deserción y reinserción educacional

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Deserción y reinserción educacional 1 Dossier Información recopilada por Miguel Sagredo

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Page 1: Deserción y reinserción educacional

Deserción y reinserción

educacional

1

Dossier

Información recopilada por

Miguel Sagredo

Page 2: Deserción y reinserción educacional

Índice

Introducción

…………….……………………………………………………………………………………..

3

Integración juvenil y política educativa

…………………………………………………………………………………………………..

4

Deserción escolar, reinserción educativa

y control social del delito adolescente

…………………………………………………....................................................................

14

Adolescentes y jóvenes que abandonan

sus estudios antes de finalizar la enseñanza media

…………………………………………………………………………………………………...

23

Glosario

…………………………………………………………………………………………………...

29

Bibliografía

…………………………………………………………………………………………………...

30

2

Page 3: Deserción y reinserción educacional

En Chile, casi 40 mil niños y jóvenes pertenecientes al 20% más pobre de la población abandonan el sistema escolar, siendo las principales causas de esta realidad el embarazo adolescente, problemas económicos, expulsión y falta de proyectos de vida.

I

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ó

n

3

En Chile, casi 40 mil niños y jóvenes

pertenecientes al 20% más pobre de la

población abandonan el sistema

escolar, siendo las principales causas

de esta realidad el embarazo

adolescente, problemas económicos,

expulsión y falta de proyectos de vida.

En este dossier encontraremos

información recopilada de diversos

artículos en los cuales se exponen

temas enfocados en la deserción y

reinserción escolar en Chile.

http://www.scielo.cl

http://bibliotecadigital.academia.cl

http://www.oei.es

Son las fuentes principales de este

portafolio informativo que deja en

evidencia los principales factores de la

deserción educativa y al mismo tiempo

entrega información sobre programas

especializados en la reinserción escolar.

Page 4: Deserción y reinserción educacional

Educación, deserción

escolar e integración

laboral juvenil.

Igor Goicovic Donoso

Historiador, investigador de CIDPA y docente

de la Universidad de Santiago de Chile

Integración juvenil y política educativa

Desde los inicios de la historia educacional en América

Latina, las orientaciones, objetivos y metas de los

sistemas educacionales han variado diametralmente

como consecuencia de los cambios que han permeado

sus sociedades. Durante el siglo XIX, y en el contexto de

la conformación de los Estados Nacionales, la educación

se preocupó de la conciencia ciudadana y nacional y, por

otro lado, de mantener los valores morales y éticos de la

Iglesia y la familia. Era preciso en ese entonces llevar a

cabo, exclusivamente a través de la institucionalidad,

todo un proceso de homogeneización social para dar

forma a una sociedad que se encontraba en vías de

construcción. Más tarde, en los inicios del presente siglo,

el rol de la educación se fue ligando cada vez más a los

procesos productivos y hacia la formación de recursos

humanos para una sociedad que construía su propia

industrialización. Hoy día, nuevamente, se define una

educación relacionada con la producción, pero, en esta

oportunidad, orientada a procurar la inserción de los

sujetos en un mundo regido por las leyes del mercado.

Aquí lo que prima es la capacidad de responder a una

demanda diversificada y cambiante, es decir, la

producción de servicios. Al respecto, el Presidente de la

República, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, dirigiéndose ante el

Congreso Pleno en 1994, señaló:

4

Page 5: Deserción y reinserción educacional

Chile necesita no sólo de mejoramientos, sino,

además, de una profunda reforma en su

educación media.... La modalidad técnico-

profesional debe dejar de ser concebida como

una de carácter terminal y altamente

especializada. Las nuevas formas de producción

y la capacidad competitiva de nuestros productos

en los mercados internacionales depende cada

vez más de la capacidad creadora y de los

niveles de capacitación de quienes concurren a

la producción de los bienes que se exportan ...

nuevas tecnologías cambian a velocidades sin

precedentes y en direcciones que no son

siempre predecibles y por tanto demandan una

calificación del trabajo de nuevo tipo [...]

(Frei Ruiz-Tagle, 1994).

En concordancia con lo anterior, la Comisión

Nacional para la Modernización de la Educación

(CNME) diagnosticó, un año después,

La globalización de la economía exige a los

países elevar su competitividad, y la educación

ha pasado a considerarse uno de los factores

claves para incrementar la productividad y para

agregar valor a los productos de exportación. Es

por eso que tanto las naciones en vías de

desarrollo como las que se encuentran en

avanzadas etapas de industrialización, hoy día

están revisando y haciendo examen crítico de sus

sistemas educativos (CNME, 1995:11).

De esta manera la Reforma Educativa pasa a

convertirse en un requerimiento fundamental para el

logro de la equidad social, considerando, además, el

evidente deterioro de este sector luego de más de una

década de postergación. Así, se detectan -a lo menos-

tres grandes problemas arrastrados desde el régimen

militar: i) la disminución de los recursos estatales

orientados al sector; ii) las ineficiencias devenidas del

proceso de municipalización; y iii) el deterioro de la

función docente (Aylwin, 1990). Los tres, en conjunto,

desembocaron en un deterioro de la calidad de la

enseñanza y en una profunda desigualdad y

fragmentación entre los distintos establecimientos y

modalidades educativas.

A mediados de la década de los noventa, se constató el

fuerte incremento experimentado por la matrícula de

educación media en los últimos 25 años -la cantidad de

alumnos en 1995 es cinco veces superior a la de 1970-,

lo que puso de manifiesto que la ampliación de la

cobertura había sido uno de los principales logros del

sistema a través del tiempo (CNME, 1995:38). Pese a

ello, los diagnósticos relativos a la equidad y calidad de

la educación continuaban entregando resultados

claramente deficitarios).

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Page 6: Deserción y reinserción educacional

En correspondencia con esta situación,

durante el gobierno de Patricio Aylwin se

levanta el lema Educación para el

Trabajo, y se abre paso, entre 1990 y

1993, a las primeras modificaciones en el

ámbito escolar. Se toma conciencia que es

el sistema educativo global y su vinculación

con el tema laboral el que se encuentra en

crisis. Crisis que se visualiza en torno a tres

ámbitos: la eficiencia interna -relación entre

esfuerzo educativo y sus resultados-, la

cobertura -necesidad de disminuir la

deserción escolar- y la eficiencia externa -

prolongación de estudios, inserción laboral

e ingresos- (MINEDUC, 1994:37)

Educación y trabajo aparecen en ese

momento como las dos grandes palancas

del proceso de integración social de los

jóvenes y, por ende, como la inversión a

largo plazo de un país que accedía a la

modernidad. Consecuentemente, la

administración del Presidente Eduardo Frei

Ruiz-Tagle no introdujo modificaciones

sustanciales a las anteriores orientaciones

estratégicas; por el contrario, las acentuó.

