escuela de ciudadanÍa de incide: esta es nuestra propuesta
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I N C I D EFUNDACION DE DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO
SUCRE
ESCUELA DE CIUDADANIA
PROPUESTA
CUMANÁ- Febrero del 2011
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I.- RAZONES QUE JUSTIFICAN LA PROPUESTA
Los seres humanos, por naturaleza, somos seres sociales. Por eso vivimos conformando
sociedades, dicen algunos.
Otros dicen que no somos sociales por naturaleza, pero vivimos en sociedad por
necesidad, pues cada individuo, por separado, no se las puede arreglar para vivir solo.
El hecho es que, desde siempre, por naturaleza o por necesidad, los seres humanos
hemos vivido y estamos viviendo en sociedades humanas.
A lo largo de toda la historia humana estas sociedades han tenido y siguen teniendo
formas diferentes de organizarse a sí mismas.
1.1.- Sin ciudadanía no es posible la República ni la Democracia
El pueblo venezolano ha decidido organizarse como República y constituirse como “un
Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de
su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad,
la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos,
la ética y el pluralismo político” (CRBV, art.5).
Decidir por organizarnos como República significa, entre otras cosas, que:
La cosa pública es asunto de todos y no sólo de algunos
la Constitución y las leyes están por encima de todos y antes que todos
No hay nadie, cualquiera que sea el cargo que tenga un poder absoluto, no atado a la ley.
Los poderes públicos, para que no caigan en la arbitrariedad, en la discrecionalidad y en el
abuso del poder deben estar separados y controlarse de manera recíproca
Decidir por la Democracia es decidir por el modo en que todos podemos involucrarnos y participar
en la cosa pública:
Un modo donde el poder soberano de la nación se convierte en poder soberano del
pueblo, repartido de manera igual entre todos.
Un modo que entiende que, el poder soberano del pueblo por más soberano que sea, no
puede cambiar el ordenamiento jurídico, aunque sea por decisiones de mayorías, si el
cambio atenta contra los pilares de la República y de la Democracia, contra la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la ética, los derechos humanos, el pluralismo
político: Una soberanía de mayorías, así entendida, deja de ser democracia.
Un modo de entender que el poder del pueblo es intransferible porque nunca se pierde,
nunca se agota y nadie lo puede quitar…
Un modo de entender que el poder se puede expresar y ejercer a través de muchas
formas de participación en los asuntos públicos:
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de manera indirecta, a través del sufragio, para elegir a sus representantes en los
órganos del poder público: representantes que, por cierto están sometidos siempre
al pueblo y no a los partidos que los proponen como candidatos
de manera directa, a través de muchas modalidades posibles, siempre que están
enmarcadas en la constitución. El artículo 70 de la Constitución enumera varias de
estas modalidades: asambleas de ciudadanos, cabildos…
Por último, es un poder que tiene una finalidad: “la participación del pueblo en la
formación, ejecución
y control de la gestión pública” como “medio necesario para lograr el protagonismo que
garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo (CRBV.art. 62).
1.2.- En Venezuela hay exceso de Poderes Público y deficiencia de Ciudadanía
Todas las democracias, por ser democracias, deben ser participativas y todas, a la vez,
tienen que tener cargos de representación, seleccionados por sorteo para que todos tengan
igualdad de oportunidades, o elegidos a través del sufragio donde algunos tienen más
posibilidades que otros de ser electos.
Cuando la Constitución dice que apuesta por una democracia participativa y
protagónica, no niega la democracia representativa. Esta Constitución que tenemos es más
representativa que la anterior: en vez de tres poderes públicos constituidos tenemos cinco poderes
públicos…
El logro de una vida buena para todos es responsabilidad de todos, pues la cosa pública
es un asunto de todos. De los poderes públicos constituidos y de la ciudadanía toda.
La responsabilidad de los poderes públicos constituidos es muy grande: son quienes
están obligados a garantizar la vigencia efectiva de derechos humanos para todos:
seguridad, libertad, vivienda, educación, salud, trabajo…
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Esto significa, en palabras de Bolívar en Angostura, conseguir la máxima felicidad posible para todos.
