definicion sectores populares

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CONCEPTOS A SER EXPLICITADOS EN EL TRABAJO DEFINICION SECTORES POPULARES: en primera instancia, en cuanto a su conceptualización, debemos aclarar que se caracterizan por su ambigüedad e indefinición. No constituyen un recorte preciso, homogéneo y constante de la realidad. “Existen en los sectores populares —y probablemente en cualquier sujeto histórico— fuerzas que llevan a su fragmentación: hay una enorme diversidad ocupacional y de condiciones en cuanto trabajadores; hay una gran diferencia en cuanto a riqueza, prestigio o poder, a partir de las cuales pueden establecerse capas; existen en ellos tradiciones culturales diferentes, que incluyen en muchos casos las nacionales; hay, finalmente, recortes ideológicos o políticos que, en ocasiones, pueden establecer diferencias profundas. La enumeración puede extenderse más aún” ( Romero, , Luis Alberto. (1997). Los sectores populares urbanos como sujetos históricos. Última Década, ) . Estos segmentos cortan la totalidad de los sectores populares de diversas y múltiples maneras, coexistiendo conflictivamente, siendo la “diferencia” transversal al conjunto, pudiendo provocar enfrentamientos profundos. Pero debemos destacar que existen: dos fuerzas en tensión, una que lleva a la fragmentación del universo popular en una multitud de universos y otra que tiende a unificar el campo; que operan en relación con fuerzas similares presentes en el otro extremo del campo social. En ocasiones, la polarización es tan fuerte que en torno del campo popular se aglutinan los que en otras circunstancias formarían parte de las llamadas capas medias; en otras, la tensión disminuye y queda entre los dos polos un campo indeciso y fluctuante; en otras, finalmente, estos sectores intermedios se agrupan en torno del polo dominante”. “Finalmente: ¿se puede predicar algo constante y permanente de los sectores populares? Tenemos casi la necesidad intelectual de

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aproximaciones a la descripción de los sectores populares

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CONCEPTOS A SER EXPLICITADOS EN EL TRABAJO

DEFINICION SECTORES POPULARES: en primera instancia, en cuanto a su conceptualizacin, debemos aclarar que se caracterizan por su ambigedad e indefinicin. No constituyen un recorte preciso, homogneo y constante de la realidad. Existen en los sectores populares y probablemente en cualquier sujeto histrico fuerzas que llevan a su fragmentacin: hay una enorme diversidad ocupacional y de condiciones en cuanto trabajadores; hay una gran diferencia en cuanto a riqueza, prestigio o poder, a partir de las cuales pueden establecerse capas; existen en ellos tradiciones culturales diferentes, que incluyen en muchos casos las nacionales; hay, finalmente, recortes ideolgicos o polticos que, en ocasiones, pueden establecer diferencias profundas. La enumeracin puede extenderse ms an (Romero, , Luis Alberto. (1997). Los sectores populares urbanos como sujetos histricos.ltima Dcada,). Estos segmentos cortan la totalidad de los sectores populares de diversas y mltiples maneras, coexistiendo conflictivamente, siendo la diferencia transversal al conjunto, pudiendo provocar enfrentamientos profundos. Pero debemos destacar que existen: dos fuerzas en tensin, una que lleva a la fragmentacin del universo popular en una multitud de universos y otra que tiende a unificar el campo; que operan en relacin con fuerzas similares presentes en el otro extremo del campo social. En ocasiones, la polarizacin es tan fuerte que en torno del campo popular se aglutinan los que en otras circunstancias formaran parte de las llamadas capas medias; en otras, la tensin disminuye y queda entre los dos polos un campo indeciso y fluctuante; en otras, finalmente, estos sectores intermedios se agrupan en torno del polo dominante.

Finalmente: se puede predicar algo constante y permanente de los sectores populares? Tenemos casi la necesidad intelectual de encontrar una definicin de este sujeto lo suficientemente durable y permanente como para ser adecuada a una estructura de larga duracin, al modo como clase obrera lo es para capitalismo. Pero, por otro lado, la perspectiva historicista lleva a cuestionar la existencia de esas permanencias absolutas y a preguntarse si los cambios constantes, los cambiantes equilibrios, no hacen imposible esa continuidad y todo intento de definicin permanente.Los sectores populares, entre la fragmentacin y la polarizacin, no son en realidad, sino que estn siendo---- tenemos aqu un desafo para una lgica habituada a las definiciones categricas, fijas y excluyentes.En suma, los sectores populares no son un sujeto histrico, pero s un rea de la sociedad donde se constituyen sujetos. Su existencia es la resultante de un conjunto de procesos, objetivos y subjetivos, que confluyen en una cierta identidad, la que aparece en el momento en que, de un modo ms o menos preciso, puede hablarse de un nosotros, sea cual fuera esa identificacinVER: http://www.redalyc.org/pdf/645/64504303.pdf ULTIMOS PARRAFOS.

