furtado_ la economía latinoamericana (fragmento)

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  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    1/32

    traducción de

    encÉltca

    cIMPEL sMtrrr

    v

    STELLA MASTRANGELO

    reuisada

    por el

    autor

    LA ECONOMIA

    TATINOAI\{ERICAI\A

    (formación

    ltistórica

    I

    problemas

    conte,nporáneos)

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    2/32

    CAPITULO

    VII

    CARACTERÍSTICAS DE

    LAS ESTRUCTURAS

    AGRARIAS

    LA

    GRAN PROPIEDÂD

    Y

    LA

    ORGANIZÀCION

    SOCIÂL

    Las

    estructuras

    agrarias

    son

    en América

    Latina no

    sólo

    un

    elemento

    del

    sistema

    de

    producción, sino también un dato fundamental

    de

    toda

    la

    organización social.

    Vimos en

    el

    capítulo rr

    gue,

    tanto

    en

    las

    eco-

    nomías cuyo punto de partida fue una agricultura de

    exportación,

    como

    en

    aquélìas

    que se organizaron en torno

    a la

    producción minera,

    la

    gran

    propiedad

    tendió a

    constituirse en

    elemento

    básico de la

    organización social.

    Derde

    ìoa

    primeros

    tiempos

    prevaleció

    el principio

    de que

    las

    tierras

    solamente

    serían concedidas a

    quienes

    dispusiesen

    de

    medios

    para

    explotarlas

    de manera

    de

    producir un excedente

    mone-

    tizable,

    susceptible

    de

    ser

    parcialmente

    transferido a la Corona. Es

    verdad

    que, después

    de

    la

    independencia, en varios países de

    la

    región

    se pretendió

    modificar

    ese principio promoviendo

    políticas

    de

    colonì-

    zación,

    mediante

    Ìas cuales se

    concedían

    tierras en

    unidades

    familiares

    a

    quienes

    se

    comprometiesen

    a

    trabajarlas

    directamente.

    Esa

    política

    estuvo

    casi

    siempre

    vinculada al fomento

    de

    la

    inmigración

    europea

    y

    adquirió relevancia en el

    sur

    de

    Brasil, en

    Argentina

    y en

    Chile.

    El sistema

    de organización familiar

    se consolidó

    en las regiones

    que

    perrnanecieron

    relativamente

    aisladas

    y

    en

    donde

    predominaba

    la

    población

    de reciente origen

    europeo. Así,

    en

    las regiones meridio-

    nales

    de Brasil,

    la inexistencia

    de

    productos de

    exportación

    atractivos

    obligó

    a las

    "colonias"

    de

    origen

    europeo

    a refugiarse

    en

    una economía

    de subsistencia,

    con

    excedentes marginaìes

    que

    eran

    colocados

    en

    el

    mercado

    interno,

    particularrrrente

    en

    el área cafetalera

    en expansión.

    Debido a

    la abundancia

    de

    tierras

    y a

    las

    técnicas agrícoìas traídas

    de Europa,

    los niveles

    de subsistencia

    eran

    relativamente

    elevadosn

    aun cuando

    la

    economía tuviese

    un bajo

    coeficiente

    de integración

    en

    los

    mercados.

    En

    la

    fase

    siguiente,

    impulsadas

    por el crecimiento del

    rnercado

    interno nacional,

    esas

    regiones

    se

    desarrollarán

    dentro

    de

    un

    marco

    social

    mucho

    más favorable a Ia moviiidad

    social

    que

    el

    de

    otras áreas

    del

    país.

    La

    consolidación

    del sistema de unidades

    familiares

    en

    ìa

    regio-

    nes

    en que

    la agricultura

    se expandía, apoyada en la

    exportación,

    requería

    condiciones que

    no

    existían

    en América

    Latina.

    El alto grado

    [8e]

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    3/32

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    4/32

    92

    ESTRUCTIIRAS

    TRADICIONALES

    talista

    de

    la hacienda

    latinoarnericana.a

    Así, en

    México,

    la expansron

    de

    la

    hacienda

    como

    institución

    basica

    de

    la organización

    de

    la

    producción ocurriría

    en

    la segunda

    mitad

    de

    ese

    siglo,

    al

    influjo

    de Ia

    penetración de

    las

    ideas

    liberales.

    La

    iey Lerdo,

    de

    1856, y

    Ia

    Constitución

    de 1857

    se basaban en

    la doctrina

    de que las

    tierras

    comunaìes

    constituían

    un

    obstáculo

    para el

    progreso,

    pues

    diíicultaban

    la formación

    de un

    mercado de

    tierras.

    Tanto

    las tierras

    de la

    Iglesia

    como las

    de las

    comunidades

    indígenas

    fueron privatizadas,

    lo

    que

    facilitó su enajenación.

    A

    partir de

    los airos

    ochenta

    se

    intensificó

    considerablemente

    la privatización

    de

    las

    tierras

    comunales

    (suertes

    o

    terrenos

    de

    común

    repartimiento)

    así como

    la

    rápida

    enajenación

    de

    otras

    tierras

    públicas.

    Por

    la ley

    de 1894,

    cualquier

    terreno

    cuyo

    ocupante no

    dispusiera

    de un

    título

    legal

    podía

    ser

    considerado

    terreno

    baldío,

    y ser

    adquirido

    por

    quien

    estuviera

    en condiciones de

    pagar

    el

    precio

    al

    contado.

    Entre

    lBBl

    y

    1889,

    el

    14 por ciento

    de

    las

    tierras

    arables del

    país pasó a control de

    29

    compafiías

    o individuos;

    en

    1894 más del

    20

    por

    ciento se

    hallaba

    bajo

    el

    control de 50

    pro-

    pietarios y a Ia víspera

    de

    la

    Revolución,

    en 1910, menos

    de un

    I

    por

    ciento

    de las

    familias

    poseían

    o

    controlaban

    cerca

    del 85

    por

    ciento de

    dichas tierras.s

    En el Perú

    la

    fase de más intensa

    concen-

    tración

    de la propiedad

    de la tierra

    es aún

    más

    reciente.G El

    control

    de

    la propiedad

    de la tierra,

    como

    medio

    de

    extraer

    un

    excedente

    de la

    masa indígena,

    se

    consolidó

    en

    el

    Perú desde

    el

    primer

    siglo

    de la

    ocu-

    pación

    espafiola,

    siendo

    la

    clase

    latifundista

    Peruana

    una de

    las

    más

    antiguas

    de América

    Latina.? En

    la

    fase

    de mayor

    concentración

    de

    la

    propiedad

    de

    la tierra,

    que

    acompaia

    a la

    inserción

    de

    la

    agricul-

    tura

    peruana

    en loe

    mercados

    mundiales,

    la

    vieja

    aristocracia

    rural será

    en

    buena

    medida sustituida

    por

    elementos adventicios

    con vinculacio-

    nes

    en el exterior.

    El control del uso de

    la tierra constituye

    en

    muchas

    partes

    de

    América

    Latina una técnica

    social

    utilizada

    por una minoría

    para

    imponer una

    rígida

    disciplina

    de trabajo

    a

    poblaciones

    que viven

    a

    Cf.

    Rodolfo

    Stavenhagen,

    Sept

    thàses erronées

    sut

    l'Ámérique

    Latine,

    París, 1973,

    p.

    130.

    5

    Cf. Charles

    C.

    Cumberland, "The

    Díaz

    regime

    as

    background

    for the

    Revolution",

    en History of Latín

    American

    cioilization,

    cit.,

    vol. n,

    pp.

    290-293.

    6

    El

    caso

    de extrema

    concentración

    de

    la

    propiedad de

    la

    tierra

    ocurrido

    en

    la costa

    peruana

    entre

    fines

    del

    siglo

    pasado

    y

    comienzos

    del

    actual

    ha

    sido

    estudiado

    por

    Peter

    Klaren,

    en La

    forrnacíón

    de las haciendas

    azucareras

    y

    los

    orígenes

    del

    APRÁ, Lima,

    1970,

    pp.

    19-41.

    Véase también

    François

    Chevalier,

    "Lã

    expansión

    de

    la

    gran

    propiedad

    en

    el

    Perú

    en

    el

    siglo

    pasado", en Cornu-

    aidades,

    Madrid, mayo-agosto

    de 1968.

    ?

    Cf. Robert

    G.'Keiih,

    "Origen

    del sistema

    de

    hacienda",

    et

    La hacienda,

    la

    comunidad

    y

    el campesino

    en

    eI Perú,

    Lima, 1970'

    en

    condiciones

    de

    extrema

    miseria.

    Es

    írecuente

    encontrar

    comunida-

    de^s^ruraÌes

    cuyos

    miembros

    absorben,

    en

    promedio,

    I

    500

    o

    incluso

    1200

    caÌorías

    diarias,

    lo.que

    significa

    que

    una

    parte

    de

    la

    población

    debe

    privarse

    de

    ro

    estricìameit"

    .r.nàiul

    para

    que

    ìa

    otra esté

    en

    condiciones

    de.

    cumplir

    Ios

    horarios

    de

    tribajo.

    Aún

    así

    se extrae

    oe

    esas

    comunrdades,

    en

    una

    u

    otra

    forma,

    un

    excedente

    que

    varía

    entre

    un

    cuarto

    y

    un

    tercio

    de

    su

    producción.

    La

    forma

    corriente

    de

    extraer

    ese

    excedente

    es

    combinar

    ra

    agricuÌtura

    de

    subsistencia

    con

    otra

    de

    tipo

    comerciar.

    Se

    cede

    a

    las

    fãmiÌias

    pequeíios

    lãio

    d"

    tierra,

    de

    los

    que

    extraen

    Ìo

    esenciar

    para

    su s'bsistencia.

    En

    cada

    región

    ese

    ocupante

    de

    una pequeiia puicela

    de

    tierra,

    que

    vive

    encla_

    v:rdo

    en

    un

    gran

    dominio,

    reciÈe

    unìombre

    especial:

    iruasipunguero

    1."

    E."u99l-,

    conuquero

    en

    V_enezuela,

    yanacona

    en

    el

    perú,

    inqui_

    lino

    en

    chile,

    morador

    en el

    Brasir.

    Júnio

    a esa

    economía

    de

    subsis-

    tencia

    se

    organiza

    otra

    a.ctividad

    proJuctiva

    de

    tipo

    comercial,

    ,.u

    en

    tierras

    destinadas

    exclusir':rr,cnte

    a

    ese

    fin

    o

    en

    las

    de

    las

    unidades

    familiares;

    algunas

    'cces

    cr

    trabajador

    contribuye

    con

    días

    ã"

    t.u-

    bajo;.o.tra',

    con

    parte

    de

    la

    cosechi

    comercial,

    o áceptando

    ,r.,

    ,ulario

    reducido.

