la dama de ngro guion

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Adaptación de Stephen Mallatratt a partir de la novela de Susan Hill LA MUJER DE NEGRO Traducción de JUAN V. MARTÍNEZ LUCIANO y ANAGIMENOSANZ DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA INGLESA Y ALEMANA UNIVERSITAT Dli VALENCIA 1999

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Page 1: la dama de ngro guion

Adaptación de Stephen Mallatratt a partir de la novela de Susan Hill

LA MUJER DE NEGRO

Traducción de

JUAN V. MARTÍNEZ LUCIANO

yANAGIMENOSANZ

DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA INGLESA Y ALEMANAUNIVERSITAT Dli VALENCIA

1999

Page 2: la dama de ngro guion

ACTO PRIMERO

Un pequeño teatro Victoriano El proscenio tiene doraduras y querubines. Las

cortinas, que están recogidas, muestran un escenario que no está dispuesto para una

actuación, y que no tiene decorado. Sobre el escenario hay telas, cajas y muebles

amontonados. Este desorden se irá aclarando según las necesidades de la acción,

aunque deberían incluirse un par de sillas, una mecedora, un taburete alto, una

manta y un baúl o similar grande. Una gasa divide el foro de la batería. Detrás de la

gasa hay muebles de varios tipos cubiertos con telas, aunque permanecen invisibles

hasta que son iluminados. La acción, hasta que se especifique algún cambio, tiene

lugar en la batería y en el pasillo del patio de butacas. Existe una puerta lateral en el

escenario que probablemente pertenece a alguna producción anterior, y que

permanece cerrada. Las luces de sala están encendidas, y el escenario se ilumina con

luces de ensayo. Entra un hombre de mediana edad que lleva en la mano un

manuscrito. Permanece de pie sobre el escenario. A este hombre, que se llama

KlPPS, nos referiremos siempre como EL ACTOR, aunque resulta evidente que no lo

es. Por la puerta ¿le atrás de la sala, por el pasillo, entra un hombre joven. A este

hombre, que es un actor, nos referiremos siempre como KlPPS y no como EL

ACTOR.

Las luces de sala permanecen encendidas mientras EL ACTOR, sobre el escenario,

empieza a leer su manuscrito.

EL ACTOR (leyendo): Eran las nueve y media del día de Nochebuena. Mientras cruzaba el

largo vestíbulo de mi casa, dirigiéndome desde el comedor, donde acabábamos de

disfrutar de la primera de las felices comidas festivas, hacia la sala de estar, en la

que estaba la chimenea y donde ahora se encontraba reunida mi familia, me detuve

y, como suelo hacer a menudo durante el transcurso de la velada, me dirigí hacia la

puerta y me asomé afuera.

KIPPS (desde la sala): Y se supone que esto tiene cierto

interés...

EL ACTOR: Claro que sí. ¿Por qué lo pregunta?

KIPPS: Porque lo dice como si estuviera recitando los precios de la carne en el

mercado.

El. ACTOR: Me temo que no le comprendo.

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KIPPS: ¡Observen este vestíbulo; fíjense en esta casa; saboreen y disfruten del aroma

de esta feliz comida festiva!

EL ACTOR: Pero eso me resulta imposible.

KIPPS: ¡Señor mío! Recurra a sus emociones... a su imaginación.

EL ACTOR: Perdóneme, pero... yo no soy actor.

KIPPS: No, ya veo que no. (Pausa) Otra vez. Inténtelo otra vez.

EL ACTOR (Leyendo): Eran las nueve y medía del día de Nochebuena. Mientras cruzaba

el largo vestíbulo de mi casa, dirigiéndome desde el comedor, donde acabábamos

de disfrutar de la primera de las felices comidas festivas...

KlPPS: Tendrá Vd. que perdonarme. Ya sé que lo que está leyendo tiene un especial

significado para Vd. Incluso es posible que le cause cierta angustia. Pero debo

implorarle que tenga piedad de su público.

EL ACTOR: ¿Qué quiere decir?

KiPPS: Ahora estamos solos en este teatro, y resulta poco probable que estas filas de

butacas vacias protesten mientras Vd. murmura y balbucea sus frases. Pero,

créame... dígalas así ante un público y verá como, uno a uno, mueren de

aburrimiento.

Pausa.

EL ACTOR: Eran las nueve y media del día de Nochebuena. Mientras cruzaba el largo

vestíbulo de mi casa, dirigién...

KlPPS:¿Largo vestíbulo?

EL ACTOR: Eso es.

KlPPS: ¿Y por qué largo?

EL ACTOR: Porque lo es.

KlPPS: Tenga piedad de su público. ¿Acaso les interesa su longitud?

Pausa

EL ACTOR: Lo siento. Está claro que le estoy haciendo perder el tiempo. (Se mete el

manuscrito en el bolsillo y se dispone a marcharse)

KlPPS: Quédese donde está.

EL ACTOR: Todo esto es una tontería. Nunca debí venir.

KlPPS: Sin embargo lo hizo. Y ya me ha pagado el día de hoy. Y es mi intención

cumplir lo pactado.

EL ACTOR: Por favor, yo...

KlPPS: ¡No señor! ¡Si intenta marcharse, saltaré sobre Vd. y le obligaré a recitar los

Sonetos de Shakespeare completos!

Page 4: la dama de ngro guion

EL ACTOR: Pero yo...

KlPPS: ¡He dicho que no! Todavía puedo hacer de Vd. un Olivier!

EL ACTOR: No tengo el menor deseo de convertirme en un Olivier. Todo lo que deseo...

lo que imploro, es que mi historia sea contada. Eso es todo. Que sea contada y...

olvidada. Dios lo quiera. Sólo así podré dormir sin pesadillas.

KlPPS: Y por eso vino Vd. a verme.

EL ACTOR: Así es.

KlPPS: Porque yo soy experto en estas cosas.

EL ACTOR: Sí

KlPPS: ¡Porque yo puedo enseñarle los rudimentos de cómo hablar en público; porque

yo puedo aconsejarle sobre cómo expresarse y pronunciar; y, sobre todo, porque yo

puedo darle la confianza para intentarlo!

EL ACTOR: ¿Confianza?

KlPPS: ¡Sí, confianza! Veamos. Nueve y media. Nochebuena. El nerviosismo. La

anticipación. El aire cortante. El fuego que chisporrotea. Los niños durmiendo, y sus

calcetines colgados esperando los regalos, una familia feliz, contenta, alegre, y,

sobre lodo... en paz.

Pausa. EL ACTOR recupera sus energías.

EL ACTOR: Eran las nueve y media del día de Nochebuena. Mientras cruzaba el

largo... el... vestíbulo de mi casa, dirigiéndome... dirigiéndome... (Pausa) Eran las

nueve y media del día de Nochebuena. (Pausa) Eran las nueve y media del día de

Nochebuena...

KlPPS: ¿Qué hora era?

EL ACTOR: Las nueve y media...

KlPPS: ¿Y no sería por casualidad el día de Nochebuena? ¡Por Dios!

EL ACTOR: Lo siento mucho, pero ya veo que no sale. Yo...

KlPPS: Verá Vd., no es cuestión de cinco minutos. No todo consiste en estar ahí de

pie, contar su historia y que el público quede prendado de sus palabras. ¡Como si

eso fuera todo! En cuyo caso, ¿para qué acudir a mí en busca de ayuda? ¿Para que

yo diga: «eso es, maravilloso, ni un sólo fallo»? Créame, señor mío, la actuación es

un arte que se aprende con tiempo y lágrimas ¡Y me gustaría, señor mío, que cada

vez que le ofrezco algún consejo no se metiera el manuscrito en el bolsillo e hiciera

ademán de marcharse!

EL ACTOR: ¿Consejo?

KlPPS: ¡Sí, consejo!

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EL ACTOR: Más parece una reprimenda.

KlPPS: Y le prometo que cuanto más avancemos más le sonará a eso.

EL ACTOR: Permítame que le diga que lo que quiero hacer no es una representación.

No. Creo que existe un malentendido al respecto. Lo que yo quiero hacer es...

decirlo. Nada más. Sólo para mi familia. Sólo para aquellos que tienen que saberlo.

Yo no soy un actor... ni tengo pretensiones de serlo... ni afición... pero... cosas tan

terribles como las que a mí me han sucedido... deben ser... tengo que... han de ser

contadas. Para bien de mi cuerpo y de mi mente.

KIPPS: Dice Vd. que no es actor...

El, ACTOR: Por supuesto que no.

KlPPS: Tiene Vd. un manuscrito en sus manos que, a ojo, tardaría cinco horas en ser

leído. Si Vd., que evidentemente no es un actor, se planta ante un público -por muy

familiar que sea- y les da la gaita durante más tiempo del que lleva representar El

rey Lear, le aseguro que no sería una sorpresa que antes del final todos estuvieran

profundamente dormidos o a punto de estrangularle.

EL ACTOR: Cinco horas?

KlPPS: Por lo menos.

EL ACTOR: ¡Dios mío! (Pausa) No tenía ni idea... cinco horas? (Pausa. Se deja caer

sobre una silla) No es posible. (Pausa. Transcurridos unos segundos levanta la

vista y se dirige a KlPPS) Pero debo contarlo. Ya no puedo arrastrar esta carga

durante más tiempo. Debo contarlo.

Oscuro, Cuando vuelven a encenderse las luces, las de la sala permanecen

apagadas. Ahora vemos a KlPPS en el escenario con el manuscrito. KlPPS lee

bastante bien. Un poco exagerado, pero con entusiasmo y conocimientos del oficio.

EL ACTOR camina hacia ¡aparte de atrás de la sala para escucharle.

KlPPS (leyendo): Eran las nueve y media del día de Nochebuena. Abrí la puerta y me

asomé a la calle. Pude oler inmediatamente que el tiempo había cambiado y mi

corazón se alegró. Durante la semana anterior habíamos tenido constantes lloviznas

y humedad que rodeaba la casa y sus alrededores. Durante años mi estado de ánimo

se ha visto excesivamente afectado por el tiempo. Pero, esa noche la humedad y la

niebla habían desaparecido como ladrones en la noche, el cielo estaba salpicado de

estrellas y la luna llena parecía rodeada de un halo de escarcha. En el piso de arriba,

tres niños dormían y sus calcetines colgaban en espera de los regalos. Había algo en

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el aire aquella noche. Naturalmente, no tenía ni idea de que algo iba a estropear

aquella serenidad y de que se iban a despertar en mí recuerdos que creía muertos

hacía tiempo. En aquel momento me hubiera resultado imposible creer que muy

pronto mi espíritu había de conocer un miedo horrible y un terror mortal. Eche una

última mirada a la fría oscuridad, suspiré contento y volví a entrar, buscando la

alegre compañía de mi familia. Al otro extremo de la habitación estaba el árbol de

Navidad, con velas y adornos y, debajo de él, los regalos. Había jarrones con

crisantemos blancos y, en el centro de la habitación, una pirámide de fruta

escarchada y una fuente de naranjas perforadas con clavo, haciendo que su aroma

se extendiera por todas parles y se mezclara con el de la madera que ardía

consiguiendo así el verdadero olor de la Navidad. Me di cuenta de que acababa de

interrumpir una animada conversación. «¡Estamos contando historias de fantasmas...

lo típico en Nochebuena!» Y era cierto; estaban compitiendo para ver quién contaba

la historia más horrible, la que pusiera los pelos de punta. Hablaban de paredes con

piedras que goteaban en castillos deshabitados, de la luna iluminando monasterios

cuyas ruinas estaban cubiertas de hiedra, de habitaciones ocultas y calabozos

secretos, de osarios húmedos y cementerios abandonados, de aullidos y gritos,

de .muñidos y huidas. No era más que un juego, un juego divertido e inofensivo en

el que no había nada de malo, nada que pudiera preocuparme. No quise parecer un

aguafiestas, viejo y carente de imaginación, así que giré la cabeza para que nadie

pudiera ver mi desconcierto. «Ahora te toca a ti.» «No,» respondí, «no esperéis que

yo cuente ninguna historia.» «Pero debes saberte alguna historia de fantasmas. Todo

el mundo conoce al menos una.» Sí, claro que sí. Durante el rato que había estado

escuchando sus macabras y espeluznantes invenciones, lo único que me venía a la

mente, lo único que podía haber dicho era «No, no, no tenéis ni idea. Todo eso son

tonterías, fantasía. No es así. No hay nada que hiele la sangre, que ponga la piel de

gallina, nada tan banal y tan... risible. La verdad es muy distinta, mucho más

terrible.» Sin embargo lo que dije fue «Siento desilusionaros, pero no tengo ninguna

historia que contar.» Y salí de la habitación a toda prisa, y de la casa. Caminé

sintiendo la agitación, sintiendo los latidos de mi corazón, jadeando. En el fondo de

mi corazón siempre supe que aquella experiencia jamás me abandonaría, que estaba

tejida con las fibras de mi cuerpo. Sí, tenía una historia, una historia verdadera, una

historia de apariciones y maldad, de miedo y confusión, de horror y tragedia. Pero

no era una historia que pudiera contarse alrededor del fuego en Nochebuena.

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Pausa. KlPPS busca con la vista al actor que se encuentra al fondo de la sala.

Y entonces se me ocurrió que podría Vd. recitar el fragmento ese de Hamlet.

EL ACTOR: ¿Hamkt?

KlPPS: Ese de «Y dicen algunos que, cuando se acerca la época...»

EL ACTOR: Ah, sí, claro. (De repente) Ya entiendo, ¿entonces Vd. se conviene en mí

para seguir con la lectura?

KlPPS: Exacto. Y Vd., para seguir con la representación, reconstruye con su memoria

las personas que conoció, aquellos que tuvieron un papel en su historia.

EL ACTOR: Señor mío, yo no soy actor.

KlPPS: Señor mío, ya lo sé.

EL ACTOR: Y esto no debe convertirse en una distracción. Estos acontecimientos tan

terribles no han de ser tratados como un entretenimiento o una diversión. Insisto.

KIPPS: Y yo insisto en que piense en su publico. Independientemente de lo terrible

que sea, si quiere que escuchen su historia ha de contarla de forma que pueda

digerirse. Vd. vino a mí para que le aconsejara y le ayudara, así que debe confiar en

mí (Pausa). Desde aquí, por favor.

