el deber de saber. la tradición docente en la edad media castellana

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MEXICO EN EL MUNDO HI5PÁNICO Oscar Mazín Gómez Editor VolumenI EL COLEGIODE MICHOACÁN

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MEXICO EN ELMUNDO HI5PÁNICO

Oscar Mazín GómezEditor

Volumen I

EL COLEGIO DE MICHOACÁN

EL DEBER DE SABER:LA TRADICION DOCENTE EN LA EDAD MEDIA CASTELLANA

Adeline RucquoiC.N.R.S., Francia

En una síntedis, publicada en México en 1998, David C. Wright Can anuncia desde su intro-ducción que: "la educación.fue una herramienta empleada por los frailes para alcanzar larealización de su utópica visión religiosa y social en los pueblos indígenas mesoamericanos",añadiendo a continuación que: "vista así, la enseñanza es inseparable de las demás tareasevangelizadoras y debe estudiarse bajo este enfoque".r Pero si la enseñanza entonces impar-tida tenía por único objetivo evangelizar a los habitantes de la Nueva España, resulta algosorprendente leer, páginas más adelante, que dicha educación, además de la doctrina cristiana,incluía materim como saber leer y escribir, canto, gramática latina y castellana, náhuatl, retó-rica, lógica, matemáticas, música y medicina, historia y hasta filosofía y teología.2 ¿Qué tienenqlle vel'con una simple "tarea evangelizadora" la gramática latina o las matemáticas? A lahora de buscar antecedentes a la educación que los primeros franciscanos impartieron en susescuelas, el autor se limita a dedicar un capítulo a la enseñanzaen el México precortesiano,para poner de relieve cómo los frailes adaptaron la costumbre local de "criar los muchachosen nuestras casas".3

Pero, si bien los menores supieron adaptarse a los métodos en uso, el contenido de laenseñanza que dieron no tiene mucho que ver con la tradición local. Tiene que ver, en cambio,tanto con la educación que se daba entonces en Europa como con la que, desde los primerosaños de la ocupación de las Indias, los españoles implantaron en sus tieras "nuevas". EnL5l2ya, o sea unos pocos años después de la colonización en las islas Caribes, las leyes deBurgos estipularon que "en las comunidades de más de cincuenta indios, el encomenderodebe nombrar Lrn mozo idóneo para enseñarles a leer, a escribir y la religión". En 1536, o seaqtrince años después de la conquista de México, la acción conjunta del obispo Zumárragay delviney Mendoza tuvo pol'resultado la fi¡ndación, no ya de una "escuela" sino de un colegio deenseñanza superior en Tlatelolco. Y en 155 l, el rcy fundó en la ciudad de México la primerauniversidad del nuevo continente, cuyos estatutos y disciplinas eran los de Salamanca.+ Ni

David Charles Wr ight Can. Los fi'dn( i\t (tr( )s t .su ltiltt¡t edril (nit (t en ltt Ntta,u E.rpuñu ( ! 523 - t 580). México. INAH. | 998. p I Ill,i¿eill. p .15. 40 y 41Ibidertt. p 25Lotenztr l \ ' f LunaDiez.Enr iqtreConzálezGonzí lez.Nl l rgar i ta lv lenegLrs¡ ,ArnrandoPn,t in. l r r Ret i l \Jni ter . r idt tdt le i l lé . t i t t t Hi t t ¡ t iude lu utner.¡idutl tr¡lrutiul. México. UNAIVI. lc)87

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Muxrco EN F-L MUNDo ulspÁNrco

la calidad de los fundadores de instituciones educativas en América, ni el contenido de laenseñanza impartida permiten, pues, limitar ésta a r-rna simple "tarea evangelizaclora" que sehubiera cumplido perfectamente con algunas clases de catecismo.

Para entender la verdadera significación de este movimiento, no basta con buscar unacontinuidad con los usos locales. Hay que indagar en la tradición medieval europea y, másespecíficamente, en la hispánica. Poco se ha escrito sobre la educación en la España medieval,área que brilla por su ausencia en la mayor parte de los manuales dedicados a la historia de laeducación.5 Recientemente, sin embargo, han salido a luz algunas obras generales que ofre-cen, a través de artículos de diverso inteÉs, ciertas perspectivas sobre el tema.6 Pero tan sóloun estudio en profundidad de la enseñanza y de la educación en la Península ibérica durantela Edad Media, no sólo de las instituciones en cuyo rlarco se impaitían, sino también delcontenido de la enseñanza dada, permitirá entender la preocr-rpación manifestada por clérigosy seglares, este verdadero deber de saber y de transmitir el saber, que se plasnió a principiosdel siglo xvl en la fundación de escuelas, colegios y universidades en el Nuevo Mundo.

Isidoro de Sevilla (i'636) fue indudablemente el autor más leído durante la EdadMedia. A principios del siglo vII, mientras elaboraba con los obispos y los magnates del reinoel concepto mismo de rcaleza, Isidoro afirmó que la ignorancia era la madre de todos losenores ignorantia mater errorum ¿sf.7 Los "errores" a los que se refiere aquí el metropolitanode Sevilla eran naturalmente los que atañían a la fe y la herejía era fruto de la ignorancia. Alrey, defensor fidei, incumbía pues, el deber de proteger a su pueblo de los errores y de lasherejías, de sacarle de la ignorancia, en otros términos de transmitirle el saber. Varios siglosdespués, Alfonso X el Sabio, heredero de esa larga tradición, explicó que Dios había dadomás entendimiento a los reyes que a los demás moftales, y que, por esa razón, ellos tenían laobligación de enseñar a su vez a sus pueblos.s A mediados del siglo xItt, hacía más de un sigloque los pensadorcs cristianos en Occidente, España incluída, disertaban sobre la "ciencia" y"los saberes" y que habían llegado a la conclusión de que la suma de los saberes debía llevara la sabiduría, que es el conocimiento de Dios. A la hora en qLre los reyes de Francia escogíanal rey David como modelo y a la justicia como virtud, los reyes en Castilla tomaban comoejemplo a Salomón y reivindicaban la sabiduría.')

Para l i t n i t a rnosaob tas rec i en tes .enCas fonM ia la r c t&JeanV ia l ( ed ) .H i . s t o i t vnun t t l i a l e t l e l ' é t l u ru r i t ¡ u . t l .Deso t i g i t t t ' t , i l 5 l '(Paris. PUF'. l98l). diez páginas tan sólo de las 361 de la obra están tledicadas a Esparia. de las r¡Lre oclro se ¡clie¡en al pedodo visi-tico En Edu'ard J Porver. ,4 Leguct ol Leuntin¡¡ A His¡ot-t ol llbstent Etlututirut. Nueva Yo¡k. Suny. 1991. no se encuentlo ninrención de España o de alguna de sus universidades: tan sólo Isidolo de Sevilla está nrncionado en tr€s ocasiones \ ,Avcrr ric ' ."' ,:' ,

RómulodeCalva|ho.Hisnjr iut loensinoenlPt l t tu 'gulL i sboa .FundagñoCa lous teCu lbenk ian . l L )86 H i s t t ¡ t i a l t ' l uednu t i t í ne t tEs ¡uñu tAnó t i t u . I l . L t t¿du t t t t i t í t t c r t l uH ts ¡ t t r t t i , ,t t r t t igut t tnrcdieta l . Madr id.FundaciónSantaNlaría-Edic ionesSM. 1992 l3ern¡béBar io lonréNlar l ínez(cd).Hirr¿rrr r rdt luut t i t inetftuttdoru de la Igle siu. N4adr id. BAC. 1997 Adeline Rucquoi. "Education ef sociétú tlans la Péninsule ibiriqLre nrédióvale" . Histt,itt'

de I'Edruorion. ó9 (jn¡i,¡s¡ 1996). pp .l-36Isidorus Hispalensis. "Synonyma dc lanlentatioue aninrae peccatlicis . en Migrre. Ptttutlttgiu L¿¿Ilr¡r¡. rol 83. c 860: "ittiltil supietttitt

nutlnn urpi en s i nte lli ge rulo d ij u tFra¡rc isctrRico.Af fbrrsoel Subi t t t l r rCcnera[ Estor ia ? ' rzs let t i t ¡net .Barcclona.Ar ic l l ( )72.pp123- lJ!Adef ine Rucquoi . "El Rey Sabio: cr¡ l t tua y podclen la monarcl t r ía castel lana ntet l icrc l . Reytblut i ( iu \ nt t 'nLlu ist¿r ( l l l Culso t le

Cul tura lv ledieval . l99l ) . AgLr i larde Crnrpoó. 1993. p 77-87

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3r0

EL oe errR DE SABER

En la Penínsurla ibérica medieval, el saber es, pues, un deber y es en primer lugar un

deber que incr-rmbe a los reyes. De ellos depende, según la tradición teodosiana recogida enla legislación visigótica, la salud m¿iterial y nrolal de sLr pueblo, para cuyo fin deben nombrarbuenos administradores civiles y obispos idóneos. Pero de ellos también depende, directa-mente o a través de estos oficiales seglares y eclesiásticos, la enseñanza del pueblo. El rey seconvierte así en Lrn rc-r nngiste4 además de ser un rex sapiens. La permanencia de las escuelaspalatinas desde los tiernpos visigóticos, y el papel fundamental qr"re desernpeñó la corte en lavida intelectual y cultural durante la Edad Media atestiguan que no se trataba de una merainvocación o de un deseo piadoso.

La ENsEñRNZA EN LA ALTA Eoao Meor¡

Las escuelas de la época visigótica han sido ampliamente estudiadas, aunque a veces dentrode una perspectiva rnás "bártjara" que lomana.r') Sin embargo, Ios visigodos habían dejadode ser "bárbaros" cuando se instalaron en la Península ibérica a principios del siglo vI, y laeducación que recibieron los habitantes de la Península a los largo de los dos siglos siguientesse inscribe dentro de una perfecta continuidad con el periodo anterior. A lo largo de los siglosIV y v la Iglesia había tenido que cubrir numerosos cargos municipales, antaño desempeñadospor administradores civiles, en particular el cuidado de los pobres y enfermos, las distribucio-nes de pan y la enseñanza. Los concilios de los siglos vI y VII, que reunían a prelados y mag-nates del reino convocados por el rey, además de prescribir la fundación o el mantenimientode escuelas parroquiales. instituyeron escuelas episcopales en las que los niños debían recibiruna educación, antes de escoger la vida eclesiástica o la seglar.

Bajo el impulso de grandes obispos y metropolitanos, que eran a sLr vez grandes inte-lectLtales. cieftas escuelas catedralicias florecieron: Sevilla con Leandro (579-599) y su her-mano Isidoro (599-636); Palencia con Conancio (607-638);Zaragoza con Jnan (620-631);Braulio (631-651) y Tajón (651-664), y Toledo con Eugenio (646-656),Ildefbnso (651-667),Julián (680-690) y Félix (693-700). Por su parte, numerosos prelados fueron formados en lasescltelas de algunos "monasterios" en los qr,re vivían comunidades de clérigos bajo una reglalibremente pactada y qlre se situaban a proximidad de las grandes ciuclades; los documentosrecuerdan así la import¿lncia del monasterio de Agali, cerca de Toledol de San Zoilo de Cór-doba; del Honoriacense, en Sevilla; del Cauliana en Mérida; de Santa Engracia en Zaragoza;Santa Eulalia en Barcelona y Bíclaro en Gerona.r I

El clero no el'a el único que recibía una formación. Sabernos qlre los niños y jóveneseducados en las escuelas episcopales no abrazab¿rn todos el estado clerical. Y las escuelasparoquiales debieron cumplir con sLr cometido, a jr-rzgar por el gran número de los que sabíanescribir enla Hisparlia visigótica: en la cuenca del Duero fueron encontraclas muchas pizalras

l 0 P i e r r e R i c h é . É d u t u ¡ i o , e r t u l t u t c d t t n s l o r t i t l e n t l ¡ . t l ¡ t t r e ( l ' l e - l t i l l e s i ? r 1 c s / . p ¡ r í s . L e S e . i l . I C X r 2

de f i r r r r l l c r t i l l t le l c lc to en la Españr r i s ic t i t i c Í r ' . cn A F l l chc ¡ V . l \ l l r t in . H is ro t iu l c l r t I .g l t t i t t . V¡ lenc ia . E t l i ccp l r )7 - l -1980. t V .p 6 7 7 - 7 0 6 B e r n a b é B a l l t ) l o n l é N f a r t i l e z . ' ' L a e d t r c a c i t i n e n l a F - s p a ñ l r i s i g t i t i c a . H i ¡ t t t ¡ i L t l c l t t e l t t t t t r i t i t ¡ ¿ n [ : s p t t n t r t . \ t t ú t i t L t o ¡ t( l / . l l . p 1 2 7 - l - 1 8

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Mr-x lc 'o EN EL N, luNDct luspÁNIc 'o

del siglo vII, con inscripciones mLry diversas -compl'as y ventas de terenos, contratos, r, ii.rjes,etcétera-, qr.re atestiguan la amplia dilusión de la escritura hasta entre poblaciones rurales.En el otro extremo de la pir irmide social, los hi jos del rey y de los grandes oficiales, o seade la nobleza, recibían una educación en el palacio, donde también se encontraba una nota-ble biblioteca y un taller de orfeblería. La documentación mLrestra que no era Llna educaciónsuperf icial, y reyes como Sisebuto (612-621). Sisenando (631-636), Chindasvinro (642-653)y Warnba (612-680), o comites como Bulgarus, Braulius y Laurentius hicieron gala de sucultura, dejando a veces poemas, cartas o tratados.rr

Diversos textos de la época permiten conocer las etapas de la enseñ¿lnza.13 L¿r ense-ñanza prirnaria o litterutio tenía como objetivo el estudio de las letras "hasta llegar ¿l conocerla acentuación de las sílabas y distinguir el valor de las palabras''. a partir de un sistema oral,basado en preguntas y rcspuestas, confrontación de tesis opuestas y técnicas de memoriza-ción. Una vez conocidas las bases de la lengua y la versif icación, el alumno pasaba al estudiode las siete artes liberales -tal y como habían sido definidas por Marciano Capella hacia el43V, ciencias de la lengua rgramática, retórica y lógica- y ciencias abstractas -aritmética,geometría, astronomía y múrsica-. El futuro clérigo recibía además una formación específicaque le obligaba a conocer el salterio, los cánticos, los himnos ¡' el litual. El método seguidopasaba por la lectura de los textos, su comentario, las quaestiones para aclarar las dudas, ladisputatio entre varias opiniones, y la collatio o confrontación con el conjunto de la comuni-dad intelectual. El contenido de las bibliotecas de la época refleja perfectamente las preocu-paciones didácticas de sus poseedores, ya que reunían autores clásicos, gramáticos, textosbíblicos y patrísticos, mientras que la producción intelectual se centraba en la elaboración deflorilegios y manuales, compilaciones jr-rrídicas o históricas, y hasta enciclopedias como lasEtünologías.

