angelica liddell-el matrimonio palavrakis

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  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    El matrimonio Palavrakis

    Anglica Liddell

    NARRADORA.- Cuando Elsa y Mateo Palavrakis se

    despidieron del resto de los concursantes, no saban que

    esa misma noche iban a estar muertos.

    EL MATRIMONIO PALAVRAKIS

    NARRADORA.- Los seores Palavrakis haban ganado el

    concurso de baile, pero no sonrean. Todo lo contrario, las

    bocas trazaban una pesada horizontal sobre sus rostros

    deprimidos. Por la maana la seora Palavrakis haba

    estado confeccionando un trajecito de marinero para su

    caniche ciego, y el seor Palavrakis haba salido en busca

    de una colegiala sin escrpulos que le entregaba sus

    braguitas usadas a cambio de revistas y chucheras. As era

    la vida de Elsa y Mateo Palavrakis.

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    MATEO.- Seguro que estn usadas? Seguro que te las has puesto?

    Quin te compra las bragas? Deberas comprar tus propias bragas.

    Deberas elegir tus bragas. Es algo ntimo, me entiendes? Intimo. Es

    tu eleccin, tu punto de vista sobre las cosas, tu carcter. Hasta elgusano tiene un punto de vista sobre las cosas. Toma, coge el dinero.

    Cmprate unas bragas que te gusten. Tienes derecho. No dejes que

    tu madre elija por ti. Cmprate unas bragas bonitas. Algn da tienes

    que empezar. Es algo importantsimo. Hazme caso, importantsimo.

    Ya tienes edad para comprar tus propias bragas. Cuntos aos has

    cumplido? Doce? Doce aos? Buena edad para hablar con una

    mujer. Doce aos. Una autntica mujer. No ests a gusto, verdad?Yo tampoco. Somos las vctimas. Ante todo somos las vctimas.

    Nunca lo olvides. Las vctimas. Te ha pegado. T padre te ha pegado.

    Cerdo. Y slo porque eres hermosa. Sabe que no puede ponerte una

    mano encima si no es molindote a golpes. Los padres! Todos

    iguales! Te ha pegado. Te ha pegado por tus labios, porque tienes en

    la boca toda la sangre de una herida. Preciosa. Preciosa tu boca. Un

    caramelo? Algo dulce para una mujer dulce. Lo dulce es lo que nos

    obliga a vivir, el deseo de lo dulce nos mantiene con vida. El deseo de

    lo dulce. Lo dulce. Ya veo, no estas a gusto. No estamos a gusto. Yo

    tambin lo odiaba. A mi padre. Lo odiaba tanto como t al tuyo. Y

    sala corriendo a robar chocolatinas, pasteles , caramelos, y me

    hinchaba hasta reventar. Gracias a lo dulce fui capaz de sobrevivir.

    No dejes de comer dulce. No hagas caso a tus padres, las muelas ,

    las caries, bah... No les hagas caso. Doce aos. Buena edad para

    hablar con una mujer. Doce. Sabes quin soy? Te han hablado de

    m? Te lo habrn contado, te lo habrn contado todo. Sabes lo que

    pas? Imagino que s. Lo sabes. Voy a decirte una cosa, nunca tengas

    hijos. Nunca!

    NARRADORA.- Que oscura la infancia del seor Palavrakis!

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    ELSA.- Los ahorcaban en el bosque. Apenas haba ramas para tantos

    perros ahorcados. De un pino colgaban tres. Era normal. Tan normal

    como el trigo creciendo en los campos y la lluvia cayendo del cielo.

    Ahorcaban a los galgos cuando ya no servan para correr. No servan.No servan. Y los nios bamos corriendo a todas partes, corriendo

    muchsimo, como si tuviramos cuatro patas, hasta que se nos

    paraba el corazn, y todo por miedo a que tambin nos colgaran.

    Igual que a los galgos. Nadie quera llegar el ltimo. Tenamos que

    correr muchsimo. Muchsimo. Muchsimo. A por el pan, a por el

    agua, a por la leche! Corriendo, siempre corriendo. Y a veces los

    hombres dejaban la soga tan cerca del suelo que los perros tardabandas enteros en morir, y por las noches lloraban, lloraban y lloraban.

    Y los nios tenamos pesadillas horribles. Y en las pesadillas nos

    sangraban los pies. Y al da siguiente no tenamos ganas de jugar, no.

    Hubo muchos das en los que no se escuch rer a un solo nio.

    Pobres perros. Los colgaban cerca del suelo a propsito. A propsito.

    Y los hombres merendaban y beban y se retorcan de risa alrededor

    de los perros mientras los perros se moran. En aquel pueblo les

    retorcan el cuello a los gatos, pegaban a las mujeres y ahorcaban a

    los galgos, pero mi padre ahorcaba a todos los perros. Galgos o no.

    Mi padre mat a ms de cien perros preciosos. Mi padre no quera a

    los animales. Deca que un perro me chup los muslos. Yo tena tres

    aos y deca que el perro me chup los muslos. Fue el primer perro

    que mat. Mi padre me quera tanto que me regalaba perros cuando

    me pona triste, y despus siempre los mataba, me regalaba perros y

    los mataba, me regalaba perros y los mataba, cuando se hacan

    grandes los mataba, y volva a regalarme otro, y luego lo mataba.

    Deca que me chupaban los muslos. Me chupaban los muslos. Mi

    padre era muy celoso y no le gustaban los animales. No le gustaba

    que los perros me chuparan los muslos. Pero mi padre ya no me

    quiere. No tengas miedo. Mi padre ya no est. Nadie va a matarte. Mi

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    hija es un perro. Que guapa . Qu bonita con el vestido azul. Mi padre

    es una anguila. Mi hija es un perro. Mi hija es un perro.

    NARRADORA.- Que triste la infancia de la seoraPalavrakis!

    LOS SEORES PALAVRAKIS ENSAYAN

    PARA GANAR EL CONCURSO DE BAILE.

    NARRADORA.- Los seores Palavrakis se presentaban al

    concurso de baile todos los aos. Y todos los aos perdan.

    El primer ao que concursaron fue el ao en que

    concibieron a su hijita, la pequea Chlo. Y esto fue lo que

    sucedi aquella noche, despus de perder el primer

    concurso.

    ELSA.- Quiero que mis hijos sean tan hermosos como los rascacielos

    de Nueva York!

    MATEO.- Vamos al cementerio!

    ELSA.- Quiero que mis hijos sean tan hermosos como los rascacielos

    de Nueva York!

    MATEO.- Vamos al cementerio!

    ELSA.- Quiero que mis hijos sean tan hermosos como los rascacielos

    de Nueva York!

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    MATEO.- Vamos al cementerio!

    ELSA.- Vamos a Nueva York!

    MATEO.- Vamos!

    ELSA.- No soy nada, llvame contigo, lejos, lejos!

    MATEO.- No se puede ir ms all de las tumbas. Estamos en el lugar

    ms remoto de la tierra. Te gusta, te gusta el final del mundo?

    ELSA.- Aqu es donde quiero vivir.

    MATEO.- Nos quedamos!

    ELSA.- Ganaremos, algn da ganaremos el maldito concurso,

    bailaremos mejor que nadie, ni siquiera tocaremos el suelo con los

    pies, volaremos por encima de sus estpidas cabezas, les clavaremos

    los tacones en el crneo! Ganaremos y nos dedicaremos a odiar el

    mundo!

    MATEO.- Te odio, te odio mundo!

    ELSA.- Te odio mundo, te odio con todas mis fuerzas!

    MATEO.- Te odio, mundo chapuza, mugriento, rooso! Apestas! Te

    odio!

    ELSA.- Ganaremos el concurso de baile! Dilo, dilo fuerte!

    MATEO.- Ganaremos!

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    ELSA.- Y volveremos a ganarlo! Una y otra vez!

    MATEO.- Hasta que todos pierdan!

    ELSA.- Todos, todos, todos!

    MATEO.- Todos tienen que perder!

    ELSA.- Y nosotros ganar siempre! Siempre!

