4to módulo de teología fundamental

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  • 8/7/2019 4to Mdulo de Teologa fundamental

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    Universidad Catlica de Trujillo BENEDICTO XVIMdulo de interaprendizaje de Teologa FundamentalCuarta Unidad

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    EL MISTERIO DE CRISTO

    P.Dr. Emiliano Mendoza Reyes

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    PRESENTACIN

    El presente mdulo va dirigido a los alumnos que estudian el curso de

    Teologa Fundamental en el cual podrn encontrar los temas requeridos para el

    desarrollo de la asignatura. As mismo pretende ser un instrumento orientador en

    la clase y que nos proporcionar los elementos necesarios para profundizar y dar

    razn de nuestra Fe cristiana.

    Se presentan las actividades y los temas que se desarrollarn durante la

    clase con la ayuda del docente en la cual se propiciar en los alumnos un

    aprendizaje interactivo en el aula.

    La Teologa Fundamental es terica, reflexiva; sin embargo en este curso

    se tratar de usar una metodologa activa y estrategias que nos permitan

    abandonar la pasividad reinante actualmente.

    Para facilitar al alumno la bibliografa necesaria se ha seleccionado

    cuidadosamente los temas de textos y revistas para ser utilizados en provecho del

    aprendizaje interactivo del alumno.

    Ahora se presenta el mdulo de la cuarta unidad siguiendo las tres

    secciones conocidas: Reflexin Diagnostica, Nivelacin cognitiva y Consolidacin

    Metaevaluativa. Adems se considera una serie de actividades cortas, variadas y

    en los posible visualizadas y concordantes con los momentos del Diseo RNC

    que el autor propone para operativizar al aprendizaje.

    Esperamos valorar el esfuerzo realizado por el autor y al mismo tiempo

    recibir sus sugerencias para mejorar el documento de trabajo interactivo que

    operativiza la propuesta del Diseo RNC.

    AUTOR

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    INDICE

    1. Presentacin 01

    2. ndice 02

    3. Indicaciones 03

    4. Primer Momento: Reflexin 04

    5. Introduccin 05

    6. Capacidades 06

    7. Segundo Momento: Nivelacin 07

    8. Tema 1. El misterio de Jess Dios y Hombre 08

    9. Tema 2. Quin es Jess? 20

    10. Tema3. La Misin de Jesucristo 26

    11. Tema 4. La Iglesia 31

    12. Tercer momento: Consolidacin 35

    13. Tema de reforzamiento: La Nueva Era y el cristianismo 3 6

    14. Tema de profundizacin: La Nueva Era frente a la Biblia 38

    15. Referencias bibliogrficas 39

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    INDICACIONES

    1.En primer lugar el profesor presentar a los alumnos el silabode la presente asignatura

    2.El docente explicar a los alumnos la forma como sedesarrollar el curso de Teologa fundamental con la ayuda

    del presente mdulo de interaprendizaje.

    3.En el mdulo se encontrar la metodologa, las estrategias ycada una de las actividades que se desarrollarn en clase.

    4.As mismo el presente mdulo contiene los temas que sernanalizados en cada sesin de aprendizaje.

    5.Por lo mismo se le explicar al alumno el modo de laevaluacin conforme las orientaciones dadas por laUniversidad Catlica.

    6.Se requiere la buena disposicin del alumno que tenga el grandeseo de formarse con espritu cristiano y ser un profesionalcon valores ticos y cristianos.

    7.El presente mdulo est sujeto a correcciones o a futurasmodificaciones que ser una ayuda til para el alumno.

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    PRIMERMOMENTO

    REFLEXIN

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    Actividad 1.1 Da lectura al siguiente texto subrayando las ideas queconsideres importantes

    INTRODUCCIN

    El misterio de la Trinidad divina: Padre, Hijo y Espritu Santo: autopresencias de la nica realidad divina

    Peter Knauer, S.J.

    Segn el mensaje cristiano somos asumidos en el amor eterno entre el Padre y el Hijo que esel Espritu Santo. Sin embargo, cmo es posible hablar de un solo Dios y no obstante decir queeste Dios nico existe en tres personas? Se trata del misterio fundamental de nuestra fe que, en elbautismo, es como la puerta de entrada al cristianismo. Para la inteligencia de nuestra fe es muyimportante poder dar cuenta de este misterio.

    Para nosotros los humanos, persona significa nuestra capacidad de autopresencia: nuestraconciencia es como una relacin a nosotros mismos: somos conscientes de nosotros mismos ytomamos decisiones sobre nosotros mismos.

    El mensaje cristiano asume este concepto de persona y dice anlogamente de Dios que

    en l hay una primera relacin del ser divino a s mismo. Esta primera autopresencia (4)no tieneorigen. Dios es una primera persona no precedida por otra.

    Luego decimos que hay una segunda autopresencia divina que presupone la primera. A laprimera la llamamos Padre y a la segunda Hijo. El Hijo es una segunda relacin del ser divino a smismo que pasa por la primera. El Hijo todo tiene lo que es o tiene del Padre.

    Y hay una tercera autopresencia divina que, como amor entre el Padre y el Hijo, presupone lasdos primeras autopresencias divinas. A esta tercera autopresencia divina la llamamos EsprituSanto. El Espritu Santo procede del Padre y del Hijo. Pero como el Hijo tiene todo lo que es otiene slo del Padre, as tiene tambin del solo Padre el que sea coorigen del Espritu Santo. Y eneste sentido el Padre es el nico origen ltimo del Espritu Santo. Se puede decir tambin que elEspritu Santo, en cuanto amor mutuo entre el Padre y el Hijo, procede del Padre directamente obien que procede del Padre por medio del Hijo.

    Por consiguiente, el Padre es autopresencia divina y es Dios; el Hijo es autopresencia de lamisma realidad divina y es el mismo Dios que el Padre; el Espritu Santo es autopresencia divina yes el mismo Dios que el Padre y el Hijo; sin embargo, el Padre no es ni el Hijo ni el Espritu Santo;el Hijo no es ni el Padre ni el Espritu Santo; el Espritu Santo no es ni el Padre ni el Hijo. Los tresson un solo y mismo Dios, aunque distintos entre s: tres personas (autopresencias) de y en unasola naturaleza. Decimos todo eso slo para poder dar testimonio de que somos asumidos en elamor eterno entre el Padre y el Hijo que es el Espritu Santo. As el Hijo presupone notemporalmente sino desde toda la eternidad al Padre, y el Espritu Santo presupone al Padre y al

    Hijo.

    http://www.jesuiten.org/peter.knauer/33.html#N_4_#N_4_http://www.jesuiten.org/peter.knauer/33.html#N_4_#N_4_http://www.jesuiten.org/peter.knauer/33.html#N_4_#N_4_
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    Actividad 1.3 Analiza e internaliza las capacidades de la presenteunidad

    Capacidades:

    1.Analiza y explica a la persona de Jesucristo como verdaderoDios y verdadero hombre.

    2.Caracteriza ideas sobre los diferentes ttulos de Jess y susignificado.

    3.Explica la Encarnacin de Jess y la misin que ha recibido del

    Padre.4.Describe las notas de la verdadera Iglesia y la aportacineclesiolgica del Vaticano II

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    SEGUNDO MOMENTO

    NIVELACIN

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    ACTIVIDAD 2.1 Con las orientaciones del docente el alumno debe analizar lostextos proporcionados para luego expresarlo en mapas conceptuales.

    TEMA N 1 EL MISTERIO DE JESUS, DIOS Y HOMBRE.

    1. Jesucristo, Dios y Hombre.

    La fe de la Iglesia ensea que Jesucristo es verdadero Dios i - verdaderohombre (Catecismo, n. 464). A1 analizar la Sagrada Escritura, se comprueba que estafe no es algo caprichoso o arbitrario; no es una afirmacin porque s; al contrario,observamos que la fe sobre Jesucristo est de acuerdo con el testimonio histrico queofrece la Sagrada Escritura, especialmente el testimonio de los Evangelios y de la msantigua tradicin cristiana. Y podemos darnos cuenta, tambin, de que la fe definidapor la Iglesia acerca de Jesucristo es razonable, es decir, cuenta con el esfuerzo realiza-do por la mente humana para penetrar en el misterio del Hombre Dios. En otraspalabras, podemos decir que el riguroso anlisis racional de los datos evanglicosponen de manifiesto la Humanidad y la Divinidad de Jesucristo.

    Despus de haber estudiado la Divinidad de Jesucristo en el mdulo anteriorahora veremos, en primer lugar, los datos evanglicos acerca de la Humanidad plena deJess. Y a continuacin analizaremos la formulacin histrica de la doctrina de losConcilios Ecumnicos y de los Padres de la Iglesia acerca de la Divinidad y de laHumanidad de Jesucristo; esta formulacin se ha realizado al hilo de algunos erroresque pretendan explicar el misterio de Cristo, pero mutilaban alguno de sus aspectosrevelados; es decir, veremos cmo han surgido esos errores y la explicacin racionalque ha realizado la reflexin teolgica, as como la definicin de la doctrina de ferealizada por el Magisterio de la Iglesia.

    2. Jesucristo es verdadero HombreYa hemos visto en los temas anteriores que, a travs de todo lo que hace y

    ensea, Jess da testimonio de s como el Hijo de Dios: Yo y el Padre somos una solacosa (Jn 8, 58). Pero tambin se da a conocer con toda claridad como verdadero Hom-bre. Todo el Nuevo Testamento, y en especial los Evangelios, atestiguan de modoinequvoco esta verdad, de la cual Jess tiene un conocimiento clarsimo y que losApstoles y Evangelistas conocen, reconocen y transmiten sin ningn gnero deduda'.

    Hoy da es necesario mostrar la verdadera Humanidad de Jess, dada latendencia tan difundida a presentar a Jess slo>, como hombre: algunos piensan queJess es un hombre inslito 5 extraordinario, pero lo ven exclusivamente slo como unhombre Esta tendencia de los tiempos modernos es, en cierto modo, contraria a la quese manifest en los primeros siglos del cristianismo y que es conocida comodocetismo.

    2.1El docetismo gnsticoSegn los docetas (de la expresin griega doko = parecer) Jesucristo era un

    hombre aparente; es decir, tena la apariencia de un hombre, pero en realidad serasolamente Dios. Los doceta sostenan que Jess no posea un cuerpo verdadero, sinosolamente, la apariencia de carne humana. Llegaban a anular la naturaleza humana deCristo desde tres planteamientos diferentes:a)No entender que el Dios espiritual e infinito pudiera encarnarse en los lmites de un

    cuerpo humano (mentalidad juda y griega).

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    b) Parecer indigno de Cristo sufrir pasin y muerte real: estimaban que slo sufri enapariencia (Baslides, Marcin).

