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VERA LUCIA DA SILVA VIEIRA LA MODERNA SOLEDAD FEMENINA EN LA OBRA DE MARCELA SERRANO Tesina prcsentada como requisito parcial para In conclusi6n del curso de Postgrado en Lcngua y Literatura Espanola, bajo In oricntaci6n de 1<1 profesora Lconilda Ambrozio. UNIVERSIDAD TUIUTI DE PARANA CURITIBA - 2004

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VERA LUCIA DA SILVA VIEIRA

LA MODERNA SOLEDAD FEMENINA

EN LA OBRA DE MARCELA SERRANO

Tesina prcsentada como requisitoparcial para In conclusi6n del cursode Postgrado en Lcngua y LiteraturaEspanola, bajo In oricntaci6n de 1<1profesora Lconilda Ambrozio.

UNIVERSIDAD TUIUTI DE PARANA

CURITIBA - 2004

RESUMEN

EI objctivo de cste estudio cs, a partir de la obra de 1a autora

chilena MARCELA SERRANO, que actuaImcnte esta compuesta de sicte libros,

identificar, a lraves de las hislorias de los pcrsonajes femeninos, las situaciones

cotidianas vividas por ellos y que los lIeva a la dcsolaci6n Y. consecucnremente, a un

desco de soledad.

La soledad aun hoy es un vocablo que despierta polemica, porque

es confundida con palabras que se alejan de su significado. EI LexlO que los Icctores

lienen en las manes habla de tales significados y del signilicado que les intcresa a las

mujcrcs en la busqueda de la reconstrucci6n de la autonomia.

Porquc 1a mujer tiene roles multiples y tiene que redoblarsc para

lograr armonla entre lodos ellos, se intenta dcmostrar en esc estudio las dificultadcs y

los obstaculos por los cuales la mujer moderna debe pasar sin que se desplome, sin que

el peso en sus espaldas las hagan desistir de ubicarse como individuo, como ser libre,

autonol11o c importante para el caminar de la historia humana.

No se desea agotar el tema y tampoco salir de 10 que consiste en

la vida diaria y sencilla de las mujercs contemporaneas. Por ello hablamos desde el

punto de vista de la mujer que es respresentanle del genero femenino, que es esposa,

madre, amante, trabajadora, tan 5610 para rclacionar algunas de las multiples funciones

que ejercc. Lo importante es el trazo comun que auna a todas 1105011'05, las 011'05, que

Jonnamos In gran cadena del genero femenino.

Asi como es imporlante tambicn que se rcsalte que la soledad es

un eslado de que todas las personas necesilamos, sean hombres 0 mujeres, sin embargo,

en eSle espacio solo adentran los que traigan en Sli caracler un lesoro inestimable: el

coraje. Pues el miedo a mirarnos en el espejo, en soledad, es ejercicio para valientes.

Exactamente asi como han hecho rnuchas mujeres de hoy dia. Esas senin las que

cambiar[1Il la hisloria. Porque enfrentan el ricsgo y las inlemperies de la opcion de eligir

la soledad cuando sienten que esc es eI camino.

Pal:lbrlls-clave:

Lileratura hispanoamericana, lileralura chilena, literalura femenina. Marcela Serrano,

soledad femcnina.

SUMARIO

Inlroduccion 02

Capitulo 1. Nosotras, las otr.lS y yo 06

C~lpitulo 2. Nosotras, las otras y la familia 212.1 Introduccion 212.2 La p;trcj;l .........••...............•........•........................•....•....................... 232.3 Los hijos 312.4 EI hogar 35

C;lpituJo 3. Nosotr;:Is, las otras ... y cl trahajo ........................•...............•.......•.... 45

Capitulo 4. Nosotn.s. las otras y cl amor 54

Capitulo 5. Nosotrds, las otms y I:. solcdad 65

Conclusion 72

I~cfcrcncias bibl.iogr~ificas 76

INTRODUCCION

Siempre que oimos hablar de soledad, nos accrca una sensacion de

cosa desagradable, incomoda, como si nuestro scxto sentido nos dijera que 10 mejor es

alejarnos 10 mas distantc posible.

Pero se nos escapa el pensamiento de que cs ejerciendo la soledad

que lIno puede cstar a sus anchas, sin especladores, sin jueces. Es cuando uno puedc scr uno

mismo, sin enmascarar ni 10 mas minino punto de su caracter. En suma, es el liempo y

espacio que uno debe teller y de clio cxtracr todo cl bien que Ie ayude a vivir mejor, mas

liberto, mas feliz. Pero como todo 10 que suele acontecer con 10 de 1a felicidad, elegir 1a

soledad cobra su precio. Sin embargo, no cs por clio que cl movimicnto de las mujcrcs en

direccion a su autonomia venga a parar. jAI reves! La lucha sigue cada dia mas fuerte.

Como bien 10 demuestra Marcela SERRANO en su obra, haciendo de las voces desoladas

de sus personajes las voces de todas nasa/ras, las alras, las del genero femenino.

Asi es que ese trabajo esta compuesto de cinco capitulos.

EI primer capitulo presenta la autora Marcela SERRANO, ubicandola

en un tiempo historico chileno de gran importancia, el de la dictadura y la represion, para

que se pueda saber el motivo de Ia historia politica en las narrativas que cscribe. Presenta

Lambien el lema de la soledad y de la importancia que viene ganando a Lraves de los

tiempos, como un cscncial factor para la eonquista de Ja autonomia de la mujer.

EI capitulo siguicnte trata de las multiples tareas que desarrolla la

mujer, empezando, por supuesto, con la familia, donde cncontramos actividades varias

como las que se aplican a la pareja, a los hijos y al hogar.

EI tercer capitulo discurre sobre la mujer y la actividad laboral Icjos

de casa. En el se traza algunos puntas que cI heeho de ser trabajadora agriega a las demas

funciones ejereidas par la mujer.

EI capitulo posterior trae a colaci6n cl lema del arnor. Tema

fundamental, basieo para la mujer que csta en busqueda de su fclieidad, de su autonomia

como mujer, de su liberaci6n como genera. Como si no fucra el amor eI eje para todos, la

mujer, bien por hecho biol6gico 0 bien por convcnei6n social, es la que lIeva mas adherida

denLro de 51ese sentimiento.

El quinto y ultimo capitulo expone las razones de la busqueda por la

soledad,como un paso para eI conocimiento individual, como la 0poTtunidad de autonomia.

De no mas actuar como apendices de los demas. Como un crecimicnto vital y placentero

rumbo a la armonia.

Espcramos que a los Icctores cse texlo les Lraiga al menos una idea

antes jamas pcnsada. Aunquc sea para dudar de alguna cosa. La duda siempre carga en Sl la

esperanza de conocimiento.

"MINNA MULNER. A SOL/DAO

Millim lilli/her, II solidlio,COIl.\'egue que ell lliio seja Iris/e.

All. que hom e 0 COf(I(;IIO

Ter esle hem que mio exisle!

RecolllO a lIiio 011vir uillgmim,N(io so/ro 0 illsu/lo tie tim cariu/If}E falo alto sem que IIaja algmfm:

Nascem-me os versos do camiuho.

Sell/lOT, ,\'f!lu; bem tl'te 0 cell cOllcefiaSubmisso Ii opressiio do Fm/o,

Dti-me ell ser so - veste de sed" -,Eta/ll.n; -Iequf! animatlo".

(Fernando PESSOA) 2

l Disponiblc en: http;//sincrgia-spe.nct/cditoraeletronicaluutor/008/008008oo_l.htm.>. Acccso en: 26 mar.2004. La investigadoTll no tradujo cstc poem a para que no se rompk'1'un cl ritmo y lu rima de los versos.

CAPiTULO 1

Noso/ras, las otras ... y yo

As! como succdi6 en varios grupos humanos por eI mundo afllcra,

cuando los paises vivicron grandes periodos de sufrimiCnLO que, de alguna forma,

imposibilitaron su avance - y en cstc caso esla el desarrollo de la litcratura nacional - no

fue dislinto 10 que sc paso en Chile. Se reed ito, con menos 0 mas fcrocidad, los horrores

que el dcsco de poder cobra de aqucllos que, Jejos de las influencias politicas, son los mas

perjudicados: los rnicmbros del pueblo, la gran masa d%rida tan bien sent ida y definida

por el revolucionario y poeta cubano Jose MARTI. Tambicn asi, como en 1a Espana

sufrientc de la Guerra Civil, que a Ilantos profundos exili6 sus cabezas pensantcs, Chile

igual 10 sulri6. Si hablamos de literalura chilena, no podemos olvidar del perfodo historico

bajo la dictadura vivida por ese pais. Quizits para algunos especiales brasileiios, a las pocas

palabras se les calen, sc les abarquen eI significado de una vivellcia en tiempos arduos de

dietadura. Aun asi, es sabido que en Chile el proeeso rue infinitamente peOL Como bien

sabemos que las mcmorias tienen que cstar ahi para que las anidemos en nueslros

eorazones y para que estemos atentos a toda y cualquier tentaliva de nueva eatastroFe,

mejor que repascmos los aeontecimientos hist6ricos.

Desde el 11 de septiembre de 1973 hasta eI II de marzo de 1990,

Chile vivio el periodonegro de su historia. Proponiendo una transicion pacifica hacia al

socialisl11o, la Unidad Popular lIego a su fin tras cI violcnto golpe militar que derroco al

gobicrno constitucional de Salvador ALLENDE. Justo eI dia 12 de septiembre, muere

ALLENDE en La Moneda, el Palacio Presidencial, entre llamas y bombardeos infligidos

por las Fuerzas Armadas. Con el presidente muerto, sus ministros y colaboradores [ueron

detcnidos y llevados a campos de concenlraci6n. Asi comenzaron los horrores de una

guerra a/ enemigo inferno, 0 mejor, a los contrarios al golpc: el comunista, el marxisla, el

socialisla, el revolucionario, el subversivo - los que constiluian un desafio al nuevo orden

cstablecido. Se declara Estado de Silio en todo el pais, con la sustracci6n de la justicia

ordinaria. EI Congresso Nacional rue disuelto bien C0l110 el Tribunal Conslilucionai. Los

partidos de izquierda cayeron en la clandcstinidad, los regislros electoraies fueron

incincrados y sc cesaron las funciones de alcaldes y regidores. Todo se qued6 en manos de

los militates.

Dc ahi para delante, la historia se repite: la represi6n no consider6

clascs sociales, genero, profesi6n, estado civil 0 edad. Hoy se habla en un total aterrador de

doscicnlos y cincucnta mil chilenos detenidos por motivos politicos. Miles de ejecuciones

sin juicio previo, personas desaparecidas y muertas en lalsos enrrentamicntos. Y ademas de

la tortura (isica innigida a los que cayeron en cJ aparato militar, habia la sordida tortura de

la delaci6n entre vecinos, engendrada y muy motivada por la junta militar. Pero como no

debia ser dislinlo, al mismo liempo fueron creados algunos 6rganos de ayuda a las

personas detenidas 0 desapareeidas y a sus rami1iares. Muchos de ellos fueron el unieo

apoyo y soporte sieol6gieo para miles de familias. Y la lueha por los dereehos humanos

agreg6 lambicn numero igual de personas.

La iglesia eal6lica, muy diferentemente de 10 que se pas6 en

Argentina, a sua vez, estuvo con el pueblo y fue un punto muy fuerte de referencia para los

atingidos por las locuras de un tiempo de represi6n. Quizas haya sido la toma de posici6n

de la iglesia cat61ica chilena el hecho de que hubo menos desaparecidos y muertos chilenos

de los que 10 tuvo el pueblo platino. Aun asi, con lodas las dificultades, jamas ha dejado de

haber oposiei6n al regimen, luchandose como podia. Durante los mios oehenta fueron

reehazadas muchas manifestaeiones de protesta colectiva y nacional, sobre las cuales

fueron impuestas duras represiones, principalmenle en las poblaciones de Santiago.

Muehas personas murieron como victimas inocentes de una batalla de la cual no ten ian

ningun compromiso politico. En 1988, el dictador General Augusto P1NOCHET conclam6

un plebiscito proponiendo ocho afios mas de su mandato. EI perdi6 el plebiscito y tuvo que

lIamar a las elecciones presidenciales. EI dem6crata-cristiano Patricio AYL WIN triunf6 y

asumj6 como presidente de su nacion eI 11 de marzo de 1990.

Como en todos los casos de gran reprcsion politica, numerosos

fueron los exiliados de la elite cultural. Entre ellos, muchisimos representanles de la

litcratura, tales como poctas y novelistas. Muy poeos fucron los que se quedaron y

pudieron continuar desarrolando su modo de pensar, sentir y escribir. De la misma forma

que en otros paises con igual historia, la ausencia de los mas experientes, de los que ya

tenian un largo camino en la literatura nacional, aun6 fuerzas para que nuevos escritores y

poetas, desde adentro del pais, atzaran sus voces. Entre estos, la novelista que es tema de

esle estudio, aunque haya publicado su primer novela en 1991: Marcela SERRANO.

Hablamos de una persona que, ademas de vivir el tiempo de la

dietadura y de haberse exiliado en !talia por un perfodo, cs representante del genero

femenino. Y eso no es poca cosa, como veremos a 10 largo de la diseusi6n del tema.

La litcratura de Marcela SERRANO habla del mundo

contcmpor{mco desde la perspcctiva femenina, sin que sea una obra voleada

cxclusivamente para el publico fcmenino. AI reves, es una lileratura muy interesanle al

mundo de los hombres. Porque, entre tantos temas que la autora incluye en sus libros, el

descncuentro entre hombre y mujer tiene una presencia eonstante. Pero los personajes

fuerles de sus obms son, en verdad, las mujercs. TodD eso mczclado con la turbulencia

reeiente de los recuerdos y de las heridas aun abiertas en el tiempo de la dietadura. La

politiea no se aleja de la obra de Marcela SERRANO porque haec parte de sl misma,

porque la vivenci6 y Ie dej6 marcas indeJcbles. Veamos como 10 cxplica:

"Me clles/a IIllichoimaginarme que yo plldiera escribir 1I11anove/a

dOl/de la dictadul"a chilena no es/Uviera presenle de una II olro

forma, porque delermino mi vida por completo. Todo /0 que me fIa

pasada en 10 vida /1(1 eswdo delerminado por eso: el exilio, la

vllelta a Chile, la resislencia contra Pinocilel... lodo 10 que me ha

pasado Ita lenido que ver COli /a dictadura. EI problema no es que

10

yo 10 haya e/egido 0 no, estoy tan marcada por eso que va a estar

presenle en 10 que yo escriba elernamente ". 3

De la misma mancra, habla con seguridad sobrc su obra scr 0 no ser

cscrita dircclamcntc para el publico feme nino. A ella no Ie gustaba que su obra fuera

de fin ida como litcratura femenina. Actuahnentc ya no Ie importa miis esc tipo de

juzgamiento. Lo que Ie importa es que ha expuesto sus pensamientos y ellos han

encontrado ceo en la mayo ria de las Iceloms y que ha sido una forma placenlera de

presentar la figura fcmcnina conlemporimca. Es asi que responde a esc tipo de

cuesl ionamicnto: "S610 serio lin hecho bioMgico. Sin embargo, he sido mlly safanizada

por ello, pero escribo sobre l1Iujeres pOl'que fa hisloria oficial de la litera/lira esta escrita

por hombres y a elias I/O les ha dado voz "." En otros momentos se refiere ., c. .. ) a la voz

qlle ha sido seclleslrada pOl' e/ hombre" .5

EI hecho de que haya empezado a publicar a los treinta y ocho mios,

da a Marcela SERRANO las condiciones para saber de 10 que habla cuando describe la

vastedad de los sentimientos de la mujer contemporanea. Esa chilena. hija de famosos

padres escritores. graduada en Bellas Artes por la Univcrsidad Cat61ica de Chile, adcmas

del hecho biol6gico rcsultar en un scr del genero femenino. es alguien que esta en perfecta

comuni6n con su genero. Y presenta en su obra los valores que, cscncialmente unen a las

mujercs: la amistad, eI desco de cstar juntas, 1a capacidad de hablar de sus problemas mas

3 EllIrevista _ Disponible en: < hllp:/Iwww.tcrra.cs/culturalarticulo/hlmVcuI417S.hlm>. Acccso en: 07 nov.2003.

4 Enlrevisla _ Disponible en: <http://www.xlation.com/mailing-lisl/xlatINov1999/msgOOO33.htln1>. Aecesoen: 07 nov. 2003.

3 Disponiblc en: <http://suserieioncs.copesa.cVproll101serranolpageslsu_ vida.hlml>. Aeceso en: 07 nov. 2003.

II

personates, cI humor con cI ellal enCrcntan tales problemas y la fucr.t.a que una pasa a otra

cuando se perciben como cslabones de una (mica y especial cadena: 1a de las mujercs de

nuestro liempo.

