la casita de los viejos

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LA CASITA DE LOS VIEJOS Mauricio Kartun

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Page 1: LA CASITA DE LOS VIEJOS

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 1

LA CASITA DELOS VIEJOS

Mauricio Kartun

Page 2: LA CASITA DE LOS VIEJOS

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 2

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10

LA CASITA DELOS VIEJOS

Mauricio Kartun

Versión 1999

PERSONAJES

RubénRubencitoPorotaPochaDoña RosaMadrePadre

Esta versión de la pieza, cuyo original fue-ra dirigido por Agustín Alezzo en 1982,fue estrenada en 1997 en el teatro Elsótano de Gardone, con la dirección deGabriela Fiore y un elenco integrado porLaura Sordi, Adriana Ferrer, CarlosAlvarez, Nazareno Cantón, AliciaSchilman, Jorge Nolasco, Virginia Rubin,y Enrique Patetti

Una vereda en la noche. Verano. La escenaalumbrada apenas por la luz que se fil-tra entre las persianas entreabiertas. Enuna radio lejana se escucha el relato deun partido de fútbol.

Sentado en el umbral de un pasillo pro-fundo y oscuro, Rubencito, come lenta-mente -una tras otra- uvas peladas quesaca de un vaso. Tiene diez años. Es del-gado y con anteojos. Retraído. Tenso.

A un lado, observándolo todo con gesto len-to, Rubén, un sesentón de aspecto abati-do, un portafolios destartalado y un trajebrillante ya por el uso. Sus ropas desluci-das son -sin embargo- las únicas de corte

contemporáneo, en contraste con las delresto de los personajes que sugiere las delos ’50. Se acerca despaciosamente aRubencito. y se detiene a unos pasos delchico. Lo observa. Este lo ignora. Rubénobserva en lo profundo del pasillo, y comosi algo les hubiera dado vida estallan des-de allí unas risas contenidas. Rubencitose agita, inquieto, sin querer girar la ca-beza. Ruben se estremece en un gesto, asu vez, con el que pareciera querer dete-ner lo inexorable.

RUBEN: No quería...

POCHA: (Desde su escondite.) ¡El Rubénse come la fruta...! (Risas y cuchicheos.)

POROTA: (Igual.) ¡Se la come sin cáscara...!(Vuelven a reír.)

RUBENCITO: (Gira apenas la cabeza haciaatrás.) ¡Siguen escorchando, voy y cuen-to...! (Más risas.)

RUBEN: (Se acerca culposo. De pronto.) Sivos no las dejaras... (Rubencito lo miraapenas. Sigue comiendo concentrado.) Alas vecinas, digo... Si vos no las...

RUBENCITO: (Interrumpe. Oscuro.) Sondos...

RUBEN: Pero vos sos un... un... hombrecito,¿no? Y...

RUBENCITO: Son más grandes...

RUBEN: Igual... no tienen por qué... Yo...

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Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 3

Vos dirás porqué... Vos no sabés pero yosoy...

RUBENCITO: Sé.

RUBEN: Claro... Claro... Cómo no vas asaber si...

POCHA: (Siempre entre las sombras. Unaburla chillona.) ¡Volvió la visita! (Volvióla visita!

RUBEN: Empiezan de nuevo... (Rubencitoasiente) ¿Mamita está adentro...?

RUBENCITO: Lavando los platos...

RUBEN: Decile.

RUBENCITO: Voy.

RUBEN: Que hay visitas, decile...

RUBENCITO: ¿De parte de quién...?

RUBEN: Dijiste que sabías.

RUBENCITO: Si. Pero ahora no sé más.

RUBEN: Decile así... Ella sabe. Decile así:«hay visitas...». (Rubencito obedece.Rubén toma el vaso, lo observa con me-lancólica fruición, y comienza a comerlas últimas uvas mientras trata de es-piar el interior de la casa. Del pasillo deentrada salen Pocha y Porota: tienen 13y 15 años. Porota es linda y gorda. Po-cha es flaca y fea. Porota es simpática.Pocha es sensual. Ambas se mueven connerviosos, tontos, gestos de adolescen-te.)

POCHA: El Rubén se chupa las guindas...(Se mira con su hermana, y estallan enuna risa cómplice)

RUBEN: No... No.. Son uvas...

POROTA: Claro... porque las tiene más chi-quitas... (Vuelven a tentarse.)

RUBEN: (Parece perderse en la evocación)Uvas peladas... Remojadas en vino. Melas preparaba mamá y yo salía a comer-las a la puerta. Me sentaba aquí a mirarpasar los tranvías y me comía una atrásde otra...

