la vida de un inspector no tena nada de montona y s mucho de arriesgada.

Pero adems del fsico, la inteligencia tambin contaba. Ms, incluso que lo corporal. Un inspector no era nunca un tonto y si alguna vez relajaba su guardia, se produca una baja en el cuerpo de inspectores de Puestos Avanzados.

Kenny hara el viaje solo.

Los inspectores actuaban siempre solitariamente. Era su privilegio, casi el mayor peligro que podan correr, al no disponer de un ayudante humano tan siquiera, y tambin su responsabilidad. Un fallo en la misin encomendada poda tener consecuencias que incluso eran capaces de afectar a la vida de un planeta. Por dicha razn, los fallos eran contadsimos.

Acercose a su nave, un aparato de gran tamao, de forma lenticular y movido por motores de seleccin de gravedades. Kenny lo haba repasado personalmente; aunque haba unos excelentes mecnicos, no gustaba de viajar en un aparato que no hubiera repasado l hasta el ltimo tornillo.

Un oficial del personal de tierra del astropuerto le sali al encuentro con unos papeles en la mano. Era la documentacin de vuelo.

Kenny firm rpidamente.

La burocracia es la nica plaga que sobrevive al paso de los tiempos, pens, a la vez que devolva el lpiz al oficial.

Alguna novedad en las ltimas horas? pregunt.

Ninguna, inspector contest el hombre. Todo sigue igual en Itx/IV. Bien, muchas gracias.

Buena suerte, inspector le dese el oficial.

Gracias, capitn.

Kenny entr en el aparato. Dej el maletn a un lado y se sent ante el cuadro de mandos.

La escotilla se cerr automticamente. Kenny presion una tecla y al instante se encendi una luz verde que indicaba que los motores haban sido conectados.

Repas velozmente las distintas pantallas. Todo funcionaba a la perfeccin.

Acto seguido, tom un micrfono y dijo: Ascensin vertical hasta quinientos kilmetros. Al llegar a esa altura, establecimiento de la rbita ms breve para llegar a ITX/IV.

Esper unos momentos. Aquella orden haba, sido recibida por un perfectsimo cerebro electrnico que guiara a su nave hasta el punto de destino.

Ciertamente, la nave tambin poda ser pilotada manualmente, pero slo se haca en circunstancias excepcionales. Incluso el aterrizaje se haca automticamente, aunque, en este caso, Kenny tena la costumbre de tomar tierra manejando personalmente los controles.

El cerebro electrnico recibi y dirigi la orden.

Al cabo de treinta segundos, dio su respuesta verbal:

La rbita ms corta presenta peligros al cruzar en las inmediaciones de Mukros/XVI por torbellinos electromagnticos que podran afectar seriamente los instrumentos de a bordo. Sugiero rbita elusiva pasando por Vassimer/I, Se emplearn tres das ms en el viaje, pero habr absoluta seguridad de llegar sin daos a Itx/IV.

Kenny reflexion un momento.

La doctora Hetzlar haba pedido urgencia en la misin de socorro. Su deber era salvarla cuanto antes, pero si la nave se estropeaba, no conseguira nada.

Conforme respondi al cabo. Hay posibilidades de aceleracin suplementaria?

El cerebro se tom diez segundos para responder: Ninguna. Los datos sobre la rbita ms conveniente han sido ya expuestos.

Bien, entonces, cumpla la orden.

Enterado.

Kenny trataba de usted a la mquina.

Era un sentimiento de respeto del que no se haba podido librar al cabo de aos enteros de servicio como inspector de P A Aquel artefacto pensaba y razonaba como un ser humano.

A veces, Kenny senta fro. Le pareca que tena a un hombre encerrado de por vida en las entraas de la nave. Harto saba que no era as, pero no poda evitarlo.

La nave se elev en el acto. A los trescientos kilmetros, el cerebro electrnico piloto dijo:

Recomiendo la ingestin de la droga anuladora de tiempo. Dosis: suficiente para dos semanas.

Kenny asinti.

Tomar la droga, pero... podr esperar la doctora Hetzlar tantos das?

Y el cerebro mecnico respondi:

S, segn los antecedentes que poseo. No hay cuidado alguno por la doctora durante el plazo marcado. Slo un retraso superior podra ocasionarle perjuicios que no se producirn llegando en el lmite indicado.

Conforme dijo Kenny. Voy a tomar la droga en la dosis prescrita.

* * *

Abri los ojos. Durante unos momentos, Kenny sinti envarados los msculos, hasta que su organismo elimin por completo los escasos efectos.

La suspensin de las funciones orgnicas haba sido casi total. Su respiracin se haba reducido grandemente y el ritmo cardaco haba bajado a menos de veinte pulsaciones por minuto.

Se pas una mano por la cara. Haba algo que no haba dejado de crecer en aquellas dos semanas: la barba. Adems, tena apetito.

En pocos minutos se dio un bao y se pas por la cara una buena dosis de pasta depiladora. Una vez aseado, se visti y solicit a la mquina dispensadora de alimentos la minuta conveniente para un hombre que haba dormido dos semanas seguidas.

Una hora ms tarde, se senta como nuevo. Ciertamente, el sueo le haba hecho perder algunos kilos, energas consumidas inevitablemente por un organismo que necesitaba seguir viviendo, a pesar de todo; pero no era una prdida daina en absoluto y podra compensarla en un par de das.

De nuevo se sent ante el silln de mandos. La nave de un inspector de P.A. era espaciosa y dispona de todas las comodidades. No haba problemas de sitio por ninguna parte.

Tom el micrfono.

Informe sobre la rbita de viaje pidi.

Estamos a seis millones de kilmetro de Itx/IV.

Todo en orden contest el cerebropiloto. Noticias de la doctora Hetzlar?

Vive todava. He registrado varios mensajes suyos y tambin algunos de la Junta Central de Exploracin. Reptalos. Quiero orlos.

Kenny escuch los mensajes. La situacin de la doctora no haba variado todava. Desde luego, no tenda a mejorar de modo alguno.

Annciele que estoy llegando y que me dispongo a socorrerla orden.

El cerebro cumpli su mandato. A los pocos minutos, dijo:

He recibido un mensaje de la doctora Hezler. Le recomienda el aterrizaje en la explanada posterior del PA.

Hay peligro si se toma tierra en otro sitio?

Lo siento. El mensaje se cort bruscamente.

Kenny apret los labios.

Tal vez, se dijo, el cerebro haba apreciado la situacin con demasiado optimismo con el ciego optimismo de una mquina que no poda tener en cuenta sin los factores que le eran presentados para su anlisis. Pues una mquina, por perfeccionada que fuese, careca siempre de la discrecin de juicio de un ser humano.

A menos que se le informase previamente, el cerebro no podra tener en cuenta peligros ni imponderables de los que un inspector conoca por experiencias anteriores. Kenny se pregunt si no haba cometido un error al aceptar la rbita propuesta por la mquina.

La duda mordi su espritu. Sin embargo, no conocera la verdad hasta que hubiera pisado el suelo de Itx/IV.

CAPTULO IILa nave aterriz lentamente, guiada por las expertas manos de Kenny. Desde la altura, Kenny observ con toda atencin las caractersticas del puesto avanzado.

Sustancialmente, consista en un edificio de forma cbica, de unos cuarenta metros de lado, rematado por una gran cpula de forma semiesfrica, bajo la cual estaban contenidas las antenas de los distintos aparatos de transmisin y deteccin. Los muros carecan de ventanas aparentemente, aunque Kenny saba que sus movimientos podan ser observados a simple vista. Haba ventanas en aquel edificio que pareca un fuerte antiguo, pero eran de un material anlogo al de los muros, que se polarizaba a voluntad, permitiendo la transparencia u opacidad, segn las conveniencias de sus habitantes.

Tras uno de los muros del edificio, a unos cuarenta metros, se iniciaba un profundsimo desfiladero, de paredes casi verticales. En el fondo, tan distante que pareca slo un hilo de plata, corra un ro. Kenny conoca el nombre y las caractersticas del ro y saba que su anchura real era de ms de cincuenta metros. La profundidad del desfiladero aterraba.

Al otro lado se iniciaba una selva espessima, con rboles de una altura no inferior a los cuarenta metros. La selva era tan extensa, que no se poda ver su fin a menos que se volase a gran altitud.

El cielo de Itx/IV estaba cubierto de nubes. El ambiente era gris, tristn, deprimente.

El cerebro inform:

Temperatura: doce grados. Presin, mil nueve milibares. Humedad, ochenta y dos por ciento. Fuerza del viento: tres de la escala de Beaufort. Velocidad: treinta y cinco kilmetros por hora. Estamos en el centro de una depresin baromtrica que se corre lentamente hacia el Sur. Se anuncia, por tanto, una inminente tempestad. Sugiero la conveniencia de tomar precauciones en tal sentido.

Enterado y gracias contest Kenny.

En el momento de tomar tierra, presion una tecla.

Cuatro robustos cables de anclaje se dispararon automticamente.

A pesar de su enorme volumen, la nave era ms ligera de lo que aparentaba. Un viento huracanado poda arrastrarla y lanzarla al precipicio. Dado que se le haba aconsejado tomar tierra en aquella explanada, Kenny estim conveniente anclar la nave para no correr riesgos.

Una vez terminada la maniobra de aterrizaje, se puso en pie y tom un chaquetn con cuello de piel. Poda haberse puesto un traje climatizado, que le habra aislado por completo de las inclemencias exteriores, pero a Kenny le gustaba el contacto con el medio ambiente, a no ser que se tratase de enfrentarse con una atmsfera imposible de resistir por medios ordinarios.

Tras madura reflexin, se colg del cinturn la funda de la pistola vibradora. Segn se graduase la intensidad de la carga, poda paralizar a un hombre o deshacerle por completo. Tambin se provey de un cuchillo de caza; Kenny era hombre prctico y saba que un arma de esta clase nunca estorbaba; antes al contrario, poda prestarle valiosos servicios, como as haba sucedido en ms de una ocasin.

Abri la escotilla. Una rfaga de aire hmedo, de olor ligeramente picante y bastante fro, penetr en el acto en la cabina. Hizo una mueca y se dirigi hacia la salida.

Momentos despus, se posaba en el suelo. La gravedad de Itx/IV era similar a la terrestre.

Entonces vio a la doctora Hetzlar.

Ella haba salido del P A por una puerta posterior y llevaba en la mano un rifle vibrador.

Alto! Permanezca donde est! Si se mueve, tirar a matar! grit la mujer con voz llena de resolucin.

* * *

Kenny alz lentamente las manos. En modo alguno senta deseos de recibir una descarga vibradora.

