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Acceso y participación de los sectores populares mexicanos en el mercado formal de crédito

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Acceso y participación de los sectores populares mexicanos en el mercado formal de crédito

Pablo CotlerEduardo Rodríguez-Oreggia

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1a. edición, 2009D.R. © Universidad Iberoamericana, A. C. Prol. Paseo de la Reforma 800 Col. Lomas de Santa Fe 01219 México, D. F.

ISBN 978-607-417-034-4

Impreso y hecho en MéxicoPrinted and made in Mexico

La Serie de Documentos de Investigación tiene como propósito difundir el trabajo realizado por el personel académico asociado o adscrito al Instituto, con el fin de explorar conocimiento útil para el diseño de políticas públicas y la toma de decisiones en organizaciones sociales.Comentarios a esta serie bienvenidos. Referencias a esta serie deben tener en cuenta su carácter preliminar.Para más información sobre esta serie, comunicarse a la siguiente dirección electrónica: [email protected]

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Acceso y participación de lossectores populares mexicanos en elmercado formal de crédito1

Pablo Cotler y Eduardo Rodríguez-Oreggia2

Resumen

1 AgradecemoselapoyofinancierodelInstitutodeInvestigacionessobreDesarrolloSustentableyEquidadSocialdelaUniversidadIberoamericanayeltrabajodenuestrosasistentesMartínLimayMaríaJoséOgando.

2 PabloCotler,DepartamentodeEconomíaUniversidad Iberoamericana;EduardoRodríguez-Oreggia,EscueladeGraduadosenAdministraciónPública,TecnológicodeMonterrey-EstadodeMé[email protected]@gmail.com

Existeuncrecienteinteréspordiseñarpolíticaspúblicasqueelevenlaparticipacióndelapoblacióndeescasos

recursosenlosmercadoscrediticiosformales.Tomandoenconsideraciónladiferenciaqueexisteentreel

accesoyeluso,utilizamosunabasededatospanelparaexaminarqué factoresdeterminanque sectores

populares–quecuentanconaccesoaservicioscrediticiosinstitucionales–haganusodedichosproductos

financieros.Conelfindeverificarlarobustezdelosresultados,seanalizaademásquéfactoresdeterminanla

movilidadoinmovilidaddeladecisióndeparticiparatravésdeltiempo.Entrelosmúltiplesdeterminantes

destacanuníndicederiquezafamiliar,laexistenciadeperturbacionesalalocalidad,laposicióneneltrabajo

ylarecepcióndetransferenciasprovenientesdelEstado.

Palabras Clave: Acceso y participación, crédito formal, panel data. JEL: C33, G21, 016

Abstract

Thereisagrowinginterestfordesigningpoliciesthatmayhelpincreasetheuseformalfinancialproducts

bypoorpeople.Weuseapaneldatabaseoffamilieswithaccesstothesefinancialproductsandanalyzewhy

someusetheseproductsandothersnot.Toverifytherobustnessofourresults,wealsoanalyzewhatfactors

areresponsibleinthechangeofthesedecisionsovertime.Amongthemultipledeterminantswefindfamily

wealth,localshocks,laborpositionandwhetherthefamilyreceivesgovernmenttransfers.

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i. introducción

Ante los posibles beneficios que depara el financia-miento, existe un creciente interés por diseñar políti-cas públicas que eleven la participación de la pobla-ción de escasos recursos en los mercados crediticios formales. Desde un punto de vista macroeconómi-co, trabajos como los de Beck, Demirguc y Levine (2007) muestran la importancia de una mayor pro-fundidad financiera: afecta de manera despropor-cionada el ingreso del 20% más pobre, con lo que no sólo ayuda a reducir la pobreza sino que además contribuye a reducir la desigualdad. Por otro lado, a nivel microeconómico, trabajos como los de Pitt y Khandker (1998) sugieren que el acceso al financia-miento formal genera impactos positivos, siendo és-tos mayores para las más pequeñas empresas –véase por ejemplo Cotler y Woodruff (2008). Si bien hay muy poca evidencia empírica (véase Ar-mendáriz y Morduch, 2005) que muestre de manera fehaciente que el acceso a fuentes formales de finan-ciamiento puede generar impactos positivos,3 la po-lítica pública en muchos países subdesarrollados se ha orientado en los últimos años a sentar las bases para un desarrollo financiero que logre incorporar a la mayoría de la población a los servicios que ofre-cen las instituciones financieras formales.

México es uno de esos países. Posterior a la crisis bancaria y cambiaria de 1995, se ha buscado robus-tecer el marco regulatorio y supervisor del sistema financiero y se ha generado una industria privada de información crediticia caracterizada por la pre-sencia de dos burós de crédito. En un contexto de estabilidad macroeconómica, se esperaba que estas modificaciones generaran un ambiente propicio para elevar el acceso y la participación de las poblacio-nes de menores recursos en los mercados crediticios formales. Sin embargo, los resultados son aún incipientes. México posee una de las penetraciones financieras más bajas de América Latina (el crédito bancario como porcentaje del pib es de 14%) y los préstamos bancarios están concentrados en muy pocas empresas (en 2006, 84% del crédito comercial –que representa 60% del crédito bancario total– estaba en manos de 300 empresas).4 Por otro lado, si bien las operacio-nes de las más importantes instituciones dedicadas a las microfinanzas viene creciendo a tasas anuales de 40%, atienden a menos de cinco millones de personas (Mixmarket y Prodesarrollo, 2007). Consistente con lo anterior, los datos de la última encuesta nacional de ingreso-gasto de los hogares (inegi, 2006) mues-tran que sólo 34% de los hogares encuestados afir-man tener erogaciones financieras asociadas a algún

3 Elimpactoquepuedatenerunamayorparticipaciónenserviciosfinancierosformalessobreelcrecimientodependedeunconjuntodefactores.Asíporejemplo,laaversiónalriesgoporpartedelospotencialesdeudores(ZellerySharma,2002),laausenciadecompetenciaentre losoferentes,elescasousodeburósdecrédito(Beck,DemirgucyMartinez,2006)yel inadecuadocapitalhumano(KarlanyValdivia,2006)sontodosfactoresquereducenelimpactoquepudieraacarrearunmayoraccesoalosproductoscrediticiosqueofrecenlasinstitucionesfinancieras.

