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GOLPES DE ESTADO - ARGENTINAEn Argentina se realizaron seis golpes de Estado exitosos durante el siglo XX, en 1930, 1943, 1955,
1962, 1966 y 1976. Los cuatro primeros establecieron dictaduras provisionales en tanto que los dos
últimos establecieron dictaduras de tipo permanente según el modelo de Estado burocrático-
autoritario (EBA). El último impuso un Terrorismo de Estado, en el que se violaron masivamente
los derechos humanos y se produjeron miles de desaparecidos.
En los 53 años que transcurrieron desde el primer golpe de Estado exitoso, en 1930, hasta que cayó
la última dictadura cívico-militar en 1983, los militares gobernaron 25 años, imponiendo 14 dictadores
con el título de «Presidente», uno cada 1,7 años en promedio. En ese período todas las experiencias de
gobierno elegidas democráticamente (radicales, peronistas y radical-desarrollistas) fueron
interrumpidas mediante golpes de Estado.
Golpe de 1874Artículo principal: Revolución de 1874
La revolución de 1874 fue uno de los últimos intentos del Partido Liberal, continuador ideológico y
político del Partido Unitario, de imponerse en el gobierno nacional, si bien usó como excusa alegar
prácticas fraudulentas en las elecciones del 1 de febrero de 1874 de la provincia de Buenos Aires. Hubo
elección de presidente el 12 de abril y ganaronNicolás Avellaneda como presidente y Mariano
Acosta como vicepresidente.
Inicialmente Bartolomé Mitre que era el jefe rebelde fijó el alzamiento para después que el 12 de
octubre asumiera Avellaneda. pero el 18 de julio decidió adelantarla. Otros dirigentes rebeldes
eran Eduardo Costa, Rufino de Elizalde y Norberto Quirno Costa.
El comandante Erasmo Obligado, de la Marina inició la revolución el 23 de septiembre. Los jefes de la
revolución en Buenos Aires se dedicaron a reunir las milicias de gauchosde las estancias de la provincia
de Buenos Aires y Mitre se puso al frente del improvisado pero numeroso ejército de algo más de 5.000
hombres, casi todos de caballería, y con la infantería armada con fusiles anticuado y en mal estado.
Llevaba, además, unos mil auxiliares indígenas.
El general José Miguel Arredondo, líder de la revolución en el interior se dirigió con tropas sublevadas
hacia Córdoba y el coronel Julio Argentino Roca, con las escasas fuerzas leales que logró y viendo la
superioridad numérica y de armamento de Arredondo, lo dejó pasar y ocupar la ciudad. Luego
Arredondo se dirigió hacia la provincia de Mendoza, y venció el 29 de octubre, en la primera batalla de
Santa Rosa, a las milicias mendocinas, muriendo el jefe de éstas, el teniente coronel Amaro Catalán.
El 16 de noviembre, Obligado entregaba sus naves en Montevideo.
Mitre en el arroyo Gualicho, cerca de Las Flores, derrotó al regimiento de milicias del coronel Liborio
Muzlera y atacó El 26 de noviembre, a los 900 hombres del Regimiento 6 de infantería de línea que
armados con fusiles Remington al mando del teniente coronel José Inocencio Arias estaban
atrincherados en la estancia La Verde, cerca de Nueve de Julio. Mitre perdió unos 260 hombres,
incluyendo varios oficiales superiores, lo que le obligó a rendirse el 3 de diciembre en Junín. Las
condiciones que exigió Mitre, de correr él solo con toda la responsabilidad, fueron dejadas de lado. Los
oficiales de Mitre fueron arrestados y dados de baja del ejército.
Por su parte, Roca seguía reuniendo refuerzos y Arredondo regresó al lugar de la batalla anterior, Santa
Rosa y adoptó una posición fortificada. En la mañana del 7 de diciembre, Roca, que había movido sus
tropas la noche anterior, lo atacó por la retaguardia por sorpresa en la segunda batalla de Santa Rosa y
lo obligó a rendirse. Arredondo fue sometido a consejo de guerra, pero ante las amenazas de que
podría ser fusilado Roca lo ayudó a escapar a Chile. La revolución fracasada costó unas 5.000 vidas y
elPartido Autonomista Nacional pudo gobernar sin sobresaltos y mantener de hecho su hegemonía, a
pesar de cuatro revoluciones en su contra, hasta 1916.
Golpe del 26 de julio de 1890Artículo principal: Revolución de 1890
El 26 de julio de 1890 se produjo un golpe de estado dirigido por la recién formada Unión Cívica,
liderada por Leandro Alem, Bartolomé Mitre, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen y Francisco
Barroetaveña, entre otros, que perseguía el derrocamiento del gobierno encabezado por el
presidente Miguel Juárez Celman.
El golpe fue precedido por una grave crisis económica que se había prolongado por dos años, así como
denuncias de corrupción y autoritarismo por sus opositores. Se formaron una Junta Revolucionaria y
una logia militar conocida como la Logia de los 33 oficiales. Entre sus líderes estaba el subteniente José
Félix Uriburu que 40 años más tarde encabezaría el golpe de estado que derrocó a Hipólito Yrigoyen.
