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"X. *J» ^v @w<y> SEMANARIO LIBERAL. AÑO 1. LOS ANGELEN, CAL., NOVIEMBRE 80 DE 1907. NÚM. 24. PAGINAS NEGRAS. JÜl trabajador ruoxican''», omito máquina da producir dinero ;t lo.« <qt»« loe emplean, es tan bueno co- mo ^Malquiera otro del mundo, pe- ro el Gobierno, por medio de aus p«ri<ídicoH, tiene que decir que su trabajo es malo, que e« perezoso y vicioso y no »e sabe qué más, todo «<m el perverso fin de que los obre- ro» pe coneider n ineptos é indig- nos de n ia v' I«* más humana.. El obrero vive despreciado por todo», á pesai do que á él se debe ol progreso n .terial que gozan lo» aeftorea do M< KÍO». Tan desprecia- do es «1 traba; %d«r en México, tan luttl se le pag; y tanto se le tirani- za, que n« so ¡o que acudan á las playaii raexh «nao trabajadores de Europa j loe Estad«s Unido». Los «»frranjeros uo van á México, van oran o capita «tas á explotar el ba- rato trabaje do loa esclavos, 6 si va» potores entran oonri» depen- dentes ,á lo* grandoa almacenes y negocíate i*p a, d«*d« p*ede« sus- traer ulgn a* cantidades y hacer- te onuprep >,rio« á «u ve»; pero muy pocmR »o loa q«e va» á trabajar <c« n mi' másenlos, ühínoe y Japo* uewe* MOB los ¿nícos que aowdcn á - «,.*. - n * ' ?!•! <>n w»>i<$» de ios «Míavos mexicanos. Hay ,en Méatic* d»8 lugares que equival*'» á la Bibcria en Rusia, }»<« cuanto e«m desuñada* á albor- Bul q u e h a c e h e r v i r l o g g e s o B y asa JI».T personas desafectos á la admi- iMh fc ra"i«'»n porfírista. Jfeoa luga- m BÍ s e l e a c a D a n l a 8 m a t a S ) lo ni . das fuerzas en inerme de bestias, también bu jo el hítipro de despiada- dos negreros. El trabajo e,« de sol ;í w>l y pue- de prolongarse (¡cgi'in la, eodicia de loa empresarin«, pues hay que ad- vertir qu- r.n pertenecen al Gobier- no e s a s tierras y negociaciones agrícolas, sino á aventureros espa- ñoles, cubanos y mexicanos, y á ellos entrega esclavos el Gobierno pura que los hagan sudar oro. En Valle Naoional duermen los esclavo B en unas galeras, en el sue- lo, cerradas con fuertes corrojos las puertas y circundadas las gale- ras por esbirros armados hasta IOB dientes. Temprano, antes de que «alga el sol, levantan á aquellos infortunados, les dan una taza de café y una tortilla de harina de maíz. Tomado el frugal desayuno, marchan, todavía á obscuras, á las inmensas vegas donde se cultiva el tabaco. Si hay que trasplantar almacigo á loa surcos, cada escla- vo, provisto de un espeque-estaca y de una buena cantidad de matas do la rica planta, va practicando, á lo largo del surco que se pierde de vista, agujeros en la tierra es- ponjosa, donde coloca mata por mata oprimiendo con los dedos suavemenee la tierra al pié de cada plantita. El esclavo tiene que per- manecer en cuclillas pura desem- peñar esa fatigosa tarea, bajo el las espaldas. No puede levantar- ron mm Valle Naoional y Yucatán, Militado el priascr* en el listado de Oaxaea. La Siteria Rasa es fría, fo( bula; las Siborias mexicanas son &wMi-ntM¡. Tanto oa el notrroa- que inspiran IÜK tf¿lx:rii»s mexicanas, que algaaa» d©»dJoliad«s «¡nidena- úm á habitarlo*, «e htm suicidado. V 1 n sol ole lumbre «.ácana á los «ftniavo* «tt e»a« Bibe*ia«. En Va- lle Naoional los eaolavos cti' f ivan y «'OMMihan ©i tanac». M» Yqca^J » Joi siervos cultivan y coeecnan e» honequi'n, la ri«a fibra «.me ka re- jilcViulo de »ro las aroa» do loa se- ÍKWOB y de eadáve-res de esatavos la tiorra oaWaaía. Tada peruana denísaaiada comr onetnii^a del de«p**isiM« ( si no es ;j,fna«ukiada, f«Hilada, «algu4«, ator- ntenniada » ewoirrada e« an euar- %r%\ coma saldado, es enviada á <>uah|uiora de esa* díberias para H»e la n«aten las íiekr«e ( las mor- doéutias de reptiles venenosas, el hambre, la fatiga y el láUg*. A esos lugares se lleva hasta «««pie* leoiaree de periódica» opo- fiit;i*ni«tívft y til vaeeadaros de los misma», potaros uiHakaohioB que vondf a papelea en las aallea. Mvijorea y niéas de naeve á oa- iwte i» iaa, van igwalaaonte áa^ae- Dos iuíioraae á gaatar saá aaeugwa- fios esclavos lo llevan más y más y más, durante todo el día, porque el látigo está pronto á caei y si el látigo no es suficiente, el n ichete hiende las carneB del re' aso, y si éste se yergue, no ha acabado ch alzar la frente enanco cae acribi-» Hado á balazos. Al medio día JC da á los escla- vos un plato de frijoles cocidos coa sebo de res, tres tortillas y una taza de ,afé*. Por la noche se Ice reparte el mismo alimento y se les encierra en las galeras. El clima de lumbre, la fatiga, el maltrato y el hambre, y no pocas veces las mordeduras de reptiles venenosos, hacen caer en cama á esos infortunados, mejor dicho, en tierra, porque las camas no ee co- nocen en esos lugares á los que la civilización ha vuelto las espaldas. El esclavo que se enferma está seguro de morir. Los dueños no pueden hacer gastos de medicinas y médico, esto es, no quieren hacer esos gastos. El esclavo enfermo no produce, y según la ciencia fi- nanciera de los amos, no hay que "echar d i n e r o buen» al malo." Queda el esclava abandonado á su suerte, pero tadavfa haca el gasta del oafá, las frijalas y laa tortillas, eia a.ae daveagao oaa a* tralMtja »1 precio de esos "alimentos." 8e agrava el enfermo, no hay ya es- peranza de que sane, y sigue con- sumiendo sin producir, cosa que alarma á los señores que no quie- ren perder "su" dinero. Agonizan- te, pero v i v o todavía el esclavo, quien probablemente sanaría con cuidados humanos, oon^atenciones fraternales y una alimentación adecuada, es arrojado á una zanja que violentamente se llena de tie- rra y sa apisona sobra el cuerpo que se retuerce por la asfixia. Mientras esa crueldad se desple- gó contra mexicanos, no se li*irzo aprecio. Pero oierta vez fue arres- tado en Veracruz un americano y llevado al Valle Naoional. Allí murió el pobra hombre víctima del maltrato, y habiendo llegado el ca- so al conocimiento de un Cónsul americano, éste se quejó y bajo la presión de Estados Unidos los fun- cionarios mexicanos tuvieron que hacer la farsa do un proceso. Va- rios dueños de fincas fueron prooe- sados y después de algunos meses y da haber llenado de oro los bol- sillos de loa gobernantes, para que disimularan., salieron en libertad para continuar atormentando á la especie humana en sus malditos dominios. » * * i La otra Siberia, Yucatán, ha si- do y es igualmente teatr de vile- zas. Esa Siberia ha s'io dividida en dos : una ea Yu atan propia- mente dicho, la otra, Quintana Roo. Indistintai «ente se lleva ahí á los oposicionis< ts. A Quintana Roo fueron llevaí os los valientes oradores Agustín Soriano y David Palemón ¡áerrat >, por haber pro- nunciado diset rsos contrarios al czarismo, en f! Teatro Hidalgo, de la ciudad de México, una noche de la segund * quincena del mes de Julio de J.903. De la tribuna f,ue- r>n á la cárcel y de la cárcel/4 la Sil n ia, Quintana Roo, de la que regre^Ton menes después enfermos y donde mbieran muerto al fin, si á pesar dei .iedo que ha sembra- do el sombri > despotismo de Porfi- rio Díaz, no j * hubiera estremeci- do el ¡tima lací *>&' I * ya.de tanta ínfanr a. A Yucatái Quintana Roo y Va- lle Nacional han ido ú morir mu- chos hombre enteros, muchos es- píritus valie tes. De Enero \(« este año á la fecha, como en afiew anteriores, los desa- fectos han J >rmado, interminable cordón hacif» esos lugares. Los yaquis son eportados á centena- res, inoluyei lo mujeres. Los obreros re be des han ido eu gran cantidad de Enero á esta fecha. De todas par >s del país se llevan '•cuerdas" i mensas de infortuna- dos. Cuando % > se en tierra vivos á los enfermo;? se les deja en liber- [Pasa á a ««acta plana,] LA AUDIENCIA DE NUESTROS COMPANEROS. El día 26 de los corrientes fué la primera audiencia en el pro- ceso de nuestros compañero* De Lara, Magón, Villarreal y Rive- ra. La parte acusadora, loa esbi- rros de Porfirio I. hicieron ve njir testigos "ad-hoc" á declarar en el asunto. Vinieron, el ex- capitán de rurales de Arizona, J. H. Ryning, actualmente car- celero da la prisión de Yuma y que tomo todos saban fué el que invadió á México á la cabeza de trescientos ''rangers," en com- plicidad . con el traidor Rafael Imábal y que ayudó á exterminar 4 los obreros mexicanos de Ca- nanea en la huelga del año pa- sado sin que por ello fuera casti- gado por nadie. El Sheriff A. A. Hopkins y «1 Inspector de In- migración C. T. Oounell, dos pe- rros que ayudaron en Arizona, á deporta» en Septiembre del año pasado, á los liberales, Sal- pid^, Treviño, Hunbert y otros. Trinidad Vázquez el sucio rufián alquilado por Torres, para trai- cionar al Club "Libertad" de Douglas. El bribón "detective" A. T. Samuels, que entregó i Rivera, en Saint Louis, y á Aa- rón L. Manzano en Monterrey. El curcubitaceo Furlong, jefe de la agencia de rufianes de ese nombre, quien en compañía de los brutales mastines, Talaman- tes y Rico, asaltó en la casa de la calle de Pico á nuestros com- pañeros hoy presos. Todos esos idóneos (?) testigos se han pre- sentado á declarar lo que se les tiene pagado á buen precio con los dineros robados á México, pero en cuanto & pruebas quiá! no hay mas que una, la calumnia burda y mal hilvana- da: Un montón de papeles que revelan el trabajo activo del Partido Liberal, para derribar Á la tiranía, una colección brillan- te de documentos que manifies- tan el noble desinterés de los lu- chadores y las grandes y reden- toras idoas que constituyen el espíritu inmortal de nuestra causa, pero en todo ello, nada quo pueda servir de base á la mentira rabiosa de los mulos acusadores, riada que ante la ley. ó ante ¿a conciencia merezcan condena. En dos cosas especialmente cifrara sus ruines esperanzas los acusadores, en el dicho del cana- lla Vázquez, y en ana carta que un. desconocido, un tal líaro, escribió a Flores Magon, pidién- dole consejo sobre la maneja de matar al vejete caudillo. Vas quez no obstante que viene alec- cionado por gente ducha en tri- quiñuelas, no ha podido ser lítil paro lo que lo trajeron. A cada pregunta cao en contradicciones, á cada momento su lengua estú- pida y trapajosa demuestra su cretinismo, causando risa, aseo 1 ^ desprecio. Solo un botarate co- mo Luis Torres, pudo alquilar un instrumento tan ruin fi inser- vible como el degenerado y co- barde Vázquez, que no se atreve a dar un paso ei no se acompa- ñado de dos "detectives." /Cómo estará la conciencia de ese Isca- riote, cuando teme hasta á la ri- dicula sombra do su canijo cuer. po? También ha venido el cafre Procurador de Arizona, un tal Alexander, mitad mexicano y mitad americano, muy conocido cómo amigo incondicional del Gobierno mexicano y por lo mismo feros perseguidor de libe- rales; ha estado presente on las audiencias haciendo lo posible para que el Comisionado Van Dyke entregue á sus inicuas ma- nos á n u e s t r o s compañeros. Alexandor es un dogo quo de buena gana hincaría el dioute en los miembros de la Junta, aunque para ello tuviera que pasar por sobre la ley y la hon radez como lo hizo en Torab- stone con nuestro camarada Es- pinosa. La andiencia se prosiguió el 27 suspendiéndose ese día á las tres de la tarde para reanud rae el 29, pero á p"' 1 < «1 »a d> fensa ee dio una próm ;a hasta el día primero de Dicie ib re pa- ra hacer venir alguno» testigos. DI Tajo Buildíng se ha viato los días de audiencia, pletóríco de simpatizadores do ambos sexos que han obsequiado non-ea A nuestros amigos y les han acompañado cada vez que han sido conducidos á la prisión ó á la oficina del Comisionado Van Dyke. La "Defensa de Juan Sftrbia." Léala usted. Vale 10 centa- vos en esta redacción. Procúrese el próximo numero. \

