debus_el hombre y la naturaleza en el renacimiento

280
8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 1/280 BREVI RIOS del FONDO  DE CULTURA ECONÓMICA 384 EL  HOMBRE Y LA NATURALEZA EN  EL RENACIMIENTO

Upload: dinosaurlaam

Post on 07-Jul-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 1/280

B R E V I R I O S

del

FONDO

  D E C U L T U R A E C O N Ó M IC A

3 8 4

E L  H O M B R E Y L A N A T U R A L E Z A

E N  E L R E N A C I M I E N T O

Page 2: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 2/280

E l  hombre y la

naturaleza

en el Renacimiento

por

A L L E N  G.

  D E B U S

Traducción

  de

SERGIO LUGO RENDÓN

C ONAC YT

F O N D O  D E  C U L TU R A E C ONÓ MIC A

MÉXICO

Page 3: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 3/280

Primera

  edición

  en

  i n g l é s ,

  1978

Primera

  edición

  en  e s p a ñ o l ,  1985

Este

  libro se publica con el patrocinio del

Consejo Nacional de Ciencia y

  Tecnología

Titulo

  original:

Man

  and

  Nature

  in the

  Renaissance

®

  1978, Cambridge University Press, Cambridge

I S B N

  0-521-29328-6

D. R. © 1985,

  F O N D O

  O L

  C U L T U R A

  E C O N Ó M I C A ,  S. A. DI; C . V .

Av.  de ¡a Universidad 975;

  03100  M é x i c o ,

  D. F .

ISBN

  968-16-1823-8

Impreso eg  México

Page 4: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 4/280

A

  M I M A D R E Y A M I P A D R E

Page 5: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 5/280

PREFACIO

N i n g ú n  periodo de la  historia  de la ciencia ha

sido

  estudiado más detalladamente que la Re

v o l u c i ó n c i e n t í f i c a  y, no obstante,  é s t a  sigue sien

do

  un enigma, incluso por lo que

  respecta

  a sus

l í m i t e s c r o n o l ó g i c o s .

  Algunos

  hablan de un pe

riodo

  de trescientos

  a ñ o s ,

  que se extiende de

1500  a 1800, mientras que otros consideran  ú n i c a

mente los

  avances

  impresionantes del

  siglo

  xvn.

L a r e l a c i ó n  del Renacimiento con la  Revolu

c i ó n c i e n t í f i c a

  es sin duda un factor decisivo

para cualquier intento de  d e l i m i t a c i ó n  semejan

te ,

  pero en

  este

  volumen  hablaremos ^del renaci-

miento

  c i e n t í f i c o

  que se produjo aproximada

mente  eTtrrre"  mediaá?ís-^eWigte^y^xTtlS^ÍKlPX

d e l  xvn. En  este  lapso podremos observar los

efectos diversos y perdurables que  tuvo  el huma

nismo  en la medicina y en las ciencias, y ad

vertir,

  asimismo, el prolongado  debate  en  tor

n o

  a una

  c o n c e p c i ó n m í s t i c a

  de la naturaleza,

sustentada

  con entusiasmo lo mismo por los

alquimistas  que por los  h e r m é t i c o s .

U n a  obra que versa sobre la ciencia del Re

nacimiento  p o d r í a  basarse

  en muchas fuentes

y

  reflejar

  seguramente muchos puntos de vista.

E l

  tema es tratado por lo regular en

  f u n c i ó n

  del

progreso de las ciencias  exactas  como las ma

t e m á t i c a s

  y la

  a s t r o n o m í a .

  En el

  pasado,

  los es

tudios  de  este  tipo  prestaron generalmente poca

a t e n c i ó n

  a un contexto más

  amplio:

  el ambiente

social

  e intelec tual del periodo. Los autores que

9

Page 6: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 6/280

10

P R E F A C I O

h a n  hecho  h i n c a p i é  en  esto  ú l t i m o ,  con frecuencia

h a n

  restado importancia a los adelantos

  t é c n i

cos y  c i e n t í f i c o s .  En

  este

  volumen  nuestro en

foque

  s e r á

  el

  tradicional,

  por cuanto habremos

de destacar la verdadera ciencia del periodo, pero

a menudo nos referiremos a la

  r e l i g i ó n

  y a cier

tos conceptos

  f i l o s ó f i c o s

  que casi no intervienen

en  la ciencia del  siglo  xx. Por consiguiente, in

tentaremos examinar con cierta  amplitud  el efec

t o

  que  tuvieron  la  alquimia  y la

  q u í m i c a

  en el

desarrollo

  de la ciencia y la medicina modernas,

pues  este  tema no ha sido debidamente integra

d o

  a las exposiciones que hasta ahora se han

hecho de la  R e v o l u c i ó n c i e n t í f i c a .  De  h e c h c ¿ _ l a s .

controversias que

  s u s c i t ó

  la

  q u í m i c a

  al iniciarse

Tae ra  moderM_enj¿ejidrar.on_ m á s  textos  p o l é m i -

CTS-uueTTáVíelacionadas con

  la

  a s t r o n o m í a

  y la

f í s i c a  del  movimiento.  Por tanto, debemos pres-

- t a T ^ a ~ ^ 5 t o s - í l e b a t © & H a a t e n c i ó n

  que merecen, la

misma

  que damos a aquellos que conducen de

u n

  modo más directo a

  Galileo

 —y, finalmente,

a los  Principia  mathematica  de  Isaac  Newton.

Ciertamente,  en

  esta

  obra no pretendimos pre

sentar un estudio exhaustivo del periodo  com

prendido  entre 1450 y 1650. E l presente  volumen

forma

  parte de una serie destinada al

  investi

gador de la  c i v i l i z a c i ó n  occidental, y nuestro

p r o p ó s i t o

  ha sido ofrecer una

  v i s i ó n

  general exa

minando  algunos de los problemas y temas  f un

damentales. Así, nuestra

  a t e n c i ó n h a b r á

  de

  d i r i

girse  preferentemente al efecto que  tuvo  el huma

nismo

  en las ciencias, a la

  b ú s q u e d a

  de un nuevo

m é t o d o c i e n t í f i c o ,  y al  d i á l o g o  constante entre

lo s

  defensores de una

  c o n c e p c i ó n m í s t i c a

  y

  o c u l -

Page 7: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 7/280

P R E F A C I O 11

tista  del mundo y  quienes buscaban  un nuevo

enfoque para estudiar la naturaleza

  basado

  en

las  matemáticas  y en la

  observación.

E l

  autor

  está

  especialmente agradecido con la

Biblioteca  Newberry y la

  Fundac ión

  Nacional

para las Humanidades, las que hicieron posible

que  esta  obra fuera terminada en Chicago en un

a ñ o

  (1975-1976) como pr imer

  paso

  para un tra

tamiento más

  extenso

  del tema. E l acervo de la

Biblioteca

  Newberry és particularmente valioso

para el investigador de cualquier

  aspecto

  de

la

  historia intelectual del Renacimiento;  W i l l i a m

Towner,  Richard H.

  Brown

  y John Tedeschi co

laboraron

  siempre conmigo en mi  búsqueda  de

libros

  e

  información

  y me ayudaron en tantos

aspectos  que en vano  in tentar ía  ser más

  especí

fico.  La Universidad de Chicago me

  concedió

 l i

cencia por un a ño —y, como siempre,  conté  con

el

  apoyo  generoso  del Centro

  Morris

  Fishbein

para el Estudio de la Historia de la Ciencia y la

Medicina.

  Los compiladores de

  esta

  serie, George

Basalla, de la Universidad de Delaware, y  W i l l i a m

Coleman, de la Universidad de Wisconsin,  contri

buyeron

  con  útiles  sugerencias,  y el autor reco

noce su  deuda  especial con  W i l l i a m  R.  Shea,  de

la

  Universidad  M c G i l l ,  por los valiosos comenta

rios que hizo al primer borrador del manuscrito.

E n

  las  etapas  finales de la  preparación  de  este

libro,  John Cornell y Russell H. Hvolbek

  redac

taron  el  índice  y revisaron cuidadosamente el

texto.

ALLEN

  G.

  DEBUS

Deerfield, Illinois

Mayo  de 1978

Page 8: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 8/280

PREFACIO  A LA  EDICIÓN  E N  ESPAÑOL

Gracias a la favorable  recepción  que ha tenido

la edición original

  en

  inglés,

  de

  El hombre y la

naturaleza  en el Renacimiento,  he hecho  relati

vamente pocos cambios al texto para su traduc

ción  al  español.  Se han corregido algunos erro

res  tipográficos  y se han escrito de nuevo ciertos

pasajes  breves, para darles mayor claridad. La

bibliografía

  se ha puesto al corriente,

  añadién

dole  algunas referencias nuevas. Y,  además ,  so

bre todo por  causa  de las importantes investiga

ciones que hoy se  es tán  haciendo de todos los

aspectos  de la ciencia y la medicina en el mundo

de habla hispana, he

  añad ido

  un breve

  apéndice

a la  bibliografía  relacionada con obras recientes

en  español ,  sobre el Renacimiento y los comien

zos de la  Época  Moderna.

Agradezco al profesor Enrique  Bel t rán ,  de la

Sociedad Mexicana de  Historia  de la Ciencia y

de la

  Tecnología,

  su

  in terés

  y aliento con

  respec

to  a  esta  obra. Deseo  añad i r  mi agradecimiento

a la  señora  A l i c i a  Hammer, del Fondo de  Cul

tura  Económica ,  que tanto nos ha ayudado re

solviendo

  los  múl t ip les  detalles relacionados con

la publicación

  de la obra, y a Sergio Lugo Ren-

dón,  por su excelente  t raducción .  Por  últ imo,

deseo  agradecer a mi  esposa,  Brunilda  López

Debus, su minuciosa lectura del  original  y su

ayuda en la  revisión

  f i n a l .

Deerfield Illinois  ALLEN  G. DEBUS

7

  de junio de J982

13

Page 9: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 9/280

Valiosa,  y por lo mismo bienvenida a la litera

tura en

  español

  sobre

  temas

  de historia y

  f i l o

sofía  de la ciencia, es la  t raducción  del  libro  Man

and  Nature in the Renaissance  (1978), escrito

por el doctor  A l i e n  G. Debus, profesor de  His

toria

  de la Ciencia y de la Medicina en la

  U n i

versidad de Chicago, autoridad indiscutible en

el  Renacimiento, como ha demostrado en  obras

anteriores:  The

  English  Paracelsians,

  1965;  The

Chemical

  dream of the Renaissance,  1968;  Science

and  education on the Seventeenth Century,  1970;

y  Science, Medicine and Society in the Renais

sance,

  excelente obra

  aparecida

  en 1972, de la

que fue editor.

Los ocho

  capítulos

  del

  presente  libro

  son

  otras

tantas  visiones  panorámicas  de los principales

temas  a considerar en el periodo cubierto, y

constituyen

  excelentes

  puntos de partida

  para

los  estudiosos  de  cada  uno de ellos.

Como

  acertadamente

  dice Debus en el  párra

fo  i n i c i a l :  "Ningún  periodo de la historia de la

ciencia ha sido estudiado más detalladamente

que la  Revolución científica  y, no  obstante,  ésta

sigue siendo un enigma, incluso por lo que

  res

pecta  a sus  límites cronológicos."  Y  nada  es más

atractivo de leer que lo relacionado con los

enigmas.

ENRIQUE  BELTRXN

Page 10: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 10/280

I T R A D I C I Ó N  Y  REFORMA

Pocos acontecimientos en la historia del mundo

han tenido más trascendencia que la

  R e v o l u c i ó n

c i e n t í f i c a .  E l periodo comprendido entre me

diados del siglo xv y fines del x vm  p r e s e n c i ó  la

creciente  influencia

  cultural

  y  p o l í t i c a  de Euro

pa occidental en todas partes del mundo. La

nueva ciencia y la nueva  t e c n o l o g í a  de Occidente

fueron

  un factor decisivo de esa

  influencia,

  hecho

que fue reconocido por la mayor parte de los

eruditos  de la  é p o c a .  Francis Bacon (1561-1626),

p o r  ejemplo, observaba en el

  Novum organum

(1620):

. . .

  conviene observar la fuerza, la

  v i r t u d

  y las

consecuencias de los descubrimientos, y en  n i n

guna otra parte  p o d r á n  observarse  é s t a s  con

mayor

  evidencia que en aquellos tres que eran

desconocidos para los antiguos . . . a s a be r l a -

imprenta,

  la  p ó l v o r a  y la  b r ú j u l a .  Pues

  estos

" ~ T r g s ~ 1 i á h t r S ñ ^ o t m a d o ' p c T ^ c b m p l e t o

  la

  apa

riencia  y la  c o n d i c i ó n  de las  cosas  en todo el

mundo;

  el pr imero en la li teratu ra , el segundo

en el arte de la guerra y el tercero en la na

v e g a c i ó n ;  de donde se han derivado innume

rables cambios, de tal modo que  n i n g ú n  Impe

r i o ,

  secta

  q astro

  parece

  haber

  e j é r c l d t ^ i s v u i . :

^pooMLe  influencia  en los asuntQsJiiimanos que

estos  descubrimientos  m e c á n i c o s .

1

  '

•  -  • • ••  s —

1

  Francis  Bacon,  The Works of  Francis  Bacon,  comps.

James

  Spedding, Robert  Leslie  E l l i s  y Douglas Dennon

Heath

  (7 vols., nueva ed.,

  Londres,

  Longmans, 1670; ed.

original,

  1857), 4, p. 114.

15

Page 11: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 11/280

16 T R A D I C I Ó N  Y  R E F O R M A

Para  Bacon  estos  descubrimientos eran de

  o r i

gen occidental y relativamente recientes. No fue

e l  primero ni el  ú l t i m o  en hacer una  d e c l a r a c i ó n

semejante, pero

  pocas

  obras eran

  l e í d a s

  con más

avidez que las  suyas  por quienes  deseaban  fun

dar una nueva ciencia en el siglo xvn .

Pero aunque todos reconocemos de inmediato

la  importancia de la  R e v o l u c i ó n c i e n t í f i c a ,  mien

tras más estudiamos sus

  o r í g e n e s

  menos segu

ros  estamos  de comprender sus  causas.  En  este

"volumen  nos referiremos principalmente a los

dos siglos que median entre 1450 y 1650; la

  p r i

mera de  estas  fechas coincide aproximadamente

con  el despertar del nuevo  i n t e r é s h u m a n í s t i c o

p o r

  los textos

  c i e n t í f i c o s

  y

  m é d i c o s

  de la

  A n t i

g ü e d a d  y la segunda con los  a ñ o s  que anteceden

a la

  a c e p t a c i ó n

  general de la ciencia mecanicis-

ta  de Descartes (1596-1650), Galileo (1564-1642),

B o r e l l i

  (1608-1679),  Boyle  (1627-1691) y

  Newton

(1642-1727).

Estos dos siglos ofrecen un laberinto de  inte

reses  casi desconcertante y rara vez encontrare

mos en ellos un

  individuo

  cuya  m e t o d o l o g í a  cien

t í f i c a  pudiese parecer del todo aceptable a un

c i e n t í f i c o  moderno.

  Para

  algunos de sus sabios,

cuya

  obra contribuyo~a~nuestra era

  c i e n t í f i c a

moderna, la magia, la

  alquimia

  y la as t r o

 logia

fueron  no menos estimulantes que el nuevo in

t e r é s  por la  a b s t r a c c i ó n m a t e m á t i c a ,  la observa

c i ó n  y la  e x p e r i m e n t a c i ó n .  En nuestros  d í a s  pen

samos  que es  f ác i l  —y necesario—  separar  a la

"ciencia"  de la  a f i c i ó n  por el ocultismo, pero en

esa  é p o c a  muchos no

  estaban

  en  posibilidad  de

hacerlo.  Y no podemos  atr ibuir  esa  c o n c e p c i ó n

Page 12: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 12/280

TRADICIÓN  Y

  R E F O R M A

17

mística

  del mundo a  unas  cuantas  figuras se

cundarias actualmente olvidadas, salvo por los

anticuarios.  Los escritos de

  Isaac

  Newton y

Johannes

  Kepler (1571-1630) revelan un genuino

interés

  en la

  t ransmutac ión

  de los metales y las

armonías

  universales, tanto como la obra de Pa

racelso (1493-1541), Robert  Fludd  (1574-1637) o

John Dee (1527-1608). En general, los historia

dores de la ciencia han considerado

  tradicional-

mente el tema en forma retrospectiva, es de

cir,

  ignorando aquellos  aspectos  de una

  filosofía

natural  anterior que no tiene ya cabida en  nues

tro

  mundo

  científico.

  Pero, si así

  procediéramos,

no

  podríamos

  arribar a una

  comprensión

  contex-

tual

  de

  este

  periodo. Por tanto, nos proponemos

tratar  este

  período

  en sus propios

  términos

  y no

en los nuestros. A medida que avancemos,  des

cubriremos  que las controversias sobre la magia

natural  y la

  analogía

  macrocosmos-microcosmos

eran  entonces  tan importantes como los mejor

recordados

  debates

  sobre el sistema

  heliocéntri

co o la

  circulación

  de la sangre.

p ^ ^ i /

1

  1

LA  CIENCIA  Y LA

 EDUCACIÓN

  EN EL

RENACIMIENTO

Los términos

  "Renacimiento" y "humanismo"

han sido utilizados con  tantas  y tan variadas

connotaciones que

  difícilmente podríamos

  satis

facer a dos eruditos con una sola  definición.  Por

nuestra parte, no vemos la necesidad de

  inten

tarlo.  Sin duda, el Renacimiento implicaba una

especie  de "renacimiento" del conocimiento —a

Page 13: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 13/280

18

T R A D I C I Ó N

  Y  R E F O R M A

la

  vez que un renacimiento del arte y la

  litera

tura.  Y, efectivamente, en  este  periodo se de

s a r r o l l ó

  una nueva ciencia. Pero, una vez

  admi

t ido

  lo anterior, debemos ser cautos para no

i n c u r r i r

  en

  simplificaciones.

  E l nuevo amor a la

naturaleza que expresaron Petrarca (m. hacia

1374)

  y otros humanistas del  siglo  xiv

  tuvo

  más

de una consecuencia. Aceptamos sin  vacilar  que

c o n t r i b u y ó

  a la

  a p a r i c i ó n

  de un nuevo

  m é t o d o

para estudiar los

  f e n ó m e n o s

  naturales

  basado

en

  la

  o b s e r v a c i ó n ,

  pero advertimos

  t a m b i é n

  que

Petrarca y algunos humanistas posteriores

  des

confiaban

  profundamente de la importancia que

tradicionalmente

  h a b í a  dado el escolasticismo a

l a f i lo so f ía

  y a las ciencias. La preferencia de es

tos hombres por la  r e t ó r i c a ~ y  la  historia  era una

r e a c c i ó n

  consciente contra los estudios "aristo

t é l i c o s " ,  de  c a r á c t e r  más  t é c n i c o ,  que por mu

cho tiempo

  h a b í a n

  sido la piedra angular de la

universidad  medieval. Los humanistas  p e r s e g u í a n

e l

  perfeccionamiento

 'moral

  3el hombre y

  desde

ñ a b a n  las disputas  l ó g i c a s

 ~~y

  e s c o l á s t i c a s  que

caracterizaban los estudios superiores

  tradicio

nales.

Este cambio de valores  d a r í a  por resultado

u n

  nuevo

  i n t e r é s

  en los problemas educativos.

L os  programas de reforma educativa de los si

glos

  xiv y xv

  iban

  a

  estar

  encaminados, no a las

universidades,

  sino a la  e n s e ñ a n z a  elemental. E l

educador humanista

  V i t t o r i n o

  da Feltre (1378-

1446) fundó  una escuela donde los alumnos prac

ticaban

  ejercicios

  militares

  y eran exhortados a

sobresalir en los deportes. En las aulas estudia

b a n r e t ó r i c a , m ú s i c a , g e o g r a f í a

  e

  historia

  —y,

Page 14: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 14/280

T R A D I C I Ó N

  Y

  R E F O R M A

19

poniendo de ejemplo a los antiguos, se les en

s e ñ a b a  a anteponer los pr incipios morales y la

actividad

  p o l í t i c a  a los principios  b á s i c o s  del

triviürtp

  ( ¡g r a m á t ic a , r e t ó r i c a

  y

  lógicjS)

  o al estu

d io  de las asignaturas  f i l o s ó f i c a s  y  c i e n t í f i c a s

tradicionales.

Muchos  de los más renombrados sabios huma

nistas iban a sentirse afectados por

  este

  m o v i

miento  de reforma educativa. E l resultado puede

verse claramente en la obra de Erasmo (1466-

1536).  É s t e  pensaba  que, para conocer la natu

raleza, al alumno le  bastaba  con seguir el curso

normal  de estudios que  c o m p r e n d í a  la lectura

de los autores literarios de la  A n t i g ü e d a d .  A su

j u i c i o ,

  las

  m a t e m á t i c a s

  no

  t e n í a n

  mucha

  impor

tancia

  para un hombre educado. Y Juan  L u i s

Vives  (1492-1540), indudablemente el más  ins ig

ne de los educadores del Renacimiento, concor

daba plenamente con él cuando, al impugnar el

estudio de las  m a t e m á t i c a s ,  argumentaba que

é s t a s t e n d í a n

  a "desviar la mente de los fines

p r á c t i c o s  de la

  vida"

  y la  h a c í a n  "menos apta

para  f u n d i r  las realidades concretas y las mun

danas".

Pero  ¿ p o d e m o s  decir entonces que las univer

sidades

  s e g u í a n

  siendo los centros de

  i n s t r u c c i ó n

c i e n t í f i c a ?  En general, lo eran  t o d a v í a ,  mas cada

vez era mayor el  n ú m e r o  de los investigadores

de la medicina y las ciencias que rechazaban el

exagerado conservadurismo de muchas —proba

blemente la  m a y o r í a —  de las instituciones de

e n s e ñ a n z a

  superior.

  Peter

  Ramus (1515-1572) re

cordaba su  f o r m a c i ó n a c a d é m i c a  con gran de

sencanto:

Page 15: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 15/280

20

T R A D I C I O N

  Y

  R E F O R M A

D e s p u é s  de haber dedicado tres  a ñ o s  y

  seis

meses  a la  f il o so f ía e s c o l á s t i c a ,  de acuerdo con

las reglas de nuestra universidad;

  d e s p u é s

  de

haber

  l e í d o ,

  discutido y meditado sobre los

distintos  tratados del  Organon  (pues, de los

libros

  de

  A r i s t ó t e l e s ,

  aquellos que trataban de

l a d i a l é c t i c a  eran  l e í d o s  y  r e l e í d o s  especial

mente en el curso de tres  a ñ o s ) ;  aun  d e s p u é s ,

digo,  de haber

  invertido

  todo ese tiempo, consi

derando los

  a ñ o s

  en que me

  o c u p é

  por entero

en  el estudio de las  artes  e s c o l á s t i c a s ,  quise

saber,

  en consecuencia, a qué

  p r o p ó s i t o p o d í a

aplicar

  el conocimiento que con tanto esfuer

zo y

  fatiga  h a b í a  adquirido.

  Pronto

  d e s c u b r í

que toda esa

  d i a l é c t i c a

  no me

  h a b í a

  vuelto

m á s

  docto en la  historia  y el

  saber

  de la

  A n t i

g ü e d a d ,

  ni más diestro en la elocuencia, ni

mejor

  poeta n i más sabio en nada. ¡Ah, qu é

e s t u p e f a c c i ó n ,  qu é  dolor ¡ C ó m o  deploraba mi

malhadado destino, la esterilidad de mi mente

que, tras tanto trabajo, no

  p o d í a

  recoger ni

percibir  siquiera los frutos de esa  s a b i d u r í a

que,

  s e g ú n

  se afirmaba, se hallaba con tanta

abundancia en la

  d i a l é c t i c a

  de

  A r i s t ó t e l e s

2

Ramus no era el  ú n i c o  que experimentaba esa

d e s i l u s i ó n

  —y sus lamentaciones no

  c a r e c í a n

  de

fundamento.  P a r í s ,  por ejemplo, fue conside

rada como un baluarte de la medicina

  g a l é n i c a

durante los siglos xvi y xvn mientras que, en

Inglaterra,

  los estatutos isabelinos de Cambridge

(1570)

  y el  c ó d i g o  laudiano* de  O x f o r d  (1636)

2

  La

  cita

  de  Ramus  e s t á  tomada de  F r a n k  Pierrepont

Graves,

  Peter Ramus and the Educational Reformation

of

  the Sixteenth Century

  (Nueva  Y o r k ;

  Macmillan,

  1912),

p p .  23-24.

* C o d i f i c a c i ó n

  de los estatutos llevada a cabo por

Page 16: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 16/280

T R A D I C I Ó N

  Y

  R E F O R M A

21

m a n t e n í a n

  oficialmente la autor idad de los

  a n t i

guos. Y las pr imeras asociaciones profesionales

no eran necesariamente mejores. E l Colegio de

M é d i c o s

  de Londres desconfiaba de toda

  inno

v a c i ó n .  Así, en 1559, cuando el doctor John Gey-

nes se  a t r e v i ó  a sugerir la  posibilidad  de que

Galeno (129/130-199/200 d.c.) no fuera  i n f a l i b l e ,

l a r e a c c i ó n  fue inmediata y  d r á s t i c a .  Se  o b l i g ó

a l  buen doctor a  f i r m a r  una  r e t r a c t a c i ó n  para

ser readmitido en la

  a g r u p a c i ó n

  de sus colegas.

N o

  obstante, el conservadurismo que se obser

va  en muchas de las principales universidades

en los siglos xvi y xvn , puede compensarse en

parte con una  t r a d i c i ó n c r í t i c a  que  h a b í a  sido

aplicada a los textos

  c i e n t í f i c o s

  de la

  A n t i g ü e

d a d  en  O x f o r d  y en  P a r í s  en el siglo xiv. Esta

obra,

  asociada con el escolasticismo,

  v e n d r í a

  a

ser particularmente beneficiosa para el estudio

de la

  f í s i c a

  del

  movimiento.

  Como

  t r a d i c i ó n

  eru

dita,  t o d a v í a

  estaba

  vigente en la Universidad

de

  Padua

  y otras universidades del norte de

  I t a

l i a  en el siglo  x v i .

  Para

  muchos, sin embargo, la

c r í t i c a c i e n t í f i c a  era una

  especie

  de curioso jue

go  h u m a n í s t i c o ,  y al erudito  d e b í a e l o g i á r s e l e

p o r  eliminar  las vulgares anotaciones y enmen-

daturas de origen medieval que adulteraban los

textos antiguos. M ás que la verdad  c i e n t í f i c a ,

su meta era la pureza textual.

E n  suma, la  e d u c a c i ó n  que se  i m p a r t í a  a  p r i n

cipios  del Renacimiento  t e n í a  dudoso valor para

e l  desarrollo de las ciencias. La  e d u c a c i ó n u n i

versitaria

  de

  este

  periodo puede caracterizarse,

W i l l i a m L a ú d  (1573-1645) cuando fue canciller de esa

universidad.  [T.]

Page 17: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 17/280

22

T R A D I C I O N  Y

  R E F O R M A

en su mayor parte, como conservadora. Y en

cuanto a la reforma de la  educación  primaria

que se  llevó  a cabo en los siglos xiv y xv, era de

claradamente

  anticientífica.

E L  HUMANISMO

  Y LA LITERATURA CLASICA

La veneración  de los antiguos es una  caracter ís t i

ca  familiar  del humanismo renacentista. La  bús

queda de nuevos textos  clásicos  se  intensificó

en el siglo xv, cuando  cada  nuevo descubrimien

to  era celebrado como una verdadera proeza. E l

caso  más conocido es el de  Jacopo  Angelo (hacia

1406).

  Su barco

  naufragó

  cuando

  regresaba

  de

un  viaje que  había  hecho a Constantinopla en

busca

  de manuscritos, pero  logró  salvar su más

preciado descubrimiento: una copia de la  Geo

grafía  de Ptolomeo, obra desconocida

  hasta

  en

tonces

  en Occidente. Poco  después ,  en 1417,

Poggio

  Bracciolini

  (1380-1459)

  descubr ió

  la que

sería  reconocida más tarde como la  única  copia

de  De rerum natura  de Lucrecio  (¿99?-55  a.c.)

"que  hab ía  sobrevivido de la  Antigüedad.  Este

l ibro obraría  dos siglos más tarde como un po

deroso

  es t ímulo

  del renovado

  in terés

  por el ato

mismo.

  Y ,  apenas  nueve  años después  de la

recuperación  del texto de Lucrecio, Guarino da

Verona  (1370-1460)  descubr ió  un manuscrito del

tratado  enciclopédico

  sobre

  medicina escrito por

Celso, autor del siglo n . Esta obra .  De medici

na,

  ejerció

  gran influencia, la que tal vez no se

debió  tanto a su contenido  médico  como a su

lenguaje y su estilo. Era la  única  obra impor-

Page 18: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 18/280

T R A D I C I Ó N  Y  R E F O R M A

23

tante que se conservaba del periodo de mayor

esplendor de la prosa la tina, y los humanistas

m é d i c o s  iban a  e s c u d r i ñ a r l a  en busca de la ter

m i n o l o g í a

  y la

  f r a s e o l o g í a

  latinas apropiadas.

Esa  b ú s q u e d a  de nuevos textos —y nuevas tra

ducciones— hizo que se reconociera la

  impor

tancia  del  idioma  griego.

  Bien

  es verdad que en

e l  siglo x n i Roger Bacon  ( ¿1214P-1294) hab ía  in

sistido

  ya en la necesidad de aprender el griego,

pero un siglo  d e s p u é s  la  s i t u a c i ó n  no  h a b í a  me

jorado  notablemente. Por ese tiempo Petrarca

lamentaba su deficiente conocimiento de esa

  len

gua. En realidad, él no era el  ú n i c o  que lo lamen

taba. Pocos eruditos occidentales dominaban el

griego

  cuando el maestro Manuel Crisoloras (m.

en 1415)

  l l e g ó

  a

  I t a l i a

  con el emperador bizan

tino  Manuel  P a l e ó l o g o  en 1396. Mas, por  ú t i l  que

haya sido Crisoloras, mayor entusiasmo  desper

t ó  otro bizantino, Gemistio Plethon, cuando  a r r i

b ó

  a Florencia para asistir al

  concilio

  de 1439.

L a r e s t a u r a c i ó n

  de los estudios griegos iba a

afectar todos los campos del

  saber

  en el cur

so del siglo xv. En medicina, Thomas Linacre

(¿1460P-1524)

  tradujo al

  l a t í n

  a Proclo (410-485)

y

  varias obras de Galeno. Pero,

  pese

  a la  impor

tancia

  de

  esas

  traducciones, sus planes

  — s ó l o

realizados en parte— eran  t o d a v í a  más ambicio

sos. Sus proyectos

  i n c l u í a n

  una

  t r a d u c c i ó n

  al

l a t í n  de las obras completas de Galeno —y, en

c o l a b o r a c i ó n

  con un grupo de eruditos, una tra

d u c c i ó n  al  l a t í n  de las obras completas de  A r i s

t ó t e l e s .

  No menos industrioso fue

  Johannes

Guinter

  de Andernach (1505-1574), cuyas traduc

ciones de Galeno lo colocan entre los humanistas

Page 19: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 19/280

24

T R A D I C I O N

  Y  R E F O R M A

m é d i c o s

  más

  destacados.

  Como profesor de me

dicina  en

  P a r í s ,

  Guinter fue uno de los

  maestros

m á s

  eminentes del joven Andreas Vesalio (1514-

1564).

Esa  b ú s q u e d a  de la verdad  i m p l í c i t a  en la  b ú s

queda  de manuscritos fieles, no se limitaba al

estudio de los  m é d i c o s  de la  A n t i g ü e d a d .  Georg

v o n  Peuerbach

  (1423-1461)

  r e c o n o c í a

  la necesi

dad de contar con un manuscrito  f i e l  del  Alma-

gesto

  de Ptolomeo al escribir su

  l i b r o

  de texto,

las  Theoricae  novae planetarum.  Pero Peuerbach

m u r i ó

  cuando proyectaba un viaje a

  I t a l i a

  para

cumplir  su  p r o p ó s i t o .  Su  d i s c í p u l o ,  Johann

M ü l l e r

  —llamado  el Regiomontano  (1436-1476—,

r e a l i z ó

  el viaje que

  h a b í a

  planeado su maestro y

p u b l i c ó

  un  Epítome  del  Almagesto.

'  Pero  el humanismo del Renacimiento no pue

de reducirse simplemente a la

  r e c u p e r a c i ó n

  de

los textos originales de

  A r i s t ó t e l e s ,

  Ptolomeo o

Galeno.

  Igual

  influencia tuvo en el desarrollo de

la

  ciencia moderna —y cier tamente fue par te del

movimiento  h u m a n í s t i c o —

  el retorno a los textos

l e o p l a t ó n i c o s , c a b a l í s t i c o s

  y

  h e r m é t i c o s

  de la

a n t i g ü e d a d t a r d í a . É s t o s p a r e c í a n

  tener tanta

importancia  que Cosme de

  M é d i c i s i n s t ó

  a Mar-

s i l i o

  Ficino (1433-1499) a que tradujera el

  Corpus

hermeticum,

  recientemente descubierto (hacia

1460),  antes  que las  obras  de

  P l a t ó n

  y Plotino.

Estas  obras, de

  c a r á c t e r m í s t i c o

  y religioso —y

que más  adelante  examinaremos con más aten

c i ó n — , p a r e c í a n  justificar

  la

  p r á c t i c a

  de la magia

natural,

  que iba a ser uno de los

  temas

  favoritos

r

de

  los

  sabios

  de los siglos xvi y xvn . Dentro de

'esta  t r a d i c i ó n ,  se exhortaba a emprender una

Page 20: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 20/280

TRADICIÓN

  Y  R E F O R M A  25

nueva  i n v e s t i g a c i ó n  de la naturaleza  basada

en nuevos

  datos

  tomados de la

  observación.

Casualmente, esa  búsqueda  de los textos fieles

y

  originales de la

  Antigüedad ocurría

  cuando

existía  ya un nuevo medio para  difundir  ese co

nocimiento;  la imprenta. Es interesante  señalar

que el primer  l ibro  impreso en Europa occidental

data de 1447, al iniciarse precisamente el periodo

a que nos referimos. Por primera vez era posible

producir  textos en serie que los eruditos  podían

obtener a precios  módicos .  En los campos de la

medicina

  y las  d e m á s  ciencias

  esos

  incunables

eran, en su mayor parte, impresiones de los  anti

guos textos  escolásticos  de la Edad

  Media

  des

preciados por los humanistas. Así, la pr imera ver

sión

  que se

  impr imió

  del

  Almagesío

  de Ptolomeo

fue  la antigua  t raducción  medieval (1515). Des

pués apareció

  una nueva

  t raducción

  al

  latín

  (1528)

—y  finalmente el texto griego (1538), justo cinco

años  antes

  de que se publicara el

  De  revolutio-

nibus

  orbium

  de

  Copérnico.

  La

  edición

  de las

obras  de Galeno y

  Aristóteles seguiría

  el mismo

proceso.

E L

  DESARROLLO

 DE LAS

  LENGUAS VERNACULAS

E l  la t ín  y el griego eransin duda las-llaves

  indis-

pensab'Iés  para penetrar en el mundo del-erudito;

^j^ro_£L_mundo  del Renacimiento se  caracterizó

también  por la tendencia a  utilizar  cada, vez más

las lenguas  vernáculas  en los campos de la  cul

tura.  Lo anterior se advier te con mayor evidencia

-CTPIÓS  panfletos religiosos de la Reforma, cuyos

Page 21: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 21/280

26

T R A D I C I Ó N

  Y  R E F O R M A

autores  s e n t í a n  la necesidad inmediata de comu

nicarse con sus lectores. Pero en el curso del

siglo

  xvi  las lenguas  v e r n á c u l a s t a m b i é n  se  u t i l i

zaron,

  cada

  vez con más frecuencia, en la

  medici

na y las  d e m á s  ciencias.  E l l o  puede  atribuirse en

parte al consciente  orgullo  nacionalista que se

observa en ese periodo. En esa  é p o c a  los escrito

res expresaban francamente su amor al suelo

natal

  y a la lengua materna. Un segundo factor

s e r í a

  la necesidad que muchos

  s e n t í a n

  de romper

definitivamente  con el

  pasado.

  Este  sentimiento

parece acentuarse

  a medida que nos adentramos

en la  segunda  mitad  del siglo  xvi.

Investigaciones recientes indican que el uso de

las lenguas

  v e r n á c u l a s

  en los textos

  m é d i c o s

  se

e x t e n d i ó r á p i d a m e n t e  a fines de la Edad Media.

Esta tendencia se

  i n t e n s i f i c ó

  en el siglo

 xvi,

  cuan-

da una guerra de panfletos  m é d i c o s d i v i d i ó  a los

galenistas de los

  q u í m i c o s m é d i c o s

  seguidores de

Paracelso. El

  debate

  a l c a n z ó  niveles universita

rios en 1527, cuando

  Paracelso

  e n s e ñ ó

  medicina

en Basilea en su lengua materna, un dialecto

g e r m á n i c o

  que se hablaba en Suiza. Fue objeto

de numerosos

  ataques

  de parte de la facultad de

medicina,

  no

  s ó l o

  por el contenido de sus

  c á t e

dras, sino por el idioma que  h a b í a  escogido para

dictarlas.

  Este  ú l t i m o

  punto

  c o n t i n u a r í a

  siendo

motivo  de controversia para sus seguidores por

varias generaciones. E l paracelsiano

  i n g l é s

  Tho-

mas  M o f f e t t  (1553-1604), por ejemplo,  e s c r i b í a  en

1584 (en

  l a t í n ) :

  "es cierto que

  Paracelso

  a menu

do

  p r e f e r í a

  hablar en

  a l e m á n

  que en

  l a t í n ,

  pero,

¿ a c a s o H i p ó c r a t e s

  no hablaba en griego? ¿Y por

q u é  no  h a b r í a n  de  expresarse  ambos en su len-

Page 22: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 22/280

TRADICIÓN  Y

  R E F O R M A

27

gua materna?

  ¿Debe

  ser

  motivo

  de

  reprensión

  en

el

  caso  de Paracelso y  pasado  por alto en el  caso

de

  Hipócrates,

  Galeno y los

  demás

  griegos que

hablaban en su propio id ioma?"

La situación

  no era notablemente distinta en el

campo de las

  matemáticas

  y las ciencias

  físicas.

Las obras de  Galileo  publicadas en  italiano  se

siguen  considerando

  clásicas

  de la literatura

  ita

liana  y, en Inglaterra, muchos autores

  exponían

temas, tanto populares como

  técnicos,

  en el

  inglés

de la

  época

  de los Tudor. Especialmente intere

sante  es el

 caso

  de John Pee, quien se

  encargó

  de

redactar el prefacio para la primera

  t raducción

  al

inglés

  de

 los  Elemeñfós degeometría  de Euc lides-

ü n

  ese prefacio

  creyó

  necesario explicar que esa

t raducción

  no

  entrañaba ningún

  peligro  para ~tss~

universidades. Más

  bien,

  por primera vez mu

renas  personas  comunes

  podr ían-

 "inventar

 yT3la~

near nuevos artefactos,

  extrañas máquinas

  e ins*

Tfumentds:  para  cumplir  diversos

  propósitos

  en

.bien

  de la comun idad, por propio placer o para

el

  mejor mantenimiento de sus haciendas".

  Apo

log ías

  similares de la

  publicación

  de textos cien

tíficos

  y

  médicos

  en lenguas

  vernáculas

  pueden

encontrarse en los principales idiomas modernos

de ese periodo.

OBSERVACIÓN  Y

 EXPERIMENTACIÓN

Toda  evaluación

  general de la ciencia del Renaci

miento

  deberá

  comprender el examen de una se

rie

  de  aparentes  paradojas. Un tema recurrente

en la literatura del  siglo  xvi es el rechazo de la

Page 23: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 23/280

28 T R A D I C I Ó N  Y  R E F O R M A

A n t i g ü e d a d .

  Mas, como ya  antes  hemos

  obser

vado,

  se trata principalmente de un rechazo de

las traducciones y los comentarios

  e s c o l á s t i c o s .

Algunos

  eruditos

  e x i g í a n

  la

  c r e a c i ó n

  de una

  f i lo

so f í a

  y una medicina radicalmente nuevas, pero

muchos se  a d h e r í a n  a la  f i l o so f í a  antigua  —des

p u é s

  de  asegurarse  de que sus textos eran  fie

les y no  estaban  modificados. Unos, entre ellos

W i l l i a m  Harvey (1578-1657), encomiaban abierta

mente la herencia

  a r i s t o t é l i c a .

  Otros —y la

  act i

t u d

  de Robert  Fludd  es un buen ejemplo de

  e l l o—

combatíajL.ígJOimierite__a  los; antiguos sin dejar

~-p6r~elícTde_incorporar

  muchos, conceptos

  an t i ^

„ g u o s

  a su_.propia obra.

C a r a c t e r í s t i c a s

  de

 este

 periodo son

  t a m b i é n

  una

creciente confianza en la

  o b s e r v a c i ó n

  y una ten

dencia gradual hacia lo que  entendemos  actual

mente por

  e x p e r i m e n t a c i ó n ,

  es decir, una

  v e r i f i

c a c i ó n

  rigurosamente planeada —y repetible—

de la

  t e o r í a .

  Los

  sabios

  del Renacimiento reco

n o c í a n

  y elogiaban a los

  c l á s i c o s

  de la ciencia y el

m é t o d o  basados

  en la

  o b s e r v a c i ó n ,

  y

  v e í a n

  en

ellos  un ejemplo a seguir. Por lo mismo, muchos

de los que rechazaban la

  f í s i c a

  de

  A r i s t ó t e l e s

consideraban su obra  sobre  los animales como un

texto

  de importancia capital. Y debido a que

h a b í a

  recurrido a la evidencia fundada en la

o b s e r v a c i ó n , A r q u í m e d e s

  (287-212 a.c.) gozaba de

gran  autoridad, mientras que, de los  autores

medievales, se citaba a Roger Bacon, Pedro

  el

Peregrino

  (de

  M a r i c o u r t )

  hacia 1270) y

  W i t e l o

(Teodorico

  de Friburgo) (siglo xm) por sus es

tudios  "experimentales".

C on  todo, si bien Roger Bacon y otros habla-

Page 24: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 24/280

T R A D I C I O N

  Y  R E F O R M A

29

b a n  de servirse de la  o b s e r v a c i ó n  como de un

nuevo fundamento para comprender el universo,

p r e v a l e c í a  la costumbre de dar  c r é d i t o  a los re

latos fabulosos de

  P l i n i o

  el

  Viejo

  (23-79 d.c.) y

otros  enciclopedistas antiguos. Hasta la

  brillante

c r í t i c a

  de la antigua

  f í s i c a

  del

  movimiento

  que

se

  h a b í a

  realizado en

  O x f o r d

  y en

  P a r í s

  en el

siglo  xvi se  h a b í a  basado  más en razonamientos

deductivos

  y en las reglas de la

  l ó g i c a

  que en los

resultados de nuevas observaciones.

L o s c i e n t í f i c o s

  del  siglo  xvi no a rr iba ron in

mediatamente a una  c o n c e p c i ó n  moderna de la

e x p e r i m e n t a c i ó n ,

  pero en su obra es indudable

que  r e c u r r í a n  a la evidencia fundada en la ob

s e r v a c i ó n

  con más regularidad de lo que se

  h a b í a

acostumbrado  hasta  entonces. Así, Bernardino

Telesio

  (1509-1588)

  f u n d ó

  en Cosenza su propia

l icTt r fémla , "destinada al estudio^de la  f i l o s o f í a  na

t u r a l .

  Rechazando a

  A r i s t ó t e l e s ,

  cuya obra- no

^ j a r e c í a  concordar ni con la  B i b l i a  nt~con~hrex--

p e r í e n c i a ,

  Telesio

  r e c u r r i ó

  en cambio a los sen-

tidos  como una  llave  para estudiar la naturaleza.

Igualmente

  interesante es la

  f i g u r a

  de John Dee,

quien

  i n c l u y ó  entre las ciencias  m a t e m á t i c a s  a la

Archemastrie,  la cual

  " e n s e ñ a b a

  a hacer

  presente

en

  la experiencia actual y sensible todas las con

clusiones importantes propuestas por las

  artes

m a t e m á t i c a s . . .  Y , porque procede mediante las

experiencias

  y busca las

  causas

  de las  conclu

siones, y a  estas  mismas en la experiencia, es

llamada

  por algunos

  scientia  experimentalis.

  La

ciencia

  experimental .

  En

  este

  caso

  la palabra

"experimental"  debe

  entenderse  más

  bien

  como

"observacional".  E l concepto moderno de expe-

Page 25: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 25/280

Page 26: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 26/280

TRADICIÓN  Y  R E F O R M A 31

independientes de

  Leibniz

  (1646-1716) y

  Newton.

Todas  estas  innovaciones

  fueron

  adoptadas

  rápi

damente por los  científicos  de la  época  como  ins

trumentos

  de su labor.

Si p regun tá ramos  por las

  causas

  que conduje

ron

  a esa

  apl icación

  de las

  matemáticas

  en el

siglo  xvi,  p o l l r í a m o s á m b a r  a "muchas y diversas

respuestas.  Una de ellas

  sería

  seguramente el he

cho de que ahora se contaba con la obra de Ar-

químedes ,

  el autor griego cuyo

  m é to d ó ~m á s

  sé"

"aproximaba  al de la nueva ciencia. En realidad

sus textos no se

  hab ían

  perdido nunca del todo,

pero es evidente que la nueva  influencia  que

ejerció Arquímedes

  a mediados del  siglo

  xvi

  se

debió

  a una serie de reediciones de su obra.

  Otro

factor

  importante

  ser ía

  el persistente

  in terés

  por

el  estudio del movimientoJinglado  en el siglo_xiv

por

  los eruditos de

  Oxford

  y

  Par ís .

  Todo parece

indicar  que  Galileo,  en sus  días  de estudiante, se

benefició

  de esa

  t radición.

  U n tercer factor fue

seguramente el resurgimiento de las doctrinas

platónicas, neopTáTóllicas

  y

  pi tagóricas .

  Su i i i -

ñueneia reves t ía  a  m e t lú d ó  aspectos  místicos,

pero,

  en cualquiera de sus formas,

  ob ró

  sin duda

como

  un poderoso  es t ímulo  en muchos  científicos

de la

  época.

  Y , por

  úl t imo, podríamos señalar

  la

necesidad que  hab ía  de una  ma te má ti ca práct i ca

asociada con las

  artes  mecán icas

  y la

  tecnología.

LA

  TECNOLOGÍA

Conviene

  hacer una  pausa  para examinar ese nue

vo interés

  por la

  tecnología.

  Aunque el grado de

Page 27: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 27/280

Page 28: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 28/280

T R A D I C I O N  Y  R E F O R M A 33

n o c í a n  sin  reservas  que el hombre de ciencia de

b í a  aprender del lego.  Paracelso

 aconsejaba

  a sus

lectores:

no todo lo que el  m é d i c o  necesita

  saber

  se en-j

s e ñ a

  en las academias. De vez en cuando

  deba

consultar a las ancianas, a  esos  t á r t a r o s  llama

dos gitanos, a los magos itinerantes, a los can:

pesinos ancianos y a muchos otros a los qu :

habitualmente se desprecia. De ellos adquirir

su conocimiento,  pues

  esta

  gente  sabe  más d<

tales

  cosas

  que todos los colegios superiores.

Y  Galileo comienza candidamente sus memo

rables  Diálogos  y  demostraciones concernientes a

dos ciencias

  nuevas

  (1638) con la siguiente de

c l a r a c i ó n :

L a

  constante actividad que

  d e s p l e g á i s

  vosotros

los  venecianos, en vuestros famosos  arsenales,

s e ñ a l a  al entendimiento estudioso vasto campo

de indagaciones, en particular aquella

  p o r c i ó n

de las

  obras

  que exigen  m e c á n i c a ;  porque en

dicha  s e c c i ó n  de continuo fabrican toda  suerte

de

  aparatos

  y

  m á q u i n a s

  numerosos

  artesanos,

entre los cuales debe  de haber quienes, en parte

p o r  la experiencia  heredada  y en parte merced

a sus propias observaciones, han adquirido gran

pericia  e inteligencia en la  e x p l i c a c i ó n  de las

cosas.*

  3

*  F. R. Moulton y J. J. Schifferes,  Autobiografía  de la

ciencia,

  t r a d .  de Francisco A. Delpiane,  M é x i c o , F C E , 1947

( S e c c i ó n

  de

  C i e n c i a

  y

  T e c n o l o g í a ) .

  [T.]

3  Galileo  G a l i l e i ,

  Dialogues Concerning Two New Scien

ces,  t r a d .

  de Henry

  C r e w

  y Alfonso de Salvio (Nueva

Y o r k ,

  Dover, 1954), p. 1.

Page 29: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 29/280

34

T R A D I C I O N  Y  R E F O R M A

Nuestra lista

  podr ía

  alargarse  considerablemen

te si

  tomásemos

  en cuenta los

  grandes

  tratados

de

  miner ía

  de

  Agrícola

  (1494-1555) y Biringuccio

(hacia 1540), las opiniones de Francis Bacon so

bre la

  finalidad

  prác t ica  de la ciencia y los fines

prác t icos

  que

  perseguían

  expresamente  las  p r i

meras  asociaciones  científicas.  Es indudable que

ciertos

  campos

  de la ciencia progresaron porque

la contribución  de los

  artesanos

  y los  científicos

fomentó

  el estudio de los procedimientos

  práct i

cos. Johann  Rudolf  Glauber (1604-1670) se entu

siasmó

  tanto con los

 avances

 que

  había

  presencia

do que  p ronos t icó  la  supremacía  de Alemania so

bre toda Europa occidental, a

  condición

  de que

sus

  gobernantes

  siguieran el plan que él

  había

esbozado  en su

  Prosperidad

  de Alemania.  Y , no

obstante, aun cuando admitamos  este  ta rd ío  re

conocimiento

  de la

  tecnología

  de parte de los

científicos,  lo cierto es que la  pequeña  comuni

dad

  científica

  no

  cor respondió

  con ninguna apor

tación

  notable a la

  tecnología

  hasta

  bien entrado

el

  siglo

  x v i n .

MISTICISMO

  Y

 CIENCIA

Un

  cuarto elemento en la

  formación

  de la nueva

ciencia —y el más

  insólito

  desde  nuestra ventajo

sa

  posición

  posterior a Newton— es el renovado

in terés

  renacentista por una

  concepción mística

de la naturaleza.

  Ello  puede

  atribuirse en gran

parte al

  in terés ,

  que

  renace

  con una intensidad

inusitada, por los textos

  platónicos, neoplatónicos

y  hermét icos .

  Es instructivo

  señalar

  que esa in

fluencia

  se manifiesta primero en las

  matemát icas

Page 30: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 30/280

T R A D I C I Ó N

  Y  R E F O R M A 35

y  luego en un

  i n t e r é s

  generalizado por la magia

natural.

Desde nuestro punto de vista, las  m a t e m á t i c a s

d e l

  Renacimiento tuvieron el efecto de una

  espa

da de dos  f i l o s .  Por un lado, ese nuevo  i n t e r é s

en las

  m a t e m á t i c a s f o m e n t ó

  el desarrollo de un

enfoque  m a t e m á t i c o  de la naturaleza y el desarro

l l o

  interno de la

  g e o m e t r í a

  y el

  á l g e b r a ;

  por otro,

ese mismo  i n t e r é s  dio origen a investigaciones

ocultistas de toda

  especie

  relacionadas con un

misticismo  de los  n ú m e r o s .  Los estudios  c a b a l í s

ticos  del Renacimiento alentaron un

  a n á l i s i s

  nu-

m e r o l ó g i c o  y  m í s t i c o  de las

  Sagradas

  Escrituras

p o r  el que se  esperaba  descubrir

  verdades

  tras

cendentales.

  A n á l o g a m e n t e ,

  los cuadrados má

gicos y las proporciones  a r m ó n i c a s p a r e c í a n

ofrecer la posibilidad de penetrar los misterios

de la naturaleza y la  d i v i n i d a d .  En la  A n t i g ü e d a d

esta

  tendencia  h a b í a  encarnado ya en la  t r a d i c i ó n

p i t a g ó r i c a  anterior a  P l a t ó n .  Las especulaciones

n u m e r o l ó g i c a s

  que

  é s t e h a b í a

  expuesto en el

  Ti-

meo

  h a b í a n  seguido influyendo en el mundo de

lo s  eruditos a lo largo de la Edad Media , y ahora,

c o n  el retorno a los textos de la  A n t i g ü e d a d  tar

d í a  que se  h a b í a  iniciado en el siglo xv,  esos

mismos

  temas

  cobraron nuevamente actualidad.

Es conveniente, sin embargo, que no intentemos

separar  lo  " m í s t i c o "  de lo  " c i e n t í f i c o "  cuando am

bos  e s t é n  presentes  en la obra de un autor . Ha

cerlo  s e r í a  deformar el ambiente intelectual de

ese periodo. Por supuesto, no es  d i f í c i l

  destacar

las leyes  m a t e m á t i c a s  que rigen los movimientos

planetarios formuladas por Kepler o la descrip

c i ó n m a t e m á t i c a  del movimien to expuesta por

Page 31: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 31/280

36 T R A D I C I Ó N  Y  R E F O R M A

Galileo:  fueron  hitos fundamentales en el desarro

l l o

  de la ciencia moderna. Pero no debemos

  o l v i

dar que

  Kepler

  i n t e n t ó  encuadrar las  ó r b i t a s

planetarias en un esquema

  basado

  en los cuerpos

s ó l i d o s

  regulares y que  Galileo  nunca

  d e j ó

  de

sostener el

  movimiento circular

  de los planetas.

"Ambos

  autores a r r iba ron a conclusiones que es

taban  influidas  profundamente por su creencia

en

  la

  p e r f e c c i ó n

  de los cielos. En nuestros

  d í a s

l l a m a r í a m o s " c i e n t í f i c o s "

  a los primeros ejem

plos,

  mas no a los segundos. Pero imponer nues

t r a d i s t i n c i ó n  al  siglo  xvn  s e r í a i n c u r r i r  en un

anacronismo.

E l

  caso

 de Robert

 Fludd

 ofrece un ejemplo exce

lente

  de un enfoque

  h e r m é t i c o - q u í m i c o

  de las

m a t e m á t i c a s .  Pocos  h a b r í a n  insist ido más que él

en

  que las

  m a t e m á t i c a s

  eran esenciales para

cualquier

  estudio del universo. Pero

  Fludd

  h a b r í a

agregado que el verdadero

  m a t e m á t i c o d e b í a

apuntar más alto.  Su

  mira

  d e b í a  ser mostrar las

a r m o n í a s

  divinas de la naturaleza mediante la

c o r r e l a c i ó n  de  c í r c u l o s , t r i á n g u l o s ,  cuadrados y

otras figuras

  g e o m é t r i c a s . É s t a s i n d i c a r í a n  cla

ramente las conexiones que  u n í a n  al "mundo ma

y o r "

  con el hombre.

  Fludd  i n t e n t ó

  encontrar un

nuevo

  acceso

  a la naturaleza y, al

  i g u a l

  que

Kepler

  y

  Galileo,

  quiso

  u t i l i z a r

  a las

  m a t e m á t i c a s

como

  una

  llave,

  pero la  c u a n t i f i c a c i ó n  era para él

algo

  enteramente  distinto  de lo que era para los

otros  dos.

  Fludd

  c r e í a  que el  m a t e m á t i c o d e b í a

emplear

  este

  instrumento para escrutar el

  plan

general del universo. No

  d e b í a

  interesarse —como

Galileo—

  por

  f e n ó m e n o s

  tan

  triviales

  como el

movimiento  de un cuerpo al  caer.

Page 32: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 32/280

T R A D I C I O N

  Y  R E F O R M A

37

E l

  caso

 de las

  m a t e m á t i c a s

  muestra especial im

portancia  debido a la  s i g n i f i c a c i ó n  que  tuvo  el

m é t o d o

  cuan ti ta tivo en la

  a p a r i c i ó n

  de la ciencia

moderna, pero la

  influencia

  ocultista y

  m í s t i c a

  de

l a f i l o so f í a

  del helenismo

  t a r d í o  tuvo

  un efecto

a ú n  más profundo en el pensamiento del  siglo

x v i .  I m p l í c i t a

  en el neoplatonismo y las

  tradi-"

ciones cristianas

  estaba

  la creencia en la unidad",

de

 la

  naturaleza, una unidad que abarcaba

  a~DToT

y

  a los

  á n g e l e s

  en un extremo y al hombre y ai;/

mundo

  terrenal en el

  otro.

  Asociada a

  é s t a ,

  sub

s i s t í a

  la creencia en la

  r e l ac ió n "" m á c r o c o s m O S -

ñ l í c r o c o s m o s ,

  la creencia én

  qüT~éJ Kpmbr£ ^ a B r á

~sido

  creadoi.,,a"

  r m á g e h

  del mundo mayor y que*

e x i s t í a n

  verdaderas correspondencias entre el

hombre

  y el macrocosmos.

L a a c e p t a c i ó n  general de que gozaban la  ana

l o g í a

  macrocosmos-microcosmos y la gran  cadena

d e l  ser  justificaba  la creencia en las correspon

dencias que

  e x i s t í a n

  en todos los

  aspectos

  entre

e l

  mundo celeste y el sublunar. E n el mundo

antiguo

  tales creencias

  p a r e c í a n

  servir de

  s ó l i d a

base

  a la astrologia.

  P a r e c í a

  razonable suponer

que los  astros

  i n f l u í a n

  en la humanidad

  a q u í

  en

la  Tierra.

  En el Renacimiento muchos compar

t í a n  esa  o p i n i ó n :  en verdad, las influencias astra

les afectaban por  i g u a l  a la

  Tierra

  y al  hom

b r e .  Los textos  h e r m é t i c o s  agregaban un nuevo

elemento a esa

  v i s i ó n

  del mundo.

  B a s á n d o s e

principalmente  en ellos, se consideraba ahora al

hombre  como un

  e s l a b ó n

  privilegiado  de la gran

cadena

  del ser. Dado que parti cipaba de la gracia

d i v i n a ,

  el hombre era algo más que un receptor

"pasivo  de las influencias astrales. Y, dado que

Page 33: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 33/280

38

T R A D I C I Ó N  Y  R E F O R M A

e x i s t í a  una  s i m p a t í a  universa l entre todas las

partes que integraban el universo, el hombre po

d í a  i n f l u i r  en el mundo sobrenatural y ser

  i n f l u i

d o

  por

  é s t e .

  Este concepto

  tuvo

  una

  a p l i c a c i ó n

inmediata

  en la medicina con la doctrina de las

"signaturas". De acuerdo con

  é s t a ,

  se afirmaba

que el verdadero  m é d i c o

  estaba

  facultado para

descubrir en el reino vegetal y el mineral  aquellas

sustancias que  c o r r e s p o n d í a n  con los cuerpos

celestes

  y, en  ú l t i m o  grado, con el Creador.

Todo  lo anterior  e s t á  estrechamente relaciona

d o

  con los fundamentos de la magia natural del

Renacimiento.  E l verdadero  m é d i c o

  deLtipo

  de

Paracelso o de

  Ficino

  era a la vez un mago que

c o n c e b í a

  a la naturaleza como una fuerza

  v i t a l

  o

m á g i c a . É s t e

  observador de la naturaleza

  p o d í a

aprender a  adquirir  poderes naturales desconoci

dos para los

  d e m á s

  y asombrar de ese modo al

populacho,

  aun cuando se supiera que

  esos

  po

deres

  eran dones  divinos  y estaban al alcance de

todos los hombres. Ciertamente, para muchos

é s t e p a r e c í a

  ser uno de los

  aspectos

  más

  atracti

vos de la magia. Así , en las  p o s t r i m e r í a s  de su

vida,

  John Dee recordaba sus

  d í a s

  de estudiante

en  Cambridge, donde  h a b í a  inventado un

  escara

bajo

  m e c á n i c o

  que volaba para una representa

c i ó n  de  La paz  de  A r i s t ó f a n e s  que  h a b í a  tenido

lugar

  en el

  T r i n i t y

  College, "donde

  c a u s ó

  gran

a d m i r a c i ó n ,  y se  difundieron  muchos  infundios

en

  todas partes respecto a los medios por los

cuales se  h a b í a  efectuado". E l escarabajo de Dee

c a í a

  dentro de la

  t r a d i c i ó n

  de las maravillas me

c á n i c a s  del helenismo, pero él  t a m b i é n

  estaba

plenamente consciente de que la verdadera magia

Page 34: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 34/280

T R A D I C I Ó N

  Y

  R E F O R M A

39

significaba  el estudio,  basado  en la  o b s e r v a c i ó n ,

de las fuerzas inexplicables y ocultas de la natu

raleza. En efecto, Giambatti sta  d e l í a  Porta (1540-

1615)

  h a b í a

  explicado en su

  Magia

  natural

  que

l a  magia era esencialmente la  b ú s q u e d a  de la sabi

d u r í a

  y que su

  ú n i c o

  objeto era "la

  i n v e s t i g a c i ó n

de todo el curso de la naturaleza". Ya

  antes

  Cor-

nelio  A g r ip a ( ¿14867-1535 )

  la

  h a b í a

  llamado el

m á s  perfecto de los conocimientos, y  Paracelso,

por su parte, la identificaba con la naturaleza

misma y hablaba de ella como de una  b ú s q u e d a

religiosa  que

  p o d í a

  conducir a quien la

  e m p r e n d í a

a un mayor conocimiento de su Creador.

Para  tales  hombres, la magia natural  estaba

m u y

  alejada de la nigromancia y sus aberraciones.

Antes bien, la magia  estaba

  í n t i m a m e n t e

  ligada

a la  r e l i g i ó n  en la medida en que  buscaba  las

verdades

  divinas en la naturaleza

  creada.

  No obs

tante, el  c i e n t í f i c o  que  aceptaba  el  t í t u l o  de "ma

g o "

  se

  e x p o n í a

  al peligro. John Dee

  puede

  ser

virnos  una vez más de ejemplo. Encarcelado en

su juventud debido a su

  i n t e r é s

  activo en la

a s t r o l o g í a ,  su vasta biblioteca fue destruida más

tarde por una

  m u l t i t u d

  enfurecida. Apelando a

l a s i m p a t í a  de sus lectores, preguntaba si real

mente lo

  c r e í a n

  tan tonto como para "renunciar

a la luz de la  s a b i d u r í a  celestial y  encerrarse

en el calabozo del

  p r í n c i p e

  de las tinieblas".

  Pese

a las  acusaciones  que se le  h a b í a n  hecho, él se

consideraba "inocente, en obra e

  i n t e n c i ó n ,

  de

haber  transgredido la ley de Dios o la de los hom

bres

  en alguno de mis estudios de ejercicios

  f i l o

s ó f i c o s  o  m a t e m á t i c o s " .

E n

  realidad , la magia natu ral del siglo xvi sig-

Page 35: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 35/280

40

T R A D I C I O N  Y

  R E F O R M A

nificaba  un nuevo intento de unificar la natura

leza y la  r e l i g i ó n .  Para  los  h e r m é t i c o s  y los magos

naturales,  lasj3bras 3e

  A r i s t ó t e l e s ^ estaban

  plaga-

~~3as

  dejjdeas

  h e r é t i c a s ,

  y

  h a b r í a n

  de

  r e c ó r d á í u n a

y  otra vez que los concilios de la Iglesia  h a b í a n

"condenado muchos de

  estos

  errores  a r i s t o t é l i c o s .

E n

  ta l

 caso,  ¿ p o r

  qué

 A r i s t ó t e l e s

  y Galeno

  s e g u í a n

siendo la  base  de la  e n s e ñ a n z a  universitaria

~ " c ü a n d ó ~ e x i s t í a  otra  i n t e r p r e t a c i ó n  de la natura

leza que se apoyaba en la magia natural y en" la

f i lo so f í a  ocultista —disciplinas cuya misma exis

tencia

  d e p e n d í a

  de las  Sagradas  Escrituras?

¿ C ó m o  era posible que un cristiano prefiriera el

ateo  A r i s t ó t e l e s

  a  esta  nueva y piadosa doctrina?

A

  decir verdad, argumentaban, el conocimiento

p o d í a

  ser adquirido

  ú n i c a m e n t e

  merced a la gra

c ia  divina;  ya sea por medio de una experiencia

como la

  i l u m i n a c i ó n  divina

  de San

  A g u s t í n ,

  ya

sea por medio de un experimento en el cual el

adepto alcanzara su

  p r o p ó s i t o

  con ayuda de la

r e v e l a c i ó n

  divina.

  E l contenido religioso del her

metismo de principias.dgjL_siglo xvn es

  patente

en la obra de Thomas  Tymjlne  (m. en 1620), quien

e s c r i b í a  (1612): —

y

e l

  Creador todopoderoso de los cielos y de la

I  T ier ra . . . ha  puesto  ante  nuestros  ojos los dos

libros principales: uno, el de la naturaleza, el

|

  otro, el de su palabra escri ta .. . A la

  s a b i d u r í a

> del  l i b r o  de la naturaleza la llaman  c o m ú n m e n

te los hombres  f i l o so f í a  natural, la cual sirve

para guiarnos a la

  c o n t e m p l a c i ó n

  de ese grande

:

  e incomprensible Dios a f in de que podamos

g l o r i f i c a r l o  en la grandeza de su obra. Porque

los movimientos regulados de las

  esferas...

Page 36: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 36/280

T R A D I C I O N  Y  R E F O R M A 41

l a c o n e x i ó n ,

  la

  a r m o n í a ,

  la fuerza, la

  v i r t u d

/

 y la belleza de los elementos .. . son

  tantas

y  tan diversas  naturalezas  y criaturas en el

mundo, son tantos

  i n t é r p r e t e s

  para

  e n s e ñ a r n o s

que Dios es su  causa  eficiente y que Él se

manifiesta en ellas y por ellas como su  causa

f i n a l ,  a la cual ellas

  t a m b i é n

  tienden.

E s c r i b i ó  lo anterior para explicar por qué  h a b í a

redactado un

  l i b r o

  en el cual trataba de la natu

raleza, la  g e n e r a c i ó n  de los elementos y otros te

linas de

  c a r á c t e r

  esencialmente

  c i e n t í f i c o .

