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  • SERIE CULTURA COMUNAL, AGUA YBIODIVERSIDAD EN LA COSTA DEL ECUADOR

    SILVIA G. LVAREZEDITORA

    TOMO I COMUNAS Y COMUNIDADESCON SISTEMAS DE ALBARRADASDESCRIPCIONES ETNOGRFICAS

  • TOMO I COMUNAS Y COMUNIDADESCON SISTEMAS DE ALBARRADASDESCRIPCIONES ETNOGRFICAS

    SILVIA G. LVAREZ, MARTIN BAZURCO,

    MNICA BURMESTER, CLAUDIA GONZLEZ ANDRICAIN

    Y PA ESCOBAR

  • Tomo I Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas DescripcionesEtnogrficas

    Silvia G. lvarezEditora

    1era. edicin: Ediciones AbyaYalaAv. 12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Telfonos: 2506-247 / 2506-251Fax: (593-2) 2506-255 / 2 506-267e-mail: [email protected]

    ESPOLEscuela SuperiorPolitcnica del LitoralKm. 30.5 va Perimetral2851094 - 22692692854629 www.espol.edu.ec

    Diseo yDiagramacin: Ediciones ABYA - YALA

    ISBN: 9978-22-561-7

    Impresin: Producciones Digitales Abya - YalaQuito - Ecuador

    Impreso en Quito Ecuador, diciembre 2005

  • NDICE

    Presentacin Serie Cultura Comunal, Agua y Biodiversidad en laCosta del Ecuador ............................................................................... 7

    Introduccin al Tomo I Comunas y comunidades con Sistemasde Albarradas. Descripciones Etnogrficas........................................ 17

    Mapa del rea de estudio ...................................................................... 33 Caracterizacin de las comunidades relevadas en la provincia

    de Guayas............................................................................................... 35 Comuna Bajadas de Chanduy .............................................................. 45 Recinto Baos de San Vicente .............................................................. 72 Comuna Bellavista del Cerro................................................................ 83 Comuna Cerezal Bellavista ................................................................... 97 Comuna La Cinega.............................................................................. 115 Comuna Chongn ................................................................................ 127 Parroquia San Jacinto de El Morro ...................................................... 143 Comuna Len de Febres Cordero ........................................................ 179 Hacienda Ayaln.................................................................................... 215 Comuna La Barranca (Pquia. Julio Moreno) ...................................... 229 Comuna Juntas del Pacfico.................................................................. 251 Recinto Los Pocitos (El Morro) ........................................................... 263 Comuna Manantial de Guangala ......................................................... 281 Comuna Olmedo .................................................................................. 293 Comuna Sacachn ................................................................................ 309 Comuna San Jos de Amn (Pquia. Gmez Rendn) ........................ 333 Comuna San Marcos............................................................................. 349 Comuna Sube y Baja............................................................................. 363 Comuna Tugaduaja............................................................................... 383 Parroquia Valle de la Virgen ................................................................. 395 Caracterizacin de las comunidades relevadas en la provincia

    de Manab .............................................................................................. 405 Cantn Pajn ......................................................................................... 413

  • Comuna Sancn .................................................................................... 451

    ANEXOS 1-2-3............................................................................................ 505

    CUADROS 1 al 9......................................................................................... 515

    6 Silvia G. lvarez (Editora)

  • PRESENTACIN

    El proyecto editorial que impulsa la publicacin de esta Serie devolmenes se respalda en el trabajo de investigacin interdisciplinar,desarrollado desde el Centro de Estudios Arqueolgicos y Antropol-gicos de la ESPOL de Guayaquil, sobre la historia del manejo del aguay los recursos naturales en distintas zonas de la Pennsula de Santa Ele-na (Provincias del Guayas y Manab). (www.albarradas.espol.edu.ec)

    Entre los aos 1998 y 1999 se diseo y elabor una propuesta deinvestigacin interdisciplinar sobre el manejo y gestin del agua me-diante obras hidrulicas de origen nativo denominadas jageyes o al-barradas (Marcos y lvarez, 1999). En el ao 2000 se iniciaron las in-vestigaciones que culminaron en julio del 2003 con la publicacin deuna sntesis final que daba cuenta de los principales resultados y pro-ductos alcanzados (Marcos, 2004). Adems de publicar artculos perso-nales y colectivos se elaboraron dos tesinas de Maestra que continaninditas (Bazurco, 2003; Gonzlez Andrican, 2003).

    El abundante material recopilado, y en parte sistematizado y ela-borado, no ha terminado de ser publicado en su totalidad, por esa ra-zn nos parece importante culminar esta tarea colectiva a travs de laedicin de la Serie que hemos denominado Cultura comunal, agua ybiodiversidad en la costa del Ecuador.

    Es nuestra intencin acercar tanto al publico especializado comoa las comunidades incluidas en las investigaciones, a las organizacionesde la regin, y a los organismos de intervencin, una parte importantede los datos y resultados obtenidos. Deseamos ponerlos al servicio delas comunidades indgenas y no indgenas de esta regin, como contri-bucin al desarrollo local mediante la puesta en valor de su patrimo-nio cultural histrico.

  • Toda la informacin que presentamos tiene como origen el Pro-yecto Albarradas de la Costa de Ecuador: Rescate del conocimiento an-cestral del manejo sostenible de la biodiversidad. Este fue auspiciado porel Programa Global Environment Facility (GEF) del World Bank(BM), ejecutado por la Escuela Superior Politcnica del Litoral (ES-POL) y apoyado tcnicamente por NASA Ames Research Center, Mof-fett Field, C.A.

    El objetivo central del Proyecto fue incrementar el conocimien-to cientfico sobre el origen, manejo y uso tradicional y moderno delsistema tecnolgico denominado Albarradas. Entender como opera es-te sistema que permite la reserva del agua dulce de lluvia del invierno,y acta en favor del manejo sostenido y la conservacin de la biodiver-sidad presente en la regin.

    La investigacin de los Sistemas de Albarradas se concentr en elrea que se sita geogrficamente en la costa suroeste del Ecuador,abarcando zonas de la provincia del Guayas y el sur de la provincia deManab (cantones Pajn, Montecristi y Jipijapa). Se cubri una exten-sin territorial superior a los 6000 Km2 incluyendo la Pennsula de San-ta Elena (PSE).

    Una de las caractersticas del Proyecto ha sido su carcter inter-disciplinar1 ya que articul el trabajo combinado de diversos mbitoscientficos que contribuyeron al logro de los objetivos planteados en lapropuesta de investigacin. En este caso se organizaron equipos en eldominio de las ciencias naturales (Geologa y Botnica) y las cienciassociales (Arqueologa y Antropologa Sociocultural).

    El esfuerzo interdisciplinario llevado a cabo se tradujo en unenfoque holstico que ha dado como resultado una amplia y comple-ja informacin sobre la magnitud y la trascendencia que tiene el Sis-tema de Albarradas en una amplia zona de la costa ecuatoriana. Peroal mismo tiempo que se indagaban los aspectos tecnolgicos y am-bientales, estos fueron vinculados a la dinmica histrica y sociocul-tural regional y nacional. De aqu que pudiera mostrarse la diversidadde situaciones en que se encuentran involucrados los agentes sociales,las articulaciones establecidas a lo largo del proceso histrico regio-nal, y las diferentes lgicas que se perciben en la relacin con la natu-raleza (Marcos,2004).

    La extensin geogrfica abarcada, la combinacin de tcticas deestudio, y el trabajo de campo prolongado dieron como resultado el in-

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  • cremento en la capacidad de anlisis de esta tecnologa ancestral en susdiferentes mbitos de impacto: ecolgico, econmico y social.

    La investigacin confirm la hiptesis de que las Albarradasconstituyen un sistema tecnolgico, de origen prehispnico2, pensadopara racionalizar el aprovechamiento del agua de las temporadas delluvia, especialmente de los excedentes provocados durante los eventosEl Nio. Las condiciones ambientales que distinguen la regin costeradel Ecuador exigieron a la poblacin nativa buscar soluciones a la faltaestacional de agua que la caracteriza.

    Pudimos afirmar que los Jageyes3 fueron la respuesta existen-cial a los problemas de desarrollo que enfrentaron las sociedades asen-tadas en el bosque seco tropical costero desde pocas muy tempranas.Esto promovi formas particulares de relacin con la naturaleza, mo-delando el paisaje de acuerdo con lgicas y racionalidades que respon-dan a la tradicin cultural nativa. Es decir que las sociedades precolo-niales idearon una tecnologa hidrulica singular que constituye toda-va un factor de identidad en cuanto a la forma de manejo del agua delluvia y otros recursos y naturales.

    Esta cultura del manejo del agua dulce mediante el Sistema de Al-barradas todava se muestra activa y con un alto grado de eficiencia en sugobernabilidad y gestin4. Los Sistemas de Albarradas condensan el co-nocimiento etnoecolgico5 local y regional acumulado por parte de la so-ciedad que impuls su construccin a lo largo de su historia. Resulta evi-dente a travs del anlisis de los datos, que las comunidades nativas hancontado, en cada momento, con un plan de coordinacin de trabajos pa-ra llevar a cabo este tipo de obra de carcter colectivo, garantizando suadecuado uso y mantenimiento hasta la actualidad. La informacin recu-perada a travs de entrevistas con los usuarios, documentacin histrica,anlisis botnico, y excavaciones arqueolgicas, coinciden en reconocer lacontinuidad y vigencia de estos saberes, y de la lgica colectiva que orien-ta el patrn de gestin del agua que recuperan las Albarradas.

    A diferencia de otras tecnologas modernas, como es el caso delos llamados tapes, embalses o pequeas represas, que no han conse-guido resistir los fuertes caudales de agua que provoca el fenmeno ElNio, los Sistemas de Albarradas demuestran su mejor adecuacin a lavariabilidad climtica regional.

    Adems de ser reservorios de agua dulce, desde la perspectiva so-ciocultural pueden ser considerados como expresin de un patrimonio

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 9

  • histrico, tecnolgico, cognoscitivo, y ecolgico, imprescindible para elsostenimiento global de la regin. Este complejo sistema hidrulico,histricamente facilit el desarrollo local de los asentamientos huma-nos en gran parte de la Costa del Ecuador. Se puede entonces conside-rar, desde el punto de vista antropolgico, que por su singularidad serevela como un valioso referente que identifica ambiental y etnicamen-te6 a esta regin del pas. En cuanto al valor simblico que contienenpodemos decir que constituyen un indicador cultural que legitima losderechos territoriales histricos que defiende la poblacin actualmenteorganizada en Comunas7.