EL ACTOR sube al escenario a regañadientes.

Y demostremos lo que somos capaces de hacer...

KIPPS apaga las luces de ensayo, dejándolos preparadas para la

representación.

Adelante... su pie es... miedo y confusión, de horror y tragedia. Pero no era una

historia que pudiera contarse alrededor del fuego en Nochebuena...

EL ACTOR (leyendo de una copia del manuscrito):

«Y dicen algunos que, cuando se acerca la época

de celebración del nacimiento del Salvador,

el ave matutina canta toda la noche

y ningún espíritu -así lo afirman- se atreve a vagar.

Las noches son saludables, y no hay maleficios de planetas,

ni hados, ni brujas que tengan poder para encantar.

Tan sano y lleno de gracia es ese tiempo.»

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KlPPS: Esos versos vinieron a mi mente como caídos del cielo, y una gran paz me llenó.

Recordé que el modo de expulsar a un viejo fantasma que insiste en sus apariciones

es exorcisarlo. Bien, pues entonces mi fantasma lo sería. Contaría mi historia. La

escribiría con todo cuidado, con todo detalle. Escribiría mi propia historia de

fantasmas, y después, para que ellos la conocieran y para que yo pudiera quedar libre

para siempre, la reviviría al contarla. Recé una sincera y breve oración para poner en

paz mi mente, y pedí fuerza y constancia para poder soportarlo mientras completaba

aquel agonizante empeño. La primera parte, el escribirla, ya está hecha. Ahora debo

contarla. Ruego a Dios que nos proteja a todos.

Oscuro. Sale EL ACTOR.

Vuelven las luces. De nuevo luces de ensayo, aunque las luces de sala

permanecen tenues hasta ef final de la función. KlPPS se encuentra sobre el

escenario, ordenando el montón ele muebles de forma que se parezca al despacho

de un abogado. II baúl de utilería sugiere una mesa de oficina.

Entra el ACTOR.

¡Buenos días!

EL ACTOR: Buenos días

KIPPS: Espero que haya dormido bien.

EL ACTOR: Sí, gracias.

KIPPS: ¿No tuvo pesadillas?

EL ACTOR: No demasiadas. Gracias.

KIPPS: O sea, que todavía no nos hemos librado...

EL ACTOR: Me temo que nunca podré librarme.

KIPPS: No se preocupe, pronto volverá a estar alegre como un corderillo... ¿Ha

estudiado lo que le dije?

EL ACTOR: Lo mejor que pude. Debe perdonarme, pero ya sabe que no es mi... fuerte.

KIPPS: ¡Todavía haremos de Vd. un Olivier!

EL ACTOR (Irritado): No tengo el menor deseo de convertirme en un Olivier.

KIPPS: Ya lo sé. Pero debemos intentarlo, aunque sólo sea por el público.

EL ACTOR: El público del que habla... se trata sólo de mi familia y algunos amigos.

¿No querrá hacer un espectáculo...?

KIPPS: Por todos los santos, claro que no. Su familia, sus amigos. Quizá algún que

otro empresario teatral, pero... En fin, la escena: Londres; interior de las oficinas de

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los abogados Bentley, Haigh, Sweetman & Bentley. Y tengo una pequeña sorpresa

para Vd.

EL ACTOR: ¿Qué sorpresa?

KlPPS: ¡Gracias, Sr. Bunce! (Chasquea los dedos hacia la parte de atrás del teatro)

Al instante se escuchan los efectos sonoros de una calle londinense:

coches, caballos, gritos de los vendedores ambulantes. Durante un

momento EL ACTOR queda sorprendido. Escucha durante unos

segundos, y después...

EL ACTOR: ¡Sonido grabado!

KlPPS: Exactamente. Un invento increíble, ¿verdad?

EL ACTOR: ¡Tan real como la vida misma! ¡Podría jurar que me encontraba en una calle

de Londres intentando evitar el tráfico ruidoso!

KlPPS: Y lo mismo pensará su público, Sr. Kipps. No hay necesidad de mencionar los

coches, los tranvías y !os caballos, el humo y la suciedad. En realidad, no se

necesitan las palabras. Oigamos simplemente el sonido grabado y se sentirán

transportados hasta allí.

EL ACTOR: Pero la escena tiene lugar en una oficina. ¿no? ¿Para qué necesitamos

el tráfico de Londres atravesando una oficina?

KlPPS: Efectivamente, ¿para qué? ¡Sr. Bunce! (Chasque r/i nuevo los dedos)

El sonido del trafico empieza a disminuir hasta desaparecer, mezclándose con el

sonoro tic-tac deun reloj de caja.

EL ACTOR (escuchando no sin cierta sorpresa): ¡Increible!

Se desvanece el reloj. Vuelven los sonidos callejeros.

KlPPS (con una sonrisa de superioridad): Los milagros de la ciencia, las manos del Sr.

Buncc. Es realmente bueno para estas cosas. Y ahora... a trabajar. Yo soy Vd., y Vd.

es su empleado. Yo entro lleno de energía y Vd. está ya trabajando!

El, ACTOR (preparándose para actuar): Debe perdonarme, pero este no es...

KlPPS: ... su fuerte. Ya. Y no lo será a menos que lo intente. Empecemos. Tal y como

lo repasamos anoche. (Gritando hacia la parte trasera del teatro) ¡Gracias!

Las calles de Londres dan paso al sonoro reloj.

Sale KlPPS.

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EL ACTOR, alias el empleado TOMES, está de pie trabajando con los libros de

cuentas. Su mesa puede ser el taburete o un montón de cajas. Cualquier cosa que

sugiera incomodidad

KlPPS entra de manera enérgica. Arroja su portafolios sobre la mesa y se sienta.

KIPPS se ha aprendido su papel, pero EL ACTOR lo intenta con resolución

leyendo el manuscrito. El efecto está en que EL ACTOR no tiene talento, pero su

entusiasmo por el trabajo crecerá ya en los primeros momentos de la

representación, a pesar de sus protestas.

Un día horrible, Tomes.

TOMES: Sí, Sr. Kipps (Aspira por la nariz)

KlPPS: Noviembre. El mes más temible del año. Deprimente.

TOMES: Sí, Sr. Kipps (Aspira por la nariz) Y la niebla no ayuda.

KlPPS: (levantando la mirada para dirigirse al público): La más espesa de las nieblas

londinenses. Puré de guisantes. Una niebla amarillenta, sucia, maloliente, una niebla

que hacía toser, que cegaba, que manchaha. Durante un rato repasé algunos detalles

aburridos de una escritura de traspaso de propiedades, olvidándome de la niebla que, a

mis espaldas, rozaba la ventana como un animal peludo.

TOMES deja sus libros, se acerca a la mesa de KlPPS y la golpea con sus nudillos.

KIPPS levanta la mirada.

TOMES: El Sr. Bentley quiere verle, señor.

KiPPS: ¿Ahora mismo?

TOMES: Ahora mismo, si le parece bien. (Aspira por la nariz)

KlPPS (dirigiéndose al público): A propósito, esa aspiración nasal tenía lugar cada

veinte segundos, en vista de lo cual Tomes había sido confinado a un pequeño

agujero en un pasillo exterior.

KlPPS se pone de pie.

EL ACTOR: Y ahora, ¿qué?

KlPPS: Ahora usted se convierte en Bentley.

EL ACTOR: Ah sí, claro. (De repente) ¿Lo hago bien?

¿Resultará?

KlPPS: Excelente. Haremos de Vd, un...

EL ACTOR: (irritado) ¡Quiere dejar ya de hablar de Olivier!

KlPPS: Perdón. Prosiga.

EL ACTOR se sienta al otro lado de la mesa, frente a KlPPS, convirtiéndose,

mientras tanto en el Sr. BENTLEY. Limpia sus gafas.

Page 11: la dama de ngro guion

BENTLEY: Tome asiento, Arthur, tome asiento.

KlPPS se sienta. BENTLEY se estira de forma relajada y se toma un tiempo antes de

hablar.

Nunca le he hablado sobre la extraordinaria Sra. Drablow, ¿verdad?

KlPPS niega con la cabeza.

La Sra. Drablow. (Saca el testamento y se lo muestra a KlPPS) La Sra. Alice

Drablow, de la Mansión de Eel Marsh. Muerta, por si no lo sabía.

KlPPS: Ah.

BENTLEY: Sí, señor. Yo heredé a la Sra. Drablow de mi padre. Su familia mantuvo

tratos con nuestra compañía desde... oh... (Mueve su mano, indicando «desde hace

siglos»)

KlPPS: ¿Es así?

BENTLEY: Una edad estupenda. Ochenta y siete años.

KlPPS: Y eso, si no me equivoco, es su testamento.

BENTLEY: La Sra. Drablow era eso que llaman una persona... «extravagante». ¿Ha oído

hablar alguna vez del camino de las Nueve Vidas?

KlPPS: No. Nunca.

BENTLEY: ¿Ni siquiera de Eel Marsh en el condado de...?

Para que la convención escrita «condado de ...» pueda ser vocalizada, sugiero que

KlPPS tosa con fuerza cuando se diga «condado de ...»

KlPPS: No, señor.

BENTLEY: E imagino que tampoco habrá visitado nunca aquella zona...

KlPPS: Me temo que no.

BENTLEY: Viviendo allí, cualquiera puede ser una persona. .. «extravagante».

KlPPS: Sólo tengo una ligera idea de donde se encuentra.

BENTLEY: Pues bien, querido amigo, vaya a casa y prepare su equipaje. Después coja el

tren que sale de King's Cross esta tarde, cambie en Crewe y vuelva a cambiar en

Homerby. Desde allí coja el ramal que lleva a la pequeña ciudad de Cryhin Gifford.

Una vez allí, sólo hay que esperar a la marea.

KlPPS: ¿La marea?

BENTLEY: Sólo se puede cruzar ese camino cuando la marea está baja. Y de allí a Eel

Marsh y a la casa.

KlPPS: ¿La de la Sra. Drablow?

BENTLEY: Cuando sube la marea uno queda aislado hasta que vuelve a bajar. Un

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lugar sorprendente, desde luego. (Se pone de pie y mira por \a ventana)

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Hace años que no voy por allí. Mi padre me llevó una vez, pero a ella no le hacían

demasiada gracia las visitas.

KlPPS: ¿Era viuda?

BENTLEY: Sí, desde poco después de casarse.

KIPPS: ¿Hijos?

BENTLEY: Hijos.,. (Pasa el dedo por el alféizar mientras a lo lejos se escucha la

campana de una iglesia. Se gira) Según nos han informado, la Sra. Drablow no tuvo

ningún hijo.

KlPPS: ¿Tenía mucho dinero? ¿Tierras?

BENTLEY: Poseía la casa, claro, y unas pocas propiedades en Crythin Gifford, tiendas

alquiladas y cosas así... existe también una pequeña granja, medio cubierta por el

agua. Y, además, pequeños depósitos c inversiones.

KlPPS: Parece que todo está muy claro.

BENTLEY: ¿ Verdad que sí?

KlPPS: ¿Puedo preguntar, entonces, a qué tengo que ir?

BENTLEY: Para representara la compañía en el funeral de nuestro cliente.

KlPPS: Ah, claro. Estaré encantado de asistir al funeral de la Sra. Drablow.

BENTLEY: Bueno... hay algo más.

KIPPS: ¿El testamento?

BENTLEY: Le daré los detalles para que pueda leerlos durante el viaje. Pero se trata,

en resumen, de que revise los documentos de la Sra. Drablow... todos sus papeles

privados... sea lo que sea. Y sea lo que sea... tiene que traerlos a la oficina.

KIPPS: Entiendo.

BENTLEY: La Sra. Drablow era algo... ¿cómo lo diría?... desordenada. Puede ser que

le lleve algún tiempo.

KIPPS: ¿Más de un día?

BENTLEY: Al menos uno o dos días, Arthur.

KIPPS: ¿Habrá allí alguien que pueda ayudarme?

BENTLEY: Ya he hecho los arreglos oportunos. Hay allí un hombre que se está

encargando de todo... Se pondrá en contacto con Vd.

KIPPS: Seguramente ella tendría amigos... o algún vecino.

BENTLEY: La mansión de EEl Marsh está lejos de cualquier vecino.

KIPPS: Y supongo que siendo un poco... «extravagante», no tendría muchos amigos.

BENTLEY (sonriendo): Vamos, Arthur, mire el lado bueno. Piense que va de

excursión.

Page 14: la dama de ngro guion

KIPPS se pone de pie

(Haciendo ondear su mano hacia la ventana) Al menos este asunto le sacará de aquí

durante uno o dos días. Llegará Vd. a Crythin Gifford esta misma noche, y hay un

pequeño hotel en el que podrá pasar la noche. El funeral es mañana a las once.

BENTLEY se pone de pie y se aleja de la mesa.

KIPPS (mientras quita lo que hay en la mesa): Informé a mi patrona de que estaría fuera

un par de noches, y le escribí una nota a mi prometida Stella con quien esperaba

casarme al año siguiente. Después, tenía que coger el tren de la tarde que me llevaría

a un remoto rincón de Inglaterra del que, hasta hacía un momento, apenas había oído

hablar.

EL ACTOR, que ahora hace de TOMES, se acerca a KIPPS con un grueso sobre

marrón que lleva escrita la palabra «Drablow».

TOMES: El informe Drablow, señor.

KIPPS (Cogiéndolo): Gracias. Tomes, debo confesarle que, por muy lejos que esté ese

lugar al que tengo que ir, es un alivio alejarse de esta espantosa niebla y de esta

atmósfera tan poco saludable.

TOMES aspira por la nariz y se marcha. Pausa. KIPPS mira a EL ACTOR.

(Gritando) ¿Todavía se encuentra indeciso sobre si debemos continuar o no?

EL ACTOR: Pues claro.

KIPPS: ¿A pesar de actuar como acaba de hacerlo?

EL ACTOR; Hay tantas cosas que no pueden representarse. ¿Cómo representaremos el

perro, el mar, el camino... el caballo, la calesa?

KlPPS; ¡Con imaginación, Sr. Kipps! La nuestra y la del público.

EL ACTOR; Le estaría muy agradecido si me informara de cómo la imaginación va a

crear un caballo y una calesa sobre este escenario.

