lcde066 - glenn parrish - tiempo invertido

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LCDE066 - Glenn Parrish - Tiempo Invertido

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LTIMAS OBRAS PUBLICADASEN ESTA COLECCIN

61 - El hombre de 1.500 aos - Glenn Parrish62 - Dimensin 354-X - Joe Mogar63 - o, satlite de castigo - Ralph Barby64 - El largo da de los robots - Glenn Parrish65 - El poder invisible - Keith Luger

GLENN PARRISH

TIEMPO INVERTIDOLA CONQUISTA DEL ESPACIO n. 66 Publicacin semanal.Aparece los VIERNES.

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.BARCELONA - BOGOTA - BUENOS AIRES - CARACAS - MEXICO76

Depsito Legal B. 35.731 1971

Impreso en Espaa - Printed in Spain

1.a edicin: noviembre, 1971

GLENN PARRISH - 1971 sobre la parte literaria

ENRIQUE MARTIN - 1971 sobre la cubiertaConcedidos derechos exclusivos a favor de EDITORIAL BRUGUERA. S. A. Mora la Nueva, 2. Barcelona (Espaa)

Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia.

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S.A.Mora la Nueva, 2 Barcelona 1971

CAPTULO PRIMEROUn descubrimiento maravilloso, doctor Maurer dijo Critton Sphax, despus de ver las primeras pruebas de laboratorio.Pero, sirve para algo? pregunt Tim Cornally.Sphax fulmin con la mirada al indiscreto.Habla slo cuando se te pregunte, bestia dijo dulcemente. Contine, doctor.Bueno, ya lo han visto todo contest Maurer. Mi frmula es la base para lograr una droga no digo que rejuvenecedora, pero s mantenedora de la buena forma fsica y, en suma, prolongar la vida, por lo menos, el doble de la media actual.Que es de unos noventa aos, ha dicho antes, doctor.Segn las ltimas estadsticas, la media de la vida humana, actualmente en la tierra, es de noventa y dos aos y tres meses.Le regalo mis tres meses, doctor dijo riendo Dandy Yath.Sphax pens: Como sigas diciendo estupideces, le vas a regalar los sesenta aos que te quedan. Y arre al otro una suave patada en la pierna, que le hizo empezar a dar saltos por el laboratorio a la pata coja.Dispnselos, doctor se excus: Son unos brutos, pero no me queda otro remedio que tenerlos a mi servicio. Un hombre importante recibe muchas amenazas, tiene numerosos enemigos y es necesario que se proteja a toda costa. Naturalmente, tiene que emplear a sujetos de poco seso, pero de fuertes msculos.Maurer emiti una sonrisita de circunstancias.No tiene importancia, seor Sphax dijo. Y, con cierta ansiedad, agreg: Supongo que ahora ya no le importar otorgarme una subvencin ms amplia, a fin de continuar mis experimentos.Por supuesto accedi Sphax con expresin benigna. Pero antes necesitara algunas aclaraciones, doctor.Usted dir.Antes ha hablado del xito de sus experimentos. Lo nico que hemos visto aqu es que varios animalitos, en edad adulta, segn usted, han envejecido rpidamente y muerto en un espacio de tiempo muy corto.Por supuesto, pero es que la chronilina...Sphax arque las cejas.Chronilina? repiti.Bueno, yo le he dado ese nombre. Viene derivado del griego Chronos, que usted sabe, significa tiempo...Ah, ya, contine, doctor. Estbamos hablando de la chronilina.Usted tiene razn. La aplicacin de las primeras dosis de chronilina a los sujetos experimentales ha causado un rpido deterioro de sus clulas, lo que, indefectiblemente, se ha traducido en envejecimiento. Pero hemos de tener en cuenta que es el primer paso para hallar la que un da llamaremos chronilina-2, que es la que realmente producir efectos de rejuvenecimiento en el ser humano.No lo entiendo mucho, a decir verdad, doctor.Bueno sigui Maurer pacientemente, imagnese usted que ha inventado un motor que slo sirve para la marcha atrs. Tendra ya una base para inventar el motor que sirviese para la marcha adelante.Yo invertira la posicin del motor en el vehculo sonri Sphax.Justo, amigo mo. Pero invertir la posicin de un motor en su vehculo es mucho ms fcil que hallar la frmula inversa a mi invento. No se puede decir: Puesto que la frmula est compuesta por las sustancias A, B, C, D, E, etc., ahora, la frmula rejuvenecedora estar compuesta por las mismas sustancias, en orden inverso, es decir, E, D, C, B, y A... No, no se puede decir eso, porque la proporcin puede ser mayor o menor y tal vez se necesita aadir ciertas dosis de las sustancias F y G o poner menos dosis de la B o de la D. Todo lo que le digo no es ms que un ejemplo, para que lo comprenda usted con toda claridad.Le he entendido perfectamente, doctor Maurer asegur Sphax. Hablando francamente, tiene usted todava para tiempo antes de hallar la frmula de la chronilina-2.Bastante, a decir verdad admiti Maurer con un profundo suspiro.Y dgame, doctor, aplicada la chronilina actual a un ser humano...Oh, yo no aplicara jams la droga tal como es hoy da a un ser humano exclam el cientfico.Era slo una mera suposicin sonri Sphax. Simple curiosidad, doctor. Envejecera esa persona con rapidez?En todo caso, depende de la dosis, seor Sphax.Los negros ojos de Sphax fueron hacia el frasquito que estaba situado en un estante prximo y que contena como medio litro de un lquido de color mbar.Una dosis de un centmetro cbico, tomada por va oral, causara un efecto de envejecimiento de veinte o ms por uno agreg Maurer. Pero yo quiero que mi descubrimiento provoque el efecto totalmente opuesto.Muy lgico, doctor aprob Sphax. Pero, qu significa esa cifra veinte a uno?Muy sencillo, envejecer veinte aos en uno.Oh murmur Sphax, ya entiendo.Magnfico exclam Maurer. Y ahora, qu hay de la subvencin?Ah, s, la subvencin. Tim, quieres pagar al doctor?Con mucho gusto, seor Sphax contest Cornally.Maurer se volvi hacia el sujeto, encontrndose ante la boca de una pistola provista de silenciador.Los ojos de Maurer se dilataron de horror. Framente, a un metro de distancia, Cornally le meti tres balas en el pecho.Sin inmutarse, Sphax alarg la mano y se apoder del frasco que contena la chronilina.Hay que pegar fuego al laboratorio dijo. De este modo, la muerte de Maurer parecer un accidente.Pero, si encuentran las balas en sus restos...Imbcil! exclam Sphax, colrico. Cuntas veces he de decirte que las balas que usas se disuelven en el cuerpo humano?Oh, es verdad, jefe contest Cornally, sonriendo con expresin de alivio. Ni me acordaba ya, se lo aseguro.Sphax torci el gesto. Tengo planes de altos vuelos y estos tipos son brutos. Necesito otros subordinados ms inteligentes..., pero, por el momento, no me queda otro remedio que seguir tenindolos a mi lado, pens.* * *Sin el menor velo. Minerva Oxford se contempl en el espejo, orgullosa de la perfecta armona de su figura. Era una mujer alta y hermosa, de abundante cabellera rubia y ojos muy azules. En realidad, se llamaba Jane Jones, pero el nombre autntico haba horrorizado al director artstico que la descubri y le haba puesto el otro, mucho ms rimbombante y atractivo.Ello haba sucedido ya casi veinte aos atrs, lo cual significaba que Minerva andaba bordeando la cuarentena. Pero los cuidados de esttica y cosmtica y los severos regmenes dietticos a que se someta haban retrasado en su cara y figura el paso del tiempo, de tal manera, que no haba nadie capaz de darle treinta aos.Minerva lo saba y se senta orgullosa. Para ella, belleza significaban fama y dinero. Todava tengo cuerda para rato, se dijo.Adems, aunque le gustaba el lujo, era bastante ahorrativa y tena buenos consejeros econmicos, de modo que tena una fortuna muy saneada. A Minerva no le gustaban los derroches intiles.Para mayor suerte, se haba casado aos atrs con un hombre riqusimo. Su esposo, muy ocupado en amontonar dinero, no se ocup demasiado de su corazn y Minerva, a los treinta y cinco aos, se encontr de nuevo libre... y joven y hermosa y enormemente rica.Ahora Minerva sostena un flirt. Era un hombre de su edad, ms o menos, muy viril y apuesto, con sienes ligeramente grises. Minerva era lo suficientemente inteligente para conocer a los hombres y saba que su pretendiente no buscaba el dinero. La actriz estaba pensando seriamente en casarse de nuevo.Tal vez me retire y...De pronto, llamaron a la puerta del dormitorio, tan grande como medio campo de ftbol.Pase dijo, mientras corra a ponerse la bata.Una doncella uniformada entr, con una bandeja en la mano. Sobre la bandeja se vea un sobre de forma alargada.Una carta para usted, seora dijo.Ya ha llegado el correo, Susana? pregunt Minerva, extraada.Oh, no, seora; la trajo un mensajero. Dijo que no esperaba respuesta y se march.Gracias, Susana.La doncella sali del dormitorio. Minerva rasg el sobre y extrajo de su interior una cuartilla doblada en cuatro pliegues.Fue a leerla, pero, de pronto, se acord de que necesitaba las gafas. Despus de ponrselas, ley:

Querida seora Oxford: Es usted, adems de una magnfica actriz, una mujer de belleza arrebatadora. Pero ya no es una jovencita, aunque posea la cara y la figura de sus veinte aos. Sera horrible convertirse en una vieja, de cuerpo esqueltico, senos flccidos, pelo blanco y cara llena de arrugas, no cree?Puede seguir conservando su hermosura, pero ello le costar un milln de neodlares. Vaya reunindolos, en billetes pequeos y sin marcar. Dentro de ocho das, recibir una nueva carta con instrucciones.Suyo afectsimo, y admirador,Dr. Chronos.

Minerva se qued con la boca abierta unos momentos.Luego rompi en una estentrea risotada.Los hay chiflados! dijo. Y sin ms, rompi la carta en mil pedazos y los tir al aire.Acto seguido, se sent ante el tocador. Una hora ms tarde, tena una cita con su pretendiente y quera aparecer ms bella que nunca.