Y, en palabras más sencillas, significa: lograr una vida buena para todos.
Es una apuesta para que la gente que está acostumbrada sólo a votar - y después se desentiende de lo que hacen o no hacen los representantes electos para los diversos poderes públicos- entiendan que el acto del sufragio es un acto importante de la vida democrática, pero no el único. Más importante y exigente es la participación cotidiana decidiendo sobre los asuntos públicos, proponiendo soluciones y exigiendo respuestas, controlando a los representantes electos…
La responsabilidad de la ciudadanía es participar en la decisión y control de la gestión
pública, exigiendo derechos, cumpliendo deberes.
Los poderes públicos están constituidos
por derecho (en la Constitución) y de hecho (en
la Administración Pública).
La ciudadanía está reconocida y
proclamada en la Constitución como poder de
base soberano. S in embargo no existe de
hecho de manera orgánicamente instituida.
Hay una sobreabundancia de poderes
constituidos con demasiado poder (lo que no
significa que abunden los buenos gobiernos) y
una gran deficiencia de ciudadanía con muy
poco poder (lo que no significa que no haya nada)
Cuando hablamos de deficiencia de ciudadanía, hablamos de deficiencia en cuatro dimensiones:
Deficiencia a nivel de conciencia de derechos y de exigibilidad de derechos: lo que no
nos permite ver la realidad tal cual es, sino como otros nos la pintan, aplaudiendo
políticas de gobernantes que nos dan dádivas en vez de estar exigiendo derechos.
Deficiencia a nivel de formación: es decir, deficiencia de conceptos y de herramientas
para comprender lo que significa e implica crecer en ciudadanía dentro de un país que
quiere refundarse como República y constituirse como Estado democrático, social, de
derecho y de justicia
Deficiencia a nivel de organización autónoma de un movimiento de ciudadanía: como
poder de base públicamente instituido y que se hace reconocer por los poderes
constituidos como legítima expresión de ciudadanía
Deficiencia a nivel de acción de la ciudadanía para incidir con eficacia en los asuntos
públicos colocando como corazón y centro de la acción, la solución de los problemas que
afectan a los más pobres.
1.3.- En una República Democrática, todos tenemos responsabilidad para conseguir una vida buena para todos
Cuando miramos a nuestro alrededor, cuando miramos nuestra vida misma, nos damos cuenta de
que estamos lejos, muy lejos, de haber logrado una vida buena para todos. Hay una distancia
inmensa entre los que se dan una buena vida y los que apenas tienen con qué vivir…
Ante esta realidad de ausencia y lejanía de vida buena para todos, casi siempre echamos la culpa,
y con razón, a los gobernantes que tenemos.
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conroles distintos perocomplementariosPoderes Distintos
PoderPúblicoexiste
por derechoy de hecho
si bien necesitadodeserrevisadotransformado
desburocratizado
Ciudadaníaexiste por derechopero no todavía de
hecho
nisuficientementeinstituida de
manera orgánicaen una esfera
públicareconocida
Es nece sario trabajar enl a reestr ucturacióndel
Poder Constituido
E sne cesariotrabaja r fuertementeen la construcciónde
l a Ciuda da nía
Pero casi nunca nos damos cuenta de que la ausencia y deficiencia de una verdadera ciudadanía,
autónoma, consciente, exigente, orgánicamente instituida, es la causa más grande que explica la
carencia de una vida buena para todos:
Somos nosotros quienes elegimos a los gobernantes que tenemos, a los diputados que
tenemos, a los concejales que tenemos. También los podemos sacar si no cumplen.
Pero votamos por que nos los proponen desde fuera y no los sacamos por lealtades con
los partidos o con los líderes de los partidos que los propusieron.
Es más importante, para muchos, la pertenencia al partido y la lealtad con los líderes de
los partidos, que la pertenencia a la comunidad donde vivimos y la lealtad con nuestros
vecinos más pobres
Somos nosotros los que nos movilizamos, marchamos, batallamos por llevar a alguien al
poder y, a la vez, los que no encontramos tiempo y no nos esforzamos por aprender a
participar como ciudadanía organizada en los asuntos públicos que como ciudadanos nos
competen.