    En

    esa

    forma

    paga

    indirectamente

    un

    alquiler,

    casi

    siempre

    eìevado,

    por

    la

    tierra

    que

    utiriza

    para

    su

    producción

    de

    subsistencia.

    Iìse

    tipo-

    de

    organización

    permite

    rearizar

    inversiones

    en

    la

    agricul-

    tura,

    independientemente

    de

    la

    baja

    rentabilidad

    de

    artu

    ".,

    tãio'i.ro,

    rnonetarios.

    Las

    famiÌias

    que

    disponen

    de

    una

    unidad

    de

    subsistencia

    dc'tro

    de

    la gran

    propiedad

    prà.r,

    ser

    utilizadas, mediante ,rr,

    .o*-

    Plcmento

    de

    saÌario,

    para

    abrir

    nuevas

    tierras,

    preparar

    caminos

    de

    â(:ceso,

    implantar

    cultivos

    permanentes

    y otras

    ior-u,

    de

    inversión.

    Así

    se

    explica

    que

    constantemente

    se estén

    incorporando

    nuevas

    tierras

    :r

    los

    latifundios,

    aunque

    éstos,

    en general,

    ,"

    li*itu.,

    a utilizar

    una

    lrequeíia

    fracción

    de

    las

    apropiadas

    ãn

    fases

    anteriores.

    . .

    El

    papel

    que

    desempeíia

    el

    minifundista

    en

    Ìa

    estructura

    agraria

    l:ttinoamericana

    es

    de

    ros

    más

    cornprejos

    y

    requiere

    una

    observïción

    :rtenta

    para

    comprender

    Ia

    esencia

    der

    probÌema.

    Minifundista

    es

    el

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    5/32

    95

    4

    ESTRUCTURAS

    TRADICIONALES

    sentativa.

    En

    general,

    la situación

    del minifundista

    deriva

    de la obli-

    gación

    en

    que

    se

    halla

    de

    producir

    un

    excedente

    que

    beneficia

    a otro

    grupo

    social.

    En otras

    palabras:

    aun viviendo

    a nivel

    de

    subsistencia

    ã pòr

    debajo,

    el minifundista

    no

    dispone

    de

    recursos

    para capitalizar.

    Ef proceso de

    acumulación

    se

    realiza

    a

    otto

    nivel,

    diferente

    de

    aquél

    en

    ãl cual

    él toma

    decisiones,

    y no revierte

    en

    su beneficio.

    La

    masa de

    minifundistas

    constituye

    una pobÌación

    en

    busca

    de trabajo,

    que

    es

    uti-

    lizada por

    la agricultura

    comerciaÌ

    en

    la

    {orma

    que a

    ésta le

    resulta

    conveniente.

    Aìgunas

    veces

    los

    minifundistas

    están

    regularmente

    inte-

    grados

    en

    el sistema

    de trabajo

    Permanente,

    como

    en

    el

    caso de

    los

    que tienen

    una

    parcela

    dentro de

    un

    gran dominio.

    Otras

    veces

    tra-

    bajan

    como

    agricultores

    itinerantes

    en

    regiones

    donde

    se están

    incor-

    porando

    nuevas

    tierras a la agricultura

    o

    a

    la

    pecuaria.

    Los minifundistas

    representan, en

    el conjunto

    de

    América

    Latina,

    aproximadamente

    la

    mitad

    de la f.uerza

    de trabajo

    agrícola;

    la

    otra

    mitad está

    formada

    por

    asalariados

    de tiempo

    total

    o

    parcial.

    Con

    todo, son

    las condiciones

    particulares

    del minifundismo

    las

    que

    definen

    el conjunto

    de la

    estructura

    agraria,

    pues

    de eÌlas

    deriva

    el

    costo

    efec-

    tivo

    de

    la mano

    de obra

    Y,

    Por

    lo

    tanto,

    el

    monto

    relativo

    del

    excedente

    extraído

    de

    la

    agricultura.

    Gracias

    ai minifundismo

    la agri-

    cultura

    comercial

    dispone

    de mano

    de

    obra

    barata

    y al

    mismo

    tiempo

    se

    libera

    de

    la

    responsabilidad

    de crear

    empleo

    Permanente

    para

    toda la

    masa de

    población

    rural. En

    las regiones

    de clima

    tropical

    húmedo, en

    las que

    vive

    gran

    parte de Ia población

    rural

    latinoameri-

    cana,

    el

    minifundismo

    es

    mucho

    menos

    una

    cuestión

    de dimensión

    de

    la parcela

    que de la

    técnica agrícola

    a la

    que tiene acceso el

    agri-

    cultor. Dada

    una

    técnica

    agrícola

    primitiva

    y

    suelos

    que pierden su

    fertilidad

    rápidamente,

    el

    agricultor

    está

    condenado

    a la práctica

    de

    la agricultura

    itinerante,

    conocida

    como

    shilting

    cultiuation

    La se-

    cuencia

    de

    tala,

    quema,

    cultivo del

    suelo

    durante

    dos

    o tres

    afios

    y

    subsecuente

    abandono

    a

    la espera

    de

    que se

    forme nueva

    cobertura

    vegetal

    que lo

    regenere en

    diez

    o

    más

    aíios,

    es

    característica

    de

    gran

    parte

    de

    las regiones

    tropicales

    y

    semitropicales

    latinoamericanas.s

    La

    fijación

    del hombre

    en

    esas

    tierras en

    el marco

    de unidades

    familiares

    requiere

    un nivel de

    capitalización

    y de

    técnica

    incompatibles con

    el

    nivel de

    ingresos

    a que

    tiene

    acceso

    ese hombre.

    Como

    la capacidad

    de

    empleo

    permanente como asalariado

    en

    la

    agricultura

    comercial

    es

    limitada, la opción

    que

    se

    le presenta

    a

    una parte de

    la

    población

    rural

    es

    el

    trabajo temporario,

    al cual

    se

    agrega la

    pequeffa

    parcela

    de tierras de la gran

    propiedad,

    o el

    trabajo

    itinerante

    en

    tierras

    que

    están

    siendo

    ìncorporadas

    a la agricultura.

    Algunas

    veces esas

    tierras

    8

    Cf.

    R.

    F.

    Watters,

    Shiltíng

    cultiaation

    in Latin

    America,

    reo, 1971.

    ya.pertenecen

    a

    un

    gran

    dominio,

    otras

    son

    tierras

    púbìicas.

    En

    este

    último

    caso

    es

    corriente

    que

    sean

    apropiadas

    por

    los

    iatifundistas,

    una

    vez

    que

    los

    trabajadores

    itinerantes

    han efectuado

    el

    trabaio

    de

    defo-

    restación.

    En

    todo

    caso,

    son

    las

    condiciones

    de

    vida

    de

    esos-itineranre,

    autónomos

    las

    que

    definen

    el

    costo

    efectivo

    de

    la

    mano

    de

    obra

    de

    los

    que

    se quedan

    en la

    retaguardia,

    incluso

    de

    los

    asalariados.

    El agricultor

    itinerante

    que

    se limita

    a ra

    agricurtura

    de

    subsis-

    tencia

    constituye

    el punto

    más

    bajo,

    desde

    el

    punto

    de

    vista

    del

    ingreso,

    en

    la

    escala

    de los minifundistas.

    Es

    común,

    sin embargo,

    que

    iritente

    plantar

    un

    cultivo

    comercial

    en las

    tierras

    recién

    abieias.

    cuva

    feru-

    cidad

    puede

    ser grarrde

    aunque

    de corta duración.

    Dada ra

    sítuaciónde

    aislamiento

    en

    que

    se

    encuentran

    y, casi

    siempre,

    la

    precariedad

    de

    los

    medios

    de

    cornunicación

    y

    transporte

    en

    las

    regionãs

    de

    frontera,

    esos

    pequeffos

    agricultores

    están

    totalmente

    a

    merced

    de

    los agentes

    comerciales,

    con

    los

    cuales

    se

    endeudan.

    Es frecuente

    que

    esos

    -agen-

    t-.t_.t".ul

    los

    propios

    terratenientes,

    que

    se aprestan

    u.

    o.rlpu.

    en foima

    definitiva

    las

    tierras

    que

    están

    siendo

    abierias;

    otras

    veces

    se trata

    de

    comerciantes

    locales

    o

    de

    representantes

    de grandes

    casas

    comerciaìes.

    Interesa

    sefialar

    que

    la

    situación

    del

    minifìndista

    no

    deriva

    única-

    tnente

    de

    su

    coexistencia

    con

    el latifundista:

    en ausencia

    de éste.

    se

    crean

    oiras

    estructuras

    que

    cumplen

    la

    misma

    función

    de

    extiaer

    un

    excedente

    de

    trabajo

    del

    minifundista

    y

    mantenerio

    como

    reserva

    de

    t'ano

    de

    obra

    a

    ser

    utilizada

    donde

    vaya

    a

    implantarse

    el latifundio.

    r,:L

    BrNoMIo

    LATTFUNDTo-MTNIFUNDIo

    tr

    LA

    suBuTrrrz.qcróN

    DD

    FACTORES

    BSTRUCTURAS

    ACRÂRIÂS

    Il

    i1

    ll

    ,l

    Ilasta

    época

    reciente,

    Ia

    estructura

    agraria

    de

    los

    países

    latinoameri-

    (:anos

    era

    relativamente

    uniforme.

    Aparte

    de

    México,

    cuya

    reforma

    :rgraria-tuvo

    su

    período

    más

    significativo

    en los aiios

    treinta,

    los

    demás

    ;raíses-

    de

    la- región

    ìlegaron

    a

    la

    mitad

    del

    sigro con las

    Lstructuras

    gestadas

    en

    la época

    colonial.

    E-ltr-ç_-19.t-?"-f

    "Lútqtggg*d9Jg _ 9lenta,

    e

    ef ec.tuaron

    orras

    c.rra

    tro

    rg.r-.i'i*pq.fuËi-@;q t;@,

    en

    chile

    y

    en-el

    Perì:

    Estas

    ìãr.rmafpese

    a haber

    destruido

    lati-

    la

    masa

    ...-

    puuracrou rurarr.

    como_

    v :remos.

    en

    uq

    capitulo

    siguiente.

    Las

    (:structuras

    que

    analizaremos

    a

    continuaõión-õiìÌìïilíõïï-frõiiie

    en

    uv

    4^r4u-4tLurvì

    4

    rvrrLrlrudulurt.