La llegada de los musulmanes a la Península en el 7l I v la cousiguiente desaparicióndel reino visigoclo abren un periodo de más de tres siglos que ha sido visto a menudo, para laparte cristiana septentrional, corno de aislamiento y atraso,r+ mientras que no se concede tam-poco a los cristianos de la parte meridional una brillante vida intelectual.15 Los escasos datosqLte nos proporcionan los textos -no hay qr-re olvidar que las frecuentes campañas militaresllevadas a cabo por los musulmanes y por los clistianos durante ese periodo resultaban en ladestrucción de los escritos, liblos y registros del enemigo-r6 permiten sin embargo matizar

l2 José Or- landis. Se tnblu¡ : t ts t is i gr í r f t as. Madr id. Ri t lp. 1992

l j P P l s c u a | . . ' T h e / n s | i | u | i t l l l u l l r ! t s L l ¡ ; 1 ü r r r e o | I s i < l t l r e o f S e r i | l e . ' . T r u d i r i t ¡ | 3 ( l 9 5 7 ) . p p ] 5 . ] 5 | P i e r e Rrvisrgothic¡ t re: les/ l l r ¡ i l l t l i r l l l¿sdist ip | in, td. . , \ t ¡ t l ler7 i ¡ let l t ln t ¡

ct l t lé l r .ezZrr loaga.. 'LasEt inologíurc leSanls i t |oIot |cSci i | |¿r .u ¡ t í t t l e s .27 -18 ( 198ó ) . pp l 9 l - 199

| - l M a r c e l i n D e f o u t l l c a u x . L e s I . . t t t t t 1 t t i ' t e n E s ¡ n t 3 t t e t u r X I c e t X t l e s i i < i c l N l l t l ¡ i d . | 9 . l 9 . i n i c i ¡"ñanceses" en España con el postulado del "aislamientti' tle Espaira. del "desf¡se" entre Líslil r Fr ltneilt. r del ' tetreso de' ll PenilsLlla

ibéñca a hncs del s ig lo XI

l 5D t rn r r r r r q t r e I v I i l l e t - é ra rd .C l t r é t i ensD t ( ) : t l n l b¿ \? | ( u l Í u r i s ! un i t ¡ uedu t s | 'Es ¡ l u ' q t t t ' l t ' l \ l l I l :

l 6 E l h c c h o e s t á l t e s t i g t r a d o e n p a t . t i c u l l t d c s p u é s t l e | a t o n l a d c B a r c e | o n a p ( l t | t ) 5 | l l t ¡ \ | ' | t l ] ll i b rosy l os reg i s t r os .ob | rgandoa los l r ab l t an tesA tec t ¡ l l l l l t l l l c t c ' | c l 1as l | ( )Vú i l nSc | { . ) s t cs t i | r l L ) l l i o sdeDu l c i d l l r c t l 9 | ' 7 ¡ t l eC l l i l l e l e l ¡

1Ángel Fabrcgl iCra.u.Di¡ t l tsnut Íur i del t t r tn¿dnt l dcBttnal t ¡ t tu. t 'o l l (811-100O).Barcelonl t t t ) r )5 l lL i r l r 172 1261 ErrGal ic ia.¡ ror

|asl r r is l t lasf .ecl ras.e|oblspoPet l rodcCor lposte|atectr l r l l th¿tqt te losntrr t r tandtrshabíant |c: l ¡ r l í t |os t t i ¡ l | t t r t t s (P i l a t - Losce r1a les r l eca I c ía< leVa l i l e l r c l | an t'lin¡tlx¡

l. tloc I 37

3 t2

Et- t>t 'eER DF. SABER

ampliantente las afirmaciones anterioles. La mayor parte de las ciudades del reino visigodo

capitLrló ante los invasores, consigr-riendo así el estatLlto de clhinuttis o "protegidos" que les

ase,uuraba, en particLtlaL, el merntenimiento de sus leyes, de su lengua y de su religión. La

aplastante mayoría cristiana del siglo VIII, aLrnqLre viviera bqo el dominio de gobernadores oemires musulmanes, no debió de expelimentar grandes cambios en su vida cotidiana. Divet'sostestimonios apuntan a que Toledo seguía siendo Lln centro cultural cristiano a flllales del siglovttt, cuando el ntetropolitano Elipando regía su sede y polemizaba con Beato de Liébana.r7En la primera mitad del siguiente siglo, las escuelas de Córdoba, San Zollo, San Acisclo,San Cipriano, Tres Santos, y las de los monasterios cercanos de Tábanos. Cuteclara, PinnaMellaria y San Félix seguían siendo activas y los nombres de los abades Speraindeo, Sansón yLeovigildo, colno los de Pomponia y Artemia. muestr¿ln qr-re los jóvenes cristianos de ambossexos recibían unaeducación impartida por maestros de su propio sexo.rs A mediados delsiglo IX, sin embargo, los grandes autores cristianos de Córdoba se quejaban clel desinteréshacia el latín que mostlaban los jóvenes cristianos. atraídos por el árabe.

La búsqueda del marürio por unos cincuenta cristianos en Córdoba a mediados delsiglo IX tuvo graves consecuencias para la comunidad cristiana que vivía en al-Andalus. Unarepresión fue dirigida contra los cristianos, quienes se vieron en particular apartados de loscargos palatinos y administrativos que solían desempeñar. Los disturbios que caracterizaronluego la vida política del emrrato impulsaron a numerosos cristianos a emigrar hacia los reinosdel norte que se estaban consolidando. La comunidad cristiana meridional, pese a tener toda-vía algunas figuras importantes a fines del siglo IX, perdió el uso del latín en el siglo siguientemientras se convertía en minotía.

Poco o nada se sabe de la educación en las regiones septentrionales de la Penínsuladurante esos sigl,os. La gran cantidad de documentos conservados, a pesar de las destruccionesdebidas a la guerra, muestra que no se había perdido ni el uso de la escritura ni el de la lectura.La presencia y la circulación de numerosos libros, en particular en las donaciones y dotacionesde iglesiis,'' la confección de glosarios,r0 las donaciones de libros para que fueran comunesa varios mon¿rsterios y sirvieran a todos,rr y hasta menciones específicas a la capacidad de

I t r hannesC i f .C r rT r t r ss r r i ¡ t l t nun tnwa tu r t b i u t r un .Mad r i d .CS lC . l 97 j . pp l - 5 . 1 . . 55 -58 .67 - l l lUc l t ode L i é [ ¡ an ¡ .Obn ts t t n t ¡ t l e -¡¿l r .e( l por loai¡ t r i rGonzír lezEcheganl , .Albcnodel CanrpoyLesl icC.Frecntan. l \4adr id.UAC. 1995.p XXXV-LI t r h ¡ r r ¡ r cs ( i i l .C r r rT r t t s v r i ¡ t l t t t t r n t nn t ^ . u rb i r t nun t -q t r i t - f I I . p 4 | 3 ( l / i l r r deMar i aesc r i t apo rEu log iodeCó ldobaens r l l l ¿n t t ¡ t i u l e

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Ene l t ) 50 .po re . i pn rp l o .San 'ac i noOrecozdon t i a l r r r onus te r i odeSa l ccdosuc¿ rsa { t nnu t i s l i b t i ¡ " (A Uh ie toA t I e l t . ( Luu t l t u i odeSut fulilltín dc lu Co,gollu.Valcncia. 197(r pp 70-71 )

Hi \tt,t irt. l\4adricl 1997H | t l b l s P t l c c n a d l o t | c A s t t l t g a d t l n ó | i b ¡ t r s n c u A t l ( ) I l ] ( ) n : l s t e l i ( ) s c l ) c | 9 l 5 e o n | l s i q t | t e n t c p r e c i s r t í n : ' H t ¡ ¡ t ¡ t l t t l C ¡

/ e 3 r r r u . t A \ ' e ¡ r s C l r i r i r r r G e n e r u l i e | ¿ o l l l ¿ t t ( l ( s | l l t I } e n i | ( ) . t | \ ' . I r l r c h c . | 6 l { ) . p - + . 1 7 s s . t l / P o lbibf iotecas españolas dc la Alta Edad llledi.r. ll". lcthtit. XX/1. Stlaluancr. lrlg(r. n .t-li(¡)

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lvlr.xtr o EN EL tvtuNDO ulsp..rNlc ct

escribirl atesti-qLlan que se segr,ría impartiendo una enseñanza. probablemente hereclada de laépoca anterior ya que el contenido de las bibliotecas coincide en sran parte con el del siglovIL EI gran número de obras de retórica. de gramática y de matemática, así como los autoresclásicos y patrísticos que figuran en la biblioteca del sur de la Península o quizás del palacioreal de Oviedo, en 882, y en la del monasterio de San Cosme y Damián de Abellar. cercade León, en eI92J , muestran qLle se trataba ante todo de bibliotecas de estudio, en estrecharelación con una catedral o un monastelio, y quizás la corte.rr

Los grandes monasterios, que reunían a veces a varios centenares de hombres y muje-res, tenían un scriptorimn acfivo, con sus copistas y sus iluminadores de ambos sexos, ymantenían. como lo habían hecho los monasterios de al-Andalus. una escuela. En enero de1002, el monasterio de Celanova en Galicia se qr.rejó ante el rey de la Lrsurpación de una desus iglesias y de las violencias ejercidas contra un tal magister loacino: entre los testigos delmonasterio figura "la muchedumbre de los niños que viven en la escuela y en el convento".rlEn el siglo XI, los monasterios pirenáicos de San Juan de La Peña y San Salvador de Puyóacogían a los hijos de la familia real y a los jóvenes de la aristocracia, mientras qr.re el abadOliba impulsaba los estudios en el monasterio de Ripoll.r5 Nada impide pensar que, fielesa los preceptos de los cánones visigóticos -la Hisparta collectir¡ fue copiada en numerososscriptorict durante los siglos x y xI-, las catedrales también se preocuparon de la educaciónde los jóvenes. En 1044, el cabildo catedral de Barcelona contaba entre sus miembros conun maestrescuela.r6 Del mismo modo, en mayo de 1072, una lista de testigos. al pie de undocumento firmado por el cabildo catedlal de Braga, muestra que éste contaba con jóvenesestudiantes,los puenili o niños.r7

Asimismo, fiel a la tradición visigótica, la corte real debió de acoger una escuela. Elrey Fernando t de Castilla (1035-1065) favoreció, según las crónicas. l¿r educación de sush¡os y de sus hijas y les hizo estudiar las aftes liberales.rs La mención cle algunos "maestros"en la documentación anterior permite pensar qLle se impartía dicha enseñanza en la propiacorte, y que ciertos personajes podían considerarse como "alumnos" del rey. En septiembrede 870, por ejemplo, el abad Rutericus, gravemente enfermo. se presentaba al rey Alfonso Ill

En septienrbre de 923. Ausilius dice no poder hnrral un contralo de venta por habelse quedado cicgtr: '(ltli \ctlhLrc sclo el per cecltatcll]

occulis nreis sclibere non video et hic signunr inrpresionis feci et anc lindictionenr t-eci ct fir nlrrc rogar i" {Angel Fabrega r Grau.