El plan era que las fuerzas rebeldes se concentrarían en el Parque de Artillería y la flota bombardearía
la Casa Rosada y el cuartel de Retiro. Al mismo tiempo, grupos de milicianos debían tomar prisioneros
al presidente Juárez Celman, el vicepresidente Pellegrini, al ministro de Guerra general Levalle, y al
presidente del senado Julio A. Roca, y cortar las vías de ferrocarril y telegráficas. Ese día
El levantamiento comenzó en la madrugada del 26 de julio de 1890. Un regimiento cívico armado tomó
el estratégico Parque de Artillería de la Ciudad de Buenos Aires, donde hoy se levanta el edificio de
la Corte Suprema de Justicia), ubicado 900 metros de la casa de gobierno y simultáneamente otros
contingentes sublevados marcharon hacia allí desde otros puntos. Al mismo tiempo se sublevó la
mayor parte de la escuadra naval ubicada en el puerto de la Boca del Riachuelo, al sur de la Casa
Rosada, luego de un cruento enfrentamiento armado. Las tropas revolucionarias contaban con el
apoyo de civiles armados organizados en "milicias cívicas". El sitio principal donde se concentraron las
fuerzas del gobierno fue el Retiro, en la zona noreste de la ciudad. Allí existía un importante cuartel en
el lugar en que hoy se encuentra la Plaza San Martín y la terminal de ferrocarril de Retiro, estratégica
para traer las tropas ubicadas en las provincias. En Retiro se instalaron desde las 6:00 los hombres
clave del gobierno: el presidente Miguel Juárez Celman, el vicepresidente Carlos Pellegrini, el
Presidente del Senado Julio A. Roca, el Ministro de Guerra, general Nicolás Levalle, quien tomaría el
mando directo de las tropas leales, y el Jefe de Policía coronel Alberto Capdevila.
Una vez que el gobierno se encontró reunido en el cuartel de Retiro, Juárez Celman salió de Buenos
Aires aconsejado por Pellegrini y Roca que de ese modo quedaron a cargo del mando político.
Una vez concentradas las tropas revolucionarias en el Parque de Artillería, el general Manuel J.
Campos cambió el plan establecido la noche anterior, y en lugar de atacar las posiciones del gobierno y
tomar la Casa Rosada, dio la orden de permanecer en el interior del Parque. La gran mayoría de los
historiadores atribuye la decisión a un acuerdo secreto entre Campos y Roca; este último habría
fomentado la revuelta para provocar la caída del presidente Juárez Celman, pero evitando un triunfo
de los rebeldes que hubiera instalado a Leandro Alem como presidente provisional.
La flota sublevada se ubicó detrás de la Casa Rosada y comenzó a bombardear al azar el cuartel de
Retiro, el Cuartel de Policía y la zona aledaña al sur de la ciudad, y la Casa Rosada. La lucha continuó
hasta el 29 de julio en que los rebeldes se rindieron con la condición de que no tomaran represalias con
los revolucionarios. La cantidad de víctimas causadas por la Revolución del 90 nunca ha sido bien
establecida. Distintas fuentes hablan desde 150 hasta 300 muertos o en forma indiscriminada de 1.500
bajas sumando muertos y heridos El 6 de agosto de 1890 Miguel Juárez Celman renunció a la
presidencia y fue reemplazado por el vicepresidente Carlos Pellegrini, quien nombró como su ministro
del Interior a Julio A. Roca, quien fue el que políticamente más se fortaleció con el golpe frustrado.
Golpe del 4 de febrero de 1905Artículo principal: Revolución radical de 1905
En 1897 Hipólito Yrigoyen, en desacuerdo con de Bernardo de Irigoyen, disolvíó el Comité de la UCR de
la provincia de Buenos Aires, debido a lo cual el partido dejó prácticamente de existir. Esto determinó
la formación de un núcleo de radicales que reconocen como jefe a Hipólito Yrigoyen, quien
en 1903 comenzó la refundación y reorganización del partido. El 29 de febrero de 1904 el Comité
Nacional de la UCR declaró la abstención electoral en todo el país en las elecciones de diputados de la
Nación, de senador por la capital, electores de presidente y vicepresidente de la Nación y anunció la
lucha armada. En el gobierno estaba Manuel Quintana, representante del Partido Autonomista
Nacional.
El 4 de febrero de 1905, en la Capital Federal, Campo de Mayo, Bahía
Blanca, Mendoza, Córdoba y Santa Fe, se produjo el alzamiento armado con el propósito de derrocar a
las autoridades que, por su parte, estaban al tanto de la conspiración y decretaron el estado de sitio en
todo el país, por noventa días.
En la Capital Federal los golpistas fallaron al no poder asegurar el control del arsenal de guerra de
Buenos Aires cuando el general Carlos Smith, jefe del Estado Mayor del Ejército desplazó a los soldados
yrigoyenistas. Las tropas leales y la policía recuperaron pronto las comisarías tomadas por sorpresa y
los cantones revolucionarios. En Córdoba los rebeldes apresaron al vicepresidente José Figueroa
Alcorta y amenazaron matarlo si no renunciaba el presidente Manuel Quintana; éste no cedió y la
amenaza no fue ejecutada. También apresaron al diputado Julio Argentino Pascual Roca, y Francisco
Julián Beazley, exjefe de policía de Buenos Aires, pero no al expresidente Julio Argentino Roca, quien
logró escapar a Santiago del Estero.
En Mendoza los rebeldes se llevaron 300 000 pesos del Banco de la Nación y atacaron los cuarteles
defendidos por el teniente Basilio Pertiné. Las tropas sublevadas en Bahía Blanca y otros lugares ni
tuvieron perspectiva, ni hallaron eco en el pueblo. Solo continuaron los combates en Córdoba y
Mendoza hasta el 8 de febrero, pero finalmente los alzados fueron derrotados y enjuiciados recibiendo
penas de hasta 8 años de prisión y enviados al penal de Ushuaia.
Golpe del 6 de septiembre de 1930Artículo principal: Década Infame
El golpe militar del 6 de septiembre de 1930 fue liderado por el General José Félix Uriburu y derrocó al
presidente Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical, quien había sido elegido democráticamente
para ejercer su segundo mandato en 1928. Paradójicamente el general Uriburu había sido uno de los
organizadores de la Revolución de 1890, un levantamiento cívico-militar que dio origen a la Unión
Cívica Radical.