KlPPS, con prontitud, gira el baúl de forma que uno de sus extremos mire hacia

el público.

KIPPS: ¡He aquí la calesa! (Indicando el espacio de delante del baúl) ¡He aquí el

caballo! ¡No puede estar más claro!

Pausa, mientras EL ACTOR lo observa con grandes dudas.

EL ACTOR: Así, de repente, no me parece una calesa.

KIPPS: Vd. se monta en él, coge un látigo, y con el sonido grabado de los cascos de

un caballo, le aseguro que no hay nada en el mundo más real...

EL ACTOR: .. .excepto un caballo y una calesa de verdad.

KIPPS: No nos pongamos finos, Sr. Kipps.

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Pausa.

EL ACTOR: Tengo que reconocer que el sonido grabado es algo esplendido. Para mí fue

una gran sorpresa.

KlPPS: Y no acaba ahí. Habrá más, mucho más. Mañana estaremos en el tren. Con más

sorpresas. Y ahora a trabajar (Le da unas páginas) Estúdiese esto... Observará que

he vuelto a dividir las frases y que he eliminado gran parte de los fragmentos

descriptivos.

EL ACTOR: Pero...

KlPPS: Sonido grabado, Sr. Kipps. ¡Sonido grabado!

Las luces disminuyen hasta el oscuro. Cuando se encienden de nuevo, KlPPS lleva

una bolsa de viaje, y, por el ruido de los trenes de vapor y el trasiego nos

percatamos de que se encuentra en la estación de King's Cross. EL ACTOR lee

su manuscrito, ahora con mucha más confianza.

EL ACTOR: Nada podía levantar más sus ánimos que el espectáculo de esa gran caverna

que es una estación de ferrocarril, brillante como el interior de una forja de herrero.

KIPPS arregla su compartimento y se sienta. Lee un periódico.

A través de la ventana se ve como rápidamente anochece y, cuando se bajan las

cortinillas del vagón, todo queda acogedor y recogido, como una salita iluminada

por una lámpara.

Se oyen sonidos de un tren de vapor que va hacia el norte. KIPPS, contento, lee el

periódico y mira por la ventanilla. Segundos después, el tren aminora la. marcha

y se detiene mientras oímos «¡Hemos llegado a Crewe! ¿Esta es la estación de

Crewe! ¡Los pasajeros para Homerby han de cambiar en esta estación!»

Durante la frase siguiente EL ACTOR se pone el abrigo y el sombrero.

En Crewe cambia de tren sin ningún problema,

KIPPS cambia de asiento

y continúa su camino, dándose cuenta de que la vía empieza a desviarse hacia el este

y hacia el norte. Cuando cambia de nuevo

KlPPS vuelve a cambiar de asiento

en Homerby para coger la línea secundaria, empieza a sentirse más incómodo porque

el aire es mucho más frío, y sopla a ráfagas desde el este trayendo con él la lluvia;

además, el tren en el que ha de viajar esa última hora es antiguo e incómodo.

KlPPS se levanta el cuello del abrigo y frota sus manos contra el frío. EL

ACTOR, que camina por el andén, ve a KlPPS y entra, sentándose junto a él,

mientras se oye el silbato del jefe de estación.

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KlPPS (saludando con. la cabeza): ¡Que noche tan horrible!

SAMUEL DAILY asiente con la cabeza. EL ACTOR sigue leyendo el manuscrito,

aunque su actuación es cada vez más Abre.

Parece que he cambiado una clase de mal tiempo por otra. Salí de Londres en medio

de una niebla terrible, y aquí parece que vaya a nevar de un momento a otro.

SAM DAILY: NO va a nevar. El viento dejará de soplar y se llevará la lluvia cuando

amanezca.

KlPPS: Me alegra oírle decir eso.

SAM DAILY: Pero si cree que al venir aquí ha escapado de la niebla se equivoca. En esta

parte del mundo tenemos horribles brumas.

KIPPS: ¿Brumas?

SAM DAILY: Sí señor, brumas. Nieblas que suben desde el mar en un instante, hasta

llegar a los pantanos. Está el aire claro como un día de junio, y de repente... (Indica

con un gesto lo repentino de las brumas) Es terrible. Pero no lo notará tanto si se

queda Vd. en Crythin.

KIPPS: Sólo por esta noche. Me alojaré en el Gifford Arms. Más adelante me gustaría

ver los pantanos. (Coge el periódico, le hace un gesto a SAM DAILY con la cabeza,

y comienza a leer)

El tren resopla durante un instante.

SAM DAILY: La Sra. Drablow.

KlPPS levanta sus ojos y le mira.

Drablow. (Señalando el sobre)

KIPPS asiente.

No me diga que es pariente suyo.

KIPPS: Soy su abogado.

SAM DAILY: ¿Y ha venido para el funeral...?

KIPPS: Exactamente.

SAM DAILY: Probablemente será el único que asista.

KIPPS: Me han dicho que vivía algo recluida. Imagino que a menudo sucede así con las

ancianas. Se vuelven introvertidas,.. excéntricas. Imagino que se debe a que viven

solas.

SAM DAILY: Sí, imagino que así es, ¿Sr.,.?

KIPPS: Kipps. Arthur Kipps.

SAM DAILY: Samuel Daily.

Se saludan con un gesto.

Page 17: la dama de ngro guion

Y cuando se vive solo en un sitio así, es más sencillo. KlPPS (sonriendo con cierto aire de

suficiencia): Vamos, ¿no irá Vd. a contarme extrañas historias sobre mansiones

solitarias?

Pausa.

SAM DAILY (sin inmutarse): No; no señor.

Pausa. KlPPS tiembla de frío.

KlPPS: Todo lo que puedo decir es que resulta triste que alguien llegue a los ochenta y

siete años y que no pueda contar con que unos pocos amigos se reúnan en su

funeral. (Limpia el vaho de la ventana con la-mano y mira a través) ¿Falta mucho ?

SAM DAILY (mirando por la ventana): Doce millas. Esta es una parte remota del mundo

y no tenemos muchos visitantes.

KlPPS: Imagino que no hay mucho que ver por aquí.

SAM DAILY: Depende de lo que entienda por «mucho». (Pausa) Pero ya verá como el

pueblo de Crythin es bastante hospitalario, aunque sea un lugar muy pequeño. Nos

arropamos dando la espalda al viento, y seguimos adelante con nuestro trabajo.

(Saca una tarjeta de su cartera y se la da a KlPPS) SÍ necesita algo...

KlPPS: Gracias, pero lo dudo. Estoy seguro de que nuestro delegado local me prestará

toda la ayuda que necesite... y, además, mi intención es estar aquí sólo uno o dos

días.

DAILY le observa en silencio.

De cualquier modo gracias. (Se mete la tarjeta en el bolsillo del chaleco).

El sonido del tren va aumentando en intensidad mientras las luces van

disminuyendo hasta el oscuro. Después, mientras el tren silba, se apagan de golpe.

Cuando vuelve la luz, KlPPS esta ordenando los muebles, creando un vestíbulo de

hotel. EL ACTOR se ha colocado en un lateral del escenario y se está poniendo un

delantal.

El hotel Gifford Arms era tan agradable como lo había imaginado.

KlPPS echa un vistazo a su alrededor con gesto de aprobación, se sienta en una

butaca y acerca las manos a la chimenea. Se oye un murmullo de voces que

provienen del bar.

Mi ánimo se elevó y empecé a sentirme más como un lurism que como un hombre que

venía a un funeral. (Saca una libreta y una pluma y comienza a escribir) Mi muy

querida Stella...

Pero en ese momento entra EL ENCARGADO del hotel y le interrumpe.

ENCARGADO: ¿Así que es Vd. amigo del Sr. Daily?

Page 18: la dama de ngro guion

KlPPS: No, no.

ENCARGADO: No es que quiera entrometerme, pero como le vi llegar en su coche...

KlPPS: Le conocí en el tren, y fue tan amable como para traerme desde la estación.

ENCARGADO: Entiendo. ¿Sabe que el Sr. Daily es un gran terrateniente? Ha comprado

más de la mitad del condado.

KlPPS: En ese caso, es posible que hagamos algún negocio antes de que acabe el año.

Soy el abogado que lleva los asuntos de la Sra. Drablow, la de la mansión de Ecl

Marsh. Quizá la conociera Vd.

ENCARGADO (Tras una reacción momentánea que controla rápidamente): Sí, oí hablar

de ella.

KlPPS: Es probable que sus bienes salgan a la venta muy pronto.

ENCARGADO: Me extraña que incluso Samuel Daily se atreviera a tanto.

KlPPS: Me parece que no acabo de entenderle. Si no estoy equivocado de trata de una

granja a pocas millas de la ciudad.

ENCARGADO (con desprecio): ¡Sí, Hoggets! Cincuenta acres y más de la mitad

inundados casi todo el año. Hoggets no vale nada.

KlPPS: Pero está también la mansión de Eel Marsh y la tierra que la rodea.., ¿Acaso no

son tierras de cultivo?

ENCARGADO: No, señor.

KlPPS: En cualquier caso, quizá el Sr. Daily quiera añadir algo a su imperio. ¿O no se

trata de esa clase de persona?

ENCARGADO: Quizá lo sea. Pero déjeme que le diga algo: no encontrará Vd. a nadie

interesado, ni siquiera a Sam Daily. Y ahora, buenas noches, señor. Puede Vd. pedir

el desayuno a la hora que más le convenga.

EL ENCARGADO se marcha de forma abrupta. Segundos después KlPPS retorna

a la carta que escribía. Escuchamos su palabras en off, el tono es de ligera

irritación.

VOZ DE KlPPS: Parece haber cierta tendencia a dejar las conversaciones inacabadas

siempre que se menciona el nombre de la Sra. Drablow. La gente se calla,

cambia de conversación o abandona la sala. Supongo que es inevitable; en estas

pequeñas comunidades, alejadas de todo, sólo conocen sus propios dramas y

misterios, no tienen con qué compararlos. Y me parece justo señalar que la gente

del campo, especialmente los que viven en estos rincones tan remotos de nuestra

isla son bastante más supersticiosos, más crédulos y quizá de mente más lenta -sin

duda menos sofisticada- que los que nos enfrentamos cada día a la experiencia de

Page 19: la dama de ngro guion

«vivir en la ciudad». Está claro que en un lugar como éste, con sus pantanos

misteriosos y sus nieblas repentinas, con vientos que parecen gemir y casas

solitarias, cualquier pobre anciana puede ser vista con desconfianza. Después de

todo, seguro que tiempo atrás se la hubiera considerado una bruja...

Las luces cambian a luces de ensayo. KlPPS, dejando de actuar, se sienta en una

silla, y le habla a EL ACTOR.

KlPPS: Tendrá Vd. que admitir, Sr. Kipps, que en su interior está Vd. disfrutando.

EL ACTOR: Le agradezco mucho su ayuda, pero no puedo decir que esto me divierta.

KlPPS: Sr. Kipps, cada día viene Vd. con mucha más confianza y soltura...

EL ACTOR: Eso se debe tan sólo a la práctica. Lo que Vd. llama ensayo. Me temo que

sería muy distinto ante un público.

KlPPS: ¡Sr. Kipps!

EL ACTOR: Dígame.

KIPPS: ¡Aunque quiera Vd. negado pronto se convertirá en un Olivier!.., Bien, mañana

me gustaría que trabajáramos hasta llegar al final.

EL ACTOR: ¿Todo?

KlPPS: Si podemos, sí... ¿Qué le parece?

EL ACTOR: Siento pavor. Viéndole a Vd. es como si volviera a vivirlo todo, segundo

a segundo... aunque Vd. jamás podrá sufrir como yo sufrí... siempre debo

recordármelo.

KlPPS se acerca a él y toma su mano con suavidad.

KIPPS: No crea que no sé cómo se siente. Yo también tengo una hija.

EL ACTOR: ¿De verdad?

KlPPS: Sí, una niña de cuatro años.

EL ACTOR: ¿Y está bien? ¿Es feliz?

KlPPS: Gracias a Dios.

EL ACTOR: (cogiendo la mano de KlPPS con fuerza):Dele todo su amor. Cuide de ella.

(Pausa mientras mira a KlPPS a los ojos fijamente) Bien... mañana. Llegaremos hasta

el final. Y, si todo va bien, le tengo reesrvada mi.sorpresa para mañana.

KlPPS: ¡Estupendo! Sr. Kipps, está claro que posee Vd. el instinto de un «teatrero»... o,

al menos, el entusiasmo. Hasta mañana.

KlPPS empieza a marcharse mientras las luces disminuyen hasta apagarse.

Se encienden las luces sugiriendo el amanecer de un día fresco y claro, y

escuchamos el murmullo de un mercado, mientras KIPPS se coloca un brazalete,

negro en la manga. EL ACTOR, en el papel del SR. JEROME, se acerca a KIPPS. Al

Page 20: la dama de ngro guion

igual que KIPPS, lleva corbata negra y brazalete. EL ACTOR ya se ha aprendido

el pape! y no necesita leer.

JEROME: ¿El Sr. Kipps?

KlPPS: En efecto.

JEROME (dándole la mano): Soy el Sr. Jerome. Su delegado en esta ciudad.

KIPPS: Por supuesto. Encantado de conocerle.

JEROME: Espero que haya descansado esta noche.

KlPPS: Hacía tiempo que no dormía tan bien.

JEROME: Me alegro... Bien, es un asunto muy triste el que le trae hasta aquí.

KlPPS: Sí..., aunque no tuve el placer de conocer a la Sra. Drablow..,

JEROME: NO, claro... No es mi intención darle prisas, Sr. Kipps, pero deberíamos salir

si queremos llegar a tiempo.

KlPPS: Sí, sí, por supuesto.

Salen a la luz del día. El ruido del mercado se intensifica. KlPPS mira a su

alrededor.

Debo confesarle que mi primera impresión sobre esta ciudad es del todo favorable,

Sr, Jerome.

JEROME: Hoy es día de mercado, mucho ajetreo para nosotros. Viene gente de todas

partes.

KlPPS: Me gustaría haber conocido esta ciudad en mejores circunstancias. Este luto

que llevamos choca con la alegría, del lugar.

El ruido del mercado crece.

KlPPS: {mirando a su alrededor): Sr. Jerome, quizá sea solo mi imaginación, pero me

da la impresión de que todo el mundo nos mira.