    çulìSlrluyen

    eI molqe

    en

    .l

    cuaÌ

    evolucionaron

    por

    muchos

    siglos

    las

    sociedades

    latinoameri-

    c.nas;

    siguen

    siendo

    representativas

    de

    la mayoría

    de los

    países

    y

    mu-

    chos

    de

    sus

    _aspectos

    fundamentales

    continúan

    prevaleciÀdo

    en

    casi

    todos

    los

    países

    que

    emprendieron

    la

    reforma

    agraria.

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    6/32

    96

    ESTRUCTURAS

    TRADICIONALES

    El

    rasgo

    más característico

    de

    esas

    estructuras,

    como

    se

    desprende

    del

    cuadro

    9, es

    la polarización

    minifundio-latifundio.

    cuaono

    9

    MINIFUNDIO

    Y

    LATIFUNDIO

    DN

    IiSTRUCTURA

    ACRARIA

    DE sIDTD

    r'.tísns LATINoAMTRÌcANoS

    (entre 1950

    y 1960)

    Mínifundio

    Latilundío

    r :

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    7/32

    9B

    CUÀDIì.O 12

    INDICìADORES

    DE

    EFICIENCIA

    (entre

    1950 y

    1960)

    ESTRUCTURAS

    TRÁDICIONALES

    DE LAS

    EXPLOTACIONDS

    AGRíCOLAS

    RSTRUCTURAS

    AGRARIAS

    definiéndose la primera como

    la

    que

    ocupa más

    dg

    2

    y

    menos

    de

    4

    Ìr-o:nbres-afio, y

    la segunda

    como la

    q.t"ffi,

    d;-Ì?Gã6res.afio.

    Erita

    Argentina, en et

    gruiit

    yïíc-ãã6ãìãt

    formas intermedias

    de organización

    contribuyen

    con

    60

    por

    ciento

    o

    más

    de la producción

    agrícola

    (véase

    cuadro 11).

    F4;Ç g,

    el

    único

    de

    los países

    mencionados

    en

    el cuadro

    11 que

    rcalizí

    una

    reforma agraria,

    el

    latifundio

    hu

    qç"pgdo

    _tradicionalmente

    99

    i

    i

    i

    i

    producción/ha

    Volor

    de

    la

    de

    superficie

    Valor

    de

    Ia

    producción/ha

    d,e tierra

    cul-

    tiuada

    Valor

    de

    la

    producción/

    trabajador

    agrícola

    una posición

    predomin?nte,tïêã-õffi-Iõffiã

    de

    orgilIãiõ-ãíl;

    producción o como

    fuente de empleo.

    El

    tamafio medio

    del latifundio

    100

    250

    470

    620

    100

    290

    420

    690

    100

    50

    62

    49

    100

    80

    53

    42

    100

    30

    50

    r2

    100

    59

    24

    1l

    100

    220

    670

    710

    r00

    32

    25

    2l

    100

    80

    r22

    83

    100

    56

    54

    25

    1,,

    I

    rl

    I

    Argentina:

    MiniÍundio

    Unidad

    familiar

    Unidad

    media

    Latifundio

    Brasil:

    Minifundio

    Llnidad

    familiar

    Unidad media

    Latifundio

    Colornbia:

    Minifundio

    Unidad familiar

    Unidad

    media

    Latifundio

    Chile:

    Minifundio

    Unidad

    Íamiliar

    Unidad

    media

    LatiÍundio

    Guatemala:

    Minifundio

    Unidad

    familiar

    Unidad

    media

    Latifundio

    100

    48

    19

    9

    100

    90

    84

    80

    100

    418

    753

    995

    r00

    r70

    310

    440

    chileno

    era más

    de mil

    quinientas

    veces

    mavor

    que

    el tamafro

    medio

    deÌ

    miniÍundio

    lo

    supe-

    raba

    72

    veces

    el

    del segundo.

    Si

    relacionamos

    el

    tamafio medio del

    latifundio

    con

    el

    del minifundio, encontramos

    un coeficiente de

    con-

    centración

    tres

    veces

    mayor en

    Chile

    que en el Brasil

    y

    Colombia

    y

    cinco

    veces

    mayor que

    en

    la

    Argentina.

    Por otro lado,

    si

    relacio-

    namos

    el

    ingreso

    medio

    del latifundio

    con el

    del

    minifundio,

    cons-

    tatamos que

    el coeficiente

    chileno

    es

    apenas un 10 por

    ciento

    mayor

    que

    el

    argentino

    y

    el brasilefio y

    5O/o mayor

    que

    el

    colombiano.

    Los

    datos del

    cuadro 1?

    permiten

    observar

    el

    grado

    de eficiencia

    en

    la utiÌización de

    loi

    recursos

    en

    las

    distintas

    forÃas

    de explotación.

    Los

    datos relativos

    a

    los

    minifundios

    son utilizados

    como base.

    Esos

    caso la

    relación

    al minifundio

    sino también en

    relación

    a las explotaciones

    Íamiliares

    y medias.

    Los

    datos de productividad

    de

    la mano

    de

    obra

    son

    igualmente

    ilustrativos.

    La

    elevada productividad

    de la

    q14no

    abundantes

    super-

    las grandes propiedades.

    IJna muestra

    tomada

    en once regiones

    diferentes

    de Brasil permite

    completar

    los

    datos que acabamos

    de presentar,

    sacando

    a luz otros

    lspectos

    de Ia

    estructura agraria

    típica

    de América

    Latina.lo

    ro

    Por

    los datos

    básicos

    y

    un

    amplio

    análisis

    del

    caso brasilefio,

    véase

    Ccrmité

    Interamericano

    de

    Desarrollo

    Agrícola,

    Posse e uso

    da

    terra c descnool-

    oimonto sócio-econórnico

    do setor

    agrícola-Brasil,

    Washington,

    1966.

    100

    t4

    r2

    5

    ingre-so

    promedio

    que

    es apenas

    un tercio

    del

    ingreso

    promedio

    de

    los

    minjfundio-s

    de

    ese país

    y

    cerca

    de

    un rnilésimo

    del

    ingreso

    promedio

    de

    los

    latifundios.

    Además

    de

    latifundios

    y minifundios

    la

    agricultura

    latinoamericana

    comporta

    unidades

    de

    explotación

    de

    tipo

    familiar

    y

    de tipo

    medio,

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    8/32

    100

    CUADRO

    13

    BRASIL: RELACIóN

    ENTRE

    LAS

    DE,

    LA

    EXPLOTACIóN

    AGRíCOLA

    ESTRUCTURAS

    TRADICIONALEô

    TNVERSIONES

    Y

    LA

    DIMENSIóN

    ITTTRUCTURAS

    AGRARIAS

    l0l

    FUENTE:

    CIDA.

    la

    un

    te{t

    agas-+al]a.g"

    i dãilffi

    ïlEí lõ

    ta;õ;õãlõi6G;ïútifì-

    cación en una

    mayor

    aptitud

    para

    invertir,

    fuera

    de

    Ia inversión

    que

    rcaliza

    en

    las

    tierras

    que

    inmoviliza.

    Si

    comparamos

    los

    datos

    de

    los

    dos

    últimos

    cuadros vemos

    que,

    aunque

    la

    inversión

    por unidad de tierra cultivada

    sea

    la misma en

    el

    latifundio

    y

    en Ia

    unidad

    familiar, el valor

    de

    Ia

    producción por

    unidad

    de

    tierra

    cultivada

    es

    de

    la

    mitad

    en

    el

    latifundio,

    y

    Ia

    produc-

    tividad

    de

    la

    mano de

    obra

    es dos

    veces

    mayor.

    Es evidente

    que el

    Así,

    en

    cst

    ru

    glll{a

    _gglaltà._h13 :19113__"g__glgl"

    _.g1no

    un

    -

    f reno

    decisivo

    al

    tlios

    continúa

    inmovilizando

    grandes

    extensiones

    de

    tierra,

    lo

    que

    dc

    yl

    íe

    redujo

    de

    2.6

    a

    2.4

    hectáreas.

    tr

    Cf.

    C.

    Furtado,

    "A

    estrutura agrâria

    no

    subdesenvolvimento

    brasileiro",

    an

    Análisc

    do

    "modclo"

    brcsileìro, Río, 1972,

    pp,

    91-122.

    Dímensíón

    media

    Inuersión

    por

    unidad

    de explotación

    (excluido

    ganado)

    Tiena

    cultiuada

    por

    unidad

    de

    explotación

    Inuersíón

    por

    ha

    cultiuada

    Unidad

    familiar

    Latifundio

    100

    3

    160

    100

    I 100

    100

    I 150

    100

    100

    il

    I

    (

    I

    I

    l

    I

    L

    l

    tlil

    \r i

    \/ I

    ì

    ductividad de

    la

    mano de obra, dejando ociosas

    gran

    parte de las

    .r

    --*---ì------ffi----ì,

    -,

    ;,

    tierras

    de

    que disponen.-Por oÌro

    lado, la

    productividad

    de

    la

    mano

    de

    obra es extrelnadamente b.gi+^qqloj

    ffi

    h

    echo

    d

    e

    ì-"

    ;'

    .rìat.

    iar ïtilËa;-

    ifi

    Ëì$

    ç.Ëla-

    s;ç,-.sy

    s

    es

    "jiggu.

    Dado

    que

    la

    productividad de la

    mano de obra

    es tres

    veces

    mayor

    en la

    unidad

    familiar

    que

    en

    el minifundio,

    y

    la

    productivi-

    dad de las

    inversiones,

    por unidad

    de tierra

    cultivada,

    es

    dos veces

    mayor en la unidad

    familiar que en el latifundio,

    es

    obvio que

    qlla

    simple

    reestructuración

    de la asricultura brasileãa

    permitiría

    aumentar

    .:_

    ->+

    r

    -

    ;t-i

    r r-.-*+--

    _.-,-"-ì

    srll:?

    I

    g.l

    m_e

    n te

    ta

    ggj:g'

    d1wr

    p

    ss.

    JL

    a

    actu

    al

    latifundio. disponiendo

    de

    tierras

    abundantes.

    adopta formas

    de

    cul-

    Ì-.----ìry

    =

    --

    "\--:---*

    -_.--ï-

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    9/32

    POLITICAS

    DE

    REcoNsTRUccIóN

    ESTRU(:TI,IAI

    derivada

    de

    la

    explotación

    del

    petróleo,

    recurso

    no renovable,

    l:r

    t.rrge

    tributaria

    venezolana

    baja

    a

    4.3,

    o

    sea

    un

    cuarto

    der

    promedio

    l:rrrrr,r

    americano.

