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    H E C H O S D E L O SFELIPE F. R AM OS

    Cursos Bblicos / A DISTANCIA

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    [C] PPC. Edicabi .Edi tor ia l PPC. 1971.Aceb o, 54.M adrid-16 Telfono 259 23 00.Nihi l obstat : Dr. Lamberto de Echeverr a . Censor.

    Impr imatur : Cons tanc io Pa lomo. Vica r io Genera l .Salamanca, 21 de marzo de 1972.Pr in ted in Spa in . Impreso en Espaa .Depsito legal: M. 35.636-1972.I. S. B. N. 84-288-0170-3.Impreso en Marsiega, S. A.Acebo, 54.Madrid-16.

    CONTENIDOFgs.

    Ttu lo del libro 11Relacin con el evangelio de Luc as Divisin del libro 15Final idad 17

    Lo que no es el libro de los Hech os Lo qu e es el libro de los Hech os 2

    Gn ero literario 23Caractersticas generales 23Los sum arios y los discursos 2Historicid ad de los discursos 3Los episodios 41

    Teologa 42Pro blem as teolgicos 42Presupu estos teolgicos fundam entales . . . Preocupaciones teolgicas especficas de su

    poca 54Fue ntes utilizadas por el auto r 6El aut or 68Tiempo y lug ar de composicin 7El text o 77

    SUCESOS EN JERUSALEN 7

    La Ascensin 81Sustituc in de Jud as 83El milagro de Pentecosts 84El discurso de Pedro 86Discurso de Ped ro en el temp lo 9

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    Pgs.

    Discurso de Esteb an 93Martirio de Esteban y persecucin de la

    Iglesia 95

    SUCESO S EN SAMARA 99

    La conversin de Saulo 99La conve rsin del ce ntu rin Cornelio ... 107

    EL EVANGELIO LLEGA A ANTIOQUIA ... 122

    La primera comunidad tnico-cris t iananac e en Antioqu a 122

    Persecucin de los cristianos y liberacin

    de Ped ro 125Discurso de Pablo en Antioqu a de Pisidia. 128El concilio de Jer usa ln 132

    EN TORNO AL MAR EGEO 143

    Pablo circunc ida a Timo teo 143La visin de Tr ad e 144Pa blo en Filipos 146

    Discu rso en el Are pago 148Misin en Corin to 152Efeso y los discpulos de Ju an 155

    EL EVANGELIO LLEGA A ROMA 158

    Discurso en Mileto 158Pablo llega a Jeru saln 162Discu rso de Pab lo al pue blo 164

    Pablo ante el San edrn 167Proceso de Pablo ante el proc urad or Flix. 171Apelacin al Csar 174Pablo en Ro ma 177

    INFORMACIN BIBLIOGRFIC

    Enciclopedia de la Biblia. Barcelona, 1964.(El artcu lo co rresp ond iente a los Hechos de

    do por J. Dupont, uno de los autores catlicos qulibro de los Hechos, ofrece al final una bibliogruno de los temas que pueden tratarse.)A.W I K E N H A U S E R: Los Hechos de los Apstoles. Herder, 1

    a la coleccin de la Biblia de Regensburgo y

    que el autor, de escribir hoy de nuevo su obpuntos de vista.)G. RICCIOTTI:Los Hechos de los Apstoles. 1957.A. BOUDOU:Hechos de los Apstoles. (Pertenece a la co

    salutiis", y est traducido por Ed. Paulinas. MJ. LEAL:Hechos de los Apstoles. (La Sagrada Escritur

    1962.L. TURRADO:LO S Hechos de los Apstoles. (La Biblia co

    Madrid, 1965.

    E. TROCM:Le "Livre des Actes" et Vhistoire.Pars, Presres de France, 1957.E. H A E N C H E N :Die Apostelgeschichte. Gotinga, 1968 (

    pertenece al comentario crtico-exegtico sobto , conocido con el nombre de "Meyer").

    J. D U P O N T:Les Actes des Apotres (con una introduccien la coleccin "La Sainte Bible", traducidareccin de la Escuela Bblica de Jerusaln),2: ediciPueden consultarse provechosamente los "Dic

    tenemos traducidos al espaol.

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    TITULO DEL LIBRO

    El ttulo o inscripcin que hoy lleva el libro tiqusimo. Se halla atestig uad o por S. Ireneo y Cte de Alejandra. Sin embargo, no parece ser orY desde luegono responde al contenido del libro. El ttulo podra hacernos creer que la obra pretenrrarnos la vida y ministerio de todos los apstol

    embargo, no es as. Entre los apstoles se destacamente la actividad de Pedro en la primera palibro. La segunda gira en torno a la actividad mra de Pablo. Pero Pablo, segn la concepcin y tde Hechos no es apstol. Ms abajo, al hablarteologa especfica de Act volveremos sobre esteLa actividad del resto de los apstoles es complete silenciada.

    Por otra parte, la lectura reposada del l ibr

    har descubrir, en contra de la primera impresipodemos recibir de nuestro primer contacto con el autor no tiene intereses biogrficos. Probablel t tulo, que, como ya afirm amo s, es antiqusimdezca al inters de la primitiva Iglesia por PPablo en cuanto que sonlos dos apstoles principales.Tambin es posible que influyese en poner dichlo a la obra la consideracin equivocada del como una obra literaria con pretensiones de de

    la primera historia del cristianismo.Todava hay ms. Los autores ms antiguos nunnimes en el t tulo que dan al l ibro. Hay bavariedad en ellos. Y esto es una buena razn

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    muy querido por el autor de Hechos. Con el mensajedel ngel (1, 11), comienza el tiempo de la Iglesia.

    2.a La segunda solucin a las dificultades apuntadas considera que Lucas y Act formaban originariame nte u n solo libro. Pa ra volver a hac er de los dos uno

    solo,en el estado en que hoy se encuentran, habraque quitar a Lucas los tres ltimos versos de su evangelio y a Act los cinco primeros, es decir, que Act 1, 6,seguira inmediatamente a Le 24, 49. As estara enel origen de la obra. Posteriormente, por razones litrgicas o de la diversidad de la materia, aquella obranica se dividi en dos y cuan do esto ocurri hubo queaadir los tres ltimos versos al cap. 24 de Le paracompletar la narracin y componer un prlogo intro

    ductorio de la segunda obra.Esta solucin o hiptesis es inadmisible por variasrazones. En primer lugar, no tenemos vestigio algunoen la tradicin de que las dos obras constituyesen unasola. Por otra parte, considerar a Le 24,50-53,comouna adicin posterior carece por completo de fundamento. Y de manera decisiva hablan en contra de estahiptesis los argumentos siguientes: si Le 24,50-53,hubiesen sido aadidos como fin del evangelio y Act 1,

    1-5, como principio del segundo volumen, no se explica cmo la mano que los aadi no suprimi las contradicciones que entre ellos existen. Adems, en lapoca de composicin de Lucas, el gnero literario"evangelio" estaba tan definido, que el autor no sehubiese atrevido a incluir dentro de la misma obra lanarracin de la expansin del cristianismo hasta Roma(cosa de la que se ocupan los Hechos). Adase a estoque la inclusin de estos dos libros en un solo volu

    men hara que la obra fuese excesivamente grande(dentro de la amp litud que tienen los libros del N. T.),mientras que consideradas como hoy las poseemos resultan dos obras normales. Finalmente, Act 1, 6, nopuede ser continuacin de Le 24, 49, ya que los dis-

    cpulos se enc uen tran reunidos en una ca sa (Leen la que entra Jess (Le 24, 36), mientras qucambio alguno de lugar, la Ascensin tuvo luggn Act 1, 12, al aire libre, en el monte de los O

    3." Mucho menos aceptable es la hiptesispropone un tercer libro de Lucas. La hiptesi

    tende apoyarse en el final inesperado del libro Hechos (28, 30-31), que ha ra suponer, al menostencin del autor de escribir ese tercer libro.

    No tenemos punto alguno de apoyo para pque tal libro existiese ni que fuese siquiera plaEl final repentino e inesperado de Act se explicfectamente teniendo en cuenta la intencin delde llevar el evangelio, en la persona de Pablo,Roma, corazn del Imperio. Una vez que lo ha

    do,no tiene inters alguno en continuar su narr

    DIVISIN DEL LIBRO

    El libro de los Hechos no se deja estructu rarmente. No se impone, al menos con evidencia,gica que haya querido seguir el autor. Ofrecemtres posibilidades ms aceptables.

    1.a El libro consta de dos partes quegiran en torno a los dos protagonistas principales: Pedro y Pablo.La parte correspondiente a Pedro comprender1-12, y la relativa a Pablo abarcara los caps. 13

    Aunque es cierto que la actividad descrita enuna de las dos partes gira en torno a Pedro y a es difcil admitir que el autor haya tenido delanprincipio de divisin. Y la razn est en la fainters biogrfico por pa rte de Lucas, como podrciarse con mayor claridad en el apartado siguie

    2: La segunda posibilidad divide tambin bro en dos partes, pero el principio de divisin

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    ms teolgico, a saber:la primera parte trata de lapredicacin y expansin del evangelio hasta asegurarla misin a los gentiles, 1, 15-15, 35;la segunda parte,una vez asegurada ya la misin a los gentiles, llevarael evangelio hasta Roma, 15, 36-28, 31. La divisin podra aceptarse, ya que el cap. 15 puede considerarsecomo el punto lgido del libro. A pesar de todo, la divisin nos parece excesivamente genrica y, por otraparte, la preocupacin de asegurar la misin a los gentiles es una constante de toda la obra.

    3.1 Teniendo en cuenta el encargo de misin quelos discpulos reciben de Jess: "seris mis testigos enJerusaln, en toda Judea, en Samara y hasta los confines de la tierra" (1, 8), la divisin que nos parecems probable considerael libro estructurado en cincopartes, girando cada una en torno a un punto geogrfico importante:

    a) Despus del prlogo y la na rrac in de la Ascensin, la primera parte, 1, 15-8, 3, habla dela predicacin y extensin del evangelio en Jerusaln con losxitos, dificultades y problemas consiguientes. Estaprimera parte termina con la persecucin de los cristianos helenistas, cuya culminacin es el martirio de

    Esteban.b) La segunda parte, 8, 4-11, 18, se ocupa dela

    extensin del evangelio por Samara y la zona costera.Comienza con la predicacin del evangelio en Samara y termina con la conversin del pagano Cornelio.

    c) La tercera par te, 11, 19-15, 35,lleva el evangelio hasta Antioqua, con la consiguiente expansin apartir de esta ciudad en la que los discpulos comen

    zaron a llamarse cristianos... (11, 26).d) La parte cuarta, 15, 36-19, 20, describela ex

    pansin del evangelio por las regiones en torno al marEgeo. Comienza con la separacin de Pablo y Bernab

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    a la ho ra de con tinua r los viajes de misin y sde hasta dejarnos a Pablo en Efeso.

    e) En la ltima parte, 19,21-28-31,se nos narrael avance del evangelio desde Jerusaln hasta Roma.Se abre con la decisin de Pablo de ir a Jerusa ldesde all, dirigirse a Roma, y se concluye con

    macin de la predicacin que Pablo haca degelio en Roma con todas las dificultades que una libertad vigilada.

