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LA RESURRECCIÓN SEGÚN BENEDICTO XVI [*] Most Rev. Donald J. Sanborn Análisisdel tema de la Resurreción de Cristo en el libro Jesús de Nazaret y en otros escritos anteriores, de Benedicto XVI . Como prometí en el boletín del seminario del mes pasado, me referiré a nuevo libro de Benedicto XVI, Jesús de Nazaret. Hay tantos errores de análisis, sin embargo, que no voy a ser capaz de tratar todos ellos en este artículo. Pido disculpas de antemano por la carga de muchas y a veces extensas citas de Ratzinger. Es extremadamente difícil de entender. Al igual que todos los modernistas, rara vez es claro acerca de lo que está diciendo. Por esta razón, es necesario analizar con cuidado. Los modernistas son también hábiles en el arte de exponer una herejía de una manera sutil, con el fin de escapar de la censura, y para atraer al lector a la herejía, sin que él lo sepa. Este libro está lleno de tales declaraciones. Cito a Ratzinger para nuestros lectores, para que nadie diga que estoy poniendo palabras en su boca, o que mis críticas están basadas simplemente en una interpretación desfavorable de él. Ofrezco los textos, por lo tanto, para que el lector pueda decidir si mi interpretación y la crítica están bien fundadas o no. Principal Error: La negación de la resurrección El principal error, de hecho la herejía, de este libro es su negación de la resurrección de Cristo Ahora bien, alguien podría decir que estoy yendo demasiado lejos en esta acusación, ya que Ratzinger profesa la creencia en la Resurrección de Cristo. Yo contesto que Ratzinger cree algo acerca de la resurrección de Cristo, pero que no cree en el dogma católico de la resurrección. Para poder llamar a

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LA RESURRECCIÓN SEGÚN BENEDICTO XVI [*]

Most Rev. Donald J. Sanborn

Análisisdel tema de la Resurreción de Cristo en el libro Jesús de

Nazaret y en otros escritos anteriores, de Benedicto XVI.

Como prometí en el boletín del seminario del mes pasado, me referiré a

nuevo libro de Benedicto XVI, Jesús de Nazaret. Hay tantos errores de

análisis, sin embargo, que no voy a ser capaz de tratar todos ellos en este

artículo.

Pido disculpas de antemano por la carga de muchas y a veces extensas citas

de Ratzinger. Es extremadamente difícil de entender. Al igual que todos los

modernistas, rara vez es claro acerca de lo que está diciendo. Por esta razón,

es necesario analizar con cuidado. Los modernistas son también hábiles en

el arte de exponer una herejía de una manera sutil, con el fin de escapar de

la censura, y para atraer al lector a la herejía, sin que él lo sepa. Este libro

está lleno de tales declaraciones.

Cito a Ratzinger para nuestros lectores, para que nadie diga que estoy

poniendo palabras en su boca, o que mis críticas están basadas simplemente

en una interpretación desfavorable de él. Ofrezco los textos, por lo tanto,

para que el lector pueda decidir si mi interpretación y la crítica están bien

fundadas o no.

Principal Error:

La negación de la resurrección

El principal error, de hecho la herejía, de este libro es su negación de la

resurrección de Cristo

Ahora bien, alguien podría decir que estoy yendo demasiado lejos en esta

acusación, ya que Ratzinger profesa la creencia en la Resurrección de Cristo.

Yo contesto que Ratzinger cree algo acerca de la resurrección de Cristo, pero

que no cree en el dogma católico de la resurrección. Para poder llamar a

alguien católico, es necesario que acepte los dogmas de la Iglesia Católica

de acuerdo con el mismo sentido en que la Iglesia siempre los ha

entendido.

San Pío X declaró explícitamente que esto es así. Por eso prescribió que todos

los que iban a recibir el subdiaconado, en preparación para recibir el

sacerdocio, tendrían que hacer juramento antimodernista del que este es un

extracto:

“Acepto con sinceridad la doctrina de la fe, tal como nos

la han transmitido los Apóstoles y los Padres de la

Iglesia, siempre en el mismo sentido y con la misma

interpretación. Y rechazo absolutamente la doctrina

herética de la evolución del dogma, por la que pasarían

de un sentido a otro diferente del sentido en que la

Iglesia originalmente sostuvo. “ *1+.