CAPTULO IILos ojos de Kit Orlan siguieron con la vista los menores movimientos del roedor. La boca se le haca agua, pensando en un buen muslo de conejo asado en las brasas.El conejo olfateaba receloso. Dio unos cuantos pasos y cay en la trampa. Inmediatamente, empez a chillar.Orlan salt hacia adelante.Ya tengo comida se dijo, satisfecho.Una voz imperativa son, cuando ya alargaba la mano hacia el pataleante roedor:Quieto ah, granuja!Orlan se inmoviliz. Una mujer apareci en los arbustos prximos.Est en propiedad ajena dijo ella. Suelte el conejo y djelo que marche.S, seora contest Orlan resignadamente. Instantes despus, el conejo escapaba a todo correr. Ah se marcha mi comida aadi con acento lleno de melancola.El delito no es muy grande, por eso le dejar seguir el mismo camino que el conejo, pero en direccin opuesta dijo la mujer.Orlan se volvi hacia ella.Siento lo ocurrido se disculp. No saba que estuviese en una propiedad privada.Esto es May Park inform la joven. De pronto, adelant un poco la cabeza, a la vez que entornaba los ojos. Yo le conozco a usted manifest.Orlan estudi la cara de la joven que tena ante s, una chica de veintitantos aos, estatura mediana y pelo castao, vestida con blusa y pantalones cortos.Su cara no me es desconocida tampoco dijo. Me llamo Kit Orlan.Orlan! exclam la chica. Soy Colleen May. Primer curso de matemticas, Sexta Universidad. Usted terminaba la carrera entonces, seor Orlan.La diferencia de cursos es muy notable sonri l. Pero yo no la recuerdo a usted...He visto su fotografa algunas veces en los peridicos, capitn Orlan.Ah, de modo que sabe quin soy, seorita May.S, y me extraa sobremanera verle por May Park, como un cazador furtivo, con ese aspecto...Orlan se contempl unos momentos a s mismo. Sus ropas no tenan demasiado buen aspecto y su cara estaba cubierta por una barba de varias semanas. Luego mir a la joven y sonri.S, ciertamente, parezco un vagabundo, pero no conviene fiarse de las apariencias contest.Bueno, me extraa mucho verle de esta forma dijo Collen. Sera ms lgico verle en el puente de mando de una astronave...Estoy harto del espacio, seorita declar Orlan.Tena usted una carrera muy prometedora.Orlan se encogi de hombros.Pero muy sujeta, demasiado fatigosa y harto mecnica contest. Un buen da me cans de todo y decid vivir libremente... al menos, una temporada.Cazando conejos?La verdad, me paseaba por el campo. Este lugar es muy hermoso y quise probarme a m mismo si era capaz de poner una trampa, como lo haca cuando era un chiquillo. Siento haber entrado en sus tierras, seorita May.No son mas, sino de mi to Jonathan. Vivo con l desde hace muchos aos.Ah, el ilustre Jonathan May sonri Orlan.Era hermano de mi padre. Yo me qued hurfana a los quince aos. Mis padres iban en la Scorer.Recuerdo el hecho. La astronave se estrell en el momento del aterrizaje.Collen hizo un gesto de asentimiento.Le ruego me disculpe si mis palabras han sido duras manifest. No tuve intencin de ofenderle, capitn.Bah, olvdelo dijo Orlan, riendo. El placer de verla a usted de nuevo bien vale un conejo en libertad.Colleen sonri agradablemente.De todas formas, si tanto inters tiene en su presa... Bueno, le permito que monte su trampa de nuevo. Con una condicin, capitn.Hum! dijo l. Sospecho que me va a pedir un trozo de conejo asado.Hace tanto tiempo que no lo pruebo suspir ella Conseguir atraparlo, capitn? pregunt sbitamente, con cierta ansiedad.Si no es aqul, ser otro respondi Orlan. Pero llmeme Kit, se lo ruego.No se olvide usted de mi nombre sonri la joven.Orlan se arrodill.De acuerdo, Colleen. Mientras montaba la trampa de nuevo, dijo: Vamos a ver si dentro de una hora estamos comiendo conejo asado.* * *Minerva Oxford ley la segunda carta y frunci el ceo. Sin saber por qu, la guard en el bolso.Estaba a punto de salir de casa, cuando le dieron la carta. Minerva abandon su dormitorio, cruz un par de salas y apareci en la terraza.El chfer aguardaba ya en la puerta, junto al aeromvil que utilizaba corrientemente la artista. Ella entr en el vehculo:Al Groppies, Arturo dijo.Bien, seora.Una hora despus, Minerva, alta, elegantsima con su audaz indumentaria, entraba en el Groppies, uno de los locales ms selectos de la ciudad. Tena una cita all con su pretendiente.Minerva busc una mesa. Pronto se dio cuenta de que haba llegado antes de la hora.Soy demasiado puntual se dijo, mientras el camarero le serva un martini.Sac un cigarrillo y alguien acerc un mechero encendido.Hola, Jane Jones dijo un hombre.Minerva encendi el cigarrillo y luego ech el humo a la cara del hombre.Hola, Kit Orlan salud.Cada da ms guapa elogi Orlan. Cmo te las arreglas para detener el tiempo?Ella dej de sonrer repentinamente.No me hables as, Kit contest con acento desabrido.Perdona, pero no quise ofenderte. Puedo sentarme?Tendrs que levantarte pronto. Estoy esperando a un amigo.Pretendiente, seguro.Es malo tener un pretendiente, Kit?Orlan se ech a rer.T ya sabes por qu no te pretend nunca dijo.S, lo s muy bien. Cinco aos de; diferencia entre ambos, mi ambicin y tu aficin a la astronutica.Exacto, pero no vamos a hablar de ello ahora, Minerva. Qu tal te encuentras ahora?Ya se me ha pasado sonri la actriz.Te cost mucho superar el trance, no?Minerva hizo un gesto de asentimiento.La gente cree que soy frvola e inconstante, pero tengo mi corazoncito, Kit respondi. Amaba mucho a Urban.Lo s. Tu difunto esposo se preocupaba demasiado de los negocios. Haca todo lo contrario de lo que yo hago ahora.Qu haces, si puede saberse, Kit?Vivir, Minerva contest l. Me gusta mi profesin, pero me ataba demasiado. Empezaba ya a flaquear de los nervios y soy demasiado joven para acabar en un manicomio. La tensin es excesiva, comprendes?Has hecho bien aprob Minerva. Entonces, ahora no trabajas.No. Puedo hacer el vago todava un ao o dos. Despus... Bueno, qu importa el tiempo!Por favor. Kit! dijo ella crispadamente. No vuelvas a mencionar esa palabra.Orlan frunci el ceo.Minerva, a ti te pasa algo adivin. Por qu no me lo cuentas todo? Hace veinte aos, nuestras familias tenan una gran amistad y vivamos en casas contiguas. Entre t y yo hubo siempre gran confianza, a pesar de que siguiramos caminos distintos...Ella suspir hondamente.No te lo vas a creer, pero... lee! contest.Abri el bolso y le entreg la carta recibida poco antes. Orlan despleg el papel y ley:

Ha pasado el plazo transcurrido. Si tiene el dinero reunido y a punto, haga una seal con las luces de su dormitorio. Encindalas y apguelas tres veces, deje pasar quince segundos y repita la operacin. A las doce en punto de esta misma noche.Si no vemos la seal, entenderemos que rechaza mi proposicin anterior. No le concederemos una nueva oportunidad y antes de un mes su hoy radiante belleza no ser sino un vago recuerdo en su mente y en la de los dems.Suyo afectsimo y admirador,Dr. Chronos.

Caramba! Esto parece una broma pesada exclam Orlan al leer la misiva.Un milln de neodlares no es una broma pesada, Kit dijo ella, muy seria.Orlan silb.Nada menos que un milln...As como lo oyes. Tienes que fiarte de mi palabra, porque romp la primera carta..., pero este maldito chantajista es capaz de regarme la cara con vitriolo si no le pago exclam Minerva furiosamente.Los dedos del astronauta tabalearon sobre la mesa. Minerva, aceptaras mi ayuda? consult.Ella vacil.No te crears un compromiso, Kit? dud.Querida, entre la familia Jones y la familia Orlan existi siempre una gran amistad respondi l. La amistad no se demuestra slo felicitando un cumpleaos o invitando a cenar en alguna ocasin.Entiendo. Se te ocurre alguna idea, Kit?Orlan lanz una ojeada a su reloj.Te interesa mucho la cita? pregunt.Hombre... Se retrasa mucho, sta es la verdad sonri ella de mala gana. Los negocios...Negocios, negocios refunfu Orlan. Con lo fcil que es vivir sin preocupaciones.Se puso en pie.Vmonos, Minerva dijo. Todava son las seis de la tarde, pero antes de que den las doce de la noche, hay muchas cosas que hacer.

