revista mensual - memoria digital vasca
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REVISTA MENSUALi
C I E N T I F I C O - Li l T E R A R I A
AÑO I, B IL B A O ; D IC IE M B R E DE 1889 NÚM ERO 1
\
PRELIMINARES
!r, aparecer nuestra Revista en el estadio de la
prensil, debemos, ¡mto todo, dirigir nuestro salu-
i do cariñoso á los benrvolos lectores, y al público
en general, á 'quien ofrecemos, para que lo sirvan de utilidad
y honesto recreo, las páginas de L.v Aíikja, y en breves pala
bras oxponer algunas razones (justificativas de su aparición
en el muiido civilizado.
Porque no hay duda qué más do cuatro, al recibir nuestra
Revista por vez primera, .6- al tener noticiado ella, se pre
guntarán á sí mismos ó preguntarán á otros: ¿Qué es esto?
¿á qué viene esta publicación? ¿cuál es su móvil, cuáles sus
tendencias? ¿qii6 objeto se'propone ó quó necesidad llena?
Preguntas1 serán éstas muy en su lugar, y cimentadas en cri-
terio razonable, no en mera curiosidad, y á las cuales por
nuestra parto desearíamos contestar mejor con hechos reali
zados que coiii palabras do ¡futuro: preferiríamos dar la res
puesta mostrando on los1 pliegos ya publicados ol cumplí-
miento d© un programa realizado mejor que expnestó. Y á
esto seguramente aspiramos: á que, pasado algún tiempo,
nuestros favorecedores puedan mejor estar satisfechos con
las condiciones de esta Revista ¡que no haber de contentarse
á medias con las promesas que en el primer número ños ve
mos obligados á formular, eso sí, con propósito de cumplirlas
en cuanto de nosotros dependa. Mas ya que es menester por
vía de introducción ó preámbulo anunciarnos al público y
dar á conocer nuestros propósitos, bosquejaremos en pocas
palabras el plan de nuestra Revista; los servicios á que or
dinariamente se ha de consagrar.
L\ conveniencia de quo en pueblqs industriosos 6 inteli
gentes se publiquen Revistas científicas y literarias, cosa es
que sin esfuerzo puede comprenderse. El carácter reposado
y ameno de estas publicaciones, que las permite mantenerse
agenas do los apasionamientos 6 impremeditaciones, les da
tiempo y ocasión de escoger sus variados asuntos, y tratarles
con mayor circunspección y madurez, y su forma ofrece ma
yor facilidad dé conservarlos coleccionados en libros, no en
hojas volantes de menos de un día de existencia, qué por la
mañana salen frescas y rozagantes, y á las póca* horas son
desechadas ó arrinconadas como objetos sin utilidad' poste- •
rior. Circulan con excesiva profusión los periódicos diarios,
que por cierto no constituyen un adelantamiento social ni
perfeccionamiento de nuestra literatura: esto misirio haco
más sensible el vacío de una Revista de aficiones literarias
y científicas qne, apartándose de las miserias de gacetilla, se
remonte á cuestiones más serias y durables, proporcione co
nocimientos más útiles y honestos! •
Los estudios científicos despiertan mucho interés’y pro
ducen grandes utilidades por sus aplicaciones á la industria
y á los usoá de la, vida social. Frecuentemente aparecen in
ventos notables, se multiplica^ ehsa^os y pruebas, sé ad
quieren datos luminosos, por la observación y la experiencia,
dignos do sor tomillos 011 consideración por los aficionados & osto noblo ramo do los hiiiiianos 'cjoiidcimiontos. Los intereses
'do la agrien lthra,-do las artos 6 .inclustria, 110 son menos ¡111-
pprtantos y necosarios, afinque por desgracia están harto des
cuidados 'on las esferas oficiales. Da pelia ó indignación ver
la incuria, v ’desvío'con que esos'i(ntpreses vítales son descui
dados por lofi Gobiernos que, ocupados ó entretenidos en
n^¡serías políticas, dejan 1 10 so vhyaij cegando las verdade
ras fuentes do riqueza pública, y quo sJo agosten los elemon-
tps do prosp'prioadi"nacional. Una 'Hiotccción' razonable y una
administración diligente y honradíi serían oxcelcntcs medios
do levantar los Animos caídos y reparar los quobrantos sufri
dos. Mas ya (pío la iniciativa y el apoyo gubernamental fal
tan al puoblo y dejAn íi las clasey .productoras) abandonadas á
sí mismas, necesario es quo óstas ibusquen, siquiera sea tra
bajosamente, lo.-i recursos que les son necesarios; quo vuel-
v'an lo? ojds A instituciones antiguas, restaurándolas en armo
nía con,' líis exigencias 1 políticas, y las inecesidades del
momento.1 Kst.0 1 nos parece do sttrtna conveniencia, y á ello
consíigramos nfibstro concu'ráo. Quisiéramos, puos, con el ma-
y'or aciortb óoloccionar1 en nuestra ítpvista, los principales,
datos y Asofias qliC halle|nos relacionadas qoji el movimien
to científico y ios'adelantos cri; l,a industria; dar á eonoccr
pcriódicamontá'eí óstado gqnbral, político y administrativo en
Espada y él-extranjero, fcbfialando las verdaderas fuentes de
prosporidad, y, timihióii los agentes mallia^dos do los des
bórdenos soclalés, pattt que, sean!^nocidos hn/u/)«' procuren nnlitarse,c,n'la somhrtf;- y por último, mezclando lo útil
0011 lo dulco, poporcionar A los le(Jtoil*s aficionados á las be
llas lefias hontisto esparcí hi ¡en to 0011 lecturas. recreativas. No
nos lisongeamos diertamento de.políer, presentar, sobro todo
on losj eomieiizosj un modelo acabado en el gónoro do estas
Eovistas científico-literarias, ni pretendemos colocarnos á la
CabczA de otras de su clase. Ny vamos tan allá en nuestras
pretensiones. Procuraremos qne nuestra Abeja, en forma do
publicación mensual, ocupo un puesto decoroso; en armonía
con su nombre; que sea lnboriopa y solícita en acopiar datos y
conocimientos de utilidad para sus,lectores, que sus producr
ciones literarias no pierdan el aroma principal do instru ir y deleitar los ánimos; y que su carácter apacible no lo impida
manejar en casos dados .¿1 agqijón punzante contra los zánganos. ,
El plan de esta publicación, que saldrá á luz el día 15 do
cada mes, será bien sencillo. En primer tórmjno daremos un
extracto de las disposiciones oficiales quo hayan sido dicta
das durante el mes anterior, así eclesiásticas como civiles,
tomándolas ya do los Boletines eclesiásticos de la Provincia
metropolitana de Burgos y diócesis do Pamplona, ya do lai
Gaceta de Madrid y Boletines oficiales de las comarcas en
clavadas en esa misma demat-cación. Nos parece esto de gran
utilidad para que los lectores pbedan conocer y conservar
esas disposiciones de interés genewll en ambas jurisdicciot
nes. La sección de ciencias y conocimientos útiles contendrá
los artículos y noticiad pertenecientes á estos ramos impor-
tantes do la industria y adminisfración do )os pueblos. "En
la,sección literaria aparecerán las pf-oduceioncs do su elasp
con variedad de temas; y teniendo oh cuenta que la Revista
nace y se publica en país vascongado, la lengua euskara será
cultivada por los colaboradores do La A i jf jA, ya con explica
ciones teóricas de la extjuctura y bellezas do nuestro idi(¡*- .
ma, justamente admirado y alabado do ph)j>ios y oxtrnflós,
ya con la producción de ¡ composiciones en prosa y verso.
Una sección de noticias generales dará á conocor los sucosos
ol ex
tranjero, siondo esta crónica un bosquejo fiel do la situación
respectiva en cada £aís dreada por esos mismos aconteci
mientos.
1 La indicación que lleva la pqrtada de esta Revista, do
dé más bulto y trascendencia ocurridos en'España y
ostar rtprobada por un Consorlefíl^iástioo,' indica! nuestro do-
, cidido propósito do respetar Uis cosas respetables y de no
arrogarnos ’facultados que no' nos incumben. Los asuntos
' religiosos son demasiado serios y 'trascendentales, para la
vida do los pueblos comò do los.individuos, para ípie nosotros
nos atrevamos A tocarlas, indiret-ta ó directamente si preciso
fueVo alguna vez, sin estar garantidos de la ortodoxia do
nuestras1 apreciaciones ó raciocinios. En Osta materia más
quo en ninguna Atra preferirne0 el mótodo preventivo.
Por último, teíiiendo en cuenta la importancia excepcional
quoTovistci. las Encíclicas Pontificias, en las quo el Padre
'común db los fieles da'las enseñanzas ó intima sus precep
tos v consejos, que por iodos d^bo.u con jusfieia sei* respeta
dlos y duntpHdos, creemos oportuno darlas á luz en nuestra
Rovista, poro en pliego separado para quo pueda formarse
(colección' especial de dStos documentos, que justamente son
univorsaln|ento reconocidos como insignQsimon}imenfos do
'ciencia y do verdad infalible; ,Y on nuestro propósito de
tonev casi pe.rmanonto e$a' sección do pliego separado, una
¡voz publicadas las nnís'/notablos Encíclicas, insertaremos,
según là oportunidad, algunas obras literarias de roconocido
imórito y eonvenibncia. í)o esta Cubito los lectores de la Re
vista podrán'formar con ojia dos colecciones diversas, y am
bas útilísimas.
La Revista tiene su Consejo do Redacción, v cuenta con la
pooporaejón, do ilustrados colabò|-adòrcs; però todos los osori-
i tos originales saldrán como do, redacción: 110 so busca on
esth publicación el lusti¡q ó la faina para sus redactores, sino
el buon nombro de la Revista y su utilidad para el público.
Los quo'en 'olili escriban, haránl'oi sili pretensiones' di* nom-
tbradía, y sabiendo que moralmente son responsables «lo sus
producciones ó escritòs. Por idéntica razón, las columnas do
esta Rovista éstán abiertas para los quo, ajustándose á su ca
rácter, q’uiotan favOrocerlIi con hlgufios trabajos ó composi-
ciones; pefo el Consejo de Redacción sé reserva todo el dere
cho de admitirlos ó negarles cabida en La A b e ja , según los
conceptúo portinentes ó inadecuados & la índóle do esta Re
vista.
Y sentados estos preliminares, con la venia del lector, pa
saremos 6 ocupamos, fiesilo i[ presente número, en las ma
terias ya indicadas.
L a R edacción ’.'
Bilbao, Diciembre do 1889.
Cr ó n ic a i n t e r n a c i o n a l
kcía un escritor contemporáneo que dod son los
ojementos constitutivos do la moderna civiliza
ción: muchas ideasen libro circulación por todas
partes, y 'muchos roginiientos guarneciendo las naciones. Las
primeras (aíladía) representan l i rienda y 1«\lihertad; los se
gundos t\ órftm y la legalidad \El, diseño río doja do sbr gráfico y expresivo: la libertad
del pensamionto está hoy proclamada ,como una do las gran
des conquistas dql modqrno progreso. Acoroa do .esto pudi6-
tamos decir m'uchas cosas.. Pero piOnguadá ciencia es la quo
so confundo pqnla charlatanería, ridicula dioneia la que no
reconoce principios fijos,.evidentes, fU}pcriorcs á toda discu
sión f Exentos de la volubilidad, del poqspmicnto y de la
imaginación do lbs hombres. Las,monedas falsas, como las
ideas errónoass no deben spn puestas en circulación, no deben
tpner entrada en los morqádos,, n i1' eil las especulaciones de
ninguna clase.
i Pero (jejomos de filosofías, f .vamos al hebho material do
las guarniciones y milicias, representación del orden y de la
legalidad. Por cierto qup bsto Orden y esta legalidad, apun
talados con las bayonetas,1 cuestan caro á las naciones y dan
poca fiiiqczqi ¡Mos1 edificios: valen más quo puntales do oro,
y sirven á véteos menos quO puntales do madera carcomida.
Verdaderamente, en pofcas edados dó la Historia se habrA
podido ver un fenómeno semejante al que en nuestros días
ocurre: todos los pueblos del continenti} europeo están con
vertidos en campamento, semipacífico, sqinibólico, pero archi-
gravoso para los ciudadanos contribuyentes.
El presupuesto do guerra es do lo más sutydo en las-na- \
ciones; el contingento do los ejércitos se olova A cientos do1
millares do soldados en cada una do ellas; lo? inventos y mo
dificaciones de armamentos, trenes do batir, buques de guerra
y artillarlos do las plazas, so multiplican; y Jas paciones todas,* i
arma al brazo, só contemplan las unas A las- otras, A voccá
como desoosns do vonirso A las manos, y cadfi una como te-,
morosa do ser la primera en disparar ó acometer.
Pero oste esttido de sitio permanente y mutuo, estos apA-
ratós militares, no se dirigéii exclusivamente á la legalidad y al orden internacional; cosa os qué anft nò |pod«mo9,decií:
si más bien quo para esto son nwtesiniH < tròpas para
mantener el 80&i¿g#'ititeHór en cada nación,vi par* sefvir dd
grinrdia* de corpn á las indtitueionos o £<&iernoft respectivo#.
Porque hay idea* ìfoalsànas ^uo com’o ciertíalbebidKs' subén
A la cabeza, y son capaces dé produci' íA dkUrinni Si el pensamiento es libro, tambión la acci¿ó det» íerlo :ihó
aquí la lógica de un pueblo revolucionado. ; ‘ i
Hablamos do las revoluciones. Ddnde no sG les |>Kedo ojio- :
nernn frono moral, so echa mano de la fo^rza bruta: pára
oso están abiertas las bocas de los cationes.
■ Es casi una consecuencia naturhl quo (letrAs do la libero1-
circulación do ideas, venga una libto ciróulación do baiai? yi.
de revoluciones.
El acontecimiento culminante -|pl me* de Noviembre^ ha1
sido el destronamiento del Emperador dol Brasil. Eqto hethi)
faé consumado gorii tal actividad y segundad por parto d<3 l‘>*
-
conj lirados, qWo ía noticia sorpkmdió á la ini sin a diplomacia
duropoa; y1 los dotgllcs todos do la doposioi(5n del Emperador
y proclamación de-la República ó Cpnfedoración do los Esta
dos dol Brasil demuestran quo lós. preparativos se lian hecho
con madurez y ion fuertes elementos de apoyo y cooperación,
110 sólo del país brasiloflb, sino de otros estados.
El Emperador recibió m su.mismo palacio la intimación
cortés v aun bbnigna de abdicar ,s'u Corona, renunciando A
olla qon declaración rspiiufrfnfia/ó dejarlo por fuerza, toda
vez quo eli país se había'i'nclinado A ilrj sistema de gobierno
fodoral. Robus»; ('l imperador la abdicación^ «orno Ja pensión
vitalicia quo le'ofiecían, 6 immediatamente fuócon su familia• iomba^cado en, yo por quo debía Conducirlo A Europa, escolta-
dp por ni) buque do guórra. Despidióse del Brasil con una.
carta muy sentida, en la bnal hace votos por la felicidad de
los misinos Estado^ do que os atajado porla revolución.
¿Por qué 1).,Podro do Alcántara ha sufrido esto gran revés
y ol imperio bra^ilofio so lia convertido en federación repu
blicana?.' • ' ¡
— Por Ir yoluntad dol {’»ais,— dicho los jefes do la in
surrección. . i
Però ya todos sabomos1 quo ‘¡el ‘nombro del país sirvo do
pantalla para miHias cosas, y la .voluntad nacional, así lla
mada, on estbs .casos no pasa d0 s&fr el capricho' do ur.as
cuantas docenas de cabezas, $1 pueblo deja hacer, cuando no
lo impbrta mucho lo quo.sp va, aunque tampoco lo entusias
ma lo quo ro vieno. Hay que notar quo1 el ex-Emperador era
liberal, y sin embargo, los1 libéralos lo han dóstronado. Favo
reció A las logias ni asó n i cas’, dejándolas campar libremente
eri sus'estndos.' 'Tiompo liaría quo la Masonería tenía, por lo
mbnoa uno1 de sus grandes dignatario^, formando parto del
Consejo del Imperi^ y otros muchos afiliados1 deupando pues
t a importante^. Y no contentos coiV apoderarse dol gobierno
civil, babíansod'os masonos Mado trazas, v extremado su va-
. 10 -
liraiento oficial, basta el punto do imniscnfrso en cosas ecle
siástica«, en asuntos parroquiales y dp cofradías religiosas.
Esto pnioba que allí tenían la sartén pore! mango, como
suele decirse, y explica las vejaciones qjio han sufrido eri
aquel país varios Prelados y eclesiástico*. Y la masonería,,
no contradecida por el Emperador, no so ha opuesto á' su
caída, más bien la ha preparado y ejecutado. Es un dato1 quo
no debe echarse en olvido.
A compás de lo» ditirambos entonados en loor do la nue
va República brasilefia, so han lanzado públicos cartoles do
desafío á las monarquías, europeaü, previniéndoles quo lo'del
Brasil ha do traer cola antimonárquica. Quo no es sólo
cuestión do palabras, lo prueba el hecho, también público,
do los comités revolucionarios quo, tenibúdo su contigo do
inspiración y do acción on París; trabajan aunndnmenté eíi
los domás estados, siendo los más lamendi^dos España, ¡Por
tugal 6 Italia.
Á los quo jnzyuon los acontecimientos,históricos A ,1a luz
de la filosofía cristiana, viendo; que *n 1* cuestión romana
está la clave providencial de las qiostionea actúale^hada lés
puede extrafia» dq cuanto ocnrrtki h w lifliplftfción
posan sobro algunas nacionos, y los rtístios rovoluc»an*H(fc,
'cual otros Atilas, suelen ser el apote de Jhos.Jfn xtfqo.
ANÉCDOTA Y SEMBLANZA'
Volviendo la vista sobro los recientes acontecimientos fiel
Brasil para conocer detalles y comparando Iuégo con.otrt;S
acaecidos en nuestra vecina Portugal, ptodrenios comprender
mejor, el por qné do losi primoros y predecir quizás respecto
á los segundos.'
— "11 I
La cuestión religiosa tan batallada on ol Brasil, particular-
mentó on la provincia do Pernambue, ha sido á no dudar
el termómetro d o la marcha en los'sucesos; la debilidad de l |
espíritu, manifiesta en J). Podro 31, bajo cuyo reinado so ve
rificó la prisión dol Sr. Obispo do Olyuda, condonado por los
tribunales tlr jusfir/a, A cuatro años do trabajos forzados, sin
que obtuviera del Emperador otro ainparo (pie el reducirlo ú
simple, prisión on una Iforíalofc , dejan poHl*otamonto conocer
el poco ó nipgún prestigio quo'disponía esto monarca para
contrarrestar la influencia de las sectas (pie le obligaban á
castigar tan injusta como cruelmente á un Obispo, que en
su elevada misión so lo acusjiba tan sólo1 do intransigencia
con las sacrilegas pretensiones de la masonería.
«Sabemos por otra paHc, que en uno de los viajes efectua
dos A fcuropa por 1). Podro, bajo el incógnito del Conde X,
visitó A Su Santidad Pío IX , ,y sjn quo pretendamos tacharle
de poco diplomático ni ealificaV esto neto, diremos quo al gi-
raí en esta visita su eoilvOrsaeión sobro los asuntos do Italia,
so pornlitió insinuar idl'aS do tolerancia y mayor proximidad
hacia la política do Víctor jWanuol; esta ¡brusca y descortés
insinuación fuó respondida j>or nuestro Santo Padre en los
términos siguientes: M i querido ronde, vos no enfeudéis cu eslrus cósas, no hnblelños sobre el parfieulrrr. Como toda res
puesta merecida, la do l ’ío IX enojó fuertemente á nuestro
Uondd X', ,c»rt términos do concebir ideas de persecución para
con la Iglesia,'tanto así} que antes de quo el Emperador re
gresara al Brasil, en todo el rein'o se anunciaba su indi.-- , i iposición; estos rumores no tardaron en confirmarse por su
especial comportamiento y (lesdo entonces el debilitado
bienio fuó juguete de las sectas (pie han sabido premiar su
protección y amistad con la destitución y el destierro.
Hechos similares \ ionon sueco ¡endose en Portugal: el
Tlustiísinio Cardenal Patriarda lio Lisboa acaba do publicar
lina carta pastoral, on la (pío protestando vivamente contra
la erección del monuijnento ni apóstata Bruno, tomando
aquí motivo para condenar las sectas masónicas, que tanto
afligen ol corazón do nuestro Santo Padre. Con este acto el
Cardenal Patriarca ha roto valerosamente el silencio que e l1
Gobierno do Portugal imponía á los Obispos sobro la Encí
clica Humnnum fienus; poro el Diario do (¡averno increpa
con dureza, en un comunicado oficial, al eminente CnrdenAl
por su ataque 6 la masonería; estas manifestaciones son tes
timonios veraces de las compromisos quo ligan á ciertos go
biernos, los que en rigurosa lógica habrán de alcanzar fatales
consecuencias v animosidad.*U n id o .
SECCIÓN H ISTÓRICA
(T A T U O OCASlDNKS Y.S ifVK KSPAJJA TííATÚ ,DK CONQUISTAII Á l l l/K A V A
l ’KUO KS QVK ÉSTA
DP.M'ISTllÓ SKI1 INCO.NQUIKTMU.K I ’OK L aS AHMAS
1
AKKir,()Jv’HIA(¡A
r, afio 8(17 del nacimiento<16 Cristo, I). Alfonso III,
que A. la sazón reinaba icn Asturias y IxVin y que
después mereció do,los historiadores el sobrenom
bre de Maguó, no considerando suficiente para desahogar sus
bríos belicosos la guerra que tenía qUo sostener confia Mo-
hammod de Córdoba, y juzgando. $in duda-, igualmente líci
ta la reconquista de su nación como la conquista de estados
cristianos que ningún (Inflo le hacían, se propuso someter á
fui obedieiicia A las naciones independientes situadas al orien
to de sus dominios, y, re¡unieiu]o gruesas tropas, marchó so
bre Alaba, cuya población, quo realmente tanta sangre
euslcoi ¡ana tortía como gótica y espadóla (pues su parte mon
tañesa y fiuskeldium estaba asociada Vi la República de Biz-
kaya), obedecía entonces n un tal Kilon, queso llamaba Con
de; ó imjionióndose á los habitahtes de aquel pequeño estado,
hizo prisionero fi su seflor,’.quien cargado de cadenas fu ó con-
(lucido á Oviedo, donde, enconado en u n ,calabozo, acijbó
sus días.
Suponiendo el rey leonés quo las tierras cuyos destinosi
regía Eilon so extendían dcpdc la Rioja hasta ol mar Cantá
brico, confiaba en que, teniéndolo on rehenos, todos aquellos
pueblos montañeses que, entro las llanuras do Alaba y los
maros, vivían libres do la dominación sarracena, y que ha
blaban cierto lenguaje bárbaro y (¡rosero *, quedarían so
metidos á su poder, con lo cual resultarían sus dominios
notablemente ensanchados.
' Pero so engañaba el inonarca español, porque aquellas
gentes seguían en pu apartada tierra sin acordarse para
nada del presuntuoso rey asturiano, y no prestando obedien
cia más quo á su Jaungoikua y á sus leyes consuetudinarias.
Invitado D. Alfonso ante esta actit/id de los bizkainos, lógica
y natural puesto quo nadie los había domeñado, mandó á
su hermano ó pariento OÜoario ú Ordoño que, al frente do
un poderoso ejército, so dirigiera presto á la conquista do
Bizkaya.
Esta poquefla nación eitslr.ld/óm abí*rCaba ert aquello*
tiempos (888) más extensión do la qne «ctualmOrtte lo cor
rrespondo: por el Poniente se extendía híista lo quo r*| • hoy
. Castro-Urdialos y vallo do Mona inclusive, por el Oriento
hasta el río Deba, comprendiendo además al vallo do Oñato y
por el Mediodía 10 pertenecían los valles do Aramavona,
Ayala, Okendo, y Llandio 2. Más dentro'do esto territorio so
encerraban un estado y una confcdoraciórt do repúblicas: el
Señorío do I)urango y la agrupación política do las demási
anteiglesias y valles, independientes 6 júnalos entre sí y qtie
1 Palabras del P. Mariana en so H is to r ia iIr . K s/i^ iin .* El Eufilccra quo so habla on EibaiJ, Elgoibar, Placon<ia, Tli-rgnin y
Oñato conserva aún l/i forma1 bizkaina; oí qno so fiabla oh nlgtiíia parte de
Alaba es también bizkaino.
-- ir» —
formaban confederaciones menores, ¡origen do las quo después
llamaron Morbidades y gobernadas, según parecí', por jun
tas do ancianos.
Libres 0 independientes en absoluto, gozaban eso conjun
to fraternal de pequeflilís entidades políticas, regidas por levos
consuetudinarias y mu-idas en su misnv>iseno fundadas i'n
la religión y la moral, do una existencia perfectamente Miz,
sin jamAs irisárselos por las ’luientes el oxtendor sus domi-
nios pon nuevas tierral,, ya (pie taihpoco, sogún su índole v
naturaleza, nada podían ganar con esto sijs-anteiglesias y va
lles. M,as .cuando
Oyu bat aditu-izan-dai
Kuskaldunen mendjen artetik', ■
Kta otxeko Jaunak. boro afearen aitziniantxutik,
Sdeki-idu ,bearriak efa crrañ-tdA: ¿ñor daorr?¿zer nai-dute?
Kta txakurra, bere nausaren oinetan lo zaguena,
Altxatu-da, ota karvasiz Altnbizknrren inguruak bele-ditu;
cuando
Iba fleta n'ii lepuan ara ots bat Ugcrtzen-da;
IJrbiltzen-da, arroka» czkcr ota eskuin jotzen-dituztelarik,
Ori daurríindik oldq-dcn orinada baten burruma...
Mendion kopetetarik guriek errospuesta ematen-dio^e.
Bere tutuen soinun a'diarazit-^uito
Kta, etxoko Jaunak bere dordák zorrozton-ditu; 1
cuando advertían la proximidad, del extranjero, (pío, como
el Aguila1 A su presa, trataban de sorprenderlas en medio de
su paz y.tranquilidad... entonces, sus antefe pacíficos mora
dores, en flqros leones convertidos,
i Al oir la basd-a -tibia en son do guerra.
Trocaban el illinrt6s por la ooraza,
La antigua laya por la férrea maza. *2
1 'AUabixkbt'cn K an!un.3 Arn<|<iistain.
— 10 —
Con talos gen tés teñíq quo habérselas el hefmano do don
Alonso, quien ciortamente, A juzgar por los efectos experi
mentados, más le hubiera valido estar <jliicrnic%.No eran pueblos afeminados y onvilecidos por el lujo y la
molicie, las pasiones y ja corrupción toda aneja A las nacio
nes encumbradas ilícitamente, ni gentes quo, ocupando tie
rras extrañas, no podían amirlas orno A su propia vida, no:
eran hombros do una raza vigorosa, quo amaba la indepon-
dencia más que la vida, quo había do vender su libertad por
su sangro y muy c.ira cada gota do ésta que hubiere do de
rramar; pueblos eran, cu fin, que no temían el a/atjne de. frente , franco y noble, que siempre lbs pudieso permitid la,'
dignidad do morirse matando antes db verso osclavos.
Ya llegan silenciosas las tropas ospnflolas y atravosando
los valles do Orduíla y ^murrio, ro dirigen A Bizkaya por
las heredades do Luxnndo. Mas la p^netra’nto vista dol pasr'
tor montAfiés ha déscubierto desdo lc/s alto»'de Izarra y Of-
duna á las cerradas huestes que avanzaban hacia Bizkaya;
de monte en monte y de caserío eh caserío sb;lia transmitido
la. noticia de la proximidad del exfcrtnjfero «trinado, que cotí-
quistó hace nflo8 á los vecinos alaboses; hh resonado' yá tfn
las cimas más elevadás el tóquo do alarma dé tantaá bocinas
como regiones cuenta Bizkaya, y su eco, repercutiendo híjsta
los últimos valles y barrancos, haioncendido la fiebre del
combate en el corazón del bizkaino^ cada anteiglesia y cada
valle ha organizado |su reducido ' pero acorrido grtipó do ’
combatientes y hasta el Seflorío de Durángo presta sus hom
bres al frente do su Jaun Santo Esti^iz* para defender la .
causa común do la Independencia., y antes de quo el oxtnin-
jero pise tierra bizkaina, ya so onenentran los altos do Padtira
y Ugao coronados por grupos de labradores, pescadores, he
rreros y pastores transformados qn guerreros, quo hormi
guean impacientes por comonzar la lucha, dispuestos A obli-*
gar al español invasor ’•^'•ocoder hasfa el límite de sus
tierras ó á pasar por encima do sus propios cadáveres para
■penetrar'en Bizkaya.
La soledad y ol desierto quo extraña al invasor al entrar
en tierra blzkhin^, como quiera que encuentra abandonados
los casorios y ni en el monto ni en el llano advierte ser algu
no viviente, no indica, pues, que los habitantes so hay m reti
rado á las cumbres para dejar libro el pa^c sino quo es el
■preludio do una 'tormenta de salugre que ha do do pararlo la
emboscada quo aquéllos ly tienen proparada.
Ordofty, sin omhargiu,, por no comprenderlo, ó poi con
fiar demasiailo on las Fuerzas que mandaba, ó porque no co
nocía más sistema de guerra r|uo el emplóado en los lla
nos, avanzó resuelto, siguiendo el curso del río. .Mas apenas
sus espejas huestes llegan á la angosta vega do Podura.
los obliga á dolener ol pa^o un extraño concierto de cuer
nos que*, db las alturas parte, <6 inmediatamente un terri
ble coro do i'obustns y penetrantes voces atruona los aires:
os el grito do guerra del 'ruslrhhut, ol belicoso irrhtlxi, que, lanzado por los fornidos pechos do los bizkainos, que
desdo los altos acechan á loé cspaíKdes, si no hiela la sangre
de éstos, por-ser soldados avezados on las batallas, es la señal
de q\io presto habrá de Aehani ateo hirviente por el suelo
bizkaino. >
Rápido como el rayo, lánzase o] tropel’Wzkaino sobre el
invasor con la fiereza con quo Suele ol león sobro el antílope,
y con la ligoroza del corZo y la destreza y vigor propios do
su raza, ataca, hiero y mata, so revuelve, salta atrás y vuelvo
á arremeter, y
Como parten la cat'riO en los tajones
Con los corvos cuchillos carniceros,
V (pial de fuerte hierro los planchones
Baten en dura yunque los herreros;
At f 'es la diferencia do los sones
Quó. forman coil Sus golpos los guerroros,
s
Qui6n la carne y los huesos quebrantando.
Quién templados arneses abollando. 1
Iludo es el combato, sostenióndoso c'on vigor por ambas
partes. Los unos, veteranas y Acostumbrados A luchar desde
su adolescencia contra los musulmanes; los otros, gente vi-'
porosa y Agil y do innata destreza y fierds por su independen
cia... ninguno de los dos bandos cederá do buen grado un
solo pie de terreno.
Mas observan los bizkainos quo los golpes quo dirigen á
muchos de sus enemigos resultan infructuosos, pues cubier
tos fotos de una completa armadura, so ¡presentan invulnera
bles al hierro más eertcqo y rudo; y viendo quo ni uno ni
varios golpes son suficientes A derribar al contrario, comien
zan A desesperar do la victoria y A desalentarse. Pero enton
ces, advierte un bizkaino, gracias A los. movimientos do su
rival, la abertura quo mpestraila armadura de óst.o entro su
parte inferior y la coraza, y lanzándolo, rápido,A diclm parto,,
un golpo terrible quo le derriba mal hqrido, so vuelvo A sus
compañeros gritándoles: snhclimt, /tafyh'rw .tarín! 8 Veloz
esto grito cundo por todo el campo, y reanimando los fatiga
dos pechos v los cansados brazos d© los bizkainos, quo va,
han descubierto un blanco para sus acerados elinzos y espa
das, causa horrible mortandad ontro stís enemigos.
Estos, sorprendidos por tan brusca 6 inesperada eficaz aco
metida, y viendo,caer A su latió Atantes componeros, fuera
de combate á sus mejores jefes y bailado en snfigrc y muerto
á su capitán Ordono, quien, como se le cayera el casco, nota
do que Jo hubo una mujer bizkaina, recibió do 6sta tan cer-
1 Kuilln.s Esta fraso «jur*, caminada on *ahcletik, rnfirro AWviuistnin al com-
I.ato verificado en liorna, sopún la tradición, ontro otmkenaiios y rortihnos,
la lio oido yo afiilniir á ancianos liizkninos A h ttetnTládrt .^rlfrorringn. Sig-
llificr n i r l r i r t i f r r , n | r l r im t r f r l f t r n r .'
■toro golpd do li:vli¡\ en la cabeza quo lo derribó oxAnimo per
¡tierra, 1 decaen do Animo y, perdido« el valor \l la fuerza, co-
jmenzando por sól.o defenderse, acaban por volver las espaldas
al bjzkaino y por correr como gamos ansiando poder des-
1 andar el camino en Jiora mala andado pai-a realizar la crimi
nal .con quista do un pueblo pacífico.
Y los ágiles liijckainos,
‘¿nal suelen escapar de los monteros
'i Dos grandes jabalí* fieros cerdosos
Seguidos do solícitos rastreros
¡ De la-campestre sangre cudieiosos,
I Y saleil en su alcance los ligeros,
>¡ Lebreles irlandeses generosos;.
Con no menor codicia y pies livianas,
Arrancan tras los misaron hispanos. 2 Cubierto de cadáveres queda el campo y enrojecido de
Immeanto sángro; 3 ¡»ero los bizcamos' (no abandonarán su
presa hasta hacerle transponer los límites de su patria.
¡Angustiosa .carrera la de dos fugitivos! Unos, jadeante el
pecho y rendida!* las piernas, se dejan caer, abatidos, al tro
pezar en el Cadáver de su1 bom panero; Otros, arrojan las ar
mas para correr eo'iv más presteza, y sólo se acuerdan de
(illas cuando k> sienten detenido# jior una niaho férrea que
los haoo prisioneros; quiéiv. víqtima de horrible pánico so
abalanza sin reparar en el1 terreno que pisa y encuentra en
una zanja el término de su libertad; quién, detiénose deses
perado á libra rao del golpe del bn'zltáíno qüe le llega á los
alcances, mas para cuando vuelve p] rostro le ha peí forado
el hierro lap ontrafíasó d(v;itfr>zadi(> él cráneo una pesada maza.
1 Así cuenta,ía tradición.
2 Ercilla.l>n pslláltrn subrayada 'sustituyo á la de chrixtinntm .8 Sa]HUnho proviono do el uomWro 'iln A r r iy o r ritrt/it ( IV» Ir* ya I
Rojo) quo lleva hace muchos siglas ol luyanlo la anticua Jo lina .
Pero ya traspasan las fronteras de Bizkaya, y el hijo do esta
nación, al llegar al árbol Malato, 1 se detiene, que no lo im
porta pasar más adelante, y lanzando una mirada altiva á las 1
destrozadas huestes españolas quo se l alejan por el campo
clava su daga en ol vetusto tronco, on doblo señal do victo
ria y do roto á quien osarp, on son do guorra, ponor la planta
on tierras do su patria.
Y ahora
... Ktxeko Jauna, joaiten-aaltzora, zure zakuírarekin,
Zuro emastearen eta zure aurren berarkatzora, zuro dardak
[garbitzera eta
Altxatzora zuro tutuokin, eta goro eijon ganean otzatera
[ota lo-egitera.
Oabaz arraanoak jeiten-dira aragi pusJra leerta oriekjatera,
Eta ezurr oriek oro zuritulto-dira etomitatean. 2
¡Venturoso día para Bizkaya! Ciorto quo la preciosa san
gre de muchos de sus hijos se ha mezclado en ol campo do
batalla con la del extranjero, contándose entre ellos el vale
roso Santxó Estigiz, que partida la fronte en dos podazos por
un bote do lanza, sucumbió en lo más recio de Ib pelea;
Mas ¿qué importa? á tanto precio
Cuesta lo que valo tanto, 8
y la libertad do Bizkaya bion vale la sangre do, ru s hijos. 4
Pero no será esta la única voz quo tengan quo derramar
la abundante, pues si un roy español ha escarmentado, otros
1 Uno de los árboles junteros que entonces existían y que señalaba el
limito do Bizkaya.
* A lfab ix lca rren K rm ft/a .* Airieta-líascarua.
4 Eh tradición que esta memorable victoria fuó alcanzada el día do San
Andrés. Según la misma fuente histórica, Oittofío fuó entorrndo on el se
pulcro que aun hoy día existo á la entrada de la iglesia de'Arrigorriago,
y Santxo Brtigiz en el quo so encuentra en el pórtico do San redro do
Tabira.
le sucederán quo, en sus miras ambiciosas, proyectarán hi
conquista de esta vieja nación.
Comprendiéndolo así los bi/.kaiuos, resuelven la confede
ración de todos.sup pequeñosJ estados, \i\ elección de un cau
dillo para ol casb do guerra con el extranjero y la recopila
ción y traslación escrita de sus leves consuetudinarias.
' Al efecto, habiéndose reuiiido los bizkninos en Junta («-3-
jnoral ó Asamblea’, cuino se encontrase el I)m jiijguesado sin
! Señor, convinieron en quo entra ni áConstituir una de tantas• l
j merindades ó agrupaciones <fc pueblos independientes en la
'¡general Confederación Bizktfina; dióse forma á las leyes de
j costumbro v se 0scrib¡eron;i formuláronse los pactos entre los
i bizkninos y el-que había do ser s,u Jefe, y unánimemente
propuesto para esto elevado! cargo un joven llamado Lope
1 Fortun ú Ortuño, natural de MeakauiV ó do Busturia (que
1 mfts tardo so casi) con Dalda, bija do Santxo Estigiz), quo se.
había distinguido en la batalladb Fadura por sil táctica y
i valor, habiéndolos jurado solomhcmente, fuó aclamado por
/ los bizkaiflds sil Jnitn (Sdfloij, siendo conocido on la historia
con el sobrenombro, de Z/rh'rt (el Blanco ó Rubio).
■ Do aquí dáta A Soñorío do Bfcknvn, mas no, como proten-
j den los historiadores españoles.-bu independencia, la cual es
! tan antigua como su sangre )' sti idioma.i
A x ^ i ia i i ih k .
REVISTA RELIG IOSA
r, abrir esta sección especial de nuestra Rovista,
! forzosamente nuestro carácter 'do cristianos v*j nuestro oficio do cronistas verídicos, innóvennos
á llevaf la atención do nuestros lectores íiacia Roma. El So
berano Pontífice, constituido sdb hwttili domirialir.ve, ata
cado en su persona y en bu s derechos, marca un período de
ruda prueba para la Iglesia Católica. No ¿o concibe quo uiin
sociedad estó respetada y tranquila, cuando su Jararca sufré
vejaciones, y está coartado | en sd independencia ¡personal y
en sus funciones legítimas.
Por más que so diga, la llamada cuestión romanrt está lejos
de ser un asunto peculiar do la península italiana, circuns
crito á los límites do aquql paísi Es cuestión internacional,
católica, esto es, universal; porque la Iglesia es una sociedad
compuesta de gentes do todo el universo.
La situación actual del Papa, como es violenta.y anómala,
no puedo ser durable. ¿Cuál ha |do sor su solución? ¿Quó
derrotero marcarán los acontecimientos posteriores? No es
fácil pensarlo. Por do pronto, en el seno njismo dé Italia, po
demos observar tres agrupaciones distintas,. Los datólicos con
el Papa, los liberales con Humberto, y los socialistas contra
el Papa y contra Humberto. Ix> más granado y activo do la-
tiancntnsonóría ostá, pn el eafnpo spcialifeta, iriipulsando los
trabajos rdy.oluciqnários en gra'ndó "srala, doiltj-o y fuera do
Italia. Esto'nb da, oxtraño, pero arroja mucha luz para juzgar
ncerca del rpovimieílto 'antic’rístiíiirrV e i nuestros días, aun
también paíá conocerlos verdaderos agentes do las revolu
ciones quo se .preparan y anuncian, puta no lejAna época.
( 'Sabido es qno los judíos, si no Son los fundadores do la
francmasonería, Son hoy sus dueños ó manipuladores. A su
i consigna están las altas logias, do sus bolsillos dependen cre-
' cido número do pcpódicosi que gozan fama,y prestigio, ar
dientes propagandistas del naturalismo v'do las revoluciones.
La banca judía efc pródiga pHra dar & interés crecido; da para
revolucionar los Estados, v'revoluciona para cobrar pingües
despojos.,El judaisnio por la francmasonería ayuda al go
bierno piamon tés para la ocupación de los Eétados Pontifi
cios. Conseguid'*1 esta aspilat'ióli .anticristiana, vienen las
otnpas subsiguientes. El día en que el Papa salga de Roma,
la disputa dej botí/i.iserá sangrienta.
La diócesis dte1 Vitoria sufro ahora un cambio di' Prelado,
eoh la promoción del h’NCpio. Sr. Miguel Gómez á la Sede
Arzobispal1 do Y¡illadolid.'KI;voperabIoPastor quo durante
ocho años' hA gobernado la 'dió^esiV Vascongada, con gran
amor de rus súbditos espirituales, deja como:recuerdos cul
minantes de su Pro lacia ja celebración del Sínodo Diocesa
no, la ampliación del SoniináriW Concillar y líi rehabilitación
v1 mejora del'p,alacio episcopal <16 Vitoria!
La Resignación .de su sucesor 110, es aún sabida de cierto.
Los nombres dol Iltmo. Cjaseajiij'-cs, Obispo do Calahorra,
y del Iltmo. Sr. Piérola, Obispo de Ávila, ¿son los que han
sonado como i]H\s» probables. Y pIi caso de^tr designado el
primero, señalábase como indicadd para sucederlc en la Sede
Qalagulritana al Sr. Escudero, aetiyal Abad do la Colegiata
do Logroño.
Sea lo quo fuere, cúmplenos saludar con respetuosa y
sentida efusión ni anciáno y Virtuoso Prelado, do cuyo go
bierno nos vemos privados, y esporar con ansia y filial adhe
sión la venida dol nuevo Prolado do esta diócesis.i
T e ó f il o
VARIEDADES
1' X A <'■ 11\ < ’ 1' 11A I» M A S O N I C A
i, diario do Sicilia1 titulado VArco lia publicado laI 1
¡ siguiente circular:
¡ '« A. los1 VV/.:;i'F^ do lasiIjL.*. do la alta Italia.
»Hasta que nuestros lími'les sb hallen bien determinados
jW, niodid de agrupadnos <te las fuerzas italianas bajo la
dir^e-ción (le un (».*. ()/. general que ecincent.ro las acciones
todas ríe los FF.\ individúale^ y corporaciones existentes ó
por fuiuj.hr, ol G.\ O/, se dirijo a los FíiV. y A las LL.\ do la
tiHa Ttalim por un asu'nfo trascendental'Jiara el triunfo do la
humanidad, de In véldnd atacada, y contra todas las deriva-
ci^tié?'suprhrtiundapas, producidas por el mal,vado instinto
dé la tW rnoia y do las religiones sobrenaturales, espeeial-
iiiento ln'imrifí tenaz (Jo todas la religión católica.
i No habréis olvidado los' trhbajos llevados A cabo cu el
papado S nombré do la política y de laadministración italia-
luvipafa.dl a/ianciiamiento llb. ía misma y del humanitarismo;
Ja, supresión de las qrdenes religiosas, la desamortización de
.los. bienes eclesiásticos y la’ destrucción del poder temporal,
60» ríos tros grandes hechos históricos quo constituyen la
blj?o granítica del moVimi^ntó masónico en Italia,
»Peo esto no basta. La buena voluntad del gobierno reía-
tira Ala propagación de las indiscutibles teorías i del natura,-
lismo en oposición á las rev^ladas^nopueden alcanzar todavía
toda bu eficacia, las exigencias do la política,tanto intorior
como exterior, obligan & menudo A transigirían prácticas
inveteradas do los pueblos y de algunos gabinetes europeos-
»El bien general do la masonería italiana, como el do la
europea, exige so proceda prudentemente, pero conviene
aprovecharse do las ocasiones presentes así como do las con
quistas pasadas, para arreglar nuestras op¿racionos, avanzan
do con ardor, calma y energía.
