christian jacq - ramses i el hijo de la luz

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    RAMSS 1EL HIJO DE LA LUZ

    CHRISTIAN JACQ

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    Coleccin: El Egipto de los faraonesDirector editorial: Virgilio Ortega Coordinacin: Asuncin VillelaDiseo cubierta: Hans RombergRealizacin grfica: Jordi Roso

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    Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el permiso escrito del editor. Todoslos derechos reservados.

    llustracion de la cubierta: Relieve del Museo del Louvre que representa al joven prncipe Ramss II(foto Archivo IGDA).

    Editions Robert Laffon. SA., 1995 por la traduccin, Mauricio Vsquez. 1996

    Editorial Planeta, 5. A., 1998 de esta edicinEditorial Planeta-De Agostini, SA., 1998 Aribau, 185. 08021 BarcelonaISBN:84-395-6969-6 Depsito legal: B. 51.528-1998Imprime: Cayfosa. Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona)Distribuye: Marco Ibrica Distribucin de Ediciones, S.A. Carretera de Itn, Km. 13,351 variante

    Enencarral 28034 MadridPrinted in Spain - Impreso en Espaa

    INTRODUCCINRamss, el mayor de los vencedores, el rey sol, guardin de la Verdad. En estos trminos

    describe Jean-Francois Champollion -que abri las puertas de Egipto cuando descifr los jeroglficos-, alfaran Ramss II, a quien profesaba un verdadero culto.

    El nombre de Ramss, es cierto, ha cruzado los siglos y ha vencido el tiempo; l solo encarna elpoder y la grandeza del Egipto faranico, padre espiritual de las civilizaciones occidentales. Durante sesentay siete aos, de 1279 a 1212 a. J.C., Ramss, el hijo de la luz, encumbrar la gloria de su pas y harbrillar la sabidura.

    En tierras de Egipto, el viajero encuentra a Ramss a cada paso. Dej su impronta en una cantidadincalculable de monumentos, tanto en los construidos por sus maestros de obras como en los restauradosbajo su reinado. Todos piensan en los dos templos de Abu Simbel -donde reina para siempre la parejaformada por Ramss divinizado y Nefertari, la gran esposa real-, en la inmensa sala de columnas del templode Karnak y en el coloso sentado y sonriente del templo de Luxor.

    Ramss no es un hroe de novela, sino de muchas novelas, de una verdadera epopeya que nosconduce desde su iniciacin en la funcin faranica bajo la direccin de su padre, Seti, de talla tanimpresionante como la del hijo, hasta los ltimos das de un monarca que tuvo que superar mltiplespruebas. Es por ello que le he dedicado esta serie de novelas compuesta por cinco volmenes, para quepodamos evocar las extraordinarias dimensiones de un destino en el que participaron personajes tan

    inolvidables como Seti, su esposa Tuya, la sublime Nefertari, Iset la Bella, el poeta Homero, el encantadorde serpientes Seta, el hebreo Moiss y tantos otros que revivirn a lo largo de sus pginas.

    La momia de Ramss se ha conservado. De los rasgos del gran anciano se desprende unaformidable impresin de poder. Muchos visitantes de la sala de momias del museo de El Cairo han tenido laimpresin de que iba a salir de su sueo.

    Lo que la muerte fsica le niega a Ramss, la magia de la novela tiene el poder de drselo. Graciasa la ficcin y a la egiptologa es posible compartir sus angustias y sus esperanzas, vivir sus fracasos y susxitos, encontrar a las mujeres que am, padecer las traiciones sufridas y disfrutar de las amistadesindestructibles, luchar contra las fuerzas del mal y buscar esa luz de donde todo sali y hacia la cual todovuelve.

    Ramss el grande... Qu compaero de ruta para un novelista! Desde su primer combate contra untoro salvaje, hasta la sombra apacible de la acacia de Occidente, se juega el destino de un inmenso faranligado al de Egipto, el pas amado por los dioses. Una tierra de agua y sol, donde las palabras rectitud,

    justicia y belleza tenan un sentido y se encarnaban en lo cotidiano. Una tierra en la que el ms all y loterrenal estaban en contacto permanente, donde la vida poda renacer de la muerte, en que la presencia de

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    lo invisible era palpable, donde el amor por la vida y lo imperecedero expanda el corazn de los seres y lostornaba jubilosos.

    En verdad, el Egipto de Ramss.

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    El toro salvaje, inmvil, miraba fijamente al joven Ramss.

    El animal era enorme; con las patas gruesas como columnas y largas orejas colgantes, una barbatiesa en la mandbula inferior y el pelaje pardo y negro, acababa de sentir la presencia del muchacho.Ramss estaba fascinado con los cuernos del animal, unidos y abultados en la base antes de

    curvarse hacia atrs y dirigirse hacia arriba, formando una especie de casco terminado en puntas aceradas,capaces de desgarrar la carne de cualquier adversario.

    El muchacho jams haba visto un toro tan grande.El animal perteneca a una raza temible, que los mejores cazadores dudaban en desafiar; apacible

    en medio del rebao, compasivo con sus congneres heridos o enfermos, atento al cuidado de los torosjvenes, el macho se converta en un guerrero aterrador cuando se turbaba su quietud. Furioso a la menorprovocacin, embesta a una velocidad sorprendente y no se calmaba hasta abatir a su adversario.

    Ramss retrocedi un paso.La cola del toro salvaje fustig el aire; lanz una mirada feroz al intruso que haba osado

    aventurarse en sus tierras, unos pastos cercanos a un marjal en el que crecan altas caas. No lejos de all,una vaca para, rodeada por sus compaeras. En aquellas soledades del borde del Nilo, el gran machoreinaba en su manada y no toleraba ninguna presencia extraa.

    El joven haba confiado en que la vegetacin lo ocultara; pero los marrones ojos del toro, hundidosen las rbitas, no lo abandonaban. Ramss comprendi que no tendra escapatoria.

    Lvido, se volvi lentamente hacia su padre.Seti, el faran de Egipto, aquel al que llamaban el toro victorioso>, se mantena a unos diez pasos

    detrs de su hijo.Su sola presencia -se deca- paralizaba a sus enemigos; su inteligencia, aguzada como el pico del

    halcn, iba en todas direcciones y no haba nada que ignorase. Esbelto, con el rostro severo, la frente alta,la nariz arqueada, los pmulos salientes, Seti encarnaba la autoridad. Venerado y temido, el monarca habadevuelto a Egipto la gloria de antao.

    A los catorce aos, Ramss, cuya estatura era ya la de un adulto, se encontraba con su padre porprimera vez.

    Hasta entonces haba sido criado en el palacio por un ayo encargado de ensearle a convertirse enun hombre de valor, que, como hijo de rey, pasara das felices desempeando una alta funcin. Pero Seti lohaba arrancado de su clase de jeroglficos para llevarlo a pleno campo, lejos de cualquier aldea.

    Ni una palabra haba sido pronunciada.Cuando la vegetacin se hizo demasiado densa, el rey y su hijo ya haban abandonado el carro

    tirado por dos caballos y se haban internado en las altas hierbas. Una vez franqueado el obstculo, habanido a parar al territorio del toro.Entre el animal salvaje y el faran, cul era el ms pavoroso? Tanto de uno como de otro se

    desprenda un poder que el joven Ramss se senta incapaz de dominar. Afirmaban los narradores que eltoro es un animal celeste, animado por el friego del otro mundo, y que el faran confraternizaba con losdioses. A pesar de su estatura, su robustez y el rechazo del miedo, el adolescente se senta atrapado entredos fuerzas casi cmplices.

    -Me ha descubierto -confes con voz que quera ser resuelta.-Tanto mejor.Las dos primeras palabras pronunciadas por su padre resonaron como una condena.-Es enorme, es...-Y t, quin eres t?La pregunta sorprendi a Ramss. Con la pata delantera izquierda, el toro escarbaba furiosamente

    el suelo; garzas y garcetas remontaban el vuelo, como si abandonaran un campo de batalla.-Eres un cobarde o el hijo de un rey?La mirada de Seti traspasaba el alma.-Me gusta luchar, pero...

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    -Un verdadero hombre llega al final de sus fuerzas. Un rey, ms all de ellas; si no eres capaz deello, no reinars y no volveremos a vernos. Ninguna prueba debe hacerte flaquear.

    Vete, si lo deseas; si no, captralo.Ramss os alzar los ojos y sostener la mirada de su padre.-Me enviis a la muerte.-S un toro poderoso de eterna juventud, de corazn firme y de cuernos acerados, que ningn

    enemigo pueda vencer>, me dijo mi padre; t, Ramss, saliste del vientre de tu madre como un autnticotoro, y debes convertirte en un sol radiante que lance sus rayos por el bien de tu pueblo. Te ocultabas en mimano como una estrella. Hoy abro los dedos. Brilla o desaparece.

    El toro emiti un mugido; el dilogo de los intrusos lo irritaba. A su alrededor, todos los ruidos delcampo se extinguieron; del roedor al pjaro, cada uno perciba la inminencia del combate.Ramss dio la cara.En la lucha con manos libres haba vencido a adversarios ms pesados y ms fuertes que l,

    gracias a las llaves que le haba enseado su ayo. Pero, qu estrategia adoptar ante un monstruo de aqueltamao?

    Seti entreg a su hijo una larga cuerda con un nudo corredizo.-Su fuerza est en su cabeza; atrpalo por los cuernos y lo vencers.El joven recobr la esperanza; durante las luchas nuticas en el lago de recreo del palacio se haba

    ejercitado en el manejo de las cuerdas.-En cuanto el toro oiga el silbido del lazo -advirti el faran- se abalanzar sobre ti; no falles, pues

    no dispondrs de una segunda oportunidad.Ramss repiti el gesto con el pensamiento y se envalenton en silencio. A pesar de su corta edad,

    meda ms de un metro setenta y exhiba la musculatura de un atleta que practica varios deportes; cmo leirritaba el rizo de la infancia, sujeto por una cinta a la altura de la oreja, adorno ritual confeccionado con susmagnficos cabellos rubios! En cuanto fuera titular de un puesto en la corte, sera autorizado a llevar otro

    peinado.Pero, el destino le dara el tiempo suficiente? Por cierto, en muchas ocasiones, y no sin

    fanfarronera, el fogoso joven haba solicitado pruebas dignas de l. No sospechaba que el faran enpersona respondera a sus deseos de manera tan desmesurada.

    Irritado por el olor del hombre, el toro no esperara mucho tiempo. Ramss apret la cuerda.Cuando el animal se sintiera capturado, necesitara desplegar la fuerza de un coloso para inmovilizarlo.Puesto que an no la posea, ira ms all de s mismo, aunque le estallara el corazn.

    No, no decepcionara al faran.Ramss hizo voltear el lazo; el toro se abalanz con los cuernos por delante.Sorprendido por la velocidad del animal, el joven se aparto dando dos pasos hacia un lado,

    extendi el brazo derecho y lanz el lazo, que ondul como una serpiente y golpe el lomo del toro. Alterminar el movimiento, Ramss resbal en el hmedo suelo y cay en el momento en que los cuernos seaprestaban a ensartarlo. Le rozaron el pecho sin que l cerrara los ojos.

    Haba querido ver la muerte de frente.

    Irritado, el toro continu su carrera hasta el caizal y se volvi de un salto; Ramss, que se habalevantado, fij su mirada en la del animal. Lo desafiara hasta el ltimo momento y probara a Seti que el hijode un rey saba morir dignamente.

