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Crisis de la Edad Media Y comienzo de la Modernidad (Manuel García Morente; Lecciones preliminares de filosofía, Origen del Idealismo) A partir del siglo XVI los cimientos del aristotelismo van siendo cada vez más cuestionados a partir de los descubrimientos de la ciencia y del panorama de nuevos hechos históricos En primer lugar, cabe destacar la destrucción de la unidad religiosa, las guerras de religión y el advenimiento al mundo del protestantismo . Las luchas entre los hombres por distintos credos religiosos, hacen tambalear la fe en una verdad única que uniese a todos los participantes en la cristiandad. Las guerras de religión son al mismo tiempo, síntoma de un cambio de actitud en los espíritus y causa de que ese cambio de actitud se haga cada vez más consciente y claro, más profundamente visible a los ojos del hombre de aquellos tiempos. En segundo lugar, el descubrimiento de la tierra y del cielo. Los hombres descubren la tierra. Por primera vez se dan cuenta de lo que es la tierra; por primera vez un hombre da la vuelta al mundo y demuestra por el hecho la rotundidad del planeta. Cambia esto por completo la imagen que se tenía de la realidad terrestre. Este cambio conmueve toda la física de Aristóteles. Pero además de haber descubierto la tierra, el hombre del siglo XVI descubre el cielo. El nuevo sistema planetario, que Kepler y Copérnico desenvuelven (heliocentrismo), cambia por completo también la idea que los hombres tenían de los astros y de su relación con la tierra. La tierra cesa ya de ser centro del universo; cesa de contener en sí en máximum de preeminencia antropomórfica; la tierra ahora es un planeta, y no de los más grandes, con una trayectoria; es un grano de arena perdido en la inmensidad de los espacios infinitos. El sistema solar es uno de tantos sistemas de que se compone la inmensidad del cielo; y la tierra en ese sistema solar ocupa un lugar secundario, periférico, que no es, ni mucho menos, la posición central única y privilegiada que los antiguos y Aristóteles le concedían (geocentrismo). He aquí también, con esto, otro caso que profundamente conmueve los cimientos de la ciencia aristotélica. Estos hechos históricos –las guerras de religión, el descubrimiento de la rotundidad del planeta, el descubrimiento de la posición de la tierra en el universo astronómico– son otros tantos golpes terribles a la ciencia de Aristóteles. Otros sucesos históricos como el descubrimiento de América (y el conocimiento de nuevas culturas y estilos de vida), la invención de la imprenta (que contribuyó a la disminución del analfabetismo y el acceso al conocimiento, posibilitando que se desarrollara una capacidad crítica frente a verdades que hasta entonces se creían inmutables), el fortalecimiento de la burguesía (rompiéndose definitivamente las relaciones vasallaje del feudalismo) y el progresivo 31

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Page 1: 6 Empirismo y Racionalismo Descartes Empirismo

Crisis de la Edad Media Y comienzo de la Modernidad (Manuel García Morente; Lecciones preliminares de filosofía, Origen del Idealismo)

A partir del siglo XVI los cimientos del aristotelismo van siendo cada vez más cuestionados a partir de los descubrimientos de la ciencia y del panorama de nuevos hechos históricos En primer lugar, cabe destacar la destrucción de la unidad religiosa, las guerras de religión y el advenimiento al mundo del protestantismo. Las luchas entre los hombres por distintos credos religiosos, hacen tambalear la fe en una verdad única que uniese a todos los participantes en la cristiandad. Las guerras de religión son al mismo tiempo, síntoma de un cambio de actitud en los espíritus y causa de que ese cambio de actitud se haga cada vez más consciente y claro, más profundamente visible a los ojos del hombre de aquellos tiempos. En segundo lugar, el descubrimiento de la tierra y del cielo. Los hombres descubren la tierra. Por primera vez se dan cuenta de lo que es la tierra; por primera vez un hombre da la vuelta al mundo y demuestra por el hecho la rotundidad del planeta. Cambia esto por completo la imagen que se tenía de la realidad terrestre. Este cambio conmueve toda la física de Aristóteles.

