diagnósticos participativos territoriales para el desarrollo humano integral y sustentable

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Esperanza Muñoz Wilches ** Diagnósticos participativos territoriales para el desarrollo humano integral y sustentable * Fecha de recepción: 7 de abril de 2012 Fecha de aprobación: 23 de mayo de 2012 * Artículo de investigación vinculado al proyecto Identificación de una metodología para diagnósticos participativos en el marco de desarrollo huma- no integral y sustentable, liderado por el programa de TSI promovido por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. ** Docente investigadora, Universidad de La Salle. Trabajadora social, Uni- versidad Nacional de Colombia. Especialista en Pedagogía; magíster en Estudios Políticos, con estudios de maestría en Docencia Universitaria. Directora, asesora y evaluadora de proyectos sociales con participación comunitaria. [email protected] Resumen Los principios misionales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle de Bogotá plantean la participación en el desarrollo de las comunidades locales y regionales mediante investiga- ción con pertinencia socioeconómica y política. Dentro de estos procesos investigativos, el Programa de Trabajo Social viene liderando un proyecto a cinco años en la identificación de una metodología para Diagnósticos par- ticipativos en el marco del desarrollo humano integral y sustentable. El artículo presenta los avances del proce- so adelantado en estos tres primeros años dentro de las fases de revisión documental, estudio de casos exitosos, diseño de la propuesta, pilotaje metodológico y puesta al servicio de los territorios. El proyecto se propone gene- rar conocimientos actualizados y permanentes que sir- van de base para la toma de decisiones en planeación o gestión del desarrollo con las comunidades y desde ellas. Se fundamenta en: participación como derecho y deber comunitario; territorio como hábitat; diagnósticos como estrategia de apropiación de contextos; comunidades justas, éticas y democráticas; promoción de paz y reso- lución de conflictos comunitarios para la transformación social, y ejercicio de ciudadanía. Palabras clave: diagnóstico comunitario, participación, DHIS, territorio. Tend. Ret. ISSN 0122-9729. Vol. 17, No. 1, enero-junio 2012, pp. 69-80

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Metodología de planificación territorial

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  • Esperanza Muoz Wilches**

    Diagnsticos participativos territoriales para el desarrollo humano integral y sustentable*Fecha de recepcin: 7 de abril de 2012Fecha de aprobacin: 23 de mayo de 2012

    * Artculo de investigacin vinculado al proyecto Identificacin de una metodologa para diagnsticos participativos en el marco de desarrollo huma-no integral y sustentable, liderado por el programa de TSI promovido por la Facultad de Ciencias Econmicas y Sociales.

    ** Docente investigadora, Universidad de La Salle. Trabajadora social, Uni-versidad Nacional de Colombia. Especialista en Pedagoga; magster en Estudios Polticos, con estudios de maestra en Docencia Universitaria. Directora, asesora y evaluadora de proyectos sociales con participacin comunitaria. [email protected]

    Resumen

    Los principios misionales de la Facultad de Ciencias Econmicas y Sociales de la Universidad de La Salle de Bogot plantean la participacin en el desarrollo de las comunidades locales y regionales mediante investiga-cin con pertinencia socioeconmica y poltica. Dentro de estos procesos investigativos, el Programa de Trabajo Social viene liderando un proyecto a cinco aos en la identificacin de una metodologa para Diagnsticos par-ticipativos en el marco del desarrollo humano integral y sustentable. El artculo presenta los avances del proce-so adelantado en estos tres primeros aos dentro de las fases de revisin documental, estudio de casos exitosos, diseo de la propuesta, pilotaje metodolgico y puesta al servicio de los territorios. El proyecto se propone gene-rar conocimientos actualizados y permanentes que sir-van de base para la toma de decisiones en planeacin o gestin del desarrollo con las comunidades y desde ellas. Se fundamenta en: participacin como derecho y deber comunitario; territorio como hbitat; diagnsticos como estrategia de apropiacin de contextos; comunidades justas, ticas y democrticas; promocin de paz y reso-lucin de conflictos comunitarios para la transformacin social, y ejercicio de ciudadana.

    Palabras clave: diagnstico comunitario, participacin, DHIS, territorio.

    Tend. Ret. ISSN 0122-9729. Vol. 17, No. 1, enero-junio 2012, pp. 69-80

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    Territorial Participative Diagnoses for Integral and Sustainable Human Development (ISHD)

    The main mission of the Faculty of Economics and So-cial Sciences at La Salle University in Bogota proposes the participation in the development of local and regio-nal communities through research with social-economic and political relevance. Within these research processes, the Social Work Program is leading a five-year project to identify a methodology for Participative Diagnoses within the framework of integral and sustainable human development. The article presents the progress made in the process undertaken during the first three years inclu-ding the phases of document review, successful case stu-dies, design of the proposal, methodology piloting and the offer of territories. The project aims to generate per-manent and updated knowledge as basis for decision-making on planning or management of development for and from communities. It is based on: participation as a right and duty of the community; territory as habitat, diagnosis as a strategy for appropriation of contexts, fair, ethical and democratic communities, promotion of pea-ce and community conflict resolution for social change and exercise of citizenship.

    Keywords: Community Diagnosis, Participation, HISD, Territory.