    C) Tener una visin negativa de la materia; algunos decan que el cuerpo de Jess erareal, pero no de carne humana sino de materia celeste (Valentn, Apeles, yespecialmente las corrientes gnsticas).Parece que San Juan tuvo a la vista estos errores cuando escribe: El Verbo se hizocarne (Jn 1, 14); Lo que exista desde el principio...lo hemos visto con nuestrosojos,... [lo] palparon nuestras manos (1 Jn 1, 1); Jesucristo, venido en carne (1 Jn 4,2). Frente a estas tendencias, la Iglesia cree y proclama firmemente la verdad sobreCristo como Dios-Hombre: Verdadero Dios y verdadero Hombre en la unidad de suPersona divina: por esta razn l es el nico Mediador entre Dios y los hombres, comoensea el Catecismo (n. 480). Nos encontramos ante un profundo misterio de la fecristiana, fundamentado en los testimonios bblicos, pero que ofrece muchas lucessobre Dios y sobre el hombre. Dado que todo verdadero hombre es cuerpo y alma,vamos a estudiar la Humanidad de Jess analizando los testimonios sobre la existenciaen l de un cuerpo y de un alma humana.

    3. Jess tiene un cuerpo humano y realPara estudiar la verdadera Humanidad de Jess, en primer lugar hay que

    cerciorarse de que Jess posea un cuerpo humano real. Los testimonios msimportantes sobre esta cuestin son los siguientes:3 1. La Encarnacin

    El punto de arranque de la verdadera Humanidad de Jess es el hecho de laEncarnacin: El Verbo se hizo carne y habit entre nosotros (Jn 1, 14). Carne (engriego sarxsignifica el hombre en concreto, que tiene un cuerpo humano real.

    Esta carne -y por tanto la naturaleza humana- la ha recibido Jess de su Madre,Mara, la Virgen de Nazaret. San Pablo dice que envi Dios a su Hijo, nacido de mujer(Gl 4, 4). El Evangelio segn Lucas narra el nacimiento de Jess en Beln, y afirma quefue acostado en un pesebre, circuncidado al octavo da de su nacimiento, que se le dioel nombre de Jess y que fue presentado como primognito en el Templo de Jerusalna los cuarenta das (cfr. Le 2, 6-24).

    Como cualquier otro nio, Jess creca en sabidura, edad y gracia ante Dios yante los hombres (Le 2, 52). En su vida de adulto, Jess experiment en sucorporeidad, como cualquier hombre, el cansancio, el hambre, la sed: Despus dehaber ayunado cuarenta das y cuarenta noches, tuvo hambre (Mi 4, 2); en Sicar, junto

    al pozo que haba construido Jacob, Jess, fatigado del camino, se sent junto alpozo... Vino una mujer de Samaria a sacar agua. Jess le dijo: Dame de beber (Jn 4, 6-7). Sensible al dolor fsico, Jess sufri en su pasin las torturas del martirio mediantela flagelacin, la coronacin de espinas, la crucifixin y la muerte.

    Los testimonios manifiestan que Jess tena un cuerpo sometido al cansancio, ala fatiga, es decir, un verdadero cuerpo mortal. Slo un verdadero hombre ha podidosufrir como sufri Jess en su vida y en el Calvario; y slo un verdadero hombre hapodido morir como muri verdaderamente Jess.

    3. 2. La ResurreccinLa Resurreccin confirma de modo nuevo que Jess es verdadero Hombre por la

    razn siguiente: si, para nacer en el tiempo, el Verbo se hizo carne, cuando resucit

    volvi a tomar el propio cuerpo humano real. Slo un verdadero hombre ha podidosufrir y morir en la Cruz, y slo un verdadero hombre ha podido resucitar. Resucitar

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    quiere decir volver a la vida en el propio cuerpo. Este cuerpo puede ser transformado,dotado de nuevas cualidades y fuerzas, y al final incluso ser glorificado, como en laAscensin, pero es un cuerpo verdaderamente humano, como manifest Jess despusde su Resurreccin: Jess resucitado se hace ver por los discpulos, les habla y come (Lc24, 36-43). Ellos lo ven, le miran, le hablan, tocan las heridas de la crucifixin (Jn 20,19-29).

    En Jess resucitado no hay indicios de un fantasma, de un espritu, o de unhombre aparente, sino de un hombre real. As lo conocieron los Apstoles y el grupode creyentes que constituy la Iglesia de los comienzos. As nos hablaron en su tes-timonio.

    Como dice Juan Pablo II, no existe en Cristo una antinomia entre lo que es"divino" y lo que es "humano". Si el hombre, desde el comienzo, ha sido creado aimagen y semejanza de Dios (Gn 1,27), y, por tanto, lo que es "humano" puedemanifestar tambin lo que es "divino", mucho ms ha podido ocurrir esto en Cristo. lrevel su Divinidad mediante la humanidad, mediante una vida autnticamente

    humana. Su "Humanidad" sirvi para revelar su "Divinidad": su Persona de Verbo-Hijo'.

    3.3. Jess es un personaje histricoLos Evangelios dan testimonios abundantes sobre la verdadera Humanidad de

    Jess. Jess es un personaje histrico.- pertenece an pueblo, el judo, y a una patria, Palestina: conocemos a su madre. Mara de Nazaret,y su genealoga humana; naci y vivi en una poca histrica concreta y determinada:en tiempos de Octavio y Tiberio, de Pilato y Caifs; tuvo una profesin conocida:tambin es bien conocida su intensa actividad pblica; y consta perfectamente supersecucin y Muerte de Cruz en el Calvario.

    3. 4. Jess tuvo una intensa vida social

    Adems consta que Jess desarroll una intensa vida social: tuvo amigos (Lzaro) yenemigos (los fariseos), con los que conversaba y discuta; tom parte en actos sociales,banquetes y bodas, hasta el punto de que le acusaron de ser comedor y bebedor; lepidieron el pago de los tributos, cosa que no se hace con desconocidos o personas noexistentes.

    4. JESUCRISTO ES PLENAMENTE HOMBRE

    Se puede decir que Jess no es solamente Dios, sino tambin plenamente Hombre,pues en su vida terrena manifest una riqueza incomparable de actitudes humanas y devalores morales. A este respecto recuerda el Concilio Vaticano II que El Hijo de Dios con suencarnacin se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabaj con manos de hombre,pens con inteligencia de hombre, obr con voluntad de hombre, am con corazn de hom-bre. Nacido de la Virgen Mara, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante entodo a nosotros, excepto en el pecado'. Los Evangelios dan testimonios abundantes acercade la plenitud humana de Jess, la cual vamos a analizar en los mbitos de la racionalidad,de la virtud moral y de la solidaridad humana:

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    4. 1. Jess tiene alma humana racional

    La existencia de alma humana se manifiesta en el conocimiento racional, en la voluntad y

    en los sentimientos humanos. Los testimonios sobre Jess nos dan a conocer estas tres

    actividades.

    a. Jess conoce como es propio de toda alma humana racional; su conocimiento es tanfino que manifiesta una doctrina de sublime sabidura; y es tan penetrante que alcanza aconocer la intimidad de los corazones, como muestran repetidamente los Evangelios, porejemplo, las intenciones de los escribas y de los fariseos (cfr. Mt 12, 15).

    b. Jess tiene voluntad humana: Jess manifiesta su voluntad humana en numerossimasocasiones. En los testimonios evanglicos, adems de las diversas decisiones que tomaJess, destaca la identificacin de su voluntad humana con la del Padre; as, por ejemplo,dice a los judos: he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de Aqulque me ha enviado (Jn 6, 38); y en el huerto de Getseman reza diciendo: Padre, siquieres, aparta de mi este cliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc 22, 42).

    c. Jess tambin experiment una gran riqueza de afectos y sentimientos humanos:

    -la alegra: se sinti inundado de gozo en el Espritu Santo (Lc 10, 21).

    -la pena: Jess llor de pena sobre Jerusaln, que mata a los profetas (Le 19, 41-42), yporla muerte de su amigo Lzaro (Jn 11, 33-35).

    - la tristeza e incluso la angustia en Getseman ante su muerte (Mc 14, 33-34; Le 22, 44).

    -la indignacin por la hipocresa y dureza de corazn de los fariseos (Me 3. 5) y por lacodicia de los vendedores que arroj del templo (Mt 21, 12-13).- la admiracin ante la incredulidad de algunos oyentes (Mc 6, 6), as como ante la bellezade los lirios del campo (Le 12, 27), o ante la fe de la mujer cananea (Mi 15, 28).

    - el amor profundo y desbordante de su voluntad humana, manifestado ennumerossimas ocasiones: al joven rico que deseaba entrar en el Reino de los cielos (Mc10, 21), a los hermanos Marta, Mara y Lzaro (Jn 11, 5), al discpulo Amado (Jn 13, 23),a los nios (Mc 10, 13-16). Adems, cuando proclama el mandamiento del amor, serefiere al amor con que l mismo, el Hijo de Dios, ha amado (Jn 15, 12). La cumbre delamor de Jess se expresa en la hora de la pasin: habiendo amado a los suyos queestaban en el mundo, los am hasta el fin (Jn 13, 1); y nadie tiene un amor ms grandeque el dar uno la vida por sus amigos (Jn 15, 13).La plena Humanidad de Jess ha conmovido el corazn de los hombres de todas laspocas. Ha dicho el beato Josemara Escriv de Balaguer: Me produce una honda alegra

    considerar que Cristo ha querido ser plenamente hombre, con carne como la nuestra.Me emociona contemplar la maravilla de un Dios que ama con corazn de hombre'.

    4. 2. Jess es modelo de virtudes

    En Jess encontramos la ausencia de pecado y la plenitud de la vida moral humana.La carta a los Hebreos, refirindose a Jesucristo, afirma que no tenemos un SumoSacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino que siendo comonosotros, ha sido probado en todo, excepto en el pecado (Heb 4, 15). Adems, toda lavida terrena de Jess y todo el desarrollo de su misin testimonian la verdad de suabsoluta impecabilidad. Jess mismo lanz el reto: Quin de vosotros me argir depecado? (Jn 8. 46). San Pablo dir que Jess no conoci el pecado (2 Cor 5. 21).

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    Cuando la Escritura dice que en Jess no hay pecado, manifiesta su plenitud humana;esa expresin significa, en primer lugar, que el pecado est esencialmente excluido deAquel que, siendo verdadero hombre, es tambin verdadero Dios; pero tambin significapositivamente su perfeccin moral, es decir, la integridad yla santidad de su vida humana.De ah que Jess sea modelo de todas las virtudes, el Hombre perfecto, como el anlisis desu vida muestra con toda claridad. La Teologa tambin manifiesta esa perfeccin moral deJess al afirmar con expresiones bblicas que es el Hombre verdaderamente justo y santo.

    El Concilio Vaticano II afirma que Jesucristo se ha hecho verdaderamente uno de losnuestros, en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado. Y precisamente, gracias auna semejanza tal, Jess manifiesta plenamente el hombre al propio hombre, y ledescubre la grandeza de su vocacin 5. Jesucristo manifiesta plenamente lo que es elhombre al propio hombre por el hecho de que l no ha conocido el pecado; la razn esque el pecado no es de ninguna manera un enriquecimiento del hombre, sino todo locontrario: el pecado deprecia al hombre, lo disminuye, lo aliena, lo priva de la plenitud quele es propia.