Pero además de haber descubierto la tierra, el hombre del siglo XVI descubre el cielo. El nuevo sistema planetario, que Kepler y Copérnico desenvuelven (heliocentrismo), cambia por completo también la idea que los hombres tenían de los astros y de su relación con la tierra. La tierra cesa ya de ser centro del universo; cesa de contener en sí en máximum de

preeminencia antropomórfica; la tierra ahora es un planeta, y no de los más grandes, con una trayectoria; es un grano de arena perdido en la inmensidad de los espacios infinitos. El sistema solar es uno de tantos sistemas de que se compone la inmensidad del cielo; y la tierra en ese sistema solar ocupa un lugar secundario, periférico, que no es, ni mucho menos, la posición central única y privilegiada que los antiguos y Aristóteles le concedían (geocentrismo). He aquí también, con esto, otro caso que profundamente conmueve los cimientos de la ciencia aristotélica.Estos hechos históricos –las guerras de religión, el descubrimiento de la rotundidad del planeta, el descubrimiento de la posición de la tierra en el universo astronómico– son otros tantos golpes terribles a la ciencia de Aristóteles. Otros sucesos históricos como el descubrimiento de América (y el conocimiento de nuevas culturas y estilos de vida), la invención de la imprenta (que contribuyó a la disminución del analfabetismo y el acceso al conocimiento, posibilitando que se desarrollara una capacidad crítica frente a verdades que hasta entonces se creían inmutables), el fortalecimiento de la burguesía (rompiéndose definitivamente las relaciones vasallaje del feudalismo) y el progresivo distanciamiento entre poder político y poder religioso, pueden

ayudarnos a comprender el espíritu de la época moderna.En este momento puede decirse que el saber humano entra en la crisis más profunda que ha conocido. Es éste uno de los casos más ejemplares en que se puede comprender de la manera más patente la historicidad del pensamiento humano, que lejos de ser algo que en la eternidad y fuera del tiempo subsiste siempre igual a sí mismo, está radical y esencialmente

condicionado por el tiempo y por la historia.

La Gnoseología y el problema del conocimiento

La gnoseología es la rama de la filosofía que se aboca a los problemas del conocimiento. Esta surge en la modernidad a partir de los distintos problemas que se enfrenta el hombre respecto al conocimiento, tales como: ¿Cómo llegamos a conocer? ¿Cómo podemos estar seguros de nuestro conocimiento? ¿Cuáles son los límites y los alcances de la razón humana? En síntesis, lo que estudia es cómo se conoce y por qué medios.

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El conocimiento supone siempre la existencia de dos elementos mutuamente vinculados: un sujeto y un objeto. El sujeto es quien conoce, el objeto es lo conocido. La filosofía hasta ahora siempre había puesto su mirada en el objeto, pero a partir de la modernidad el sujeto se convierte en el nuevo objeto de estudio.Al contrario de la filosofía griega (ontología) que se preocupa por el ser, por lo que existe, la filosofía moderna se preocupa por saber cómo se conoce a eso que existe.Los filósofos ya no se peguntan ¿Cuál es la realidad? Sino ¿Cómo la podemos conocer? Abandonan la distinción entre lo real y lo aparente. Dejan de lado la búsqueda de las esencias y se hacen una pregunta más radical: ¿De qué cosas podemos estar seguros? ¿Cómo sabemos si la realidad -eso que nosotros creemos real- no es un producto de la mente humana?

¿Es posible conocer? ¿Cuáles son las fuentes del conocimiento?

Racionalismo Vs Empirismo

Una de las primeras discusiones gnoseológicas fue la disputa entre racionalistas y empiristas. Siguiendo el modo de pensar matemático, los racionalistas consideraban que el conocimiento era posible y que el único órgano adecuado para acceder a él era la razón. Ningún conocimiento merece este nombre si no posee necesidad lógica y validez universal, decían.Los empiristas, por el contrario, consideraban que no se pueden conocer las cosas tal cual son, ya que el único fundamento de nuestro conocimiento es la experiencia. Un hombre que no tuviera experiencia de nada, nada podría saber. Es a través de observación y de la repetición de los hechos que el hombre va formando sus conocimientos. Esta teoría era totalmente despreciada por los racionalistas, pues un conocimiento subjetivo, provisorio, fundado en la experiencia no es verdadero conocimiento. La experiencia no es garantía de nada, lo que paso ayer y antes de ayer hoy puede no suceder. Además, de los sentidos no nos podemos fiar: la vista, el olfato, el tacto, cada uno de nuestros sentidos pueden darnos informaciones falsas del mundo. Los empiristas comprenden que los sentidos se pueden equivocar, y que la experiencia puede fallar, por eso se declaran escépticos. Es cierto que las matemáticas son seguras, pero estas no nos aportan ningún conocimiento del mundo, porque son simples asociaciones de la mente. Pero de las cosas del mundo no podemos saber nada con certeza, no podemos aprehender las cosas “en si mismas”, no hay conocimiento 100% seguro. Sin embargo podemos decir que hay cosas más probables que otras. Por ejemplo, que el sol va a salir mañana. No es seguro, es cierto, es el hábito, la costumbre lo que me hace pensar que lo que ha sucedido hasta ahora va a volver a suceder, pero probablemente mañana salga el sol, como ha venido haciéndolo desde hace años.De esta manera no podemos confiar en la ciencia, se quejan los racionalistas; bien podría pasar que el sol mañana se extinga, o que se produzca algún fenómeno por el cual no lo podamos ver. No es ilógico pensar en esta posibilidad. El sol podría salir o no mañana. ¿Pero, no existe acaso algún conocimiento del que no podamos dudar?