Ideas de Ratzinguer sobre la resurrección de Cristo

La pregunta clave es: ¿Ratzinger cree en la resurrección en el sentido que la

Iglesia mantiene desde el principio? Ya lo veremos.

Examinemos en primer lugar la enseñanza de la Iglesia en el sentido que

originalmente sostuvo. El Catecismo del Concilio de Trento dice, refiriéndose

al artículo del Credo de los Apóstoles sobre la Resurrección:

“El sentido de este artículo es el siguiente: Cristo el Señor

habiendo expirado, en la cruz, el viernes a la hora novena,

fue enterrado en la tarde del mismo día por sus

discípulos, y con el permiso del gobernador Pilatos

pusieron el cuerpo del Señor, bajado de la cruz, en un

sepulcro nuevo, situado en un jardín cercano. Temprano

en la mañana del tercer día después de su muerte, es

decir, al amanecer, su alma se unió a su cuerpo, y así,

después de tres días, resucitó el que había muerto y

volvió de nuevo a la vida, que Él había dejado al morir.“

1. No fue simplemente un milagro de un cadáver resucitado.

¿Qué dice Ratzinger? En la página 243 dice:

“Ahora bien hay que reconocer que si en la resurrección

de Jesús se trató simplemente del milagro de un cadáver

resucitado, en última instancia, no tendría más

importancia para nosotros. No sería más importante que

la reanimación de una persona clínicamente muerta por

medio del arte de los médicos. “

¿Está loco Ratzinger ? ¿Sabe Ud. de algún médico que haya resucitado un

cuerpo que fue torturado, crucificado, alanceado en el corazón,

completamente drenado de sangre y colocado muerto en una tumba durante

cuarenta horas? Si lo sabe , ¿podría por favor proporcionarme su número de

teléfono? ¿Cómo puede alguien tomar en serio esta afirmación?

Ratzinger sigue:

“El milagro de un cadáver reanimado indicaría que la

resurrección de Jesús era equivalente a la resurrección del

hijo de la viuda de Naín (Lc 7, 11-17), la hija de Jairo (Mc

5, 22-24, 35-43 y paralelos), y el pobre Lázaro (cf. Jn 11,

1-44). Después de un período más o menos corto. Estas

personas regresaron a sus vidas anteriores, y en un

momento posterior tuvo lugar su muerte definitiva ”.

¿Ve el lector con qué astucia Ratzinger niega la resurrección física del cuerpo

de Cristo? Une el concepto de resucitar físicamente a la necesidad de volver

a morir , como si fuera imposible que Cristo físicamente pudiera surgir de

entre los muertos, y al mismo tiempo adquirir la inmortalidad.

Para Ratzinger de alguna manera resulta imposible que el cuerpo de Cristo,

hubiera resucitado por el poder de la segunda Persona de la Santísima

Trinidad, a quien se unió hipostáticamente incluso en la muerte, de tal

manera que no estuviera sujeto a la muerte otra vez. ¿Pero qué impide que

Dios dé la inmortalidad a nuestra carne? ¿No eran Adán y Eva inmortales

antes de la caída? ¿No ha alcanzado el cuerpo de Nuestra Señora la

inmortalidad? Si Ratzinger dice esto sobre el cuerpo de Nuestro Señor, puedo

imaginar lo que diría acerca de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos.

2. Un salto evolutivo. ¿Qué pasó el día de Pascua al amanecer?

Ratzinger:

“Por lo tanto, la resurrección de Jesús no es un

suceso aislado que podemos dejar de lado como

algo referido al pasado, sino que constituye un

“salto evolutivo“ (haciendo una analogía, aunque

sea fácilmente mal entendida).” (Página 244)

Poco después añade:

“El relato de la resurrección sin duda habla de algo ajeno

a nuestra experiencia. Habla de algo nuevo, algo sin

precedentes. Se nos revela una nueva dimensión de la

realidad ”

Ratzinger desarrolla el tema de la “nueva forma de existencia humana” en las

páginas que siguen. ¿Se refiere al hecho de que el cuerpo resucitado del

Señor tendría ciertas cualidades sobrenaturales? Si es así, entonces lo que

está diciendo es totalmente ortodoxo. Sin embargo no parece que diga eso

ya que según el dogma católico, el cuerpo de Nuestro Señor, a pesar de estas

cualidades sobrenaturales, sigue siendo un cuerpo natural de ser humano

vivificado por un alma humana natural.