Ya en su mensaje al país del 21 de mayo

de 1994, el Presidente de la República, indicaba

que la primera prioridad en su Programa de

Superación de la Pobreza eran los niños y los

jóvenes (Frei Ruiz-Tagle, 1994). En el caso de

los jóvenes se trataba precisamente de darle un

renovado énfasis a la capacitación laboral. De

esta manera, la integración por la vía del trabajo

se mantiene como eje prioritario del tratamiento

del mundo juvenil.

Preparar a los jóvenes para el mundo del

trabajo, entonces, cumplía una doble función en

el proceso de integración social: una económica

y otra social. Por un lado, no se descuida la

producción de mano de obra necesaria para los

nuevos requerimientos del mercado, y por otro,

se da paso a la integración de la juventud en el

ámbito laboral. No obstante, no faltaron las

voces críticas a tal forma de perspectiva el

problema. Plantear la integración social del

joven excluido únicamente vía ámbito laboral

parecía ser insuficiente y urgía mirar el

problema integralmente.

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Page 7: Deserción y reinserción educacional

Mirado en perspectiva el resultado de este

primer ejercicio de readecuación del sistema

educacional y, a partir de ello, el proceso de

integración de los jóvenes a los cambios

impuestos por la sociedad moderna no arrojó

los resultados esperados. Los jóvenes no

fueron preparados adecuadamente para el

mundo del trabajo y mucho menos para

ejercer sus derechos ciudadanos. Problemas

tales como, los bajos resultados en el

aprendizaje, la repitencia y deserción, la alta

desigualdad social en función de las

oportunidades educacionales, la baja

eficiencia externa y el deterioro de la

motivación docente, continúan

manifestándose de manera dramática y su

resolución no se

vislumbra en el mediano plazo (Lemaitre,

1999:133-134). Subyace, entonces, la

impresión de que la integración de los jóvenes

tanto hacia el mundo social como hacia el

interior de la cultura escolar no ha sido

lograda.

Se abre paso, a partir de este momento, a un

proceso de discusión que habría de

desembocar en

una radical redefinición de la política social de

juventud, reconsiderando el espacio y la función del

sistema educativo. Se asienta, especialmente en los

documentos que fundamentaron el Programa

MECE-MEDIA, la concepción de los jóvenes como

co-constructores de la cultura escolar, a partir del

reconocimiento de los saberes y quehaceres que

identifican su entorno cultural (MINEDUC, 1994:86)

Pero estas definiciones, por lo demás muy amplias,

generaron, y continúan haciéndolo, nuevas

tensiones en el sistema educacional de enseñanza

media. Por una parte, exige de las unidades

educativas la actualización de sus propuestas de

contenido adecuando el curriculum a las realidades

y especificidades de los estudiantes. Por otra,

amplía el horizonte del quehacer educacional al

definir la cultura escolar como el ámbito idóneo,

para la corrección de las conductas transgresoras -

drogadicción, alcoholismo, delincuencia- que

complejizan la estabilidad social del país y, por

último, asume la implementación de la Jornada

Escolar Completa Diurna (jecd), como ámbito de

optimización del tiempo libre de los jóvenes y, con

ello, como mecanismo preventivo de eventuales

desviaciones conductuales en un medio social que

se asume como hostil.

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Page 8: Deserción y reinserción educacional

Estos criterios generales, definidos por las

autoridades públicas como prioritarios en el

quehacer de los establecimientos educacionales,

no han sido ni debidamente precisados, ni

sistemáticamente discutidos y, por lo tanto, su

internalización y operacionalización se muestra

deficitaria. Se hace visible, entonces, que a nivel

local las unidades educativas aún se plantean

contradictoriamente frente a los nuevos desafíos.

Así, mientras en algunos liceos se privilegia el

disciplinamiento de los futuros ciudadanos

intentando neutralizar las conductas desviadas, en

otros -los menos- se ha intentado mejorar la

calidad de los procedimientos y contenidos

pedagógicos incorporando los saberes y

quehaceres de los jóvenes.

Esto, evidentemente, se convierte en la principal

tensión del proceso educativo.

La Reforma como instrumento para el

mejoramiento de la calidad y equidad de la

educación

A partir de 1995 el Programa MECE-MEDIA se

convirtió en la respuesta estratégica de la política

educacional del gobierno frente a los desafíos que

el mundo moderno le plantea a la educación

secundaria. Ello devino del constatar que desde la

última reforma aplicada al sistema educacional

chileno -1965-, que amplió significativamente la

cobertura educacional, muchas cosas habían

ocurrido. Las transformaciones experimentadas a

escala mundial, en la producción, empleo,

conocimientos, información, cultura, etc., exigen

un sistema educativo capaz de contribuir a la

formación de personas moralmente sólidas, con

sentido de identidad y de misión y con

herramientas que las habiliten para discriminar,

discernir y dar cuenta responsablemente de sus

actos, en el marco de situaciones nuevas

(MINEDUC, 1994:5; Castro, 1992). Pero ello

también se relaciona con la identificación de las

profundas brechas sociales abiertas por la

modernización económica. Al respecto se

constata que el crecimiento económico del país

no ha conllevado una distribución

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Page 9: Deserción y reinserción educacional

equitativa de la renta y, por ende, los sectores

menos favorecidos poseen menos posibilidades de

acceder a un mejoramiento de su condición de

vida. Junto con lo anterior se infiere que la

profundización de la desigualdad social genera

desequilibrios políticos que cuestionan la

estabilidad del sistema democrático. En ese

contexto, el acceso de todos los sectores sociales

a una educación de mejor calidad viene a resolver -

a lo menos en parte- la condición deficitaria que su

posición en la estructura social les asigna y, a la

vez, contribuye a la legitimación de la

institucionalidad democrática (García-Huidobro,

1999:28-29). Nuevamente, entonces, pero bajo

otras perspectivas, la educación se convierte en la

palanca del desarrollo, la movilidad social y la

ciudadanía.