    Diagnsticos participativos territoriais para o desenvolvimento humano integral e sustentvel (DHIS)

    Os princpios da Faculdade de Cincias Econmicas e Sociais da Universidade de La Salle de Bogot propem a participao no desenvolvimento das comunidades locais e regionais mediante pesquisa com pertinncia socioeconmica e poltica. Dentro destes processos investigativos, o Programa de Trabalho Social vem li-derando um projeto com durao de cinco anos na identificao de uma metodologia para Diagnsticos participativos no entorno do desenvolvimento humano integral e sustentvel. O artigo apresenta os avanos do processo realizado nestes trs primeiros anos den-tro das fases de reviso documental, estudo de casos de sucesso, desenho da proposta, pilotagem metodolgica e implementao a servio dos territrios. O projeto prope gerar conhecimentos atualizados e permanentes que sirvam como base para a tomada de decises em planejamento ou gesto do desenvolvimento com as co-munidades e desde elas. Fundamenta-se em: participa-o como direito e dever comunitrio; territrio como hbitat; diagnsticos como estratgia de apropriao de contextos; comunidades justas, ticas e democrticas; promoo da paz e soluo de conflitos comunitrios para a transformao social, e exerccio de cidadania.

    Palavras chave: diagnstico comunitrio, participao, DHIS, territrio.

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    1. Contextualizacin

    Un desarrollo que no pueda superar el desajuste social, incapaz de favorecer la interaccin social de las

    comunidades nacionales y que no pueda impedir el empobrecimiento cada vez ms de los pobres, ni evitar el enriquecimiento de ricos, es un crecimiento que vio-

    lenta la dignidad humana y degrada el pas.

    P. J. Francisco de Roux (2006).

    Desde el ao 2009 el Programa de Trabajo Social ha venido liderando una investigacin con el objetivo de proponer una estrategia metodolgica de diagnstico participativo social rpido que procure registros nicos, confiables y permanentes, fundamentales para la planea-cin del desarrollo local y regional. Este proyecto hace parte del plan estratgico de la Facultad de Ciencias Econmicas y Sociales de la Universidad de La Salle para proyectar a las comunidades y aportar al desarrollo de las regiones (municipios) desde la identificacin de las problemticas estructurales. Se fundamenta en la reali-dad colombiana de ausencia de sistemas de informacin fiable, actualizada y permanente en los territorios afec-tados por la movilidad social llmese desplazamiento forzado o migracin, y las complejas situaciones pro-ducto de la violencia estructural, las transformaciones sociopolticas, las catstrofes sociales, y los fenmenos naturales o ambientales.

    Si bien es cierto que en el ao 1991 se establece cons-titucionalmente el Estado social y participativo de de-recho, esto no se ha alcanzado en tanto la participacin sigue restringida a ciertas capas poblacionales; los dere-chos humanos han venido siendo sistemticamente vul-nerados en ciertas regiones atravesadas por la violencia y el conflicto armado, con ms de las tres quintas partes del pas y casi cinco millones de habitantes en situacin de desplazamiento forzado, segn la Consultora para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) (2011), lo cual ha inhibido el uso de los espacios de par-ticipacin; la equidad y la justicia social no han podido darse en la mayora del territorio colombiano dejando el 50% de la poblacin por debajo de la lnea de pobreza, segn datos del Departamento Administrativo Nacio-nal de Estadstica (DANE) (2011), lo que ha produci-do un desencantamiento de los estamentos del Estado.

    Y, finalmente, la idea de una participacin amplia y acti-va de la poblacin en la planeacin del desarrollo, la for-mulacin de polticas pblicas, la elaboracin de presu-puestos, la definicin de programas y proyectos sociales, la conformacin de veeduras ciudadanas, y la creacin de sistemas de control social, sigue siendo baja, limitada y a veces nula en el territorio nacional por su excesiva reglamentacin y tramitacin.

    Por su parte, el reciente informe de las Naciones Uni-das: Razones para la esperanza, de septiembre de 2011, muestra datos fundamentales para las consideraciones del desarrollo del pas tales como: el 75% de los munici-pios (825 de 1100) conservan su condicin de ruralidad, es decir, ms del 94% del territorio colombiano; en estos municipios vive el 31% de la poblacin, es decir, cerca de 13 millones de los 45 millones de colombianos re-siden en estos espacios territoriales de nueva ruralidad que conservan las dificultades tradicionales del campo colombiano.

    En este contexto, los municipios y las regiones se cons-tituyen en escenario social de urgente necesidad de ac-tuacin profesional e investigativa, especialmente por las caractersticas de ruralidad y estructuras urbanas afectadas por altos ndices de pobreza y escasos pro-cesos de desarrollo en aspectos como: la produccin y tenencia de la tierra; los nuevos registros demogrficos de migracin y desplazamiento forzado; las situaciones de violencia, el despojo, el desarraigo y el abandono de ciertos territorios producto del conflicto armado o los megaproyectos; asimismo, los efectos del empobreci-miento paulatino de grandes sectores de la poblacin, las desigualdades sociales, la injusticia, la exclusin so-cial y la violacin sistemtica de los derechos funda-mentales de una alta capa de la poblacin colombiana que vive en condiciones de pobreza extrema.