    El impulso del monstruo fue atajado en seco; la cuerda que sostena firmemente el faran rodeabasus cuernos. Loco de furia, sacudiendo la cabeza y exponindose a romperse la nuca, el animal intentliberarse pero fue en vano; Seti utilizaba su enorme fuerza para volverla contra l.

    -Agrrale el rabo! -orden a su hijo.Ramss corri y cogi la cola casi desnuda, provista de un mechn de crin en el extremo, la cola

    que el faran llevaba colgada a la cintura de su taparrabo, como dueo del poder del toro.Vencido, el animal se calm, contentndose con resoplar y gruir. El rey lo solt, tras indicar a

    Ramss que se colocara detrs de l.-Esta especie es indomable; un macho como ste arremete a travs del fuego y el agua, e incluso

    sabe ocultarse detrs de un rbol para sorprender mejor a su enemigo.El animal lade la cabeza y mir un instante a su adversario. Como si se supiera impotente frente al

    faran, se alej con paso tranquilo hacia su territorio.-Vos sois ms fuerte que l!

    -Ya no somos adversarios porque hemos cerrado un pacto.

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    Seti sac un pual de un estuche de cuero y, con un gesto rpido y preciso, cort el rizo de lainfancia. -Padre mo...

    -Tu infancia ha muerto; la vida empieza maana, Ramss.-No he vencido al toro.-Has vencido el miedo, el primero de los camino de la sabidura.-Y hay muchos otros?-Sin duda ms que granos de arena en el desierto.La pregunta arda en los labios del joven.

    -Debo entender... que me habis elegido como sucesor?-Crees que basta con el coraje para gobernar a los hombres?

    Sary, el ayo de Ramss, recorra el palacio en todas direcciones en busca de su alumno. No era laprimera vez que el joven desertaba de la clase de matemticas para ocuparse de los caballos o paraorganizar un concurso de natacin con su grupo de amigos, disipados y rebeldes.

    Sary, barrign y jovial, detestaba el ejercicio Fsico y echaba pestes sin cesar contra su discpulo,pero se inquietaba a la menor travesura. Su matrimonio con una mujer mucho menor que l, la hermanamayor de Ramss, le haba servido para ocupar el envidiado puesto de ayo del prncipe.

    Envidiado... por aquellos que no conocan el carcter obstinado y difcil del hijo menor de Seti! Sinuna paciencia innata y una tenacidad para abrir la mente de un chiquillo a menudo insolente y demasiadoseguro de s, Sary habra debido renunciar a su tarea. Conforme a la tradicin, el faran no se ocupaba dela educacin de sus hijos menores; esperaba el momento en que el adulto apareca bajo las formas deladolescente para conocerlo y probarlo, a fin de saber si sera digno de reinar. En el caso presente, ladecisin se haba tomado hacia mucho tiempo: sera Chenar, el hermano mayor de Ramss, quien subiraal trono. An haba que canalizar la fogosidad del pequeo para convertirlo, en el mejor de los casos, en un

    buen general o, en el peor, en un cortesano satisfecho.Sary, con sus treinta aos bien cumplidos, habra pasado gustoso el tiempo al borde del estanque

    de su villa, en compaa de su esposa de veinte. Pero no se habra aburrido? Gracias a Ramss, ningnda se pareca al anterior. El ansia de vivir de aquel muchacho era inagotable; su imaginacin, sin limites;haba aburrido a varios ayos antes de aceptar a Sary.

    A pesar de sus frecuentes rencillas, este ltimo lograba sus fines: abrir la mente del joven a todaslas ciencias que deba conocer y practicar un escriba. Sin que lo confesara, aguzar la desatada inteligenciade Ramss con intuiciones a veces excepcionales era un verdadero placer.

    Desde hacia algn tiempo, el joven cambiaba. l, que no soportaba un minuto de inactividad, sedemoraba en las Mximas del viejo sabio Ptah-hotep; Sary incluso lo haba sorprendido soando mientrasmiraba el vuelo de las golondrinas a la luz de la maana. La madurez intentaba realizar su obra; en muchosseres, fracasaba. El ayo se preguntaba de qu madera estara hecho Ramss si el fuego de la juventud setransformara en otro fuego, menos indisciplinado pero igualmente vigoroso.

    Cmo no sentirse inquieto ante tantos dones? En la corte, como en cualquier capa de la sociedad,los mediocres, cuya perpetuacin estaba asegurada, le cobraban antipata, incluso odio, aquellos cuya

    personalidad haca an ms deslucida su insignificancia. Aunque la sucesin de Seti no suscit perplejidady Ramss no tuvo que preocuparse en absoluto de las inevitables intrigas fomentadas por los hombres depoder, sus das futuros quiz seran menos risueos de lo previsto. Algunos, empezando por su propiohermano, ya pensaban en apartarlo de las funciones mayores del Estado. En qu se convertira, relegadoen una lejana provincia? Se acostumbrara a una existencia campesina y al simple ritmo de lasestaciones?

    Sary no haba osado desvelar sus tormentos a la hermana de su discpulo, cuya charlataneratema. En cuanto a abrirse a Seti, era imposible; verdugo del trabajo, el faran estaba demasiado ocupadoen gestionar el pas, cada da ms floreciente, para prestar atencin a los estados de nimo de uneducador.

    Era bueno que el padre y el hijo no tuvieran ningn contacto; frente a un ser tan poderoso comoSeti, Ramss no habra tenido otra eleccin que la rebelin o la aniquilacin. En realidad, la tradicin tenacosas positivas; los padres no eran los mejor situados para criar a sus hijos.

    La actitud de Tuya, gran esposa real y madre de Ramss, era muy diferente; Sary era uno de lospocos en constatar su marcada preferencia por su hijo menor. Cultivada, refinada, conoca las cualidades ylos defectos de cada cortesano; reinando como autntica soberana en la casa real, velaba sobre el estricto

    respeto de la etiqueta y gozaba tanto de la estima de los nobles como de la del pueblo. Pero Sary tena

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    miedo de Tuya; si la importunaba con temores ridculos, se desacreditara. La reina no apreciaba a loscharlatanes; una acusacin infundada le pareca tan grave como una mentira. Ms vala callar antes quepasar por un profeta de mal augurio.

    A pesar de la repugnancia que le produca, Sary se dirigi a las cuadras; tema a los caballos y asus coces, detestaba la compaa de los palafreneros y ms an la de los jinetes, apasionados por hazaasintiles. Indiferente a las burlas que saludaron su paso, el ayo buscaba a su discpulo; nadie lo haba vistodesde haca dos das, y todos se asombraban de esta ausencia.

    Durante horas, olvidndose incluso de almorzar, Sary intent encontrar a Ramss. Cuando cay lanoche, agotado, cubierto de polvo, se resign a volver a palacio. Pronto debera dar cuenta de la

    desaparicin de su discpulo y probar que era por completo ajeno a ese drama. Y cmo afrontar a lahermana del prncipe?Taciturno, el ayo omiti saludar a sus colegas que salan de la sala de clases; tan pronto

    amaneciera el da siguiente, interrogara, sin gran esperanza, a los mejores amigos de Ramss.Si no lograba algn indicio, habra que admitir la horrible realidad.Qu falta haba cometido Sary contra los dioses para ser torturado as por un genio maligno? Que

    se rompiera su carrera tena que ver con la injusticia ms manifiesta; se le expulsara de la corte, su esposalo repudiara, sera reducido a la condicin de lavandero! Horrorizado ante la idea de sufrir tal descrdito,Sary se sent a la manera de los escribas en su lugar habitual.

    Habitualmente, frente a l, Ramss estaba ora atento, ora pensativo, pero siempre capaz deofrecerle una rplica inesperada. A los ocho aos haba logrado trazar los jeroglficos con mano firme ycalcular el ngulo de la pendiente de una pirmide... porque el ejercicio le haba gustado.

    El ayo cerr los ojos para conservar en la memoria los mejores momentos de su ascenso social.-Ests enfermo, Sary?Aquella voz... Aquella voz, ya grave y autoritaria!-Eres t, de verdad eres t?

    -Si duermes, contina; si no, mira.Sary abri los ojos.Era Ramss, tambin cubierto de polvo, pero con los ojos brillantes.-Ambos necesitamos lavarnos, dnde te habas metido, ayo?-En lugares insalubres, como las cuadras.-Me estabas buscando?Estupefacto, Sary se levant y gir alrededor de Ramss.-Qu has hecho con tu rizo de infancia?-Mi propio padre me lo ha cortado.-Imposible! El ritual exige que...-Pones en duda mi palabra?-Perdname.-Sintate, ayo, y escucha.Sary, impresionado por el tono del prncipe, que ya no era un nio, obedeci.-Mi padre me ha hecho pasar la prueba del toro salvaje.

    -Eso... eso no es posible!-No he salido vencedor pero he hecho frente al monstruo, y creo... que mi padre me ha elegidocomo futuro regente!

    -No, mi prncipe; el designado es tu hermano mayor.-Ha pasado l la prueba del toro?-Seti slo quera enfrentarte al peligro que tanto te gusta.-Habra malgastado su tiempo por tan poco? Me ha llamado hacia l, estoy seguro!-No te exaltes, renuncia a esa locura.-Locura?-Muchas personalidades influyentes de aprecian demasiado.-Qu me reprochan?-El que seas t mismo.-Quieren que sea uno del montn?-La razn lo exige.-La razn no tiene la fuerza de un toro.-Los juegos del poder son ms crueles de lo que te imaginas; la valenta no basta para salir

    vencedor de ellos.

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    -Pues bien, t me ayudars.-Qu?-Conoces bien las costumbres de la corte; identifica a mis amigos y a mis enemigos, y aconsjame

    luego.-No me pidas tanto... Slo soy tu ayo.-Olvidas acaso que mi infancia ha muerto? O te conviertes en mi preceptor o nos separamos.-Me obligas a tomar riesgos innecesarios y t no tienes talla para el poder supremo; tu hermano

    mayor se prepara para ello desde hace mucho tiempo. Si lo provocas, te destruir.

    2Por fin, la gran noche.La luna nueva renaca, la noche era muy oscura. Ramss haba dado una cita decisiva a todos sus

    condiscpulos, instruidos como l por educadores reales. Serian capaces de escapar a la vigilancia de losguardias y de reunirse con l en el corazn de la ciudad para tratar de lo esencial, de la cuestin que lesquemaba el corazn y que nadie se atreva a plantear?

    Ramss sali de su habitacin por la ventana y salt desde el primer piso; la tierra esponjosa delflorido jardn amortigu el golpe, y el joven borde el edificio. Los guardias no le asustaban; unos dorman,otros jugaban a los dados. Si tena la desgracia de cruzarse con uno que cumpla correctamente su misin,lo convencera o lo dejara sin sentido.

    En su exaltacin, haba olvidado un vigilante que no dorma: un perro de talla media, rechoncho yvigoroso, con las orejas colgantes y la cola en espiral. Plantado en medio del camino, no ladraba, peroimpeda el paso.

    Instintivamente, Ramss busc la mirada del perro; ste se sent sobre sus posaderas, la cola seagit cadenciosamente.

    El joven se acerc y lo acarici; entre ellos, la amistad haba sido inmediata. En su collar de cueroteido de rojo, un nombre: Vigilante.

    -Y si me acompaaras?Vigilante asinti con una sacudida de su corto morro, coronado por una trufa negra. Gui a su

    nuevo dueo hacia la salida del territorio en el que eran educados los futuros notables de Egipto.