  Para

y  u n  autor como Tymme, la ciencia y la observa

c i ó n

  de la naturaleza eran una forma de servicio

d i v i n o ,  uh verdadero  v í n c u l o  con la  divinidad.  En

cierto

  sentido, la

  i n v e s t i g a c i ó n

  de la naturaleza

era una  b ú s q u e d a  de  Dios.

Por tanto, el investigador de la ciencia del

Renacimiento no

  debe

  concretarse  a examinar

la

  obra de

  C o p é r n i c o

  y sus

  consecuencias,

  o las

investigaciones

  a n a t ó m i c a s

  que condujeron al

descubrimiento de la

  c i r c u l a c i ó n

  de la

  sangre.

E n  cuanto al  m é t o d o c i e n t í f i c o ,  el historiador

d e b e r á

  considerar el renovado

  i n t e r é s

  en las ma

t e m á t i c a s  y los  m é t o d o s  cuantitativos, procu

rando siempre no

  divorciarlo

  de

  temas

  tan  ajenos

a la ciencia moderna como la doctrina de las

signaturas o la magia natu ral. Sin duda, la cien

c ia  de  nuestros  d í a s

  debe

  mucho a esa  b ú s q u e d a

(de una nueva

  s í n t e s i s

  del hombre, la naturaleza

j y  la  r e l i g i ó n  que  hace  cuatro siglos  c a r a c t e r i z ó  la

obra de muchos

  c i e n t í f i c o s

  y

  m é d i c o s .

L a

  medicina y las

  d e m á s

  ciencias del Renaci

miento estuvieron profundamente influidas por

Page 37: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 37/280

Page 38: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 38/280

I I

L A

  L L A V E

  QUÍMICA

A  FINES

  del Renacimiento es muy notable un nue-_

vo In te r é s

  por la

  química.

  Antes de 1550, en ese

 periodo se

  hab ían

  publicado relativamente pocos

libros

  de  química ,  mas en el curso del  siglo  si

guiente

  se

  impr imi r í a

  un verdadero

  diluvio

  de

textos  químicos  y  médico-químicos.  Quienes es

cribían  esos  libros

  o

  im p r im ía n

  textos más

  anti

guos

  insis t ían

  en la importancia de su labor. No

sólo

  hablaban del gran

  n ú m e r o

  de aquellos que

hab ían  abandonado las  enseñanzas  de los antiguos

para abrazar su

  filosofía química,

  sino que a me

nudo citaban las autoridades

  qu ímicas

  a las cua

les

  podían

  recurr i r

  sus lectores en busca de la

verdad

  en la

  filosofía

  y en la medicina. Todos

ellos

  confiaban en que pronto  ser ían  derrotadas

las doctrinas de los antiguos y

  t r iunfar ía

  su "nue

va filosofía"  de la naturaleza. Por otra par te,

científicos

  tan prominentes como  Johannes

Kepler

  y los primeros mecanicistas como

  Marin

Mersenne y Pierre Gassendi

  escr ibir ían

  extensa

mente en contra de la  filosofía mística  de la na

turaleza

  elaborada por los

  químicos .

  Mas,

  ¿por

q u é ^ r a j a . _ q u ím ic a  el centro de  talesdebates ? La

espuesta  inmediata puede encontrarse en los es

critos  polémicos  de Paracelso, pero para  com

prender a

  és te

  necesitamos examinar brevemente

los  antecedentes  químicos  de su obra.

43

Page 39: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 39/280

44

L A

  L L A V E

  Q U I M I C A

LA

  QUÍMICA  DEL

 OCCIDENTE

  LATINO

Los

  textos

  químicos,

  ju n to con otros tesoros de

la ¿iencia,

  la

  filosofía

  y la medicina griegas, fue-

— r o n  introducidos en Europa occidental en el si-

—  glo x n en forma de traducciones y compendios

de obras escritas (en su mayor parte) en

  árabe.

Las primeras traducciones caracterizan ya a la

química

  como un arte secreto, tan  secreto  que a

menudo es

  difícil,

  cuando no imposible,

  identifi

car los textos originales. Mas, a medida que de

jamos

  a t rás

  el escenario

  indistinto

  del siglo x n ,

advertimos un creciente

  interés

  por

  esta

  ciencia,

que

  aumentará rápidamente

  a lo largo de los dos

siglos  siguientes,

  antes

  de  decaer  en la cantidad

—y

  la calidad— de los nuevos textos del siglo xv.

Existen  numerosas referencias a la

  alegoría alquí-

mica  en la literatura medieval, y "Canon Yeo-

man's  Tale",* de Chaucer, escrito a fines del si

glo

  xiv, sigue siendo la mejor

  descripción

  del

charlatán

  fabricante de oro.

La

  alquimia medieval

  tomó

  mucho de la doc-

-

  tr ina

  aristotélica.

  Los cuatro elementos (t ier ra,

agua, aire y fuego) no

  sólo habían

  servido de

base

  a la

  física aristotélica

  sino que, en forma

de los cuatro humores correspondientes (sangre,

flema,

  bilis

  amarilla y

  bilis

  negra),

  habían

  ser

vido

  también

  de

  sólido

  fundamento a la

  teoría

médica galénica.

  Las cualidades  asociadas  a  estos

elementos (calor,

 frío,

  humedad y

 sequedad)

  eran

intercambiables,

  lo cual

  permitía

  la transmuta-

*  E l cuento de E l paje del  canónigo .  [T.]

Page 40: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 40/280

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

45

c i ó n  de un elemento en  otro.  En el siglo v m los

sabios musulmanes  h a b í a n  agregado a  é s t a  una

nueva  t e o r í a  de los metales.  H a b í a n e n s e ñ a d o

que los metales

  estaban

  compuestos por unos

h i p o t é t i c o s  mercurio y azufre

  (filosofales,

  no rea

les) . Cuando  estos  dos se presentaban en perfecta

p r o p o r c i ó n ,  el metal resultante era el oro.

Pero,  junto  con la  t e o r í a a r i s t o t é l i c a  e  i s l á m i c a

de los elementos, la

  alquimia

  llevaba consigo un

aura de misterio y

 misticismo.

  En parte,

  é s t a

  era

t a l  vez un vestigio de la  a t m ó s f e r a  en la que ha

b í a n  operado los primeros metalistas de  Egipto.

M a s t a m b i é n p o d í a  tener su origen en la  t r a d i c i ó n

ocultista  de las religiones  m í s t i c a s  de las  postri

m e r í a s

  de la

  A n t i g ü e d a d .

  Los elementos

  g n ó s t i

cos,  n e o p l a t ó n i c o s  y  n e o p i t a g ó r i c o s c o n t r i b u í a n

en gran medida a  distinguir  a

  esos

  alquimistas

de los investigadores de la  ó p t i c a ,  la  a s t r o n o m í a

y

  la  m a t e m á t i c a .  Y, ciertamente, las corrientes

religiosas  impregnaban la literatura  a l q u í m i c a .

L a

  "gran obra" misma era concebida como una

experiencia  religiosa, y los procesos y las sustan

cias eran explicados con  t é r m i n o s  como "alma",

"cuerpo" y  " e s p í r i t u " .

Junto con esa  a l e g o r i z a c i ó n  y ese

  misticismo,

  el

alquimista

  h a c í a

  ahora

  h i n c a p i é

  en la evidencia

fundada en la  o b s e r v a c i ó n .  Ya hemos mencio

nado la  e x h o r t a c i ó n  que  h a c í a  Paracelso al adepto

para que aprendiera de la naturaleza

  antes

  que

de los  l i b r o s ,  pero el mismo mensaje es evidente

en textos anteriores. Bonus de Ferrara,  a l q u i

mista

  del siglo xiv,

  e s c r i b í a :

S i  deseas

  saber

  que la pimienta es caliente y

e l  vinagre refrescante; que la  c o l o q u í n t i d a  y el

Page 41: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 41/280

46

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

ajenjo  son amargos, la

  m i e l

  dulce y el

  a c ó n i t o

venenoso; que el  i m á n  atrae  al acero, el  a r s é

nico  blanquea al  l a t ó n  y la  a t u t í a  lo torna de un

color

  anaranjado; en

  cada

  uno de

  estos

  casos

d e b e r á s  verificar  la  a s e r c i ó n  por medio de una

experiencia. Lo mismo vale para la  g e o m e t r í a ,

l a a s t r o n o m í a ,

  la

  m ú s i c a ,

  la perspectiva y otras

ciencias que tienen una

  finalidad

  y un campo

de  a c c i ó n p r á c t i c o s .  Una regla

  similar

  se  a p l i

ca con doble

  r a z ó n

  en la alquimia , la cual pre

tende transmutar los metales comunes en oro

y  plata... La verdad y la

  justicia

  de  esta aseve

r a c i ó n ,  como  todas  las proposiciones de natu

raleza  p r á c t i c a ,  tiene que ser demostrada me

diante un experimento  p r á c t i c o  y no  puede  ser

demostrada satisfactoriamente de otr a manera.

1

Relacionado con

  esta

  insistencia en la observa

c i ó n , h a b í a  en el alquimista un  i n t e r é s  por los

procedimientos de laboratorio. En el Medievo se

h a b í a n  producido grandes  avances  en las  t é c n i c a s

de  d e s t i l a c i ó n .  Se construyeron hornos mucho

m á s  eficientes que los que se  h a b í a n  utilizado

hasta  entonces. Ahora, cuando se  d i s p o n í a  de

temperaturas más  elevadas  y mejor condensa

c i ó n ,  fue posible agregar al laboratorio  q u í m i c o

nuevos reactivos (principalmente el alcohol y los

á c i d o s

  minerales). E l Geber latino (principios del

siglo

  x i v ) ,  nombre  supuesto  con el que se conoce

a  Y á b i r  ibn  H a y y á n ,  autor del siglo vm, produjo

l a  obra más notable de  este  g é n e r o ,  obra donde

se  d e s c r i b í a n  el equipo y los procedimientos  q u í

micos.

1

  Bonus de  F e r r a r a ,  The New Pearl of  Greaí  Price,  trad.

de A. E . Waite (Londres , James  Elliott,  1894; reimpreso

en

  Londres,

  Vincent Stuart, 1963), p. 138.

Page 42: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 42/280

L A  L L A V E  Q U Í M I C A 47

Geber

  apenas  s i se re f i r ió a la  medicina,  pero

s u r e l a c i ó n c o n é s t a s e r í a u n

  aspecto

  importante

de la

  alquimia  medieval.

  L a b ú s q u e d a de  pro

ductos

  q u í m i c o s de u t i l i d a d f a r m a c é u t i c a

  aparece,

en la

  obra

  de los

  autores

  musulmanes,  en los

escritos  d e a l - R á z i ( R h a z é s ) ( ¿ 8 5 4 7 - 9 2 5 / 9 2 6 ) y

  lue

go ,  frecuentemente,  en sus

  seguidores.

  En Occ i

dente  Roger  Bacon

  observaba

  en la  Opus  tertium

(1267)

  que s i  bien  muchos  m é d i c o s  utilizaban

procedimientos

  q u í m i c o s

  para  preparar

  sus m e

dicinas,

  m u y  pocos  s a b í a n c ó m o  realizar

  aquellas

"obras"  que  prolongaban  la v id a . S u c o n t e m p o r á

neo mfis  joven,  A r n a u de V i l l a n o v a ( ¿ 1 2 3 5 7 - 1 3 1 1 ) ,

y

  Juan  de  Rupescissa,  autor  d e l

  siglo

  xiv,

  siguie

r o n

  subrayando

  la

  importancia

  d e l a q u í m i c a e n

la  medicina.  A

  principios

  d e l

  siglo

  xvi

  esta

  forma

de

  li teratura

  c i e n t í f i c a h a b í a  florecido  en los nu

merosos  libros  sobre  la d e s t i l a c i ó n t an c a r a c t e r í s

ticos

  de ese  periodo.  Todos

  ellos

  c o n t e n í a n

  des

cripciones  d e l  equipo  q u í m i c o  necesario

 para

  pro

ducir

  aceites

  y

  bebidas

  a l c o h ó l i c a s

  derivadas

  de

sustancias  vegetales  de'toda  especie.  L os  benefi

cios

  de  estas

  "quintaesencias"

  p a r e c í a n ser t a n

grandes  que en las

  ediciones

  que se  hicieron  en el

siglo

  xvi

  d e l  antiguo

  herbario

  d e D i o s c ó r i d e s se

i n c l u í a u n a p é n d i c e q u í m i c o c o n

  objeto

  de ac

tualizarlo.

Este

  saber

  q u í m i c o n o s e  consideraba  de n in

g ú n

  modo

 opuesto  a la

  ciencia

  de lo s a r i s t o t é l i c o s

o a la  medicina  de los  galenistas.  S i n  duda,  algu

nos se  quejaban  d e l

  conservadurismo

  de las

escuelas,

  pero

  la

  alquimia

  h a b í a

  llegado

  a Occi

dente

  c o n  todo  e l  cuerpo  d e l a s a b i d u r í a

  antigua.

H a b í a  sido  cultivada  en e l  Cercano

  Oriente

  junto

Page 43: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 43/280

48

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

c o n

  la

  f i l o so f í a

  y la medicina

  c l á s i c a s

  —y no ha

b r í a  de divorciarse inmediatamente de esa  a n t i

gua

  u n i ó n .

  Nada indica tampoco que la

  q u í m i c a

fuera vista como una disciplina

  r i v a l

  y peligrosa

por los

  m é d i c o s

  o los

  f i l ó s o f o s

  naturales.

L a t r a d u c c i ó n

  que hizo Ficino en 1463 del  Cor

pus  hermeticum  fue un factor más que iba a

,afectar a la

  q u í m i c a

  del Renacimiento. A l fomen

tar estudios ocultistas de toda  especie,  la  a l q u i

m i a

  atrajo pronto la

  a t e n c i ó n

  de todos los hom

bres

  cultos,  quienes  v e í a n  en ella un campo de

i n v e s t i g a c i ó n

  al que no se

  h a b í a  dado

  la debida

a t e n c i ó n  en el

  pasado.

  Tanto Enrique Cornelio

A g r i p a

  de Nettesheim como Giambattista della

Porta

  h a b r í a n

  de considerar a la alquimia como

una ciencia fundamental para la

  c o m p r e n s i ó n

de la naturaleza. John Dee, aplicando el  " m é t o d o

g e o m é t r i c o " , f o r m u l ó

  venticuatro  teoremas  para

construir

  su

  " m ó n a d a j e r o g l í f i c a " ,

  una

  f i g u r a

  que

se aproximaba mucho al

  s í m b o l o a l q u í m i c o

  del

mercurio.

  En el curso de esa

  c o n s t r u c c i ó n ,

  Dee

s i n t i ó

  que

  h a b í a

  repetido las primeras  fases  de

l a C r e a c i ó n .

  Se

  p r o m e t í a

  al lector la

  r e v e l a c i ó n

de  grandes  misterios y se

  p r e t e n d í a

  que la obra,

en su conjunto, era

  nada  menos

  que una repre

s e n t a c i ó n

  velada del proceso

  a l q u í m i c o

  mismo.

Pero  esa

  p r e t e n s i ó n

  de Dee concordaba claramen

te con las

  m a t e m á t i c a s

  espirituales preconizadas

por aquellos

  p i t a g ó r i c o s  renacentistas

  que bus

caban en el misticismo y en el

  a n á l i s i s

  de los

n ú m e r o s

  una llave para explicar la

  C r e a c i ó n .

  Se

a d m i t í a n

  las

  verdades

  de la magia, mientras que

las demostraciones

  m a t e m á t i c a s

  más convencio

nales, las  t é c n i c a s  del laboratorio  q u í m i c o  y las

Page 44: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 44/280

L A

  L L A V E

  Q U I M I C A

49

aplicaciones  p rác t icas  de la medicina despertaban

relativamente

  poco  in terés .  Fue así como Dee

llegó  a  pensar  que la  alquimia  podía  ser recono

cida

  como la

  disciplina

  fundamental del

  filósofo

natural.

Casi

  medio siglo  antes,  Paracelso

  hab ía

  encon

trado un nuevo fundamento de la  teor ía  de la

medicina

  en la

  alquimia.  És ta ,

  a su vez,

  sería

desarrollada  hasta  culminar en una  filosofía uni

versal

  de la naturaleza, validada por las corres

pondencias naturales que ligaban al hombre con

el mundo que lo rodeaba. Y si la alquimia  mística

y  "matematizada" de Dee tuvo poca  repercusión,

fuera  de un  c írculo  de devotos alquimistas, las

opiniones

  de Paracelso

  h a b r í a n

  de provocar en

Europa

  debates

  relacionados tanto con la  medi

cina  como con la  filosofía  natural.

PARACELSO:  LA BÚSQUEDA  DE TODA UNA

 VIDA

Nacido  en la aldea de Einsiedeln, cerca de  Zurich,

en 1493, Felipe  Aureolo  Teofrasto Bombast von

Hohenheim

  ser ía  conocido más tarde como

  "Para

celso", o " más grande que Celso". E n su  infan

cia

  estuvo expuesto a una mezcla embriagadora

de  ideas  renacentistas. Su padre era un  médico

rural

  aficionado a la

  alquimia,

  y el  hijo  no per

dería  nunca su  in terés  por la medicina y el labo

ratorio

  químico .  E l

  joven

  Paracelso iba a estu

diar  con el famoso abad y alquimista  Johannes

Tritemio

  (1462-1516), y

  conocería

  la

  vida

  de las

minas trabajando como aprendiz en las minas de

los Fúcar  en  Villac,  donde su padre se  hab ía  es-

Page 45: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 45/280

50

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

tablecido

  en 1500. Esta experiencia  h a b r í a  de

f r u c t i f i c a r

  más ta rde en sus especulaciones sobre

e l  crecimiento de los metales, así como en su

l i b r o

  sobre las enfermedades de los mineros, el

primer  l i b r o  escrito sobre un problema de pato

l o g í a

  ocupacional.

Cuando

  t e n í a

  catorce

  a ñ o s ,

  Paracelso

  a b a n d o n ó

e l  hogar para dedicarse a sus estudios y por es

pacio

  de más de dos

  d é c a d a s v i a j ó

  extensamente.

V i s i t ó

  muchas universidades y es probable que se

haya graduado como

  m é d i c o

  en Ferrara, pero, de

ser así, al parecer  p r e f i r i ó  ocupar el mucho

menos prestigioso puesto de cirujano de los

  e j é r

citos

  que se trasladaban constantemente de un

lugar

  a ot ro por toda Europa. Los viajes que

realiza

  en la tercera  d é c a d a  del  siglo  son más

f á c i l e s

  de reconstruir.

  Pasaba

 ahora de los treinta

a ñ o s  y  l i m i t ó  sus viajes a Europa central, donde

peregrinaba de pueblo en pueblo escribiendo y

ofreciendo

  sus servicios como  m é d i c o .  Tuvo  mo

mentos ocasionales de

  gloria,

  como cuando fue

nombrado  m é d i c o  municipal  de Basilea en 1527,

pero

  é s t o s

  siempre

  fueron  e f í m e r o s

  debido a su

temperamento irascible. No se esforzaba por

ocultar

  el desprecio que

  s e n t í a

  por las universida

des y sus  c í r c u l o s a c a d é m i c o s .  Y en cuanto a los

m é d i c o s ,

  era poca la

  c o n s i d e r a c i ó n

  que le mere

c í a n :

,  No necesito portar cota de  malla  o escudo para

l

  enfrentarme a vosotros,

  pues

  no sois lo

  su f i -

i  cientemente sabios ni experimentados para re-

  futar  una sola de mis palabras. .. Vosotros

• d e f e n d é i s

  vuestro reino con servilismo y adu-

  l a c i ó n . ¿ C u á n t o c r e é i s

  que

  d u r a r á  es to?. . .

  Yo

Page 46: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 46/280

L A L L A V E   QUÍMICA

51

qs lo aseguro: cualquiera de los vellos que ten

go en la nuca  sabe  más que vosotros y todos

vuestros autores, y las hebillas de mis  zapatos

\ i

  saben

  más que vuestro Galeno y vuestro

  Avice-

< na, y mi barba tiene más experiencia que todas

vuestras  grandes  escuelas.

2

Semejantes arrebatos de  cólera  iban a ocasio

nar que perdiera un puesto tras  otro,  pues  ofen

dían

  incluso a quienes más

  deseaban

  ayudarlo.

A

  causa  de  ello,  vagaba constantemente de un lu

gar a  otro;  m u r i ó  en 1541 en Salzburgo, donde

poco  antes  lo  hab ía  llamado el obispo  sufragáneo

Ernesto de Wittelsbach.

LA  FILOSOFÍA  QUÍMICA PARACELSIANA

Cuando muere Paracelso nada  parec ía  indicar que

su obra  llegaría  a ser el foco de las controversias

de los eruditos por más de un

  siglo.

  Es cierto,

había  sido en  vida  una  figura polémica,  pero re

lativamente  pocos de sus voluminosos escritos

habían  sido publicados mientras  vivía. Sólo  des

pués comenzó  a  f l u i r  de las  prensas  el torrente de

textos paracelsianos.

La  leyenda de las curaciones casi milagrosas

de

  este

  hombre surge en los  años  posteriores a

1550 y pronto se emprende una  b ú s q u e d a  intensa

de sus manuscritos, los que a menudo son  publi

cados  con notas y comentarios. Al finalizar  el si-

2

  Paracelso,

  Selected Writings,  trad.

  de Norbert

  Guter-

man,  comp. Jollande

  Jacobi

  (Nueva  Y o r k ,  Bollingen

Series

  X X V I I I ,  Pantheon Books , 1951), pp. 79-80.

Page 47: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 47/280

52

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

g lo  se  i m p r i m í a n  vastas  ediciones de sus

  obras

completas y toda una

  escuela

  de paracelsianos

c o n t e n d í a  con los  a r i s t o t é l i c o s  y los galenistas

sobre el curso que la

  f i l o so f í a

  natu ral y la medi

cina

  d e b í a n  seguir.

Dada la  p u b l i c a c i ó n t a r d í a  de los textos, es tan

v á l i d o  hablar de la  f i l o s o f í a  de los paracelsianos

como de la de Paracelso. Pero aun cuando  haga

mos

  esta

  c o n c e s i ó n ,

  es

  d i f í c i l

  reconstruir la

  f i lo

s o f í a q u í m i c a ,  en parte porque no se publicaron

simples libros de texto y en parte porque las

opiniones de  estos  hombres son contrarias a

las del  c i e n t í f i c o  del siglo xx.

E n  realidad, mucho en la obra de los paracel

sianos

  recuerda a otros

  f i l ó s o f o s

  naturales del

Renacimiento. Más que  nada,  intentaron derrotar

a l

  ar istotelismo tr adicional que predominaba en

las universidades/  A r i s t ó t e l e s  era para ellos un

autofnereje cuya

  f i l o s o f í a

  y cuyo sistema de la

naturaleza eran incompatibles con el cristianis

m o ,

  un punto de suma importancia durante la

JLeforma.

  Afirmaban  que su influencia en la medi

cina

  h a b í a

  sido

  c a t a s t r ó f i c a ,

  pues  Galeno

  h a b í a

aceptado  su obra sin cuestionarla y,  subsecuen

temente, el sistema  a r i s t o t é l i c o - g a l é n i c o  se  h a b í a

convertido

  en la

  base

  de la

  e n s e ñ a n z a m é d i c a

  en

toda Europa. En su  o p i n i ó n ,  las universidades

agonizaban sin remedio, obstinadas en su  adhe

s i ó n  a la  A n t i g ü e d a d .

L os  paracelsianos  p r e t e n d í a n  remplazar todo

ese sistema con una  f i l o s o f í a  cristiana,  n e o p l a t ó -

nica

  y  h e r m é t i c a  que  e x p l i c a r í a  todos los  f e n ó

menos naturales. E l verdadero  m é d i c o , s o s t e n í a n ,

p o d í a  encontrar la verdad en los dos libros  d i v i -

Page 48: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 48/280

L A

  L L A V E

  Q U I M I C A

53

nos: el

  l i b r o

  de la

  r e v e l a c i ó n d i v i n a

  —la

  B i b l i a —

y

  el  l i b r o  de la  c r e a c i ó n d i v in a  —la naturaleza

(figura  HA).

  De

  esta

  manera, los paracelsianos'

se aplicaban por un lado a una

  especie

  de

  exége- ,

sis

  b í b l i c a

  y, por

  otro,

  postulaban una nueva

f i l o so f í a  de la naturaleza,

  basada

  en nuevas obserJ

vaciones y experimentos. Encontramos un exce

lente  ejemplo de

  esta

  acti tud  en la obra de uno

de los primeros sistematizadores importantes del

corpus

  paracelsiano,

  Peter

  Severinus (1540-1602),

m é d i c o

  del rey de Dinamarca, quien

  d e c í a

  a sus

lectores que necesitaban vender sus propiedades,

quemar sus

  libros

  y comenzar a

  viajar

  para que

pudieran  efectuar y recoger observaciones sobre

las plantas, los animales y los minerales.

  Con

cluida

  su  Wanderjahren,

  d e b í a n

  "comprar

  c a r b ó n ,

construir  hornos,  v i g i l a r  el fuego y operar con

é s t e

  sin

  descansar.

  Por

  este

  camino, y no por

otro,  a r r i b a r é i s  a un conocimiento de las  cosas

y

  sus propiedades".

Percibimos

  una gran confianza en la observa

c i ó n  y en la  e x p e r i m e n t a c i ó n  en la obra de  estos

hombres, aun cuando su concepto de lo que es

uur experimento y  c u á l  es su  f u n c i ó n  sea a menudo

enteramente  distinto  del nuestro. Notamos, a la

vez,

  una latente desconfianza de la

  a p l i c a c i ó n

  de

las

  m a t e m á t i c a s

  al estudio de la naturaleza.

  Ellos

p r e f e r í a n  hablar, como buenos  p l a t ó n i c o s ,  de las

a r m o n í a s m a t e m á t i c a s

  y divinas del universo.

Paracelso,  a d e m á s ,  al refer irse a las verdaderas

m a t e m á t i c a s ,

  las

  h a b í a

  identificado  expresamente

c o n

  la verdadera magia natural. Los paracelsianos,

s in

  embargo,

  s o l í a n

  reaccionar con disgusto ante

e l m é t o d o  de  a r g u m e n t a c i ó n l ó g ic o  y  " g e o m é t r i -

Page 49: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 49/280

54

L A

  L L A V E

  Q U I M I C A

F I G U R A   I I . 1 .  E l verdadero  f i l ó s o f o q u í m i c o  aprende por

r e v e l a c i ó n  divina,  así como por los estudios  q u í m i c o s .

D e

  Heinrich

  K h u n r a t h ,

  Amphitheatrum sapientiae  ( 1 6 0 9 ) .

C o l e c c i ó n  del autor.

c o "

  que empleaban los

  a r i s t o t é l i c o s

  y los galenis-

tas. Condenaban ese  " m é t o d o m a t e m á t i c o "  junto

c o n

  la  importancia  que tradicionalmente

  h a b í a n

dado los  e s c o l á s t i c o s  a la  g e o m e t r í a  y,  e s p e c í f i

camente, impugnaban el uso de abstracciones ma

t e m á t i c a s  para estudiar los  f e n ó m e n o s  naturales

—particularmente

  para estudiar el

  movimiento

l o c a l .  Las razones que  a d u c í a n  para  ello  eran

fundamentalmente

  de  c a r á c t e r  religioso  y por eso

Page 50: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 50/280

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

55

s e n t í a n

  especial

  a v e r s i ó n

  por la

  Física

  de

  A r i s t ó

teles. En  é s t a — a p o y á n d o s e  en un estudio del

movimiento—

  se

  d e c í a

  que el  Dios  creador

  d e b í a

ser

  i n m ó v i l .

  Los

  q u í m i c o s

  paracelsianos de la

Reforma

  declaraban

  c a t e g ó r i c a m e n t e

  que

  cual

quier

  argumento que impusiera semejante res

t r i c c i ó n

  al Ser Supremo todopoderoso era inacep

table  —y por esa sola  r a z ó n  los textos de los

antiguos eran sacrilegos y

  d e b í a n  desecharse.

  La

f i l o s o f í a q u í m i c a s e r í a

  una nueva ciencia

  basada

firmemente

  en la

  o b s e r v a c i ó n

  y en la

  r e l i g i ó n .

Pero quienes  r e c u r r í a n  a los  m é t o d o s  cuantitati

vos recordaban tal vez que  Dios

  h a b í a

  creado "to

das las  cosas  en  n ú m e r o ,

  peso

 y medida".  E l l o  se

interpretaba

  como un mandato que iba

  d i r i g i d o

a l m é d i c o ,  a l  q u í m i c o  y al  f a r m a c é u t i c o  —hom

bres que pesaban y

  m e d í a n

  regularmente en el

curso de su labor

  (figura  I I . 2 ) .

Pero si los paracelsianos rechazaban lo que  l l a

maban el

  m é t o d o " l ó g i c o - m a t e m á t i c o "

  de las es

cuelas, ellos se  a c o g í a n  a la  q u í m i c a  con la

c o n v i c c i ó n

  de que

  esta

  ciencia era la

 base

  de una

nueva  i n t e r p r e t a c i ó n  de la naturaleza. Era

una ciencia

 basada

  en la

  o b s e r v a c i ó n

  y su campo

era universal. Afirmaciones  semejantes  iban  a en

contrarse en los textos tradicionales de

  q u í m i c a .

S e g ú n  Paracelso, la

  alquimia

  h a b í a  ofrecido una

" e x p l i c a c i ó n

  adecuada de los cuatro elementos",

lo  cual significaba literalmente que la

  alquimia

  y

l a q u í m i c a p o d í a n

  ser utilizadas como claves para

descifrar  el cosmos, ya sea mediante la  experi

m e n t a c i ó n

  directa o mediante la

  a n a l o g í a .

  Para

celso explicaba la  C r e a c i ó n  misma como una

r e v e l a c i ó n q u í m i c a

  de la naturaleza. Los paracel-

Page 51: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 51/280

56

L A

  L L A V E

  Q U I M I C A

F I G U R A

  I I . 2 .  La  i l u s t r a c i ó n  más antigua de una balanza

a n a l í t i c a

  encerrada se encuentra en

  este

  grabado de un

laboratorio  a l q u í m i c o .  Del  Theatrum Chemicum Britan-

nicum,  comp.  E l i a s  Ashmole (1652).  C o r t e s í a  del Depart

ment

  of Special Collections, The University of Chicago

Page 52: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 52/280

L A  L L A V E  Q U I M I C A

57

sianos posteriores adoptaron y desarrollaron ese

tema. Gerhard

  D o r n

  (1565-1585)

  h a c í a

  una

  des

c r i p c i ó n

 "minuciosa

  de los dos  p n m é r o s ' c a p í l ü l ó s

d e l G é n e s i s

  a la luz de la nueva

  f í s i c a q u í m i c a ,

  y

T h ó m ' a s T y m m é  declaraba que la  C r e a c i ó n  no

h a b í a

  sido sino una

  " e x t r a c c i ó n , s e p a r a c i ó n ,

  su

b l i m a c i ó n  y  c o n j u n c i ó n a l q u í m i c a " .

L a i n t e r p r e t a c i ó n q u í m i c a  del  G é n e s i s  ayudaba

a enfocar la

  a t e n c i ó n

  en el problema de los ele

mentos considerados como el

  f r u t o

  pr imero y

necesario de la

  C r e a c i ó n .

  Y si

  bien

  los

  tria  prima

de los paracelsianos (sal, azufre y mercurio) eran

una

  m o d i f i c a c i ó n

  de la antigua

  t e o r í a

  de los me

tales (azufre-mercurio) y otras

  t r í a d a s

  elementa

les,

  tuvieron

  especial importancia en la

  a p a r i c i ó n

de la ciencia moderna. Los elementos

  a r i s t o t é

licos  (tierra,  agua, aire y fuego)  s e r v í a n  de  fun

damento al sistema

  c o s m o l ó g i c o

  aceptado. Eran

utilizados

  por los alquimistas como un medio

para explicar la

  c o m p o s i c i ó n

  de la materia, por

l o s m é d i c o s

  (en

  forma

  de humores) como un

sistema para interpretar las enfermedades, y por

lo s f í s i cos  como la

  base

  para entender  adecua

damente el  movimiento  natural. Por lo mismo,

c o n  la  i n t r o d u c c i ó n  de un nuevo sistema de los

elementos, se

  c o r r í a

  el riesgo de cuestionar toda

la

  estructura de la medicina y la

  f i l o s o f í a

  natural

de la

  A n t i g ü e d a d .

Pero, aunque los nuevos  principios  pueden in

terpretarse propiamente como parte de una im

p u g n a c i ó n  de la  f il o so f ía e s c o l á s t i c a ,  es evidente

t a m b i é n

  que

  dieron origen

  a muchas confusio

nes. Paracelso no  h a b í a  definido  claramente es

tos  principios  y, ciertamente,

  fueron

  de poca

Page 53: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 53/280

58 L A  L L A V E

  Q U I M I C A

u t i l i d a d  para el desarrollo de la  q u í m i c a a n a l í t i c a

moderna, ya que, al  d e s c r i b í r s e l e s ,  se  d e c í a  que

d i f e r í a n  cualitativamente en los distintos mate

riales.

  Paracelso tampoco

  h a b í a

  propuesto

  espe

c í f i c a m e n t e  estos

  prin cipios para remplazar con

ellos

  a los elementos  a r i s t o t é l i c o s .  En realidad,

é l h a b í a  utilizado

  ambos sistemas —y a menudo

de un modo aparentemente contr adictor io. Ha

c ia

  el

  ú l t i m o

  cuarto del siglo xvi encontramos a

l a t e o r í a

  de los elementos en un  estado  de

  f l uc

t u a c i ó n :

  los

  q u í m i c o s a c u d í a n

  a la evidencia

  f u n

dada en la  o b s e r v a c i ó n  o a los textos paracelsia

nos como juzgaban conveniente. Con todo, cuan

do examinamos los textos de ese periodo vemos

que cada vez eran más los

  m é d i c o s q u í m i c o s

  que

adoptaban los tres pr incipios como un medio ex

p l i c a t i v o .

  Algunos lo

  h a c í a n a t r a í d o s

  por la  ana

l o g í a t r i n i t a r i a  de cuerpo, alma y  e s p í r i t u ,  mien

tras que otros

  r e c u r r í a n

  a ellos en busca de un

sustituto  para los humores.

  Para

  los  t e ó r i c o s

q u í m i c o s

  representaban

  sustancias

  f i l o s ó f i c a s

  que

en realidad no se  p o d í a n  aislar, mientras que para

e l f a r m a c é u t i c o p r á c t i c o  no eran sino los pro

ductos de su  d e s t i l a c i ó n .  No era raro que una

hierba  medic inal produjera una flema

  acuosa,

  un

aceite inflamable y un

  s ó l i d o ,

  y se

  pensaba

  que

é s t o s  indicaban al menos la presencia de los  p r i n

cipios

  primigenios: mercurio, azufre y sal.

M as  el concento, de un^universo  q u í m i c o  reba

saba

  l a~ T f f fe r p re ta c ió n q u í m i c a

  d'éTia

  C r e a c i ó n  y

io s  problemas de la  t e o r í a  de. los elementos.

Aquellos  autores qué se interesaban en_la me-

~ t e o f ó l ó g í a  explicaban él trueno  y - e l " r e l á m p a g o

como

  una  c o m b i n a c i ó n  de azufre y salitre en

Page 54: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 54/280

L A

  L L A V E  Q U I M I C A

5 9

l a a t m ó s f e r a ,  una  exp los ión an_á lpga__a  la pro

ducida

 ~p^~et~azaffe y el sa litre contenidos eoja

'jxSJvbia.  De modo  similar,  los autores paracel

sianos fueron los primeros que ofrecieron una

h i p ó t e s i s  significativa  para el desarrollo de la

a g r o q u í m i c a .  E n busca de una  e x p l i c a c i ó n  de los

efectos  b e n é f i c o s  de los abonos en la agricultura,

postularon

  correctamente que los abonos conte

n í a n  sales  solubles  esenciales  para el suelo.

Para,

 los paracelsianos, en efecto, Ja .T ier ra era

u n  vasto

 .laboratorio

  q u í m i c o ,  y  ello  explicaba el

""erigen  de los volcanes, las fuentes termales, los

""manantiales de las  m o n t a ñ a s  y él crechnientcrde

" l o s  metales.,  S e > ~ r e c u r r í a  al antiguo concepto

" d é

  un fuego

  interior

  para

  e x p l i c á r j a ^ e x i s t e n c i a

  de

lo s  volcanes, los que eran  c o n c é b i d o s  Cómo  erup-

- - e i t í h e s  de materia fundida a  t r a v é s  de grietas en

" l a  superficie terrestre  (figura  I I . 3 ) .  Los manan

t i a l es que  f l u í a n  de las  m o n t a ñ a s  se explicaban

en  forma  a n á l o g a .  En  este

  caso

  se  d e c í a  que las

reservas

  de agua

  s u b t e r r á n e a

  eran destiladas por

e l  calor de ese fuego cen tral. A medida que ese

vapor

  a s c e n d í a  a la superficie, las  m o n t a ñ a s  ac

tuaban como alambiques  q u í m i c o s ,  dando por

resultado el manantial "destilado" que brotaba

de la  m o n t a ñ a .  Sin embargo, algunos rechazaban

la  posibilidad  de ese fuego, alegando que en el

interior  de la  Tierra  no  h a b í a  el aire necesario

para que se diera semejante  c o n f l a g r a c i ó n .  Hen-

r i  de Rochas (1620-1640)  s u g e r í a  que el calor de

lo s  manantiales de agua mineral era producido

p o r

  la

  r e a c c i ó n

  del azufre y una sal nitrosa en el

seno

  de la

  Tierra.

  E l  m é d i c o i n g l é s  Edward Jor-

den (1569-1632)  o f r e c í a  otra  e x p l i c a c i ó n q u í m i c a

Page 55: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 55/280

60

L A

  L L A V E  Q U I M I C A

F I G U R A

  I I . 3 .  Diagrama que muestra la  i n t e r r e l a c i ó n  de

los volcanes y el

  fuego

  central. De Atanasio  K i r c h e r

Mundus

  subterraneus

  (1678).

  C o r t e s í a

  del Department ol

Special

  Collections, The University of Chicago.

m á s  amplia.  V i t a l i s t a  cabal, como la mayor

  parte

de los  q u í m i c o s  de ese periodo, Jorden  s o s t e n í a  la

n o c i ó n , c o m ú n m e n t e

  aceptada,

  del crecimiento de

los metales, pero explicaba  é s t e  en forma nove-

^dosa.  Se  v a l í a

  para

  ello del  proceso  a l q u í m i c o  de

l a " f e r m e n t a c i ó n " , " á r - q t r e d e f i n í a  como üha  reac-

- c i ó n  generadora  de calor qué no  r e q u e r í a  de aire.

É s a ,  afirmaba,  d e b í a  ser la

  causa

  del crecimiento

de la materia

  i n o r g á n i c a .

  Esta

  nueva fuente de

—calor  p e r m i t í a  entender  los volcanes y los ma

nantiales que  n a c í a n  en las  m o n t a ñ a s ,  sin  tener

Page 56: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 56/280

L A

  L L A V E  Q U I M I C A

61

que recurrir a la  noción problemática  de un fue

go central.

E L  MICROCOSMOS  Y LA TEORÍA  MÉDICA

La filosofía química  paracelsiana era considerada

como  uña nueva  concepción,  fundada en la ob

servación  de toda la naturaleza, pero

  desde

  un

principio

  atrajo especialmente la

  a tención

  de los

médicos.  Paracelso  había  insistido en que  había

sido

  Dios,

  y no las constelaciones; el que lo  había

creado  médico;  sus seguidores  repe t ían  sus pala

bras  y  añad ían  que, en  v i r tud  de su origen  divino,

la

  medicina era superior a las

  d e m á s

  ciencias. En

este  punto,,tanto él como ellos reflejaban el con

cepto de  sacerdote-médico  del neoplatonismo re

nacentista, aunque es probable que la  última

fuente de

  esta

  idea se encuentre en el  Eclesiásti

co,  38:1: "Da al  médico ,  por sus servicios, los

honores que merece, que

  t ambién

  a él le

  creó

  el

Señor ."  Para  Paracelso, en efecto, el papel  áeh

médico podía

  compararse propiamente con el del

verdadero mago natural. —

Paracelso y sus primeros seguidores

  creían  f i r

memente en la  analogía  macrocosmos-microcos

mos. E l hombre era una

  pequeña réplica

  del gran

mundo

  que lo rodeaba, y en su

  interior  estaban

representadas

  todas las

  partes

  del universo

  (figu

ra

  I I . 4 ) .  En todas las  épocas  se  había  considerado

provechoso descubrir las correspondencias que

exist ían

  entre los mundos mayor y menor, y se

había

  acudido a la

  teoría

  de la

  s impat ía

  y la

  anti

pat ía  para explicar la  in teracc ión  universal. En

Page 57: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 57/280

62 L A  L L A V E  Q U Í M I C A

F I G U R A

  I I . 4 .  E l hombre  como  microcosmos unido a su

Creador  por las cadenas de la naturaleza, representada

como  una joven mujer.  O b s é r v e n s e  los retratos de Her-

mes y Paracelso, así

  como

  los diagramas de los cuatro

elementos  y los tres principios. De

  T o b í a s S c h ü t z ,  Har

monía  macrocosmi cum microcosmi

  ( 1 6 5 4 ) .

  C o r t e s í a

  del

Department of Special Collections, The University of

Chicago.

contraste con los

  a r i s t o t é l i c o s ,

  quienes

  i n s i s t í a n

en la  a c c i ó n  mediante el contacto, los paracelsia

nos no

  v e í a n n i n g ú n

  inconveniente en

  aceptar

  la

a c c i ó n  a distancia. Por tanto, se comprende fá

cilmente  por qué los

  h e r m é t i c o s  paracelsianos

fueron  de los primeros que defendieron las inves

tigaciones experimentales que

  r e a l i z ó

  W i l l i a m

 Gil-

bert  sobre  el  i m á n .  En el campo de la medicina,

la

  discutible

  c u r a c i ó n

  por medio de un

  b á l s a m o

Page 58: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 58/280

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

63

que se aplicaba a las  armas  ( m é t o d o  curativo

basado  en la

  s i m p a t í a

  que implicaba tratar el

arma en lugar de la  persona  herida)  p r e s u p o n í a

s i n

  duda la posibili dad de obrar a distancia.

Para  el paracelsiano, la  t e o r í a  de los humores

de la medicina

  g a l é n i c a h a b í a

  dejado de ser vá

l i d a .  La  e x p l i c a c i ó n  tradicional de la enfermedad,

como un desequilibrio interno de los humores,

era  rechazada  por  Paracelso.  É s t e p r e f e r í a  subra

yar aquellos trastornos locales dentro del cuerpo

que se  a t r i b u í a n  a alguno de los

  tres

  principios.

E n

  su

  o p i n i ó n ,

  una de las  causas  principales de

las  enfermedades  se encontraba en factores ex

ternos que, a  semejanza  de semillas, se

  i n t r o d u

c í a n

  en el cuerpo por medio del aire, los alimen

tos o las bebidas.

  É s t o s

  arraigaban y se desarro

llaban  d e s p u é s  en  ó r g a n o s e s p e c í f i c o s .  De ello

p o d í a

  inferirse una

  a n a l o g í a

  entre el macrocos

mos y el microcosmos. Así como las "semillas"

m e t á l i c a s

  causaban  el crecimiento de

  vetas  m e t á

licas en la Tier ra, las "semillas" de la enfermedad

c r e c í a n

  dentro del cuerpo a medida que minaban

la  fuerza  v i t a l l o c a l  de  ó r g a n o s e s p e c í f i c o s .  Esta

fuerza

  v i t a l

  separaba  la sustancia pura de los de

sechos

  de modo  a n á l o g o  a como el alquimista

in tentaba aislar en su laborator io las quintaesen

cias  puras  de la materia bruta.

L a r e l a c i ó n

  entre el macrocosmos y el hombre

t e n í a  otras implicaciones  q u í m i c a s .  El paracel

siano

  f r a n c é s  Joseph

  Duchesne

  (¿15447-1609)

  era

u n  ejemplo de esa  b ú s q u e d a  persistente de  ana

l o g í a s q u í m i c a s

  de los

  paracelsianos

  cuando, al

referirse a las  enfermedades  respiratorias, se  ser

v í a

  de la misma

  a n a l o g í a

  de la

  d e s t i l a c i ó n

  que

Page 59: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 59/280

64 L A  L L A V E  Q U Í M I C A

empleaban otros  y a t r o q u í m i c o s  (o  m é d i c o - q u í m i

cos) para explicar el origen de los arroyos que

f a c í a n  en las  m o n t a ñ a s .  Especial importancia se

a t r i b u í a

  al aire, al que se consideraba esencial

para la

  p r e s e r v a c i ó n

  del fuego y de la

  vida.

  Si,

p o r  una parte, el azufre y el salitre  p o d í a n  com

binarse en la

  a t m ó s f e r a

  para producir el trueno

y

  el  r e l á m p a g o  en el

  cielo,

  o fuentes termales en

l a  Tierra,

  por otra, al ser inhalados,

  p o d í a n

  reac

cionar

  dentro del cuerpo para provocar enferme

dades

  que se caracterizaban por cualidades ca

lientes y ardientes  (figura  I I . 5 ) .  Para  principios

d e l

  siglo xvn se

  h a b í a

  asociado al salitre

  a é r e o

co n  una fuerza  v i t a l  indispensable para el hombre.

E n

  efecto, esa fuerza

  v i t a l

  se identificaba en

ocasiones con el

  spiritus

  mundi.  Se postulaba

que, una vez que

  h a b í a

  sido

  separada

  del aire

impuro  en los pulmones,

 esta

  sustancia era trans

formada

  en  sangre  arterial. En vista de que

  sos

t e n í a n  este  concepto —o sus modificaciones—

no

  debe

  e x t r a ñ a r n o s

  que los paracelsianos del

siglo  xvn rechazaran la  p r á c t i c a c o m ú n  de la

s a n g r í a .  Esta  o p e r a c i ó n ,  argumentaban, no  h a c í a

sino  mermar la fuerza  v i t a l  y esencial del pacien

te .  Su rechazo de la  s a n g r í a s e r v í a  al mismo  tiem

po para manifestar^su

  o p o s i c i ó n

  a la

  p a t o l o g í a

humoral  tradicional.  —

S i  la  f il os o fí a q u í m i c a  de la naturaleza de los

paracelsianos proporcionaba un sistema concep

tual  al  y a t r o q u í m i c o ,  lo  p r o v e í a t a m b i é n  de una

base

  para su actividad  p r á c t i c a .  Debido a la im

portancia

  que se

  a t r i b u í a

  al calor y al fuego, tan

to  el nuevo  a n á l i s i s q u í m i c o  de la orina como

la  nueva doctrina  q u í m i c a  de las signaturas se

Page 60: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 60/280

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

6 5

F I G U R A

  II .5. E l hombre sitiado en su castillo de la salud.

D e

  Robert

  F l u d d ,

  Integrum morborum mysterium  (1631).

C o l e c c i ó n  del autor.

caracterizaban por procedimientos destilatorios.

Similarmente,

  en busca de los ingredientes de

las  aguas  medicinales de los manantiales de agua

mineral,  los paracelsianos contr ibuyeron al  des

arrollo  de la  q u í m i c a a n a l í t i c a .  Una larga tra

d i c i ó n  medieval en  este  terreno  h a b í a f r u c ti f i c a -

Page 61: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 61/280

66

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

do  en el desarrollo, no  s ó l o  de pruebas aisladas,

sino  de  a u t é n t i c o s  procedimientos  a n a l í t i c o s  y,

como  es  f ác i l  comprender, los paracelsianos asi

m i l a r o n r á p i d a m e n t e

  esa

  t r a d i c i ó n

  y la continua

r o n .  Para 1571 Leonard Thurneisser  (¿15307-1596)

y a  empleaba  m é t o d o s  cuanti ta tivos, pruebas de

solubilidad,  a n á l i s i s c r i s t a l o g r á f i c o s  y pruebas

c o n  mechero, y a

  principios

  del

  siglo

  siguiente

Edward  Jorden  p r o p o n í a  el cambio de  color  (de

r o j o  a azul) de

  la

  "tela de

  color

  de escarlata"

como  una prueba regular para aquellos  l í q u i d o s

que actualmente  p o d r í a m o s  clasificar  como  á c i

dos y  bases.  La obra de  estos  hombres suminis

t r ó

  la

  i n f o r m a c i ó n b á s i c a  necesaria para la in

v e s t i g a c i ó n a n a l í t i c a

  que

  e m p r e n d e r í a

  más tarde

Robert

  Boyle

  en ese mismo  siglo.

A  los resultados de los nuevos  a n á l i s i s q u í m i

cos se les dio una  a p l i c a c i ó n p r á c t i c a .

  Ahora

  los

q u í m i c o s p o d í a n  dar instrucciones para la pre

p a r a c i ó n

  de

  aguas

  minerales

  artificiales

  a

  quie

nes no  p o d í a n  viajar  a los balnearios de  aguas

minerales;

  al mismo  tiempo,  esa  i n f o r m a c i ó n

a n a l í t i c a c o n s t i t u í a  un argumento más en fa

v o r  del uso de medicamentos preparados  q u í

micamente.

  Los paracelsianos  s o s t e n í a n  vehe

mentemente que la suya era una

  é p o c a

  nueva y

violenta

  —una  é p o c a  que  h a b í a  engendrado en

fermedades devastadoras desconocidas para los

antiguos.  (E n parti cular, estaban consternados

p o r  las enfermedades  v e n é r e a s . )  En consecuen-

c ia ,  necesitaban  medicinas nuevas, más poten

tes

  que los medicamentos

  g a l é n i c o s

  tradicionales

preparados a  base  de hierbas. Lo que  q u e r í a n

decir

  era evidente:  esas  nuevas medicinas eran

Page 62: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 62/280

L A  L L A V E  Q U Í M I C A

67

lo s  metales y los minerales que ellos preparaban

q u í m i c a m e n t e .  En  este  campo, los paracelsianos

no eran innovadores. No obstante, como decla

raba R. Bostocke en 1585, el verdadero para-

c e l s i a n b - ' s é ' d i s t i n g u í a  de los  d e m á s m é d i c o s  por

e t " C ü i d a d o  y ía  a t e n c i ó n  que  p o n í a  en la  d o s i f i -

' d a c i ó n ,  y por su empleo del arte de la  q u í m i c a

^ ' p á r a  extraer  ú n i c a m e n t e  la

  esencia

  b e n é f i c a  de

" los minerales peligrosos.  A d e m á s ,  en su defensa

de

  estas

  medicinas (1603), Duchesne se apoyaba

en los  a n á l i s i s  de las  aguas  minerales para de

mostrar que los minerales  t e n í a n  efectos medi

cinales  b e n é f i c o s .

Mas tales  a p o l o g í a s  de los medicamentos  q u í

micos no

  s a t i s f a c í a n

  de ninguna manera a los

defensores  de la  materia medica  trad ic ional y, a

decir  verdad, el temor que inspiraban las  nuevas

drogas no era infundado.  Paracelso  h a b í a  ab

jurado  de la  m á x i m a g a l é n i c a  que  d e c í a  que "los

contrarios se curan con los contrarios", y se

h a b í a

  vuelto en cambio a la medicina popular

g e r m á n i c a ,

  la que

  i n s i s t í a

  en que "los semejan

tes se curan con los  semejantes".  Se recomen

daba

  al

  m é d i c o

  que investigara los venenos en

lugar  de las inocuas mixturas vegetales. E l ve

neno que

  causaba

  una enfermedad —aplicado

en forma apropiada—  d e b í a  convertirse ahora en

su remedio. Y si bien los

  q u í m i c o s

  procuraban

suprimir  sus propiedades  t ó x i c a s ,  sus intencio

nes no tranquilizaban a los

  m é d i c o s

  ortodoxos.

Para  é s t o s ,  muchos de los que preconizaban las

nuevas

  drogas eran charlatanes ignorantes. En

u n  texto  g a l é n i c o  hasta  el  t é r m i n o  "paracelsia-

n o " t e n í a

  una

  c o n n o t a c i ó n

  peyorativa.

  T o m á s

Page 63: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 63/280

68 L A  L L A V E  Q U Í M I C A

Erasto (1524-1583)

  acusaba

  a Paracelso de  pro

mover

  el uso interno de venenos letales

  (1572).

John Donne (1573-1631), al comparar las innova

ciones respectivas de

  C o p é r n i c o

  y Paracelso, re

c l u í a

  al

  ú l t i m o

  en el antro más

  r e c ó n d i t o

  de la

guarida

  de

  S a t a n á s

  y lo nombraba gobernador

de la

  " l e g i ó n

  de

  m é d i c o s

  homicidas". En res

puesta, los  q u í m i c o s d e f e n d í a n  cada vez con más

e n e r g í a

  sus medicamentos y sus

  m é t o d o s .

  A me

diados del  siglo  xvn se propuso que varios cen

tenares

  de enfermos pobres fueran

  sacados

  de

lo s  hospitales y los campamentos  militares.  Se

les

  d i v i d i r í a

  en dos grupos; uno

  s e r í a

  tratado

p o r  los galenistas y el otro por los  q u í m i c o s .  E l

n ú m e r o

  de defunciones

  d e t e r m i n a r í a c u á l

  de las

dos medicinas  h a b í a  triunfado,  si la  q u í m i c a  o

la  tradicional.

  E l experimento nunca se

  l l e v ó

  a

cabo, pero el hecho de que haya sido propuesto

indica

  lo acalorado de la controversia.

A

  principios  del  siglo  xvn las nuevas drogas

se

  convirtieron

  en tema de intensas controversias

en  las universidades. Los panfletos más exalta

dos aparecieron en

  P a r í s

  en la primera

  d é c a d a

d e l

  siglo,

  pero pronto  fueron  traducidos y pu

blicados

  en otras partes de Europa, y existen

versiones del

  c o n f l i c t o

  escritas ya en 1606. En

Londres,

  los miembros del Real Colegio de Mé

dicos  v e n í a n  planeando,

  desde

  h a c í a  varias dé

cadas,

  la

  p u b l i c a c i ó n

  de una farmacopea

  o f i c i a l .

Cuando el  m é d i c o q u í m i c o f r a n c é s  Theodore Tur-

quet de Mayerne (1573-1655) se

  e s t a b l e c i ó

  en

Londres

  como

  m é d i c o

  del rey Jacobo I ,

  a u m e n t ó

e l i n t e r é s

  de los primeros por los nuevos

  medi

camentos  q u í m i c o s .  Y en 1618, cuando al fin

Page 64: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 64/280

L A  L L A V E  Q U I M I C A 69

se  p u b l i c ó  la farmacopea, se vio que se  h a b í a

llegado  a un prudente compromiso. Mientras

que la mayor parte del volumen

 estaba

  dedicada

a los medicamentos

  g a l é n i c o s

  tradicionales, va

rias secciones

  estaban

  reservadas  a los nuevos

medicamentos preparados  q u í m i c a m e n t e .  Se les

daba  s a n c i ó n o f i c i a l  lo mismo en  esas  secciones

que en el prefacio, donde se  s e ñ a l a b a  su efica

c ia  para tratar enfermedades  d i f í c i l e s .

Por tanto, podemos hablar propiamente de una

creciente  p o l a r i z a c i ó n  de los  m é d i c o s h e r m é t i

cos y los galenistas. Pero, al mismo tiempo,

l a p o s i c i ó n  del Colegio de  M é d i c o s  de Londres

muestra la tendencia  f i n a l  hacia un compromiso

respecto a la

  d i f í c i l c u e s t i ó n

  del uso interno de

lo s  nuevos medicamentos. Y en cuanto a los

m é d i c o s q u í m i c o s ,  u n sector cada vez más nu

meroso de ellos  t r a t ó  de mantener a la  q u í m i c a

como  la  base  de una nueva  f i l o s o f í a  de la natu

raleza, pero despojada de sus

  aspectos

  más  m í s

ticos

  y menos experimentales.

  Y a t r o q u í m i c o s

ta n  influyentes como  Daniel  Sennert (1572-1637)

y

  Andreas  Libavius  (1540-1616)  c o n v e n í a n  con Pa

racelso en que la  q u í m i c a  era un fundamento

i d ó n e o  de la medicina y era, consiguientemente,

la  ciencia

  principal.

  Pero se  o p o n í a n  a que las

obras de

  A r i s t ó t e l e s ,

  Galeno e

  H i p ó c r a t e s

  fue

r a n

  desechadas

  y  quemadas  en el mercado. En

lugar  de recurrir a  p o l é m i c a s ,  el verdadero mé

dico  d e b í a  examinar tanto la antigua como la

nueva medicina y aceptar lo mejor de ambas.

Para

  muchos

  y a t r o q u í m i c o s

  del siglo xvn la

  f i lo

s o f í a q u í m i c a p o d í a  practicarse con entera con

fianza,  pues

  p a r e c í a  suministrar a las ciencias

Page 65: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 65/280

70

L A  L L A V E  Q U I M I C A

u n  nuevo fundamento

  basado

  en la  o b s e r v a c i ó n .

Pero a muchos de  estos  mismos hombres les

inquietaba,

  tanto como a los galenistas —o, pos

teriormente,

  a los

  f i l ó s o f o s

  mecanicistas—, la

c o s m o l o g í a m í s t i c a

  y

  a l q u í m i c a

  de algunos de

sus colegas. Por

  esta

  r a z ó n ,  el lector  e n c o n t r a r á

en

  esta

  li teratu ra una desconcertante gama de

opiniones  m é d i c a s  y  q u í m i c a s .  Estos  libros  y

panfletos lo abarcan todo,

  desde

  la

  alquimia

  ale

g ó r i c a

  tradicional

  hasta  las farmacopeas

  q u í m i

cas de

  c a r á c t e r p r á c t i c o .

  Y, como veremos más

adelante,  esos

  debates

  interesaron profundamen

te tanto a los

  m é d i c o s

  como a los

  c i e n t í f i c o s ,

hasta  bien entrado el siglo xvn .

Conviene  hacer una  pausa  para reflexionar en

la

  importancia que

  tuvieron

  la

  q u í m i c a

  y las

controversias  m é d i c a s  a fines del Renacimien

t o . ¿ Q u é h a b í a n

  conseguido los paracelsianos?

¿ C ó m o h a b í a n i n f l u i d o  en la medicina y en la

ciencia

  de ese periodo?

Sobre todo, la medicina paracelsiana represen

t ó  una  r e a c c i ó n  en contra de la  v e n e r a c i ó n  t r a

:

dicional  que se  t e n í a  por la  A n t i g ü e d a d .  Los  p r i

meros paracelsianos se expresaban severamente

de

  A r i s t ó t e l e s

  y Galeno (aunque no siempre de

H i p ó c r a t e s )  y  a c u d í a n ,  en cambio, a los textos

h e r m é t i c o s , a l q u í m i c o s  y  n e o p l a t ó n i c o s  recien

temente traducidos. Un universo

  vitalista

  f u n

dado en la  a n a l o g í a  macrocosmos-microcosmos,

y

  el  o f i c i o d i v i n o  del  m é d i c o , s e r v í a n  de

  base

a una nueva  i n t e r p r e t a c i ó n  cristiana de toda la

naturaleza. Llevados por su  a f á n  de reforma,

los  paracelsianos procedieron a  atacar  los  cimien-

Page 66: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 66/280

L A

  L L A V E  Q U Í M I C A

71

tos mismos del antiguo sistema. Se cuestiona

r o n  tanto los elementos  a r i s t o t é l i c o s  —sobre los

que

  descansaba

  la antigua

  c o s m o l o g í a —

  como

sus humores correspondientes —de los cuales

d e p e n d í a

  la medicina

  g a l é n i c a .

  Los

  q u í m i c o s

adoptaron  entonces los tres  principios  como un

recurso

  explicativo,

  y los

  m é d i c o s

  paracelsianos

n o  hablaban ya de un desequilibrio de  f l u i d o s ,

sino

  de focos locales de enfermedad regidos por

archei

  internos.

L a

  respuesta de los paracelsianos a la

  A n t i g ü e

d a d

  tuvo  su mejor

  e x p r e s i ó n

  en su insistencia

en

  la

  o b s e r v a c i ó n

  y la experiencia, como una

nueva

  base

  para estudiar la naturaleza. Cierta

mente, los paracelsianos no eran los

  ú n i c o s

  que

s o s t e n í a n  esta

  tesis, pero su

  i n t e r é s

  especial por

l a q u í m i c a ,  a la que consideraron una  g u í a  para

e l

  estudio del hombre y el universo, los

  d i s t i n

gue de otros  f i l ó s o f o s  de la naturaleza del Rena

cimiento.

  Su uso extensivo del equipo

  q u í m i c o

en

  experimentos de

  d e s t i l a c i ó n

  y su constante

referencia

  a las

  a n a l o g í a s q u í m i c a s ,

  como un

medio

  para comprender todos los  f e n ó m e n o s  na

turales,

  los

  s i t ú a n

  indiscu tiblemente en la tra

d i c i ó n h e r m é t i c o - a l q u í m i c a .

L a

  medicina de los paracelsianos

  estaba

  pro

fundamente

  imbuida

  de

  q u í m i c a ,

  mas no de ma

t e m á t i c a s .

  Pues,

  aunque aceptaban en  p r i n c i p i o

l a

  certeza de la prueba

  m a t e m á t i c a ,

  su concepto

de la  c u a n t i f i c a c i ó n

  estaba

  de hecho más cerca

d e l  misticismo  n e o p i t a g ó r i c o

  y las mediciones

p r á c t i c a s

  basadas

  en el

  peso

  de los cuerpos. Las

abstracciones

  m a t e m á t i c a s

  de los

  f e n ó m e n o s

  na

turales y las demostraciones

  g e o m é t r i c a s

  recor-

Page 67: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 67/280

72

L A  L L A V E

  Q U I M I C A

daban al escolasticismo, algo que, evidentemen

t e , d e b í a  evitarse. Se  sospechaba

  hasta

  de la

misma

  l ó g i c a ,  a la que se  v e í a  como una

  forma

de la ciencia y la medicina

  " m a t e m á t i c a "

  de la

A n t i g ü e d a d .  Por tanto, la  m é d i c o - c i e n c i a  de los

paracelsianos  t e n d í a  a ser un enfoque de la na

turaleza menos "matematizado" que el de la

ciencia  anterior.

Estos

  m é d i c o s q u í m i c o s e x p o n í a n

  sus

  opinio

nes con  c o n v i c c i ó n ,  mas a menudo con poco tac

to .

  Censuraban la excesiva confianza que se te

n í a c o m ú n m e n t e  en la  A n t i g ü e d a d . P r o p o n í a n

una nueva medicina y una nueva

  f i l o s o f í a

  na

t u r a l ,  fundadas en observaciones y experimen

tos relacionados con la

  q u í m i c a . E x i g í a n

  tam

b i é n  reformas educativas para que se permitiera

e n s e ñ a r

  su

  c o n c e p c i ó n

  "cristiana" de la natura

leza en las universidades. En  estos  puntos en

traron

  en franco

  conflicto

  con la

  t r a d i c i ó n .

  Entre

ellos,  sin embargo,  d i s c u t í a n  con no menos ve

hemencia. En

  este

  caso

  se

  d e b a t í a n

  cuestiones

tales como el lugar que  d e b í a  ocupar la mate

m á t i c a

  en la

  f o r m a c i ó n

  de la nueva

  f i l o s o f í a ,

  la

t e o r í a  de los elementos, la  a n a l o g í a  macrocos

mos-microcosmos y el significado de las emana

ciones astrales. Desde luego, podemos

  atribuir

a los paracelsianos el  m é r i t o  de  avances  e s p e c í

ficos  —su concepto de la enfermedad y su reco

nocimiento  de la importancia de la  q u í m i c a  para

l a  medicina (tanto como una

  base

  para enten

der los procesos  f i s i o l ó g i c o s ,  como una nueva

fuente de preparaciones medicinales) sirven de

excelentes ejemplos. Y es indudable que algu

nos de los conceptos "modernos" de fines del

Page 68: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 68/280

L A

  L L A V E

  Q U I M I C A

73

siglo

  xvn tienen su origen en los  conceptos  "no

modernos" de los

  y a t r o q u í m i c o s

  del siglo

  ante

r i o r .  Sin embargo, fue principalmente al  d e f i n i r

su  c o n c e p c i ó n  de una nueva ciencia

  basada

  en

la  medicina e interpretada a la luz de la  q u í m i

ca

  cuando

  se  v i e r o n  envueltos en una controver

sia que  i n f l u i r í a  sobre  la  d e f i n i c i ó n  de  aspectos

importantes de la ciencia moderna.

Page 69: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 69/280

I I I E L

  ESTUDIO

  DE LA  N A T U R A L E Z A

E N  U N  M U N D O C A M B I A N T E

CON

  nuestro breve examen de los paracelsianos

esperamos haber demostrado que, por lo que

respecta al Renacimiento,  s e r í a e r r ó n e o  separar

e l  estudio de la naturaleza  i n o r g á n i c a  del de la

o r g á n i c a .  Los  a r i s t o t é l i c o s ,  los  p l a t ó n i c o s  y los

paracelsianos del  siglo  xvi  c o n c e b í a n  al mundo

como

  un ser

  v i v o

  —y

  ello

  en todos los niveles.

N o  es raro leer descripciones  t e ó r i c a s  de la fe

c u n d a c i ó n  de la  Tierra  por semillas astrales y

d e l  consiguiente crecimien to de los metales en

vetas. Muchos consideraban  este  proceso

  com

parable-al

  crecimiento del

  feto

  humano.

  A n á l o

gamente, se argumentaba que, así como los gra

nos se cosechaban en los campos de  c u l t i v o ,  los

metales que  c r e c í a n t a m b i é n p o d í a n  cosecharse

una y otra vez en las  e n t r a ñ a s  de la  Tierra.  Ta

les creencias  fueron  comunes entre los mineros

de Europa central hasta

  principios

  del

  siglo

  xx.

Para los eruditos del Renacimiento era induda

b le  que en el aire  e x i s t í a  un  e s p í r i t u v i t a l  nece

sario  para todos los  seres  vivientes.  En su  Phi-

losophical  Key

  (hacia

  1619),

  Robert

  Fludd

  se

basaba

  en ese

  spiritus

  mundi

  para

  explicar

  la

g e n e r a c i ó n e s p o n t á n e a ;  a la  b ú s q u e d a  de u n mé

todo  para aislar

  esta

  sustancia  d e d i c a r í a  gran

parte de su

  vida.