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"X. *J»

^ v

@w<y> SEMANARIO LIBERAL.

AÑO 1. LOS ANGELEN, CAL., NOVIEMBRE 80 DE 1907. NÚM. 24.

PAGINAS NEGRAS. JÜl trabajador ruoxican''», omito

máquina da producir dinero ;t lo.« <qt»« loe emplean, es tan bueno co­mo ^Malquiera otro del mundo, pe­ro el Gobierno, por medio de aus p«ri<ídicoH, tiene que decir que su trabajo es malo, que e« perezoso y vicioso y no »e sabe qué más, todo «<m el perverso fin de que los obre­ro» pe coneider n ineptos é indig­nos de n ia v' I«* más humana..

El obrero vive despreciado por todo», á pesai do que á él se debe ol progreso n .terial que gozan lo» aeftorea do M< KÍO». Tan desprecia­do es «1 traba; %d«r en México, tan luttl se le pag; y tanto se le tirani­za, que n« so ¡o que acudan á las playaii raexh «nao trabajadores de Europa j loe Estad«s Unido». Los «»frranjeros uo van á México, van oran o capita «tas á explotar el ba­rato trabaje do loa esclavos, 6 si va» potores entran oonri» depen­den tes ,á lo* grandoa almacenes y negocíate i*p a, d«*d« p*ede« sus­traer ulgn a* cantidades y hacer­te onuprep >,rio« á «u ve»; pero muy pocmR »o loa q«e va» á trabajar <c« n mi' másenlos, ühínoe y Japo* uewe* MOB los ¿nícos que aowdcn á - «,.*. - n * ' ?!•! <>n w»>i<$» de ios «Míavos mexicanos.

Hay ,en Méatic* d»8 lugares que equival*'» á la Bibcria en Rusia, }»<« cuanto e«m desuñada* á albor- B u l q u e h a c e h e r v i r l o g g e s o B y a s a

JI».T personas desafectos á la admi-iMhfcra"i«'»n porfírista. Jfeoa luga- m BÍ s e l e a c a D a n l a 8 m a t a S ) l o„ n i .

das fuerzas en inerme de bestias, también bu jo el hítipro de despiada­dos negreros.

El trabajo e,« de sol ;í w>l y pue­de prolongarse (¡cgi'in la, eodicia de loa empresarin«, pues hay que ad­vertir qu- r.n pertenecen al Gobier­no e s a s tierras y negociaciones agrícolas, sino á aventureros espa­ñoles, cubanos y mexicanos, y á ellos entrega esclavos el Gobierno pura que los hagan sudar oro.

En Valle Naoional duermen los esclavo B en unas galeras, en el sue­lo, cerradas con fuertes corrojos las puertas y circundadas las gale­ras por esbirros armados hasta IOB dientes. Temprano, antes de que «alga el sol, levantan á aquellos infortunados, les dan una taza de café y una tortilla de harina de maíz. Tomado el frugal desayuno, marchan, todavía á obscuras, á las inmensas vegas donde se cultiva el tabaco. Si hay que t rasplantar almacigo á loa surcos, cada escla­vo, provisto de un espeque-estaca y de una buena cantidad de matas do la rica planta, va practicando, á lo largo del surco que se pierde de vista, agujeros en la tierra es­ponjosa, donde coloca mata por mata oprimiendo con los dedos suavemenee la tierra al pié de cada plantita. El esclavo tiene que per­manecer en cuclillas pura desem­peñar esa fatigosa tarea, bajo el

las espaldas. No puede levantar-

ron mm Valle Naoional y Yucatán, Militado el priascr* en el listado de Oaxaea. La Siteria Rasa es fría, fo( bula; las Siborias mexicanas son &wMi-ntM¡. Tanto oa el notrroa- que inspiran IÜK tf¿lx:rii»s mexicanas, que algaaa» d©»dJoliad«s «¡nidena-úm á habitarlo*, «e htm suicidado.