POCHA: A mí me gusta más la banana...

POROTA: A mí la banana con... con... ¡hue-vos! (Ríen nuevamente.)

POCHA: (A Rubén.) ¿Vos novia no tenés?

RUBEN: (Tocado.) Novia... No... ya no.

POROTA: Porque todavía es muy chiquito...

POCHA: Pero después...

POROTA: ...cuando le crezca...

POCHA: ¡Va a ser novio mío...!

POROTA: ¡Mío! (Largan su carcajada alunísono.)

POCHA: ¿No le habrá crecido ya...?

POROTA: (A Pocha.) Dale, que no vienenadie.

POCHA: (A Rubén.) Mostrame...

RUBEN: (Sorprendido.) No, yo... No, no...déjenme...

POROTA: ¡Dale mostrá! (Rubén se acorra-lado se cubre con el portafolios.)

POCHA: Siempre sos el mismo tonto... ¡Sino mostrás te palpo! (Se acerca con ges-to amenazante.)

POROTA: ¡Gente...! ( Se recomponen. Disi-mulan. Por el pasillo aparece Doña Rosa,su madre. Tiene ojos grandes, como delechuza, y un bigote tupido que le ocultacasi la comisura de los labios.)

ROSA: ¡Pocha... Porota...! ¡Adentro! (ARubén.) )Qué desea caballero...?

POCHA: (Fastidiada) ¡Mamá!... Es la visi-ta...

ROSA: ¿El nene?

RUBEN: (Asiente con una sonrisa.) Elnene...

ROSA: ¡Cosa bárbara...! ¿Pero cuántosaños...?

RUBEN: ¿Cuantos me...? (Desiste.) Sesen-ta y... dos, casi.

ROSA: ¡Ay Dios mío cómo pasa el tiempo...!

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Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 4

RUBEN: Lo tuve que pensar... Qué cosa...Antes nunca... tener que...

ROSA: (Interrumpe) Sesenta y uno, claro...tres menos que mi Porota...

POROTA: Y de Virgo como yo. Dos gotas deagua el carácter nuestro.

ROSA: La última vez que te vi... ¿Qué hará...?Acababas de cumplir sesenta y cinco, quete habías dejado la barba hasta acá. Ca-nosa la barba, diez años más te hacía. Unanciano, dicho con todo respeto. Despuéstengo como una imagen... ¿a los diecisie-te te vi...? ¿Para la muerte de Eva, fue?(Haciendo memoria) Y que yo me acuer-de... ¡Miento! ¡A los cuarenta y seis vinis-te! ¡El día de la tormenta de mi santo! (Alas hijas.) ¡Aprendan ustedes,desamoradas... vean cómo un buen hijovuelve siempre a la casita de los viejos!

RUBEN: Vuelvo bastante...

ROSA: Puede que a veces no me veas por-que estoy adentro. Soy de salir poco, nocomo una callejera que no quiero mirar.Pero estoy. Vos estate tranquilo que yosiempre estoy.

POROTA: (Acercándose a Rubén.) ¡Vos dechico eras uno...!

ROSA: Sabés que se me casaron las dos¿no...? (Rubén parece buscar algo, muylejano, en la memoria.)

POROTA: Yo con Osvaldo Rompehuesos...

POCHA: Yo con el 15 de la 143...

RUBEN: El 15... no, no me acuerdo del 15...(Vuela. Se ilumina.) ¡Me acuerdo, sí, delflaquito de pelo crespo...!

POROTA: ¡El 28!

RUBEN: Esa moda de los bigotes anchoíta...Parecía... Parecía, decíamos...

ROSA: Desfile de hormigas...

RUBEN: ¡Desfile de hormigas...! Así le de-cíamos...

ROSA: Desfile de hormigas, sí el 28... conese anduvo, pero no me gustaba, era muyinformal...

POCHA: Me decía que salía de cabecera ydiez, eran menos cinco y todavía no ha-bía pasado...

POROTA: Después anduvo con el 19 de la 78...

ROSA: ¡Ese sí me gustaba...!

POCHA: ¡¿Otra vez mamá?!

ROSA: ¡Otra vez mamá, otra vez mamá!¡Pero terminó de patrón del 22 de la 176y en el año sesentaycinco llegó a com-prar medio 12 de la 111!

RUBEN: (A Porota.) ¿Y Rompehuesos...?

POROTA: Se me fue...