4 ComisiónNacionalBancariaydeValores(2007).

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Pablo Cotler y Eduardo Rodríguez-Oreggia

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tipo de préstamo institucional.5 Más aún, tomando en consideración la distribución del ingreso mone-tario corriente, es recién en el séptimo decil de di-cha distribución que el porcentaje de familias en-deudadas supera 34%. Así, los datos no hacen más que confirmar la baja intermediación financiera que existe en el país. ¿Implican estos resultados que la política públi-ca llevada a cabo en los últimos doce años ha sido ineficaz para elevar la participación? Con el fin de responder a dicha pregunta es necesario recordar que “acceso” y “participación” son dos conceptos distintos. Como señalan Beck, Demirguc-Kunt y Martínez (2006), el acceso se tiende a definir bajo una dimensión geográfica, de modo que una falta de acceso se asocia con la ausencia de institucio-nes financieras en determinadas ubicaciones. A este respecto, la densidad poblacional y espacial de las sucursales bancarias y de los cajeros automáticos se tiende a utilizar como indicador del nivel de acceso a productos financieros institucionales que existe en una determinada área geográfica. Sin embargo, como bien mencionan estos mismos autores, la falta de acceso no se limita a una cuestión meramente de localización, pues también importa el costo de los productos y servicios así como los requisitos que deben cumplirse para poder acceder a los mismos. Consistente con esta visión, la política pública se-guida en México durante los últimos años ha busca-do elevar el acceso por medio de la generación de un marco institucional que incentive la entrada de nue-vas instituciones crediticias y ayude a transparentar el costo de los productos y servicios que ofrecen. La mayor concurrencia de instituciones crediticias y la mayor y mejor información del costo de los pro-ductos y servicios se espera que generen un entorno de mayor competencia en el mercado crediticio que posibilite a su vez la ampliación de la frontera de acceso. Sin embargo, la ampliación del acceso a instru-mentos financieros es condición necesaria más no suficiente para que se eleve la participación de la población de menores ingresos en estos productos crediticios. Los motivos son múltiples: la ausencia

de proyectos productivos que requieren de financia-miento, la presencia de proyectos cuya rentabilidad esperada no es compatible con el costo del crédito y la exigencia de documentación que en muchas ocasiones es incompatible con las características de dicha población. Así, en un contexto de acceso, la demanda por dichos productos es la que determi-nará la decisión de participar o no de los servicios financieros institucionales. Dado que el éxito de una política pública que bus-que incluir a sectores de bajos ingresos en el uso de productos financieros institucionales depende de manera central que éstos estén dispuestos a parti-cipar, el objetivo del presente trabajo consiste en encontrar los determinantes de dicha participación y los motivos que dan lugar a que ésta pudiera alte-rarse. Para ello, el trabajo está compuesto de cuatro secciones adicionales: la primera describe la base de datos panel de donde se exploraran los determinan-tes de la participación, así como la transición entre diversos estados de utilización; en la segunda se de-talla el marco metodológico utilizado y las hipótesis del trabajo; la tercera sección puntualiza los resulta-dos obtenidos y, finalmente, en la cuarta se presentan las conclusiones.

ii. una descripción de la base de datos

a. La muestra

Siendo el objetivo del presente trabajo encontrar cuáles son los determinantes de la participación en servicios crediticios institucionales en un contexto donde no hay problemas de acceso, decidimos recu-rrir a la encuesta nacional que levantó el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) durante los años 2004 y 2005. Esta encuesta es un levantamiento panel que realizó Bansefi en poblaciones donde hubieran sociedades de ahorro y crédito popular (sacp) –las cuales inclu-yen cajas de ahorro, cajas solidarias, sociedades de ahorro y préstamo, cooperativas, uniones de crédito, sucursales de Bansefi y otras entidades que ofrecían

5 Enelpresentetrabajodiferenciaremosalosoferentesdeserviciosfinancieroscomoinstitucionalopersonalenlugardeltradicionalformal/informal.Talmodificaciónlahacemosenvirtuddeque–comosucedeenmuchospaísesendesarrollo–muchasveceslasentidadesfinancierasformalesqueatiendenalsectordebajosingresossonsóloformalesenpapel,puesniestánsupervisadasporunainstituciónoficialapropiadanicumplenenmuchoscasosconlareglamentaciónoficial(financiera,impositiva,laboral).

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microcréditos. En dichas poblaciones se entrevistó a hogares que tuvieran miembros que fueran clien-tes6 de alguna de estas entidades, así como a hogares que estando en la misma localidad y teniendo con-diciones socioeconómicas similares a los primeros no utilizan los productos que ofrecen las sociedades de ahorro y crédito popular o cualquier otra institu-ción financiera. Dadas las escasas restricciones que exigían estas sociedades de ahorro y crédito popular para otorgar financiamiento,7 es posible suponer que

aquellos hogares que no contaban con préstamos es-taban en tal situación por carecer de una demanda por tal servicio a los precios vigentes. En este sen-tido, supondremos que la muestra incorpora a un segmento que tiene acceso –siguiendo la definición de Beck, Demirguc-Kunt y Martinez (2005)– a ser-vicios financieros institucionales pero que no parti-cipa de ellos. Respecto al tamaño y composición de la muestra, Bansefi (2004) reporta que la muestra de clientes

6 Dependiendodeltipodeinstitución,enalgunoscasosesmáspertinentereferirsealosdeudorescomoclientesdelainstituciónyenotroscasoscomosociosdelamisma.Sinembargo,pormotivosdebrevedad,enelpresentetextonosreferiremosalosdeudorescomoclientes.

7 Sibienlosrequisitosvaríandeacuerdoalatecnologíacrediticiautilizada(créditoindividualversusgrupal,unióndecréditoversuscajadeahorroycrédito,etcétera),porlogeneralnoexigengarantíasnidocumentosformalesquemuestrenqueelpotencialdeudortieneunpuestodetrabajoenelsectorformalnidocumentaciónendondeseregistreladirecciónpostaldelindividuo.Asimismo,losmontosmínimosdepréstamostiendenaserextremadamentebajosylasdecisionesdeotorgamientodecréditotiendenasermuyrápidas.ParaunamayordescripciónvéaseCotler,2003.

Cuadro 1

Tamaño de las sacp Número de Clientes entrevistados

Número de no-clientes entrevistados

Norte Muy pequeña 262 249Pequeña 181 170Mediana 27 20Grande 60 50Total Norte 530 489

Centro Muy pequeña 292 294Pequeña 333 311Mediana 209 190Grande 150 130Total Centro 984 925

Sur Muy pequeña 819 819Pequeña 432 362Mediana 150 138Grande 60 60Total Sur 1461 1379TOTAL 2975 2793

Notas:1) Los rangos de tamaño de las sacp se definen como sigue: muy pequeña: hasta un máximo de 1 500 clientes; pequeña: entre 1 501 y 10 000 clientes, y mediana, entre 10 001 y 100 000 clientes.2) La región NORTE incluye a las siguientes entidades federativas: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. La región Centro comprende a Colima, Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit y Querétaro. La región Sur comprende a Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán. Fuente: Bansefi (2004).