Responde:►1- ¿Cuál es tu opinión? ¿El conocimiento humano es siempre provisorio, o existen algunas verdades de

las cual podamos estar seguros?2- ¿De qué cosas no dudarías? 3- ¿Si tuvieras que elegir una posición, cuál elegirías? Realiza una lista de argumentos a favor la postura

que elegiste y otra de argumentos en contra para refutar la teoría contraria. 4- ¿Crees que tiene solución este problema?

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¿De qué puedo estar seguro? -Descartes y el Racionalismo-

Descartes (1596-1650) es un filósofo francés considerado como uno de los padres de la modernidad. Su preocupación principal era determinar la fuente del conocimiento que nos garantizara el acceso a la verdad. Como no disponemos de un criterio para determinar qué cosas son verdaderas y que cosas son falsas, Descartes decidió adoptar la duda como método, para poner en duda todo y así poder llegar a alguna “certeza””, a algún conocimiento del que no se pudiera dudar.

La duda cartesiana presenta tres características: a- Es metódica. Descartes no pretende mantenerse en la duda, sino alcanzar una verdad segura a través

de ella. La duda es un camino para llegar a verdades de las que no pueda dudarse.b- Es universal. Para ser eficaz como método, la duda debe abarcar a todos los conocimientos posibles.

Todo lo que creemos debe ser puesto en duda.c- Es hiperbólica. Para cumplir con la exigencia de universalidad se llegará hasta la exageración en los

argumentos que se empleen, como la hipótesis del genio maligno.

Descartes pretende dudar de todo. Pero para no dudar de cada cosa decide atacar directamente las fuentes de nuestros conocimientos.

1 A- Comentan alguna idea que tuvieran por verdadera y que después se dieron cuenta que era falsa. ¿Por► qué creían que era verdadera? ¿En qué se fundamentaban? ►B- ¿Cuáles crees que son las principales fuentes de nuestras ideas/ conocimientos?

Para Descartes estas fuentes son tres, a saber: la tradición (o educación), los sentidos y la razón.Del saber adquirido en las escuelas duda porque, si algunas cuestiones han resultado falsas, como la explicación geocéntrica de la estructura del universo, también podría fallar en otros aspectos que aún no hayamos descubierto.Del saber obtenido a través de los sentidos duda porque frecuentemente los sentidos nos engañan. Y todo aquello que alguna vez nos engañó podría volver a engañarnos. Otro motivo para desconfiar de los sentidos es el fenómeno de los sueños, durante los

cuales consideramos tan real aquello que vemos como en la vigilia, sin que podamos diferenciar claramente un estado de otro.

¿Y si todo esto que vemos, el mundo físico que describen los científicos, no fuera más que un sueño?... En los sueños y las alucinaciones también veo un mundo llenos de cosas que se mueven... ¿Cómo sé yo que todo este mundo que tengo ante mí no es una creación de mi mente? … ¿No son acaso los colores o los sonidos “efectos” que se generan en mi cerebro?... ¿Por qué no pensar que también las cosas, con sus volúmenes y sus movimientos, no sean más que imaginaciones mías?... ¿No podría ocurrir todo en el espacio imaginario de mi mente y durante el tiempo que tardo en imaginarlo?

2 A ¿Existe alguna manera de distinguir con seguridad si estamos soñando o estamos despiertos? ► ►B ¿Qué crees que sucedería si todo fuera un sueño? ¿No habría aún dentro de los sueños cosas que sean ciertas?

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Analiza el siguiente fragmento de Descartes y luego completen su respuesta:

“No obstante, hay que confesar al menos que las cosas que se nos representan en el sueño son como cuadros y pinturas, que no pueden estar hechas más que a semejanza de algo real y verdadero; y que así, al menos, esas cosas generales, a saber: los ojos, la cabeza, las manos, y todo el resto del cuerpo, no son cosas imaginarias, sino verdaderas y existentes. Así, ciertamente, los pintores, incluso cuando se emplean con el mayor artificio en representar sirenas y sátiros mediante formas extrañas y extraordinarias, no les pueden atribuir, sin embargo, formas y naturalezas completamente nuevas; simplemente hacen una cierta mezcla y composición con los miembros de diversos animales; o bien, si acaso su imaginación fuera lo suficientemente extravagante como para inventar algo nuevo, tal que jamás hubiéramos visto nada semejante, y que así su obra nos representara algo puramente fingido y absolutamente falso, al menos es cierto que los colores que lo componen serían verdaderos.” (Descartes, Meditaciones Metafísicas)

