gealittera 11 revista literaria

151
1

Upload: isa-rezmo

Post on 11-Aug-2015

178 views

Category:

Documents


9 download

TRANSCRIPT

Page 1: Gealittera 11 revista literaria

1

Page 2: Gealittera 11 revista literaria

2

GEALITTERA REVISTA DIGITAL

Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita para escribir.

Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir voces literarias pertenecientes a países y continentes distintos.

[email protected]

http://revistagealittera.blogspot.com.es/

IBSN: 14-08-2014-55

Page 3: Gealittera 11 revista literaria

3

INDICE EDITORIAL

Carmen Membrilla Olea 7

Cecilia Ortiz 8

POESÍA

Isabel Pérez Aranda Olor a mar (recuerdos) 11

Carmen Conde En un instante 13

Gloria Marecos Desiderátum 15

María P. Comorera Mare Nostrum 17

José Ramón Castaño Díez 19

Mía Péman El mar es lejanía o cercanía 21

Tomás Sánchez Rubio Mar de dudas 27

M. José Mures 29

Mar Blanco Larrosa 31

Marianela Puebla Océano Pacífico 33

Juan Miguel idiazábal Primera ola del invierno 35

Rita Bedia Lizcano Blanc de blancs 37

Emilia Marcano Quijada Me senté a contemplar 41

Luis Gilberto Caraballo 43

Graciela Arbiser A toda costa 46

Ana Maritza Aguirre Schwarzl El mar y yo 48

Adri Delfini Así como el mar 50

Aleqs Garrigóz Elegía marina 52

Page 4: Gealittera 11 revista literaria

4

Alicia de León Epp Cuéntame 54

Genaro Riera Hunter Mar-ea en el sur 57

Asunción Caballero Un dolor milenario 60

Anamaría Mayol Desprendimiento 62

Isabel San José Marinero 64

Fernando Sarría 66

Mariena Padilla Mar de sargazos 68

Roxana Rosado El mar abraza las olas 70

Julia del Prado Amarrada a su bolero 73

Pura Fernández Segura Aguamarina 75

Säo Gonçalves 76

Marita Ragozza Amor de mar 77

Javier Andrés Molina Rodríguez Te dejaré volar 79

Milagro Haack XII 82

Custodio Tejada Un mar de cosas 84

Amelia Arellano Bon jour 88

Isabel Pisani Marina 90

Graciela Romero Bosquejo 92

Sandra Gudiño Mar 94

Gloria Gayoso Mar de Galilea 97

Araceli García Martín La criatura 99

Mar de Fondo Corrientes 101

Sara Brussa San Noé 103

Luci Garcés El mar, igualando 105

Miriam Álvarez De río a mar 107

Natalia Pineros Abrazando el mar 109

Raquel Graciela Fernández Debajo de la ola 111

Isabel Rezmo Oigo el mar 113

Page 5: Gealittera 11 revista literaria

5

Inma Ferrero Amado ausente 115

Antonio Pérez Cozar Trágica mar 118

Alejandro Rivadeneyra Pasquel Amar la mar 123

Gema Bocardo Navégame 125

FOTO- POEMAS

Cecilia Ortiz 128

Carmen Membrilla Olea 129

Daniel R. Jaime 130

RELATO

Margarita Polo Viamontes El mar azul, democrático 132

M. José Riazuelo El mar 138

Juan Carlos Cárdenas 20.000 leguas 140

Mayte Álvarez Los cuatro elementos 142

J. Javier Terán Allí donde el mar 146

Adrián González Una mínima esperanza 149

Page 6: Gealittera 11 revista literaria

6

EDITORIAL

Page 7: Gealittera 11 revista literaria

7

Imagen: René Magritte

En julio, nuestra Tierra de Letras está bañada por el mar. Más allá del

papel y de la tinta, de nuestros portátiles y de nosotros mismos, las

palabras durante este mes extraño (invernal para unos, veraniego para

otros) se mezclan de forma irremediable con horizontes mágicos, con

navíos eternos y con espumas blancas de agua y de sal.

El resultado, como siempre, abonará el suelo; nos hará crecer y diseñará

un horizonte común para todos nosotros: los de Gealittera, los que nos

damos cita siempre para imaginar y crear, haciendo lo único que sabemos

hacer que es ESCRIBIR.

Gracias por querer construir junto a nosotras este mar de vida.

Carmen Membrilla Olea. Guadix-Granada-España.

Page 8: Gealittera 11 revista literaria

8

Imagen: Google

Cómo sería nuestro mundo sin el mar.

Sin las olas que traen su energía a nuestras playas y nos hacen sentir la

gestación de un mundo líquido.

El mar es agua que vuelve, alguien lo dijo por ahí. Siempre vuelve. Esa

misteriosa fuerza que lo aleja y luego lo trae otra vez a acariciar la arena, o

golpear el acantilado, o mezclarse con un río que desemboca en él.

Así creamos nuestras obras, con ese golpear del agua en nuestra

sensibilidad y parece que se va y logramos asir la idea y plegarla sobre la

arena de otra idea/ola. Y así, siempre así, como el mar. Nos vamos para

regresar en un poema o en un relato. Con palabras ordenadas de manera

diferente, esas palabras que usamos diariamente pero con la energía del

mar creador, parecen otras.

Page 9: Gealittera 11 revista literaria

9

Y aquí estamos, rodeadas de mar/palabras. En nuestra tierra gealitterana.

Paraíso de los que se atreven a escribir y nos acompañan.

Gracias a todos.

Cecilia Ortiz- Olivos- Buenos Aires- Argentina

Page 10: Gealittera 11 revista literaria

10

POESÍA

Page 11: Gealittera 11 revista literaria

11

ISABEL PÉREZ ARANDA

OLOR A MAR (RECUERDOS)

Imagen: Macarena Ortega Oyanedel

Azul cielo, azul mar,

blanca espuma de las olas al varar,

zozobrante ondula el agua,

agua y piedra se conjugan a la par,

ola viene, ola va,

trayendo ilusiones, llevándoselas,

Page 12: Gealittera 11 revista literaria

12

sal amarga, ruda sal,

caricias “pa” quien las quiera,

“pa” quien las pueda atrapar.

Degustaré sin pausa mi sed de mar,

en su luz me asiré para siempre,

llevaré mis ojos más allá de lo que logren ver,

y al compás discreto de la espuma le

ordenaré quietud.

Me dejaré llevar en la plácida visión

y brindaré con este olor a mar, calmare las olas

e invocaré al sol.

Horizontes con ternura trazare,

planearé de nuevo,

y al tiempo, regresaré.

Isabel Pérez Aranda / Guadix / Benidorm – España

Page 13: Gealittera 11 revista literaria

13

CARMEN CONDE

EN UN INSTANTE

Imagen: Mayumi Haryoto

La memoria es un lazo lleno de momentos.

Algunos instantes se deslizan a un tiempo.

No existen años, meses, días, horas,

solo instantes donde todo fluye.

Habitas un templo desorientado,

tus movimientos se limitan

mientras tu mente trasciende todo horizonte

Page 14: Gealittera 11 revista literaria

14

y el pensamiento corre sobre los puentes.

Los sentimientos navegan sin razones.

Tu semblante es como un océano lleno de recuerdos.

En tus manos la espuma de las olas,

olas que aproximan la sal y arena de las ideas,

ideas que chocan contra la roca

como la espuma en tus manos.

El atardecer es el susurro del aire.

La mirada un grito silencioso

y el despertar de la noche

un tesoro que se oculta del día.

Cuando el soplo en un amor eterno

no me es ajeno, descorro el azul del cielo

y estás aquí

y estoy aquí,

en este instante todo se refleja

como las estrellas en el Universo.

Carmen Conde (Sedemiuqse) Sanlúcar la Mayor (Sevilla)

Page 15: Gealittera 11 revista literaria

15

GLORIA MARECOS

DESIDERÁTUM (A mi país mediterráneo)

Imagen: Juan Fran Martínez

Gaviota triste,

incubada y nacida

en el fluido amniótico

de un vientre sin mar.

En su tímida pequeñez,

ejercita día a día

su aletargada vocación

Page 16: Gealittera 11 revista literaria

16

de playas, de mareas y caracolas.

Sabe que allá lejos,

después del confín horizontal,

tienta, deslumbra y seduce

la complicada miscelánea

de inexplorados piélagos.

Gaviota triste,

ensaya sin descanso

sus vuelos alisios

sobre la espalda mediterránea

de los vientos del sur.

Sabe que allá lejos

esperan las inmensidades oníricas

con su intenso sabor

de sal, de arena y mar.

Gloria Marecos- Lambaré – Paraguay

Page 17: Gealittera 11 revista literaria

17

MARÍA P. COMORERA

MARE NOSTRUM

Imagen: Pierre Marcel Schmidt

Belleza dejas en el aire cuando

tus olas espumosas se elevan

con gracia, y bailan formando

rizos, caracolas y puntillas de encaje.

Bandeja que brilla en

la noche, cuando la Musa dorada asoma

se peina y deja en ellas el beso precioso

de plata y nácar.

Page 18: Gealittera 11 revista literaria

18

Olas que van y vienen danzando, van

inquietas, llegan a la playa la acarician

y se retiran sinuosas y coquetas.

Mare Nostrum de azul intenso, rozan tus

aguas las gaviotas revoltosas, que suben y

bajan, chillando gozosas.

Divino es ese MARE NOSTRUM que al

atardecer se tiñe de rojo, el sol avisa

que desea ir a reposo, y deja en las aguas

su color hermoso.

MARIA P. COMORERA- TARRAGONA- ESPAÑA

Page 19: Gealittera 11 revista literaria

19

JOSÉ RAMÓN CASTAÑO DIEZ

Imagen: Pierre Marcel Schmidt

Como un surco sobre la yerma tierra,

me atrevo a soñarte

arañando con mi voz las notas del silencio,

vuelta la espalda hacia el olvido

y el corazón abierto al mar

para dolerme de cada herida tuya.

Y miro al mar a través de tus ojos ausentes,

y no lo veo sino en su confusión de inmensidad,

Page 20: Gealittera 11 revista literaria

20

sumido en la nostalgia de su propio eco

cuando desanda el sol el horizonte,

pues ya la noche se cierra a los caminos

donde de vagar hace premura el viento.

Mas, aún, puedo ver el mar,

a la ciega luz de mi memoria,

en la cercanía de la playa,

en sus arenas fatigadas,

enrocándome en cada intervalo de ola…

y su rumor es como un llanto que no cesa.