Observ a la mujer. Ella vesta un traje de una sola pieza, de tejido esponjoso y color azul claro, que moldeaba con firmes trazos unas curvas femeninas de indudable solidez. Su pelo era muy claro, corto como el de un muchacho, y sus pupilas parecan tan azules como el traje que llevaba puesto.

Soy el inspector Kenneth Osma se present el recin llegado. Hablo con la doctora Hetzlar?

La misma respondi ella. Avance, pero no baje las manos, inspector.

Kenny ech a andar. La doctora permaneca en la misma posicin.

No debe desconfiar de m, doctora dijo Kenny en tono persuasivo. Le mostrar mis credenciales... Despus de lo que ha ocurrido en este puesto avanzado, no confo en nadie. Su documentacin, por favor..., pero recuerde que est bajo la amenaza de mi rifle.

Kenny sonri. Se desabroch el chaquetn y sac, del bolsillo interior una tarjeta metlica con sus datos personales.

Ella tom la tarjeta y la examin con gran detenimiento. Al cabo casi de un minuto, la devolvi a su dueo.

Est bien, ahora ya s que es usted el inspector Osma. Baj el rifle y se pas una mano por la cara. Dispnseme, pero la tensin de los ltimos das ha sido sencillamente inaguantable.

Lo comprendo sonri Kenny. Est usted muy ojerosa.

Esto no es vida dijo ella desanimadamente. Ni siquiera s cmo he podido soportado durante tanto tiempo, pero venga, por favor; los barmetros anuncian tempestad y cuando eso sucede, no se puede permanecer fuera del puesto.

Entraron en el edificio. La doctora cerr la puerta, avanz a lo largo de un corredor y subi luego por una escalera, que les llev a un gran saln situado en el ltimo piso.

El muro era transparente en una gran extensin. El saln estaba amueblado con gusto y comodidad. Quiere tomar algo, inspector? invit ella. Tengo de todo...

Caf, si no le importa, doctora. Corre peligro en estos momentos?

Todava no lo s. ramos veinte y slo quedo yo, inspector.

La doctora estaba junto a una mquina automtica. Al cabo de unos segundos, tena llenos dos vasos de plstico, uno de los cuales entreg a su visitante. As que han desaparecido diecinueve miembros de la dotacin de este puesto avanzado dijo Kenny, despus de los primeros sorbos de caf.

En efecto. Yo soy la nica que queda... y no digo superviviente, porque no s la suerte que han corrido los otros... En estos momentos, ignoro si viven o han muerto.

Kenny dej a un lado el vaso ya vaco. Cmo desaparecieron? pregunt.

Se fueron, simplemente contest ella, sentndose en un butacn cerca del gran ventanal. Todos a la vez?

En dos grupos. Un da faltaron trece y a las veinticuatro horas, desaparecieron los seis restantes. Qued sola, ped socorro... y eso es todo, inspector.

Kenny medit un instante. Nativos? sugiri.

Son amables y cooperadores. Adems, no llevan nunca armas. No creo que hayan sido ellos.Qu aspecto fsico tienen?

Corriente, con piel atezada, ya que visten someramente, salvo en momentos de tempestad. Corteses, educados..., pero primitivos.

Hay algn poblado nativo cerca del puesto avanzado?

Uno, a cosa de quince kilmetros hacia el Nordeste.

Ha estado usted en ese poblado?

Muchsimas veces y siempre por asuntos de mi profesin. Soy antroplogo, especialmente, aunque tambin me licenci en Medicina explic la joven.

De modo que le atrae la antropologa.

S. Los nativos de Itx/IV son fascinantes, cientficamente hablando, por supuesto. Es una sociedad muy evolucionada en sentido humanstico, pero en la cuestin cientfica muy atrasada.

Quiz sea una ventaja opin Kenny.

Un chorro de viento golpe de repente contra el ventanal, que vibr tenuemente. Las gotas de agua se estrellaron contra el muro transparente. Kenny observ con gran asombro que eran gotas tan gruesas como el puo.

No hay peligro de que ceda el muro polarizado? pregunt.

Ninguno. Resistira viento de hasta quinientos kilmetros por hora. Hasta ahora, la mxima velocidad observada ha sido de doscientos sesenta a la hora contest ella.

Muy bien, entonces, tranquilos a ese respecto. Hablbamos de los nativos. Estn muy atrasados cientficamente segn usted..., pero los pueblos atrasados viven de otro modo que los muy civilizados.

Qu es lo que quiere decir usted, inspector? pregunt la doctora.

Bien, en los pueblos atrasados es corriente emplear cosas que no se utilizan ya en medios ms civilizados.

Por ejemplo?

Drogas.

Drogas? repiti ella, extraada.

S. Un pueblo salvaje tiene siempre un hechicero, que es, digamos, el jefe religioso, ya que tambin hay un jefe poltico. Ese hechicero, a fin de mantener su autoridad en el terreno que nosotros consideraramos supersticioso, emplea muchos medios... algunos de los cuales suelen ser raras medicinas compuestas con hierbas extraas, de cuyos efectos nos asombraramos nosotros mismos.

Y usted sugiere que el supuesto hechicero pudo emplear una de sus drogas, de tipo hipntico, desde luego, para hacer que diecinueve personas abandonasen el P A.

Podra ser una hiptesis razonable, no cree?

La doctora hizo un signo negativo.

No, por dos razones. Primera: no hay hechicero. Segunda: no emplean medios supuestamente mgicos. Emplastos de hierbas para curar heridas, a lo sumo, pero nada ms.

Coman ustedes productos naturales?

No. Slo nos alimentbamos con las existencias del almacn de vveres. No comamos nada que no procediese de la Tierra asegur la doctora, muy seria. La hiptesis de la ingestin de una droga a travs de los alimentos debe quedar descartada.

El abandono del P A se produjo tumultuariamente? Hubo escndalo previo? Se origin algn alboroto o discusin violenta?

No, en absoluto. Haba algunas discusiones de tanto en tanto... lo normal en unas personas destacadas en un mundo extrao a tantos aos luz de la Tierra, pero nada de importancia. En una primera etapa faltaron trece y seis en la segunda, sin ruidos ni escndalos.

Vamos, de la noche a la maana.

La frase es absolutamente exacta, inspector.

Ms rachas de viento golpearon el ventanal. Ahora caa al otro lado una verdadera cortina de agua. Haba aqu, creo, varias mujeres dijo Kenny. No se provocaron escenas a causa de ellas?

No, en este sentido, el equilibrio de los miembros del P A era perfecto. Haba algunos individuos que parecan ms necesitados de afecto que otros..., pero ello no provoc nunca una discusin de resultados perniciosos para la buena marcha del P A.

La doctora enrojeci ligeramente.

Esos sujetos hacan frecuentes viajes a la aldea nativa aadi. Las muchachas indgenas son muy hermosas y amables.

Comprendo sonri Kenny. Entonces, para usted, las causas de esa desaparicin son absolutamente incomprensibles.

Exacto, inspector.

Una nueva rfaga de viento hizo vibrar sordamente los muros del edificio. El agua que caa no permita la visin a ms de dos o tres metros de distancia. Son frecuentes estos temporales, doctora? pregunt Kenny.

No. Este parece tener una fuerza inusitada respondi ella. Francamente, no haba visto ninguno de semejantes caractersticas.

Kenny arrug la nariz.

El viento sopla con excesiva fuerza coment. Dnde est la sala de observacin meteorolgica, doctora?

Ella se puso en pie. Sgame, inspector dijo.

Kenny camin detrs de la joven. Era muy alta y se mova con singular facilidad.

Por cierto, doctora dijo. Todava no conozco su nombre.

Graben, inspector contest ella.

CAPTULO III

La esfera del anemmetro marcaba doscientos ochenta y cinco kilmetros a la hora. Kenny torci el gesto. Usted me dijo antes que la mxima velocidad registrada hasta ahora haba sido de doscientos sesenta kilmetros por hora.

Graben se encogi de hombros.

Se lo o comentar a los meteorlogos contest. Recuerde que sta no es mi especialidad.

Claro murmur l. He notado un ligero aroma picante en el aire. Cree que ello pudo influir en el abandono del P A?

No, desde luego. En ese caso, el abandono tendra que haberse producido ya hace mucho tiempo. Yo llevo ao y medio en Itx/IX y en comparacin con otros se puede decir que era recin llegada.

Pero nunca usaron mscaras para salir al exterior.

Por qu? El aire es perfectamente respirable...

No oy nunca ningn comentario acerca de ese olor picante?

Se deca que era un olor sui gneris, propio del planeta, pero los anlisis de la atmsfera no dieron resultados fuera de lo normal. Al menos, sos son los informes que yo tengo, inspector.

Kenny asinti. Una terrible rfaga de viento azot con fuerza los muros del edificio. La aguja del anemmetro salt de pronto a la cifra 310.

Espero que este casern resista dijo Kenny, ms aprensivo de lo que le habra gustado sentirse. Dos preguntas ms, doctora.

S, inspector accedi Graben.

Primera: Usted envi un mensaje, indicando el punto de aterrizaje. Ese mensaje se cort bruscamente. Conoce los motivos?

Graben sacudi la cabeza.

No. Yo lo emit completo. Incluso dije que en esa explanada, su nave podra estar protegida del huracn por el edificio. Recuerde la direccin del viento.

Kenny se qued con la boca abierta.

Esa parte del mensaje no me lleg dijo.

Lo siento, inspector. Yo haba estado observando el barmetro y me pareci conveniente...

Est bien cort Kenny. Y la segunda pregunta... Por qu me recibi usted con un arma en las manos?

Llevaba casi tres semanas sola explic Graben. Tena los nervios a punto de estallar. Ya no me fiaba de nada ni de nadie... Le presento mis excusas, inspector.

Kenny sonri comprensivamente.

En medio de todo, una precaucin muy til dijo. Maana pienso iniciar mi investigacin, yendo a la aldea de los nativos. Me acompaar usted, presumo.

Si el temporal ha amainado contest ella.

Es verdad. Bueno, iremos cuando mejore el tiempo. No corremos peligro de inundacin?

No. El terreno hace ligera pendiente, de un dos por ciento, aproximadamente, de modo que el agua resbalar hacia el precipicio. Por otra parte, el bloque es completamente estanco. Est construido segn el mismo modulo que cualquier otro P A que pudiera ser levantado en un planeta con atmsfera irrespirable.

Y con la misma solidez, supongo sonri Kenny.

As lo creo yo tambin, inspector.

Kenny consult su reloj.

Bien dijo al cabo, por el momento no nos queda otra cosa que hacer sino esperar. Doctora, le parece bIen que nos pongamos a preparar la cena?