Dipl rnnt t r r i r le luCu¡et lnt l t leBunehntt t .vol I (8] l -1000) Barcelonr. l995.nr Ínr l l ) \ cn lO- l - l .Uni f redusinrocasuenlernredadal

pie de un testanrento: Signunt Unifletlus. stce¡dt¡s. c¡ui pro ninria egritudine scrihcre ntrttren ntutlt non possum sicui solifts sunl.

se r l con t i l n ro i s t i uss i gnc lp r c t i t u l a t t l . . (Edua rd lun ¡ . en t iSub i t á .D r l / r l r r l r | d I t i ( ' t | t t | \Nl Mundó. Barcelona. Institu¡ d'Estudis Catalans. 1992. ntinr l-51)

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t tile"A l , e | i no t l e . | esus t l aCos ta .ob i sy tDPu ln ¡ t ' ¡ t t t r ' q t t n i : u1ü t l du t l i t u t ' s cdeBrg t t .Co i l r l b ra . | 9 . 59 . ro ] ] nL i l l l 9 .t ttrtr illtr puet uk¡s iVIito ltilitunttntli, ()nt¡t it t¡ I'i l iununttli: Onhnitt Dtludi:.. Otthttitt llldreltti:

Hist t , t i t ts i lense.ed porJustoPérezt leLlrbcl ]At i lanoGonzi i lczRuiz-Zoni l la. I \ ladr id. l t )5(r p lx ] . / {c t rcrz,Fentctn lus / i i l r i { \ / / " f

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3 t4

EL oes¡R DE sAgER

como alutttnus vester. En el 993, aparece un ntugistt o Menendo, a quien el rey de León habíadado r-¡na tierra confiscada.re Poco despr;és, en el prirner cLrarto del si-elo XI, el rey Sancho dePamplona y la reina Mumadona llamaban al abad de San Marlín de Albelda, Leoario, "nLres-tro maestro y pddre espiritr-ral'', lo que permite suponer que habían sido alumnos suyos.r0 Enjulio de 1054, al pie de un documento otorgado en Oviedo figura el nonrbre de un tal Ade-ganus "maestro del rey".3r La escuela palatina, con sus lnaestros, educaba tanto a los futurosreyes como a los futuros obispos y magnates; quizás fuera acogido en ella Sampiro, el obispodeAstorga y cronista real, quien recordaba. al final de su vida en 1042 cómo, huyendo deZamora, había encontrado protección y ayuda en el palacio real.'tl

Numerosos son, pues, los indicios que señalan la existencia de una enseñanza dada enlos monasterios, las catedrales y hasta en la corte. y basada en las mismas obras que habíanconformado la educación en los siglos vt y vtt durante la alta Edad Media. El florecimientopropio de la época postelior no debe considerarse como un "renacimiento", ya qLle los estu-dios nunca habían desaparecido en la Península ibérica, sino como el resultado de nuevosentbques y nuevas técnicas de educación en un mundo que cambiaba rápidamente.

LRs escuelAs EN Los stcLos xll A xv

La progresiva recorquista del territorio hispánico a partir de mediados del siglo XI y la reformagregoriana, con todas sus consecuencias -reforma moral y administrativa de la Iglesia, crea-ción del derecho canónico y lenta separación de la teología frente a la filosofía-, transforma-ron en parte la vida religiosa e intelectual en la Península. El rito visigótico fue oficialmenteabandonado a fines del siglo xI, aunqLre muchas fiestas y ciertos rituales pervivieron y coexis-tieron durante siglos con el rito romano, y la escritura visigótica fue asimismo reemplazadapor la carolina en uso al norte de los Pirineos. España se convirtió en el siglo XII y en laprimera mitad del xttl en un foc<-r de atracción para todos los que buscaban la "doctrina delos Á¡abes", o sea los textos científicos propros del c¡tttulrit,itun quese difundían en la Penín-sula en versión ¿írabe. Textos y hombres circularon entonces y numerosos fueron también lospcninsulares que estudiaron en escuelas extranjeras.rl

La primera característica de este segundo periodo es la sustitución de los monasteriospor las catedrales y el clero secular en general. La difirsión de la regla benedictina y de lascostulllbl'es de Cluny -pocos monasterios hispanos pertenecieron a la orden-, y lr-rego de las

] 9 A n t o n i o C F l o ú a n o . D ¡ l k l n u i t i u t e s p t t i i t i l t l t , l p e t i t n l t t L t s t t t t ( 7 t S - 9 t 0 ) . t l I . O r i e d o . l 9 5 | . n t i l r r 9 9 . p p 6 5 . 6 7 :

| o t d l I | D I | l u | | ? s | ¿ r I " t e i | u s s u n a b e g l i t t t t I t t t t , . 1 , t t t t i I t l s é N l a r r u e |

de Leúi.I l l l (98ó-10-ll ). León. 1987. núnr -559] 0 A n h u i o L | h i e t t l A | | e f a . C ( f | u I u ú o d e A I b e h h . Z a r a g t l z a . T e r t t l s I V l c i e l ' a |

purri spirttuuli LcittLtt it i '

Pedro Ff oriano Llorcnte. Ct¡let t iótt di¡tluutítir tt tle I mt¡nus¡erio d¿ Sitn l'ir eme de Ot iedo ( uñt¡s 7il t - t 200 ). Or iedo. I 96g. núl-19:" ;1 d egu t i nn gj s te r te g i s"J \ { RLr izAsencio.Colect i t i t t< loutntentul t lc l t tn l t i tode!¿¡¡n¡¿r¡ , . , ,1 t leLeótt . t l \ ' ( t0J2_l t09J.León. 1990.núnr l (X)4.pp 165_167Adef ine R ucquoi. "La invención de una nrctnrrlra ltr: cabildos ¡re ninsulales del sigltr X ll". klirr.s Lletlio ttles. f . B r¡e nrrs A il.cs. I 992.6.7-80' ld. . . .Lasl .utasde|saber.Españaene|srgloXIt . . .Htnr tut j t , t tD'CI¿t t t t l i t lSút l t lBuenos Ai les (en ptenst I

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315

MExtc 'o uN f .L l \4uNDo l l lsp, \Nlco

reglas cisterciense, premostr¿ltense y de los agustirros regulales, transformó el papel de losmonasterios qLre se convirtieron en centros de vida espiritual apartados clel mundo. La rcformagregoriana, en cambio, dio al clelo seculaf Lrn protagonismo que había perdido siglos antes.A mediados del siglo xtya, los concil ios de Coyanza de 1055 y de Cornpostela de 1056 y1063 habían estipulado la composición de los cabildos, y la nominación cle dis¡tettntrtresencargados de la formación del clero en los arcedianazgos, mrentras que las parroquias ruralesse veían obligadas a mantener una scltola pala instrr"rir a los clérigos. La dignidad de maes-trescuela o caput scholae apareció progresivamente en todos los cabildos de la Península,desde el de la catedral de Barcelona de 1044 hasta el que f igura en León en I l8l.3tPero lasede de Coimbra ya poseía un maestro de grarnática en 1088, Toledo, en I I l-5 v Palencia, en1116, rnientras que el arzobispo de Compostela, Diego Gelmírez, contrataba hacia I 100-1110aun ntagister de doctrina eloquerÍiae. o sea a un retórico. para que enseñara en la catedralde su sede y lo hizo venir de Beauvais, en Francia.ss A lo largo del siglo Xll. los cabildos sellenaron con personajes que ostentaban el título de "maestros".

Desde mediados del Siglo xII, una escuela de gramática existía al lado de la sede apos-tólica de Santiago. En julio de I170. I¿rs cor"rstitr-rciones cladas por sLr arzobispo a la iglesia deCompostela definieron las atribuciones del ntagister sclnlurmtt o l'naestlescuela del cabildo.Depositario del sello, debía de utilizarlo según las prescripciones. Debía señalar y ordenar las

lecciones cada día y nombrar en la ciudad aun nmgistrunt ütfocultate granmrice encargado de"enseñar e instruir fielmente" tanto a los "socios" de la iglesia, o sea los clérigos v los niños,

como a "los otros de la ciudad y de la diócesis" y "dirigir y componer" todos los escritos del

cabildo; el maestro así escogido por el maestrescuela recibía un salario anual de 60 sueldos

leoneses y tenía la obligación de asistir a las fiestas para corregir la dicción y el acento de

los que leyeren.ró Nueve años después, el Concilio de Letrán III instituyó en todits las iglesias

catedralicias de la cristiandad romana la dignidad de maestrcscltela.Las escuelas catedralicias siguieron impartiendo una enseñanza que no tenía por único

objetivo la formación de los futlrros clér'igos. A imltación del cabildo de Compostela qr-re

nombraba un maestro para los niños de la iglesia, de la ciudad y de la diócesis. otros cabildos

a lo largo de la Edad Media abrieron escuelas de gramática. como en Guimaráes en 1228,

Lérida y Tudela en 1230. Calahorra en l2-10, Sangüiesa el año siguiente. Ser illa en 1254 y

Olite en 1300. A principios del siglo XV, el cabildo catedralicio y la urLrnicipalidad de Sevilla

pagaban conjuntamente el sueldo de un maestro de gramática pafa los tliños de Ia cirrdad y se

reservaban el derecho cle abrir r.rnl investigación si dicho ntaestro no cumplía con su deber.rT

A mediados del siglo XV, el cabilclo de Palencia alqLrilaba c¿ida año las "casas de las escuelas''

I o s é M a r í a F e r ' l r í t ¡ r < l e z C a t t i r r . C - r ¡ / ¿ r r l ¿ í l l d t ¡ t t t t l t c t l I L l l t l c l L l n l l i l t l t l e l t t t l t t e d r t t | l t , I ' t l , , t t

pp -521- -52J : " \ / c r t t tudus nu tg i r le t ¡ t t t lu t u t ¡ i '

H i s t t ¡ l i t t C t t t t t ¡ l t l s r e | | t u l t t . c | t p o l F c | n a n ( l o L ó ¡ ^ . z A l s i n a . I l l t i l t u d

Conrpos te la . 1988. pp 65-73

Anton ioLópezFenc i l t ¡ . H is t t t t iu t l t , l t t s t t ¡ t t t . \ , \ ,1 I ,q le ¡ i t t t l csu t t r iu ,q r t t l cL- t t t r t ¡ t t t s tc l t t . t IV .S tn t iago l t )01 p¡ r l9 i -19- l \apend ice

XLl l . pp 107-108. I osóSánc l r ezHe I re t t l . . .Cen t r t l sdeens . ' ña l l z r \ , eS tUd i r I l l c s t | cSe r ' i | | a t l t t l an te | t l s s rg l r r sX I l | l r | \ \ i . .E l ir 198-l). nn ti75-lJ9lJ

l6

316

EL n i g ¡R Dh sABIR

a uno o varios bachilleles, para que las cuidat'an e in-tpartiet'an en ellas sus clases.rs El cabildo

de la catedral de León también pagaba a Lrn maestro de gramática y, para ello. contrató en

1498 a un doctol italiano.El papel de las catedrales fr,re por lo tanto importante en la formación de los futuros

clérigos y de muchas generaciones de niños en las ciudades.'te La educación, sin embargo, noera un monopolio de la Iglesia. Los documentos de los siglos XI a XIII permiten entrever laexistencia de una educación impartida por maestros inclividuales a alumnos y alumnas. Lamultiplicación de las menciones de nlagi.rÍer ttrcus, con el posesivo, así como las de nlmnpnuso almnpn en la documentación, desvela este fenómeno todavía poco conocido. Hemos vistoya cómo, a principios del siglo XI, los reyes de Pamplona se dirigían al abad Leoario como a"su" maestl'o y padre espiritual. Uno de los pueruli de la catedral de Braga de 1012, convertidoa su vez en "maestro", recibió en I 103 una tierra de una de sus alumnas.r0 A lo largo del sigloxII, numerosos hombres y mujeres en Castilla dejaron mandas a sus maestros. En Oviedo,en 1136, un tal Pedro Ovequiz hizo una donación al arcediano Fernando,magistto nleo}lEn León, Michael Arivaldes otorgó sLr test¿unento en la primera mitad del siglo XII y dejó anteo rnugistro Lln lnar¿rvedí, una capa et tres estopos; en I143, doña Gontrodo Cítiz instituyótestamentarios, con el abad Martin de San Marcelo, a nxeus nngister archidiaconus domnusArios; hacia 1159, ese mismo arcecliano Arias, enferrno, mandó anngistro nteo,el arcedianoPetrus Giraldi, una copa de plata; el arrediano Tomás, quien falleció el 6 de febrero de I 185,figura como magistrum nrcwtl en el testamento no fechado de Rodrigo Pelagii.a2 En Toledo, enI 161, el alcalde Domingo Antolín legó a su ntagister, el sacerdote Juan de la iglesia de SantaLeocadia dos tnizcales; en 1179, JLran Petrez Mocarram estipuló que después de su muerte,su heredera diera a st ntugister. don Domingo de la iglesia de San Zo\lo,unntiz.cal; el añosiguiente, doña Leocadia oldenó en sLr testanlento qLte fuese dado un ntizcal a su magister porsu trabajo; Eulalia, nieta y hercdera de JLran Petrez Mocarram, redactó a su vez su testamentoen I l8-5. y mandó a su nra.gister don Servando un rniTcal; en Il92 todavía, doña Cristinadejaba a su nngister', el sacerdote don Juan Bayán, por su trabajo como maestro, un ntizcal.+3

Los maesttos, por su parte, tienen alumnos, los almnpni y aluntpnae, como aquéllosa quienes el arcediano Arias de León mandaba en I 159 algunas vestimentas y un saltedo,{o cstos "hijos, nietos y parientes de nobles" a los que el subdiácono toledano Juan enseñabaa leer a cambio de un salario a principios del siglo Xtu.+s Pero l¿r escuela nás renombrada de

3 8 S a t r t i a g o F t a n c i a L o l c n z t r . C u t t í h t g t d c l , \ t i l l l l ¡ ¡ C t t | ¡ i I l t | t t l t | ¿ I \ l | t t u l r ¡ . S e r r e I l :

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Palencia. Dinutacrtin. I c)89

Ittatr Fl rtncisctr Riveta Rce io EscLlcltrs cclesiisticas". Dl¿ ¿ lr,¡¿r t itt de H itn ¡ritt & l¿¡iúst it u de É-yzairr. Madfit l. l 972A v c l i n o t | c | c s t i s d a C o s t a . o l l i : ¡ r l I ) I | t | t t l ¿ u t ¡ r ! ¿ n i : t l t t - u l t | L l t | i t u L s t t l c l } r t t ' q t t .

eslipuló err s[t lcsli l l l l f l tto: "EI tk¡ iptttnt l1(,t( '(!u(i lat]1 Dr(t,\t\t.t) ntett lTtutttri,qtt l ' i l i t t i l t( i lul i: tt l \ttrt 1 ¡tri 'F r lnc isco f av ie r Fcru indcz Conde. L r I t l c r i t t t l t , . \ s t L t t i t r \ ?n l ( t ( r l r ( r L t lu t l ¡ l l¿ l i t t - Or i cdo . l 97 l . pp 94 v 9 t l| o s t r ] \ l l I í ¡ t F . e l n ¿ i n d e z C a f ó n . C t ¡ | c u ' i ó t t t h ¡ t t t l t l r ' l l | t l | l a l t t n l ¡ i l t ¡

l .+38- l -+19 ( I l l3) . 1.506 ( | I59) I t -5.11-13 Angel Conzí lez Palencia 1- , r r n l t :út1r l ) ( ' t t lc ' l i ¡ lu lo ¿,r¡ 1r¡r . r l ,g l r r r \ t l t XI t t . . t r r r ls . N4ar l r id. 1926-1g28. nLints l0 l - l ( l l6 l ) . 736

( I 1 7 9 ) . l 0 l 8 ( l 1 8 0 ) . l 0 l 6 ( | 1 8 . 5 ) r 1 1 6 r I I t ) t )+-t Iosú \lrrr ía Fernáltdez Ctttilt.