JEROME no responde.

Fíjese, fíjese en esos hombres. ¿Lo ve? Se giraron y, al ver que yo los miraba...

¡Mire, mire!

JEROME (adelantándose mientras caminan): Ya falta poco para el cementerio, Sr.

Kipps.

KlPPS (yendo tras él y mirando tras de sí): Me siento como un paria.

JEROME no responde.

En fin. (Sonríe) Supongo que parecemos dos pájaros de mal agüero. Sr. Jerome, Vd.

y yo somos los convidados de piedra de este banquete.

Le sonríe a JEROME que parece no darse cuenta. El ruido del mercado se

desvanece, y ahora podemos oír el eco de sus pisadas. Las luces se atenúan

Page 21: la dama de ngro guion

ligeramente, como si se filtraran a través de los árboles. Siguen caminando.

Por lo que entiendo van a enterrarla en el cementerio de la iglesia, ¿no?

JEROME: Así es; sí, señor.

KlPPS: ¿Tienen un panteón familiar?

JEROME mira fijamente a KlPPS.

JEROME (tras una pausa): No, al menos no en este cementerio.

KlPPS: ¿Quizá en algún otro sitio?

JEROME: Ya no... ya no se usa. El lugar no está en condiciones. KIPPS (deja de

caminar y se gira hacia JEROME): Me temo que no le entiendo...

Pero JEROME sigue caminando, baja los escalones y comienza a andar por el patio

de butacas. Dos o tres filas más allá se detiene y espera, mirando hacia la parte

trasera del teatro. Las luces sugieren el interior de una iglesia. KIPPS se queda en el

escenario mientras escuchamos la siguiente VOZ en off

Voz DEL SACERDOTE: Yo sé que el Redentor vive, y que regresará a la tierra el día del

Juicio. Y aunque los gusanos, tras la piel, destruyan mi cuerpo, mi carne verá a Dios.

Habré de verle a él, y a ningún otro, con mis propios ojos.

A esto le sigue el caminar de los sepultureros que portan el ataúd por el pasillo de

la iglesia. Tanto KIPPS como JEROME se giran hacia la parte superior del

escenario. De nuevo entra la VOZ DEL SACIiRDOTE en off.

Advertid que os muestro un misterio. No todos podremos descansar, pero todos

habremos de cambiar en un instante, con un sólo gesto de Sus ojos, cuando suene la

última trompeta (porque habrá de sonar la trompeta) y los muertos se levanten

incorruptos, y todos habremos de cambiar.

Mientras continúa oyéndose la VOZ en off, KlPPS se gira hacia la audiencia.

En el pasillo central, y bastante cerca de JEROME se encuentra LA MUJER DE

NEGRO. Su vestido es negro, pasado de moda. Lleva un sombrero negro que

oscurece su cara parcialmente, aunque, por lo que puede verse, parece estar

sufriendo de alguna terrible enfermedad que desgasta. Está muy pálida, v la capa

de carne más fina parece tensada sobre sus huesos, mientras que sus ojos parecen

hundidos en su cara.

KlPPS queda sorprendido al verla, pero se recompone rápidamente. EL ACTOR no

¡a mira, y podemos creer que no la ve, ni sabe que está allí.

Porque lo que está corrupto habrá de convertirse en incorrupto, y lo que es mortal

habrá de revestirse de inmortalidad. Y, así, cuando lo corrupto se haya convertido en

incorrupto, y lo mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces, y sólo entonces, se

Page 22: la dama de ngro guion

cumplirá lo que está escrito: La muerte se consumirá en la victoria. Oh, muerte, ¿dónde

está tu aguijón? Oh, tumba, ¿dónde está tu victoria?

KlPPS aparta sus ojos de ella.

Mientras él se da la vuelta, ella hace lo mismo y camina hacia atrás por el pasillo.

Pero demos gracias a Dios que nos concede la victoria a través de Nuestro Señor

Jesucristo. Por eso, queridos hermanos, permanezcamos constantes, inamovibles,

abundando siempre en el trabajo del Señor, porque sabéis que vuestro trabajo no es en

vano si es en el Señor.

La iglesia da paso al cementerio. JJSROME sube al escenario y, junto con KlPPS,

permanecen al borde del escenario, como mirando a la fosa. Se oye el piar de los

pájaros que se funde, de nuevo, ron la VOZ DEL SACERDOTE.

EI hombre nacido de mujer vivirá poco tiempo, y su vida estará llena de miseria. Su

vida brota para ser sagrada como una flor, se desvanece como una sombra y nunca

permanece en un sólo lugar.

LA MUJER DE NEGRO entra por ¡aparte superior del escenario, a sus espaldas.

En medio de nuestra vida encontramos la muerte, ¿De quién habremos de buscar el

socorro, sino de ti. Oh Señor, que estás, con toda justicia, enojado por nuestros pecados?

KIPPS siente su presencia y se gira. EL ACTOR tampoco la ve esta vez.

Y puesto que ha complacido a Dios Todopoderoso, en su gran misericordia, llevarse

junto a El el alma de nuestra difunta hermana, entregamos su cuerpo a la tierra; tierra a

la tierra, cenizas a las cenizas, polvo al polvo.

La VOZ en off va desapareciendo. KIPPS se gira apañando su mirada de LA

MUJER DE NEGRO y se arrodilla para rezar junto a la fosa.

LA MUJER DE NEGRO se marcha.

La VOZ en off se funde con el piar de los pájaros. Después, KIPPS se santigua y se

aparta de la fosa.

KIPPS: Una ceremonia muy conmovedora.

JEROME guarda silencio.

Dígame... esa mujer... Espero que pueda volver a su casa... Se la veía tan enferma...

¿Quién era?

JEROME le mira.

Esa joven con la cara ajada que estaba detrás de Vd. en la iglesia y, después, aquí en el

cementerio, junto a nosotros.

JEROME: ¿Una... joven?

Page 23: la dama de ngro guion

KIPPS: SÍ, SÍ, con la piel como pegada a sus huesos... Apenas podía soportar el

mirarla... Era alta, y llevaba una especie de sombrero... imagino que para intentar

ocultar su cara lo máximo posible... pobrecilla.

JEROME parece congelado, pálido, su garganta se mueve como si no pudiera

emitir sonido alguno.

¿Le ocurre algo? Parece que no se encuentre bien.

JEROME (Tras un rato; en voz baja): Yo no he visto a ninguna joven.

KlPPS: Pero, claro que sí... (Se gira)

LA MUJER DE NEGRO aparece en una zona en la que no ha sido vista con

anterioridad.

(Señalando) Mire, ahí está de nuevo... ¿No deberíamos...?

JEROME le coge por la muñeca completamente aterrado. Evita mirar adonde

KIPPS señala. KIPPS le mira sorprendido.

LA MUJER DE NEGRO se marcha.

(Tras un rato) Sr. Jerome, ¿puede soltar mi brazo?... Le agradecería que aflojara su

apretón un poco... ¿por que no regresamos por el camino... de la iglesia. ..? He visto

que había un banco junto a la verja,.. allí podrá sentarse y descansar, mientras yo voy

en busca de ayuda... un coche...

JEROME (casi gritando): ¡No!

KlPPS: ¡Mi querido amigo!

JEROME: No. Lo siento... (Respira hondo varías veces) Tendrá que disculparme. Pero

no es nada... un pequeño mareo... creo que será mejor que caminemos de vuelta

hacia mi oficina en la Calle Penn, junto a la plaza.

KlPPS: ¿Está seguro de que se encuentra bien?

JEROME: Sí, estoy bien. Vamos...

KlPPS: La verdad es que por un instante llegó a preocuparme, yo,..

JEROME: De verdad que lo siento, pero no ha sido nada. Nada en absoluto.

KlPPS (Tras una pausa): Muy bien. (Pausa) ¿Supongo que después me podrá Vd.

acompañar a la mansión de Eel Marsh?

JEROME (con seriedad): No. Yo no iré. Puede ir a cualquier hora después de la una.

Keckwick vendrá a recogerle. Siempre ha sido él quien se ha encargado délos viajes

a la mansión... Imagino que tendrá Vd. la llave.

K.IPPS asiente.

Podrá Vd. comprobar que el Sr. Keckwick es muy servicial

KlPPS: Muy bien.

Page 24: la dama de ngro guion

JEROME:: Aunque no demasiado comunicativo.

KlPPS: {sonriendo): Estoy empezando a acostumbrarme a eso

KlPPS:chasquea los dedos hacia la parte de atrás del teatro. De nuevo un cambio

a luces de ensayo.

Lo siento, Sr. Kipps, pero tengo que hacer una pausa ...(Le da la mano a EL

ACTOR, mirándole firmemente a los ojos.) Dijo Vd. que tenía una sorpresa para

mí, pero no tenía ni idea, no imaginaba que pudiera tratarse de esto.

EL ACTOR: ¿No?

KlPPS: ¡Admirable! Ha sido el mejor coup de théâtre que he visto jamás.

EL ACTOR, mientras tanto, se pone el abrigo, la gorra y las botas de montar.

EL ACTOR: ¿De verdad?

KlPPS; Estoy sorprendido... realmente sorprendido. ¿Cómo ha podido hacerlo?

EL ACTOR: Bueno... en realidad... trabajando mucho, supongo. Tal y como Vd. dijo:

tiempo y lágrimas. (Sonríe)

KlPPS: Pero, Sr. Kipps, ¿así? ¿de la nada? ¡Ha sido milagroso! ¿Cómo demonios lo ha

logrado?

EL ACTOR: Pues...

KlPPS: No, claro... entiendo. Debemos apreciar la magia y no preguntar cuál es el

truco. De verdad, se ío agradezco. (Retorciéndose las manos) Se lo aseguro. Ha sido

absolutamente admirable,.. y escalofriante.

EL ACTOR (Ligeramente desconcertado): Es Vd. muy amable.

KlPPS: Y Vd. es un verdadero hombre de teatro.

EL ACTOR reacciona con modestia. Pausa.

¿Continuamos?

EL ACTOR: Cuando quiera.

KlPPS: ¿Y va a haber más sorpresas?

EL ACTOR: Bueno, lo intentaré... intentaré esmerarme, aunque aún no tengo demasiada

confianza.

KIPPS le da a EL ACTOR un fuerte apretón de manos y luego señala hacia la

parte trasera del teatro. Las luces cambian a luces de actuación. Se escucha el

efecto sonoro de un caballo y una calesa, mientras KIPPS se pone ropas más

cómodas. Después de vestirse, coge el látigo, coloca el baúl con uno de sus

extremos hacia el público y se sienta mirando al frente. KIPPS le mira a medida que

escuchamos al caballo pararse, y EL ACTOR, ahora KECKWICK, entra. KIPPS,

tras observar la escena, se gira como si esperara encontrar un automóvil.

Page 25: la dama de ngro guion

KECKWICK (tras una pausa): ¿El Sr. Kipps?

KlPPS: (girándose): Sí. Dígame.

KECKWICK no responde y sigue mirando al frente.

¿Es Vd. el Sr. Kecwick?

KECKWICK asiente.

¡Qué maravilla...! ¡Y yo que esperaba un automóvil!

KlPPS sube detras de KECKWICK que, con un sonido de su boca, hace moverse al

caballo

(Mientras la calesa se pone en movimiento) Este lugar es increíble, Sr. Keckwick. (Mira,

encantado, a su alrededor.) El cielo..., todo cielo, y sólo una franja de tierra. Así es

cómo debieron ver Holanda, o la zona de Norwich, los grandes pintores de paisajes,

¿no cree?

KECKWICK no responde.

Aunque hoy no haya ni una sola nube, puedo imaginarme qué aspecto tendría todo este

inmenso cielo mientras llueve a cántaros y nubes de tormenta descienden sobre el

estuario.

Siguen avanzando en silencio, mientras KlPPS mira a su alrededor.

Lo que me sorprende y me maravilla es ver su amplitud, la desnudez del paisaje. Esta

sensación de espacio... la inmensidad del cielo... Hubiera viajado cientos de millas sólo

por ver todo esto. ¡Nunca pude imaginar que existiera un lugar como éste!

Siguen adelante. El silencio sólo queda roto por el sonido del trotar del caballo, y

ocasionales gritos agudos de pájaros. KIPP se pone de rodillas sobre el baúl, alerta,

mirando al frente.

¡Y eso de ahí delante debe ser el camino de las Nueve Vidas!

KIPPS salta del baúl, lo rodea, poniéndose delante y permanece de pie al borde del

escenario. Las luces permanecen sobre KECKWICK y su calesa, mientras avanza por

el camino, pero también alumbran a KlPPS mientras habla. Oímos el caballo y la

calesa mientras avanzan.

Delante de nosotros, el agua destellaba como si fuera metal, apenas cubriendo la arena.

Pude darme cuenta de que el estrecho camino que seguíamos quedaría sumergido e

imposible de encontrar cuando subiera la marea. (Desciende al pasillo central) Cuando

levanté la mirada, pude ver un edificio de piedra gris con el tejado de pizarra, alto y

lúgubre, que parecía salir del agua.

Page 26: la dama de ngro guion

Mientras dice esto, camina a lo largo del pasillo. Mientras tanto, las luces del

escenario han aumentado en intensidad. KECKWICK hace parar al caballo, desmonta

y se aparta a un lado, mirando hacia la parte trasera del escenario.

Se presenta frente a mí como un faro, como una torre fortificada, la casa más sorprendente

que jamás en mi vida había visto o imaginado: aislada y discreta, pero muy hermosa en

mi opinión.

KIPPS se acerca al escenario con cierta reverencia. Se sienta sobre el baúl,

mirando hacia la parte trasera del escenario.

Durante un instante permanecí quieto, mirando sorprendido a mi alrededor. Podía

sentir una extraña sensación, una especie de nerviosismo mezclado con alarma... Pero

no, no tenía miedo... ¿De qué iba a sentir miedo en este lugar, extraño y

maravilloso? ¿Del viento? ¿De los pájaros que gritaban en los pantanos? ¿O quizá de

los juncos que surgían del agua estancada? (De repente se acerca a KECKWICK)

¿Cuánto tiempo permanecerá transitable el camino?

KECKWÍCK; Hasta las cinco.