    En el caso del Sistema de Albarradas, como en otras formas detransformacin de la naturaleza, se evidencian una serie de intencionesorientadas a enriquecer y adaptar el entorno a las necesidades y a lasconcepciones culturales de la sociedad nativa. No solo se trata de mo-dificar el hbitat en el que se asienta la poblacin sino de poner enprctica concepciones, lgicas y conocimientos que se tienen sobre lanaturaleza. Ya que los valores, usos, modos de preservacin y conserva-cin de la biodiversidad varan ampliamente dentro y entre diferentesculturas, es importante reconocer el tipo de relaciones que mantieneny mantuvieron los distintos grupos culturales que ocuparon la regin atravs del tiempo. Una misma regin puede concebirse y explotarse susrecursos de maneras diversas, en respuesta a racionalidades culturalesespecficas y confrontadas. El paisaje resulta as un producto de la laborhumana de ordenar y organizar el mundo social y natural de acuerdocon patrones culturales especficos (Levi-Strauss, 1970; Figueroa Valen-zuela, 1996).

    En el caso del Bosque Seco Tropical un conjunto de mltiplesfactores han sido sealados como causa de la enorme prdida de la bio-diversidad regional (Macias y Ochoa, 1989; Valverde, 1991; lvarez,2001; Marcos, 2004). Esto ha producido una situacin de desertifica-cin ambiental que incremento los desequilibrios sociales y econmi-cos presentes en la regin. De aqu que aspectos de orden legal, institu-cional, econmicos y polticos deben ser considerados e incluidos en labsqueda de soluciones a este tipo de situaciones. Es necesario recono-cer por otra parte, que los ordenamientos jurdicos en muchos casos noson suficientes para expresar la complejidad de procesos sociales a quedan lugar los distintos modos de aprovechamiento de los recursos, y lavariedad de intereses enfrentados en esa situacin. En este sentido, no

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  • basta con la mera regulacin del uso de la tierra sino que hay que teneren cuenta la dificultad de conciliar posiciones y lgicas de accin socialque en muchos casos reflejan una perspectiva tambin cultural.

    En cuanto al recurso agua hemos asumido que el mismo debeser considerado como un activo social, en el sentido especfico de quepertenece a la sociedad en su totalidad, facilitando un estilo de vida de-terminado, formando parte fundamental de la riqueza de un pasaunque ni siquiera aparecen en la contabilidad nacional- y proporcio-nando un conjunto de funciones ambientales que, en definitiva, permi-ten el mantenimiento de la vida (Prez, 1997).

    Esto implica una concepcin radicalmente distinta acerca de laidea del agua en tanto recurso natural, ya que ... deja de ser vista comoun mero conjunto de factores productivos para ser entendida como unpatrimonio o activo social (...) Ms concretamente, la nocin de activosocial exige superar la ficcin de la existencia perfectamente delimita-da de la propiedad privada, sobre la que se asienta la visin convencio-nal de la economa de sistema cerrado (Aguilera, 1995: 367).

    Visin esta ltima que se relaciona histricamente con la perdi-da del control tradicional que tenan las comunidades sobre las fuentesde agua, y que se deterior cuando los gobiernos estatales asumieron elcontrol de los recursos hdricos. Los embalses se convirtieron en unmedio para hacerse con el control del agua y para imponer finalmenteel dominio empresarial sobre el recurso (Vandana, Shiva, 2004). Tam-bin entendemos que no se trata exclusivamente de la apropiacin ais-lada del recurso agua ya que la sociedad en general, y sus agentes pro-ductivos apropian ecosistemas (Toledo, 1985) y es de estos que obtie-nen diversos servicios ambientales.

    Para finalizar, concluir que han sido las comunidades indgenasde la costa del Ecuador las que idearon, desarrollaron y gestionaron du-rante mucho tiempo estos Sistemas de captacin y manejo de agua dul-ce, un hecho que la sociedad actual ha omitido y eludido en su memo-ria, y que requiere volver a poner en valor. Ya que frente al olvido socialse necesita un ejercicio constante del recuerdo y alguien que lo recupe-re (Menndez, 2002) es nuestra intencin como cientficos contribuira revertir esta situacin, visibilizando los procesos histricos para si-tuarlos a favor de la comunidad regional en su conjunto.

    La Serie Cultura comunal, agua y biodiversidad en la costa delEcuador es un proyecto impulsado por la siempre entusiasta editorial

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 11

  • Abya-Yala la que nos ha motivado una vez ms a difundir nuestras in-vestigaciones con su generosa colaboracin.

    Hemos contemplado publicar de manera regular distintos vo-lmenes que incluyen tanto las descripciones etnogrficas realizadasen las distintas comunidades investigadas, asi como resultados re-cientes de los anlisis de las excavaciones arqueolgicas, y los infor-mes y detalles de los distintos talleres y grupos focales llevados a ca-bo con miembros de las colectividades involucradas, y con organiza-ciones gubernamentales y no gubernamentales de desarrollo. Tam-bin incluiremos en esta Serie los dos trabajos de tesis de Maestraque resultaron elaborados con datos de una parte de la investigacinsociocultural, y todos aquellos artculos mediante los cuales se difun-dieron los resultados y reflexiones concebidas en el transcurso denuestros trabajos.

    Aspiramos a que los temas que se publiquen promuevan unacomparacin con otras regiones, y alienten nuevos estudios interdis-ciplinarios indispensables para promover el desarrollo en la costaecuatoriana.

    Jorge G. MarcosDirector Proyecto Albarradas de la Costa

    Silvia G. lvarez Editora

    Notas

    1 La concepcin interdisciplinar implica considerar un problema de manera integral,con toda su complejidad, sin fragmentarlo, y adems lograr una complementarie-dad entre las disciplinas participantes (Amerlinck y Bontempo, 1994).

    2 Las dataciones arqueolgicas con C14 confirmaron mediante el material culturalasociado con restos de actividad social que las Albarradas de San Pablo (ParroquiaColonche, Guayas) haban sido construidas en la fase de Valdivia 8, hace 3800 aos.

    3 Denominacin que le daban a estas estructuras hidrulicas las sociedades nativasde Amrica.

    4 Aunque algunos inventarios (Saenz, 1999) han intentado registrar la cantidad deAlbarradas operativas en la provincia del Guayas, los datos no dan cuenta exactadel elevado nmero existente. En otros casos los Informes sobre la regin sealan,

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  • equivocadamente, que la tradicin de construccin de albarradas fue interrumpi-da por la dominacin espaola, y confundindolas con tapes modernos se afir-ma que la mayora se destruyeron con los fenmenos El Nio (Estudio PSE, 2001).

    5 Conocimiento etnoecolgico: Conocimiento del grupo tnico acerca de las relacio-nes ambientales y sociales en determinado habitat (Fowler, 1977; citado en Mora-les, 2003: 70).

    6 Entendiendo el ambiente como un campo terico en el que se inscriben las pro-blemticas en la articulacin sociedad/naturaleza. El concepto en s de ambientealude a aquello que ya no es ni sociedad ni naturaleza sino su interrelacin. (Fer-nndez, 2000: 7).

    7 Las Comunas en la PSE son unidades sociopolticas de carcter estable, identifica-das por su asociacin a un territorio poltico-productivo de origen tnico sobre elque tienen derechos exclusivos, y a un tipo de asentamiento nucleado de naturale-za urbana (lvarez, et.al., 2002).

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    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 15

  • INTRODUCCIN

    Como primer volumen de la Serie Cultura comunal, agua y bio-diversidad en la costa del Ecuador, decidimos reunir el conjunto de des-cripciones socioculturales elaboradas durante el desarrollo del Proyec-to Albarradas. Esta eleccin se vincula con varios factores que nos pa-recen significativos.

    Por una parte, si bien la costa de Ecuador cuenta con importan-tes investigaciones sobre el desenvolvimiento de la poblacin prehisp-nica, especialmente debido al temprano desarrollo alcanzado por socie-dades como Valdivia, no sucede lo mismo con los estudios antropol-gicos contemporneos. Aunque es cierto que se cuenta con una porme-norizada informacin acerca del manejo y transformacin del me-dioambiente por parte de las sociedades precolombinas hasta la pocacolonial (Marcos, 1997), y sobre el impacto que esta promueve (Lavia-na Cuetos, 1987), no sucede lo mismo para el periodo moderno y con-temporneo. A diferencia de lo que ocurre en otras regiones del pas, losvnculos entre la sociedad y la naturaleza aqu no han recibido atencindesde la perspectiva de las relaciones intertnicas, ni se han considera-do los significados simblicos y lgicas culturales que guan estos pro-cesos. Es insuficiente lo que hasta ahora se ha investigado sobre el ma-nejo sociocultural de los recursos naturales en las comunidades indge-nas que todava conservan territorios comunales (lvarez, 1991; 2001).

    Ya que los conceptos de etnicidad, identidad tnica o territoria-lidad comunal se adscriben especialmente a grupos indgenas de la re-gin interandina o amaznica, las Comunas indgenas de la Pennsulade Santa Elena (Guayas y Manab) no forman todava parte del mapaetnogrfico ecuatoriano1. De la misma manera, la mayora de los fon-dos de desarrollo se invierten en esas otras regiones, orientados por la

  • idea de singularidad cultural (Bretn, 2003) y dejando de lado a unaparte muy importante de la poblacin costea organizada en Comunascon territorios de propiedad colectiva2.

    La mayor parte de las intervenciones sociales que se realizan enesta zona se hacen sin un conocimiento en profundidad sobre las carac-tersticas socioculturales de los beneficiarios de sus proyectos (Gonz-lez Andrican, 2003MS)3. Esta debilidad incide no solo en el diseo delas polticas pblicas, sino en el relativo xito de los programas de de-sarrollo que apenas destinan fondos, recursos y tiempo a las tareas deinvestigacin previa, y/o participativa, con los agentes involucrados.