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de estas sociedades de ahorro y crédito popular fue seleccionada mediante un esquema de muestreo re-gionalizado, estratificado al interior de cada región de acuerdo al número de clientes de cada sacp. Así, para cada estrato de cada región se llevó a cabo un esquema de muestreo proporcional al número de clientes de cada sacp. Posteriormente, se seleccionó de manera aleatoria a los clientes de cada sacp con base en su directorio de clientes. Para la muestra de no-clientes se tomó el tamaño relativo de la muestra resultante por localidad y se buscaron hogares con características similares dentro de la misma. El cua-dro 1 muestra la ubicación espacial de las personas entrevistadas así como el tamaño relativo de las sacp a las que pertenecen los clientes.

b. CaraCterizaCión de Los hogares

Con el fin de tener una idea más clara de las carac-terísticas de las familias en cada grupo, el cuadro 2 muestra estadísticas básicas de alguna de las varia-bles que podrían estar influyendo en la decisión de participar de los servicios crediticios institucionales. Un primer indicador que diferencie a ambas pobla-ciones debiera ser su nivel de ingreso. Sin embargo, la encuesta no recogió información de ingresos o gastos; más bien se centra en recoger información de activos y pasivos financieros así como de la pro-piedad de activos no financieros. Ante ello, hicimos uso de la metodología utilizada por Filmer y Prit-chett (2001) para construir un índice de activos con

Cuadro 2Características generales de la muestra en el 2004

Clientes entrevistados No-clientes entrevistadosNúmero de entrevistados 2 975 2 793Edad promedio del jefe 48.1 45.9Grado promedio de escolaridad del jefe 2.54 1.97Índice de activos 3.336 2.669Posición en el trabajo:1. Patrón 63 142. Cuenta propia 582 4623. Asalariado 1 853 1 788% de familias en zonas rurales 45.8 47.9No. de familias que reciben transferencias públicas. Monto promedio

No. = 1 200Monto = 1 582

No. = 990Monto = 1 217

# Familias que reciben transferencias privadas. Monto promedio recibido.

No. = 522Monto = 3 289

No. = 394Monto = 1 961

# Familias que están en tandas. Aportación promedio.

No. = 609Monto = 2 459

No. = 424Monto = 663

# Familias que ha dado a guardar su ahorro a otras personas. Ahorro promedio.

No. = 37Monto = 2 500

No. = 34Monto = 1 395

# Familias que ha otorgado préstamos. Monto promedio prestado.

No. = 257Monto = 3 519

No. = 150Monto = 1 432

# Familias que tiene un préstamo de amigos o parientes o vecinos o comerciantes o tienda o prestamista

No. = 965 No. = 1 087

# Familias con:a) Perturbación negativa local y hogar 228 179

b) Perturbación negativa local u hogar 1 095 1 207c) Ninguna perturbación 1 652 1 407

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base en las características de la vivienda y propie-dad de activos no financieros. Así, por medio del mé-todo de componentes principales, se construyó un índice que midiera en términos relativos el acervo de riqueza de las familias.8 Como puede notarse en el cuadro 2, los clientes de las sociedades de ahorro y crédito popular tienden –en promedio– a tener un mayor índice de riqueza. Si bien tal resultado po-dría ser compatible con una mayor probabilidad de demandar préstamos (véase por ejemplo The World Bank, 2005), es necesario señalar que un cliente de una sacp no necesariamente es un deudor pues pue-de ser un cliente de los productos de ahorro. Más aún, es necesario tomar la supuesta causalidad entre demanda de préstamos y riqueza con cuidado pues la misma pudiera ir en ambas direcciones.Un segundo aspecto a resaltar de dicho cuadro es la participación de los clientes de las sacp en el uso de productos de crédito y ahorro de oferentes no-institucionales (tandas, guardadito y préstamos informales). En este sentido, la presunta dicotomía que muchas veces se plantea entre lo institucional y lo no-institucional parecería descartarse;9 más bien, los datos no contradicen lo expresado por Zeller y Sharma (2002) respecto a la posible complementa-riedad entre los servicios ofrecidos por ambos tipos de agentes.Finalmente, consideramos que es importante llamar la atención respecto a lo común que parecen ser las perturbaciones negativas tanto a nivel localidad como propias del hogar. Así, las cifras del cuadro 2 muestran que aproximadamente la mitad de la po-blación sufrió durante 2004 una perturbación nega-tiva.10 Aun cuando la población tiene acceso a servicios crediticios ofrecidos por instituciones y personas, nos interesa entender cuáles son los determinantes de la participación en los servicios crediticios que ofre-cen las instituciones. Este interés se finca en que los productos que ofrecen las instituciones tienden a ser superiores en términos del monto, plazo, de la varie-dad de productos y del riesgo.11 Estas características conducen a que el impacto económico (en términos

de acumulación de activos fijos o de ganancias) que pudiera tener el financiamiento institucional supere al que pudiera darse con un financiamiento personal. Como el cuadro 3 sugiere, el financiamiento insti-tucional más utilizado por los clientes de las sacp son justamente los provenientes de estas entidades no bancarias (categoría 1 del cuadro 3). Aun cuando tal preponderancia pudiera ser resultado de cómo se construyó la muestra, los datos de la última encues-ta nacional de ingreso-gasto de los hogares (inegi, 2006) son consistentes con tal resultado. Así, según la encuesta, para el 50% más pobre del total de ho-gares con erogaciones asociadas al pago de deudas, la principal fuente de financiamiento no eran enti-dades bancarias, ni sociedades financieras de objeto limitado ni tiendas comerciales; eran personas fí-sicas y otras instituciones, entrando en esta última categoría las entidades no bancarias que aparecen en la categoría 1 del cuadro 3.Además de buscar entender cuáles son las principa-les características de aquellos que participan en el financiamiento que ofrecen las entidades financieras no bancarias (categoría 1 del cuadro 3), resulta in-teresante constatar la robustez de dichas caracterís-ticas por medio de averiguar qué determina que un hogar decida moverse de una situación en que estaba endeudado a otra donde ya no la está, y viceversa. A este respecto, el cuadro 4 muestra las tres posi-bles posturas en que pueden estar los hogares que son clientes o socios de alguna sociedad de ahorro y crédito popular: en ambos años contaron con fi-nanciamiento institucional (20%), en alguno de los dos años contaron con préstamos (29%) o nunca han tenido préstamos provenientes de dichas entidades (51%). Por otro lado, el cuadro 5 da algunos indi-cios de las similitudes y diferencias de las pobla-ciones en estas tres posturas. Así, indistintamente de la postura tomada por el hogar frente a la oferta crediticia, el porcentaje de los jefes del hogar que se declaraba desocupado era muy similar (14%) y, en-tre aquellos que laboraban, el peso especifico de los asalariados también lo era (60%). Por otro lado, la escolaridad promedio parece distinguir a estos tres