3 ¿Qué otras cosas pueden ser ciertas?►

Según Descartes el conocimiento más seguro es el matemático, y en general, todo aquel que deriva de la razón. Incluso dentro de los sueños 2 + 2 seguirán siendo 4. Es por eso que del conocimiento obtenido por la razón resulta más difícil dudar. SI nos equivocamos al realizar operaciones matemáticas no puede atribuirse a la racionalidad, sino a nuestra falta de atención para resolverlas.Pero Descartes introduce aquí un argumento externo: “podría existir un genio maligno, que a diferencia de Dios es un ser sumamente poderoso y perverso, que nos hizo deiformes para confundirnos en nuestros pensamientos y mantenernos así en el error”. Ante esta hipótesis tampoco se puede confiar en la razón. Sin embargo hay algo de lo que no podríamos dudar…

4► ¿De qué cosas no dudarías incluso si existiera el genio maligno?

¡De nuestra propia existencia! Aún cuando el Genio maligno nos engañe en todo, para ser engañados es necesario que existamos. La misma duda, y nuestra actividad de pensar, es una prueba de nuestra existencia.

La frase Cogito ergo sum (pienso luego existo) resume esta “intuición racional” que tuvo descartes, y es la primer evidencia, la prime certeza, aquello de lo que no se puede dudar. La existencia que queda probada no es la existencia de la personalidad individual, sino la existencia del sujeto de conocimiento, el Yo, el sujeto que piensa, o, como dice descartes: la res cogitans (sustancia pensante).

Esta definición abre un abismo entre dos clases de sustancias, la sustancia pensante y la sustancia extensa (lo que ocupa lugar en el espacio, la materia, las cosas) o, en los viejos términos, el sujeto y el objeto.

A partir de descartes la filosofía comienza a poner la lupa en el sujeto, este se convierte en el nuevo objeto de conocimiento.

Una vez afirmada la propia existencia y definida esta como sustancia pensante Descartes ya tenía su “suelo firme” sobre el cual construir su nuevo sistema filosófico. Siguiendo los pasos del método, analizó el contenido del pensamiento: las ideas.

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Entre ellas distinguió tres clases: las ideas ficticias: son producto de nuestra imaginación (como los centauros, las sirenas etc.) y siempre son falsas. Las ideas adventicias: parecen venir a nosotros desde afuera, a través de los sentidos. Pueden ser verdaderas o falsas. Y finalmente las ideas innatas: son aquellas que parecen haber venido con nosotros. Forman el contenido propio de la razón. Por ejemplo, las ideas matemáticas, las ideas de espacio, tiempo, causa-efecto y la idea de Dios.La razón había sido puesta en duda por la hipótesis del genio maligno. Por lo tanto tampoco podríamos confiar en ella. Sin embargo entre todas ellas hay una idea que llama especial atención: la idea de Dios

Demostración racional de la existencia de Dios (argumento ontológico):La idea de Dios es la de un ser perfecto. SI es perfecto no puede faltarle nada, ni siquiera la existencia. Por lo tanto tiene que existir. Además, es indudable que todos tenemos en nuestra mente la idea de Dios. Esta es una idea que traemos con nosotros (innata), no la sacamos del mundo exterior, no la derivamos de la experiencia. ¿Somos por lo tanto sus creadores? Esto es imposible, porque un ser imperfecto, como el ser humano, no puede haber creado uno perfecto.Además, si es perfecto, debe ser bondadoso. Entonces no puede permitir que exista un genio maligno, único motivo para dudar de la razón. Así Descartes afirma la verdad de las ideas innatas- racionales- y determina que del único conocimiento del que podemos estar seguros es el conocimiento racional, cuya verdad no está supeditada a nada.

Esta posición sobre el origen del conocimiento, que sostiene que la única fuente segura para conocer es la razón, recibe el nombre de racionalismo.

5- ¿Qué piensas sobre el argumento ontológico de Descartes? ¿Podemos confiar en nuestra razón para► conocer la verdad?

¿De donde proceden las Ideas? El empirismo

Locke y la crítica a las ideas innatas

Locke fue un filósofo inglés del siglo XVII, de gran influencia política. Encarnó el espíritu de la revolución democrática burguesa de 1688. Tras leer a Descartes se interesó el problema gnoseológico. Pero su postura era mucho más práctica que la del resto de los filósofos. Cansado de los divagues de la metafísica decidió encarar la cuestión desde un punto de vista psicológico y escribió su celebre ensayo “sobre el entendimiento humano”

Allí Locke asegura que el hombre nace como una “tabla rasa” o como una “hoja en blanco” sobre la cual se van inscribiendo los distintos conocimientos a partir de su propia experiencia.