    FINALIDAD

    Se trata de descubrir la intencin que tuvo eal escribir el libro. Estamos ante un problemque las opiniones de los autores son ms disparesclarecer en lo posible una cuestin tan discumos a dividirla en dos parte s:

    1.a Lo q ue n o es el libro de los Hechos.

    a) No es un escrito armonizante de dos tendenciasexistentes en la primitiva comunidad cristiana calmente opuesta. Tendencias opuestas que serexistentes entre los judo-cristianos (cristianosdentes del judaismo) y los tnicos-cristianos (nos procedentes del paganismo), y que son ta n en las cartas de Pablo (fue la propuesta de P. Cseguido por sus discpulos; es la llamada escuTubinga). El libro de los Hechos fue escrito pavizar aquellas aristas cortantes y, por tanto, ctendencia conciliadora. Pero esta finalidad llautor a falsear la historia ofrecindonos un cuaquellas comunidades cristianas que no responrealidad.

    Esta presentacin del libro de los Hechos enuna crtica violenta, aunque no fuese ms que

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    excesiva simplificacin que haca de los hechos y de lasituacin y de la primitiva comunidad cristiana. Lacomunidad cristiana original no se compona solamente ni poda reducirse a las dos tendencias tan radicalmente diferenciadas y opuestas.

    b) Reducir la primitiva comunidad cristiana aesas dos tendencias apuntadas (la tendencia de Pedro = judo-cristianos, y la de Pablo = tnico-cristia-nos) pareci infundado. A pesar de ello, no podan negarse las diferencias existentes entre las cartas de Pablo y Act. Para explicar estas diferencias y contradicciones se recurri a considerarel libro de los Hechoscomo una apologa que resuma diversas tendencias opuntos de vista. Uno sera considerar la obra como elesfuerzo por presentar un cuadro armnico de la primitiva Iglesia, tal como lo posea el tnico-cristianis-mo. En frase de A. Jlicher, "ni Pablo es presentadocomo judo, ni Pedro es presentado como paulino (conun pensamiento prximo al de Pablo), sino que ambos son presentados como 'catlicos' (en el sentido deuniversales)".

    Otros autores vieron en Actuna intencin apologtica: tratara de defender el cristianismo de todasospecha poltica. Sospechas polticas que podan estarcausadas por la s acusaciones que los judos hiciesen delos cristianos ante las autoridades romanas. O por elsimple hecho de la expansin misma del cristianismo,que pareca anular al judaismo.

    Esta presentacin desenfoca igualmente el intersdel autor. Las consideraciones histricas pesan menospara l que las teolgicas. Por lo dems, algunas delas afirmaciones anteriores no pueden justificarse partiendo del libro mismo, sino, en muchas ocasiones, delos prejuicios con que algunos autores se acercan a l.

    c) El libro de los Hechosno es una obra de historia ni su autor es el primer escritor de una "historiade la Iglesia". Y ello a pesar de que Lucas se muestre

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    familiarizado con los usos literarios de su tiempocurra a los discursos como un mtodo literario ca los historiadores antiguos. Basten para convenos de la exactitud de estas afirmaciones los dos mentos siguientes:

    El hecho mismo de que el autor considere su

    como continuacin del evangelio, habla en contesta concepcin. Adems, faltan muchas y esencaractersticas que son indispensables a una obhistoria: no nos ofrece la totalidad de la materiaslo una seleccin, muy cuidada pero muy peqse echa de menos la exactitud en muchos detallcronologa est muy lejos de ser exacta, la ausde intereses biogrficos. De todos estos rasgos seque la informacin en cuanto tal no es el objetonalidad del autor.

    d) Los Hechos no fueron compuestos comodefensa del apstol Pablo ante el proceso que se preparaba en Roma. Esta consideracin de Act hara penen su composicin en una poca excesivamenteprana. El libro fue escrito bastantes aos despuhaber tenido lugar el proceso de Pablo. Ademssiderado el libro desde este punto de vista resuque gran parte del material que recoge carecersentido. Pinsese slo de momento en los 12 capmeros. Tampoco tendra razn de ser la triple cin de la conversin de Pablo. Finalmente, estsentacin de los Hechos no tiene en cuenta qtrata de la continuacin del evangelio y que, poto , la finalidad debe buscarse en la misma lneEvangelio.

    e) No esun documento que recoja las tendenciasopuestas que existan en la Iglesia primitiva. Volvemos a insistir en este aspecto porque as ha vuser considerado el libro de los Act. Se han destrecientemente dos aspectos: los Hechos son unfensa del cristianismo paulino contra la acus

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    juda de que este cristianismo paulino era peligrosopara el Estado por haber degenerado del cristianismooriginal (as piensa Trocm). O el libro pretende liberar a Pablo de la acusacin de gnstico. De ah quele presente como siendo perfectamente ortodoxo y enrelacin de dependencia con los apstoles (as piensanBarret y otros).

    Esta tendencia anti-gnstica no es una caracterstica de Act. Y en la n ica ocasin que pud iera apreciarse esta tendencia anti-gnstica (20, 29-30) no seve el intento de defender a Pablo de una acusacinsemejante. Si en el libro de los Hechos se evitan intencionadamente los pensamientos y el lenguaje gnstico,esto ocurre de modo implcito y sin una repulsa directa del movimiento o pensamiento gnsticos. En consecuencia: una defensa gnstica de Pablo no puedeser la finalidad de Act.

    Por otra parte, tampoco puede decirse que se veauna intencin de quitar importan cia a la figura delapstol para que adquieran mayor realce los demsapstoles. La lectura del libro, sobre todo en la segunda parte, nos convencera fcilmente de lo contrario.

    /) No puede aceptarse que el libro de los Hechosseaun trmino medio entre la narracin de la historiay el relato sobre los hroes,con la finalidad de presentar el avance continuado en las relaciones progresivasde la Iglesia con el mundo en el que se iba abriendopaso.

    Ya hemos insistido en que el autor de Act no tieneintereses biogrficos. La presentacin que hace de Pedro y de Pablo dista mucho de la que suele hacersede los hroes propiamente dichos. Por otra parte, tan tolos acontecimientos histricos que recoge como laspersonas que los protagonizan se hallan siempre alservicio de otras ideas ms importantes.

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    2.a Lo q ue es el libro de los Hechos.Esta divisin de opiniones debe hacernos c

    a la hora de pronunciarnos sobre la finalidad pde nuestra obra. Debe afirmarse en primer lugael libro no tiene un fin nico, sino que pretende tneamente varias cosas. Pretende ser:

    a) Una cierta apologa contra la acusacin deenem istad del cristianismo frente al Estado. Esto nosparece absolutamente innegable. Acusacin qhalla de forma explcita en estas afirmaciones: "obran contra los decretos del Csar, diciendo quotro rey, Jess" (7, 7; vase tambin 24, 5), o enfensa que Pablo hace de s mismo: "Replicandoque ni contra la Ley de los judos, ni contra el teni contra el Csar, haba cometido delito alg(25,8).

    En esta lnea deben citarse todos aquellos pen los que los representantes de Roma reconoinocencia de los cristianos (16, 39; 18, 15-16; 123, 29; 25, 25; 26, 32). Tanto es as, que Pablo ppredicar el Evangelio incluso en el perodo de tencin en Roma (28, 30-31).

    Esta intencin apologtica resulta an ms

    gable si tenemos en cue nta que el libro es prolondel evangelio de Lucas en el que se insiste emismo aspecto: la inocencia de Jess reconociRoma.

    Al hacer esta apologa, el autor tiene delantduda a lectores paganos a quienes intenta ganala causa del evangelio. Para ello no pretende dtrar la unidad del cristianismo con el judaismode que el cristianismo pueda acogerse al privilerespeto que toda "religio licita" mereca por paImperio. Ms bien lo que hace el autor es prea los cristianos como no peligrosos polticamencontra de las acusaciones judas (25, 7-8), y, a

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    como la verdadera herencia de la revelacin de Diosen el A. T. (26, 6-7.22-23;28, 29).

    b) Una de las finalidades es la apologtica, peroel libro de los Hechos es, sobre todo,predicacin. Lamayor parte de la materia del libro, particularmentelos discursos, es predicacin y tiene delante a los lec

    tores cristianos, no paganos. Si narra la expansin delevangelio con sus dificultades y xitos lo hace con lafinalidad de edificar a los cristianos y hacer propaganda entre los paganos. De ah que presente la carrera victoriosa del evangelio desde Jerusaln hastael corazn del Imperio; la ruptura de las barreras religiosas, sociales y raciales, mediante el mensaje universalista del evangelio; queel verdadero protagonistadel libro no sean ni Pedro ni Pablo, sino el Espritu

    que rige la vida de la Iglesia y la expansin del evangelio;que sea un testimonio de la actividad salvficade Dios frente al mundo.

    c) Fina lmente los Act pretenden serel testimonioms elocuente de la veracidad de la palabra de Jess.El evangelio deba extenderse por todo el mundo. Losapstoles seran sus testigos: "... en Jerusaln, en todaJudea, en Samara y hasta los confines de la tierra"

    (1, 8). Los Hechos son una confirmacin de estas palabras de Jess. El mismo principio geogrfico que elautor ha tenido delante para estructurar su materia(vase en la divisin del libro el tercer principio queaceptamos como ms probable), demuestra esta intencionalidad. Intencin que se halla puesta de relievetambin en el tercer evangelio (Le 24, 46-47). Y el finaldel libro (28, 31), es como la proclamacin gozosa delcumplimiento de esta palabra de Jess. Esto es lo queda al libro su tono "triunfal".

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    GENERO LITERARIO

    1." Caractersticas generales. Para lograr su finalidad de presentar la actividad salvfica de Dlizada en Cristo y anunciada en todo el mundo, de los Hechos cre una forma literaria nica. N

    paralelo alguno, considerndolo en su conjudentro ni fuera de la literatura cristiana ni entorno.Las historias apcrifas de los apstoles nden ser comparadas con el libro de los HechosApstoles. Los contactos con las descripcionenis tas de los hom bres de Dios, con los que nuestha sido comparado, se hallan casi exclusivamel terreno del inters biogrfico. El gnero lde los Hechos debe encuadrarse teniendo en

    los presupuestos siguientes:A) Es una narracin de tipomisional. Tiene algn parecido con la literatura misional del juhelenista, pero no ha -sido el conocimiento dliteratura lo que incit al autor a escoger estede presentar la historia. Esta forma fue escogla visin profundamente teolgica del autor,la cual la historia de Jess es el principio de la de la Iglesia, que se hace visible progresando hfin del mundo. La cuestin decisiva ahora es con los mtodos literarios utilizados por Lucpresentar esta historia.

    B) Los Hechps ma ntien en una relacin evangelio de Lucas. Pero no debe olvidarse qutuacin y los medios que ha tenido el autor sodistintos para ambas obras. En cuanto al evaaunque tiene que investigar diligentemente t

    materia (Le 1, 1-4), sin embargo, tiene ya un al que seguir; el gnero literario "evangelio"sido creado ya y le es ofrecido no slo el esquneral, sino una narracin bastante detallada y sque el autor toma como punto de referencia.

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    cribir los Hechos la situacin es muy distinta: no hayensayo alguno previo de una obra semejante. Probablemente no dispona de fuentes tan amplias que abarcasen todo el perodo que l quera incluir en su narracin. Y, en todo caso, Lucas tiene que abordar laempresa de unir la historia de la primitiva comunidadcristiana con la expansin del evangelio por las regiones paganas, mediante el apstol de los gentiles, hasta llegar a Roma.