    Por otro lado, tradicionalmente la planeacin del desa-rrollo en el pas ha estado en manos de expertos que, de manera genrica, han asesorado a los territorios con mi-radas mayormente economicistas, sin tener en cuenta los intereses y las necesidades particulares de las poblacio-nales en lo sociocultural, poltico o ambiental. De igual manera, los intentos de descentralizacin administrati-

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    va1 en los territorios tampoco han contado con proce-sos de orientacin o fortalecimiento institucional giles, modernos y acordes con sus requerimientos, motivos por los cuales en algunos municipios se presenta poco aprovechamiento de las ventajas comparativas (rique-za en fauna, flora, subsuelos, grandes extensiones para la agricultura y la ganadera en casi un 94% del terri-torio), sobreexplotacin de ciertos procesos productivos (monocultivos, explotacin minera y de hidrocarburos), desvo de los recursos hacia actividades no prioritarias para la poblacin (corrupcin, clientelismo, burocracia), improvisaciones en el montaje de planes, programas y proyectos por fuera de las condiciones reales de vida.

    Dentro de este panorama se encuentra que los diagns-ticos que sirven de base para la formulacin de polticas y planes de desarrollo tienen con visiones fragmentarias y sectorizadas, bajo racionalidades y esquemas institu-cionales. A su vez, en gran parte de los territorios rura-les los diagnsticos se encuentran desactualizados y con barreras en el acceso a la informacin sobre la comple-jidad de la cuestin social. Un caso que tipifica esto es el registro de poblacin en situacin de desplazamien-to, donde se plantean cifras diferentes y contradictorias. Mientras organismos del Estado como Accin Social (2010)2 revelan que existen menos desplazados (hablan de tres millones), organismos internacional o privados como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el Episcopado Colombiano y Codhes muestran en sus registros cifras mucho ms grandes (entre 4.800.000 y cinco millones). Otro caso semejante es el registro de afectacin por la pasada ola invernal del 2011, donde la Oficina de Atencin Na-cional de Desastres menciona cerca de dos millones de personas, pero los departamentos afectados suman ms de tres millones de habitantes con prdidas de sus vi-viendas, enseres, cultivos y fuentes de empleo.

    Por otra parte, es un hecho que en algunos municipios los procesos de planeacin del desarrollo recurren toda-va a cifras suministradas por censos adelantados en el

    1 Marco Palacios, de la Universidad Nacional de Colombia, muestra los pocos avances en el manejo de recursos.

    2 Estas inconsistencias son cuestionadas por la Corte Suprema de Justicia en su sentencia T-025 de 2004.

    pas en los aos 1985 y 19933, los cuales presentaron fa-lencias en su aplicacin. Por ejemplo, el censo de 1985 se adelant con cuatro tipos de formularios; uno corto para los residentes de viviendas en general; otro ms exten-so para la recoleccin de informacin poblacional a un grupo seleccionado por muestreo; un tercero dirigido a la poblacin indgena, y el cuarto para viviendas colec-tivas (hoteles, internados y hospitales). Esto segment los datos y se convirti en un problema de manejo de informacin que result ser incompleta y desarticulada.

    En el caso del censo de 1993, este se llev a cabo en un solo da, clasificando la poblacin en categoras me-diante la aplicacin de formularios diferentes a viviendas seleccionadas (DANE, 1994). Esto produjo en el pas muchas insatisfacciones institucionales, pues sus resul-tados fueron fragmentarios, inconclusos e insuficientes sobre las problemticas y necesidades de la poblacin.

    Esta falta de datos institucionales actualizados, veraces y confiables, sumada a la insuficiente participacin de la poblacin en los espacios establecidos constitucional-mente4 para la identificacin y expresin de sus necesi-dades y problemticas, no ha permitido el desarrollo de procesos democrticos encaminados hacia la generacin de una cultura participativa para la planeacin y la vee-dura de los recursos. Por tanto, los diagnsticos partici-pativos elaborados, diseados y realizados por las propias comunidades, los cuales reflejen realmente sus necesida-des y problemticas, resultan siendo todava una quime-ra en nuestro Estado social y participativo de derecho.

    2. Desarrollo del proyecto

    El proceso investigativo se centra en la definicin de una metodologa transdisciplinaria territorial en el diseo y la gestin de diagnsticos participativos con perspecti-va de desarrollo humano integral y sustentable. Para su logro se definieron unas fases en tiempos y dinmicas

    3 Datos tomados del DANE (2010).4 Ver por ejemplo la investigacin adelantada por Fabio Velsquez et l.

    (2001), auspiciada por varias entidades entre estas la Fundacin Social, donde se cuestiona sobre la participacin ciudadana en Colombia des-pus de diez aos de vigencia de la Constitucin de 1991, en la cual se muestra claramente que los espacios participativos resultan ser de una mnima asistencia en todos los municipios de Colombia, comenzando por la experiencia de Encuentros Ciudadanos en Bogot.

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    que contemplan: en el primer ao, la fase de documen-tacin bibliogrfica sobre mtodos y metodologas en el diseo y la formulacin de diagnsticos sociales para la fundamentacin terico-metodolgica del proyecto. En la segunda fase, del segundo ao, se plante la revisin de experiencias novedosas en diagnsticos sectoriales o temticos en lo social, econmico, cultural o poltico con participacin comunitaria e incidencia territorial en Bogot y otras regiones del pas. En el tercer ao, la fase tercera de experiencia de formulacin y aplicacin de diagnstico participativo en un territorio como ex-periencia piloto de validacin y ajuste de la propuesta. Y para el cuarto y quinto ao, fase ltima del proyecto, poner al servicio de las regiones la aplicacin de la meto-dologa con acompaamiento, formacin y seguimiento a las poblaciones para su gestin (figura 1).

    Figura 1. Proceso de investigacin

    dentro de sus procesos sigue siendo utilitarista y funcio-nal para el desarrollo de los propsitos institucionales.