Hirviente batahola que, en su belleza,

evoca eternidad;

la eternidad de aquél

que, siendo oceánica gnosis,

epítome de azules ecos,

fue nudo propietario de esa heredad

del tiempo que es la tierra.

José Ramón Castaño Diez – Oviedo (España)

Page 21: Gealittera 11 revista literaria

21

MÍA PEMÁN

EL MAR, ES LEJANÍA O CERCANÍA

Imagen: Google

Allá en la cercanía,

quiso verse

como si fuese un horizonte,

es lejanía

a la vez, y lo sabe…

¡Un mar de campos

se acercan jubilosos,

cuando las siluetas

Page 22: Gealittera 11 revista literaria

22

dejan entrever

toda su magnificencia!

Entre las llanuras extensas

sabe buscarse un lugar,

la calma le da ánimos

y hasta lo más largo de las Comarcas,

se divisa y se huele… quizás

al convertirse en halo

de esa panorámica, que divisamos

algo nuestro, de cada día.

Lo tenemos al lado y no lo sentimos,

sin embargo, sabemos que está ahí

más grande y enorme,

inundando de sabores y mieles

que las tierras y los valles,

júntanse al mismo tiempo

divísanse como si fuesen uno, tan solo.

Es el mar, nuestro de cada día

pero, no es lo mismo que la mar

ya qué, desemejante se le ve y se aprecia,

Page 23: Gealittera 11 revista literaria

23

diríamos tiene otra alma inmortal

esa qué hay que saber ver con la esencia,

y en Autilla del Pino

tenemos el Mar de Castilla,

frondoso él… cómo el qué más

y, no siendo realmente mar,

así lo vemos y lo enseñamos

es nuestro… verdadero y sencillo,

quien un día se llega hasta su Mirador

podrá admirar su belleza magna,

su colorido en el día

cuando la noche cae,

sus olores reviven

ese fulgor que el día les regaló,

las luces del firmamento los visten

con albores distintos,

salen las auroras a vestirse de galas

señoriales, pues, la noche ha llegado.

Desde el acá, hasta el allá lejano

se creen ver, infinidades

alomadas llanas y alargadas,

subiendo a lo más alto… en esa

Page 24: Gealittera 11 revista literaria

24

Tierra que de Campos, sabe ser

y allá a lo lejos se llega…

más de cien kilómetros se ven

nuestra Montaña Palentina,

con su excelsa hermosura… sin igual

que los municipios cercanos,

presentan como algo digno de admirar.

Verdes los prados y las tierras,

enseñan cantidad de matices

juntándose con ese firmamento,

que vela sus maravillas doradas…

marrones, entre las labores del campo

rubios cabellos lo engalanan de acordes,

algunos árboles que le delinean

pasando a ser, vivencias extremas

dando lugar a sus recuerdos

allá en la planicie,

dibujando su esbeltez.

Conversando con el atrevido Mar,

quiere reclamar su puesto

el cual se merece, también…

Page 25: Gealittera 11 revista literaria

25

teniendo toda la razón del mundo.

Tendré que darle señales, visibles

entre las nubes viajaré

dónde quiera que estén,

sin limitaciones ni aconteceres

su tiempo, no pasó desapercibido

tan sólo, le dejé en espera

para poderle explicar,

qué otro Mar parecido a él… existe.

Espesuras de llanos a lo lejos,

no conoce él… ni se imagina

tal belleza imposible podría ser,

pero… para nada…

todo llega y todo tiempo surge,

del más acá ha brotado

sin prisas aceleradas,

coordinarán sus empeños

mostrándose fieles y leales,

siguiendo un camino de veredas

saltando montañas y senderos largos,

hasta atreverse a conocer

Page 26: Gealittera 11 revista literaria

26

mirándose de frente,

y sabiéndose hermanos al fin.

©Mía Pemán – Palencia – España

Page 27: Gealittera 11 revista literaria

27

TOMÁS SÁNCHEZ RUBIO

MAR DE DUDAS

Imagen: Google

Llegará el día que amanezca con un nuevo milagro

de los panes, de las paces y de los peces

-la paz multiplicada por pan es más paz-.

Escrito está en la candente arena de castillos gris perla,

tan inmunes al viento del este,

que la salvación nos ha de llegar por el océano;

que una marea rampante acabará ahogándonos

las miserias y las torpes desdichas

disimuladas entre los falsos reflejos de serenas dunas.

Page 28: Gealittera 11 revista literaria

28

Mártires renovados, clavados como estacas frente a los embates

de una traicionera corriente que todo lo arrastra,

sembraremos de azuladas sombras las calas llenas de oquedades,

los precipitados fondos abisales y las dehesas de algas marchitas.

Entretanto nos queda esperar, esperar con una esperanza

pasada por el agua clara y salada de lágrimas aún sin enjugar,

inútiles ante el dolor de ver tanto yermo

aquí abajo, en una tierra mucho menos firme

de lo que podría parecer a simple vista de gaviota.

Tomás Sánchez Rubio. Sevilla- España

Page 29: Gealittera 11 revista literaria

29

M. JOSÉ MURES

Imagen: Google

Autopsia a palabras

que traen días sin ardor,

adentrarme en el mar,

nadar para nada,

fuera el mal acecha,

dentro acecha el mar,

hundirme en un sueño

Page 30: Gealittera 11 revista literaria

30

de olas azules

y fuerte temporal.

Quelonia voladora

M. José Mures. Fernán Núñez. Córdoba. España

Page 31: Gealittera 11 revista literaria

31

MAR BLANCO LARROSA

Imagen: Google

Desde que lograste

el permiso de la luna

para indagar mi piel,

tengo:

las huellas de tu mano en mi rodilla,

tu sonrisa titilando en mis ojos,

y tus manos ,en las mías,

impulsando las olas,

ataviadas con los versos

de tu tierra;

rompiendo contra los acantilados

Page 32: Gealittera 11 revista literaria

32

los silencios pintados

del destino.

Desde que lograste

el permiso de la luna,

escucho el ritmo de tu pecho

rimando con el mar.

Mar Blanco Larrosa-Zuera- Zaragoza- España

Page 33: Gealittera 11 revista literaria

33

MARIANELA PUEBLA

OCÉANO PACÍFICO

Imagen: Google

Amor, mi querido mar

del Pacífico sur.

Quisiera ser parte de tus olas

para acariciar tu cuerpo

y penetrarte hasta llegar

al fondo de tu abismo.

Page 34: Gealittera 11 revista literaria

34

Hoy vienes a mí y besas

la playa tibia.

Tu boca de espuma busca

mi huella olvidada en la arena

y dejas tu llamado ferviente

evaporado en el aire.

Cierro los ojos

y bajo a tus profundidades

muy cerca de tus pensamientos,

y, en la cuenca de tu corazón

duermo un sueño eterno

junto al susurro de tu voz salina.

Marianela Puebla- Valparaíso- Chile

Page 35: Gealittera 11 revista literaria

35

JUAN MIGUEL IDIAZABAL

PRIMERA OLA DEL INVIERNO

Imagen: Google

Tanto frío hace

que parece que las olas se van a congelar,

mientras recuerdo el sabor de un beso,

en verano imagino estar.

La cálida arena baña mis pies,

el astro rey broncea mi piel,

el tronar de las olas es mi canción

y un beso viene a mí.

Page 36: Gealittera 11 revista literaria

36

Un beso

como el primer chapuzón frío;

un beso

como la primera ola del verano;

un beso

que me salva del frío.

Una ráfaga me trae de vuelta,

aun mantengo ese sabor,

ese beso, ese dulzor,

como un chapuzón frío

y agarro la primera ola del invierno.

Juan Miguel Idiazabal

Resido en LiuShi, China

Argentino

Page 37: Gealittera 11 revista literaria

37

RITA BEDIA LIZCANO

BLANC DE BLANCS

Imagen: Google

Encaje húmedo,

anhelo persistente

en mi memoria.

Planeo emboscada,

hambre voraz .

Velocidad,

caricia,

Page 38: Gealittera 11 revista literaria

38

semáforo,

titubeo.

Velero.

Apetece navegar

en mi mar.

Soldado erguido

bajo la sábana caliente.

Exquisito sufrimiento,

ávida agonía.

Descobijo.

Calcinas mariposas,

lengua.

Temporal.

Nubes te rodean,

te hacen preso,

vientos de huracán.

Page 39: Gealittera 11 revista literaria

39

A Dios imploro piedad

devoro tu carne.

Moja mi boca,

pasión,

frenesí,

lamentos de placer.

Miradas

enardecen

mi fuego.

Desnudos

pezones erectos.

Gemidos,

embestida,

en guardia,

decidido dispara.

¡Dios!

Un grito,

Page 40: Gealittera 11 revista literaria

40

mi nombre.

Bebo,

paladeo,

disfruto

cosecha de uva.

Oro pálido,

“Blanc de Blancs”

Rita Bedia Lizcano.- Apodaca, N.L. México.

Page 41: Gealittera 11 revista literaria

41

EMILIA MARCANO QUIJADA

ME SENTÉ A CONTEMPLAR EL MAR

Imagen: Google

Me senté a contemplar el mar,

por obra de un capricho ensimismado.

Me deslicé por un tobogán hecho

con los escombros de todas mis tragedias.

La arena, más blanca, cálida

y grumosa,

se sujetó a los dedos de mis pies

en un ardid por escapar

Page 42: Gealittera 11 revista literaria

42

e irse conmigo de polizón.

La espuma parecía una línea de sal

que se detuvo debajo de mis ojos,

de mis juguetes perdidos,

de los huesos abandonados

y las oraciones que no se olvidan.

El viento, a pesar de mi ausencia

me saludó

con esa mano cordial

que te roza la mejilla y se va.

Los pájaros,

sin nada que decir, mucho han contado

en sus alas batiendo sobre el aire.

Me senté a contemplar el mar

y a pesar de toda mi aflicción,

de tantos recuerdos apretujados

en una bolsa vieja,

una sonrisa se dibujó en mis labios,

una fuerte inspiración llenó mi pecho,

una mano secó mi tristeza,

porque solo vine a pensar

y es el mar

el que me piensa.

Emilia Marcano Quijada- Isla de Margarita- Venezuela

Page 43: Gealittera 11 revista literaria

43

LUIS GILBERTO CARABALLO

Imagen: Google

Ese mar de azuladas aguas

apenas convocan

tildes, orillas de fósforos,

buscan encender al poema

en su proa más vacua, al verbo.

Luz del semblante,

caracoles desprovistos, desnudan

tiempos y espirales.

Alientan siluetas febriles

Page 44: Gealittera 11 revista literaria

44

de propia voz,

y barcazas

ancladas a pieles arenosas.