    Aun siendo una hora tarda, numerosos curiosos deambulaban an por las calles de Menfis, lacapital ms antigua del pas. A pesar de la riqueza de la meridional Tebas, conservaba el prestigio deantao. Las grandes universidades tenan su sede en Menfis, y era all donde los hijos de la familia real y losconsiderados dignos de acceder a las ms altas funciones reciban una educacin rigurosa e intensa. Seradmitido en el Kap, el lugar cerrado, protegido y nutricio, suscitaba muchas envidias; no obstante,aquellos que residan en l desde su primera infancia, como Ramss, no tenan ms deseo que escapar deall!

    Vestido con una tnica de cortas mangas de mediocre calidad, que le haca parecerse a cualquiertransente, Ramss lleg a la clebre cervecera del barrio de la escuela de medicina, donde a los futuros

    terapeutas les gustaba disfrutar del buen tiempo despus de las duras jornadas de estudio. Como Vigilanteno dejaba de seguirle, el prncipe no lo rechaz y entr con l en el establecimiento prohibido a los niosdel Kap.

    Pero Ramss ya no era un nio y haba logrado salir de su dorada prisin.En la gran sala de la cervecera, con los muros encalados, esteras y taburetes acogan a joviales

    clientes, aficionados a la cerveza fuerte, al vino y a los licores de palma. El patrn mostraba amablementelas nforas procedentes del Delta, de los oasis o de Grecia, y alababa la calidad de sus productos. Ramsseligi un lugar tranquilo, desde el cual vigil la puerta de entrada.

    -Qu quieres? -pregunt un sirviente.-Por el momento, nada.-Los desconocidos pagan por adelantado.El prncipe le tendi una pulsera de cornalina.-Te bastar con esto?El servidor examin el objeto.-Servir. Vino o cerveza?-Tu mejor cerveza.-Cuntas copas?

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    -No lo se aun.-Traer una jarra... Cuando ests seguro traer las copas.Ramss se dio cuenta de que ignoraba el valor de los productos; sin duda el hombre le robaba. Ya

    era hora, entonces, de salir de la gran escuela, protegida en exceso del mundo exterior.Con Vigilante a sus pies, el prncipe observ la entrada de la cervecera. Quin de sus

    compaeros de estudio se atrevera a intentar la aventura?Hizo apuestas, elimin a los ms dbiles y a los ms ambiciosos, y se qued con tres nombres.stos no retrocederan ante el peligro.Sonri cuando Seta franque el umbral del establecimiento.

    Rechoncho, viril, con los msculos prominentes, la piel mate, el cabello negro y la cabezacuadrada, Seta era hijo de un marino y de una nubia. Su excepcional resistencia, as como sus dotes parala qumica y el estudio de las plantas, haban atrado la atencin de su maestro; los profesores del Kap nolamentaban haberle abierto las puertas de la enseanza superior.

    Poco hablador, Seta se sent al lado de Ramses.Los dos muchachos no tuvieron tiempo de discutir, pues entr Ameni, pequeo, delgado y endeble;

    con la tez plida, los cabellos ya escasos a pesar de su juventud, se mostraba incapaz de practicar ningndeporte y de llevar cargas pesadas, pero superaba a sus compaeros de promocin en el arte de escribirlos jeroglficos. Trabajador infatigable, slo dorma tres o cuatro horas por noche y conoca a los grandesautores mejor que su profesor de literatura. Hijo de un yesero, se haba convertido en el hroe de su familia.

    -He logrado salir -anunci orgullosamente- dndole mi cena a un guardia.Ramss tambin lo esperaba; saba que Seta usara la fuerza, si era necesario, y que Ameni

    empleara la astucia.El tercero en llegar sorprendi al prncipe. Jams hubiera credo que el rico Acha corriera

    semejantes riesgos. Hijo nico de nobles ricos, la estancia en el Kap era para l un paso natural y obligadoantes de emprender una carrera de alto funcionario. Elegante, de miembros finos y rostro alargado, llevaba

    un pequeo bigote muy cuidado y posaba sobre los dems una mirada a menudo desdeosa. Su vozuntuosa y sus ojos brillantes de inteligencia hechizaban a sus interlocutores.

    Se sent frente al tro.-Sorprendido, Ramss?-Confieso que si.-Encanallarme con vosotros por una noche no me disgusta; la existencia me pareca muy

    montona.-Nos arriesgamos a sanciones.-Le pondrn sal a este plato indito; estamos todos?-Todava no.-Tu mejor amigo te ha traicionado?-Vendr.Irnico, Acha hizo servir la cerveza... Ramss no la toc; la inquietud y la decepcin le opriman la

    garganta. Se habra equivocado?-Ah est! -exclam Ameni.

    Alto, de espaldas anchas, cabellera abundante y un collar de barba adornando su mentn, Moissaparentaba ms edad que sus quince aos. Hijo de trabajadores hebreos instalados en Egipto desde hacavarias generaciones, haba sido admitido en el Kap en su primera juventud debido a sus notables facultadesintelectuales. Como su fuerza fsica era parecida a la de Ramss, los dos muchachos no haban tardado enenfrentarse en todos los terrenos, antes de cerrar un pacto de no agresin y de establecer un frente comncontra sus profesores.

    -Un viejo guardia quera impedirme salir; como no quera dejarlo sin sentido, he tenido queconvencerle de lo justo de mi excursin.

    Se felicitaron y bebieron una copa que tena el inefable gusto de lo prohibido.-Respondamos a la nica pregunta importante -exigi Ramss-: cmo obtener el verdadero

    poder?-Mediante la prctica de los jeroglficos -respondi en seguida Ameni-. Nuestra lengua es la de los

    dioses; los sabios la han utilizado para transmitir sus preceptos. Imita a tus antepasados, est escrito, puesconocieron la vida antes que t. El poder es dado por el conocimiento, slo lo escrito inmortaliza. -Tonteras de letrados -objet Seta.

    Ameni enrojeci.

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    -Acaso niegas que el escriba tiene el verdadero poder? La compostura, la cortesa, el trato social,la puntualidad, el respeto a la palabra dada, el rechazo de la falta de honradez y de la envidia, el dominio des mismo, el arte del silencio para dar preeminencia a la escritura, sas son las cualidades que quierodesarrollar.

    -No es suficiente -juzg Acha-. El poder supremo es el de la diplomacia. Por ello partir prontohacia el extranjero, a fin de aprender las lenguas de nuestros aliados y de nuestros adversarios, comprendercmo funciona el comercio internacional, cules son las verdaderas intenciones de los dems dirigentes yas poder manipularlos.

    -Esa es la ambicin de un hombre de ciudad que ha perdido todo contacto con la naturaleza -se

    lament Seta-. La ciudad, el verdadero peligro que nos acecha!-T nada nos dices de tu conquista del poder -observ Acha, picado.-Slo hay un camino, en el que se mezclan sin cesar la vida y la muerte, la belleza y el horror, el

    remedio y el veneno: el de las serpientes.-Bromeas?-Dnde estn las serpientes? En el desierto, en los campos, en los marjales, al borde del Nilo y en

    los canales, en las eras, en los refugios de pastores, en los rediles del ganado e incluso en los rinconesoscuros y frescos de las casas! Las serpientes estn por todas partes y tienen el secreto de la creacin.Consagrar mi existencia a arrancrselo.

    Nadie pens en criticar a Seta, que pareca haber preparado a conciencia su decisin.-Y t, Moiss? -interrog Ramss.El joven coloso vacil.-Os envidio, amigos mos, pues soy incapaz de responder.Me agitan extraos pensamientos, mi espritu vaga, pero mi destino sigue oscuro. Deben otorgarme

    un puesto importante en un gran harn, y estoy dispuesto a aceptar, a la espera de una aventura msexcitante.

    Las miradas de los cuatro jvenes se volvieron hacia Ramses.-Slo existe un verdadero poder -declar ste-: el del faran.

    3-No nos sorprendes -deplor Acha.-Mi padre me ha hecho pasar la prueba del toro salvaje -revel Ramss-; para qu si no es para

    prepararme para llegar a faran?Estas palabras dejaron sin habla a los cuatro condiscpulos del prncipe; Acha fue el primero en

    recobrar el aplomo.-No ha designado Seti a tu hermano mayor para sucedederle?-En ese caso, por qu no le ha impuesto el encuentro con el monstruo?Ameni estaba radiante.-Es maravilloso, Ramss! Ser amigo del futuro faran, es un milagro!-No te entusiasmes -recomend Moiss-; tal vez Seti an no ha elegido.

    -Estaris conmigo o contra m? -pregunt Ramss.-Contigo hasta la muerte! -respondi Ameni.Moiss sacudi la cabeza, afirmativamente.-La pregunta tiene que ser meditada -estim Acha-. Si advierto que tus posibilidades aumentan,

    dejar poco a poco de creer en tu hermano mayor. En caso contrario, no apoyar a un vencido.Ameni cerr los puos.-Mereceras...-Quiz soy el ms sincero de todos nosotros -manifest el futuro diplomtico.-Eso me sorprendera -arguy Seta-; la nica posicin realista es la ma.-La hars pblica?-Las hermosas palabras no me interesan; slo cuentan los actos. Un futuro rey debe ser capaz de

    enfrentarse a las serpientes. Durante la prxima noche de luna llena, cuando todas hayan salido de susmadrigueras, llevar a Ramss a su encuentro. Entonces veremos si est a la altura de sus ambiciones.

    -Nigate! -implor Amen.-Acepto -dijo Ramss.

    El escndalo hizo temblar la venerable institucin del Kap.

    Comentario: En el antigEgipto, un harn no era

    prisin dorada para hermmujeres, sino una graninstitucin econmica qudescribiremos ms adela

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    Nunca, desde su fundacin, los alumnos ms brillantes de la promocin se haban permitido violarde aquel modo el reglamento interno. A regaadientes, Sary fue encargado por sus colegas de convocar alos cinco culpables e imponerles graves sanciones. Das antes de las vacaciones de verano, la tarea lepareca tanto ms insuperable cuanto que acababan de serle atribuidos puestos a los cinco jvenes, encumplimiento de sus esfuerzos y de sus capacidades. Para ellos, la puerta del Kap se abra de par en par ala vida activa.

    Ramss jugaba con el perro, que pronto se haba acostumbrado a las comidas compartidas con suamo. Al ayo, la loca carrera detrs de una pelota de trapo que lanzaba el prncipe le pareci interminable,

    pero su real alumno no admita que interrumpieran las distracciones del animal, muy maltratado, segn l,por su propietario anterior.Agotado, con la lengua colgando, jadeante, Vigilante lengete el agua de un bol de arcilla.-Tu conducta, Ramss, es censurable.-Por qu motivo?-Esa srdida escapada...-No exageres, Sary; ni siquiera estbamos borrachos.-Escapada tanto ms estpida cuanto que tus compaeros haban terminado sus estudios.Ramss tom al ayo por los hombros.-Una buena noticia por tu parte! Habla, de prisa!-Las sanciones...Veremos eso ms tarde! Moiss?-Nombrado intendente adjunto en el gran harn de Merur, en el Fayum ; una responsabilidad muy

    pesada para hombros tan jvenes.-Vapulear a los viejos funcionarios envarados en sus privilegios. Ameni?-Entra en el despacho de los escribas de palacio.