    En

    México

    la

    carga

    tributaria

    se

    mantuvo

    prácticarrrr.rrrr

    invariable

    en

    ìa

    década

    de

    los

    60,

    lo

    cuar

    erevó

    la

    depeidencia

    tr,.

    r,,,

    gastos

    púb,licos

    respecto

    a

    otras

    fuentes

    de

    financiamìento

    del

    4(r

    1u,p

    ciento

    a1.54,

    en

    ese período.

    La

    totalidad

    de

    las

    inverrio.,".-pú1,1,,,,,

    y

    un

    tercio

    de

    los

    gastos

    corrientes

    del

    gobierno

    mexicano

    se fin:rrr,,,,,r

    con

    recursos

    de

    origen

    no

    tributario,

    esenciaimente

    crédito

    intcr.rr,,

    I

    externo'

    También

    en

    la

    Argentina

    y

    en

    chile

    el ingreso

    tributari,

    rre

    sido

    insuficiente

    para-cubrii

    los

    gastos

    corrient"s

    dïr

    gobierno,

    sirrr,r

    ción

    ésta

    que

    se

    reproduce

    en

    el

    cJnjunto

    de

    la

    región

    tã.rto

    rr.u,,,i,.,,

    zo como

    al

    final

    de

    dicho

    decenio.

    -

    En

    síntesis,

    en

    el

    conjunto

    de

    AméricaLatinay

    en

    la

    mayorírr

    rre

    los países

    que

    la

    forman,

    considerados

    individualmente,

    el'sist.rrrrr

    lïbgea.

    no

    alcanza

    a

    producir

    los

    recursos

    necesarios

    paía

    cubril

    l,a

    gastos

    operativos

    de

    los

    estados.

    En

    el

    período

    qrr.

    .riurnos

    corrsrrrr.

    rando,

    esa

    insuficiencia

    del

    sistema

    se agravó,

    deuìdo

    esenciaÌme'tr.

    irl

    carácter

    regresivo

    de

    la,

    carga

    tributariã.

    En

    cinco

    de

    los

    siete

    P;Lirr,r

    reunidos

    en

    el

    cuadro

    65

    la

    participación

    de

    los

    impuestos

    indil.t

    r,,r

    en

    la recaudación

    tributaria

    àumentó

    entre 1960

    yiszo.

    rru

    á,.1,,,,,

    dencia

    de

    ìos

    impuestos

    indirectos

    en

    economías

    ingreso

    uÌturr,',.,,,0

    concentrado

    se traduce

    en

    inelasticidad

    de

    ros

    sisteÃas

    fiscaÌes.

    \,,r

    hemos

    hecho

    referencia

    a

    esa

    rigidez

    como

    uno

    de

    los focos

    estrut.rrr

    rales

    de

    presión

    inflacionaria.

    Li

    tendencia

    endeudamiento

    exr(.rrrrr

    y

    el

    lento

    avance de

    la

    ordenación de

    las inversiones

    también encrr.'

    tra

    en

    eÌla

    una

    de

    sus

    causas

    principales.

    REFORMAS

    AGRARIAS

    RAICES DE

    LOS

    MOVIMIENTOS

    AGRARISTAS

    ensayos

    de

    planificación económica

    realizados en los

    países

    lati-

    icanos,

    no

    obstante

    la

    modestia

    de

    sus

    objetivos,

    sirvieron

    evidenciar los

    obstáculos de mayor

    profundidad

    que se oponen

    lo de la región. Al definir

    metas e identificar a

    ìos

    agentes

    Guyas

    decisiones dependería

    la

    consecución

    de esas

    metas, los

    pro-

    abrieron la discusión

    en

    torno a las motivaciones de

    esos

    y

    los

    medios que

    sería

    necesario

    moviÌizar para

    interferir

    en

    nto de

    los que

    toman decisiones

    relevantes. Inmediata-

    se percibió

    que proyectar

    la

    expansión

    de

    un

    sistema

    económico

    ú" ti11pl-._q

    9ïtgp*"-lT."l9:es-sería

    de

    limitado

    alcance,

    y

    que una

    ióiliiËìïapõyaË;õl; en las formas

    tradicionales de

    com-

    iento de los

    agentes

    sería

    insuficiente

    para

    asegurar

    Ìa

    conse-

    incluso de modestas metas.

    Requeríase

    un

    estudio

    profundizado

    los

    elementos estructurales

    que delimitan el campo de opción

    de

    los

    ,

    para poder identificar los

    factores que

    frenan

    el

    proceso

    de

    lo. Así.

    el

    marco analítico

    se

    fue

    ampliando insensiblemente

    a

    -.*

    j-ïi"{ï;r--;-t *-.ï"Y-*-€*T

    * pìqçìdí'

    "

    uaq"ì;j*.laïõ{ËãG}

    d"fõisõG'

    ntes

    y que

    éstos

    eran

    observados en su

    propio contexto.

    De

    esta

    se comenzó a avanzat

    en

    el

    conocimiento de las

    estructuras

    lolüe

    -ïïrïi-ctÍãS-ïõõ€s-ëÏi

    gït-

    sobrepasar

    el

    marco

    convencional

    E

    enfoque

    estructuralilta

    -dçlp{oçjjgllgjg:3llo,h

    letqgill

    "lpgISI

    *+-_..."+

    primer

    pìaïo

    los

    problemas

    agrarios,

    los

    cuales,

    hasta hace

    poco,

    ;?_

    llan

    merecido

    poca

    atención de

    los

    economistas,

    cuyo

    interés

    se

    I

    l

    ara en

    el estudio

    de la industrialización.

    Admitíase, implíci-

    te, en la línea de

    la

    experiencia

    clásica europea,

    que

    el sector

    ial al

    expandirse

    acarrearía

    la transformación

    del

    conjunto

    de

    cstructuras

    tradicionales.

    A

    medida

    que

    se

    acumuÌaron

    obstáculos

    industrialización

    y

    que

    ésta se

    mostró menos eficaz

    de 1o

    esperado

    factor

    de transformación

    de

    las

    estructuras

    tradicionales,

    se

    abrió

    un

    horizonte de

    nuevas

    preocupaciones. Estudios

    de

    campo

    de

    aptuales

    estructuras

    agrarias,

    como los

    mencionados

    en el

    capí-

    vu, f.,er@ses,

    al mismo tiempo que

    se

    l2e7l

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    10/32

    298

    pol.ÍTrcAs

    DE

    REcoNsrRUccróN

    ESTRTJ(:IUËtl

    sometía

    a

    un análisis más

    sistemático

    la

    evoÌución histórica

    y

    las rrru.

    taciones

    recientes

    de esas

    estructuras.

    Las

    grandes

    reformas

    âqÌrrrr.:

    que

    constituyen

    los ensayos

    más

    relevantes

    de

    transformación

    tl,.

    let

    estructuras

    económicas

    y

    sociales

    en la región,

    también

    pasaroÌì

    :r

    iíil

    estudiadas

    con

    particular

    interés,

    y

    ese

    estudio

    permitió ver con nr;ryrt

    nitidez las

    relaciones

    entre

    los

    sistemas de producción

    y

    la

    orderr:r,

    r,irr

    sociopolítica.

    El

    sistema de

    producción

    agrícola

    que existe

    actualmente

    en

    ArrrÉ

    rica

    Latina

    tiene

    como

    unidad básica

    el gran

    dominio rural

    :

    lrr

    /r,r

    ciendarL

    originariamente

    dedicada

    a

    Ia

    ganaderia

    y

    a la

    prodrr, ,

    ri,rq

    "ãffi

    9laqo T.ïT9-qJe-resÉn,

    .

    9 Ë

    ^UiWãg

    :i

    õii$

    ir a

    i

    i a

    r,,,',

    r,

    dedicada

    a producir para

    ia

    exportación.

    Como

    ya

    õi5iervamos,

    11r,rn

    dominio

    traducía

    una

    descentralizaciín

    del sistema

    de poder: cl pr,'

    pietario

    de

    la tierra

    disponía

    de

    los

    medios

    necesarios

    para

    encu:rrlr,rÍ

    a

    Ia población

    en

    un sistema

    de prodrrcción

    capaz

    de generar

    un

    (.xr€

    dente, que

    se

    utilizaba

    localmente

    o se exportaba.

    La hacienda, :rrlp.

    más,

    no se instaló

    en el vacío.

    En las

    regiones

    más

    importantes

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    11/32

    300

    POLITICAS

    DE

    RECONSTRUCCION

    ESTRU(:'TIINÀt

    relativamente

    densa, permaneciendo

    los

    espafroles

    y

    âsimilados r',,rrr,,

    pequeiia

    minoría,

    Por úÌtimo,

    la

    coexistencia

    de Ìa

    hacienda t.,,rr

    le

    pequeãa

    unidad productiva

    ocurrió generalmente

    donde

    las ti,.rr,,.

    eran

    relativamente

    abundantes

    y

    donde Ia

    agricultura,

    desde

    51

    or ì1i, rr.

    tuvo carácter

    comercial.

    Las

    regiones

    en

    que la

    hacienda coexistió

    con

    la

    cornunídut

    ,.,,u

    \^t%'fu.

    ",

    *

    -

    *-....._

    Preclsamente

    aqueuas

    en

    que

    las

    tensrones

    agrartas

    se

    acrecenl:rÌr,t,

    I

    en que

    surgiepon

    los- movimiento_s

    ^ffi__6_or"

    ;õÃìtiìufríã

    ,,,.,,,,,

    más relevanre

    ia ièvoìüôíóli

    ioìiuirãtì"ãittìe.icana

    en ei siglo

    a,

    r,,,,r

    Esa coexistencia

    asumió

    varias

    íormas.

    En

    un extremo

    tenemos

    l;r

    1,,,

    cienda que

    se

    instala

    aisladamente,

    creando oportunidad€s

    de

    trrlr.rl,,

    para

    algunos

    miembros de

    la

    comunidad,

    pero que

    poco

    interfierr,

    ,,,rr

    la

    organización

    de ésta.

    En

    el otro

    extremo

    tenemos

    lv

    fi66isn(111

    rttft

    ocupa

    varias

    comunidader

    y

    pasa

    a

    ejercer sobre

    elìas una rírir,l,r

    tutela.

    Es en la

    evolución

    de esas relaciones

    hacienda-comunidad

    drnrur

    se pueden

    percibir Ìas

    raíces

    de ìas grandes

    tensiones

    sociales

    qur:

    rl,r

    rían

    origen

    a las

    reformas

    agrarias

    de

    México y

    Bolivia.