De las evaluaciones realizadas por las autoridades

de educación sobre la viabilidad del proceso que se

comenzaba a desarrollar, surgieron una serie de

fortalezas del sistema que permitían confiar en las

expectativas cifradas en la

Reforma. Efectivamente, la amplia cobertura

alcanzada por sistema educativo, asociado a la

valoración social que la familia aún realiza de la

educación, sumado a la excelencia alcanzada por

la formación académica de los docentes y a los

mecanismos cada vez más eficientes de supervisión,

permiten vislumbrar la existencia de una serie de

capacidades instaladas, potencialmente provechosas

para el proceso de cambios que se pretende

implementar. Pese a lo anterior, también se constató

la existencia de dos grandes debilidades: el

anacronismo de los procesos de enseñanza-

aprendizaje, que inciden en una deficiente motivación

de los actores y la inequidad, tanto en la calidad

como en los resultados del proceso educativo; ambas

situaciones se convierten, evidentemente, en grandes

obstáculos para el proceso de cambios (MINEDUC,

1994:6-7). Los diagnósticos realizados a través de

instrumentos como las pruebas simce permitieron

visualizar situaciones de gran desequilibrio al interior

del sistema educativo. La educación de los jóvenes

pobres, especialmente aquélla que entregan los

establecimientos municipalizados, tiende a reproducir

los circuitos de la pobreza en una espiral que incluso

aleja a algunos sectores de la educación secundaria.

De esta manera el liceo, en vez de atenuar las

desigualdades sociales, profundiza las brechas que

separan a ricos y pobres

(García-Huidobro, 1999:28-29).

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Page 10: Deserción y reinserción educacional

Por ello los grandes objetivos involucrados en el Programa MECE-MEDIA, apuntaron fundamentalmente a construir

un modelo educativo que, fundado en los criterios de universalización de la calidad y equidad de la educación,

fuera capaz de inculcar conocimientos y competencias generales y específicas a todos los participantes; que no se

definiera exclusivamente por su orientación a la educación superior o por una temprana, y a veces forzada,

especialización en función de salidas específicas al mercado laboral. Un aspecto clave en la consecución de dichos

objetivos se encuentra, evidentemente, en la generación de una amplia capacidad de autonomía para los

establecimientos educacionales, de manera que sean ellos mismos los responsables de elaborar una oferta

educativa de calidad.

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Page 11: Deserción y reinserción educacional

En materia de cultura juvenil el informe de la Comisión Nacional para la Modernización de la Educación prestó atención a dos elementos claves: la necesidad de incorporar la realidad juvenil a los establecimientos como estrategia educativa, y el hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil propia y autónoma. Para el primer punto, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por otro, son concebidos como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mencionaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, ...hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil que tiende a desarrollarse cada vez con más autonomía en torno a preocupaciones generacionales, símbolos compartidos, lenguajes específicos y modelos o estilos de comportamiento no exentos de elementos conflictivos y de riesgo (CNME, 1995:102).

Por su parte las nuevas concepciones curriculares sentaron las bases de los cambios que se aspira a introducir en el plano pedagógico. Mientras por una parte, la sostenida profesionalización de la labor docente debe garantizar la optimización de los recursos humanos, por otro lado se privilegia una modalidad de conducción institucional fundada en el liderazgo pedagógico. A lo anterior había que sumar la incorporación de la cultura juvenil en los establecimientos educacio-nales como una manera de reforzar un aprendizaje participativo y ampliar la motivación estudiantil y como una manera de sustituir la enseñanza frontal por métodos activos y flexibles, en función de las velocidades de aprendizaje de los alumnos (MINEDUC, 1994:13-15). En materia de cultura juvenil el informe de la

Comisión Nacional para la Modernización de la

Educación prestó atención a dos elementos

claves: la necesidad de incorporar la realidad

juvenil a los establecimientos como estrategia

educativa, y el hacerse cargo de la existencia de

una cultura juvenil propia y autónoma.

Para el primer punto, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el

entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por

otro, son concebidos como el ambiente natural del

estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto,

mencionaba el deber que tenían los establecimientos

educacionales de,

...hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil

que tiende a desarrollarse cada vez con más

autonomía en torno a preocupaciones

generacionales, símbolos compartidos, lenguajes

específicos y modelos o estilos de comportamiento no

exentos de elementos conflictivos y de riesgo (CNME,

1995:102). Si bien el informe anterior es el primer documento oficial en que se menciona la problemática de la integración de la cultura juvenil a la cultura escolar, es en el Programa de Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación Media 1995-2000 (MECE-MEDIA), donde se menciona por primera vez en forma programática, es decir, con el claro objetivo de incorporarla a la reforma del sistema educativo a través de la creación de un componente específico para su operacionalización (MINEDUC, 1995).

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Page 12: Deserción y reinserción educacional

En materia de cultua juvenil el informe de la Comisión Nacional para la Modernización de la Educación prestó atención a dos elementos claves: la necesidad de incorporar la realidad juvenil a los establecimientos como estrategia educativa, y el hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil propia y autónoma. Para el primer punto, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por otro, son concebidos como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mencionaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, ...hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil que tiende a desarrollarse cada vez con más autonomía en torno a preocupaciones generacionales, símbolos compartidos, lenguajes específicos y modelos o estilos de comportamiento no exentos de elementos conflictivos y de riesgo (CNME, 1995:102).

La manera de

perspectivar la

cultura juvenil es

mucho más

elaborada aquí que

en el informe de la

Comisión, y esto

básicamente porque

existe un trabajo

prolijo acerca de

todos los temas que

tienen que ver con el

tema educacional en

la enseñanza media.

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Page 13: Deserción y reinserción educacional

atención a dos elementos claves: la necesidad e incorporar la realidad juvenil a los establecimientos como estrategia educativa, yel hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil propia y autónoma. Para el primer punto, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por otro, son concebidos como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mencionaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, ...hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil que tiende a desarrollarse cada vez con más autonomía en torno a preocupaciones generacionales, símbolos compartidos, lenguajes específicos y modelos o estilos de comportamiento no exentos de elementos conflictivos y de riesgo (CNME, 1995:102).

El Programa MECE-MEDIA realiza un balance

similar al del Informe de la Comisión acerca de la

incorporación de la cultura juvenil a la escolar:

señala la existencia de un desconocimiento

generalizado de la cultura juvenil y la falta de una

clara voluntad de incorporarla en el sistema

educacional. La cultura escolar vigente -dice-

tiende a considerar escasamente que los alumnos

del nivel secundario constituyen un grupo etáreo

singular, con sus códigos culturales y desafíos

psicosociales específicos (MINEDUC, 1994:57-58).