ROSA: Ese tampoco me gustaba, le dejó elhijo y se fue. (Un tiempo) Que va’hacer...no tuvieron suerte, pobrecitas... (Untiempo. Buscando la manera de decirlo.)Lo que sí... no sé si te enteraste... la quefallecí fui yo...

RUBEN: (Conmovido. Tocándose leve lacabeza. Para sí.) También...

ROSA: ¡Síii...! El cuatro del mes que vienese cumplen diez años...

RUBEN: No me entra en la cabeza... La veoen las mañanas de invierno, colorada...Lavando la vereda como una máquina...No me...

ROSA: Y... (Mirando a las chicas.) los dis-gustos...

POROTA: Se me fue en los brazos...

POCHA: Estábamos cenando aquí... La ca-sualidad que el 15 estaba conmigo, por-que había mandado la unidad a chapa ypintura...

ROSA: No tuvieron ni tiempo de moverme,me descompuse y al ratito fallecí... (En-tra Rubencito.)

RUBEN: Rubén... (A Rubencito.) ¿Le dijis-te...?

RUBENCITO: (Mirando el vaso vacío.) ¿Ylas uvas?

RUBEN: Quedaban dos... Pensé que no las...

RUBENCITO: (A Rosa.) ¿El se comió lasuvas mías...!

Page 5: LA CASITA DE LOS VIEJOS

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 5

RUBEN: En la heladera hay más... Siem-pre hay más...

RUBENCITO: Están sin pelar...

RUBEN: ¿Le dijiste...?

RUBENCITO: Está en el baño.

RUBEN: ¿Y no le podías decir igual...?

RUBENCITO: No.

RUBEN: ¿Y a papá...?

RUBENCITO: Está escuchando el partido...

RUBEN: Pero si siempre, el partido... ¿Nole dijiste...?

RUBENCITO: No.

RUBEN: ¡Pero sos boludo pibe, o te...!(Rubencito, con infantil resignación damedia vuelta para salir. Rubén, arrepen-tido, lo toma de un brazo y lo atrae haciasí.)

RUBEN: No... No... No quiero... (Se inte-rrumpe) Siempre termino... (Lo abraza ylo besa en silencio. Rubencito se dejahacer.)

ROSA: ¿A qué no sabés quién es...?

RUBEN: Sabe...

POROTA: Sos vos, tonto... no aprendés más...siempre vuelve y nunca te reconocés...

RUBENCITO: Sé.

ROSA: ¡Sos vos...! ¡Más grande...!

POCHA: Con la bananita crecida...

POROTA: Con las guinditas más duras...

ROSA: Nunca te reconoce pobrecito... (Porla puerta aparece la madre de Rubén.Una mujer joven, atractiva, con su ena-gua sedosa, y sobre unos tacos puestosa las apuradas)

MADRE: (Lánguida) Rubén...

RUBEN: (La mira. Se sonríe.) Buenas no-ches...

MADRE: Buenas... (Todos sonríen expec-tantes.)

POROTA: (A Pocha en voz baja.) Ella tam-poco lo reconoce...

POCHA: (Igual.) Es que esta vez está muycambiado... ¿Avejentado esta vuelta, no?

POROTA: (Siempre aparte) Los disgustos:es cuando lo dejó la señora...

ROSA: (A la madre.) Mírelo bien...

POCHA: (A Rubén.) Ponete más a la luz...(Lo empuja.)

ROSA: ¡Es Rubén a los sesenta y uno, se-ñora...!

POROTA: Casi sesenta y dos...

POCHA: Cuando lo dejó... (Un codazo dePorota la hace callar)

MADRE: (Molesta pero disimulando. Asien-te con la cabeza.) ¿Qué tal? Hace tiempoque no venías... (Pausa. Transición.)¿Qué hiciste ahora...?

RUBEN: (Finge dificultosamente.) Nada...pasaba por acá... y como hace tanto tiem-po que no veo la casa... Me parece queen el fondo, al final soy un... un... me-lancólico que... que... Si no lo tomás amal... (Pausa. Confiesa cabizbajo.) Se fue.

MADRE: Ahá.

RUBEN: Me separé de... Me dijo que estavez no volvía. Que no me aguantabamás...

MADRE: (Queda un largo instante pensa-tiva. Da media vuelta.) Voy a preguntarlea papá. (Entra en el living de la casa,que se ilumina tras la pared del frente.Recostado sobre un sillón, el padre es-cucha una vieja radio. Los pies descal-zos sobre el apoyabrazos. Pantalón pi-jama y camiseta. Sobre la mesa restosde la cena, una botella de vino y un si-fón verde.)