3. Mera apariencia de un cadáver resucitado.

Veremos cómo Ratzinger se aparta de la doctrina católica, cuando habla de

las apariciones de Nuestro Señor después de la Resurrección.

En la página 263, pregunta:

“¿Cómo hemos de imaginarnos las apariciones del

Resucitado, que no había pasado a una vida humana

normal, sino que había pasado a una nueva forma de

existencia humana?”

Ratzinger reduce estas apariencias a luz. Él dice que la aparición de Cristo a

San Pablo no era más que luz:

“El Señor resucitado, cuya esencia es la luz, habla como

un hombre con Pablo en el idioma propio de Pablo.”

(Página 265)

Dice, sin embargo, que las otras apariciones de Cristo son de naturaleza

distinta a la de San Pablo.

“Su presencia es totalmente física, sin embargo, no está

sometido a las leyes físicas, con las leyes del espacio y el

tiempo.“

¿Por “física”, entiende Ratzinger un cadáver resucitado en cuerpo y alma?

No, significa una mera apariencia. En la página 267, dice que

“Una ayuda para la comprensión de las misteriosas

apariciones de Jesús resucitado puede, creo yo, ser

proporcionadas por las teofanías del Antiguo

Testamento.“

¿Cuáles son las teofanías del Antiguo Testamento? Son las apariciones de

Dios y de los ángeles a ciertas personas en el Antiguo Testamento. Dios se

apareció a Abraham (Génesis XVIII: 1-33), un ángel se aparece a Josué (Josué

V, 13-15), a Gedeón (Jueces VI: 11-24), y a Sansón (Jueces XIII).

Los teólogos católicos dicen que en todos estos casos, y en otros del Antiguo

Testamento, estas apariciones fueron hechas por los ángeles que,

obviamente, no eran verdaderos hombres, aunque lo parecían, sino que a

través de algún proceso físico desconocido, pudieron aparecerse como

hombres.

4. Lenguaje mitológico.

Después de citar estas teofanías, Ratzinger dice:

“El lenguaje mitológico expresa, por un lado, la cercanía

del Señor, en cuanto que él mismo se revela en forma

humana, y, por otro lado, su otredad, ya que él está fuera

de las leyes de la existencia material.” (Pág. 267-268)

¿Mitológico? ¿Es la Sagrada Escritura mitológica? Mitologico significa

“cuentos de hadas.” Esta frase de Ratzinger es muy reveladora, porque si

vamos a considerar la obra de los ángeles que aparecen como hombres como

algo mitológico, entonces ¿qué podemos decir de un Dios hecho hombre,

que surge de los muertos y se aparece a sus discípulos? ¿Cómo entonces este

evento extraordinario puede no perteneceder al reino de lo mitológico?

Ratzinger nos asegura, sin embargo, que estas “teofanías mitológicas” del

Antiguo Testamento no son más que una analogía, una comparación. La

diferencia, dice, es que:

“Los encuentros con el Señor resucitado no son sólo

acontecimientos o experiencias místicas interiores sino

que son encuentros reales con una vida que ahora está

encarnada en una forma nueva pero sigue siendo

encarnada”.

5. Jesús “no viene desde el reino de los muertos.”

Pero nuestra pregunta fundamental sigue siendo: ¿Fue resucitado el cuerpo

físico de Jesús en el sepulcro por la infusión de su alma física, por el poder de

Dios? Porque esta es la doctrina católica [2].

Ratzinger dice:

“Sin embargo, Jesús no viene desde el reino de los

muertos, que ha dejado definitivamente atrás: por el

contrario, viene del reino de la pura vida, de Dios …”

¿Él no viene desde el reino de los muertos? ¿No dice el Credo que resucitó

de entre los muertos? ¿Acaso no fue a visitar a los muertos, cuando

descendió a los infiernos, también un artículo de nuestro credo?

Negación de Ratzinger del sentido católico del Dogma.

Es fácil ver que Ratzinger no cree en el dogma católico. No hay nada difícil en

el dogma católico para el que tiene fe en la divinidad de Cristo: que la

Segunda Persona de la Trinidad infunde de nuevo en el cuerpo muerto de

Cristo el alma que también había sido infundida en el seno de la Santísima

Virgen María.

Pero Ratzinger retuerce y retuerce la explicación de este dogma. Está

constantemente tratando de sustituirla por otra, en un lenguaje muy oscuro

y obtuso, que mantiene una “resurrección” sin un cadáver resucitado.