    De aqu que consideremos necesario priorizar, desde un enfoquecomparativo, los estudios antropolgicos realizados en esta regin enComunas y comunidades no indgenas que comparten el uso, gestin yaprovechamiento de antiguos Sistemas de Albarradas de origen preco-lonial. Sobre todo si tenemos en cuenta el valor que aportan estas ex-periencias como indicadores de la capacidad de organizacin colectivadesplegada para conservar recursos naturales de propiedad comn. Lascostumbres y normas culturales que han orientado las acciones de pro-teccin de estos sistemas hidrulicos y sus componentes, han mostradosu eficacia histrica frente a la dbil presencia del Estado nacional.

    La Antropologa a lo largo de su historia como disciplina ha pro-bado que el contacto directo y sistemtico con la realidad social inves-tigada ofrece una riqueza y complejidad de datos difciles de obtenermediante otros mtodos indagatorios (Kottak, 1994).

    El trabajo de campo etnogrfico presenta una ventaja cualitativacon respecto a otras metodologas, en la medida en que la incorporacinde testimonios directos, la convivencia, y las relaciones personales favo-recen la construccin de un conocimiento denso de la realidad local,sustentado en una aprehensin ms cabal de la cotidianidad y sus con-flictos. Esto se debe a que la labor etnogrfica permite la combinacindiaria de tcnicas, as como el contraste in situ de los datos registrados.

    Es por esto que las observaciones prolongadas en las comunida-des con Sistemas de Albarradas permitieron recuperar un tipo de datosque consideramos estratgicos en la interpretacin terica de la proble-mtica. El producto de este proceso result en informacin que por sucalidad profundidad, extensin, validacin e integralidad no puedeser sustituida mediante la realizacin exclusiva de talleres participativoso mecanismos de levantamiento rpido de testimonios. En la regin se

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  • han generalizado los acostumbrados Diagnsticos Participativos,Programas de Desarrollo Local (PDL) o los controvertidos FODA(Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) de muy corto al-cance para entender las dinmicas y conflictos que orientan las accio-nes sociales, sobre todo si estas son colectivas, y as poder tomar deci-siones y proponer estrategias de intervencin.

    Por otro lado existen generalmente pocas oportunidades de pu-blicar las descripciones etnogrficas que sostienen las elaboracionestericas y las interpretaciones o reflexiones que la Antropologa realizasobre algn tema en particular. Nuestro propsito es ofrecer en esteprimer volumen una sistematizacin de los principales datos registra-dos en el trabajo de campo realizado entre los aos 2000-2003 en di-versas Comunas, Recintos y Parroquias de las Provincias de Guayas yManab. Cuando se public el trabajo final (Marcos, 2004) en el que sedaba cuenta de los principales resultados alcanzados por cada equipo,y las articulaciones de datos obtenidos, se incluyeron, en un CD-ROManexo, las descripciones etnogrficas de los lugares seleccionados en laMuestra investigada en profundidad.

    Sin embargo este tipo de soporte tcnico de difusin de datos re-sulta todava problemtico para que los miembros de las comunidadesy sus organizaciones accedan libremente a una informacin que lespertenece, y que puede resultarles til en el desenvolvimiento de susgestiones de desarrollo. Especialmente si tienen que negociar la tomade decisiones sobre sus recursos naturales con los organismos de inter-vencin.

    Nuestra intencin es tambin poner estos materiales al alcanceno solo de los especialistas en el tema, para los cuales resulta descono-cida la realidad tnica de la PSE, sino de profesores, estudiantes, profe-sionales que trabajan en la regin, y pblico interesado en el rico acer-vo cultural de los pueblos indgenas de la costa ecuatoriana. Argumen-tos todos estos que nos conducen a difundir las descripciones sociocul-turales que, junto con otro conjunto de documentaciones y materialestericos, permitieron elaborar una aproximacin antropolgica a laproblemtica de los Sistemas de Albarradas.

    Se trata de un material de construccin colectiva, cuya elabora-cin final y responsabilidad correspondi a los distintos autores de es-te volumen4. Sin embargo queremos reconocer la colaboracin y apor-tes de un grupo ms numerosos de colegas, asistentes, y miembros de

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 19

  • las comunidades investigadas a quienes agradecemos su invalorableapoyo y dedicacin5.

    El trabajo de campo etnogrfico de largo aliento incluy entreotras labores la participacin del equipo sociocultural en la elaboracindel Inventario de Albarradas, la organizacin y desarrollo de talleres in-ternos y externos6, el trabajo en archivos, la asistencia a eventos de con-tenido tnico, visitas y entrevistas con organizaciones gubernamentalesy no gubernamentales, y finalmente el seguimiento intensivo de los ca-sos seleccionados en la Muestra final7.

    Durante este proceso de relacin con y en las comunidades in-vestigadas, todo el equipo del Proyecto Albarradas se caracteriz poruna actitud de compromiso directo y explcito al servicio de las proble-mticas de la poblacin regional. Asumimos la posicin de que la in-vestigacin misma es una variable relacionada con la sociedad que seestudia y que suministra a su vez informacin decodificable y utilizablepor los distintos subsectores (Juliano, 1986:21) ya que nuestra solapresencia y lugar de poder transformaba la realidad que abordamos.Este posicionamiento nos exigi responsabilidades y actividades fueradel marco de la investigacin formal, pero al mismo tiempo nos recom-pens con ms altos niveles de confianza, credibilidad y reciprocidad.

    En estos aos una serie de conflictos polticos al interior de lasComunas y de su organizacin de segundo grado (Federacin de Co-munas del Guayas) nos condujeron a indagar el peso que tenan or-ganizaciones tnicas nacionales (CONAIE y PRODEPINE) en el pro-ceso de resignificacin tnica que se ha activado en la costa ecuatoria-na. Decidimos complementar las investigaciones explorando los es-pacios polticos de desenvolvimiento e interlocucin con estos agen-tes, y entre los mismos grupos internos en conflicto. Estos aconteci-mientos tuvieron incidencia sobre el trabajo de algunas entidades dedesarrollo que intervenan en la regin, sin embargo, a pesar del deli-cado tipo de informacin sobre el que trabajamos (tierras y agua) elnivel de confidencias no solo no disminuy sino que nos involucrmas intensivamente.

    El equipo sociocultural realiz entrevistas y actividades tantocon lderes, funcionarios, activistas, intelectuales, como con miem-bros de la comunidad cientfica regional. Por su parte los miembrosde las organizaciones involucradas nos dispensaron al elegir el sitio detrabajo de nuestro proyecto como un campo neutral al que se poda

    20 Silvia G. lvarez (Editora)

  • acudir en busca de opiniones, de apoyo, o simplemente para inter-cambiar informaciones. Visitas frecuentes a la universidad, invitacio-nes a eventos polticos, y acceso a mbitos restringidos caracterizaronnuestra relacin con dirigentes, lideres y componentes de las organi-zaciones. Esta situacin de presencia regular de poblacin no acad-mica en el campus universitario suele ser poco frecuente en nuestrasentidades educativas, y en este caso responda tambin al papel acti-vo que viene cumpliendo la ESPOL al involucrarse en programas dedesarrollo en la PSE.

    Decidimos y pudimos participar en diversos talleres, congresosy reuniones relacionados con la problemtica tnica en la regin8:

    II Congreso Montubio de Manab, Parroquia Pajn, 22 de juliode 2001.

    I Congreso de la CONAICE, Santo Domingo de los Coloradosdel 5 al 9 de septiembre de 2001.

    I Encuentro de reflexin de los Pueblos Manteo, Huancavilca yPunae, Aguas Blancas del 15 al 16 de septiembre de 2001, auspi-ciado por PRODEPINE

    II Encuentro de Sociabilizacin de los Pueblos Manteo, Huan-cavilca y Punae, Comuna Las Tunas, 2 de octubre de 2001, aus-piciado por PRODEPINE

    Congreso de las Nacionalidades y Pueblos Indgenas del Ecua-dor, Quito del 9 al 12 de octubre de 2001.

    Festival de la Balsa Mantea, Salango y Puerto Lpez (Manab)realizado el 12 de octubre de 2001 y 2003.

    Para unificar los registros de informacin, se elaboraron una se-rie de protocolos especficos que guiaron las observaciones partici-pantes y las entrevistas realizadas por los distintos miembros del equi-po. Durante el primer ao de Inventario se elabor un Cuestionariopara recopilar datos cuantitativos y cualitativos en las comunidadesvisitadas, as como un protocolo de trabajo en el archivo de la Direc-cin Nacional de Desarrollo Campesino en el Ministerio de Agricul-tura y Ganadera (MAG), ubicado en Quito, y dos fichas tcnicas pa-ra incluir datos bsicos de las principales organizaciones de interven-cin en la regin9.

    A partir del segundo ao se usaron Guas de Observacin parti-cipante con temas y subtemas vinculados a los objetivos centrales de la

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 21

  • investigacin, as como un Guin comn para la realizacin de Entre-vistas semi-estructuradas10.

    Los contenidos abordados estuvieron directamente vinculados alestudio del manejo de los Sistemas de Albarradas, especialmente depropiedad colectiva, y a los cambios producidos como respuesta al con-texto social, econmico y poltico en el que se insertan las comunida-des. A travs de una mirada holstica y comparativa se busc y recogiinformacin sobre el funcionamiento de las comunidades, sus relacio-nes con el medio ambiente y su articulacin y condicionamiento alcontexto global. De manera puntual se trataba de reunir informacinpara evaluar el grado de variaciones que se pudieran percibir en el pa-trn de mantenimiento y conservacin del Sistema durante los ltimos50 aos, a la vez que medir su incidencia en la preservacin de la bio-diversidad asociada al mismo11.

    Dado que existe en la regin un ambicioso programa de trasva-se de agua del Daule a la PSE fue importante considerar las diferentesoportunidades de acceso que tenan aquellas comunidades beneficia-rias, y las que quedaban fuera de su influencia. Una de las intencionesdel proyecto era valorar la capacidad del Sistema Albarradas de consti-tuirse en una alternativa para aquellas comunidades que no van a serdirectamente beneficiadas por las obras del Trasvase Daule-Peripa. Almismo tiempo se prest especial atencin a las incidencias e influenciasde los agentes externos a la realidad local y sobre la tenencia colectivade las tierras12.

    El enfoque transversal de genero, diversidad social y de lgicasculturales permiti distinguir representaciones y prcticas diferencia-das que influyen en la reproduccin de este sistema hidrulico. Fue po-sible as descifrar la complejidad contenida en el uso y manejo histri-co de estos sistemas por parte tanto de las Comunas nativas como deotras formas de organizaciones no indgenas que siguen dependiendode ellos para el aprovisionamiento de agua dulce.

