cronotropo el criticón;

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  • El discurso narrativo y el cronotopo en ElCriticn de Baltasar Gracin

    Emilia I. Deffis de CalvoUniversidad de Montral

    Las novelas espaolas de peregrinacin del siglo XVII, como El peregrino en supatria de Lope de Vega, el Persiles de Cervantes y El Criticn de Gracin, muestran unalnea general de maduracin del modelo narrativo del viaje. Dicha lnea va desde laaventura puramente exterior de un sujeto pasivo hasta la progresiva activacin delprotagonista que interioriza su experiencia1. El Criticn es la expresin barroca delperegrinaje alegrico conceptista. Como viaje hacia la inmortalidad literaria, seconstituye en una ficcin que quiere ser cifra de la experiencia del mundo vivido por elhombre. En ella la leccin no es un discurso recitado por la voz del predicador, sino untrabajo narrativo de ocultamiento y escamoteo que estimula el entendimiento y lamemoria del que lee.

    El Criticn plantea una doble dimensin de las coordenadas espaciotemporales: porun lado el espesor alegrico de vicios y virtudes y, por el otro, la constatacin emprica

    1 El cronotopo de la novela bizantina, sucesora inmediata de la novela griega, se reformula en las

    novelas espaolas de amor y aventuras del siglo XVII al enriquecerse el esquema narrativo connarraciones folklricas, poemas, e incluso autos sacramentales, como sucede, por ejemplo, en El peregrinoen su patria (1604) de Lope de Vega. El azar es sustituido por la Providencia Divina, y la abstractaubicacin geogrfica e histrica de las novelas de Heliodoro y Tacio deriva en una inmediata y palpable,ya que los peregrinos se desplazan por Espaa y Europa en el 1600. El Criticn no es ajeno a estoscambios, y avanza hacia un nuevo tipo de ficcin didctica: la epopeya en prosa. Sobre la novela bizantinaespaola, ver Carilla, La novela bizantina en Espaa y Cervantes y la novela bizantina. Sobre elperegrino, Vilanova, El peregrino andante en el Persiles de Cervantes y El peregrino de amor en lasSoledades de Gngora. Sobre la peregrinacin, Chew, The Pilgrimage of Ufe. An exploration into theRenaissance Mind; Hahn, The Origins of the Bar oque Concept of peregrinatio.

    Studia urea. Actas del III Congreso de la AISO, III. Toulouse-Pamplona, 1996AISO. Actas III (1993). Emilia I. DEFFIS DE CALVO. El discurso narrativo y el cr...

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    de lugares prximos y personajes coetneos. Esta visin estereoscpica del aqu yahora es una de sus claves constructivas fundamentales2.

    EL CRONOTOPO Y EL CRITICNMi reflexin sobre la posibilidad de aplicar el concepto bajtiniano del cronotopo a

    la lectura de la novela espaola de peregrinos forma parte de una investigacin msamplia sobre el modelo narrativo del viaje en esta especie novelesca, en particular, sutratamiento espacio-temporal3.

    Bajtn define el cronotopo como la principal materializacin del tiempo en elespacio. Este concepto, ntimamente relacionado con la concretizacin figurativa,determinara la imagen del hombre en la literatura, y sera el centro organizador de losprincipales hechos contenidos en el asunto novelesco4.

    La primera dificultad metodolgica que se encuentra ante el cronotopo es la escasadefinicin que Bajtn da a sus elementos constituyentes. El terico ruso menciona altiempo y al espacio como categoras literarias sin aclarar en qu niveles del anlisistextual los ubica. Cuando menciona ejemplos se refiere siempre al nivel de la historia, yan all no especifica en qu consisten5. De manera que la aplicacin de esta categora alas novelas espaolas de peregrinacin, y en particular al Criticn, (tal como aparecedescrita por Bajtn para la novela griega, antecesora de la novela bizantina), pone enevidencia lmites que me parece necesario establecer. En primer lugar, cmoimplementarla para analizar un asunto alegorizado como es la peregrinacin de Andrenioy Critilo. De qu manera puede el cronotopo dar cuenta de los desplazamientossemnticos entre el sentido literal y el no literal de las alegoras espaciotemporales? Ensegundo lugar la definicin de la imagen humana en El Criticn es el resultadoexclusivo de las coordenadas espaciotemporales? El texto de Gracin muestra ms de unartificio narrativo destinado a acotar un perfil humano: el de la persona verdadera. Esteperfil no parece depender exclusivamente de la configuracin espaciotemporal de lahistoria.