  Y, aunque muchos  h a b r í a n  des

aprobado las tendencias  m í s t i c a s  de  Fludd,  otros

h a b r í a n  aceptado sus supuestos  f i l o s ó f i c o s  sobre

e l

  particular.

74

Page 70: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 70/280

L A

  N A T U R A L E Z A  E N U N  MUNDO  C A M B I A N T E  75

Pero, hecha esa advertencia, seguimos consi

derando conveniente

  separar

  la obra del minero

y  del  meta lúrg ico  de la del  botánico ,  el  zoólogo

y

  el

  biólogo.

  Cuando observamos sus respectivos

campos, encontramos que en los siglos xvi y

x v n

  se produjeron cambios

  d ramá t icos .  Adver

timos  que el  saber  popular medieval de las  plan

tas y los animales es remplazado por la

  crítica

humanís t ica  de los textos  y posteriormente

por

  una

  búsqueda

  intensa de nueva

  información

basada  en observaciones, con las cuales se

  inten

taba sustituir tanto a la

  t rad ic ión

  antigua como

a la  crí t ica  literaria.

E L

  REINO

  ANIMAL

E l  conocimiento que se

  tenía

  en la Edad

  Media

de los animales, se derivaba en gran parte de

la

  Historia  natural

  de

  Plinio

  el  Viejo,

  escri ta en

el  siglo  pr imero de nuestra era. En esa obra,

junto  con mucha otra

  información,

  se presenta

ba una abundancia de datos y  folklore  relativos

a los animales de Europa,

  Africa

  y

  Asia.

  Para

Plinio  eran importantes los  háb i to s  de todos los

animales, por fabulosos que pudieran parecer.

Describía  asimismo su apariencia, el uso

  medi

cinal

  que se daba a sus

  órganos

  y, especialmen

te,  mencionaba  cuándo  se les  había  visto  por

primera

  vez en Roma. Las descripciones que

hizo

  Plinio  de monstruos de toda  especie  se re

pitieron

  en los bestiarios medievales que

  heredó

también  el erudito renacentista. Mas el texto de

Plinio

  era tan vulnerable a la

  crí t ica huma nís t i-

Page 71: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 71/280

76 LA

  N A T U R A L E Z A

  E N UN

  M U N D O  C A M B I A N T E

ca como los textos -de otras autoridades de la

A n t i g ü e d a d .

  Ermolao

  B á r b a r o

  (1454-1493) se en

f r e n t ó  a los treinta y siete  libros  de la

  Historia

natural

  para producir una obra que

  rivalizaba

c o n  ella

  en

  e x t e n s i ó n .

  En sus  Castigationes  pli-

nanae

  (1492-1493)

  B á r b a r o

  erradicaba los erro

res

  a r t í c u l o

  por

  a r t í c u l o .

  Pero, en una  actitud

t í p i c a m e n t e

  humanista, casi no se

  c u i d ó

  de apor

t a r

  nuevas observaciones sobre las plantas y los

animales descritos por el almirante romano; en

cambio,

  se

  d e d i c ó

  a investigar las fuentes

  a n t i

guas  en que se  h a b í a  apoyado  P l i n i o .  De  este

modo,

  rechazaba la

  a f i r m a c i ó n

  de

  P l i n i o

  de que

los  elefantes  v i v í a n  de doscientos a trescientos

a ñ o s .

  La

  c i f r a

  correcta —y ci taba a

  A r i s t ó t e l e s

como  la fuente respectiva— no eran trescientos,

sino

  ciento veinte

  a ñ o s .

L a t r a d i c i ó n e n c i c l o p é d i c a  de  P l i n io c o n s e r v ó

su

  fecundidad en los siglos xvi y xvn . Los escri

tos de Conrad Gesner'(1516-1565) abarcaban to

dos los

  aspectos

  del conocimiento y, en efecto,

su

  Bibliotheca

  universalis  (1545) es la pr imera

gran

  obra

  b i b l i o g r á f i c a

  anotada de la era de los

libros  impresos. No menos importante es su

Historiae  animalium

  (^551-1621), obra que cons

taba de cinco

  v o l ú m e n e s

  e

  i n c l u í a

  todos los

  ani

males a los que se

  r e f e r í a n

  tanto las autoridades

antiguas como las modernas.  C o n t e n í a

  informa

c i ó n

  sobre cada bestia con respecto a su

  habitat,

f i s i o l o g í a ,  enfermedades,  h á b i t o s , u t i l i d a d  y  die

ta .

  Gesner

  e x p o n í a

  muchas observaciones nuevas

y

  d i v i d í a  al reino animal en  p á j a r o s ,

  peces,

  in

sectos

  y otras

  c a t e g o r í a s b á s i c a s ,

  mucho a la ma

nera de  A r i s t ó t e l e s .  Den tro de  estas  divisiones.

Page 72: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 72/280

L A  N A T U R A L E Z A

  E N U N  M U N D O

  C A M B I A N T E

  77

s e g u í a

  un orden

  a l f a b é t i c o

  de

  c l a s i f i c a c i ó n .

  Más

ambicioso  t o d a v í a  era Ulises  A l d r o v a n d i  (1522-

1605),

  quien, poco

  antes

  de

  m o r i r , p u b l i c ó

  tres

v o l ú m e n e s

  en

  f o l i o

  sobre los

  p á j a r o s

  y los insec

t o s . B a s á n d o s e

  en sus notas, sus

  d i s c í p u l o s

  pu

blicaron  más tarde otros once  v o l ú m e n e s  —y se

conservan otros manuscritos suyos que no han

sido

  editados hasta la fecha.

E l

  contenido de las obras de Gesner y

  A l d r o

vandi  era exhaustivo. Y aunque en ocasiones se

cuestionaban los relatos de monstruos, en gene

r a l

  se

  o f r e c í a

  al lector cuanto

  á p i c e

  de

  informa

c i ó n  se  h a b í a  podido encontrar. Un  reflejo  de

l o

  anterior puede observarse en las obras

  d e r i

vadas de Edward

  Topsell

  (1572-1625), cuya

  His

torie  of  Four-Footed  Beastes

  (1607) y su

  Historie

of

  Serpents  (1608) presentaba al lector de la

é p o c a

  de Jacobo I descripciones de los animales

d e l  mundo en dos grandes  v o l ú m e n e s  en  fo l io .

A  j u i c i o

  de

  Topsell,

  cierto

  i n t e r é s

  por los anima

les era esencial para el  c l é r i g o ,  quien necesitaba

identificar

  correctamente a las bestias mencio

nadas

  en la  B i b l i a .  Esa misma  i n f o r m a c i ó n  era

n o

  menos importante para el

  m é d i c o ,

  porque los

animales

  s e r v í a n

  de alimento al hombre, por

las enfermedades que causaban sus venenos y

p o r

  el uso  medicinal  que se daba a sus

  ó r g a n o s .

Para sus

  p r o p ó s i t o s ,  Topsell

  consideraba que

bastaba con seguir un simple orden  a l f a b é t i c o .

S in

  embargo,

  introdujo

  subdivisiones dentro de

lo s  apartados principales. Así, por ejemplo, la

m a n t í c o r a

  monstruosa, con cabeza humana y su

t r i p l e  hilera  de dientes,  a p a r e c í a  en la  s e c c i ó n  de

las hienas. La

  m a n t í c o r a s ó l o

  era uno de los mu-

Page 73: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 73/280

78 LA

 N A T U R A L E Z A

  E N UN MUNDO

  C A M B I A N T E

F I G U R A

  I I I . 1 .

  La verdadera  imagen  de la lamia , de E d -

ward  Topsell. De

  The Historie of Four-Footed

  Beastes

(Londres,

  1 6 0 7 ) .

  Cortesía

  de la Newberry

  Library,

  Chicago.

chos animales  mít icos

  incluidos.

  Se invocaba la

autoridad  de la Escritura para aceptar la existen

cia

  del

  unicornio,

  y se  incluían  muchos otros

  ani

males porque se  hacía  referencia a ellos en los

textos antiguos (tales como los

  s á t i r o s ,

  la esfinge

y

  los dragones). De

  estas

  bestias fabulosas, una

de las más  ex t rañas  era la lamia

  (figura

  I I I

1) ,

cuya  existencia  aceptaba  Topsell porque en la

B i b l i a

  se  hacía alusión  a

  ella

  (como

  L i l i t h ) .

  Do

tadas

  de bellos rostros de mujer y "formas muy

grandes y hermosas en sus pechos",

  estas

  bestias

representaban un grave peligro para los viajeros,

pues, "cuando ven a un hombre, le muestran sus

Page 74: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 74/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N U N

  MUNDO

  C A M B I A N T E  79

senos  y,

  s e d u c i é n d o l o

  con la hermosura de

  é s t o s ,

l o  invitan

  a que se

  acerque

  a conversar, y así,

cuando lo tienen a su alcance, lo matan y lo

devoran".

Topsell

  estaba  enterado  t a m b i é n  de la existen

c ia

  de animales que no

  h a b í a n

  conocido los

  anti

guos, o  h a b í a n  sido redescubiertos en el siglo

anterior. De  esta  manera,

  i n c l u í a

  a varios anima

les de  A m é r i c a  (como el "cocodrilo terrestre del

Brasil",

  que era realmente una iguana o

  a l g ú n

otro  lagarto) y de Oriente. Entre los animales de

l a

  Ind ia

  s o b r e s a l í a

  el rinoceronte, "la

  segunda

  ma

r a v i l l a  de la naturaleza", al cual se  c o n o c í a ,  no

s ó l o

  por la autoridad de los antiguos, sino tam

b i é n

  por un

  e s p é c i m e n

  que se

  h a b í a

  exhibido en

Lisboa  (1513-1515). Pero, si no vacilaba mucho

en admitir la existencia de la lamia, la  m a n t í c o r a

y  los dragones, el rinoceronte era un animal tan

e x t r a ñ o  para Topsell, que  c r e y ó  necesario  asegu

rar a sus lectores que no se

  a t r e v e r í a

  a mentirles:

" N o e s t a r í a

  dispuesto a escribir ninguna

  cosa

falsa o incierta,  fruto  de mi propia

  i m a g i n a c i ó n ;

y

  la verdad es algo tan preciado para mí , que no

m e n t i r é

  para  despertar  en

  a l g ú n

  hombre amor y

a d m i r a c i ó n  por Dios y sus obras,  pues  Dios no

necesita las mentiras de los hombres."

Especial

  i n t e r é s

  tienen los estudios

  m o n o g r á

ficos

  que comenzaron a  aparecer  a mediados del

siglo

  xvi. Destacan entre

  é s t o s

  los estudios de

peces,  p á j a r o s  y animales marinos escritos por

Pierre Belon (1517-1564) y Guillaume Rondelet

(1507-1566). E l pr imero,

  v i a j ó

  por el Cercano

Oriente recogiendo

  i n f o r m a c i ó n ,

  misma que pre

s e n t ó  en La  nature &  diversité  des poissons

Page 75: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 75/280

80 LA N A T U R A L E Z A  E N U N  MUNDO  C A M B I A N T E

(1551)

  y en sus

  Portraits

  (1557) de animales,

  ser

pientes, hierbas,  á r b o l e s ,  hombres y mujeres. Be-

I o n i n c l u í a

  entre los  poissons  a todos los anima

les que

  v i v í a n

  en o cerca del agua. Su

  i n c l u s i ó n

de los

  c e t á c e o s

  lo

  l l e v ó

  a representar el parto de

una orea con la  c r í a  unida  t o d a v í a  a la placenta,

lo

  cual

  p e r m i t í a

  demostrar que ese grupo perte

n e c í a  a los  m a m í f e r o s

  (figura

  I I I . 2 ) .  Igualmente

importante

  es el ensayo de

  a n a t o m í a

  comparada

de  B e l o n  donde  d i b u j ó ,  uno al lado del  otro,  los

F I G U R A

  I I I . 2 .  E l nacimiento  v i v í p a r o  de una orea. De

Pierre

  Belon,

  La nature &  diversité  des poissons  ( P a r í s ,

1555).

  C o r t e s í a

  de la Newberry

  L i b r a r y ,

  Chicago.

esqueletos de u n hombre y un  p á j a r o , s e ñ a l a n d o

h o m o l o g í a s v á l i d a s

  entre ambos

  (figura

  I I I . 3 ) .

D i b u j ó  asimismo el pico de un  p á j a r o " a c u á t i c o "

o r i g i n a r i o

  del Nuevo  Mundo  (se trataba en

  r ea l i

d a d

  de un

  t u c á n ) ,

  mas no

  d u d ó

  en presentar a

la

  vez ilustraciones de serpientes voladoras del

S i n a í  y un pez monstruoso que  t e n í a

  forma

  de

Page 76: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 76/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N UN MUND O  C A M B I A N T E  81

monje  y fue copiado más tarde lo mismo por

Gesner  que por Rondelet.

La  obra de Rondelet  estaba  inspirada, en parte

al

  menos, en su

  deseo

  de confi rmar las observa

ciones de  A r i s t ó t e l e s .  Su obra

  contenía

  una  minu

ciosa  descr ipción  de la  vida  marina del Medite

r r á n e o ,

  pero, al

  igual

  que

  Belon,  incluía

  a otros

animales  asociados  con el  agua,  tales como las

tortugas y las focas. Tampoco

  veía ningún

  incon

veniente en reproducir monstruos como el pez

F I G U R A

  I I I . 3 .

  Comparación

  de los

  esqueletos

  de un hom

bre y un  pájaro.  De Pierre Belon,  Portraits  d'oyseaux,

animaux,  Serpens, Herbes, arbres,

  hommes

  et

  femmes

d'Arable  & Egypte  (París,

  1557).

  Cortesía

  de la Newberry

L i b r a r y ,

  Chicago.

Page 77: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 77/280

82 LA N A T U R A L E Z A  E N UN  M U N D O  C A M B I A N T E

monje

  y el pez obispo, los que  h a b í a  copiado de

Gesner y

  Belon.

A

  fines del siglo xvi se publicaron o termina

r o n

  de escribir varias

  m o n o g r a f í a s .

  Gesner le

h a b í a  encargado un  l i b r o  sobre perros a John

Caius (1510-1573) y otro sobre insectos a Edward

Wotton

  (1492-1555) y Thomas Penny (1530-1588).

E l  primero a p a r e c i ó  en Londres en 1570; el segun

do ,

  basado

  en las notas de  W o t t o n ,  Penny y otros,

fue  recopilado por el  m é d i c o  paracelsiano isabe-

l i n o  Thomas  M o f f e t t  y publicado finalmente en

1634.

Significativas  fueron  t a m b i é n  las descripciones

cada vez más minuciosas de la  f l o r a  y de la fauna,

resultado de las exploraciones realizadas en el

siglo  xvi. Al  concluir  ese  siglo,  las figuras de

algunos de los animales más sorprendentes eran

bastante

  comunes en las publicaciones europeas,

mas, en el siglo siguiente  h a b r í a n  de producirse

c a t á l o g o s ,  cuidadosamente elaborados, de anima

les originarios de las regiones del mundo  r e c i é n

descubiertas. Las descripciones que hizo  W i l l e m

Piso (1611-1678) de

  peces,

  p á j a r o s ,  reptiles y ma

m í f e r o s  de  A m é r i c a  del Sur  o f r e c í a n i n f o r m a c i ó n

precisa de animales tan

  e x ó t i c o s

  como el capiba

r a ,

  el tapir, varias

  especies

  de monos y perezosos,

e l

  jaguar y los

  osos

  hormigueros sudamericanos.

Jacob  Bondt (1592-1631)  p r e s t ó  un servicio  s i m i

l a r

  respecto a las Indias Orientales.

  C o r r i g i ó

descripciones anteriores de la  p i e l del rinoceronte,

semejante a una armadura, y afirmaba que, aun

que pocos europeos

  h a b í a n

  visto a

  esta

  bestia, él

h a b í a

  visto miles de ellas

  (figuras  I I I . 4

  y

  I I I . 5 ) .

De  modo  similar,  h a c í a  una  d e s c r i p c i ó n  del tigre

Page 78: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 78/280

Page 79: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 79/280

84

  L A

 N A T U R A L E Z A  E N UN

  M U N D O

  C A M B I A N T E

F I G U R A   I I I J j .  Un rinoceronte más realista dibujado del

natural.  De Jacob Bondt,  Historiae naturalis & medicae

Indiae

  orientalis

  (Amsterdam, 1658).

  C o r t e s í a

  de la New

berry  L i b r a r y ,  Chicago

toria  de las plantas,  cuyas secciones más  impor

tantes  trataban de la  g e n e r a c i ó n  de las plantas.

Esta obra, impresa primeramente en  l a t í n  (1483)

y

  más ta rde en griego (1497), iba a ser una de las

fuentes fundamentales de la  t r a d i c i ó n a r i s t o t é

l i c a  en

  este

  campo.

N o

  obstante, el

  i n t e r é s h u m a n í s t i c o

  por la obra

de Teofrasto era menor ciertamente al que

  e x i s t í a

p o r  los herbarios  p r á c t i c o s ,  donde se  d e s c r i b í a n

las plantas y se enumeraban sus

  usos

 medicinales.

D e é s t o s ,  el  p r i n c i p a l  vestigio de la  A n t i g ü e d a d

era la obra sobre

  materia medica

  de Pedanio

  Dios-

c ó r i d e s  de Anazarbeo, cirujano  m i l i t a r  del siglo i

de nuestra era.

  É s t e d e s c r i b í a

  e ilustraba

  unas

quinientas plantas, haciendo  h i n c a p i é  en su uso

Page 80: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 80/280

L A

  N A T U R A L E Z A  E N U N  MUNDO

  C A M B I A N T E

  85

F I G U R A   I I I . 6 .  E l

  o r a n g u t á n ,

  de Jacob Bondt. De la  Hislo-

riae naturalis &  medicae  Indiae  orientalis

  (Amsterdam,

1658).  Cortes ía  de la Newberry  L i b r a r y ,  Chicago.

como drogas. Las ilustraciones que empleaba

sólo

  eran originales en parte, ya que  algunas  de

ellas pertenecen a una

  t radición

  más antigua que

se remonta a Cratevas (siglo I  a.c). La excelente

calidad  de las ilustraciones antiguas de plantas se

aprecia mejor en la copia manuscrita que, se

gún

  se presume, fue  hecha  para Juliana

  Anicia

(principios  del siglo vi), hija  del emperador Fia-

Page 81: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 81/280

8 6  LA N A T U R A L E Z A  E N U N

 MUNDO

  C A M B I A N T E

F I G U R A   I I I . 7 .

  Un ejemplo de la  ilustración  de las plantas

en las

  postrimerías

  de la

  Antigüedad.

  Stratiotes , del

Codex Aniciae Julianae

  (Dioscórides) ,

  hacia 500 d.c. De

Agnes  Arber,  Herbáis.

  Their Origin and Evolution. A

Chapter in the History of Botany

  1470-1670  (Cambridge:

Cambridge  University Press, 1912).

Page 82: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 82/280

Page 83: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 83/280

Page 84: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 84/280

L A

  N A T U R A L E Z A

  E N UN  M U N D O

  C A M B I A N T E

  89

F I G U R A

  I I I . 8 .

  La mandragora, del

  Herbarius  a l e m á n

  ( 1 4 8 5 ) .

C o r t e s í a

  de la Newberry

  L i b r a r y ,

  Chicago.

piedades  medicinales y el descubrimiento de nue

vas variedades de plantas contr ibuyeron a la

  f un

d a c i ó n  de  c á t e d r a s  de  b o t á n i c a  en las  escuelas  de

/

  medic ina de Europa (la pr imera se

  f u n d ó

  en Pa-

dua, en 1533). Los mismos factores  i n f l u y e r o n

Page 85: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 85/280

9 0  LA N A T U R A L E Z A  E N UN MUNDO  C A M B I A N T E

para que se establecieran jardines

  botánicos

  pú

blicos  en Florencia, Bolonia,  Par ís  y Montpellier

al

  finalizar el siglo xvi .

Los

  nuevos estudios

  sobre

  las plantas y el cre

ciente reconocimiento de sus propiedades activas

medicinales hicieron que se diera más

  a tención

  a

su

  descr ipción

  exacta.

  Para

  mediados del siglo

x v i ,  n i los textos fieles de los humanistas, n i los

antiguos  grabados  medievales en madera

  parecían

satisfactorios. Una nueva era de herbarios se

inicia

  con los libros de Otto Brunfels (1489-1534)

en 1530,  Jerome  Bock (1498-1554) en 1539, y

Leonhard

  Fuchs (1501-1566) en 1542

  (figura  I I I . 9 ) .

Éstos

  presentaban  nuevas  ilustraciones de la na

turaleza

  (figura

  I I I . 1 0 ) .

  Aunque

  adolecían

  de al

gunos errores (como la insistencia de Brunfels en

identificar

  las plantas

  alemanas

  con las descritas

F I G U R A   I I I . 9 .  Artistas preparando las ilustraciones para

el libro de Fuchs,  De  historia

  stirpium

  (Bas ilea, 1542).

Cortesía  de la Newberry  L i b r a r y ,  Chicago.

Page 86: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 86/280

L A

  N A T U R A L E Z A  E N UN MUND O  C A M B I A N T E  91

F I G U R A   I I I . 1 0 .

  Rosa

  silvestre.

  De Leonhard Fuchs,

  De

historia stirpium

  (Basilea,

  1542).

  Cortesía de la  Newberry

Library,

  Chicago.

Page 87: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 87/280

92 LA

 N A T U R A L E Z A

  E N UN  M U N D O

  C A M B I A N T E

p o r D i o s c ó r i d e s ,  o el uso que  h a c í a  Fuchs de un

sistema  a l f a b é t i c o  de  c l a s i f i c a c i ó n ) ,  sus ilustra

ciones  v i n i e r o n  a revoluc ionar el estudio de la

vida

  vegetal. Los textos eran menos satisfactorios

y

  muchos opinaban que no se  h a b í a  mejorado

la  obra de  D i o s c ó r i d e s .  Por lo tanto,

  esta

  obra

antigua sobre  materia medica  s i g u i ó  siendo el

herbario más popular durante el siglo  xvi.  E l l o

se  d e b i ó  en gran parte a los esfuerzos de Pierre

M a t t i o l i  (1501-1577), cuya

  e d i c i ó n

  y comentario de

la

  obra de

  D i o s c ó r i d e s

  (1544)

  p o n í a

  al día el an

tiguo  texto, al  i n c l u i r  ilustraciones

  precisas

  y nue

vas plantas descubiertas en el siglo

 xvi.

  En

  é s t e

y

  el siguiente siglo iban a impr imirse cerca de

cien

  ediciones de los comentarios de

  M a t t i o l i ,

  por

separado o  a c o m p a ñ a d o s  del texto de  D i o s c ó r i d e s .

Pero

  M a t t i o l i

  no se

  l i m i t ó

  a convertir la obra

de  D i o s c ó r i d e s  en una  g u í a p r á c t i c a  para el  m é d i c o

botanista. Plenamente consciente del nuevo inte

r é s  de los  m é d i c o s  por los  procesos  q u í m i c o s ,  en

ediciones posteriores de su obra

  i n c l u y ó

  un

  a p é n

dice donde  d e s c r i b í a  el equipo y los procedimien

tos destilatorios. Consideraba que  esta  informa

c i ó n  era indispensable,  pues  para  entonces  la

b ú s q u e d a  de las "quintaesencias" se  h a b í a  exten

dido

  y se

  s a b í a c o m ú n m e n t e

  que tales

  m é t o d o s

no se  h a b í a n  conocido en la  A n t i g ü e d a d .  Cierta

mente, en  esto  M a t t i o l i s e g u í a  una  t r a d i c i ó n  me

dieval  que  puede

  observarse

  en la obra de  Arnau

de  Vilanova  ( ¿12357-1311 ) ,  Juan de Rupescissa (si

g lo

  xiv)

  y algunos  autores  del siglo xv y  p r i n

cipios

  del

  xvi

  como Hieronymus Brunschwig

(¿14407-1512)  y  P h i l i p  Ulstad (hacia 1525).

De  esos  libros sobre la  d e s t i l a c i ó n ,  uno de los

Page 88: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 88/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N U N  MUNDO

  C A M B I A N T E

  93

m á s  notables fue escrito por Conrad  Gesner.  Su

Thesaurus

  Euonymi

  (1555, 1569) fue traducido

r áp idamen te  a los principales idiomas europeos.

Gran

  parte del

  l ibro

  versaba sobre las

  técnicas

para la  desti lación  de hierbas, y Baker, su traduc

tor inglés,  aconsejaba a sus lectores "aprender la

manera de aislar, por medio del arte, la sustan

cia  pura y verdadera, tan manifiesta como oculta,

la  cual es en la medicina una gran ayuda para

eliminar

  las enfermedades

  difíciles

  y rebeldes a

la curación  . . . [Entonces] vemos claramente  ante

nuestros ojos que las virtudes de las medicinas

producidas mediante  desti lación química  son más

beneficiosas, mejores y más eficaces que las de

aquellas medicinas que hoy

  es tán

  en uso y se

acostumbran".

Tales remedios,

  insist ía

  Baker,

  podían

  curar

la parálisis,  la epilepsia, el  asma,  las enfermeda

des del bazo, el

  gálico,

 la gota, la

 disenter ía ,

  el mal

de piedra, los  cólicos  y  hasta  la lepra. Baker,

Gesner y

  M a t t i o l i ,

  inclusive,

  hab r ían

  estado

  de

acuerdo en que la  desti lación química permitía

aislar eficazmente la parte pura y activa de las

hierbas medicinales.

BUENAS NUEVAS DE UN MUNDO NUEVO

Las deficiencias de los antiguos herbarios se pu

sieron

  gradualmente de manifiesto en el curso del

siglo

 xvi debido a sus ilustrac iones anticuadas, su

omisión

  de plantas comunes en las regiones de

Europa al norte de los Alpes, y su  falta  de  infor

mación química.  A  esta  lista  debe agregarse  el

Page 89: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 89/280

94 LA

 N A T U R A L E Z A

  E N UN

  M U N D O  C A M B I A N T E

caudal de nueva  i n f o r m a c i ó n  sobre las plantas,

llevado  a Europa por

  personas

  que

  h a b í a n

  viaja

do a las Indias Orientales y Occidentales. En

sus

  obras

  hablaban de la riqueza de las tierras

r e c i é n  descubiertas. No  s ó l o e s c r i b í a n  de sus  bes

tias

  e x t r a ñ a s ,

  sino que

  d e s c r i b í a n

  asimismo sus

riquezas minerales y su  f l o r a e x ó t i c a .  Uno de sus

mayores

  tesoros

  era la gran variedad de hierbas

que utilizaban los nativos como medicinas.  É s t a s

o f r e c í a n

  nuevas

  posibilidades para tratar enfer

medades  que en Europa se consideraban incura

bles. Las descripciones de

  estas

  plantas

  apare

cieron  primeramente en  e s p a ñ o l  y  p o r t u g u é s ,  pero

pronto  fueron traducidas, resumidas e incorpo

radas

  a los nuevos herbarios. Hasta la obra de

D i o s c ó r i d e s

  tuvo que ser actualizada con esa

i n f o r m a c i ó n .  Amato Lusitano (1511-1568) aclara

ba en su comentario (1553) que

  h a b í a

  buscado

e s p e c í m e n e s  de plantas orientales. Y  M a t t i o l i

mostraba

  t o d a v í a

  mayor

  e m p e ñ o

  en su

  b ú s q u e d a

de

  nuevas

  y mejores descripciones de plantas

a s i á t i c a s .

L a p r i n c i p a l

  fuente de

  i n f o r m a c i ó n

  sobre las

plantas medicinales de la  India  era la obra de

G a r c í a

  de Orta (1501-1568). Sus

  Coloquios  dos

simples

  e drogas e cousas medicinaes da

  India,

donde

  d e s c r i b í a

  cerca de  sesenta  plantas, fueron

publicados en Goa en 1563. Cristiano de  ascen

dencia

  j u d í a ,

  Orta

  h a b í a e n s e ñ a d o

  medicina en

Lisboa

  antes

  de  embarcarse  para Goa en 1534 con

e l

  fin de estudiar las

  nuevas

  drogas.

  A d m i t í a :

  "Si

y o

  estuviera en

  E s p a ñ a ,

  no me

  a t r e v e r í a

  a hablar

en contra de Galeno y los griegos"; pero

  é s t e

  era

u n  mundo nuevo donde no  d e b í a  prevalecer ya la

Page 90: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 90/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N UN  M U N D O  C A M B I A N T E  95

autor idad de los antiguos. En efecto,  e s c r i b í a ,  "no

i n t e n t é i s  espantarme

  con

  D i o s c ó r i d e s

  ni con Ga

leno,

  porque  s ó l o  voy a decir lo que sé que es

cierto".

1

  Su obra muestra poca paciencia para la

t e o r í a m é d i c a  en general. En cambio, describe

enfermedades

  desconocidas hasta entonces

  en Eu

ropa Occidental (como el  c ó l e r a a s i á t i c o ) ,  así

como las plantas que empleaban los

  m é d i c o s

nativos. Coleccionaba y cultivaba esa  clase  de

plantas en su propio

  j a r d í n b o t á n i c o ,

  donde

h a b í a á l o e s ,  alcanfor,  s á n d a l o  y betel. En su  l i b r o

identificaba

  y

  d e s c r i b í a

  las plantas  antes  de se

ñ a l a r  sus

  usos

  f a r m a c é u t i c o s .

Igualmente importante fue

  N i c o l á s

  Bautista

Monardes (1493-1588), quien en su primera obra

publicada

  h a b í a

  impugnado el uso de las plantas

medicinales del Nuevo Mundo. No obstante, en

su obra  principal,  Dos  libros,  el uno que  traía

de todas las cosas que traen de nuestras  Indias

Occidentales

  (1565; dos  partes  adicionales fueron

publicadas en 1571 y 1574),

  d e f e n d í a e n é r g i c a

mente la  materia medica  americana. Esta obra

pronto fue traducida al

  i n g l é s

  por John Frampton

(1577)  con el

  t í t u l o :

  Joyfull  Newes Out of the

Newe  Found  World.

Monardes nunca

  v i a j ó

  fuera de

  E s p a ñ a

  y se re

s i s t í a

  más que su

  c o n t e m p o r á n e o

  De Orta a

  dese

char la antigua medicina. Con todo, se

  daba

  cuen

ta de que otros se

  h a b í a n

  impresionado tanto con

las propiedades de

  esas

  plantas, las

  cuales

  pro-

1

  Las citas de De

  O r t a e s t á n

  tomadas de C. R. Boxer,

Two Pioneers of Tropical Medicine: Garcia

  d'Orta

  and

Nicolás  Monardes  (Londres, The His panic and  L u s o -

B r a z i l i a n  Councils, 1963), p. 14.

Page 91: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 91/280

96 LA N A T U R A L E Z A  E N UN  M U N D O

  C A M B I A N T E

m e t í a n

  ser "un remedio para toda  suerte  de enfer

medades y heridas", que muchos "se han apartado

en gran medida de las antiguas reglas y procedi

mientos de la med ic ina . .. "

E n  las  p á g i n a s  de Monardes se encuentran nu

merosas

  plantas y animales desconocidos

  hasta

entonces  por los europeos. Se examinan  m i n u

ciosamente el

 cacao,

  el

  s a s a f r á s

  y la zarzaparrilla,

y

  el  m e c h o a c á n ,  el "ruibarbo de las Indias", que

ahora  sabemos  no es sino un ligero purgante, se

ofrece como remedio para una gran variedad de

padecimientos. Se

  presenta

  a la madera de gua

yaco como el  a u t é n t i c o  remedio que utilizaban los

indios  contra las enfermedades  v e n é r e a s  y se  des

cribe

  detalladamente al tabaco como una

  medici

na, junto con numerosos  u n g ü e n t o s  y mixturas

derivados  (figura  I I I . 1 1 ) .  No obstante, Monardes

observa que los indios "inhalan el humo del taba

co para embriagarse y ver las visiones y las  cosas

que se les

 aparecen

  y en las

  cuales

  hallan deleite".

Las

  obras

  de Orta y Monardes fueron popula

rizadas ampliamente en toda Europa por Charles

l'Ecluse (1526-1609), quien las  r e s u m i ó  y tradujo

a l l a t í n .  Las traducciones a otros idiomas se su

cedieron  r á p i d a m e n t e .  Ya hemos mencionado la

t r a d u c c i ó n

  al

  i n g l é s

  de John Frampton; el para-

celsista  f r a n c é s

  Jacques

  Gohory (1520-1576) fue

uno de los primeros que ponderaron las  grandes

propiedades curativas que Monardes  a t r i b u í a  al

m e c h o a c á n .

E x i s t í a a d e m á s  una afluencia constante de

nueva  i n f o r m a c i ó n .  Juan Fragoso (siglo xvi ) des

c r i b í a  las  sustancias  a r o m á t i c a s  y los  á r b o l e s

frutales de la  India  en un  l i b r o  impreso en 1572.

Page 92: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 92/280

L A

  N A T U R A L E Z A

  E N UN MUN DO  C A M B I A N T E  97

F I G U R A

  I I I . 1 1 .

  La planta del

  tabaco.

  De Nicolás Monar

des,

  Joyfull  Newes  Out of the  Newe  Found  World,

  trad.

de John Frampton (Londres,  1577).  Cortesía de la  New

berry

  Library,

  Chicago.

E l  Tractado de las drogas y medicinas de las In

dias  Orientales  (1578), de

  Chris taváo

  da Costa

(¿

 15407-1599), se derivaba en parte del texto ante

rior

  de Orta, pero

  contenía

  mucho material nuevo,

así

  como ilustraciones que él mismo

  hab ía

  rea-

Page 93: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 93/280

98 LA N A T U R A L E Z A  E N U N MUNDO

  C A M B I A N T E

lizado.  Similar  importancia  tenía  De medicina

Indorum

  (1642), de acob_Bondt,  dónde  se descri

bían  las plantas y las  enfermedades  de las Indias

Orientales con una minuc iosidad inusitada. La

obra de Bondt tuvo gran  difusión,  no  sólo  en  v i r

tud  de sus propios  méritos,  sino porque a media

dos del siglo xvn fue publicada conjuntamente

en varias ediciones con un  libro  de Prospero Al-

p i n i  (1553-1617) sobre  medicina egipcia (1591). En

De

  plantis

  Aegypíi

  (1592), otro de sus

  libros,

 A l-

p i n i  describía  cincuenta y

  siete

  plantas egipcias.

Y  en cuanto a  Norteamérica,  A

  Briefe

  and

  True

Report  of the New  Found Land  of  Virginia  (1588),

de Thomas

  Hariot

  (1560-1621),  ofrecía  al lector

algunos

  grabados

  extraordinarios, pero no pre

sentaba  una  información  tan detallada como la

recogida por los exploradores, natura listas y mé

dicos  españoles,

  holandeses

  y portugueses. "

OBSERVACIÓN Y

  ORDEN

Los

  herbarios se contaban indudablemente entre

los libros más populares que se

  imprimieron

en los siglos xvi y xvn . No necesitamos examinar

los con mucho detenimiento para convencernos

del rápido

  avance  del conocimiento en ese campo.

Basándose  en la obra de  Dioscórides  (donde se

describían

  unas  quinientas plantas) y en la

  tradi

ción  medieval (en el texto de Macer se  describían

ochenta plantas), los

  botánicos

  renacentistas

  des

cubrieron

  rápidamente  miles de plantas que

  has

ta  entonces  no se

  conocían

  o no

  habían

  sido

descritas  adecuadamente.  Era necesario ilustrar-

Page 94: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 94/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N UN  M U N D O

  C A M B I A N T E

  99

las, redactar descripciones precisas y, sobre todo,

recoger  i n f o r m a c i ó n  respecto a sus propiedades

medicinales.

  M a t t i o l i  y otros transformaron ra

dicalmente

  la obra de

  D i o s c ó r i d e s

  para que

  este

antiguo  texto siguiera siendo

  ú t i l

  en una nueva

era. Mas  ello  no satisfizo a muchos y se  o f r e c i ó

a l púb l i co^

  un verdadero

  d i l u v i o

  de nuevos herba

rios.  É s t o s s o n l a ñ t o s  que en vano  i n t e n t a r í a m o s

enumerarlos a todos, pero merecen mencionarse

e l

 herbario (1551-1568) de

  W i l l i a m

  Turner

  ( ¿ 1 5 1 0 ? -

1568),

  que abundaba en nuevas observaciones y

cuidadosas descripciones (particularmente de

plantas inglesas);

  Pemptades

  (1583), de Rember t

Dodoens (1517-1585), con cerca de novecientas

ilustraciones;

  y los numerosos

  libros

  sobre plan

tas de Mathias Lobelius (1538-1616). E l  Herball

(1597)

  de John Gerard (1545-1612) aún se consi

dera interesante en Inglaterra por su minuciosa

d e s c r i p c i ó n

  de las plantas de

  j a r d í n

  inglesas, así

como  del tomate y la patata  "virginiana",  pero se

basaba

  en gran parte en la

  t r a d u c c i ó n

  que Henry

L y t e ( ¿ 1 5 2 9 7 - 1 6 0 7 ) h a b í a  hecho en 1578 del  l i b r o

de Dodoens. La obra de Gerard  s i r v i ó  a su vez de

base

  a la más extensa de John Parkinson,  Paradi-

sus  (1629). En toda

  esta

  actividad se acostum

braba copiar ilustraciones y descripciones de

cuanta obra se tuviese a mano.

Las obras más amplias de  este  g é n e r o  fueron

compuestas por los hermanos

  Bauhirt

  La

  His-

toire  universelle  des plantes  (publicada postuma

mente en 1651), de

  Jean

  Bauhin (1541-1613), des

c r i b í a  cinco mi l plantas e  i n c l u í a  tres mil  q u i

nientas ilustraciones. Su hermano Gaspard (1560-

1624)  era  t o d a v í a  más industrioso, y su famoso

Page 95: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 95/280

100 LA NATURALEZA EN UN  MUNDO  CAMBIANTE

Pinax

  (1623),  que  contenía información  relativa  a

seis mi l plantas y,  según  se  aseguraba,  seiscientas

descripciones originales, hab r ía  de ser una de las

fuentes fundamentales para los

  botánicos

  durante

los  dos siglos siguientes.

Ese  cúmulo  de nueva  información  iba a  plan

tear un problema de  organización  que  difícilmen

te  habrían soñado  los botánicos  de la Edad

  Media

o de

  principios

  del

  siglo

  xvi.  Ellos  se  habían

preocupado  primordialmente  por satisfacer la ne

cesidad de  señalar  las propiedades medicinales

de las plantas. Por ese tiempo eran pocos los

autores a quienes inquietaba el problema de la

clasificación.  Para muchos  bastaba  con seguir un

orden

  alfabético

  y

  éste parecía

  satisfactorio to

davía  a Leonhard Fuchs (1542) y  Wil l iam  Turner

(1568).  John Parkinson (1629)  dividió  a los vege

tales en plantas "de aroma dulce"; purgantes;

venenosas,  somníferas ,  nocivas y sus  ant ídotos

respectivos;

  hierbas para curar heridas; refres

cantes; picantes y de sabor acre; cardos, y así

por  el estilo  hasta  sumar un

  total

  de diecisiete

categorías .  No sabiendo qu é hacer con algunas

plantas que no  parec ían  encajar en ninguna par

te, agregó  otra  categoría,  a la que  denominó  "la

t r ibu

  sin orden".

Pero si el orden  alfabético

  tradicional

  aún sa

tisfacía  a Fuchs, no  ocur r ía  lo mismo con su

con temporáneo  Jerome  Bock  (1539).  Siguiendo

la tradición aristotélica, dividió  su  material  en

hierbas, arbustos y  árboles ,  pero observaba: "He

colocado

  juntas, pero sin

  confundirlas,

  todas

aquellas plantas que  es tán  emparentadas y rela

cionadas entre sí o, en todo caso, que se asemejan

Page 96: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 96/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N U N  M U N D O  C A M B I A N T E  101

y  pueden compararse, y he

  desechado

  el antiguo

método  o  d i s p o s i c i ó n  basado  en el alfabeto que

se observa en los antiguos herbarios.

  Pues

  la

  colo

c a c i ó n

  por orden

  a l f a b é t i c o

  ocasiona mucha dis

paridad  y error."

E l

  b o t á n i c o

  bohemio Adam Zaluziansky von

Zaluzian  (1558-1613)  p r e s c i n d i ó  de los antiguos

sistemas  para ordenar su

  Methodi herbariae

(1592)

  de un modo novedoso, partiendo de las

formas más simples de la

  vida

  vegetal para

  pasar

a las más complejas. Su obra tiene un  i n t e r é Y

adicional,

  pues

  s o s t e n í a

  que se

  d e b í a  separar  zj

l a b o t á n i c a

  de la medicina:

  *~y /

Se acostumbra relacionar la medicina con la

b o t á n i c a .  Sin embargo, el tr atamien to  c i e n t í

f i co

  exige que las consideremos por

  separado.

Pues  es un hecho que en todo arte la  t e o r í a

debe  estar  desligada y  separada  de la  p r á c t i c a ,

y

  ambas

  deben tratarse singular e

  i n d i v i d u a l

mente en su propio orden

  antes

  de

  u n í r s e l e s .

  Y

p o r  esta  r a z ó n ,  con objeto de que la  b o t á n i c a

(que es, por así decirlo, una rama especial de

la  medicina) pueda formar una unidad en sí

misma  antes  de que se le relacione con otras

ciencias, se le  debe  disociar y emancipar de la

medicina.

2

T a l d e c l a r a c i ó n d i f í c i l m e n t e  se  h a b r í a  hecho un

siglo  antes.

L os  problemas de la  c l a s i f i c a c i ó n  preocuparon

-

  Las citas de Bock y Zaluziansky

  e s t á n

  tomadas de

Agnes  A r b e r ,  Herbáis,

  Their Origin and Evolution. A

Chapter in the History of Bolany

  (Cambridge,  C a m b r i d

ge University Press, 1912), pp. 136 y 151.

Page 97: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 97/280

1 0 2  LA

 N A T U R A L E Z A

  E N UN MUNDO

  C A M B I A N T E

a muchos  b o t á n i c o s  y  z o ó l o g o s  de los siglos xvi

y

  xvn , y se expusieron varios sistemas. De

  Lobel

propuso la

  forma

  de las hojas como un

  criterio

de

  c l a s i f i c a c i ó n ;

  su sugerencia fue rechazada por

Fabio  Colonna (1567-1650), quien  a r g u m e n t ó  que

otras partes de la planta —tales como la  f l o r ,  el

r e c e p t á c u l o  y la semilla— eran

  esenciales

  para

cualquier  sistema semejante. Andrea Cesalpino

(1519-1603),  intentando restablecer la autoridad

de

  A r i s t ó t e l e s e n. e l

  estudio de la

  f i l o so f í a

  natural,

e s c r i b i ó  su

  De plantis

  (1583), donde propugnaba

p o r  un sistema  basado  en las flores y los frutos.

Gaspard

  Bauhin,

  i n f l u i d o  en parte por la

  clasi

f i c a c i ó n  de Cesalpino,  u t i l i z ó  un sistema binario

de nomenclatura para ordenar las plantas. Ba

s á n d o s e  en sus  c a r a c t e r í s t i c a s  comunes,  d i v i d i ó  el

Pinax  en doce  libros,  y a  é s t o s ,  a su vez, los sub-

d i v i d i ó  en secciones. Los pr imeros correspon

d í a n ,  aproximadamente, a nuestros  genera;  las

ú l t i m a s ,  a las

  species.

  Las plantas se  i n c l u í a n  en

las distintas secciones de acuerdo a sus propie

dades

  comunes. Bauhin  a c e r t ó  en algunos  casos

—como  cuando  r e u n i ó  un grupo de plantas que

c o m p a r t í a n  propiedades  ( q u í m i c a s ) n a r c ó t i c a s — ,

pero en otros no fue tan afortunado —como

cuando

  f o r m ó

  un

  e x t r a ñ o

  grupo de plantas que

t e n í a n  poco en  c o m ú n ,  salvo que todas ellas pro

d u c í a n

  especias

  ú t i l e s .  A l  igual  que Zaluzians

k y ,  avanzaba de las formas más simples de la

vida  vegetal (hierbas) a las más complejas (ár

boles).

L a  obra de Bauhin fue continuada por Joachim

Jung (1587-1657) y John Ray (1627-1705). E l

  ú l t i m o

o r d e n ó  a las plantas y a los animales en grupos

Page 98: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 98/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N UN  M U N D O

  C A M B I A N T E

  103

s i s t e m á t i c o s  —vestigios de los  cuales  subsisten

en la  c l a s i f i c a c i ó n  actual. Por tanto, si bien la

obra de  K a r l  von Linneo (1707-1778) es conside

rada actualmente como el fundamento de la cla

s i f i c a c i ó n  moderna tanto de las plantas como de

lo s  animales, los problemas que  presentaba  ese

gran

  c ú m u l o  de tipos conocidos  h a b í a n  dado por

resultado más de un siglo de intentos de siste

m a t i z a c i ó n ,

  base

  sobre la cual  f u n d ó  su propia

obra.

T a l  vez en ninguna esfera de la ciencia son más

evidentes los cambios de los siglos xvi y xvn que

en la  b o t á n i c a  y la  z o o l o g í a .  Cuando examinamos

lo s

  pr imeros libros impresos, nos encontramos

primeramente con los herbarios del siglo xv, los

que reflejan  t o d a v í a  el mundo medieval con sus

crudos

  grabados

  en madera de plantas y animales

y

  su  f o l k l o r e .  La influencia del humanismo rena

centista se advierte en las  Castigationes  que

i n f l i g i ó B á r b a r o  a  P l i n i o ,  en los esfuerzos por

modernizar a

  D i o s c ó r i d e s

  y en la esmerada

  c r í t i c a

de los textos. Mas, pese al  e m p e ñ o  de los eruditos

humanistas, ni el

  m é d i c o

  ni el

  b o t á n i c o

  pudieron

beneficiarse de tales estudios

  hasta

  que no mejo

raron

  las ilustraciones y descripciones de las_

plantas. Ésa fue la  c o n t r i b u c i ó n  de los

  padres

alemanes  de la

  b o t á n i c a : ¡ B r u n f e l s ,

  Bock, Fuchs

y

  sus seguidores de fines del siglo  x v i .  La mayor

p r e c i s i ó n

  iba

  a c o m p a ñ a d a

  de un enorme incre

mento del  n ú m e r o  de plantas conocidas.  Este

desarrollo se

  d e b i ó ,

  por una parte, al nuevo inte

r é s  por las plantas  europeas  y, por otra, a la

f a s c i n a c i ó n

  que

  e j e r c í a n

  la

  f l o r a

  y la fauna de las

Page 99: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 99/280

104 LA N A T U R A L E Z A  E N U N  M U N D O

  C A M B I A N T E

regiones del mundo  r e c i é n  descubiertas. Las  q u i

nientas plantas descr i ta s originalmente en la

obra

  de  D i o s c ó r i d e s h a b í a n  aumentado en 1623

a

  seis

 mil en el

  Pinax

  de

  Bauhin.

  Y si la

  organi

z a c i ó n  de unos cuantos centenares de plantas

p a r e c í a

  un problema de poca importancia a los

primeros  b o t á n i c o s ,  al

  finalizar

  el  siglo  siguiente

surgieron

  controversias en torno a su  clasifica

c i ó n  —controversias que  s ó l o h a b r í a n  de resol

verse hasta

  bien

  entrado el  siglo

  x v i n .

E l  conocimiento del reino animal  a v a n z ó  para

lelamente

  al del reino vegetal. En el curso de los

siglos  xvi y xvn, la  i n f o r m a c i ó n  dispersa en

lo s

  herbarios medievales, los relatos de

  P l i n i o

y

  los antiguos herbarios

  dieron

  paso

  a los estu

dios  e n c i c l o p é d i c o s

  de animales debido a Gesner

y

  A l d r o v a n d i .  Esos  esfuerzos  fueron  complemen

tados con

  m o n o g r a f í a s

  de

  p á j a r o s ,  peces,

  insectos

y

  otros animales realizadas por autores que obser

vaban la naturaleza y trataban de divorciarse de

las

  e n s e ñ a n z a s

  de la

  A n t i g ü e d a d .

  En

  este

  caso,

como

  en el de las plantas, el entusiasmo por las

nuevas formas de  vida  fue estimulado grande

mente por los viajes que efectuaron los europeos

a  A m é r i c a  y

  Asia

  (particu larmente las "Indias

Orientales").

Pero si en  esos  siglos cruciales presenciamos

una verdadera

  e x p l o s i ó n

  del conocimiento sin

precedente,  s e r í a e r r ó n e o  in terpretar la simple

mente como un

  t r i u n f o

  de la ciencia moderna. La

obra

  de Edward  Topsell  revela una arraigada

creencia en las bestias

  m í t i c a s ,

  mientras que en

las obras de Gesner,  Belon  y Rondelet aparecen

formas

  monstruosas al lado de

  especies

  vivas.

Page 100: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 100/280

L A  N A T U R A L E Z A  E N UN  M U N D O  C A M B I A N T E  105

T a l  vez  nada  refleja mejor ese periodo que la

obra de Bondt, quien

  c r e y ó

  encontrar en el oran

g u t á n

  una prueba de la existencia de los

  s á t i r o s

de la

  A n t i g ü e d a d .

  En efecto, la

  b ú s q u e d a

  de

monstruos de toda

  especie

  es manifiesta aun en

las

  p á g i n a s

  de los primeros

  n ú m e r o s

  de las  Trans-

actions

  de la Real Sociedad de Londres a fines

d e l

  siglo xvn.

Es posible que en la

  t r a d i c i ó n

  de los herbarios

hayamos visto una

  c o n t i n u a c i ó n

  de la antigua

doctrina  de las signaturas.

  S e g ú n

  esta  doctrina,

la

  correspondencia del nombre o la forma de una

planta con los de un

  ó r g a n o

  humano indicaba el

uso medicinal apropiado de tal planta. En ese te

rreno los  paracelsistas  intentaron implantar una

reforma,  pero en lugar de  negar  en

  p r i n c i p i o

  la

doctrina,  introdujeron los

  m é t o d o s q u í m i c o s .

  La

i d e n t i f i c a c i ó n

  correcta de un "signo", alegaban,

s ó l o

  era posible mediante la

  d e s t i l a c i ó n ,

  por la

cual  se  separaba  la

  esencia

  pura de la planta de

su impura sustancia exterior. Fuera de

  e l l o ,

  es

evidente que la

  r e l a c i ó n

  de la

  a s t r o l o g í a

  con el

conocimiento

  de las plantas no  estaba  ciertamen

te en decadencia en el periodo a que nos  hemos

referido.

Se  puede  observar un  avance  similar del cono

cimiento

  en el estudio del cuerpo humano que se

l l e v ó  a  cabo  en el Renacimiento, tema del si

guiente

  c a p í t u l o .

  Pero, como veremos,

  t a m b i é n

en ese campo encontramos una  r e l a c i ó n  entre el

misticismo

  y la

  t é c n i c a

  rigurosa  basada  en la

o b s e r v a c i ó n .

Page 101: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 101/280

I V .

  E L  ESTUDIO  D E L

  H O M B R E

LA

  NUEVA  comprens ión

  del cuerpo humano a que

se

  llegó

  en el Renacimiento fue el resultado de

estudios

  anatómicos

  realizados con una intensi

dad que probablemente no tiene paralelo en  nin

guna

  época

  anterior. A l respecto, conviene exa

minar  una serie de profesores de

  Padua

  y sus

discípulos:

  Andreas Vesalio, Realdo Columbo

(¿15107-1559),

  Gabriele Falloppio

  (¿15337-1562),

Hieronymus  Fabricius de Acquapendente

  (¿15337-

1619)  y  Wi l l i am  Harvey. No obstante, en el perio

do intermedio entre la

  publicación

  del  De

  fabrica

(1543)  de Vesalio y el  De motu  coráis  (1628) de

Harvey

  se dieron

  también

  las aportaciones de

otros cuya obra no siempre se ajusta tanto como

la

  de los primeros a las  pautas  de la ciencia mo

derna. Así, por ejemplo,  Miguel  Servet  (¿15117-

1553) describió

  la

  circulación

  pulmonar de la  san

gre en un tratado  teológico  (1553) y, como vere

mos más adelante, en su obra

  reaparecen

  la

  ana

logía  y la  correlación  entre el macrocosmos y el

microcosmos, como un  es t ímulo  tanto de la inves

tigación  como de la  especulación.  Tal vez  nada

revela mejor la complejidad de las corrientes

intelectuales de principios del siglo xvn como el

hecho de que la mayor parte de las figuras

  desta

cadas

  de  esta  hi storia profesaban abiertamente

su

  fidelidad

  a  Aristóteles  y Galeno, mientras que

el médico-alquimista inglés  Robert

  Fludd

  fue el

primero

  que  defendió  en un  libro (1629)"Táleor ía

de la

  circulación

  de la

  sangre

  de Harvey, movido

106

Page 102: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 102/280

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E 107

por

  las que él consideraba sus profundas conno

taciones  místicas.

LA  HERENCIA  MEDIEVAL

Como en los  demás  campos de la ciencia, la  ana

tomía  y la  fisiología  del Renacimiento se basaron

inicialmente

  en textos y conceptos que

  subsistían

de  épocas  anteriores. En parte,  ello  implicaba

una

  aceptac ión

  de

  la~~añálbgía

  macrocosmos-mi

crocosmos, tal como la  había  entendido"  Aristó

teles, y

  e n t r a ñ a b a

  asimismo una

  concepción vita-

listá  de la naturaleza, la cual  ser ía  objeto de los

ataques

  de los mecanicistas del siglo xvn .

Pero,  además  de la pervivencia de antiguos con

ceptos

  filosóficos, existía

  un imponente cuerpo de

información anatómica  y  fisiológica  que  había

sido

  heredada

  de la

  Antig üedad. Alcmeón

  de Cro-

tona (hacia el a ño 500 a.c.) y  Aristóteles  (384-322

a.c.) se

  hab ían

  interesado en la

  descr ipción

  de las

partes  del cuerpo del hombre y los animales, y en

Alejandría Herófilo

  y

  Eras í s t r a to

  (hacia 280 a.c.)

hab ían  presidido una  p róspe ra  escuela  de anato

mía.

  Se

  decía

  que para  llevar  a cabo sus  obser

vaciones

  hab ían

  practicado la

  vivisección

  de

  c r i

minales que les

  hab ían

  suministrado los Ptolo-

meos; pero, sea cierto o no lo anterior, todo

parece

  indicar que, en efecto, los anatomistas

alejandrinos disecaron  cadáveres  humanos. Los

resultados

  h a b r í a n

  de

  verse

  en sus detalladas

  des

cripciones

  ana tómicas

  de las

  partes

  del cuerpo

humano y su

  comparac ión

  con  partes

  análogas

de animales.  Además,  sus investigaciones  fisioló-

Page 103: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 103/280

108

E L

  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

gicas iban a ser tema de

  d i s c u s i ó n

  por casi dos

m i l  a ñ o s .

Pero, si bien los estudios

  a n a t ó m i c o s

  alejandri

nos se siguen considerando actualmente como uno

d é

  los puntos culminantes de la ciencia antigua,

sus textos  í n t e g r o s  se perdieron en siglos sucesi

vos debido a la influencia arrolladura de Galeno.

Originalmente

  cirujano de los gladiadores de Pér-

gamo, su ciudad natal, Galeno

  v i a j ó

  por todo el

Imperio  y  e s c r i b i ó  sobre todos los  aspectos  de la

f i lo so f ía

  y la medicina.

  S e r í a

  su obra, y no la de

sus  predecesores,  la que  h a b r í a  de ser recopilada

y  compendiada por los  autores

  m é d i c o s

  de las

p o s t r i m e r í a s  de la  A n t i g ü e d a d  y el Islam. Y en

contra de la influencia continuada de su obra

reaccionaron  Paracelso  y sus seguidores en el

siglo

  xvi. En vano

  i n t e n t a r í a m o s

  resumir los ex

tensos  escritos de Galeno; sin embargo, creemos

necesario

  s e ñ a l a r

  ciertos puntos de su doctrina

que impugnaron particularmente los anatomistas

d e l

  siglo xvi .

Los  trabajos  a n a t ó m i c o s  y  f i s i o l ó g i c o s  de Ga

leno eran voluminosos y minuciosos. Su obra tie;

ne singular importancia por su examen de la

m é d u l a  espinal, el mecanismo de la  r e s p i r a c i ó n

y

  el sistema cardiovascular. Pero sus conclusio

nes  estaban

 basadas

  s ó l o  hasta  cierto punto en la

d i s e c c i ó n  del cuerpo humano. Él  h a b í a  recurrido

principalmente  a animales  f á c i l e s  de conseguir:

ovejas, bueyes, cerdos, perros y, especialmente,

macacos. Por tanto, no  debe  sorprendernos que

haya incurr ido en notables errores. Así, como

parte de la  a n a t o m í a  del cuerpo humano, descri

b í a  un  h í g a d o  de cinco  l ó b u lo s ( b a s á n d o s e  en la

Page 104: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 104/280

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

109

d i s e c c i ó n  de un perro) y la

  rete

  mirabile  (un

complejo  sistema de  vasos  s a n g u í n e o s  que no

existe en el hombre). Estos y otros errores ha-^

b r í a n

  de formar parte de la

  e n s e ñ a n z a

  de la

a n a t o m í a  hasta  el siglo xvi.

Especial

  s i g n i f i c a c i ó n  tiene la  d e s c r i p c i ó n  que

hace  Galeno del sistema cardiovascular  (figu

ra

  I V . l ) .  En

 este

 caso, el descubrimiento de erro

res fundamentales en sus textos durante el Re

nacimiento

  condujo a un concepto radicalmente

novedoso del torrente  s a n g u í n e o . S e g ú n  Galeno,

la  sangre  se originaba en el  h í g a d o  y de  a l l í , era

conducida  por las  venas  a todas las partes del

cuerpo. Rica en  e s p í r i t u s  naturales, la  sangre

venosa

  c u m p l í a

  la

  f u n c i ó n

  de

  n u t r i r

  los tejidos

d e l  cuerpo y

  eliminar

  a la vez las

  sustancias

  de

desecho. Esa

  sangre

  viciada llegaba finalmente

a l v e n t r í c u l o  derecho del  c o r a z ó n .  La mayor par

te de  ella  era enviada primeramente a los  p u l

mones y  d e s p u é s  al  h í g a d o ,  luego de que  h a b í a

sido

  depurada de las impurezas acumuladas. No

obstante, Galeno postulaba la existencia de poros

que comunicaban los  v e n t r í c u l o s  derecho e iz

quierdo

  del  c o r a z ó n  y a  t r a v é s  de los cuales una

parte muy  p e q u e ñ a  de la

  sangre

  venosa

  pasaba

a la cavidad izquierda.

  Al l í

  se combinaba con

aire,  proveniente de los pulmones, para formar

l o s e s p í r i t u s  vitales necesarios para la  vida  y

é s t o s  eran distribuidos  d e s p u é s  por las arterias.

U n a t r a n s f o r m a c i ó n f i n a l t e n í a  lugar en el cere

b r o ,  donde los  e s p í r i t u s  animales eran prepara

dos y

  encauzados

  por medio de los nervios. La

clave  de  este  sistema  r e s i d í a  en los poros inter-

ventriculares,  o r i f i c i o s

  que no

  e x i s t í a n .

  Una vez

Page 105: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 105/280

110

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

F I G U R A

  I V . l .  Diagrama del sis tema  f i s i o l ó g i c o  de Galeno.

D e  Charles  Singer,

  The

  Discovery

  of the Circulation of

the Blood

  (Londres, Wm. Dawson and Sons , Ltd . , 1956).

C o r t e s í a  de A. W. Singer.

Page 106: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 106/280

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

111

que se

  d e s c u b r i ó

  lo anterior fue preciso revisar

todo  el sistema.

N o  obstante, la  r e v i s i ó n  de la  f i s i o lo g í a g a l é n i c a

ib a

  a tardar más de un

  milenio.

  E l l o

  se

  d e b i ó

  en

parte al hecho de que Galeno  h a b í a  sido la  ú l t i m a

figura  prominente de la  a n a t o m í a  y la  f i s i o l o g í a

griegas. Mas,  t a m b i é n ,  al hecho de que los  m é d i

cos posteriores de la  A n t i g ü e d a d  se aplicaron me

nos a realizar nuevas investigaciones que a com

pendiar y  codificar  los escritos de Galeno. Y si

m á s  tarde la medicina musulmana iba a

  estar

 in

f l u i d a  profundamente por Galeno, el  é n f a s i s  pues

t o  en los textos  á r a b e s r e c a e r í a  más en las

  causas

y

  la  c u r a c i ó n  de las enfermedades que en la  ana

t o m í a

  y la

  f i s i o l o g í a .

  El mundo de la cultura

  occi

dental  h a b r í a  de reflejar los textos orientales a

parti r  de sus traducciones

  hechas

  en el siglo x i n

y ,  dado el  c a r á c t e r  de los intereses  i s l á m i c o s ,  los

eruditos

  occidentales de la Edad

  Media

  conocie

r o n  relativamente poco las obras  a n a t ó m i c a s  de

Galeno.

  Los

  m é d i c o s

  del siglo x n i

  s ó lo d i s p o n í a n

de una  v e r s i ó n  abreviada de  Sobre  el uso de las

partes.

E n  contraste con el  n ú m e r o  limitado  de textos

a n a t ó m i c o s

  disponibles, los primeros

 pasos

  dados

para restablecer las disecciones

  p ú b l i c a s c o n s t ¿ _

t u í a n  un buen presagio del  futuro.  Durante el si-y

g lo  xn se  v o l v i ó  a disecar animales en Salerno,

y

  a principios del siglo xiv  Bolonia  se  c o n v i r t i ó

en el centro de los estudios  a n a t ó m i c o s . A ll í  el

e s t í m u l o

  provino,

  no de la facultad de medicina,

sino

  de la escuela de derecho, cuyos miembros-*

vieron

  la necesidad de practicar autopsias. E l

texto  a n a t ó m i c o  escr ito en esa ciudad por Mon-

Page 107: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 107/280

112 E L

 E S T U D I O  D E L  H O M B R E

diño  de  Luzzi (¿12757-1326)  en el año 1316  sería  la

pauta a la que  hab r ían  de ajustarse las diseccio

nes  públ icas  hasta  bien entrado el siglo xvi  (fi

gura

  I V . 2 ) .

  En ese

  l ibro,

  Mondino

  descr ibía

  p r i

meramente los  órganos  de la cavidad abdominal

y  luego, procediendo siempre de dentro hacia

afuera,  proseguía  en  dirección  de la  cabeza  y las

extremidades. Este orden daba  prioridad  a aque

llas  partes  del cuerpo que más  tendían  a descom

ponerse, un

  aspecto

  de suma importancia en una

época  en la cual se  carecía  de preservativos  ade

cuados.

Las  escuelas  de medicina medievales no tarda

ron  en reconocer el alcance de tales demostracio

nes, y pronto se

  obligó

  a los estudiantes de

  medi

cina

  a asistir a un

  n ú m e r o

  determinado de anato

mías públicas.  Para  1400 la  an at om ía públi ca

•¡

 formaba parte regular del programa de estudios

/ en la  mayor ía  de las universidades. Con todo,

, debe

  aclararse que

  esas

  demostraciones

  ten ían

  el

propósi to

  de

  familiarizar

  a los estudiantes con

las

  partes

  del cuerpo humano y no

  p re tend ían

  ser

nuevas investigaciones.

U N  RENACIMIENTO

  ANATÓMICO

La  persistencia de la  tradición influía  para que el

texto  ana tómico  de  Mondino  se siguiera  publi

cando a fines del siglo xv, pero los  médicos  huma

nistas de ese periodo mostraban mayor  interés

por  los textos de la  Antigüedad.  Pronto se supo

que las obras  ana tómicas  más importantes de

Galeno no  habían

  estado

  al alcance de los

  erudi

tos, y se  hicieron  decididos esfuerzos para prepa-

Page 108: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 108/280

Page 109: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 109/280

114  o  * E L  E S T A D I O  D E L  H O M B R E

rarlas con objeto de publicarlas, tanto en griego

I como  en_ l a t í n .

 J a r a

  1500  hab ían  aparecido varias

.traducciones al

  la t ín

  de

  Sobre el uso de las partes

jde Galeno, y el

  médico

  humanista

  inglés

  Thomas

iLinacre,  fundador del Colegio de

  Médicos

  de

Londres (1518),  soñó  con publicar una  edición  en

griego de las  obras  completas de Galeno. De

hecho, él fue

  responsable

  de la  edición  de una

serie  de  obras  individuales de medicina,  entre

ellas

  Sobre las facultades naturales

  de Galeno

(1523).  Más industrioso a ú n fue  Johannes  Guin-

ter de Andernach, profesor de medicina de

  P a r í s ,

quien

  dedicó

  muchos de sus primeros

  años

  de

actividad  profesional a la  p reparac ión  de textos

médicos

  griegos. No

  sólo

  tradujo la mayor

  parte

de la obra de Galeno, sino que  p r e p a r ó  edicio

nes de otros

  médicos

  de la

  Antigüedad  t a r d í a :

Pablo de Egina (fines del siglo vn ) , Caelius Aure-

lianus (siglo vn), Oribasio

  (¿325?-¿400?)

  y  Alejan

dro de Tralles (siglo

  v i ) .

  Escr ibió  asimismo libros

sobre

  la

 peste,

 los manantiales de

  aguas

  medicina

les y obstetricia —y, en su vejez, una

  defensa

  de

los medicamentos

  químicos

  de los  paracelsistas.

Es

  verdaderamente

  significativo el

  hecho

  de

que Guinter  acababa  de terminar su  traducción

de

  Sobre los procedimientos

  anatómicos

  de Ga

leno (1531) cuando  un nuevo alumno, Andreas Ve

salio,

  iniciaba sus

  estudios

  de medicina en

  P a r í s .

Reconociendo el talento de ese joven, Guinter lo

empleó  como su  asistente  en la  p reparac ión  de su

propio  texto, las

  Instituciones

  anatómicas según

la   opinión  de Galeno para los estudiantes de me

dicina  (1536). Si bien más

  tarde

  Vesalio  habría

de

  expresar

  sus  dudas

  respecto

  a la pericia de su

Page 110: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 110/280

E L  E S T U D I O  D E L H O M B R E 115

maestro, subsiste el hecho de que de él

  r e c i b i ó

  la

p r e p a r a c i ó n

  más avanzada que por ese entonces

se

  p o d í a

  adqu ir i r en ese campo en toda Europa

— a d e m á s

  de heredar su profunda

  i n c l i n a c i ó n

  ga

l é n i c a .