    MATEO.- Ganaremos!

    ELSA.- Ganaremos!

    MATEO.- Hasta que vomitemos de tanto bailar!

    ELSA.- Vomitaremos en sus bigotes!

    MATEO.- Vomitaremos en sus pelucas!

    ELSA.- Vomitaremos en sus braguetas!

    MATEO.- Vomitaremos en sus bragas!

    ELSA.- Te odio mundo!

    MATEO.- Te odio!

    ELSA.- Y ganaremos el concurso de tartas! Y el concurso de

    jardines! Y el de canciones! Y el de cartas de amor! Y mis hijos

    crecern tanto que atravesarn las nubes! Mis hijos, mis hijos! Y

    nadie volver a morir, nunca ms! Nadie volver a pudrirse en este

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    cementerio! Venceremos, venceremos a la muerte! Necesitamos

    hijos hermosos para vencer a la muerte, para saltar por encima de

    ella! Cien mil hijos hermosos! Venceremos!

    MATEO.- Ests loca!

    ELSA.- Ests loco!

    MATEO.- Ests loca!

    ELSA.- Quiero gritar! Quiero que mis hijos sean tan hermosos comolos rascacielos de Nueva York! Quiero que mis hijos sean tan

    hermosos como los rascacielos de Nueva York! Quiero que mis hijos

    sean tan hermosos como los rascacielos de Nueva York!

    NARRADORA.- Y Mateo embaraz a Elsa, y se casaron, y

    una tormenta de arroz cay directamente del cielo. Porque

    al cielo le gusta apostar por el amor cuando los novios no

    estn muy convencidos de la eternidad.

    ELSA.- Es tan difcil calcular el agua que necesita el arroz . Cualquier

    cosa relacionada con el amor y el odio es ms fcil, mucho ms fcil.

    S que debo amarte y odiarte al mismo tiempo si deseo sobrevivir.

    Pero esta cuestin del agua y el arroz me llena de ansiedad. Si la

    ansiedad pudiera crecer sera como dos trenzas inmensas, dos

    trenzas interminables de color negro, cargadas de chinchetas y de

    larvas, dos trenzas negras y eternas surgiendo directamente de mi

    esternn. Todo lenguaje es intil cuando se trata de decir la verdad.

    Si me amas coge un puado de arroz y cmetelo.

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    NARRADORA.- Durante el embarazo Mateo aprovechaba los

    dulces sueos de Elsa para aproximarse a su vagina yconversar con el beb, como si lo hiciera a travs de un

    telfono.

    MATEO.- (Junto a la vagina de Elsa) Deseas venir al mundo o no?

    Habla. Es una decisin importante. Muy importante. Importante para

    todos. Quiero decir, importante para el universo. Voy ha hablarte dealgo muy serio, vers: hay un momento en que somos expulsados de

    la vida. Todos empiezan a impacientarse si no te mueres y ya nadie

    desea que vuelvas a entrar en el mundo, nadie, entiendes?, nadie

    en absoluto. No hay piedad. No te permiten regresar. Entiendes? Y

    si te empeas en prolongar tu existencia todos sufren una gran

    irritacin. Has sido expulsado. Expulsado. Entiendes? Lo he visto

    muchas veces. He visto como matan a los viejos. He visto como losodian. He visto como los torturan. As que te lo repetir otra vez.

    Deseas venir al mundo o no? Habla. Habla. Luego no te enfurezcas

    con nosotros. No nos hagas reproches fciles. No nos eches en cara

    tu existencia. No somos unos padres perfectos ni lo seremos nunca,

    tendrs que enfrentarte con unos padres desesperados,

    absolutamente desesperados, y tendrs que luchar con nuestra

    desesperacin, y nuestro cansancio, y nuestro fracaso. Nuestro jodido

    fracaso. No es fcil, sabes? Nada fcil. Aqu fuera todo es

    destruccin . Est lleno de crceles, hospitales y manicomios.

    Crceles, hospitales y manicomios por todos lados, y tarde o

    temprano acabas visitando alguno de ellos, y una vez dentro te

    extinguen. No hay esperanza, no hay esperanza. Y muy pocos

    aprenden a vivir sin esperanza, a comer sin esperanza, a mear sin

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    esperanza. As que dime, deseas venir al mundo o no? (Escucha

    atentamente)

    ELSA.- (Despertndose.) Qu haces?

    MTEO.- Ha hablado.

    ELSA.- Qu?

    MATEO.- Ha dicho que no desea nacer.

    ELSA.- Por qu no desea nacer?

    MATEO.- En primer lugar porque detesta la herencia de sus padres.

    Tambin piensa que el simple hecho de respirar le volvera loco. No

    confa mucho en la felicidad de su especie y considera que el planeta

    es demasiado horroroso para las cosas pequeas. No desea venir al

    mundo porque le parece una tarea extremadamente difcil reponerse

    del nacimiento.

    ELSA.- Crees que si pudiera hablar dira eso?

    MATEO.- S. Estara asustado.

    ELSA.- Tranquilzate.

    MATEO.- Te das cuenta? No podr elegir a sus padres! Con quin

    se va a encontrar?

    ELSA.- Intentaremos ser mejores.

    MATEO.- Nosotros tampoco pudimos elegir.

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    ELSA.- Yo no soy como mis padres.

    MATEO.- Ests segura? Segura del todo?

    ELSA.- He invertido toda mi vida en ser diferente a ellos. Opuesta a

    ellos.

    MATEO.- Y cmo sabes qu eres mejor? Slo por ser diferente a

    ellos, opuesta a ellos?

    ELSA.- Puedo seguir mejorando.

    MATEO.- Yo no.

    ELSA.- T tambin.

    MATEO.- Yo soy como l.

    ELSA.- Eres completamente opuesto a l.

    MATEO.- No hay en m ni un solo gramo de bondad.

    ELSA.- Te empeas, te empeas en ser una persona indigna. Por

    qu?

    MATEO.- No pude evitar mi nacimiento. Lo llevo en la sangre.

    ELSA.- No eres igual que tu padre. No lo eres, no lo eres.

    MATEO.- Soy mucho peor. Soy el peor.

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    ELSA.- Cuando veas al nio dejars de pensar as, dejars de ser el

    peor.

    MATEO.- Dios mo! No sabemos nada de l. Y l tampoco denosotros. Tener un hijo es algo demasiado brutal, demasiado

    insensato, demasiado irresponsable. Fjate en las caras de toda esa

    gente. Estn destruidos, aniquilados, enfermos. Me da la impresin

    de que trayendo un hijo al mundo vamos a causar una gran

    desgracia, quiero decir, vamos a envilecer a la humanidad entera.

    ELSA.- Me haces sentir como una criminal.

    MATEO.- Es algo parecido. Parecido al crimen.

    ELSA.- Te equivocas. Necesitamos hijos hermosos para vencer a la

    muerte.

    MATEO.- En cuanto nazca empezaremos a estar solos, mucho ms

    solos.

    ELSA.- No. Si t me abandonas lo tendr a l. Si t te mueres lo

    tendr a l. Si me hago vieja lo tendr a l. Si traigo un hijo al

    mundo nunca estar sola.

    MATEO.- Entonces estars doblemente sola.

    ELSA.- Por qu?

    MATEO.- Llevas al enemigo dentro.

    ELSA.- Al enemigo?

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    MATEO.- No lo entiendes, maldita sea, no lo entiendes. Es uno ms,

    uno ms de la cinaga, destruido, aniquilado, enfermo. Y nosotros

    destruidos, aniquilados, enfermos. Y todos destruidos, aniquilados,

    enfermos.

    ELSA.- Pero yo lo quiero. Y t tambin deberas quererlo.

    MATEO.- No puedo querer a alguien que no desea nacer.

    ELSA.- Los nios nacen, simplemente nacen.

    MATEO.- Es un error pensar as.

    ELSA.- Mi hijo ser precioso.

    MATEO.- Llevas al enemigo dentro.