    No pretendo resolver aqu los problemas metodolgicos que suscita esta cuestin, enel tiempo del que dispongo solo intento formular algunas observaciones acerca de los

    2 Cabe aclarar que en este trabajo no me propongo analizar el texto graciano en el nivel de los

    hechos histricos aludidos. Sobre el espacio y la alegora en El Criticn, ver Pelegrin, Le fil perdu duCriticn de Baltasar Gracin: objectif Port-Royal. Allegorie et composition conceptiste y Ethique etEsthtique du Baroque. L'espace jsuitique de Baltasar Gracin; Milhou, Le temps et l'espace dans leCriticn; Checa Cremades, Gracin y la imaginacin arquitectnica: espacio y alegora de la Edad Mediaal Barroco.

    3 Ver Deffis de Calvo, El viaje como modelo narrativo en la novela espaola del siglo XVII.

    4 El crtico ruso formul su teora entre 1937 y 1938, y luego agreg unas observaciones finales en

    1973: ver Bajtn, Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela, Teora y esttica de la novela.Trabajos de investigacin, pp. 237-409.

    5 Esto constituye un problema al enfrentar otros niveles de anlisis de los textos, ya que no queda

    clara la definicin de tiempo y espacio cuando se analiza, por ejemplo, el nivel del discurso. Aunque elcrtico ruso enuncia algunas ideas sobre los cronotopos del autor y del lector no aclara de qu manera seinterrelacionan con los dems cronotopos textuales.

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    procedimientos discursivos que alejan el tratamiento espaciotemporal del Criticn de lascaractersticas del cronotopo bajtiniano.

    EL AQU Y AHORA DE ANDRENIO Y CRITILOAqu y ahora, siempre y en todo lugar, son las coordenadas que trazan el itinerario de

    los peregrinos del mundo. De modo que en El Criticn los componentes elementalesde la accin, un momento y un lugar del camino, son llevados a un nivel extremo decomplejidad de sentidos.

    El diseo de la peregrinacin se modifica sustancialmente por el hecho de que Romano es el objetivo ltimo del itinerario de Andrenio y Critilo, sino la bsqueda de laesposa y la madre, Felisinda. La informacin sobre su paradero sustituye los obstculostradicionales del naufragio, el rapto o la enfermedad. Determinar si dicha informacin escorrecta o no ser el hilo conductor de la peregrinacin. La bsqueda abarca las cuatroedades del hombre, y tiene su ltimo fin fuera de la historia sub specie humanitatis.

    El narrador lleva a cabo la desrealizacin del tiempo y el espacio pero, no obstante,disemina infinidad de marcas textuales que fijan su relato a lugares y fechas precisos. Almismo tiempo el sujeto dual, Andrenio y Critilo, le permite enfrentar permanentementedos experiencias vitales extremas, Andrenio va desde la niez a la madurez a la vez queCritilo va de la madurez a la senilidad.

    Un primer acercamiento al texto muestra que los cronotopos de la novela griega (elnaufragio, la prisin, la tormenta, la falsa muerte) estn condensados en las crisisiniciales de la primera parte. El nufrago Critilo es rescatado por el joven Andrenio en laisla de Santa Elena y cuenta su prehistoria para justificar el hilo conductor del viaje: labsqueda de su esposa Felisinda.

    Como en Las Etipicas de Heliodoro, la historia se inicia in medias res, elpretexto fundamental es la separacin de los enamorados que buscan reencontrarse, elviaje presenta toda clase de peligros y, finalmente, mantiene siempre el tono dramticode estupor ante lo inesperado y maravilloso6. Pero desde el comienzo el texto deGracin se distancia de Las Etipicas o de Leucipe y Clitofonte de Aquiles Tacio, ya quetodos estos procedimientos estn imbuidos de alegora. Andrenio y Critilo sonencarnaciones de smbolos, representan a la humanidad en su bsqueda de la felicidad. Apesar de ello, los peregrinos se mueven por sitios reconocibles, como Sevilla o Madriddurante el reinado de Felipe IV7.