No tengo ningn inconveniente respondi Graben, con una ligera sonrisa en los labios. * * *

Los aullidos del viento eran espantosos. A veces, pareca como si el edificio fuese a salir volando, arrancado de sus cimientos por aquel tremendo huracn.

A pesar de todo, Kenny haba conseguido conciliar el sueo. No obstante, permaneci largo rato despierto, tratando de hallar alguna solucin para aquel extrao enigma.

Diecinueve personas, en dos grupos, sin ninguna explicacin ni motivos previos, haban abandonado la estacin. Su suerte era desconocida por completo.

Graben no les haba visto marchar. Ignoraba en absoluto qu direccin haban tomado. Al quedarse sola, se haba encerrado en el bloque y ya no haba vuelto a salir.

Los nativos no haban dado tampoco seales de vida desde la desaparicin de las diecinueve personas. Cul era la causa de tan extrao fenmeno?

Estuvo pensando en ello largo rato. Al fin, su mente se escud en la tranquilidad del sueo y entr en una agradable inactividad.

De repente, Kenny no saba cuntas horas llevaba durmiendo, oy una voz que le llamaba:

Inspector, venga...

Kenny continu durmiendo por el momento, aunque su mente se haba tornado singularmente receptiva. Venga, inspector... Levntese; le espero en la puerta posterior... Venga, venga... Era una voz de tonos suaves, persuasivos. Kenny se sent sbitamente en la cama.

Vamos, inspector, a qu espera? continu la voz. No se retrase; venga lo antes posible.

Kenny se dio cuenta de que estaba despierto, pero, a pesar de todo, continuaba percibiendo la llamada.

Sin embargo, no oa la voz en el estricto sentido de la palabra, sino que la perciba dentro de su crneo. Al mismo tiempo, se dio cuenta de que senta la necesidad de atender las indicaciones de aquel misterioso sujeto. Como un autmata, apart las ropas a un lado y se visti. Divisaba lo objetos perfectamente, a pesar de que no haba encendido la luz.

Se visti con rapidez y se dirigi hacia la puerta del dormitorio. La abri y se encamin hacia la escalera que conduca a la planta baja.

Vagamente oy los alaridos del viento y el sordo vibrar de los muros del edificio, sacudido por aquel espantoso huracn. De sbito se oy un tremendo estampido.

El bloque fue sacudido por una fuerza invisible, de tal modo, que pareca hallarse en el centro de un terremoto. Kenny oy una serie de ruidos raros y luego, en medio del estruendo del vendaval, capt unos sonidos semejantes a los de unas gigantescas cuerdas de violn rompindose en rapidsima sucesin.

Algo cruji alarmantemente en el exterior. Kenny abri los ojos desmesuradamente. Entonces despert por completo.

Estaba en el arranque de la escalera. Asombrado, mir a su alrededor.

Una puerta se abri de pronto a pocos pasos de distancia. Envuelta en una bata, Graben apareci ante sus ojos.

Inspector! exclam, asombrada. Qu hace usted ah?

Kenny se pas una mano por la frente. Doctora... murmur.

Graben toc un interruptor. La cantidad de luz aument.

Corri hacia l, alarmada.

Se encuentra bien, inspector? pregunt.

Estoy... Kenny senta an cierto aturdimiento, no obstante haber recobrado todas sus facultades. No s qu me ha pasado. Escuch una voz en sueos... Me llamaba de una manera tan persuasiva, que no pude resistirme...

Graben le miraba con ojos de estupefaccin. Le llamaba una voz? Quin era?

No lo s. Sonaba dentro de mi cerebro... No la escuchaba como oigo la suya, sino que era ms bien una comunicacin psquica...

Los nativos son telpatas, pero no emplean esa facultad sin consentimiento del interlocutor aleg Graben.

Pues si no era un nativo, quin poda ser? dijo Kenny de mal talante.

Adems, tienen limitaciones en cuanto a sus facultades telepticas. No he podido averiguar las causas, pero no pueden comunicarse hallndose separados por ms de mil quinientos metros de distancia. Y con esta noche, con vientos de varios cientos de kilmetros por hora, es imposible que ningn nativo est en las inmediaciones del bloque.

Est bien dijo Kenny. Dejemos esto por el momento. Ha odo usted ese enorme estruendo?

Por supuesto. El ruido me ha despertado, pero no s de qu se trata.

Los silbidos del viento se oyen ahora con mucha mayor intensidad. Vamos a explorar el interior del edificio. Estoy seguro de que ha cedido alguno de los sectores polarizables:

Es muy probable acept Graben.

Guindose por el ruido, llegaron a una puerta. Kenny puso la mano en el mamparo y percibi al otro lado una sorda vibracin.

No abra aconsej ella. El ventanal del saln de descanso ha cedido. Ahora debe de estar inundado de agua.

La puerta es estanca, no?

Todas las puertas lo son. Ya le dije que el bloque est construido segn el mismo mdulo que se emplea para los planetas de atmsfera hostil.

Kenny asinti.

Lo dejaremos por ahora. Ya examinaremos los daos cuando amaine el temporal. Ahora, por favor... habra algn modo de comprobar si mi nave contina en el mismo sitio?

Por supuesto. Sgame, inspector.

Graben se afirm de nuevo el cinturn de la bata y ech a andar. Un corredor rodeaba el hueco central y ella le condujo hasta una habitacin de trabajo situada en el extremo opuesto.

La doctora encendi la luz. Luego busc un interruptor y un par de proyectores, incrustados exteriormente en la pared, emitieron unos potentes chorros luminosos en direccin a la explanada trasera.

Kenny mir a travs de la ventana. Le pareci como si le hubiesen pateado violentamente el estmago. Mi nave! gimi. Se la ha llevado el viento!

* * *

El huracn perda fuerza gradualmente.

Despus de una noche pasada casi completamente en vela, Kenny y Graben se reunieron en el comedor.

Ella prepar un sustancioso desayuno, al que hicieron los debidos honores. Luego se dispusieron a estudiar la situacin.

Pensaba haberme ido con usted, inspector, pero su nave est en el fondo de un precipicio, a casi novecientos metros de distancia. Qu har ahora?

Kenny removi el azcar de su taza de caf. Tendr que solicitar el envo de otra, guiada automticamente contest. Todo depende, sin embargo, de las reacciones del cerebro electrnico que pilota la nave de acuerdo con mis indicaciones. .

Cmo? se asombr Graben. Es que su cerebro discierne el peligro?

El cerebro director de una de nuestras naves est en perpetuo funcionamiento explic l. Nunca se desconecta, salvo para revisin rutinaria y comprobacin de elementos. Incluso en los aterrizajes manuales, que son los que yo realizo por costumbre, est funcionando por si necesito sus indicaciones.

Comprendo, pero slo hasta cierto punto. Cmo supo ese aparato que la nave estaba en peligro?

Porque tena la indicacin de reposo por aterrizaje. En el momento en que el huracn hizo saltar los cables de anclaje, el dispositivo de alarma entr en funcionamiento. Entonces, la obligacin del cerebro, por as decirlo, era realizar las operaciones necesarias para salvar la nave.

Bueno, supongamos que lo consiguiera. Por qu no vuelve?

Kenny sonri.

Primero, es preciso saber si actu de la manera que yo digo. Si no conservaba en su memoria una situacin precedente anloga, es posible que no haya reaccionado y la nave est destrozada en el fondo del precipicio.

Y si ha tomado tierra con suavidad?

Como es, probablemente, una situacin nueva, espera mi llegada para atender mis indicaciones. En otra ocasin similar, posterior a sta, por supuesto, actuara per se y regresara de nuevo al punto de aterrizaje.

Graben mene la cabeza.

Nunca me han gustado demasiado esos artefactos capaces de pensar como un ser humano. En fin suspir, supongo que deben de ser cosa de la civilizacin. Pero, cmo piensa llegar usted al fondo del precipicio? Ya le he dicho antes que son casi novecientos metros...

Examinar los almacenes de pertrechos contest Kenny. Quiz encuentre algo que me evite practicar el alpinismo.

Lo que no entiendo es cmo pudo saltar. El edificio protega a la nave del viento...

Pero formaba remolinos y uno de stos, ms fuerte que los dems, provoc un efecto de succin y rompi los cables de anclaje.

Ahora s lo comprendo. Graben mir hacia la ventana. Todava llueve, inspector.

Kenny lanz un profundo suspiro.

Esperaremos dijo. No tenemos otro remedio que esperar.

CAPTULO IV

Fue necesario dejar pasar tres das, antes de aventurarse a salir al exterior. El temporal haba dejado inutilizada la puerta delantera, a causa de la gran cantidad de ramas y barro que el huracn haba acumulado en aquella fachada, por lo que tuvieron que utilizar la puerta posterior.

Los rboles del bosque ofrecan un aspecto extrao, convertidos en gigantescos troncos, despojados casi enteramente de su ramaje. Ahora era una selva de columnas de una seccin cilndrica muy regular y de color gris claro en la mayora de los casos.

Pero antes de dos semanas, habrn recobrado de nuevo su follaje manifest Graben cuando l mostr su extraeza ante el raro fenmeno. La vitalidad de esos vegetales es extraordinaria.

Y no parece que ninguno haya sido arrancado.

Cedieron, se doblaron, pero resistieron. Adems, poseen un sistema radicular que se hunde a gran profundidad en el suelo. Es prcticamente imposible arrancar un rbol de su emplazamiento.

Sin embargo, se ha alzado aqu un gran edificio, y el suelo deba de estar cubierto de vegetacin... Creo que la quemaron con grandes sopletes, reducindolo todo literalmente a cenizas. Todo lo que quedaba a la vista, por supuesto, pero no me pregunte ms, porque no conozco detalles de la edificacin de este bloque respondi la joven.

Lucan unos soles radiantes. Itx/IV estaba alumbrado por tres estrellas, aparentemente muy juntas, que derramaban raudales de luz y calor sobre un suelo del que se elevaban densas nubes de vapor de agua.

Dentro de veinticuatro horas, la atmsfera habr aclarado por completo vaticin Graben.

Muy bien, pero nosotros no podemos esperar tanto dijo Kenny. Ahora mismo voy a bajar al fondo del precipicio.

Ya ha encontrado el medio para hacerlo cmodamente?

S. Haba varios propulsores individuales en uno de los almacenes. Es que usted no los usaba nunca en sus viajes al poblado nativo?

Graben hizo un gesto negativo.

Puede decirse que el andar era el nico ejercicio que poda practicar aqu contest. Me hubiera apoltronado si no hubiese ido y vuelto a pie a la aldea, dos veces por semana cuando menos.

Entonces, contar all con muchos amigos dijo Kenny.