Izan banderas

almas e himnos, músicas,

ventean

ante aquella inmensidad marina.

Lumbre,

hasta el infinito orla

como nube vaga, viaja en

túnica, vapores del alba.

Iluminan,

descarnados cuerpos

alumbran cúspides

así sus huellas

de enlunadas mareas

no se abandonan

y la espuma demora

ante

esos semblantes, tildes

sin conchas

buscan.

Noche etérea

Page 45: Gealittera 11 revista literaria

45

oleajes

acunan

el ulular del mar

versos alumbran

al silencio

en la alcoba,

más íntima y sobria,

al desnudarse

en proa,

al desgarrarse de conchas

mar, mar y mar

hasta el más íntimo

hondonal.

Luis Gilberto Caraballo- Caracas- Venezuela Junio 2015

Page 46: Gealittera 11 revista literaria

46

GRACIELA ARBISER

A TODA COSTA

Imagen: Google

A toda costa mar

a toda costa vegetal

a toda costa vida

paredes

Page 47: Gealittera 11 revista literaria

47

hormigón

que no existan

entrar al mar

ser parte de él

ser mar

Graciela Arbiser- Ciudad autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A) Argentina

Page 48: Gealittera 11 revista literaria

48

ANA MARITZA AGUIRRE DE SCHWARLZ EL MAR Y YO

Imagen: Google

El mar es un poema sin fin,

que rebasa mis sentimientos.

Frente al mar,

voy, vengo, vengo y voy,

entre mareas, entre oleajes

de espuma blanca

Page 49: Gealittera 11 revista literaria

49

que bordan la arena

en una inmensa playa.

En el mar soy y no soy,

y entre las aguas, entre las olas,

me sumerjo mar adentro,

salgo, entro, vuelvo, rompo olas,

me zambullo, me enloquezco,

extiendo mis brazos, abro mi corazón,

y me derrito como sal entre sus aguas.

Ana Maritza Aguirre Schwarzl- Perú/Alemania.

Page 50: Gealittera 11 revista literaria

50

ADRI DELFINI

… ASÍ COMO EL MAR …

Imagen: Google

Así como el mar abraza a la arena

con pasión y con tibieza ,

me acurrucas en tu pecho,

me envuelves con tibios besos.

Deseo que va ascendiendo

deseo que es una entrega

Page 51: Gealittera 11 revista literaria

51

y cuando menos lo esperamos,

desnudamos nuestros cuerpos.

Poco a poco…

beso a beso…

con ternura nos amamos,

los dos nos vamos rindiendo.

Tenemos la misma música

tenemos los mismos sueños,

abriéndonos al amor,

abriéndonos a lo eterno.

Adri Delfini- Buenos Aires- Argentina

Page 52: Gealittera 11 revista literaria

52

ALEQS GARRIGÓZ

ELEGÍA MARINA

Imagen: Google

Vienes y te vas.

Me golpeas obstinadamente

y te humillas ya ante mi levantando espumas altas

como roncas y funestas pronunciaciones.

Yo escucho y atesoro el eco de tus lamentos

como el caracol el susurro del mar,

Page 53: Gealittera 11 revista literaria

53

abandonado a la orilla.

Vienes siempre a mí

queriendo devastar el margen que me asila,

lleno de tu cuerpo de agua estruendosa y amarga,

presto a romper las riveras que te apresan.

Te esparces en mi cercanía ahora muy lánguidamente

sin alcanzar a arrancarme de mi anclaje

y llevarme confundido entre lo tuyo.

Me golpeas monótonamente…

Y yo permanezco en mi sitio,

pétreo, casi fosilizado, sin poder consentir o negar.

Aleqs Garrigóz- Puerto Vallarta- México

Page 54: Gealittera 11 revista literaria

54

ALICIA DE LEÓN EPP

CUÉNTAME

Imagen: Google

Cuéntame de lunas

que se han hecho trizas

sobre tus vaivenes.

cuéntame de besos

de los ígneos besos

con los que el ocaso

enciende tu pecho.

Cuéntame de alas

de salobres alas

Page 55: Gealittera 11 revista literaria

55

dueñas de tu cielo

y de la inarmónica

voz de las gaviotas

como locas notas

de tu propio canto.

Cuéntame de hadas

de invisibles hadas

que vistiendo espuma

llegan a tus playas.

Cuéntame de huellas

de huellas y amores

que tú has llevado,

secretos de vida

que te contó el viento

y sueños marinos

dentro de tu olas

por siempre guardados.

Pero no me cuentes

de puertos y naves

de tristes pañuelos

de adiós agitados

sobre tu distancia

sobre tu inmensa,

Page 56: Gealittera 11 revista literaria

56

y tenaz distancia

no me cuentes de esa

mirada que llenas

hasta que los ojos

se inundan de lágrimas

yo ya se esa historia

yo bien la conozco

cuéntame de hadas,

de besos , de alas

de frágiles lunas

sobre ti quebradas…

Alicia De León Epp

Uruguay/Canadá

Page 57: Gealittera 11 revista literaria

57

GENARO RIERA HUNTER

MAR-EA EN EL SUR

Imagen: Google

Con la misma pasión con que nos amamos

dentro de nuestro mundo de polvo y gredas

Page 58: Gealittera 11 revista literaria

58

nos encrespamos con el fiero ímpetu del mar

embravecido por las turbulencias del torbellino.

Pero me gusta cuando dices "no puedo más" en forma teatral.

Sonrío, aunque sea mentira de olas en bajamar.

Y me gusta cuando subrayas enojado

enroscando tus espumas en las crestas de altamar.

Y me gusta cuando vienen tus palabras enmarañadas

arrastrando las arenas de mis playas en calma.

Y me gusta… y me callo… y bajo la cabeza.

Me gustan tus quimeras… tus miradas utópicas.

Me gusta el roce con tu piel

y tu olor que me anega por mucho tiempo

como sal marina que cala el brío de las rocas.

Y siento que lo siento.

Y me gusta el aire que tus manos me alcanzan

cuando la apariencia contigo me deja libre.

Me gusta cuando desciendes como el rocío invisible y manso.

Me gusta si loco, y no tan loco, con máscara de loco,

te deslizas sobre mis deseos inseparables.

Me gusta que tus vientos no pasen con urgencia.

Page 59: Gealittera 11 revista literaria

59

Me gustan tus secretos del alma,

tan secretos como el fondo insoluble del mar.

Genaro Riera Hunter - Asunción – Paraguay

Page 60: Gealittera 11 revista literaria

60

ASUNCIÓN CABALLERO

UN DOLOR MILENARIO

Imagen: Google

Vengo a ti

a coserme las heridas

que sangran en el reverso de mis vísceras,

allá donde sopla perdida una tolvanera

entre el laberinto de mis propósitos.

Vengo a ti, a calmar la sed de mis sesos

Page 61: Gealittera 11 revista literaria

61

-ciclón sin tregua-,

y a llenar mi mirada de azul en calma.

Vengo a ti

y hoy no tienes descanso,

galopas al empuje del aire

con gorro de luna llena,

y la música de tu oleaje

empapa la arena de mis poros.

Vengo a ti

a mirar tu embrujo sobre el horizonte

y quisiera ser sirena saltando a veces

sobre tu espuma,

y bucear en tus entrañas

hasta vaciarte el dolor de los milenios,

que llevas siendo Mar.

Asunción Caballero- Madrid - España

Mascab 2015-06-24

Page 62: Gealittera 11 revista literaria

62

ANAMARÍA MAYOL DESPRENDIMIENTO

Imagen: Google

Olvido el mar

en el último infinito de un cuerpo

dejo que el viento mueva el aire

le haga el amor al cielo

se azule

suba tibio hacia el vuelo

de un pájaro

borro el oleaje

Page 63: Gealittera 11 revista literaria

63

el ruido del oleaje

en el caracol que lo retorna

busco un poema

que no te nombre

que no sangre palabras en mis manos

que no tenga tu rostro

Anamaría Mayol- San Martín de los Andes- Patagonia Argentina

Page 64: Gealittera 11 revista literaria

64

ISABEL SAN JOSÉ MARINERO

Imagen: Hubert Escobar

Ansiedad de poder verlo, de escucharle y acariciarle, ansiedad en el alma de tenerlo, y mi amor poder entregarle. ¿Por qué el amor es así?

Page 65: Gealittera 11 revista literaria

65

Yo muriendo en soledad, ¿y él?, tal vez feliz sin mí, ¡Despiadada la cruda verdad! ¿Es que no echa de menos, del amor nuestra intimidad? ¿Es que no siente los vacíos, que llenamos hasta la saciedad? Dime tú, que eres marinero. ¿Perlas no has encontrado, en tus andanzas por el mar? Son lágrimas que bogando, sin descanso, van buscando, a un amor que perdieron, sin motivo y sin razón, y presurosas partieron. ¿Oyes en tus viajes lamentos? Son los ecos de mi corazón, que amándolo en silencios, pierde a veces hasta la razón. ¿Escuchas cantos de sirena? Son arias llenas de amor, que aun musitadas con ternura, para él un día perdieron valor. Isabel San José-Cuenca- España

Page 66: Gealittera 11 revista literaria

66

FERNANDO SARRÍA

Imagen: Google

Recuerdo que era el último barco a Creta.

La esperanza no dormía entre nosotros.

Soledad de un muelle.

El hambre de la vida

y la ansiedad del verano

se fueron por un instante con la lluvia,

el aguacero dejó límpido el aire,

el viento traía de las islas

nubes añiles y pájaros marinos.

Recuerdo que era el último barco a Creta.

Recuerdo la sombra de un laberinto de minotauros

y a marineros silenciosos en la taberna

Page 67: Gealittera 11 revista literaria

67

sentados frente a sus vasos de aguardiente.

Era el barco que no cogimos esa tarde de agosto,

aunque las horas fueran mansas

y jugásemos a los dados

hasta los primeros besos del nuevo día.

Recuerdo el mar Egeo

como a un animal dormido,

al fondo un bosque de coníferas

y un faro alumbrando monótono

los farellones de la costa,

mientras esperábamos

el último barco a Creta que ya no vino.

Poema de Las Horas-Editorial Quadrivium 2012

Fernando Sarría- Zaragoza- España

Page 68: Gealittera 11 revista literaria

68

MARIENA PADILLA

MAR DE SARGAZOS

Imagen: Google

Tu cuerpo

-espada que abre en dos al mar-

se hunde en el espacio verde plata

A lo lejos,

sepias alfombras en la superficie

avanzan

colonias de sargazos ondulan

Page 69: Gealittera 11 revista literaria

69

al tiempo que el océano respira

amenazan la costa

eventualmente

se desprenden fragmentos

racimos besan tus hombros

se confunden con tu pelo

Paralelo a la playa

un remate de espuma se colorea

con tus huellas

Restos de agua y algas sobre la arena

fugaz registro de tu paso.