MADRE: (En voz baja. Respetuosamente,como para no molestar.) Papi...

PADRE: (Duro.) ¿Eh...?

MADRE: Volvió... dice si no puede pasar...

PADRE: (Igual) ¿Para...?

MADRE: Lo dejó Estela...

Page 6: LA CASITA DE LOS VIEJOS

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 6

PADRE: (Puta madre...! ¿No puede venir dedía...?

MADRE: Me da no sé qué... está ahí afue-ra...

PADRE: Estoy escuchando el partido... quevenga mañana de día...

MADRE: (Incómoda.) No sé... ¿qué hago?le digo que estás descompuesto...

PADRE: (Se sienta en el sillón resoplando.)¡Alcanzame las chancletas, querés! (Ellaobedece. Pide con una seña que lo hagapasar. Entra Rubén. Saluda tímidamen-te con la cabeza y permanece extasiadomirando a su alrededor. Tras él, entraRubencito que se recluye en un sillón.Por la puerta se asoman, una sobre otra,las cabezas de Rosa, Pocha y Porota.Seco.) Adelante...

RUBEN: (Incómodo.) Volví... (Sonríe forza-do. Pasa suavemente la mano por el ta-pizado de un sillón. Va hasta una peque-ña biblioteca abarrotada de chucheríasa las que empieza a recorrer una a unaemocionado.) Hace tiempo que no venía¿no?

PADRE: No tanto. (Se interesa de prontopor una jugada del partido)

RUBEN: (Mira conmovido a su padre) Papá.

PADRE: (Mecánicamente) Si. Papá.

RUBEN: El pijama que te quedaba cortito yel sifón verde...

PADRE: (Se pega a la radio desorbitado)¡Gol, carajo! ¡Gool!

RUBEN: El gol de Chacarita contra Tigre...Vuelvo siempre... vaya a saber por qué,pero vuelvo siempre...

PADRE: (Rápida transición) Yo sí sé... yo sísé...

RUBEN: (Distraído, golpea con el codo unjarrón, que cae al suelo con estrépito.)¡Perdón...! (Se arrodilla a juntar los pe-dazos.)

PADRE: Lo hizo otra vez, nomás...

MADRE: (Al padre, contenida.) Yo ya no ledigo más nada... (Señala a Rubén.) Así:todo el día.

PADRE: (Con una enorme pereza) En fin...(Como quién se apresta a iniciar un te-dioso trabajo) ¡Venga para acá...!

RUBEN: Disculpame... Yo no quería...

PADRE: ¡Venga para acá, carajo! (Rubénobedece, aunque guardando prudentedistancia.) ¡¿Dónde mierda se cree queestá...? ¿En un chiquero, está...?!

RUBEN: Se me cayó...

PADRE: No quiero escuchar más quejas detu madre, ¿entendiste...? ¡Ya me tienenpodrido! ¿Quién sorete soy yo acá, eh...?(Sacándose el cinturón.) ¡Contestamecarajo...! (Cambia una mirada de com-plicidad con la madre.)

MADRE: (Conciliadora.) Dejalo, papi...

PADRE: ¡Vos no te metás...! (Rosa y sushijas, entran entusiasmadas por el es-pectáculo.) ¡Contestame o te doy con lahebilla...! (Rubén se tapa la cabeza asus-tado y retrocede; Rubencito se para so-bre el sillón.)

MADRE: (Calmándolo.) Bueno, ahora yaestá...

PADRE: ¡Un carajo está! ¡Sesentayuno casisesenta y dos, Dios mío! ¡Pasan los años,pasan los años, y este chico siempreigual!

MADRE: (A Rubén.) Tiene razón Rubén...¡Rubén a vos se te habló! Papá tiene ra-zón... a tu edad ya podías haber cambia-do... qué sé yo... ser alguien...

PADRE: (A Rubencito, por Rubén.) ¡Y vosseguí así que mirá cómo vas a termi-nar!

RUBENCITO: ¿Y yo qué hice...?

MADRE: (Dándole una bofetada en la boca.)¡Contestá de nuevo, ¿a ver?! ¡Vos tam-bién ya podrías ser alguien!

PADRE: (A Rubencito) ¡Al solfeo! ¡Tienemucho que solfear esa manito para reci-birse de don nadie!

Rubencito, en un rincón comienza con losejercicios que repetirá mecánicamentedurante toda la escena.