»Debomos ante todo ensenar al pueblo quo la masonería
no tiene un fin político, proponióndosd únicamentó el bien
estar y la paz, la libertad y redención do 'los ospíritus escla
vizados por los dogmas y preceptos religiosos. ’
»En segundo lugar contieno demostrar quo la masonería
no combato A los católicos, sino al clericalismo corruptor do
ellos, quo los confundo y dosdora.on manifestaciones públicas
y 1 ocluís políticas. , ■
»Es necesario advertirlas ^ud la Religión ospfcás libro y
floreciente en aquellos estados como los Unidos dé Amóricn,
dondo la separación de la Iglesia es completa y lo inconvd-
nionto para los gobiernos el establecer cqncordádtyj quo lop
comprometan con la Iglesia. ' !
»La instrucción y educación en las escuelas debo sor tam
bién do gran importancia para los FF.\ M.\
»A esto efocto deben vigilar, salvo cqsos excepcionales,
el quo los títulos ó dirección do.las oscuelas no 'recaigan en
personas católicas. Es necesario que Iqs escuelas municipales,
así como los colegios, liceos y escuelas tóen i caá, .según las
circunstancias, sean indiferentes ó contrarias al catolicismo
y quo en ollas so onsefle las doctrinas ;n atura Hitas y libres,
extraGas A toda preocupación religiosa. Ijas osquelas supe
riores deben hallarse especialmente en poder <Je( los FtV.
.MM.% 6 aliados suyos.
»•Para obrar Mejor sobro la instrucción, disponemos de mo
flios logrtlos y oloctivo.4; ol nndiolo£al consisto en provocar
un movinpeiiito'Iiaeia la.sustracción do las escuelas á los Mu-
niHpio*, Irtieifiiuiolad dopendor <íirt>ctamóntó del listado. Para
esto convieuq'fttítieir quq la municipalidad carece de medio
y liberta*! suficionto pRt>a llenar la gran didáctica do la edu
cación.
>Ef mcdioielcctivo lid do se^li.rJeulear, oivol espíritu do los
mapstros la, idea do quo el Estado puedo retribuirles más lar-
gnmóntq y también ott.Hacor despreciables á nquellos que
consorvan afección por líis1 viejas iefeas religiosas, á fin do
obligarles,á qesar en sus funcibncB'como fuñostas para el pro
greso liuniiiijo. Otro medio pued'o sor, el alabar la excelencia
do la educación humanitaria eh la familia y exagerar todo
lo quo pueda perjudicar la instrucción poi‘ los sacerdotes,
ó maestros, quo sostengan sus (principios.1
»No so óbtoudrán más quo medianos frutos en materia de
instrucción, allí domlo. nb 'pueda,imponerso silencio al clero.
Para llegar á esto rfrsuicirtf/r'm, os necesario quo el gobierno
so hallo en Situación dé pódoí? destruir oficialmente al clero
ú obligarlo á la inacción;ilni^uilnndb su poder con el pueblo
coii Oportdi’lidades diplomáticas; es nocosario también, pre
sentar al clero como mistificador, qiie predica virtudes que no
las croo, quo car ¿ce do instrucción ;y vivo de la ignorancia pú
blica; »1 propio tiempo convibn0.convencerles que los pode
res públieos'ison suS amSg'os y Jos protectores do la Iglesia á
fin que'ceso su oposición'y rindan ^rmasj
»Conviene ig,üalmchto persuadir ni. el pro que el (íobiorno
desea enriquecerlo,'emancipámjo'lo do loS-'Obispos y el Papa;
fimilmentO) deberá propagar.^' la' opinión do que el pueblo
ticno el derecho á la hdiniriistra'ció^ de las parroquias y elec
ción do ws curas, siendo así qtie.ol espíritu tiranizador de
los PíVpas y Obispos lo han 'destruido; poí estos medios pre
pararemos. q1 Camino á. «Irt secularización do la Religión, á la
dostrucción de la Jerarquía Eclesiástica y ¿ una legislación
civil que dará todo poder al Estado.
»Para propagar tan saludables ideas en el pueblo, son ne
cesarias la cobperación de la prensa, asociaciones, sociedades
cooperativas, «conferencias, círculos y cprrosponsales en todos
los puntos donde existan logias. , ■ . ,
»Estas instrucciones recibirán mayor desarrojllo y detalles;
mientras tanto, todos los adeptos do nuestra Sqciedad debe
rán observaras fielmente, y así so apresurará el día on quo el
naturalismo pueda cantar oí himno de la redención sobro las
ruinas do la religión y la revelación;' entonces ol hombro y
la humanidad avanzarán sin obstáculos por las vías del pro
greso ilimitado, aplicándose exclusivamente á producir para
los hombres sobro la tierra, el bioncstar quo algunos sueflan
encontrarlo en otra vida.,i
»Recomendamos á los VV.\ FF/.'y llamamos mantención
sobre las disposiciones masónicas relativas á la cremación de
cadáveres, matrimonio y funerales civiles; no permitiendo
hasta donde alcanzare sq influencia él bautismo de los niflos,
quo envuelvan en el ridículo todo aquello qmi tenga un ca
rácter religioso, especialmente A la| prensa católica y, protejan
tínieamonto á aquellos quo pertenezcan á la fnuicmwohéTÍa ¿
deba esperarso su ingreso.» ■
Aquí termina la circular, cuya autenticidad no podemos
dudar por el origon do donde tomamos; los elrores ,en ella
condensrdos son tantos y tanl manitíostos quo nos parcco
inútil conceder honores do refutación.
Una circular dirigida á VV.\ FF.\ (Vónortibles francma
sones) quo comienza considerando la expulsión (M las comunidades religiosas, ¡a dcsaikortixkción de los bienes de. Ja Iglesia y la destrucción del poder temporal, como'los tres grandes hechos históricos que constituyen la ¡mse granítica do la regenóración humana, so pinta á sí misma con thn vivos
colores, quo por necesidad resjiltrtríaj pálido cuanto pudióra-
moíf afladir, xjmn no por esto Considerandos dospreciablo esto
documento, sino qu? por el contrnrio nos pareóe faro lum i
noso que puod,o servir pnra'anlinci^rnos ol enciente peligro
quo nos amenaza, permaneciendo indiferentes anto una secta
ciivás decisiones, son entonar el himno de la redención so- v' . . . . 1 brc. las ruinas drl rafolirismo. La masonería descrita por
ma>no tan sabía ciomp la dolnuostty f^nnto Paklt-o León X IÍÍ
eü su encíclica llu'manum UrnWsiy ln^ tendoncins y fines
manifiestos en ' íh preceden,fe circular, son los testimonios
fe a cientos del grosero nnturhlismo en que so' inspira «liclin
secta y el,odio oncñ/nizadq (pie profesa á nijcptra jíteligión
como ellos dicen la vuts tc.nax d i todas. La masonería es
por lo tanto e l1 Verdadero naturalismo on lucha abierta con
todo lo sobrbnatural, es ol'hombre on a le rta oposición coni i
Dios, ol orrof con la verdad, ol don ser vi a*\i do Satanás
que resuena todlivía entro nosotros permanecer neutral en
esta lucha es deblahuso indiferente entro el naturalismo v loi . 1
sobrenatural, entro el cri^r y la vdrdAd, consecuencias ne
cesarias y/terribles'pero ciertas; así1 quisiéramos entendieran
nuestros aj1)rozables loctoros, pnrAicnVo ofocto Recomendamos
eficazmente la,lectura dól célebtft docurfiento' Pontificio quo
cohiicnza su publicación Oh el prosdntG hi'imoro, seguros do
quo haliaWn'en’él^SiOudabl'eSjtinsenan^ás y rilodios adecua-
dós para üontdifres;tar la infhieiifyft, Mida día mayor1 de estos
sccuacps, únic9s autores do Ja artgdstioSa prisión on que gi
mo e l Padro univer.Wl dojafe cóii'ciencías, jiero impotentes
para apagar su voz quo llega v'JIóo-nrA siempre hasta nos
otros. ' . '• *>
PERO M ATRAKA TA P E D R ’ANTON------------------4 « . -------------— —
I
ERREKARTEKO PERFCIIO-N JAIOTZÀ
ii
Gipuz ta Arabako mondiali ustdìtzat, irti |
móitecn ondijsuhak pilotufon logez-Àramaiò
'.at daukan ibar bat dago Euskal-oiìinn. ..
Bore ingnruetan biitzartuten daiz noizilq noizerfc’ ichaao-
tik mondi-muruotara arrainak binldu daroen krozale/.ko aij- lit*nasa gozoa, Bakioko chakolimtri .darion 'usain ezin oboi,
Emani ko aagardoen lurrun eztitsua, ta Ziraurkidgo ardao,
mamintsuen likurta: hrranoon garraizi bilduikorrakaz cliori
barritsueri chioak ota bildots ticgartionalarapak lagun ogiton,
dautse artzain chiztnlariari. Boro ipiiiruotatik Ambotoko dà-,
ma ezilkorren baztar ta soloak ikuston,daiz oguraldi onoan?
ota Arabako Iur gorrifckak, ota Durango-aldoan unoan unean
achurlarifik orointa daakezah eclió-pilochoak, otaiMailabiko
berozi orritsuon inguman ichasoa $urasotzat ozautlitora doa-
O.vhkeráic, N otas.— ü/stai, aro. Pilotii, amontonar. Ibar, valle. Inguni,.
dorredor. Batzartu, juntarse. Noizík noizera, do voz pn cuando. Murti, c6-
linn. Kresal, agua salada. Lurrnn. vapor.j Likurt, aroma. Arrano, buitrón
Oarraizi bildnrkorra, (ol) grito quo infundo miedo. Daiz, dirá, son. Oorrizkn,
rojizo. Unean unean, do trecho en trecho. Borezi, jaro. •
— s i .—'
zniv ibaiehortk, otn Elgefako ''móndi konkofdnnnk ota curen
azpian Borgarako zolai''chorra, ouróiA aurr)ean Done Antonek
ouskajdiihen oVroguak| enzuteeo Urkiolfii» eregila daukan
Eliza jlolita;:ta ntzean’ Araiihí^uko mendíotan ama Mariak
daukan gola'imlraritsua.
(Jizoilari boro ama'ih riroihitekd ózin llcikc toki ogokia-
gotik.opa. Ij/gil^líion bornuan dabilzan izhrrak logez, iehaso1 » I i .
zabaleil ehliAn uagon ugrjrto bdteli anzora’ dagoz or da emem
zabalduta Ai;ailiaioko ccjicak'ota erri oskolchoak’ Eliza polit
bat ortegitzat daukeln.1,'Ez euoh £ure asaba maitegarriak
Eliza uts ty ofs, bat crogiteko coirón sinizto bizi ta sondoa
zimciidu ta iRusltraitzat ipiniy bz'éuati legéZ'Iaímak iz&rren
gasean ogín zcrua’ bci;a bakarrik bizi itean dein. Lurretik
zerura’ launak noizi d'oituko bogira dagozan biotz oncko
gizonon gisan’- (.lago Egileh ¡Kerutik Aramaioko Eliraehora
bogira,, ofia. Arrfmaiotaírak Klte 'dnotanebé daiíkez otarrita
bogjiak otatyotzhk goizeaii eguzkiak Jaztriíi g o to bat emolen
daiiihonotik iluntaenn Irtoísaitiolró agüná égiten dautsen arfo.
' Eliüí’ónen aurroan ch'inlUqn ebilznri mutileho batzuk
nogu'í\rrasal|dó'bateanJ Afan’ í^cfz'ati arteph eta eu'rak konfu-
ratutoko a¿f.i bago’ roíil dcfer.'bat bataifttu etién Eliz-atoan; ez
itzan le^ez sein-au Ola-Iáuriei'i sei^éa’ <tt ouen bolnrik ewki
eta bolo bageko bataiatút.oak 'baino ofeku rirtbko makilaclioak
ardura geiíigo loiúotoni oilt.s'Qh,’ t^oti zoriorlagaz|amos egiton
ouon umonri. •■, 1 , |
IbnioHio, íincJnnílíj. Gclnj flj'osciit^' Amaifc'fin. Ofoitu, recordar. Egoki. :í
proppfíitp. 9pa1 dósóhr. ¿hrkn , (Jerrétjóri, ÚÍ¿rto, ¡tía. Osti>!, m-mido. Kr-
.centro/ ftrogui, con-itniil-. N óji Imtirfo’ begiirh, esperando á qu<< 11a-
mo.'.Üfoan, á’ irtanora.. tewuf/th| fijtys’, ‘Lnztan, abrazo, o-usainrko ngumi,
pn1 udo j;<lbppt<dida). do o/^SlolRuonol Cliltjliila, ftpgo do cnMcrón. Azti,
tiompd( pnnv hacer algo. RoiiV, fljif/htito. Knthiatu.i/mtiznr. Kuen, baldan.
Itzan ,'op q «u(hálJía. Ilolo, repartljltya |16 dinero (Jr/ ol Iiauti^mo (vi«*iio dn
la palabra Latina to lo , q'iioro, i’mo (ubó'cl pdárino). Ardura, cuidado. Ames,
fluono.1: ■ 1
Iakin cucii’ urne iokoilarink ez arron’ goruetail egozan
atso chimurrak’ scin-oni Pedro Antonio do'EiVekarto ipitii
eutocia ordcraz i zen a, età Mari Manu Muitizkon sonica itzala.i
Iatorrizko detua dai atsoetan egoi odo crrik’o aizeak igi-
tiitcn danzan orbolen inoduai) csan-gutarragaz hatera ta
beztera ibiltea, nai guzurrat asinatqn nai ogi biloizak <ir-
kola ta eztalduton, orniduagaz l)eti zo^bait ausoan enzun
daroezan albizta ta barriak.
Oorudun atso barritsuak-bcro asabakgandik mailarik inai
la ta bclaunik belaun iatziriko ekandu au aztuteari charto
erichita’ ibar-inguru guztiotan zabaldu cunn Errekarteko
PcrueJion iaiotza. •
Urrongo goizoan’ sartain-dur(midira batuton daizan 6rlnnk
bezin arili’ bafzartu itzazan Mari Manun colioan bolaun-bu-• *
motan indar zarra oukon inguruotako otsoguztiak.
Pattar aretan Jauugoikobn logoa zatika .ikasita bczto
bago1 urietako legc-maisuak. esku artoan darabilzon ausiak
erabagiteko Inin epai ta órichi argitaratu itzazan.
Batak inoan: «Domporaz zer mut'il ederra.» -
Beztcak: «Baba-lorea dirudi.»
Urrongoak: «Tro itza atzeratuta’ aithaitan anza artuten
dautsat.»
Aranzagokoak: «Ama boi bora dai'..»
Iirra ituko dau
KZTI-AHAUAIv.
(Joruetan, cu ruivja ó arruccando lulo. Atso ehimurra, vieja fruncida. It-
zala, qiic ora. Jatoni, origen. Botu, ¡pasión ó inclinación. Igitu, mover. Bi-
loiz, desnudo, f»ufar, ansia. Arkola, adornar. Ortíi, cuota, Albiztn, noticia.
Asabak, antepasados. Mnila, j-asilla «|n red, peldaño do escalora, grado.
Ekandu, costumbre. laiotza, nacimiento. Sartain, sartén. Burundi, cení
IJozin arin, tan pronto como. Itzazan, eran ó se jmhian. Zatika, ú pedazos.
Ausi, litigio. Erabagiteko lain, tanto como para resolver. Epai, sentencia.
Erichi, opinión. Jnoan, decía. Anza, semejanza, llz, borba, palabra. Borbc-
ra, mismísima. | I
Vi
J .i
1 7 9 0 — 1 8 9 0
a i .d u .x catolice omcntsu, euskaldim aiterrizaio ar-
gitu età goi, condairalari aditu eta escribitzalla
doiietsu, lmbiraren mirabe estimozgarri, probint-
zia-co aita età loolengo onmòrooidiin, euskal-oitarau eta loea-
hetasunen escuda tzalla irmieneko, Bizcaiko-ekautu ehitoziuv,
oiTefluko Senadoi’C autu berbakunlari arçri eta euskerazale
nekaeziilari; eunkada onetako bizkaitarrie bikaQenari, Bil-
bouriko semerik noblien eta Kspaña-ko onria izan-zan, Sal~
zedo-ko Nobia on Pedro-ri; bere atterri dan euskalerri
oskeronckuak, boro jayaquerako leelengo eunkadaldiyaìi,
18!)0-ko urtaillaren 18-yan.
C I E N T
AÑO I N U M ER O 2
REVISTA MENSUAL
Ì F I C O - L I T E R A R I A
d 7 9 O — 1 8 9 0
AI ínclito Caballero católico, ilustre y eminente Patricio
Bascongado, historiador esclarecido y escritor sagrado, in
apreciable servidor del País, Primer Benemérito y Padre do
Provincia, acórrimo defensor de los Fueros y libertades eus-
karas, Diputado integórrimo de Bizcaya, Senador electo del
Reino, ilustrado filólogo y bascófilo incansable, al más egre
gio bizcaino de este siglo, al hijo más noble do la villa de
Bilbao y honra de España D. Pedro Novia do Salcedo, su
Patria la Euskaria agradecida, en su primer centenario na
talicio. 18 dé Enero de 1890.
INI AUDEM PRAECLARI
DON PETRI NOVIA DE SALCEDO
Te viri, matres, pueri, puellae,
Cantabrae gentes, populique cuncti
Laudi bus magnum Noviam, te ad astra
Fulgida Tolant
Te Fides Christi, pietate sanctum
Fingit ingenti, decoratque pectus
Nobile erga omncs pariter Deique
Ignis umoris.
Dulce virtutum validae juventae
Undique exemplum perhibes, docendo
Opere et. verbis homines supermini
Scandere Olimpum.
¿Euskaros contra glomerare mille
Quid prodest turmas militaris ardor?
Quid lucem contra Noviam plalangis
Arma furenti«?
Quale mimborum furiis recoctum
Fui men exardet, subitoque terris
fnminens, arcis tanit.ru frementi
Culmina find it ;
Non secus Petrus m it inter omncs
Euskarae gentis inimicos, cjus
Jura turbantes; calamo atquc voce
Intonat alte.
«Nostra Baseonum patriae potentum
Jura serventur, quibus alma risit
Ore libertas volitante cursu
Temporis omni.
Floreant mores probitatis usque
Optimi nostra regione; ubique
Pristinae gaudeus modulis loquelae
Cantet Ibems.
Condit. et scriptis sapiens futuris
Quae reserventur monumenta saeclis;
Quae euskarae linguae sobolisque sacra
Jura tuen tu r.
Bum jubar solis radiis coruscum
Lustret Amboti niveum cacumen,
Bum fluat Basei maris unda spumis
Littora lambcns;
Gesta quae terris memorent nepotes,
Yirtus atquc herouni imitanda natis,
Nomen aeternum, et tua scripta, aniande
Petre, manebunt.
To duccm vitae, columen decusque
To Patrem clamat Patriae Pyrone;
Ipse dum coelo mcrito triumphas
Omne per ccvum.»
J. I. A., S. J.
SECCIÓN ADMINISTRATIVA
I
i, como lo van demostrando los descubrimientos
científicos de todos los días, todo viene á confir
mar la relación bíblica del origen común de nues
tra especie, la historia misma corrobora y estatuye la exac
titud de la propia verdad al demostrarnos la gradación que
en la humanidad so ha seguido con respecto illa organización
del poder, al modo como en las sucesivas edades y en los
diversos pueblos so ha ido desarrollando la administración
pública y por quó suerte se ha modificado y transformado
esta función necesaria que do tal manera suple y comple
menta las deficencias de la humana especie, considerada ais
lada y exclusivamente en los individuos que Ja forman.
Nacido el hombre con las condiciones y caracteres de de
bilidad y flaqueza en quo le vemos y necesitado de la ayuda
do los demás que le precedieron, sino se le concibe capaz de
mantenerse y vestirse por sí solo, necesariamente se le ha de
considerar asistido en el regazo de la familia en que nace,
y una vez desarrollado y en la plenitud de sus condiciones
físicas y morales, dado su carácter de sociabilidad, que ha
de hacer lo mismo con otros que lo que con 61 hicieron en
la primera edad, que se asocia y extiende sus relaciones para
la ayuda mutua, y on fin, quo esta asociación con otras
familias v seros á 61 más afines 6 inmediatos necesariamen-* /
te lia do dar lugar á cambios y transformaciones en las su
cesivas formas que ha de revestir la sociedad del humano ser.
De ahí el tránsito y la transformación de la familia en
tribu y de la potestad dol padre al poder del patriarca. -
Mas como si simultáneamente con los caracteres do socia
bilidad, so dan on el hombre otros do asimilación, y la facul
tad de extender su poder y ayuda á sus semejantes, y la de
difundir sus ideas y gustos por todas partes, todo esto viene
á traducirse en cierto afán ingénito do conquista, ya por me
dios violentos en la natural rudeza do la primitiva edad, ya
por los de la persuasión y del ejemplo cuando su estado de
cultura y civilización se lo permitan.
Y do ahí también, el tránsito y la transformación do la tri
bu en ciudad, del municipio en región y provincia, y de éstas
en confederaciones que más tarde dan lugar á las nacionali
dades v los listados modernos. Así nos lo demuestra la his-
toria al relatarnos las vicisitudes y cambios poique pasaron
los pueblos y las razas, y así lo concibe con claridad la inte
ligencia al aplicar su atención al estudio de esas transforma
ciones de la humanidad.
Quo si es cierto quo los cataclismos porque esos cambios y
vicisitudes han pasado, borraron los lincamientos y detalles
de las cosas transformadas, pertenecientes á las primitivas
edades, así como las inclemencias del tiempo suelen borrar
y confundir las figuras, los colores y la viveza do matieos
en los cuadros ya viejos y muy apartados do los episodios
contemporáneos, al cabo la confusión y lo borroso de las imá
genes no es de tal naturaleza y calidad que nos impidan re
construir con lo que queda, y aplicando á su estudio la fuerza
creadora de la imaginación juntamente con el do la edad á
que las líneas generales del cuadro so refieren, aquello mis
mo que quiso significar el artista y lo esencial de cuanto pudo
aba rom la transformación en aquello que sucedió muy apar
tado de nuestra época y lejos de nosotros.
No de otra suerte la historia, aun con sus confusiones y
nebulosidades respecto do los hechos primeros y do los pri
mitivos pueblos, nos muestra, sin embargo, lo principal y
suficiente para descubrir lo verosímil y verdadero dentro do
lo novelesco 6 imaginario de sus relatos en el comienzo de
las edades pasadas.
Que en simia, la historia se ha de acomodar & los hechos y
los hechos á la condición propia de aquellos que los produ
cen; y sabido es que si en el hombre hay un elemento pro
gresivo y de transformación que incesantemente le empuja
y le hace variar do procedimientos, tiene también otro ele
mento permanente y constitutivo de su personalidad que le
hace aparecer como ser único é igual siempre en la esfera
donde se desarrollan y so ejercitan los seres todos de la
creación.
Y no á otro principio obcdeco esa ley de la unidad en la
variedad quo so observa en los hechos quo narra la historia.
Permaneciendo, pues, como permanecen inalterables aun los
primitivos organismos de la familia, de la tribu y de la ciu
dad, fácil es suponer la marcha que en esta parte siguió la
humanidad en cuanto á la organización dol poder y en lo
que se refiere á la administración de los pueblos y cosa hace
dora el reconstruir las fases de su transformación por más
que nos las presente la historia de manera borrosa y punto
monos que inapreciable.
Primeramente en la familia, base y asiento de la formación
social sucesiva, debió aparecer el padre como jefe y director
de cuanto se refiere á la sencilla administración primitiva y
al limitado poder ejercido dentro de esta rudimentaria forma
social; perpetuándose esta constitución á través de los siglos
y de las diversas edades, y llegando hasta nosotros con los
mismos caracteres distintivos y esenciales, aun cuando con
las necesarias modificaciones sufridas por la acción do los
tiempos y las circunstancias de los lugares.
Más tarde la tribu ensanchó la esfera do acción del poder
y de la administración, dado que ya 110 se reduce la relación
á un corto número deseres sino que la sociabilidad so cons
tituye y organiza por la agrupación de las familias engendra
das por el común parentesco y la unidad de deseo, aspira
ciones, gustos y fines, pensándose ya en otorgar la dirección
de la sociedad así formada no ya al padre sino al más ancia
no, ó á aquel que más apto apareciese á los ojos de todos para
unir las aspiraciones y conseguir los fines que motivaron
la asociación de las diversas familias.
Ltiégo vino la ciudad, cuando por los efectos del continua
do desarrollo y progreso de la familia y la tribu, se sienten
los deseos del reposo y do la quietud, y una mayor consis
tencia en las relaciones sociales,transformando su vida erran
te y nómada en la aspiración de constituir un centro común
de donde después irradien las relaciones y se extiendan el
poder y la administración sobre las otras ciudades más afines
y cercanas, hasta que, ó por la conquista ó por la confedera
ción se transforma su constitución primera en otra más exten
sa y complicada, dando lugar á la aparición de lus regiones ó
provincias y en último término á la confusión de las diversas
razas que constituyen una confederación de pueblos y ciuda
des para llegar al cabo á la constitución y organización de
las actuales nacionalidades v de los modernos Estados.•
Y siendo distintas y más complicadas estas últimas for
mas do sociedad, dicho queda quo necesariamente había de
observarse idéntica ó parecida modificación en cuanto á la
manera y formas de constitución y organización del poder y
de la administración peculiar de cada pueblo.
Y de ahí que revistiera desdo luego otros caracteres la
elección de las personas encargadas de su dirección y régi
men, así como los modos do su funcionamiento en cuanto al
ejercicio del poder y el modo de administrar y quo ya no
filoso uno sólo ol que ejercióse estas complicadas y múltiples
funciones, sino que su representación so distribuyera entro
otros organismos inferiores sacados de los diversos elemen
tos que formaron la ciudad, la confederación ó el estado, para
auxiliar en sijs funejoncs.al jefe oadniinistrÁdpr supremo.
Mas como quiera, quo aun en estos organismos y asocia
ciones superiores, todavía existen las antiguas formas de so
ciedad y en ellas so fundan como su principal pimiento, y
tanto la familia como el elemento de la raza constituyen, por
decirlo así, el.átomo sociológico que.^tra.&0£TW componente
del cuerpo de las nuevas asociaciones, quiere decir que sub
sisten las mismas primitivas formas, coexistiendo con las*
otras más complicadas que los cambios y las necesidades
hicieron aparecer sucesivamente.
Do suerte quo, subsistiendo todos estos elementos que
forman los componentes del gran cuerpo social do la luir
inanidad, en cada una do las diversas formas de asociación,
so habrá do observar aquellos mismos caracteres de unidad eii
cada sistema administrativo, junto-cotí los otros que el cam
bio y variedad do tiempos y lugares haya aportado en cada
época á la organización del podel:y de la administración pú
blica; y en cualquier organismo do estos que se estudio por
separado, so verá siempre algo de común y primario, que no
se transforma ni modifica y que acredita el mismo origen,
llegando al final por esto-estudio ya se luiga desdo los comien
zos do la sociedad hasta hoy, ya so principio en orden inverso
desdo nuestros días hasta los primeros, á la conclusión de la
verdad histórica y científica apuntada do lá unidad de la raza
humana y de la existencia de un ser creador que dió vida
la especie racional.
F id e l io .
SECCIÓN H ISTÓRICA
CUATRO OCASIONES EN QUE ESPAÑA TRATO DE CONQUISTAR \ IUZKAYA
PERO EN QUE ESTA
DEMOSTRÓ SER INCONQUISTABLE POR LAS ARMAS
ir
(JORDEXOLA
inco siglos después dol nicrccido desastre sufrido
por las tropas españolas en los campos de Padura,
daban los bizkainos una nueva prueba del amor
á su patria y del vigor de su raza.
Mas en esta segunda fecha era ya republicano-señorial la
forma política de Bizkaya, institución que, por su especial ca
rácter y por las bases en que estaba cimentada,sirvió á causar
alguna degeneración del espíritu verdaderamente bizkaino.
Si alguna falta, en efecto, habían cometido los bizkainos
contra el carácter de su nación, por seguir la tendencia de su
siglo de confiar la jefatura del Estado á un solo hombre, al
nombrar un Señor de Bizkaya, que, aunque no monarca polí
tico, había de ser (además del goce de otras atribuciones) mo
narca militar, carácter capaz de sintetizar todas las ilusiones
de un hombre de aquellos tiempos, de distraerle de su prin
cipal misión y do inspirarlo miras ambiciosas siempro perju
diciales al pueblo que capitaneara; en gravísima falta incu
rrieron ni comprometerse á servir á su Señor en cualquiera
guerra que, por pu s propios intereses, emprendiera ya dontro
(sin sueldo) ya fuora (con sueldo) del territorio bizkaino. 1A
No tardó osta roal monto anti/oral institución de producir
los resultados deplorables quo los bizkainos no previeron ó
no quisieron prever.
Ávidos de gloria y honores exóticos, los Señores de Biz
kaya, casáronse con mujeres extranjeras de noble extirpo, y
tomando parte activa en la Reconquista de España, si bien
on particular algunas veces, la mayor parte á las órdenes de
uno ú otro rey de la vecina nación, llegaron á adquirir títu
los de nobleza ospafiola y á aceptar gustosos el de súbditos
españoles, 2 consiguiendo más tarde quo el Señor de Bizkaya
1 «Otrosí, dixeron: Que havínn por Fuero, ó Ley, que los Cavalleros,
Escuderos, Ornes, Hijos-dalgo del dicho Condado, ó Señorío, assí de la
Tierra llana, como de las Villas é Ciudad de él, c sus adherentes, siempre
usaron, é acostumbraron ir, cada, y cuando que el Señor de Vizcaya los 11a-
mnsse, sin Sueldo alguno, por cosas, que á su Servicio los mandasse llamar,
pero esto fasta el Arbol Malato, que está en Luxaondo: Tero si el Señor,
con su Señoría, les mandasse ir allende del dicho Lugar, su Señoría les dev<*
mandar pagar el Sueldo de dos meses, si huvicron de ir á aquende los Puer
tos; ó para allende los Puertos, de tres meses, etc.» Fuero Nuevo do Biz-
kaya, Tit. I, Ley V. Esta ley es radicalmente opuesta al espíritu bizkaino.
¡Este pueblo noble, altivo y viril, empuñar las armas para satisfacer los ca
prichos de un hombre, y hacerse cómplice acaso de los crímenes que fuera
do su tierra pudiera éste cometer! La sangro do los bizkainos sólo por Biz
kaya debo derramarse, jamás por un hombro aventurero; por Bizkaya hasta
la última gota, por ningún hombre un solo glóbulo.
2 Ha habido quien so ha fundado en esto para afirmar que Bizkaya
dependía do España, y que no era más que uno de tintos señoríos y con
dados como en esta nación existían. Semejantes autores se fijan más en el
nombro que en la cosa; y acaso hayan revuelto muchos pergaminos, pero,
ó carecen totalmente de criterio histórico y no han nacido para historiado
ras, sino, tal vez, sólo para desenterradores do documentos y roedores de
archivos, ó los mueven y guian intenciones poco rectas y nobles, ó dan tan
poca importancia al asunto, quo no han parado mientes en estudiarlo.
fuera real mente d<? sangré españolh, v. 'concluyendo porqué
este título y el de Rey de España recayeran on una misma
persona. (1370), hecho hl parecer indiferente, puesto que no
hería directamente la independencia do Bizkaya, pero
única causa en realidad de todos nuestros males.
Por esto, en la época del suceso que nos ocupa, era un- es
pañol, un noble extranjero, un hermano del mismo 1). Pedro
I de Castilla-León, el legítimo Señor de .Bizkaya; por est.o,
las guerrasdo independencia qíio Bizkaya tuvo que sostener
en este tiempo contra España, íio fueron motivadas única
mente por tentativas de conquista por parte dicha nación lac
tina, sino también, aunque indirectamente, por la Enemistad
’■articular que éntre su rey y el Señor do Bizkaya existía.
Hallábase á la sazón sumida España en las más crueles
lachas intestinas. Los pasarlos desórdenes de Alfonso X I pro
dujeron en el reinado de su único hijo legítimo I). Pedro los
efectos que eran consiguientes. La reina viuda D." María
acariciaba la coyuntura de vengar los celos que la devoraban;
el joven príncipe, de natural irascible y lascivo, y aconse
jado por el ambicioso y poco escrupuloso portugués D. Juan
Alfonso de Alburqucrquc, había de dar rienda suelta á sus
pasiones... El doblo asesinato do D.n Leonor do Guzmán, la
impúdica dama do I). Alfonso, y de Garcilaso de la Vega, y
las torpes relaciones que D. Pedro inició acaso por instiga
ciones de Alburquerque, que no obstaron para que celebrara
matrimonio con la desgraciada I).n Blanca, hija del duque de
Borbón Pedro I, y que mantuvo criminalmente, aun después
de verificado este enlace sacramental, con D.a María de Pa
dilla, natural de Sahagún, tales fueron los primeros actos
realizados por aquel rev español, que causaron la indignación
de su pueblo y labraron la sangrienta agitación y el trágico
fin do su reinado.
Cuando D." Mencía do Guevara, aya de Ñuño I de Biz-
kaya, niíló aún do tres años, qué so encontraba en Paredes
dé'Navh,supo la noticia del asesinato do Garciláso de la Vega,
temiendo pót la vida del tierno infante quo á su custodia es
taba encomendado, decidió huir do la crueldad de D. Podro,
refugiándose en Bizkaya, en cuya villa deBftrmoo so guare
ció. Salió el rey espftfío! ch su persecución, mas habiendo
llegado á Santa Gadca, supo quo los fugitivos habían pene
trado ya en tierras del Señorío, por lo que, temeroso tal vez
dé las ñrináS bizkainas. retiróse muy á su pesar, prefiriendo
proceder á la celebración do las Cortes do Valladolid que
teñía proyectadas: •'
• Pero si Nunó T, hijo do María I I y do Juan ITT, Sonoros
do Bizkaya, Consiguió librarse del furor tiránico do D. Pedro,
no fu6 porque estuviese destinado por la Providencia á des
empeñar el elevado cargo de Señor de Bizkaya; creíalo se
guro su aya en la villa de Bermoo, mas la parca de la hora
incierta so apresuró á cortar el hilo de la vida do aquel tierno
niño, último de los Laras (1352).
Sucediólo en el Señorío su hermana mayor D." Juana, I do
esto nombre, la cual, habiéndose casado con ü . Tello, herma
no bastardo do I). Pedro, como hijo de D. Alonso el onceno
n Leonor, confiólo la parto activa do su
título, previo el juramento do guardar y hacer guardar, observar, cum plir y ejecutar inviolablemente los fueros, libertades,buenos usos y costumbres del Señorío,(\wo; el pueblo
bizkai no exigía en semejantes casos.
Era IX Tello uno de los que con sus hermanos D. Enrique,
Condo do Trastamara, y 1). Fadriquo, gran Maestre do San
tiago, y el do Alburquorque, malquistado ya con el rey por
la privanza do quo cerca do ésto disfrutaba la familia do Pa
dilla, acaudillaban el partido enemigo del monarca, pretex
tando defender la dignidad de D.n Blanca, abandonada por
su esposo á los dos días do la bendición nupcial.
I). Pedro halló al pronto ayuda en los infantes de Aragón,
á lino de los nales, 1). Juan, brindóle con la promesa del
Señorío de Bizkaya, pensando sin duda llevar á cabo la con
quista de este pequeño Estado; y á fin de facilitar do alguna
manera el cumplimiento de su palabra, liízolc casarse con
l).'1 Isabel, hermana menor de Ñuño I. Pero también los
aragoneses le abandonaron en Tordcliumos, y vióse precisado
á retirarse á Tordesillas con las escasas fuerzas quo le que
daban.
Finalmente, después de varias tentativas de avenencia con
el rey por parte de los coaligados, consiguieron éstos que la
reina madre D.A María les abriera las puertas do la ciudad de
Toro, y que el mismo 1). Pedro so presentara á ellos para
conferenciar sobre el mejor modo do dar fin á toda enemistad.
Dueños ya entonces de la persona del monarca, luciéronle
cautivo y empuñaron las riendas del Estado. A D. Tollo se le
confió la guarda y custodia del judío Samuel Leví, tesorero
del rey. Este último, que no había aún desesperado de sen
tarse libre de nuevo en el trono, trató do atraerse por segun
da vez á su partido á los infantes do Aragón, y habiéndolo
alcanzado con la promesa de concederles las tierras y digni
dades con que primeramente los halagó y otras nuevas no
menos pingües y elevadas, púsose en salvo, aprovechando
una salida do caza en día nublado, y se refugió en Segovia.
Débiles y faltos de carácter los coaligados, é inhábiles para
proseguir con tenacidad y bríos la guerra y para gobernar el
pueblo 1 desistieron do continuar la oposición y se dispersa
ron yendo cada cual á sus tierras, volviendo 1). Tollo al Se
ñorío de Bizkaya.
1 Tal era la condición do los hijos de D. Alfonso el undécimo. D. Pedio
ol Cruel, merced á la torcida educación que recibiera de su madre y de su
ayo Alhurquerquc, era iracundo poro débil, soberbio pero bajo, lascivo pero
incapaz de amar do veras á nadie ni nada. Esto rey español, homicida y trí
gamo, no tenia la menor noción do virtud alguna; no servía, en una pala
bra, ni para rey, ni para militar, ni para simple ciudadano.
Le había llegado, pues, á D. Pedio, la hora do ejercitar la
venganza, ya que 61 no conocía la justicia. Por donde quiera
que pasa dejan sus pies huellas sangrientas, y no hay virtud
que respete, ni llanto no ya que'lo ablandecí corazón, pero
ni siquiera quo lo determine á hacer justicia. Habíale llegado
la hora do desbordar todas sus impetuosas pasiones, y 110
había do dejar piedra que remover para saciarlas.
Acordóse en malhora del Señorío deBizkava, v renaciendo
en él los deseos de someterlo á su poder, lo cual le propor
cionaría indirectamente ocasión do vengarse de su hermano
Don Tollo, I y único de este nombro en Bizkaya, y de librarse
del importuno D. Juan de Aragón, que de continuo lo recor
daba la promesa que le había hecho, se propuso invadir el
.Señorío, para lo cual mandó gruesas tropas al frente del mis
mo infante D. Juan de la Cerda.
Ocurría esto el a fio 1355, y ya hemos insinuado que las
circunstancias en que entonces so encontraba Bizkaya eran
muy diferentes de las quo acompañaron á la batalla do Pa-
dura. No era ya esto Estado cuskeriano una Confederación
do Repúblicas, sino una República Señorial; su Señor, un
extranjero, á quien, aunque particular enemigo del invasor,
importábanle más su propio nombro y vida que el bienestar
6 independencia de Bizkaya,y que podía perfectamente aban
donar á ésta cuando 110 encontrara otro medio que el do hin
car espuelas en los ijares de su caballo para ponerse en salvo:
y hallábase además agitado y dividido el país por las san
grientas guerras civiles que entro los partidarios de Onaz y
de Ganboa por varios siglos se mantuvieron.
No ostaba, pues, Bizkaya en condiciones muy favorables
para augurar la victoria necesaria á su libertad.
Sin embargo, grande es el amor do los bizkainos á su pa
tria, y en tan inminento riesgo de verla esclavizada, han de
olvidar sus profundos rencores y enemistades, y unirán se en
apretado haz por la defensa do sus libertades; y bueno es,que
el ejército vaya capitaneado al combate por un solo jefe, pero
si éste falta, cada soldado entusiasta es un caudillo, cuánto
más tratándose de gente bizkaina, de imponderables prendas
militares.
Pero es de presumir quo los dos bandos 011 quo Bizkaya*se
hallaba dividida formaran dos distintos citerpos para resistir
al invasor;\acaudillaba, en efecto, á los partidarios de Ganboa,
Abendaílo’tarr Iban, y á los do O .liz, Muxika’tarr Perú.
De esta suerte, así como en Padura fueron dos (el de la
Confederación y el deTabira) los lobos que vencieron al león
español; así en Gordexola serán también dos los, Jobos que
habrán de destrozarle: el do Oñaz y el dc.Gy.nboa. • : .
Ebrias de gozo ante la perspectiva de una conquista,
avanzaban suspirando por llegar á tierra bizkaina las tropas
españolas; acostumbradas estaban á vencer á sus hermanos,
poro 110 eran ya españoles los que tenían que vencer y con
quistar; 110 conocían aún el hierro bizkaino. Bien montada y
aguerrida ora su caballería, pero la agilidad y destreza del
enemigo y la configuración del suelo que ocupaba habían de
hacer embarazoso lo que parecía ofrecerles una ventaja.
Al llegar al valle de Gordexola (hoy Gordcjuela), se les
presenta á la vista el ejército bizkaino ya dispuesto á la
lucha; las huestes españolas aceptan la batalla que les pro-
sonta, y dispuestos los varios cuerpos do milicia en el debido
orden, dásc la señal del combate.
No os corta la pelen, pero al fin, desordenarla y deshecha
la caballería española, vuelvo grupas y se apresura á refu
giarse en las vecinas tierras do Burgos.
¡Nueva gloria para Bizkaya, nueva fecha memorable y
digna de esculpirse en letras de oro!
¡Gloria á Muxika y Abcndaño! ¡Honor á Tollo 1!
AxouAHink.
VARIEDADES
ACCIÓN SOCIAL DE LOS CATÓLICOS
los tiempos y variando con ellos los dife-
íedios sociales en los qué el hombro ejer-
nctividad, vemos á los pueblos modificar
de tal modo sus costumbres y necesidades, que abstracción
Imcha do las cosas invariables que diez y nueve siglos solo
han sabido confirmar, todas las demás sufren necesariamente
su influencia; por esto sucedo que una ley no puede calificar
se de sabia y conveniente si carece de oportunidad; esto e?,
si la necesidad ó la costumbro no la sancionan.
Aplicando este principio á la acción de los católicos en
nuestros días, podemos decir á posterior i que resultando
como resultan casi estériles sus esfuerzos (considerados so
cialmente) ó que la acción desplegada es pequeña, ó que
cambiando los tiempos resultan ineficaces sus medidas, ana
licemos ambas proposiciones; la acción desplegada por los
católicos no puede calificarse do pequeña, pues el número de
sus templos, comunidades religiosas, cofradías y asociaciones
alcanzan respetables cifras que rechazan esta impugnación;
en su consecuencia, deberemos suponer deficientes los rtifr-
dios empleados.