Para que scpamos un poco de la obra de Marcela Serrano,

signiJicando aqui aqucllos texlos que estein publicados en Iibros, en total de siete. vamos

dar lInas nipidas pinccladas en cada una de elias.

En la primcra novela, Nosotras que nos qucrcmos tanto (1991), Ia

autcra promueve eI cncucotro de cuatro mujcrcs chilenas, de carrera, profesionales, que

enfrcntan 1a mitnd de sus vidas y que se sienlan para convcrsar sobre sus experiencias de

vida, marcadas por fru5tnlciones. Es de esa novela que salen las voces de Maria, Isabel,

Sara y Ana, con quicnes mantendremos contacto a 10 largo de esc texto. Con esta primera

novela, Marcela SERRANO recibe el prernio Sor Juana Ines de la Cruz 1994, como la

rnejor novcla de la Feria del Libro de Guadalajara.

Oespues sigui6 I'am Que No Me Divides (1993) de donde nos

hablan los personajcs Blanca, Sotia y Victoria. Hermosa, delicada, cuha, de cJase social

acomodada, sUlil, inofensiva, habitante del universo de los hijos y del marido protector,

Blanca ve esc universo de patas arriba cuando, a los cuarenta ailos, sale ao exterior y

conoee otros mundos, otras gentes. Entrc ellos, un arnor avasallante y clandestino. Por eso,

y como una maldici6n antigua entre las mujeres transgresoras, Ie sobreviene la afasia, una

enfennedad no menos mctar6rica: Blanca no puedc cOl11unicarse con el Illundo exterior.

12

Sin hnbla y sin escritunl, qucda sola en la prision de sus recuerdos. Esa novela rue

distinguida con el Premio Municipal de Literatura en Santiago de Chile.

En 1995, SERRANO publica Antigua vidn mia, escrita en

Guatemala: la novela relata la historia de Violeta y losera, que se suma a 1a de las madres,

abuelas y bisabuclas, todas lestigos de la experiencia de ser mujcr. De la neche a la

manana, Violeta haec nOlicia a causa de una Iragedia tan inevitable C0l110 providencial, y

su amiga Josefa, con los diarios de Violcta en su mano, cmpieza a contar su historia, cs

decir, de ambas. Aunquc losefa, una exitosa y angusliada cantantc chilena, es la narradora,

a su voz y la voz de Violeta se agrcga la de l1osotras, las alms (madres, abuelas,

bisabuclas), sucrle de un coro griego y lestigo de la experieneia femenina a traves de las

gcneraciones. EI amor y la traicion, la sexualidad y eI dolor, la utopia y la mucrtc, las

pcrvcrsiones de la Illodernidad y la tension entre 10 privado y 10 publico: las vidas de

Josefil y Violeta dibujan, como en un huipil multicolor, los anhelos y connictos de la mujer

contempor{lI1ea. 6

Dos anos mas tarde (1997) surge EI Albcrguc De Las Mujcrcs

Tristcs, que nos cucnta las hislorias de varias mujeres que se van al albergue para

reconstruir su identidad, sus amores, sus ansias de futuro. SERRANO sigue, en esa novcla,

dando voz y vez ala mclancolia, a la desolaei6n femenina. Entre tantas voces del alberguc,

se alzan, hasta nuestro espacio, las de Floreana y Elena.

6 El huipil es la prenda fcmcnina mas tradicional de la mujer indigcna desde la antigucdad. Consiste en unlienzo de tela doblado con una apertura para introducir la cabcz.1 y dos mas p<1ralos brazos cuando vaccrrado. Ellienzo se compone a su vez, de uno, dos, tres y algunas vcccs hasta de cinco tiras de tela que seunen entre sl.

13

Nucstra SeDom de La Soledad sale a la luz en 1999 y trata de una

intriga policial que cxccdc cl genero negro de las novelas norteamericanas para dar paso a

una vcrdadera novcla de aprcndizaje. La declclive Ana Alvallay, de cincuenta y cuatro

anos, divorciada y con dos hijos, tiene que dcscubrir el misterio del desaparecimiento de

una escritora chilena en Miami. En el proceso creativo de esa novela, SERRANO rastrea

"... entre las disfintas soledodes, la mayor de foe/as, que es linica, illSondab/e y {Iambibl}

l1Iujer: Nuestro Seiiora de La Soledad', agrcga Alfaguara, la editorial que publico esa

obra.7

EI ano siguiente (2000), Marcela SERRANO publica Un mundo

n,ro, obra que contienc dos cuentos: EI amor en el tiempo de los dinosaurios, que trata de

las expectalivas de un hombre mediocre, que pone su vida personal y sentimental de

acuerdo con los {mimos del partido politico al eual pertenece; Sill Dios ni ley nos cuenta eI

reves de una madrc con los problemas dc aOOrto, evidenciando las dificultades de

cOlllunicacion entre madre e hija en un ticmpo de despertar conciencias.

Lo que esta cn mi corazon, es la ltltima novela que publico

SERRANO, en 2001. Relata la historia de Camila, que va a Chiapas con cl proposito de

escribir un reportajc difcrente sobre la revuelta zapatista. Pero no sospecha que la

verdadera revuelta que la espera es la de sf mismu. Pues a los treinta y cuatro ailos, esposa

7 Disponible en: <http://www.lerra.com/arteiarticulo/htmVartI405.htm>. Acccso en: 07 nov. 2003.

14

de un periodista que abandon6 Chile y fue a vivir en Washington, madre de un hijo que

muric aun bebe, se vc arraslrada por los acontccimicntos drarmiticos de Ia ciudad mexicana

en que se encuentra. Indecisa ante el renacimiento de 1a pasion amorosa, Camila se ve

obligada a repianlcarse 1a vida. Y a buscar caminos para enfrentar a un mundo extraiio. Lo

que esla en mi corazon, un titulo para alia de sugestivo, cs una cxpresi6n que sue len decir

las mujcres mayas at cerrar una historia.

Entre tantos tcmas de vital importancia relatados cn las tralTIas

novelisticas de Marcela SERRANO, eSla la referencia a la soledad fcmcnina. Aunque

tengamos caminado muchisimo con cJ pasar de los tiempos y que la mujer haya

conquistado largos pasos en varios sectores, en las rulas para cl cncucnlro de los generos,

algunos puentes fueron rompidos. Y esta dificiJ de rcconstruirlas porque a las personas les

cucsta dejar de si mismas en beneficio de la pareja, como uno de los ejemplos. Hoy dia el

scntimiento de individualidad esta muy fuerlemenle pegado en las personas. Esa siluacion

eoneurre para cI alcjamienlo de la pareja. Y como en la mayoria de las veccs cs la mujer

que siente que hay problemas amenazando la convivcncia conyugal, easi sicmpre ella no

aim la voz 0, euando 10 haee, la desprecian, 18 loman en menos. Por clio, la voz abafada. 0

lal vez, la mudcz total. Y la complela falta de cspacio para que cuhive la soledad. De ahi

que no es de admirar que sc instale la desgracia de las mujeres modernas: la depresion, que

tanlas veccs no es perleclamcnte diagnoslieada y acaba causando el hundimiento de su

persona bien como de tanlas olras que cireulan a su a!rededor mas cercano.

I>cro (,que es soledad? Segun el diccionario de la Lengua Espanola

de La Real Academia Espanola, soledad es " ...c(lI"(:ncia voluntaria 0 involllntaria de

15

compaiiia; fuga,. desierto () terra no habitada; pesar y melancolia que se sienten por fa

Gllsencia, fa nluerle 0 fa perdida de alguna persona 0 cosa" 8 No raro confundimos

soledad con afioranzG, "accion de recordar con pena fa Clllsencia, privaci6n 0 perdido de

persona 0 casu muy qucrida",9 En el idioma portugues, enlonces, la confusion se haec de

inmediato, pues la palabra sal/dade, de sanido muy parecido a soledad, es 10 que en

espanol significa afioranza. Antonio Geraldo DA CUNHA, un gran etirn61ogo, registra as!

el vocabla; "Saudade: reel/erda nostalg;co y, al mismu liempo, suave, de personas 0 casas

dislantes 0 extimas, acopailada del deseo de lornar a verla.\' 0 poseerlas; nostalgia" /0 A

su vcz, Deonisio DA SILVA ensefta que ".. Saudade: Del lalin solita/e, soledad. En

porlugues arca;co, nad6 soedade, soidade, suidade. Pero los el;m6logos no lienen

unanimidad sobre las origenes de esle vocablo, fan caracferislico de Brasil ". II Esa cs una

palabra muy usada en Brasil y uno que es brasilefio siente dificultad para traducirla a otro

idioma. Sin embargo, en el espafiol arcaico fue muy utilizada tambien. Pero para esle

estudio, soledad quiere signifiear "eslado del que se encuentra solo; alejamiento del

lIIundo 0 del bullicio; aislamiento; lugar donde se puede quedarse solo. alejado de la

cOl1vivencia hllll1ana". 12 Trataremos sobre el espacio y el ticmpo que debemos haeer

nacer, Ili que sea a forceps, para que mantegamos integra nuestra autonomia.

Es ontologico eI problema de Ia soledad. Que se agraba aitn mas en

cl genero femenino. Porque desde que nacimos fuimos ensefiadas a tener miedo a la

8 Diccionario dc 1:1 Lcngua Espaiiola de la Real Academia Espanola, v. II, p.1898.? Idem. v I, p. 159. Utilizarernos idem para eI mismo autor(a), ibidem para la misma obra y loc. cil. para lamisrna pagina, en notas secuenciales.

10 Dicionario Elimologico Nova Fronlcira da Lingua Portuguesa, p. 708."A vida intima das palavras, p. 412. Traduccion libre de la investigadora.12 Antenor NASCENTES, Dicionario da Lingua Portugucsa, p. 595. Traduccionlibrc de la investigadora.

16

libcrtad, miedo a pensar por nuestras propias cabezas, por tomar las decisiones y a vivie

una relacioll de dependencia que dcstruyc nuestra aUlonomia. EI senlimiento es de que, las

mujeres, no cstamos hcchas para vivir solas, sin la compania de los hombres. Es Ia

transJormacion de nuestra individualidad en apendices eternos del masculino. La

rcconstruccion de la autonomia pasa por la metodologia de Ia soledad, como sigue abajo:

"( ... ) el {iempo, el e.'Jpacio, el eslado donde no hay otros que acfiwn

como intermediarios con nasa/ras mismas. La soledad es lin

e.'pacio necesario para ejercer los derechos alllonomos de la

persona y para tener experiencias en las que no parlicipan de

manera direcla (Jlras personas. Para enji-entar e/ micda a la

soledad fenemos que reparar la desolaci6n en las mujeres y fa

linica reparacion posible es poner nuesfro yo en el cenfro y

convertir fa soledad en un esfado de bieneslar de la persona. (...)

Uno de los proeesos mas inferesanfes del pensamienlo es haeer

conexiones: coneclar 10 [ragmenlario y esto no es posible hacerlo

si no es en soledad. Otra cosa que se hace en soledad y que fimda

la modernidad, es dudar. Cuando pensamos /renle a los olros el

pensamienlo esla compromelido con fa deji.msade nuestras ideas,

ellando 10hacemos en soledad, podemos dudar. Si no dudamos no

podemos ser autOnomas pOl'que /0 que {enemos es pensQmiento

dogmatico. Para all16nomas necesitamos desarrolar

pensamienlo eritico, abierto,jlexible, en movimiento, que no a!lpira

a consillir verdades y eslO significa hacer una revolucion

inteleclUalen las mujeres", 13

IJ Marcela LAGARDE, La soledad y la desolaci6n, Disponible en:<htlp:lfwww.mujcresdeempresa.com/genero/gcncro030201.htm>. Acccso en: 14 mar. 2004.

17

Lo que ocurre cs que cl trato social en la vida de la mujer impone

muchas dificultadcs para que ella pueda realizar el proceso de [a metodologia de la

soledad. Porque se necesita un ticmpo y un espacio para su cjecuci6n. Y bien sabcmos que

los roles remcninos son lantos que, para mantener la disciplina de la pnlclica del

aislarniento, de Ja soledad, depcnde mucho de una gran voluntad. Pero nos consuela que

para todo hay que pagar un precic. Y para sentirnos autonomas, todo cl esfuerzo sera bien

aprovechado. Lo que imporla es que nos convcrtamos en sujetas.

"Converfirnos en .Hy"elas signifiea asumir que de veras eslamos

solas: solas en la vida, so/as en 10 exislencia. Y asumi,. es/o

signtfica dejar de exigi,. a los demas que sean nuestros

acompaiianles ell la exislencia; dejar de conminar a los demds

para que esten y viwm con nosotras. (.) En la conslruccion de 10

{lulol1omia se Irala de recollocer que eslamos solas y de cons/ruir

la separacion entre el yo y los ofros" 14

En la busqueda de las respuestas para la soledad es que, en las

novelas de SERRANO, las mujercs se agrupan, se rcunen, consolidan 1a amistad, se dan las

manos, porque saben que tan 5610 entre sus pares cs que seran comprendidas yayudadas.

En esos momentos, 10 que aprenden es sobre solidaridad, sienten que su caso no es unico,

que el caso de cada una pucde ser el caso de muchas otras. Siempre que puedcn, los

personajes de la novc1ista se alejan de sus casas, de sus trabajos, de su entoroo social, y van

,~ Idelll, ibidem.

18

a buscar silios, rincones donde puedan estar, a1 menos, lejos de los compromisos diarios.

