producto, excedente y crecimiento

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1 1 JOSE VALENZUELA FEIJOO. PRODUCTO, EXCEDENTE Y CRECIMIENTO. EL SISTEMA DE FUERZAS PRODUCTIVAS . DEPARTAMENTO DE ECONOMIA. UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA - IZTAPALAPA.

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JOSE VALENZUELA FEIJOO.

PRODUCTO, EXCEDENTE Y CRECIMIENTO.

EL SISTEMA DE FUERZAS PRODUCTIVAS . DEPARTAMENTO DE ECONOMIA. UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA - IZTAPALAPA.

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Para Elizabeth, Jorge, Orlando.

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PROLOGO. Las ciencias contemporáneas han alcanzado un gran nivel de desarrollo y una complejidad muy elevada. Lo cual, ha dado lugar a una situación bastante peculiar: a la vez que expanden su capacidad práctica, se convierten en disciplinas de cada vez más difícil acceso. Aquél viejo dicho: “no hay rutas simples y fáciles para acceder al saber” parece hoy más válido que nunca. Esta situación es muy clara en las llamadas ciencias naturales. Lo es menos en las disciplinas sociales, las que a veces operan con cierto retraso en la construcción de su entramado científico. En ocasiones se resienten por falta de un orden sistemático, en otras por falta del imprescindible rigor lógico interno; también, muchas veces, por la debilidad de sus contenidos empíricos. La excepción se encuentra en la economía, que no en balde se ha calificado como “reina de las ciencias sociales”. Aquí, tenemos una situación que en muchos (no en todos) respectos recuerda a la de las ciencias naturales. Sus paradigmas suelen ser rigurosos, sistemáticos, y con un contenido empírico importante. Por lo mismo, tampoco es fácil acceder a un dominio adecuado de la disciplina. En estos casos, la complejidad del proceso de enseñanza-aprendizaje se torna también muy alta. Hay que aprender y dominar el conocimiento ya existente, que es amplio, sistemático y complejo. Pero sobremanera, hay que aprender a criticar y modificar este conocimiento, es decir, hay que aprender a desarrollarlo, profundizarlo y extenderlo. Y por supuesto, hay que también aprender a aplicarlo. El saber que no se traduce en capacidades prácticas suele ser un “saber” de contenido dudoso. Satisfacer estas exigencias no es fácil. Pero resolverlas es el gran desafío que debe abordar la universidad. Si el problema no es fácil de resolver en los países más desarrollados, en los del “tercer mundo” se torna aún más complicado. Hay patrones culturales que afectan los modos del pensar, los modos del discurso, los modos del trabajo. Y no precisamente en un sentido favorable. También hay factores socioeconómicos que inciden negativamente: pobreza de recursos, de infraestructura; desmedrada condición económica de los estudiantes. Estos son datos objetivos que debemos reconocer. No para abdicar de la misión universitaria sino para delimitar correctamente el terreno en el cual debemos operar, lo cual es condición sine qua none para un esfuerzo fructífero. En este contexto, la importación indiscriminada de modelos universitarios externos resulta muy peligrosa. Amén de que sus resultados prácticos suelen ser decepcionantes, nos tornan también dependientes en el plano educativo y nos llevan a pagar “royalties” que drenan nuestros ya escasos recursos. Por supuesto, podemos y debemos conocer las experiencias ajenas. Pero nadie nos puede sustituir en conocer lo nuestro y saber “hacer bien las cosas” en nuestro propio terreno, en nuestro propio país. En suma, lo primero y primordial es recuperar

nuestras específicas realidades y aprender a usar nuestro cerebro (y no el de extraños) frente a

los problemas que de esta realidad emergen. La tarea no es sencilla y exige manejar bien un conjunto muy complejo de variables: ¿cómo crear la atmósfera intelectual capaz de impulsar el trabajo científico y escolar? ¿Cómo incorporar a los estudiantes a este medio, y cómo tornarlos –a la larga- capaces de desarrollar y superar el actual estado del saber? En breve, ¿cómo hacer de la ciencia una actividad socialmente atractiva? Los factores involucrados son múltiples. Y no hay “varitas mágicas” que se puedan utilizar. Como sea, es claro que uno de los factores más importantes apunta a la calidad de la enseñanza, al rigor con que se la imparte. En lo básico: se trata que el paquete curricular y su desarrolle refleje los rasgos medulares de los sistemas científicos: : i) su rigor lógico o ausencia de incoherencias formales; ii) su precisión conceptual; iii) su ordenamiento sistemático en un todo de gran alcance y de estricta concatenación interna. Unido a esto y como su condición, la presencia de un principio matriz unificador; iv) un desarrollo categorial-conceptual que avance desde los niveles más abstratos y generales a los más concretos y particulares; v) que sobremanera en estos planos más concretos, la teoría más general se traduzca en hipótesis susceptibles de verificación empírica. Lo cual, por lo común supone operacionalización y medición de las variables en juego; vi) que los resultados de estas contrastaciones empíricas, sean tomadas en serio y den lugar, según lo que ellas indiquen, a los ajustes y modificaciones del caso en el corpus teórico que se maneja. En el proceso de enseñanza, estas distintas exigencias y fases de la actividad científica se reflejan con un peso diferente según el nivel de estudios alcanzado. En los primeros cursos,

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lo que domina es la presentación del corpus teórico, a nivel de fundamentos, en términos rigurosos y sistemáticos. En los últimos, se pasa a acentuar el peso del momento verificacional. Si a éste no se arriba, la teoría puede convertirse en una escolástica estéril. A la vez, si no se domina y hace bien el primer momento, podemos caer en un empirismo vacuo y falto de contenido cognitivo. Es decir, en la llamada “medición sin teoría”. De lo anterior podemos deducir: los cursos primeros o “introductorios” no se deben entender como cursos “livianitos”, de esos en que se da una visión superficial y de corte periodístico vulgar sobre el contenido de la disciplina. Esto, es perder el tiempo. Y sólo contribuye a crear hábitos terriblemente disfuncionales al trabajo científico. Por ello, debemos recalcar: los cursos primeros se deben entender como aquellos donde se empiezan a exponer y

estudiar los “primeros principios”, es decir, los fundamentos del edificio teórico –del paradigma

científico- a asimilar. Lo cual, o se hace con rigor o no se hace. Para ello, es necesario contar –entre otras exigencias- con textos de estudio adecuados. Textos que unan la claridad con el rigor expositivo. A la vez, que impliquen un desarrollo

sistemático de los conceptos y categorías en juego. A veces, estos textos ya están disponibles. En

otras, no lo están y es nuestra obligación proceder a elaborarlos. En este sentido, el texto del profesor Valenzuela que se presenta, representa un valioso aporte a estas tareas. Ya en su título, nos advierte sobre la importancia fundamental de los temas: la producción, la generación de un excedente económico, los usos posibles de ese excedente: acumulación y/o gastos improductivos y su impacto en términos del crecimiento de la economía. La perspectiva manejada se inscribe en la mejor tradición de la economía política, clásica y marxista. Se trata de un texto que debe resultar clave para abordar adecuadamente, con rigor y orden, en una primera fase, los principios o fundamentos del paradigma citado. Con este texto, nuestro Departamento de Economía inicia una serie de publicaciones que esperamos contribuya a mejorar el quehacer universitario. Raúl Molina Director, Departamento de Economía. UAM- I.

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CAPITULO I : FUERZAS PRODUCTIVAS, MODO DE PRODUCCIÓN Y FORMACIÓN ECONOMICO - SOCIAL. I.- Propósitos del capítulo .

En este capítulo, esencialmente introductorio, buscamos desarrollar una inicial y muy genérica aproximación al tema que nos preocupa.

En prime r lugar, trataremos de proporcionar una primera idea o noción sobre el fenómeno de las fuerzas productivas. Es decir, se trata de saber a qué tipo de realidades (elementos y procesos) nos estamos refiriendo, cuando empleamos la expresión de marras. En segundo lugar, trataremos de situar el fenómeno en el plano o espacio más general de la formación económico-social. Por decirlo de alguna manera, haremos una especie de indagación “topológica”. O, si se quiere, se trata de averiguar las coordenadas que definen la posición del fenómeno en el mapa más global. En tercer lugar, nos plantearemos el problema de la interacción que se establece entre el sistema de fuerzas productivas y el resto de la formación social. Es decir, cuál sería el tipo de articulación básica que tiene lugar entre las diversas partes o esferas de la realidad societal.

Para mejor abordar los problemas que hemos mencionado, conviene recordar algunos conceptos y categorías fundamentales. En especial, se trata de recordar el modelo global básico que manejamos.

No olvidemos que nuestra pretensión, en este capítulo, se limitará a una primera y muy elemental aproximación al tema. El examen más detallado y sistemático de la materia se

efectuará más adelante. Por ahora, nos bastará esbozar la visión más gruesa y por ello

preliminar para así identificar y a la vez situar (o “posicionar”) el fenómeno. II.- El hombre y sus actividades.

El hombre, a semejanza de todos los seres vivos, interactúa con su entorno natural y, en este contexto, despliega conductas que le permiten preservar su vida y reproducirse como individuo y como especie. De hecho, se puede decir que la verdad del ser humano debe buscarse y encontrarse en el tipo de actividades que despliega a lo largo de su vida. Es en el comportamiento o conducta efectiva donde se revela la auténtica naturaleza de la especie.

Las actividades humanas, a primera vista, resultan abigarradas, múltiples, disímiles, muy variables y muy complejas. No obstante, una observación cuidadosa nos comenzaría a revelar la presencia de ciertos rasgos comunes, presentes en cualesquier tipo de actividad y que, por lo mismo, nos estarían señalando la existencia de una estructura subyacente a todas ellas. En términos generales y muy gruesos, se podría sostener que esas actividades: i) tratan de obtener ciertos resultados o efectos y, para ello, proceden a transformar por lo menos algunos elementos del entorno o contexto en que transcurre la vida. En breve, se trata de actividades “transformadoras”; ii) esas actividades, como regla, son actividades concientes.

Esto, en el sentido de que el fin o resultado de la actividad está presente a título ideal en la cabeza del sujeto actuante, antes de que se haya materializado como producto de la correspondiente actividad. Dicho de otro modo: antes de que el vestido esté listo, la costurera ya lo tenía diseñado e imaginado en su cabeza.

Uno de los autores que más y mejor se ha preocupado del tema que nos viene preocupando es Adolfo Sánchez Vázquez, quien diferencia las categorías de actividad en actividad humana y praxis. En sus palabras, por “actividad, en general, entendemos el acto o conjunto de actos en virtud de los cuales un sujeto activo (agente) modifica una materia prima dada.”1 En el fenómeno, nuestro autor distingue: i) el tipo de agente: físico, biológico o humano;

1 A. Sánchez Vázquez, Filosofía de la Praxis, pág. 245. Edit. Grijalbo, México, 1980.

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ii) la naturaleza de la materia prima sobre la cual se actúa: cuerpo físico, ser vivo, vivencia psíquica, grupo, relación social; iii) los actos que conducen a la transformación: físicos, psíquicos, sociales; iv) el resultado de la actividad o producto: nueva partícula, un concepto, un valor de uso, una obra artística, un nuevo sistema social. En cuanto a la segunda categoría, la de actividad humana, según nuestro autor “sólo se da cuando los actos dirigidos a un objeto para transformarlo se inician con un resultado ideal, o fin, y terminan con un resultado o producto efectivos, reales.”2 En este caso, la “actividad entraña la intervención de la conciencia,

gracias a la cual el resultado existe dos veces y en tiempos distintos: como resultado ideal y como producto real (...). Por esta anticipación del resultado real que se pretende obtener, la actividad propiamente humana tiene un carácter consciente.” 3 Por cierto, en este caso los sujetos o agentes se limitan a los seres humanos. Finalmente, tenemos la tercera categoría de Sánchez Vázquez que nos interesa recoger: la praxis. Para nuestro autor, cuando la actividad humana tiene como finalidad inmediata lograr una transformación del entorno natural o del entorno societal (i. e. , del sistema social), asume la forma de praxis. Otro autor, el francés Althusser, desarrolla un enfoque bastante parecido, aunque emplea una terminología levemente diferente. Para el profesor galo, por ejemplo, lo que Sánchez Vázquez denomina “actividad humana” se corresponde muy cercanamente con lo que él denomina “práctica”, en general. Ésta es definida como un “proceso de transformación de una materia prima dada y determinada en un producto determinado, transformación que se lleva a cabo por un trabajo humano determinado, utilizando medios (de ‘producción’) determinados.”4 De lo expuesto, es fácil colegir que en la actividad (práctica o praxis) humana, genéricamente considerada, podemos identificar los siguientes elementos constitutivos: i) el sujeto o agente de la acción: o sea, los grupos humanos; ii) los medios o recursos con que esos sujetos se ayudan, para poder lograr los resultados buscados; iii) el objeto sobre el cual recae esta actividad o práctica transformadora; iv) la actividad propiamente tal (o conducta concreta) que despliega el agente o sujeto de la acción, conducta que es consciente y racional; v) los resultados que se obtienen.

Según ya hemos indicado, las actividades o prácticas que despliega el hombre, a lo largo de su vida, son múltiples y diferenciadas. Todas ellas responden a una estructura básica, como la que acabamos de esbozar. Y en cuanto a sus diferencias, podemos distinguir tres

modalidades o tipos básicos: a) la práctica productiva, que es aquella que busca transformar el

entorno natural con el fin de conseguir objetos o productos útiles; b)) la práctica política, que es

aquélla que busca lograr transformaciones en el sistema social; c) la práctica ideológico-cultural,

que es aquella orientada a provocar transformaciones en el sistema de formas de la conciencia social.

Por supuesto, estas diversas actividades no funcionan como compartimientos estancos, separadas e independientes entre sí. Muy por el contrario, su interdependencia es notable y, de hecho, no pueden funcionar por sí solas, al margen de las otras actividades. Por ejemplo, ¿cómo pensar una actividad política ajena a tales o cuales formas de la ideología? ¿O una práctica productiva vacía de ideas sobre la realidad de los procesos naturales? La dependencia e influencia son claras. No obstante, no todas las prácticas operan con la misma importancia o significación. Es decir, el impacto o importancia que tiene cada una de esas prácticas, en la vida humana y, de modo más general, en la trayectoria y funcionamiento de las sociedades, es un impacto diferencial. Hay, por lo tanto, prácticas que son más importantes que otras. En este sentido, manejaremos aquí una hipótesis fundamental: de todas las prácticas o actividades humanas que hemos previamente distinguido, postulamos que la más decisiva o importante, es la práctica productiva. Según se ha escrito, “los individuos son tal y como manifiestan su vida. Lo que son coincide, por consiguiente, con su producción, tanto con lo que producen, como con el modo de cómo producen. Lo que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales de su producción.” 5

La práctica (praxis o actividad) productiva coincide con lo que se conoce como trabajo

y, por ello, en el próximo apartado nos detendremos a examinar la realidad de este peculiar y decisivo fenómeno.

2 Ibid, pág. 246. 3 Ibid, pág. 247. 4 L. Althousser, La revolución teórica de Marx, pág. 136, Siglo XXI, México, 1974. 5 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas,Tomo I, pág. 16. Edit. Progreso, Moscú, 1973.

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III.- El trabajo y sus rasgos esenciales.

En muchas ocasiones, se utiliza el vocablo trabajo como sinónimo de actividad humana. Por ejemplo, se habla del “trabajo político”, del “trabajo de un policía”, del “trabajo de un sacerdote”, del “trabajo de un poeta o novelista” y así, sucesivamente. En otras, el vocablo trabajo se emplea con una connotación más restringida, entendiéndolo como sinónimo de actividad humana que se despliega en el ámbito de la producción. Es decir, como equivalente a nuestra noción de “práctica productiva”. Al menos por ahora, manejaremos la acepción más restringida que se le puede adscribir al vocablo: el trabajo, lo entenderemos como sinónimo de trabajo productivo.

Del trabajo, en primera instancia, podemos decir que opera como el rasgo constitutivo o más esencial del ser humano. Como escribiera Engels, el trabajo “es la fundamental y primera condición de toda la existencia humana, y ello en tal medida que, en cierto sentido, debemos decir que el trabajo creó al hombre.”6 En breve, el hombre es lo que es en virtud del trabajo. Este es el rasgo que lo singulariza y especifica en cuanto tal, lo que lo hace igual a sí mismo y diferente a las otras especies vivas.

En el fenómeno que nos preocupa, podemos distinguir sus aspectos más genéricos y los más específicos. Los primeros, son aquellos que comparte el hombre con todos los seres vivos; los segundos, aquéllos que solamente son propios del ser humano.

En lo que se refiere a la primera dimensión, se pueden destacar los siguientes aspectos: i) tiene lugar una interacción entre la sociedad (el Hombre) y la naturaleza; ii) con cargo a esta relación y proceso, “el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza.” 7 En breve, este proceso posibilita la preservación y reproducción de la vida humana; iii) esta interacción provoca la consiguiente modificación de la naturaleza o entorno exterior. Esto, en el sentido de darle una forma útil, capaz de satisfacer las necesidades humanas; iv) junto con lo anterior, tiene lugar una modificación de la misma naturaleza humana.

En cuanto al aspecto más específico, podemos distinguir tres momentos o dimensiones: los rasgos que tipifican al agente del proceso, los que tipifican a la actividad propiamente tal, y las características que asumen los resultados que se obtienen.

En cuanto al agente o sujeto del trabajo, los puntos a relevar serían: i) el sujeto efectivo

no son los individuos sino los grupos o colectivos de trabajo. O sea, el proceso de trabajo siempre

funciona, en mayor o menor grado, como un proceso cooperativo, en el cual los individuos no son sino partes o elementos de un todo superior y más complejo; ii) los individuos o elementos que integran el grupo operan sobre la base de ciertas capacidades condicionadas por su organización biológica y desarrolladas y determinadas por su organización social.

De estas capacidades específicas, exclusivas del “homo sapiens”, tal vez la más decisiva

sea el reflejo consciente. Estamos aquí en presencia de un reflejo de lo real, que: 1) se

materializa en signos (el lenguaje), los que pueden separarse de lo reflejado y funcionar con

independencia de lo significado; 2) refleja, de modo abstracto, la realidad que recoge. Por sus

características intrínsecas, este reflejo consciente posibilita: i) la comunicación sobre tal o cual

suceso o cosa; en ausencia de esos sucesos o cosas: podemos hablar de un terremoto y, como

oyente, llegar a entender su significado, sin que debamos sufrirlo de modo directo; ii) por lo

mismo, se posibilita la transmisión y acumulación de las adquisiciones culturales de la

humanidad. Como bien se ha dicho, el repertorio de conductas eficaces (o sea, de conductas que resuelven problemas vitales) que maneja el hombre, constituye una herencia que no funciona (como en la mayoría de los animales) por la vía de la transcripción de los

correspondientes códigos genéticos, sino que por la vía histórico-cultural (del lenguaje abstracto

o “señal de señales”); iii) la conciencia, como propiedad exclusiva del hombre, también posibilita

la denominada conducta consciente. O sea, desarrollar un comportamiento orientado a un fin,

rasgo al cual ya hemos aludido. Examinemos ahora el segundo momento, el referido a la actividad propiamente tal que

se despliega a lo largo del proceso de trabajo. Para el caso, podemos hablar de una actividad mediatizada y racional. Expliquemos este punto.

Primero, tenemos que se trata de una conducta mediatizada por otros hombres. Si el

sujeto del proceso es el colectivo de trabajo, no podrían ser las cosas de otra manera. Ahora, lo que nos interesa subrayar es que lo señalado supone la presencia de una determinada

6 F. Engels, Dialéctica de la Naturaleza, pág. 138, edit. Cartago, Bs. Aires, 1975. 7 C. Marx, El Capital, Tomo I, Vol. I, pág. 215. Siglo XXI, México, 1976.

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organización social del proceso de trabajo. Ésta funciona como una red o entramado al cual

deben insertarse o incorporarse los individuos, ocupando las posiciones del caso para poder participar en el proceso de trabajo. Conviene subrayar esto: la transformación humana de la naturaleza sólo puede funcionar por intermedio de ese complejo de relaciones sociales que nos conectan con “los otros” y no a título individual, al estilo de los Róbinson Crusoe, argumento que tanto gustan esgrimir los economistas de la escuela neoclásica.

Segundo, tenemos que el trabajo implica un comportamiento mediatizado por los

medios o instrumentos de trabajo. En la definición de Marx, “el medio de trabajo es una cosa o

conjunto de cosas que el trabajador interpone entre él y el objeto de trabajo y que le sirve como

vehículo de su acción sobre dicho objeto. El trabajador se vale de las propiedades mecánicas,

físicas y químicas de las cosas para hacerlas operar, conforme al objetivo que se ha fijado, como

medios de acción sobre otras cosas.”8 Como regla, estos instrumentos de trabajo son inventados y fabricados por el hombre: “el uso y la creación de medios de trabajo, aunque en germen se

presenten en ciertas especies animales, caracterizan el proceso específicamente humano de

trabajo, y de ahí que Franklin define al hombre como ‘a tool-making animal’, un animal que

fabrica herramientas.”9

En tercer lugar, tenemos que el trabajo es una actividad racional. Es decir, la

“combinación de actos”, que es el trabajo, asume: i) ciertas características concretas muy precisas; ii) se disponen en cierta secuencia temporal, también muy precisa. Todo ello, para lograr el efecto o resultado buscado.

Finalmente tenemos nuestro tercer momento, el cual alude a las características que

asumen los resultados del proceso de trabajo. Para el caso, y siendo muy taquigráficos, podemos

señalar las siguientes características fundamentales: i) los resultados o productos suelen ser

buscados de manera consciente (son intencionales) y, a la vez, suelen ser novedosos. Es decir, el

hombre despliega su imaginación creadora y, con cargo a ella, puede generar una producción altamente diversificada; ii) el anterior rasgo, que es privativo de los humanos, supone un conocimiento cada vez mayor de las leyes objetivas que operan en la naturaleza; iii) los

resultados o productos, suelen convertirse en premisas de los nuevos ciclos productivos; de

modo directo, como en el caso de vg. las máquinas que se fabrican, o de modo indirecto, en el caso de los bienes de consumo personal. En sí mismos, éstos no son requisitos de la producción. Pero los trabajadores, que sí lo son, sin ellos no podrían vivir ni reproducirse; iv) en el proceso de trabajo, se objetivan o materializan las capacidades subjetivas del hombre. A la vez, por medio de él los individuos se apropian de las facultades humanas acumuladas a lo largo de la historia.

Como vemos, el trabajo es un proceso complejo, que contiene numerosas aristas. De momento, sólo quisiéramos subrayar los siguientes dos aspectos: a) el trabajo es una actividad

que busca transformar la naturaleza, dándole una forma útil, capaz de satisfacer las

necesidades humanas. En la célebre definición de Marx, se trata de una “actividad racional encaminada a la producción de valores de uso”10; b) esta actividad se ejecuta por un grupo o colectivo de individuos, socialmente organizados. Es decir, se trata de una actividad socialmente determinada, que se realiza a través de (y en el marco de) una determinada estructura social o sistema de relaciones sociales. El primer aspecto nos indica el contenido del proceso de trabajo; el segundo, la forma que éste asume. Sobre esto volveremos más adelante. IV.- Prácticas e instituciones sociales.

En el apartado anterior, hemos examinado la práctica productiva. Junto a ella, sin embargo, como ya se advirtió en el apartado II, coexisten las prácticas políticas e ideológicas.

8 C. Marx, El Capital, Tomo I, Vol. l, pág. 217. Edic. de Siglo XXI, op. cit. Otro autor, como John. Stuart Mill, también

subraya y con gran fuerza, este rasgo: “esta operación de poner las cosas en los sitios apropiados para que puedan actuar sobre

ellas sus propias fuerzas internas, o las que residen en otros objetos naturales, es todo lo que puede hacer el hombre con la materia

(...) el trabajo se emplea siempre y de manera exclusiva para poner objetos en movimiento; las propiedades de la materia, hacen el

resto. La habilidad y el ingenio de los seres humanos se ejercitan para descubrir movimientos, posibles para sus fuerzas, y capaces

de producir los efectos deseados.” Cf. Principios de Economía Política, pág. 49. FCE, México, 1978. 9 C. Marx, El Capital, Tomo I, Vol 1, pág. 218. Edic. Siglo XXI, op. cit. 10 Ibid, pág. 223.

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Estas prácticas o actividades humanas, se diferencian entre sí en función del tipo de transformaciones que pretenden obtener. Es decir, se aplican a objetos que son diferentes. Correlativamente, podemos hablar de interacciones diferentes. En todas ellas, uno de los polos de la relación es la sociedad humana (el Hombre), cambiando el otro polo de acuerdo al tipo de práctica. En resumen, tenemos interacción del sujeto social con: i) la naturaleza (práctica productiva); ii) el sistema social (práctica política); iii) y con el sistema de formas de la conciencia social (práctica ideológica-cultural).

Tales actividades son complejas y suponen comportamientos colectivos que responden a determinadas pautas sociales. Es decir, nos encontramos frente al entramado de relaciones sociales que organizan las correspondientes actividades. Ahora bien, ese conjunto complejo de relaciones sociales (de status y roles, por ende) que giran en torno a una determinada práctica social, nos define las instituciones sociales básicas. Por lo tanto, tendríamos: i) instituciones económicas; ii) instituciones políticas; iii) instituciones culturales.

Como sinónimo de instituciones, emplearemos también la denominación “sistema económico”, “sistema político” o “sistema ideológico-cultural”, según el caso. Lo que interesa

obviamente no es tanto la denominación, sino, más bien, no olvidar que nos estamos

refiriendo a un conjunto articulado de relaciones sociales que giran en torno a las funciones de

transformación, ya mencionadas. El total de esas relaciones sociales sujetas a pauta equivale a

la “suma” de los sistemas económico, político y cultural y nos define lo que se conoce como

sistema social. El vocablo suma lo ponemos entrecomillado para advertir que no estamos en

presencia de una suma literal. Entre las diferentes instituciones fundamentales (económicas, políticas y culturales) se establecen nexos muy estrechos y una constante interacción. Más precisamente, el sistema social global debe entenderse como una totalidad compleja, la cual responde a cierto principio de unificación interno al sistema y que, como regla, emerge de la instancia económica. Al interior del sistema económico se pueden distinguir cuatro subsistemas: producción, distribución, cambio y consumo. El primero (“relaciones sociales de producción”) es el más decisivo y, al interior de éste, se localizan las relaciones de propiedad. Estas, operan como base o matriz de todo el sistema social. O sea, es a partir de la forma de propiedad como se suele configurar y unificar el conjunto del sistema social.

Lo expuesto se intenta resumir en el diagrama que sigue. DIAGRAMA I : Actividades o prácticas que desarrolla el ser humano.

PRACTICAS FORMAS DE ORGANIZA- CION SOCIAL.

OBJETO DE TRANSFORMACION.

PRODUCTIVA

SISTEMA ECONOMICO

NATURALEZA

POLITICA

SISTEMA POLITICO

SISTEMA SOCIAL

IDEOLOGICO-CULTURAL

SISTEMA CULTURAL

FORMAS DE LA CONCIENCIA SOCIAL

Conviene agregar: cuando hablamos de sistema económico, incluímos en el concepto algo más que la organización social del proceso de producción per se. De la producción se

derivan directamente los procesos de distribución, cambio y consumo de los productos. Todo ello

nos define el sistema económico, concepto que, según se puede apreciar, resulta más extenso que el de sistema social de producción. V.- Modo de producción y formación económico-social.

En lo que sigue, recordaremos dos categorías fundamentales: 1) modo de producción; y

2) formación económico -social.

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Por la primera, entendemos la unidad del sistema de fuerzas productivas y del sistema

económico.11 Se trata de una totalidad o conjunto complejo que responde, en consecuencia, no a

una agrupación puramente nominal sino que, muy por el contrario, funciona como una unidad o conjunto real.

¿Qué entendemos por sistema de fuerzas productivas?

Con esta categoría, designamos al proceso o interacción que se establece entre la

sociedad y la naturaleza. Es decir, viene a ser equivalente a la recién examinada categoría de

trabajo. De acuerdo a Marx, en su sentido más genérico o abstracto el proceso de trabajo: “es la actividad racional encaminada a la producción de valores de uso, la asimilación de las materias naturales al servicio de las necesidades humanas, la condición general del intercambio de materias entre la naturaleza y el hombre, la condición natural eterna de la vida humana, y por tanto, independiente de las formas y modalidades de esta vida y común a todas las formas sociales por igual. Por eso, para exponerla, no hemos tenido necesidad de presentar al trabajador en relación con otros. Nos bastaba con presentar al hombre y su trabajo, de una parte, y de otra la naturaleza y sus materias.”12 Asimismo, nuestro autor señala que “el trabajo es, en primer término, un proceso entre la naturaleza y el hombre.” 13 Agreguemos: esta identificación, entre la categoría trabajo y la categoría sistema de fuerzas productivas, no es algo que compartan todos los autores. En muchos casos se maneja un concepto de fuerzas productivas bastante más restringido del que ahora hemos propuesto, 14 como simple equivalente de la noción de “patrimonio productivo”; es decir, como una parte o elemento componente del proceso de trabajo. Ahora bien, cuando se está hablando de un “modo de producción”, se está manejando un doble referente: por un lado, se está aludiendo al proceso de transformación (o de “interacción”) de la naturaleza y, por el otro lado, también se está aludiendo a la forma social que asume el proceso. Por ello, pensamos que es conveniente manejar una noción del “sistema de fuerzas productivas” que sea más amplia y que, por ello, nos dé cuenta de esa interacción clave que se establece entre el Hombre y la Naturaleza. Esta

interacción es un aspecto; el otro se refiere a la forma social que asume el proceso. Al decir de

Marx, “en la producción, los hombres no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que actúan también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos es como se relacionan con la naturaleza y cómo se efectúa la producción.”15

En suma, el modo de producción implica una doble interacción: la del hombre con la naturaleza y la de los hombres entre sí. Todo ello, en el marco del proceso de trabajo. Al primer aspecto (o primera interacción) se alude con la categoría “sistema de fuerzas productivas” y, al segundo aspecto (o segunda interacción), con la categoría “sistema económico” (también se utiliza la expresión “relaciones sociales de producción”). Tendríamos, entonces: Sistema de Fuerzas Productivas. Modo de + = Producción. Sistema Económico.

Consideremos ahora la categoría “formación económica-social”.

11 Se puede manejar una versión más restrictiva del concepto si, en vez de sistema económico, hablamos de sistema de

producción. 12 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 136; FCE, México, 1973. 13 Ibid, pág. 130. 14 En el próximo capítulo, se discute en detalle este problema. 15 C. Marx, Trabajo Asalariado y Capital; en Marx-Engels, Obras escogidas, pág. 163. Editorial progreso, Moscú, 1973.

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A primera vista, quizá se podría pensar que cuando hablamos de sistema social agotamos todo lo que podemos encontrar en una sociedad dada. Esto es cierto en lo que se refiere a las relaciones sociales. Pero hay algo más en la realidad de la vida social y ello es lo que denominamos “sistema de formas de la conciencia social” (= SFCS).

¿Qué entendemos por SFCS? En breve, por ella entendemos el conjunto de contenidos que integran la conciencia social, en un momento histórico dado. Ello implica: i) los modos de representación (ilusorios o verdaderos) de lo real. O sea, las ideas e imágenes que el hombre tiene del hombre, de la sociedad y de la naturaleza; ii) las normas o criterios que regulan sus preferencias. O sea, los valores morales (lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto), los valores estéticos (lo bello y lo feo), etc. Por cierto, una sociedad no puede funcionar sin estos elementos. Y su influencia es muy clara tanto a nivel del comportamiento económico, como del político y del cultural. Por ejemplo, si el hombre no “afina” sus nociones sobre el universo material, difícilmente podrá elevar sustancialmente los niveles de la productividad del trabajo. Si no se difunden determinadas nociones sobre lo “justo” y lo “bueno”, difícilmente tendrá lugar un proceso político capaz de modificar seriamente a las estructura social vigente. En suma, el hombre siempre se mueve con un determinado cargamento de ideas y valores.

En ocasiones, al conjunto que integran el sistema político, el sistema cultural y el SFCS, se los denomina “superestructura”. Ésta, combinada con el modo de producción, nos proporciona la “formación económico-social”. También podríamos decir que el conjunto compuesto por el sistema social, el sistema de fuerzas productivas y el sistema de formas de la conciencia social, nos determina la formación social.

En suma, se tiene: MODO DE PRODUCCION

SISTEMA POLITICO

FORMACION = SISTEMA CULTURAL ECONOMICA-

SOCIAL SISTEMA DE FORMAS DE LA CONCIENCIA SOCIAL

La categoría pretende abarcar el conjunto de la realidad social. O sea, es la más global de las que hemos venido manejando. Por cierto, cada una de las categorías manejadas se puede, a su vez, manejar a diversos niveles de abstracción; por ahora, nos situamos al más alto posible. VI.- Interacciones.-

Al interior de la formación social, entre sus diferentes partes y al interior de cada una de ellas, se establecen múltiples y complejas relaciones de determinación, de mutua influencia. Todo ello plantea problemas teóricos muy complejos y polémicos, muy difíciles de dilucidar. Pero, aquí, no entraremos en esa discusión y nos limitaremos a una presentación ultra sencilla y simplificada. Asimismo, haremos referencia sólo a dos tipos de interacciones: i) las que tienen lugar al interior del modo de producción; y ii) las que tienen lugar entre el modo de producción (la “base”) y el resto de la formación social (la “superestructura”). Pero antes de examinar estos puntos, conviene efectuar una muy breve indicación de carácter general.

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Las interacciones que tienen lugar al interior de la formación social, entre cada una de sus partes o elementos constitutivos, responden a una pauta común: se trata de una interacción dialéctica.

¿Qué entendemos por interacción dialéctica? Para el caso que nos interesa, ello implica:

a) existe una determinación (o incidencia) mutua o recíproca entre las partes. Es decir, las líneas de determinación (o de “causalidad”) son de ida y vuelta; b) la interacción opera sobre la base de un poder de determinación desigual o asimétrico. Por ello, se distinguen dos líneas de determinación o de “causalidad”: i) los vínculos principales o de dominación; ii) los vínculos secundarios o de subordinación. Consecutivamente, y de acuerdo a cómo operan las líneas de “causalidad” dominantes (o sea, según cuál sea su dirección), distinguimos partes o aspectos dominantes y partes o aspectos subordinados, al interior de la formación social; iii) en determinadas y muy singulares circunstancias, una parte usualmente subordinada puede pasar a funcionar en calidad de parte dominante. Y vice-versa, la parte subordinada deviene aspecto dominante de la relación.

Veamos ahora qué pasa al interior del modo de producción. La interacción se establece entre el Sistema de Fuerzas Productivas (= SFP) y el Sistema Económico (= SE). Para el caso, prácticamente ningún autor niega la existencia de un relacionamiento dialéctico. Pero surge una gran polémica en torno a cuáles son la líneas de determinación dominantes. Autores como Plejanov, Lange, Bujarin y el grueso de los autores soviéticos, se pronuncian en favor del SFP como aspecto dominante de la relación. He aquí una muestra de esta corriente de pensamiento: “la producción social se halla siempre sujeta a un proceso de movimiento y desarrollo, que comienza siempre por los cambios que se operan en el estado de las fuerzas productivas y, ante todo, en los instrumentos de producción. El desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad es la base, el fundamento de la historia de la humanidad. Las relaciones de producción, es decir, la forma que reviste el desarrollo de las fuerzas productivas, se modifica en consonancia con los cambios operados en el contenido. La historia de la humanidad se nos presenta como una sucesiva sustitución de las formas sociales determinada por el desarrollo del contenido, o lo que es lo mismo, de las fuerzas productivas.”16 Tendríamos, entonces, una situación como la que se intenta describir:

Sistema de Sistema

Fuerzas Productivas --------------------- Económico

Causalidad dominante =

Causalidad subordinada = - - - - - - - - - - - - - -

Una articulación como la recién descrita, no suscita el consenso. Muchos autores se pronuncian por un relacionamiento del todo contrario, entre el SFP y el SE. Bettelheim, por ejemplo, sostiene que “en la combinación: fuerzas productivas-relaciones de producción, éstas últimas juegan el papel dominante, imponiendo a las fuerzas productivas las condiciones de su reproducción. A la inversa, el desarrollo de las fuerzas productivas nunca determina directamente la transformación de las relaciones de producción; esta transformación pasa siempre por la intervención de las clases existentes, es decir, por la lucha de clases.”17 En otro texto, el gran economista galo escribe que “la lucha de clases es el motor de la historia (...). Las

luchas de clases así como las mismas clases tienen por base material las formas y modos de producción en los que están insertos los productores y los no productores. Transforman las condiciones de producción, engendran nuevas fuerzas productivas, rompen las antiguas relaciones de producción y dan a luz nuevas relaciones.”18 Asimismo, nos dice que “el proceso histórico está determinado, en última instancia, por las contradicciones de clases. Éstas, cuya base material no es un simple cambio en los instrumentos de producción sino las contradicciones de la base económica (unidad contradictoria de las relaciones de producción y de las fuerzas productivas), se desarrollan a través de las formas ideológicas que esas mismas

16 M. Rosental y G. M. Straks, Categorías del materialismo dialéctico, págs. 203-204. Edit. Grijalbo, México, 1960. 17 Ch. Bettelheim, Revolución cultural y organización industrial en China, págs. 109-llO. Siglo XXI edits. , B. Aires, 1974. 18 Ch. Bettelheim, Las luchas de clases en la URSS, Segundo Período, 1923-1930; pág. 456. Siglo XXI edits., México, 1979.

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contradicciones engendran.”19 Como vemos, no sólo se invierte la relación de determinación dominante. De hecho, se apunta a una articulación bastante más compleja, en la cual intervienen, como momentos esenciales, aspectos que no pertenecen al modo de producción.

Entrar a un examen cuidadoso de las posturas en juego, es algo que excede ampliamente los alcances de este capítulo. Por ello, nos limitaremos a señalar los siguientes puntos fundamentales: i) el modo de producción debe verse como una “unidad de contrarios”, es decir, como una combinación de aspectos que son indispensables el uno para el otro y, a la vez, conflictivos; ii) entre ambos aspectos del modo de producción, se establece una relación dialéctica; esto, en el sentido antes descrito; iii) en cuanto a las líneas de determinación que, en un sentido estructural, sean las dominantes (y, por exclusión, las subordinadas), se trata de un problema que, al menos de momento, conviene dejar como una interrogante abierta. Es decir, como a simple vista no queda absolutamente claro lo que podría ser una respuesta correcta, en este momento de la exposición es mejor postergar esa respuesta.

¿Qué sucede con las interacciones al interior de la formación económico -social? Éste era el segundo problema que deseábamos abordar y, para precisarlo, debemos

reducirlo a uno más específico: el tipo de articulación que se establece entre la base o modo de producción y lo que usualmente se denomina superestructura. En el siglo pasado y parte del actual, se suscitaron agrias discusiones sobre el tipo de vínculos dominantes. Pero, en la

actualidad, tiende a darse cierto consenso relativo, en todo caso sobre el problema. Se habla de una interacción dialéctica (incluyendo aquí la dimensión contradictoria) y, a la vez, de una línea de determinación dominante, que va desde el modo de producción hacia la superestructura. En resumen, tendríamos:

Modo de Super-

Producción. -------------------- Estructura. Como antes, la línea continua indica la causalidad dominante. La línea discontinua, la causalidad subordinada.

Para terminar, conviene volver a advertir : nuestro examen ha sido muy introductorio y, por lo mismo, muchos y complejos problemas que giran en torno a estos puntos aquí no han sido discutidos y ni siquiera mencionados. Nos basta –por el propósito de estas notas- con señalar que entre las diversas partes o espacios de la formación social la interacción existe, que es desigual ( o asimétrica) y que también, según el período histórico, la línea de causalidad fundamental suele alterarse. Es muy probable que exista una línea de causalidad que sea dominante en un sentido estructural y de largo plazo. Pero en ausencia de un análisis cuidadoso y detallado - algo que aquí no podemos efectuar- no es conveniente emitir un juicio demasiado taxativo al respecto. Por ello, nos limitamos sólo a mencionar las hipótesis más gruesas que al respecto se han debatido. VII.- La dinámica más global : un vistazo. ¿Cómo se mueve, transforma y desarrolla el modo de producción y, en términos más generales, la formación económico-social? No es del caso, en este momento, ensayar una respuesta sistemática y exhaustiva. Nos limitamos a un primer vistazo, necesariamente esquemático y preliminar. Para nuestros propósitos, podemos empezar recordando dos juegos de consideraciones básicas. Primero, las que tienen que ver con la dinámica interna de la formación económico-social, de cada uno de sus componentes. Los aspectos a recoger son : a) los diversos espacios (partes o esferas) de la FES no son entidades estáticas. Se mueven y cambian, siendo la transformación a veces muy lenta y gradual y, en otras, rápida y sustantiva; b) las diversas

19 Ibid., pág. 462.

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partes cambian y se transforman con una velocidad o ritmo dispares. Algunas tienden a ser más estables o “conservadoras”; otras, más dinámicas y cambiantes. En suma, al interior de la FES el desarrollo es desigual. Segundo, las consideraciones que tienen que ver con la adecuación que se establece entre los diversos sectores o espacios de la formación social. En este contexto, los puntos a subrayar serían: a) no se puede combinar cualesquier elemento con cualesquier otro. Existe una coherencia o adecuación interna mínimas para que la formación social pueda funcionar. Por ejemplo, el sistema moderno de fuerzas productivas ( tal como se visualiza al finalizar el siglo en los países más avanzados, como Japón, Alemania y EEUU) no podría combinarse con un régimen social de tipo esclavista. Por su condición social, el esclavo tiende a maltratar a los medios de producción. Por ello, no puede asociarse a una tecnología muy sofisticada y/o instrumentos de manejo muy delicado; b) entre los diversos espacios nunca existe una adecuación o armonía perfectas. Es decir, siempre existe algún grado de desajuste; c) la inadecuación o desajuste tienen un límite superior. Si éste es superado, tal o cual parte o esfera de la FES deberá reestructurarse para lograr el acomodo o adecuación necesarias que exige la FES. Si se nos permite el símil, entre un pantalón y el cuerpo de tal o cual joven, pudiera no existir un ajuste perfecto. Pudiera ser muy largo o muy corto, muy estrecho o muy holgado. Pero un pantalón de 12 centímetros de largo es absolutamente incompatible con un joven de 18 años que mida un metro ochenta centímetros. De lo expuesto es fácil deducir que al interior de la FES se tienden a desarrollar desajustes internos que superan el límite permisible. Como las partes se van transformando y lo hacen a un ritmo desigual, el desajuste se debe ampliar hasta tornarse inadmisible. En este caso, decimos que: a) surge una crisis interna en la FES que debe calificarse como estructural; b) dada la crisis, surge la necesidad de un reacomodo u reordenamiento estructural. La reestructuración debe operar en el sentido de recuperar la coherencia (o adecuación) interna perdida; c) el reacomodo debe darse a favor de los sectores que: i) juegan un papel dominante en el seno de la FES; ii) han desarrollado, en su proceso evolutivo, formas progresivas. Es decir, más avanzadas. Lo señalado nos muestra lo que podemos denominar dimensión estructural objetiva del cambio. Pero es insuficiente. En el cambio social también interviene una dimensión subjetiva. Es decir, el cambio supone agentes o sujetos sociales que impulsan las transformaciones del caso. O sea, las presiones que emergen de la estructura ( y que son, en lo básico las antes mencionadas) dene provocar un comportamiento social que sea capaz de precipitar los cambios sociales necesarios. Las presiones de la estructura deben ser percibidas y recogidas por los grupos o agentes sociales. Es decir, deben transformarse en un hecho de conciencia. Lo objetivo material debe subjetivizarse. Luego, a partir de este hecho ( que debe verse como un proceso de desarrollo, con diversos grados de profundidad), debe desplegarse la actividad política capaz de lograr los cambios sociales que exige la crisis estructural. En suma, de la estructura a la conciencia social, de ésta a la actividad política y de la política a los cambios en la estructura. Tal es la línea secuencial más gruesa. El proceso, como regla, supone el despliegue de un fuerte conflicto social. Según se sabe, los grupos y personas se ubican en diversas posiciones o lugares de la estructura social. Si la estructura es suficientemente homogénea y no engendra el fenómeno de la explotación y de las clases sociales contrapuestas, podemos suponer que el cambio social tendrá lugar ( con mayor o menor premura) sin grandes conmociones. Pero no es ésta la situación más frecuente. Las estructuras suelen ser muy heterogéneas y generar grupos sociales con intereses sociales contrapuestos : lo bueno para unos es malo para los otros. Por ello, esos grupos, en función del lugar que ocupan, pueden tener interés sea en modificar o en preservar el dato estructural vigente. Es decir, los grupos sociales pueden aceptar o rechazar las presiones de la estructura a favor de las modificaciones citadas. Dado ese perfil, se delinean grupos sociales que, por sus intereses objetivos, deben estar a favor (grupos progresivos) o en contra (grupos conservadores) del cambio. Luego, para que el cambio social estructural pueda tener lugar, se necesita que los grupos sociales progresivos: i) tomen conciencia de las presiones de la estructura y de que sus intereses objetivos coinciden con esas presiones. Es decir, que desarrollen una conciencia social verdadera o adecuada, que operen como clase o grupo “para sí”; ii) que a partir de ese proceso se organicen políticamente, como fuerza social capaz de provocar las transformaciones sociales

necesarias; iii) que en ese contexto y proceso, desarrollen la fuerza necesaria para imponer el

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cambio. O sea, deben conseguir la fuerza política que les permita vencer a las fuerzas del bloque conservador, opuesto a los cambios. Conviene advertir: ningunos de los pasos o momentos mencionados tiene lugar en forma automática o fatal. Se pueden dilatar, entorpecer o fallar en distintos grados y tiempos. Por ejemplo, la toma de conciencia de los grupos progresivos puede ser muy incompleta y muy lenta. O que el bloque progresista sea derrotado por el conservador en tal o cual enfrentamiento decisivo. Es decir, la crisis estructural pudiera no resolverse porque la dimensión subjetiva del proceso no opera en los términos necesarios. Si así son las cosas, se abre un período que se denomina “pantano histórico”: las presiones objetivas por el cambio no alcanzan el correlato subjetivo adecuado. A la larga-larga, el cambio termina por imponerse, pero en el interín puede transcurrir un muy largo período de tiempo.20

20 Por ejemplo, en la Alemania de Lutero, parecían estar dadas las condiciones para avanzar desde el feudalismo al capitalismo.

No obstante, las fuerzas progresivas fueron derrotadas (el mismo Lutero, con sus vacilaciones y odios a las huestes de Thomas

Munzer, contribuyó a dividir el bloque popular y, por ende, a la derrota ) y el capitalismo alemán recién resurgió con fuerza dos

siglos más tarde, a partir de Bismarck.

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CAPITULO II: EL CONCEPTO DE FUERZAS PRODUCTIVAS. I.- Introducción.

Pensamos que los conceptos desarrollados en el capítulo anterior pueden ser útiles a la comprensión de la categoría que buscamos analizar a lo largo de estas notas. Toda categoría pretende ser un reflejo de la realidad. Como regla, no de toda la realidad, sino que sólo de alguna de sus partes. Por consiguiente, hay dos consideraciones que, no por elementales, deben dejarse pasar sin mayores advertencias: a) no confundir la realidad “material”, con su reflejo teórico-ideal; b) tratar de identificar aquella parte de la realidad “material” a la cual nos referimos, con el empleo de una determinada categoría.

Pues bien, como la parte no se entiende sino a la luz del todo, resulta evidente que la “localización de la parte” sólo puede hacerse por medio de una referencia explícita a la totalidad dentro de la cual está inserta. Todo esto, es lo que henos intentado efectuar en el anterior

capítulo. Con ello, hemos avanzado a detectar el “espacio” real y teórico ocupado por la categoría “sistema de fuerzas productivas”. Por supuesto, la delimitación de los contornos sólo

puede y debe entenderse como un primer y muy preliminar paso, en el estudio de un fenóme-

no dado. Una vez cumplido, necesariamente debe avanzarse hacia el análisis del contenido que

recubre el espacio así delimitado. Ésta es la tarea que iniciamos ya, en este capítulo. En primer lugar, nos concentraremos en el análisis del concepto o “idea general”

involucrado en el apelativo “sistema de fuerzas productivas”. Es lo que hacemos en el presente capítulo.

En segundo lugar capítulo siguiente, procederemos identificar los diversos elementos que integran la categoría. Esto, en función de las dos variantes posibles que distinguiremos en el uso de la categoría.

El análisis de los elementos componentes de la categoría nos llevará a concentrarnos, de modo especial, en las categorías patrimonio productivo, trabajo productivo y producto. Esto nos permitirá ensayar un esquema analítico-contable de ordenación de datos económicos, que nos parece de particular relevancia. Los capítulos V y VI se destinan a abordar tales problemas.

En base a los desarrollos obtenidos, avanzamos luego a lo que podemos denominar “caracterización” del sistema de fuerzas productivas. Lo hacemos, en términos del nivel, la dinámica y el carácter (o calidad) con que opera tal sistema. Los capítulos VII, VIII, IX, X y XI se destinan a tales propósitos. Finalmente se agrega un último capítulo, en donde se plantean algunas leyes generales que describirían el comportamiento de las fuerzas productivas. II.- La idea de sistema.-

Al referirnos al tema que nos preocupa, hemos hablado de sistema de fuerzas

productivas. El apelativo “sistema” lo recalcamos y, dada su importancia, es útil que le dediquemos dos o tres líneas.

Las fuerzas productivas están integradas por múltiples elementos y relaciones. Ahora bien, no se trata de una simple “suma” de elementos y de relaciones. Éstos deben estar organi-

zados es decir, estructurados de un modo determinado. Cuando hablamos de sistema de

fuerzas productivas, queremos hacer referencia explícita al citado “ordenamiento” de elementos y de relaciones. Para ver esto a través de un ejemplo, podemos sostener que un nivel dado de desarrollo de las fuerzas productivas (el cual es medido por medio del índice de la productividad del trabajo) no se puede combinar con cualquier tipo de medios de producción. Verbigracia, el arado de palo será incompatible con un nivel muy alto de productividad. Del mismo modo, un sistema de máquinas automatizadas no puede conjugarse con bajos niveles de productividad y/o con productores directos que sean analfabetos.

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Tenemos, en consecuencia, que cuando hablamos de sistema nos referimos a: i) un conjunto complejo de elementos y relaciones; ii) elementos y relaciones que interactúan entre sí, de tal modo que su comportamiento sólo puede ser comprendido a la luz de tal interacción. (O sea, la suma de las partes no es igual al todo); iii) tal conjunto complejo de elementos y rela-ciones que interactúan, están sometidos a un principio unificador o de homogeneización. Vale decir, el conjunto no puede ser constituído por cualquier tipo de elementos y de relaciones. Estos deben guardar ciertas relaciones mínimas, de correspondencia entre sí.

La idea de sistema es inherente a la lógica dialéctica. Contemporáneamente, con el desarrollo de la ciencia y de la tecnología moderna, la misma idea ha resurgido con especial fuerza a través de la denominada teoría general de sistemas. El principal exponente de ésta, Ludwig von Bertalanffy, ha escrito que “un sistema puede ser definido como un complejo de ele-mentos interactuantes. Interacción significa que elementos, p, están en relaciones, R, de suerte que el comportamiento de un elemento p, en R, es diferente de su comportamiento en otra relación R’. Si los comportamientos en R y R’ no difieren, no hay interacción y los elementos se comportan independientemente, con respecto a las relaciones R y R’.”21 En el mismo sentido, Bertalanffy distingue las características sumativas y las constitutivas. Las primeras, “son aquellas que son las mismas, dentro y fuera del complejo; se obtienen, pues, por suma de características y comportamiento de elementos, tal como son conocidos aislados. Las características constitutivas son las que dependen de las relaciones específicas que se dan dentro del complejo; para entender tales características tenemos, por tanto, que conocer no sólo las partes sino también las relaciones.”22 De igual modo, el citado autor distingue sistemas que poseen un elemento que juega el rol de “parte conductora”, o sea, sistemas que están “centrados”. Esto se corresponde a lo que hemos denominado: principio unificador de un sistema.