    4.3 Jess se hizo solidario con todos los hombres

    La perfeccin moral de Jess se manifiesta de una manera especial en que, en su vidaterrena, Jess se hizo solidario con todos los hombres, con cada hombre, hasta la Muertede Cruz. Esta solidaridad la vemos tanto en su lucha contra el pecado de los hombres,como en su acercamiento a los que sufren bajo el peso de cualquier tipo de miseria fsica omoral; para ello, Jess se acerca a los hombres y, por ejemplo, se hace amigo de publicanos,como Zaqueo (Lc 19, 1-10), o Lev, a quien llam a ser uno de sus Apstoles (Me 2, 13-17);se hizo invitar muchas veces por los fariseos, que eran sus adversarios ms encarnizados. Lavida entera de Jess es una manifestacin multiforme de solidaridad con el hombre,

    sintetizada en estas palabras suyas: El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sinoa servir y a dar su vida en rescate por la muchedumbre (Me 10, 45).

    Con estas actitudes, Jess revela la dignidad esencial de todo hombre. Se puede decirque la Encarnacin del Verbo es una revalorizacin inefable del hombre y de lahumanidad.

    5 UNIDAD EN LA PERSONA DEL HIJO

    Jess de Nazaret es el Hijo de Dios. Esta es la verdad fundamental sobre Jess que seform entre los Apstoles a partir de las obras y de las palabras de Jess en el perodo

    anterior a la Pascua.Despus de la Resurreccin la fe de los Apstoles se consolid an ms profundamente yencontr expresin en los testimonios escritos que provienen de los aos inmediatamenteposteriores a la salida de Cristo de esta tierra.

    Podemos decir que la fe en Cristo, en los comienzos de la Iglesia, se expresaespecialmente con los ttulos: Hijo de Dios y Seor. Siguiendo el testimonio de losApstoles, la Iglesia crea y profesaba desde el principio que Jess de Nazaret, el hijo de

    Mara, y, por tanto, verdadero hombre, crucificado y resucitado, es el Hijo de Dios, es elSeor (Kyrios ), es el nico Salvador del mundo dado a la humanidad. A partir de losdatos bblicos, la reflexin teolgica mostrar, y el magisterio de la Iglesia ensear,

    que la Divinidad y la Humanidad de Jess se unen en la Persona divina del Hijo deDios, del Verbo eterno. O, dicho de otro modo: el que siempre fue Dios -el Hijo

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    unignito-, en un momento concreto de la historia comenz a ser Hombre, sin dejar de serDios.

    Una sntesis preciosa de esta verdad la tenemos en E! Credo del Pueblo de Dios dePablo VI:

    Creemos en nuestro Seor Jesucristo, el Hijo de Dios. l es el Verbo eterno,nacido del Padre antes de todos los siglos y consubstancial al Padre, u homousios toPatri; por quien han sido hechas todas las cosas.

    Y se encarn por obra del Espritu Santo, de Mara la Virgen, y se hizo hombre:igual, por tanto, al Padre segn la Divinidad, menor que e! Padre segn laHumanidad, completa mente uno, no por confusin (que no puede hacerse) de lasubstancia, sino por unidad de la Persona'.

    6. HISTORIA DE LA FORMULACIN DE LAS VERDADES CRISTOLGIC.AS

    Desde los primeros tiempos, los cristianos han intentado explicar las verdadesreveladas: han realizado grandes esfuerzos para entender racionalmente ypara expresar enlenguaje humano los misterios que se encierran en Jesucristo. Esas verdades se formularonpara contrarrestar algunos errores que surgieron en los primeros siglos del cristianismo.

    6. 1. Arrio y el Concilio de Nicea

    Arrio, presbtero de Alejandra de principios del siglo IV, cometi dos grandes errores alpretender explicar racionalmente los grandes misterios cristianos de la Trinidad y de laEncarnacin del Hijo de Dios.

    a. Con respecto a la Trinidad, Arrio quiso explicar la unidad de Dios, segn lo harevelado Jesucristo: un nico Dios en tres Personas distintas, Padre, Hijo y Espritu Santo.

    Arrio tema que la Divinidad de las tres Personas llevase a los cristianos a aceptar elpolitesmo de los paganos. Al no encontrar una explicacin mejor, Arrio entendi que elHijo de Dios era desigual al Padre -de una substancia distinta de la del Padre-, pues nohabra sido engendrado en toda la eternidad, sino que habra sido creado de la nada porel Padre en el tiempo, y adoptado como Hijo; es decir, sera Dios en sentido impropio, nopor naturaleza sino por adopcin, con lo que Arrio niega la Divinidad del Hijo.

    b. Con respecto a Jesucristo, Arrio quiso defender tambin su unidad, es decir, launidad entre la Divinidad y la Humanidad de Jesucristo. Arrio niega la dIVINIDAD de Jess.El primer Concilio Ecumnico de Nicea (ao 325) rechaz los dos errores de Arrio; alhacerlo, explic y formul la fe de la Iglesia en Jesucristo, que fue heredada de losApstoles, fijada en los libros del Nuevo Testamento, y enseada por los Padres Apostli-

    cos. Nicea define que existe un solo Dios y que Jesucristo es el Hijo de Dios; por tanto;Jesucristo es verdadero Dios. Pero Nicea tambin afirma y define, contra Arrio y contra losdocetistas, que Jess es verdadero Hombre.

    Creemos en un solo Dios [.. ] y en un solo Seor Jesucristo Hijo de Dios, nacidounignito del Padre, es decir

    -, de la substancia del Padre. Dios de Dios, luz de luz, Dios

    verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma substancia [homousios]que el Padre, por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo y las que hayen la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvacin baj del cielo y se

    encarn, se hizo hombre, padeci y resucit al tercer da, subi a los cielos, y ha de venir ajuzgar a los vivos y a los muertos.'.

    http://xn--cristolgic-mbb.as/http://xn--cristolgic-mbb.as/
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    CONTROVERSIAS TEOLGICAS MAGISTERIO DE LA IGLESIA

    Hereja arriana: El Hijo es hechu- II Concilio de Nicea, 325

    ra (criatura) del Padre e instru- E l Hijo de Dios es engendra

    mento suyo para la creacin do , no hecho, consubstancial aldel mundo. mundo. Padre, u homousios.

    Hereja de Apolinar: Cristo no tiene ahna humana:es sustituida

    por el Verbo de Dios.

    Hereja de Macedonio: El Espritu Concilio de

    Santo est subordinado al Pa- Constantinopla, 381dre y al Hijo. Confirm la fe del Concilio de

    -------------_ Nicea y defini la Divinidad del

    Doctrina de los Padres griegos: La i Espritu Santo.

    Trinidad es una ousv y tresI hipstas i s .

    i Doctrina de los Padres latinos: LaTrinidad es una substant ia y Itres personae. San Agustndir una essentia v tres

    r t a e .

    Concilio de feso, 431

    Hereja de Nestorio: En Jess hay I El misterio de la Encarnacin

    dos personas, una divina y otra del Verbo consiste en la unin sinhumana, unidas moralmente. confusin de dos naturalezas,

    Mara no es Madre de Dios. divina y humana, unidas realmen

    i sino slo de Jess. te en una Persona dvina: la del IVerbo.

    i

    Concilio de Calcedonia, 451

    Hereja de Eutiques: En Jesucris- En Jesucristo haydos natura

    to hay,una sola naturale za lezas unidas en una hipstasis , esiza, que absorbe la naturaleza decir, en la Persona divina del

    humana. Verbo.

    Para afirmar que Jesucristo es el Hijo unignito de Dios, el Concilio de Nicea utiliza laexpresin de la misma substancia que el Padre. Juan Pablo II comenta que el Concilioexpres, en una frmula adaptada a la cultura [griega] de entonces, la verdad queencontramos en todo el Nuevo Testamento'. El Concilio de Nicea no hace ms queconfirmar la verdad precisa, contenida en la Revelacin divina, de que Jess es uno con elPadre (cfr. n. 49. 1). La definicin de Nicea sigue siendo actual para nuestros tiempos, puesutiliza unos conceptos que pertenecen al lenguaje ordinario de las gentes'.

    Unos cincuenta aos despus del Concilio de Nicea. Apolinar (310-390), obispo deLaodicea, tambin deca que en Cristo no haba verdadera alma humana, porque habrasido sustituida por el Verbo de Dios, con lo que igualmente negaba la verdadera Huma-nidad de Cristo. Este error fue rechazado por el papa Dmaso en el ao 374 con el siguiente

    argumento: si en la Encarnacin hubiera sido asumido un hombre incompleto, seraimperfecta la obra de Dios, e imperfecta la salvacin de los hombres, porque no habra sido

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    salvado todo el hombre, lo que est en contra de los datos evanglicos`. A San GregorioNacianceno se debe el siguiente argumento: para que el hombre entero pudiera sersalvado, la entera (perfecta) humanidad deba ser asumida en la unidad del Hijo: lo que noes asumido, no es sanado".

    6. 2. El subordinacionismo y el Concilio I de Constantinopla

    Macedonio, obispo de Constantinopla, tambin para defender la unidad del Diostrinitario, afirm a mediados del siglo Iv que el Espritu Santo est subordinado al Padre yal Hijo; en consecuencia, neg la Divinidad del Espritu Santo.

    El Concilio I de Constantinopla (381) afirma la Divinidad del Espritu Santo con lassiguientes palabras: Seor y dador de vida, que procede del Padre [y del Hijo], que con elPadre y el Hijo recibe una misma adoracin y gloria, y que habl por los profetas.`.

    Las definiciones de Nicea y de Constantinopla constituyen el smbolo de fe o Credoque se reza en la Santa Misa los das de precepto y de solemnidades litrgicas.

    ' Primer Concilio de Nicea: Smbolo (DENZtNGeR-SCxONMerzER, 54-125). Algunos telogos contemporneos opinan sin fundamento que Nicea, al declarar la

    divinidad de Jess, se ha servido de las divinizaciones de hombres que hacan frecuente-mente las religiones paganas. Adems de entender incorrectamente la Revelacin divina,esos telogos olvidan la fuerza con que los autores de los primeros siglos afirman queCristo no es un hombre divinizado, sino el Hijo de Dios hecho carne (OCARIZ-MATEO SeCO-RteSrttA: El misterio de Jesucristo, pg. 42). A1 explicar la naturaleza divina de Jess enconceptos no bblicos, conceptos corrientes en el lenguaje de la poca que alcanzaran lacalidad de trminos filosficos. Nicea no aade nada al contenido de la Escritura, sino querealiza una interpretacin autorizada de la enseanza del Nuevo Testamento. Niceaconfirma lo que haba sido recibido por Revelacin divina.

    6. 3. El nestorianismo y el Concilio de feso

    Despus del Concilio de Constantinopla surgi el interrogante sobre la comprensincorrecta de la unidad de Cristo, es decir, cmo se unen en Cristo la Divinidad y laHumanidad. La cuestin estaba en relacin directa con el contenido esencial del misterio dela Encarnacin y, por consiguiente, con la concepcin y nacimiento humano de Cristo en elseno de la Virgen Mara. Ya desde el siglo III se haba extendido la costumbre de dirigirse ala Virgen con el nombre de Theotok-os = Madre de Dios, expresin que se encuentra en lams antigua oracin mariana que conocemos: el Sub tuum praesidium Bajo tu amparo nosacogemos, Santa Madre de Dios.