    NEFORMAS

    AGRARIAS

    provocó

    revueltas,

    que

    llevaron

    a

    muchos

    hacendados

    a instaurar,

    por el

    poder central)

    un

    sistema

    brutal

    de

    represión. En

    la

    de la

    revolución

    agraria

    mexicana

    están

    estos

    dos

    factores:

    la exis-

    ia de la comunidad e incluso

    una

    intensificación

    de

    sus

    vinculos

    de

    idad

    interna,

    en

    raz6n

    de

    Ìas

    circunstancias

    indicadas,

    v

    la

    frrerte

    de Ia agricultura

    comercial

    que exigió

    Ìa expulsión de las

    idades

    de gran parte de

    las mejores

    tierras disponibles.'z

    Si

    no

    iesen existido los vínculos

    comunitarios, es

    muy

    probabÌe

    que

    parte

    esa

    pobÌación habría

    emigrado hacia

    otras regiones,

    Particularmente

    dirección

    al

    sur,

    donde

    continuaron

    incorporándose

    nuevas

    tierras a

    ngricultura, mediante

    tócnicas rudimentarias.3

    La Revolución mexicana.

    iniciada

    en

    1910.

    abrió las

    Duertas

    a

    ,la

    peración por las

    comunidades de

    las tierras

    de

    las que

    habían

    privadas. Surgió

    así

    un

    movimiento

    social

    espontáneo e

    irreversi-

    que

    modificaría

    profundamente los

    rumbos

    de

    un

    movimiento

    po-

    cuyos líderes urbanos

    no parecían ambicionar más

    que

    la

    instau-

    de una

    democracia

    de inspiración

    liberal.

    La nueva

    Constitu-

    al

    incorporar

    Ìos

    principios que habían

    inspirado a los

    líderes

    ios, asentó las

    bases

    de un

    proceso de

    cambio

    sociâl

    que marcaría

    México contemporáneo.

    En

    el

    momento

    en que se

    inició

    proceso

    ucionario,

    existian en México

    entre ocho

    y

    nueve

    mil

    grandes

    nios

    que tenían prácticamente el

    control de todas

    las

    tierras

    de

    jor

    calidad del

    país. Ai lado

    de esos

    dominios

    y en

    las tierras de

    ior

    caÌidad,

    y

    muchas

    veces

    en

    parcelas exiguas, vegetaban entre

    y

    cinco

    mil

    comunidades indígenas.

    La

    hacienda

    estaba en

    Plena

    ión, tanto en el sur

    como

    en

    el

    norte

    del

    país,

    y en la

    región

    I

    ya

    se

    había implantado en

    todas

    las mejores

    tierras.a

    Las

    tres

    décadas

    anteriores a la

    Revolución constituyeron

    un

    perío-

    de

    expansión

    de

    la hacienda, que se

    presentaba

    como

    una

    institu-

    2

    Entre

    1877

    y

    1907 la

    producción

    agrícola.

    mexicana destinada

    a

    la ex-

    creció

    a una

    tasa

    media anual

    de

    6.45 por ciento,

    pasando

    del

    d

    20

    por

    ciento

    del

    total.

    Esa expansión

    se realizó

    mediante

    el

    sacrificio

    ial de

    la

    producción

    destinada al consumo

    local.

    La

    producción

    de

    maiz,

    de

    la

    alimentación

    de

    la

    población

    del

    país,

    se

    redujo de 52

    por

    ciento

    total

    al 33

    por

    cicnto.

    En

    términos

    per

    capita la

    declinación

    de

    la

    produc-

    de maíz

    fue

    del

    49

    por

    ciento. Así,

    la

    ampliación

    del

    excedente

    agrícola

    realízal:,a

    con

    el

    sacrificio

    efectivo

    de

    la

    población

    rural.

    Para los

    datos,

    Leopoldo

    Solis

    M., "llacia

    un análisis a

    largo

    plazo

    del

    desarrollo

    eco-

    o

    de México", en Demogralía

    y

    Econornía,'tol.

    l, núm.

    l, México,

    1967.

    $

    Véase sobre

    este

    punto Henri Enjaìbert,

    "Reforme

    agraire

    et

    production

    au

    Mexigue

    (19Ì0-1965)",

    en

    Les

    problèmes

    agraires des Amériques

    ines, cit.

    .

    Cf.

    Rodolfo

    Stavenhagen, "Aspectos

    sociales de

    la

    estructura

    agraria en

    30t

    i

    l

    ,il

    I

    l

    ;

    i

    ll

    l

    I

    i

    iL

    I

    t\

    I

    :

    I

    LA

    REFORMA

    AGRARIA

    MDXICANA

    En

    México

    las relaciones

    entre

    hacienda

    v

    comunìdad

    fueron afr.,.r,r

    das

    por el

    movimiento de

    la

    Reforma,

    en

    la

    mitad

    del

    sigÌo

    pas;r,ln,

    y

    por

    la

    intensificación

    del

    desarrollo

    económico

    en el

    último crr;rrr,,

    de

    ese sigÌo. La

    expansión

    de las

    haciendas

    en la

    región

    central

    r|r.1

    país

    se

    tradujo

    en Ìa

    apropiación

    de las

    tierras

    de las comunidarh.,, y

    en el confinamiento

    de estas

    últimas

    en

    tierras

    de inferior

    calirl,,l

    Pues

    bien,

    esa

    expropiación

    y

    ese

    confinamiento

    llevaban

    de

    alrrrrr,r

    maneÍa'

    a muchas

    comunidades

    a

    estrechar

    sus

    filas

    y

    agudizab:rrr

    r,r

    antinomia

    entre

    ellas y

    el poder

    constituido

    que

    se

    ejercía

    â tr.:rrr,r

    de la hacienda.

    Convencidos

    de que

    el

    progreso

    presuponía

    la

    Pl,.rr,r

    vigencia

    del

    régimen

    de

    propiedad

    privada

    y

    que

    los

    indígenas

    sur,r

    mente

    se

    liberarían

    si

    fuesen

    destruidas

    las instituciones

    arcaicas

    r;,,,.

    Ios

    mantenían

    fosilizados,

    Ìiberales

    mexicanos

    provocaron,

    como rr(.'

    cionáramos

    en

    el capítulo

    vrr,

    la

    transferencia

    a

    manos

    privad.s rlr

    Ìas

    tierras públicas que venían

    utilizando

    las

    comunidades,

    y

    la

    lr,,r,.

    ferencia

    al

    uso

    privado

    de

    los

    miembros

    de

    ésiàs

    de

    ras

    tierias

    qrrr,

    rr.r

    pertenecían

    comunitariamente.

    Muchas

    de

    las concesiones

    de ti,.,,,,.

    de

    ese

    período

    fueron

    hechas

    a

    extranjeros,

    que

    con

    írecuencia

    irrir r,r

    ban proyectos

    de

    irrigación

    e

    introducían

    nuevas

    técnicas

    agrí

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    12/32

    ,l

    303

    I

    ti

    302 POLITIOAS

    DE RECONSTRUCCION

    ESTRTJ(:I

    IIXII

    REFORMAS

    AGRARIAS

    ción

    capaz de

    incorporar

    nuevas áreas al

    cultivo,

    de

    introducir

    nuí'vri

    cultivos,

    de

    progresar

    en

    el plano técnico y de capitalizar. Sin

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    13/32

    li

    I

    I

    ï

    ti

    'l

    t

    ïi

    l

    AORAX,IAS

    dad"

    con

    acceso a

    crédito

    abundante, se

    transformó

    rápidamenlr'

    ,'r'

    la

    viga

    maestra

    de

    la agricultura del

    país.

    El

    eobierno

    de Lázaro Cárdenas

    abriría

    una

    nueva

    y

    decisivrr

    1.,0,'

    v *-i*--; \

    del

    proceso

    de

    reformã

    agraria. Entre

    W

    y

    1940 Cárdenas

    tr;tttrl,'t

    t,u.r, ejidos, qt,".o-pÃrden

    a

    8082it Uà*fiearios,

    l7J:nill,,rrr,

    de hectáreas, en

    tanto

    que

    de

    1916 a

    1934 apenas

    se

    habían

    reprttli,L'

    7.7'ãí'iõãs.

    Esa

    inteúficación

    del proceso

    puso de

    manifiest

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    14/32

    I

    il

    I

    POLITICAS DE

    RECONSTRUCCION

    ESTRUCTIJ'IAi

    NEFOTMAS

    AORARTAS

    dad

    dedicadas

    a cultivos

    comerciales, lo

    que les permitió sobrevrvrr

    e

    incluso

    presentar resultados económicos

    relativamente

    favorabÌes.o

    l',r

    rece

    fuera

    de

    duda

    que la

    explotación

    colectiva de Ia tierra

    perÌnrlF

    absorber más

    fácilmente

    el

    excedente de

    mano

    de obra, ihtegrando

    I'r

    '

    actividad agrícola a otras

    complemehtarias.

    Los

    ejidos

    colectivos

    ,;,t,*

    más

    éxito'tuvieron fueron

    precisamente

    los

    què

    disponían

    de

    ticrr,rr

    de buena calidad

    dedicadas

    a cultivos

    cornerciales, cuya rentabilitl,r,l

    permitía

    llevar adelantè Ia capitalizacíón

    y

    irear

    nuevas

    formas

    rlt

    empleo.

    La

    difiçuÌtad mayor residía

    en

    organizar la

    producción

    ;rlll

    donde las

    tiegas eran

    insuficientes

    y

    los

    cultivos tenían

    que

    Ser

    de srrlr

    Y-.\f-\s .È----+--^ ì I

    slstencla.

    -bn

    este

    úItlmo-õaso

    la

    cajìltêlllac-lon

    ctej)€ncliq-$el

    credrto, rt

    decir, de recursos que

    inicialmente

    debían ser buscados en

    otta

    p:ulF

    La poÌítica

    seguida

    consistió

    E-9&if_lgq

    1".]ll9J_g?lg udos

    por

    nl

    crédito

    hacia

    -las

    propiedadesprivadas,

    en

    las

    que

    la relación

    tit'rr,r

    ì*=r*"^"

    "

    -ìÇ+._*:r'Í-ì-/_i--í

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    15/32

    tas

    vrel

    as'vieias

    estructuias

    aRrartas.

    I'n

    electo, los

    mrnllunclos,

    Prlvao('l

    f

    .iiããiã@

    el

    94.?Jgr

    gqlg

    -Èqk::*blac

    ior

    trq

    rs

    con respecto

    a

    los

    países de

    América

    Latina

    que

    aún

    çonservrtt

    õìF esiniõïürâ5ãCrãiiãilÏãìíecto,

    loCìiiíriïÍüruiios,

    priva

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    16/32

    10

    PoLíTTCAS

    DE RECONSTRUCCIóN

    ESTRUCTI'TTI

    LA

    REFORMA AGRARIA BOLIVIANA

    En Bolivia tuvo lugar la

    segunda gran

    tentativa de modificación

    rh

    estructuras sociales que

    ha

    conocido

    América

    Latina

    en

    este

    sigÌo.