Finalmente, debemos agregar una última idea. El sistema de fuerzas productivas es una totalidad, que a la vez es parte. La totalidad inmediatamente superior, a la cual está integrado, es el modo de producción. Este es un sistema, al interior del cual podemos decir que

se integran como partes dos sub-sistemas. Por un lado, el sistema de fuerzas productivas; por el otro, el sistema de relaciones sociales de producción. Para seguir con Bertalaffy, recordemos que éste escribe que “los sistemas están frecuentemente estructurados de modo que sus miembros son, a su vez, sistemas del nivel inmediato inferior”23.

Lo anotado el carácter relativo de cada totalidad sistemática nos permite pasar al apartado siguiente. III.- La abstracción supuesta .

Hay dos grandes supuestos o abstracciones que efectuamos a lo largo de estas notas y sobre los cuales conviene detenerse.

Al finalizar el apartado anterior, hemos anotado que el sistema de fuerzas productivas

es una totalidad relativa. Es decir, constituye sólo una parte de una totalidad mayor o más

compleja. Si tomamos en serio lo que hemos dicho, respecto a las características intrínsecas a cualquier todo sistemático, la conclusión debe ser obvia: la comprensión cabal del sistema de fuerzas productivas se puede lograr solamente a la luz de su interacción con los otros

componentes de la formación económico-social. Al interior de ésta de modo simplificado podemos distinguir, junto al sistema de fuerzas productivas: el sistema de relaciones de producción (o sistema de relaciones económicas); el sistema de relaciones sociales super-estructurales; y el sistema de formas de la conciencia social. Respecto a la formación económica social, podríamos hablar de elementos o sub-sistemas. Y como entre ellos existe interacción, sus características serán “constitutivas”. O sea, lo que sea el sistema de fuerzas productivas debemos saberlo analizando no solamente la estructuración de sus componentes internos, sino que también el tipo de nexos que se establece entre el sistema de fuerzas productivas y los otros componentes de la formación económico social.

A lo largo de estas notas, no nos preocuparemos casi para nada del mencionado tipo de nexos. Es decir, haremos abstracción del resto de la formación económico-social. El supuesto es

21 L. von Bertalanffy, Teoría General de los Sistemas, pág. 56, F.C.E. Madrid, 1976. 22 Ibid, pág. 55. 23 Ibid, pág. 76.

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lícito si se lo toma en calidad de provisorio o temporal. Es decir, para fines como los que aquí perseguimos, en una primera etapa, resulta cómodo e incluso imprescindible. La condición para que sea útil y no malconducente es, justamente, que no se olvide el carácter del supuesto, el peligro que involucra y su necesaria provisionalidad.

Una segunda gran abstracción o supuesto básico a explicitar se refiere a lo siguiente. Un sistema de fuerzas productivas, siempre responde a características concretas y específicas. Ello, en función del carácter del modo de producción (y, de modo más amplio, del carácter de la formación económico-social) al cual esté integrado, en calidad de parte. Por ejemplo, el sistema de fuerzas productivas propio del capitalismo poseerá rasgos específicos que lo diferenciarán, notablemente, del sistema de fuerzas productivas que caracterizará al feudalismo. Y así suce-sivamente. En la realidad concreta, por definición, siempre nos encontraremos con “sistemas especificados”; es decir, dotados de particularidades y de rasgos propios. Sin embargo, lo que en

este trabajo nos preocupa no son los rasgos particulares, sino aquellos comunes a cualquier

sistema de fuerzas productivas. Es decir, nos situamos al más alto nivel de abstracción posible.

No hablaremos del sistema de fuerzas productivas con que hoy opera vg. el capitalismo brasileño, o bien, el capitalismo en general. Tampoco nos referiremos al sistema de fuerzas productivas con que pudo haber operado el feudalismo ruso del siglo XVIII , o bien, el

feudalismo en general. Se trata, más bien, de hablar del sistema de fuerzas productivas en

general y no de éste o de otro sistema en particular.

La restricción anotada es importante y no debe ser olvidada. Las preguntas de la ciencia social, como regla, son preguntas que se refieren a realidades concretas. Por consiguiente, exigen respuestas igualmente concretas. Para ello, el conocimiento de lo general es imprescindible; pero, al mismo tiempo, es absolutamente insuficiente. Lo concreto, siempre es una unidad de lo general y de lo particular. En este trabajo, nos concentramos en los aspectos más generales del fenómeno fuerzas productivas. Por ende, si los desarrollos a efectuar son correctos cabe esperar que, en toda respuesta concreta, los elementos y consideraciones a exponer estén presentes. Sin embargo, una respuesta concreta que se redujera a contestar por los elementos generales, no sería una respuesta concreta. A lo general, siempre deberá unirse el análisis de lo particular. Por ejemplo, si la pregunta es por Pedro, una respuesta del tipo “Pedro es un hombre”, sería del todo insuficiente. Pedro, junto con ser hombre, lo es de un modo particular. Y es esto lo que debemos averiguar: el ser de cierto modo.

La ciencia siempre debe avanzar desde lo abstracto a lo concreto. Si se queda en el

primer peldaño lo abstracto, quedará trunca. Pero, para avanzar al segundo, naturalmente debe reconocer previamente el primero. Es lo que pretendemos efectuar aquí: reconocer el primer peldaño. Al mismo tiempo, recordar que se trata sólo de un “primer y parcial primer paso”. IV.- Dos usos posibles de la categoría fuerzas productivas.

En relación a las ciencias “naturales”, las ciencias sociales presentan una imagen de cierto “subdesarrollo”. Las razones son múltiples y, entre otras, se pueden aducir la mayor complejidad de los fenómenos sociales, la interferencia que provoca la lucha de clases en la investigación de tales fenómenos, la misma juventud de la ciencia social, el carácter mercantil (no-regulado) de las sociedades predominantes en las últimas dos centurias, etc.

Lo anotado se traduce en una notoria heterogeneidad terminológica. Es decir, el mismo fenómeno se denota con vocablos diferentes; o bien, el mismo vocablo se utiliza para designar realidades diferentes. Esta situación, que no siempre traduce discusiones teóricas sustantivas, como es obvio, entorpece considerablemente cualquier esfuerzo de avance teórico.

La categoría “sistema de fuerzas productivas” no escapa a la situación descrita. Si quisiéramos describir las diferentes acepciones en que se usa el vocablo, probablemente

emprenderíamos una misión imposible. Por ello, para acortar el camino y también partiendo de

la base que, como regla, la discusión sobre palabras es una necedad, elegiremos la opción más cómoda: presentar nuestra propia versión. Aclaremos: no se trata de “novedades” teóricas. Se trata de evitar la discusión filológica y de explicitar los rótulos linguísticos con que nos manejaremos en el presente trabajo.

Revisando la literatura sobre el tema, en trazos muy generales es posible distinguir dos líneas gruesas de acepción de la categoría. Para evitar lo que pensamos es una discusión bizantinal y ociosa, utilizaremos las dos; es decir, la exclusión de una u otra la decidiremos en

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función de los problemas concretos a analizar. De este modo, distinguiremos: a) fuerzas

productivas como sinónimo de “patrimonio productivo” (versión restringida de la categoría); y b)

fuerzas productivas como sinónimo de “proceso de trabajo” (versión amplia de la categoría).

A continuación, pasamos a analizar las dos formas de utilización de la categoría que hemos distinguido. V.- La categoría, como patrimonio productivo. Hemos anotado que la categoría fuerzas productivas es susceptible de utilizarse en un doble sentido. En primer lugar, distinguiremos lo que podemos calificar de acepción restringida de la categoría.

Cuando nos referimos a las fuerzas productivas utilizando tal acepción restringida, su significado es prácticamente literal. Se refiere a las capacidades de producción de que dispone una sociedad dada.

Si la pregunta inicial es: ¿qué tiene la sociedad para poder llevar adelante el proceso de producción?; o bien ¿de qué dispone la sociedad para poder producir? , la respuesta será “dispone de esto y de lo otro”. Este “esto y lo otro” serán las fuerzas productivas, entendidas en su sentido más restringido. O sea, en este caso, podemos asimilar la categoría al concepto de

patrimonio productivo.

Al hablar de “patrimonio productivo”, normalmente estamos pensando en un “stock” de capacidades productivas disponibles. Por lo mismo, cuando empleamos la categoría fuerzas pro-ductivas como sinónimo de patrimonio productivo, podemos sostener que usamos no sólo una acepción restringida (o estrecha), sino que, también, empleamos la categoría en un sentido más bien estático.

Esta acepción, restringida y más bien estática de la categoría fuerzas productivas, nos

remite como resulta evidente a una especie de contabilización de las capacidades productivas disponibles. Asimismo, focaliza la atención del investigador en lo que podemos denominar premisas o condiciones iniciales del proceso productivo. En otras palabras, se centra en lo que usualmente se denomina patrimonio productivo de la sociedad.

Observará el lector que, de ser éste el caso, lo que venimos denominando “sistema de fuerzas productivas” apuntaría a un fenómeno más bien restringido. Por eso nos parece que esta acepción, aunque útil para ciertos análisis, es más bien pobre y debe dar lugar a otra más rica y completa, de la cual la anotada no es sino parte integrante. VI.- La categoría, como proceso de trabajo.

Cuando usamos la categoría en su segunda acepción o sea, como equivalente al

proceso de trabajo la expresión “sistema de fuerzas productivas” resulta considerablemente más apropiada de lo que es, en el caso anterior. Es decir, nos encontramos con un conjunto más complejo, más rico y multilateral.

En esta segunda alternativa de interpretación, apuntamos directamente a un proceso.

Éste se refiere al movimiento que une al hombre (o, para ser más precisos y utilizar una termi-nología menos sospechosa, a la sociedad) con la naturaleza. El contenido de este proceso

según ya hemos tenido ocasión de anotar reside en la apropiación de la naturaleza por parte de la sociedad. Esta apropiación implica un proceso de transformación cuya finalidad es

provocar cambios en la materia tales, que la hagan susceptible en su nueva forma de satisfacer las necesidades humanas. En palabras de Marx, se trata de la “asimilación de las materias naturales al servicio de las necesidades humanas”.24

Puede verse que, en este caso, usamos la categoría dándole una significación estrictamente similar a lo que Marx designa como proceso de trabajo, en sentido amplio.25Si bien se piensa, cuando utilizamos la categoría sistema de fuerzas productivas en su segunda acepción, apuntamos a una relación (o proceso) que tiene lugar entre dos elementos constitutivos de la naturaleza. Según escribe Marx, “en este proceso, el hombre se enfrenta

24 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 136 25 Sobre este punto, consultar a Marx: El Capital, Tomo I, capítulo V.

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como un poder natural con la materia de la naturaleza.”26 Pues bien, si ahora como es lícito quisiéramos distinguir la “naturaleza-hombre” del resto de la naturaleza (o “naturaleza-cosa”), tendríamos el siguiente esquema relacional:

SOCIEDAD NATURALEZA ( hombre ) ( cosa )

Esta relación no es algo estático. Está sujeta a cierta dinámica; o sea, a un tipo

particular de movimiento. Hay, por consiguiente, que interpretarla en cuanto proceso dinámico.

Si esto es verdad, debemos deducir que estamos en presencia de cierta contradicción (sin la

cual, no existiría el citado movimiento). Toda contradicción, según sabemos, es una unidad de opuestos. En este caso, los opuestos constitutivos son los citados mas arriba. De modo análogo, podemos agregar que el desarrollo de la contradicción viene descrito por los cambios que experimenta la relación sociedad-naturaleza. Este desarrollo presenta una dirección bastante definida: la sociedad, desde una situación de bastante “orfandad” o “debilidad”, va avanzando

progresivamente hacia una situación de dominio y control cada vez mayor sobre la naturale-za. Éste es el sentido de la expresión “desarrollo histórico creciente de las fuerzas productivas”.

Finalmente, debemos agregar una última acotación. Si con la expresión “sistema de fuerzas productivas” nos estamos refiriendo a la relación que se establece entre la sociedad y la naturaleza, por medio del proceso de trabajo, resulta evidente que no estamos en presencia

directa de relaciones sociales. Sin embargo, debemos constatar: a) las relaciones con las cosas,

en lo fundamental, se definen a partir de las relaciones sociales; b) el sistema de relaciones sociales se ve influído, en muy alto grado, por el sistema imperante de fuerzas productivas.

26 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 131.

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CAPITULO III : CONTENIDO O COMPONENTES DE LA CATEGORÍA FUERZAS PRODUCTIVAS. I.- Introducción.

En el capítulo anterior, hemos distinguido dos usos posibles de la categoría fuerzas productivas. Por un lado, una acepción estrecha o restringida, que también hemos calificado de estática; en este caso, visualizamos la categoría como sinónimo del patrimonio productivo disponible por la sociedad. Por otro lado, hemos asimilado la categoría al concepto de proceso de trabajo, versión que podemos calificar como amplia y dinámica; en este caso, con la categoría apuntamos al proceso de transformación de la naturaleza, por parte de la sociedad.

Ahora nos corresponde analizar los diferentes elementos que integran el fenómeno de las fuerzas productivas. O sea, se trata de desglosar, descomponer la categoría en sus diversas partes. Naturalmente, el análisis debe ser referido a cada una de las acepciones que hemos distinguido. II.- Componentes del patrimonio productivo.

Cuando la categoría fuerzas productivas se utiliza en el sentido de patrimonio productivo, se acostumbra distinguir en ella dos grandes componentes: a) el conjunto de

productores directos, o componente personal y subjetivo de las fuerzas productivas; y b) el

conjunto de los medios de producción, o componente material y objetivo de las fuerzas

productivas. Veamos primero el caso de los productores directos. Entendemos por productores directos, al conjunto de los trabajadores que se

desempeñan en actividades de la producción. Sin su presencia, la producción es impensable. Por lo mismo, este componente del patrimonio productivo puede catalogarse como el “nervio” mismo del proceso de trabajo.

La fuente de aprovisionamiento del componente productores directos, reside en la población total. A ésta, debemos restarle la población no activa (por muy joven, por muy vieja, o simplemente por ociosa) y, de esta manera, llegar a lo que se conoce como población activa. Luego debemos restarle, a la población activa, el conjunto de personas que desempeñan actividades que están al margen de la producción. O sea, restar los trabajadores de la esfera improductiva. El residuo nos proporciona el total de trabajadores que se desempeñan en actividades productivas (o trabajadores productivos). Este total equivale al total de productores directos. Esta última cifra la podemos multiplicar por la jornada de trabajo, con lo cual arribamos a una expresión numérica que nos indicará la masa total de trabajo social productivo

disponible por la sociedad. Se trata agreguemos de un total de horas de trabajo a gastar. O

sea, trabajo aún no cristalizado en productos. De aquí en adelante salvo advertencia

contraria, emplearemos la expresión “trabajo vivo productivo” o, simplemente, “trabajo vivo”, para referirnos a esta masa de trabajo disponible para fines de producción.

Lo anterior puede formalizarse del modo que sigue: (l) ( Tvd) = ( N ). ( Na / N ) . ( Nap / Na ) . ( JT ) en que: Tvd = masa (en horas) de trabajo vivo productivo disponible. N = población total. Na = población activa u ocupada. Nap = población activa productiva.

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JT = jornada de trabajo.

Los valores de todas las variables deben ser especificadas para un período de tiempo dado. Por ejemplo, el período que cubre un ciclo productivo o un conjunto de ellos. Lo usual es tomar un período calendario (un año, un quinquenio, un semestre, etc.).

En la expresión (l), nos hemos manejado en términos de coeficientes. Al cuociente entre la población activa y la población total, lo denominamos coeficiente de activos. Y al cuociente entre trabajadores productivos y población activa, lo denominamos coeficiente de productivos.

En las estadísticas oficiales se suele utilizar una desagregación mayor. Luego de la Población Total, se maneja la categoría “Población en edad de trabajar” (= Net), integrada por la población cuya edad se sitúa entre los 15 y los 65 años. Luego, la “Población Económicamente Activa” (=Nea), que es la parte de la Net que está trabajando o buscando trabajo. A la Nea se le restan los desocupados y se arriba a la “población ocupada” (=Na). A esta se le restan los coupados en funciones improductivas y se llega a la “Población Ocupada Productiva (=Nap). Esta se multiplica por la jornada de trabajo (=JT) y llegamos al total de trabajo vivo productivo disponible27. La información pertinente para México y EEUU se muestra en el cuadro que sigue.

Cuadro I : Trabajo Vivo Productivo disponible,México y EEUU, 1995.

Indicadores (miles de personas) México Estados Unidos

1. Población Total 91164 262688

2. Población en edad de trabajar 57573 198351

3. Población económicamente activa 34325 132300

4. Población ocupada 32673 124676

5. Población ocupada productiva 14788 52796

6. Jornada de trabajo anual (Horas) 1950 1650

7. pet = 2 / 1 0.632 0.755

8. Tasa de participación= 3 / 2 0.596 0.667

9. Tasa de ocupación = 4 / 3 0.952 0.942

10. Coeficiente de productivos = 5 / 4 0.453 0.423

11. Trabajo Vivo Disponible = ( 5 ) . ( 6 ) 28836600 (*) 87113400 (*)

(*) Miles de horas. Fuentes: Filas 1 a la 4, ACLAN, “Los mercados de trabajo en América del Norte, un análisis comparativo”, Dallas, 1997. Filas 5 y 6, estimaciones del autor. Conviene resaltar algunos aspectos de la información presentada. Primero, podemos ver que el coeficiente (pet) es bastante menor en México. Ello, por el notorio mayor porcentaje de jóvenes que hay en México. O sea, la población estadounidense es más vieja que la mexicana. Segundo, tenemos una tasa de participación bastante más baja en México. La clave reside en el hecho de que buena parte de la población femenina mexicana no se integra al mercado de trabajo formal y permanece encerrada en sus casas, en “tareas del hogar”. La tasa de ocupación parece levemente más alta en México pero debe advertirse que las cifras oficiales sobre ocupación son muy poco confiables en México. Es decir, con toda seguridad la desocupación efectiva es mucho mayor que la indicada por el gobierno. En cuanto al coeficiente de productivos es relativamente similar pero la estimación debe tomarse con muchas precauciones. En cuanto a la jornada de trabajo, se puede ver que es notoriamente más elevada en México. Como resultado tenemos que el Tvd mexicano equivale a un 33 % del Tvd estadounidense. El porciento es parecido a la relación entre las poblaciones: la mexicana equivale a un 35 % de la de EEUU. O sea, la discrepancia entre los diversos coeficientes termina por compensarse.

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O sea, tendríamos la siguiente relación:

Tvd = N ( Net / N ) ( Nea / Net ) ( Na / Nea ) ( Nap / Na ) ( JTa) = Nap . JTa

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Los productores directos (o alternativamente, la masa de trabajo vivo productivo) pueden ser clasificados en función de diversos criterios. Estos, dependerán del tipo de problema y de la información que reclame su solución. Por ejemplo, existen clasificaciones muy utilizadas, del tipo: a) estructura de edades de la población trabajadora productiva; b) nivel y tipo de ca-lificación del trabajo productivo; c) localización sectorial (por ramas de la producción) de la población productiva; d) etc; etc.

En el caso a), podríamos tener un cuadro del siguiente tipo:

Nap = Nap,1 + Nap,2 + Nap,3

En donde el sub-índice l podría indicar al conjunto de trabajadores jóvenes (vg., entre 15 y 29 años), el sub-índice 2 a los “maduros” (vg., entre 30 y 45 años) y el sub-índice 3 a trabajadores viejos. Lo mismo podría expresarse en términos porcentuales y permitiría cotejar la variación, en el tiempo, del “peso” de los diferentes grupos.

En el caso c), podríamos escribir:

Tv = Tv,1 + Tv,2 + ........ + Tv,n

En que el sub-índice 1 podría vg. representar la agricultura, el sub-índice 2 la minería, el 3 la industria de transformación y así sucesivamente. O sea, nos encontraríamos con un cuadro de la distribución, por ramas económicas, del trabajo vivo productivo. En este caso, la evolución del cuociente Tvi / Tv nos indicaría el cambio que, lo largo del tiempo, iría experimentando la estructura ocupacional de la población productiva. Como se sabe, el proceso de desarrollo económico va aparejado a desplazamientos de la ocupación por ramas. En líneas generales, va disminuyendo el peso del trabajo vivo productivo asignado al sector primario (agricultura y minería) y aumentando el peso del asignado a los sectores secundarios (industria de transformación, construcción) y terciarios (servicios básicos, como transporte, comunicaciones, agua, luz; y servicios personales). O sea, el cuadro de la distribución, por ramas de actividad económica del trabajo vivo productivo, puede servirnos como indicador del grado de desarrollo económico que ha alcanzado el país o la sociedad en cuestión.

Las clasificaciones repitamos pueden ser múltiples. Y se deben efectuar en función del tipo de información que reclame el problema a resolver.

Veamos ahora un último punto, referido a los productores directos. La masa de trabajo vivo, a través de la cual llegamos a cuantificar el componente personal o subjetivo de las fuerzas productivas, la medimos tomando como unidad de cuenta la hora-trabajo. Ahora bien, para que

tal unidad de cuenta sea eficaz, debe representar una hora de trabajo homogénea. En lo fun-

damental, la homogeneidad de la hora de trabajo vivo supone dos condiciones: i) calificación semejante; ii) intensidad de trabajo semejante.

En cuanto a la calificación, lo normal es que varíe ampliamente de un grupo a otro de

trabajadores productivos. Por ello, debe comenzarse por definir el concepto de trabajo simple.

Éste será el trabajo desempeñado a partir de una calificación promedio. Y en cuanto a la hora de trabajo a utilizar, como unidad de cuenta, debe ser la hora de trabajo ejecutada sobre la base de tal calificación básica o de nivel promedio. ¿Qué pasa, entonces, con el trabajo de mayor calificación? Conceptualmente, la respuesta es sencilla: la hora de trabajo altamente calificada (por lo menos, de calificación superior a la promedia) contará como un múltiplo de la hora de trabajo simple. O sea, equivaldrá a (1 + x) veces la hora de trabajo simple. Ahora bien, en cuanto a cómo calcular el coeficiente de conversión x, estamos frente a un problema técnico-estadístico del cual no nos ocuparemos aquí. En todo caso, un procedimiento rápido puede consistir en comparar los años de educación formal de tal o cual grupo de trabajadores con el promedio nacional de años de educación formal .

En lo que se refiere a la intensidad, el razonamiento es relativamente análogo. También nos encontramos aquí con que la intensidad con que opera la hora-trabajo, a nivel de los distintos grupos de trabajadores, puede variar; incluso, ampliamente. Esto obliga a considerar la hora-trabajo que utilizamos, como unidad de cuenta para medir la masa de trabajo vivo

productivo disponible, como una hora de trabajo que funciona con la intensidad media vigente,

a nivel de la economía en su conjunto. Por consiguiente, y según cuál sea el caso, deberemos

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proceder a efectuar determinadas correcciones en función de la mayor o menor intensidad del trabajo con que operen los diversos grupos de trabajadores productivos.

En resumen, para que la unidad de cuenta sea homogénea, la hora-trabajo la contabilizamos en términos de la calificación simple y de su intensidad media.

Pasemos ahora al análisis del segundo componente de las fuerzas productivas: los

medios de producción.

Entendemos, por medios de producción, al conjunto de los recursos materiales que se utilizan durante el proceso de producción. Inicialmente, se pueden descomponer en dos grandes

rubros: a) los objetos de trabajo; b) los medios de trabajo.

El objeto de trabajo, es aquello sobre lo cual se aplica el trabajo humano para efectos

de transformar el objeto. La fuente y depositaria original de los objetos de trabajo es claro

está la naturaleza. En líneas generales, se pueden distinguir: objetos de trabajo “filtrados” por el trabajo

humano (o sea, sujetos a un proceso de transformación previo) y objetos “no filtrados”. Mientras mayor sea el desarrollo económico societal, más y más aplastante será el peso de los objetos de trabajo “filtrados”. Sólo en el caso de sociedades muy primitivas, los objetos de trabajo “no-filtrado” podrán llegar a tener una cierta relevancia. Convencionalmente, también se podrían clasificar los objetos de trabajo en materias primas y bienes intermedios, reservando el calificativo de materia prima para objetos de trabajo que presenten un bajo grado de transformación (es decir, aquellos que han sido sometidos en un grado menor al trabajo humano) y, el calificativo de bienes intermedios, para aquellos objetos de trabajo que han experimentado un mayor grado de transformación (o sea, se les ha aplicado una dosis mayor de trabajo humano productivo).

En cuanto al medio de trabajo, “es aquel objeto o conjunto de objetos que el obrero

interpone entre él y el objeto que trabaja y que le sirve para encauzar su actividad sobre este

objeto.”28 En muchos casos, como sinónimo de la expresión “medio de trabajo”, se utiliza la expresión “instrumentos de trabajo”. También, aunque con menor frecuencia, se habla aquí de fondos productivos básicos.

Los medios o instrumentos de trabajo se pueden dividir en: i) medios de trabajo activos; ii) medios le trabajo pasivos. Los activos, están constituidos por aquellos instrumentos que actúan de modo directo en el proceso de transformación de los objetos de trabajo. Marx habla de “instrumentos mecánicos, cuyo conjunto forma lo que podríamos llamar el sistema óseo y muscular de la producción.”29 En cuanto a los medios de trabajo pasivos, son los que configuran las condiciones más bien externas del proceso productivo, tales como canastos, barriles, bodegas, galpones, edificios, etc.

En su conjunto, los medios de producción (salvo excepciones cada vez más insignificantes) pueden considerarse como representativos de trabajos efectuados en períodos anteriores. Estos trabajos pasados han cristalizado en ciertos bienes, que se han conservado (o sea, se han mantenido como tales hasta el presente) hasta hoy bajo la forma de medios de producción. Si lo anotado es correcto, implica que los medios de producción pueden ser re-ducidos a cierta cantidad de trabajo. Naturalmente que la cantidad dependerá de la masa de medios de producción existentes y de la cantidad de trabajo que se haya incorporado en cada uno de ellos Este paso es muy importante, pues nos permite reducir a una sola unidad de cuenta y, por ende cuantificar, al conjunto del patrimonio productivo.

La diferencia residiría en que, en el caso de los medios de producción, estaríamos en presencia de horas de trabajo ya cristalizadas en precisamente esos bienes. Y, en el caso de los productores directos, tendríamos horas de trabajo por gastar, aún no cristalizadas en tales o cuales productos. 30 Para remarcar esta diferencia, en el caso del trabajo incorporado en los

medios de producción disponibles hablaremos de trabajo pasado. O sea, se trata de trabajo

efectuado en períodos anteriores, que se ha conservado hasta el presente bajo la forma

cristalizada de medios de producción. En muchos casos, a este trabajo también se le denomina “trabajo muerto”, “trabajo congelado” o “trabajo pretérito”. Conviene, en todo caso, evitar una posible confusión: si hablamos de trabajo pasado por haber sido ya gastado, ello no significa que esos medios de producción ya no aporten al proceso productivo. Eso, sería perfectamente

28 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 131 29 Ibid, pág. 132 30

En realidad, en los productores directos también hay un trabajo materializado. Las personas se “producen”

consumiendo y, en este sentido, el trabajo materializado en los correspondientes bienes de consumo, será equivalente

al costo de producción de esa fuerza de trabajo.

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absurdo. Sí aportan y, en este sentido, ese “trabajo pasado” contribuye a los resultados de la producción actual. O sea, se gasta y por ello, forma parte del costo global de la producción generada. Para mejor remarcar el elemento de conservación, podemos hablar de acervo de

medios de producción o de medios de producción avanzados. Por lo mismo, de trabajo pasado

avanzado. Luego, en tanto esos medios de producción son usados y por ende gastados,

hablamos de “consumo de medios de producción” o su equivalente: el trabajo pasado gastado.

Para los medios de producción, de modo general podríamos escribir: (2) Tpa (MP) = Tpa (OT) + Tpa (MT )

O sea, el trabajo pasado avanzado total (= Tpa) , encarnado en el total de los medios de producción, se descompondría en el encarnado en los objetos de trabajo y, en el cristalizado en los medios de trabajo.

En un país como México, el trabajo pasado avanzado, en términos muy gruesos debe ser entre dos y media a tres veces mayor que el trabajo vivo disponible. O sea, podría girar en torno a los 84 mil millones de horas de trabajo.

Los medios de producción, al igual que los productores directos, pueden ser clasificados de múltiples maneras. Estas maneras también dependerán de los fines que busque la investigación. Por ejemplo, se puede analizar la distribución de los medios de producción entre las diferentes ramas de la actividad económica. En este caso, tendríamos:

Tp = Tp,1 + Tp,2 + ........ + Tp,n

En que los sub-índices 1, 2, ..., n, nos indicarían las diversas ramas económico-productivas. También aquí nos encontramos con que el proceso de desarrollo da lugar a ciertos patrones definidos de cambio, en la distribución del trabajo total. O sea, el valor que asuma la relación ( Tpi /Tp ) puede considerarse como un indicador del grado de desarrollo que ha alcanzado un país o una sociedad dada. Para bajos niveles de desarrollo, el grueso de los medios de producción se localizará en los sectores primarios, agricultura en especial. En la medida que el país se va desarrollando, aumentará el peso de los sectores secundarios, en especial el de la industria de transformación,

A modo de conclusión de este apartado, podemos resumir lo expuesto diciendo que el conjunto de las fuerzas productivas (en su acepción de patrimonio productivo) pueden reducirse

a trabajo. Este trabajo total disponible como patrimonio productivo, debe ser desglosado en dos

grandes ítems: a) trabajo vivo (productores directos); y b) trabajo pasado avanzado ( acervo de

medios de producción). O sea: (3) Ttd = Tvd + Tpa Ttd = trabajo total disponible. Tvd = trabajo vivo que pueden desplegar los trabajadores productivos. Tpa = trabajo pasado avanzado (i.e. , incorporado en el acervo de medios de producción). Para el caso mexicano, el trabajo vivo disponible giraría en torno a los 29 mil millones de horas, el trabajo pasado avanzado en torno a los 84 mil millones. Por lo tanto, una estimación gruesa nos indicaría un patrimonio que en términos de trabajo total disponible giraría en torno a los 103 mil millones de horas. De ellos, casi un 26% funcionaría como trabajo vivo y el 64% restante como trabajo pasado avanzado.

Tal sería el resumen del patrimonio productivo total, disponible por la sociedad para fines de producción. Por consiguiente, para poder consumir, vivir y subsistir.

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III.- Componentes del proceso de trabajo.

Nos corresponde ahora analizar los componentes de la categoría fuerzas productivas, cuando la utilizamos como sinónimo de proceso de trabajo. Hemos dicho que, en este caso, es más plenamente aplicable la idea de sistema. Asimismo, que nos encontramos de pleno al

interior de un proceso.

Tratándose de un proceso, el análisis de sus componentes puede hacerse de manera

más útil y rigurosa, en término de las fases o momentos que lo integran.

El proceso de trabajo, según ya sabemos, es el proceso mediante el cual la sociedad procede a la transformación de la naturaleza, con el objetivo de darle formas capaces de satis-facer las necesidades sociales. Por consiguiente, de lo que aquí se trata es de poner en

movimiento el patrimonio productivo de la sociedad; o sea, de hacer funcionar este patrimonio.

Es esta dinámica lo que da lugar al proceso de trabajo.

Al interior del mencionado proceso, distinguiremos tres momentos fundamentales.

Primero, el momento o premisa inicial del proceso, constituido por el conjunto de

recursos que integran el patrimonio productivo (o sea, productores directos y medios de producción). Como es evidente de no existir el patrimonio productivo, mal podría tener lugar el proceso de trabajo. O sea, nos encontramos con que la acepción restringida de las fuerzas productivas, se transforma en un elemento componente del sistema de fuerzas productivas cuando la categoría se utiliza en su sentido más amplio. Ya hemos analizado el contenido del patrimonio productivo y no vamos a volver sobre el asunto. Podemos, entonces, avanzar al segundo momento.

El segundo momento corresponde a la fase intermedia. Su contenido es el trabajo

productivo, o sea, el despliegue o utilización de la capacidad de trabajo de los productores di-

rectos, en el sentido de “actividad adecuada a un fin”.31 Se trata, por ende, del conjunto de operaciones concretas que realizan los productores, con la finalidad de transformar los objetos de trabajo en bienes capaces de satisfacer las necesidades sociales. En muchos casos, el

vocablo trabajo se reserva para este momento, el cual como es evidente encierra el contenido esencial de todo el proceso que estamos analizando.

El tercero y último de los momentos se refiere al resultado del proceso. El resultado del

proceso de trabajo lo denominamos producto. Por ahora, bástenos decir que el producto puede

asumir la forma de medios de producción o la forma de bienes de consumo personal. Los medios de producción, como es obvio, se transforman de inmediato en premisas de un nuevo ciclo productivo. Y en cuanto a los bienes de consumo personal, su función económica básica es la de posibilitar la renovación de la fuerza de trabajo, de los productores directos. Esta capacidad, al ser utilizada, sufre una merma. Por consiguiente, para poder renovar el proceso de producción, tal capacidad de trabajo debe ser repuesta. Y para esto, de modo primordial, es que sirven los bienes de consumo personal. Por consiguiente, primero se producen bienes de consumo personal; luego, al ser estos consumidos, se “producen” los productores directos. En palabras de Marx, “el producto del consumo individual, es, por tanto, el consumidor mismo.”32 Por consiguiente podemos sostener que, ya sea en forma directa (los medios de producción) o en forma indirecta (los medios de consumo personal), los resultados del proceso de producción basan a convertirse en premisas o condiciones del mismo proceso.

Podemos resumir, entonces, el cuadro de elementos constitutivos del proceso de trabajo: el primer momento, representaría las condiciones; el segundo elemento o momento, representaría el proceso propiamente tal; y finalmente, el tercer momento nos representaría el resultado. Al primer elemento ya lo hemos estudiado. Por consiguiente, la novedad recae en los elementos segundo y tercero. La importancia de estos componentes amerita que abramos un paréntesis amplio destinado a analizarlos con cierto detalle. Los capítulos que siguen se destinan a este objetivo. IV.- El gasto o consumo del patrimonio productivo. Según se ha visto, toda sociedad debe disponer de cierta masa de recursos productivos. O sea, de cierto patrimonio productivo. Si éste no existe, no habrá proceso de trabajo y, peor aún, ni siquiera podrá existir la misma sociedad.

31 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 131 32 Ibid, pág. 136

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Al desplegarse el proceso de trabajo per-se (o sea, el trabajo productivo), esos recursos se gastan. El punto es claro: al ponerse a funcionar, el patrimonio productivo se va gastando o “agotando”. Para el caso, también se suele hablar de “consumo productivo” de los medios de producción y de la fuerza de trabajo. El gasto o consumo de los medios de producción supone que se gasta el trabajo pasado avanzado, el que en ellos fue cristalizado. O sea, surge un

“trabajo pasado gastado” . Por cierto, este trabajo así gastado, aparece ahora materializado en el

nuevo producto que la economía está generando. En cuanto al gasto o uso de la fuerza de

trabajo, él da lugar a un “trabajo vivo gastado”. El cual también se materializa en el nuevo

producto, como parte de sus costo social de producción. La suma de estos dos ítems, nos

determina el “trabajo total gastado”. Esto, para un determinado período de tiempo, como vg.

pudiera ser el año. En símbolos: (4) Tt = Tp + Tv Tt = Ttg = trabajo total gastado. Tp = Tpg = trabajo pasado gastado. Tv = Tvg = trabajo vivo gastado. Para simplificar la notación, de ahora en adelante no usaremos el subíndice g. O sea, salvo mención expresa en sentido contrario, se subentiende que los símbolos Tt, Tp y Tv indicarán trabajo gastado. Como regla, el trabajo vivo disponible siempre coincide con el trabajo vivo gastado. O sea, Tvd = Tvg = Tv. También como regla, el trabajo pasado avanzado ( o disponible) resulta superior al trabajo pasado gastado . O sea, Tp = Tpg < Tpa. ¿Por qué? La razón es sencilla: normalmente los medios de producción se pueden utilizar a los largo de varios períodos. Por lo tanto, se “gastan o consumen por partes”. Un martillo, por ejemplo, puede durar dos años. En un año, se gasta sólo la mitad. Es decir, si en el martillo hay 300 horas de trabajo incorporado, en un año su uso significará sólo 150 horas de trabajo pasado gastado. Si esto es así también podemos ver que, como norma, el trabajo total disponible será superior al trabajo total gastado.O sea, Ttd > Tt = Ttg. Lo expuesto, se sintetiza en el diagrama que sigue. Diagrama 1 : El patrimonio productivo: disponibilidad y gasto.

Patrimonio Productivo ( Ti po de recursos )

Patrimonio Productivo ( Tipo de trabajo )

Patrimonio Gastado ( Recursos gastados )

Medios de Producción

Trabajo Pasado Avanzado ( = Tpa )

Medios de Producción con- Sumidos = Trabajo Pasado Consumido. ( = Tp )

Fuerza de trabajo.

Trabajo Vivo Disponible ( = Tvd )

Fuerza de Trabajo consumi- Da = Trabajo Vivo gastado. ( = Tv )

Patrimonio Productivo Total.

Trabajo Total Disponible. ( = Ttd = Tpa + Tvd )

Trabajo Total Gastado. ( = Tt = Tp + Tv )

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CAPITULO IV : SOBRE LA CATEGORÍA TRABAJO PRODUCTIVO.- I.- Consideraciones previas.

En el capítulo anterior, al analizar los diversos componentes en que se puede desglosar

el proceso de trabajo, nos hemos encontrado con dos categorías todavía desconocidas. Ellas

eran el “trabajo productivo” y el “producto”. Ello nos obliga a abrir un pequeño paréntesis para definir el contenido y significado de estas categorías. El presente capítulo lo destinaremos al

análisis de la categoría trabajo productivo.

El análisis, tal como lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo a lo largo de prácticamente todo este trabajo, lo planteamos al más alto nivel de abstracción posible. Es decir, no nos referiremos para nada a las características que puede asumir el trabajo productivo

por ejemplo en el capitalismo, en el feudalismo, en el socialismo, etc. Esto significa que

trabajaremos la categoría en su sentido absoluto; vale decir, se trata de identificar los rasgos

comunes a cualquier tipo de trabajo productivo, cualquiera sea el tipo de organización

socioproductiva en que se encuentre inserto. Si nuestra identificación del contenido absoluto de la categoría resulta correcto, esto implicará que todo trabajo productivo debe cumplir, necesariamente, con las características a anotar. Y esto, en forma independiente de la organización social del proceso de trabajo que pueda estar vigente. Asimismo, esto implica que

si la pregunta es por los rasgos del trabajo productivo al interior de un modo de producción

determinado, los rasgos más abstractos de la categoría (es decir, aquellos que derivan de

considerarla en su sentido absoluto) nos proporcionarán sólo parte de la respuesta buscada.

Más precisamente, el elemento absoluto nos proporcionará el contenido genérico del trabajo

productivo. Por consiguiente, a este componente habrá que añadirle la “diferencia específica”, la

cual como es obvio dependerá de los rasgos propios del modo de producción que se esté

considerando. Por ejemplo, la pregunta puede ser por los rasgos del trabajo productivo en el

capitalismo. En este caso, la respuesta debe contemplar dos elementos. En primer lugar, nos

dirá que tal trabajo productivo debe poseer todos los rasgos que caracterizan en general a la

categoría; vg., los rasgos a, b, c,..., etcétera. Pero, junto con ello, nos deberá responder por un

segundo juego de elementos z, x, y,..., etcétera, que nos indicarán los rasgos particulares del

fenómeno, para el caso del capitalismo. Todo fenómeno constituye una totalidad concreta dada. Y como tal, se puede

considerar en tanto unidad orgánica de lo particular y de lo general. Por supuesto, esto también

es válido para el fenómeno del trabajo productivo. Por ello, conviene recalcar y no olvidar que

lo que aquí haremos es, simplemente, el análisis del aspecto genérico de la categoría.

II.- El trabajo productivo y sus rasgos genéricos.

El trabajo productivo, genéricamente considerado, debe poseer dos ingredientes

básicos: a) ser una actividad humana que dé como resultado un producto; y b) ser una actividad

humana racional. Analicemos brevemente el sentido de estos dos ingrediente básicos. Si el trabajo productivo es una actividad humana cuyos resultados son los productos,

podemos sostener que se trata de actividades localizadas en la esfera de la producción directa.

De donde, tendríamos que la producción directa es la esfera donde se organizan las actividades cuya finalidad es la generación de productos; o bien, el producto es el resultado de las actividades que tienen lugar a nivel de la esfera de producción directa. Obviamente, las expresiones anteriores reflejan un círculo vicioso marcadamente tautológico, que debemos romper en algún lado.

Lo rompemos por el lado de la categoría producto.

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Nosotros sabemos por evidencias directas e inmediatas que toda actividad humana da lugar a resultados determinados. Pero como no toda actividad humana es una actividad productiva, es evidente que no cualquier resultado puede ser un producto. Nosotros,

entenderemos por producto un resultado de tipo especial. En este caso, la especificidad residirá

en que el resultado sea capaz de servir nuevamente en el proceso productivo, ya directamente (como medio de producción), o bien indirectamente (como medio de consumo personal de los productores directos). Según escribiera Marx, “los productos existentes no son solamente

resultados del proceso de trabajo, sino también condiciones de existencia de éste.”33 Si por valor

de uso entendemos un resultado capaz de “satisfacer necesidades humanas, de cualquier clase

que ellas sean”,34 nos encontraremos con que no todo resultado será un valor de uso. Hay resultados no buscados, como vg. una explosión no buscada al interior de un centro de investigaciones químicas, que no satisfacen ninguna necesidad.

De manera similar, podemos apuntar que si bien todo producto siempre será un valor

de uso, el caso inverso no es correcto. Es decir, no todo valor de uso será siempre un producto. O sea, el producto será un valor de uso capaz de satisfacer necesidades específicas. En corto,

podemos decir que el valor de uso de un producto reside en su capacidad para renovar las

fuerzas productivas (entendiendo a éstas en el sentido de patrimonio productivo). Por lo tanto,

para saber qué es un producto tenemos que saber qué son las fuerzas productivas y cómo se reproducen a lo largo del tiempo.

El patrimonio productivo se compone de productores directos y de medios de producción. En cada ciclo productivo, este patrimonio se desgasta y por ende debe ser renovado. Ahora bien, como el desgaste de los medios de producción se repone con nuevos medios de producción y el desgaste de la capacidad de trabajo de los productores directos se compensa con cargo a bienes de consumo personal, nos encontramos con que los productos debe ser medios de producción o medios de consumo personal.

Una ultima observación se refiere a lo siguiente. Lo que interesa en el caso de los

productos es su capacidad para renovar el patrimonio productivo. Que se usen o no, para tales

efectos, es algo que no los afecta en su calidad de productos.

Analicemos ahora el segundo ingrediente del trabajo productivo: su carácter racional. Las actividades humanas que integran el trabajo productivo, deben ser racionales en

un doble sentido: cualitativo y cuantitativo. Expliquemos.

Primero, deben ser racionales en un sentido cualitativo. Esto, en el sentido de “actividad

adecuada a un fin”.35 O sea, el conjunto de movimientos o procedimientos concretos que se siguen para obtener el producto, debe ser adecuado e internamente coherente entre sí. Por ejemplo, si lo que se desea es obtener una mesa, sería irracional proceder a transformar la madera, que juega el rol de objeto de trabajo, en puro aserrín. De igual modo, si a partir de un huevo en estado natural pretendo el bien de consumo personal que llamamos “huevo frito” (o “estrellado”), sería absurdo confundir el sartén y el aceite caliente con la cabeza y la risa de un político.

Segundo, las actividades que integran el trabajo productivo deben ser racionales en un

sentido cuantitativo. O sea, la racionalidad cualitativa puede ser una condición necesaria, pero

no es suficiente. Para que el trabajo sea productivo, también debe ser racional desde el ángulo cuantitativo. Esto significa que la cantidad de productos obtenida (midiendo la cantidad en

horas de trabajo) debe ser por lo menos igual a la cantidad de productos (también medidos en

horas de trabajo) que se ha gastado en el proceso productivo. O sea, el producto que se aporta debe ser mayor al producto que se gasta para poder efectuar la producción.

Lo anterior se puede expresar de otro modo: la condición para la racionalidad

cuantitativa es que el ciclo productivo permita, por lo menos, la reproducción simple. O sea, que

opere dando lugar a un Producto Excedente que sea igual o mayor que cero.

Como es obvio, lo anterior implica que el trabajo productivo exige un nivel mínimo de

productividad del trabajo; o sea, un grado mínimo en el nivel de desarrollo con que operan las fuerzas productivas.

En términos formales, podríamos decir que la condición para que se cumpla el requisito de la racionalidad cuantitativa sería:

33 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 135 34 Ibid, pág. 3. 35 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 131.

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(1) P T Pr o bien, lo que es equivalente:

(2) PA Pn P T = Producto Total. Pr = Producto de Reposición. PA = PT - Pp

Pr = Pp Pn PA = Producto Agregado Pp = Producto Pasado Pn = Producto Necesario

Consideremos la expresión (2). La categoría Producto Agregado nos refleja el producto “nuevo”; o sea, el producto efectivamente agregado durante el ciclo productivo. Asimismo, la categoría Producto Necesario (Pn) nos indica la cantidad de bienes de consumo personal que requieren los productores directos para reponer el desgaste que su capacidad de trabajo ha experimentado durante el ciclo productivo.36 Ahora bien, si la expresión (2) la dividimos por el total de horas de trabajo vivo que se han empleado en el ciclo productivo (que simbolizamos con Tv), obtendríamos:

(3) PA / Tv Pn / Tv

El primer término , por definición, es igual a uno. El segundo, equivale al concepto de “consumo personal de reposición por hora trabajada”. O sea, la condición para la racionalidad cuantitativa es que el consumo personal de reposición por hora trabajada sea menor que uno. Este consumo, a su vez, depende del volúmen o “quantum” del consumo obrero y de la productividad del trabajo. La condición, si nos fijamos en estos factores, será que la productividad sea mayor al quantum del consumo por hora trabajada. O sea, “hay que producir más de lo que se consume”. III.- El trabajo improductivo.

La categoría trabajo improductivo es la opuesta a la de trabajo productivo, pero va indisolublemente ligada a este último.

En general, podemos definir al trabajo improductivo como el conjunto de actividades que dan como resultado cosas o efectos que, por su naturaleza misma, no están en condiciones de servir como elementos útiles al proceso de renovación (simple o ampliada), del patrimonio productivo con que funciona una sociedad dada.

Por consiguiente, serán parte del total de trabajo improductivo con que funciona una sociedad:

a) aquellas actividades humanas que, localizadas en la esfera de la producción directa,

no cumplen con los requisitos de la racionalidad, tanto cualitativa como cuantitativa;

b) aquellas actividades que están localizadas en esferas económicas diferentes a la de

producción directa. O sea, a nivel de la distribución, del cambio y del consumo;

c) aquellas actividades localizadas en el nivel super-estructural de la sociedad

(actividades no económicas) y que no responden a las exigencias del proceso de trabajo, en

cuanto tal. Cabe aquí una calificación o advertencia. Si en la esfera super-estructural

36 Todas estas categorías serán analizadas en detalle con el próximo capítulo. En el caso de la productividad del trabajo, ver el

capítulo VII.

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comprendemos a todas las instituciones políticas e ideológicas, lo anterior es correcto. Las

instituciones ideológicas son aquellas que organizan la actividad humana destinada a transformar (o preservar) el sistema de formas de la conciencia social imperante. Ahora bien, el proceso de producción directa (o sea, el proceso de trabajo) plantea determinadas exigencias de conciencia37a los productores directos. Si éstos, que son los elementos activos en el proceso de trabajo, desconocen los procesos propios de la materia naturaleza, no estarán en condiciones de efectuar un proceso productivo. Por ejemplo, para producir energía en plantas atómicas resultó absolutamente necesario que, en forma previa, se produjeran conocimientos sobre el átomo y su estructura dinámica. Por consiguiente, estas actividades de investigación (que usualmente se catalogan como super-estructurales) vienen motivadas y determinadas (socialmente hablando) por las exigencias internas al mismo proceso de trabajo. En tanto tales, bien se podrían calificar como actividades que tienen lugar a nivel de la esfera de la producción directa y no al nivel super-estructural. Si éste fuera el caso, bastaría decir que todas las actividades super-estructurales gastan trabajo improductivo.

Finalmente, agreguemos una pequeña consideración. Sostener el calificativo de improductivo para calificar a determinadas actividades humanas, no implica sostener que éstas

sean socialmente innecesarias. Por ejemplo, si hablamos del modo de producción capitalista ten-

dremos que, tanto las actividades de los empleados de comercio, como las desempeñadas por las fuerzas policiaco-militares, serán calificadas como improductivas. Lo que, por supuesto, no evita que para el capitalismo estas actividades sean absolutamente necesarias. IV.- Algunos problemas de identificación empírica.

No es nuestra intención, en estas notas, abordar el problema de la identificación empírica de las categorías. No obstante, creemos útil advertir sobre algunos problemas que comúnmente surgen en los ensayos que pretenden cuantificar el peso de los sectores productivos e improductivos.

Hemos anotado que el trabajo productivo debe desembocar en productos de dos tipos: o medios de producción; o bienes de consumo personal. Esto, en cuanto la actividad productiva es auto-generadora de las condiciones de su propia reproducción. O sea, lo que en ella es premisa, también es resultado.

En cuanto a los medios de producción, no se presentan especiales problemas de identificación. Por ejemplo, está en la naturaleza misma de una ametralladora o de un tanque el que no puedan ser utilizados como componentes materiales de un nuevo proceso productivo. Por ende, el trabajo comprometido en la producción de tales artefactos militares será un trabajo improductivo. En cuanto a las láminas de acero que se hubieran gastado en la construcción de tales artefactos guerreros, resulta igualmente claro que, por su naturaleza intrínseca, perfecta-mente podrían haberse empleado como condición o premisa para desarrollar un nuevo ciclo de producción. Y es que su empleo en actividades improductivas no les es consustancial. O sea, representa un simple desvío, en el proceso de utilización “normal” de los productos. Una forma

de despilfarrarlos. Pero el trabajo comprometido en la producción de las láminas cualquiera

sea la utilización posterior que se les dé a aquéllas es un trabajo productivo. En cuanto a los bienes de consumo personal, es decir, aquellos bienes cuya función es

reproducir la fuerza de trabajo de los productores directos, los problemas son mayores. Por ejemplo, un productor directo consume licores, tabaco, leche, servicios religiosos, servicios ju-rídicos, servicios médicos, etc. Pero, ¿todos aquellos resultados pueden catalogarse como productos, o sea, como resultado de actividades productivas? A primera vista y en cuanto todos ellos son consumidos por los productores directos, la respuesta debería, al parecer, resultar positiva. Sin embargo, no debemos olvidar un hecho esencial. Los bienes de consumo personal,

son los que requiere el productor directo para renovar su capacidad de trabajo en tanto tal

productor directo. Los servicios religiosos y/o jurídicos, no son necesidades que el proceso de

trabajo (en cuanto tal) le imponga a los productores directos. Tales “resultados” responden a

necesidades que brotan del carácter social específico del proceso de producción. O sea, no en

cuanto lo visualizamos como simple proceso de apropiación de la naturaleza, sino en cuanto lo

enfocamos en tanto forma específica de organización social de tal proceso. El robo, por ejemplo,

sólo puede existir si hay propiedad privada. Por lo mismo, la policía anti-robos y los juristas que

37 Por conciencia, entendemos la forma (propia al ser humano) de "reflejo" de lo material.

32

32

racionalizan el orden legal, sólo surgen sobre la base de la propiedad privada. Consecutivamente, nos encontramos con que las necesidades de protección policial y de servicios jurídicos brotan sólo a partir de una determinada forma de organización social, entre tantas otras que pueda llegar a asumir el proceso de trabajo. Pero, se trata de necesidades que no vienen impuestas por el proceso de trabajo, en cuanto tal. O sea, todas aquellas actividades

cuya finalidad es la preservación (o transformación) del orden social, en cuanto tal, son

actividades improductivas. Sus resultados, por ende, no constituyen productos. Y esto, completamente al margen de que tales resultados sean o no consumidos por el productor directo.