    ELSA.- Me esforzar al mximo, no es fcil, pero me esforzar. Se

    alegrar de haber nacido, estoy segura.

    MATEO.- Dios mo! No odias el mundo lo suficiente!

    ELSA.- Y para qu odiar el mundo?

    MATEO.- Pero me dijiste que lo odiabas. Te acuerdas? Me lo dijiste

    en el cementerio.

    ELSA.- Las cosas han cambiado.

    MATEO.- Nada ha cambiado. Tienes que odiar el mundo igual que

    antes, tanto como lo odio yo. Cre que ramos dos odiando al mundo.

    Para siempre. Cre que nada alterara nuestro odio. El odio, sabes de

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    que te hablo?, el odio. Maldita sea! El mundo es repugnante! Lo

    dijimos juntos! Te odio, te odio mundo! Nos odibamos a nosotros

    mismos!

    ELSA.- Pero ahora el mundo debe ser hermoso, la comida debe ser

    hermosa, las sillas deben ser hermosas, el suelo, los vasos, el agua,

    la leche, las puertas, las ventanas...El desayuno debe ser hermoso y

    el olor a verdura y muchas cosas que antes no lo eran. Y t y yo

    deberamos ser hermosos tambin.

    MATEO.- No quiero ser hermoso, quiero ser el hombre ms horrendosobre la tierra, quiero ser el peor, quiero destruirlo todo. Da y noche

    sueo con destruirlo todo.

    ELSA.- (Forcejea con Mateo para acercarle la cabeza a su vientre.)

    Tienes que ser bello, tienes que ser bello, escucha a tu hijo,

    escchalo de verdad!

    MATEO.- No quiero escuchar!

    ELSA.- Escucha! Tienes que ser bello!

    MATEO.- Destruir la belleza! La hundir en el barro!

    ELSA.- Todo es bello!

    MATEO.- Todo es enfermedad!

    ELSA.- Todo es amor!

    MATEO.- Todo es destruccin!

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    ELSA.- Hay que salvarlo!

    MATEO.- Quiero destruir, destruir!

    ELSA.- Piensa en algo bello! Piensa, rpido!

    MATEO.- Djame morir en paz!

    ELSA.- Hay que vencer a la muerte! nimo!

    MATEO.- No puedo soportarlo!

    ELSA.- Escucha!

    MATEO.- No puede nacer, no puede nacer!

    ELSA.- Mira, las paredes son bellas, el techo , el suelo..., todo!

    MATEO.- No, no...! Maldita sea, no puede nacer!

    Elsa y Mateo quedan exhaustos tras el combate.

    MATEO.- Silencio...

    ELSA.- Qu?

    MATEO.- Shu...

    ELSA.- Qu?

    MATEO.- (Silencio.)

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    ELSA.- Qu ha dicho?

    MATEO.- Es una nia.

    ELSA.- Una nia?

    MATEO.- S.

    ELSA.- Ests seguro, una nia?

    MATEO.- S.

    ELSA.- No es posible.

    MATEO.- Lo es.

    ELSA.- No.

    MATEO.- Sigues pensando que todo es bello?

    ELSA.- Una nia...

    MATEO.- S.

    ELSA.- No, no, nias no...

    NARRADORA.- Los seores Palavrakis tambin haban sido

    nios, y desde nios se conocan, y en sus encuentros

    hablaban de asesinos de nios.

    ELSA.- No pueden.

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    MATEO.- S pueden.

    ELSA.- No pueden morirse.

    MATEO.- Los nios tambin pueden morirse.

    ELSA.- Por qu? Son nios.

    MATEO.- Porque hay asesinos de nios.

    ELSA.- Asesinos de nios?

    MATEO.- S.

    ELSA.- Y dnde estn?

    MATEO.- Cerca de los nios.

    ELSA.- Son invisibles?

    MATEO.- Son invisibles por dentro.

    ELSA.- Y por fuera?

    MATEO.- Por fuera son como todos, como nuestros padres.

    ELSA.- Cmo el mo?

    MATEO.- S.

    ELSA.- Y qu hacen los asesinos de nios?

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    MATEO.- Matan a los nios.

    ELSA.- Pero no hay nios enterrados en el cementerio. Mira, todosson viejos.

    MATEO.- No hay nios enterrados porque los asesinos de nios

    cortan a los nios en trozos y luego se los comen. Has visto alguna

    vez un conejo enterrado?

    ELSA.- No.

    MATEO.- Nunca has visto un conejo enterrado porque a los conejos

    los cortan en trozos y luego se los comen. Igual que a los nios.

    Somos una especie de conejos. Cuando te comes a un conejo es

    como si te comieras a un nio. Has comido conejo alguna vez?

    ELSA.- S.

    MATEO.- Pues es igual, igual que comerse a un nio. Ya sabes lo que

    se siente.

    ELSA.- Slo eso?

    MATEO.- No hay mucho ms que sentir. Los nios somos pequeos, y

    los asesinos de nios son grandes. Y nos comen. Eso es todo.

    ELSA.- Es que los asesinos de nios siempre tienen hambre?

    MATEO.- Siempre tienen hambre, y dentro llevan cuatro estmagos,

    dos de color rosa para las nias y dos de color azul para los nios.

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    ELSA.- Por qu no mezclan a los nios con las nias?

    MATEO.- Porque son diferentes. La carne de las nias es ms dulce, y

    mucho ms tierna. No se hace igual la digestin de una nia.

    ELSA.- Y slo comen nios y nias?

    MATEO.- No, tambin comen otras cosas, comen de todo.

    ELSA.- Y mezclan a los nios y a los conejos en el mismo estmago,

    y a las nias y a los conejos en el mismo estmago?

    MATEO.- S. A los conejos nio con los nios y a los conejos nia con

    las nias.

    ELSA.- Qu asco.

    MATEO.- Y los mezclan tambin con pan y con vino, sobre todo con

    vino, litros y litros de vino.

    ELSA.- Y t por qu lo sabes?

    MATEO.- Porque mi padre es un asesino de nios. Lo dice mi madre.

    Asesino, asesino de nios, se lo repite a todas horas.

    ELSA.- A cuntos nios se ha comido tu padre?

    MATEO.- A muchos, supongo. Creo que se comi a mis hermanos.

    ELSA.- Y t no tienes miedo?

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    MATEO.- Un tren le cort las piernas. Ya no puede correr detrs de

    m.

    Silencio.

    ELSA.- Me ayudas a cortarle las piernas a mi padre?

    MATEO.- Tambin es un asesino de nios, verdad?

    ELSA.- No lo s.

    MATEO.- Recuerda, por dentro son invisibles.

    ELSA.- Pero yo a veces lo veo por dentro. Y es malo.

    MATEO.- Entonces es uno de ellos.

    ELSA.- Me ayudars a matarle?

    MATEO.- Matarle? Quieres matar a tu padre?

    ELSA.- S.

    MATEO.- Yo tambin quiero matar al mo.

    ELSA.- Tambin?

    MATEO.- S, todos los das.

    ELSA.- Te quiero.

    MATEO.- Te quiero.

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    ELSA.- Te quiero, csate conmigo.

    MATEO.- Me casar contigo.

    ELSA.- Mtale, mtale.

    MATEO.- Al tuyo le clavar un cuchillo en la barriga y le arrancar los

    cuatro estmagos.

    ELSA.- S, s, s!

    MATEO.- Ya vers, ya vers como estn llenos de huesos de nios.

    ELSA.- Tambin se comen los huesos?

    MATEO.- Claro, como los perros. Los asesinos de nios tienen dientes

    de perro. Fjate en los dientes de tu padre.

    ELSA.- Mtale, mtale ya.

    MATEO.- Y despus le abrir la barriga a mi padre. Y le cortar el

    cuello y le morder el corazn por haberse comido a mis hermanitos.

    Y juntar los huesos y reconstruir sus esqueletos y los colgar del

    techo de mi habitacin.

    ELSA.- Bien! Bien!

    MATEO.- Y despus nos casaremos, y dejaremos de ser nios, y ya

    nadie nos podr comer.