- 15 Anse l Conzá lezP : t l e l l c i l 1 -os r l¿ r t í n t l u ' r l e l i ¡ l c t l t ¡ t ' n /¿ r r v ( / ¡ ¡ r \ t l t \ l t l . t I r r r i l ¡ 36 ( ) r l l ( ) t ) l

. l l 7

Mgxtt 'O F-N t r l t \ tuNDo rr rspÁNlco

la época fue. sin duda alguna. la qLre regenteaba en Toledo el nngister Gerardo de Cremona.en la que se enseñaba la "doctrina cle los Ár'¿rbes". o sea las categorías de Aristóteles y lostextos de matemática, astronomía y rnedicina. La escuela del maestro Gerardo, en la que setrabajaba de forma escolástica sobre textos latinos y iirabes -éstos últimos, traducidos literal-mente durante las clases-. atlajo tanto a estudiantes hispanos como a extranjeros, llegadoshasta de Hungría, y es a uno de ellos, el inglés Daniel de Morlay, que debemos la mejordescripción de su método de enseñanza.'6 Aunque muchos de los maestros recordaclos por ladocumentación parecen haber sido clérigos, no todos eran canónigos o clérigos de misa. Lasórdenes menotes, que facilitaban a los varones el acceso al estudio, no les impedían luegocasarse y ejercer una actividad profana. cuando no vivir de sus conocimientos.

La existencia de una enseñanza privada --en el sentido de que no estaba sometida alcontrol directo de la Iglesia-, impartida a niños como a niñas. puede haberse plasmado, en lossiglos siguientes, en la crcación de escuelas urbanas,los studia donde se impartían principal-mente clases de gramática, pero también de artes en general -trivium y quadriviuinr- y hastade leyes. Las autoridades urbanas crearon en el reino de Aragón nLrmerosos studia de artes,desde el de Barbastro, en Aragón. en 1268, hasta el de 1499 en Reus, Cataluña. mientras queen el reino de Valencia diez ciudades abrían escuelas a lo largo del siglo XI\'. En 1140-1441,en Cervera, varios bachilleles constituían una "compañía" para regir el estudio e impartir lasclases de gramática y lógica.r7 En Castilla, donde están atestiguadas escuelas municipales deartes en 1285 en Soria, en 1346 en Madrid, en I39l en Sepúlveda y en 1484 en Jerez de laFrontera, la ciudad de Burgos, desde 1403, pagaba el sueldo de un maestro de /eges, que dabaderecho civil. La adquisición de los conocimientos necesarios para la prácüca de la medicinaseguía pasando entonces por el aprendizaje en casa de un maestro o con é1, más que por unaenseñanza teórica.

Las órdenes mendicantes, que habían ido creando conventos en la mayor parte de lasciudades hispánicas a los largo del siglo xItI. abrieron también por su parte escuelas para laeducación de los niños y jóvenes. El gran canonista y prelado Rodrigo Sánchez de Arévalo(l4U-1410), recordaba en su vejez en Roma el haber aprendido a leer, a escribir y algo delógica y de filosofía en el convento de los dominicos de su villa natal, Santa María la Real deNieva, cerca de Segovia.rs Los dominicos no eran los únicos que se preocLrpaban por ofreceruna educación a los niños de los pueblos o las ciudades en las que vivían, y los franciscanostambién abrieron escuelas.+e

( i e n n | o ¿ l u C r z r l t r l l r t ( b a j o e | c t l i d a t l o c l e P i e r | u i g i P i z z l r r r r r g | i t l ) C t c ' t l t t l n l t . | 9 9 ( ) c r r p a t t t c u l a r p p 2 l - . l 3 :. . C e I ¿ t ¡ t | t l d a C t c t l r o n l e i l l i n n o r a l r l c l l t o t t c l r r x x | c | l i c t | t l c l t t i r i t l c l s c c t l | o \ I I r p p . 5 7 . 7 0 : D a n i e l | c | l t c t ¡ t t a t t L s

c a | c s t l c G ó l a l d t l e C t ú l t l t l n c . . V é a s e A t | e | l l r e I l u c t ¡ u t l i . . c n d i s a l l u s-l l ( | r)i)9). en Drcns:l

A D u r . í n 1 ' S a n p e r e 1 ' F ; . C ó n r e z C a h c r n e t . ' L a s e s c L t c | l t s d e g r . a n l á t i c a e n C e t . r ' e I a . . . & ¡ ! t . t i n l t | t t R t u l ' ] t u d e n t i u d e B u e t r s I ' e | r t t s

t l e B t l n t h n u t . | 7 ( | 9 + r ) A J S t r b c t a n i t s . U ¡ r l t e t r l , t l p l t n r i l p c r r c g i r | c s e s c t r | e s t l e g t ' l t r t t i t i c a r | ü g i c l d e C e n , e r l e l c t l r . s | - l - l ( ) - | - l | . . .

& i l e t ú t l e l u R e u l , k u d e n i u d e B u c n u r l , c u u s d c ' B t t n c l t , n u . 3 7 ( 1 9 7 7 - 1 9 7 8 ) . p ¡ l ó 9 - 1 7 5

R o r | r i g o S í r r c h e z r | e A r é r ' a | o . S p e t u | u t t t l t u l l t t t t l t l c l i ¡ t l t , . R t l l t t l t . | - 1 ( l 8 - \ t l c | i n e R u c q u o i . ' ' R o d r i g o

Tenut¡ i l lel ietulcs. 6 (1996). pp 2-jr)-25 |

F F c f i x L o p c s . E s c o l a s p t i h l i c a s t l o s f t r l c i s c u r r o s e r u P o l l u g a l a n ( e s d e l 3 0 8 " . C t ¡ l ¿ t t t i n t ' t t l e l : \ t t l t l r ) \ ( B l i l S i t ) . 2 . 1 9 - 1 7 / ¿ / - \ s

escol¡rs ti 'ancisclnas poÍr.rgr.rcs¿rs

. 1 1

l8

318

El onsrn DE sAtsER

La enseñanza privada fue, por otra parte, la que siguielon lecibiendo muchos hijose hijas de nobles. Aunque algurnos de ellos. como el futuro conde de Buelna. Pero Niño(1378-1453), qr-rien tenía una obvia preferencia por los armas. apoyado en ello por sLr ayoGutiene Díez de Games,50 no hayan pasado de una enseñanza elemental, el rey Alfbnso X ensus Partidas había dejado bien claro que saber leer y escribir, así como dominal los sabereseran tan imprescindibles para la educación de los hijos de los reyes y de los nobles comos¿rber cabal gar, cazr y manejar las armas.5r Muchos nobles recibieron así de un "ayo" o dealgún clérigo o bachiller de la casa de sr"r padre una formación de la qr"re testimonian las can-ciones, los poemas y hasta las obras literarias que dejaron tras sí muchos miembros de laalta y mediana nobleza en la Península ibérica de los siglos xIV y XV.sr Las mujeres de laaristocracia o de la nobleza urbana tampoco estab¿rn apartadas de la cultura y, a mediados delsiglo Xv, el arcediano de Talavera, Alfbnso Maftínez de Toledo, se qr-rejaba anargamente ensl Corbacho de que las arcas de las mujeres estuviesen llenas de caftas y poemas de amor envez de estarlo de obras piadosas.ss

La educación impartida en las escuelas catedralicias, municipales o por maestros pri-vados tenía por objetivo, adernás de enseñar a leer -el aprendizaje de la lectura se hacía enlatín, leyendo y canturreando los salmos-, escribir y contar -incluso con métodos visualesde los que testimonia un documento en AlcobaEa-. formar al estudiante en el dominio de lalengua. Con Prisciano, el joven conseguía dominar la gramática, y a través de la lectura yestudio de obras de Cicerón, Quintiliano e Isidoro de Sevilla, la rerórica,''r ambas disciplinasque le servían luego a Ia hora de llevar una vida social, de predicar o, en el caso de haberrecibido una formación en derecho, de desempeñar algún oficio en la ciudad. La aritméticabásica que estos jóvenes recibían en las escuelas f'ue útil en particular para los mercaderes quedebían tener sus libros de cuentas al día.

El ney Y LA UNIVERSIDAD

La renovación de los saberes en el siglo xII, con el estr.rdio del derecho civil y del canónico,de la filosofía aristotélica, de la teología. y de la medicina sabia, introdujo cambios en lastécnicas y los lugares de enseñanza. Algunas escuelas se especializaron. conto las de Bolonia

Gutierre Diez dc ca'res. El l l i t tt¡t i tt l . ed por Jurn de Nlatu currr¿rztr. 1\lnch id. l9l0Af l irnso X el Sabio. Lts Sit 'tt ' Rtnithts. Sal¡nranca_ l5-5-5. prlrrrlr¿ l l. TirI s a b e | B c c c ¡ r o P i t a . . . l ¡ m u . j e r n o b | e e n | l b a | a E c l a d | \ l e < | i a c a s t e | | a n a . . . I l t l t n t l t t l ó t ¡ d t l L t ] ] 1 u ¡ ( ' r e t t

s idadCorup lu tense. 1986.pp .289- -3 1 -1 l sabe l Bcce i ¡op i rayA l lbnsoFrancoSi l ra . 'Cu l ru ranob i l ia r iavb ib l io tecas C incoe jern¡ rk rs .de f as posn i r t le r ías de l s ig lo X IV a n led ia t los dL- l XV l " . H ts t t ¡ t i t t I t t s t in t t iones Dtx un l (n t ( , t - l2 1 1986) : l -7 - l I s ¡ rhc l l l cce i ro p i ta .'La

l i r r rc ión de la l cc t t r la en e l ánrb i to pant rc ¡u i l l t l c l ¡ Cr ¡ ron¿ l de Cast i l l ¡ ¡ l ra rús de los s i l t l t l os ba . jo rnc t l i c ra lcs ' L ( t \ d i l i , t " ¡ te \l ¡ i s t t ¡ l t t t sd¿ le | lud¡ ¡s l ' t t t t t t l | i tbc t t l . s .edporCa l . | t rsS¿cz l I t l ¡ l t ]u ín

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( l998) .Un ivers idadt leA lca l ¡ i .9 .J . lBLrena l ,en t t r raDeIgadoCr iac lo . . .Lac t | t l cac i t i l l de |c l tba l l c l t len |aEt la t l I \ Ie i l ia

e t t l u e l l s e ñ u l : l t n t e ¿ l i e l u l l h l t r t l t ¡ ¡ l l l t s i ó n t l e I v t b c t . B l t c e | t l n a .

H i s t t ¡ t i u d ¿ l u a t l u L u t i t i t t c n E s p t t ñ u t l t t t e t i r L t - t l . ! L t c l t t t t t t i t i t t t ' n l t t H t t ¡ t t u t i t t t t r n ¡ , ! u t t \ t ¡ t e t l i t ' t t t l - r , / , ( r t . p p . l g 9 5 0 t iA f ibns t r l \ l¿ t r t i rezc leTo ledo.Ar tp res ted¿7 i t l t ¡L ' r t t t t ( -o t l t t t t l t , c t l por l \ l i ch lc l Ger l i N l ¡ th r t l Cáte t l r ¡ r . 1979E n c l s i . e | o X l l l s e g t i n F - r e r a l d o e I A | e n l á l l .

Cakin. Htrnrclo. Tc(idulo \,,A\ i i lno

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53

3 1 9

M¡xl to hN EL tv luNDO t t ts t , .cNtco

en el derecho; las de Salerno y Montpellier en medicina; las de París en filosofía y luegoteología; las de España en las disciplinas científicas propias del qundrivitun, en particular laastronomía./astrología, la óptica, y la química/alquimia. De la especialización de los studionacieron, a partir de mediados del siglo XlI. los "estlrdios generales'' que adoptaron en elsiglo siguiente el nombre de "universidades". Pero si las escuelas de Bolonia. como las deMontpellier, parecen deber su existencia a la ciudad que las albergaba, y la universidad deParís nacerá en 1200 de Ia unión de los estudiantes y sus maestros eclesiásticos, .los "estudiosgenerales" en la Península ibérica tienen la particularidad de ser fundaciones reales.

Haci¿r los años I180 fue creada por el rey Altonso vIII de Castilla. en la ciudad dePalencia, Ia primera universidad de la Península. El rey. dicen las crónicas, "convocó a sabiosde las Galias y de Italia" y "congregó en Palencia a maestros de todas las facultades, a los quedió grandes salarios".55 La fundación de esta primera universidad, en la que se impartía unaformación en las artes liberales, en derecho y en teolo-eía -Domingo de Guzm¿in. el fundadorde la orden de los dominicos, estudió y quizás enseñó teología en Palencia a finales del sigloxII-,-s6 se debe pues al rey, peSe a que numerosos autores hayan intentado atribuirle un origeneclesiástico,57 y seguía indudablemente los modelos elaborados en Montpellier. en las Galias,y en Bolonia,Italia.