Todos los nativos, se puede decir sonri Graben. Minutos despus, Kenny estaba dispuesto para partir. Graben sinti de pronto el deseo de acompaarle. Me gustara ir con usted, inspector expres. Es decir, si no tiene inconveniente.

Ninguno, doctora.

Kenny ayud a la joven a ponerse el aparato a la espalda. Cuando estaban terminando, oyeron un crujido extrao.

Qu ha sido eso? pregunt Kenny, alarmado.

No lo s respondi Graben. Es la primera vez que oigo un ruido semejante...

Pareca sonar debajo de nosotros... murmur l preocupadamente. Sacudi la cabeza. Bien, no perdamos ms tiempo. Tengo ganas de saber qu tal se ha portado el cerebro de mi nave.

Momentos despus, salan de la estacin. El suelo mostraba grandes crcavas, formadas por la erosin de la fortsima lluvia cada incesantemente durante tres das seguidos. Kenny observ que parte de los cimientos quedaban al descubierto.

Me parece que habr que reforzar el edificio dijo. Suponiendo que sigan queriendo mantener aqu un P A.

En todo caso, la decisin no es nuestra contest Graben, en el momento de alzar el vuelo.

* * *

El descenso result impresionante. Aunque los muros de aquel gigantesco desfiladero estaban separados por una distancia de ms de seiscientos metros, su misma profundidad les daba la sensacin de que podan tocarse los dos a la vez slo con extender los brazos. Los farallones apenas tenan salientes; una persona que hubiese cado desde el borde superior, habra llegado al fondo casi directamente.

No tardaron en advertir que el ro llevaba un caudal de agua inusitado. Graben, en medio de un silencio casi absorbido, dijo.

El nivel ha subido lo menos diez o doce metros, inspector.

Cmo lo sabe usted, doctora?

A veces, con buen tiempo, bajamos a baarnos al ro. Hay un sitio donde las aguas forman un remanso y se puede nadar sin peligro. Pero ahora ha desaparecido y slo se formar de nuevo cuando baje el nivel. Eh, inspector! grit ella de pronto. Estoy viendo su nave. Yo tambin contest Kenny. El cerebro se ha portado como los buenos agreg, con sonrisa jubilosa.

La nave estaba posada sobre una gran losa grantica, que formaba una especie de espoln transversal, la superficie del cual quedaba a medio metro de la turbulenta corriente, cuyas espumas, a veces, saltaban por encima del borde. Kenny refren la velocidad de descenso a fin de posarse en el punto ms conveniente.

La velocidad de las aguas era increble. La anchura del ro, que en poca normal no pasaba de los cincuenta o sesenta metros, alcanzaba ahora el triple. Era una masa de cientos de millones de toneladas de lquido de color chocolate, que se desplazaba vertiginosamente, produciendo un estruendo que ensordeca y aturda a la vez.

El ro, en su veloz desplazamiento, provocaba incluso un efecto de succin en la atmsfera. Kenny lo advirti a pocos metros de la losa y avis a la joven para que actuase en consecuencia.

Momentos despus, posaban los pies en terreno Slido.

Bien dijo Kenny, satisfecho; voy a examinar el aparato.

Yo me quedar aqu indic Graben.

Kenny manej el mando externo de apertura de la escotilla. El casco de la nave apareca rayado y aun abollado en algunos puntos, pero salvo estos detalles, que no parecan tener importancia, el aparato pareca hallarse en buen estado.

Entr en la cabina y se acerc al puesto de mando.

Tom el micrfono y dijo: Informe de averas.

Sin importancia, las que se han producido. Fundamentalmente, todo est en orden contest el cerebro.

El huracn rompi las amarras. Qu hizo usted entonces?

Me di cuenta de que se produca una situacin nueva. El viento arrastr la nave hasta hacerla saltar fuera del precipicio. Mis objetivos de televisin captaron la cada. Analic la situacin y llegu a la conclusin de que era preciso evitar un choque violento. En consecuencia, puse en funcionamiento los chorros antigravitatorios de freno, as como los correctores de rumbo, y luego estudi el terreno en busca de un lugar adecuado para la toma de tierra. Era una situacin nueva para usted dijo Kenny. Cmo supo la forma exacta en que deba actuar?

Esta nave estuvo asignada hasta hace cuatro aos al inspector Gossens. En. Karman/XIX se vio en una situacin semejante, aunque no por un vendaval sino por un inesperado corrimiento de tierras. Cuando sent que la nave era lanzada al vaco, busqu en mi memoria un incidente anlogo y hall la solucin en el acto.

Bien, pero usted deba haber regresado al mismo punto, una vez pasado el peligro aleg Kenny.

No. Despus de la anterior cada, el inspector Gossens recobr los mandos. Ahora ya s que debo regresar al punto de partida, cuando me halle en un caso similar.

Kenny suspir.

Procurar que no se repita dijo. De pronto, oy un chillido agudsimo que sonaba fuera de la nave. Inspector!

Kenny se lanz a travs de la escotilla. El grito de Graben le lleg ahora desde mucho ms lejos.

Inmediatamente, comprendi lo que haba ocurrido.

De alguna forma, Graben haba perdido pie y cado al ro. Ahora estaba siendo arrastrada por una bramadora corriente, que alcanzaba velocidades superiores a los sesenta kilmetros por hora.

La misma velocidad de las aguas impedira la reaccin de Graben, por muy buena nadadora que fuese. Adems haba puntos donde se levantaban olas de dos y tres metros de altura. Si no actuaba con rapidez, Graben corra el peligro de morir ahogada.

Un brazo cubierto de azul se alz a gran distancia.

Luego desapareci.

Kenny tom inmediatamente una resolucin. Slo el adecuado empleo del propulsor individual podra ayudarle a salvar a la doctora.

De un salto, se lanz al espacio, a la vez que accionaba el contacto, dando la mxima potencia al aparato. En un par de segundos, alcanz una marcha velocsima.

Orient los propulsores de tal modo que volaba horizontalmente a la superficie del ro. Su velocidad, sin embargo, duplicaba escasamente la de las aguas. El aparato serva para desplazamientos relativamente cortos y de no demasiada urgencia.

Pero gan terreno y consigui ver de nuevo la mancha azul del vestido de la joven. Era, sin embargo, fcil de adivinar que Graben estaba siendo vencida por la corriente. Momentos despus, atenuaba su velocidad, situndose sobre ella. Graben se sumergi de nuevo y volvi a reaparecer. Su cara estaba lvida, exange.

Kenny maniobr hbilmente, procurando perder el mximo de altura. No obstante, deba actuar con infinito cuidado, a fin de no ser alcanzado por el fortsimo oleaje de las aguas que se arremolinaban con gran violencia.

Descendi por el desfiladero, a la par que la joven.

Grit, pero el estruendo del torrente impidi que ella oyera sus voces. De pronto, vio que Graben iba a ser elevada por una ola monstruosa.

Inspir con fuerza y se lanz hacia abajo. En el momento en que la doctora alcanzaba la cresta de la ola, estir el brazo y la agarr por una de sus muecas.

Al mismo tiempo dio al aparato toda su potencia ascensional. El pequeo motor gimi, como protestando del esfuerzo suplementario a que se le someta.

Por un momento. Kenny y Graben permanecieron suspendidos en el aire, los pies de ella a pocos centmetros de la embravecida corriente. Luego, el propulsor gan altura palmo a palmo, hasta alcanzar una cota de relativa seguridad.

Agrrese a mi cinturn con la mano libre grit Kenny, en medio del estruendo.

Graben obedeci.

Voy a soltarle la otra mano anunci l. Podr suspenderse con las dos suyas de mi cinturn?

Ella contest con un leve parpadeo de asentimiento.

Kenny afloj los dedos y, en el mismo instante, ella se cogi del cinturn con la otra mano.

Kenny qued libre para maniobrar con ms comodidad. Como no conoca los posibles desperfectos que el propulsor de la joven poda haber sufrido a causa de la inmersin, se abstuvo de pedirle que lo pusiera en funcionamiento.

Lentamente, pero con seguridad, invirti el sentido de marcha y regres al lugar donde la nave estaba posada. Momentos despus, tocaban tierra firme.

Agotada, exhausta, Graben se dej caer en el suelo.

Kenny se arrodill a su lado y solt los arneses de su propulsor individual.

Vamos dijo con acento perentorio. En el P A estaremos ms cmodos y usted podr cambiarse de ropa, cosa que est necesitando con verdadera urgencia.

Graben asinti. Kenny la tom en brazos para llevarla a la nave. Ella le dej hacer sin formular la menor objecin.

CAPTULO V

Vestida con ropas secas, compuesta y aseada, Graben lleg al comedor y acept la copa que le tenda Kenny.

Todava no he tenido tiempo de darle las gracias, inspector dijo, forzando una sonrisa.

No se moleste contest l. Era mi obligacin, pero tambin lo es reprocharle la imprudencia cometida. Estoy seguro de que se acerc demasiado al borde de la plataforma rocosa, que resbal y que cay al ro. No ocurri as?

Graben se mordi los labios.

S admiti al cabo. Aunque...

Kenny observ que la joven callaba de pronto. Es que no pas como he dicho? pregunt.

S repiti ella. Me acerqu... y de pronto resbal y ca al ro. Pero... no s, tengo la sensacin de que me sucedi algo extrao.

No entiendo dijo Kenny.

Yo tampoco. Podra decir que alguien me empuj... pero usted estaba dentro de la nave y no hara una cosa semejante.

Qu objeto tendra? No siento la menor animosidad contra usted.

Lo s. No haba nadie, insisto, pero, a pesar de todo, me pareci que me empujaban. Realmente, no se puede decir que sintiera un golpe en la espalda; sin embargo, la sensacin me pareci casi autntica en aquel momento.Kenny mene la cabeza.

No. Al resbalar, usted movi los brazos instintivamente. Eso alter su momentneo equilibrio muscular y el gesto le caus la sensacin descrita. Los msculos de sus brazos y de sus hombros, sobre todo, sufrieron los efectos de una demanda de accin demasiado sbita y su sistema nervioso lo acus bajo la impresin de percibir una falsa sensacin de que alguien la empujaba por detrs. No hay otra explicacin, doctora.

Graben emiti una ligera sonrisa.

Tal vez fue como usted dice admiti. En ese caso, acepto sus reproches, inspector.

Bueno dijo l, indulgente, lo principal es que ha salvado la vida. Olvidmoslo, doctora. Otra copa? Ya tengo suficiente, gracias. Qu piensa hacer usted ahora?

Kenny consult su reloj.

Es tarde ya. Maana por la maana, ir al poblado nativo anunci. Deseara su compaa, doctora. Por supuesto. A qu hora saldremos, inspector?

En cuanto amanezca. Usaremos los propulsores individuales, desde luego; estoy seguro de que invertir mucho tiempo interrogando a los miembros ms importantes de la tribu.