V1 n sol ole lumbre «.ácana á los «ftniavo* «tt e»a« Bibe*ia«. En Va­lle Naoional los eaolavos cti' fivan y «'OMMihan ©i tanac». M» Yqca^J » Joi siervos cultivan y coeecnan e» honequi'n, la ri«a fibra «.me ka re-jilcViulo de »ro las aroa» do loa se-ÍKWOB y de eadáve-res de esatavos la tiorra oaWaaía .

Tada peruana denísaaiada comr onetnii^a del de«p**isiM«( si no es ;j,fna«ukiada, f«Hilada, «algu4«, ator-ntenniada » ewoirrada e« an euar-%r%\ coma saldado, es enviada á <>uah|uiora de esa* díberias para H»e la n«aten las íiekr«e( las mor-doéutias de reptiles venenosas, el hambre, la fatiga y el láUg*.

A esos lugares se lleva hasta «««pie* leoiaree de periódica» opo-fiit;i*ni«tívft y til vaeeadaros de los m i s m a » , potaros uiHakaohioB que vondf a papelea en las aallea.

Mvijorea y niéas de naeve á oa-i w t e i» iaa, van igwalaaonte áa^ae -Dos iuíioraae á gaatar saá aaeugwa-

fios esclavos lo llevan más y más y más, durante todo el día, porque el látigo está pronto á caei y si el látigo no es suficiente, el n ichete hiende las carneB del re ' aso, y si éste se yergue, no ha acabado ch alzar la frente enanco cae acribi-» Hado á balazos.

Al medio día JC da á los escla­vos un plato de frijoles cocidos coa sebo de res, tres tortillas y una taza de ,afé*. Por la noche se Ice reparte el mismo alimento y se les encierra en las galeras.

El clima de lumbre, la fatiga, el maltrato y el hambre, y no pocas veces las mordeduras de reptiles venenosos, hacen caer en cama á esos infortunados, mejor dicho, en tierra, porque las camas no ee co­nocen en esos lugares á los que la civilización ha vuelto las espaldas.

El esclavo que se enferma está seguro de morir. Los dueños no pueden hacer gastos de medicinas y médico, esto es, no quieren hacer esos gastos. El esclavo enfermo no produce, y según la ciencia fi­nanciera de los amos, no hay que "echar d i n e r o buen» al malo." Queda el esclava abandonado á su suerte, pero tadavfa haca el gasta del oafá, las frijalas y laa tortillas, eia a.ae daveagao oaa a* tralMtja »1

precio de e s o s "alimentos." 8e agrava el enfermo, no hay ya es­peranza de que sane, y sigue con­sumiendo sin producir, cosa que alarma á los señores que no quie­ren perder "su" dinero. Agonizan­te, pero v i v o todavía el esclavo, quien probablemente sanaría con cuidados humanos, oon^atenciones fraternales y u n a alimentación adecuada, es arrojado á una zanja que violentamente se llena de tie­rra y sa apisona sobra el cuerpo que se retuerce por la asfixia.

Mientras esa crueldad se desple­gó contra mexicanos, no se li*irzo aprecio. Pero oierta vez fue arres­tado en Veracruz un americano y llevado al Valle Naoional. Allí murió el pobra hombre víctima del maltrato, y habiendo llegado el ca­so al conocimiento de un Cónsul americano, éste se quejó y bajo la presión de Estados Unidos los fun­cionarios mexicanos tuvieron que hacer la farsa do un proceso. Va­rios dueños de fincas fueron prooe-sados y después de algunos meses y da haber llenado de oro los bol­sillos de loa gobernantes, para que disimularan., salieron en libertad para continuar atormentando á la especie humana en s u s malditos dominios.

» * * i

La otra Siberia, Yucatán, ha si­do y es igualmente teatr de vile­zas. Esa Siberia ha s ' io dividida en dos : una ea Yu atan propia­mente dicho, la otra, Quintana Roo. Indist intai «ente se lleva ahí á los oposicionis< ts. A Quintana Roo fueron llevaí os los valientes oradores Agustín Soriano y David Palemón ¡áerrat >, por haber pro­nunciado diset rsos contrarios al czarismo, en f! Teatro Hidalgo, de la ciudad de México, una noche de la segund * quincena del mes de Julio de J.903. De la tr ibuna f,ue-r>n á la cárcel y de la cárcel/4 la Sil n ia, Quintana Roo, de la que regre^Ton menes después enfermos y donde mbieran muerto al fin, si á pesar dei .iedo que ha sembra­do el sombri > despotismo de Porfi­rio Díaz, no j * hubiera estremeci­do el ¡tima lací *>&' I * ya .de tanta ínfanr a.

A Yucatái Quintana Roo y Va­lle Nacional han ido ú morir mu­chos hombre enteros, muchos es­píritus valie tes.

De Enero \(« este año á la fecha, como en afiew anteriores, los desa­fectos han J >rmado, interminable cordón hacif» e s o s lugares. Los yaquis son eportados á centena­res, inoluyei lo m u j e r e s . Los obreros re be des han ido eu gran cantidad de Enero á esta fecha. De todas par >s del país se llevan '•cuerdas" i mensas de infortuna­dos.

Cuando % > se en tierra vivos á los enfermo;? se les deja en liber-

[Pasa á a ««acta plana,]

LA AUDIENCIA DE NUESTROS COMPANEROS.

El día 26 de los cor r ien tes fué la p r i m e r a audiencia en el pro­ceso de nues t ros compañero* De Lara , Magón, Vil larreal y Rive­ra.

L a par te acusadora, loa esbi­rros de Porfirio I . h ic ieron ve njir test igos " a d - h o c " á dec la ra r en el a sun to . Vin ie ron , el ex-capi tán de rura les de Ar izona , J . H . Ryn ing , ac tua lmente car­celero da la p r i s ión de Y u m a y que t o m o todos saban fué el q u e invadió á México á la cabeza de t resc ientos ' ' r ange r s , " en com­pl ic idad . con el t ra idor Rafael Imábal y que ayudó á exterminar 4 los obreros mexicanos de Ca-nanea en la huelga del año pa­sado sin que por ello fuera cast i­gado por nad ie . E l Sheriff A. A. H o p k i n s y «1 Inspec to r de I n ­mig rac ión C. T . Oounell , dos pe­rros que a y u d a r o n en Arizona , á depor ta» en Sept iembre del año pasado , á los l iberales, S a l -pid^, T r e v i ñ o , H u n b e r t y otros. Tr inidad Vázquez el sucio rufián a lqui lado por Tor res , pa ra t ra i ­c ionar al Club " L i b e r t a d " de Douglas . E l br ibón "de tec t ive" A. T. Samuels , que en t regó i Rivera , en Sa in t Louis , y á Aa-rón L. Manzano en Monte r rey . El curcubi taceo Fu r long , jefe de la agencia de rufianes de ese n o m b r e , quien en compañía de los bruta les mast ines, Ta l aman­tes y Rico, asaltó en la casa de la calle de Pico á nues t ros com­pañeros hoy presos. Todos esos idóneos (?) testigos se han p r e ­sentado á dec larar lo que se les t iene pagado á buen precio con los d ine ros robados á México,

pero en cuanto & pruebas quiá! no hay mas que una , la ca lumnia b u r d a y mal h i lvana­da: Un mon tón de papeles que revelan el t rabajo a c t i v o del Par t ido Liberal , para de r r iba r Á la t i ranía , una colección bri l lan­te de documentos que manifies­tan el noble desinterés de los lu­chadores y las g randes y r e d e n ­toras idoas que const i tuyen el espí r i tu inmor ta l de n u e s t r a causa, pero en todo ello, nada quo pueda servir de base á la men t i r a rabiosa de los mulos acusadores , riada que an te la ley. ó ante ¿a conciencia merezcan condena .