    Los estudios corroboran lo dicho por autores como Fabio Velsquez (2001) sobre el desencanto de la poblacin con los espacios y mecanismos de participacin ciudadana planteados dentro de la Constitucin por las mltiples trabas jurdicas y reglamentarias que los componen. Las comunidades han perdido confianza en las instituciones y la ley, por ende no participan en los procesos de consul-ta, toma de decisiones o de participacin ciudadana, pues sienten que no son tenidas en cuenta y que sus necesi-dades no se reflejan en los planes, programas y proyectos gubernamentales. Igualmente, las condiciones estructu-rales de pobreza, conflicto, violencia, corrupcin y clien-telismo siguen imperando en los municipios, frenando la participacin amplia y democrtica de la poblacin.

    Dentro de este contexto, el proyecto de investigacin se justifica en tanto la academia contribuye en la genera-cin y circulacin de conocimientos pertinentes social y polticamente. El propsito misional de La Salle con miras al fortalecimiento democrtico, en perspectiva de derechos y de desarrollo humano integral y sustentable (DHIS), justifica el aporte terico metodolgico a los territorios y las comunidades para el conocimiento de sus realidades. Desarrollo este que procura ser: socialmente participativo, tcnicamente limpio, ecolgicamente compatible, econmicamente viable y sostenible, polti-camente impactante, tica y espiritualmente significativo (PEUL, 2008).

    Asimismo, el proyecto se enmarca en la lnea de investi-gacin de la Facultad de Ciencias Econmicas y Sociales, la cual propone: La ampliacin de las oportunidades para que los sujetos [] identifiquen mecanismos de participacin y movilizacin poltica requeridos para exigir derechos, mejor distribucin del poder y amplia-cin de los marcos normativos; y asuman conductas responsables consigo mismos, con los otros y el mundo (Universidad de La Salle, 2011, p. 21).

    2.1. Primera experiencia territorial

    En el inicio de la tercera fase (segundo semestre de 2010), como respuesta a la solicitud de la Corporacin

    Contextorealidad socialeconmica, cultural, poltica

    EpistemologaTeoraEnfoqueConceptos

    ProcesoMetodologa participativa Sujetos transformadoresActores sociales y polticos

    Fuente: elaboracin propia.

    A partir del rastreo documental, los hallazgos visibilizan la situacin de cambios sociopolticos en los territorios (mo-vilizacin social, desplazamiento, violencia, situacin de ruralidad, pobreza, falta de presencia del Estado) que han afectado los procesos de planeacin, seguimiento y con-trol del desarrollo municipal; la deficiente participacin de la poblacin en la identificacin de sus necesidades y problemticas acordes con lo establecido constitucio-nalmente, y la urgente necesidad de crear sistemas de registros de informacin actualizada que generen flujos de datos en los territorios. Es evidente que las institu-ciones utilizan metodologas tcnico-operativas que les permiten generar datos para su planeacin y programa-cin de recursos, pero estas siguen siendo limitadas en la vinculacin de la poblacin. Asimismo, se refleja que la participacin ciudadana que aducen proponer e incluir

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    Autnoma Regional (CAR), se adelant un proceso de investigacin-accin con docentes y estudiantes de las facultades de Educacin, Ingeniera Ambiental y Traba-jo Social en tres municipios de la regin de Cundina-marca con el fin de elaborar material pedaggico para el cuidado y la preservacin de los recursos naturales. El proceso se adelant a partir de la Identificacin de prcticas socioambientales de la poblacin de la cuenca ro Garagoa y Macheta, y el desarrollo de un proceso formativo (talleres, grupos focales, encuestas) sobre Re-cursos naturales y cambio climtico a jvenes y adultos vinculados a actividades ambientalistas en los munici-pios de Machet, Manta y Tibirita. El estudio en los tres municipios dej como aportes fundamentales:

    1. Las problemticas ambientales requieren abordaje integral en los territorios, en el fortalecimiento de cultura ciudadana y ambientalista. Los talleres carto-grficos como estrategia metodolgica dialgica y de intercambio de saberes entre comunidad, funciona-rios y acadmicos.

    2. En lo poblacional: existe participacin en algunos espacios como comits ciudadanos, pero la institu-cionalidad la limita con consideraciones meramente formales y legales. Tal vez no se requiere abrir ms espacios de participacin, pero s aprovechar los que las comunidades tienen y tradicionalmente sienten como suyos. Los lderes comunitarios esperan y estn en capacidad de participar en la identificacin de necesidades y toma de decisiones sobre sus territo-rios. Se evidencia que el cuidado y la preservacin de los recursos deben partir de la conciencia y de los co-nocimientos comunitarios. La organizacin se da en torno a proyectos y acciones puntuales encaminados a la satisfaccin de necesidades y mejoramiento de condiciones de vida de la poblacin; existen poten-cialidades en los jvenes, mujeres y nios sin cana-lizar. En los aspectos sociodemogrficos, los grupos de mayor participacin en lo comunitario son las mu-jeres y los adultos, por tanto el enfoque diferencial es estrategia para el trabajo comunitario: ojal la capacitacin no se quede solo en una toma de infor-macin, sino que surja un buen proyecto (Informe Proyecto, agosto 2011).

    3. Las alcaldas permiten y requieren apoyo, asesora y consultora en procesos de investigacin diagnstica participativa, planeacin y gestin del desarrollo.

    4. La gestin concertada entre entidades oficiales y privadas es una estrategia favorable para el desarro-llo de las comunidades ms vulnerables a travs de gestin asociada.