    -Perfecto! Seta?-Recibir el rollo de los curadores y encantadores de serpientes y estar encargado de la cosecha

    del veneno para la preparacin de medicamentos. A menos que unas sanciones...-Y Acha?-Despus de haber perfeccionado sus conocimientos del libio, del sirio y del hitita, partir para

    Biblos all ocupar su primer puesto de intrprete. ;Pero todos estos nombramientos estn bloqueados!-Por quin?-Por el administrador del Kap, los profesores y yo mismo.Vuestra conducta es inaceptable.Ramss reflexion.Si el asunto se enconaba, llegara hasta el visir, luego a Seti. En verdad, bonita manera de suscitar

    la clera real!-Sary, acaso no hay que buscar la justicia en todas las cosas?-Cierto.-Por lo tanto, castiguemos al nico culpable: a mi mismo.

    -Pero...-Fui yo quien organiz esa reunin, fije el lugar de la cita y el que oblig a mis compaeros aobedecerme. Si hubiera tenido otro nombre, habran rehusado.

    -Es probable, pero...-Annciales la buena noticia y acumula sobre mi cabeza los castigos previstos. Puesto que el

    asunto est arreglado, djame darle un poco de alegra a este pobre perro.

    4Sary dio gracias a los dioses. Debido a la idea de Ramss, sala airoso de una situacin delicada.

    El prncipe, que contaba con pocas simpatas en las filas de los profesores, fue condenado a residir en loslocales del Kap durante las fiestas de la inundacin, profundizando sus conocimientos matemticos yliterarios, y a no frecuentar la cuadra. En el Ao Nuevo, en julio, su hermano mayor se pavoneara al lado deSeti, cuando el faran celebrara el renacimiento de la crecida. La ausencia de Ramss probara en granmedida su insignificancia.

    Antes de este perodo de aislamiento, que nicamente el perro amarillo lo alegrara, Ramss fueautorizado a saludar a sus condiscpulos.

    Comentario: A unos ciekilmetros al sudoeste dCairo.

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    Ameni fue clido y optimista. Destinado en Menfis, muy cerca de su amigo, pensara cada da en ly encontrara el medio de hacerle llegar algn consuelo. En cuanto lo liberaran, el porvenir se anunciararisueo.

    Moiss se content con estrechar a Ramss entre sus brazos. El alejamiento en Mer-Ur le parecauna prueba que deba afrontar de la mejor forma posible. Unos sueos le obsesionaban, pero hablara deellos ms tarde, cuando su amigo hubiera salido de su gayola.

    Acha fue fro y distante; agradeci al prncipe su actitud y le prometi devolverle el favor si laocasin se presentaba, de lo cual dudaba; sus destinos no tenan muchas posibilidades de cruzarse.

    Seta record a Ramss que le haba invitado a reunirse con las serpientes y que una promesa era

    una promesa. Aprovechara aquel enojoso contratiempo para elegir el lugar ms favorable para laconfrontacin. No ocult su satisfaccin por poder ejercer su talento lejos de las ciudades y de estar cadada ms en contacto con el verdadero poder.

    Para sorpresa de su ayo, Ramss acept sin vacilar la prueba de la soledad. En un perodo en elque los jvenes de su edad gustaban de los placeres de la estacin de la inundacin, el prncipe seconsagr a las matemticas y a los viejos autores.

    Slo se conceda algunos paseos por los jardines, en compaa de su perro. Las conversacionescon Sary trataron sobre los temas ms austeros. Ramss mostr una sorprendente capacidad deconcentracin, sumada a una memoria excepcional. En pocas semanas, el muchacho se habatransformado en un hombre. Pronto el ex ayo no tendra mucho que ensearle.

    Ramss haba asumido este periodo de retiro forzoso con el mismo entusiasmo que un combate apuo limpio, en el que el adversario no era otro que l mismo. Desde su enfrentamiento con el toro salvaje,tena ganas de luchar contra otro monstruo, el adolescente pretencioso que era, demasiado seguro de simismo, impaciente y desordenado. Tal vez este combate no fuera menos peligroso.

    Constantemente, Ramss pensaba en su padre.Quiz no lo vera ms, quiz debera contentarse con aquel recuerdo y con la imagen de un faran

    que nadie podra igualar. Tras haber soltado el toro, le haba permitido tomar las riendas del carro duranteunos instantes. Luego, sin una palabra, se haba adueado de ellas. Ramss no se haba atrevido apreguntarle nada. Vivir cerca de l, aunque fuera unas horas, haba sido un privilegio.

    Convertirse en faran? Esta pregunta ya no tena mucho sentido. Se haba acalorado, como erasu costumbre, dejando vagar su imaginacin.

    Sin embargo, haba pasado la prueba del toro, un viejo rito cado en desuso. Ahora bien, Seti noactuaba a la ligera.

    Ms que preguntarse en el vaco, Ramss haba decidido llenar sus lagunas y alzarse a la altura desu amigo Ameni.

    Cualquiera que fuera su futura funcin, la valenta y la fogosidad no bastaran para realizarla; Seti,como los dems faraones, haba seguido el camino del escriba.

    Y la loca idea lo obsesionaba de nuevo! Volva como una ola, a pesar de sus esfuerzos porapartarla. No obstante, Sary le haba informado que su nombre, en la corte, estaba casi olvidado; ya nocontaba con muchos adversarios, puesto que se le saba condenado a un exilio dorado en una capital deprovincia.

    Ramss no contestaba, orientando la conversacin hacia el tringulo sagrado que permitaconstruir la pared de un templo o sobre la regla de las proporciones necesarias para crear un edificio segnla ley de Maat, la frgil y maravillosa diosa de la armona y la verdad.

    l, que amaba tanto montar a caballo, nadar o luchar a mano limpia, olvid la naturaleza y elmundo exterior, bajo la direccin de un Sary encantado de formar a un sabio; unos aos ms deperseverancia, y el antiguo agitador se mostrara digno de los maestros de obra del pasado.

    La falta cometida por Ramss y el castigo sufrido haban puesto al joven en el buen camino.La vspera de su liberacin, el prncipe cen con Sary sobre el tejado de la sala de clases.

    Sentados sobre esteras, bebieron cerveza fresca y degustaron pescado seco y habas especiadas.-Te felicito; tus progresos son notables.-Queda un detalle: qu puesto me han reservado?El preceptor pareci molesto.-Pues bien... debers pensar en descansar, despus de estos mprobos esfuerzos.-Qu significa esta evasiva?-Es algo delicado, pero... un prncipe puede disfrutar de su posicin.-Cul es mi futuro cargo, Sary?

    El preceptor evit la mirada de su discpulo.

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    -Por el momento, ninguno.-Quin ha tomado esa decisin?-Tu padre, el rey Seti.

    -Una promesa es una promesa -declar Seta.-Eres t, de verdad eres t?Seta haba cambiado. Mal afeitado, sin peluca, vestido con una tnica de piel de antlope con

    mltiples bolsillos, no se pareca mucho al estudiante admitido en la mejor universidad del pas. Si uno delos guardias de palacio no lo hubiera reconocido, habra sido expulsado sin contemplaciones.

    -Qu ha sucedido?-Ejerzo mi oficio y mantengo mi palabra.-Dnde piensas llevarme?-Ya lo vers... A menos que el miedo haga de ti un perjuro.La mirada de Ramss llame.-Vamos.Encaramados en unos asnos, cruzaron la ciudad, salieron por el sur, bordearon un canal, luego se

    desviaron hacia el desierto, en direccin a una antigua necrpolis. Era la primera vez que Ramssabandonaba el valle para entrar en un mundo inquietante, en el que la ley de los hombres no tena vigencia.

    -Esta noche habr luna llena -precis Seta con ojos golosos-. Todas las serpientes irn a la cita.Los asnos siguieron una pista que el prncipe habra sido incapaz de identificar; con paso seguro, y

    a buena marcha, penetraron en el cementerio abandonado.A lo lejos, el azul del Nilo y el verde de los cultivos. All, la arena estril hasta donde alcanzaba la

    vista, el silencio y el viento. Ramss comprendi en su carne por qu las gentes del templo llamaban aldesierto la tierra roja de Seth>, el dios de la tormenta y del fuego csmico. Seth haba quemado el suelo enaquellas soledades, pero tambin purificado a los humanos del tiempo y de la corrupcin. Gracias a l

    haban podido construir moradas de eternidad en las que las momias no se pudran.Ramss respir el aire vivificante.El faran era el amo de aquella tierra roja, as como de la tierra negra, frtil y limosa, que daba a

    Egipto abundantes alimentos. Deba conocer sus secretos, utilizar su fuerza y dominar sus poderes.-Si lo deseas, an ests a tiempo de echarte atrs.-Que la noche llegue rpido.

    5Una serpiente de lomo rojizo y vientre amarillo pas junto a Ramss y se ocult entre dos piedras.-Es inofensiva -indic Seta-; esta especie habita cerca de los monumentos abandonados.

    Habitualmente, durante el da, se refugia en el interior; sgueme.Los dos jvenes bajaron una pendiente empinada que terminaba en una tumba en ruinas. Ramss

    vacil antes de entrar en ella. -No hay ninguna momia; el lugar es fresco y seco, ya vers. Ningn demoniote atacara.

    Seta encendi una lmpara de aceite.Ramss descubri una especie de gruta, con el techo y los muros tallados de manera tosca.Probablemente el lugar nunca haba sido ocupado. El encantador de serpientes haba instalado variasmesas bajas sobre las cuales haba una piedra de afilar, una navaja de bronce, un peine de madera, unacantimplora, tabletas de madera, una paleta de escriba y cantidad de potes llenos de ungentos y pomadas.En unas jarras conservaba los ingredientes necesarios para la preparacin de los medicamentos: asfalto,limaduras de cobre, xido de plomo, almagre, alumbre, arcilla y numerosas plantas, entre ellas la nueza, elmeliloto, el ricino y la valeriana.

    La noche caa; el sol se volva anaranjado; el desierto, una extensin dorada recorrida por velos dearena que el viento transportaba de una duna a otra.

    -Desndate -orden Seta.Cuando el prncipe estuvo desnudo, su amigo lo unt con una mixtura a base de cebolla que l

    haba triturado y diluido en agua.-Las serpientes sienten horror por este olor -explic-.Qu funcin te han confiado?-Ninguna.-Un prncipe ocioso? Una jugarreta mas de tu ayo!

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    -No, es una orden de mi padre.-Se dira que has fracasado en la prueba del toro.Ramss se negaba a esta evidencia; sin embargo, ella aclaraba su alejamiento.-Olvida la corte, sus intrigas y sus golpes bajos; ven a trabajar conmigo. Las serpientes son

    enemigos terribles pero al menos no mienten.Ramss se sinti conmovido. Por qu su padre no le haba dicho la verdad? As pues, se haba

    burlado de l, sin dejarle la menor posibilidad de probar su valor.-Ahora viene una verdadera prueba; para estar inmunizado, debes tomar un brebaje desagradable

    y peligroso, hecho a base de tubrculos de plantas urticantes. Aminora la circulacin de la sangre, a veces

    hasta el punto de detenerla... Si vomitas, ests muerto. Esta experiencia no se la propondra a Ameni; turobusta constitucin debera soportarla. Luego, resistirs la mordedura de algunas serpientes.-No de todas?-Para las ms grandes hay que inyectarse cada da una pequea dosis de sangre de cobra diluida.

    Si te conviertes en un hombre del oficio, te beneficiars de ese tratamiento de favor. Bebe.El sabor era horrible.El fro se insinu en sus venas, Ramss sinti las nuseas al borde de los labios.-Resiste.Vomitar el dolor que le roa, vomitar, tenderse y dormir...Seta tom la mueca de Ramses.-Resiste, abre los ojos!El prncipe se recobr; Seta nunca lo haba vencido en la lucha. Su estmago se distendi, la

    sensacin de fro se atenu.-Eres muy robusto, pero no tienes ninguna posibilidad de reinar.-Por qu?-Porque has confiado en mi; podra haberte envenenado.