    C) Teniendo en cuenta lo anterio rme nte dichoes lgico que el autor de Act no haya pretendido ofrecer a sus lectores la totalidad de la materia sobre losacontecimientos ocurridos dura nte el espacio de tiempoque abarca su narracin. Nos encontramos, ms bien,en los Hechos,cuadros singulares. Se trata de escenas

    individuales que, a veces, son generalizadas y se halla nencuadradas en un m arco general. Lo que l pretendaofrecer a sus lectores, sobre todo al considerar su obracomo continuacin del evangelio, tena que ser un libro edificante. Lucas estaba bien convencido de quela historia de los orgenes cristianos era una historiaedificante. Pero para presentarla como tal tuvo queutilizar un mtodo especial: tuvo que ofrecer a suslectoresla historia en historias, escenificando y dramatizando aquellos acontecimientos ms representativos de la historia que pretenda narrar.

    Naturalmente que debemos contar con grandeslagunas y muchas cuestiones quedan sin solucin.Nada se nos dice, al menos explcitamente, de las luchas de Pablo con sus enemigos, y que nos son conocidas a travs de sus cartas. La informacin que nosdan los Act acerca de la actividad de Pedro y del desarrollo de la primitiva comunidad cristiana, de su

    vida com unitaria, de sus actos de culto, de sus relaciones con el judaismo, de los distintos grupos existentes(hebreos, helenistas...), su actividad misionera, los hechos y suerte que corrieron los dems apstoles, in-

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    cluso la actividad misional de Pablo, es excesivampobre.

    Acontecimientos que, sin duda, fueron muy iportantes en la primitiva comunidad cristiana, apsi son mencionados como de pasada. Por ejemplo, lcin de (Herodes) Agripa en contra de los cristia(12,1 ss.), y el comienzo del cristianismo de Antioq(11,19 ss.). Otras narraciones, por el contrario, ocexcesivo espacio; por ejemplo, las dos escenas semtes que tienen lugar ante el Sanedrn (4,1 ss.; 5,17y la historia de Cornelio (10, 1-11, 18).

    Las cosas ms importantes, desde el punto de vhistrico, acerca de Pablo, por ejemplo, su activintensa y compleja, durante varios aos, en Cory Efeso, son mencionadas como unos sucesos etantos de su vida misionera. Otras m enos impo rtacomo su detencin en Jerusaln o su proceso con FFesto y Agripa, incluso su viaje martimo hasta lla Roma, son narradas con mucho detalle.

    En resumen: El autor reduce al mximo o prcinde de aquellas cosas que no le parecen apropipara conseguir su fin literario o misional. En oocasiones insiste y repite, con notables va riantes, allos acontecimientos que juzga ms importantes ylos que quiere impresionar a sus lectores, por ejem

    la triple narracin de la conversin de Pablo 3 ss.; 22, 5 ss.; 26, 12 ss.) o la doble visin de P(10,9 ss.; 11, 5 ss.).

    El autor de los Hechos ha tenido que hacer unaleccin del material que le ofreca la tradicin o reunir de las fuentes de que dispona.

    Ahora bien, al hacer la seleccin, y para dar mamplitud o resumir determinadas escenas y narrnes, se ha visto condicionado no slo por el mat

    que le ofreca la tradicin, sino tambin, al menoel mismo g rado, por la finalidad que se haba proto al escribir.

    Esta finalidad se pone de relieve en aquellas 25

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    ciones cuya composicin puede atribuirse con mayorseguridad al mismo autor de la obra. Nos referimos enconcreto a los sumarios y a los discursos.

    2. Lossumarios y discursos.a) Los sumarios. Se trata de afirmaciones o sen

    tencias que, en forma de resumen o sumario,generalizan alguno de los aspectos de la vida de la primitivacomunidad cristiana. Se encuentran en la primeraparte del libro colocados estratgicamente entre losepisodios narrados y sirven generalmente como mediode transicin entre dichos episodios. Este recurso deuniversalizar o generalizar los acontecimientos lo haba utilizado ya el autor en su primera obra (ver Le 4,40-41;6, 17 ss.) bajo la influencia de Marcos.

    En los Hechos destacan tres sumarios (2, 42 ss.;4, 32 ss.; 5, 12 ss.) si prescindimos de aquellas afirmaciones de tipo general que se hallan diseminadas alo largo de toda su obra (9, 31; 16, 5).

    Los tres sumarios citados definen la vida cultualde la comunidad, la posesin de los bienes en comny los hechos milagrosos de los apstoles. Estos sumarios proceden muy probablemente de la mano delautor del libro. Son creacin suya. Y los ha creado

    con el fin de generalizar o universalizar escenas o episodios singulares. Asla primitiva comu nidad cristianaes presentada corno la comunidad ideal. Es la imagendel tiempo original de la Iglesia tal como era entendida en la poca en que fue escrita nuestra obra; noes fruto exclusivo de una elaboracin idealizadora ode una simple idealizacin.

    Para no volver sobre estos sumarios cuando hagamos l anlisis de los acontecimientos ms importantes en cada una de las secciones, veamos ahora el contenido de dichos sumarios.

    El primero describela vida cultual de aquella comunidad cristiana original (2, 42). Es un resumen

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    del culto tal como entonces se celebraba. Com pr1., lailustracin o enseanza dada por los apstolinstruccin que no se limitaba exclusivamenteque hoy llamaramos celebracin de la Eucaristque la enseanza era impartida tambin en el tcomo nos consta por los caps. 4 y 5 (ver en espe21);2., launin o koinonia que no se limitaba a recoger las ofrendas destinadas al culto sino que, acomprenda la reunin y distribucin de toda cldones naturales, dinero..., necesarios para la vpara socorrer a los necesitados (ver sobre el par6,1 ss.); 3., lafraccin del pan, que es la forma de describir la celebracin eucarstica y que, probablecomenzaba con la fraccin del pan a cada uno asistentes. El rito designaba as todo el acto c4.,la oracin. Oraciones que, necesariamente, eran

    conocidas, comunes con la comunidad juda. ralmente hay que suponer que pronto surgierociones nuevas y, por supuesto, era recitada la oenseada por Jess.

    El segundo sumario (4, 32 ss.) tr at a dela comunidadde bienes. La preparacin del sumario comienzel v. 31 : "todos fueron llenos del Espritu Santblaban la Palabra de Dios con libertad". Porqueconsidera como efecto de esta efusin del Espque lamultitud de los creyentes tuviese un solo czn y una sola alma, es decir, no haba divisiotre ellos. A esta caracterstica de tipo generaun rasgo singular: ningn cristiano considerpropiedad personal como posesin exclusiva, stodo era comn entre ellos.

    Cmo se realizaba en concreto esta posesinde los bienes no se nos dice. Par a Lucas m s im

    te que los detalles era el conjunto de aquella vha presentado una imagen de la comunidad coriginal con conceptos tomados del A. T., permanera que evocase al lector instruido las des

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    nes de Aristteles en su tica a Nicmaco. Este elemento griego se haya reforzado por la afirmacin de quelos cristianos tenan todas las cosas en comn ("panta-koin"), v. 32. La expresin, casi idntica, la encontramos en la obra citada de Aristteles (tener los amigostodas las cosas en comn). Del mismo modo pensabay escriba Platn. Con estas alusiones intencionadasLucas quiere afirmar quela comunidad cristianaoriginal realizaba tam bin el ideal griego de la comunidad.

    De la comunidad pasa Lucas a sus dirigentes, losapstoles. Se ha afirmado, a veces, que el paso eramuy brusco, sin embargo no lo creemos as. Baste pensar en lo inmediatamente anterior (vv. 30-31): los milagros son la legitimacin divina de la predicacin.Y en la segunda pa rte del v. 32 se prep ara el paso a losiguiente con la afirmacin de que la bendicin divinaimplicaba a todos, se derramaba sobre todos, no sloa los apstoles. Una confirmacin de ello es que enla comunidad se cumpla la promesa del Deuteronomio(15,4): en esta comunidad no haba necesidades.

    Cmo poda ser esto? Sencillamente porque losque tenan posesiones las vendan cuando ello era necesario y ponan el dinero a disposicin de los apstoles. As cada uno reciba conforme a su necesidad.Bernab es presentado como ejemplo de esta conducta(vv. 36-37). La historia que nos contar a continuacin (5, 1-11: Ananas y Safira) es otro ejemplo. Y laconclusin parece clara:al aducir Lucas estos ejemplos es que se trata de acciones no habituales, sino,ms bien, extraordinarias, de excepciones. Esta conclusin se ve confirmada por la simple comparacindel verso 32 : no lo vendan, sino lo posean en comn(esto responda al ideal griego de la comunidad) y el

    v. 34: lo vendan... (as se cumple la promesa del A. T.,Deut 15, 4). Ambas cosas las ha separado Lucas mediante su afirmacin sobre los apstoles.

    Probablemente Lucas, del conocimiento de algunos

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    casos singulares, como el de Bernab y Ananhageneralizado este proceder (v. 34). Estara dentro dsu lnea, manifestada en el evangelio, acerca dligro de verse pegado a este mundo med iante lsin de las riquezas "injustas". Los dos ejeaducidos siguieron viviendo en la tradicin portraordinarios que eran. Por otra parte, este prmiento no poda solucionar para siempre el proya que eran pocos los cristianos que tuvieran pnes.El sistema no poda durar. Un sistema econno puede apoyarse en un proceder semejantemos un indicio claro de la veracidad de lo que vafirmando en la afirmacin de que la madre dMarcos posea una casa donde se reunan (1Luego no la haba vendido. O es que puede que no la haba llegado el turno?

    Tampoco puede aducirse como ejemplo de lsin comn de los bienes, provocada por el "cmo del amor", el ejemplo de Qumran. Es ciePlinio, el Viejo, y tambin Filn, describen a lnios como hombres "sin dinero ni posesin". organizacin de los esenios no era nica ni unSlo los que renunciaban al matrimonio y vivcomunidad tenan sus bienes en comn. Otrade vivir era creando u na comun idad familiar ydo en pueblos o aldeas lejos del monasterio Haba un "responsable" de estos grupos aisladresponsable le entregaban lo equivalente al sudos das por mes para atender a las necesidadepobres, pero stos no ten an sus bienes en com

    As pasaba en la comunidad cristiana de JerLo normal sera que se ganasen la vida como ros; haba tambin muchos siervos. Estaba, ael problema de las viudas, que hoy difcilmenprendemos. Pero debemos trasladarnos a aqueca: muchos judos piadosos acudan a la ciudapara morir y ser sepultados all.

    La situacin de la comunidad era, sin dud

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    na, muy precaria. Pensemos que las tres "columnas"de la Iglesia de Jerusaln pidieron, en el concilio delos apstoles, a los representantes de la Iglesia antio-quena, que se acordasen de los pobres de la Iglesia deJerusaln (Gal 2, 10). Lucas ha idealizado excesivamente, en este sumario, la vida de la comunidad cristiana original.