¿Cómo sabe un niño que le fuego quema? ¿Puede una persona que nunca haya visto fuego -ni percibido el calor de las llamas- por el simple uso de su razón, saber que si acerca su mano se va a quemar? No. La única fuente de nuestros conocimientos -segura o no- es al fin y al cavo la experiencia.Para Locke las ideas innatas no eran más que un invento del racionalismo en su afán de buscar conocimientos absolutos e indudables, y para hacer prevalecer la razón a toda costa. Tomemos un ejemplo: la idea de Dios. Existen pueblos en los que tal idea no

existe, y en aquellos en los que si existe, podemos encontrar versiones muy distintas de la divinidad, lo que

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no podría ocurrir si la idea de Dios fuera innata. Pero existe un fundamento mayor para rechazar los argumentos racionales sobre la existencia de Dios: que no lo vemos. Todo aquello que escape a nuestros sentidos no forma parte de lo conocible. El hombre, para conocer, necesita en primer instancia percibir.

1 ¿Estas de acuerdo con la teoría de Locke? ¿Crees que solo es posible por medio de la experiencia? ¿Es► confiable la experiencia? ¿Qué ventajas y que problemas presenta esta teoría?

¿Cómo se forman las ideas?

Existen dos fuentes posibles de nuestras ideas: la sensación y la reflexión:"Supongamos, entonces, que la mente sea, como se dice, un papel en blanco, limpio de toda inscripción, sin ninguna idea. ¿Cómo llega a tenerlas? ¿De dónde se hace la mente con ese prodigioso cúmulo, que la activa e ilimitada imaginación del hombre ha pintado en ella, en una variedad casi infinita? ¿De dónde saca todo ese material de la razón y del conocimiento? A esto contesto con una sola palabra: de la experiencia; he allí el fundamento de todo nuestro conocimiento, y de allí es de donde en última instancia se deriva. Las observaciones que hacemos acerca de los objetos sensibles externos [sensación] o acerca de las operaciones internas de nuestra mente, que percibimos, y sobre las cuales reflexionamos nosotros mismos [reflexión], es lo que provee a nuestro entendimiento de todos los materiales del pensar. Esta son las dos fuentes del conocimiento de donde dimanan todas las ideas que tenemos o que podamos naturalmente tener." (Locke)

A diferencia de la tradición filosófica, Locke supone que la idea no es algo distinto de la sensación, sino que la idea es o bien una sensación o un complejo de sensaciones.Tenemos así dos tipos de ideas: las simples, las sensaciones, el dato originario y las compuestas, que son formadas por una facultad asociativa o combinatoria de la memoria.

2 Realiza una lista de ideas simples y de ideas complejas►

Hume: Ideas con pasaporte e ideas de contrabando (Manuel García Morente)

Hume (1717-1776) fue un filosofo escoses, el más influyente de los empiristas. Era eseptico, ateo y poseía un gran sentido del humor. Se propuso delucidar “de que objetos puede o no ocuparse nuesto entendimiento”, produjo un gran aporte sobre el metodo experimental y también escribio obras sobre temas morales.

Modificando la clasificación de las ideas de Locke, Hume separó lo sensible de lo racional, la sensación de la idea:

Llamo "impresiones" a los “fenómenos psíquicos actuales”, es decir, a las vivencias que tenemos en un momento dado. Por ejemplo, tengo la impresión de verde en este momento mientras miro el pasto por mi ventana. Y llamo ideas a los fenómenos psíquicos “reproducidos”, es decir, a las representaciones mentales que nos hacemos de aquello que ya hemos percibido.Por ejemplo, yo tenía la impresión de verde mientras miraba por la ventana, pero ahora que escribo ya no tengo la impresión de verde, sin embargo puedo pensar el verde, lo recuerdo o lo imagino. Como decía Locke, es la reflexión que ejerce mi mente sobre las sensaciones lo que forma a la idea de verde.

De modo que tenemos impresiones, pero tenemos muchas más ideas que impresiones. Las impresiones que en un momento determinado tenemos son relativamente pocas comparadas con el montón de ideas que hemos ido forjando.