El 10 de septiembre, Uriburu fue reconocido como presidente Provisional de la Nación por la Corte
Suprema mediante la acordada que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto y que sería
utilizada para legitimar a todos los demás golpes militares.1
Uriburu designó a un civil en el cargo de Ministro de Economía, José S. Pérez, vinculado a los grandes
terratenientes y a los sectores más conservadores.2
El gobierno militar se proponía establecer un gobierno de inspiración fascista y le encargó la redacción
de su proclama inicial al escritor Leopoldo Lugones, quién había adherido a las ideas fascistas en 1924,
al pronunciar ante los jefes militares un difundido discurso «La hora de la espada», donde el escritor
anunciaba el deterioro de la democracia, su inestabilidad y su devenir hacia la demagogia. Una de las
primeras medidas de Uriburu fue establecer una estructura estatal represiva ilegal, creando una
"sección especial" de la policía para utilizar sistemáticamente la tortura contra los opositores, siendo la
primera en utilizar la electricidad con tal fin, mediante las picanas diseñadas para el ganado.3
Al no poder instaurar el régimen político que se proponía ante la falta de apoyo político, Uriburu llamó
a elecciones pero dispuso proscribir la participación en ellas del radicalismo. La reinstauración
democrática fue falaz, restringida y controlada por las Fuerzas Armadas y dio origen a una serie de
gobiernos conservadores fraudulentos y corruptos que fueron conocidos como la Década
Infame.4 5 El 20 de febrero de 1932, el general José Félix Uriburu le entregó el poder al general Agustín
P. Justo, verdadera fuerza material del golpe de Estado; que si bien proponía este, pretendía un
gobierno democrático conservador y restringido.
Golpe del 4 de junio de 1943Artículo principal: Revolución del 43
Generales Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez yEdelmiro Farrell, los tres dictadores sucesivos de laRevolución del
43.
La Revolución del 43 originada en el golpe militar del 4 de junio de 1943 tuvo características distintas a
todos los demás:
Ramón Castillo , el presidente derrocado, era parte del régimen conservador conocido
como década infame, originado en el golpe militar de 1930 y apoyado en el fraude
electoral generalizado, la represión y la corrupción.4
Único golpe militar que se desenvolvió en medio de una guerra mundial.
No mantuvo relaciones de alianza con los grandes terratenientes y empresarios.
Su desencadenamiento estuvo vinculado a las presiones de Estados Unidos para que la Argentina
abandonara su tradicional neutralismo frente a la Segunda Guerra Mundial, con el fin de afectar
los intereses británicos en el país y reemplazar a Gran Bretaña como poder económico dominante
en la Argentina.
Fue el único golpe de Estado en Argentina que fue pura y exclusivamente militar, sin apoyo civil.6
Acabó con todo un sistema de gobierno conservador y fraudulento instaurado en 1930 y que tenía
intenciones de permanencia.
Al igual que todo quiebre institucional de la República Argentina, fue muy nocivo en términos de
calidad democrática, ya que aún eliminando el «fraude patriótico» de la década anterior, continuó
a futuro la nefasta línea de sucesiones de facto al frente del Gobierno.
La Revolución del 43 fue un confuso proceso político durante el cual diversos grupos, muchos de ellos
sin protagonismo anterior en la historia argentina, se disputaron el poder. El golpe no tenía
pretensiones de permanencia en el poder, por lo que fue una dictadura de tipo transitoria.
Todos los grupos militares que lucharon por el poder durante la Revolución del 43 eran
marcadamente anticomunistas y mantenían estrechas relaciones con la Iglesia Católicaque recuperó
una sólida presencia (perdida desde el siglo XIX), sobre todo en el ámbito de la educación. Las luchas
internas desencadenaron dos golpes de palacio, sucediéndose en el poder tres dictadores que llevaron
el título de «presidente»: Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell.7 Durante este
período los sindicatosargentinos, principalmente los socialistas y los sindicalistas revolucionarios,
realizaron una alianza con un sector de oficiales jóvenes del ejército liderado por el coronel Juan Perón,
constituyendo una exitosa corriente laborista-nacionalista, que finalmente terminó predominando y
ganando el apoyo de la clase obrera en ese momento en plena expansión y adquiriendo el nombre
de peronismo. El período se caracterizó por una extrema polarización de las clases sociales, y llevó
también a la conformación de un gran bloque social fuertemente antiperonista, mayoritariamente
integrado por los sectores medios y altos.8
Económicamente la Revolución del 43 se caracterizó por continuar la política de industrialización por
sustitución de importaciones que venía de años anteriores.
La dictadura finalizó con un llamado a elecciones democráticas realizadas el 24 de febrero de 1946, que
todos los sectores aceptaron como impecables, en las que triunfó Juan Domingo Perón, quien asumió
el 4 de junio de 1946. Perón sería derrocado por un golpe militar en 1955 antes de finalizar su segundo
mandato.
Golpe del 28 de septiembre de 1951Artículo principal: Golpe de Estado del 28 de septiembre de 1951
El 28 de septiembre de 1951 efectivos del Ejército, la Marina y la Aeronáutica al mando del general
retirado Benjamín Menéndez intentaron derrocar al gobierno del presidenteJuan Domingo Perón. En
su breve proclama los rebeldes acusaban al gobierno de haber llevado la Nación a “una quiebra total
de su crédito interno y externo, tanto en lo moral y espiritual como en lo material”. Las restricciones a
las libertades cívicas y a la acción de los opositores, la reforma constitucional que permitía la reelección
del Presidente, así como las medidas de politización de las fuerzas armadas parecen haber influido en
los militares adherentes al movimiento.