Aunque comparticndo esc tiempo de relativa soledad, elias salen con una certeza en sus

pcchos: de que la soledad, esc tiempo y espacio tan dcseado, es una necesidad, no es una

cuesti6n de ocio. Al reves, pucden realizar momentos de mucho trabajo. Pero no menos

placentcros.

La autora utiliza mllchas veccs en sus narrativas el recurso del coro

griego, que era constituido por un grupo de quince aetorcs amadores que danzaban y

cantaban, eligidos a lraveS del regislro civil de la tribu. Eran todos hombres que actuaban

durante la representacion y " (... ) caminaban en so/emne procesion a fraves del palco

eslrecho y fargo, intelpretando, POl' medio de la poesia del movimien/o, las palabras y los

eSlados de alma de la pieza" 15 . EI tcalro era al aire libre y los asistentes podian, cuando

eran invocados el cicio, el mar, el sol, las estrelias, el oceano, visualizar tales elementos.

Por clio es que los titulos de los capitulos de este trahajo cstan asi nombrados, con la

repeticion en forma de oracioncs, de voccs que se alzan a los cielos, como hicieron

nucstras antepasadas y C0l110 de formas diversas seguimos haciendola hoy, nosolras, las

Olras, como Ie gusta a la autora escribir en sus obras. Y como nos encal1la percibirnos,

todas nosolras, las olras: cada una siendo una, pero todas juntas con la misma voz y el

mismo gcsto.

La cuestion de la soledad, cuando se trata del genero femenino,

encuentra en la lalla de tiempo, a causa de los multiples quehacercs de la mujer, un gran

IS Will e Ariel DURANT, A Historia da Civilizaf;au, v. II, p. 297. f'raducci6n librc de la investigadora.om.

19

obstaculo para que se rcalice la metodoiogia de la soledad. Son muchas las situacioncs que

vivc la nlujcr que la lIevan a un eslada de faliga 0 desolacion. Tamas oporlunidades para

que sc instalc eI deseD de soledad y muy pocas ocasiones para practicarla. Pues hay que

eSlar atenta a lodos los detallcs, hay que atender a ladas las solicitacioncs que adviencn de

sus lareas con la familia, con los hijos, con el trabajo, con su caruzen, con su tiempo. Sin

embargo, 1a mujer de hoy dia tambien tiene que arreglar un espacio para eslar en soledad,

asi como si fuera 01 combustible que Ie da cilergia, mas fucrza para peder scguir el camino.

Asi es que, en cl capitulo siguiente Y posleriores, estaremos demostrando las exigencias

que sufren las mujcres de nuestro tiempo en relaci6n con sus mas variadas tareas.

utilizando las voces de los personajcs femeninos de la obra de Marcela SERRANO.

Es por ello que cuando las lectoras pongan sus ojos sobre

sobre estas !incas, sabnlll comprender, dcsde el hondo de sus entrafias, de que se trata.

Porquc nosofras, las oll'as, sea el yo de la novelista 0 el yo de la investigadora 0 mln el yo

de la lectora, todas pertenecientes al mismo genero, sabemos olfateamos y rccollocer 10

lIues/ro. Pero en ello no se pretende alcjar la mirada masculina, Todo al reves. La

nccesitamos. Puentes son necesarios.

20

"Los esc/avos pierriell todo COli las cadell as,

flasla el deseo de escapar de elias, acaballcobrtllulo curiiif} II la servidllmbre, como lo.'i

compa/ieros de Ulises a su embrutecimieulo"

(.Jean .Jacques ROUSSEAU) ".

16 ApudLiliana MIZRAHI, La mujer trllnsgresora. Disponiblc en:<http://usuarios.amct.com.ar/lnnizrahiitrangrcsora.html > Acccso en: 23 mar. 2004.

21

CAPiTULO II

Nosolras, las olms... y IIIjllmilia

2.1 lntroduccion

iNo hay como scr difercntci Bien que nos encantara pero 10 que se

va a leer es 10 mismo que leemos desde que nacimos: nosotras, las olras, especialmentc las

latinoamericanas, fuimos educadas para el hogar. Encanlamicnlo mas grande serfa que

escribicramos y Icycramos que hoy dia todo ha cambiado, que las mujcres estan libcrtas de

esc destino. Que con toda la modcrnidad. cl avancc de la tccnologia y con los nipidos

cambios de pcnsarnientos, 1a rclacion de igualdad ya hubicra cslabonado una condici6n tan

fucrte que nosotros tan s6lo cncontraramos las dcsigualdades y desencucntros como relatos

en obras ficticias 0, en 10 maximo, como recuerdo de un tiempo menos agradable. Eso

expuesto, nos acordamos de las preguntas de Andrea MILANO:

;';,Por qlle Illlestra cll/lUra occidel1laf, de fa que estamos Ian

orgullosos, desde sus origenes has/a hoy presenla rasgo.\· Ian

//amalivos como pcrsistenles de misoginia? (...) /a reaJidad que

sligiere esle lermino, ;,podemos considerar/a eXIi1pada 0

al1iquilada 0 nos vemos obligados a reconocer que IOdavia esra

22

pen()Samenfe difimdida y arroganlemente ae/iva en eI mllndo en

que vivimos'!" 17

Una tentativa de rcspuesta es 10 que vemos a traves de Luisa

MURARO, cuando expres6 su pcnsamicnto: "La misoginia maseu/ina se esf(1 suavizando

.'ills/ancia/mente, (II incorporarse las fill/jeres a la sociedad y por consiguiente, converlirse

en a/go corrie11le" III

Para la propia Wanda TOMMASI, "~famisoginia es 1111 alaja, una

apropiocilm ob/lsivo por parle de 11110 de los sexos de la identidad IlIImana, COli 10

cOl1seclUmcia de relegar 0/ olro eI fado de la sombra, a la vertien/e de la materia y de fa

animalidac/",19

P~r ello cs que siemprc nos recurre a 1a mente una indagaci6n

cllando leemos los textos de Marcela SERRANO: i.,cs la obra que imita a la vida 0 es Ia

vida que imita a la ohra? De aqui para delante dejemos que mujeres como Ana, Blanca,

VioJeta, Josefa, Maria, Sara, Isabel, Soledad, Rosa, Camila, Floreana, Victoria, Sofia,

Laura, entre tantas otras, dentro de la obra de siete libros eserilos por la novelista, nos

cuenten en que mundo estan, como viven y 10 que haccn para salirsc con cl suyo.

17 I'refazionc, en AA. VV., Misogillia. La donna vista c nmlvista nclla cultura occidentale, p. 5 - apudWanda TOMMASI, Fil6soros y mujcrcs, p. 34-35.

I~ Il.:Izoncs de una mujcr parI! odiar a otra mujcr - apud Patricia HIGHSMITH, Pequciios cuentos19l1li~6ginos - o.PlId Wa~da TOMMASI, op. cit., p. 35.

Ibidem. op. CIf., loc. CIf.

23

2.2 La pareja

"iBaSla! No sean IOelIS, no pretendo separarme, pOl' nada del

f1111ndo 10 haria. Ademcis, la sola idea de presenfarme en pi/hlieo

c:umo una separada, ime pone los pc/os de punta!" (Blanca)20.

Ha sido asf cuando pensamos sobre cl matrimonio. Lo idealizamos

de manera equivocada. Casi siempre poncmos el alcancc de nuestra felicidad en manDS

ajenas y a elias instituimos todo el poder. Tal hecho haec de las mujeres algo semejanle a

los titeres: se baila, se movimenta segun la voluntad del otTO. Para 110S0/ras, las Olras, las

iatinas, eso puede significar 1a perdida de la vida propia. La idea religiosa de que un

matrimonio es para todo e/ siempre impide que las mujeres se separen. Porque piensan que

es menos vcrgonzoso aguantar una vida infeliz en una relacion dctcriorada que presentarse

como una separada. Pues saben que la cobranza y las cxigencias sociales son muy fuertes

y ni todas las soportan con dignidad. Es bueno que se aclarc que eso no es caraclerfstica de

las mujcres de las capas socialcs mas bajas. Las mujeres de la elitc social tambien sufren 10

mismo. Muchas veces el poder economico enmascara el dolor pero el subyace en muchas

de nosotras. Es 10 que vemos cn la pcrspcctiva de Wanda TOMMASI: "Gradllalmenle la

familia se !wee patriarcal y mon6gama. DenIm de esle sislema la mujer siempre eslti

esclavizada y Ils11frucllwda; allnqlle la mlljer de un hombre rico pueda gozar de una mayor

20Marcela SERRANO, Para que 110me IIlvides, p. 77.

24

seguridad economica, tambien ella eSI(; rebajada en una sociedad de slIpremacia

mosel/tina" 21

.,- Mira, Blanca, no Ie lJuepa duda que pasa Jambien a III redor.

La diferellcia es qlle en III ambiente probablemenle nadie 10dice. Y

entre nasa/ras 10 escondemos. Y si avanzamos mcis ab(yo, es casi

1m honor para nlllchas T1Iliferes del pueblo. Es .'ill macho el 1111ico

que puede IUlcerles es(), una selial de propiedad. .. ,. (Victoria)22.

Si cslamos hablando de parejas, 1.I10 seria de esperar que el tcxto

arriba estuviera comentando sobre geslos de afectos? (fodo al reves! Lo de que habla es de

la agresion fisica del hombre contra su mujer, para el espanlo de Blanca, una mujer de la

elite, la misma que en el primer texto demuestra el horror al hecho de tornarse una

separada. Exactamcntc la misma que conficsa su alivio ante la ausencia de su marido:

''Allfe l1Ii alivio, Juan Luis no e,'i/aba en la dudad. Probablemente Ie habria paredc/o mal

qlle luera call elias por m; ellen/a y yo 110 habria tenido cora para dar explicaciones de tal

indole ados miljeres como esas" (Blaoca)23. Notemos que el personaje se rcfiere a su

marido y a las dos mejores amigas suyas. Describe tan s610 la situaci6n de salir de la

ciudad para pasar algunos dias con sus amigas en la casa de campo mientras durara el viaje

de Juan Luis.

No constituyc ninguna novedad cl hecho de que las mujcres

continuan atrapadas entre los hilos que las hacen girar alrcdcdor de figuras masculinas:

21 Op. cit., p. 150.n Marcela SERRANO. Para que .. ,op. cit .. p.62.13 Idem. ibidem, p. 60.

25

padre, hermanos, marido. Novedad Lambien no se encuentra en eI hecho de que los

hombres no sacan de sus mentes Ia idea de Ia mujcr como madre 0 hermanas. Una, para

sicmpre servidora. Otro, para siempre el senor. Eso no es de todo un motivo de admirarnos,

pues [rente a las ideas de las cabezas pensantes, por supuesto las masculinas, a traves de la

historia, vemos que 1a discriminaci6n no sucedi6 como del db para Ia noehe. Segim Rose

Marie MURARO Y Leonardo BOFF, grandcs pensadorcs contribuyeron para que se

establecera los conceptos que hasta hoy traemos a 10 largo de los rclatos de la I-listoria.

"J-listoricamente, hombres de fa llicidez de un Aristote/es y de WI

Tomas de Aquino inlerprelaron la diferencia (sexual) como

dejiciencia () como desigualdad Esla dis!orsion sirvi6 para

slibordinar la If/ujer al hombre, cosiflcarla como 11170 de los bielles

que til posee, haeer/a objeto de su deseo, 11/(iquina viviente,

produetora de deseendienlej~ 0 enlonces, excluirla de la visibilidad

social, reservada a los hombres" (esclarecemos en los parenlcsis)24

Pero la percepcion se agudiz6 y hubo un avanee en los

pensamientos femeninos. Si la lueha es ardua, al menos el primer paso, quizas el mas

importante de ellos, ya eSla dado. Observemos el ejemplo de dos personajes de Marcela

SERRANO:

2~ Fcminino c Masculino - Uma nova conscicncia para 0 cncontro das difcrcRl;as. p. 63. Traduccion librcde la illvcstigadora.

26

"Es que las J1l1y'eres, Fioreana - dice Elena mienfras

caminaban hacia el pueblo - ya 110 quieren se,. madres de SIIS

hombres ... y fampoco quieren SCI' SIlS hijGs.

-;, Y que quieren ser?

- Pares. Aspiran a construir relaciones de fgua/dad que scan

compatibles con el alec/a" (Floreana y Elena) 25.

- Es raro /0 que nos pasa ... Hemos crecido, henlOs logrado salir

!Jacio e/ mundo, pero estamos I1U1S solas que mlf1ca.

-;,Porqllc'!

- Porquc se nos ha alejado e/ omor,

- r:Lo sientes osi, tan rolllndo?

- No es que 10 sienta; 10 sc. La veo todos los dias, ereo que 10

desc:onJianza y /a incomprensi6n entre hombres y mujeres va

agigam/mdose. Los viejos codigas del amor ya no sirven, y los

hombres no han dado, () nosolras m1smo, con los nuevos...(Florcana y Elena) 26,

No haec tanto tiempo asi - nuestras memorias guardan ese tipo de

registro muy f<iciimcntc - la expresion sexo debit surgia, como peces en el mar, para el mas

recurrenle sinonimo a dcsignar l11ujer. Sabre sexo debil, cs as! que Wanda TOMMASI se

rcfierc:

25 Marcela SERRANO, £1 albergue de las mujcrcs tristes, p. 33.

27

"Si (enemas en Cllenta las exp/iciros reiteraciones de los fexlOs de

los filosa/os acerca de las mujeres () el se.xo debit, por /0 general,

el1conlramos en nuestro tradition IIno evideme di!)paridad ell el

lema de fa di/erencia sexual. ells; nUllca ha Iwbido la cen/ralldad

de la diferencia masculina, Clllnqlle no se pel1sara como fal, sino

que se (lsl/mia como unidad de medida y como criteria parajllzgar

a la aIm, la femeninu. Precisamenle ell esta forma dispar, con el

mascillino como medida de valor y ellemenino como 10 mcdido, la

d{ferencia sexual ha aclllado profundamenfe como signijicanfe que

eslrllclllraba las otras d{(erencias cll/lura/es y las jerarquias

sociale.\,,,.21

Por supuesto. nada mas perjudicial para la parcja que la inclusion

de elementos discriminatorios con intenci6n de disminuir a uno de ellos, a partir de un

sencillo hecho biol6gico. Hoy dia la expresi6n ya esta casi en desuso. Cuando mucho, la

escllchamos siendo utilizada mas bien por ironia que por desprecio. Pues nadie es tan cicgo

que no pueda vcr que a la mujer Ie sobra fucrza. Tanta que pucde con Sll carga y con olras

mas.