    Excepcionalmente se realizaron genealogas e historias de vidaa ciertos informantes claves para la temtica, y se emple una encues-ta puntual para valorar cantidades y usos de agua de albarradas en laParroquia El Morro y en la Hacienda Ayaln con fines comparati-vos13. Todos los testimonios obtenidos gracias a estas tcnicas se re-gistraron a travs del diario de campo, fotografas, dibujos y grabacio-nes audiovisuales.

    22 Silvia G. lvarez (Editora)

  • El punto de partida para la elaboracin de la Muestra con la quefinalmente se trabaj fue la base de datos obtenida durante el ao 2000en que se realiz el Inventario de Albarradas en las provincias de Gua-yas y Sur de Manab. Tambin se sumaron fuentes histricas, estadsti-cas y documentacin bibliogrfica. La prospeccin sistemtica de bs-queda y ubicacin de Albarradas dio como resultado el registro positi-vo en 95 de los ms de cien lugares visitados.

    El anlisis de cada uno de los casos inventariados fue sometido aun trabajo de discusin en un taller interno que culmin con la elabo-racin de una muestra estratificada de sitios. La misma combin varia-bles ecolgicas, arqueolgicas y etnohistoricas a fin de otorgarle el gra-do de representatividad interdisciplinar que se buscaba. Del universoinventariado se construy una muestra para su estudio en profundidadcon una representacin del 20% de comunidades presentes en cadarea etnohistorica (Antiguas Comunidades Indgenas) combinada concada zona ambiental definida del Bosque Seco Tropical (lvarez, 1991;Valverde, 2003).

    La muestra inicial incluy un total de 24 comunidades de la pro-vincia del Guayas y 3 de la zona sur de Manab. Estas comunidades re-presentaban la diversidad de formas de organizacin poltica presentes,as como la variedad de comunidades asociadas a los sitios donde se in-ventariaron albarradas, y los distintos tipos de propiedad existentes so-bre la tierra y los recursos naturales.

    Sin embargo este cuadro inicial fue puesto a prueba mediante unsondeo de campo que re-examin los datos y lugares seleccionados.Como consecuencia de esto se reajust la muestra original, descartn-dose algunos sitios y restringiendo en otros casos el trabajo de campoantropolgico. Esto se produjo ya sea porque la saturacin de datos loindicaba, por dificultades logsticas o de acceso, o por comprobacinde la inactividad social del sistema14. As mismo se incluyeron algunossitios fuera de la Muestra, con el fin de observar ciertos procesos parti-culares que aportaban a los objetivos del proyecto.

    Finalmente el listado de comunidades consideradas, y aquellasen que se intensific el trabajo de campo antropolgico, y al que res-ponden las descripciones de este volumen, es el siguiente:

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 23

  • Listado de Comunidades y Sistemas de Albarradas en las que serealizaron observaciones directas o trabajos de campo

    entre los aos 2000-2003

    24 Silvia G. lvarez (Editora)

    # de Comunas o Cdigo Albarradas/TapesSitio Propietarios Interno para Indagacin Observaciones

    Arqueolgica

    1 Las Balsas C-015 La Cabuya, Tape Albarradas sin vinculacin socialLa Tapada actual. No se realiz trabajo de

    campo sociocultural.

    2 Ayangue C-010 Palo Amarillo Albarradas sin vinculacin social actual. No se realiz trabajo decampo sociocultural.

    3 San Marcos C-002 Zapotal (Javita,San Marcos)

    4 Manantial de C-004 La IneaGuangala

    5 Cerezal de Bellavista C-005 De los Chalacos(Bellavista)

    6 Febres Cordero C-006 La Cinega Complementada con BambilCollao

    7 Manantial de B-002 Enllamuco Fuera de la Muestra, incluida Chanduy por su importancia Arqueolgica.

    8 Pechiche B-004 La Sequita Fuera de la Muestra, incluida porsu importancia Arqueolgica.

    9 Gaguelzan B-007 Cangrejitos Fuera de la Muestra, incluida(S. Rafael) por su importancia Arqueolgica.

    10 Tugaduaja B-017 San Javiel

    11 El Morrillo B-019 Don Ramrez, Se asociaron los datos al Recinto Tape La 500 Baos de San

    Vicente por sus vnculos.

    12 Olmedo B-008 La Cieneguita y Se restringi el TC por conflictosde la Comuna internos del Cabildo.

    13 Cinega A-001 La Cinega

    14 Bajadas de Chanduy A-012 Palo Santo, Tape Albarrada comunal en el Barrio Don Lucas, La de Palo Santo, y albarradas privadasGuillermo Orrala de comuneros en el Recinto

    Los Pocitos.

    15 Sube y Baja A-016 La del Otro Lado(La Poza Dulce),Tape Las Caas

  • Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 25

    # de Comunas o Cdigo Albarradas/TapesSitio Propietarios Interno para Indagacin Observaciones

    Arqueolgica

    16 Bellavista del Cerro A-019 Represa de SantaAna

    17 San Jos de Amen A-004 La Sabaneta

    18 Los Pocitos (Recinto A-003b Cinega Chiquitade El Morro)

    19 Parroquia El Morro A-003 Los Tamarindos, Se recupero informacin sobre Tape de los Indios consumo y costos de agua.

    20 Chongn A-021 Chongn

    21 La Barranca A-017 Tapes La del otrolado y La delfinado Volado

    22 Baos de B-020 Tape El Algarrobo,San Vicente Tape privado

    La Yesera.

    23 Hacienda San Juan A-008 TAPE La Querencia, No se consigui acceder al sitioAlbarrada de los por ser propiedad privada.Hidalgo

    24 Hacienda Ayaln A-007 Privadas La de Caso de albarradas de propiedadAdentro, Cinega privada. Se recupero informacinGrande sobre consumo y costos de agua.

    25 Juntas del Pacfico A-018 Albarradas Privadas Caso de albarradas propiedadde comuneros

    26 Sancn (Manab) D-003

    27 Parroquia Julcuy D-006 Fuera de la Muestra, incluida(Manab) como Caso fuera del Trasvase

    de CEDEGE.

    28 Sacachn A-011 Fuera de la Muestra, incluidapara observar proceso deIntervencin del PRODEPINE.

    29 Parroquia. Pajn D-004 Albarradas Pblicas Fuera de la Muestra, incluidascon Programas de como Casos fuera del TrasvaseIntervencin Estatal de CEDEGE.

    30 Parroquia. Valle de C-014 Albarradas Pblicas Fuera de la Muestra, incluidasla Virgen con Programas de como Casos fuera del Trasvase

    Intervencin Estatal de CEDEGE.

  • El criterio metodolgico seguido en cada lugar fue realizar lasobservaciones de campo del Sistema de Albarradas como un conjuntoarticulado y complementario, teniendo en cuenta que se trata de un pa-trimonio colectivo y compartido histricamente entre varias comuni-dades. Se tomo en cuenta que en la prctica, segn lo observado, nin-guna albarrada funciona de forma autnoma. Adems, estos sistemashidrulicos se complementan habitualmente con otras fuentes (estata-les o privadas) de suministro o almacenamiento de agua que tambinse incluyeron en el anlisis.

    Dada la relevancia de representatividad que histricamentemantienen en la regin, las Comunas nativas se convirtieron en la uni-dad de observacin privilegiada. Se hizo evidente en el Inventario, quela existencia, reproduccin, y funcionamiento real de los Sistemas deAlbarradas transcurre dentro del marco sociocultural de la Comunas.De las 95 comunidades registradas con Albarradas, 60 son Comunas(63,2% del total).

    Con el objetivo de indagar las dimensiones sociales y culturales,ligadas a las albarradas asociadas a la poblacin de la PSE, se desarrolluna estrategia de estudio que contempl tanto la combinacin de ins-trumentos de trabajo (cuantitativos y cualitativos) como de actores so-ciales. Desde el inicio mismo del proyecto se incorporaron las opinio-nes y la participacin de los representantes polticos y miembros de lascomunidades. De aqu que se obtuvieran mltiples percepciones desdelos distintos agentes involucrados que pudieron luego ser comparadasy analizadas en contraste con otras fuentes de informacin secundaria,y con nuestras propias observaciones de campo.

    Se mantuvo permanentemente informada a la poblacin de lamecnica de trabajo, as como de los resultados provisionales y de losobjetivos finales de la investigacin. Esto qued reflejado no solo en lostalleres y grupos focales expresamente realizados, sino en una exposi-cin museogrfica itinerante, y en las entrevistas puntuales con lideres

    26 Silvia G. lvarez (Editora)

    Cantidad de Poblacin Cantidad de Tierra comunal Cantidad de Albarradas en

    Comunera declarada declarada (Has.)15 propiedad Comunal

    84.336 407.132 150

  • y dirigentes de la regin. Sin duda esto facilit la inmersin y el desen-volvimiento del trabajo de campo en tantos lugares distintos, a lo quecontribuy tambin la experiencia y larga vinculacin que parte delequipo mantiene con las Comunas de la PSE16.

    En las 30 comunidades investigadas se cont con el testimoniode 332 informantes:

    Como respaldo de esta investigacin se ha construido un archi-vo con 293 registros de entrevistas, ms de 100 planillas de observacio-nes de campo, un listado de informantes representativos de la diversi-dad socioeconmica y cultural, 4 mapas regionales y 12 croquis comu-nales, un archivo fotogrfico (con ms de 2000 imgenes), vdeos y unarecopilacin de documentos oficiales. Esta informacin a sido incluidaen el Sistema de Informacin Geo-referenciado de Albarradas (SIGA) ysustenta la elaboracin del Modelo Integral de Manejo y Conserva-cin de Albarradas que proponemos como gua a las intervencionesfuturas en el Sistema (Marcos, 2004).

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 27

    Informantes a los que se privilegio en las comunidades

    Informantes representativos de la diversidad interna que observamos, y quereconoce la misma poblacin: genero (hombres, mujeres), produccin (ganade-ros, agricultores, ladrilleros, hacheros, carboneros), edad (jvenes, adultos, vete-ranos), posicin social (ricos, pobres), poltica (linajes con poder local, lideres,dirigentes), residencia (residentes, emigrantes, adscripcin por nacimiento, ads-cripcin voluntaria), etc.

    Informantes que mantienen contacto con las Comunidades investigadas(ONGs, funcionarios gobierno, empresa privada, turismo, fundaciones, universi-dades, etc.)