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Las impresiones, por lo tanto, no plantean problema psicológico ni problema metafísico. Las impresiones constituyen lo que me es dado, lo que está ahí; la última realidad es la impresión. Pero las ideas plantean un problema: ¿de qué impresiones proceden? Si la idea tiene un correlato sensible (como por ejemplo la idea del verde, que tiene el origen clarísimo de haber recibido yo antes la auténtica impresión de verde) entonces la idea tiene ya su pasaporte legítimo, es decir, es una idea que se puede usar con toda tranquilidad, porque tiene realidad; es la reproducción de una impresión sensible.Pero supongamos que tomamos una idea compleja, como por ejemplo la idea de una “montaña de monedas de oro”. Yo puedo hacerme una idea de ella reuniendo la impresión de “montaña” con la de “monedas de oro”. ¿Pero tengo la impresión sensible de dicha montaña? ¿Alguien vio alguna vez una montaña de monedas de oro? ¿Es posible encontrar esta impresión en alguna parte? Lo mismo sucede con las sirenas, o con aquellos seres mitológicos como el minotauro, mitad toro mitad hombre. Son un producto de la imaginación al asociar distintas impresiones, pero no son “reales”¿Qué sucede con la idea de substancia, tan apreciada por la filosofía, o con la idea de causa, tan imprescindible para la ciencia? Por mucho que se busque no se encuentra una impresión correspondiente a ninguna de estas ideas. Pues entonces son ideas de contrabando, ilusiones que carecen de valor.

3 ¿Qué otros ejemplos de ideas sin pasaporte se te ocurren?►4 ► Siguiendo los preceptos de Hume, ¿Qué crees que sucedería con la idea de Dios? ¿Puede el hombre conocerlo? ¿Por qué? ¿Qué diría Hume del argumento ontológico de Descartes? ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Lectura:René Descartes, Meditaciones Metafísicas -selección de fragmentos-Primera meditación. De las cosas que se pueden poner en duda

1. Hace ya algún tiempo que me di cuenta de que, desde mi infancia, había tenido por verdaderas numerosas opiniones falsas, y que lo construido posteriormente sobre principios tan poco firmes no podía dejar de ser altamente dudoso e incierto; de modo que debía emprender seriamente por una vez en mi vida la tarea de deshacerme de todas las opiniones que había tomado hasta entonces por verdaderas, y comenzar completamente de nuevo, desde los cimientos, si quería establecer algo firme y constante en las ciencias. 2. Pero, para cumplir tal designio, no será necesario probar que son todas falsas (…) lo que sería un trabajo infinito; sino que, ya que la ruina de los cimientos entraña necesariamente la de todo el edificio, me concentraré primero en los principios sobre los que todas mis antiguas opiniones se habían fundado.3. Todo lo que hasta el presente he tenido como lo más verdadero y seguro lo he aprendido de los sentidos o por los sentidos: ahora bien, a veces he experimentado que esos sentidos eran engañosos, y es prudente no fiarse nunca por completo de quienes nos han engañado una vez.4. Pero, aunque los sentidos nos engañen a veces, en lo referente a cosas poco perceptibles y muy alejadas,