KIPPS: Escuche. Me parece ridículo que Vd. haga este viaje dos veces al día. Creo que

lo mejor sería que yo cogiera mi equipaje, algo de comida, y pasara aquí un par de

noches. De ese modo podría acabar mi trabajo de forma más eficaz y no le molestaría

tanto. Así que, si le parece, puedo regresar con Vd. esta tarde, y mañana, sí le viene

bien, me trae Vd. lo más temprano posible y siempre que la marea lo permita.

Pausa bastante larga hasta que, por fin, KECKWICK asiente con la cabeza.

O quizá prefiera Vd. esperar ahora, aunque voy a tardar un par de horas. Lo que más

le convenga.

Como respuesta, KECKWICK se sube a la calesa y chasquea el látigo. Podemos oír

los cascos del caballo, pisando la gravilla y desapareciendo en la distancia. Las

luces aislan a KECKWICK y van disminuyendo al tiempo que el sonido de los

cascos del caballo. Mientras se recupera la luz, EL ACTOR salta del baúl. Se

quita la gorra, se desabrocha el abrigo, duda durante unos segundos y, luego, saca

el manuscrito y lee.

El ACTOR (leyendo): Imaginen, entonces, que este escenario es una isla y este pasillo

un camino (desciende hasta el pasillo y se pasea por él) que se extiende como una

cinta, desde el pantano salino hasta el mar, el único camino entre la casa, gris y

tenebrosa y la tierra firme. Imaginen a Arthur Kipps allí solo, una figura minúscula que se

pierde en la inmensidad del pantano, del cielo, empequeñecido por el tamaño de la casa,

Page 27: la dama de ngro guion

solo y rodeado por una trémula y misteriosa belleza. Palpa la llave que lleva en el bolsillo,

pero aún no desea entrar en la casa. Por el c aleja de ella, hacia lo que parecen ser las

ruinas de una antigua casa o quizá una capilla. A su derecha, al oeste, el sol empieza ya

a declinar convirtiéndose en una gran bola de un dorado rojo invernal. Al este, el mar y el

cielo se oscurecen fundiéndose en un color gris plomizo.

KIPPS pasa por encima del baúl y atraviesa la gasa. Las luces muestran los

muebles cubiertos. El. grito repentino y agudo de un pájaro le sobresalta.

Escuchamos sus grandes alas batientes y el eco de su grito entre las ruinas. KIPPS

observa cómo se aleja volando.

Imagínense ahora un cementerio. Imagínense cincuenta lápidas, la mayoría de ellas

inclinadas o caídas sobre el suelo, cubiertas de líquenes y musgo, desteñidas por el aire

del mar, manchadas por la lluvia de muchos años. Los nombres y las fechas apenas se

pueden descifrar. Imagínenlo a él que, dándose cuenta del frío, de la desolación y del

misterio de ese lugar, decide marcharse, regresar a la casa, encender todas las luces... la

chimenea. Ahora le vemos volver...

KIPPS se da la vuelta.

LA MUJER DE NEGRO aparece ante él Su sombrero se ha deslizado hacia atrás, y

ahora podemos ver una. parte mayor de su cara.

De forma involuntaria KIPPS da un paso o dos hacia atrás, y se queda inmóvil,

como congelado, LA MUJER DE NEGRO se encuentra entre lo que para nosotros

serían las lápidas. No queda claro si está mirando a KlPRS o no.

El momento transcurre en silencio y, después, LA MUJER se aleja de nuestra vista

con todo sigilo.

Tan pronto como se aleja KíPPS corre tras ella para ver hacia dónde se ha ido. Se

para en el lugar por el que ella se ha marchado, escrutando, después regresa a

través de la gasa. EL ACTOR, mientras finito, ha estado durante todo este tiempo

leyendo el manuscrito sin apartar de él la mirada.

KIPPS: Más allá del muro la hierba cedía paso a la arena y el agua estancada. Los

pantanos y las salinas se extendían hasta fundirse con la marea que ascendía. Podía ver

millas y millas de distancia. No había ni rastro de la Mujer de Negro, no existía ningún lugar

en el que pudiera haberse ocultado.

Silencio

Se oye el sonido de KlPPS corriendo, el sonido de sus pasos y su respiración.

EL ACTOR: Cuando llega a la casa se halla en un mar de sudor a causa del esfuerzo y de

lo que sus emociones le hacen sentir.

Page 28: la dama de ngro guion

Oímos como cierra de un portazo la puerta de la casa.

Durante un largo rato no se mueve del oscuro vestíbulo de madera. Quisiera tener

compañía, pero no la tiene. Quisiera que hubiera luz. Necesita seguridad. Pero sobre

todo necesita una explicación. (Pausa) Porque él no cree en fantasmas.

KlPPS: Pero acabo de ver, ahí fuera en los pantanos, a una mujer que... cuya forma

era... tangible, y aún así... Dios mío... No sé cómo describirlo... Yo... ( Se sienta. Se

toma un respiro para recuperarse) La expresión de su cara... desesperada, con ansias

de maldad... me llenaron de un asco y un temor indescriptibles. Y desapareció de una

forma en la que ningún ser humano hubiera podido hacerlo. (Pausa) Y yo no creía en

fantasmas.

Retumba en la casa el sonido de un reloj.

EL ACTOR: ¿Qué otra explicación podría haber? Pausa.

KlPPS: (moviéndosepor el escenario, intentando olvidar lo ocurrido) El vestíbulo, la

escalera, la cocina, la despensa. (Enciende la luz. La bombilla alumbra poco) El

salón, la sala de eslar, el comedor, el despacho.

EL ACTOR: No hay nada desagradable; ni la sombra de Miss Havisham, ni basura

amontonada en los rincones, ni perros o gatos medio hambrientos. Sólo el húmedo y

agridulce olor a cerrado —¿pero, eso es de extrañar en una casa situada como ésta? Los

muebles: buenos, sólidos, oscuros, anticuados. Libros, cuadros, burós.

KIPPS abre el baúl y saca un montón de documentos, y los esparce a su alrededor

mientras habla EL ACTOR

Escritorios, mesas, burós. Papeles, papeles en cajas, cartas, recibos, documentos

legales, papeles. Y él debía examinarlo todo. Una tarea ardua que no merece la pena

empezar ahora; es demasiado tarde y él está demasiado turbado.

Vemos cómo KlPPS encuentra una botella de brandy. La va. a abrir, pero luego,

la devuelve a su sitio.

KlPPS (levantando la mirada del baúl): No consigo entender cómo una mujer anciana

pudo aguantar en esta casa día tras día y noche tras noche. Yo hubiera enloquecido.

EL ACTOR: Decide marcharse y volver la mañana siguiente. Falta una hora para que

regrese Keckwick, así que, si sale a buen paso, estará de vuelta en Crythin Gifford a

tiempo de evitarle a aquél otro viaje. El camino es aún visible, las carreteras de vuelta

son rectas y no hay posible pérdida.

KlPPS apaga las luces y cierra con llave. Se oye ti sonido de la puerta cerrándose

de golpe. Las luces están ahora sobre el pasillo central, al que desciende KlPPS.

Su cabeza y los brazos están aislados por la luz, mientras habla EL ACTOR.

Page 29: la dama de ngro guion

Imagínenselo ahora, avanzando, pequeño e insignificante en ese inmenso paraje.

Mientras camina, evoca la imagen de la figura de negro ropaje...

KlPPS mira por encima de su hombro.

... se convence de que no había desaparecido como él imaginó, sino que debía haber

alguna pendiente o bajada por la que se había ocultado. Porque él no cree en

fantasmas. La aleja de su mente, sigue caminando, asombrado por la indiferencia que

su presencia les produce al cielo y al agua. Entonces, saliendo de este estado absorto,

se da cuenta de que no puede ver más allá de unos pocos metros,

KlPPS se da cuenta de esto por la luz que se atenúa. Se gira hacia detrás.

y de que la mansión de Eel Marsh ha quedado invisible.

KIPPS: La niebla era espesa y húmeda. Sí, húmeda y pegajosa como una tela de araña,

fina e impenetrable. Era la niebla de la que hablaba el Sr. Daily.

EL ACTOR: Debe retroceder, volver sobre sus pasos y regresar a la casa; debe esperar

a que Keckwick venga a recogerle.

KIPPES da la vuelta y comienza a retroceder laboriosamente. Las luces se han

atenuado hasta que todo queda casi oscuro.

KlPPS: La niebla era salada, brillante y pálida, acercándose a mis ojos cada vez más.

Me sentía confuso viendo cómo la niebla jugaba conmigo, como si estuviera

formada por millones de dedos que me tocaban y me atrapaban, para luego alejarse.

EL ACTOR: Camina lentamente, paso a paso, desconcertado por la niebla móvil y

cambiante, ansioso por llegar a la casa. Un camino de pesadilla, hasta que...

Empieza a oírse el ruido del caballo y la calesa. KlPPS se detiene, se gira con

evidente alivio; entonces el sonido disminuye, cambia de dirección como en un

remolino y disminuye como si se lo llevara la niebla.

KlPPS: ¡Keckwick!

El sonido parece acercarse, y luego disminuye. KlPPS, desconcertado, parece

localizarlo en la niebla pero, en seguida, queda totalmente desorientado.

Un momento después, el sonido del caballo y la calesa desaparece del todo, y, a lo

lejos, en el pantano, se oye un sonido de algo qué Sí hunde, que es absorbido,

tragado, junto al relincho y el grito de un caballo asustado. Y después otro grito:

un alarido, un lloro de miedo...es difícil de identificar pero está claro que procede

de un niño. KlPPS, con dificultad y a ciegas, avanza unos pasos.

¡Oh, no!... ¡Oh, no!... (Gritando) ¡No! ¡No! ¡No! ¡Keckwick!

Oscuro. En la oscuridad oímos cómo se cierra la puerta de la casa. Cuando

vuelve la luz, vemos a KlPPS de nuevo en la casa, claramente agitado. Saca del

Page 30: la dama de ngro guion

baúl la botella de brandy, y se sirve una buena cantidad. Se sienta durante un

momento. Se levanta de un salto y, enfebrecido, empiezo a dar vueltas por la casa,

registrando las habitaciones y revolviendo los muebles.

EL ACTOR: Desesperado y lleno de terror, camina por la casa, encendiendo todas las

luces que funcionan... tiene la esperanza de que su brillo pueda verse a través de la

niebla.

KIPPS (Caminando sin respiro): Todas la puertas estaban abiertas, todas las

habitaciones ordenadas, llenas de polvo, frías y húmedas y, sin embargo, todo daba

sensación de sofoco.

KIPPS llega a la puerta cerrada. Se detiene.

EL ACTOR: Una de las puertas permanece cerrada.

KIPPS: Al final del pasillo del segundo piso, junto a los tres dormitorios. No había

cerradura, ni pomo en la puerta (Sacude la puerta y, enfadado, le da una patada, la

golpea can los puños. Después, mientras su enfado disminuye, se deja caer al suelo,

llorando)

EL ACTOR aparece ahora vestido como KECKWICK. Está al pie de los

escalones, mientras llama a la puerta. KlPPS, lentamente, sale de su sueño,

evidentemente cansado, con todos sus miembros tensos, arrastrando los pies

para abrir la puerta. La luz de fuera es ahora la de la luna llena, que brilla

iluminando el camino y a los actores. KIPPS, al ver a KECKWICK, parece

desconcertado.

KECKWICK: Con una niebla así hay que esperar a que aclare. No se puede cruzar

hasta aquí con esta niebla. Tuvo Vd. mala suerte. Y además hay que esperar a que baje

la marea. Extraño lugar éste. Pronto se dará Vd. cuenta.

KlPPS: ¿Qué hora es?

KECKWICK: Casi las dos.

KlPPS: No creí que volviera a esta hora. Es muy amable por su parte.

KECKWICK: No podía dejarle aquí toda la noche. Jamás hubiera hecho eso.

KlPPS (repentinamente): Pero, ¿qué le ha ocurrido?¿Cómo puede ser que esté Vd.

aquí? ¿Cómo pudo salir de allí?

KHCKW1CK mira el rostro de KlPPS durante un momento. Luego sube de nuevo a la

calesa. KlPPS también sube. Oímos como el caballo y la calesa se ponen en

movimiento.

(Mientras la calesa le transporta) Acunado por el movimiento de la calesa, caí en una

especie de trance en el que no sabía si estaba dormido o despierto. Sabía que acababa de

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penetrar en alguno de los reinos del inconsciente, y que no podría regresar. Aquella

mujer que había visto junto a las tumbas había sido una aparición. Ahora... no es que lo

creyera, o lo supiera, sino que la certeza anidaba en lo más profundo de mi ser. Y

empecé a sospechar que el caballo y la calesa... el caballo y la calesa que transportaban

un niño... que había gritado de forma tan horrible mientras las arenas movedizas se lo

tragaban... empecé a sospechar que tampoco eran reales, que no estaban allí, que no

estaban presentes, que no eran reales... eran, también, una aparición. Lo había escuchado,

de forma tan clara como escuchaba ahora el sonido de la calesa y las pisadas del caballo...

Los

había visto .. había visto a la mujer de cara pálida, junto a la tumba de la Sra. Drablow,

y luego, en el viejo cementerio... La había visto. Lo hubiera jurado sobre la Biblia. Y, sin

embargo, de algún modo que escapaba a mi comprensión, sabía que eran irreales,

apariciones; cosas que estaban muertas.

FIN DEL ACTO I

Page 32: la dama de ngro guion

ACTO SEGUNDO

Se escucha el sonido de la ajetreada ciudad.

EL ACTOR, en el papel de JEROME, está trabajando en su mesa.

KlPPS entra en escena y llama a la puerta.

JEROME responde, con evidente desgana.

KIPPS: Sr. Jerome...

JERÓME: Ah, hola. (Tras un instante) ¿No quiere...? ¿No quiere pasar?

KIPPS (entrando): Espero que se encuentre totalmente recuperado ... de lo que le ocurrió

en el funeral de la Sra. Drablow.

JEROME: Sí, sí, gracias.

Silencio.

KIPPS: Se preguntará Vd. por qué estoy aquí.

JEROME no responde.