    ELSA.- Los mataremos! A los dos!

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- Te quiero.

    ELSA.- Te quiero.

    MATEO.- El ratn clavado en el tacn!

    ELSA.- La cucaracha aplastada en el pie!

    MATEO.- La lagartija sin rabo!

    ELSA.- Y el caracol sin cuernos al sol!

    MATEO.- Por una cola de escorpin...

    ELSA.- Un milln de abrazos.

    MATEO.- Y por unas piernas cortadas...

    ELSA.- Un milln de besos.

    MATEO.- Ms.

    ELSA.- Esto.

    MATEO.- Para el que ms resista.

    ELSA.- Para el que ms resista.

    NARRADORA.- Mientras dur el embarazo los seoresPalavrakis tuvieron siete sueos espeluznantes.

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    ELSA.- Primer sueo: Soy una anciana, mi hijo me ve desnuda.

    Nunca antes me haba visto desnuda. Soy como lodo blancuzcodesparramado sobre la cama. Le doy asco, y le entran ganas de

    vomitar. Mi hijo vomita sobre m. El vmito me escuece, me corroe,

    me abre la piel.

    MATEO.- Segundo sueo: mi hija llora sin parar. Lleva das llorando

    sin parar. La cojo en brazos y me escupe entre los ojos. Me inunda de

    babas. Me orina con todas sus fuerzas. Me llena las manos con sus

    desperdicios. Huele mal. La meto en una bolsa de basura y la tiro al

    ro.

    ELSA.- Tercer sueo: Lo primero que asoma entre mis muslos es la

    pierna de mi hijo, una pierna tan morada que parece que me haya

    crecido un pene asqueroso. La pierna se mueve arriba y abajo,

    resbala envuelta en flujos amarillos, se hincha cada vez ms como un

    hgado enfermo. Mi hijo es un pene asqueroso.

    MATEO.- Cuarto sueo: Somos muy viejos, olemos mal. Mi hija no ha

    crecido. Sigue siendo un beb resbaladizo y sanguinolento. No ha

    dejado de llorar desde que naci. Nos morimos y ella se queda

    metida en la cuna, sola, llorando, hasta que tambin muere, dehambre, y se pudre con nosotros. Se la comen los gusanos. Empiezan

    por lo ms blando, por los ojos.

    ELSA.- Quinto sueo: Mi hijo se acuesta en mi cama, completamente

    desnudo. Tiene boca de sapo. Pone la boca en mi sexo, lo lame, lo

    besa, lo chupa, introduce un brazo, luego la cabeza y vuelve a

    meterse dentro de m. Eyacula. Eyacula por todos sus orificios. Yo

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    gimo de placer. Me chorrea entre las piernas un lquido verde, como

    de sapo triturado. Es un pene asqueroso.

    MATEO.- Sexto sueo: Mi hija se muere, una y otra vez.

    ELSA.- Sptimo sueo: Mi hijo se muere, una y otra vez.

    NARRADORA.- Y lleg el da del parto, y todos se

    asustaron. El proceso fue tan doloroso que la seora

    Palavrakis lleg a desear la muerte de la criatura mientras

    empujaba y empujaba como si tuviera un diamante afilado

    en el cuerpo. Mientras tanto el seor Palavrakis se ovillaba

    en un rincn, calcando gestos de su oscursima infancia.

    MATEO.- Me gustara que otro viviese mi vida, justo ahora, ahora

    que todo es movimiento y convulsin y flujo y entrada en el mundo y

    gran acontecimiento. Ahora, ahora me gustara dejar el mundo y

    dedicarme a la parlisis, pudrirme de tan quieto, de tan vencido,

    secarme. Detesto el movimiento. Todo ha sido por culpa del

    movimiento. Me aterra. Malas consecuencias del movimiento. Si

    pudiera desaparecer sin morir. El miedo funciona como un hueso ms

    de mi cuerpo. Miedo a ser solo un hombre. Miedo a ser solo un

    hombre. Me lleno de pereza como si la pereza fuera vino caliente, y

    yo un vaso, un objeto, inerte. Qu siento? Qu debo sentir? Cul

    es el sentimiento adecuado? La culpa, debera estar aqu, presente,

    con todas sus llagas, la culpa. Dios mo, no puedo sentir, no puedo

    sentir...

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    NARRADORA.- En el fondo, el nacimiento de la nia, les

    haba injertado un pnico atroz a la muerte. Despus vino

    esa poca en que los seores Palavrakis apenas podan

    respirar porque la nia respiraba todo el aire. Haban sido

    tan desgraciados en su niez que para cuidar

    perfectamente de su hijita compraron montaas y

    montaas de manuales de educacin.

    MATEO.- (Lee.) Un hijo o un esclavo son propiedad y nada de lo que

    se hace con la propiedad es injustoAristteles.

    ELSA.- (Lee.) Se debe entrar a oscuras en la habitacin de los

    nios? Es bueno que duerman en la habitacin de los padres, junto a

    los padres, en la misma cama? Desnudos o vestidos? Es bueno

    decirles siempre la verdad? Es bueno dejarles llorar? Es bueno que

    coman dulces?

    MATEO.- Claro que es bueno que coman dulces.

    ELSA.- Eso pienso yo. Es bueno que los nios coman dulces.

    MATEO.- Hay que comprar kilos y kilos de dulces.

    ELSA.- Qu sera de los nios sin los dulces?

    MATEO.- Qu sera de todos nosotros sin los dulces?

    ELSA.- Es bueno, definitivamente, es bueno que los nios coman

    dulces.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    Elsa y Mateo leen en las bolsas de supermercado: Esta

    bolsa no es juguete, para evitar riesgos de asfixia impida que los

    bebs y los nios jueguen con ella.

    MATEO.- (De repente lee impreso en una bolsa.) De usted depende

    que su hijo sea una vctima.

    ELSA.- Cmo?

    MATEO.- De usted depende que su hijo sea una vctima.

    ELSA.- Cundo le daremos permiso para usar las tijeras, para

    baarse sola, para usar la electricidad, para cruzar la calle? Cundo?

    Cmo sabremos que ya no est en peligro? Cada vez aparecer un

    peligro nuevo, peligros y ms peligros, as hasta que se muera.

    Silencio.

    MATEO.- (Lee.) Las enfermedades ms corrientes de la infancia.

    ELSA.- Crees que est enferma?

    MATEO.- Ahora? Enferma?

    ELSA.- S, tiene aspecto de estar enferma?

    MATEO.- Supongo que no. Supongo que no est enferma.

    ELSA.- Cmo sabes que no est enferma?

    MATEO.- Crees que est enferma?

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- No s si est enferma.

    MATEO.- Todos estamos un poco enfermos, siempre, un pocoenfermos.

    ELSA.- Entonces est un poco enferma.

    MATEO.- Por qu debera estar enferma?

    ELSA.- Lo acabas de leer. Las enfermedades ms corrientes de lainfancia.

    MATEO.- Chlo no tiene esas enfermedades.

    ELSA.- Pero puede estar enferma.

    MATEO.- Un poco enferma, como todos los nios.

    ELSA.- Lo ves? Un poco enferma.

    MATEO.- Una enfermedad normal. Son demasiado pequeos.

    ELSA.- Y si la llevamos al mdico para saber si est enferma?

    Silencio.

    ELSA.- Y los calambres?

    MATEO.- Qu calambres?

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- La nia dice que las sbanas le dan calambres. T sabes

    algo?

    MATEO.- Quin sabe lo que pasa en el cuerpo de una nia.

    NARRADORA.- Desde aquella conversacin haban

    transcurrido muchos aos, y ahora los seores Palavrakis

    por fin haban obtenido su premio, por fin haban ganado el

    concurso de baile. Pero los obsequios que sostenan sobre

    sus rodillas tenan aire de atades ms que de regalos. En

    manos de los seores Palavrakis cualquier objeto adquira

    una apariencia fnebre. Incluso las piedras podan llegar a

    ser desposedas de su existencia si eran tocadas por el

    matrimonio. Todo perda su sentido con una fugacidad ni

    siquiera imaginada. La funcin cotidiana de esta pareja erala de representar un vanitas viviente.