No conseguir nada, pero estimo que debe hacerlo. Y despus?

Kenny se encogi de hombros.

No lo s. Hay otros planetas en donde se han producido incidentes similares respondi. Sin embargo, Itx/IV es el primero donde hay un superviviente.

Por lo tanto, la investigacin aqu es del mximo inters.

S, pero no debo descuidar tampoco los otros puestos avanzados. Cuando haya terminado aqu, tomar una decisin, doctora.

El suelo tembl de pronto. Sordos crujidos se dejaron or con toda claridad, aunque con no demasiado volumen sonoro.

Kenny y Graben se miraron.

Qu ocurre? pregunt ella, alarmada.

Un movimiento ssmico? sugiri Kenny.

No. Los estudios geolgicos que tengo, segn mis informes, demuestran que el suelo de Itx/IV, al menos en este sector, es de una solidez indiscutible. Usted no ignora que la firmeza en el asentamiento de un P A es condicin imprescindible para empezar a edificar.

S convino l, pensativamente. A pesar de todo, he visto los cimientos parcialmente descubiertos... La verdad, doctora, no dormir tranquilo hasta haber resuelto el enigma.

Graben asinti. Sin embargo, saba que el inspector iba a tropezar con dificultades poco menos que insalvables. A pesar de todo, no quiso expresar su opinin por no desanimar a Kenny.

* * *

Aquella noche, en sueos, Kenny oy de nuevo aquella misteriosa voz:

Venga, inspector, venga... Kenny se sent en la cama.

Le espero en la puerta posterior, inspector... Venga, dese prisa...

Kenny empez a vestirse.

La voz no pareca de hombre ni de mujer. Sin embargo, su tono persuasivo resultaba irresistible.

Vamos, inspector, a qu espera?

Kenny empez a caminar como un autmata. De pronto, tropez con una silla y la derrib al suelo. Sin molestarse en levantada, continu su camino.

Siga, inspector, as, muy bien... Venga, le espera una felicidad infinita...

Kenny sali al corredor. Su paso era mesurado, tranquilo. La voz continuaba emitiendo sus dulces llamadas. Por la puerta trasera, inspector... All le espero Y, de repente, Kenny sinti dentro de su crneo un violentsimo estallido y la voz se call en el acto.

Cuando despert, se encontr tendido en el suelo, vctima de un lacerante dolor de cabeza. Abri los ojos y los cerr de inmediato, presa de un doloroso vrtigo.

Alguien le moj la frente con un pao mojado. Kenry sinti que se le aclaraban las ideas.

Inspector dijo Graben.

Kenny se dio cuenta de que la doctora estaba sentada sobre sus talones y que l tena la cabeza apoyada en su regazo. El pao mojado recorri una vez ms su frente.

Inspector, se encuentra mejor?

S..., pero la cabeza me duele espantosamente...

Es lgico sonri Graben. Siempre duele despus de un fuerte golpe.

Kenny se sent de golpe en el suelo y la mir lleno de asombro.

Usted... me peg? dijo, atnito.

S. Lo siento, pero usted no haca caso de mis voces.

No... no comprendo ...

O un ruido en su habitacin y me despert sbitamente. Sal al pasillo y le vi caminando como un autmata. Grit y grit, pidindole que se detuviese, pero usted no me haca caso... As que no me qued otro remedio que volver a mi habitacin, coger un objeto contundente y golpearle de firme. Entonces, claro, se detuvo porque perdi el conocimiento.

Kenny sonri.

Cul fue el objeto contundente que rompi en mi cabeza? pregunt.

Un libro pesadsimo: Decadencia y cada de Occidente, de Gibbon.

No cabe duda, es pesado en todos los sentidos.

Kenny se pas la mano por la frente, en la que encontr un chichn ms que regular. Desde luego, si no es por ese golpe, no s qu me habra pasado a continuacin.

Le orden salir la voz que me cit en la ocasin anterior?

Algo por el estilo. Ahora no lo recuerdo con exactitud, pero supongo que me ordenaba salir fuera del bloque. Doctora, tengo la sensacin de que esto mismo que me ocurre a m, les sucedi tambin a los diecinueve miembros desaparecidos.

S, pero, por qu no me ha pasado a m?

Hubo una pausa de silencio. Kenny emiti un hondo suspiro.

No lo s contest al cabo. Le aseguro que no lo s, doctora.

De pronto, se oy otro crujido. Kenny frunci el ceo, mientras Graben se mostraba alarmadsima. Inspector, aqu ocurren demasiadas cosas raras dijo.

De eso no cabe la menor duda, doctora contest l. S, demasiadas cosas raras... y por ahora no sabemos encontrarles la explicacin.

Por la maana, apenas amaneci, se dispusieron a emprender viaje al poblado de los nativos.

A guisa de precaucin, Kenny hizo que Graben se pusiera otro propulsor individual. En el momento de salir al exterior, vieron unas pequeas grietas en el suelo, que no les gustaron en absoluto.

Kenny ya no quera correr ms riesgos. Subi a la nave y la apart de las cercanas del precipicio. Luego, sin ms dilacin, alzaron el vuelo y se encaminaron hacia la aldea indgena.

Volaron a unos sesenta o setenta metros de altura.

Kenny observaba el suelo con gran atencin. Tal como Graben le anunciara, los rboles empezaban ya a reponer el follaje perdido durante la tempestad.

El suelo desapareca bajo una masa de verdor. Al mismo tiempo, el agua bajaba de nivel. Kenny se dio cuenta de que la aldea indgena deba de hallarse situada en las inmediaciones del ro.

As era. A los pocos minutos de vuelo, observ que el desfiladero se ensanchaba y el ro asomaba a una enorme llanura, con ligeras ondulaciones, la cual alcanzaba hasta perderse de vista.

La aldea estaba al pie de un enorme anfiteatro natural, orientado hacia el medioda de Itx/IV. Kenny pudo apreciar que las cabaas de troncos y techos de blago haban desaparecido, literalmente aventadas por la tormenta.

Bueno, pero, entonces, dnde se refugian los indgenas cuando se produce una tempestad? pregunt, viendo a numerosos hombres y mujeres que iban y venan en todas direcciones, tratando de levantar nuevas cabaas.

Les gusta la vida al aire libre, pero tambin procuran sobrevivir contest Graben. Fjese en aquellos orificios que se ven en las paredes del anfiteatro. S, los veo dijo Kenny.

Bueno, la experiencia de siglos les ha enseado a escapar a la furia de las tempestades. Esas bocas son la entrada a cavernas que alcanzan a veces profundidades de mil y ms metros. En horizontal, por supuesto, pero sobre dichas cavernas hay una capa rocosa de cincuenta y ms metros.

Invulnerable a cualquier cataclismo que no sea un terremoto.

En efecto, inspector.

Debe de ser horrible estar reconstruyendo sus cabaas cada dos por tres dijo Kenny.

Oh, no lo crea. En primer lugar, las tempestades de tanta violencia no son tan frecuentes como pudiera parecer. Por otra parte, son gentes de gustos sencillos, que se contentan con muy poco. Prcticamente, aparte de buscar el alimento, qu otra cosa tienen que hacer? A fin de cuentas, salvan la vida y el trabajo de levantar las cabaas sacando un poco de su monotona habitual.

Bueno, es una manera de entender la filosofa de la vida como otra cualquiera.

Como otra cualquiera, no, inspector; quiz la mejor manera corrigi Graben.

Todo es segn del color del cristal... dijo l con sorna.

Pero Graben no le contest; ya perda altura, a fin de tomar tierra en el centro del anfiteatro.

CAPTULO VI

Los hombres y las mujeres de aquella tribu eran notablemente bien proporcionados. Su tez, en general, apareca tostada, ya que slo cubran de su cuerpo lo ms imprescindible. Sin embargo, Kenny pudo apreciar una gran variedad de tonos en el pelo y las pupilas. Salvo el de la piel, y ello debido a estar casi siempre expuesta al aire libre y a los soles de Itx/IV, no se apreciaba una nota comn en dichos rasgos fsicos.

Las mujeres jvenes eran considerablemente hermosas. Kenny comprendi en el acto que algunos de los miembros del P A hubiesen buscado all sus expansiones afectivas. Ninguno de los indgenas pareci sorprenderse demasiado por la presencia de los dos extranjeros.

Graben habl brevemente con un nativo, el cual le indic una de las entradas a una cueva. La doctora se volvi inmediatamente hacia Kenny.

Inspector, haga el favor de seguirme.

Kenny ech a andar detrs de la joven. Momentos despus, entraban en la cueva, alumbrada a partir de cierta distancia de su boca por lmparas a base de un lquido que le pareci grasa animal.

Las lmparas eran simples receptculos excavados en los muros del tnel. Poco despus, el pasadizo se ensanch notablemente.

Graben se volvi hacia Kenny.

Es un inspector anunci. Se llama Osma. Inspector, le presento al jefe Noned.

Te saludo, jefe Noned dijo Kenny gravemente.

Celebro conocerte, inspector manifest el indgena. Puedo servirte en algo?

S, aunque... En primer lugar, cmo es que hablas nuestro idioma?

La doctora aprendi el nuestro y yo aprend el suyo explic.

Comprendo dijo Kenny. Bien... se trata de diecinueve personas desaparecidas. He sido enviado aqu para investigar, jefe Noned.

Eres libre de circular por donde quieras declar. Pregunta y todos te contestarn segn tus conocimientos. Sin embargo, estoy en condiciones de anticiparte que no obtendrs ningn resultado.

Tal vez me ocultis algo...

Inspector! dijo Graben en tono de reproche.

Si hay una cosa que los naturales de Itx/IV no soportan es la mentira. Se volvi hacia el nativo. Te suplico le perdones, jefe Noned; desconoce vuestras costumbres y...

Noned emiti una sonrisa llena de indulgencia. Gracias, doctora, pero es algo que no tiene excesiva importancia contest. Como dije antes, eres libre de ir y hablar con quien lo desees, pero aqu no averiguars nada, inspector.

Por qu? pregunt Kenny.

Por una razn muy simple: porque vosotros, los naturales de ese planeta llamado Tierra os habis entregado con pasin sin lmites a la adoracin de un objeto funesto, que recibe el nombre de mquina.

Qu mquina? resping Kenny, atnito.

Todas contest Noned simplemente.

* * *Graben se reuni con Kenny pasado el medioda. La cara del inspector mostraba bien a las claras el mal humor que le posea.

Estoy viendo que el jefe Noned acert en sus predicciones dijo.