    -T eres mi amigo.-Qu sabes t?-Lo s.-Yo slo confi en las serpientes. Obedecen a su naturaleza y no la traicionan. Con los hombres es

    diferente. Se pasan la vida haciendo trampas y sacando provecho de sus timos.-T tambin?-Yo he abandonado la ciudad y vivo aqu.-Si mi existencia hubiera estado en peligro, no me habras cuidado?-Ponte esta tnica y salgamos, eres menos estpido de lo que pareces.En el desierto, Ramss vivi una noche maravillosa. Ni las risas siniestras de las hienas, ni los

    ladridos de los chacales, ni los mil y un sonidos extraos procedentes de otro mundo turbaron su embeleso.La tierra roja de Seth era portadora de las voces de los resucitados, sustitua el encanto del valle por elpoder del ms all.

    El verdadero poder... no lo haba descubierto Seta en la soledad encantada del desierto?Alrededor de ellos, silbidos.

    Seta caminaba delante, golpeando el suelo con un largo bastn. Se diriga hacia un montculo depiedras que el resplandor de la luna llena transformaba en castillo encantado.Siguiendo a su gua, Ramss ya no pensaba en el peligro. En la cintura, el especialista llevaba

    amarrados unos saquitos que contenan medicamentos de primeros auxilios, en caso de mordedura.Se detuvo al pie del montculo.-Mi maestro vive aqu -manifest Seta-. Quiz no aparezca, pues no le gustan los extraos.

    Seamos pacientes y roguemos al invisible que nos conceda su presencia.Seta y Ramss se sentaron como hacan los escribas. El prncipe se senta ligero, casi areo,

    gustaba del aire del desierto como de una golosina. El cielo con miles de estrellas haba sustituido los murosde la sala de clases.

    Una forma elegante y sinuosa se destac del centro del montculo. Una cobra negra, de un metro ymedio de largo, con escamas brillantes, sali de su cubil y se enderez, majestuosa. La luna la adornabacon un aura argentina, mientras su cabeza oscilaba, dispuesta al ataque.

    Seta se adelant y la lengua de la cobra negra emiti un silbido. Con un ademn, el encantadorde serpientes le indic a Ramss que se pusiera a su lado.

    Intrigado, el reptil se balance; a qu intruso atacara primero?

    Avanzando dos pasos, Seta se coloc a slo un metro de la cobra. Ramss lo imit.

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    -T eres la seora de la noche y fecundas la tierra para que sea frtil -dijo Seta con su voz msgrave, muy lentamente, separando cada slaba.

    Repiti el encantamiento unas diez veces, y pidi a Ramss que salmodiara a su vez. La msica delas palabras pareci calmar a la serpiente. En dos ocasiones se adelant para morder, pero se detuvo muycerca del rostro de Seta. Cuando ste pos la mano en la cabeza de la cobra, sta se inmoviliz.

    Ramss crey ver un fulgor rojo en sus ojos.-Tu turno, prncipe.El joven tendi el brazo; el reptil se abalanz sobre l.Ramss crey sentir la mordedura, pero la boca no haba vuelto a cerrarse, tanto le incomodaba el

    olor a cebolla del agresor.-Pon tu mano sobre su cabeza.Ramss no tembl. La cobra pareci retroceder. Los dedos juntos tocaron la cabeza de la serpiente

    negra. Durante unos instantes, la seora de la noche se haba sometido al hijo del rey.Seta tir a Ramss hacia atrs; el ataque de la cobra se perdi en el vaco.-Exageras, amigo; acaso olvidas que las fuerzas de las tinieblas jams son vencidas? Una cobra,

    el ureus, corona la frente del faran; si ella no te hubiera admitido, qu habras hecho?Ramss solt el aliento y contempl las estrellas.-Eres imprudente, pero tienes suerte: contra la mordedura de esta serpiente no existe antdoto

    alguno.

    6Ramss se lanz sobre la balsa formada por haces de tallos de papiro atados con cuerdecitas;

    frgil, el modesto flotador no resistira la dcima carrera de velocidad de aquel da, que el prncipe librabacontra un batalln de nadadores, excitados ante la idea de vencerle, sobre todo en presencia de un cortejode muchachas que presenciaban la competicin desde la orilla del canal. Con la esperanza de ganar, los

    jvenes llevaban al cuello amuletos: uno, en forma de rana, otro, en forma de una pata de buey, otro, comoun ojo protector; Ramss estaba desnudo, no se ayudaba de ninguna magia, pero nadaba ms de prisa quelos dems.

    La mayora de los atletas eran alentados por la dama de sus pensamientos; el hijo menor de Setino luchaba por nadie ms que por s mismo, con el fin de probarse que siempre poda ir ms all de susfuerzas y alcanzar el primero la orilla.

    Ramss termin la carrera con ms de cinco cuerpos de ventaja sobre el segundo; noexperimentaba la menor fatiga y habra continuado nadando durante horas. Despechados, sus adversarioslo felicitaron con indiferencia. Conocan el carcter arisco del joven prncipe, apartado para siempre de loscaminos del poder y condenado a convertirse en un letrado ocioso que pronto residira en el Gran Sur, lejosde Menfis y de la capital.

    Una hermosa muchacha morena de quince aos, ya una mujer, se acerc a l y le ofreci un trozode tela.

    -El viento es fresco, aqu tenis con qu secaros.No lo necesito.

    La muchacha era vivaz, con ojos de un verde picante, la nariz pequea y recta, los labios finos y elmentn apenas marcado. Graciosa y refinada, llevaba un vestido de lino transparente, procedente de untaller de lujo. En la cinta de la frente luca una flor de loto.

    -Estis equivocado; incluso los ms robustos se resfran.-No conozco la enfermedad.-Mi nombre es Iset; esta noche, con unas amigas, organizo una fiestecita. Aceptarais ser mi

    invitado?-De ninguna manera.-Si cambiis de opinin, seris bien venido.Sonriente, se fue sin mirar atrs.

    7Sary, el preceptor, dorma a la sombra de un gran sicmoro plantado en el centro de su jardn.

    Ramss iba y vena delante de su hermana Dolente, tendida en una tumbona. Ni hermosa ni fea, slo seinteresaba en su comodidad y en su bienestar; la posicin social de su marido le permita gozar de una

    existencia holgada, al abrigo de las preocupaciones diarias. Demasiado alta, perpetuamente cansada, con

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    la piel grasienta, sobre la que aplicaba ungentos a lo largo de los das, la hermana mayor de Ramss sevanagloriaba de conocer bien los pequeos secretos de la alta sociedad.

    -No me visitas muy a menudo, queridsimo hermano.-Estoy muy ocupado.-Los rumores dicen que ests ms bien ocioso.-Pregntaselo a tu marido.-No habrs venido por el placer de admirarme...-Tengo necesidad de consejo, es verdad.Dolente se sinti encantada; a Ramss no le gustaba deber algo a los dems.

    -Te escucho; si estoy de humor, te responder.-Conoces a una cierta Iset?-Descrbemela.El prncipe lo hizo.-Iset la bella! Una temible provocadora. A pesar de su corta edad, son incontables sus

    pretendientes. Algunos la consideran como la mujer ms bella de Menfis.-Y sus padres?-Notables ricos, pertenecientes a una familia introducida en palacio desde hace varias

    generaciones. Iset la bella te ha atrapado en sus redes?-Me ha invitado a una recepcin.-No estars solo! Esa muchacha da una fiesta cada noche. Sientes algo por ella?-Me ha provocado...-Dando el primer paso? No seas mojigato, querido hermano! ;A Iset la bella le has resultado de

    su gusto, eso es todo!-No es una muchacha para...-Y por qu no? Estamos en Egipto, no entre brbaros atrasados. No te la aconsejo como esposa,

    pero...-Cllate.-No quieres saber ms sobre Iset la bella?-Gracias, hermana; ya no necesito tus buenos oficios.-No te quedes mucho en Menfis.-Por qu esta advertencia?-Ya no eres nadie aqu. Si te quedas, te debilitars como una flor que no se riega. En provincias te

    respetarn. No cuentes con llevar all a Iset la bella, no le gustan los vencidos. He permitido que me diganque tu hermano, el futuro rey de Egipto, no es indiferente a sus encantos. Aljate de ella rpido, Ramss, sino tu pobre existencia corre al encuentro de graves peligros.

    No era una recepcin corriente. Varias muchachas de buena familia, alentadas por una coregrafaprofesional, haban decidido mostrar sus dotes mediante la danza. Ramss haba llegado tarde, no deseabaparticipar en el banquete. Sin querer, se encontr en primera fila de los espectadores.

    Las doce bailarinas haban elegido desplegar su talento al borde de un amplio espejo de agua

    donde florecan lotos blancos y azules; antorchas colocadas en el extremo de largos mstiles iluminaban laescena.Vestidas con una redecilla de perlas bajo una corta tnica, provistas de pelucas de tres hileras de

    trenzas, adornadas con collares largos y pulseras de lapislzuli, las muchachas esbozaban gestos lascivos;giles, bien coordinadas, se inclinaron hasta el suelo, tendieron los brazos hacia invisibles compaeros y losabrazaron. Sus movimientos eran de una lentitud deliciosa. Los espectadores contenan el aliento.

    De repente, las bailarinas se quitaron la peluca, la tnica y la redecilla; con los cabellos recogidosen un moo y los senos desnudos, apenas vestidas con un corto taparrabo, golpearon el suelo con el piederecho; luego, con una conjuncin perfecta, realizaron un salto hacia atrs que provoc exclamaciones depasmo. Curvndose e inclinndose con gracia, lograron otras acrobacias igualmente espectaculares.

    Cuatro muchachas se destacaron del grupo, las otras cantaron y llevaron el ritmo golpeando con lasmanos. Las solistas, que conocan el antiguo adagio, imitaron los cuatro vientos procedentes de los puntoscardinales. Iset la bella encarn el dulce viento norte que durante las trridas noches permite respirar a losvivos. Eclips a sus compaeras, visiblemente satisfecha de captar todas las miradas.

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    Ramss no resisti al hechizo. S, era magnfica y no tena rival. Se servia de su cuerpo como deun instrumento que dominaba las melodas con una especie de desapego, como si se contemplara a smisma, sin pudor. Por primera vez, Ramss miraba a una mujer con el deseo de estrecharla en sus brazos.

    Al terminar la danza, pas entre las filas de espectadores y se sent, apartado, en la esquina de uncorral para asnos.

    Iset la bella se haba divertido provocndolo. Sabiendo que se casara con su hermano, le asestabaun golpe fatal para hacerle sentir mejor su exclusin. l, que haba soado con un gran destino, sufrahumillacin tras humillacin. Tena que salir de ese circulo infernal y desprenderse de los demonios queentorpecan sus pasos. Ir a provincias? Bueno. All probara su valor, de cualquier manera. De fracasar, se

    reunira con Seta y dominara a las serpientes ms peligrosas.-Estis preocupado?Iset la bella se haba acercado sin ruido y le sonrea.-No, meditaba.-Una meditacin muy profunda... Todos los invitados se han ido, mis padres y los criados duermen.Ramss no haba tenido conciencia del tiempo; molesto, se levant.-Perdonadme, dejo vuestra casa ahora mismo.-Os ha dicho alguna mujer que sois hermoso y seductor?Con los cabellos sueltos, los senos desnudos y un ardor turbador en el fondo de los ojos, le cerr el

    paso.-No sois la prometida de mi hermano?-El hijo de un rey hace caso de chismes? Amo a quien quiero, y no amo a tu hermano. Es a ti a

    quien deseo, aqu y ahora.-Hijo de un rey... An lo soy?-Hazme el amor.Juntos se desataron el taparrabo.