    Esta expresin fue rechazada por Nestorio, patriarca de Constantinopla, a comienzos

    del siglo v. Sostena Nestorio que Mara puede ser llamada solamente Madre de Cristo,pero no Madre de Dios. Esta posicin est relacionada con el modo de entender Nestoriola unidad de Cristo.

    Segn Nestorio, la Divinidad y la Humanidad de Cristo no se habran unido en un solosujeto personal, es decir, en la Persona divina del Hijo de Dios. Nestorio quiso defender,contra los arria nos y contra los docetas, que Jess es verdadero Dios y verdadero hombre;para ello afirmaba que en Jess hay dos naturalezas, una divina y otra humana -lo que esverdad-. Pero Nestorio tambin afirmaba que en Jesucristo habra dos personas unidasmoralmente, una persona humana junto a la Persona divina del Hijo de Dios, lo que es unerror. Nestorio hablaba de una presencia especial de Dios en la Humanidad de Cristo; algoas como la presencia de Dios en un hombre santo, o como en un templo, de modo que sedaran en Cristo no slo dos naturalezas, sino tambin dos personas, una divina y otra

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    humana. De este modo, la Virgen Mara, sera solamente la Madre de Cristo-Hombre, porser la Madre de Jess, pero no podra ser considerada ni l lamada Madre de Dios.

    El tercer Concilio Ecumnico, en feso (431), defendi la unidad de Cristo como seencuentra en los Evangelios y haba sido creda y afirmada por la tradicin cristiana. Para

    explicar esta verdad de la Revelacin, el Concilio de feso incorpora a la doctrina de laIglesia el concepto de naturaleza: afirma que en Jesucristo hay dos naturalezas distintas,la divina y la humana, las cuales se unen en el mismo Verbo eterno, es decir, en la Personadel Hijo de Dios, que es Dios de Dios engendrado desde siempre por el Padre, y que,como hombre, naci, en el tiempo y segn la carne, de la Virgen Mara:

    El Verbo, al unirse en su Persona a una carne animada por un alma racional, sehizo hombre de modo inefable e incomprensible; [.J y, las dos naturalezas que sejuntan en verdadera unidad son distintas, pero de ambas resulta un solo Cristo eHijo [...] Porque no naci primeramente un hombre vulgar de la Santa Virgen, yluego descendi el Verbo sobre l; sino que, unido desde el seno materno, el Verbose someti a nacimiento carnal, como quien hace suyo el nacimiento de la propia

    carne (...J De esta manera los Santos Padres no tuvieron inconveniente en llamarMadre de Dios a la Santa Virgen.`

    Habla el Concilio de dos naturalezas en Cristo, la divina y la humana, unidas en unsolo Cristo e Hijo de Dios; es decir, la Divinidad y la Humanidad de Jesucristo, el hijo deMara, estn unidas en una sola Persona divina. Por consiguiente, siendo Cristo un solo ser,Mara tiene pleno derecho a gozar del ttulo de Madre de Dios, como se afirmaba yadesde haca tiempo en la oracin cristiana y en la Tradicin de la Iglesia.

    6 4. El monofisismo y el Concilio de Calcedonia.

    Eutiques, archimandrita de un monasterio de Constantinopla, quiso rebatir los erroresde Nestorio y defender la unidad de Cristo. Con tal fin sostuvo que la naturaleza humanahaba dejado de existir como tal en Cristo al ser asumida por su Persona divina de Hijo deDios, error conocido como monofisismo (monophysis = una naturaleza). Segn Eutiques,en Cristo habra slo la naturaleza divina, la cual habra absorbido a la naturaleza hu -mana.

    El cuarto Concilio Ecumnico, en Calcedonia (451), introdujo el trmino persona, engriego prsopon e hipstasis, para precisar mejor el sujeto de unin de las naturalezasdivina y humana en Cristo:

    Se ha de reconocer a un sola y mismo Cristo Seor, Hijo nico en dos naturalezas, sinconfusin, sin cambio, sin divisin, sin separacin. La diferencia de naturalezas deningn modo queda suprimida por su unin, sino que quedan a salvo las propiedades

    de cada una de las naturalezas y confluyen en un solo sujeto y en una sola Persona, nopartido o dividido en dos personas, sino un solo y mismo Hijo nico, Dios Verbo, SeorJesucristo.`.

    Con esta definicin, el Concilio de Calcedonia precis que las dos naturalezas deJesucristo, la divina y la humana, se han unido (sin ser absorbida la humana por la divina)en un nico Sujeto personal, que es la Persona divina del Verbo. El uso del trminohpstass ha llevado a las escuelas teolgicas a hablar de unin hiposttica para expresarque en Jesucristo slo hay una Persona divina, la del Verbo o Hijo de Dios, como sujetonico de todas sus acciones. Gracias a su naturaleza divina, Cristo es consubstancial con elPadre segn la Divinidad; gracias a su naturaleza humana, es consubstancial con nosotros

    segn la humanidad. Por tanto, Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Almismo tiempo hay que afirmar que esta dualidad de naturalezas no hiere, de manera

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    alguna, la unidad de Cristo, que es originada por la unidad perfecta de la Persona divina delHijo.

    Adems, la doctrina del Concilio de Calcedonia tiene gran importancia antropolgica.La Persona divina del Verbo, al asumir la naturaleza humana en 1a Encarnacin, entr en elmundo de las personas humanas. Este hecho pone de relieve la dignidad de cada una de laspersonas humanas -por encima de cualquier condicionante social, cultural, de raza, etc.-como sujetos de derechos y deberes inalienables, y que el hombre es el centro de lasociedad y de todas las relaciones sociales. Asimismo, pone de relieve que Cristo es elmodelo de vida para todo hombre, y que existe un arden sobrenatural al que todos loshombres son llamados.

    6. 5. E1 monotelismo y el Concilio III de Constantinopla

    Derivado del monofisismo, surgi el error de los monotelitas, que atribuan a Cristouna sola voluntad. Los monotelitas enseaban que en Cristo, aunque hay dos naturalezas,no habra ms que una sola voluntad y un slo modo de obrar, que seran slo divinos. Este

    errar mutila en el mismo Cristo una parte esencial de su Humanidad: la voluntad humanaque corresponde a su naturaleza humana.

    Es preciso observar que la dualidad de naturalezas en Cristo lleva como efecto lgico ladualidad de voluntad y de operaciones en la unidad de la Persona de Cristo. Encorrespondencia a las dos naturalezas que se dan en Cristo, una divina y otra humana, hayque afirmar una voluntad divina y otra humana: de igual modo, hay que afirmar que enCristo encontramos operaciones divinas y operaciones humanas. Esta doctrina fue definidaa finales del siglo sptimo por el VI Concilio Ecumnico, III de Constantinopla (680-681):

    En Cristo hay dos voluntades naturales o quereres y dos operaciones naturales...;dos voluntades que no estn en contraste entre si 1....sino que su voluntad humanasigue sin resistencia ni oposicin, o mejor, se subordina completamente a suvoluntad divina y omnipotente,.., segn lo que El mismo dice: "Porque he bajado delcielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me ha enviado" Jn6, 38).

    Estas verdades expresan con toda claridad la verdadera dimensin humana de Cristo. les hombre verdadero y pleno por naturaleza, capaz de actividad humana, conocimientohumano, voluntad humana, conciencia humana y sufrimiento humano. Slo par la fuerza deesta plenitud humana se puede comprender la obediencia de Cristo hasta la muerte, ysobre todo, la oracin en el huerto de Getseman: No se haga mi voluntad, sino la tuya(Le 2?, 42). Pero es verdad igualmente que la voluntad humana y el obra humano de Jesspertenecen a la Persona divina del Hijo: precisamente en Getseman Jess invoca a Dios con

    la expresin Abb, Padre (Mc 14, 36). Jess es plenamente consciente de su personadivina, como revela, por ejemplo, cuando declara: Antes de que Abraham existiera, Yosoy (Jn 8, 58). En los Evangelios descubrimos que Jess, como verdadero hombre, poseeuna conciencia especficamente humana. Pero, al mismo tiempo, su conciencia humanapertenece a ese Yo divino por el cual puede decir: Yo y el Padre somos uno (Jn 10, 30).A1 analizar los Evangelios observamos que Jess nunca habla de s mismo como de unapersona humanas>, sino que siempre expresa su identidad divina, su condicin de Hijounignito del Padre. Jess es uno de la Trinidad. Toda esta doctrina expresa el misteriodel Verbo hecho carne, anunciado en el prlogo del Evangelio de San Juan.

    7 EXPLICACIN DEL MISTERIO DE LA ENCARNACIN DEL HIJO DE DIOS

    El pensamiento de los Padres de la Iglesia y de los Concilios ha utilizado los conceptos y trminosde naturaleza y persona para explicar el misterio de la Encarnacin. El significado de estos

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    trminos puede captarse en el lenguaje ordinario de las personas, cultas o no, de todos lostiempos.

    7.1. Naturaleza

    El trmino naturaleza significa esencia y propiedad caracterstica de cada ser; seutiliza ordinariamente para expresar el principio de actividades u operaciones propias deun ser, que lo diferencian de los otros seres. El sentido comn dice que es natural quelos pjaros vuelen, que e1 agua moje, o que el hombre piense y decida con libertadpersonal.

    Este concepto se aplic a Jesucristo para expresar su Divinidad y su Humanidad. LaDivinidad, o naturaleza divina de Jess, es el principio de operacin de sus accionesdivinas, como los milagros, el perdn de los pecados, o su propia Resurreccin. De igualmodo, la Humanidad, o naturaleza humana de Jess, es el principio de operacin de susacciones humanas, tales como hablar, andar, comer o fatigarse. Pero el sujeto de ambostipos de operaciones siempre es la Persona divina del Hijo de Dios.

    7. 2. Persona

    El trmino persona significa individuo de la especie humana. Tambin se define lapersona como el sujeto individual de naturaleza racional. La naturaleza humana es comn atodos los hombres. Esa naturaleza se individualiza en cada ser humano, se personifica en unyo individual, personal o subjetivo, que es el sujeto de las acciones humanas. De igualmodo, la naturaleza divina es comn a las tres Personas divinas, sujetos divinos dife rentesque estn unidos en la misma Divinidad.

    El concepto de persona se aplic a Jesucristo para expresar que el nico sujeto de lasacciones humanas y de las acciones divinas de Jess es la Persona divina del Verbo o Hijode Dios.