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Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 7

RUBEN: (Reacciona tímidamente) Un señorde la radio me dijo que si le llevo las par-tituras... A lo mejor... Tantas músicastengo que nunca... Lo conozco de cobrarlela cuota del club, al señor. (Muestra elportafolios) Me dieron la cobranza de lasmensualidades... No será una gran cosapero en esta época...

PADRE: Trabajo de lástima... No, si el quenació para pulgada...

RUBEN: (Agita la cabeza como queriendoborrar un recuerdo.) Mejor me voy...

PADRE: ¡¿Adónde vas...?!

RUBEN: Afuera... No sé porqué siempretengo que estar volviendo y... Me voy...

PADRE: Hoy no hay salida... Se queda aquíadentro y se jode...

MADRE: Bueno papi, dejalo... hasta lapuerta nomás.

PADRE: ¡Nada! ¡Hoy no hay salida!

MADRE: Un rato... hasta la hora de dor-mir...

PADRE: ¡Dije no, y es no! ¡Se acabó! ¡Yo sélo que está buscando... y lo va a conse-guir!: ¡Al baño, con tranca, con todoslos demás...! (Rubén y Rubencito se es-tremecen.)

RUBEN: Por favor... esta vez no... Papito.

MADRE: (A Rubén, aparte.) Como mereci-do, lo tendrías bien merecido... eso no sehace...

RUBEN: Fue sin querer... lo toqué con elcodo y...

MADRE: No digo el jarrón... Los matrimo-nios... se supone que son para siempre.

RUBEN: Bueno... A lo mejor... por untiempito, y...

PADRE: (Escéptico) «Por un tiempito...»: yla otra se le tomó el trolebús.

RUBEN: Irse se fue pero en realidad... (Elpadre concentrado ahora en la radio, in-terrumpe chistando para que hablen másbajo. Rubén obedece.) No sé... estoy con-fundido... Veinticinco años casi... nece-sitaría pensar...

POROTA: Pensar, pensar... si yo hubierapensado cuando me dejó Rompehuesos,me hubiera tirado bajo el tren...

MADRE: (A Rubén.) Esas cosas no se pien-san, sabés... vos tenés mucho que apren-der todavía... ¿Viste que tu padre pensa-ra alguna vez, eh? A mí, ¿me viste pen-sar...? Decí... (El padre vuelve a chistar.)...y ya doce años que estamos juntos...con una criaturita consentida que es elsol de la casa, y nunca ni un sí ni unno... preguntale a los demás qué opinan.

ROSA: (Quien junto a sus hijas se ha inte-grado ya a la situación.) ¡Ay señora...! Mepone en un compromiso... (El padre chis-ta nuevamente.)

MADRE: (En voz baja.) Preguntá en el club.Preguntá en el Rotary... Doce años de ca-sados y siempre como dos novios... y nonecesitamos pensar para eso, Rubén...necesitamos tiempo... con el tiempo vinie-ron los hijos, y con el tiempo viene el amor.(Otro chistido más) Lo que hace falta, esuna mujer decente como yo y un hombreseguro de sí mismo como tu padre...

PADRE: (Gritando.) ¡Pero quién mierda soyyo...! ¡Quién bosta soy, que no puedoescuchar tranquilo la radio en mi casa...!¡Una cagada soy...?

MADRE: Bueno papi, calmate... el chico tie-ne problemitas.

PADRE: ¡Yo también tengo problemas y melos como bien comidos! ¡No los ando con-tando por ahí...! ¡Me los meto para aden-tro! ¡Me los trago... aunque me dé la aci-dez... aunque me dé la úlcera... no nece-sito andar pidiendo la escupiderapor’ai...! ¡Me trago el veneno, no comootros...!

RUBEN: Es qué... Anoche nomás fue... Quéme iba yo a... Veinticinco años con ella;los chicos... Estoy confundido...

PADRE: Por pensar... no hay que pensar.

RUBEN: No lo puedo evitar...

PADRE: Entonces joderse... pensó: sejodió... ¡El sábado no vas al balneario!

RUBEN: Pero...

PADRE: Pero nada... ¡Y se calla! (Vuelve aescuchar el partido. Pausa.)

Page 8: LA CASITA DE LOS VIEJOS

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 10 pag 8

POCHA: (Tímidamente, como para no mo-lestar.) Si en cada discusión con el 15 yopensara en separarme, hoy estaría solacomo un hongo... (Silencio tenso.)