    El tercer sumario (5-12-16) trata delos hechos milagrosos de los apstoles. Para comprender este sumario es importante ver las razones que Lucas ha tenido para encuadrarlo en este contexto. En el relatoinmediatamente anterior (5, 1-11) nos ha referido unmilagro de Pedro castigando la simulacin e impostura de Ananas y Safira. Piensa narrar a continuacinuna nueva persecucin de la Iglesia (5, 17 ss.). Los l

    timos versos no podan unirse inmediatamente con los11 primeros del captulo 5.Era necesario que Lucashablase previamente del gran xito de los cristianos.

    La historia de Ananas exiga una continuacinbien distinta a la que nos presenta 5, 17 ss. (encarcelamiento de los apstoles). El temor (5, 11), provocadopor lo de Ananas, exiga un gran respeto, incluso porparte de los judos, frente a los cristianos. Al "grantemor", y el consiguiente respeto, deba seguir la afirmacin delgran xito. Cmo se logra esta continuacin en la pluma de Lucas?

    En primer lugar, el milagro realizado por Pedro(v. 12) esgeneralizado. No slo Pedro, sino "los apstoles"realizaban signos y milagros. Pedro es como lapersonificacin de los apstoles, y lo que haca Pedropoda afirmarse de todos los dems.

    Inmediatamente despus, Lucas se refiere a la comunidad (v. 13 = "todos" ): la comunidad, en unincon los apstoles, por supuesto, se reuna en el prticode Salomn. En el tiempo en que escribe Lucas el templo haca ya diez aos, como mnimo, que haba sidodestruido. Si es mencionado el templo es porque, para

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    sus lectores, no era difcil imaginarse un lugar dseanza, un prtico, donde los apstoles impartadoctrina, al estilo de los antiguos filsofos.

    Este grupo de cristianos es presentado como rodo y protegido por una especie de temor respetuomodo que "los otros", es decir, los no cristianos, atrevan a mezclarse en aquel grupo para or la anza de los apstoles. Pero el pueblo los aprecEsta lejana o separacin entre el grupo de los crnos y "los otros" se hallaba producida no por entad, sino por una especie de temor sagrado. Peropoco conviene exagerar: no debe entenderse qudie se atreva a ingresar en la comunidad. De aafirmacin del v. 14. La lnea va desdeel temor, comopunto de partida, pasa porla estima para llegar alaaceptacin.

    Los vv. 15-16 parecen ser una adicin a este srio ya completo en s mismo. La misma partcuunin con que comienza el v. 15 hace suponer qtra ta de una prolongacin de la gran estima y coracin en que eran tenidos los cristianos. Y este curativo, con la consiguiente atraccin, se ejercslo en Jerusaln, sino tambin fuera de la cisanta.

    b) Los discursos.

    A) El hecho. Al leer los Hechos loprimero quellama la atencin es:

    1." La cantidad enorme de discursos que encontramos a lo largo de la obra. Se ha calculado quepan una tercera o una cuarta parte del libro. D1.000 versos que, en nmeros redondos, consta ede los Hechos, unos 300 corresponden a los discSi quitsemos los discursos el libro quedara dticulado.

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    Para convencernos de ello habra que leer el l ibrosaltndonos, dejando a un lado, los discursos. Entonces nos daramos cuenta en qu medida los discursossoncomo el soporte espiritual de toda la obra. Sin ellosel libro de los Act sera algo as como un evangelio quesolamente contase las historias de los milagros y otrosepisodios, pero no refiriese las palabras de Jess. Enesta comparacin con los evangelios, los discursos deAct son equivalentes a la parte discursiva, palabras,sentencias e incluso discursos, de los evangelios. Losdiscursos no son solamente informe sobre la predicacin cristiana, sino queellos mismos son la predicacincristiana. Y ello a pesar de que aparezcan en micro-formato (el calificativo es de M. Dibelius), de modoque puedan ser ledos en dos o tres minutos, si excep^tuamos el de Esteban.

    2 Los discursosse distribuyen casi por igual a lolargo de toda la obra. Ms an , en todos los mom entosimportantes de la narracin nos encontramos con undiscurso. Y los acontecimientos ms importantes senos cuentan en forma de discurso que, en ocasiones,se repite ms de una vez. Es otro indicio claro de laimportancia que el autor de Act los atribuye.

    3." Losdiscursos son, en general, muy breves. Sihubiesen sido pronunciados tal y como han llegadohas ta nosotros, la mayor p arte de el los no ha bra n durado ms de tres minutos. Y no vale decir que los discursos han llegado a nosotros en forma de resmenes.Tienen todos los rasgos caractersticos de un discursotal y como fue pronunciado: evocacin del principio ydel fin, agrupacin de frases y palabras, desarrollo suficiente de las ideas. No ha y fund am ento algun o p araafirmar que en estos discursos falte nada de lo quefue dicho cuando fueron pronunciados.

    Ya de esta triple consideracin podramos concluirque los discursos de los Hechos son uno de los medios

    v>

    estilsticos ms importantes utilizados por su autor.Ahora bien, al decir que son medios estilsticos,preguntarse s i realmente ocurrieron o fueron prciados as.

    B) Los discursos como medio literario.

    La historicidad de los discursos puede afirm arniendo en cuenta una doble consideracin: el aulos Hechostena a su disposicin material abundanteque l ha recogido de la tradicin. Consiguienteen la formacin de los discursos, ha tenido delanchas fuentes y de ellas los ha copiado o reconstLa otra razn, ms decisiva, est en la considede los diversos tipos de discurso que encontramos enel libro: discursos de misin de Pedro (2, 14 s

    12 ss.; 4, 9 ss.; 5, 30 ss.; 10, 34 ss.), discursos de los judos (13, 16 ss.), a los paganos (14, 15 ss.; ss.),a los cristianos (20, 18 ss.), discursos de de(22,1 ss.; 26, 2 s.) y d e a taq ue (28, 25 ss.). An te esversidad de tipos de discurso parece inevitable lclusin de que, en lo sustancial al menos, respola realidad de lo ocurrido. As fueron pronuncia

    Pero, junto a estas afirmaciones, hay que tambin presentes una serie de hechos:

    1." Los discurso s, a pes ar de la diversa situde cada uno,todos tienen el mismo esquema: un a introduccin adaptada a las circunstancias, el mde Jesucristo, en el que se destaca la conducta ble de los judos frente a Jess y la accin salde Dios en Jess, sigue la prueba de la Escriturconcluye con una llamada a la conversin y acin de la salud.

    No podemos concluir de aqu que Pedro ha

    siempre as o que comenzase siempre as sus dsos.El mismo esquema sigue Pablo en13,16-41.Muchoms probable es quel recurso al mismo esquema sedeba a la mano de Lucas que con ello quiere deci

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    ste es el mensaje cristiano tal como, desde el principio,fue predicado en toda la Iglesia, es "la doctrinade los apstoles".

    2." Hayuna m utua dependencia entre los discursos. Unos dependen de otros y se completan entre si.Est claro que los discursos de Act se dirigen no a losoyentes inmediatos de los mismos, sino a los lectoresdel libro. En la lectura no se notan las lagunas, porque stas aparecen rellenadas en otras ocasiones. Pensemos en la aclaracin acerca de la suerte de Judas(1, 18); en un discurso no tena por qu haber sidomencionada, ya que aquel hecho era muy bien conocido por los oyentes y estaba contado en el evangelio.Otro ejemplo: la comunicacin que Ananas hace aPablo de parte de Dios (cap. 22) sera absolutamenteininteligible sin la referencia que ya tenemos en elcaptulo 9 acerca del mismo Ananas. Al lector del captulo 22 no le sorprende nada, sencillamente porqueante riorm ente ha ledo la narr acin del cap. 9. El simple oyente de un discurso, sin conexin con los otros,podra presentar muchos problemas.

    3." Si los discursos hubiesen tenido luga r ta l comohoy los poseemos, entonces tendramos que resolverelproblema gravsimo de su transmisin. Despus deveinte o treinta aos, un discurso slo puede transmitirse con fidelidad si ha sido contado constantemente.Y esta constante repeticin es pensable para las palabras de Jess o las ms antiguas frmulas de fe (porejemplo, 1 Cor 15, 3 ss.); pero, puede decirse lo mismode los discursos de Act? En el tiempo en que los discursos fueron pronunciados nadie pensaba en la conservacin de estos discursos de los apstoles para un

    tiempo futuro. Y que Pedro o Pablo los llevasen escritos es una presuncin gratuita.

    4." En un examen detenido de los mismos nos daremos cuenta que se hallanprofundamente impregna-94 .

    dos de la teologa propia de Lucas: continuidad entreJess y la Iglesia, el concepto de apstol en el sde "testigos" inmediatos. Donde aparece la p"testigo" no es Pedro o Pablo quienes hablan,sino eltelogo Lucas. Creemos que sta es una razn decipara llegar a la conclusin de la composicin dediscursos por el au tor de los Hechos.

    5." En los discursos encontramos citas frecude la Escritura. Y es sorprendente que personahablaban el arameociten la Escritura conforme a laversin de los LXX y no segn el texto hebreo. Uejemplo: Santiago (Act 15, 17) cita al profeta (9, 12); en el texto original de Amos tenemos labra Edom; los LXX la tradujeron como si se tde "adam" (por eso en alguna de nuestras verse traduce por "hombre" o en plural, "hombreslamente partiendo de esta confusin, ex istente yversin de los LXX, es posible la cita tal comoseemos hoy en el libro de los Hechos. Luego hLucas quien ha puesto en boca de Santiago su interpretacin del texto de Amos.

    6." Muchas veceslos discursos se hallan interrumpidos por alguna causa externa, pero cuando esto

    rre ya ha sido dicho todo lo importante y el discursoha alcanzado su punto culminante. Ejemplo: A21,lo esencial del discurso es la misin de Pablogentiles en cuanto querida por Dios. Lo demsinteresa. Por eso, al llegar a la afirmacin termdel v. 21 sobre la misin a los gentiles el discuinterrumpido por los oyentes que forman un gy piden que Pablo sea quitado de en medio. ejemplos pueden verse en 7, 53-54; 10, 43-44; 2

    26,23-24. Del estudio de todos los casos en que curso es interrumpido por alguna causa ajena dor debe deducirse que se trata de una "tcnicaterrupcin", y esta tcnica demuestra, a su velos discursos son forma literaria.

    1. Tcnica de presentacin y verdad histrica.

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    7. Los discursos tienen un a imp ortante misindentro de todo el libro. Ya hicimos alusin a ello.Pretenden destacar determinados acontecimientos quepueden ser programticos e intentan orientarnos en elverdadero sentido que el autor quiere poner de relieve.As la historia de Cornelio, colocada antes de que Pablocomience su misin de evangelizar a los gentiles, intenta significar que Dios quiere esta misin a los gentiles. Por consiguiente, los discursos tienen en primerlugar una funcin doctrinal.

    8." Llama la atencin el que Lucas, refirindose aLucas en tierra de misin, transmita tres discursos:uno a los judos (13, 16-41),otro a los paganos (17, 22-31) yotro a la comunidad cristiana (20, 17-35). Setrata de ejemplos o paradigmas para demostrar cmoera predicado el mensaje cristiano: as era presentadoel evangelio a los judos, a los paganos, a los cristianos.

    La conclusin inevitable de todas las consideraciones anteriores es que los discursos de Act son el medioliterario decisivo elegido por el autor del libro pa ra poner de relieve el contenido teolgico en las narrac ionesque l haba encontrado en la tradicin.