De los seis tipos de resultados mencionados, lo expuesto nos permite eliminar de la categoría producto a los servicios jurídicos y eclesiásticos. No así a los servicios médicos pues éstos responden, simplemente, a la necesidad de reparar aquella “máquina de trabajo” que es el cuerpo bio-físico de los productores directos. O sea, se trata de necesidades impuestas por el mismo proceso de trabajo.

¿Pasa lo mismo en el caso de los licores? Como desde un punto de vista estrictamente médico el licor, como regla, más bien perjudica la capacidad de trabajo de los productores directos (y lo mismo sucede con el tabaco), no pocos autores se han visto estimulados a

considerar tales valores de uso tabaco y licor como no-productos. Obviamente, la aceptación de tal criterio equivaldría a definir las actividades productivas (y, por ende, la categoría producto) a partir de bases médico-biológicas , o ético-morales, etc. O sea, en base a criterios extraeconómicos. Esto no nos parece correcto, pues llevaría a toda clase de incongruencias en el

análisis. Por consiguiente, el criterio operativo que postulamos, debe ser: i) primero, sustraer

del consumo de los productores directos todos aquellos valores de uso que sirven para

satisfacer necesidades impuestas por el tipo de orden social vigente; ii) segundo, todo lo demás

debe ser considerado en calidad de producto, esto es, de valor de uso-producto que funciona como bien de consumo personal.

En general sólo podemos agregar que, como siempre sucede en el trabajo empírico, existirán zonas fronterizas entre lo productivo e improductivo (por ejemplo, la actividad educativa) cuya identificación precisa será sumamente difícil. Una vez más, en este caso sólo la claridad conceptual permitirá acercarnos a una mejor respuesta concreta.

Finalmente, agreguemos una distinción útil. Los productos pueden ser divididos en “productos-cosas” y “productos-servicios”. Si el consumo (productivo o personal) del producto está separado en el tiempo del acto de su producción, hablaremos de productos-cosas. Si, al revés, la producción y el consumo del producto coinciden en el tiempo (como por ejemplo, en el caso de los transportes o en el de la atención médica), hablaremos de productos-servicios. Para muchos autores (como vg. un Adam Smith) , el trabajo productivo se limita a aquel cuyo resultado es la generación de lo que hemos denominado productos-cosas. En algunos casos, y para efectos de una primera y tosca aproximación empírica, este criterio restringido puede llegar a ser de cierta utilidad. En términos generales, tendríamos el siguiente cuadro clasificatorio de los resultados de la actividad humana: Diagrama I : La actividad humana y sus resultados.

No – valores de uso.

Resultados Cosas Productos Valores de uso. Servicios.

No productos.

33

33

Por lo tanto, el trabajo productivo sería el que da lugar a: i) un resultado; ii) un

resultado que posee valor de uso; iii) que posee un valor de uso específico: capacidad para

renovar el patrimonio productivo; iv) todo lo anterior, bajo la salvedad de cumplir otro requisito:

que opere con un nivel de productividad (eficiencia) que dé lugar a la aparición de un excedente positivo (o, a lo menos, no negativo). Este juego de características, como ya lo hemos advertido,

son las propias del trabajo productivo en general. Para cada modo de producción específico,

habrá que encontrar los consiguientes rasgos específicos de la categoría.

V.- Sobre el trabajo productivo en el capitalismo.

A título de simple ilustración y para terminar este capítulo, digamos dos o tres frases sobre las características que asume el trabajo productivo en el caso del modo de producción capitalista.

Antes hemos anotado que el trabajo productivo, cualquiera sea la forma social productiva imperante, no tiene más remedio que cumplir con los rasgos antes mencionados y

que son los que determinan el contenido absoluto o genérico de la categoría. Por lo tanto, el

trabajo productivo, en el capitalismo, antes que nada debe caracterizarse por todos los rasgos antes mencionados.

Sin embargo, si nos reducimos en nuestra respuesta a tales aspectos, daríamos una solución parcial y, por lo tanto, insuficiente al problema. O sea, de los rasgos absolutos del trabajo productivo, debemos avanzar a aquellos que le otorgan una connotación particular: la

de ser trabajo productivo en un contexto capitalista. Esto equivale a recordar los rasgos básicos

que definen a las relaciones de producción de tipo capitalista. Por consiguiente, como rasgos propios del trabajo productivo en el capitalismo, deberíamos anotar los que se indican.

a) Ser una actividad humana que dé lugar a un resultado que, con sus características, podamos catalogar de producto.

b) Que tal actividad productiva se realice con un nivel de productividad que dé lugar a la aparición de un producto excedente.

c) Que tal trabajo asuma la forma de trabajo asalariado. O sea, el productor directo

debe operar como dueño de su capacidad o fuerza de trabajo y vender ésta por una cierta suma

de dinero o salario. Obviamente, para que esto pueda tener lugar, se necesita de una

determinada forma de distribución social del patrimonio productivo; d) Que el dinero con cargo al cual se compra la fuerza de trabajo de los productores directos, sea un dinero (una suma de valor) destinado a funcionar como capital. O sea, que se invierta en calidad de valor destinado a engendrar un mayor valor (o plusvalor).

Los rasgos a) y b) constituyen el aspecto genérico del trabajo productivo en el capitalismo. O sea, se trata de rasgos que también encontraremos en el trabajo productivo que opera en sistemas económicos no capitalistas, como vg. el feudal o el esclavista. Por el

contrario, los rasgos c) y d) constituyen su particularidad o “diferencia específica”. La unidad de

ambos juegos de rasgos es lo que nos define la categoría trabajo productivo en el seno del

capitalismo. En la muy precisa síntesis de Marx, “el trabajo productivo, en su significado para la

producción capitalista, es trabajo asalariado que, cambiado por la parte variable del capital (la parte del capital que se destina a salarios), reproduce no sólo dicha porción del capital ( o el valor de su propia fuerza de trabajo), sino que además produce plusvalía para el capitalista”38 .

No está demás apuntar que, para el caso del capitalismo, el trabajo productivo gastado

asume la forma de valor, el producto la forma de mercancía y, el producto excedente, la forma

de plusvalía.

38

C. Marx, Teorías sobre la Plusvalía, Tomo I, pág. 129. Edit. Cartago, Buenos Aires, 1974.

34

34

CAPITULO V : SOBRE LA CATEGORÍA PRODUCTO. I.- Introducción.

Al analizar el proceso de trabajo, hemos visto que desemboca en un resultado que

denominamos producto. En el capítulo anterior ya hemos tenido ocasión de averiguar el

contenido cualitativo de la categoría producto. Según hemos anotado, por producto debe entenderse un valor de uso resultado de una

actividad humana racional, cuya “utilidad” reside en su capacidad para funcionar como premisa de un nuevo ciclo productivo. O sea, los productos son aquellos valores de uso que están en condiciones de reponer (en forma simple o ampliada) el patrimonio productivo con que opera la sociedad. Por lo mismo, se tiene que los productos pueden asumir una doble modalidad: ser medios de produccióno (con lo cual reponen e los medios de producción avanzados) o ser bienes de consumo personal, con lo cual pueden reponer a la fuerza de trabajo.

En el presente capítulo, nuestra atención se concentrará en el estudio de la categoría y, muy en especial, en los diferentes indicadores de resultados que se pueden utilizar , sus componentes y relaciones, etc. En cierto sentido, se tratará de sentar las bases más elementales de una “contabilidad social” que es un tanto diferente a la convencional pues está construída a partir de la perspectiva teórica clásica y marxista. Aparte de advertir sobre lo preliminar del

intento, también debemos recordar una vez más el alto nivel de abstracción con que trabajamos. Por lo tanto, cualquier caso concreto exigirá un conjunto de eslabones intermedios que son los que precisamente permiten avanzar desde lo más abstracto a lo más concreto.

Los productos en los cuales desemboca el ciclo productivo, pueden ser de tres tipos: a)

objetos de trabajo ; b) medios o instrumentos de trabajo; c) bienes de consumo personal. El

contenido de cada tipo ya lo conocemos. Baste agregar que los objetos de trabajo pueden ser catalogados como bienes intermedios (sujetos a un proceso de elaboración ulterior) y que los dos últimos tipos (bienes de consumo y medios de trabajo) pueden calificarse como bienes finales; es decir, bienes no sujetos a transformaciones ulteriores.

Pasemos ahora a analizar nuestro tema. Comenzaremos con un primer y muy simplificado modelo, el que nos permitirá algunas

deducciones de interés. Y a continuación, levantaremos algunos de los supuestos más fuertes del primer modelo. II.- Primer modelo: producto total y producto agregado.

Empezaremos trabajando con un modelo extraordinariamente simplificado. Los principales supuestos son los que pasamos a mencionar: a) suponemos que toda la economía está integrada exclusivamente por tres sectores productivos: (A), (B) y (C), los que se especializan en la producción de objetos de trabajo, instrumentos de trabajo y bienes de consumo personal, respectivamente; b) cada una de las ramas productivas dispone, al comienzo

del ciclo productivo, de todos los recursos productivos que utilizará a lo largo del ciclo; c) el

ciclo productivo dura exactamente un año, en cada sector. Al finalizar el ciclo, los productores directos consumen y, con ello, pueden trabajar todo el año; d) los medios de trabajo se desgastan por completo, al cabo de un ciclo; e) no hay sectores improductivos (entre ellos, el Estado) ni relaciones con el resto del mundo; f) la relación entre Producto Excedente y Producto Necesario es igual a 1; g) Los bienes físicos los medimos de acuerdo a las horas de trabajo (vivo y pasado) que ha demandado su producción.

En base a lo anterior, suponemos que cada rama opera con las combinaciones productivas y los resultados que indica el cuadro que sigue.

35

35

Cuadro I : Recursos productivos gastados y resultados de la producción.

Sectores Recursos Gastados Resultados

A 10 ( OT ) + 10 ( MT ) + 15 ( Tv ) 35 ( OT )

B 10 ( OT ) + 20 ( MT ) + 20 ( Tv ) 50 ( MT )

C 10 ( OT ) + 10 ( MT ) + 15 ( Tv ) 35 ( BCP )

Totales 30 ( OT ) + 40 ( MT ) + 50 ( Tv ) 70 ( Tp ) + 50 ( Tv )

120 ( PT ) 120 ( Tt )

OT = objetos de trabajo; MT =medios de trabajo; BCP =bienes de consumo personal; Tp = trabajo pasado gastado; Tv = trabajo vivo gastado; Tt = trabajo total gastado: PT = producto Total.

Del ejemplo numérico expuesto, resulta evidente que para llevar adelante el proceso de producción se necesitan: a) la existencia previa de objetos de trabajo por el equivalente a 30 horas, repartidos en partes iguales en cada una de las ramas productoras; b) la existencia previa de 40 horas encarnadas en medios de trabajo, de las cuales 10 necesita (A), 20 son para (B) y 10 para (C); c) asimismo, nos encontramos con que el proceso de producción exige la pre-sencia de trabajadores capaces de proporcionar 50 horas de trabajo anual. Éstos se reparten en 15 para (A) y (C) y 20 para la rama (B). En resumen, dados los planes de producción decididos para el año y dadas las combinaciones productivas que exige cada rama, las premisas del ciclo productivo se desglosan en 70 unidades-hora de medios de producción (en las cuales ha cristalizado trabajo gastado en ciclos anteriores; o sea, trabajo pasado) y en cierta cantidad de productores directos, capaces de rendir 50 horas de trabajo vivo. Este patrimonio productivo, al combinarse y ponerse en funciones, finalmente se traduce en determinadas cantidades de resultados productos: objetos de trabajo, medios de trabajo y bienes de consumo personal.

En los productos obtenidos al finalizar el ciclo, obviamente se cristaliza tanto el trabajo gastado en ciclos anteriores y que se ha preservado bajo la forma de medios de producción (trabajo pasado), como el trabajo gastado en el ciclo presente (o trabajo vivo). El resultado así

obtenido lo definimos como Producto Total (= PT). O sea:

120 (PT) = 35 (OT) + 50 (MT) + 35 (BCP)

120 (Tt) = 70 (Tp) + 50 (Tv)

Resulta evidente que el indicador Producto Total no refleja de modo estricto el esfuerzo productivo efectivamente realizado durante el período. Por su misma configuración, el Producto Total también refleja el esfuerzo productivo ejecutado en períodos anteriores, el cual se ha traducido en las premisas materiales requeridas por el ciclo presente. E1 esfuerzo productivo

pasado, en tanto se ha materializado en los medios de producción que hoy se utilizan en el

proceso productivo y que, por lo mismo, contribuye a la generación de sus resultados, en nuestro ejemplo numérico equivale a:

70 (Tp) = 30 (OT) 40 (MT)

Para identificar el monto de la producción que efectivamente se corresponde con el esfuerzo productivo presente, podemos utilizar un método muy simple: cotejar la cantidad de productos con que se contaba al iniciar el ciclo y la cantidad de bienes con que se cuenta al momento que el ciclo ha finalizado. Si suponemos que al comenzar el ciclo productivo no habían reservas de bienes de consumo personal, nos encontraríamos con la situación siguiente:

36

36

Cuadro II : La conformación del producto Agregado.

Bienes disponibles

Objetos de Trabajo ( 0T )

Medios de Trabajo ( MT )

Bienes de Consumo Personal ( BCP )

Totales

Inicios del ciclo 30 40 0 70

Finales del ciclo 35 50 35 120

Saldo 5 10 35 50

A este saldo, que sí nos refleja el auténtico esfuerzo productivo anual, lo llamamos

Producto Agregado (= PA) . Usamos el índice cero para designar el inicio del ciclo y el índice uno

para designar el momento final. Tendríamos que:

PA1 = ( OT1 - OT0 ) + ( MT1 - MT0 ) + ( BCP1 - E BCP0 )

./. = ( PT1 ) - ( OT0 + MT0 E [BCP]0 ) ./. = Tt - Tp = Tv E(BCP)0 = reservas de bienes de consumo personal existentes al comenzar un ciclo productivo.

El producto sea agregado o total representa una masa determinada de bienes heterogéneos. Los homogeneizamos, en términos de la cantidad de trabajo (pasado y vivo) incorporada en cada uno de ellos. De este modo, decir que detrás del Producto Total está el trabajo total y que detrás del Producto Agregado está el trabajo vivo, resulta una conclusión prácticamente tautológica. Sin embargo, a nivel de una rama (o sea, el conjunto de entidades productivas que elaboran un mismo producto), puede resultar útil la relación siguiente:

Qa = Qt · ( Tv / Tt )

Q = producción física . t = total. a = agregada. Supongamos que se trata de una rama o empresa que está dedicada a la producción de bicicletas. Que a lo largo de un año, ha generado una producción de 8500 biciclestas. En este caso, el Producto Total de la empresa, medido en bicicletas, será igual a esas 8500 bicicletas. Esto es de suyo evidente. Pero, ¿cuántas de esas bicicletas representan el Producto Agregado? Si en la empresa se han gastado diez millones de horas de trabajo total, de las cuales 6 millones fueron de trabajo vivo, tendríamos que la relación Tv/Tt sería igual a 0.6; en consecuencia, si aplicamos la anterior fórmula tendríamos (8,500) . ( 0.6) = 5,100 bicicletas como representativas del Producto Agregado. III.- Producto de reposición y producto excedente.

Hasta el momento, hemos considerado el ciclo productivo en su sentido más estrecho: el patrimonio productivo que funciona en calidad de premisa o condición inicial y, el resultado en el cual desemboca una vez que se ha finiquitado el proceso de trabajo.

37

37

El movimiento, sin embargo, no puede cesar a nivel del producto que se ha generado.

El ciclo productivo encuentra su sentido sólo en el contexto más amplio del ciclo económico. Vale

decir, una vez que se ha finiquitado un proceso de producción, el producto debe abandonar 1a esfera de la producción directa y desplazarse a las otras esferas económicas: distribución, cambio y consumo. Podemos considerar a la distribución y al cambio como estaciones intermedias y, al consumo, como punto de llegada o meta final del ciclo económico. Como escribiera Marx: “sin producción no hay consumo; pero sin consumo tampoco hay producción, pues la producción carecería entonces de objeto (...) el consumo crea el móvil de la producción.”39

El consumo es el consumo personal y es por medio de éste que tiene lugar una “producción” especial: la de los productores directos, la del sujeto humano del proceso. Pero para que exista producción de bienes de consumo y, por lo tanto, de productores, se necesitan también medios de producción. Los productores se “producen” con cargo a los bienes de consumo. Pero como para producir los bienes de consumo no bastan los productores, junto a ellos es indispensable la presencia de medios de producción. Por consiguiente, la renovación de la vida social exige la producción y re-producción (o producción renovada) de bienes de consumo personal y de medios de producción.

Lo anterior nos plantea el problema de las formas de utilización del Producto Total.

Para llevar adelante el proceso de producción se requiere según sabemos de medios de producción y de productores. A lo largo del proceso, con el uso se desgastan los medios de producción y los productores gastan su capacidad laboral. Este desgaste representa el costo de generar un producto. Al finalizar el ciclo productivo, los medios de producción disponibles se han reducido. Asimismo, los productores poseerán una capacidad de trabajo menor (cuando no nula). O sea, el patrimonio productivo se ha reducido. Si se quisiera comenzar otro ciclo con tal nivel patrimonial, el nivel de la producción que le correspondería sería obviamente menor (suponiendo una productividad constante del trabajo).

De lo anterior, resulta evidente que si se desea mantener constante el nivel de producción al pasar de un ciclo productivo a otro (y suponiendo que la productividad no se altera), deberá destinarse parte de la producción a la reposición de las fuerzas productivas

consumidas durante el ciclo. Una parte que obviamente deberá asumir la forma natural de

objetos de trabajo y de medios de trabajo deberá destinarse a reponer el desgaste de los medios de producción. A esta parte la denominamos Producto Pasado (= Pp). Otra parte se deberá destinar a reponer la capacidad de trabajo de los productores, la cual, necesariamente, deberá asumir la forma natural de bienes de consumo personal. A esta parte, la denominamos Producto Necesario (Pn). Tendremos, entonces: (1) Pp = MPc = (d) . (MPa) donde: Pp = Producto Pasado MPc = medios de producción consumidos durante el ciclo; o sea, a reponer. (d) = coeficiente de desgaste de los medios productivos. (MPa) = medios de producción avanzados (acervos) a inicios del ciclo.

En nuestro ejemplo numérico, hemos supuesto que tanto los objetos de trabajo como los medios de trabajo se consumen completamente a lo largo del ciclo. O sea, el coeficiente de desgaste es igual a 1. Por lo tanto, dados los valores numéricos del ejemplo, el Producto Pasado será igual a 70 horas de trabajo. Los medios de producción avanzados, se corresponden con el componente material u objetivo que exige el ciclo productivo. Como regla, el avance es superior al monto de los medios de producción consumidos: los medios de trabajo usualmente se utilizan durante varios ciclos. Sin embargo, para simplificar, inicialmente hemos supuesto la igualdad entre patrimonio material avanzado y consumido. O sea, un coeficiente de desgaste (=d) igual a 1. Este supuesto será levantado en el siguiente apartado.

En cuanto al Producto Necesario, la expresión sería:

39 C. Marx, Contribución a la Crítica de la Economía Política, pág. 202. B.Aires, 1973

38

38

(2) Pn = (cprh ) · Tv Pn = Producto Necesario. (cprh ) = consumo personal de reposición, por hora trabajada. Tv = trabajo vivo (horas).

¿Qué debemos entender por “consumo personal de reposición por hora trabajada”? El concepto nos señala lo que consume ( en promedio por hora de trabajo) el trabajador y su familia, medido ese consumo según las horas de trabajo que costó su producción. Supongamos que el consumo familiar total a lo largo de un mes equivale a cierto quantum de bienes cuya producción supuso un gasto de 80 horas de trabajo total. El trabajador, a lo largo del mes, trabajó 160 horas. Por lo tanto, su consumo por hora trabajada fue igual a 0.50 horas ( = 80/160). El consumo a considerar es el del trabajador individual: con ello reproduce su fuerza de trabajo. También se considera el consumo de sus dependientes, básicamente los hijos. Ello,

pues eso determina la posibilidad de una reproducción generacional de la fuerza de trabajo.

Como nadie es inmortal, los sistemas económicos también deben preocuparse por la preservación de los trabajadores productivos en el largo plazo.

El consumo obrero lo podemos describir en términos de lo que se suele denominar

“canasta del consumo obrero”. Esta canasta nos describe los diversos valores de uso que entran

en el consumo obrero y las cantidades que de cada uno de ellos se consumen. O sea, tendríamos ciertas cantidades de leche, pan, pantalones, zapatos, techo, etc. La leche, el pan, la camisa , el techo, etc., los homogeneizamos en términos de las horas de trabajo necesarias a su producción. De este modo, la “canasta” se representa en términos de su costo de producción. Costo que viene dado por el total de trabajo que se gastó en su producción. Para referirnos a la

canasta física así homogeneizada hablamos de “costo social de la canasta” o bien, de “costo

social del consumo obrero”. Por obrero, entendemos a cualesquier trabajador productivo. Por

cierto, el consumo debe ser referido a cierta unidad de tiempo: no es lo mismo el consumo familiar en una semana, en un mes o en un año. Podemos elegir, lo que es más usual: el año.

Luego, para arribar al concepto que nos interesa, dividimos el “costo social del consumo obrero

anual” por el total de horas que el obrero trabajó a lo largo de un año 40. De este modo,

arribamos al “consumo personal de reposición por hora trabajada”. O sea, el coeficiente (cprh) lo

medimos en horas-trabajo. La norma, es que tal coeficiente sea menor que 1; o sea, la

producción de los productores directos será como regla superior a su consumo necesario. Y según hemos visto en el capítulo anterior, ésta es la condición para que pueda tener lugar el Producto Excedente.

Si sumamos el Producto Pasado y el Producto Necesario, obtenemos lo que vamos a

llamar Producto de Reposición (= Pr). Por lo tanto, podemos definir al Producto de Reposición

como aquella parte del Producto Total que se debe destinar a cubrir el desgaste que los medios de producción y la fuerza de trabajo de los productores directos sufren durante el ciclo. De modo equivalente, podríamos decir que el Producto de Reposición es la parte del Producto Total que debe asegurar la reproducción simple del sistema. Tendríamos, entonces: (3) Pr = Pp + Pn = (d) . (MPa) + ( cprh) . Tv

Si recordamos el supuesto f), del apartado anterior, es fácil deducir que el coeficiente (cprh) asume un valor de 0.5 en nuestro ejemplo numérico. Por lo tanto, el Producto Necesario equivaldrá a 25 horas-trabajo. Para cada uno de los rubros que integran el Producto de Reposición, tendremos entonces::

40

Si en la familia cuyo consumo anual estamos considerando trabaja más de una persona ( por ejemplo trabaja la mujer y algún

hijo), se debe considerar como trabajo anual la suma de lo que cada miembro activo trabaja a lo largo del año. Para la familia

típica o representativa podemos escribir: cprh = qi CSUi / JTaf , en que JTaf es la jornada anual de trabajo de toda la

familia, CSUi el costo unitario de cada uno de los bienes que integran la canasta y qi nos indica el tipo y cantidad de bienes que

integran esa canasta.

Jaime Prudencio
Resaltado
Jaime Prudencio
Resaltado

39

39

95 (Pr) = 70 (Pp) 25 (Pn)

Finalmente, tenemos que abordar la categoría Producto Excedente (= Pe). En principio,

definimos a la categoría como un simple residual; sea en términos de lo que resta del Producto Total, una vez que se le ha restado el Producto de Reposición, o bien, sea en términos de lo que resta del Producto Agregado, una vez que le ha restado el Producto Necesario. O sea: (4) Pe = PT - Pr o bien: (4a) Pe = PA - Pn

De las expresiones anteriores podemos deducir algunas formas de desglose del Producto Total y del Producto Agregado. Para el Producto Total, tendríamos: (5) PT = Pp + Pn + Pe = PA + Pp

(5a) PT = Pr Pe

Y para el Producto Agregado se tendría: (6) PA = Pn + Pe (6a) PA = PT - Pp

En nuestro ejemplo numérico, el Producto Excedente asume una magnitud equivalente a 25 horas-trabajo.

Finalmente, digamos que la relación entre el Producto Excedente y el Producto Necesario, para el caso de las sociedades clasistas, nos proporciona lo que usualmente se

denomina grado de explotación. O sea:

(7) ge = Pe / Pn ge = grado de explotación

Al comenzar este apartado, hemos dicho que detrás del Producto Total está el Trabajo Total y que detrás del Producto Agregado está el Trabajo Vivo. De modo similar, podemos decir que detrás del Producto Pasado está el Trabajo Pasado; detrás del Producto Necesario el Trabajo Vivo Necesario y detrás del Producto Excedente el Trabajo Vivo Excedente. O sea:

(5b) Tt = Tp Tvn Tve

PT = Pp + Pn + Pe

40

40

Tp = trabajo pasado. Tvn = trabajo vivo necesario. Tve = trabajo vivo excedente.

La primera línea representaría el flujo de trabajo (también susceptible de expresarse

como “tiempo de trabajo”). La segunda línea, por su parte, la cristalización de tales flujos.

Intentemos precisar lo anterior. Cuando hablamos de trabajo (total, pasado, vivo, etc.),

nos referimos a la cantidad o masa de trabajo desplegada en cierto período. Si suponemos que

el gasto de trabajo por unidad de tiempo es constante, la misma magnitud la podemos reflejar en términos de “tiempo de trabajo”. El símil, en este caso, podría ser la llave de agua que alimenta el estanque. Si la presión del agua es constante, el tiempo que tengamos abierta la llave de paso nos indicaría la cantidad de agua caída en el estanque. O viceversa, la cantidad de agua depositada en el estanque, nos permitirá saber el tiempo que ha estado abierta la llave de paso. La relación entre tiempo de trabajo y trabajo gastado, obviamente, es de la misma na-turaleza. Si quisiéramos seguir con el símil podríamos suponer, con algunas licencias, que el agua del estanque se transmuta en flores. En este caso, las flores representarían los elementos más prosaicos que integran el producto total. IV.- Avance y consumo de medios de producción.

Los medios de producción se descomponen en objetos de trabajo e instrumentos (o medios) de trabajo. Hasta ahora, hemos venido suponiendo que los dos tipos de componentes se gastan por completo, a lo largo de un ciclo productivo. Tal apreciación es correcta para el caso de los objetos de trabajo, pero para el caso de los instrumentos de trabajo no lo es. Un objeto de trabajo, como por ejemplo la madera, a lo largo del ciclo productivo va siendo transformada hasta asumir la forma de una mesa. Para construír otra mesa, o sea, para renovar el ciclo productivo, necesitamos madera nueva. De la antigua no nos queda (en tanto madera) absolutamente nada, pues se ha transmutado por completo a la forma mesa. En otras palabras, el coeficiente de desgaste de los objetos de trabajo es igual a 1. En el caso del serrucho o del cepillo (medios de trabajo que aplicamos sobre el objeto madera, a efectos de producir una mesa), la situación es diferente. La regla es que puedan ser usados durante varios ciclos pro-ductivos. Serrucho y cepillo, al ser usados, se van desgastando, pero su capacidad productiva no se agota a lo largo de un solo ciclo. Nos sirven (o sea, pueden funcionar eficazmente) para construír una cantidad considerable de mesas; por consiguiente, su coeficiente de desgaste será inferior a uno. Si están en condiciones de funcionar durante dos ciclos productivos, su coeficiente de desgaste será igual a 0.50 ; si pueden funcionar durante 20 ciclos, su coeficiente de desgaste será igual a 0.05; y así sucesivamente. En el primer caso, dos mesas absorberán el total del trabajo cristalizado en el serrucho y en el cepillo, mientras que en el segundo caso, serán veinte las mesas que absorberán tal trabajo total. Para decirlo de otra manera, tendremos que en el primer caso una mesa absorberá la mitad del trabajo cristalizado en el serrucho y en el cepillo y, en el segundo, una mesa absorberá sólo la veinteava parte del trabajo incorporado en dichos instrumentos de trabajo. Por cierto, también podemos ver que el coeficiente de desgaste es exactamente igual al inverso del período de vida útil del activo (medido en número de ciclos productivos). Si el medio de trabajo se puede usar durante cuatro ciclos productivos, su coeficiente de desgaste (por ciclo productivo) será igual a 0.25.

Lo anterior como es evidente no significa que para construír una mesa se requiera tan sólo la mitad o la veinteava parte de un serrucho. Obviamente, no necesitamos un pedacito sino todo el serrucho.

Desde el ángulo de los requisitos técnicos del proceso productivo, se necesita el medio de trabajo completo; no fragmentos de él. Esta necesidad la reflejamos por medio de la

categoría: medios de producción avanzados.

Si el problema, por el contrario, lo abordamos desde el ángulo del costo de los bienes

producidos, lo que interesa será el desgaste que el instrumento de trabajo sufre en la elaboración del producto unitario. O sea, la parte del trabajo cristalizado en el medio de trabajo que absorbe el producto unitario en cuestión (la mesa, en nuestro ejemplo). Este fenómeno lo

reflejamos a través de la categoría: medios de producción consumidos.

41

41

Tendríamos, entonces: (1a) MPc = ( d1 ) · ( OTa) + ( d2 ) · ( MTa ) = Otc + MTc

Como (d1) = 1 y como (d2) 1, se tiene que normalmente a nivel de los objetos de trabajo coinciden el consumo y el avance ( OTc = Ota ) y que a nivel de los medios de trabajo el

acervo a avance es superior al consumo ( MTc MTa ). Esto, para cada ciclo productivo. Retomemos el ejemplo numérico del apartado II. Allí hemos supuesto que el coeficiente

de desgaste (= d) de todos los medios de producción utilizados, es igual a 1. Supongamos que

esto sigue siendo cierto, pero sólo para los objetos de trabajo. Y que en la rama (A) el coeficiente (d2 ) es igual a 0.20; en la rama (B) es igual a 0.10 y en la rama (C) es igual a 0.05. Bajo estas nuevas condiciones, el cuadro de la producción efectuada en el período quedaría como sigue: Cuadro III : Recursos gastados y resultados de la producción: segunda versión.

Sectores Recursos Gastados Resultados

A 10 ( OT ) + 2 ( MT ) + 15 ( Tv ) 27 ( OT )

B 10 ( OT ) + 2 ( MT ) + 20 ( Tv ) 32 ( MT )

C 10 ( OT ) + 0.5 ( MT ) + 15 ( Tv ) 25.5 ( BCP )

Totales 30 ( OT ) + 4.5 ( MT ) + 50 ( Tv ) 84.5 ( PT )

Este cuadro no olvidemos nos representaría el consumo de recursos productivos que

demanda el ciclo productivo. Sin embargo, dado que consumo y avances ya no coinciden, este último aspecto, el de los avances o acervos, quedaría oculto, desconocido. V.- Segundo modelo: reproduccion simple con sectores improductivos.

Desde un punto de vista estrictamente lógico, el ciclo productivo debe comenzar con la obtención de los recursos productivos que exige su puesta en marcha. Esto supone la existencia

de ciertas decisiones de producir (quién o quiénes la toman, dependerá de la estructura de

relaciones de propiedad imperantes), las que afectarán tanto al nivel como a la composición de los recursos demandados. Como es obvio, en el momento en que el ciclo comienza, tales

recursos medios de producción y productores directos deben estar disponibles. O sea, el inicio

de un ciclo productivo supone la existencia de una oferta productiva compatible (en nivel y com-posición), con la demanda de recursos (en nivel y composición) que generan las nuevas decisiones de producción.

Lo anotado, implica que el inicio de un ciclo productivo (que también es comienzo del

ciclo económico) coincide con el final del ciclo económico anterior. Podemos suponer que una sociedad cualquiera intentará, mínimamente, asegurar las

condiciones de su reproducción económica simple. O sea, procurará a lo menos mantener los niveles de producción, al pasar de un ciclo al otro. Esto implica decisiones de producción que

no sólo afectarán los rasgos del nuevo ciclo, sino que también determinarán la forma de

utilización del Producto Total generado en el ciclo anterior. Según hemos visto, la reproducción

simple exige que una parte del Producto Total se destine a reponer los medios de producción desgastados; y que otra, se destine a reponer el desgaste sufrido por la fuerza de trabajo de los productores directos. La suma de estos dos ítems constituye el Producto de Reposición. Esta categoría supone no sólo una afectación cuantitativa del Producto Total; también exige que el nivel de éste, que equivale al Producto de Reposición, guarde una composición determinada. Los productores directos reponen su fuerza de trabajo con alimentos y no con máquinas; las máquinas se reponen con máquinas y no con vestuario. O sea, para que el ciclo se renueve sin problemas mayores, el Producto Total generado en el ciclo anterior debe poseer una estructura natural, precisa y determinada.

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En el ejemplo numérico del apartado II, las decisiones de producción desembocaban en un Producto Total de 120, desglosable en 35 (OT) + 50(MT) + 35(BCP). Para que esto pueda haber tenido lugar se necesitó que, al comenzar tal ciclo, existiera una oferta o disponibilidad de bienes equivalente a 30(OT) + 40(MT) + 25(BCP). Esta oferta, en nivel y composición, tuvo que ser generada en el ciclo precedente. Pasemos ahora al caso del ciclo subsecuente. Las decisio-nes productivas implican que el sistema desea mantener los niveles de producción. Si no hay progreso técnico y los medios de producción operan con un coeficiente de desgaste igual a 1, del Producto Total igual a 120, habrá que asignar 95 en calidad de Producto de Reposición. O sea, tendremos:

95 (Pr) = 30 (OTr) + 40 (MTr) + 25 (BCPr)

Y como el Producto Excedente es lo que sobra del PT, una vez que a éste se le ha restado el Pr, tendremos:

Pe = 120 (PT) - 95 (Pr) = 25 ( Pe )

Surge entonces la pregunta: ¿cómo se puede utilizar el Producto Excedente? Para entender la dinámica de cualquier sistema económico, la pregunta anterior es

crucial. Por ahora, nos remitimos a una respuesta simplemente “contable” y gruesa. 41 Distinguiremos tres grandes formas a través de las cuales la sociedad puede utilizar el Producto Excedente: a) Acumulación: usar los productos que integran el Pe, para incrementar el

patrimonio productivo con que opera el sistema económico; b) Utilización improductiva: destinar

los productos que integran el excedente a la mantención de sectores ajenos a las actividades

propias de la producción directa, lo que implica desviar los productos del ciclo productivo; o

sea, evitar que se reintegren a él en calidad de premisas de un nuevo ciclo; c) Variación de existencias: aumentos de las reservas de bienes con que opera el sistema. Estos aumentos pueden o no ser planeados y, en líneas generales, pueden concebirse como un seguro frente a eventualidades. Se forman de acuerdo a la relación siguiente:

(8) E = (PT)1 - ( Pr1 + Ak1 + UI1 ) En la expresión (8) podemos ver que al Producto Total le restamos los usos que se han efectuado de ese producto: en reponer el desgaste del patrimonio productivo (=Pr), en acumulación (=Ak) y en usos improductivos (=UI). Si algo sobra, se suma a las existencias del período previo. Para las existencias finales podemos escribir:

(9) E1 = (PT)1 - ( Pr Ak UI )1 + E0

Ak = Acumulación. UI = Utilizaciones improductivas del PT. E0 = Existencias al comienzo del ciclo. E1 = Existencias al final del ciclo.

La expresión (9) también la podemos interpretar así: la economía funciona con cierta disponibilidad de bienes, la cual se integra con la producción total generada en el período más las existencias que se tenían al comenzar ese período. A esta oferta se le sustraen los usos y si algo sobra tenemos las existencias al finalizar el período.

41 Para más detalles, ver el capítulo 10.

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Como hemos supuesto que las decisiones productivas implican reproducción económica simple, tendremos que la acumulación será nula. Pero, sí supondremos la existencia de un sector improductivo (por ejemplo, un ejército) que, para poder funcionar, exige una cierta dosis de productos igual a:

16 (UI) = 3 (OT)i 3 (MT)i + 10 (BCP)i

El subíndice i indica la utilización improductiva del producto. En este caso se nos dice que el sector improductivo necesita 16 unidades de producto. De ellas, tres bajo la forma de objetos de trabajo, tres bajo la forma de medios de trabajo y diez bajo la forma de bienes de consumo personal. Bajo estas condiciones, tendríamos el siguiente cuadro de utilización del Producto Total:

Cuadro IV : Tabla de utilización del producto total.

Resultados

/Utilización

35 (OT)

50 (MT)

35 (BCP)

TOTALES 120 (PT)

A.- Pr 30 40 25 95 (Pr)

1.- Pp = MPr 30 40 - 70 (MPr)

a) Otr 30 - - 30 (OTr)

b) MTr - 40 - 40 (MTr)

2.- Pn = BCPr - - 25 25 (BCPr)

C.- UI 3 3 10 16 (UI)

a) Oti 3 - - 3 (OTi)

b) Mti - 3 - 3 (MTi)

c) BCPi - - 10 10 (BCPi)

D.- E 2 7 0 9 (E)

Totales (ACD) 35 50 35 120 (PT)

Si leemos el cuadro anterior a lo largo de sus columnas, veremos cuál es la utilización económica que se le da a los diversos tipos de productos que genera la economía. Por ejemplo, en la columna de los medios de trabajo podemos ver que su producción alcanzó a 50. Que de esa cantidad, se usaron 40 para reponer los medios de producción que se han consumido, 3 en actividades improductivas y el sobrante de 7 ha ido a incrementar las existencias que maneja la economía. Estos bienes, por definición no se usan para sustentar el consumo personal :la gente no se alimenta con máquinas; por ello, la línea del caso aparece vacía.

Si el cuadro lo leemos a lo largo de sus líneas tendremos qué tipo de bienes (i.e. qué tipo de valores de uso) son necesarios para satisfacer las diversas grandes funciones económicas que hemos distinguido. Por ejemplo, se nos dice que el sector improductivo utiliza 3 objetos de trabajo, 3 medios de trabajo y 10 bienes de consumo personal. También se nos dice que en la función económica “variación de existencias”, se utilizan 2 objetos de trabajo, 7 medios de trabajo y ningún bien de consumo personal. El cuadro numérico anterior se puede generalizar del modo que sigue.

44

44

Cuadro V: Producción Total , usos y resultados.

Tipo de bien producido Usos económicos de los bienes producidos.

Objetos de trabajo ( OT ) =

( OT )r + ( OT )i + E (OT )

Medios de trabajo ( MT ) =

( MT )r + ( MT ) i + E ( MT )

Bienes de Consumo Personal (BCP) =

( BCP )r + ( BCP )i + E ( BCP )

Producto Total (PT) =

( Pr ) + ( UI ) + E ( PT )

Pr = Pp + Pn; Pp = (OT)r + (MT)r ; Pn = (BCP)r UI = (OT)i + (MT)i + (BCP)i

E (PT) = E (OT) + E (MT) + E (BCP)

Pe = UI + E (PT)

En el cuadro resumen de más arriba, el primer miembro de las ecuaciones descrita nos muestra el producto por el lado de su generación. Es decir, la oferta o disponibilidad de bienes.42 Los segundos miembros, por su lado, nos muestran el cuadro de la utilización del Producto Total. O sea, nos describen la demanda de recursos que genera el sistema en virtud de las decisiones (productivas e improductivas) con que opera la economía al comenzar el ciclo siguiente. II.- El tercer modelo: reproducción ampliada y gastos improductivos.

En el apartado anterior, supusimos que el sistema operaba bajo condiciones de reproducción simple y, por lo tanto, que no existía acumulación productiva. Levantar este supuesto restrictivo resulta bastante fácil y es lo que haremos a continuación. Para no compli-car las expresiones numéricas, seguiremos suponiendo que el coeficiente de desgaste de cada uno de los medios de producción utilizados es igual a 1.

La acumulación implica que de los resultados de un ciclo productivo, se procede a apartar cierta cantidad de bienes con el objeto de que el próximo ciclo pueda comenzar a operar con un nivel patrimonial superior al del ciclo reciente. O sea, la acumulación se expresa en el incremento de los medios de producción con que opera un ciclo, respecto al anterior y/o, en el incremento de la masa de trabajo vivo con que operará el próximo ciclo. Este incremento en la

masa de trabajo vivo si la jornada de trabajo permanece constante implicará la elevación del numero de trabajadores que opera en la esfera de la producción directa. Por consiguiente, utilizará parte de los bienes de consumo personal producidos en exceso del Consumo Personal de Reposición, para satisfacer las necesidades de los nuevos trabajadores productivos.

Según ya sabemos, el patrimonio productivo se puede descomponer en trabajo pasado y trabajo vivo. La acumulación, por lo tanto, implica incrementos en el trabajo vivo y en el pasado. Ahora bien, en términos de su expresión material (en productos), tenemos que el incremento en la masa de trabajo pasado exige acumular medios de producción. A su vez, el incremento en la masa de trabajo vivo exige acumularbienes de consumo personal. eS decir, destinar una cantidad adicional de bienes de consumo para alimentar a una cantidad adicional de trabajadores productivos. O sea,

Tp = ( MP ) ak Tv = ( BCP ) ak / cprh

42 Hemos supuesto que las existencias disponibles, al comenzar el ciclo de producción (t), son nulas. En caso de ser positivas,

deberán ser sumadas a la producción en el período (t). Con ello, el primer miembro de cada ecuación reflejaría la suma de los

bienes disponibles en el período. La expresión general sería: ( BD)t = (PT)t (E)t-1 , donde (BD) = bienes disponibles y (E)t-1 =

existencias al comienzo del ciclo (t).

45

45

En donde el sufijo (ak) indica que el bien se utiliza como acumulación. Si el consumo personal de reposición por hora trabajada (= cprh) es inferior a la unidad

(lo que siempre sucederá si el sistema es capaz de generar un producto excedente) tendremos que el poder de disposición sobre una cierta cantidad de bienes de consumo en los cuales se ha cristalizado una cantidad (x) de horas de trabajo, permitirá acceder a una cantidad superior , digamos (x+z), de horas de trabajo vivo. Es decir, cierta cantidad de trabajo pasado es capaz de movilizar una cantidad superior de trabajo vivo. A veces frente a este fenómeno también se dice que, a igualdad de otras circunstancias, la frugalidad de los trabajadores productivos posibilita una mayor acumulación y, por ende, una dinámica productiva superior. Por ahora, bástenos advertir sobre este punto de importancia vital, punto que luego retomaremos y examinaremos en el capítulo X.

Volviendo a nuestro ejemplo, supongamos que la Utilización Improductiva y la Acumulación asumen los valores y la composición siguiente:

8 (UI) = 2 (OT)i + l (MT)i + 5 (BCP)i 13 (Ak) = 2 (OT)ak + 7(MT)ak + 4 (BCP)ak i = usos improductivos; ak = usos para acumulación.

Bajo estas nuevas condiciones y manteniendo todos los demás datos, el cuadro de utilización del Producto Total experimenta determinadas variaciones. Ellas se reflejan en el cuadro que sigue. Cuadro VI: Tabla de utilización del producto total. Segunda aproximación.

Resultados Utilización

Objetos de Trabajo 35 ( OT )

Medios de Trabajo 50 ( MT )

Consumo Personal 35 ( BCP )

Totales 120 ( PT )

A.- Pr 30 40 25 95 ( Pr )

1.- Pp= MPr 30 40 - 70 ( MPr )

a) OTr 30 - - 30 ( Otr )

b) MTr - 40 - 40 (MTr )

2.- Pn= BCPr - - 25 25 (BCP)r

B.- Ak 2 7 4 13 ( Ak )

a) OTak 2 - - 2 (Otak)

b) MTak - 7 - 7 (Mtak)

c) BCPak - - 4 4 (BCPak)

C.- UI 2 1 5 8 (UI)

a) OTi 2 - - 2 (OT)i

b) MTi - 1 - 1 (MT)i

c) BCPi - - 5 5 (BCP)i

D.- E 1 2 1 4 (E )

Totales (A+B+C+D)

35

50

35

120 ( PT )

Consecutivamente, podemos generalizar y llegar a las siguientes expresiones:

(5 c) (PT)t = (Pr)t + (A)t + (UI)t Et

46

46

Para el caso de los bienes disponibles (=BD), tendríamos: (9) (BD)t = (PT)t + (E)t-1 = (Pr)t + (A)t + (UI)t + (E)t

Tal sería el resumen de las formas de utilización del producto total y/o de los bienes disponibles. Nos restaría sólo el caso del Producto Agregado (= PA), cuya expresión es sencilla:

(6 b) (PA)t = (Pn)t + (A)t (UI)t (E)t VII.- Las relaciones económicas con el resto del mundo.

Estas relaciones implican el cambio de productos con el “resto del mundo”. Cuando los

productos “vienen”, hablaremos de importación; cuando los productos “van”, hablaremos de exportación. Si el país o sociedad en cuestión actúa como propietaria de sus recursos y lo

mismo sucede con el “resto del mundo”, el cambio de productos asumirá la forma de circulación.

O sea, cambio de productos a través del mecanismo de la compra y la venta. Dicho de otro modo, los productos se cambiarán y, al mismo tiempo, se efectuará un traspaso de los derechos de propiedad sobre el producto respectivo. O sea, el país vende al exportar y compra al importar.

Los productos que se exportan, obviamente no pueden ser utilizados internamente, al revés de lo que ocurre con los productos importados, que sí se utilizan internamente. Por consiguiente, las modificaciones serán simples:

(5 d) (PT)t = (Pr)t + (Ak)t + (UI)t + (E)t + (SE)t

(9 b) (BD)t = (PT)t + (E)t-1 (SE)t

(6c) (PA)t = (Pn)t + (Ak)t + (UI)t + (E)t + (SE)t

(10) (SE)t = (X)t (M)t X = productos exportados. M = productos importados. (SE) = saldo externo. Según se observa, en el caso de los bienes disponibles, las importaciones se suman y las exportaciones se restan. Es decir, cotejamos la oferta global con la demanda global. Y para el producto, tanto total como agregado, se suman las exportaciones y se restan las importaciones. Si trabajamos en términos de bienes finales, la oferta global resulta igual a la suma del producto agregado y las importaciones. La demanda global, igual al consumo asalariado productivo, más la acumulación (incluyendo variación de inventarios), más los usos improductivos y más las exportaciones. O sea: (11) OGt = PAt + Mt

(12) DGt = CWpt + Akt + Et + UIt + Xt

CWpt = Pnt = consumo de asalariados productivos.

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El cuociente entre importaciones y oferta global se conoce como “componente importado de la oferta global”. También se suele manejar como indicador del nivel que alcanza la sustitución de importaciones. Si se reduce se habla de un avance en el proceso de sustitución de importaciones y si se eleva se habla de una reducción en el nivel de la sustitución de

importaciones. Es decir, de un proceso de des-sustitución de importaciones.

El cuociente entre las exportaciones y la demanda global nos indica el peso relativo de la demanda externa. Otros tres conceptos muy utilizados son: i) el coeficiente medio de exportaciones: cuociente entre exportaciones y producto agregado (= x = X / PA ); ii) el coeficiente medio de importaciones: cuociente entre importaciones y producto agregado ( = m = M / PA ); iii) el coeficiente de apertura externa (= ae = x + m ). En la actualidad, por ejemplo, se suele hablar de procesos de “apertura externa” o “aperturismo”. Por ello se suele entender un proceso que asume dos características básicas: uno, se eleva el mencionado coeficiente de apertura externa. Dos, a la vez se da un proceso de desregulación de los flujos económicos (mercancías y capitales) con el exterior. O sea, se reducen o suprimen aranceles, cuotas, prohibiciones, subsidios y otras formas en que el Gobierno intenta influír en el relacionamiento económico externo del país. El rasgo 2 es lo propio de los modelos neoliberales. Por el contrario, en experiencias como la del sudeste asiático (Corea del Sur, Indonesia,etc.) tiene lugar el rasgo 1) incluso con bastante mayor fuerza que en los modelos neoliberales, pero en un contexto de fuerte regulación estatal sobre el comercio exterior y los movimientos de capital.

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CAPITULO VI : LAS CUENTAS NACIONALES. CORRESPONDENCIA ENTRE CATEGORÍAS BASICAS. I.- Introducción.

En el último medio siglo se puede observar un creciente interés en la recopilación sistemática de estadísticas económicas: se crean oficinas gubernamentales especializadas en las tareas del caso y la información se pasa a publicar periódica y regularmente. El denominado Sistema de Cuentas Nacionales ( = S.C.N.) constituye el esquema más usual de organización y presentación de la información económica básica. Al decir de un conocido especialista en el tema, “en un sentido amplio, la contabilidad nacional es un registro sistemático de los hechos económicos que realizan las entidades de un país; en su acepción más restringida y práctica, es el conjunto de las diversas estadísticas del producto, del ingreso y de otros conceptos macroeconómicos, presentadas en cuadros o en cuentas, según normas de registro que las integran en un sistema coherente.”43

El registro y ordenamiento de la información se ciñen a un criterio que responde a un determinado cuerpo teórico y a los conceptos y categorías que lo integran. Es decir, la información no es “aséptica” ni teóricamente neutral. Muy por el contrario, va estrechamente asociada al sistema teórico que la informa y le da sentido. Esa vinculación resulta inevitable y mal se podría criticar. No obstante, de ella se derivan algunos problemas que conviene mencionar. Por ejemplo, si se maneja un sistema teórico diferente al que está en la base del S.C.N., la posibilidad de un manejo cuantitativo de las categorías encontrará serias dificultades. Lo mismo sucederá con los intentos de contrastar empíricamente las hipótesis que se manejen al interior del correspondiente sistema teórico.

En nuestro caso, hemos venido desarrollando un conjunto de categorías que no se corresponden, de manera estricta y rigurosa, con las categorías y conceptos que usualmente se manejan en los sistemas de cuentas nacionales. Es decir, operamos con una matriz teórica diferente.A primera vista, esto pareciera generar una situación bastante incómoda: la información económica usual no permitiría cuantificar nuestras categorías y, por lo mismo, dificultaría enormemente el trabajo de verificación que toda teoría exige. Proceder a una recopilación de información congruente con este sistema teórico, implicaría un costo que, al

menos de momento, no es posible enfrentar. Aunque felizmente no es necesario entrar a inda-gar en las fuentes primarias de la estadística económica. Si procedemos a una comparación rigurosa de los conceptos involucrados, podemos deducir ciertas correspondencias o equivalencias. Es decir, podemos arribar a un procedimiento de cálculo que permita transformar una categoría en otra. Es decir, partiendo de la estimación conocida de una categoría perteneciente al S.C.N., arribar al cálculo de otra categoría, ajena a ese sistema conceptual.

El propósito central de este capítulo es identificar esas correspondencias. Lo haremos en un sentido muy elemental e introductorio. Es decir, evitaremos entrar a

discutir algunos problemas de detalle y haremos abstracción de algunas complejidades encerradas en el problema. El análisis más detallado, riguroso y sistemático nos llevaría demasiado lejos, amén de que exigiría un nivel de conocimiento que aun no hemos alcanzado, tanto al nivel de S.C.N. como del cuerpo teórico que se maneja en estas notas. Se trata, en consecuencia, de una primera aproximación.

Nos concentraremos en las siguientes categorías básicas: Producto Total (= PT); Producto Agregado (= PA); Producto Pasado (= Pp); Producto Necesario (= Pn) y Producto Excedente (= Pe). Para estas categorías, buscaremos cuál podría ser su equivalente en términos de los conceptos que encontramos en el Sistema de Cuentas Nacionales.

43 Manuel Balboa, Nociones teóricas generales sobre elementos de contabilidad económica; en Cuentas Nacionales, Tomo I:

Antecedentes y bases teóricas del Sistema de Naciones Unidas; Serie de Lecturas IV, SPP, México, 1984.

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II.- La unidad de contabilización.