,I Violela no tenfa liempo para cOl1lestarse las in/errogantes de la

vida, pues debia tener 10 respites/a pronta para Gonzalo, cuyas

propias pregU11las 10 hacian desfallecer. Cualquier estruclura (tebU

en el interior de Violeta se JOr/aleda para evitarle a eJ Sli propia

debilidad, para seguir mirtlndose en eI pro/undo rejlejo que lIno Ie

daba al olro" (Narradora) 28

26 Idem, ibidem, foc. dl.270p. ci/., p. 14.~I Marcela SEKRANO, Antigua \'ida mia, p. 92.

28

Es importanle que encontrcmos eeo en los pcnsamientos

ajcnos, porquc no nos quedamos hablando solas, tenemos un conjunto, muchas son las

voces. Pues resaltcmos 10 que nos dice TOMMASl, una vez mas:

..Los hombres han escrilo mllchisimos lex/os acerca de la

condieion /emeninG. Cas; {odos han insistido con rabia sohre la

illferioridad /emenina, llna robi" que 110 se explica sino poria

lIoluntad de afirmar !ill sliperioridad, que qlleda cOllfirmada y

(lumen/ada lime la inferioridad jimlenina. La 1I1l!J'erfimciona como

/III e:,pejo para el hombre, 1117 e,\pejo que se Ie devlle/ve SII imagen

redoblada, a condieiun de que 10 mlljer renuncie a deci,. laverdad".29

La fuerza femenina es que muchas veces !leva a las representanlCS

del genero a acluar de maneras singulares, distintas de 10 esperado. Puedc parecer, dellado

de fucra, que no es fuerza, que es dcbilidad, pero s6lo Jas que viven en sus propias

pieles cs que saben dccirlo con seguridad. Porque cI precio que se paga cs muy elevado.

Veamos:

"(.Pera Gustavo posee opiniones sobre tantos temas que las mias

no caben, las Sllyas siempre tan cerleras y fundat/as - como las que

prafesa sobre el diselio y fa arqllifeclUra - que me paredo desde el

29 WandaTOMMASI, 01'. cil.,p. 180.

29

inicio mcis comodo, mas fadl y llevadero adapwrse a elias antes

que emprender /Ina baud/a perc/ida de antell/ana. Por esa razon he

vivido los illlimos seis anos de m; vida ell la dicwdllra del

minimalisllIo, comprendiendo que en til no "abe ningllna

illlprovisaci6n) ,. (Camila)Jo.

Esa es una forma velada de aduei'iarse de 1a csposa: haciendola

sentirse en menos, desprcciando su capacidad inteiectual, dejandola pensar que nunea

estani en el mismo nivel que cl, que Ie necesita para sobrevivir. No raro en las familias

amigas, con las cuales convivimos en la cOlidianidad, cscuchamos dicilogos semejantes a

estc que siguc:

"- Dame una razon ohjeJivG, Camila, qlfe avale III decision.

- ;,Objetiva'/ Plies ninguna, Lpor que he de fener llna raz6n

objetiva?

- Pero entoneeS,l,como 10justifieas?

- Pero ;,por qlle debo jusl{jicarlo'! No me parece un pecado

qlledarme 1II10S pocos dias mus. Falla bas/allle para que se cumpla

cd plazo con la revista.

Objetividad. .Justijicaci6n. iQue palabras, Sefior! ;'£11 qlle

momenlO de la his/oria los maridos se arrogarofJ la categoria de

jlleces[renle al quehacer de sus esposas?" (Camiia y Gustavo)3].

30 Marcela SERRANO, Lo que est:i Cnt mi corazon, p. 125.

31 Idem. ihidem. p. 107-108.

30

Son esos ejcmplos de situacioncs vividas diariamentc que rcsuitan en

eI alcjamicllto de la parcja. Muchas de elias ya cayeron en la costumbre y tanto cl que las

produce cuanlo cI que las suITe ya no las perciben como antes. Y de eslab6n a eslab6n la

cadena se va haciendo incorruptible. Los sentimientos hundiendose irremediablcmcnte. EI

rcspcto, la autocslima, eI dcseo de salvar el matrimonio, las esperanzas se acaban y dan a

un ullico camino que es el desencuentro totaL Los rcscntimicntos cstan siempre a Oor de

pic I y a cada oportunidad son usados como armas que hiercn profundamcnte tanto uno

cuanlo eIre. Y Ia vida se vuelve insoportable. Y uno se siente muy mal, picrdc las

referencias que estaban alii desdc siemprc.

"No poseo sujicienle conocimienlo de la inlimidad de olms parejas

como para saber a ciencia cierta si eI mio es 1111 caso excepcional 0

si, al cOn/rario,confirma la vulgaridad de 10colidiano: el hecho es

que soy el hasllrero de m; marido.( ...) ESlay convencida de qlle

las ,'micasbases que resullan en una pareja son las que que sienlan

el primer dfa de convivencia bajo eI mismo lecho( ...) Par esa me

sienla cOlldenada, cual criminal can cadena perpelua, a ~·er e/

ba.mrera de Gustavo hasla el fin de mis dias.(...) Todas las cOl'gas

negalivas de Guslavo terminan em mi, no es relevante SII indole, fli

menos que yo lenga relacion alguna com elias. ESlOico,mi pecho

va recibiendo uno a IIno los dardos de su amargllra pasajera: que

SII mejor reporfaje no fue evaluado como correspondfa, que el

eSllipido camartigrafo uo tomiJ el angulo necesario en la escena

crucial, que a la secretaria, idiola ella, se Ie bo,.,'o eI archivo

reqllerido del computador (..J que equivoco el (.'Wnino en la

carrefera pOl' no leer bien el mapa.( ..J No importa cudl sea la

razon, el punto es que loda ira - en et -, 01contar ("onun deposilo,es/{i salvada. (...) Esta sitllacion no alcanza a caber en las

31

conocidas casillas de violencia ciomeslica ni de abuso, es un poco

mas .Hlli! que eso, pera igual me pregzmto qlle haria Gustavu si

Illese soltero, sobre quhfn .\-edescargaria, II qllMn Ie asignaria ese

,.01" (Camila)J2,

Como vcmos, situaciones asi, tan bien descritas per la autora

chilena, lIenando de 3uloridad los pcrsonajes, ofreccn todas las condiciones para que la

parcja caiga en plena soledad, aunque continuen viviendo juntos, ahora siendo compaiieros

de la soledad.

2.3 Los Itijos

E1I05 vienen como una conseclIcncia biol6gica natural para

complctar la parcja, transformando para siempre sus relaciones. Ahara las miradas no son

unicamenlc de uno a Oiro. Ahora ambos miran a su hijo. Aunque los padres modcrnos

estell cambiando de pensamientos y actitudes, cuidar de los hijos contint18 siendo una

actividad casi exclusivamente de la madre. Y esa es una larca mllY dificil, pesada,

exhausliva, que absorbe casi todas las energias de la mujer. Si una trabaja ruera dcl hogar,

las cosas sc Vllclvcn aun mas complicadas. Porque hay que buscar una escuela para el nino

y dejarlo alia, micnlras cumple con sus obligaciones profesionales. Y no es raro que a la

mujer Ie pase el fen6ncmo de la culpa. Pues desdc siempre la Iccci6n que sc debe traer I1lUY

J2 Idem, ibidem, p. 78-79.

32

bien aprcndida es que el don mas grande de la mujcr es la maternidad. Por ello, una se

adapta como puede a los tiempos modernos porque se haec necesario [a ayuda linanciera

que su trabajo proporciona para el mantenimiento de 1a casa.

No se puede negar que la llegada de los hijos cs siempre una

alegria. Pero ella tarn bien cobra su precio. Y muchas veces la parcja no esta preparada para

los hijos min, pero ellos vienen y hay que arreglarselas como pueden. Y en esc proccso ni

siempre estim excluidos los resentimientos .

.,Ella no enlendi6 que llna hija significaba ampufar SII propia vida.

AM rodica mi idenl{/icaci6n can ella. A fa edad en que yo podria

!laber sido mas fibre, mis hijas me alGl'on. Pobrecitos, no es Sli

culpa, yo les traje a esle mundo sin consultarles. Pero en alg/in

lugar mio me resiento con ellos, pOl' ellos. Cuando me liberen de

esta ardua {area de ser madre ya no quare ser liberada,

probabfemenle sea una vieja a quieti fa energia habra abandonado

y la liber{ad ya no Ie imporle" (Josefa)33.

No cabe duda de que los hijos son ta mas preciosa joya en la vida

del matrimonio. Su Ilegada, no poeas vcccs, provoca una escision en 1a pareja. Porque el

marido, justamente por partieipar poco 0 easi nada de las tareas que exige el nuevo

membro de ta familia, sc rcsicnte con la falta de atencion de su esposa, antes tan

exclusivamenle volcada hacia et. Pero sabemos que ademas de los cuidados intensos

cobrados a la madre, que la Ilevan a un cansancio fisico y mental, min asf esa mujer

33

cncucntra fuerza, tiempo y disposicion para las multiples tareas, cuidando para que su

hogar siga en relativa arm~nia.

"Pienso en las noches de las mIl jeres: que gran injuslicia son las

naches de las nIlljeres, las 11l1icas del IlOgor cuyos ojos son

permanenles lamparas encendidas, oidos escrutadores, alen/os of

acon/eeer de las finieblas. El ronquido del marido, fa pesadilla del

nbio, fa rata que cruza eI {echo con ram y dislinlo eSlrepilo, el

desvelo del hi/a mayor. Todo en SllS manos. Todos dllcrmen

tranqui/os; ella vela. Ella es asequible: 10 guardiana de 10 noche"

(Blanca)".

Solcmos decir que, una vez madre, para todD eI siempre madre. Los

hijos estim ah! para la vida y para allende la mucrtc. Porque si una se ve privada de la

presencia del hijo, sea por un corio espacio de tiempo como un viaje, sea por la distancia

fisica en que viven 0, pcor aim, por una fatalidad como la muerte, que contrariando la

expeclativa del rumbo natural de la vida, se Ie roba a uno de sus hijos, nunca, en ninguna

hip6lcsis, esa mujer dejani de ser madre. Porque no cabe duda: la reJaci6n entre madre e

hijo es la mas fuerte que existe entre los seres. De lodos los amores, el affior materno es cJ

mas grande. Aqu6l que todo soporta, aqu61 que se desangra en favor de 1a felicidad de su

descendiente. Sin embargo, todos los trabajos y alenciones fisicas y sicol6gicas caen en el

olvido, porque existe mas placer que disgusto en esta relaci6n. Y por varias veces son los

33 Idem, Antigua , op. cit., p. 281.3·1 Idem, Para que , up.cil .• p. 224.

34

hijos que, en la contramano de la historia, dan aporte fisico y sicologico a sus madres y

padres.

"Es ram es/o de los hijos. Recuerdo haber pcnsado en/onces, en

medio de esa locura, la loclim de entonces, que cllando eI eaos ha

hecho diana en el {Imar - aquel amar de los hombres, con los

hombres - y to que res/a de clio en llno es cansancio, inquielUd y

desamor, los hijos se revelan como fa gran pasion. £1 solo amor no

sllpedilado en nuestro corazon" (Blanca)J5.

La autora chilena haec referencia, en una de sus obras, de

ren6meno que ha sido muy discutido y dilundido mundialmentc en los medios de

comunicaci6n de teda especic: que los hijos (genero masculino) tardan en dejar Ia casa

paterna, casandose cada vez mas tarde. Y, para el espanto de muchos, si el casamiento no

logra exilo, ellos vuelven a ocupar eI espacio que era suyo, dentro de la casa de sus padres.

Lo que es harto comprensible: nucstros hijos no fueran educados para los quehaceres

domcsticos. Lo que sucede, entonces, es que se sienlen perdidos con las laborcs de su

propia sobrevivencia. Y el camino mas iacil y amplamente comodo es la casa materna. Y a

la madre, un periodo a mils, inusitado hace tiempos atras, para entregarse al hijo.

"- Dios mediante, como decia mi abuelu Adriana, ya no me falla

lanto para poder dedicarme a Andres con mas exclusividad, si asi

10 quisiera if. Borja ya ha oplado, y Celeste entrani a la

35 Idem. ibidem., p. 51.

35

universidad esle Olro ailo, Me (flleda solo eI peqllei10 Diego. La

caso descansarli y yo tamhien.

- iQLUJ esperal1zas! - me interrumpe --; iLos Ilijus de esla

generaci6n yo no se van de SliS casas! Esa es /0 Ii/rima nova/ad. .. "

(Josefa y Victoria)J6.

2.4 Ell/Ogar

"Esla imagen de las nuevas l1lujeres que somos nos /levaNi of

derrame cerebral. Ademus de lIeva,. linG caso, de pari,- y eriar a los

hijos, de trabajar (ide oulojinanciarnos!) y - oja/c1 - de alimentar

lombien el espiritu, debemos scr infeligenles y sexllolmente

compefifivGS.. Pero no .wi/o eso, tambien debemos darle

oporlunidad a nuestra poreja de sen/irse a/gllie" di/ereme del

proveedor - dicllo sea de paso, y se siema Irenle 01 lema,

objetivamenfe yo 110 es el proveedor -; eslo CS, dejade espacio

para Sli ser (lfectivo. Pavimenfamos el camino para ese nuevo yo

de los hombres y gaslamos el1ergias en logror que se 10 crean,

cllanc/o en nuesfro /uero inferno sabemos que es subre nOSOlras y

sulamenfe subre l1os0fras, que recae fa responsabi/idad de foda la

vida a/ecliva. El afecto, en la familia y en IOdos ladas, siglle

dependiendo cienlo por cienlO de l1l/estras recargadas e.\]){tfdas"

(Josela)"-

16 Idem, Antigua ... , op. cit., p. 355 .

.17 Idem, ibidem., p. 215.216.

36

''Tarde (11111 varios dias en darme ellen/a de 10 que pasaba con et ysenlirme cercada. 'l'odo adcllfro de /a casa. }vIe quiere adenlro de

fa casa, (I cila/quier precio. La coso y yo: unidas hasta que 10

muerle nos separe" (Josefa) 38.

A veces nos succden cosas que pensamos que senin para alabarnos,

pero, cuando nos damos cuenta, la situacion ha dado una vuelta complcta y las cosas se

ponen palas arriba. Como es el caso de la exprcsi6n reinG del hogar. l.Acaso alguna mujcr,

hoy dia, desea tal titulo honorifico? l.Que tipo de reinado es esc cuya rcina se parcee mas a

una asistcnta? No podemos negar que el hombre ha cambiado de actitud, pero a 10 que mas

se resislc es a los !cmas de las (arcas domesticas. No quiercn dividir actividades que,

supuestamentc, estitn (mica y exclusivamcnte en el campo de los debercs femeninos.

Estamos en el siglo XXI y la historia del miedo a un juzgamienlo que ponga en ricsgo la

masculinidad siguc sin sobresaltos. Entonces, todo cI quehacer de Ia casa cs incumbencia

de la mujer. Es duena de su casu pero no ticne un espacio totalmcnte suyo. Todo cs

compartido con los demas. Rcsulla que para ella no hay un rincon donde pueda descansar

de la lidia. Tampoco estar a sus anchas con su soledad, espacio necesario para que una no

se desplome.

"Cern! 1IIU1 pieza en el segllndo pi.w, inutilizada por 110 tener IIIZ,

y mande a Jweer un sauna. Los dermis creyeron que era afan de

sa/ud 0 vanidad, pero yo /zabia descubierlO que lin salina es como

UI1 hailo: lin /ugar de absoluta privacidad. Iba a ser el llnico sitio

37

cloude nodie me dirigiria /a palabra. La senora eSlli en el sauna,

{liria Zulema allele/uno: IIi siquiera tendria que menOr.

Ins/ate 111;SCI/OW. Me hice adicta ", (Josefil)J9.