Dedicamos tiempo, gastamos dinero, derrochamos esfuerzos por fortalecer los poderes
constituidos y no dedicamos tiempo ni hacemos esfuerzo por fortalecer la ciudadanía
como poder de base consistente
1.4.- La creación y consolidación de un movimiento autónomo de ciudadanía no interesa a los Poderes Constituidos
Al decir que la deficiencia de ciudadanía es la causa más importante de la carencia de una vida
buena para todos, no estamos diciendo que tengamos culpa.
Hay una larga historia, pasada y actual, que explica la deficiencia y ausencia de la
ciudadanía y la presencia de la pasividad, el desconocimiento, la fragmentación, la
cooptación, el subyugamiento de la ciudadanía
Y hay también una situación generalizada que dificulta el surgimiento de una ciudadanía
libre y emancipada: la necesidad. Quien vive de limosna no se atreve a levantar los ojos, ni
la voz, al que le da de comer… Quien llega al poder y con dinero público hace dádivas,
tampoco quiere resolver la pobreza para no perder el poder y convertirse para los pobres
como un gobernante necesario.
No es raro, por tanto, que los poderes constituidos dediquen dinero y esfuerzos a educar la
ciudadanía para la participación democrática en los asuntos de la república (cosa pública), a pesar
de ser un mandato constitucional: Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la
generación de las condiciones más favorables para su práctica (art. 62).
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Una ciudadanía bien educada es una amenaza para quienes pretenden enroscarse en el poder constituido.
II.- LA PROPUESTA
Incide no es una organización gubernamental. Es una asociación civil no gubernamental
que, en base al artículo 62, entiende que, como institución, tiene el deber de facilitar la generación
de las condiciones más favorables para la práctica de la participación ciudadana. Por esta razón y
para esta finalidad nacimos hace 22 años.
Más aún, cada persona que trabaja en INCIDE ha entendido y quiere poner en práctica lo
que pauta el artículo 132 de la Constitución: Toda persona tiene el deber de cumplir sus
responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del
país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia
democrática y de la paz social.
Por todas estas razones proponemos la creación en tu municipiode una ESCUELA DE CIUDADANÍA
Esta es la propuesta que queremos explicar a continuación.
2.1.- Objetivo de la Escuela de Ciudadanía
Con la escuela de ciudadanía INCIDE pretende contribuir a “refundar la República para
establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural
en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad,
la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la
convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a
la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin
discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las
naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio
de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de
los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear,
el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e
irrenunciable de la humanidad”(Preámbulo Constitución)
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2.2.- Filosofía de la Escuela de Ciudadanía
Cuando decimos la palabra “escuela”, todos sabemos que estamos hablando de Educación. Y
también todos sabemos que hay muchos modos de entender lo que significa e implica la
educación.
En Incide pensamos la escuela dentro de la corriente filosófica y pedagógica de la “Educación
Popular”, como se ha entendido en América Latina.
La educación popular es una opción por la transformación de la realidad popular, por
cambiar la situación de vida de las mayorías pobres, con el protagonismo y participación
de los pobres en los propios procesos de cambio.
Para poder transformar la realidad que vivimos hay que descubrir que no es una realidad
buena para todos y que es posible construir una realidad distinta. Por eso, antes que nada,
la educación popular es una propuesta de avanzar en un camino de concienciación
como condición para la acción transformadora.