Verá Vd. yo no tenía ni idea... quiero decir... no sé si Vd. sabe la cantidad de papeles

que tenía la Sra. Drablow, la verdad es que son toneladas de papel, y , la mayoría, imagino,

sin ningún valor. De cualquier modo, habrá que revisarlos uno a uno. Así que, a menos

que quiera residir en Crythin Gifford durante mucho tiempo, habré de contar con algo de

ayuda.

La expresión de la cara de JEROME es de pánico. Mueve hacia atrás su silla,

alejándose de KlPPS.

JEROME: Sr. Kipps, me temo que no voy a poder ser de mucha ayuda.

KIPPS: Oh, no; no estaba pensando precisamente en Vd. Pero quizás tenga Vd. algún joven

ayudante ...

JEROME; No, no tengo a nadie. Trabajo solo... así que no puedo ayudarle.

KlPPS: Bueno, pues ayúdeme a encontrar a alguien. Seguro que en esta ciudad existe

algún joven, con un mínimo de inteligencia, que esté deseando ganarse unas libras, y al

que yo pudiera contratar.

JEROME (con gran agitación): Lo siento... éste es un lugar muy pequeño... los jóvenes

emigran... no hay trabajo.

KIPPS: Pero lo que yo ofrezco es precisamente un trabajo... aunque sólo sea temporal.

JEROME (casi gritando): ¡No podrá encontrar a nadie que sea adecuado!

Pausa.

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KlPPS (muy calmado y con voz pausada): Sr. Jerome, lo que Vd. quiere decir es que nadie

está dispuesto, que no voy a poder contar con ningún joven, o con ningún adulto... dalo

mismo. Lo que ocurre es que no quiere Vd. ir al fondo del asunto, y es que no voy a

encontrar a nadie dispuesto a acercarse a la mansión de Eel Marsh por miedo a que las

historias que se cuentan sobre ese lugar sean verdaderas... por miedo ¡i encontrar lo que

yo ya he encontrado.

Silencio. Transcurridos unos segundos, JEROME, muy agitado, se acerca a la

ventana y mira a través de ella, de espaldas a KlPPS.

JEROME: Keckwick volvió para recogerle.

KIPPS: Sí, y se lo agradecí más de lo que pueda imaginar

JEROME : No hay nada que Keckwick no sepa sobre la mansión de Eel Marsh.

KIPPS: ¿ Significa eso que era el quien se encargaba de transportar a la Sra. Drablow?

JEROME ¡asintiendo con la cabeza): Ella no quería ver a ninguna otra... (Se detiene)

KIPPS (en voz pausada): Ninguna otra... alma viviente.

Pausa.

JEROME: Son historias... cuentos... un montón de tonterías. .. No se crea Vd. casi nada de

lo que dicen.

KlPPS: Claro, claro; casi nada.

JEROME: Vd. vio a aquella mujer en el cementerio de la iglesia...

KlPPS: Y volví a verla... junto a las viejas tumbas.

JEROME se gira, de repente mirando a KIPPS a la cara; se le nota más afectado por

la conversación. KlPPS decide reservarse sus sentimientos.

Sr. Jerome, nada va a detenerme... ni un fantasma, ni varios fantasmas. Tengo que

acabar mi trabajo. Y dudo de que la mujer de negro sienta ninguna animosidad hacia

mí. Quisiera saber quién era. O quien es. (Se ríe ¿le manera forzada) No sé cómo

referirme a ella.

Silencio.

Debo enfrentarme a todo esto, Sr. Jerome. Uno debe enfrentarse a estas cosas.

JEROME: Eso mismo dije yo. Eso mismo.. . hace tiempo.

Las luces nos hacen perder a JEROME. KlPPS observa con preocupación a EL

ACTOR que, nervioso, vuelve a vestirse de SAM DAILY una vez más. KlPPS se le

acerca.

KlPPS: Sr. Kipps, ¿se encuentra Vd. bien?

EL ACTOR: Yo... esto... Sí, sí. El Sr. Jerome estaba aterrorizado.

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KlPPS (Haciendo que salga a la luz): Pero Vd.. Me da la sensación de que se encuentra

algo... conmovido.

EL ACTOR(con un ligero rastro de pánico en su voz): Entonces lo estaba. Lo estaba.

Mis sentimientos se habrían convertido en algo tan volátil, tan extremado, que creía estar

viviendo en otra dimensión. Mi corazón parecía latir con mayor rapidez, mis pasos eran

más rápidos, todo lo que veía tenía más brillo, los contornos de las cosas eran más

nítidos, definidos, con mayor precisión, yo... (Se detiene)

KIPPS observa, de forma evidentemente ansiosa

KlPPS: ¿Puede continuar?

EL ACTOR: Sí

KlPPS: Continuar ¿hasta el final?

EL ACTOR: Sí, sí. Debo hacerlo. Por favor, sigamos. Acabemos de una vez por todas,

¡por el amor de Dios!

Respira profundamente y se recupera. KIPPS se le acerca.

KlPPS: ¡Sr. Daily!

SAM DAILY: ¡Sr. Kipps! ¿Qué tal van las cosas?

KIPPS: Muy bien, gracias.

SAM DAILY: ¿Y su trabajo?

KIPPS: ¿Se refiere a la herencia de la Sra. Drablow? Oh, pronto lo tendré todo arreglado.

Aunque le confieso que hay más trabajo del que había imaginado.

SAM DAILY: ¿Ha visitado ya la mansión?

KIPPS: Claro que sí.

SAM DAILY: Ah.

Pausa.

KIPPS: A decir verdad, me estoy divirtiendo bastante. Estoy empezando a pensar que

todo este asunto es como un reto para mí.

Pausa larga mientras DAILY observa a KIPPS cuidadosamente. KIPPS se mueve

con cierto nerviosismo y mira en otra dirección.

SAM DAILY: Sr. Kipps, está Vd. jugando con fuego. Y, si piensa continuar con este

asunto, le diré que está Vd. loco.

KlPPS: ¿Quiere Vd. decir que, en su opinión, debería abandonar el trabajo que me

ordenaron hacer, darme la vuelta y echar a correr...?

SAM DAILY: Escúcheme bien, Arthur. No voy a llenarle la cabeza con historias de

viejas... Para eso sólo tendría que preguntar a cualquiera en este pueblo... quizá ya lo

ha hecho.

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KIPPS: No. Sólo algunas indirectas... Y el Sr. Jerome poniéndose pálido.

SAM DAILY: Pero Vd. visitó la mansión...

KIPPS: Si, y tuve una experiencia por la que no me gustaría volver a pasar y para la que

no tengo explicación, lo confieso. Me parece, Sr, Daily, que he visto los fantasmas que

habitan Eel Marsh: una mujer de negro con la cara ajada... Porque no tengo la menor

duda de que era lo que la gente llama un fantasma: no era real, no estaba viva, no

respiraba, no era un ser humano. Pues bien, no me hizo ningún daño, no me dirigió la

palabra, ni se acercó a mí. No me agradó su apariencia y mucho menos el... el poder que

parecía emanar de ella, pero me he convencido de que es un poder que no puede

hacerme nada, excepto sentir miedo. Cuando regrese allí y la vea de nuevo, estaré

preparado.

SAM DAILY: ¿Y el caballo y la calesa?

Silencio.

KlPPS: ¿Así que también sabe eso? (Transcurridos unos segundos) No huiré.

SAM DAILY: No debería volver allí.

KlPPS: Me temo que tengo que hacerlo.

SAM DAILY: No debería ir solo.

KlPPS: Parece que no puedo encontrar a nadie que quiera acompañarme.

SAM DAILY: Nadie querrá hacerlo.

KlPPS: Pero, ¡Dios mío! la Sra. Drablow vivió allí, sola, durante... ¿cuánto?... más de

sesenta años, y murió de vieja. Debió llegar a un acuerdo con todos los fantasmas del

lugar.

SAM DAILY: Sí, puede que eso fuera lo que hiciera (Pausa) ¿Está Vd. resuelto a

volver?

KlPPS: Lo estoy.

SAM DAILY: Entonces llévese al perro.

KlPPS (riéndose): No tengo perro.

SAM DAILY: Pero yo sí. (Silba, y después se agacha para acariciar al «perro») Es

perra; llévesela, y devuélvamela cuando haya terminado.

KlPPS: ¿Querrá venir conmigo?

SAM DAILY: Hará lo que yo le diga.

KlPPS la acaricia.

KIPPS: ¿Cómo se llama?

SAM DAILY: Spider.

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KIPPS: De acuerdo. Le aseguro que disfrutaré de su compañía. Gracias. ¡Vamos, bonita!

¡Spider!

Page 37: la dama de ngro guion

KlPPS y la «perra» salen de la luz.

EL ACTOR (mientras se quita las ropas de «Daily»): A la mañana siguiente, regresa a la

mansión en una bicicleta que le ha prestado el encargado del hotel. La pequeña Spider corre

detrás de él. El sol está en lo alto, el aire parece incluso más puro, más tonificante.

KIPPS: Ante mí se extendían aquellos pantanos plateados... brillantes, atractivos.

Podía oír el misterioso silencio y, una vez más, la extraña y cautivadora belleza del

lugar se apoderó de mí. No podía huir aquel lugar. Había caído bajo algún tipo de

encantamiento, de esos que algunos lugares desprenden, y ese encantamiento atraía hacia

él mi imaginación, mis anhelos, mi curiosidad, todo mi espíritu.

Las luces sugieren ahora el interior de la mansión. EL ACTOR se coloca en un lado del

escenario, tan lejos de KlPPS como sea posible; quizá incluso entre bastidores.

EL ACTOR: Enciende las chimeneas, airea las sábanas y las mantas, abre las ventanas,

descorre las cortinas, y se dispone a trabajar en uno de los despachos de la mansión.

KIPPS empieza a clasificar los papeles en grupos: los que debe conservar, los que debe

tirar...

KIPPS: Y bien, Spider, ¿has visto alguna vez tantos papeles sin ningún valor? Parece

ser que la Sra. Drablow guardaba todas las facturas y recibos, también las felicitaciones

de Navidad que recibió a lo largo de su vida. (Acaricia a Spider) ¡Incluso las listas de la

compra! ¿Qué te parece?

EL ACTOR: Aunque se trataba de un trabajo tedioso, severo con paciencia, desatando y

examinando superficialmente todos y cada uno de los fajos de papeles antes de

apartarlos a un lado.

KlPPS trabaja durante un momento, después se estira y bosteza. Se pone de pie, cruza

el escenario y oímos como cierra la puerta de golpe. Le silba a la perra.

KIPPS (la llama): ¡Spider! ¡Ven, mira... conejos! {Atraviesa la gasa y llega al viejo

cementerio) La última vez que estuve aquí vi a una mujer entre esas tumbas. (Se

agacha y le habla al perro) ¡Busca, Spider, busca! ¿Dónde está? (Acaricia al perro y

se agacha para descifrar una de las inscripciones) A la memoria de... no sé qué... net...

Humfrye... 1900 y algo... de su querida... algo... y no sé qué... iel Diablow... (Contempla

la lápida durante un momento, luego le silba a la perra) ¡Spider!

EL ACTOR: Regresa a la casa y a su trabajo. El aire es ahora más frío, y está

oscureciendo.

Oímos cómo se cierra la puerta y KlPPS vuelve a los papeles.

Trabaja hasta bien entrada la tarde. Spider es una compañera excelente; le agrada oír su

Page 38: la dama de ngro guion

respiración suave , o cómo se rasca y corretea por aquella casa vacía, pero la sensación

que predomina es la de tedio, y un cierto letargo, combinado con las ganas de acabar y

volver a Londres con su querida Stella.

KlPPS revisa los papeles, desecha la mayoría y guarda unos pocos, mientras las luces

se funden hasta el oscuro. Cuando vuelven a encenderse, se encuentra en proceso

deordenar el trabajo realizado, amontonando las cosas en el suelo.

KlPPS: Uno o dos días más y habremos acabado. Es hora de irse a la cama. ¡ Vamos,

Spider!

Camina por una especie de circuito hasta llegar a la cama. Se acuesta, tapándose con una

manta que ha encontrado entre el montón de objetos. Antes dique se apaguen las luces,

acaricia a la perra.

Me pregunto si el Sr. Daily te dejaría venir conmigo a Londres. Te gustaría conocer a

Stella. Pero no crea que te gustara Londres. Y ahora, buenas noches, Hasta mañana.

Y las luces funden a oscuro. De repente, se encienden de nuevo, como un rayo de luna, y

KIPPS se incorpora de inmediato. Silencio.

(Al rato, susurrando) ¿Qué sucede, Spider? ¿Qué ocurre?

Silencio. Poco después, de algún lugar en el interior de la casa, llega un sonido de golpes

intermitentes que retumban. KlPPS escucha, helado. Al rato, paran los golpes.

Lentamente, sale de la cama.

(Susurrando) Tranquila... buena chica... (Se aparta de la cama)

Se oye de nuevo el sonido. KlPPS anda cautelosamente por la casa, mientras la luz de

la luna aparece y desaparece a través de las muchas ventanas. Gradualmente el sonido

se hace más fuerte, mientras KlPPS se va acercando hasta que, inevitablemente, se

siente atraído por una puerta cerrada. El sonido ha llegado al máximo. KlPPS no tiene

valor para abrir la puerta, aunque resulta tridente que el ruido proviene de su interior.

Está como paralizado. Entonces, desde los pantanos, oímos el grito de un niño. KlPPS

se da la vuelta y escucha.

EL ACTOR: Mientras regresa a tientas hacia el dormitorio, mira por la ventana. Ahí

están los pantanos, de color gris plata... vacíos.,, el agua del estuario, lisa como un

espejo y reflejando la luna llena,

KIPPS: Pero nada más. Nadie. Un ligera brisa... nada más

Han cesado los golpes en la habitación. En silencio, KIPPS regresa, cruzando otra vez la

casa,hasta la habitación con la puerta cerrada. Llega a ella, pero no se oye ningún sonido.

Pone la mano en el pomo, duda, y después lo gira. El pomo no cede. Empuja la puerta

ligeramente con el hombro. Nada. Lentamente se va filtrando la luz del amanecer.

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EL ACTOR: Cuando despierta el tiempo ha cambiado. Mira por la ventana, pero apenas

puede distinguir la división entre la tierra y el agua, entre el agua y el cielo. Todo es de

un color gris uniforme, las nubes son bajas y espesas, y hay una ligera llovizna.