Nuestras poblaciones, centros cada vez mayores, absorbéh
O R IflIC N D O
rentes r.
cita su ¡
— :,<> - -
(!c tal modo la riqueza material y monopolizan on talos tér
minos la instrucción, qnc la vida puedo conceptuarse limita
da á éstas, irradiándose al resto de la nación sus ideas y
costumbres; ahora bien, observando el comportamiento do
estos mismos centros, veremos (pie en virtud de las circuns
tancias necesarias al adelanto en la industria, movimiento-v
comercio, la asociación del capital se verifica de un modo
exagerado, produciendo en las clases trabajadoras un des
equilibrio que se hace notar y traduce por las constantes
huelgas que contemplamos; por otra parte ocupadas las clases
laboriosas quo componen el mayor número do las poblacio
nes en las distintas faenas referidas, donde generalmente no
encuentran premio ni aliciente otras virtudes que las cívicas,
ni adonde la voz del sacerdote alcanza, 110 deberá extrañar,
las consideremos objeto do gran reforma; más aún, las socie
dades aludidas de movimiento, comercio é industria, cuya
preponderancia parece 110 reconocer límites, adoptando en
su mayor parte la forma anónima, eluden por decir así la
responsabilidad individual y sin más guía ni principios que
el utilitarismo, acuerdan .medidas ó reformas que seguramen
te no hubieran sido dictadas por la individualidad conocedora
de los deberes anejos á sus derechos: de aquí necesariamente
la repugnancia sistemática á toda moral que pueda oponer, e
á estos principios y predique caridad; de aquí la actual filan
tropía. pretendiendo acallar el clamor de las conciencias, y
de aquí también la necesidad en los católicos de fomentar y
reproducir aquellos gremios y patronatos que registra la his
toria, cuya influencia suavizó la rudeza del trabajo y las que
actualmente podían restablecer el equilibrio, paz y sosiego,
tan necesarios para el verdadero progreso.
Por estos dignos medios las clases trabajadoras recobra
rían el prestigio y estimación á que son acreedoras como pri
meras faetoras do la riqueza do los pueblos, y redoblando sus
esfuerzos acrecentarían el bienestar. Si la colectividad del ca
pital ha sabido fundir las pequeñas sumas para resolver di
ficultades 110 ha mucho insuperables, 'del mismo modo la
unión de los esfuerzos quo hoy gira á merced de aquel, pue
de también sumar sus energías para Constituir colectividades
que afiancen la moral y la justicia, únicos medios en los que
puede desarrollar el hombre su distinta dualidad.
A los católicos incumbe el emprender esta empresa tan
necesaria como descuidada, si no queremos dasaparezcan de
nuestra sociedad los timbres más preciados y las más heroi
cas virtudes: esta es la acción social que reclama pronta asis
tencia y á ella deberán dirigirse los esfuerzos todos y de la
que podemos esperar eficaces resultados.»
PUNTOS NEGROS
Según noticias referentes al ejercicio masónico del pasado
año, el Oran Oriente de nuestra península lia contado 380
logias con 30.000 asociados, figurando á su cabeza como pri
mera dignidad el Fr*** I?. Ignacio Arias.
La prensa masónica ha dispuesto do diez órganos oficiales
á saber: E l Boletín del Ora// Oriente, La Gaccta del Oran Oriente Nacional, E l Porvenir Masón, EL Simbolismo, pu
blicados en Madrid; L a Jln /m nidad, en Alicante; L a Concordia, en Barcelona; (Ytdi.r Masónico, en Cádiz; E l Taller, en Sevilla; E l Boletín Oficial, en Córdoba, y L a Acacia, en
Zaragoza.
Además de los mencionados y reconocidos oficialmente,
existen, á no dudar, otros de menos importancia, cuyos nom
bres publicaremos tan pronto como la autoridad de las noti
cias nos permitan.
(rum o.
I O L A S — A L D I A
iSscsión recreativa)
1 Z ENA TA 1Z ATEA
oskontsetatik inioriko ouskal-orritarrak’
aia gozoa inoiz ikasi bago odo ikastoko
cz daukela bizi dàizan Eushrfdunak' alkarri buztartu ta Andaluziara moloi-azitan bialdutcko daiz
ogokiak' ozin oboak ota boro bizikoak.
Ez daigun baina inor lótsatu: sagar ustolak boro’ sagarron
izona daulco, ooratuta dagoznn gaisoari ckarton iakczan osa-
garri mingotsak’ odanoli izon gozoagaz dazauguz, garagarra-
gaz asarro ta oriotsagaz ostikoka’ osta osta dabilzan ordì
mando-crdi-asto-ordi artzari’ zaldion izona omotoii dautsogu,
odoi nogartion anzoko ia-cdariari’ csne-izona omotcn dautso
curcn iauboak, ardaotogiotan clialoka cgoton daiz iai-ilunt-
sotan’ ardaozko agura bircn barrikotak odo brr/.\nn/, {izcnoan)
onzuton ogntcn daizan zaragi-lagunak. Au giclii da. Gizonik
dongonak daukcz gaur ixcnik dontsuonak.
Motsaila, gitano (esquilador). Daizan, dirán ó dirían que son ó que se han.
Alkani, unos á otros. Buztartu, ayuntar. Daiz dirá, son ó so han. Boro l>¡-
ziko (a), ventajosísimo, insustituible. Osagarri, remedio, medicina. Pazau-
gtiz, conocemos. íaedaria. casi licor ó bebida. Ardaotegi, taberna. Chaloka,
aplaudiendo.«
Ez daigun bada inor lottata. Motsuilak bere’ bald in gu re
iiK'iidi-artean begiak edegi badane// Kuskal-erritarrak dai'/:
eta orr<'k\gaur-aiteizcncgokirikczarrita cz dankenEuskaldun
orrek’ cuskarfirik ikasi nai e/, dauenok, diskara mai tea lurpc-
tnta ikusi gurfi leukeen crdaldunduok... (ez beie Oiz, Amboto,
(«orbea tu A izgorriko mendiak euren negarrakaz euskal-erre-
kalc ito ta icliasoa alargandu) orrck bere' E/islvld/nink daiz.
l’ozili bei tez baiala Aitorren some egiazkoak: orrek geure
anai ordetzat baino cz dauguz ezautu nai. Euskaldunak daiz,
baili a euskaldunak ¡ \n /r \.Eta ¡\rnctik ixalrrn Gorbeatik Sierra ¡VIorena-ra baino
bidè gei chongo dagola esali leike.
¿Nora iges dauo bada Andoka Bizkaiko Iaunak Guadaletc-
ra croan euazan bizkaitarren semeak?
¿Non dagoz Naparroako Garcia-andiak eto Sancho-sendoak
menderaturiko napar-euskaldun-zintzuak?
¿Arrainduta al dagoz El-Cano Gipuzkoatarrak munduari
bira enioteko eukazan erritarta lagunak?
Arili arili cranzungo dautsct itaune orri, guro saminak età
naibageak astunak chi luzeak izan cz daizan.
¿Ez dauzu, euskaldunak guro errietako osngilcen eskuc-
tan umechocn bcsoak (lardar ta odolduta ikusi? ¿Ez dakizu
zelan angis-sagar gozoari bascrrìtar bum arinak urdinsagar
iningotsa cztitut.cn dnutscn?
Modu-onctanclie’ orain berrogei ta amar urte odo giclii-
choago etageroranz bere' gurc niendi artean bizi izan daizan
gorlari-W/rtf/.- euren odola ekanduak eta itzkera’ ezpata-ert-
zakaz eztitu dauez guie odolean’ guie ekanduetaii età gure
cuskara ederrean.
E/.,'ini, aplicar una cosa á otra persona 6 cosa. Erdaklundu (a), extranje
rizado. itaune, pregunta. Sani in, amargura. Naibagc, aflicción. Eztitu, in-
gertar. Angis-sagar y urdin-sagar, espocios (le manzanas, fieri ari, soldados.
Kkandu, costumbre. Ertza, la punta. 'i'-olÌ.-' v \ \ ) , / fw.x» r ) v <I; • r'■■ ■ • ) . W v , .7)1 - c. -.1 !*■: I '' • \ . ( r.A ' 1 , M V ì I
Beatotik cmcn ordii diarrean ta zori gaiztoan sortuta da-
gozan eskolak odo rsr/irh-k zaiirit.iit.on daue’ goro ta zako-
nago’ euskara mai tea.
¿Noiz ikusiko dauguz Euskal orriaii’ oscuclaorrok kon-
<1 uta’ ikasfryial,?»Tira, osando dauo iralcurlo andi-naiak, tira; orai» arto
»oiizuii datigun guztia egia izan loiko, guzurron antzik oz
Mlautsagu inondik artuten; baina....baina gaurboinik boin
»ouskaraz diru bagokoak età gona zardun arrain-zaltzailak,
»baserritarrak, libururik inoiz aratu oz dauonak, ota 011011
»antzeko arloir. batzuk baino oz dauo alkar adituton.
Età au esanda’ gizon koko bat ota lau emakunio gangar
baino goiago'oilartuta goldituko daiz;batora ta beztora’burua
ailort odo zuzón daukola’ bogiratuko dauo’ euron /l/sr/ir.w (iardun) au enzun dauonak o:n >n dnioon.
Ez daukagu gaur gangarkeri gciago enzuteko aztirik. Edu
onotako onuhrcai cz^ro:i orronkura bago iakitunon oliartela
emon daikeogu.
J \rn n\ iakituna, i.rr.iio.r ouskalduna, ourak nai
daucn guztia; baina ìxatex ¿z:;r? ¡0 tempora! ¡O mores!
IJrrongo-aldian ajertiiko dau
E z t k x a k .
C'ito ta zaki na ;o, cada vez más hondo ú ]ioii<lamonti*. Tira, interje *ió:*
ili*, incitación <|un equivali* á rn , vamos... Tìoinilc liciti, cuando monos. Ara
to, registrar. Arlóte, en c a s tr ila n o b ilb a ín o tiene tantas acepciones como
tipos /¡ 'ir rc f/n r i'is se en,,ucnlr«an en la villa. Koko, majadero. (Jangar, lerda.
< 'liártela, cèdui:!.
PERU MATRAKA TA P E D R ’ANTON— ------ -------------
KRRKKARTEICO I ’ERUCHO-N IAIOTZA
(IAHRATÍKNA)»
Sokondoan egonak; «Ama-na dan zurra ta boriale
aita-nak.»
(icla-aurrean gaziaina-gorringoa miazkaten iarduenak
irautsan: «Mari Manu..., Mari Maanu, Maaaari Manu ¿zein-
bíi i t i/.o n ipini dautsazan?»
¿Ñor dai baina Bialírin barritsu aren epaiak banan banali
ulerhi al daikozana? Batera iarduen barrikotati mota bateko
kirkilak oguzqui borotan logoz; goiz atan osan cuon guztia
itzkinitu al balitz’ iakingo gcuko mila guzurroz npainduta’
zoinbait chal cukoran ausoan, nortzuk egozan eskonduteko,
zeinbait mila dukatcko dotca croen, zoinbait aulki mai gona
atorra otzara tresna kaltza alkandora kapela lai goni zapi
marasa eukazan bakoitzak, mauruen aldian igarotako egiagaz
«■serratuta egnan kondaira, erriko eliz-kantariak auots mia
baeukan odo ez, Amerikctako urre-mendiak asko ta andiak
badaiz... eta iakin bear ez litzatozan ganza asko ast.ert.uko
litzatez ausa: ez daigun bada damurik euki’ liburuetan ira-
kurri ez al izatea Mari Manun eclioko aizeak danzan erabil-
zan ipuin, guzur ta onen antzeko esaera adurtsuak.
Minzkn, clwpnr. Dialkin, einltnjnrior. l'Ii'Hu. < omprcmkT. Kirkil;i, filili
— f ) ( ) —
Batoli badaki noizarto okingo outsen «gin urridun aoak
zabaldut.oari’ curcn artcan osagiloa agcrtu ez balitz. lkusi
ouanoan ouf.'k cobo atan sortii itzau atsotogi a ’ izutu itzau,
goni tu iakazan 111 atrai l.a-orzak ota amurruzko bi tzot.au azi
iakou osatoli: «Akolarreko zorgiu-aldra zorigaiztokoa, ordii
oche onetara?» Tsil isilik gol di tu itzazau atsoak, goni azurt-
sua nokoz zuzeiidu, aulkia besopean artu, osagiloari botoudo
itzal bat ipini, itz labur ta asarre/.koak agiti arteau csan....
ta inori unirtilv ogin bago atora bidea artu euon.
II
M.VKINA8I TA OSAW LEA SE IN M IN E N A UK I »KAN
Ipar-aizeagaz okaitz-ostean mondi oskorgak argitu doa-
zan logez, argitu itzan noizbait baso-arteko Galenon arpegia:
kurut/.o bategaz aizoa obagi ouan atso barritsuak Akelarrcra
bialdu nairik ota botaurrcak ipinita sartu itzan gelan. (¡oían
ez egoan Mari Manu, boro alaba zarrona, seina ta osagiloa
baino bozfei ik inor.
Jtzan Mari'nasi (Mari Manmi alaba zarra) ama soi iirtcko
noskatila bat gorputzcz oderra ta arimaz edorragoa. lOdurroz
estalduta dagon zclai b it arri-tontor bik apaiiidut.cn daucn
anzora, apaindu ta edortuton cuon boro arpogia chalak 1 cu-
U i ton danzan laugoe.he begi odor bik, bogi «motan ikusten
cuan irudituta Mari man u k boro alaba niaitoon a ri 111 a ozin
Iklvirafil, escribir. Maurua, (cl) moro. Aldi, tiempo. Igiro, acontecer.
Kondaira, historia. Eliz-Kantari, cantor do iglesia. A nots, voz. Astertii^
desentrañar, examinar. Alisa, probablemente. Irakurri, leer. Adurtsua, (ol)
baboso. Agin tirridun ao.V, boca de escasos dientes. Ekin, machacar. Sortu,
fundar, lnolar. Izutu, espantarse. Erza^jmnta. Aldra bandada. Zaitaz,se
Ine os hal)cis.
— Oí —
obc.i. -Ule- •■¡nrta bi dihgilizka oukazan boro lopotik bora,
idunean zapi /.uri bat, goranza bularron ganoan, età abarka
ta gona bcilcgi bat soinean. IOz r iikan baina parpailarik cz
bici)irik; oz ilzan orduan edertasuna saldutcn-cla.
A pai 113.1 ivi bakartzat biutz bat cukaii nmiidii onegaz áse
te n ez itzana, bozto bizi-lcku zoriontsuagoa icharotcn egoan
biotza. Boro errubagetasunari bcgiratnez goro’ umobat iru-
dicn; odonork barriz bore itz astimeli nourritzat ogcita lau
mio ni ubai tu ko eutsazan.
Au gaitik Mariaasin edertasuna ospatuten enea bertso cz-
tit.suct.an Aramaioko gizon ta cmakmncak.
Bainaperemina dagonoan daliadanlogoz autortu boardai-
ta’ anderazkoon onurarako ozili autortu bago ichi daikegu
Marinaxik minean' bozto Eva-11 alaba guztion gisan’ cukan
zeli tasti un.
Z )lia izan ez balitz boro mina’ cz gouan goiz atan iruren
artean gorta itzana iakingo. Ausoan Marinasiri bere ama
gaitik i tandil eutseiicair itz bi odo in i bakarrik osan cutso-
zan: ez ekian neskatila onak g:ìri-garau bi ti k imilaunkada
garia ta labakada ogia logcz’ boro itz biotatik osan-ala
barritsuen burilan crnoko itza/.anik.
« Erraietako mina daukat» csan ci cutsan OsagiIcari Mari
Manuk.
«¿Erraictako mina? ¿Nork csan dami kontuori?— csan
cuan ausoko alargun batok.
— Ncuro amak osagiloari cranzun dautsa.
Oahkkuak, notas. Kkaifz, tempestad. ICskorga, desmedido ó colosal.
Argifu t i n n n lego;?, romo s iH -v i claro .ireo. IWaurm, anteojo. («ola, apo-
süMij. Soin, r .v i'ii incido, ¡ufante. Estalduta, cubierto. Ulc-ohorta, trenza
do pelo. ningilizka, colgando. Idun, cuello: Parpnila y bichi, objetos de
a'hniD. Aso, hartar ó harta reo, Ainbaitu, tantear. Ospatu, Celebrar. Pere-
mina, necesidad. Anderazko y emakume, hembra. Onura, honra, üerta.
acontecer. I/ibakada ogia, hornada de pan. Esan-ala, cuanto se puede decir.
— B a i z e osagilca-n b n n i t i k u r te u ik o a b a l i t z ’ n i k s in iz tu
ez . ¿ E h i z.er ¡nom i osag ilc-orrek?
— Jsilik ogoan.
— B ai, ogon bear. N on bere ’ in o rk /.or d a u k a n csango
b a la io u s tan ' (»sagiloa i/.ango n itz o tc n . ( ìa iso g u z t ia k , ooan
e tz a n d a n iin o z d ago zan ga iso g u z t ia k isi 1 iR ('gongo balil-
z o z a n ¡am aiIva b id a r osag ilcon iz o n a d a u k c n a k lo tsatu ta
i k n s ik o g a io u k o z a n !
— Kz (lago Manuela ik asma ta clango ez daunanik
età....— ini-1 ariczka iraulfan Mrrinr.sik.
— 13 ez teak ogitcn dauena ogitea gaitik .... tira....deitu
oikoon ik bere osagilcari. ¿Ozterantzcàn? Osagileen esalisi
ta agura-on a mesa guzurrari buztartutcko daiz onak. Osa-
gileak osasunik ekarrioz, ta gangarrcn collera badoaz dima
atera ta sabota boto; ez dakio beztc gauz’onik ogitcn.
— Zuk esango ez dauzunik ez dago-ta... »
Ez itzan baina guztia utsa. Ez ei euan Arakilgo Erranion
(au itzan osagilcon izona) iakitun-pariztak ogitcn Madri Igo
osagilerik ononak garait.uko.
(Jaisoari urroratu iakancan'burua mutilduta kapoKiii-dina
sokondo baten iclii cuan, iakit.urien berotasuna kapola-ba-
rruan euki ozin izan balen Jogez; gaitzdunnri san i bngiratu,
bere bckokia oskuagaz igortzi, aoa zabaldu eragin, loioa’
batean edegi fa beztean iclii, eskuturra ncurtu, kaltz.etatik
papc r k o ip o z tu ba ta te ra ta b o ta u r rc - g a n e t ik ir a k u r r i.... b cz te
onelango pari/.ta asko ogin ouazan bere itz bigarren-bagoa
aotik atera ordiiko.
Ona enien boro aginduak.
»Ez Mari Manu ene baimeli-bago inori’ ec;uzkiari bere'
O a h k k h a k , n o t a s . — Anmika l)id;ii-, cuántas voces (ami es mas expresi vo
amaika). Ini-liamv.ka, sonricndosu. Osterà ntzean, de Io contrario. Hangar,
mujer casquivana, l ’am ta, mucca ó ademán. (laifzdun-a, el enfermo. I,eio.
venlana. Kalf/.-ak. los pantalones. Baimeli, aprobación. I ~
/ . ,■> / - f -xi i . , , (À OC-I ('■> c
♦ atorik oclogi, ordnrik ordura cdari onen tanta batziik artu.
»goldi egon, z.irkinik egin bago ta aratili, cz laungoikoa-
»gaitik lu/.o hizo agoan lokutik auzpaztu odo zutindu... »
Au 011 tz mi i k ordi nogarroz osan cuan Mari Manuk.
« — launa ¿pipatik ko-pautada batzuk artutcak kalto
ándiao gingo lcúsket?—¡Zor osan daun INTarimanu! ¿pipatik
koa pauta pauta artu? Ez dai Hipócrates andia ire erkiii-
koa. Pipako keak godarrez erraiak atsituko louskezan.
— Ona|bada,Iaunn,sur-auts puzkaoho bat artu ten ichibcist.
— Simili» similibus curantur, eranzun cuan benetan ta
itznl itzal Arakilgo Taunak.
. — Euro itza atzcratut.a, irautsan alabak, cbakolin-zalc-
clioak kastaz gaizela gu iakin beik ¿ota cz litzate ñire
ama au gora-bora osatuko?
— Au enzun ik ’ albo baten iclii cuazan guro Galenok,
Hipócrates, Aristóteles tabezto Grcziako iakitunon osaerak,
ota borea argitaratutoko betaurroak kondu, ostarria estul-
ots bategaz garbitu ta chainarra azkatuta «Noskatila bildur-
bagea, inoan, gaisoonzat cliakolina ta osasuna daukcnari
¿zor gordeton dautson? ¿liiuzpina? ¿Egurdian ochcra da-
torre n osagiloanzat zor daukan? ¿Ura?
K'/. daigtin bada, alperrik izkotan iardu.
Esanak osan ta andik kanpora’ ezer cz.»
T tz onen durundira gel an egozan culi gnztiak ormazur-
kuluotatik lokatu itzazan: bildurrez ate-zuloen-bila abiatu
ta bildurrez baserri-maisuen epaiari burua makurtu cutscn.
Onek culicn soino ta osa mesa ri iaramonik egin bago’
gainibota oliiki, ugertu ta zorrotz batnarruzko zorro zarcho
batetik atora ta oliz'aldcko bizarkontzailca logez narruon
labanduten azi itzan.
Oaiikkkak, notas.— Z irkin, movimiento. Ko-pautada, bocanada de Imtno.
(íedar, ollín. Rur-auts, rapó. Inoan, decía. Chuzpina, residuo do chacolí.
Dnhmdi, eco. Iarnmon, caso. ^ ¿ • en-n.» {., ^ A//)/,'-jia ¡ y frit»-. ' p -c -*
,'Ufn- ■ /«. / , /
Alabari sotinka azi iakan biotza, buztiton bogiak ota
arima kanporatu nai ri k : nekcz ta osta osta nrnasa arto,
ozin ezorlango itz ik oguzkituta ogoan.... nogarrcz, sotin
ka, arnasa-otska ta bogira; inoiz baino amodio biziagoagaz
boro ama orrukarriari bogira.
Alaba sani urrà nogarrcz ta burroni gogorra gainibcta
zorroztuten ikusita «ai, ai, r.zi itzan aragian onok ikutu
orduko csat.cn’ ai, ai... chut chut.... naikoa dai, Arakilgo
launa, naikoa dai.»
«Ago isilik» bosotik oratuta csan outsan Arakil-ok, ota
Moisosck aitz gogorrctik urozko iturria zartaagaz sortu
(Mian logoz, odolczkoa sortu cuan Erramonok Mari Manu-n
sanotatik.
Mari Manu inguruan eukazan burruko azalak baino zu-
riago ta negar ogitoko indarrik o/, oukahi golditu it/.an;
boro alarauctara oskaratzoan isilik ostuka ogozanak urro-
ratu ta ingurutu iakazan.
Marinasik oz okian 11011 ogoan,bnrua zorabiatu iakaneko’
arrantza baten zóruari dei egiten azi itzan’ osatu cicla arrcn
boro ama.
Kta bitartoan osagileak (baldin izen au ondo baiatortza)
Filatoseli bozto aldi baten lego/,’ cskuak garbiti! cuaznn’
orrurik ozcukala adicrazotoko;cta«gaitz dunailton baitzan’
boronon makaltasunak eukala orma eta czerlan ez boro
libumetako agind'.iak», csan....agur ogin urrengo arto..... ta
alderatu iaken.
I I I
N E R E M O M J K O ( 5 A 1 R 0 - Z A I N H A T
Orduan, ordurarte taordutik onora boro gaso-zain-muota
bere modukoa ta ugaria czautu daroo euskaldunak.
Oakkkhak, n'otas.— Osta, osta, á duras penas. Oguzkitu, pronunciar.
(¡ainiMa, cuchillo, isilik ostuka, á hurtadillas. Bere moduko, s u iy e n rr is .
— (il —
Nekcak tu zarznroak su-ondpan, baztertuta „daukazan
atsoak’ zcr ian età nori it/. egin euki nairik ’. mila gaitz ta
cri cdozein iakituncnzat zailak cta.gogaitgarriak aztortu,
azaldu ta osntutcko ustoan igitufccn daiz. .. ;
Inork baino ias ta deskulzu obea dauke santiratuak zu-
zendu’ azur lokatuak curo« lekuratu ta emjplastoak odo
amarrak ogitcn. E niplastrw m izenngaz czautnt.cn daiz
gaur bore atso bildulgarri onek. Enron artenn Mendi-burun
iaioriko Epcnrt ezizenzat cukan atso bat’ ci itzan Arama-
ioko baztarrctan enzuterik audicna cukan cmplnstcroa, ¿Norcn bclarrietara ez dai cldu bere izena, età nork ez
daukaz gomutan’,: zeinbait zauri. berc esku azurtsuakaz
osato, ta zeinbait osasun zauritu. enazan Epcrrak bere ar-
pegi chiniur ta crkina umeen artean erakutsita bezte bage?
Ez dakigu zcr igaro itzan gallatali Mari Marnili cchean;
baina bai cguzkiagaz batera io euala Eperrak Errekarteko
atea. *
«Mari Manu, Iaungoikoak egun on bat cmon daizula»
arrastaka dakarrcn arran arrakalatu baLen otscn gizan
Errekarteko orma zarrctan enzun itzan. «Eperra dai... Epe-
ira dai» barrukoak esan cucii. . ,
Danak, chakurrcrainoko guztiak abegi ta-gera on bat
egitcra urten iakazan Eperrari, bada danak cukezan legez
azurrak, età o/. lokatu czin leizanak, bildurra cukctsen
santira-zailcari età bildurkorren anzera arpogi motsa era-
kutsi arren, itz b igm ta gozogozoakaz «Egun on euri bere»
csan eutsen.
— ¿Ta IStari Manu? :
— Charto.
Epcrrak orduan eskuetan ekarren makilaragorputz erdia
Oarkku.vk, notas.— Gaiso-zain, cnferinnro. Mueta, especie. Zarznro, ve
jez. Eri, enfermedad. Zail, difícil. Gogaitu, aburrirse. las-a, garbo. Deskulzu,
tino. Ezizon, apodo. Zauri, herida. Arran, cenceiTO.*
bota' bozto oskuagaz csku-zalearr ora tu tu gaitz.dunon ge-
larantz.igoten abia itzan.
, Mari Manuri ogun onak omon’ beso zauritua ikusi’ orio
gordin ta lino-aziagaz amarra on bat. prosta ogiola agindu’
guztia i/.an itzan .ora-batoko ganza.
Azi iakan goro ookoari iiiork onzun boar oz loukon
axarrozko iardun ta izkota bat osateli' osagilo guztion
kontra’ munduan ogozan liburuon kaltogarrirako; ota atz-
amarrakaz soindnnon aznrrak mailatuton euazan-artoan’
oz cuan minagaz Madrilgo iakitunon gorputzotan azur lo-
katn bagckorik ich i ton.
Bcdar-muctaazkoaztcrtu ta az.ildu cuazanbcreiakiturien
iakituriagaz arri tuta ogozan cmakumc-artcan. Tugólos batok
boro-bizi guztian ogiton oz dauon-bozto itz nrton itzazan
goiz atan Epcrran aotik.Nogargarria dai’ gurc ('gunot.au Epor
aiii kantaria cz bizi izatea; zo cz Prantzian baknrrik gurc
Espafian bore’ Ekautu, Begirale, Hialkin odo bozto au-
lango arazucn batogaz ikus iko litzat.cz omakumoak.
(lanza iakina dai: gaur barritsuak daiz agilitan, ota
nausi itz laban-dunak.
Eguzkia aztiro aztiro’ inor icliaroton oz baloukan Icgoz
mondi ta murucn gañera igoton azi itzan, batean odoi-artean
eskuta ta beztean sokilak auston ogozanai bero-arpegi ede-
rra crakustcn cutscla’ pekatariak bcre-gaitza autortu ta ari
ma garbi bat launon begietara agortuten-dauon gizan.
Soloctan-ziar arbi-lora-artctik tapatapa ioan-goriza odo
ainubcari bogiratuez goro’Aingcru bat cbilola czan c ik c iì
oguzkicn atzotik’ bere esku zuriagaz Àramaioko orduak
Oaukkkak, notar.— Esku-zalo, barandilla, do escalera. Boro ia k itu n ru in k itu rr ìa g n x arrituta, admirados do su porfcu fom sab itfi/r ia . Ekautu
llegirale Bialkin, Diputado Cónsul Embajador. Aztiro aztiro, paulatinamen
te. Sokiì-ak, tenonoR^los). Soloctan-ziar, á lo largo ó al través de las fincas.
Tapa tapa, voz onomatópiea quo indica paso regular y suave.
neurtuten; mundutarrar gorputz argitsii aren bira bakoitzalc
egun bat’ Iaunak ilkorrari agi nel uta daukatzozan urto ota-
t.ik gichituton dau/sela’ adierasoton emotéko. -
Ez cuan’alan ta giusti berc’Errokartcn barrikotan iarduan
atsoak gomutau artu’ oz oguzkion otorrorarik, oz egaz obi-
1 ( m i ^goizi'n arintasunik, oz guro bizien laburtusunik, ez
ain girili Arakil-go osagiloaren otorrorarik.
¿Ez ckian Mendiburuko gaiso-zainak’ bora il tageroranz-
bero’ emplastoro guztiak osagiloen arorioak beti betiko izan
bear cuonik? ¿Zork astu eragiu outsan Erromatar ta Carta-
gotarrak baino alkarri eukotscn gorrotu andiagoa? ¿Ez
iakan goiz guztian burura ctoni Arakil-go Erramonek
baekusan’ auska, burruka ta orreiotan egin bear cuoia, oz
Canas odo Trasimonon arck logez, cz bada Mari Manu
errukarrion gorputz argalean?
¡Ai, Mari Manu gaisoa! ¡0 Epor barritsua!
Orra or oche ondoan atzo ain-bezto arazu einon outsun
Galeno, adnrr-artetik agi ri iaka’ amalan urteon lagun ogiten
dautsan kapel.a-ordi-urdin t'oso koipezt.ua. Errurik cz dau-
kanari gainibeta zorrotz batogaz sanale urratu oi badautsaz,
¿Zor òsa 11 ta (’giugo ez etc dautso omplastcra, cmplastodun ta
bicn bitartokoari?
Anpor-artcan etzanda egoan artzain-ora zaratara zutindu
ta zaunkakaazi itzan taiucharrekogizon a bere aurrean iku-
sita. Zaunka onetara Mari Marnili ondorengoak konturatu
itzazan. A itzan estutasuna. Guztiak ogozan isilik, guztiak
arnas'otska’ bogi ta besoakaz alkar bildurtuten, guztiak urten
nairik ota urten czinik, guztiak gcldi konkortuta ota dardart
bildurrez.
Oaukf.hak, notas.— Iiirn, vuelta. Egaz, volando. T'oso, contracción (por
sinalefa) de /a oso, y entemmente. Bitarteko, medianero intercesor..... An-
por, tronco de árbol. Etzanda, tumbado. Artzain-òra, perro mastín. Timi,
traza.
Butari’ go la ko Sabaitik boràìiz’ (rtizman Oliale Tarifako
gaztolutik iaurti cuan gainibota etorrcla’ ct.aErramonck narra
zar batean igortziagaz ockoàri bcsotik oratiiton outsaîa’ begi-
tànduton iakan; beztoari’ Israelgo aingerua echcrik colie
Faraonen pokatuak gaitik logez’ Errekarteko borrerua beso-
rik boso ibiliko itzala’ erichon’ zorricharrcko Eporra-n zorrrtk
ornidu ta kita nairik.
¡Eperrak zor bildurri bere gorputzean, zcinbait gogameni
bore buruan eta zerlango gorroturi'bero biotzean oz cto ent-
sen emon ostatu! Zapat’otsak kirriz karraz urreratu itzaza-
nean, basôratuteko egarik cz eukan logez, dandarroz oe-
azpian sartu iaketi.« eV. ‘ ' • . * Inrrnlfnko dan
E z t i-a h a u a k .
Uaiîkkhak, notas.—(ìelako salmi, ciclo del aposento. lîegitnnduteu iakan,
sii le figurai «a. Zorrak ornidu ta kita, pagar y solventar las deudas. Dan
darrez, ¡irrastrii ndosc.
Se lia recibido ch esta Administración, para subvenir los
pastos do nuestra Revista, la cantidad do HO pesetas, donati
vo con quo lia tenido á bien favorecerla un aprociablo señor
suscriptor, cuyo nombro callamos por razones que no es pre
ciso manifestar.
Nó sabemos agradecer tanta generosidad do otro modo que
«asegurándole á dicho señor que actos como el suyo han de
obligarnos realmente á oorrespondorios mejorando la parte
material de la Revista, estudiando y desarrollando con asi
duidad las diferentes secciones de quo consta, y siendo fíeles,
finalmente, al plan que nos propusimos en su primer núme
ro y al objeto de su publicación.
fS><W
K .8$ f e
F-
c
A C e
CRÓNICA INTERNACIONAL
más exporta quo la nuestra se encargó el mes
ido, no ya do bosquejar esta sección ó revista
las columnas do La Abeja, sino de pasarla
tangiblcmonto por las naciones del viejo y nuevo continonte.
Fuó una revista activa y gonoral, quo sin dejnrso amedrentar
por humanos respetos, visitó los palacios y las caballas, las
academias y las tabernas, los elegantes salones y los sucios
garitos, ó hizo sentir sus influencias en los ricos y pobres, en
• los príncipes y mendigos, en los pilluelos de plaza como en
los diplomáticos más encopetados. Nada, una revista iguali-
, taria; un trancazo que, como palo do ciego, dobló las espaldas
á media humanidad, sin reparar si estas espaldas iban cubier
tas de seda ó con andrajos.
El número do los atacados por esta enfermedad que vi -oacirltis cae sobre los pueblos y mote en cama á medio vecin
dario en menos tiempo del que necesitan los más hábiles ofi
cinistas para meterlo en el censo do empadronamiento ó 011
BILBAO , F E B R E R O DE 1890
las listas doctorales, no será fácil precisar: si alguna ver,
llegan á formarse cálculos aproximarlos, las cifras tienen quo
resultar enormes. Los perjuicios ó destrozos quo lia ocasionado
en los comercios, talleres, oficinas, etc., inutilizando á los ope
rarios y dependientes y paralizando los trabajos por más ó
monos tiempo, tampoco son flojos.
Los módicos y las academias científicas lian discurrido lar
ga y diversamente acerca de las causas generadoras do esta
enfermedad, tan liviana y fácil do curarse en su primer pe
ríodo, tan larga y peligrosa de recaídas 011 su convalcscencia,
y que con parecer cosa pequofia do tal manera debilita y
aplana, física y moralmontc, ai individuo atacado. Unos la
lian atribuido á un microbio especial; otros al empobreci
miento del airo atmosférico quo, falto do oxígeno suficiente,
debilita y corrompo la sangro; algunos á una afbcción ner
viosa que influía sobre las predisposiciones (5 dolencias habi
tuales dol individuo, agravándolas en forma intensa.
Sub jw livc lis cst. Sea de ello .lo quo quiera, del hecho
universal acaecido nosotros deducimos tres consecuencias:
1." Que ha habido una alteración general on los elemen
tos atmosféricos, en las causas segundas, cuya acción preside
inmediatamente á la subsistencia armónica y á las condiciones
regularos de la vida humana. Por más que los racionalistas
digan, y voceen los secuaces del naturalismo, empeñados on
sostener y proclamar la rígida inmutabilidad de las leyes cós
micas, que hace imposible toda mudanza, todo milagro, toda
suspensión, siquiera momentánea, de esas leyes, acabarnos do
ver y do sentir lo contrario: el milagro se ha hecho, la alto-
ración so ha verificado: de ello dan testimonio nuestros hue
sos molidos.
2.'1 Que esta alteración do los agentes secundarios 110 ha
sido ciega ó fatalista, sino ordenada y dirigida por otras leyes:
algo más do microbios ó algo menos oxígeno 011 el aire,hubie
ra bastado para causar la ruina completa do los hombres. En
nsta como on otras epidemias so vo ol cordonazo quo aprieta,
poro no ahoga, la sabiduría providencial con que so castiga
á los pueblos (pues toda pona os castigo do alguna culpa) sin
destruir del todo. *Y ;{.n que mientras los hombros irreligiosos por amor al
trabajo (!!) ¡/ al dinero suprimen los días festivos, estos cordonazos inesperados nos obligan á suspender los trabajos y
negociaciones aun en los días de labor.Sería curiosa una com
paración de las ganancias metálicas que se obtienen con la
inobservancia del domingo (porque ganancias morales y cor
porales no se logran por eso camino) con los atrasos y pér
didas sufridas en estas epidemias que nada tienen de fortuitas.•
Y entro tanto el mundo marcha hacia el salvajismo.
Véanse las pruebas:
La nueva república brasileña, formada por obra y gracia
de una revolución masónica, acaba do establecer en sus lis
tados confederados el matrimonio civil, os decir, la legalidad
del amancebamiento público. Y al mismo tiempo aumenta la
dotación y ol contingento do su ejército do mar y tierra, fte
aflojan al pueblo los vínculos morales, quo son los verdaderos
man tenedores del orden social, y en cambio so remachan las
férreas cadenas do la fuerza armada. No do otra suerte ha so
lido tratarse á los pobres esclavos.
En las naciones europeas las últimas estadísticas referentes
á las fuerzas militares, que en activo y reserva sostiene cada
país, arroja cifras verdadoramontes enormes.Rusia tiene cerca
do tres millones de soldados (sólo en su porción europea):
Alemania, Austria y Francia elevan sus respectivos ejércitos
a más do cuatro millones cada nación; ó Italia, felice é in tan- ffibilc, con ser do tan escaso territorio, tiene más de 2.600.000
soldados en ambas situaciones. Esto da una idea del mutuo
y cordial respeto quo las naciones civilizadas se profesan, y
ile envidiable calma interior de que disfrutan.
Los ejércitos mi morosos ni son un progreso ni causan feli
cidad á las naciones. Por de pronto, los presupuestos de guerra
son la carga más pesada para el país, los cientos de millones
que inútilmente se consumen cada a fio en este ramo, aplica
dos que fuesen al fomento de las industrias, obras públicas y
icbaja do las cargas del ciudadano producirían beneficios in
calculables. Pero, cierto es, la vida social no se mantiene sin
fuerza activa; y á medida que las fuerzas morales decaigan,
liav necesidad de acudir á la fuerza material de las armas.
Mas á pesar de este lujo de fuerzas militares, la obra revo
lucionaria prosigue en avance. El telégrafo á vuelto ha dar
cuenta de los trabajos de propaganda y preparativos de acción
que los nihilistas llevan á cabo en Rusia, logrando cada vez
más adeptos en el seno del ejército mismo.
Y en Alemania, donde la férrea mano do Bismark parecía
capaz de aplastar la cabeza á cualquiera que osase levantarla
en reboldía, donde el talento del astuto canciller se creía
dueño absoluto del imperio, disuelto el Reichstag á conse
cuencia de una derrota sufrida por Bismnrk en el seno del
Parlamento alemán, y fijado el día 20 del actual Febrero para
las nuevas elecciones de diputados, los socialistas se han or
ganizado activamente aprestándose á una lucha más vigorosa
que otras veces. Tenían los socialistas once diputados suyos
en el Reichstag, y ahora se proponían presentar candidatos
propios en más de doscientos distritos. Para los cuales previa
mente han instalado sus comités y centros de acción. Propó-
nense, ya que 110 llevar mayoría al Parlamento, por lo menos
mostrar que tienen partidarios decididos en todo el imperio.
¡Hermoso porvenir para éste!
Los sucesos más salientes en España duranto el mes do
Enero último han sido la enfermedad del Rey niño y la crisis
ministerial.
Conducido al borde del sepulcro por la agravación do sus
dolencias, durante varios días estuvo 1). Alfonso entre la vida
y la muerte, con escasas esperanzas de curación. Al fin la
crisis fu6 vencida favorablemente y entró en el período do
convalecencia. El Clero ha entonado ya el Te-Douni por el
restablecimiento de 1). Alfonso; antes, á petición del Gobierno,
había hecho rogativos para obtener del Cielo este beneficio.
Nosotros, nos preguntamos, como seguramente se habrán pre
guntado á sí mismos nuestros lectores «¿Por qué el Gobierno
pide oraciones al Clero católico? Si el Estado ha de ser liberal, es decir, libre de todo compromiso religioso ¿á qué acu
dir á los sacerdotes? Y si el Estado quiere ser católico ¿á qué
procesar y encarcelar á sacerdotes católicos por actos ejercidos
on sus funciones sacerdotales?»
El caso do la gravísima enfermedad padecida por el Mo
narca infanto lia servido también para poner de manifiesto el
estado de lo que se llama la opinión pública. Ninguna con
moción popular se ha experimentado, pero sí el extraño con
trasto do los cabildeos en los políticos, do la pasiva expec
tación en las masas popularos, y ¡triste es consignarlo! do
algunos alardes revolucionarios, sacándose á relucir on algu
nos casinos los trapos tricolores, cual si so tratara do envolver
on ellos, como on fúnebre sudario, las mismas instituciones
reinantes. Dato os esto que no deberá echarse en olvido para
lo porvenir.
La resolución de la crisis ministerial, planteado por el se
ñor Sagasta, estuvo en suspenso durante algunas semanas,
por motivo de la enfermedad del Monarca y también por ha-
berso frustrado los proyectos do conciliación ó componendas
entre las diversas fracciones liberales. Al fin salió el nuevo
Ministerio, en la forma quo ya todos conocen, continuando on
sus puestos anteriores el Sr. Paz y el Sr. Fortaleza. Consti
tuido el nuevo Ministerio, los asuntos que más prisa meten,
al parecer, son el planteamiento del sufragio universal y la
aprobación do los presupuestos. El primero entraba en los
compromisos contraidos por el partido «agustino desdo la (Mi
trada en el poder: y seguramente, Sagasta no saldrá de la
Presidencia do! Consejo mientras el proyecto del sufragio lla
mado universal no quedo (al decir de hoy día) convertido
en Irn.Los presupuestos... séminos ligeros.
bl (¡unípro (¡no acaecido en la jura de los ministros, en la
cual Mecerra, se presentó como de Fomento y el duque do
Veragua como de Ultramar, pero enseguida hicieron cambio
de carteras; este quid pro quo que para algunos no pasó de
una mora informalidad, podría llevarnos á extensas conside
raciones, que hoy omitimos por no hacer sobradamente larga
esta sección, pero que en una sola pregunta pueden quedar
condensadlas: ¿Tiene el >Sr. Becerra decidido emporio de llevar
á ejecución sus proyectos de secularizar la enseñanza en Fi
lipinas y quitará los misioneros de aquel país sus atribucio
nes de inspección en ciertas cuestiones administrativas? ¿Y
las consecuencias para el predominio de Fspaila en aquel
archipiélago?
Flf \\eo.
CRÓNICA RELIG IOSA
•: cómo los institutos rcligiososylosbiories de los po
bres lian do pagar los vidrios rotos por los desacier
tos de los políticos de oficio (y beneficio propio).
El Gobierno italiano quo hace pocos afios, so pretexto de
enjugar la deuda pública, procedió á la desamortización (/a- frocimo, según la fraso del erudito historiador Menéndez
Pelayo) de los bienes de la Propaganda Fide, sagrados por
su institución eclesiástica y por su objeto do atender á los
gastos de las misiones católicas, sofocado ahora con el déficit
que presentan los últimos presupuestos, ha tomado el acuer
do de inmutarse de los bienes de Obras pías, procedentes en
su mayor parto do legados y mandas piadosas hechas en los
testamentos. Do suerte que 110 ya so entrometo ol Estado 011
la administración, ó mejor, disipación de bienes eclesiásticos
ó espiritualizados por el objeto á quo so destinaban, sino
también, á trocar la última voluntad de los ciudadanos cre
yentes, dejando sin efecto sus disposiciones testamentarias.
Estas, quo 110 ya on países cultos, sino entro gente inciviliza
da, se tienen por sagradas y muy respetables, sin embargo,
fu Italia y por obra de 1111 gobierno que blasona do liberal y
tolerante, son tratadas de la manera que se ve por los últimos
acuerdos tomados en el Parlamento italiano.
El Episcopado de aquella infortunada península, velando
por el honor y la justicia, so ha levantado unánime á protes
tar contra tamaña usurpación del Gobierno. Con satisfacción
honramos las páginas de nuestra R evísta copiando la noble
circular colectiva, que aquellos venerables Prelados dirigen
á los católicos de Italia.