    MATEO.- Se lo estn contando.

    ELSA.- Djalos, que lo cuenten.

    MATEO.- Parecemos un souvenir. Una maldita postal de playa.

    ELSA.- No lo pueden evitar. Djalos , que hablen, que lo cuenten.

    MATEO.- Te gusta que lo pregonen. A todo el mundo y a todas horas.

    Te gusta. No lo niegues.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Me mantienen con vida.

    MATEO.- Te compadecen como a un perro.

    ELSA.- Hay gente que morira por un gesto de compasin. En el fondo

    nos envidian.

    MATEO.- Es que no pueden hablar de otra cosa?

    ELSA.- Tienen derecho. Hemos estropeado sus sueos para siempre.

    MATEO.- Lo cuentan con todo lujo de detalles. Una vez en la tumba

    qu importa cmo fue a parar all.

    ELSA.- Yo creo que s. Que s importa.

    MATEO.- Los muertos no son nada. Son la imaginacin de los vivos.

    ELSA.- Los muertos son todo. Todo lo que no son los vivos.

    MATEO.- Ests obsesionada con la muerte.

    ELSA.- Te equivocas. Estoy obsesionada con la vida.

    MATEO.- Son como piraas, vidos de espanto. Tienen hambre de

    horror.

    ELSA.- Les pertenece. Nuestro espanto les pertenece. Es propiedad

    de todos. Todos vinieron al funeral.

    MATEO.- Ladrones de muertos!

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Simplemente tiene miedo. Miedo a que les pase lo mismo.

    MATEO.- Ojal les pasara lo mismo.

    ELSA.- A quin se lo estn contando?

    MATEO.- No s. A uno nuevo. Un forastero.

    ELSA.- Y cmo reacciona?

    MATEO.- Se lleva las manos a la cara. Est a punto de vomitar. Sefrota los ojos. No se atreve a mirarnos. Ja. No se atreve. Ahora

    tendr que hacer un esfuerzo impresionante para recuperar la fe en

    la vida. Se va, se va a un rincn. Lo est pasando mal. Se lo habrn

    contado punto por punto.

    ELSA.- Les entra curiosidad por saber lo que se siente. Estoy segura.

    Buscan en sus vidas algo horroroso, algo que se parezca a lo nuestro.

    MATEO.- Tal vez se eche a andar por la carretera y nunca regrese.

    Abandonar sus cultivos y sus ambiciones. Como los otros.

    NARRADORA.- Tan triste y tan horripilante era la historia

    del matrimonio Palavrakis que al que la escuchaba se leenroscaban pulpos enanos en la trquea.Lo que les haba

    ocurrido era sin duda lo peor que poda ocurrirle a uno en la

    vida. Lo peor. Aquella noche, la noche que ganaron el

    premio, discutieron delante de todos.

    ELSA.- Me prometiste hijos, cientos de hijos.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- Jams quise tener hijos.

    ELSA.- Me lo prometiste.

    MATEO.- Ya tuvimos una hija!

    ELSA.- Me prometiste ms!

    MATEO.- Yo no quera un coche, ni una casa, ni un trabajo, ni

    vacaciones, ni salud, ni proyectos, ni recuerdos, ni profesin, ni

    familia, ni hijos, nunca quise tener hijos, cmo iba a reproducirme sidetestaba la vida? Yo slo quera acabarme. Acabarme. T me

    obligaste a todo.

    ELSA.- Necesitaba esperanza!

    MATEO.- La esperanza es cosa de esclavos!

    ELSA.- Necesitaba amar, amar a alguien, para siempre!

    MATEO.- Y yo? Yo tambin necesitaba amor. Por qu no lo

    intentaste conmigo? Nunca te esforzaste lo suficiente.

    ELSA.- Nunca, nunca!

    MATEO.- Nunca me amaste.

    ELSA.- Nunca.

    MATEO.- Yo tambin necesitaba amor.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Y fuiste a buscarlo en las cloacas! Y me dejaste sola noche

    tras noche con el vientre cargado de hijos aullando por salir!

    MATEO.- T no me dabas nada a cambio.

    ELSA.- No! No te daba nada a cambio! Slo las putas podan darte

    algo a cambio! Por un hombre como t slo puede sentirse

    repugnancia!

    MATEO.- Para qu diablos me pedas hijos si sentas repugnancia?

    ELSA.- No me importaba el asco.

    MATEO.- Sabes lo que pienso? Que los que intentan perpetuarse a

    cualquier precio apenas se distinguen de los animales.

    ELSA.- Los degenerados. Los asesinos y los locos. Esos son los

    nicos que no intentan perpetuarse. Los que malgastan el semen con

    las rameras.

    MATEO.- No me quedaba ms remedio. Metiste a los perros en la

    cama.

    ELSA.- Porque odiaba a los hombres! A los hombres como t!

    MATEO.- Cmo tuviste la poca vergenza de quedarte embarazada

    de un hombre al que odiabas?

    ELSA.- Los odiaba a todos.

    Mateo.- Soy repulsivo, una escoria, nunca fui lo bastante bueno para

    ti!

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Nunca me fiara de un hombre que no es capaz de crear una

    familia!

    MATEO.- Perpetuarse a cualquier precio, eso es. Parir como los

    animales. Queras tener siempre la barriga llena de bolas peludas, y

    empujar, y echarlas, y tener ms. Queras parir a todos los perros del

    mundo. Hueles a perro. Tienes ojos de perro. Y vientre de perra.

    ELSA.- Me hubiera conformado con un hijo ms, uno slo.

    MATEO.- Podas haber follado con cualquiera.

    ELSA.- No soy una puta.

    MATEO.- Eres peor. Eres una santa. Una histrica de la maternidad.

    ELSA.- Todos somos hijos, todo es fecundacin.

    MATEO.- Pero no todos debemos ser padres. Padres intiles,

    fracasados. No todos tenemos que fecundar. Hijos sin hijos,

    entiendes? Hijos sin hijos.

    ELSA.- Tu tambin residiste en unas entraas.

    MATEO.- Desde el principio fui un feto carcomido. No deb nacer.

    ELSA.- Pero residiste en unas entraas.

    MATEO.- Y tambin residir en la tripa de los gusanos!

    ELSA.- No entiendes nada.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- Qutate esa ropa, vamos, desndate. Ya vers lo cerca que

    ests de tu cadver. Ya vers como entiendo.

    ELSA.- Y yo, yo tambin entiendo! Me hago vieja, me hago vieja!

    Y necesito dejar algo vivo sobre la tierra! Algo vivo sobre la tierra!

    Soy una momia por dentro. Mi cuerpo es como un sarcfago. Lo he

    tenido en mis manos y lo he perdido! No lo soporto, no lo soporto!

    Todava podra llenar el mundo de hijos, todava estoy a tiempo. Te lo

    suplico, dame un hijo.

    MATEO.- No puedo creer que insistas! Quieres decir que permitiras

    que te follara, que metiera mi polla dentro de tu coo, que jadeara

    sobre ti, permitiras que te chorreara el semen entre los muslos,

    pegajoso y caliente, permitiras mis babas ftidas, permitiras todo

    eso a pesar de lo que nos hemos dicho, a pesar de lo que sentimos el

    uno por el otro?

    ELSA.- S! S, s, s! La gente lo hace a diario.

    MATEO.- Me das verdadero asco.

    ELSA.- Todava estoy a tiempo.

    MATEO.- Para m ya no existe el tiempo.

    ELSA.- Un hijo ms, te lo suplico.

    MATEO- Tanto esperas de la vida?

    ELSA.- Simplemente no puedo seguir muriendo en este cuerpo.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- El cuerpo no significa nada.

    ELSA.- Dices eso porque tu cuerpo no es milagroso.

    MATEO.- El nico milagro consiste en acabar con uno mismo. La

    naturaleza se apiad de los desesperados.