    Estos dos conceptos, sobre todo a partir de las definiciones conciliares, fueronelevados a la dignidad de terminologa filosfica y teolgica; pero los concilios de feso y deCalcedonia los tomaron segn el uso de la lengua corriente, sin referencia a un sistemafilosfico particular. Hay que tener en cuenta tambin la exactitud y cuidado de aquellosPadres conciliares por la eleccin precisa de los trminos. En el texto griego del concilio deCalcedonia, la palabra correspondiente a persona prsopon- indicaba ms bien el aspectoexterno del hombre, su percepcin fenomenolgica (literalmente, la mscara usada en elteatro para representar un personaje); por esta razn, los Padres conciliares utilizaron,junto con esta palabra, otro trmino -hipstasis- que indicaba el ser propio y especfico dela persona, su interioridad, su condicin de sujeto al que se atribuyen las acciones.

    El Catecismo sintetiza toda esta doctrina en los trminos siguientes: La Iglesiaconfiesa... que, Jess es inseparablemente verdadero Dios y verdadero hombre. El esverdaderamente el Hijo de Dios que se ha hecho hombre, nuestro hermano, y eso sin dejarde ser Dios, nuestro Seor (469).

    7. 3. Algunos errores modernosPor influjo de las nuevas corrientes del pensamiento filosfico y cientfico, algunos

    telogos rechazan los tradicionales conceptos de naturaleza y persona, porconsiderarlos como inadecuados e incomprensibles para el hombre contemporneo". Losdos principales errores son los siguientes:

    a. Concepcin fenomenolgica: Algunos autores ignoran la Persona divina del Verbo ydicen que en Jesucristo hay una persona humana; para ello se basan en la concepcin

    fenomenolgica de la personalidad, que se expresa en los actos perceptibles por lossentidos, tales como andar, hablar, manifestar afectos humanos, sufrir o morir; pero estos

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    autores no consideran suficientemente el sujeto que est en el origen de esos actos, elHijo de Dios.

    b. Concepcin psicolgica: Otros autores ignoran la naturaleza divina de Jess y, enconsecuencia, distorsionan su Persona divina, pues la reducen a lo que llamanpersonalidad de Jess, entendindola como la autoconciencia que Jess tiene de lo divinoque hay en l. Desde esta mentalidad de raz racionalista, dicen que la Encarnacin no sedebe entender como la asuncin de la naturaleza humana por parte de un Yo divinotrascendente y preexistente, sino ms bien como una presencia especial de Dios en elhombre Jess. De este modo, Jesucristo ya no sera Dios, sino solamente un hombreextraordinario que gozara de una presencia especial de Dios.

    En resumen, podemos decir que los Evangelios ofrecen suficientes datos para afirmar,con rigor lgico --como lo han hecho los primeros Concilios de la Iglesia-, que Jesucristo esverdadero Dios y verdadero Hombre, uno de la Trinidad, consubstancial con el Padresegn la Divinidad y consubstancial con nosotros segn la Humanidad. Jess es el Hijo deDios nacido de la Virgen Mara por obra del Espritu Santo que ha venido al mundo para

    salvar a los hombres. sta es la verdad central de la fe cristiana en la que se expresa elmisterio de Cristo.

    8. CONCLUSIN: TENEMOS RAZONES PARA CREER

    Hemos visto una serie de argumentos que presentan como razonable y creble la afirmacinde que Jess de Nazaret es el Hijo de Dios y el Salvador de los hombres. Esta afirmacin dela Escritura es a la vez sencilla y asombrosa. Es sencilla, por ser asequible a todos loshombres; son millones y millones los hombres, cultos e ignorantes, que a lo largo de lahistoria han vivido de esa afirmacin. Y es asombrosa, porque decir que un hombre es Dioses una afirmacin fuerte, humanamente inaceptable. Pero ah estn los hechos: la vida de

    Jess de Nazaret con su doctrina, sus milagros, su Muerte y su Resurreccin; ah est laEscritura y la Tradicin de quienes conocieron personalmente a Jess; y ah est esacomunidad de creyentes en Cristo, la Iglesia, que hoy como ayer proclama la Divinidad deJess de Nazaret. Estos hechos, a pesar de ser asombrosos, no pueden ser eludidos por loshombres que buscan la verdad y el sentido de sus vidas.

    Llegados a este punto, parece razonable preguntarse: la dificultad de aceptar laDivinidad de Jess est en el hecho en s o est en el interior del hombre?

    Es cierto que de la constatacin de los hechos probados no se puede arribar a laconfesin de la Divinidad de Jess, afirmacin que desborda la racionalidad humana por sucontenido sobrenatural. Pero es cierto tambin que, salvo que consideremos a Dios comoun ser perverso -consideracin absolutamente contraria a la realidad de lo que es Dios. Bien

    infinito-, l no dejar de dar la luz y la fuerza -la gracia sobrenatural- para que los hombresveamos con claridad que Jess es Dios. Por qu no dejar Dios de darnos la luz necesaria?Por el sencillo y asombroso hecho de que ha enviado a su Hijo para salvar a los hombres.

    Entonces, el problema no est en Dios, sino en el propio hombre, en la respuestapersonal al ofrecimiento de salvacin que nos viene por medio de Jesucristo; es decir, elproblema est en si los hombres buscamos sinceramente la verdad y si hay en nosotros unafn de llevar una vida recta y verdaderamente libre. (Tomado de Gonzalo Lobo Mndez ensu libro Razones para creer).

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    ACTIVIDAD 2.2 Analiza el texto interacta con sus compaeros sobre lo que se haledo, finalmente elaborar mapas conceptuales y exponerlo

    TEMA N 2 Quin es Jess?

    Hemos dicho que, si examinamos atentamente los evangelios, veremos cmo Cristo,de una forma implcita, dio a entender frecuentemente cul era su identidad. El recurso aeste estudio de sus manifestaciones implcitas lo comenz el exegeta protestante Ksemann,discpulo de Bultmann y disconforme de la actitud antihistrica de su maestro.

    En una conferencia dada en Marburgo en 1953, critic Ksemann duramente el infundadoescepticismo de su maestro'. La tesis de Ksemann era sta: puede ser que los ttulosexplcitos de la identidad de Jess (Mesas, Hijo del hombre, Seor, Hijo de Dios) provengande la comunidad primitiva; pero, prescindiendo de ellos, no se puede dudar de que Cristo, deuna forma implcita, a travs de todo su comportamiento v su enseanza, ha dejadoconstancia histrica de quin era.

    Este mtodo ha sido seguido despus por muchos exegetas: Bornkamm, Jeremias, Laconi,entre otros. M. Bouttier ha afirmado lo siguiente: "La conciencia que Jess ha tenido de su

    misin y de su tarea... se revela en su comportamiento v en sus palabras ms que en todos losttulos de los que podra haberse adornado".

    La ventaja de este mtodo es que, mientras la huella de la comunidad primitiva se hapodido dejar sentir ms en los ttulos explcitos de su dignidad, es prcticamente imposibleque se haya dejado sentir en textos aparentemente insignificantes, que, adems, pertenecena logia de la ms antigua tradicin. Esto no quiere decir que despreciemos los ttulosexplcitos, que pueden ser estudiados tambin basndonos en la criteriologa actual.

    2.1. Jess y el reino

    Recordemos lo dicho sobre la predicacin de Jess en torno al reino. Era su mensajecentral, la salvacin definitiva de Dios como Padre pero ha llegado a todo hombre. Pero loinaudito es que Jess persona se identifique con el reino. Ningn profeta poda haber hechouna cosa semejante.

    Jess tiene la clara conciencia de que con su persona llega el reino. No vacila enidentificar la causa del reino de Dios con la suya propia: dejarlo todo por el reino de Dios (Lc18,29) es dejarlo todo "por causa de mi nombre" (Mt 19,29; Mc 10,29). Con su llegada,predicacin v milagros ha llegado definitivamente el reino: "Decidle a Juan: los ciegos ven, loscojos andan, los leprosos son curados, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados"(Lc 7,Z2-23; Mt 11,15). Dice tambin Jess: "Si echo los demonios con el dedo de Dios, sin

    duda el reino de Dios ha llegado a vosotros" (Mc 12,28).La diferencia entre Jess y el Bautista es clara, y depende de la concepcin que tiene Jess

    del reino. Mientras que el primero no come ni bebe, Jess en ciertas ocasiones sabe gozar dela comida i la bebida como signo de la llegada del reino. Hace realidad en s mismo la profecade Isaas sobre el reino como banquete ofrecido a todas las naciones (Is 25,6; 55,1-3). Cuandoa Jess le preguntan los fariseos por qu sus discpulos no ayunan como los de Juan, respon-de: "Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio est con ellos? Mientrastienen al esposo consigo no pueden ayunar" (Mc 2,19). As pues, el gozo del reino ha llegadocon la persona misma de Jess. De ah la apropiada expresin de Marcin: "En el evangelio elreino de Dios es Cristo mismo"'; idea que Orgenes recoge con su neoloaismo autobasilia

    (es decir, Cristo mismo es el reino).

    De tal modo tiene Jess conciencia de que l es el reino, que la salvacin v el perdn de lospecados los confiere en nombre propio (Mc 2,10), atribuyndose as un poder divino que ni la

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    apocalptica juda le haba atribuido al Hijo del hombre. Cristo no slo anuncia el perdn deDios; l mismo es el perdn de Dios en persona, la salvacin misma de Dios que llega a loshombres.

    2.2. Centro de su mensaje

    La conciencia que tiene Jess de ser en persona el reino queda todava ms clara cuando lmismo se coloca como centro de su propio mensaje. El centro de su mensaje es l mismo enpersona. En cuanto abrimos los evangelos, encontramos un hecho inslito: mientras que losgrandes fundadores de religiones se han presentado como mensajeros de Dios o de la verdady jams se han colocado como centro de la religin por ellos predicada, el centro de losevangelios est ocupado por la persona misma de Jess. Guardni lo ha expresadomagnficamente en su obra La esencia del cristianismo

    Comencemos por la gran figura religiosa que es Buda. En los libros sagrados del budismo

    se le alaba como "sublime, perfecto, totalmente iluminado, rico en ciencia, sabedor decaminos, conocedor de mundos, incomparable educador de los hombre, maestro de dioses yhombres" '. Sin embargo, Buda no se presenta como centro de su mensaje. Cada uno de loshombres podra recorrer su propio camino con slo llegar hasta la pureza total. Se trata deuna doctrina que se sigue con el propio esfuerza. Buda manda buscar lucidez y refugio ennosotros mismos y en ninguna otra parte ". En ltimo extremo, Buda dice lo que podra decirotro hombre cualquiera: "Lo que hace, observa Guardini, es indicar el camino que existetambin sin l, y con la vigencia de una ley universal. La persona de Buda no se halla dentrodel mbito de lo propiamente religioso"' -.Moiss, por su parte, es tambin una persona de grandes dimensiones. Es siervo y amigo deDios, guardin e intrprete de la lev; pero su persona nada tiene que ver con la esencia de la

    religin ". La frmula de su actuacin es sta: "As habla Yahv". Como los profetas de Israel,es un mensajero de Dios. Su persona no se halla en el centro de su mensaje, en el contenidomismo de la revelacin". Podramos decir lo mismo de Mahoma o de otros fundadores dereligin.