Más que en las escuelas catedralicias que en España no dieron lugar a ninguna uni-versidad, quizás haya que buscar en la escuela palatina el origen de los estudios generaleshispanos. De hecho, numerosos indicios apuntan a la activa existencia v gran papel que de-sempeñó la escuela palatina en el siglo xll. Del mismo modo qr.re lo había hecho Rutericusa finales del siglo VIII, y que lo hacían los alumni de los maestros privados en Toledo, Leónu Oviedo, numerosos obispos fueron criados en la corte y se refirieron luego al rey como a"sLl" maestro, mientras que el rey a sLl vez recibía, en su juventud, una educación impartidapor personajes a los que se refiere como a "mi" maestro.

En marzo de 1090, el rey Alfonso vI tomaba bajo sr-r protección y concedía numerososprivilegios a la iglesia de Palencia y a sLr obispo Raimundo, "nuestro maestro, noble varón,

temeroso de Dios" -ntttgistro tu)stt'o, viro nobili et Detnt titnenti-.ss En un documento, la

Rodericus Xi¡nenez de Rada. D¿ rcbus His¡ttutüte LlDer'. ed. por Juan Femández Valt 'elde. Cotpus Cl)ri:trrrlt)rul¡r. Continu¡tio lr4edie-

,gtn it tyibus et ttutgilLt tt i¡rcttt l iu ¿'st irr¡,(l lrrr "

o r i g i n a r i o < l e C a s t i l l a . f b n ¡ i r t l o e n e | r t t t t / l t l r i i 3 t r r n i e c J e P a | e n c i a . y h e I c t l c t t l t l e | a | l 1 u l

s¡la ibérica. Dorringo clc Cuznrán es el lundadol de la prirncla oldcn rcliSios:t que hala puesto el saber. y la ttansllrisión tlel sabct'.

c o I l t t ] U n a 0 c s t t S l . I l é t a s p a t a c o n r , e t 1 i t x | 1 r s . . h c r c . j c ' s . . ¡ ' e r ' i l ¡ t | o s . . c | . l - o t c s . L a i n | l u e n c i a d e I s i d o r r l d e S c ' r i | | l n o s

ctr esc Dloceso En el cas¡ tle los l l ' tncisc¡nos. cl i lr lcrés ¡tor el suaLr-sc den$ r A¡rtonio de Lisbo¡r/Plrtlua. t¡t l ictl se había l 'ornlatlo en

San Vicente de Lisboa

J Sa¡ N4ar t ín Pa1,o . L r r t tn t iguu Ln i tc ts id tn l t le Rt l t t t t i t ¡ . Pa lenc ia . l9 - l f J t lhanncs V inckc ' l ) i c Hochscht r lpo l i t t k de t spa t l t schc t l

D o n r k a p i t e l i m I \ 4 i n e l f l t e t . . . G e s t l l t t l l n ' | | ¿ A u [ s t i r : ' e : t t t K u l t u 4 4 a x h i t l u t S p u t t i e t t s . 9 ( l 9 5 - + ) ¡ p | ] J - | 6 . 1 . e n p a r t i c u l a r p - l J 7 : . . | l 8

u a r d i c D o n t s c h u l e z u P a l e r r c i a i n A l t k a s t i l i e n e i ¡ r e L e h r s r i t t e d e r T h e o l o g i e s o ( l a l . l 5 l c l l 0 8 - l 2 l 2 a u f B c t r c i b c n d e s B i s c h t l l . s T e l l o

n l i tH i l t ' ec lesKón igsA l fbnsVl l l t lu rchBetLr lungtus l¿ ind ischerPur l 'essorcn¿Lrn tS lud iunrCer rera leu t r lgescha l fcn \ \c r ( lL ' r l k ( r l l r ] t c

VéaseGonzafoMl ¡ I í l rezDícz . L lun l re rs ida t l t le Pa lenc in Rer is i t inc l í t i c l t .A t l t t sde l I IC t ¡ t r ¡ \ rcx tdeHis t t ' t i t t l c l 'L t l t t tL t t t 'P l le ¡ rc ia '

1990. pp l -55- l9 lArrtonio Ubieto Artcta. Crrrr¡1¿rio l¿ \ lh¿ldtt. Zlragoz:r. Te\tos I\ ledie\ales. 198 1. nLint J0. pp J{) Jl Pctlro Flot i¡no I ' lolcl l lc '

C t i e t t i t i t t t I i p | t l l t t i t i t l t i e l t n ( , n ( I \ | c 1 ¡ ( , ¿ ( S d n | , i | e n I e t l c 0 l i c d t l ( u ñ t ¡ s 7 | i t - l 2 0 0 ) . O r i e d t l . l ( ) 8 n l l l l l

lV fa r ¡ í r r .Dr ¡ r t tn rc t t t t t t i ¡ í t ¡ t le luLutcL l r t t ldc lT t le tn iu l t0 -15-121; l .P l l lenc ia . l t )86 .n t ' rn r l5

56

57

320

EL n¡a¡R DE sABER

infanta doña Sancha, hermana de Alfonso vII, llama al obispo de Segovia, Pedro ( I I 15- I 148)

magister meus.se En enero de lll6, el rey Fernando II de León donaba la mitad de las rentas

reales en Ciudad Rodrigo al obispo de la ciudad, Petrus de Ponte, "por el buen servicio que

nos ha hecho durante mucho tiempo y liberalmente nuestro alumno, obispo de la ciudad"-pro bono servitio quod nobis aluntnus noster civitaten.sis episcopus multo temporis spatio

Iiberaliter exhibuit-; entre I 164 y | | 7 l , ese mismo Petrus de Ponte acumulaba el oficio de

rtttrg¡ster scholartun de la catedral de Compostela con los de notarius y de cancellarius regis.

En I 182, la iglesia de Lugo conseguía una confirmación de sus privilegios en una carta diri-

gida por el rey a "nuestl'o alumno don Rodrigo II electo de dicha iglesia" -alumne nosterdomine Ruderice II eiusdent ecclesie electe-; cuatro años después, el rey donaba Riego ala iglesia de Astorga y a sLl obispo, don Fernan do, alutnno tneo.60 El 7 de agosto de 1 183,Fernando II de t¡ón y su hijo Alfonso tx habían concedido al antiguo obispo de León, JuanAlbertino, su protección y una exención. El rey calificó al obispo, que había regido la diócesisentre 1139 y 1183, como "alumno de mi padre el emperador de feliz memoria" -alumpnus

mei patris intperatoris felicis mentorie-; más adelante, el soberano indicó que la concesiónse hacía en favor del "muy querido alumno de mi padre el emperador de piadosa memoria ytambién mi fiel amigo y vasallo" -vobis karissimo ntei patris imperatoris pie recordationisalunuto nteoque.ficleli amico utic¡ue et vctsullo-. Dos años después, Fernando II caracterizabaal sucesor de Juan Albertino, Manrique de Lara, como alumpnus tneus, y exoneraba de cual-quier impuesto, en enero de I186, a los vasallos del preceptor de la iglesia de León, RodrigoAprilis, alumpno meo.6t El Obituario de la catedral de León recuerda, con fecha del4 de abril,el nombre del obispo de la ciudad, Martín Fernández (1253-1289), quien había sido alumpnusregis delrey Fernando III el Santo.62

A meüados del siglo XIII, en sus Partida.s, Alfonso x el Sabio recordó la antigua cos-tumbre de los nobles de enviar sus hijos a la corte para que allí fueran educados:

Ca all i se allegan todos aquellos que han de honrrar e de guardar al Rey e al Reyno [...] por que lasbondades e los otros enseñamientos buenos. a que llaman cortesia, sienpre los fallaron e los aprisieronen las cortes. E por endc f ue en España sienpre ¿rcostunbr ado dc los omes honrrados de embiar sus fijosa criar a las cortes de los Reycs. por que aprisiessen a ser corteses e cnseñados, quitos de villania e deyerros, e se acostumbrassen bien assi de dicho como de t-echo, por que fuessen buenos e los señoresovlessen razon de les fazer bien.6'

El rey es, pues, el ntagister de los jóvenes que se educan en la corte .{omo el magisterscolarunt de las catedrales, debe ponerles buenos maestros- y, por extensión, de su pureblo.Fiel a la larga tradición hispánica qr"re hacía del rey el defensor de la fe, y a la idea de que el

Luis ' l r l iguel Vi l larcarcía Dtxuntenf tu iót tnrct l ie ta l dehtutedrul deSe.qr¡ iu( i l15- ! i00).Salanranca. 1990.núm 60Julio González. Regesta tle Fcnrundo Il.pp 444,485.507: Antomo López Ftrreiro. His¡t¡tiu ¿Le |tt Sunttt,.l M Iglesiu de Stutriugo deCotnpo.\te le. IY Santiago de Conrpostela. | 901. pp 88. 98-99. 104. I l0 y I | ó. f oséM¡ r r í aFemándezCa tón .Co le t r i r i t t t h r t t n t e t r u l d¿ l an l t i t ¡ de l uLu te¿ l ru l deLeón . tV ( t l ( . ) 9 -1 t87 ) . nún t s 16 .12 (1183 ) . 1653( l l 8 s ) 1 6 6 0 ( 1 1 8 6 )MauncioHerre¡ t rJ inrénez,Colet t : ióndocunpnnt l del ur t l t i t t ¡d¿' lututedni ldel-eón.XOlt i t tur iosnet l iet t t les.León. 1994.o 371Allbnso X el Sabio. lzrs Sl¿¡¿ Ptu¡idus. Salanranca. l-5-55 S¿crarrl¿r Ru¡irtu.Tit lX. lev XXVII

59ó0.

6 l

ó¿o 1

321

MExtco r rN EL MUNDo r r r s l 'ÁN tco

saber viene de Dios. revela a Dios y acerca a Dios, el nrismo Alfonso x afil'm¿iba que "son losreyes en los sesos más agudos que los otros omnes'!.(rr No se tt'¿lta aquí de Lrna aislada mani-festación de vanidad por parte de un soberano que se veía a sí lnisnro como un "escodriñadorde sciencias, reqr"riridor de doctrinas e de enseñamientos"; hacia 1340. el franciscano ÁlvaroPelayo, en su speculmn regmtt, volvía a apuntaf que "el rey es más eminellte por su seso ysu ciencia porqlle lo es por su trono, su reino y su tierra".o' Habiendo recibiclo de Dios nlássaber que los demás hombres y consciente de que "la ignorancia es la madrc de los errores yla nodriza de los vicios", el rey tiene como primer deber el enseñar ese saber. De allí cleriva elhecho de que, si bien las autoridades mr"rnicipales o eclesiásticas pueden fundar "estudios par-ticulares" para pocos estudiantes, sólo el papa, el emperador o el rey pueden crear un "estudiogeneral", estudio que se caracteriza por la presencia conjunta de "maestros de las artes, asícomo de gramática, et de lógica, et de retórica, et de arismética. et de geometría, et de músicaet de astronomía, et otrosí en que ha maestros de decretos et señores de let'es".66

La fundación del "estudio general" de Palencia hacia I 180 por Alfonso vIIt, la tunda-ción de la universidad de Salamanca en la época de Fernando III y Alfonso el Sabio, y luegola de Valladolid por Alfonso el Sabio se inscnben. pues. dentro de la larga tradición del rernmgister. En la Península ibér'ica, la educación es el deber del ler,. no de la l_elesia. La univer-sidad de Palencia estuvo a punto de desaparecer durante los años de guerra civil que marcaronel cofto reinado de Enrique | (1214-1211), y fue re staurada a partir de 1220 por el obispo de laciudad, Tello Téllez de Meneses, Quien le dio una orientación distinta, más cercana al modeloparisino. Las artes, la lógica, la f i losofía y la teología pledonrinuron en esta segunda etapadel studimn Pero la muerte del obispo y los problemas sr-rrgidos entre sus sucesores, el reyy los vecinos de la ciudad acabaron con la vida del estr-rdio en los años 1260.6i Paléncia seencontraba, en I 180, en Castilla. Hacia l2 18, curando la guerra civil parecía habcr clestrLrido elstudiunt castellano, el rey de León Alfonso IX creó en Salamanca otro "cstudio". La recupera-ción de Palencia, sin embargo, no le permitió florecer \,. en l2-13, Fernando III tuvo que re-crear el studium de Salamanca, concediendo a sus maestros y estr-rdiantes diversos privilegiosde exención. El 8 de mayo de 1254, Alfonso X concedió solemnemente unos estatutos a laque llamó "universidad del estudio" de Salamanca y consiguió del papa Alejandro IV en [255que le diera la licentiu ubiEte dr¡t'etttli.la autolización a sus doctores de enseñar e rt cualquieruniversidad de la Cristiandad. Los estatutos de 1254 habían instituido las tacultades de det'e-cho civil, delecho canónico. artes -gramática y lógica-, música l' nredicina. El salario de losn-laestros estaba pagerdo por cl rey. quien confiaba la percepción de las rcntas asignadas paratal propósito y sLt consiguiente repaltición entre los nraestros. al concejo de la ciudad.6s El

6 . 1 F l u c i s c o R i c o . , l / l i r l s r r e l S u l ¡ i t t t / ¡ r C c n c u r l l - i s t o r i u 7 ) ¿ s l e L t i t ¡ t ¡ t , t - ( ) l ) ( i t . p p 1 2 3 - l - l l E n l a l \ t t t i t l t t l / l l l \ l c r \ \ ' l \ l l t r l l s o