Algunos sectores descontentos de las fuerzas armadas entraron en un estado deliberativo para
destituir al gobierno y buscaron un líder para encabezar la rebelión. Los que podían asumir ese papel
eran los generales Eduardo Lonardi, el único militar no oficialista con mando de tropas, que estaba
como comandante del Primer Cuerpo de Ejército y el general Benjamín Menéndez, retirado desde
1942, pero no pudieron acordar una acción en común, separados –en palabras de Potash con las que
coincide Luna- por “la dignidad personal, el orgullo y la ambición”. 9
Viendo un momento político favorable Menéndez dio la orden de desencadenar el golpe el 28 de
septiembre y Lonardi –que había pedido su retiro, que le fue aceptado de inmediato- decidió no
adherir al golpe pero dejó en libertad a sus seguidores, parte de los cuales apoyaron el mismo. En la
madrugada de ese día Menéndez y su estado mayor entraron a Campo de Mayo, una instalación militar
de gran extensión, donde ya había unidades sublevadas. Se produjo en el regimiento de tanues un
tiroteo que ocasionó el único muerto, el cabo Miguel Farina que había intentado oponerse. De los
treinta tanques presentes, sólo pudieron movilizar a dos –probablemente por sabotaje de los
suboficiales- y el resto fue abandonado, por lo que en definitiva la columna golpista partió al mando del
general Menéndez con dos tanques Sherman, tres unidades blindadas y 200 efectivos a caballo.
No obtuvo el apoyo esperado del Colegio Militar de la Nación y el destacamento mecanizado de La
Tablada que también se había rebelado se rindió sin combatir ante tropas leales al gobierno por lo que
Menéndez junto con algunos de sus oficiales se entregó detenido.
Por otra parte, la escuadra aeronaval y la base militar de Punta Indio, que se habían sublevado, al
conocer que carecían de fuerzas terrestres desistieron de su acción y algunos de los intervinientes
fueron detenidos y otros escaparon. Menéndez y sus más inmediatos colaboradores detenidos fueron
enjuiciados de inmediato. Menéndez fue condenado a 15 años de prisión y otros oficiales lo fueron a
penas de hasta 6 años de cárcel.10
No sólo los insurrectos fueron apartados del servicio sino que Perón aprovechó para depurar las
fuerzas armadas desprendiéndose mediante su retiro de oficiales que nada tenían que ver con la
rebelión.9
Golpe del 16 de septiembre de 1955Artículo principal: Revolución Libertadora (Argentina)
Generales Eduardo Lonardi yPedro Eugenio Aramburu, los dos dictadores sucesivos de la«Revolución
Libertadora».
La llamada «Revolución Libertadora» fue una dictadura militar de tipo transitoria, originada en el golpe
de Estado que derrocó al presidente Juan Domingo Perón entre el 16 y el 23 de septiembre de 1955,
día éste último en que el jefe de la insurrección juró con el título de «presidente», a la vez que disolvió
el Congreso. Al día siguiente designó como «vicepresidente» al almirante Isaac Rojas.
La Revolución Libertadora contó con la Junta Consultiva Nacional integrada por la mayor parte de
los partidos políticos: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Nacional, Partido
Demócrata Cristiano y Partido Demócrata Progresista.11
El grupo golpista se dividió en dos sectores: un sector nacionalista-católico liderado por el
general Eduardo Lonardi, que tomó el gobierno al comienzo, y un grupo liberal-conservador liderado
por el general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas. Este último sector terminó
predominando y dando un golpe palaciego, por el cual Lonardi fue reemplazado por Aramburu como
«presidente».12
La dictadura impuso la proscripción del Partido Peronista y persecución de sus simpatizantes, que se
mantendría por 18 años, y la intervención de los sindicatos. También, en un caso sin precedentes en la
historia argentina moderna, fusiló a opositores, en algunos casos en forma pública y en otros
clandestinamente.
El gobierno militar asignó el Ministerio de Economía sucesivamente a Eugenio Folcini, Eugenio A.
Blanco, Roberto Verrier y Adalberto Krieger Vasena, que llevaron adelante una política inspirada en los
criterios de los sectores socialmente más acomodados y poderosos económicamente.13
Una de las medidas institucionales más importantes de la dictadura militar fue emitir una proclama
derogando inmediatamente la Constitución Nacional vigente, conocida comoConstitución de 1949,
para reemplazarla por el texto de la Constitución de 1853. Esta medida sería luego avalada por
una Convención Constituyente elegida con proscripciones, que sesionó bajo el régimen militar y le
agregó el artículo 14 bis.
En 1958 la Revolución Libertadora convocó a elecciones limitadas y controladas por las Fuerzas
Armadas, con proscripción del peronismo que fueron ganadas por la Unión Cívica Radical
Intransigente (UCRI), un sector de la fracturada Unión Cívica Radical, liderado por Arturo Frondizi,
quien había realizado un pacto electoral y político con Perón con el fin obtener el apoyo del decisivo
voto peronista a su candidatura. El presidente Frondizi sería a su vez derrocado por los militares cuatro
años después.
Golpe del 29 de marzo de 1962Artículo principal: José María Guido
José María Guido, único presidente civil que tomó posesión de la presidencia tras un golpe de Estado en
Argentina.
El golpe militar del 29 de marzo de 1962 tuvo elementos tragicómicos que determinaron que no fuera
un militar, sino un civil, quien accediera al gobierno luego de derrocar al presidente Arturo
Frondizi (radical intransigente).14
Frondizi soportó durante su gobierno reiterados planteos e insurrecciones militares, mediante los
cuales llegaron a imponerle incluso al ministro de Economía (Álvaro Alsogaray) y terminaron en el
golpe del 29 de marzo de 1962, liderado por el Teniente General Raúl Alejandro Poggi, el
Almirante Agustín Ricardo Penas y el Brigadier General Cayo Antonio Alsina, los comandantes en Jefe
del Ejército Argentino, laArmada Argentina y la Fuerza Aérea Argentina respectivamente.