    Hombres

    15 a 30 aos 31 a 60 aos 61 aos en adelante Sin Datos TOTAL20 103 77 7 207

    Mujeres

    15 a 30 aos 31 a 60 aos 61 aos en adelante Sin Datos TOTAL19 66 38 2 125

  • Uno de los resultados ha sido confirmar la diversidad sociocul-tural existente entre las comunidades de la muestra, lo que se ve refle-jado en la heterogeneidad de la informacin obtenida. En este sentidocada Comuna o recinto visitado puede considerarse como una unidaden s misma, con sus particularidades e historia local que deben ser to-madas en cuenta. Esto implica, en el caso de los programas de interven-cin, el desafo de responder a realidades distintas y cambiantes, as co-mo la necesidad de aplicar metodologas cualitativas y de largo alcan-ce, para encontrar la estrategia adecuada en cada caso.

    Finalmente quisiera decir que estas descripciones etnogrficasforman parte de una labor interdisciplinar de interaccin con otros co-legas y colaboradores, lo que sin duda enriqueci y ampli el enfoqueantropolgico. Manifiestan el trabajo de un equipo de profesionalesque combinaron tanto el entusiasmo de sus primeras prcticas de con-vivencia en campo, como el contraste con sus lugares habituales de in-vestigacin, con el prolongado habito de trabajo antropolgico queaportaron los ms experimentados.

    Silvia G. lvarezSant Cugat del Valls, 2005.

    Notas

    1 Ejemplo de esto se aprecia en las obras de Bentez y Garcs (1995) y Moya (1998)que invisibilizan, quizs por desconocimiento, el proceso indgena en esta regin dela costa. En el mapa de Burgos Guevara (1999) aunque se intenta incluirlas, se con-funde poblacin montuvia con poblacin chola comunera.

    2 Portaluppi (2004) destaca la disparidad en la distribucin de los fondos de ayudaal desarrollo considerando la variable regional, as como la escasa o nula presenciade Ongs en provincias de la costa, especialmente Los Ros y El Oro.

    3 A esto se aade el hecho de que solo existe una universidad privada que mantieneuna carrera presencial para formar antroplogos, en Quito, y gran parte de los in-vestigadores somos extranjeros.

    4 En cada una de las descripciones aparecen los nombres de los responsables del ma-nuscrito, aunque el trabajo de campo ha sido primordialmente colectivo.

    5 En forma extensa agradecemos a todos los participantes en la introduccin de lapublicacin final del Proyecto Albarradas (J.G. Marcos, 2004).

    6 Los talleres internos constituyeron mbitos de discusin interdisciplinar con el res-to de los miembros del Proyecto Albarradas. Adems se realizaron 5 talleres conparticipacin de representantes de comunidades locales e instituciones de desarro-llo que operan en la regin.

    28 Silvia G. lvarez (Editora)

  • 7 Un detalle pormenorizado de la metodologa y tcnicas de investigacin aparecereflejado en J.G. Marcos,2004 en el captulo 5:263-271

    8 El anlisis de este aspecto de la investigacin no ha concluido y en parte se reflejaen la elaboracin de la tesina de Maestra de Martn Bazurco (2003)

    9 Agradecemos la participacin en esta etapa de Yolanda Gutirrez y Kon Peteers,estudiantes de doctorado del Departamento de Antropologa de la UniversidadAutnoma de Barcelona, as como la de la Dra. Carmen Dueas de Anhalzer porsu valiosa contribucin en los archivos y su apoyo en la provincia de Manab.

    10 Como Anexo incluimos completo el formulario del inventario, y una sntesis delcontenido de las Guas de Observacin y de las Entrevistas utilizadas por todo elequipo sociocultural. Elaboracin S.G.lvarez.

    11 Como meta se planteo fortalecer y promover el Arboretum que actualmente exis-te en el Complejo Cultural Real Alto en la Comuna Pechiche, Parroquia Chanduy,Pcia. del Guayas.

    12 En otras regiones del pas se destaca el impacto del fraccionamiento de tierras comu-nales sobre el proceso de conservacin ambiental y desarrollo (Morales Feijoo, 2003).

    13 Estos datos aparecen reflejados en las correspondientes descripciones.14 Ver argumentaciones metodolgicas en Marcos, 2004 Cap.5.15 La informacin utilizada en la confeccin de esta tabla fue obtenida a travs del in-

    ventario del Proyecto Albarradas (2000-2001), y ha sido incorporada al SIGA, ha-ce referencia al dato que declaran las autoridades comunales entrevistadas. En laactualidad, debido a los conflictos territoriales no existe un registro confiable de lacantidad de tierra bajo propiedad o control comunal.

    16 Especialmente el Director general (Dr. Jorge G. Marcos) como varios de los Coor-dinadores de los Componentes del Proyecto llevamos varias dcadas de relacin ytrabajo de investigacin en la regin. Esto sin duda favoreci la negociacin de ro-les a los profesionales extranjeros as como activ los mecanismos de confianza yfamiliaridad establecidos con poblacin de la zona.

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    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 31

  • REA DE ESTUDIO

  • Caracterizacin de lasComunidades Relevadas en Guayas

    La cordillera Chongn-Colonche formada por un cinturn decerros que se extienden desde la localidad de Puerto Lpez (Manab)hasta la ciudad de Duran (Guayas) delimita el espacio en el que seubican la mayora de los Sistemas de Albarradas que abastecen deagua a sus habitantes, y sostienen la debilitada presencia del bosqueseco tropical que caracteriz la regin. Aunque han sido localizadasalbarradas fuera de este marco, ocupando zonas de influencia de laCuenca del Guayas, su numero es mucho menor y su necesidad msrelativa ya que la poblacin accede a recursos hdricos mas regulares.De hecho la altura de esta cordillera condiciona la captacin de garasy ofrece a las tierras bajo su influencia, especialmente en la zona nor-te, mayor humedad para desarrollar labores agrcolas. Hacia el sur ladistancia de la cordillera al mar se dilata y se abren espacios de saba-nas que requirieron del apoyo de sistemas hidrulicos como las alba-rradas para ser eficientemente aprovechados y ocupados por pobla-cin permanente.

    De las 252 albarradas inventariadas en el sur de la provincia deManab y Guayas, la mayora (93) se ubican precisamente en las tierrasbajas del interior que coinciden con la Cuenca del Progreso, y son lasms dbiles desde el punto de vista hidrogrfico.

    Concretamente en la provincia del Guayas el inventario por Pa-rroquias muestra el siguiente resultado1:

  • Cuadro N1Nmero de Albarradas inventariadas y estado de mantenimiento

    Fuente: Base de datos Proyecto Albarradas, relevamientos 2000/2001.

    Aunque la parroquializacin es generalizada en la provincia hayque destacar que la organizacin Comunal es la principal forma polti-ca de gestin del territorio. De hecho, aunque no est suficientementeresaltado en la literatura indigenista, la mayor parte de la poblacin na-tiva ha mantenido un sorprendente proceso organizativo mediante elcual resisti la etapa colonial y republicana hasta su actual legalizacincomunal. Esto signific entre otras cosas mantener la gobernabilidadsobre un amplio territorio tnico que es donde se ubican la gran mayo-ra de las albarradas registradas.

    De los 95 sitios censados, 60 (63,2%) son Comunas, y de estas 55se localizan en la provincia del Guayas. Esas 60 Comunas mantienen latenencia de 150 albarradas inventariadas ( 59,5%).

    Adems de Albarradas se reportaron en esta provincia un grannmero de estructuras hidrulicas modernas, denominadas tapes o pe-queos embalses que detienen la corriente de algn nivel de los ros conel objetivo de aprovechar el agua del invierno. A diferencia de lo que su-cede con las albarradas, que en su mayora se muestran operativas ymantenidas, los tapes suelen estar destruidos por las fuertes corrientesque provocan inviernos intensos o el fenmeno El Nio que ocurre conintervalos previstos de unos siete aos. De los 84 (100%) tapes inven-

    36 Silvia G. lvarez (Editora)

    Nombre de Parroquia # de Albarradas Estado de Albarradas

    1 Anconcito - -2 Atahualpa 2 2 Mantenidas3 Chanduy 65 49 Mantenidas y 16 Destruidas4 Chongn 4 3 Mantenidas y 1 Destruida5 Colonche 25 17 Mantenidas y 8 Destruidas6 Data de Villamil 7 5 Mantenidas y 2 Destruidas7 El Morro 23 21 Mantenidas y 2 Destruidas8 Julio Moreno 20 17 Mantenidas y 3 Destruidas9 Manglaralto 5 3 Mantenidas y 2 Destruidas10 Muey 6 4 Mantenidas y 2 Destruidas11 Playas 4 4 Mantenidas12 Posorja 11 9 Mantenidas y 2 Destruidas13 Progreso 6 6 Mantenidas14 Santa Elena 27 17 Mantenidas y 10 Destruidas

  • tariados en la provincia del Guayas, 50 (62,5%) se hallaban destruidospor estas circunstancias.

    La poblacin que reside todo el ao en las Comunas investiga-das se incrementa en ciertos perodos del ao cuando muchos de losmigrantes regresan a trabajar sus tierras o pasar la temporada del in-vierno. Entre los problemas identificados por los dirigentes entrevista-dos se encuentra precisamente la migracin de las familias del campoa la ciudad. Esto en algunos casos extremos (por ejemplo la ComunaCinega) expone peligrosamente el funcionamiento de la organizacincomunal. El total de poblacin estimada que actualmente vive de for-ma permanente en cada Comuna es el siguiente:

    Cuadro 2Comunidades de la provincia de Guayas: estimacin de pobladores

    (totales y permanentes)

    Fuente: Base de datos Proyecto Albarradas, relevamientos 2000/2001.