CAPTULO IIILos ojos de Jonathan May contemplaban la figura que apareca en la pantalla de su videfono. Corresponda a un hombre de mediana edad y aspecto de expresin astuta.De modo que usted cree...S, amigo May contest el otro. A mi entender, Miklos Gyordzany es el candidato adecuado. Rectitud, honestidad, inteligencia y visin de futuro. Hay mucha corrupcin ahora en el Gobierno; estoy seguro de que si Gyordzany alcanzase la presidencia, se corregiran muchos de los males actuales.Quiz sea as, pero...May, no vacile. Es cierto que cuando un hombre llega al poder, tiene que atender a los muchos compromisos contrados con anterioridad, pero cuando se es hbil e inteligente, resulta fcil complacer a todos, sin por ello empaar el buen nombre adquirido con anterioridad. Y, adems, el hombre de esas cualidades hace limpieza, que es lo que verdaderamente estamos necesitando. Pero, May, no recuerda usted lo que suceda en la General Supplies hasta que Gyordzany fue nombrado presidente?May hizo una mueca.Lo recuerdo demasiado. Aquellas acciones estaban por los suelos...Debido a la incompetencia y a la corrupcin del alto personal. Haba muchos protegidos polticos y Gyordzany los barri a todos. En seis meses, la G. S. haba dado un cambio radical y sus acciones se cotizaban a cuatro puntos y medio sobre el nivel oficial.S, pero la G. S. no es el Gobierno...Los tests psicolgicos a que se ha sometido Gyordzany no mienten. Son tests del subconsciente; ah no vale decir soy honrado de labios para afuera. Voluntariamente, se someti a las pruebas. Los resultados fueron magnficos.Est bien, djeme que me lo piense veinticuatro horas, amigo Latimer. Maana a esta misma hora le dar mi respuesta.Que ser afirmativa rio Latimer.Colleen entr en el despacho de su to momentos despus.Latimer me propone que apoye a Gyordzany para presidente dijo May, mientras tomaba los documentos que ella le haba trado.He odo hablar muy bien de l contest la joven. Le apoyars?En poltica, soy un tanto escptico. Tambin el actual presidente pareca que iba a ser el mejor de la era actual y su Gobierno es ahora una cueva de ladrones. Tendr que pensrmelo, querida.A m la poltica no me interesa sonri Colleen. Mira a ver si hay alguna carta que hayas de contestar con urgencia y lo har en el acto.Muy bien.May revis rpidamente la, correspondencia privada, que era recibida en su residencia y de la que se encargaba la muchacha. De pronto, Colleen vio que su to rompa una carta y la tiraba al cesto de los papeles.Bah, tonteras le oy refunfuar.Qu deca esa carta, to? pregunt ella.Un chiflado, Colleen. Peda un milln de neodlares a cambio de no echarme aos encima.La chica se ech a rer.Vamos, ni que fuera el doctor Fausto, pero al revs coment jocosamente.* * *Kit Orlan haba estudiado la situacin de la residencia de su amiga. Haba estado en su dormitorio y explorado visualmente el panorama circundante.La luz de la estancia poda divisarse desde varios puntos. Tras algunas reflexiones, Orlan se decidi por una colina situada a unos ochocientos metros, de poca altura y abundante vegetacin.A las once de la noche se hallaba ya en el lugar elegido. Despus de discutirlo con Minerva, haban acordado que la actriz no hara las seales solicitadas.Atrapar al observador y le har cantar afirm Orlan, seguro de s mismo.Porque el observador, estimaba, sera miembro de alguna banda de chantajistas. Si no conoca al jefe, s conocera a quien le poda sealar una pista definitiva.Recorri distintos puntos de la colina, eligiendo al fin el que le pareci ms adecuado. Sera cuestin de suerte, se dijo.Pero esperaba tenerla. Agazapado tras un frondoso arbusto, dej pasar el tiempo.Poco despus de las once y media oy unos pasos cautelosos. Acostumbradas las pupilas a la luz, no tard en divisar la silueta de un individuo, que llevaba un objeto en la mano.Se trataba de un par de prismticos. Tim Cornally enfoc el aparato ptico hacia la casa cuyas luces se vean en el fondo del valle.De pronto sinti que le tocaban en un hombro.Lo lamento mucho, pero la seora Oxford no har las seales que usted espera ver dijo una voz a sus espaldas.Cornally se puso rgido en el acto. Estuvo as un momento y, de sbito, se revolvi velozmente.Orlan trat de contratacar. Algo brill delante de l, oy un ruido sordo y, en el mismo instante, sinti un tremendo golpe en la parte alta del pecho.Las estrellas empezaron a girar vertiginosamente sobre su cabeza. Todas se unieron en un crculo de luz resplandeciente que, de sbito, se apag, dejndole sumido en una oscuridad absoluta.* * *Casi contaba con ello dijo Critton Sphax, despus de que su esbirro le inform del incidente.Roy Marini, otro de los miembros de la cuadrilla, solt una maldicin.Hemos perdido el tiempo exclam, furioso.No contradijo Sphax. Adems, me conviene dar un ejemplo.Jefe, si Minerva no accede, se nos evaporan un milln de neodlares!se lament Yath.Pero la actriz servir de escarmiento para que otros cedan insisti Sphax. Roy, t te encargars del asunto.No ser fcil, jefe dijo Marini.Escucha, tonto, crees que no s lo que me hago? Minerva se toma todas las maanas un vaso de naranjada. Su doncella se la deja sobre la mesilla de noche y ella, apenas abre los ojos, lo primero que hace es beberse la naranjada. Adems, duerme con la ventana abierta. Cuida mucho de su salud, comprendes?Eso ya est mejor sonri Marini. Pero, qu pasa si ha contratado vigilantes, como parece lgico que lo haya hecho despus de lo ocurrido?Eres un tipo hbil, no? O slo lo aseguras, pero no lo eres?Marini se ofendi.Sera capaz de entrar en el dormitorio del presidente, sin que se enterasen los guardias que vigilan la puerta contest orgullosamente.Entonces, demuestra que no eres un fanfarrn.Cmo, jefe?Sphax le entreg un frasquito, que contena unos cuatro centmetros cbicos de un lquido transparente y ambarino.Vierte la chronilina en el vaso de naranjada dijo. No importa que tardes tres o cuatro das; si necesitas observar el campo de operaciones, unos das de espera no tendrn importancia. Pero no quiero que falles, entendido?Marini hizo un signo de asentimiento.Eso est hecho, jefe contest, seguro de s mismo.* * *Las posibilidades de que Gyordzany acceda al poder son enormes dijo Eugen Pannilov.Lo que significa que nuestro candidato se ir al cuerno, verdad? sonri el otro hombre.As como t lo has dicho, Girdin Stohrer contest Pannilov sombramente.Lo que significa que perderamos nuestras prebendas... y se nos secara la fuente de ingresos.Exactamente, Girdin.Stohrer se acarici la mandbula. Era un hombre de unos cuarenta y cinco aos, alto, macizo, de pelo cortado a escuadra y ojos que parecan trocitos de hielo.Entonces, no queda ms que una solucin, Eugen. Hay que eliminar al candidato.Pannilov se estremeci.Girdin, un asesinato poltico sera el peor remedio para nuestros males dijo.Quin ha hablado de asesinato poltico? rio Stohrer. Un accidente hbilmente planeado, una enfermedad mortal... Hay muchas formas de eliminar a un hombre, sin que haya luego motivos para mencionar tan fea palabra. Quieres dejar que yo me encargue del asunto?Eligen Pannilov mir a Stohrer. A veces, aquel hombre le daba miedo.Pero lo necesitaba. Sin Stohrer, no habra llegado a la posicin que actualmente ocupaba.Stohrer lo saba tambin, era lo malo. Sin embargo, estaba en sus manos y no poda hacer ya nada para librarse de l.Salvo seguir adelante y ver de eliminar a Gyordzany sin riesgo de verse implicado en un escndalo.Mientras no haya un asesinato...Ser un accidente asegur Stohrer. De cunto tiempo disponemos?Cuatro meses, Girdin.Stohrer se puso en pie.Por lo menos, sobran dos contest con suficiencia. Y, descuida, no se producir el menor escndalo.Eso espero, Girdin dijo Pannilov.Confi en que Stohrer le resolviese el problema. Con el actual presidente, el Ministerio de Recursos Econmicos era el cuerno de la abundancia. Y si conseguan eliminar polticamente a Gyordzany, el presidente sera reelegido por otros seis aos y el cuerno de la abundancia seguira manando prdigamente durante ese tiempo.Que, a fin de cuentas, era lo que se trataba de conseguir.* * *Minerva Oxford se inclin hacia el paciente y le bes afectuosamente en una mejilla.Crate pronto, querido dese.Orlan trat de sonrer.Siento lo ocurrido...Ms lo siento yo. Al fin de cuentas, el que recibiste el balazo fuiste t y por mi causa.Lo hice por una buena amiga. Has contratado los detectives que te aconsej?No me dejan sola un momento contest ella. Volver a verte en cuanto pueda, Kit.Adis, Minerva.La actriz abandon la estancia del hospital donde convaleca Orlan. Apenas se haba cerrado la puerta, Orlan vio que se abra de nuevo.Hola, trampero salud alguien jovialmente. Est visible?La cara de Orlan se ilumin.Entre, Colleen dijo. No sabe cunto me alegro de verla.Es usted un tipo de suerte. Se dej pegar un tiro para que le visitara la eximia Minerva Oxford?El herido se ech a rer.Minerva y yo nos conocemos desde los tiempos de la infancia contest. Pero, cmo ha venido...?Le la noticia. Qu le pas, Kit?Ya lo sabe. Un merodeador me peg un tiro. Por fortuna, aparte de que el proyectil era soluble, me hiri en una regin no vital. Lo peor fue la prdida de sangre, pero ya estoy casi completamente curado.De lo cual me alegro sinceramente dijo Colleen. Acaso es empleado de Minerva?,No. Ella tena un problema y yo me ofrec a ayudarla. La haban amenazado, sabe?Algn fantico, sin duda. A los personajes famosos les suele ocurrir, Kit.Orlan hizo un gesto de duda.No creo que se trate de un asunto de fanatismo dijo. Le pedan un milln de neodlares.Vaya! exclam Colleen. Algn chantaje?S, aunque empleaban una amenaza un tanto singular. No la amenazan de muerte, pero s con transformarla en una vieja, si no pagaba.Colleen dej de sonrer. Orlan lo not y se extra.Qu le pasa, muchacha? pregunt.Kit, mi to ha recibido una amenaza semejante contest.Orlan frunci el ceo.Seguro, Colleen?Segursimo. No le la primera carta, porque la rompi en el acto, pero s la segunda. Por lo que he odo, debe de ser muy parecida a la que recibi Minerva Oxford.Recuerda usted el contenido de la carta, Colleen?Desde luego, Kit. Tengo buena memoria...Colleen recit casi textualmente el mensaje. Tendido sobre los almohadones, Orlan escuch con toda atencin.S, son dos cartas muy parecidas dijo, cuando ella hubo terminado. Colleen, el asunto es muy serio.Despus de lo que me ha contado usted, no me cabe la menor duda. Qu me aconseja, Kit?Por ahora, yo no puedo hacer nada, salvo tratar de curarme lo antes posible. Creo que todava me queda una semana de hospital, por lo menos. Dgale a su to que contrate guardas armados... a menos que quiera pagar el milln. .Colleen hizo un gesto negativo.Mi to no tiene que esconder nada vergonzoso contest.Lo cual significa que no pagar.Exactamente.Pero el chantajista quiere el dinero. As, pues, su to debe procurar que no le suceda nada y ha de ser de la forma en que yo le he indicado.Se lo dir, Kit. No sabe cunto celebro haber venido a verle. Ha sido una afortunada coincidencia, crame. Puedo hacer algo por usted?S, tenerme al corriente de cualquier cosa que suceda en la residencia de su to Jonathan contest Orlan.

CAPTULO IVA Roy Marini le haba costado solamente tres das enterarse de las costumbres de los vigilantes armados que haba contratado la actriz.El da elegido para actuar, Marini entr en el jardn, una hora antes del amanecer. Esper, oculto tras un macizo de flores.El vigilante de turno pas diez minutos ms tarde. Marini saba el tiempo que tardaba en volver por aquel mismo punto, despus de una vuelta completa en torno a la casa: de doce a trece minutos. Tena, pues, tiempo sobrado.Dej pasar un minuto, abandon su escondite y avanz cautelosamente hacia la ventana del dormitorio de la actriz. Tal como haba dicho su jefe, a Minerva Oxford le gustaba respirar aire puro durante el sueo. Sus movimientos eran sumamente meticulosos. Entr en el dormitorio y se acerc a la cama donde dorma Minerva.El sueo de la artista era apacible. La frondosa cabellera de Minerva destacaba como un gran abanico sobre el blanco de la almohada. Un brazo de mrbidos contornos sobresala fuera del embozo de las sbanas.Marini se acerc a la mesilla de noche. S, all estaba el vaso de naranjada, cubierto con un paito bordado.Sac el frasquito del bolsillo y lo destap. Luego, con gran cuidado, verti el contenido en la naranjada.Te habra salida ms barato pagar musit, como si Minerva pudiera orle.Luego, con las mismas precauciones que a la llegada, emprendi la retirada.Sphax y los otros dos aguardaban ansiosamente. Marini abri la puerta y gui un ojo, a la vez que juntaba el ndice y el pulgar en crculo.Hecho, jefe anunci, rebosante de satisfaccin.Perfecto, Roy aprob Sphax. Minerva nos servir de ejemplo para otros que traten de negarse a pagar.Suponiendo que la droga haga efecto dijo Cornally.Bruto, es que no viste la prueba con el perro? Le pusimos medio centmetro cbico solamente, y en una semana se muri de viejo.Cornally se estremeci.No me gustara beber ese mejunje dijo. Cunto cree que tardar en hacerle efecto a la actriz?Bien, segn haba explicado Maurer, el lquido tarda ms o menos veinticuatro horas en incorporarse plenamente al organismo. A partir de este tiempo es cuando se inicia la accin de envejecimiento.Bueno, jefe, lo que nosotros queremos saber es cundo estar Minerva como si tuviese ochenta o noventa aos terci Dandy Yath.Cmo andas de matemticas, Dandy? pregunt Sphax.Ps, no muy bien! contest el interpelado.Entonces, empieza a hacer cuentas. La accin de la chronilina, segn la dosis propinada a Minerva Oxford, es de cuatrocientos a uno.Qu significa eso, jefe? pregunt Cornally.Simplemente, que en un da habrn transcurrido, para ella cuatrocientos... y que en treinta y seis das aproximadamente, tendr cuarenta aos ms de los que tiene en la actualidad.* * *Colleen May se tropez con Kit Orlan en la puerta del cuarto que el joven haba ocupado durante algunas semanas en el hospital.Hola dijo la chica. Adonde va?A casita contest l. Ya me han dado el alta, Colleen.Le felicito, Kit. Yo vena a visitarle...Cosa que agradezco sobremanera. Qu novedades me cuenta, Colleen?Por ahora, nada respondi la joven. El chantajista no ha dado seales de vida.No sabe cunto me alegro. Qu dice su to al respecto?Colleen se ech a rer.Ni se acuerda ya contest. Sabe usted algo de Minerva Oxford?Habl con ella ayer por videfono y me dijo que se senta un poco cansada, eso es todo. Debe de ser el trabajo...Qu trabajo? se extra Colleen. Ahora no tiene ninguna obra en cartel.Bueno, entonces son cosas de las mujeres sonri l. Ha tomado precauciones su to?No es hombre descuidado. Quiere que le lleve a casa? Tengo mi aeromvil abajo...Se lo agradecer. El mo debe de estar en el garaje de Minerva. Lo dej all cuando fui a pescar al chantajista.Muy bien, entonces, vmonos ya.Orlan y la joven se dirigieron hacia el ascensor. Momentos despus, Orlan realizaba las ltimas formalidades en la administracin del hospital y reciba los documentos de alta.Uf! dijo, al salir al exterior, tena ganas de abandonar este casern.Me lo imagino. Ir a ver a Minerva?S, maana, y de paso recoger mi aeromvil.Colleen se sent en el puesto del conductor.Kit, si le queda tiempo, despus de visitar a su amiga, venga por casa. Charlar con mi to y se quedar a cenar con nosotros sugiri.Si no pudiera ir, llamara desde la casa de Minerva. Le parece bien, Colleen?Magnfico! aprob la muchacha.* * *Con paso lento, Minerva Oxford se acerc al tocador y se sent frente al espejo.Llevaba unos das que no se senta bien. Flojedad en los miembros, desgana, algn vahdo que otro... Se pregunt si no sera conveniente llamar a su mdico.El espejo le devolvi la imagen de una cara un tanto afilada. El cansancio se reflejaba claramente en sus facciones.De pronto, Minerva vio algo que le hizo fruncir el ceo.Qu extrao! murmur.Aquellas hebras grises...De pronto, llamaron a la puerta.Pase accedi.La doncella apareci en el umbral.Seora, el capitn Orlan aguarda en la sala anunci.Minerva se puso en pie inmediatamente.Ah, muy bien, voy ahora mismo contest. Preprenos algo de beber, Susana.S, seora.La actriz se dirigi hacia la sala. Orlan aguardaba en pie, contemplando un cuadro de firma.Kit dijo ella suavemente.Orlan se volvi. Empez a sonrer, pero se puso serio casi en el acto.Minerva! Qu te sucede? exclam.Bien, ya te dije que no me encuentro muy bien estos das...Se te nota una enorme fatiga dijo Orlan. Has trabajado demasiado en los ltimos tiempos?Hace cuatro semanas que estoy de descanso. Lo ms que he hecho ha sido estudiar tres guiones de cine y una obra de teatro, pero no me he metido a fondo con ellos. Tan mal me encuentras?Orlan hizo un gesto de duda.Hum! En tu lugar, yo llamara a un mdico en seguida sugiri.S, tienes razn; yo tambin lo haba pensado...Susana vino con una bandeja en las manos. Minerva tom las copas y le ofreci una a su visitante.Sintate, Kit invit. Qu tal te encuentras ahora?Fuerte como un roble contest l.Kit; nunca podr pagarte lo que hiciste por m...Intent hacerlo, que no es lo mismo.Como sea, corriste un grave riesgo por m insisti Minerva,Ya te dije en cierta ocasin que la amistad es algo ms que felicitar un cumpleaos respondi l. Bien, Minerva, lo siento, pero tengo que dejarte. Estoy invitado a cenar.La actriz sonri.Se apellida May? pregunt maliciosamente.S sonri l.Una muchacha muy bonita Minerva suspir. Con veinte aos menos, no iba a tener competidora.Orlan emiti una risita de circunstancias. Apur la copa, se limpi los labios y se puso en pie.Insisto, llama a tu mdico, Minerva. Y cuanto antes mejor aconsej.As lo har prometi ella.Media hora ms tarde, apareci el doctor Harrard, mdico particular de la artista, a la que conoca y trataba desde haca aos. Harrard examin a Minerva concienzudamente y, al cabo de unos momentos, escribi algo en un papel.Pero, bueno, doctor, qu es lo que tengo? pregunt Minerva, impaciente y asustada por la rara expresin que apareca en el rostro del galeno.No se lo puedo decir todava, porque an no lo s bien respondi Harrard. Pero aqu le entrego esta nota para mi colega Alameda. Yo le llamar en cuanto llegue a casa, a fin de que le seale hora de visita, para el da de maana.Minerva abri mucho los ojos.He de suponer que el doctor Alameda es especialista de alguna cosa dijo. Concretamente, cul es esa especialidad, doctor?Harrard mir fijamente a la artista.Gerontologa, seora Oxford contest.* * *La cena haba resultado muy agradable. Jonathan May era un magnfico anfitrin y haba llevado el peso de la conversacin, relatando infinidad de ancdotas, muchas de las cuales haban hecho rer estrepitosamente a Orlan y a Colleen. Una vez terminada la cena en el comedor, May se dirigi al mayordomo:Richard, sirva el caf y los licores en la salita.Bien, seor contest el impasible mayordomo.Colleen se puso en pie y lo mismo hicieron los dos hombres. De pronto, Orlan dijo:Es extrao. Jurara que he visto al mayordomo antes de ahora, en alguna parte. Sin embargo, no consigo recordar...Richard es nuevo. El otro se despidi hace dos das y tuvimos que pedir uno a la agencia explic Colleen,Ah, entiendo.Pero no tenemos queja de l aadi May.Usted ha estado en muchas partes y conoce a infinidad de gentes dijo Colleen, una vez en el saln. Quiz estuvo en alguna casa donde serva Richard anteriormente.Orlan sonri.La verdad es que no suelo frecuentar mucho ciertos ambientes contest. Y no conozco a Richard como mayordomo en ninguna de las casas que haya podido estar y donde tuvieran mayordomo.Bueno, no se preocupe dijo May. No es un detalle de importancia, creo yo.Pero Orlan no se senta muy convencido.De modo que el otro mayordomo se puso enfermo hace dos das murmur.S, tuvimos que llevarlo precipitadamente al hospital contest la muchacha.El timbre del videfono son de pronto.Colleen dio el contacto. La cara de Minerva apareci en la pantalla.Seora Oxford! exclam Colleen, atnita.Orlan se puso en pie de un salto.Minerva! dijo, ya frente al videfono.La actriz no haba dicho an una sola palabra. Orlan se dio cuenta de que tena los ojos llenos de lgrimas.Qu te pasa, Minerva? pregunt Orlan. Te sientes peor?Kit... el doctor Harrard... vino a verme... Me dio una nota... Tengo que ir maana a que me examine el doctor Alameda... Es especialista en gerontologa...Orlan se qued estupefacto.Seguro, Minerva?S, Kit. Harrard no ha querido ser explcito... y yo tengo un miedo espantoso. Habr cumplido sus amenazas el chantajista?Hubo un momento de silencio. Luego, Orlan dijo:Minerva, tmate un calmante para que duermas bien esta noche. Yo ir maana a buscarte para acompaarte al despacho del doctor Alameda. Entendido?As lo har, Kit respondi la actriz.