PADRE: (Volviendo a la carga.) ¡No haycaso...! ¡No aprende! ¿Será posible carajo,que siempre vuelva llorando! ¿Cuándo seva a hacer hombrecito? ¿Se va a pasar lavida volviendo aquí...? ¡¿Cuantas vecespor año...?! Se terminó... no quiero... ¡Nosoporto que me moje el felpudo con laslágrimas...! ¡Que a los veinticuatro largólos estudios para dedicarse a la benditamúsica esa! ¡El artista...! Que a lostreintaidos lo echan en el ministerio porinútil... ¡¿Para qué le conseguí la reco-mendación!? Que a los cincuenta la in-terna a esta pobre madre en una de esascasas para viejitos...

MADRE: No importa, papi, yo me arregloen cualquier lado...

PADRE: ...Lo mismo siempre: ¡Ahora quese separa! ¡Basta, me cansó...!

ROSA: No es por meterme, ¿no?, pero enlos últimos años vino menos...

RUBEN: Estaré madurando...

PADRE: ¡Madurando un soto! Es el intérva-lo... El año que viene te ponés peor... Dejásla changuita esta del club por un trabajoen la radio que te dura un mes; unamusiquita de esas que haces la estrenaun cantor de cantina y la chiflan hastalos pinches de la cocina... Tu hija con talde no vivir con vos se escapa a Entre Ríoscon un tipo veinte años mayor...! ¡Bah!

MADRE: (Por Rubencito.) Viejo, que está elchico...

ROSA: Déjelo señora... que se vaya hacien-do a las cosas tristes de la vida...

MADRE: Para eso le va a sobrar tiempo...(Por Rubén.) ...no sea caso que despuésel grandulón venga a decir que fue porfalta de educación.

POCHA: Sería un desagradecido, señora.Basta mirar al nene, para ver lo caballe-rito que es... (Rubencito halagado se paraen el sillón. Mecánicamente la madre lobaja de un feroz cachetazo.)

MADRE: ¡Ensuciame los almohadones, a ver...!¡Probá de nuevo...! ¡Solfeo! (Rubencito obe-

diente se escabulle temeroso tras el sillón,donde continua su rutina) ¡Y tapate los oí-dos, que estas cosas no son para vos! (ARubén.) ¡Cómo se llama la otra?

RUBEN: ¡Quién...?

MADRE: La otra... la nueva... Si tu mujerse puso así loca es por que habrá una...

RUBEN: No hay otra...

PADRE: ¡Pero de que otra le hablás, si en-cima seguro el cornudo es él...!

RUBEN: No... tampoco...

MADRE: ¡Y cómo sabés...?

RUBEN: Esas cosas se saben... Bueno...creo... Una mujer grande, de su edad...

PADRE: Ja!

POROTA: ¿Sabés lo qué, Rubencito...? Ennombre de la amistad que nos ha unidodesde chicos, aceptá estos tres consejosque aprendí por experiencia propia: Pri-mero: desconfiá... segundo: desconfiá...y tercero: volvé a desconfiar...

ROSA: Mirá si lo sabrá ésta, querido, queRompehuesos se le fue con la sobrinapolítica.

POCHA: ¡Un enfermo era...! ¡Hasta conmi-go se tiró! (Su madre y hermana asien-ten.)

POROTA: Mamá y yo nunca nos entera-mos...

ROSA: La Pocha nunca contó nada parano hacernos sufrir...

MADRE: (A Rubén.) Yo no me quiero me-ter, Rubencito... tu mujer fue muy bue-na y yo la quise mucho pero... ¿la ver-dad? Siempre me pareció que tenía de-masiados pajaritos en la cabeza...

RUBEN: ¿Mamita, vos no...!

MADRE: Yo te digo nomás... a lo mejor meequivoco... Dios quiera... pero difícil...

RUBEN: La querías. Me lo dijiste siempre...Tantos años...

MADRE: (Se encoge de hombros.) Si erabuena para vos...

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RUBEN: Decías que era... educada... quése yo...

MADRE: No, si educación no le faltaba, noes eso... y los primeros años parecía ca-riñosa... pero cuando tu pobre padre fa-lleció, mostró la hilacha... no se dio cuen-ta la sola que yo estaba... me tenía ce-los... mirá, no quiero hablar... dejalo así.

PADRE: Cinco meses estuve internado an-tes de morir... Cinco meses, y no fue ca-paz de darle una mano a tu madre...

MADRE: Jamás se ofreció ni a enjuagar unpapagayo...

RUBEN: Estaba embarazada de la Olguita...nació dos meses después de tu entierro...