Mariena Padilla Monterrey, Nuevo León, México.

Page 70: Gealittera 11 revista literaria

70

ROXANA ROSADO

EL MAR ABRAZA LAS OLAS

Imagen: Google

Quisiera contemplarte en el brillo de las olas

mientras pensativa, me siento

y escucho el susurro de las piedras

cuando se mojan

de tantas lágrimas que emanan de la tierra

y del sol,

el viento juega con mis cabellos

Page 71: Gealittera 11 revista literaria

71

que se tiñen de un rojo más rojo que el atardecer,

la tarde languidece

y con ella el cuerpo pide un descanso

o una caricia

o tan solo un cariño.

El mar abraza a las olas

y me cuenta historias

que a nadie más ha contado,

la espuma intenta llegar hasta mis pies

para jugar con mis sueños

y la brisa humedece mis pensamientos

al respirarla

me trae aromas de deseos

perdidos en la distancia,

en algún lugar entre el presente

y el ayer.

Y me quedo muy quieta

esperando que el sol se duerma,

las manos de la luna me saludan

mientras el manto negro cubre el cielo

esperando que me dé sueño

y me pierda en su negrura,

Page 72: Gealittera 11 revista literaria

72

hace frío

me acurruco sobre mi mirada

y mi cuerpo me abraza

dándome un poco de calor,

de ese calor que se esconde

allá en algún punto en el horizonte

donde el sol duerme plácidamente

a tu lado.

Mis sueños van más allá de las olas

meciéndome en esa fina red

que tejen a mi alrededor,

mi rostro sonríe mientras duermo

y una estrella de mar, curiosa

me mira mientras baila y se mece

ella también sonríe

porque ambas sabemos

que mis sueños no están solos

porque ahora

estás en ellos.

Roxana Rosado. D. F. México

Page 73: Gealittera 11 revista literaria

73

JULIA DEL PRADO

AMARRADA A SU BOLERO

Imagen: Google

A las seis de la tarde

el sol se casa con la luna

en esa bahía larga

de chalanitas y figuras

El viento azuzado por el fuego

se lleva heridas

trae otoños tiernos

Page 74: Gealittera 11 revista literaria

74

ese juego / su presente

Odisea se da de plumas

blancas / azules

en los juncales

la mar / siempre ella

dibuja una antigua

terraza de madera

Etéreo tiempo de pareja

amarrado su bolero.

Julia del Prado (Perú)

Page 75: Gealittera 11 revista literaria

75

PURA FERNÁNDEZ SEGURA

AGUAMARINA

Imagen: Google

Calma, en la hora leve de la aurora,

el mar soñoliento ondea cadencioso,

y acompaña, solícito, mi alma atribulada.

Los azules se funden en el aire.

Intensa aguamarina,

desde la atalaya de la memoria.

Pura Fernández Segura. Guadix. Granada. España.

Del poemario ZONA PRÓXIMA. Ediciones Dauro

Page 76: Gealittera 11 revista literaria

76

SÄO GONÇALVES

Imagen: Edite Melo

Con la claridad de tus ojos enciendes la luz en un mar solitario

Habitas ahora dentro del sueño, en este suelo amarado a un lugar sin nombre

me sobra el tiempo y la distancia es apenas un trozo de tierra olvidada al norte de tu cuerpo

el azul se funde en el abrazo, una calma de vientos guiados .

Hay un camino trazado en el azul de tus ojos

una sombra en la tierra, cuna de aguas que ahora te envuelve.

Corres, respiras, te confundes en la brisa fresca de la mañana.

Es el brazo de la ansiedad de la noche. Esta parte del mundo que se pierde de vista

y el color de tus ojos es ahora tesoros por develar!

Encierras el silencio en el ancla de la mañana, en ese pedazo de mar que te vio partir!

Säo Gonçalves- Portugal/ Luxemburgo. Traducción del portugués Cecilia Ortiz

Page 77: Gealittera 11 revista literaria

77

MARITA RAGOZZA

AMOR DE MAR

Imagen: Google

Miro el mar que apremia delfines. Con las manos juntas velo el agua de las mareas que se retiran entre algas y guijarros y me pregunto:

¿Alguna vez el tiempo dirá lo que no pudo nuestra perdida eternidad?

La noche suspira y abre aromas oscuros.

Page 78: Gealittera 11 revista literaria

78

Yo, mujer, añoro la fecha en que nos amamos, minutos fugaces entra las formas de los peces que nadan en claridades alba.

Las olas del mar se hunden, se enarbolan, se encrespan, y como mi ser. . . no se calman ni se colman.

El mar desde su garganta verde se deshace en saliva espumosa y salada con las olas que mueren en la playa.

Bajo una fría luz lunar y grafismos de gaviotas el dolor sabio me susurra que quizás el amor valga por su pena.

¿Alguna vez el tiempo dirá lo que no pudo nuestra perdida eternidad?

Marita Ragozza- Pehuajó- Argentina

Page 79: Gealittera 11 revista literaria

79

JAVIER ANDRÉS MOLINA RODRÍGUEZ

TE DEJARÉ VOLAR

Imagen: Google

Hola

Soy yo…

Hoy eres libre

Libre de mi; libre de mis versos

Libre de todo…

Y decido decretar tu libertad

Para liberarme a mi también

Page 80: Gealittera 11 revista literaria

80

Y arrancar cada una

De las espinas

Que hace mucho tiempo

Desangran mi corazón

Hoy eres libre

Libre de la prisión

En que te mantenía mi imaginario

Libre para reír

Libre para llorar

Libre para todo

Y, cual si fueras un alcatraz, ¡vuela!

Y vuela lejos del mar

En que se han convertido mis ojos salados

Vuela, vuela

Y que no sea mi corazón

Una jaula para ti

Nunca más

Y todos los días

Cuando te vea

Sea frente a frente

Sea en sueños

Page 81: Gealittera 11 revista literaria

81

Sea como sea…

Me preguntaré su fue una buena opción

Dejarte volar

Y que la respuesta me la de el tiempo.

Pero si me la das tú

Esperaré que la mar de mis ojos esté tranquila

Te advierto que estos versos no son

Una sentencia final

No…

Pero, vuela, por favor.

Que para ello destruyo los fierros

Que te aherrojaban a mí…

Si quisieras volver a mis ojos,

Solo te recibiría

Y que sea de ti y de mi lo que el destino depare.

Pero vuela ahora

De la mar salada

En que se convirtieron mis ojos.

Javier Andrés Molina Rodriguez- Barquisimeto- Venezuela

Page 82: Gealittera 11 revista literaria

82

MILAGRO HAACK

XII

Imagen: Google

Está sangrando

la boca que cruza el paso

del río por el respiro de la hoja

-hay luz afuera se inventa

se cae se abre el buen dios-

sentado sobre la cesta llena de océano

abriendo lo oscuro cuando la tapa es reflejo

por donde se puede mirar el festín de no tener cuerpo

Page 83: Gealittera 11 revista literaria

83

sólo río por debajo de la tormenta sobre la pecera

amarrado a la boca que sangra

sangra la lluvia de Mar

con el vacío de luna traspasa el agua que desgaja

el espejo cayendo despacio al suelo

Milagro Haack- Valencia- Venezuela

Del libro inédito Relámpago entre dos

Page 84: Gealittera 11 revista literaria

84

CUSTODIO TEJADA

UN MAR DE COSAS

Imagen: Google

I

Quiero contaros un mar

de cosas

sobre un fondo azul

y un marco sepia.

Una aguja navega

en una caja de hilos

esperando la llamada

urgente de algún botón

Page 85: Gealittera 11 revista literaria

85

desabrochado o una costura.

Navegan los sueños

cuando dormimos.

Los sentimientos navegan

cuando el amor

-en silencio-

nos embarca en otro cuerpo

que ruge a nuestro lado

como un mar de sudor embravecido.

Navega nuestra piel

desnuda entre las sábanas

como un barco a la deriva.

Las olas navegan

cuando van y vienen

con sus peinetas

de espuma

sobre la arena.

Navegan los ojos tristes

por el cosmos salado del agua

mientras los pájaros bucean

Page 86: Gealittera 11 revista literaria

86

mar adentro

en busca de un arrecife

más allá de los párpados.

El tiempo naufraga en nosotros.

¿O soy yo quien naufraga

en el tiempo?

En cualquier caso, el mar nos seduce

como una lágrima que cae por la mejilla.

Quiero contaros un mar

de cosas

sobre un fondo azul

y un marco sepia.

II

Navega la luz

Por la sombra

El aire navega

Por las manos

Navega el fuego

Por los ojos

Page 87: Gealittera 11 revista literaria

87

La tierra navega

Por las venas abiertas.

En el mar del tiempo

navegan las estaciones

en un compás de cuatro por cuatro

como canoas hechas de juncos

que se pierden por la partitura de las mareas.

El océano, convertido

en un gran estómago

hace de nosotros su alimento:

El humilde plancton con el que sacia

su hambre voraz e infinita.

Quiero contaros un mar de cosas.

Custodio Tejada- Guadix- España

Page 88: Gealittera 11 revista literaria

88

AMELIA ARELLANO

BON JOUR

Imagen: Toni Frissell

Pasarela. Quimera alucinada Punta Rasa*

Sola. Jubilosamente sola.

Entre gredas y pantanos del instinto

Sepulcro de los vientos, resurrección de brisa.

Sola, es verdad.

Pero es verdad también que vos estás conmigo.

Te rescato en sol. Bebe hasta las huellas de mis dedos.

Por un lado, río quieto, por otro mar embravecido.

Estoy bebiendo el río de la sed, sorbo a sorbo.

Page 89: Gealittera 11 revista literaria

89

Bebo este río árbol de la sangre.

Huelo su nostalgia y su pasión.

Soy el río.

Aquel mismo, de Heráclito, el oscuro.

Oscura pena negra, oscuro vendaval olvido.

Oscura larva traición agazapada.

Pero también clara como la flor de loto.

Claro como el descanso en tus ojos de lapacho morado.

Como el reflejo apasionado en los ojos del tigre.

Como la infancia amamantada en lunas.

Como cuentas de rosario de agua

Como rezo en laderas del perdón.

Extrañamente clara como agua bautismal de memoria.

Como el abismo extranjero de tus brazos.

Como tu sal.

Situada en la Pasarella de los sueños.

Exactamente en Punta Rasa.