    C) Historicidad de los discursos.La conclusin anterior puede llevar a otra que, a

    primera vista, parece igualmente inevitable. Si los discursos de Act son un medio literario de expresin, habr que afirmarque no son histricos.Esta conclusin,sin embargo, es excesivamente precipitada y merecenueva reflexin. Lo que s puede afirmarse es que losdiscursos no sonactas histricas que reproduzcan aldetalle el curso externo de los acontecimientos. Perode ah a concluir que sean invenciones o que se tratede narraciones histricas hay un buen salto que nopuede darse sin razones muy serias para ello

    Del anlisis de los discursos hemos descubiese trata de una tcnica de presentacin. Esta o forma de presentacin, va en contra de la histrica? Acaso no es la misma verdad histque necesita de una forma o tcnica de presepara hacerse inteligible? Por tanto, al estudiar de la historicidad de los discursos u otras narrhay que tener siempre delante estas dos cosas:ma o tcnica de presentacin y la verdad his

    Pensemos en las palabras que Cristo dirige aen el momen to de su conversin: "Te es duro dacontra el aguijn". Si yo digo que se pone en bCristo un provervio griego estoy hablando denica o forma de presentacin. Todava no he aque se trate de algo histrico o ahistrico. Puerrir, e insistimos en ello, que un material o coautnticamente histrico se describa con unaminada forma o gnero literario de presentaci

    Lo que s sera conclusin lgica es que detedo suceso no tuvo lugar enesta forma en que es presentado. Cristo, por ejemplo, no pronunci el bio griego. Pero con ello no se ha resuelto todelproblema de la verdad histrica. El suceso es algo mucho ms profundo que la forma de su present

    Pongamos el ejemplo del accidente de trfdactado por un polica, un testigo ocular de lodo,un alumno de la escuela a quien su maestro hacer un ejercicio de redaccin sobre el succuestin o el de un escritor profesional que sobsuceso escribe una obra. Podramos, sin msrar el escrito de cada uno de los cuatro anteriodactores" y concluir que si uno es histrico el puede serlo?

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    2." Exigencias de la historia e historia salvfica. la verdad de lo ocurrido? O es ms bien la r

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    g

    Si la historia fuese simplemente la enumeracin deunos hechos, entonces la nica forma de escribirla sera el acta (al estilo del polica que levanta un atestado sobre el lugar del accidente), los anales, la crnica ...,pero incluso en la crnica se impone el criterio de seleccin de los hechos ante la imposibilidad de contarlos todos. Ahora bien, esta seleccin es ya una interpretac in que valora los hechos juzgando dignos de serrecogidos unos y no ser mencionados los dems.

    La historia es algo ms que la suma de acontecimientos externos. Ella cuenta conla accinlibre delhombre y sta no siempre es visible para m ni traducible en toda su profundidad. Desde este punto de vista, la historia adquiere una dimensin de profundidad que no puede captarse sin la explicacin y la interpretacin. Y este acontecimiento interno de la historia trasciende con mucho el acta fra de la narracin de un hecho.

    Cuando esta historia eshistoria salvfica y cuentacmo acta Dios en el corazn humano ofrecindolela salud, cmo responde el hombre ante ella..., entonces escapa a toda posibilidad de una descripcin exhaustiva y adecuada. Qu ocurrira si en lugar delverdadero suceso histrico-salvfico se nos refiriese,

    incluso con todos los pormenores, el curso externo delos acontecimientos? Pensemos por un momento queuna cmara fotogrfica hubiese podido captar todolo relativo a la conversin de San Pablo y que hoy pudiese proyectarse ante una pantalla. Qu veramos?Probablemente una serie de movimientos y palabrasraras e incomprensibles, que no se encuentran ni enla descripcin que hacen los Hechos ni en las afirmaciones de la carta a los Glatas. Lucas se ha servido

    de todos los recursos que tena al alcance para describir un acontecimiento real pero que, de suyo, es indescriptible. Si utiliza recursos literarios, niega con ello

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    la verdad de lo ocurrido? O es ms bien la rde lo ocurrido lo que le obliga a servirse de los literarios existentes o crearlos si no los tiene aPara que el lector pudiese comprender el signde aquel suceso era preciso que le fueseexplicado einterpretado.

    Esto es precisamen te lo que Lucas quiere hacnosotros. En eso se centra su inters. Si escribgundo libro no es para transmitirnos "la marcterna del cristianismo primitivo", ni para couna biografa de los apstoles. Lo que l quieretrar al lector es la profundidad de esta historique obra Dios. Y esto lo hace a travs de los cimientos externos. En este terreno es dcndeplantearse la cuestin de la historicidad y legide los medios o formas externos utilizados, para su tiempo y que, incluso considerados omen te, no son tan malos o defectuosos como a vista pudieran parecemos.

    3." Forma antigua de escribir la historia.Al componer estos discursos, Lucas no ha

    otra cosa que servirse de un medio frecuentepoca para expresar la verdad histrica. Los esantiguos conocan de sobra las exigencias de la

    histrica. Pero es preciso preguntar si el concverdad histrica coincide con el que nosotros tY justamen te losdiscursos, en cuanto medio de expsin literaria, demuestran, al menos, que los esde la antigedad expresan de forma distinta a la verdad histrica.

    En el helenismo, por ejemplo, el inven tar didentro de una obra histrica pertenece al adorrario. El autor con su discurso no intentaba repmecnicamente el curso externo de los acontetos. Ms an, no era necesario siquiera que hhabido discurso para que el autor recurriese a

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    meaio de expresin. Tenemos un magnifico ejemplo cumplir una mera funcin literaria dentro del j d l b di

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    p g j pen el discurso que nos refiere el Gnesis (22, 7-10).

    Segn esta narracin, las ltimas palabras entreAbraham y su hijo fueron pronunciadas en el camino.Despus se nos informa cmo Abraham,sin decir palabra, prepar el sacrificio. Segn la versin que, delmismo acontecimiento nos da Flavio Josefo, para quienla narracin del Gnesis es histrica, cuando todo estaba preparado para el sacrificio, Abraham dirige undiscurso a su hijo en el que le dice cmo le consiguide Dios con muchas lgrimas, con qu cuidado le educ, pero cmo Dios, por cuya voluntad soy tu padre,me pide que te ofrezca en sacrificio...

    Lo impo rtan te del ejemplo es que se pone en boca deAbraham un discurso para el cual no hay base algunaen las circunstancias del mismo. Y esto despus dehaber armado Flavio Josefo que va a narrar "sinaadir ni omitir nada". Mediante el discurso, comomedio literario, la narracin se hace viva y adquierecolorido. Con el discurso, puesto en labios del protagonista de la accin, el auto r tiene un m edio eficaz y agradable para poderilustrar e interpretar una personalidad y sus pensamientos y sentimientos, una situacin, el curso de un acontecimiento.

    Mientras que el historiador moderno distingue claramente entre la reproduccin de una situacin o unhecho y su interpretacin, el escritor antiguo consideraba ambas qosas como constituyendo una unidadliteraria y artstica. Por eso, ante un discurso de estos,la pregunta no debe ser si tuvo lugar exacta o aproximadamente as, tal como nos es contado, sinosi la verdad histrica ha sido rectamente interpretada, si lainterpretacin coincide con la realidad objetiva queel discurso intenta ofrecernos.

    De ah que, al afirmar que los discursos de Act, hansido compuestos por el autor del libro, no sea lgicoconsiderarlos como un simple ejercicio literario de unescritor antiguo. Ni puede afirmarse que se limiten a

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    junto de la obra. Estos discursos sonpredicacin e interpelacin dirigidas al lector: deben anunciarle camino de Dios y el mensa je de la salud. No pretaclarar solamente una situacin histrica, sino lominos de Dios.No pretenden poner d e relieve la habilidad de su autor, sino la eficacia del Evangelio.

    4." Los episodios.

    La informacin ofrecida en la primera parte dconsta de una serie de episodios sueltos. En estpecto tenemos un gran parecido con los episodiosvida de Jess. Pensemos en sus curaciones, en lacusiones con los dirigentes judos, parbolas y enseanzas, intervis personales... La historia Ascensin y de Pentecosts son nicas, aunque lmera es muy semejante a la narrac in de la tran

    racin del Seor.En general, estas unidades narrativas son comtas en s mismas y cada una de ellas tiene su sicado propio. En todas ellas hay una creencia coDios ha revelado su poder y es El mismo quien quierey gua la expansin del cristianismo.Esto se manifiestaclaramente en la frustracin e ineficacia de la tencia al evangelio e incluso en el castigo de aqque se oponen a su expansin (12, 23), en el pod

    lagroso de los predicadores del evangelio (5, 12en otras muchas ocasiones), en los mismos judose convertan al evangelio (1, 15; 2, 41; 4, 4; 21Incluso algunas de estas historias singulares y aitienen como objeto la demostracin del Espritupoder de Dios.

    Mucho de este material recogido en los epistuvo su historia propia y autnoma (algo pareclas percopes evanglicas antes de ser insertad

    el contexto en que hoy las encontramos), una hique redujo la informacin a lo que consider nerio para su fin.

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    TEOLOGA mo y el xito de la p redicac in de Pablo (13, 45;C li l bl l id d Di

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    TEOLOGA

    Lucas no es un telogo sistemtico. No pretendedesarrollar una doctrina unitaria. A pesar de todo,tiene su propia teologa: se ha encontrado con unosproblemas teolgicos concretos que aborda directamente ,parte de unos presupuestos teolgicos fundamentales y aborda las cuestiones teolgicas de la actualidadde la poca en que vive. Naturalmente que no abordalos temas dogmticos de modo sistemtico, sino en lamisma presentacin de la historia tal como se reflejaa travs de las historias singulares.

    Para penetrar en la teologa de los Act ser conveniente distinguir estos tres puntos a los que acabamos de hacer referencia.

    A) Problemas teolgicos.El cristianismo reflejado en los Hechos se mueve

    en torno a dos cuestiones fundamen tales y que inquietaban a quien considerase seriamente el plan salv-fico.Estos dos problemas teolgicos giran en torno a:

    1. Relacin del cristianismo con Israel.El problema se plantea con ocasin dela abertura

    del evangelio a los paganos. La relacin con Dios haba sido vinculada en Israel al cumplimiento de laLey. Ahora bien, los paganos son admitidos a la comunidad de los creyentes sin imponerlos la obligacin de observar la Ley. Esta actitud cre serios problemas y crisis que son perceptibles en el mismo librode los Hechos pero, sobre todo, a travs de las cartasde San Pablo. Por otra parte, aparece un medio nuevopara quedar inserto en el Pueblo de Dios: el bautismo .Tal es la creencia comn reflejada en nuestro libro.

    Otra de las cuestiones inquietantes esla hostilidadde Israel frente al cristianismo. Poda constatarse laenvidia de los judos ante la expansin del cristianis-

    42

    Cmo explicarse que el pueblo elegido de Diostiguo Israel, rechazase la salud que le era ofrecCristo?