Los bienes que a lo largo de cierto período genera tal o cual espacio económico (una región; un país; un continente; etc.), son múltiples y variados. Por lo mismo, si deseamos efectuar una estimación cuantitativa del total de la producción generada, debemos resolver previamente el problema de cómo homogenizar esas entidades tan diversas. De lo contrario, la medición sería imposible. Como lo señalara hace mucho el gran filósofo Spinoza, “no concebimos las cosas numéricamente, sino después que han sido reducidas a un género común. El que, por ejemplo, tenga en la mano un sestercio y un tálero, no pensará en el número dos, hasta que que no pueda llamar al sestercio y al tálero con un solo y mismo nombre, a saber, el de moneda o el de dinero; pues entonces, podrá afirmar que tiene dos dineros o dos monedas, pues con el nombre de dinero o de moneda designa no sólo al sestercio sino también al tálero. De aquí, pues, resulta claro, que ninguna cosa se puede llamar una o única, sino después de concebir otra que (como se ha dicho) coincida con aquélla.”44

Contemporáneamente, en las contabilizaciones más usuales se utiliza el dinero como unidad de cuenta. Se supone que todos los bienes poseen un precio, es decir, se expresan como iguales o equivalentes a una determinada cantidad de unidades monetarias y, a partir de este hecho, se procede a homogeneizarlos. Por ejemplo, si se trata de medir el total de la producción generada en cierto período, se van sumando los diferentes bienes producidos, de acuerdo a sus respectivos precios. La operación y su resultante la podríamos simbolizar como sigue:

PT (SCN) = q1 . p1 + q2 . p2 + ........ + qn . pn

PT(SCN) = producción total, medida según Sistema de Cuentas Nacionales. O sea, utilizando el

dinero (unidad monetaria) como unidad de contabilización. qi = cantidad producida del bien i. (i = 1, 2, 3, . . . , n)

pi = precio unitario del bien i. (i = 1, 2, 3, . . . , n)

En nuestro caso, hemos venido manejando otra unidad de cuenta: la hora de trabajo gastada en la producción de los correspondientes bienes. Por ello, en vez del precio de un bien, hablamos de su costo social unitario. Por lo tanto, para el producto total podríamos escribir:

PT (EP) = q1 . CSU1 + q2 . CSU2 + ......... + qn . CSUn

PT(EP) = producción total, medida según el criterio más abstracto de la Economía Política. O sea, utilizando la hora de trabajo gastada como unidad de cuenta. CSUi = costo social unitario ( en trabajo). (i = 1, 2, 3, . . . , n).

Las ventajas (y desventajas) que se logran al manejar una u otra unidad de cuenta, es algo que aquí no discutiremos. Por ahora, nos basta señalar la diferencia que existe, en lo que se refiere a la unidad de cuenta manejada, entre el Sistema de Cuentas Nacionales y el sistema conceptual que hemos venido manejando.

Por ahora, lo que nos preocupa es ver si se pueden o no comparar esas unidades de

cuenta trabajo y dinero y el modo, de ser posible, en que se podría llegar a establecer alguna relación de correspondencia entre ellas.

Supongamos que la producción total, medida en dinero, asciende a $400. Y que medida en horas de trabajo, asciende a 100 horas. Así las cosas, tendríamos :

1 ( Tt ) = 400 / 100 = $ 4

44 Baruch de Spinoza, Epistolario, pág. 156 (carta a Jarig Jelles, 2/6/1674). Mila edit., B. Aires, 1988.

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El cuociente, lo podemos denominar expresión monetaria del trabajo. O sea, nos indica

el valor monetario con el cual se corresponde una hora de trabajo total gastada en la producción. En el ejemplo, tenemos que una hora de trabajo se manifiesta como igual a cuatro pesos o unidades monetarias.

También podemos estimar la expresión inversa, obteniendo: 1 $ = 100 / 400 = 0.25 ( Tt )

El cuociente nos señala el valor del dinero, medido en horas de trabajo. También

podemos hablar de “valor- trabajo”. O sea, en el ejemplo, tendríamos que cada unidad mone-taria sería equivalente a una cuarta parte de la hora de trabajo. A primera vista, si conocemos el “valor- trabajo del dinero”, podemos rápidamente pasar de la contabilidad en precios, a la contabilidad en horas de trabajo. Tendríamos, de hecho, una relación definida entre las unidades monetarias y las unidades de trabajo. Por lo mismo, la relación que se establecería entre el costo social unitario y el precio unitario sería igual a:

(CSU)i = ( td ) . pi (i = 1,2,......,n) (1) ( td ) = PT ( EP ) / PT ( SCN )

Por cierto, (td) nos señala a cuantas unidades de trabajo se corresponde una unidad monetaria. O sea, es el valor-trabajo del dinero. Siendo su inverso, la expresión monetaria del trabajo. Desgraciadamente, el anterior coeficiente no alcanza a resolver completamente el problema. Por un conjunto de circunstancias que aquí no nos corresponde analizar, la relación entre los precios particulares y el costo social unitario particular del caso, no se corresponde

sensu-stricto con el coeficiente (td). Es decir, como regla, la situación que prevalece es del tipo:

(CSU)i ( td ) . pi (i = 1,2,.......,n)

Conviene agregar, de inmediato: primero, las desviaciones no suelen ser extremas;

segundo, a medida que pasamos de la consideración de productos específicos a conjuntos de

productos, la desviación tiende a ser menor. Es decir, mientras mayor sea el agregado económico que se maneja, mayor será la aproximación lograda, al emplear el coeficiente (td) como factor de conversión. A nivel de la Producción Total, la aproximación será casi exacta. Y a nivel de los otros grandes agregados que hemos venido manejando, podemos suponer que el

error no será extremo si utilizamos un procedimiento como el propuesto; tercero, a nivel de

productos particulares se puede desarrollar un método de conversión bastante preciso, pero aquí no podemos entrar a exponerlo. Nos conformaremos, por lo tanto, con una aproximación como la señalada. III.- Indicadores de resultados en el Sistema de Cuentas Nacionales.

Para los propósitos que perseguimos en este capítulo, nos interesa recordar dos conceptos básicos: i) Valor Bruto de la Producción (= VBP ); ii) Valor Agregado (= VA). Al primero a veces también se le denomina Producción Bruta y al segundo, en términos muy ge-néricos, también se le conoce como Ingreso Nacional o Producto Interno (o Nacional).

En términos aproximados, esos conceptos se corresponden con los de Producto Total y de Producto Agregado. Existen diferencias, por supuesto, pero ellas serán examinadas más adelante. De momento, baste señalar la correspondencia más gruesa.

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En cuanto al Valor Bruto de la Producción y al Valor Agregado, ellos se pueden definir como sigue:

(2) VBP = S E = CI KFc W B

(3) VAB = VBP CI = W B KFc

(4) VA = W B = VAB KFc

(4a) VA = [ S E ] [ CI + KFc ] VBP = Valor Bruto de la Producción. S = Ventas totales.

E = Variación de existencias. CI = Consumo intermedio. KFc = Capital fijo consumido (depreciación). W = Sueldos y salarios. B = Beneficios. VAB = Valor Agregado Bruto. VA = Valor Agregado.

Las diversas partidas en que se han desagregado el VBP y el VA, son las usuales que maneja el S.C.N. Por lo mismo, las suponemos conocidas. IV.- Transacciones intermedias: la doble contabilización.

De los dos indicadores de resultados del S.C.N. que hemos recordado (el VA y el VBP), en el último surge un problema, el de la doble contabilización, que conviene no olvidar. La dificultad se deriva de la forma en que se calcula el indicador de marras. A nivel de la unidad económica, no surgen mayores problemas: el VBP es igual a las ventas totales ajustadas por la variación de inventarios. O bien, igual al valor agregado (pagos a factores o insumos-primarios), más compras a otras empresas (o compras intermedias). El problema de la doble contabilización surge a nivel agregado y lo podemos ver manejando un muy sencillo ejemplo.

Supongamos una empresa que produce bicicletas y que se encarga, ella misma, de elaborar buena parte de los componentes que exige la producción. Por ejemplo, podríamos tener la siguiente situación:

i) Materias primas compradas (= CI)................................400 ii) Depreciación del capital fijo (= KFC)............................. 100 iii) Valor Agregado (pagos a factores) (= VA)....................... 1000 iv) Valor Bruto de la Producción (= VBP)............................ 1500

Supongamos ahora que la empresa se divide en dos partes exactamente iguales. Nada se altera, salvo la propiedad. Para la empresa 1 (izquierda) y para la empresa 2 (derecha), tendríamos: CI1 = 200 CI2 = 950 45 KFc1 = 50 KFc2 = 50 VA1 = 500 VA2 = 500

45 Estas compras intermedias se descomponen en: 200 de materias primas y 750 que la empresa (2) le compra a la empresa (1).

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VBP1 = 750 VBP2 = 1500

Podemos ver que el VBP total será igual a 2250. Es decir, el VBP experimenta un crecimiento que es puramente ficticio y que se explica no por un crecimiento de la producción efectiva, sino por la fragmentación de la propiedad y el tipo o procedimiento de cálculo que se sigue. Es decir, la producción de la empresa (1) se registra primero en su fuente y luego, se vuelve a registrar como compra de la empresa (2). Además, si la empresa original se hubiera dividido en cuatro empresas similares, el nuevo VBP total sería aún más elevado, ascendiendo a 3750 unidades. Y así sucesivamente; mientras mayor fuera la fragmentación, mayor sería el nivel calculado del VBP, en virtud de la mencionada duplicación: lo que es venta de una empresa aparece también como compra de otra y, por ello, se produce la inflación de las cifras.

Para la categoría PT que hemos venido manejando, el problema se reproduce; por lo menos, si utilizamos una metodología de cálculo más o menos análoga. Y conviene puntualizar: si esta dificultad no apareció en el capítulo anterior, ello se debe al tipo de supuestos simplificatorios que allí manejamos. Pero en tanto existan transacciones intermedias al interior del período, siempre surgirá el espejismo que hemos mencionado. V.- Las correspondencias básicas: primera aproximación.

Sentado lo anterior, podemos ahora preguntarnos por las correspondencias básicas a manejar.

Si, para simplificar, suponemos ahora que no existen actividades improductivas y que

entre las dos unidades de cuenta precios y trabajo no existen incongruencias, tendríamos:

(2a) PTt = VBPt = St + Et Et-1 = St + Et

(4b) PAt = VAt = St CIt + Et - KFCt

(5) Ppt = CIt + KFc (6) Pnt = CWp = Wp CWp = consumo de asalariados productivos.

Wp = salarios de trabajadores productivos. En la expresión (6), al asimilar el consumo de los asalariados productivos al monto de los salarios recibidos estamos manejando el tradicional supuesto kaleckiano: “los trabajadores gastan lo que ganan”. Por cierto, si conocemos el valor agregado y el producto necesario, podemos conocer el producto excedente. O sea:

(7) Pet = VAt CWp

Los supraíndices indican el período. Tales serían las relaciones básicas a manejar. En la tabla que sigue (ver próxima

página) se resumen esas equivalencias. En la tabla también se agregan las categorías de resultados que son propias (en valor) de la economía capitalista. Aunque esas categorías aquí no han sido presentadas ni discutidas, puede ser útil introducirlas a nuestro esquema de equivalencias macroeconómicas.

53

53

Cuadro I : Indicadores de resultados de la producción. Equivalencias básicas.

Trabajo gastado. Resultados Resultados en valores

Capitalistas.

Resultados según

S. C. N.

Gastos sobre el Pro-

ducto Total (SCN)

1.- Trabajo Pasado

( = Tp )

1.- Producto Pasado.

( = Pp )

1.- Capital Constante

Gastado.

( = C )

1.- Producción Interme-

dia = Consumo Inter-

medio + Depreciación del

Capital Fijo.

( = CI + KFc )

1.- Compras Interme-

dias + Depreciación

del capital fijo.

( = CI + KFc )

2.- Trabajo Vivo

( = Tv = Tvn + Tve )

2.1. Necesario

( = Tvn )

2.2. Excedente

( = Tve )

2.- Producto Agregado.

( = PA )

2.1. Producto Nece-

sario. (= PN )

2.2. Producto

Excedente.

( = Pe )

2.- Valor Agregado.

( = VA = V + P )

2.1. Capital Variable

Gastado.

( = V )

2.2. Plusvalía.

( = P )

2.- Ingreso Nacional o

Valor Agregado( Pro-

Ducto Interno Neto a

Costo de factores ).

( YN = PIN = W + G )

2.1. Salarios de pro-

ductivos. (=W)

2.2. Ganancias capita-

listas. (= G)

2.- Gastos sobre el

ingreso nacional.

(YN= CWp + GRE )

2.1. Consumo de asala-

riados productivos.

( = CWp )

2.2. Gastos sobre el

excedente (=GRE) =

Acumulación (=Ak) +

Saldo Externo (=X-M) +

Gastos Improductivos

(=GI). (*)

3.- Trabajo Total

( = Tt = Tp + Tv )

3.- Producto Total.

(= PT = Pp + PA )

3.- Valor Total.

( = W = C+V+P )

3.- Valor Bruto de la

Producción.

(=VBP= CI+KFc + PIN)

3.- Valor Bruto de la

Producción.

(=VBP= CI+ KFc+ CWp

+ GRE)

(*) Gastos improductivos = Consumo de asalariados improductivos(=CWi) + Consumo de capitalistas (=Ck) +

Consumo del Gobierno (=Cg). O sea: GI = CWi + Ck + Cg

54

54

VI.- Ramas productivas y ramas improductivas.

Los conceptos de trabajo productivo e improductivo, ya han sido examinados. Por lo tanto, nos limitamos ahora a señalar que, por ramas productivas, entendemos aquellas donde

se localizan las actividades productivas. Es decir, donde se elaboran productos.

Consecutivamente, ramas improductivas son aquellas donde se despliegan actividades que dan lugar a resultados que no son productos. Cabe advertir: al interior de las ramas productivas se suelen también desplegar actividades improductivas. Por ejemplo: las funciones de un abogado o de un vigilante, al interior de una fábrica productora de alimentos o muebles. Aunque muyl poco frecuente, en las ramas improductivas también se pueden hallar ejemplos de funciones productivas. En resumen, deberíamos hablar de ramas “primordialmente” productivas o improductivas.

Una distinción como la mencionada no es incorporada al Sistema de Cuentas Nacionales. Y ello, en virtud del tipo de teoría que está en la base del S.C.N., la cual rechaza esa distinción, propia de la escuela clásica y de la marxista. Entretanto, en el enfoque neoclásico, toda actividad que redunde en un efecto útil, cualquiera sea la naturaleza de esa actividad, será productiva. De acuerdo a Marshall, por ejemplo, “si tuviéramos que empezar de nuevo, sería mejor considerar todo trabajo como productivo, excepto aquél que deje de promover el fin hacia el cual va dirigido y, por tanto, no produzca utilidad alguna.”46 Además, el criterio de utilidad viene dado por la capacidad del bien para ser vendido: “los bienes incluidos en el producto final deben ser vendidos en el mercado y ser valorados a los precios del mercado.”47 Según se puede observar, nuestra concepción de lo que es un producto está completamente ausente en la visión neoclásica, para la cual el trabajo de un carpintero es equivalente a la actividad de un comerciante, un militar o un banquero.

La concepción neoclásica repercute en la configuración de las Cuentas Nacionales. Por lo mismo, los indicadores de producción que en ella se manejan, resultan considerablemente más inclusivos que los indicadores por nosotros manejados. Por lo mismo, para pasar desde el S.C.N. hacia nuestras categorías, deben efectuarse algunos ajustes. Uno de ellos se refiere a la necesidad de distinguir ramas productivas e improductivas. Al hacerlo, deben resolverse cuando menos tres grandes problemas: a) el de la identificación de las ramas y funciones improductivas. El tema es bastante polémico y ha provocado muy largas discusiones pero aquí no podemos entrar a exponer esas controversias. Por ello, nos limitaremos a señalar la hipótesis que se manejará; b) el del impacto que tiene la presencia de un sector improductivo en la contabilidad del ingreso nacional. Para muchos autores, la no consideración de las ramas improductivas da lugar a una exageración del efectivo nivel que alcanza el ingreso nacional. Para otros, no hay más que una simple redistribución del producto agregado. O sea, se afectan las cuentas sectoriales pero el nivel más agregado no se alteraría; c) el tercer problema se refiere al modo según el cual las diversas ramas improductivas pueden apropiarse del ingresoo generado en las productivas.

En lo que sigue se esbozará una muy preliminar hipótesis sobre los problemas recién mencionados. En realidad, el tema -tanto por su complejidad como por la alta controversia que suele generar- ameritaría una exposición muy detallada y cuidadosa. Pero como ello excedería largamente los propósitos de estas notas nos limitaremos a algo así como una insinuación sobre la posible ruta a seguir.

Teniendo claro el aspecto teórico –o sea, los conceptos de lo productivo y lo improductivo- , se debería proceder a un análisis muy minucioso, altamente desagregado, de las características de cada actividad económica. Por cierto, esa tarea corresponde a una investigación particular y aquí no la podemos abordar. Por ahora, nos puede bastar una primera y muy elemental distinción. Para ello, tomamos las más grandes categorías de actividad económica que distingue el S.C.N. y nos preguntamos si son “primordialmente” productivas o “primordialmente” improductivas.

Para el caso, podemos postular las siguientes hipótesis:

46 Alfred Marshall, Principios de Economía, págs. 56-7. Edit. Aguilar, Madrid, 1963. 47 Idem, idem.

55

55

Cuadro II : Hipótesis sobre el coeficiente de productivos por ramas de actividad.

Ramas pop Ramas pop

Agricultura 1.0 Comercio 0.0

Minería 1.0 Transporte y comunicaciones 1.0

Manufacturas 1.0 Finanzas 0.0

Construcción 1.0 Servicios 0.0

Electricidad,gas,agua. 1.0 Gobierno 0.0

pop = porcentaje de actividades (trabajo) productivas.

No olvidemos que el valor de los coeficientes se da como una primera y muy gruesa hipótesis. Por ejemplo, en el caso de servicios, una parte de ellos deben entenderse como productivos, algo que nuestra hipótesis no contempla. VII.- Las equivalencias básicas : un posible ajuste adicional.

Nuestro objetivo básico recordemos es el examen de las equivalencias entre las categorías que maneja el S.C.N. y aquellas categorías de la Economía Política como Producto Total , Producto Agregado, Producto Pasado, Producto Necesario y Producto Excedente. En el apartado V hemos indicado cuáles serían las conversiones posibles. No obstante, la consideración expresa de los sectores improductivos puede ameritar un ajuste que pasamos a comentar.

Distinguiremos: i) las magnitudes convencionales, que son las manejadas por el S.C.N.;

ii) las magnitudes efectivas, que son las corregidas de acuerdo a los criterios de la Economía

Política, aunque todavía manejando al dinero como unidad de cuenta. Ulteriormente, para pasar de las magnitudes monetarias a las magnitudes en trabajo,

aplicaremos el factor de conversión td, de acuerdo a la definición antes vista. Sólo cabe agregar: se podría utilizar, en caso de dificultades para recabar la información necesaria, una segunda versión del coeficiente td, que sería igual a: (8) td = PA / Vae PA = Tv = trabajo vivo. VAe = Valor Agregado efectivo (unidades monetarias).

Para mejor plantear y entender los ajustes a aplicar, resulta útil buscar apoyo en las

tablas de insumo-producto.48 En éstas recordemos se pueden distinguir diversas secciones. En el cuadro o matriz de transacciones intersectoriales, se muestran las utilizaciones intermedias: compras en las columnas y ventas en las filas. También se nos informa de las ventas finales (consumo, inversión, exportaciones) y sobre los valores agregados sectoriales (insumos primarios).

Para nuestros propósitos, podemos aplicar una presentación bastante simplificada.

Primero, suponemos que sólo existen dos sectores, el productivo (= 1) y el improductivo (= 2).

Para ello, agregamos todas las ramas que consideramos productivas y algo similar hacemos

para las improductivas. Segundo, dejamos de lado la presencia del sector gobierno, sólo para

efectos de mantener el análisis en un nivel simplificado y comparable con los conceptos

desarrollados en el capítulo anterior. Tercero, agregamos toda la demanda final y, por ello, no

analizamos el rol que juega cada uno de sus componentes. Cuarto, hacemos abstracción del

sector externo y, por ende, no consideramos exportaciones ni importaciones. Bajo estos supuestos, arribaríamos a una tabla como la que sigue:

48 Para una presentación del modelo, ver Pedro Vuskovic, ..... (OJO: Falta texto de la cita)

56

56

Cuadro III : Matriz intersectorial. Sectores productivo e improductivo.

Ramas 1 2 Total Dem. Final VBP

1

2

Total X Y VBP

W W

B B

VA VA

KFc KFc

VAB VAB

VBP VBP

Donde se establecen las siguientes igualdades fundamentales:

(9) VBP = VAB + X = X + Y

(10) VAB = VA + KFC = Y

(11) VA = W + B = Y KFc

Si leemos las filas, de izquierda hacia la derecha, encontramos el registro de las ventas de cada rama. Primero, el de las ventas intermedias (X1j , X2j). Luego, las ventas finales (para consumo personal y para acumulación de capital) que se simbolizan (Y1,Y2). La suma de las ventas intermedias y de uso final, nos proporciona el Valor Bruto de la Producción.

Si leemos las columnas, de arriba hacia abajo, podemos visualizar el registro de las compras que efectúa la rama del caso. Primero, tenemos las compras de bienes intermedios (Xi1, Xi2). Luego, lo que a veces se denomina compra de insumos primarios o de factores productivos (Wj, Bj), cuya suma equivale al Valor Agregado. Finalmente, en la última fila, tenemos el consumo del capital fijo. La suma total, nos proporciona también el monto del Valor Bruto de la Producción.

Con lo expuesto, que no pretende más que recordar algunas naciones muy básicas, podemos ya pasar a establecer las equivalencias que nos interesan. En un primer momento, seguiremos manejando a la moneda como unidad de cuenta. La conversión a horas-trabajo se efectúa de acuerdo al procedimiento antes descrito y, por ello, no insistiremos ahora en hacerlo; iremos categoría por categoría, exponiendo las equivalencias del caso.

a) Producto Agregado (Valor Agregado). Podemos, para estas categorías, escribir como definición:

(12) VAc = VA1 + VA2

(13) VAe = VA1 + X21

El subíndice c nos indica que se está manejando la definición convencional manejada por el S.C.N. y el subíndice e nos señala que se está manejando una definición corregida de la categoría, de acuerdo a la conceptualización propia de la Economía Política. Aunque, claro está, todavía utilizando la contabilización monetaria.

La pregunta que aquí puede surgir es sobre por qué X21 debería ser parte del valor agregado efectivo. La respuesta es sencilla: cuando el sector (1) le compra al sector (2), está

entregando valores (es decir, dinero) sin que, como contrapartida, obtenga productos. Son otras

las cosas que de ese modo obtiene el sector (1). Por ello, en términos de producción, decimos que hay una transferencia que va desde (1) hacia (2). Y esta magnitud transferida tiene, como fuente última, el valor agregado creado en el sector productivo. La transferencia se “disimula” o encubre, apareciendo como una compra intermedia del sector productivo. E1 segundo

57

57

interrogante se refiere a la desaparición, en nuestra contabilidad, del valor agregado por el sector improductivo. La respuesta es muy obvia: por definición, en este sector no se generan productos y, por ello, mal haríamos contabilizando esa magnitud como parte del Producto Agregado.

b)Producto Total (Valor Bruto de la Producción). En este caso, nos manejamos con las siguientes

definiciones: (14) VBPc = VBP1 + VBP2

(15) VBPe = VBP1 = VBPc VBP2

También podemos escribir: (15a) VBPe = VABe + X11

(15b) VBPe = VAB1 + X21 + X11 = VBP1

Hechas las aclaraciones para el caso del Valor Agregado, no parecen surgir mayores interrogantes para el VBPe, aunque sí es pertinente señalar: las ventas intermedias (según el S.C.N.) que el sector productivo efectúa al sector improductivo, deben considerarse ventas finales, desde la óptica de la Economía Política.

c) Producto Pasado. En el S.C.N. no hay un concepto análogo o ad-hoc para esta categoría de la

Economía Política. Por ello, nos basta definir:

(16) Pp = VBPe Vae = X11 + KFc1

Quizá no esté demás advertir: para contabilizar el Producto Pasado, no se suma todo el

consumo intermedio convencional a la depreciación del capital fijo. Ello, pues parte de ese

consumo intermedio (las compras del sector productivo al improductivo), por las razones expuestas al discutir la categoría Producto Agregado, de hecho no son consumo intermedio sino parte del valor agregado.

d) Producto Necesario. Suponemos aquí que los asalariados del sector productivo no ahorran (o

sea, “gastan lo que ganan”) y no gastan en la compra de bienes improductivos. Por ejemplo, no pagan vigilantes, no pagan el “dinero del culto”, no compran armamentos, etc. Dado este supuesto, podemos definir:

(17) Pn = W1 = Vae B1 X21

Es decir, definimos el Producto Necesario como igual al total de salarios percibidos por los trabajadores productivos.

e) Producto Excedente. Para esta categoría, manejamos la siguiente definición:

(18) Pe = B1 + X21 = Vae - W1

Podemos arribar a una expresión alternativa, si recordamos la igualdad entre el VBP medido por el lado de las ventas y el VBP medido por el lado de los costos. Es decir:

58

58

X21 + X22 + Y2 = X12 + X22 + VAB2

X21 = X12 + VAB2 Y2

Por lo tanto:

(18a) Pe = B1 + X12 + VAB2 Y2

O bien:

(18b) Pe = B1 + B2 + W2 + X12 + KFC2 Y2

f) El Producto Total y su desagregación. Según ya sabemos:

PT = Pp + Pn + Pe

Reemplazando, de acuerdo a las expresiones antes manejadas, podemos escribir: (15) VBPe = X11 + KFc1 + W1 + B1 + X21

= VAB1 + X11 + X21

= VBP1

Como se puede ver, arribamos a la expresión (15), que era nuestro punto de partida. Y ahora, para terminar, permítasenos hacer una breve referencia a un problema que

podríamos denominar el “financiamiento” del sector improductivo. Es decir, se trata de averiguar cómo este sector obtiene el poder de compra que le permita acceder a los bienes que genera el sector productivo. Para ello, podemos empezar recordando una expresión que ya hemos manejado más arriba:

X21 + Y2 = X12 + VAB2

¿Cómo leer esta expresión? En el lado izquierdo, tenemos las ventas intermedias del sector improductivo al productivo, más las ventas de demanda final que realiza el sector; y en el lado derecho, las compras intermedias que efectúa al sector productivo, más el valor agregado bruto. O sea, reposición del capital fijo (que son compras al sector productivo), más pagos de salarios y beneficios. Es decir, con cargo a las ventas que refleja el lado izquierdo, se financiarían los pagos que aparecen en el lado derecho. Para mejor aclarar el punto, podemos descomponer las ventas de demanda final como sigue:

Y1 = Y11 + Y12

Y2 = Y21 + Y22

59

59

O sea, las ventas finales del sector (1) se descomponen en ventas al sector (1) (= Y11) y ventas al sector (2) (= Y12). Asimismo, las ventas finales del sector (2) se desagregan en ventas al sector (1) (= Y21) y ventas al propio sector (= Y22). Así las cosas, podemos escribir:

X21 + Y21 + Y22 = X12 + VAB2

Pero:

VAB2 = KFc2 + Y12 + Y22

Por lo tanto:

X21 + Y21 = X12 + KFc2 + Y12

O sea, las ventas intermedias de (2) a (l), más las ventas de demanda final de (2) a (l), financian las compras que el sector improductivo realiza frente al productivo. Compras que son de bienes intermedios (= X12), de capital de reposición (= KFc2) y de demanda final (= Y12). VIII.- Un ejercicio numérico.

Para mejor entender los desarrollos anteriores, puede ser útil ensayar un ejercicio numérico. Para ello, construímos una tabla de insumo-producto con magnitudes imaginarias, aunque se aproximan a las conocidas para la economía mexicana en el año de 1970. Por lo menos, hemos tratado de preservar las relaciones de proporcionalidad más gruesas.

Ventas Insumos

Rama 1 Rama 2 Vtas. Interme- dias ( VI )

Demanda Fi- Nal ( DF )

Producción Bruta ( VBP)

1 58 12 70 243 313

2 47 46 93 200 293

CI 105 58 163 443 606

W 75 71 146

B 100 150 250

VA 175 221 396

KFc 33 14 49

VAB 208 235 443

VBP 313 293 606

CI = compras intermedias; VI = ventas intermedias.

Procedamos a calcular el valor que asumen las categorías básicas. Primero, nos preocupamos del Producto Agregado. De acuerdo a la expresión (2), tenemos:

PA = VAe = 175 ( VA1 ) + 47 ( X 21 ) = 222

Para el cálculo del Producto Total, utilizamos la expresión (4):

60

60

PT = VBPe = 313 (VBP1 ) = 313

Y para el Producto Pasado, aplicamos la expresión (5). Por lo tanto :

Pp = 313 (VBPe) 222 (VAe) = 91

Para el caso del Producto Necesario, recordamos la expresión (6) y escribimos:

Pn = 75 (W1) = 75

Finalmente, para el Producto Excedente tomamos en cuenta la expresión (7). Por lo tanto:

Pe = l00 (B1) + 47 (X21 ) = 147

En resumen, tenemos la siguiente situación: 313 ( PT ) = 91 ( Pp) + 75 ( Pn ) + 147 ( Pe )

61

61

CAPITULO VII : EL NIVEL DE DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS Y LA PRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO. I.- Significación de la categoría.

Nos corresponde ahora pasar a la caracterización de las fuerzas productivas. Según

advertíamos al comenzar el capítulo III, la caracterización la efectuaremos en términos del nivel,

la dinámica y el carácter. Este capítulo lo destinamos al análisis del nivel que pueden alcanzar

las fuerzas productivas.

En los capítulos anteriores especialmente en el IV hemos tenido ocasión de describir y analizar los recursos que la sociedad está en condiciones de comprometer en las actividades

de producción. Asimismo y a esto se ha dedicado en especial el anterior capitulo, hemos analizado las características que asumen los resultados del proceso productivo. Ahora bien, si cotejamos los recursos comprometidos con los resultados obtenidos, se torna evidente que

podemos deducir un índice del rendimiento con que funcionan tales recursos. O sea, si la

pregunta es cuál es la eficacia con que se utilizan los recursos productivos disponibles por la

sociedad, la respuesta la debemos dar en términos de la productividad que caracteriza a tales

recursos.

La productividad del trabajo representa el indicador más fiel y preciso del nivel de

desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. El nivel de desarrollo de las fuerzas

productivas, a la vez, nos indica el grado de dominio y control que la sociedad ha llegado a poseer sobre la naturaleza. Según ya hemos tenido ocasión de anotar, la relación sociedad-naturaleza es un nexo indisoluble y a la vez contradictorio. Por lo mismo, se trata de una relación variable, sujeta a alteraciones y cambios. Las variaciones, vienen representadas por las variaciones en el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. O sea, por las variaciones en el nivel de la productividad del trabajo.

Si analizamos la historia social en su conjunto y en términos del largo plazo histórico, estas variaciones tienen lugar de acuerdo a una dirección bastante definida: el aumento en los niveles de la productividad. Este aumento, es el significado sintético de la expresión “desarrollo de las fuerzas productivas”. Por consiguiente, este proceso de desarrollo no es sino el reflejo del desarrollo de la contradicción básica y definitoria que se establece entre la sociedad y la naturaleza 49. Esto, desde un ángulo formal. En un plano sustantivo, lo anterior se traduce en lo siguiente: el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas (o sea, de la productividad del trabajo), no es sino el proceso de avance en el grado de control y dominio que ejerce la sociedad sobre la naturaleza. La conocida expresión “el hombre, dueño y soberano del universo”, por consiguiente, tiende a hacerse cada vez más verdadera.

Los avances en el grado de dominio y control que el hombre ejerce sobre la naturaleza,

representan sin duda un progreso. Y es en este sentido preciso que háblamos de progreso

histórico de la sociedad. Asimismo, es a partir de este criterio que podemos evaluar de modo

estrictamente objetivo el carácter más o menos progresista de las diversas formas de

49

Toda contradicción es una unidad de opuestos. Por lo tanto,en cualesquier contradicción siempre encontraremos: a) los

opuestos, que son dos; b) la relación entre esos dos opuestos o, lo que en la práctica viene a ser lo mismo, la posición que en la

relación ocupan esos opuestos. Las posiciones polares o estructurales que encontramos en cada contradicción determinan: 1)el

aspecto principal o dominante de la contradicción; 2) el aspecto secundario o subordinado de la contradicción. O sea, hay

posiciones dominantes y subordinadas. Las contradicciones se desarrollan, están sujetas a cierta dinámica la que se expresa en su

modo más esencial como desplazamiento de la posición que ocupan los opuestos. En lo grueso, tenemos: i) el aspecto dominante

se transforma en subordinado; ii) correlativamente,el aspecto subordinado deviene dominante. En este proceso o movimiento se

pueden distinguir diversos momentos o fases: 1) de génesis de la contradicción; 2) de predominio absoluto del opuesto A; 3) de

predominio relativo de A; 4) de relativo equilibrio entre el opuesto A y el opuesto B; 5) de relativo predominio del opuesto B; 6)

de predominio absoluto de B ; 7) de disolución de la contradicción. En el caso que nos preocupa la aparición de la especie

humana equivale a la fase 1. Los orígenes del capitalismo giran en torno al final de la fase 3 y en su avance, el sistema arriba a la

fase 5. Se puede esperar que un socialismo desarrollado nos lleve a la fase 6. Obviamente, la fase 7 implica la desaparición de la

especie humana.

62

62

organización social que nos muestra la historia societal. O sea, podemos decir que una forma

social es superior a la otra si ha sido capaz de posibilitar un mayor desarrollo de las fuerzas

productivas. Esto es, si ha sido capaz de lograr un más elevado nivel de productividad del trabajo. Este es un criterio no solamente objetivo (objetivo en el sentido de que va más allá y es independiente de cualquier tipo de preferencias personales subjetivas), sino también susceptible de una cuantificación estricta. O sea, incluso de manejo relativamente fácil.

El desarrollo histórico de la sociedad, confirma prácticamente, mejor que cualquier disquisición, la importancia objetiva del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. Una forma social dada de organización de la producción, está en condiciones de desplazar a otra si es capaz de superarla en términos de los niveles de productividad del trabajo que llega a posibilitar. Del mismo modo, una forma social dada estará condenada a perecer si, a la larga, no es capaz de elevar la productividad del trabajo. La racionalidad de la historia y, por ende, la

necesidad histórica de los diferentes modos sociales de producir que podemos encontrar a lo

largo de la historia, al final de cuentas, viene dada por la capacidad de tales modos para lograr determinados niveles de productividad. O sea, para hacer avanzar el grado de control que ejerce la sociedad sobre la naturaleza. Un modo de producción, respecto a otro, se torna históricamente necesario si es capaz de lograr niveles de productividad superiores. Del mismo modo, tal forma productiva pasará a ser históricamente superflua, al verse enfrentada a otra forma productiva capaz de lograr niveles aún mayores de desarrollo de las fuerzas productivas.

Refiriéndose a la triunfal expansión que a escala mundial experimentó el capitalismo, Engels y Marx escribieron que “merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituye la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burgueses. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza.”50 O sea, la tremenda vitalidad histórica del capitalismo se basa en su capacidad de desarrollar las fuerzas productivas, la productividad del trabajo. Al comenzar el segundo tercio del pasado siglo, el conjunto de países hoy capitalistas disponía de un ingreso per-cápita promedio bastante por debajo de los 150 dólares anuales. Hoy, el ingreso per-cápita promedio del mundo capitalista ya supera los 800 dólares anuales. Como se dice en el ya citado Manifiesto, ”la burguesía, a lo largo de su dominio de clase, que cuenta apenas con un siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas más abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas.”51

Ahora bien, el capitalismo pasa a lo largo de diferentes etapas de desarrollo. Una de las iniciales es el llamado “período manufacturero”. Este se caracteriza ya por un nivel superior de productividad. Pero se trata de una superioridad que todavía no permite desplazar por completo a las viejas formas pre-capitalistas de producción. Al respecto, Marx escribía que “sólo la destrucción de la industria doméstica rural puede dar al mercado interior de un país las proporciones y firmeza que necesita el régimen capitalista de producción. Sin embargo, el verdadero período manufacturero no aporta, en realidad, ninguna transformación radical. Recuérdese que la manufactura solo invade la producción nacional de un modo fragmentario y

siempre sobre el vasto panorama del artesanado urbano y de la industria secundaria

doméstico-rural (...) sólo la gran industria aporta, con la maquinaria, la base constante de la

agricultura capitalista, expropiando radicalmente a la inmensa mayoría de la población del campo

y rematando el divorcio entre la agricultura y la industria doméstico-rural, cuyas raíces la

industria de hilados y tejidos arranca. Sólo ella conquista, por tanto, el capital industrial que

necesita el mercado interior íntegro.”52

O sea, el capitalismo, sólo cuando accede al período de la gran industria maquinizada, se consolida definitivamente en el plano económico. Esto, en virtud de la notable superioridad productiva que logra alcanzar en tal fase de su desarrollo.

Lenin, por su parte, refiriéndose a las posibilidades de un desplazamiento del capitalismo por el comunismo, emplea criterios semejantes. Es así como escribe que “la productividad del trabajo es, en última instancia, lo más importante, lo decisivo para el triunfo

50 C. Marx y F. Engels, El Manifiesto Comunista. Citamos de Marx-Engels, Obras Escogidas, en tres tomos. Tomo I, pág. 115,

Moscú, 1973. 51 Ibid, pág. 115 52 C. Marx, El Capital, Tomo I, págs. 636-637, subrayados en el original.

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del nuevo régimen social. El capitalismo consiguió una productividad del trabajo desconocida bajo el feudalismo. Y el capitalismo podrá ser y será definitivamente derrotado porque el socialismo logra una nueva productividad del trabajo, muchísimo más alta” y a continuación agrega que “el comunismo representa una productividad del trabajo más alta que la del capitalismo, una productividad obtenida voluntariamente por obreros conscientes y unidos que tienen a su servicio una técnica moderna.”53 II.- Indicadores de la productividad del trabajo.

Hemos dicho que la productividad nos indica el rendimiento de los recursos utilizados en el proceso productivo. En líneas generales, y para efectos de una medición concreta, la productividad se expresa en términos de un cuociente, en donde el numerador representa la producción generada y el denominador la masa de recursos comprometidos en dicha producción.

Para una mayor precisión, conviene distinguir cuatro variantes del concepto. Ellas se derivan de los conceptos de producción y recursos que se desee utilizar.

Por el lado de la producción, podemos manejar básicamente dos alternativas: a) la

producción física agregada o neta; b) la producción física total o bruta. Por el lado de los

recursos empleados, también podemos distinguir dos alternativas: a) la utilización del trabajo

total (vivo más pasado) comprometido en la producción; b) considerar solamente el trabajo vivo.

En función de lo expuesto, podemos deducir cuatro indicadores de la productividad. Ellos serían: 1) Fav = PAq / Tv = productividad del trabajo vivo respecto al producto agregado.

2) Ftv = PTq / Tv = productividad del trabajo vivo respecto al producto total.

3) Fat = PAq / Tt = productividad del trabajo total respecto al producto agregado.

4) Ftt = PTq / Tt = productividad del trabajo total respecto al producto total.

El subíndice q nos indica que la categoría viene manejada en términos de su volúmen o “quantum”. Cuando se trata de un producto homogéneo (zapatos, tornos, automóviles, cobre, etc.) la medición no presenta mayores problemas. Si se trata de un agregado de productos heterogéneos, se debe construír un índice y ello acarrea algunos problemas que analizaremos en el capítulo siguiente. ¿Cual de los mencionados indicadores debe utilizarse? En general, ello dependerá del tipo de problema que interese analizar. No obstante, es muy claro que por razones de lógica económica y de relevancia, serán las variantes 1) y 4) las que se deben privilegiar.

En economía, una de las preguntas más usuales e importantes es la que se refiere al costo de producción unitario de un bien. Para saberlo, debemos comparar el total de recursos

utilizados, con la producción física total obtenida. O sea, el costo social unitario puede definirse

del modo que sigue: (1) CSU = ( Tv + Tp ) / PTq

De donde, resulta evidente que el costo social unitario es igual al inverso de la productividad del trabajo total, respecto a la producción física total. O sea: (2) Ftt = ( 1 / CSU )

53 V.I.Lenin, Una gran iniciativa. Citamos de Lenin, Obras Escogidas en tres tomos, Tomo 3, pág. 233. Editorial Progreso,

Moscú. s/fecha.

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64

El punto es muy claro: si la productividad del trabajo se eleva, el costo de producir un bien se reduce. Si designamos con f a la tasa de variación de la productividad del trabajo, con csu a la tasa de variación en el costo social unitario, podemos escribir: (3) CSUt+1 = CSUt / ( 1 + f )

(3a) CSUt+1 / CSUt = 1 + csu = 1 / ( 1 + f ) (4) csu = { 1 / ( 1 + f ) } - 1 Supongamos que la productividad se elevó en un 25%. O sea, f=0.25. En este caso, si sustituimos en la expresión (4) tendríamos: csu = 1 / 1.25 - 1 = 0.8 - 1 = - 0.2 Como vemos, el costo social unitario se reduciría en un 20%. Luego, si el costo unitario en el período inicial hubiera sido de 20 horas de trabajo total, aplicando (3) o (3a), tendríamos que ahora ese costo sería de 16 horas ( = 20 / 1.25). Otra consideración de interés se refiere a la existencia de una relación definicional del tipo siguiente: (5) Qa / Qt = Tv / Tt

A partir de esta relación definicional del producto agregado, es fácil deducir otra. Ella sería:

Qa / Tv = Qt / Tt Ftt = Fav

O sea, la productividad del trabajo total respecto a la producción física total, es igual a la productividad del trabajo vivo respecto a la producción física agregada. Esta igualdad es de suma importancia práctica, pues usualmente las estadísticas disponibles se prestan más para trabajar en términos de la productividad del trabajo vivo respecto a la producción agregada física. Dada esta igualdad, de ahora en adelante al hablar de productividad del trabajo nos olvidaremos de los subíndices y hablaremos de productividad a secas (=F).

III.- Composición de valor del capital, composición técnica de la producción y densidad de capital.

Antes de entrar a analizar los determinantes de la productividad, conviene introducir

algunas categorías que son tanto expresión del nivel de la productividad como factores que la determinan. Elegiremos tres categorías que son de especial interés en relación al tema que nos preocupa. Ellas serán: a) la composición de valor del capital; b) la composición técnica de la producción; c) la densidad de capital o composición técnico-física de la producción.

a) La composición de valor del capital. Cuando Marx analiza –en el contexto de una economía capitalista- una categoría tan

decisiva como lo es la tasa de ganancia, señala que ella depende de dos factores fundamentales: la tasa de plusvalía y la composición de valor del capital. El primer factor es expresión de las

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relaciones sociales de producción subyacentes. El segundo, sería la expresión del sistema de fuerzas productivas. Más precisamente, del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. O sea, del nivel que alcanza la productividad del trabajo. En suma, la tasa de ganancia viene a ser la síntesis del modo de producción, de la interacción dialéctica que se da entre sus dos aspectos o componentes.

En este contexto, nos interesa lo que Marx denomina “composición de valor del capital”, la que podemos definir como el cuociente entre el capital constante avanzado y el capital variable avanzado. Esta categoría, junto con ser una determinante básica de la tasa de ganancia 54, para Marx es una expresión del nivel que alcanza la productividad del trabajo. En sus palabras, “es una ley de la producción capitalista el que, conforme va desarrollándose, decrezca en términos relativos el capital variable con respecto al constante y, por consiguiente, en proporción a todo el capital puesto en movimiento”55 Asimismo, Marx nos dice que “este descenso relativo creciente del capital variable en proporción al constante (...) no es (...) más que otro modo distinto de expresar el desarrollo progresivo de la fuerza social productiva del trabajo”56 . Como vemos, en relación a la composición de valor Marx maneja dos muy nítidas hipótesis: uno, la composición de valor tiene una tendencia secular ascendente; dos, esa conducta no es sino la manfestación del incremento en la productividad del trabajo. En otros textos no es menos claro: “ el descenso relativo del capital variable y el relativo aumento del capital constante, aunque ambas partes crezcan en términos absolutos, sólo es, como queda dicho, una manera distinta de designar la mayor productividad del trabajo”57. O bien: “a medida que disminuye relativamente el capital variable, es decir, a medida que se desarrolla la fuerza productiva social del trabajo”58. Por cierto, si se llega casi a identificar el movimiento de la productividad con el de la composición de valor, el impacto desfavorable sobre la tasa de ganancia será casi imposible de evitar. Algo de esto se ha dado en el curso del desarrollo capitalista pero como luego veremos, el proceso no ha sido para nada tan claro o sencillo como se lo imaginaba Marx. Como sea, el punto que aquí nos interesa subrayar sería el que hay un factor que es clave en la determinación de la tasa de ganancia y que es la composición de valor

del capital. Y que ésta, no tan directamente como lo supuso Marx pero sí en algún grado,

expresa el crecimiento de la productividad del trabajo.

c)La composición técnica de la producción. Si la composición de valor es una categoría específica del capitalismo, la composición

técnica tiene un alcance mayor. Además, está a la base de la composición de valor y por ello nos puede ayudar a entender su evolución.

Para Marx, “la composición técnica del capital constituye la verdadera base de su composición orgánica”59. Conviene precisar esto. Marx entiende por composición orgánica a la composición de valor cuando se supone: i) una tasa de plusvalía constante; ii) una velocidad de rotación del capital circulante igualmente constante. En este caso, también tenemos que la composición de valor es proporcional a la relación trabajo pasado a trabajo vivo y su comportamiento, por lo mismo, es similar. Marx, cuando habla de composición técnica está pensando en la relación trabajo pasado avanzado sobre trabajo vivo: “a una determinada cantidad de trabajo ya materializado en los medios de prouducción corresponde una determinada cantidad de trabajo vivo”60. Esta es la relación que denominamos “composición técnica de la producción” (=Ot= Tpa/Tv). En relación a la composición de valor tenemos que el numerador es semejante: el capital constante avanzado coincide con el trabajo pasado avanzado. El denominador difiere: el capital variable avanzado ya no coincide con el trabajo vivo desplegado. La diferencia se explica por dos razones: i) el capital variable representa el trabajo

54

La tasa de ganancia (=g) se define como el cuociente entre la masa anual de plusvalía (=P) y el capital total avanzado (=K).

Este se descompone en capital constante avanzado (=Ca) y capital variable avanzado (=Va). O sea:

g = P / ( Ca + Va )

Dividiendo numerador y denominador por Va (y sabiendo que Vc= nv . Va , en que Vc es variable consumido y nv la velocidad

de rotación del capital variable) obtenemos:

g = ( P/ Va) / { Ca/Va + 1 } = p . nv / 1 + Ov

En que, P/Va = p . nv y Ov = Ca/Va. O sea, la tasa de ganancia depende de tres variables: la tasa de plusvalía, la velocidad de

rotación del capital variable y la composición de valor del capital (= Ov). Luego, si ésta se eleva, la tasa de ganancia cae. 55

C. Marx, El Capital, Tomo III, pág. 214. FCE, México, 1973. 56

Ibíd., pág. 214. 57

Ibíd., pág. 217. 58

Ibíd., pág. 223. 59

Ibíd., pág. 153. 60

Ibíd.,pág. 153.

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vivo necesario y pagado. El trabajo vivo total también incluye el trabajo vivo excedente y no pagado; ii) si la velocidad de rotación del capital variable no es igual a uno, también surgen diferencias.

En términos formales podemos escribir:

(6) Ov = Ca / Va

(7) Ot = Tpa / Tv = Ca / { Va . nv ( 1 + p ) } = Ov { 1 / nv ( 1 + p ) } (6a) Ov = Ot . nv ( 1 + p ) Ov = composición de valor del capital. Ot = composición técnica de la producción. Ca = capital constante avanzado. Va = capital variable avanzado. Tpa = trabajo pasado avanzado. Tv = trabajo vivo gastado. nv = velocidad de rotación del capital variable. p = tasa de plusvalía. Como se puede observar en (6a), si nv = 1 y p=0, entonces Ov=Ot. Y si nv y p

permanecen inalterados, entonces Ov y Ot se mueven a la par. Según Marx, la composición técnica de la producción tiende a elevarse: “la masa de

trabajo vivo empleada disminuye constantemente en proporción a la masa de trabajo materializado (en) medios de producción” 61 . Asimismo, supone -esta vez sólo por afanes simplificatorios- que la velocidad de rotación es igual a uno. Por lo mismo, la relación entre la composición técnica y la composición de valor pasa a depender del comportamiento de la tasa de plusvalía. Si ésta permanece fija, el movimiento de las dos categorías resulta similar: si la composición técnica se eleva en un 20%, también subirá un 20% la composición de valor. Y si aceptamos, con Marx, que existe una tendencia ascendente en la tasa de plusvalía, tendremos que la elevación de la composición técnica dará lugar a una elevación más que proporcional en la composición de valor.

Conviene recordar: para Marx el aumento en la composición técnica no sólo opera

como causa de la mayor productividad. También es su consecuencia. El trabajo pasado

avanzado (y el capital constante avanzado) se cristaliza en medios de trabajo (máquinas, equipos, instalaciones y edificios) y objetos de trabajo (materias primas, bienes intermedios). La

mayor dotación de medios de trabajo por hora de trabajo es una causa del aumento de la

productividad. Entretanto, cuando aumenta la productividad el operario es capaz de elaborar una mayor cantidad de materias primas por hora trabajada. En este caso también aumenta la

masa de trabajo pasado por unidad de trabajo vivo, pero ahora como consecuencia de la mayor

productividad. La tendencia secular al aumento de la tasa de plusvalía, de acuerdo a la experiencia de

los países más desarrollados, es una hipótesis que resulta plenamente confirmada. Pero no resulta igualmente indiscutible el aumento de la composición técnica. Para mejor evaluar este punto conviene introducir la tercera de las categorías anunciadas: la “densidad de capital”.

c) La densidad de capital o composición técnico-física de la producción. Cuando se analiza el comportamiento de largo plazo de la productividad, se puede

observar una muy alta correlación entre ella y la evolución de la denominada “densidad de capital”. Por ésta, que también podemos denominar “composición técnico-física de la producción”, deberíamos entender el cuociente entre el volúmen del acervo de medios de trabajo

61

Ibíd., pág. 215.

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y la población ocupada productiva. Decimos “deberíamos” porque ése es la variable que pensamos incide en el nivel que alcanza la productividad del trabajo: la dotación de máquinas y equipos por hombre ocupado es la clave de la productividad. No obstante, por razones de corte estadístico introduciremos algunas modificaciones. En el denominador en vez de la población ocupada productiva manejaremos las horas de trabajo vivo desplegadas a lo largo del año. Se pasa a horas de trabajo para eliminar el impacto de las variaciones en la jornada de trabajo. Como la jornada anual ha venido descendiendo a largo plazo y en un grado importante, el producto por ocupado refleja no sólo el movimiento de la productividad: también el de la jornada de trabajo. Como es obvio, si el operario trabaja menos horas, su producción se reduce pro-tanto. Pero ello no implica una menor productividad. El otro ajuste, es que consideraremos el total de horas de trabajo vivo, productivo y no productivo. Ello, simplemente por las dificultades que implica la separación. Para tal o cual país, por la organización de las estadísticas económicas, la separación exige una investigación ad-hoc y que aquí no podemos hacer. En cuanto al numerador, conviene señalar dos comentarios: primero se trata sólo de los activos fijos. O sea, sólo de los medios de trabajo. No incluimos los activos circulantes que se aplican a la compra de materias primas y similares. La razón es la ya explicada: los objetos de trabajo por hora de trabajo vivo son una consecuencia y no una causa de la mayor productividad del trabajo. Así las cosas, tenemos que –respecto a las categorías antes manejadas de trabajo pasado avanzado total y de capital constante avanzado total- nuestra categoría se estrecha y sólo incluye el capital fijo ( = activos fijos = medios de trabajo). Segundo comentario: hablamos de volumen o quantum de medios de trabajo. O sea, cantidad de bienes y ya no su costo social de producción. Esto, supone resolver algunos problemas de corte estadístico y que se refieren a los números índices, sus posibilidades y limitaciones. Más adelante se tocará este problema. De momento, valga la advertencia.