KlPPS: Volví a Crythin en la bicicleta; Spider corría tras de mí. Había llegado una carta

de Stella en la que se lamentaba por mi ausencia, pero se enorgullecía por mi

responsabilidad. Le pedí a la encargada del hotel que volviera a llenarme la cesta,

compré una buena linterna y, con la carta de Stella en el bolsillo, regresé de nuevo

silbando por el camino.

EL ACTOR: Trabaja durante todo el día, revisando papel tras papel; después de la cena,

para entretenerse, empieza a leer algunas de las cartas que ha encontrado.

KlPPS (sentándose, con un paquete de documentos y cartas): Estaban fechadas hace

unos sesenta año», entre un mes de febrero y el verano del año siguiente. Habían sido

remitidas, primero, desde una casa en un pueblo a unas veinte millas de aquí y, más

tarde desde una posada en Escocia. Todas comenzaban con «Querida mía» o «Mi muy

querida Alice», y estaban firmadas en su mayoría por «J», aunque en ocasiones aparecía

el nombre «Jennet». Las escribía una mujer joven, que debía ser familia de la Sra.

Drablow. Estaba soltera y tenía un hijo. AI principio vivía aún en casa, con sus padres;

después fue enviada a vivir lejos de allí.

ACTOR: En Escocia, nace su hijo, y en sus cartas habla de el con un afecto

desmesurado. Se le presiona para que permita que el niño sea adoptado, pero ella se

niega, afirmando una y otra vez que jamás podrán separarlos.

Mientras KlPPS dice las siguientes palabras, se le une la voz de una joven que dice lo

mismo. Dicen la primera frase al unísono, después KlPPS se calla y deja oír la voz en off.

KIPPS y VOZ DE LA JOVEN (juntos): «Es mío. ¿Por qué no puedo quedarme con lo

que es mío? No permitiré que unos extraños me lo quiten. Antes que permitirlo prefiero

que muramos los dos.»

EL ACTOR: Y entonces el tono cambia.

VOZ DE LA JOVEN: «¿Qué otra cosa puedo hacer? Estoy totalmente desamparada. Si tú

y M queréis tener al niño no creo que me importe tanto. Supongo que así debe ser.»

EL ACTOR: Pero la última carta está escrita con letra muy pequeña, apretada.

VOZ DE LA JOVEN: « Queredle mucho; cuidad de él como si fuera vuestro propio hijo.

Pero es mío, mío; nunca podrá ser vuestro. Oh, perdón, perdón. Siento que se me parte

el alma. J.»

EL ACTOR: En el mismo paquete de cartas hay un documento que declara que Nathaniel

Pierston, hijo de Jennet Humfrye, es hijo adoptivo de Morgan Thomas Drablow y de su

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esposa Alice, que viven en la Mansión de Eel Marsh, en Crythin Gifford.

Silencio. De repente, KlPPS se gira como si el perro se hubiera asustado.

KlPPS: ¿Qué ocurre, Spider?

Silencio. Vuelven a sonar, de forma rítmica, los golpes, pum, pum, pausa, pum, pum,

pausa KlPPS se pone de pie. Duda por un momento, y depués echa a andar

decididamente. Al misma tiempo, desde el exterior, liega el sonido de un caballo y una.

calesa.

¡A mi lado, Spider, a mi lado! (Coge la linterna y sale)

Las luces disminuyen, y queda sólo la luz de la linterna de KIPPS, mientras el ruido del

caballo y la calesa se oyen más y más, como si se acercaran a la casa. Justo cuando

parece que vayan a entrar en nuestro campo de visión, se salen del camino y oímos,

como anteriormente, el sonido que producen al sumergirse. El grito del niño se

convierte en grito de terror, grito que se va apagando, ahogando.

Silencio.

Desde el interior de la casa, volvemos a oír de forma rítmica, los golpes, pum, pum,

pausa.

KlPPS entra de nuevo. Una luz ilumina la puerta y podemos ver como se abre lentamente.

Hay luz enel exterior de la puerta, pero no en el interior. KlPPS se acerca cauteloso y

con miedo, y alumbra con su linterna el interior. Atraviesa la puerta. La única luz

proviene de su linterna, y con ella vemos cómo se mueve la mecedora -adelante y atrás,

aparentemente por voluntad propia-, y esto es lo que hemos estado oyendo, al golpear la

madera del suelo. La ilumina con la linterna y vemos como se mueve cáela vez menos

hasta que se detiene.

¡Pero no había nadie allí! ¡Nadie! ¡Y no había otra salida más que la puerta por la que yo

había entrado! ¡Y nadie había pasado por mí lado!

Pausa

Durante las siguientes frases, KIPPS recorre la habitación, cogiendo algunos de los

objetos que son mencionados.

EL ACTOR: Era la habitación de un niño. En un rincón, la cama, preparada, con las

almohadas, las sábanas y la colcha; junto a ella, sobre la mesilla, un pequeño caballo de

madera y un candelabro con una vela. Un mueble en cuyos cajones hay ropa de todas

clases: ropa interior, ropa de vestir, ropa informal, todo para un niño de seis o siete años.

Es ropa buena, es bonita, con el estilo de hace unos sesenta años o más. Y juguetes,

ordenados con meticulosidad, bien cuidados. Soldados de plomo ordenados por

regimientos. Una granja, con sus vallas y sus graneros. La maqueta de un barco, con

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su mástil y sus velas de lino. Un látigo. Una peonza. Un parchís. Ajedrez y damas. Un

monito de cuero. Un gato de lana. Un oso de peluche. Un muñeco calvo con la cabeza

de porcelana y traje de marinero. Lápices y pinceles, tinta y dados, una trompeta en

miniatura, una caja de música de Suiza, y un muñeco negro de hojalata con las piernas y

los brazos articulados.

KIPPS (cogiendo, con ternura, un objeto que podemos imaginar que es este muñeco

negro): Deben haber estado aquí durante más de medio siglo, y sin embargo, es como

si hubieran jugado con ellos esta tarde. No había nada que pudiera asustarme o hacerme

daño; había sólo un vacío, un curioso ambiente de tristeza, de ausencia, como si fallara

algo, que hizo que me sintiera desolado, con una gran pena en mi propio corazón.

¿Cómo podría explicarlo? Soy incapaz. Pero lo recuerdo tal y como lo sentí.

Al cabo de un rato, vuelve a pasar por la puerta, encuentra una silla y se sienta. A

medida que lo hace, empieza de nuevo a oírse el viento. Al poco tiempo el viento ruge

alrededor de la casa. Poco después, desde la oscuridad exterior, llega el grito de

desesperación y angustia del niño. KIPPS enciende la luz mientras:

La MUJER DE NEGRO abandona el escenario, tras haber sido vista momentáneamente.

KIPPS se gira horrorizado. Al mismo tiempo, un Inerte golpe de viento golpea la casa y

se va la luz. KIPPS comienza a andar a tientas lleno de pánico.

La linterna... Ayúdame, Dios mío... La linterna, Spider. ¿Dónde está, bonita? (La

encuentra) Gracias, Dios mío, gracias...

Tropieza, la linterna se le cae y desaparece. Vuelve a encontrarla, pero está rota. Después,

totalmente a oscuras, vuelve a tientas a la habitación infantil, jadeando y entre

sollozos; el viento sigue soplando; por fin, encuentra el candelabro y consigue encender

la vela. El viento sigue rugiendo alrededor de la casa. KlPPS vuelve sobre sus pasos,

sale de la habitación, y atraviesa la casa, con la vela como única luz. Se sienta. Pone la

cabeza entre sus manos y deja la vela en el suelo.

¡Que se haga de día! ¡Que vuelva la luz!

Desde el exterior se oye el sonido de alguien silbando, como se le silba a un perro.

¿Spider?

KlPPS se pone de pie y, cogiendo la vela, va a abrir la puerta de la calle.

¿Quién es, Spider? ¿Quién es, bonita?

EL ACTOR: Antes de que pueda detenerla, la perra se escapa como sí persiguiera a

una liebre. Corre deprisa, saliendo de la casa y atravesando los pantanos.

KlPPS: ¡Spider! ¡Vuelve aquí, Spider! ¡Vuelve!.

De nuevo el silbido. KlPPS se mueve hacia adelante violentamente y la vela se apaga.

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¡Spidcr!

De manera imperceptible empieza a amanecer. Mientras sucede lo siguiente, el viento

aumenta en intensidad, y KlPPS se adelanta hasta la corbata del escenario y los escalones.

Durante la siguiente secuencia, LA MUJER DE NEGRO está dedicándose a destrozar la

habitación infantil. Queda fuera de la luz, pero, aún así, podemos ver su silueta,

moviendo los brazos violentamente en la oscuridad

EL ACTOR: Está quieto, sorprendido y perplejo, mientras la pequeña figura de Spider

se pierde en la lejanía, en el espacio abierto. Después echa a correr como jamás lo hizo

antes.

Escuchamos las pisadas de KIPPS resonando furiosamente.

EL ACTOR: La perra se mete en el barro. Lucha por mantener el equilibrio en el

fango. Grita lastimosamente...

KIPPS: ¡Spider!

EL ACTOR: Apenas es ya visible...

KIPPS: Ya voy, Spider... Aguanta, bonita...

De nuevo el silbido.

EL ACTOR: El también empieza a notar lo pegajosa e insegura que es la tierra conforme

se adentra en el fango.

KlPPS: Aguanta, Spider... aguanta mientras puedas...

EL ACTOR: Se ve forzado a arrastrarse en lugar de caminar.

KlPPS: Ten valor... Ya voy...

EL ACTOR: La perrilla apenas puede sostenerse... Sus piernas y la mitad de su cuerpo

ya han desaparecido bajo el remolino de fango, que la succiona. Mantiene la cabeza

elevada en el aire mientras lucha y grita.

KlPPS: Buena chica... buena chica...

De nuevo el silbido.

Inténtalo, Spider... sigue intentándolo, bonita... (Se echa al suelo y, extendiendo al

máximo su cuerpo coge a la perra.)

EL ACTOR: La coge por el cuello, justo antes de hundirse. Tira de ella con todas sus

fuerzas, con las fuerzas que da el miedo; siente cómo la piel húmeda se le resbala de las

manos, la perra empieza de nuevo hundirse y, entonces, con un último esfuerzo,

consigue tirar su cuerpo hacia atrás apoyándolo en tierra firme.

La perra queda entonces libre del barro. KlPPS se echa hacia atrás, exhausto.

KlPPS (aliviado y con lágrimas en los ojos): ¡Oh, Spider, Spider! ¡Gracias, Dios mío,

gracias!...

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Durante un rato yace en silencio, y después levanta la mirada. LA MUJER DE NEGRO

está frente a él mirándole. El la mira fijamente. Después desde la parte trasera del teatro

¡lega el sonido de un caballo y una calesa. Oscuro.

Sale LA MUJER DE NEGRO.

Durante el oscuro EL ACTOR, haciendo de SAMUEL DAILY, se acerca a KlPPS y le

alumbra a los ojos con una linterna intentando que se recupere.

SAM DAILY: Sr. Kipps... Arthur...

Las luces van subiendo lentamente mientras KlPPS reacciona.

KIPPS (enfebrecido): La calesa... El caballo y la calesa...

SAM DAILY: Sí, los tengo ahí. Todavía me gusta utilizarlos de vez en cuando... es una

forma agradable de viajar. (Pausa) ¿Qué creía Vd.?

KlPPS: He escuchado oíros... otra...

SAM DAILY: Sí. (Pausa) ¿No sesía Keckwick?

KlPPS: No.

SAM DAILY: NO. (Pausa) Ahora debe tener cuidado.

KlPPS: Estoy mejor... ya estoy bien.

Pausa.

SAM DAILY: No podía quitármelo de la cabeza. Estaba intranquilo y empecé a ponerme

nervioso.

KlPPS: Pero, ¿no es demasiado temprano...? Estoy algo confuso.

SAM DAILY: Bastante temprano. No hacía más que despertarme. Como le dije, no podía

quitármelo de la cabeza.

KlPPS: Parece extraño.

SAM DAILY: ¿De verdad? A mí no me lo parece.

KlPPS: No, en realidad no es extraño.

SAM DAILY: Menos mal que he llegado a tiempo.

KlPPS: Sí; le estoy muy agradecido, de verdad. Estoy muy contento de verle, Sr.

Daily.

SAM DAILY: Ha muerto gente ahogada en estos pantanos.

KIPPS: Sí. Sí, ahora lo sé. Sentía que algo tiraba de mí y me hundía con la perra. (De

repente) ¿Y Spider?

SAM DAILY: Esta bien... Aquí está... Y ahora, cuando se haya repuesto, lo mejor es

que coja lo que necesite y nos marchemos.

KIPPS: ¿Marcharnos?

SAM DAILY: Sí, vine a ver qué tal se las arreglaba Vd. en este lugar dejado de la

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mano de Dios. Ahora ya lo he visto. Lo mejor es que regrese conmigo y se recupere.

KIPPS (tras una pausa): Gracias. Recogeré mis cosas. No tardaré mucho.

KIPPS anda por la casa. Encuentra el paquete de cartas y documentos que había estado

leyendo. Lo recoge junto con su bolsa. Está a punto de bajar las escaleras cuando ve

que la puerta de la habitación ¿leí niño está abierta. Se asoma, encendiendo una cerilla

para poder ver. Se revela, ante él los efectos de la devastación. Recoge algunos de los

objetos rotos, mientras mira a su alrededor, y los vuelve a depositar en el suelo.

Entonces, con un miedo repentino, sale corriendo de la habitación y se reúne con SAM

DAILY.

EL ACTOR, haciendo de SAM DAILY, mueve el baúl que, de nuevo, representa la

calesa, mientras KlPPS se acerca a él.

SAM DAILY: Vamos, Arthur, suba. En seguida llegaremos a casa.

KlPPS tropieza al subir. DAILY le ayuda, y después sube a la calesa.

¡Spider... arriba! Buena chica.

El caballo y la calesa se ponen en movimiento. Mientras la luz desciende KIPPS vuelve

su mirada hacia la casa. No hay nadie.

Oscuro.

Sale SAM DAILY.

Vuelve la luz. KlPPS acerca una silla al lado del baúl y lo utiliza como escritorio. Abre

el paquete de cartas y las saca.