Perspicaz observador, Vesalio pronto se dio

cuenta de los muchos errores en que

  h a b í a i n c u

r r i d o

  Galeno —y de la necesidad de representar ¡

adecuadamente

  las

  partes

  del cuerpo. En

  e s i i -

aspecto

  su obra  puede  considerarse

  a n á l o g a  a

  la

de Brunfels, Bock y Fuchs, quienes advirtieron

la

  importancia de las  nuevas  ilustraciones en el

campo de la

  b o t á n i c a .

  Sin embargo,

  sería injifgTJfr

atribuir  a VesaliaJpdq el

  c r é d i t o

  de la

  i l u s t r a c i ó n

a n a t ó m i c a

  moderna^Los dibujos

  a n a t ó m i c o s

  que

h a b í a

  " r e á l i z á d o ^ a n t e s ^ L e i p j i ^ d c ^ 3 a - J ü r i e i

  (1452-

1 5 1 9 ) e í á l T m a g i s t r a l e s ,

  mas, desgraciadamente, ha-

:Wan

r

4etridu'Trtfca

  r e p e r c u s i ó n ,

  pues

 no  H a b í a n

  sido

publicados.

  Pero otros

  h a b í a n

  precedido

  a

 Vesalio

-•n-ese"Campo,  muy notablemente Berengario da

Carpi,

  de

  Bolonia

  (¿1460?-¿

 1530?) "quien

  h a b í a

encargado nuevos dibujos

  a n a t ó m i c o s

  para su

"comentario al texto de

  M o n d i n o .

E l  camino que condujo  a  De humani  corporis

fabrica

  fue relativamente corto.

  D e s p u é s

  de aban

donar

  P a r í s ,

  Vesalio

  e j e r c i ó

  la docencia en

  L o v a i

na por espacio de un año (1536) y luego se

  g r a d u ó

de

  m é d i c o

  en

  Padua,

  donde inmediatamente fue

nombrado profesor de

  c i r u g í a

  (1537).

  A d e m á s

  de

viajar

  y

  e n s e ñ a r ,

  Vesalio

  e s c r i b í a

  constantemente.

E n

  1538,

 a  p e t i c i ó n

  de sus alumnos de

  a n a t o m í a ,

aparecieron sus

  Tabulae sex

  —seis

  hojas de texto

e ilustraciones. Tres de

  esas

  hojas

  h a b í a n

  sido

ilustradas por Jan Stephen van Calcar (1499-

Page 111: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 111/280

116

E L

  E S T U D I O  D E L

  H O M B R E

¿ 1 5 5 0 ? ) , d i s c í p u l o  de  Tiziano.  En 1541 Vesalio

fcolaboró  en una  e d i c i ó n  de Galeno y dos  a ñ o s

más tarde se  p u b l i c ó  su obra maestra sobre

e l

  cuerpo humano

  (figura

  I V . 3 ) .

  Poco

  d e s p u é s

  de

su  p u b l i c a c i ó n  fue nombrado  m é d i c o  del empe

rador Carlos V, y posteriormente de su  h i j o , F e l i

pe I I de  E s p a ñ a .  Hombre de gran  e n e r g í a ,  Vesa

l i o

  se preparaba para retomar a  Padua  cuando

m u r i ó  en 1564, al regresar de una  p e r e g r i n a c i ó n

que

  h a b í a

  hecho a

  J e r u s a l é n .

L a

  mayor

  r e p e r c u s i ó n

  de

  De  fabrica

  se

  d e b i ó

^principalmente  a sus  l á m i n a s  (que posiblemente

í h a b í a n

  sido dibujadas

  t a m b i é n

  por Jan Stephen

Ivan  Calcar)  (figura

  I V . 4 ) .

  Pero cuando examina

dnos el texto encontramos el

  esperado

  fundamen

to

  g a l é n i c o .  Como otros  m é d i c o s  humanistas,

Vesalio  h a b í a

  buscado afanosamente  hasta  los

m á s  nimios errores en los textos antiguos. Ésa

era la

  e r u d i c i ó n  aceptada

  y no afectaba la estima

c i ó n  general en que se  t e n í a  a los  m é d i c o s  de la

A n t i g ü e d a d .

  No obstante, Vesalio

  s e g u í a

  el mé

todo  g a l é n i c o  cuando  c o n d u c í a  al lector primera

mente al esqueleto, luego a los

  m ú s c u l o s

  y el

sistema cardiovascular y, por  ú l t i m o ,  al cerebro

y  los  ó r g a n o s  de las cavidades abdominal y  t o r á

cica.

  Este orden era opuesto al

  m é t o d o p r á c t i c o

de  d i s e c c i ó n  de  Mondino.

Nuestra

  a t e n c i ó n h a b r í a

  de concentrarse en el

tratamiento  que da Andreas Vesalio al  c o r a z ó n  y

a los sistemas arter ial y venoso. En

  este

  punto

su actitud es indiscutiblemente conservadora.

N o

  cuestiona los

  e s p í r i t u s g a l é n i c o s

  (naturales, vi

tales y animales) y no existe un verdadero  viraje

respecto de Galeno en su examen del torrente

Page 112: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 112/280

F I G U R A   I V . 3 .  Portada del  De fabrica  (Basilea,

  1 5 4 3 ) .

  Ad

v i é r t a s e  que es el propio Vesalio quien diseca el cuerpo

—una  escena muy distinta de la

  i l u s t r a c i ó n

  de Mondino

de 1493.  C o r t e s í a  de la Newberry  L i b r a r y ,  Chicago.

Page 113: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 113/280

118

E L  E S T U D I O

 D E L

 H O M B R E

F I G U R A

  IV.4. Una de las

  l á m i n a s

  que ilustran los

  m ú s c u l o s

humanos. De Andreas Vesalio,  De humani corporis fa

brica  (Bas ilea, 1543).

  C o r t e s í a

  de la Newberry

  L i b r a r y ,

Chicago.

Page 114: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 114/280

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

119

s a n g u í n e o .  Y , en cuanto al  c o r a z ó n ,  Vesalio se

resiste tanto a rechazar la

  p o s i c i ó n g a l é n i c a

  con

respecto a los poros in terventr iculares del  sep

tum

  que escribe:

E l  septum  e s t á  formado por la sustancia más

densa  del  c o r a z ó n .  Existen en sus dos lados

abundantes

  o r i f i c i o s .  Ninguno

  de

  é s t o s ,

  hasta

donde pueden  percibir  los sentidos, penetra del

v e n t r í c u l o

  derecho al

  izquierdo.

  Nos

  maravi

llamos

  ante el arte del Creador que

  hace pasar

l a  sangre del  v e n t r í c u l o  derecho al izquierdo a

t r a v é s

  de poros

  invisibles.

1

A q u í

  se rechaza la

  o b s e r v a c i ó n

  en  favor  de la

autoridad,

  lo que nos da una idea de la prepoten

c ia

  que

  e j e r c í a

  Galeno a mediados del  siglo xvi .

E n  1555 Vesalio p u b l i c ó  una segunda  e d i c i ó n  del

De  fabrica.

  En

  é s t a

  regresaba al problema de los\

poros interventriculares del  septum.  Pero ahora

observaba que "aunque algunas

  veces

  estos

  o r i

ficios

  son notorios, ninguno, sin embargo, hasta

donde pueden  percibir  los sentidos,

  pasa

  del ven

t r í c u l o  derecho al  izquierdo".  Ahora  se rechaza

a Galeno, pero el lector siente que arribar a esa

d e c i s i ó n  fue doloroso: "Hasta  hace  poco no me

h a b r í a

  atrevido a apartarme de Galeno ni siquiera

e l  ancho de un cabello. Pero me parece que el

septum  del

  c o r a z ó n

  es tan macizo, denso y  com

pacto como el resto del  c o r a z ó n .  Por lo tanto,

no

  veo

  c ó m o

  hasta la

  p a r t í c u l a

  más

  p e q u e ñ a

  po-

1

  Las citas de Vesalio  e s t á n  tomadas de  Charles  S i n

ger,

  A History of Biology

  (Nueva  Y o r k ,  Henry

  Schuman,

1950, ed.  rev.),  p. 103.

Page 115: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 115/280

120

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

dría  ser transferida del  ventrículo  derecho al

¡izquierdo

  a

  través

  del

  septum.

Esa

  decisión,

  con-

]

  firmada por anatomistas  contemporáneos,  iba a

dar por resultado una completa

  reconsideración

j

  del torrente  sanguíneo.

Vesalio

  no era insensible a las  cr í t icas  que  reci

bía

  de

  quienes

  eran más

  conservadores

  que él:

"En  verdad, merezco algo mejor que las calum

nias de aquellos que

  están

  furiosos contra mí

porque sus estudios no han sido tan afortunados

como los

  míos,

  porque no  acepto  a Galeno y

  rehíí

so dudar de mis ojos y mi  razón  por su

  causa."

5

A

 pesar

  del gran  respeto  que

  sentía

  por las  obras

de Galeno,  rechazaba  las  sugerencias  mal inten

cionadas que se le

  hacían

  para que se

  limitara

  a

publicar

  obras  de comentarios  galénicos  a la

usanza

  humanista, más

  apegada

  a la

  tradición.

E L  TORRENTE SANGUÍNEO:  DE

 VESALIO

 A HARVEY

Es posible que Vesalio no haya sido un innovador

tan grande como alguna vez se

  sugirió,

  pero es

indudable que el  De

  fabrica

  se  convirtió  casi

inmediatamente en el texto

  anatómico

  de mayor

influencia.

  Se copiaban el

  libro

  y sus ilustracio

nes, y su importancia se pone de manifiesto en

una  sucesión  de relaciones  maestro-discípulo  que^

se

  inician

  con Vesalio y su sustituto en

  Padua.

  Su

sucesor

  fue Realdo Columbo, quien  había sidoi

-

  La s citas de Vesalio sobre sus

  críticos

  galenistas es

tán  tomadas de C. D.

  O'Malley,

  Andreas Vesalius of  Brus-

sels 1514-1564 (Berkeley y Los  Á n g e l e s ,

  University

  of Ca

lifornia Press,

  1964), p. 222.

Page 116: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 116/280

E L  E S T U D I O

  D E L

  H O M B R E

121

su asistente.  É s t e ,  a su vez, fue sucedido por Ga-

briele

  Falloppio, famoso por su estudio del oviduc

t o  humano y en cuyo honor se llaman las trompas

que

  llevan

  su nombre. Falloppio fue remplazado

p o r  Hieronymus Fabricius, cuya obra sobre las

v á l v u l a s  de las  venas  era conocida ampliamente

p o r  su  d i s c í p u l o  W i l l i a m  Harvey. Esta notable,

s u c e s i ó n  indica la  r e l a c i ó n  estrecha  y directa que

e x i s t í a  entre Vesalio y Harvey.

M a s ,

  si la obra de Vesalio

  h a b í a

  determinado

la

  estructura del

  c o r a z ó n ,

  ciertamente no

  h a b í a

establecido su  f u n c i ó n .  La  f i s io l o g í a b á s i c a s e g u í a

siendo

  g a l é n i c a

  y se derivaba de  Sobre

  el uso de

las  partes.  En efecto, por lo que toca al  c o r a z ó n ,

los

  pulmones y las arterias,

  pocas

 modificaciones,

se  h a b í a n  hecho a la doctrina de Galeno.

N o  obstante, los seguidores de Vesalio comeif'

zaron a profundizar en seguida en el estudio de la

c o r r e l a c i ó n  que  e x i s t í a  entre

  estas

 partes  del cuer

po humano, así como en el estudio de los fines

de la

  r e s p i r a c i ó n .

  E l pr imero en hacerlo fue

M i g u e l

  Servet, cuya

  f o r m a c i ó n i n i c i a l

  guarda-

cierta  s i m i l i t u d con la de Vesalio. Es cierto, con el

tiempo  h a b r í a

  de convertirse en una mezcla de

a s t r ó n o m o , m a t e m á t i c o  y  t e ó l o g o ,  pero él tam

b i é n h a b í a

  estudiado

  a n a t o m í a

  con Guinter en

P a r í s  y, al  i g u a l  que Vesalio,  h a b í a  sido su  asis

tente. Volvemos a encontrar en él a un galenista,

como  puede  apreciarse en su  Descripción  de los

jarabes... según

  el

  juicio

  de

  Galeno  (1536). Pero

en una obra anterior de medicina se  h a b í a  atacado

y a

  a Leonhard Fuchs

  a c u s á n d o l o

  de hereje y, sin

duda, el propio Servet era u n radical religioso,

en una  é p o c a  en que era peligroso ser disidente.

Page 117: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 117/280

1 2 2 E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

U n

  unitario

  que no  toleraba  n i a l o s c a t ó l i c o s n i

a los  protestantes,

  antes

  de c u m p l i r lo s 2 1 a ñ o s

h a b í a

  publicado

  dos

  libros  donde

  s e ñ a l a b a lo s

errores

  de la

  doctrina

  d e l a T r i n i d a d .

  Acosado,

a d o p t ó e l

  nombre

  de  Villanovus  y se e m p l e ó c o n

unos  editores.  Para  1546 hab ía  escrito  su  Resti

tución del cristianismo,  cuyo  manuscrito  e n v i ó

—junto  co n  otra

  obra

  suya  sobre  la T r i n i d a d —

a  Juan  Ca lv ino , en  Ginebra.  V i é n d o s e  obligado  a

h u i r d e l a

  Francia

  c a t ó l i c a , e m p r e n d i ó u n

  viaje

a I t a l i a , d e t e n i é n d o s e e n  Ginebra.  En esa  ciudad

fue  reconocido como  e l  hombre  q u e h a b í a  atacado

a  Calvino  y fue  arrestado  cuando  se  encontraba

en la  iglesia.

  Juzgado

  p o r sus  errores,  fue  sen

tenciado

  a

  muerte

  y

  quemado

  en la

  hoguera

  con

su l ibro en 1553.

D e l a s m i l

  copias

  de la

  Restitución del cristia

nismo  impresas

  en 1553 sólo se  conservan tres.

p.1

  l i b r o es u n a e x p r e s i ó n d e la s  convicciones  re

ligiosas

  de  Servet, pero  tiene

  importancia  para

i

 nosotros  principalmente

  p o r su c a p í t u l o

  quinto,

donde

  trata

  d e l E s p í r i t u  Santo  y l a d i s p e n s a c i ó n

d e l e s p í r i t u d i v i n o a l

  hombre.

  Al l í  Servet  exami

naba  l a r e s p i r a c i ó n y l a r e l a c i ó n

  entre

  e l e s p í r i t u

y  e l  aire.  E l e s p í r i t u v i t a l q ue r e s i d í a e n e l  cuer

po e r a , en su op in ión , e l

  resultado

  de una

  mezcla

de

  sangre

  s u t i l y

  aire

  inspirado  —y no se  formaba

4 n  e l v e n t r í c u l o

  izquierdo

  d e l c o r a z ó n ,  como  pos-

'  tu laba Galeno, sino  en los  pulmones.  Rechazan

do el  concepto  g a l é n i c o d e u n  "sudor"  de  sangre

q u e  transpiraba  d e l v e n t r í c u l o  derecho  a l  izquier

d o ,

  Servet

  d e s c r i b í a

  acertadamente

  l a c i r c u l a c i ó n

pulmonar:  es  decir,  la

  sangre

  d e l v e n t r í c u l o de

recho  es

  bombeada

  p o r

  medio

  de la  arteria  p u l -

Page 118: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 118/280

E L

  E S T U D I O

  D E L

  H O M B R E

  123

monar a los pulmones. En

  és tos

  ocurre un cam

bio  de  color,  pues  la sangre venosa se aclara al

entrar en contacto con el aire inspirado. De

  allí

la

  sangre

  viaja

  al

  ventr ículo

  izquierdo por la

vena pulmonar y es

  distribuida  después

  por el

sistema  arterial.  Se  sabe  ahora que  esta  fase de

la circulación

  de la sangre ya

  había

  sido descrita

correctamente por Ibn an

  Nafis

  en el  siglo  XI I I ,

pero no hay

  indicios

  de que

  algún

  anatomista del

siglo  xvi haya conocido su obra.

Conviene  insistir

  en que la

  descr ipción

  de SeT^

vet

  debe

  situarse en su contexto. Cabe  señalar  que

entonces, como en todo ese periodo, se realiza

ron  observaciones

  significativas

  en contextos que

hoy

  no

  ser ían

  considerados

  científicos.

  Conside

raciones similares a  p ropós i to  del  espír i tu aéreo  y

su relación

  con la sangre

  h a b r í a n

  de

  llevar

  a

Robert

  Fludd,  setenta

  años

  más tarde, a  des

cr ib i r  una  circulación mística  de la sangre —y a

escribir  asimismo la pr imer a defensa del

  De

motu  coráis  de Harvey.

Pero aunque las opiniones de Servet sobre la

circulación

  pulmonar eran conocidas un  siglo

más  tarde, es dudoso que su obra haya ejercido

alguna  influencia

  a mediados del  siglo  xvi. No

obstante, en la segunda

  mitad

  de ese

  siglo

  se

acep tó ráp idamente

  la idea de un

  septum

  no

poroso,  hecho que  exigía  una nueva  explicación

del

  origen de la sangre  arterial.  Realdo Columbo

llegó  al mismo resultado que Servet —y proba

blemente de modo independiente— en su texto

de  a n a to m ía  (1559).  A l leer lo —y ocurre lo con

t rar io

  cuando leemos a Servet— sentimos que

estamos  dentro de la  sólida tr adi ció n an atóm ic a

Page 119: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 119/280

124

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

de Vesalio. De nuevo encontramos la influencia

g a l é n i c a ,  pues  el  h í g a d o  es el  encargado  de

  per

feccionar la  sangre  nutriente que es distribuida

d e s p u é s

  a todo el cuerpo. De modo similar, es

e l v e n t r í c u l o  izquierdo el que distribuye la  san

gre vitalizada por medio de la aorta. Sin

  embar

go, la precisa  d e s c r i p c i ó n  que  h a c í a  Columbo del

c o r a z ó n  y sus  v á l v u l a s r e q u e r í a  de la circula

c i ó n  pulmonar

  para

  explicar el

  paso

  de la  sangre

de  derecha  a izquierda.  D e s p u é s  de Realdo Co

lumbo

  esa  " c i r c u l a c i ó n  menor"  g o z ó  de general

a c e p t a c i ó n .

. ,£1  nexo  f i n a l  que  l iga  a Harvey con la  escuela

y'de  Padua puede  hallarse en la obra del que fue

¡

 su

  maestro

  de

  a n a t o m í a ,

  Hieronymus Fabricius,

j quien estuvo vinculado a esa universidad durante

|

 sesenta

  y cuatro  a ñ o s .  Aunque tal vez se cita a

Fabricius más a menudo por su obra  sobre  ana-

)

  t o m í a  comparada, su importancia como

  predece

sor de Harvey se  debe  particularmente a su  des

cripción  de las  v á l v u l a s  de las

  venas.

  R e a l i z ó  su

i n v e s t i g a c i ó n  en  este  campo  cuando  Harvey es

tudiaba en

  Padua

  y  p u b l i c ó  sus

  resultados

  en

1603. Pero, galenista cabal, Fabricius  i n s i s t í a

en que la  f u n c i ó n  de

  esas

  v á l v u l a s  era prevenir

dilaciones peligrosas. Las

  v á l v u l a s

  actuaban para

evitar la  i n a n i c i ó n  que pudiesen  sufrir

  otras

  par

tes del cuerpo en

  caso

  de que un  sitio  requiriera

de un  exceso  de alimento. Su  ausencia  en las

arterias se explicaba por el  f l u j o  y  reflujo  normal

de la

  sangre

  arterial.  Para  Harvey las  v á l v u l a s

iban

  a ser la prueba de que la

  sangre

  circulaba

en un solo sentido. —¿

Aunada al  avance  acelerado  del conocimiento

Page 120: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 120/280

E L

  E S T U D I O  D E L

  H O M B R E

125

a n a t ó m i c o ,

  al

  finalizar

  el

  siglo

  xvi

  e x i s t í a

  en al

gunos sabios la tendencia a hablar en

  t é r m i n o s

generales de la

  c i r c u l a c i ó n

  de la sangre en todo el

cuerpo.  Esto

  o b e d e c í a

  a varias razones. Algunos

de ellos —como Cesalpino— eran  a r i s t o t é l i c o s

militantes.  —

A r i s t ó t e l e s h a b í a  hablado acerca de la

  p r i

m a c í a

  que

  t e n í a

  el

  c o r a z ó n

  sobre las

  d e m á s

  partes

d e l

  cuerpo, y Cesalpino iba a adoptar la

  t e o r í a

de la

  c i r c u l a c i ó n

  de la sangre, porque

  é s t a

  pare^

c í a  dar más importancia al  c o r a z ó n .  Otros pen

saban en

  f u n c i ó n

  de influencias

  celestes

  y

  m í s

ticas que obraban conforme a las corresponden

cias existentes entre el macrocosmos y el

  micro

cosmos. Una vez aceptado lo anterior,

  p a r e c í a

d e l

  todo razonable suponer que un

  circuito micro

c ó s m i c o d e b í a

  imitar

  las revoluciones planetarias,

(o

  solares). En efecto, Roch le

  B a i l l i f  e s c r i b i ó

u n l i b r o  sobre el hombre y su  " a n a t o m í a  esencial"

donde,

  d e s d e ñ a n d o

  las

  a n a t o m í a s f í s i c a s

  de las

escuelas, subrayaba las  a n a l o g í a s  que  e x i s t í a n  en

t r e

  ambos mundos. Y, finalmente, algunos para-

celsistas  s o s t e n í a n  que todas las partes del cuer

p o

  actuaban como las piezas de un equipo

  q u í

mico.

E n  este  caso, se afirmaba que la sangre  circula

ba en el cuerpo de un modo  similar  a la

  "circula-

ridad"  de la  d e s t i l a c i ó n .  Aunque todas  esas  teo

rías no

  eran sino meras especulaciones, revelan

s in  embargo las tendencias de la  é p o c a  y son una

muestra de la diversidad de opiniones que

  h a b í a

en  torno al torrente  s a n g u í n e o  en el periodo

inmediatamente

  anterior a Harvey.

Page 121: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 121/280

126

E L

  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

W I L L I A M

  HARVEY  Y

 LA CIRCULACIÓN

 DE

 LA SANGRE

Como

  muchas

  de las figuras prominentes de la

ciencia  del Renacimiento, Harvey se  basó  en

la

  obra de sus

  predecesores

  y

  concilio  temas apa

rentemente dispares. Educado en Cambridge  via

  en 1597 a

  Padua,

  donde

  estudió

  con Fabricius

cuando  este  profesor  preparaba  su obra  sobre

las

  válvulas

  de las

  venas.

  Luego de

  graduarse

en medicina, Harvey  regresó  en 1602 a Inglaterra,

donde

  ingresó

  como

  médico

  al Hospital de San

Bartolomé  y fue nombrado  médico  extraordinario

de

  Jacobo

  I . Elegido miembro del Real Cole

gio

  de

  Médicos

  (1607),

  perteneció

  a una de las

sociedades  médicas

  (y

  científicas)

  más prestigia

das de Europa.  Allí habría  de  impartir  las  Lum-

leian  Lectures*

  sobre

  anatomía

  (1615),

  cuyas

  no

tas revelan su antiguo  interés  por el tema del

torrente

  sanguíneo.

Para

  nuestra

  comprensión

  de Harvey es funda

mental  la  educación  que  recibió  en  Padua. Debido

a su

  formación,

  admiraba tanto a

  Aristóteles

como a Galeno. E l grado de esa  admiración  se

puede

  apreciar en  De motu

  coráis

  (1628), donde

Harvey

  parece

  más que dispuesto a atribuir a

Galeno el descubrimiento de la

  circulación pul

monar, así como en el  análisis  del  método  cien

tífico

  que

  hace

  en  De generatione animaliwn

(1651),

  que  está  basado  en gran medida en los

Analíticos

  y  la

  Física

  de

  Aristóteles.

Pero

  el descubrimiento de la

  circulación

  de la

*  Cátedras

  de

  anatomía

  fundadas por

  lord Lumley

  en

1581. [T.]

Page 122: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 122/280

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E 127

sangre se  b a s ó  en algo más que en la  v e n e r a c i ó n

p o r

  los genios de la

  A n t i g ü e d a d

  y la

  c o n v i c c i ó n

de que la obra de  é s t o s d e b í a  servir de fundamen

to

  a una nueva era

  c i e n t í f i c a .

  La obra de Harvey"

refleja  el  i n t e r é s  de su  é p o c a  por las nuevas ob

servaciones, las

  a n a l o g í a s m í s t i c a s .y

  hasta por el

uso de ejemplos  m e c á n i c o s .  [  T ' ¡

E l  De motu  coráis  es un  p e q ü e ñ c r 'v o l u m e n ,  pero

muestra un profundo conocimiento de la

  litera

tura

  a n a t ó m i c a ,

  así como la evidencia de las

observaciones del

  propio

  Harvey. Trata en

  p r i

m e r  lugar del  c o r a z ó n ,  al que Harvey  h a b í a  exa

minado,  junto

  con el  movimiento  de la sangre,

en

  unas

  cuarenta especies.  H a b í a  notado que en

todos los

  casos

  el

  c o r a z ó n

  se

  e n d u r e c í a

  cuan

d o  se  c o n t r a í a  y que, a medida que  o c u r r í a

  esta

c o n t r a c c i ó n ,

  las arterias se

  e x p a n d í a n .  Esas

  ex

pansiones  p e r i ó d i c a s p o d í a n  sentirse en la  m u ñ e c a

en  forma

  de pulsaciones y, acertadamente, supuso

que

  ello

  o c u r r í a  porque la sangre era bombeada

en

  las arterias. Entonces, la

  a c c i ó n

  del

  c o r a z 5 ñ 7 \

observaba Harvey, era comparable a la de unj

fuelle  h i d r á u l i c o .

R e f i r i é n d o s e  al  c o r a z ó n  de los animales de san

gre

  f r í a ,

  cuya  actividad  era más lenta, Harvey

h a b í a

  observado que primero se

  c o n t r a í a n

  las

a u r í c u l a s

  y

  d e s p u é s

  los

  v e n t r í c u l o s .

  Este proceso

e s t á  descrito minuciosamente. La sangre penetra

primeramente

  en la

  a u r í c u l a

  derecha por la vena

cava. A medida que  é s t a  se contrae, la sangre es

transferida

  al

  v e n t r í c u l o

  derecho, donde las

  v á l

vulas

  impiden

  que retroceda. E n seguida se con

trae el

  v e n t r í c u l o

  derecho, enviando la sangre a

lo s

  pulmones por la arteria pulmonar. Una vez

Page 123: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 123/280

128 E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

m á s

  las

  v á l v u l a s

  impiden que

  invierta

  su direc

c i ó n .  Y, como no existen poros en el

  septum,

  toda

esa

  sangre

  es enviada a  t r a v é s  de los pulmones.

E n

  el lado izquierdo del

  c o r a z ó n ,

  la

  sangre

  prove

niente de los pulmones penetra primero en la

a u r í c u l a

  izquierda por la vena pulmonar. Luego,

a medida que  este  vaso se contrae, la

 sangre

  avan

za al  v e n t r í c u l o  izquierdo. Posteriores contraccio

nes expulsan la  sangre  arterial hacia la aorta y el

sistema arterial.

;  Todo  ello  t e n í a  un enorme  i n t e r é s  como  des

cubrimiento

  f i s i o l ó g i c o ,  pero Harvey fue aún más

lejos.  Reflexionando en las

  v á l v u l a s

  de las venas,

d e c l a r ó  que el torrente  s a n g u í n e o  no  só lo f l u í a

hacia el

  c o r a z ó n

  en una

  d i r e c c i ó n ,

  sino que reco-

j r r í a  continuamente todo el cuerpo en una sola

j d i r e c c i ó n

  (figura  I V . 5 ) .  En  este  punto Harvey

{expuso  un contundente argumento cuantitativo.

Suponiendo que el  v e n t r í c u l o  izquierdo alojara

ú n i c a m e n t e  dos  onzas  de  sangre,  y que el pulso

fuera

  de 72 pulsaciones por minuto, en una hora

e l v e n t r í c u l o

  izquierdo

  h a b r í a

  inyectado en la

aorta aproximadamente 540 libras de

  sangre.

  Mas

los  animales tienen, cuando mucho,  unas

  cuantas

libras

  de  sangre  en el cuerpo;  h a b í a  que pregun

tarse,

  entonces, de

  d ó n d e p r o v e n í a

  toda esa

  san

gre —y a  d ó n d e  iba. Harvey  l l e g ó  a la conclu

s i ó n  de que la

  sangre

  expelida por la aorta  s ó l o

p o d í a  provenir de las venas:

C o m e n c é

  a  pensar  si no

  e x i s t í a

  un movimiento,

p o r  as í decirlo, ci rcular . M ás tarde  d e s c u b r í

que  ello  era cierto; y finalmente vi que la

  san

gre, expelida por la  a c c i ó n  del  v e n t r í c u l o  iz-

Page 124: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 124/280

E L

  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

129

F I G U R A

  I V

5 .

  La circulación de la

  sangre

  según William

Harvey. De Charles  Singer,  The  Discovery  of the Circu-

lation  of the  Btood

  (Londres, Wm.

  Dawson

  and

  Sons,

L t d . ,  1956).  Cortesía de A. W.  Singer.

Page 125: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 125/280

130 E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

quierdo  hacia las arterias, era dist r ibuida en

todo el cuerpo y en sus distintas partes, de la

misma  forma en que es enviada a  t r a v é s  de los

pulmones, impelida por el

  v e n t r í c u l o

  izquierdo

hacia la arteria pulmonar; y que luego

  pasaba

a  t r a v é s  de las

  venas

  y a lo largo de la vena

cava, y así, dando un rodeo, llegaba al

  v e n t r í c u

lo  izquierdo en la manera ya indicada. A  este

movimiento

  nos hemos permitido llamar lo  c i r

cular,

  del mismo modo en que  A r i s t ó t e l e s  dice

que el aire y la

  l l u v i a i m i t a n

  el movimiento

  c i r

cular  de los cuerpos superiores;  pues  la tierra

h ú m e d a ,  cuando es calentada por el sol, se eva

pora; los vapores, al ser  a t r a í d o s  hacia arriba,

se condensan y, descendiendo en forma de  l l u

v i a ,  humedecen de nuevo la tier ra . . .

E l  c o r a z ó n ,  cuya importancia es plenamente

evidente, juega un papel

  t o d a v í a

  más importante

cuando se le interpreta en  t é r m i n o s c ó s m i c o s

mediante la  a n a l o g í a  macrocosmos-microcosmos:

E l

  c o r a z ó n ,

  en consecuencia, es el

  p r i n c i p i o

  de

la

  vida,

  el Sol del microcosmos; aunque el Sol,

a su vez,  p o d r í a  ser denominado con  justicia  el

c o r a z ó n

  del mundo,  pues  es por la

  v i r t u d

  y

e l  latido-del c o r a z ó n  que la  sangre  se mueve, se

perfecciona, se  hace  apta para  n u t r i r  y es pre

servada de la

  c o r r u p c i ó n

  y la

  c o a g u l a c i ó n ;

  es

l a d i v i n i d a d  tu telar que, cumpliendo con su

f u n c i ó n ,  alimenta, acaricia, anima todo el cuer

po y, ciertamente, es el fundamento de la  vida,

la  fuente de toda  a c c i ó n .

Volviendo

  finalmente a sus observaciones sobre

las

  v á l v u l a s

  de las venas, Harvey demostraba que

la

  sangre

  f l u í a  siempre en  d i r e c c i ó n  al  c o r a z ó n

Page 126: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 126/280

E L

  E S T U D I O  D E L

  H O M B R E

131

y

  nunca en sentido opuesto. Así pues, su

  conclu

s i ó n

  estaba

  bien  fundada, porque

Puesto que todo, tanto los argumentos como

las pruebas

-

oculares, demuestra que la sangre

pasa

  a

  t r a v é s

  de los pulmones y el

  c o r a z ó n ,

  de

bido

  a la

  a c c i ó n

  de (las

  a u r í c u l a s

  y) los ven

t r í c u l o s ,  y es enviada para ser  distribuida  a to

das las partes del cuerpo, donde se introduce en

las venas y los poros de la carne, y

  f l u y e

  luego

p o r  las venas  desde  todos los puntos de la

circunferencia

  hacia el centro,

  desde

  las venas

m á s p e q u e ñ a s  hasta las más grandes, y es

  des

cargada finalmente por  é s t a s  en la vena cava y

l a a u r í c u l a

  derecha del

  c o r a z ó n ,

  y

  ello

  en tal

cantidad, y con un  f l u j o  y  r e f l u j o  tales,  a l l á  por

las arterias,

  a q u í

  por las venas, que no

  p o d r í a

ser suministrada por los alimentos ingeridos y

es, con mucho, más que la que se requiere para

cumplir  los fines de la  n u t r i c i ó n ;  es absoluta

mente necesario

  concluir

  que la sangre en el

cuerpo animal es

  impelida

  circularmente y se

encuentra en un

  estado

  de incesante

  movimien

t o ;

  que

  é s t e

  es el acto o

  f u n c i ó n

  que realiza el

c o r a z ó n  por medio de su  latido  y que  é s t e  es

e l ú n i c o

  fin del

  movimiento

  y la

  c o n t r a c c i ó n

d e l c o r a z ó n .

3

E L

  V E R E D I C T O

Aunque

  el descubrimiento de la  c i r c u l a c i ó n  de

la

  sangre es considerado actualmente como el

  ú n i

co avance  f i s i o l ó g i c o  de  principios  del  siglo xvn ,

3

  W i l l i a m  Harvey,  The Circulation of the Blood and

Other Writings

  (Londres,  J. M. Dent/Nueva  Y o r k ,  E . P.

Dutton,  ed.  E v e r y m a n ,  1952), pp. 56, 57 y 85.

Page 127: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 127/280

132

E L

  E S T U D I O  D E L

  H O M B R E

comparable a los adelantos  c o n t e m p o r á n e o s  de

las ciencias

  f í s i c a s ,

  la

  r e a c c i ó n

  inmediata que

p r o v o c ó

  De

  motu  coráis  fue variada. Pero si al

gunos

  autores

  conservadores rechazaron

  c a t e g ó

ricamente el  l i b r o ,  nos interesa más examinar la

gama de opiniones de los que apoyaron a Harvey.

/  E l pr imero en defender a Harvey fue su amigo

y

  colega Robert  Fludd.  Interesado  desde  h a c í a

mucho tiempo en un

  e s p í r i t u v i t a l a é r e o

  y su

a s i m i l a c i ó n

  al cuerpo humano,

  Fludd

  h a b í a

  des

crito

  en 1623 una

  c i r c u l a c i ó n m í s t i c a

  de la

  sangre

arterial  como una consecuencia  necesaria  de la

a n a l o g í a

  macrocosmos-microcosmos. Testigo de

las demostraciones  a n a t ó m i c a s  de Harvey, él ha

b í a

  intervenido para que el

  l i b r o

  de su amigo fue

ra publicado en Francfort por su propio editor.

E n

  el

  l i b r o

  que él mismo

  e s c r i b i ó

  sobre el pulso

(1629),  Fludd  menciona a su "estimado compa

triota",  quien

  h a b í a

  confirmado la

  c i r c u l a c i ó n

  de

la

  sangre

  tanto con argumentos  f i l o s ó f i c o s  como

co n

  demostraciones

  basadas

  en la

  o b s e r v a c i ó n .

Pero para  Fludd  era evidente que las demos

traciones  a n a t ó m i c a s  ofrecidas por Harvey no

h a c í a n  sino confirmar

  verdades

  m í s t i c a s  más

^profundas. Esto lo comprendieron perfectamen

te

  M a r i n

  Mersenne (1588-1648) y Pierre Gassendi

(1592-1655),  c o n t e m p o r á n e o s  de

  Descartes

  y  Ga l i

leo .  En una detallada  r é p l i c a  a

  Fludd

  (1631),

Gassendi

  atacaba

  tanto a  Fludd  como a Harvey a

causa

  de la  c i r c u l a c i ó n  de la  sangre;  ello  se  d e b í a

a que Gassendi  h a b í a  declarado en una  o c a s i ó n

haber presenciado una

  d e m o s t r a q i ó n

  de la exis

tencia de (íos_ poros  del septum.  Y si los poros

estaban  a l l í ,  argumentaba,  a l g ú n p r o p ó s i t o  de-

Page 128: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 128/280

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

133

b í a n  tener. Su verdadera  f i n a l i d a d  era la  forma

c i ó n  de la sangre  arterial y, por tanto, la  doctrina

g a l é n i c a  del torrente  s a n g u í n e o  se  m a n t e n í a  en

p i e .

  No era así ,

  r e s p o n d i ó

  Fludd

  (1633);

  las di

secciones de Harvey le  h a b í a n  demostrado la im

permeabilidad  del  septum  y, por ot ra parte, las

v á l v u l a s  del  c o r a z ó n  indicaban que el torrente

s a n g u í n e o f l u í a  del lado derecho al lado  izquier

d o  del  c o r a z ó n ,  a  t r a v é s  de los pulmones. Para

é l

  la

  c i r c u l a c i ó n

  de la sangre era un hecho, pero

é s t e p o d í a  postularse sobre la

  base

  de verdades

c ó s m i c a s , como él mismo lo  h a b í a  hecho

  antes

  de

que Harvey aportara sus pruebas  f i s i o l ó g i c a s

—pruebas menores, es

  cierto,

  pero no menos  con

vincentes.

Y

  si la obra de Harvey era interpretada como

una prueba de la  c o s m o l o g í a m í s t i c a  de  Fludd  e

impugnada

  por los mecanicistas por

  esta

  misma

r a z ó n ,  no  debe  sorprendernos que  t a m b i é n  Rene

Descartes haya  admitido  con ciertas reservas la

e x p l i c a c i ó n

  de

  Harvey.

  E n su

  Traite de Vhomme

(1632)

  aceptaba la  c i r c u l a c i ó n  general de la san

gre ,  pero  s ó l o  para  explicar  al  c o r a z ó n  como

una unidad  m e c á n i c a  de  d e s t i l a c i ó n . S u p o n i é í s .

do  una temperatura del  c o r a z ó n  superior a la def

cuerpo,

  y una

  a c c i ó n

  refrescante inherente a

  losj

pulmones,  hablaba de una  c o m b i n a c i ó n  de conj

d e n s a c i ó n  y  r a r e f a c c i ó n ,  y  s o s t e n í a  que el  torrentq

s a n g u í n e o  estaba  determinado por las  v á l v u l a s

C on

  ello

  Descartes intentaba  convertir  al sistema

vitalista  de Harvey en uno enteramente  m e c á n i c o .

Igualmente

  interesante es la

  r e a c c i ó n

  de Johan-

nes Walaeus (1604-1649), quien  d e f e n d i ó  la  c i r c u

l a c i ó n  de la sangre y  a l a b ó  el genio de Harvey en

Page 129: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 129/280

134

E L

  E S T U D I O  D E L

  H O M B R E

dos

  cartas

  publicadas en 1641. Concibiendo una

serie de experimentos con perros a los que se les

h a b í a n  practicado ligaduras vasculares, contribu

y ó

  a ampliar el conocimiento del torrente

  s a n g u í

neo. Su obra  t e n í a  peso  suficiente para  i n f l u i r

hasta

  en el propio Harvey. No obstante, la

r e p u t a c i ó n  de Harvey  m e r m ó  considerablemente

a los ojos de Walaeus cuando

  é s t e

  se

  e n t e r ó

  de

que el verdadero autor de ese descubrimiento ha

b í a

  sido el estadista veneciano Paolo Sarpi (1552-

1623).  Tras una intensa  i n v e s t i g a c i ó n ,  Walaeus

q u e d ó

  convencido (1645) de que, en efecto, ba

sando

  su obra en la de otros

  autores

  que se

remontaban a la

  A n t i g ü e d a d ,

  Sarpi

  h a b í a

  descu

bierto

  la

  c i r c u l a c i ó n

  de la

  sangre.

  Posteriormen

te,

  e s c r i b í a

  Walaeus, Sarpi

  h a b í a

  comunicado su

hallazgo a Harvey, quien  h a b í a  procedido a di

f u n d i r

  la doctr ina con su propio nombre.

E n

  las dos

  d é c a d a s

  posteriores a la

  p u b l i c a c i ó n

de

  De

  motu  coráis,  Harvey tuvo que soportar las

constantes

  injurias de

  James

  Primerose (m. en

1659),

  Jean  Riolan

  (1580-1657), Gui Patin  (1601-

1672)

  y otros autores, pero

  t a m b i é n

  es cierto que

su obra no  p a r e c i ó  satisfacer plenamente a todos.

S e g u í a n  en pie las

  dudas

  respecto a la  r e l a c i ó n

que

  e x i s t í a

  entre el sistema venoso y el arterial,

lo s  distintos  aspectos  de las dos  clases  de

  sangre

(venosa y arterial) la  f u n c i ó n  de los pulmones y

e l  papel que  d e s e m p e ñ a b a  el aire en la forma

c i ó n  de la  sangre  arterial. Harvey no  h a b í a p o d i

do resolver

  esas

  cuestiones, pero  v i v i ó  lo suficien

te para recibir los elogios de la

  m a y o r í a

  de sus

c o n t e m p o r á n e o s .  Poco  d e s p u é s  de su muerte, en

1659,  Marcello  M a l p i g h i  (1628-1694)  d e s c u b r i ó  la

Page 130: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 130/280

E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

135

anastomosis de las arterias y las  venas  cuando

examinaba el torrente  s a n g u í n e o  en el  p u l m ó n  de

una rana con ayuda de un microscopio. Catorce

a ñ o s

  más tarde,

  A n t o n i

  Leeuwenhoek (1632-

1 7 2 3 ) c o n f i r m ó

  las observaciones de

  M a l p i g h i

c o n  lentes de alta potencia . E l problema de la

r e s p i r a c i ó n

  fue investigado por miembros de las

primeras academias  c i e n t í f i c a s ,  especialmente la

Real

  Sociedad de Londres, y si los malogrados ex

perimentos de

  t r a n s f u s i ó n

  de la

  é p o c a

  parecieron

posibles fue gracias a la

  c o m p r e n s i ó n

  que se te

n í a  del torrente  s a n g u í n e o .  En cuanto a la  p r á c

tica  m é d i c a ,

  la decadencia de la

  t e o r í a

  de los

humores  d e s p e r t ó  un nuevo  i n t e r é s  por los com

ponentes

  q u í m i c o s

  de la sangre. A fines del si

g lo  xvn  h a b r í a n  de realizarse numerosos experi

mentos para curar las enfermedades mediante la

i n f u s i ó n  de  sustancias  q u í m i c a s .

C on  todo, al

  finalizar

  ese siglo el descubrimien

t o  de Harvey  s e g u í a  interesando profundamente

a quienes buscaban una  e x p l i c a c i ó n m í s t i c a  de la

naturaleza. Johann Rudolph Glauber, uno de los

ú l t i m o s  paracelsistas que  c o n t r i b u y ó  mucho al

desarrollo  del equipo  q u í m i c o  en gran  escala,

s o s t e n í a

  que la

  c i r c u l a c i ó n

  de la  sangre

  h a b í a

demostrado concluyentcmente la

  r e l a c i ó n s i m p á

tica

  que

  e x i s t í a

  entre el macrocosmos y el

  micro

cosmos (1658). En Inglater ra John Webster

(1610-1682)  juzgaba tan importantes los descu

brimientos

  de los misterios de la  sangre  debidos

a Robert

  Fludd

  y

  W i l l i a m

  Harvey, que

  p r o p o n í a

fuesen adoptados como parte de una reforma

necesaria al programa de estudios en

  O x f o r d

  y

Cambridge  (1654). Y  hasta  el alquimista Elias

Page 131: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 131/280

136 E L  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

Ashmole  (1617-1692), uno de los miembros más

antiguos de la Real Sociedad, se

  r e f e r í a

  a Harvey

como al hombre "que por sus muchos y eminentes

descubrimientos se ha hecho merecedor de que se

le  erija  una  estatua,  no de  m á r m o l ,  sino de oro"

(1652).

L a  historia del descubrimiento de la  c i r c u l a c i ó n

de la

  sangre  p o d r í a

  escribirse

  f á c i l m e n t e  desde

el  punto de vista del  avance  progresivo del cono

cimiento.

  P o d r í a m o s

  mencionar toda una serie

de descubrimientos en el periodo que va de Ve

salio a Harvey. No obstante,  esos  descubrimien

tos se  s i t ú a n  en un contexto de

  temas

  familiares.

E l

  renacimiento

  a n a t ó m i c o

  del siglo xvi se

  b a s ó

en varios siglos de

  a n a t o m í a s p ú b l i c a s

  practica

das en las universidades de Europa. Y en  este

caso,

 como en el de la

  b o t á n i c a ,

  podemos apreciar

la

  eficacia de la nueva

  u n i ó n

  del

 arte

  con la

 obser

v a c i ó n .

  Y en cuanto al humanismo, en

  n i n g ú n

otro  campo

  e j e r c i ó

  mayor influencia. Las

  nuevas

ediciones de la obra de Galeno en

  l a t í n

  y en

griego despertaron un nuevo

  i n t e r é s

  por la inves

t i g a c i ó n a n a t ó m i c a

  y

  f i s i o l ó g i c a .

  Hemos notado

ese

  i n t e r é s

  en Londres, con Thomas Linacre, en

P a r í s ,

  con Guinter de Andernach, y en toda esa

serie de

  maestros

  de

  Padua

  que se inspiraron en

la

  obra del

  m é d i c o

  griego del siglo I I

L a  nueva  a n a t o m í a  y todos los  antecedentes  del

descubrimiento de la

  c i r c u l a c i ó n

  de la

  sangre

  es

t á n  vinculados principalmente a la Universidad

de

  Padua.

  En

  é s t a

  se dio gran importancia a la

obra de

  A r i s t ó t e l e s

  y Galeno, y la influencia

de

  é s t o s

  es manifiesta en las figuras

  destacadas

  de

este  desarrollo. Todas ellas aprobaban la corree-

Page 132: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 132/280

Page 133: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 133/280

138

E L

  E S T U D I O  D E L  H O M B R E

rias mayores. Pero

  todas

  las explicaciones que se

h a b í a n  propuesto  p r e s u p o n í a n  la existencia de un

vasto sistema de  i r r i g a c i ó n  cuya  f u n c i ó n  era Ja

c o n s t r u c c i ó n  de los tejidos. Y si alguien  h a b í a

hablado

  antes

  de una  c i r c u l a c i ó n m í s t i c a  de la

sangre,

 Harvey se  r e f e r í a  ahora a  a u t é n t i c o s  expe

rimentos

  y

  a d u c í a  un irrefutable argumento cuan

t i t a t i v o .  Se ha sugerido que la obra de Harvey fue

la

  primera

  e x p l i c a c i ó n  adecuada

  de un proceso

corporal,  el punto de partida del camino que con

dujo

  a la

  f i s i o l o g í a

  moderna. A decir verdad,

  des

p u é s

  de él

  c a m b i ó

  la actitud

  ante

  los

  procesos

vitales.  Las antiguas referencias a un  indefinible

calor  innato, una fuerza  n e u m á t i c a ,  los  e s p í r i t u s

animales y los  archei  internos iban a ser rempla

zadas  por una nueva  b ú s q u e d a  de conceptos  f ís i

cos más simples.

Page 134: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 134/280

V .

  U N N U E V O S I S T E M A D E L M U N D O

Los

  debates

  q u e

  hemos

 examinado  en la  medicina,

l a b o t á n i c a y l a f i s i o l o g í a d e

  fines

  d e l

  siglo

  x v i

y

  principios  d e l x v n

  tienen  notables

  paralelos  en

los  campos  d e l a a s t r o n o m í a y l a f í s i c a .  Nueva

mente observamos

  e l  efecto  de los

  estudios

  huma

n í s t i c o s  dando  p o r

  resultado

  u n a s i g n i f i c a t i v a ,

r e v i s i ó n  (Vesalio,  1 5 4 3 ; C o p é r n i c o ,

  1543).

  Y , un a

v e z m á s , u n

  largo  periodo

  d e a s i m i l a c i ó n y

  con

troversias  q ue d a r í a  origen  a

  nuevos

  descubri

mientos

  e

  interpretaciones,

  esenciales

  para

  f u t u

ro s  avances  (Harvey,  1628;  Kepler  y  Galileo,  1609

y

  1632).

Resolver

  lo s

  problemas relacionados

  co n e l m o

vimiento

  de la  Tierra  r e q u e r í a n o s ó l o u n a  rees

t r u c t u r a c i ó n d e l o s

  cielos,

  sino  t a m b i é n e l  des

a r r o l l o d e u n a

  nueva

  f í s i c a de l

  movimiento

  — é s t a ,

u n a  meta  q u e s ó l o h a b r í a d e  alcanzarse  plena

mente

  hasta

  1687 , con l a publ icac ión de los  Prin-

cipia  mathematica

  de

  Isaac

  Newton.

  L a

  histo

r i a í n t e g r a d e  este  ú l t i m o  desarrollo

  pertenece

propiamente  a  otro  volumen  de

  esta

  serie.  Mas la

a c e p t a c i ó n d e l  sistema  copernicano

  implicaba

factores  que  rebasaban  l a m e c á n i c a d e l m o v i

miento

  y la c o s m o l o g í a . T a m b i é n en

  este

  caso

  e l

 

misticismo  i n f l u y ó e n l a m o t i v a c i ó n d e l a s  figuras

centrales;  no  menos

  importantes

  fueron  los

  pro

blemas

  t e o l ó g i c o s q u e

  causaron

  profundas  d i v i -  \

siones.

Page 135: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 135/280

140 UN  N U E V O  S I S T E M A  D E L  M U N D O

L A   A N T I G Ü E D A D  Y LA  A S T R O N O M Í A  D E L  R E N A C I M I E N T O

Como en los

  d e m á s

  campos, la

  a s t r o n o m í a

  del

Renacimiento se  b a s ó  en la obra de los antiguos.

Dos

  sistemas  c o s m o l ó g i c o s

  dominaban en la

  l i t e

ratura  a s t r o n ó m i c a .  E l pr imero de ellos, el de

Eudoxio,

  Calipo y

  A r i s t ó t e l e s ,

  se

  v a l í a

  de una

i

 serie de  esferas  c o n c é n t r i c a s  para explicar la

1

 r o t a c i ó n

  diurna de las estrellas y los movimientos

,del  Sol, la Luna y los  planetas  (figura  V . l ) . Para

¡ e x p l i c a r

  la variedad de los movimientos observa-

idos,  se asignaron

  hasta

  cuatro  esferas  a  cada  uno

ide los planetas. Con un

  n ú m e r o  adecuado

  de

esferas,

  debidamente

  ordenadas,

  era posible ex

plicar

  movimientos tan complejos como la prece

s i ó n  de los equinoccios y la  r e t r o g r e s i ó n  de los

planetas  contra el fondo de las estrellas. No obs

tante,  este  sistema,  aunque  gozaba de populari

dad, no explicaba el hecho de que el Sol, la Luna

y

  los

  planetas

  p a r e c í a n

  hallarse

  p e r i ó d i c a m e n t e

  a

distintas distancias de la Tierra, ya que variaban

¿ u b r i l l o  y sus dimensiones  aparentes.

I —

Para  resolver ese problema y eliminar las in

exactitudes de la  c o s m o l o g í a a r i s t o t é l i c a ,  los as

t r ó n o m o s

  alejandrinos de los siglos

  11

 y n i a.c.

(especialmente  A p o l o n i o  de  Perga  e Hiparco)

refundieron  los

  datos

  disponibles en un nuevo

sistema.  Este  sistema, a su vez, fue revisado y

ampliado para integrar el sistema complejo, ver

daderamente  m a t e m á t i c o ,  que  c o n s t r u y ó  Claudio

Ptolomeo en el siglo

  I I

 de nuestra era. Fue al

sistema tolemaico, tal como lo  h a b í a  expuesto su

autor en su

  l i b r o

  Almagesto,  al que guardaron

Page 136: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 136/280

Page 137: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 137/280

142

U N

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  M U N D O

f i d e l i d a d  la mayor parte de los  a s t r ó n o m o s

  hasta

e l  siglo xvn.

• L a a s t r o n o m í a  de Ptolomeo conservaba las an

tiguas

  esferas,

  pero

  a ñ a d í a

  una serie de

  c í r c u l o s

j  (preservando así el movimien to "perfecto" de los

cielos)  para explicar con mayor

  p r e c i s i ó n

  los fe

n ó m e n o s  observados. En el

  caso

  más simple, un

planeta

  p o d í a

  localizarse en un

  c í r c u l o

  deferente

o mayor —si  p a r e c í a  moverse alrededor de la

Tierra

  con perfecta circularidad. Sin embargo,

semejante  p e r f e c c i ó n  —salvo en lo que se  r e f e r í a

a las estrellas— no existia. En vista de  e l l o ,  se

introdujo  otra serie de  c í r c u l o s .  E l  epiciclo,  con

su centro situado en la circunferencia del defe

rente, giraba mientras  avanzaba  con el  movimien

to

  del deferente.

  Este

  movimiento dual explicaba

tanto las variaciones  aparentes  de las distancias

como las retrogresiones planetarias  (figuras  V.2

y

  V.3). Otras ir regularidades obligaron a Ptolo

meo a situar a la Tierra a cierta distancia del Sol

y

  a

  u t i l i z a r c í r c u l o s e x c é n t r i c o s

  ("fuera del cen

t r o " )  y  c í r c u l o s  ecuantes.  Con ayuda de  estos

ú l t i m o s  se explicaban los  aparentes  cambios de

velocidad  de los planetas. En  este

  caso,

  los  á n g u

los  iguales (que se originaban en un punto situa

do fuera del centro del  c í r c u l o )  se localizaban en

periodos iguales de tiempo. Combinaciones de

todos  estos  a r t i f i c i o s  produjeron un sistema as-

j

  t r o n ó m i c o  complejo (aunque no perfecto) que

' p e r m i t í a  explicar y predecir con

  bastante

  exacti

t u d  los movimientos

  celestes.

Pero si Ptolomeo y

 A r i s t ó t e l e s

  eclipsaban a otros

sabios

  de la  A n t i g ü e d a d ,  sus  sistemas  c o s m o l ó

gicos no representaban toda la gama del  pensa-

Page 138: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 138/280

UN  N U E V O  S I S T E M A  D E L MUNDO 143

miento  as t ronómico  de ese periodo. En el siglo v

a.c.

  algunos

  seguidores  de

  Pi tágoras

  (especial

mente  Filolao)  hab ían  propuesto  un universo en

cuyo centro

  a rd ía

  un fuego central y alrededor

del  cual giraban  todos  los  cuerpos  celestes,  i n c l u

yendo la Tierra, el Sol y una antitierra.  Poste

riormente, Aristarco de

  Samos

  (siglo m a.c.)

a r g u me n t a r í a

  que, en  caso  de que la Tierra  girase

diariamente  sobre  su eje y al mismo tiempo gira

se

  anualmente

  alrededor del Sol, no se

  percibir ía

n ingún

  cambio. No  obstante,

 este

  sistema

  "coper-

i

  • • í 1

a u r o 

F I G U R A

  \2,

  Un ejemplo de la aparente  retrogradación

de Marte

  visto

  contra el  fondo  de las estrellas fijas . De

Thomas S.

  K u h n ,

  The Copernican Revolution

  (Cambridge,

Mass.,

  Harvard  University Press, 1957), p. 48. Copyright

1957, por el rector y los  profesores asociados  de  Harvard

College.

Page 139: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 139/280

144 UN  N U E V O

  S I S T E M A

  D E L MUNDO

r ú c a n o "  no fue formulado  m a t e m á t i c a m e n t e ,  y de

Aristarco  s ó l o  se  conserva  su  c á l c u l o  de las dimen

siones  del Sol y la Luna y las  distancias  de  é s t o s

respecto

  de la Tierra. Mayor influencia

  e j e r c e r í a

la  obra de  H e r á c l i d e s  de

  Ponto

  (siglo iv a.c),

quien afirmaba que  nada  explicaba mejor el  D I O

F I G U R A   V.3.

  P a r a

  explicar la

  r e t r o g r a d a c i ó n

  en el sistema

tolemaico,  un planeta se

  m o v í a

  en un epiciclo

  cuyo

  cen

tro estaba en un  punto  de la circunferencia de un

c í r c u l o

  mayor,

  deferente

  y

  m ó v i l

  (izquierda). Las

  m ú l t i

ples

  rotaciones

  p r o d u c í a n  una serie de rizos o movimien

tos  aparentemente  r e t r ó g r a d o s  cuando se observaban

contra las estrellas. De Thomas  K u h n ,  The  Copemican

Revolution

  (Cambridge, Mass. ,

  H a r v a r d

  University Press,

1957), p. 68. Copyright 1957, por el rector y los

  profesores

asociados

  de

  H a r v a r d

  College.

vimiento  de las

  estrellas

  que la  r o t a c i ó n  diurna

de la Tierra, y que el

  hecho

  de que Mercurio y

Venus no se vieran  nunca

  alejados

  del Sol indica

ba que  estos  planetas  giraban

  alrededor

  del Sol.

Marciano Capella y Macrobio

  (ambos

  del siglo v

d.c.) repitieron las opiniones de  H e r á c l i d e s  en las

p o s t r i m e r í a s  de la  A n t i g ü e d a d ,  en

  textos

  que so-

Page 140: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 140/280

U N   N U E V O  S I S T E M A  D E L M U N D O 145

brevivieron  a los  embates  de los  b á r b a r o s  y fue

r o n

  utilizados  hasta  que en los siglos x n y x m

se recuperaron obras  c i e n t í f i c a s  más completas^-

L o s a s t r ó n o m o s

  musulmanes hicieron sus pro

pios comentarios y revisiones de Ptolomeo, y és

tos —junto con los textos originales— fueron

transmitidos  a Europa occidental en el siglo x n .

Se escribieron tratados introductor ios de astro

n o m í a  (el más popular de  é s t o s  fue el de John de

H o l l y w o o d  —Johannes  Sacrobosco—, hacia 1230)

y  los traductores elaboraron versiones kn  l a t í n  de

las obras  c o s m o l ó g i c a s  de Ptolomeo y  A r i s t ó t e l e s .

Aunque  más tarde  s e r í a n  criticadas por sus in

exactitudes,  esas  traducciones mantuvieron su

influencia

  hasta

  el siglo xvi .

E n  el curso del siglo x m se  c o n d e n ó  a  A r i s t ó

teles por  razones

  t e o l ó g i c a s ,

  pues  en sus libros

de  f i l o s o f í a  natural  e x p o n í a  juicios  que entraban

en

  c o n f l i c t o

  con el dogma cristiano. Se alegaba

que la  a c e p t a c i ó n l i t e r a l  de su obra  p o d í a  condu

c i r

  a la

  n e g a c i ó n

  de la

  c r e a c i ó n d i v in a ,

  la verdad

de la  E u c a r i s t í a ,  la  posibilidad  de los milagros y

l a

  inmorta lidad del alma. Una vez  rechazadas

como textos  d o g m á t i c o s ,  las obras que integraban

e l

  corpus

  a r i s t o t é l i c o

  fueron objeto de controver

sias.

  De hecho, varias de las cuestiones discutidas

a fines del siglo x m y el xiv estaban  relacionadas

co n  la  a s t r o n o m í a  y la  c o s m o l o g í a ,  tales como la

posibilidad

  de una pluralidad de mundos

  y_el

  i

movimiento  de la Tierra. Temas  semejantes  iban|

a interesar especialmente a  N i c o l á s  de Cusa  (1401-1

1464),

  quien

  e s c r i b i ó

  acerca

  de un universo

  i l i m i -

 ]

tado (aunque no  i n f i n i t o )  cuyas  partes  se hallabanj

todas  en movimiento. Y si bien es  d i f í c i l  deter-

Page 141: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 141/280

146 UN

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L MUNDO

minar

  qu é  en tendía  exactamente por movimien to

de la Tierra, seguramente

  habr ía

  rechazado mu

chas

  de las opiniones de los  a s t rónomos  contem

p o r á n e o s .

E l  renacimiento  humanís t ico afectó  a la astro

nomía

  en varias formas.  El Cusano  es un ejemplo

de la nueva influencia que  ejerció  el platonismo

en los

  sabios

 del siglo xv.  Marsilio

  Ficino

  es otro.

Los

  intereses  míst icos  de  Ficino  se reflejan en su

t raducción

  del

  Corpus hermeticum

  y en la rap

sodia que compuso al Sol (en su obra

  De

  Solé ,

donde imitaba los antiguos textos  h e r m é t i c o s :

Nada revela la naturaleza del  Bien  [que es

Dios]

  con más plenitud que la [luz del Sol]. En

primer  lugar, la luz es el más brillante y el más

claro  de los objetos sensibles. En segundo lu

gar,  nada  se extiende con tanta

  facilidad,

  am

p l i t u d  y rapidez como la luz. En tercer lugar,

al

  igual  que una caricia, penetra

  todas

  las

  cosas

sin  dañar las  y con la mayor suavidad. En cuar

to  lugar, el calor que la

  acompaña

  anima y

nutre

  todas

  las

  cosas

 y es el generador y motor

universal.. .

  De modo  similar,  el

  Bien

  se extien

de a  todas partes  y cautiva y

 atrae

  todas  las co

sas. No obra por

  c o m p u l s i ó n ,

  sino en  v i r t u d

del  amor que lo  a c o m p a ñ a ,  como el calor [que

acompaña

  a la luz].

  Este

  amor

  seduce

  a todos

los

  objetos para que libremente abracen el

B i e n . . .

  Y en cuanto a la luz,  ésta  es tal vez

el  sentido de la vista del

  espír i tu

  celestial, o su

acto de ver, que obra a distancia y une

  todas

las  cosas  con el  cielo,  aunque  j a m á s  abandone

el

  cielo ni se mezcle con las

  cosas

  externas...

Basta que

  contempléis

  los cielos, os lo ruego,

ciudadanos de la patria celestial... El Sol pue-

Page 142: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 142/280

U N

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L MUNDO  147

de ser

  para

  vosotros un signo de Dios y,  ¿ q u i é n

o s a r í a  decir que el Sol es falso?

1

Ficino

  afirmaba que el Sol  h a b í a  sido lo  p r i

mero que se

  h a b í a

  creado

  y que se le

  h a b í a

  colo

cado  en el centro de los cielos.

M u y  distinta era la obra de Georg  Peuerbach,

de la Universidad de Viena, quien, en sus

  Theori-

cae novae planetarum  (publicado hacia 1473), des

c r i b í a

  con

  t é r m i n o s t é c n i c o s

  un

  sistema

  planeta

r i o  perfeccionado  basado  en el de Ptolomeo. Con

vencido de la

  necesidad

  de contar con un texto

m á s  f i e l  de Ptolomeo,  p l a n e ó  un viaje a  I t a l i a  en

c o m p a ñ í a  de su  d i s c í p u l o  y  asistente

  Johannes

M ü l l e r  {el Regiomontano).  A l mori r ,  Peuerbach

h a b í a

  terminado los primeros

  seis

  libros de un

Epítome  del  Almagesto,  y el Regiomontano  a c a b ó

su obra, la que  s e r í a  publicada por primera vez

veinte  a ñ o s d e s p u é s  de su propia muerte  (figu

ra WA).

  La  p u b l i c a c i ó n  del texto  í n t e g r o  del

Almagesto

  t e n d r í a

  que

  esperar  hasta

  1515, cuan

do  a p a r e c i ó  en la  v e r s i ó n  que  h a b í a

  hecho

  Ge

rardo de Cremona en el siglo x m . Una nueva

t r a d u c c i ó n  del griego no  h a b r í a  de

  aparecer

  im

presa

  hasta

  1528.

C

O P É R N I C O   Y U N

  S

O L  E S T A C I O N A R I O

Y a  hemos  dicho que la primera

  fase

  de la Revo

l u c i ó n c i e n t í f i c a i m p l i c ó  un retorno al estudio

1

  Las citas de Ficino y Melanchton  e s t á n  tomadas de

Thomas S.

  K u h n ,

  The Copernican Revolution:

  Planetary

Astronomy

  in the

  Development

  of

  Western

  Thought

  ( C a m

bridge, Mass.,  H a r v a r d  University Press, 1957),  p á g i

nas 129 y 191.

Page 143: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 143/280

F I G U R A   V.4. Ptolomeo y  el Regiomontano  —frontispicio

d e l   Epítome  que el segundo hizo del

  Almagesto

  (1496).

C o r t e s í a  de la Newberry  L i b r a r y ,

  Chicago.

Page 144: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 144/280

U N N U E V O S I S T E M A

  D E L MUNDO

149

de las fuentes antiguas.

  Ello  significaba

  para

algunos un regreso a  Aristóteles  y para otros un

regreso a Galeno. Un tercer grupo

  perseguía

  la

verdad

  en la

  búsqueda

  del conocimiento

  divino

que

  había poseído Adán

  (la

  prisco,

  theologiá),

mediante el estudio de los textos  herméticos.  La

influencia

  del hermetismo en la

  cosmología

  del

Renacimiento  es evidente en los escritos de Fi

cino,

  mientras que  Girolamo  Fracastoro

  (¿1478?-

1553) describía  en 1538 un renovado sistema aris

totélico

  de

  esferas  concéntr icas.

  A

  juicio

  de

  éste,

el

  antes

  difícil  problema de explicar la  variación

de las distancias se

  resolvía fácilmente

  con supo

ner que variaba la transparencia de las  esferas

cristalinas,

  lo cual provocaba en el observador

terrestre la  ilusión  de que variaban las distancias.

Mas,

  a  pesar  de la

  influencia

  de

  Aristojtfil.es

  y

Hermesr^s^indtídable....que  Ptolomeo reinaba so--

'bera'rib  sobré

  los

  as t rónomos

  humanistas,, y era

a~

 Pt7Jtomee

''TTpien  jn ás debía

:

-<iopérnico.

s

—-Copérnico nació  en

  Thorn,

  Polonia, en 1473,

fecha

  en que probablemente  apareció  la primera

edición  del texto  as t ronómico  de Peuerbach. A

los  dieciocho años  se  matr iculó  en la  Universidad

de Cracovia, donde  inició  su extensa  colección  de

libros

  astronómicos

  y

  matemáticos.

  En 1496

—año  en que  apareció  la primera edición  del  Epí

tome  del

  Almagesto

  preparada por

  el Regiomon

tano— se  t ras ladó  a

  Bolonia

  para estudiar dere

cho

  canónico.