    -Yo venero la belleza, Ramss, y t eres la belleza misma.Las manos del prncipe se volvieron caricias, no concediendo ninguna iniciativa a la joven; quera

    dar y no tomar nada, ofrecer a su amante el fuego que se haba apoderado de su ser.Conquistada, ella se abandon en seguida; con un instinto de una increble seguridad, Ramss

    descubri los lugares secretos de su placer y, a pesar de su fogosidad, se demor con ternura.Ella era virgen, como l. En medio de la dulzura de la noche, se ofrecieron el uno al otro,

    embriagados por un deseo que no dejaba de renovarse.

    8

    Vigilante estaba hambriento.Con una lengua decidida, el perro amarillo oro lami el rostro de su amo, que dorma desde hacia

    mucho rato. Ramss se despert sobresaltado, an sumido en un sueo en el que estrechaba el cuerpoamoroso de una mujer con los senos semejantes a manzanas dulces, labios tiernos como caa de azcar ypiernas giles como plantas trepadoras.

    Un sueo ...No, no era un sueo! Ella exista, se llamaba Iset la bella, se haba entregado a l y lehaba hecho descubrir el placer.Vigilante, indiferente a los recuerdos del prncipe, lanz unos ladridos de desesperacin. Ramss

    comprendi finalmente la urgencia de la situacin que lo condujo a las cocinas de palacio, donde comenz adevorarlo todo. Una vez la escudilla vaca, lo llev de paseo por los alrededores de las cuadras.

    All estaban reunidos unos magnficos caballos, que gozaban de una higiene muy estricta y de unmantenimiento permanente. Vigilante desconfiaba de aquellos cuadrpedos de altas patas, que a vecestenan reacciones inesperadas. Con prudencia, trotaba detrs de su amo.

    Unos palafreneros se burlaban de un aprendiz que llevaba con dificultad un capazo lleno deestircol. Uno de ellos le hizo la zancadilla y el desdichado solt el capazo, cuyo contenido se desparramfrente a l.

    --Recgelo -orden el verdugo, un cincuentn de rostro rudo.El infeliz se volvi y Ramss lo reconoci.-;Ameni!El prncipe salt, empuj al palafrenero y levant a su amigo, que estaba temblando.---Por qu ests aqu?

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    Acongojado, el muchacho farfull una respuesta incomprensible. Una mano rencorosa se pos enel hombro de Ramses.

    -Di pues, t... Quin eres para permitirte molestarnos?Con un codazo en el pecho, Ramss apart al preguntn, que cay hacia atrs. Furioso por haber

    sido ridiculizado, con los labios torcidos en un rictus, se dirigi a sus compaeros.-Vamos a ensearles educacin a estos dos chiquillos insolentes...El perro amarillo oro ladr y mostr los dientes.-Corre -orden Ramss a Ameni.El escriba fue incapaz de moverse.

    Uno contra seis. Ramss no tena ninguna posibilidad de ganar. Mientras los palafrenerosestuvieran persuadidos de ello, l conservara una minscula posibilidad de salir de aquel avispero. El mscorpulento se lanz sobre l. Su puo slo golpe el vaco y, sin comprender lo que le suceda, fuelevantado en vilo y cay pesadamente sobre la espalda. Dos de sus compaeros corrieron la misma suerte.

    Ramss se felicit por haber sido un alumno asiduo y concienzudo de la escuela de lucha; aquelloshombres, que slo contaban con la fuerza bruta y queran ganar demasiado de prisa, no saban pelear.Vigilante, mordiendo las pantorrillas del cuarto hombre y apartndose lo bastante rpido para no recibiralgn golpe, participaba en el combate. Ameni haba cerrado los ojos, por donde asomaban unas lgrimas.

    Los palafreneros se reagruparon, vacilantes; slo el hijo de un noble poda conocer aquellas llavesde lucha.

    -De dnde eres?-Tenis miedo, seis contra uno?El ms furioso blandi un cuchillo, riendo.-Tienes una hermosa boquita, pero un accidente va a desfigurarte.Ramss no haba luchado nunca contra un hombre armado.-Un accidente, con testigos... e incluso el pequeo estar de acuerdo con nosotros en salvar la piel.

    El prncipe conserv los ojos fijos en el cuchillo de hoja corta. El palafrenero se diverta trazandocrculos para asustarlo. Ramss no se movi, dejando al hombre girar a su alrededor; el perro quisodefender a su dueo.

    -Quieto, Vigilante!-Muy bien, quieres a este horrible animal... Es tan feo que no merece vivir.-Ataca primero al que es ms fuerte que t.-Eres muy pretencioso!La hoja roz la mejilla de Ramss; de un puntapi en la mueca, intent desarmar al palafrenero,

    pero solamente lo roz.-Eres duro de pelar... pero ests solo!Los dems sacaron sus cuchillos.Ramss no sinti ningn miedo. Lo invadi una fuerza desconocida hasta entonces, un furor contra

    la injusticia y la cobarda.Antes de que sus adversarios se organizaran, golpe a dos de ellos y los derrib, evitando las hojas

    vengativas.

    -Basta, compaeros! -grit un palafrenero.Una silla de manos acababa de franquear el porche de las cuadras. Su esplendor probabasuficientemente el rango de quien la ocupaba; con la espalda apoyada contra un alto respaldo, los piessobre un taburete, los codos sobre los brazos de la silla y la cabeza protegida por una sombrilla, el granpersonaje se enjugaba la frente con una tela perfumada. De unos veinte aos, con el rostro redondo, casilunar, las mejillas rollizas, unos pequeos ojos marrones y los labios gruesos y golosos, el noble, bienalimentado y ajeno a cualquier ejercicio fsico, pesaba mucho sobre los hombros de los doce porteadores,bien remunerados a cambio de su celeridad.

    Los palafreneros se fueron. Ramss hizo frente al que llegaba, mientras el perro lama la pierna deAmeni a fin de tranquilizarlo.

    -Ramss! Todava en las cuadras... En verdad, los animales son tu mejor compaa.-Qu viene a hacer mi hermano Chenar a estos lugares de mala fama?-Inspecciono, como el faran me ha pedido que haga. Un futuro rey no debe ignorar nada de su

    reino.-Es el cielo quien te enva.-T crees?

    -Dudaras en reparar una injusticia?

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    -De qu se trata?-De este joven escriba, Ameni. Ha sido arrastrado aqu a la fuerza por seis palafreneros y

    martirizado.Chenar sonri.-Mi pobre Ramss, ests muy mal informado! Acaso tu Joven amigo te ha ocultado la sancin

    que le afecta?El prncipe se volvi hacia Ameni, incapaz de hablar.-Este escriba novato ha pretendido corregir el error de un superior que en seguida se ha quejado de

    tanta arrogancia. He estimado que una estancia en las cuadras le hara un gran bien a este pequeo

    jactancioso. Transportar estircol y forraje le encorvar el espinazo.-Ameni no tendr fuerzas para ello.Chenar orden a los porteadores posar la silla en el suelo.Su porta sandalias dispuso en seguida un escabel, calz los pies de su amo y lo ayud a bajar.-Caminemos -exigi Chenar-; debo hablarte en privado.Ramss dej a Ameni al cuidado de Vigilante.Los dos hermanos dieron unos pasos por un corredor enlosado, al resguardo del sol, que Chenar,

    de piel muy blanca, detestaba.Cmo imaginar a dos hombres ms distintos? Chenar era pequeo, rechoncho, relleno, y ya

    pareca un notable demasiado cebado con buenas carnes. Ramss era alto, gil y musculoso, en elesplendor de una juventud triunfante. La voz del primero era untuosa y titubeante, la del segundo, grave yclara. Entre ellos no haba ningn punto en comn excepto el hecho de ser hijos del faran.

    -Anula tu decisin -exigi Ramss.-Olvida a ese aborto y abordemos los problemas serios; no debas abandonar pronto la capital?-Nadie me lo ha pedido.-Pues bien, est hecho.

    -Por qu debera obedecerte?-Olvidas mi posicin y la tuya?-Debo alegrarme de que seamos hermanos?-No juegues al astuto conmigo y contntate con correr, nadar y ponerte fuerte. Un da, si mi padre y

    yo queremos, tal vez tengas un puesto en el ejrcito activo; defender nuestro pas es una noble causa. Paraun muchacho como t, la atmsfera de Menfis es nociva.

    -En estas ltimas semanas empezaba a acostumbrarme.-No inicies una lucha intil y no me obligues a provocar una intervencin brutal de nuestro padre.

    Prepara tu partida sin escndalo y desaparece del mismo modo. Dentro de dos o tres semanas te indicartu destino.

    -Y Ameni?-Ya te dije que olvidaras a tu miserable pequeo espa, y me horroriza repetirme. Un ltimo punto:

    no intentes volver a ver a Iset la bella. Has olvidado que desprecia a los vencidos.

    9Las audiencias de la reina Tuya haban sido agotadoras. En ausencia de su marido, que habapartido a inspeccionar las lneas de defensa de la frontera nordeste, haba recibido al visir, al director delTesoro, a dos jefes de provincia y a un escriba de los archivos. Muchos problemas urgentes que resolver alinstante, intentando evitar los desaciertos.

    Seti estaba cada vez ms preocupado por la agitacin permanente de las pequeas comunidadesde Asia y de Siria-Palestina, que los hititas alentaban a sublevarse. Normalmente, una visita protocolaria delfaran bastaba para calmar a unos reyezuelos parcos en palabras.

    Hija de un oficial de carros, Tuya no perteneca ni a una estirpe real ni a una noble ascendencia,pero se haba impuesto rpidamente en la corte y en el pas por sus cualidades. Tena una elegancianatural: el cuerpo muy delgado, el rostro con grandes ojos almendrados, severos y penetrantes. Una narizfina y recta le conferia un porte altivo. Como su esposo, impona respeto y no toleraba ninguna familiaridad.La brillantez de la corte de Egipto era su preocupacin esencial; del ejercicio de sus responsabilidadesdependa la grandeza del pas y el bienestar de su pueblo.

    Ante la idea de recibir a Ramss, su hijo preferido, la fatiga se evapor. Aunque haba elegido el jardn del palacio como marco para la entrevista, haba conservado su largo vestido de lino con ribete deoro, una capa corta plisada sobre los hombros, un collar de amatistas de seis vueltas y una peluca con

    Comentario: El pueblo habitaba en la actual Tu

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    mechones ensortijados, paralelos y del mismo grosor, que le ocultaban las orejas y la nuca. Cunto legustaba pasearse entre las acacias, los sauces y los granados, al pie de los cuales crecan acianos,margaritas silvestres y espuelas de caballero!

    No hay ms bella creacin divina que un jardn, donde todas las criaturas vegetales entonaban, a lolargo de las estaciones, la alabanza de Dios. Da y noche, Tuya se conceda unos minutos de ensueo enaquel paraso antes de preocuparse de los deberes de su cargo.