Dice así:
LOS 011181*08 DE ITALIA
A h CJ.KHO v l ’UKBI.O I )B LA S R E S P E C T IV A S D IÓ CES IS
«Uniendo por deber nuestra voz á la augusta dol »Soberano
Pontífice, deploramos y reprobamos el proyecto do ley sobro
las Obras pías, poco há aprobado en el parlamento.
»Aquel provecto es contrario á la Religión, que por 61 se
ve desterrada completamente do la pública beneficencia. Lle
vado á la práctica, las fundaciones para los encarcelados, los
hospicios de los catecúmenos y de los peregrinos, los sagrados
retiros, las dotaciones para las religiosas, las sociedades pia
dosas, las herencias y legados de culto desaparecerían todos,
sin consideración á la rehabilitación de los culpables, al su
fragio do los difuntos, á la salud de las almas, al decoro y á
las exigencias del culto divino. De este modo se niega á la
Iglesia el derecho y se le quita el ejercicio do la beneficencia,
que es, sin embargo, una de sus gloriosas prerrogativas, sien
do, como es, segura ó infalible intérprete de la fe. depositaría
y defensora del precepto Amaos los- unos á los otros.>También de esto modo so la quitan los últimos restos
celosamente conservados á los pobres, que son su pupila y
su corazón, y se la proclama incapaz de poseer, administrar
y tutelar ya otros bienes, destinados por generosos bienhe
chores para alivio de los desgraciados. Pero, arrancado el
sello divino do la caridad do las benéficas instituciones, éstas
se desnaturalizan en las ostentaciones de la humana filantro
pía, estériles para el bien. La caridad socorre al prójimo por
amor de Dios, no conoce acepción do personas respetando en
todas la imagen del Creador, la representación del Redentor,
la llamada á la vida eterna. La caridad es constante, no se
cansa nunca, no dice jamás basta, no so abandona por desen
gaños, no se irrita por ingrata correspondencia; todo lo sufro,
todo lo espera, todo lo sostiene. La filantropía socorre á los
hombros por sola consideración á la criatura, y os, por tanto,
fácil de distinguir haciendo el bien entre persona y persona;
desilusionada se debilita, ante los peligros cobra miedo, y si
el beneficio le es recompensado con la ingratitud, se retira
desdeñosamente. Llevado á la práctica esto provecto de ley,
se extinguiiía por falta de alimento ol esplendor de las obras
religiosas, y á menudo el mismo culto divino, abandonado al
juicio de hombres frecuentemente hostiles, sería inexorable
mente destruido como no necesario en aquellos casos á las
poblaciones. El ultraje á la Religión en sí misma no puede
ser más manifiesta.
»Además de la Religión, aquel proyecto de ley ofende tam
bién á hi justicia. Las últimas voluntades de los piadosos
fundadores, sagradas hasta para los paganos, con injuria
también del derecho natural quedan suprimidas, ó lo que es
lo mismo, transformadas cuando ceso el fin. Qué pueda im
portar el fin civil y social á que deben someterse y estar sa
crificadas las más útiles fundaciones, lo atestiguan todos los
días una dolorosa experiencia y las confesiones de hombres
no sospechosos. La más completa separación del orden so
brenatural de la sociedad civil debe invadir las instituciones
públicas, y por ende las clases del pueblo, mayormente las
más abandonadas, las cuales, entre las necesidades y trabajos,
sienten más profundamente la necesidad de creer y esperar.
Así al derecho reemplaza el arbitrio, á la razón la fuerza, y
para acallar las preocupaciones, contemplar la» aiaimosidadcs,
nunca ton oídos como cuando so dirigen contra la Iglesia, so
destruyen y aniquilan las más ventajosas, las más próvidas
y las más magnánimas obras do los mayores.
»Y 110 monos so atonta contra la libertad de los vitos,
dispuestos á favorecer constantemente las Obras pías. La
imposibilidad absoluta do garantir cotí la eficacia del do ro
cho civil la voluntad do dejar lo propio conforme á los dic
tados de la conciencia v á las insniraciones do la caridad* X
cristiana, retraerá á muchos (y 110 sin argumentos sugeridos
por la moral católica) do la voluntad do logar cosas y nom
bres de la causa de los desgraciados. Ni podría recurrir á pri
vadas disposiciones ol quo quisiera sustraer del universal
sufragio la beneficencia informada por el espíritu de la Iglesia.
»Estas priva las disposiciones y convenios, libérrimos un
tiempo, se anularían cuando recusasen la tutela y vigilancia
do la potestad pública, y anuladas las cláusulas do nulidad,
rescisión, proscripción, reversibilidad, aunque solamente se
refiriesen á la mutación del fin. Así la perpetuidad del bien so
quita do raiz, destruida la libertad de la beneficencia social,
con tal daño de los pobres que 110 hay necesidad de demostrar.
»La concentración de tantas obras, supeditadas al difícil
mecanismo do la burocracia, no puede satisfacer á la exigen
cia del pueblo, que deplorará, desviados de la antigua vía.
los subsidios de sus socorros, no do la miseria, sino de los par
tidos. En los presupuestos de los nuevos administradores
pesarán razones 110 siempre confortadas por la verdadera mi
seria, y el daño resultará siempre en los verdaderos pobres.
Estos, en las concesiones do la beneficencia, 110 tendrán tam
poco en su defensa la libro voz do su párroco, excluido preci
samente por esta cualidad, y no por otra causa, do donde todas
lo habrían querido teher presento. Y , ¿qué maravilla será, si
las riquezas derramadas en bien do un piteblo católico, derra
madas evidentemente para señalar en él la religiosa concor
dia, quo so distraigan, no diremos solamente en desfervorizar
ol sentimiento, sino on extinguir do las almas la misma fo?
»Por esto camino do injusticias, Italia, ya tan rica en toda'
cluso de Obras pías, donde, guiados por lnfe, todos los siglos
ofrecieron ol tributo de la propia grandeza en servicio de la
beneficencia, aun por oste lado nuestra-Italia declinaría del
antiguo esplendor. Cierto quo no rohechas por nuevas libera
lidades las antiguas fuentes, socas por Ins crecientes necesi
dades do los indigontos, 110 respondería ya la munificencia de
otro tiempo. Extinguidas las Comunidades religiosas, refugio
do todos los pobres, desviados los destinos de los últimos res
tos de su patrimonio (los bienes eclesiásticos fueron siempre
considerados como patrimonio de los pobres), A to.da necesidad
tendría quo subvenir el Estado, y éste so compensa, natural
mente, con la facultad do los particulares.
»Conforme ;\ nuestro deber de Padres v Maestros, hemos
querido expresaros estas cosas, hermanos é hijos amantísimos?
á fin do que os preparéis, cada uno según vuestras aptitudes
y deberes, á conjurar la amenaza. Sobre todo elevad con más
fervor que nunca al trono de Dios vuestras oraciones para que,
si es posible, se aparte de vosotros esta nueva calamidad. Si
llegase A ser un hecho (y Nos temblamos por la responsabilidad
do aquellos que hayan prestado su concurso), acordaos siem
pre de que sois católicos é hijos en todo obedientes á la Iglesia.
»Quiera el cielo devolvernos una mirada do misericordia
en estos atribulados días, v en el nombre del Señor os conce-I V
demos á todos,hermanos é hijos amantísimos, con toda efusión
de nuestro corazón la bendición pastoral.
»Dado en la solemnidad de laEpifanía 0 de Enero de 1890.»
(Siguen las firmas de 232 Prelados de Italia, Cardenales,
Arzobispos y Obispos.)
Después do este luminoso documento, sólo nos resta con
signar una reflexión: quo los gobiernos injustos no tienen de
recho á pedir honradez y justicia en los ciudadanos.
Víctima do una pulmonía solapada, lia fallecido en Turín
el duque do Aosta, 1). Amadeo do Saboya, ox-rey -constitu
cional do España y hermano dol rey Humberto. Alejado do
Roma, cuyo gobierno militar nunca quiso aceptar el duque
de Aosta, y en relacione.^ cordiales con el Papa, según todas
las muestras !). Amadeo ha muerto cristianamente, recibiendo
los últimos Sacramentos de la Iglesia. L is órganos de la ma
sonería italiana en la prensa no han podido ocultar la cora-
gina que les ha causado el papismo del duque de Aosta, y su
desligamiento con la sacrilega ocupación de los Estados Pon
tificios por los piamonteses.
Dícesc que el rey Humberto con lágrimas en los ojos dió
las gracias al sacerdote que ayudó á bien morir á su hermano.
< -emprendemos el dolor que, esas lágrimas revelan, y quo en
tales casos la conciencia cristiana grita severa y punzadura
en los corazones más endurecidos; pero ¿tendrá el hijo de
Víctor Manuel toda la sinceridad v entereza de ánimo nece-»■
sari as para desligarse de compromisos ilícitos y reparar todas
las injusticias cometidas con el Pontificado desde las algara
das garibaldinas?
En el último Consistorio filó promovido por Su Santidad á
la Silla arzobispal vallisoletana el Sr. Obispo de esta diócesis,
y preconizado para esta Sede vitoriana el 11tino. Sr. Piérola,
Obispo de Avila.
Mientras el nuevo Prelado viene á tomar posesión de la
nueva diócesis, el cabildo catedral ha nombrado gobernador
eclesiástico, Sedo vacante, al M. I. Sr. Doctoral I). Ignacio de
Hernández, y administrador de la Mitra al canónigo D. Lucas
Solaehi.
T k ó ffi .o .
SECCIÓN HISTÓRICA ----- -------
CTATKO OCASJOXKS KX QUE KSPAJÍA TRATO DK CONQUISTAI? Á RIZKAVA
PKRO KX QUK fcSTA
D KM OSTRO SKR IXCOXQUISTAIU.K POR LAR ARM AS,
I I I
OTXANDIANO
o desisto I). Pedro el Cruel de conquistar el Se
ñorío do Bizkaya, á posar dol descalabro quo
detuvo y rechazó á- su ejército en el vallo
de Gordexola.
Hijo y sucesor dol rey español que, con ridículo cinismo,
so intituló por algunos años Señor de B/xkayn, 110 podía con
sentir fuese independiente y tuviese por Señor á un enemigo
suyo un pueblo quo 61 juzgaba parto integrante de la nación
española, simple condado regido por un subdito español, y
casi foiido hereditario do su corona. Movíanle además á esta
conquista su insaciable ambición y su carácter tirano y ava
sallador, no monos quo, según digo en el anterior artículo, el
compromiso quo muy á su posar contrajo con ol infante don
Juan y la sed de represalias quo le abrasaba por los ultrajes
que en otro tiempo recibiera de su hermano D. Teilo.
Arma, pues, una numerosa y aguerrida caballería, y el
mismo año de 1355 (que lo urgo la realización de sus planes,
y los días lo parecen años) poniéndola al mando de D. Juan
de la Cerda, la dirige contra Bizkaya, no por el oeste, como
la vez primera, sino por la villa do Otxandiano, que, pare-
ciéndolo tal vez más accesible,se le ofrecía en caso afortunado
muy adecuada para cuartel de las tropas y centro de opera
ciones, y para una fácil retirada en el caso más desgraciado.
Pero, fatalmente para D. Pedro, la noticia do la invasión
ha llegado oportunamente á oídos de Tello I y de los bizkai
nos; hanso unido de nuevo los bandos do Ofiaz y de Ganboa
por la causa común de la defensa do la patria, y, á las órdenes
de sus respectivos capitanes Muxika’tarr Perú y Abenda-
fio’tarr Iban, aun no han pasado los caballos españoles del
llano á la montaña y serpentean por las primeras estribacio
nes del Gorbea,cuando se encuentran'ya apostadas en Otxan
diano ansiando el momento do la pelea, que los acredite de
dignos hijos del pueblo que prefirió siempre la muerte libre
á la vida esclava. También Tello I peleará con valor, aunque
110 resuelto á emplear todo su esfuerzo y á morir en el supre
mo caso, pues si le molesta la idea del perpetuo destierro,
menos halagüeñas le son las sombras de la muerte; quo, al
fin y al cabo, no lo interesa tanto como su vida la libertad de
un pueblo que le es extraño y que retribuye su dignidad y
oficio do Señor con censo bajo.
Ya os muy corta la distancia que separa ú ambos ejércitos;
y nuestros arqueros, por medio do escaramuzas á que se pres
tan tanto lo accidentado de nuestro suelo y la presteza de
nuestros montañeses, causan no pocas molestias al enemigo,
quien, antes de llegar al terreno del combate, se ha visto ya
obligado á abandonar algunos caballos á su paso por los
montes.
Llegó la hora decisiva. O Bizkaya cae bajo el poder del rey
español y so convierto en provincia de España; ó los españo
les vuelven á su tierra derrotados y duramente escarmenta
dos. L’eiu.. son bizkainos dol siglo xiv los quo so encuentran
apostados cu Otxandiano, son bizkainos quo, si bien algo
degcnorado su carácter patrio, 1 comprenden perfectamente
aquella dura alternativa, y que en sú corazón nacionalista la
contestan todos y cada uno: ó libro á mi patria Bizkaya do
la ambición española, ó no vuelvo á abrazar á mis padres y
dejo mi cuerpo en estas montañas para cebo do los buitres do
Gorbea y Anboto.
Comienza la lucha con las cerradas descargas de los aba- lladwics y aixl'ondunes, 2 que se anticipan á la primera car
ga do la caballería enemiga, haciéndolo no pequeño destrozo.
Mas ósta recibo presto la orden de ataque y se lanza impe
tuosa sobre el grueso do la infantería bizkaina, que, á pie
firme, la espora, lo dispara primero los axagayes 3 y aguarda,
armada do nsfamnkillas y e.xpnfas, a¿zlores y mallos, 4 el rudo choque.
¡Oh patriotismo do nuestros padres! ¡Oh sangro bizkaina,
qüe bulles en las venas y saltas hirviento al suelo regándolo
por sustentar al Roble de sus libertades! ¡Pluguiera á tu
Jauugoikua que esc cuadro á un tiempo glorioso y sangriento
se presentara vivo auto ol siglo xix, para enseñanza do estas
generaciones degradadas!
... Gloria á Bizkaya! Ved cómo atraviesan rápidas el
campo monturas sin ginctes, cómo corren desalados caballe
ros sin caballos quo Itiógo son muertos ó hechos prisioneros;
allá lejos, huyendo agitados y pavorosos, algunos grupos do
ginetes quo vuelan más que corren, y aquí á vuestros pies
cráneos destrozados, carne machacada, miembros rígidos, ca-
1 Me refiero á loque expuse en el artículo (»oifi>Kxor.A sobre la fnnn»
señorial, sus bases y consecuencias.
2 Honderos y flecheros ó arqueros.
3 Azagayas, venablos ó lanzas arrojadizas.
4 Chuzos ó jabalinas y.espadas cortas, hachas y mazas.
bollos yertos, armaduras desarmadas, cascos abollados, armas
rotas, cuerpos inanimados, charcos de sangre... Son los restos
dol ejército espado!, que pretendió conquistar á Bizkaya.
¡Bizkainos, vuestra es aún Bizkaya!
V tú, oh poderoso rey español, puedes ya engarzar en 'tu
preciosa corona el rico brillante del .Señorío de Bizkaya, y llamar al infante i). Juan para, en cumplimiento de la oferta
que le hiciste, nombrarle su depositario y custodio!
¡íjobitos bizkainos al león español? ¡Ve»i-, ririi, rici!¡Si son de manteca sus brazos, de chufas su sangre, y ar
cilla su hierro!
¡Regocíjate, oh nuevo Alejandro: las generaciones venide
ras ensalzarán tu nombre, y cuando trasmitiéndose de siglo
en siglo la tradición de tus gloriosas victorias, todo español,
desdo el condecorado procer hasta el harapiento mendigo, las
relate á sus hijos, al pronunciar tu nombre exclamará: ¡lié ahí
al («rail Conquistador!!!
A x o k a h i d k .
LA JU R A DE LOS FUEROS DE BIZCA YAroí?
D O N F E R N A N D O Y, R E Y D E C A S T I L L A Y D E L E Ó N
EN I 4 y ©
f ¿EM m ,N presento miniero ompozamos á publicar ol do-
j | enmonto á que so refiero el epígrafe de esto ar-
¡ tículo: no es necesario encarecer su importancia
á los hijos do esta tierra, y tanto mayor os nuestra satisfac
ción al publicarlo en esta Revista, cuanto quo creemos que
el documento cu cuestión no se ha impreso, á lo menos ín
tegramente, por nadie.
Al encabezarlo con nlgunas observaciones no es nuestro
ánimo presentar un cuadro acabado do la España do aquel
tiempo, peí o fueron tan importantes los servicios quo los biz-
eaínos prestaron en aquella ocasión á sus sefíores, los Royos
do Castilla; tal snfia y pasión han mostrado siempre nuestros
adversarios negando ol concurso do los bizcaínos on las nece
sidades do los monarcas castellanos, que nos ha parecido
oportuno copiar aquí, algo de lo quo los cronistas de aquel
tiempo dicen, acerca de los servicios á quo alude el Rey don
Fernando on el acto do la jura.
Priste y pavorosa era la situación de España á la muerte
de Enrique IV, ocurrida en Madrid el 12 de Diciembre de
1474. Aquel hombre que nunca acertó áser Rey, dejaba un
pul venir sombrío y lleno de dificultades. Los partidarios do
l).!l Juana, más conocida con el nombre de la Beltrancja,
se preparaban á disputar A Fernando 6 Isabel la corona ce
ñida entonces en la ciudad de Segovia. Muchos nobles y
caballeros principales del reino se apartaban del servicio do
los nuevos monarcas; el marqués do Villena no (pieria pres
tarlos obediencia y acatamiento; con él estaban, al lado de la
Beltrancja, caballeros tan ilustres como 1). Rodrigo Girón,
maestre de Calatrava, y su hermano el cjnde de Ureña, y don
Alonso de Stúniga. conde de Bcjar, y el duque de Arévalo,
á los que no tardó en agregarse el poderoso Arzobispo de
Toledo, sin que la prudencia y ruegos de la Reina fueran
bastante para atraerle á su partido, ni calmar el ánimo levan
tisco do aquel prelado.
Atizaba la codicia el fuego do la rebelión, y contando ésta
con hombres do poder y el favor de ciudades importantes, pa
recía inevitable el renacimiento do las luchas y banderías de
Castilla, mal reprimidas en los tiempos de Enrique IV. Don
Alonso, rey do Portugal, tío de la Bcltraneja y pretendiente
á la sazón de su mano, en tratos ya con sus parciales do Cas
tilla y León, se aprestaba á la guerra, reuniendo gentes y
tratando do ganar prosélitos por medio del oro y l:is merce
des en la corto misma do sus competidores. Rompió, ñor fin,
el de Portugal la guerra entrando con su ejército en Castilla
\ casándose en Plascne.ia, con su sobrina Doña .luana 1 fue
ron alzados por sus parciales como Reyes de Castilla y de
León, saliendo luégo de allí hacia tierra de Campos, recono
ciéndoles muchos como á Reyes y algunas ciudades como
Toro y Zamora les abrieron de par en par sus puertas En la
última sentó I). Alonso sus reales juzgando que era empresa
por demás fácil y hacedera la conquista del resto de Castilla:
1 A si lo re f ie re Andn's Bornáldez, cura de los Palacios, en el cap. XVI I
de Historia de los Poyes Católicos I). Femando y D.* Isabel.
pern I). Fernando que no perdía de vista á su enemigo, alle
gaba gentes y reunía tropas que en Julio de aquel afio (U7í>)
ascendían á 10.000 caballos y 20.000 infantes y entre ellos
mui/ (jrrm parle de vizcaínos, asturianos ¡/ montañeses. <¡nc en. demasiada manera amaban á el lici/ don Fernando. 1
liste con toda su luíoste «llegó á las aceitas que dicen de Fo
rreros, que son en el rio de Duero; las cuales tenía forta
lecidas el Alcayde de Castronufio con hombros que las
guardaban. E luego como allí llegaron los peones, especial
mente la gente que venía de Vizcaya c Guipúzcoa; con
ballestería grande que tenían, comenzaron á combatir aque
lla fortaleza; c tanta fuó la multitud de la gente que cargó cu
el combato, c tanta c tan grande priesa le dieron por todas
partes, que los que estaban dentro no pudiendo socorror á
todos los lugares por do eran combatidos desmayaron, e por
fuerza fueron tomados, c aforcados fasta treinta hombres de
aquellos ladrones que en ella estaban puestos por el Alcayde
de Castronufio.') -
Acercóse después I). Fernando á su competidor sentando
los reales en la aldea de Tomillos, distante sólo una legua de
la ciudad de Toro, y no atreviéndose el portugués n medir sus
armas con el monarca de Castilla, tuvo éste que levantar el
campo agobiado por la necesidad que sentía su ejército ¡i
causa de la escasez de mantenimientos. Tomó D. Fernando <•!
camino de Burgos, ciudad quo estaba por su competidor, no
sin dejar antes bien guarnecidos de gente los pueblos que
estaban inmediatos ni ejército enemigo. Por cierto que antes
de abandonar 1). Fernando la aldo.i de Tomillos ocurrió un
incidente del que liemos de hacer memoria: estaba el Rey en
la iglesia del pueblo cj'.obrando consojo o n sin capitanes y
1 01>. cita cap. X V I I I
2 Crónica do los Reyrs <'utiliccn por Ferinudn d.>I Pulgar. !->(*gund:i
parto, cap. X X I I I . ... .
corrió por ol real la noticia de que trataban do prenderlo,
entonces «allegáronse los vizcaínos y montan eses, y otros
muchos con ellos todos armados, á pie e alborotados, e fueron
á la puerta do la iglesia del consejo á voces; dad acá á nues
tro Rey, dad acá nuestro Rey;o fu6 muy gran turbación en el
real, y el Rey salió á la puerta de la iglesia para que le viesen
diciendo: líeme aquí; hermanos, 110 teníais que ninguno me
aya de hacer traveion, que todos estos caballeros son mis pa
rientes y leales vasallos, y otras muchas cosas por los apaci
guar, c nunca con ellos pudo hasta quo lo sacaron de la igle
sia y lo llevaron consigo á su real.» 1
Varia fuó después la suerte de las armas, consiguiendo el
portugués algunas victorias, mientras D. Fernando apretaba
más y más en el cerco de la ciudad de Burgos, consiguiendo
primero apoderarse de la iglesia de Santa María la Blanca,
fortificada por los enemigos, y cuya vecindad al castillo le
daban singular importancia. Dejó el Roy dicha iglesia enco
mendada al capitán Don Juan de Gamboa, un\ caballero su criado con gente de las montañas 2 cuyo apellido indica con
harta claridad su procedencia basca. Rindióse Burgos en
Febrero do 1470 y al mes siguiente tomada también Zamora
por el Rey Fernando, derrotaba, no lejos de allí, al preten
diente portugués. Casi al mismo tiempo que eóto ocurría en
los campos de Castilla, el Rey de Francia concertado con el
do Portugal, envió buena copia de tropas á las fronteras del
reino, é invadiendo España, por ticnas de Guipúzcoa, puso
cerco á Fucnterrabía; mas no era fácil empresa sorprender
á las aguerridas gentes do Bizcayav Guipúzcoa en su misma
casa; apenas sitiaron los franceses á Fucnterrabía corrieron
bizcaínos y guipuzcoanos á su socorro y allí, como tantas ve
ces sucedió después, humillaron los nuestros las armas de
1 Andrés Bcrnúldcz, cura do los Palacios, oh. cit. cap. XVI I I ,
s Fernando del Pulgar. Crónica citada. Segunda parte cap. X X IX .
Francia. «E los vizcaínos, dice un cronista, so dieron á buen
roca mío en muchas veces quo pelearon defendiendo la villa,
o siempre quedaban con honrra; c un dia hubieron una muy
gran pelea c batalla, o los franceses fueron vencidos e desba
ratados, é muchos de ellos muertos e presos, o los vizcaínos
fueron vencedores. E después el Rey D j h Fernando tomó la
fortaleza de Zamora, o después de la batalla habida con el
Rey Don Alonso do Portugal, fué á visitar á Vizcaya donde
fuó recibido con muchas alegrías que le amaban mucho, e
estuvo allí favoreciendo los vizcaínos ó reformando la tierra
algunos dias.» 1
No es maravilla que D. Fernando agradecido de la gene
rosa conducta de los bizcaínos, se apresurase, sin terminar
aun la guerra, á cumplir de su parte la sagrada obligación de
jurar los Fueros de esta tierra solariega; y llegado á Uucí
nica, so el árbol, en aquel día para siempre memorable, el
Señor seguido de lucidísimo acompañamiento, rodeado de
los hijos más ilustres do Bizcaya, asistido por todos los que
tenían cargos de importancia en el Señorío, juró por los San
tos Evangelios y ante el Señor de los señores la guarda de
nuestros Fueros, buenos usos y costumbres. El verdadero
fundador de la nacionalidad española no veía, como después
han visto políticos más menguados, peligro alguno para la
unidad de la patria en la existencia do las libertades bascas;
autos bien, convencido do lo contrario por su propia expe
riencia y satisfecho de los importantes servicios que le pres
taban en esta tierra, acudía gustoso á confirmar, una vez más,
las libertades y franquicias do Bizcaya.
Allí estaban también en derredor de Fernando, congrega-
dosen paz y harmonía, ante el bien de la patria, los repre
sentantes de los encarnizados y seculares bandos de Bizca
ya: allí so veía á los que pocos anos antes (14G8) con tanta
1 Aiulivs HornáMoz, cura dolos Palacios, orón. cit. cap .XXIV
ob-stinación y tan sangrientamente pelearon ¡i las puertas de
Elorrio; allí, entro otros muchos que pudieran citarse, junto
á los olíannos Butrón, Loguizamón y Yarza, estaban sus im
placables enemigos los Abondaño, Muncharaz 6 Ibargiien
caudillos del bando de Gamboa; y todos á la sombra do aquel
árbol venerando daban tregua á sus rencores, contribuvendoO 7 *por igual al patriótico acto do la jura de los Fueros: ejemplo
elocuente, lección hermosa, que debieran do tener muy pre
sente los bizcaínos en las presentes circunstancias.
lié aquí ahora el documento de la jura de los Fueros quo
prometimos más arriba copiado de los papeles de un escritor
del siglo xvi, de cuyos estudios daremos en otra ocasión, ex
tensa cuenta; está sacado, según 61 nos advierte, del «traslado
signado de Joan do Vil bao la vieja, escribano de número do
Vilbao, con autoridad do Ochoa perez de Uriondo, alcalde,
el cual está cu el archivo do Portugalote.» Y tan fielmente
hemos copiado, tan exactos queremos ser, quo respetamos
aun la ortografía del original y tal cual equivocación en
quo á nuestro juicio, incurre al escribir los apellidos.
«En la iglesia de Santa Maria el Antigua que es cerca do
la villa de guerniea del noble elcal señorío e condado de
Vizcaya en treinta dias del mes do jullio: año del señor do
mili o quatrocientos e setenta e sois años estando en la di
cha iglesia presente el muy alto e muy esclarecido o.mui po
deroso el Hoy don Fernando nuestro señor Rey do castilla,
do león, do Sicilia, do portogal, primogénito de aragon,a quien
dios dexe vivir e Reinar por muchos o largos tiempos con
victoria do sus enemigos e acrccctamiento de muchos mas
regnos e señoríos en presencia de nos gaspar de A riño secre
tario del dicho señor Roy c del su consejo e joan ybañez de
Unzuota escribano del dicho señor Rey e de la abdiencia
del corregidor o do los testigos do yuso scriptos parecieron
«111(0 el dicho señor Rey los señores corregidor o alcaldes de
la hermandad e Prestamero mayor, e alcaldes del fuero e
procuradores o manes o deputados del dicho condado ve-
niendo de su junta general que junto tenían esto dicho dia
avian tenido e tenían so el árbol de guerniea adjuntados en
la dicha junta general aplazada o asignada para lo que do
yuso sera contenido. El dicho corregidor o alcaldes de her
mandad e presta mero mayor e alcaldes del fuero e procura
dores e deputados e manes e caballeros o escuderos o fijos
dalgo e homes buenos de las villas o tierra llana e ciudad de
Urdufía del dicho noble e leal señorío o condado do Vizea-
ya.=Espccinlmente estando en la dicha junta el honrado
doctor de Villalon del consejo del dicho señor Rey nuestro
señor e corregidor e veedor en el dicho su señorío e condado
do Vizcaya o encartaciones, e Sancho López de Ugarte, e
oehoa López de Arana Alcaldes do la hermandad del dicho
condado e encartaciones, e ciudad do Urdufia c de sus adhc-
rcntcs. E el noble caballero Rui diaz de Mendoza prest-amero
mayor de la dicha Vizcaya, e pero de A vendado ballestero
mayor del dicho señor Rey, ó fortun garcia de Arteaga vasa
llo del dicho señor Rey, e pero de Salazar vasallo del dicho
señor Rey, e el bachiller Alfonso gonzalez do ccija teniente
del corregidor, o fortun sanchez de Vilela, o Diego López de
Anuncihai, o martin yñiguez do zuasti, e pero martinez do
Albis, o joan yñiguez de ybarguen alcaldes del fuero de la
dicha Vizcaya por el dicho señor Roy. E oehoa »Saenz de go-
rostiaga alcalde del dicho fuero por diego lopez de anuncibai,
o gonzalo gomez de butrón, e oehoa urtiz de guecho, o Tris-
tan diaz de leguizamon, e Rodrigo ybañez de muncharaz
basallos del dicho señor Rey, e Rodrigo martilles de Albiz
merino de la mcrindad de busturia por el dicho señor Rey, c
Rodrigo Adán de yarza prebosto do la villa de lequeitio, e
martin Ruiz do barroeta, c femando ybañes de Ugarte, o
Sancho martinez del castillo, e lopo do unzueta, o Rodrigo
ybañes de madariaga, e furtun ybañes de Albis, e martin
Ruiz de mceeta, c hordoño de zamudio e joan perez de vbeil-
ca. o martin sanchos de V i lela, e Rodrigo de guereca, e men-
doza de Arteaga, e ocluía Ruiz de A Ibis, e femando y bañes
de jauregui, e yñigo ximenez fíe sangrón iz, e joan saenz de
tornotegui, basallos del dicho señor Rey.— e joan urtis de
Arcxcurenaga, e fernan martinez de hermenduma, e joan
ybañes de Arostegui, e femando y bañes de gijon por la villa
do vermeo— e el bachiller joan alonso doToloño, ejoan saenz
do Arana, e martin saenz de sumelzo por la noble villa de
Vilbao.—ejoan perez de otaola, ejoan yñiguez de asteiza
por la villa de du rango.— e joan saenz de y barra por la villa
do valmaseda. e ochoa saenz de orozco, e pero fernandez de
arbieto, e pero martinez de mimenza. e martin lopez deagui-
naga por la ciudad de Urduña.— e joan maitines de amez-
(jiu.'ta, e joan Ruiz de olea, e yñigo y bañes de arteita por la
villa de lc(|uoitio, (> miguel ybañez de Arancibia e nieolas
ybañez de licona por la villa de hondarroa. é diego perez de
castro por la villa de Castro urdíales.- -o furtun yñiguez do
ybarguen, e fernan saenz de larraondo e lope ybañez de me-
giiguren ejoan porez do guiliz ejoan perez de baraia por la
villa de guernica.— e joan ingles por la villa de plasencia, e
joan ybañez de unzucta c lope de capotillo por la villa de
portogalí.'te, o martin perez de Alza e lope de ybaseta por la
villa de marquina, e joan urtis de espilla por la villa de her
oína, e pero ybañez de leaniz por la villa de lielorrio, e fur-
tuñio de biteri por la villa de villa re— e Rodrigo de zuasti
por la villa e tierra de larrabezua— ejoan do Arandia e fur
tun ybañes de ugao por la villa de miravalles— ejoan ochoa
de menchaca e furtufio de vilela por la villa de munguia— e
yñigo lopez de asear reta por la villa de guerrieaez.— e mar
tin perez de mendiola por la villa de Regoitia: o joan de
ochandiano e pero martinez de Armendaruan e pero marti
nez su primo e martin ochoa de misaran e sanjoan d? garu-
naga e furtun urtiz de arguiz e diego de tellaeche ejoan pe
rez de mendaluen e Ramiro de murueta ejoan deguilis e
martin perez do olacta c joan do sanjoan do arana c ochoa
martincz do olacta e pero lopcz dc guczabal c Rodrigo do
aguirre c martin Ruiz do goraossa o poro fernandoz dc mu-
gucrtcgui c joan martincz dc arcscta c pero dc lenis c pcro
zuri do acuriola o poro ybafíez dc lozana c martin ochoa do
urquiza c martin dc jaurcgui c joan do ybarraga o joan sacnz
do oobliga o yfligo do torloguiz por la morindad dc busturia
— c fortun sacnz dc llano o martin sanchoz dc landaburu o
sancho lopcz do ligarte o sancho do jaurcgui e martin do ma-
dariaga o joan perez dc goiri o martin sacnz do zutialo c au
dios dc usansolo o joan urtiz do aguirro c joan dc mostricau-
rin o martin perez de basabe e pero do rotaeta o yfligo
xcmcniz dc sar.groniz c ochoa do zabala e martin saenz do
asua o furf.ilfío do boraza o poro do aya o diego perez do zan-
groniz ejoan yfliguez dc mendieta e ochoa de salcida c joan
dc la Renteria c joan perez de Artcta c joan dc Ugarto o
yfligo urtis dc osearraga o joan perez do sanpedro por la
merindad dc Uribe—c furtuflo dc jaurcgui c furtufio do
eirarmixta o joan perez do arzabe e sancho de ybarra por la
merindad do Arratia—c furtuflo do larrezabal por la merin
dad do bedia—o femando do traiila o Rodrigo do and icon a o
joan do malloa c martin sanchoz do Urizaro ochoa do zubic-
ta e martin dc miota o martin do uriarto por la merindad do
durango, o ochoa urtiz doguesaola ejoan de Urrecha por la
merindad dc zornoza—c lopo do Arraibav e ochoa dc ybaseta
c garcía dcybargurcn por la merindad dc marquina=e die
go fernandoz do ugarto o pero ortiz do anuncibay por la me
rindad dc Llodio=-o ochoa saenz do guinea por la merindad
do orozco—e otros muchos buenos homes e escuderos de
dicho condado.
T a iu r a(S e l o n lim iM n i .)
VARIEDADES
UNA CHUZADA
verdadero interós liemos leído, el elocuente dis
curso pronunciado por el Excmo. Sr. Barón de
Alemania, en la asamblea general de católicos do
podemos menos de felicitar á tan ilustre caudillo
do las verdades cristianas, enviándolo nuestra cordial enho
rabuena.
Dicho Sr. Barón con valentía desusada en los tiempos
quo atravesamos, ha sabido colocarso al fronte do la cruzada
franca tú] ica establecida en Francia por ol Iltmo. Sr. Obispo
do Oronoblo, con los piadosos y saludables fines de promover
el reinado social do Jesucristo y la estrecha unión entre ca
tólicos para la prosperidad de sus bienes espirituales y tem
porales.
Unidas tan firmes voluntades, en harmonía inteligencias
tan ilustres, no pudo encontrar mejor interpretación ni más
pronta ni eficaz respuesta la sabia encíclica H nnm num Gem ís de Su Santidad León X II I ; pero esta cruzada por su ca
rácter univorsal alcanza también hasta nosotros, la misma
encíclica no se concreta á determinada nacionalidad, por esto
la privilegiada por excelencia, la primera que erigiendo alta
res aprendió á rendir culto, la que primera sintió los benefi-
— !)[ —
f¡(»s del Ciclo recibiendo en visita corporal la Reina de el, la
patria de los Recaredos, I<\>111 ¡indos y Felipes, la católica Ks-
paíla por fin, no lia de quedar prosternada ante los sacrificios
que puedan eximírsele para la realización de tan santa como
noble empresa; esperamos sin duda alguna que los hombres
de buena voluntad, los católicos todos, unidos en apretado
haz, devolverán á la familia, á la sociedad y á la nación, la
paz, justicia y libertad cristiana, que la vida do los pueblos
reclama y necesita como necesita el individuo su fe, su espe
ranza v caridad.
Atentos á la sola voz de nuestros prelados que es la de la
Iglesia y libres por esto medio del error en los principios,
no ha de sernos difícil acomodar la vida social á los legítimos
medios que la rijan y gobiernen; convencidos así, aprestamos
incondicionalmentc nuestras escasas fuerzas en favor del
movimiento reclamado por Nucstao Santísimo Padre 6 ini
ciado por esta cruzada, declarando que aun cuando no tuvié
ramos obligación de obedecerle como tenemos, seguiríamos
igualmente sus consejos atraídos por los sentimientos simpá
ticos que arranca del corazón más empedernido la contem
plación de esa santa, elevada y ennoblecida figura de la tierra,
vejada y prisionera para escarnio do cuantos la contemplan
con indiferencia.
PERU M ATRAKA TA PED RA N T O N
(T A I tR A II ’ENA)
IV
® ||f e t a u h r e d u x iakintsua agcrtu itzan noizbait Maii
Mami-n bcgicn aurrera. Echokoon agurra cnzun
ta oz onzun cgin-da’ cskaratzoko cliaknr zaunka-
ria itzala ota cz ifzala, agirakaaldi gogor bat cgin cutson
cchokoari. Gcro oekoagana urreratuagaz.
— »¿Ondo lo cgin daun?» csan cutsan.
— »Bni launa.»
— »Eskcrrnk ene gainibetari ¿Tateko gogorik badaukan?
— »Ez asko, launa.
»Damua iaukanat cz odol geiago atora izatca ¿Artuko
»cuan, Mari Manu, ordurik ordura’ n ik aginduriko osagarri
»indartsua?
»¿Eta zoin da zuro aginduak gordcko ez danzan gaisoa?»
Au enzunda oilo-loka bat baino arroagotu itzan gurc
Galeno.
Oahkeiíak, notas.— Enzun tn oz cnzun cgin, dar nidos de mercader. Itzala ta itzala, que s i era que s i no era, equivale á p o r causa de. Osa-
garrí, remedio.. - .jC a**-* '"- '»¿ i • - F ;
— DB —
»Tira, bada, Mari Manu, laztcr bizkortuko aunat.
V.Zcr mantarcta cliaplata-cliimizta dakust ire bcsoan?
- -»launa...... ona. launa. ona bada....odol asko inte
nten iatan età... età ain bagc gcldituko etc nitzan bildurrez...
--»A gaitik ez óukan iateko gogorik. Ez gero guro criu-
*rik bota. Euk osatu nai ez badami ¿zelali cskuratuko au
gnagli? Osasuna cuki gura dauenak osagileen esana egin
»bear dau. Orain euro erruagaitik, baldin bezteren bat bion
»bitartean ez badabil, atzo baino bere makalago ericliiten
»daunat. Begiak larriago’ pultsua chacharra, mina zu-
»riago, eskuak’ sanak agirían, gorputza otz-ikaraagaz zur-
»bilduta....¿Zer cliimiztatarako daiz chaplata madarikatuok?
»Eri guztiak odoletik datorz ta odolak gorputzeko san guz-
»tietara bidea erakusten dautse. Odol onen betiko laguna
»osasuna dai. Osasunik ez daukagunean’ ezaun dai odola
»baltzitu ta cliartuten azita dagona. Osasuna cuki nai daue-
»nak’ sast sanali, kanpora odol charra, ta kaka-ontzira ama-
»rra eliarriak. Ea, bada, Mari Manu, igitu ta mania ai: osatu
»nai badami, bigarrcncan odola atera bear daunat.»
Itz onek oc-azpikoak enzun ouazanean’ cz ekian zcr egin,
deiadarka’ burruka ala biraoka azi.
Baina biotzean irakiton egoan amurrua’ Erramonen gai-
nibetari cukatsan bildurrak baketu ta ibitu eutsan.
Bczterik czin egin cuanean’ emakume guztiari legez buz-
titcn azi iakazan begiak: cz itzazan baina malko aek TVfari
trainiganako amodioak ta errukiak urtuak, cz.
Ianariz beteta dagon sabel bateko estutasunak izerdituten
danzan iatunen anzera, amurruz beteriko biotzak bultz
O a h k f .h a k , n o t a s .— Laztcr bizkortuto m ina/, pronto te avisaré. Sast voz
onomatópica quo indica la acción dc inctor un cuchillo c instrumento cor
tante. Manía, disponerse. Deiadarka, á gritos. Búrruka, á mojicones. Birao
ka. á maldecir. Tbitu. aplacar. Malko, lágrima.
eginda' izerditu iakazan Eperrari’ boro bcgi bekarroz odo
pistaz gnrrituak.« Ai, bcrc barman csatcn cuan gero,«ai Dono
»Migel andia, bcti izan aiz bada Done Migel, gu re gorputzta
■»arimako arcrioon garaifzailoa;eta i Urkiolako Done Antonio
»miraritsua ¿ez aiz cu Euskaldunak ainchinatik aututa
»daukngun guraso dontsua ta samurra? Biotzetik cskatuten
»dautsut, Dono Migcl andia ta Done Antonio miraritsua,
»biotz biotzetik eta alegin guztiagaz cskatut.cn dautsut’
»arrcn mendobal gogor baten putzak eroan daizala euskal-
■»erriko Eleizak gorputz odol-ustuz beteten dagozan borro-
»ruok’ eroan daizala arren Amoriketako ondarretars ourcn
«gainibeta madarikatuakaz Mauruak eta Chinoak eta leoiak
^»eta baloiak eta ganbeluak iltera.»
Ez dakigu zelangoa izan leiken erregu onck cukan inda-
rra; ez cuan beinik-bcin Eporran arcrio bildurgarriak’izara-
rik gorritu al izan, ez eualako soineko kaltzctan ainbczto
jkaratuten ckian gainibeta zorrotza ekarri: alan ta guzti bere
ez itzan atzcratu, eta Marinasiri eskaratzeko erremintarik
zorrotzena ckarriola agindu eutsan.
Itzal ta begiak ichirik (zerbaitcn asmoan legez) gelatik
kanporatuta, brinko bian ta ormari gonakaz ikutu bago sartu
iakun cskaratzcan, Marinasi; agitr M ana bat osan al or-
duko’gordc euazan sutako autspoan igitaia, burduntzia, la-
ratzcko kakoa, gainibetak, artazi edo guraizak, untzeak ota
edu onetako tresnak.
Ocian barriro oinak ipini ouazanean «Ez dai launa agiri,
osan cuan, «zuk nai zcuken moduko gauzarik. Ichiozu gaur
odola aterateari; ota biar obeto oz badago ñire ama, ikusiko
dauzu bcrak bearron dauena.»
— «¿Ez dagola erreminta zorrotzik? Ez iaitnat inor itzal-
tasun andiagoagaz guzurra esaton ezautu.»
O a r k k r a k , n o t a s .— Pono, san. Autu, olegir. Ganbcln, camello. Trosnak,
enseres de cocina. Kako, gancho.
< Ik usi imi badauzu zou re bogiakaz guzurra badai odo oz’
» nik aitata dautsutana, aratuizuz nai dauzuncan gurc cchcko
♦ baztcr, soko ta zurkulu guztiak.
»Liburuak sokondoan pilotata, baserri-echeak aratu ta ira-
»kurt.cn ikflsi daugula’Madrilcn cgon gaizan urtcctan usto
»al daini, Marinasi?»
Ncskatillak Krrainon bakcan ta ama bigarrcn zauri bago
ikustcarron ' pichar boto oliakolin, opila ta gaztai zuri bat
ckarri cuazan orc-maitik.