1. Contradicciones de San Lucas

Así que a pesar de su seguridad en que Cristo está “encarnado” (página 268),

vuelve a demostrar su repulsa por el dogma católico al reaccionar al relato de

San Lucas acerca de que nuestro Señor resucitado come un pescado (Lucas

XXIV, 42 ):

“La mayoría de los exegetas [estudiosos de las Escrituras]

son de la opinión de que Lucas, exagerando en su afán

apologético, con una declaración de este tipo parece

hacer volver a Jesús a la física empírica que había

superado por la resurrección. Así, Lucas termina

contradiciendo su propia narrativa, en la que Jesús

aparece de repente en medio de los discípulos con un

físico que ya no está sujeto a las leyes del espacio y el

tiempo.“ (Página 269)

Esta última frase es muy reveladora de la falta de fe católica de Ratzinger.

• En primer lugar, se acusa a San Lucas de exageración y de

contradecirse a sí mismo, negando el hecho de que la Sagrada

Escritura no puede contener errores, porque está inspirada por el

Espíritu Santo, y es el Palabra de Dios.

• En segundo lugar, pone de manifiesto su disgusto interior por

cualquier pensamiento acerca de Cristo con verdadero cuerpo físico,

humano, aunque glorificado. El que coma un pez es demasiado

“físico” para Ratzinger. ¿Alguna vez se le ocurre, como le ha ocurrido a

los comentaristas católicos, que se comió el pescado, precisamente

con el fin de probar su condición física, el hecho de que tenía un

verdadero cuerpo humano?

2. Nueva Dimensión” de la existencia humana.

En la página 274, Ratzinger resume:

“… podríamos considerar la resurrección como algo

parecido a un ”salto radical evolutivo“, en el que surge

una nueva dimensión de la vida, una nueva dimensión de

la existencia humana.“

Compara el salto evolutivo al del gorila a hombre, lo cual es perfectamente

ridículo. Cuando el Concilio de Nicea compuso el credo que recitamos en la

Misa, ¿los Padres del Concilio en el año 325 AD tenían en mente, que cuando

Cristo resucitó de entre los muertos, estaba dando un salto evolutivo, como

el de los gorilas cuando supuestamente se convirtieron en seres humanos?

¿Se supone que debemos creer semejante locura?

3. Un Cristo esencialmente diferente después de la resurrección.

Ratzinger continúa:

“Entonces es esencial, el hecho de que la resurrección de

Jesús no es sólo que un individuo fallecido vuelve a la vida

en un cierto momento, sino que hay un salto ontológico

que afecta al ser en cuanto tal, con la apertura a una

dimensión que nos afecta a todos, creando para todos

nosotros un nuevo espacio de vida, un nuevo espacio de

estar en unión con Dios.” (página 274)

¿Un salto ontológico que afecta el ser en cuanto tal? Estas son palabras

fuertes, porque significa que la resurrección de Cristo le hizo algo

esencialmente diferente de lo que era antes de su resurrección. Pero él era

verdaderamente el hombre de antes de su resurrección. Según Ratzinger, ha

dado un salto a ser algo nuevo, algo diferente.

Esta es una doctrina del mal, herética, que destruye la verdadera

resurrección de Cristo. Pues si es algo distinto de lo que era antes, si no tiene

el mismo cuerpo, sangre, alma que él tenía antes de su muerte, entonces no

es verdadero hombre, y Él no resucitó realmente.

Uno se pregunta que clase de cosa es exactamente el Cristo resucitado de

Ratzinger .Si Él no tiene el mismo cuerpo que tenía antes de morir, entonces

¿qué clase de “corporeidad” tiene? ¿Qué es? En otras palabras, es el Sagrado

Corazón de Jesús un corazón verdaderamente humano, el mismo que fue

traspasado por la lanza?

4. No ” el mismo tipo de acontecimiento histórico“.

Ratzinger confirma mi análisis, cuando dice en la página 275:

“En este sentido, se deduce que la Resurrección no es el

mismo tipo de acontecimiento histórico como el

nacimiento o la crucifixión de Jesús. Es algo nuevo, un

nuevo tipo de evento.”