8 Cálculosdisponiblesconlosautores.9 SobreestepuntovéasetambiénCarreón,DiGiannataleyLópez(2007).10 Unaperturbaciónnegativaenlalocalidadincluyealosdesastresnaturalesobajaenlospreciosdeventadelosproductos.Porotro

lado,unaperturbaciónnegativaalhogarincluyedecesos,enfermedadgraveodescomposturadealgúnequipodetrabajo.11 LosdatosdelcuadroNo.3sugierenque,enpromedio,losmontosyplazosdeloscréditosconseguidosconsacp,bancosytiendas

tiendenasermayoresquelosconseguidosconamigos,prestamistasycomerciantes.

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grupos. Medido en una escala que va del 0 al 6,12 los datos parecen sugerir que un mayor nivel edu-cativo estaba asociado con una mayor probabilidad de utilizar los productos crediticios que ofrecían las sociedades de ahorro y crédito popular.

Como puede observarse, los datos permiten realizar dos tipos de estimaciones. La primera consistiría en utilizar como universo a todos aquellos que vivían en zonas donde había presencia de una sociedad de ahorro y crédito popular (las cuales incluyen cajas

12 Laescalade0esparaaquellosquenofueronalaescuela,1paraaquellosquesólocursaroneducaciónpreescolar,2paraaquellosquecursaroneducaciónprimaria,3secundaria,4preparatoria/vocacional,5estudiosprofesionalesy6postgrado.

Cuadro 3Un Comparativo de Fuentes de Financiamiento para los Clientes de las sacp en 2004

Fuente No. De familias con préstamo

Monto promedio otorgado

Plazo a pagar (en meses)

Frecuencia de pago

1. sacp: cajas de ahorro, cajas solidarias, sociedades de ahorro y préstamo, uniones de crédito, etcétera

1 229 15 619 15.9 DiarioSemanaQuincenaMesOtro

0.08%10.33%11.85%59.02%18.71%

2. Banco 68 24 1701 29.2 SemanaQuincenaMesOtro

11.94%26.87%56.72%4.48%

3. Sofol 4 85 858 109.6 QuincenaMes

25%75%

4. Institución gubernamental

93 8 277 10.8 SemanaQuincenaMesOtro

12.22%3.33%20%64.44%

5. Amigo, pariente o vecino.

569 6 654 9.9 DiarioSemanaQuincenaMesOtro

0.36%7.59%9.58%37.43%45.03%

6. Tienda que vende a crédito

314 13 255 15.3 DiarioSemanaQuincenaMesOtro

0.32%17.74%18.39%45.16%18.39%

7. Comerciante 264 5 667 11.3 DiarioSemanaQuincenaMesOtro

0.39%19.69%18.9%36.22%24.8%

8. Prestamista 54 10 312 11.0 SemanaQuincenaMesOtro

15.38%7.69%51.92%25%

* Dado que una familia puede tan sólo ahorrar o tener más de un préstamo, la suma de las cantidades de la segunda columna no tiene por que ser igual al total de clientes reportado en el cuadro 2.

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de ahorro, cajas solidarias, sociedades de ahorro y préstamo, cooperativas, uniones de crédito, sucur-sales de Bansefi y otras entidades que ofrecían mi-crocréditos), y buscar entender qué características determinan que un porcentaje de éstos hagan uso de los servicios crediticios que ofrecen dichas institu-ciones. Como indicamos con anterioridad, los requi-sitos para participar de los servicios crediticios que ofrecen las sociedades de ahorro y crédito popular

son lo suficientemente laxos como para asumir que una familia que no haga uso de dichos servicios se comporta así por voluntad propia. En este sentido, podemos analizar los determinantes de la participa-ción en servicios crediticios ofrecidos por las socie-dades de ahorro y crédito popular. Una segunda estimación consistirá en analizar qué determina que un individuo que tenía préstamos continúe teniéndolos o deje de tenerlos, y viceversa.

Cuadro 4Matriz de transición de los clientes

2005Tiene financiamiento de una sacp

No tienen financiamiento de una sacp

2004

Tienen financiamiento de una sacp

48.4 % 51.6 %

No tienen financiamiento de una sacp

15.9 % 84.1 %

Cuadro 5Características de los clientes

Siempre tuvieron financiamiento de una

sacp

Alguna vez tuvieron financiamiento de una

sacp

Nunca tuvieron financiamiento de una

sacp

# Entrevistados 484 711 1 239Edad promedio del jefe 47.2 48.0 49.5Escolaridad promedio del jefe

2.75 2.60 2.03

Posición trabajo:a) Patrón 10 24 17b) Cuenta Propia 104 167 205c) Asalariado 303 421 786% de familias en zonas rurales

53.5 45.9 47.7

# Familias con:a) Perturbación negativa hogar y local.

46 50 91

b) Perturbación negativa hogar o local.

173 266 455

c) Ninguna perturbación negativa

265 395 693

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Un estudio de los determinantes de dicha movilidad permitirá verificar la robustez de los resultados ob-tenidos con la primera estimación antes descrita.13