    3. Premisas metodolgicas para los diagnsticos participativos

    Los resultados de estas tres primeras fases del proyecto investigativo permiten identificar una metodologa cen-trada en las siguientes premisas:

    3.1. Diagnsticos como estudios sociales y participativos permanentes

    El principio terico orientador de la metodologa se plantea desde la investigacin-accin participativa (Fals Borda, 2006) en la cual se sustenta el dilogo de saberes cientfico y popular. Puede verse tambin como una estrategia metodolgica para el desarrollo huma-no integral y sustentable ya que produce conocimien-tos, promueve y desarrolla en la poblacin capacidades, habilidades y potencialidades investigativas para la movi-lizacin social5. Desde la teora crtica, Lawrence Sthen-house (1987) y Jhon Elliott (2005) aportan fundamen-tos para la intervencin activa, consciente y voluntaria de los sujetos. La corriente de educacin liberadora de Paulo Freire se constituye en una fuente pedaggica via-ble que facilita estrategias para la formacin de sujetos polticos, actores y transformadores de sus propias vidas, y del contexto de inequidad en los territorios.

    El posicionamiento de los sujetos como centro y eje del desarrollo, a partir de su participacin y empoderamiento, concibe las dimensiones de totalidad del ser humano des-de su autonoma, libertad y razn. Por esto la formacin, la promocin y el fortalecimiento de la participacin acti-va para la transformacin de las condiciones de existencia se concibe como deber y derecho.

    5 La movilizacin se centra en lo comunicacional, en el dilogo, la con-certacin y la deliberacin para la creacin o el fortalecimiento de redes sociales, la solidaridad y el respeto por el otro.

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    Una ciencia social interpretativa tiene potencial para promover la conciencia discursiva de s mismo por parte de las personas cuyo comportamiento es objeto de investigacin. [] Esta transicin entre ser cons-ciente de s mismo y ser consciente con conocimiento de s mismo permite a las personas alcanzar auto-noma sobre su comportamiento social. Les permite negociar las reglas y las normas con los otros, y por ello cambiar reflexivamente su conducta social (McKer-nan, 2001, p. 18) (nfasis agregado).

    El desarrollo de diagnsticos participativos se concibe en-tonces como constructo social de y con las comunidades en los territorios. Frente al diagnstico asumimos la con-cepcin de Margarita Rosa Pegaza:

    La superacin de la visin normativa del diagnstico est ampliamente desarrollada en el marco de la con-cepcin de la planificacin estratgica que rescata el protagonismo de los diferentes actores sociales y la pers-pectiva de la construccin histrica como explicacin y proyeccin de acontecimientos sociales. Sus plantea-mientos expresan sin repetir la arcaica representacin determinista, sino que por el contrario, destacando la capacidad de construccin de los sujetos sociales, es-tructurados por la historia, pero a la vez estructurantes del presente y del futuro (Pegaza, 2001, p. 8).

    Mercedes Escalada (2001, p. 24) aporta al diagnstico participativo la superacin del planteamiento meramen-te instrumentalista, reformulando la comprensin de este como fuente de conocimiento cientfico sobre los fenmenos sociales mediante procesos racionales, ana-lticos y reflexivos. As, la construccin de conocimiento de manera participativa se traduce en asunto inteligible, producto de funciones cognitivas en la interpretacin y deconstruccin de conocimientos verificables cientfi-camente por los sujetos, y que pueden ser aplicados a sus realidades. Si este enfoque es estudiado con las ca-tegoras materialista-dialcticas de lo abstracto y de lo concreto, es posible evitar que el diagnstico se reduzca a ser un inventario cuantitativo de datos y/o a una desa-gregacin cualitativa de los fenmenos que desarticula la complejidad de la realidad (p. 30).

    Lo concreto, entonces, como reconstruccin de la tota-lidad y la integralidad de lo social procura un resultado de sntesis o explicacin fenomenolgica de la realidad social, cultural, poltica y econmica que abarca todas

    las dimensiones del ser humano. En palabras de Jrgen Habermas, sera El mejor potencial del diagnstico es su posibilidad heurstica, porque los diagnsticos como pocos instrumentos en el conocimiento de la realidad social, tienen como objeto la realidad emprica, por lo tanto, se constituyen en el nexo entre el pensamiento y la materialidad del objeto de conocimiento (citado en Escalada, 2001, p. 30).

    En este orden de ideas, el diagnstico participativo fa-cilita no solo la obtencin de informacin fundamental sobre problemas y necesidades comunitarias, tambin permite la articulacin de dinmicas sociales e institu-cionales gubernamentales y no gubernamentales, genera potenciacin de recursos locales y externos, as como definicin de reas estratgicas de desarrollo, y fa-vorece la priorizacin de sectores claves para el desarro-llo a partir de una visin racional de las demandas comu-nitarias. Pero, en la praxis del diagnstico participativo se facilita el dilogo, la concertacin, el reconocimiento del otro como parte del nosotros, la construccin del sentido de pertenencia comunitaria desde lo territorial, y se establecen lazos de cohesin e inclusin social que permiten recomponer el sentido de lo social. As mis-mo, el ejercicio de investigacin diagnstica procura la concientizacin comunitaria sobre su historia, su pasado, su presente, con posibilidades de recrear el futuro. Y es aqu donde se plantea la necesidad de facilitar espacios concretos de organizacin y participacin de los diferen-tes grupos o colectivos comunitarios en el ejercicio del levantamiento de sus diagnsticos.