El nacimiento y la crucifixión de Jesús, sin embargo, eran verificables, como

acontecimientos físicos e históricos que tuvieron lugar en un lugar

determinado y en un momento determinado. Ratzinger excluye la

Resurrección de Cristo de eventos como estos.

En “Introducción al cristianismo”[3], Ratzinger más explícitamente excluye la

Resurrección de Cristo como un hecho histórico:

“Por las consideraciones precedentes, no hace falta decir

que la vida de aquel que ha resucitado de los muertos no

es otra vez , bios, forma biológica de nuestra vida mortal

en la historia, sino que es zoe, nueva vida diferente y

definitiva , la vida que ha dado un paso más allá del reino

de los mortales de byos e historia“.

Para aquellos que no entiendan lo que está diciendo aquí, permítanme

explicar. Ratzinger distingue entre bios, que es una palabra griega que

significa vida, y zoe, otra palabra griega también para vida. Para él, la bios se

refiere a la vida tal como la conocemos aquí, sujeta a la corrupción; zoe para

él es una vida definitiva, inmortal, no sujeta a la corrupción. Su error no

consiste en una distinción de dos formas diferentes de vida, sino en afirmar

que la resurrección de nuestro Señor es algo que está fuera de la historia, es

decir, algo en el orden puramente espiritual y sobrenatural que no es

verificable por las experiencias de sentido común.

Es decir, la resurrección no es un hecho histórico.

En respuesta a Ratzinger, cito San Pío X, que condenó esta declaración en su

Lamentabili Motu Proprio de 1907:

“La resurrección del Salvador no es propiamente un

hecho de orden histórico, sino un hecho de orden

puramente sobrenatural, ni demostrado ni demostrable,

y que la conciencia cristiana gradualmente extrae de

otras fuentes.” (N. 36)

“La fe en la resurrección de Cristo tuvo su comienzo no

tanto del hecho de la resurrección en sí misma, como de

la vida inmortal de Cristo en Dios.” (N. 37)

Cómo la negación de Ratzinger de la

Resurrección afecta a otros dogmas. La incapacidad de Ratzinger para pensar en la resurrección de Cristo como

una unión de su cuerpo y su alma, que es el dogma católico, tiene efecto

sobre lo que piensa sobre la Sagrada Eucaristía y sobre la resurrección

general de entre los muertos.

1. Transubstanciación.

Ratzinger ha hecho en repetidas ocasiones la declaración, en relación con la

Eucaristía, que “Cristo está en el pan.” Esta es una afirmación herética,

porque según el dogma católico, no hay pan, Toda la sustancia del pan se

convierte en la sustancia del Cuerpo de Cristo.

Sin embargo, dada la idea de Ratzinger sobre el Cristo resucitado, es fácil ver

cómo no puede creer en la transubstanciación, ya que lo que resucitó de los

muertos no es lo mismo que el Cuerpo y Sangre de Cristo en la Última Cena.

Se dio un salto evolutivo hacia una nueva dimensión. (Me gustaría que

Ratzinger diera un salto evolutivo hacia una nueva dimensión …)

2. Resurrección General de entre los muertos.

Asimismo Ratzinger niega el dogma de la resurrección general de los

muertos.

En Introducción al cristianismo, dice:

“Ahora queda claro que el verdadero corazón de la fe en

la resurrección no consiste en absoluto en la idea de la

restauración de los cuerpos.” (Página 349)

Refiriéndose a las declaraciones bíblicas sobre la resurrección general, dice:

“Su contenido esencial no es la concepción de una

restauración de los cuerpos a las almas después de un

largo intervalo de tiempo…” (página 353)

“Esta resurrección [del cuerpo] también implica – o así lo

parece, en todo caso – un cielo nuevo y una tierra nueva,

que requeriría cuerpos inmortales que no necesitan el

sustento y una condición completamente diferente de la

materia. ¿Pero no es todo esto completamente absurdo,

totalmente contrario a nuestra comprensión de la

materia y de sus modos de comportamiento, y por lo

tanto irremisiblemente mitológica? ” (Página 348)

¿En serio? San Pedro no encontró la idea de un nuevo cielo y la tierra

“completamente absurda“, como Ratzinger hace, porque dice en su segunda

epístola:

“Esperando y apresurándoos para la venida del día del

Señor, por el cual los cielos incendiados, serán disueltos, y

los elementos se derretirán con el calor abrasador? Pero

nosotros esperamos nuevos cielos y una tierra nueva

según sus promesas, en los que habita la justicia“. (III:12-

13)

¿Cuál es la enseñanza de la Iglesia Católica? No dice que la resurrección del

cuerpo es “irremediablemente mitológica.” El Segundo Concilio de Lyon, que

tuvo lugar en 1274, enseña:

“La misma Iglesia santa cree firmemente y firmemente

declara que en el día del juicio todos los hombres se

reunirán con sus cuerpos ante el tribunal de Cristo para

dar cuenta de sus propias obras.”