  Tras una breve

  visita

  al hogar

(1501),  regresó  a estudiar a  Padua,  y en 1503 se

graduó

  de doctor en derecho

  canónico

  en Ferrara.

En

  Bolonia

  y en  Padua  Copérnico había  manteni

do

  contacto con doctos

  ast rónomos.

  E n

  Bolonia

Page 145: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 145/280

150 U N

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  M U N D O

h a b í a  conocido a Domenico  Maria  da Novara

(1454-1504)

  y en  Padua  r e s i d í a  Girolamo

  Fracas-

toro.  Este  ú l t i m o , a d e m á s  de  a s t r ó n o m o ,  era fi

l ó s o f o

  y

  m é d i c o ,

  y

  C o p é r n i c o

  se

  d e d i c ó

  a la medi

cina

  d e s p u é s  de doctorarse en derecho. En  a ñ o s

posteriores  h a b r í a  de aplicar sus conocimientos

de medicina como parte de sus

  deberes

  regulares

en Polonia.

E n  1506  r e g r e s ó  a su tierra natal, donde se

e s t a b l e c i ó

  en forma permanente y

  f o r m ó

  parte

d e l

  gobierno del

  p e q u e ñ o  estado

  de Ermeland,

participando  frecuentemente en decisiones de ca

r á c t e r m é d i c o

  y

  e c o n ó m i c o .

  En

  I t a l i a , C o p é r n i c o

h a b í a  aprendido griego, y se le  p o d r í a i n c l u i r

entre los literatos menores del humanismo, ya

que en 1509  p u b l i c ó  una  t r a d u c c i ó n  de los poemas

de Teofilacto Simocatta, escritor bizantino del

siglo

  vn. Pero aunque  ello  ciertamente no cons

t i t u y ó

  un acontecimiento memorable en los

  c í r c u

los  humanistas, ese volumen tiene  i n t e r é s  por un

poema in troductorio donde se elogia al traductor

p o r  sus investigaciones  a s t r o n ó m i c a s .  Ya enton

ces

  C o p é r n i c o

  comenzaba a ser conocido como

a s t r ó n o m o ;  en 1514, cuando se consideraba la

reforma  del calendario, fue invitado a Roma (in

v i t a c i ó n

  que

  d e c l i n ó )

  para participar en las

  de l i

beraciones.

A

  pesar

  de que aún no  h a b í a  publicado  nada,

salvo su breve  t r a d u c c i ó n ,  muchos de sus amigos

de Polonia e  I t a l i a c o n o c í a n  sus intereses.  A l g u

nas de las observaciones publicadas en su obra

De

  revolutionibus orbium coelestium

  (1543) da

t a n  de sus  d í a s  de estudiante en  I t a l i a .  Pero para

1512 su  c o n c e p c i ó n  de un universo  h e l i o c é n t r i c o

Page 146: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 146/280

U N  N U E V O  S I S T E M A  D E L M U N D O 151

( " h e l i o s t á t i c o " s e r í a  la palabra más apropiada,

pues

  C o p é r n i c o  no  s i t u ó  al Sol exactamente en el

centro)  ya  h a b í a  sido desarrollada plenamente

en el manuscrito que se conoce

  c o m ú n m e n t e

como  el  Commentariolus.  En  é s t e h a c í a  un' es

bozo de su  t e o r í a  y apuntaba algunas de sus

consecuencias —informando al lector que, a la

s a z ó n ,  se ocupaba en un estudio más amplio del

tema.

L a

  idea de una

  Tierra

  en movimiento

  p a r e c í a

contraria  al sentido  c o m ú n  y  h a b í a  presentado

innumerables dificultades a los antiguos. Ptolo

meo  h a b í a  advertido que, si se  m o v í a ,  la  Tierra

h a b r í a  dejado  a t r á s  a todos los objetos que no

hubiesen

  estado

  afianzados a su superficie. Un

caso

  especial era el de una piedra dejada

  caer

desde  una altura considerable. Si la

  Tierra

  se

m o v í a ,  la piedra  s e r í a  llevada varias

  millas

  lejos

en los pocos  segundos  que durara su  c a í d a .  E l

hecho de que para el observador la piedra cayera

en

  l í n e a

  recta

  p a r e c í a

  ser una prueba concluyente

para quienes  s o s t e n í a n  que la  Tierra  estaba  en

reposo.  C o p é r n i c o h a b r í a  de argumentar que la

Tierra  llevaba consigo el aire que le rodeaba (y,

p o r

  esta

  r a z ó n ,  la piedra en  c u e s t i ó n s e r í a  arras

trada por

  é s t e ) ,

  pero su argumento

  p a r e c i ó

  de

leznable a muchos de sus  c o n t e m p o r á n e o s .

¿ P o r  qu é  r e c u r r i ó  entonces a un sistema helios

t á t i c o ?  Se ha dicho que de no haberlo hecho se

h a b r í a  visto obligado a aceptar la  i n t e r s e c c i ó n  de

las

  esferas

  de Marte y el Sol en el curso de sus

revoluciones.

  Ciertamente,

  ello

  h a b r í a

  sido ina

ceptable para quien se aferraba  t o d a v í a  a la exis

tencia  de las  esferas  cristalinas. Pero existen

Page 147: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 147/280

152 UN

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  M U N D O

otras consideraciones,  q u i z á s  menos racionales,

que no pueden  pasarse  por alto. En el  De revolu-

tionibus

  C o p é r n i c o  afirmaba que su obra no ha

c í a

  sino

  r e v i v i r

  las doctrinas

  p i t a g ó r i c a s

  de la

A n t i g ü e d a d .  Mas,  d e s p u é s  de describir el orden

que guardaban los planetas,  c o n c l u í a :

e l

  Sol reside en el centro de todo.

  ¿ Q u i é n ,

  en

j verdad, en  este  templo que es la suma magni-

.

  ficencia,

  h a b r í a

  puesto la luz en otro o mejor

/ s i t io

  que aquel

  desde

  el cual pudiese

  i l u m i

narlo  todo a un mismo tiempo? Por tanto, no es

impropiamente  que algunos lo llaman la  l á m

para del mundo, otros su mente, otros su  sobe

rano. Trismegisto [lo llama] el dios  v i s i b l e ;  la

Electra

  de

  S ó f o c l e s ,

  el que todo lo ve. Así, deci

didamente, por cuanto reside en la

  sede

  real, el

S ol  gobierna a la  f a m i l i a  de las estrellas que le

rodean.

2

Cualquiera

  que haya sido la  causa,  C o p é r n i c o

y a h a b í a

  establecido su sistema cuando

  t e n í a

cuarenta  a ñ o s  de edad, si no

  antes.

  ¿ P o r  qué espe

r ó  entonces  otras  tres  d é c a d a s  para publicarlo?

E n  el prefacio al  De  revoluíionibus,  dedicado al

papa,  comentaba que su renuencia  o b e d e c í a  a su

temor de provocar la  r e a c c i ó n  de los ignorantes.

L a a s t r o n o m í a  era un asunto para los  m a t e m á t i

cos, no para el  v u l g o .  Y, en efecto,

  nada

  indica

que

  deseara

  publicar cuando un sabio luterano de

la  Universidad de Wittenberg, Georg Joachim

Rheticus (1514-1574),  l l e g ó  a Ermeland en 1539

2

  La cita de

  C o p é r n i c o e s t á

  tomada de Alexandre

  K o y r é ,

From  the Closed World to the Infinite Universe  (Nueva

Y o r k ,

  H a r p e r  Torchbook, 1957), p. 33.

Page 148: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 148/280

U N   N U E V O  S I S T E M A  D E L M U N D O 153

c o n

  un solo

  p r o p ó s i t o

  en mente: aprender más de

esa nueva  t e o r í a ,  de la cual  hasta  entonces no

h a b í a

  escuchado sino rumores.

  C o p é r n i c o ,

  genero

so con su tiempo, le dio a conocer los frutos de la

i n v e s t i g a c i ó n  que  h a b í a  llevado a cabo en los' úl

timos

  cuarenta  a ñ o s ,  y en doce  meses  Rheticus

h a b í a  escrito un breve manuscrito donde descri

b í a  el sistema copernicano. Esa  Narrado prima

c o n t ó  con un  n ú m e r o  relativamente grande de

lectores y  a l c a n z ó  dos ediciones

  (M540

  y 1541).

Alentado  por esa

  respuesta,

  Rheticus  i n s t ó  a Co

p é r n i c o  a que publicara toda su obra.

F i á n d o s e  de la promesa que le  h a b í a  hecho

Rheticus,

 de que él se  e n c a r g a r í a  de

  llevar

  su  l i b r o

a las

  prensas,

  C o p é r n i c o

  le

  c o n f i ó

  el manuscrito.

E n

  realidad Rheticus no

  v i v i ó

  para

  cumplir

  su

promesa y, al publicarse, el volumen —que  l l e g é a

las manos de

  C o p é r n i c o

  poco

 antes

 de su muerte—

1

i n c l u í a  un prefacio sin  f i r m a  redactado por An

dreas

  Osiander (1498-1552),

  c l é r i g o

  luterano que

s u g e r í a

  que el sistema expuesto en el

  l i b r o

  era

fundamentalmente un

  a r t i f i c i o m a t e m á t i c o  des

tinado

  a  f a c i l i t a r  los  c á l c u l o s a s t r o n ó m i c o s .  Ésa

no

  h a b í a

  sido de ninguna manera la

  i n t e n c i ó n

  de

C o p é r n i c o ,  pero el hecho de que él no  h a b í a  sido

e l

  autor del prefacio fue ampliamente conocido

m á s  tarde en ese

  siglo.

L os

  conceptos

  b á s i c o s

  de

  C o p é r n i c o

  se encuen

tran  en el primer  l i b r o  del  De revolutionibus (fi

gura  V . 5 ) .

  En

  é s t e

  se traza el orden de los plane

tas y  t a m b i é n  percibimos de inmediato la pro

funda  influencia

  de Ptolomeo. A decir verdad,

C o p é r n i c o  no es' conocido por sus pjropias obser

vaciones, que en general fueron más

  escasas

 —y

Page 149: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 149/280

154 U N  N U E V O  S I S T E M A  D E L

  M U N D O

F I G U R A   V . 5 .  E l sistema copernicano del mundo con un

S o l

  central rodeado por las

  ó r b i t a s

  de los planetas,

  inclu

yendo la  T i e r r a  con su  s a t é l i t e  lunar.  De  C o p é r n i c o ,  De

revolutionibus orbium coelestium

  ( 1 5 4 3 ) ,

  sig. ci

v

.

ciertamente menos precisas— que las de algunos

de sus

  predecesores.  C o p é r n i c o

  tampoco

  s i m p l i

f i có  significativamente la antigua  a s t r o n o m í a  (fi

gura  V . 6 ) . S i g u i ó

  aceptando los

  c í r c u l o s

  deferentes

y

  los epiciclos de Ptolomeo, y

  d e s c u b r i ó

  que no

p o d í a

  situar al Sol precisamente en el centro,

como  tampoco los  a s t r ó n o m o s  anteriores  h a b í a n

Page 150: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 150/280

Page 151: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 151/280

156 UN

  N U E V O

  S I S T E M A

  D E L

  MUNDO

podido  situar a la  Tierra  en ese  sitio.  Y si  bien

se  el iminó  uno de

  esos

  recursos, el  círculo  ecuan-

te,

  por considerar que no

  tenía

  sentido

  f í s ica

mente,  pocas

  cosas

  más

  fueron  desechadas

  por

completo.

¡  En suma, se trataba de una  refundición  del sis

t ema de Ptolomeo. E l Sol, ahora en reposo, es-

¡taba

  cerca (pero realmente no en él) del centro

•matemático  del universo y circundado por los

planetas (entre los cuales se consideraba a la

Tierra,  con su  Luna  girando en un  epiciclo)  in

crustados en sus

  esferas

  cristalinas. El sistema

incluía  la  tradicional  esfera de las estrellas  fijas.

|

  A

 Copérnico

  le

 parecía

  que

 este

  sistema era más

''simple  y más armonioso que los anteriores —y,

según  s e ñ a l a b a ,  daba al majestuoso Sol un

  sitio

más  apropiado. Pero si el sistema copernicano

conservaba mucha de la

  complejidad

  del univer

so ptolemaico, en cierta medida lo  simplificaba.

No

  sólo

  se eliminaban los

  círculos

  ecuantes,

  sino

que  también  se consideraban superfluos los  epi

ciclos,  con los que se explicaba el  movimiento

re t rógrado  de los planetas  (figura  V.7). Este mo

vimiento

  de los planetas contra el fondo de las

estrellas

  fijas,

  en

  forma

  de

  rizo,

  podía

  explicarse

ahora como el resultado de las posiciones y  velo

cidades relativas de la

 Tierra

  y los planetas obser

vados. Por otra parte, el sistema copernicano de

mostraba ser  útil  para determinar las distancias

relativas

  de los planetas respecto del Sol, por

medio

  de simples

  métodos t r igonométr icos

  (figu

ra V

.8).

Page 152: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 152/280

U N  N U E V O  S I S T E M A  D E L M U N D O  157

la

 Tlam

F I G U R A   V.7 E n el si stema copernicano, el movimiento

r e t r ó g r a d o  se explica en  f u n c i ó n  de los movimientos de

l a T i e r r a  y el otro planeta observado.  T a m b i é n  en

  este

caso se observan aparentes retrocesos en las trayectorias

planetarias

  —vistas contra el

  fondo

  de las estrellas.

D e

  Thomas S.

  K u h n ,

  The Copernican Revolution

  ( C a m

bridge,

  Mass.,

  H a r v a r d  University

  Press,

  1957), p. 165.

Copyright

  1957, por el rector y los profesores asociados

de  H a r v a r d  College.

L A  P A R A L A J E  E S T E L A R  Y E L T A M A Ñ O

  D E L  U N I V E R S O

Pero si la nueva  e x p l i c a c i ó n  de la  r e t r o g r e s i ó n '

c o n s t i t u í a

  un

  t r i u n f o

  de la

  t e o r í a

  copernicana,,

otros  problemas siguieron preocupando a

  losj

a s t r ó n o m o s

  de fines del siglo

  x v i .

 Las leyes

  f í s i c a s

de una

  Tierra

  en  movimiento  s ó l o h a b r í a n  de

descubrirse

  hasta

  el

  siglo

  siguiente, mas la

  cues

t i ó n  de la paralaje estelar iba a ocupar la  a t e n c i ó n

de muchos

  a s t r ó n o m o s

  del

  siglo  x v i .

  Si la

  Tierra

Page 153: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 153/280

158

  UN

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  M U N D O

F I G U R A   V.8. E l sistema copernicano

  p e r m i t i ó

  determinar

realmente las distancias relativas de los planetas. E n él,

e l  valor  m á x i m o  del  á n g u l o  alfa  s ó l o  puede darse cuando

l a l í n e a  visual de la  T i e r r a  a Venus es tangencial a la ór

bita  de Venus. Conociendo los tres  á n g u l o s  no es  d i f í c i l

determinar

  el radio orbital de Venus (o de cualquier otro

planeta)  c o m p a r á n d o l o  con el de la  T i e r r a .  De I.  B e r n a r d

C o h é n ,  The Birth of a New Physics.  Copyright 1960, E du-

cational

  Services, Inc. Reproducido con la  a u t o r i z a c i ó n

de Doubleday & Company, Inc.

giraba anualmente alrededor del Sol, se razonaba,

e l

  observador

  d e b í a

  experimentar un cambio

cuantificable  en su  v i s i ó n  de una estrella

  dada,

por lo

  menos

  en el  caso  de que la magnitud del

universo fuera del orden sugerido por los

  anti

guos.  Pero  no se

  p e r c i b í a

  ninguna

  v a r i a c i ó n

  an-

Page 154: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 154/280

U N   N U E V O  S I S T E M A  D E L  M U N D O

159

guiar  semejante en intervalos de  seis meses.  Por

consiguiente, a muchos les  p a r e c í a  que la Tierra

d e b í a  estar  en reposo, y los partidarios de  C o p é r

nico

  tuvieron que replicar que el universo era

sumamente mayor de lo que los  a s t r ó n o m o s  se

h a b í a n  imaginado

  antes  (figura

  V.9). Aceptar

las  t e o r í a s  de  C o p é r n i c o  implicaba asimismo

  asu

m i r  una  p o s i c i ó n  respecto a las dimensiones del

universo.

Esta

  d i s c u s i ó n t e n í a

  sus  antecedentes.

  El Cu-

  •

sano

  h a b í a

  descrito un universo infinitamente ex-'

F I G U R A   V . 9 .

  E n el siglo xv i no se pensaba generalmente

que las estrellas pudieran hallarse a una distancia  i n c r e í

blemente grande de la  T i e r r a .  Por tanto, si el centro de

nuestro sistema era el Sol, al ocupar la  T i e r r a  distintas

posiciones en intervalos de seis

  meses

  las estrellas se

v e r í a n  necesariamente en distintos  á n g u l o s  de  e l e v a c i ó n .

E l

  á n g u l o  anual de la paralaje no se  d e t e r m i n ó r e a l

mente has ta 1838. De Thomas S.  K u h n ,  The Copernican

Revolution

  (Cambridge, Mass. ,

  H a r v a r d

  University Pres s,

1 9 5 7 ) ,

  p. 162. Copyright 1957, por el rector y los profe

sores asociados de  H a r v a r d  College.

Page 155: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 155/280

160 UN  N U E V O  S I S T E M A  D E L  MUNDO

tenso, y Giordano Bruno  ( ¿1548P-1600 ) ,  quien

h a b í a

  escrito acerca de un mundo

  i n f i n i t o

  y

  des

centralizado,  h a b í a  propuesto un sistema  similar.

De

  esta

  manera "se

  magnifica

  la excelencia de

Dios y se manifiesta la grandeza de su  reino;  Él es

glorificado,

  no en uno, sino en incontables Soles;

n o  en una sola

  Tierra,

  sino en miles de ellas, qué

digo,

  en un

  i n f i n i t o

  de mundos". Bruno

  s e n t í a

que  h a b í a  elevado a la

  Tierra

  a un nuevo  n ive l ,

e l

  de las estrellas. Pero agregaba que nuestra

Tierra

  giraba alrededor de nuestro Sol y, de un

modo  similar,

  un

  n ú m e r o i n f i n i t o

  de Tierras

h a c í a n  lo mismo en un  n ú m e r o i n f in i to  de siste

mas solares.

Las opiniones temerarias de Bruno se

  i n s c r i b í a n

en  un contexto de  misticismo  n e o p l a t ó n i c o  y her

m é t i c o .

  Y si sus opiniones se mezclaban con

especulaciones  t e o l ó g i c a s ,  igualmente discutibles,

que

  iban

  a ser la

  causa

  de que muriera en Roma

en  la hoguera, su rechazo de la esfera  i n m ó v i l  de

las estrellas fue recibido por otros con reacciones

mucho

  menos

  adversas.

  En Inglaterra, Thomas

Digges  ( ¿ 1 5 4 3 7 - 1 5 9 5 ) p a r a f r a s e ó

  el primer

 l i b r o

 del

De

  revolutionibus,  el que  a ñ a d i ó  a guisa de  a p é n

dice

  a una nueva

  e d i c i ó n

  que se hizo en 1576 de

u n

  almanaque perpetuo

  (figura

  V . 1 0 ) .

  Es la suya

l a e x p o s i c i ó n

  más importante del nuevo sistema

c o s m o l ó g i c o  que se hizo en Inglaterra en el  siglo

x v i ,

  y es importante

  t a m b i é n

  porque Digges

  e l i

minaba

  la esfera  i n m ó v i l  de las estrellas,  s e ñ a l a n

do

  que el "orbe de las estrellas"

  e s t á

  " f i j o i n f i n i

tamente arriba" y "se extiende en

  altitud

  e s f é r i

camente". Por tanto, es

  i n m ó v i l

  ese "palacio de

la  felicidad

  adornado con luces perpetuas, bri-

Page 156: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 156/280

UN  N U E V O

  S I S T E M A  D E L MUNDO

161

A

  perfic dcfcripc'on

 ofáie C^kíball Orbes,

tjAájfmmi.  &t.

a

  *>

 * * '

F I G U R A

  V.10. E l infinito universo copernicano de Thomas

Digges.  De  Francis  R. Johnson,

  Astronomical Thought in

Renaissance England: A Sludy of the English Scientific

Writings  from 1500 to 1645,  p. 166. Copyright 1937, The

Johns  Hopkins University Press.

liantes y gloriosas", las

  cuales

  son innumerables

y

  "aventajan con mucho a nuestro Sol tanto en

cantidad

  como en calidad". Ésa es "la corte mis-

Page 157: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 157/280

Page 158: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 158/280

UN  N U E V O

  S I S T E M A

  D E L  MUNDO  163

F I G U R A   V . l l .  William Gilbert  —al igual que Digges— re

chazaba

  la esfera tradicional de las estrellas

  fijas.

  De su

libro.

  De mundo sublunari philosophia nova,

  publicado

postumamente en Amsterdam (1651).  Cortes ía  de la New

berry

  L i b r a r y ,

  Chicago.

Page 159: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 159/280

 64 U N  N U E V O  S I S T E M A  D E L  M U N D O

universidades del norte de Europa y  p a r e c í a  des

tinado

  a una carrera  p o l í t i c a .  Pero,  a t r a í d o  in i -

cialmente por la  q u í m i c a , m o n t ó  un laboratorio,

solopara ser confundido en 1572 por la

  a p a r i c i ó n

de una "nueva" estrella (se trataba en realidad de

una supernova). Esa supernova  t e n í a  una im

portancia capital para todos los  a s t r ó n o m o s  eu

ropeos,

  pues

  su  a p a r i c i ó n  significaba claramente

que  h a b í a  ocurrido un cambio en los cielos. Los

a s t r ó n o m o s

  tradicionalistas se apresuraron a de

clarar que ese acontecimiento  d e b í a  haber  suce

dido  necesariamente en las imperfectas regiones

sublunares, ya que el cambio era inconcebible en

las regiones superiores de nuestro mundo. Mas,

si

  esa nueva estrella

  e x i s t í a

  realmente en las

regiones inferiores (y

  estaba

  relativamente cerca

de la  Tierra),  entonces  d e b í a  ser posible localizar

su paralaje. Tycho, observador br illante y siste

m á t i c o , i n t e n t ó  determinar esa paralaje, mas no

l o c o n s i g u i ó .

  Entonces, esa nueva estrella

  d e b í a

hallarse a una distancia enorme de la Tier ra. Y,

p o r

  consiguiente, contrariamente a la

  o p i n i ó n

aceptada,  el cambio era posible en las regiones

supralunares.

N o  menos importante para la  c o s m o l o g í a  fue

la

  serie de cometas que

  o b s e r v ó

  Tycho entre 1577

y  1596. En ninguno de los  casos  pudo encontrar

la  paralaje, lo cual  p o n í a  en entredicho una vez

m á s  la doctrina de la inmutabili dad de los cielos.

M á s p r o b l e m á t i c o  a ú n para la  a s t r o n o m í a t r ad i

cional  era el hecho de que

  esas

  observaciones

e x i g í a n

  aceptar

  el movimiento de

  esos

  cometas'a

t r a v é s  de un espacio que anteriormente se  h a b í a

c r e í d o  ocupado por

  esferas

  cristalinas. Por lo

Page 160: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 160/280

UN  N U E V O  S I S T E M A  D E L M UN DO  165

mismo,

  cada vez era más  difícil  aceptar la exis

tencia

  de

  esas esferas

  como realidades

  físicas.

Pero, si  bien  sus observaciones  cont r ibuían  al

debilitamiento

  de la antigua

  cosmología,

  Tycho se

resist ía  a aceptar la  teor ía  copernicana. Sobre

todo,

  la ausencia de paralajes

  estelares

  hacía  ne

cesario suponer una distancia entre las  órbitas

planetarias y las estrellas demasiado grande para

que él la aprobara. En vista de  ello,  y adoptando

una

  posición

  conciliatoria,

  mantuvo estacionaria

a la  Tierra  con su  satél i te  lunar girando a su alre

dedor, pero sostuvo el  movimiento circular  del

Sol  alrededor de la  Tierra  —y el  movimiento  cir

cular

  de los  d e má s  planetas alrededor del Sol  (fi

gura

  V.12).

  De ese modo se conservaba la esfera

de las estrellas  fijas  a la que  parec ía  ser una

distancia  razonable de la  Tierra,  el Sol y los  pla

netas.  Matemá t i camen te ,  ese sistema era  similar

al  de  Copérnico  y, para

  asegurar

  la exactitud de

su  sistema, Tycho  seguía  utilizando  los distintos

artificios

  circulares de Ptolomeo. No obstante,

Tycho

  había  esquivado la  dificultad  de enfren

tarse  al problema de una nueva  física  del  movi

miento

  —problema que se tornaba cada vez más

difícil  al

  finalizar

  ese

  siglo.

• >  •  •- ' ''

D E S E N T R A Ñ A N D O  L O S  M I S T E R I O S  D E L A S  Ó R B I T A S

P L A N E T A R I A S

Tycho

  Brahe fue reconocido  u n á n i me me n t e  como

el principal astrónomo

  experimental de Europa.

No sólo realizó  observaciones regulares de los

planetas y

  p r e p a r ó

  el camino para un conjunto de

Page 161: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 161/280

166 UN  N U E V O  S I S T E M A  D E L  M U N D O

F I G U R A

  V . 1 2. E l sistema  c o s m o l ó g i c o  de Tycho  B r a h e ,

mostrando una  T i e r r a  central alrededor de la  c u a l  giran

l a L u n a  y el Sol. E l Sol, a su vez,  e s t á  rodeado por las

ó r b i t a s

  de los

  d e m á s

  planetas. De Thomas S.

  K u h n ,  The

Copernican

  Revotution  (Cambridge, Mass .,  H a r v a r d U n i

versity Press,

  1 9 5 7 ) ,

  p. 202. Copyright 1957, por el rector

y los profesores asociados de  H a r v a r d  Collcge.

tablas  estelares más exactas  que las que se  h a b í a n

redactado

  hasta

  entonces,  sino que  i n v e n t ó  y

p e r f e c c i o n ó  instrumentos de  o b s e r v a c i ó n  que su

peraban

  en dimensiones a los construidos en cual

quier  é p o c a  anterior.  Este  equipo fue instalado

en un castillo-observatorio construido en Hveen

Page 162: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 162/280

U N  N U E V O  S I S T E M A  D E L

 MUNDO

67

p o r  el rey de Dinamarca.  Al l í  un cuerpo de

ayudantes observaba las estrellas por las noches

mientras otros estudiaban

  " a s t r o n o m í a

  terrestre"

( q u í m i c a )

  en los grandes laboratorios

  q u í m i c o s

situados en los pisos inferiores.

Reconociendo su preeminencia en ese campo,

en 1596 un  joven  a l e m á n e n v i ó  a Tycho una copia

de su pr imera obra. Ese

  joven

  era

  Johannes

  Ke

pler, quien con el tiempo  h a b r í a  de ser el heredero

y

  el más

  c é l e b r e d i s c í p u l o

  de

  Tycho.

  Kepler

  h a b í a

abrazado las  t e o r í a s  copern^canas  desde muy tem

prana edad. Enviado a estudiar a Tubinga,

  h a b í a

asistido a las  c á t e d r a s  de  a s t r o n o m í a  de  M i g u e l

Maestlin  (1550-1631). Aunque

  esas

  c á t e d r a s  esta

ban

  basadas

  en

  t e o r í a s

  tolemaicas, Kepler conta

ba más tarde que  Maestlin  t a m b i é n h a b í a  discu

t ido  la obra de  C o p é r n i c o .  La nueva  a s t r o n o m í a

atrajo  al estudiante; cuando se  t r a s l a d ó  a Graz

(1594)

  para ocupar un puesto como  m a t e m á t i c o

( y a s t r ó l o g o ) , h a b í a  iniciado  ya una obra sobre la

a s t r o n o m í a

  copernicana.

  e

Ese primer  l i b r o  de Kepler era el que más)

tarde  h a b r í a  de enviar tanto a Tycho como a u n

t o d a v í a  oscuro profesor de  m a t e m á t i c a s  italiano,]

Galileo  G a l i l e i .

  Dicha

  obra mostraba el gran taJ

lento

  m a t e m á t i c o

  de Kepler y su persistente

  intej

res por las relaciones  m í s t i c a s .  Int i tulada

  Myste-

rium cosmographicum  (1596), en  ella  Kepler en

contraba su primera  respuesta  en su  b ú s q u e d a

de un orden  m a t e m á t i c o  universal. Convencido de

que  d e b í a  existir  una  c o r r e l a c i ó n  consistente en

t r e

  las

  ó r b i t a s

  planetarias,

  c a l c u l ó

  una y otra vez

sus distancias respecto del Sol.  L l e g ó  a la con

c l u s i ó n  de que todos los planetas guardaban una

Page 163: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 163/280

168 U N  N U E V O  S I S T E M A  D E L  M U N D O

F I G U R A

  V . 1 3 .  E l modelo de  K e p l e r  de las  ó r b i t a s  plane

tarias

  limitadas por los

  s ó l i d o s

  regulares. De

  Mysterium

cosmographicum  ( 1 5 9 6 ) .  C o r t e s í a

  de The Joseph Regens-

tein  L i b r a r y ,  The University of Chicago.

clara

  r e l a c i ó n

  con los cinco

  s ó l i d o s

  regulares. Por

l o  tanto,  p e n s ó ,  el universo  p o d í a

  representarse

exactamente con el Sol en el centro y las  esferas

planetarias de  Mercurio,  Venus, la Tierra, Marte,

J ú p i t e r

  y Saturno  separadas  entre sí sucesivamen-

Page 164: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 164/280

U N

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L MUNDO

169

te por un octaedro, un icosaedro, un dodecaedro,

u n  tetraedro y un cubo  (figura  V . 1 3 ) .  Este  resul

tado refleja claramente el

  i n t e r é s

  que

  h a b í a

  en

esa

  é p o c a

  por el misticismo

  n u m é r i c o n e o p i t a g ó -

r i c o .

  Para  Kepler ese descubrimiento era funda

mental,

  pues  mostraba el orden  m a t e m á t i c o  del

universo.

Kepler

  y su

  l i b r o

  impresionaron favorable

mente a Tycho, tanto, que  é s t e o f r e c i ó  al primero

u n

  puesto  en Hveen. Kepler

  d e c l i n ó

  la

  i n v i t a c i ó n ,

prefiriendo  permanecer  en Graz, pero en los  a ñ o s

siguientes el ambiente religioso se

  v o l v i ó  cada

  vez

m á s  peligroso para un protestante como él y, f i

nalmente, en 1600

  d e c i d i ó

  abandonar  Graz.  Para

entonces

  Tycho se

  h a b í a

  trasladado de Dinamar

ca a  Praga,  sede  de la corte del emperador Ro

dolfo

  I I (que  r e i n ó  de 1576 a 1612). Ese lugar se

h a b í a

  convertido en un centro para los intelectua

les europeos.

  Desde

  que

  h a b í a

  subido al trono,

Rodolfo

  h a b í a

  fomentado el estudio de

  todas

  las

ciencias (incluyendo la alquimia y la

  a s t r o l o g í a ) .

John Dee

  h a b í a

  residido mucho tiempo en esa

corte, y siempre

  h a b í a a l l í

  numerosos alquimistas

y

  a s t r ó l o g o s .

  Aunque Tycho

  h a b í a

  sido nombrado

m a t e m á t i c o  imperial,

  probablemente

  h a b í a

  sido

tan bien recibido como

  q u í m i c o

  que como

  a s t r ó

nomo.

  Su

  p o s i c i ó n

  le

  daba

  el

  p r i v i l e g i o

  de contar

c o n

  asistentes,  y fue justamente

  entonces

  cuando

Kepler

  le

  e s c r i b i ó

  preguntando si aún

  deseaba

emplear su talento.

  D e s p u é s

  de recibir confirma

c i ó n

  de que

  s e g u í a

  en pie la oferta anterior de

Tycho,

  Kepler

  e m p r e n d i ó

  el viaje a la corte

imperial.

E n  Praga  Kepler tuvo

  acceso

  al  c ú m u l o  de

Page 165: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 165/280

170 UN

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  MUNDO

observaciones planetarias realizadas por  Tycho,

y  antes

  de que  é s t e  muriera en 1601 h a b í a  comen

zado a estudiar los datos relativos a la  ó r b i t a  de

Marte

  con la esperanza de reducir esa

  informa

c i ó n  a una regla  m a t e m á t i c a  regular. En sus

  p r i

meros intentos  e m p l e ó  los  artificios  tolemaicos

tradicionales,

  tales como los epiciclos y los  c í r c u

l o s e x c é n t r i c o s .  No obstante, los resultados no

fueron  tan buenos como los que esperaba obtener

de los datos exactos de

  Tycho.

Abandonando

  ese enfoque,  Kepler  a b o r d ó  en

tonces el problema del  movimiento  planetario.

L os  recientes estudios de los cometas  h a b í a n

mostrado la necesidad de desechar las esferas

cristalinas

  y, en consecuencia,

  d e b í a

  existir

  otra

e x p l i c a c i ó n . I n f l u i d o  por las fuerzas  m a g n é t i c a s

de  Gilbert,  Kepler  p o s t u l ó  un  anima motriz  solar

similar  al magnetismo de  Gilbert,  un alma mo

t r i z  que emanaba del Sol que  m o v í a  a los planetas

en  el curso de su

  propia

  r e v o l u c i ó n

  axial.

  Esta

fuerza,

  c r e í a

  él,

  o b e d e c í a

  una ley

  s e g ú n

  la

  cual

actuaba en  r a z ó n  inversa del cuadrado de la  dis

tancia  —pero  s ó l o  en el plano de la  e c l í p t i c a .

E l  resultado de  esas  especulaciones puede encon

trarse en la que hoy se conoce  c o m ú n m e n t e  como

la

  segunda ley del

  movimiento

  planetario de

Kepler,  la que establece que una  l í n e a  que parte

de l  Sol a un planeta barre  á r e a s  iguales en

  tiem

pos iguales. Procediendo luego a estudiar mate

m á t i c a m e n t e  esa  anima motrix,  c o n c l u y ó  que la

ó r b i t a  de  Marte  no era un  c í r c u l o  —una ruptura

,

 fundamenta l con la

  t r a d i c i ó n ,

  por cuanto el

  m o v i -

¡

 miento

  circular

  h a b í a  expresado hasta entonces

¡el  concepto de la  p e r f e c c i ó n  de los cielos. E l

Page 166: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 166/280

U N

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  MUNDO  171

estudio extenso de otras curvas posibles d io f i

nalmente por resultado que esa trayectoria

  o r b i

t a l  fuese descri ta como una elipse (pr imera ley).

Estas

  dos conclusiones, expuestas primeramente

en  la

  Astronomía

  nova  (1609),  se basaban en pos

tulados

  f í s i c o s

  que

  implicaban

  un universo

  v i t a -

lista.  Sin embargo,  Kepler  c o n f i r m ó  la validez de

esos

  resultados y

  p r o c e d i ó

  a aplicarlos a los

d e m á s  planetas.

L a

  tercera ley de Kepler, que

  a p a r e c i ó

  en 1619

en

  su  Harmonices mundi,

  t a i ü b i é n

  era resultado

de su  b ú s q u e d a  tenaz de las  a r m o n í a s  universa

les de la naturaleza. En

  t é r m i n o s

  modernos,

  esta

ley  establece que los cuadrados de los tiempos

empleados por dos planetas en su

  r e v o l u c i ó n

  al

rededor del Sol son proporcionales a los cubos

de sus distancias medias respecto del Sol. Des

cubrimiento

  brillante,

  desde  nuestro punto de

vista,

  pero para

  Kepler

  esa

  r e l a c i ó n t e n í a

  un sen

tido  t o d a v í a  más profundo. Buscando  literalmen

te una

  e x p r e s i ó n m a t e m á t i c a

  de las

  a r m o n í a s

  del

mundo,

  i n i c i a

  esta

  obra con el  e s t u d i ó  de los

cinco

  s ó l i d o s

  regulares y sus proporciones

  a r m ó

nicas. De ahí pasa  a considerar las  a r m o n í a s  mu

sicales y su

  r e l a c i ó n

  con el universo. El

  l i b r o

octavo

  e s t á

  dedicado al estudio de las cuatro

  cla

ses de voces emitidas por los planetas (soprano,

contralto,

  tenor y  bajo),  y la tercera ley del mo

vimiento

  planetario

  forma

  parte de un

  l i b r o

  que

trata

  de la  e x p r e s i ó n  de las claves de la escala

musical

  y los

  g é n e r o s

  de consonancia mayor y

menor.

  En suma, las leyes del

  movimiento

  pla-1

netario

  de

  Kepler fueron

  desarrolladas por uní

m a t e m á t i c o  magis tral, pero si

  deseamos

  consi-\

Page 167: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 167/280

172

U N

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  MUNDO

.derarlas en su verdadero contexto, deberemos

'examinarlas en

  r e l a c i ó n

  a la

  c o n c e p c i ó n

  del  mun

d o  de  Kepler  en su  totalidad.

D o s a ñ o s

  más tarde,

  Kepler

  r e d a c t ó

  un

  Epí

tome

  de la

  a s t r o n o m í a

  copernicana, donde  tuvo

oportunidad

  de reafirmar los resultados

  obteni

dos en su anterior  Mysterium cosmographicum.

D e d i c ó  sus  ú l t i m o s a ñ o s  principalmente a  termi

nar las tablas planetarias de

  Tycho,

  las cuales

aparecieron finalmente en 1627, tres

  a ñ o s

  antes

de su muerte.

E L

  PROBLEMA FÍSICO

Mucho

  de lo más

  significativo

  de la obra de

Kepler  estaba  oculto,

  mezclado con sus especu

laciones

  f i l o s ó f i c a s ,

  y

  s ó l o  hasta

  mediados del

siglo  xvn encontramos a muchos sabios

  r e f i r i é n

dose  a las leyes de  Kepler  como fundamentos de

l a t e o r í a

  planetaria . Mientras tanto, una serie

de nuevos adelantos —asociados principalmente

c o n

  la obra de  Galileo

  G a l i l e i —

  apresuraron la

a c e p t a c i ó n  de la  t e o r í a  copernicana.

Nacido

  y educado en Pisa,  Galileo  se  i n t e r e s ó

m u y

  pronto por las

  m a t e m á t i c a s

  y la

  a s t r o n o m í a .

U n a

  profunda

  influencia

  e j e r c i ó

  en el

  joven

  sa

b io

  la obra de

  A r q u í m e d e s ,

  cuya

  e x p r e s i ó n

  mate

m á t i c a  de los  f e n ó m e n o s f í s ic o s  le  p a r e c i ó  muy

alejada de los escritos de

  A r i s t ó t e l e s . C r i t i c ó

  las

soferas de  este  ú l t i m o  por su ausencia de mate-

  m á t i c a s

  y por su confianza

  incondicional

  en la

experiencia

  sensorial. Al menos en su

  juventud,

Galileo  no

  t e n í a n i n g ú n

  reparo en considerar a

t a a n a l o g í a  macrocosmos-microcosmos como una

Page 168: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 168/280

U N   N U E V O  S I S T E M A  D E L

 MUNDO

  173

e x p r e s i ó n  f i e l  de un mundo en el cual el Sol

era el rey y el

  c o r a z ó n

  de sus subditos planeta

rios.  Y, al  igual  que Kepler, Galileo  i n t e n t ó  in

terpretar

  m a t e m á t i c a m e n t e

  todo el universo, lo

mismo la naturaleza que el mundo sobrenatural^

E n

  1592 Galileo fue nombrado profesor de ma

t e m á t i c a s  de la Universidad de  Padua,  pero aún

no se le

  c o n o c í a

  como

  a s t r ó n o m o

  cuando

  r e c i b i ó

una copia del  Mysterium cosmographicum.  Pero

mientras que Tycho

  h a b í a l e í d o

  atentamente

  el

l i b r o  y le  h a b í a  ofrecido a Kepler un  puesto  en

Hveen,

  Galileo se

  l i m i t ó

  a

  acusar

  recibo del mis

m o ,  comentando que él  t a m b i é n  estaba  conven

cido

  de la verdad de la

  e x p l i c a c i ó n

  copernicana

d e l

  mundo. Nada indica que Galileo haya sido

i n f l u i d o

  de alguna manera por Kepler y,  pese  a

su

  i n t e r p r e t a c i ó n m a t e m á t i c a

  del movimien to lo

c a l , s e g u í a

  aferrado a los

  c í r c u l o s

  para describir

los movimientos del Sol, la Luna y los planetas.

S i  bien existen var ios tratados anteriores de

Galileo,

  incluyendo una conferencia

  sobre

  el co

meta aparecido en 1604, no  e s c r i b i ó  nada  de ver

dadera  importancia

  hasta

  1610, cuando su  Side-

reus nuncius,  o "E l mensajero sideral", un  folleto

de veintinueve

  p á g i n a s , s o r p r e n d i ó

  a la comuni

dad intelectual de Europa.

  Estaba

  escrito en la

t í n

  y

  o f r e c í a

  el primer informe que se

  h a b í a

  pu

blicado

  de la  o b s e r v a c i ó n  de los cielos con ayuda

d e l

  telescopio. Su escrito

  v e n í a

  a apoyar podero

samente

  a  quienes  preconizaban el sistema coper

nicano.

Aunque hay

  datos

  que indican que el telescopio

h a b í a

  sido

  bastante

  conocido por la

  g e n e r a c i ó n

anterior a la

  p u b l i c a c i ó n

  del  Sidereus nuncius

Page 169: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 169/280

174 UN  N U E V O

  S I S T E M A  D E L M U N D O

—e incluso que an teriormente se  h a b í a n  realizado

algunas observaciones  a s t r o n ó m i c a s — ,  es  i n d u

dable que Galileo fue el primero que  d e s c r i b i ó

sus descubrimientos en un impreso. En

  é s t e

  exa

minaba

  y dibujaba el paisaje lunar

  (figura

  V . 1 4 ) .

Y  aun cuando su telescopio era poco potente, de

acuerdo a  nuestras  normas, era lo suficientemen

te preciso para que, conociendo las dimensiones

de la Luna, pudiera medir las sombras proyec

tadas

  por las

  m o n t a ñ a s

  lunares y calculara su

altura.  A d e m á s , o b s e r v ó  que el telescopio  h a c í a

visibles  gran  n ú m e r o  de estrellas que nunca

  antes

se  h a b í a n

  visto.

  Y es especialmente interesante

su descubrimiento de los  s a t é l i t e s  de  J ú p i t e r ,  a

los

  que

  l l a m ó

  las estrellas "mediceas", en honor

de la  f a m i l i a  de gobernantes florentinos.  É s t a s

giraban

  alrededor de ese planeta como un siste

ma solar en miniatura. Posteriores observacio

nes realizadas en los  a ñ o s  siguientes  h a b r í a n  de

revelar  a Galileo el hecho importante de que

Venus presentaba

  fases

  similares a las de la Luna.

É s t o s ó l o p o d í a  ocurrir  si ese planeta giraba

alrededor del Sol. La doctrina de la

  p e r f e c c i ó n

de los cielos se  d e b i l i t ó  aún más cuando  d e c l a r ó

que en la superficie del Sol

  e x i s t í a n

  manchas que

giraban,

  lo cual indicaba el movimiento axial  de

ese cuerpo celeste.

E l  Sidereus nuncius  tuvo el efecto  deseado.  En

recompensa por haber bautizado a los  s a t é l i t e s

de  J ú p i t e r  en honor de Cosme de  M é d i c i s , h a b í a

sido  nombrado  f i l ó s o f o  del gran duque y ahora

p o d í a

  regresar a Florencia . Pero

  t a m b i é n

  se

  h a b í a

vuelto  una celebridad de la noche a la  m a ñ a n a ,

alguien

  a quien se comparaba con  C o l ó n  y Vespu-

Page 170: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 170/280

F I G U R A   V . 1 4 .  Ilustraciones de la  L u n a ,  de Galileo. Del

Sidereus nuncius

  (1610).

  C o r t e s í a

  de The Joseph Regen-

stein

  L i b r a r y ,

  The University of Chicago.

Page 171: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 171/280

176 UN

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L  M U N D O

c i ó  por haber descubierto un nuevo mundo. Es

cribiendo

  acerca  de los nuevos descubrimientos,

Kepler  se extasiaba: "¡Oh, telescopio, instrumento

de tanto conocimiento, más preciso que cualquier

cetro Quien te tiene en su mano, ¿no es hecho

acaso

  rey y  s e ñ o r  de las

  obras

  de Dios?"

Las observaciones  t e l e s c ó p i c a s  de Galileo ha

b í a n  revelado la existencia en  J ú p i t e r  de un sis

tema de

  s a t é l i t e s  similar

  al sistema planetario

de

  C o p é r n i c o

  y

  h a b í a n

  demostrado concluyentc

mente que Venus giraba por necesidad alre

dedor del Sol.  Estas  observaciones, junto con

la

  franca defensa que

  h a c í a

  Galileo de la

  t e o r í a

h e l i o c é n t r i c a , o c u r r í a n  en tiempos  d i f í c i l e s  para

la

  Iglesia

  c a t ó l i c a

  romana y

  h a b r í a n

  de

  desatar

l a c ó l e r a  de  é s t a  sobre su

  cabeza.

  Hasta  entonces

la

  Iglesia

  h a b í a

  guardado si lencio; pero ahora, en

medio  de su propio movimiento de reforma, co

m e n z ó

  a reaccionar  ante  las peligrosas

  i m p l i c a

ciones  t e o l ó g i c a s  del sistema  h e l i o c é n t r i c o  del

universo.

  Un siglo

  antes,

  C o p é r n i c o h a b í a

  sido

invitado  a parti cipar en la proyectada reforma

d e l

  calendario —y en 1551 sus

  m é t o d o s m a t e m á

ticos  de  c o m p u t a c i ó n h a b í a n  servido de  base  a

u n

  nuevo conjunto de tablas

  a s t r o n ó m i c a s

  elabo

radas  por Erasmo Reinhold (1511-1553). Mucho

menos prometedora

  h a b í a

  sido la

  r e a c c i ó n

  inme

diata del campo protestante.  M a r t í n  Lutero (1483-

1546)

  se

  r e f e r í a

  a

  C o p é r n i c o

  como a un tonto

que  deseaba  "trastornar toda la ciencia de la as

t r o n o m í a "

  (1539). Lo  secundaba

  P h i l i p

  Melanch-

t o n

  (1497-1560), quien citaba profusamente la

B i b l i a  en defensa de la

  c o n c e p c i ó n

  tradicional

d e l  mundo (1549):

Page 172: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 172/280

U N N U E V O

  S I S T E M A  D E L MUNDO 177

Los  ojos son testigos de que los cielos  giran

en

  el espacio de veinticuatro horas. Pero cier

tos hombres, ya sea por amor a la novedad, ya

sea para hacer  o s t e n t a c i ó n  de su  ingenio,  han

concluido  que la

  Tierra

  se mueve; y sostienen

que ni las ocho

  esferas

  ni el Sol

  giran

  . . .

  Aho

r a  bien,  es una  falta  de honestidad y decencia

afirmar  tales nociones

  p ú b l i c a m e n t e ,

  y el ejem

p lo

  es pernicioso. El deber de una mente  sana

es aceptar la verdad tal como ha sido revelada

p o r

  Dios

  y regirse por

  ella.

E n

  1616 el Santo

  Of i c io ca l i f i có

  a la

  t e o r í a

  helio

c é n t r i c a  de "necia y absurda  f i l o s ó f i c a m e n t e ,  y

1

formalmente

  h e r é t i c a ,

  por cuanto expresamente

contradice

  las doctrinas de las

  Sagradas

  Escritu

ras en muchos puntos, tanto conforme a su sen

t i d o l i t e r a l  como conforme a la  c o m ú n e x p o s i c ió n

e

  i n t e r p r e t a c i ó n

  de los santos  Padres y Doctores".'

Semanas  más tarde, el  De revolutionibus  fue in

cluido  en la  lista  de

  libros

  prohibidos, y se ad

v i r t i ó

  a

  Galileo

  que se abstuviera de defender

l a t e o r í a

  copernicana como una

  d e s c r i p c i ó n

  de la

verdadera  c o n s t i t u c i ó n f í s i c a  del mundo.

Posteriores investigaciones de

  Galileo

  en torno

  j

a la  t e o r í a  de las mareas lo convencieron de que'

ahora

  t e n í a

  pruebas del

  movimiento

  de la

  Tierra.

Obrando  en  conformidad,  p l a n e ó  y  e s c r i b i ó  su

obra  capital,  el  Diálogo  sobre los áos sistemas

principales áel mundo  (1632),  donde contrastaba^

los

  sistemas de Ptolomeo y

  C o p é r n i c o .

  Se le

  otó

' rV

g ó

  permiso para  publicarla,  a

  c o n d i c i ó n

  de que^

discutiera

  el sistema copernicano exclusivamenJ

te en calidad de

  h i p ó t e s i s .

  Eso fue lo que  hizo,

s ó l o

  que su

  d i s c u s i ó n

  no fue del todo impar-

Page 173: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 173/280

178

U N  N U E V O  S I S T E M A  D E L

  MUNDO

c i a l .  En su  d i á l o g o ,  el exponente del sistema

copernicano

  representaba a

  Galileo

  y a cada

  paso

d e m o l í a

  uno tras otro los argumentos del defen

sor de la antigua

  a s t r o n o m í a .

  Y aunque al

  f i na l

d e l l i b r o

  Galileo,  obedientemente, aclaraba que

todo  lo que  h a b í a  dicho  t e n í a  un sentido  hipo

t é t i c o ,

  ciertamente

  h a b í a d e s o í d o

  la advertencia

que se le  h a b í a  hecho en 1616. Así, no  debe  ex

t r a ñ a r n o s

  que fuera enjuiciado por la

  I n q u i s i c i ó n

y

  obligado a abjurar de su creencia en las tesis

condenadas de

  C o p é r n i c o

  (1633).  Confinado por

e l  resto de sus  d í a s  a su  v i l l a  de  A r c e t r i , s i g u i ó

trabajando en su obra y en 1638

  fueron  p u b l i

cados en Holanda sus  Discursos y demostraciones

matemáticas

  concernientes a dos ciencias nuevas.

Estos dos

  ú l t i m o s v o l ú m e n e s

  versaban

  p r i n c i

palmente sobre el problema del  movimiento,  al

cual

  Galileo  acertadamente consideraba insepa

rable  de los sistemas  c o s m o l ó g i c o s  que compa

raba. No examinaremos en

  este

  lugar las

  opinio

nes de

  Galileo

 sobre, el

 movimiento;

  basta

  s e ñ a l a r

que

  desde

  la

  é p o c a

  de

  C o p é r n i c o

  se

  h a b í a

  com

prendido  la necesidad de resolver los problemas

í q u e

  representaba el  movimiento

  local

  sobre una

'Tierra

  en  movimiento.  La  i n v e s t i g a c i ó n  que rea

l i zó

  Galileo

  de las leyes de la

  c i n e m á t i c a

  y la

d i n á m i c a  no  tuvo  el  é x i t o  que  a l c a n z ó  Newton

en

  los

  Principia,

  pero se

  a p r o x i m ó

  bastante al

concepto moderno de inercia y  l o g r ó  explicar

p o r

  qu é una piedra dejada caer

  desde

  una torre

cae al pie de  é s t a ,  por qu é una pelota lanzada

verticalmente

  hacia arriba por un sujeto en mo

vimiento  vuelve a caer en su mano y por qué

dos jinetes cabalgando uno al lado del otro po-

Page 174: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 174/280

U N

  N U E V O

  S I S T E M A  D E L M U N D O

179

d í a n  lanzarse pelotas el uno al otro sin que  é s t a s

cayeran hacia  a t r á s  a muchos pies de distancia.

S i  esas  explicaciones eran correctas, quedaba in

validado

  entonces uno de los argumentos más

convincentes en contra del movimiento diurno

de la  Tierra.  La  f o r m u l a c i ó n m a t e m á t i c a  que

l l e v ó  a cabo Galileo de las leyes del movimiento

fue  esencial para el desarrollo de la  m e c á n i c a

moderna y  s i r v i ó  de

  base

  a la obra de  Isaac

Newton.

  ^

E n  1642, cuando muere  Galileo,  el sistema coper

nicano aún no  h a b í a  sido aceptado umversalmen

te .  Muchos autores europeos se  a d h e r í a n t o d a v í a

a l

  sistema de

  Tycho,

  p o s i c i ó n

  que ciertamente

s e g u í a  siendo la más segura en los  p a í s e s c a t ó

licos.  Con todo, el escenario  a s t r o n ó m i c o h a b í a

cambiado radicalmente  desde  la  é p o c a  de Georg

Peuerbach.  É s t e h a b í a  reconocido la necesidad

de contar con un texto más

  f i e l

  de Ptolomeo y

e l

  resultado

  h a b í a

  sido el

  Epítome

  de 1496. Y el

cuidadoso estudio que  h a b í a  hecho  C o p é r n i c o  de

Ptolomeo  h a b í a  conducido a su vez a una  refun

d i c i ó n  de la  a s t r o n o m í a  tolemaica en

  forma

  helios-

t á t i c a .  No obstante,  ello  h a b í a t r a í d o  consigo

una nueva serie de problemas tanto para los

a s t r ó n o m o s  como para los  f i l ó s o f o s  naturales,

problemas cuya  s o l u c i ó n s e r í a  objeto de  p o l é

micas en el siglo posterior a la muerte de Co

p é r n i c o .  La  b ú s q u e d a  de una paralaje estelar

mensurable  s e g u i r í a  siendo infructuosa  hasta  el

siglo

  xix, pero quienes se inclinaban por el sis

tema copernicano en el siglo xvi no parecen

haber tenido mucha

  d i f i c u l t a d

  para aceptar un

Page 175: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 175/280

180 UN

  N U E V O  S I S T E M A  D E L M U N D O

universo

  sumamente agrandado y, para algunos,

i n f i n i t o .

  Tycho sostuvo un sistema  g e o s t á t i c o  con

una esfera de estrellas

  f i j a s ,

  pero  hasta  él

  tuvo

que ordenar a los

  d e m á s

  planetas en un sistema

h e l i o c é n t r i c o .

i

  El poder de la

  m a t e m á t i c a q u e d ó

  demostrado

claramente por los  c i e n t í f i c o s  que hemos  exami-

í a d o

  en

  este  c a p í t u l o . C o p é r n i c o

  dio

  v e r o s i m i l i

t u d

  a su obra cuando

  t r a t ó m a t e m á t i c a m e n t e

  los

datos recogidos por Ptolomeo, e

  i n s i s t í a

  en que

toda  la  a s t r o n o m í a  era un asunto  propio  de ma

t e m á t i c o s .

  Tycho

  r e c o n o c i ó

  inmediatamente el

genio

  m a t e m á t i c o  de Kepler , y  é s t e  y  Galileo  de

mostraron

  su capacidad de

  a n á l i s i s

  en sus enfo

ques

  m a t e m á t i c o s .

  Y, sin embargo, es en

  Kepler

donde encontramos el mejor ejemplo de la pa

radoja  c i e n t í f i c a  del Renacimiento —el excelente

m a t e m á t i c o

  cuya

  i n s p i r a c i ó n

  se derivaba de su

creencia en las  a r m o n í a s m í s t i c a s  del universo.

Esa mezcla embriagadora de

  misticismo

  y mate

m á t i c a s e s t á  muy lejos de la ciencia moderna,

pero

  c o n s t i t u y ó

  un ingrediente esencial de su

nacimiento.

Page 176: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 176/280

Page 177: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 177/280

182  N U E V O S M É T O D O S  Y UNA

  N U E V A  C I E N C I A

/pales corrientes  c i e n t í f i c a s  y  m é d i c a s  del hele

n i smo,

  la otra preconizaba la

  r e c u p e r a c i ó n

  de la

prisca  theologia  que presumiblemente  h a b í a  co

nocido

  el hombre

  antes

  de la

  C a í d a .

  La obra de

A r i s t ó t e l e s ,  Galeno y sus seguidores no inspiraba

sino

  desconfianza a los

  h e r m é t i c o s .

  La verdade

r a  ciencia,  s o s t e n í a n ,  solamente  p o d í a  encontrar

se en los escritos de aquellos magos y

  alquimis

tas posteriores que  h a b í a n  percibido las verdades

eternas

  i m p l í c i t a s

  en sus esfuerzos. En el

  caso

de Paracelso, para arribar a una verdadera  f i lo

s o f í a  de la naturaleza era menester destruir la

autoridad  de los antiguos y  r e m p l a z a r í a  con el

conocimiento  d i v i n o  que  p o d í a  obtenerse median

te una nueva

  i n v e s t i g a c i ó n

  —inspirada en gran

parte en la  q u í m i c a —  del universo creado por

Dios.

  En suma, si bien la obra de muchos astral

i

nomos,  m a t e m á t i c o s  y  f í s i c o s  del Renacimiento

se

  basaba

  en los autores  h e l e n í s t i c o s  del periodo

que va de

  A r i s t ó t e l e s

  a Ptolomeo y Galeno, para

otros la posibilidad  de alcanzar la verdad se halla-'

ba  ú n i c a m e n t e  en una derrota  total  de la ciencia

y  la medicina  e s c o l á s t i c a s .

A

  pesar

  de que algunos  r e c o n o c í a n  el valor

de la obra de los antiguos, al

  finalizar

  el siglo xvi

era cada vez más

  c o m ú n

  que los eruditos pen

saran en  f u n c i ó n  de una nueva  f i l o so f í a .  Ya en

1536 Pedro Ramus  h a b í a  sostenido la tesis de

que "todo lo que declara  A r i s t ó t e l e s  ... es

  fa l

so". En  a ñ o s  posteriores  h a b r í a  de dedicar sus

mayores esfuerzos al desarrollo de un nuevo sis

tema de  l ó g i c a  que iba a tener una gran  i n f l u e n

cia  —una obra que iba  d i r i g i d a  contra los

  cimien

tos mismos del escolasticismo. Y ya hemos

Page 178: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 178/280

N U E V O S

  M É T O D O S

  Y UNA  N U E V A  C I E N C I A  183

visto

  c ó m o ,

  a fines de ese

  siglo,

  Bernardino Te

lesio

  impugnaba el aristotelismo medieval en su

academia de Cosenza.

  I n s i s t í a

  en que, en lugar

de repetir meramente a

  A r i s t ó t e l e s , d e b í a n

  em

prenderse nuevos estudios de la naturaleza como

una

  base

  para fundar el conocimiento. Hemos

visto

  t a m b i é n

  que el estudio del

  i m á n

  era para

W i l l i a m  Gilbert  la

  base

  de una  e x p l i c a c i ó n  del_

sistema del mundo^

  Gilbert

  estaba

  plenamente

consciente de la novedad de su obra, la cual

era "algo nuevo, casi desconocido

  hasta

  [en

tonces] . . . Por tanto, nosotros no citamos para

nada ni a los antiguos ni a los griegos en nues

t r o  apoyo". Y  hasta  W i l l i a m  Harvey,

  pese  aT]

profundo

  respeto que

  s e n t í a

  por

  A r i s t ó t e l e s

  y

Galeno,

  r e c o n o c í a :  "Aprendo y  e n s e ñ o a n a t o m í a , ,

no de los  libros,  sino de las disecciones, no de

las posiciones de los  f i l ó s o f o s ,  sino de la  f á b r i c a

de la naturaleza."

  ¡

 ~~\' }

M a s , ¿ c ó m o

  se

  d é b í a ^ r o c e d e r ? ¿ D e b í a l i m i t a r

se el sabio a recoger, sin di scr iminar, una  m u l

t i t u d

  de nuevos datos, o se

  d e b í a

  concebir un

nuevo plan y un nuevo  m é t o d o  de  a n á l i s i s  para

fundar

  una nueva

  f i l o s o f í a

  de la naturaleza? Har

vey  no  v e í a n i n g ú n  inconveniente en resumir los

Segundos

  analíticos

  de

  A r i s t ó t e l e s

  para orientar

a sus lectores, pero muchos  h a b r í a n  desaproba

do su actitud. La gama de las ideas  expuestas

en esa  é p o c a  puede ilustrarse con la obra de

tres hombres: Bacon y Descartes, quienes expre

samente

  buscaban una "nueva

  f i l o s o f í a " ,

  y

  G a l i

l eo ,

  cuya

  m e t o d o l o g í a

  habremos de mostrar me

j o r  con ayuda de un ejemplo.

Page 179: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 179/280

184

  N U E V O S M É T O D O S

  Y UNA  N U E V A

  C I E N C I A

F R A N C I S B A C O N

L a

  obra de Francis Bacon ha

  a t r a í d o

  siempre la

a t e n c i ó n

  de los historiadores. Canciller de In

glaterra, fue el  principal  arquitecto  p o l í t i c o  del

programa de

  Jacobo

  I en el Parlamento

  hasta

que en 1623 se  d e s c u b r i ó  que  r e c i b í a  sobornos.

H a

  sido

  sumamente

  apreciado por los

  c r í t i c o s

literarios  por sus  Essays  y sus  obras  h i s t ó r i c a s ,

pero sus mayores

  esfuerzos

  estuvieron encami

nados

  a reformar nuestro conocimiento de la

naturaleza. En efecto, su inconclusa "Gran

  res

t a u r a c i ó n " e j e r c i ó  tanta influencia en la  segunda

mitad

  del siglo xvn que, sin

  exagerar,

  p o d r í a m o s

caracterizar a mucha de la labor desarrollada en

tonces  por las incipientes

  sociedades

  y

  academias

c i e n t í f i c a s  como "baconiana" en  e s p í r i t u .

Pero aunque  Bacon fue  s e ñ a l a d o  por mucho

tiempo  como el

  abanderado

  del

  m é t o d o

  inductivo

en la ciencia, recientes investigaciones han  pues

to

  de manifiesto su profunda

  deuda

  con fuentes

inesperadas.  Versado en la literatura de la magia

natural y la alquimia, Bacon deploraba el mis

terio  que tradicionalmente  h a b í a  envuelto a  esos

temas

  y

  s o s t e n í a

  que el verdadero mago

  d e b í a

hacer  p ú b l i c o s  sus descubrimientos. Mas, agre-

Igaba, la magia natural no es una

  p r á c t i c a

  ociosa

'sino "ciencia que aplica el conocimiento de las

(formas ocultas a la

  p r o d u c c i ó n

  de operaciones

maravillosas; y al  unir  (como dicen) lo activo

con

  lo pasivo revela las  obras  maravillosas de

la  naturaleza".  ¡ C u a n  semejantes  son sus pala

bras

  a las de John Dee o  Paracelso

Page 180: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 180/280

N U E V O S

  M É T O D O S

  Y UNA  N U E V A

  C I E N C I A

  185

Por otra parte, Bacon concordaba con muchos

de sus  c o n t e m p o r á n e o s  alquimistas y  h e r m é t i c o s

co n  respecto a la  b ú s q u e d a  y posible recupera

c i ó n

  del conocimiento

  p r í s t i n o

  que

  h a b í a p o s e í d o

A d á n .  Por

  esta

  r a z ó n ,  estudiaba detenidamente los

mitos

  de la  A n t ig ü e d a d ,  en los que  v e í a  un  v í n c u

l o  con las tradiciones

  humanas

  más antiguas.

A s í ,  interpretaba  a l e g ó r i c a m e n t e  la leyenda de

Saturno  desde  el punto de vista del atomismo

de

  D e m ó c r i t o

  y

  d e s c r i b í a

  la

  b ú s q u e d a

  funesta de

E u r í d i c e  por Orfeo como un  s í m b o l o  de la pre

mura

  infructuosa de quienes abandonan la expe

r i m e n t a c i ó n  en su  b ú s q u e d a  del conocimiento. Y

e l  mito  de Cupido (la materia) se  v o l v í a  en sus

manos un

  a n á l i s i s

  de los

  sistemas

  de los preso-

c r á t i c o s ,  fundados en los elementos.

L a  creencia de Bacon en la  s a b i d u r í a a d á n i c a

estaba  asociada con otra  c a r a c t e r í s t i c a  paracel-

sista, igualmente reconocible: el rechazo absoluto

de  A r i s t ó t e l e s .  Convencido de que se inauguraba

una nueva era

  h i s t ó r i c a ,

  impugnaba el escolasti

cismo  por su esterilidad y su  e m p e ñ o  en- man

tener, a toda costa, la autoridad de los textos

establecidos en lugar de buscar el indispensable

progreso que tan admirablemente se  v e í a  en las

artes

  m e c á n i c a s .

  E l culpable era

  A r i s t ó t e l e s ,

  pues

é s t e h a b í a  combatido y rechazado la obra de los

primeros  f i l ó s o f o s ,  rompiendo así el  ú l t i m o v ín c u

l o  con ese conocimiento  p r í s t i n o  tan necesario

para la humanidad.  A d e m á s , h a b í a  subordinado

la  ciencia a la  l ó g i c a  y  h a b í a  realizado experi

mentos con el

  ú n i c o

  fin de avalar conclusiones

preconcebidas. Y , finalmente, su  f i lo s o f í a h a b í a

sido  incorporada a la  r e l i g i ó n  y  utilizada  para

Page 181: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 181/280

186  N U E V O S M É T O D O S  Y UNA  N U E V A  C I E N C I A

apoyar a la Iglesia romana. Apenas  p o d í a  creer

se que se siguiera dando tanto  c r é d i t o  a la obra

de ese hombre y que tan  pocas  cosas  se hubieran

descubierto

  desde

  su

  é p o c a .

¿ Q u é d e b í a  hacerse?  E l primer

  paso

  era  dese

char el

  corpus

  griego acumulado

  junto

  con sus

m á s  recientes comentarios o, por lo menos, co

menzar a examinar  esas  obras sin la ciega reve

rencia  que tan a menudo mostraban los  e s c o l á s

ticos.

  Luego, los eruditos

  d e b í a n

  comenzar a

integrar

  un nuevo  c a t á l o g o  de hechos, observa

ciones y experimentos. Todo

  ello  d e b í a  hacerse

c o n  sumo cuidado,

  pues

  s ó l o  hasta  que se hubie

se concluido esa tarea  p o d r í a n  abstraerse  con

relativa

  facilidad

  las verdaderas

  t e o r í a s

  y leyes

naturales.