    5e

    diÍerencia de

    la mexicana

    en varios

    aspectos,

    si

    bien

    el

    pgqtq

    {e

    p'rt

    tida

    de

    ambas

    es el

    mismo:

    el conflicto.entre la

    comunidad

    y

    la ha<

    irtr

    da.

    A

    diferencia de lo que oc@âgii,'rrl

    tüã boüviana no

    estaÈa

    en expansión cuando ãstalló

    la revolu.rí,l

    de

    1952,

    que

    abriría el

    camino

    a Ia reforma

    agraria. Como

    ya

    virrr,'r,

    la.hacienda

    mexicana

    estaba

    en plena

    ofensiva

    y

    demostraba

    s(:r

    rtll

    instrumento

    de

    capitalización

    y

    de

    expansión

    de la frontera

    agrit'r,lr

    del país. En

    Bolivia

    el

    cuadro

    general

    era distinto,

    reflejando

    el rrrr

    nor desarrollo que había tenido la

    economía

    del

    país

    en su

    conjrrrrlrr

    La comunidad

    indígena,

    que

    mantiene los

    vínculos aglutinantes

    rhl

    ayllu tradicíonal,

    conservaba

    en

    1952 y conserya

    hasta

    hoy una

    rnl

    portancia

    considerable en

    la

    estructura social boliviana.

    Los

    datos rlel

    censo de 1950 revelaron

    la existencia en

    el

    país de

    3

    779 comunid;rrla

    indígenas, que agrupaban a cerca

    de

    un

    millón de

    personas.

    Ârin

    cuando esos datos han sido

    puestos en duda,l3

    se

    acepta

    que

    esa

    fortrtt

    tradicional de organización

    social

    era la

    predominante

    en Bolivi:r

    ol

    el momento

    de

    la

    reforma agraria. Esas comunidades habían

    sulrirftr

    cierta

    evolución en el sentido

    a.l plçdet_t$tg_*i_jp@jndivirlrrrl

    de

    la

    tierra,

    redu_ciéndose

    la

    _importancia

    de

    lãl_lu*el*_'llam;r,ll

    _._r--.

    cornr-rnáles.-La

    penetración

    de la hacienda

    había

    sido menor

    qur.

    ã

    oïõilaíses

    reõ6iãn

    Iã6ilãsumìãõ"una mõomïãã[iïnta

    dr. t

    que

    ôaiacterizaba

    la

    situación

    mexicana en vísperas

    de

    la revolrrciótt

    Se

    estima

    que

    en 1950

    existían

    en

    el

    país

    cerca de

    B mil haciendlr,

    rh

    las cuales cerca

    de

    6 000 poseían

    más de

    500 hectáreas,

    en

    las

    crr,rlã

    trabajaban

    aproximadamente 200

    mil familias indígenas. En

    crr;rrrle

    a los

    pequeãos

    propietarios,

    su

    número

    no

    debía

    pasar de

    50

    000,

    rn

    ese mismo afio, lo

    que

    indica el papel

    secundario

    de

    este

    tipo de

    orge

    nización agrícola en el cuadro

    boliviano.

    La

    hacienda boliviana, casi sin

    excepción, era mucho

    menos

    lnt

    empresa

    que

    buscaba apoderarse de las

    tierras de

    la

    cornunidal

    tua

    el fin

    de

    implantar un

    nuevo

    sistema

    de

    producción basado

    en

    tócniu|

    modernas

    y

    tendiente

    a

    maximizar

    un

    lucro,

    que

    una

    organiz;rr

    iôn

    semifeudal

    que

    buscaba

    apropiarse directamente de una

    pã-tè

    rlo

    la

    que proclucia

    la

    contunrdad.

    La

    hacrenda

    explotaba

    parasltarrarrrflrll

    a

    una o varias comunidadeJ,

    que pasaban a ser

    consideradas

    lorrre

    13

    Cf.

    Henri

    Gumbau,

    "Les

    changements

    de

    structure

    à

    la suite

    rlr

    b

    réforme

    bolivienne", en Les

    problèmcs

    agraircs

    dcs

    Amériqucs Latíncs.

    rit.

    suyas. En

    esa.forma, qilggggryaba

    la

    eor?rrr4rddd

    com

    ro

    qrsatiu.ac:ó4*19ç_,g1,_:glgrautoridadesprgpi? ,t ic, q2 ,

    i

    grga &.ac:oAsoclal,

    co_n

    sus

    autorrdades

    prop a _t tdicio_T ,j_e-r_o

    'õ_e:ricõãül

    ;õ"-

    èn parcelas indivi.{;iales

    e

    "*Aããgilg

    f

    lo.Que

    fuera-la

    1ie;

    rl, o

    algo equivalente, pasaba

    a

    ser

    tierra

    çultivada

    direCia-

    nte para

    el

    hacendado.

    El trabajador'dividiã-sï-1ìiú:liô-ênìitj-

    su

    'celiìnãìüiduat'y-iãìi"rras

    de

    la

    hacienda, dedicándole

    a esta últi-

    de tres a

    cinco.días

    por

    Eemana, exactamente

    como

    en

    el

    sistema

    la

    coraé.e de

    la Europa

    medieval. La comunidad

    indígena,

    tutelada

    la hacienda,

    era

    mantenida

    en un aislamiento

    extremo,

    reducién-

    al

    @ ps.o

    y

    forqsrÌ ágd9Ê9*l?-asgúdg4

    lnal

    de

    autosubsistencia.

    .Los.

    vínculos

    con el

    mundo exterior,

    aõmìcosïpotÌÏïcosJJãiectuaban

    por

    intermedio

    de Ia

    hacienda.

    embargo,

    el aspecto

    más

    imporlante--SndçegbiS._de

    ]aq

    :elacio-

    sgg

    13-"1i9rra,

    las cuales,

    como ya

    observamos,

    son inseparables

    de

    forma de organización

    comunitaria.

    Corno existían comunidades

    li-

    y

    comunidades

    cautiuas, la

    situación de estas úÌtimas

    se sefialaba

    una

    forma de degradación

    social,

    independientemente

    de

    las

    rdiciones

    materiales

    de

    vida en unas

    y

    otras. El conflicto abierto

    la

    hacienda

    con-Iag9,ytvptdgd,

    reiultante

    de

    la expulsión

    de

    miern-

    de

    ésta

    de

    sus tierras por

    hacendados

    çon

    pretensiones

    progresis-

    sólo

    existió en

    casos

    excepcionales. Pero

    esos

    casos

    llegarían

    a tener

    en

    el

    proceso

    de la reforma agraría, pues los

    elementos

    lsados,

    residierido

    en gran parte en

    las

    çiudades, alcanzaron una

    iencia

    más

    lúcida

    de la

    expoliación

    de

    que era

    víctima la

    pobla-

    el momento

    deÌ

    reparto

    de las

    La reforma

    agraria boliviana tuvo como

    objetivo eliminar la

    explo-

    ión de

    la

    cornunidad

    por

    la

    hacienda,

    lo

    que

    se

    intentó hacer liqui-

    a

    esta

    última allí donde

    era

    esencialmente

    un instrumento

    de

    ãlVgrícola,

    la

    expropiación

    se

    limitó a

    las

    tierras

    que

    supera-

    los límites

    establecidos

    por la ley, que variaban

    según

    la natura-

    de la explotación

    agrícola.

    El

    resultado inmediato

    de

    la reforma

    la transformación

    en

    pequeÃas

    propiedades, casi siempre mini-

    1{

    Véase el

    trabajo de

    Arturo Urquidi Morales,

    "Lds

    comunidades

    indl-

    l

    I

    i

    rlotación

    de

    la población indígena,

    es

    decir,

    donde

    era

    califica&r

    tatilundio. Donde la hacienda

    eia clasificada

    coãõfiõpffiãããããi'a

    iênte

    I

    a entrar en

    quedado

    en

    la hacienda,

    en

    llnas

    y

    su

    Pers|ectila

    histórica", art. cit.

    312

    POLíTICAS

    DE

    RECONSTRUCCIóN

    ESTRUCTIITAI

    3

    t:l

    EFORMAS

    AGRARIÂS

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    17/32

    fundios, de lasgalcS:la.r-gUqlentro-de

    las haciendas

    trabajan

    las

    frrrrrl

    I'eli4disery,.siã.ã-su_*;"td.ió;-sJïí6"ìõõõãõíãïtóirioprolrie

    dad coleòtiva-iaJ- iìõì;íìnal-Ílãibajadas

    para

    el

    hacendado.

    lll

    objetivo

    era no sólo liberar

    a la comunidad, sino también--E:-e-serv:ttlr

    cgmo

    cuadro de

    orgaÌìita;ïõíGõiàFSüí-miembros,

    que pasaban

    :r rlt

    peìüffi@n entre sí el

    vínculo

    de la

    propictl,rrl

    común

    de una parte de

    las tierras.ló

    La

    ejecución de la reforma agraria fue

    realizada

    en

    gran

    J):rrta

    bajo la

    dirección de si*&@.@s,

    organizados

    dentro de

    las

    Irn

    ciendas

    bajo supervisión

    política

    urbana. Elr ruNn (Movimiento

    Nn

    cional

    Revolucionario)

    ,

    que

    promovió

    la

    revo*l[õìõ'n

    de

    1952,

    era

    url

    movimiento político

    de

    bases

    eltrictamente

    urbanas

    y

    miqeras.

    Srl

    embargo, al ìesplazar a ta

    estrFtüíffi'àebilirô

    considerablemente

    sistema

    de control social

    constituido por las

    lrn

    ciendas. Incorporando

    el movimiento

    espontáneo

    de

    liberación

    de Inr

    comunidades al proceso

    revolucionario,

    el

    uNn

    le

    dio

    una

    proírrrr

    didad

    que de

    otro

    modo éste

    no habría tenido,

    en un

    país

    en

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    18/32

    315

    r4

    POLITICAS DE RECONSTRUCCTON

    ESTRUCTIJ|I^I

    LAS

    REFORMAS

    AGRARIAA

    mación

    de una

    sociedad

    boliviana

    auténticamente

    nacional'

    La

    atrlr

    gua

    hacienda

    operaba como estructura

    de

    encuadre

    de

    gran parte

    (|f,

    la población

    campesina,

    que de

    ese

    modo

    era sometida

    a un drrrl

    regimen

    de

    trabajo

    en

    condiciones

    totalmente

    insuficientes

    de alimnt

    tación.