Kz dau cgundo argitu iparrak cguraldi cliarroan mcndion
asarr/ozko bekokia, Mari Manille bore ainaikctakochoagaz
Arakilgo zalduncn (odo mandodunon) bckokiaargitucuan bo-
zin arili. Ez iakan ordii ti k aurrcra niandodun oni gaisoont-
zako crrcinintarik oz amarrarik gomutaton. Ez itzan baina
goscz ozgogoz iat.cn azi, boro irri-barrczko itzari sinistu bear
baiaka, ganza biotzoz eskinia biotzcz artu, biotzcz ian ta biot-
zoz edan bear dailako baino.
»Sagnak katuagaz batcra crretilu bat miaskatcko okandua
euki izan baleno’ pozik oe-azpiko Eperrak bere oe-aurreko
zoriontsuari ian-odanoan lagunduko cutsan; baina es teak
korrokadaka età ao-barruan adurraeuki czinik’ begi batogaz
Erranionen kaltza gorrizkari begira egoan ainbait arincn zir-
kin cgin eien gurarian.
Erramonek barriz biotzcz bere lana azi cuan logez' biotzcz
ainaitu cuan picliarkada cliakolina, biotzez opila ta biotzcz
gaztaia; e ta gei ago oka rapten cz cu tsel egoz’csko 11 ga i ganokak-
lango arpegi gozozkoa ipini, lau itz laban ta polit Marinasiri
osmi, gaisoari atsenez bckokian ikutu, kapola zarragaz burua
cztaldu, anpor-inakilaa cskuan artu, lepoa guztiari ínakurtu...
O a k k k i i a k , m i t a s . — Arnfu, registrar. Ziirculii, rincón. Egundo, jamás,
hskinia, ofrecido. Errotilu, plato. Knrrokada, ruido «pin á veces acompaña
a la indigestión y al hambre. Zirkin egin, moverse. Esknngai, novio, (¡anoka
edo ganora bageko, necio ó lerdo. Ernai edo prest, dispuesto.
ta auskarako ernai dagon oilar bat baino zuzonago iagi
itzan.
Marinasi ta ausoko lagun bat ioan itzazan beragaz atoraino,
Iaunari’ Arakilck gaiiiibd'taa aztuta iclii cnalako’ eskerrak
cmonagaz; età atera cldu itzazanean Marinasik btgun ta po
lito’ ez ainbezte arazn enrak gaitik artutoko esan entsan,
amak cliarragorik baenkan dei egingo eutsela, età egoteko
geldi ezeren ardura bage.
Adizkidetasun oncan alkarri agur egin ta bata bozteagan-
dik aldendu itzazan.larm ituko dan
E z t i - a b a u a k .
ADVERTENCIA
Por error material se dice en las observaciones quo pre
ceden al acta dc la jura del rey don Fernando, que 110 so
había impreso íntegramente dicho documento, siendo así quo
lo está va en el Fuero de.Bizcava.I V
AÑO I B ILBAO , M A RZO DE 1390
REVISTA
í F I C O
LA CONFERENCIA DE BERLÍN
Y
L A C U E S T I Ó N O B R E R A
Espafla, según dicen algunos periódicos dol
íjcro, 110 lia sido invitada á la reunión do
i, para tratar do importantísimos puntos re
lacionados con la cuestión obrera; y, aunque nuestra nación, 1 por merced singular de la Divina Providencia, no sufre
hasta ahora el malestar social en el grado y forma que á
otros países aqueja, creemos útil, y aun conveniente, tratar
este asunto, siquiera sea con notoria incompetencia en nues
tra modesta revista.
La iniciativa tomada por el joven Emperador de Alema
nia, movido por el deseo generoso de mejorar la situación
del obrero, ha sido acogida en todas partes con inequívocas
muestras de simpatía; y no seremos nosotros, por cierto, los
quo escatimaremos los aplausos A Guillermo II, después de
las opiniones, para 61 muy favorables, manifestadas por liom-
Q íC o '
bres tan ilustres como el Cardenal Manning y Windthoret.
Esto, sin embargo, no impido, el que abriguemos ciertos to-
mores y desconfianzas y preguntemos si el camino elegido,
será el más seguro para llegar al fin deseado. Hay muchos
que opinan, quizá no sin fundamento, quo los diplomáticos
y economistas que van á reunirse en Berlín no llegarán á
ningún resultado práctico; mientras que otros tomen, con
harta razón, que si algo so hace en tal congreso será la afir
mación de principios que en tiempo más ó menos largo, ven
gan á influir en ol orden económico.
Si esos principios se inspiran en las doctrinas do la Igle
sia Católica, única depositaría de la verdad, so habrá dado
un gran paso para la resolución del problema que ahora so
agita en el mundo; pero si, por el contrario, tienden á entro
nizar el socialismo del Estado, nada so habrá adelantado y
la lucha continuará con el mismo encarnizamiento que hasta
ahora, JTaco ya diez afios que el canciller Bismark sigue en
Alemania política inspirada por el socialismo del Estado,
y el triunfo de esa doctrina sería, tal vez, el comienzo de
una nueva persecución para los católicos, porque el partido
do nacionales liberales que con tantas veras apadrina esas
ideas, pertenece á la masonería, y ósta no so resigna fácil
mente al fracaso que ha tenido con la terminación del Kul-
turcampf.
Y nuestra desconfianza sube do punto al ver la alegría do
que en estos momentos dan muestra los socialistas alemanes.
El agitador Licbknccht, uno do sus jefes más caracterizados,
al tener noticia do los decretos dados por el Emperador, dijo
en un discurso pronunciado en Brunswich, que para reform ar los abusos de hi sociedad capitalista seguirían d G uillermo JJ, 1 .500 ,000 socialistas. Y a sabemos el valor'quo
estas palabras tienen en boca dc los socialistas, y á mayor
abundamiento, ellos mismos se encargan dc explicarlas con
uda franqueza: «Conceder reformas, dicen, equivale á pro-
poreionarnos armas, á hacernos más fuertes contra nuestros
adversarios quienes so debilitan á medida que nosotros nos
fortalecemos. El apetito se abre comiendo.,Cuanto más so
obtiene más so exige; así, las reformas efectuadas, en vez do
contener el movimiento revolucionario, excitarán á la lucha,
suministrando al propio tiempo osas reformas los hombres
más aptos para luchar. Los socialistas sacarán, pues, ventaja
de todas las reformas, sólo que estas reformas conquistas de
detallo no evitarán de ningún modo ol combate final, puesto
que por muchas que sean las cesiones de privilegios quo
haga la burguesía bajo la presión de los acontecimientos,
cst.a claso querrá siempre conservar algunos.» 1 Esto mismo
vienen á confirmar los socialistas reunidos en los congresos
de París en 1880; una do sus conclusiones ha sido trabajar á todo trauco para modificar la le y actual del trabajo, á fin
de conseguir luógo más fácilmente la realización do todos
sus ideales. No deben echar on olvido los que en estos mo
mentos dirigen la política en Alemania, quo la revolución,
siempre artera,busca al principio caminos apartados y tortuo
sos, y no acometo do frente hasta que sus fuerzas han crecido
tanto quo el empujo viene á sor irresistible; entonces lo
atropella todo, lo mismo á los quo lian combatido desdo el
principio como á los quo contemporizando con ella la han
dejado acrecentar sus fuerzas.
Por eso á la altura á que lian llegado las cosas en Alema
nia, por generoso que sea, nos parece inútil el empeño ma
nifestado por el Emperador, do separar la cuestión obrera de
la cuestión social. Guillermo II, al dar por terminados los
trabajos preparatorios de su Consejo do Estado para la con
ferencia obrera, lia pronunciado un discurso en el que ha
dicho que es preciso tener presente que él no tiene por ob
1 G abrie l De pille. Carlos M a rx . E l capital. Resumido y acompañado
do un estudio sobro el socialismo científico. § VI.
jeto combatir ta. democracia socialista, proponiéndose tan sóto aliviar la condición del obrero. Empero hoy la cuestión
obrera es una cuestión social, como muy atinadamente ob
serva un ilustre economista, 1 y el que trato de resolver ese
arduo problema ha do encontrarse, por fuerza, frente á frente
del socialismo, y ol partido fundado por el judío Lasaldee,
aumentado por Marx y sostenido por Bobcl y Liebknecht, no
soltará de buenas ¡i primeras su presa.
Los que lian sabido, con pérfida astucia explotar el mal
estar dc la clase obrera y reclutar en sus filas tan poderoso
ejército, no han de licenciarlo ahora porque otro levante ban
dera dc reformas; y su influencia es tan grande que difícil
mente puede ser contrarrestada. Hace pocos años ningún
socialista levantaba su voz en el Parlamento alemán y hoy
son más do 40 los que tienen asiento en la Cámara. Con
cuánta amargura recordará el canciller de hierro, en el ocaso
de su vida, las complacencias quo en otro tiempo tuviera con
el agitador Lasallc, y cuánto so lamentará del tiempo lasti
mosamente perdido en la lucha del Kulturkampf, al ver que
mientras él, ayudado de los masones, perseguía á los católi
cos, el socialismo ha crecido en tan formidables proporciones.
Vean ahora nuestros lectores los puntos que abarca el pro
grama del próximo Congreso:
1." Reglamentación del trabajo en las minas, cuyo tema so
subdivide en la siguiente forma: ¿es preciso prohibir el tra
bajo subterráneo á los niños hasta que lleguen á cierta edad?
¿será necesario prohibir á las mujeres el trabajo en las minas?
¿debe establecerse una disminución do las horas de trabajo
allí donde una prolongada estancia es conocidamente perjudi
cial á la salud? ¿será posible, sin perjuicio de la extracción
del carbón, introducir en las minas seguridad para el obrero?
1 Kl P. < ■apurliitio Ludovieo <1« Bosso on su cxcolento libro L 'A sso -
r t / i l i o n c l/n 'lirn n c ilrs lionnrfcs g a is su r le te rra in des n ffa ircs .
2.° Reglamentación internacional del trabajo del domingo,
dividido en las siguientes partes: ¿se prohibirá el trabajo del
domingo, salvo el caso do fuerza mayor? ¿qué excepciones
podrán consentirse cvcntualmentc? ¿las excepciones deben
fijarse por tratados internacionales, por la vía legislativa ó
por la administrativa?
3.° Reglamcntacióndcl trabajodo los niños: ¿convendrá pro
hibir el trabajo do los niños on la industria hasta cierta edad?
¿cómo so reglamentará esta prohibición? ¿deberá aplicarse á
todos los ramos do la industria ó sólo á determinadas catego
rías? tratándose del trabajo de los niños, ¿cuál os la limitación
do las horas y ol género de trabajo quo puede permitirse?
4.° Reglamentación del trabajo do los jóvenes: ¿puede li
mitarse ol trabajo de los jóvenes que han pasado ya de la
infancia y hasta qué edad puedo limitarse? ¿qué restricciones
hay que prescribir? ¿conviene fijar taxativamente excepcio
nes para algunos ramos do la industria?
5.° Reglamentación del trabajo do las mujeres: ¿hay que
limitar el trabajo do las mujeres casadas, durante el día ó pol
la noche? ¿conviene fijar el límite do las horas de trabajo de
las mujeres y cuáles son las limitaciones que hay quo esta
blecer? ¿caben excepciones en algunos ramos do la industria
v cuáles son?*
(5.° .Ejecución de las disposiciones adoptadas 011 estos ca
pítulos: ¿hay quo tomar algunas medidas para la ejecución
de estos acuerdos? ¿ lobo ya preveirse el que periódicamente
se rounan en conferencia los delegados del de los Estados re
presentados? ¿cuál es la misión do estas conferencias?
Estos son los temas que, según dicen, se tratarán en la
conferencia y 110 puedo menos de verso con grandísima sim
patía todo lo quo so relaciona con la santificación del domin
go, y con el trabajo do las mujeres y los niños y con la reduc
ción do horas respecto á los mineros.
Si esto se consigno, y 110 sigue en adelanto el Emperador
la política social seguida por Bismark al discutirse las leyes
sobro los inválidos del trabajo, los obreros enfermos y los
viejos, la lucha tomará una nueva fase y en ella sostendrán al
Emperador los ilustres diputados del Centro, en ese caso los
temores apuntados más arriba se desvanecerán; sólo el re
cuerdo todavía muy vivo de lo ocurrido en estos últimos años
en Alemania, nos ha hecho hablar de la manera que han visto
los lectores, además de que, siendo partidarios decididos de
la libertad del trabajo nos encontramos poco inclinados á con
ceder al Estado atribuciones que salen do su propia esfera,
porque después de todo, como dice muy bien el ilustre Pcrin,
no es el Estado 1111 poder infalible del cual siempre haya de
esperarse el orden y la justicia. 1
Pero la santificación del domingo, hoy con tanto escándalo
infringido, debo ser uno do los objetos preferentes del poder
público; lo reclama la Religión, la higiene y aun la misma
industria; quizá no hay cuestión alguna, dice un distinguido
escritoi-, en que más resplandezca la perfecta harmonía del orden moral y del orden económico. 2
La intervención del Estado es también necesaria en lo quo
se refiero al trabajo de los ni nos y las mujeres; no puede con
sentirse que la industria siga sacrificando, sin más norma quo
el egoísmo, ni más límite que su ambición, á tantos seres in
defensos; 110 puede consentirse que la desorganización de la
familia llegue al espantoso extremo quo se ve en algunas do
las grandes poblaciones fabriles del extranjero; el respeto do
los intereses materiales nunca autoriza para que so infrinjan
impunemente los preceptos del orden moral, y ya quo la auto
ridad del padre y del marido 110 saben ó 110 pueden poner
freno á esa inmoralidad, es necesario que el poder público sea
el encargado de ponerlo.
1 Lo Socialismo Chretion § IIT.
2 Claudio Jauet Le Socialism o détat pag. 91
1SI trabajo subterráneo del obrero on las minas insalubres
encontramos quo debo ser asimismo objeto de medidas por
parte del legislador, empero no por eso debo olvidarse para
quo esa intervención sea prudente-y moderada que el orden
económico esté hoy fundado en el principio do libertad, y que
esta es la ley del trabajo, por lo tanto, para buscar remedio á
los males quo la falta do caridad y justicia ha traído, búsquese
otro campo; en la asociación libremente constituida está la
solución del arduo problema del capital y el trabajo; en él
pueden concertarso los obreros y los patrones, los industriales
y los capitalistas, y en él ha de encontrar, como demuestra
ya la dichosísima exporiencia de algunas asociaciones cristia
nas fundadas con ese objoto, satisfacción legítima las necesi
dades de los unos y salvaguardia los intereses do los otros.
Antiguamente los gremios constituían el baluarte del obre
ro, contra las crisis causadas por una producción oxluiberante
contra la competencia, contra el trabajo excesivo estas corpo
raciones acudían solícitas en socorro del artesano, dictando
para ello minuciosas, aunque no siempre acertadas ordenan
zas, y llegaba entonces á tal extremo el cuidado de la ley que,
según puede verso en nuestro olvidado fuero de las Forrcrías,
estaba reglamentada hasta la alimentación del obrero. 1
1 Item que los dueños de las herrerías den ¡i los braceros quo labran en
las horrerias o despensas o cada semana quo labran veinte panos y medio
y no menos. Y por una fiesta quo obicro en la semana^quo no menos pa
guen la dicha despensa, e ademas le sea dado por la dicha semana G libras
do tocino o una rolde y media do baca y desdo el día S. Miguel fasta á medio
de Marzo un barril o medio do sidra,'o desde en adelante dos barriles fastai»
el otro S. Miguel. E que se cuentead pan, cada un pan de los 27 panes o
medio un dinero mas de lo quo vale en la panadería: el bañil de la sidra se
cuente mas de lo que vale en la taberna 5 dineros: y el peso de tocino ques
4 libras: ln rolde de baca que so cuento 5 dineros viejos de lo'que valo en
la carnicería: E que los dueños de las forrcrías e que los braceros no pasen
allende do lo que dicho es. (Fuero de las Fcrrerías.)
Hoy todo lia cambiado poro no debemos olvidar las ense
ñanzas del pasado.
Há tiempo ya que el sapientísimo León XIIT, á cuya pers
picaz mirada parece que nada se oculta, recomienda eficaz
mente las asociaciones de obreros, y en la encíclica H um a- m im gemís hablando de los antiguos gremios decía: «En
consecuencia para salud del pueblo tenemos vehementes de
seos de ver restablecidas en todas partes, según piden Jos tiempos, estas corporaciones bajo los auspicios y patrocinio
de los Obispos. Y no es pcquefio nuestro gozo al verlas ya
establecidas cu diversos lugares en que también se han fun
dado sociedades protectoras, siendo propósito de unas y otras
ayudar A la clase honrada de los proletarios, socorrer y cus
todiar sus hijos y sus familias fomentando en ellas con la
integridad de las buenas costumbres, el amor á la piedad y
el conocimiento de la Religión.»
Católicos y socialistas ostamos conformes en que para la
solución de las cuestiones económicas de nuestros días so
necesitan supremos esfuerzos; sólo que nosotros, guiados pol
la antorcha inextinguible -do la verdad, que alumbra desde
las alturas del Vat'cano, caminamos por camino recto y se
guro. No es esta, cuestión social la primera ni será tampoco
la última prueba quo tenga que sufrir el mundo y en tiem
pos antiguos ocurrió ya algo parecido: «Como en el siglo xn,
nos dice León X I I I en su encíclica sobro San Francisco do
Asís y la orden tercera, la divina caridad se ha debilitado
mucho en nuestros días, y hay, sea por negligencia, sea por
ignorancia, gran relajamiento en la práctica do los deberes
cristianos. Muchos, llevados por una corriente de los espíritus
y por preocupaciones del mismo góncro, pasan su vida bus
cando ávidamente el bienestar y el placer. Enervados por el
lujo, disipan su patrimonio y codician el de otro; exaltan la
fraternidad, pero hablan do olla muchos más que la practican;
les absorbe el egoísmo, y la verdadera caridad para los pe-
(jucíSos y los pobres disminuyo diariamente. En aquol tiom-
po el error múltiplo de los albigcnscs, excitando ii las mu
chedumbres contra el poder dc la Iglesia, había turbado ol
Estado, al propio tiompo que abría camino á un socialismo cierto.
»Lo mismo hoy, los fautores y propagadores del naturalismo se multiplican. Éstos* niegan que sea preciso estarso
sometidos á la Iglesia, y por una consecuencia necesaria, van
hasta desconocer el mismo poder civil; aprueban la violen
cia y la sedición en el pueblo; ponen en duda la propiedad;
adulan las concupiscencias dc los proletarios; quebrantan los
fundamentos del orden civil v doméstico.V
»En medio de tantos y tan grandes peligros comprendéis
ciertamente, Vonerables Hermanos, quo hay motivo para
esperar mucho de las instituciones franciscanas llevadas á su
estado primitivo. Si ellos floreciesen, la fe, la piedad, la ho
nestidad de costumbres florecerían también; este apetito des
ordenado dc cosas perecederas sería destruido, y no se cui
daría sino de reprimir las pasiones por la virtud; lo que la
mayor parte de los hombres consideran hoy como el yugo
más pesado é insoportable.»
Creemos quo las esperanzas del inmortal Pontífice, no so
verán defraudadas; la Iglesia quo supo resolver el arduo pro
blema de la esclavitud que el mundo antiguo nos legara como
tr¡K(o herencia, la quo salvó la desquiciada sociedad del siglo
xn, puede también hoy regenerar el mundo y á su benéfica
influencia so reformará la familia, y el taller y el pueblo, rei
nando la paz social entro los hombres; sí, porque la virtud
de la Iglesia os siempre inagotable, por eso tiene para cada
siglo su institución y para cada necesidad su remedio.
I S i g o .
SECCIÓN CIENTÍFICA------------------------
j AS V I V I E N D A S D E L O S O B R E R O S
iKMPRKj poro muy particularmente (luíante los úl7
timos veinto afios, la administración pública so
ha preocupado dol bienestar aparente do todas
do la sociedad, fijándoso con predilección en las
más necesitadas.
La higiene, ciencia importantísima como auxiliar do aqué
lla, ha dictado sus reglas y procurando relegar al olvido aflojas
preocupaciones, ha puesto do manifiesto los peligros do las
antiguas construcciones y ha ensenado las ventajas quo á la
humanidad proporciona el separarse, mejor dicho, el alejarso
do sus estrechos y tradicionales moldes.
La sociología, ciencia siempro nueva, do importancia cual
ninguna, que sustenta como fin la harmonía quo debo existir
en las relaciones do las diversas clases en que la humanidad
está dividida, procurando el bienestar de cada una de ellas;
abogando por ol perfeccionamiento de la vivienda del pobre,
nos indica los inconvenientes y las ventajas do la agrupación
de esta clase de habitaciones.
Las autoridades populares han respondido en todas oc*
las clases
siones á la voz do la ciencia, dictando sabias ordenanzas en
las que, do manera á vecos prolija, reglamenta las construc
ciones en consonancia con los preceptos emanados de aquélla.
Tarca ímproba sería, á la vez que de ningún resultado
práctico, hacer la historia do la vivienda del hombro desde
los primeros tiempos del mundo hasta nuestros días; recorrer
sus transformaciones desdo la cabaña del pastor y la gruta
del troglodita, hasta la morada del acaudalado banquero y el
alcázar del magnate; exponer sus modificaciones con arroglo
á la distinta latitud en quo so hallan construidas, empezando
por ol triste y solitario retiro del esquimal y acabando por el
sencillo aduar árabe.
No es nuestro ánimo, por tanto, dar á este artículo tan
desmesurada extensión, quo en último término daría por re
sultado ol cansancio dol lector, quo vería en él, acaso, alguna
noticia curiosa nada más, poro no encontraría nada de utili
dad primaria, quo es lo único quo se persigue en nuestro
siglo ominontomento positivista.
Nos ocuparemos únicamente do la vivienda en la actual
sociedad, en el mundo civilizado, mejor dicho, de los edificios
en los quo vivo ol pobro do las ciudados populosas, en las quo
únicamento oxisto oso importante núcleo llamado proleta
riado, quo por su escasez de recursos se ve en la precisión do
sufrir grandos privaciones y cuya manera de ser, en todas sus
esferas, pero muy particularmente en lo que so refiere á la
vivienda, os muy digna do estudio y so presta á considera
ciones do importancia para tonerlas presentes, con ol fin do
corregir sus defectos on bion de la moral, do la salud indivi
dual y la prosperidad de los pueblos.
A medida que un pueblo aumenta en riqueza y adquiero
importancia en alguna industria ó comercio, acuden á él mul
titud de familias, primero de los lugares inmediatos y más
tarde do los lejanos, en demanda de trabajo. Esta inmigración,
al principio beneficiosa para todos, cuando adquiere, como
sucedo casi siempro, proporciones desmesuradas, da origen á
la falta do trabajo y á quo muchos do los roción llegados so
vean en la precisión do rebajar el precio do sus jornales, aun
que ostón seguros quo sus ganancias apenas son suficientes
para sufragar las múltiplos atenciones de la vida,y á quo otros
más desgraciados quo éstos, faltos aún do esto recurso, acu
dan al extremo do la mendicidad obligados por la lucha por
su oxistcncia.
I)o esta gran competencia, nacida del excesivo número de
brazos, unida al olovado precio quo siempre adquieren on los
grandes centros industriales y mercantiles los artículos do
primera necesidad, y la escasez de viviendas cuyo alquiler
estó en harmonía con el corto valor do los jornales, es una
do Ins principales causas de la miseria.
Do aquí quo los pueblos, al parecer más florecientes, aque
llos cuya riqueza es mayor y que son envidiados por su im
portancia por otros más pequeños, sean precisamente los más
miserables.
Por esta causa,ciudades comoLondrcs,Manehcstor,Birmin-
ghan y Liverpool en Inglaterra, y París, Lyon y Marsella on
Francia,aposar de su vida exuberante y do sus grandes rique
zas,sean en las quo la miseria haya ochado más hondas raíces.
De nada sirvo quo para evitarla dicten las autoridades me
ditadas providencias; en tanto no desaparezcan el desequi
librio entro el exceso de población obrera y el trabajo dispo
nible, 110 so conseguirá corregir esta enfermedad social.
Y como nosotros, al examinar las grandes poblaciones, no
podemos prescindir de ella ni nos ocurro la manera do ha
cerla desaparecer-, trataremos únicamente del modo que pue
de ser más llevadora, por esto liemos elegido para toma de
este artículo, lo más sagrado do la vida, ol hogar domóstico,
áxponióndolos tal cual os en la clase jornalera, los inconve
nientes que á nuestro juicio tiene y el cómo se evitan gran
parto do ellos.
Cuando so visitan los barrios do las poblaciones en que por
el bajo precio do los alquileres habita el pobre, se entristece
ol alma al ver en tan pequeño espacio tynta miseria. Y si.se
penetra más adentro, en ol interior de la casa, se nos presenta
el cuadro más aterrador que se puedo imaginar.Mentira pare
ce quo seres raciónalos como nosotros vivan en medio do tan
to abandono, rodeados de condiciones tan distintas á las que
impono la más rudimentaria civilización y envueltos en un
ambiente tan corrompido, material y moralmente considerado.
En estas viviendas no ocurre lo que en las do los demás
seros civilizados; so carece casi en absoluto de los medios
más indispensables para la vida; sirvo de cama á sus mora
dores, á veces un montón do paja mezclada con ropa sucia y
vieja, y á los más favorecidos por la fortuna una estrecha y
mal acondicionada cama en la quo descansan las penalidades
dol trabajo el jefe de la familia en unión do su mujer y tres
ó cuatro hijos de distintas edades, cuando 110 so ven confun
didas dos distintas familias ocupando la una la cabecera y
la otra la parte opuesta del lecho.
Un par do bancos do ennegrecida madera, una pequeña
mesa y un baúl, completan todo el mobiliario do la familia
pobre, quo vivo en las condiciones que apuntamos.
Si nos fijamos en ol edificio que lo sirve do albergue nos
encontramos que en una habitación quo para una sola fami
lia ieuno nada más quo regulares condiciones, se alojan tan
tas como cuartos puedo disponer, excepto la cocina quo la
utilizan 011 comunidad todas ollas, quo muchas veces son
complctamonte desconocidas y do gustos y caracteres opues
tos; ó en otros términos, la casa on quo habita el pobre, cada
piso, en ol quo con muy poca comodidad puede vivir una
sola familia, está ocupado, debido á la pésima costumbre.de
los subarriendos, por tres ó cuatro, compuestas todas ellas
por lo menos de cinco individuos.
Y menos malo sería si todos estos lugares que se destinan
al amontonamiento humano estuvieran limpios, aseados y
con ventilación directa á la calle ó campo en quo están cons
truidos; en su mayoría carecen de estas condiciones. Sus
paredes ennegrecidas por el humo que no encuentra su sa
lida, impregnadas do materias miasmáticas, emanadas en los
cuerpos quo cu su recinto se albergan, sucias por el polvo
del pavimento que, aunque so intento barrerlo todos los días
nada se consigue por falta de comunicación con el exterior
muchas veces, y si la tienen os solamente por estrechos liné
eos en relación con lóbregos y húmedos patios, los hacen
impropios para ol fin á quo so dedican, asemejándolos más
bien á los lugares que para guarecerse do la intemperie se
destinan á cierta clase do paquidermos.
Y ¿cuales son las consecuencias do esta manera do vivir?
El acortamiento de la vida, la pérdida de la salud, el relaja
miento do la moral y la intranquilidad doméstica.
No cabe la menor duda que la permanencia prolongada de
varias horas diarias en medio de una atmósfera viciada tan
en alto grado como lo está la de las habitaciones do la ma
nera de ser quo apuntamos, se produce un envenenamiento
lento do la sangre, quo se la priva do su agente más vital, ol
oxígeno, y en cambio so la proporciona multitud de gérmenes
orgánicos, capaces por sí solos do ocasionar una porción do
enfermedades.
Debilitada así la naturaleza individual,degenera laespocie,
resultando esa prole raquítica en la que parece encuentran
lugar a propósito para su desarrollo osa multitud do enferme
dades dependientes del escrofulismo, enfermedades que por
acertada que sea la dirección facultativa, jamás desaparecen
de las desgraciadas familias en quo una vez se han apodera
do, mientras un aire puro, la luz vivificadora, el sol y el
mayor cuidado on ol aseo doméstico, no trasformen en otros
seres, esos ongendros do la miseria, cuya causa principal es ol
hacinamiento on las viviendas.
Apena al corazón la continuada presencia por las calles de
esos modestos cortejos fúnebres que acompañan á dar cris
tiana sepultura á tiernas criaturas arrebatadas á la vida por
la insalubridad de sus viviendas. Es desesperante contemplar
esos rostros macilentos, eso sin número de asquerosas enfer
medades cutáneas, esas caras abultadas y esos semblantes
cadavéricos que con frecuencia se observan en los pequeños
seres engendrados y criados en la lobreguez de las viviendas
de los obreros. So contrista ol ánimo cuando se reflexiona que
pequeñas causas, que en buenas condiciones de habitación
producen generalmente enfermedades leves,cuando concurren
en individuos que habitan atmósferas viciadas, tomen con
rapidez grandes proporciones y originan graves enfermedades
que casi siempre tienen por término la muerte.
Asustan las cifras do mortalidad de ciertas guerras y
algunas epidemias, y no nos asusta la gran mortalidad de la
clase jornalera,siendo así que ésta es mucho mayor que aqué
llas, por grandes que hayan sido, y lo que es peor, sus causas
las tenemos siempre permanentes, sin quo todavfo nadie se
haya ocupado en serio en nuestra patria de hacerlas desapa
recer ó por lo menos dc amenguarlas en los pueblos.
¡Qué importancia material tan grande adquiriría el pueblo
en quo sus autoridades, dejando á un lado estériles discusio
nes y gastos superfinos, se detuvieran un poco á estudiar las
viviendas del obrero y consiguiera aminorar, ya que 110 ex
tirpar, sus defectos!
S y l v io .(8c c o n t in u a r A.)
SECCIÓN H ISTÓRICA ----- -------
CUATRO OCASIONKS KN QUB KSI’ASA TRATO I>K CONQUISTAR Á IU/.KATA
I ’KRO KN QUK ÉSTA
DKMOMRÓ SKR INCONQUISTAHLK TOR LAS ARMAS
IV
M U N d l A 1 •
\, alud, al desprenderse de la elevada cumbre, co
mienza lentamente á descender por la pendiente
de la montana, pero creciendo su velocidad íi me
dida que se aleja de su primer asiento, precipítase, por fin,
con vertiginosa rapidez en la profunda sima, donde, dividido
á los choques en mil pedazos, se esparce y confundo con la
esposa y fangosa nievo allí amontonada. No do otra suerte so
apartó JJizkaya do su primitiva baso al adoptar la forma seño
rial con estatutos tan contrarios á su espíritu político, y ale
1 Los nombres cuskérioos, locales ó personales, los escribo con la orto
grafía dd Euskera. Jlo suerte que la g do M in u /ia tiene el sonido que al
mismo signo lo correspondo en las sílabas ya, (¡o, r/it dol castellano y al gru
jió (¡u. (>n (jur, r/iii. l ’or la misma razón dejo de acentuar la i de dicho
vocablo. Los apellidos ouskcricos de escritores, los transcribo en la forma en
que éstos los han escrito.
jándose gradualmente do su nacionalidad por la pendiente
dol extranjerismo, so derrumbó con estrépito y estruendo en
el extranjero antro, donde, disforme y despedazada, perdió su
entidad y confundióse con la nación oxtrafia.
¡Quién lo dijora... Las leyes destructoras de nuestras liber
tados cuyo poso nos agobia tanto en osto siglo, tan intima-
monto enlazadas como ol efecto á su causa ocasional á la
faustosa proclamación do Jaun Zuria!Y ¡ojalá que el círculo de decadencia de diez siglos for
mado por las fechas do osa causa primera y su último efecto,
so cerrase con murallas do granito y lo salvara Bizkaya para
salvar su vida y libertad, restaurar su nacionalidad1 y cimen
tarse en el firmo asiento que abandonara el siglo ix!
¿No es acaso posible quo oso alud deshecho en trozos mil
so liquido y evaporo al calor de la regeneración, y eliminando
toda materia oxtrafia, so olovo en alas dol patriotismo á las
altas regionos do la libertad, 1 donde, condensándose sus ole-
montos, desciendan todos agrupados á posarse sobre robusta
é inaccesible roca quo los sirva do perpetua base?
Poro ¡ah! ¿Por qué á tan duro extremo haber llegado? ¿Poi
qué esto pueblo demócrata, verdadero legislador do sí mismo,
no reconoció su error y borró de una plumada tan infausta
institución, evitando así toda oxtranjorización y atajando su
tremenda caída, antes de quo en esto maldito siglo de la es- 0clavitud y las tinieblas so hiciera difícil la restauración por
su total derrumbamiento?
¿Queréis saber por qué? Por la influencia moral que el pa
recer y opinión do las personas más ilustradas (?) de un pue
1 No quiero hablar sin soltura y cohibido, sino dando á cada cosa su
propio y verdadero nombre. Así, la palabra libertad, que aquí empleo, sig
nifícalo únicoquo rigurosamente puede significar, y no esc malhadado sistema
y estado do cosas que nos aparta de nuestro último fin y coarta nuestro libro
albedrío.
blo lia ejercido siempre en sus destinos. Me explicaré seña
lando las causas concretas.
En aquellos tiempos esencialmente guerreros que subsi
guieron á la invasión sarracena del siglo vin, mientras quo
el pueblo bizkaino en general vivía pacífico en su montañoso
territorio sin acordarse de trocar
La antigua laya por la férrea maza 1
más que en los casos en que la ambición sarracena ó la espa
ñola le obligara á ello, algunos bizkainos de boyante posición,
cuyo corazón latiera agitado por saltárseles del pecho al por-
cibir el eco del sangriento rugido quo allende el árbol Mallatu
lanzaba Marte, fascinados por el estruendo do la guerra y
deseosos dc probar el templo do sus aceros, organizaban y
asalariaban pequeños ejércitos do gente belicosa y transpo
nían las fronteras do su patria en busca de aventuras. Ved
ahí, sólo en la repetición do esto hecho, uno do los elementos
causales do la forma señorial v sus bases: el militarismo.
Relacionados aquellos caudillos, en sus excursiones por las
tierras extranjeras, con la nobleza gótico-española, fueron
víctimas do los efectos consiguientes á semejante roce, veri
ficándose en sus ideas y aspiraciones un doblo movimiento do
exósmosis de su espíritu político bizkaino y endósmosis del
exótico ó español. Y ahí tenéis el segundo elemento causal do
la forma señorial y sus bases: el monarquismo.
Pero el carácter esencialmente tradicional do un pueblo
no se tuerce y transforma en poco tiempo y do una sola vez,
mucho menos si eso pueblo es el bizkaino, de tan invencible
tenacidad en sustentar las ideas que lo sean innatas ó haya
adquirido por la convicción.
Así es que si, en tan adecuada ocasión como después de la
victoria dc Arrigorriaga, decido Bizkaya, gracias á la influen
1 Araquistain.
cia quo ou la opinión do sus hijos ejerciera la de aquellos
bizkainos aventureros, adoptar la forma señorial, cuida bien
do no concederle al Señor todas las atribuciones propias do
un monarca, sino únicamente paite del poder deliberativo,del
judicial y de ia jefatura militar, reservándose totalmente el
poder legislativo; 1 y si estatuyo ol servicio militar asalariado
para fuera del territorio y sin sueldo dentro do él por los inte
reses particulares del Señor, de hecho se niega en la historia
repetidas veces á prestarlo sus armas cuando no se trata de
la defensa del bien común.
Instituida, empero, la forma señorial, necesariamente había
do irradiar su acción moral al pueblo y habían do arraigarse
en ésto las tendencias exóticas y antitradicionales que impor
taron aquella institución al Estado primogénito de Euskeria.
Cedió, pues, la baso do Bizkaya y comenzó su decadencia. Su
decadencia, sí, y nadio so asombro de esta expresión; quo si,
on los siglos sucesivos y á modida que más íntimamente so
relaciona con España, parece engrandecerse el. Estado Biz-
kaino desde ciertos puntos de vista y á los ojos de ciertos vi
dentes, es el engrandecimiento gradual del alud por la adhe
sión de las extrañas nieves que á su paso encuentra, las
cuales, aumentando su peso, sólo le sirven para apartarlo más
do su primera posición, acelerar la rapidez do su caída y
hacer más completo su destrozo.
El servilismo militar, la avidez de glorias militares, el mo
narquismo y las tendencias aristocráticas ocasionan pronto,
en efecto, el españolismo, esto es, la idea do la unión de Biz-
1 En Bizkaya (agrupación voluntaria, igual y fraternal de pueblos, agru
paciones, á su vez, libres, iguales y fraternales do familias) la soberanía
residía en el pueblo, el cual, asumiéndose los poderes constituyente y legis
lativo, confería el ejecutivo á una persona poliárquica, y á la monárquica ó
Señor solamento las atribuciones ya señaladas, cuyo ejercicio le retribuía y
recompensaba, según previo pacto, con el servicio militar, el sustento y
habitación dentro del torritono y la propiedad do varias tierras.
taya á España por medio de la designación del monarca j
español para Señor do Bizkaya, primera causa ya directa de
la ruina de este Estado.
Bizkaya cae, pues, y rueda hacia el abismo.... Ofuscada y
tenaz, sólo el terrible golpe de su caída en la lóbrega sima do
la esclavitud (siglo xix) podrá despertarla y mostrarlo la úni
ca vía do purificación para salvarse y renacer como lo exigo
su dignidad y lo reclama la sangre que ha regado sus mon
tañas. 1
Mil ocasiones se le presentan, en el transcurso do los tiom-
pos, do reconocer la causa de sus males y volver sobro sus
pasos, estatuyendo en conformidad con su carácter do inde
pendiente y demócrata la forma señorial, ó mejor, abolióndola
y arrancándola de cuajo; poro su extrema coguodad le vola
en cada una do ellas el remedio, y cao en un nuevo y mayor
yerro al querer enmendar el primero.
A x o k a b id e .(S e c o n t i n u a r á . )
1 Pero do ocuparnio con imparcialidad en esto punto do la historia con-
tomporánoíi, me vería precisado á consignar quo desgraciadamente Bizkaya
(ni ninguno do los Estados ouskerianos) no ha dado aún ol primor paso hacia
la restauración. .
LA JU R A DE LOS FUEROS DE BIZCAYAt o r
D O N F E R N A N D O V, R E Y D E C A S T I L L A Y D E L E Ó N
E N 1 4 - 7 ©
(C o n t in u a c ió n )
Los dichos señor corregidor e alcaldes e deputados de la
dicha hermandad todos juntos de una concordia e suplicación
por si e en nombro do todos los caballeros e escuderos fijos-
dalgo e labradores o de todas las otras personas de qualquier
estado o condicion que sean de los vecinos o moradores on
las villas o tierra llana o ciudad do Ordufia del dicho con
dado o encartaciones o durango dixeron e notificaron al dicho
señor Rey que por quanto ellos avian o han de fuero e do
uso o do costumbre loada e aprobada do diez e veinte o
treinta o cinquenta o ochenta o cien años a esta parte e mas
tiempo y tanto tiempo que memoria do hornos non es con
trario, quo quando viono nuevamente señor en el dicho
condado do Vizcaya a recibir el señorío della, ol tal señor
les ha de facer juramento on ciertos lugares acostumbrados
del dicho condado de les confirmar e goardar todos sus fue
ros o privelejos e buenos usos o buenas costumbres e fran
quezas e libertados o mercedes e tierras e lanzas e acosta
mientos e previllojos o monosterios que han e tienen de los
scfiorcs do Vizcaya sus antecesores o dc su alteza. E quo ya
su señoría sabia como siendo su alteza e la Reina nuestra
señora principes herederos destos Reinos por non ser enaje
nados dc su corona Real se alzaron por su alteza, e cstobicron
a su obediencia e mandamientos. E luego quo la muy serc-
nissima e esclarecida Reina doña vsabcl como legítima-he
redera sucessora heredo estos Reinos de castilla o do león c
su alteza como su legitimo marido, los procuradores del
dicho condado fueron a la ciudad de segobia a lo prestar
obediencia juramento e fidelidad quo como a su Rey e Reina
dc castilla o dc león c como á señores dc Vizcaya oran teni
dos c obligados e lo suplicaron que vinieso á facer el dicho
juramento. E por quanto su alteza después quo obo ol Regi
miento ha estado muy ocupado en la guerra contra el Rci de
francia c su adversario de portogal non ha podido venir en
persona a facer el dicho juramento o su alteza los aseguro o
prometio quo lo mas aína que pudiese vernia en persona al
dicho condado a facer el dicho juramento. E que pues su
señoría era ya venido en la dicha iglesia de santa maria el'
antigua de la dicha villa do gnómica quo era uno dc los lu
gares en que su alteza avia do facer el dicho juramento y le
suplicaban e pedían o lo suplicaron o pidieron por merced
que les ficicsc el dicho juramento según que lo han dc fuero
e de la dicha costumbre—E el dicho señor Rey dixo quo el
hera alli venido para asi eomo Rey de Castilla e do león o
como señor do vizcaya á facer el dicho juramento e que lo
placía de lo facer.T abira
(8 c c o n t i n u a r á . )
ion a do atención v estudio es ciertamente la sitúa-*
ción en que hoy se encuentra el imperio alemán,
y por eso dedicamos á ella una parte principal
do esta sección, continuando la labor empezada en el mismo
lugar de nuestra revista on los números precedentes.
El resultado de las elecciones generales para nuevo Par
lamento, habidas en la segunda quincena do Febrero, ha sido
para el canciller Bismark menos lisonjero del que se prome
tiera, teniendo en las manos ol manubrio electoral con todos
los recursos quo los joles do gnbinoto suelen emplear on ta
les ocasiones para sacar triunfantes las candidaturas adictas.
Ochenta y siete diputados ministeriales han resultado ele
gidos. Los católicos quo antes tenían noventa diputados, han
elevado su contingento á ciento cinco; y los socialistas, quo
sólo contaban onco representantes on el Reistchag, ahora
han cuadruplicado este número. En otros cien distritos ha
resultado empate y ha do procoderse á nuevas elecciones.
Compróndeso por talos datos que la lucha electoral ha sido
muy reñida, y quo no lo serán menos las elecciones parciales
quo tengan lugar en los distritos empatados. Los socialistas
han acordado quo en los distritos en que no tengan seguri
dad do triunfo, sus votos sean dados á candidatos de oposi
ción. Puédese por tanto augurar que entro socialistas y cató-
Jicos logren llevarse por lo menos la mitad do los distritos
vacantes.
Díccso que el Canciller trata do atraorso á los católicos
para tener, con su apoyo, mayoría on ol lleistchag. No cree
mos que los católicos, quo desdo ahora forman ya casi la
torcera parto do los diputados dol Parlamento, so entreguen
así como así á los autores del K u ltu r la m p f y habitualmonto
hostiles á la Iglesia, Ellos se encuentran en condiciones do
blemente ventajosas: en los asuntos en quo se inclinen hacia
el gobierno, combaten al socialismo, que es anticristiano; en
las cuestiones que voten unidos á los socialistas, harán daflo
al gobierno, que es protestante; y en los casos en quo crean
oportuno permanecer en la abstención, neutrales, dejarán quo
socialistas y protestantes se destrocen mutuamente. AfSádeso
que si Bismark no consigue la adhesión de los diputados ca
tólicos en apoyo del Gobierno, disolverá nuevamente el Par
lamento. Semejante golpe no lo sería provechoso, aunque
tampoco sería extrafío á los procedimientos gubernamentales
que hoy so estilan.
Permítasenos ahora, á guisa do comentarios, unas breves
reflexiones deducidas de la historia do Alemania.