CAPTULO VOrlan, cort la comunicacin y se volvi hacia May y su sobrina.Gerontologa dijo. Saben lo que eso significa?S asinti May preocupadamente. Enfermedades de la vejez.Pero si Minerva pareca una chiquilla exclam Colleen. Y ahora parece que tenga sesenta aos. Cmo puede ser eso?Su edad real, lo s bien, es de treinta y nueve aos dijo Orlan. Pero usted tiene razn, Colleen, ahora parece como si tuviera veinte ms,May frunci el ceo.Oiga, muchacho, las actrices, a veces... Bueno, usted ya sabe; recurren a infinidad de trucos para hacerse publicidad...Minerva no hara tal cosa conmigo, seor respondi Orlan tajantemente. Lo que le est sucediendo es real, aunque, desde luego, ignoremos la forma en que se ha producido.No haba contratado un par de detectives que vigilasen su casa? pregunt Colleen.Ciertamente, aunque no s cmo...Richard, el mayordomo, entr en aquel momento con la bandeja en las manos.Orlan contempl fijamente al individuo. Los brazos, alargados para sostener la bandeja... Las muecas estaban relativamente juntas, como, cuando en cierta ocasin y en su calidad de comandante de la astronave, haba debido arrestar a cierto sujeto...Fue como un fogonazo en su memoria.Marini! Roy Marini! grit.El falso mayordomo se sobresalt.Orlan dio un paso hacia l.Usted es Marini, el ladrn a quien uno de mis oficiales sorprendi in fraganti a bordo de la Jungfrau acus.Marini retrocedi un paso. Solt la bandeja, que cay al suelo con todo su contenido, dio media vuelta y ech a correr.Prese, Marini! grit Orlan, lanzndose en persecucin del fugitivo.Marini cerr la puerta del saln y accion la llave por el otro lado. May, ms prctico, corri hacia una de las ventanas:Muchachos grit a los vigilantes, el mayordomo es un bandido y trata de escapar! Agrrenlo, rpido!Orlan salt al jardn a travs de la ventana. Alguien encendi las luces del porche.Kit! grit Colleen.Marini ha muerto dijo Orlan.May lanz una maldicin, Orlan se acerc a la ventana de la sala, en la cual se hallaban to y sobrina.Y no ha podido hablar dijo May, furioso.Al menos, consegu identificarlo manifest Orlan. Ahora bien, es de suponer que formase parte de una banda. Conociendo su identidad, creo que la polica acabar por dar con sus compinches.Hay otra cosa que me preocupa ms, muchacho dijo May. Las amenazas del doctor Chronos.Yo creo que eso no debe de preocuparle, seor dijo Orlan. Si la hubiera llevado a cabo, aunque ignoramos la forma en que lo han hecho, ya se habra marchado de la casa.Kit tiene razn, to intervino Colleen. Opino que Marini no tuvo tiempo de propinarte ninguna droga...Una droga! exclam Orlan de repente.Estuvo parado un segundo y luego corri hacia el cadver. Se arrodill a su lado, registr sus ropas y, unos momentos despus, volva a la casa con un frasquito en las manos.La droga! exclam Colleen, satisfecha de su intuicin.S, pero est vaco indic Orlan sombramente.* * *Cuntos aos tiene usted, seora Oxford? pregunt bruscamente el doctor Alameda.Vamos, dselo habl Orlan. No es ninguna vergenzaLa actriz se hallaba tras un biombo, donde se vesta. Orlan acababa de entrar en la sala, despus del reconocimiento previo realizado por el especialista.Treinta y nueve, doctor contest Minerva por fin.Alameda hizo un gesto nada optimista.Seora, ese es el tiempo transcurrido desde su nacimiento dijo. El tiempo que lleva viviendo su organismo corresponde al de una persona de sesenta aos corridos.Minerva exhal un gemido. Orlan apret los dientes.Cmo puede ser eso, doctor? inquiri.Cientficamente, le dir que se trata de un proceso degenerativo de las clulas del organismo humano. Envejecimiento rpido, para que lo entiendan ms claramente.Sucede eso algunas veces?En determinadas circunstancias y debido a alteraciones hormonales, s, pero no es una enfermedad corriente. Por lo que yo s, tales alteraciones no se daban en el organismo de la seora Oxford.Es decir, que se han producido artificialmente.Temo verme obligado a darle una respuesta afirmativa, capitn.Minerva abandon el biombo. Las lgrimas resbalaban por sus mejillas.Entonces... en cuatro das... voy a convertirme en una vieja... solloz.Alameda se senta terriblemente incmodo.Es un caso muy extrao manifest. Dirase que en nueve o diez das, ha vivido usted veinte aos, seora. Y eso, tericamente imposible, puede serlo mediante la accin de una droga aceleradora de las funciones del organismo humano.Existe esa droga, doctor? pregunt Orlan.Hace algn tiempo, uno de mis colegas, Maurer, me dijo que estaba haciendo investigaciones en este campo. No s a qu resultados habr llegado, pero me pareci que iba por el buen camino.Ir a verle, doctor decidi Orlan. Mientras tanto, qu tratamiento sugiere usted para la seora Oxford?Alameda se sent tras su mesa de despacho y empez a escribir una receta.Ser largo, costoso y nada seguro..., pero es lo nico que se me ocurre por ahora.Algo ser mejor que nada, doctor dijo Orlan.Al cabo de unos momentos, Alameda se puso en pie y entreg la receta a la actriz.Siga el tratamiento con toda puntualidad, seora. Por favor, venga a verme dentro de cuatro das. Quiero seguir su caso con todo detalle.Minerva hizo un gesto de asentimiento. Orlan tom su brazo y se la llev hacia la salida.Ir a ver al doctor Maurer, doctor Alameda anunci en el momento de cruzar la puerta.Ctele mi nombre, capitn; estoy seguro de que le atender con toda amabilidad asegur el geriatra.Minerva desfalleci al salir a la calle. Orlan tuvo que sostenerla para que no rodase al suelo.Vamos, anmate dijo, tratando de infundirle optimismo.Me siento totalmente desmoralizada...Minerva se derrumb en el asiento, apenas entr en el aeromvil. Orlan tom los mandos y el aparato levant el vuelo.Minerva, lo que te ocurre, indudablemente, es debido a una droga dijo l, ceudo. Tenas unos vigilantes, creo.S, pero no vieron nada de particular.Has cambiado alguien del personal de tu servidumbre en los ltimos tiempos?No, en absoluto.Orlan se mordi los labios.Debe de ser una droga que no altera el sabor de las sustancias con las que se mezcla supuso. Yo me pregunto cmo pudieron aadirla a tu comida... o a alguna de tus bebidas...El alcohol debe quedar descartado dijo Minerva. Apenas lo pruebo, Kit.Qu ms bebes?Leche, agua mineral, caf algunas veces... y un vaso de zumo de naranja todas las maanas, apenas me despierto. Es un rgimen que me va... que me iba muy bien solloz la actriz.S, ya s que hacas una vida muy higinica convino Orlan. Era un rgimen destinado a conservarse joven, pero, de qu le ha servido?, pens desanimadamente.Pasaron algunos minutos. De pronto, Orlan exclam:Un momento, Minerva. Duermes con la ventana abierta?Siempre contest ella. Es una costumbre que no he abandonado jams. nicamente, en los ltimos aos, hice instalar persianas automticas, conectadas a un reloj, que las cerraba en cuanto haba un determinado grado de intensidad de luz al amanecer.Orlan emiti un juramento entre dientes:No se hable ms gru. Conociendo a Marini y sus habilidades, no es necesario romperse la cabeza para adivinar la forma en que puso la droga en tu vaso de naranjada. Pero ahora, habindolo identificado, la polica encontrar a sus compinches y, disponiendo de la droga, se podr encontrar fcilmente el remedio contra sus efectos.Es probable admiti Minerva, aunque, quin me devolver estos veinte aos que he vivido en nueve o diez das?Orlan guard silencio.Minerva tena razn. Haba algn antdoto contra aquella espantosa droga que aceleraba con tan vertiginosa rapidez el ritmo de la vida humana?La cabeza de la actriz se reclin en el respaldo del asiento.Si al menos se pudiera dar marcha atrs al tiempo... suspir.Orlan reflexion durante algunos minutos. Luego dijo:No te preocupes. Entre Alameda y Maurer acabarn por dejarte otra vez como una chiquilla.Pero eran palabras destinadas a levantar el decado nimo de la actriz. Ni el mismo Orlan crea en ellas.Horas ms tarde, el pesimismo de Orlan creci enormemente despus de conocer la suerte que haba corrido el doctor Maurer.