Pero en esa empresa

  d e b í a

  seguirse un plan de

f i n i d o .  Para  Bacon los empiristas puros eran se

mejantes a las hormigas, hombres que no

  h a c í a n

sino  acumular

  vastas

  colecciones de datos. Los

f i l ó s o f o s

  no eran mejores y eran comparables a

las  a r a ñ a s  que con su  l ó g i c a , t e j í a n  intrincadas

t e l a r a ñ a s e x t r a í d a s

  de sus propios cuerpos. Los

verdaderos  c i e n t í f i c o s ,  explicaba, se asemejaban

a las abejas, que extraen el  n é c t a r  de las flores

para transformarlo en

  m i e l , ú t i l

  para todos. La

nueva  f i l o so f í a  que  p r o p o n í a  Bacon  s e r í a  experi

mental,

  pero sus experimentos  t e n d r í a n  que es

cogerse con todo cuidado y registrarse con todos

sus detalles. Enumerando más de ciento treinta

temas

  y procesos importantes dignos de examen,

i n s i s t í a

  en la necesidad de contar con un gran

agregado de datos clasificados rigurosamente.

Para

  cada uno de ellos  h a b r í a  una  lista  de  casos

Page 182: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 182/280

N U E V O S  MÉTODOS Y UNA N U E V A  C I E N C I A  187

positivos

  (donde se presentaba el

  fenómeno),

  una

lista

  de

  casos

  negativos (donde

  estaba

  ausente)

y  una

  lista

  de grados de  comparación  (donde el

fenómeno

  variaba de acuerdo a otros factores).

Bacon

  pensaba

  que con ayuda de

  es s

  listas  i n i

ciales se

  podría

  arribar al conocimiento,

  exclu

yendo las  hipótesis  improbables y verificando el

resto.

E l

  concepto de

  método científico

  de Bacon era

esencialmente experimental y

  cualitativo

  y ente

ramente

  inductivo.

  A l

 igual

  que los paracelsistas,

desconfiaba de las

  matemáticas.

  Y aunque  sos

tenía

  que la

  matemática debía

  aplicarse a la

  física

  j

para obtener mejores resultados en la

  investiga-í

ción

  de la naturaleza,

  también

  se quejaba de que:

su empleo

  solía

  conducir a

  excesos

  y,

  efectiva-j

mente,

  sentía

  que los

  matemáticos

  comenzaban'

a dominar —indebidamente— ese campo. i

Anunció

  su obra proyectada en

  The Advance-

ment

  of Learning  (1605). Esta obra

  serviría

  de

int roducción

  general a su "Gran

  res tauración

  del

conocimiento",

  la cual iba a

  comprender-además

un análisis

  exhaustivo del

  método científico

  (el

Novum Organum,  1620) y una vasta enciclopedia

de conocimientos

  empíricos

  y datos experimen

tales cuyo volumen,

  según

  estimaba,

  sería

  seis

veces

  mayor que el de la  Historia natural  de

Plinio.

  Las secciones finales

  incluir ían

  un exa

men

  de las

  teorías científicas

  anteriores y contem

poráneas, además

  de la nueva

  filosofía

  natural

que

  habría

  de surgir de los materiales acumu

lados.

Sobra

  decirlo,

  el proyecto era demasiado  ambi

cioso para que él —o

  algún  otro—

  pudiera ni

Page 183: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 183/280

188  N U E V O S M É T O D O S

  Y

  UNA

 N U E V A

  C I E N C I A

remotamente  realizarlo.  Y si

  The  Advancement

of  Learning

  y

  el

 Novum Organum

  se

  terminaron,

muchas otras secciones  n i  siquiera  se  intentaron

— o

  existen cuando mucho

  en

  forma

  de

  materia-

Tes

  introductorios

  o  secciones breves.  Con

  todo,

e l s u e ñ o  de una  ciencia surgiendo  de una  p l é t o r a

de datos  iba a  inspirar  a  muchos autores  del si

g lo  x vn que consideraban  a  Bacon como  su  g u í a .

-Para

  muchos de esos "baconianos", una obra  pos

tuma,

  Sylva silvarum

  (1627),

  era su

  legado

 má s

preciado.

  A llí p o d í a

  encontrarse

  u n  c ú m u l o  de

datos ordenados  por  "siglos", una  mezcla de ob

servaciones personales

  y

  notas

  e x t r a í d a s  de las

m á s  diversas fuentes.  E l resultado recuerda extra

ñ a m e n t e

  a u n

  " l i b r o

  de los

  secretos" renacentis

ta ,  dentro de la  t r a d i c i ó n de la magia na tu ra l.  N i n

guna

  otra obra suya muestra

  con

  tanta

  claridad

e l c a r á c t e r  esencialmente impracticable  del mé

todo  de

  Bacon.

  Y , no

 obstante,

  ese  l i b r o a l c a n z ó

n o  menos  de  quince ediciones  en  i n g l é s  en el si

g lo

  x vn e

  indujo

  nada menos

 que a

  Robert

  Boyle

a tratar  de  continuarlo.

Puede  decirse

  que la

  idea

  que  t e n í a

  Bacon

  de

una nueva ciencia daba  muy  poca

  importancia

a

  las

  m a t e m á t i c a s

  y

  demasiada

  a la

 experimen

t a c i ó n .

  Él

 mismo

  p a r e c í a

  incapaz

  de

  valorar

 co

rrectamente

  la

 ciencia

 de su

  tiempo.  Cuestionaba

e l  valor  del  microscopio y el  telescopio,  si  bien

a menudo mencionaba

  los

  descubrimientos

  de

Galileo  expuestos  en el  Sidereus nuncius.  C r i t i

caba

  a

  W i l l i a m  Gilbert

  por

  haber intentado  e r i

g i r

  toda

  una

  f i l o so f í a

  sobre

  la base de un

  ú n i c o

f e n ó m e n o ,

  y

  rehusaba aceptar

  el

  sistema coper

nicano  porque  en su  o p i n i ó n  no  h a b í a  pruebas

Page 184: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 184/280

N U E V O S  M É T O D O S  Y UNA

  N U E V A  C I E N C I A

  189

suficientes de la

  r e v o l u c i ó n

  diurna de la Tierra.

Y  aunque impugnaba frecuentemente las

  obras

de Paracelso, cuando

  i n t e n t ó

  construir su propia

c o s m o l o g í a

  se

  b a s ó

  en gran medida en las

  t e o r í a s

q u í m i c a s

  en boga. Así, interpretaba los cielos

s e g ú n  la  teoVía  azufre-mercurio y relacionaba el

movimiento

  estelar con las propiedades del fue

go celestial. Sin embargo, cuando consideramos

a l m é t o d o c i e n t í f i c o

  de Bacon dentro de todo el

contexto intelectual de su

  é p o c a ,

  vemos que estu

v o i n f l u i d o

  no

  s ó l o

  por el gran descontento que

h a b í a  a la  s a z ó n  por el uso del  m é t o d o e s co l á s

tico  en las ciencias, sino

  t a m b i é n ,

  y

  e s p e c í f i c a

mente, por la magia natural, la alquimia y la

f i l o s o f í a q u í m i c a

  paracelsista.

R

E N E

  D E S C A R T E S

L a  influencia de  Descartes  d i f í c i l m e n t e  fue me

n o r  que la de Bacon. Nuevamente encontramos

e l  intento de  establecer  una  f i l o s o f í a  nueva y  u n i

versal que remplazara a la de  los  antiguos. Edu

cado en un colegio  j e s u í t a  de reciente  f u n d a c i ó n ,

Descartes  relataba  d e s p u é s  que se  h a b í a  "sentido

t a n  confundido con  tantas dudas  y errores, que

me

  p a r e c í a

  que mis esfuerzos por instruirme no

t e n í a n  más efecto que aumentar mi propia  igno

rancia".  Q u i z á s  no era necesario reformar todo

e l  conjunto de las ciencias,  agregaba,  "mas, en

cuanto a  todas  las opiniones que

  hasta

  entonces

h a b í a  abrazado,  p e n s é  que lo mejor que  p o d í a

hacer

  era tratar de

  arrasar

  con ellas de una vez

p o r

  todas, de modo que fueran remplazadas más

ta rde . . . "

Page 185: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 185/280

190

  N U E V O S M É T O D O S

  Y UNA

  N U E V A  C I E N C I A

E n

  1618

  Descartes  a b a n d o n ó

  Francia para alis

tarse  como  o f i c i a l  en la academia  m i l i t a r  del  p r í n

cipe

  Mauricio

  de Nassau. A l año siguiente, en

Alemania,

  el 10 de noviembre de 1619, mientras

se hallaba absorto en profunda  m e d i t a c i ó n , s o ñ ó

c o n  una ciencia universal de la naturaleza cuyo

fundamento  s e r í a n  las  m a t e m á t i c a s  y el  m é t o d o

m a t e m á t i c o .  Su rela to del incidente recuerda los

s u e ñ o s  tan  c a r a c t e r í s t i c o s  de la literatura  a l q u í -

mica

  de la

  é p o c a .

  Y, de hecho,

  sabemos

  que Des

cartes

  ya  estaba  enterado  entonces  de las refor

mas educacionales y  c i e n t í f i c a s  que  p r o p o n í a n

esos  escritoras neoparacelsistas que  e s c r i b í a n  con

e l  nombre de "rosacruces". Más aún , cuando

r e g r e s ó

  a

  P a r í s

  en 1623, sus amigos expresaron

a  Descartes  su temor de que se hubiese vuelto

rosacruz cuando  h a b í a  estado  en el extranjero

—temor que  c r e y ó  necesario  desvanecer.  A

este  episodio no se le concede tal vez sino una

nota al pie de la  p á g i n a  en la  m a y o r í a  de las

exposiciones de la obra de Descartes, pero

  i l u s

t r a  una vez más la  d i f i c u l t a d  a que se enfren

tan  los historiadores que intentan deslindar de

u n  modo absoluto lo "racional" de lo  "irracio

n a l "  al referirse a los  inicios del siglo xvn.

E n

  1628

  Descartes

  se

  e s t a b l e c i ó

  en Holanda,

donde se

  d e d i c ó

  a la

  i n v e s t i g a c i ó n .

  Desde

  a l l í

m a n t e n í a  constante correspondencia con  sabios

de

  todas

  partes  de Europa, en especial con el

padre  M a r i n  Mersenne, cuya celda monacal de

P a r í s s e r v í a

  como una

  especie

  de centro de

  i n f o r

m a c i ó n

  para los

  c i e n t í f i c o s

  europeos

  de ese pe

riodo.  En 1633

  Descartes

  se

  d i s p o n í a

  a publicar

su

  Le monde,

  pero, al

  enterarse

  de que Galileo

Page 186: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 186/280

N U E V O S  M É T O D O S  Y UNA

  N U E V A

  C I E N C I A  191

h a b í a

  sido condenado,

  s u s p e n d i ó

  la

  p u b l i c a c i ó n

de esa obra debido a su  c a r á c t e r  copernicano-J

Las principales  obras  de

  Descartes

  no

  h a b r í a n

  de

aparecer

  sino

  d e s p u é s .

  En 1637

  p u b l i c ó

  su

  Dis

curso del  yiétodo,  que

  s e r v í a

  de

  i n t r o d u c c i ó n

  a

sus tratados más  extensos  sobre  Dióptrica  (don

de trataba de las lentes, la

  v i s i ó n

  y la ley de la

r e f r a c c i ó n ) ,  los

  Meteoros

  (que  i n c l u í a  su estudio

d e l

  arco

  i r i s )

  y  Geometría  (donde

  e x p o n í a

  su  des

arrollo

  de la

  g e o m e t r í a a n a l í t i c a ) .

  Tras

  é s t o s

aparecieron las  Meditaciones de prima philoso-

phia

  (1641) y los

  Principia philosophiae

  (1644).

E n

  1647

  Descartes  r e g r e s ó

  a Francia,

  s ó l o

  para

trasladarse  a Suecia dos  a ñ o s  más tarde invitado

p o r

  la reina Cristina.

  M u r i ó

  en ese

  p a í s

  en 1650.

Descartes  c o m p a r t í a  con Bacon el  deseo  de

fundar  una nueva  f i l o s o f í a  desembarazada  de las

opiniones antiguas. No obstante, él fue mucho

m á s  lejos que Bacon en su  d e s d é n  por la  t r a d i

c i ó n .  Descartes  consideraba imperativo  desechar

p o r

  completo todo el

  saber

  anterior y comenzar

de nuevo, aceptando como  a x i o m á t i c o s ú n i c a m e n

te a Dios y la realidad de la propia existencia

(Cogito, ergo sum).

  En su concepto, la

  divinidad

era conocida por la mente —en efecto, la verdad

de

  Dios,

  aprehendida de esa manera, era mucho

m á s  evidente que cualquier  cosa  que se pudiera

percibir  por medio de los ojos. Una vez

  esta

blecido  este  fundamento.  Descartes  estaba  prepa

rado para deducir de él todo el universo y las

leyes que lo  r e g í a n . C r e í a  que  cada  uno de los

pasos

  de ese

  m é t o d o ,

  inspirado en la

  m a t e m á t i

ca,  s e r í a  tan cierto como las  pruebas  de la geo

m e t r í a  euclidiana. Por  e l l o ,  no es de  e x t r a ñ a r

Page 187: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 187/280

1 9 2  N U E V O S  M É T O D O S  Y U N A  N U E V A  C I E N C I A

que  tuviera  tanto

  é x i t o

  en su estudio de la

  ó p t i

ca, el arco  i r i s  y la  g e o m e t r í a a n a l í t i c a .  Estos

temas eran esencialmente  m a t e m á t i c o s  y ésa era

la

  forma

  má s adecuada de trata rlos.

E n  su  c o s m o l o g í a ,  Descartes iba de

  Dios

  a la

materia  y el  movimiento.  S e n t í a  tal confianza en

lo s  resultados a que  h a b í a  llegado, que  estaba

convencido  de que, por numerosos que fueran

los  distintos universos que hubiesen sido crea

dos,

  é s t o s t e n d r í a n

  que

  haberse

  desarrollado a

semejanza del nuestro. Estaba satisfecho de que

su  sistema, esencialmente deductivo, lo hubiese

conducido  directamente a una  c o n f i r m a c i ó n  de

los  elementos de la materia, mas, cuando la de

d u c c i ó n c o n d u c í a

  a una variedad de

  posibilida

des, consideraba necesario idear experimentos

para tomar la  d e c i s i ó n d e f i n i t iv a .

E l  universo de Descartes era  " m e c á n i c o " ,  y él

rechazaba las explicaciones vitalistas que  priva

b an  entre sus  c o n t e m p o r á n e o s . P o s t u l ó  una can

tidad

  constante de

  movimiento

  en el universo;

é s t e  era inherente a tres

  clases

  de  p a r t í c u l a s  de

diferente  magnitud  que  c o r r e s p o n d í a n  a los  a n t i

guos elementos: la  tierra,  el aire y el fuego. Las

primeras,  las más grandes, explicaban las

  pro

piedades

  q u í m i c a s

  y

  f í s i c a s

  de la materia. Las

segundas, más  p e q u e ñ a s  y más veloces,  p o d í a n

encontrarse entre los  á t o m o s  de la  tierra.  F i n a l

mente,

  las  p a r t í c u l a s  del fuego, dotadas de un

movimiento  muy

 violento,

  se hallaban en los

  o r i

f i c ios  que aún pudiesen  existir.  De esa manera,

todo

  el espacio

  estaba

  ocupado. Por consiguien

te ,  Descartes (siguiendo a  A r i s t ó t e l e s )  rechazaba

e l  espacio  v a c í o  y la  posibilidad  de la  a c c i ó n  a

Page 188: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 188/280

N U E V O S

  MÉTO DO S Y U N A

  N U E V A C I E N C I A

  193

distancia.

  Era el suyo un intento de explicar

todas las  cosas  por medio de  v ó r t i c e s  o  t o r b e l l i

nos de la materia. Las agregaciones locales

  for

maban los planetas y el Sol, y procesos

  a n á l o g o s

t e n í a n  luga^

-

  alrededor de las estrellas distantes.

E l  resultado  f i n a l  era un vasto sistema de  v ó r t i

ces con ayuda del cual se explicaba toda la ma

teria  del universo  (figura  V I . 1 ) .

La f i l o so f í a  mecanicista de Descartes, cuando se

aplicaba

 al hombre y la

  b i o lo g í a , p r e s c i n d í a

  de las

fuerzas "vitales" que  h a b í a n  predominado ante

riormente.  Su obra iba a jugar un papel

  s ign i f i

cativo  en el desarrollo de la escuela  ya t ro f í s i ca^

de fines del  siglo  xvn. Ya hemos  visto  su enfo

que en las "enmiendas"

  m e c á n i c a s

  que

  hizo

  a la

t e o r í a

  de la

  c i r c u l a c i ó n

  de la  sangre  de Harvey.

E n  su  o p i n i ó n ,  el hombre era la  u n i ó n  de un alma

c o n

  un cuerpo  animal  semejante a una

  m á q u i n a ,

y

  no  t e n í a n i n g ú n  reparo en comparar el  func io

namiento  del cuerpo humano con las obras de

i n g e n i e r í a h i d r á u l i c a

  que tan frecuentemente os

tentaban los jardines de los ricos al

  principiar

el  siglo  xvn:

los

  nervios de la

  m á q u i n a

  animal  que he  des

c r i t o

  pueden compararse con

  r a z ó n

  con los tu

bos de las

  m á q u i n a s

  de

  esas

  fuentes; sus

m ú s c u l o s  y tendones con los distintos artefac

tos y resortes que

  sirven

  para moverlas; y sus

e s p í r i t u s

  animales, de los cuales el

  c o r a z ó n

  es

la  fuente y los  v e n t r í c u l o s  del cerebro los de

p ó s i t o s ,

  con el agua que mueve a

  esos

  artefac

tos .

  Más aún , la

  r e s p i r a c i ó n

  y otras funciones

similares,  que son  usuales  y naturales en la

m á q u i n a

  animal

  y dependen del  f l u j o  de los

Page 189: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 189/280

19 4 N U E V O S M É T O D O S

  Y UNA  N U E V A

  C I E N C I A

^TTurbíLUm^

 Q>e CDe<r  Cartea

¡msm

V

 

í

J~egniuJ

  UrUant  a limos  7i

¿miJ¡ra.

per  aurej  '

\_uasn qua

  Junt  ouUu

  .fubjecla.  fítleltbus

F I G U R A   VI.1. La

  c o s m o l o g í a

  cartesiana representada en

u n

  texto

  del

  siglo

  xvm.

  O b s é r v e s e

  el sistema solar en el

centro. De  Traite de Vopinion, ou  méntoires  pour servir

a Vhistoire de 1 esprit  humain  ( P a r í s , C h a r l e s O l i v e r ,

1733), vol. 3,  l á m i n a  2.  C o l e c c i ó n  del autor.

Page 190: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 190/280

N U E V O S  MÉTO DO S Y U N A

  N U E V A C I E N C I A

  195

e s p í r i t u s ,  son semejantes a los movimientos de

un

  reloj  o un  molino,  a los cuales el  f l u j o  o r d i

nario

  del agua puede hacer continuos.

1

Por lo tanto, los objetos externos provocaban

reacciones en el cerebro de un modo  a n á l o g o  al

del

  visi tante que penetra en una gruta y, al pisar

las placas del piso, activa las figuras en

  exhibi

c i ó n .  Así, el cuerpo humano era concebido como

una pieza de maquinaria cuyos reflejos eran con

trolados

  por un vasto sistema tubular dotado

de  v á l v u l a s  que se  a b r í a n  y se cerraban,  permi

tiendo  que los  fluidos  se movieran en distintas

direcciones

  y con diversos  p r o p ó s i t o s .

Descartes iba a ejercer una

  influencia

  en la

ciencia

  continental que no

  h a b r í a

  de declinar

hasta mediados del  siglo  xvm. Pero si el defecto

de a nueva ciencia de Bacon era su exagerado

é n f a s i s  en la  e x p e r i m e n t a c i ó n ,  la de Descartes

fracasaba a  causa  de la excesiva importancia que

daba a la  d e d u c c i ó n .  Verdaderamente eficaz  só lo

cuando se aplicaba a temas que se prestaban

efectivamente

  al tratamiento  m a t e m á t i c o ,  pocas

de las especulaciones  c o s m o l ó g i c a s  y

  b i o l ó g i

cas de Descartes

  tuvieron

  valor  perdurable para

el  futuro

  desarrollo de la ciencia.

G

A L I L E O

  G A L I L E I

Pese  a su

  influencia,

  Bacon y Descartes estaban

ligados  a  m e t o d o l o g í a s  que  a d o l e c í a n  de graves

i

  La cita de Descartes  es tá  tomada de A.  Rupert  H a l l ,

From  Galileo to Newton 1630-1720 (Nueva

  Y o r k ,

  Harper  &

R o w ,  1963). p. 193.

Page 191: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 191/280

196

  N U E V O S M É T O D O S

  Y UNA

  N U E V A  C I E N C I A

deficiencias

  desde  el punto de vista del

  c i e n t í f i c o

moderno. Lo que se necesitaba más bien era una

verdadera  c o n j u n c i ó n  de los

  procesos  inductivo

y

  deductivo. Donde mejor apreciamos

  este

  enfo

que es en la obra de Galileo —y no en forma de

una  d i s c u s i ó n  del  m é t o d o c i e n t í f i c o ,  sino en su

desarrollo de

  temas

  e s p e c í f i c o s .  Para  nuestro

p r o p ó s i t o ,  su obra más digna de examen son los

Diálogos  y demostraciones  matemáticas  concer

nientes a áos ciencias nuevas

  (1638). No necesi

tamos resumir  a q u í  su contenido, pues no es  nues

t r a i n t e n c i ó n  analizar la  f í s i c a  del movimiento

d e l  siglo xvn en todos sus detalles. No obstante,

e l  tratamiento que da Galileo al problema de la

libre

  c a í d a

  de los cuerpos ofrece un ejemplo exce

lente de su procedimiento  m e t o d o l ó g i c o .

Partiendo de la  o b s e r v a c i ó n  de que en el estu

d io  de los  f e n ó m e n o s  naturales se acostumbra

i n q u i r i r  por sus  causas,  Galileo rechaza esa  acti

t u d  y dice:

L a

  presente

  no  parece  ser la  o c a s i ó n  más apro

piada para investigar la  causa  de la  a c e l e r a c i ó n

de l  movimiento na tura l,  acerca  de la cual han

expresado su  o p i n i ó n  varios  f i ló s o f o s , e x p l i c á n

dola

  algunos mediante una

  a t r a c c i ó n

  hacia el

centro, otros mediante una  r e p u l s i ó n  entre las

partes  más  p e q u e ñ a s  del cuerpo, mientras que

otros la atribuyen a cierta  p r e s i ó n  del medio

circundante que se forma

  tras

  el cuerpo que

cae  i m p u l s á n d o l o  de una a otra  p o s i c i ó n . A h o

ra bien,

  todas

  estas

  f a n t a s í a s ,

  y otras semejan

tes,

  d e b e r í a n

  examinarse; pero en realidad no

vale la pena. A l presente el  p r o p ó s i t o  de nuestro

autor consiste meramente en investigar y de-

Page 192: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 192/280

N U E V O S

  M É T O D O S

  Y UNA  N U E V A  C I E N C I A  197

mostrar algunas de las propiedades del  m o v i

miento  acelerado (cualquiera que sea la

  causa

de esa  a c e l e r a c i ó n ) . . .

L a

  pregunta fundamental ha cambiado de

  " ¿ p o r

q u é ? "  a  " ¿ c ó m o ? "  y, obrando en conformidad,

Galileo  recurre a una

  d e s c r i p c i ó n m a t e m á t i c a

  de

l o s f e n ó m e n o s  naturales.

E n  el curso de su  i n v e s t i g a c i ó n ,  Galileo escri

b i ó

  el equivalente de una

  m o n o g r a f í a c i e n t í f i c a

moderna. Primeramente declaraba su  i n t e n c i ó n

—presentar una nueva ciencia que versaba sobre

u n  antiguo tema: el cambio del  movimiento.

Examinando

  la

  libre  c a í d a

  de los cuerpos pro

piamente dicha, Galileo observaba que era bien

conocido

  el hecho de que los cuerpos se acelera

ban al  caer.  Lo que  h a b í a  que determinar era

justamente

  c ó m o o c u r r í a

  esa

  a c e l e r a c i ó n .

  En

  este

punto  d e f i n í a  los  t é r m i n o s  que  pensaba  utilizar

(tales como "movimiento

 un iforme",

  "velocidad"

y

  "movimien to uniformemente acelerado"). Se

informaba

  en seguida al lector que Galileo

  l i m i

t a r í a  su  e x p o s i c i ó n  a la  c a í d a  de los cuerpos:

"Hemos decidido considerar el

  f e n ó m e n o

  de los

cuerpos que caen con  a c e l e r a c i ó n  ta l como ocu

r r e

  realmente en la naturaleza."

  N ó t e s e

  cuan

distinto  es su  m é t o d o  al de Bacon, quien  h a b r í a

reunido

  todos los ejemplos de movimiento

 antes

de determinar las leyes  c i e n t í f i c a s  respectivas.

Antes  de continuar, Galileo introdujo  una regla

de  simplicidad:  " ¿ P o r  qué no he de creer que ta

les incrementos [de velocidad] tienen lugar de un

modo

  extremadamente simple y más bien

  obvio

para todo el mundo?" Es decir, si los cuerpos se

Page 193: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 193/280

198

  N U E V O S M É T O D O S

  Y UNA  N U E V A

  C I E N C I A

aceleran  al

 caer

  libremente,  podemos  suponer  que

se

  aceleran

  en la forma más simple: uniforme

mente. Ahora  p a r e c í a  imponerse una

  demostra

c i ó n ,

  y

  Sagredo,

  que en el

  d i á l o g o

  es el amigo

de Galileo,  a d m i t í a :  "No  puedo  oponer ninguna

o b j e c i ó n

  racional a

  é s t a

  o, a decir verdad, a

  n in

guna otra  d e f i n i c i ó n  . . . sin embargo, y sin  á n i m o

de ofender, me permito

  dudar

  de que una

  def i

n i c i ó n  como la

  antes

  enunciada corresponda  a y

describa esa

  clase

  de movimiento

  acelerado

  que

hallamos en la  naturaleza  en el

  caso

  de los  cuer

pos que  caen  libremente."-

E n  respuesta,

  Galileo

  d e d u c í a

  una

  serie

  de teo

remas necesarios  siempre que la libre  c a í d a  de

los

  cuerpos

  fuese

  realmente

  un

  caso

  de

  acelera

c i ó n  uniforme. Se  i n c l u í a n  las  ecuaciones  f a m i

liares  s  — 1/2  vi  y  s  i-,  donde

  5

  era distancia,  v

velocidad y  t  tiempo. Se  o f r e c í a  una  prueba  ex

perimental con ayuda del plano inclinado, el cual

p e r m i t í a  retardar  el movimiento  descendente  de

ta l

  suerte

  que se

  p o d í a n

  medir tanto la distancia

como el tiempo. Empleando una clepsidra

  para

medir el tiempo, Galileo obtuvo  resultados  que

sustentaban

  su  f ó r m u l a  derivada, s

 

t'

c

.  Enton

ces, ése era un  caso  de movimiento uniformemen

te

  acelerado,

  aun

  cuando

  él

  a d m i t í a

  de buen gra

do que no se  trataba  de una libre  c a í d a .

Prosiguiendo, Galileo  supuso  luego que un  cuer

po que

  c a í a  desde

  lo alto de un plano inclinado

alcanzaba  la misma velocidad que uno que se

deslizaba

  a su largo.

  D e s p u é s

  de  presentar  argu-

-  Galileo  G a l i l e i ,

  Dialogues

  Concerning Two New Scien

ces,  trad. de Henry  C r e w  y Alfonso de Salvio (Nueva

Y o r k ,

  Dover, 1954), pp. 166, 160 y 162.

Page 194: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 194/280

N U E V O S  M É T O D O S  Y U N A  N U E V A

  C I E N C I A

  199

m é r i t o s l ó g i c o s  en apoyo de lo anterior,  r e c u r r i ó

nuevamente a una prueba experimental. En  este

caso  u t i l i z ó  un  p é n d u l o ,  observando que  é s t e  osci

laba de una altura

  dada

  en un extremo, a la mis

ma altura en el otro (tomando en cuenta cierta

v a r i a c i ó n  debida a la resistencia del aire). Pero

el  movimiento de un  p é n d u l o  describe el arco

de un  c í r c u l o  y, por consiguiente,  puede  consi

d e r á r s e l e  como un  descenso  a lo largo de una

serie de planos inclinados de distinta

  i n c l i n a c i ó n

(figura  V I . 2 ) .  Para  representar aproximadamen

te  esos  planos  h i p o t é t i c o s ,  se  f i j a r o n  clavos en el

tablero situado  d e t r á s  del  p é n d u l o .  En todos los

casos,

  el

  peso

  del  p é n d u l o  estuvo a punto de al

canzar la altura  o r i g i n a l  (alcanzando, por tanto,

casi la velocidad

  o r i g i n a l

  en el descenso). De ese

modo,  p a r e c í a  posible deducir que los tiempos

F I G U R A

  V I . 2 .  E l experimenlo del  p é n d u l o .  Tomado de

Galileo

  G a l i l e i ,

  Discorsi e dimostrazioni

  matematiche,

  in-

torno á due nuove scienze

  attenenti alia

  mecánica  & i

movimenti

  locali

  (Leyden.

  1 6 3 8 ) .

  C o r t e s í a  de The Joseph

Regenstein  L i b r a r y ,  The University of Chicago.

Page 195: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 195/280

Page 196: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 196/280

N U E V O S  M É T O D O S

  Y UNA

  N U E V A  C I E N C I A

  201

ofrecen  en forma de experimentos mentales; es

decir,

  se sugieren experimentos sin ninguna prue

ba de que efectivamente se han realizado. Pero

la

  importancia de todo

  ello

  es que vemos

  c ó m o

u n c i e n t í f i c o  investiga en la  p r á c t i c a  un proble

ma  e s p e c í f i c o  mediante la constante  i n t e r a c c i ó n

1

'

de la  h i p ó t e s i s  y el experimento. E l procedimien

to  sugerido  p o d r í a  aplicarse actualmente. En

efecto muchos estudiantes universitarios  h a b r á n

de recordar que el plano inclinado y el

  p é n d u l o

  de

Galileo

  se siguen ut ilizando en los laboratorios

como una  i n t r o d u c c i ó n  a la  f í s i c a  del movimien to.

Bacon  y

  Descartes  h a b í a n

  propuesto la destruc

c i ó n  de las  f i l o s o f í a s  antiguas. Nadie  p o d r í a  negar

l a r e p e r c u s i ó n

  que ellos tuvieron en el mun

do  c i e n t í f i c o  a fines del siglo xvn, pero es muy

probable que a la larga la influencia de Galileo

haya sido mayor en el desarrollo del  m é t o d o  cien

t í f i co

  moderno. Los miembros de la Real Socie

dad de Londres no vacilaron en proclamarse "ba-

conianos", pero su herencia galileana no es menos

evidente.

LOS

  EXPERIMENTOS

  MENTALES,

  LAS  OBSERVACIONES

Y

  LA TEORÍA

  ATO

 MISTA

E l

  estudio que

  h a b í a

  hecho Galileo de la  libre

c a í d a  de los cuerpos implicaba dos experimentos

fundamentales: el del

  p l a ñ ó

  inclinado y el del

p é n d u l o .  Sin embargo, tal como se  presentaba  al

lector,  la obra de Galileo

  p o n í a

  más

  é n f a s i s

  en

l a l ó g i c a  de las conclusiones que en su  base  ex

perimental.  Por consiguiente, los

  versados

  en la

Page 197: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 197/280

202  N U E V O S

  M E T O D O S

  Y UNA

  N U E V A

  C I E N C I A

obra galileana han discutido ampliamente si Ga

l i l e o e f e c t u ó  realmente  esos  experimentos. Si

bien  no podemos demorarnos en

  esta

  c u e s t i ó n ,

cabe

  decir que el propio Galileo se expuso clara

mente a la  c r í t i c a , c r í t i c a  que es evidente en su

examen del movimien to de la Tier ra . Una pre

gunta que frecuentemente se  h a c í a  al respecto

era la siguiente:  ¿ d ó n d e c a e r í a  una piedra dejada

caer  desde  el  m á s t i l  de un barco que navegara

velozmente? Si el barco  estaba  anclado, era obvio

que la piedra  c a e r í a  en  l í n e a  paralela al  m á s t i l ;

mas, si se hallaba en movimiento,  h a b í a r a z ó n

para suponer que la piedra  c a e r í a a t r á s  y lejos

d e l m á s t i l ,  puesto que el barco  h a b r í a  avanzado

durante el tiempo transcurrido en la

  c a í d a .

  Este

problema

  interesaba hondamente tanto a los aris

t o t é l i c o s  como a los copernicanos, ya que ambos

bandos  v e í a n  en ese ejemplo una posible  a n a l o g í a

co n  la Tierra en movimiento.  V a l i é n d o s e  del  tér'~\

mino  medieval  ímpetus,  Galileo  d e c l a r ó c a t e g ó r i -  |

camente que, aun cuando el barco se hallara en

movimiento,  la piedra  c a e r í a  paralelamente al ¡

m á s t i l ,  explicando que la piedra  p a r t i c i p a r í a  del j

í m p e t u  que impulsaba al barco hacia adelante.\

E n  el  d i á l o g o ,  Simplicio,  el portavoz del  a f í s f o l e -

lismo,

  replicaba: "No

  s ó l o

  no has hecho cien

pruebas  de  e l l o ,  ni siquiera has hecho una". De

acuerdo, contestaba el

  representante

  de Galileo,

"estoy seguro, sin necesidad de  n i n g ú n  experimen

to ,  de que el hecho  s e r í a  tal como te he dicho;

pues  así

  debe

  ser". La

  c o n c l u s i ó n  puede

  haber

sido correcta, pero en 1638 ese argumento no era

de l

  todo convincente.

E l  estudio del movimiento local  no  s ó l o  estaba

Page 198: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 198/280

N U E V O S

  M É T O D O S

  Y UNA  N U E V A

  C I E N C I A

  203

relacionado con el destino del sistema coperni

cano, sino asimismo con el resurgimiento de la

t e o r í a  alomista . Al examinar el  movimiento,  A r i s

t ó t e l e s h a b í a

  supueslo que la velocidad era inver

samente

  proporcional a la resistencia del medio.

Por lo mismo, en el

  caso

  del  v a c í o  (donde no

h a b r í a  resistencia), un  m ó v i l p o d r í a  alcan/.ar una

velocidad

  i n f i n i t a . E l l o era inconcebible y, en con

secuencia, "la naturaleza  a b o r r e c í a  el  v a c í o " .  Y

puesto que el

  v a c í o

  era imposible,

  t a m b i é n

  era

necesario rechazar las explicaciones atomistas

propuestas por los  f iló s o fo s p r e s o c r á l i c o s .

A r i s t ó t e l e s t a m b i é n h a b í a  sugerido que los cuer

pos de diferente

  peso

  se  m o v í a n  en el mismo me

d i o

  con velocidades que

  estaban

  en la misma

p r o p o r c i ó n

  que sus respectivos

  pesos.  Para

  quien

hubiese observado a los objetos  caer  dentro de

l o s l í q u i d o s

  y los aceites —o una piedra y una

pluma

  dejados  caer  s i m u l t á n e a m e n t e  en el aire—

é s a p a r e c í a

  ser ciertamente la  respuesta  más ape

gada al sentido

  c o m ú n .

  Mas,

  ¿ q u é o c u r r i r í a

  en

e l v a c í o ,

  suponiendo que

  é s t e

  se pudiera produ

cir?

  Galileo  s e ñ a l a b a  que mientras menos  denso

fuera

  el medio, más aproximadas

  s e r í a n

  las  velo

cidades de los cuerpos al  caer,  sin importar su

peso. Por lo tanto, argumentaba, en el

  v a c í o

  to

dos los cuerpos  c a e r í a n  con la misma velocidad.

Consecuentemente, la

  d i s c u s i ó n

  de las velocida

des relativas de los objetos de distinto

  peso

  al

caer,  estaba

  asociada a la

  c u e s t i ó n

  de la existen

c ia  del  v a c í o  y, lo que era aún más importante, a

la

  posibilidad

  de que la

  c o m p o s i c i ó n

  de la ma

teria

  fuese  a t ó m i c a .

E n  la  b ú s q u e d a  de una  f i l o so f í a  mecanicista.

Page 199: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 199/280

204  N U E V O S M É T O D O S  Y UNA

  N U E V A

  C I E N C I A

divorciada  de concepciones vitalistas y

  t e o l ó g i c a s ,

se comprende que resultara atractiva una  e x p l i

c a c i ó n

  naturalista de los

  f e n ó m e n o s

  que

  a t e n d í a

exclusivamente al

  t a m a ñ o ,

  forma y movimiento

de las

  p a r t í c u l a s .

  Hemos mencionado ya el sis

tema anterior de  Descartes  basado  en las  p a r t í c u

las; pero, por diferentes  razones

  f i lo s ó f i c a s , é s t e

h a b í a  rechazado la posibilidad del  v a c í o .  Y, por

e x t r a ñ o

  que parezca, al

  principiar

  el siglo xvn

hasta

  los alquimistas

  r e c u r r í a n

  a una mezcla de

atomismo y

  vitalismo

  en sus explicaciones. Pero

s e r í a  la creencia de Galileo en una estructu ra  a t ó

mica  de la materia y la existencia del

  v a c í o

  la

que más  h a b r í a  de  i n f l u i r  sobre el particular. En

efecto, Evangelista

  T o r r i c e l l i

  (1608-1647), amigo

y

  d i s c í p u l o  de Galileo,  d e s c r i b í a  el  b a r ó m e t r o  de

mercurio  poco

  d e s p u é s

  de la muerte de su

  maes

t r o .  Posteriormente, al estudio del  v a c í o  que se

formaba  en el extremo superior de ese tubo dedi

c a r í a n  muchas

  horas

  los miembros de la Acade

m ia

  del Cimento florentina, en las

  d é c a d a s

  inter

medias del siglo xvn. En Alemania, Otto von

Guericke  (1602-1686)  c o n s t r u y ó  su  m á q u i n a  neu

m á t i c a  y en 1657  d e m o s t r ó  sus efectos en los

hemisferios de Magdeburgo. Y en esa misma dé

cada  Robert  Boyle  e n c a r g ó  a Robert Hooke (1635-

1703)

  el

  d i s e ñ o

  de una bomba

  n e u m á t i c a ,

  con el

f i n  de realizar experimentos

  in vacuo,

  los que pro

c e d i ó  a explicar con arreglo a una  f i l o s o f í a  cor

puscular.

Obviamente, la  d i s c u s i ó n  del  v a c í o  de Galileo

h a b í a

  conducido a investigaciones experimenta

les que confirmaban sus conclusiones. Pero halla

remos la misma  c o m p r e n s i ó n  de la necesidad de

Page 200: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 200/280

N U E V O S  M É T O D O S

  Y UNA

  N U E V A  C I E N C I A

  205

contar

  con pruebas experimentales si regresamos

a l

  experimento del barco. E l del barco

  h a b í a

  sido

u n o

  de los argumentos más poderosos

  esgrimi

dos por los opositores de

  C o p é r n i c o ,

  y, aunque

Galileo

  h a b í a

  refutado el argumento

  a r i s t o t é l i c o

de  é s t o s ,  ciertamente no  h a b í a  efectuado  n i n g ú n

experimento

  para demostrar su tesis. La exposi

c i ó n  de  Galileo  h a b í a  aparecido en 1632 en su

Diálogo

  sobre los dos

  sistemas

  principales del

mundo.

  Antes de que se publicara

 esta

 obra

  h a b í a

hecho  circular  su manuscrito, y es evidente, por

la  correspondencia resultante, que entre los más

interesados se encontraban Mersenne y Gassendi.

Inmediatamente,  en 1633, Mersenne  t r a t ó  de de

terminar

  la velocidad de las piedras  dejadas caer

desde  la torre de una catedral. Mas, seriamente

interesado

  t a m b i é n

  en el experimento del barco,

e s c r i b i ó  a un amigo que a menudo cruzaba el

canal

  de la Mancha. En 1634, durante una de sus

t r a v e s í a s ,  el corresponsal de Mersenne  c o n s i g u i ó

que un marinero trepara al

  m á s t i l

  y dejara

  caer

piedras. Los resultados  confirmaron  la tesis de

Galileo,  pues

  las piedras cayeron al pie del

  m á s

t i l .

  Pero la obra donde se consignaba el hecho

n o

  fue publicada, y fue Gassendi quien

  i n t e n t ó

d e s p u é s  el experimento del barco. Convencido de

su

  importancia,

  d e c i d i ó

  realizarlo

  p ú b l i c a m e n t e

para que no cupieran  dudas  acerca de los resul

tados.

  E n c o n t r ó

  un patrocinador en el nuevo go

bernador de la Provenza, quien se interesaba en

las ciencias.

Gassendi

  p l a n e ó

  una serie de pruebas comple

jas sugeridas por  Galileo,  las que  l l e v ó  a cabo en

octubre

  de 1640. Hombres a caballo y en ca-

Page 201: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 201/280

206  N U E V O S M É T O D O S  Y UNA

  N U E V A

  C I E N C I A

nozas  arrojaron piedras al aire y se lanzaron

piedras unos a otros, y se

  o b s e r v ó

  que los pro-

j yectiles  s e g u í a n  el  avance  de los caballos y el

movimiento

  transversal de los lanzamientos. Se

d e s c u b r i ó  que los objetos dejados  caer  desde  un

caballo a todo galope

  c a í a n

  en

  l í n e a

  recta  desde

el  punto de vista del jinete.  Estas  y otras prue

bas confirmaron lo

  asentado

  en la obra de

  Ga l i

leo,  pero las demostraciones más  espectaculares

tuvieron  lugar, indudablemente, a bordo de un

trirreme  naval. Cuando la nave hubo alcanzado

su

  m á x i m a

  velocidad, se

  c o m p r o b ó

  que. ya sea

que la piedra se dejara  caer  desde  el  m á s t i l ,

o que

  fuese

  lanzada hacia arriba, en ambos

  casos

c a í a

  al pie del

  m á s t i l

  y no

  a t r á s

  de

  é s t e ,

  en la

popa. Al comunicar los resultados, Gassendi in

dicaba la velocidad del barco y  d e s c r i b í a m i n u

ciosamente todos los experimentos. Luego  suge

r í a  que el lector  p o d í a  efectuar  pruebas  seme

jantes como arrojar una pelota al aire mientras

se

  paseaba

  en su

  b a l c ó n

  —o internarse en el río

en un  p e q u e ñ o  velero para comprobar los hechos,

como lo  h a b í a  hecho él a bordo del trirreme.

E n

  Galileo encontramos un  caso  muy distinto del

de Kepler. La obra de

  é s t e

  no fue conocida am

pliamente sino una  g e n e r a c i ó n d e s p u é s  de su

muerte, mientras que las

  obras

  de Galileo eran

buscadas  y  l e í d a s á v i d a m e n t e  por un gran nú

mero de sus  c o n t e m p o r á n e o s .  Así, cuando admi

t i ó  que no  h a b í a  ensayado  el experimento del

barco, algunos pensaron que  d e b í a  intentarse —y

que  d e b í a  hacerse  ante  testigos.

E n  la quinta  d é c a d a  del siglo xvn se percibe

Page 202: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 202/280

N U E V O S

  M E T O D O S

  Y  U N Í A  N U E V A  C I E N C I A  207

un

  ambiente muy distinto del que

  h a b í a

  en sus

a ñ o s  iniciales. Con Bacon,

  Descartes

  y Galileo,

l a c r í t i c a

  de

  A r i s t ó t e l e s

  y la

  t r a d i c i ó n e s c o l á s t i c a

se

  h a b í a

  vuelto mucho más refinada. Y,

  aunque

p o d r í a m o s s e ñ a l a r

  deficiencias en sus resultados

y  en sus  m é t o d o s ,  es evidente que sus conside

raciones

  acerca

  de la necesidad de fundar una

nueva ciencia, la  f u n c i ó n  del experimento, el uso

apropiado de las

  m a t e m á t i c a s

  y la

  c o n j u n c i ó n

  de

los

  m é t o d o s

  inductivo

  y deductivo para arribar

a nuevos descubrimientos, afectaron directa y dra

m á t i c a m e n t e  el desarrollo de la ciencia.

Su estudio del movimiento

  local

  convierte in

discutiblemente a Galileo en una  figura  capital

para el surgimiento de la ciencia moderna, no

s ó l o  por su  m e t o d o l o g í a ,  sino por las repercusio

nes de su obra.

  H a b í a

  impugnado un

  aspecto

fundamental de la  f i l o so f í a  natural  a r i s t o t é l i c a  y

desarrollado en su lugar una nueva ciencia del

movimiento,  fundada rigurosamente en la expe

r i m e n t a c i ó n

  y las

  consecuencias

  que

  p o d í a n

  de

rivarse de su evidencia. Por ot ro lado, su recha

zo del movimiento

 local  a r i s t o t é l i c o h a b í a

  abierto

una vez más la posibilidad de una  c o n c e p c i ó n

atomista de la materia . Era

  é s t e

  un resultado

sumamente

  favorable para los que

  rechazaban

tanto las explicaciones vitalistas como las

  m í s t i

cas. En efecto, las explicaciones corpusculares y

atomistas iban a ser parte integral de la

  f i lo so f ía

mecanicista. Se comprende que fuera un  sacer

dote, Pierre Gassendi, quien se diera a la  tarea

de borrar el estigma del

  a t e í s m o

  que

  p e r v i v í a

como un vestigio de los antiguos textos atomistas.

E l

  historiador

  p o d r í a  contentarse  f á c i l m e n t e

Page 203: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 203/280

Page 204: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 204/280

Page 205: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 205/280

210

L A  N U E V A  F I L O S O F Í A

tas

  c o n t e m p o r á n e o s

  es un testimonio de la auto

r idad

  continuada de que gozaban los

  f i l ó s o f o s

h e r m é t i c o s

  y

  q u í m i c o s

  en el mismo periodo en

que se publicaron las

  obras

  más importantes de

Galileo,

  Descartes,  Bacon y Kepler.

\

 

i •— ^ • .

L A S

  U T O P Í A S  C I E N T Í F I C A S

La  nueva  Atlántida  fue escri ta por Bacon en los

ú l t i m o s a ñ o s  de su vida (hacia 1624) y publica

da postumamente en 1627 por su amigo  W i l l i a m

Rawley  ( ¿15887-1667) ,  quien explicaba que el pro

p ó s i t o

  de esa obra era trazar "un modelo o  des

c r i p c i ó n

  de un colegio inst i tu ido para la inter

p r e t a c i ó n

  de la naturaleza y la

  p r o d u c c i ó n

  de

grandes  y maravillosas

  obras

  en beneficio de la

humanidad". Es una obra breve —consta de me

nos de cuarenta

  pag iné i s

  en la

  e d i c i ó n

  de 1664—

y

  fue muy

  l e í d a

  en el siglo xvn. Fue indudable

mente una de las principales fuentes de inspira

c i ó n

  de los fundadores de la Real Sociedad de

Londres.

E n  su forma,  La nueva  Atlántida  guarda una

marcada

  s i m i l i t u d

  con otras  obras  de ese

  g é n e r o .

U n

  grupo de viajeros que navegan de

  P e r ú

  a

J a p ó n

  arriban

  casualmente

  a un

  p a í s

  desconocido

hasta

  entonces,  cuyos habitantes demuestran es

tar extraordinariamente bien informados

  acerca

de la naturaleza y todos los  aspectos  del mundo

exterior.

  D e s p u é s

  de proporcionar asistencia mé

dica

  a aquellos viajeros que se encuentran en

fermos, los habitantes de ese

  p a í s ,

  Bensalem, re

husan todo  pago  por sus servicios, y más adelante

Page 206: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 206/280

L A  N U E V A  F I L O S O F I A

211

proceden a informar a sus visitantes de la obra

que realizan  y-Jos  secretos  de su  p a í s .

S u  principal  i n t e r é s  consiste en la  b ú s q u e d a

d e l

  conocimiento del

  cielo,

  pero, en la

  p r á c t i c a ,

é s t a

  asume

  la' forma de un estudio del mundo

circundante —un claro  reflejo  de la  b ú s q u e d a

c o n t e m p o r á n e a  de Dios en la naturaleza crea

da.  Esas  investigaciones tienen lugar en la

"Casa  de  S a l o m ó n " ,  y se nos dice que "el fin que

persigue nuestra  i n s t i t u c i ó n  es el conocimiento

de las  causas  y los movimientos

  secretos

  de las

cosas,

  así como el ensanchamiento de las fronte

ras del imperio humano, para llevar a efecto to

das las  cosas  posibles". E l lugar  e s t á  provisto

de las instalaciones

  necesarias

  para

  hacer

  toda

clase  de observaciones. Existen cuevas  profundas

donde se pueden  imitar  procesos  de  m i n e r í a  y

practicar experimentos encaminados a la produc

c i ó n  de nuevos metales. Mientras unos  investi

gan nuevos  m é t o d o s  para curar las enfermedades

y

  prolongar la

  vida,

  otros se dedican a investiga

ciones relacionadas con el enriquecimiento de la

tierra.  Hay torres de 800 metros de altura don

de se practican experimentos sobre

  r e f r i g e r a c i ó n ,

a s í  como lagos  artificiales,  pozos,  z o o l ó g i c o s  y

parques

  habitados por animales y

  aves

  de toda

especie.  Una gran variedad de hornos, equipo

ó p t i c o , m á q u i n a s

  e instrumentos

  a s t r o n ó m i c o s

permite  realizar toda  suerte  de observaciones so

bre

  q u í m i c a ,

  perspectiva,

  i n g e n i e r í a m e c á n i c a

  y

a s t r o n o m í a .

Se describe a los viajeros el

  m é t o d o

  empleado

p o r  los  sabios  de la  Casa  de  S a l o m ó n .  Primera

mente se

  r e ú n e n

  y cotejan las observaciones. Lúe-

Page 207: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 207/280

212

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A

go se asigna a varios grupos la tarea de derivar

conclusiones y aportar  sugerencias  para estudios

ulteriores.

  Cuando se ha completado ese proce

so complejo, intervienen

  "tres

  que, por medio de

experimentos, elevan los descubrimientos ante

riores al rango de mayores observaciones,  axio

mas y aforismos. A  é s t o s  los llamamos  ' i n t é r p r e

tes de la naturaleza '". Desde luego, todo ese

proceso no es sino el sistema baconiano llevado

a la  p r á c t i c a . B á s i c a m e n t e  es cuali tativo y expe

rimental,  y da poca importancia a la interpreta

c i ó n m a t e m á t i c a .  En vano  b u s c a r í a m o s  directivas

para estudiar la  f í s i c a  del movimien to y, en efec

to ,  todo el programa da

  prioridad

  a los que por

entonces

  se consideraban estudios

  q u í m i c o s

  y la

forma

  b e n é f i c a  de la magia natural.

U n  a ño

  antes

  de que Bacon escribiera

  La nue

va  Atlántida,

  h a b í a

  aparecido en Alemania otra

u t o p í a c i e n t í f i c a ,

  La ciudad del Sol,

  de Tommaso

Campanella. Esta obra, escrita en 1602, refleja

la  antigua  d e v o c i ó n  que  s e n t í a  Campanella por

Bernardino  Telesio en su insistencia en que el

entendimiento  p r o c e d í a  originalmente de los  sen

tidos.  Pero refleja asimismo el hermetismo que

era parte esencial de todos sus escritos.

  La ciu

dad del Sol

  c o n t e n í a t a m b i é n

  alusiones

  p o l í t i c a s .

Deseando establecer  una comunidad ideal, Cam

panella se

  h a b í a

  visto envuelto en 1600 en una

conjura  para emancipar  Ñ a p ó l e s  del dominio es

p a ñ o l .

  E l fracaso resultante iba a acarrearle más

de veintisiete  a ñ o s  de  p r i s i ó n  y torturas. En su

celda

  e s c r i b i ó

  un

  n ú m e r o

  impresionante de libros

y

  manuscritos —donde  d e s c r i b í a  la ciudad del

S o l

  ideal.

Page 208: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 208/280

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A 213

L a  ciudad d éí Sol era una  m e t r ó p o l i  construida

sobre una colina, con siete murallas  c o n c é n t r i c a s

y

  un templo central. En muchos  aspectos,  este

plan

  recuerda las antiguas descripciones del tem

p lo  del conocimiento o la  J e r u s a l é n  celestial  des

crita  en el Apocalipsis.  Esos  muros eran impor

tantes  para todos los ciudadanos, ya que en ellos

estaba  plasmada la  s a b i d u r í a  del mundo. Cada

uno de ellos

  estaba

  dedicado a un tema  distinto.

E l

  pr imero, de dentro hacia fuera, mostraba en

u n  lado  todas  las figuras  m a t e m á t i c a s  y en el

otro  un mapa completo del mundo y una descrip

c i ó n  de todos los  p a í s e s  y pueblos de la Tierra.

E l  segundo muro  estaba  dedicado a los metales,

las piedras y los minerales, así como a los

  l í q u i d o s

naturales y artificiales en  todas  sus formas,  des

de los  o c é a n o s  hasta  los vinos. Siempre que era

posible se incrustaban

  muestras

  en los muros

c o n  objeto de que el vulgo comprendiera mejor

las ilustraciones y los diagramas. En los cuatro

muros siguientes

  estaban

  representadas

  todas

  las

formas de

  vida

  animal y vegetal, y el  ú l t i m o  es

taba dedicado a las  artes  m e c á n i c a s ,  dando

  espe

c i a l a t e n c i ó n  a los  grandes  inventores.  Al l í ,  en

medio

  de los legisladores, se hallaban figuras re

ligiosas:

  M o i s é s ,

  Osiris,

 J ú p i t e r ,

  Mercurio y Maho-

ma —y Cristo y sus  a p ó s t o l e s .

E l

  templo central de la ciudad  t e n í a  un enorme

domo donde se  h a b í a  trazado un mapa de los

cielos,

  complementado con versos que  d e s c r i b í a n

los  poderes  individuales de los astros. La ciudad

estaba

  gobernada por una camarilla de sacerdo

tes  h e r m é t i c o s  que guiaban al pueblo con sabi

d u r í a  y eficacia, gracias a su conocimiento de los

Page 209: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 209/280

214

L A  N U E V A

  F I L O S O F I A

astros

  y la magia natural. Como

  a u t é n t i c o s

  ma

gos naturales,  s a b í a n  utilizar  el poder de los as

tros en beneficio de los moradores de la Tier ra.

S i

  no

  e s t u v i é s e m o s

  tan familiarizados con esa

mezcla

  t í p i c a m e n t e

  renacentista, la ciudad de

Campanella  p o d r í a

  parecemos

  una  e x t r a ñ a  con

fluencia

  de magia y

  o b s e r v a c i ó n .

  De hecho, el

i n t e r é s  de Campanella en la magia y la  a s t r o l o g í a

es indiscutible. En su  Metaphysica  (1638), Cam

panella

  a d m i t í a

  de buen grado su

  a d h e s i ó n

  a la

magia de

  Ficino,

  cuyo origen

  a t r i b u í a

  en

  ú l t i m o

t é r m i n o  a los textos de Hermes Trismegisto. Por

otra parte, existen

  pruebas

  de que practicaba la

magia.

Pero

  si es posible que Bacon haya conocido la

obra de Campanella,  t o d a v í a  es más probable que

conociera las  obras  anteriores atribuidas a los

rosacruces.  Los dos  breves  textos que  iniciaron

l o

  que se ha denominado el

  "furor

  rosacruz" fue

r o n  la  Fama

  fraternitatis

  y  la  Confessio  (1614 y

1615).  En

  é s t o s ,

  formulado en un formato

  u t ó

pico,  se reiteraba el llamamiento paracelsista a

instaurar una nueva ciencia. Se informaba al lec

t o r  que el fundador de la orden, un tal y fabuloso

Christian

  Rosenkreuz,

  h a b í a

  viajado como pere

grino

  al Cercano Oriente y en Damasco y Fez

h a b í a

  encontrado comunidades de sabios. De

seando  establecer

  en Europa un grupo similar

de

  sabios

  dedicados al conocimiento y al servicio

de sus

  semejantes,  h a b í a  regresado

  a Occidente

y  congregado a su alrededor un grupo reducido

de

  adeptos

  inspirados en sus ideales.

  H a b í a n

  tra

bajado en

  secreto

  durante la vida de su fundador

y  mucho

  d e s p u é s

  de que

  é s t e

  muriera, pero sus

Page 210: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 210/280

L A  N U E V A

  F I L O S O F I A

2 5

sucesores

  consideraban que

  h a b í a

  llegado el mo

mento  de anunciar  p ú b l i c a m e n t e  sus  p r o p ó s i t o s .

E n

  la

  Fama fraternitatis

  se exhortaba a fundar

u n

  nuevo

  saber

  que remplazara al de las

  u n i

versidades. E n lugar de

  A r i s t ó t e l e s ,

  Galeno y sus

comentadores más recientes, los sabios  d e b í a n

indagar

  las verdades de

  Dios

  y la naturaleza. A

l a  manera de los paracelsistas, se elogiaba a la

medicina

  y se la consideraba el fundamento de

toda

  la

  f i l o s o f í a

  natural. Para los rosacruces era

u n

  arte

  d i v i n o

  cuyos beneficios

  d e b í a n

  dispen

sarse  sin  esperar  pago alguno. Y aunque  Chris-

tian

  Rosenkreuz

  h a b í a

  conocido la verdadera me

dicina,

  los rosacruces

  d e c í a n

  a sus oyentes que

s a b í a n

  de la existencia de grandes

  m é d i c o s , f i l ó

sofos y magos que

  v i v í a n

  y trabajaban en Euro

pa. En los  ú l t i m o s  tiempos, el más grande de

ellos  h a b í a

  sido Paracelso, cuyas obras se conser

vaban al lado de las de  Christian  Rosenkreuz en

l a b ó v e d a

  secreta de la hermandad.

E n

  el "manifiesto rosacruz" alienta un

  e s p í r i t u

misional.

  Se

  s u g e r í a

  que

  p o d r í a n

  lograrse gran

des maravillas si los

  a u t é n t i c o s

  sabios de Europa

u n í a n

  sus fuerzas para

  bien

  de la humanidad. No

obstante, si

 esos

  sabios no se hallaban en las

  u n i

versidades,

  ¿ d ó n d e

  estaban y

  c ó m o

  se

  p o d í a

  en

t rar

  en contacto con ellos? E l autor contestaba

que  p o d í a n  darse  a conocer por escrito y sumar

se a la hermandad en la reforma del

 saber

  que se

avecinaba. Por esa  r a z ó n ,  los sabios europeos

d e b í a n e s c u d r i ñ a r

  sus almas y "manifestar su

pensamiento, ya sea

  communicatio

  consüio,

  ya

sea  singulatim y  en

  forma

  impresa". La  Fama

y  la Confessio  s e r í a n  publicadas  s i m u l t á n e a m e n t e

Page 211: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 211/280

216

L A  N U E V A

  F I L O S O F I A

en  cinco idiomas para que nadie pudiera

  discul

parse

  alegando que no

  h a b í a

  recibido el mensaje

— y ,

  aunque los cofrades rehusaban por ese en

tonces dar sus nombres y anunciar sus reuniones,

aseguraban que las obras de quienes contestaran

a su llamado no

  p a s a r í a n

  inadvertidas.

P o d r í a  pensarse

 que textos tan breves —y

  a n ó n i

mos—

  pasaron inadvertidos, mas ése no fue el

caso. En realidad, entre 1614 y 1617 se

  publicaron

nueve ediciones de la  Fama  en cuatro idiomas, y

en

  1652

  a p a r e c i ó

  una

  t r a d u c c i ó n

  al

  i n g l é s .

  En las

bibliotecas

  europeas aún existen cartas de per

sonas

  ofreciendo ingresar a la orden, y un bi

b l i ó g r a f o  ha localizado varios centenares de l i

bros y tratados que aparecieron en una

  d é c a d a

debatiendo los  m é r i t o s  de ese grupo secreto. Las

ciudades principales eran visitadas por gente que

se  d e c í a  miembro de la hermandad y  p r o m e t í a

revelar

  sus secretos a quienes desearan iniciarse.

E n  un relato publicado en 1619 leemos:

Q u é c o n f u s i ó n

  creaba entre los hombres la no

t i c i a  de  este  hecho, qué  conflictos  entre los

doctos,

  qué  inquietud  y zozobra entre los im

postores y los charlatanes, sobra  decirlo  . . .

h a b í a  quienes,

  presas

  de ese ciego terror, de

seaban

  retener y defender a toda costa sus

negocios antiguos, anticuados y fraudulentos.

Algunos  se apresuraban a deponer la fuerza de

sus opiniones y, luego que

  h a b í a n

  denunciado

e l  yugo tan severo de su servidumbre, se apres

taban a abrazar su  libertad.

Puesto que no hay

  n i n g ú n i n d i c i o

  de que ese

grupo  haya existido realmente, la  r e a c c i ó n  es ad

mirable.

Page 212: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 212/280

L A  N U E V A

  F I L O S O F I A 2 7

U n  notable producto de esa

  inquietud

  inte

lectual

  fue la

  Christianopolis

  (1619)

  u t ó p i c a

  de

Andreae,

  quien probablemente fue el verdadero

autor de la

  Fama.

  La

  Christianopolis

  tiene nota

bles  semejanzas  con  La nueva  Atlántida  y  e j e r c i ó

una

  influencia

  casi tan grande como la de

  esta,

y a  que  i n f l u y ó  profundamente en los grupos  ingle

ses que fueron los

  antecesores

  de la Real Socie

dad.  T a m b i é n  en

  esta

  obra hallamos la denuncia

f a m i l i a r

  de la decadencia del

  saber

  y la

  r e l i g i ó n

europeas, aunada a la sugerencia de que  d e b í a f o r

marse una comunidad de

  a u t é n t i c o s

  sabios. El

ejemplo

  que ofrece Andreae es la ciudad ideal

de Christianopolis, cuyos ciudadanos se dedican

a l

  estudio de las

  Sagradas

  Escrituras y la natu-j

raleza. A  e x c e p c i ó n  de la  B i b l i a ,  los  libros  les'

parecen sumamente  i n ú t i l e s  a los habitantes de

esa ciudad,  pues  es el estudio de la naturaleza

e l  que conduce a una mayor  c o m p r e n s i ó n  del

Creador. "Un detenido examen de la  Tierra  t r a e r á

consigo una cabal

  a p r e c i a c i ó n

  de los cielos, y

cuando se haya comprendido el valor de los cie

los ,  se  d e s p r e c i a r á  la

  Tierra."  [

  > - r -

  r

^

E n  consecuencia, el laboratorio tiene suma im

portancia  para los ciudadanos de esa

  m e t r ó p o l i

u t ó p i c a .

  Y, como es de

  esperarse,

  es en el labora

t o r i o q u í m i c o ,

  provisto del equipo más completo,

donde "las propiedades de los metales, minerales

y

  vegetales, y  hasta  la  vida  de los animales, son

examinadas, purificadas, incrementadas y  u n i f i

cadas

  para uso de la raza humana y en beneficio

de la salud". Con todo, es más importante el

hecho de que

  a l l í

  "se

  desposan

  el cielo y la

  Tie

r r a "  y "se descubren los misterios divinos  impre-

Page 213: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 213/280

2 8 L A  N U E V A  F I L O S O F Í A

sos en la tierra".  É s t a s  son claras referencias a

l a a n a l o g í a  macrocosmos-microcosmos y la doc

tr ina  de las signaturas.

L a

  importancia que atribuye Andreae a la

  q u í

mica  es más evidente  t o d a v í a  cuando se la com

para con su tr atamien to de otras ciudades. En

e l s a l ó n  destinado a la  f í s i c a ,  los ciudadanos de

Christianopolis  contemplan

  escenas

  pintadas del

cielo,

  los planetas, animales y plantas que recuer

dan en cierto modo los muros

  c o n c é n t r i c o s

  de

Campanella.  A l l í t a m b i é n  se pueden examinar

muestras de  gemas  y minerales raros, venenos

y

  sus  a n t í d o t o s ,  así como toda suerte de  cosas

b e n é f i c a s  y nocivas para el cuerpo. En cuanto a

las

  m a t e m á t i c a s ,

  el

  a u t é n t i c o

  investigador de

Christianopolis  puede elevarse por encima de la

a r i t m é t i c a  y la  g e o m e t r í a  vulgares para contem

plar

  las  a r m o n í a s n u m é r i c a s  y  m í s t i c a s  de los

cielos  que conocieron los  p i t a g ó r i c o s  de  a n t a ñ o .

E n  todas partes se subraya la  c o r r e l a c i ó n  que

existe entre el cielo y la

  Tierra

  y, por consiguien

te ,  se eleva a la  a s t r o l o g í a  al  sitio  eminente que

merece.

  Para

  Andreae, "quien desconoce el valor

de la  a s t r o l o g í a  en los destinos humanos o necia

mente lo niega, me  g u s t a r í a  que tuviera que cavar

la

  t ierra,

  cultivar

  y labrar los campos, todo el

tiempo  que fuese posible, en un  clima  adverso".

1

L a i m p l i c a c i ó n  era obvia. Se  r e q u e r í a  un nuevo

saber,

 y si  é s t e  no  t e n í a  cabida en el sistema  u n i

versitario

  vigente, era preciso fundar una  acade-

1

  Las citas de Andreae

  e s t á n

  tomadas de J . V. Andreae,

Christianopolis. An Ideal

  State

  of the Seventeenth Centu-

ry,

  trad.

  de F . E . Held (Nueva  Y o r k ,  Oxford  University

Press,

  1916), pp. 137-138, 187, 196-197.

Page 214: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 214/280

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A

219

m i a  o colegio independiente. Las  propuestas  de

Andreae  h a b r í a n  sido  secundadas  por cualquiera

de los  f i l ó so f o s q u í m i c o s .

R

O B E R T

  F L U D D  Y L A  Q U Í M I C A  M Í S T I C A  E N

U N N U E V O  S I G L O

Entre la

  m u l t i t u d

  de  respuestas  impresas que

p r o v o c ó  el manifiesto rosacruz se encontraban

dos folletos de considerable

  i n t e r é s :

  uno escrito

p o r A n d r é s  Libavius y el otro por Robert

  Fludd.