En dos cosas especia lmente cifrara sus ruines esperanzas los acusadores, en el d icho del cana­

lla Vázquez, y en a n a car ta que un. desconocido, un tal l í a r o , escribió a F lores Magon, p id ién­dole consejo sobre la m a n e j a de m a t a r al vejete caudi l lo . Vas quez no obs tan te que viene alec­cionado por gente ducha en t r i ­quiñuelas , no ha podido ser lítil paro lo que lo t ra jeron. A cada p regun ta cao en contradicciones, á cada m o m e n t o su lengua estú­pida y t rapajosa demues t r a su cre t in ismo, causando risa, aseo1^ desprecio. Solo u n botara te co­mo Luis Tor res , pudo a lqui lar u n in s t rumen to tan ru in fi inser­vible como el degenerado y co­barde Vázquez, que no se a t reve a dar un paso ei no se acompa­ñado de dos "de tec t ives . " /Cómo estará la conciencia de ese Isca­riote, cuando teme has ta á la ri­d icula sombra do su canijo cuer. po?

También ha venido el cafre P rocurador de Arizona, un tal Alexander , mi tad mexicano y mi tad americano, muy conocido cómo amigo incondic ional del Gobierno mexicano y por lo mismo feros perseguidor de libe­rales; ha estado presente on las audiencias hac iendo lo posible pa ra que el Comisionado Van Dyke ent regue á sus inicuas ma­nos á n u e s t r o s compañeros . Alexandor es un dogo quo de buena gana hincaría el dioute en los miembros de la J u n t a , a u n q u e pa ra ello tuviera que pasar por sobre la ley y la hon radez como lo hizo en T o r a b -stone con n u e s t r o camarada Es ­pinosa.

La andiencia se prosiguió el 27 suspendiéndose ese día á las t r e s de la t a rde pa ra reanud rae el 29, pe ro á p " ' 1 < «1 »a d> fensa ee dio una p r ó m ;a has ta el día pr imero de Dicie ib re pa­ra hacer veni r alguno» testigos.

DI Tajo Bu i ld íng se ha viato los días de audiencia , pletóríco de s impat izadores do a m b o s sexos que h a n obsequiado non-ea A nuestros a m i g o s y les h a n acompañado cada vez que h a n sido conducidos á la prisión ó á la oficina del Comisionado Van Dyke.

La "Defensa de J u a n Sftrbia." Léala usted. Vale 10 centa­

vos en esta redacción.

Procúrese el próximo numero .

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Editor y Propietario; MODESTO DÍAZ.

'•'>V"*frf At-i^ííWf^^+ijiJf

MAQUiAVELO TRABAJA

Porfirio Dínz posee un finool-fato que le,ayuda á descubrir fácilmente á las almas apestosas y un tacto maravilloso para sen­tir las callosidades de las con­ciencias empedernidas. Siendo un bribón tiene por fuerza ,que rodearse de bribones; y aprove­cha sus (asombrosas facultades para escojer los lacayos que, ha* brán de rodearle y los rufianes que han de servirle de instru­mentos en sus crímenes,

Eh el pútrido cuerpo do la ad­ministración tuxtepecana sólo pueden anidar asquerosos gusa­nos que disfrazados de funciona­rios públicos ó de amigos incon­dicionales del Bandido, se arras­tran entre las sombras del pilla-ge y el crimen.

Allí ©« imposible que los hom­bres honrados hallen lugar: (su honradez entorpecería la sabia labor de encrucijada del Dicta, -dor.

No es, pues, de extrañar que Día» para perseguir á nuestros hermanos de lucha Ricardo flo­res Magón, Antonio I. Villa­rreal, Librado Rivera y Lázaro

«(3*atierre» de Lara, haya encon­trado fácilmente hombres sin pudor que, como el laoayo Loza­no, Cónsul en esta Ciudad, no tienen ni un átomo de escrúpulo para jurar falsedades ante la dorte contra hombres ^nocentes, ni sienten remordimientos en BUS conciencias leprosas al intri­gar para que esos hombres sean llevados á .México para que ahí los asesine su monstruoso amo.

Tampoco es de sorprender que los correvediles entre las autori­dades americanas y mexicanas y entre los dos bandoleros en el Poder, Díaz y Roosevelfc, sean rufianes de la talla de Creel y de ©reene, que no contentos oon tobar al pueblo mexicano y ate-

de su verpo Justiciero el rostro de los malvados infatuados por la impunidad de sus delitos. ' W, C. Greene por medio del oro que á costa de sangre* y lá­grimas mexicanas ha amasado, fué últimamente á conferenciar oon st» capitán Díaü y á recibir de éste instrucciones respecto al mejor modo de influenciar 4 las autoridades americanas para que fallen en contra de nuestros her­manos presos, pero en sus An­sias de cooperar al exterminio de nuestros compañeros que lo han exhibido rnás de una vez,, atarantadamente olvido" que "su caballo rio bebía, agua en la ciu­dad de México'' y fué á oaer en^ tre las manos de Arturo Pa* á ^utan-, según acusación presen­tada ett su" contra ante loe tribu-¿ales de aquélla eiudad¿ debe $50.000,' por servicios que con su carácter profesional le prestó el Licenciado paz a Greene hace siete años, etiandó el hábil finan­ciero íropegó en u t» dé. sus ufi-nanisas'*, ^ estuvo P*«so ñ ^ 0 a

riane^i, JJOS .tribunales metropo­litano!! decretaron el arraigo del deudor .moroso, causando la de­sesperación del desventurado, W. C, Greene qué estaba próximo á regresar 4 ósta con los recados de su amo,. Aunque se le notificó legalrríeüte orden de. arraigo/ Greene, que sabe la íuerza que actualmente tiene en nuestra Patria como ínstrútpento de Díaz, despreció dicha notifica­ción; y tratando de buriai la vi­gilancia de la policía, delinquió quebrantando el arraigo yéndo­se á Pachucía, donde íuó dete­nido.

Greene debió haber salido de México el 20 del actuaji rumbo á esta Ciudad, trayendo las ins-truceiones y órdenes de Días? en contra de nuestros compañeros presos, y tenía la esperenza de llegar aquí ant t He4 Jurado d e

ellos, tiempo oportuno pura po­ner c planta las maquinaciones tramadas. - •

Que 4 Greene nada harán las autoridades mexicanas en el jui­cio qne se le sigue en México, ni por el delito de quebrantar la orden de arraigo dictada en su coqtra, es un hecho*, Ese hombre en estos mementos, como cóm­plice y fiel instrumento del dio-tador en el complot formado pa­ra llevar á nuestra Patria y ase­sinar en ella i nuestros herma­nos presos, tiene comprada su inmunidad. El mismo bribón Presidente dará personalmente) órdenes á su lacayo el Juez 1 f de lo Civil, ante quien e* sigue el Juicio contra Greene, para que deje libre al sabueso,

Pero afortunadamente para el bien de la Patria y el decoro de los mexicanos, no siempre ceba­rá Díaz en «1 Poder.

El Partido Liberal continúa haciéndose fuerte, los trabajos revolucionario» en nuestra Pa-

LA DESIGUALDAD SO-CIAL.

insertamos VLa Unión Liberal," Juárea y

Lerdo/ ' en Texas, acude presu­rosa en defensa de los campeo­nes de,la libertad del pueblo me­xicano, Señores .foigardo Flores Magón, Antonio -L Villarreal, Lázaro Gutierre? de Lara y Li­brado Rivera, enemigos políticos que eombaten por medios legaíeé contra la odiosa Dictadura del déspota Porfirio Díaz, ' '•

A efecto de solventarlos gastos quér equiere la defensa de los per* segúido¿ políticos aprestados en Los An&eles,Cal.,esta agrupación cooperará pecuniariamente r'emK tiéüdo sus donativos directamen­te al fondo destinado á la defen­sa dicha y demás, gastos inhe.. rente á los trabajos que los Jefes del, partido l ibera l , llevan á -calpo en prxí de -las, libertades de nuestros hermanos de raza hoy esclavizados por la familia de un loco tívonatca que habita en ©1 castillo de CHapultepénj,'desde el ano de 18*/o\ {¿cha fiiífalista <Jue dio/ ascenso lal jJr inw puesto de la nación á quieh. tan,negros re­cuerdos deja eeqrtyos con carac­teres de sangre, en la Historia del, pueblo mejicano cuyo indi­ferentismo, si,$e prolonga más tiempo, sería castigado con el es­tigma de las, generaciones íutu rtw> . • , ».