S. Nadie sabe nada, ninguno ha visto a los desaparecidos... Les conocen, por supuesto; incluso algunas hermosas jvenes echan de menos a unos cuantos terrestres... pero eso es todo. Ni el menor rastro de diecinueve personas, hombres y mujeres! Nada, en suma, doctora!

Graben hizo un signo pesimista.

Creo que nunca podremos averiguar la verdad, inspector dijo desanimadamente. No quisiera influir en sus decisiones, pero opino que deberamos abandonar Itx/IV cuanto antes.

Suspir melanclicamente y aadi:

He pasado aqu dieciocho meses muy agradables, francamente, pero ya siento deseos de volver a encontrarme con los mos.

Su vuelta no resultar tan rpida como piensa, doctora. No olvide que he de recorrer todava cuatro planetas antes de emprender el regreso.

Podran enviarme una nave...

Kenny emiti una sonrisa llena de amargura. Doctora, los terrestres padecemos de enfermedades desgraciadamente incurables: la burocracia y el dinero. Respecto de la primera, le dir que ya retrasara de por s el envo de una nave especial; y en cuanto empiecen a considerar el costo de la operacin, se echarn las manos a la cabeza.

Y dirn que aproveche su viaje para volver a la Tierra. Ni ms ni menos confirm Kenny. Graben hizo un signo con la mano.

Esto me curar de mi aficin a los viajes interestelares dijo, sonriendo con desgana. Cundo emprenderemos el viaje al siguiente planeta, inspector? Seguramente maana, en cuanto haya redactado mi primer informe sobre lo que he encontrado en Itx/IV. Y la visita a esos cuatro planetas, durar... cunto tiempo?

Por lo menos, cuatro meses largos, doctora. Graben lanz un gemido.

Nunca ms, nunca ms dijo. Siempre en la Tierra, inspector.

Cuatro meses se pasan pronto sonri l. Bien, vamos a despedimos del jefe Noned. La buena educacin, ante todo.

Minutos despus, alzaban el vuelo.

Kenny observ que los rboles recuperaban su follaje con sorprendente rapidez. Antes de quince das, el bosque ofrecera de nuevo su aspecto habitual.

Los rboles de esta especie resultaran idneos para repoblar zonas peladas en la Tierra opin al darse cuenta de los hechos.

S, se est intentando y creo que con buenos resultados contest ella.

Poco despus, avistaban el claro donde estaba situado el Puesto Avanzado. Al acercarse al edificio, Graben lanz un grito de espanto.

Inspector, fjese en el bloque!

Kenny se qued con la boca abierta.

El espectculo era aterrador, pero ms todava, asombroso y extrao, a causa de sus singulares caractersticas. A la vista de aquel rarsimo fenmeno, Kenny comprendi el origen de los crujidos escuchados en el interior del P A. Y que tanto les haban preocupado.

Este es el fin del P A declar melanclicamente.

Graben asinti, a la vez que suspiraba. No caba ya la menor duda; el Puesto Avanzado poda darse por definitivamente perdido.

Las races de los rboles que haban sido talados para levantar el bloque, rebrotaban de nuevo y lo hacan con inusitado vigor. Su rapidez de crecimiento era tal, que casi se poda divisar a simple vista. Ya asomaban enormes retoos por todas partes, incluso algunos de ellos a travs de los slidos muros del edificio, que se cuarteaban ya en numerosas partes.

Un lienzo de pared se derrumb de pronto con tremendo estrpito, enviando a lo alto una espesa nube de polvo. Dos o tres gruesas races, del dimetro de un brazo humano, retenidas hasta entonces por la estructura del edificio, surgieron serpenteando en el aire con extraos movimientos de ltigo que, no obstante, cesaron bien pronto, apenas encontraron espacio libre para la continuidad de su proceso de crecimiento.

All ya no haba nada que hacer se dijo Kenny resignadamente. El suelo se abra por todas partes, como recorrido por un arado gigantesco, y las races asomaban con una frondosidad sin igual.

Antes de un mes, ya no quedar el menor rastro del P A dijo lgubremente, mientras orientaba su propulsor hacia la astronave.

Yo tengo all algunos objetos personales, mis apuntes de trabajo... se lament Graben.

No suee siquiera en intentar recogerlos prohibi Kenny con severo acento. Correra el riesgo de que se le desplomase el edificio encima. En mi nave hay algunas prendas de ropa de repuesto y, en el peor de los casos, espero encontrar ms en el siguiente P A.

Cul es? pregunt Graben.

El nmero 551/V, de Acten/II contest el inspector.

El Puesto Avanzado de Itx/IV haba sido destruido y sus ocupantes, salvo uno, haban desaparecido sin dejar el menor rastro y sin que se hubiese podido hallar las causas del intrigante enigma. Kenny as lo hizo constar en su informe y anunci que se diriga inmediatamente a Acten/II.

Una vez redactado el informe, lo envi por medio del transmisor subespacial, seguro de que sera recibido en la Tierra a las pocas horas. A continuacin, se sent en el puesto de mando y tom el micrfono.

Ascensin vertical hasta los lmites atmosfricos orden. A partir de este nivel, establecimiento de una rbita para llegar a Acten/II.

El cerebro se tom unos segundos para recibir y analizar la orden. Al cabo, respondi:

Hay una rbita de suma brevedad, pero que corta los campos gravitatorios de Miels/I y Royal Tyne/XII. De utilizar esta rbita, se correra el riesgo de sufrir una anulacin momentnea de los sistemas direccionales de gravedad de la nave, con el consiguiente peligro de ser atrado por uno de dichos planetas, probablemente por Miels/I. El impacto destruira la nave indefectiblemente. En tal caso y descartando dicha rbita, cul es la ms breve?

Seguiremos la que pasa bajo la zona de influencia del sistema de Quelithar, en donde las tensiones gravitacionales son mnimas y perfectamente soportables por los motores de la nave.

De acuerdo dijo Kenny. Tiempo de duracin de la rbita?

Tres semanas y un da.

Veintids das se resign Kenny. Est bien, anote la rbita y proceda en consecuencia.

Enterado contest el cerebro.

Graben haba odo el dilogo entre el humano y la mquina.

Estoy admiradsima dijo.

Por qu? pregunt l, mientras el aparato se alzaba del suelo suavemente, sin la menor sacudida. Ha estado hablando usted con esa mquina lo mismo que si se tratase de una persona.

Est concebida para razonar y exponer argumentos acordes con las instrucciones y rdenes que se le den, pero solamente en lo referente a navegacin espacial. Es indudable que tambin realiza clculos matemticos de gran complicacin, pero fracasara si se tuviese que emplear en la construccin de un gran edificio o un puente.

A pesar de todo, da la sensacin de que hay una persona escondida en la nave sonri Graben. Y... hay que or el respeto con que la trata usted. Slo le ha faltado llamarle excelencia.

Kenny sonri, pero no era una sonrisa demasiado sincera.

La mquina estaba en la nave, bajo el suelo de la cabina. Era un artefacto complicadsimo, que renda grandes utilidades, era preciso admitido, pero, sin embargo, Kenny hubiera preferido disponer de una sencilla calculadora manual.

A veces se preguntaba si no era la mquina la que, en realidad, mandaba en la nave.

CAPTULO VII

Se resignaron a pasar veintids das de encierro hasta su llegada a Acten/II. La mquina, como en la ocasin anterior, sugiri tomar la droga hipntica que les tendra durmiendo durante todo el viaje, pero Kenny, sin saber por qu, se neg en esta ocasin a aceptar la sugerencia.

Los primeros das transcurrieron en calma. Era una existencia montona, rutinaria. A pesar que la nave era espaciosa, deban hacer los movimientos dentro de un mbito relativamente reducido. Para combatir la inaccin, Graben decidi hacer todos los das un poco de gimnasia.

No quiero que se me oxiden las articulaciones dijo, sonriendo, al anunciar sus propsitos.

Cierto da, a la semana de haber partido de Itx/II, Graben, a la hora del desayuno, anunci que se senta nerviosa.

Por qu? pregunt Kenny, extraado. No hay peligros de ninguna clase, el viaje se desarrolla con la ms absoluta normalidad... Tampoco se producen ruidos que impidan dormir ...

El caso es que no duermo bien se lament Graben, mordindose los labios.

Le dar un sedante...

No cort ella con vehemencia. Detesto los sedantes. La verdad, estoy acostumbrada a vivir en lugares menos cerrados, ms espaciosos. Tal vez sea esto lo que origina mi nerviosismo.

Claustrofobia? sugiri Kenny.

Es muy posible. Graben sonri. De todas formas, carece de importancia. No haga caso, inspector.

Dos das despus, y tambin a la hora del desayuno, Graben se inclin hacia delante y, en tono confidencial, dijo:

Kenny, tengo la sensacin de que hay otra persona dentro de la nave.

El inspector hizo un fruncimiento de cejas. Doctora, dentro de la nave no hay ms seres vivos que usted y yo declar tajantemente.

Est escondido, inspector insisti ella. No le he visto, no s quin es... ni cmo es ni siquiera su forma fsica..., pero est dentro de la nave. Siento su presencia como un aura maligna que nos envuelve... por lo menos, me envuelve a m y trata de apoderarse de mi mente para convertirme en su esclava.

Kenny mir fijamente a la joven. Graben, calcul, contaba unos veintisiete o veintiocho aos. Era una mujer ponderada, equilibrada... o al menos se lo haba parecido hasta entonces. Pero si empezaba con histerismos...

Doctora dijo Kenny, procurando conservar la calma, todava no s si es usted casada o soltera. Aadi, con sonrisita de conejo: La verdad es que no me he preocupado mucho de sus caractersticas personales.

Soy soltera respondi ella, y si piensa en un posible desarreglo hormonal, est muy equivocado. Todo lo que le he dicho es la verdad, inspector.

Est bien, doctora. No quise ofenderla. Slo deseaba... saber la verdad.

Es la que ya le he dicho: hay una persona dentro de la nave.

Kenny no quiso seguir insistiendo. Sin embargo, la actitud de Graben le extraaba sobremanera.

Una vez hubieron terminado el desayuno, la acompa por todos los rincones de la nave, abriendo cualquier compartimento susceptible de albergar en su interior a una persona. Cuando termin el registro, pudo darse cuenta de que no haba logrado persuadir a Graben por completo de que slo ellos ocupaban la nave,

Y, sin embargo, est aqu, en el interior del aparato dijo ella, pateando el suelo de la cabina. Que hay debajo de nosotros?

Aparatos, instrumentos, motores... todo ello situado de una manera tan compacta, que hasta un ratoncillo tendra dificultad en circular por el interior de ese compartimento.

Podra examinado? pregunt ella.

No repuso Kenny con acento enrgico.

Por qu?