Proclamo el jubileo. En los cielos. En la tierra.

Infinitamente.

Soy mar.

Bon jour tristeza. Bon jour, alegría.

*Punta Rasa es donde se une el Río de la Plata con el Océano Atlántico. Amelia Arellano- San Luis- Argentina

Page 90: Gealittera 11 revista literaria

90

ISABEL PISANI

MARINA

Imagen: Google

La arena esculpida de huellas

con la brisa que acosa el calor

acompaña a la espuma doncella

y se duerme abrasada en fulgor.

El velero rosado se aleja

con el halo que arroba al cenit;

Page 91: Gealittera 11 revista literaria

91

pero el mar se aflige y se apena

cuando Neptuno aviva su ardid.

Un titán y su ninfa estrella

se hincan tras el secreto peñón,

y oran a los dioses de la tierra

su hambre de besos y devoción.

Isabel Pisani- Buenos Aires- Argentina © Todos los derechos reservados

Page 92: Gealittera 11 revista literaria

92

GRACIELA ROMERO

BOSQUEJO

Imagen seleccionada por la autora

Semillas de mar, hierba y vino

descienden sin violencia por arenas

de inacabados mundos.

Quieren ser jardín regado

por luminosas lluvias del espacio,

crecer bajo pisadas pueriles

de anchas playas urbanas.

Estallan en verdes, azules y naranjas.

Los verdes se imponen como hongos,

Page 93: Gealittera 11 revista literaria

93

filetean los azules y se hacen olas

se inflan los naranjas terrosos

perfilando algún gesto

de copa vacía desvanecida al amanecer.

Un color cae y se apaga,

regresa a la masa transparente,

quiere y no puede elegir matices,

desborda la paleta,

trepa por la tela que lo espera

ansiosa por capturar imágenes.

Perfila una ola los dramas marinos,

rompe, cae y en implacable quietud

dibuja ondulantes ripples en la playa.

Es un mar sin islas seguras

contra esas mareas.

No hay hogar, ni leños para encender.

Los matices se debaten en su proyecto,

temen que los expulsen de la paleta

si definen los rostros ocultos,

las manos que declaran acá estamos

las voces que traen las olas y dicen ¡basta!

Y lo deja así, siendo bosquejo,

de un orden indeterminado

desorden propio de la naturaleza,

senderos, matices, semillas

de todo lo que expresan cuando callan.

Graciela Romero ( Alas de colibrí) -Buenos Aires- Argentina-

Page 94: Gealittera 11 revista literaria

94

SANDRA GUDIÑO

MAR

Imagen: Google

Respira hondo cuando me ve llegar,

me sabe mujer entre dos ríos

me conversa bajito

a orillas de los dedos.

Mirada atlántica

en cuerpo pacífico.

En los ojos del mar

se han esfumado nombres,

rostros, tantas voces.

Page 95: Gealittera 11 revista literaria

95

Mínimo instante:

empuño silencios,

pájaros secretos.

Siesto en el mar.

Despojos de sombra arrastra,

el viento trenza bienvenidas

en mi espalda,

encuentro ángeles perdidos´

la melancolía cesa.

Me mareo alto

cuando ladran mis pezones

grávidos detrás de la mirada.

Escalofrío soledades,

iconos vivos en estado

de indolencia.

Huello en espera.

Me golondrino:

ancestral urgencia viajera,

Page 96: Gealittera 11 revista literaria

96

voy y vengo

sin tanta nostalgia

en la comba de la lengua.

Húmeda de playa

y caracolas,

esencia de río

al río vuelvo.

El puente abre la boca

para engullir mis versos.

A mate amargo

sabe su aliento.

Y aún así

amanece verde

también para mí.

Sandra Gudiño- Santa Fe- Argentina

Page 97: Gealittera 11 revista literaria

97

GLORIA GAYOSO MAR DE GALILEA

Imagen: Google

Tú le viste llegar,

túnica al viento.

Tú escuchaste su voz,

prédica y duelo.

Cuando la barca era

un tumulto de miedos,

Él calmó la tormenta

mirando al cielo.

Mar...

pescadores humildes,

Page 98: Gealittera 11 revista literaria

98

te conocieron

y cambiaron los botes

por vastos suelos.

Él lucía mirada,

santo remedio

para curar el alma

y sanar el cuerpo.

Mar...

con tus aguas lavaste

su rostro bello.

Hoy los libros nos cuentan

de su regreso.

¡Quiera Dios que los hombres

lo entiendan presto!

Él caminó en tus aguas...

levedad hecha rezo.

Del Amor nos contaba

su rayo eterno.

Mar,

tú le conociste...

¡Pide al Padre en la noche

con tu rumor de olas!

¡Venga su reino!

Gloria Gayoso Buenos Aires- Argentina -Derechos reservados

Page 99: Gealittera 11 revista literaria

99

ARACELI GARCÍA MARTÍN

LA CRIATURA

Imagen seleccionada por la autora

Entre el sueño y la muerte...

mi cuerpo inerte.

Párpado de agua, mirada de hielo.

Sien fruncida.. mujer sin miedo.

Page 100: Gealittera 11 revista literaria

100

Boca pesada, lengua acolchada,

Palpando entre sabores húmedos.

Con olor a mar, relaja mi espalda.

Con masaje de olas, en sábanas blancas.

Legado apasionado, que me enreda.

Maldita criatura que amortaja.

Entre el sueño y la muerte…

mi cuerpo inerte.

Araceli García Martín- Granada -España

Page 101: Gealittera 11 revista literaria

101

MAR DE FONDO CORRIENTES

Imagen: Google Tengo el océano encerrado en la mirada,

los peces juegan a esconderse cuando duermo,

bajo mis párpados ríen caballitos de mar.

Orcas, ballenas y delfines bailan en mis pestañas.

Colecciono conchas, mareas y reflejos de luna.

La gaviota de Alberti viene hasta mis aguas a pescar.

Mi pelo es una red que atrapa cantos de sirenas,

mi vientre una isla para náufragos.

Llevo corrientes frías en las manos,

calientes en tu memoria, templadas en tu piel.

Poseo un acantilado de razones

Page 102: Gealittera 11 revista literaria

102

para respirar por tus branquias.

Tus labios son la roca en que rompen mis olas:

besos convertidos en rumores de vida.

Ven, bucea por mis poros, descubre mis espumas,

las perlas que nacen de cada herida.

Mar de Fondo (Mar García Treviño). Murcia. España

Page 103: Gealittera 11 revista literaria

103

SARA BRUSSA

SAN NOÉ

Imagen: Google

San Noé profeta...

Obediente y tranquilo.

“El señor enunció”...

Por aquí empiezo...

Por aquí termino...

Le ordenó de a dos

y de a dos consigo....

Page 104: Gealittera 11 revista literaria

104

Deambuló por las aguas.

San Noé bendito.

¡Por San Pedro del Mar!

¡Compañero y amigo!

¡Por la Estrella del Sur!

señalera y vigía.

¡Por el Árbol Vetusto!

honroso y sombrío.

Que se convirtió en Arca

para estar contigo.

Por la semilla del fruto.

Por el palomo dormido

¡Por San Francisco señor!

¡Por San José bendito!

El señor anunció.

Por aquí comienzo y por aquí termino.

Por este mi mundo

San Noé del arca.

San Noé bendito.

Sara Brussa- Santa Fe. Argentina.

Page 105: Gealittera 11 revista literaria

105

LUCI GARCÉS

EL MAR, IGUALANDO

Imagen: Google

Desperdigaba el tiempo

como una flor madura

que deja escapar en suspiros

los pétalos muertos de la aurora.

El mar bordeaba silencios de algas

Page 106: Gealittera 11 revista literaria

106

abanicadas por rumores de escamas.

Y no había nada,

ni en la garganta húmeda del hombre,

ni en el seco graznido de las gaviotas.

Sólo la tumba abierta,

olvido de todas las nadas doradas

hundidas en el légamo de las indiferencias.

Y sobre el mar, una nube.

Y dentro, el agua, ciclo único de vida.

El agua, la nada, el irreversible círculo

de la muerte en la sal.

Y el mar, igualando.

Luci Garcés. Galicia- España

Page 107: Gealittera 11 revista literaria

107

MIRIAM ÁLVAREZ

DE RÍO A MAR

Imagen: Google

Metálico.

Truena

en mis pies

tu voz

traslúcida

-pobre ritmo

desolado-

Me pulo

en el borde

de pequeños

enjambres

Page 108: Gealittera 11 revista literaria

108

dorados.

Me arropan

como cuchillas

las lenguas

incesantes.

Regresan

para lamer

esta tumba

incierta

-laberinto

de rumbos

desvanecidos-

Desemboco

en vos

con las manos

barrosas.

Miriam Álvarez (Clorinda – Formosa – Argentina)

Page 109: Gealittera 11 revista literaria

109

NATALIA PINEROS ABRAZANDO EL MAR

Imagen: Google

Te escucho desde donde quiera que esté,

Siento como tu voz inconfundible me llama...

Es la melodía perfecta, es la cura mágica,

Que mi alma a gritos aclama....

Tu inmensidad, tu ser eterno, tu esencia toda

es algo que por completo me abruma…

Cómo deseo sumergirme en vos todas las noches

y que mi alma entre tus olas se confunda...

Page 110: Gealittera 11 revista literaria

110

Contemplo tus brillantes olas, tu furia embravecida

Tu textura fría y tu fragancia salada...

Sos el mar que lava todas mis lágrimas, así purificando mi alma

de heridas despiadadas...

De pie frente tuyo,

Embriagada por tu plenitud, acaricio la arena;

Cómo desearía respirarte poro a poro, por siempre acariciándote

convertirme para siempre en tu más bella sirena...

Nada tengo que perder avanzo perdida hacia ti

Dejando atrás toda cordura;

Abrázame con fuerza déjame pertenecerte por siempre

Amándote hasta la más profunda locura...

Natalia Pineros- Mar de Ajó, Buenos Aires, Argentina-

Page 111: Gealittera 11 revista literaria

111

RAQUEL GRACIELA FERNÁNDEZ

DEBAJO DE LA OLA

Imagen: Google

Debajo de la ola

los sonidos húmedos del caos amatorio

giran junto a la espuma.

Soy un pez

sorprendido

en el anzuelo prodigioso de tu sexo,

desbordado

en su líquida fosforescencia.

Tus ojos son navajas

Page 112: Gealittera 11 revista literaria

112

que evisceran

mi mirada sin párpados,

cuchillas que se clavan en mi vientre

con un eco insondable

de caracolas plenas.

Debajo de la ola

una cinta de algas ondulantes

se derrama en mis flancos.