El Gobierno qué representa el autoritario-mandarín de los me­xicanos en funciones de Czar, ha 'generalizado su programa do infa-ftj¿*8, traapasando las fronteras do la patria de Liuódlh en perso-cución de los liberales á quienes con persistencia quiere conver­tir en bandoleros, autores.de.des­afueros del orden común. Pero en esta nación ya son oten cono­cidas las canallescas maquina­ciones del facineroso Díaz y la causa de los perseguidos, no solo entre el verdadero juieblo honra­do de la Unión Americana sino también entre el del inundo en­tero. < ,,,

"La Unión Liberal Juárez y Lerdo," llama al corazón de to­dos los hombres libres para que acudan á la defensa- de los libe­rales niexicanos presos sin lega­lidad ninguna en ^.os Angeles, Cal.

Bridgeport, Tex., QÁ. de 1907: Por "La Unión ' Liberal Juárez y Lerdo."—V. Lópe¿ Presidente.

(Del libro "tugar del Hotiífere en la Naturaleza.")

tria siguen su eürsq* y dentro de poco tiempo la Justicia caerá inflexible sobre las cabezas de Día» y de sus lacayos, y cóm­plices. |,

No canten victoria los1 proter­vos ni crean .que &í iquilando á nuestros compañeros Magón, Villarreal, Rivera y.de Lara evi­tarán que laa fuerzas liberales revolucionarias ha¿an justicia. No lo orean, ' 1 ' >

Nos contamos ya por millares los decididos. i

Hemos debido reconocer hace poco los grandes principios de la "igualdad" y ' ' l ibertad" co-mo loa que deben -servir de base cierta y casi inatacable para las relaciones "polí t icas" del porve-nir, por lo ca&l no ,e* en modo alguno dudoso que estos princi­pios deben ser también los que sirvan de apoyo a l a constitución "social". Es, sin, duda, pequeño aun el número de personas á quienes parezca tan evidente la necesidad de la reforma social, como la política; y muy á menu­do se encuentran, entr^e los polí­tico1» más liberales los más acé­rrimos adversarios de los esfuer­ces para él mejoramiento social. A pesar dé esto, nadie puede sos­tened que socialménte $éau me­nos perniciosas, que desd» ©1 punto de vista civil, la opresión y la explotación; y nadie pnede responder con un "no" categó­rico á la cuestión de si todo hom­bre en el'mismo momento de na­cer, tiene ó no un derecho sobre el conjunto debiene.s, materiales y espirituales, de la humanidad y ©n especial, á los de su pueblo ó de su'nación. Del propio mo­do, nadie se. atreverá ^i negar que, en, realidad, en el actual es­tado del eosas, este derecho upes/ más que una irrisión crqel, iDn efecto, mientras uno nace con la corona en la cabeza, ó BO mece con miUones desde la cuna, y en su primer suspiro llama suyo' y propio una.gran parte de este suelo y de esta tierra, en la que todos hemos nacido y que de­biera ser propiedad de todos no­sotros en recta justicia, o 'bien no principia aún á pensar y ya posee rango, riqueza, destino, sabiduría, debiendo tener el do­minio sobre sus conciudadanos, otro viene al mnndo desnudo y pobre como el aniulal y como el Jlijo del Hombre no tiene donde reclinar su .cabeza. La misma tierra que le ha engeudHdo pa­rece tratarle, e» cierto modo, co­mo un desterrado qué ha veni­do demasiado tarde, debiendo' probar el derecho á su miserable existencia, poniendo á disposi-*) ción de otro para toda su vida las fuerzas corporales y espiri­tuales con que le ha dotado la Naturalesa. |Y aun bajo estas condiciones, y aun cuando sacri­fica vida y salud para este servia ció, le obliga la sociedad á él y á los suyos, por regla general, á arrastrar una tristísima exis­tencia; y le obliga en medio de una riqueza nacional extraordi-¿aria, á sufrir las penas da aquel Tántalo mítico, que mientras veía ante sí toda elase de manja­res, jamás podía llegar á alean-1

zarlos. Pobreza sin límites junfeo á la ilimitada riqueza; exceso de fuerza junto 4 extraordinaria impotencia; exeesiva felicidad junto á miseria excesiva; esclavi­

tud sin límites junto á desenfre­nado capricho; extraordinaria superfluidad junto 4 la miseria mas desgarradora; ciencia fabu­losa junto á la ignorancia máa increíble; «1 más penoso trabajo junto al más fáeil gozo; belleza y explendidez de toda clase jun­to á la degradación más profun­da de la existencia y del s.or, son los caracteres de nuestra ¡-ooie-dad actual, que, por la 'grandeza y antagonismo de'snscontrastes,,, sobrepuja á las épocas peores de política opresora y de esclavitud^ Diariamente pasan ante nuestra vista las tragedias más conmove­doras, producto de estos contras­tes, y no podemos siquiera ;pW»« ver en horrible reproduooión, debiendo repetirnos que cada día, á cada hora, algunos hom­bres perecen rápida ó lencamen­te por faltarles las cosas más ne­cesarias de la vida, mientras qne á su lado y junto 4 ellos, la par­te más favorecida de la sociedad rebosa en superfluidad y bienes­tar y la prosperidad nacional »l-canza un • grado de- desarrollo nunca visto. Sfi. recorremos nuestras grandes ciudades 6 núes tos poderoso^ distritos i n ­dustriales, tendremos ocasión de observar á cada p«í)0 6 (tniiedia-

jtamente juntos, entiima 6 debajo de la riqueza y de^ l* felicidad, ocultarse los antros del vicia y la miseria; junto $ -las mesas exuberantes y á los estómagos, repletos, el hombro do mirada sombría, sufrir sus silenciosas torturas; y junto á la vida de­sahogada y ostentos», encogerse sin esperanza el desaliento teme­roso al .par que ¿.nMOft? wn bW curo rincón, ó b?'eU presa do de­sesperación sombría incuba*- ho­rribles designios, ¡Cuan anienu-d'o podría .el pobre trabajador' ariobatar al más extremo tor milito sus hambrientos y tem­blorosos hijuelos cori las migajas que caen de la mesa d*ü rico, que son desdeñadas hasta por sus perros! . ¡Cuan á menudo el alimento que el hastiado goloso desdeña con desprecio, saría una verdadera golosina para el que sólo come para amortiguar su hambre! El mismo alimento "in­telectual", el placer d« la inteli­gencia, está, tan desigualmente repartido, que muy á raénud« la más pequeña parto del que esté colocado en una situación alta y desahogada, y que acaso é él fe es completamente inútil, podría enriquecer al pobre ó á lo menot, podría hacerle gozar las deliciáis del espíritu, y acaso, acaso indí ' carlo el camino salvador. (Cuán­tos talentos, cuánto»genios duer­men acaso entre la multitud, sin poder jamás tomar su legítima, dirección y debiendo arrastrat el vehículo del cuotidiano tra­bajo, mientras que la incapaci­dad y la pequeños) de miras se exponen en la cátedra de la cien­cia y del poder! |Cuán*a hambre intelectual 6 física podría saciar­se sin trabajo alguno, sólo con repartir equitativamente la ,pro-

[ Pasa ó la cuarta plana.]

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y.

Gran Gentío se Congrega en el Simpson Auditorium

El Simpson Auditorium, ubi» que los primeros imvasores es •iido al sur de la calle Hope, esta­ba henchido de gente la pasada

i noche, desde una hora antes de las 8 p. m., que era la hora seña­lada para dar principio á un meeting que fué celebrado para protestar contra la continuada •cisión de L. Gutiérrez de Lara

, y sus asociados Magón, Villarrel y Rivera. El interés que había <m el numeroso publico era de­mostrado por la intensa aten­ción prestada a cada frase de los oradores y por los atronadores aplausos que había después de •ada efectista observación.

En ol ««cent» io, ©1 cual estaba decorado con ! eleohos y palmas^ ocupaba uu as Mito al lado de los oradores la s< flora de Rivera, (esposa de Lit ado Rivera) que, •on sus dos n ños llegó á Los Angeles haee pocos días. L:i presencia de la efiora mexicana «n aquel luga» provocó largos y continuados a lausos, los cuales fueron repetid >s durante toda la velada cada v M que era pronun­ciado su non ore. Un grupo de o i n c u e n t lindas niñas me­xicanas, var ando en edad de seis á doce n ios, tenían asiento en mmU-.írc tío «a hiparte delan­tera del o cenarlo y cada una do olían I' n'í bu onmula al pecho una ba da blanca do seda, sobrp el oír y «¡on letra* de oi'o, esta-vi apreso el nombro de la po­blación y IQutado de RII rosidea-

, oía. El señor Juan Murray, anti

guo editor de "Tho Citizen," presidió y explicó el objeto del meoting;'al terminar de hablar y haciendo u«o de términos muy oorleseti, habló de la honradez con que se han portado los pe­riódicos "Loff Angeles Herald" y "Los Angeles Expresa" durante el proceso de los revolucionarios nuxicanos.