    ELSA.- Estoy sola, dios mo, estoy sola.

    MATEO.- Arruinaste mi vida.

    ELSA.- No tienes vida, no puedes tenerla sin corazn!

    MATEO.- Devoraste mi corazn. Todava llevas sangre en la punta de

    la lengua.

    ELSA.- Utilizas los argumentos del diablo.

    MATEO.- Algn da vers al diablo sentado a tu mesa! Al verdadero

    diablo! Iluminar el universo con mis llamas.

    ELSA.- Un hijo ms! Slo te ped un hijo ms, uno ms, uno ms!

    Uno que hubiera crecido del todo, sin centmetros de ms o de

    menos! Ni siquiera mereci la pena el esfuerzo del parto!

    MATEO.- Y si todos los nios murieran a los siete aos? Y si fuera

    esa la edad a la que murieran? Y si no se hicieran mayores?

    ELSA.- No me dio tiempo a nada.

    MATEO.- Tuvo una vida larga. Una vida en proporcin a su tamao.

    Somos nosotros los que vivimos demasiado.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Apenas le dije nada.

    MATEO.- Hubieran cambiado las cosas si hubiera vivido ms aos?Qu le hubieras dicho? Nada!. A los hijos no se les dice nada.

    ELSA.- Necesito un hijo!

    MATEO.- Para qu, para borrar a la otra? Es eso, quieres borrarla?

    ELSA.- No!

    MATEO.- A veces te he odo cantar.

    ELSA.- Nunca.

    MATEO.- Nunca has cantado?

    ELSA.- Nunca!

    MATEO.- Dime la verdad.

    ELSA.- Antes, cantaba antes.

    MATEO.- Yo digo despus. Te he odo cantar despus.

    ELSA.- Nunca.

    MATEO.- Despus de la nia.

    ELSA.- Nunca he cantado despus.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- La nia enterrada y t cantando. Como si te alegraras de

    algo.

    ELSA.- Alegrarme?

    MATEO.- Cmo si te alegraras de sufrir tanto.

    ELSA.- Nunca he cantado!

    MATEO .- Quieres borrarla! Quieres dedicarte a tu sufrimiento!

    ELSA.- Quiero un hijo! Quiero dejar de ser una fosa!

    MATEO.- Si tuvieras otro hijo se lo comeran en el bosque. Se lo

    llevara el lobo entre los dientes. Si tuvieras cien hijos se los

    comeran a todos. A los cien.

    ELSA.- Si tuviera otro hijo me lo llevara lejos. Lejos de ti.

    MATEO.- Por qu?

    ELSA.- (Silencio.)

    MATEO.- Por qu?

    ELSA.- Nos estn mirando.

    NARRADORA.- La noche anterior haban discutido sobre

    cuchillos.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- Slo veo cuchillos.

    ELSA.- Cuchillos?

    MATEO.- Solamente hay cuchillos sobre la mesa.

    ELSA.- Es verdad.

    MATEO.- Por qu slo hay cuchillos sobre la mesa?

    ELSA.- Slo cuchillos.

    MATEO.- Has puesto slo cuchillos. Tres cuchillos alrededor del plato.

    Dos cuchillos a la derecha y uno a la izquierda. Tres alrededor de mi

    sopa y tres alrededor de la tuya. Seis cuchillos sobre la mesa. Has

    puesto seis cuchillos sobre la mesa. Seis cuchillos.

    ELSA.- No me he dado cuenta.

    MATEO.- Cmo diablos quieres que me coma la sopa? As? Podra

    cortarme, sabes? Podra hacerme mucho dao. Has puesto seis

    cuchillos sobre la mesa. No lo entiendo.

    ELSA.- Yo tampoco.

    MATEO.- Seis cuchillos sobre la mesa. Qu significa?

    ELSA.- Nada.

    MATEO.- Dnde estn las cucharas? Y los tenedores? No los veopor ningn sitio.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- No lo s.

    MATEO.- Slo veo cuchillos.

    ELSA.- S, slo cuchillos.

    MATEO.- Vamos a comer a partir de ahora con cuchillos, solamente

    con cuchillos? Lo digo por irme acostumbrando. A los cortes, a la

    sangre y todo eso. Te imaginas la ensalada llena de sangre?

    ELSA.- Djalo ya...

    MATEO.- Las patatas llenas de sangre.

    ELSA.- Por favor...

    MATEO.- El postre lleno de sangre.

    ELSA.- No era mi intencin...

    MATEO.- Y el mantel, el mantel se ensuciara muchsimo. Y t no eres

    una mujer sucia. O s lo eres?

    ELSA.- No lo soy!

    MATEO.- Hay seis jodidos cuchillos sobre la mesa. Seis jodidos

    cuchillos sobre la mesa!

    ELSA.- No saba que eran cuchillos.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- No sabas que eran cuchillos? Quieres que te lo

    demuestre? Lo comprobamos? Comprobamos si son cuchillos? No

    hace falta sangrar mucho.

    ELSA.- Me haces dao!

    MATEO.- Qu significan los jodidos cuchillos?

    ELSA.- No lo s!

    MATEO.- Qu significan, hija de perra, qu significan?

    ELSA.- Te juro que no lo s.

    MATEO.- Acaso me echas la culpa?

    ELSA.- No.

    MATEO.- Tengo yo la culpa de algo?

    ELSA.- Djame.

    MATEO.- Hay seis cuchillos sobre la mesa.

    ELSA.- Ya lo veo, ya lo veo.

    MATEO.- Quiero olvidar, maldita sea, quiero olvidar! Quiero olvidar y

    tu pones seis cuchillos sobre la mesa.

    ELSA.- Olvidar no est bien.

    MATEO.- As que los has puesto a propsito.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- No los he puesto a propsito, pero olvidar no est bien.

    MATEO.- Los has puesto a propsito!

    ELSA.- No, no, no!

    MATEO.- Quieres volverme loco!

    ELSA.- No me hagas dao!

    MATEO.- Seis cuchillos sobre la mesa! Seis cuchillos sobre la mesa!

    ELSA.- Ojal te mueras!

    MATEO.- Si me lo propusiera podra morirme ahora mismo!

    ELSA.- Ojal te mueras, ojal tengas muchos enemigos! Ojal te

    maten!

    MATEO.- Coge los seis cuchillos! Cgelos! Mtame! Y luego

    crtame en trocitos, y cmetelo todo!

    ELSA.- Murete ya! Crtate el cuello! Murete!

    MATEO.- Son para eso los cuchillos? Son para mi cuello? Seis

    cuchillos para mi cuello? Bah! Pones seis cuchillos sobre la mesa y

    ni siquiera tienes valor para pincharme!

    ELSA.- (Grita de un modo desgarrador.)

    MATEO.- (Grita de un modo desgarrador.)

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    NARRADORA.- Tras despedirse de los concursantes los

    seores Palavrakis emprendieron el camino de vuelta acasa. Conduca el seor Palavrakis. Haban alcanzado la

    mitad del trayecto cuando les sorprendi un corte en la

    carretera. Tenan frente a ellos una palabra enorme:

    PELIGRO. Profundizando en la negrura se adivinaban el

    tiritar de los camiones volcados, las luces parpadeantes, las

    gras, la nada, la inmensa soledad de los muertos, que ya

    eran capaces de soportar las toneladas de todos los

    camiones del mundo. El motor insista en su gemido

    montono como si fuera un pensamiento. PELIGRO. Daba la

    casualidad de que en aquel tramo de carretera fue donde

    haca algunos aos haban descubierto el cadver de su

    hijita, degollada, la cabeza separada del cuerpo, el crneo

    partido, la boca y la vagina llena de tierra y cincuenta

    pualadas en el tronco. El cuerpo de la nia pareca una

    rosa podrida, o una tarta de frambuesas.

    ELSA.- Chlo tena siete aos y era preciosa. No haba nacido criatura

    ms linda en decenios. No se tena noticia de semejante hermosura.