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hay quizá muchas otras de las que no se puede razonablemente dudar, aunque las conozcamos a través de ellos: por ejemplo, de que estoy aquí, sentado cerca del fuego, vestido con una bata, sosteniendo este papel entre mis manos, y otras cosas de esta naturaleza. ¿Y cómo podría negar que estas manos y este cuerpo sean míos?5. No obstante, tengo aquí que considerar que soy hombre y, en consecuencia, que tengo costumbre de dormir y de representarme en mis sueños las mismas cosas, o algunas menos verosímiles, que esos insensatos cuando están despiertos. ¿Cuántas veces he soñado, durante la noche, que estaba en este lugar, que estaba vestido, que estaba cerca del fuego, aunque estuviese completamente desnudo en mi cama? Me parece ahora que no miro este papel con ojos somnolientos; que esta cabeza que muevo no está adormilada; que extiendo esta mano intencionadamente y con un propósito deliberado, y que la siento: lo que ocurre en un sueño, sin embargo, no parece ser tan claro ni tan distinto como todo esto. Pero, pensándolo cuidadosamente, recuerdo haber sido a menudo engañado, mientras dormía, por semejantes ilusiones. Y deteniéndome en este pensamiento, veo tan manifiestamente que no hay indicios concluyentes, ni señales suficientemente seguras por las que se pueda distinguir claramente la vigilia del sueño, que me quedo totalmente asombrado; y mi asombro es tal, que es casi capaz de persuadirme de que duermo.6. Supongamos ahora, pues, que estamos dormidos, y que todas esas particularidades, a saber: que abrimos los ojos, que movemos la cabeza, que extendemos las manos, y cosas semejantes, no son más que falsas ilusiones; y pensemos que quizás nuestras manos, y todo nuestro cuerpo, no sean tales como los vemos. No obstante, hay que confesar al menos que las cosas que se nos representan en el sueño son como cuadros y pinturas, que no pueden estar hechas más que a semejanza de algo real y verdadero; y que así, al menos, esas cosas generales, a saber: los ojos, la cabeza, las manos, y todo el resto del cuerpo, no son cosas imaginarias, sino verdaderas y existentes. Así, ciertamente, los pintores, incluso cuando se emplean con el mayor artificio en representar sirenas y sátiros mediante formas extrañas y extraordinarias, no les pueden atribuir, sin embargo, formas y naturalezas completamente nuevas; simplemente hacen una cierta mezcla y composición con los miembros de diversos animales; o bien, si acaso su imaginación fuera lo suficientemente extravagante como para inventar algo nuevo, tal que jamás hubiéramos visto nada semejante, y que así su obra nos representara algo puramente fingido y absolutamente falso, al menos es cierto que los colores que lo componen serían verdaderos.7. De ese tipo de cosas es la naturaleza corporal en general, y su extensión; como lo es la figura de las cosas extensas, su cantidad o magnitud, y su número; y el lugar en el que están, el tiempo que mide su duración, y otras semejantes.8. Por ello, no será, quizás, errónea nuestra conclusión si decimos que la física, la astronomía, la medicina y todas las demás ciencias que dependen de la consideración de cosas compuestas son altamente dudosas e inciertas; mientras que la aritmética, la geometría, y las demás ciencias de esta naturaleza, que sólo tratan de cosas muy simples y generales, sin preocuparse mucho de si se dan o no en la naturaleza, contienen algo de cierto e indudable. Pues, tanto si estoy despierto como si duermo, 2 y 3 sumarán siempre cinco, y el cuadrado nunca tendrá más de cuatro lados; y no parece posible que verdades tan manifiestas puedan ser sospechosas de ninguna falsedad o incertidumbre.9. No obstante, hace mucho tiempo que tengo en mi mente cierta opinión según la cual hay un Dios que todo lo puede, y por quien he sido creado y producido tal como soy. Pero ¿quién podría asegurarme que ese Dios no ha hecho que no exista ninguna tierra, ningún cielo, ningún cuerpo extenso, ninguna figura, ninguna magnitud, ningún lugar, y que sin embargo yo tenga la percepción de todas esas cosas, y que todo eso no me parezca que exista de otro modo que yo lo veo? E incluso, como juzgo que a veces los demás se equivocan, aun en las cosas que creen saber con mayor certeza, podría ocurrir que hubiera querido que yo me equivoque cada vez que sumo 2 y 3, o cuento los lados de un cuadrado, o considero cualquier cosa aún más fácil, si es que podemos imaginar algo más fácil que eso. Pero quizás Dios no ha querido que fuese engañado de tal modo, ya que es soberanamente bueno. 10. Supondré que hay, pues, no un verdadero Dios, que es la soberana fuente de verdad, sino un cierto genio malvado, no menos astuto y engañador que poderoso, que ha empleado toda su industria en engañarme. Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todas las cosas

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exteriores que vemos no son más que ilusiones y engaños, de los que se sirve para sorprender mi credulidad. Me consideraré a mí mismo como carente de manos, de ojos, de carne, de sangre, como carente de sentidos, pero creyendo falsamente tener todas estas cosas. Permaneceré obstinadamente ligado a este pensamiento; y si, de este modo, no está en mi poder alcanzar el conocimiento de verdad alguna, al menos estará en mi poder suspender el juicio. Por ello, evitaré cuidadosamente admitir en mi creencia ninguna falsedad, y prepararé tan bien a mi mente para todas las astucias de ese gran engañador que, por poderoso y astuto que sea, jamás podrá imponerme nada.

Segunda meditación. De la naturaleza de la mente humana: que es más fácil de conocer que el cuerpo