Este es el magisterio solemne. La negación del cual es una herejía. Lo dice la

lógica.

3. La enseñanza de San Pablo.

San Pablo vincula íntimamente la realidad de nuestra propia resurrección a la

de la Resurrección de Cristo:

“Ahora bien, si se predica de Cristo, que resucitó de entre

los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros, que no

hay resurrección de los muertos? Pero si no hay

resurrección de los muertos, tampoco Cristo ha

resucitado. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces

nuestra predicación, vana también vuestra fe. Sí, y

nosotros seremos hallados falsos testigos de Dios porque

hemos dado testimonio en contra de Dios, que resucitó a

Cristo, a quien según ellos no resucitó , si es verdad que

los muertos no resucitan. Porque si los muertos no

resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. Vana es vuestra

fe, aun estáis en vuestros pecados“ (I Cor XV. 12-17).

El argumento de San Pablo es: Si no hay resurrección general de los muertos,

tampoco Cristo resucitó. Pero si Cristo no resucitó, entonces no hay razón de

nuestra fe. Pero si nuestra fe es en vano, entonces todavía estamos en

nuestros pecados. Además, nuestra predicación es vana, y nosotros somos

testigos falsos de Dios, porque hemos dado testi-monio en contra de Dios.

Entonces, ¿quién da falso testimonio aquí? ¡San Pablol y la Iglesia católica,

que enseña la verdadera doctrina de la resurrección, es decir, la restauración

del alma a su cuerpo muerto, o Ratzinger, que enseña que la resurrección de

Cristo es un salto evolutivo hacia una nueva dimensión, y que niega la

restauración de nuestro cuerpo después de la muerte? ¿De quién es la

predicación en vano? La de San. Pablo y la Iglesia Católica, o la de Ratzinger?

¿Con quién nos quedamos? Con San Pedro y San Pablo y el Magisterio

solemne de la Iglesia católica o con Ratzinger?

4. El alma separada después de la muerte.

Para entender mejor la mente de Ratzinger acerca tanto de la Resurrección

de Cristo como de la resurrección de los muertos, debemos entender que él

no cree en el alma separada del cuerpo: En la página 351 de la Introducción

al cristianismo, afirma:

“... La idea del anima separata (el” alma separada “de la

teología escolástica) en última instancia se vuelve

obsoleta.”

Observemos cómo se relega un dogma de fe, al decir, que la inmortalidad del

alma separada del cuerpo, es una simple invención de la “teología

escolástica”, por lo que es algo ”obsoleto“.

Entonces ¿es obsoleto orar por las almas del Purgatorio u orar a los santos en

el cielo que aún no se han reunido con sus cuerpos?

Vemos, por tanto, que Ratzinger no puede ni siquiera concebir el dogma

católico de que el alma humana de Cristo se reunió a su cuerpo en la

resurrección. Para él, Su alma no existe separada de Cristo.

¿Hemos de decir también que la Santísima Virgen estaba usando una

obsoleta teología cuando dijo: Mi alma engrandece al Señor, se alegra mi

espíritu en Dios mi Salvador “

Una revisión de Ratzinger. Ideas sobre la Resurrección

Detengámonos brevemente para revisar los puntos que Ratzinger hace

respecto a la resurrección. A diferencia de los teólogos católicos, que son

perfectamente claros en sus presentaciones, los modernistas se expresan en

una mezcolanza incomprensible y que, en mi opinión, es deliberadamente

oscura, tanto para ocultar bien la herejía como para aparecer relevantes

académicos mediante el uso de altisonantes construcciones, y palabras

extranjeras a las que no definen.

Resumiendo esto es lo que ha dicho respecto a la resurrección de Cristo:

• No es la reanimación de un cadáver.

• Es un salto evolutivo hacia una nueva dimensión de la existencia

humana.

• No es un acontecimiento histórico como el nacimiento de Cristo o

su crucifixión.