Hasta ahora, el problema de la integración juvenil

parece reflejar uno de los objetos centrales de la

preocupación del Estado y constituye -a lo menos-

el eje central de la generalidad de los diagnósticos

realizados por las autoridades y el gobierno. En

relación con la Reforma Educacional, la premisa

básica parte por la aceptación del hecho que la

cultura juvenil no se encontraba integrada al

sistema educacional hasta antes de la puesta en

marcha del Programa MECE-MEDIA. La

aceptación de este hecho, refleja la apertura del

debate acerca de la integración social juvenil

popular hacia una visión que trasciende el ámbito

meramente laboral. Con la ayuda de modelos

teóricos y corrientes nuevas de las ciencias

sociales,

se abre el tema de la integración hacia la

cotidianeidad de los jóvenes, su quehacer diario, sus

intereses y visiones de futuro. De este modo, la

aproximación oficial al problema hoy es otra y se

aborda el tema de la integración en conjunto con el

de la educación. Sobre la base de estas definiciones y a partir de la ejecución de un plan de ampliación de la infraestructura y equipamiento educativo se proyectaron una serie de metas a alcanzar, relacionadas con organización escolar, trabajo en equipo, integración y comunicación y participación (MINEDUC, 1994:22-23). La operacionalización de estas metas quedó en manos de diez componentes específicos del Programa, los que quedaron adscritos a dos niveles de ejecución. Un primer nivel lo constituían las acciones de construcción y desarrollo institucional del Ministerio y un segundo nivel, correspondía a las acciones directas sobre los liceos. En este segundo caso, el Programa de Modernización contempla dos tipos de acción: los «Programas», cuyo objetivo era mejorar losprocesos al interior de los liceos -gestión pedagógica y jóvenes- y los «Sistemas de soporte», orientados a la incorporación de insumos que apoyen esos procesos -recursos de aprendizaje, informática educativa, infraestructura físico-educativa y asistencialidad.

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Page 14: Deserción y reinserción educacional

, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por otro, son concebidos como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mencionaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, ...hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil que tiende a desarrollarse cada vez con más autonomía en torno a preocupaciones generacionales, símbolos compartidos, lenguajes específicos y modelos o estilos de comportamiento no exentos de elementos conflictivos y de riesgo (CNME, 1995:102).

Deserción escolar,

reinserción

educativa y control

social del

delito adolescente

Alejandro Tsukame Sáez

La deserción escolar como proceso

El estudio de la deserción escolar ha experimentado

importantes cambios, desde una mirada centrada en un

proceso unilateral, de responsabilidad sólo del niño o

adolescente, a una visión más realista, que enfatiza la

confrontación entre las expectativas y deseos del niño y

las expectativas de los profesores, la escuela y –a

través de ellos– de la sociedad entera. Para

comprenderla adecuadamente, se requiere de una

aproximación desde la historia y las relaciones,

comprendiendo a los adolescentes en el contexto de su biografía, y esta, en la estructura social en que se desenvuelven. La deserción escolar es resultado de un proceso que tiene un largo desarrollo. Entre los aspectos característicos de la biografía de los adolescentes, que prepararían el abandono de la escuela, se encuentra la resistencia a la autoridad de los profesores, que puede generarse tempranamente, el fracaso en el rol de aprendiz y las dificultades relacionales en la biografía escolar del niño o adolescente con compañeros y/o profesores (Richards, 2009).

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Page 15: Deserción y reinserción educacional

, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por otro, son concebidos como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mencionaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, ...hacerse cargo de la existencia de una cultura juvenil que tiende a desarrollarse cada vez con más autonomía en torno a preocupaciones generacionales, símbolos compartidos, lenguajes específicos y modelos o estilos de comportamiento no exentos de elementos conflictivos y de riesgo (CNME, 1995:102).

En cuanto a la asociación planteada entre la deserción escolar y la delincuencia de

adolescentes, es de lamentar que los enfoques criminológicos positivistas planteen esta

cuestión como un hecho universal y atemporal. A partir del enfoque “liberal” de los factores de

riesgo, que sostiene que el acceso al sistema educativo y la trayectoria en el mismo pueden

configurarse ya sea como factores de riesgo o de protección; la mirada positivista da por hecho

de que toda forma de deserción escolar es un factor de riesgo de delincuencia. El sustento de

esta mirada es el supuesto de que los niños o adolescentes son diferentes al resto de los

adolescentes, diferencia que puede ser detectada a partir de factores de riesgo o relaciones

estadísticas que permiten establecer un pronóstico de comportamiento a futuro.

La mirada factorial es insuficiente para comprender la deserción escolar, aunque cuente con el

atributo de adaptarse a los casos particulares. Por ejemplo, mediante la adecuada combinación

de factores de riesgo y de factores protectores en cada caso, en distintos momentos del tiempo.

Precisamente, la limitación de esta mirada reside en su elevado grado de abstracción, que

oculta el hecho de que toda variable a incluir como factor de riesgo, es materia de

interpretación. Por otro lado, un factor es un resultado estadístico que opera como indicador del

comportamiento de una determinada población. Indica la probable presencia, pero no significa

los procesos que permiten entender el contexto biográfico de las acciones del adolescente y su

interacción en los escenarios de inserción / desinserción en que se mueve. Tampoco es de mucha utilidad la mirada positivista sobre el tema. Allí, la deserción escolar es entendida como consecuencia de alguna deficiencia, desventaja o condición anormal del niño o adolescente, que lo volverían inhábil para el proceso escolar; o (como en nuestro caso) configurarían los factores de su desviación primaria en el delito. Es necesario discutir sobre la responsabilidad de la propia institución escolar, al contribuir con procesos de desviación secundaria, totalmente pasados por alto.