    Ahora bien, la realizacin de diagnsticos participati-vos no solo es una necesidad sino una alternativa para el desarrollo humano. Sin embargo, esto no es posible sin la ubicacin de espacios histricos y socialmente cons-truidos denominados territorios6. En ellos se favorece el desarrollo humano mediante sinergias entre los diferentes sistemas y subsistemas, lo cual nos lleva a repensarlo como escenario que permite la articulacin de redes sociales para su gestin. El territorio conexo al desarrollo humano facilita la relacin entre los medios social, cultural y fsico

    6 Territorio considerado como hbitat de transformacin y recomposicin permanente.

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    o hbitat, elementos necesarios para la vida de las actua-les y futuras generaciones.

    Dentro de esta perspectiva, la cartografa social accede el reconocimiento dialctico del territorio (Gimeno, 1985)7, y con este a la visin temporal y espacial de las relaciones sociales. Se convierte en estrategia terico-operativa para los diagnsticos participativos consistente en la elaboracin colectiva de mapas situacionales como representaciones de sectores, reas o temas de desarrollo. El mapeo facilita el anlisis del pasado y el presente de la comunidad; de lo que ha ocurrido y est sucediendo en el territorio. Se trata de lograr que las comunidades tengan una mirada analtica sobre s, sobre sus espacios vitales y sobre sus fenmenos. La ubicacin de los he-chos sociales, econmicos, polticos, culturales y de los aspectos fsicos del territorio en un mapa visualiza no solo las dificultades, sino tambin las potencialidades, oportunidades y los factores de logro en los procesos de transformacin. El ejercicio del mapeo pone en escena las diferentes miradas y saberes que se fusionan para llegar a una imagen colectiva del territorio a travs de la aplicacin de tcnicas participativas como: encuestas, entrevistas, grupos focales, mesas de discusin y concer-tacin, talleres y conversatorios ciudadanos.

    De esta manera la territorialidad, como bien lo define Claval (1996), ...no es solamente una cuestin de apro-piacin de un espacio [] sino tambin de pertenencia a un territorio, a travs de un proceso de identificacin y de representacin bien sea colectivo como individual, que muchas veces desconoce las fronteras polticas o ad-ministrativas clsicas (citado por Goueset, 1988).

    3.2. Diagnsticos participativos, organizacin y ciudadana para el DHIS

    El uso habitual del trmino participacin en las polticas, planes o programas de desarrollo del pas la han conver-tido en una estrategia ambigua en su concepcin. Para el desarrollo de diagnsticos esta se concibe como un fin en s mismo y como valor propio de la cultura participativa. 7 El territorio definido por la Minga como un espacio socialmente cons-

    truido es otro concepto fundamental de la metodologa. En la idea de que toda sociedad crea una zonificacin que concentra espacialmente interacciones sociales y prcticas sociales rutinizadas (citado por Gime-no, 1985, p. 71).

    La participacin aporta al fortalecimiento de la ciuda-dana8, como resultado de procesos de accin colectiva o de participacin activa en el ejercicio de los derechos de la vida social y poltica en la construccin de lo pblico. Por esto, el desarrollo de diagnsticos participativos trasciende de la mera recoleccin de informacin convirtindose en pro-ceso de movilizacin social9, donde el concepto de comuni-dad10 tambin entra en juego como constructo social. En lo urbano, esta concepcin ha evolucionado superando el aspecto meramente territorial debido a la movilidad social y a los avances tecnolgicos.

    Se trata, entonces, de que a partir del ejercicio de levanta-miento de diagnsticos participativos se promueva la re-construccin de ciudadanas en pro del restablecimiento de nuevas formas de relacin social que incorporen en su cultura la participacin activa, la organizacin autnoma y la movilizacin social propia, en torno a sus legtimos desarrollos. Es imprescindible el restablecimiento de las ciudadanas activas y vinculantes a los procesos socia-les, entendidas de modo relacional y como expresin de poder de la sociedad que, si bien concede autoridad al Estado, lo hace a partir de la exigencia de legitimidad concreta sobre derechos reales y no meramente formales.

    El enfoque de desarrollo asumido por la Universidad como DHIS reconoce el Derecho de las comunidades para garantizarse unas mejores condiciones de existencia tanto materiales como espirituales (Universidad de La Salle, 2011, pp. 23-24). Esta concepcin con alto conte-nido tico-poltico implica construccin del desarrollo para la dignidad humana. Al respecto Kant nos dira: El tratar con dignidad humana significa tratar a las perso-nas como fines en s mismas (citado por Sandel, 2011, 8 T. Marshall (1965) dice que la ciudadana es un proceso de construccin

    histrica descrito y evaluado empricamente; igualmente, lo relaciona con los derechos y las pertenencias, restableciendo el vnculo entre ciu-dadanas vividas y pedagogas pblicas.

    9 Movilizacin social como un conjunto de acciones promovidas por sujetos polticos y organizaciones encaminadas a los cambios y las transforma-ciones de los entornos mediante procesos de concertacin, negociacin y trabajo colectivo que movilizan recursos tanto humanos como fsicos en favor de sus derechos individuales, colectivos o de tercera generacin.

    10 Entendido como Unidad social con autonoma y estabilidad relativa, que habita un territorio geogrfico delimitado y cuyos miembros entre s mantienen relaciones directas y armoniosas, patrones de conducta co-munes y un cdigo normativo que respetan de comn acuerdo, debido a que sus referencias culturales son las mismas.