El hecho que precipitó el golpe fue la amplia victoria del peronismo en las elecciones realizadas once
días antes, en diez de las catorce provincias existentes en aquel momento, incluyendo la
estratégica Provincia de Buenos Aires, donde triunfó el dirigente sindical textil Andrés Framini. El
peronismo había sido proscrito por la dictadura militar de 1955, pero Frondizi volvió a habilitarlo
electoralmente, aunque manteniendo la prohibición a Juan Perón de presentarse como candidato y
volver al país. Frondizi inmediatamente intervino las provincias en las que había ganado el peronismo,
pero el golpe era imparable.
Producido el levantamiento militar el 29 de marzo de 1962, el presidente Frondizi, detenido por los
militares en la Isla Martín García, se negó a renunciar («no me suicidaré, no renunciaré y no me iré del
país»).15 Eso llevó a interminables movimientos, amenazas y gestiones que agotaron a los líderes de la
insurrección, quienes se fueron a dormir antes de asumir formalmente el poder. En la mañana del 30
de marzo, el general Raúl Poggi, líder de la insurrección victoriosa, se dirigió a la Casa Rosada para
hacerse cargo del gobierno, y se sorprendió con el hecho de que los periodistas le comentaban que un
civil, José María Guido, había jurado esa mañana como presidente en el palacio de laCorte Suprema de
Justicia.16 Guido era un senador radical intransigente que presidía provisionalmente la Cámara de
Senadores, debido a la renuncia del Vicepresidente Alejandro Gómez. Teniendo en cuenta esto,
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, liderada por Julio Oyhanarte, sostuvo que el derrocamiento
de Frondizi era un caso de acefalía y convenció a Guido de asumir la presidencia por encontrarse en la
línea sucesoria, algo que éste hizo jurando ante la Corte Suprema la mañana del 30 de marzo.17
Entre incrédulos, sorprendidos e indignados, los militares golpistas terminaron aceptando a
regañadientes la situación y convocaron a Guido a la Casa Rosada para comunicarle que sería
reconocido como presidente, en tanto y en cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las
medidas políticas indicadas por las Fuerzas Armadas, siendo la primera de ellas anular las elecciones
ganadas por el peronismo. Guido aceptó las imposiciones militares, firmó un acta dejando constancia
de ello y recién entonces fue habilitado por estos para instalarse con el título de «presidente», pero con
la obligación de clausurar el Congreso Nacional e intervenir las provincias.
Efectivamente Guido cumplió las órdenes militares, anuló las elecciones, clausuró el Congreso, volvió a
proscribir al peronismo, intervino todas las provincias y designó un equipo económico de derecha que
incluía a figuras como Federico Pinedo y José Alfredo Martínez de Hoz.
Finalmente en 1963 volvió a convocar a elecciones limitadas, con proscripción del peronismo, en las
que resultó elegido presidente Arturo Illia (radical del pueblo), saliendo segundo el voto en blanco que
muchos peronistas utilizaron como forma de protesta. El Presidente Illia asumió el 12 de
octubre de 1963 y también sería derrocado por un golpe militar el 28 de junio de 1966.
Golpe del 28 de junio de 1966Artículos principales: Revolución Argentina y Juan Carlos Onganía.
Generales Juan Carlos Onganía, Marcelo Levingston y Alejandro Lanusse, los tres dictadores sucesivos de la
autodenominada «Revolución Argentina».
El 28 de junio de 1966 un levantamiento militar liderado por el general Juan Carlos Onganía derrocó al
presidente Arturo Illiaperteneciente a la Unión Cívica Radical del Pueblo. El golpe dio origen a
una dictadura autodenominada «Revolución Argentina», que ya no se presentó a sí misma como
«gobierno provisional», como en todos los golpes anteriores, sino que se estableció como un sistema
de tipo permanente. Este tipo de dictaduras militares permanentes, se instalaron por entonces en
varios países latinoamericanos en esos años (Brasil, Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay, etc.) y fue
analizado detalladamente por el destacado politólogo Guillermo O'Donnell quien lo denominó con la
expresión de Estado burocrático autoritario (EBA).18
La Revolución Argentina dictó en 1966 un Estatuto que tenía nivel jurídico superior a la Constitución y
en 1972 introdujo reformas constitucionales, algo que también la distinguió de las dictaduras
anteriores. En general la dictadura adoptó una ideología fascista-católica-anticomunista, apoyada
abiertamente tanto por Estados Unidos como por los países europeos.19
La alta conflictividad política y social generada durante la Revolución Argentina y las luchas entre los
diversos sectores militares produjeron dos golpes internos, sucediéndose en el poder tres dictadores
militares: Juan Carlos Onganía (1966-1970), Marcelo Levingston (1970-1971) y Alejandro Agustín
Lanusse (1971-1973).
Onganía entregó el Ministerio de Economía a los sectores civiles más conservadores-liberales, cuyo
máximo exponente fue Adalberto Krieger Vasena, quien ya había sido ministro de la Revolución
Libertadora. Sin embargo durante la dictadura de Levingston, predominó un sector nacionalista-
desarrollista de las Fuerzas Armadas, que nombró Ministro de Economía al radical Aldo Ferrer.20 21
Acosada por una insurrección popular creciente y generalizada, la dictadura organizó una salida
electoral con participación del peronismo (aunque impidiendo la candidatura de Perón), en 1973, en la
que triunfó precisamente el candidato peronista Héctor J. Cámpora, con el 49,53% de los votos,
asumiendo el 25 de mayo de 1973.
Cámpora renunció para permitir elecciones libres, en las que ganó Juan Perón con el 62% de los votos,
quien moriría menos de un año después de haber sido electo, y el gobierno peronista, en manos ahora
de la Vicepresidente María Estela Martínez de Perón, sería también derrocada por un golpe militar en
1976.
24 de marzo de 1976Artículos principales: Proceso de Reorganización Nacional, Terrorismo de Estado en Argentina en las décadas de 1970 y 1980 y Golpe de Estado en Argentina de 1976.