iii. Metodología

Como dijéramos anteriormente, la pregunta cen-tral del trabajo es ¿cuáles son los principales deter-minantes de la participación de los hogares en los servicios crediticios? Con el fin de no confundir acceso con participación, haremos uso de una en-cuesta panel levantada por Bansefi durante los años 2004-2005 en localidades del país donde habían so-ciedades de ahorro y crédito popular que ofrecían servicios financieros. Dado que la gran mayoría de estas instituciones no tiende a pedir documenta-ción formal para acreditar garantías, ni domicilio ni comprobante de un trabajo en el sector formal, su sola presencia se toma como indicador de la posibi-lidad de poder acceder a dichos servicios. Con base en tal supuesto podemos inferir que la participación o no en los servicios crediticios es una decisión a nivel del hogar. La probabilidad de participar se puede analizar a través de un modelo probit de datos de panel con efectos aleatorios de la forma (Greene, 2003): yit=β0+βxit+νi+εit. El resultado aleatorio está en fun-ción del valor de la media más un término de error νi que no debe estar correlacionado con el error de las variables y que es heterogéneamente específico –en nuestro caso– a un hogar, y es además constante en el tiempo. Una ventaja de este modelo de efec-tos aleatorios es que permite la inclusión de variables que no se modifican en el tiempo, o que cambian marginalmente dentro del modelo de análisis.Sin embargo, un problema con este tipo de modelos de efectos aleatorios es que la función condicio-nal promedio puede incluir el efecto específico del hogar. Ante ello, podría resultar más idóneo el uso de efectos fijos. Empero, en la medida que nuestra muestra sólo consta de dos años, el uso de efectos fijos se vuelve problemático pues prácticamente

eliminaría la totalidad de las variables sociodemo-gráficas, así como otras que no tienen mucha va-riación en el tiempo. Además, las estimaciones se vuelven ineficientes, pues al buscar estimar un alto número de parámetros –en un plazo temporal de dos años– se pierden muchos grados de libertad. Una forma de atacar el dilema planteado por la de-cisión de cuál de estos modelos utilizar –efectos fijos o aleatorios– es hacer uso de un modelo dinámico de diferencias. En dicho caso, podemos cambiar la pregunta a: ¿qué factores conducen a que se altere la decisión o no de participar? En este escenario, la variable dependiente estaría descrita por una matriz de transición entre estados (véase cuadro 4): tener o no financiamiento y su cambio en el siguiente perio-do, y utilizaríamos un multinomial logit (McFad-den, 1974) de la siguiente forma:

m

l

x

wx

ijli

jiij

e

ep

1

'

''

donde pij es la probabilidad de que el hogar i se en-cuentre en la situación j en lo que se refiere a partici-par o no de los servicios financieros; β es el conjunto de parámetros a estimar y x es el conjunto de matri-ces de características a incluir en las regresiones, ta-les como las sociodemográficas, la posición del jefe del hogar en el mercado laboral, la presencia de per-turbaciones a la localidad y al hogar, etcétera.Con el fin de responder a las preguntas de qué fac-tores motivan la demanda por servicios financie-ros y cuáles son los que motivan la alteración de tal participación, utilizaremos, respectivamente, dos variables dependientes. La primera es una variable dicotómica (1,0) que refleja si la familia ha tenido (o no) en los últimos doce meses un préstamo de una sociedad de ahorro y crédito popular. Por otro lado, para estimar el modelo dinámico utilizaremos como variable dependiente a una que toma los valo-res (1,2,3) para describir si nunca tuvo un préstamo, si alguna vez lo tuvo o si siempre lo ha tenido.

13 Dado el relativamente libre acceso, asumimos innecesario realizar una estimación en dos etapas –siguiendo el procedimientosugeridoporHeckman–parahallarlasignificanciaestadísticadealgunosposiblesdeterminantesdelademandaporcrédito.Sinembargo,siemprepuedehaberelriesgodeautoselecciónylabúsquedadeunavariabledeexclusiónsedificultamásporlaslimi-tacionesdelaencuesta.Conelfindeconsideraresteproblema,lasegundaestimaciónnospermiteanalizarunaversióndinámicaqueanalizaloscambiosenladecisióndetomaronomicrocréditos.

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Para explicar la decisión de participar y la de alterar dicha decisión, utilizaremos tres tipos de variables. El primer tipo incorpora variables sociodemográfi-cas (género, estado civil, edad y educación) del jefe del hogar. Siendo las dos últimas características re-flejo del capital humano de las personas, esperamos que edad y escolaridad –como aproximación de ex-periencia– estén correlacionadas positivamente con la utilización de servicios crediticios, pero que las mismas presenten rendimientos decrecientes –lo cual se espera constatar por medio del signo que tome el parámetro que acompañe a la variable edad al cuadrado. De manera adicional, incorporamos una variable geográfica que nos indica en qué par-te del territorio nacional se encuentra la familia, y otra que nos indica el periodo de observación. En la medida que estas dos últimas variables intentan capturar el entorno, a priori no podemos suponer el signo esperado de la correlación de estas variables con la variable dependiente. El segundo tipo de variables agrupa a variables labo-rales. En este grupo tenemos a los empleados agru-pados según su posición en el empleo (patrón, cuen-ta propia y asalariado). En la medida que dejamos como variable omitida a los desempleados, espera-mos obtener –independientemente de la posición en el trabajo– una correlación positiva entre empleados y la variable dependiente. Ahora bien, dado que las sociedades de ahorro y crédito popular le dan espe-cial énfasis al uso del crédito con fines productivos, es más probable el uso de servicios crediticios entre patrones y cuenta propias que entre asalariados. El tercer tipo de variables explicativas agrupa a una que mide la riqueza de la familia, una dummy que indica si la familia es beneficiaria de transferencias monetarias derivadas de los programas sociales del gobierno federal, y una variable que mide si la fa-milia o su entorno geográfico experimentó alguna perturbación negativa.Como mencionamos en la sección anterior, ante la ausencia de información referente al ingreso o al gasto familiar, se recurrió a la metodología plantea-da por Filmer y Pritchett (2001) para construir –por medio del método de componentes principales– un índice de activos con base en las características de la vivienda, utilización de servicios públicos y propie-dad de activos no financieros. Dado que este índice refleja un acervo y no un flujo, es posible suponer que la causalidad positiva que espera encontrarse