11 La meditación que hice ayer me ha llenado la mente de tantas dudas que, en adelante, ya no está en mí poder olvidarlas. Y sin embargo no veo de qué modo podría resolverlas; así, como si hubiera caído de repente en aguas muy profundas, me encuentro tan sorprendido que ni puedo asegurar mis pies en el fondo ni nadar para mantenerme en la superficie. No obstante, me esforzaré y seguiré, sin desviarme, por el mismo camino por el que había transitado ayer, alejándome de todo aquello en lo que pudiera imaginar la menor duda, al igual que haría si supiese que es absolutamente falso; y continuaré siempre por este camino hasta que encuentre algo cierto o, por lo menos, si no puedo hacer otra cosa, hasta que haya comprendido con certeza que no hay nada cierto en el mundo. Arquímedes, para mover el globo terrestre de su lugar y llevarlo a otro, sólo pedía un punto de apoyo firme y seguro. Del mismo modo podría yo concebir grandes esperanzas si fuera lo bastante afortunado como para encontrar una sola cosa que fuera cierta e indudable.12. Supongo, pues, que todas las cosas que veo son falsas; y me persuado de que jamás ha existido nada de todo aquello que mi memoria, llena de mentiras, me representa; pienso que no tengo sentidos; creo que el cuerpo, la figura, la extensión, el movimiento y el lugar no son más que ficciones de mi mente. ¿Qué es, pues, lo que podrá estimarse verdadero? Quizá ninguna otra cosa excepto que no hay nada cierto en el mundo.13. Pero ¿qué sé yo si no hay alguna otra cosa diferente de las que acabo de considerar inciertas y de las que no puede caber la menor duda? ¿No hay algún Dios o cualquier otro poder que me ponga en la mente estos pensamientos? Eso no es necesario, ya que quizás sea yo capaz de producirlos por mí mismo. Pero, al menos, ¿no soy yo acaso alguna cosa? Pero ya he negado que tuviese sentidos o cuerpo alguno. Dudo, sin embargo, pues ¿qué se sigue de ello? ¿Dependo hasta tal punto de mi cuerpo y de mis sentidos que no pueda ser sin ellos? Pero me he persuadido de que no había absolutamente nada en el mundo: ni cielo, ni tierra, ni espíritus, ni cuerpos; ¿no me he persuadido, pues, de que yo no existía? No, ciertamente, probablemente exista, si me he persuadido, o solamente si he pensado algo. Pero hay un engañador, muy poderoso y muy astuto, que emplea toda su industria en que me engañe siempre. No hay pues duda alguna de que existo, si me engaña; y que me engañe tanto como quiera, que nunca podría hacer que yo no fuera nada mientras yo piense ser algo. De modo que, tras haberlo pensado bien y haber examinado cuidadosamente todas las cosas, hay que concluir finalmente y tener por establecido que esta proposición: "yo soy, yo existo" es necesariamente verdadera todas las veces que la pronuncio o que la concibo en mi mente. 14 Encuentro aquí que el pensamiento es un atributo que me pertenece: es el único que no puede ser separado de mí. "Soy, existo": esto es cierto; pero ¿durante cuánto tiempo? A saber: tanto tiempo mientras piense.15 ¿Qué es, pues, lo que soy? Una cosa que piensa. ¿Y qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que concibe, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina, también, y que siente.

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Page 10: 6 Empirismo y Racionalismo Descartes Empirismo

Guía de preguntas

1 Cuáles son las fuentes del conocimiento según Descartes? 2¿Por qué Descartes desconfía de los sentidos? Dar algún ejemplos3¿Se puede dudar de que estamos acá sentados leyendo a Descartes?4¿Para Descartes qué cosas serían reales incluso en los sueños?5¿Cuál es la ciencia más segura para Descartes? ¿Por qué?6¿Por qué según Descartes Dios no puede engañarnos?7¿Para qué crees que utiliza Descartes la hipótesis del Genio maligno?8¿Cuál es el parecido entre Arquímedes y Descartes?9Explica por qué según Descartes no se puede dudar de la propia existencia. ¿Qué importancia tiene esto en la historia de la filosofía?

Hume, Investigación sobre el Entendimiento Humano

“Preséntese un objeto a un hombre dotado de una poderosa razón natural y buenas capacidades; si ese objeto le fuera completamente nuevo no podría, ni por el más meticuloso examen de sus cualidades sensibles, descubrir ninguna de sus causas o efectos. Adán, aún en el caso de que le supusiéramos facultades racionales plenas desde su origen, no habría podido inferir la fluidez y transparencia del agua que le podría ahogar, o de la luz y el calor del fuego que le podría consumir. Ningún objeto revela por las cualidades que muestra a los sentidos, ni las causas que le produjeron ni los efectos que surgen de él, ni puede nuestra razón, sin la ayuda de la experiencia, extraer inferencia alguna sobre la existencia real de las cuestiones de hecho.Nos figuramos que si irrumpiéramos de repente en este mundo, podríamos inferir, desde el primer momento que una bola de billar comunica su movimiento a otra al impulsarla, y que no necesitaríamos esperar que el acontecimiento ocurriera para pronunciarnos con certeza acerca de él.Pero acaso ¿no puedo imaginar que otros cien acontecimientos diferentes podrían ser, igualmente, resultado de esa causa? ¿No puede la primera bola volver en línea recta o rebotar en la segunda en cualquier línea o dirección? Todas estas suposiciones son consistentes y concebibles. ¿Por qué, entonces, debiéramos dar preferencia a una que nos es más consistente o concebible que el resto? Ninguno de nuestros razonamientos a priori podrá jamás mostrarnos fundamento alguno para esta preferencia.”

Sobre la idea de Dios:

“La idea de Dios, refiriéndonos a un ser infinitamente inteligente, sabio y bueno, surge de la reflexión sobre las operaciones de nuestra propia mente, y de aumentar sin límites aquellas cualidades de bondad y sabiduría”

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