La educación popular es un proceso permanente de aprender a vivir, desde la vida,
durante toda la vida. Parafraseando y completando a Simón Rodríguez, podemos decir:
aprender haciendo y hacer aprendiendo, aprender viviendo y vivir aprendiendo
En la educación popular no hay maestros que saben y enseñan y alumnos que no saben y
aprenden. Todos somos participantes en el camino de aprender a vivir y de vivir
aprendiendo, porque todos tenemos una vida desde la que podemos reflexionar: todos
somos educadores y educandos a la vez, como muy bien expresó Freire
En la educación popular los aprendizajes no tienen que ver sólo con conceptos ni se
reduce a la adquisición de información. Los aprendizajes tienen que ver con las
acciones de los participantes en todas las relaciones que establecen en la vida con
todo lo que los rodea, todo su mundo: familia, sociedad, economía, política, sexo, etnia,
ambiente…
En la educación popular, aunque no hay profesores que enseñan ni alumnos que
aprenden, sí hay personas que dan dirección al camino y facilitan que todos los
participantes dialoguen en condiciones de igualdad y de libertad
2.3.- Dimensiones del Desarrollo de Aprendizaje de la Escuela de Ciudadanía
Una “escuela de ciudadanía”, entendida, desde la filosofía y pedagogía de la educación popular,
debe ser un espacio para aprender a vivir en ciudadanía, colmando las deficiencias que existen en
las cuatro dimensiones que hemos mencionado y que son, a la vez, condición y expresión de una
ciudanía autentica, libre, verdadera, emancipada:
la dimensión de concienciación: descubrimiento consciente y crítico de la realidad en que
estamos
la dimensión de formación: producción y apropiación de conceptos en el diálogo entre los
participantes para comprender la situación y dar dirección adecuada a la acción
la dimensión de organización: inventiva y práctica de modos de organización ciudadana
que nos permitan instituir un movimiento de ciudadanía, con autonomía, reconocido y
aceptado como tal por los poderos constituidos
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la dimensión de acción de incidencia: ejercicio público de la ciudadanía, actuando cada
vez con mayor fortaleza y capacidad, de manera orgánica, para incidir en los asuntos de la
cosa pública (re-publica), poniendo así a los más pobres como centro de interés
Estas dimensiones no son parcelas separadas de la escuela ni se abordan con temas y momentos
diferenciados. La ciudadanía comienza a superar la deficiencia en la medida en que crece en las
cuatro dimensiones de manera armónica entre sí.
Mayor conciencia exige mayor formación, mejor organización, más capacidad de
incidencia.
Más formación nos posibilita mayor concienciación, mejor organización, mayor
consistencia en la incidencia
Mayor organización nos posibilita mayor fortaleza para actuar, nos exige mayor formación
conceptual y apropiación de herramientas, nos hace avanzar hacia horizontes
desconocidos de una conciencia más crítica y exigente
Mayor incidencia en los asuntos públicos nos va a ir exigiendo mayor institucionalización
orgánica de la ciudadanía, abre nuestra conciencia hacia la exigibilidad, nos impulsa a
seguir formándonos para conseguir y dar razones y motivos conceptuales de lo que
hacemosC
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O rg a n iza c ió nA c c ió n
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2.4.- Clima de la Escuela de Ciudadanía
El clima es un conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan a un lugar determinado.
Pero hoy la palabra clima se refiere también a un determinado ambiente social, un modo de estar
y vivir socialmente.
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Por eso, concienciación, formación, organización, acción se entrelazan entre sí en la dinámica de aprendizaje de la Escuela de Ciudadanía
Hay climas atmosféricos que impiden o dificultan la vida, por exceso de calor, por exceso de frío,
por abundancia de agua o por escasez de agua. Allí la vida no brota o, si brota, crece con
dificultad.
Pero también hay climas sociales que impiden o dificultan la convivencia ciudadana. Hoy en
nuestro país hay un ambiente social que dificulta la convivencia ciudadana: la excesiva politización
de la vida, la polarización, la intolerancia, la adhesión fanatizada a programas y personas y las
reacciones automáticas a posturas o personas adversas…
La escuela de ciudadanía necesita un clima que posibilite el crecimiento de la vida de la ciudadanía
y por eso tiene unas condiciones y características que todos debemos proteger y cuidar.
Enumeramos algunas condiciones y características que nos parecen condiciones mínimas y
características importantes.