    En las primeras cuatro crisis los protagonistas recomponen la estructura csmicadel universo y de la naturaleza visible. En particular el relato de Andrenio muestra lavisin azorada y suspensa de quien descubre por primera vez el orden y la proporcin delagradable laberinto de prodigios en criaturas. El tono es decididamente filosfico y

    6 Ver Vilanova, El peregrino andante, pp. 122-123.

    7 Es cierto que no se le puede atribuir al Criticn la pertenencia a un tipo narrativo, la novela

    bizantina, del que utiliza en inters propio solo algunos rasgos discursivos. Pero, al mismo tiempo, resultainteresante pensarlo desde esta perspectiva, ya que es ante todo una obra literaria que busca imponersecomo un tipo original de escritura didctica. Sobre el gnero del Criticn, ver Senabre, Gracin y ElCriticn, pp. 30 y ss.; Lzaro Carreter, El gnero literario de El Criticn, pp. 67-87.

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    versa sobre el principio del conocimiento humano: la curiosidad generada por laignorancia y la admiracin.

    Critilo cuenta su historia durante el viaje de regreso a Espaa, y su relato combinarecursos de probada eficacia en las novelas italiana y bizantina: amor, celos, muerte,prisin y falsa muerte. La tcnica de suspensin del relato se hace muy evidente y sirvede recurso bsico para mantener vigente la bsqueda de Felisinda a lo largo de las trespartes del Criticn*. En este caso el encuadre filosfico est dado por el exemplum deAmor y Fortuna que inicia la crisi cuarta tras la frmula conocida: quien quisiere veresta filosofa confirmada con la experiencia, escuche esta agradable relacin que dedicaCritilo a los floridos aos y ms al escarmiento (p. 33).

    La crisi quinta titulada Entrada del mundo determina un cambio en laconfiguracin espaciotemporal del relato. Andrenio y Critilo llegan a Espaa, nuestromundo, e inician su peregrinaje hasta la Isla de la Inmortalidad.

    El cambio apuntado se podra definir parcialmente mediante el cronotopo de lavertical medieval del otro mundo, que Bajtn rastrea en el Romn de la Rose y laDivina Comedia. Se trata de visiones en las que [...] el tiempo real de la visin y sucoincidencia con un determinado momento del tiempo biogrfico [...] e histrico, tieneun carcter meramente simblico (p. 308).

    Entre otras caractersticas las visiones, tal como las considera Bajtn, presentaran unrasgo comn con El Criticn: expresan crticamente las contradicciones de una poca9.Esa diversidad contradictoria es profundamente histrica, aclara el terico ruso, porque sulgica temporal es la simultaneidad.

    La simultaneidad de los tiempos de la vida humana, encarnada en Andrenio y Critilo,y la atemporalidad de las alegoras, sostienen la visin crtica del pasado, el presente y elfuturo. Junto con la proliferacin semntica de la agudeza compuesta fingida se produceen El Criticn una expansin espaciotemporal de alcances universales a partir de laexperiencia particular del mundo vivido.

    ALEGORA Y CRONOTOPOGracin resuelve mediante la alegora el problema de la armonizacin de la verdad

    moral y la verosimilitud10. As el tiempo y el espacio aparecen puestos al servicio de la

    8 Esto sucede por ejemplo en la crisi IV de la primera parte cuando Critilo dice: Pero lo que en m

    no pudo obr en los padres y deudos de mi dama, que, poniendo los ojos en mayores conveniencias delinters y del honor, trataron... Mas cmo lo podr decir? No s si acertar, mejor ser dejarlo (p. 40).Cito por la edicin de Antonio Prieto.

    9 Lo que destaca ms en estas obras es el hecho de que en su base [...] exista un sentimiento muy

    agudo de las contradicciones de la poca, [...] y, en el fondo, el sentimiento del final de una poca. De aquproviene tambin la tendencia a ofrecer una sntesis crtica de la poca. Tal sntesis exige la presentacinen la obra de toda la diversidad contradictoria de la poca (Bajtn, art. cit., p. 308).