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    Tend. Ret. ISSN 0122-9729. Vol. 17, No. 1, enero-junio 2012, pp. 69-80

    p. 129), en tanto todas las personas, sin importar su con-dicin, son dignas de respeto. La dignidad no consiste en estar sujeto a la ley moral, sino en ser autor de esa misma ley. El principio supremo de la moral es el ejercicio de la razn prctica pura, es decir, la capacidad de hacer lo que es debido por mrito propio de la razn, y no porque es impuesto desde afuera, de forma tal que la participa-cin le d sentido a la indagacin social, se incorpore a los procesos de interrelacin comunitaria, y procure acuerdos para la toma de decisiones sobre el desarrollo.

    Dentro de este contexto, los diagnsticos participativos promovern procesos de organizacin y participacin ciudadana para la planeacin del desarrollo y el fortale-cimiento de la cultura participativa a partir del inters, la voluntad y la decisin de los sujetos por actuar colecti-vamente en el logro de unas mejores condiciones de vida que preserve los recursos y perdure en las generaciones futuras (figura 2).

    Figura 2. Componentes metodolgicos

    flicto rural que involucra el conflicto agrario y el armado interno. [] La lucha por la tierra, por condiciones de bienestar y por inclusin poltica es el motor del primero; el control del territorio y de la poblacin y la disputa de soberana al Estado animan al segundo (2011, p. 56), lo cual se manifiesta en casi las tres cuartas partes del terri-torio colombiano. Dentro de este contexto, han sido ml-tiples los intentos por alcanzar la paz desde los gobiernos y la sociedad en su conjunto. Uno de estos lo constituye la va jurdica definida como la justicia comunitaria11 encami-nada a crear mecanismos comunitarios para la resolucin de conflictos en los territorios. Esta viene siendo una de las formas tradicionales de las comunidades para resolver conflictos de manera colectiva y dialogada.

    La justicia comunitaria, como institucin de derecho consuetudinario, se establece como salida democrtica y pacfica que convoca a la participacin y el consenso de todos los sectores involucrados en el conflicto. Esta hace parte de la justicia restaurativa (Zehr, 2007) en la cual una accin contraria a la norma considerada por el colectivo como delito debe penalizarse socialmente en procura de reparacin por el dao causado.

    En este aspecto, para los diagnsticos participativos se constituye en una va que redimensiona los procesos de justicia social propios de los pueblos, y que adems de acercar a los sujetos a la ley, les permite desarrollar con-fianza en esta, en su aplicabilidad y sus posibilidades de solucin de conflictos en contextos cruzados por situa-ciones de conflicto, violencia e impunidad. La justicia comunitaria, creada en su momento como estrategia de descongestin de la justicia, puede ser un factor que fa-cilite el desarrollo de potencialidades y capacidades para que los sujetos, consciente y responsablemente, asuman actitudes valorativas de inclusin social, respeto por la diferencia, solidaridad y corresponsabilidad propias de comunidades ticas en la construccin de lo colectivo.

    11 Esta justicia propone la vinculacin de la sociedad civil e instituciones en general para hacerla efectiva en poblaciones rurales y urbanas, de forma que supere la deficiencia del Estado en la aplicacin de la ley; agilice los procesos, y se penalicen los actos de violencia, terror, barbarie, genocidio, despojo, secuestros y dems delitos anlogos a la violencia del pas, en el ejercicio y proteccin de los derechos de la poblacin.

    Investigacinparticipativa

    Diagnstico participativo desde el DIHS

    Ciudadana

    OrganizacinPlaneacin

    participativa

    Fuente: elaboracin propia.

    3.3. Diagnsticos participativos desde la justicia comunitaria

    En Colombia casi todo campesino puede decir que su padre, o su to, o su abuelo fue asesinado por la fuerza pblica, por los paramilitares o por las guerrillas []

    Es la diablica inercia de la violencia.

    Alfredo Molano (2001)

    La violencia en Colombia ha pasado de ser local y parti-dista, a adquirir diferentes modalidades e intensidades. El informe del PNUD (2011) sostiene que existe un con-

  • Esperanza Muoz Wilches78

    Tend. Ret. ISSN 0122-9729. Vol. 17, No. 1, enero-junio 2012, pp. 69-80

    Los diagnsticos participativos desarrollados en las di-nmicas dialgicas procuran la recoleccin de informa-cin conjunta y su anlisis mediante la reflexin, concer-tacin y negociacin, procesos estos fundamentales para el fortalecimiento de la cultura participativa (figura 3).

    As, la bsqueda de un desarrollo ms humano, integral y sustentable sera la promocin de sujetos participativos desde el ejercicio de sus libertades y responsabilidades a partir de los derechos fundamentales y la actuacin plena de sus deberes. Un desarrollo equitativo, justo y participativo que favorezca el crculo virtuoso, y no el crculo perverso de la exclusin y la violencia. Un desa-rrollo que propicie la paz perpetua de Kant, porque sin desarrollo no hay paz, y sin paz el Estado social de dere-cho no puede progresar como marco para el ejercicio de la ciudadana participativa, autnoma, tica y socialmen-te responsable. La figura 4 muestra los procesos de la propuesta de construccin de diagnsticos participativos con los actores presentes en los territorios.

    Figura 3. Dilogos ciudadanos: participacin de actores sociales

    Fuente: elaboracin propia.