X c l s l b i o l l e g a a d c c i r q u c : " O n d c c l r c v q u e t l c s p r c e i a s c d e u p r c n d e r l o s s a b e ¡ e s . d c s p t c c i r r í l r l t l ) r r r : r l c t ¡ t t i c n r i c n c n l ( ) ( l ( r 5 : c s t l l l l

d ixo e l rey Sa l t ln rón quc toc los los sabcres v ienen t le D ios e t con é l son s ien tprc . e t u t tn t l cs ¡ r t r 'e i l t t í t t s í l t l cs lno -

ó5 A lva lPa is . Speru lunr r r t l r ¡ ¡ t . cd por l \ , l i guc l P in tode l r4eneses .L isho¡ . 1955. I p l { )J l ' .n t i t ¡e t t t i r t te rg te t i t ,? rT( ' r l . r l / ( t r ( i? l ¡ t id

t¡triu entittrtt l i ttr r\ l i i l \&le (l rcptr, (l l?t I LL\ttd

ó6 Af lbnso X e l Sab io . h t ¡ S ie ta P tu t tdus . Par r ida l l . T í t XXXI lev I v l l l

6 7 A d e l i r r e R u c q u o i . " L a d o u b l e v i e d c l u n i r e r s i t é t l c P ¡ l c n c i a ( r l l U 0 - r l l 5 0 l " . S t t u l i a C r t t t i t t t t t t . X X I X { 1 9 9 8 ) . ¡ ¡ r 7 2 3 - 7 1 8

68 Anton io Carc ía ¡ ,Ca lc ía . 'Los

d i i í c i l cs in ic ios l s igk rs X l l l -X lV¡ " . cap I de Lu I - tnn¿r .s i l t t l l t 'SL t l t t t t ¡ t t t ¡ t ¡¿ l . Sa la l l lanc l t . l9 i i ! )

n l . ] - . 1 4 V i c e n t e B e l t r . á r r d e H e l e d i a . C t t t | l t l t l l t t ¡ d e | t t t t t l i l c r s i l t l t

te r . ¡ id tu l le Su lun tun t t t ( 1218-15-16) I ro ls . Sa la l t t i tnea . 1966- l t )67

322

El ut g¡R DE sABER

mismo Alfonso x instituyó además .studia en varias otras ciudades de su reino, con Llna onen-tación precisa: el derecho en Valladolicl -donde el sfiuliutn fue probablemente fundado hacia1255-1260-; en Sevilla, el árabe y el latín, en Murcia, las artes y la medicina. Sólo sobrevivióclurante la Edad Media el studitun de Vallaclolid qr.re, a fines del siglo XIII, tenía el título destudiunt gerterale, o sea de universidad y recibió, en 1346, el privilegio papal delalic'etttiuubiErc tlocendi.6e

En 1288. respondiendo a la petición de una serie de prelados de su reino, el rey Dinísde Portugal fLrndaba a su vez una universidad en Lisboa, universidad que emigró a Coimbra,por orden de los soberanos, en 1307.70 Al igual que en Salamanca, el derecho y la medicinafueron. con las aftes, las disciplinas enseñadas en la universidad portugLlesa que no pudo, sinembargo, rivalizar con la castellana: en 1495. el rey Juan II de Portr-rgal rechazó los candidatoslocales a las cátedras de derecho civil de Lisboa y ordenó que éstas fuesen regidas por profe-sores formados en Salamanca.Tr La universidad de los estudiantes procedentes del reino deAragón era, naturalmente, la de Montpellier, ciud¿id qr"re perteneció al rey de Aragón hasta1340. En 1300, sin embargo, Jaime tt de Aragón instituyó una universidad en Lérida, entre sureino de Aragón y su principado de Cataluña, universidad en la que tan-rbién predominaronIas artes, el derecho y la medicina.Tr En medio siglo, de nntu proprio o por petición de sussúrbditos, los leves de la Penínsnla habían creado las cuatro grandes universidades en las quese fbrmaron generaciones de estudiantes. Debidos a la iniciativa real, los estudios generaleshispanos se especializaron en las aftes. el derecho y la medicina. La teología se convirtió enuna disciplina "universitaria" mucho más tarde (aparece en Salamanca hacia 1380, en Lisboaa fines del siglo xIV. en Valladolid en 1418) y tuvo siempre estrechas relaciones con la facultadde artes, en la medida en que nlrmerosos re-qentes de las cátedras de teología habían enseñadopreviamente la filosofía moral o natural.

Las órdenes mendicantes, que gozaron del apoyo incondicional de los reyes en laPenínsLtla durante el siglo XIII, se habían interesado también por la educación superior desus miembros. Los dominicos y los franciscanos crearon r'ápidamente escuelas de lenguas enalgunos de sus conventos, en Murcia, Valencia, Jírtiva, Barcelona, en Mallorca y en Argel.TlEl estLrdio del árabe, del hebleo y del Iatín tenía como finaliclad expuesta la conversión delos infieles, y Raimundo Martí resulta ser Lrn br,ren e.jemplo de cómo algunos frailes utiliza-ban sus conocimientos.Tr Pero la cul'iosidad por las lengLras se añacle a las demírs clisciplinas

ó9 Ade f i neRucc ¡uo i . ' LacL r l r u r ¡ r t l a se l i t esen laVa l l ado l i dn l cd i c r r l ' \ i t l l t t l t ¡ l t L l H i t t t ¡ t i t t t l t , t t , t t t i u l r t t l Ac tas r l c l cong rcsoso l r r ce l

lV" Centcna¡ io de la Ctudtd (octubre 1996). cn prens¿ll o , \ I 1 u l \ | t l ¡ c i l l t d e S a . . ' l - a [ o n d l t i o n t l e | . L l n i r , e l s l ( é i L i s b o n n c e n | 2 . 9 8 e t

i u s q t r a u n l i l i e t ¡ d u X \ t s i ü c l c " . R L ' t i s t t t l t t l ' t n t t l t u t l ¿ ¿ ( ' 1 . ( ' t r ( t \ t l c l , i s b t x t . l l l s c r i e . n L i l l r l l t l g ( t t ) ) . n 2 9 - 3 6 t t t ( l t t t t t u l u t i t t i l ¡Uniyersitttti.s httruguIensir ¡ I2ó8-/-t-f //. Lishoa I9(r(r

7 |I I f | ( ) 7 ( ) ) p p I 3 ' J 6 | \ I l n u e | A u g t t s t o R o d r i g u e ' s . . S L r b s í t | i o s p l r l r l t h i s t t i r i l r t I l r l ' - i ¡ e l t | l d c

D i r i t t ¡ deC t l i l l l b l u - r t l | LV | I I / I l ( I 98 ] ) . p . 569 .589 /¿ / . lAF l r c t r | t l l r t | cduF tuu | t o t l edeLe | r \¿eC( ] ¡ t ] hn l . LX | l ( | 989 )p . l 6 . 5 - . 18 ( lAn t t i n i o | ) on l i r r g t t c s t | eS t rusaCos r l r .F ] s t dos

e rnP t ) l 1L l - ga l no l c i nadodeD l odo l l ' . t l i b l ¡ ¡ t Re t i s t u t l uFu tu l nu le i l e l , e t n t ¡ l aCo in ¡bn t . LX I I I ( 1990 ) . pp 253 -33 -+

Irubu¡t¡ \ r )bn,el F, t r r rdto gcnerul de lpt i tLt I Lúl ida. CSIC 19197 3 J M C o l l . ' E s c . c l . s t l c l e n g u a s o r i c n l a l c s e n l o s s i q l o s X l l l ¡ , X l V " . l , L t l e L t t t s r t t r t t . l ( t l t r r ( ( ) , ( , t ¡ \ i t t . l 7 ( 1 9 _ l _ l ) p p l l 5 _ l l g1 l . { do f f oRob lesS i cu¿ t / ) ¡ r r RL t t t uh t i l l u t ¡ í t l e sub in t t s .Ca l c ruc ! . : a Hd i ro r i l l Op [ . l 9 t i 6

32i

MÉxlco F-N EL MUNDo rr rspÁnlco

enseñadas en los studia de las órdenes -veintitrés conventos dominicos renían en l28l asíabierto un estudio-, en pafticltlar la gramática, la lógica y la filosofía natural. pala desdibujaruna formación que no se alejaba tanto de la que se imparlía en las universidades.T- A paftirde la segunda mitad del siglo XIII, Salamanca se convirtió, para los domrnicos, franciscanos,agustinos y cistercienses de Castilla en el lugar escogido para mantener el estudio de filosofíay teología de sus respectivas órdenes, mientras qr-re los aragoneses se instalaban progreslva-mente en el siglo XIV en Lérida. En 1382, los franciscanos cre¿lron en su convento de Lisboaun studiunt generale de teología.

Con algunas excepciones, los estr.rdios particulares de las órdenes religiosas no pre-tendían competir con la universidad, sino tan sólo ofi'ecer a los novicios, frailes o monjes unlugar donde vivir y estudiar con la ayuda de ciertos repetidores y de una buena biblioteca. Lacreación, a partir de mediados del siglo XIV, de "colegios mayores" responde a ese mismoobjetivo. En 136-l ,el cardenal Gil Álvarez cle Albornoz (ca. 1295-1361) lundó así en Boloniaun colegio bajo la advocación de San Clemente, para acoger a veintitrés estudiantes origina-rios de Castilla deseosos de ejstudiar en Italia; 607o de ellos tenía que dedicarse al estudio delderecho.T6 Tres años después, Domingo Pons instituría en Lérida el primer colegio mayor de laPenínsula ibérica, bajo la advocación de Santa María y con Ios estatutos de San Clemente deBolonia; doce clérigos podían vivir en él y dedicarse al estudio del derecho y de la teología.i7En 1386, el obispo de Oviedo, Gutierre de Toledo, fundó en Salamanca un colegio para seisestudiantes; Que fue rápidamente conocido como "colegio del Pan y del Carbón" por las rentasque le habían sido atribuidas.

Pero el gran colegio salmantino es indudablemente el de San Bartolomé, que insti-tuyera en 1405 Diego de Anaya, entonces obispo de Salamanca antes de serlo de Cuenca yconvertirse en arzobispo de Sevilla en 1418. El colegio de San Bartolomé acogíu a quinceestudiantes, entre los que diez debían dedicarse al estudio del derecho canónico y cinco al dela teología, y les ofrecía una biblioteca cuyo fondo se fue incrementando a lo largo del siglo-180 volúmenes fueron inventariados en 1433 y 298 en 1440-, y unas repeticiones para mejorasimilar la enseñanza adquirida en la universidad o en el convento dominico de San Esteban.San Bartolomé recibió del papa la confirmación de sus estatutos en l4 I 6 y su fama se extendió

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Belnán de Hercdia" 'Donr ingo Pons (13-30-14t7) ' funclaclor del Colegio c le la Asunción de Lér ida" His¡ 'Lt t t t ' t sr¡ t r t r ' 9 (1956) '

pp 281-317 Buenaventura Delgado Ca¡r ' i l lo . El Ctu¡ulut i t ¡ t le l Colegio t tn i tcrs i t t t t i r t ( le S(t t t t t t . \ l¿t t t t le Lér i t lu (1376-15óf) . Bat-

ce l ona .ed ,Un i ve rs i t a t . 1982 I d . " t s l co l eg iodesan taMar íadeLé l i da . r r l l . r l ¿ l i ¿ ! ( l e l i l ?¿ t t t ( t r i t ) ne t tEspuñ t t t ' l n t é t i r u - t I I ¡ t

edut¿u ión ett ltr Hispuniu atttigutt t rtrctlietttl. o¡t tit . pp 61.-i-616

76.