Hll primer orador de la noche faé Manuel Barabia, un mexica­no, quien habló on español. Ha­bló acerca de su forzosa «alida de México y de su arresto en PoUjlafe, Ariz., debido á las ins fo»/ uñones de las autoridades ir >xioaiias; de cómo la persona «• n quien estaba empleado rehu­só entregarlo cuando lo acusaron do revoluoionista, y cómo una nueva acusación fué nuevamen­te desatendida. "Entonces fui plagiado," dijo él, y llevado á México; pero gracias al grito de alarma levantado en Arizona el Gobierno fué obligado á devoi verme.

1)«HCJU»K t-A SITUACIÓN

DIC MKXfOO.

Siguió en el uso de la palabra el aofior A. R. Ilolaton, socio consejero en la defensa de los presos mexicanos, y describió las situaciones por que ha pasa­do México desde el tiempo en

pañoles entraron á aquel país hasta nuestros días.

El señor Job Harriman, prin­cipal orador de la noche, habló de un modo tan elocuente que eexifó hasta lo más profundo los sentimientos patrióticos de los allí presentes.

"Los hombres que aquí están presos-—declaró—no s o n cri­minales; ellos no son de la ma­dera de que están heehos los cri­minales; ellos son de esa clase de hombros que van al quemadero si es ¡preciso y so dejan quemar antes que abandonar sus ideales de libertad. Vosotros los hom­bres sabéis que los iniciadores de una . revolución jamás están manchados con criminales in­tenciones; y vosotros acusándo­los á ellos de criminales acusa­ríais á George Washington de crhíiinal.

"Los hombres, dijo él, han si­do perseguidos por medio de cargos fraguados é instigados por las autoridades mexicanas."

"El Gobierno Mexicano quiere qu'i estos hombres sean llevados á jurado á Aripona á causa del mal ánimo que existe contra ©líos en aquella localidad,"---di­jo el Abogado Harrimaía.—<Si ellos son llevados á Arizona es seguro que ellos serán arrojados dentro de la prisión y que jamás so volverá á saber de ellos 'cosa alguna. Douglas está> muy cer­ca de la frontera y será muy sen­cillo dejar á los presos evadirse lo suficientemente cerca á la fronte ra para ser agarrados por las au­toridades mexicanas. O pueden ser "plagiados" como lo fué Sa-rabia. Las autoridades raoxica-nas no han estado obrando de buona fe. No han hecho ni el más ligero esfuerzo para probar cualquiera de sus cargos contra los prisioneros porque saber, bien que todos son inventados."

"Nosotros estamos muy ansio­sos de ir á Jurado bajo cualquie­ra -cargo legal que los agenbes de Mcxico puedan presentar, pero ellos no tienen de esos cargos. Por lo que ellos quieren á los hombres es por ofensas políticas, y si olios al fin consiguen pasar­los al otro lado de la frontera, sucederá lo mismo que con tan­tos otros periodistas mexicanos que han osado atacar al Gobier­no".

El, (Harriman), hizo una re­seña acerca del Gobierno de Mé­xico, y declaró que el pueblo de ese país tiene derecho á levan­tarse en armas conforme á su propia Constitución y bajo las presentes condiciones.

Para terminar dijo que la muerte aguarda álos prisioneros sí son enviados á México.

Se colectaron $75.00 para ayu­dar á los gastos de defensa, é in­

mediatamente al terminar el mi­tin una liga de defensa fuócons-tituida con el objeto de llevar adelante los propósitos de asamblea.

la

SB TOMAN RESOLUCIONES

Al terminar el mitin se adop­taron unas Resoluciones que, sin exageración, fueron firmados por cada uno de los ahí presen­tes. Esas Resoluciones serán en­viadas al Presidente Roosevelt y son como sigue:

"Considerando: que lo» seño­res Magón, Villarreal, de Lara y Rivera están siendo perseguidos en este país por ofensas políticas cometidas en México y no por crimen alguno cometido;"

"Considerando: que su perse­cución está siendo instigada por las autoridades mexicanas;"

"Considerando: que su con­ducta tanto en México como en esto país es bajo todos respectos igual á la de nuestros antepasa­dos duTante la aprensión del Rey Jorge;" y

"Considerando: que las tira­nías Méxioo y el r o b o en grande escala y la opresión ejercida por las autoridades de ese país justifican los trabajos de estos hombres;"

"Se resuelve: Que nosotros los subscritos en esta petición á Vuestra Excelencia, el Presidon-t e d e l o s Estados Unidos, demos publicidad á estos hechos para impedir, si es posible, futa-ras acusaciones y persecuciones contra estos hombres mientras estén en América."

Lo anterior es una traducción de la crónica que á sus lectoios dio el "Los Angeles Herald" ^\ su número correspondiente al 27 de actual, siguiendo duesíro sistema de hacer conoc r á nues­tros correligionarios MS imp:íe-siones hechas por le i trabajos de la defensa de núes' os compañe­ros presos, en . el ánimo de la parte del puer- o americano iin-

i parcial y los periódicos de e«ta localidad. A este respecto, aña-1'remos q te de los ocho siguien-

' tos ponódi» os: "Herald," "Ex­press." "Ex nainer," "Record," "Evenig Nev =*," " C i t i z e n , " "Common f~ mse" y "Times," que son los te mayor circula­ción en esta, } realidad, solamen­te el "Times está por hoy, en •contra de i uestros hermanos presos especí 1 mente y del Par­tido Liberal .Mexicano en gene­ral. Para ex dicar esta singula­ridad, habrá le bastarnos decir que un tal II G. Otis, propieta-tario de-ese j eriódico, está reci­biendo ana r' guiar subvención del Gobierno Mexicano oon ór­denes termir xntes del v i e j o del Dictado! s para procurar á todo trance empañar el honor de los presos y del Partido Li­beral, cor» su oaba pestilente de reptil, y com , adornas, las almas ruines odian 4 los fuertes, viriles y honrados,, como los sapos qui sieran mane ar qon el faugo en que se agitan al lirio cuya blan­

cura les molesta, no es de causar asombro que un zascandil, un Otis imbécil y calumniador pre­tenda mordernos y nos ladre ra­biosamente. Y hay más aún que decir: si Otis lanza sobre los presos y sus correligionarios paletadas de lodo de la centina en que He revuelca, es debido tam­bién á que Díaz le regaló hace pocos meses grandes extenciones de terrenos en nuestra Patria. En él "el interés brama," que di­ría su compinche en lacayerías Ireneo Paz.

Antes de cerrar esta reseña, haremos especial mención d e 1 discurso pronunciado por elSr. Antonio Rodríguez, quien, como lo esperábamos, electrizó nue­vamente al público con eu verbo candente, pletdrico de virilidad y rebosante do indignación ante tantas injusticias é inniqui-dades o ae á diario comete la ad.' mistración de Díaz, ya umver­salmente célebre por sus críme­nes y maldades. También ha­bló la niña Eustolia Pérez, me reciendo muchos aplanaos. Se leotas piezas de música fueron ejecutadas majistralthente du­rante loa intermedios por una banda organizada para dicho efecto.

La velada oue venimos rose fiando resultó más animada y concurrida que la anterior. La sala estaba materialmente hen chida de gente. Se calculan en tres mil las personas que ooncm rríeron á la velada.

Ya verán por lo anterior nues­tros imbóciies enemigos que por mus que ellos cuenten con el Po d*p y el oro, la simpatía popular está de nuestra parte y que en la conciencia de cada hombre honrado residente en este país, está la convicción de quo la jus­ticia nos asiste.

Pueden continuar los mengua dos calumniando y persiguiendo. La verdad se abre paso y la justicia se yergue altiva y ven­gadora y en no lejana fecha el grillete pasará de los pies de los inocentes á los de los malvados hoy en el poder.

Mal que pese á los tiranos, la revolución estallará y habrá de arrazar á su paso tanta iniqui-da y Oanta infamia.