Soy un pez

y mis branquias

estallan de deseo.

Y ruedo

enredándome en el canto

de una sirena atávica

varada entre tus muslos

cuando asciende la marea como el grito

y la luna

se desboca en escamas de plata

sobre la mueca salobre del océano.

Raquel Graciela Fernández – Buenos Aires, Argentina

Page 113: Gealittera 11 revista literaria

113

ISABEL REZMO

OIGO EL MAR

Imagen: Google

Oigo el mar,

como la vida,

una maraña de cabello en mis ojos desorbitados.

Me doy cuenta,

me hago la pregunta a la indisciplina de la respuesta.

Me hago una muerte en los ojos cerrados.

Caigo en la cuenta.

Quiero proteger un suspiro, las horas,

Page 114: Gealittera 11 revista literaria

114

quiero navegar en la espuma de la playa sin nombre.

Quiero seducirme en tu cuello,

en tus brazos,

los brazos del abrazo y de la respuesta a cualquier clase

de amor que no lleve a la desesperación.

Que no lleve al letargo.

A la frialdad del propio destino,

de no saber, de no querer, de no decir,

pronunciar, disparar,

olvidar, doler, seducir, soñar...

El sueño es como un arrecife de historias dormidas

en rocas serpenteadas por ruidos del ser.....

Querer ser, querer ir, simplemente querer....

¿Y en la madrugada? Como el náufrago.

Acércate. Es un susurro. Mi voz, se descuelga del teléfono

en un páramo,

en la vieja arena de un gladiador

el que me tensa el cuerpo, y me incita,

a perder una condena,

a ganar una sentencia…

menospreciar la quietud, que no tengo.

Extraído del poemario Paisajes de Una Dama,

El Taller del Poeta, S.L2013 Isabel Rezmo- Úbeda- España

Page 115: Gealittera 11 revista literaria

115

INMA FERRERO

AMADO AUSENTE

Imagen: Google

Como un océano de besos te viertes en mi boca, y eres ese amado ausente que al besar, se desborda.

Page 116: Gealittera 11 revista literaria

116

¡No abandones mis labios, volviéndome loca! tras susurrar en mis ojos, esta luz que me ahoga.

¡Espera, detente amado!, espera sólo a la aurora.

Esperar a que el sol gobierne, en este cielo amapola.

Que yo moriré sin verte, en este llorar de olas.

Y se acabará el suspiro, que mi amor deshoja.

Page 117: Gealittera 11 revista literaria

117

Inma Ferrero- Madrid- España

Poema: Amado ausente. Bitácora del Pensamiento © 2012 Inma J. Ferrero Nº de Asiento Registral: 16/2012/7372 Copyright © Todos los Derechos Reservados

Page 118: Gealittera 11 revista literaria

118

ANTONIO PÉREZ COZAR

TRÁGICA MAR

Imagen seleccionada por el autor

Un recorrido corto

una hebra cristalina que se abre en el cielo

una senda limpia y amplia

por donde transitan arterias amorfas

conjuntos de sangre perdida

agua mansa fusionada con barro y forraje

que atraen las mareas

una verde sonrisa crujida en el tronco

Page 119: Gealittera 11 revista literaria

119

sedienta de sed

expira

un colibrí refulgente buscando

una estela nerviosa

cogida de una rama

una criatura que la mira

sedienta y hambrienta

ansiosa de ella

los rasgos de unos ojos pétreos

como una piedra solitaria te arrastran

de sus huellas emanan claros de luna

filamentos de seda

desbordando las aguas

de donde vinieron (sus huellas)

un dolor exhausto

interminable

Page 120: Gealittera 11 revista literaria

120

irresistible

inaguantable

la vida absorta se difundía

un grito desgarrado

una súplica honesta,

una entrega en el tacto

un halago en la mirada

aquella sonrisa soslayada

como maroma donde agarrarse

vino de ayer el recuerdo

golpeando con sus alas de cristal

al viento

con sus garras de cristal

con su boca enacerada de cristal

con su lengua transparente de cristal

vino de ayer la batida del mar

empujó al acantilado hasta el abismo

Page 121: Gealittera 11 revista literaria

121

y al abismo lo empujó hasta la tierra

y la tierra dejó de parir como ofrendas

suculentos manjares

voluminosos

una marea de espuma estéril planeaba

sobre la gran roca

charcos inmensos de agua traicionera

que devolvía a su hondonada

en forma de gotas plateadas

y el sol que las iba secando

viejo pueblo blanco y marinero

que dormía sobre la falda

de una montaña enclenque

los olores de sus artes tradicionales

colgaban de las paredes uniformes,

solas y quietas

era la vida que se ahogaba

Page 122: Gealittera 11 revista literaria

122

las pobres barcas que morían en la orilla

los peces escarchados que morían en la orilla

los cuerpos ajados, arrojados por el agua

que morían en la orilla

y la orilla que sin agua se quedaba

en su misma mar morían

Antonio Pérez Cozar- Mallorca- España

Derechos de autor reservados

Page 123: Gealittera 11 revista literaria

123

ALEJANDRO RIVADENEYRA

PASQUEL

AMAR LA MAR

Imagen: Google

Más que a cualquier estridente voz,

más que a un heraldo viento decidido,

más que a una noche marina exhalada

irradiante de humor de sal de sus entrañas

hoy ocurro en vuelo ciego a su concierto,

me rindo a su perene blandura

Page 124: Gealittera 11 revista literaria

124

a la húmeda forma de abrazarme

a mi perdida razón ante su canto

al devoto naufragio que me acude

como ese regazo de una madre de sirena

iniciándome al encanto de su ahogo.

Hoy sus perpetuas caricias me reclaman,

sus nocturnas mareas soñolientas

como una atizada amante enardecida

en medio de un letargo gimo hipnotizante

con su aguosa piel y su efluvio olor a encantamiento.

Alejandro Rivadeneyra Pasquel. D. F. México

Page 125: Gealittera 11 revista literaria

125

GEMA BOCARDO CLAVIJO

NAVÉGAME

Imagen: Google

Sumerjo en la mar

mi desnudo cuerpo.

Buceo en su seno

perdiendo el aliento,

queriendo fundirme

en su húmedo lecho

como la sirena

Page 126: Gealittera 11 revista literaria

126

de los marineros

Sean mis muslos arrecife;

arena, mi pelo;

las olas, mis brazos;

mi garganta, bufadero.

La espuma, mis labios;

marea, mi sexo;

acantilado, mi espalda;

veleros…tus dedos.

Gema Bocardo Clavijo

Madrid- España

Page 127: Gealittera 11 revista literaria

127

FOTO-POEMAS

Page 128: Gealittera 11 revista literaria

128

CECILIA ORTIZ

Page 129: Gealittera 11 revista literaria

129

CARMEN MEMBRILLA OLEA

Del libro de poemas “Canto en sepia”. Dairea Ediciones.

Guadix-Granada-España

Page 130: Gealittera 11 revista literaria

130

DANIEL R. JAIME

Page 131: Gealittera 11 revista literaria

131

RELATO

Page 132: Gealittera 11 revista literaria

132

MARGARITA POLO VIAMONTES EL MAR AZUL, DEMOCRÁTICO…

Imagen: Google

Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,

…gigante azul abierto democrático:

en fin, el mar.

(Versos del poema Tengo del poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén)

En fin, el mar. Tan querido y tan temido – pienso en el poema de Nicolás, mientras mi vista vaga en lontananza sobre el horizonte marino, las olas salpican el arrecife costero y el sol empieza a quebrarse a la distancia. Estamos a solas, conversamos a esa hora tibia del atardecer, en que el ocaso se lleva consigo el sol invernal cubano, bebiendo su luz de un solo

Page 133: Gealittera 11 revista literaria

133

trago la playa habanera. Su voz llega a mí entre el rumor del agua ¿Qué dice? – se me escapó la mente ante la visión marina, pongo atención a sus palabras:

- Aunque te lo jure y perjure no me crees. ¿Cómo vas a creer a alguien como yo, que ve espejismos, personas de otros tiempos, y conversa con los muertos tal como si fuesen seres vivos?

- Es que eres pura fantasía siempre – le interrumpo seria. - Lo sé, tengo el aire en contra, y por mucho que me esmere en

presentarte la verdad, NO LA VES, por tanto, no la crees. Nadie lo va a creer, pero quiero confiártelo, porque voy a morir si no saco esta verdad de mi corazón.

Observo su rostro compungido, como si yo fuese sicoanalista. Siento su descontrol mientras razono, que todo hecho deja una huella, aun tratando de borrarla sobrevive. El tiempo transcurre sin pausas, el viento sopla a favor de esa huella y la encierra debajo de cualquier manto, pero de manera inesperada puede resurgir en esta vida, o llegar a otras posteriores. Alzarse como de las cenizas el Ave Fénix. Me mira recto a los ojos, tras una larga pausa y suspiros, trata de convencerme:

- ¿Qué puedo hacer? Tú no recuerdas nada del ayer, de esas vidas anteriores, que yo tampoco percibo bien. ¿Me crees si te digo que reconozco el olor de un ser en otros contornos y época? Siento hasta el aroma de su piel impregnada del rocío, cuando mis dedos audaces vagaban a través de sus brazos y piernas en medio del campo, erizados por mi contacto íntimo.

- ¡Discúlpame! ¿De qué hablas? Parece otra locura tuya ¿Te hizo daño la bebida? –le toco el hombro suavemente al interrogarle, pero sigue insistente:

- Lo sabía, pensé que no ibas ni siquiera escucharme… Pero ¿Qué puede importarme que ahora las personas se llamen de otra forma…? La vida nos somete a la tragedia de lo que somos hoy. ¿Sabes que nuestros cuerpos, sólo son ropajes de un instante en el inconmensurable tiempo universal?

Page 134: Gealittera 11 revista literaria

134

- Me parece que has visto muchas películas de ciencia ficción últimamente –sugiero, aunque cada vez estoy más intrigada.

- ¿Y tú? ¿Has leído algo sobre la reencarnación? Podrías descubrir que no te miento. Dios lo sabe, y nos observa atentos, escogimos nuestros destinos ante él, cuando aún estábamos incorpóreos. Nos ponemos a prueba, para reencontrarnos y rectificar los errores de vidas anteriores. Le advertí entonces: “No te vayas sin mí, que te encontraré de nuevo, porque mi amor es infinito, no morirá conmigo, me lo llevaré a la eternidad". Y así fue.

- ¿Entonces? ¿Diste con la persona nuevamente? –le pregunto tratando de quitarle su creciente melancolía.