vaya del índice de riqueza a la variable dependiente. Sin embargo, siendo esto una suposición, será nece-sario tomar con precaución los resultados asociados con dicha variable. Adicionalmente, se incluyó en este tercer grupo a una variable dicotómica que nos informa si la familia recibe transferencias monetarias por parte del Esta-do. A primera vista, la correlación esperada entre esta variable y la dependiente es incierta, pues de-penderá en buena medida del uso que las familias hagan de estos fondos públicos y de las necesidades financieras que tenían. Ahora bien, la introducción de las transferencias públicas en las estimaciones puede causar problemas, pues al estar focalizadas corremos el riesgo de que el error en la estimación de la participación esté correlacionado con las trans-ferencias públicas. Dicho de otra manera, es posible que los más pobres se caractericen por no hacer uso de servicios crediticios y ser beneficiarios de los pro-gramas sociales.Ante ello, la primera opción fue reconstruir la varia-ble transferencias públicas por medio de instrumen-tos. Para tal fin, se estimaron los determinantes de ser beneficiario de las transferencias gubernamenta-les y, con ello, se generó una variable instrumental que permitiera controlar la potencial endogeneidad. A pesar de haber considerado un conjunto de varia-bles sociodemográficas, laborales y de característi-cas de la vivienda, la prueba Durbin-Wu-Hausman continuó arrojando resultados que no indicaban que tal variable instrumental fuera exógena. Dado este resultado, se optó por reestimar los parámetros al se-parar la muestra y tomar como población a aquellos que nunca recibieron transferencias gubernamenta-les, con el fin de ver si los demás parámetros cam-biaban de manera sustancial. Finalmente, la tercera variable en este grupo mide si la familia enfrentó perturbaciones negativas a nivel local como familiar. Como se dijo antes, una pertur-bación negativa en la localidad se relaciona con un desastre natural o una baja en el valor agregado de las ventas; mientras que una perturbación negativa en el hogar se refiere a decesos en la familia, enfer-medad grave o descompostura de algún equipo de trabajo. Dada la casi inexistente oferta de productos de aseguramiento, deberíamos esperar una correla-ción positiva entre la presencia de choques negati-vos y el uso de servicios crediticios.

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iv. resultados

Con el fin de responder a la pregunta de qué factores determinan que un hogar haga uso de los servicios crediticios que ofrecen las sociedades de ahorro y cré-dito popular, haremos uso –como se explicó en la sección anterior– de un modelo probit que permita la utilización de una base de datos panel. La varia-ble dependiente es una variable dicotómica (1,0) que refleja si la familia ha tenido (o no) en los últimos doce meses un préstamo de una sociedad de ahorro y crédito popular. El cuadro 6 presenta los resultados de las estima-ciones. Se reportan cinco estimaciones distintas en virtud de cambios en la muestra y variables expli-cativas que se incluyen, en razón de cuatro pregun-tas. La primera, ¿la inclusión en la muestra de todos aquellos que son clientes de Bansefi14 genera un ses-go? Dado que las sucursales de Bansefi se localizan en zonas donde originalmente no había institucio-nes financieras, y tomando en consideración que no ofrece servicios crediticios, podría resultar obvia la exclusión de la muestra de aquellas personas que eran clientes de esta institución pública debido a que podrían ser catalogadas como personas que no tenían acceso a servicios crediticios institucionales. Sin embargo, en la medida que muchos individuos recogen las transferencias gubernamentales en las sucursales de Bansefi, la correlación existente entre la recepción de dichas transferencias y el uso de ser-vicios crediticios institucionales podría sesgarse al eliminar de la muestra a aquellos que eran clientes de esta entidad financiera pública. A priori, la inclusión de estos individuos se espera que no genere cambios significativos en el valor de los parámetros estima-dos en virtud del bajo número de individuos que son clientes de Bansefi y que además reciben transferen-cias gubernamentales.Un segundo factor que da origen a estas cinco esti-maciones es la utilización del índice de riqueza como variable explicativa de la participación en servicios crediticios. Dado que este índice refleja un acervo y no un flujo, es poco probable que pudiera verse influenciado por la utilización de servicios crediti-

cios. Sin embargo, con el fin de despejar cualquier duda, se buscó examinar si su inclusión generaba distorsiones importantes en el valor de los otros pa-rámetros. Un tercer factor que pudiera sesgar los resultados es el desgaste en el seguimiento de la muestra (attri-tion). Aun cuando el presente estudio no es de corte experimental, la desaparición de individuos de un periodo a otro pudiera sesgar los resultados, por lo que resulta importante averiguar qué implicancias tiene considerar un panel desbalanceado. Si bien sólo 15% de los hogares no fueron entrevistados en ambos años, dicho grupo no tiene en promedio un índice de activos diferente15 al reportado para las fa-milias que fueron entrevistados en ambos periodos. Finalmente, el cuarto factor que explica la genera-ción de cinco estimaciones es la potencial endogenei-dad de recibir una transferencia gubernamental. Dado que la recepción de transferencias puede obedecer a los mismos factores que explican la participación en servicios crediticios, es posible la presencia de una correlación no nula entre los errores de estimación y la variable de transferencias públicas. Con el fin de examinar tal aseveración, se reestimaron los pa-rámetros tomando como población a aquellos que nunca recibieron transferencias gubernamentales. Independientemente de la muestra utilizada, las va-riables edad, edad al cuadrado y escolaridad tienen los signos esperados: mayor experiencia (medido por edad) y mayor educación sugieren una mayor probabilidad de hacer uso de servicios crediticios. Respecto al género del jefe de hogar, los resultados generales sugieren que el mismo no es una variable significativa en la decisión de endeudarse. Por otro lado, indistintamente de la posición en el trabajo, los parámetros estimados para las variables laborales son siempre positivos, lo cual sugiere que la pro-babilidad de utilizar servicios crediticios es menor para los desempleados (categoría base). Respecto a la posición dentro del trabajo, es de resaltar el or-denamiento que tienen los parámetros estimados: la mayor probabilidad de hacer uso de servicios credi-ticios la tiene el patrón y luego el cuenta propia, lo cual es consistente con el énfasis que tienden a dar

14 Delas5768personasentrevistadasen2004,sólo324eranclientesdeBansefi.El68%deestos324recibíanunatransferenciagubernamental,ysólo4%teníadeudasconunasociedaddeahorroycréditopopular.

15 Laspruebasdemediasrechazanquelasmuestrasseandiferentes.

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Cuadro 6Determinantes de participación en microcrédito institucional

Est. 1 Est. 2 Est. 3 Est. 4 Est. 5 Muestra Toda Toda Sin attrition Bansefi=0 Trsf. pública =0Edad 0.120 ***

(5.2)0.058 ***

(2.6)0.097 ***

(3.5)0.134 ***

(5.7)0.109 ***

(4.3)Edad 2 -0.0009 ***

(4.4)-0.0005 **

(2.3)-0.0008 ***

(3.2)-0.001 ***

(4.8)-0.0009 ***

(3.5)Escolaridad 0.577 ***

(11.4)0.335 ***

(6.6)0.327 ***

(5.8)0.580 ***

(11.4)0.537 ***

(10.0)Jefe hombre -0.202

(0.7)-0.154(0.6)

0.589 *(1.7)

-0.245(0.9)

-0.404(1.3)

Casado 0.753 ***(2.9)

0.459 *(1.8)

0.073(0.2)

0.889 ***(3.3)

0.957 ***(3.3)

Patrón 0.877**(2.2)

0.608(1.5)