• Está fuera del espacio y el tiempo, es decir, que no sucedió en un

lugar específico y en un momento determinado, y es algo que no

pudo ser detectada por los sentidos [4]

• el que Nuestro Señor comiera pescado era una exageración de San

Lucas, con la que él mismo se contradice.

• La aparición de Cristo a San Pablo era ”luz”.

• Las apariciones de Cristo a los discípulos son “verdaderos

encuentros con la vida que ahora está encarnado en una forma

nueva.“

• Los testigos de la Resurrección de Cristo “experimentaron un

encuentro real, llegando a ellos desde el exterior, lo totalmente

nuevo e imprevisto, es decir, la autorrevelación y la comunicación

verbal de la resurrección de Cristo. “(p.275)

¿Qué está equivocado en la explicación tradicional?

San Pío X señaló en su encíclica Pascendi que los modernistas estudian la

Sagrada Escritura como si nadie hubiera analizado estos libros antes que

ellos, y como si nadie les hubiera dado una interpretación adecuada [5].

La enseñanza tradicional sobre la resurrección de Cristo es perfectamente

clara: Su alma se unió a su cuerpo en la tumba. Se levantó por su propio

poder, y tenía un cuerpo glorificado. Además siendo Dios, Él fue capaz de

hacer muchas cosas que ni siquiera un cuerpo glorificado ordinario podría

hacer. Por ejemplo, la penetración de las paredes fue por el poder divino, y

no en virtud del cuerpo glorificado. [N.T dudoso esto]

¿Hay misterio en la resurrección? Por supuesto. No entendemos todo lo

relacionado con el cuerpo glorificado. La mente iluminada por la fe está

perfectamente satisfecha, sin embargo, por lo que la Iglesia siempre ha

enseñado. La Iglesia Católica entiende por la fe, e incluso por el sentido

común, que Dios sabe más sobre la física nuclear y la química que el hombre

moderno.

La capacidad de Dios excede a la nuestra. De hecho, su conocimiento es

infinito, ya que Él es el creador de estas cosas.

Sin embargo, el modernista tiene un corazón de no-creyente. Es un

racionalista. Él quiere transformar la Iglesia en algo que sea aceptable para

los racionalistas, agradable a todos los Voltaire de este mundo.

Así que Ratzinger ha abandonado la noción de alma de Cristo vuelta a su

cuerpo y vivificando su cadáver. Él lo ha sustituido por un salto evolutivo

hacia una nueva dimensión de la existencia humana, con lo que pretende

casar la teología católica con el darwinismo falso, absurdo, y ya pasado de

moda. El evolucionismo es un residuo con moho y mal olor en una nevera del

siglo XIX (cuyo hielo ha derretido desde hace mucho tiempo) que Ratzinger

ha puesto en el microondas y ha llegado hasta nosotros bajo la forma de su

teología de la Resurrección.

Ratzinger rechaza la filosofía escolástica [6] -de Santo Tomás de Aquino – y ha

explicado la resurrección en la borrosa, imprecisa, indefinida y etérea

filosofía moderna, que sólo se refiere a “la experiencia“. Así que la

resurrección es una “experiencia” y “el encuentro desde el exterior.“

Al igual que todos los modernistas, Ratzinger siempre ha estado obsesionado

con hacer el catolicismo aceptable para el “hombre moderno“. Por esta

razón, en sus primeros años como profesor modernista, se burló de la idea

de hacer visitas al Santísimo Sacramento. Él dice en su obra titulada

“Sacramentale Begründung der Christlichen Existenz (1966):

“La devoción eucarística, como se observa en la visita

silenciosa de los devotos en la iglesia no debe ser

pensada como una conversación con Dios. Esto asume

que Dios está presente a nivel local y en un espacio

determinado. La justificación de esto demuestra una falta

de comprensión de los misterios cristológicos y del

concepto mismo de Dios. Esto repugna al pensamiento

maduro del hombre que comprende la omnipresencia de

Dios. Ir a la iglesia para poder visitar a Dios presente es

un acto sin sentido que el hombre moderno rechaza con

razón.”

Asimismo, la explicación tradicional del cuerpo resucitado de Cristo es algo

que el hombre moderno, supuestamente, no pueden soportar.

La destrucción del principal Milagro de Cristo.