El 24 de marzo de 1976 una nueva sublevación militar derrocó a la Presidenta María Estela Martínez de
Perón instalando una dictadura de tipo permanente (Estado burocrático autoritario) autodenominada
«Proceso de Reorganización Nacional», gobernada por una Junta Militar integrada por tres militares,
uno por cada fuerza. A su vez la Junta Militar elegía a un funcionario con el título de «presidente», con
funciones ejecutivas y legislativas.
Al igual que la dictadura anterior, la Junta Militar sancionó en 1976 un Estatuto y dos Actas de carácter
complementario con jerarquía jurídica superior a la Constitución.22
El Proceso fue gobernado por cuatro juntas militares sucesivas:
1976-1980: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti
1980-1981: Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini y Omar Domingo Rubens Graffigna
1981-1982: Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo
1982-1983: Cristino Nicolaides, Rubén Franco y Augusto Jorge Hughes
En cada una de estas etapas, las juntas designaron como «presidentes» de facto a Jorge Rafael
Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito
Bignone respectivamente, todos ellos integrantes del Ejército. Bignone, fue el único "presidente" que
no perteneció a la junta.
El «Proceso de Reorganización Nacional» llevó adelante una guerra sucia en la línea del terrorismo de
Estado que violó masivamente los derechos humanos y causó ladesaparición de decenas de miles de
personas.
Internacionalmente, la dictadura argentina y la violación de derechos humanos contó con el apoyo
activo del gobierno de Estados Unidos (salvo durante la administración deJames Carter) y la tolerancia
de los países europeos, la Unión Soviética y la Iglesia Católica. Asimismo, en ese momento se instalaron
con apoyo estadounidense dictaduras militares en todos los países del Cono Sur de Sudamérica
(Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay) que coordinaron entre sí y con Estados
Unidos la represión, por medio de una organización terrorista internacional denominada Plan Cóndor.
En materia económica, la dictadura entregó formalmente los ministerios económicos a las asociaciones
empresarias más conservadoras que impulsaron una política económica abiertamente
desindustrializadora y neoliberal, con máxima expansión de una deuda externa
Tras algunos años de política conservadora que no rendía frutos reales, y uso de procedimientos
represivos del estado contra civiles que incluyeron todo tipo de violaciones a los derechos humanos,
hicieron que hacia fines de la década del 70 el descontento de la población y la falta de apoyo fueran
en aumento. El triunfo del equipo argentino como anfitriones del evento en el mundial de fútbol
de 1978 calmó el descontento, pero solo temporalmente. Percibiendo un rápido ingreso en una crisis
de poder el gobierno militar decide retomar una disputa de larga data sobre la soberanía de las Islas
Malvinas, ocupadas por una población inglesa implantada 1833. En este marco el gobierno militar
argentino decide retomar las islas, acción que ejecuta exitosamente dejando así declarada la Guerra de
las Malvinas contra el Reino Unido. El hecho causó un fuerte eco en el país europeo ya que, justamente
en el mismo momento el gobierno de la Primer Ministro [Margaret Thatcher] también se encontraba
en una fuerte crisis política. Entablar y ganar una guerra era, justamente, lo que Tatcher necesitaba y
dispondría de toda la fuerza bélica que sea necesaria para volver a invadir las islas, incluso solicitando
el apoyo de [Estados Unidos]. Tal vez haya sido afortunado que la Junta Militar no haya sopesado este
aspecto y que se hayan cometido otros desaciertos que hicieron perder las islas en ataque por medios
convencionales, ya que el [Reino Unido] no descartaba el uso de armas nucleares para concretar sus
fines. La derrota infligida terminó de zanjar la crisis del gobierno militar, lo cual condujo a la caída de la
tercera junta militar y meses más tarde la cuarta junta llamó a elecciones para el 30 de
octubre de 1983, en las que triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín, quien asumió
el 10 de diciembre de 1983.
Los jefes militares fueron enjuiciados y condenados, y muchos de ellos llevados a prisión, en complejos
procesos que se extendieron en el tiempo.
La dictadura militar llamada «Proceso de Reorganización Nacional» fue la última. Si bien
entre 1987 y 1990 se produjeron varias insurrecciones militares, denominadascarapintadas, ninguna de
ellas logró derrocar a los gobiernos democráticos.
Cuestiones generalesLos golpes de Estado en Argentina generaron una serie de problemas jurídico-políticos específicos:
La doctrina de los gobiernos de facto de la Corte Suprema de Justicia de la Nación;23
La validez y suerte de los llamados "decretos-leyes" y demás normas sancionadas por los gobiernos
militares, una vez finalizada la dictadura;23
La sanción de los golpistas.
También es posible observar una escalada en la violencia represiva y una paralela reducción del
respeto por las formas legales en cada uno de los golpes. En particular, mientras que los cuatro
primeros golpes de Estado exitosos (1930, 1943, 1955 y 1962) se definieron como "gobiernos
provisionales" y manifestaron desde un inicio su intención de llamar a elecciones democráticas en un
breve lapso, los dos últimos golpes (1966 y 1976), establecieron dictaduras militares de tipo
permanente, de acuerdo al modelo de Estado burocrático autoritario (EBA) descrito por Guillermo
O'Donnell.
Un elemento importante de los golpes de Estado en Argentina está relacionado también con los planes
económicos y la actitud ante los mismos de las grandes potencias mundiales. En el primer caso, los
equipos económicos de los gobiernos militares tendieron a recurrir a las mismas figuras,
mayoritariamente provenientes del sectoresconservador-liberal, llegándose a decir que las Fuerzas
Armadas se comportaron como partido político de la clase alta.24 25 En el segundo caso, según Lula da
Silva en casi todos los golpes de Estado contaron con una gran participación de la política externa de
EEUU.26
A partir de la década del 60 los golpes de Estado en Argentina formaron parte de un cuadro
subregional y regional más amplio, de golpes militares generalizados en Sudaméricay América Latina,
en la mayoría de los casos apoyados o promovidos por Estados Unidos, a partir de las operaciones de
la Escuela de las Américas con base en Panamá y laDoctrina de la Seguridad Nacional.24
Durante la Convención Constituyente que en 1994 reformó el texto de la Constitución Argentina se
discutió largamente la doctrina de los gobiernos de facto y la forma de evitar que la misma pudiera
volver a invocarse en un eventual golpe de Estado futuro. El resultado fue la aprobación del primer
párrafo del artículo 36 de la Constitución Nacional, conocido también como de "defensa de la
democracia o defensa del orden constitucional":
«Esta Constitución mantendrá su imperio, aún cuando se interrumpiere su observancia por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos actos serán insanablemente nulos».