CAPTULO VINota usted algn efecto en el organismo, seor? pregunt Orlan.Nada, en absoluto respondi Jonathan May. Me encuentro maravillosamente.Seguro que Marini no tuvo tiempo de darle la droga. Hay otras personas, en cambio, que no pueden decir lo mismo.Minerva? inquiri Colleen.S. La acompa ayer al mdico.Y...? dijo May ansiosamente.Minerva ha envejecido fsicamente veinte aos en nueve o diez das. Y el proceso de envejecimiento contina.Colleen se agarr la cara con ambas manos, espantada por aquella respuesta.Eso significa que dentro de diez das ms habr envejecido otros veinte aos y veinte ms en los diez das siguientes dijo May.Sesenta aos en cuatro semanas o menos concord Orlan con lgubre acento.Pero habr algn remedio para esa droga infernal...Por ahora, no se conoce, seor. El doctor Alameda me recomend a un colega, que haca investigaciones sobre el tema. Se trataba del doctor Maurer. Cuando fui a su casa, la encontr completamente destruida.Un asesinato? sugiri Colleen.No lo s. Un vecino me dijo que la casa ardi hasta los cimientos har algunas semanas. El doctor Maurer pereci en el siniestro y, es de suponer, todos sus apuntes, notas y materiales, desaparecieron en el fuego.Entonces, la enfermedad de Minerva, si es que se puede llamar as, no tiene curacin, Kit.El doctor Alameda ha prescrito un tratamiento, pero desconfa de s mismo. El proceso de senilidad es muy rpido y, al parecer, irreversible.Eso significa que Minerva morir de vieja antes de un mes.Orlan hizo un gesto de asentimiento. May mene la cabeza compasivamente.Pobre mujer dijo. Lo peor de todo es que la polica no ha conseguido nada hasta ahora.No conocen los nombres de los cmplices de Marini?S, se trata de un tal Critton Sphax, pero ha negado tener toda relacin con el muerto. Sphax ha admitido haber hecho algn negocio con Marini, pero fue hace tiempo y luego se separaron.Hay algn informe del laboratorio acerca del frasco que encontr en las ropas de Marini?Por ahora, no contest May.Le sugiero una cosa, seor May dijo Orlan. Usted tiene influencias. Haga que el doctor Alameda intervenga en el anlisis de las pocas gotas de lquido que an quedaban en el frasco. A fin de cuentas, es especialista en la materia.Lo tendr en cuenta respondi May.Orlan se dirigi hacia la puerta.Adonde va, Kit? pregunt Colleen.La polica no ha conseguido nada, pero puede que yo obtenga otros resultados ms positivos con Sphax respondi eleven.* * *Kit Orlan estudi la cara del sujeto que tena ante s. Astuto y escurridizo, calific en el acto.He accedido a recibirle por pura cortesa, capitn manifest Critton Sphax. Pero le dir que no tengo nada que ver con las trapaceras de Marini.Me gustara creerle, seor Sphax dijo Orlan framente.Yath y Cornally estaban junto a Sphax, a ambos lados. Bastaba verles la cara para juzgar cul era su profesin.Si ha venido a insultarme, ser mejor que se vaya, capitn contest Sphax.Escuche, conoca a Marini y saba que era un sujeto incapaz de tomar ciertas iniciativas. Era un hbil ladrn y realizaba viajes con frecuencia, obteniendo buenas ganancias. Pero de ah no pasaba; Marini no era hombre con la inteligencia suficiente para planear un golpe de importancia.Le doy las gracias dijo Sphax burlonamente. Sus palabras me hacen suponer que usted me cree hombre de gran inteligencia.Quiz excesiva contest Orlan sin inmutarse. Pero, se ha parado a pensar que el ltimo annimo dirigido al seor May est en manos de la polica y que es muy probable que acaben averiguando que fue usted el autor de ese annimo?Lo dudo mucho repuso Sphax. No soy experto en annimos, pero si tuviese que enviar uno, sabe cmo lo hara?Si tiene la bondad de explicrmelo...Con mucho gusto. En primer lugar, usara guantes en todo momento, incluso al adquirir el papel, los sobres y los sellos de correo.Elemental. Contine.En segundo lugar, usted lo sabe bien, hay muchos grandes almacenes en la ciudad que tienen gratuitamente lo que llaman despachos de trabajo para los clientes. Un cliente va a uno de esos despachos, se sienta ante una dictgrafa y escribe una carta, bien en papel propio, bien en papel de esos grandes almacenes. Usted ya sabe cmo trabajan las dictografas, verdad?Orlan apret los dientes.Est mintiendo, pero, de momento, tendr que dar por buena su respuesta, seor Sphax contest, procurando ocultar la decepcin que senta.* * *Cuando Orlan se hubo marchado, Sphax sac un pauelo y se limpi el sudor de la frente.Uf!. Ese tipo me ha hecho sudar de veras.Sospecha de nosotros, jefe observ Yath.Y eso, despus de lo que ha pasado con Marini, no me gusta en absoluto aadi Cornally.Marini fue un tonto. La idea de fingirse mayordomo fue suya.No era mala...Sphax interrumpi bruscamente a Cornally.Toda idea que no sale bien, es mala dictamin. Lo nico que pasa es que hemos perdido un milln de neodlares. Pero May ceder cuando vea que lo de Minerva no tiene remedio.Y cmo se le har tomar la droga?Ya me lo pensar contest Sphax. Mientras tanto, tenemos que estudiar las caractersticas de los otros tres sujetos que tenemos en cartera.Sphax abri el cajn de la mesa y sac un papel, que parti en dos mitades.Dandy, encrgate de ste orden. Ah tienes su direccin. Ya sabes lo que tienes que hacer.S, jefe.T, Cornally, encrgate del nmero dos.Se encargar usted del nmero tres, jefe?S, personalmente.Una cosa, jefe exclam Yath. Qu hay del frasco de la droga?Sphax se ech a rer.Jams lo encontrarn dijo. No lo encontrarn, salvo que destruyan este edificio piedra por piedra. Cosa imposible, por otra parte agreg, seguro de s mismo.Yath y Cornally se marcharon, dejndolo solo. Sphax se reclin en el silln y ley el nombre del individuo al que haba asignado el nmero tres en su lista de posibles vctimas.Girdin Stohrer es muy rico y pagar sin rechistar murmur. Sobre todo, cuando se entere de lo que le ha pasado a Minerva Oxford.* * *En el saln de la residencia de Minerva haba un hombre de unos cuarenta aos, alto, bien parecido y con cierto aire de timidez, que tena un enorme ramo de flores en las manos y que daba la sensacin de no saber qu hacer con ellas.Lo siento, seor Harvard dijo Susana, en el momento en que Orlan entraba en la casa. La seora no quiere recibirle.Pero, Susana..., soy el seor Harvard... Ella me conoce de sobras... Yo no le he dado motivos para que se niegue a recibirme...Minerva Oxford tiene motivos para no recibirle intervino Orlan.Harvard se volvi hacia l.Quin es usted? pregunt con cierta brusquedad.Mi nombre es Kit Orlan y soy amigo personal de la seora Oxford.Soy Sylvester Harvard declar el visitante. Tambin soy muy amigo de Minerva y, hasta hace algunos das, crea que algo ms que amigo.Orlan adivin la verdad.Usted es su flirt dijo.Harvard sac el pecho.Algo ms, seor mo contest orgullosamente. Quiero casarme con Minerva... y, aunque ahora me imagino que debe estar bajo los efectos de una depresin nerviosa...Lo que tiene Minerva es algo ms serio que una depresin nerviosa dijo Orlan. Y si ahora no le recibe, debe tener paciencia. Pronto estar curada, se lo aseguro.Pero, a pesar de todo...No insista, seor Harvard.Hubo un momento de silencio.Espero que ella no haya variado de sentimientos hacia m dijo Harvard al cabo.No es eso, ni mucho menos. Ella le aprecia, pero... Oiga, Harvard, su nombre me suena. No es usted el inventor de un nuevo sistema de gua de astronaves por control remoto?As es admiti Harvard. Mi sistema puede programar la rbita de una astronave desde el suelo terrestre hasta los lmites del sistema solar.Un magnfico invento. Le felicito.Tambin soy el autor de otro sistema de propulsin para astronaves, que aumenta la velocidad, sin gasto apreciable de combustible, en ciento veinticinco por ciento ms de lo normal. S, he odo hablar algo de eso convino Orlan.Las patentes me han dado muchsimo dinero. Por tanto, no es el inters lo que me impulsa hacia Minerva Oxford.Una declaracin digna de todo elogio sonri el astronauta. De este modo, una astronave se podra guiar desde la Tierra...Hasta unos ocho mil millones de kilmetros, con uno de error como mximo en el punto ms alejado de la rbita. Naturalmente, las posibilidades de desviacin decrecen en proporcin directa a la distancia.A menor distancia, menor desviacin.Justamente.Y la velocidad?Harvard sonri.Hoy se tarda en llegar a Marte unas cuatro semanas. Con mi acelerador, el ahorro de tiempo es, como mnimo, de dieciocho das.No est mal aprob Orlan.He hecho pruebas con mi astronave particular. Los resultados han sido fructferos en todas y cada una de las pruebas y en ambos sentidos: velocidad y control remoto.Orlan tendi la mano al inventor.Le felicito, amigo Harvard dijo. Y ahora, por favor, vyase. Agarr el ramo de flores y concluy: Yo se las entregar a Minerva en su nombre.Momentos despus, entraba en el cuarto donde estaba Minerva.Haba una oscuridad casi total. Ella se volvi para mirarle.