"LOS BRIBOtó" I » o r «I t u l e . I J . (¿ tn t l erre í s «1« g.un-ai

NOVELA SENSACIONAL.

DÍAZ RATERO.

Describe en estilo cáustico los vicio» de la burguesía y la co­rrupción del gobierno porfirista.

Lleva impreso el retrato del autor.

Remita Ud. sa dirección y on giro postal 6 bancario por valor de $1.00 moneda mexicana ó 50 centavos moneda americana a l a orden de: H. L. Elliott*s420 W. 4th St., Los Angolés, Cal., y se le mandará á vuelta de correo un ejemplar de la novela: "Los Bribones." Loa pedidos) de más de veinticinco ejemplares t e n ­drán rebajas de consideración.

Nuestros mandatarios, p r e ­viendo BU próxima caída al em­puje de las fuerzas liberales, so-apresuran á henchir BUS bolsillo» con el producto de sus robos y "finanzas" y «BUS ágiles dedo» do-rateros trasiegan nerviosos los* bolsillos del moxioano.

A vestidos ya, después d* ana concienzuda prática do mas do un cuarto de siglo, en el arte d© robar, los bandidos luxtepeoa-nos asólan ciudades, pueblos y oaseríot desvalijando habílmem-te á sus habitantes.

Pero Días, personalmente, h« degenerado.

Cuando él subió al Poder, tiró' siempre á los "negocios" om-grande escala, ya dando ostensi­blemente vino ó dos millones de pesos á cualquier concesionario, y embolinándose en realidad di­cho dinero, ya robando á Ios-pueblos MIS ten anos comunales,, así como í los particulares, ya obligando á las. compañías indus­t r i á i s ul <'8t'dhloc«r*¡e éstas á dax

»á Díaz\ y secuaces parte en lo» negocios ó haciendo ¡i los mine­ros quo les regalen acciones d« minas, ó ya de otros mil dife­rentes y lucrativos modos.

Pero, así eotno muchos di» lo« poetas y grandes pensador©® después de una época do esplen­dor intelectual degeneran, tam­bién Díaz, después de haber sido un orfebre del pillaje, ha dogono ra lo hasta llsgar ul nivel del ramplón pUA pookcfc america­no. Bin embirgo, (hay quO h a ­cer justicia), en los restos (opile* que de sosos aéu quedan ¡al vie­jo tirano, algunos destellos Uo ingenio.

Uu poquoíto ejemplo dará ni« jor idea de la habilidad raterii. del cenil Dictador.

intimamente, debido al mits do cerval que tiene ¡í la revolu­ción que va á llevar u cabo el Partido Liberal Mexicano, expi­dió circular prohibiendo la im portación do armas á Mtxico. Pero como Díaz hasta cuando esté al pió de la horca va á pretender robarse la soga qne habrá do ahorcarlo, empujado por la fuerza de la costumbre, ahora halló una oportunidad para hacer "negocios" y dio or­den para oon achaque do la pro­hibición de importar armamen­tos á la República los viajeros sean dospojados do las armas que naturalmente para propia defensa cargan. Y osas armas, estén seguros los dueños, no las volverjíu á ver si no es en manos do algún comerciante en artícu­los do segunda mano con quien el ilustre ratero estará ya en trato oon anticipación.

Quien diga que Díaz ya está "chocho" dirá verdad, pero debo consentir en qne aún tiene sus habilidades rateriles.

REVOLUCIÓN so ha cambia-

do al Núin. 664 S. Fernando St.

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RUSIA HEROICA.

Perfiles Revolucionados.

PEDRO KR0POTKIHE

IU Alguna» semanas desput%,

KLropotkine se hallaba en el ex* Granjero.

De aquella época data su ao-tivruad revolucionaria, que, ein tener alguna relacién con el mo­vimiento raso, pues estaba de dioado exclusivamente al tocia-'l^smo europeo, era tal ve» lo áoi-i ©o que podía pones? de relieve sus cualidades de eminente po­lítico. Su» grande» dotes le ha­cen principalmente apto para la

-actividad á la liga pública, con preferencia en .los subterráneos de In» sociedades secreta*.

Le íalta t agüella flexibilidad de espíritu, aquella facultad de adaptarse a la» condiciones del momento y de la vida práctica, que son indispensables para un «onspirador. Ee. un buscador enamorado de la verdad, un jeíe

> <Ie escuela, y no un hombre, práctico. Trata de hacer prevale* oer á toda costa deter¡minadas Ideas, y no de alcanzar un fin práctico valiéndose de todos loa añedios posibles.

Es d maeiado exclusivista y rígido en sus convicciones teó­ricas. No admite ninguna modi­ficación del programa ultra-anar­quista. Por eso le ha sido siem­pre imposible colaborar en cual­quier periódico revolucionario «11 lengua ru«a, así loe que ee publican en el extranjero como los que jren la lux en' San Pe-tersburgo, Constantemente bus­caba puntos de divergencia, y, por lo mismo no pudo escribir «n dichos periódico» una «ola línea.

Es dudoso que pueda ser jefe 6 siquiera organizador de un partido que tiene como único medio de acción l» conjura. En la gran lucha revolucionaría, la conspiración equivale a la gue­rrilla en las Jochee (militares. Pocos son los hombres, y por lo tanto, es menester emplearlos 6 todos; en un terreno limitado, precisa ingeniarse mucho, y un buen guerrillero debe, ante todo, adaptarse á las exigencias del terreno y del instante.

Su' elemento' natural ee la "gran guerra" y no la guerrilla. Hería rony apto para convertirse en autor de un vasto movimien­to social si 1»N condiciones del pnís He lo concediesen.

Es un agitador inapreciable. Dotado de palabra fácil y ar­diente, se apasiona al subir a la tribuna. Posee, como todo* los verdaderos oradores, la facultad -do inspirarse en presencia de la multitud que le eecuoha. Este hómb»e aparece ' transformado «n la tribuna, t i embla de emo­ción, y en su vee vibra aquel acento de coartación, profunda «fue no puede set imitado y que m siente eua»d» se habla no ya

con la boca, sino con toda el al­ma, Aunque no se le puede ca­lificar de orador de primer or­den» produce una impresión, in­mensa, porque cuando la pasión llega á tal extremo tiene Id fa. enlrud d« electrizar- al-audito­rio.

Y cuando, pálido y agitado, abandona la tribuna» la sala tiembla con el estruendo de los aplausos.

Es habilífñmojen las discusio nes íntimas, y ¿abe convencer y fascinar como pocos. Profundo conocedor de la ciencia_ ¿listó ricñj especialmente en todo lo que se refiere á los movimiento» populares,, utiliza maravillosa-tneate el vasto conjunto de BU erudición para aclarar y refor-«ar coi? ejemplos y símiles im­previstos sus noblee asertos. Por eso su palabra alcanza una ex-traórdináfrla fuerza de persua­sión que aumenta con la senci­llez y la evidencia de exposición, derivada de sus profundos- estu­dio* matemáticos.

No es xin fabricante de yolú» menea,. Fuera de sus trabajos puramente científicos, no escribe ningún libro de gran peso. Es un excelente periodista: ardien­te, espiritual y agresivo. Hasta en sus escritos es un agitador in­comparable.

A «stosi talentos añado una sorpréndante actividad y una destreza tan grande en el traba­jo, que ha maravillado á uu tra­bajador tal «orno Elíseo Recluí».

* * *

Es Un hombre franco y since­ro como pocos. Dice siempre la pura verdad, sírí rodeos* y" si**, consideraciones al amor propio de sus antagonistas. Este es el rasgo más saliente y simpático de su carácter, Se puede fiar a,i>-' solutatnonte.on. «us palabras,,- Su sinceridad llega á tal punto que alguna ve» le ocurre, en el ardor de una discusión, concebir una nueva idea que le pone pensati­vo. Y de pronto a© interrumpe, permanece absorto un momento, y luego «limpieza á pensaren alta Voz, tqmando partido por su ad*-versario. Otras veces discute mentalmente y( después dw bre­ve pausa, se dirige á'$u ..atónito adversario y 1© dice ¿orítriando: "Tiene Usted razón".

Esta pasmosa sinceridad le hace el Mejor de loa amigos y da gran |>OEO X sus elogios y sus censuras.

i

¡V

I SíEIWAK.

"La .Defensa de Juan Sarabía" está do venta en esta redacción. Precio: 1Ó centavos. Los pedi­dos por correo deberán venir a-eompafiados de una estampilla de á 2 centavos.