    Pues bien, lo que llama la atencin a propsito de Jess es que l en persona se coloca enel centro de la vida religiosa 'S. Jess no se limita a indicar el camino para llegar a Dios, nicomo cualquier otro rabino se ha dado a indicar en la Torah el camino de la salvacin.Sencillamente, l mismo en persona ha ocupado el lugar de Dios y de la Torah. Para salvarsees preciso acogerle a l en persona: "Todo aquel que se declare por m delante de loshombres, tambin yo me declarar por l ante mi Padre que est en los cielos; quien meniegue a m ante los hombres, tambin yo le negar a l ante mi Padre que est en los celos"

    (Mt 10,32-33; Lc 12,8-9).

    La exigencia de Jess no es una exigencia intelectual; es una exigencia que tiene comocontenido a l mismo en persona. Y esto es lo radicalmente original y escandaloso de lapersona de Jess. A este respecto, ha escrito Guardini: "Someterse, en efecto, a una levgeneral cierta (bien natural, mental o moral) no es difcil para el hombre, el cual siente que alhacerlo as contina siendo l mismo, e incluso que el reconocimiento de una ley semejantepuede convertirse en una accin personal. A la pretensin, en cambio, de reconocer a "otra"persona como ley suprema de toda la esfera religiosa, y por tanto de la propia existencia, elhombre reacciona en sentido violentamente negativo" '6.

    Por ello la persona de Cristo escandaliza. Jess mismo nos pone en guardia ante esteposible escndalo: "Bienaventurado aquel que no se escandalice de m" (Mt 11,6). "Porque elque se avergence de m y de mis palabras en esta generacin adltera y pecadora..." (Mc8,38 y par.).

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    Se trata, ni ms ni menos, de un seguimiento que consiste en confesar a Jess como centromismo de nuestra existencia. Por ello es un seguimiento que implica la negacin de s mismopara confesar a Cristo como fundamento nico de la propia existencia. Estas son las palabrasde Cristo: "El que busque su vida la perder; y el que la pierda por m la encontrar" (Mt10,39; Mc 8,35). De ah que la pretensin de Jess trastorne toda jerarqua humana devalores. Pone en convulsin la jerarqua misma de nuestras relaciones humanas,pretendiendo ser el centro de nuestra vida: "No pensis que he venido a poner paz en latierra; no vine a poner paz, sino espada. Porque vine a separar al hombre de su padre y a lahija de su madre, y a la nuera de su suegra; y los enemigos del hombre sern los de su casa. Elque ama al padre o a la madre ms que a m, no es digno de m" (Mt 10,34-36). Las relacioneshumanas quedan, pues, radicalmente afectadas por la pretensin de Jess.

    Jess, que est puesto para cada y levantamiento de muchos en Israel (Le 2,34), pone encrisis todo lo humano. Todo se decide por el s o el no a su persona, hasta el punto de queexige perder la vida por l: "Bienaventurados seris cuando os insulten y persigan, y conmentira digan contra ustedes todo gnero de mal por m (Mt 5,11) Y sern odiados por todospor causa de mi nombre, el persevere hasta el fin ser salvo (Mt 10,18-22).

    2.3 La Ley, el sbado y el templo

    Nos limitamos a sealar que se arroga su poder divino al reformar la ley. Ningn profeta sehaba atrevido a tocarla. La halak de los escribas era una aplicacin de la Torah, pero nuncauna reforma. Ahora llega Cristo y afirma: "Hasta ahora se os ha dicho..., pero yo os digo..."(Mt 5,25ss). Si antes se haba atribuido el poder exclusivamente divino de perdonar lospecados, ahora se atribuye el poder divino de legislar.

    Este modo de hablar de Jess no tiene paralelo ni en el judasmo ni en el cristianismoprimitivo -, por lo que Jeremias ha observado que Jess no slo reclama para s el derecho de

    ser el intrprete legtimo de la Tor-ah (como maestro de justicia), sino que tiene la audaciarevolucionaria de presentarse frente a la ley ='. A este respecto nos recuerda el exegetamencionado que en el judasmo contemporneo de Jess se deca: "El que escucha laspalabras de la Torah y hace buenas obras est edificando sobre un slido fundamento"2'.Ahora dice Jess: "Todo el que oiga estas palabras mas y las ponga en prctica, ser como elhombre prudente que edific su casa sobre slido fundamento" (Mt 7,24). Jess coloca supalabra en el lugar de la Torah. Slo l se atreve a decir: "El cielo y la tierra pasarn, pero mispalabras no pasarn" (Mt 13,31).

    Otro tanto hace Jess con el sbado. Cuando realiza un milagro en sbado, su intencin esdoble. Por un lado viene a criticar la prctica observada; que impide ayudar v salvar a unhombre en sbado; pero al mismo tiempo est diciendo, de forma implcita, que l es el

    dueo del sbado (Mc 2,27-28), ponindose as por encima de una institucin que slodomina Dios.Jess llega incluso a decir que es mayor que el templo (Mt 12,6), con lo que esta

    institucin significaba en cuanto presencia de Dios. Pero Jess haba anunciado va: "Destruideste templo y en tres das lo levantar" (Jn 2,19). Esto lo dice Jess en medio del templorefrindose a su cuerpo (Jn 2,21), con lo cual viene a decir que su cuerpo resucitado ser ellugar de la presencia divina, en sustitucin del templo de Israel. Hoy en da, la llanura deltemplo de Israel est ocupada por dos mezquitas: la de Omar y la del Al Aksa, todo unsmbolo de las palabras de Cristo: la antigua alianza ha pasado; l es ahora la alianza y lapresencia misma de Dios.

    En medio de la fiesta de los tabernculos tena lugar en el templo la libacin del agua en

    recuerdo de la fuente del desierto. En este contexto, y en medio del templo, dice Jess: "Elque tenga sed venga a m y beba" (Jn 7,37). En esta misma ocasin, y a propsito de los

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    cuatro grandes candelabros que recordaban la luz divina que haba guiado al pueblo por eldesierto, dice Jess: --yo soy la luz del mundo" (Jn 8,12). En Cristo culminan todas las accionessalvadoras de Dios en el Antiguo Testamento.

    Por ello su reforma de la ley, su purificacin del templo, su posicin frente al sbado

    fueron motivos ms que suficientes para desencadenar un proceso contra este hombre conpretensiones inauditas y blasfemas.

    Finalmente, Jess se atribuye a s mismo el nombre de Yahv, el nombre que los judos nopodan ni siquiera pronunciar y sustituan por Jehov. He aqu estos textos del evangelio deJuan: "Porque si no creyereis que yo soy, moriris en vuestros pecados" (Jn 8,24); "Antes queAbrahn existiese, yo soy" (Jn 8,58); "Cuando levantis al Hijo del hombre, entoncesconoceris que yo soy" (Jn 13,19); "Desde ahora os lo digo antes que suceda, para quecuando suceda creis que yo SOY" (in 13,19).

    "Yo soy" (Yahv) es el nombre con el que Dios se revela en el xodo a Moiss (Ex 3,14);ahora Jess se lo aplica a s mismo. No podemos narrar aqu toda la escena de Jn 8, verdaderoenfrentamiento de Jess con los fariseos en Jerusaln poco antes de su muerte. El Jess

    apacible de Galilea surge aqu airado, desafiante, desvelador de la mentira pblica en la quese instalan los maestros de Israel. Les llama pblicamente "hijos de Satans" (Jn 8,44); y losfariseos no slo se levantan contra l porque les humilla, sino porque perciben una blasfemiaal orle decir: "Antes que Abrahn existiera, yo soy". De hecho, intentan lapidarle (Jn 8,50),signo inequvoco de que han odo una blasfemia.

    2.4. El valor de un testimonio

    He aqu, pues, el testimonio implcito de Jess sobre s mismo. Cuando se conoce su estilopersonal, se percibe que en cada pgina de los evangelios est manifestando su identidad deforma aparentemente insignificante. A veces un gesto, un detalle, una palabra, bastan para

    revelar por s mismos su propia conciencia.El valor de este testimonio implcito est, como dijimos, en que la comunidad primitiva nopudo manipular todo un conjunto de datos aparentemente insignificantes y que aparecen entodas las fuentes de los evangelios. Estos datos estn de tal modo ligados a la trama toda delevangelio, nacen tan espontneamente de la figura de Jess y, por otro lado, estn tan fuerade la confesin explcita de fe de la comunidad primitiva que nos vemos en la alternativa depensar o proceden histricamente de Jess o quedan sin explicacin. Muchos de ellos aparecenadems en logia de la ms primitiva tradicin.

    Pero, por otro lado, todo este conjunto de datos puede ser avalado por los criterios dehistoricidad. El tema del reino, como va vimos, est slidamente anclado como autntico.Pues bien, dentro de este mismo contexto del reino, Jess se identifica con l.

    El criterio de discontinuidad avala como histrico el uso de Jess de la frase "en verdad osdigo...". Desde el punto de vista lingstico constituye, como ya dijimos, una novedad, Puesbien, es de esa forma como Jess se atribuye, recuerda Jeremas Z3,la doble autoridad divina:la de perdonar pecados y la de legislar. Es tambin original de Cristo la expresin: "Hastaahora se os ha dicho...; pero yo os diga". Es el yo enftico de Jess, que aparece tanto cuandoensea como cuando hace milagros.

    El enfrentamiento con la ley, el traspasar el sbado, la accin purificadora del templo, todoello hemos de admitirlo como histrico; pues, como veremos, fue eso lo que desencaden sumuerte. Con la purificacin del templo, dice Bornkamm, "ofreci Jess a sus adversarios elmotivo que justificaba su prendimiento 24;y Fabris recuerda que bastaba la amenaza contra el

    templo para incriminar a Jess". Por ello no es casual que semejante acusacin sea mencio-nada en el curso del juicio (Me 14,58).

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    Es claro tambin que la pretensin de Jess de ser el centro de su propio mensaje religiosoes un hecho que, por su singularidad, no aparece en religin alguna. Tocamos con ello laoriginalidad misma del cristianismo. Por otro lado, el denominarse como "yo soy" no puedeprovenir de una comunidad judeocristiana, que no ha utilizado nunca esa expresin paradesignar a Jess.

    3. Jess, Mesas

    Hemos visto que Jess, en todo su comportamiento, ha dejado traslucir su identidad. Pero,dijo explcitamente quin era? Los ttulos por el contrario, los encontramos en losevangelios porque la comunidad primitiva se los ha atribuido a Cristo? Veamos cada uno delos ttulos, comenzando por el de Mesas.

    3.1. La reticencia de Jess

    Si abrimos los evangelios nos encontramos con una serie de datos constantes, El primero

    es el escaso uso que hace Jess del ttulo de Cristo o Mesas (ambos, sinnimos, significan"Ungido") `. Jess no slo no usa el trmino de Mesas, sino que positivamente tiene unaactitud de ocultamiento v reserva en este sentido. Impone silencio a los demonios para queno lo descubran como Mesas (Mc 1,33; 3,12; Lc 4,41), a los que son curados, como en el casodel leproso (Mc 1,44; Mt 8,4; Lc 5,14), al sordomudo (Me 7,36), al ciego de Betsaida (Mc8,2b), a los que presencian la resurreccin de la hija de Jairo (Mc 5,43; Lc 8,56), y a losmismos discpulos (Mi 16,20; Mc 8,30; Lc 9,21).