0.818 *(1.9)

0.812 **(2.0)

1.07 ***(2.6)

Cuenta propia 0.619 ***(3.3)

0.510 ***(2.8)

0.447 **(2.1)

0.613 ***(3.2)

0.693 ***(3.4)

Asalariado 0.360 **(2.2)

0.406 **(2.4)

0.391 **(2.1)

0.375 **(2.2)

0.573 ***(3.0)

Índice activos 0.926 ***(12.3)

0.878 ***(10.7)

Shock local 0.376 ***(3.0)

0.365 ***(2.9)

0.367 ***(2.7)

0.380 ***(3.0)

0.499 ***(3.3)

Shock hogar 0.451 ***(3.4)

0.416 ***(3.2)

0.446 ***(3.0)

0.410 ***(3.1)

0.345 **(2.3)

Trasf. pública -0.680 ***(5.4)

-0.248 **(2.0)

-0.358 ***(2.5)

-0.676 ***(5.3)

Rural 0.286 **(2.3)

1.607 ***(9.8)

1.532 ***(8.3)

0.281 **(2.3)

0.330 **(2.3)

Norte -0.560 ***(3.6)

-0.449 ***(3.0)

-0.457 ***(2.6)

-0.561 ***(3.6)

-0.750 ***(4.5)

Sur -0.408 ***(3.1)

-0.055(0.4)

-0.082(0.6)

-0.499 ***(3.8)

-0.620 ***(4.2)

Observaciones 8,145 8,134 6,610 7.772 4,892Prob> chi2 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000

Notas: 1) Todas las muestras se restringieron a que siempre fuera la misma persona la que respondiera en ambas ocasiones.2) Al hacer las regresiones se controló por una dummy de tiempo (2004) y una constante.3) Debajo del parámetro estimado se reporta el valor del estadístico z. 4) Categorías base: jefe mujer; no casado; sin ocupación alguna; zona centro. 5) ***significativo al 1%, ** significativo al 5%, * significativo al 10%.

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las sociedades de ahorro y crédito popular al présta-mo con fines productivos. Respecto al índice de riqueza, los resultados son consistentes con lo esperado: se reporta una co-rrelación positiva entre la variable dependiente y el valor que toma el índice. Tal correlación podría responder a una posible asociación entre niveles de riqueza y posibilidades de emprender un negocio.16 Dado que dicho índice es un indicador del acervo de riqueza, se supuso que la misma no se alteraba por la participación en los mercados crediticios. Con el fin de examinar de manera indirecta tal hipótesis,17 una comparación de las primeras dos estimaciones muestran que la inclusión del índice de riqueza no afecta ni el signo ni la significancia estadística de los demás parámetros estimados. Con respecto al impacto que tienen las perturbacio-nes negativas sobre el uso de servicios crediticios, su signo es claramente positivo. Así, una perturba-ción negativa en la localidad (desastres naturales o baja en valor de ventas) o una perturbación negativa en el hogar (muerte, enfermedad grave o descom-postura de algún equipo de trabajo)18 conducen a una elevación en el uso de servicios crediticios. En este sentido, los resultados parecen sugerir que los préstamos fueron utilizados como mecanismo para amortiguar el impacto que dichas perturbaciones tienen sobre el gasto. Finalmente, está el signo del parámetro que acom-paña a la variable transferencias públicas. Como se observa, todas las estimaciones del cuadro 6 repor-tan un parámetro para esta variable con signo ne-gativo y estadísticamente significativo, lo cual su-giere una especie de efecto expulsión: la recepción de transferencias gubernamentales reduce la nece-sidad de utilizar los servicios crediticios institucio-nales. Ante la existencia de un potencial problema de endogeneidad, construimos –por medio de un conjunto de variables sociodemográficas, laborales y de características de la vivienda– una variable instru-mental. Si bien la prueba Durbin-Wu-Hausman con-tinuaba arrojando resultados que no indicaban que

tal variable instrumental fuera exógena, es impor-tante señalar que la inclusión de dicha variable –en lugar de la variable original– no alteraba el signo ni significancia estadística del impacto19 que acarrean las transferencias del gobierno sobre el uso de ser-vicios crediticios. Un segundo tipo de estimación, como se mencionó en la metodológica, consiste en analizar qué deter-mina la movilidad o inmovilidad del hogar en lo que se refiere a su demanda por servicios crediticios. Un estudio de los determinantes de esta movilidad per-mitirá verificar la robustez de los resultados presen-tados en el cuadro anterior. Para tal fin se utilizó un logit multinomial que –como se dijo en la metodolo-gía– utiliza una variable dependiente que toma los valores (1,2,3) para describir si nunca tuvo un prés-tamo, si alguna vez lo tuvo o si siempre lo ha teni-do. En los resultados que presentamos en el Cuadro 7, se tomó como base a aquellos individuos que nunca pidieron préstamos y se evaluó la movilidad de los otros dos grupos: los que en alguno de los dos años pidieron o los que pidieron en ambos años. La muestra fue similar a la utilizada en las primeras dos estimaciones del Cuadro 6. Junto al valor estimado de los parámetros se reportan los valores que toma el relative risk ratio (rrr) –el cual nos indica cuán-tas veces más o menos (lo cual dependerá de si el rrr es mayor ó inferior a la unidad) es probable que nos quedemos en la categoría en que se encuentra el hogar (alguna vez tuvo préstamos o siempre tuvo préstamos) ante un cambio en el valor de alguna va-riable explicativa.Como puede observarse, el valor del relative risk ra-tio que acompañan a la edad y la escolaridad –para ambos grupos de personas– son consistentes con nuestras hipótesis y con los resultados obtenidos en el cuadro anterior. Así, el hecho de que los relative risk ratios sean mayores a la unidad implica que un aumento en cualquiera de estas dos variables lo hace menos proclive a pasarse al grupo base: los que nunca tuvieron crédito. Esta consistencia en los re-sultados de ambos cuadros también se observa en la

16 Losíndicesderiquezaurbanayruralanivelfamiliarson–enpromedio–mayoresparapatrones,seguidodecuentapropia,emplea-dosyfinalmentedesocupados.