";,Puede haber lIno sensaci6n mas excilanle (yalemar/zan/e, ala

vez, to recol1ozco) para IIno 1Il1ijer que el sentirse/nero del a/cance

de los demas, de los cercano.\" que la (lilian pero que simu/uil1ea y

stili/mente 10 a/wgan'!" (Camila)"o.

Claro esta que ni todas las mujeres g07...an de esc privilegio: poder

arreglar un cspacio para cstar sola. 0 comprar, 0 alquilar 0 hasta mismo pasar unos

tiempos en un hotel, 10 que sea. Entonccs hay que busear alternativas que estell de acucrdo

con sus posibilidadcs. Como un paseo a pic en algun parque, un pequeno viaje en coche a

algun Silio, no muy lejos, pero que Ie permita la soledad, 0 salir solita para hacer algo que,

normalmentc se haec en conjunto, como por ejemplo, cenar en un restaurante. Lo

importante es hacer de esc tipo de cosa una actividad constantc. Que se emplee la soledad

como un metodo para se reconstruir la autonomia. Tal ella I se haec con todos los metodos:

un paso de cada vcz sin que sc deje de Jado ninguna etapa.

lS Idem. ibidem. p. 71.~: Idem. ibidem, loc., cit. .

Idem. Lo qUI! esltl .... OJ). CII .• p.34,

38

"i\4iraba elliCucioS() (lctuor de Luciano en fa c()cina y recordJ que

anle.\"yo sofia ({/irmar que, sf en una pareja 10 iguoldad se

man(jeslaba en paridad i11leieclllaJ, la bated/a estava ganada,

re/egando /0 domes/ico a segundo plano, cas; a lin de/aile

seclIl1dario producto de la ohsesion de las primeras /eminis/(ls. EI

1iempo me 110dicJlO que eSlaba en'ada; si eI milne/a domeSlfeo no

se comparle, la brecha enlre /0 pliblico y /0 privoelo no se cerrara

ja/1lc;s"(sic) (Camilaru.

Compartir es una palabra muy rica. Porquc nos haec parte de un

todo, nos acerca de los demas, dcnota un cSlablecimiento de un cambio, nos incorpora en

alguna situaci6n. Cuando hablamos de compartir los deberes del hogar, la cosa se vuelve

atm. Porque aqui eSl1i 1a mas grande resistencia al compartimienlo. Los lrabajos de casa no

son para los hombres. Esl{t prohibido compartirlos con la mujcr. Y hoy dfa ni siquicra las

hijas, las otras mujeres de la casa, quieren compartir tales tareas. Perfectamcnte

comprensiblc porque, al observar 10 que pasa a las madres en sus casas, aun en los dias de

hoy. las chicas no quieren ni pensar en la idea de que puedan, en el futuro, repelir la

historia de su madre. Por un lade eso es muy bueno, porque sc construye la esperanza de

que csas hijas intcntaran formar una pareja que sepa compartir los quehaecres domcstieos.

Pero para el momento, eierran hileras con los demas miembros de la fhmilia, dejando todo

ellrabajo para "Ia reina del hogar".

Veamos 10 que diee Marina COLASANTI:

41 Idem. ibidem. p. 199.

39

"Camparfir es, al final, vivir en armonia con eI ofro. Es como

andar de tandem, aquella bidcleta para dos cie/is/as que s610

jimciona rea/mente sf las peda/adas eslim en el mistno rilmo, y si,

sabre (odo, los dos quieren irse en 10 mEsma direcciim. Campartir,

pOl' 10 fanto, no es Ian s610 dividEr (areas y obligaciones, es es/ar

jllnlo en el modo de verla vida, es Iwcer de los propios

sentimientos una area livremente transitable. Y eso s610 se

consigue con intimidad" 42

y con la palabra las voces de nuestros personajcs:

"- Oh. Virginia dande quiera que estes, en e/ cielo 0 en eI irifierno,

o si decidisle permanecer en el oceano helado, iescllcha mi

plegaria de grati/ud! A Ii Ie debemos muchas casas, pero la que

mas: fa habifaci6n propia "(sic) (Maria)43.

"Una cama no puede SER de dos personas. Se puede compartir a

veces, preferentemente en invierno. Pero fa minima dignidad para

lin .'IeI' hW1Iano es ser dueno de su cama. Y no 17abfemos de una

cama comparlida fuego de IIna pefea. Dormir al !ado de lin

hombre que uno odia es parecido a la violaci6n" (Sara)44.

"- Nunca mas el mismo dormitorio con un hombre. iSi tener lIna

cama propia es 10 minimo como af>piraci6n! Son al menos ocho

horas diarias contra mi cuerpo, es e/ objeto con e! cllal mas me

~2 Mulher daqui pra frente, p. 125.Traducci6n librc de la investigadora.H Marcela SERRANO, Nosotras que nos quercmos tanto, p. 232.~~ Idem. ihidem, p.233.

40

c011laclo durante la vida. I.Como 110 poder al me/lOs deci,. a esle

lugllr, esle ree/ullgula illocellte, ES MiO? " (Marfa)'~5.

Estos tres trechos si no fueran tnigicos, nos darfan risas. Y a1

Icedos, mas gallus {enemos de aplaudir a LA WOOLF:

.,En Un Cuarto Propio" "ega a imaginar la vida de una sllpuesla

hermana de Shakel]}eare y analiza las condiciones en que

e.Kriloras como Emily Brullle Y Louise May A/coli desarrollaron

Sil obra (genera/mente en los momellfos en que 110 eSlahan

oClIpimduse de que/weeres donu}slicos). L/ega a /a conclusion que

para puder escrihir las ml!ieres necesitan una habilaci6n propia y

sue/do que les permifa sohrevivir sin mayon~.\·

preocllpaciones ",46

Aqui, la escrilora inglcsa habla eslricLamcnte de la soledad para

escribir, en un ticmpo cuando las mujeres a(1O no podian, muchas vcccs, utilizar sus

verdaderos nombrcs para asignar sus tcxtos, sus obras. Elias ten ian que usar seud6nimos

masculinos, prcstando nombrcs de sus hcrmanos y padres u olros conocidos. Pero, de

cualquier forma, LA WOOLF alz6 voz en Ja defensa de las mujcrcs, hizo valer la pena sus

escritos, su talcnto. Tanto cs asi que para trasladar esa situaci6n para las intrincadas

situaciones entre 1<1 pareja, el ejemplo de mantener espacios separados para cada uno de los

~~!delll. ihidem,/oc. cit.~6Elara RHEA, Trcs ,loemas de amor. Disponiblc en:<http://ww·w.clbcso.cl/EIFcstinElara_Rhca_Tres_Poemas.htm> Acccso en: 22 mar. 2004.

41

conyujes, basta con s610 un paso. Alcntemos para el dctalle de que Ia proposici6n de LA

WOOLF aconteci6 en 1929. Y eI ticmpo ha pasado, comprendemos el recado pero, de la

lcoria a Ia practica ... i"n cnorme puente a cruzar aun!

En su obra Segundo Sexo, Simone de BEAUVOIR afirma que no

se nace mujcr, se haec mujcr.

I.Esfa afirmaci6n pone et ((cenlO en et heel/O de qlle ser mlljer,

historicamenle siempre 110 e.wado ligado a WI des/ina de

cOlljinamiento a pape/es /emeninos rigidos y limitanles - por

consiguienle 10 muje,. se JUIce a causa de la edllcaci6n y de los

condicionamentos .'iodates - y, (II 11Iis11I0liempo, relega a fa

il1.\"ignijicancia de 10 bilOgico 10 simple realidad de nace,. muje,., 10

clIa/ asume toda el significado en et inferior del orden social,

siempre mds constrictivo para las 11ll!ieres que para Ius

hombres ". 47

No podemos olvidarnos, cn esta investigaci6n, de 10 que ha luchado

Rosario CASTELLANOS, la poetisa mcxicana, en favor del gencro fcmenino, cuando

descubrc que era tun oprimida como todas las otras, las mujeres mcxicanas. Desde

cntonccs puso su litcratura a servicio de la causa femenina. Ese despcrtar para la literatura

cs asi dcscrita por ella misma: ..Escribo porqlle yo, 1111 dia, ado/escentel me incline ante lin

e.\pejo y no habill nadie ".48 He aqui un pocma que publica junto a otros que componen su

obra I'ocshl no crcs tu:

47 Wanda TOMMAS1, op. cil., p.20-21.

42

Economia domeslica

He aqui fa regIa de oro, ef secrelo del orden:

lener un silio para cada coso

y Icner

cada coso en SII sitiv. Asi arregle mi coso.

Impecab/e anaqllef ef de los libras:

un apartado para las novelas,

olro para ef ensayo

y 10poesia en fodo /0 demas.

Si abre,\' /lnG aJacena huele a espliego

y 110 confimdiras los mallteles de linD

con/os que se usan colidianamenle.

Y hay lamhhin 10 vajilla para fa gran ()casi6n

y 10 o[ra que se lisa, que se rumpe,

y mlllell esf(1 compleJo.

La ropa en Sll cajim corre.\pondienle

y los mllehles guardando las distancias

y /0 composicion que los haee armoniosos.

Natura/mente que fa silperjicie

(de 10 que sea) e.!ill;pulida y !ill/pia.

Yes lambit!n natllral

que elpolvo no se esconda en los rincones.

Pero hay algunos casas

-IS Aplld Beth MILLER, Uma (:onscicnci::afeminista: I~osario Castellanos, p. 8.

43

que provisionalmenle c%qlle aqui y aiM

() que eelu; en e/ lugar de 10.\'Ircbejos.

Algunos cosas. POI' ejemp/o, un lIanlo

que 110 se /loro 1Il1l1ca;

linG nostalgia de que me dis/raje,

1111d%r, lin d%r del que se bar/'o el lIombre,

Imjllramento no cumplido, 1111ansia

que se desvaneci6 como el perfume

de lin /raseD mal cerrodo,

Y relaz()s de liempo perdido en clla/quie,. parle.

£slo me des(fz()lIo. Siempre digo: mwlol1l1 ...

y fuego olvic/o. Y ffluesfro a las visilaS,

orgill/usa, una sa/a en la qlle resplandece

10 regia de oro que me diu Ill; madre ../9

Como podcmos percibir, nunea fue facil ser mujer cn cualquicr

liempo. !-loy ya vivimos en situaci6n bien mas c6moda que nuestras ancestrales y quizas

nuestras hijas y nietas puedan vivir mejorcs tiempos aun. Pero, para vivir el nuestro

ticrnpo, crcernos que la soluci6n punlual para los sentimicntos de desolaci6n, de orfimdad,

de dependencia y de pcrdida de nueslras propias personas, esta en la construcci6n de

espacios para el ejcrcicio de la soledad.

49 Aplld Belh MILLER, Uma conscicncia feminista: Rosario Castellanos, p. 103.

44

"Villi solfl coso es Ilece!mria: la soledad, la gmllsolei/ad illtima. Camillor ell sf miS/no y, durallte

"OrtiS, 110ellcolltmr a Ilmlie - es a esto que espreciso lIegar"

(Rainer Maria Rll..KE) 5U.

50 Op. cil., p. 118.

45

CAPiTULO III

Nosolras, las olras y ... ellrabajo

La dignidad que e1 trabajo ofrece a Lodas las personas, ni siempre

esta al alcancc de las mujeres. Muchos son los factores que impiden que elias busquen un

elTIpleo. Desdc la simple faha de tiempo debido a las tareas domcsticas hasta la dcclarada

prohibici6n de su pareja.

"Sofia IIsaba colonias de hombres y 110 habia ji/lro entre SII

pensamienlo Y .'Illplliabra.( ... ) Se !Omaha la pro/eshjll en serio y las

formas bastante en broma. Trabajaba en 1111 hospital - donde

conocio a Alfonso -; ademas de .'ill consulfa. Cosa rara para ml: se

gal/aba la vida y 110 necesilaba ef dinero de Alfonso" (Blanca»)I,

Hubo una cpoca en que las mujeres no Lrabajaban fuera de easa y el

marido era el proveedor del hogar. Dcspues, hubo la epoea en que la lueha por salir de casa

para trabajar y ayudar con los gastos domiciliares fue muy larga y sufrida. En un momento

posterior, el desco de sentirse aceptada socialmente pasaba por la linea de una profesi6n.

Hoy, nOSOfras, las (){ras, sabemos que no podcmos prescindir de una profesi6n, de un

empleo y del dinero que adviene de todo eso. Los tiempos modernos cxigen mucho de las

SI Marcela SERRANO. I~ara que .... op. cit .• 36.

46

personas. Hay que trabajar, que compel if profesionalmentc con elros, haciendo con que

uno nunea pare de cspeciaiizarse en la area cligida, no importando para ello cl genero,

edad, posicion social de las personas. Como no dejaria de ser distinto en ese campo

lambicn, para la J11ujcr las cosas son mas trabajosas, perdonando cI juego de palabras. Los

motivos, los de siempre y haee mucho conocidos: las multiples funciones que tiene que

dcscmpci\ar para Ilevar en armonia los papelcs de csposa, madre, ama de casu y

profesional. Sin conlar con papeles sccundarios como cocinera, enfermera, preccptora,

consejera etc. PerD a lodos csos obstaculos nos sallamos porque es imperiosa Ia necesidad

de hacernos autosustcntables. Porque lambicn 10 sabemos que si eI futuro nos reserva

volver a vivir solas, sin la ayuda fmanciera que nos respaldaba el matrimonio, estamos

preparadas para subsistir, sea en el plano lisico 0 en eI social. Y si no fuera tan s610 por

clio, el lrabajo servini como una terapia, un espacio donde centrar nuestras atenciones y

hacernos sentir capaces y productivas.

Dice Camila: "Si mi siluaci6n en Washington goza de lIna relativa

eSlabilidad y bienestar, as gracia (II sue/do de GUS/(lVO y no al mio, 10 que no engrandece

precisamel1le mi allloestima". (Camila)52.

Justamente para huir de esc tipo de sentimiento descrito por

Camila, en las lineas arriba, es que urge que todas las mujeres de nuestro tiempo se hagan

profesionales, que trabajcn, que se ganen la vida. Porque eI trabajo, la dcmostraci6n de

capacidad productiva y, en consecucncia, el valor financicro que adquicrc de su labor,

j2 Lo que eSI:i ... , op. cit., p. 91.

47

mejora 1a autoestima de la mujer, 1a haee sentir mas prcparada para enfrentar a los otros

papc\es a que esta destinada. Es vital que una se sicilIa bien consigo misma. Que se

cncucntre con sus pensamientos desde el mas hondo de su ser y se yea como mujer

realizada, contribuyendo con su hisloria particular para la historia del mundo. Aunque no

la ponga en practica, ino es mllY bueno saber que podemos, a cualquier tiernpo, como nos

ha ensefiado LA WOOLF, construir nuesfra habifacion propia?

"- iPara que quieres scr projesionul sf Ie casaras conmigo?