    Ante el pueblo que quiere proclamarlo rey en cuanto ve la multiplicacin de los panes,Jess se retira solo al desierto (Jn 6,15). Ante la invitacin que le hacen sus parientes amanifestarse pblica y triunfalmente, Jess se retira diciendo que no ha llegado su hora (Jn7,6). Los discpulos que buscan los primeros puestos en el reino reciben inmediatamente la

    correccin de Jess (Mt 18,1-4; Lc 22,242b; Mi 20,21-22).Pero ocurre tambin que a Jess le preguntan si es l el Mesas, y responde diciendo: "s,

    pero...; s, pero no del modo como vosotros pensis". Ante la pregunta del Bautista (Mt 11,2-6), responde diciendo que s, pero aade: "Dichoso aqul que no se escandalice de mi". Sumesianismo va a escandalizar, va a defraudar a muchos, va a ser un signo de contradiccin,una piedra de escndalo para los judos. Asimismo aprueba la respuesta de Pedro en Cesareade Filipo, pero aade a continuacin que el Hijo del hombre tiene que ir a Jerusaln a sufrir(Mc 8,31). Y a la pregunta de Pilato: "eres t el rey de los judos?", responde Jess: "S, peromi reino no es de este mundo" (Jn 18,36).

    Lo mismo ocurre con el ttulo de Hijo de David. Jess no se lo aplica nunca

    espontneamente, aunque tampoco lo niega cuando se lo atribuyen (Mt 21,9-15). Lamuchedumbre lo considera como hijo de David (Mt 12,23-27; 20,30-31; Mc 10,47-48; Lc18,38-39; Mt 15,22; 21,9); pero Jess no reivindica dicho ttulo, como si tuviese miedo a laexaltacin poltica que ello traera consigo. "Hijo de David" era en tiempos de Cristo uno delos ttulos de ms acusado trasfondo poltico.

    El mismo Jess plantea en una ocasin a los escribas, expertos en la materia, unacuestin intrincada: "Cmo decs que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movidopor el Espritu Santo: Dijo el Seor a mi Seor: sintate a mi diestra hasta que ponga a tusenemigos debajo de tus pies. El mismo David lo llama Seor; cmo, entonces, puede ser hijosuyo? La muchedumbre escuchaba con agrado" (Mt 22,41-46 v par.).

    Cuando Cristo entra en dialctica con los escribas y fariseos presenta una maestrainsuperable. Domina siempre la situacin; a los expertos en la dialctica los deja siempremudos. Se dira incluso que disfruta dejando perplejos a los sabios de Israel. Y la pregunta noha podido ser ms insinuante: decs que el Mesas es hijo de David; cmo es, pues, que el

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    propio David le llama mi Seor? Este es Cristo; es su estilo; deja el interrogante y se marcha.Lo que ha sugerido es mucho ms de lo que los escribas podan suponer. Ms que propagar suidentidad mesinica a todos los vientos, prefiere que los dems la adivinen. Es demasiadogrande su misterio para pregonarlo a todos los vientos. Antes, muchas otras cosas deben serentendidas.Cierto que la entrada en Jerusaln es una manifestacin pblica de mesianismo (Mt 21,1-9 ypar.); pero ello tiene lugar al final de su vida pblica, poco antes de su pasin y dentro de unproceso que irremediablemente le lleva a la cruz. Y llega la pregunta de Caifs en el procesoque le hace el sanedrn. Segn Lucas, hay una doble pregunta: "Eres t el Cristo?" (Lc 22,67).Los tres sinpticos coinciden en la respuesta: "S; t lo has dicho, pero yo os declaro que apartir de ahora veris al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y venir sobre lasnubes del cielo" (Mt 26,64).

    Un rayo que hubiese cado all mismo no habra producido tanta impresin. Jesshabla a judos y expresa su identidad en trminos a ellos familiares. Cuando oye Caifs surespuesta, lanza la pregunta inevitable: "Entonces, t eres el Hijo de Dios?". "Vosotros lodecs, yo soy" (Lc 22,70). "Qu necesidad tenemos de testigos?; ha blasfemado!".En efecto, el sanedrn lo acusa de blasfemia: "Nosotros tenemos una ley; y, segn esa ley,debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios" (Jn 19,7).

    Ahora todo est claro. Cristo haba sido reacio a confesar pblicamente su identidadmesinica. Tena el peligro de que le entendieran en sentido poltico-nacional, cuando sumisin era otra muy distinta. Adems, su condicin era demasiado grande para que lepudieran entender; pero ahora, cuando se le ha pedido en nombre del Dios vivo que diga si esel Cristo y el Hijo de Dios, cuando el proceso de la cruz, es ya inevitable, cuando ya nadiepuede proclamarlo rey, Cristo confiesa toda la verdad: s, soy el Mesas; pero como Hijo delhombre, Mesas celeste venido del cielo, Mesas sobre la nube (lugar de la teofana omanifestacin de Dios), sentado a la diestra del poder (de Dios mismo), compartiendo sucondicin soberana. Es demasiado lo que ha dicho. Es demasiado lo que ha dicho; pero eldecirlo ahora ya no le sirve de nada}, ya no le puede desviar de la cruz conscientementebuscada z'.

    Mientras tanto, Caifs y el sanedrn ya tienen la prueba. Jess los haba humilladopblicamente; haba hecho aicos su concepcin de Dios, de la ley y del sbado; haba roto suprestigio, y haba puesto en peligro el futuro mismo de la nacin. Pero ahora es evidente quese trata de un blasfemo. Ahora todo est claro. Un blasfemo no puede venir de Dios. Y segnla ley tiene que morir.

    (Tomado de: Jos Antonio Sayes en su libro Razones para creer )

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    ACTIVIDAD 2.3 Leer y analizar el tema propuesto para luego elaborar mapasconceptuales

    TEMA N 3 LA MISIN DE JESUCRISTO

    3.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    En los temas anteriores hemos visto que los testimonios histricos afirman de muchasmaneras que Jess es el Hijo de Dios que se ha encarnado y hecho hombre; es decir,afirman que la Persona de Jess es divina. La lgica ms rigurosa concluir que la condi cindivina de Jess debe informar plenamente su vida y su mensaje: es decir, Jess slo sercoherente consigo mismo, y por lo tanto creble, si anuncia un mensaje divino y si realiza enla tierra una tarea divina. Esta coherencia aparece continuamente en los Evangelios comoafirmacin radical, y constituye un signo notable de la credibilidad de Jess.No obstante, parece oportuno analizar con rigor intelectual la Misin de Jess, es decir, elsentido de la vida }, del mensaje de Jess tal como aparece documentado en los Evangelios,pues ahora, como en otros tiempos, no faltan individuos que reducen la misin de Jess auna actividad terrena de orden poltico y social. Segn los Evangelios, en la poca histricade Jess, buena parte de los judos vean al Mesas prometido por Dios como un lderpoltico que restablecera el reino de David; o como un guerrillero que liberara al pueblo deIsrael de la dominacin romana. Slo algunos, los sencillos y pequeos, lo vean como -el Salvador del pecado y de la lejana de Dios, tales como Simen y Ana (Lc 2, 25-38).

    De modo parecido, en la actualidad no faltan quienes ven a Jess como un idelogopoltico y como un lder social, que se sirve de las convicciones religiosas de los pueblospara obtener unas metas de liberacin poltica y econmica. Entre los contemporneos queponen el acento en esta perspectiva temporal, se encuentran algunos telogos de laliberacin'.

    De todas formas, esta perspectiva no debe ser desechada, en cuanto sugiere que delMensaje cristiano se derivan necesariamente consecuencias temporales, como despusveremos (cfr. captulo 11); pero, en s misma, la perspectiva que reduce el mensaje cristianoa opciones temporales es contraria al Evangelio y carece totalmente de sentido. Es absurdopensar que Dios se haya hecho hombre para realizar tareas meramente temporales; o que

    el Dios Encarnado coaccionase la conciencia moral de los hombres, para que stosrealizaran tareas que de suyo tienen un valor relativo y opinable. En este caso, habra una

    LA MISIN DE JESUCRISTO

    Testimonio de Jess sobre su

    misin

    El motivo de laEncarnacin

    La muerte de Jess

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    fractura o contradiccin entre el ser y la misin de Cristo, entre su condicin divina y suvida histrica concreta. En cambio, es coherente pensar que el Hijo de Dios se ha hechohombre para reali:ar entre los hombres una misin divina. En efecto; como ha dicho elbeato Josemara Escriv de Balaguer, no es posible separar en Cristo su ser de Dios -Hombre su funcin de Redentor. El Verbo quiso encarnarse para salvar a los hombres, parahacerlos con l una sola cosa. sta es la razn de su venida al mundo: por nosotros y pornuestra salvacin, baj del cielo, rezamos en el Credo'. Y esto es lo que nos proponemosverificar mediante el estudio de los testimonios histricos que nos ofrecen los Evangelios.

    En el desarrollo de este tema, en primer lugar anotamos algunos conceptosfundamentales (n. 66); a continuacin veremos el motivo de la Encarnacin del Hijo de Dios yalguna de sus consecuencias (n. 67). Despus veremos, tambin a la luz de los Evangelios, loque no fue Jess (n. 68), as como lo que afirm respecto a su misin y al sentido que dio a suvida (n. 69 y ss). Por ltimo, veremos la Muerte de Jess como el modo real e histrico por elque realiz la salvacin de los hombres (n. 74 y ss). En sntesis, podremos descubrir la misinque vino a realizar a la tierra; es decir, podremos cerciorarnos de si Jess dio un enfoque

    meramente terreno a su vida y a su enseanza, como piensan algunos, o, si por el contrario,les dio un enfoque religioso y de salvacin sobrenatural. El estudio acerca de la vida y elmensaje de Jess tiene una importancia decisiva, pues de la misin de Jess se deduce lamisin que corresponde a la Iglesia fundada por Jess, tema que analizaremos en el captulosiguiente.

    3.2 CONCEPTOS FUNDAMENTALESPara comprender adecuadamente lo que sigue, es conveniente recordar el concepto de

    los trminos teolgicos ms significativos':Salvacin significa alcanzar la vida eterna, la gloria, la comunin amorosa con Dios en

    el cielo. Se trata del efecto o fruto, individual y colectivo, de la redencin, y, ms

    especficamente su efecto ltimo en la resurreccin de los muertos.En la salvacin hay que distinguir entre el contenido de la salvacin y el modo derealizarse:

    a) El contenido de la salvacin es el efecto o fruto que ha conquistado Jess para elhombre; comprende dos aspectos indisolublemente unidos: la liberacin del pecado y lareconciliacin del hombre con Dios.

    Liberacin significa restaurar en el hombre la libertad original que haba sido enajenadapor el pecado; consiste ante todo y principalmente en salir de la esclavitud radical delpecado', fuente de todos los males que sufre el hombre.