Las sacamos del mismo objetivo de la Escuela, pues si aprendemos desde lo que vivimos, el clima
de la escuela de ciudadanía debe ser un anticipo de la nueva ciudadanía que queremos construir:
o La escuela de ciudadanía es un espacio donde todas las personas tienen cabida y reciben
buena acogida
o La escuela de ciudadanía es un lugar de ejercicio de participación y protagonismo de todas las
personas, respetuosa de la identidad étnica y cultural de cada una, sin discriminación de
nadie en base a diferencias de sexo, profesión o trabajo, a la diversidad de militancia a
religiones y partidos.
o La escuela de ciudanía es oportunidad de ejercicio de libertad democrática, en condiciones de
igualdad, para pensar, proponer, deliberar, discutir, disentir, consensuar, sin imposición de una
manera única de pensar, hacer o vivir. Es ocasión para que emerja el pensamiento y saber
plural, la propuesta múltiple, el enriquecimiento de perspectivas…
o La escuela de ciudadanía es un espacio de encuentro, de tolerancia, de paz, de solidaridad,
de búsqueda de consenso en vistas al bien común de todos. En caso de necesidad, también
espacio de reconciliación de personas que piensan de manera totalmente opuesta, sin que
ello implique discriminación de nadie ni subordinación de los más fuertes sobre los más
débiles, ni imposición de mayorías sobre las minorías…
Lograr el clima necesario para que la escuela de ciudadanía sea verdadera escuela de
ciudadanía es un reto difícil, pero no imposible. Bastaría, como condición primera, que todos los
participantes entendiéramos, desde el inicio, seis cosas:
todas las personas nacemos o habitamos en una población determinada, en una parroquia,
en un municipio, en un estado, en un país;
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Si en la escuela de ciudadanía creamos un clima contrario a lo que queremos como objetivo, en vez de avanzar hacia un movimiento de ciudadanía, terminaremos todos más separados, más intolerantes, más polarizados, menos libres, más fanatizados.
En vez de aprender a vivir como ciudadanos y a instituirnos como ciudadanía profundizaremos las brechas que nos dividen y separan: escuálidos y chavistas, patriotas y antipatriotas, bolivarianos y pitiyanquis, católicos y evangélicos, blancos y negros, machos y hembras, socialistas y capitalistas, profesionales y obreros…
todas las personas, por nacimiento o por habitación, somos parte y pertenecemos de
hecho a un población muy concreta, a una parroquia, a un municipio, a un país; en este
espacio de pertenencia, somos y nos hacemos ciudadanos y ejercemos la ciudadanía;
el sentido de pertenencia primero y más importante de cada persona es el sentido de
pertenencia ciudadana a la comunidad (local, parroquial, municipal, estadal, nacional)
donde vive;
la pertenencia ciudadana a una comunidad es anterior a la pertenencia a una asociación,
más importante que la militancia en un partido o a un gremio;
cuando las personas tienen bien arraigado el sentido de pertenencia ciudadana, siempre
la lealtad primera es con la comunidad a la que pertenecen, antes que al partido en que
militan o a la asociación a la que pertenecen;
el encuentro de la ciudadanía es posible cuando los intereses de la comunidad son
valorados como más importantes que la defensa o los intereses de gremios, partidos o
gobernantes de turno.
2.5.- Personas invitadas a participar en la Escuela de Ciudadanía
Por esta razón la escuela de ciudadanía no es una escuela de formación de cuadros de partidos,
ni de vocerías de consejos comunales ni de gobiernos de comunas ni de directivas de juntas de
vecinos, ni de directivas de gremios o sindicatos o cámaras empresariales, ni de directivas de
clubes o colegios profesionales…
Esto no significa que no puedan participar en la escuela personas que militan en cuadros de
partidos políticos, o que son voceras de consejos u ocupan cargos de responsabilidad en cualquier
organización comunitaria, gremial, sindical, social, empresarial o profesional…
Al contrario, es bueno que participen para que, desde su participación en la escuela, introduzcan
en sus respetivas organizaciones la dinámica ciudadana de la escuela en vistas a ir dando forma a
un movimiento de ciudadanía plural y, a la vez, unido en hacer valer el derecho a participar e incidir
en los asuntos públicos para construir una vida buena para todos
Pero, muy importante es, sobre todo, que los participantes en la escuela de ciudadanía sean
personas que tienen deseo de contribuir a hacer algo para que la vida de los más pobres de su
comunidad (local, parroquial, municipal, estadal) tengan pronto una vida buena y digna.
A todas estas personas, de manera preferencial, va dirigida la escuela de ciudadanía. Cuando se
quiere, se puede.