PADRE: No es excusa... Si hubiera ayuda-do a tu madre, a lo mejor yo llegaba aconocer a mi nieta...

RUBEN: No podés decir eso...

MADRE: Secota. Como si yo no existiera...Te creés que no sé que te llenaba la ca-beza para que me internés en la residen-cia que estoy ahora...

RUBEN: ¡Eso no es justo...!

PADRE: ¡Justicia dice el chico! ¡Y qué sabeella de justicia, si se va sin pensar en loshijos!

RUBEN: Basta... eso no lo podés decir...Estela era una mujer... una mujer... ¡Novine a escuchar eso!

PADRE: ¡Ah sí...? ¿Y a qué viniste...?

RUBEN: (Gritando.) ¡No sé! ¡No lo puedo...!¡Vuelvo... vuelvo siempre! (Se escuchanayes y golpes que provienen del baño.Todos miran a la puerta, que permanececerrada con llave por afuera)

MADRE: ¡Che, che, che... Nada de gritosaquí, ¿eh?... ¡Mirá lo que conseguiste...!(Por los ruidos del baño.) Se ponen ner-viosos, empiezan a golpear... ¿Y quién losaguanta después? ¡Una!

RUBEN: (Temblando.) Me quiero ir...

ROSA: ¡Ja...! Las pretensiones del niño...Miren el escándalo que armó y ahora sequiere ir... (Rubén va hacia la puerta deentrada, que está abierta de par en par,

e intenta decidirse infructuosamente.)

PADRE: Está cerrada... (Adelantándose asus intenciones.) La ventana que da alpatiecito también está cerrada.

RUBEN: ¡Quiero salir! (Se para frente a lapuerta sin atreverse a trasponerla.)

PADRE: Nada. De aquí no se mueve. Tressemanas sin postre. Y ahora: al baño sincenar Con los demás... Hasta que apren-da.

RUBEN: No... esta vez no...

PADRE: Vos te lo buscaste...

RUBEN: Yo no busqué nada... ¡Me quieroir...! (Más fuerte.) ¡Me quiero ir! (Aumen-tan los lamentos en el baño. Grita.) ¡Quie-ro salir! (Ruben parado frente a la puer-ta abierta. Todos aguardan espectantes,temerosos, su decisión. Ruben los mira.Mira la puerta. Parece decidirse a salir,pero se vuelve finalmente derrotado. To-dos respiran aliviados y vuelven con másanimo a su rol de verdugos. Ruben esahora una piltrafa. Lastimoso:) Quisierasalir...

PADRE: ¡Se acabó! ¡Que tanto alegato paramatar un gato! ¡He dicho al baño y es albaño! ¡Al fin y al cabo soy tu padre o quiéncarajo soy! (Remedando a Rubén.) «Quie-ro salir... quiero salir...» ¡Todos quierensalir! ¿Los escuchás, no...? Pero de ahíno se mueven hasta que no cambien...¡Aunque se mueran ahí adentro...! ¡Aun-que rompan todo el baño! ¡Aunque seantantos que se pisoteen entre ellos! ¡Acáel que no cambia no sale...! ¿Te acordásla primera vez...? Tenías ocho años, leensuciaste la pollera a tía Pirucha... ¿Parauna Navidad fue...? Para una Navidad...Nunca te disculpaste... Todavía estás ahíadentro. ¿Y cuando no quisiste ir más ala Pitman... ¡Al señor no le gustaba lataquidactilografía...! ¡Muerto de frío! ¡Ahíestás todavía! ¿Y cuando te encontrétoqueteándote...? ¿No se arrepiente...?¡No sale...! El puñeterito... ése es el máscalladito de todos... se pasa los días acu-rrucado entre el bidé y la bañadera mi-rándose las manos, coloradas de tantocinturonazo... ¡Y cuando repetiste el año,burro! ¡Y cuando te agarre fumando enla vereda del club! Todos están ahí. Es-tás a los treinta cuando dejaste de hacerhoras extras en el ministerio para com-poner tus porquerías, y a los cincuenta