KlPPS (leyendo un certificado de defunción): Nathaniel Drablow, edad seis años; causa

del fallecimiento: ahogado. (Lee otro) Rose Judd, criada; causa del fallecimiento:

ahogada. (Lee otro) Jennet Eliza Humfryc, soltera, edad treinta y seis años; causa del

fallecimiento; ataque al corazón.

Silencio.

Entra SAMUEL DAILY con una botella de whisky y dos vasos. Los pone sobre el baúl y se

sienta enfrente.

SAM DAILY (sirviéndole un vaso a KlPPS): Bueno, han sucedido muchas cosas desde

la noche en que nos encontramos en aquel tren.

KIPPS: Parece que hayan pasado cien años.

SAM DAILY: Ha atravesado Vd. algunos mares tempestuosos.

Pausa, Beben,

KIPPS: ¿Supone Vd. que el fantasma de esa mujer de negro perseguía a la Sra. Drablow

día y noche?

SAM DAILY: Era su hermana. Jennet Humfrye.

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Silencio.

KIPPS: ¿Y piensa Vd. que tenía que soportar esos horribles ruidos? De ser así, no creo

que pudiera soportarlos sin volverse loca.

SAM DAILY: Quizá es eso lo que sucedió.

KíPPS: Quizá. (Pausa) ¿Hay algo que yo no haya visto? Si me hubiera quedado allí,

¿habría encontrado más cosas tan terribles como las que vi?

SAM DAILY: No puedo responderle a eso.

KlPPS: Pero seguro que puede contarme algo.

DAILY se muestra inquieto.

Vamos, estamos lejos de aquel lugar y mis nervios ya están templados. (Pausa.

Después, como demostración cíe que esta última afirmación no es cierta, surge un atisbo

de histeria en su voz) ¡Debo saberlo! ¡Ahora ya no puede hacerme daño!

SAM DAILY: A Vd. no. Quizá no le haga daño a Vd.

KlPPS: ¿Por qué no quiere decírmelo?

SAM DAILY: Arthur, Vd. se irá de aquí mañana o pasado. Con un poco de suerte no

volverá a saber nada, ni a tener nada que ver con ese maldito lugar. Pero nosotros

tenemos que permanecer aquí. Tenemos que vivir con ello para siempre.

KlPPS: ¿Con qué? ¿Historias... rumores? ¿Con la aparición de la mujer de negro de

vez en cuando? ¿Con qué?

SAM DAILY: Con lo que sea que sin duda habrá de suceder. En algún momento.

Crythin Gifford ha vivido así durante cincuenta años. Ha hecho que la gente cambiara.

Ya ha podido ver que no quieren hablar de ello, y los que más han sufrido son los que

menos cosas dicen... Jerome, Keckwick. (Hace una pausa y se sirve otro whisky) Jennet

Humfrye dio su niño en adopción a su hermana, Alice Drablow, y al marido de ésta,

porque no tenía elección. Al principio se mantuvo alejada... a cientos de millas. Pero, al

final, el dolor de estar separada de él, en vez de remitir, fue creciendo más y más, y la

hizo volver a Crythin. Alquiló una habitación en el pueblo, pero, como no tenía dinero,

se dedicó a coser. También hacía de dama de compañía para una señora. Parece ser

que, durante las primeras semanas, Alice Drablow no le permitía ver al niño, pero

Jennet estaba tan afligida que la amenazó con actuar violentamente y, por fin, su

hermana cedió un poco... Jennet podría visitar al niño en contadas ocasiones, pero

nunca verlo a solas o desvelarle quién era ella en realidad... tampoco podía mencionarle

ningún tipo de parentesco. Nadie pudo prever que el niño acabaña pareciéndose tanto a

ella, ni que surgiera entre ellos la lógica afinidad. El niño estaba cada vez más unido a

ella y, al mismo tiempo, trataba con más frialdad a Alice Drablow. Sé que Jennet había

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hecho planes para llevárselo de allí pero, antes de que pudiera hacerlo, ocurrió el acci-

dente. Exactamente como Vd. lo oyó. El niño... la doncella, el caballo, la calesa y el

conductor, Keckwick...

KIPPS: ¿Keckwick?

SAM DAILY: El padre de Keckwick. Y también el perrito del niño. Es un lugar

traicionero, como Vd. mismo ha podido experimentar. Las brumas aparecen de repente

sobre los pantanos, las arenas movedizas están exultas...

KTPPS: Así que todos se ahogaron.

SAM DAILY: Y Jennet lo vio lodo. Estaba en la mansión, mirando desde una de las

ventanas del piso de arriba, esperando a que regresaran. Los cuerpos fueron recuperados

aunque tuvieron que dejar el caballo y la calesa. El barro se los había tragado. Aquel día

Jennet Humfrye empezó a enloquecer.

KIPPS: No me sorprende.

SAM DAILY: No. Enloqueció de dolor y de rabia, y de deseos de venganza. Le echaba la

culpa a su hermana por haberlos dejado salir aquel día, pero no era culpa de nadie; la

niebla llega sin previo aviso.

KIPPS: Aunque el cielo esté claro.

SAM DAILY: Si fue por la pérdida del niño o por su locura, ¿quién sabe?... Lo cierto

es que ella también contrajo una enfermedad que hizo que poco a poco fuera

desgastándose. La carne se hundía sobre sus huesos, perdió el color... parecía un

esqueleto... un espectro viviente. Los niños la miraban aterrorizados. Mas tarde murió.

En la más absoluta miseria y llena de odio. Y, tan pronto como murió, empezaron las

apariciones.

KIPPS: Bueno, ahora la Sra. Drablow ha muerto. Y, con toda seguridad, ahí termina

todo.

SAM DAILY: Y cada vez que ha sido vista, en el cementerio, en el pantano o en las

calles de la ciudad... por muy breve que haya sido la aparición... y no importa a quién se

le haya aparecido, siempre ha sucedido lo mismo.

KIPPS (en un susurro): ¿Qué?

SAM DAILY: De modo violento y horrible, un niño muere.

KJPPS: ¿Qué?... ¿Quiere decir... por accidente?

SAM DAILY: Normalmente un accidente. Pero una o dos veces ha sucedido tras una

enfermedad... una enfermedad que ha acabado con ellos en un día o en una sola noche.

KlPPS: ¿Quiere Vd. decir cualquier niño? ¿Un niño del pueblo?

SAM DAILY: Cualquier niño... El hijo de Jerome...

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KlPPS: Pero, seguro que... bueno... los niños, ya se sabe, a veces mueren.

SAM DAILY: Sí, claro.

KlPPS: Seguro que lo que relaciona esas muertes con la aparición de la mujer es sólo la

coincidencia.

SAM DAILY: Puede que le cueste creerlo, que lo dude.

KlPPS: Bueno, yo...

SAM DAILY: Pero nosotros lo sabemos.

Silencio.

KlPPS: Yo no dudo, Sr. Daily.

Las luces empiezan a parpadear y a difuminarse mientras este último intercambio verbal

se repite en off, como un eco en la mente de KlPPS.

LA VOZ DE SAM DAILY: Puede que le cueste creerlo, que lo dude.

LA VOZ DE KlPPS: Bueno, yo...

LA VOZ DL SAM DAILY: Pero nosotros lo sabemos.

SAM DAILY: Arthur...

LA VOZ DE KlPPS: Yo no dudo, Sr. Daily.

SAM DAILY: Arthur...

LA VOZ DE SAM DAILY: Pero nosotros lo sabernos.

LA VOZ DE KIPPS: Yo no dudo, Sr. Daily.

LA VOZ DE SAM DAILY: Pero nosotros lo sabemos.

SAM DAILY: Arthur.,.

KIPPS está a punto de caerse y SAM DAILY lo coge, posándolo suavemente en el

suelo y cubriéndolo con una manta.

Y esto es la obertura del delirio de KIPPS. En esta secuencia, fragmentos del diálogo

vuelven a él y le atormentan, en forma de voz en off. Las palabras están distorsionadas,

difuminadas, acompañadas por el sonido del caballo y la calesa.

Se vislumbra de vez en cuando a LA MUJER DE NEGRO.

Es una pesadilla tormentosa y, cuando llega al climax, KIPPS grita.

VOCES: Y ahora le toca a Vd.,.. Yo no tengo ninguna historia.,. Un día horrible,

Tomes... Muerta, por si no lo sabía... ¿Ha oído hablar alguna vez del camino de las

Nueve Vidas?,.. Stella.,. Escribir una nota a ... Muerta, por si no lo sabía... Está el aire

claro como un día de junio, y de repente... Stella... El informe Drablow, señor... No

podía ser de otra forma viviendo allí... ¿Tienen un panteón familiar?.., Advertid que os

muestro un misterio... Yo no he visto a ninguna joven... Stella... Muerta, por si no lo

sabía... Keckwick vendrá a recogerle... ¿Cómo pudo salir de allí?... No podía dejarle

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aquí toda la noche... Stella... ¡No podrá encontrar a nadie que sea adecuado!... una

mujer... Eso mismo dije yo... una mujer... Ninguna otra alma viviente... Una mujer de

negro... Uno debe enfrentarse a estas cosas... una mujer... jugando con fuego... una

mujer de negro con la cara ajada... está Vd. jugando con fuego... No debería volver

allí... ¡Drablow!... No debería ir soto... Muerta, por si no lo sabía... ¡Stella!... solo...

Pero es mío... Yo... ¡Spider!... Siento que se me rompe el corazón... ¡Spider!... ¡Vuelve

aquí!... ¡Nunca podrá ser vuestro!... un hijo... ¡Stella!... nunca... ¡Stella!... llena de

odio... nunca... un hijo... ¡Nunca, nunca, nunca podrá ser vuestro! KlPPS (gritando):

¡Stella!

Oscuro largo.

Se oye el canto de un pájaro que da paso al sonido de un parque de atracciones:

música, risas, muchas voces, mientras un foco ilumina a KIPPS en un lateral del

escenario.

Sólo queda una cosa por decir. A las pocas semanas Stella y yo nos casamos y, un año

más tarde, Stella dio a luz a nuestro hijo, un niño a quien pusimos de nombre Joseph

Arthur Samuel. Samuel Daily fue su padrino. Nunca volví a pensar en lo sucedido,

porque mi vida estaba llena de alegría y de felicidad. Un domingo por la tarde del

verano siguiente me encontraba especialmente contento. Habíamos ido a un parque, a

unas diez millas de Londres, y el lugar presentaba un aspecto festivo... Había un lago,

un quiosco de música, y puestos de helados y fruta. Las familias pascaban tomando el

sol, y los niños se tiraban sobre la hierba. Stella y yo caminábamos contentos, con el

pequeño Joseph que daba sus primeros pasos, aún inseguros, cogido de la mano. Una de

las atracciones del parque era un caballo y una calesa en la que se podían dar cortos

paseos, y el pequeño Joseph la señaló excitado.

Podemos escuchar como el caballo y la calesa se ponen en movimiento. Se oye el mido

de las conversaciones y la música de la banda que toca una canción alegre.

Sólo había sitio para dos, así que Stella subió con Joseph, y yo me quedé mirando

como partían alegremente montados en la calesa. Al dar una curva les perdí de vista

durante un instante y, entonces, empecé a mirar a mi alrededor observando cómo se

divertían las otras personas. Y entonces, de repente la vi a ella.

Un foco ilumina a LA MUJER DE NEGRO.

El caballo y la calesa se acercan y escuchamos la risa del niño, el sonido de la banda,

voces. El foco deja de iluminar a KlPPS y observamos a LA MUJER DE NEGRO

mirando fijamente, como si la calesa se dirigiera hacia ella. Entonces, hace un

movimiento repentino, y escuchamos el relincho de un caballo desbocado, gritos del

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conductor, gritos de terror del niño y, después, un choque terrible.

Durante un segundo LA MUJER DE NEGRO permanece iluminada por el foco. Después

desaparece.

(Mientras el foco lentamente lo encuentra) Nuestro hijo había sido despedido de la

calesa, arrojado contra otro árbol. Yacía encogido sobre la hierba, muerto. Diez meses

más tarde, Stella murió también a causa de las horribles heridas. (Pausa) Yo había visto

el fantasma de Jennet Humfrye, y esa era su venganza.Me pedisteis que os contara una

historia, y la he contado. Ahora, basta.

Silencio. Después KlPPS atraviesa el escenario y enciende las luces de ensayo. EL

ACTOR se le acerca y, en silencio, le da la- mano.

EL ACTOR (tras unos momentos): Gracias.

KlPPS: Soy yo quien ha de darle las gracias. (Pausa) Al fin lo hemos conseguido, ¿no

cree? ¿Podrá descansar ahora?

EL ACTOR: Ojalá sea así. Le agradezco el trabajo que se ha tomado... su entusiasmo... su

esfuerzo. Los sentimientos que ha mostrado hace un momento... era como verme a mí

mismo.

KlPPS: Pensaba en mi propia hija...

EL ACTOR (con rapidez): Sí. (Tiembla deforma involuntaria) Ojalá que cuando se lo

mostremos a nuestro público, lodo haya concluido.

KlPPS: Y ella, ¿quién es?

EL ACTOR: ¿Cómo dice?

KlPPS: La sorpresa que me había preparado. Es maravillosa. ¿Dónde la ha encontrado?

EL ACTOR: Me temo que no le entiendo.

KlPPS: La sorpresa, Sr. Kipps... La sorpresa que me había preparado.

Pausa.

EL ACTOR (desconcertado): Mi sorpresa era que me había aprendido el texto.

KIPPS: Sí, desde luego; se lo ha aprendido como un profesional, pero... la mujer,.. la

actriz. La mujer de negro. (Pausa) ¿Quién era? (Pausa) Lo ha preparado todo para que

fuera una verdadera sorpresa... la ha hecho venir, representar el papel y... una joven.

Con la cara ajada... ella...

Silencio. EL ACTOR le observa horrorizado.

El, ACTOR: ¿Una... joven?

KlPPS: ¿Sucede algo? Tiene mala cara.

Pausa.

EL ACTOR (tras unos momentos): Yo no he visto a ninguna joven.

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Mientras las luces funden a oscuro, volvemos a oír, de forma rítmica, los golpes, pum,

pum, pausa, pum, pum, pausa...

Oscuro.