III.- OPERATIVIZACIÓN DE LA PROPUESTA
La escuela de ciudadanía tiene un ámbito municipal, sectorial y estadal
3.1.- Es una Escuela de Ciudadanía Descentralizada a Nivel Municipal
La descentralización municipal de la escuela de ciudadanía significa que en cada municipio tendrá
un perfil específico propio: una dinámica propia de funcionamiento e, incluso, una temática propia.
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Todas las personas podemos dedicar algo de tiempo de nuestra vida para aprender a vivir como ciudadanía y para hacer ejercicio del derecho de la ciudadanía a participar en la cosa pública y avanzar hacia una vida buena para todos.
En consecuencia, en cada municipio, los participantes en la escuela deciden cómo operativizarla
con autonomía.
Es posible, también, que en algunos municipios, si son muchos los participantes en la escuela, la
escuela pueda desconcentrar los espacios de encuentro de los participantes a nivel parroquial o
zonal, para facilitar que mayor número de gente pueda asistir con menor gasto de tiempo y menor
esfuerzo.
3.2.- Es una Escuela de Ciudadanía que tiene en cuenta las Perspectivas Sectoriales
En cada municipio pueden participar, a la vez, mujeres y varones, jóvenes y adultos, pescadores y
campesinos, obreros y empresarios… Cada uno de estos sectores pueden tener intereses y
demandas colectivas específicas.
La escuela de ciudadanía deberá atender estas exigencias específicas colectivas a los fines de que
estos sectores encuentren modalidades propias de organización y acción, de conciencia de
derechos colectivos como sector y de formación específica.
Dentro de esta pluralidad sectorial, por opción, Incide dará un énfasis espacial a la organización
sectorial de mujeres y de jóvenes
3.3.- A la vez, es una Escuela de Ciudadanía que tiene Unidad en el Nivel Estadal
Esta unidad estadal no es caprichosa. En investigaciones participativas realizadas durante
los meses de Octubre y Noviembre del 2010, con ciento cincuenta posibles participantes de doce
municipios, descubrimos que hay necesidades educativas (de concienciación, formación,
organización, acción de incidencia) comunes.
Hemos organizado estas demandas comunes en núcleos temáticos iguales para todos,
que conforman una educación básica fundamental para todos los participantes en la escuela de
ciudadanía. Fundamentalmente son núcleos
temáticos que nos permiten conocer y profundizar
la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela
Derechos Humanos y Ciudadanía
públicamente instituida y reconocida
Derechos Humanos y Seguridad
Ciudadana
Democracia, República, Federación,
Descentralización y Estado de Derecho y
Justicia
Participación Ciudadana en los asuntos
públicos
Ética, Transparencia y Política
Plan de Desarrollo Sostenible
Gestión Pública consesuada entre Poder
de base y poderes constituidos
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Presupuesto Participativo como camino hacia el combate de la pobreza
Pero la unidad de la que hablamos no tiene que ver sólo con un mínimo común temático.
Tiene que ver, además, con espacios comunes de intercambio nivel estadal, para que los
participantes en la escuela de ciudanía puedan encontrarse en diversos niveles:
como ciudadanía instituida para compartir sus procesos, aprendizajes y modalidades de
organización y, también, para avanzar hacia un movimiento de ciudadanía estadal
como agrupaciones sectoriales para abordar temas de interés específico de cada sector
como asamblea estadal de equipos de animadores – facilitadores de cada escuela
municipal para adquirir y compartir experticias de animaciones
3.4.- Los Participantes no son simples beneficiarios, sino que son garantes de la Escuela de Ciudadanía
La escuela de ciudadanía debe llegar a la mayoría de los sucrenses, aún cuando muchos
no asistan a los talleres, cursos, encuentros, que se realicen a nivel municipal, sectorial o estadal.
Por eso es responsabilidad de cada participante recrear y replicar la escuela en sus
espacios cercanos vecinales y comunitarios, sectoriales, gremiales…
De este modo cada día habrá más gente que se sienta comprometida con el gran
movimiento de ciudadanía, municipal, sectorial y estadal, que queremos impulsar.
Mayorías que deben ser convocadas a incidir en los asuntos públicos en las acciones que
promoveremos, pero que no deben acudir de manera fanatizada o empujada, sino convencida con
razones.