Un decreto ley, en general, es una norma con rango de ley, emanada del poder ejecutivo, sin que
medie intervención o autorización previa de un Congreso o Parlamento.1
Este tipo de norma puede estar contemplada en el propio ordenamiento jurídico para ser dictada en
determinados casos, en virtud de razones de urgencia —que impiden, por ejemplo, obtener la
autorización para un decreto legislativo o la dictación de una ley propiamente tal—, aunque requieren
de convalidación por parte del poder legislativo, habitualmente en un plazo breve. En los países
cuya forma de gobierno es la monarquía parlamentaria esta norma se denomina Real Decreto Ley,
debido a que la norma reglamentaria de mayor rango emitido por el poder ejecutivo en esos sistemas
recibe el nombre de Real decreto; así ocurre, por ejemplo en España.
Igualmente, se denomina decreto ley a las normas con rango legal, dictadas por un gobierno de facto.
ValidezEn el primer sentido del término antes citado, esta norma posee validez mientras esté pendiente
el plazo de convalidación, que va desde los diez días en algunas legislacioneshasta cuarenta y cinco días
en otras. Una vez sometidos al poder legislativo, este puede ratificarlos, derogarlos o incluso
modificarlos. En España, lo regula el artículo 86 de laConstitución y en Argentina lo regula el artículo 99
de Constitución de la Nación Argentina.
El segundo sentido del término (ocasionalmente decreto ley, llamado ley), en Argentina se utiliza para
designar a las normas dictadas por las dictaduras militares de 1930-1932;1943-1945; 1955-1958; 1966-
1973; y 1976-1983. En Chile, corresponde a la legislación irregular de los periodos de 1924-1925; junio-
octubre de 1932 y 1973-1981 (en este último caso la Junta de Gobierno cumplió transitoriamente,
desde 1981, el rol de poder legislativo hasta la plena vigencia de la Constitución en 1980).
Tras las dictaduras, la necesidad de mantener la continuidad jurídica se contraponía con la
irregularidad manifiesta en la forma de dictado de estas normas; por lo tanto, losCongresos surgidos de
gobiernos democráticos que sucedieron a los gobiernos de facto optaron por una solución de
compromiso, otorgándoles plena validez y vigencia. Así ocurre en Argentina, por ejemplo, con el
Decreto/Ley 21680 / 1956, de 10 de diciembre de 1956, que crea el Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria. En Chile, lajurisprudencia y resoluciones de la Corte Suprema ha reconocido su validez
ante la necesidad del funcionamiento del Estado. si
Doctrina de los gobiernos de factoLa doctrina de los gobiernos de facto es una doctrina de origen jurisprudencial elaborada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en Argentina para convalidar losactos normativos de las dictaduras militares que se instalaron en el país durante el siglo XX y de ese modo legitimarlas.
1 Golpe del 6 de septiembre de 1930 Dictadura de José Félix Uriburu (1930-1932) Dictadura de José Félix Uriburu (1930-1932) 2 Golpe del 4 de junio de 1943 Generales Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell, los tres dictadores sucesivos de la Revolución del 43. La dictadura finalizó con un llamado a elecciones democráticas realizadas el 24 de febrero de 1946, que todos los sectores
aceptaron como impecables, en las que triunfó Juan Domingo Perón, quien asumió el 1 de mayo de 1946. Perón sería derrocado por un golpe militar en 1955 antes de finalizar su segundo mandato.
3 Golpe del 16 de septiembre de 1955 Revolución Libertadora Generales Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu, los dos dictadores sucesivos de la «Revolución Libertadora». En 1958 la Revolución Libertadora convocó a elecciones limitadas y controladas por las Fuerzas Armadas, con proscripción del peronismo que fueron ganadas por la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), un sector de la fracturada Unión Cívica Radical, liderado por Arturo Frondizi, quien había realizado un pacto electoral y político con Perón con el fin obtener el apoyo del decisivo voto peronista a su candidatura. El Presidente Frondizi sería a su vez derrocado por los militares cuatro años después.
4 Golpe del 29 de marzo de 1962 José María Guido Finalmente en 1963 volvió a convocar a elecciones limitadas, con proscripción del peronismo, en las que resultó elegido presidente Arturo Illia (radical del pueblo), saliendo segundo el voto en blanco que muchos peronistas utilizaron como forma de protesta. El Presidente Illia asumió el 12 de octubre de 1963 y también sería derrocado por un golpe militar el 28 de junio de 1966.
5 Golpe del 28 de junio de 1966 Revolución Argentina y Juan Carlos Onganía Generales Juan Carlos Onganía, Marcelo Levingston y Alejandro Lanusse, los tres dictadores sucesivos de la autodonominada «Revolución Argentina». Acosada por una insurrección popular creciente y generalizada, la dictadura organizó una salida electoral con participación del peronismo (aunque impidiendo la candidatura de Perón), en 1973, en la que triunfó precisamente el candidato peronista Héctor J. Cámpora, con el 49,53% de los votos, asumiendo el 25 de mayo de 1973.