Eso me d(jo Juan Luis cuando segui a Alfonso y elllre a la Escue/a

de Medicina. Que no tendria punlaje para enlrar, dijeron fodos,

que era linG carrera larga y sacrificada, que no serio una buena

madre can una profesi6n tan absorbente. (... ) La excelencia de la

seduccion, reian mis hermanos, no /a academica, en esa escuela

tan !lena de hombres. Era insoportable para Juan Luis. Que los

profesores y ayudantes fllesen hombres, que mls compafierus de

Cllrso fuesen hombres. Me marcaba los pasos, horario de clases en

mana, yendome a dejar y a bllscar a la facliltad. Que no ande em

micro, mi amor,que hay tantos de.w)rdenes ca!lejeros, que hoy

habra para de locomocion. Pia decia, qlli maravilla. Blanca, como

Ie protege .Juan Luis, ese si va a sel' un buen marido. Y Cl me pedra

que cambiase de carrera, en nombre de SII gran all/or" (Blanca)53.

Si nosotras cstuvieramos leyendo esa obra de SERRANO, Para

que no me olvides, y no nos preocuparamos en saber que es una edici6n actual, nos

53 Marcela SERRANO. ibidem. p. 61.

48

habriamos ahorrado una sensacion de dcsagradable sorprcsa. Sf, pues hoy db, en el siglo

XXI, es posible que escuchemos esa historia repetida al infinito. Porque no podemos

olvidar que somos l11ujeres y, por cocima de elio, mujeres da la America Latina, que, en

hablandose de genero, significa remctirnos a ]a imagen de la cl<isica figura del macho, el

proveedor, el reproduclor, el dueno, el senor. Quizils las personas que convivan en centros

urbanos mas desarrolados no sicntan tan fllcrtemente los danos que el machismo causa a

lodos. Pero las personas que trabajan con el ambito social saben 10 que significa esa figura

en las capas sociales menos favorecidas. iQue 10 digan las trabajadoras sociales! Toda

forma de oprcsion cs indigna. Pero esa, simplemente basada en la diferencia de los

gcneros, es la peor de todas. Porque se puede cambiar el juego en todas las opresiones, con

mucha lucha, sudor y sufrimiento pero, l.como cambiar de sexo? Va se ve que es una ardua

lueha esa, porque no depende de la voluntad de la mujer. Porque el contenido a ser

cambiado esta fuera, es exterior. Y depende del representante del genero masculino hacer

una vuelta atnis y eombatir el buen combate.

"A IInque algo de rabia me daba fa holgllra con que transcllrria IIf

vida, nadie - salvo yo - cOl1sideraba que fuese cllipa tllya el no

trabajar. DeSplU?S de todo, estabas recien titulada cllando debiste

acompanar a Juan Luis a Chicago a hacer el famoso post grado.

Ya cllando volvisle, con guagua chica y perdidas a tu haber, s610

pOl' disclplina interna aceptaste un puesto en un colegio. AI cabo

de lin ano, cuando caisle en cuenla que ganabas 10 mismo que III

empleada, 10 dejasle y gllardaste ellit1l.10" (Victoria)j".

5~ Idem, ibidem, p. 90.

49

iPobre Blanca, pobre Marfa, pobrc Silvia, pobre cualquier olra

ll1ujer! EI eSligma continua. Entre los discriminados, indigenas, pobrcs, mayorcs,

dcficientcs fisicos y una suerte de personas, esta la mujer simplementc porquc cs mujcr. No

imporla 5i cs blanca, eiegantc, educada, excelente profcsional. Si es l11ujer, quizits el

trabajo sea aun mas grande pero el sueldo sera siempre menDs que el del hombre que ocupe

posici6n igual en la cmprcsa. Es verdaderamcnte increible que hasla hoy, con tanto avance

tccnol6gico, con las capacidades contributivas de la mujcr en varios campos de la ciencia,

eso sea una convcnci6n aplicada como politica de las cmprcsas. Vcamos 10 que relata

SCHOSSER-FIORENZA, citado por Rose Marie MURARO y Leonardo BOFF:

"Vila invesligacilm de las Nacione,,' Unidas de 1980

comprendiendo 86 naciones, inc/uyendo los E.wados Unid0.5~

descubrio qlle las IIl1y'eresY fliilas, sin embargo complelan 10 milad

de la pob/acion l1I/1ndial,realizall dos lerc:ias de las hams de

lrabajo del mundu y reciben lin decimo de la rema mlllldial, siendo

propriefarias de menos de /Ina centesima parfe de la prupiedad

mundial, De Ires analfabelos en el mundo, dos son 11uy'eres,La

imporlaci6n de /a fecnologia y del desarrollo occidenlal no mejor6

el statliS ecol1om;co de 10 mlljer. Distintamente, solapa SIIS

reC:llrsoseean6micos fradieianales y Sll injlllencia junlo 01 Pllblico,

£1 .,'istemapatriarcal ecol1omicoes, ademtis de lodo, estigmalizado

pOl' el racismo, Todas las estadisticas demueslrall,

COl1s;slenlemenle,que las mujeres negras ganan menus que sus

hermanas b/ancas, Sufren porIa opresi611patriarcal Ires veces

mtis, plies el racismo y la pobreza son ecof1(imicamenleaprobados

50

por eI sexismo, una vez que fodos los hombres americanas ganan

mas que tadas las 111lfjeres americanas".55

Como si no bastaran todos esos tipos de situaciones, la mujer min

liene que lidiar con otro, que viene, a 10 largo del tiempo, siendo muy divulgado por los

medios de comunicaci6n:

"- Mi if4le, un viejo huev(m, me asedia permanentemente. Yo no Ie

he parada el carro, tan agradecida estaba pOl' lener una paga. La

acompaiie en un par de fragos por un puro problema de

sobrevivencia.

- Y si file (lsi, ~ pOl' que fe dCJpidi6?

- Porqllc me ncglle a safir con et esfa noelle. Ya 10 hiee ayer y ofro

par de veees, dejando a Bernardo solo 0 dande mi mama. Aguante

a ese asqucroso, que tarde () temprano iha a querer /legal' a la

coma. Hoy sencillamenle Ie dije que no. Me amenazo y 10 mande a

fa mierda. Conclusion, que no vo/viera mas, eso me dijo!! (Victoria

y Blanca)56.

Sf, estamos hablando del acoso sexual. Antiguamenle, las mujeres

ni siquiera abrian la boca para comentar con sus amigas. Hoy, gracias a la divulgacion de

los derechos de las mujeres trabajadoras, elias ya no se limitan al sileneio y a las

exigencias del patron. Busean sus dereehos, haeen denuncias y no m<is temen ser

55 Rose Marie MURARO y Leonardo BOlT, Feminino e masculino, p. 55-56, citando a SCHUSSER-FIORENZA, As estrutUnlS do patriareado e 0 discipulado de iguais, en su libro Pero ella dijo. Traducci6nlibre de la investigadonl.

56 Marcela SERRANO, Para que ... , op. cit., p.45.

51

discriminadas 0 mal intcrpretadas. Porque hubo un ticmpo en que de victima la mujer

pasaba a culpable acusada como 1a causadora del problema, por ser ella una seducLOra y

traer en 51 los gcrmenes del pecado.

"Mi carrera pareda mele6rica y cada paso me exigia mas es/uerzo

que el anterior. La comradicci6n entre 11Ii vida profesional y mi

vida privada me atravesaba como /Ina lanza envenellada. No

necesilo ex/enderme sobre este punlo. Para las mujeres actuales as

yo 1111 fugar cOlmin. PreJiero abacarme mas bien a las s(!nsaciones:

siempre acecllUndo las lIamadas que no he conteSlado, la genie

que he dejado plantada, los requisitos hasieos del carif'ia qlle no he

cllmplido" (Josefa)57.

"Sci 10 que infenta decirme: el Irabajo es 10 tinieD que bajo la

ansiedad, 10 linic() que Ie sillia con la dislaneia necesaria para

el!/i'enlar al l11undo eXlerior. Y yo no puedo ni quiero lrabqjar.

Enlonces, /lena de envidia y de rabia conmigo, me decreto perdida.

Pero e/la no 10 sienle asi: SliS liltimasji'a.\·e.\· .'iOn optim;s/{Ij~ inc/wiO

jubilosas.

- jEs el goce, Jose/a, el goce que nadie conoce mejor qlle flit Mis

fapices son como Ius conciones, jSomos 1111 par de privilegiadast

i 'Fe das Cilento de la cantidad de pasion que ponemos en nueslro.\'

qllehaceres? Y las dos sabemos bien que es la pasioll la qlle genera

las energias.jl3endita somos!" (Violcta y Josefai8,

n Idem. Antigua .."op. cit., p,69,n Idem. ibidem, p. 30 I.

52

Esas dos citaciones arriba demucstran bien 10 que pasa con la mujer

trabajadora que consigllc exilo en su pro!esi6n: la vida se Ie vuelve loca, ajetreada,

oeupando mucho licmpo de su cotidiano. Y ella necesita seT mlly lista para repartir cI

tiempo que Ie sobra en muchas olras partes. Pero cuando a una Ie gusta hacer 10 que haee,

cuando se siente bien en la profesi6n que abraz6, las recompensas son mas grandcs que los

problemas que el lTabajo mismo pueda traer. Sin embargo, cuando la eleccion fue

equivocada y los caminos no ensei'ian una salida adccuada, podcmos cnconlrar esle alro

tipo de dialogo, como el que se pasa entre la duefi.a del alberguc para las mujeres lrisles y

una de las huespcdcs:

"- Pero Elena - excfama F/orcal1a, admirada -, jlienes 11I11jeres

muy deslac:adas aqui!

- No es raro - re.\ponde Elena -. sue/en ser las que eSlan 111(IS

Irisles" (Floreana y Elena) 59.

S9 Idem, [I albcrgue ... , op. cil .. p. 19.

53

"Mi juerZlI eSfti en la .WI/edad. No rellgo miedoIIi de las lI"vills tempestivas /ampoco de losgrmllies velllarrOlles ~ilIellos, jJlIl!!J" yo tamhiellsoy el O$Cllro de la /loclle"

(Clarice LISPECTOR) 60.

(,(I Disponible en <hllp:/lwww.cncanloscpaixocs.com.bripocsia909.htm>. Acccso en: 28 mar. 2004.

54

cAPiTULOrY

Nosotrwi, las olras ... .v el mllor

I-Ie aqui un pcnsamiento que no fX>demos dejar de considerar,

porquc csla muy bien cxplicado el amor por la vision de los generos, a vcr:

··La misma p%bra amor significa en verdad dos cosas d;:)/;ntas

para el hombre y para fa mujel'. Lo que fa 1Ilujer en/iende por mllOr

es 11110cosa baslanle clara: 110 es Ian .WJ/o devoci6n, es donacion

lOla/ de clIelpo y alma, sin restricc;on, sin consideradone.\" de

cllo/qllier e.wecie por 10 que quiere que sea. £5 esta ollsencia de

condiciones que Iwce de Sll anlOr IIna fe, fa Ilnica a que a.~pira el.

Cuanto al hombre. sf ama a una mll}er es ese amor mismo que el

(I"iere de ella; consecllentemenle, rJl eSlcl [cjas de pas/ular para sf

el mismo senfim;ento que encuentra ell /0 muje,.; si se enconlraran

hombres que experimentarlll1 tambien ese deseo de

abandonamienlO, ipor Dios que no serian hombres!" 61

"Supongo que mi silencio fue lI11aafirmaci611. Porqlle fue en ese

ins/ante precis() en que e/ nuis irracional e impulsivo de los miedos

61 NIETZSCHE, apud M. A. KRICH (selec.), Anatomia do amor, p. 288-289. Traduccioll libre de lainvcstigadora.

55

me ;'1\1odio: 110 el qlle habia experimelllado hoy en fa Iglesia de

Ocosingo, sino alro, mllcho menos limpido, desprovisto de toda

grandeza: el simpley llal10 miedo al amor" (Camilu)62.

jQue rara paradoja! EI amOf ... ino es el mas gran valor que

podemos tcner? l,No es el mas claro camino que nos conduce a la felicidad? l,Entonces de

d6nde vicnc esc miedo? Viene de la percepci6n de que, para que el amor sc real ice y traiga

en su vientre la Iclicidad, cs preciso la participacion de dos personas, si hablamos del amor

entre hombre y mujcr. Y amor es enlrega total, no admite medias actitudes. Sabemos que al

entregarnos al estado de amor, estamos ponicndo olra persona en nuestro vida. Que de alii

para delante, lendnl que haber una comuni6n de pensamicntos, de ideas, de objetivos que

atiendan a dos, no [mis a una persona solamente. Porque deberemos crear un espacio para

UI11 tercer clemento: 01 nuestro. Es en esc espacio que vamos formar las convenciones, 10

que se puede y 10 que esta prohibido en la nueva rclaci6n. Alii van a estar todas las

pequei'ias renuncias que uno haec en favor de la vida ados. Pues queramos 0 no, los

amantes son dos personas que vienen de historias familiares distintas, con h:ibitos distintos,

con dcseos distintos, que intentani.n esnlcr.lOs para que cI amor sobreviva, no perezca en

las borrascas de la cotidianidad. Es 10 que subraya Simone de BEAUVOlR : "E/ amor

allfentico deberia fimdarse en e/ reconocimienlo reciproco de ambas Iibertades; cada 1lI1O

de los omonles .'Iesenliria en/onces como e/ mismo y como olro; ningwlO renunciaria a su

IrClscendencia, ningullo se mUlf/aria; los dos jl/tllos descubririan en eI mundo va/ores y

62 Marcela SERRANO, Lu que est:i..., op. cit., p. 195.

56

Jines" 63 Como podemos percibir, la concrctizaci6n del amor cs exigente. Y aunque sea

doloroso alirmarlo, el amor es un bien que a lodos debe alcanzar pero es a los intn!pidos

que cl se presenta en lodo su esplendor.

';Lo que me vuelve loco es que no me escuche. Cada noche yo

podria escribir aqlli linG peqllel1a pieza de (res aetas, demoslrando

Ires situaciones diarias en que nO soy aida por e/, iQue Ie pasa?

;.Es que 110ticne tiempo inlerno para mil iEs qlle sencillamenle!ill

yo 10 rep/eta Jodo?

Me va 1I dar ellnce,.. Generare un cancer de pura desesperaciim

pOl' no ser escuchadu" (Violeta)64.

Esc cs un problema que puede deflagrar los comienzos del

desencuentro en la pareja y que acaba resultando en desolaci6n, ellyn medic ina pasa por el

camino de la soledad.

Cuando uno ya no pone atencion en las palabras fisicas del otro es

porque tampoco pone ;]tencion en los gestos, cn las setiales 0 en los c6digos que atestiguan

los pcligros que amenazan Ia relaci6n. Y por una cuesti6n de caracteristica del genero

masculino, casi siempre el term6metro de la relaci6n esta en la mujer. Es ella que presiente

que la situaci6n se esta dcteriorando. Es ella que intenta poner las cartas en In mesa, pero,

como es I1lUY comlm, casi nunca es oida. Se crea cntonccs ahi un circulo vicioso: uno

sienle, olro ignora; uno inlenta hablar, otro intenta callar. Y la relaci6n que empez6 tan

63Apud Wanda TOMMASI, op. cil., p. 192.6-1 Marcela SERRANO. Antigua ... op. cit .. p. 88.