Pero, sobre todo, para que la escuela de ciudadanía pueda ser sostenible en el tiempo y
pueda tener una cobertura amplia, es necesario que en cada ámbito municipal y sectorial, haya un
grupo de personas que se comprometen a animar la escuela de ciudadanía, formando un equipo
de animación municipal y un equipo de animación sectorial.
Animar significa e implica cuatro cosas:
convocar a todos a participar
organizar y preparar la logística de los encuentros de los participantes
facilitar los espacios de reflexión colectiva de los participantes.
Sin estos equipos de animación no es posible ni conveniente ni empezar ni sostener la
escuela de ciudadanía.
No es posible porque Incide no cuenta con recursos humanos ni recursos financieros
suficientes para impulsar y mantener la escuela en todos los municipios y parroquias
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Por esta razón INCIDE, en cada taller o curso o encuentro, suministrará a los participantes un material que posibilite una fácil recreación y replicabilidad de los contenidos tratados en cada espacio municipal o parroquial.
No es conveniente porque, aun en el supuesto de que Incide contara con los recursos
humanos y financieros suficientes, Incide cree que las personas pobres son y deben ser
ellas mismas las garantes de sus propios procesos de emancipación. Incide sabe que:
o En cada municipio y en cada sector hay personas que tienen capacidad para
animar la escuela o pueden adquirirla; por eso Incide apuesta por la creación y
fortalecimiento de las capacidades internas de cada municipio y de cada
sector.
o Sólo es posible cambiar cada municipio y cada sector, cuando personas de cada
municipio y sector se involucran de manera activa en la producción de los
cambios.
Para conformar y hacer parte de los equipos de animación no hacen falta
muchas cosas. Son importantes una condición y tres requisitos:
La condición indispensable es una actitud de ponerse al servicio de la gente, para que
pueda crecer en ciudadanía: comprender que animar no es sustituir a la gente, ni es
colocarse una estrella de mayor importancia que los demás ni, tampoco considerarse
representante de nadie; animar es dar ánimo, hacer fácil el camino a los demás, servir al
proceso de crecimiento de todos.
Los tres requisitos, en orden de importancia, son querer, poder y saber:
o querer dedicar algo del tiempo y de la vida para que esta propuesta sea posible;
o poder, de hecho, dedicar el tiempo necesario para funcionar como equipo, para
prepararse como equipo animador y para cumplir las tareas de animación en
equipo.
o saber animar, es decir, saber convocar, invitar, organizar la logística de los
encuentros y saber facilitar o hacer fácil la participación de todos en los cursos,
talleres, jornadas, concentraciones…
oo
IV.- Y, AL FIN Y AL CABO, ¿PARA QUÉ LA ESCUELA DE CIUDADANÍA?
En INCIDE tenemos un sueño, cercano, para mitad del año 2012, para el momento en el
que en todos nuestros municipios comiencen a salir los candidatos a Alcaldes y a concejales.
Para ese momento, tenemos la esperanza de que la ciudadanía de cada municipio pueda sentar a
los candidatos para:
presentarles un plan de desarrollo municipal pensado y decidido por muchos;
exigirles fidelidad al municipio por encima de lealtad a los partidos que los promueven;
comprometerles a administrar el municipio dentro de una dinámica de gestión pública
consensuada;
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Con el saber no hay problema, cuando se quiere y se puede. Ninguno sabe todo y todos sabemos algo. Aprenderemos juntos y entre todos. Incide se compromete a facilitar estos espacios para aprender a saber animar
obligarles a incorporar, como manda la ley, el presupuesto participativo municipal como
herramienta importante para hacer una distribución equitativa y ética de los dineros
públicos e ir avanzando hacia la creación de condiciones que posibiliten una vida buena
para todos.
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Un sueño bonito, dirán muchos. Imposible dirán algunos.
Pero, ¿y si fuere posible amanecer dentro de año y medio y el sueño se convirtiere en realidad?
Esa es nuestra esperanza. Por ella apostamos. De la ciudadanía depende. La escuela de ciudanía es un camino para que el sueño deje de ser sólo sueño y se haga realidad.