77

324

EL uee¡R DE sABER

rápidamente.78 A imitación del colegio salmantino fue creado, en l4l9 en Valladolid, por el

cardenal de España Pedro González de Mendoza, el colegio de Santa CrLrz; la bula pontificia

qr-re Ie fue concedida le dio los mrsmos estatutos y privilegios que San Bartolomé.ie La esme-

rada preparación que recibían los colegiales de San Bartolomé en Salamanca y de Santa Cruz

en Vallaclolid les abrió todas las puertas en el siglo XVI y se puede hablar en su caso de la

formación de una verdadera elite de servldores del Estado y de la lglesia.Mientras que otros colegios aparecían en la Península ibérica --en 1485 el de Santa

Catalina en Toledo para doce clérigos pobres; en 1487 , el de San Gregorio en Valladolid para

Ios dominicos; en 1490, en Pallars, Aragón, el de Santiago para setenta y dos dominicos y

treinta y tres estudiantes seglares; en 1492, el de San Cecilio, en la recién reconquistada Gra-nada para la fbrmación de veinte clérigos: en l -500, el colegio de Santiago Zebedeo o colegiode Cuenca en Salamanca; en 1517. el de San Salvador o colegio de Oviedo en Salamancatambién-; el colegio que fue instituido en 1458 en Alcalá de Henares se convirtió, a principiosdel siglo xvt y bajo el in-rpulso del cardenal Cisneros, en una de las nuevas y grandes univer-sidades del reino de Castilla.so

EL s,qeen coNro I)EBER y coN{o pRlvtLEGlo

Desde las escuelas regidas en cada ciudad o villa de la Península por los clérigos de la iglesialocal, los canónigos de la catedral, los frailes de algún convento cercano o diversos bachilleres,hasta las universidades y los colegios mayores, no faltaron las instituciones que permitíanadquirir ese saber que, según Isidoro de Sevilla, alejaba de los "errores", y para Alfonso elSabio era propiedad del Espíritu Santosr y que,con el tiempo, se convertía cadavez más enuna puerta de acceso al poder. La formación intelectual dispensada en los "estudios" hispáni-cos tuvo de hecho una orientación eminentemente práctica y humanista. Lejos de dedicarse alas especulaciones filosóficas y teológicas que caracterizaron al pensamiento elaborado en lasuniversidades de París y Oxford -orientación abusivamente extendida por los historiadores alconjunto de la Cristiandad occidental de fines de la Edad Media-, los hispanos se mantuvie-lon fieles al aristotelismo que inspiraba una filosofía natural en la que cada elemento de laCreación encontraba su lugar y que el hombre podía entender gracias a la razón.S2 Dentro de

78 Roxas y Contreras. nrarqués de Alventós. Hisn¡riu del Colegiol'icjo le Stttt Bttttt¡ltnté illtnot tle ltt LIn¡¿rsitltul tle Stiununtu.Nlr tdtrd. 1768 j J delr4ugástegui . "Losrascongadosenel ColegioMayol t leSanBarto lonléel Vie.¡odeSalanranca". Bole¡ ínt le luReul St t t ieduclVastongortu de Ani¿¡os dcl Puí . r . l l l (19-17). pp 163-19-5 Frtncisco Mal t ín Hernández. Lt l i tnt tut ión t let i t t i l en losutlegios tutirersiturios espuñole s. I -17 I - I 56.r. Vitona. Esset. I 96 |

79 Vicente Bel t rán de Heredia. Bular io de lu lJ t t i tet .s idul de Sul t t t t t t tnr t t . t I I I S¡r lantanca. 1967. nr im l -510. pp 4l l -4- l - - l J Vi l la lbaRtriz dc Tof cdo. "Política universitaria en la Castrlla del srclo XV: El Colegio (le Sanra Cluz de V¡lladolid". En kt Es¡xrñtt Medietul.V11986 ¡ .pp 1285 -1297 Mar íaÁnge lesSoba le r . L r sCo le .q i u l c rX lu to te r l eSun tu ( ' r u : I J t t t t e l i t e t l en t ¡¿ l e t : 1481 - t 670 .Va l l ado l i d .Junta de Castilla y Lrón. 1987

80 losé García Oro. kt unh ersidud tle "\k

ttltí le H enures en lu etu¡tu lirndtn it¡tutt ( l4 58- t 578). Santiago cle Contposte la. I 9928l Alfonso el Sabio. S¿¡¿n¿uio. ed pot Kenneth H Vanderforrl. Buenos Aires. 194-5, pp 67-69. " Entendinuento: que él faze entender

a los desentendldos que aptendan las lenguas que non apdsicron nin entendiercn. segurrf dixo Davic| el proi'ecta [ ] Sabidoria: que élsabe todas las ctrsas en todos los tienpos e holdena sienpre lo nrcior-. galardonanclo los bienes e escalnentando los males

l i l LucaBianchyEugerr ioRtndi Vét i té. ¡d issütLtntes At is f t ¡ ret t lu l tndul l l t tet tA,gr Fr ibourg 1993

325

MÉxtco EN t r l t \ l uNDo l l r spÁN lco

esa cosmología, no solamente todos los elementos conociclos pertenecían a un mismo mu¡rdosino que estaban todos en interrelación. La proclLrcción intelectual cle la penínsr-rla se caracte-tizó así, desde el siglo XIII, por una gran curiosidad por la natul'aleza -por las piedras en elLapidario de Alfonso x, por ejemplo- y pol la elaboración de compenáiot y encrclopediasque satisf icieran la curiosidad de los lectores u oyentes sin excluir nin-euno parte del saber:IaGetterul Estr¡ria de Alfbnso el Sabio ordenó todos los conocimientos,.históricos,,-pl.o-cedentes de las historias antiguas, de la Biblia y de la rnitología-;la Historig ¡4Íttralis delfi'anciscano Juan Gil de Zamora ofi'eció por orden alfabético la suma de los conocimrentos; elSetenurio de Alfonso X y el Lucidario de Sancho tv de Castrlla abarcaron campos muy varia-dos de la teología, la moral y las ciencias naturales.sr Todavía en el siglo xv, esos compendiosseguían siendo apreciados y, hacia 1460, el dominico Lope de Barrientos componía una Clat,issapientine, síntesis de conocimientos filosóficos y teológicos para un arnplio público, mientrasque Alfonso de Toledo dedicaba al arzobispo de Toledo su Invencionarit¡.rt EI pensamientohispano nunca buscó crear categorías excluyentes, sino establecer las concordancias entre losmúltiples y variados elementos del universo.

Sin embargo, más aún que por la naturaleza y sLrs diversas manifestaciones, el pensa-miento hispano medieval se volcó en la culminación de la creación dn lna. cl ser humano, ensu dimensión social e intelectual. Gracias a las ciencias del trivium, y en particular la gramá-tica y la retórica, el hombre podía expresarse y comunicar con los demás. En su Setenario,redactado hacia los años 1250-1260, Alfonso x no dudó en establecer una concordancra entrelas materias del triviunr y las personas cle la Santísima Triniclacl. atribuvendo al padre la gra-mática, al Hijo la lógica y al Espíritu Santo la retórica.s5 Las anes del trivium nunca dejaronde ser cultivadas en la Península ibérica, y tanto Antonio de Nebrija frente a las gramáticaslatina y castellana de su tiempo como los frailes que se encontraron con las lenguas clel Nuer,oMundo y las estudiaron, testimonian la vitalidad de ese inteÉs. Pero Ia gramática, la lógicay la retórica desembocan también en la capacidad cle expresarse en público y constituyenel inst¡umento fundamental del abogado corlto del predicador. En su búsqued a del bortunt,del bien, más que de la veritos, de la verdad -búsqueda, esta última, qLre caracterizaría a losteólogos-, los hispanos de fines de la Edad Media privilegiaron el estudio del derecho por'encima de las demás ciencias, y declicaron también su atención al ejercicio cle la medicina.Pero la medicina no puede practicarse sin haber cursaclo eI quadrivirrn después del trit.itu,t-matemática, geometría, música y astronomí¿r-. no fuera más qlle para establecer con segLrir

A | t i ¡ n s o e l S a b i o . G ¿ r l ¿ , l z l / E ' s | t ¡ t í u . e d p o l A n t o n ¡ ( r G S t l | ¡ r | i n t | c .

e t l A l e l i n o D o n l í r t g u e z G a r c í a l L L r i s G a r c í a B ¿ t ] I c s t c l \ , a | | ¿ r t | o | l t | . . | t l n t a t l e C l t s t i l | l r , L e ó n . 3 v t l | s . | 9 9 4

ed por Kcnneth H Vande l ' fb ld . Buenos,A i rcs l9 l5 t { P K l l t kac lc . L t ¡s 'LuL i t l t t r i tn cs ¡ t r tño les . N l ¡d l i c l l9 ¡ ,s

Anec |NIa t rú lezCasado.L t lpedeBul r ienk¡ ¡ IJn i t l r¿ le< t tn l l le | | t (0 t |edeJ I t ( I t I

ed por Ph i l ip O Geucke. Iv lad ison. 1992

Al lbnso e l Sab io . S¿¡¿ ' r t¿ r r i r ¡ - oP ( ! l - p 3 l : Onde. po¡ es tos t res saoe les qr ¡e se r r ) rn ln c r r un¿ raz t i l r l ( )uvc lon ¡ r l b ic r . r l t rs s ¡b i t rs t ¡ rcs e d e u i a n c o n t a l p o l . | ' l n a a I t e . c p u 5 j c I t ) n I a p t l r e n t l a J a l | a s o t l a s | c a l a l a z o ¡ r l ¿ t z i a c n t c n t | e t t o c | a s | a s

qua l e ra E t en es tas l l l aneras de Iazones se r i lL lcs t r í r qur ' [ ) ios es T l in ic la t conp l ida Et la g la rnd l i ca . t l r re cs dc p l r l r r l . r r r : c cnr re t rde pore l P a d l e : p o t q u e p o r c l p o d e r d e l s L r r i e r h o t Í r n s o l a n r i e n t e l i l c l o n l e c h a s t o c l a s l a s c o s a s L : r t ó s i c l r t l c l . l r r e l l r n l c n t i l l l d e l a r e ¡ d a tc t e n l i é n d e s e p o r e l F i i o : q t t e é l n o s n l o s t r t ) e l P n d r e v c r c l a c l e l a t l i e n t e c p o r ' é l l o c o n n o s g i e n r o s e \ ( r c ( r l ( ) s o e , \ c n o c o e n r c n t i n r

los t t -ando[os q ic l la tn ien te en q t t : t l r t l r t rc ra r ]os \ i1 \ fscnro \ . c g¿rnan< lo su a l l . l ¡ r L l rec l t i r ie lL ( luc cs ¡ i r /on le tmos¡ c i lpuü \ t i ¡ sccntiendc por el tsspú'ltu Sa¡rto: c¡r él alt l lbra e da color e Iclrrtrsura a lodas las cosíls clr¡c s()n ():culrN d¿ cntcrrtl intie¡rlrr

326

El n ¡g¡R DI r SABER

dad la influencia de los ¿rstros sobre los pacientes. El pensamiento hispano estLlvo dominado,desde el siglo XIII y hasta mucho después del siglo XV por la filosofía natural, el humantsmoy la búsqueda del bien, o sea de una acción eficaz dentro del mundo qr-re lo rodeaba.s6

Los maestros se pfeocuparon entonces no sólo del contenido de la enseñanza sinotambién de sus métodos y, en Salamanca. el profesor de derecho canónico Jr-ran Alfonso deBenavente (ca. 1388-ca. I4l8), redactó en 1453 un Ars et doctrütu sfutlencli et tlocendi enelque anunciaba los principios necesarios tanto para los maestros como para los estudiantes.sTLos obispos y los clérigos, qr.rienes tenían a sLr cargo luchar contra la "herejía" y enseñar lafe a los feligreses; se pleocuparon también por adaptar sus métodos a la sociedad que losrodeaba. A las prescripciones habituales de los sínodos que alentaban a los curas a enseñar asus fieles las bases del cristianismo se añadió, a partir cie mediados del siglo XIV, un deseo deproporcionar a los conversos una enseñanza especializada. En 1354. el obispo de Pamplona,Arnaldo deBarbazátn (1318- l 355), publicó un catecismo en el que se especificaban las etapaspropias de la instrr-rcción que recibiría un adulto. "tales como los judíos o musuhnanes y otrosinfieles".ss A fines del siglo siluiente, el recién entronizado arzobispo de Granada, Hernandode Talavera ( 1493- 1507), para hacer frente a la gran masa de conversiones de musulmanes quehabía resultado del edicto de 1502, encargó a Pedro de Alcalá la redacción de un catecismo enárabe, que se abría con un peqr"reño tratado o Arte para ligercuttettte saber Ia lengua arávigct.seEl relato de la vida del arzobispo Talavera, compuesto poco tiempo despr"rés de su muertepor Jerónimo de Madricl, muestra que la redacción de un catecismo en Ia lengua maternade los nuevos feligreses no fue la única técnica que utilizara para conveftir a los granadinosmusulmanes. Desde la conquista de la ciudad en 1492. Hernando de Talavera había puestotodo su empeño en atraer en primer lugar a "los principales" de la comunidad para que, asu vez, éstos transmitieran a los demás sLl nueva fe. Pero la predicación y enseñanza de laselites incluyeron, al lado de los fundamentos de la doctrina, el conocimiento y dominio delas fbrmas propiamente "cristianas" de comer, vestirse y comportarse.eo La educación debeabarca¡ todos los aspectos de la vida. no es una actividad marginal o meramente intelectual.

El saber "útil" fue así el que debían transmitir aqr-réllos que lo habían recibido de Dios.Pero el cumplimiento de dicho deber recibió, en la España medieval, su recompensa y losmaestros gozaron, a partir del siglo Xlu, de la condición y de los privilegios de la nobleza.En la medida en que la nobleza no estaba vinculacla al mero servicio de las arnas, sino que

At|e l rneRLrcquoi . 'Contr ihuciónde|c lsr l t i r / l r t .qrr l r , lz t / l r la lpet lsal l l ientohispatronrecl icra| . .Re| t l t í t , t ¡¿sr /¿al . IUtrr ico. El ColegiodeMichoacán. ro l XIX nLirn 75 (199g). pp 2.+l_ lg0Be l . na l t | oA |onsoRo th íguez . Juu l tA l | i l n s t t de [ )en t t l t ' l l | e t r l t ¡ t ¡ t ] i s t t t ¡ t l l t t t t t t l | i l l t ¡ de l s i ' q l t lX l / .Ron la .CS lC . lC )6+Bctrrtr e tttc. ) 1 r ?I ¿( )( I1 ittu ¡tutletrli et dot etrrl/. ed por Bel nar do Alonsr¡ I{odrísuc¿. Salamanca. Un ir ersiclad pontificia. | 971Biblioreca de la Catedr al de panrplona. Ms 7. f" g. ed por F_mesto Car cín Fcr nánclcz. ..El cttecis¡ro nrediel,al tle Arnaklo dc Bar.bazán.ob i spode lad ioces i sdePan rp lona r l 3 t8 -1355 ) " . E t t l aE . spuñu iVed ia r t l . l 5 ( ¡ 991 ) pp . - i 2 l _ .1 - s2F r Pedl o de Af cali. Atte pu nt li,qe tttrttt,tttt ¡til¡e t ltt le,,qtttt tLrrÍt,l qrr. Cr-anacla. | 50-5Jcróninro de Madr id. Brte srnnrt de lu uu¡r t t t t i l t t de lnn Hert tundrt l t 'Tul tneru (r r r l '510). Nladnr l . U N. Nls l0. l l pcch.o t lc laVegaCr r i ¡ l r r r de l t t s f t t t t l e sde lu tu l ende l b i¿n t l¿ t ¡ t t t r u t l on -S [ ' .H ien ¡ t ¡ l t r ¡ .A l ca l á t l cHcna res . l 5 . l ! ) l i b ro l l l . capXXX l lVéascAdel ine Rucquoi . "L 'cnseignemel l t de la fo i c t c les pr l t iqucs drrns I Espagnc t l r r début dcs Tcnr¡ ]s Nl() ( lcr lcs" Hont() R( l i ,q¡() \ut Aut( ,Lt tde Jeut Delttneu ¡r. País. I-ar,¡rrd. 1997. p lg0- 195