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y cuatro cuando hipotecaste esta casa,endeudado hasta la cabeza por hacerteel artista. Están todos... Al principio porla fuerza, no te lo voy a negar... ¡Te reve-labas! No querías. Se rompían las uñasrascando la madera... Había que ponerla cómoda contra la puerta para que nose escaparan... Pero después te fuisteacostumbrando... los años no vienen so-los... todavía tenés bríos... pero pasan...se curan los bríos... (Iluminado.) Sé queal final dejarán de golpear... Sé que al-gún día podré dejar la puerta abierta,para que salgan a revolotear un rato porla cocina como mis pajaritos jauleros...(Con cierta extraña ternura.) En el fon-do, nene, sabés que cuando nos necesi-tes, siempre estará aquí la casita de losviejos. (Rubén, tocado, desiste. Perma-nece abatido. Pausa larga.) Así está bien,Rubencito... sin violencia... ¿Para qué...?Las cosas son como son y uno no es na-die para cambiarlas... yo ya morí hacetiempo... dejame vivir tranquilo. Tu ma-dre todavía vive... Permitile morir en paz.(Con suavidad.) Vamos hijo... ya soncomo las diez y está por empezar el se-gundo tiempo. Vamos... al baño sin ce-nar... (Rubén va hasta la puerta del baño.La madre abre una rendija y espía en suinterior. Con un gesto le indica a Rubénque entre. Cierra. Se escucha el timbrede la puerta de entrada. El padre detienea la madre con un gesto.) No cierres to-davía... no vale la pena... ahí está de nue-vo...

MADRE: (Resignada.) Este hijito mío queno cambia más... (Abraza a Rubencito y

le besa la cabeza.)

PADRE: ...A los diecinueve, por’ai... Queme acuerde, a los diecinueve no vino to-davía ...

MADRE: Los treinta y ocho le faltan tam-bién todavía; que se enamoró de la mu-jer del primo.

PADRE; ¡Cabeza fresca...! Caliente como unloco por esa chirusa, y ni a decirselo seanimó... En fin... está visto que esta no-che tampoco me deja escuchar el parti-do...

El timbre vuelve insistente. El padre congesto fastidiado señala la puerta a lasvecinas.

POROTA: (Altiva) Estábamos yendo... (Vacon Pocha hacia la puerta. Por lo bajo)(Ojalá sea a los diecinueve!

POCHA: ¡Toda la vida! Estaba rico, ¿teacordás...? Se hacía el existencialista...Una polera con un cuello por acá...

POROTA: (Saliendo) Se había dejado labarbita...

La madre repone en el estante el jarrón quehabrá de romperse. Van bajando las lu-ces. Rubencito abre la heladera que loilumina apenas con su lámpara interior.Saca su vaso con uvas y comienza a co-merlas morosamente. Mira hacia la puer-ta de calle para salir cuando la penum-bra, finalmente, inunda todo.

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Toda representación de esta pieza deberácontar con la debida autorización deARGENTORES, Asociación Argentina deAutores. J.A. Pacheco de Melo 1820(1126) Capital Federal. República Argen-tina.

Dramaturgo y Maestro de Dramaturgia,Mauricio Kartun ha escrito desde 1973hasta la fecha más de quince obras tea-trales entre originales y adaptaciones.Chau Misterix, La casita de los viejos,Pericones, Sacco y Vanzetti, El partener,Desde la lona, y Rápido Nocturno, aire defoxtrot, son sus producciones más repre-sentadas, y publicadas, en la Argentinay en el extranjero.

Sus obras han ganado en el país algunosde los premios más importantes: Asocia-ción de Cronistas del Espectáculo, Na-cional, Municipal, Konex, Argentores,Prensario, Fondo Nacional de las Artes,Léonidas Barletta, María Guerrero, Pe-pino el 88, y Trinidad Guevara.

Creador de la Carrera de Dramaturgia dela E.A.D., Escuela de Arte Dramáticode la Ciudad de Buenos Aires, es res-ponsable allí actualmente de su Cáte-

dra de Taller. Es docente de la Univer-sidad Nacional del Centro en cuya Es-cuela Superior de Teatro es titular delas cátedras Creación Colectiva, yDramaturgia; y dicta en la Escuela deTitiriteros del Teatro San Martín lamateria Dramaturgia para títeres y ob-jetos. De continuada actividad pedagó-gica en su país y en el exterior, ha dic-tado talleres y seminarios en España,México, Cuba, Colombia, Venezuela yPuerto Rico.

Alumnos formados en sus talleres se hanhecho acreedores a la fecha a más desetenta premios nacionales e internacio-nales en la materia.

Mauricio Kartun. Correo electrónico:[email protected]

Todos los derechos reservadosBuenos Aires, Argentina. Febrero de 2000CELCIT. Centro Latinoamericano de Creación eInvestigación TeatralDirector: Carlos IanniBolívar 825. (1066) Buenos Aires. ArgentinaTeléfono/fax: (5411) 4361-8348. e-mail:[email protected]: http://argen-guia.com/celcit