Todos los teólogos enseñan que la resurrección de Cristo de entre los

muertos es la mayor de todas sus maravillas. De hecho, aunque no hubiera

realizado ningún otro, la resurrección habría sido suficiente para demostrar

su divinidad y la verdad de su religión. Por el contrario, si Él no hubiera

resucitado de los muertos, la religión que predicaba carecería de la garantía

divina, la muerte habría sido la victoria sobre él. No sería el verdadero

Salvador de la humanidad.

Por lo tanto lo que es central al argumento apologético de la Iglesia – la

defensa de su credibilidad como la única verdadera religión de Dios – es la

Resurrección de Cristo. Con el fin de que sea un argumento válido para el no

creyente, es necesario que la resurrección de Cristo sea un hecho histórico y

verificable, y no una “experiencia de fe”.

Rechazo de Ratzinger del cadáver resucitado, y

su descripción del cuerpo de Cristo

Resucitado como perteneciente a “otra dimensión”, a un “salto ontológico”,

etc, el lugar de la resurrección fuera del alcance de espacio y tiempo (sus

propias palabras), y posteriormente de la historia humana normal en sí.

El muy conocido eminente teólogo y ardiente antimodernista Padre Reginald

Garrigou-Lagrange OP, escribió casi un centenar de años atrás, lo siguiente:

“Entre los modernistas, E. Le Roy [ un ferviente discípulo

de Henri Bergson, famoso evolucionista] propuso una

teoría similar, porque negó la”reanimación del cadáver “,

como imposible, y enseñó que Cristo resucitó en cierto

sentido, en cuanto que él no dejó de actuar después de su

muerte, y en la medida en que su alma en la otra vida

mantiene una cierta materia virtual ”.

Esta descripción suena muy cercana a lo que dice Ratzinger.

Este es, nuestro análisis de la destrucción por Ratzinger del milagro principal

de Cristo, la resurrección.

Hay mucho más en “Jesús de Nazaret” de Benedicto XVI para discutir, sobre

todo lo que dice sobre la responsabilidad de los Judíos, de la muerte de

Cristo, la obligación de la Iglesia de convertir a los Judíos, y la infalibilidad de

las Sagradas Escrituras. De estos puntos nos ocuparemos en próximos

boletines.

_______________________________________________________

[*] Artículo aparecido en Abril de 2011 en el boletín del Seminario de la Santísima Trinidad. Traduccion

de: "Amor de la Verdad" (Los resaltados en negrita y rojo son nuestros. C. A.)

[1] Ratzinger tuvo que hacer este juramento, Los que no cumplen un juramento, son culpables de

perjurio

[2] Cornelius à Lapide, el famoso comentarista jesuita del siglo XVII, especula que esto se logró a través

de la la condensación del aire, lo que es una teoría interesante

[3] San Francisco: Ignatius Press, 2004. (Escrito originalmente en 1968, cuando todavía era un teólogo

radical que vestía de traje y corbata

*4+ “Los relatos de la resurrección sin duda hablan de algo que está fuera de nuestra experiencia.” (Pág.

246-247)

*5+ ”Oírles hablar en sus obras de los Libros Sagrados, en los que han sido capaces de descubrir lo

mucho defectuoso, lleva a imaginar que antes e ellos nadie ni siquiera echó una mirada a las páginas de

la Escritura, mientras que la verdad es que en su conjunto, multitud de doctores, infinitamente

superiores a ellos en ingenio, en erudición y en santidad, han tamizado los libros sagrados de todas las

maneras, y lejos de encontrar imperfecciones en ellos, han dado gracias a Dios cuanto más han

profundizado en ellos, a Su bondad divina que se dignó hablar así a los hombres. Por desgracia, el

estudio de estos grandes doctores no goza de las facilidades con que cuentan los modernistas para ser

guía y norma, con una filosofía que parte de la negación de Dios, y con un criterio que consiste en su

propio juicio”- Pascendi, no. 34.)

*6+ ”Para la filosofía escolástica y la teología para la que ellos *los modernistas+ sólo sienten desprecio y

ridiculizan. Sea ignorancia o miedo, o ambas cosas, lo que inspira en ellos este comportamiento, lo

cierto es que a la pasión por la novedad ellos siempre unen el odio de la escolástica, y no hay señal más

segura que un hombre está en el camino del modernismo que cuando empieza a mostrar su desagrado

por este sistema. “- San Pío X en la Pascendi, no. 42.)