    3.4. Los diagnsticos participativos como dilogos ciudadanos y de accin social

    Los resultados del conflicto armado han producido el despojo de tierras y el aniquilamiento del campesinado colombiano, ampliando las brechas sociales; el aumento

    de los desposedos, marginados o excluidos.

    Luis Jorge Garay (2006, p. 47)

    En este contexto, uno de los interrogantes para las cien-cias sociales es cmo participar crticamente en el ejer-cicio democrtico aportando a los procesos de cambio estructural de la realidad sociopoltica, estrechamente relacionada con el desarrollo.

    Intentando dar respuesta Amy Gutmann, citada por Jrgen Habermas (1996, p. 192), fundamenta lo social desde el respeto a la identidad de los sujetos, y el respeto a las formas de accin, prcticas y concepciones del mundo de las comunidades. El reto entonces es incorporar a la cultura ciudadana el reconocimiento del otro, que se da en la medida en que con el otro se construye futuro y se descubren nuevas formas de recrear la realidad para construir lo valedero, significativo y efmero de la huma-nidad la vida. Este compromiso puede ser posible mediante la apertura de espacios de dilogos ciudada-nos basados en el respeto, la libertad de pensamiento y el intercambio de saberes. Procesos dialgicos donde la comunicacin, la concertacin, la negociacin y la deli-beracin sobre el posible futuro sean fruto de la reflexin, el anlisis y la concientizacin colectiva sobre el presente y su pasado. Pero estos son factibles con el concurso de los diferentes actores: el Estado y sus estamentos, la so-ciedad civil y sus diferentes formas de organizacin, la institucionalidad llmese nacional, local o regional.

    Elaboracin de polticas sociales, planes,

    programas y proyectos

    Denicin de estrategiasde accin y espacios de participacin

    Anlisis y reexin sobre la realidad

    Identicacin de problemas,

    necesidades e intereses

    comunitarios

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    Tend. Ret. ISSN 0122-9729. Vol. 17, No. 1, enero-junio 2012, pp. 69-80

    Figura 4. Propuesta metodolgica

    Fuente: elaboracin propia.

    A manera de conclusiones

    El desarrollo de una metodologa de diagnstico partici-pativo apropiada a los contextos se constituye en un apor-te acadmico de la universidad a los territorios, que a la vez que produce conocimientos para el desarrollo social, fortalece las ciudadanas y el Estado democrtico y par-ticipativo. El objetivo de un sistema de informacin geo-rreferenciada permanente es una estrategia de desarrollo incorporada a los procesos de planeacin local y regional para la toma de decisiones. La informacin cartogrfica permite organizar informacin, clasificarla y caracteri-zarla de acuerdo con las necesidades de flujos de infor-macin requerida por los diferentes actores territoriales.

    Los diagnsticos participativos se convierten en escena-rios de praxis profesional y disciplinar, como una apues-ta tica-poltica de dilogo, concertacin, negociacin y consenso social en tanto facilitan:

    Conocimiento social desde el pensamiento reflexivo, analtico y propositivo de la realidad.

    Comprensin y argumentacin sobre lo social, a partir de los aportes de las teoras y los paradigmas de las ciencias sociales.

    Comprensin de las particularidades histricas y so-ciopolticas de los espacios en los cuales se encuen-tran los sujetos y las organizaciones sociales.

    Capacidades y potencialidades de los sujetos para reconocer contextos, fenmenos complejos y sus perspectivas histricas de trasformacin.

    Interpretacin de problemticas individuales, fami-liares o comunitarias que permitan identificar estra-tegias de actuacin en diferentes contextos.

    El desarrollo de diagnsticos participativos fomenta la construccin de ciudadanas relacionadas con la capaci-dad y la garanta del ejercicio de los derechos y los debe-res de las comunidades en contextos que los garanticen ampliamente y sin restricciones. Por consiguiente, el res-tablecimiento de nuevas formas de participacin activa, de relacin social, organizacin autnoma y moviliza-cin social de las comunidades en torno a su desarrollo, es una tarea conjunta de los ciudadanos, la instituciona-lidad y la academia; es decir, las ciudadanas se dan s y solo s, los contextos les facilitan a todos los sujetos por igual participar sin distingos de raza, gnero, modos de pensar o actuar.

    Finalmente, es imprescindible que los sujetos asuman sus responsabilidades individuales con una visin de sentido comn al cual se refiere Kant cuando dice, que el sentido le permite a las personas integrarse en una comunidad junto a otras personas, hacindose miembros de ella. De esta forma, la aceptacin, el reconocimiento y la inclusin social de los nuevos actores sociales se tra-

    Investigacin participativa Convocatoria. Promocin y divulgacin. Sensibilizacin de la

    comunidad. Conformacin de equipos (por

    edades, intereses, trabajo). Informacin y retroalimenta-

    cin permanentes. Seguimiento, control y

    veedura ciudadana.

    Identicacin de problemticas Denicin de estrategias con

    lderes. Elaboracin de mapas temticos. Socializacin de las representacio-

    nes (anlisis e interpretacin de los mapas decisiones de la informacin).

    Bsqueda de soluciones Anlisis del contexto para

    determinar condiciones posibles de desarrollo; realizacin de talleres de cartografa social.

    Planeacin de estrategias de accin propuestas en mesas de trabajo.

    Planes de accin, proyectos programas o servicios concretados con las instituciones.

    Sujetos

    Comunidad

    Institucionalidad

  • Esperanza Muoz Wilches80

    Tend. Ret. ISSN 0122-9729. Vol. 17, No. 1, enero-junio 2012, pp. 69-80

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