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 37

    Comuna Poblacin total Pobladores permanentes

    Las Balsas Sin dato Sin datoAyangue 850 800San Marcos 5000 2000Manantial de Guangala 1500 1300Cerezal Bellavista 2000 500Febres Cordero 2200 2000Manantial de Chanduy 1600 1100Pechiche 3000 3000San Rafael (Gaguelsn) 4400 4200Tugaduaja 1030 600El Morrillo 600 600Olmedo 550 120Cinega 300 70Bajadas de Chanduy Sin dato Sin datoSube y Baja 300 300Bellavista del Cerro 150 120San Jos de Amn 5000 4000Los Pocitos (Recinto de El Morro) 400 400Parroquia El Morro 1250 850Chongn 9000 9000Julio Moreno La Barranca 900 800Baos de San Vicente 250 230San Antonio 200 200Juntas del Pacfico 400 300Sacachn 250 50

  • En cuanto a la tenencia de tierras hemos diferenciado siempreentre las tierras histricas que se declaran como de propiedad comunaly las tierras que se han mantenido en poder directo de las Asambleascomunales y sus Cabildos. Como se observa en los cuadros existe unadiferencia que tiene relacin con la prdida voluntaria o no de un grannmero de hectreas, especialmente producido despus de la segundaGuerra Mundial y que coincide con dos factores importantes: la pro-longada sequa en la regin (1940-60) y las nuevas polticas de trasva-se de agua que se planifican en la dcada de los 70 (Daule-Peripa). Esimportante hacer notar que ante la pregunta cunta tierra tiene la Co-muna? siempre se declara la superficie originalmente reconocida cuan-do se constituyeron bajo esa moderna forma de organizacin. Ya que eldominio territorial de las Comunas se considera constitucionalmente,aunque se intente soslayarlo o negarlo, inalienable, inembargable e in-divisible, y las ventas realizadas a partir de agosto de 1998 se conside-ran nulas, estas declaraciones cobran un sentido poltico muy impor-tante. La verbalizacin de esta diferencia implica la posibilidad de con-tinuar reclamando su dominio, y no reconocer aquellas prdidas pro-ducidas por presiones de extraos, a la fuerza, bajo coacciones, o cual-quier forma de engao.

    Cuadro 3Comunas de la provincia de Guayas: extensin actual de las

    tierras comunales declaradas

    Fuente: Base de datos Proyecto Albarradas, relevamientos 2000/2001.

    38 Silvia G. lvarez (Editora)

    Comuna Hectreasactuales

    Las Balsas 30.000Ayangue 8.700San Marcos 7.449Manantial de Guangala 1.665Cerezal Bellavista 9.915Febres Cordero 9.060Manantial de Chanduy 1.000Pechiche 2.000San Rafael (Gaguelzn) 2.000Tugaduaja 5.500El Morrillo 4.600El Morrillo 4.600

    Comuna Hectreasactuales

    Olmedo 5.355Cinega 7.500Bajadas de Chanduy 21.349 Sube y Baja 16.000Bellavista del Cerro 6.456San Jos de Amn 5.000Chongn 11.000Julio Moreno La Barranca Sin datoJuntas del Pacfico 9.250Sacachn 12.000

  • Las principales causas para la prdida de las tierras comunales sedeben a ventas bajo presin, invasiones de terceros, enajenaciones delEstado, o negociaciones con empresarios.

    Cuadro 4Comunas de la provincia de Guayas: Prdida de tierras declaradas

    (tierras histricas menos tierras actuales), por causa de prdida

    Fuente: Base de datos Proyecto Albarradas, relevamientos 2000/2001.

    Aunque como hemos observado cada caso investigado presentamodalidades particulares de uso, manejo y mantenimiento de las alba-rradas, los datos generales indican que salvo unas pocas excepciones(Ayangue, Las Balsas y Pechiche) el resto de las Comunas y comunida-des (Recintos, Parroquias) realizan algn tipo de trabajo de manteni-miento de sus principales albarradas.

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 39

    Comuna Hectreas Declaraperdidas prdidas Causas de prdida

    Las Balsas 2020 S InvasionesAyangue 20 S Ventas, invasionesSan Marcos 0 S InvasionesManantial de Guangala 0 NoCerezal Bellavista 0 S Ventas, invasionesParroquia Febres Cordero 0 NoManantial de Chanduy 1.350 S VentasPechiche 1.000 S Ventas, invasionesSan Rafael (Gaguelzn) 2.000 S Ventas, invasionesTugaduaja 3.500 S Invasiones, negociacin con

    camaronerasEl Morrillo 0 S InvasionesOlmedo 0 S Cedidas a la Base de la FAECinega 0 NoBajadas de Chanduy 1340 S Desmembramientos para fundar

    Limoncito, Ventas, invasiones,reparto a comuneros

    Sube y Baja 2.000 S VentasBellavista del Cerro 0 S InvasionesSan Jos de Amn 10.006 S Ventas, invasionesChongn 25.000 S Invasiones, expropiacionesJulio Moreno La Barranca Sin dato S Ventas, invasionesJuntas del Pacfico 485 S Ventas, invasionesSacachn 220 S Ventas

  • Cuadro 5Comunas de la provincia de Guayas que realizan tareas

    peridicas de mantenimiento en sus albarradas

    Fuente: Base de datos Proyecto Albarradas, relevamientos 2000/2001.

    Si tomamos en cuenta el estado actual de las albarradas conser-vadas, y la ultima fecha en que la comunidad o el propietario particu-lar le dio mantenimiento observamos que, salvo las que no funcionan,la gran mayora recibe de forma espordica o anualmente algn tipo detrabajo que la actualiza y sostiene.

    40 Silvia G. lvarez (Editora)

    Comuna Albarrada Periodicidad

    Bajadas de Chanduy Palo Santo Cada ao, antes del inviernoBajadas de Chanduy Cinega Grande Cada ao, antes del inviernoBaos de San Vicente La del Diablo Cada ao, antes del inviernoBellavista del Cerro Bellavista Cada ao, antes del inviernoBellavista del Cerro San Bartolo Cada ao, antes del inviernoBellavista del Cerro Represa Santa Ana Cada ao, antes del inviernoCerezal Bellavista Tostada Cada ao, antes del inviernoCerezal Bellavista De los chalacos Cada ao, antes del inviernoCinega La cinega Cada ao, antes del inviernoEl Morro F. Chaln Lindao Cada ao, antes del inviernoEngunga La Martina Cada ao, antes del inviernoJulio Moreno La de abajo Cada ao, antes del inviernoJulio Moreno La de arriba Cada ao, antes del inviernoJuntas del Pacfico La Hamaca Cada ao, antes del inviernoOlmedo Cinega de la Comuna Olmedo Cada ao, antes del inviernoOlmedo Cinega de Arriba (Cementerio) Cada ao, antes del inviernoOlmedo Cieneguita de la Loma

    (La Grande) Cada ao, antes del inviernoPocitos del Morro Tefilo Bohrquez Cada ao, antes del inviernoSacachun Santa Clara Cada ao, antes del inviernoSacachun San Juanito Cada ao, antes del inviernoSan Antonio Cinega Grande Cada ao, al final de inviernoSancn Aguardiente Cada ao, al final de inviernoSan Marcos Zapotal Cada ao hasta el 83 que se

    daSan Marcos San Marcos Cada ao hasta el 97 que se

    daSan Vicente El Encanto Cuando hay disponibilidad de

    maquinariasSan Rafael Don Ramos Cada ao, durante el inviernoSube y Baja La del otro lado Cada ao, antes del invierno

  • Cuadro 6Mantenimiento de las albarradas de las comunas de la muestra

    de la provincia de Guayas, segn fecha

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 41

    Comuna Albarrada Estado Actual Fecha ultimamantenimiento

    Bajadas de Chanduy Palo Santo Funcional AnualCerecita Sr. Valencia Funcional EspordicoCinaga Grande Funcional AnualCristal Funcional EspordicoS.N. (de la Sra. Anita Villn) Funcional EspordicoChirigua I (Cirilo Torres) Funcional EspordicoChirigua II (Andrs Mite) Funcional Espordico

    Sube y Baja Albarrada Grande Destruida Sin mantenimientoPoza Dulce Destruida En 1994, Destruida 97La del otro lado Funcional Anual

    San Jos de Amn S.N. Funcional Sin mantenimientoSabaneta Funcional En 1996La Standard Oil (Ferrocarril) Funcional Sin mantenimientoCinega Pepino Funcional Sin mantenimiento

    Julio Moreno La de abajo Funcional AnualLa de arriba Funcional AnualDe afuera (Barrio Miraflores) Funcional Sin mantenimiento

    Sacachn Santa Clara Funcional AnualLas Parejas o la Chiricuta Parcialmente Rota Sin mantenimientoSan Juanito Funcional Anual

    Cerezal Bellavista Bellavista o Tostada Funcional Anual De los Chalacos Funcional Anual

    Juntas del Pacfico Luis de la Cruz Borbor Funcional EspordicoSr. Juan F. Murillo Morn Funcional EspordicoJohny y Fliz Orrala Funcional EspordicoArmando Tomala Funcional EspordicoLa Cuchara Funcional Sin mantenimientoHamaca (Braulio Rivera) Funcional AnualSaibo Mocho Funcional En 1988Cementerio Funcional En 1988

    Febres Cordero La cinaga Parcialmente Rota En 1996

    Tugaduaja Ua de gato Funcional EspordicoSan Javier Funcional EspordicoCinega El Pedregal Destruida Sin mantenimiento

    Cinega La cinega Funcional AnualLa cieneguita Funcional EspordicoLos Avelino - Potrero Destruida Sin mantenimiento

  • 42 Silvia G. lvarez (Editora)

    Comuna Albarrada Estado Actual Fecha ultimamantenimiento

    San Marcos Zapotal Rota Anual hasta Nio del 83que se rompi

    San Marcos Rota Anual hasta Nio del 97que se rompi

    Javita Parcialmente Rota Espordico

    Bellavista del Cerro Bellavista Funcional AnualSan Bartolo Funcional AnualRepresa Santa Ana Funcional Anual

    Olmedo Cinaga de la comuna Funcional Anualde OlmedoCinaga de Arriba Funcional Anual(Cementerio)Cieneguita de La Loma Funcional Anual(Grande)Cabeza de vaca Funcional Sin mantenimientoCinega de en medio Funcional Sin mantenimientoCinega de Barbasco Funcional Sin mantenimientoCinega de la Cabuya Funcional Sin mantenimiento

    Baos de San La del Diablo Funcional AnualVicente

    Manantial de La de Manantial de Rota EspordicoGuangala Guangala

    Inea Funcional Espordico

    Chongn Albarrada de Chongn Funcional En 1976

    Hacienda Ayaln S. N. (La Patera) Funcional EspordicoCascolar Destruida EspordicoLa Cometa Funcional EspordicoCinega Grande Funcional EspordicoCinega Burla Funcional EspordicoLa del Barbasco Funcional EspordicoLa de Adentro Funcional EspordicoLa de Afuera Funcional Espordico

    Pocitos del Morro Familia Bohrquez Funcional Sin mantenimientoBohrquezCinega Chiquita Funcional Sin mantenimientoDos Cinegas Funcional Sin mantenimientoCinega Grande Funcional EspordicoTefilo Bohrquez de la A Funcional Anual

  • Fuente: Base de datos Proyecto Albarradas, relevamientos 2000/2001.