    La intencin de responder a esta dificultad edente en el autor de los Hechos. Y la respuesta etiple y profunda:Es Dios mismo, y no los hombresquien quiere la misin a los gentiles. La resistencia

    de Pedro ante el caso del centurin Cornelio eprueba bien palpable (lase 10, 11-18).Ms an, esel rechazo de Israel el que ha abierto

    la puerta del evangelio a los gentiles. De hecho, ensu predicacin, Pablo siempre comienza dirigia los judos y cuando stos se niegan a aceptar egelio se vuelve a los paganos (13, 46; 18, 6; 28,

    Adems,los cristianos participan en la mism a esperanza de Israel. Pablo insiste en que sus dificul

    des y cadenas, el proceso judicial que le espersido ocasionados "por la esperanza de las prohechas por Dios a nuestros padres..." (26, 6-7cristianos, y Pablo en particular, ensean lo quba sido anunciado en la Ley y los profetas (26

    Por otra parte, los judos no tiene derecho aa reprender a los cristianos ni a echarlos en cincumplimiento de la Ley.De hecho tampoco ellosla cumplen (la Ley se entiende aqu como el cm

    o suma de prescripciones que tenan prevista tuacin y conducta a seguir en cada momentoxiando as el espritu). "Por qu tentis a queriendo imponer a los discpulos un yugo nuestros padres ni nosotros fuimos capaces de tar?"(15, 10; y el discurso de Esteban, donde sede relieve toda la historia de infidelidades porde Israel).

    Finalmente, dicha hostilidad carece de funda

    slido, ya queexiste una coincidencia entre el cristianismo y el judaismo en puntos fundamentales.Amboscoinciden en la esperanza de la resurreccin (

    43

    23, 8); slo que los judos se niegan a aceptar la realid d d l i J P t t l

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    lidad de la resurreccin en Jess. Por otra parte, almenoslos judo-cristianos admiten las cuatro prescripciones, consideradas como ms o menos fundamentales procedentes de los caps. 17 y 18 del Lev-tico (Act 15, 20-21).

    La acentuacin de estas coincidencias tiene importantes consecuencias polticas: se trata de un problema judo de tipo interno, incomprensible para lasautoridades romanas y que, por tanto, no es de su incumbencia. En este punto se insiste en repetidas ocasiones (18, 15; 23, 29; 25, 19; 26, 31-32; 28, 18. 31). Yaunque de forma latente, en el fondo se hallala intencin apologtica, a la que ya aludimos:el cristianismo tiene derecho a acogerse a los derechos queRoma conceda a toda "religin lcita'", como hacacon los judos.

    En realidad esta hostilidad de Israel no es nadanuevo.Se repite sencillamente su historia de rechazoa los enviados de Dios.Ya lo haban hecho con Moiss(7, 35 ss., y su endurecimiento y resistencia habansido tambin anunciados profticamente (28, 26 ss.).

    2 Relacin del cristianismo con el mundo pagano.

    El mundo est tambin, como Israel, bajo la exi

    gencia de la penitencia y la conversin. Pablo insisteen ello en el incidente de Listra y en su discurso enel Arepago (14, 15; 17, 30). Cierto que el verdaderoDios les es desconocido (17, 23), sin embargo, le hanconocido a travs de los bienes de la Naturaleza (14. 17)y por eso, aun siendo desconocido, es honrado (17, 23).As lo ha reconocido la filosofa pagana (17, 29).

    Este Dios no necesita de nadie. Esta era tambinla creencia de la filosofa pagana, en concreto, la es

    toica. En este contexto aparece la clebre frase: "enEl vivimos, nos movemos y existimos" (17, 28) quepudiera derivar de Sal 139, 3. 5, pero que, lo mismo

    44

    que la cita del poeta Aratos (17, 28b) debe ser derada como la expresin filosfica del pensambblico de la creacin.

    El cristianismo no rechaza la cultura pagana ensus man ifestaciones ms elevada s,en su filosofa yen su poesa. El cristianismo no rechaza la cpagana sino que la utiliza corrigindola, cuandes necesario.

    Esta relacin con el mundo pagano aparecmltiples ocasiones:

    En la m isma dedicatoria del libro a Tefilo, sido la costumbre de la poca. Aunque no fuese mla dedicatoria nos hablara del deseo e intenciauto r de Act de salir de lo oculto y en tra r en el de la literatura y formacin antiguas. Esto mismanifiesta en: la riqueza de expresiones poticbre todo en la segunda parte de la obra; la afirmexplcita de que el acontecimiento salvfico ocla luz pblica; no es algo oculto y arcano que siniciados conozcan (26, 26). En la m isma lnea dconsiderar la repeticin, casi a modo de estribigran nmero de convertidos, incluso del mismomo2,41;4, 4; 5,14 ; 6, 7;11, 21.26; 14,1 ; 18,10;21,20).

    El cristianismo aparece relacionado con las msaltas autoridades, pinsese en la mencin, a nivel lode Herodes (12, 1) y el Sanedrn (en varias ocaLisias, comandante de Jerusaln y, a nivel unien los nombres de Flix y Festo, las princesas y Berenice, el procnsul Sergio Paulo, Galin, locas, el primero de la isla (de Malta), la alusinsar (27, 24).

    La insistencia en destacar esta relacin c

    mundo tiene su razn muy profunda. El libro Hechos cuenta con una parusa ms o menos p(volveremos sobre este punto), incluso la conde los judos podra adelantar esta segunda de Cristo (3, 20);pero la esperanza no est centrada

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    en una parusa inminente. Ya no se espera que elmundo termine pronto. Precisamente por eso se ha canecesario buscar el "modus vivendi" en el mundo paralograr, al menos, un a toleranc ia pacfica (28, 31).

    Este aspecto, de nuevo tenemos latente la intencin apologtica, le hace destacar al autor Zasbuenasrelaciones o el acuerdo de los cristianos con las autoridades romanas: el primer convertido del paganismoes un oficial romano, y el primer convertido por lapredicacin de Pablo fue el procnsul Sergio Paulo(13,7 ss.). Las autoridades romanas respetan el derecho romano de ciudadana invocado por Pablo (16,38; 22, 26-29). Los asiarcas, promotores del culto alemperador son amigos del apstol (19, 31). Las msaltas autoridades romanas reconocen la inocencia dePablo y, en ella, va el reconocimiento dela inocenciay legitimidad del cristianismo.

    Estos datos, sin embargo, no deben darnos la impresin de que el autor pretenda afirmar que el cristianismo se mueve precisamente en el gran mundo.Se trata, ms bien, de una comunidad viva, estrechamente unida, litrgica, que vive en mutua ayuda. Elmismo nombre de "hermanos" lo dice. La conductasencilla de estos cristianos corresponde a una doctrinatambin sencilla (muy alejada de las complicacionesde la especulacin filosfica) que es la que nos transmiten los Hechos.

    B) Presupuestos teolgicos fundamentales.La doctrina cristiana expuesta en los Hechos es

    sencilla y est expuesta sin alardes teolgicos. Vemos-la en dos niveles.

    1." Visin de conjunto.El mensaje cristiano de Act estotalmente apoltico.

    Solamente los enemigos del cristianismo pueden hablar de la realeza de Jess como entrando en colisin

    con la del Csar (17, 7). Fue Dios mismo quien lem y autoriz la predicacin de Jess, mediantemilagros que realizaba (2, 22; Dios mismo legitpor el mismo medio de los milagros la actividadsional de Pedro, 5, 15, y de Pablo, 19, 11-12). A de ello los judos le mata ron (2, 23), aunque Pilatos

    ra librarlo (3, 13). Pero as se cumpli la EscriPor la resurrecin, que debe verse siempre ua su exaltacin (7, 56; 5, 31), Jess es el Cristo, el y el Salvador (2, 36; 5, 31; 13, 23). Es el nico noque ha sido dado a los hombres para su salvaci12;la afirmacin tiene delante probablemente la pcripcin del nombre cristiano).

    En cuanto resucitado, Jess comunica el Esp(2,33) que no es esttico, sino esencialmente dinm

    La condicin impuesta al hombre para la ses la penitencia (2, 38), la conversin a Dios (3,con las cuales se recibe el bautismo y el perdn dpecados (2, 38). Se necesita la fe en el Seor (20Este "creer" es descrito, a veces, como un "confia

    En el juicio futuro, que Jess har sobre vivmuertos (10, 42; 17, 31), salvar El a los crey(15,11), y les comun icar la vida ete rna (2, 31; 13

    2." Anlisis ms detallado.1. La posicin ms destacada en la teolog

    Act la ocupaDios (el Padre). En toda su obra, Crisaparece siempre subordinado al Padre. De ah entre otras cosas, la resurreccin de Jess sea buida al Padre:a este Jess Dios lo resucit. La fraseaparece aqu casi como un estribillo (2, 24; 3, 110;5, 30; 13, 37; 17, 30; 26, 8).La iniciativa de todosy cada uno de los momentos de la historia de la sal'vacian es atribuida siempre a Dios Padre. Dios Padrees el Creador: el Dios vivo que hizo el cielo y la(14, 15); el Dios que hizo el mundo y todas las que hay en l (17, 24), l Seor que hizo el ciel

    l d f i d d b i d d l

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    tierra, el mar y cuanto en ellos hay (4, 24). Pero noslo en la Creacin, sino tambin en la obre de la salvacin, Dios Padre es quien lleva siempre la direccin.El traz el plan de la salvacin y se reserv el momentoexacto del tiempo para llevarla a cabo (1, 17). El esten la base de los milagros realizados por Jess (2, 22;

    10,38) y por los apstoles (3, 13; 4, 30; 19, 11; 21, 30).2." En cuanto aJess, Lucas nunca se remonta

    hasta su preexistencia. Jess en un hombre con lapatente divina. Tiene la aprobacin y legitimacinde Dios como lo demuestran los milagros, signos yprodigios. Jess fue un bienhechor de los hombres yrealiz milagros en el pas de los judos.

    Jess es el Seor, el Kyrios. Este ttulo aparece enAct unas 40 veces (vase slo a modo de ejemplo 9, 1.5.10. 11. 13. 15. 17. 27. 28). El mismo ttulo se a tribuyea Jess y a Dios Padre. La intencin de Lucas no puedeser ms clara.

    Jess es el Cristo. Al menos 27 veces se le da estettulo.Ttulo que indica mucho ms que el conceptode Mesas corriente en el judaismo. As aparece cuandoel ttulo "Cristo" se halla como sinnimo de Seor.Dios le ha hecho Seor y Cristo a este Jess, a quienvosotros habis crucificado (2, 36).

    Los ttulos de Seor y de Cristo son los que msdestacan en la cristologa de Act. En su comparacinel ttulo de Hijo aparece en segunda posicin, aunquelas afirmaciones a este respecto no puedan ser msclaras:Pablo, pasado algn tiempo con los discpulosde Damasco despus de su conversin, se dedic a predicar en las sinagogas queJess es el Hijo de Dios

    (9, 20; y como referidas directamente a Jess son citadas las palabras de Sal 2, 7 en Act 13, 33). La constitucin de Jess en Seor y Cristo a partir de la resurreccin es una creencia comn en la p rimitivacomunidad que expres esta conviccin en una frmu-

    48

    la de fe, en una especie de credo abreviado delde Dios que recoge S. Pablo (Rom 1, 3-5; Act

    Jess es el principio o autor de la vida (3,15;5, 32).Por la resurreccin tiene la vida divina en pl(participada en plenitud tambin en su humglorificada) y puede comunicar esa vida divin

    su resurreccin Jess es causa de nuestra espeEsta categora nica de Jess la pone de rel autor cuando afirma queDios le ha exaltado a suderecha y lo ha sentado en su trono (2,25.33-34; 5, 31;7, 55-56),y le ha encomendado la realizacin del juicio ltimo (10, 42; 17, 31). De ah la importancicisiva de aceptar a Jess como Seor y de perta su comunidad, la de aquellos que invocan su para ser salvos (2, 21; 9, 14. 21; 22, 16).