CAPTULO VIIOrlan se sirvi una copa y la vaci de un trago.Tiene usted muy mala cara, Kit dijo Colleen.El joven llen la copa otra vez.Vengo de ver a Minerva confes.Cmo est?Orlan call durante unos momentos.Cmo puede una persona sufrir una transformacin semejante en menos de quince das? Minerva ofrece un aspecto espantoso..., parece que tenga setenta aos..., pero setenta aos de los antiguos, no s si me entender usted, Colleen.Creo que s. Hace un siglo, una persona de setenta aos tena un aspecto mucho ms avejentado que otra de la misma edad en esta poca.Justamente. Parece mentira dijo l, meditabundo. Minerva ofreca todo el aspecto de una joven de veinticinco o treinta aos; era hermosa, tena una figura maravillosa... y ahora parece una bruja de cuento!Colleen se estremeci de horror.Y no se puede hacer nada? murmur.El tratamiento de Alameda es prcticamente ineficaz. Algo hace, qu duda cabe, pero es como reducir la velocidad de una astronave en un cinco por ciento. Apenas se nota, comprende?S contest ella. Le comprendo perfectamente.A Minerva le quedan veinte das de vida como mximo, Colleen.Morir de vieja, habiendo vivido menos de cuarenta aos.Justamente.El tiempo no se puede detener... no se puede invertir su marcha, como si fuese la de un automvil antiguo.No. Las agujas del reloj giran de izquierda a derecha; no hay relojes cuyas manecillas giren de derecha a izquierda.Los dos jvenes guardaron silencio. Jonathan May entr en aquel instante y los vio muy deprimidos.Malas noticias presumo dijo.S, seor confirm Orlan. Mi amiga no tiene salvacin.May suspir profundamente.En las novelas de fantasa cientfica se habla mucho de las mquinas del tiempo, esos artefactos en los que los protagonistas se adelantan a su poca o viajan al pasado. Pero no dejan de ser fantasas.Orlan sonri.Usted quiere decir que con una mquina de ese gnero podramos encontrar el remedio para el proceso de senilidad de Minerva Oxford.Esa sera la nica forma de curarla, bien yendo al futuro para encontrar una medicina adecuada, bien retrocediendo en el tiempo para evitar la ingestin de esa maldita droga. Pero, insisto, slo son fantasas. May les volvi a mirar y sonri.Por qu no procuran salir y distraerse un poco? sugiri.* * *La carta que Girdin Stohrer recibi aquella maana provoc primero su hilaridad. Luego le hizo pensar.Era una carta anloga a las que ya haban recibido Minerva Oxford y Jonathan May. Stohrer pas mucho rato leyndola y releyndola hasta que se la supo de memoria.Reclinado en su silln, estuvo meditando durante largo rato. Era cierto que el sedicente doctor Chronos poda hacer envejecer a las personas?De repente, concibi una idea. Alarg la mano hacia el videfono y marc una cifra.La cara de Eugen Pannilov apareci al momento en la pantalla.Hola, Girdin salud Pannilov Algo nuevo?S, creo que ya he dado con la solucin a nuestro problema declar Stohrer.Eso es estupendo... si el plan da resultado, claro.Lo dar afirm Stohrer, seguro de lo que deca. Pero an debo, dejar pasar algunos das.Puedo conocer detalles, Girdin?Te lo dir en nuestra prxima reunin, Eugen.Pannilov sonri.Quieres discrecin adivin.Exacto. Ya te dar ms detalles cuando me sea posible. Pero desde ahora te digo que puedes dormir tranquilo. Olvdate de ese problema, comprendes?Si t lo dices...Stohrer solt una ruidosa carcajada.Eso est hecho ya asegur.Luego cort la comunicacin.Bueno, ahora slo falta esperar la segunda carta del doctor Chronos se dijo, mientras elega el mejor habano de la caja que tena sobre su lujosa mesa de despacho. Las nubes de humo azul que bien pronto empezaron a brotar del cigarro le parecieron de incienso en celebracin de su pronta victoria.* * *Insomne, Kit Orlan daba vueltas continuamente sobre la cama, tratando en vano de conciliar el sueo.Las horas pasaban sin que consiguiera, como vulgarmente se dice, pegar un ojo. Haba un problema que roa su ment con tenacidad, de una forma absorbente, obsesiva.Curar a Minerva, vencer su senilidad, devolverla a su edad normal... Cmo conseguirlo?Los mejores especialistas estaban tratando de hallar la frmula del lquido contenido en el frasquito hallado en las ropas de Marini. Incluso el doctor Alameda se haba unido a ellos.Orlan haba ledo el informe de lo obtenido en los primeros intentos, debido a la influencia de Jonathan May. El informe se le haba antojado un compendio de oscuridad, poco menos que ilegible.Slo haba conseguido saber una cosa: que tanto Alameda como los dems estaban an muy lejos de hallar la frmula que, al parecer, haba salido de la delirante imaginacin del doctor Maurer.Por lo tanto, Minerva pareca condenada a morir de vieja.A menos que alguien consiguiera detener el tiempo, se dijo.Parar el tiempo, parar el reloj...Y esperar a que los cientficos hallasen la frmula salvadora.Si se hubiesen inventado los cronomviles...Pero, una vez ms, se trataba de una fantasa. No haba mquina capaz de hacer viajar a una persona al pasado.Viajar al pasado era retroceder en el tiempo, vivir al revs..., pero el artefacto capaz de moverse en la lnea temporal no exista.Tendra que ser un aparato que se moviese, tericamente, en sentido inverso al de las agujas de un reloj murmur en la oscuridad, con la vista fija en el techo.Pasaron algunos minutos. El sueo, al fin, empez a vencerle.De sbito, algo estall en su mente. Fue como un deslumbrante fogonazo, un relmpago en una noche de absoluta oscuridad.Orlan se sent de golpe en la cama.Y por qu no? exclam casi a gritos. Por qu no probar? Se puede decir que, en el caso de Minerva, todo est perdido, as que no perdera ya ms. Y, en el peor de los casos, se mantendra en su edad, actual, hasta que los cientficos diesen con la frmula salvadora.Orlan ya no se lo pens dos veces. Todava faltaba mucho para amanecer, pero, sin ms vacilaciones, encendi la luz, apart, a un lado las ropas de la cama y corri a meterse bajo la ducha.Una hora ms tarde, aporreaba la puerta de una casa, en la que una placa sealaba el nombre de su dueo. Sylvester Harvard apareci al fin, envuelto en una bata y con los ojos turbios, a causa del sueo tan bruscamente interrumpido.Capitn dijo de mal humor, le parece que las tres y media de la madrugada es una hora apropiada para ir por ah despertando a la gente?Seor Harvard, tendr que dispensarme por eso, pero en otro momento contest Orlan. Lo que tengo que decirle es algo muy urgente y que no admite demora de ninguna clase. Puedo pasar?Harvard adivin por la expresin de su visitante que, en efecto, se trataba de algo grave. Pas una mano por sus revueltos cabellos y entr a un lado.Bien, entre accedi. Supongo que viene a hablarme de Minerva agreg.En efecto; yo quera decirle...Una voz de mujer le interrumpi de pronto.Hijo, sucede algo, malo?Harvard se volvi hacia la mujer, vestida, como l, con ropa de dormir y cubierto el cuerpo con una bata.Nada de particular, creo, mam repuso. Perdone, capitn. Le presento a mi madre. Mam, el capitn Orlan.Cmo est, capitn? salud ella.Es un placer, seora Harvard dijo el astronauta. Les ruego me perdonen la visita en horas tan intempestivas, pero no poda demorarlo un solo momento.Se trata de Minerva, mam aadi Harvard.Ah, entiendo dijo la mujer. Les preparar un poco de caf mientras conversan.Gracias, mam.La seora Harvard se dirigi a la cocina. El ingeniero seal un divn a su visitante.Por favor, capitn...Orlan hizo un gesto de aquiescencia.Seor Harvard, tengo entendido que usted ama a Minerva dijo.Hombre rezong el otro. Supongo que no habr venido aqu solamente para preguntarme por mis sentimientos personales.Por supuesto, pero deseo saber si es usted capaz de hacer cualquier cosa por conseguir que Minerva vuelva a tener su aspecto normal.Sobre eso, no debe caber ninguna duda asegur Harvard, enftico. Pero no se me alcanza qu puedo hacer yo, la verdad.Quiz ms de lo que usted mismo cree, quiz pueda salvarla. Vamos a ver, Harvard, usted dijo que su sistema de gua por control remoto es perfecto.Dentro de lo que son las obras humanas, es el mejor que existe hasta el presente, dicho sea sin falsa modestia.Cunto tiempo puede estar funcionando?Harvard hizo un gesto vago.No hay lmites para su funcionamiento respondi. Todo el tiempo que se precise, meses, aos...Magnfico! aprob Orlan, entusiasmado. Y ahora, hbleme de su dispositivo de aceleracin suplementaria. Usted dijo que tiene una astronave propia, no es as?Cierto, y he probado ambos sistemas en ella, con pleno xito. Precisamente, uno de estos das he de reunirme con el presidente de la Sociedad Intermundial de Viajes para...Olvide a ese tipo, Harvard. Dgame, cul es la velocidad mxima que puede alcanzar su nave con ese dispositivo?He logrado velocidades de ciento veinte kilmetros al segundo. Perfeccionndolo y, aadiendo, adems, el lgico aumento de velocidad por inercia, podran alcanzarse velocidades mucho mayores.Orlan se puso en pie.Cunto tardara usted en tener lista su astronave? pregunt.Est lista en todo momento. Tal vez sera preciso reponer vveres y agua, pero todo lo dems est en orden...Orlan ya no dej que Harvard siguiese hablando. Agarrndolo por un brazo, le seal la escalera que conduca a los dormitorios del piso superior.Vamos, vstase orden con acento perentorio. Si quiere de veras a Minerva, debe empezar a actuar sin perder un solo minuto.