Tenemos entonces que con la categoría “composición técnico-física de la producción” se pretende reflejar el quantum o volumen de medios de trabajo utilizados por hora de trabajo vivo (o por hombre ocupado). Con la categoría “composición técnica de la producción”, ese volumen de medios de trabajo se reduce a horas de trabajo pasado. En principio, pudiera pensarse que entre uno y otro indicador no se dan diferencias sustantivas. No obstante, piénsese en la siguiente posibilidad, la que es muy frecuente: en un determinado proceso productivo (vg. en la producción de vestuario) no tiene lugar ninguna alteración tecnológica y, por ende, se puede sostener que la “composición técnico-física de la producción” ( o “densidad de capital”) no se modifica. A la vez, en las ramas que producen los medios de producción que se utilizan en el sector estudiado (vg. en la producción de máquinas de coser) se da un gran salto tecnológico que posibilita un gran salto en la productividad del trabajo. Como consecuencia, el costo social unitario de esos recursos (i.e., de las máquinas de coser) se reduce vg. a la mitad. Por lo tanto, tenemos que en la rama que se estudia (la del vestuario), el volumen

o quantum de medios de trabajo por hora de trabajo vivo (o por hombre ocupado) permanece

constante. No obstante, si aplicamos la categoría “composición técnica de la producción”, la masa de trabajo pasado a calcular se verá reducida a la mitad, con el consiguiente fuerte descenso del cuociente Ot (=Tpa/Tv). Es decir, las variaciones de la productividad del trabajo en el sector que produce medios de producción dan lugar a una disociación en el comportamiento del quantum vis a vis el trabajo pasado en él comprometido. Por lo mismo, el comportamiento de la densidad de capital también se disocia del comportamiento de Ot.

Las relaciones entre las categorías que hemos venido discutiendo se pueden formalizar

como sigue. Para la “composición técnico-física de la producción” ( o densidad de capital = Z),

podemos escribir su definición: (8) Z = KF / Tv Para ver la relación entre la densidad de capital y la composición técnica de la producción, inicialmente suponemos –sólo para simplificar- que no hay capital circulante material. Por lo tanto, escribimos: (7a) Ot = Tpa / Tv = ( KF / Tv ) ( 1 / F1 ) = Z / F1

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Si introducimos el capital circulante, podemos escribir:

(7b) Ot = KF ( 1 + ) / Tv . F1 = Z ( 1 + ) / F1

KF = acervos de capital fijo (volúmen). KCC = capital constante circulante (invertido en materias primas y bienes intermedios).

= KCC / KF F1 = Productividad en el departamento productor de medios de trabajo (capital fijo).

KF ( 1 + ) = Tpa . F1

Como se observa en la expresión (7a), la composición técnica se eleva si la densidad de

capital sube más rápido que la productividad en las ramas que producen esos bienes de capital. No se altera si ambas variables se mueven a la par y cae si la productividad en la sección 1 crece más rápido que la densidad de capital.

Para la composición de valor del capital las relaciones son: (6b) Ov = Ca / Va = Ot . nv ( 1 + p ) = { Z / F1 } { n v . ( 1 + p ) }

(6c) Ov = { Z / F1 } { ( 1 + ) ( 1 + p ) ( nv ) }

La expresión (6b) no considera el capital constante circulante. La expresión (6c) sí lo

considera.

Si para simplificar suponemos que = 0 y que nv = 1, tendríamos:

( 6d) Ov = ( Z / F1 ) ( 1 + p ) O sea, la composición de valor se reduce si se eleva la productividad del trabajo en el Departamento 1 de la economía (el productor de medios de producción). Se eleva (el caso considerado por Marx) si: i) aumenta la densidad de capital; ii) aumenta la tasa de plusvalía. En sus trabajos, Marx suponía que la densidad de capital se elevaba bastante más rápido que la productividad del trabajo en la Sección 1 ( o sea, Z crece más rápido que F1 ). Y como postulaba una tendencia creciente de la tasa de plusvalía, le parecía irrefutable la tendencia al aumento de la composición de valor.

Antes de pasar a discutir esas hipótesis conviene remarcar los aspectos centrales del tema que nos preocupa. Uno, el factor que de manera estricta incide en la productividad del trabajo es el aumento en la densidad de capital. Dos: entre ese factor y el movimiento de la composición de valor del capital (que es la variable que incide de modo directo en la tasa de ganancia del capital ), operan otros varios factores según lo muestra la expresión (6c) de más arriba. En suma, a menos que se utilicen supuestos extremos, no podemos identificar el crecimiento de la productividad con el crecimiento de la composición de valor del capital. Tampoco, con el crecimiento de la composición técnica.

d) El crecimiento de la densidad de capital: la evidencia empírica.

El aumento de la densidad de capital es un fenómeno irredarguible. Además, su relación con el aumento de la productividad del trabajo es muy alta. De hecho, parece ser de lejos el factor más importante.

En los cuadros que siguen se recoge la experiencia que al respecto se puede observar en los casos de Estados Unidos y de Inglaterra ( más bien del Reino Unido). Se trata de los dos países considerados más ejemplares del desarrollo capitalista, amén de que para ellos se dispone de información relativamente confiable y con una amplia cobertura temporal.

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CUADRO I : La densidad de capital y su tendencia de largo plazo.

Año Estados Unidos Reino Unido

KF Tv Z KF Tv Z

1870 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1913 739.1 247.2 299.0 197.9 132.9 148.9

1950 1420.5 281.1 505.3 280.8 119.6 234.8

1984 4238.5 429.4 987.1 806.1 99.3 811.8

1870-1913* 4.8 2.1 2.6 1.6 0.7 0.9

1913-1950 1.8 0.3 1.4 1.0 - 0.3 1.2

1950-1984 3.3 1.3 2.0 3.2 - 0.5 3.7

1870-1984 3.34 1.29 2.03 1.85 0.0 1.85

* De esta fila hacia abajo, tasas medias anuales de variación. Fuente: Estimaciones a partir de A. Maddison, “

Como se puede ver, en uno y otro país, la composición técnico física se eleva a altos

ritmos. En el período largo que va de 1870 a 1984, en EEUU se multiplica por 9.9 y en el Reino Unido se multiplica por 8.1. Si medimos la acumulación por el crecimiento de los acervos de capital fijo también podemos ver que es considerablemenete más dinámica en los Estados Unidos. Aquí se multiplica por más de 42 veces en tanto que en el Reino Unido sólo por 8.1 veces. De modo análogo tenemos que la masa de trabajo vivo se multiplica por 4.3 veces en los EEUU y en el Reino Unido, sorprendentemente, prácticamente no se mueve entre los años extremos. Por cierto, en el período, EEUU ha tenido un comportamiento mucho más dinámico. No obstante, se puede ver que las diferencias en torno al comportamiento de Z no son tan significativas. Ello parece indicar un fenómeno de interés: aunque Inglaterra haya funcionado como una economía semi-estancada, ha seguido incorporando la tecnología de punta a sus sectores productivos :produce (vis a vis EEUU) menos que antes, pero lo hace con niveles tecnológicos relativamente elevados.

La relación entre el comportamiento de la “composición técnico-física de la producción” ( o densidad de capital) y la productividad del trabajo se muestra en el cuadro II.

CUADRO II: Densidad de Capital y Productividad del Trabajo.

Año Estados Unidos Reino Unido

Z F Z F

1870 100.0 100.0 100.0 100.0

1984 987.1 1109.9 811.8 806.5

1870-1984 (*) 2.03 2.13 1.85 1.85

(*) Tasa media anual de crecimiento. Fuente: estimado a partir de Maddison, ob. cit.

Según se observa, en el largo plazo la correlación entre la evolución de la densidad de

capital y la productividad del trabajo es impresionantemente alta. La una y la otra, tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, avanzan prácticamente a la par.

Ahora bien, si recordamos la expresión ( 7a ) y suponemos que el comportamiento de la productividad media (=F) no es diferente al de la productividad en la sección productora de bienes de capital (=F1 ) , tendríamos que concluír que la composición técnica de la producción tiende a permanecer más o menos constante en el largo plazo. Aunque es posible que la productividad media se eleve algo más rápido que la productividad en bienes de capital. En todo caso, el eventual diferencial no sería muy alto y, por lo mismo, de no subsistir la constancia, cuando mucho tendríamos un crecimiento muy tenue de la composición técnica. En cuanto a la composición de valor, como en ella incide también la tasa de plusvalía –la que crece muy claramente en el largo plazo – su tendencia sería ascendente.

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IV.- Determinantes de la productividad del trabajo : primera aproximación.

De la definición de productividad del trabajo, podemos avanzar a una expresión en que

la productividad resulta igual al resultado de multiplicar dos indicadores claves: la densidad de

capital y el inverso de la intensidad de capital o relación producto a capital fijo. En términos

formales podemos escribir: PAq PAq . KF PAq KF

F = = = . = ( ) . ( Z ) Tv Tv . KF KF Tv

= PAq / KF = relación producto a capital ( inversa de la intensidad de capital). Z = KF / PAq = densidad de capital.

La densidad de capital es una categoría que ya conocemos. La intensidad de capital (=

KF / PAq ) nos indica la cantidad de capital fijo que se maneja por unidad de producto agregado. Su valor inverso o coeficiente alfa, nos señala la cantidad de producto que se genera por unidad de capital fijo. Conviene señalar que alfa y Z no son independientes entre sí, que la expresión de más arriba es puramente definicional aunque, como suele suceder, nos ayuda a ordenar la discusión sobre los determinantes de la productividad. En lo que sigue, pasamos a

discutir los factores que inciden en y en Z.

A.- Determinantes de la relación producto a capital. Señalaremos cinco factores: a) la composición funcional del capital fijo; b) la escala de

producción; c) la edad del capital fijo; d) períodos de maduración y de aprendizaje; e)la tasa de operación; f) el nivel de desarrollo económico y la consiguiente composición sectorial del producto.

a)La composición funcional del capital fijo. Por composición funcional entendemos la

división del capital fijo total en capital fijo activo y capital fijo pasivo. La parte activa incluye las

máquinas y equipos que participan en el proceso. La parte pasiva, se refiere a los edificios e instalaciones. En términos formales tendríamos:

KF = KFa + KFp

1 = KFa / KF + KFp / KF

KFa = capital fijo activo. KFp = capital fijo pasivo. Si se eleva el peso del primer término ( o sea, se eleva KFa/KF y se va acercando a la unidad) , el coeficiente alfa se empieza a elevar. Y viceversa: si aumenta el peso relativo de la parte pasiva del capital, el coeficiente alfa empieza a disminuír. La razón es clara: las máquinas y equipos tienen un impacto directo en los niveles de producción en tanto factores como los edificios y galpones tienen un efecto bastante más diluído e indirecto.

b ) Escalas de producción. La idea a manejar es muy sencilla: la producción a gran

escala, como regla, es más eficiente y permite reducir los costos unitarios. O sea, a mayor escala de producción, la productividad del trabajo suele resultar más elevada. Asimismo, esto va asociado a una mayor relación producto a capital fijo. Es decir, una escala mayor permite ahorrar capital fijo por unidad de producto. Esto es muy claro sobretodo con la parte pasiva del capital fijo. Por ejemplo, como regla una duplicación de la producción no exige duplicar los edificios e instalaciones la fábrica. Lo mismo vale, en ejemplo clásico, con vg. los recipientes o

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estanques que suelen emplearse en los procesos productivos : aquí, el cubicaje o capacidad de almacenamiento, siempre crece en una proporción superior al mayor gasto en los materiales que exijen esos recipientes.

c) Edad o antigüedad del capital fijo. El capital fijo está integrado por un sinnúmero de

elementos: edificios, galpones, maquinarias complejas, instrumentos simples (martillos, serruchos,etc.) cuya duración temporal es muy dispar. Por ello, la edad debe ser medida en términos relativos. O sea, comparando los años de uso con el período (años) de vida útil de los equipos. Para ello, podemos utilizar como indicador el cuociente entre los activos netos y los activos brutos. La diferencia viene dada por la depreciación acumulada que es igual a la depreciación anual multiplicada por los años de uso que tiene el activo. La depreciación, suponiendo que es lineal, es igual al cuociente entre los activos brutos y el período de vida últil que se le estima a los activos. En términos formales podemos escribir:

AN AB - D. PUA AB D . PUA AB PUA

= = - = 1 - - . AB AB AB AB PVU AB AN PUA

= 1 - AB PVU

AN = activos netos. AB = activos brutos. D = depreciación anual. PUA = período de uso de los activos (años de uso). PVU = período de vida útil de los activos (años que se pueden usar). Si las máquinas y equipos son muy viejos, el cuociente PUA/PVU se acerca a uno y, por lo mismo, la relación AN/AB tiende a cero. Si los elementos del capital fijo son muy nuevos sucede lo inverso y el coeficiente AN/AB tiende a uno. Por supuesto, la eficiencia de los equipos nuevos es superior a los que ya están por agotar su vida útil. En los más viejos, surgen deterioros o fallas de diverso orden. Amén de que la tecnología incorporada en las máquinas y equipos más nuevos suele ser más eficaz. Por ello, podemos sostener que, a igualdad de otras circunstancias, mientras menor sea la edad del

capital fijo, mayor será la relación producto a capital. En breve, si AN/AB se eleva, también se eleva.

d)Período de maduración de las inversiones y período de aprendizaje. Las inversiones

son gastos que amplían las capacidades productivas del país: acrecientan el acervo de máquinas, equipos e instalaciones productivas. Pero entre este gasto y el flujo de producción que con él se genera, suele interponerse cierto intervalo temporal. La construcción de ciertas fábricas, por ejemplo, a veces se alarga por varios años. En este período el flujo del gasto de inversión va transcurriendo pero de él no se sigue ningún flujo de productos. El período que va desde el gasto de inversión inicial hasta el momento en que las nuevas capacidades productivas

ya pueden comenzar a funcionar (i.e., a producir) se denomina “período de maduración de la

inversión”. Por definición, en este período el producto no se eleva pero sí lo hace el acervo de

capital. Por ello, el coeficiente alfa decrece. Por cierto, en la fase inmediatamenete siguiente sucede lo contrario y alfa se eleva pues comienza el flujo de productos sin que se mueva el acervo. Como vemos, se trata de un factor – el período de maduración de la inversión- que tiene un impacto de corto plazo.

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Conviene agregar: hay inversiones con un muy corto período de maduración como, vg., podría ser el caso de la industria del pan (en general, de las industrias livianas); y hay inversiones, como las que se efectúan vg. en la petroquímica, con un largo período de maduración. Por lo tanto, según cual sea la composición de la inversión, el efecto será mayor o menor en el coeficiente alfa.

El “período de aprendizaje”, es el período que sigue al de maduración. Transcurre desde

que la fábrica comienza a funcionar hasta que lo hace en condiciones normales. El punto es claro: en un primer momento, el personal (trabajadores, técnicos y gerentes) no están bien familiarizados con la tecnología a aplicar y los correspondientes procesos productivos. Tienen,

por lo tanto, que “aprender haciendo” hasta que el conjunto de trabajos concretos que exige el

proceso se desplieguen ya sin mayores problemas. Esta fase de entrenamiento o de experiencia inicial es lo que se denomina “período de aprendizaje” y puede ser más largo o más corto. Para nuestros propósitos, el punto a subrayar es lo que provoca esta situación: el nivel de producción potencial de las nuevas capacidades no es alcanzado y, por lo mismo, se da un impacto negativo sobre la relación producto a capital.

e) La tasa de operación. Se trata del grado en que se utilizan las capacidades

productivas. Se puede definir como un cuociente entre el nivel de producción efectivo y el nivel potencial. O bien, como la relación entre el capital fijo utilizado y el instalado. Por ello, el máximo nivel de la tasa de operación es uno, aunque, como regla, siempre se sitúa por debajo de la unidad. Cuando la economía sufre de problemas por una demanda global insuficiente, la tasa de operación desciende. Por lo mismo, el coeficiente alfa disminuye. En ocasiones se distingue entre un alfa potencial o técnico y un alfa efectivo. El primero es igual al cuociente entre el producto potencial (que supone plena utilización de las capacidades productivas) y el capital fijo. El segundo, es el cuociente entre el producto efectivo y el capital fijo. Por lo tanto:

e = ( to ) ( t ) to =tasa de operación.

e = relación producto a capital estadística.

t = relación producto a capital técnica.

Como se dijo, un descenso en la tasa de operación provoca un descenso en el coeficiente alfa. Y viceversa. Sólo cabe agregar que este factor, al igual que el precedente, se puede calificar como un determinante de corto plazo.

f) La composición del PIB y el nivel de desarrollo subyacente. Al hablar de composición

del PIB nos estamos refiriendo a su composición sectorial. O sea, al peso relativo que alcanzan las distintas ramas en el PIB global. Este peso depende del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas o “nivel de desarrollo económico”. Por ejemplo, en los países muy subdesarrollados se encuentra que la agricultura explica la mayor parte del producto. Y en la medida que una economía se va desarrollando, se reduce el aporte porcentual de la agricultura y se va elevando la parte del PIB que se genera en la industria de transformación. Al interior de ésta, también se observan diferencias: en los países más subdesarrollados, el grueso de la industria (cuando existe) es la liviana o productora de bienes de consumo no durables. Y en los países más desarrollados se eleva notablemente el aporte de las industrias que producen medios de trabajo ( o “bienes de capital”). Las diversas ramas económicas funcionan con una intensidad de capital ( el inverso de alfa) que suele ser mayor o menor. Las industrias de bienes intermedios sofisticados y de bienes de capital suelen manejarse con una alta intensidad de capital: usan mucho capital fijo por unidad de producto y, por ende, su coeficiente alfa es más bien bajo. Al revés, las industrias productoras de bienes de consumo no duradero (alimentos, textiles, vestuario, etc.), son menos intensivas en capital . O sea, operan con un alfa más elevado. Al respecto, valga citar el conocido trabajo de Walter Hoffman sobre el desarrollo industrial. En sus palabras, “en las industrias de bienes de capital, tanto el monto de capital por unidad de producción como el período de maduración son mayores que en las industrias de bienes de consumo. El tamaño y el capital mínimo por planta son, generalmente, mucho mayores en las industrias de bienes de

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capital que en las de bienes de consumo”62. También nos dice que “en el transcurso de la evolución industrial, las industrias de bienes de consumo tienden a perder su predominio cuando crece la producción de bienes intermedios” 63 y que “el modelo típico de industrialización se ha caracterizado por un firme aumento de la proporción en que el producto de las industrias en bienes de capital interviene en el producto total del conjunto de la industria”64 De lo expuesto, valga subrayar: i) si la inversión se concentra en las ramas más intensivas, el coeficiente alfa promedio tiende a disminuir; ii) en términos gruesos, pareciera que el proceso de desarrollo económico le va concediendo un mayor peso a las ramas más intensivas en capital. O sea, al diversificarse la producción, las nuevas ramas que van apareciendo suelen funcionar con un alfa menor al promedio: son más intensivas en capital. Y como esas ramas crecen a un ritmo superior al promedio, en ellas se va concentrando la inversión y, por lo mismo, se eleva el peso que el capital fijo de la rama tiene en el capital total. Por esta vía, se genera una tendencia de largo plazo a favor de una reducción de la relación producto a capital fijo. Conviene agregar: las grandes mutaciones tecnológicas parecen ir asociadas a una elevación en la intensidad de capital que caracteriza a los procesos productivos: por ende, cae alfa. Pero si el piso tecnológico (o base tecnológica) no sufre grandes transformaciones, las mejoras secundarias que brotan en este contexto, tienden a elevar el coeficiente alfa. También es útil recordar, en este contexto, dos categorías de uso frecuente: profundización y

ensanchamiento del capital. Por profundización del capital se entiende un proceso de

crecimiento en que cae alfa: o sea, se eleva la intensidad capitalista de los procesos productivos.

Por ensanchamiento del capital se entiende el crecimiento que se da con un alfa relativamente

constante. En palabras de Hansen, “el crecimiento de la inversión real toma una de estas dos formas: una profundización del capital o un ensanchamiento del mismo. El proceso de profundización indica que se emplea una cantidad mayor de capital por unidad de producción

total, mientras que el proceso de ensanchamiento indica que la formación de capital crece pari

passu con el incremento de la producción de mercancías acabadas”65 En términos formales, podemos escribir una expresión en que el alfa medio se hace depender de los alfas sectoriales:

= 1 ( KF1 /KF) + 2 (KF2/KF) + ... ... ... + n (KFn /KF) Como vemos, el alfa medio depende del nivel que alcanzan los alfa sectoriales y también del peso relativo (en términos de capital fijo) de cada una de las ramas. Supongamos que los alfa sectoriales no se alteran. Ello, no necesariamente implica que el alfa medio también permanezca constante. Si aumenta el peso del capital fijo en los sectores con un alfa superior al medio, el alfa medio se eleva. Y viceversa : si aumenta la inversión en los sectores con un alfa menor, se modifica el factor de ponderación KFi/KF, elevándose en los sectores respectivos y, por esta ruta, provocando el descenso en la relación producto a capital media. En suma, un desplazamiento sectorial de la inversión afecta al alfa medio. De momento, nos limitamos a los factores enunciados. En el siguiente numeral volveremos sobre el tema.

B.- Determinantes de la densidad de capital.

En las economías capitalistas los medios de trabajo asumen la forma de capital fijo. Por ello, se habla de “densidad de capital”. A veces, se maneja como capital fijo por hombre ocupado. En nuestro caso, privilegiamos el indicador “capital fijo por hora de trabajo vivo”. La densidad de capital (o composición técnico-física de la producción) es una expresión del tipo de tecnología que se usa en los procesos productivos. O sea, el nivel de Z viene determinado por la tecnología en boga. Este nivel cambia en función de la emergencia de: i) nuevos productos; ii) nuevas formas de fabricar un producto ya conocido. Ejemplos del primer

62

Walter G. Hoffman, “Historia del desarrollo industrial”, pág. 39, edic. Del Atlántico, Buenos Aires, 1961. 63 Ibídem, pág. 41. 64 Ibídem, pág. 175. 65 Alvin H. Hansen, “ Política fiscal y ciclo económico”, pág. 392. FCE, México, 1945.

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tipo son vg. la aparición del ferrocarril, la radio, los automóviles, los aviones, las computadoras, etc. Ejemplos del segundo tipo podrían ser el paso de las radios a bulbo a las de transistores, de las locomotoras a vapor a las eléctricas, del avión a hélice al de propulsión, etc. En general, tanto uno como otro tipo de innovación van asociados a una mayor densidad de capital. Y si se trata de mutaciones significativas, el salto suele ser mayor. Dada esta relación entre progreso tecnológico y densidad de capital, podemos deducir que la incorporación de las nuevas tecnologías a los procesos productivos exige un correspondiente esfuerzo de acumulación. Es decir, para un horizonte tecnológico dado, la densidad de capital se mueve en función de la dinámica del proceso de acumulación [ Z= f(Ak)] . ¿Por qué el progreso tecnológico implica un aumento en la densidad de capital? Al respecto, podríamos distinguir dos aspectos básicos. Primero, en el plano más general, por el simple hecho de que el hombre para poder aumentar sus capacidades productivas inventa herramientas e instrumentos con cargo a las cuales logra esa mayor capacidad y, a la vez, sustituye trabajo vivo por trabajo pasado y acumulado en esos instrumentos. En este sentido, el aumento de Z parece algo que es consustancial a la misma raza humana. Claro está, dándose diferencias en la velocidad del proceso, lo que depende del tipo de modo de producción vigente. En las formas pre-capitalistas, ese progreso tecnológico fue bastante lento (aunque se dan mutaciones mayores como la que marcó la revolución del neolítico). Entretanto, con el advenimiento del capitalismo, se observa una notoria aceleración en el crecimiento de la densidad de capital. El “efecto de competencia” que es propio de las economías de mercado plenamente desarrolladas, es el factor que impulsa esta aceleración. El segundo factor a subrayar también está asociado al carácter capitalista del régimen de producción. El punto (que aquí no podemos entrar a examinar en detalle) se podría plantear como sigue. La relación capital-trabajo, que es básica al sistema, al estar sustentada en la explotación del trabajo ajeno, es una relación contradictoria y conflictiva. En este sentido, cuando el capitalista reemplaza trabajo vivo por pasado (i.e. incorpora máquinas que ahorran trabajo vivo), está también reemplazando por artefactos “mudos”, a seres de carne y hueso que protestan, realizan huelgas y se le oponen de uno u otro modo. Amén de que recreando al ejército de desocupados también pasa a disciplinar (a favor del capital), a los obreros que las máquinas no expulsan. Es decir, en el capitalismo también tiene lugar una motivación socio-política por acelerar ese tipo de progreso técnico ahorrador de trabajo vivo. ¿Qué factores inciden en la densidad de capital?

a) Tasa de acumulación. Como ya se dijo, el factor más inmediato es la tasa de

acumulación. O sea, el ritmo con que crecen los acervos de capital de la economía. Esta tasa de

acumulación interesa en tanto es la ruta que siguen los adelantos científicos y tecnológicos para incorporarse a los procesos de producción. Por cierto, el ritmo de acumulación viene determinado, en lo básico, por la tasa de ganancia que esperan los agentes inversores.

b) Oferta tecnológica. Dada la tasa de acumulación, el segundo factor a señalar viene

dado por la oferta o disponibilidad de tecnologías que existe en el momento o período del caso. Si

en esta oferta se incluyen innovaciones tecnológicas mayores, cabe esperar saltos significativos en la densidad de capital. Amén de que si las innovaciones posibles ofrecen una rentabilidad atractiva, operan también incentivando a la inversión.

c) Gastos en I&D. Por detrás de la oferta (nivel y extensión) tecnológica, funcionando

como su determinante, podemos considerar a los gastos en investigación y desarrollo. Aunque la

relación no sea mecánica, es claro que el surgimiento de adelantos científicos y tecnológicos supone la existencia de una masa crítica mínima de recursos (humanos y materiales) dedicados a ese fin. Asimismo, es también muy claro que el crecimiento de esa masa posibilita una oferta más diversificada y profunda de innovaciones posibles.

d) Presiones competitivas. Un cuarto factor viene dado por las presiones competitivas.

Si éstas son suficientemente fuertes, la tasa de acumulación y de innovaciones tecnológicas, se eleva. Y vice-versa, esos sistemas se suavizan cuando las presiones competitivas se debilitan. Si, por ejemplo, dominan las estructuras oligopólicas, las empresas suelen aplazar su renovación tecnológica hasta que los viejos equipos estén suficientemente amortizados, algo que no ocurre en un contexto de libre competencia. Asimismo, se debe considerar el nivel de salarios. Si éstos tienden a subir, emerge una mayor presión por incorporar tecnologías que ahorren fuerza de trabajo.

Conviene también señalar: la relación producto a capital no es independiente del nivel que alcanza la densidad de capital. El impacto es multilateral, a veces en el sentido de elevarla y en otras, a favor de su descenso. Este punto lo analizaremos en el siguiente numeral.

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Para terminar – last but not least- digamos que en términos de la evidencia empírica de largo plazo, la correlación entre las variaciones de la densidad de capital y las variaciones de la productividad del trabajo es impresionantemente alta (ver, como ejemplo, el cuadro II, supra). V.- Determinantes de la productividad: segundas consideraciones.

A.- Interacción entre la densidad de capital y la intensidad de capital. Retomemos el problema de los determinantes de la productividad del trabajo. Conviene

ensayar ahora una aproximación de corte más cualitativo que la expuesta en el numeral anterior. Con ello, sólo complementamos lo ya expuesto amén de que podremos examinar la interacción que se da entre la densidad de capital y la intensidad de capital. En este caso, seguimos de cerca la postura de los grandes clásicos (Smith, Malthus, Ricardo, etc.) y de Marx. Este, por ejemplo, escribe que “la capacidad productiva del trabajo depende una serie de factores, entre los cuales se cuentan el grado medio de destreza del obrero, el nivel de progreso de la ciencia y sus aplicaciones, la organización social el proceso de producción, el volumen y la eficacia de los medios de producción y las condiciones naturales.”66 Los factores a enumerar serían: a) La densidad de capital. b) La organización social de la producción. Distinguiendo aquí: b1) El dato estructural más general o formas de propiedad. b2) El estilo gerencial (u organización del proceso productivo). c) La calidad de los recursos productivos. c1) Medios de producción. c2) Fuerza de trabajo. d) La intensidad del trabajo. El factor a) es nuestra ya conocida densidad de capital o capital fijo por hora de trabajo vivo. Luego, tenemos los factores b), c) y d), los que intervienen a través del coeficiente alfa. Como vemos, no se modifica el esquema analítico ordenador presentado en el numeral anterior.

Conviene, en todo caso, referirse a la interacción entre esos factores genéricos Z y . Comenzamos asumiendo a la densidad de capital, como el dato tecnológico que es clave y regulador. Este coeficiente, que también hemos denominado “composición técnico - física de la producción”, determina el monto mínimo de capital fijo a utilizar y, por ende, determina también la escala de producción. A mayor densidad, mayor sería la escala de producción. O sea: Q = f ( Z ) f´ ( Z ) > 0 Q = escala de producción. Tal es el primer nexo funcional a subrayar. De ella se desprenden algunas relaciones de gran interés. Primero, la escala de producción determina, en lo básico, el “estilo gerencial”. Si la producción se hace a gran escala, tenemos una empresa de gran tamaño en que podemos esperar que impere la denominada “administración científica” (Taylor, Fayol y los modos más modernos) y una organización burocrático-racional en el sentido de Weber. Y si esto es así, también tenemos que una elevación de zeta, tiende a elevar alfa. Segundo, la escala de producción incide fuertemente en la calidad de los medios de producción. O sea, cabe esperar que las grandes empresas tengan acceso a las mejores máquinas e instalaciones, las que suelen ser más caras y no quedar al alcance de las empresas más pequeñas. En cuanto a las materias primas, también cabe esperar que por su poder de compra mayor, las empresas mayores estén en condiciones de obtener una materia prima de mejor calidad. También aquí, es zeta el que empuja a alfa. Tercero, se suele dar una fuerte asociación entre el tamaño de la empresa y la calificación de su personal. No sólo en el momento de la contratación: las empresas más

66 C. Marx, El Capital, Tomo I, pág. 7, FCE, México, 1973.

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grandes contratan a los mejores. También porque los trabajadores de las grandes empresas suelen tener un mejor y más rápido acceso a programas de adiestramiento y superación. Y una vez más: se da, por esta vía, un mayor alfa que es impulsado por un mayor zeta. Cuarto: también es muy probable que la intensidad del trabajo sea mayor en las empresas más grandes. Como estas funcionan con métodos de gestión rigurosos, se dan las condiciones para una mayor intensidad: más velocidad de movimientos y menor intervalo de tiempo al pasar de una operación concreta a otra. En suma, la mayor densidad provoca una menor intensidad.

Conviene subrayar: en los cuatro casos mencionados la mayor densidad del capital impulsa una disminución en la intensidad de capital (i.e., eleva alfa). Pero esto no debe

extrapolarse para pasar a sostener que siempre la mayor densidad empuja hacia una menor

intensidad. Si así fueran las cosas, el coeficiente alfa nunca caería y ni siquiera se mantendría constante. Y la evidencia empírica nos muestra que, salvo muy contados períodos, el coeficiente alfa se reduce o permanece más o menos estable.

B.- Exámen de los factores determinantes.

a) La densidad de capital. Este factor ya fue considerado en el numeral anterior.

b) Organización social de la producción: la forma de propiedad (el dato estructural).Se

trata aquí de examinar la relación de propiedad dominante, el régimen de producción que así se configura y el impacto que esto tiene en la productividad del trabajo.67 Por decirlo de alguna manera, nos encontramos aquí con el “clima” que rige los procesos de trabajo, la posición social que ocupan los productores directos y su acceso a los resultados del proceso productivo. Por ejemplo, con una fuerza de trabajo esclava, la motivación de los trabajadores es prácticamente nula y sólo se puede operar con medios de producción muy toscos y primitivos, capaces de resistir el mal trato. Al revés, podemos suponer que una propiedad colectiva libre, al suprimir la explotación e impulsar la libertad y bienestar material de los trabajadores, debería ser muy eficaz en términos de productividad.

c) Organización social de la producción: el estilo gerencial. En este contexto, por estilo

gerencial entendemos el modo según el cual se organizan, dirigen, administran y controlan los procesos de producción y conexos. En el caso del capitalismo, a partir sobretodo de la revolución industrial y del consiguiente surgimiento de las grandes empresas, estas funciones han pasado a ser desempeñadas por un vasto y profesional grupo social: los “administradores” o , para usar la expresión de Galbraith, la “tecno- burocracia” empresarial. Junto a este grupo de especialistas en la gestión empresarial se han desarrollado las técnicas y normas del caso, dando lugar a una verdadera disciplina profesional. De este modo se analizan con cuidado y objetividad las diversas operaciones y movimientos involucrados en el proceso de trabajo, buscando las correcciones que permitan reducir los tiempos y elevar la eficacia. O sea, racionalizar los procesos productivos.

Al analizar el impacto de los estilos gerenciales conviene distinguir dos propósitos: i)

mejorar la eficacia del trabajo. O sea, mejorar los procedimientos (movimientos y operaciones

concretas) y, de este modo, con el mismo gasto de trabajo obtener mayores resultados; ii) elevar

la intensidad del trabajo. Esto significa por lo menos dos cosas: 1) aumentar la rapidez con que

se efectúa cada una de las operaciones concretas que exige el proceso de trabajo; 2) disminuir el “tiempo muerto”. O sea, lo que demora el trabajador al pasar de una tarea concreta a otra. Con cargo a uno u otro mecanismo se gasta más trabajo por unidad de tiempo y, por lo mismo, se eleva la producción.

Esos mecanismos deben situarse en un contexto más general al que ya hemos aludido: el de las estructuras sociales que moldean el proceso de trabajo. Si el sistema supone la explotación de la fuerza de trabajo (como vg. sucede en el capitalismo), la introducción de innovaciones en el espacio que nos preocupa, como regla se originará en la cúpula empresarial y provocará resistencias en el medio obrero. Si el sistema se asienta en una forma de propiedad que le otorga a los trabajadores el control del proceso de trabajo y de sus resultados, se puede esperar una muy diferente ruta: las innovaciones serán propuestas por el colectivo de trabajadores y, por lo mismo, no serán obstaculizadas por ese colectivo. Al revés, serán apoyadas. El factor motivacional es obviamente decisivo. En el capitalismo, por sus

características intrínsecas, el estilo y el modo de trabajo le son impuestos al trabajador. Por lo

mismo, el sistema siempre opera con un fuerte déficit motivacional entre “los de abajo”. La

67

Para un examen detallado de la categoría propiedad, ver José Valenzuela Feijóo, ¿Qué es la propiedad?, edic.

UAM - I, México, 1999.

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contrapartida es el desarrollo de un verdadero ejército de supervisores y vigilantes de la disciplina obrera. O sea, el carácter antagónico que asume el proceso de producción obliga a un fuerte despilfarro (i.e. un uso improductivo) de una importante porción de la fuerza de trabajo. Lo señalado no obsta para que el sistema, en determinados casos, busque involucrar a los trabajadores en los afanes de la empresa. Los japoneses, por ejemplo, en la postguerra desarrollaron un estilo gerencial (a veces denominado “toyotismo”) que alcanzó bastante éxito en esos propósitos. En este caso y dentro de los límites que impone el dato estructural, la gerencia capitalista busca: i) tomar en cuenta el “sentimiento” (i.e., el aspecto emocional) de los trabajadores; ii) considerar parte de sus intereses como, vg., la de tener un trabajo estable; iii) otorgarles una mayor iniciativa e incluso algunos poderes decisionales. Es interesante subrayar que este método, que se asienta en muy alto grado en entregarle más responsabilidades al trabajador, ha tenido un fuerte y positivo impacto en los niveles de la productividad del trabajo. Y explica una buena parte de lo que se ha dado en llamar el “milagro económico japonés”.

d) La calidad o eficacia de los medios de producción. Al considerar la categoría densidad

de capital nos fijamos en el volumen o masa de medios de trabajo. Pero es muy claro que una masa semejante puede ir asociada a tecnologías muy diversas. Una máquina de cortar metales, por ejemplo, puede ser más rápida o más lenta, más precisa o más tosca, puede sufrir más o menos averías, etc. Por ello, amén del volumen hay que considerar la eficacia de esos instrumentos. Lo cual, al impactar en los niveles de producción (para una masa de capital fijo equivalente), se debe traducir en un mayor coeficiente alfa.

e) La calidad o eficacia de los objetos de trabajo. El problema es similar al de los medios

de trabajo. Por ejemplo, en un taller de costura, las telas que se manejan como materia prima de la ropa a confeccionar, pueden ser más o menos resistentes. Si se rasgan con cierta facilidad, el gasto de recursos se extiende y el número de trajes que se confecciona por unidad de tiempo se reduce. En suma, la productividad se ve afectada en función de la calidad de las materias primas utilizadas.

f) La calificación de la fuerza de trabajo. Se trata de uno de los factores más decisivos y

que permite aprovechar (o desaprovechar) todo el potencial de las tecnologías en juego. La calificación depende de: i) los años de educación formal (general y específica) que ha tenido el operario; ii) los años de experiencia en el trabajo; iii) el “clima cultural” general en que se desenvuelve el trabajador. Esto, en el sentido de que esa atmósfera contribuye a moldear sus hábitos mentales y de vida.

Conviene añadir: como regla, la educación funciona como una variable que responde a

las exigencias de la estructura ocupacional. O sea, su función es adecuar la fuerza de trabajo a las necesidades que plantea el proceso productivo. En este sentido, valga puntualizar: i) la educación no es capaz de funcionar como fuerza impulsora autónoma del crecimiento; ii) si se puede atrasar respecto a las exigencias que provienen de la estructura productiva y, por esta vía, transformarse en un obstáculo al crecimiento. Sentado lo anterior, podemos entender por qué algunos autores hablan de la edad y del sexo como determinantes de la productividad del trabajo. La edad puede delimitar los posibles años de experiencia. El sexo ( o género), pues en nuestras sociedades la mujer suele operar con menores años de educación formal (respecto a los varones) y, en general, se ve recluida en una atmósfera cultural más atrasada y, por ello, menos congruente con las exigencias de las más modernas tecnologías. Por ello, se dice que: i) el aumento del porcentaje de las mujeres en la población ocupada provoca un impacto negativo en la productividad; ii) si se reduce la edad promedio de los ocupados – o sea, aumento el porcentaje de los más jóvenes- , la productividad se ve perjudicada. Por cierto, en el caso de las mujeres no se trata de una fatalidad congénita. Ello, no es más que la resultante de una larguísima historia de opresión socio-cultural, factor que en los tiempos actuales, en los países más desarrollados, ya se comienza a desmoronar. VI.- La intensidad del trabajo.

El factor intensidad del trabajo plantea un problema muy especial y, por ello, conviene

examinarlo por separado. La intensidad, nos indica el gasto de trabajo por unidad de tiempo. De aquí que se diga que el trabajo gastado puede variar sea porque se efectúa a lo largo de un período de tiempo más largo o bien, porque se eleva la intensidad sin que se modifique el tiempo de trabajo. El símil podría ser el agua que cae en un recipiente. La cantidad de agua que recibe el recipiente

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dependerá de dos factores: el tiempo durante el cual está abierta la llave de paso y la presión con que fluye el agua a lo largo de la cañería. En que la presión con que sale el agua, sería el correspondiente de la intensidad de trabajo. La intensidad suele ser diferente entre uno y otro centro de trabajo. Asimismo, cambia a lo largo del tiempo. Pero siempre, se puede hablar, a nivel de la economía en su conjunto, de

cierta intensidad media, en torno a la cual, por encima o por debajo, fluctúan las intensidades

particulares. Supongamos que la extensión de la jornada de trabajo no se modifica. Que sí lo hace la intensidad y que todo lo demás permanece constante. En este caso tendremos que el nivel de la producción se eleva y si este nuevo monto lo dividimos por el total de horas trabajadas, obtendremos un nivel incrementado de la productividad del trabajo. Pero si bien pensamos, esa mayor productividad es un puro espejismo pues junto con la mayor producción también ha existido un mayor gasto de trabajo. Este no se contabiliza si sólo nos fijamos en la extensión de la jornada de trabajo que es lo que comúnmente se hace en estas mediciones. Pero que algo no se haga no significa que sea correcto el no hacerlo. Si se contabilizara este aspecto, quedaría muy claro que el aumento de la intensidad no implica una mayor productividad. El problema radica en las muy serias dificultades que encuentra la medición de la intensidad. A nivel de operaciones o trabajos muy concretos se puede medir, pero obtener un indicador agregado preciso de la intensidad del trabajo es, de momento, simplemente imposible. Por cierto, se suelen manejar indicadores parciales y/o indirectos y con cargo a ello plantear tales o cuales inferencias. Por ejemplo, nadie pone en duda que la tendencia secular de la intensidad es hacia su aumento. Pero no es menos cierto que nadie está en condiciones de decir que el aumento fue de tal o cual equis porciento. Esta insuficiencia estadística ha dado lugar a que en las mediciones de la productividad el denominador –que es donde se considera el trabajo

gastado- sólo considera el tiempo de trabajo y no explicita la intensidad. O sea, de hecho se

termina por subvaluar la cantidad de trabajo que efectivamente se gasta. De donde, aparece un nivel de productividad (en el plano estadístico) que es superior al nivel efectivo de la productividad. O sea, la productividad convencional o estadística, tiende a ser superior a la productividad efectiva. El problema no es puramente estadístico. Para los trabajadores, por ejemplo, no les es en absoluto indiferente que la intensidad sea mayor o menor. Pudieran vg. seguir trabajando 10 horas diarias, pero si la intensidad se eleva en un 50% o se reduce en un 25%, saldrán de la fábrica con un rostro muy diferente. Como es obvio, la mayor intensidad provoca un mayor cansancio físico y mental y viceversa. Pero como las estadísticas oficiales no toman en cuenta el factor intensidad, parecerá que el trabajo gastado –al no moverse el tiempo de trabajo- seguirá siendo el mismo. La prensa eventualmente hablará de un aumento en la productividad del trabajo, pero los trabajadores sabrán, por experimentarlo en carne propia, que no hay tal mayor productividad y sí un gasto mayor de trabajo.

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CAPITULO VIII : LOS DETERMINANTES DEL NIVEL DEL PRODUCTO. I.- Introducción. En los capítulos anteriores, hemos analizado el proceso de trabajo desde el punto de vista de sus premisas, de su movimiento y de sus resultados. Esto nos ha llevado a definir diversos indicadores del resultado de la actividad económica. Asimismo, comparando el resultado con el patrimonio empleado en su consecución, hemos analizado diversos indicadores de rendimiento de los recursos empleados.

Con todo lo expuesto, ya estamos en condiciones de dar un paso adicional, fácil y simple: identificar los factores que inciden en el nivel de resultados que alcanza el ciclo productivo. II.- Los determinantes más inmediatos.

Al analizar los resultados del ciclo productivo, hemos escogido dos indicadores fundamentales: a) lo que hemos denominado Producto Total (= PT); y b) lo que denominamos Producto Agregado (= PA).

Según veíamos en el capítulo VI, la categoría Producto Agregado presenta algunas ventajas respecto a la categoría Producto Total. La ventaja básica es que representa un indicador fiel del esfuerzo productivo realizado efectivamente durante el ciclo productivo presente. El Producto Total, al incluir como componente suyo lo que denominamos Producto Pasado, también nos muestra el resultado de los esfuerzos productivos cumplidos en ciclos anteriores. De esto, no debe deducirse que el Producto Agregado es completamente independiente de los ciclos productivos precedentes. Según ya hemos visto, la productividad con que opera el trabajo en un ciclo, viene en alto grado condicionada por el stock acumulado de medios de producción. Y esta acumulación, sólo la podemos explicar en función de los resultados productivos obtenidos en ciclos anteriores junto a la utilización de dichos resultados que ha decidido la sociedad. Este punto de la utilización de los resultados de la actividad productiva es extraordinariamente importante, pero por ahora sólo podemos anotarlo. Lo veremos en detalle en el capítulo subsiguiente. Aquí, baste advertir sobre el punto. De este modo, podemos concentrarnos sin problemas en los determinantes de la actividad económica.

Veamos primero el caso del Producto Agregado.

La categoría Trabajo Vivo ya la conocemos y sabemos que representa el total de horas de trabajo susceptible de aplicar ( o ya aplicadas) a actividades productivas, a lo largo de un ciclo productivo. También conocemos ya el indicador “productividad del trabajo vivo, respecto a la producción física agregada”. Hasta ahora hemos usado siempre este indicador en relación a una rama dada. Es decir, respecto al conjunto de unidades productivas que se especializan en la producción del mismo valor de uso. Supondremos que un indicador análogo es posible de deducir para el conjunto de las ramas que operan en el sistema económico. El problema de agregación implícito en este índice de productividad para la producción en su conjunto, lo veremos más adelante. Por ahora, supondremos que no existen mayores problemas en su utilización y construcción. De este modo, usando la letra q minúscula para advertir que usamos la expresión del indicador en términos de quantum (volumen), podemos escribir: (1) PAq = ( Tv ) . ( F v )

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O sea, el Producto Agregado (expresado en volumen, como quantum), depende de la masa de trabajo vivo aplicado en la producción y de la productividad del trabajo.

En cuanto al Producto Total, tenemos la relación siguiente: (2) PTq = ( Tt ) . ( Ft )

Como vemos, el Producto Total depende de: i) el trabajo total (pasado y vivo) aplicado a fines productivos ; ii) la productividad correspondiente.

También sabemos que: Tt = Tv ( 1 + Ot ) y que: Fa = Fv

Por consiguiente, podemos reescribir las anteriores expresiones del modo que sigue: (2a) PTq = Tv ( 1 + Ot ) . Fv

(2b) PTq = PAq ( 1 + Ot )

La última expresión nos relaciona el Producto Agregado con el Total. La expresión (2a) describe el Producto Total a partir del trabajo vivo gastado.

III.- Breve desglose adicional.

Las expresiones anteriores se pueden descomponer con bastante facilidad. Para ello, basta recordar los factores que, a la vez, determinan el nivel del trabajo vivo aplicable a fines productivos y aquellos que determinan el nivel de la productividad del trabajo.

Para el trabajo vivo productivo, tenemos: (3) Tv = N . ( Na / N ) . ( Nap / Na ) . ( JTa ) N = población total. Na = población activa total. Nap = población activa productiva total. JTa = jornada de trabajo anual.

Aplicamos la jornada anual de trabajo, si deseamos medir el total de horas de trabajo vivo disponible durante el año. Si la medición se hace para el largo del ciclo productivo, deberemos aplicar el período de tiempo cronológico que dure el ciclo; y así sucesivamente. O sea, debe explicitarse la unidad de tiempo para el cual se efectua la medición. Por supuesto, lo mismo vale para todas las demás variables.

En cuanto al índice de productividad del trabajo que venimos aplicando, la expresión es:

(4) Fv = ( Ot ) . ( )

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Ot = composición técnica de la producción.

= relación producto a trabajo pasado.

Dadas las expresiones anteriores, es fácil reescribir, de una manera más desglosada, los determinantes del Producto Agregado. Tendríamos, de este modo, la siguiente formulación :

(1a) PAq = ( N ) ( N / Na ) ( Nap / Na ) ( JTa) ( Ot ) ( )

O sea, el nivel de los resultados de la actividad económica considerado el resultado

por medio del indicador del Producto Agregado en volumen va a depender de: i) la población total; ii) la parte de la población total que es activa; iii) la distribución de la población activa entre actividades productivas e improductivas; iv) la extensión de la jornada anual de trabajo; v) el volumen de medios de producción con que funciona cada trabajador productivo (lo que medimos vía la composición técnica de producción); vi) la eficiencia de los medios de producción utilizados (lo que medimos vía el coeficiente Alfa).

En cuanto a la Jornada Anual de Trabajo, puede ser útil anotar que dependerá básicamente de dos factores: a) la extensión de la jornada diaria de trabajo; y b) el número de días trabajados durante el año.

Finalmente, recordemos otro indicador que es muy utilizado: el nivel del Producto por persona (o Producto Agregado per-cápita). De (1a), es fácil deducir:

(5) PAqh = PA / N = (Na/N) ( Nap/Na) (JTa) (Ot) () PAqh = producto agregado (en volúmen) per-cápita.

Por cierto, el producto per- cápita es un indicador muy importante amén de muy popular. Por lo general, el nivel de desarrollo económico de un país se suele medir con cargo al producto per- cápita. De este modo, también se distinguen países adelantados (o “desarrollados”) y países atrasados (o “subdesarrollados”) en función del nivel de ingreso per- cápita alcanzado. IV.- Desarrollo y subdesarrollo: centro y periferia.

A lo largo de buena parte de la historia, el nivel del PAqh se ha situado en un nivel muy bajo y su crecimiento ha sido nulo o muy reducido. Hasta la revolución del neolítico, el nivel ha sido pequeñísimo y dejaba a los hombres al borde del más estricto mínimo fisiológico. Con la gran mutación del neolítico (emergencia de la agricultura sedentaria, etc.) se asiste a un significativo salto y los sistemas económicos empiezan a generar cierta masa de producto excedente. El nivel de vida se eleva algo y la población también. Pero luego del primer impacto, el producto por habitante casi no se mueve. Es decir, una situación de cuasi estancamiento. La situación se empieza a modificar en los albores del mundo moderno (siglos XVI y XVII), cuando se expande la forma mercancía, proceso que que se asocia al advenimiento del capitalismo, régimen en el cual la producción de mercancías se universaliza. Con ello, se observa una clara aceleración del crecimiento y el consiguiente aumento en los niveles del Producto Agregado por habitante. Luego, ya en un contexto capitalista, con el despliegue de la revolución industrial se observa un notable salto en los niveles de actividad económica, superior a todo lo históricamente conocido. La expansión afecta a la población, al producto global y al per-cápita. La información básica se muestra en el cuadro que sigue.

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Cuadro I : Evolución secular de la economía mundial.