- ¡Sí! Así fue…Al final, me resultó fácil reencontrarle, pues a la existencia llegamos como en bandadas de aves peregrinas, el mismo núcleo renace una y otra vez, con otras formas y nuevas relaciones de parentesco, pero somos esencialmente los mismos. Le reconocí, aunque pasó tiempo sin distinguirle en la maraña cotidiana, hasta que un día, frente al espejo, su mirada en mi mirada, sentí una rara sensación de inquietud.

- ¿La encontraste así, sin más ni más? ¿Y ahora, no te buscó esa persona a ti? Tal vez ahora, quiera tu amistad…

- ¡Sí! Pero no sé cómo decirle lo que me sucede, quizás se moleste, porque yo también al principio le rechacé, no podía creer que la prueba fuese tan grave. No quería mirarle directo a los ojos, no quería ver lo que tanto buscaba “no puede ser” me dije una y otra vez, y me seguía en los sueños…

- Dejemos eso por favor, te has entristecido… allí se acercan con las bebidas – le miré fijo y observé como seca las lágrimas, disimuladamente limpia con un pañuelo su nariz y mira al mar, ahora oscuro, pero con vetas amarillentas y naranjas allí donde el Sol desapareció hace solo instantes.

Regresé a casa conmovida, no es fácil creer que alguien, pueda sentir ese tipo de emociones. Para mí es una persona tan especial. Nos conocimos cuando apenas teníamos ¿12 o 13 años? nuestras casas estaban pegadas una a la otra. Tuve una niñez muy callada, tal vez porque vivía con mi madre, bajo una estricta tutela. Desde que nos mudamos a la casa al lado de la suya, los chicos vecinos se burlaban por mi extrema timidez, pero me sentía protegida por su invariable defensa contra todos ellos.

Page 135: Gealittera 11 revista literaria

135

Luego coincidimos en la escuela. Nos apoyamos mutuamente, estudiábamos, nos divertíamos… los amigos que nos decían el Ying y el Yang, por la diferencia de temperamentos. Realmente siempre sentí que era una persona muy diferente nada que ver con el resto de quienes conozco. Yo era ajena a las fuertes pasiones de otros, no concebía esos sentimientos. Por los años de amistad, pensé que le conocía en todo, pero siempre están las huellas ocultas…

Tras varios días de aquel suceso en la playita 16, llega a mis manos su primera carta, la dejó dentro de un libro que le presté. Estuve tentada a no leerla, decir que nunca la descubrí, si me preguntaba… pero entró un desasosiego, un malestar infinito. O tal vez una necesidad de saber más. ¿Qué iba a encontrar? Mire el papel con una letra de trazo ¿doctoral? Es una letra escrita de prisa, tal vez a escondidas… la letra dice muchas cosas de las personas, pienso que esa letra expresa más que las palabras…

“Anoche soñé contigo, no, más bien me dormí pensando en ti, en tus breves dedos, en tu pequeñez humana, es decir física y recordaba la descripción de muchos al conocerte: “es una muñequita”. Ante la vista eres así, diminuta, pero cuando se amplía la visión sobre ti, cuando se recorre tu yo interior, no se puede poner ese diminutivo y falta de corazón como es una “muñequita”, habría que ahondar en el vocabulario para agigantar la dimensión de tu existencia…

Para nombrarte solo encontré una palabra, breve palabra que el hombre mal utiliza para vanagloriarse de tener alma y corazón. Para mi tal vocablo es sagrado, perfecto, sublime y para nombrarte lo encontré engavetado en el olvido, allí donde se esconden mis sentimientos más íntimos.

Page 136: Gealittera 11 revista literaria

136

Así, por favor, no me malinterpretes, si de ahora en lo adelante te digo: AMOR, como único nombre posible en tu vida de cuerpo diminuto, pero de gigantesco corazón donde se alberga tanto dolor de años sufriendo a solas por el dolor ajeno, por el dolor de los tuyos y por el tuyo propio…”

Doblo el papel, lo pongo nuevamente dentro del libro, mientras tiemblo, lloro en silencio y me desdoblo. ¡Dios mío! ¡Qué locura!... Descubrir este mensaje es aterrador. Pero no está dirigido a nadie… ¡Cuánto me gustaría que me amaran así! ¿Acaso soy la protagonista de sus regresiones al pasado? No puedo permitir que me siga escribiendo, me digo y me repito cada día, pero desde entonces cuando pasa por mi lado, siento un rubor en las mejillas y un cosquilleo en mi cuerpo, indescriptible… nunca he practicado el adulterio, menos aun con una persona como esta.

Me parece algo sumamente ridículo después de tantos años de conocernos, soy abuela con más de cuatro décadas en mis costillas, ¿que pueden pensar de mí si accedo a esa locura?… ¿y si es verdad que nuestra unión llega desde vidas pasadas? ¿Eso es pecado? ¿Cómo no pude adivinar la incógnita antes? Pasan meses de angustias y luego de entregas furtivas hasta que se marcha del país definitivamente…

El mar ahora es una ancha frontera. Cada vez que estoy sentada a orillas de la playa evoco su presencia, aquel día en que comenzó su declaración inesperada y no soy capaz de negarme a la evidencia… Tengo que gritar al viento para que llegue a su oído allá lejos, en la otra orilla, decir la pura verdad: “Fui tu querer” aunque nunca le recuerde con el físico de otras vidas pasadas… le evocaré por siempre como es hoy…

¿A quién culpar de que tenga otros contornos en su estructura física, tan impensables por mí, como son los suyos? Si, lo sé, ahora nacimos

Page 137: Gealittera 11 revista literaria

137

incompatibles para la vida de ayer, sin embargo suplico que me ame eternamente. Porque aunque quiero ser como antes, yo soy una mujer y ella también.

(Fragmento de mi libro “Fui tu querer”, publicado por la Editorial Entre Líneas)

Margarita Polo Viamontes- Cuba/ Miami. U. S. A.

Page 138: Gealittera 11 revista literaria

138

M. JOSÉ RIAZUELO

EL MAR

Imagen: Mª José Riazuelo

Te miro y admiro. Embistes con fuerza, casi diría que con saña, contra las rocas, luego, como si te avergonzaras, como si te quisieras disculpar, pareces acariciarla con tu espuma… Te alejas, parece que no lo fueras a hacer más, pero ruges de nuevo, sordo, turbio, oscuro y tomando fuerza repites tus embestidas una y otra vez.

Toneladas de agua contra ellas ¿las quieres destruir? ¿quieres acaso conquistar otras tierras, cubrirlas, deshacer esas costas que te miran altivas porque tú eres más fuerte, o es que estás enfadado?

¿Qué te han hecho las rocas, qué te han hecho los hombres? ¿no te hemos sabido cuidar?

Muchas veces nos has dado comida pero también has quitado la vida de muchos hombres que solo buscaban el sustento para su hogar… ¿Era el tributo que por ello te tenían que pagar?

Page 139: Gealittera 11 revista literaria

139

A veces generoso unes a los hombres alejados, les permites acercarse, llegar…, pero también los separas como un amante celoso de la felicidad ajena, ¿o es porque te ensuciamos con nuestros despojos químicos, y nos quieres recordar que hay seres vivos dentro de ti que con nuestros descuidos sufren cada día más?

Eres bello, sereno, calmo y tranquilo cuando nos quieres invitar a refrescarnos en ti.

Como buen anfitrión esperas nuestra llegada y sonríes con tu espuma, con tus suaves olas cuando ves a los niños jugar, recoger las conchas o cuando construyen sus castillos de arena. Te gusta respetarlos un tiempo para deshacerlos después suavemente o con fuerza, como queriéndoles enseñar que jugar, que soñar está muy bien, pero que la vida es algo más. ¿Los estás entrenando en la constancia, en el volver a empezar?

Te reinventas cada día y no me canso de mirarte una hora y muchas más observando cómo cambias de color, celeste, turquesa, plateado, gris, rojizo con el ocaso, añil, altramar, casi negro por la noche…, el sol y el cielo se refleja en ti.

Eres vida, muerte, esperanza, huida, eres tan hermoso…

¡Eres el mar!

M. José Riazuelo

Huesca (España)

Page 140: Gealittera 11 revista literaria

140

JUAN CARLOS CÁRDENAS 20.000 LEGUAS

Imagen: Disco de Luis Eduardo Aute- El niño que miraba el mar

La primera vez que vi el mar, fue a través de 20.000 Leguas de Viaje Submarino. Aún hoy puedo sentir el estremecimiento de los marineros ante un monstruo acechando en las aguas, la fascinación por el Nautilus, que parecía provenir de un futuro, con el que yo a los diez fantaseaba y que alguien, mucho antes de mi tiempo ya había imaginado o sospechado, y la admiración por ese errante e introspectivo espíritu humano, el capitán Nemo, que reunía en una biblioteca a doce mil volúmenes, “…los únicos lazos que me ligan a la tierra.”

Page 141: Gealittera 11 revista literaria

141

Supongo que aquel primer encuentro con el mar fue decisivo porque instaló en mí la idea de conocerlo, de tocarlo algún día, de sentir el rumor de sus aguas bajo la luna o de contemplar extasiado el nacimiento de mi propia sombra, a medida que el sol despunta sobre el horizonte de un mar sin orillas. Veinticinco años después, luego de deambular por los cerros, por caminos polvorientos y zigzagueantes, luego de haber navegado con el viento, yendo y viniendo, sin estarme quieto, con los ojos llenos de una Patagonia rebelde, estoy frente a frente, tocándolo, mirándolo, sintiéndolo, perdiéndome en el rumor, y a veces en el grito, de sus aguas venidas de algún lugar tan lejano, como mi sombra, que ahora nace en los intersticios de las rocas o en la ola que me bautiza.

Desde luego que, la fascinación de mi primer encuentro en nada es posible compararla con la experiencia. Es diferente, motivador y cautivante, pero en el fondo de mí mismo, me habita el niño al que le hubiese gustado encontrarse con el Capitán Nemo o ver atracado en los muelles al Nautilus. Sin embargo, hay algo en lo que hemos llegado a coincidir: El mar, por todo aquello que significa y desencadenó, ha sido siempre nuestro secreto sin orillas.

Juan Carlos Cárdenas – Mar del Plata – Argentina

Page 142: Gealittera 11 revista literaria

142

MAYTE ÁLVAREZ

LOS CUATRO ELEMENTOS

Imagen: Google

Germen de vida,

admirado y expoliado,

venerado y ensuciado,

ante ti me hallo.

A tu solemne magnificencia le muestro la nimiedad de mi ser, un humilde cuerpo para una efímera vida;

para ahogar en tu horizonte la expansión en importancia, que la arrogante memoria, a mi tragedia, le quisiera otorgar.