Y a

  antes  nos hemos referido a Libavius

  ( c a p í

tulo  n ) como a un  y a t r o q u í m i c o  que se  o p o n í a

a los paracelsistas y

  detestaba

  las interpretacio

nes  m í s t i c a s  de los  f e n ó m e n o s  naturales. Estaba

convencido de la importancia de emplear  sus

tancias  q u í m i c a s  en la medicina, pero se  negaba

a participar de la

  f il o so f ía q u í m i c a

  paracelsista

que interpretaba el universo  s e g ú n  la  a n a l o g í a

macrocosmos-microcosmos. Por lo mismo, aun

que en 1606  h a b í a  apoyado a los  m é d i c o s q u í m i

cos parisienses en su lucha contra la facultad de

medicina  dominada por los galenistas, nueve  a ñ o s

m á s  tarde condenaba los textos rosacruces. Juz

gaba

  que

  é s t o s

  eran de

  i n s p i r a c i ó n m í s t i c a

  y

paracelsista y, peor aún,

  amenazaban

  con  des

t r u i r  el

  saber

  antiguo en todos sus  aspectos.

E l  ataque

  de Libavius contra los

  rosacruces

  fue

e l  motivo  de las primeras publicaciones de

  Fludd,

hombre noble y acaudalado que

  h a b í a

  estudiado

en

  O x f o r d

  y visi tado los principales centros de

e n s e ñ a n z a

  del Continente. Elegido miembro del

Real Colegio de  M é d i c o s  en 1609, posteriormente

Page 215: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 215/280

220 L A  N U E V A  F I L O S O F Í A

mantuvo  contacto con muchos de los  c i e n t í f i c o s

ingleses más prominentes de su  é p o c a .  En el

fondo  Fludd

  era un

  m í s t i c o

  y,

  d e s p u é s

  de leer

la

  Fama

  y la

  Confessio,

  e s c r i b i ó

  una

  r é p l i c a

  a

Libavius

  (1616) donde impugnaba el estudio de

los  antiguos en las universidades y postulaba una

nueva ciencia fundada en  verdades  religiosas. Ar

gumentando que el  a u t é n t i c o  conocimiento  h a b í a

d e c a í d o  desde

  los tiempos de

  M o i s é s ,  Fludd  op i

naba

  que, en lugar de

  A r i s t ó t e l e s

  y Galeno, las

escuelas  d e b í a n

  adoptar la

  alquimia,

  la magia

natural  y una nueva medicina.  M e t ó d i c a m e n t e

criticaba

  las

  artes

  liberales y,

  e s p e c í f i c a m e n t e ,

censuraba  la preeminencia que  t e n í a  la  l ó g i c a  en

e l  curriculum  e s c o l á s t i c o . E l l o ,  pensaba,

  se

  refle

jaba en el enfoque  a c a d é m i c o  de las  m a t e m á t i

cas,

  basado

  en definiciones, principios y discu

siones  de operaciones  t e ó r i c a s .  Más bien,  e s c r i b í a

Fludd,

  el

  m a t e m á t i c o d e b í a

  acudir a las

  e n s e ñ a n

zas  m í s t i c a s  de los  p i t a g ó r i c o s ,  los que  h a b í a n

arribado

  a la certidumbre de su fe en Dios me

diante su estudio de los  n ú m e r o s  y sus propor

ciones. Por ese camino  l l e g a r í a  al concepto de

las  a r m o n í a s  universales y a la  esencia  misma

d e l  mundo.

E n

  su

  a p o l o g í a

  de los rosacruces,

  Fludd

  insis

t í a  en que  d e b í a m o s  emprender esa nueva cien

c ia

  con un plan

  definido.

  Enumeraba una serie

de cuestiones fundamentales que  d e b í a n  servir de

base

  a futuras investigaciones.

  D e b í a m o s

  consi

derar el acto de la  C r e a c i ó n , e s c r i b í a ,  a la luz

divina

  del

  S e ñ o r . É s t a ,

  afirmaba, era

  nada

  menos

que ese  e s p í r i t u v i t a l  indispensable para toda  for

ma de

  vida

  y  movimiento.  D e b í a m o s  indagar

Page 216: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 216/280

L A  N U E V A  F I L O S O F I A

221

todos los

  aspectos

  de su  a c c i ó n  y prestar aten

c i ó n

  a otros conceptos interesantes —y entre és

tos  i n c l u í a  las opiniones atomistas de  D e m ó c r i -

t o .

  Y cuando

  p a s á b a m o s

  del macrocosmos al

microcosmos,  e s c r i b í a

  Fludd,

  d e b í a m o s  enfocar

nuestra

  a t e n c i ó n

  en la

  forma

  en que ese

  e s p í r i t u

v i t a l

  era asimilado por el cuerpo. En

  este

  punto

subrayaba que

  este  e s p í r i t u r e s i d í a

  en el aire y

penetraba en nuestros cuerpos por medio de la

i n s p i r a c i ó n .

  Para

  determinar

  c ó m o n u t r í a

  ese es

p í r i t u  nuestros cuerpos,  s e r í a  necesario un nue

v o

  estudio del

  propio

  cuerpo.

  D e b í a m o s

  explicar

c ó m o  se

  separaba

  ese  e s p í r i t u  del aire  impuro

y

  era dispersado en el cuerpo por los sistemas

arterial

  y venoso. Basta con lo dicho para

  com

prender el

  á v i d o i n t e r é s

  que

  h a b r í a

  de mostrar

Fludd

  por el descubrimiento de la  c i r c u l a c i ó n  de

l a

  sangre  de Harvey.

E n

  1617 se

  p u b l i c ó

  una segunda

  e d i c i ó n

  de

l a a p o l o g í a  de los rosacruces de

  Fludd

  y el

  p r i

m e r  volumen

  de su

  historia

  del macrocosmos

y

  el microcosmos. La  ú l t i m a  es probablemente

l a e x p o s i c i ó n

  más completa que se ha escrito de

ese universo integrado por dos mundos, y con

ella  Fludd  c r e y ó  cumplir

  su promesa de inaugu

r a r

  una nueva ciencia. E l autor consideraba que

su

  obra, en la que predominaban las citas

  b í b l i

cas y  h e r m é t i c a s ,  era una

  f i e l

  e x p o s i c i ó n  de la

f i l o s o f í a q u í m i c a .

  Empezando por los

  f e n ó m e n o s

m a c r o c ó s m i c o s ,  examinaba la  C r e a c i ó n ,  los ele

mentos y el orden del universo.

 Fludd

  se aferraba

tenazmente a la

  t e o r í a g e o c é n t r i c a

  del univer

so, pero hablaba

  t a m b i é n

  de una "centralidad"

d e l  Sol, alegando que  é s t e

  estaba

  situado a medio

Page 217: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 217/280

Page 218: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 218/280

L A  N U E V A  F I L O S O F I A

222

pies: en  nuestros  t é r m i n o s ,  las que  e x i s t í a n  entre

u n " c i e n t í f i c o "

  y un

  " m í s t i c o " .

  Kepler calificaba

su propio concepto de  a r m o n í a  universal de "ma

t e m á t i c o " ;

  las explicaciones de Fludd, por el con

trario,  eran  " e n i g m á t i c a s , e m b l e m á t i c a s  y  h e r m é

ticas".

  ¿ C ó m o p o d í a

  un

  c i e n t í f i c o

  comparar el

simbolismo  de Fludd con sus diagramas  a u t é n t i

camente  m a t e m á t i c o s ?

  Y si Fludd se  recreaba

en sus  oscuros  enigmas, Kepler  h a b í a  rescatado

esos

  mismos

  f e n ó m e n o s

  de las tinieblas y los

h a b í a  sacado  a la luz. Fludd,  agregaba,  h a b í a

plagiado las

  f á b u l a s

  de los antiguos, mientras

que él se  h a b í a  basado  en los fundamentos mis

mos de la naturaleza con certidumbre

  m a t e m á

tica.

  Asimismo, Fludd

  h a b í a

  confundido

  cosas

que no

  h a b í a

  comprendido

  adecuadamente

  mien

tras

  que Kepler  h a b í a  procedido de un modo or

denado

  como

  c o r r e s p o n d í a

  a las leyes de la natu

raleza.

Se nos  r e c o r d a r á , q u i z á s ,  que en realidad Kepler

c o m p a r t í a

  muchas

  de las convicciones

  m í s t i c a s

de Fludd. Mas, aun admitiendo lo anterior, lo

cierto  es que las

  m a t e m á t i c a s

  significaban algo

m u y  dist in to para Kepler que para Fludd.  Este

buscaba

  misterios en los

  s í m b o l o s

  conforme a

una creencia preconcebida en un plan

  c ó s m i c o .

Consecuentemente, sus proporciones y

  a r m o n í a s

d e b í a n

  amoldarse por fuerza a sus

  s í m b o l o s .

  Ke

pler,

  igualmente  obsesionado  tal vez con su pro

p i a c o n c e p c i ó n e s f é r i c a

  y

  s i m b ó l i c a

  del mundo,

procuraba que sus

  h i p ó t e s i s

  estuvieran fundadas

en premisas cuantitativas y

  m a t e m á t i c a m e n t e

  de

mostrables. Si una

  h i p ó t e s i s ,

  por satisfactoria

que

  fuese  desde

  un punto de vista

  s i m b ó l i c o ,

  no

Page 219: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 219/280

Page 220: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 220/280

L A  N U E V A  F I L O S O F Í A

225

das de opiniones  t e o l ó g i c a s  peligrosas—  h a b í a n

sido  sustituidas por el  m é t o d o  más exacto del

q u í m i c o ,  basado en la  o b s e r v a c i ó n .

Mersenne rechazaba

  e n é r g i c a m e n t e

  las

  o p i n i o

nes del

  alquimista.

  Para el  " f i l ó s o f o

  cristiano"

  la

reciente

  condena de la Sorbona  h a b í a  sido justa.

Esos sabios doctores  h a b í a n  cuestionado correc

tamente las implicaciones  t e o l ó g i c a s  de las tesis

a l q u í m i c a s .  Entre  é s t a s i n c l u í a  la adherencia de

lo s

  alquimistas al atomismo,

  p o s i c i ó n

  que por

ese tiempo Mersenne juzgaba endeble. Y en cuan

to  al tan alabado sistema de elementos y  p r i n c i

pios  de los alqu imista s, basado en la "observa

c i ó n " ,  Mersenne apuntaba la probabilidad  de que

lo s

  principios

  paracelsista

  >

  pudieran descompo

nerse

  artificialmente

  en elementos más simples.

E n

  caso  de que  ello  llegara a suceder,  esos

  p r i n

cipios  ya no  p o d r í a n  considerarse elementales.

Y ,

  sin embargo,  p r o s e g u í a  Mersenne, si  bien  la

alquimia

  era censurable en algunos puntos, no

d e b í a

  rechazarse por completo. Más

 bien,

  d e b í a

encontrarse un

  m é t o d o

  de

  control

  para evitar los

errores peligrosos en que  h a b í a n  incurrido  con

tanta

  frecuencia los alquimistas en el pasado.

Mersenne  s u g e r í a  establecer en cada reino aca

demias

  a l q u í m i c a s ,

  las que

  t e n d r í a n

  por

  m i s i ó n

mejorar

  la salud de la humanidad.  Estas  aca

demias

  v i g i l a r í a n

  ese campo y no

  s ó l o

  se encar

g a r í a n  de castigar a los charlatanes, sino que

p a r t i c i p a r í a n

  activamente en la reforma de la

ciencia.  Los  t é r m i n o s a l e g ó r i c o s  y  e n i g m á t i c o s

s e r í a n

  desechados y remplazados por una

  t e r m i

n o l o g í a  clara,

  basada

  en las operaciones  q u í m i

cas practicadas en el  laboratorio.

Page 221: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 221/280

226

L A  N U E V A

  F I L O S O F I A

Esa

  alquimia

  reformada,

  d e c í a

  Mersenne, de

b e r í a  mantenerse enteramente al margen de cues

tiones religiosas,

  f i l o s ó f i c a s

  y

  t e o l ó g i c a s .

  Le pa

r e c í a  que esa ciencia  s e r v í a  como una especie de

"contra-Iglesia"

  a quienes

  s o s t e n í a n

  que con su

ayuda se explicaban mejor la  t e o l o g í a ,  la magia

y

  las

  f á b u l a s

  más antiguas. Muchos, en efecto,

sustentaban una  i n t e r p r e t a c i ó n q u í m i c a  de la

C r e a c i ó n .  Esos  s u e ñ o s

  y especulaciones

  d e b í a n

abandonarse si se

  q u e r í a

  que la Iglesia

  c a t ó l i c a

aprobara esa

  disciplina.

E n  sus obras, Mersenne se  r e f e r í a  a varios  q u í

micos  cuyas publicaciones consideraba peligrosas.

Entre  los nombres mencionados  destacaba  el de

Robert  Fludd,

  a quien tildaba de hereje y mago

de la peor ralea. Profundamente ofendido,

  Fludd

r e s p o n d i ó

  al monje

  f r a n c é s

  en dos obras donde

reafirmaba  su  p o s i c i ó n  respecto a la  f i lo so f ía

q u í m i c a .

  En ellas

  d e s c r i b í a

  nuevamente la analo

g ía  entre el macrocosmos y el microcosmos, la

a r m o n í a

  de

  estos

  dos mundos, la

  s i g n i f i c a c i ó n

  del

e s p í r i t u v i t a l  y su  d i s p e r s i ó n  mediante el sistema

arterial.  La verdadera

  alquimia,  i n s i s t í a  Fludd,

t e n í a  como meta establecer toda la  f i lo s o f í a q u í

mica

  como una

  base

  para explicar al hombre y

a l  universo.

Obviamente,  ese concepto de  alchemia vera  de

Fludd

  era precisamente el que objetaba Mersenne.

L o  que inquietaba a

  Fludd,

  sobre todo, era la

advertencia

  de Mersenne de que los alquimistas

d e b í a n  mantenerse apartados de los asuntos re

ligiosos.

  Por el contrario, él

  s u p o n í a

  que los

  q u í

micos  y los  t e ó l o g o s t e n í a n  un campo de inves

t i g a c i ó n c o m ú n ,

  a

  saber,

  esa parte de la

  t e o l o g í a

Page 222: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 222/280

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A 227

p r á c t i c a q u e  "nosotros  pensamos  no es  otra

  cosa

q u e l a q u í m i c a m í s t i c a y  oculta".  Esta  disciplina

aspiraba

  a  comprender  l a C r e a c i ó n y e l e s p í r i t u

de la v id a . La

  naturaleza

  y la

  supernaturaleza

estaban  vinculadas

  de un  modo

  manifiesto

  —y la

q u í m i c a s e r v í a  como  u n a  clave

  para

  descifrarlas

a  ambas.

A  fines

  de 1628  Mersenne  e n v i ó u n a c o l e c c i ó n

de las  obras  de F ludd a su  amigo  Pierre

  Gassen

d i ,

  solicitando

  su

  ayuda.

  E n

  poco

  m á s de dos

meses  é s t e h a b í a  terminado  s u c r í t i c a .

  Como

  era

de

  esperarse,  Gassendi

  rechazaba  l a e x p l i c a c i ó n

que  daba  F ludd de l o s

  principios

  elementales

  y

la C r e a c i ó n q u í m i c a . Y a l

  enfrentarse

  a l  rechazo

d e C o p é r n i c o y G i l b e r t , s e l i m i t ó a

  concluir:

  "é l

entiende

  p o r

  Tierra

  no vo l á t i l y So l

  central  algo

m u y

  distinto

  de lo que  nosotros  entendemos  co

m ú n m e n t e p o r e l lo " . R e f i r i é n d o s e a la d i s t i n c i ó n

q u e h a c í a F l u d d  entre  alquimia  falsa  y  verdade

r a ,

  Gassendi

  se

  quejaba

  de u n a i n t e r p r e t a c i ó n

q u e c o n v e r t í a a l a

  "alquimia

  e n l a ú n i c a r e l i g i ó n ,

a l

  alquimista

  e n l a ú n i c a

  persona  religiosa,

  y al

t i r o c i n i o d e l a  alquimia  e n e l ú n i c o  catecismo

de la fe" .

N o  entraremos  e n m á s  detalles  acerca  de

  esta

p o l é m i c a ,

  salvo

  para  recordar

  que en el

  curso

d e s u i m p u g n a c i ó n

  Gassendi

  d e s c r i b í a y  rechaza

ba las

  opiniones

  de

  Harvey  sobre

  la c i r c u l a c i ó n

de la  sangre,  y que é s e s e r í a e l m o t i v o de que

F l u d d  saliera  en

  defensa

  de su

  amigo.

  L a r é p l i c a

d e F l u d d a

  Gassendi  (1633)

  p r o v o c ó q u e  Mersen

ne

  redoblara

  sus

  esfuerzos

  para  desacreditarlo

a é l y a l a f i l o so f í a qu ímica . Su

  correspondencia

—mucho

  d e s p u é s

  incluso

  de que F ludd

  muriera

Page 223: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 223/280

228

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A

en  1637— revelaba su  e m p e ñ o  constante por  con

seguir

  el apoyo de los sabios de Europa en su

lucha  contra esa "nueva  f i l o s o f í a "  que  h a b í a  so

ñ a d o

  Fludd

  y tanto se

  o p o n í a

  a la suya.

L

A

  N U E V A  F I L O S O F Í A

  D E

  J

E A N

  B A P T I S T E

V A N  H E L M O N T

E n

 busca de apoyo para combatir a Robert  Fludd,

Mersenne  h a b í a  escrito a muchos sabios euro

peos. Uno de ellos  h a b í a  sido  Jean  Baptiste van

Helmont,  que más tarde iba a mantener corres

pondencia  con el sabio  f r a n c é s .  E n una de sus

primeras

  cartas, Van

  Helmont

  contestaba a una

pregunta  pidiendo su  o p i n i ó n  sobre la  r é p l i c a

que recientemente  h a b í a  hecho

  Fludd

  a Gassendi.

E l  f í s i c o - q u í m i c o  belga  r e s p o n d í a c a t e g ó r i c a m e n

te que

  Fludd

  era un mal  m é d i c o  y un peor  a l q u i

mista  —un hombre superficialmente docto en el

que Gassendi no

  d e b í a

  perder su

  tiempo.

  Este

j u i c i o  es muy interesante porque gran parte de

la  obra de Van  Helmont  se caracterizaba por

conceptos y actitudes que Mersenne  h a b í a  conde

nado. No obstante, por ese entonces la obra de

V a n

  Helmont

  p a r e c í a

  ser muy

  distinta

  de la que

h a b r í a  de ser la

  base

  de una nueva escuela  yatro-

q u í m i c a  del

  siglo

  xvn.

L a b ú s q u e d a  de la verdad de Van  Helmont  era

intensamente personal. Lo  h a b í a  llevado a recha

zar una  m a e s t r í a  de

  Lovaina

  porque consideraba

que en esa universidad no

  h a b í a

  aprendido nada,

y

  más tarde iba a rehusar ofrecimientos de em

pleo  de  p r í n c i p e s ,  prefiriendo  dedicarse a la in-

Page 224: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 224/280

L A  N U E V A

  F I L O S O F I A

229

v e s t i g a c i ó n

  en su propia pa tr ia . Poco interesado

en  su fama personal, Van  Helmont  s ó l o p u b l i c ó

hasta 1621, cuando un jesuita lo

  indujo

  a una

controversia

  acerca de un

  u n g ü e n t o

  que se

  ap l i

caba a las armas. La creencia de que tratando

e l  arma que  h a b í a  causado una herida se cura

r í a

  a la persona herida era muy

  c o m ú n

  en el si

g lo  xvn y se

  basaba

  en el concepto de una  a c c i ó n

s i m p á t i c a

  universal que obraba en la naturaleza.

E n

  su tratado sobre

  este

  tema, Van

  Helmont

atacaba a todos los que  h a b í a n  intervenido en la

p o l é m i c a .

  No negaba la eficacia de ese remedio,

pero cr iti caba a quienes lo  h a b í a n  descrito en

t é r m i n o s

  sobrenaturales. Insist iendo en que se

trataba de un

  f e n ó m e n o

  meramente natu ral, Van

Helmont  declaraba: "La naturaleza... no ha pe

dido  a los  t e ó l o g o s  que

  sean

  sus  i n t é r p r e t e s  y

s ó l o

  ha querido tener por  hijos  a los

  m é d i c o s . "

S i n  duda,  p o d r í a  pensarse  que era  Galileo  y no

V a n

  Helmont  el que

  a d v e r t í a

  a su adversario je

suita:

  "deja al

  t e ó l o g o i n q u i r i r

  acerca de

  Dios

  y

a l

  naturalista acerca de la naturaleza".

L a a c c i ó n

  del

  u n g ü e n t o

  en

  c u e s t i ó n

  se explicaba

cuando se  e n t e n d í a  adecuadamente la  a r m o n í a

que

  e x i s t í a

  entre el mundo mayor y el menor,

porque "en todas las

  cosas

  particulares

  e s t á

  de

lineado

  todo el universo". En cuanto a Paracel

so, sus obras eran dignas de elogio y sus tres

principios

  d e b í a n  aceptarse

  sin reservas. La ma

g ia  era "el conocimiento innato más profundo

de las

  cosas"

  y su fundamento era siempre el

mismo,

  ya sea que se

  utilizara

  para

  bien

  o para

m a l .

  En efecto, una vez que se

  h a b í a

  compren

dido  correctamente esa  a c c i ó n s i m p á t i c a  de la

Page 225: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 225/280

230 L A  N U E V A  F I L O S O F I A

naturaleza, se

  a d v e r t í a

  que el efecto de las  r e l i

quias  sagradas  no  d i f e r í a  mucho de ese  u n g ü e n t o

m a g n é t i c o  que se aplicaba a las armas. Sobre

este

  punto, Van Helmont

  expresaba

  una

  p o s i c i ó n

potencialmente peligrosa para un  c a t ó l i c o  ro

mano.

Ese tratado no  h a b r í a  podido publicarse en un

momento más inoportuno. El

 ataque

  de Van  H e l

mont

  a un jesuita prominente y su defensa de

la

  magia y Paracelso,

  sumados

  a su

  i n t e r p r e t a c i ó n

d e l  poder milagroso de las reliquias, no  p o d í a n

pasar  inadvertidos. En 1623 la facultad de medi

cina

  de Lovaina lo  d e n u n c i ó ,  y poco  d e s p u é s  fue

llamado  a comparecer  ante  un  tribunal  de la

I n q u i s i c i ó n e s p a ñ o l a .

  Se declararon

  h e r é t i c a s

  mu

chas  de las proposiciones de su obra y se le con

d e n ó  a  p r i s i ó n  y, posteriormente, a arresto  d o m i

c i l i a r i o .  Se le  p r o h i b i ó  publicar  nada  que no

contara con el consentimiento de la Iglesia.  A u n

que fue liberado en 1636, la Iglesia  p r o s i g u i ó  el

proceso en su contra casi

  hasta

  su muerte, ocu

rrida  en 1644.

V an  Helmont  l e g ó  a su  h i j o  una gran cantidad

de manuscritos para su eventual  p u b l i c a c i ó n .  E l

Ortus medicinae,

  sus

  obras

  completas,  a p a r e c i ó

cuatro

  a ñ o s d e s p u é s

  de su muerte, y para 1707

se  h a b í a  editado doce  veces  en cinco idiomas. En

esta

  obra, que  e j e r c i ó  gran influencia, encontra

mos

  planteadas  e n é r g i c a m e n t e

  una serie de re

formas.  Era necesario "destruir toda la  f i lo so f ía

natural  de los antiguos y renovar las doctrinas

de las

  escuelas

  de

  f i l o so f í a

  natu ra l". Van Helmont

caracterizaba a la ciencia y la medicina de la

  anti

g ü e d a d  como  " m a t e m á t i c a s "  y  l ó g i c a s ,  y  s o s t e n í a

Page 226: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 226/280

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A

231

que  d e b í a n  ser sustituidas por una  c o n c e p c i ó n

de la naturaleza que realmente estuviera  basada

en la  o b s e r v a c i ó n .  No era mejor el antiguo con

cepto de movimiento. El movimiento

  local

  aris

t o t é l i c o h a b í a  conducido a la creencia en un mo

t o r i n m ó v i l .

  Una

  d e f i n i c i ó n

  cristiana, replicaba

V a n  Helmont. no  h a b r í a  de  permitir  que se im

pusiera al Creador una

  r e s t r i c c i ó n

  semejante. En

realidad,  el movimien to era inherente a la  vida

y

  h a b í a

  sido implantado en la simiente

  original

p o r  el Creador. Si la  a b s t r a c c i ó n m a t e m á t i c a  po

d í a

  conducir a una

  c o n c l u s i ó n

  tan

  e r r ó n e a ,

  era

evidente que la  i n t e r p r e t a c i ó n a r i s t o t é l i c a  de la

naturaleza era "una doctrina  pagana  derivada de

la

  ciencia

  m a t e m á t i c a ,

  que reduce al primer mo

t o r

  a una perpetua  movilidad  para que, sin  cesar,

mueva  todas  las  cosas . . . Por tan to, haced

  saber

a las  escuelas  que las reglas de las

  m a t e m á t i c a s

y

  el

  saber

  basado  en la  d e m o s t r a c i ó n  no hacen

justicia

  a la naturaleza.

  Pues

  el hombre no mide

a la naturaleza, sino

  é s t a

  a él." Obviamente, la

nueva

  f i l o s o f í a

  que Van Helmont vaticinaba ha

b r í a  de rechazar todo concepto de la naturaleza

que la interpretara fundamentalmente por medio

de las  m a t e m á t i c a s .

E n

  toda la obra de Van Helmont advertimos

una  estrecha  a s o c i a c i ó n  entre naturaleza y  r e l i

g i ó n .  De nuevo se nos exhorta a consultar prime

ramente la historia de la  C r e a c i ó n  narrada por

e l G é n e s i s .  Luego, como en la obra de  Fludd,  se

presentan el orden de la  C r e a c i ó n  y los verdade

ros elementos. No se menciona al fuego y se con

sidera a la tierra como un producto del agua.  En

cuanto a los principios paracelsistas, eran  ú t i l e s

Page 227: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 227/280

232

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A

ya

  que se

  o b t e n í a n

  por la

  d e s t i l a c i ó n

  de muchas

sustancias, pero en su madurez Van  Helmont

d e j ó

  de creer que se hallaban en la naturaleza

en

  estado

  elemental. La clave de la naturaleza es

taba en las nuevas observaciones, y era la

  q u í

mica  la que nos  o f r e c í a  mayores oportunidades

para alcanzar la verdad

  (figura

  V I I .1 ) .  Combina

do  con  é s t a ,  el uso de la  c u a n t i f i c a c i ó n  —enten

dida

  más como

  pesos

  y medidas de laboratorio

que como abstracciones

  m a t e m á t i c a s — o f r e c í a

  la

posibilidad

  de arribar a nuevos conocimientos.

Tratando  de demostrar la naturaleza elemental

de l

  agua, Van

  Helmont  p e s ó

  un

  sauce

  en varias

fases

  de su desarrollo.  Asimismo,  i n t e n t ó  deter

minar

  la gravedad

  e s p e c í f i c a

  de los metales y

c o m p a r ó  el

  peso

  de  v o l ú m e n e s  iguales de  orina

en

  busca de una

  g u í a

  para diagnosticar las enfer

medades.  P r o c u r ó  dar mayor exacti tud a una es

cala de temperaturas, y sus estudios lo

  llevaron

a  insistir  en la

  indestructibilidad

  de la materia

y

  la

  invariabilidad

  del

  peso

  en los cambios

  q u í

micos.

Cabal  vitalista,

  Van  Helmont  p r o c e d i ó  a

  des

arrollar

  una

  e x p l i c a c i ó n

  de todas las

  cosas

  ba

sada

  en su sistema de los elementos y sus ciclos

vitales.

  A l respecto,

  e x a m i n ó

  las fuentes y si

mientes de la

  vida,

  cuyos resultados eran tan di

versos como los minerales y las enfermedades

humanas. Su medicina

  refleja

  su

  f i l o so f í a

  gene

r a l .  Aunque se negaba a aceptar la autor idad de

los

  textos

  m é d i c o s

  de la

  A n t i g ü e d a d ,

  le molesta

ba la

  actitud

  de aquellos que estaban dispuestos

a aceptar todo lo que se

  a t r i b u í a

  a Paracelso. Así,

en  sus  ú l t i m a s  obras Van  Helmont  rechazaba la

Page 228: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 228/280

F I G U R A   V I I . 1 .

  E l

  f i l ó s o fo q u í m i c o

  como

  un imitador e

  i n t é r p r e t e

  de los

  f e n ó m e n o s

  naturales.

De J. B. van Helmont,  Opera Omnia  (1682).

  C o l e c c i ó n

  del autor.

Page 229: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 229/280

234

L A  N U E V A

  F I L O S O F Í A

doctrina

  del microcosmos que postulaba que el

hombre

  era una

  miniatura,

  una

  r é p l i c a

  exacta

del  mundo mayor. Sin embargo,  ello  no le  impe

d í a s e ñ a l a r

  las numerosas semejanzas que

  h a b í a

entre el hombre y la naturaleza en su  totalidad.

Tampoco  estaba  Van

  Helmont

  menos interesado

que

  Fludd

  en el  e s p í r i t u v i t a l  que animaba a la

naturaleza.  Fludd

  h a b í a

  intentado aislar ese es

p í r i t u  del

  trigo

  por medio de un experimento

a l q u í m i c o ;

  Van

  Helmont

  t r a t ó

  de hacer lo mismo

mediante

  la  d e s t i l a c i ó n  de la sangre.  Movido  por

su  profunda creencia en la existencia de esa fuer

za  v i t a l  en la sangre, fue uno de los primeros

m é d i c o s  que se opusieron a la  p r á c t i c a  de las

s a n g r í a s .

  . )

P o d r í a m o s  citar  muchos otros ejemplos para mos

t rar  los intereses de Van  Helmont,  pero nos im

porta  más subrayar que aunque  Fludd  y Van

Helmont  estaban igualmente  influidos  por las

ideas

  h e r m é t i c a s

  y paracelsistas de su

  é p o c a ,

  exis

t í a n  profundas diferencias entre  estos  dos  f i l ó so

f o s q u í m i c o s .  El

  primero,

  inspirado en el  mani

fiesto

  u t ó p i c o  de los rosacruces,  h a b í a  buscado

u n  nuevo  m é t o d o  para estudiar la naturaleza que

descansaba

  en las verdades espirituales, la verda

dera  r e l i g i ó n  y una  alquimia  m í s t i c a .  Es posible

que el segundo no discrepara sustancialmente

en  estos  puntos, pero iba a dar mucho más im

portancia  a las nuevas observaciones.

Pese  al hecho de que  c o m p a r t í a n  muchas creen

cias,

  Fludd

  y Van

  Helmont fueron

  considerados

como  dos  f i l ó s o f o s  muy dis tintos por la mayor

parte de los sabios del  siglo  xvn. Para  muchos7

Page 230: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 230/280

L A

  N U E V A

  F I L O S O F I A  235

en las

  d é c a d a s

  intermedias del siglo. Van

  Hel-j

mont

  o f r e c í a

  el plan de una nueva

  f i l o so f í a

  tan

prometedora como la de los

  f i l ó s o f o s

  mecanicis^

tas. Era la suya una

  c o n c e p c i ó n

  "cristiana" de

la

  naturaleza,  basada  en la

  o b s e r v a c i ó n ,

  que pare

c í a

  rechazar  el misticismo de los  paracelsistas

p r i m i t i v o s ,

  pero

  s e g u í a

  validando las compara

ciones que

  s o l í a n

  hacerse  entre el hombre y la

naturaleza. En Inglaterra, la obra de Van

  H e l

mont

  i n s p i r ó

  a Walter Charleton (1619-1707) a

t raducir  en 1650 varios de sus tratados y, en

  The

Sceptical Chymist,  Robert Boyle

  r e p e t í a

  los ar

gumentos de Van Helmont en contra de los

  p r i n

cipios  paracelsistas.  Thomas  W i l l i s  (1621-1675)

se

  b a s ó

  en el

  Ortus medicinae

  para elaborar su

nueva  f i l o s o f í a q u í m i c a ,  y

  hasta

  Isaac  Newton

l e y ó

  cuidadosamente su obra y

  r e d a c t ó  extensas

notas

  sobre  su contenido.

L o s  debates  en torno a la obra de Fludd y el

gran

  i n t e r é s

  que

  d e s p e r t ó

  en esa

  é p o c a

  la obra

de Van Helmont indican la gran inquietud que

s u s c i t ó

  la

  f il o so f ía q u í m i c a

  en el siglo

  xv . i i .

  Las

confrontaciones de Fludd con Kepler, Mersenne

y

  Gassendi se

  i n i c i a r o n

  con las primeras publica

ciones del primero (1616 y 1617) y continuaron

por

  espacio

  de veinte

  a ñ o s .

  Los problemas de

V a n  Helmont  t a m b i é n  empezaron con su primera

p u b l i c a c i ó n

  (1621), mas, a  causa  de la persecu

c i ó n o f i c i a l  de que fue objeto, sus opiniones fue

r o n

  relativamente poco conocidas

  hasta

  que sus

obras  completas fueron publicadas postumamen

te en 1648. Así, la comunidad ilustrada de Euro

pa se  e n f r e n t ó  de pronto a una nueva  f i losof ía

q u í m i c a

  que

  t e n d í a

  más a la

  o b s e r v a c i ó n

  justa-

Page 231: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 231/280

236

L A

  N U E V A

  F I L O S O F I A

mente cuando comenzaba a asimila r las obras de

Descartes y Bacon. De ese modo, la reforma edu

cacional

  propuesta por Van  Helmont,  su rechazo

de la

  f i l o so f í a

  antigua y sus numerosas observa

ciones  fueron  conocidas por un  amplio  sector de

los

  sabios europeos de la

  é p o c a .

Las referencias a los

  f il ó s o fo s q u í m i c o s

  ocu

rren  frecuentemente cuando menos se

  espera.

 No

obstante,

  ello

  es casi

  inevitable,

  ya que los

  f i ló

sofos

  q u í m i c o s

  no concibieron su obra simple

mente en

  r e l a c i ó n

  a la

  q u í m i c a

  o la medicina. El

suyo fue más  bien  un intento declarado de  fun

dar una

  philosophia nova

  que explicara todo el

cosmos.  S ó l o  cuando se le enfoca de

  esta

  manera

podemos explicar por qué Mersenne y

  Kepler

creyeron  ver una amenaza a la

  f i l o so f í a

  natu

r a l

  en las

  m a t e m á t i c a s

  de

  Fludd

  o el gran

  i n t e r é s

que  p r o v o c ó  la obra de Van Helmont  y la  i n f l u e n

c ia

  que

  e j e r c i ó .

  En efecto,

  s ó l o

  cuando la situa

mos en el contexto del  siglo  xvn —como un es

bozo de la "nueva ciencia"— podemos

  confiar

  en

descubrir  en la obra de

  estos

  hombres algo que

haya podido interesar al

  Isaac  Newton

  con el

que estamos más  familiarizados.

Page 232: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 232/280

V I H .  EPÍLOGO  E  I N D E C I S I Ó N

P

ODRÁ  parecer

  a algunos una incongruencia con

cluir

  una obra

  sobre

  la ciencia y la medicina del

Renacimiento con un  análisis  de Robert  Fludd  y

Jean  Baptiste van Helmont. En  estos  autores  en

contramos menos "progreso"  científico  de lo que

pudiésemos  esperar.  Pero  si nos hemos ocupado

en  ú l t imo término  de  Fludd  y de Van Helmont

ha sido para

  destacar

  la naturaleza compleja de

ese periodo.

En épocas

  anteriores los historiadores concen

traron

  toda su  a tención ,  justificadamente, en el

surgimiento  de la

  filosofía

  mecanicista del si

glo

  xvn , pero el fracaso para explicar al mismo

tiempo  las  causas  de la

  a t racc ión

  que ejercieron

entonces  el paracelsismo y la magia natural, con

frecuencia ha dado por resultado una

  valoración

incompleta del periodo en su totalidad. Y, una vez

m á s ,

  sólo

  recientemente se ha dado toda su im

portancia al hecho de que algunos de los

  héroes

tradicionales de la nueva

  filosofía

  se adhirieron

firmemente  no  sólo  a ciertos

  aspectos

  de la ma

gia

  y el misticismo, sino

  también

  a ciertos

  prin

cipios

  fundamentales de la  filosofía  antigua. Si

los

  sabios

  del siglo xvn no hubieran considerado

importantes las  obras  de

  Fludd

  y Van Helmont,

éstas jamás habrían

  sido foco de controversias.

E l  mismo argumento vale en el  caso  de  Paracelso

un

  siglo

  antes.

237

Page 233: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 233/280

Page 234: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 234/280

E P Í L O G O  E  I N D E C I S I Ó N ^  ^ V»

s e r í a n  lis excepciones más notables), es innega

ble  que para entonces las primeras academias

c i e n t í f i c a s  y las agrupaciones locales de eruditos

d e s e m p e ñ a b a n

  un papel más

  significativo

  que los

centros educativos tradicionales. Las voces que

clamaban por una nueva ciencia y una nueva fi

l o s o f í a  se escuchaban ahora con más fuerza,  ex i

giendo  un sustituto para la  e d u c a c i ó n  aristo

t é l i c a  y  g a l é n i c a  que  p a r e c í a i n ú t i l ,  mentalmente

asfixiante  y (en ocasiones)  sospechosa  desde  el

punto  de vista  t e o l ó g i c o .

Todo  estudio de la historia intelectual del Re

nacimiento  —y tanto la historia de la ciencia

como

  la de la medicina deben ser comprendidas

p o r

  este

  t é r m i n o

  general—

  d e b e r á

  tomar en cuen

ta  la  influencia  del humanismo. Ya hemos  s e ñ a

lado  que el humanismo  l l e g ó  tarde a las cien

cias.  S ó l o  hasta  la segunda

  mitad

  del siglo xv

encontramos en los  c í r c u l o s c i e n t í f i c o s  esa  b ú s

queda afanosa de textos  c l á s i c o s  que  h a b í a  sido

parte del

  á m b i t o

  literario

  por más de un

  siglo.

Así ,  en las  d é c a d a s  finales del siglo xv, Peuerbach

y

  él Regiomontano  a ún buscaban un texto  í n t e

g ro  en griego del

  Almagesto

  de Ptolomeo. En

medicina,  los esfuerzos  a n á l o g o s  de Linacre y

Guinter

  de Andernach son incluso posteriores. La

obra  de  estos  c i e n t í f i c o s  y  m é d i c o s  humanistas

j u g ó  un papel capital para el desarrollo  d é l a

ciencia  moderna.  C o p é r n i c o  fue en realidad ur7

producto  de la  r e s t a u r a c i ó n  de la obra tolemaica

y ,  en la misma medida, Vesalio y Harvey  reflejan

el

  galenismo del siglo xvi.

  _J

Esa  forma  de humanismo fue un elemento  esen

c i a l  del ambiente

  cultural

  que dio origen al  De

Page 235: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 235/280

Page 236: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 236/280

E P Í L O G O  E  I N D E C I S I Ó N

241

monde

  de las

  manos

  de su impresor. Aunque por

ese tiempo el fundamentalismo religioso prescri

b í a

  una

  i n t e r p r e t a c i ó n l i t e r a l

  de las  Sagradas  Es

crituras, los

  c i e n t í f ic o s r e s p o n d í a n

  que la

  B i b l i a

no se

  h a b í a

  escrito para servir de

  g u í a

  al estudio

de la naturaleza. E l  d e í s m o  era aún  cosa  del

f u t u r o ,

  pero sus semillas ya se

  h a b í a n

  sembrado.

E l  humanismo del Renacimiento fue mucho

m á s

  complejo de lo que pudiera

  parecer

  a

  sini=-

pie vista. No

  s ó l o

  se recuperaron los textos

  c lá

sicos de la medicina y la

  f í s i c a

  antiguas;

  t a m b i é n

se recobraron los textos

  m í s t i c o s

  de las postrime

r í a s

  de la

  A n t i g ü e d a d ,

  y su influencia iba a ser

tan grande como la de Galeno y Ptolomeo.

  í M a F -

s i l i o

  Ficino

  tradujo y

  e s t u d i ó

  los misterios del

corpus  h e r m é t i c o

  y el

  Timeo

  de

  P l a t ó n

  en un

esfuerzo por descubrir las ocultas relaciones del

macrocosmos y el microcosmos. E l resultado fue

u n

  renovado

  i n t e r é s

  en la magia natural y todos

sus

  campos

  afines. Los

  estudiosos

  de la astro-

logia,  la alquimia, la cabala y la

  n u m e r o l o g í a

  pi

t a g ó r i c a c o m p e t í a n

  entre sí en su

  b ú s q u e d a

  de

una nueva clave para descifrar los misterios del

universo.

Esta corriente del humanismo,

  h e r m é t i c a ,

  má

gica

 y

  a l q u í m i c a ,

  estaba

  profundamente arraigada

en la ciencia de ese periodo.

  Esos  m í s t i c o s

  y

eruditos reiteraban constantemente su creencia

en que el hombre

  d e b í a e s c u d r i ñ a r

  la

  c r e a c i ó n

de Dios para comprender mejor a su Creador.

Para

  ellos la ciencia y la medicina  verdaderas  no

eran sino el conocimiento de los

  secretos

  —y los

poderes

  ocultos— de la naturaleza. La ciencia

y  la medicina eran consideradas, en suma, como

Page 237: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 237/280

242

E P I L O G O  E  I N D E C I S I O N

aspectos

  de la magia natural. Si

  deseaba

  apren

der, el hombre

  d e b í a

  observar

  esas  a r m o n í a s

esenciales que vinculaban a todos los elementos

de la naturaleza.

  A g r i p a ,

  Porta y Dee

  p a r t i c i

paron  en esa  b ú s q u e d a m í s t i c a  de la verdad en

la

  naturaleza. Pero quienes más

  i n f l u y e r o n  fue

r o n  los paracelsistas, los que abiertamente  ex i

g í a n

  la

  d e s t r u c c i ó n

  de la autoridad de los

  a n t i

guos. Eran ellos —y no los anatomistas de Padua

o los copernicanos— los que

  v e í a n

  la necesidad

inmediata

  de una ciencia y una medicina nuevas

y

  diferentes. Y su

  c o n v i c c i ó n

  de que

  é s t a s

  de

b í a n  basarse  en su sistema  m é d i c o - q u í m i c o  pro

v o c ó

  controversias tan

  acres

  como trascendentes.

A s í ,

  uno

  debe

  comenzar por reconocer que los

sabios de ese periodo no

  s ó l o

  estaban

  f a m i l i a r i

zados con Euclides,  A r i s t ó t e l e s , H i p ó c r a t e s ,  Pto

lomeo

  y Galeno, sino asimismo con el

  cor pus

h e r m é t i c o  y las obras de los alquimistas y los

a s t r ó l o g o s .

  Cier tamente, eran muchos los que de

mandaban una nueva

  f i l o s o f í a ,

  mas, nuevamen

te ,

  si ése era el

  s u e ñ o

  de Paracelso, Campanella

y

  los rosacruces,  t a m b i é n  lo era de Bacon, Des

cartes y

 Galileo.

  Y si nosotros consideramos

  esen

c i a l

  para el desarrollo de la ciencia moderna el

surgimiento

  de la

  a b s t r a c c i ó n m a t e m á t i c a

  y la

c u a n t i f i c a c i ó n ,  este

  hecho no

  p a r e c í a

  ser tan

  sig

n i f i c a t i v o  entonces como ahora. Por ese tiempo,

e l

  retorno al "verdadero"  misticismo  y la magia

natural  p a r e c í a  a muchos más importante. En

ninguna  otra parte es más patente ese "otro ca

mino"

  que

  c o n d u c í a

  a la nueva

  f i l o so f í a

  que en

las

  u t o p í a s c i e n t í f i c a s

  de  principios  del  siglo xvn .

Esa constante

  i n t e r a c c i ó n

  entre lo "r acional" y

Page 238: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 238/280

E P I L O G O

  E  I N D E C I S I Ó N 243

l o

  "irracional"

  hace

  que nuestra

  a t e n c i ó n

  recaiga

constantemente en las  p o l é m i c a s  de

  Fludd

  y las

reformas

  propuestas por Van

  Helmont.

  La obra

de

  Fludd,

  descendiente

  espiritual

  de los

  h e r m é

ticos

  renacentistas del

  siglo

  xvi , iba a ser

  foco

de airadas controversias. Los

 ataques

  más serios

provinieron

  de Kepler, Mersenne y Gassendi, eru

ditos

  que fundamentalmente eran  m a t e m á t i c o s ,

a s t r ó n o m o s

  y

  f í s i c o s .

  Por tanto, las

  p o l é m i c a s

  de

Fludd

  y sus opositores pueden entenderse como

una

  e x p r e s i ó n t a r d í a

  del enfrentamiento de dos

tradiciones

  renacentistas, el humanismo

  literario

y

  el humanismo

  h e r m é t i c o .

E n

  cuanto a Van  Helmont,

  é s t e  estaba

  tan em

p e ñ a d o

  en remplazar a la antigua

  f i l o so f í a

  con

una nueva ciencia como muchos de sus contem

p o r á n e o s ,  pero se  o p o n í a  francamente a las obras

m á s

  ocultistas de Paracelso, las obras completas

de

  Fludd

  y aquellos autores  a l q u í m i c o s  y  yatro

q u í m i c o s

  que más

  p r o p e n d í a n

  al

  misticismo

  y la

magia.

  Pese

  a que ambos

  r e c o n o c í a n

  en general

la

  necesidad de una

  f i l o s o f í a q u í m i c a ,  Fludd

  y

V a n  Helmont  d i f e r í a n  notablemente en sus en

foques.

  Es interesante

  s e ñ a l a r

  que si los  prime

ros mecanicistas combatieron encarnizadamente

a l

  primero,  leyeron al segundo con

  a t e n c i ó n

  y es

t i m a c i ó n .  Hombre profundamente  religioso.  Van

Helmont

  h a b í a

  exigido,  sin embargo, una nueva

f i l o s o f í a  emancipada del  control  de la Iglesia. En

efecto.

  Van  Helmont

  s e r í a

  reconocido más tarde

como  el fundador de un nuevo  m é t o d o  para in

vestigar

  la naturaleza que iba a

  rivalizar

  con el

de los  f i l ó s o f o s  mecanicistas en el tercer cuarto

d e l

  siglo  xvn. Procesado por la

  I n q u i s i c i ó n

  y

Page 239: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 239/280

244

E P I L O G O  E  I N D E C I S I Ó N

condenado a arresto

  domiciliario,

  su  caso  es pa

ralelo  al de Galileo en varios  aspectos  impor

tantes.

E L  M E J O R A M I E N T O  D E L  H O M B R E :  L A  E D U C A C I Ó N ,

L A  A G R I C U L T U R A  Y L A  G U E R R A

A

  mediados del siglo xvn muchos hablaban ex

presamente

  de una

  o p o s i c i ó n

  entre los antiguos

y

  los modernos, pero

  c o m p r e n d í a n

  perfectamente

toda la complejidad del problema. Como  hemos

sugerido, las controversias más

  c r í t i c a s

  fueron

q u i z á s  las que protagonizaron los mecanicistas

y

  los

  q u í m i c o s .

  Nada ilu str a mejor

  este

  hecho

que la literatura inglesa en las  d é c a d a s  interme

dias del siglo xvn. La guerra

  c i v i l

  y el interregno

h a b í a n  fomentado en la  R e p ú b l i c a  el planteamien

to

  de reformas de la más variada

  especie.

  Entre

los  planes  propuestos se hallaban varios relacio

nados

  e s p e c í f i c a m e n t e

  con la reforma educacio

n a l .  En ellos se  e x i g í a  una  t r a n s f o r m a c i ó n  com

pleta de los  planes  de estudio de las universida

des. Los seguidores de Van Helmont reclamaban

una

  e d u c a c i ó n

  superior  basada  en

  nuevas obser

vaciones de la naturaleza, que

  fuese

  compatible

co n

  las reformas religiosas resultantes de la re

v o l u c i ó n p o l í t i c a .

T a l

  vez la más interesante de

  esas

  reformas

fue  la propuesta por John Webster en 1654.  O r i

ginalmente un puritano y má s tarde min ist ro di

sidente, Webster

  h a b í a

  estudiado alquimia en su

juventud

  y

  s a b í a

  suficiente medicina para servir

como cirujano —y  c a p e l l á n —  en los  e j é r c i t o s  de

Page 240: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 240/280

E P Í L O G O  E  I N D E C I S I Ó N 245

O l i v e r C r o m w e l l .  Convenc ido de la necesidad

de las reformas religiosas implantadas en los  p r i

meros  a ñ o s  de la  R e p ú b l i c a ,  cada  vez

  estaba

  me

nos satisfecho con la

  e d u c a c i ó n

  que se

  i m p a r t í a

a los  sacerdotes  en las universidades. Obrando

en conformidad,  e s c r i b i ó  una

  Examination,

  don

de demandaba una reforma educacional en  t é r

minos  que recuerdan las palabras de  Fludd  y

V a n  Helmont.

Reaccionando contra los escritos  e s t é r i l e s  y, a

su  j u i c i o ,

  ateos

  de  A r i s t ó t e l e s  que se estudia

ban en las universidades, Webster  f a v o r e c í a  en

cambio la "muy iluminada fraternidad de la Rosa

Cruz".  Como afi rmaban los paracelsistas, el ver

dadero conocimiento de la naturaleza, el cristia

n o , d e b í a e n s e ñ a r s e  mediante demostraciones ocu

lares y  aprenderse  metiendo "las manos en las

brasas  y en el horno". De ese modo compren

d e r í a m o s

  la importancia de los

  tres

  principios

mientras  s e g u i r í a m o s  indagando los  secretos  de

l a

  magia natural y la "ciencia

  c a b a l í s t i c a " .

  En ge

neral,

  si  d e s e á b a m o s  reformar debidamente el co

nocimiento  sobre la base  de principios cristianos,

d e b í a m o s  elaborar tablas de axiomas, como  h a b í a

sugerido Bacon, pero

  t a m b i é n

  —como

  a u t é n t i c o s

cristianos—

  d e b í a m o s

  procurar ese conocimiento

de la naturaleza "que se funda en principios

 sen

satos,  racionales, experimentales y  b í b l i c o s ;  y esa

obra tan completa que versa sobre todos los as

pectos principales del

  saber

  humano... son los

escritos elaborados de ese hombre profundamen

te sabio,

  Fludd,

  al lado de los

  cuales

  (por todos

lo s

  aspectos antes  mencionados) . . . no hubo nun

ca obra más rara, excepcional y perfecta".

Page 241: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 241/280

246

E P I L O G O  E

  I N D E C I S I O N

A d e m á s ,  quienes profesaban la nueva  f i lo so f ía ,

recomendaba Webster,  d e b í a n  evitar a  A r i s t ó t e l e s

y

  acudir a las  obras  de  Ficino,  P l a t ó n ,  Gilbert  y

Hermes Trismegisto, tal como eran interpretadas

p o r  los paracelsistas. La  q u í m i c a  experimental

s e r í a  la clave de la naturaleza, y la medicina de

Paracelso  y Van Helmont  r e m p l a z a r í a  a la de

Galeno.

E l

  tratado de Webster es especialmente

  inte

resante  porque fue criticado  severamente  por

Seth  Ward  (1617-1689) y John  W i l k i n s  (1614-

1672),  los que actualmente son venerados como

fundadores de la ciencia moderna. E l pr imero

e n s e ñ a b a a s t r o n o m í a  en  O x f o r d  desde  1649 y

h a b í a

  in troducido en Inglaterra la doct rina de las

ó r b i t a s e l í p t i c a s  de Kepler.  W i l k i n s t a m b i é n  era

m u y  conocido como autor de una  a p o l o g í a  del

sistema copernicano,  a d e m á s  de la  Mathematical

Magick  (1648) y una obra  s e m i u t ó p i c a ,

  Discovery

of  a World in the Moone  (1638).  Ward  y  W i l k i n s

colaboraron  en una

  Vindication

  de las

  universi

dades.  En  é s t a  Ward  subrayaba el alto  n i v e l  de

la  labor  c i e n t í f i c a  que desarrollaban las univer

sidades  y la impropiedad e inconsistencia de las

insinuaciones de Webster. En una pormenoriza

da

  r e f u t a c i ó n

  de la obra de Webster,

  Ward admi

t í a

  que la calidad de las

  m a t e m á t i c a s

  que se

  ense

ñ a b a n  en las universidades  p o d í a  mejorarse, pero

d i f í c i l m e n t e

  mediante el examen de las

  a r m o n í a s

m í s t i c a s  que  p r o p o n í a  Webster. Dudaba de la

conveniencia

  de

  desechar

  por completo la

  medi

cina

  g a l é n i c a

  y afirmaba que Webster era injusto

en su

  a c u s a c i ó n

  de que la

  q u í m i c a

  era descono

cida

  en las universidades. Y si Webster consi-

Page 242: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 242/280

E P I L O G O  E  I N D E C I S I O N

247

deraba que los escritos de Francis Bacon eran

b á s i c o s

  para reformar el estudio de la natura

leza,  Seth  Ward  concordaba con él, mas,  ¿ c ó m o

s e g u í a

  Webster su propia sugerencia? Acudiendo

a l  "rac ional" y "experimenta l" Robert

  Fludd.

  ¡En

verdad,

  eso era demasiado

" ¡ Q u é

  poca honesti

d a d  hay en un  v i l l a n o "  Si un momento

  antes

elogiaba

  a Francis Bacon "por el

  m é t o d o

  de la

estricta

  y exacta  i n d u c c i ó n " ,  ahora "ha  c a í d o  en

e l m é t o d o m í s t i c o  de la

  Cabala y

  los  n ú m e r o s

formales;

  en todo el mundo no hay dos  m é t o d o s

m á s

  opuestos que los de

  l o r d  Verulam

  y el doc

t o r  Fludd,  fundado el uno en la  e x p e r i m e n t a c i ó n ,

e l

  otro en

  razones

  ideales y

  m í s t i c a s ;  hace

  poco

estaba

  a

  favor

  de

  é s t e ,

  ahora a

  favor

  de estotro,

y

  todo

  ello

  en un

  abrir

  y cerrar de ojos. Oh, la

celeridad

  del cambio y el  movimiento  del  v ien

t o . "

  Y si Webster se

  h a b í a

  referido a

  P l a t ó n ,

D e m ó c r i t o ,  Epicuro,

  Filolao

  y

  Gilbert,

  c o n c l u í a

Ward,  ¿ q u é

  necesidad

  h a b í a

  de

  ello?;

  pues, "si

De

  Fluctibus

  es tan perfecto,

  ¿ p a r a

  qué necesi

tamos ir más lejos?"

L a p o l é m i c a

  entre Webster y

  Ward

  suele inter

pretarse  e r r ó n e a m e n t e .  Se ha  acusado  a Webster

de proponer imprudentemente una rara mezcla de

ciencia

  y

  s u p e r s t i c i ó n — q u í m i c a

  y magia— como

la  base

  de una reforma universitaria. Se elogia

a  Ward  por haber reaccionado con justa  i n d i g

n a c i ó n .

  Mas, como hemos

  visto,

  el concepto que

t e n í a  Webster de la  q u í m i c a  no corresponde a lo

que actualmente entendemos por

  q u í m i c a  cien

t í f i c a ,

  y su "magia"

  estaba

  muy alejada de la

magia

  negra que ese nombre

  p o d r í a  implicar

  para

nosotros. A l respecto,  p o d r í a m o s  convenir con

Page 243: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 243/280

248

E P Í L O G O

  E

  I N D E C I S I Ó N

Bacon

  en que el  t é r m i n o  "magia natural"  h a b í a

sido mal aplicado por mucho tiempo y que en

realidad  significaba  " s a b i d u r í a  natural o pruden

c ia

  n a t u r a l . . .

  l i m p i a

  de toda vanidad y supersti

c i ó n " .  A esa complejidad se agrega el hecho de

que cuando Thomas  H a l l  (1610-1665)  d e c i d i ó  en

ese mismo año salir en defensa de la  p o s i c i ó n

a r i s t o t é l i c a  en otra  r é p l i c a  a Webster,  d e c l a r ó

que no era necesario discutir el  estado  de las

ciencias, ya que

  Ward

  y

  W i l k i n s h a b í a n

  aclarado

admirablemente la

  s i t u a c i ó n .

  De  esta  manera, el

c a m p e ó n  de los antiguos se aliaba con los meca

nicistas —o "modernos"— en contra del

  f i l ó so fo

q u í m i c o .

Ese

  a f á n

  de reformas educacionales era

  c o m ú n

a los  q u í m i c o s  y los mecanicistas, pero a media

dos del siglo xvn ambos grupos

  v e í a n

  sus

  respec

tivas  posiciones como fundamentalmente opues

tas. De las dos facciones, la de los

  q u í m i c o s

estaba  indudablemente má s interesada en  i n t r o

ducir

  cambios radicales. Pero, por otra parte,

todos ellos  c o m p a r t í a n  el  deseo  de  u t i l i z a r  la

nueva

  f i l o so f í a

  en beneficio de la humanidad y

l a R e p ú b l i c a .  Este  deseo  se derivaba ciertamen

te de las

  metas

  de la magia natural —en la me

dida

  en que se

  o p o n í a

  a la magia negra. E l

mago natural  deseaba  descubrir los

  secretos

  re*

c ó n d i t o s  de la naturaleza para aplicarlos a un fin

p r á c t i c o .

  En el

  n i v e l m i c r o c ó s m i c o

  ello

  h a b í a

servido de  e s t í m u l o  a los paracelsistas en su  b ú s i

queda de una nueva medicina, si bien

  é s t a h a b í a

dado resultados en otros campos.

  Para

  Francis

Bacon  la magia natural, más que todo, era de

naturaleza  p r á c t i c a . H a b í a  insistido en la  n e c é -

Page 244: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 244/280

E P I L O G O  E

  I N D E C I S I O N

249

sidad  de revisar las  artes  y los  oficios  para  mejo-

jrarlos

  con estudios ulteriores. Su anhelo de llegar

a escribir por separado la  "historia"  de cada uno

de ellos iba a caracterizar el programa de la Real

Sociedad  de Londres en sus

  inicios

  y el de las

d e m á s

  academias

  c i e n t í f i c a s

  del

  siglo

  x v i i .

L os  p r imeros  n ú m e r o s  de las  Philosophical

Transactions  of^the Royal Society of  hondón

(cuya  p u b l i c a c i ó n  se  i n i c i a  en 1665)  reflejan  los

fines  p r á c t i c o s  de Bacon. A l lado de  a r t í c u l o s

estrictamente  c i e n t í f i c o s  se publicaban in formes

m é d i c o s  de  i n t e r é s  para los  m é d i c o s .  En 1665 se

e s t a b l e c i ó  un  c o m i t é  especial con el fin de exa

minar  el  estado  de la  agricultura  y sugerir

  posi

bles mejoras.

Sus integrantes daban especial  a t e n c i ó n  a los

productos  a g r í c o l a s  normales, pero la Sociedad

alentaba a sus  d e m á s  miembros y corresponsa

les a comunicar sus observaciones sobre

  plan

tas  e x ó t i c a s  que  c r e c í a n  en otras regiones del

mundo. Fomentaba asimismo las relacionadas con

l a n a v e g a c i ó n .  Así, encontramos descripciones mi

nuciosas de nuevos instrumentos  c r o n o m é t r i c o s

(para determinar la

  longitud)

  y observaciones

sobre la  v a r i a c ió n m a g n é t i c a  en diversos puntos^

d e l

  globo

  terrestre. La

  m i n e r í a

  se consideraba

v i t a l ;  existen numerosos informes sobre minas y

minerales  de todas las partes de Europa.  S i m i -

larmente,  se examinaba toda clase de nuevos

  pro

ductos y procesos industriales. Un arado perfec

cionado,  una trompeta que hablaba, piedras para

l a c o n s t r u c c i ó n ,

  la manufactura del

  hierro,

  la

f u n d i c i ó n  de los metales, la  e l a b o r a c i ó n  de la cer

veza y muchos otros temas de

  esta

  í n d o l e  eran

Page 245: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 245/280

250

E P I L O G O  E  I N D E C I S I O N

expuestos  detalladamente.  E l l o ,  sin duda,  habr ía

sido aprobado por Bacon.

E s t a  tendencia

  p r a g m á t i c a

  ha sido considerada

por

  mucho tiempo como una de las

  c ar ac ter í s t i

cas principales de la nueva ciencia. Mas, en cuan

to a los fines que  p e r s e g u í a n , ¿ e r a n  distintos los

f i l ó s o f o s q u í m i c o s

  de los baconianos? No era

as í .  Su medicina se basaba en la  p r á c t i c a  y no

ocultaban su desprecio por los

  m é d i c o s t e ó r i c o s

e s c o l á s t i c o s .  Van Helmont  d e s a f i ó  a los galenis

tas a una prueba que

  d e c i d i r í a

  el curso futuro

de la medicina: Saquemos de los hospitales, de

los campamentos o de cualquier otra parte a 200

o 500 en l e í m o s  pobres que padezcan fiebres, pleu

res ía ,

  etc.

  D i v i d á m o s l o s

  en dos grupos iguales;

echemos suertes de  modo  que una mitad me

toque  a mí. la otra a vosotros; yo los

  c u r a r é

  sin

s a n g r í a s  y sin purgas severas . . . [y] ya veremos

q u i é n

  tiene más funerales. Sus seguidores

  repi

tieron ese reto por  d é c a d a s ,  pero nadie  r e c o g i ó

el

  guante.

Otros  v e í a n  en la  q u í m i c a  un salvador poten

c ia l  del Estado, en forma de una reforma  agraria

y una nueva forma de guerra, la  q u í m i c a .  E n

efecto,  Pavacelso  h a b í a  escrito de una sal vivifi

cante que se hallaba en el

  e s t i é r c o l

  y era la causa

de que  é s t e  se  utilizara  como abono. E l tema

pronto fue recogido por el paracelsista  f r a n c é s

Ber n ar d  Palissy  (¿1510P-1589)  en un  a n á l i s i s  del

uso de ia marga como fertilizante. Al finalizar

el  siglo, Hugh Plat (1552-1608)  h a b í a  publicado

en Inglaterra una extensa

  e x p o s i c i ó n

  de las

  téc

nicas  a g r í c o l a s  que empleaban los nuevos fertili

zantes. En su  o p i n i ó n ,  los beneficios que  p o d í a n

Page 246: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 246/280

E P Í L O G O  E  I N D E C I S I O N

251

rendir

  a la

  n a c i ó n

  eran incalculables. En su tra

tado  r e c u r r í a  constantemente al  e s p í r i t u v i t a l  y

l a t e o r í a q u í m i c a

  paracelsista para examinar los

problemas de la

  g e n e r a c i ó n

  y el crecimiento. Más

tarde, encontramos experimentos similares en la

obra

  de Francis Bacon —y, por lo mismo, no nos

s o r p r e n d e r á

  demasiado

  saber

  que una de las

  p r i

meras "historias" baconianas que intento la Real

Sociedad fue la de la agricultura. Si

  bien

  los

resultados a que

  l l e g ó

  el

  c o m i t é

  encargado de esa

empresa nunca se

  publicaron,

  los informes que

se conservan  indican  una vez más que el tema

fue

  abordado con el

  criterio  q u í m i c o  tradicional.

Donde  mejor apreciamos el  i n t e r é s  de los  q u í

micos

  por una guerra

  q u í m i c a

  es en la obra de

Johann  R u d o l f  Glauber, cuya autor idad, para mu

chos

  q u í m i c o s

  de la segunda

  mitad

  del  siglo xvn ,

s ó l o  era  i n f e r i o r  a la de Van  Helmont.  Profunda

y

  personalmente afectado por los

  t r á g i c o s

  acon

tecimientos  de la Guerra de los  T re in t a  A ñ o s

(1618-1648),

  Glauber hablaba en sus escritos de

la  necesidad de preservar la ley y el orden, pero

i g u a l

  importancia

  t e n í a

  para él que

  Alemania

  se

erigiera

  en "monarca del mundo".

  Para

  alcanzar

este

  fin

  s e r í a n

  menester, por una parte, una nue

va

  prosperidad

  e c o n ó m i c a

  y, por otra, una nueva

t e c n o l o g í a m i l i t a r .

  Ambas

  s e r í a n

  el resultado de

una  adecuada  a p l i c a c i ó n  de conocimientos  q u í

micos  obtenidos merced a la

  f il o s o fí a q u í m i c a .

Para

  lograr esa prosperidad

  e c o n ó m i c a s e r í a

necesario prestar  a t e n c i ó n  nuevamente a la  f i lo

s o f í a q u í m i c a .

  Aquellos

 agricultores que se

  h a b í a n

arruinado

  en  a ñ o s  de sobreabundancia y  a ñ o s  de

escasez

  d e b í a n

  aprender a concentrar sus granos

Page 247: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 247/280

252

E P I L O G O

  E  I N D E C I S I O N

excedentes, en los

  a ñ o s p r ó s p e r o s ,

  en

  forma

  de

una malta  l í q u i d a  que más tarde  p o d r í a  trans

formarse  en cerveza. Los  vinicultores

  p o d r í a n

beneficiarse

  del mismo procedimiento. En

  este

caso, el mosto

  d e b í a

  evaporarse hasta alcanzar

la  consistencia de la  m i e l ,  conservarse así tanto

tiempo

  como se

  deseara

  y agregarle agua

  antes

de que alcanzara el  estado  de  f e r m e n t a c i ó n .  E l

vinatero

  no

  s ó l o

  se

  a h o r r a r í a  gastos

  de transpor

te si hubiese necesidad de embarcarlo, sino que

p o d r í a

  ret i rar su producto del mercado hasta que

escaseara,  obteniendo así una ganancia conside

rablemente mayor.

De  ese modo, evitando el desperdicio, los  a g r i

cultores

  a s e g u r a r í a n

  su propia prosperidad. Pero

l a ú l t i m a  guerra  h a b í a  demostrado que una bue

na

  a d m i n i s t r a c i ó n a g r í c o l a

  de nada

  s e r v í a

  contra

los  estragos

  causados

  por los  e j é r c i t o s  en guerra.

E l

  Estado

  d e b í a

  proteger al pueblo, sus tierras

y

  sus propiedades. Y si entonces reinaba la paz,

nadie

  p o d í a

  predecir

  c u á n t o

  iba a durar. Aun

mientras  e s c r i b í a ,  Glauber se  h a b í a  enterado de

que los turcos se

  h a b í a n  movilizado

  —y las

  tor

mentas y temblores anormales que recientemente

h a b í a n

  ocurrido,

  junto

  con la

  a p a r i c i ó n

  de un

e x t r a ñ o

  cometa

  (1662),

  eran claras

  s e ñ a l e s

  del

descontento

  d i v i n o .

  Para Glauber todo

  ello

  i n d i

caba la inminencia de otra guerra

  desastrosa.