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Page 16: Deserción y reinserción educacional

, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por otro, son concebidos como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mencionaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, En esta situación estarían la mayoría de los adolescentes que infringen la ley, cautivados por el deseo (o también, la promesa) de adquirir símbolos de status y de prestigio, expresados en pautas de consumo propias de la clase media. La fuerza de dicha aspiración dependerá del acento particular que exista en un contexto determinado respecto de la meta del éxito y de la promoción social, así como del grado de desigualdad existente en la sociedad en su conjunto. Su presencia en nuestra realidad sería un hecho, en la forma de una “aspiración promocionista”. En una investigación realizada a principios de los años 90, se pudo comprobar que existía una fuerte aspiración al éxito entre los adolescentes sancionados, pero que se alejaba de las pautas convencionales en dirección de una valoración superlativa del dinero10. De acuerdo con información más reciente, no hay razón para pensar que dicha valoración se haya modificado. ...hacerse cargo de la existencia de una cultura 1995:102).

Revisión de teorías y enfoques que permiten

entender la relación planteada.

En el plano de las teorías criminológicas, los

esfuerzos por ir más allá de la perspectiva

plurifactorial han implicado el desarrollo de teorías

unitarias o a la integración de partes convincentes

de distintas teorías para construir una más compleja.

Este último camino es el que se intenta aquí, puesto

que hay una serie de perspectivas que permiten

comprender convincentemente, procesos que llevan

a los adolescentes a desarrollar un conflicto con la

institución escolar, de una manera tal que

desemboca en comportamientos delictivos y en

deserción escolar. La tradición sociológica

durkheimiana de la anomia y las teorías psicológicas

de la frustración, ponen el énfasis en la inducción al

delito provocada por la persecución del éxito en una

sociedad desigual o altamente competitiva. El delito

sería una forma de adaptación individual ante las

tensiones existentes en el sistema social. En el caso

de la anomia, mientras que la cultura fomenta la

persecución de la meta del éxito en toda la

sociedad, la estructura social limita

las oportunidades de todos. Ante esa barrera para

“salir adelante”, algunos innovan en los medios,

optando por conductas ilegales.

En esta situación estarían la mayoría de los

adolescentes que infringen la ley, cautivados por el

deseo (o también, la promesa) de adquirir símbolos de

status y de prestigio, expresados en pautas de

consumo propias de la clase media. La fuerza de dicha

aspiración dependerá del acento particular que exista

en un contexto determinado respecto de la meta del

éxito y de la promoción social, así como del grado de

desigualdad existente en la sociedad en su conjunto.

Su presencia en nuestra realidad sería un hecho, en la

forma de una “aspiración promocionista”. En una

investigación realizada a principios de los años 90, se

pudo comprobar que existía una fuerte aspiración al

éxito entre los adolescentes sancionados, pero que se

alejaba de las pautas convencionales en dirección de

una valoración superlativa del dinero10. De acuerdo

con información más reciente, no hay razón para

pensar que dicha valoración se haya modificado. La idea de que la delincuencia se aprende, es otra idea fundamental que nos permite acercarnos a nuestro tema. Esta idea proviene de la denominada escuela ecológica de Chicago11, y fue formulada por Sutherland como teoría de la asociación diferencial

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Page 17: Deserción y reinserción educacional

, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas curriculares. El entorno vecinal por un lado, y el grupo de pares por otro, son concebidos como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mencionaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, En esta situación estarían la mayoría de los adolescentes que infringen la ley, cautivados por el deseo (o también, la promesa) de adquirir símbolos de status y de prestigio, expresados en pautas de consumo propias de la clase media. La fuerza de dicha aspiración dependerá del acento particular que exista en un contexto determinado respecto de la meta del éxito y de la promoción social, así como del grado de desigualdad existente en la sociedad en su conjunto. Su presencia en nuestra realidad sería un hecho, en la forma de una “aspiración promocionista”. En una investigación realizada a principios de los años 90, se pudo comprobar que existía una fuerte aspiración al éxito entre los adolescentes sancionados, pero que se alejaba de las pautas convencionales en dirección de una valoración superlativa del dinero10. De acuerdo con información más reciente, no hay razón para pensar que dicha valoración se haya modificado. ...hacerse cargo de la existencia de una cultura 1995:102).

posteriormente ampliada por las teorías

psicológicas del aprendizaje social12. La teoría de

la asociación diferencial plantea que se aprende a

delinquir en estrecho contacto con otras personas

iniciadas en el delito (asociación diferencial), las

que aportan definiciones, aprendizajes y

valoraciones favorables a la práctica delictiva

(aprendizaje diferencial). A pesar de la rigidez del

modelo del aprendizaje, la idea de que hay un

conjunto de definiciones favorables al delito y

otras que son favorables a respetar la ley, y que

en las interacciones que sostienen los jóvenes

infractores a la ley penal, predominan las

primeras, cimentó las posteriores perspectivas

subculturales, que revisamos a continuación.

Los representantes de esta orientación

concuerdan con la visión de que el delito es una

forma de adaptación a las exigencias que la

estructura social impone a las personas, pero no

se trataría de una adaptación individual, sino que

colectiva.

Para Cohen, la elección de la forma de adaptación

respecto de la tensión entre fines y medios va a

depender de la estructura de oportunidades y de

la inclusión del sujeto en una subcultura, a la que

contribuirá a dar sustento. La subcultura, dice

Cohen, “es una solución cultural compartida a los

problemas creados por la estructura social.

