oh soledad !!

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 ¡Oh, Soledad! es uno de esos libros que retan a las clasificaciones. Es difícil decidir en el estante de qué género se podría incluir. No es un libro de relatos, tampoco una novela y mucho menos una autobiografía, aunque una pizca de cada una de estas categorías espolvorean sus líneas. La psicoanalista y escritora francesa Catherine illot nos propone un via!e en el tiempo y el espacio. "us referencias constantes a #oland $arthes o %acques Lacan, con quien la autora se analiz& durante ocho a'os, trasladan al lector a la hoy a'orada (rancia de los )*. +ero el via!e de la también profesora del epartamento de +sicoan-lisis de la niversidad de +arís /000 no se detiene en la ciudad de la luz y pasea también por $udapest o (inlandia donde illot residi& de muy !oven con su familia. Entre otros destinos el libro recorre la +atagonia argentina retratada por el naturalista y escritor 1illiam 2enry 2udson, los horizontes pict&ricos de Caspar avid (riedrich o las historias e3traordinarias de Edgard 4llan +oe. En una época de ruido ensordecedor y cone3iones hipertrofiadas este volumen de la colecci&n La Palabra Extrema de Ned Ediciones es casi un regalo. na oda al silencio y al vacío de la p-gina en blanco para convertirla después en pura contemplaci&n. esde La Casa de la Paraulaconversamos con Catherine illot, invitada por el 0nstitut (ran5ais de $arcelona, sobre la soledad y su diversidad de matices. Usted cuenta que cuando tenía alrededor de 17 años se decía a sí misma que quería devenir psicoanalista y escritora. ¿Le gustan los destinos solitarios? ¿Así, ser psicoanalista es solitario? Creo que no es solitario de la misma forma que lo sería el escritor, quien en efecto, está solo cuando escribe. El psicoanalista de todas formas recibe visitas. Entonces quizás más bien diría que un psicoanalista es solitario en el sentido de que no se trata de una relación simétrica, de intercambio recíproco. En la relación analítica a! una no reciprocidad. "e modo que es una posición solitaria asta cierto punto. #o también me e dedicado a la ense$anza durante muco tiempo ! esa es también una situación en la que se tiene relación con otros, pero es una posición en la que de al%&n modo se está completamente solo. 'olo ante los demás. Así que, en efecto, debe ser que la soledad está inscrita en mi en todas sus formas. ¿En qué se relacionarían la soledad del analista: solo rente a su anali!ante" y la soledad del escritor: solo rente a la #o$a en %lanco?

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Entrevista a C. Millot

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Oh, Soledad!es uno de esos libros que retan a las clasificaciones. Es difcil decidir en el estante de qu gnero se podra incluir. No es un libro de relatos, tampoco una novela y mucho menos una autobiografa, aunque una pizca de cada una de estas categoras espolvorean sus lneas. La psicoanalista y escritora francesa Catherine Millot nos propone un viaje en el tiempo y el espacio. Sus referencias constantes a Roland Barthes o Jacques Lacan, con quien la autora se analiz durante ocho aos, trasladan al lector a la hoy aorada Francia de los 70. Pero el viaje de la tambin profesora del Departamento de Psicoanlisis de la Universidad de Pars VIII no se detiene en la ciudad de la luz y pasea tambin por Budapest o Finlandia donde Millot residi de muy joven con su familia. Entre otros destinos el libro recorre la Patagonia argentina retratada por el naturalista y escritor William Henry Hudson, los horizontes pictricos de Caspar David Friedrich o las historias extraordinarias de Edgard Allan Poe.En una poca de ruido ensordecedor y conexiones hipertrofiadas este volumen de la coleccinLa Palabra Extremade Ned Ediciones es casi un regalo. Una oda al silencio y al vaco de la pgina en blanco para convertirla despus en pura contemplacin. DesdeLa Casa de la Paraulaconversamos con Catherine Millot, invitada por el Institut Franais de Barcelona, sobre la soledad y su diversidad de matices.Usted cuenta que cuando tena alrededor de 17 aos se deca a s misma que quera devenir psicoanalista y escritora.Le gustan los destinos solitarios?As, ser psicoanalista es solitario? Creo que no es solitario de la misma forma que lo sera el escritor, quien en efecto, est solo cuando escribe. El psicoanalista de todas formas recibe visitas. Entonces quizs ms bien dira que un psicoanalista es solitario en el sentido de que no se trata de una relacin simtrica, de intercambio recproco. En la relacin analtica hay una no reciprocidad. De modo que es una posicin solitaria hasta cierto punto.Yo tambin me he dedicado a la enseanza durante mucho tiempo y esa es tambin una situacin en la que se tiene relacin con otros, pero es una posicin en la que de algn modo se est completamente solo. Solo ante los dems. As que, en efecto, debe ser que la soledad est inscrita en mi en todas sus formas.En qu se relacionaran la soledad del analista: solo frente a su analizante; y la soledad del escritor: solo frente a la hoja en blanco?No s si se puede, en el caso del psicoanalista, hablar exactamente de soledad porque la soledad frente al paciente no es lo ms importante. Con el paciente lo que es preciso es acoger su palabra. Lo que caracteriza la posicin del analista es que l no dice nada y si no dice nada es para poder acoger mejor la palabra del otro. Es todo lo contrario de lo que ocurre en la relacin humana ordinaria donde alguien habla y luego el otro dice: ah, pues yo tambin! o bien yo tampoco. En esos casos se corta en cierto modo la palabra del otro. En psicoanlisis tambin se corta la palabra del otro pero no de la misma forma.Por otra parte, para m, la pgina en blanco o la escritura tienen una relacin con el anlisis. Cuando escribo estoy ms bien en una posicin de analizante y dejo que surja lo que se me ocurre. De alguna manera cuando escribo practico la asociacin libre. Esto se nota bastante en mi ltimo libro [Oh, soledad!] en el que doy libre curso a las asociaciones.