    El pensamiento de la muerte expiatoria de Cen lugar de los pecadores, no entra dentro del esteolgico de Act. Podra decirse que, en cuanttrina, se halla ausente de la obra. Solamente tramos la afirmacin genrica de que la mueJess haba sido pre-anunciada en la Escritur27-29);incluso falta este pensamiento en la cita que los Hechos (8, 32-33) nos ofrecen de y de nuevo cuando habla de "la Iglesia de DioEl adquiri con su sangre" (20, 29), pero, incleste ltimo texto, falta el pensamiento del signsalvfico de la muerte de Jess para los creyAl menos no se halla explicitado. Pudiera afique la teologa de la cruz (tal como aparece en Pabcon toda su densidad)ha sido sustituida en Act poruna teologa de la gloria.

    3." La doctrina delEspritu tampoco se encuentra en Hechos en forma de una pneumatologapleta dentro del cuadro del misterio trinitario. del Espritu encontramos en Act tres afirmafundamentales:

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    ) El Espritu i d d i ti

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    a) El Espritues comunicado a cada cristiano enl bautismo (1, 5. 8; 2, 4. 38). Esta presencia del Espritu se hace visible a travs de diversos efectos y manifestaciones que resultan incomprensibles para losno creyentes (ver el discurso de Pedro: "no estn estosborrachos.. . es que se ha cumplido lo dicho por el profeta Joel: suceder en los ltimos das que derramarmi Espritu sobre toda carne.. ." 2, 14 ss.; otras manifestaciones o signos de la presencia del Espritu sehallan mencionados en 2, 33. 38; 8, 15-16. 18-19; 10,44 .47; 11, 15; 15, 8; 19, 6).

    5) El Es pr itu es dado a los creye ntescomo preparacin o disposicin en orden a cumplir una misinconcreta en un momento determinado. Este pensamiento aparece part icularmente i lustrado en los conflictos de los apstoles con el Sanedrn (caps. 4 y 5) yen los comienzos de la misin que se disponan a realizar Pablo y Bernab (13, 2. 4. 9).

    c) En los momentos importantes interviene elEspritu con indicaciones precisas sobre lo que debehacerse: ordena a Felipe que se acerque al carro deleunuco (8, 29), m an da a Ped ro que salga al en cue ntrode los hombres que venan a buscarle de parte de Cor-nelio (10, 19), el Espritu les prohibe predicar en Asia

    (16, 6-7)...El Espritu es el verdadero protagonistadel libro de los Hechos.

    4. La consideracin dela Iglesia en Act se haprestado a enfoques diametralmente opuestos. Algunos autores (E. Kseman) piensan que el tema especfico de Act es la Iglesia en cuanto que es el centrodel tiempo. Por eso califican a Lucas (estamos hablando de autores protestantes) como el primer representante del catolicismo antiguo que se encuentra envas de desarrollo. Otros, por el contrario, niegan radicalmente este aspecto de Lucas, ya que en Act seecha de menos la Iglesia en cuanto institucin salv-

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    fica: faltan los oficios eclesisticos fijos y biencisos, la sucesin apostlica, el sacerdocio mirial. . . (as Michaelis, Barret. . .) .

    La Iglesia es continuadora de Cristo y de su misinsalvadora. Los 12 Apstoles son los portadores dPalabra de Dios, anunciadores de la salud real

    por Cristo y aplicable al hombre mediante su acin y el consiguiente ingreso en la comunidad creyentes.

    Esta continuacin de Cristo en su Iglesia se ta sobre todo con la presentacin de los Doce testigos de excepcin. Testigos de Cristo, de suy ministerio terreno y de su resurreccin. Capacipor tant o, pa ra dar testimonio de la identidad el Jess terreno que vivi en Palestina y fue cr

    cado y el Jess de la fe que vive en la Iglesia y qel Seor exaltado a la gloria.

    La Iglesia descansa sobre ellos y a ellos se remontala misin cristiana. Las grandes etapas y decisionen esta misin de la Iglesia tienen en ellos su de partida: Pedro tiene el primer discurso de m(2, 14 ss.): l y Juan llevan a feliz trmino la mque, no sabemos exactamente cmo haba comenestaba realizndose en Sanabria. Pedro comienabrir la pu ert a del Evangelio a los pag ano s con laversin del centurin Cornelio, que despus seranocida por los dems apstoles y por toda la IgleJerusaln (10, 1-11, 18).

    Llama bastante la atencin el quelos apstolesdesaparezcan de escena en Act sin que se hable de lasucesin apostlica. (La ltima vez que son mencionados es en el segundo viaje misional de Pablo cal visitar las comunidades cristianas "les comunlos decretos dados por los apstoles y ancianos drusaln, encargndoles que los guardasen" 16, 4.

    Que los presbteros hayan sido elegidos porapstoles e instituidos en sus cargos de ayuda en

    bierno de la Iglesia no lo dice nunca Lucas pero es fversin; ahora bien, este acontecimiento salvfico

    d i i l di d l id d

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    bierno de la Iglesia no lo dice nunca Lucas, pero es fcil suponerlo. Es llamativo que aparezcan prcticamen te en la segunda m itad del libro, a partir de11,30.Como si en la primera parte, dominada por la figurade Pedro y otros discpulos, su presencia fuese menosnecesaria. Por otra parte, es bien significativo queaparezcan juntos los apstoles y presbteros en un momento tan decisivo como fue el concilio de Jerusa-ln (15, 6. 22).

    El encargo de misin de la dispora recae sobrePablo. Pablo fue llamado directamente por Dios, dequien, mediante sueos y visiones, recibe las instrucciones que debe seguir (16, 9; 18, 9; 22,17-21;23, 11).Pablo y Silas instituyen presbteros en las Iglesias.Pero Pablo, el gran independiente, busca, as nos lopresentan los Hechos, su punto de apoyo y unin conla iglesia madre de Jerusaln siempre que ello es posible. El libro de los Hechos slo deja entrever algunasde las tensiones que aparecen con mayor claridad enlas cartas de Pablo.

    5." Tampoco se encuentra definido ni sistematizado lo relativo alser especfico del cristiano. Los rasgos caractersticos fundamentales pueden ser deducidos de una serie de escenas y afirmaciones singulares,as como de las exigencias implicadas en la invitacina seguir el camino de Jess.

    A todos indistintamente, judos y gentiles, se lesexige laconversin, la metnoia. Y la palabra abarcatodo el acontecimiento complejo que lleva consigo laconversin: arrepentimiento, bautismo, perdn de lospecados y recepcin del Espritu S anto (2, 38); la invitacin que Dios dirige a todos para que se arrepientan (17, 30); la exaltacin de Jess por parte de DiosPadre "para dar a Israel penitencia y la remisin delos pecados" (5, 31).

    Es todo el acontecimiento de la salvacin el que setiene delante o se presupone cuando se habla de la con

    ne un destino universal, nadie queda excluido dinvitacin de Dios: Dios ha concedido tambingentiles la penitencia para la vida (11, 18); jugriegos se hallan envueltos en esta exigencia dversin y de fe en Dios (20, 21).

    Este acontecimiento complejo de la conversveces es presentado con una insistencia casi exen su aspecto o partenegativa: abandono de la vidairregular y equivocada llevada hasta el momensente. Es preciso entonces completarlo con aqtextos que insisten en el aspectopositivo: la conversin es vuelta y entrega a Dios: arrepentios, pconvertios para que sean borrados vuestros p(3, 19); arrepentimiento en orden a obtener la del perdn (8, 22); penitencia y conversin quereflejarse en una conducta nueva (26, 20).

    Junto a esta vuelta a Dios, el aspecto positivopenitencia acenta tambin lafe en Cristo. El testimonio dado por Pablo a judos y a griegos recala necesidad de la conversin a Dios y la fe en Seor Jess (20, 21). Con esta actitud fundameconversin y de fe tenemos el presupuesto epara la recepcin delbautismo (8, 13; 18, 8), en el quse comunica el Espritu Santo. En esta comunidel Espritu tenemos lo esencial del bautismo no; es lo que le distingue del bautismo de Juantextos son suficientemente elocuentes por s m( 18, 25; 19, 3-4).

    Para Lucas,la conversin resume toda la actituddel hombre ante el acontecimiento salvficoque ha tenido lugar p ara l. Esto mismo puede afirmarsfe. El verbo creer,pisteuin, puede ser consideradcomo sinnimo de "ser cristiano". Cristianos scillamente "los que creen" o "los que han cred

    Esta fe puede considerarse desde distintos de vista. Puede hablarse de una fe "objetiva""objeto" de la fe: creer significa "aceptar la p

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    (4 , 4), orla (10, 44), recibir la palabra (2, 41). La pa 1. La cuestin de la parusa.

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    ( ) ( ) p ( ) plabra en estos textos es sinnima de "evangelio".

    Pero se insiste igualmente en la fe "subjetiva", deactitud ante lo que se presenta como objeto de la fe:creer significa "confiar en el Seor" (5, 14), aceptarlocomo Seor (9, 42).

    Mediante la fe Dios purifica los corazones: Dios

    concede su Espritu a todos, sin acepcin de personas,"purificando con la fe sus corazones" (15, 9). Esta frase habla por s sola de la importancia excepcional queLucas concede a la fe como exigencia de conducta moral .La fe lleva consigo un principio de exigencia moral y es inseparable de ella. Son los frutos dignos depenitencia.

    En el Act se da una gran importancia al bautismo.Ya hem os alud ido a ello repetidas veces. Otro tan to podemos decir de laeucarista, que era celebrada en determ inad as casas pa rticula res (2, 4; 20, 7). En ellas "separta el pan" y se viva la unin o comunin de loshermanos. Se celebraba con jbilo este encuentro delos hermanos entre s y con el Seor. No se encuentran, sin embargo, vestigios de la consideracin de laeucarista como "frmaco (medicina y remedio) de inmortal idad". Un aspecto muy importante de la eucarista, pero que tardara todava en descubrirse o, al

    menos, en manifestarse.

    C) Preocupaciones teolgicas especficas de supoca.

    En el momento en que escribe Lucas existen doscuestiones inquietantes cuya solucin intenta l ofrecer a sus lectores: la cuestin de un final inminente(esperanza de una parusa prxima) y la obligatirie-

    dad o no obligatoriedad de la Ley juda para los tnico-cristianos.

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    La cuestin de la parusa.