Año Población (millones de pers.) Producto Agregado (*) PAq por habitante (**)

0 230.8 102.5 444

1000 268.3 116.8 435

1500 438.0 247.2 564

1700 603.0 371.8 617

1820 1041.1 694.5 667

1998 5908.0 33725.0 5709

0 – 1000 (+) 0.02 % 0.01 % - 0.00 %

1000-1500(+) 0.10 % 0.15 % 0.05 %

1500-1700(+) 0.16 % 0.20 % 0.04 %

1700-1820(+) 0.46 % 0.52 % 0.06 %

1820-1998(+) 0.98 % 2.21 % 1.21 %

(+) Tasa media anual de crecimiento. (*) Miles de millones de dólares de 1990. (**) Dólares de 1990. Fuente: estimado a partir de A. Maddison, “La economía mundial. Una perspectiva milenaria”. OCDE- Mundi Prensa, Madrid, 2002. Según se observa, el producto agregado total empieza a crecer en términos relativamente significativos, sólo a partir del 1700. Y algo similar sucede con la población total. Esta, en términos gruesos, parece responder al crecimiento del producto y, por lo mismo, el impacto sobre el producto por habitante es muy leve. El salto en las tres variables, tiene lugar a partir de 1820, tiempo en que emerge la Revolución Industrial. En este último período, la población mundial crece casi al uno por ciento anual, el producto por encima del 2% y el producto per-cápita crece al 1.21%. Entre el año cero de nuestra era y el 1700, el producto por persona crece al 0.02 % anual, con lo cual se puede duplicar al cabo de ¡ 3600 años !. Entretanto, creciendo al 1.21% como en el período 1820-1998, el producto per-cápita se logra duplicar en 58 años. El notable aumento que experimenta el PAqh en las últimas dos centurias (y su semiestancamiento en el período previo) es un primer rasgo que conviene subrayar. El otro,

tiene que ver con la desigualdad de ese crecimiento. Es decir, hay regiones que crecen bastante

rápido y otras que permanecen casi estancadas. Consecutivamente, nos encontramos hoy con una economía mundial en que algunos países operan con un alto nivel de PAqh (los países desarrollados o “centrales”) y otros, que constituyen la gran mayoría de la población mundial, funcionan con un PAqh bastante pequeño (los países subdesarrollados o “periféricos”). Este fenómeno, se corresponde con el desarrollo del capitalismo el que se expande a escala universal pero en términos muy desiguales, en especial a partir de la revolución industrial. De acuerdo a un documento ya legendario, “la propagación universal del progreso técnico desde los países originarios al resto del mundo ha sido relativamente lenta e irregular, si se toma como punto de mira el de cada generación. En el largo período que transcurre desde la revolución industrial hasta la primera guerra (1914), las nuevas formas de producir en que la técnica ha venido manifestándose incesantemente sólo han abarcado una proporción reducida de la población mundial. El movimiento se inicia en Gran Bretaña, sigue con distintos grados de intensidad en el continente europeo, adquiere un impulso extraordinario en los estados unidos y abarca finalmente al Japón, cuando este país se empeña en asimilar rápidamente los modos occidentales de producir. Fueron formándose así los grandes centros industriales del mundo, en torno a los cuales la periferia del nuevo sistema, vasta y heterogénea, tomaba escasa parte en el mejoramiento de la productividad.”68 Asimismo, se señala algo muy relevante para la región latinoamericana: “dentros de esa periferia el progreso técnico sólo prende en exiguos sectores de su ingente población, pues generalmente no penetra sino allí en donde se hace necesario producir alimentos y materias primas a bajo costo, con destino a aquellos grandes centros industriales.” 69 A lo indicado, habría que agregar: esta dicotomía que se establece en la economía mundial entre un centro y una periferia también supone una articulación muy

68 CEPAL, “Estudio Económico de América Latina, 1949”, citamos de CEPAL, “El pensamiento de la Cepal”, pág. 46. Edit.

Universitaria, Santiago de Chile, 1969. 69

Ibidem, pág. 46.

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definida entre estos dos grupos de países. Los primeros se transforman en potencias dominantes

y los segundos en países dependientes y subordinados. El contenido básico de este

relacionamiento implica un significativo traslado de excedentes, el que va desde el centro hacia

la periferia del sistema. Es decir, los países desarrollados se transforman en un obstáculo al

crecimiento de los países periféricos. Algunos datos sobre el fenómeno se muestran el el cuadro II. Cuadro II : El crecimiento desigual. Países desarrollados y subdesarrollados(*).

Regiones / Años 0 1000 1500 1700 1820 1998

1.-Desarrolladas 443 405 704 907 1130 21470

2.-Subdesarrolladas 444 440 535 551 573 3102

3.- América Latina 400 400 416 529 665 5795

4.- Mundo 444 435 564 617 667 5709

5.- 1 / 2 1.0 0.92 1.32 1.65 1.97 6.92

6.- 1 / 3 1.11 1.01 1.69 1.71 1.70 3.71

(*) Producto Agregado per cápita, en dólares de 1990. Fuente: A. Maddison, ob. cit. Como se observa en el cuadro II, en los primeros siglos de nuestra era no existe ningún desnivel entre los países que hoy son desarrollados o subdesarrollados. En este sentido, se puede decir que en esos tiempos las realidades del desarrollo y subdesarrollo no existían. Entre 1500 y 1700 se observa alguna diferenciación pero ésta no es muy grande. Hacia 1820, la diferencia es de dos a uno o menor. Pero cuando avanzamos al último período, podemos ver que la diferencia entre los dos polos del sistema es de casi uno a siete. En el cuadro también se presentan cifras para América Latina. Entre 1500 y 1700 el PAqh de América Latina se sitúa algo por debajo de la media mundial y de la media periférica. Mientras que en el período anterior, parece haberse situado en el mismo nivel que botras regiones. Luego, es en el últimp período donde la región se empieza a atrasar más y más y termina, hacia fines de siglo XX, operando con un nivel del PAqh que equivale a un 27% del vigente en el polo desarrollado del sistema. Sólo cabe agregar: estimaciones como las manejadas son bastante difíciles y su confiabilidad no es muy alta. Por lo mismo, hay que tomarlas como indicativas sólo de las tendencias más gruesas. Tenemos entonces: i) hasta la emergencia y desarrollo del capitalismo, el PAqh permanece cuasi estancado y con un nivel más o menos similar entre las grandes regiones del mundo; ii) con esa emergencia, se observa un fuerte aumento en los niveles del PAqh; iii) el crecimiento es muy desigual y desemboca en la conformación de un polo desarrollado y otro subdesarrollado. Es decir, la economía mundial se configura como un sistema centro-periferia.

¿Qué factores explican esta notable mutación? De seguro, el factor más decisivo es el cambio en las estructuras socioeconómicas. Es en esta base donde reside la raíz del despegue hacia el crecimiento. Pero éste es un punto que no vamos a examinar aquí, pues en este texto nos limitamos al examen del sistema de fuerzas productivas. Como sea, en este espacio, y apuntando sólo a los factores más inmediatos, de

seguro la variable más decisiva es la productividad del trabajo. Es decir, el crecimiento de la

productividad del trabajo arrastra al producto agregado per-cápita. Veamos con algún cuidado

este punto. Por definición, el Producto Agregado per-cápita es igual al resultado de dividir el Producto Agregado global en la población total. Para el numerador podemos escribir: (6) PAq = Tv . F = Nap . JTa . F = Na . tp . JTa . F Para la población total: (7) N = Na + Nnt = Na ( 1 + d )

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Por lo tanto: (8) PAqh = [ tp . JTa . F ] / [ 1 + d ] Nap = población ocupada productiva; Na = población ocupada; N = población total; Nnt = población que no trabaja; tp = Nap / Na = coeficiente de productivos. d = Nnt / Na = coeficiente de dependientes. Como se puede ver, en el nivel del producto agregado per-cápita no sólo influye la productividad. También inciden el coeficiente de productivos, la jornada de trabajo y el coeficiente de dependientes. Para efectos de contrastación empírica esta formulación presenta una dificultad: las estimaciones sobre el coeficiente de productivos son bastante escasas. Para superar esta dificultad podemos redefinir el indicador de la productividad y trabajarlo como cuociente entre el PAq y el trabajo vivo total, productivo e improductivo. Denominando Fc a este indicador de productividad, tenemos: (9) Fc = F . tp Luego, para el PAqh, podemos escribir: (10) PAqh = [ Fc . JTa ] / [ 1 + d ] Durante el proceso de crecimiento, en términos seculares (largo-largo plazo), la jornada de trabajo anual se tiende a reducir; por ende, provoca un impacto negativo en el PAqh. El coeficiente d, por su lado, se eleva y provoca un impacto positivo. pero la clave, reside en el crecimiento de la productividad convencional (=Fc). En el cuadro que sigue, se presenta alguna información –cotejando países desarrollados con subdesarrollados- sobre este problema.

Cuadro IIII : Determinantes del nivel del PAqh. Centro y periferia,1998.

País 1 / ( 1 + d ) JTa (horas) Fc (*) PAqh (*)

EEUU 0.491 1610 34.55 27312

México 0.320 2073 10.04 6660

Chile 0.375 1974 13.19 9764

Brasil 0.377 1841 7.87 5462

EEUU / México 1.53 0.78 3.44 4.10

EEUU / Chile 1.31 0.82 2.62 2.80

EEUU / Brasil 1.30 0.87 4.39 5.00

(*) Dólares de 1990. Fuente: columnas 2, 3 y 4: Angus Maddison, ob. cit. Comentemos mínimamente el cuadro. Primero, lo más obvio: a mayor productividad, mayor es el PAqh; además, los diferenciales en el PAqh tienden a reflejar los diferenciales de productividad en términos bastante aproximados. Segundo, el coeficiente de dependientes es clamente menor en los países más desarrllados; es decir, cada ocupado mantiene a un menor número de personas. Lo cual, en lo básico, refleja la diversa composición demográfica: muchos niños en los países más subdesarrollados y muy pocos en los más adelantados. Tercero, la jornada de trabajo es significativamente menor en los países más desarrollados. Aunque valga agregar: también suele ser muy superior la intensidad del trabajo. Por lo mismo, no está para nada claro que el gasto de trabajo anual sea más bajo. Inclusive, hay muchos economistas que piensan que la mayor intensidad más que contrarresta la menor extensión de la jornada, de tal manera que en términos netos, se gasta una cantidad mayor de trabajo por hombre-año. En términos generales, podemos decir que la evidencia empírica confirma lo que ya se ha dicho: el principal factor que impulsa el cambio en el producto per-cápita es la productividad del trabajo. Mientras mayor sea la productividad, mayor será el PAqh.

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A la vez, ya sabemos que el principal determinante de la productividad es la “densidad de capital” o composición técnico-física de la producción. O sea, la dotación de máquinas y equipos con que trabaja cada ocupado (o dotación por unidad de trabajo vivo). A su vez, esta densidad se va alterando según la fuerza con que opera la acumulación. Mientras mayor sea el ritmo de esta acumulación, cabe esperar que más rápidamente se eleve la densidad y, por ende, la productividad del trabajo. En cuanto a la acumulación, esta va asociada al nivel que alcanza el producto excedente y la porción de éste que se destina a gastos improductivos o a la

acumulación. Tendríamos entonces la siguiente cadena: excedente acumulación

densidad de capital productividad producto agregado por habitante. Conviene advertir: la transición de una situación de lento o nulo crecimiento a otra de crecimiento relativamente rápido, no es un problema puramente técnico. En lo básico, esta transición requiere de profundas transformaciones en la estructura social (relaciones de propiedad, etc.) que regula y organiza el conjunto de actividades económicas. Como escribe Baran, “el desarrollo económico, históricamente, siempre ha significado una transformación de vasto alcance en la estructura económica, social y política de la sociedad, en la organización dominante de la producción, de la distribución y del consumo. El desarrollo económico siempre ha sido impulsado por clases y grupos interesados en un nuevo orden económico y social, encontrando siempre oposición y obstáculos por parte de aquéllos que pretenden la preservación del statu quo, que están enclavados en los convencionalismos sociales existentes y que derivan beneficios innumerables y hábitos de pensamiento de las costumbres e instituciones prevalecientes. Siempre ha estado marcado por conflictos más o menos violentos, ha procedido convulsivamente, ha sufrido retrocesos y ganado nuevo terreno. El desarrollo económico nunca ha sido un proceso suave y armonioso que se desenvuelva plácidamente en el tiempo y el espacio”.70 Los límites que le hemos fijado al texto nos impiden abundar en estos aspectos, pero al menos, conviene advertir sobre su relevancia. V.- Algunos problemas de medición.

En las notas presentes, no es nuestra intención abordar los problemas estadísticos que puede involucrar la medición de cada una de las categorías e indicadores que hemos venido

exponiendo. Sin embargo, en este caso resulta imprescindible detenerse aunque sea

brevemente en algunas consideraciones del tipo señalado. Esto, en tanto ellas nos permitirán fijar con mayor precisión la naturaleza de los conceptos que venimos desarrollando.

El lector habrá observado que en este capítulo hemos introducido expresiones en volumen para el Producto Agregado y el Producto Total. O sea, ahora nos interesa reflejar el

quantum físico de los bienes que incluye la categoría. O sea, más que preocuparnos en este caso

de los recursos comprometidos en la generación de cierto monto de bienes, nos interesa directamente la cantidad misma de bienes generados a lo largo de un ciclo. De este modo, los índices precitados pueden ser utilizados como una primera y tosca aproximación, del nivel medio de bienestar con que pueda estar funcionando una sociedad dada.

Cuando es el quantum de bienes lo que nos interesa, tenemos de manera definicional:

PAq = Qai

PTq = Qti (Qa)i = producto físico agregado, en la rama i. (Qt)i = producto físico total, en la rama i. i = 1,2,..., n.

70

Paul Baran, “La economía política del crecimiento”, págs. 53-4. FCE, México, 1975.

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Como es obvio, las expresiones anteriores sólo tienen utilidad para ser usadas en la construcción de números índices. Per se, nada dicen; es decir, no tienen significado económico directo. Cuando deseamos, por ejemplo, medir el Producto Agregado, la fórmula usual es:

PA = PAi = Qai . CSU i

En que: CSUi = ( Tt / Qt )i = ( Tv / Qa ) i = 1 / F

CSU =costo social unitario.

PA = Qai ( Tv / Qa ) i = Tvi = Tv

En otras palabras, medimos el (PA) según las horas de trabajo vivo que exige su producción. Lo cual, en cierto modo, pasa a ser tautológico. Pero es útil pues de la expresión anterior podemos llegar a:

(11) PAq = Qai = Tvi ( Qa / Tv )i = Tv . F

Ahora bien, el índice de productividad que hemos usado es un valor medio que se obtiene así:

F = F1 ( tv1 ) + F2 ( tv2 ) + ... ... ... ... + Fn ( tvn )

F = ( Qa/ Tv )i (Tvi / Tv )

F = ( 1 / Tv ) Qai Si recordamos la expresión (6), podemos ver que:

(12) F = ( Qa / Tv ) i

O sea, también una expresión que sólo adquiere sentido como base de una indización. Esto no es de extrañar, pues cualquier indicador agregado de productividad deja de tener sentido en sí mismo.

Cuando queremos medir las variaciones del quantum producido, utilizamos los costos sociales unitarios del año base como factor de ponderación (en una fórmula del tipo Laspeyres). O sea:

(13) PAqt+1 / PAqt = { ( Qat+1 )i ( CSUt )i } / { ( Qat )i . (CSUt ) i (13 a) PAq t+1 / PAq t = [ Tv t+1 / Tv t ] . [ F t+1 / F t ]

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En otras palabras, las variaciones del producto agregado real se pueden medir en

términos de las variaciones en el índice del trabajo vivo productivo y en el índice de la productividad media del trabajo. La misma expresión la podemos escribir más simplemente del siguiente modo: (13 b) ( 1 + rg ) = ( 1 + tv ) . ( 1 + f ) de donde: (14) rg = tv + f + tv . f en que: rg = tasa de crecimiento del producto agregado físico; tv = tasa de crecimiento del trabajo vivo productivo; f = tasa de crecimiento de la productividad media del trabajo.

Si las tasas de variación son suficientemente pequeñas, el factor compuesto (tv . f) resultará extremadamente pequeño y, para efectos prácticos, su magnitud sera despreciable. Por lo tanto, bajo tales condiciones se podrá utilizar como una aproximación adecuada, amén de extraordinariamente sencilla, la expresión: (14 a) rg = tv + f

O sea, bastará sumar las tasas de crecimiento del trabajo vivo y la productividad del trabajo, para obtener la tasa de crecimiento del producto agregado.

En la última expresión también se puede visualizar, con extrema claridad, un problema que suele ser muy frecuente en las economías contemporáneas: un crecimiento alto de la ocupación (es decir, del trabajo vivo, lo que se expresaría a través de un valor alto de tv ), muchas veces va asociado a un muy lento crecimiento de la productividad y, en otras, el alto crecimiento de la productividad va asociado a un muy exiguo crecimiento de la ocupación. Es decir, si se resuelve bien un problema, pareciera que se agrava el otro. La moraleja de ello es clara: sólo para altos ritmos de crecimiento del producto, se logra operar en los dos frentes -el de la productividad y el de la ocupación- con la eficacia requerida o deseada.

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CAPITULO IX : REPRODUCCION Y DINAMICA DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS. I.- El concepto de reproducción.

En los capítulos anteriores nos hemos venido preocupando del nivel de desarrollo de

las fuerzas productivas. Ahora, pasamos a preocuparnos de las variaciones de dicho nivel. Estas

variaciones nos ponen frente al problema del crecimiento, algo que obviamente transcurre a lo

largo del tiempo y que, además, no siempre tiene lugar. Una sociedad es, en primer lugar, un agregado de individuos 71. Como escribieran Marx

y Engels, “la primera premisa de toda historia humana es, naturalmente, la existencia de individuos humanos vivientes”72. Para que puedan vivir estos individuos humanos necesitan consumir: alimentarse, vestirse, etc. Y para poder consumir, deben producir. O sea, el producto se consume para dar lugar a la vida, a su preservación en el tiempo (en este sentido, el consumo podría ser visualizado como una muy peculiar forma de producción : producción de la vida). Sin embargo, al ser consumido, el producto resulta aniquilado, es “consumido” y por ello desaparece en tanto producto. Pero como la vida exige la renovación del consumo (el hombre no consume de una vez por todas) , también se exige la renovación de la producción. O sea, la aniquilación de sus resultados opera como una negación que vuelve a engendrar el acto de la producción. Hay que volver a producir una y otra vez. Este volver a producir, literalmente es un re- producir, una re- producción. El proceso de renovación del proceso de trabajo es lo que denominamos, en principio, proceso de reproducción de las fuerzas productivas. En palabras de Marx, “todo proceso social de producción considerado en sus constantes vínculos y en el flujo ininterrumpido de su

renovación es, al mismo tiempo, un proceso de reproducción”73

El análisis de un proceso de reproducción es la clave para entender la dinámica de cualquier forma societal y no es algo ni sencillo ni fácil. Hablando en abstracto, tal análisis supone: i) identificar los elementos o “partes” claves del sistema; ii)identificar los nexos estructurales entre las diversas partes que componen el sistema; iii) identificar las leyes de movimiento ( o sea, del desarrollo) de cada uno de los elementos y relaciones distinguidas ; iv) identificar luego la ley del movimiento del sistema en su conjunto. Lo indicado, se puede aplicar a la formación económico- social en su conjunto y, en

este caso, hablaremos de un proceso de reproducción global. Aquí se trataría de analizar la

interrelación y renovación de la superestructura (esferas política e ideológica), del sistema económico y del sistema de fuerzas productivas. Por un proceso de abstracción, podemos también concentrarnos exclusivamente en el análisis de la reproducción del modo de producción. O bien, si seguimos haciendo abstracción de más elementos, podemos concentrarnos exclusivamente a nivel del proceso de reproducción del sistema de fuerzas productivas. Por supuesto, en la medida que vamos dejando de considerar sucesivamente más espacios de la realidad social, el análisis se va tornando cada vez más parcial. Por ejemplo, la reproducción de la estructura clasista y de las relaciones de propiedad definitorias de un modo de producción dado, difícilmente se podrían entender si no se toma en consideración el comportamiento de los factores políticos e ideológicos que actúan al interior de una formación socioeconómica dada. Del mismo modo, la reproducción de los bienes de consumo y de los medios de producción se ve decisivamente afectado por el carácter de las relaciones de propiedad, por la forma en que éstas se van reproduciendo, etc.

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Pero la simple existencia de ese agregado no configura una sociedad. De manera análoga sin cemento no hay casas. Pero el

puro cemento no da lugar a una casa. Como escribiera Marx, “la sociedad no consiste en individuos, sino que expresa la suma de

las relaciones y condiciones en las que esos individuos se encuentran recíprocamente situados”. Ver K. Marx, “Elementos

Fundamentales para la Crítica de la Economía Política (Grundrisse)”, Tomo I, págs. 204-5. Siglo XXI, edits., México, 1980. 72

C. Marx y F. Engels, “La Ideología alemana”, pág.19. Edic. de Cultura Popular, México, 1978. 73

C. Marx, “El Capital” , Tomo I, pág. 476. Edic. FCE, México, 1973.

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En este capítulo nos concentraremos exclusivamente en el proceso de reproducción del

sistema de fuerzas productivas. Por consiguiente, no debemos olvidar que estamos apuntando

tan sólo a una parte del proceso conjunto y que éste es mucho más complejo. Asimismo, que aquí nos olvidaremos de las influencias que las otras partes o elementos ejercen sobre las fuerzas productivas. Este procedimiento es lícito siempre y cuando no se olvide que se trata de una primera y provisional aproximación. II.- Modalidades fundamentales de la reproducción. Según hemos anotado, nos concentraremos en el análisis del proceso de reproducción de las fuerzas productivas. Asimismo, debemos agregar que en este capítulo dejaremos de lado el estudio de las condiciones internas que debe satisfacer cualquier proceso de reproducción de las fuerzas productivas. Estas condiciones internas tienen que ver con las formas de utilización del producto y las analizaremos en el capítulo siguiente. Ahora, nos dedicaremos más bien a describir y definir determinadas modalidades que puede asumir la reproducción. Dicho de otro modo, supondremos que en cualesquiera de los casos a analizar, se satisfacen los requisitos internos que pueda exigir la modalidad en cuestión. El problema que nos preocupa es la renovación o re-producción del ciclo productivo. En este ciclo, según ya hemos tenido ocasión de ver, nos encontramos con: i) un punto de partida constituido por el patrimonio productivo disponible; ii) un punto de llegada o resultado que lo hemos simbolizado, por ejemplo, con la categoría Producto Agregado; iii) asimismo, nos encontramos con un nexo entre el punto de partida y el punto de llegada que viene dado por la productividad del trabajo. Naturalmente, al pasar de un ciclo productivo a otro nos encontraremos con que se repiten los momentos antes indicados. Por consiguiente, las variaciones en el nivel de las fuerzas productivas podríamos referirlas a : a) variaciones en el patrimonio productivo; b) variaciones en la productividad del trabajo; c) variaciones en el nivel del producto. Cualquiera de los criterios citados puede ser útil para medir las variaciones en el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. De todos ello, el más pertinente es el de la productividad del trabajo. Sin embargo, una costumbre ya vieja, ha llevado a tomar el nivel del Producto Agregado como base de comparación. Como en este caso no tiene sentido apartarse de la tradición también usaremos nosotros el indicador del PAq para medir las variaciones en el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. No está demás agregar que interesan las tendencias. O sea, no deben tomarse dos ciclos consecutivos y de allí sacar conclusiones inmediatas (i.e. excesivamente rápidas) sobre el carácter de la reproducción. Por consiguiente, en función de las variaciones del PAq al pasar de un ciclo a otro, distinguiremos tres tipos básicos o fundamentales de reproducción de las fuerzas productivas. Ellas son:

Reproducción ampliada. Cuando al pasar de un ciclo productivo a otro crece en forma

relativamente regular el nivel del PAq, diremos que estamos en presencia de un proceso de reproducción ampliada.

Reproducción simple. Cuando al pasar de un ciclo a otro el nivel del PAq se mantiene

constante, diremos que estamos en presencia de una reproducción simple.

Reproducción regresiva. Cuando al pasar de un ciclo a otro el nivel del PAq comienza a

disminuir en forma relativamente regular diremos que tal situación se define como un proceso de reproducción regresiva.

Por supuesto, el período de comparación puede ser un conjunto de ciclos o bien un período calendario como el año, el quinquenio, etc. En general, como se trata aquí de un examen de las tendencias del crecimiento, lo recomendable es considerar un período relativamente largo. III.- Modalidades básicas de la reproducción ampliada. Según hemos anotado, la reproducción ampliada se caracteriza por el aumento en el nivel del PAq al pasar de un período a otro. Naturalmente, se trata de ver las tendencias. O sea, las variaciones que tienen lugar en un período suficientemente largo como para evitar la

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eventual confusión que puede provocar un movimiento coyuntural que se mueva a contrapelo de la tendencia secular. Una economía, por ejemplo, puede estar creciendo al 6% anual en los últimos veinte años. Luego, durante el año 21, entrar en una crisis cíclica y ver caer su PAq en un 3%. Para luego, reanudar un proceso de crecimiento semejante al previo y que gire en torno al 6% anual. Si sólo consideramos el año 21 hablaríamos de reproducción regresiva. Pero es muy claro que esa economía crece y lo hace a un ritmo elevado. O sea, su reproducción es rotundamente ampliada : un año de descenso del PAq, para nada anula treinta o más de alto dinamismo. Agreguemos: en las economías contemporáneas, las del siglo XX, lo normal en términos de tendencia es la reproducción ampliada. Por ello nos concentramos en esta modalidad. Podemos distinguir diversos tipos de reproducción ampliada. Para ello recordamos primero los determinantes del nivel del PAq. Escribimos: (1) PAq = Tv . F Tenemos dos factores explicativos: Tv y F. Por lo mismo, las variaciones en estos factores explicarán también las variaciones en el nivel del producto. Y en función de estos dos factores podemos pasar a distinguir los dos tipos básicos que puede asumir la reproducción ampliada. Si el incremento del producto se debe a un aumento en la masa de trabajo vivo

aplicada a fines productivos, hablaremos de reproducción ampliada extensiva. Luego, si el

incremento se debe a una elevación de la productividad del trabajo, hablaremos de reproducción

ampliada intensiva.

Como debiera ser obvio, en la realidad siempre encontraremos una combinación de ambos casos. Una parte del crecimiento será provocada por el mayor trabajo vivo y otra parte por el aumento de la productividad. Conviene, entonces, precisar mejor nuestra definición. En un sentido general, para el crecimiento del PAq podemos escribir:

(2) d PAq = ( PAq / Tv ) d Tv + ( PAq / F ) d F Por consiguiente, podemos decir que estaremos en presencia de una reproducción

ampliada y predominantemente extensiva si se cumple la siguiente condición:

(3) ( PAq / Tv ) d Tv > ( PAq / F ) d F De modo análogo, podremos decir que el sistema está operando bajo condiciones de un

proceso de reproducción ampliada predominantemente intensiva, de cumplirse la siguiente

condición:

(4) ( PAq / F ) d F > ( PAq / Tv ) d Tv La reproducción ampliada es un fenómeno más progresivo que la simple y, obviamente, que la regresiva. De la misma manera, la reproducción ampliada intensiva es un fenómeno más progresivo que la reproducción ampliada extensiva. Las razones saltan a la vista: en el primer caso -intensiva- la misma masa de trabajo, en virtud de la mayor productividad, puede generar una mayor masa de bienes. Si recordamos la expresión (9) manejada en el capítulo VIII, podemos exponer una aproximación aún más sencilla. El crecimiento total (=rg) lo descomponemos en el crecimiento que provoca la variación del trabajo vivo (=rg1) y el crecimiento determinado por la mayor productividad ( = rg2 ). O sea:

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(5) rg1 = tv + tv . f [ tv / tv + f ] (6) rg2 = f + f . tv [ f / tv + f ] (7) rg = rg1 + rg2

Sentado lo anterior, podemos definir un componente extensivo del crecimiento ( CE =

rg1/ rg ) y un componente intensivo ( CI = rg2 / rg ). Por lo tanto, la reproducción ampliada será

extensiva cuando CE>CI y será intensiva cuando CI>CE. O bien, diremos que es extensiva cuando rg1 > rg2 y que es de tipo intensivo cuando rg2 > rg1 . Consideremos la economía mexicana en el período 1990-1998. De acuerdo a cifras de la OECD, en el período la masa de trabajo vivo total creció al 3.07% anual. Y la productividad, decreció al 0.04% anual. Tendríamos, entonces: tv = 0.0307 ; f = - 0.0004 ; rg = 0.0303

Además, utilizando las expresiones (5) y (6), obtenemos las tasas de crecimiento que provocan los factores en juego. O sea: rg1 = 0.0307 y rg2 = - 0.0004. Por lo tanto, un componente extensivo ( CE = rg1/rg) de 101.3% y un componente intensivo ( CI = rg2/rg) que es negativo e igual a – 1.3%. Por cierto, esta situación es bastante preocupante pues nos pone frente a un estilo de crecimiento muy atrasado. El cual, está asociado a un proceso de acumulación extremadamente débil, fenómeno que parece consustancial a los experimentos neoliberales en la región. Si consideramos el período 1950-1973 arribamos a una situación diferente. En este período el trabajo vivo total crece al 2.22% anual; la productividad, al 4.07% anual. Luego, el PAq crece al 6.38% promedio anual. En este caso, aplicando (5) y (6), obtenemos rg1 = 0.0225 y rg2 = 0.0413. Por ende, el componente extensivo fue de un 35.3% y el intensivo de un 64.7%. Como vemos, el crecimiento fue muy superior al experimentado en los noventa. Amén de que se asentó en un importante crecimiento de la productividad del trabajo. IV.- Tipos de reproducción ampliada extensiva. Si la reproducción ampliada es de tipo extensivo, la causa básica del incremento en la producción se debe a la ampliación de la masa de trabajo vivo que se aplica en tareas de producción. Y como hemos visto en los capítulos anteriores, la masa de trabajo vivo que se aplica a fines productivos depende de diversos factores. La expresión que se manejó en el capítulo III la podemos transformar levemente y dejarla como sigue: (8) Tv = ( lt ) . ( L ) . ( Na / N ) . ( Nap / Na ) . JTa lt = ( N / L ) L = superficie geográfica dominada por el modo de producción. La transformación efectuada nos permite introducir la variable superficie geográfica dominada por el modo de producción. Es importante pues la expansión de la frontera ha jugado y sigue jugando un rol decisivo en la expansión de diversos modos de producción. El feudalismo, por ejemplo, se reproducía fundamentalmente por la vía de la expansión de su frontera económica. Al principio con las roturaciones de los monjes cisterciences y luego, con el espectacular modo de las cruzadas. En el caso del capitalismo, de seguro han sido otras las modalidades básicas. Pero ello no elimina el crucial impacto que ha tendido la expansión

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geográfica del sistema desde su inicial núcleo europeo hacia prácticamente todos los rincones del globo. De acuerdo a la expresión (8), tenemos cinco variables que influyen en la ampliación de la masa de trabajo vivo que se aplicará a fines productivos. Consecutivamente, podemos hablar de cinco modalidades de la reproducción ampliada extensiva. Ello, en función del factor que con más fuerza incida primero en la expansión del trabajo vivo y luego, como consecuencia, en el nivel del Producto Agregado. La reproducción ampliada extensiva (o crecimiento en función del trabajo vivo) se podría, en consecuencia, descomponer en: a) la que se deriva de una mayor densidad

poblacional ( l t ); b) la derivada de ampliaciones en el universo geográfico dominado por el

sistema ( L ) ; c) la derivada de una mayor cuota de ocupados ( Na/N ) ; d) la derivada de

un mayor porcentaje de trabajadores productivos ( Nap/ Na ) ; e) la que se deriva de un

aumento en la extensión de la jornada de trabajo anual ( JTa ). En la realidad siempre nos encontraremos con una combinación de factores explicativos del carácter extensivo de la reproducción. Por eso conviene hablar de modalidades

predominantes de la reproducción ampliada extensiva. El criterio para distinguir el predominio

será equivalente al manejado en el apartado anterior. Es decir, debemos identificar el factor que funciona con un mayor peso específico: el que mayor impacto provoca en las variaciones del producto agregado. Algunos de los factores mencionados, en determinadas condiciones, pueden provocar una disminución en la masa de trabajo vivo. Por ejemplo, puede estar disminuyendo la jornada anual de trabajo, ampliándose el coeficiente de activos improductivos (por ende, cayendo el coeficiente de productivos), reduciéndose la superficie geográfica ocupada por el modo de producción, etc. En estos casos esos factores actuarán como determinantes de un proceso de reproducción regresiva. Claro está, pueden perfectamente llegar a ser anulados, en su incidencia negativa, por la acción positiva de otros factores. V.- Tipos de reproducción ampliada intensiva. Así como en el caso de la reproducción ampliada extensiva hemos distinguido diversas modalidades, algo similar podemos hacer para la reproducción ampliada intensiva. Cuando estamos en presencia de este caso, las variaciones positivas del PAq se explican primordialmente por incrementos en la productividad del trabajo. Y según se ha visto en capítulos anteriores, la productividad del trabajo depende en lo inmediato de dos factores básicos: la composición técnico-física de la producción (o densidad de capital) y el coeficiente alfa. O sea:

(9) F = Z .

(10) d F = [ F / Z ] d Z + [ F / ] d El primer término del lado derecho de la ecuación, nos indica el crecimiento de la productividad causado por la mayor composición técnico-física de la producción. El segundo término, el crecimiento provocado por el aumento del coeficiente alfa.

En función de esos dos factores explicativos, pasamos a diferenciar dos submodalidades de la reproducción ampliada intensiva. Si las variaciones en la productividad y por ende en el producto se deben primordialmente a variaciones en la composición técnica de la producción, hablaremos de un

proceso de reproducción ampliada intensiva-extensiva. Si las variaciones en la productividad y, por ende, en el nivel del producto, se deben primordialmente a variaciones en el coeficiente alfa, diremos que estamos en presencia de una

reproducción ampliada intensiva-intensiva.

Mientras más avanzado es el país, mayor es el peso del componente intensivo de la reproducción. A la vez, se avanza desde un mayor peso del componente intensivo-extensivo

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hacia un mayor peso del componente intensivo-intensivo. O sea, más que en la adición de recursos, el crecimiento se comienza a asentar más y más en la mayor eficiencia de los recursos productivos. Consideremos la expresión (10). Si la dividimos por F obtenemos:

(11) dF / F = d Z / Z + d / = f1 + f2 f1 = dZ / Z

f2 = d / Cuando f1 > f2, tenemos la reproducción ampliada intensiva-extensiva. Y si f2>f1 el estilo intensivo-intensivo. Si multiplicamos rg2 por f1 obtenemos la tasa de crecimiento del producto que provocan las variaciones de la densidad de capital (= rg21 ). Y si multiplicamos rg2 por f2 obtenemos la tasa de crecimiento del producto que provoca el aumento de alfa (= rg22 ). Por lo tanto: (6 a ) rg2 = rg21 + rg22 Como ya lo hemos señalado, en las economías más progresivas se tiende a dar una relación del tipo rg2>rg1 (reproducción ampliada intensiva) y también , la relación rg21 < rg22 (reproducción ampliada intensiva intensiva).

VI.- Breve resumen. Puede ser útil intentar un breve resúmen de las diferentes modalidades de la reproducción que se han venido manejando. En el cuadro que sigue se intenta ese resumen.

1) Regresiva.

( rg < 0 )

a) Expansión de la frontera.

2) Simple. ( L )

( rg = 0 ) b) Expansión demográfica.

Reproducción ( l )

3.1) Extensiva. c) Mayor coeficiente de productivos.

( rg1 > rg2 ) ( Nap / Na )

3) Ampliada. d) Jornada de Trabajo más larga.

( rg > 0 ) ( JTa )

a) Extensiva.

3.2) Intensiva. ( rg21 > rg22 )

( rg2 > rg1 ) b) Intensiva.

( rg22 > rg21 )

( rg22 > rg21)

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Como ya apuntamos, a lo largo de la historia es la reproducción ampliada el estilo dominante. Aunque importa subrayar: hasta la revolución del neolítico, el crecimiento es tan lento que se aproxima a cero. O sea, para efectos prácticos, se puede hablar de reproducción simple. Del esclavismo grecolatino hasta los inicios del capitalismo en Europa Occidental, el crecimiento también es muy lento aunque algo más visible. Con todo, la misma Rosa Luxemburgo hablaba de una reproducción simple para ese período, lo que un tanto metafóricamente, se podría aceptar. La reproducción ampliada significativa, en términos históricos comienza con el capitalismo. En los tiempos iniciales, de “acumulación originaria”, la expansión geográfica y de la “frontera social” del sistema, es clave. Con el capitalismo manufecturero, las modalidades 3.1. c) y d) pasan a jugar un rol muy importante. Y a partir de la revolución industrial, es la modalidad 3.2. la que pasa a dominar. En cuanto al modo en que puede funcionar la reproducción ampliada, lo podemos ver en el gráfico que sigue. GRAFICO I : F

PAq Falta en 2º cuadrante una curva convexa En el diagrama tenemos: a) En el primer cuadrante (lado derecho) se expresan las variaciones que provocan una reproducción ampliada intensiva. O sea, las variaciones en Z (desplazamiento a lo largo de la

ordenada horizontal) y las variaciones en alfa ( cambia la pendiente de la curva O y, por ende, el valor de su tangente. b) En el segundo cuadrante (lado izquierdo) , las variaciones en el trabajo vivo se

expresan por movimientos en la curva O. O sea, los factores que provocan una reproducción ampliada extensiva.

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El estudiante puede ensayar las variaciones y combinaciones que desee. En el diagrama, el Producto Agregado en volumen, es mayor en el período (1) que en el período (0). Por lo tanto, hay reproducción ampliada. Y es claramente intensiva pues en tanto subió la productividad, la masa de trabajo vivo bajó.

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CAPÍTULO X : FORMAS DE UTILIZACION DEL PRODUCTO TOTAL Y DETERMINANTES DE LOS RITMOS DE CRECIMIENTO. I.- Utilización del producto de reposición.

En capítulos anteriores hemos visto que el Producto Total se puede descomponer en Producto Pasado, Producto Necesario y Producto Excedente. También sabemos que el Producto de Reposición es igual a la suma del Producto Pasado y el Producto Necesario. O sea: (1) PT = Pp + Pn + Pe (2) Pr = Pp + Pn

El Producto Pasado ( = Pp) se puede entender (si se lo mira desde el ángulo de los recursos que se gastan en el proceso de trabajo) como aquella parte del Producto Total que representa la contribución del pasado a la producción actual. O sea, equivale al desgaste que sufren los medios de produción en el ciclo productivo. Consecutivamente, el Producto Pasado también se puede entender como la parte del Producto Total que debe destinarse a la reposición del desgaste (o consumo) que experimentan los medios de producción.

El Producto Necesario ( = Pn) es una parte del Producto Agregado. Y éste, representa la parte de la producción total que se corresponde con el esfuerzo productivo efectivo del presente. Por eso, se corresponde con el trabajo vivo gastado. Usualmente, con sólo una parte del tiempo de trabajo vivo se alcanza a producir lo que necesitan consumir los trabajadores de producción. A ese tiempo se le llama “tiempo de trabajo vivo necesario” y la masa de trabajo que allí se gasta se corresponde con el Producto Necesario. Asimismo, tenemos que el Producto Necesario se puede entender como aquella parte de la producción total que debe destinarse a reponer la fuerza de trabajo de los productores directos. O sea, equivale al monto del producto que deben consumir los trabajadores productivos para recuperar el desgaste que sufre su fuerza de trabajo a lo largo del ciclo productivo.

El Producto de Reposición ( = Pr) es la suma del Producto Pasado y el Producto Necesario. O sea, es la parte del Producto Total que debe destinarse a reponer el desgaste que experimenta el conjunto de las fuerzas productivas (i.e. es patrimonio productivo) utilizadas en el proceso de trabajo. Cuando se asegura la correspondencia cuantitativa y cualitativa entre el Producto de Reposición y el desgaste efectivo sufrido por las fuerzas productivas a lo largo del proceso, el sistema económico está al mismo tiempo asegurando a lo menos las condiciones de su reproducción simple. Es decir, en el siguiente ciclo productivo el sistema funcionará con el mismo nivel de patrimonio productivo y con la misma masa de trabajo pasado y trabajo vivo que en el ciclo recién pasado. Y si suponemos que la productividad del trabajo no se altera, también tendremos que al final del nuevo ciclo el nivel del Producto Total y Agregado será exactamente igual al obtenido en el ciclo anterior.

En cuanto al Producto Excedente ( = Pe), ya hemos dicho que debe definirse como un residuo. Es decir, como lo que sobra del Producto Total una vez que a éste se le ha restado el Producto de Reposición. También, se le puede entender como lo que resta del producto Agregado una vez que a éste se le sustrae el Producto Necesario.

¿Cómo se determina el nivel del Producto Pasado? Teniendo la información sobre el nivel del acervo de medios de producción (objetos y

medios de trabajo) y su coeficiente de desgaste, se puede estimar el monto de medios de

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producción que se consumen en el ciclo productivo. Según se expuso en un capítulo previo, podemos escribir: (3) MPc = d1 ( OTa) + d2 ( MTa ) MPc = medios de producción consumidos. OTa = objetos de trabajo avanzados. MTa = medios de trabajo avanzados. d1 = coeficiente de desgaste de los objetos de trabajo. d2 = coeficiente de desgaste de los medios de trabajo. Conocido el desgaste total que sufren los medios de producción, nos preguntamos por las condiciones que aseguran la reproducción simple del acervo de medios de producción. Ellas son dos: a) utilizar una parte del producto total (equivalente al consumo de medios de producción) para reponer ese desgaste y preservar el nivel previo del acervo de medios de producción; b) asegurar que los valores de uso que integran esa parte, se corresponda con el tipo de valores de uso que se han usado y gastado en el período previo. O sea: (4) Pp = MPc (5) (Pp)i = ( MPc)i ( i = 1,2,3,..............,n ) i = indica el tipo específico de valor de uso en que se materializan los medios de producción.

La expresión (4) nos indica el monto total del Producto Pasado. O sea, la parte del Producto Total que debe usarse para reponer los medios de producción gastados. La expresión (5) nos dice que el acero gastado se repone con acero y no con leche, el cemento con cemento y así sucesivamente. Es decir, nos apunta al vital problema de la composición según valores de uso que debe poseer el Producto Pasado para poder cumplir sus funciones.

Para el caso del Producto Necesario, el razonamiento es análogo. Su nivel, viene determinado por el nivel del Consumo Personal de Reposición global ( = CPr ). Este, representa la masa total de bienes de consumo personal que necesita el conjunto de la fuerza de trabajo. O sea, el consumo total del total de trabajadores productivos. La citada magnitud la podemos hacer igual al resultado de multiplicar el total de trabajo vivo gastado en el período por el “consumo personal de reposición por hora trabajada” ( = cprh ). Este concepto es algo así como el coeficiente de desgaste que experimenta la fuerza de trabajo. Más precisamente, nos señala lo que el obrero consume, en promedio, por cada hora de trabajo que despliega. Midiendo, en horas de trabajo.

Supongamos que en un día de trabajo, los trabajadores consumen cierta cantidad de bienes y que en la producción de esos bienes se han gastado 6000 horas de trabajo total. Cada obrero trabaja 8 horas por día y son 1000 los ocupados. Por lo tanto, el trabajo vivo desplegado resulta igual a 8000 ( = 8 . 1000 ) horas. Si dividimos el consumo total, que en horas de trabajo gastadas en su producción es igual a 6000, por el total de horas trabajada, obtenemos el consumo personal de reposición por hora trabajada ( cprh = 6000/8000 = 0.75 ). O sea: (6) cprh = CPr / Tv Por lo tanto: (7) CPr = ( cprh ) . ( Tv )

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Conociendo el CPr, nos podemos preguntar por las condiciones que el sistema debe satisfacer para asegurar la reproducción simple de la fuerza de trabajo. O sea, del segundo componente del patrimonio productivo. En este caso, también podemos distinguir dos requisitos. Uno, de carácter agregado y el otro referido a la necesidad de compatibilidad entre la composición de valores de uso que se demanda y la que se oferta. En términos formales podemos escribir: (8) Pn = CPr (9) (Pn) i = ( CPr )i ( i = 1,2,..., n).

La expresión (8) nos dice qué parte del Producto Total debe destinarse a reponer la fuerza de trabajo agotada. La expresión (9), nos señala que el tipo concreto de valores de uso que entra en la canasta del consumo obrero debe corresponderse con el tipo concreto de bienes que figuran en la parte del Producto Total que se desea utilizar. Como es obvio, si los trabajadores consumen leche y zapatos, leche y zapatos deben figurar en el Producto Necesario. En suma, la composición según valores de uso de Consumo Personal de reposición debe coincidir con la composición según valores de uso del Producto Necesario.

Valga agregar: esas relaciones de correspondencia no se cumplen de modo automático. Si, por ejemplo, la organización social del proceso de producción responde a patrones mercantiles (o sea, estamos en presencia de una economía de mercado), lo normal será más bien la continua infracción a esas relaciones de proporcionalidad. Inclusive si suponemos una economía centralmente planificada, es posible que un determinado juego de circunstancias de lugar al incumplimiento de tales requisitos.

Si se satisfacen las condiciones expresadas en (4), (5), (8) y (9), el sistema repone el total de su patrimonio productivo. Por lo tanto, asegura al menos su reproducción simple. Además, si el Producto de Reposición es menor que el Producto Total, nos quedará un sobrante y debemos averiguar qué hace la economía con ese sobrante o excedente.

Antes de responder, conviene plantear una pregunta que es previa: ¿cuáles son las condiciones de existencia del Producto Excedente? ¿Qué factores determinan su nivel? Es lo que pasamos a examinar en el siguiente apartado. II.- Las condiciones de existencia del Producto Excedente.

La existencia del Producto Excedente no es una fatalidad histórica. En las formas de producción más primitivas -que no lo debemos olvidar, abarcan un período de tiempo que cubre casi la historia completa de la humanidad- el Producto Excedente era una realidad ausente o, en el mejor de los casos, un fenómeno muy poco frecuente, que no aparecía en forma regular sino en términos esporádicos o relativamente casuales.

El Producto Total, a la larga, no puede ser inferior al Producto de Reposición. Si esta situación llegara a darse y a mantenerse a lo largo del tiempo, la sociedad en cuestión se vería abocada a un proceso de reproducción regresiva que al cabo de cierto tiempo, debe desembocar ineludiblemente en el colapso societal. Digamos de paso que en las épocas más primitivas (pueblos cazadores, hordas, etc.) hay no pocos ejemplos de este caso.

La emergencia del Producto Excedente como fenómeno económico regular, marca una revolución de extraordinaria importancia en el curso del desarrollo social de la humanidad En este caso, nos encontramos con un ejemplo muy contundente sobre la incidencia del desarrollo de las fuerzas productivas ( manifestado en la aparición del excedente) en el tipo de relaciones sociales de producción. A la base del excedente, recordemos, están fenómenos como la constitución de relaciones de propiedad privadas, de una estructura económica clasista y del propio aparato estatal. Se trata, por cierto, de un salto cualitativo de vastas consecuencias. Por

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ahora, bástenos advertir sobre el punto para remitirnos exclusivamente al problema de las

condiciones formales que explican la emergencia del excedente.

Por definición, tenemos que: Pe = PA - Pn PA = Tv Pn = ( cprh ) . Tv Por lo tanto: (10) Pe = Tv ( 1 - cprh ) = Tv ( 1 - cpqrh / F2 ) cpqrh = ( cprh ) . F2 F2 = productividad del trabajo en el sector 2, el que produce bienes de consumo personal. cpqrh = consumo personal de reposición, en volúmen, por hora de trabajo. La expresión (10) , nos mide el excedente en horas de trabajo. Como cpqrh nos mide el quantum (i.e. volumen) del consumo obrero (por hora trabajada), lo consideramos un indicador del nivel de vida (i.e. de consumo) que alcanzan los trabajadores. Así las cosas, podemos ver que el nivel del excedente (en horas) pasa a depender de tres factores: a) la masa de trabajo vivo que se aplica en tareas productivas; b) el quantum del consumo obrero. Es decir, el nivel de vida de los trabajadores de producción; c) la productividad del trabajo en la sección que produce los bienes de consumo que captan los trabajadores. Según se observa, si el consumo obrero (en volúmen) es igual o mayor a la

productividad del trabajo ( cpqrh F ) el excedente se torna nulo o incluso negativo. Es decir, la condición para la emergencia del Producto Excedente es un nivel mínimo de productividad de trabajo. Este nivel mínimo se define a partir de un nivel igual o superior al consumo personal de reposición ( en volúmen) por hora trabajada. En otras palabras, lo que el trabajador aporta al fondo del producto social, debe ser superior a lo que debe retirar por concepto de desgaste de su fuerza de trabajo. Si esta condición se cumple ( cprh < 1, o bien su equivalente F > cpqrh ) , aparece el Producto Excedente.

Como sabemos que PA= Tv, si dividimos la expresión (10) por el PA, obtenemos: (12) pra = Pe / PA = ( 1 - cprh )

El coeficiente (pra), lo llamamos “potencial de reproducción ampliada” y nos indica,

como su mismo nombre lo advierte, las posibilidades de crecimiento del sistema. Como el coeficiente nos mide la magnitud del excedente generado por unidad de Producto Agregado, si suponemos que todo el excedente se acumula, la relación se transformaría en la tasa de acumulación del sistema (acumulación sobre Producto Agregado), un factor que es determinante de la tasa de crecimiento. Más adelante, habrá ocasión de usar ampliamente este concepto.

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III.- Formas de utilización del producto excedente.

Podemos ahora analizar cuáles son las formas posibles en que se puede utilizar el producto excedente.

Distinguiremos dos formas básicas: a) utilización productiva o acumulación productiva;

b) utilización improductiva o gastos improductivos.

La acumulación productiva es un mecanismo por medio del cual los productos que

integran el producto excedente se reincorporan al ciclo productivo dando lugar a una ampliación del patrimonio productivo. O sea, la condición para la reproducción ampliada del patrimonio productivo es la existencia de la acumulación productiva. De los anterior, es fácil deducir que la acumulación puede ser descompuesta en dos grandes ítems:

a) Acumulación o reproducción ampliada de los medios de producción. En este caso, una

parte del Producto Excedente, que necesariamante debe asumir la forma natural de medios de producción, se destina a la ampliación de la masa de medios de producción con que funcionará el nuevo ciclo productivo.

b) Acumulación o reproducción ampliada de la fuerza de trabajo (i.e., de los productores

directos). En este caso, se destina una parte del producto excedente, que necesariamente deberá

asumir la forma natural de bienes de consumo personal, a la sustentación de una masa de <trabajo vivo adicional aplicable a actividades productivas. Como es obvio, decir masa de trabajo vivo adicional, como regla implica decir trabajadores productivos adicionales. O sea, la acumulación productiva de trabajo vivo, normalmente supone el aumento del nivel ocupacional con que opera el sector productivo de la economía. Cuando el producto excedente es utilizado bajo la forma de acumulación productiva, los productos que son el resultado del ciclo productivo previo, siguen conectados al proceso productivo. Es decir, no sufren una desviación o “descarrilamiento” de la línea central. En el caso de los medios de producción (objetos y medios de trabajo), el camino es directo. De resultados, se transforman directamente en premisas de un nuevo acto productivo. En cuanto a los bienes de consumo personal, existe una intermediación o eslabón intermedio. Primero, luego de ser producidos, deben pasar a manos de los trabajadores productivos. Luego, estos proceden a consumir esos bienes. En este sentido, se trata de productos que al ser consumidos se aniquilan en tanto productos: literalmente, se consumen, desaparecen. Sin embargo, el consumo personal da lugar a la creación-renovación de la fuerza de trabajo. Y como se trata de una fuerza de trabajo que posteriormente se aplicará a actividades productivas, podemos concluir que tales bienes de consumo personal –aunque en una forma bastante transfigurada, como fuerza de trabajo- en cierto sentido pasan a reintegrarse al proceso de producción. O sea, lo que es resultado del ciclo anterior: el bien de consumo personal, se transforma en una premisa del nuevo ciclo: el trabajo productivo. Ello, a través de la intermediación representada por el acto del consumo personal.

La segunda forma posible de utilización del producto Excedente la constituyen los usos

o gastos improductivos. En este caso, nos encontramos con una desviación de los productos del

carril marcado por la sucesión de los ciclos productivos. O sea, los resultados de la producción

ya no se pasan a convertir en premisas de un nuevo proceso. Ello, pues –por definición de uso

improductivo- los bienes abandonan el curso del proceso de reproducción. En este sentido, el

calificativo de despilfarro que usualmente se adscribe a los gastos improductivos es

completamente certero. Los medios de producción obtenidos en el ciclo productivo se utilizan en actividades

improductivas : el acero, verbigracia, se emplea en la fabricación de un tanque. Y en cuanto a los bienes de consumo personal, pasan a sustentar la actividad vital de personas igualmente ajenas a las actividades de producción : la leche y la carne, por ejemplo, alimentan al personal militar. Conviene recalcar este punto: las actividades improductivas dependen por completo de las productivas. Para que puedan funcionar necesitan de productos :medios de producción y bienes de consumo personal. Y como es obvio, esos bienes sólo pueden provenir de los resultados que se generan en los sectores productivos.