57

sall/dable, se enferma. Quizas con una cnfermedad incurable. Y quiz{ls ello sea la causa

para que una piense igual que Blanca, el pcrsonaje de Para que no me o/vides que se

volvi6 afasica, como si la perdida de la voz fuera una senal inequivoca del proceso de

sufrimicnto que se soporta callada:

';i.Por que sera qlle con los amantes 11110/0 comenta todD y con los

maridos nada? ;,Se dard por sen/ado del matrimonio que cada IIno

conoce las percepciones del ofro y no vale la pena verbalizarlas'!

( ...) Poreee (11iC esa es la ley: 10 palabra para los amantes, ef

silencio para los e!.poso.\". Pero como nadie me ha el1seflado IIi

preparado para esle lema, tengo una duda grande: ;,ese silencio es

ef silenciu pleno de palabras que sobran () es et silencio gaslado

del cansancio? " (Blancat5.

"I-Iemos hecho el amor; //Iarido y mlljer amante.\·,peljecfameme

legal. Soy el eros collslImado de Ull Eduardo exciwdo y ansioso.

Me exci/o y ansio /ambhin yo. Todo se desenvllelve como

corre~pondey pierdv la compos/lira, como siempre con el, yeslo 10

desboca como (I 1111 caballo ciego y nueslro.\·gri/os son casi IIna

vergiienza. Todo anc/Ilvo bien, hashl eI momento posterior (II

orgasmo, a SII orgasmo. jCon razon la han lIamado alguna vez 10

pelit lIlorl! Acabar. Vaciarse. Descargar. £1 resliliada: placer,

alivio, paz. Yeso 10 /levo direc/o al sueno. Directo, he dicha. No

hay inlervalo. Ni 1111abrir de ojos para decirme qlle me af1la0, POl'

Ii/limo, para mirarme amandome. Nada. Se sepa/'{lde m! como s;

65 Idem. I~ara (Iue ... , 01'. cil., p. 187.

58

171111Cahubiese estado conmigo, se trasiado a SII propio bienesrar,

que es solamente .wyo. De.'Jplle,~·del a1/l0", Eduardo no comparle

noda. Acaba y se duerme, esc es el cicio. Nt lin raslro de fernura,

de (lcercamienlO, de cuidado. Yo me qlledo en la cama con los ojos

abierlos, min impregnada de la illlimidad que acabo de vivi,., y no

se me OClirre 011'(1 cosa que acariciarlo. Con temura, 110 con

pasion. Cuondo 10 oigo roncar, comprendo que lIlis c:aricias esUin

/Item de lugar. £1 se ha ido en eI momento en que et acto {ermino.

}'yo quedo abso/ufamente so/a, con et semen adentra, los alores

colgando de III; cUe'po, III; (11110"clando vllellas por et dormilorio.

Sin IIIla mana amiga (lue me reafirme luego de /a fusion que recilJn

he vivido.

VI/a vez mas he sido el deposito de Eduardo, /Ina vez mas me ha

{omado y me ha dejodo. Yo no Ie sirvo a esla hora.

ereo que 10 prox;ma vez dehel"ia cobrarle" (Violeta)66.

jCuan feliz rue SERRANO en esa descripci6n! Aunque sea para

deseribir una situacion de las mas tristes. Cuando se haee sexo desvineulado de afeelO.

Nosotras, las olras, crecmos que esa es la peor muerte del amor, pues es cuando

pretendemos sea la cntrega plena, total, de cuerpo y alma. Cuando decimos en el aelO del

alllor: "- T6mame, aqui estoy!" Cuando (Xmemos todos nuestros cariiios en un dulce

lrabajo de mostrarse, eseapimdonos por los paras. Y eI reehazo 0, nun peor, cl sentimienlO

de cosificacion, toma ellugar del amor, del afecto. Y se nos derrurnban los castillos. Y nos

queremos volver en la Bella Durmicnte: eerrar los ojos y dcspcrtar pensando que 10 que

paso nada mas fue que un malo slleilo. Pera cI desamor grita mas luertc. No nos deja

M Idem. ibidem. p. 81.82.

59

siquiera el beneficio del sueno. Y muchas veces nos qucdamos pensando en que especie de

moneda debemos cobrarle al nuestro compafiero por la sufridajornada.

Aqui se nos viene a Ia memoria algunas de las mas bellas palabras

que ha escrito Simone de BEAUVOI R sobre ese momento que, es tan especial para la

mujer: cl de la cntrega total sc si misma, cuando cuerpo y alma representan la unidad.

"Se sabe que el acto a11101"OSOexige de ella una alienaciim

projimda; ella se bana en eI fangor de fa pastvidad, los ojos

cerrados, anlmima, pcrdida, sentiendose conducida por las vagas,

cnvuella porta tarmenta, sllmergida denlro de la noche: l10cile de

la carne, de la origen. de /a rumba; aniquilada, ella se lltle a/

Todo, Sll Yo se extingue. Pero cllando eI hombre se separa de ella,

ella se encuenlra desechada sohre la tierra, sobre un lecho, denlro

de la 11Iz; retoma enlonces un nombre, un roslro; es llna vencida,

lina presa, un objeto. Es en(onces que el amor se hace necesario

para ella. Del mismo modo que lras el casligo el niFIO busca la

mirada tranquilizadora de los padres, es necesario que a traves de

los ojos del amante que la contemplan la mujer se sienta

reintegrada en el Todo del cllal Sll carne se descoll6

dolorosamente. Es muy raro que se sienta totalmente salis/echa;

aunque haya conoddo el apaciguamienlo del placer, ella no se

Ubert6 del envolforio carnal; .'I'll perturhaci6n se prolonga en

sentimientos; provocimdole la voluptuosidad el hombre la anexa a

sf y no la liberta mels. Ei, sin embargo, no experimen(a mas ning/in

deseo pOl' ella: y esta indiferencia de un momento no es perdonada,

con tanto que et Ie dediqlle lin senlimienlo inlemporal y absoluto.

Enlonce.~· la inmanencia del instante es ullrapasada; los ardientes

recuerdos no son mels recllerdos dolorosos peI'D sf UI1 lesoro; al se

60

eXlingllir, la VOlupfliosidad se vue/ve e.\peranza y promesa; e/ gace

sexual C,i }uslific.;ado; 10 fIIujer pliede aSlIl1Ii,. glOl'io!lamenle SII

sexuolidad porque la transciende; la perfurbacion, el placer, e/

desen. no son mas 1111as/ado, pero WI don; Stl ,:lIerpo no es mcis 1111

objelO: es /III cantico, una llama. Desde en/onces ella pllade

ablmdollarse apwiiunodamenle a la magia del erolismo; fa noche

se tram!ormo en luz; la amorosa puede ahrir los ojos, con/emp/ar

et hombre que ama y cuya mirada 10 glorifica; a troves de ella et

nada se tonw plenilUd de se,. y e/ ser se transfigura en valor: ella

no slicumbe nUls en WI lIIor de linieblas, peru es alzada para el

cielo como si lIlviera alas. £1 abandollo la tranforma en eX/(lsis

sagrado. Cuando rec:ihe et hombre amado 10 mlljer es habitada,

visirada como /a Virgen por e/ Espiriru Santo, como los fieles por

la hostia; eso explica la analogia obscefUi de los cimticos piadosos

y das canciones licenciosas: flO es que el WllOr mistico tenga

slempre lin caracte,. sexual; peru 10 sexualidad de amorosa se

revisle de un color mis/ieu. Mi D;O.5, Ill; adorado, Ill; seiior ... , las

mlsmas palabras escapan de los lubios de la sa1lfa arrodillada y de

/a amorosa tendlda en ellecho: una ofrece Sll carne a la imagen de

Cristo, eXliende las manos para recibir los eSligmas, apela para el

ardor del amor divino; la orta es tambien toda of rend a y espeta:

las imagenes del dardo y jlecha se encarnan en el sexo maSCI/linD.

En los dos casos, hay eI mismo sileno, el sueho injemli/, el slleiio

mistico, el slteiio ollloroso: extiflguiendose en el seno de 011'0,

existir soberal1amenle ". 67

Pero cuando succde cl reves de las palabras fmales de

BEAUVOIR, hacicndo de un momento tan especial para las mujcrcs un momento de

67Aplld M. A. KRICH (sclec.), Anatomia do amor, p. 297·298,

61

pesadilla, no es raro que imaginemos 0 que recordernos este tipo de pensamicnto que

siguc:

'Tuve /Ina vaga sensaci6n que mllcJlO mas tarde Sf.! me concretci

como pensamiento: el pensamien/o del desapego.

Ellellfo derrame del desapego" (B1anca)68,

"- Sabemos qlle el amor term ina, Ana. ;,Para que nos pasamos

peliculas? Las proyecciones al futuro son s610 protecciones.

Sabemos {jue loda relaci6n mllere. T,; dices que se tran.iforma.

Claro, iell esa cosa calenli/(l, blanda y comp/acienle! ;,Que

energia hay en eso'! Sabemos que fa pasion no es elema. Sabemos

que IraS IIna relaci6n .'i'imbi6lica se esconde s610 el terror a 10

soledad. }' ese terror es el que Willa la forma de la iel/llilia.

Engendrar hijas para que lot/os se posean lInos a olros.

ahogfindose" (Maria y Ana)69.

jEt miedo a la soledad! Si es ella la medieina para el sentimiento de

desolaei6n que sufrimos, vez u olra, (.por que lemer a esc tiempo que es tan solo nuestro,

que nos enscii.a nuestro yo, que nos apunLa eaminos sin interferencias ajcnas? No podemos

haecr del miedo a la orfandad la ealapulla que nos impcle a estrechar lazos, celebrar

uniones. Ninguna relacion sc sosliene cuando empieza por las mOLivacioncs equivocadas.

68 Marcela SERRANO, Para que ... , 01'. cit., p. 103.69 Idem. Nosolras ..., op. cit .. p. 156.

62

"J\1e senlfa como unG casa con sus rinCOl1es, recuerdos e

inlimidades qlle et afro I1Il11Ca apreciara en slIjusta dimensi6n. ( ... )

Ali legilima reserva es ahrir la pllerla de mi casa y dejar emra,. a

/a genie en /a jllsta medida de mi deseo: algunos al hall de

ell/rada, olros hasta el salOn. No mils alia. Los dormi/orios, 10

solita, los patios de/pmdo, son mios" (Joscfa)70.

Esa es una situacion que ciertamentc es lranscurrente de las

diferencias entre las caractcrfsticas de los hombres y las de las mujcrcs. Como noSolras, las

Dims, somos minuciosas, nos ponemos atentas a los detalles, de que, en 1a mayo ria de las

veces, los hombres ni si dan cuenta. Entonces nos sentimos en menos, despreciadas,

dcsvalorizadas. Y nos volvcmos rescrvadas. Y ahora, felizmente, ya nos damos al derecho

de elegir hasla donde vamos dejar que las personas nos adentren. Porque ya sabemos que

aunque no nos dislanciemos de las personas, de los silios habituales, podemos crear delltro

de nOSOlras mismas, un espacio exclusivamente nuestro, nuestro rincon de la soledad. Una

puedc ser una cxcelente compania para sf misma. Es Ian s610 una cuesti6n de descubierta.

AI fin y al cabo, el amor y sus relaciones son para personas valientes. Como 110solras, las

011"(1S,10 somos. Y como sabemos que ei es imprescindible, que no podemos mantcnernos

alejadas de el, que nacimos para cl ejercicio del amor, 10 mejor que hacemos es cuhivarlo

de la mejor manera posible.

Es 10 que continna Violcta, uno de los mas ruertcs personajes dc Marcela

SERRANO:

70 Idem. Antigua .. , op. cit .. p. 75.

71 Idem, ibidem, p, 355.

63

"-Iguallengo miedo. £.0;/0 del amor ... Temo .. ,

-Amaremos Q como de lugar - me dice con vehemencia -; pOl' 10

tamo. temeremos. iNo es ese nuestro destino? Reellerda, Jose, al

iill(lI todos serenlOS juzgados sabre el amor y por el amor, nada

mtis" (Violcta)71.

72A IIaixiio segundo G.H., p. \6-17.

64

"Si lellgo coraje, me dejllre seguir perdida. Perolellgo miedo de /0 fluevo y lellgo miedo de IIivir/0 que 110 ellliem/o - quiero siempre /a gartlllliade por /0 mellos eslar pellslllldo que elllielllloJ

110Sl:! elllregarme a la desorielllacioll. iComo see:..p/ica que lIli 1I1(IS grtlllt/e miedo seaexaclamellle ell re/acioll: 1Iser?"

(Clnr;cc LISPECTOR) ".

65

CAPiTULO V

Nosotrlls, IllS otras ... y III soledad

"Durante quinc:e 1I11osfueron parte de un todo mayor. El partido:

1It1gran clierpo can innumerable .••brazos capaces de cubrirlos - y

manejarlos -. La co/ecliviz(lcion total de la vida: 10 cOlidjalla, la

mental y 10 qfecliva. NIlf1Ca eslllvieron solos: pensahal1 po,. ellos.

decidian po,. ellos, eslructuraha/1 SlIS vidas. LaZDS muy profundos

los lInion como en ella/quie,. secta () gliefO. Marfa y Sara crecieron

alii - en partido.~· d!ferenle!J~ pero ambos de Izquierdo 01 jin - y

aquella fue Sil Ilormalidad Aprelldieron del integralismo y de 10

co/ectiv() como antidolo 01 veuello del individuolismo. Lesfrenaron

y postergaron aque/fa Ilnica verdad: la de nllestra radical soledad.

Se nace solo, se mllere solo, se ES solo. Negaban esa esencia y

eran impulsados -sin reservas -a lIna enlrega casi lolal" (Anaf3.

Vemos por ese relalo de Ana, uno de los fbrmidables personajes

creados por SERRANO, como liempos de dictadura y represi6n actuan sobre las mujeres.

Se reprime todo 10 individual en favor de 10 eolectivo. No se piensa en nada nU1s que en el

7J Idem, Nosolras ... , op. Cil., p. 148.

66

grupo. Pero es mas 0 menDS as! que funciona aqueUo que la socicdad cngendra para el

desarrollo de la mujer. La union de esas dos caracteristicas. sociedad y tiempo de

rcpresi6n, rcsulta en una parceria [aLaI. Y hay que tener mucho coraje para sobrevivir, para

buscar alia en cI hondo del pozo, la mujer que quisicron sofocar. En ese camino, las

piedras a sacar son aquellas que nos impiden lIegar hasla la soledad. Porque no nos

cnscllaron la metodologia de la soledad. Al contrario, pcnsamos la soledad como un

estigm3, un horror, algo que dcbemos cvitar a todD costo. As! sicndo, "... fa soledad se

cOllvierle ell vocio, ais/alllien/v, abandoflo 0 deterioro. Se c:ree que 10 soledad es

fimdamcnlalmcllie carcnciu. Nuctie nos indllce a explorarla, cOl/oeerla,dialogar con ella,

fransfiJrmar/a en WI espacio de encuenlro feclmdo con uno mismo ".74 Pero en los dias

actualcs, se denomina como ultramodemidad la escisi6n radical con las maneras

tradicionales de socializacion. Y situaciones como la que sigue abajo ya no es pasible de

cncontrar Ian s610 en novclas. Pero en nuestro cOlidiano, con nuestras amigas 0 quizas, en

nucslra propia casa:

·'Por ella, comparliamos e/ defieo de soledad. La soledadfisica. A

medida que pasaban los anos /a valorahamos mas, como si Sll

carencia impidiera fudo jlorecimiento. Sin ella, Vio/eta y yo nos

marchitahamos. Nos reconociamo.\" como IlIlljeres de nuestro

liempo y no eramos tan ilusas C,,'OI1IO para no comprender que

nueslro liempo .'IecOIifahu/aha contra este inocente deseo. Fue

buscando esla soledad, entOl1ces,que V;o/eta dio con ese luga,.: la

caxa de/ molino "(Joscfa)75.