17 LapruebadeDurbin-Wu-Hausmanes significativa, sinembargo, esmuy improbableencontrarunbuen instrumentoparaestavariable.

18 Lacorrelaciónentreambostiposdeperturbacionesesde0.07.19 Resultadosdisponiblesconlosautores.

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variable transferencias gubernamentales. Congruen-te con lo reportado en el cuadro 6, los resultados del cuadro 7 sugieren que, en caso de que una familia fuera a recibir una transferencia del Estado, es más probable –dado que el valor del relative risk ratio es inferior a la unidad– que pase de cualquiera de estos dos escenarios al escenario base (nunca tuvo préstamos).Por otro lado, en cuanto a las perturbaciones, los resultados del cuadro 7 indican que sólo las de ori-gen local tienen impacto sobre la movilidad: una perturbación de esta naturaleza (caída en ventas, sequía y baja en precios)20 vuelve menos proclive a una familia a estar en una situación donde nunca

pidió préstamos (escenario base). El hecho de que la movilidad no dependa de las perturbaciones en el hogar (enfermedad grave, muerte y descompostura de algún equipo de trabajo)21 podría sugerir que el uso de servicios crediticios es más común cuando la perturbación se asocia a un choque transitorio sobre la generación de ingreso. Así, los resultados que se reportan en el cuadro 7 son consistentes con nuestras hipótesis y con los re-sultados presentados en el cuadro 6. Quizá la única excepción a esta caracterización son las variables que reflejan la posición laboral; si bien los paráme-tros estimados son los correctos,22 son no-significa-tivos, lo cual sugiere que las variables por sí solas

Cuadro 7Determinantes de movilidad en participación de microcrédito institucional

Alguna vez tuvo Siempre tuvorrr P> | z | rrr P> | z |

Edad 1.115 *** 0.000 1.145 *** 0.000Edad2 0.999 *** 0.000 0.998 *** 0.000Escolaridad 1.366 *** 0.000 1.676 *** 0.000Jefe hombre 1.005 0.988 1.818 0.151Casado 1.165 0.649 0.837 0.648Patrón 4.886 ** 0.012 1.434 0.578Cuenta propia 2.634* 0.077 1.215 0.701Asalariado 1.954 0.215 0.956 0.928Perturbación local 1.342 ** 0.014 1.458 *** 0.007Perturbación hogar 0.998 0.992 1.280 0.128Transf. pública 0.556 *** 0.000 0.700 *** 0.011 Rural 1.239 ** 0.054 1.858 *** 0.000Norte 0.589 *** 0.001 0.540 *** 0.001Sur 0.915 0.452 0.779 0.077No. observaciones, (Prob> chi2)

29060.0000

Notas: 1) Base del multinomial: nunca tuvo un préstamo de una sociedad de ahorro y crédito popular.2) La muestra se restringió siempre a que fuera la misma persona la que respondiera en ambas ocasiones.3) Al hacer las regresiones se controló por una dummy de tiempo (2004) y una constante.4) Categorías base: jefe mujer; no casado; sin ocupación alguna; zona centro.5) ***significativo al 1%, ** significativo al 5%, * significativo al 10%.

20 Ordenadodemayoramenorrecurrencia.21 Ordenadodemayoramenorrecurrencia.22 Alsermayoresalaunidad,implicanqueunapersonaempleadaesmenosprocliveamoversealescenariobase.

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no logran explicar un cambio en la posición en que se encuentra el individuo respecto a su participación en los servicios crediticios. Con el fin de evaluar la sensibilidad de estos paráme-tros a los posibles cambios en la muestra por los moti-vos señalados previamente, se reestimaron los valores de los relative risk ratios para muestras en donde no se incluyeran a los clientes de Bansefi ni tampoco a aquellos que recibían transferencias públicas. En am-bos casos, los parámetros (no reportados aquí pero disponibles con los autores) fueron similares a los reportados en el cuadro 7. Asimismo, se consideró al índice de riqueza como variable explicativa adi-cional. Consistente con los resultados del cuadro 6, el relative risk ratio para dicha variable fue mayor a la unidad, y su inclusión no trajo consigo un cambio significativo en el valor de los demás parámetros.

v. conclusiones

Ante la presunción de los posibles beneficios –en términos de alivio a la pobreza y mejora en la dis-tribución del ingreso– que pudiera acarrear el acce-so a fuentes formales de financiamiento, existe un creciente interés por diseñar políticas públicas que eleven la participación de la población de escasos recursos en el uso de los servicios crediticios. To-mando en consideración las diferencias que pudie-ran existir entre los conceptos de acceso y partici-pación, el objetivo del presente artículo consistió en encontrar qué factores determinan que una pobla-ción –que cuenta con acceso a servicios crediticios institucionales– participe de los mismos. Para hacer más robustos nuestros resultados, un segundo obje-tivo fue entender si estos mismos factores determi-nan los cambios en la decisión de participar o no de dichos servicios a través del tiempo. En términos generales, encontramos que la decisión de participar depende de cuatro tipos de variables: la

situación laboral y su posición en el trabajo; el ni-vel de riqueza de las personas; la presencia de per-turbaciones locales, y la recepción de transferencias gubernamentales. La importancia que tienen las dos primeras variables es consistente con el énfasis que tienden a dar las sociedades de ahorro y crédito popu-lar al préstamo con fines productivos, y con la posible asociación que pudiera haber entre niveles de riqueza y posibilidades de emprender un negocio.Respecto al impacto de las perturbaciones negati-vas, los resultados sugieren que los préstamos tienden a ser demandados en mayor medida cuando se trata de perturbaciones de carácter local que de carácter familiar. En este sentido, la demanda por servicios financieros es más común cuando la perturbación se asocia a un choque transitorio al ingreso. Este re-sultado podría sugerir la existencia de una potencial demanda por productos de aseguramiento. Sin em-bargo, ante la alta ocurrencia de tales perturbacio-nes, tendrían que considerarse diversas exclusiones o un alto precio para que su oferta fuera rentable, lo cual limitaría su demanda.Finalmente, están las transferencias monetarias que otorga el gobierno federal como parte de la política social. Si bien su inclusión en las estimaciones pre-senta un potencial problema de endogeneidad que no pudo ser resuelto de una manera apropiada, las diver-sas pruebas que se hicieron sugieren que los recepto-res de los mismos tienden a una menor probabilidad de demandar servicios crediticios institucionales. Así, no puede descartarse un escenario en el cual el objetivo de una política gubernamental (en este caso la social) atente contre el objetivo de otra po-lítica pública (la financiera). Si bien estas políticas públicas no son excluyentes,23 los resultados sugie-ren que sería propicio encontrar vías para reducir el potencial conflicto que pudiera haber entre ambos objetivos.

23 Deacuerdoconlosdatosdelcuadro2,aproximadamente40%delapoblación–independientementedesieranonosociosdeunasacp–recibieronen2004unatransferenciamonetariaprovenientedelEstado.

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