En el caso que nos ocupa, la relación entre subcultura

delictiva y escuela, se plantea a propósito de los

orígenes de aquella. La subcultura delictiva se

desarrollaría en conflicto con los valores de la cultura de

clase media, representada por la escuela y sus formas

de valoración, y se orientaría a la deliberada violación de

los mismos. Las familias de las clases sociales bajas

tratan de seguir los patrones y modelos impuestos por

las clases medias, actitud reforzada por el sistema

educativo que promueve los estándares de ésta y

responde a sus exigencias. Pero, esas familias carecen

de las técnicas socializadoras necesarias para que sus

hijos sigan esos patrones, por lo que quedan en una

situación social de desventaja que les impide alcanzar el

éxito. Es en la interacción con la escuela misma donde

se da un proceso de frustración de esas expectativas. La

escuela transmite y valora toda una manera de ver las

cosas, que no se adapta a la condición real del

adolescente. Este aprenderá a compartir esas

expectativas, pero fracasará en su consecución y,

entonces, no logrará la estima asociada a ello (ante todo,

le parecerá un pretexto la postergación de las

gratificaciones a un futuro incierto de logros, en

proyectos de vida que se realizan más allá del momento

presente). Pero, conservará la posibilidad de que en el

seno de un grupo que permite ver las cosas en común,

pueda rechazar la lógica meritocrática

17

Page 18: Deserción y reinserción educacional

, la Comisión consideraba como un aspecto relevante el incorporar el entorno educativo del estudiante en las orientaciones y propuestas como el ambiente natural del estudiante (CNME, 1995:78). Para el segundo punto, mnaba el deber que tenían los establecimientos educacionales de, En esta situación estarían la mayoría de los adolescentes que infringen la ley, cautivados por el deseo (o también, la promesa) de adquirir símbolos de status y de prestigio, expresados en pautas de consumo propias de la clase media. La fuerza de dicha aspiración dependerá del acento particular que exista en un contexto determinado respecto de la meta del éxito y de la promoción social, así como del grado de desigualdad existente en la sociedad en su conjunto. Su presencia en nuestra realidad sería un hecho, en la forma de una “aspiración promocionista”. En una investigación realizada a principios de los años 90, se pudo comprobar que existía una fuerte aspiración al éxito entre los adolescentes sancionados, pero que se alejaba de las pautas convencionales en dirección de una valoración superlativa del dinero10. De acuerdo con información más reciente, no hay razón para pensar que dicha valoración se haya modificado. ...hacerse cargo de la existencia de una cultura 1995:102).

y obtener el reconocimiento que no obtiene y

que lo angustia. Cohen también plantea el

carácter expresivo y no utilitario de la subcultura

delincuente. Esta es gratuita (no lucrativa),

maliciosa y destructiva. Es decir, toma sus

normas de la cultura convencional y las invierte.

Es maliciosa, por cuanto la satisfacción del

joven deriva precisamente de la disconformidad

de los otros. Es destructiva, porque se

enorgullece de hacer aquello que es incorrecto

según los estándares de la clase media. No

obstante, los muchachos de clase baja

participan en mundos de valores contrastantes. Un continuo bombardeo institucional les sugiere la aceptación de la cultura convencional dominante, como requisito imprescindible del éxito y estima sociales; pero su propia condición y adhesión a los valores de su clase, los llevan tarde o temprano a darse cuenta que tales atributos no coinciden con su status.

Apoyándose en la distinción entre muchachos de escuela y muchachos de esquina (Whyte), Cohen aprecia que los muchachos de esquina confirman a la larga los valores de la cultura de la clase obrera, en tanto que los primeros tratan de abrirse camino en el mundo de la clase media, aceptando ampliamente sus valores. Entre ambos, la subcultura del muchacho delincuente acepta los valores de la clase media, para rechazarlos luego, pero sin abandonarlos por completo.

El conflicto cultural y normativo admite, entonces, tres

opciones: adaptación o college boy; transacción y pacto

o corner boy, y rebelión frente a los valores de la clase media o delinquent boy. La tesis subcultural, en esta forma reactiva oposicional, puede ser discutida en cuanto a su actual vigencia. No obstante, estas manifestaciones existen. Como botón de muestra, el siguiente decálogo, encontrado en una muralla frente a una escuela, en la ciudad de Santiago:

18

Page 19: Deserción y reinserción educacional

1. No trabajarás 6. No volverás 2. No estudiarás 7. No perdonarás 3. No atenderás 8. No pagarás 4. No respetarás 9. No obedecerás 5. No confiarás 10. No recordarás

19

Page 20: Deserción y reinserción educacional

En él, se aprecia claramente un llamado al

rechazo de los valores escolares y por intermedio

de ellos, de los valores convencionales; aunque no

necesariamente haya que aceptar que estos

grupos estén orientados hacia una formación

subcultural delictiva. Es decir, la existencia de

contraculturas escolares no autoriza a utilizarlas

como explicación de la conducta delictiva, a pesar

de la tesis planteada por Cohen.

No obstante, estamos en condiciones de recrear el

conflicto de adaptación de que hablan las teorías

subculturales, en una formulación más adaptada. A

semejanza de lo que plantea Cohen, el conflicto

cultural y normativo canalizaría las respuestas de

los adolescentes en torno a tres opciones:

a) el sobreesfuerzo del muchacho orientado a la

adaptación escolar, que no se conforma con lo que

la escuela le ofrece, sino que intenta poner el

máximo de su parte para lograr la ansiada

promoción (“ser alguien”), por los medios

prescritos (estudiar más, ser meritorio en todo)

b) el conformismo del que transa o pacta (ídem al corner boy)

c) la desesperanza promocional, o renuncia, en la

que el adolescente que aspira a “ser más ”17 y se

siente capacitado para ello, termina renunciando a

la promesa y al camino ofrecido por la escuela.

Pero esta desafección no se explicaría ni por una

rebelión ni por una inversión de los valores

dominantes, pues en este caso, tampoco las

opciones son absolutas. En ese sentido, los

discursos sobreelaboran las opciones respectivas,

pero aclaran también la porosidad de sus límites.

Cada una de las formas de adaptación implica

una descalificación de las demás, pero ninguna es

inmune a su atractivo mutuo.

A pesar de que la perspectiva subcultural recibió cuestionamientos de parte de fenomenólogos como Matza, quien planteó que la subcultura delictiva no era tal sino que solo expresaba los valores subterráneos de la cultura dominante, oficialmente ocultos, pero legítimos y compartidos por la mayoría. La idea general de que parte del delito adolescente es expresión de una frustración de aspiraciones, de un deseo de reconocimiento, de buen trato, de respeto, etc., está plenamente vigente en diversas líneas de desarrollo actuales.

20

Page 21: Deserción y reinserción educacional

Creemos que la verdad va por en medio. En

nuestra experiencia de investigación hemos

encontrado que los adolescentes infractores

utilizan tanto técnicas de neutralización como

formulaciones que podrían interpretarse como

propiamente subculturales; en línea, eso sí, no

con los “valores del mundo delictual”, sino más

bien con perspectivas identitarias, construidas

desde la experiencia del delito19. Antes de

continuar, es preciso recordar la noción de que

el delito y el control del delito, son dos aspectos

inseparables de un mismo fenómeno. Es decir,

hay que dar cuenta de los procesos de

desviación primaria, pero también de los

procesos de desviación secundaria.

El modelo genealógico ofrece valiosas claves

para aproximarse a la comprensión de los

procesos de deserción escolar en la línea antes

señalada. Foucault llamó la atención sobre la

existencia de un poder disciplinario, posible

gracias a elementos presentes en el sistema

escolar: clasificación y vigilancia jerárquica,

sanción normalizadora, examen. Asimismo, las

acciones correccionales serían todos aquellos

procedimientos y discursos que clasifican,

observan, registran cada caso, ordenan el

conocimiento de cada niño, califican su

moralidad y su normalidad,

y en el mismo acto, aplican medidas correctivas

(Foucault, 1998).