7~ Liliana MIZRAHI, La mujer transgresora. Disponible en:<http://usuarios.arnet.com.ar/lnni:aahi/tran/:,'l"csora.html>. Acccso en: 23 mar. 2004.

75 Marcela SERRANO, Antigua ...• op. cit., p. 23.

67

Aqui no lIega aun a scr una individualizaci6n como requiere la

ultramodcrnidad. Pero ya esta mucho mas cerca de 10 que propugnaba la modernidad. Aqui

se dcsca la individualizaci6n en su forma defmitiva, cs decir, ", ..como 10 capacidad y fa

(11110110111;0del indivitillo para cons/ruir Sli propia idenNdad, de produci,. S/I biografia,

planiflcar el curso de la vida sin necesidad de recurri,. a los medios sociales y morales de

la primera modernidad,.76

..He op/ado por 10 presencia permanente pOI'que Ie tengo miec/o al

abanc/ol1o. l.eOma es posible que 10 qlle mas amo se c011vierlCl en

/0 que mas perlllrha mi COlidioneidad?

Elllonces empiezo a pagar eada minuto de soledad. Reparro

hilleles: 01 cine lodos, 0 0/ I1111SCO en eJ radio-taxi con he/ados a fa

salida, y cUlll1do se cierra la p"erta saborea el silencio que han

dejado alras" (Joscfa)77.

Dice Liliana MIZRAHl: "Converlir la soledad en un enclleulro

con!ligo mismo es WIG propuesla transgresora en tanto implica la ruplllra con los

maudato.\· de enajenacidn que /uimos recibiendo a traves de la edllcacidn y a 10 largo de

l1ueslra hisloria". 78 Es por cUo que loscfa paga el prccio por cl silencio tan descado. Para

76 Lili:mu MIZRAHI. La mujer ...• op. cit.77 Marcela SERRANO, Antigua ...• op. cit., p. 69.73 Uliana MIZRAHI. La mujer ... , op. cit.

68

que se pueda ejerccr su soledad, para que nadie Ie robe el tiempo y el espacio donde puedc

estar a solas, evaluarsc, saber como esta, que quiere hacer, como hacer.

Cuando no hay como pagar, como arregiar un espacio para nuestra

soledad, eI afecto de quicn enticnde 10 que sentimos es esencial: "Tra!>paso calor de mi

mana a la de Victoria, siempre frio, y denlro de mi silencio me atrevo a afirmar que no hay

soledad que se compare a fa de ser una mujcr". (Blanca/9.

Quizas haya sido en esc tipo de soledad tan hondamentc pegada en

1a mujer, sent ida por Blanca y Victoria, que tambien quiso relratar Maria Luisa BOMBAL,

en las obras, La Ultima Niebla y Las Islas Nuevas, a lraves de sus dos proLagonistas que

eligieron la soledad como un espacio de libcrtad. La de La Ultima Nieb/a, que muy

significalivamenle no tiene nombre, deeidio crear para si un amante imaginario para podcr

soportar el tedio y la falta de amor de su marido. Fue una opeion para no perder de todo su

identidad, pues estaba casada con un primo que quedara viudo un ano antes, y que no la

cuidaba, no la trataba bien. Por 10 tanto, estaba reemplazando el Jugar de otra y la perdida

de Ia identidad vino naturalmentc. Entonces el amante imaginario fi..le10 que Ie resto, pues

no podia dejar de ser una mujer decente. Pero su imaginacion es un espacio privado. Yalla

ella puede todo. En el easo de Yolanda, la protagonista de Las Is/as Nuevas, ella es,

sugestivamente, un ser sobrenaturaL Y eI abandono del hombre, cuando descubre 10

especial que era Yolanda, senala la discusi6n del genero en la obra de BOMBAL. Cuando

el necesita entenderia, Ie da las espaJdas y se marella. Pero ella no intcnta revertir el orden.

79 Marcela SERRANO, P:lra {fue..., op. cU .. p. 140.

69

Prcfierc mantener su secreto, las alas en su cucrpo, y quedarse sola, eligicndo su bicnestar

propio.

..En aras de ello. por 1o lanlo, de la convencion, lui moldeandolas

de la/ monera, a las emociones, qlliero decir, que inevitablemenle

las Jlli aprefando, cOl1slrifiendo, 10 que eqllivale a confesar que las

lui cerccnondo. Probahlemenle, en el camino he perdido muc/ws

cosas por el miedo af riesgo y a posibles dolores futuros, segura

qlle a veees el presente se ha escapado, medroso, de lIIis manos y

se ha dejado sedlleir pOl' el :.•en/ida COI111I11,eI pear de fodos los

senfidos, el que mas adocena. Me cubr! de la pequei1a cobardia

diaria, esa que 110 alcanza a ev;denciarsc, la qlle st! v;ve

cOlidianamenle sin es/ruendo, para asegllrar /a libieza de andar

siempre derecha por los rie/es de /0 debido, dejando delras la gran

call1idad de pasos que Ian cOllllimente se pueden denominar como

iJltlpropiat/o!i. Asi, me atuve a lIna regIa unica: la seguridad. Yell

ella transite cada dia de los dias, hasla que 1111 go/pe hajo, Ian pero

/(111baja, me desordel1o loda/inea" (Camilatu.

NosOlras. la.\· olras, sabemos de que habla Camila. Sabemos de los

dolores, de las grandes dificultades que tcncmos para afirmarnos como individuos, como

personas. Sabemos de nueslras angustias, de JlUcstra dcsolaci6n. Sabemos del esfuerzo que

manlCnCI110S a diario para que no nos caigamos en la enferrnedad de nuestro tiernpo, la

dcprcsi6n. "La depresion slie/e ser un simoma qlle con/iesa y demmcia la Irisfeza ante la

negacion de condllclas el1(!.iel1adas de miedo y que son expresiol1 de IIna profunda

~o Idem. ibidem. loe. cit.

70

dependencia y de ta ausencia de tina conciencia rejlexiva. La t";sleza por una mismo

IIIlicha.\' veces sirve para cllterarse y ponerse en contacto con aspectos de la propia

persona/idad de 10,\" que illlentamos manlenernos aporlado.\' ",81 Pero asi como Camila

tambien 110,'iQlras, las alras, saremos que tenemos que enfrentar el micdo de "ser", Que

debemos malar a los dragones, enfrcntar a las brujas y a los maIDS caballeros. Y que

debemos arrojarnos en cl espacio de la soledad porque nadie va a hacerse de gub y

lIevarnos por las manos hasta alia. Ese es un camino para cada una. Una. A cada vcz.

81 Lilian ••MIZRAHI, La mujcr ... , 01'. cil.

71

"SEXO FUERTE

y tieciT,lIIujer, que Ie juzgllroll provl!lIielltede fa CO.\'Iil/u10rl11os(Idel hombre,como 1111slIbprodllcto de/macho,

a quiell debes servir ell respetllO!'w si/ellcin.

y tledr, J1IlIjer, qlle Ie comp{l{/ecesde las limilaciolles de til consorte,

Jrtigil especimell que se fillge duerlOtall .wHopara ~illbYllgar,metiroso.

y tiecir, IIIl1jer, qlle debit/e aparelllll!J',IIi, parte mas fuerte de /ll es/rllclllrtl l"mulIIn,pam qlle III compmiero se sielllu illvellcible,

rohustecido por III up/aliso.

Y decir, lIIujer, qlle, COli el p"sar de los sig/os,escom/isle /uihilmellle tll/llena illlrillsecli

para que 10,\'varolles de III cOllvivenciu110 fie .~illtierall COII/rOIlIIll/OS COil Sll debilit/(I{/.

y tleciT, IIIl1jer, que, etlll superior hilmi/dad,oisle (liS reprimemlas de los sermones domillicafes

que Ie aClIsabl1ll lie ser lemplo tiel tlemollioillstrllmellio tie perversiOn de los hombres tie Dios.

Y tlecir, IIllljer, que, II pe.'illf tie lallta illjllsticia,uo rtIsgaste ellibro tiel Genesis

tampoco coudellasle la eMruclllra illjtlsltlque illielltil fwcer de Ii 1111ser mellor

jPobre hombre!iTfllllo te feme que Ie amordllza!"

(Solange RECH) 82.

S! S:lcerdocio l'oCCito. p. 128.

72

CONCLUSION

AI cmpezar Ius investigaciones para este trabajo, teniumos una idea

equivocada de 10 que fuera soledad. Se nos pasaba algo como un sentimicnlo no muy

agradabJe, que lacaba las 1imbrias de la tristeza. A medida que avanzabamos en las

lecluras, tal como el sol despues de un dia ccnicicnlo, los pensamicntos se volvicron

embebidos de claridad. Dc una margen a Olra del rio, un caudal de sentimientos.

En la soledad necesaria para las Icelums, mantuvimos un contaclo

!TIlly eSlrecho y Heno de revcrencia a lodas las ofras que ensancharon el camino para

l1osotras, las afras, que todavia 10 recurrimos. Nadic permanece inc61ume cuando inicia 0

profundiza conocimicntos acerca de los pensarnientos de personas como Simone de

BEAUVOIR, SANTA TERESA de Avila, Virginia WOOLF, SOR .lUANA Illes de la

Cruz. Listamos tan s610 csas para no extcndcrnos mucho. No serfa dcmasiado recordar

aqui la bellcza de un cantico desarroJado pDr Jas Illujeres de ayer y de hoy, como en un

coro griego, a pedir, a los dioses y a las diosas, una mirada acogcdora hacia las ulmas

fcmeninas en busca de la fclicidad.

Qucramos 0 no, esc cs el objetivo: la felicidad. Quizas las

corrientes filosoficas, los avances tecnol6gicos, las exigencias de la participacion social,

hayan contribuido sobrcmanera para que la vida se volviera complicada. Y muy pocos son

los afortunados que lIegan a pcrcibir que e1 cje de la cucsti6n eslft en la contramano de la

historia: en la scncillez. Una sencilJez tan cficaz que podria prcscindir de altos estudios

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para llegar a la conclusion de que 10 soledad es una necesidad de los individuos, que lodos

prccisamos un espacio y un tiempo para cstar solos, minindonos en el espejo que tan s610

rcOcja aqucllo que somos.

Hemos dicha, a 10 largo del texlo, que esa mirada en eI espejo es

cosa para vaiienles. En verdad 10 cs y 10 afirmamos una vez nuis. Yaqui se eslablece una

paradoja muy intercsanlc si confrontamos la expresion sexo debit con los discursos

femeninos sabre soledad. Que no nos qucpa duda que en ese jucgo de fuerzas, la mujer

gana con gran vcntaja. Siguc su lueha por un espacio suya, que abrigue su soledad, porque

reconoce que es en 61que podni buscar las encrgias para soportar tada 1a carga que deliene.

Esa carga, tan pesada y dolorida, alimentada por siglos de opresi6n, s610 abandonara las

espaldas de las ll1ujeres si, cada una a su vez, mirarse al espejo y no mas preguntarse si

existe alguicn mas bella, espejo, espcjo mio. La libertaci6n que viene paso a paso csta

basada en prcguntas mas serias que esa. Sercmos todas libertas cuando sepamos quienes

somos, 10 que deseamos, que haremos y por que 10 haremos.

Como dice uno de los personajes de Marcela SERRANO, jl10 nos

pasemos peliclllas! Porque sabemos de la realidad en que vivimos. Somos

latinoamerieanas. Que no nos engaiien articulos de buena fe pues la figura del hombre

macho subsiste. Quiz<1.sen piel de cordero, 10 que todavia es pe~r. Porque nunca sabremos

si podemos bajar las annas 0, al reves, estar atcntas para presentarlas. Cuando todo 10 que

deseamos es unir ale-ctos, sentirnos companeras de vcrdad, iguales en humanidad,

e6mplices en la vida. Aunque todo conspire contra, continuamos haciendo nuestra parte:

can las laenas de casa, can los deberes profcsionalcs, con las atcncioncs muiliples para

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marido, hijo y hogar, hacienda vibrar cada fibra de nuestros cora7..0nes para que no se

calcifiquen, no entren en eolapso, no nos haga un eslab6n a menos en esa cadena que nos

necesila a cada una, imprescindiblemente.

Despues de leer mllchos tcxtos sobre soledad, se cre6 en nuestra

mente, una imagen que se rehusa abandonarnos. Es la imagen de una Senora de la Soledad,

una diosa muy dulce que haec de sus brazos 1a cuna tierna para acoger a tadas noSolras, las

ofras. Sin embargo, aunquc sea sufrida 1a separaci6n, ella nos estirnula a que dejemos esc

nida tan calentito, haciendonos seguras de que la fuerza de aque! abrazo nos ayudani en

nuestro sendero. Y que, si por acaso nos perdamos en sus encrucijadas, que volvamos a

tener algunos momentos de aeogimiento. Nos haee sentir que habra.n brazos para siempre.

La figura de la madre es tam bien un elemento muy [uerLe en la obra

de Marcela SERRANO. Seguramente por la experiencia de vida de Ia autora, que tuvo una

madre a quicn ncccsit6 sobrepujar en el talento artistieo, ya que ella misma era una gran y

conoeida eseriLora. Por ella encontramos muehos personajes que poseen relaciones

profundas y espeeiales con sus madres. Casi siempre los reeuerdos de la figura de la madre

aparecen cuando los personajes buscan sus momentos de soledad, de donde rescatan las

personas y los acontecimentos mas importantes de sus vidas. Pero eso es un tema que no

profundizamos en este trabajo por pensar que mereceria una invesLigaci6n en separado.

Para el futuro, (.quien sabe?

Por ahora, pasando de prop6sito el texto para 1a primera persona

del singulClr, digo que valorizare cada minuto que tmga con mi soledad. Cicrtamcntc

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recordare con carino de Marcela SERRANO y de 10 bien que ha traido sus libros hasta mL

Validare cada rengion que lei Y. que, seguramcnte. volvcre a leer. No me negare esc trocito

de tiempo y cspacio que me embala y recompone mis energias. Teogo la mcis absoluta

cerleza que pasanS momentos !TIlly agradablcs. Yo con mi espejo. Que ciertamcnte rencjani.

la imagen de una mujer en medio de un camino que, a causa del peso de su equipajc, a1

contrario de 10 que sc pueda cspcrar, se mantienc en pie y siguc caminando con la mirada

fija hacia delanle, atenta para las oportunidades de pequenas alcgrias en su vida,

vislumhrando un sendero lIeno de luz y calof.

CARPEDIEM

Yo no pienso nada.

TodD pucde ser.

T odo puedc no ser.

De las a')tillas que consigo

prcndo una hoguera:

ilummo y caliento

los laberintos

de esa caverna solitaria.83

Eso es 10 que esla en m; corazim.

8J Pocma inCdilo de auloria de In invesligadora.

76

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