    10 No avanzar en el terreno de la consideracin terica de la alegora, ya que excedera los lmites

    impuestos a este trabajo. Para una aproximacin global a la alegora en El Criticn, ver Kassier, The trulhdisguised. Allegorical structure and technique in Gmcin's Criticn.

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    sugestin alegrica, por lo tanto valen como referentes simblicos en relacin con losverosmiles narrativos11.

    Citar como ejemplo de esto la crisi cuarta de la tercera parte El mundo descifradoen la que los peregrinos, que ya han recorrido gran parte de su itinerario terrestre, estnen el reino de Vejecia perfeccionando su capacidad de leer al derecho los signos delmundo al revs.

    Un otro en lo raro, circunstancial gua de los viajeros, desarrolla el arte de descifrarlas apariencias del mundo en un dilogo que recorre las cifras diptongo, etctera,qutildeque, zancn y alterutrum. A esta exposicin terica sigue lacomprobacin emprica en la plaza, que es un espacio virtual y siempre privativo delvulgo, donde un charlatn embauca a la gente con su cristal de maravillas.

    Si se tiene en cuenta la analoga implcita en la relacin de lo dicho y lo significadopor la alegora, es posible concebir la existencia de una dinmica compleja desatada porla inclusin del espacio-tiempo alegrico en la peregrinacin de Andrenio y Critilo. Unapermanente tensin se produce entre la circunstancia histrica concreta (por ejemplo, enlas alusiones a don Juan II de Portugal en esta misma crisi) y la configuracin alegricadel tiempo (como es invocado por Fortuna en II, VI), entre el devenir de la vida humanay la fecha exacta de un hecho puntual. Lo mismo sucede con el espacio, resulta muydifcil precisar lmites de uno y otro, estn superponindose y oponindosecontinuamente. Esto puede observarse en III, XI donde la ciudad de Roma cobija alMesn de la Vida en el que habita la suegra de la vida, la Muerte.

    La escritura conceptista de Gracin, tal como afirma M. Blanco, busca por sobre todo[...] preservar una ambigedad, una multiplicidad de significados que deje abierta unaposibilidad incesante de desplazamiento12. Este rasgo pone a prueba la capacidadoperativa del cronotopo bajtiniano que no alcanza a contener el desplazamiento y lasimultaneidad existente entre el espacio-tiempo literal y el no literal del Criticn.

    El narrador lleva al extremo la ruptura del tiempo y el espacio entendidos comocoordenadas existenciales. El tiempo no es biogrfico, eventualmente alude a hitoshistricos concretos, el espacio deja de ser cotidiano y vivido. De esta forma latransposicin analgica hacia el cronotopo de la peregrinacin alegrica supone unproceso previo de vaciamiento de historicidad y espacialidad. Este proceso permite

    11 Vale recordar que la duplicacin del nivel del discurso, propia de la alegora y que Fletcher

    percibe como una segunda intencin del plano literal, es formulada por Gracin en su Agudeza. Y lo hace,tal como observa A. Egido, mediante la idea de la agudeza compuesta y las posibilidades de que laspalabras y los conceptos crezcan y se doblen, mostrando su capacidad combinatoria. Ver Fletcher,Allegory. The theory ofa symbolic mode, p. 7; A. Egido, La variedad en la Agudeza de Baltasar Gracin,pp. 49-61, la cita en p. 51. Reisz de Rivarola subsume bajo el concepto de discurso simblico alproverbio, el enigma y la alegora, y aclara que, para que haya smbolo: La condicin bsica es que eldiscurso permita una lectura literal y por lo menos otra no literal y que los elementos de ambas lecturasestn articulados conforme a un mismo esquema bsico de relaciones, en Predicacin metafrica ydiscurso simblico. Hacia una teora de dos fenmenos semitico literarios, p. 61.

    Ver El mecanismo de la ocultacin, p. 32. Por otra parte cabe recordar su afirmacin acerca dela extrema determinacin del estilo conceptista que permite plasmar un mensaje al mismo tiempo universaly particular.

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    concentrar los recursos narrativos en la elaboracin del mensaje didctico: eldesvelamiento de lo aparente por obra de la discrecin ingeniosa.