En su funcionamiento las actividades improductivas también dan lugar a ciertos resultados. Pero estos resultados, por definición, no son productos en el sentido más estricto

del concepto. En breve, las actividades improductivas insumen productos y dan lugar a

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resultados que no son productos. Tal es la peculiaridad quizá más importante de los sectores

improductivos. De lo expuesto es fácil deducir que la existencia de sectores improductivos supone una

condición previa: la existencia de un Producto Excedente con cargo al cual puedan sustentarse esos sectores. Si el Producto Excedente no existe, la aparición de actividades improductivas se deberá sustentar en el Producto de Reposición, lo cual llevará aparejado inexorablemente un proceso de reproducción regresiva de las fuerzas productivas. Es decir, la parte del Producto Total que se destinaría, en tal caso, a la reposición de los medios de producción y a la renovación de la fuerza de trabajo productiva, será inferior a la necesaria. Consecutivamente, esa insuficiencia provocará la disminución de los trabajadores productivos o del acervo de medios de producción ( o de ambos a la vez). El patrimonio productivo con que se inicia cada ciclo irá disminuyendo progresivamente. De igual modo irá cayendo el nivel del producto. Si el proceso sigue, el colapso societal será inevitable. La utilización improductiva del Producto excedente puede asumir diferentes formas. De ellas, conviene destacar las que siguen:

1) Mantención, a nivel del consumo personal necesario, de las clases dominantes. Esto, suponiendo que: i) tales clases existan; ii) que de existir, sean ajenas al trabajo productivo.

2) Renovación y/o ampliación de los recursos humanos y materiales empleados en la

generación de bienes de consumo extravagante. Por bienes de consumo extravagante

entendemos valores de uso que son no-productos. Es decir, bienes que por su propia naturaleza están imposibilitados de pasar a formar parte de la canasta de bienes con que funcionan los productores directos. Se trata, típicamente, de valores de uso consumidos en exclusividad por los diversos segmentos que constituyen la clase dominante. Conviene no confundir estos bienes con aquellos bienes de consumo personal que por razones del tiempo de difusión con que usualmente opera un bien de consumo (o incluso de producción), son durante cierto lapso de tiempo consumidos sólo por un pequeño sector social. Por ejemplo, la radio fue un bien de consumo sumamente restringido en los tiempos inmediatamente siguientes a su fabricación comercial. Lo mismo ha pasado con refrigeradores, automóviles, etc. Pero en estos bienes, nada había en su naturaleza misma que los imposibilitara para llegar a funcionar como elementos necesarios a la reproducción de la fuerza de trabajo productiva. Otra cosa muy diferente es lo que sucede con ciertas diversiones o servicios degustados por la clase dominante. Brillantes, alhajas, “conejitas” y demases, no pueden llegar a transformarse en bienes de consumo masivo. Un criterio operativo y sencillo para identificar a estos bienes puede ser definir como “extravagante” a todo bien que a lo largo de un período suficientemente amplio no llega a formar parte de la “canasta básica”.

3) Renovación y/o ampliación de los recursos humanos y materiales empleados en actividades improductivas diferentes a aquellas que generan los bienes que hemos llamado de consumo extravagante. Este puede ser, por ejemplo, el caso de las actividades militares, religiosas, comerciales, publicitarias, etc.

4) Mantención, a nivel del consumo personal necesario, de la población no apta para el trabajo, sea éste productivo o improductivo. Dejando de lado a los ineptos por accidente, puede deberse a : 4.1) Una edad muy avanzada. 4.2) una edad muy corta. En suma, se trata de los recursos que la sociedad debe destinar a la mantención de aquella parte de la población que es “no activa” en virtud de su edad.

Recalquemos que la inclusión de los ítems 4.1 y 4.2 como integrantes del gasto improductivo es condicional. Su inclusión o no dependerá de la forma en que definamos la categoría “consumo personal de reposición”. Esta categoría puede incluir los gastos de manutención de los hijos del productor directo (de tal modo que el consumo asegure la reproducción simple generacional -en el tiempo- de la fuerza de trabajo) y, por lo tanto, en este caso, el ítem ni siquiera formaría parte del Producto Excedente. Al contrario, sería un elemento constitutivo del Producto Necesario. Y como se trata de asegurar la reproducción de la fuerza de trabajo, parece natural considerar no sólo el problema de la reproducción de la persona individual sino que, también, de la fuerza de trabajo a lo largo del tiempo. O sea, reproducción individual y también generacional. Un caso análogo tendríamos si el consumo personal de reposición también incluyera los fondos necesarios para “vivir durante la vejez”. Es decir, una vez terminada la vida productiva útil de las personas.

Lo usual es incluir el ítem 4.1. como parte del Producto Necesario. Entretanto, el ítem 4.2. usualmente se consigna como un uso improductivo del excedente.

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IV.- Acumulación y reproduccion ampliada del patrimonio productivo.

Hemos indicado que cuando al menos alguna parte del Producto Excedente se utiliza bajo la forma de acumulación productiva, tiene lugar una ampliación del patrimonio productivo con que opera el sistema económico. O sea, al pasar de un ciclo productivo a otro, nos encontramos con incrementos en la masa de trabajo pasado (adelantado) y de trabajo vivo con que funcionan las actividades productivas. Podemos, en consecuencia, preguntarnos cómo se determina de manera precisa tal incremento en el patrimonio productivo.

Para ello podemos seguir el siguiente desarrollo: (13) Pe = (pra) . PA (14) Pe = Ak + GI Ak= acumulación. GI= gastos improductivos. gi = GI / Pe (15) Ak = ( 1 - gi ) Pe = pra ( 1 - gi ) PA

(16) Ak = BCP + MP

(17) Tp = MP

(18) Tv = BCP / (1 –pra) = BCP [ 1 / cprh ]

Abramos un pequeño paréntesis. La expresión (14) nos indica los modos en que se puede usar el excedente: acumulación (= Ak) y usos improductivos (=GI). La expresión (16) nos señala la expresión material (composición según tipo de valores de uso) de la acumulación. Del excedente se usan bienes de consumo que permiten mantener a una ocupación productiva más

elevada (= BCP) y medios de producción que permiten ampliar el acervo de estos bienes con

que funciona la economía ( =MP). Como lo indica la expresión ( 17) el incremento en el acervo de medios de producción es equivalente al aumento en el trabajo pasado adelantado. Y como muestra la expresión (18), el aumento en la masa de bienes de consumo que se aplica a la manutención de la población trabajadora no es exactamente equivalente al aumento en la masa de trabajo vivo productivo. Este es un fenómeno muy interesante y debemos preguntar sobre su por qué.

Para el caso, el álgebra es clara: si cprh < 1, entonces Tv > BCP. La razón económica de este fenómeno que aparece como una “multiplicacion de los panes” no es nada de misteriosa. Los trabajadores, para poder desplegar una hora de trabajo vivo necesitan mantener cierto nivel de consumo. O sea, disponer de cierta masa (quantum) de bienes. Y si el costo de esos bienes, o sea el trabajo gastado en su producción, es menor a una hora, se posibilita un fenómeno como el aludido. O sea, una hora de trabajo incorporado en los bienes de consumo es capaz de mantener un múltiplo de esa hora en términos de trabajo vivo. De paso, valga agregar que este es el fenómeno que está a la base de un excedente positivo.

El incremento en el nivel del patrimonio productivo es igual a Tp + Tv. Estas variaciones las podemos expresar en función del nivel del Producto Agregado, del potencial de reproducción ampliada y de la tasa de acumulación. Podemos escribir, continuando el anterior desarrollo :

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(19) Tp = Tv . Ot = BCP . Ot / (1 – pra)

(20) Tt = Tv + Tp = BCP ( 1 + Ot ) / ( 1 – pra )

Recordando las expresiones (16) y (17), para la acumulación podemos escribir:

(21) Ak = Tt [ 1 - pra / (1 + Ot ] + Tp Como:

(22) Tp = Tt ( Ot / 1 + Ot )

(21a) Ak = Tt ( 1 – pra + Ot ) / ( 1 + Ot )

(21) Tv = Ak [ 1 / ( 1 – pra + Ot) ] = PA [ pra (1 – gi ) / 1 –pra + Ot]

(22) Tp = Ak [ Ot / 1 – pra + Ot ] = PA [ pra (1-gi) Ot / 1 – pra + Ot ]

(20 a) Tt = Ak ( 1 + Ot ) / ( 1 – pra + Ot )

(20b) Tt = ( 1 – gi ) ( pra) PA ( 1 + Ot ) / ( 1 –pra + Ot ) Las últimas dos expresiones nos indican la ampliación del patrimonio productivo. En la expresión (20a) el incremento se asocia a la acumulación. Y como el cuociente entre ( 1 + Ot ) y ( 1 + Ot - pra ) es claramente menor que uno ( para siempre es menor que uno y será igual a cero sólo con un excedente nulo), podemos aquí observar el fenómeno ya mencionado: el patrimonio productivo crece en una magnitud superior a la acumulación. También podemos ver que si el consumo personal de reposición se reduce y, por ende, se eleva el potencial de reproducción ampliada, este “factor de multiplicación” se eleva. La expresión (20b) sólo reemplaza a la acumulación por sus determinantes más inmediatos: la tasa de acumulación, que equivale a (1-gi), el potencial de reproducción ampliada y el nivel del Producto Agregado. Las expresiones (21) y (22) nos señalan la ampliación del patrimonio productivo de acuerdo a sus dos componentes principales: medios de prducción ( o mayor trabajo pasado) y fuerza de trabajo ( o mayor trabajo vivo). V.- Determinantes del crecimiento del producto.- Las relaciones antes desarrolladas nos permiten acercarnos con suma facilidad al análisis de los factores que inciden en la tasa de crecimiento del Producto Agregado (en

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volúmen). Se trata de una nueva aproximación, complementaria a la examinada en el capítulo VIII.

Podemos partir escribiendo la ecuación del incremento del producto:

(23) PAq = Tv . F’

(24) F’ = PAq / Tv Recordando la asociación entre la acumulación y el inccremento en la masa de trabajo vivo que se expuso en el apartado anterior, podemos escribir (23a). Luego, dividimos por el incremento en el Producto Agregado en volúmen y arribamos a (24):

(23a) PAq = Ak . F’ ( 1 – pra + Ot’ )

(24) PAq / PAq = [ Ak / PAq ] [ F’ / ( 1 – pra + Ot’ ) ] = [ pra ( 1 – gi ) F’ ] / ( 1 – pra + Ot’ ) Como se puede ver en (24), el ritmo de crecimiento del Producto Agregado (en volúmen), pasa a depender de: i) el coeficiente de acumulación; ii) la productividad del trabajo marginal o adicional; iii) el potencial de reproducción ampliada; iv) la composición técnia con que funciona el incremento del producto. Influyendo ésta en términos negativos. El mismo problema lo podemos ver desde un ángulo ligeramente diferente. Escribimos:

(25) PAq = Tv . F’ = Tp ( F’ / Ot’ )

(26) PAq / PAq = [ Tp / PAq ] . [ F’ / Ot’ ] = [ In / PAq ] [ F’ / Ot’]

In = MP = inversión neta. Como puede verse, en este caso hacemos depender la tasa de crecimiento del producto del coeficiente de inversión neta (inversión sobre Producto Agregado), de la productividad del trabajo marginal y ,en sentido inverso, de la composición técnica marginal de la producción. Podemos dar un paso más. Mediante leves transformaciones podemos escribir:

(27) F’ / Ot’ = PAq / Tp = ’ O sea, la ecuación del crecimiento del Producto Agregado la podemos escribir del modo siguiente:

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(26a) PAq / PA = [ In / PAq ] ’ En esta expresión la tasa de crecimiento pasa a depender de dos factores: el coeficiente de inversión neta con que opera la economía y la relación producto a capital fijo incremental. En la literatura postkeynesiana sobre el crecimiento la última expresión es muy utilizada y se asocia, en particular, a autores como Evsey Domar y Roy Harrod. En los diseños de programas y estrategias de desarrollo la expresión (26a) también suele ser muy utilizada. Por ejemplo, se plantea cierta meta de crecimiento y se efectúa alguna hipótesis sobre el valor del coeficiente alfa. Dados estos valores, se puede pasar a despejar el esfuerzo de inversión que es necesario para alcanzar la meta de crecimiento que se postula. A título de ejemplo, supongamos que el país desea duplicar el nivel de su Producto Agregado en un período de diez años. Esta meta, a su vez, exige una tasa media de crecimiento anual del 7.18% la cual, para simplificar, la dejamos en 7.2% anual 74 . Adicionalmente suponemos que luego de diversos estudios se llega a la conclusión de que el valor del coeficiente alfa marginal, a lo largo del período, será igual a 0.4. Tenemos, entonces:

PAq / PA = rg = 7.2% = 0.072

’ = 0.4

in = rg / ’ = 0.072 / 0.4 = 0.18 O sea, el esfuerzo de inversión que el país requiere para crecer al 7.2% anual y así duplicar el nivel de su producto en diez años, es igual a un 18% del producto.

74 Para obtener los valores del caso se aplica la siguiente expresión:

PAq (10) = PAq (0) ( 1 + rg )10

1 + rg = 10 PAq(10) / PAq(0)

rg = 10 2 - 1

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CAPITULO XI : SOBRE EL CARÁCTER DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS. I.- Consideraciones previas.-

Cuando nos referimos al carácter de las fuerzas productivas estamos apuntando al

grado de cooperación que alcanza el proceso de trabajo. O, lo que viene a ser lo mismo, al grado

de socialización que tipifica a las fuerzas productivas.

Por grado de socialización, en términos muy introductorios y generales, entendemos el nivel o densidad de los vínculos sociales que exige el proceso de producción. Y valga el subrayado inicial: como el hombre es una entidad social, el proceso de trabajo siempre funciona

como una actividad social. O sea, siempre involucra a un conjunto determinado de personas y

jamás opera como un acto estrictamente individual. El proceso puede incluir a un mayor o menor número de personas. Asimismo, la dependencia o “grado de vinculamiento” puede

también ser mayor o menor. Y a esos “mayores o menores” se refiere la categoría grado de

socialización de las fuerzas productivas.

John Stuart Mill, el gran economista inglés, hablaba de “cooperación o acción combinada” 75. Asimismo, usa la expresión “combinación del trabajo”. El polaco Oskar Lange escribe que “los hombres que producen los bienes no trabajan aisladamente. El trabajo de los diversos individuos se engrana y combina: los hombres cooperan entre ellos y trabajan los unos

para los otros. El trabajo en común de los hombres durante la producción se llama cooperación,

y el trabajo de unos hombres para otros se efectúa bajo la forma de división del trabajo, gracias

a la cual los diversos individuos se especializan en diversos géneros de trabajo”76. En su muy conocido texto, la sra. Harnecker escribe que “se llama socialización de las fuerzas productivas al carácter cada vez más socializado del proceso de trabajo en un proceso de producción determinado y a la interdependencia cada vez mayor que existe entre los diversos sectores de la producción social” 77. Según se advierte, la cooperación (combinación, grado de socialización) va muy asociada al nivel que alcanza la división del trabajo y, de hecho, se puede postular la existencia de una clara relación positiva entre el nivel de desarrollo de la división del trabajo y el grado de socialización de las fuerzas productivas.

Imaginemos una pequeña comunidad, básicamente agraria y que funciona con un bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. En esta comunidad, integrada por unas pocas familias, cada grupo familiar opera como un centro de producción. Y lo que cabe esperar es que cada entidad familiar produzca buena parte de los bienes que le son necesarios para llevar adelante sus actividades. O sea, son relativamente autosuficientes. Por lo mismo, la producción es relativamente diversificada (i.e. se producen diversos tipos de valores de uso) aunque, por el mismo bajo nivel de desarrollo, sólo se produce lo estrictamente necesario (alimentos, vestuario, materias primas básicas, instrumentos de trabajo elementales). Las personas que participan en el proceso no son muchas (el grupo familiar, básicamente), la división del trabajo que entre ellas se da es bastante elemental y los nexos con otros centros familiares de producción, en virtud de la relativa autosuficiencia, son menores. Aquí, ciertamente, hay trabajo combinado. Pero la combinación involucra a una masa bastante menor de trabajadores. O sea, el grado de socialización de las fuerzas productivas es muy débil.

Supongamos ahora que al lado de esa comunidad comienzan a surgir importantes centros urbanos donde se comienza a hacer fuerte la producción industrial manufacturera. Estas actividades se visualizan como “atractivas” y al menos una de las familias de la comunidad, descubre que es especialmente virtuosa en la confección de tejidos. Asimismo, se percata que hay una fuerte demanda, en las ciudades aledañas, por ese tipo de tejidos. Decide, entonces, abandonar la actividad agropecuaria y especializarse en la manufactura de tejidos. Al hacerlo, se precipitan diversos reacomodos: i) como se especializa fuertemente, su producción

75 J.S. Mill, Principios de Economía Política, pág. 123. FCE, México, 1978. 76 Oskar Lange, Economía Política, Tomo I, pág. 14. FCE, México, 1987. 77 Marta Harnecker, Los conceptos elementales del materialismo histórico, pág. 74. Siglo XXI edits., 59ª edición, México, 1994.

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deja de ser diversificada. Con ello, sus vínculos de dependencia con otros centros o unidades de producción se elevan en alto grado. Es decir, pasa a depender de la producción de otros grupos

de trabajadores. Su trabajo, para poder desplegarse, tiene que combinarse con el trabajo de

otros grupos. Por cierto , esto no es sino la contraparte del proceso de mayor división del trabajo

que está teniendo lugar en la economía y que se expresa como creciente especialización de las unidades productivas; ii) ahora, todos los miembros de la familia sólo se dedican a la confección de tejidos. Abandonan tales o cuales tareas agrícolas, tales o cuales tareas de elaboración de instrumentos de trabajo, etc. Y si todos están en lo mismo, cabe esperar que de inmediato comiencen a dividirse entre ellos el trabajo. Es decir, si la confección de los tejidos exige, vg., pasar por cien operaciones o trabajos concretos diversos, no cabe esperar que cada uno de los individuos recorra toda esa secuencia. Al revés, cabe esperar que algunos se especialicen en tal o cual grupo de trabajos concretos ( tejer), otros en otro tipo de operaciones (pintar) y así sucesivamente. En suma, tiene lugar una especialización y mayor división del

trabajo al interior de la renovada empresa familiar; iii) la mayor especialización -de la unidad

productiva y al interior de la unidad entre los trabajadores que la integran- debe provocar un incremento en la productividad del trabajo. Por ende, una reducción en el costo social unitario del bien que se está elaborando. El menor costo debe atraer una mayor demanda y ésta, debería exigir ampliar la escala de producción. Muy probablemente, la vieja empresa familiar deberá recurrir a personal adicional conseguido fuera de la familia. Y valga remarcar: antes, también se producían tejidos. Pero los tejidos insumían sólo parte de la fuerza de trabajo familiar. Ahora,

los tejidos consumen toda esa fuerza de trabajo y algo o mucho más, la que se debe conseguir

por afuera del grupo familiar.

Tenemos entonces: a) cuando la empresa se especializa, se eleva la división del trabajo

a escala global. O sea, a nivel de la economía en su conjunto; b) asimismo, aumenta la división

del trabajo al interior de la empresa; c) la producción de cada valor de uso específico, va

abandonando su carácter más o menos personal (o familiar) y se va tornando un proceso más y

más colectivo. En síntesis, estamos ante un proceso que aumenta el grado de socialización de

las fuerzas productivas. Y lo hace: d) elevando la productividad del trabajo; e) aumentando la

escala de producción. O sea, se aumenta el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y a la vez se eleva el grado de socialización de esas fuerzas. II.- Unidad de producción y unidad económica.

Como hemos indicado, la socialización se refiere al grado de interdependencia y de combinación que se establece entre los diversos trabajos que participan en los procesos productivos. Para mejor entender los vínculos involucrados en el proceso y, por ende, para mejor entender la categoría que nos preocupa, conviene plantear tres preguntas centrales: a) ¿cuál es el universo de referencia que debemos utilizar? O sea, vínculos e interdependencia, pero, ¿al interior de qué espacio? b) ¿Cuáles son los elementos o sujetos que se vinculan y se necesitan los unos a los otros? c) ¿ A qué concreto tipo de vínculos sociales nos estamos refiriendo?

El universo de referencia no es sino el espacio socio- económico dominado por un modo

de producción particular. Esta, sería una respuesta de tipo general. Pero también, si se desea efectuar un análisis más concreto y restringido, se podría escoger el marco de un sistema socio económico dado : el de una sociedad concreta, como vg. la mexicana. En general, el universo de

referencia tiene que ser una sociedad real, es decir, un agregado de personas que interactúan

entre sí con una frecuencia relativamente alta78. El punto no es tan sencillo como a primera vista se pudiera creer y, por lo común, se maneja una distinción convencional. Por ejemplo, entre las personas o grupos sociales afincados en México y los que viven en Sudáfrica, de seguro se da algún tipo de relación. Pero ésta, de darse, no es ni frecuente, ni masiva ni importante. Por ello, agrupar en una entidad (i.e., como un universo o sociedad real de referencia) a mexicanos y sudafricanos resultaría abusivo. Se trataría de una agrupación puramente nominal, no real. Con un sentido análogo aunque con signo inverso, podemos decir que entre los grupos sociales afincados en la capital mexicana se cumplen sobradamente las

78 Según Linton, por sociedad hay que entender “todo grupo de gentes que han vivido y trabajado juntos durante el tiempo

suficiente para organizarse y considerarse como una unidad social, con límites bien definidos”. Ver Ralph Linton, Estudio del

hombre, pág. 102. FCE, México, 1963.

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exigencias antes planteadas sobre frecuencia y significación mínima de la interacción. Hemos aludido a dos casos extremos y, como debiera ser obvio, entre ellos se podría distinguir una muy elevada gradación de casos posibles. Por ende, ¿dónde se debe poner la frontera o línea de separación? Para soslayar una discusión que nos llevaría demasiado lejos, podemos optar aquí por una respuesta relativamente genérica y convencional: el universo de referencia debe satisfacer el requisito de interacciones frecuentes y significativas. Dado esto, el límite se decide en términos convencionales79.

a) La categoría unidad de producción.

La segunda interrogante antes planteada se refiere a los sujetos de los vínculos. O sea,

¿quiénes se combinan, quiénes cooperan? Como unidades de vinculación podríamos elegir a : i) los diversos trabajos concretos; ii)

las diversas personas (individuos) que despliegan esos trabajos concretos; iii) los grupos de individuos que de manera más o menos orgánica ( es decir, regular, unificada e integrada) llevan adelante el proceso de producción. La opción elegida es la tercera y ello nos remite a la

categoría unidad de producción.

¿Qué debemos entender por unidad de producción?

De acuerdo a Bettelheim, “la división del trabajo implica que el conjunto de los procesos de trabajo de los que depende la reproducción social sea dividido entre un cierto número de trabajadores. Si las condiciones materiales y sociales en que participan los trabajadores en los procesos de trabajo son tales que estos procesos constituyen un conjunto que agrupa en forma regular a los trabajadores y a los medios de producción, estos procesos

están directamente ligados entre sí a pesar de estar separados de los otros, se dirá que los

medios de trabajo que sirven de “apoyo” a los procesos de trabajo directamente ligados entre sí, así como los trabajadores que ponen en acción a estos medios de trabajo, forman “unidades de producción”80.

Tratando de desglosar e identificar el contenido de la categoría, podríamos señalar los siguientes elementos: a) se trata de un centro de apropiación-transformación de la naturaleza. Es decir, de un centro de trabajo; b) se trata de un núcleo aglutinante de trabajos concretos. O sea, de actividades específicas, interna u orgánicamente ligadas entre sí. Ello, en función del fin que se persigue y del objeto de trabajo a transformar; c) de lo anterior, necesariamente se desprende que la unidad productiva es también un núcleo aglutinante de fuerzas productivas. O sea, de los elementos que componen el patrimonio productivo: fuerza de trabajo y medios de producción. Como ya lo sabemos, la disponibilidad de estos recurso funciona como premisa o condición necesaria para que se pueda desplegar un proceso de trabajo; d) se trata de unidades

especializadas. Es decir, como regla no producen toda la gama de valores de uso que necesitan

consumir (en términos de consumo productivo y de consumo personal) para así poder desplegar sus actividades productivas. Esto significa que las unidades productivas no son autosuficientes y que están sometidas a un determinado sistema de división social del trabajo.

Las unidades de producción pueden asumir una forma compleja. De acuerdo a

Bettelheim, “las formas de enlace entre unidades de producción pueden ser extremadamente

diversas. Se puede tratar, en especial, de enlaces estables (“orgánicos”) cuya reproducción

asegura la constitución de unidades de producción complejas; esta complejidad -y las formas de

enlace que implica- puede ser, por otra parte, mayor o menor (...). Es pues, en razón de la naturaleza misma de los procesos de trabajo realizados por las diversas unidades de producción y también de la regularidad de los enlaces entre ella y de la capacidad, que resulta de esta regularidad, de prever con cierto rigor los movimientos de los productos que van de unas a

otras (capacidad que depende de determinaciones técnicas, sociales y políticas), que ciertas

unidades de producción pueden constituir “unidades de producción complejas”. Cuando existe esta capacidad de previsión, los movimientos de los productos entre las unidades de producción elementales (o “unidades técnicas” o, también, “células de producción”) que constituyen una

79 Por ejemplo, podemos tomar a la economía mexicana como universo de referencia. Pero se podría plantear aquí una pregunta

muy legítima: ¿acaso no son mayores los vínculos entre la frontera norte del país (vg. Tijuana) y los Estados Unidos ( o sólo

California) que entre Tijuana y el sur de Oaxaca y de Chiapas? Como se puede ver con este ejemplo, toda elección convencional

rompe, en mayor o menor medida, con lo que un uso riguroso del concepto exigiría. Por lo demás, en el caso mencionado, lo que

también resalta es la separación-heterogeneidad que se da entre algunas regiones del país y la presencia de segmentos económicos

“nacionales” más integrados con otro país (en este caso EEUU) que con el propio país (o parte de él). Por lo mismo, se puede

advertir la disociación que se perfila entre los conjuntos económicos y los conjuntos o agregados políticos. A la larga, esto suele

llevar a redefiniciones de los límites geográficos de los países. 80 Charles Bettelheim, “Cálculo económico y formas de propiedad”, pág. 151. Edit. Siglo XXI, México, 1975.

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unidad compleja determinada pueden ser reglamentadas socialmente por adelantado...” 81 .

Aunque el texto sea un tanto engorroso, la idea es sencilla. Entre diversas unidades productivas que produzcan diversos valores de uso que estén técnicamente conectados ( que uno sea insumo del otro o que se deban combinar para obtener un tercer tipo de bienes), se suelen establecer nexos firmes, frecuentes y regulares. Por lo mismo, pasan a operar como una entidad

o conjunto real, unificado. Aquí se subsumen las antiguas unidades productivas y emerge una

de carácter complejo. También esto significa que la planificación de actividades que tipifica a toda unidad productiva se aplica a un espacio económico mayor. Es decir, cubre una mayor gama de recursos productivos y abarca a un producto mayor y más diversificado.

b)Los vínculos.

Nuestra tercera pregunta se refería al tipo de vínculos que implica el fenómeno de la cooperación. Más adelante, el tema será analizado en detalle. De momento nos podemos limitar a decir que esos vínculos (los propios del “trabajo combinado”) de dependencia o interdependencia, son los que se establecen: i) al interior de cada unidad de producción. O sea,

entre los diversos trabajadores que allí participan y que se dividen el trabajo al interior de la

unidad de producción. Para el caso, hablamos de cooperación microeconómica; ii) entre las

diversas unidades de producción que integran el correspondiente sistema económico. O sea,

interdependencia entre las diversas unidades productivas, lo cual nos remite a la división del

trabajo a escala global. En este caso, hablamos de cooperación macroeconómica.

c)La categoría unidad económica.

En el lenguaje cotidiano, la categoría se suele confundir con la de unidad productiva. Se trata de fenómenos muy cercanos pero conviene distinguirlos.

Repasemos los cuatro ingredientes o rasgos que hemos mencionado como característicos de lo que es una unidad productiva. Todos esos rasgos, tienden a ser compartidos por el fenómeno de las unidades económicas. Las novedades o especificidades que incorpora la noción de unidad económica se refieren a : i) la unidad económica puede abarcar a varias y diversas unidades de producción; ii) la unidad económica no sólo supone una determinada concentración de recursos productivos. También, y de manera definitoria, el hecho

de que esos recursos productivos están sometidos a una decisión económica unificada. O sea,

para decirlo con otras palabras, esos recursos están sometidos a un poder patrimonial unificado. Entendiendo por poder patrimonial la capacidad para decidir qué uso darle a las fuerzas productivas; iii) las unidades económicas también funcionan como centros de apropiación y distribución de los resultados de la producción.

La unidad económica puede abarcar al conjunto del patrimonio productivo del sistema.

En este caso, sólo existirá una unidad económica y el régimen económico será un sistema de

producción planificado. Si esa situación no tiene lugar, nos encontraremos con la presencia de

múltiples unidades económicas en que cada cual concentra sólo una parte del patrimonio

productivo global. Si así son las cosas, el sistema económico será de carácter mercantil. Si la producción es mercantil, existen múltiples unidades económicas. Y como cada

una de ellas no es autosuficiente, se tienen necesariamente que relacionar para así obtener, de las otras, los productos que son necesarios a su reproducción. Esto, asimismo significa que la producción propia debe satisfacer las necesidades o exigencias de las otras. El nexo que posibilita satisfacer esta necesidad es un nexo circulatorio: o sea, ventas y compras. El nexo de marras, funciona como una modalidad particular del cambio y que llamamos circulación: la circulación es el modo o forma que asume el cambio en una economía de mercado. El contenido de la circulación es el cambio o traspaso de productos (entre diversas unidades económicas) bajo la forma de cesión (traspaso) de los derechos de propiedad sobre tal producto. O sea, el producto ( que en este caso asume la forma de producto- mercancía) cambia y se desplaza desde un centro de utilización a otro y, al mismo tiempo -como condición de dicho cambio- cambia de propietario. Por cierto, entre las diversas unidades de producción también tiene que darse el cambio de productos. Pero si esto implica un simple desplazamiento (sin traspaso de derechos de propiedad) o implica un proceso de compras y ventas, es algo que no podemos saber. La categoría “unidad de producción”, en este sentido es más abstracta y, por si misma, no nos contesta a este problema.

En el trasfondo de lo mencionado, nos topamos con el tipo de relaciones de propiedad vigentes en una determinada sociedad. La propiedad es una relación que se establece en el espacio de la producción y que deberá ser analizada en otra ocasión82. Por ahora conviene

81 Bettelheim, ob. cit., pág. 156. 82 Ver José Valenzuela Feijóo, “¿Qué es la propiedad?”, UAM-I, México, 1999.

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anotar algo que va resultando evidente: el análisis del carácter de las fuerzas productivas nos coloca en un lugar fronterizo entre el modo de apropiación de la naturaleza y la forma social que asume tal proceso.

d)Relaciones entre la unidad de producción y la unidad económica .

Ya hemos indicado que no deben confundirse estas categorías. Pero ello no implica la inexistencia de relaciones. Por el contrario, hay una estrecha interrelación entre ambos fenómenos. Sobre esto, conviene decir algunas palabras. Para modos de producción atrasados (los cuales, por definición, se caracterizan por un muy bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas) lo que cabe esperar, como regla, es que las unidades de producción: i) sean, en lo fundamental, del tipo “simple”; ii) que funcionen con un alto grado de autosuficiencia. Es decir, operan bajo un sistema de división social del trabajo bastante primitivo, simple o subdesarrollado. Por lo mismo, las unidades productivas producen el grueso de los productos que su reproducción exige. En este sentido, son muy diversificadas; iii) a contrapelo de lo recién expuesto, tenemos que el tamaño más bien pequeño y el bajo nivel de productividad, no permiten generar una nomenclatura de valores de uso ampliamente diversificada. Por obvias razones, se produce sólo lo más elemental e imprescindible. Ello, también determina que tanto el consumo personal como el productivo presenten una estructura muy poco diversificada; iv) en estos caso, el “universo de referencia” o sistema económico concreto que se analiza, suele ser de un tamaño muy reducido. O sea, recubre a pequeños núcleos poblacionales y a un escaso número de unidades productivas; v) si la sociedad funciona con un escaso número de unidades productivas simples, cuando emerge una de carácter complejo, sus contornos siguen muy de cerca los perfiles del sistema económico global. La tendencia necesaria, será la coincidencia; vi) en este caso, también por obvias razones, la unidad productiva tiende a coincidir con la unidad económica; vii) así las cosas, la regla será la existencia de sólo una unidad económica. Por consiguiente, el patrimonio productivo estará sometido a un poder patrimonial único y la economía será del tipo planificado (no mercantil); viii) la tendencia a la coincidencia entre los perfiles de la unidad productiva y la

unidad económica indican la existencia de un alto grado de adecuación (o correspondencia)

entre el carácter de las fuerzas productivas y el carácter de las relaciones de propiedad; ix) como la unidad productiva y la unidad económica no sólo tienden a coincidir entre sí sino que también con los perfiles de la sociedad o economía global, se deduce que el tipo de propiedad dominante deberá ser el de la propiedad colectiva. Para modos de producción semi-atrasados como el esclavista y el feudal, se pueden observar algunos rasgos diferentes: i) la unidad productiva es menos autárquica. O sea, se agranda el sistema de división social del trabajo ; ii) opera en un universo de referencia (i.e., en un sistema económico) bastante más amplio: la sociedad global es mayor y más compleja. Consecutivamente, los perfiles de la unidad productiva se apartan bastante de los de la sociedad global. Ahora, el sistema global está constituido por un número considerablemente mayor de unidades productivas; iii) la unidad económica tiende a ser más grande (a veces, bastante más) que la unidad productiva. O sea, pasa a recubrir una pluralidad de unidades productivas. Un terrateniente feudal, por ejemplo, máxime si era parte de la alta nobleza, solía tener tierras en diversas regiones del país. Y en cada hacienda, agrupaba a una multiplicidad de pequeños campesinos dependientes, los que -como regla- estaban poco integrados entre sí y gestionaban la producción en términos básicamente familiares; iv) aunque las unidades económicas sean mayores que las unidades productivas, no alcanzan a coincidir con los perfiles de la sociedad global. Por lo mismo, se da una multiplicidad de unidades económicas y la consiguiente emergencia de la forma mercantil; v) en este estadio del desarrollo social, se configura una relación de no correspondencia entre el carácter de las fuerzas productivas (la unidad productiva se asienta en una base de pequeña producción) y el carácter de las relaciones de propiedad. El poder patrimonial que rige a las unidades económicas es ajeno a los productores y se concentra en esclavistas y/o feudales. Esta contradicción resulta funcional al desarrollo pues permite concentrar un excedente que a nivel de la unidad productiva es exiguo. Al igual, ello explica la alta responsabilidad del productor directo en la gestión de la unidad productiva, su semi-propiedad de los medios de producción ( en el caso del feudalismo) y el vital rol que juega la coacción extra- económica 83.

En la historia, hay un momento que podemos calificar de intermedio y que se corresponde al de la pequeña producción mercantil simple. En este caso, nos encontramos con: i) la unidad productiva responde a una base de pequeña producción; ii) se da una plena

83 Sobre el tema, ver José Valenzuela Feijóo, “¿Qué es la propiedad?”, cap. VIII. Edic. citada.

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coincidencia entre la unidad productiva y la unidad económica; iii) se da un nuevo avance en la división social del trabajo; iv) aumenta considerablemente el universo de referencia. O sea, crece el tamaño de la economía (población, producto, producto per- cápita y productividad) que arropa a las correspondientes unidades productivas; v) se profundiza el carácter mercantil de la economía.

En un modo de producción más avanzado, como el capitalismo, especialmente en su fase última y superior, nos encontramos con nuevos desplazamientos y alteraciones. Los básicos, serían: i) el tamaño de la unidad de producción crece rápidamente. De un régimen de pequeña producción se avanza a un régimen de producción a gran escala; ii) el tamaño de la economía global también crece a altos ritmos, aunque menos rápido que el tamaño de la unidad productiva. De aquí, la creciente centralización de los procesos productivos; iii) la unidad económica también crece muy rápido. Más que la economía global pero menos que la unidad productiva compleja potencial; v) de lo anterior se desprende que las bases mismas de la producción mercantil comienzan a verse seriamente socavadas. Es decir, la fragmentación del patrimonio productivo y la gran multiplicidad de unidades económicas, son rasgos que se debilitan seriamente; vi) comienza a darse una relación de no correspondencia entre el carácter de las fuerzas productivas (cada vez más socializadas) y el carácter de las relaciones de propiedad ( que siguen siendo privadas). De hecho, el cada vez más alto grado de socialización de las fuerzas productivas nos indica la aparición de una presión más y más fuerte a favor de una propiedad colectiva.

La nueva adecuación entre unidad productiva y unidad económica -adecuación compleja y de tipo superior- debería ser alcanzada en un modo de producción superior, caracterizado por fuerzas productivas muy desarrolladas, altísimamente socializadas y sometidas a una gestión y apropiación colectiva .

De lo que hemos venido exponiendo, conviene señalar algunas conclusiones de carácter general: i) la unidad productiva se determina a partir de factores técnicos, económicos y políticos. Pero su especificidad es básicamente técnica; ii) la unidad económica también se determina a partir de factores técnicos y no técnicos. Su especificidad, en todo caso, es básicamente socio-política; iii) entre ambas, hay relaciones contradictorias: de correspondencia y de no- correspondencia, de adecuación y de no- adecuación. En su conjunto, estas relaciones reflejan las relaciones contradictorias que se establecen entre el modo de apropiación de la naturaleza y el modo de organización socio- económica de dicho proceso. Asimismo, el nexo contradictorio que se da entre la base o modo de producción y el carácter de la superestructura

política e ideológica; iv) la unidad productiva funciona en calidad de base material de la unidad

económica. O sea, viendo el problema en su conjunto y en un plazo histórico-universal, a la larga la unidad económica debería adecuarse al carácter de la unidad productiva. Lo dicho, no implica que la unidad económica no pueda influir y muy decisivamente en la evolución y dinámica de la unidad productiva. En suma: el carácter de la apropiación de la naturaleza determina a la larga el carácter de la organización social. pero, a la vez, esta última influye decisivamente - en muchos períodos jugando el rol de variable fundamental- en el proceso de apropiación ( transformación, uso y control) de la naturaleza. III.- Indicadores del grado de socialización.

a)La dimensión macroeconómica.

Sabemos que la producción siempre es social. Pero puede serlo en un grado mayor o

menor. También hemos visto que la producción puede ser directamente social (economías planificadas) o bien, ser indirectamente social (economías de mercado). En uno y otro caso,

también podemos hablar de un más o un menos. O sea, el grado de socialización de las fuerzas

productivas puede ser más o menos elevado.

Cuando hablamos de grado de socialización macroeconómica, apuntamos a la densidad

de los vínculos que se establecen entre diferentes unidades productivas las que, para simplificar,

podemos suponer que coinciden plenamente con las unidades económicas existentes. Si tomamos cualquier unidad productiva (o económica), la densidad de sus vínculos

puede describirse de acuerdo al grado de “eslabonamiento hacia atrás” y “hacia delante” con que está operando. En otras palabras, medimos la interdependencia de la unidad productiva tanto desde el ángulo del origen de los recursos que utiliza, como por el lado del destino de los productos que genera.

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Por el lado del origen podemos desglosar el análisis de acuerdo a los dos componentes del patrimonio productivo: los medios de producción y los productores directos ( o trabajadores de producción).

De acuerdo a Bettelheim, “el carácter más o menos social de un proceso productivo” está fuertemente conectado al “origen cada vez más social de los medios de producción utilizados en ese proceso productivo”. Nuestro autor agrega que debe entenderse por “origen cada vez más social de los medios de producción utilizados en un proceso productivo dado, el hecho de que estos medios de producción provienen de un número creciente de ramas de la economía (... ), por lo tanto, la creciente socialización de las fuerzas productivas se manifiesta, principalmente, por el hecho de que cada rama recaba medios de producción que tienen origenes cada vez más diversos. Este proceso es la contrapartida del aumento de la división del trabajo y de la creciente especialización de las actividades económicas”84.

A partir de lo señalado, para medir el grado de socialización de los medios de

producción (vistos por el lado de su origen) podríamos utilizar dos indicadores: a) el coeficiente

de dependencia de los medios de producción. Este, nos mediría la relación entre el total de

medios de producción provenientes desde fuera de la unidad productiva y el total de medios de

producción que utiliza esa unidad productiva; b) el coeficiente de diversificación del origen de

los medios de producción. En este caso, se trata de medir cuán variado es el origen de los

medios de producción utilizados por la empresa. Veamos ahora el caso de los trabajadores de producción. Estos, que son poseedores de

una determinada capacidad de trabajo, pueden operar con una calificación más baja o más

elevada. También pueden poseer una experiencia mayor o menor. Asimismo, pueden provenir de

diversos centros poblacionales. Por último, operan con un determinado nivel y composición de su consumo personal. Por consiguiente, el grado de socialización (por el origen) de los trabajadores de podría medir utilizando los siguientes indicadores: a) horas de trabajo social educativo (gastadas por profesores, instructores, etc.), absorbidos fuera de la unidad productiva por los productores directos respecto al total de horas de trabajo social calificado absorbido por los productores directos que laboran en la fábrica. Este índice lo podríamos denominar

coeficiente de dependencia educacional. b) Años de experiencia de los productores directos

logrados fuera de la unidad productiva respecto al total de años de experiencia. O sea,

coeficiente de dependencia experimentacional (o de práctica laboral). c) Relación entre los

trabajadores que provienen del centro poblacional donde se localiza la fábrica respecto a los que provienen de otros centros poblacionales. d) relación entre el consumo en especie (autoconsumo) de los productores directos y su consumo total. e) diversificación del consumo personal de los trabajadores.

Lo anotado, nos permite tener una idea de cómo puede ir evolucionando el “eslabonamiento hacia atrás” de las unidades productivas. Por consiguiente, captar la densidad de sus vínculos (por el lado del origen de los recursos productivos utilizados) con otras unidades. El aumento de la densidad de los vínculos, por supuesto, no es sino otra forma de referirse al grado de socialización.

Examinemos ahora el “eslabonamiento hacia delante”. De acuerdo a Bettelheim, “por destino cada vez más social de los productos, es preciso

entender el hecho de que los productos procedentes de un proceso productivo se destinan, directa o indirectamente, a un número creciente de usuarios”. Este fenómenos implica diversos aspectos, especialmente los siguientes: a) cada rama productiva trabaja directa o indirectamente para un número cada vez mayor de otras ramas. Esto, no constituye más que otro aspecto del estado más avanzado de la división social del trabajo (...). b) El destino cada vez más social de los productos se manifiesta igualmente en otra forma, cuando se examina la

dimensión de la colectividad a la que sirve la unidad productiva. Con el progreso de las fuerzas

productivas esta dimensión generalmente va aumentando. Así, puede ser sucesivamente local, microregional, regional, nacional o internacional 85.

Tales son los principales factores que inciden en la densidad o eslabonamiento “hacia delante” con que opera una unidad productiva. En su conjunto, la densidad de los vínculos (hacia delante y hacia atrás), nos responden por el grado de socialización macroeconómico existente en un momento dado. Y según se observa, este aspecto no es sino la contrapartida del nivel que alcanza la división social del trabajo a nivel de la economía global.

b)La dimensión microeconómica.

84 Charles Bettelheim, “La transición a la economía socialista”, pág. 65. Edit. Fontanella, Barcelona, 1974. 85 Charles Bettelheim, “La transición a la economía socialista”, págs. 66, 67 y 68. Edic. citada.

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En el apartado anterior nos hemos referido al grado de socialización macroeconómico. El problema, puede visualizarse también desde otro ángulo. Hemos señalado que la unidad productiva es un centro aglutinador de recursos productivos. Estos, de acuerdo a su masa, pueden implicar una actividad en mayor o menor grado colectiva. Y a éste fenómeno nos

referimos al hablar de grado de socialización microeconómica. Es decir, en este caso,

concentramos la atención ya no en los vínculos de la unidad productiva con otras unidades sino

en lo que sucede al interior de ella. ¿Cuál es el grado de concentración de los recursos

productivo que maneja una empresa? ¿Qué grado de cooperación impone la unidad productiva? Tales son algunas de las preguntas que se deben responder al hablar de socialización microeconómica.

La unidad productiva opera con cierta masa de medios de producción. Estos, los podemos desagregar en: a) objetos de trabajo; b) medios de trabajo pasivos; c) medios de trabajo activos.

Frente a ello, preguntamos: ¿cómo se utilizan estos medios de producción? ¿En forma básicamente personal o en forma básicamente colectiva? Por sus características intrínsecas, esos medios de producción: ¿exigen un uso colectivo o un uso personal? ¿En qué grado un uso colectivo?

Asimismo, tenemos que en la empresa nos encontramos con cierto número de trabajadores. Estos, ponen en funcionamiento los medios de trabajo para lograr una determinada transformación de los objetos de trabajo. Al hacerlo, deben desplegar un trabajo productivo. Es decir, un conjunto de operaciones o trabajos concretos dados, sometidos a cierta secuencia y a acierta articulación. A este conjunto de actividades se le denomina proceso de trabajo sensu-stricto. En este caso, la pregunta sería: ¿el proceso de trabajo se lleva adelante por un colectivo obrero? ¿ O bien, se lleva adelante por personas básicamente aisladas? ¿Muchas o pocas personas intervienen en el proceso de trabajo directo, cuál es el grado de articulación entre sus diferentes y específicas actividades? El carácter de la respuesta claramente vendrá dada por la respuesta que se dé a la pregunta sobre la forma de utilización de los medios de producción? O sea, si los medios de producción, por ejemplo, exigen una utilización colectiva (o personal-familiar), el proceso de trabajo sensu- stricto será consecuentemente colectivo ( o personal).

Una vez que se despliega el trabajo productivo, desembocamos en los resultados o productos. En este caso, repetimos la pregunta: ¿ esos productos son el resultado de una actividad colectiva? ¿En qué grado? ¿O son el fruto de una actividad básicamente personal? Y es no menos evidente que la respuesta a estas preguntas viene completamente determinada por las respuestas que hallamos dado a las preguntas previas sobre el uso de los medios de producción y sobre el carácter del proceso de trabajo.

En Engels, encontramos un excelente y sintético comentario sobre la evolución, a partir de la pequeña producción mercantil simple, de la socialización microeconómica de las fuerzas productivas. Valga una cita exhaustiva: “antes de sobrevenir la producción capitalista, es decir, en la Edad Media, regía con carácter general la pequeña industria, basada en la propiedad privada del obrero sobre los medios de producción : en el campo predominaba la agricultura de los pequeños labradores, libres o vasallos; en la ciudad, los oficios artesanos. Los medios de trabajo - la tierra, los aperos de labranza, el taller, las herramientas- eran medios de trabajo individuales, destinados tan sólo al uso individual y, por lo tanto, forzosamente pequeños, minúsculos, limitados. Pero esto mismo hacía que perteneciesen, por lo general, al propio productor. El papel histórico del régimen capitalista de producción y de su portadora, la burguesía, consistió precisamente en concentrar y desarrollar estos dispersos y minúsculos medios de producción, transformándolos en la potente palanca productora de los tiempos actuales. Marx, en la sección cuarta de El Capital, expone detalladamente cómo la burguesía ha realizado históricamente este proceso, desde el siglo XV, pasando por tres etapas: la cooperación simple, la manufactura y la gran industria. Pero la burguesía, como asimismo queda demostrado en dicha obra, no podía convertir aquellos limitados medios de producción en poderosas fuerzas productivas sin convertirlos de medios individuales en medios de

producción sociales, sólo manejables por una colectividad de hombres. La rueca, el telar

manual, el martillo del herrero, fueron sustituídos por la máquina de hilar, por el telar mecánico, por el martillo movido a vapor; el taller individual cedió el puesto a la fábrica, que impone la cooperación de ciento y miles de obreros. Y, al igual que los medios de producción, se transformó la producción misma, de una serie de actos individuales en una serie de actos sociales, y los productos se transformaron de productos individuales en productos sociales. El hilo, las telas, los objetos metálicos que ahora salían de las fábricas eran el producto común de

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un gran número de obreros, por cuyas manos tenían que pasar sucesivamente para su

elaboración. Ya ningún individuo podía decir: esto lo he hecho yo, es producto mío”.86

Como vemos, la emergencia y desarrollo de una economía capitalista da lugar al paso de un régimen o “base de producción de pequeña escala”, a otro que se asienta en la “producción a gran escala”. Esto, a su vez, provoca un salto cualitativo en el grado de socialización de las fuerzas productivas. Por lo mismo, la propiedad personal que antes iba asociada a una base de pequeña producción, pasa ahora a ligarse a una base de gran producción. O sea, a un sistema de producción colectivo. De aquí la gran contradicción que se comienza a perfilar entre el carácter aún personal de la propiedad capitalista y el carácter cada

vez más colectivo, o cooperado, que asumen los procesos productivos. Para mejor entender este

problema, conviene detenerse en el análisis de la categoría “base de producción”, a la cual dedicamos el próximo numeral. IV.- Base o régimen de producción. Base de pequeña producción y base de producción a gran escala. Recordemos que en todo proceso de producción encontramos una doble interacción: de los hombres con la naturaleza y de los hombres entre sí. Como escribiera Marx, “ en la producción, los hombres no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que actúan también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades”. 87 Para el caso, valga subrayar la unidad de ambos procesos, los que sólo se distinguen para efectos de análisis. No debemos ver una interacción (vg. la Hombre-Naturaleza) separada de la otra (la Hombre-Hombre), como si coexistieran o, peor aún, como si se sucedieran en el tiempo. En breve, se trata de dos aspectos tan indisolubles como el cara y cruz de una moneda, la parte externa e interna de la mano, etc.

Esta realidad también nos advierte sobre la necesaria adecuación entre ambos aspectos.

Además, si ambas dimensiones se mueven y transforman a diferente velocidad, surge la interrogante: ¿cuál arrastra a cuál? Supongamos, de acuerdo a Marx, que es el sistema de fuerzas productivas el factor más dinamizador. Como se vió antes, ésta es una hipótesis bastante extendida. Pero no siempre se la argumenta o explica con la claridad necesaria. En Marx, por ejemplo, podemos leer: “estas relaciones sociales (de producción, J.V.F.) (...) varían (...) según el carácter de los medios de producción”. 88 La hipótesis pudiera ser correcta, pero en ausencia de las mediaciones conceptuales que el caso exige, se puede malinterpretar y así asimilarla a un “tecnologismo crudo”, algo bastante lejano al espíritu de Marx. Para evitar estos problemas conviene desarrollar conceptos y categorías adecuadas. Estas, necesariamente deben aludir al “punto de empalme” o de encuentro, entre los dos aspectos del proceso de trabajo. Más precisamente, es necesario que: i) estas categorías deben referirse a aspectos y rasgos del sistema de fuerzas productivas: tal debe ser su campo de referencia más general; ii) esos rasgos deben estar muy cercanos (ser fronterizos) al campo del sistema de relaciones sociales de producción; iii) deben apuntar a aquellas configuraciones o estructuraciones del sistema de fuerzas productivas que actúan presionando a las relaciones de producción para moverse o cambiar. O sea, para adecuarse (o armonizarse) con esa modalidad de las fuerzas productivas.

Para los propósitos indicados, la categoría central a proponer es la de base o régimen

de producción. Por ella, entendemos los rasgos que asume el proceso de trabajo en un sentido

“técnico- económico”. Es decir, en cuanto tiene que ver con la tecnología en funciones, la escala de producción y el nivel de productividad del trabajo. Si observamos el desarrollo histórico de la economía, podemos detectar una clara correlación entre diversos elementos tales como la productividad del trabajo, el nivel de la división social del trabajo, el tamaño de la unidad productiva, el grado de socialización de las fuerzas productivas, etc. En general, esos aspectos se mueven en la misma dirección. El mayor tamaño va asociado a una mayor productividad, a una mayor división del trabajo y a una mayor

86 F. Engels, Anti- Duhring, pág. 218, edit. Cartago, Buenos Aires, 1973. 87 C. Marx, Trabajo asalariado y capital; en Marx-Engels, Obras Escogidas en Tres Tomos, Tomo I, pág. 163. Edit. Progreso,

Moscú, 1973. 88 C. Marx, ob. cit., pág. 163.