En ol siglo xvi ol imperio germánico, regido por monarcas
do la casa de Austria, ora un Estado católico, y tenía condi
ciones de vida próspera. El protestantismo pudo ser ahogado
en su propia cuna y con ello se hubieran ahorrado á Europa
sendas guerras 6 innumerables miserias. Pero los electores y
laudgraves hallaron en el pretexto do reforma religiosa oca
sión para sus planos ambiciosos, y Alemania quedó fraccio
nada y protestan tizada. Los teutones, quo á favor de estas
revueltas robustecieron ol antiguo ducado de Prusia conver
tido en reino feudatario do Polonia, cometieron la villanía do
apropiarse do la Iglesia Católica, en cuyo seno nació la Orden
teutónica, y más tarde completaron la traición repartiéndose
con Rusia y Austria el territorio do Polonia.
En ol siglo pasado Federico I I de Prusia reorganizó en be
neficio propio la francmasonería; y desde entonces, francma
sones y protestantes los soberanos prusianos, lian llegado á
ser Emperadores do Alemania, unciendo á su carroza triunfal
los diversos Estados de la antigua confederación germánica.
Y bien, las causas dan sus efectos. El protestantismo y ol
masonismo, cada uno do olios separadamente, son elementos
activos de disolución social; el primero por su dogma funda
mental del libro examen, que impulsa al hombre á obrar
como lo plazca siempre que halle ocasión propicia, y el se
gundo, porque es el judaismo en práctica y sólo puede hacer
judiadas. No hay necesidad de insistir aquí en ello. Ahora
el protestantismo pasó de moda, quedando en su puesto la
irreligión, y dando origen al socialismo, más ó menos radical.
Y la masonería alemana se halla dividida en dos grandes
agrupaciones: la una imperialista, socialista la otra. Ésta, con
el empujo do que acaba do dar muestra; la otra con el ener
vamiento quo lo han producido la muerte de los dos* últimos
Emperadores; los síntomas del estado poco feliz en que las
facultades mentales del actual Emperador dan muestras de
hallarse; á causa dc su enfermedad de los oídos, tal vez con
lesión cerebral; las desafecciones ó antipatías quo Bismark
so ha creado, y el aumento de las fuerzas católicas, que son y
han do ser siempre las verdaderas conservadoras de los ele
mentos vitales en toda nación.
No hay necesidad de ser profeta para asegurar con funda
mento que on adelante Alemania tiene que fluctuar entre dos
olementos, quo son los únicos lógicos en su actual estado,
hasta que por uno de ellos se decida con preferencia: el par
tido católico, ó el partido socialista.
Y probablemente este último no tardará en hacer alguna
de las suyas. Tales son los preparativos con quo so dispone.
Y á propósito do socialistas. Un ilustre Cardenal dc los
16
Estados Unidos acaba de publicar un notable trabajo, en el
cual hace constar que en estos últimos ocho afios han tenido
lugar en la gran República americana más do cinco mil cua
trocientas huelgas do obreros, calculándose las pérdidas su
fridas por éstas con la interrupción de sus trabajos quince
millones v medio do libras esterlinas.%
¡Qué felicidad!
Estos aún no son más quo simples ensayos. Si el sistema lle
gara á plantearse como un morlus rivendi ¡ah! entonces so
realizaría en grande escala el reparto social; un reparto ma
yúsculo... do coscorrones y palizas. Poro las prluroñas y las
libras esterlinas seguramente so esconderían bajo sioto estados
do tierra, como si tuvieran vergüenza do pro acuciar escenas
y acciones que aun las mismas bestias 110 llegan á porpotrar.
F r a n c o .
Santidad el Papa León X I I I acaba de ordenar
que el día de San Josó (19 de Marzo) sea festivo
de ambos preceptos (oir misa entera y no ocuparse
en trabajos serviles) en España.
Véaso el texto castellano del Breve pontificio:
«León X I I I Papa.=Para perpetua memoria.=Lo que hace
aún poco? meses parecíanos deber esperar del celo de los
Roverendos Prelados, á quienes dirigimos Letras Encíclicas
exhortando al pueblo cristiano á implorar el patrocinio del
Santísimo Esposo de la Madro do Dios, vemos ya con gránelo
alegría do nuestra alma quo los mismos hechos han empezado
á confirmarlo.
Ofrécese brillante testimonio de esta devoción en las fer
vorosísimas súplicas quo, después de haber dado conocimien
to al Gobierno do España, elevaron ú Nós muchos Obispos
do aquel católico reino exponiendo los votos del clero y el
pueblo, quo juzgaron quo debía aprovecharse la ocasión ofre
cida entonces á fin de que la resolución quo desde mucho
tiempo habían adoptado pudiese obtener el éxito apetecido.
Recordando la antigua devoción de los españoles y la ínli-
ma predilección de todas las almas al Santísimo Patriarca,
llevaban á mal aquellos Venerables Obispos que el día con-
sagrado á su memoria, borrado del número do los días festi
vos, dejara do guardarse públicamente como do precepto, y
do ello se lamentaban en general con razón y justicia cuantos
llevan el nombre de cristianos; y por tanto, Nos pidieron con
las más reiteradas súplicas que restableciéramos on su pri
mitiva dignidad el día consagrado á San José.
Y en verdad nadie hay que no reconozca quo esto honor
se debe á un varón tan bienaventurado. El que, elegido Esposo
de la Madre de Dios,fuó partícipe de su dignidad por el víncu
lo conyugal que á ella lo unía; el que Jesucristo Hijo do Dios
quiso quo fuera su Custodio y so reputara como Padre suyo;
el que fué Jefe de la familia do Dios en la tierra como por
derecho do patria potestad; el que tiene confiada la Iglesia á
su protección y tutela, sobresale con tal excelencia que no
hay obsequio alguno de que no merezca ser digno.
Pero la ínclita nación española tiene además un motivo
propio, en razón del cual tribute honor especialísimo al bien
aventurado Esposo de la Madre de Dios y le venoro y ensalce;
motivo que oportunamente recordaba el Arzobispo de Valla
dolid, juntamente con los Obispos do la misma provincia
eclesiástica en las preces que Nos dirigía. Y os que en España,
on aquella misma provincia do Valladolid, nació y pasó su
vida, insigne por el ejercicio do todas las virtudes,la castísima
Virgen Santa Teresa, quo enardecida en ol vehementísimo
amor do Jesús, venerando con una devoción increíble la exi
mia dignidad do San José, á quien Jesucristo Nuestro Salva
dor quiso quo so reputara como su Padre, predicó su patro
cinio y promovió su culto.
Accediendo, pues, con la más íntima satisfacción á estas
súplicas, quo han llenado nuestra alma de gratísimo senti
miento, con nuestra suprema autoridad establecemos y de
cretamos quo el día 19 de Marzo, consagrado á San José, so
ponga, en el número de los días festivos en toda España y en los
territorios sujetos á olla; de modo que todos los fieles tengan
obligación, tanto de asistir al Santo Sacrificio de la Misa,
cuanto do abstenerse por precepto jle aquellas obras profanas
quo suolon llamarso serviles, mediante lo cual se rinda el
debido obsequio al gran Patrono de la Iglesia, y la nación
entera disfruto más copiosamcnto do su oficacísimo patrocinio.
Sin que obsto nada do cuanto fuero en contrario, aun aquello
que sea digno do especial 6 individual mención y derogación.
Y es nuestra voluntad que á los trasuntos ó copias de las pre
sentes Letras, aun á los ejemplares impresos firmados do
mano do algún notario y autorizados con el sello de persona
constituida en dignidad eclesiástica, se preste absolutamente
la misma fe quo se daría á las mismas presentes, si fuesen
exhibidas ó puestas de manifiesto.
Dado en Roma, en San Pedro, con el Anillo del Pescador
el día 28 do Enero do mil ochocientos noventa, año duodé
cimo de nuestro pontificado.— M. Cardenal Ledochowskí.—
Lugar )J( del sello.»
La sabiduría del Romano Pontífice y su vigilante mirada
sobro los malos do la sociedad y su remedio, á la vista apa-
reco on esto decreto obligatorio á todos los cristianos espa
ñoles. San Josó, Patrono de la Iglesia universal, debe ser
invocado con instancia en las angustiosas premuras del mo
mento; San Josó, varón virtuosísimo y justo, debe ser imitado
• en su fe y sus buenas obras, por cuantos quieran ser ciuda
danos útiles y alcanzar la vida eterna. Y las fiestas de los
Santos revisten ambos caradores: petición do socorros 6 imi
tación do virtudes.
T e ó f il o .
PERU M ATRAKA TA P E D R ’ANTON
(lATin AITENA)
y
EPERRA BARRIRÒ A R O IA R I BEO IAK EZIN EMONDA
euren zuloetatik ntzo-atzeka urte ton da
le ion logez, oe-nzpiko Epcrrak bere lenengo argi-
taratu euan soinokoa’abarka zar bat izan ei itzan;
abarka oni inkata’marragazko kaltzordi nasaiegi batek gela-
crdirako bidoa artu euan. Età onolan zatika zatilui oinakaz
azi ta buruagaz amaituta’ agertu ouan gaiso-zainak bere azur
luzedun gorputza
Inori iaramonik egin orduko’ Picharrari bogi batogaz ta
picliar-iaubeari bezteagaz begira egoan; età bitartean erreka
bi alkarren leian ioakazan matrailan-ziar bata, okotz-murura
boztea....età lapiko bat irakiton cliir chic ta lum ina urtuta
ganczka dagonean’oztalkia kenduton dautsen logez, boro ao
adurtsua edegi euan noizbait Epcrrak, ota «osagiloon izona
danken gizon kokoak goseak ta egarriak il-ezinik dabilz oi-
non ganean» osan euan.
Au itzan bere iardunen bigarren zatia. Bere itzakaz kon-
kortu’arritn ’ ikarapoan’bildurroz ta izututa egozan ’ orduan-
ehe gclaratu itzazan lagunak; zeinbai onok isilago’ ainbait
garraizi andiago egit.cn cuan iardulariak; enzuleen kikiltasu-
nak indartu ta makaltasunak bizkortuteneuanatso barritsuen
izkcta. Batek badaki noizarte ekin bear eutsan iardunari’
aman kinu bategaz picharkada chakolina ekarri ez baleu
Marinasik.
Ordutik aurrora oztizkoa irudien Eperran minak, bere
bcgiak garuz aseta dagozan iko gorri zabalduen anza artu
eucn, otztu ta zuritu iakan osagileari bere eskcrreko belarria
Aramaioko matzak artu euen izena’ ez euen ordurarte ilundu
al izan’ez Cliiprek’ez Napolesek’ez Andaluciak ez Erriojak’
ez Naparroak euren pftrrol, matzti, upel, ta matz-saldakaz.
«¡Baina zcr chakolin oderra, Marimanu! Zeruko aingeruak
»ire matztiak iorratutera ctorri daizala esan leike... Ez eua-
szan Bono Isidrokboro Errekarteko lurrok oboto iorratuko...
»Urrezkoak daiz emengo soloak... ¿Nor dai Amerikotako
»mendiotan urre asko dagola dinoana? Betor, Mari-Manu,
>bazter onotara... Iturriak eureta tik urtengo baleno’ upelo-
>tan gorde bearko litzato lira... Ez ôuko, Mari-Manu laztana,
»landararik eroin bear, matza sartu... matza... matza bakar
»bakarrik... Zcr gauza ederra baina... oso bizkortu-arte ez
»dannala naiko baiakinat-ota ez daunat eskini... ¿Eta an
»echcan eukita ’ gainibotadun kirten batek agindu dauela ta
»bezto bago’ odari mingots, atsitu ta charri baten-bila bial-
»du?.... azunen ura au baino osasuntsuago dala dinonak
»¿nor’gaisorik egon ez arren’ez dau lurpera bialduko?... Ordu
»onean Mari-Manu, bialdu dau'n’ordikeria baino bazte gau-
»zarik ez dakian arakilgo malmutz kirten borreru-ori...
»Ez daiala niro Iaungoikoak nai mordo-oderr onok aizeak
»kikildu odo gorrina zitalak erreterik...
»¿Parrotan eukiko daunaz, parrotan Mari Manu...?
»¿Marinasi ez dai onelân? ¿parretan...?»
Azportuta egon au Eper ia motelduen barriketa" amai
bageagaz età «Batzuk» eranzunda? bere ama iagoten egozan
lagun biakaz eskaratzera ioan itzan.
. Eperrak’ arok aldeta gero bero’ isildu bago chor chor chor
iarduan matraka batok baino arinago; barrirò ebilen eztarria
leortuten, barrirò bezto picharkada batok, buzti eion.
Mari-Manu ak iarduna amaituteko ustoa artu bainolen’bu-
rukonrincn buruko minak zorabiata’ loak artu euan. Oekoa
lozorroan murruzaka azi itzanean’ anchina Urkiolako done
Antunio arrainari legez’ euliari itz egiten egon eperra, baita
ain ederto ze ez euan enzule guztien artean inork (bat ez
batek) eztul bat egiten, guztiak egozan isilik. Gogoratu iakan’
alango baten’ ez eutsela euliak ezer itanduten, picharra utsik
egola, lo Mari-Manu, ta Marinasi lapikoari putzka. Gogamen
onekaz osta osta zutindu ta albo alboka eskarat zeranz igitu
itzan.la rrn lta ko d ia
E zti-adauak .
F . WSrfvSc
REVISTA MENSUAL
C I E N T Í F I C O - L I T E R A R I A
BILBAO , A B R IL D E 1890 N Ú M E R O 5
EL REPOSO DOMINICAL''* ------------- • -------------
. e s c r i to c i e r t a m e n t e e n p r o y c o n t r a ,
•cera l e y d o n u e s t r o d e c á lo g o ó s e a l a
d e l t r a b a jo e n lo s d ía s f e s t iv o s y s a n
t i f i c a c i ó n d e lo s m i s m o s ; p o r m u y d i s t i n t o s m e d i o s y r a z o n a
m ie n t o s so h a d e m o s t r a d o s u c o n v e n i e n c i a y n e c e s i d a d s i n
q u o p o r esto , lo s s e c ta r io s d e l n a t u r a l i s m o , l o s e c o n o m is t a s
l ib e r a le s , so r e s i g n e n á c o n f e s a r s u b i e n h e c h o r a , i n f l u e n c i a .»
C e g a d a p a r a é s to s l a s f u e n t e s d o l a r e v e l a c i ó n , c o b a r d e s e n
s u s e x c u r s i o n e s c ie n t í f i c a s , 110 se a t r e v e n á d i r i g i r la v i s t a
.m á s a l l á d o l a c o s t a t e r r e n a l q u e n o s s u s t e n t a ; y a p r i s i o n a n d o
s u r a z ó n e n t a n r e d u c i d o s l ím i t e s , n i l l e g a n á c o m p r e n d e r
s i q u i e r a , l o q u o e l c é le b r e r e v o l u c i o n a r i o P r o u d o n m u c h o
a n te s q u o e l lo s , s u p o a l c a n z a r c u a n d o d i j o « l a n e c e s i d a d d o
u n d í a d o r e p o s o c a d a s ie te , e s t á e s c r i t a e n l a n a t u r a l e z a
m i s m a d e l h o m b r e ; es e v i d e n t e p a r a m í . q u e e s ta l e y h a s id o
d i c t a d a p o r e l a u t o r d o l a c o n s t i t u c i ó n h u m a n a q u e c o n o c ía
á f o n d o s u s r e s o r te s y n e c e s id a d e s » y e s to d i j o u n P r o u d o n
f i s ió lo g o d o r e c o n o c i d a i m p i e d a d .1
u c i io se ha
s o b r o l a tei
s u s p e n s i ó n
Afortunadamente en nuestros días, si es cierto quo el mo
vimiento y la industria tienden aceleradamente on contra do
esta observación, vemos por otra parto levan tarso unánimo
un grito universal, una enérgica protesta á este abuso y mal
comprendido utilitarismo, quo condensándose on nuestra ve
cina Francia con motivo do la Exposición universal lia cons
tituido el congreso internacional llamado del reposo hebdo
madario cuya importancia, nos hace recobrar la esperanza do
quo puedan abrirse las puertas á la moralización de esas
grandes masas, obligadas á permanecer al lado de las máqui
nas como componentes de las mismas.
El congreso á quo nos referimos celebrad j en París, ha
contado más do 2 0 0 miembros y numerosas adhesiones 11o-
gadas do distintas nacionalidades, dotando do importancia
trascendental á eso acto solemne en ol que á la razón dol nú
mero (tan considerada actualmente) hay quo sumar ol núme
ro de razones allí expuestas así como la categoría y autoridad
de los concurrentes quo vienen á coincidir unánimemente
en este punto á pesar do la? diferencias religiosas que los
separa.
Trascribiremos algunas cartas, adhesiones y extracto do los
principales discursos allí pronunciados, cu corroboración de
cuanto dejamos anotado, convencidos de que nuestros a pre
ciables lectores verán con gusto la resena do un congreso in
ternacional en el que la verdad católica ha logrado un nuevo
triunfo sobro el error.
Presididas las sesiones por el distinguido economista fran
cés León Say y después do un discurso inaugural en el quo
habló dol domingo on los términos más cristianos, so (lió lec
tura á las siguientes cartas:
CA RT A D E IIA R R IS Ó N A L SK Ñ O R I.K Ó X S A Y
«Estimado señor: Acepto con placer el título do miembro
honorario del congreso del reposo hebdomadario. La oxpc-
rienda y observación me han convencido, do que toda per
sona, trabajando corporal ó mentalmento tiene necesidad do
reposo, y quo ol domingo puoda sólo^ garantizarlo. Los
filántropos y cristianos miran la cuestión bajo puntos do
vista muy diversos; poro sea quo considoromos al hombro
como animal ó como sor inmortal, debomos unirnos para ase
gurarlo ol reposo que ol cuerpo y ospíritu do consuno recla
man. Los quo no vean el mandato divino on la Biblia no
podrán monos de encontrarlo escrito en el hombre mismo.»
CARTA. D E G IA D S T O N E
«Es para mí incontestable que la observación del domingo
tiene raíces profundas tanto en las convicciones como en las
costumbres do la inmensa mayoría do niis compatriotas. Si
on muchos do ellos se considera osto, como una necesidad de
la vida espiritual cristiana, en otros so defiende igualmento
osto reposo como necesidad social.
»La clase obrera so opone no solamente á su abolición
sino á cuanto pueda contribuir i nd i rec tomen toáoste resultado.
»Personalmente declaro haberme esforzado siempre en
usar do este privilegio y á pesar de mi larga carrera pública
y laboriosa do más do cincuenta y siete años, atribuyo en
gran parto á esta causa la prolongación de mi vida y la con
servación de las facultades quo todavía poseo. En cuanto á
las masas la cuestión croco en importancia; es la cuestión
popular por excelencia.»
IiA O B SERV A C IÓ N ' D E Ij DOM IN G O B A JO E l, PUNTO D15 V IS T A H IG IÉ N IC O
El Dr. A. Haeglor do Balo.— 1.° Un día entero v comúnO V
do roposo hebdomadario, os generalmente necesario para la
salud del cuerpo y del espíritu; es una condición esencial do
aptitud para el trabajo y para la prolongación do la vida;
una garantía de prosperidad material y moral para ol indi
viduo, para la familia y para las naciones.
¿2.° Es deber ineludible para todos aquellos quo conocen
la importancia del reposo hebdomadario, ol sostener y fo
mentar en la opinión pública, la convicción de las múltiples
ventajas que resultan para las fuerzas, la salud y la morali
dad un día regular de reposo, juiciosamente empicado.»
' Bajo este mismo punto do vista ol abato Garnien hizo
observar las analogías del cuerpo del hombro con ol do los
animales, diciendo. «El caballo que no descansa agota pronto
sus fuerzas y por consecuencia rindo menor servicio. La
compañía do ómnibus de París, después de múltiples expe
riencias, ha decidido que sus caballos descansen por cada
cinco días, uno; sería interesante conocer si se ha ocupado
con tanto esmero do asegurar á sus empleados, el necesario
reposo dol domingo. Es cierto que á la muerte de un em
pleado no se ve obligada la compañía á la compra do otro.
¡Ah! si la adquisición do los empleados les costara el precio
de un caballo ó una máquina, haco mucho tiempo quo el
reposo dominical sería observado y obligatorio en los cami
nos do hierro, compañías do ómnibus y en todo absoluta
mente.»
No satisfecho con estas demostraciones, el mismo Sr. Gar
niel- continúa on los siguientes términos.
«Durante la semana, el hombro encerrado en su bufete,
taller ú oficina, es absorbido por las ocupaciones materiales
y su vista fija en las cosas de la tierra; ¿no es necesario con
cederle un día para elevar su frente al cielo, y pensar en los
eternos destinos?
»Si este tiempo se le priva, se materializa, las nociones do
virtud y sacrificio, escapan do su espíritu, los sentimientos
dol deber son reemplazados por el egoísmo y bienestar.
»El reposo de que hablamos no es menos necesario parala
familia que para el individuo; aquélla no existe donde no hay
unidad de vida, esto es, unión de las almas por el cambio do
pensamientos entre el padre, la madre y los niños, sin el do
mingo apenas si las personas que constituyen la familia, tie
nen posibilidad do verso, ni monos aun de concertar esa reu
nión de donde naco la afectuosa educación de los niños.
»La sociedad igualmente lia menester do este reposo. «Un
pueblo sin domingo será muy pronto un pueblo sin Dios.»
La religión es indispensable á la sociedad para preservarlo
do los malos que le amenazan y dotarle de los bienes que lo
son necesarios; la religión es el dique contra el desenfreno
de las pasiones y el sostén de las buenas costumbres, la
creencia en Dios y observación do su decálogo es el más fir
mo apoyo de las levos y guía de las conciencias.
»Ks ciertamente la observación del domingo la que ejerce
más directa influencia on la sociedad para disminuir ó acre
centar su religión.
»Después do diez años que la ley del domingo ha sido
anulada entre nosotros y quo su violación so ha generalizado,
véanse los resultados quo la estadística acusa.
»La criminalidad asciendo de 172.000 á 203.000, los sui
cidios alcanzan á 8.300 de 5.200; la locura acusa una cifra
do 52.000 on lugar do 39.000, los asesinatos han aumentado
una cuarta parte, los vagamundos so han cuatriplicado, los
matrimonios han bajado do 8 .0 0 0 , á posar dol aumento on la
población.
»Finalmente los obreros tienen necesidad do formar aso
ciaciones do interés común para conjurar el deplorable indi
vidualismo quo los embarga; pero anulado el domingo
¿cuándo podrán rounirso y ocuparse de estas asociaciones?»
K íi REPO SO IIE IID O M A D A R IO Y LOS CA M IN OS D E IIIK R R O
Relator Sr. W . Nordling, exdirector do los caminos de hie
rro del imperio de Austria.— 1.° Que las oficinas de pequeña
velocidad so cierren los domingos y días festivos,salvo para la
expedición de animales vivos y ciertos «artículos alimenticios
de pronta deterioración. 2 .° Quo los domingos y fiestas no
deban contarlo para los términos establecidos en los recorri
dos do las mercancías. 3.° Que se reduzcan al menor número
posibln, el de los trenes portadores de la pequeña velocidad.
4.° Que los despachos de gran velocidad permanezcan abier
tos durante ciertas horas, determinadas según la categoría ó
importancia do las estaciones. f>.° Quo la baso de los salarios
no so establezca dc manera dc incitar á los empicados por
trabajar en los días feriados. 6 .° Que los trabajos do cons
trucción, reparación, ote., so suspendan, salvo los casos do
gran urgencia.»
Terminaremos la presento resella publicando las resolu
ciones finales tomadas por unanimidad en este congreso, así
como la lista de los que han formado la comisión permanen
te, para dirigir los trabajos encaminados á garantizar el
reposo hebdomadario (i nuestra sociedad.
Estas resoluciones son: 1.“ Constituir una comisión per
manente internacional cuya misión sea, la dc reunir informes
de todos los países sobro ol trabajo y observación del domin
go, promover y preparar nuevos congresos sobre estas bases.
2.n Crear una liga cuyo fin especial tienda á la propaga
ción dol reposo dominical.
La comisión á este efecto constituida so compono do los
sen ores Sautter dc Vilmorin, Choysson, el abate (Jarnier,
el pastor Banyot, Loliovro, Nordling, J. Michel, R. Lavolló y
Dclairo y León Sav nombrado presidente.
Mucho nos alegraremos que los desinteresados esfuerzos
do esta digna comisión logren alcanzar el fruto quo so pro
ponen, y esperamos ver reproducido dicho congreso en nues
tra España, de realizarse el plíuisiblo proyecto do exposición
para el año 1892. Quiera Dios concedernos la tranquilidad
y garantía necesarias al efecto para presenciar estos pugila
tos del adelanto y progreso, de los quo únicamente debere
mos esperar la restauración do los fueros do la verdad.
M ario .
SECCIÓN CIENTÍFICA------------------------
L A S V I V I E N D A S D E L O S O B R E R O S
( C o n t i n u a c i ó n )
las viviendas do los obreros consideradas desdo
el punto do vista material originan los efectos quo
liemos enumerado, estudiadas dosde la esfera mo
ral son causa do una multitud do defectos, quo aunque no
tan tangibles, tienen gran importancia para ol bienestar do
los pueblos.
Cierto es quo sus consecuencias no so tocan con tanta pro
ximidad A su origen como las referentes á la pérdida do la
salud, pero por esta misma razón, porque so alejan mucho
del lugar en donde han empezado (x germinar, se difunden
en mayor grado on la sociedad y producen serios trastornos
on olla.
Todas esas enfermedades sociales, todos esos vicios do las
colectividades quo cada día so observa van en aumento y
quo son la carcoma que destruye íl los pueblos, quo gracias
a la misericordia divina no los ha extinguido todavía; tienen
su origen en la educación, su cuna en el hogar domestico, su
desarrollo en los talleres y su virilidad en las agrupaciones
do cierta índole, quo siempre no tienen la misma forma, pero
quo su fin tiendo en todas ocasiones á la separación de ln
verdad.
E l buen ejemplo es el principal manantial do la moral,
sin 61 resulta estéril todo medio que so empleo para arrai
garla.
Desgraciadamente es una verdad que no necesita demos
tración, el descuido con quo se mira en los tiempos actuales
la educación moral entro la clase jornalera. Sabido os por
todos, que estas pobres gentes se preocupan poco de los asun
tos concernientes al alma, ni se cuidan de más que do la
materia; toda su atención está embargada en la manera do
proporcionarse el sustento para el día venidero y ante ella
supeditan las obligaciones do otra índole por sagradas
que sean.
H a b i t u a d o s á e s t o p e n s a m i e n t o , s e f o r j a n u n a m o r a l a c o
m o d a t i c i a , p l a g a d a d e s o f i s m a s y e r r o r e s q i i o l a p r e g o n a n p o r
d o q u i e r s e e n c u e n t r a .
Y tomando á ella por baso de sus acciones viven,al parecer,
en medio do la mayor paz, aunque envueltos por todas partes
por la inmoralidad más espantosa.
Do aquí nace la frecuencia con que en la clase jornalera
se observa el concubinato, el adulterio, la embriaguez y otras
importantes faltas de moral.
Mentira parece, pero desgraciadamente es cierto, el gran
número de familias pertenecientes á la clase jornalera, quo
les importa un ardite vivir de una manera tan vergonzosa;
no les causa el menor rubor por ello, por el contrario, hacen
ostentación de sus faltas,conceptuándolas más bien como ac
tos dignos do alabanza.
La agrupación de viviendas en cstascondiciones de morali
dad son una propaganda constante del vicio.
Aquella familia honrada que por su desgracia y falta do
recursos habita en compañía de otra cuya moral se ha hecho
acomodaticia y por consecuencia está contaminada de los vi
cios quo son su corolario; con la vista constante en el mal
ejemplo tan próximo, comienza á mirar con indiferencia lo
que autos lo causaba horror; más tarde encuentra disculpa á
ias faltas dc su vecino y termina muchas veces por simpati
zar con ellas.
Aquella otra quo os dominada por un solo vicio y quo se
reúne con un vecino que careciendo do 61, tiene debilidades
dc otra naturaleza, con su no interrumpido trato casi frater
nal, adquiere los hábitos do éste á la vez quo contamina Ja
suya á su compañero.
Y suponiendo quo las cinco ó seis familias que habitan de
bajo do un mismo techo sean todas viciosas, como no ven
dentro del hogar un rayo de luz que ilumine sus entendimien
tos, como jamás oyen una voz amiga que les animo á abando
nar sus habituales costumbres, sino que por el contrario todo
lo que los rodea es un incentivo para la perseverancia en el
mal, terminan por encallecer su conciencia y amortiguar para
el bien la agudeza de sus sentidos.
Triste, muy triste es este espectáculo quo frecuentemente
se observa on las hacinadas viviendas del obrero.
Pero no es lo peor quo tenemos quo lamentar; lo más des
agradable, lo más ingrato, lo más perjudicial á los principios
severos de la moral cristiana, es, en nuestro concepto, la co
rrupción do los corazones de los niños.
En medio do aquella confusión de habitaciones, dentro de
aquella agrupación poco edificante de seres humanos, una
cosa solamente aparece simpática á los ojos del que las visita;
la presencia délas tiernas criaturas representantes del candor
y dc la inocencia que forman un verdadero contraste con la
atmósfera, objetos y personas quo les rodean.
S e n s i b i l í s i m o e s q u o e s t o s p e q u e ñ o s s e r e s q u e e n l o s p r i
m e r o s a l b o r e s d e s u i n t e l i g e n c i a d e b i e r a n s e r i n s t r u i d o s e n -
l o s p r i n c i p i o s r e l i g i o s o s y q u e s u c a r i ñ o s a m a d r e e s t á o b l i g a d a
á i n s p i r a r l o s e l í i m o r á l a v i r t u d y e l h o r r o r a l v i c i o , b a s o
d e l a e d u c a c i ó n p o s t e r i o r y v e r d a d e r a s e m i l l a d e l p e i f e c t o
c i u d a d a n o ; d e s c u i d a d a e s ta p a r t e d e s u e d u c a c i ó n , r o d e a d o s
d e s e r e s d e c o s t u m b r e s t a n h e t e r o g é n e a s , a c o s t u m b r a d o s u
o í d o ¡í c o n v e r s a c i o n e s l i b r e s , q u e e n p i e s e n c i a s u y a y s i n
n i n g ú n r e c a t o t i e n e n s u s p a d r e s y v e c i n o s ; p e r v e r t i d o s e n -fin
c o n e l m a l e j e m p l o q u e v e n , s e a e n u n a , e n o t r a ó e n t o d a s la s
h a b i t a c i o n e s d e s u c a f a , s u s i n c l i n a c i o n e s e m p r e n d a n d e r r o
t e r o s a l p r i n c i p i o s o l a m e n t e e x p u e s t o s , p e r o q u e t e r m i n a n
p o r s e r p e r j u d i c i a l e s á l a v e r d a d e r a m o r a l , r e s u l t a n d o p u ú l
t i m o t é r m i n o , q u e l a g e n e r a c i ó n d e l p o r v e n i r t e n g a p o r l o
m e n o s lo s m i s m o s d e f e c t o s q u e l a p r e s e n t e .
Esta es una de las causas principales de la precocidad del
vicio por todos observada en la sociedad en que vivimos;
vemos todos los días jóvenes harapientas que apenas han
llegado á la edad nubil dedicarse al infame comercio carnal;
el lenguaje obsceno, la blasfemia y el público juramento, en
otros tiempos raros en la sociedad, son hoy el tema obligado
de las conversaciones do jóvenes imberbes; la despreocupa
ción religiosa, la mofa de los buenos ('leventes están á laO ' •o r d e n d e l d í a e n l o s j ó v e n e s a r t e s a n o s , c u a n d o a p e n a s h a n
e m p e z a d o á m a n e j a r l a s h e r r a m i e n t a s d o s u o f i c i o .
Y no se crea que es exageración el atribuirá tan pequeña
causa, al parecer, efectos tan desastrosos. Es un axioma por
todos admitido, que lo que so aprende en la cuna lo quo so
ha oído en la niñez, las doctrinas (pío nos han inculcado
nuestras madres, tardo ó nunca so olvidan y quo son á las que
('I hombre amolda sus acciones. Si esta os una verdad incon
cusa, claro está que también lo es la consecuencia que dedu
cimos de las habitaciones de los obreros. I)e reuniones tan nu
merosas y heterogéneas, minadas por la envidia, alimentadas
por las reyertas y escándalos diarios, en las quo sin ('I menor
recato se ejecutan los actos más íntimos do la vida, que para
nada se tiene en cuenta la presencia de Ja inocente criatura;
en las que la embriaguez semanal no sufre interrupción y
romo consecuencia, la blasfemia, el lenguaje maldiciente y
el mal trato conyugal hacen pública ostentación ¿qué fruto
se puedo esperar? La inflexible lógica nos parece nos da la
razón; on general los que hemos expuesto y nada más.
Otro do los inconvenientes dol hacinamiento on las vivien
das, tal como so ve en la práctica, es 1.a intranquilidad do
méstica.
La tendencia general del obrero, 110 os vivir con holgura y
comodidad relativas; desdo el momento quo alquila una ha
bitación, la idea que le domina es la de 110 pagar ninguna
renta ó por lo menos quo ésta sea muy corta.
A esto fin subarrienda todos los departamentos do su casa
reservándose solamente uno para su uso; cuídase muy poco
ó nada do enterarse dc las costumbres y antecedentes de la
familia que admito á vivir en su compañía; no persigue más
que un objetivo, ol do poderla cobrar mcnsualmonto la canti
dad estipulada por el alquiler.
Como por otra parte la gente pobre y toda aquella do poca
ilustración os siempre muy suspicaz, creo ver 011 todos sus
inquilinos enemigos, dispuestos á apoderarse á la menor dis
tracción dc su ropa, comestibles y cualquier otro objeto quo
le porten eco.
Do esta situación nada halagüeña nace la zozobra, la cons
tante desconfianza, el cuidado extremado y trabajoso de los
objetos que le pertenecen, y la predisposición á culpar á su
vecino cuando so extravía un objeto cualquiera.
Este modo do vivir anormal es manantial inagotable de
frecuentes disensiones interiores, que se traslucen al exterior
do las paredes do la casa, por acaloradas disputas, que muy
á menudo dan lugar á quo los contendientes vengan á las
manos y á quo so haga procisa la intervención do la autoridad.
Probados los tres extremos que nos proponíamos; dibujado
á grandes rasgos lo quo ocurro on las viviendas del obrero
do los grandes centros mercantiles ó industriales, nos parece
hemos apuntado un lunar do apariencia insignificante, pero
que si bien so le mira tiene un valor quo 110 debo echarse en
olvido para el estudio de ciertos fenómenos sociales, cuyo ori
gen es muy oscuro y que puede muy bien radicar en el defec
to do que nos ocupamos.
Do cualquiera manera que sea, la certeza de las conse
cuencias del hacinamiento en la vivienda no puede ponerse
en duda; por 61 se resiente en alto grado la higiene, padece la
moral y .no existe la tranquilidad doméstica; justo es por
tanto que todos procuremos hacerlo desaparecer y trabajemos
con fe y constancia hasta conseguirlo.
No sirve de nada el quo las autoridades reglamenten la
cubicación de los pisos, los huecos de las fachadas exterio
res é interiores, las dimensiones do los patios, la altura total
de los edificios y las condiciones de habitabilidad do las bo
hardillas.
Bueno es que existan reglamentos de esta naturaleza, pero
también es cierto que en la práctica sus disposiciones en rea
lidad casi nunca se cumplen.
Sucede casi siempre al inspeccionar una casa nueva, que
reúno todas las condiciones exigidas por los reglamentos vi
gentes para que pueda habitarla una sola familia; pero como
los subarriendos 110 pueden reglamentarse, á los pocos meses,
resulta en la práctica, que en habitaciones que para reunir
las condiciones reglamentarias es preciso la ocupen solamente
seis individuos, viven en ella doble ó triple número.
Esto porlo que se refiero á las viviendas de nuevaconstruc-
ción; si nos fijamos en las casas antiguas las condiciones de
habitabilidad aun son peores; en ellas al defecto general del ex
ceso de población, hay quo añadir las faltas do construcción,
higiénicamente consideradas. Como en la época en quo fueron
edificadas, la ciencia higiénica era poco ó nada atendida, no
debieron existir ordenanzas municipales encaminadas á la
ventilación y buenas condiciones do las viviendas. Esta es la
causa, sin duda, do que al lado do suntuosos palacios bien
ainados, contemplemos los humildes/hogares de los pobres
que casi en absoluto carecen do las más rudimentarias condi
ciones higiénicas. No se tuvo on cuenta para su construcción
más quo el espesor de sus muros y la buena calidad del ma
deramen. En cambio so prescindo casi por completo do los
patios interiores; existen en olios una porción de departa
mentos oscuros sin comunicación con el exterior; sus huecos
de fachadas de forma irregular son con frecuencia de poca
altura y estrechos, sus retretes sin ninguna ventilación, comu
nican con la cocina, y las escaleras do acceso á los pisos, for
mada por grandes tramos 110 interrumpidos por ningún des
canso, tienen una pendiente que sofoca al quo las tiene que
subir.
Nosiendofácil prohibirlos subarriendos ni tampoco ordenar
el derribo de las casas quo por su antigua construcción 110reú
nen todas las condiciones que la higiene exige; tropezando
con el inconveniente del elevado precio do los alquileres que
obliga al hombro que vivo nada más que dc su jornal á pro
porcionarse lugar dondo habitar quo no lo cueste sino una
pequeña cantidad, claro está que las autoridades sacarán
escaso fruto do sus reglamentos por buenos y sabios quo sean;
la necesidad material se impone y ante ella es inútil todo lo
que se haga en teoría; os preciso quo saliondo de la rutina
acudir á medios más prácticos, aunque no tan cómodos, que
bien lo merece la índole del asunto.
S ylvio .(Ro c o n c lu ir á .)
SECCIÓN ADM INISTRATIVA
I I
J untam os en el a n te r io r a r t íc u lo , c o m o p r e l im in a r
in d is p e n s a b le al d e sa rro llo do l e s tu d io q u e nos
p ro p u s im o s d e se n v o lv e r en esta se c c ió n , c u a n to
c re im o s m á s n e ce sa r io respecto do l o r ig e n do la so c ie d ad y de l p ode r , id e as ace rca de las c u a le s n o cabe s e p a ra c ió n , n i
os p o s ib le el e s tu d io de la u n a s in re fe r irse a l do l se g u n d o
té rm in o , a r ra n c a n d o co m o a r ra n c a la o r g a n iz a c ió n do l ú l t im o
de la c o n s t itu c ió n do l p r im e ro , d a d a s la m a n e ra do sor y la
n a tu r a le z a p ro p ia s do lo s sores q u o e n tr a n c o m o c o m p o n e n
tes do am b o s .
Y al paso y como confirmación do la tesis por nosotros sustentada, indicamos también el modo como históricamente se habían transformado y desarrollado osos organismos, obedeciendo á los dos elementos esenciales de unidad y variedad quo presiden á las evoluciones y los cambios que so observan en la historia respectiva de los pueblos.
Tócanos hoy ahondar algo en esto punto esencialísimo para nuestro estudio, antes do llegar al examen y exposición do los caracteres en toda ordenada y regular administración, quo no os posible darse cuenta clara y razonada del estado actual de una ciencia, ni de lo quo en nuestro tiempo pasa como
corriente, verdadero y quizás como axiomático, en cualquier
ramo ó esfera del saber, sin haber antes oxaminado los ante
cedentes en quo descansan las ideas y los hechos sobro los
cuales so quiero hacer el estudio en la actualidad.
Mas 110 habremos de particularizar este examen á tal ex
tremo quo hayamos do exponer todas las influencias que
pudieran determinar los cambios y evoluciones notadas en
cada pueblo, pues tal propósito nos llevaría demasiado lejos
y no es posible en una revista tratar de los asuntos do esta
suerte.
Bastará quo nos detengamos sólo en aquel influjo univer
sal por el cual en todos los pueblos se determinaron más
tarde ó más temprano sus efectos, hasta el punto de acusar al
cabo una radical transformación en cuanto al modo anterior
do existencia de la sociedad y del poder: nos referimos á la
influencia del cristianismo.
Del lado allá do las fronteras quo dividen á una de otra edad,
es decir, cu los pueblos de cuya existencia nos habla la his
toria como pasada en aquel período anterior al cristianismo,
dase como nota característica el particularismo social y la
lucha constante de unos'pueblos con otros, de tal modo, que
únicamente la idea del poder y de la fuorza informan las trans
formaciones do las sociedades antiguas, constituyendo el solo
medio de que se valen para extender sobro las otras su ingé
nita aspiración do influjo y poderío; mientras que en la orga
nización del poder y en el desarrollo do las teorías, entonces
en boga, acerca do la potestad, imperan casi exclusivamente
y sin cortapisas el despotismo más degradante ó el absolu
tismo más exagerado.
Pudiera decirse en verdad, sintetizando en una fórmula
lo que en cuanto á esta elaso do relaciones acontecía, lo
mismo que los romanos expresaron en su primitivo código
para demostrar la estimación y la eficacia del humanitarismo
que se debían guardar á los otros pueblos con los que el suyo
hubiera do tratar ó relacionarse: adrcrsi/s liostcm adem a aitr/orifas esto.
No cabo mayor exactitud que la encerrada 011 osta fórmu
la jurídica del pueblo por excelencia jurídico do la antigüe
dad y que por tan admirable manera logró sintotizar en sus
leyes toda aquella civilización y supo legar más tarde & los
pueblos medios ol monumento más acabado do la ciencia del
derecho conocida hasta entonces, para demostrar lo mismo
que queríamos dejar sentado en las anteriores líneas. Y por
ella, podrá deducirse también, de cuán distinta manera so
debieron entender en aquella edad las relaciones sociales
entre los pueblos, dc cómo en la moderna so practican ó de
bieran, por lo menos, practicarse, y qu6 diferentes influencias
existieron para determinar las relaciones y la vida del poder
y de la administración do las quo ahora so observan en estas
mismas funciones de los modernos Estados.
Del lado acá del cristianismo ¡cuán otra filó la doctrina y
qué diversas han sido, on cambio, las corrientes y las in
fluencias sobre la sociedad, el poder y la administración!
Desde el punto y hora en-que al anterior particularismo
sucedió la idea de la unidad ó universalidad, á los diversos
dioses y cultos do lo antiguo el Dios y el culto cristianos y
á los exclusivismos y demasías do la autoridad, las limita
ciones y separación del evangelio sobro el ejercicio del poder
y la distinción necesaria entro las potestades, necesariamente
hubo de cambiar la base sobre la cual se sustentaba hasta
entonces el edificio social y se hubo de transformar ósto do
la manera radicalísima y esencial que lo exigían tan dife
rentes cimientos.
No es extraño, por tanto, quo hagamos hacer constar pre
viamente, que, así como do los tiempos pasados anteriores
al cristianismo, y para estudiar aquella antigua organización
social y los modos y formas del poder y dc la administración,
110 es posible echar en ol olvido los sistemas ni las teorías
en toncos imporantos y quo indisputablemente ejercieron su
influjo on la constitución interior y aun externa de los pue
blos, de igual suerte haya necesidad do fenerse presentes las
influencias legítimas y universales en los sistemas y teorías
quo aportó el cristianismo á la sociedad, para deducir do
todo ello el examen de la matoria quo nos proponemos des
arrollar en esta sección.
F id e l io .
SECCIÓN H ISTÓRICA
CUATHO OCASIONKS K.N QUK KSI’AfsA TIÍAT(') 1>K CON QC lST A lí Á IÜ7.KATA
l ’KHO KN QUK K.STA
UKMOSTHÓ PK It 1NCONQUISTAN1.K l 'O li LAS Alí.MAS
TV
M U N C I A
( C o n t i n u a c i ó n )
estas consideraciones (quo estampo por necesa
rias para la debida inteligencia do los sucesos quo
son objeto do este artículo) sólo una do esc sin
número do ocasiones citaré, ya que so relaciona con los hechos
referidos en los dos últimos capítulos y os capaz por sí sola
do comprobar las precedentes afirmaciones.