Catherine Millot, psicoanalista y escritora. Entrevista realizada en el Institut Franais de Barcelona. Fotos: Manuel J. Mora.Qu dira que nos ensea Freud de la soledad originaria?Freud habla en estos trminos?. No s si Freud deca esto. En cualquier caso quiz est relacionado con el trmino freudianoHilflosigkeit.Un trmino, en efecto, vinculado con la experiencia originaria de lo que Lacan llamaba sin recurso. Lacan traduca el trmino alemnHilflosigkeitcon la expresin francesa estar sin recursos, es decir, no poder apelar al otro. Esto se traduce en francs tambin con el trminodtresse.Seria como una sensacin de desamparo en el nioen el momento en el que la madre no responde a su llamada.El nio cuando es muy pequeo atraviesa esta experiencia y aqu tenemos, en efecto, una experiencia originaria de la soledad en el sentido de ser abandonado.Lacan cita en uno de sus seminarios esta frase:El inconsciente, es que en sumauno habla solo. Uno habla solo porque uno no dice jams sino una sola y misma cosa salvo si uno se abre a dialogar con un psicoanalista.Qu relacin mantienen la soledad y el inconsciente?Pues no s muy bien porque pero no me acuerdo en absoluto de esta frase de Lacan. No me dice nada. Es cierto que uno dice siempre lo mismo. Es lo que se puede decir de lo que uno hace en el divn, hablar siempre alrededor de las mismas cosas. El trabajo del anlisis es dar vueltas y rodearlas cada vez de ms cerca con respecto a un punto. Lo que dira Lacan entonces es que se est solo salvo que uno vaya a un analista? Lo encuentro un poco curioso. El anlisis sera el nico lugar donde uno no est solo, donde uno es escuchado. En todo caso s es cierto que en un anlisis uno es escuchado y en ese sentido no est solo.