Los aparatos de propulsin, clculo y dems, slo pueden examinarse desde el exterior. Eso es cosa que se hace o bien en tierra o en el espacio, pero volando siempre a velocidades inferiores a las de la luz. En este momento resulta imposible salir fuera de la nave.

Qu pasara si una persona saliese al exterior? Kenny trat de ser paciente.

Sera arrastrada como una pluma por su sbita irrupcin en un espacio intemporal, que es el que hay en estos momentos fuera de la astronave. No olvide que nos desplazamos a varios cientos de veces la velocidad de la luz.

Ella asinti.

Entonces, no tendremos otro remedio que soportar la presencia de ese perverso polizn a bordo?

Kenny hizo un signo de resignacin. Decidi seguirle la corriente.

Lo soportaremos, doctora contest. Pero en el momento en que lo vea aparecer, lo freir a tiros agreg para tranquilidad de Graben. * * *

El perodo nocturno haba llegado.

Los horarios supuestamente diurnos y nocturnos se respetaban escrupulosamente a bordo de la nave, Era preciso seguir con puntualidad el ciclo ordinario de la vida de los seres humanos.

A hora conveniente, las luces del aparato se atenuaban, dejando la cabina sumida en una suave penumbra. Prcticamente, slo quedaban encendidas las lmparas de los aparatos de control, medida y registro. En las cabinas donde dorman, naturalmente, las luces se apagaban.

Pero Kenny no dorma.

Vigilaba. La actitud de Graben no le gustaba en absoluto.

La joven estaba histrica, dijera ella lo que dijera.

A fin de cuentas, era ms de ao y medio de vida en un planeta extrao, en el cual haban ocurrido cosas muy extraas. Su mente, forzosamente, tena que acusar el choque emocional de los sucesos de los cuales haba sido protagonista.

Tena entreabierta la puerta de su cabina. Sentado en un rincn, en una cmoda butaca, poda dominar desde donde estaba la mayor parte de la cabina.

Las horas fueron pasando lentamente. De cuando en cuando, Kenny, vencido por el sueo, daba una cabezada. Bruscamente, crey or un ligero chasquido.

El ruido ahuyent el sueo de sus prpados. Se puso en pie y se acerc a la puerta. Todo estaba en silencio.

Apenas se oa, bajo el suelo de la nave, un levsimo rumor de los motores en funcionamiento.

Una silueta apareci de pronto ante sus ojos. Graben haba salido de su cabina y se diriga hacia el cuarto de pertrechos.

Kenny la dej entrar all. Luego, a su vez, sali de la cabina y camin de puntillas.

Se asom a la puerta. Tal como sospechaba, Graben estaba descolgando un traje espacial, con nimo, indudablemente, de ponrselo y salir fuera de la nave.

Kenny se acerc a la joven y le toc en el hombro. Doctora...

La reaccin de Graben fue tan imprevista como fulminante. Revolvindose velozmente, alz ambas manos y trat de golpear a Kenny en la cabeza con el casco del traje espacial.

Sorprendido, Kenny apenas si pudo eludir el ataque.

Graben, con ojos demenciales, pareca haberse convertido en una arpa, de cuya boca escapaban espumarajos de rabia.

Ella repiti el golpe. Kenny sinti un vivsimo dolor en el pmulo izquierdo y cay de espaldas.

Ella le lanz el casco a la cara. Kenny, aturdido, se desvi y pudo eludir el impacto. Antes de que pudiera levantarse, Graben corri y descolg un rifle vibratorio del armero.

Pareca una demente. Kenny entendi que slo tena un medio de cortar en seco sus acciones ofensivas.

Incorporndose con rapidez, salt hacia delante con la cabeza gacha y golpe despiadadamente el estmago de Graben. Ella dej escapar un grito y cay de espaldas.

Pero no por ello quera rendirse. Chillando horriblemente, trat de rasgarle la cara con sus uas. Kenny decidi cortar por lo sano.

Su puo se dispar con fuerza y choc contra la mandbula de la doctora. Graben perdi el conocimiento instantneamente.

Kenny se puso en pie, inspirando con fuerza. Contempl con aire preocupado a la joven, que yaca inconsciente en el suelo.

Si quera evitar ulteriores incidentes, los cuales, estaba seguro, seguiran producindose durante el resto del trayecto, tendra que asegurarse de que Graben no volvera a atacarle.

Cogindola en brazos, la llev a su cabina y la acost en la litera. Luego, cuando ella empezaba a despertarse, pero antes de que recobrase por completo el conocimiento, le propin una dosis de la droga hipntica, calculada para hacerla dormir durante los doce das que an quedaban de viaje hasta Acten/II. * * *

Graben se asom a la puerta del pequeo comedor de la nave, cerr los ojos un instante y luego aspir el aire con fuerza.

Ese caf huele maravillosamente! exclam. Kenny sonri.

Acrquese y tome una taza. O las que quiera invit. Qu tal ha dormido esta noche?

Maravillosamente. Me he despertado un poco embotada, pero se me pas en seguida. He dormido de un tirn, sin preocupaciones, como haca aos que no dorma.

Kenny volvi a sonrer, mientras le entregaba una taza humeante.

Puede asegurarlo dijo. Jams, en su vida, haba dormido usted doce das seguidos.

Ella le lanz una mirada de extraeza.

Doce das! repiti.

En efecto confirm el inspector. Tuve que darle una dosis de la droga hipntica. Ya no recuerda lo que pas?

Graben se sent ante la mesa y se puso una mano en la frente.

Me siento aturdida... Qu ha ocurrido, inspector? Por qu me dio esa droga?

Se lo dir claramente. Una noche, despus de que usted insistiera tanto acerca del posible polizn que tenamos a bordo, usted quiso ponerse un traje espacial y salir fuera de la nave. Por fortuna, yo recelaba algo y estaba vigilando. Quise impedrselo... y usted, en seal de gratitud, intent matarme con un rifle vibrador.

Graben estaba asombradsima.

Es incomprensible, inspector exclam. Cmo pude yo...?

Kenny le relat detalladamente todo lo ocurrido. Al terminar, Graben necesit tomarse otra taza de caf. No lo entiendo dijo. No es que quiera alabarme, pero siempre fui una mujer equilibrada... Qu me hizo actuar de manera tan disparatada?

Disparatada? Kenny sonri amargamente. Graben, la verdad es que pareca usted una loca de atar. Yo tampoco lo entiendo, a decir verdad.

Estoy extraada, inspector. He odo hablar que existen seres invisibles, no inmateriales, ciertamente, pero s de tal constitucin que el ojo humano, el de un terrestre se entiende, claro, no puede divisarlos. Esos seres pueden vivir lo mismo en el espacio que bajo una atmsfera normal... o bajo cualquier atmsfera. No tendremos a bordo uno de esos seres, inspector?

Kenny se preocup.

Hasta ahora, no haba pensado en semejante posibilidad dijo. Pero, en ese caso, si el ser provoc su locura, por qu no hizo lo mismo conmigo?

Graben, dijo:

Todo esto se relaciona con las desapariciones ocurridas en los Puestos Avanzados. Inspector, qu habra sucedido de salir yo al exterior?

Muy sencillo: habramos muerto los dos.

Los dos?

S. Usted, volatilizada al salir fuera del campo temporal que le es propio por su naturaleza. Y yo, muerto por descomposicin y asfixia instantnea al escaparse la atmsfera interior de la nave.

En ese caso, el ser habra conseguido sus propsitos.

Cules son, a su parecer, doctora?

Se ven a la legua contest ella. Deshacerse de nosotros... como se deshizo de diecinueve personas en Itx/IV.

Kenny se acarici la mandbula pensativamente. Se trata de una conspiracin urdida por esos seres invisibles contra nosotros, los terrestes? murmur. Quiz dijo Graben. Pero recuerde una cosa, inspector.

S, doctora?

El ser, en todo caso, es invisible, aunque no inmaterial.

Qu quiere decir con eso, doctora?

Simplemente, que podemos hacerle visible... y combatirle hasta lograr su captura o su destruccin.

Tiene usted algn medio de hacer eso que ha dicho?

Graben sonri.

S, y es el medio ms sencillo que usted se pueda imaginar, inspector respondi.

CAPTULO VIII

Eran dos simples pulverizadores, que Graben carg de agua a la que aadi el polvo obtenido por trituracin en un molinillo de unos cuantos paquetes de galletas. Entreg uno a Kenny y le dirigi una sonrisa.

Lo ideal sera disponer de una sustancia ms espesa, pero nos conformaremos con esta suspensin de harina y agua dijo.

Al caerle encima, se har visible sonri Kenny. Lo mismo que el Hombre Invisible de Wells cuando nevaba o llova, no?

Justamente, inspector.

Pero, no nos estar oyendo?

Sabemos acaso si entiende nuestro lenguaje?

Puede ser telpata sugiri Kenny.

Telpata o no, vamos a buscarle dijo ella resueltamente.

Los pulverizadores entraron en funcionamiento. Media hora despus, el interior de la nave estaba hecho un asco.

Kenny limpi un silln con un trapo y se derrumb luego.

Estamos solos a bordo, doctora dijo con lgubre acento.

Graben se senta avergonzada. S, estamos solos convino.

Y luego aadi:

Pero, entonces, qu me trastorn a m de semejante manera?

No lo s, doctora; no se me ocurre la menor idea viable para encontrar la solucin a este maldito enigma, y si quiere que le confiese la verdad... empiezo a sentir miedo.

Miedo... un inspector?

Soy un ser humano, doctora, y tengo derecho a tener los mismos sentimientos que cualquier otra persona se defendi l.

S suspir la joven. Es como para tener mucho miedo... pero ahora no me queda a m tiempo para eso.

Kenny la mir interesadamente. Ella, con las manos en las caderas, mir a su alrededor y dijo:

La nave ha quedado hecha un asco. No tengo otro remedio que convertirme en fregona.

Kenny se puso en pie.

Y yo tengo tambin un trabajito: tomar tierra en la vecindad del P A de Acten/II.

* * *

El paisaje variaba en aquel planeta, con respecto a Itx/IV.

Era, sin embargo, un panorama aparentemente terrestre. Tratbase de una extenssima llanura, cubierta por una espesa capa de nieve, con manchones oscuros y all, que sealaban la existencia de bosques con rboles de la especie de las conferas. La atmsfera era gris, pesada, deprimente, a causa de las nubes bajas de color plomizo que ocultaban por completo el cielo de aquel planeta.

El bloque del P A se levantaba, ttricamente silencioso, en el centro de la llanura. Desde una de las ventanas de la nave, Kenny pudo apreciar la puerta principal abierta de par en par.

Antes de salir, se puso ropa de abrigo. A Graben le proporcion un traje climatizado.