86

87

88

S9q )

327

M¡xrco EN EL MUNDo luspÁNlco

respondía a la tradición romana del servicio general de la res publica,etAlfonso X el Sabio fueel primero, hacia 1260-1270. en reconocer a los maestros y doctores en derecho su aportaciónal bien común. En la Segunda Partida, despr,rés de indicar lo que eran los estudios particularesy generales y cómo debía organizarse la enseñanza, el rey señaló los privilegios qr-re seríanreconocidos y guardados a los especialistas en derecho, y qLre los asimilaba a los caballerosy a los condes.e2 Estudiar, enseñar y practicar el derecho fue entonces considerado parte clelservicio dela res publica, al igual qr.re ejercer oficios públicos o defender el reino con lasarmas. La idea fue retomada poco después en Italia por los juristas Baldo, Barlolo da Sasso-ferrato y Cino da Pistoia. Bartolo da Sassoferrato (cr¿. l3 l3- 1357), en pafticular en sus obrasDe insigrtis et armis y De nobilitate, estableció que la "vía" de los estudios ela equipar-ablea la de las armas y a la del gobierno para alcanzar la nobleza. Originado en España, el con-cepto de una nobleza concedida por el rey a aquellos que la merecían -gracias al ejercicio deoficios públicos, al servicio de las armas o a la obtención de títulos universitarios- dominóampliamente las mentalidades en la Península ibérica durante el siglo XV. Los autores de tra-tados relativos a la nobleza o á la caballería indicaron en particular que existían una "caballe-ría armada" y una "desarmada", caballeros propiantcnte dicho. clérigos y letrados, luchandotodos por "defender" a la patria y sus habitantes.er El saber se conviene aquí en un ¿inna que suposeedor debe utilizar para "defender" a los demás, y el jurista, como el predicador, disfrutanpor ello mismo de los privilegios de la nobleza.

En la sociedad castellana del siglo xv, caballeros y doctores o escuderos v bachillerestuvieron de hecho acceso a los mismos cargos. De ello testimonian. por ejemplo, el acuerdodel cabildo de la catedral de Palencia de 1425, que estipulaba dispensas p¿ualos doctores,licenciados y bachilleres en derecho canónico y civil, los maestros y licenciados en teología ylos miembros de familias nobles,e+ así como la decisión tomada por la cc.sa oli-eárqirica de losCorrales de Valladolid acerca de aquellos que podrían ser acogidos en la casa y ejercer luegoun cargo público,es o las ordenanzas de la cofradía de Caballeros de Santiago de Burgos, que

9l Adel ine Rucquoi . "Ene noble en Espagne aux XIVe-XVIe s iécles". Nt¡b i l iu ts Funkt ion t tnt l Re¡tr t iset t t t t r i t ¡ t t , l t r \dels i t t . \ l teunt¡ t t t .herausgegebenvonOttoCelhardOexleyWemerPa¡avic in i .Gótt ingen.VandenhoeckyRuprecht .1997 pp )13-298 Id."ñ lanci l layl i r r r p i eza : l aobses iónpo re l pecadoenCas t i l l aa f i nesde l s i g l oXV . ( ) r - L í l t i t t n t sJ tns "nu tu l t t u r t t l t Ln t t t¿hnscLu l¿ ¡ . sXV-X I7 i l .Po r ro .I9-2I outubre |99-5. Porro. Inst i tutot le CuhLrru Por lucrrcsa. I997. pp I I3- I35

92 Alfonso X el Sabio. hr Sie¡e Partidus. r4rrit. Segurrda Parrida, Tít XXXI. ls \ Ill Que honnas deven:rver los rraestros rle,las

leyes": "La scie¡rcra de las leyes es conro fuente de.justicia e rprovechasc tlellu cl ¡nundo nras que de otfa scicncia E ¡rrr¡ g¡dg 1,r.

Enrperadores que ñzieron las leyes otolgaroh privillejo a los nrar-stros tlc lls escuelas en quatro mancras L¿l r¡na. ca lucgo que son

maestros han no¡re de nraestlos e de cavalleros e llanraronlos Scñores de ley-es [ ] La quana es que sean sotiles e entendidos. e sepannlostral'este saber. e sean bien r:rzonados c'cle bue¡ras nlancras. e despLres quc ayan veynte años tenido escuelil\ cle leles deven aver

honrrade condes Véase tanrbión Fclnando de l r , lex ia. Nt¡b i lnt t t t t r '¿,ra. Sevi lh. Pedro Bru¡r y Juan Gcntr l l -1() l

93A l f onsodeCar tagena .Re . r ¡ l t t z t t r r r t u l t t t t 1 t t t s Í i t i t t | e t l np t l t e | n tu rquésdeSon r i l l uno , (¿¿¿ l - l ] lnos del siglo XV. I\4adrid. BAE I 16. 1959. p 239: "Mas a seme.ianqa de ella. extendiLtnd()lo Inás ancharnente. otros algunos que por

otlas vias la defienden suelen las escriptulas llanrar cavalleros: como los sacerrlotcs c¡Lrc orantlo delante del trono divino e los letredos

alegando delante los tr ibunales hunranos tr-abajan por escapar a los que son en ¡thgr-o '

94 Archivo de la Catedral de Palencia. Arnrario IV. legajo l. tr lü - ll. r lcgalo 6

95 León de Conal. Dor¡ Diego tle Conul .,.\rellunot los Corrules de lltlktdolid. Madrid. 1905. p 72: t¡ue todas y quales quier

personas. asi doctores conro licenciados. cavalleros. escuderos y bachilleres. de qual quier est¡rdo o drcnidad o pteeminencia. que clc

aqui adelante en la dicha Casa de los Couales quisieren entrar " Véase Adeline Rucquoi . \itllu¿lolid en lu Edad Medi¿i. Vltll¿tdohd.

Jun tadeCas t i l l a y l r ón . 2aed 1997 . t l l . pp 187 -192

328

I ,L DEBER DE SABER

reservaban la admisión a los que "tyenen o tovieren los oficios de la justicia e governaciondesta cibdad", a aquellos que "tovieren vasallos" y a los que fueren doctore,s o licenciados.e6

El saber como necesidad y como deber, y el saber como fuente de privilegios y depoder nos parecen ser elementos característicos de las mentalidades hispánicas medievales.Si para Isidoro de Sevilla en el siglo vII el saber era lo que permitía escoger entre el bien y elmal, y para Alfonso x el Sabio, seis siglos más tarde, la Sabiduría era conocimiento de Dios,para muchos letrados de los siglos XV y XVI el saber fue un instrumento de ascenso social.Pero en ningún momento desapareció la idea del deber de transmitir el saber, don de Diosy que acerca a Dios, a través del conocimiento, en particular, del hombre y de la naturaleza.Los franciscanos que abrieron escuelas en sus conventos de América, al igual que el obispoZumánaga en 1536 o el rey en 1551, eran los herederos de esa larga tradición que, sin desde-ñar ninguna nueva técnica, seguía considerando que la sabiduría proviene de la suma de lossaberes y qwéstos tienen como objetivo la búsqueda del summum bonurn, del bien común.

EI Libt t ¡delaCorr l i t tdíudeStut t i t tgodeBurgs.s.ed thcsir i l .Burgos. 1977.p65 Hi lar ioCasadoAlonso."Ol igarquíaru.bana.comer-c io intemaciorra lypoderreal : Burgosaf inesdelaEclar lMedia",enAdel ineRucquoi (e<J).Reul i tLt t le intúgenest le lpot let . .EsptuluuJtnes de Iu Edad Mediu.Ya,lladolid. Ár¡bito. 198g. o 340

329

PREFACIO

PRIMERA PARTE. LOS CONFINES POLÍTICOSDE LA NUEVA ESPANA

INTRODUCCIÓN

EL CARIBE. CENTROAMERICA. LAS FILIPINASY EL SEFTENTRIÓN

Relaciones entre Nueva E.spaña v In Habana.

Ciudades pornnrias v e,s¡tackt ünperial

Arturo Sorhegui

Lt Habana I'Verarru:., rkts ctnfines caribeños del ntundo nirpariroAbel Juárez Martínez

Eletnentos tlesinÍegratlores ett Centroatnérica, primera mitacl del siglo x,txArturo Taracena Arriola

Ins relaciones de Filipinas ton el c'enIro del vinehato

María Femanda García de los Arcos

Tierra Adentru ¡- Tierra Afuera, el Septentrión de Ia Nueva EspañaChantal Cramaussel

Cotrfirtes polític'os, cenlros conterciales v puntos de unión del imperioespañol con referencia especial al Septentrión novohispanoMartín González de la Vara

SEGUNDA PARTE EL CONJUNTO HISPÁNICO

INTRODUCCIÓN

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN: LOS INTERCAMBIOSQUE ABREN FERSPECTIVA

EI acen'antietú¡ entre dos pueblos: la hisbriografia, la prensay I a s c t¡n nt e nr.¡ rac' itn e sAntonia Pi-Suñer

La entigración española a lberoantérica en los sigkts xa y xx.De la catztidatl a la calidad: frujos y reflujos

Nicolás Sánchez-Albornoz

Cr¡ntenta rio' Clara Lida

Una "cot'rqttista al ret,és" o Ia penetrdción de los mercaderesnoreuropeos \: antericaru¡s en Ia Península ibérica ( 1560-1630)Jean-Philippe Priotti

El sistema de fotas en el Atlán¡ico español "-

el papel

de la Nueva España

Carla Rahn Phillips

ContenÍario. Marina Alfonso Mola

LA PRESENCIA DE LAS CIUDADES

Entre Ia realidad y el deseo. La toponimia de descubrimiento

en Colón v Cortés

Carmen Val Julián

fucatecas y Potosí: dos centros mineros en el siglo xvt

Feter Bakewell

Ciudades hispánicas y signos de identidad

Julián Montemayor

Comentario: Esteban Sánchez de Tagle

LA VOCACIÓN POR EL SABERY LA ENSEÑANZA

EI deber de saber. la rradición docente en Ia Edad Media castellana

Adeline Rucquoi

Las gramáticas de Nebrija y las artes del Nuevo Mundo:

afinidade s y dife renc ias

Rosa Lucas y Cristina Monzón

El sermón barroco en el mundo híspánico: estudio de dos latitttdes

Carlos Henejón Peredo

Comentario: Herón Pérez Martínez

Pru¡cesión de Corpus Christi: In nturalla simbólic'a de un reilto

de conquista, Valencia .v Mético-Tenochtitlan

Nelly Sigaut

C ontenta rio : Jaime Cuadriello

l l

l 5

ÍNDIcEVOLUMEN I

5 l

t 87

201

207

231

255

2 l

J J

4 l

281

289

301

69

83

265

309

331

95

l0 l

Ins fronteras Iatinoonericana,s del México revolucionarioPabloYankelevich l3 l

LA MOVILIDAD ESPACIAL

Geografía.s de la enrigracitin. In distribucitin espacialde los entigranteso la Anúrica e.rpañola ( 1492- I E24)

Carlos Martínez Shaw 151

343

353

363

409

INDICEVOLUMEN II

EL REY Y SUS JUECES ADMINISTRADORES LA HISPANIZACIÓN DE LOS INDIOS

El derecho del ret: el sentido de Ia reale-a v el. poder Ins tratados his¡nrut-ürdígenas en las fnnteras septentrional

en Ia nvnorquía c'astellana ntedieval v nteridional cle Anérica. Andlísis crtmparalivo

Ariel Cuiance 415 Abelardo Levaggi 579

- EI ret'v .sus India.s: entrc inwgen v ¡npel ¡sigkn xvt-xvttt) El poblanúenn ct¡trc ahernatita a la guerra en los cutfines

Thonlas Calvo 427 del orbe indiano

Alberto Canillo Cázares 591Cunentario: Antonio'Feros 485

Mestizaje, ac'ulturacfuin v- Iadinización en do.s regione.s de ChiapasLt re<epción ¡tública de una nuera autoridad colonial: Juan Pedro Viqueira 613

. nndelo ¡teninsula4 rekrente vírreinal v reproducción periférica'

lscn¡ iago de Chile en e! sigb xvtt) Comentario: Felipe Castro Gutiénez &3Jaime Valenzuela Márquez 495

. BALANCECRITICOUna ntirada cunparativa sobre las Reales Audiencias Indianas David A. Brading &9Rafael Diego-Fernández Sotelo 517

ANEXO: EL ESTADO PRESENTE DE LA INVESTIGACIÓNLOS JUECES ADMINISTRADORES SIN EL REY DE LA MÚSICA NOVOHISPANA

John Koegel 667Regionalisnn v separatis,no. Ins casos de Bmsil v Méxicoen la printera ntitad del siglo xrx ÍNolcgoNotvtÁsttco 679Maria Aparecida de S. l.opes 557

INDICETOPONIMICO 703Contentario'. Jaime del Arenal 573

INSTITUCIONES PARTICIPANTES 725

INSTITUCIONES DEAPOYO '725

¡