SEGURIDAD: cuando hablamos de este concepto es necesario remitirnos a su despliegue histrico y a sus mutaciones acontecidas en la provincia de Crdoba. Paul Hathazy nos expone que se ha pasado de unos primeros desarrollos de corte judicial-liberal y criminolgico hacia una concepcin policialista, y punitiva que caracteriza la poltica de seguridad contempornea en la provincia, lo cual va de la mano al fenmeno de la sensacin de inseguridad, en este sentido Hathazy expone que: As mientras la victimizacin real ha disminuido en la ltima dcada la expectativa de victimizacin y el temor al delito mantienen la tendencia ascendente desde los 90 (Hathazy, P. 2014:2). En trminos concretos, Hathazy explica que la poltica de seguridad se consolida bajo la nocin de seguridad ciudadana con el doble sentido de control policial y judicial del delito pero promoviendo la proteccin de los derechos ciudadanos por parte del estado (2014:3). Ahora bien, han existido una mutacin importante y eso es lo que vamos a sealar ahora. Con la llegada al gobierno en 1999 de Unin por Crdoba, liderado por el gobernador Jos Manuel De la Sota, se consolida la poltica de seguridad como rea de gobierno, pero se muta hacia la categora seguridad pblica liderada por actores policiales. Como bien describe Hathazy: Estos actores policiales tienen trayectorias en unidades ms militarizadasInfantera, Grupos de Asalto, reforzados por las polticas preventivas y de inteligencia poltica del Radicalismo (Ver Hathazy, 2010) y nexos con especialistas en contrainsurgencia operando durante la dictadura y protegidos por los gobiernos radicales en democracia (ver Saravia 2005) (2014:4). Citamos de vuelta a Paul Hathazy para tener una comprensin mas clara de dicha mutacin: La alianza UPC-elites policiales intensific el costado penal y represivo de los desarrollos institucionales de los gobiernos radicales. La nueva poltica de seguridad se expande desde el control del delito a la tranquilidad pblica y el orden urbano, y se traduce administrativamente en aumentar el poder y arbitrariedad policial con una orientacin militarizada, incrementarla productividad judicial, aumentar el encarcelamiento reducido a custodia, abandonar el nfasis en la proteccin de derechos, y limitar la participacin ciudadana.

Capitalismo neocolonial: Pensamos que hay una situacin del capitalismo global caracterizada por: la depredacin de los bienes comunes, la reconfiguracin de los mecanismos de soportabilidad social y de los dispositivos de la regulacin de las sensaciones, y la presencia de un gran aparato represivo a nivel internacional. Con respecto a la idea de depredacin de bienes comunes en esa caracterizacin que hacemos incluimos - adems de los bienes entendidos ms usualmente como bienes comunes, el aire, el agua, la tierra; es decir, todas las fuentes de energa necesarias para que el planeta se reconstituya como tal- las energas corporales y las condiciones materiales de existencia de esas energas corporales y de nosotros mismos como sujetos. Lo que est en juego en esa depredacin, lo que est en juego en estas formas de expropiacin y desposesin, son justamente las energas humanas, que son al fin y al cabo las nicas que pueden posibilitar/obstaculizar el proceso de la vida de los seres humanos. Y en ese sentido es un campo de batalla que est ms ac de la lgica de pensar a los bienes comunes solamente como externos a los sujetos, porque nos constituyen en tanto cuerpo; y en tanto cuerpo significa en tanto condiciones de posibilidad de accin, de movimiento, de sensaciones, de sentir, de pensar.La segunda parte de nuestro diagnstico se centra en los dispositivos de regulacin de las sensaciones. Justamente manejo de las formas de sensaciones.Y finalmente el diagnstico nuestro est basado en un anlisis de la expansin en trminos de la maquinaria de la represin. Nuestro diagnstico es que hay una expansin de la situacin colonial del capital a nivel planetario.reconfiguracin de la trama urbana como una trama colonial; Si uno acepta que colonizar es ocupar, es expropiar, es habitar el tiempo-espacio de otro y es tener el poder de decidir sobre la vida de los otros, cuando uno se acerca a la trama urbana - y en Crdoba no hace falta mucho esfuerzo -, cuando se acerca a las ciudades-barrios, cuando se acerca a las nuevas formas de favelizacin (a la brasilera), va a notar que empieza en esa trama urbana a operar algo que es la racializacin. La ciudad esta basada en el otro como una amenaza configurada en una imputacin de una prctica ideolgica que encuentra en el cuerpo, los ojos, la respiracin, el olor, la condicin sine qua non para que el otro sea justamente un expulsado no solamente a los mrgenes, sino entre los mrgenes de los mrgenes de las nuevas ciudades coloniales. La forma como el otro me mira es un momento para empezar la lgica de la segregacin; la racializacin creciente es directamente proporcional a la mercantilizacin creciente de los lugares que esos sectores subalternos ocupan en la expansin del capital, respecto a las nuevas geometras de estas ciudades expulsgenas y segregacionistas es justamente que esa segregacin es una rostrocidad de clase. Digo, lo voy a decir en cordobs: el negro de mierda tiene cara de negro de mierda y marche preso, tiene cara de expediente, expediente que ya esta juzgado, porque esa cara no permite otro rostro discutir. Es el hecho de que el otro no es solamente un objeto de amenaza, el otro no es solamente un objeto de rostrocidad de clase, sino tambin es objeto de castigos sistemticos por los aparatos que defienden la lgica de la ciudad pulcra, burguesa y brillante que no permiten ni siquiera las formas de organizacin social que se venan dando o se pueden dar, y en ese sentido en Amrica Latina hay mucho, mucho por aprender.