Tiene «le l a ««««iwtt» p lana .

piedad y la educación I ¡Cómo podría^ todos comer y aprender hasta saciarse, si "todos" debie­sen mawtífestar su actividad y no debieran, tántoe trabajar para uno solo «5 para algunos!

Luí» BUCHNJCB.

, DÍAZ LIBERAL (?)

Díaz pretende aún .engañar al pueblo.

Una vez mas quiso disfrazarse de liberal el viejo payaso de Tux-tepec y ordenó á su lacayo Justo Sierra, Ministro de Instrucción Publica y Bellas Artes, que diri­giera una comunicación á los directores de las escuelas oficia­les amenazando con destituir de sus puestos á todos los profesores de las referidas escuelas» que in­gresen & la "Asociación de Pro­fesores Católicos", fundada «n la Ciudad de México hace poco tiempo. En dicha comunicación también se habla cínicamente de "la independencia del Estado y-las Iglesias", del "respeto a las leyes", "amor é la P a t r i a " . . . >. . y otras mil zarandajas que el Dictador se cuidaría decir si no careciera de vergüenza.

Como es natural, la estratage­ma no ha dado más resultado que el de que los turiferarios no puedan ya hallar más adjetivos que usar en alabanzas al Caudi­llo.

Pero el pueblo, que ya conoce al Histrión, sonde y sigue ha­ciendo acopio de armas y muni cíones con qué derribar para siempre al CloWn pacificador de Centro-América, '

El pueblo mexicano de hoy en día ya no es el de antaño que se d.ejaba engañar fácilmente. Por fortuna ya ha despertado lo bas­tante para comprender que sí Díaz respetase realmente las Le­yes de Reforma, no sería como lo es el alma déla Conciliación, ii^ permitiría los abusos que á diario comete el Clero en nues­tra Patria, y tampoco dejaría á ésto que descaradamente tuviese conven tosí hasta en el" corazón de laViudad 4c México, en las calle» áel Parque del Conde y en la de Medinas, amen de los que tiene en el Carmen (el cual es pretejido'públícamente por la mujer de Díaz),\y , en otros lu-•yores de la mi «m fraudad, y po­blaciones adyacentes como Gua­dalupe, Hidalgo y Titcubaya, así como en toda la república.

El pueblo ya conoce al His-' trión; y, mas aun,Jestá conven--cido de que el vicio autócrata no puede, ni le conviene indepen­derse del dórÁiniol dé la Iglesia, <>n virtud de ese a*erto que ha .entrado ya- al ñusnare- de los axiomas, de que lo% tiranos ne­cesitan del apoyo 'de la Iglesia para poder dominar á las ¡Na ciones. )

Ya no puede engañar al pue-r blo Porfirio Díaz dándose barniz de liberal. La mísima Dictadura en su« horas de loiso terror ante el civismo y la energía del pue­blo se descubre. Cuando, hace dos años, los obreros de Rio Blanco por declararse en huelga fueron asesinados alevosamente en unión de sus Uaujeres y ni-ños por loe soldados de la Dic­tadura, ésta, cobarde como siem­pre, sintió pavor a'ute la actitud hostil del pueblo [indignad»

buscó refugio tras las enaguas del fraile al que mandó que fue­ra á predicar humildad y sumi­sión á aquellos hombres que, si se sometieron por entonce», fué sólo bajo el peso del número abrumador dé soldados del tira-no. Aquel hecho del frailé yen­do por orden de la Dictadura á predicar sumisión á un pueblo ultrajado y asesinado, acabó de mostrar al mexicano que Díaz tiene que estar siempre ligado á la Iglesia para que le ayude á castrar por medio de abyectas doctrinas las energías, de uu pueblo viril y esforzado.

Otro barniz que procura dar-se Porfirio Díaz para ocultar sus fealdades de monstruo, es el de patriota, diciendo en su ridicula comunicación á los maestros de escuela; que no puede proclamar, se otra/réligión en las- escuelas que la del amor á la Patria.

¿Y después de haber dicho eso Díaz, habrá quien niegue su tartufería y su falta de vergüen­za? ' , <'

Si un cerdo hubiera hablado de aquel modo indignaría me­nos. Pero cuando un protervo como Porfirio Díaz que oomerCia con la Patria y hasta permite que soldados extrangeros llama­dos ponotro rufián traidor como él, ¡Izábal, vengan ~á asesinar á nuesfcros hermanos de Cananea, se atreve á hablar de amor á la Patria, entonces la indignación ruge en los pechos honrados y fie suspira mas por el día de reivin­dicación y de venganza.-

Mientras tan hermoso día, lle­ga, continúe el bellaco manchan­do con su baba pestilente el sa­grado nombre de nuestra Pa­tria, siga oprimiendo, robando y traicionando al' pneblo, persiga á los que nos encaramos á él sin temerle, pretenda destruir los trabajos libertarios del pueblo; pero no olvide que mientra» mayores, sean los obstáculos con q<w tropecemos y las vejaciones y persecuciones que suframos, más energía y más tenacidad tendremos en la lincha los libe-mies, y má^ inflexibles seremos en la bendita y «o lejana hora de las represalias.

PAGINAS NEGRAS.

tad para que vayan á morir en las garras do .las fiera* de lo» bos­ques, puna lo que necesitan los se­ñores empresarios es que no oca­sionen gastos los enfermos. En los bosques se encuentran aquí y allí las osamentas de los esclavos. En las orillas de los caminos, sier­ros muribundos reclaman del viandante una moneda, un.trage de aguardiente ó de agua. Son loe , hombres que, inservibles por la ve­je» ó la enfermedad, son puestos ¡en libertad, bajo aquel sol, entre los tigres y leones, á merced de las serpientes, sin un puñado do maíz para entretener el hambre.

VOTO DE GRACIAS A "LOSANtó-LES CÜUNTY COUNCIL

OF LABOR."

Sinceramente agradecida por la* bondades y atenciones de que he sido objeto por parteada "Los An­geles County Council of Labor," de esta ciudad, y en general de la*, re­cibida» de "The American Federa-tion," hago público mi profundo reconocimiento hacia todos BUB al­truistas y genesosos miembros.

CONCEPCIÓN A. im RIVERA.

# • *

El, Concilio Central del Trabaja haciendo efectivas fijas empatia»" por nuestra causa f fraternizando con los perseguidos luchadores me­xicanos, hizo venir á sus expensas,, de Saint Louis, Mo. & esta ciudad, á la esposa de nuestro hermano Li­brado Rivera y á sus dos peqnoflos hijitets.

Esto nueva muestra de hermosa solidaridad se Heva, unida á i* gratitud de la Señora de Rivera, nuestro cariño, leal y sincero afec­to que procuraremos traducir <&n hechos. • v

Mientras tanto quedamos i 1» recíproca, con nuestros camaradae de "Los Angeles County Oouncíl of Labor."

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V -

UN ESBIRRO SALVAJE

El viernes, cuando volvian i la prisión & nuestros compañeros, al­gunas señoras y ñiflas se acercaren á ellos con intención de darles al­gunas flores y estrecharlos la ma­no, pero un brutal y estúpido esbi­rro, Rico, las estrujó bdrbara y eo-bardemente rechazándoos cinco ó seis metros.

Paitaba esto al macho Ric*5>, p«ra hacerse más odioso. (Cobarde!

Procúrese el próximo núme­ro; contendrá buena informa­ción.

WHAT THE LIBERAL PARTY OF AHEXIGO STANOS F0I¡

%. The absoluto freedom of \\\a press in discuesing all niattor«

^pertaining to the regulation of the national Covernment.

'» The election of a T'roeident Xevery íour yaare, an. honotit

voto And the elimination of the KHaz ring which feas con-trolled the eJectione for iba last tweaty-two yeartí.

The rigiist of ftny part>y »r organlzation io edúcate the oiiissea ita raatters of política! and social reform.

Rostriction of the vights of Oovernoris of Statee and vepre-anntatives in tfce legitdaitiim bodíee, and eteoti«n of Oover-nora and re^veewatatives by the vote of tke pcoplte.

Right «2 íair trial to all per» e#ns arneeled • • chai-ge ef «rime, anuí elimination of the prawíioe mi iaupmeiHwg and. slaying ef |>*ntMat «tfentíiere withomt Ame ii*v<»tigiition by » «e«vt of lust^ee!

Faif wage» and reasonabl-e houre íor the iaboring clnssoe.

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