Cuando Bizkaya contempló los campos de Gordcxola y
Otxandiano tintos en la preciosa sangro do sus amados y va
lientes hijos, púsose á deliberar sobro los medios do evitar
los daños do la guerra, sin perder un A pico do su primitiva
libertad ni menoscabar en lo más mínimo su decoro y digni
dad,y comprendiendo quo uno do los móviles quo impulsaban
al rey español 1). Pedro á su conquista ora el vehemente deseo
de vengarse do su antiguo enemigo 1). Tollo, acordó, para quo
ol monarca castellano no pudiese alegar pretexto alguno jus-
tificafivo do su conducta, negar el apóvo do 'sus armas á
Tollo I en los casos en quo el peligro de la vida y hacienda
de 6sto sólo obedeciese á la enemistad particular que entro
61 y su soberano existiera.De esta suerte,una vez comunicado
el acuerdo á D. Pedro, 6sto podía, sin temor á que Bizkaya
se opusiera, perseguir á su hermano donde quiera y hacer
justicia en 61 aun dándolo la muortc, y hasta penetrar en el
Señorío particularmente y sin armas para prender á su re
belde súbdito, si Bizkaya oxpresamento so lo permitía; pero
si los españoles invadían en son do guerra el territorio biz
kaino, ora infaliblo señal de que el rey castellano sólo aspi
raba A la posesión dol Señorío,y entonces 6ste habría de armar
su gente en defensa del bien común do la nación contra ta
maña agresión injusta.
Poro si ol acuerdo do Bizkaya es en el fondo y en su pri
mera fase del todo razonable, el modo como lo lleva á efecto
revela, por el contrario, su tenaz ofuscación en continuar por
ol camino de su ruina, y es manifiestamente ilícito cuanto al
pacto realizado con su Señor.
Bizkaya violó, en efecto, esto pacto al negarlo á D. Tcllo el
auxilio do sus armas. Bizkaya podía en derecho, como sobe
rana, ó derogar de raiz la forma señorial (y ora el mejor reme
dio), ó exigir á su Señor, si quería continuar en su puesto, la
reforma y modificación del pacto que con 61 firmó. Pero no
debía hacer caso omiso de esc contrato,mientras la institución
señorial rigiera en el Estado; ni tampoco negar sus armas al
Señor, cuando 6ste por sus particulares intereses las deman
dase mientras permaneciese en vigor la ley que prescribía
esto servicio militar. 1
1 N i cabo objetar quo T). Tollo no ora Sonop por sí mismo, sino por su
matrimonio con Juana I do Bizkaya; puos esto podrá explicar el origen dol
Señorío do T). Tollo, poro no probar quo no eráoste el verdadero Señor de
Bizkaya. I). Tello, al dosposarso con la Soñora do Bizkaya, fuó propuesto
Y no menos patento que la transgresión que cometió Biz
kaya del pacto con su Sefior D. Tollo, os ol letargo exótico
en que este pueblo estaba sumido. Clara y ovidonto so lo mos
traba á Bizkaya la causa de los males que quoría remediar,
y en su mano estaba el destruirla y evitar no sólo aquéllos
si que también las más crueles desgracias de que hoy no-po
demos escudarnos con tanta facilidad. ¿No palpaba acaso los
graves inconvenientes quo acompañaban al tener por Señor
á un súbdito oxtranjoro? Y ¿no veín, por otra parte, los no
menos graves infortunios, como las disensiones entre familias,
la formación de partidos, las luchas intestinas, la aristocracia,
etcétera, que se habían de seguir de conferir el título de Sé-
fior á un ciudadano bizkaino? Si, pues, no hay medio entre
oxtranjero é indígena; si tanto en uno como en otro caso tan
tas calamidades son consiguientes; si las distintas y limitadas
atribuciones del Señor pueden ser perfectamente desempe
ñadas por otras personas, morales ó físicas, elegidas por el
por los bizkainos para ol ejercicio de esto cargo, y habiéndolo aceptado y
prestado el juramento correspondiente, realizóse el pacto do costumbre sobro
la encomienda do dicho oficio. De suerte que ambos consortes eran á la vez
Señores do Bizkaya: Juana I , originariamente, y originadamento Tello I;
pero legítimamente ambos, siendo los títulos del uno complemento do los
del otro, y pudiondo reasumirlos aquéllos y éstos uno solo do los consortes
cuando Bizkaya lo ordenase, como se echa do ver en el mensaje á P . Pedro
del ‘21 de Junio y se realizó al saberse la muerto de Juana I, después del
cual suceso quedó Tello I por único Señor legitimo y verdadero dc Bizkaya,
titulo que podía transferirse, previos los requisitos exigidos por Bizkaya, íi
los descendientes que aquél pudiese haber do otro matrimonio. Pero una
prueba contundente do quo D. Tello fué verdadero Señor de Bizkaya hasta
el segundo semestre do 1356, es la que so deriva do los mismos hechos, rúes
si Bizkaya desea evitar la guerra, ¿por qué decreta, quo, incurriendo P. Tello
en deservicio del rey español, lo ha do negar la ayuda do sus armas y pro
hibirlo residir en el territorio, si nada lo debo á 1). Tollo? Es quo trata con
un nuevo decreto do eximirse do los deberes del pacto; es que D. Tello es su
verdadero Señor.
pueblo para un tionipo dado; si la supresión del cargo y oficio
do Señor produce la economía del conso do sangro y hacienda
quo lo os anejo; si Bizkaya, 011 fin, puedo moral y físicamente
abolir la forma señorial, ¿por quó persisto 110 sólo en mante
nerla, pero en mantenerla íntegra y sin modificación alguna?
Noscc te ipsum , conócete á ti mismo, aconsejaba con mu
cha razón Sócrates según Jonofonto y os la máxima quo con
más oportunidad podía dirigírsele á Bizkaya. No ha habido
pueblo quo so haya conocido menos á sí mismo quo ol biz-
kaino. E l pueblo en general 110 tenía conciencia de su ser ni
de su valer; los bizkainos de posición más elevada, si bien
amaban aún con ardor la independencia, estaban .ya extran
jerizados. A l fin las tendencias de estos privaron y triunfaron,
y Bizkaya no pudo despertar.
Planteada por Bizkaya la hipótesis de que su Señor viniese
en deservicio del rey español, óralo preciso designar otra
persona que sustituyese á D. Tello en el cargo señorial, quo
quedaba vacante y no era suprimido, y al efecto los bizkainos
¡deplorable obcecación! se fijan, para encomendárselo, en el
mismo monarca español, en el rey D. Pedro el Cruel, en el
mismo oxtranjero que en el año anterior había á sus tropas
mandado dos veces invadir el Señorío. Tal consiguió la alie
nígena política de Abendaflo y de los que, como 61 españoli
zados, cifraban sus ilusiones en el militarismo y en las glorias
españolas. 1 D. Pedro, que no otra cosa deseaba, aceptó gus
1 A continuación la copia do uno do los artículos do la escritura otor
gada on Bilbao ol 21 do Junio do 135C: «Quo primeramente, lo que Dios no
quiera, si desirviere D. Tello al dicho señor Roy D. Pedio en las posturas
que con Ó1 pone, que no lo acojamos al dicho D. Tollo en Vizcaya, en Tillas
ni en la Tierra; ó si Doña Juana, nuestra Señora, fuere con D. Tello á
deservicio del Roy, quo la non acojamos más quo a D. Tollo on el dicho
Señorío de Vizcaya; ó si la dicha Doña Juana no fuero con D. Tello en
dosorvicio del Rey y viniera á Vizcaya, que la acojamos en todo el Señorío
de Vizcaya, ó la hayamos por Soñora, á servicio del Rey ó de la dicha Doña
toso las proposiciones do Bizkaya, y nponas los asuntos inter
nos de sus Estados se lo permitieron, se dirigió al Señorío en
persecución de su hermano bastardo y onemigo D. Tollo, para
tomar venganza de los danos recibidos. Éste, desamparado
de los bizkainos, apeló ii la fuga y se refugió en Bayona, ce
sando de hecho en la posesión del Señorío do Bizkaya. 1 Pero
Juana, sin I). Tcllo; 6 obedezcamos cartas ó mandatos del dicho señor Roy
1). Pedro, soyéndonos guardados nuestros fueros ó usos y costumbres y
privilegios. Y quo non lo acojamos al dicho señor I). Tcllo en el Señorío do
Vizcaya, ni lo ayudemos ni lo demos ayudi, ni lo defendamos, ni le haga
mos ayudar en mar ni eii tierra. Y si fincar quisiere la dicha Doña Juana
en Vizcaya en el Señorío, que finquo ella ó nos con ella, no desirviendo al
dicho Roy I). Pedro. E si la dicha Doña Juana fuero con D. Tcllo en deser
vicio del Rey, rpio nos los dichos Vizcaínos y Villas, que lo recibamos por
Señor de Vizcaya é lo cognoscamos Señorío al dicho señor Roy D. Pedro,
airado ó pacado, con pocos ó con muchos, viniendo el dicho señor D. Pedro
en Arechabalaga, quo es en Vizcaya, faciendo tañer las cinco bocinas, se-
yondo Junta CJoneral, según uso do Vizcaya. Jurando «'1 dicho señor Roy
1). Podro quo nos mantorna ó guardaríi íi Villas ó á toda la otra Tierra do
Vizcaya en nuestros fueros ó usos ó costumbres ó privilegios, según nos
jmarón los Señores quo fueron hasta aquí en Vizcaya.»
1 Nunca ocasión más oportuna, para el infanto I). Juan do Aragón, do
adquirir el título di- Señor do Bizkaya quo esta, en que, perdido por D. Tollo,
debía pasar íntegro ú otro varón, según lo acordado por Bizkaya. Pero no
sabía el aragonés quo, dueño absoluto esto Señorío do sus destinos, había
él mismo do señalar la persona on quo hubiese do recaer aquel nombra
miento, y que, elegido al efecto 1). Podro, podía ésto, sí renunciarlo, pero
nunca transmitirlo á otro sin consentimiento do Bizkaya. Así es que, inti
mado por I). Juan al monarca castellano oí cumplimiento do la promesa que
en otro tiempo le hizo, como I). Pedro, estando en Bermeo so dirigiera a los
bizkainos proponiéndolos para su Señor al infanto aragonés, fuó completa
la dosilucióu do esto al saber la rotunda negativa de los bizkainos. 1). Juan,
sin embargo, continuaba requiriéndole á D. Podro la cesión del Señorío, y
habiendo llegado á Bilbao, do nuevo so los propuso á los bizkainos por su
Señor el nombramiento del infanto para esto oficio; poro nuovamcnto los
bizkainos so resistieron, declarando quo, ¡mosto quo á don Pedro so lo
habían ya conferido, no tenían más Señor quo el mismo 1). Podro. En toncas
ésto, anticipándose al golpe del acoro do D. Juan, quo, indignado, trazara
diez años después (13CG), cuando D. Enriquo de Trastornara
invadió á Castilla, no pudiondo D. Podro atender á la ocupa
ción del Scfiorío, entró en éste D. Tollo, siendo de nuevo re
conocido como legítimo Señor por los bizkainos.Nueva prueba
do la incalificable ceguera dc esto pueblo. ¿Qué amor podía
sentir hacia Bizkaya quien, cuando peligraba su vida, so vió
por ella abandonado?
lié ahí cómo Bizkaya tuvo ocasión do advertir su yerro y
dc relia coree, cómo, obcecada, la despreció y cómo la condu
cían por tales caminos dc destrucción y muerte los naturales
que más títulos tenían para conocerla y amarla.
Tan cierto es esto último como quo nadie hay que desee su
propio daño, y no os el pueblo bizkaino una excepción do esta
regla. Si, pues, esto Estado comenzó á caer al instituirse la
forma señorial y no ha habido on diez siglos do existencia
un conato do regeneración y lo hemos visto derrumbarse á
nuestros pies, incúlpese á quienes, conociendo sil historia y
sus lovcs, nada hicieron por atajar el paso agigantado con que
caminaba hacia la muerte.
Y ¡cuántos bizkainos quo en osa claso pueden incluirse han
sido y serán aclamados ilustres por las extranjerizadas geno-
raciones de los tiempos sucesivos! No protondo so los nioguo
la gloria quo desdo ciertos y determinados puntos do vista les
sea tributable. Pero, si no desconocían las instituciones y la
historia do Bizkaya, ¿por qué no encauzaron bizkainamenté
las corrientes políticas do su tiempo? Y si eran do corazón
patriota, ¿por qué llamarlos sabios?A x o r a h i d e .
(Se con t inua rA .)
siniestros planos, lo hizo matar y arrojar su cadáver á la plaza, diciendo k la multitud en olla apiñada: Catad h í a l vuestro Señor que vos demandaba!, quo quiero decir: a h í tenéis a l que os demandaba ó solic itaba .ser vuestro Señor, han concluido sus pretcnsiones; ó bien: ah í tenéis a l quo os demandaba ó p roponía yo p a ra Señor vuestro, y a tío seré im portan
LA JU R A DE LOS FUEROS DE BIZCAYAPOR
D O N F E R N A N D O Y , R E Y D E C A S T IL L A Y D E L E Ó N
E N 1 4 - 7 0
(C o n t in u a c ió n )
E luego dixo que juraba e juro a dios o a santamaría e
a Jas palabras de los santos evangelios dondo quior quo
están o a la señal do la cruz f que con su mano Real
derecha corporalmente tapñio en una cruz quo fue tomada
dol altar mayor do la dicha iglesia con un crucifijo en olla,
quo su alteza juraba e Confirmaba e juro e confirmo sus
fueros o quadernos o buenos usos e buenas costumbres o
pribilegios o franquezas o libertados e mercedes o lanzas o
tierras e officios o monesterios que los caballeros escudoros
fijosdalgo o labradores o otras personas do qualquier estado
o condicion que sean do las villas e tierra llana e ciudad do
ordufia de este condado de vizcaya e encartaciones e duran-
guesos según que mejor les fuo gonrdado on tiempo do los
otros Reyes o señores quo han seido del dicho condado=E
otrosi dijo quo juraba o juro quo no onagonaria al dicho
condado o villas ni tierra llana ni ciudad ni ningún castillo
ni fortaleza ni parte alguna dol dicho condado o encartacio
nes o durango. E si algo dollo estaba on poder do algunos
grandes quo su alteza lo porna 011 su libertad para su corona
Real— E otrosi dixo quo juraba o juro que por cuanto dos-
pues que su alteza reina viendo sus necesidades e la guerra
injusta que los reyes de francia e portogal contra su Real
persona e sus Roinos han movido, lós caballeros e escuderos
e fijosdalgo e dueñas e doncellas e labradores cada uno en su
estado do los vecinos o naturales de este condado e duran-
guosos o encartaciones con gran amor e lealtad le avian e le
han servido o seguido e sirven e siguen e poniendo sus per
sonas o c.audalos o faciendas a todo riesgo e peligro como
buenos e leales o señalados vasallos e con aquella obediencia
o fidelidad o lealtad que son tenidos e obligados e aun demas
y allende de lo que sus fueros e privilejios les obligaban e
apremiaban. E por tanto quo juraba e juro e declaraba e de-
claro quo por tales tan grandes e tan señalados servicios quo
asi lo han fecho do facer do cada un dia o le querrán facer
do aqui adelante asi por mar como por tierra, que por los
servicios que durante las dichas necesidades á su alteza han
fecho o ficioron do aqui adelanto non sean vistos nin so en
tiendan ni puedan entender ni interpretar quo han quebran
tado ni ido ni venido contra los dichos sus fueros e privilejios
o usos o costumbres o franquezas e libertades. E que por los
dichos servicios que ansi han fecho o faran do aqui adelante
duranto las dichas necesidades su alteza no se llamara a po
sesión ni les mandara ni apremiara en ningún tiempo ni por
alguna manera quo le fagan los dichos servicios en quebran
tamiento de' los dichos sus fueros e previlejios. E que pues
los dichos servicios lo han fecho e le liaran de aqui adelanto
durante las dichas necesidades con gran amor o lealtad que
tienen a su servicio o a la honrra o dofonsa do los dichos
roinos o señoríos e a la restitución do la corona Real do ellos
allende do lo quo los obligan los dichos sus fueros ©privile
gios. E por tanto quo todos los dichos sus fueros e buenos
usos o costumbres o franquezas o libertades quo su alteza les
avia e ha jurado o confirmado les finquen o queden firmes
en su fuerza e vigor para adolanto. (8o c o n t in u a r á . )
20
un triunfo para olios han celebrado los socia-
as el Congreso internacional do Berlín. Los
)iernos so ocupan de nosotros, han dicho, 110
para ametrallarnos, sino para atender en parte á nuestras re
clamaciones. Algo es algo. Mafiana nos tomaremos el todo por nuestra mano.
Como resultados prácticos, el mencionado Congreso, quo
ha terminado ya, no los ha producido. Ni podía producirlos.
La cuestión social está planteada y resuelta siglos há por la
Sabiduría divina, y su oráculo la Iglesia Católica. Los Roma
nos Pontífices han indicado muchas veces el remedio do estas
crisis sociales; santifíquense los días festivos con la abstención
del trabajo; usen de caridad los ricos; soporten con paciencia
los pobres su condición, sin apelar á medios do violencia. En
resumen, la ley del Decálogo. Presten los poderes seglares
su cooperación á la Iglesia; pongan la espada al servicio do la
Cruz; sin esto nada se hará. En primer lugar, porque hay Pro
videncia, y no se puede prescindir de ella; y en segundo lu
gar, porque solamente la Iglesia de Cristo os quien tieno
encargo y eficacia para moralizar á los pueblos. Déjesela
obrar con libertad, y otro gallo nos cantaría; muy otras serán
las relaciones que medien entre los capitalistas y los obreros,
los propietarios y los colonos, los capataces y los trabajadores.
Guando los royes so convierten en figuras decorativas, cada
paso os un tropiezo. Y la caída no anda lejos.
En Italia va á ser levantada una estatija á Josó Mazzini,
el gran revolucionario, condonado por regicida, el jefe de los
carbonarios, ol caudillo do los republicanos socialistas do la
Joven. Italia. Y el rey Humberto, quo sancionó la infamo
apoteosis do Giordano Bruno, se suscribe por cien mil pesetas
(liras) al monumento do Mazzini. Arrastrado por sus conse
jeros, rindo culto al apóstata y al socialista. Es lo mismo que
dar la razón á los revolucionarios más avanzados en todos los
terrenos. Para completar el cuadro deben tener lógica los ©rec
tores del monumento y colocar al pie del mismo un .retrato
do Crispi con la fatídica sentencia que le fué, años há, diri
gida; Tú serás el últim o ministro de la monarquía italiana.Y on verdad, eso camino llevan las aguas. Con Crispi y sin
61, los socialistas italianos, guiados por Zanardelli, Baccarini
y Menotti Garibaldi, tienen lovantada en alto la bandera roja,
y las oficinas do enganche on plena actividad. La erección
del monumento á Mazzini les prestará mil recursos para mo
verse á su gusto y ongrosar las filas do la Joven Italia , y
aumentar el número de los diputados de la extrema izquiorda
on ol Parlamento.F ranco.
PERU M ATRAKA TA P E D R ’ANTON. - — ■ . . - -
(IA R ftA IPE N A )
VI
nOLOFERNES TA JTJDIT
,v u z a iakina dai’ Noen bigarron scmcak erakutsi
ouskunetik’ ñor dain niatzen scmc-ordoa.
Bere izenagaz ez gagoz baina ain ziur: aberat-
sen bunia iaubetuten dauenean’ zorabiua csaten dautsc;
moskorra’ diru giclii dauken.en burua mendetu-cz gero.
Zerbait bacukan Eperrak boro’ Errokartctik goranz igoten
azitakoan: bere begietan osinak arri, landa urdinak ainzira,.
chakolina likurt, eta mundua zeru biurtuten itzazan. Sarri
ikusi oi-daiz icliasoan ontziak albo alboka’ ekaitzen znrru-
murruai ezetz erantzun ta bere laguntasuna galgarritzat ur-
petuteko antzean. Gicliik onelan ta guzti bere, ontzi gichik
irabaziko eutsen Eperrai bezteen laguntasuna ukatuten. Ba
tean batera, beztean beztera ebilen gure gaiso-zainan gorputz
O a r k r r a k , n o t a s .— Iaubetu, dominar. Zorabiua, atolondramiento. Men-
detu, subyugar. Azitakoan, azi ta goro, pozo, landa, planicio en el campo.
TJrdin, azul. Ainzira, lago. Likurt, aroma. Ekaitz, tempestad. Zurru-munu,
ruido, murmuración. Galgani, nocivo, corruptor. Urpctu, sepultar debajo
del agua. Ukatu, negar. Batean batera, beztean beztora, una vez á un lado,
otra vez á otro.
xarra: oz egoan bidcan bore oinak zapaldu bagcko basatzarik,
oz egoan legoz arpogia urratu cz eutsan sasirik.
Gorputzan antzera obilen bore burpa; adur artotik ota
motel motel ta bein banan iges egiten eutsen min-ertzetik
bere burutasunak.
¿Nork’ Eporran gatz bagcko au tua enzunda’ esan ez zora-
biuan ganetik moskorra eukala chakolintzan igeri?
Boro urdailoan matzozko bitzetau’ picharra ta Mari-Manu
Mari-Manu ta osagilea, osagiloa ta oe-azpia iribiaten euazan;
eta ez eutson bakoau ichitou boro burutasunak’ oz artzain-
orari zaunka egin bago’ oz Marinasiri,’ cz upelari’ ez picha-
rrari’ ez inori’ ez czeri.
Onetan munduan eukan areriorik bildurgarriena (Arakilgo
osagilea) agortu iakan bore begi lausotuen aurrera.
Holofornes izateko oz euan batak’ azpian eukan mando
zarren ordez ’ zaldi zuri edor bat eukitea baino bezterik
ezor boar; Judit-on izona bézteari ondo etorteko’ moskorra
soinetik, borondate charra biotzetik eta urteak lepotik aska-
tutea pereminazkoa itzan. Brdi-barurik etorren bata’ beztoa
oso moskorrik ioan. Batan biotzean errukia ta gorrotua laz-
tanduten egozan artean’ amurrua ta bildurra bezteeu bu-
larrean eskondu itzazan.
«Egun 011 Eperra» inoan batan errukiak; ota bezteen bil-
durrak ez eutsan eranzun.
«¿Ez daun aditu?» itandu euan Holofernesen gorrotuak:
Eta «¿iri zor? ¿aditu baiauat edo ez?» Juditen amurruak
eranzun euan.
«Eperra, osagile bati modu obean itz egion.
— «¿Osagilea i? Ujui, j i ji ji ji ji.
O a r k f .r a k , n o t a s .— Basatza, lodazal. Sasi, zarza. Iribia, batir como los
huovos. Artzain-ora, perro mastín. Upela, tonel. Areno, enemigo. Lausotua
nublado. Sonetik, de acuestas. Askatu, soltar. Peremina, necesidad. Inoan,
docía. Egion, hazlo (sugeto femenino.)
— «Eperra i zarra ago ota....
— «Età i boro ez ago oilasko gaztochoa.
— «....Eta czin cskurik ozarri daiket; ondati bada isilik
> egotoa....
— «¿Isilik neu? ¿eskua ezarri ncuri? ¿Ez al dai naikoa
»emakumo bakotsuak eta erra bageko soindunak lurpera
»bialduteko* aldcan daakan labaina charri’ gainibcta zori-
>gaiztoko, lapurren erreminta madarikatu ori?
— «Eper ordia, ¿Doabruren bat senartzat arta al dami?
»¿Zertzuk itz daiz orrek?
— «Iz nai miz: maiz miz miz miz mito katua.
— «¿Katua? ¡Ài Popinasi! eugaz daroan katua, eta oz clii-
>kia. ¿Non batu ai lagun orregaz?
— «¿Ik azpian daukan laguna langoa zortarako iauat?
>I-lango astoak orabilton iauok mandoa laguntzat. Lagun
jcharra ta belarri andidunagaz baino bakarrik obo dok ibili.
«Esan daunat, Eperra, ona dala isilik ogotea.
— «¿Isilik neu? Zirikatu cz banonduk oz nouan nmrtik
»cgiugo.
«Bakoan doanari bakean ichi, ta ioan ai laguntzat artu
>dauan mando zarragaz euro bidoan.
— « Eperra... eporra...
— «Borrerua... kirtena...
— «¿Kirtena neu?
— «¿Eperra neu?
— «Ni Arakilgo osagilea nai.
«Eta ni Mondiburuko Pepinasi, ik zauritu daroazan oma-
>kume orni bagekoak osatuten dauzan gaiso-zaina.
O a r k f .r a k , k o t a s .—Bakotsiui, pacífico. Erra, culpa. Scindnna, parturien
ta. I>abaina, navaja. Gainibcta, cuchillo. Katua, significa también obriodad.
Belarri andiduna, el de grande oroja. Zirikatu, instigar, tentar. Murt, palabra
ó más bien articulación. Borrorua, sayón. Kirtena, mango de escoba, pipa,
etc., y, por extensión majadero.
— «¡Ez oto nu Errokartoko cliakolinak ordita! ¡Ez eto
»dautsan Mari-Manuri emplastotzarren bat ipini!
«Bai ipini iautsaat otaneuri zor iaustak ik arriskuan ipini
»dautsaan bizia.
— «Ator onera, zorgin madarikatu-ori, urundu aitan; ator
>onera amazazpi mila deabru t’erdigaz.
— «Ama zazpi mila deabru t’erdi kolkoan daukazak ik.»
Ali esanagaz batera mando ganetik bera iatziten azi itzan
Arakilgoa, Eperra iges nairik eta ostikoka mandoa; mandoen
ostikada batek Araldi bera iaurti euan, eta Arakilen bildurrak
lurra io eragin eutsan Pepinasiri.
Mandoa’ bere ugazaba alarauka’ ta biraoka Eperra iohita’
arrantsaka aldendu iaken.
Onotan’ zor iasoten ete itzan iakin nairik’ zarata-lekura
alboko soloetan egozan lagunak urreratu itzazan; eta bizion
sustarrik oz batak cz bozteak erakuston oz ouen legez’ laia-
rictatik zarror.a irudien bat’ lepotik osagileari oratuagaz’
edu onotan azi iakan itauno batzuk egiten.
(Gizonak)— ¿Erramon launa, bizi ai?
(Osagiloak)— ¿Bizi, dinok, bizi? osta osta. Atoraitak odola
ardura bage.
Giz.— Daukaan apurra atoraten badauat...
Osag.— Barriketa gichi... ai... ai... atora, atera niri odola.
Giz.— ¿Nai dauk or dagon Eperrari deitutea? •
Osagil.— ¿Eperrari, eperrari deitu? ¿Bizi da orain bere. I l ’
lumatu ta erreik zorgin ori.
(Eperrak)— ¿Età eu Erramon-droga ez ai il?
Giz.— Ea oa Pep’inasi, ez dai keska geiago bear. Atralakan
O a h k e h a k , n o t a s .— Zfturitu, herir. Urundu, reducir á harina. Kolko,
seno. Ostikoka, á cocos. Alarauka, dando alaridos. Biiaoka, maldiciendo (á
maldiciones). Arranfsa, rebuzno. Zarata, mido. Sustar, señal. Laiari, layador.
Edu, forma. Itaune, pregunta. Ateratak, sácame (una cosa). Lumatu, dos-
plumar. Erreik, quema. Droga, disputa. Koska, disensión, Atralaka, riña.
età ukabilka bagerik’ itzakaz ta bakean alkar aditu bear dauo
gizonak.
Osag.— ¿Età zorginakaz zelanaditukogaiz? Madarikatu-ori’
neu re oinen ganean banego... Neuré buruan iaubo banitz...
Giz.— Naikoa dai latina. Zuen biotzak gorrotuagaz barrirò
zaurituteak baino zauri zarrak osatuteak mesede goiago
egingo dautsu.
Osag.—Ai, ai... Ekarri erreminta zorrotz bat.
Giz.— Ez daukagu baina’ laiak izan ezik.
Osag.— Ncuro iake-barruan daukazu gainibetabat,eta sartu
kontuz nire sane tan. Errukirik ez euki.
Eperr.— Ez errukirik euki, Àndres; sartu sartu orri’ aurre-
ranzean inori sartu ez daikeon. Ez errukirik euki.
Giz.— Isilik, ago, isilik. Ez dai au keskan azteko ordua.
Osag.— Ai ai... epor deabruzkoa... ¿or dago gainibeta?
Giz.— Bai emon daukat, baina...
Eperr.-- -Ez errukirik euki.
Osag.—Ea. Andrés, sast...
«Giz.— Gero’ nai cz neuken gauzarik gortako balitz.
«Osag.—Tira, tira, Andrés.
«Eperr.—Sast sast erruki bago.
«Giz.— Erdu onora, mutilak, or geldi egon bage.
«Or doa bada Iaungoikoan izenean...
«Osag.— Ai... Ai... Ai...»
Eta Arakilgoa il baten taiuan gelditu iaken.
Gorriko zarbatogaz ostaldu eutson san urratua, età’ Eperra
erdi lotan icliita’ Landetako echera croan cuen Erramon.
larr& ltuko daa
E zte- a b a u a k .
O a r k e r a k , n o t a r .— Ukabilka, á puñetazos. M e , chaquota. Kontuz, con
cuidado. San, vena. Aurreranzean, en adelante. Sast, acción do meter el
cucinilo: es voz onomatópica. Gertn, suceder. Tira, vamos, ea. Taiu, traza.
Gerriko, foja. Estaldu, cubrir. Lotan, durmiendo.
% \ f Á r .
)N t
o-SANCHQ EL SABiOÍ.
, REVISTA MENSUAL
C I E N T Í F I C O - L A T E R A R I A
ANO I B ILB A O , M A YO DÉ 1390 t N Ú M E R O 6
SECCIÓN CIENTÍFICA
LAS V IV IE N D A S D E LOS O B R ER O S
(C o n c lu s ió n )
! m ed id a que van transcurriendo los tiem pos se
(transfo rm an los pueblos, se m od ifican sus cos-
I ^ ^ J t u m b r e s , sus gustos y sus • necesidades. E s t a es
tina le y fatal del in u n d ó que no hay po s ib ilid ad dé' ev itarla ,
pues aS feom o no es adm is ib le la ine rc ia en l a m ateria ,1 sino
, que- po r él contrario sil m ov im ien to es perm anente desde el
sol hasta el ú lt im o átom o do m ine ra l que encierra la s entra-
' fias do la tierra; así tam b ién el hom bre s in darse- kuen tá de
ello va transform ándose en su m ane ra de ser, p ó r e fé c tó de
é s a eterna m u tab ilid ad de las cosas que le rodeáíí y-el per
feccionam iento de su educación^ deb ida á huevas in te n c io ne *
qu(3 Sum adas con todos los conocim ientos de láS/geHeracionea
pasadas, le abren huevos horizontes^ q u e :créan en las.cóleeti-
vidades necesidades hasta entonces desconocidas y quo para
satisfacerlas so hace indispensable la constante lucha quo so
• ha observado en todos los tiempos, pero muy especialmente
en el presente momento histórico, fecundo también en inven
ciones científicas relacionadas con las comodidades materia
les de la vida. •
Si esto ocurro en la naturaleza, necosario es quo también
ocurra en las leyes, reguladoras de las inclinaciones, para quo
no invadan terrenos que coarten atribuciones existentes con
tan legítimo derecho como ellas.
Absurdo es por esta razón querer encerrar 011 el mismo
molde á la generación actual y á la pasada; obligarlas á se
guir la misma inclinación', emplear idénticos medios coerci
tivos, y tratar de corregir sus defectos con los mismos proce
dimientos.
Quien tal so empeñase perdería lastimosamente ol tiempo
y provocaría seguramente una general protesta.
El proletariado de otras edades era el sumiso esclavo de la
edad antigua y el paciento siervo do la edad media que á la
voz de su amo ó su señor doblaba la cerviz y siempre croía
bueno lo que su superior le ordenaba, sin presumir siquiora
que podía equivocarse. Poco acostumbrado á pensar, do edu
cación intelectual muy. descuidado, con ningún medio do
instrucción ,1 su alcance, era pequeñísimo al mundo quo veía
6 insignificantes sus necesidades. Educado para las armas,
su constitución ora robusta', su vida agitada y sus únicas as
piraciones el logro do la victoria. Nada le importaba Jas co
modidades materiales de la vida, casi no las conocía; en lucha
constante con sus semejantes, cualquier lugar que le guare
ciera de la intemperie encontraba cómodo albergue para sí, y
aceptaba siempre buena la casa que los señores destinaban
para sus deudos.
El proletariado do hoy es por el contrario de costumbres
pacíficas, reconoce la superioridad del que manda,.poco dis
cute sus actos comprendiendo puede equivocarse. Instruido,
por la mucha facilidad do medios de ilustración que existen,
modita las c-osas, comprende su situación y trata do sarlir do
olla lo más pronto posible y do aproximarse cuanto pueda á
las comodidades de los que le mandan. Poco aficionado á la
carrera de las armas, tiene mucho’apogo al hogar doméstico,
y en 61 cifra su felicidad. Su constanté preocupación os el no
interrumpido medio personal, y fijo en esta idea, admite con
carácter provisional y obligado porsti carencia de medios sii
pobre vivienda, aspirando constantemente, por lo menos, á ser
propietario de la casa on que habita.
Tarea fácil era en otro tiempo corregir los defectos qué so
notaran on la clase obrera, bastaba para ello la buena volun
tad v cierta ilustración del que mandaba. A su voz todo el
mundo obedecía sin la menor protesta y la concesión de la
más insignificante comodidad era premio suficiente á los afa
nos do los pueblos antorioros á nosotros. . .
La sociedad que reunía ostas condiciónes de ciega obe
diencia de costumbres sencillas, miradas desde cierto punto
de vista, y do limitadísimas aspiraciones, era gobernable fá
cilmente, bastaba para ello la voluntad dol superior.; '
Hasta mediados del presente siglo han existido algunas
reminiscencias do las edades pasadas y esta es la causa do
quo ol pueblo haya sido do mayor ductilidad que el actual
proletariado. Adomás aiinquo sus necesitados nq oran*las
mismas en uno y otro tiempo, lio se diferenciaban eri gran
cosa,- tan pequefio había sido ol paso dado on ol camino ido
las modificaciones. • . -• *'*» i
Por otra parte la ciencia social ora muy poco conocida
entro ol pueblo, aun hasta mediados del presente siglo, no
habían comprendido las masas su importancia, ignoraban sus
derechos á aspirar á ser tratados- de distinta máriera á lo qué
lo eran.
La autoridad por su parte muy poco también se había pre
ocupado en mejorar la condición de la clase obrera, era tan
humilde, que casi no so apercibía de su existoncia, razón por
la cual no se estudiaban sus necesidades con el cuidado quo
el asunto lo requería.
En pueblos de estas condiciones toda reglamentación es
factible y de seguros resultados;sus viviendas podrían modifi
carse á capricho ó gusto del logislador, con sólo oxprosar su
voluntad, y éste tonía quo vencer pocos obstáculos materiales
á causa de las insignificantes necesidades de los legislados y
do los escasos conocimientos científicos y sociales de la ópoca.
En el actual momento histórico ocurren las cosas do muy
distinta manera; las quejas del proletariado se suceden cada
vez con menos interrupción, algunas do ollas son justísimas,
por más de quo muchas sean exageradas.
Entro las primeras so oucuontra ol incosanto clamoreo de
la higienización do sus viviendas, esta es una necesidad quo
se impono con urgencia y preciso os satisfacerla sin pérdida
do tiempo.
La solución de esto importante problema social 110 os im
posible, por más que no carezca do dificultades.
Muy poco so dobe esperar para conseguirlo de la autori
dad; apegadas como están á la rutina, sus disposiciones, se
guros estamos que poco ó nada se apartarán do las ya cono
cidas, estériles en nuestro tiempo, por más que fueran inme
jorables para las sociedades pasadas de costumbres como
hemos dicho irtuy distintas á las nuestras.
No exigimos que las autoridades sean, por esta razón, las
principalmente llamadas á remediar el mal que deploramos,
pero sí creemos, deben prestar su atención y todo ol apoyo
material y moral á cualquier proyecto que se les prosonten,
siempre que en concepto de personas do competencia, sirvan
do remedio á los defectos ya conocidos de las viviendas do
los obreros. .
Afortunadamente existen en la humanidad seres privile-
g'iftdós, con. amor al estadio v coa abnegación Suficiente para
sacrificar las comodidades'de su: vida persiguiendo el;. bieii^
ostar do los desgraciados, adivinando sus necesidades, estrp-
diando-sus remedios y haciéndolos prácticos- lo queenH in
principio parecía imposible. '■ ’ .
‘ Estos hombres comprendieron lrt inutilidad de los antiguos
procedimientos para'la regeneración dol obrero, y abando*
nándolos por completo, emprendieron nuevos derroteros en
pro del ideal que perseguían. "■No fueron estériles sus trabajos. Estudiando hasta al detalle
la sociodad en quo' vivían so cdnvéncieron- que' las bases do
las buonas 6 higiénicas .Viviendas, no estaba principalmente
on la autoridad, sino más bion oil'la caroncia docapital para
pagar los alquitares, en el elevado-precio do los solares edi
ficables y en la desmesurada ambición do los propietarios
quo persiguen el logro de crecidos intereses al capital inver
tido en la edificación, á lo que unido las continuas domandhs
do habitación, por el exceso de población, hacen permanentes
las causas ocasionales dol m a l . ' ' • \
Fijos en osta idea y con la certidumbre do su verdad, tráv
bajaron con ahinco para disminuirlos, ya que no :ora posible
su completa estinción. v:- ¡ :V-r;
Difícil era convoncer al propietario modificara- su •cbil¡-
ducta y sé contentara con que su capital le pródiijera módico
interés ó por/lo menos que no fuese exagerado; tarea impOsi*
blo el quo los inqui'inos sin conlpénsacióri alguna, y sola
mente por saciar la ambición dé sus amos; disminuyesen siís
gastos superfinos, invirtiendo.su- importo en mejorar la hi¿
giene de sús casas; imposible que con las apremiantes necó-*
sidades de la vida y con la escasez de vivienda, hacer menos
frecuente la demanda de habitaciones. :Para conseguir estas tres cosas era necesario que la virtud
estuviera más arraigada en la sociedad moderna, compren
diendo quq lo positivo, no consiste en enriquecerse !pronto;y
en los placeros de este mundo, sino que estriba en la Caridad*,
virtud grande, virtud sublimo, virtud poco común 011 la tie
rra y dc las más preciada en el cielo.
: Comprendiendo las dificultades inherentes á la gran obra
do la moralización de la sociedad, única manera de extirpar
los defectos quo hoy existen tanto eil los que mandan como
en los quo obedecen, de la misma manera en los propietarios
como en los inquilinos; los hombres pensadores han ideado
medios cuyas consecuencias materiales se toquen inmedia
tamente, y sin olvidar qué en su desarrollo presida la más
extricta moral católica los han llevado á la práctica, consi
guiendo así aminorar, en gran parte, los defectos do las vi-*
Viendas de los-obreros.
Han estudiado al obrero tal cómo es, se han fijado en los
medios con que cuenta, han comprendido sus gastos supor-
fluos, han visto cuales pueden suprimirse con muy pequcflo
esfuerzo y 110 han olvidado de calcular ol importo do sus
gastos precisos. •
El resultado de este estudio ha sido el comprender que el
obrero como individualidad aislada cuenta con muy pocos
elementos para mejorar su vivienda y quo serán ostórilos to
dos los esfuerzos que se hagan en otro sentido, siempre vivirá
rodeado do las condiciones que ya liemos apuntado.
En cambio 110 sucodo lo mismo si consideran al obrero en
colectividad. En este caso su condición varía por completo.
La mayor parto de los obreros quo viven ontro nosotros
derrochan parte do su poquéflo jornal en cosas que no son, 110
solamento indispensables; ni siquiera necesarias para la vida,
siendo á veces perjudiciales. De esta manera su prosupuosto
de gastos 6 ingresos quedan equilibrados á veces, no siendo
infrecuente el que so vea en 61 un déficit imposible de enju
garlo con los medios ordinarios de que dispone.
Inspirando al obrero el sentimiento del ahorro, base de su
prosperidad, ayudándole en esto sentido etn la propaganda
metódica, bien cimentada en los principios de la moral cató-,
lien, Hevnndo á su convencimiento la seguridad de que mejo
ra de suerte si emprende esto camino y quo con firme volun
tad de nadio más quo do sí mismo f sus c-ompafleros-nece
siten para mejorar de fortuna, y do que en los momentos,
angustiosos'de la vida, cuando la enfermedad le prive de las
fuerzas para ganar su sustento ó la lucha constante que tienen
con la materia le prive de uno de sus miembros, imposibili
tándole para el trabajo, verá cubierta con relativa holgura
sus atenciones y las de sus hijos, llegará sin duda.alguna á
exclamar, esta es la verdadera regeneración dol proletariado,
todas las demás son utopias y sus inspiradores hombres visión
narios. . .
Y esto que á primera vista parece irrealizable, no lo es de
modo alguno, pata su consecución no se necesita más que
buena voluntad, en lo que se refiero al mejoramiento de las
viviendas.
Solamente os preciso llevar al convencimiento del obrero
el principio de asociación, propagar las vontajas de las socie-.
dados de socorros mutuos, y do las recientemente formadas
do mutualidad constructora, basadas únicamente en el ahorro
y en los intereses quo puede producir ósto con el trascurso dol
tiempo y bien administrado por personas do moral intachable.
Lns Sociedades denominadas M utualidad Gonstriictora rea
lizan admirablemente el problema de mejorar la vivienda del
proletario haciéndole al mismo tiempo propietario de Ih casa
que habita,sin más que pagar en pocos años una módica renta.
listo quo os el bello ideal dol obrero lo consigue do una
manera insensible, sin grandes privaciones, con un pequeño
quebranto en su jornal. •.
•Le basta para ello destinar una pequeñísima parte de sus
ganancias, 8,25 pesetas mensuales, que nada significan si so
compara con la gran utilidad quo le reporta. .
Siri ni^s quo esto pequeño sacrificio destinado principal
mente á la construcción de cómodas é higiénicas viviendas,
cii las qué en primer término so tienen en cuenta las condi
ciones de salubridad, consiguen además disponer de una caja
de ahorros segurísima, do seguro sobro su vida, aunque mo
desto, quo no deja do tener importancia, dada la miseria en
que vivo nuestra población proletaria, y la no despreciable
ventaja de poder disponer en cualquiera época precaria de las
muchas que necesariamente tiene que atravesar el obrero en
el trascurso de su penosa vida, de la cantidad ahorrada y de
positada por él en la caja.
Con la práctica, propagación y desarrollo de las sociedades
de esta índole ésia única manera de conseguir mejorar la
triste condición de las viviendas del pobre, aumentar la po
blación do pequeños propietarios con todas sus importantes
ventajas, impedir la reconcentración de la propiedad, en Una
p'alabrn, descentralizar la riqueza en lo que se refiere á la pro
piedad.
Y no se crea que al expresarnos así se nos pueda tachar
de ultraidcalistas, recomendamos un objeto realizable y rea
lizado en otros países, aunque no con la extensión quo sería
do desear.
Si las sociedades do mutualidad constructora no gozan
aún do la vida exuberante quo son acreedoras por los no
bles fines quo persiguen, debido es, no á la falta de bondad
de sli causa, sino á la multitud de desengaños sufridos por
los obreros en un gran número de sociedades cooperativas,
nacidas y muertas Casi al mismo tiempo por la falta de uni
dad de pensamiento de Sus fundadores y por la pésima admi
nistración do sus encargados.
Las sociedades de mutualidad constructora tal como hoy
existen y nosotros las conocemos, carecen dc estos defectos.