Más relevante todavía es el hecho de que la

perspectiva del etiquetamiento ha llamado la

atención sobre los procesos de “selección” al

interior de la institución escolar. Desde este

ángulo, la escuela contribuiría a la desviación secundaria de los adolescentes, de una manera que no es tan claro que anteceda a los procesos de la desviación primaria20. Becker (1973), afirma que en las relaciones que establecen con los alumnos, los profesores operan como representantes de la sociedad, en tres órdenes de comportamiento: a) cognitivo, a través de la evaluación de su rendimiento académico, en donde se trata de distinguir a los alumnos “aplicados” de los “flojos”; b) sociafectivo, a través de la apreciación del desarrollo emocional de los niños, en donde se trata de distinguir a los alumnos “estables” de los “inestables”; y c) moral, en donde se trata de discriminar entre los alumnos “ordenados” y disciplinados y los alumnos indisciplinados o con “mala conducta”. Existirían, entonces, etiquetas que se imponen a los niños “difíciles” o “problemáticos”, que propiciarían que el sistema escolar les trate de un modo hostil, sin importar la realidad objetiva de sus acciones, contribuyendo a que asuman tal etiqueta.

21

Page 22: Deserción y reinserción educacional

Algunos autores han identificado en esta dirección mecanismos como la “profecía

auto-cumplida y el “juicio por la fachada”, que lleva a los profesores a juzgar el

comportamiento, la moralidad o el rendimiento de algunos alumnos como incorrecto,

reprochable o deficiente. También desde la etnometodología, autores como Kitsuse y

Cicourel encontraron que algunos hitos en el “currículum vitae” de un adolescente

infractor están intensamente relacionados con el otorgamiento, a los neófitos, de

sucesivos “diplomas” de mal comportamiento escolar. Llegan incluso a afirmar en

este sentido que “el sistema escolar es una organización que produce, en el curso de

sus actividades, una variedad de carreras propias de adolescentes, incluida la de

delincuente”.

22

Page 23: Deserción y reinserción educacional

23

“Adolescentes y jóvenes

que abandonan sus

estudios antes de

finalizar la enseñanza

media”

Magnitud e incidencia de la no asistencia a un

establecimiento educacional.

Según la Encuesta CASEN 2003 hay 81.177 jóvenes

entre 14 y 17 años, 93.556 jóvenes entre 18 y 19

años y 308.469 jóvenes entre 20 y 24 años que se

encuentran fuera del sistema escolar y que no han

finalizado su enseñanza media. Ellos representan el

6,9%, el 30,7% y el 86,3% de la población sin

enseñanza media completa de los respectivos

grupos de edad, con resultados similares para

hombres y mujeres. Aunque el 74% de los

adolescentes y jóvenes que no asiste son urbanos la

incidencia de la no asistencia en las zonas rurales

casi triplica o duplica el valor registrado en las zonas

urbanas en la población de 14 a 17 años y de 18 a

19 años. En cambio, para los jóvenes de 20 a 24

años las brechas por zona de residencia son menos

relevantes.

Page 24: Deserción y reinserción educacional

24

La no asistencia involucra especialmente a los

adolescentes y jóvenes de mayor edad. Así es como

el 8,5% de los adolescentes de 16 años y el 14,2%

de los adolescentes de 17 años no asiste,

porcentaje que en los adolescentes de 14 y 15 años corresponde a 2,2% y 4,6% respectivamente).

En el grupo de 18 a 19 años son los jóvenes de 19

años los más afectados por esta situación (47,9%)

cuando se compara con los jóvenes de 18 años

(23,0%). En la población de 20 a 24 años un 92,5%

de los jóvenes de 23 años abandono sus estudios

antes de finalizar la enseñanza media descendiendo

a alrededor de 89% para la población de 22 y 24

años. En los jóvenes de 21 años corresponde a

86,0% y en los de 20 años a 75,2%. Además, el

abandono de los estudios involucra especialmente a

los adolescentes y jóvenes en situación de pobreza.

En la población de 14 a 17 años el 14,5% de los

indigentes, el 9,6% de los pobres no indigentes y el

5,6% de los no pobres no asiste a un

establecimiento educacional.

Entre los jóvenes de 18 a 19 años se agrava esta

situación dado que el 48,8% de los indigentes, el

34,9% de los pobres no indigentes y el 27,4% de los

no pobres no asiste a un establecimiento

educacional. En la población de 20 a 24 años la

proporción de jóvenes sin enseñanza media que no

asiste es muy alta tanto en indigentes, pobres no

indigentes como no pobres (86,8%, 88,2% y 85,6%,

respectivamente).

Page 25: Deserción y reinserción educacional

25

La distribución por regiones indica que en la Región Metropolitana se concentra la mayor parte de

los jóvenes que está fuera del sistema educativo. Aproximadamente uno de cada tres jóvenes que

no asiste a un establecimiento educacional vive en esta región (37%). Otras regiones que

concentran una parte importante de los jóvenes que no asisten son la VIII, con alrededor de un

13% y la X, con cerca de un 8%. En términos relativos las regiones con mayor cantidad de

adolescentes y jóvenes de 14 a 17 años fuera del sistema escolar son la XI y X región con 10,9% y

10,3% respectivamente. Luego, están las regiones III, VI y VII que presentan tasas cercanas al 9%.

Las regiones con menores tasas son la V y II con 4,0% y 4,5% respectivamente. En el grupo de

jóvenes entre 18 y 19 años que no han finalizado la enseñanza media, se observan situaciones

diversas. Desde la IV región en que el 40,4% no asiste hasta la IX región en que el porcentaje que

no asiste cae a 25,2%. Finalmente, la mayor parte de los jóvenes entre 20 y 24 años que no ha

finalizado la enseñanza media está fuera del sistema escolar. En las regiones XI, VIII, VII, IV y III

bordea el 90% de los jóvenes en este grupo de edad. En las regiones restantes se encuentra entre

un 80% y un 88,3%.