    Los

    primeros

    efectos de

    la

    reforma

    agraria

    tenían

    que ser

    rh

    descompresión,

    es

    decir,

    de

    aflojamiento

    de las

    normas

    de

    trab:ri"

    Las

    condiciones

    de

    alimentación

    de

    la

    población rural

    muy

    prolr.r

    blemente mejoraron,

    al mismo

    tiempo

    que

    se reducía

    la

    productrvr

    dad y

    más

    aún

    el

    excedente extraído

    de la agricultura.

    E:rtre

    -195i

    y

    1957 la

    producción

    agrícola

    declinó

    un

    13

    por ciento; enfiúin,1ui'

    que

    pe-rmiïìõ

    que

    un

    decctttrt

    después

    de iniciada la

    refõJãia agraria

    se

    rq:g l9g9g-91-41"e1*de

    pt"

    ducción

    de

    1952-

    En el decenio

    siguiente

    (1962'1972)

    la producci/rl

    affiiã-ãiãanã'-una

    tasa

    de crecimiento

    anual

    medio

    del

    3.4

    1x'r

    ciento,

    correspondiendo

    al

    1 por

    ciento

    por habitante. Pero

    es

    prolri|

    ble. que. las cgndiciones

    de vida

    de

    la poblaciÍr

    "u*I":1".

    ,hl,v;:,j

    mejorado

    más de

    lo que esas cllras

    deJan ver.

    La

    PartlclpacÌon

    (rrl

    en el

    prs

    declinó

    del 31

    al_20

    por.

    ciento

    etrtta

    el cómputo

    a

    precios constantes.

    Por otra

    piÌrlí,

    roducción

    no su

    cuar[a

    por

    lo

    tiìlttil,

    de

    la

    productividad

    en otras

    actividades.

    La

    elimtnacton

    de la

    ha(:rrll

    d;--raà".iõ

    .i-gìãdo

    d;;;pntaõ;-õã-ã-e-*t"

    masa

    campesina

    y m.irrrô

    las

    çondiciones

    de

    trabajo,

    pero tarnbién redujo

    el

    grado

    de integrn

    ción del

    sector

    agropecuario en

    los circuitos

    comerciales

    y en

    la

    rlrvl

    sión

    social

    del

    trabajo,

    lo

    que

    responde

    por

    el aumento

    de la

    difcrrrr

    cia

    de

    productividad entre

    este

    sector y

    el

    conjunto

    de la econ()rnlr

    No

    cabe duda

    de

    que las comunidades

    rurales,

    después

    de tantos

    sigLrr

    de

    tutela y

    régimen

    de

    servidumbre,

    no

    estaban

    preparadas

    Para

    :rltttl

    vechar

    las

    oportunidades

    resultantes

    del cambio

    de

    las estructur:rs

    rlo

    dominación.

    Pero también

    es

    cierto

    que

    el

    Bstaào

    boliviano

    no

    s{:

    lrrô

    tado boliviano

    pre

    Para

    Promover con

    ito

    la

    creación dt:

    rrnt

    nueva

    agricultura,

    distinta de la

    tradicional,

    capaz

    de

    producir

    l'rr

    excedentes

    necesarios

    para

    la

    expansión

    urbana, en la

    línea

    de

    Ia

    cx1'u

    riencia

    mexicana.

    En síntesis:

    veinte

    afros

    después

    de

    realiza

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    19/32

    ción

    de caminos

    (taena),

    transporte

    (propio),

    trabajo

    doméstico

    (por-

    go).r8

    De

    este modo, la hacienda dela

    sierra

    es

    esencialmente

    de

    tilxr

    tradicional,

    viviendo

    de

    la

    extracción

    de un

    excedente de una

    marl

    rural

    que

    se

    hace más

    abundante en Ia

    medida en

    que

    se

    ocupan

    lnr

    mejores

    tierras.

    Sólo

    excepcionalmente

    y

    en

    un

    período

    relativamerrtr

    rec

    ie n re surs

    i

    e ron e

    n

    ll".ilelõ-T'ãcrGiããG i n

    t"

    r;Tãdõ;ï;;

    ïã

    e

    r

    n

    i,

    u,

    el

    cãmpo._es decìÍfel

    priya - ã

    Jas m.arêl

    {Sg&lbggres

    de les

    tierrur

    oue

    tradicionalmentè

    eran

    para

    su

    nropio

    uso.

    Las

    haciendas

    modrr=

    t---

    nizadoras y efectivamente orientadas hacia 1ã

    agricultura

    comerciul,

    sureirían

    en la

    costa

    v en los

    valles

    del

    contrafuerte

    amazónico.

    árenr

    "_il,*-

    de

    características

    ecológicas

    muy distintas de

    las

    de

    la

    siena,

    y

    que

    nít

    habían atraído

    a las

    poblaciones

    indígenas

    integradas

    en

    comunidader.

    En síntesis:

    si bien la masa

    de

    la población

    permaneció

    en

    ln

    sierra

    -zona

    de

    suelos

    pobres

    sometida

    a una

    creciente

    presión

    denro-

    re

    CÍ,

    Hugo

    Blanco,

    Tictra o

    mucrtc,

    México, 1972,

    p.

    15,

    m

    En

    el

    momento

    de

    la

    rcforma agraria,

    en

    1969,

    dor

    tercior

    de

    kr

    capitalcs

    invcrtidor cn

    los complejoc

    agmindurüialer

    corteror eran

    exEanjcnrr.

    Véanse

    dator

    por

    emprdas

    en

    Alfredo Bamechea,

    "Pomalca:

    informe urgento",

    en

    Particigacirír,

    diciembre

    de

    1973.

    ,r

    En una

    primera

    farc, la 6orra

    tuìro

    quc

    recurrir

    a

    mano

    de obra

    inr.

    portada

    de

    Asia

    en

    régimen

    de semirervidumbre.

    .siena

    sólo

    en la

    época

    de

    la cosecha.

    La

    precariedad

    de

    las relacio-

    '*-'---+-

    í de trabaio.

    el

    rísido

    control deÌ

    acceso

    a la tierra,

    el desallrlraro

    --.-,-._::--_::JJ.-:----s;-L-'_.*-.-.-^-*

    E

    -__-----:{...-

    iboblaciones

    que

    perdían

    los vinçulos con

    sus antiguas

    con)untq4 es,

    -:-..----r*d.**È"-

    Ëüáiôn

    a

    Íúeites

    tensiones sociales,

    con ocupaciones

    de

    tierras

    y

    bro-les

    '

    t'

    "-*--*-'i.

    Ê

    accrÓn

    armada.

    No

    serra

    lacll expllcar

    la orlentaclon tomaoa

    por

    la

    d-..."",..'".,'..'.'."'..,.'.,".ry r_ t

    itieron

    que

    la

    masa

    trabajadora

    disfrutase

    de tttr nivel dc

    iltgresos

    elevado

    y

    que

    muchos

    trabajadores

    contratasen

    mano de

    obra

    ra

    sus

    parcelas.

    Por

    otra

    parte,

    dada

    la naturaleza

    de

    los

    cultivos,

    parte

    de

    la

    masa

    trabajadora

    no

    se

    fija en

    la región,

    1ig: oj.

    ser

    aumentadas

    en

    un tercio si

    se

    Pagan

    salarios suPeriores

    al

    legal

    en un

    10

    por ciento

    por lo

    menos.

    Deberá desaparecer

    explotación

    agrícola

    de

    mertos

    de

    tres

    hectáreas

    y

    toda

    aquélla,

    no

    asegure

    un

    ingreso equivalente

    a un

    mínimo establecido

    para

    región.

    ;ffifra

    ãgrarã

    peruana

    sin

    tener

    en cuenta

    que las tggtiis-g ,r.tï

    '9

    pqís

    se

    vieron

    enyueltas-

    gn

    la

    represión

    de

    esgs

    biòtes--da3ccjó3

    l.y_d.lefortng-gp1ria

    peruana, diçlt?cle el

    24

    de

    junio

    de

    1969

    eTlõiãrno

    úilitar

    quËìõ-iãs-ulãrã el

    aíio anterior,

    intenta

    setr

    un

    gráfica-

    e desarrollo agrícola del

    país

    se

    realizó esencialmente en

    lirr

    to

    de

    transformación

    de

    las estructuras

    económicas,

    sociales

    õüd*G-'[orman

    políticas

    del

    país.

    Sin

    lugar a

    dudas,

    constituye

    un

    paso

    importante

    el

    sentido

    de

    ta

    lgtçglacié -dele-Jggiedad

    civil

    pqrylnir,

    marcada

    hace

    rnuy

    pocó

    por

    una estratificación social

    que

    se

    aproximaba

    sistema

    de

    castas,

    y de

    modificación

    de

    las

    bases

    del

    sistema

    de

    poder

    lidad

    de

    la economía azutcarer^

    vinculada

    a

    los mercados

    internacir>

    nales llevaría a

    una

    gran

    concentración

    de

    la

    propiedad

    de

    la

    tierrr

    y

    a un creciente

    control

    de

    las

    actividades agroindustriales por

    interesm

    extranjeros.2o

    Las

    relaciones de trabajo asumen

    una

    forma estrictl-

    controla el

    Estado

    peruano.

    El

    rasgo más

    saliente

    de

    esa reforma

    mente

    cal vi

    entre

    al

    "liiü;õy

    la Amazonia

    propiamente

    dicha- el desarrollo es

    mírt

    reciente

    y

    se

    hace

    principalmente

    a

    base

    de

    cultivo-s^-pggr13pe.ltes,

    tahl

    como

    cafÊ&-caeg)J-fiUlas.

    A

    diferencia

    de

    la

    costa,

    que

    se desarrolh

    en una época en

    que

    la

    presión

    sobre la tierra

    en la sicrra era mur:lxr

    menoÌrzr

    en

    la

    selaa

    la

    abundancia de

    tierras

    se

    conjuga con una

    ofeflr

    las de

    r

    propia tierrr

    se

    limita su dimensión

    máxima. En

    la costa esa dimensión

    máxi-

    ara

    Dagar

    la mano de

    obra.

    a semeianza de lo oue ocurre eÃïa sierra

    ;_*.-

    *,ï--ìr_*

    L;On

    toclo.

    la mavor

    abundancta

    cle tterras v

    la

    metor

    calrdacl de

    cstn

    ori

    õdõ;Ë;;F;

    ncta de trerras

    y

    la mejor c

    alcanza

    a

    150 hectáreas

    irrigadas

    y 300

    no

    irrigadas; en

    las

    otras

    el

    tamafro máximo

    permitido va de

    15

    a

    55 hectáreas irriga-

    y

    de

    30

    a

    I

    l0

    no

    irrigadas.