Y para que la contemplación de los cuatro elementos, desde el mismo marco en que ocurrió, acostumbre a mi mente a luchar para no llegar a odiar el mar.

Page 143: Gealittera 11 revista literaria

143

No, nunca más.

Si una vez odié la lluvia, a ti no te he de aborrecer, mar.

Por eso…

…vengo…

…vengo…

¡vengo y continuaré viniendo!

… me obligo a hacerlo…

… me asqueo por querer hacerlo…

Cual masoquista penitente, que sobre los adoquines marca el paso de sus rodillas desolladas, te traigo arrastras mi alma, mar,

sin embargo… no voy a marcarte,

que también vengo a purificarme.

E igualmente ahogaré mi dolor, tan transparente como demoledor, en la infinidad de tus tiempos, de tu memoria, de tu agua…

… hasta que logre sentir lo mismo que antes de que, sobre tu falda de arena, con la fuerza bruta de quien esclavizaba mi cuerpo…

mi dignidad, me fuese arrebatada…

mientras yo pensaba: “me va a matar”

Así pues, me trago mis arcadas,

me trago mi hiel,

hago bola con la amargura... ¡y me la trago!

¿quién soy yo, simple mortal, para asociarte, a ti, mar, con el ultraje de un canalla, que, como yo, es otro simple mortal?

En tu historia de vida y muerte

Page 144: Gealittera 11 revista literaria

144

mi violación fue solo un instante,

que ni tu memoria ni esta playa guardarán,

y que será una secuencia más de los ocurridos a las mujeres en la inmensa humanidad.

Me sigo tragando las arcadas…

¡y vuelvo!

¡vuelvo!

… hasta que sentir la unión de los cuatro elementos siga siendo mi salvación,

de la prepotencia humana,

del esperpéntico egocentrismo,

de la desconexión con la magia,

del olvido del alma…

Reconociendo mi pequeñez, en la playa,

en comunión con los cuatro elementos, mientras el fuego del sol pretende quemar mi blanca piel,

mientras el aire, conteniendo tu aroma, mar, juguetea, vivo, ante la fragilidad de mi pelo infantil,

después disfrutaré en tu tercer elemento, en simbiosis de integración pura,

nadaré…

nadaré…

mas ahora estoy sentada,

viendo el inmenso horizonte,

que me condiciona (afortunadamente) a percibir mi real tamaño,

Page 145: Gealittera 11 revista literaria

145

miro la arena en mi mano…

… y me pregunto ¿quién soy?

Un imperceptible granito de arena en la humanidad,

un imprescindible granito de arena en la humanidad.

Por eso…

no puedo odiar el mar, ni la playa,

ni al aire furioso que condicionó el drama,

igual que ya no odio la lluvia.

Solo aquí sé quién soy, una persona pequeña, ante cuatro elementos,

cuya divina magnificencia me iluminan con este gran conocimiento.

Un día, en esta misma playa, tan solo tendré de ello un vago recuerdo

que opacaré tras los cuatro elementos.

Al fin y al cabo… soy una simple efímera mortal,

a la que siempre le ha gustado el mar.

Mayte Álvarez. Meliana. Valencia.

Page 146: Gealittera 11 revista literaria

146

J. JAVIER TERÁN

ALLÍ DONDE NACE EL MAR

Imagen: Google

Allí donde el mar se retira y bate sus olas al morir, regresé de nuevo la otra tarde, cuando el sol se ocultaba ya tras las esbeltas palmeras de nuestra playa favorita y el cielo se tornaba de un color rojizo que nos encandilaba. Y rápidamente, antes de que se pasase el momento y cambiase el color del cielo, saqué mi móvil y tomé unas instantáneas…

Idílico paraje que siempre nos apasionó –¿recuerdas amor?-; tras descubrirlo un día por casualidad cuando, haciendo caso sólo a nuestro recién estrenado amor, y cuando el sol comenzaba a ocultarse tras aquel amplio palmeral, nos declaramos el uno al otro un sinfín de confidencias; mientras, ora caminábamos por toda la amplia extensión de la playa y las

Page 147: Gealittera 11 revista literaria

147

olas al romper en la orilla acariciaban con delicadeza nuestros pies desnudos, ora la brisa del mar removía una y otra vez tu larga y sedosa melena, mientras descansábamos del paseo sentados sobre una de las rocas que, en su conjunto, daban abrigo al pequeño puerto pesquero.

Fueron solo dos veranos los que coincidimos en aquella ciudad junto al mar. Pero devinieron muy intensos sus días y sus horas; apretados los besos y las caricias, y ciertos los sentimientos. Mas, ¡éramos demasiado jóvenes aún!…

Junto al mar que ahora contemplo melancólico desde la ventana de mi habitación y sumido en la añoranza del ayer, abrigamos y alimentamos durante unos días, tú y yo, una bonita historia de amor, ¿te acuerdas, amor?.

Fue corta en el tiempo, puede que sí; pero intensa en los sentimientos y las emociones… Y es que nos enamoramos de pronto como adolescentes que éramos.

Así nos lo confesamos, al menos, el uno hacia el otro y el otro hacia el uno también, aquella tarde de verano cuando, agotados ya de pasear tomados de la mano, nos salió al encuentro al final del paseo un coqueto banco, que acogió sin rechistar nuestros abatidos cuerpos.

De pronto, nos encontramos inmersos en un entorno que emanaba romanticismo por doquier. De frente, disponíamos de toda la inmensidad del mar, con el sol ocultándose tras las montañas del fondo y dejando una estela de un rojo intenso sobre el agua casi a nuestros pies. Justo al lado, rompían con extraordinaria suavidad las escasas olas que el mar llevaba aquella tarde hasta la playa. Y un poco más adentro, en un lateral de la playa, un grupo de gaviotas graznaba con insistencia en torno a un barco de pesca que acababa de arribar a puerto.

Un marco ideal para que, en la tranquilidad de la tarde que declinaba perezosamente, nuestras confidencias se hiciesen más emotivas y sentidas, y el amor surgiese con inusitada fuerza.

Page 148: Gealittera 11 revista literaria

148

Un pequeño y acogedor restaurante, al lado del paseo, nos permitió reponer fuerzas y continuar con nuestras confidencias en torno a una mesa apenas iluminada por la llama de una vela, que hacía resaltar aún más el dorado de tu piel. Siendo aquel nuestro refugio hasta bien entrada la noche, ¿te acuerdas?.

Los días siguientes discurrieron con el mismo cariz y en el mismo estado de enamoramiento mutuo; finalizando la velada a la luz de una vela en nuestro restaurante preferido y en aquella mesa junto a la ventana.

Todo aquello pudo haber continuado más allá de aquellos veranos, de no haberse cruzado por el medio aquella llamada de teléfono que, inesperadamente, te llegó desde casa y que provocó tu posterior partida hacia ella.

Luego, todo fue un continuo buscarte sin obtener resultado positivo…

Quién sabe si este verano, porque así lo piensa mi cabeza, no te descubriré caminando entre la gente del paseo, o sentada en nuestro banco de ayer contemplando frente al mar el ocaso de la tarde... Me daría tanta alegría y me haría tan feliz…

Ahora, pasados algunos años, y que el azar ha querido que regrese a esta ciudad, sin dudarlo he querido bajar hasta nuestra playa favorita de aquellos dos veranos. Pero nada era igual que en aquel entonces, porque ya no estabas tú…

Y los recuerdos han sido ahora tan prontos en aparecer y tan nítidos al mostrarse, que la emoción me ha podido a los pocos minutos de pisar su arena… Y por un momento, en la profundidad de la playa, quise adivinar tu figura al fondo corriendo hacia mí con los brazos abiertos… ©J. Javier Terán Palencia (España).

Page 149: Gealittera 11 revista literaria

149

ADRIÁN GONZÁLEZ DE LUIS

UNA MÍNIMA ESPERANZA

Imagen: Google

Aunque ya hacía varias horas que había dejado de vislumbrar la orilla,

Kaled continuaba remando sin un rumbo fijo. Anochecía, y las aguas

verdosas oscurecían con la mortecina luz del sol, casi oculto en un

horizonte teñido de naranja y azul. Los brazos comenzaban a acusar el

cansancio, mas la distancia continuaba pareciéndole insuficiente. Siguió

obligando a los músculos hasta el límite sin dirección concreta. Sin víveres

ni comida, tan solo empujado por la desesperación y la locura.

El mar mediterráneo, quedo y tranquilo, parecía acogerle repleto de paz,

como si le ofreciera todo aquello que para sí y su familia deseara tiempo

atrás. Allá donde se anclaron los sueños de libertad que la primavera

árabe simuló poner al alcance de su pueblo. Sueños ahora despedazados

Page 150: Gealittera 11 revista literaria

150

por la barbarie y el fanatismo. Por hombres a los que un día había

considerado hermanos.

Atrás permanecían días de huída y miedo, oculto entre las sombras de la

noche y hogares derruidos, tierra quemada y huérfana de esperanza cuya

voz ahogada aún era capaz de escuchar en la soledad del destierro. Donde

la ausencia de humanidad comenzaba a ser sinónimo de seguridad y

confianza en un futuro. Incierto, vacío, falto de color, pero futuro al fin y al

cabo.

Atrás permanecían en el recuerdo los gritos desgarradores de su familia

mientras era asesinada. Padres, hermanos pequeños, abuelos. Todos

corrieron la misma suerte. Tan solo él, a causa de su juventud y, tal vez,

porque alguien consideró que podría ser útil si se conseguía encauzar su

creencia a la causa de los asesinos.

Pero Kaled ya se había pasado la vida sintiendo ser el instrumento de

otros más poderosos y no estaba dispuesto a servir a los nuevos señores

del terror. Por eso simuló unirse a la causa, aguardando el momento de

escapar en busca de una libertad a la que solo renunciaría si moría.

Supuso que le perseguirían durante un tiempo, pero él sabía que si dejaba

el poniente atrás llegaría hasta el mar y más allá. Un lugar donde la

civilización no le obligara a pensar algo concreto.

Entonces decidió dar descanso al cuerpo y se acurrucó en la pequeña

barca. No quedaba rastro alguno del lugar por donde el sol se escondiera.

Ni el brillo de su recuerdo. Era consciente de que podía morir de hambre o

sed sin llegar a ningún lado, o ahogado si el mar se embravecía, pero

Page 151: Gealittera 11 revista literaria

151

caería intentando cumplir el sueño al que muchos ya no podían aspirar. Al

menos a él le quedaba aún una mínima esperanza.

Adrián González de Luis. Madrid. España