    Reconciliacin con Dios significa el trmino o fin de la liberacin, y consiste en alcanzarla amistad filial con Dios, la comunin amorosa de gracia de los hombres con Dios.

    Estos dos efectos los consigue el hombre, por primera vez, en el sacramento delBautismo; y, despus del Bautismo, en el sacramento de la Reconciliacin o de la Penitencia.

    b) En cuanto al modo de realizar la salvacin, tenemos el concepto de Redencin, quesignifica el modo por el que Jess realiz la salvacin de los hombres, es decir, el sacrificio dela Cruz; la redencin es, pues, la accin salvfica del misterio pascual de la Muerte yResurreccin de Cristo, como causa de la reconciliacin del hombre en su doble aspecto deliberacin del pecado y de la comunin de gracia con Dios'.

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    3.3 EL MOTIVO DE LA ENCARNACINEl motivo por el que el Hijo de Dios se ha encarnado y hecho hombre lo encontramos

    expresado en los textos evanglicos y en la doctrina de la Iglesia. Adems, desde unaperspectiva antropolgica se ven con claridad las repercusiones de la Encarnacin.

    3.3. I. Testimonio de los Evangelios

    a. Palabras del ngel a Jos: Este motivo lo encontramos expresado de modo explcito,por ejemplo, en el Evangelio segn Mateo, en las palabras del ngel a Jos, cuando leanuncia que lo concebido por Mara es obra del Espritu Santo: Jos, hijo de David, notemas recibir a Mara, tu esposa; pues lo que en ella ha sido concebido es obra del EsprituSanto. Dar a luz un hijo, y le pondrs por nombre Jess, porque l salvar a su pueblo de suspecados (Mi I , 20-21: cfr. Lc 1, 31).

    La finalidad salvadora de la Encarnacin est expresada, en primer lugar, en el origendivino del hijo de Mara, que no es fruto de varn, sino que ha sido concebido por obra delEsplritu Santo; en segundo lugar, se manifiesta la finalidad salvadora de la Encarnacin en el

    nombre que se ha de dar al hijo de Mara, Jess que significa en su raz hebrea salvador;y, en tercer lugar, se expresa tal finalidad al especificar de modo concreto en qu consisteesa salvacin. Jess salvar a su pueblo de sus pecados cosa que puede atribuirse solo aDios.

    b. Palabras del ngel a Mara: Tambin encontramos en las palabras del ngel a Mara,en el relato de la Anunciacin del Evangelio segn Lucas, que el motivo de la encarnacindel Hijo del Altsimo, es decir, el Hijo de Dios, es la salvacin eterna de los hombres, al llamarJess, es decir, Salvador, al hijo de la Virgen, cuyo reinado ser eterno: No temas, Mara,porque has hallado gracia delante de Dios: concebirs en tu seno y dars a luz un hijo, y lepondrs por nombre Jess. Ser grande y ser llamado Hijo del Altsimo; el Seor Dios le darel trono de David, su padre, reinar eternamente sobre la casa de Jacob, y su Reino no tendr

    fin (Lc 1, 30-33).Como recalca el Evangelio de Juan, el origen real de Jess es el Padre, que lo enva al

    mundo para la salvacin de los hombres, para alcanzar la vida eterna: sta es la voluntadde mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en l tenga la vida eterna (Jn 6, 40).

    En los textos evanglicos aparece con toda claridad que el motivo o fin de laEncarnacin del Hijo de Dios es la salvacin de los hombres. Veamos los textos mssignificativos:

    3.3. 2. Doctrina de la IglesiaLa Iglesia, en su respuesta a la Revelacin divina, afirma en el Credo el motivo de la

    Encarnacin con estas palabras: Por nosotros los hombres y por nuestra salvacin baj delcielo, y por obra del Espritu Santo se encarn de Mara, la Virgen, y se hizo hombre'.

    3.3.3. Perspectiva antropolgicaDesde una perspectiva antropolgica, vemos que la Encarnacin del Hijo de Dios tiene

    una importancia decisiva para los hombres, pues abre sus vidas a horizontes divinosinsospechados por el hombre:

    a. En primer lugar, la Encarnacin del Hijo de Dios aparece en los testimonioscristianos como la realizacin de la mxima unin pensable y posible entre Dios y elhombre. Jesucristo ha elevado al hombre a participar del ser o naturaleza divina (2 Pe1, 4). El Hijo de Dios, al hacerse hombre, sale al encuentro del hombre, para hacer a loshombres partcipes de la naturaleza divina... [Cristo] asumi la entera naturaleza humana

    como se encuentra en nosotros, miserables y pecadores, pero sin pecado'. El misterio dela Encarnacin significa que la vida infinita de Dios se hace accesible al hombre y que se le

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    propone como la plena felicidad que el hombre, an sin saberlo, busca apasionadamente.La Encarnacin trae ya consigo el comienzo de la salvacin de los hombres.

    b. En segundo lugar, la Encarnacin significa que el Hijo de Dios irrumpe en la hi storiade los hombres como un personaje y un hecho particular: nacido de mujer, nacido bajo la

    ley (Gl 4, 4). Desde el momento de la Encarnacin, ya no se puede hablar de un Diosescondido, lejano, o difcil de ser conocido y amado, pues se ha manifestado en lahumanidad de Jess. En consecuencia, la Encarnacin muestra la dignidad y el valor detodos y de cada uno de los seres humanos; es decir, se hace solidario con todo elgnero humano. El Concilio Vaticano II expresa esta solidaridad al afirmar que el Hijo deDios, con su Encarnacin, se ha unido en cierto modo con todo hombre. Trabaj con manosde hombre, pens con inteligencia de hombre, actu con voluntad de hombre, am concorazn de hombre. Nacido de la Virgen Mara, se hizo verdaderamente uno de nosotros,semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado'.

    c. En tercer lugar, la Encarnacin del Hijo de Dios realiza en la historia la alianzaentre Dios y el hombre, profetizada en la historia bblica. Dice la carta a los Hebreos que

    Cristo es el mediador de una nueva alianza (Heb 9, 15). En los testimonios de la Iglesiaprimitiva, Cristo es mostrado como la Palabra eterna, la luz y la razn de todas las cosas(Jn 1, 4, 9 ss.); es la Cabeza del universo (Col 2, 10); es el Restaurador que recapitula en Smismo todas las cosas del cielo y de la tierra (Ef l, 10).

    d. Por ltimo, la Encarnacin del Hijo de Dios muestra que Cristo es el Salvador detodos los hombres. Esto significa no slo que el hombre ha sido liberado de la esclavitudradical del pecado, fuente de todos los males y desgracias que padece la humanidad, sinotambin que el hombre ha sido capacitado para adquirir conciencia honda de la dignidadque le muestra Cristo y descubrir el sentido pleno de su existencia. En concreto, el Hijo deDios Encarnado eleva a los hombres a la condicin sobrenatural de hijos de Dios; estaelevacin tiene lugar, para cada hombre, en el sacramento del Bautismo, por el que

    participamos de la Muerte y Resurreccin redentora de Cristo (cfr. n. 69). Tambin afirmael Vaticano II que la naturaleza humana de Cristo es el instrumento vivo de la salvacinde los hombres'.

    4. LA MISIN HISTRICA DE JESS

    Para aproximarnos a la figura real de Jess testimoniada en los Evangelios, es oportunoanalizar, en primer lugar, lo que Jess no fue sociolgica ni histricamente. Los Evangeliosexpresan con claridad los siguientes puntos:

    4. 1. Jess no fue un sacerdote del Antiguo TestamentoJess no perteneca a la tribu de Lev, a la que se confi el sacerdocio en el Antiguo

    Testamento, ni dedic su vida a los actos de culto del pueblo de Israel; segn el Evangeliode Mateo, Jess es llamado hijo de David (Mt 1, 1) y, por lo tanto, descendiente de latribu de Jud; confirma esta descendencia la genealoga consignada por Lucas (Le 3, 33).Incluso Jess profetiz que sera reprobado... por los sumos sacerdotes y los escribas...[y] condenado a muerte (Lc 9, 22). Jess nunca se llam a s mismo sacerdote y losevangelistas tampoco le dieron este ttulo.

    Sin embargo, en la Revelacin divina Jess es presentado como el Sumo Sacerdotede la Nueva Alianza , mediador entre Dios y los hombres, pues cambi el imperfectosacerdocio levtico por el suyo inmutable, que permanece para siempre: Jess no

    necesita ofrecer sacrificios cada da, primero por sus pecados propios como aquellosSumos Sacerdotes [del Antiguo Testamento], luego por los del pueblo; pues esto lo realiz

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    de una vez para siempre, ofrecindose a s mismo (Heb 7, 27)", es decir, se entreg a laMuerte de Cruz en expiacin por los pecados de los hombres.

    4. 2. Jess no fue fariseoJess no perteneci al grupo de los fariseos; por el contrario, con frecuencia se enfrenta a ellos,debido a su hipocresa, como atestiguan de modo abundante los Evangelios: adems, la enseanza de Jess no se limita simplemente a promulgar una moral o tica.

    4.3. Tampoco fue esenioJess tampoco perteneci al grupo de los esenios: su vida y su mensaje no se

    realizan en la vida asctica al margen del mundo; los Evangelios muestran a Jess rodeadode mucha gente: toda la muchedumbre iba hacia l, y les enseaba (Mc 1, 13).

    4.4 Jess no fue un zelotes

    Jess no fue un zelotes o guerrillero: es patente en las pginas del Evangelio que Jess

    no persigue ningn objetivo poltico 0 social. Por ejemplo, al comienzo de su vida pblica,Jess rechaza -a de modo expreso el poder poltico que le ofrece el demonio en lastentaciones del desierto (Mt4, 48). Despus del milagro de la multiplicacin de los panes yde los peces, algunos asistentes dijeron: ste es verdaderamente el Profeta que viene almundo. Jess, conociendo que iban a venir para llevrselo y hacerle rey, se retir de nuevoal monte l solo (Jn 6, 14-15). Los Evangelios narran numerosas situaciones en las queJess rechaza la postura de quienes mezclaban las cosas de Dios con actitudes meramentepolticas (cfr. por ejemplo, Mt 22, 21; Mc 12, 17; Jn 18, 36).

    4. 5. Jess es el Mesas salvador

    El estudio de los Evangelios nos ofrece una imagen religiosa de Jess. ste se presenta

    como el Mesas enviado por el Padre para la salvacin eterna de los hombres: Yo no hehablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado. l me ha ordenado lo quetengo que decir y hablar. Y yo s que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo, lohablo como el Padre me lo ha dicho a m (Jn 12, 49-50). En estas palabras de Jessencontramos la manifestacin del Espritu con el cual realiza su predicacin. l es ypermanece como "el testigo fiel" (Apoc 1, 5). En este testimonio se incluye y resalta esaespecial "obediencia" del Hijo al Padre, que en el momento culminante se demostrar como"obediencia hasta la muerte" (cfr. Fil 2, 8)". Se ha dicho que este fuego, este deseo decumplir el decreto salvador de Dios Padre, llena toda la vida de Cristo, desde su mismonacimi