    En

    todos

    los

    casos esas

    superficies

    de

    dc

    dos zonas

    pFriféricãïSõn*l

    n_'_-#

    entre

    la

    zona de

    asricultura

    ese

    sector

    eran

    mucno

    mas altos

    (en

    a

    por.ítrces

    DE

    RecoNsrRucctóx

    estnucrur'\t'

    RBFORMAS

    ACRARIAS

    319

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    20/32

    dir

    media

    es

    de 4 500

    hectáreas;

    365 mil

    hectáreas

    fueron

    entregadas

    a

    llll

    cornunidades

    y

    apenas 124

    mil

    hectáreas

    a

    individuos

    aislados,

    corr(:$-

    pondiendo

    a

    estos

    últimos

    un

    promedio de

    siete

    hectáreas por

    farrri-

    lia.22 A,

    diferencia

    de

    lo ocurrido

    en

    las

    otras

    grandes reformas

    agrari;rr

    latinoamericanas,

    el

    nivel

    de la

    producción agrícola

    no fue

    afectatl,r

    negativamente.

    En

    ãIfrïanoÏõõïilslíãfêôõ'lïãfuiãffiõnië-dãben

    habcr

    siã:o-ãmpfiõïi

    bien

    no se dispone

    de

    información

    precisa de dontlr

    deducirlos.

    Con todo,

    las

    regiones más beneficiadas

    fueron

    aquéllas

    crr

    que

    las

    condiciones

    de vida

    de

    la

    población

    eran

    relativamente

    mejort:r.

    Es

    probable

    que la diferencia

    de

    nivel

    de vida entre

    los trabajadorcr

    de

    la

    costa

    y

    los

    campesinos

    de la

    sierra

    haya

    aumentado,

    así como

    ('tr

    la

    propia

    costo

    entre

    los

    miembros

    de las cooperativas

    y

    los

    denr:ir

    trabajadores,

    y también

    entre miembros de

    distintas

    cooperativas,

    rrtr

    razón

    de la

    disparidad de

    las

    dotaciones de

    tierra

    y

    agua.

    El

    problc"

    ma de

    la

    elevación

    del

    nivel

    de

    vida de

    la

    masa

    camPesina

    que

    sc

    concentra en

    la

    sierra

    sigue en

    pie,

    a

    la

    espera

    de que

    se

    creen

    contli-

    ciones

    para

    la

    transferencia

    en mayor escala

    de

    poblaciones

    hacia

    los

    valles de

    los

    tributarios

    del

    Amazonas'

    El

    perfil

    de

    la

    agricultura

    peruana posterior a

    la

    reforma agrari.r

    aún no se

    ha definido.

    Parece fuera

    de

    duda

    que

    se

    insiste

    en

    favorecrrr

    9I8

    La

    reforma

    agraria

    se ha

    venido

    ejecutando metódicamente,

    lxrr

    zonas,

    bajo

    estricto

    control de

    las autoridades.

    Las

    tieras

    adjudicadrrr

    lo

    son

    de preferencia_u

    l.or.ï:p.rilor

    qt"

    u.,ryailqbAiô.dgl4s,

    P,,t,'

    en

    la

    gran

    mayoría

    de

    los iãíos

    esõí

    campesinos

    son encuadrados

    ,'tt

    la

    orsanización

    de

    srandes

    unidades de

    explotació{ìfrãGãiëi-dol;,t

    .

    luera

    clel control

    clel capltal

    prlvaoo,

    ror

    lo tanto,

    caDe

    aomltlr

    qtln

    uera

    clel control

    clel capltal

    prlvado,

    ror

    . r,

    Ia

    evoluclon Deruana

    se

    aDarte

    qe

    la

    rlnea

    aììffieruanã

    se

    aparte de

    Ia

    línea que llegó a

    predominar

    trr

    México

    y

    en

    Bolivia,

    donde

    los campesinos

    hberados del mtnttundro

    J--i-t*+-'*-

    sè tiãnsfãfrãïõnÏii

    minifundistas

    y reserva

    de

    mano

    de obra par';r

    un sector

    privado

    en

    el que se concentran

    las

    inversiones.

    Pero

    csr

    alejamiento

    sólo

    se

    consolidará

    si

    br

    cooperativas

    y las

    9o_cqe_{4{9s-3gr;r'

    rias

    de

    interés social

    tiãriãt-6frõ*en*Ë'ãõ51í-taã*ãã-ffiãÏõ,rãr

    L,'

    coããiãiãnõEì

    uct,,r

    agricõI*-qi*

    ;fïaíile.diã

    para desarrollàrse.

    RET'ORMA ACRÂRIA CHILI'NA

    caso

    chileno

    se

    presta

    más

    que cualquier otro para

    el

    estudio

    de

    la

    y

    el alcance

    de Ìas

    reformas

    agrarias latinoamericanas)

    tanto

    ìéfõrmadores. A diferencia

    de

    los casos estudiados

    anteriormente.

    agricultura chilena n-o era

    la

    principal

    fuente

    de

    empleo

    del

    país

    ei

    momento de

    Ìa

    reforiããfrã'ËT970-ã ãããffior

    ciËnto

    ia

    población

    activa

    encontraba empleo en ese sector,

    que contribuía

    con el B

    por

    ciento

    a la formación del

    prs.

    Además,

    e_Ì

    Estado no

    ,ndía

    principalmente de

    la

    agricultura

    para

    la

    extracción

    de

    un

    r-

    r5,

    ìse-sectòr

    para

    la

    seneración

    de

    eso resul ta ba

    crerto mairõã'ì[ãÏtaì-

    õ{ïË'Terffiiïítconsiderar

    la reforma

    agraria

    sin

    excesivos temo-

    Io

    que

    explica

    que

    se

    haya formado

    en el

    país

    un

    gg-nsglleJ

    que

    reforma

    agraria

    se

    haya

    rcalizado

    con base en.ul*_ì.e;lvotada por

    un

    bierno

    elegido en

    forma

    democrática.

    se

    traducía

    en

    una

    creciente necesidad de

    importar

    alimentos;

    por

    parte,

    el

    nivel de vida de

    la población campesina

    era muy bajo

    declinaba

    en

    relación

    al promedio

    nacional.

    Se

    estimaba

    que

    un

    io

    de

    la

    población

    estaba

    desempleada,

    al mismo tiempo

    que

    exis-

    en

    el

    país tierras

    no

    utilizadas e incluso tierras regadas eran sub-

    as. En síntesis: había un amplio desperdicio de

    recursos

    de

    de obra y de tierras, al mismo tiempo

    que

    el país

    dependía

    cada

    más

    de

    la importación

    de alimentos y las condiciones

    de

    vida

    en

    el

    po

    se degiadàban

    en términos

    relativos. La

    evidencia

    de

    esos

    permitió que

    se

    formase un amplio

    consenso

    en torno a la

    idad de reconstruir

    Ìa

    estructura

    agraria del país. Sin

    embargo,

    Los

    objetivos de

    la reforma

    agraria

    deJ

    gobierno

    99".." egiÂIie-

    definidos

    en 1965, fueron mucho más ariibiciosos: al

    concedet

    '€-çÇ-

    ç-*éY4*-#'*-_".L .'.,ê".#

    trmidãs-ã-f

    õu

    fe-ffi ëí

    -

    a

    gE

    o

    f s dõ-inreÉí

    soc i al,

    corresPo

    ndie-lìd

    <

    I

    n

    câããïfa.

    iIe ãlã'en

    È,rõmeõìõ.

    mãï-

    Ae50Ïfrïf

    'Ëêtìãìãs

    ;

    otro

    m

    i

    I

    lór r

    .*--

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    21/32

    tierras a

    millares de

    campesinos;

    bl aumerrtar

    la

    producción

    agrí

  • 8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)

    22/32

    en

    la integración de

    lot .3*pg$gl3g_Ll1qad_e_Lqg

    exlrl:rrtac-ión

    r.1,,

    tr

    va. Con todo,

    el problema

    fundamental

    estuvo menos

    €Ê

    la

    It'trr'r

    'l'

    explotación

    a

    adopt:rren

    ei sector

    reformado

    que en

    ei núttnero

    t|,

    1",

    sonas

    que deberían beneficiarse de la

    reforma.

    En

    la

    práctica,

    lt's

    ,

    ,ttt

    pesinos

    siempre

    Ìucharon

    por

    conservar

    Jg--P3lcj1t

    lttdivif|l1;1ì

    rlrrr

    {_+--------l--ff:

    dii [r:ir

    tehàn-èã*õfil$rne n

    aìtèrio r,

    lo

    d""l

    glu.Íde-çattidsrJ

    t I.

    I'

    rras a

    ser

    utilizadas

    colectivamerìtc; en

    segundo

    lugar,

    luchabittt

    1"r',

    -i,

    *_r."-_-*_--;--+

    evitar la

    incornoración Ìlermanente a las

    unidades

    reformadas

    rl, l,

    .

    trabajaclores temporarios,

    permaneciendo

    (:stos

    como

    unâ

    clasc

    r'r1,t',

    tada. La

    creación de los Centros de

    Refcrma Agraria

    fue

    un cslttt

    t

    "'

    por

    supeÌ'ar

    estas

    dificultades, pero en

    la

    práctica tendió

    a,

    prci':rl,"r

    Ia

    Ïorma de

    expìotación

    que

    concentraba

    los beneficios

    de la r('Í,,tt,,,,

    -.**--

    ---i+*--ffi1

    en manos de lá-ffiinoiía formeda

    por

    los

    antiqÌros

    residenÍes

    rl, l'

    .--_---__-

    DroDreoeoes exproDlaoas.

    --

    Si

    obserwamos

    en

    conjunto

    la

    estructura

    agraria

    chilena

    desptt,i

    ,l'

    la

    reforma,

    distinguimos clararnente tres sectores: un

    primer

    sector

    t

    ,,tr''

    tituido

    por

    los aitiguos

    -ffiift

    p"q"fras

    piopiedatles, :tl

    ,1,,,

    co.rerpond"

    el

    22

    s('r',rrril"

    formado

    por

    laí õpiedades

    privad4s

    medias

    y el

    resto de las

    sr:rr,,l,'

    7

    al

    cual .nr.".ponïê'ãlf8-"Ë;ì-ilt"-ãìã'ìlpã.r;ci".

    )'

    u r)

    I t'r

    r r

    r,,

    )

    formu.lo

    por

    Ël sector

    FfóGado,

    que

    cor:rpÍenden el

    $ pn.

    ,,,

    ,,,,,

    f

    au

    tu superficie.

    En

    1972 ei primer sector

    contribuyó-ãóí

    eÌ Lll

    1,,,r

    /

    ciento

    de la producción

    v

    absorbió el 55

    por ciento

    de

    la

    rnltttr'

    ,1,'

    )

    obra,

    el

    segundo

    contri