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socialización de las fuerzas productivas. A la vez, el mayor tamaño suele ir asociado a medios de producción más complejos. La correlación no es casual y nos advierte que entre los diversos aspectos mencionados opera cierta congruencia interna y, muy probablemente, una articulación jerárquica a partir de uno de esos elementos. Si escarbamos mínimamente en la literatura existente sobre el tema (nada de abundante por lo demás), se podría pensar en el carácter de los medios o instrumentos de trabajo como el factor clave. Por lo demás, en este elemento se expresa con singular claridad el nivel de la tecnología en funciones. El tamaño o escala de producción también viene a ser, en muy alto grado, una manifestación del tipo de tecnología en juego. Y como es un factor algo más “visible” nos podemos concentrar en él para proceder a algunas distinciones necesarias. Si partimos de la escala de producción y la tomamos como elemento pivotal, podemos distinguir dos modalidades fundamentales: i) producción a pequeña escala; ii) producción a gran escala. Como a la vez esta dimensión no es ajena a otras sino que, muy por el contrario, funciona al interior de un todo compactamente estructurado, pasamos a diferenciar dos

regímenes o bases de producción: a) la base o régimen de pequeña producción; b) la base o

régimen de producción a gran escala.

En el diagrama que sigue se resumen las principales características de esos regímenes de producción. Diagrama 1 : Base de producción: dimensiones y modos fundamentales.

Dimensiones

Base o Régimen de Producción.

Pequeña Producción Gran Producción.

Nivel de la tecnología (medios de Producción).

Simples.

Complejos.

Composición técnica de la Producción.

Baja

Alta

Proceso de trabajo ( tipo de uso de los medios de producción).

Personal.

Colectivo.

Tamaño de la unidad productiva o escala de producción.

Pequeña

Grande.

El “pequeño régimen de producción” operó como base de producción de casi todos los modos de producción previos al capitalismo : modo asiático en parte, esclavismo, feudalismo y pequeña producción mercantil simple. La excepción podría ser el caso de la horda primitiva, en la cual la caza funcionaba como una actividad colectiva. La segunda modalidad, la de producción a gran escala, es la base productiva propia del capitalismo (especial y definitivamente a partir de la Revolución Industrial o emergencia de la industria maquinizada) y, podemos suponer, también lo será de los modos de producción que sucedan al capitalismo. V.- Algunas correlaciones que interesa subrayar. Como hemos venido analizando, el grado de socialización de las fuerzas productivas va estrechamente asociado a la evolución de algunas variables económicas centrales. A riesgo de repetir, conviene insistir en estas correlaciones.

Productividad del trabajo, escala de producción y complejidad de los medios de

producción. Esta es una primera correlación que nos interesa subrayar. La complejidad de los

medios de producción suele ir asociada a dos rasgos claves: un régimen o base de producción a gran escala y un alto grado de división del trabajo al interior de la unidad de producción. Ambos factores: la alta división del trabajo y las economías de escala dan lugar a altos niveles de

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productividad del trabajo. En suma, a mayor complejidad de los medios de producción, mayores suelen ser los niveles que alcanza la productividad del trabajo.

Grado de socialización de las fuerzas productivas y complejidad de los medios de

producción. Un acervo de medios de producción complejos, determina: i) un alto nivel de

división del trabajo al interior de cada empresa o unidad productiva; ii) a la vez, que la correspondiente empresa sea altamente especializada. El primer factor supone que el grado de socialización microeconómica es elevado. El segundo factor, que el grado de socialización macroeconómica es también muy elevado. Por lo tanto, tenemos que medios de producción complejos van asociados a un alto grado de socialización de las fuerzas productivas.

Productividad del trabajo y grado de socialización de las fuerzas productivas. Esta

correlación se deduce de las dos anteriores: a mayor nivel de productividad mayor es el grado de socialización y viceversa: un bajo grado de socialización de las fuerzas productivas va asociado a bajos niveles de productividad del trabajo.

Grado de socialización y base de producción. La asociación entre estas dos dimensiones

es muy clara: una base de producción a gran escala suele ir asociada a un alto grado de socialización de las fuerzas productivas y viceversa: una base de pequeña producción se asocia a un bajo grado de socialización.

Grado de socialización, base de producción y formas de propiedad. En principio,

podemos plantear lo que serían las relaciones de correspondencia ( o de congruencia) entre estos

tres aspectos o dimensiones de la vida económica. La respuesta, en términos muy sinópticos, sería: un bajo grado de socialización, va asociado a una base de pequeña producción, lo cual

estaría exigiendo una forma de pequeña propiedad. Es decir, una propiedad personal o familiar. De modo análogo, como tenemos que una base de producción a gran escala supone un alto

grado de socialización del proceso de trabajo, tendríamos que la forma de propiedad congruente

con esta situación sería la de una propiedad colectiva (i.e. socialista).

Conviene agregar: en el curso de la historia, esas relaciones de correspondencia no siempre se han dado. En los modos de producción pre-capitalistas, la base de producción ha sido de pequeña escala pero la forma de propiedad muy pocas veces ha sido de tipo personal o familiar. El esclavismo, el feudalismo y el despotismo asiático, rompen con esa posible congruencia e imponen, coactivamente, una forma de apropiación del excedente que no se condice con la forma de “posesión” o de utilización – de carácter personal- de los medios de producción que impera en esas épocas. Luego de la revolución industrial, la base de producción es de gran escala y las fuerzas productivas se socializan en grado extremo. O sea, el proceso de trabajo asume un carácter claramente colectivo. No obstante, la forma de propiedad capitalista no reconoce este carácter de las fuerzas productivas. O sea, también surge una incongruencia entre el carácter del proceso de trabajo, que ya es colectivo, con el carácter de la propiedad, que sigue siendo privada. A la larga, se supone, esta incongruencia tiene que se superada. Por ello se sostiene que en regímenes altamente desarrollados (i.e., que operan con muy altos niveles de productividad del trabajo y con muy altos grados de socialización de las fuerzas productivas), la forma de propiedad “adecuada” o “congruente”, deberá necesariamente ser una de tipo colectivo.

De este modo, el sistema de fuerzas productivas entraría a corresponderse con el sistema de

relaciones sociales de producción. O sea, la interacción del hombre con el hombre en el seno de

los procesos de trabajo, se adecuaría o correspondería, con la interacción que el hombre

establece con su entorno natural.

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CUESTIONARIOS

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Capítulo I. 1.- En la actividad humana, se pueden identificar dos rasgos comunes y básicos. ¿Cuáles son? 2.- ¿Qué elementos constitutivos se pueden identificar en la actividad humana, genéricamente considerada? 3.- Defina: a) práctica productiva; b) práctica política; c) práctica ideológica-cultural. 4.- ¿Qué es el trabajo? ¿Cuáles son sus rasgos genéricos? 5.- El trabajo también asume ciertos rasgos específicos. Ellos tipifican a: i) el agente o sujeto del trabajo; ii) la actividad propiamente tal; iii) los resultados. Examine cuidadosamente cada uno de estos aspectos. 6.- Defina: a) sistema económico; b) sistema político; c) sistema cultural; d) sistema social. 7.- ¿Qué es un Modo de Producción? ¿Cuáles son sus elementos componentes? 8.- ¿Qué es “Formación Económico-Social” (=FES) ? ¿Qué elementos la componen? 9.- Discuta las interacciones que se dan al interior del modo de producción. 10.- Discuta las interacciones que se dan al interior de la FES. 11.- Describa los factores que tienden a impulsar una transformación de la FES. 12.- Describa la secuencia más general que asume el cambio de la FES. Capítulo II. 1.- Examine y comente la noción de sistema. 2.- De acuerdo a L. von Bertalanffy, señale qué entiende por: i) sistema; ii) características constitutivas y sumativas de un sistema. 3.- ¿Con qué grandes supuestos aborda el autor el examen del Sistema de Fuerzas Productivas? 4.- Examine las categorías: i) Patrimonio Productivo; ii) Proceso de trabajo. 5.- “El sistema de fuerzas productivas, en cualesquiera de sus dos acepciones, es una entidad estática”. Discuta, comente.

6.- Proporcione tres ejemplos a los cuales no se pueda aplicar la categoría sistema. Discuta

cuidadosamente y fundamente sus afirmaciones. 7.- En cualesquier texto de microeconomía busque el concepto “sistema de precios”. Discuta cuidadosamente si a tal concepto se le pueden aplicar las categorías discutidas en las preguntas nº 1 y nº 2. 8.- “Los hombres en el estado de sociedad son fundamentalmente individuos; sus acciones y sus pasiones obedecen a las leyes de la naturaleza humana individual. Al reunirse, no se convierten en una sustancia distinta, dotada de propiedades diferentes, como el hidrógeno y el oxígeno son distintos del agua (...) los seres humanos en sociedad no tienen más propiedades que las derivadas de las leyes de la naturaleza individual y que pueden reducirse a ésta”.

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Cita de John Stuart Mill, “Systeme de Logique déductive et inductive”; Alcan , Paris, 1909; Tomo 2, pág. 468. Comente, discuta. 9.- “El atomismo trata el carácter de cualquier entidad como enteramente derivado de carácter de sus partes, consideradas como existencias independientes, homogéneas y unitarias. Toda totalidad compleja puede ser desmenuzada o analizada en sus partes al margen de las demás, siendo la totalidad únicamente la suma de las partes. El comportamiento de cualquier entidad compleja es, por tanto, la suma total de los comportamientos de sus partes. Se atribuye la prioridad a los últimos componentes de un agregado o totalidad, ya que constituyen la realidad fundamental. Además, poseen su carácter esencial, totalmente independiente de sus relaciones con las otras partes y con el conjunto. Estas relaciones son totalmente externas y no alteran el carácter de las partes componentes”. Cita de H. K. Girvetz, “The evolution of liberalism”, pág. 41. N. York, 1963. Comente y discuta. 10.- “La demanda de mercado de un bien dado es sólo la suma horizontal de las demandas individuales. En otras palabras, la cantidad demandada en el mercado, a cada precio, es la suma de todas las cantidades demandadas por los individuos a ese precio”. Cita de C. E. Ferguson, “Teoría microeconómica”, pág. 75. FCE, México, 1973. Discuta, comente. 11.- En una economía de mercado existen múltiples (miles) de “unidades económicas” que se

tipifican por decidir, por sí y ante sí, qué utilización darle a los recursos productivos que

controlan. Como a veces se dice, operan como entidades independientes y autónomas. Por lo tanto, se podría concluir que las categorías que integran la noción de sistema no resultan aplicables a este tipo de economías y que el atomicismo metodológico estaría justificado en este caso. Comente, discuta. 12.- Discuta los siguientes enunciados: a) la moda influye en el comportamiento del consumo; b) por lo tanto, el estudio del consumo no puede asentarse en el estudio del comportamiento del consumidor individual, sin tomar en cuenta la relación que éste establece con el resto de los consumidores. Capítulo III. 1.- ¿Cuáles son los componentes del patrimonio productivo? 2.- ¿Qué factores determinan el nivel del “Trabajo Vivo disponible”? 3.- Defina: a) Coeficiente pet; b) tasa de participación; c) tasa de ocupación; d) tasa de desocupación; e) coeficiente de productivos. 4.- Discuta la posibilidad que tiene la política económica – en general, las decisiones del gobierno- de modificar en términos significativos y en un plazo corto (un año) los coeficientes mencionados en la pregunta nº 3. 5.- Defina: a) medios de producción; b) objetos de trabajo; c) medios de trabajo; d) bienes de consumo personal. 6.- De acuerdo a las categorías manejadas en el ejercicio anterior, clasifique los siguientes bienes: 1) plantación de árboles; 2) madera en listones; 3) autobuses; 4) automóviles de uso particular; 5) taxis; 6) puentes y carreteras; 7) edificios de fábricas; 8) sierras eléctricas; 9) licuadoras; 10) leche pasteurizada; 11) vacas; 12) telas de algodón; 13) tornos; 14) gasolina; 15) uvas; 16) máquinas de escribir; 17) zapatos; 18) vidrios y ventanas; 19) máquinas de

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coser; 20) martillos; 21) hilos de coser; 22) acero; 23) hierro; 24) trigo; 25) harina; 26) pan; 27) electricidad; 28) clavos. 7.- Suponga que se conoce la siguiente distribución por ramas del trabajo vivo total gastado. Cuadro I: Distribución del trabajo vivo por sectores económicos (en %s del total).

País Primario (*) Secundario(**) Terciario(***)

Alfa 75.0 10.0 15.0

Beta 35.0 30.0 35.0

Gama 10.0 50.0 40.0

(*) Agricultura y Minería. (**) Industria, Vivienda y Construcción, Transportes y comunicaciones, Servicios Básicos (agua, luz, electricidad). (***) Comercio, Finanzas, Servicios. Examine los datos y desarrolle una hipótesis sobre el nivel de desarrollo de cada uno de los países descritos. 8.- En una economía imaginaria, en cierto período, se observan los siguientes fenómenos: a)la población total se duplica; b) se altera la estructura demográfica de tal modo que la población en edad de trabajar como porciento de la población total pasa desde un 35% a un 30%; c) de la población en edad de trabajar, los ocupados constituían un 50% al empezar el período y un 50% a fines del período; d) los ocupados en tareas productivas representaban un 65% de la ocupación total al inicio del período y un 50% al finalizar el período; e) la jornada de trabajo permaneció constante. ¿Cuál fue la variación de la masa de trabajo vivo productivo disponible? 9.- Mantenga los datos del ejercicio anterior salvo el d). Agregue que la masa de trabajo vivo productivo disponible se elevó en un 80%. ¿Cuál fue la variación del coeficiente de productivos? 10.- Defina: i) trabajo vivo disponible; ii) trabajo pasado avanzado; iii) trabajo pasado gastado; iv) trabajo total disponible. 11.- ¿Qué valores asumen las variable trabajo vivo, trabajo pasado avanzado y trabajo total disponible, en México, hacia 1995? 12.- Cuáles son los momentos (o elementos) fundamentales que se distinguen en el “proceso de trabajo”? 13.- Se conoce la siguiente información para México, en 1985. Los datos se proporcionan en miles de personas. Población Total................................................................................ 78,524 Población de 14 años o menos......................................................... 31,432 Población de 65 años y más............................................................ 2,693 Población económicamente activa................................................... 24,000 Población Ocupada......................................................................... 20,500 En base a tal información, se pide calcular: a) Población en edad de trabajar y coeficiente pet; b) relación entre población ocupada y población en edad de trabajar; c) coeficiente de dependencia (PT/PO); d) tasa de participación (PEA/PO); e) Monto de desocupados y tasa de desempleo. 14.- Para Estados Unidos, se conoce la siguiente información, para el año 1982. Datos en miles de personas: Población Total............................................................................ .. 232,520 Población de 16 años y más.......................................................... 172,521 Población de 65 años y más......................................................... 26,827 Población Económicamente Activa.............................................. 111,872

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Población Ocupada.................................................................... 99,526 En base a tal información, se pide: a) responder a todas las preguntas que se han planteado en el ejercicio anterior, el nº 13; b) efectuar un análisis comparativo entre México y Estados Unidos, en torno a las variables que se manejan. Capítulo IV. 1.- En el texto de referencia, ¿a qué nivel de abstracción se maneja la categoría trabajo productivo? ¿Qué limitaciones presenta la abstracción manejada? 2.- ¿Cuáles son los rasgos genéricos del trabajo productivo? 3.- ¿Cuáles son las determinaciones de la categoría “producto”?

4.- ¿Qué significa el carácter racional del trabajo productivo? 5.- ¿Qué es el trabajo improductivo? ¿Dónde se localiza? 6.- ¿Qué rasgos asume el trabajo productivo en el capitalismo? 7.- Entregue cinco ejemplo de actividades productivas y cinco de actividades improductivas, justificando por qué lo son. 8.- “Los trabajadores de la industria militar y los de la banca son improductivos. Luego, los trabajadores que generaron el papel utilizado en la banca y los que generaron el acero empleado en la construcción de balas, son improductivos”. Comente, discuta. 9.- “Para elevar el nivel del Producto Agregado en una economía capitalista, existe un mecanismo muy simple: eliminar todas las tareas improductivas y desplazar la fuerza de trabajo así liberada a tareas de producción”. Comente, discuta. 10.- “El artesano XX, se dedica a reparar electrodomésticos y lo hace con alta productividad. Como es dueño de los medios de producción que utiliza, se apropia de todo el excedente que genera su trabajo. Pero no es asalariado y, por ende, no produce plusvalía. Debe, en consecuencia, ser calificado como trabajador improductivo.” Comente, discuta. 11.- En un momento dado, en un taller que produce zapatos, la relación Producto Excedente a Producto Agregado es igual a 0.10; al cabo de cien años, la productividad del trabajo permanece inalterada y el consumo personal de reposición por hora trabajada (en volumen), histórica y socialmente condicionado, se ha elevado en un 50%. Discuta si tal actividad, es ahora productiva o improductiva. 12.- “En los antiguos libros de texto se definía usualmente la producción como la ‘creación de utilidad’, entendiendo por tal ‘la capacidad de un bien o servicio para satisfacer una necesidad humana’. En cierto sentido, esta definición es demasiado amplia para tener gran contenido específico. Pero por otra parte, establece sin lugar a dudas que la ‘producción’ abarca una amplia gama de actividades y no sólo la fabricación de bienes materiales. La prestación de servicios legales, la elaboración de un libro, la exhibición de una película, el manejo de una cuenta bancaria, constituyen ejemplos de ‘producción’ .” Cita de C. E. Ferguson, “Teoría microeconómica”, pág. 105, FCE, México, 1973. Comente, discuta.

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13.- “Podemos definir el trabajo como un ejercicio de la inteligencia o del cuerpo realizado, parcial o totalmente, con vistas a algún beneficio distinto del placer derivado de un modo directo de su ejecución. Si tuviésemos que empezar de nuevo, sería mejor considerar todo trabajo como productivo, excepto aquel que deje de promover el fin hacia el cual va dirigido y, por tanto, no produzca utilidad alguna”. Cita de Alfred Marshall, “Principios de Economía”, págs. 56-57. Edit. Aguilar, México, 1963. Comente, discuta. 14.- “De lo expuesto resulta que la riqueza de una nación puede ser incrementada de dos maneras: empleando una porción mayor del ingreso en mantener el trabajo productivo (...) o, sin emplear ninguna cantidad adicional de trabajo, haciendo más productiva la misma cantidad.” Cita de David Ricardo, “Principios de Economía Política y tributación”, págs. 208-209. FCE, México, 1973. Discuta y comente. 15.- “En ausencia de trabajo y producto excedente, el trabajo improductivo no podría existir”. Comente, discuta. 16.- En la economía mexicana, la distribución de la ocupación según ramas de la actividad económica ha evolucionado como se muestra en el cuadro II que sigue (cifras en miles de personas). Tabla II: México, distribución por ramas de la ocupación.

Ramas 1970 1976 1982

Agricultura 4466 4472 5065

Minería 155 193 280

Ind. Manufacturera 1726 2046 2462

Construcción 810 1200 1802

Electricidad 38 52 68

Comercio 2011 2300 2724

Transp. y comunic. 443 642 948

Serv. Financieros 229 295 449

Servicios personales 2985 4350 6079

Totales 12863 15550 19877

Fuente: S.P.y P., Cuentas Nacionales. En base a la información entregada, efectúe una estimación de la evolución del trabajo productivo e improductivo en la economía mexicana y discuta el sentido de tal evolución.Realice los supuestos que estime necesarios, justificándolos cuidadosamente y evaluando el eventual sesgo que pudieran involucrar. 17.- Actualice los datos de ocupación por ramas, por lo menos hasta el año 2000. Vuelva a estimar la evolución del trabajo productivo e improductivo. Compare con el período anterior. Comente los resultados. 18.- Se ha estimado que el porciento de trabajadores improductivos en la economía de Estados Unidos ha venido evolucionando como sigue: Cuadro III: EEUU, coeficiente de productivos.

Año Coef. productivos

1954 25.3 %

1958 34.0 %

1963 34.2 %

1967 35.9 %

1972 37.7 %

1976 38.1 %

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Fuente: Edward N. Wolff : “Growth, accumulation and unproductive activity”, CUP, 1987. Efectúe los comentarios que estime pertinentes. Compare la situación de Estados Unidos con la de México, en lo que se refiere a la evolución de la población ocupada improductiva. Capítulo V. 1.- Defina: a) Producto Agregado; b) Producto Total; c) Producto Pasado; d) Producto Necesario; e) Producto Excedente; f) Producto de Reposición. 2.- Defina: a) Trabajo pasado; b) Trabajo Vivo c) Trabajo Vivo Necesario; d) Trabajo Vivo excedente; e) Trabajo Total. 3.- El Producto Pasado es una parte del Producto Total. Representa la contribución del esfuerzo productivo previo, materializado en los medios de producción, a la producción actual. Por lo mismo, equivale al consumo o desgaste que sufren los medios de producción en el proceso de trabajo. Asimismo, el Producto Pasado se puede entender como aquella parte del Producto Total que debe destinarse a reponer el desgaste sufrido por los medios de producción en el período. O sea, el Pp representa tanto un gasto como una forma de utilización. Comente. 4.- “El Producto de Reposición siempre es mayor que el Producto Excedente y éste, siempre es mayor que el Producto Necesario. Por lo tanto, éste siempre será menor que el Producto ...............”. Complete la frase. Luego, discuta el enunciado. 5.- Defina: a) Coeficiente de desgaste de los medios de producción; b) coeficiente de desgaste de los productores directos. 6.- Se conocen los siguientes datos: MPa = 1200; Tv = 1000; d = 0.30; cprh = 0.50; Se pide estimar: Producto Necesario; b) Producto Agregado; c) Producto pasado; d) Producto Excedente; e) Producto Total; f) Composición técnica de la producción; g) grado de explotación. 7.- Identifique y describa las distintas formas posibles de utilización del Producto Total. 8.- Suponga que el Producto Total es igual a 100. Que el Producto Agregado es igual a 50. El grado de explotación es igual a uno, la acumulación igual a 10, los usos improductivos iguales a 40 y la variación de existencias, cero. Comente los problemas económicos que puede provocar una situación como la descrita y efectúe una hipótesis plausible sobre el nivel y composición del patrimonio productivo en el ciclo siguiente. 9.- Una economía imaginaria realiza su proceso de producción empleando 400 unidades de trabajo pasado ( 200 en medios de trabajo y 200 en objetos de trabajo) y 640 unidades de trabajo vivo. El coeficiente de desgaste de los medios de producción es igual a uno y el consumo personal de reposición por hora trabajada igual a 0.5. Se producen medios de trabajo por 400 y objetos de trabajo por 240. También se conocen los datos para la acumulación (=Ak) y para la utilización improductiva(=UI). Ellos son: Ak = 20 ( OT ) + 100 (MT) + 40 ( BCP) UI = 20 ( OT ) + 40 (MT) + 30 (BCP) En base a la información entregada, construya el cuadro de resultados y de utilización del producto total.

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10.- Mantenga los datos del ejercicio anterior salvo los que se indica a continuación y cuyo nuevo valor será: Coeficiente de desgaste de medios de trabajo........... 0.8 Coeficiente de desgaste de objetos de trabajo........... 1.0 Coeficiente de desgaste de la fuerza de trabajo......... 0.4 En base a tales datos, construya el cuadro de resultados y de utilización del producto total. 11.- En el ejercicio anterior suponga ahora que el consumo personal de reposición por hora trabajada ( = cprh) cae a 0.20; si ningún otro cambio tiene lugar, ¿cuál será ahora la utilización que se le da al Producto Agregado? 12.- Utilice los datos que utilizó en el ejercicio nº 9. Agregue la siguiente información: a) exportaciones = 20 ; b) importaciones = 25 ; c) existencias al comenzar el ciclo = 0 ; d) el comercio exterior se limita a bienes de consumo personal. Se pide: i) estimar el nivel de los bienes disponibles; ii) rehacer el cuadro de resultados y de utilización del producto total. Capítulo VI. 1.- ¿Qué se entiende por “expresión monetaria del trabajo”? ¿Qué se entiende por “valor trabajo” del dinero? ¿Cómo se pueden estimar ambos indicadores? 2.- Suponga los siguientes datos para una economía imaginaria: Ventas = 1000; Variación de existencias = 0; Consumo Intermedio = 400; Depreciación del capital fijo = 100; Salarios totales= 200; Beneficios = 300. Se pide estimar, de acuerdo a la metodología de las Cuentas Nacionales, los siguientes conceptos: a) Valor bruto de la producción; b) Valor Agregado Bruto; c) Valor Agregado Neto. 3.- Considere de nuevo los datos del ejercicio anterior. Suponga que la “expresión monetaria del trabajo” es de 2. Es decir, una hora de trabajo equivale a dos pesos. También suponga que no hay gastos improductivos. Se pide estimar, en horas de trabajo: a) Producto Total; b) Producto Agregado; c) Producto necesario; d) Producto Excedente; e) Producto Pasado; f) Producto de Reposición. 4.- Para una economía imaginaria se conoce la siguiente información: Consumo asalariados productivos............................... 500 Consumo asalariados improductivos........................... 500 Consumo capitalistas................................................. 1000 Inversión neta............................................................ 500 Exportaciones menos importaciones.......................... 20 Consumo del gobierno............................................... 400 Consumo intermedio................................................. 4000 Consumo de capital fijo(depreciación)....................... 200 Se pide estimar: Valor Bruto de la producción; b) Ingreso Nacional. 5.- Retome los datos del ejercicio anterior. Suponga que la expresión monetaria del trabajo es igual a uno. Luego, proceda a estimar (explicando el procedimiento), las siguientes variables: Producto pasado; b) Producto Necesario; c) Producto excedente; d) Producto Agregado; e) Producto de reposición; f) Producto Total. 6.- Retome los datos del ejercicio nº 4 y del nº 5. En base a ellos, proceda a estimar: a) Trabajo pasado gastado; b) Trabajo vivo gastado; c) Trabajo total gastado; d) Trabajo vivo necesario gastado; e) Trabajo vivo excedente gastado.

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7.- “Un país es más desarrollado mientras más alto es su PIB per-cápita”. Comente, discuta. 8.- El enunciado de la pregunta 7 es falso. Un país es más desarrollado mientras mayor sea su población. Comente, discuta. Capítulo VII. 1.- ¿Qué se entiende por progreso histórico? ¿Qué relación existe entre el progreso histórico y el nivel que alcanza la productividad del trabajo? 2.- “Un modo de producción es históricamente progresivo y superior a otro en la medida que es capaz de operar con niveles de productividad más elevados”. Comente, discuta. 3.- ¿Qué indicadores se pueden manejar para medir la productividad del trabajo? 4.- ¿Qué relación existe entre la productividad del trabajo y el “costo social unitario”? 5.- En las ramas que producen frijoles, arroz , leche, zapatos y automóviles se producen por hora trabajada, 1/2 kilo de frijol, 1 kilo de arroz, 2 litros de leche, 1/5 de par de zapatos y 1/5000 de automóvil. Con estos datos de productividad estime el costo social unitario en cada una de las ramas. 6.- En tres períodos diferentes, la productividad del trabajo se eleva en un 10%, en un 30% y en un 100% respectivamente. ¿Cómo se modifica el “costo social unitario” en cada período? 7.- Defina: a) composición de valor del capital; b) composición técnica de la producción; c) composición técnico física de la producción o densidad de capital. 8.- ¿Qué relación se establece entre la densidad de capital, la composición técnica de la producción y la composición de valor del capital? 9.- Ernest Mandel, en su libro “El capitalismo tardío”, muestra las evidencias que señalan un fuerte aumento de la densidad de capital en la evolución del capitalismo. De allí concluye que la composición de valor tiene una segura tendencia al aumento. Discuta, comente. 10.- Suponga que en un período dado, la densidad de capital es igual a 20. Que luego, el capital fijo (en volumen), se eleva en un 200%. Y el trabajo vivo sube en un 80%. Estime el nuevo nivel de la densidad de capital. 11.- Retome el ejercicio anterior. Suponga que en un nuevo período la productividad del trabajo en el Departamento I se eleva en un 100%. ¿Cómo se movió la composición técnica de la producción? 12.- Prosiga con los datos del ejercicio nº 10 y nº 11. Suponga que la velocidad de rotación del capital circulante no se altera. Que la tasa de plusvalía, igual a 2.0 en el período inicial, pasa a 3.0 en el período final. Estime el cambio que experimenta la composición de valor del capital. 13.- ¿Cuál es la tendencia secular de la densidad de capital en países como Estados Unidos y el Reino Unido?

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14.- ¿Qué relación guarda la evolución de la productividad del trabajo con la evolución de la densidad de capital? 15.- Haga igual a 100 la productividad en un año inicial. Suponga que al cabo de cinco años el coeficiente alfa se elevó en un 5.0% y que la densidad de capital se elevó en un 20.0%. En términos de índice, ¿cuál fue el nuevo nivel de la productividad del trabajo? 16.- ¿Qué factores inciden en la relación producto a capital? 17.- ¿Qué se entiende por “composición funcional del capital fijo”? 18.- Suponga que en el sector industrial la relación Activos Netos a Activos Brutos es igual a 0.75. Asimismo, que el coeficiente de desgaste (depreciaciòn) medio es igual a 0.05. Estime la edad o antigüedad del capital fijo en funciones. 19.- Explique qué se entiende por: a) período de maduración de la inversión; b) período de aprendizaje. 20.- Defina: a) tasa de operación; b) alfa técnico; c) alfa estadístico o efectivo. 21.- Explique las nociones de: a) profundización de capital; b) ensanchamiento de capital. 22.- ¿Qué ramas suelen ser más intensivas en capital? 23.- ¿Qué factores inciden en la densidad de capital? 24.- ¿Qué interacción se establece entre la densidad de capital y la intensidad de capital? 25.- Examine el impacto de la forma de propiedad en la productividad. 26.- ¿Cómo influye el estilo gerencial en los niveles de productividad? 27.- “La edad y el sexo influyen en la productividad. Si aumenta el porcentaje de jóvenes en la fuerza de trabajo, la productividad se ve afectada negativamente. También tiene un impacto negativo el crecimiento del porcentaje de fuerza de trabajo femenina”. Comente, discuta. 28.- “Si la intensidad se eleva, la productividad también”. Discuta. Comente. 29.- El Gobierno ha diseñado un plan de desarrollo que exige un crecimiento de la productividad del 30% en 6 años. Se sabe que en esos años, el coeficiente alfa estadístico permanecerá constante. Para satisfacer esa meta de crecimiento de la productividad, ¿ a qué ritmo debería crecer la densidad de capital? ¿Lo cree posible? 30.- Se sabe que el Producto Agregado (en volumen) por habitante es igual a 20,000 dólares. Que la población ocupada productiva equivale a un 15% de la población total. También se sabe que la jornada de trabajo anual es de 2000 horas. Se pide estimar, explicando muy bien el procedimiento: a) La productividad por hombre ocupado; c) la productividad por hora trabajada. 31.- “El Producto per-cápita es igual al resultado de multiplicar la productividad hora del trabajo por la jornada anual de trabajo para luego dividir este resultado por la relación que se establece entre la población ocupada productiva y la población total”. Discuta, comente. 32.- Suponga que en una economía imaginaria el producto agregado per-cápita es igual a 10.000 dólares. La población total es de 20 millones de personas. El potencial de reproducción ampliada (excedente sobre producto agregado) es igual a 0.50. La población ocupada productiva son 5 millones de personas y la jornada anual de trabajo igual a 2000 horas.

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Se pide estimar, explicando cuidadosamente el procedimiento: a) el nivel del Producto Agregado global; b) el nivel del Producto Excedente; c) el nivel del Producto Necesario; d) el nivel que alcanza el consumo personal de reposición por hora trabajada. 33.-Considere la información que sigue, referida a la economía mexicana, sobre el Producto Interno Bruto (cifras en millones de pesos constante de 1970) Cuadro IV : México, distribución por ramas del PIB.

RAMAS 1970 1976 1982

Agricultura 54123.2 63359.3 70987.1

Minería 11190.3 15881.2 34614.3

Manufactura 105203.0 155517.2 218902.6

Construcción 23530.2 34309.5 49674.0

Electricidad 5146.7 9242.0 14574.8

Comercio y otros 115162.9 163071.1 230672.7

Transporte y otros 21357.4 39847.9 68075.2

Serv. Financieros 50209.7 68877.3 88578.0

Serv. Personales 63743.5 93241.7 134952.7

Serv. Banc. Imputa. - 5395.5 - 7515.9 - 12716.2

Totales 444271.4 635831.3 907306.2

Fuente: INEGI, Sistema de Cuentas Nacionales. Considere ahora la información que proporciona la pregunta nº 16 del cuestionario que corresponde al capítulo IV. Combinando ambas informaciones se pide estimar: Relación entre PAq y la categoría Producto Interno Bruto (PIB) de las Cuentas Nacionales. ¿En qué medida se podrían asimilar?

Clasifique a las ramas en sectores primario, secundario y terciario. ¿Cuál fue su evolución a lo largo del período?

Clasifique a las ramas en productivas e improductivas. ¿Cuál fue su evolución a lo largo del período?

¿Se puede hablar de producto generado en sectores improductivos? ¿Por qué lo hacen las Cuentas Nacionales? ¿Cómo debería interpretarse esta situación? Recomendación: piense en el concepto de ingreso apropiado.

Intente una estimación de los niveles de productividad a lo largo del período, para la economía en su conjunto y para cada una de las ramas.

¿Qué comentarios le merece la evolución de la productividad, global y por ramas? 34.- Retome los datos del ejercicio anterior y los cálculos que ya ha efectuado. En base a esta información se pide: Estimar la tasa media anual de crecimiento de la productividad y ordenar los sectores según el crecimiento mayor o menor de la productividad. Asimismo, ordene los sectores según los niveles de productividad en el año inicial y analice si se establece alguna correlación entre los dos ordenamientos (tasa de crecimiento y “ranking” inicial de niveles). Recomendación: use correlación de rangos. b) Analice si hay alguna correlación entre tasa de crecimiento del PIB y tasa de crecimiento de la productividad. Indague, en relación a este problema, en qué consiste la denominada “Ley de Verdoorn-Kaldor”. Capítulo VIII. 1.- ¿Qué factores inciden en el nivel del Producto Agregado (en volumen)? De esos factores, ¿cuál sería el más importante para la economía mexicana en la última década, 1990-99?

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2.- En la rama productora de frijoles, se emplean 100,000 horas de trabajo vivo. La productividad del trabajo es de 3 kilos de frijoles por hora trabajada. ¿Cuál es el nivel que se obtiene del PAq ? 3.- Retome el ejercicio anterior. Suponga que se han gastado también 60,000 horas de trabajo pasado. ¿Cuál será el nivel del PTq ? 4.- Se sabe que el producto agregado (=PAq) se elevó en un 20%. Y que el trabajo vivo creció en un 8%. Estime la variación de la productividad del trabajo. 5.- El trabajo vive crece al 2% y la productividad al 1%. ¿A qué ritmo crecerá el PAq ? Dada esa tasa de crecimiento del PAq, ¿cuántos años demorará la economía en duplicar el nivel de su PAq ? 6.- El gobierno pronostica que a futuro la masa de trabajo vivo crecerá al 2% anual. Asimismo, se propone como meta, duplicar el Producto Agregado (=PAq) en diez años. Para satisfacer esta meta, a qué ritmo debería crecer la productividad del trabajo? 7.- Suponga ahora que el gobierno desea duplicar el PAq per-cápita en diez años. Se sabe que la población está creciendo al 2% anual y que la masa de trabajo vivo también crece al 2% anual. Para satisfacer la meta buscada: a) ¿A qué tasa anual debe crecer PAq? b) ¿A qué tasa anual debe crecer la productividad del trabajo? 8.- El PAq está creciendo al 5.0% anual. La productividad al 2.5% anual. ¿A qué ritmo está creciendo la masa de trabajo vivo? Si la jornada de trabajo permanece constante, ¿a qué ritmo está creciendo la ocupación productiva? 9.- Comente los problemas que surgen cuando se trabaja con índices agregados para la productividad del trabajo y para PAq . 10.- ¿Se puede comparar la productividad del trabajo en una rama (vg. automóviles) con la productividad del trabajo en otra rama (vg. frijoles) ? ¿Diría Ud. que es más elevada en la rama automotriz? 11.- ¿Qué se entiende por “sistema centro-periferia”? 12.- “Los países que hoy se denominan ‘subdesarrollados’ lo son por razones históricas. Es decir, su situación actual es el reflejo del tremendo atraso (respecto al polo desarrollado) que ya tenían en la época del Renacimiento o antes”. Comente, discuta. 13.- Para una economía imaginaria se conocen los datos que muestra el cuadro que sigue. Cuadro V : Determinantes del Producto por habitante.

Período F tp JTa D PAqh

1 14000 0.70 2000 3.0 ......

2 16000 0.60 2000 3.0 ......

3 18000 0.50 2000 3.0 ......

F= productividad (en dólares)= PAq/Tv; JTa = jornada de trabajo anual (en horas); tp= coeficiente de productivos = ocupados productivos sobre ocupados totales; d = coeficiente de dependientes = población no ocupada sobre población ocupada. PAqh = producto agregado en volumen, per cápita (en dólares). Se pide estimar el PAqh. Comente los resultados. 14. En el ejercicio anterior, estime cuál debería ser la evolución de la jornada de trabajo anual que permitiría mantener constante el nivel del PAqh.

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15.- En el ejercicio nº 13 suponga que el coeficiente de productivos permanece constante. Procede a reestimar la evolución del Producto Agregado por persona. Capítulo IX. 1.- Exponga la noción de reproducción, en su sentido más general. 2.- Defina: a) reproducción ampliada; b) reproducción simple; b) reproducción regresiva. 3.- ¿Qué se entiende por “reproducción ampliada extensiva”? 4.- ¿Qué se entiende por “reproducción ampliada intensiva”? 5.- La economía YY está creciendo al 6.0% anual. La productividad, al 4.0% anual. Se pide estimar: a) Tasa de crecimiento anual del trabajo vivo; b) componente intensivo del crecimiento; c) componente extensivo del crecimiento. 6.- Señale los principales tipos de “reproducción ampliada extensiva”. 7.- ¿Qué se entiende por “reproducción ampliada intensiva extensiva”? 8.- ¿Qué se entiende por “reproducción ampliada intensiva- intensiva” ? 9.- Se conoce la siguiente información para cierto período de funcionamiento de una economía: a) El coeficiente alfa permanece constante; b) La densidad de capital está creciendo al 3.0% anual; c) El trabajo vivo productivo está creciendo al 2.0% anual. Se pide estimar: a) Tasa de crecimiento de la productividad. b) Las tasas de crecimiento rg, rg 1 , rg2, rg21 y rg22. 10.- “Cuando una economía entra en recesión, es que pasa a operar con una reproducción regresiva”. Comente, discuta. 11.- Si la reproducción es ampliada intensiva, el PAq por habitante crece más rápido que en el caso de una reproducción ampliada extensiva. Ello, aunque la tasa de crecimiento del PAq sea similar. Comente, discuta. 12.- Para la economía española, se conoce información sobre el trabajo vivo total gastado (productivo e improductivo) y sobre la productividad convencional por hora trabajada (Producto Agregado en volumen dividido por el total de trabajo vivo). Esta información se muestra en el cuadro que sigue. Cuadro VI : España, 1950-1998. Estilo de reproducción.

Año 1950 1973 1990 1998

Productividad (*) 2.60 10.86 18.96 21.94

Trabajo vivo (**) 25.656 28.017 25019 25525

(*) Dólares de 1990. (**) Millones de horas. Fuente: A. Maddison, ob. cit. Se pide: a) Estimar la tasa de crecimiento del PAq para cada uno de los períodos y para todo el medio siglo: 1950-1998; b) Examinar el estilo de reproducción (rg, rg1 y rg2 ) con que ha venido funcionando la economía española.

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13.- El ya citado A. Maddison también proporciona datos sobre la economía mexicana, los que se muestran en el cuadro que sigue. Cuadro VII : México, 1950-1998. Estilo de reproducción.

Año 1950 1973 1990 1998

Trabajo vivo 18882 31286 51304 65339

Productividad 3.57 8.93 10.07 10.04

Se pide: a) Construya un índice para la evolución de la productividad y del trabajo vivo total; b) Estime las tasas de crecimiento anual para cada uno de los períodos y para el medio siglo, del trabajo vivo y de la productividad; c) Estime la evolución del PAq a lo largo del período. 14.- De acuerdo a la información obtenida en el ejercicio anterior, examine el estilo de reproducción de la economía mexicana en el período. 15.- Compare cuidadosa y detalladamenete el estilo de reproducción de la economía mexicana y de la española. ¿Qué comentarios le merece la evolución de ambos países? Capítulo X. 1.- Examine y explique la diferencia entre medios de producción avanzados y medios de producción consumidos. Asimismo, la diferencia entre trabajo pasado avanzado y consumido (i.e. gastado). 2.- Se conoce la siguiente información: Ota = 240,000; Mta = 2,000,000; d1 = Otc/Ota = 1.0 d2 = MTc/Mta = 0.05 A partir de tal información, se pide estimar: a) Otc; b) MTc; c) MPc; d) Producto pasado. 3.- A los datos del ejercicio anterior agregue: a) Trabajo vivo = 200,000; b) cprh = 0.25 Se pide estimar: Producto Agregado; b) Producto necesario; c) Producto Excedente; d) Producto Total. 4.- Considere los datos que ha manejado en los ejercicios nº 2 y nº3. Adicionalmente, suponga que la composición según valores de uso del Producto Total es la siguiente: PT = 240,000 (OT) + 100,000 (MT) + 200,000 (BCP) Bajo estas condiciones, examine las posibilidades del sistema para reproducir ampliadamente su acervo de medios de producción, suponiendo que todo el excedente se acumula en medios de producción. 5.- ¿Qué es el potencial de reproducción ampliada? ¿Qué factores inciden en su nivel? 6.- ¿Qué factores inciden en el nivel del Producto Excedente? 7.- ¿Qué factores inciden en el nivel del consumo personal de reposición por hora trabajada? 8.- ¿Qué sucede con el cprh si se eleva la productividad en las ramas que producen bienes que integran la canasta del consumo obrero? 9.- “ Un alto nivel de consumo personal de reposición por hora trabajada implica que el quentum del consumo obrero es muy elevado. A la inversa, si el volumen del consumo obrero es muy reducido, el consumo personal de reposición por hora trabajada será muy bajo. Esta

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situación es la que da lugar a que en los países pobres el potrencial de reproducción ampliada sea muy alto y en los países ricos, muy reducido.” Comente, discuta. 10.- Para una familia trabajadora típica se conoce su siguiente presupuesto de consumo anual: Cuadro VIII : Canasta del consumo obrero.

Tipo de bien Cantidad consumida Costo Social Unitario

Arroz 100 kilos 3

Leche 400 litros 2

Carne 100 kilos 8

Pantalones 8 unidades 16

Zapatos 8 pares 32

Casa 1 / 50 10,000

También se sabe que la jornada anual de trabajo es igual a 2500 horas. Se pide estimar el consumo personal de reposición por hora trabajada. 11.- Vuelva a considerar el ejercicio anterior. Suponga que el volumen del consumo de la familia obrera se eleva en un 20%. O sea, se consume un 20% más de cada uno de los bienes que integran la “canasta obrera”. En las nuevas condiciones, calcule el nuevo valor del cprh. 12.- Vuelva a considerar los datos del ejercicio nº 8. Suponga ahora que la productividad del trabajo se elevó un 20% en cada una de las ramas productoras de los bienes que integran la “canasta obrera”. En las nuevas condiciones, calcule el nuevo valor del cprh. 13.- Retome los resultados que ha obtenido en los ejercicios nº 8, nº 9 y nº 10. En base a estos resultados, proceda a calcular el potencial de reproducción ampliada y la tasa o grado de explotación. 14.- ¿Cómo se puede utilizar el Producto Excedente? 15.- ¿Qué se entiende por acumulación? ¿Qué modalidades puede asumir? 16.- ¿Qué se entiende por usos improductivos? ¿Qué modalidades puede asumir? 17.- Suponga que el potencial de reproducción ampliada es igual a 0.60 y que el coeficiente de gastos improductivos igual a 0.40. En una economía cerrada, bajo tales condiciones, ¿cuál será la relación entre acumulación y Producto Agregado? 18.- Retome el ejercicio anterior y suponga que la composición técnica de la producción es igual a 8. Bajo estas condiciones estime: i) el incremento del trabajo vivo; ii) el incremento del trabajo pasado. 19.- El PAq está creciendo al 5.6% anual. El coeficiente alfa marginal es igual a 0.40. Bajo tales condiciones, ¿qué nivel asume el coeficiente de inversión? 20.- La tasa de crecimiento del producto (=PAq) se puede escribir así:

rg = (pra) ( ak ) ’

En que rg es la tasa de crecimiento, ak la tasa de acumulación (=Ak/Pe) y ’ es el coeficiente alfa marginal. Compare esta expresión con la expresión (26 a) del texto y demuestre que son equivalentes.

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21.- Para una economía dada, muy parecida a la mexicana, se sabe que su potencial de reproducción ampliada es igual a 0.80, su tasa de acumulación igual a 0.15 y su coeficiente de gastos improductivos igual a 0.85. El coeficiente alfa marginal es igual a 0.25. Bajo estas condiciones, ¿cuál es la tasa de crecimiento del Producto Agregado? Si la población está creciendo al 2% anual, cuál será la tasa de crecimiento del PAq per-cápita? ¿Cuántos años tardará en duplicarse el PAq per-cápita? 22.- Retome el ejercicio anterior. Suponga que el coeficiente de gastos improductivos se reduce a 0.70 y que ello provoca el aumento consiguiente de la tasa de acumulación. Bajo estas nuevas condiciones, a) ¿cuál es la tasa de crecimiento de PAq? ; b) ¿ A qué tasa anual crecerá el PAq por habitante? ; c) ¿ Cuántos años tardará en duplicarse el PAq por habitante? Capítulo XI. 1.- ¿Qué se entiende por cooperación ( grado de socialización de las fuerzas productivas)? 2.- “Una mayor especialización de la empresa suele provocar una mayor división del trabajo tanto al interior de la empresa como a escala global”. Comente. 3.- Examine el contenido y compare las categorías “unidad de producción” y “unidad económica”. 4.- ¿Qué indicadores se pueden manejar para examinar el grado de socialización de las fuerzas productivas en el plano microeconómico? 5.- ¿Qué indicadores se pueden manejar –en el plano macroeconómico- para examinar el grado de socialización de las fuerzas productivas? 6.- ¿Qué se entiende por “base o régimen de producción”? 7.- ¿Qué rasgos tipifican a una “base de pequeña producción”? ¿Podría dar algunos ejemplos concretos de la realidad mexicana actual que se correspondan con esta base? 8.- ¿Qué se entiende por “base de gran producción” (producción a gran escala)? 9.- Examine las relaciones que se restablecen entre productividad del trabajo, escala de producción y grado de socialización de las fuerzas productivas. 10.- Examine las relaciones que se establecen entre grado de socialización, base o régimen de producción y formas de propiedad. 11.- Se suele sostener que el capitalismo provoca dos grandes “saltos históricos”. Primero en la productividad del trabajo y segundo, en el grado de socialización de las fuerzas productivas. Uno y otro factor se desarrollan (elevan) más y más, conforme se desarrolla el capitalismo. A la vez, ello es indicativo de que las condiciones “objetivas” para el salto hacia el modo de producción socialista estarían más y más maduras. O sea, la base estaría empezando a exigir otra forma de propiedad. Explique, comente, discuta.

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INDICE Prólogo.................................................................................................................... 3 Capítulo I: Fuerzas productivas, modo de producción y formación económico-social. Propósitos del capítulo.............................................................................................. 5 El hombre y sus actividades...................................................................................... 5 El trabajo y sus rasgos esenciales ............................................................................. 7 Prácticas e instituciones sociales............................................................................... 8 Modo de producción y formación económico-social..................................................... 9 Interacciones.................................................................................... ........................ 9 La dinámica más global: un vistazo........................................................................... 13 Capítulo II : El concepto de fuerzas productivas. Introducción............................................................................................................ 16 La idea de sistema................................................................................................... 16 La abstracción supuesta.......................................................................................... 17 Dos usos posibles de la categoría fuerzas productivas............................................... 18 La categoría, como patrimonio productivo................................................................. 19 La categoría, como proceso de trabajo....................................................................... 19 Capítulo III: Contenido y componentes de la categoría fuerzas productivas. Introducción............................................................................................................ 21 Componentes del patrimonio productivo................................................................... 21 Componentes del proceso de trabajo......................................................................... 26 El gasto o consumo del patrimonio productivo.......................................................... 26 Capítulo IV: Sobre la categoría trabajo productivo. Consideraciones previas........................................................................................... 28 El trabajo productivo y sus rasgos genéricos............................................................. 28 El trabajo improductivo............................................................................................ 30 Algunos problemas de identificación empírica........................................................... 31 Sobre el trabajo productivo en el capitalismo............................................................ 33 Capítulo V: Sobre la categoría producto. Introducción............................................................................................................ 34 Primer modelo: producto total y producto agregado................................................... 34 Producto de reposición y producto excedente............................................................ 36 Avance y consumo de medios de producción............................................................. 40 Segundo modelo: reproducción simple con sectores improductivos............................ 41 Tercer modelo: reproducción ampliada y gastos improductivos.................................. 44 Las relaciones económicas con el resto del mundo.................................................... 46 Capítulo VI: Las Cuentas Nacionales. Correspondencia entre categorías básicas. Introducción............................................................................................................ 48 La unidad de contabilización.................................................................................... 49 Indicadores de resultados en el Sistema de Cuentas Nacionales................................ 50 Transacciones intermedias: la doble contabilización................................................. 51 Las correspondencias básicas: primera aproximación............................................... 52 Ramas productivas y ramas improductivas.............................................................. 54 Las equivalencias básicas: un posible ajuste adicional............................................. 55 Un ejercicio numérico............................................................................................. 59 Capítulo VII: El nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y la productividad del trabajo.

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Significación de la categoría.................................................................................... 61 Indicadores de la productividad del trabajo............................................................. 63 Composición de valor del capital, composición técnica de la producción y densidad de capital........................................................................................................... 64 Determinantes de la productividad del trabajo: primera aproximación................. 70 Determinantes de la productividad: segundas consideraciones............................ 75 La intensidad del trabajo.................................................................................... 77 Capítulo VIII: Los determinantes del nivel del producto. Introducción...................................................................................................... 79 Los determinantes más inmediatos.................................................................... 79 Breve desglose adicional.................................................................................... 80 Desarrollo y subdesarrollo. Centro y periferia..................................................... 81 Algunos problemas de medición......................................................................... 85 Capítulo IX: Reproducción y dinámica de las fuerzas productivas. El concepto de reproducción.............................................................................. 88 Modalidades fundamentales de la reproducción.................................................. 89 Modalidades básicas de la reproducción ampliada.............................................. 89 Tipos de reproducción ampliada extensiva.......................................................... 91 Tipos de reproducción ampliada intensiva.......................................................... 92 Breve resumen....................................................................................... ........... 93 Capítulo X: Formas de utilización del producto total y determinantes de los ritmos de crecimiento. Utilización del producto de reposición................................................................ 95 Las condiciones de existencia del producto excedente......................................... 98 Formas de utilización del producto excedente..................................................... 100 Acumulación y reproducción ampliada del patrimonio productivo....................... 102 Determinantes del crecimiento del producto....................................................... 103 Capítulo XI: Sobre el carácter de las fuerzas productivas. Consideraciones previas.................................................................................... 106 Unidad de producción y unidad económica........................................................ 107 Indicadores del grado de socialización................................................................ 111 Base o régimen de producción. Base de pequeña producción y base de producción a gran escala..................................................................................................... 114 Algunas correlaciones que interesa subrayar...................................................... 115 Cuestionarios......................................................................................................... 117 Indice...................................................................... .............................................. 133