    Vuelvo aqu a mi primera objecin metodolgica acerca de la implementacin delcronotopo. En El Criticn el tiempo y el espacio son signos de la deixis compleja quearticula los referentes histricos (esencialmente la Espaa de Felipe IV) con losalegrico-conceptistas (por ejemplo la Cueva de la Nada o la Rueda del Tiempo). Poreso creo que la categora cronotopo podra resultar ms operativa para el anlisis de ElCriticn, si no se limitara a un nivel descriptivo. Para esto debera ligarse msestrechamente a la dinmica referencial, es decir a los procedimientos que alejan elsentido recto de las cosas. El concepto bajtiniano aparece insuficiente porque se limita adar cuenta de la constitucin figurativa de la narracin, esto es, el tiempo y el espacioentendidos solo como motivos narrativos.

    Del conjunto aparentemente catico de figuras y falsedades surge la afirmacin de quecundo y dnde son ante todo coordenadas de la memoria y del entendimiento, o comodice Ricardo Senabre, son instancias del relato de un itinerario intelectual13. Tras elobjetivo de ser persona verdadera, los peregrinos, su gua, el narrador y el lector mismoquedan sujetos al imperio del discurso. Lo que se ve, lo que se dice, pero por sobre todo,lo que se entiende es el verdadero centro del relato. Por eso antes que nada est ellenguaje, su capacidad de mediar entre el sentido profundo de las cosas y su nombreaparente14.

    CONCLUSIONES

    Uno de los interrogantes planteados al comenzar esta exposicin fue si era posibledefinir la imagen humana a partir exclusivamente de su configuracin espaciotemporal.Si bien es cierto que en El Criticn el viaje de Andrenio y Critilo a travs de Europa, yel pasaje por las cuatro edades del hombre asociadas a las estaciones solares, sonelementos esenciales en la constitucin del perfil humano propuesto, no lo son demanera exclusiva.

    Gracin propone mediatizar la imagen del hombre en ms de un sentido, y elinstrumento privilegiado de ese procedimiento es la palabra. Por eso insisto en la idea deque no slo es en las coordenadas espaciotemporales donde se consolida la imagen depersona verdadera sino tambin en los juegos conceptistas de sntesis, elusin ysobreentendido. Estos y otros recursos, como el sujeto bifronte y la convivencia de laalegora con lo verosmil hacen que la imagen humana del Criticn sea capaz decontener, de manera problemtica, la imagen del mundo.

    De manera que mltiples accesos al sentido quedan cifrados, no slo en lascoordenadas espaciotemporales, sino tambin en los juegos lingsticos de la agudeza,

    13 Senabre, op. cit., p. 30. De imprescindible lectura es el trabajo de A. Egido sobre el arte de la

    memoria en El Criticn (El arte de la memoria y El Criticn, pp. 25-66).14

    Sobre la agudeza y el concepto, ver el trabajo fundamental de Lzaro Carreter, Sobre ladificultad conceptista, pp. 13-43. Adems del art. cit. en la nota 11, ver Egido, La Hidra Bocal. Sobre lapalabra potica en el Barroco; M. Blanco, El Criticn: Aporas de una ficcin ingeniosa, y Elmecanismo de la ocultacin. Anlisis de un ejemplo de agudeza.

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    las imgenes alegricas, los perodos discursivos, en el proyecto total de laperegrinacin.

    Como he dicho antes, el cronotopo muestra sus limitaciones ante un texto de lacomplejidad del Criticn, es evidente que se lo debe redefinir y ajustar su alcance comoconcepto metodolgico. En particular en el nivel discursivo, donde el tiempo y elespacio adquieren sentidos problemticos y ambiguos. El cronotopo deber ser, comopostula Bajtn, una puerta de acceso privilegiada al sentido, pero habr de integrarsecomo un elemento ms en el contexto metodolgicamente plural de lectura crtica.

    Teniendo en cuenta las objeciones formuladas resulta necesario reafirmar que lainterpretacin bajtiniana de los elementos espaciotemporales de la novela constituye unacontribucin original que merece ser explorada, y que aporta elementos crticosinteresantes para una relectura de la obra de Gracin. El desafo es, como consta en elprlogo a la tercera parte, nada menos que la complicidad en la peregrinacin hacia unaescritura infinita que nunca se acabar de leer.

    BIBLIOGRAFA

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