    Cuando Ramss se dirigi hacia ella, la reina se sorprendi. En unos meses, el muchacho se habaconvertido en un hombre de una belleza notable. Al verlo se impona una sensacin: la de poder. Porsupuesto an le quedaban trazas de la adolescencia, en el porte o en las actitudes, pero la indolencia del

    nio haba desaparecido.Ramss se inclin ante su madre.-El protocolo te impedira besarme?La estrech unos instantes en sus brazos; cun frgil le pareci!-Te acuerdas del sicmoro que plantaste cuando tenias tres aos? Ven a admirarlo, est

    maravilloso.Tuya supo muy pronto que no lograra calmar la clera sorda de su hijo; aquel jardn, en el que

    haba pasado numerosas horas cuidando los rboles, se le haba vuelto extrao.-Has sufrido una dura prueba.-El toro salvaje o la soledad del ltimo verano? En el fondo, poco importa, puesto que el coraje es

    ineficaz ante la injusticia.-Tienes alguna queja?-Mi amigo Ameni ha sido acusado injustamente de insubordinacin y de injurias a un superior.

    Debido a la intervencin de mi hermano, ha sido despedido del despacho de escriba en el que trabajaba ycondenado a penosos trabajos en las cuadras. No tiene fuerzas para ello. Este castigo inicuo lo matar.

    -Son acusaciones graves. Sabes que no me gustan los chismes.

    -Ameni no me ha mentido; es un ser recto y puro. Debe morir slo porque es mi amigo y hasuscitado el odio de Chenar?

    -Detestas a tu hermano mayor?-Nos ignoramos.-l te teme.-Me ha invitado expeditamente a abandonar Menfis lo antes posible.-No lo has provocado convirtindote en amante de Iset la bella?Ramss no disimul su sorpresa.-Ya lo sabes...-No es mi deber?-Acaso soy espiado permanentemente?--Por un lado, eres hijo del rey; por otro, Iset la bella es algo parlanchina.-Por qu se jactara de haber ofrecido su virginidad a un vencido?-Sin duda porque cree en ti.-Una simple aventura para burlarse de mi hermano.

    -No estoy tan segura de ello; la amas, Ramss?El joven dud.-Amo su cuerpo, deseo volver a verla, pero...-Piensas casarte con ella?-Casarme con ella!-Est en el orden de las cosas, hijo mo.-No, todava no...-Iset la bella es una persona muy testaruda; puesto que te ha elegido, no renunciar tan pronto.-Mi hermano no es mejor partido?-No parece que sa sea su opinin.-A menos que haya decidido seducimos a los dos!-Piensas que una joven podra ser tan astuta?-Despus de las desdichas de Ameni, cmo tenerle confianza a alguien?-Ya no soy digna de la tuya?Ramss tom la mano derecha de su madre.-S que jams me traicionars.

    -Existe una posible solucin, en lo que concierne a Ameni.

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    -Cul?-Convirtete en escriba real; podrs elegir a tu secretario.

    Con una obstinacin que provocaba la admiracin de Ramss, Ameni resista, a pesar de losesfuerzos fsicos que se le imponan. Temiendo una nueva intervencin del hijo de Seti, cuya identidadhaban descubierto, los palafreneros ya no lo torturaban. Uno de ellos, arrepentido, cargaba menos loscapazos y a menudo prestaba ayuda al frgil muchacho, que, no obstante, se debilitaba da tras da.

    Cuando Ramss se present al concurso de escriba real, no estaba preparado. El examen tenalugar en el patio contiguo a los despachos del visir; los carpinteros haban levantado columnitas de madera,

    y tendieron telas para proteger del sol a los participantes.Ramss no gozaba de ningn privilegio. Ni su padre ni su madre habran podido intervenir en sufavor, sopena de violar la ley de Maat. Ameni se habra presentado a este concurso tarde o temprano;Ramss no posea ni sus conocimientos ni su talento. Pero luchara por l.

    Un viejo escriba, apoyndose en un bastn, areng a los cincuenta jvenes que esperaban obtenerlos dos puestos de escriba real ofrecidos por la administracin.

    -Habis estudiado con el fin de obtener un cargo que os permitir ejercer un poder. Pero sabiscmo comportaros?

    Tened las ropas limpias, las sandalias inmaculadas, velad sobre vuestro rollo de papiro y desterradla pereza! Que vuestra mano escriba sin vacilacin, que vuestra boca profiera las palabras justas, no oscansis de estudiar y estudiar cada vez ms, obedeced las rdenes de vuestros superiores y tened un soloideal: practicar correctamente vuestro oficio, ser til a los dems. No seis indisciplinados; un monoentiende lo que se le dice, un len puede ser amaestrado, pero nadie es ms estpido que un escribadisipado. Contra la ociosidad, un nico remedio: el bastn! ste abre los odos que estn en la espalda ycoloca las ideas en su lugar. Ahora, a trabajar.

    Se les dio a los candidatos una paleta de madera de sicmoro cubierta con una fina capa de yeso

    endurecido; en el centro, una cavidad que contena las caas que servan para escribir. Cada cual diluy lospanes de tinta roja y negra en un poco de agua e implor al gran sabio Imhotep, patrn de los escribas,vertiendo unas gotas de tinta en su memoria.

    Durante varias horas fue necesario copiar inscripciones, responder a preguntas de gramtica y devocabulario, resolver problemas de matemticas y de geometra, redactar un modelo de carta, recopilar alos clsicos. Varios candidatos abandonaron; otros carecan de concentracin. Lleg la ltima prueba, enforma de enigmas.

    En el cuarto, Ramss tropez: cmo transformara el escriba la muerte en vida? No se imaginabaque un letrado dispusiera de semejante poder! No se le ocurri ninguna respuesta satisfactoria. Este lapsus,aadido a inevitables errores de detalle, podan eliminarle. Su empeo fue intil; no daba con la solucin.

    No obstante, si fracasaba, no abandonara a Ameni. Lo llevara al desierto, junto a Seta y susserpientes; ms vala arriesgarse a la muerte a cada instante que sobrevivir como un prisionero.

    Un babuino baj de una palmera y se introdujo en la sala de exmenes; los vigilantes no tuvierontiempo de intervenir.

    Salt sobre los hombros de Ramss, que permaneci impasible. El mono murmur unas palabras

    al odo del joven y desapareci como haba venido.Durante unos instantes, el hijo del rey y el animal sagrado del dios Thot, el creador de losjeroglficos, haban formado un solo ser; sus pensamientos se haban unido, el espritu de uno haba guiadola mano del otro.

    Ramss ley la respuesta que le haba sido dictada: el raspador de fina arenisca, con el que elescriba sacaba la capa de yeso sobre la que haba escrito a fin de sustituirla por una nueva capa, le permitahacer que la paleta pasara de la muerte a la vida, dejndola de nuevo utilizable, como nueva.

    Ameni sufra tanto que ya no lograba levantar el capazo.Sus huesos estaban a punto de romperse y la nuca y el cuello ms tiesos que una rama seca.

    Incluso si se le pegaba, no tendra fuerzas para avanzar. Qu cruel se mostraba la suerte!Leer, escribir, trazar jeroglficos, escuchar las palabras de los sabios, recopilar los textos que haba

    creado la civilizacin...Qu maravilloso porvenir haba imaginado! Por ltima vez, intent desplazar la carga.Una mano poderosa se encarg de ello.-Ramss!

    -Qu piensas de este objeto?

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    El prncipe mostr a su amigo un portapinceles de madera dorada, en forma de columna coronadacon un lirio de cabeza cnica, que serva para pulir una inscripcin.

    -Es magnifico!-Ser tuyo si descifras la inscripcin.-Que el babuino de Thot proteja al escriba real... No tiene ninguna dificultad!-Yo, Ramss, como escriba real, te tomo como secretario particular.

    La choza de caas, construida junto a un campo de trigo, estaba abandonada por la noche, por loque Iset la bella y Ramss ocultaban en ella sus amores, bajo la proteccin de Vigilante, dispuesto a alejar a

    cualquier inoportuno.La sensualidad de los jvenes armonizaba a las mil maravillas; inventivos, apasionados,inagotables, se ofrecan horas de gozo sin intercambiar una palabra.

    Aquella noche, Iset la bella, lnguida y satisfecha, con la cabeza apoyada en el pecho de suamante, canturreaba.

    -Por qu ests conmigo? -quiso saber Ramss.-Porque te has convertido en escriba real.-Una persona de tu condicin no ambiciona un matrimonio mejor?-Compartir la existencia de un hijo de Seti... qu puede haber mejor?-Casarse con el futuro faran.La joven hizo una mueca.-Pens en ello... Pero no me gusta: est demasiado gordo, demasiado pesado, es demasiado

    astuto. Ser tocada por l me repugna, y por ello he decidido amarte.-Que lo has decidido?-Cada ser humano posee una fuerza para el amor; unos se dejan seducir, otros seducen. Yo no me

    convertir en el juguete de un hombre, aunque sea el rey. Te he elegido, Ramss, y t me eligirs, pues

    somos de la misma raza.

    An febril por la noche apasionada vivida en los brazos de su amante, Ramss cruzaba el jardn desu lugar de trabajo, cuando Ameni sali de su despacho, que daba a un macizo de iris, y le cerr el paso.

    Debo hablarte!-Tengo sueo... Puedes esperar?No, no! Es muy importante.-En ese caso, dame de beber.-Leche, pan fresco, dtiles y miel: el desayuno principesco est preparado. Antes, el escriba real

    Ramss debe saber que est invitado, en compaa de sus colegas, a una recepcin en palacio.-Quieres decir... en casa de mi padre?-Slo existe un Set.-En palacio., como invitado! Es una de tus bromas de mal gusto?-Comunicarte las noticias importantes forma parte de mis funciones.-En palacio...

    Ramss soaba con encontrarse de nuevo con su padre; como escriba real, sin duda tendraderecho a una corta entrevista. Qu decirle? Sublevarse, pedir explicaciones, protestar contra su actitud,saber lo que exiga de l, preguntarle qu suerte le reservaba... Tena tiempo para reflexionar.

    -Hay otra novedad, menos buena.-Explcate.-De los panes de tinta negra que me entregaron ayer, dos son de muy mala calidad. Tengo la

    mana de probarlos antes de utilizarlos, y no lo lamento.-Tan dramtico es eso?El error es grave! Tengo intencin de investigar en tu nombre. Un escriba real no puede aceptar

    semejantes prcticas.-Como quieras; puedo dormir un poco?

    10Sary felicit a su antiguo alumno. En lo sucesivo, Ramss ya no necesitara a un preceptor que

    reconoci no haberlo preparado para el difcil concurso de escriba real. Este xito del alumno, no obstante,haba sido en parte atribuido al maestro. Tambin haba sido nombrado administrador del Kap,nombramiento que le garantizaba una carrera apacible.

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    -Me has sorprendido, lo confieso; pero no te embriagues con este xito. Te ha permitido repararuna injusticia y salvar a Ameni, no es suficiente?

    -No te comprendo.-He cumplido la misin que me habas encomendado: identificar a tus amigos y a tus enemigos. En

    la primera categora slo veo a tu secretario. Tu golpe de efecto ha suscitado envidias, pero poco importa: loesencial es abandonar Menfis y establecerte en el Sur.

    No ser mi hermano quien te enva?Sary pareci contrariado.-No imagines oscuras maquinaciones... Pero no vayas a palacio. Esa recepcin no te interesa.