6 Golpe del 24 de marzo de 1976 Proceso de Reorganización Nacional y Guerra sucia en Argentina El Proceso fue gobernado por cuatro juntas militares sucesivas:
1976-1980: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti 1980-1981: Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini, Omar Domingo Rubens Graffigna 1981-1982: Leopoldo Fortunato Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Isaac Anaya 1982-1983: Cristino Nicolaides, Rubén Franco, Augusto Jorge En 1982 el gobierno militar emprendió la Guerra de Malvinas contra el Reino Unido, en un acontecimiento sobre el cual siguen siendo muy oscuras las causas desencadenantes. La derrota infligida provocó la caída de la tercera junta militar y meses más tarde la cuarta junta llamó a elecciones para el 30 de octubre de 1983, en las que triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín, quien asumió el 10 de diciembre de 1983.
El problema de la continuidad jurídicaUna de las cuestiones capitales de los gobiernos dictatoriales es la continuidad jurídica y la validez de las normas que puedan haber sido dictadas durante los mismos. Si un gobierno dictatorial es considerado ilegítimo, entonces también lo serían los actos y normas por él realizados, los que quedarían sin valor alguno una vez que cesara la fuerza que obligaba a su obediencia. Ello traía considerables problemas económicos y políticos, para aquellos que pretendían contratar con los funcionarios que usurpaban el Estado o que aceptaban (y se beneficiaban con) las normas que ellos dictaban. De este modo toda la lógica del golpe de estado caía, pues si sus actos pudieran quedar sin efecto simplemente por el hecho de cesar la usurpación del poder, se perdía gran parte de la razón de ser de los mismos.
Una de las funciones esenciales de la doctrina de los gobiernos de facto buscó resolver la cuestión. Al aceptar la situación de fuerza como un hecho (facto) que explicaba la continuidad del Estado, las normas dictadas por los usurpadores adquieren continuidad y legalidad como parte indisoluble del sistema jurídico estatal.
Casos "Municipalidad vs. Mayer", "Arlandini" y "Ziella"Entre 1945 y 1947 la Corte Suprema dicto varios fallos ratificando y precisando la doctrina de los gobiernos de facto.
En "Municipalidad vs. Mayer" (Fallos 201:266) la Corte Suprema le reconoció a los gobiernos de facto facultades legislativas, las que serían ejercidas mediante un tipo de norma denominadas decretos-leyes, pero estableció las siguientes limitaciones:
que su sanción fuera necesaria para el ejercicio de las funciones de gobierno y el cumplimiento de
los fines de la revolución;
que esas normas perdían validez al finalizar el gobierno de facto...
Por esa razón, si el Estado pretendía que algún decreto-ley tuviera continuidad, el mismo debía ser ratificado por el Congreso Nacional. Esa fue la razón de la sanción de la llamada ley "ómnibus" 12.921 de 1947, ratificando varios decretos-leyes sancionados durante los gobiernos militares de Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell(1943-1945).
En "Arlandini" (FaIlos 208:185) la Corte profundizó la doctrina sosteniendo que los jueces no podían revisar la oportunidad ni los fines de los decretos-leyes sancionados durante gobiernos de facto.
Finalmente en "Ziella" (Fallos, 209:26) la Corte estableció la continuidad automática de las normas dictatoriales luego de finalizado el gobierno de fuerza que las sancionó, sosteniendo que "los decretos-leyes dictados por el gobierno de facto son válidos por razón de su origen y, puesto que tienen el valor de leyes, subsisten aunque no hayan sido ratificados por el Congreso mientras no sean derogados de la única manera que éstas pueden serlo, es decir por otras leyes".
La Constitución de 1994Durante la Convención Constituyente que en 1994 reformó el texto de la Constitución Argentina se discutió largamente la doctrina de los gobiernos de facto y la forma de evitar que la misma pudiera volver a invocarse en un eventual golpe de estado futuro.
El resultado fue la aprobación del primer párrafo del artículo 36 de la Constitución Nacional, conocido también como de "defensa de la democracia o defensa del orden constitucional".
Esta Constitución mantendrá su imperio aún cuando se interrumpiere su observancia por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos actos serán insanablemente nulos.
Si bien la mayoría de los convencionales rechazaron la doctrina de los gobiernos de facto, se presentaron dos enfoques, aunque no necesariamente opuestos:
uno que, haciendo hincapié en la ilegalidad absoluta de una dictadura, proponía no reconocer
ningún valor a sus actos de gobierno (punto de vista expuesto por Eugenio Zaffaroni);
otra que, haciendo hincapié en la necesidad de la continuidad del Estado, proponía una solución
más prudente que no dejara automáticamente sin efecto las normas dictadas durante la dictadura
(punto de vista expuesto por Elisa Carrió).
Finalmente se llegó a aprobar el texto: «Estos actos serán insanablemente nulos».
Sin embargo no parece haber consenso entre los especialistas sobre lo que realmente quiere decir esa frase del artículo 36:
Una posición sostiene que, en caso de producirse un golpe de estado, todas las normas que dictara
serían "insanablemente nulas", y no podrían por lo tanto ser convalidadas, ni siquiera por el
Congreso Nacional, una vez restablecido en sus funciones.
Otra posición sostiene que los únicos actos que serían insanablemente nulos son "los actos de
fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático". Por lo tanto no serían inválidos
todos los actos de la dictadura, y se precisaría que el Congreso Nacional (y eventualmente el Poder
Judicial), una vez restablecido en funciones, tomara la decisión sobre qué actos concretos de la
dictadura deben considerarse como actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema
democrático".
La cuestión de la prescripciónUna de las cuestiones puntuales más importantes relacionadas con la doctrina de los gobiernos de facto es el de la prescripción. Uno de los corolarios básicos de esta doctrina, es que la prescrición no se ve afectada por la imposición de una dictadura. Esta regla ha llevado al rechazo de gran cantidad de acciones judiciales iniciadas por víctimas de las dictaduras luego de que estas terminaran, invocando que, debido a que había pasado mucho tiempo, las acciones estaban prescriptas.