Page 26: Deserción y reinserción educacional

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Principales características de la población entre

14 a 24 años que no asiste a un establecimiento

educacional y que no ha completado la

enseñanza media

En esta sección se analiza para los tres grupos de

edad las razones de no asistencia, la última vez que

asistieron a un establecimiento educacional, el nivel

educacional alcanzado y que piensa hacer el

próximo año. Razones de no asistencia Las

principales razones por las cuales los adolescentes

y jóvenes entre 14 y 24 años no asisten a un

establecimiento educacional son trabajo,

maternidad, paternidad o embarazo, dificultad

económica, no le interesa, ayuda en la casa o

quehaceres del hogar y problemas de rendimiento.

Sin embargo, la importancia relativa de estas

razones cambia según la edad. En la población de

14 a 17 años se menciona principalmente la

maternidad, paternidad o embarazo, la dificultad

económica, trabajo, no le interesa y problemas de

rendimiento. En los jóvenes de 18 a 19 años las

razones son similares, pero adquiere mayor

importancia el trabajo y ayuda en la casa o

quehaceres del hogar mientras que los problemas

de rendimiento tienen una menor frecuencia. En los

jóvenes de 20 a 24 años el trabajo es la principal

razón para no asistir. Las razones maternidad,

paternidad o embarazo, trabajo,

dificultad económica y no le interesa involucran a una

parte muy importante de los adolescentes y jóvenes que

no asisten a un establecimiento educacional. Estas

razones son mencionadas por el 62,1% de los

adolescentes entre 14 y 17 años, por el 68,5% de los

jóvenes de 18 a 19 años y por el 74,9% de los jóvenes

de 20 a 24 años.

En las zonas urbanas las principales razones son el

trabajo, la maternidad, paternidad o embarazo, la

dificultad económica y no le interesa. En las zonas

rurales la situación es similar aunque la razón dificultad

económica se sitúa en segundo lugar entre las razones

con más menciones. El análisis por grupo de edad indica

que para los adolescentes urbanos entre 14 a 17 años la

principal razón para no asistir es la maternidad,

paternidad o embarazo y para los adolescentes rurales

es la dificultad económica, con una frecuencia que en

ambos casos supera ampliamente a las restantes

razones.

Para los jóvenes urbanos de 18 a 19 años las razones

más declaradas son trabajo, maternidad, paternidad o

embarazo, no le interesa y dificultad económica. En las

zonas rurales la tendencia es similar pero la razón

dificultad económica es más importante que la

maternidad, paternidad o embarazo.

Page 27: Deserción y reinserción educacional

27

Finalmente, en los jóvenes urbanos y rurales de

20 a 24 años se incrementa notoriamente la

declaración del trabajo como razón de no

asistencia aunque con una mayor mención de la

dificultad económica en las zonas rurales. Por

otra parte, existe grandes contrastes entre las

razones que hombres y mujeres declaran para

no asistir a un establecimiento educacional. Los

hombres entre 14 y 24 años no asisten

principalmente por trabajo, seguido a gran

distancia de dificultad económica y no le interesa.

En cambio las mujeres no asisten por maternidad

o embarazo, trabajo y ayuda en la casa o

quehaceres del hogar. En las adolescentes entre

14 y 17 años se incrementa la maternidad o

embarazo. Asimismo, en las mujeres entre 18 y

24 años, pero especialmente en las mujeres

entre 20 y 24 años, es más mencionada ayuda

en la casa o quehaceres del hogar. En cambio, el

trabajo es la principal razón para no asistir en los

hombres de todas las edades, especialmente en

los de 20 a 24 años donde esta razón registra

una mención muy alta. La dificultad económica,

no le interesa y los problemas de rendimiento

son más relevantes para los hombres entre 14 y

17 años.

Las razones para no asistir según situación de pobreza

registran algunas tendencias relevantes de destacar

para la población de 14 a 24 años. En los indigentes las

razones con mayor incidencia son la maternidad,

paternidad y embarazo junto con trabajo. Le sigue

dificultad económica, no le interesa y ayuda en la casa

o quehaceres del hogar. En cambio en los pobres no

indigentes se menciona con mayor frecuencia el

trabajo, luego maternidad, paternidad o embarazo y no

le interesa. En la población no pobre, la tendencia es

equivalente pero la razón trabajo supera ampliamente

las razones restantes. En los indigentes de 14 a 17

años las razones con mayor mención son dificultad

económica conjuntamente con maternidad, paternidad

o embarazo. En los indigentes de 18 a 19 años es

maternidad, paternidad o embarazo, seguida por no le

interesa y trabajo. En los indigentes de 20 a 24 años es

el trabajo seguida por maternidad, paternidad o

embarazo En los pobres no indigentes de 14 a 17 años

el trabajo adquiere más relevancia junto con

maternidad, paternidad y embarazo, lo mismo se

aprecia para los jóvenes de 18 a 19 años aunque

aumenta la mención del trabajo. En los jóvenes de 20 a

24 años pobres no indigentes la situación es similar con

aún una mayor mención del trabajo. En los no pobres

de 14 a 17 años se incrementa la mención del trabajo,

situación que se produce en los no pobres de 18 a 19

años y muy notoriamente en los no pobres de 20 a 24

años.

Page 28: Deserción y reinserción educacional

28

¡Fomentemos

la educación!

Page 29: Deserción y reinserción educacional

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Glosario

Casen:

Encuesta a nivel nacional, regional y comunal, realizada por el gobierno de Chile

Reinserción:

Reintegración o nueva adaptación de una persona en la sociedad después de haber estado durante un tiempo al margen de ella

Deserción:

Abandono de un deber, de un grupo o de la defensa de una causa

Vulnerable:

Se aplica a la persona, al carácter o al organismo que es débil o que puede ser dañado o afectado fácilmente porque no sabe o no puede defenderse

Reforma:

Arreglo, modificación o cambio cuyo objetivo es el de mejorar algo

Page 30: Deserción y reinserción educacional

Bibliografía

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Educación, deserción escolar e integración laboral juvenil

http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-

22362002000100002

Igor Goicovic Donoso - Viña del Mar - Octubre del 2001

Deserción escolar, reinserción educativa y control social del delito adolecente.

http://bibliotecadigital.academia.cl/bitstream/123456789/82/4/articulo2.pdf Alejandro Tsukame Sáez - Ediciones La Piqueta - Madrid, España 1991

Adolescentes y jóvenes que abandonan sus estudios antes de finalizar la enseñanza media

http://www.oei.es/quipu/chile/desercionescolar.pdf V.V.A.A - División Social MIDEPLAN