    Notas

    1 Fueron descartadas del inventario aquellas albarradas que aunque reportadas, nofueron visitadas por el equipo, por lo que su nmero real debe considerarse supe-rior al censado.

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 43

    Comuna Albarrada Estado Actual Fecha ultimamantenimiento

    El Morro La Campana Funcional EspordicoFamilia Chaln Lindao Funcional AnualCinega Lagartera Funcional En 1975Familia Vega Funcional EspordicoLas Mellizas Funcional Sin mantenimientoLos Tamarindos Funcional EspordicoLa de Gregorio Funcional EspordicoEL Bototillo Funcional EspordicoLa Loma 2 Funcional EspordicoSan Francisco de Afuera Funcional En 2000La Caarte Funcional EspordicoCamino a Pacheco o Gallinita Funcional En 2000Toala Funcional Espordico

  • Comuna Bajadas de Chanduy

    Silvia G. Alvarez, Martn Bazurco,Pa Escobar, Claudia Gonzalez Andrican

    La actual Comuna Bajadas de Chanduy (Parroquia Chanduy,Cantn Santa Elena) se integra por una serie de asentamientos distri-buidos al interior de su territorio. El centro principal es el pueblo deBajadas de Chanduy con ms de 150 viviendas ubicadas a lo largo delro Bajadas de Chanduy y a unos 5km del Recinto Cerecita ubicado enla carretera Guayaquil-Salinas.

    La Comuna tiene su origen en la instalacin de algunas familiasindgenas que hacia finales de la Colonia se trasladan all desde la Re-duccin de Chanduy, y desde el sitio El Morro que en sa poca perte-neca a los indgenas de Chanduy. Se movan buscando agua y pastospara su ganado. Ya instaurado el gobierno de la Repblica, la AntiguaComunidad de Indgenas de Chanduy adquiere en 1835 el ttulo de

  • Bajadas, y en 1853 agrega el de Aguas Verdes. Con estos dos ttulos depropiedad de tierras la Comunidad extiende sus derechos desde las zo-nas ms secas del mar hasta las zonas ms hmedas de la cordilleraChongn-Colonche. Un territorio de ms de 25.000 has que incluye nosolo recursos naturales sino pozos de agua y albarradas. Inicialmente lapoblacin se instala alrededor de pozos de agua en el sitio Aguas Ver-des, y posteriormente funda lo que ser la cabecera comunal que hoy sedenomina Bajadas de Chanduy Son descendientes de las las familiasms emblemticas de la comunidad de Chanduy, los Orrala, los Quin-de y los Villn los que aseguran habitar estos recintos desde hace msde 90 aos (Alvarez, 1999).

    Estas poblaciones todava forman parte de la Parroquia de Chan-duy en el Cantn Santa Elena, y se identifican con esa adscripcin po-ltica histrica que se proyecta ms atrs de la fundacin de la Repbli-ca. Una etapa en la que los indgenas, los antiguos, ya ocupaban y apro-vechaban estas tierras.

    S porque ellos pertenecan a Chanduy, es que todo eso es Chanduy(...) los pozos ah (en el sitio Los Cantaros) eran hechos de cuando es-tuvo el ro ah, como alcantarilla bien onda como pozos, s, eran de losantiguos, (...) eran de piedra (...) claro los indios, por aqu mismo haytierras donde estn metido los indios de antes, cuando vino CristbalColon aqu la gente trajeron curas a bautizar a los indios y como eranbravos, le hacan enterrar con toda la familia (...) claro, nosotros somosindgenas por parte de la familia, as es (...) s de bravos por no bauti-zarse se enterraban. S pero ya no se entierra as (Se re). (FV (80) y AOA-012L-E-03-01).

    A los ms ricos ganaderos, los hermanos Quinde, se les atribuyela fundacin de la Comuna Bajadas de Chanduy, una vez que se insta-laron en los pozos de Aguas Verdes. Desde all fueron colonizando lossitios que tenan manantiales y cinegas, y ocuparon los cerros de la Pi-chicona y lo que ahora se denomina Los Vergeles.

    Claro ellos fueron los que fundaron la comuna, ellos cogieron cual-quier cantidad de tierra y como tenan ganado. Ms que todos esosQuinde eran pesados eran ricos y ah quedo una hermana de mi mamaque tambin tuvo cualquier cantidad de ganado, toda la gente casi depor aqu tenan bastante ganado, eso de all es los Vergeles de all paraalltodo esto aqu, este ro es el ro de la Pichicona que baja, lo de alles el manantial de la Pichicona (AO, A-012L-E-03-01).

    46 Silvia G. lvarez (Editora)

  • Todas estas zonas que terminaron en manos privadas, cuando sedivulg informacin privilegiada entre unos pocos grupos de poder deQuito y Guayaquil, que compraron las tierras, avisados de que se ben-eficiaran con las obras del trasvase de CEDEGE.

    La Comuna Bajadas de Chanduy se extenda hasta lo que hoy esLimoncito y llegaba al cerro denominado Las Masas. Un cerro que ser-va de limite y comunicacin para distintas Comunas de la zona, y quea la vez constitua la frontera con las poblaciones no comuneras deGuayas y Manab que fueron avanzando sobre los terrenos hasta com-prarlos o arrebatarlos.

    De La Masa esta para all... Julio Moreno, la Junta y Pedro Carbo,de ah para all es Manab, Pedro Carbo para all, ah se paran todas lasComunas, la Comuna Pedro Chongn, la comuna Chanduy, la comu-na del Cerro Bella Vista, y la de la Junta, ah mueren todas las comunas,y de all para all ya es Pedro Carbo. Por aqu la gente dice que son due-os, pero no tienen escritura (AO, A-012L-E-03-01).

    Hasta la gran sequa de los aos 60 todo este espacio se maneja-ba de manera articulada y complementaria con las zonas de sabanas ymar. Un marcado circuito de relaciones de parentesco enlazaba los dis-tintos espacios agroecolgicos y de aprovisionamiento de recursos. Laslneas de comunicacin mantenan una orientacin horizontal quepermita que un numeroso grupo de comunidades aprovechara de losrecursos limitados a ciertos ambientes. Diferentes zonas con sus pro-ductos especficos eran aprovechadas en las dos temporadas (la de llu-vias y la seca) y sus productos distribuidos mediante la organizacinde eventos festivos-religiosos que convocaban a los distintos puntos dereunin. Todo esto giraba alrededor de las relaciones de parentesco quese actualizaban en cada encuentro. Todava sigue siendo muy intensaesta vinculacin reivindicada por las personas de mayor edad que re-cuerdan estos importantes mecanismos de supervivencia familiar.

    Si seorita, yo viva en Don Lucas con todos mis padres, mis tos, vi-vamos una sola, era grande esa casa. Yo voy todas las veces (desde Po-citos a Manantial de Chanduy)... el da mircoles la comadre Ricardi-na falleci all, ya tiene 8 das, ah que pesar! Con Adela (sobrina de Ri-cardina y orfebre de Manantial) es mi prima hermana, aqu no nos tra-tamos de prima sino de aa, as eran los antiguos, nos tratbamos dehermana, no haba prima nada de eso, eso le converso a mis hijas aho-

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 47

  • ra de tantos modernos de los primos que yo le hago ver, que es su pri-mo no, es su hermano, as era por aqu..(...) y como uno ya se casa, seva separando haciendo sus hogares donde le lleva los maridos (A-012-E-07 G.B.M, comunera).

    Mi comadre Vicenta Reyes llamaba, ella era de por afuera de Gaguel-san ... Ah vinieron con todas sus vacas que era mal ao, toda esa gen-te vino. S, hasta de Pechiche venan. S, los Bernab eran de aqu y sefueron a Pechiche cuando ya hubo aguacero all. Aqu si, siempre ha-ba agua (JTP, 93 aos comunera,A-012-E-03-2).

    En el caso de la Antigua Comunidad de Chanduy que se mantu-vo integrada hasta la Ley de Comunas de 1937 son tres los ambientesque inclua y poda aprovechar: la zona martima y de estuarios, las sa-banas, y el bosque tropical seco de la cordillera. Las familias de las co-munidades cercanas a Chanduy solan trasladarse varias veces al aohacia las zonas de la cordillera. A veces se trataba de la trashumanciacon su ganado hacia las zonas ms hmedas de la cordillera o las pam-pas de Bajadas y Zapotal. Tambin iban a Bajadas porque mantenanpozos de agua para su ganado, y dejaban sembrados rboles frutales, es-pecialmente obos, para su cosecha en septiembre. Los diferentes pro-ductos de estas tres amplias zonas circulaban al interior de la Gran Co-munidad: pescados, tortugas, caracolillo para teir de prpura, y pro-ductos de la ganadera se intercambiaban desde el mar y las pampas,por maz, panela, caa dulce, obos o ciruelas, algodn chiado, cera ne-gra de abeja de tierra, venados y otros animales de la montaa y de lazona con garas. Las familias de Bajadas a su vez ampliaban el circuitohacia la zona de Daule y hasta Pajn, en Manab, donde viajaban a se-car pltano para el invierno. Desde Manab tambin llegaban comer-ciantes que adquiran ganado mular que se usaba para el transporte delas cosechas de caf al mercado (Alvarez, 1999:306-307).

    Este territorio anexado a Chanduy, gracias a que participa de unmicroclima ms complejo por su cercana a la cordillera Chongn-Co-lonche, permita una serie de combinaciones agroecolgicas que soste-nan tanto un patrn de subsistencia, con productos bsicos para la ali-mentacin de su poblacin, como productos para el comercio. Su terri-torio ms seco forma parte actualmente de la zona productora de oboso ciruelas que con las Comunas de La Barranca (Julio Moreno) y Jun-tas proveen a partir de septiembre de esa fruta al mercado de Guaya-

    48 Silvia G. lvarez (Editora)

  • quil. Los terrenos de las chacras en cambio se benefician de las garasdel invierno y se siembran tanto cultivos de ciclo corto como estacio-nal (maz, yuca, frjoles, melones, sandias, papayas, limones). En las zo-nas ms altas se producen pltanos, mangos y tamarindos. Todo esto secombina con la caza de venados, zainos, perdices, guanta, guatusas; lapesca en esteros y cinegas; y con la recoleccin de lana de ceibo, cerade abeja y algodn criollo (chiado).