Nacidos para la práctica del bien, sus reglamentos están ins
pirados en la más sana moral; y á sus individuos les es pre
ciso antes del ingreso, dar pruebas do honradez y pureza de
principios religiosos, única garantía segura, de la buena mar
cha administrativa y prosperidad do la sociedad.
Con todas estas clases de garantías es cosa segura quo las
sociedades de mutualidad constructora prosperarán. Cuando
esto suceda, cuando haya desaparecido, la desconfianza del
obrero, cuando on torno de ellas se agrupen esos honrados
hijos del trabajo, será el primer paso dado én firme en la re
generación del obrero, por lo quo á su vivienda se refiere, y
el pueblo podrá felicitarse porque generalizada la práctica
del ahorro y las ideas de moral, irán disminuyendo sus vicios
y generalizándose las virtudes, única manera de.conseguir
la felicidad relativa á que se puede aspirar en este mundo; y
de cortar las exageradas pretensiones que hoy tiene á veces
el proletariado; porque consiguiendo esa porción de ventajas
á que aspiran las sociedades de mutualidad constructora, sin
la menor sacudida, de una menos insensible, adquiere el obre
ro esa independencia, ese desahogo y bienestar suficientes
parh detener por mucho tiempo sus aspiraciones.
S y IjVIO.
Nós el Doctor Don Ramón Fernández de Picrola y López de Luznriaga,por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica
Obispo de Vitoria, Senador del reino, Caballero Gran
Cruz de la Real y distinguida Orden americana de
Isabel la Católica, etc., etc.
A l Venerable Deán y Cabildo de Nuestra Santa Iglesia Catedral, á los Arciprestes, Curas Párrocos, Coadjutores y demás eclesiásticos, tanto seculares como regulares, á las Religiosas y á todos los fieles de esta nuestra amada Diócesis; Salud en nuestro Señor Jesucristo.
B tu te in fide .
E s ta d firmen en l a fe.
1.° a d Cor in til. c a p . A V I, v. 13.
Q u id p ro d e r i t , fra tres m e i, si f idem . q u ia clir.nt .se h ab e re , opera a u te in non
i . h a b e a t? N u n q u id p o to r i t fldes s a lv a re cu ín?
D e (j ih? se rv irá , hermano-'*míos, el quo 11110 d ig a te ne r fe, ni no t iene obra»? P o r v e n tu r a á este t a l la fe p o d r á s a l v a r le ?
Ja c o b . c.aj>. I I , v. 14.
Venerables hermanos, y queridos hijos
, llamados por Dios y su Vicario visible
erra á ocupar esta Sede Episcopal, tan
moderna como ilustre, por justa y merecida promoción de
nuestro dignísimo antecesor á la Metropolitana do Valladolid;
Ecce adsum: como decían á Dios, al verdadero Dios de nues
tros padres, los antiguos Profetas de Israel, cuando los lla
maba de lo alto, para confiarles alguna misión importante
sobre su pueblo escogido.
Ecce adsum: aquí estamos en medio de vosotros, por de-
èignios inescrutables del Altísimo, que Nos envía expresa
mente á esta porción escogida de sii Iglesia, para guiarla y
dirigirla á puerto seguro, on esto már tormentoso de la so
ciedad contemporánea. No venimos, pues, en son de guerra
ni empufiando la espada tcmorOsa del terror; sino en son de
paz y como enviado del mismo Jesucristo, Rey pacifico \ que vino á destruir eii ol mundo todo gónerc de enemistad
y división ‘2. Venimos á vosotros, no como batallador y en
son de conquista, sino como Pastor amoroso de una grey que
Nos lia sido confiada por el Espíritu Santo y por el Vicario
del Dios humanado, para apacentarla y dirigirla por caminos
y pastos saludables 8, donde 110 so conoce la ponzoña de los
vicios ni las yerbas vonenosas de los errores contemporáneos.
Nuestras armas serón el cayado, emblema de Un régimen
dulce y paternal, símbolo augusto de nuestro cargo de Pastor,
y la táctica ó regla do su aplicación la caridad siempre be
nigna, dulce, paciento y generosa, que aborrece de corazón
la iniquidad y se compadece del delincuente, complaciéndose,
á la vez, en proclamar el triunfo de la verdad, en todas las
esferas adondo alcance la acción dol espíritu 4. Y aunque sea
preciso emplear alguna voz las armas do la justicia en de
fensa de la fe, como el apóstol de las gentes 6, ti*-1 ¡vía hemos
de procurar por nuestra parto el ósculo do la justicia y de la
paz °, en nuestros procedimientos, inspirándonos ante todo
y sobre todo én esa misma caridad de Jesucristo nuestro
aniantísimo Padre y Pastor benignísimo, según el precepto
dol Apóstol, Omina vestra in chántate fiant. 7■ -
1 Math. X X I , v. 5.
3 Ephes. IT, v. 14.
9 Acts. X X , y. 28.
4 1.‘ Corinth. X I I I , vv. 4 et G.
6 2.* Corinth. V I, v. 7. '
« Psalm. L X X X IV , v. 11.
7 1.* ad Corinth X V I, v. 14.
Venimos, pues* á vosotros como Pastor diligente y como
Padre amoroso; y como tal, esperamos de vosotros la docili
dad de las ovejas y la sumisión filial^ humilde y reverente do
los buenos hijos, á los quo están prometidas las bendiciones
del ciclo, hasta llegar á ser do esta manora la gloria y corona
de sus padres. 1 -
En este supuesto, y siendo Nos oriundo también do las
Provincias Vascas, habiendo pasado los primeros y más dul
ces afios de nuestra vida, los de nuestra juventud, entre vos
otros, bajo la sombra cariñosa y benéfica de unos Sacerdotes
parientes próximos, habiendo frecuentado vuestras aulas y
morado largo tiempo en esta tierra clásica de la fe cristiana,
tierra bendita donde jamás se ha puesto ni eclipsado el sol
del Catolicismo, por un efecto especiaiísimo de la misericor
dia divina, quo tiene puestos sus ojos amorosos sobre este
suelo privilegiado y sobre sus sencillos moradores, no podía
mos menos de acatar y obedecer complacidos el mahdato
pontificio, que Nos ha qrdonado guardar este rebaño y pro
tegerle contra los asaltos y voracidad do los lobos hambrien
tos, que espían la ocasión dc ponotrar on ol rodil, para sor
prender y destruir la manada predilocta y siompro fiel de
Jesucristo.
Esta es la misión suprema quo Nos ha sido confiada por
el Pastor de los Pastores 2 quo hoy rige felizmente, los des
tinos de la Iglesia. Católica: Velar, guardar, y preservar esta
porción.escogida .do su grey, do las furiosas embestidas de la
fiera que por todas partes la circuyo, buscando á quiera devo
rar, según la expresión del Príncipe do los Apóstoles. 8 Tal
es el mandato qne hemos recibido del Soberano Pontifico
León X II I , al decretar nuestra traslación á está nuestra ama
1 Proverb. X V Ií , v. 6.
2 Joan. X X I , v. 15.
8 I.* Fotr. V , v. 8.
da Diócesis, después de ocupar sucesivamente la de la Haba
na y la apostólica de Ávila, dignas por todos conceptos de
que Nos les dodiquemos esté cariñoso recuerdo paternal. Esto
nos trae á la memoria que si el hombre no tiene* mansión
pormanento en este mundo, como dice San Pablo, 1 nadie so
libra do esta ley, y todo nos demuestra que marchamos á otra
ciudad más perfecta, que no ha sido edificada ni labrada por
la mano de los hombres, 2 sino por el mismo Dios que la pre
destinó á sus escogidos desde la constitución del Universo. 8
Esta solicitud y activa diligencia del Soberano Pontífice en
acudir prontamente á las necesidades todas de la Iglesia, y á
cubrir inmediatamente cuantas brechas pudieran quedar des
amparadas en el movimiento general de los Prelados dioce
sanos, que comparten entro sí el cargo pastoral de las Iglesias;
acusa la existencia do un peligro que amenaza muy de cercá
á las naciones y á los pueblos, y nova sólo fí la fe do nues
tros padres y á la religión de Jesucristo. A conjurar este pe
ligro común y en cierto modo solidario al Sacerdocio y al
imperio, obedecen las Encíclicas, las preocupaciones ince
santes, los cuidados y la actividad asombrosa do un anciano,
do un prisionero, mas también Pontífice supremo que,'á imi
tación do Jesucristo, lleva sobre sí su propio imperio, 4 que
es el universal imperio dol mundo de las almas.
Inspirados, por nuestra parte, en los grandes pensamientos
y elevadas miras de Nuestro sapientísimo Padre León X III ,
que disputa hoy á Satanás ol cetro moral del mundo,'C úm
plenos secundar á todo trance los esfuerzos del Supremo Sa
cerdote quo vieno luchando, varonil y denodadamente con el
príncipe de las tinieblas, empeñado hoy más que nunca en
1 Ad nobr. X I I I , v. 14.
s 2.* nd Corinth. Y , v. 1.
8 Math. X X V , v. 34.
4 Isaías IX , v. G.
recobrar sn señorío sobre la humanidad y sobro el mundo,
del que había sido arrojado por nuestro divino Redentor. 1
! Y como San Pablo nos exhorta á que embracemos 61 es
cudo fio la fe, para salir airosos y triunfantes en esa guerra
fi muerto contra el poder aunado de los ángeles caídos, 2 y
como nuestra fe, en expresión del discípulo amado, os la quo
ha de alcanzar completa victoria del mundo corrompido, 8
liemos determinado en esta nuestra primera instrucción Pas
toral dejar bien sentado esto fundamento de la vida cristia
na, principio y raiz do nuestra justificación, la fo católica, en
fin, la cual, unida con la gracia dOl Redentor, lia de deportar
un triunfo completo do nuestros jurados;ohOmigos, muhdo,
demonio y carne, puestos de acuerdo en estrecha alianza para
hacernos todo el daño posible, y desheredarnos do la porción
que el Señor nos tiene preparada allá en la gloria.
Nuestro Santísimo Padre León X I I I , apenas hecho cargo
del gobierno de la Iglesia Católica, poco tiempo después de
haber tomado posesión do la Cátedra de San Podro, dirigióse
á todos los Obispos del orbé católico, y á imitación dé Jesu
cristo les exhortó y encomendó con todo encarecimiento la
enseñanza y predicación do las verdades augustas, de los mis1
torios inefables de nuestra Sacrosanta Religión. «Toca á vos
otros, les vlecía, Venerables Hermanos, trabajar activninento
y con esmero, para que la semilla de las celestiales doctrinas
sea difundida extensamente por el campo del Señor, y para
que desde los tiernos años, se infundan en el ánimo de los
fieles las enseñanzas de lá fo católica, echeil en ellos profun
das raíces y sean preservadas del contagio de los errores.» iNós, obedeciendo sumisos al precepto riguroso impuesto
1 Joan, X I I , v. 31.
2 Ad Ephes. V I, v. 16.
8 1.* Joan, Y , v. 4.
4 Encícl. do 21 Abril 1878.
por el smantísimo Salvador á sus Apóstoles, y en ellos á todos
los Obispos, muy poco antes de partir de este mundo, y.con
tenido en aquellas solemnes palabras: Jte, doccte omncs gentes, id y enseñad á todas las gentes: 1 y acatando reverentes
las palabras dol Sucesor do San Podro, quo acabamos do tras
cribir, dirigidas A todo el Episcopado en su primor saludo á
toda la cristiandad; liemos rosuolto on esta primera Pastoral,
en esta ocasión solemne on que Nos. presentamos á vosotros
como Padre y Pastor de vuestras ,almas, puestos por el Espí
ritu Santo para gobernaros, regiros y alimentaros con los sa
ludables pastos do la doctrina enseñada por el mismo Jesu
cristo, haceros unas sencillas reflexiones sobre ol beneficio
inestimable de la fe, cuyo hábito se os. infundió en el sagrado
bautismo. ¡Ojalá quo movidos por nuostras exhortaciones, con
todo el afecto de vuestro corazón, deis á Dios Nuestro Señor
continuas gracias por este favor singular, no concedido á to
das las naciones, 2 por este beneficio enteramente gratuito y
que jamás pudisteis merecer; por este don inapreciable, que
os franqueará las puertas dol Cielo, si sabéis corresponder á
este divino llamamiento con toda fidelidad, y si no os hacéis
merecedores por vuestra ingratitud á tamaño favor, de que el
Señor, retire de vosotros las gracias vinculadas á esta prime
ra gracia, prenda de las ulteriores con que Él ha resuelto em
bellecer vuestras almas!
Pasaremos luégo á manifestaros lo que entiendo la Iglesia
Católica por esta fe, por osta luz bajada del cielo y revelada á
los hombres por.el Verbo del Padre, hecho carne en las purí
simas entrañas do la Virgen Santísima para estar en contacto
más inmediato con nosotros v con nuostras menguadas inte-v O
ligoncias, haciéndoos ver al mismo tiempo la absoluta nece
sidad que tenéis dó esta fe para salvaros, y los caracteres de
1 Math. X X V II I , v. 19.
a Psalm C XLV II, v. 20
que clcbc estar investida, á fin do quo sea para vuestras almas,
una fe vivificante v salvadora.
Nos consta á ciencia cierta, y Nos compla'cdmoí» sobrema
nera en manifestarlo á la faz del mundo entere»-, quo nuestros
amados hijos, á quienes tenemos la satisfacción dc dirigirnos
en estos momentos, constituyen un pueblo excepcional pop su
fe viva y ardiente, y por su constante adhesión íi las doctrinas
ortodoxas y puras trasmitidas sin interrupción de padres á
hijos. Sabemos que entre todas las provincias españolas, la
tierra Vasca es un suelo privilegiado, donde la herejía y el
racionalismo no han hallado lugar en el que fijar su inmunda
planta, donde no ha logiado echar raices el error sembrado
por ol hombre enemigo, 1 como planta exótica que no medra
en este país clásico del Catolicismo, cimentado sobro la dura
roca de la fe tradicional de vuestros padres, y no pudiendo
encontrar en esa peña viva jugos con quó nutrirse y alimen
tarse, han perecido, no han germinado las semilias esparcidas
por los sectarios de la irreligión y de la impiedad.
Por estas razones pudiera quizá, amados hijos nuestros,
pnreeeros impropio el tema escogido por Nós en esta nuestra
Carta Pastoral.
(R o c o n t in u n r A . )
1 Math. X I I I , v. 28.
SECCIÓN H ISTÓRICA -------------- «#.--------------
CUATRO OCASIONKS F.N QUE F.SPAÑA TRATÓ I»F, CONQUISTAR Á B IZK A Y A
TKRO F.N QUB ÍCRTA
DKMOSTRÓ SF.R INCONQUISTABLE PO R LAS ARM AS
IV
MUNGIA
( O o 111 i 11 u a c ió n i
lo quo acabo do relatar so cclm de verlo bien
¡lirada que estaba ya la tendencia do los biz-
inos á la adjudicación del cargo do Señor á fa
vor do peisonnjes de la corto española.
Merced á esta tendencia, cuando, habiendo muerto sin su
cesión Juana I y Tello I (15 de Octubre de 1370), y aun la
misma Isabel, la otra hermana do Ñuño 1 y esposa do D. Juan
ol infante do Aragón, recayó la herencia en D.n Juana Ma
nuel,esposa do Enrique I I do Castilla-León, como cuarta nieta
do Diego V do Bizkaya, no tuvieron los bizkainos el menor
reparo en designarla para Señora, á pesar de que veían inmi
nente la unión de ambos poderes en el primer sucesor de
dicha Keina do España y Señora de Bizkaya, si ya no le pro
clamaban al mismo rey D. Enrique, como antes lo hicieron
con D. Tello.
Pero D." Juana Manuel propuso al Señorío la renuncia
inmediata de sus derechos en su hijo D. Juan, y los bizkai
nos, á quienes parecía faltarles tiempo para satisfacer sus
exóticos ideales, reunidos en Junta general en 1371, aclaman
Señor de Bizkaya al heredero del trono castellano, confián
dole á la dirección y tutela de sus padres hasta la mayor
edad. Juan IV pasó á Bizkaya ol mismo año y juró los Fue
ros en Cernika (L ino) y en Bcrmoo. 1
Muerto el 30 de Mayo de 1379 el rey de Castilla y León
L). Enrique el Bastardo, lo sucede en ol trono do dichos rei
nos su hijo I). Juan, quo ya para entonce;-? había ocho años
que era Señor de Bizkaya,realizándose de esta suerte la
mil veces maldecida unión de ambos poderes, Real de Espa
ña y Señorial de Bizkaya, en una persona; efecto de la ins
titución señorial y causa, á su vez, de la esclavitud quo hoy
nos oprime. ¡Cinco siglos hacía que Bizkaya se había apar
tado de su constitución tradicional al adoptar la forma seño
rial; otros cinco más tarde, debilitada por el extranjerismo,
había de ser despedazada por las garras del león español!
A Juan IV de Bizkaya y I de España, le sucedió en ambos
1 Croen no pocos quo al decir el A rbo l <lc, (Ic rn ik ti, esto d c n i ih i so
refiere á la villa do este nombre. No hay tal: ese nombre so refiero al lugar
de la anteiglesia do Luno donde so levanta el venerando Roblo (el único
que nos queda de los árboles junteros á cuya sombra celebraban antigua
mente sus asambleas los varios grupos do Repúblicas); de este lugar tomó
el nombre la casa antiguamente en él edificada y quo ya no existe; y de él
también le tomó la villa que en sus inmediaciones v en terreno do la citada
anteiglesia fuó fundada por Tcllo I el 28 do ¡Abril do 1300. Hoy, merced
al b ix l-n iiiis in o de ciertos bizkainos, dichas anteiglesia y villa están ane
xionadas y regidas por un misino Ayuntamiento.
2 Debo fijarse bien la atención en que no fuó el rey do Castilla quien
heredó el Ko¡lorio d¡> Bizkaya, sino el Señor de esta República el que he
redó aquella corona espafiola. Realmente, aunque asi no fuese, no padecía
en lo más mínimo la absoluta independencia do Bizkaya; pero precisa evi
tar todo lo que servir pueda á oscurecer los conceptos.
estados su hijo Enrique Til dol Reino y I del Señorío, que
á la sazón (1390) 110 contaba más que once años de edad,
Éste, apenas salió de la tutela y aun antes de celebrar las
Cortes do Madrid, so dirigió á Bizkaya á fin de prestar el
juramento indispensable para obtener el título dc Señor, 11c-í»
vándolo á cabo en A re t. xah alaga, en la villa do Larrabetzua,
en Gornika y, por último, en la villa dc Bormco, y siendo
en consecuencia reconocido y proclamado Señor por los biz
kainos.
Habiendo pasado á mejor vida D. Enrique el Doliente en
1406, heredó la corona de Castilla-León su hijo Juan I I , quo
aun 110 contaba dos años. Negáronse los bizkainos á, satisfacer
el censo señorial mientras no jurasen los Fueros la madre y
el tío del infante, tutores suyos y regentes en su menor edad,
exigiendo además que, no bien llegase D. Juan álos catorce
años, pasase á Bizkaya á cumplir el mismo juramento, si los
bizkainos habían de tenerle por su Señor y pagarle las rentas
convenidas. Ambas juras, la do D.n Catalina y D. Fernando
y la do 1). Juan, so efectuaron oportunamente, y el Señorío
de Bizkaya siguió viviendo vida normal hasta la muerto de
Juan I I de España y Y do Bizkaya (1454), por la que ocupó
el trono dc San Fernando Enrique IY el Impotente, á cuyo
tiempo perteneco el suceso quo es objeto de esto artículo.
El mismo año de 1454 expúsole Bizkaya á D. Enrique la
obligación quo tenía do jurar sus fueros, buenos usos y cos
tumbres, etc., para suceder á su padre en el Señorío, y lo
intimó á que así lo hicieso pasando al mismo estado bizkaino,
como lo ordenaban las leyes y lo habían cumplido sus pre
decesores. B1 príncipe castellano alegaba varios asuntos dc
urgencia que ventilar en su reino, pero, comprendiendo la
razón dol requerimiento dc los bizkainosy temiendo quedarse
sin el título señorial, les contestó quo «porquo ellos viesen
quo su intención o voluntad ora e es de les guardar los dichos
sus privilegios, fueros, usos c costumbres, según que les fue
ron guardados 011 tiempo del rov T). Juan, su sefíor o su
padre de esclarecida memoria::::: que juraba e juró, promo-
tía e prometió por su fee real, como rey o señor, de guardar
e mandar guardar a las dichas villas e lugares, e tierra llana
del dicho condado e Señorío de Vizcaya, e a todos los caba
lleros e escuderos e tijosdalgo do ella, todos sus privilegios, o
fueros e usos buenos e buenas costumbres, e el fuero e qua-
dorno por donde se rigen e gobiernan e deben sor regidos o
gobernados, o sus libertades e mercedes o tierra o libranza
de ellos, e los oficios do alcaldias, prebostados o merinda-
des::::: Item, que su señoría, cesantes otras arduas necesi
dades, lo más presto que podrá irá personalmente á la dicha
tierra e condado do Vizcaya, e les fará su jura acostumbrada
en aquellos lugares en que so debe facer.»
Conformáronse los bizcainos con esta promesa y esperaron
pacientes die.se término D. Enrique á tan arduas necesidades como le retenían en su reino. Una vez satisfechas éstas, se
presentó el rey castellano en Bizkaya, y, reunida la asamblea
general so el Árbol de Gernika ol 10 do Marzo de 1457 «es
tando ende presente el muy alto ó muy poderoso señor rey
1). Enrique, rey de Castilla 6 do León::::: Dixoron al dicho
señor rov que, por quanto os do fuero é uso ó costumbre,
quando viene el Señor nuevamente en Vizcaya recibir el Se
ñorío de ella, el tal Soñor les ha de facer juramento::::: el
dicho señor rey dixo que él era allí venido á facer el dicho
juramento é quo le placía de lo facer: é luógo dixo quo ju
raba 6 juró á Dios 6 á Santa María é á las palabras do los
Santos Evangelios, do quior que estaban, é á la señal do la
Cruz, que con su mano derecha eorporalmento tañió, la qual
fué tomada del altar mayor do la dicha Iglesia, con un Cru-
cifixo nn ella, de guardar á todos los dichos caballeros, escu
deros, fijos-dalgo 6 labradores, é otras personas do cualquier
estado, calidad 6 condicion quo sean del Señorío do Vizcaya,
sus fueros ó privilegios, buenos usos 6 buenas costumbres, é
franquezas ó libertades 6 mercedes 6 tierras 6 oficios, assí 6
según que más cumplidamente les fueron guardados en tiem
po del Señor B. Juan, de gloriosa menjoria, su padre, y de
los otros reyes, y Señores que fasta aquí fueron 6 vivieron en
Vizcaya, etc.» Mostróse, pues, D.'Enrique deseoso de obtener
el título señorial y plenamente sumiso á las ordenanzas del
Fuero de Bizkaya, por lo que, á su juramento al parecer ve
raz siguióse su proclamación por los bizkainos.
Pero «1 principios de 1470 llegó á oídos de éstos la nueva
de que su Señor había ya enajenado ó trataba de llevarlo á
efecto, por venta ó por otorgamiento, varias tierras y villas
del Señorío á favor de personajes del reino español, con gra
ve traspaso de los derechos del estado bizkaino, ó indig
nados sobremanera, propusiéronse tomar serias y definitivas
resoluciones. Antes, sin embargo, de que fuesen adoptadas,
comprendiendo D. Enrique que los bizkainos no cederían de
buen grado á sus feudales pretensiones de soberanía, decidió
someterlos por la fuerza, y llamando al Conde de Haro, Fer
nández de Velasc.o, su más leal servidor, á quien había hecho
merced de la mayor parte de las tierras del Señorío, le en
cargó, entregándolo al efecto cinco qüentos, lo conquistara
por las armas.
El liu.cn Conde dc Haro, según le llamaban los españoles
legitimistas ó partidarios del imbécil rey 1). Enrique, reunió
gruesas tropas do caballería é infantería, y encomendándolas
á las órdenes inmediatas de sus hermanos D. Sancho y don
Luis y el Confio do Salinas, dispúsose á penetrar en el Señorío.
Los bizkainos Abendafio’ tarr Peni y Muxika’ tarr Iban,
caudillos respectivos de los bandos do Ganboa y Oñaz, que
á la sazón so encontraban en España, no bien tuvieron noti
cia do los proyectos do subyugar Bizkaya que abrigaban los
03pañ0 les , se apresuraron á volver á su patria, donde, orga
nizando sus huestes, preparáronse á resistir la invasión cas
tellana. A ellos se unieron con su gente el Conde deTreviño
y ol adelantado Padilla, que, enemigos declarados do su roy
y particularmente del Conde de Haro, ansiaban aprovecharse
do la ocasión que so les presentaba do vengar sus idéalos.
Ya organizado el ejército bizkaino, no so trasladó á la
frontera para detener al enemigo, sino que, dejándolo peno-
trar en las montañas para hacerlo más ombarnzosa la retirada,
acampó en la anteiglesia de Mungia do la morbidad do Uri-
be, y esperó á quo las tropas españolas llogason al torreno
mismo de combate que él escogiera.
El 26 de Abril de 1470, las fuerzas españolas, que, supo
niendo quo una victoria completa alcanzada sobre ol núcleo
de las bizkainas decidiría la sumisión del Señorío, desprecia
ran la ocupación do las villas y casas-fuertes y se dirigían al
encuentro del ejército indígena, avistáronlo, por fin, en dichos
lugares, donde, con los contados alnbesos y españolos rebel
des que á él se habían agregado, ocupaba ya las primeras po
siciones.
Apenas alboreaba el día siguiente, sábado, cuando el Conde
de Haro imprimía á su gente un definitivo movimiento de
ataque, que era correspondido por los bizkainos con otro de
defensa que variaba en parte su primera disposición.
En medio do un silencio profundo, síntoma do espantosa
tempestad, sólo interrumpido de vez en cuando por las voces
do los jefes subalternos y el relincho do los caballos, suena
estridente el clarín de ataque, que es inmediatamente con
testado por el bélico santso de los bizkainos; extraño grito do
combate que no se sabe lo que expresa más, si la fiera tena
cidad por la independencia ó el loco placer por la muerto.
Yuela á rienda suelta, á través do la vega, la ruidosa caba
llería, dejando en pos de sí espesa polvareda que se eleva en
remolinos para mezclarse, al caer, con la caliento sangre que
habrá de derramarse; salúdanla las secas descargas do los
arcabuces, cuyo eco, repercutiondo de monto en monto, va á
anunciar á los moradores do los apartados caseríos la hora
do In nmorto (lo los valientes hijos de sus entrañas... y al
primer silencio sucede en el campo do batalla el salvaje con
cierto do Marte que forman los disparos del arcabuz, el cho
que de los aceros, ol silbido de las balas, la blasfemia del
impío, los gritos do rabia, las'sAplicas del cobarde, los aves
del moribundo....
Entretanto ol astro del día asoma su impasible faz por el
horizonto, prodigando á los combatientes luz abundante para
distinguir el blanco de su aguzado hierro y mortíferas balas,
y abundante calor con que mantener el fuego de.su sangre.
Y á una carga de caballería sucede otra, y á una descarga de
plomo otra descarga, y las lanzas y las jabalinas ya rotas son
reemplazadas por las espadas, y las hachas y las mazas por
las astas de las picas, y las balas por las piedras, y unas fuen
tes de sangre so siguen de otras nuevas, y el campo se cubre
do cadáveres... que sobra tierra 011 Bizkaya para enterrar
al invasor, y ol Árbol de su libertad 110 tiene más savia quo
la sangre de sus hijos!
El sol, dirigiéndose al cénit, ha alcanzado ya lo más alto
do su carrera y parece detenerse impávido á contemplar el
sangriento campo que sus rayos bañan, el cual, agotados los
refuerzos do ambos ejércitos enemigos, que sólo mantienen
ya de reserva el número indispensable de hombres, formado
por los que en las primeras horas del combato pudieron salir
ilesos, so encuentra también en lo más rudo de la pelea. Na
die avanza ni retrocede; agítase 611 el centro el inmenso
oleaje del grueso de las fuerzas, que no quieren ceder un pie
do terreno; y por todas partes esparcidos se distinguen gru
pos reducidos do guerreros salidos de sus filas ó restos do
columnas destrozadas, que sólo desaparecen al caer tendidos
todos los do un bando.
Mas ya el sér dc lux ' declina sobre el poniente y pronto las
1 Así llaman al sol los ciiskalduncs, pues la etimología del vocablo
sombras do la noche so extenderán sobre lá tierra. Continúan
los combatientes dando tajos, martillando cráneos y partien
do corazones, pero tras tan larga lucha, fatigados y jadeantes,
cegados por el humo y ol polvo, flaqueándolos las piornas y
caídos los brazos, no tíon ya tan r c 3 Í o 3 los golpes quo dirigen
al contrario... poro nadie retrocede un paso, si no os para
lanzarse con más furia y arrojo sobre el enemigo...
Quien tenga suficiente energía para rehacerse de ánimo y,
con fiero empuje, pueda dar la acometida que al principio
de la batalla... ¡óse será el vencedor!
Un ronco rugido de indignación salo, al fin, de los pechos
bizkainos, al acordarse de su patria y ver á tantos hermanos
inánimes á sus pies.... aprietan con rabia en sus puños ol
temido acero y, embistiendo al enemigo con un valor digno
de su raza y de la causa ríe la libertad, siombran el pánico
en las hucstos españolas y las obligan, tenaces, á ompronder
la huida, tendiendo en el campo un gran número de distin
guidos caballeros castellanos, haciendo prisioneros á D. Luis
de Velasco y al Conde do Salinas v causando luógo, en la*• %■ f j i
persecución, cruel estrago en la infantería enemiga.
«Au da Bizkaya,
On Conde, de lloro,Au da Bizkaya,
Ez Yilkorado:» 1
cguxk i no es otra que c/ju (luz) y x lr i (cosa de), como so verá on un articulo
ouskoralógico quo en uno de los próximos números verá la luz en esta re
vista.
1 Versión litoral del canto
-Esta os Vizcaya,
• Tiucn Conde de Haro,
Esta es Vizcaya,
No Vilhorado,»
De esta suerte' sabe Bizkaya sacudir el yugo extranjero.
¡Ah! Si Bizkaya se conociese á sí misma y por.onde á sus
enemigos.... ,¡Despertad bizkainos, abrid los ojos á la historia do vues
tra Patria y conoceos!*4¡Conoceos, y si la sangre que corre
por vuestras venas no desmiente su origen.... salvos seréis!
A xorabide .(8 o c o n c lu ir á . )
quo commomoraba la victoria alcanzada sobre las fuerzas del do Haro, y
era una imitación del siguiente: . . .
«Esta es Simancas,
Don Oppas traidor,
Esta os Simancas,
Quo no Peñaflor;»
oon que acompañaron en Simancas ¡1 la quema de la figura quo represen
taba al Arzobispo do Toledo, D. Alfonso Carrillo, los españoles leales á don
Enrique, en represalias dol destronamiento do ésto y proclamación de su
hermano D. Alfonso, quo habían representado los rebeldes en Ávila en 1465
por iniciativa del mismo Arzobispo y varios magnates. :
LA JU R A DE LOS FUEROS DE BIZCAYAron
DON FERNANDO Y, REY DE CASTILLA Y DE LEÓN
e n i 4 y ©
(C o n t in u a c ió n )
E luego incontinente el dicho señor Rey nuestro señor el
dicho hora e dia salió de la dicha iglesia a so el árbol de guer-
nica que esta junto con la dicha iglesia—su alteza se asento
en una silla de piedra quo esta so el dicho árbol en su estrado
e aparato Real de brocado, e estando allí los dichos corregidor
e alcaldes de la dicha hermandad e prestamoro mayor e alcal
des del fuero e procuradores e deputados e mono (merinos?) o
caballeros escuderos fijosdalgo de suso nombrados por si e en
nombre de los absentes dixeron que lo recibían o recibieron
affirmandose en la obediencia c recebimiento quo avian fecho
por Rei de Castilla e de león e señor de Vizcaya e lo besaron
la mano o fezieron, vala, sobro ello según costumbre do la
dicha V izcaia=EI qual dicho juramento e recibimiento asi
fecho los dichos corregidor e alcaldes do la hermandad o pros-
tamero mayor o alcaldes dol fuero e deputados o manes o
caballeros e escuderos fijosdalgo de suso nombrados á una
voz dixieron que por si o on nombro do todos los absentes
asi morbidades como concejos e anteiglesias o personas sin
gulares de los vecinos e moradores de las villas o tierra llana
e ciudad del dicho condado e durango e encartaciones pedie
ron a nos los dichos secretario e escribano susodichos que les
diesemos dello en testimonio o dos o mas quanto les cum
pliesen en publica forma=testigos •'que fueron presentes
Pero lopez de padilla adelantado mayor de Castilla, e don
henrique henrriquez hermano del almirante tio del Rei nues
tro señor, é Rodrigó de ulloa contador mayor del dicho señor
Rei e del su consejo, o don Pedro de Stuñiga fijo mayor del
conde de miranda, e el doctor joan diaz de alcocer del con
sejo del dicho señor Rei, e don diego de acuña fijo del Obispo
de burgos, e don femando de ayala fijo del mariscal don
garcía de Ayala; o pero do camañes e luis gonzalez e joan
del castillo secretarios del dicho señor R e i= E yo el dicho
gaspar de Ariño secretario dol dicho señor Rei e de su con
sejo, o su escribano de camara e notario publico en la su corte
e en todos los sus,Regnos e señoríos, ejoan ibañes dé Unzueta
escribano del dicho señor Rei e' de la audiencia del dicho
señor corregidor fuimos presentes en uno con los dichos tes
tigos quando el muy alto e muy esclarecido e muy poderoso
principe Rei e señor nuestro señor don femando fizo el ju
ramento e solemnidad de suso escripto e por su mandado e
a pedimento de los dichos Corregidor e alcaldes o prestamero
mayor e procuradores o deputados caballeros escuderos fijos-
dalgo presentes e en nombro do los absentes de suso nom
brados este publico instrumento fezimos escribir e en testi
monio do verdad fezimos aqui nuestros signos.
Tabira .(80 c o n t in u n rA .)
PERU M ATRAKA TA P E D R ’ANTON
( I A UR A I PENA )
V II
E P E R R A N A M E S A
z **zan or(l11 ^ aurrera Errekarteko eche-ingurue-
tan zarata osatokorik entzuten: odoiak’ oker da-
bilen arima errukarri baten antzora’ balzi tu ta
esainduten abiata egozan. Lurra ta bero semeak’ zerua ain
larri ikusita’ kikil kikil egozan: abero gautarrak’ abietatik
iagita n agi a kenduteko’ ankak luzetu ta lepoa makurtuton;
clioriak barriz’ Eguzkian agur naibagetsuak larritiita’ isil
isilik, langileak eeliera-bidean; eta orriak’ iluntsoko aize-
putzehoak bizkortuta’ gora ta bera batzuk, albo-alboka bez-
teak obilzan, baina gnztiak ezer aurroratu ézinik.
Ez eutsan Eperrak egun atako argi ta ilunen keskai iara-
nion andirik egin izango. Erri bi mngatii ta alkartutón dan
zan arri-tontor baton moduan’ egiintar ta gautarren artean
egoan bera, eguntarren atzenengo agurrak moskorran raos-
korraz entzun ezin-da, gautarren lenengo deiai lo-guran lo-
guraz erantzuteko adore bage.
O a j ik f .h a k , n o t a s .— Zarata esatekorik, ruido digno de-mención. Esaindu,
afearse. Larri, triste. Kikil, acoquinado. Gautar, nocturno. Abi, nido. Nagi,
pereza. Mugatu, limitar. Adore, fuerza, poder.
¿Nork’ Pepinasi taiu atan etzanda ikusirik’ bere izen os- •
petsua sinistu?
Pepinasi, bere arorioak minora iatorken guzj;ia*esan-arron,
Pepinasi bizitzaak eriotzagana ioateko oukan zubia itzan: bere
eskuetara nai-alan etorkazan Arakilek~urraturiko gorputzak,
eta beragartdik eurrez ourrez’ bilinbalaunka’ alkarren leian
ta enplastuz apainduta ioazan gorputz ilak eriotzaan altzora.
Bere egikizun edo zer-egin ugarien neurria bere bizikera
itzan. Ez eutsan burnai gauaz bere bakean izten; enplastuak
egiteko bedarrak batuten ez iardñanean’ guzurrakaz auso ta
inguruetako urte-lagunak enplastututen euazanj’ bezte zer-
esanik ez baeukan ’ amesak erakustea itzan bere iolasik poz-
garriena ¡O! ¡arek bai amesak! Gozoagorik gichi, politago-
rik... ezta Peru ta M arian ipuinak bere.
Emakume ta gizi n-Maricho askok egunez baino gauaz :
argiro ta zietztoago orakuston dauez sarri euren gurari, go-'
gamen ta asmoak; amesetan guzur gichiago esan oi daue’
Iagun artean barriketan diarduonean baino.
Onelan iaso iakan Eporrai bere: gauza asko bururatu iaka-
zan, guztiak erara, guztiak aukeran..
Ona emen bere bizi luzeko amesen artean arnósik amesena.’
Elgorriak maka'.duriko mutilcho bat iarri itzan lenengo
bore garun artean. Mutilclio-onen amaak, semea makalduta
ikusirik, Arakilgo Erramon osagilea ezizentzat eukan bati
ots-egin eutsan.
1 Arakil arin aringa’ abarkak oinetan’ chano gorri zar bat
buruan eta akulu bat eskuan eukazala’ elgorridunen echean
agertu itzan.
. Urne gaisoa ikusi euanean ’ bei alper ta nagi bati zirri egin-
O a i ik k t u k , n o t a s .— Taiu, traza. Ospotsu, famoso, célebre. Nai-alan, ea
la medida que quería. • Eurrez eurrez, sucesivamente. Bilin balaunka, voz
onomatópica como quién.cae de una escalera. Alkarren leian, d porfía. Ziet-v
zto, exactamente. Elgom, sai'ampión. Garun, seso. E¿izen, apodo. . .•
go bfileutsan legoz’ aida esan ta besotik eta iztarrotalik eta
surretan ziar sartu eutsan akulua. Umoa’ oriotza bizi itzan
eche baltzeko atarían deika negarrez ta cliilioka egoan.
Chilio onotatik ezautu euan nmo errnkarria. Mari-Manun
semecho laztana itzan, Perucho. Ezautu euaneko egoar.aegoan
Iekuan iehita’ arrapataka Errekarteranz igitn itzan eta boro
atzetik eriotza bore. Ez euan baina bildurtu ez eriotzaan ar-
pegi chimurrak ez eskuetan ckarren igitai zorrotzak; «Aldeik
emendik» esan, taket batez buruan erdi erdian io... tá eriot-'
za betiko il itzan. Aurrerantzean’ mundua mundu itzan ar-
tean’ guztiak bizi bear euen, bakar bakarrik Erramonek il
bear euan; eta urrengo goizean zimaurtuta ikusi euen sold
baten Ai'akilgo akuluduna.
Gero Mari-Manun gelan irri-barreka sartu itzan bora.....
Perucho host aYrika Maririasigaz iolasean ebilon... Chakolin
gozo gozoa emon eutson berái edan-ala; ta edan ta cdan ta
édan Mari-Manun Ameriketako neba aberatsa eldu itzan.
Gizon aberats-onek’ eriotza izanan echeko giltzak berak
eukazaln iakin ouanean ’ mila dukat lenengo’ bere loba Peru-
clion osasuna gaitik emon eutsazan, eta bigarren egunean di-
ruzorro ikaragarri-bat bere aukeran ichi euan Indiatar esker
onekoak. Ordutik lasterrcan bedar batzuen uraz igortzi euan
Perucho, eta umea ogei ta bi urteko mu til odorra biurtu itzan.
Bedarrak zimeldu ta igartu baino len ’ bere gorputz guztia
igorzten azi itzan, eta ¡0 atsegina! bat... bi... iru konta ta’ lau
esan-orduko’ gaztetu edertu ta aborastuta gelditu itzan bera*
lengo Pepinasi. Guztiak orduan’ adin baten sorturiko itzak
euren minetan erne ta loratu balitzaz legez ’ «Eperra baino
O a r k e r a k , n o t a s .— Atari, portal. Arrapataka, atropelladamento. Igitai,
guadaña. Aldcik, sepárate. Taket, estaca. Bost arrika, á cinco piedi-as (jue-
g* do niñas). Edan-ala, cuanto podía beber. Eriotza izana, la difunta muer
te. Zorro, saco. Zimeldu, marchitarse. Igariu, agostarse; Jgortzi, frotar.
Adin, entendimiento.
galantagorik ez dago Euskal errian esateneuen;Mendiburuko
Andrà Pepinasi bezin aberatsik.ez dai munduko inguruetan
bere aurkituko.» An esa'nda batera guztiak? pozez begiratuten
eutsen; emakumeak bera langoehe ederra izateko gurariaz,
gizonak bera omaztetzat artu nairik. .
loan loku guztietan eukan nork'^begiratu, edorion bere ot-
sein izateko prest egozan emakumeak eta non-nai senargai
. ezin ederragoak aurkituten euazan. Baina batai gazteehoa ta
‘ makarra erichon, bezteai zarregia, eta atzenez Errekarteko
Peru-Galantak «arren beraz eskondu eila» erregutu eutsan.
Eldu itzan noizbait ezteguko eguna.
-, Berrogei kana eukazan maiak luzeran... Aramaioko rieska-
tilä gazte geienak bere inguruan egozan, eta gar erdiko mu til.
askon artean egoan Peru galantena.
Apal-ostean akelarreko zorgin guztiak ’ alkarri eskuak
emonda ’ erreskada luzean ’ eztegu-echera eldu itzazan, eta
berari euketsen gutarra gaitik eskontza galerazo nai izan
euen; berak ikusi ta ezautu euazanean maitik iagi ’ échetik
urten ta eriotzaan obi-echera bialdu euazan znrginak chako-
•lina edatera, eta giltzaz atea bere aldetik ichita’ betiko kati-
gatli ouazan akelarreko atso bildurgarriak...
Seme bat euM euan’ edurra baino azal zuriagodun Inasio-
cho; beraz mosuka egoala «¿Andrà Pepinasi non dago?»
itandu eutsen echeko bost otseinai bere senarrak..! Marinasi
barreka egoan lobachoai begira, Inasiocho lo ziazkan òta bere
ama na iiachoa lo lo lo 1 kantaten... Seinan batzaldiak gar-':
bituten azi itzan gero bera, eta picharreko ur-tantak kolkora •
]ausi iakazanean «ai... chut» esan ta ¡0 zorigaiztoko ura!
itzartii itzan Pepinasi.
O a h k e r a k , n o t a s .— En-éskada, fila. Eztogu, boda. Gutarra, (la) envidia. Ka-
tigatu, apresar. Mosuka, besando cara á cara. Otseina, criado, criada. Ziazlra,
cuna. Batzaldi,envoltorios, mantas para niños. Kolko,seno. Itzartu, despertarse ':
1 Es canción usada de muy antiguo para hacer dormir á los niños.
Gcró inguru guz ti otara begiratuta’ez itzazala n^ irièzzià îi^ '
karik, ez batzaldirik’ez urik’ez picharrik’ez semerik’ez.séna^*
rrik’ez mairik’ez eztcgurik’ez dirurik’ez chakolinik’ez gazte-;,;
tasunik’ez ezer’ez inor’ikusi euanean, negar malkoak,begi
gorriak buztiten eutsezala «ai sekulan itzartu ez b á ilit ii.1;:
esan cuan.larraltako daa
E zt i-a b a u a k .
O ahk jíh ak , n o ta s .— Ez itzazála agiri, que no parocían.