  Por

lo

  tanto, el Estado

  d e b í a

  armarse con las nuevas

armas que él  h a b í a  inventado.  D e s c r i b í a  largas

" c a ñ a s  militares"  capaces

  de arrojar

  á c i d o s

  en

forma

  de niebla o

  r o c í o .

  Con

 estas

  armas los de

fensores de una ciudad sitiada

  p o d í a n

  cegar a

sus adversarios. O  bien,  si las fuerzas cristianas

Page 248: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 248/280

E P I L O G O  E  I N D E C I S I Ó N

25;

se hallaban a la ofensiva,

  p o d í a n

  emplearse pe

quenas granadas de mano llenas de ese mismc

á c i d o

  para cegar a los defensores apostados er

las atalayas del fuerte enemigo. Se

  a b r i r í a n

  en

tonces las puertas de la ciudad para que penetra

r a  el  e j é r c i t o  cristiano.

Glauber

  estaba

  plenamente consciente de que

ello  e n t r a ñ a b a  una  c u e s t i ó n

  moral.

  Algunos  ha

b í a n  rechazado su obra con repugnancia, alegan

do  que por su causa otros  s e r í a n  mutilados.  Glau

ber contestaba que  h a b í a  una gran

  diferencia

entre la  p ó l v o r a  y sus  á c i d o s .  Con la pr imera se

p o d í a  "destruir y matar a una  m u l t i t u d  de  hom

bres". "Pero con m i  invento  no muere  n i n g ú n

hombre

  y, no obstante, se arrebata la

  v i c t o r i a

  de

manos del enemigo. Y a los enemigos, apresados

vivos  y reducidos a la  cautividad,  se les puede

obligar  a trabajar y, en mi  o p i n i ó n , s e r á n  de más

provecho  que si se les mata ." De cualquier ma

nera, "¿no es  l í c i t o  acaso  que castiguemos con

la

  ceguera a nuestros principales enemigos, los

turcos,  y defendamos nuestras personas,

  esposas

e

  hijos?"

Es igualmente interesante el hecho de que  Glau

ber  p r e v e í a  la  posibilidad  de que las nuevas ar

mas fuesen vendidas al enemigo por traidores o

cayeran en manos de  é s t e  en el curso de una

batalla.  Le

  p a r e c í a

  que era casi  inevitable  que,

c o n  el  tiempo,  se perdiera el secreto de su  f a b r i

c a c i ó n .

  Por  esta

  r a z ó n ,

  era esencial que

  "hom

bres de  á g i l  y penetrante  ingenio"  se encargaran

de mejorar las armas existentes e inventaran nue

vas. De instituirse  tal programa de  i n v e s t i g a c i ó n ,

" n o

  dudo de que en el

  futuro

  las guerras se

  h a r á n

Page 249: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 249/280

2M

E P Í L O G O  E  I N D E C I S I O N

de manera distinta a como

  hasta

  ahora se han

hecho y que la fuerza

  c e d e r á

  ante  el arte.

  Pues

el  arte  supera  algunas  veces  a la fuerza."

Los

  ejemplos de reforma educacional y

  a g r í c o

la

  y de guerra

  q u í m i c a

  son

  muestras

  fascinantes

de los fines

  p r á c t i c o s

  que

  p e r s e g u í a n

  los

  f i l ó so

fos

  q u í m i c o s .

  Pero

  esos

  mismos ejemplos tienen

t o d a v í a

  mayor importancia por cuanto indican

que, si bien los

  q u í m i c o s

  se

  h a b í a n

  enfrentado

en duelos verbales a los mecanicistas y los  p r i

meros miembros de las

  academias  c i e n t í f i c a s

  (a

las que rara vez

  p e r t e n e c í a n ) ,

  estaban  tan inte

resados  en aplicar sus conocimientos en beneficio

de la humanidad y sus  estados  como sus adver

sarios

  c i e n t í f i c o s

  y

  m é d i c o s .

E x i s t i ó

  sin duda una

  R e v o l u c i ó n c i e n t í f i c a .

  Pero

como

  r e v o l u c i ó n

  fue un proceso a largo plazo.

Los

  cambios monumentales que  hemos  relatado

tuvieron

  lugar en un periodo de siglos y no de

d é c a d a s .

  Y a lo largo del periodo que  hemos  re

s e ñ a d o

  existieron un

  d i á l o g o

  y una

  i n t e r a c c i ó n

constantes  entre los  descendientes  intelectuales

de

  Ficino

  y

  Paracelso,

  por una parte, y los de

G u i n í e r  de Andernach y  Peuerbach,  por otra. El

h e r m é t i c o

  y el alquimista siguieron debatiendo a

sus adversarios galenistas y tolemaicos (o coper-

nicanos)

  hasta

  bien entrado el siglo xvn.

  Este

constante  enfrentamiento es tal vez el que mejor

s e ñ a l a

  los

  l í m i t e s

  de la ciencia del "Renacimien

t o " .  Otros  aspectos  de las ciencias cambiaron, es

verdad, pero ese cambio no

  a f e c t ó

  tanto a esa

controversia. Así, el desarrollo de las  nuevas  aca

demias

  c i e n t í f i c a s

  en las

  d é c a d a s

  posteriores a

Page 250: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 250/280

E P I L O G O

  E  I N D E C I S I Ó N

255

1660  puede  entenderse  como una  m a t e r i a l i z a c i ó n

de los

  s u e ñ o s

  de los primeros utopistas

  c ien t í f i

cos. Y aunque los baconianos y los mecanicistas

iban

  a predominar como miembros de

  esas

 orga

nizaciones,  la Real Sociedad no  e x c l u y ó  a un al

quimista

  tan prominente como Elias Ashmole; en

cuanto a John Webster,  é s t e  se  r e f i r i ó  en sus es

critos

  a la maravillosa labor que desarrollaba la

Real  Sociedad, la  cual,  en su concepto,  v e n í a  a

realizar

  los

  s u e ñ o s

  de los

  f i l ó s o f o s q u í m i c o s .

C r o n o l ó g i c a m e n t e ,

  hemos examinado el periodo

que va de mediados del  siglo  xv a mediados del

x v n

  —es decir,

  desde

  la

  t r a d u c c i ó n

  del

  corpas

h e r m é t i c o

  y la obra de Peuerbach a la obra de

V a n

  Helmont

  y los primeros mecanicistas. Pero

s e r í a

  incorrecto suponer que el hermetismo rena

centista

  d e s a p a r e c i ó

  sin dejar rastro en el curso

d e l

  tercer cuarto del  siglo  xvn. La obra de  Boyle

estuvo profundamente  i n f l u i d a  por los primeros

escritos de Van  Helmont  y, de su

  g e n e r a c i ó n ,

  el

suyo es

  s ó l o

  uno de los muchos nombres que po

d r í a m o s

  mencionar. E l ejemplo más notable es

t a l  vez el de  Isaac  Newton, quien estuvo tan seria

mente interesado en los estudios

  a l q u í m i c o s

  que

algunos eruditos sostienen actualmente que la

verdadera

  base

  de sus

  t e o r í a s q u í m i c a s

  fue la al

quimia.  Este  j u i c i o  no ha sido demostrado; los

Principia

  (1687) de

  Newton  e s t á n  ausentes

  de

i m á g e n e s  y especulaciones  a l q u í m i c a s .  La obra de

Newton

  representa la

  c u l m i n a c i ó n

  de dos siglos

de controversias acerca de la verdadera estructu

ra

  del universo y sigue siendo el fundamento de

las ciencias  f í s i c a s  modernas. Pero a nosotros

nos interesa la

  f i g u r a

  de

  Newton

  por una segunda

Page 251: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 251/280

256

E P I L O G O  E

  I N D E C I S I Ó N

r a z ó n : p u b l i c ó  su obra experimental  sobre  ó p t i c a

y  su tratamiento

  m a t e m á t i c o

  de las leyes

  f í s i c a s ,

pero  a r c h i v ó  sus manuscritos  a l q u í m i c o s .

E l

  acto de Newton es un

  s í m b o l o

  de la histo

r i a

  posterior de la ciencia. E l siglo x vm fue el

siglo

  de la  I l u s t r a c i ó n ,  la Edad de la  R a z ó n .  Su

ciencia fue "newtoniana" en la medida en que

fue  una ciencia experimental caracterizada por la

c u a n t i f i c a c i ó n

  y el uso de la

  a b s t r a c c i ó n

  mate

m á t i c a

  para describir y explicar los

  f e n ó m e n o s

naturales. Ésa fue la ciencia de las

  academias

  y

las

  sociedades

  c i e n t í f i c a s ,  una ciencia que recha

zaba

  y denigraba el misticismo y la magia que

h a b í a n  sido tan comunes durante el Renacimien

to .

  Pero, de hecho, los textos

  a l q u í m i c o s

  siguie

r o n

  apareciendo en el siglo x vm a un

  r i t m o

  que

rivalizaba

  con el de fines del siglo xvi y

  p r i n c i

pios del xvn.  Pese  a  e l l o ,  la antigua controversia

p e r d i ó v i t a l i d a d

  cuando sus

  temas

  dejaron de

formar  parte de las principales corrientes  c i e n t í

ficas.

  En efecto, la

  p o l é m i c a

  se

  i n t e r r u m p i ó

  y no

s e r í a  reanudada  —en distinta forma— sino con

e l

  surgimiento de la

  Naturphilosophie

  en los al

bores  de un nuevo siglo.

Page 252: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 252/280

B I B L I O G R A F I A  COMPLEMENTARIA

L A

  B I B L I O G R A F Í A  relacionada exclusivamente con la

ciencia

  y la medicina del Renacimiento se ha

vuelto  copiosa y sumamente especializada. Por

esta

  r a z ó n ,

  el  presente  ensayo se refiere  p r i n c i

palmente a estudios editados en  inglés  y en  for

ma de  l i b r o .  Existen varias excepciones, sin em

bargo, y el lector  ha l la rá  mencionados muchos

ar t ículos

  e incluso obras más

  extensas

  en otros

idiomas.

  Si bien hemos dado especial  atención

a estudios recientes en  este  campo, nos hemos

esforzado realmente por mostrar la riqueza de

fuentes originales que existe en lengua inglesa.

Sería

  imposible redactar un ensayo como

  éste

sin  rendir homenaje a  Die  Cultur  der

  Renaissance

in  Italien

  (Basilea, 1860), de  Jacob  Burckhardt.

Existen

  muchas y asequibles traducciones al in

glés  de

  esta

  obra con el  t í tulo  de

  The  Civilization

of  the

  Renaissance

  in  Italy.  Quienes se interesen

por

  los

  antecedentes

  filosóficos

  de la ciencia del

Renacimiento  deben consultar asimismo las obras

de Paul Oskar  Kristeller:  Eight  Philosophers  of

the

  Italian

  Renaissance

  (Stanford, 1964),

  Renais

sance  Thought I : The  Classic,  Scholastic,  and

Humanist

  Strains

  (Nueva

  Y o r k ,

  1961) y

  Renais

sance  Thought II:  Papers  on Humanism and the

Arts  (Nueva  Y o r k ,  1965). Frederick B.  A r t z  ha

hecho una breve

  exposición

  del humanismo rena

centista en

  Renaissance  Humanism 1300-1550

(Oberlin, Ohio,  1966), mientras que el antiguo,

pero vasto estudio de Henry Osborn

  Taylor,

257

Page 253: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 253/280

258  BIBLIOGRAFÍA

  C O M P L E M E N T A R I A

Thought and Expression in the Sixteenth Cen-

tury  (2 vols., 1920; 2a. ed. rev., Nueva  Y o r k ,  1959),

intenta

  abarcar  todos

  los

  aspectos

  de la vida

intelectual de ese periodo.

  Quienes

  se

  interesen

en la ciencia y el ocultismo, a

  veces

  extravagan

tes, que se practicaron en la corte de Rodolfo I I

en

  Praga,

  hal larán

  provechosa

  la lectura del  l i b r o

de R. J. W.  Evans,  Rudolf I I and His World: A

Study in  Inteílectual  History 1576-1612

  (Oxford,

1973).

Entre los

  estudios

  generales  relacionados  con

la

  ciencia del Renacimiento

  deben

  incluirse las

obras

  precursoras  de E. A. Burtt,  The Metaphy-

sical  Foundations of Modern Physical Science

(ed. rev., Londres, 1932), y E. W. Strong,

  Proce-

dures

  and Metaphysics: A Study in the  Philo-

sophy of Mathematical-Physical Science in the

16th and 11 th Centuries

  (Berkeley, 1936). Ambas

a ú n  se siguen citando con frecuencia. La obra

colosal de  L y n n  Thorndike,

  A History of Magic

and Experimental Science

  (8 vols., Nueva

  Y o r k ,

1923-1958), se refiere más a la magia que a la

ciencia,  pero  puede  servir como una rica fuente

bibliográfica

  para

  cualquiera que  esté

  interesado

en ese periodo. La no

  menos

  monumental his

toria

  cronológica

  de la ciencia de

  George

  Sarton

no  llegó  nunca  al Renacimiento,  pero  dos

  breves

obras suyas, Appreciation of Ancient and Medieval

Science  During the Renaissance (1450-1600)  (Nue

va

  Y o r k ,

  1961) y  Six Wings: Men of Science in the

Renaissance

  (Bloomington, Ind., 1957),  presentan

una cantidad

  considerable

  de

  información

  con un

criterio

  ca rac te r í s t i camente  positivista. La obra

de W. P. D. Wightman, Science and the Renaissan-

Page 254: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 254/280

BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A  259

ce.  An Introduction to the Study of the Emer-

gence of the Sciences in the Sixteenth Century

(2

  vols., Edimburgo y Londres, 1962), es un

  estu

d io

  magistral de la ciencia y la medicina, y uno

de sus

  volúmenes

  constituye un registro de fuen

tes originales. E l Octavo  Congreso  Internacional

de la Historia de la Ciencia

  celebrado

  en Tours es

tuvo  dedicado a la ciencia del Renacimiento y sus

act*s

  fueron publicadas bajo el nombre del con

greso

  como  Sciences de la Renaissance,  comp.

Jacques  Roger  ( P a r í s ,  1973). Se incluyen textos

de autoridades, muy  conocidas  sobre  una gran

variedad de  temas.  E l

  l i b r o

  de Richard  Foster

Jones, Ancients and Moderns: A Study of the

  Rise

of

  the Scientific Movement in Seventeenth-Cen-

tury England  (1936; 2a. ed., St. Louis, 1961), es

algo anticuado en su enfoque,

  pero  todavía

  con

tiene  muchos  datos  interesantes.

Como

  l i b r o

  de texto

  sigue siendo  útil

  Herbert

Butterfield,  The Origins of Modern Science  (Nue

va

  Y o r k ,

  1952), que se

  originó

  en una

  serie

  de

conferencias  dictadas  por el autor en Cambridge

en los primeros

  años

  de la  posguerra.  Un perio

do más  extenso  explora  The Scientific Renaissan

ce  1450-1630  (Nueva

  Y o r k ,

  1962), de Marie Boas.

Quienes

  se interesen por los

  vínculos

  más amplios

de la ciencia con la sociedad y

  otras

  esferas  de

la  actividad intelectual  durante  el Renacimiento

deben  consultar  Science in a Renaissance Society

(Londres, 1972) de W. P. D. Wightman. E l  Dic-

tionary of Scientific Bibliography,  dir igido por

Charles

  C.  Gillispie  (14 vols., Nueva

  Y o r k ,

  1970-

1976), es una obra de consulta indispensable  para

quienes  busquen  información  b i b l i o g r á f i c a .

Page 255: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 255/280

260  BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A

En

  Phüosophy,  Technology and the Arts in the

Early

  Modern Era,  trad. de Salvator Attansio,

comp.

  Benjamín

  Nelson (Nueva

  Y o r k ,

  1970), Pao-

Io

  Rossi analiza las relaciones de la

  tecnología

con la

  filosofía

  y la ciencia en los siglos xvi y

x v n ;  Bertrand  G i l l e  considera la  ingeniería  en

Engineers  of the Renaissance  (Cambridge, Mass.,

1966). E. G. R. Taylor ha escrito una  amena  his

toria  de la

  navegación

  en  The Haven  Finding  Art

(Londres, 1956); un estudio más completo al

  res

pecto  se  encuentra  en D. W. Waters,  The Art

of  Navigation in Tudor and Stuart England

  ( L o n

dres,  1959). Los

  ma temá t i cos

  y los fabricantes

de instrumentos son el tema de E. G. R. Taylor,

The

  Mathematical Practitioners of Tudor and

Stuart England 1485-1714

  (Cambridge, 1968). En

Ballistics  in the Seventeenth Century: A Study in

the Relations of Science and War with Reference

Principally  to England  (Cambridge, 1952), A. R.

H a l l

  t ambién

  ha dedicado considerable

  espacio

a material anterior al siglo xvn.

Además

  del trabajo de Taylor, el investigador

de las  ma temá t i cas  del Renacimiento  q u e r r á  leer

la  obra reciente de Paul Lawrence  Rose,  The

Italian

  Renaissance of Mathematics: Studies on

Humanists and Mathematicians from Petrarch

to  Galileo

  (Ginebra, 1975).  Para  estudiar  la re

percus ión

  de

  Nicolás

  de  Cusa,  importante por su

neoplatonismo y la influencia de su  cosmología

y  su

  m a t e m á t i c a ,

  lo más conveniente es remitirse

a las fuentes. Germain Heron ha traducido  Of

Learned  Ignorance

  (Londres, 1954); y una intere

sante

  a n t o l o g í a ,

  donde  se incluyen los experimen

tos  sobre  el peso  de  El Idiota,  ha sido  preparada

Page 256: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 256/280

Page 257: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 257/280

262  BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A

astrología

  y el espiriti smo. £1 estudio má s recien

te es el de  Peter  J. French, cuyo  l i b r o ,  John  Dee:

The  World

  of an Elizabethan Magas  (Londres,

1972),

  examina suficientemente el misticismo de

Dee, pero no trata

  adecuadamente

  su concepto

de "ciencia verdadera".  The Mathematicall  Prae-

face

  to the Elements of Geometrie of  Euclid  of

Megara  (1570), obra de Dee que

  ejerció

  gran in

fluencia,

  ha sido reimpresa con una

  introducción

de

  A l i e n

  G. Debus (Nueva

  Y o r k ,

  1975), y sus dia

rios

  secretos,

  donde describe su

  asociación

  con

el  alquimista John  K e l l y  y sus intentos de entrar

en contacto con el mundo de los

  e s p í r i t u s ,

  se

han publicado con el

  t í tulo

  de  A

  True

  and  Faith-

ful

  Relation of What

  Passed

  for Many

  Years

  Bet-

ween Dr.  John  Dee ... and Some  Spirits  ... with

a

  Preface

  by  Meric  Casaubon  (Londres, 1659; re

impreso en Glasgow, 1974).

No

  existe una historia satisfactoria de la astro

logía

  de

  este

  periodo, pero el lector

  ha l la rá

  mu

cha

  información

  interesante referente a los

  deba

tes que

  suscitó

  la

  astrología

  en Inglaterra en Don

Cameron  A l i e n ,

  The

  Star-Crossed

  Renaissance:

The  Quarrel  About Astrology and its Jnfluence

in  England  (1941;

  reimpreso en Nueva

  Y o r k ,

1966).

  Por el contrario, la alquimia ha sido tra

tada

  por muchos autores. E l volumen de E. J.

Holmyard  editado por Penguin,  Alchemy  (Har-

mondsworth,  1957),

  servirá

  como una fascinante

in t roducción

  al lec tor no especializado. Quienes

se interesen en la

  relación

  de  esta  disciplina con

las  creencias  populares pr imitivas y las

  técnicas

de la

  elaboración

  de los

  metales  desearán

  conti

nuar con Mircea Eliade,  The

  Forge

  and the Cru-

Page 258: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 258/280

BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A

  263

cible,  trad. de  Stephen  Corrin  (Nueva  Y o r k ,  1962).

A l i e n

  G. Debus ha

  hecho

  una breve  exposición

del  tema en su  ar t ícu lo  "Alchemy", incluido en

el

  Dictionary of the History of

  Ideas,

  comp. Phi-

lip^P.

  Weiner (4 vols., Nueva  Y o r k ,  1973), I , pá

ginas 27-34.

 Para  quienes  deseen

  consultar los tex

tos originales, la  compilación  de Elias Ashmole es

la

  fuente más completa y conveniente que exis

te en  i n g l é s :

  Theatrum Chemicum Britannicum

(1652;

  reimpreso con una  in t roducción  de

  A l i e n

G.

  Debus, Nueva

  Y o r k

  y Londres, 1967).

E l  estudio de la  tecnología química  del  Rena

cimiento  en su  relación  con las  técnicas  de la

miner ía  y la metalurgia se ha facilitado con una

serie

  de traducciones importantes

  aparecidas

  en

este  siglo.

  De re metallica,

  de Georgious  A g r í c o l a ,

fue traducido en 1912 por Herbert Clark Hoover

(a la  sazón  ingeniero de minas y más  tarde  presi

dente

  de los

  Estados

  Unidos) y su

  esposa,

  Lou

H .

  Hoover (reimpreso en Nueva

  Y o r k ,

  1950).

Igualmente importante es la  serie  de traduccio

nes  realizadas  por  C y r i l  Stanley Smith.

  Aquí

  ci

taremos

  ún icamen te  Vannochio Biringuccio,

  Pi-

rotechnia,

  trad. y comp. de C. S. Smith y M . T.

Gnudi  (1942; reimpreso en Cambridge, Mass.,

1966),

  y Lazarus Ercker,

  Treatise on Ores and

Assaying,  trad. de A. G. Siseo y C. S. Smith (Chica

go, 1951).  Todas

  estas

  traducciones van acom

p a ñ a d a s  de valiosas introducciones.

Los

  antecedentes

  esenciales

  de la  rebelión  ya-

t roqu ímica  de  Paracelso  se encuentran en Owsei

Temkin,  Galenism:  Rise  and Decline of a  Medical

Philosophy  (Ithaca, N . Y., 1973). E l estudio  f u n

damental de  Paracelso  se  debe  a Walter Pagel,

Page 259: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 259/280

264

  B I B L I O G R A F I A

  C O M P L E M E N T A R I A

Paracelsus:

  An Introduction to Philosophical Me

dicine

  in the Era of the Renaissance  (Basilea y

Nueva

  Y o r k ,

  1958). Su lectura  puede  comple

mentarse

  con la de

  Paracelso,

  Selected Writings,

comp.  Jolande  Jacobi, trad. de Norbert Guterman

(Nueva

  Y o r k ,

  1951), y  Paracelso,  Volumen Medi-

cinae

  Paramirum,  tr ad. y prefacio de  K u r t  F.

Leidecker (Baltimore, 1949).

A l i e n

  G.

 Debus

  examina la

  concepción

  del mun

do de los

  paracelsistas

  en  The Chemical  Philo-

sophy: Paracelsian Science and Medicine in the

Sixteenth and Seventeenth Centuries  (2 vols., Nue

va

  Y o r k ,

  1977). Otros  estudios

  pertinentes

  de

Debus  son: "The Chemical Philosophers: Chemi

cal  Medicine

  f r o m

  Paracelsus

  to Van Helmont",

History

  of Science,

  12 (1974), pp. 235-259;

  The

English

  Paracelsians  (Londres, 1965); "Mathema-

tics and Nature in the Chemical Texts of the

Renaissance",  Ambix,  15 (1968), pp. 1-28, 211;

" M o t i o n  in the Chemical Texts of the  Renais

sance",

  Isis,

  64 (1973), pp. 4-17; y

  "Renaissance

Chemistry and the Work of Robert Fludd", en

Alchemy and Chemistry in the Seventeenth Cen-

tury: Papers Read at a  Clark Library  Seminar,

March  12, 1966  (Los  Á n g e l e s ,  1966).  Quienes  pre

fieran

  una de las primeras exposiciones de la

filosofía química

  deben  remitirse a Oswald  C r o l l ,

"Discovering

  the Great and

  Deep

  Mysteries of

Nature", prefacio admonitorio a la  Basílica  Chy-

mica  (1609) que fue traducido por H. Pinnell e

incluido  en su  Philosophy Reformed and Impro-

ved

  in

  Four

  Profound Tractates

  (Londres, 1657).

Una

  re impres ión

  de

  esta

  obra,

  acompañada

  de

una

  in troducción

  de  A l i e n  G. Debus, se proyecta

Page 260: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 260/280

B I B L I O G R A F Í A

  C O M P L E M E N T A R I A

  265

para  u n  futuro  p r ó x i m o .  Owen  Hannaway  i n

vestiga

  l o s o r í g e n e s d e l a  disciplina  d e l a q u í m i

ca  cuando

  estudia

  las  opiniones  contrarias  de

C r o l l

  y

  Andreas

  Libavius

  en

  The Chem isís and

the  Word:  The Didactic Origins of  Chemistry

(Baltimore  y

  Londres,  1975).  Para

  formarse  una

idea  d e c ó m o c o n c e b í a n l o s q u í m i c o s  renacentis

tas lo s f e n ó m e n o s g e o c ó s m i c o s , v é a s e

  Frank

  D a w -

son  Adams,  The Birth and  Development  of the

Geological Sciences

  (1938;

  reimpreso  en  Nueva

Y o r k ,  1954).

L a  poderosa  influencia  d e l o s m é t o d o s q u í m i

c o s e n l a b o t á n i c a  tradicional  se  percibe  en la

r e i m p r e s i ó n d e J e r ó n i m o

  Brunschwig,

  Book of

Distillation

  (trad.

  inglesa,

  hacia

  1530),  introduc

c i ó n d e H a r o l d J .  Abrahams  (Nueva  Y o r k ,  1971).

Pocos

  de los  herbarios

  principales

  h a n

  sido

  re

impresos  í n t e g r a m e n t e . U n a de las

  excepciones

es

  John

  Parkinson,

  Paradisi in Solé, Paradisus

Terrestris, or a Garden of All Sorts of  Pleasant

Flowers  Which  Our English Ayre Will

  Permit

(1629;

  Nueva  Y o r k ,  1975).  L a

  gran

  calidad  de

las

  ilustraciones

  b o t á n i c a s en las p o s t r i m e r í a s

d e l a A n t i g ü e d a d  puede  apreciarse  e n l a m a g n í

f ica y  gigantesca  e d i c i ó n e n f o l i o d e l

  Codex

  Iulia-

nae picturis illustratus

  ( D i o s c ó r i d e s ) (2 v o ls .,

Leyden, 1906).

L a

  mejor

  m o n o g r a f í a d e l a  literatura  herbaria

sigue siendo  la de

  Agnes

  Arber,  Herbáis: Their

Origin and Evolution. A  Chapter  in the History

of  Botany  (Cambridge,  1912),  pero  C. E. Ra-

v e n ,  English  Naturalists

  from

  Neckham  to Ray

(Cambridge,  1947),  es i l u s t r a t i v o . U n  trabajo

fundamental

  es el  reciente  de  Karen  M .  Reed,

Page 261: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 261/280

266  B I B L I O G R A F I A

  C O M P L E M E N T A R I A

"Renaissance

  Humanism and Botany",

  Annals of

Science,

  33 (1976), pp. 519-542. Jerry Stannard

ha escrito muchos  ar t ículos  relacionados con

la

  botánica

  de la Edad Media y principios de la

Era Moderna. E l lector  encon t ra rá  especialmen

te instructivos: "The Herbal as a Medical Docu-

ment",

  Bulletin of the History of Medicine,

  43

(1969),  pp. 212-226; "P. A.  M a t t i o l i :  Sixteenth

Century Commentator on  D i o s c ó r i d e s " ,

  Univer

sity of Kansas  Bibliographical  Contributions,

  1

(1969),  pp.  59-81;  y "Medieval  Herbá i s  and their

Development",

  Clio

  Medica,  9 (1974), pp. 22-33.

Para  un enfoque más popular,  véase  Eleanour S.

Rohde,  The Oíd

  English

  Herbáis  (1922; reimpreso

en Nueva

  Y o r k ,

  1971).

La  influencia de los  nuevos  descubrimientos

geográficos  en la historia natural  europea  forma

parte  prominente de la obra monumental de

Donald  F. Lach,  i4sía

  in the Making of  Europe

(hasta  la fecha, 2 vols. divididos en 5  partes,

Chicago, 1965-1977). Es

  especialmente

  importante

el  estudio de  A l f r e d  W. Crosby,

  The Columbian

Exchange:

  Biological

  and

  Cultural

  Consequences

of

  1492

  (Westport, Conn., 1972). E l trabajo de

C. R. Boxer,

  Two Pioneers of  Tropical  Medicine:

García

  d'Orta and

  Nicolás

  Monardes

  (Londres,

1963),

  es breve pero iluminador. Tanto la obra

de Orta,

  Colloquies on the Simples and Drugs

of  India,

  trad. e  in t roducción  de sir Clements

Markham

  (Londres, 1913), como la de Monardes,

Joyfull  Newes Out of the Newe  Founá  Lana  ( L o n

dres,

  1925), pueden

  leerse

  en

  i n g l é s .

Existen  menos  fuentes

  originales relacionadas

con  la

  zoología

  del Renacimiento que con los

Page 262: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 262/280

B I B L I O G R A F I A C O M P L E M E N T A R I A 267

herbarios. No  obstante,  las  obras  de Edward

Topsell,

  Historie of

  Four-Footed

  Beastes  (1607)

y  Historie of Serpents  (1608)  —ambas  basadas

principalmente en la obra de Conrad

  Gesner—

se  l i a n  reimpreso dos  veces  en  a ñ o s  recientes

(Nueva

  Y o r k ,

  1967; Norwood, N . J., 1973). Tam

b i é n  son  ú t i l e s  E. Callot,  La Renaissance des

sciences

  de la vie au XVI'

  siécle  ( P a r í s ,

  1951) y

E.  J.  C o l é ,  A History of Comparative  Anatomy

(Londres, 1944).

  Sigue

  siendo  admirable por su

s e l e c c i ó n  de material,  aunque  no por su  enfoque

positivista, la obra de  Charles  Singer,  A History

of

  Biology: A General Introduction to the Study

of

  Living

  Things  (ed. rev., Nueva

  Y o r k ,

  1950).

E l

  descubrimiento de la

  c i r c u l a c i ó n

  de la

  sangre

ha sido

  tratado

  por  numerosos autores,  pero  la

que se cita con más frecuencia es la  breve  r e s e ñ a

de  Charles  Singer,  The Discovery of the  Circula-

tion of the  Blood  (1922; reimpreso en Londres,

1956). Se  h a l l a r á  un valioso  a n á l i s i s  en Mark

Graubard,  Circulation and Respiration: The Evo-

lution of an Idea  (Nueva

  Y o r k

  y Burlingame,

Calif.,

  1964). Una  breve  e x p l i c a c i ó n  que  s i t ú a  a

Harvey en un contexto más amplio de la historia

de la medicina es la de W. P. D. Wightman,  The

Emergence  of Scientific Medicine

  (Edimburgo,

1971).

Sobre

  temas

  más

  e s p e c í f i c o s ,

  L u d w i g  Choulant

es autor de la importante  History and  Biblio-

graphy of Anatomic Illustration,  ^rad. y comp. de

Mortimer  Frank (Chicago, 1920). El  l i b r o  de

C. D. O'Malley, Andreas Vesatius of Brussels 1514-

1564  (Berkeley y Los Angeles, 1964), es la bio

g r a f í a  más autorizada de Vesalio en lengua in-

Page 263: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 263/280

268

  B I B L I O G R A F I A

  C O M P L E M E N T A R I A

glesa,  y su  Michael Servetus. A Translation of

His

  Geographical, Medical and Astrological Writ-

ings  (Filadelfia, 1953), ofrece los

  textos

  más inte

resantes

  de

  este

  autor

  e n i g m á t i c o .

  El

  estudio

más  importante de Harvey es el de Walter  Pagel,

William Harvey's  Biological  Ideas: Selected As-

pects and

  Historical

  Background  (Basilea y Nue

va  Y o r k ,  1967), que ha complementado con un

segundo

  volumen titulado  New Light on William

Harvey  (Basilea, 1976). E l lector

  también querrá

leer

  los libros de Kenneth David Keele,

  William

Harvey: the Man, the Physician, and the Scien-

tist

  (Londres, 1965), y Gweneth Whi tter idge,

  Wil

liam Harvey and the Circulation of the

  Blood

(Londres y Nueva

  Y o r k ,

  1971).

  A l i e n

  G.

  Debus

ha  analizado  la  reacción  de Robert Fludd  ante

la

  obra de Harvey en dos

  a r t í c u l o s :

  "Robert

Fludd

  and the Circulation of the Blood",  Journal

of  the Historv of Medicine and  Allied  Sciences,

16 (1961), pp.'374-393; y "Harvey and Fludd: The

Irrational

  Factor in the Rational

  Science

  of the

Seventeenth

  Century",  Journal of the History of

Biology,

  3 (1970), pp. 81-105. Se han publicado

diversas

  traducciones  de la obra de Harvey.  N i n

guna  es

  considerada

  impecable por los  especia

listas,

  pero

  cualquiera de

  ellas

  da rá

  al lector una

idea del estilo y el talento de Harvey. La  versión

más  asequible  es la de Robert  W i l l i s  (1847), edi

tada

  en la

  serie

  Everyman:

  W i l l i a m

  Harvey,

Circulation  of the

  Blood

  and Other Writings

(Nueva

  Y o r k

  y Londres, 1952). La

  deuda

  de

Harvey con

  Aristóteles

  y

  Galeno

  se

  puede

  apre

ciar

  claramente

  en la  sección

  dedicada

  al

  m é t o

do  científico  que sirve de  in troducción  a los

Page 264: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 264/280

B I B L I O G R A F I A

  C O M P L E M E N T A R I A

  269

Anatomical  E.xercises  on the Generation of Ani

máis,  en  The Works of William Harvey M. D.,

t rad.  de Robert  W i l l i s  (Londres, 1847),

  páginas

151-167.

E x t r a ñ a m e n t e ,  poco se ha publicado  sobre  la

influencia  de Harvey en la medicina, a

  pesar

  de

que

  u n á n i me me n t e

  se  reconoce  el

  ca rác te r

  ín-

damental de su descubrimiento. Dos  notacles

excepciones  son Audrey B. Davis,  Circulation Phy-

siology  and

  Medical

  Chemistry in England 1650-

1680  (Lawrence, Kan., 1973), y

  Pedro  Laín

  En-

tralgo,

  "La obra de  W i l l i a m  Harvey y sus

  conse

cuencias",  en P.

  Laín

  Entralgo (comp.),  Historia

universal  de la medicina  (Barcelona, 1973).

L a

  figura más impresionante de la

  cirugía

  del

Renacimiento es Ambroise  P a r é .  Su autobiogra

f ía

  se  encuentra  en  The Apologie and Treatise

of  Ambroise  Paré  Containing the Voyages Made

unto  Divers

  Places,

  with Many of his Writings

on Surgery,  ed. con una

  in troducción

  por Geof-

frey  Keynes (Chicago, 1952). Una

  t raducción

  del

siglo

  xvn de sus  obras  voluminosas se ha reim

preso

  recientemente  como  The Collected Works

of  Ambroise

  Paré,

  trad. de Thomas  Johnson

(1634; Pound Ridge, N . Y., 1968).

Todos los investigadores

  interesados

  en la Re

volución científica  han tenido que  abordar  el

tema de la nueva

  a s t ronomía

  y sus

  consecuencias

para

  las ciencias  f í s i c a s .  No

  obstante,

  ninguna

de las exposiciones  generales  ha  desplazado  por

completo a J. L. E. Dreyer,

  A History of Plane-

tary Systems from Thales to  Kepler  (Cambridge,

1906). De los trabajos más

  recientes,

  es esencial

el

  de Alexandre  K o y r é ,  The Astronomical Revo-

Page 265: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 265/280

270

  B I B L I O G R A F I A C O M P L E M E N T A R I A

lution:  Copernicus, Kepler,  Borelli,  trad. de R.

E .  W. Maddison (Ithaca, N . Y., 1973). En un

  nivel

m á s

  elemental se

  encuentran

  las  obras  excelen

tes de Thomas S. Kuhn,

  The Copernican Revolu-

tion,  Planetary Astronomy in the Development

of  Western Thought  (Cambridge, Mass, 1957), e

I Bernard

  C o h é n ,

  The  Birth  of a New Physics

(Garden  C i t y ,  N . Y., 1960). Un estudio precursor

relacionado con la

  aceptación

  de la

  tesis

  coper

nicana en un contexto nacional es el de Francis

R.  Johnson,  Astronomical Thought in Renais

sance

  England: A Study of the  English  Scientific

Writings

  from 1500 to 1645  (Baltimore, 1937).

E l  l i b r o

  de Angus Armitage,  Copernicus: The

Founder

  of Modern Astronomy

  (Nueva

  Y o r k ,

1962), constituye una  út i l introducción  a la vida

y

  a la obra de

  C o p é r n i c o ;

  el  Commsntariolus  se

puede  leer en las  versiones  al  inglés  de Edward

Rosen  (Nueva

  Y o r k ,

  1939) y Noel M . Swerdlow

(Filadelfia,  1973). La  edición  de  Rosen  incluye,

además

  del

  Commentariolus,

  una

  t raducción

  de

la  Narratio prima  de Rethicus. En  cuanto  al  De

revolutionibus,

  ha sido traduc ido

  recientemente

por A. M . Duncan (Londres, 1977).

Para  entender  el cambio que  sufrió  la  concep

ción

  medieval del mundo al iniciarse la Era Mo

derna  es fundamental Alexandre  K o y r é ,  From

the  Closed  World to the Infinite Vniverse  (Nue

va  Y o r k ,  1958).  Francés  A. Yates ha analizado

la  concepción

  del mundo de Bruno en su Gi'or-

dano Bruno and the Hermetic Tradition  (Chica

go, 1964),

  l i b r o

  que ha tenido

  enorme

  influencia

al  señalar

  la  necesidad  de considerar los

  temas

hermét icos

  y

  míst icos

  en

  relación

  al surgimiento

Page 266: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 266/280

BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A

  271

de la ciencia moderna.

  Críticas

  recientes a  esta

posición

  se encuentran en Robert S. Westman,

"Magical  Reform and Astronomical Reform: The

Yates Thesis Reconsidered", en Robert S. West

man y J. E. McGuire, Hermeticism an the  Scien

tific

  Revolution  (Los

  Á n g e l e s ,

  1977), pp. 5-91;

Brian  Vickers,

  "Francés

  Yates and the  W r i t i n g

o f

  History",

  Journal  of Modern History,  51 (1979),

pp.  287-316; y  A l i e n  G. Debus, "The 'Pseudo-Scien-

ces' and the History of Science",  The University of

Chicago

  Library

  Society

  Journal,

  3 (1978), pp. 3-20.

Quienes se interesen en la gama de opiniones

sobre  el magnetismo  sustentadas  por  W i l l i a m

Gilbert

  pueden consultar D. H. D. Roller, The De

Magnete

  of William

  Gilbert

  (Amsterdam, 1959).

Su lectura

  puede

  complementarse con la del tex

to  de Gilbert, De magnete,  trad . de P. Fleury Mot-

telay (1893; reimpreso en Nueva

  Y o r k ,

  1958).

A l  igual  que su obra más general  sobre  las

teor ías

  planetarias, el

  l i b r o

  de J. L. E. Dreyer,

Life

  of Tycho  Brahe:  A  Picture  of  Scientific

  Life

and

  Thought in the Sixteenth Century

  (Edim

burgo, 1890), sigue siendo

  c l á s i c o .

  En cuanto a

Kepler,  véase

  el reciente estudio de la literatura

al

  respecto  en E. J.

  A i t ó n ,

  "Johannes  Kepler in

the

  L i g h t

  of Recent

  Research",

  History of

  Scien

ces,  14 (1976), pp. 77-100. La

  biografía

  más acredi

tada

  es la de Max

 Caspar,

  trad. y comp. de C. Do-

ris  Hellman (Londres y Nueva

  Y o r k ,

  1959), pero

t ambién

  es recomendable la de Angus Armitage,

John  Kepler  (Londres, 1966). Quienes se intere

sen particularmente en la

  conjunción

  de

  m i s t i

cismo y ciencia en la obra de Kepler, pueden

leer la popular semblanza de  Arthur  Koestler,

Page 267: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 267/280

272

  BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A

The  Watershed: A Biography of Johannes  Kepler

(Garden  C i t y ,  N . Y., 1960).

La

  bibliografía

  sobre  Galileo es  vasta  y mucha

de ella de gran calidad. La obra

  sobre

  este

  autor

que ha tenido más influencia en  este  siglo es tal

vez la de Alexandre

  K o y r é ,

  Etudes  Galiléennes

(3 vols.,  P a r í s ,  1939);  ésta  aún no ha sido tradu

cida al

  i n g l é s ,  pero

  en la

  serie

  de textos reunidos

en  Galileo:  Man of Science,  comp.  Ernán  M c M u l -

l i n

  (Nueva

  Y o r k ,

  1967), el lector

  ha l la rá  expues

ta la variedad de  actitudes

  recientes

  hacia  este

autor. Entre los  estudios recientes

  destacan

  los

de  W i l l i a m  R.  Shea,  Galileo's  Jntellectual Revolu-

tion Middle Period, 1610-1632 (Nueva

  Y o r k ,

  1972),

y

  Maurice Clavelin,

 The Natural Philosophy of Ga

lileo:  Essay on the Origins and Formation of

Classical  Mechanics,  trad. de A. J.  Pomerans

(Cambridge, Mass., 1974). Stillman Drake,  Galileo

Studies:

  Personality, Tradition, and Revolution

( A n n

  Arbor,  M i c h . ,  1970),

  presenta

  una

  colección

de

  ensayos

  escritos

  por una autoridad reconoci

da en la materia.

Muchas de las  obras  más importantes de  G a l i

leo han sido traducidas al  i n g l é s .  Discoveries

and

  Opinions of  Galileo,  trad.,

  in troducción

  y no

tas de Stillman Drake (Garden

  C i t y ,

  N . Y., 1957),

incluye  el  Sidereus nuncius  (1610),  Letters on

Sunspots  (1613),  Letter to the

  Grand

  Duchess

Christina  (1615) y ext rac tos de  The Assayer

(1623).  The Dialogue Concerning the Two

  Chief

World  Systems  (1632) se consigue en las traduc

ciones  de Stillman Drake (Berkeley y Los  Ánge

les, 1953) y Giorgio de Santillana (Chicago, 1953).

Similarmente,  Mathematical Discourses and De-

Page 268: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 268/280

B I B L I O G R A F I A  C O M P L E M E N T A R I A  273

monstraíions  Concerning  Two New  Sciences

(1638)  se  puede  leer en dos traducciones, la de

Henry

  Crew y

  Alfonso

  de Salvio (1914; reimpre

so en Nueva

  Y o r k ,

  1954) y la de

  Stillman

  Drake

(Madison,

  Wis., 1974).

)E1

  estudio reciente de Francis Bacon que se

cita  con más frecuencia es el de Benjamin Fa-

rrington,

  The

  Philosopliy

  of  Francis  Bacon  (L i

verpool,  1964), pero

  esta

  exposición

  puede  com

plementarse con el examen que

  hace

  Paolo Rossi

de la influencia

  hermét ica

  que se percibe en los

tratados  menos  conocidos de Bacon en  Francis

Bacon:

  From  Magic  to  Science,  trad. de

  Sacha

Rabinovitch

  (Chicago, 1968). La

  relación

  de Ba

con

  con

  Paracelso

  ha sido examinada por Gra-

ham  Rees  en "Francis Bacon's Semi-Paracelsian

Cosmology",  Ambix, 22  (1975), pp. 81-101. Casi

todas

  las  obras

  filosóficas

  y

  científicas

  de Bacon

fueron  traducidas por Spcdding y

  E l l i s

  para la

edición

  de sus  obras  completas (1857), traduc

ciones que fueron reunidas en un volumen por

John M . Robertson:  The

  Philosophical

  Works of

Francis  Bacon  (Londres y Nueva

  Y o r k ,

  1905).

Descartes

  ha tenido siempre un

  interés

  espe

cial

  para los

  f i l ó s o f o s ,

  pero

  hasta

  ahora han sido

relativamente pocos los historiadores de la cien

cia

  que han considerado detenidamente su obra.

U na  de las

  pocas

  obras  de  este  tipo es la de J.

F.

  Scott,

  The  Scientific  Work of Rene  Descartes

(1596-1650)

  (Londres, sin fecha).

  .También

  es in

teresante

  el trabajo de

  Henri

  Gouhier,

  Les  pre

mieres  pensées  de  Descartes:  contribution á

l'histoire  de l'anti-renaissance

  ( P a r í s ,  1958). Las

opiniones de Scott y Gouhier deben compararse

Page 269: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 269/280

274  B I B L I O G R A F I A  C O M P L E M E N T A R I A

con  las que expone  W i l l i a m  R.  Shea  en  "Descar

tes añd the Rosicrucians",

  Annali

  de.IV

  Jstituto

e  Museo  della  Scienza di  Firenze,  4 (1979), pá

ginas 29-47. Del

  Discurso

  del

  método

  existen va

rias traducciones  aceptables.  Una de las más

convenientes es la de F. E.

  Sutcliffe,

  publicada

por Penguin (Balt imore, 1968).

Para  quienes

  se interesen particularmente por

el

  triunfo

  de la

  filosofía

  mecanicista, es indispen

sable

  la lectura de E. J. Dijksterhuis,

  The Me-

chanization  of the  World  Picture,  trad . de C.

Dikshoorne  (Oxford,

  1961). Más

  difícil

  es el

valioso

  l i b r o

  de  Rene  Dugas,  Mechanics in the

Seventeenth Century,

  trad. de J. R. Maddox (Neu-

c h á t e l ,

  1958). R. S. Westfall ha escrito una breve

reseña

  del

  triunfo

  de la

  filosofía

  mecanicista en

los principales  campos  de la ciencia en  The  Cons-

truction  of Modern

  Science:

  Mechanisms and Me

chanics  (Nueva

  Y o r k ,

  1971). Robert Lenoble,  Mer

senne ou la naissance du

  mécanisme

  (1943; re

impreso en

  P a r í s ,

  1971), estudia con

  bastante

detalle los  debates  de Mersenne, su correspon

dencia y su desarrollo intelectual. De las  muchas

obras  que tratan del resurgimiento del atomismo

en el siglo xvn, el lector probablemente

  hallará

má s

  interesantes

  las de Andrew G. Van Melsen,

From  Atomos to Atom  (Nueva

  Y o r k ,

  1960), y

Robert H. Kargon,  Atomism in

  England

  from

Hariot  to Newton  (Oxford,  1966).  A l i e n  G. Debus

describe el intento de Gassendi de llevar a  cabo

los experimentos sugeridos por Galileo en "Pierre

Gassendi and His 'Scientific Expedition ' of 1640",

Archives  internationales d'histoire des  sciences,

16 (1963), pp. 129-142.

Page 270: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 270/280

BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A  275

Las utopías científicas de  principios  del si

glo xvn son  analizadas  por Nell Eurich en  Science

in Utopia: A  Mighty  Design  (Cambridge,  Mass.,

1967).

  La

  li teratura

  rosacruz

  ha

  sido

  examinada

p o |

  Paul

  Arnold en

  Histoire des Rose-Croix et

les origines de la Franc-Magonnerie  (Par ís ,  1945),

y

  m á s

  recientemente

  por Francés A.  Yates  en

The Rosicrucian

  Enlightenment

  (Londres  y  Bos

ton,

  1972).  Todas

  las

  obras sobre

  los  rosacruces

deben

  leerse

  con

  cautela.

  Una

  tendencia persis

tente

  en la exposición de  Yates  es la de a t r ibui r

la mayoría de las características

  principales

  de la

Revolución científica a un

  origen

  mí st ic o. La

t raducción

  inglesa

  del  siglo  xvn de los  textos

básicos de los

  rosacruces

  fue

  reimpresa

  en Már

gate  en 1923 con el título de  The Fame and Con-

fession of the Fraternity of R:C:  Commonly  of

the Rosie Cross,  y Félix Em i l Held

  tradujo

  la su

mamente interesante  obra

  de

  Johann

  Valentín

Andreae,

  Christianopolis: An Ideal  State  of the

Seventeenth

  Century

  (Nueva

  York ,

  1916).

La única

  obra  importante

  que Fludd es cr ib ió

en inglés es su  Mosaicall  Philosophy  (Londres,

1659),

  pero  el

  estudio

  de J. B.  Craven,

  Doctor

Robert Fludd (Robertus de Fluctibus) The En

glish Rosicrucian.

  Life

  and Writings

  ( K i r k w a l l ,

1902),  aunque  antiguo,  sigue siendo  út i l . Los ar

tículos de Alien G.

  Debus,  "Robert

  Fludd and the

Use of  Gilbert's  De  magnete  in the

  Weapon-Slave

Controversy",  Journal of the History of Medicine

and Allied Sciences,  19  (1964),  pp.  389-417, y "The

Sun in the

  Universe

  of

  Robert

  Fludd",

  Le soleil

á la Renaissance —sciences et  mythes,  Travaux

de  l'Institut  pour  l étude de la Renaissance et de

Page 271: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 271/280

276

  BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A

l'Humanisme,

  2 (1964), pp. 257-278, versan sobre

aspectos  significativos del pensamiento de  Fludd.

Wolfgang  Pauli ha escrito un estudio perspicaz

de la controversia entre Kepler y

  Fludd

  en "The

influence

  of Archetypal  Ideas  on the Scientific

Theories of Kepler", en C. G. Jung y W. Pauli,

The

  Interpretador of Nature and the Psyche,

trad.  de  Priscilla Silz  (Nueva

  Y o r k ,

  1955),

  p á g i

nas 147-240. Por lo que se refiere a Van Helmont,

véase

  A l i e n

  G. Debus, "The Chemical

  Debates

  of

the Seventeenth Century: The Reaction to Robert

Fludd  and  Jean  Baptiste van Helmont" , en M .

L .

  Righini

  Bonelli

  y  W i l l i a m  R.  Shea,  comps.,

Reason, Experiment and Mysticism in the Scien

tific

  Revohttion

  (Nueva

  Y o r k ,

  1975), pp. 1847,

291-298.

Los  textos de 1654 de John Webster, Seth

Ward,  John  W i l k i n s  y Thomas

  H a l l

  relacionados

con  la reforma educativa han sido reproduci

dos por

  A l i e n

  G. Debus en

  Science and  Educa-

tion  in the Seventeenth Century. The

  Webster-

Ward  Debate  (Londres y Nueva

  Y o r k ,

  1970), y

los planes

  agrícolas

  de los

  químicos

  son exami

nados

  por Debus en "Palissy, Plat and English

Agricultural  Chemistry in the 16th and 17th Cen-

turies",

  Archives internationales d'histoire des

sciences,

  21 (1968), pp. 67-88. Los planes  q u í m i

cos y

  económicos

  de Glauber para Alemania son

analizados por Debus en

  The Chemical Philo-

sophy,  2,  pp. 425-441. La

  relación

  de la ciencia

con  la sociedad en Inglaterra a mediados del si

glo

  xvn ha sido tratada muy bien por Charles

Webster en

  The Great Instauration: Science, Med

icine and Reform 1626-1660  (Nueva

  Y o r k ,

  1976).

Page 272: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 272/280

BIBLIOGRAFÍA

  C O M P L E M E N T A R I A

  277

Y ,  finalmente,

  para

  quienes  se

  interesen

  espe

cialmente en la alquimia y el  hermetismo  de

Isaac  Newton como una  prueba  de la influencia

continuada

  de

  temas

  ca rac te r í s t i camente

  rena

centistas,

  mencionaremos

  J. E . McGuire y P. M .

Rattansi, "Newton and the

  'Pipes

  of

  Pan'",

  Notes

and Records of the Royal Society of

  hondón,  21

(1966), pp. 108-143, y

  A l i e n

  G.

  Debus,

  "Van  H e l

mont and Newton's  T h i r d  Law", en

  Paracelsus,

Werk und Wirkung. Festgabe für Kurt Goldam-

mer zum 60. Geburtstag,

  comp.

  Sepp

  Domandl,

Salzburger Beitrage zur Paracelsusforschung,  13

(Viena, 1975), pp. 45-52. B. J. T. Dobbs  ha

  escrito

The

  Foundations of Newton's Alchemy, or The

Hunting of the Greene hyon

(Cambridge, 1975),

que

  debe

  leerse  junto con la reseña  sustancial

de Karin Figala, "Newton as Alchemist",

  History

of

  Science,

  15 (1977), pp. 102-137.

N O TA  S O B R E  O B R A S  R E C I E N T E S  E N  E S P A Ñ O L A C E R C A

D E L

  R

E N A C I M I E N T O

  Y LOS  I N I C I O S  D E LA  C I E N C I A

Y  L A  M E D I C I N A  M O D E R N A S

E l  in terés por el desarrollo de la ciencia y la

medicina en el mundo de

  habla

  española es muy

antiguo,  pero  es principalmente en las últimas

décadas

  cuando  se ha  acumulado  un

  cuerpo

  con

siderable  de bibliografía en  este  campo.  En

  esta

nota

  sólo

  mencionaremos algunos

  títulos de in

t e r é s ,

  pero  esperamos  que éstos  conduzcan  al

lector a  otras

  fuentes.

La  guía más  conveniente  se hallará en el pro

fusamente anotado  "Apéndice  b i b l i o g r á f i c o "  pre-

Page 273: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 273/280

278 BIBLIOGRAFÍA  C O M P L E M E N T A R I A

parado  por José María López  Pinero

  para

  su

Ciencia y técnica en la sociedad española de los

siglos xvi

  y

  xvii

  (Barcelona,

  1979),

  pp.  457-507.

Más

  completas

  son todavía la

  Bibliografía his

tórica de la  medicina  española

  de L. S.  Granjel

(2 vols.,

  Salamanca,  1965-1966)

  y la

  Bibliografía

histórica sobre la ciencia y la técnica en España

de J. M. López

  Pinero,

  M .

  Peset

  Reig, L. García

Ballester  y M. L.  Terrada  (2 vols.,  Valencia-Gra

nada,  1973).

Quienes  requieran

  exposiciones

  detalladas

  de

la  historia  completa  de la  ciencia

  deben

  recurrir

a la

  obra

  reciente  de

  Desiderio  Papp,  Ideas re

volucionarias en la ciencia  (3 vols., San  Francis

co,

  1975).

  La

  historia

  más

  amplia

  de la

  medicina

es la de  Pedro  Laín

  Entralgo,

  Historia universal

de la  medicina

  (7 vols.,

  Barcelona,  1972-1975).

Esta  obra  monumental

  incluye  contribuciones  de

casi

  todas

  las

  autoridades  internacionales

  en la

materia.

La

  literatura  escrita

  en español y

  otros  idiomas

por  investigadores  españoles es  particularmente

abundante

  con

  respecto

  a los

  avances

  científicos

y

  médicos  realizados  en España y las áreas  suje

tas a l a . influencia española . Así,

  para  quienes

busquen

  una visión

  general

  del ámbito español,

J.

  Vernet

  ha  escrito  una

  Historia de la ciencia

española

  (Madrid,

  1976).

  Por lo que se  refiere

al

  periodo

  de la Revolución científica,

  pueden

consultarse

  dos

  obras

  complementarias.  La

  p r i

mera,

  Materiales para la historia de las ciencias

en España:

  S.

  xvi-xvii

  (Carcagente,

  1976),

  pre

parada

  por J. M. López

  Pinero,

  V.

  Navarro

  Bro-

tóns y E. Pórtela Marco,  ofrece  al

  lector

  textos

Page 274: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 274/280

B I B L I O G R A F Í A   C O M P L E M E N T A R I A  279

fundamentales  que  versan

  sobre  todos

  los

  aspec

tos de la  ciencia,  la  medicina  y l a t e c n o l o g í a e s

p a ñ o l a s d e

  este  importante periodo.

  De la se

gunda,

  Ciencia y técnica en la sociedad española

de los siglos xvi y xvii,  d e L ó p e z

  Pinero,

  y a

antes

  se ha

  hecho

  referencia.  M á s q ue u n a i n

v e s t i g a c i ó n e n  este  campo,  es u n a c o n t r i b u c i ó n

capital

  para nuestra

  c o m p r e n s i ó n d e l a  Revolu

c i ó n c i e n t í f i c a . U n a n á l i s i s

  anterior,  pero

  a ú n

ú t i l , d e

  este

  tema

  se

  encuentra

  en

  La  introduc

ción de la ciencia  moderna  en España  (Barcelo

n a ,  1969),  de L ó p e z  Pinero.

Para

  lo s  antecedentes  de la  medicina  e s p a ñ o l a

d e l  Renacimiento,  v é a s e L u i s G a r c í a  Ballester,

Historia social de la

  medicina

  en la España de

los siglos xiii a l xvi.  V o l . 1 :  La minoría  musul

mana

  y morisca

  ( M a d r i d ,

  1976).

  H a y u n c a p í t u l o

de  Walter  Pagel  y A l i e n G .  Debus  sobre  "Para

celso

  y los  paracelsistas"  en e l l i b ro de La ín

Entralgo,  Historia universal de la  medicina,  4,

p p .

  107-129.

  J . M . L ó p e z

  Pinero

  h a

  examinado

e l  paracelsismo  e s p a ñ o l e n  muchas  de sus  obras.

A d e m á s d e l o s t í t u l o s

  antes

  mencionados,  debe

consultarse  su " Q u í m i c a y  medicina  en la E s p a ñ a

de los  siglos  x v i y x v n : L a  influencia  de

  Para

celso",

  Cuadernos

  de la Historia de la Medicina,

2

  (1972),  p p .

  17-54,

  a s í

  como

  su r e i m p r e s i ó n d e l

primer  texto  paraceisiano

  escrito

  p o r u n e s p a ñ o l

en

  El Dialogus (1589) del paracelsista Lloreng

Cogar y la cátedra de  medicamentos  químicos de

la Universiáaá áe Valencia (1591)

  (Valencia,

1977).

A  L . A l b e r t i L ó p e z se

  debe

  u n  estudio  de  La

anatomía  y  ¡os

  anatomistas

  españoles áel Rena-

Page 275: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 275/280

2 8 0 B I B L I O G R A F Í A

  C O M P L E M E N T A R I A

cimiento

  ( M a d r i d ,  1948),  y J . M . L ó p e z  Pinero

ha

  examinado

  e l

  saber

  a n a t ó m i c o en E s p a ñ a en

varios

  a r t í c u l o s ,

  incluyendo

  los  siguientes:  " L a

d i s e c c i ó n y e l

  saber

  a n a t ó m i c o en la E s p a ñ a de

la

  primera

  m i t a d d e l  siglo  x v i " ,

 Cuadernos

  de  His

toria de la Medicina Española,

  13  (1974),  p á g i

nas  51-110; "Harvey's  Doctrine  o f t he C i r c u l a t i on

o f

  t he B lood in

  Seventeenth  Century

  Spain",

  Jour

nal of the History of Medicine and Allied Scien

ces,

  28  (1973),  p p .  230-242;  y (e n c o l a b o r a c i ó n

c on L . G a r c í a  Ballester)  "Francisco  Valles  y los

comienzos

  d e l a a n a t o m í a p a t o l ó g i c a

  moderna",

Archivo

  Iberoamericano

  de la Historia de la Me

dicina,  14, p p .  129-131.  Entre  los  estudios  de

figuras  principales

  merecen  citarse

  los de F.

  Gue

r r a ,  "Juan  Valverde  de  Amusco",  Clio  medica,  2

(1967),  p p .  339-362,  y L . B a r ó n F e r n á n d e z ,  Miguel

Serveto, su vida y su obra  ( M a d r i d ,  1970).  El es

tudio  m á s

  importante

  de l a c i rug ía se  encuentra

en L. S.  Granjel,  Cirugía española del Renaci

miento

  (Salamanca,

  1968).

E n  cuanto  a las  ciencias  f í s i c a s ,  esperamos  la

p u b l i c a c i ó n d e V . Navarro  B r o t ó n s ,  La revolución

científica en España. Tradición y renovación en

las ciencias físico-matemáticas  (tesis  de V alen

c ia ,

  1977),

  aunque

  de él se han

  publicado

  ya va

rios  textos

  importantes

  [ v é a n s e  especialmente  sus

a r t í c u l o s : " L a r e n o v a c i ó n d e l a s  ciencias  f í s i co -

m a t e m á t i c a s e n l a  Valencia  pre-ilustrada",  As-

clcpio,  24  (1972),  p p .  367-379,  y " C o n t r i b u c i ó n a

la  historia  de l

  copernicanismo

  en E s p a ñ a " ,  Cua

dernos Hispanoamericanos,

  283, p p .

  3-24].

  J . Vcr-

net ha  estudiado  a C o p é r n i c o e n " C o p é r n i c o i n

Spain",  Colloquia Copernicana,  I , p p .  217-291,  y

Page 276: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 276/280

B I B L I O G R A F Í A   C O M P L E M E N T A R I A  281

en

  Astrología

  y

  astronomía en el

  Renacimiento.

La  revolución  copernicana

  (Barcelona,

  1974).

E . P ó r t e l a h a  terminado  u n a

  tesis

  sobre  Los

orígenes de la química  moderna  en España

  ( V a

lencia,

  1977, i n é d i t a ) . L o s  antecedentes  a l q u í m i

cos de la q u í m i c a e s p a ñ o l a so n  examinados  po r

J. R. de

  Luanco

  en

  La

  alquimia

  en España

  (2 vo

l ú m e n e s ,  Barcelona,  1889,  1897),  y p o r F . R o d r í

guez

  M a r í n en

  Felipe I I

  y

  la  alquimia

  ( M a d r i d ,

1927).

  M . B a r g a l l ó h a  escrito

  varios  estudios

  i m

portantes

  sobre  la  metalurgia  en los  siglos  x v i y

x v n  —recientemente  La amalgamación de los mi

nerales

  de  plata  en Hispanoam érica colonial

  ( M é

x i c o ,

  1969).  Entre

  las

  fuentes

  importantes  en

  este

campo  se  encuentran  Diego  de

  Santiago,

  Arte

separatoria (1598),  i n t r o d u c c i ó n d e E . P ó r t e l a

(Valencia,  en  prensa),  y A l v a r o

  Alonso

  Barba,

Arte de los

  metales

  (1640)

  ( f a c s í m i l e d e l a e d i c i ó n

de 1770) (México ,

  1925).

Se han

  hecho

  muchos

  estudios

  d e l  efecto  de l

Nuevo  Mundo  en  Europa. Entre  l o s m á s  recien

tes de

  ;

n t e r é s

  especial,

  merecen  citarse  F .  Gue

r r a ,  Nicolás  Bautista  Monardes. Su viáa y su obra

(ca.  1493-1588)

  ( M é x i c o ,

  1961),

  E .

  Alvarez

  L ó p e z ,

" L a  historia  natural  d e F e r n á n d e z d e  Oviedo",

Revista de Ináias,  17  (1957),  p p .  541-601,  y la

elegante  r e i m p r e s i ó n de J o s é de  Acosta,  Historia

natural

  y

  moral

  áe las Indias (1590),  i n t r o d u c c i ó n

de B .

  Beddall (Valencia,  1977).

Page 277: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 277/280

I N D I C E

Prefacio   9

Prefacio  a la  edición  en  español  13

I T r a d i c i ó n  y Reforma . . 15

L a

  ciencia y la

  e d u c a c i ó n

  en el

Renacimiento 17

E l  humanismo y la l i teratura  c l á

sica 22

E l

  desarrollo de las

  lenguas

  ver

n á c u l a s  25

O b s e r v a c i ó n

  y

  e x p e r i m e n t a c i ó n

  27

Las  m a t e m á t i c a s  y los  f e n ó m e

nos natu rales 30

L a t e c n o l o g í a

  31

Mist ic ismo  y ciencia 34

I I La llave  q u í m i c a  43

L a q u í m i c a

  del Occidente

  l a t i n u

  . 44

Paracelso:  la  b ú s q u e d a  de toda

una

  vida

  49

L a f i l o s o f í a q u í m i c a

  paracelsiana 51

E l  microcosmos y la  t e o r í a m é d i c a  61

I I I

E l estudio de la natu raleza en u n

mu n d o cambiante . . . . . 7 4

E l  reino an ima l . . 75

283

Page 278: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 278/280

284 Í N D I C E

E l  reinu

  vegetal y la

  t r a d i c i ó n

  me

dica

  83

Buenas

  nuevas de un mundo

nuevo . . 9 3

O b s e r v a c i ó n  y orden 98

I V .

  E l estudio del hombre 106

L a

  herencia medieval . . . . 107

U n

  renacimiento

  a n a t ó m i c o

  . . . 112

E l  torrente  s a n g u í n e o :  de Vesalio

a  Harvey

  120

W i l l i a m

  Harvey

  y la  c i r c u l a c i ó n

de la sangre . . 126

E l  veredicto . . 131

V .  Un nuevo sistema del mundo . 139

L a  A n t i g ü e d a d  y la  a s t r o n o m í a  del

Renacimiento  140

C o p é r n i c o

  y un Sol estacionario . 147

L a  paralaje  estelar y el

  t a m a ñ o

del

  universo 157

D e s e n t r a ñ a n d o  los misterios de

l a s ó r b i t a s

  planetarias . . 165

E l  problema  Tís ico  . 172

V I .  Nuevos  m é t o d o s  \ un;) nueva

ciencia  181

F r a n c i s

  Bacon 184

Rene

  Desearles 189

Galileo

  G a l i l e i  195

Page 279: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 279/280

Í N D I C E   285

L o s  experimentos mentales, las

observac iones y la

  t e o r í a

  ato-

mista 201

V I L  La nueva  f i l o s o f í a .  Un

  debate

  q u í

mico

  . . . 209

Las

  u t o p í a s c i e n t í f i c a s

  . . . . 210

Robert Fludd y la  q u í m i c a m í s t i

ca en u n nuevo siglo . . . . 219

L a r e a c c i ó n

  contra Fludd: Kepler,

Mersenne y Gassendi . . . . 222

L a

  nueva

  f i l o s o f í a

  de  Jean  Bap

tiste van Helmon t . . . . 228

V I I I .

  E p í l o g o

  e

  i n d e c i s i ó n

  . . . 237

L a

  ciencia y los dos humanismos 238

E l  mejoramiento del hombre: la

e d u c a c i ó n ,

  la agricultura y la

guerra . . . . . 244

Bibliografía  complementaria  . 257

Page 280: Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

8/18/2019 Debus_El Hombre y La Naturaleza en El Renacimiento

http://slidepdf.com/reader/full/debusel-hombre-y-la-naturaleza-en-el-renacimiento 280/280