    Las madres me pedan los bucles de su deliciosa cabellera. Todas

    queran tocar sus bucles. Todas. Hay bucles del pelo de mi hijita en

    todas las casas. La invitaban a todas las fiestas, ganaba todos los

    concursos de belleza, ganaba siempre. La retrataron miles de veces.

    Era preciosa, preciosa. Cualquiera que se cruzara con ella empezaba

    a adorarla instantneamente. Cuando sonrea, dios mo, cuando

    sonrea ... Nada era tan dulce como su sonrisa. Nada! Pero las nias

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    hermosas siempre llevan una manada de lobos a sus espaldas, seres

    perversos surgidos de las entraas de la tierra con el nico objeto de

    destrozar la pureza. No son capaces de enfrentarse a lo bello sin

    aniquilarlo. No se detienen hasta no dar con la nia ms preciosa delmundo, y entonces piensan que la belleza es injusta, que la belleza

    engendra lascivia, y slo desean destruirla. Porque mi hijita era uno

    de esos seres encantadores que poseen la capacidad de reducir a sus

    semejantes a la ms absoluta de las fealdades. Nadie corre ms

    peligro que las nias hermosas, nadie lleva ms sombras tras la

    nuca. Las nias hermosas, all donde van son acompaadas por el

    horror.

    NARRADORA.- Elsa y Mateo intentaban recordar si el da

    que levantaron el cadver tambin haba una cinta amarilla

    con la palabra PELIGRO.

    MATEO.- Todo se puede coser, todo se puede cerrar, es slo unamquina, es slo una mquina. Todo puede devolverse a su lugar.

    (Se pellizca un trozo de piel) Qu es esto? Qu es esto? Qu es

    esto?

    NARRADORA.- Con la brutal desaparicin de la pequea se

    haba masacrado la posibilidad de nacimiento de otros

    nios preciosos. As era la nia Palavrakis.

    MATEO.- Me preocupa la ventana de su habitacin.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Qu?

    MATEO.- Me preocupa la ventana de su habitacin. Se enciende y se

    apaga cada noche. Y cuando se apaga hay veinte pares de ojospendientes de esa ventana, esperando a que la nia crezca y la

    dejemos salir sola a la calle. Y quin sabe cmo aparece nuestra hija

    en los sueos de esos pervertidos? Cmo la imaginan? Con qu

    camisones la visten? O la desnudan? Con qu artimaas aceleran el

    desarrollo de su cuerpo? A veces los escucho gemir, huelo a distancia

    sus manos embadurnadas, las sbanas sucias y pegajosas, cerdos,

    cerdos. No soporto esa ventana. El aire que la roza se convierte envendaval, y los rayos de sol que la alcanzan en calderos del infierno.

    No me fo. Los denunciara a todos por sus sueos repugnantes.

    Cerdos, cerdos. Hay que cambiarla de ventana. Mejor an, hay que

    meter a la nia en una habitacin sin ventana.

    ELSA.- Es demasiado hermosa.

    MATEO.- Demasiado hermosa para ser hija nuestra.

    ELSA.- Demasiado hermosa para ser hija de cualquiera.

    MATEO.- Hubiera preferido una nia corriente, una nia como

    millones de nias.

    ELSA.- No hay razn para tener miedo.

    MATEO.- No.

    ELSA.- Hay razn o no la hay?

    MATEO.- No.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Cumpleaos feliz.

    MATEO.- Cumpleaos feliz.

    ELSA.- Seor Palavrakis, quiero ms hijos.

    NARRADORA.- Durante algn tiempo, tras la muerte de la

    pequea, los seores Palavrakis vivieron aterrorizados por

    extraos acontecimientos. Poco a poco empezaron a creer

    en el viento y en los fantasmas.

    ELSA.- Su cama...

    MATEO.- Qu?

    ELSA.- Las sbanas, estn hechas pedazos, estn cortadas en trocitos

    muy pequeos, muy pequeos...

    MATEO.- Trocitos pequeos?

    ELSA.- Alguien se ha pasado toda la noche cortando las sbanas.

    Parecen migas.

    MATEO.- Quin?

    ELSA.- No me preguntes quin. Ya sabes quin.

    MATEO.- Otra vez?

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Otra vez. No hay descanso para ella.

    MATEO.- Pero debe haber descanso para nosotros.

    ELSA.- No. No hay descanso para los malvados.

    MATEO.- Qu hemos hecho mal?

    ELSA.- Todo.

    MATEO.- Le has dejado caramelos?

    ELSA.- S.

    MATEO.- Tienes que dejarle caramelos. Siempre tiene que haber

    caramelos. Caramelos, muchos caramelos. De fresa, de limn, de

    naranja, de pia, tambin le gustaban de pia, y de ans, y de

    melocotn. Hay que comprar, hay que comprar caramelos. Le has

    dejado caramelos?

    ELSA.- S! Le he dejado caramelos!

    MATEO.- De todos los sabores?

    ELSA.- S!

    MATEO.- Caramelos. Que no se enfade. Caramelos.

    ELSA.- Las nias sin cabeza siempre estn enfadadas.

    MATEO.- Qu ms has visto? Qu hay en su habitacin? Qu ms

    ha hecho?

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Entra t en su habitacin.

    MATEO.- No puedo!

    ELSA.- No puedes?

    MATEO.- Dime, qu hay?

    ELSA.- Solo las sbanas. Hechas migas. Nunca le gustaron las

    sbanas. Le daban calambres, te acuerdas?

    MATEO.- No, no me acuerdo.

    ELSA.- Claro que te acuerdas.

    MATEO.- No, no!

    ELSA.- Escucha.

    MATEO.- (Se tapa los odos)

    ELSA.- La escuchas? La escuchas?

    MATEO.- Es el viento.

    ELSA.- No se mueve ni una sola rama.

    MATEO.- Es el viento.

    ELSA.- Escucha a nuestra hijita...

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- Es el viento.

    ELSA.- Qu llevas en los bolsillos?

    MATEO.- Nada.

    ELSA.- Mrate.

    MATEO.- (Lleva una mata de pelo en los bolsillos.) Qu es esto?

    Quin lo ha puesto aqu?

    ELSA.- Y si desenterramos a la nia? Y luego volvemos a enterrarla.

    MATEO.- Ests loca? Desenterrar a la nia?

    ELSA.- Necesito verla. Necesito saber cmo se est pudriendo. Lo

    necesito. Cmo huele? De dnde le salen los bichos? Por dnde

    han empezado a comrsela? Lo necesito. Necesito saber si se ha

    movido dentro del atad, si se ha dado la vuelta, si la cabeza ha

    salido rodando hasta los pies.

    MATEO.- No te das cuenta? Es el viento, solamente es el viento!

    ELSA.- Mira!

    NARRADORA.- El seor Palavrakis nunca visit la tumba de

    Chlo. En cambio la seora Palavrakis pas muchas tardes

    conversando con la nia invisible.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    ELSA.- Porque te amaba, porque te amaba te imagin muerta de

    todas las formas posibles. Desde que naciste te imagin muerta. Uno

    tiende a pensar en la muerte de los seres amados. Imaginarte

    muerta era horrible, pero bello. Haba algo delicioso en tu cadver.Siempre hay algo delicioso en los cadveres. Eran imgenes

    deliciosas de cosas indeseables. Amarte fue angustioso, me hiciste

    absolutamente vulnerable, no te cuid lo suficiente, lo s, lo s. Pero

    no hubo un segundo en que no estuviese angustiada por ti. No hubo

    un segundo en que no sudara sangre por ti. No hubo un segundo en

    que no te imaginara muerta. Nunca pens que pasara tanto miedo,

    segundo a segundo. Cmprame caramelos. Fue lo ltimo que dijiste,cmprame caramelos, lo ltimo que te escuch decir, cmprame

    caramelos, no dijiste otra cosa, cmprame caramelos, dijiste

    cmprame caramelos, y yo me paso el da comprando caramelos, no

    hago otra cosa que comprar caramelos. La vida en casa es

    insoportable. Desde que te mataron ha fermentado lo peor de

    nuestras almas. Fuiste uno de esos acontecimientos fatdicos que le

    hacen tomar conciencia a uno de su verdadera podredumbre. Muy

    poca gente tiene un acontecimiento fatdico en sus vidas,

    verdaderamente fatdico, muy poca gente. Supongo que hay gente

    que ni siquiera sabe que existe. Supongo que hay gente que nunca se

    asusta de s misma. A veces no se me ocurre otra cosa que

    extinguirme.