    -Soy escriba real.-Creme, tu presencia no es ni deseada ni deseable.-Y si me empeo?-Seguirs siendo escriba real... pero sin destino. No te opongas a Chenar o causars tu desgracia.Mil seiscientos sacos de trigo y otros tantos de harina haban sido llevados al palacio real con el fin

    de preparar miles de pasteles y panecillos de diversas formas, cuya degustacin se acompaara decerveza dulce y vino de los oasis. Gracias a la diligencia del copero real, los invitados a la recepcin enhonor de los escribas reales saborearan las obras maestras de los pasteleros y panaderos en cuantoapareciera la primera estrella en el cielo nocturno.

    Ramss fue de los primeros en presentarse ante la gran puerta abierta del recinto, que vigilaba day noche la guardia privada del faran. Aunque los soldados reconocieron al hijo menor de Seti, examinaronsu diploma de escriba real antes de dejarlo entrar en el amplio jardn plantado con centenares de rboles,entre ellos viejas acacias que se reflejaban en el agua de un lago. Aqu y all estaban dispuestas mesasprovistas de cestas con pasteles, panes y frutas, y cubiertas de arreglos florales. Los escanciadores vertanvino y cerveza en copas de alabastro.

    El prncipe slo tena ojos para el edificio central en el que se encontraban las salas de audiencia,

    con los muros revestidos de cermica barnizada cuyos colores tornasolados maravillaban a los visitantes;antes de convertirse en interno del Kap, haba jugado en los apartamentos reales e incluso se habaaventurado por los escalones de la sala del trono, no sin haber sido reprendido por su nodriza, que lo habaamamantado hasta pasados los tres aos. Se acordaba del sitial del faran, colocado sobre un zcalo quesimbolizaba la rectitud de Ramss crey que el monarca recibira a los escribas en el interior, pero tuvo querendirse a la evidencia: Seti se limitara a aparecer en la ventana del palacio que daba sobre un gran patiodonde ellos estaran reunidos, y pronunciara un breve discurso destinado a precisarles, una vez ms, laamplitud de sus deberes y sus responsabilidades.

    Cmo, en esas condiciones, hablarle cara a cara? A veces, el rey se mezclaba unos instantesentre sus sbditos y Felicitaba personalmente a los ms brillantes de entre ellos. Ahora bien, Ramss, autorde un trabajo sin faltas, haba resuelto, slo l, el enigma de la paleta resucitada; se prepar pues a afrontara su padre, y a protestar contra su silencio. Si deba abandonar Menfis y encerrarse en una oscura funcinde escriba provinciano, quera recibir la orden del faran, no de nadie ms.

    Los escribas reales, sus familias y mucha gente mundana que no se perda ninguna recepcin de lacalidad de aqulla, beban, coman y charlaban. Ramss probo el vino elaborado en los oasis, luego la

    fuerte cerveza. Vaciando su copa, divis a una pareja sentada en un banco de piedra al abrigo de uncenador.Una pareja formada por su hermano Chenar e Iset la bella.Ramss se acerc raudo.-No crees, hermosa Iset, que tendras que hacer una eleccin definitiva?La joven se sobresalt, Chenar conserv la calma.-Eres muy descorts, querido hermano; acaso no tengo derecho a conversar con una dama de

    calidad?-Lo es de verdad?-No seas grosero.Con las mejillas ardiendo, Iset la bella huy, dejando a los dos hermanos frente a frente.-Te vuelves insoportable, Ramss; tu lugar ya no est aqu.-No soy escriba real?-Una fanfarronera ms! No tendrs ningn puesto sin mi conformidad.-Tu amigo Sary me lo ha advertido.-Mi amigo... EI tuyo, ms bien! Ha intentado evitarte un nuevo paso en falso.

    -No te acerques a esa mujer.

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    -Te atreves a amenazarme, a m!-Si a tus ojos no soy nada, qu tengo que perder?Chenar cort la disputa; su voz se volvi untuosa.-Tienes razn; es bueno que una mujer sea fiel. Dejemos que ella decida, quieres?-Acepto.-Divirtete, ya que ests aqu.-En qu momento hablar el rey?-Ah... no ests al corriente! El faran est en el norte; me ha encargado felicitar a los escribas

    reales en su nombre.

    Tu xito merece la recompensa prevista: una cacera en el desierto.Chenar se alej.Despechado, Ramss vaci de un trago una copa de vino.As pues, ya no volvera a ver a su padre; Chenar lo haba provocado para humillarlo mejor.

    Bebiendo ms de lo razonable, el prncipe rehus mezclarse con los pequeos grupos, cuyas ftilesconversaciones lo irritaban. Con el espritu entristecido, tropez con un elegante escriba.

    -Ramss! Qu alegra volver a verte!-Acha... an en Menfis?-Parto pasado maana hacia el norte. No conoces la gran noticia? La guerra de Troya ha

    evolucionado decisivamente. Los brbaros griegos no han renunciado a apoderarse de la ciudad de Priam,y se murmura que Aquiles ha matado a Hctor. Mi primera misin al lado de los enviados veteranos serconfirmar o negar estos hechos. Y t... pronto a cargo de una gran administracin?

    -Lo ignoro.-Tu reciente xito suscita elogios y envidias.-Ya me acostumbrar.-No tienes ganas de partir al extranjero? Ah, perdname! Olvidaba tu prximo matrimonio. No

    asistir a l, pero estar de todo corazn contigo.Un embajador tom a Acha por el brazo y lo llev aparte; la misin del diplomtico en ciernes ya

    haba empezado.Ramss sinti que lo embargaba una embriaguez malsana; pareca un remo roto, una mansin

    cuyos muros se tambaleaban. Rabioso, lanz la copa a lo lejos, jurndose que no zozobrara nunca ms enaquella decadencia.

    Los numerosos cazadores salieron al alba hacia el desierto del oeste. Ramss haba confiado superro a Ameni, decidido ste a dilucidar el enigma de los panes de tinta defectuosos. Durante el da,interrogara a los responsables de la produccin con el fin de encontrar una pista que condujese hasta elautor del error.

    Chenar, desde lo alto de su silla de manos, haba saludado la salida de la cacera en la que noparticipaba, contentndose con pedir el favor de los dioses para los valientes hombres, encargados de traerlas piezas cobradas.

    Formando parte del equipo, a bordo de un carro ligero conducido por un antiguo soldado, Ramssvolvi a encontrar el desierto con alegra. bex, bbalos, oryx, leopardos, leones, panteras, cienos,

    avestruces, gacelas, hienas, liebres, zorros...Una fauna variada viva en l, temerosos tan slo de los asaltos organizados del hombre.El montero mayor no haba dejado nada al azar. Perros bien entrenados seguan los carros,

    algunos de los cuales estaban cargados de provisiones y de jarras que contenan agua fresca. Incluso sehaban previsto tiendas en el caso de que la persecucin de una hermosa pieza se prolongara hasta lanoche. Los cazadores disponan de lazos, arcos nuevos y una gran cantidad de flechas.

    -Qu prefieres? -pregunt el conductor del carro-: matar o capturar?-Capturar- respondi Ramss.-Entonces, t te servirs del lazo y yo del arco. Matar es una necesidad para sobrevivir; nadie

    escapa a ella. S quien eres, hijo de Seti; pero ante el peligro, somos iguales.-No es verdad.-Te crees superior hasta ese punto?-Eres t quien lo es, debido a tu experiencia. Para m, es la primera cacera.El veterano se encogi de hombros.-Basta de discursos. Observa y advirteme si distingues una presa.Ni un aterrado zorro ni un jerbo llamaron la atencin del veterano, que los abandon a los dems

    equipos; pronto, el grupo compacto de cazadores se dispers.

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    El prncipe divis una manada de gacelas.-Magnfico! -exclam su compaero, lanzndose en su persecucin.Tres de ellas, viejas o enfermas, se separaron de sus congneres y se introdujeron en el lecho de

    un vado que serpenteaba entre dos paredes rocosas.El carro se inmoviliz.-Hay que caminar.-Por qu?-El suelo es demasiado irregular, las ruedas se romperan.-Pero las gacelas se distanciarn de nosotros!

    -No lo creas; conozco este lugar. Se refugiarn en una gruta donde las abatiremos fcilmente.Caminaron pues, durante ms de tres horas, con la mente puesta en la meta, indiferentes al pesode las armas y de las provisiones. Cuando el calor se hizo demasiado intenso, se detuvieron a la sombra deuna bancada de piedra, sobre la cual crecan plantas grasas, y comieron.

    -Ests cansado?-No.-Entonces tienes sentido del desierto. Este te corta las piernas o te da una energa que se renueva

    al contacto con la arena ardiente.Pedazos de roca estallaban, rodaban por las paredes y caan en el cascajo que ocupaba el fondo

    del seco torrente.Cmo imaginar, en el corazn de aquella tierra roja y estril, que exista un ro nutricio, rboles y

    campos cultivados? El desierto era el otro mundo enquistado en el corazn de los humanos. Ramss sintila precariedad de su existencia y, al mismo tiempo, el poder que podan transmitir los elementos al alma delsilencioso. Dios haba creado el desierto para que el hombre callara y pudiera or la voz del fuego secreto.

    El veterano verific las flechas provistas de una punta de slex; dos aletas de borde redondeadosentan de contrapeso en el extremo de la ranura.

    -No son las mejores, pero nos contentaremos con ellas.-La gruta est muy lejos?-A una hora, aproximadamente; deseas regresar?-En marcha.Ni serpiente ni escorpin... ningn ser vivo pareca habitar aquella desolacin. Sin duda se

    enterraban en la arena o bajo las rocas, esperando el frescor de la noche para salir.-Me duele la pierna izquierda -se lament el compaero de Ramss-; una vieja herida que

    despierta. Ms valdra pararnos para descansar.Cuando cay la noche, el hombre segua sufriendo.-Duerme -le recomend a Ramss-; el dolor me mantendr despierto. Si me vence el sueo, te

    avisare.

    Primero fue una caricia, luego, muy de prisa, una quemadura. El sol slo conceda al alba unabreve ternura: cuando sala vencedor de su combate contra las tinieblas y el dragn devorador de vida,

    manifestaba su victoria con tal poder que los humanos deban ponerse al abrigo.Ramss se despert.Su compaero haba desaparecido. El prncipe estaba solo, sin vveres y sin armas, a varias horas

    de marcha del lugar donde los cazadores se haban dispersado. En seguida se puso en camino, con pasoregular, a fin de no derrochar las fuerzas.

    El hombre lo haba abandonado con la esperanza de que no sobrevivira a aquella marcha forzada.A quin obedeca, quin era el instigador de aquella trampa que transformara un asesinato premeditadoen accidente de caza? Todos conocan la fogosidad del joven. Lanzndose a la persecucin de una presa,Ramss habra olvidado toda prudencia y se habra perdido en el desierto.

    Chenar... Slo poda ser Chenar, prfido y rencoroso! Ya que su hermano se haba negado aabandonar Menfis, lo enviaba a la orilla de la muerte. Con la rabia en el vientre, Ramss rehus aceptar sudestino. Recordando perfectamente el camino recorrido, avanz con la obstinacin de un conquistador.

    Una gacela huy ante l, seguida luego por un bex de cuernos retorcidos que mir largamente alintruso antes de escapar. Su presencia implicaba la proximidad de un lugar con agua que el compaerodel prncipe no le haba sealado? O segua por el mismo trayecto, exponindose a morir de sed, o confiabaen los animales.

    El prncipe opt por la segunda solucin.

  • 8/14/2019 Christian Jacq - Ramses I El Hijo de La Luz

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    Cuando divis unos ibex, gacelas y oryx y, a lo lejos, una cuasia de unos diez metros de alto,prometi obedecer siempre a su instinto. El rbol, con abundantes ramas y corteza gris