    La preocupacin por la parusa fue, probablte , la ms inquietante durante un largo perodonaciente Iglesia. Recordemos los momentos detensin:

    a) Esperanza de una parusa prxima.Los cris

    tianos de la primera generacin estaban convede vivir en el momento decisivo de un cambio El mundo presente, el presente en, pasaba y sciaba el en futuro. El Bautista, era el anunciamensajero, Elias. Jess era el Mesas. A su resurseguira, sin mucha tardanza, su segunda venidresurreccin de los mu ertos. El tiempo interm edila resurreccin y la parusa deba ser aprovechalos discpulos para anunciar la Buena Nueva en

    los lugares posibles. La predicacin insista eslo la fe en Jess poda salvar a los hombresjuicio prximo. El poder y la fuerza de este Reviene estaban ya en accin en las curaciones y siones realizadas por Jess y por sus discpulos

    b) Retraso de la parusa.El cumplimiento daquella esperanza no tena lugar. El final esperprolongaba indefinidamente en el tiempo. Cuancas escribe los Hechos, Pablo haba sido ya mado, lo mismo que Santiago, el hermano del Seocristianos haban ardido como teas vivientes jardines de Nern. La ciudad santa y el templosido destruidos. A pesar de todo, el mu ndo segulante. Entonces viene la decepcin: el fin no eramo. Y si las cosas ltimas, las novsimas, no vpronto, cundo sera el fin?

    c) Soluciones apuntadas al problema.Este inte

    rrogante hizo repensar la antigua esperanza, hpensar ms a fondo la misma concepcin del mcristiano. Aparecieron entonces dos posibilitrasladar aquella esperanza, cifrada en el futu

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    momento presente Insistir en que la salud futura era Ese pasado sigue en el presen te tiene una continu

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    momento presente. Insistir en que la salud futura eraya actual. Poner de relieve la realizacin del Reino deDios en el momento presente. As lo haceel cuartoevangelio. De ah su insistencia en el ahora: ahora tiene lugar la presencia del Espritu y el nuevo nacimiento, ahora tiene lugar el juicio, ahora se realiza lavida... Es la escatologarealizada, aunque todava noconsumada. Existe unltimo da que, casi como estribillo, suena en el cuarto evangelio. Pero ese ltimo dadeja de ser preocupante en cuanto al tiempo en quedeba ser datado.

    Lucas elige otro camino. Desde luego comienza porquitar urgencia e importancia a esa esperanza en unfin inmediato. El mundo sigue adelante y los cristianos tienen que vivir en l. Sin em bargo, no puede quitar de delante los interrogantes acerca del cmo ycundo. Y da la solucin desde una nueva concepcinde la historia salvfica. La historia de la salud se divide en tres perodos:

    El primer perodo, es el de la Ley y los profetas, yllega hasta el Bautista inclusive.El segundo, el centrode tiempo es el de la vida terren a de Jess y llega hasta el momen to de su exaltacin. Ambos perodos o pocas pertenecen al pasado. Con la ascensin de Jess

    comienza eltercer perodo: es el tiempo de la Iglesia,que terminar con la segunda venida del Seor. Y durante este perodo la palabra de Dios tiene que seranunciada; estamos en el tiempo de la misin de laIglesia, que durar hasta el fin de los tiempos.

    Esta triple divisin del tiempo de la salud habapresidido ya la composicin del primer libro de Lucas,el tercer evangelio. La investigacin que lleva a cabo,segn la propia confesin en el prlogo de su evangelio se explica por su condicin dehistoriador que quiere dejar constancia de lascosas pasadas. Sin embargo, Lucas se da cuenta de que lo ocurrido no puedeser considerado simplemente como "cosas pasadas".

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    Ese pasado sigue en el presen te, tiene una continutemporal. De ah la concepcin de su nueva ob ra cprolongacin o continuacin del evangelio.

    Pero cmo poda ser eso? Cmo se una el pedo de la Iglesia con el perodo de Jess? Lucas cota estos interrogantes estableciendo la continuidalos dos tiempos:Cristo sigue presente en su Iglesia.Los apstoles son los testigos cua lificados de esta cnuidad. Sigue a travs de su palabra, de la palabrDios, que tiene que difundirse hasta los extremola tierra. La fe en Jess obtiene el perdn de los pdos y la salvacin en el juicio (ya lo vimos ms arrAs se traza el puente que une el perodo de Jessde la Iglesia: la salud realizada tiene que ser anuda a todos los pueblo y realizarse continua me nte vs de dicha palabra aceptada en la fe, en la con

    sin que agrega al nmero de los creyentes, en eltismo y en la eucarista...El camino seguido por el evangelio desde Jerus

    hasta Roma era motivo de consuelos y esperanzaslos cristianos, El fracaso de Jess lo haba sido en apariencia. Los caminos de Dios seguan adea pesar de aquel aparente fracaso.

    Esta divisin de la historia salvfica en tres pdos o pocas es fundamentalmente recta. No debvidarse, sin embargo, que estos perodos no son udes completas en s mismas y autnomas.Existe entreellas una necesaria interdependencia. Particularmente , entre la poca segunda y la tercera. Tanto esque la prolongacin del evangelio en un segundono obedece simplemente al retraso de la parusaa la conviccin de vivir en el tiempo ltimo. Abien, el tiempo ltimo comienza con la presencJess.El tiempo escatolgico es presencia desde la

    ricin de Jess y de su nueva venida; la segundque se espera, es la consumacin final. Es impoinsistir en esta afirmacin ltima. Pa ra el autor des tan importante que, a modo de programa, lo

    57

    ne desde el principio mediante la unin de la Ascen sin del Espritu es una experiencia repetida creyentes (2 38; 5 32; 10 44 ss ; 13 8 9) y en

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    sin con la parusia: "Este Jess que ha sido llevadode entre vosotros al cielo vendr del mismo modo quele habis visto subir al cielo" (1, 11).

    Lo mismo ocurre con la presentacin de Cristocomo juez, en el juicio ltimo, -en los lugares decisivosque recogen lo esencial del mensaje cristiano (ver 10,

    42; 17, 31). Para Lucas, la presencia de la Iglesia es eltiempo escatolgico, el ltimo; pero este tiempo comienza con la presencia y la predicacin de Jess, queinaugura el Reino de Dios que habia de venir. Tiempoltimo acentuado con la efusin del Espritu Santo elda de Pentecosts. Tiempo ltimo que camina a suconsumacin en la esperanza de la segunda venida deCristo,a la que se mira con mayor seguridad y certezaaunque con menor impaciencia que en tiempos pa

    sados.Para Lucas, en Act, es bien claro que la historia de

    Jess no pertenece al gnero de la pura historia quehabla de cosas pasadas. Cristo se halla presente y operante en esta historia que nos presenta el autor de losHechos.El Resucitado interviene directamente en laexpansin del cristianismo: su presencia operante esla que hace surgir al apstol de los gentiles (9, 4 ss.);ante las dificultades experimentadas por Pablo en Co-r into,tenemos una nueva intervencin de Cristo: ElSeor dijo por la noche a Pablo en una visin: "Notemas,sigue hablando y no calles" (18, 9); otros textos que recogen el mismo pensamiento: 22, 18 ss.;23, 11. .

    Lucas es bien consciente del poder del Espritu que,desde Cristo, se derram sobre los cristianos el da dePentecosts. Precisamente ste es el poder de los tiem

    pos anunciad os com o ltimos (1, 8 = el Espritu es necesario para poder ser testigos de Jess hasta los extrem os de la tier ra; 2, 3-4 = el testim onio de la palabra apostlica es tambin fruto del Espritu). La efu-

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    creyentes (2, 38; 5, 32; 10, 44 ss.; 13, 8-9), y en de la comunidad cristiana (4, 8. 31; 6, 3; 7, 55;11 , 24. 28; 13, 4. 9; 15, 28; 20, 28).

    Para Lucas la historia salvfica en su fase queda atestiguada por la presencia del Espritu.pritu, particularmente vinculado a Jess en elevangelio, y que Cristo derrama en los discpulocon insistencia, afirman los Hechos. La presencrante del Espritu (ya a partir de la vida terreJess,antes incluso de su exaltacin) es lo que gtiza el tiempo ltimo de la salud y la expansievangelio. Y con ello el caminar al encuentro dor, que vendr de nuevo.

    2." Actitud frente a la Ley.

    La segunda cuest in que preocupa grandemeautor de los Hechos es la libertad de los tnico-nos frente a la Ley. Preocupacin que nace despuntos de vista:

    a) El primero,de orden doctrinal o teolgico, puede formularse as:Con la renuncia a la Ley juda elcristianismo se separa del judaismo. Pero este hecho,no significa una ruptura dentro de la continque debe tener la historia de la salud? Problemagico serio que se halla latente en muchas de lamaciones de Act y en el enfoque de muchos de pectos que considera. La respuesta de Lucas va da a negar que exista una tal ruptura. Veamos

    Los iniciadores y responsables de la misin cna no han apostatado de la fe juda. Ms bien hmenzado el nuevo camino por fidelidad a esa fsido fieles a Dios, que es quien, en ltima insha querido la misin a los paganos (a pesar decomp rensin y resistencia de aquellos judos pia

    La .mentalidad de aquellos hombres al respebien clara. La historia recogida en Act comie

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    Jerusalen. Las apariciones del Resucitado en Galileaill t ig d Ci t fi d *

    que los tnico-cristianos no se preocupen por la Ley.f

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    son sencillamente ignoradas. Cierto que es afirmado*el origen galeo de los apstoles, pero la comunidadnace en Jerusalen y all permanece. Los apstoles frecuentan el templo y son fieles observantes de la Ley,no frecuentan las casas de los paganos y se atienenminuciosamente a las prescripciones legales sobre lapureza de los alimentos.

    Si estos hombres em prendieron la m isin a los gentiles fuemuy a pesar suyo. Fue por la iniciativa y elimpulso de Dios quien tuvo que vencer su resistencia.Esto se hizo evidente para Pedro y la comunidad deJerusalen con motivo de la conversin de Cornelio;para Pablo en su propia conversin y en la apologaque hace de su vida (vase, sobre todo, 22,1-21). Si Diosderrama su Espritu sobre los paganos, quin puedenegarles el bautismo? (10, 47; 11, 47). Lo mismo afirma el proverbio griego, puesto en labios de Cristo, sobre la inutilidad de dar coces contra el aguijn (26,14).

    Pero hay otra cosa en la que es necesario insistir:el evangelio fue predicado en primer lugar a los judos.Esta fue incluso la costumbre invariable de Pablo, elapstol de los gentiles. Slo cuando la rechazaban,blasfemando el nombre de Jess, los mensajeros delevangelio se dirigan a los paganos.

    Una razn ms profunda:A Dios nadie se le puedetomar en exclusiva.De El se halla n m uy lejos todo partidismo y toda acepcin de personas. Si la salud hubiese sido prometida a Israel en exclusiva, esto hubiesesido una preferencia injusta que no puede ser atribuida en modo alguno a Dios. Casi en forma de tesis encontramos esta conviccin expuesta por Pedro (dequien nadie podra poner en duda su lealtad frente ala Ley): "Ahora reconozco que no hay acepcin depersonas ante Dios, sino que es propicio a quien leteme y lleva una vida virtuosa,de cualquier nacinque sea" (10, 34-35).

    Por otra parte,es absolutam ente injusto afirmar

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    No slo Pablo, que vive y se siente fariseo obsantes de su conversin y despus de ella. Los nos procedentes del paganismo observan la Lcomo les es conocida y anunciada desde el ATestamento (15, 21; 21, 25). Esta razn no parficiente para superar el conflicto surgido de l

    cin de los tnico-cristianos frente a la Ley. PLucas vuelve a reconsiderar el problema aduciEscritura. Cuando Pablo afirma que l anunciaMoiss y los profetas haban pre-anunciado, refiriendo a la .muerte y resurreccin del Mes22-23,entre otros pasajes que pudieran citarse).

    Resulta entonces que aquello que Israel cony venera co