    NARRADORA.- Superada la cinta de peligro que cortaba la

    carretera el matrimonio lleg a casa, agotado por el

    concurso. La seora Palavrakis se meti en la ducha para

    llorar un rato y cuando sali encontr un amasijo de

    vsceras sobre la alfombra. Mateo haba acuchillado al perro

    hasta triturarlo. Y dijo:

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    MATEO.- Todos nacemos ms o menos culpables, ms o menos

    crueles o malvados. No existe mayor cantidad de maldad en m que

    en el resto de los hombres. Todo ser desea la muerte de otro ser en

    algn momento de sus vidas y siembra de cadveres sus peoressueos. En segn qu circunstancias cualquiera puede aliarse con el

    diablo. El solitario va en busca del solitario. Y de entre todos los

    solitarios el diablo es el que est ms solo. Algunas veces el infierno

    es un buen refugio. Supongo que es una cuestin de movimiento.

    Hay unos que permanecen quietos y son inofensivos. Sin embargo

    hay otros que practican la accin. Se mueven. La culpa es del

    movimiento. La culpa es del movimiento. La sangre se mueve sinparar, recorre nuestro cuerpo una y otra vez. Bueno, todas las cosas

    nacen y mueren bajo el mismo sol, y nadie deja ms rastro que el de

    una hormiga aplastada en un camino. Llegar el da en que los

    hombres se degellen los unos a los otros por puro asco de s

    mismos. No se puede ser feliz a todas horas. Pero s podemos ser

    desgraciados a todas horas. Elsa, he pecado, haz conmigo lo que

    quieras. Llevo dentro mucho dolor.

    NARRADORA.- En ese instante son el telfono. Eran los

    del concurso. Los seores Palavrakis haban olvidado el

    trofeo en el saln de baile. Por qu decidieron ir arecogerlo es un misterio. El accidente tuvo lugar durante el

    trayecto de vuelta a casa. La seora Palavrakis llevaba los

    dos trofeos sobre las rodillas. Una colisin frontal con otro

    vehculo. El seor Palavrakis muri en el acto. A Elsa

    Palavrakis, totalmente ilesa, la llevaron a comisara y le

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    hicieron preguntas como esta: Tena la nia dificultad para

    andar y sentarse?

    ELSA.- S.

    NARRADORA.- Ropa interior manchada?

    ELSA.- S.

    NARRADORA.- Se quejaba la nia de dolor o picor en lazona genital?

    ELSA.- S.

    NARRADORA.- Tena dificultad en la defecacin?

    ELSA.- S.

    NARRADORA.- Contusiones en la zona vaginal o anal?

    ELSA.- S.

    NARRADORA.- Semen en la boca, genitales o ropa?

    ELSA.- En la ropa, slo en la ropa.

    NARRADORA.- No me engae, seora Palavrakis.

    ELSA.- Le digo que solo en la ropa.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    NARRADORA.- Infecciones urinarias de repeticin?

    ELSA.- S.

    NARRADORA.- Trastornos del sueo y la alimentacin?

    ELSA.- S.

    NARRADORA.- Automutilacin?

    ELSA.- El da que cumpli siete aos la nia se cort las venas de los

    brazos con el cuchillo de partir la tarta. Corri hacia su padre con los

    brazos chorreando sangre y se abraz a l con todas sus fuerzas. Le

    adoraba. Me lanc sobre ella para socorrerla, pero ella se abraz a su

    padre. A su padre. Como una novia. Le manch la camisa. Creo que

    en el fondo vivieron una historia de amor. Eran un hombre y una

    mujer. A m nunca me quisieron, y yo tampoco fui capaz de

    quererles, verdad? Nunca quise a mi hijita, es eso lo que piensa?

    Nunca cuid de ella lo suficiente. Nunca.

    NARRADORA.- Por qu no denunci a su marido, seora

    Palavrakis? (Pausa) Tena la nia mordeduras humanas?

    ELSA.- No, eso no.

    NARRADORA.- Pero su marido era el lobo, comprende,

    seora Palavrakis? El lobo.

    ELSA.- Nunca vi mordeduras.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    NARRADORA.- No me engae, seora Palavrakis. No se

    precipite en sus respuestas. Tena la nia mordeduras

    humanas?

    ELSA.- No lo s. Me hace usted sentir culpable.

    NARRADORA.- Recuerda algo ms, seora Palavrakis?

    ELSA.- Deba ser verano. Chlo se haba sentado junto al estanque.De repente me di cuenta de lo turbio que estaba aquel lquido, haba

    plantas podridas y peces repulsivos que emergan a la superficie

    atrados por la basura, por los desperdicios que arrojaba la gente,

    nadie hubiera sobrevivido a un trago de aquel agua. Y Chlo tena la

    mitad de su manita metida en toda aquella inmundicia. Me entraron

    escalofros, ganas de vomitar, pero no le dije que retirara la mano.

    NARRADORA.- Por qu hizo eso, seora Palavrakis?

    ELSA.- Cuando era ms jven yo ganaba algn dinero cuidando

    nios, eran nios muy pequeos, a veces tena que cambiarles los

    paales, y dejaba...Dejaba que los perros les chuparan, les lamieran,

    me entiende? Y nunca hice nada por detener a los perros. Losperros chupaban y yo miraba, solamente miraba, como a mi hijita

    metiendo la mano en el cieno.

    NARRADORA.- Disfrutaba observando como los perros

    laman los genitales de los bebs?

    ELSA.- S, creo que s.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    NARRADORA.- Nunca sospech de su marido?

    ELSA.- Bueno, Mateo, no lo s. Hay muchos seres humanos juntos.Algo tiene que pasar cuando hay tantos seres humanos juntos, y

    todos destruidos, y todos aniquilados, y todos enfermos. Y si la

    culpa es de todos esos seres humanos juntos, juntos, juntos? Usted

    no est destruida, aniquilada, enferma? Usted no es responsable de

    nada? Nunca se asusta de s misma?

    NARRADORA.- Seora Palavrakis Nunca sospech de su

    marido?

    ELSA.- Un da dijo algo que me hizo llorar. Chlo an estaba viva.

    MATEO.- Me paso el da escarbando en la tristeza de los cuerpos,

    sostengo corazones enteros en las manos, los intestinos me resbalanpor los guantes. Si a nuestra hija le arrancaran la piel no sera ms

    que una herida. Chlo es una herida. Te lo aseguro. Por dentro es

    viscosa y horripilante. No es hermosa. No la distinguiras de un perro

    atropellado. Slo materia, eso es , slo materia.

    NARRADORA.- Sabe lo que hemos encontrado en la

    cartera del seor Palavrakis? Sabe lo que ha llevado

    guardado en la cartera durante todo este tiempo?

    ELSA.- S. Lo s.

    NARRADORA.- La seora Palavrakis muri tras pronunciar

    estas palabras. Su pobre corazn no pudo soportarlo.

  • 8/6/2019 Angelica Liddell-El Matrimonio Palavrakis

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    Desde la muerte de los seores Palavrakis los habitantes

    del pueblo se quedaron mucho ms quietos. Mucho ms

    quietos. Por muy extrao que parezca jams volvi a soplar

    el viento. Ni una sola hoja se movi. Todos se empezaron a

    comunicar mediante monoslabos. Siguieron convocando el

    concurso de baile pero no volvi a existir una pareja que

    recogiera el trofeo sonriendo. A partir de ciertas horas se

    poda ver a familias enteras frente al televisor, sin moverse,

    sin moverse, sin moverse, con los ojos tan vacos como los

    de Edipo. Ahora ellos tambin conocan el horror.