CAPTULO VIIIEmpezaba a amanecer cuando los dos hombres llegaron a la lujosa residencia de la actriz.Susana, la doncella, les recibi con ojos cargados de sueo.La seora est durmiendo... supongo aadi en tono de duda.Si est dormida, yo la despertar dijo Orlan resueltamente. Espreme en el saln, Harvard.Bien, Orlan.El astronauta se dirigi directamente al dormitorio de Minerva. Abri la puerta.Susana? dijo la actriz.No, soy Kit, Minerva. Te he despertado?Ella emiti una risa amarga.Crees que puedo dormir en estas condiciones? contest. Sal, quiero estar sola, Kit; no deseo que me vea nadie en mi actual estado.Orlan no dijo nada. Cruz el umbral, cerr la puerta y encendi la luz. ,Ella emiti un grito agudsimo, a la vez que se cubra completamente con las ropas de cama.No, no! Apaga esa luz, Kit! Apgala, por lo que ms quieras! Sus chillidos se transformaron casi de repente en agudos sollozos. Djame, Kit, djame...Orlan se acerc lentamente a la cama.Minerva, escchame pidi.Procur dar un acento persuasivo a su voz. Dej pasar unos segundos y aadi:yeme bien, Minerva. Quiero decirte una cosa. No puedo garantizarte el xito, pero es el nico medio que conozco para detener tu envejecimiento...De qu me servira quedarme como estoy? En dos semanas, he adquirido el aspecto de una vieja de ms de setenta aos se lament Minerva, todava debajo de las sbanas.Lo s, y puede que te quedes as para siempre..., pero de otro modo, si no intentamos nada, puedes morir en otros quince, veinte das como mximo. Vamos a hacer una prueba y no te doy muchas esperanzas; sin embargo, tengo confianza en que algo conseguiremos. Incluso podra ser que acabases recobrando tu aspecto anterior. Tienes que intentarlo, Minerva, te lo suplico. Por nuestra amistad... y por Harvard.Ya no lo ver nunca ms. l amaba a la mujer joven y hermosa que yo era hace slo unos das...Harvard contina amndote y desea, an ms que yo, tu curacin. Pero, naturalmente, debes poner algo de tu parte.Apaga la luz, por favor pidi Minerva.Orlan obedeci. Ella se quit las sbanas de la cara.Qu es lo que tengo que hacer? pregunt.Orlan lanz un suspiro de alivio.Ya era hora de que empezases a dar seales de cordura contest. Voy a salir de aqu para que te vistas. Puedes ponerte un traje largo y cubrirte la cara con un velo muy espeso, si quieres..., mejor dicho, si no quieres que te veamos. Harvard y yo aguardamos en el saln, Minerva.Se... se trata de una operacin quirrgica?No, ni mucho menos. Nadie te ver, salvo Harvard y yo, aunque eso s, debers tener mucha paciencia. El tratamiento puede prolongarse semanas, acaso meses enteros. Pero insisto, dar resultado, Minerva.Ella llor ahora de alegra.Si fuese verdad, Kit...Orlan se acerc a la cama, busc una de sus manos y la palme afectuosamente. Procur ocultar la repugnancia que senta al acariciar aquella piel, antes tersa y suave y ahora apergaminada y spera.Curars, Minerva, curars vaticin firmemente.* * * Girdin Stohrer ley una vez ms la segunda carta que haba recibido pocas horas antes y luego se acerc a la ventana de su despacho con una lmpara en la mano.Presion el interruptor varias veces, haciendo las seales que le haban sido prescritas. Despus aguard.Haba dos hombres ms con l en la habitacin. Ninguno de ellos haba despegado los labios hasta el momento.Pasaron algunos minutos. El timbre del videfono son de pronto.Stohrer se acerc al aparato y dio el contacto. Una cara redonda, casi esfrica, de gruesos mostachos y gafas de gruesa montura, apareci inmediatamente en la pantalla.Una mscara, pens Stohrer. Y fingiendo cierto temor, dijo:Soy Stohrer.Es un placer, seor Stohrer manifest el otro. Soy el doctor Chronos.Bien, usted dir, doctor.Ha aceptado mi peticin, por lo visto.Qu remedio! Stohrer simul resignacin. Pagar...Es una actitud muy sensata por su parte. Escuche bien lo que voy a decirle: Meta el dinero en una maleta de color claro, amarillo si puede ser. Maana, a las doce en punto de la noche, la dejar junto al tercer rbol, un tilo, que hay en el Parque Estatal, contando hacia el sur y a partir de la fuentecilla coronada por una estatua de Venus Afrodita. Repita las instrucciones, por favor.El tercer tilo, hacia el sur y a partir de la fuente de Venus Afrodita.Justamente aprob Chronos. La maleta quedar en sentido opuesto al surtidor. Eso es todo..., salvo, naturalmente, que no deber avisar a la polica.Nunca cometera una estupidez semejante asegur Stohrer.Lo celebro por usted. Ha sido un placer conocerle, seor Stohrer se despidi Chronos.La pantalla se apag. Stohrer cerr el contacto y se volvi hacia los dos individuos, que estaban junto a l, los cuales, prudentemente, haban permanecido fuera del campo visual del aparato.Habis odo? pregunt.Ron Blake y Emil Shavy asintieron al mismo tiempo. Stohrer sonri satisfecho.Muy bien, ahora ya sabemos dnde hay que dejar la maleta. Alguien vendr a recogerla continu. Puede que sea Chronos en persona, puede que sea alguno de sus compinches. En este caso, l nos dir dnde se esconde el doctor Chronos. Pero ahora vamos a elaborar un plan que nos permita obtener la informacin que deseamos.Blake y Shavy se acercaron a la mesa. Stohrer saba que poda contar con ellos. Eran hombres duros, astutos y carecan de piedad.Adems, y esto era lo importante, obedecan ciegamente sus rdenes.* * *Envuelta en un vestido que cubra su cuerpo hasta los pies y cubierta la cabeza con un espeso velo negro. Minerva pase la vista por el interior de la astronave.Es pequea, pero hay espacio suficiente dijo Harvard. Tienes comida para varias semanas, as como agua en abundancia para todos los usos. Adems, te he trado libros y cintas, con pelculas y grabaciones musicales.Puede que te aburras, pero no lo pasars peor que all abajo, encerrada en tu dormitorio aadi Orlan.Minerva hizo un silencioso gesto de aquiescencia.Adems dijo Harvard, vendremos a verte al menos una vez cada semana.Debemos comprobar los progresos en tu estado fsico indic Orlan.Habr progresos, Kit? dud ella.Puedes estar segura de que los habr, Minerva. Harvard, ensele el manejo de la radio. Aparte de las visitas que te hagamos, conviene que podamos estar en contacto contigo en cualquier momento.A continuacin, Harvard hizo de cicerone para la actriz, ensendole todos los departamentos de la nave. Asimismo le ense los instrumentos de a bordo que no deba tocar, as como algunos indicadores que para ella resultaran de fcil lectura.Tendrs que informamos de la velocidad, horarios a bordo y otros datos dijo, mientras prosegua con las explicaciones.Media hora despus, estaban listos para la partida. A travs del velo, Minerva les dirigi una mirada conmovida.Qu podr hacer para agradeceros todo lo que hacis conmigo?Orlan sonri.Curarte y volver a ser tan hermosa como antes... para Harvard, por supuesto contest.El ingeniero, que era un poco tmido, se puso colorado. Orlan le palme en las espaldas.Vamos, hombre dijo, dentro de nada, tendr usted la esposa ms bonita del mundo... y Minerva se sentir orgullosa de llamarse seora Harvard.Antes de salir, Orlan se volvi hacia la actriz.Minerva, esta operacin es un secreto dijo. Comprendes lo que te quiero decir?S, Kit.Eso es todo. Buena suerte!Minutos ms tarde, la pequea astronave ascenda hacia las alturas. Cuando la hubieron perdido de vista, Harvard emiti un hondo suspiro.Si diera resultado...!Lo dar, Harvard, lo dar insisti Orlan una vez ms.* * *El hombre lleg al tercer tilo, mir a derecha e izquierda, vio que no haba nadie y se agach para recoger la maleta.Unos ojos seguan la operacin desde la proteccin de unos arbustos prximos. Tim Cornally levant la maleta y ech a andar.Por el peso, dedujo que Stohrer haba puesto la cantidad suficiente y en billetes pequeos, tal como le haba sido recomendado.Menos mal suspir para s; ya era hora de que empezsemos a recoger algo de botn.Camin en busca de la salida del parque. Una sombra se alz repentinamente ante l.Eh? dijo Cornally, sorprendido.Estoy apuntndole con una pistola manifest Shavy. Una sola voz, un solo gesto y te encontrars en el infierno.Cornally trag saliva.Po... polica? inquiri.Detrs de l son una risita.Nos crees tontos como para llamar a la polica? dijo otro hombre, a espaldas de Cornally.Una mano le arrebat la maleta. El hombre que estaba detrs de l dio una orden:Camina y no alces la voz, si quieres seguir viviendo.Muy deprimido, porque presenta que le iba a suceder algo peor que si hubiese cado en manos de autnticos policas, Cornally ech a andar, sin tener la menor idea del lugar adonde iba a ser conducido.CAPTULO IXSentado en un silln, al cual haba sido amarrado previamente, Cornally mir a los tres hombres que tena frente a s.Eran tipos duros y sin piedad. En especial el que se hallaba en el centro, muy ocupado en aquellos momentos en encender un grueso habano.Al cabo de casi un minuto, Stohrer lanz un chorro de humo a la cara del prisionero.Quin es Chronos? pregunt.Cornally ya se haba recuperado un tanto e intent bravuconear:Cree que se lo voy a decir? pregunt despectivamente.Stohrer estaba ante l, el cigarro entre los dientes, las manos en la espalda y los pies ligeramente separados.S, lo vas a decir afirm.Pierde el tiempo, amigo. Yo no...Ron? dijo Stohrer, sin hacer el menor caso de la negativa del prisionero.Blake sac a relucir un imponente ltigo, que hizo restallar estruendosamente.Cuntos, jefe? pregunt.De momento, uno slo, para prueba indic Stohrer.Se oy un espeluznante aullido. El ltigo golpe en el pecho del prisionero, rasgndole la camisa y la carne al mismo tiempo.Stohrer continuaba fumando impasiblemente.Podra obtener tu confesin por otros medios dijo, pero entonces ya no resultara tan divertido. Emil, me parece que Ron no le ha dado fuerte. Quieres probar t?Con mucho gusto, jefe accedi Shavy.Cornally lanz un aullido de pnico.No! Basta! Hablar! Lo dir todo...Ah, ya saba yo que cederas pronto sonri Stohrer. Bien, conozcamos al doctor Chronos...Cornally sollozaba de rabia, dolor y vergenza. Con voz entrecortada, dio el nombre y la direccin de su jefe.Lo comprobaremos dijo Stohrer. Y si nos has mentido, seguiremos usando el ltigo.Le juro que he dicho la verdad...Pronto lo sabremos. Ah, es cierto lo de la droga envejecedora?Cornally asinti abatidamente. Sus sueos de enriquecerse rpidamente y sin riesgo alguno acababan de disiparse.Pero su pensamiento no se centraba ahora en el dinero, sino en salvar la vida. Y su instinto le deca que sus probabilidades a este respecto eran ms bien escasas.* * *Puedes indicarme la velocidad, Minerva? pregunt Orlan.La aguja marca la cifra treinta, Kit contest la actriz, a millones de kilmetros de distancia.Estupendo. Ya has alcanzado la velocidad del planeta.Qu quieres decir, Kit? pregunt ella, extraada.Me refera a la velocidad orbital de la Tierra. Cmo te sientes, Minerva?Prcticamente igual, Kit. Sin embargo, he conseguido dormir algunas horas.Sin sedantes, claro.No los traje conmigo.Una excelente idea. Minerva, crees que tu sueo ha sido natural o porque llevabas muchos das sin pegar ojo?Bueno, yo dira que por los das que llevaba sin dormir. Pero tambin me pasaba antes y no consegua conciliar el sueo si no era a fuerza de tabletas.Lo cual quiere decir que vamos por el buen camino, aunque estemos en el principio. Mira el indicador de tiempo, por favor.Minerva obedeci.Seala las tres y media, horario de Greenwich contest.Las tres y media! exclam Orlan, asombrado. No puede ser, Minerva! Aqu son las...Orlan se mordi los labios. Haba una discordancia entre el horario de la nave y el de la superficie terrestre.De pronto, crey haber hallado la solucin. Y, a fin de cuentas, no era eso lo que buscbamos?, se dijo.Est bien, Minerva, no te preocupes; quiz sean los instrumentos. De todas formas, lo ms importante es la velocidad.Como t digas, Kit. En este momento, la aguja marca treinta coma cero veintids.Perfectamente. Sigue vigilando y si notases algo anormal, avsanos inmediatamente. El prximo que hablar contigo ser Sylvester.De acuerdo, Kit.Orlan cort la comunicacin. Estuvo unos momentos pensativo y luego abandon el espacioso cuarto, desde el que se controlaban todos los movimientos de la nave. La discordancia de horarios segua preocupndole y empez a pensar en la forma de aclarar aquel enigma.El cuarto de control llenaba casi tres cuartas partes del piso superior de la casa de los Harvard, y all era donde el ingeniero haba realizado sus pruebas y experimentos. Cuando Orlan lleg al saln de la planta baja, se encontr a la seora Harvard metida de lleno en una de sus tareas favoritas: hacer punto de media con agujas.La seora Harvard le mir por encima de sus lentes.Alguna novedad, muchacho? pregunt.Por ahora, todo va bien, seora sonri Orlan. Tiene usted un hijo que es una maravilla.Charlotte Harvard mene la cabeza.Siempre fue muy estudioso y aplicado dijo. Pero ya tiene cuarenta y un aos y es hora de que se case, no lo cree usted, capitn? No es bueno que el hombre viva solo, crame.S, seora. Sin saber por qu, Orlan pens en Colleen y sinti vivos deseos de verla. Pero muy pronto su hijo tendr esposa.As sea, muchacho contest Charlotte Harvard esperanzadamente.* * *Stohrer se detuvo ante la puerta y comprob el nombre del ocupante del piso. Blake y Shavy estaban con l.Stohrer oprimi el pulsador de la puerta. A los pocos segundos, se oy una voz al otro lado:Tim?S, yo mismo contest Stohrer.La puerta se abri. Dandy Yath se dio cuenta inmediatamente del error que haba cometido.No tuvo tiempo d enmendarlo. Framente, a dos pasos de distancia, Blake le meti dos balas en el pecho.El cuerpo de Yath hizo un poco de ruido al caer de espaldas. Shavy salt por encima de l, pistola en mano.Dentro del departamento, se oy una voz:Dandy, qu pasa ah? Ha vuelto Cornally?Blake se estaba ocupando ya de arrastrar el cuerpo de Yath para dejar libre la puerta. Stohrer entr en la casa y cerr.Critton Sphax hizo su aparicin en la sala. Vio el inerte cuerpo de su esbirro, vio a tres desconocidos y a una pistola que le apuntaba y se qued helado da pavor.Qui... quines son ustedes? pregunt. De pronto, reconoci a Stohrer. Usted! dijo.El mismo, doctor Chronos sonri Stohrer. Aunque en estado normal, su cara es muy distinta de la que vi en la pantalla del videfono.Sphax se enderez.Bien, eso es lo de menos ahora contest. Han venido a traer el dinero?Stohrer se ech a rer.Mi querido doctor Chronos contest, no slo no he trado el dinero, sino que ni siquiera lo he sacado del Banco. Es que no se siente usted capaz de adivinar cmo hemos sabido su direccin?Sphax volvi a acobardarse. Trag saliva y pregunt:Qu... qu ha sido de Tim Cornally?Est bien, aunque, por supuesto, es mi prisionero. Como usted, doctor Chronos. Pero dejemos ya las preguntas y pasemos al asunto serio. Dnde tiene usted la droga envejecedora?Ah, conque es eso murmur Sphax.Justamente. Dnde la tiene? insisti Stohrer.Cunto va a pagar por ella? pregunt el chantajista.Ni un centavo.La negativa era lo suficientemente rotunda como para que Sphax supiese a qu atenerse. Cruzndose de brazos, dijo:Entonces, no tendrn la chronilina.Stohrer emiti ua risa baja, siniestra. Hizo un gesto con la cabeza y sus dos esbirros saltaron sobre Sphax, agarrndolo por los brazos.Muy bien, doctor. Chronos, vamos ahora a ver cunto tiempo dura su negativa dijo Stohrer framente.Blake y Shavy hicieron sentar a la fuerza al prisionero en un silln. Stohrer sac una afilada navaja y prob el filo con el pulgar.Dnde est la droga? insisti.Sphax se puso a sudar inmediatamente.No lo dir... Tienen que darme algo...Stohrer se acerc a l y agarr una de sus orejas.Hay en el cuerpo humano numerosos apndices externos: orejas, nariz, los dedos... Uno puede estar cortando pedacitos horas enteras, sin que la vctima muera.Los ojos de Sphax voltearon agnicamente.Qui... quiero garantas tartamude.Las tendr. No le mataremos contest Stohrer.Ha... hay un cuadro en mi dormitorio...Stohrer pleg la navaja, hizo un gesto con la cabeza y los esbirros izaron al prisionero en vilo.Espero que no haya ninguna trampa en el escondite, doctor Chronos, porque, en tal caso, usted sera el primero en morir.La haba, pero Sphax la desconect antes. En aquellos momentos slo le interesaba salvar la vida.Stohrer contempl el frasco con morbosa sonrisa.Cul es la dosis? pregunt.Un centmetro cbico causa un efecto de envejecimiento de veinte a uno contest Sphax.O sea, que si se aumenta la dosis, aumenta la velocidad de envejecimiento.S, justamente.Y duran siempre esos efectos?Sphax se encogi de hombros.En todo caso, son irreversibles contest.Muy bien, andando orden Stohrer.Eh, adonde me llevan ustedes? protest Sphax, cuando se sinti empujado de nuevo hacia la sala.Stohrer le mir por encima del hombro.Me cree tan tonto como para aceptar su palabra simplemente, sin ms pruebas? contest.Sphax crey entender el significado de aquella respuesta y se puso mortalmente plido.S confirm Stohrer con espantosa sonrisa; yo no puedo llevarme simplemente este frasquito a casa y emplear su contenido, sin antes haber comprobado su eficacia.