Abri la puerta. La atmsfera interior se enfri casi instantneamente.

Debe de hacer mucho fro ah fuera dijo ella, estremecindose.

Diecisis bajo cero contest l, a la vez que saltaba al suelo.

La capa de nieve tena un espesor de casi cuarenta centmetros. Trabajosamente, se abrieron paso hasta llegar a la entrada.

La nieve haba penetrado largamente a travs del hueco. Reinaba un silencio absoluto.

Kenny y Graben, con las armas a punto, avanzaron cautelosamente. Ella dijo:

En Acten/II hay tambin nativos, inspector.

Lo s. Ms tarde nos entrevistaremos con ellos.

Cul es su civilizacin, inspector?

Tipo terrestre, aunque bastante atrasados. Usan armas de fuego y vehculos mecnicos, pero no han llegado a la etapa de la navegacin espacial.

Hay alguna ciudad por las inmediaciones?

No. Los Puestos Avanzados se edifican siempre lejos de las concentraciones indgenas, aunque, claro est, con el permiso del Gobierno local. Estrictamente, no pretendemos la colonizacin del planeta donde establecemos un P A, sino el establecimiento de relaciones de todo tipo con los nativos y el estudio de su ecologa.

Pero, al final, todo acaba en relaciones de comercio dijo Graben irnicamente.

Es el destino inevitable de esta clase de expediciones, aunque no se debe dejar de reconocer el beneficio innegable que reportan en otros sentidos contest Kenny.

Avanzaron lentamente. Kenny lleg a la sala de aparatos y la encontr en una completa normalidad.

Todo estaba en orden, salvo los dormitorios individuales, cuyas ropas revueltas indicaban que sus ocupantes los haban abandonado en medio de la noche y de una manera precipitada. Era el nico signo de desorden que encontraron.

De repente, son un agudo grito: Kenny, venga aqu en el acto!

Con gran sorpresa, Kenny se dio cuenta de que se haba quedado solo. Abandon la estancia en que se encontraba y corri hacia el lugar de donde proceda la alarmada voz de la joven.

Graben! llam.

Estoy aqu, no me ocurre nada le tranquiliz ella.

Kenny alcanz una puerta. Graben, sentada ante una mesa, tena un libro abierto en las manos.

Qu ocurre? pregunt l.

Mire dijo Graben, ste es el cuarto del doctor Zinowski, antroplogo, como yo. Usted sabe que siempre hay un antroplogo en todo Puesto Avanzado.

S, desde luego.

Bien, resulta que Zinowski y yo estudiamos juntos y le conoca bastante bien. Era un tipo muy metdico, que anotaba cuanto le ocurra. Hoy da ya no es corriente que una persona lleve su diario ntimo.

No, no es corriente admiti Kenny. Acaso ese libro es el diario del doctor Zinowski?

Efectivamente contest Graben. Y, como me supona, aqu encontraremos el relato de sus ltimos momentos. Pobre hombre! aadi compasivamente. Le haba perdido de vista aos atrs y nunca se me ocurri que l tambin poda estar en un P A.

Me permite usted? dijo Kenny, alargando la mano hacia el diario.

Ella se lo entreg. Kenny busc las ltimas pginas escritas y empez a leer.

Las postreras anotaciones del doctor Zinowski eran terriblemente patticas: Soy el nico superviviente. Todos los dems, en el espacio de cuarenta y ocho horas, han desaparecido de manera tan sbita como misteriosa. Enviar una llamada de socorro...

La llamada no ha tenido respuesta. Francamente, no s manejar muy bien esta clase de artefactos; nunca he sabido pasar de conectar un aparato de radio para or msica o un televisor... La mecnica no es mi fuerte, precisamente...

Por la noche he sentido una voz que me llamaba. Incomprensible!

He explorado las inmediaciones del P A. No he visto a nadie. Estoy solo. Barrybar, la ciudad ms prxima, est a sesenta kilmetros y no tenemos ningn gnero de comunicacin con ella... Adems, reina un tiempo infernal; salir de aqu sera ir en busca de la muerte...

Anoche escuch de nuevo la voz. Difcilmente pude resistir sus llamadas. De dnde provienen esos cantos de sirenas? A la noche, me atar a la cama...

Slo las ligaduras me impidieron salir fuera del P A y dirigirme hacia el noroeste, direccin que me indicaba la voz. All encontrara... qu era lo que deba encontrar? No me lo ha dicho claramente, aunque me ha insinuado una gran felicidad... No creo en tales promesas, por lo que, esta noche, volver a atarme...

Kenny cerr el libro.

El diario termina aqu dijo.

Graben haba ledo por encima de su hombro. De pronto, gir en redondo y se dirigi a una puerta lateral.

Mire, Kenny indic.

Kenny se asom tambin a la puerta.

La cama estaba en desorden, como las dems. Las ligaduras con que se haba atado el infortunado Zinowski yacan rotas, parte sobre la cama y parte en el suelo. La intensidad de la atraccin de esa llamada, fue tal, que no pudo resistirla y rompi las ligaduras dijo Graben.

S murmur Kenny, pero, qu le pas despus?

Tenemos un indicio. Zinowski escribi que la voz le indicaba se dirigiera hacia el noroeste. Le parece bien que exploremos en esa direccin, Kenny?

Poco podremos encontrar, con la nieve que ha cado respondi l, pero vale la pena investigar. Consult la hora. Sin embargo, hoy es ya un poco tarde. Saldremos maana, apenas sea de da.

Y si Zinowski estuviera vivo?

Repase las fechas, Graben indic Kenny. La ltima anotacin data de dos meses y medio. Si vive, unas horas de retraso no le causarn perjuicio; y si ha muerto... ya no podremos hacer nada y a nosotros nos conviene descansar un poco y poner en orden el P A.

Graben comprendi la justeza de las observaciones del inspector y asinti. Kenny, por su parte, se dedic a limpiar de nieve la entrada, cosa que hizo en un breve tiempo.

Todos los instrumentos y la maquinaria del P A. se encontraban en perfecto estado. Kenny puso en marcha el sistema de acondicionamiento de aire y antes de que se hiciera de noche, la temperatura ambiente haba subido lo suficiente para poder quitarse las ropas de abrigo.

La noche se ech encima. Graben empez a sentirse aprensiva.

Kenny, qu pasar si omos esa voz y nos sentimos compelidos a obedecerla?

El inspector reflexion unos momentos.

El impulso result tan fuerte, que Zinowski rompi sus propias ligaduras. A nosotros podra sucedemos una cosa igual, por lo que estimo conveniente vigilar durante la noche. Uno dormir un rato, mientras el otro vela. De este modo, el vigilante, podr detener al otro si intenta salir.

Aunque sea a golpes sonri Graben.

Pero la situacin no era para ser tomada a broma.

Ambos se daban cuenta de que corran un gravsimo peligro y lo saban. * * *

Acten/II contaba con dos satlites, cuyo resplandor converta la llanura nevada en un lienzo de plata. El dimetro de dichos satlites era muy similar al de la Luna terrestre, por lo que la luz reflejada vena a ser casi el doble de la recibida por el planeta Tierra.

La visibilidad, por tanto, era excelente. El cielo se haba despejado al atardecer, pero, en contrapartida, la temperatura haba descendido hasta situarse en un punto muy prximo a los veinticinco grados bajo cero.

Kenny, sentado en una silla, con el rifle en las manos, contemplaba la llanura a travs del ventanal. Graben dorma apaciblemente en una cama cercana.

De pronto, Graben se sent en el lecho. Kenny dijo.

S, Graben.

Tenemos que salir. La voz nos llama.

La he odo.

Hemos de dirigimos hacia el noroeste.

Cuando quiera, Graben.

Ambos estaban vestidos, pero ninguno de los dos se puso sobre sus ropas corrientes otras de abrigo. Kenny dej el rifle vibrador en el suelo y se dirigi hada la salida.

Graben se emparej con l. Descendieron a la planta baja y atravesaron el vestbulo.

Kenny manej el mando de apertura de la puerta de entrada. Una racha de fro les dio de lleno en la cara, hacindoles estremecerse.

Sin embargo, ninguno de los dos dio muestras de detenerse. Apenas se hubo abierto la puerta, cruzaron el umbral y, con paso mesurado, pero rtmico, se adentraron en la llanura nevada.

Poco a poco, se alejaron del edificio. Ahora, ninguno de los dos hablaba. Sus miradas estaban fijas en el horizonte infinito que se extenda ante ellos.

Minutos ms tarde, se haban convertido en dos puntos negros que se empequeecan a medida que iban distancindose del P A. CAPTULO IX

Rossyl, el cazador, detuvo el trineo y tendi la vista a su alrededor.

Las lunas de Acten/II estaban en plenilunio casi completo. La luz era excelente.

El tiempo resultaba ideal para la caza de la zorra azul, cuya piel tanto se cotizaba entre las damas elegantes del planeta. Rossyl, el cazador, viva bien con el producto de sus esfuerzos... y a costa de los zorros azules de Acten/II.

El zorro azul tena preferencia por el tiempo fro, que aletargaba a los dems animales. Entonces era cuando sacaba su tripa de mal ao. El zorro azul tena un olfato finsimo y era capaz de percibir su presa a varios kilmetros de distancia.

Rossyl, el cazador, conoca a la perfeccin las caractersticas de dichos animales. Largos aos de dedicarse a la profesin, le haban hecho adquirir gran experiencia, la cual no haba sido conseguida sin fracasos.

Por dicha razn, Rossyl saba que el zorro azul poda ventearle aun antes de divisarle sobre el horizonte. Al cabo de los aos y despus de tenaces experimentos, haba llegado a fabricar una sustancia que anulaba por completo los olores naturales.

En aquellos momentos, ni l, ni los perros que tiraban de su trineo, ni cuanto llevaba encima, despedan olor alguno. Rossyl, el cazador, posea una vista privilegiada y saba captar la figura de una de sus presas a kilmetros de distancia.

Un zorro azul apareci ante sus ojos a seiscientos metros. Rossyl sonri.

Era un animal enorme, tan grande casi como un toro.

Con su piel, podran vestirse dos personas. Seis damas elegantes de Acten/II estaran en condiciones de poseer sendas estolas de zorro azul, siempre que se sintieran dispuestas a pagar el precio exigido por el peletero.

Para Rossyl, la bestia significaba un mes de vida cmoda y regalada. Se quit los mitones, dejando slo unos guantes ligeros sobre las manos, prepar el rifle de largo alcance y dej que la vista resbalara a lo largo de la mirilla telescpica.

El zorro se mova con gran rapidez. Para Rossyl, la velocidad de su marcha slo se deba a una cosa: el animal haba detectado una presa por el olfato y se dispona a llenar su enorme