    Bajadas de Chanduy llega integrada a la Gran Comunidad hastaprincipios del S.XXI cuando por razones estratgicas, para asegurar latenencia de las tierras, se crean las nuevas organizaciones que tendrna su cargo la defensa territorial. En Chanduy se funda en 1912 la So-ciedad Obrera Democrtica y en Bajadas, para la misma poca, la So-ciedad Hijos del Trabajo. Esta ltima toma su nombre de una organi-zacin gremial que ya exista en Guayaquil, y se considera el punto departida de la actual Comuna que comienza a organizarse hacia 1934.Desde entonces la organizacin mayor de referencia pas a ser la Fede-racin de Comunas del Guayas que se fund en 1965 y que ha interve-nido en los distintos conflictos de tierras que se han sucedido.

    La poblacin original se fue extendiendo en la medida en que seiban abriendo zonas del bosque tropical para instalar chacras y gana-do. Este fue el origen de los varios recintos que integraban la Comunahasta finales de la dcada de los 80, cuando todava tena una extensinterritorial de 21.349 Has. Actualmente los dirigentes del Cabildo nopueden decir con certeza cuanto territorio comunal an est en pose-sin de los comuneros y continan manejando la cifra original.

    El Cabildo y la Asamblea mantienen bajo su gobierno polticolos barrios de Palo Santo, Santa Rosa, La Chirigua, y los Recintos deDon Lucas, Pocitos, Aguas Verdes, Cerecita y El Cristal (Km45). Segnla informacin proporcionada por los propios dirigentes de la Comu-na, se encuentran afiliados a la misma un total de 450 comuneros, delos cuales unas 245 son comuneras. Cada uno de los Recintos tienenuna especie de cabildo interno con el que discuten los problemas antesde asistir a la asamblea que se realiza una vez al mes en la casa comu-nal que existe en Bajadas de Chanduy.

    El que fuera antiguamente uno de sus recintos ganaderos, Li-moncito, se convirti en Comuna independiente luego de un largo plei-to en el que reclamaron 1340 Has de tierra. Cuando la Ley de Comunasse aprob no tenan cantidad suficiente de gente para independizarse, y

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 49

  • el pleito se prolong hasta nuestros das. Sin embargo en la actualidadtoda la tierra est parcelada y en manos de propietarios ajenos a la Co-muna original. Algunos vinieron de Manab y la mayora de Guayaquil.En el ao 1981 aproximadamente el INERHI construy el actual tapeque mantienen y conservan colectivamente y del cual dependen muchasde las 44 familias para el consumo de agua durante parte del ao.

    Precisamente por su posicin cercana a Guayaquil, la propuestapara que pasara por all una futura autopista hasta Salinas, el actual ca-mino interior que sale al Km30 de la carretera estable, y la obra del ca-nal de CEDEGE que atraviesa ese territorio, todas estas tierras se con-virtieron desde la dcada de los 70 en un valioso recurso a conseguir.No solo ingresaron compradores, invasores y cazadores furtivos, sinotambin despostadores clandestinos del poco ganado que se recuperaen las aguadas y cinegas comunales.

    Los informantes de Bajadas de Chanduy y de Limoncito mani-fiestan que tienen muchos problemas con las invasiones, y las ventas detierras, causas principales por las que han perdido gran parte del terri-torio. Al formarse la Comuna se fueron distribuyendo grandes exten-siones de tierra a los comuneros como un mecanismo para protegerlasde las invasiones. Sin embargo muchos de estos poseedores terminaronvendindolas a compradores fundamentalmente provenientes de Gua-yaquil. Estos nuevos dueos incrementaron la demanda atrados por lacercana del trasvase de agua desde la dcada de los 80. Actualmente, yasea por ventas o falta de crditos, las tierras beneficiadas con el canal es-tn en manos de propietarios privados externos a la Comuna. Y esta hasido una de las causas por las que muchas familias vendieron sus lotesy migraron a las ciudades.

    Para subsistir algunos comuneros tienen que vender su fuerza detrabajo a hacendados de la regin, o porque no tienen tierras o porquela que tienen est muy lejos y no hay como sembrarla y atenderla bien.Culpan de esto a presidentes negligentes que permitieron la venta detierras y a invasiones de gente poderosa que no pueden controlar. Hayquejas de que la gente que se ha ido a Guayaquil ha vendido sus tierras.La que queda como comunal muchas veces est demasiado lejos comopara acceder a esta y sembrar, slo van a estos lugares de cacera, algu-nos hombres. En las chacras las labores agrcolas las realizan tantohombres como mujeres, y muchas veces los nios van a cosechar o asembrar con ellos.

    50 Silvia G. lvarez (Editora)

  • Los que siembran su chacra tienen cultivos de ciclo corto, siem-bran en invierno, muchas veces bajo la lluvia. La mayora tienen sem-brado maz, que venden en Cerecita, tambin es tradicional la siembrade rboles de ciruela, tomate, y pltano o verde.

    Durante la gran sequa que hubo en la dcada de 1960 muchagente se dedic a la tala de rboles para hacer carbn pues perdieronlos cultivos y el ganado. Cuando se agotaron los rboles, comenz lamigracin a Guayaquil, la mayora de la gente se fue a trabajar en laconstruccin. Para 1990 fueron encuestadas 80 personas en el pueblode Bajadas y declararon en 45 (55%) casos que alguien de esa casa ha-ba migrado. Un 95% de los que migraron eran jvenes en edad pro-ductiva y se fueron principalmente a Guayaquil, Daule, a otras Comu-nas donde conseguan trabajo por relaciones de parentesco, o a zonasdonde se mantena la agricultura. Adems de las prolongadas sequasinflua la falta de servicios sociales, la falta de crditos y asesoramientotcnico para la produccin (Alvarez, 1999:353).

    Actualmente continan habiendo personas que trabajan enGuayaquil, las mujeres como sirvientas en casas de millonarios, loshombres en la albailera y otros oficios. Generalmente se turnan en-tre este tipo de labores y la siembra de la chacra o la cra de animalesdomsticos y algn ganado durante el invierno. Por esta misma raznde alternancia en los trabajos entre la ciudad y el campo es que las Al-barradas siguen constituyendo un instrumento importante para laproduccin.

    En las asambleas comunales se ponen de acuerdo para hacermingas de limpieza no solo en la Cienega Grande que continua sien-do la principal del pueblo sino para labores en el cementerio y en loscaminos. La Comuna cuenta con un inspector que supervisa la partici-pacin de todos los afiliados. El que no hace su parte debe pagar unamulta o en su defecto contratar a alguin que lo reemplace si vive enGuayaquil.

    Lo que resulta evidente es que las Albarradas, por su capacidadde guardar agua durante muchos meses, son los unicos lugares dondesiguen bajando a beber los animales de la poca montaa (como de-nominan al bosque) que va quedando. La desaparicin de la fauna lo-cal es evidente y con ella la desaparicin de muchas leyendas construi-das alrededor de algunos animales considerados especiales por sus re-laciones con los humanos, entre ellos el oso y la osa bandern1.

    Comunas y comunidades con Sistemas de Albarradas / Tomo I 51

  • ...del oso banderon, hace 15 aos haban osos banderones, el oso ban-deron es un animal que no ataca a la gente hasta que no se haga bravoya bravo si es peligroso comienza a morder a los perros, si lo llegan a he-rir lo disparan lo dejan herido ah si es peligroso. si ataca. El oso bande-ron es medio blancon, medio canoso si no que la cola es como una ho-ja de palma anchota, no es delgadita la cola, y un pico largo, se manejauna ua a lo menos de tres pulgadas es larga la ua, y tiene una secretaque aqu la carga metida en la mano que la saca la garra cuando va a da-ar algo o a comer algo. Este animal anda andando por ah pero gritacomo todo cristiano, ellos se gritan para unirse pero de pronto usted lecontesta se le bota porque piensa que es la osa, uno piensa que le va ata-car pero no, uno puede pasar por ah lo ve y no pasa nada. Yo he caza-do alguno, casi como ocho osos. El oso era llamado antes el oso salvajeporque dice que secuestraban a las mujeres se la llevaban hacan una pe-as en sus casas, una roca de piedra y de ah sale el cuento de Juan osi-to y de ah fue que una vez se llevo un oso a una mujer y tuvo un ositoese oso le hizo dar a luz a la seora un osito y de ah que salio el cuentode Juan osito, pues ya creci ya tenia fuerza le ponan una pea de rocaen la boca del hueco donde la tenan a ella y pesadsima no la sacaba na-die, pero ya cuando cri el hijito ya fue haciendo fuerza hasta que tum-bo la pea una vez que la tumbo cogi a su hijito la mama. Eso contabami pap no se si seria cierto o mentira pero de ah sali el cuento de Juanosito. Aqu haba harto tigre, aqu ya han cogido algunos, cuando yo eramuchacho haba muchos tigres hace unos diez aos doce aos y hasta lavez hay tigres, pero tampoco son dainos, antes hacan dao, si de aqudel corral se sacaban los chanchos, mataban las vacas pero que el animaltigre nunca come donde lo mata sino que se lo lleva arrastrando tieneuna potencia brutal imagnese una vaca entre dos personas no la arras-tra y el animal solito lo arrastra y se lo lleva a dentro. Ya no se los ve, ho-rita no, tigre, tan lindo pues, ya le digo ellos comen zainos, venados yano hacen caso al ganado a la vaca. Ya se han muerto hartos animales. Lacacera de venado, antes haban venados en cantidad, en el monte en-contraban ocho a diez venados y nosotros cogamos tres cuatros peroahora ya no, de repente ah uno por ah. Inclusive en el monte nos fui-mos por ah ya invierno llegan para ac, se comen el maizal lo hacen an-dar se comen unos cuarenta cincuenta metros de maz, es como todochancho se come la mitad de la mazorca y el resto queda botado lo quequieren daar la planta y la tierra, como son animales son manadas decuarenta cincuenta ochenta, cualquier cantidad hay, donde hay campoel monte ah estn, son dainos. ..Si, antes se aprovechaba todo, per