CAPTULO XColleen sali al encuentro de su visitante, tendindole ambas manos, a la vez que le diriga una afectuosa sonrisa.Kit! Cuantos das sin verle exclam. Ya cre que haba llegado a olvidarse de nosotros.No mencione imposibles, Colleen sonri l. Cuando menos, en lo que a usted se refiere.Vamos, vamos, Kit, no venga ahora a tapar su falta con unas cuantas palabritas amables dijo la chica jovialmente.He tenido trabajo, de veras asegur Orlan.Interesante?Mucho, Colleen.Ella le mir y adivin que su visitante hablaba con toda seriedad.Vamos al saln dijo. Le dar algo de beber y usted me contar todo lo que ha hecho estos das.Se lo dir en dos palabras, Colleen. Tratamos de que Minerva Oxford vuelva a su estado anterior.La joven se sobresalt.Habla en serio, Kit? pregunt.Este asunto no es para ser tomado a broma respondi l, mientras aceptaba la copa que le ofreca Colleen.Acaso han encontrado la droga que le devolver la juventud perdida?No tenemos la menor idea de dnde pueda hallarse esa droga, ni siquiera si existe. Estamos empleando otro procedimiento..., y quiera Dios que d resultado, porque de otro modo, a Minerva apenas le quedan dos semanas de vida!Me aterra usted confes la muchacha. Y, cul es ese procedimiento?Si se lo dijera, no lo creera repuso Orlan. Perdneme, pero por ahora es secreto. No es que yo desconfe de usted, sino que, para dar nimos a Minerva, le dijimos que no lo divulgaramos. Quiero mantener mi palabra mientras me sea posible.Comprendo, Kit, pero creo que est hablando en plural. Hay alguien ms que intervenga en el asunto?S, el ingeniero Harvard. Era pretendiente de Minerva y est empeado en curarla a todo trance.Bueno, si es un procedimiento rejuvenecedor que resulta, podrn patentarlo luego y ganar mucho dinero exclam ella alegremente. Si da resultado, por qu no? contest Orlan en el mismo tono.Jonathan May hizo su aparicin en aquel momento.Hola, muchachos salud afectuosamente. Todo bien, capitn?Todo bien, seor dijo Orlan.Me alegro. May consult su reloj. Tienen que dispensarme, pero he de acudir a una cita inaplazable.Latimer? pregunt Colleen.S, el mismo. Adis, sobrina. Capitn, ha sido un placer...May se march. Colleen lanz un suspiro.A veces le compadezco y a veces le admiro dijo. Est metido de lleno en la poltica, cosa que yo detesto profundamente.No saba que el gran Jonathan May fuese tan aficionado, a la poltica observ Orlan.Oh, entre l y otros varios estn empeados en presentar un nuevo candidato para la presidencia, un tal Gyordzany..., pero eso son cosas de personas mayores, no cree?Mis aficiones van por muy distintos derroteros, en efecto convino Orlan, mientras fijaba su vista en el lindo rostro de la muchacha.* * *Stohrer se inclin sobre el prisionero, que dorma apaciblemente en su camastro. Blake y Shavy estaban presentes en el stano del edificio, que Stohrer haba destinado a encierro de sus dos prisioneros.Una amplia sonrisa distendi los labios de Stohrer.Es cierto dijo. La chronilina resulta.Sphax abri los ojos en aquel momento. Al ver que no estaba solo, se sent de golpe en el camastro.Cundo me van a soltar? grit.Stohrer hizo un gesto negativo.Lo siento, pero usted no saldr ya jams de aqu contest framente.Tengo dinero... Imbcil! Cree que la promesa de unos cuantos miles me har cambiar de opinin?Stohrer se dirigi hacia la puerta. Ciego de rabia, Sphax salt de la cama y corri hacia l, con las manos dirigidas a su cuello.Shavy le puso la zancadilla. Sphax rod violentamente por tierra. Deprimido, se ech a llorar, sin nimos ya para reaccionar de nuevo.Haba ingerido veinte centmetros cbicos de chronilina. La perspectiva de morir de viejo le llenaba de terror..., pero saba que ya no poda hacer nada para cambiar su ttrico destino.Stohrer y sus esbirros se acercaron a la puerta de una habitacin contigua.Vamos a ver cmo est Cornally dijo.Tom treinta centmetros cbicos record Blake.S, ya lo s.No andar luego escaso de la droga, jefe? dud Shavy.Stohrer se ech a rer.Haba casi quinientos centmetros cbicos en el frasco respondi, a la vez que haca seales de que abriesen la puerta. Hemos gastado cincuenta en las pruebas, as que vosotros mismos podis calcular lo que queda.Shavy abri. Un hombre, sentado en una silla, alz lentamente la cabeza y les mir con ojos apagados.A pesar de que estaba preparado para ello, Stohrer no pudo por menos de estremecerse. El aspecto de Cornally haba cambiado tremendamente en los ocho das de encierro.Todo su pelo estaba completamente blanco y su piel apareca llena de arrugas. Las manos le temblaban visiblemente.Cornally dijo algo con voz cascada, pero sus palabras resultaron ininteligibles. De pronto, unos objetos diminutos brotaron de su boca de labios casi morados y cayeron al suelo con siniestro repiqueteo.Se le estn cayendo los dientes! dijo Blake, aterrado.Claro, la edad sonri Stohrer. En ocho das ha envejecido setenta u ochenta aos. Ahora tiene ms de cien.Cornally hizo un esfuerzo y levant la mano, pero, de pronto, cerr los ojos y se desplom al suelo.Stohrer se impresion un poco. Luego, rehacindose, dio un paso hacia delante y se arrodill junto al cado, se inclin.Muerto? pregunt.S, de vejez contest Stohrer.Se puso en pie. Sus ojos brillaban triunfalmente.Ahora ya no nos cabe duda de que la chronilina es la droga que estbamos necesitando dijo. Ocupaos del cadver; yo voy arriba a hablar con un buen amigo.Minutos despus, tena en la pantalla la cara de Pannilov.Hay noticias, Stohrer?Maravillosas, Eugen. Podemos dar el asunto por resuelto.Qu tal las pruebas?Un xito rotundo, Eugen.Los dedos de Pannilov tamborilearon sobre su mesa de despacho.Oye, Stohrer...Dime, Eugen.Creo que sera conveniente, antes de hacer nada, buscar la rendicin del adversario. T me entiendes, verdad?Stohrer se qued con la boca abierta.Negociar con ellos? pregunt.S, justamente.Se negarn...Intntalo. Las cosas quedaran mejor para nosotros si se retirasen de la competicin.Hum! dud Stohrer. Pero si t lo crees as...Estimo que as debe ser confirm Pannilov. Naturalmente, no puedes actuar de un modo directo, sino conversando con alguno de los que componen su Estado Mayor.Por qu no me sugieres un nombre, Eugen?Pannilov medit un momento. Luego dijo:Ya est, Jonathan May. Es el ms indicado, creme.Muy bien, procurar hablar con May en cuanto me sea posible.Infrmame del resultado de la entrevista. Slo si fuese negativa irremisiblemente, emplearamos el otro procedimiento.De acuerdo, Eugen. T mandas.Stohrer cort la comunicacin. Un gesto de desprecio apareci en sus labios.Es perder el tiempo estrilmente murmur.* * *Minerva Oxford vio la pequea astronave que flotaba lentamente en el espacio y corri a su cmara, para ponerse el velo que ocultara sus facciones. Momentos despus, pudo ver a los dos hombres que, con trajes de vaco, se acercaban a su nave.Unos minutos ms tarde, Orlan y Harvard entraban en la astronave. Minerva les recibi con su habitual indumentaria: vestido largo hasta los tobillos y velo negro.Harvard alarg una mano hacia ella. Minerva puso las suyas a la espalda.No dijo lacnicamente.Perdona, lo siento se disculp el ingeniero.Dejemos esto por ahora terci Orlan. Minerva, cmo te encuentras?Un poco mejor, no mucho respondi ella.Orlan la mir fijamente.Minerva, vamos a tu cmara orden.La actriz obedeci sin protestar. Harvard se qued en el mismo sitio.Qutate el velo dijo Orlan, apenas estuvieron a solas.Minerva se descubri la cara. Orlan la contempl fijamente durante algunos segundos.No he cambiado mucho, verdad? dijo ella riendo amargamente.No, es cierto, no has cambiado mucho, pero saberlo, no te hace sentir esperanzas?Kit! Mi cara tiene el mismo aspecto que hace dos semanas...!Por eso mismo exclam Orlan. Deberas tener el aspecto de una anciana de ciento veinte o ciento treinta aos... y sigues lo mismo que el da en que te trajimos a la nave. A m me parece incluso que tienes mejor cara, pero, en el peor de los casos, hemos detenido tu proceso de envejecimiento.Minerva se qued parada un momento.Eso es cierto dijo al cabo.Por tanto, las esperanzas no se han perdido an del todo. No te asegur que cambiaras de la noche a la maana; slo te propuse este procedimiento como ltima solucin, sin fijar plazo. Y est dando resultado, comprendes?Si t lo dices...Orlan le dirigi un gesto de simpata.Comprendo tu impaciencia, pero ah s que yo no puedo hacer nada dijo. Volvamos a la cmara indic.Minerva se cubri la cara nuevamente. Harvard estaba examinando los instrumentos del tablero de mando.Cmo van las cosas, ingeniero? pregunt el joven.Por ahora, todo en orden respondi Harvard.Cul es la velocidad de la nave?Dos nueve seis, Kit.Doscientos noventa y seis kilmetros por segundo murmur Orlan pensativamente. Es poco, Harvard.Caramba, Kit! No s cmo se le ocurre decir una cosa semejante. Es una velocidad casi diez veces superior a la orbital del planeta se escandaliz Harvard.Necesitamos ms velocidad, mucha ms, cien, doscientas, quinientas veces ms que la de la Tierra orbitando en torno al Sol dijo Orlan tajantemente. Arrgleselas como pueda, pero consgalo.Va a resultar muy difcil...Orlan se impacient.Minerva le est escuchando dijo. Si le ve tan irresoluto, pensar que no es usted el esposo que le conviene.Eh, que yo no he dicho na