Catherine Millot, psicoanalista y escritora. Entrevista realizada en el Institut Franais de Barcelona. Fotos: Manuel J. Mora.LeyendoOh, soledad!pens en el libro de Pierre ReyUna temporada con Lacan. Para m ese relato es una suerte de paradoja. Cmo alguien que llega a la consulta de un analista, porque no puede continuar escribiendo, concluye publicando un libro sobre su anlisis. La soledad de la escrituratiene algo de liberador?Una temporada con Lacanquiz sea el mejor libro de Pierre Rey. Para m en todo caso, a diferencia de l, ms que acabar mi anlisis y escribir puedo decir que prosegu mi anlisis a travs de libros que he escrito. Interrump mi anlisis en la realidad pero prosegu mi anlisis a travs de la escritura de modo que si eso es una liberacin del psicoanlisis, tard mucho!. Quiz para m esa liberacin coincidira ms bien con el hecho de dejar de escribir, tambin.Usted se analiz con Jacques Lacan. Cmo era el Lacan analista?En los comienzos de mi anlisis con l lo que advert es que las intervenciones de Lacan eran un poco como en el judo. Es como si l utilizara lo que uno deca para darle la vuelta y al mismo tiempo hacer que uno se separara de alguna posicin en la que estaba anclado. Estuve en anlisis con Lacan durante ocho aos. Despus de su muerte retom un anlisis con otro analista con quien tambin estuve mucho tiempo. Mucho tiempo despus lo que me qued es que el anlisis con Lacan haba sido el ms importante. Para empezar fue un anlisis teraputico. Hubo un gran cambio teraputico. Otra caracterstica del anlisis con Lacan es que es algo que te pone al desnudo y por otra parte eso se produca de una forma bastante dura. Era un poco como ser despellejado. Creo que hice un segundo anlisis para recuperarme del primero, para darme cuenta luego que la verdadera funcin del anlisis, su lado ms decisivo, el filo de mi anlisis haba tenido lugar con Lacan.Marcel Proust, Clarice Lispector, Salvador Espriu, Natsume Soseki Todos ellos tienen en comn que en su pasin por la lectura y la escritura la cama fue un lugar importante. En su libro usted escribe: La cama puede ser el lugar a partir del cual se despliega la relacin con el mundo. Por qu?Digo esto quizs a partir de una mujer de la alta burguesa napolitana a quien conoc y tuve ocasin de visitar. Era la madre de una amiga, una escritora de libros de cocina, motivo por el cual era muy conocida y estaba vinculada con el mundo entero. La mujer no sala de su casa, no sala de su habitacin. Tena a su alrededor una especie de parapeto de mesas, estaba rodeada, con todas sus carpetas. A pesar de que en aquella poca no haba internet su relacin con el mundo y con sus lectores parta de la correspondencia o del telfono. Su relacin con el mundo parta de ese lugar donde se encontraba. Tambin cuando yo trabajo en la cama tengo el telfono y ahora internet, es decir, estoy conectada con el mundo, en efecto, desde la cama. Esto es durante una parte del da, la otra parte estoy con mis pacientes, de modo que a pesar de todo salgo de mi cama para recibir a mis pacientes.

Catherine Millot, psicoanalista y escritora. Entrevista realizada en el Institut Franais de Barcelona. Fotos: Manuel J. Mora.La cama no es nicamente un lugar de desconexin, pues?En cierto modo es cierto que ah uno puede recibir mensajes o tener conectada la televisin, aunque hace cuatro aos que no veo la televisin, estoy separada de eso.En cualquier caso a lo que aspiro es ciertamente a no estar conectada. Cuando era joven tuve muchas dificultades para hacerme a la idea de lo que era trabajar. Me puse a trabajar muy tarde, no me refiero a los estudios, sino al trabajo remunerado, al hecho de tener un oficio. Finalmente tuve que encontrar algo hecho a medida para m.En su obra ms que de una nica soledad usted habla de soledades. La soledad es una estrategia paradjica: sirve para evitar el riesgo que implica el encuentro pero a la vez genera sufrimiento. Estara de acuerdo?No tengo la impresin de que hable de eso en mi libro. Es cierto que s habra una soledad para protegerse de la relacin con los dems, eso existe. Pero hay una soledad que ms bien est abierta. Esa es una soledad que est tambin abierta a la dimensin de la contemplacin, a una relacin con el mundo y por tanto incluye tambin la posibilidad del encuentro.Pero la soledad tiene una dimensin tambin de sufrimiento. No muestra una visin de la soledad demasiado romntica en su libro?La soledad como sufrimiento existe pero no he destacado, precisamente, esta dimensin de la soledad que tiene ms que ver con la soledad angustiante vinculada con el abandono. Lo que he querido mostrar en mi libro es que haba soledades positivas que eran el suelo, la base, a partir de la cual se puede uno encontrar con el otro. En cierto modo es preciso haber asumido una soledad fundamental para poder encontrarse con los otros.La soledad en nuestro tiempo contemporneo parece casi un imposible. Vivimos una poca en la que aparentemente estamos hiperconectados. Siempre hay alguien al otro lado. De qu manera eso nos aleja cada vez ms de nuestra subjetividad?S, efectivamente, tratar de estar conectado en todo momento es un efecto de la angustia de la soledad. En mi opinin esto es muy nocivo precisamente porque te separa de una dimensin esencial de la vida que consiste en una relacin contigo mismo en la soledad. Para m, eso es algo fundamental.La eleccin de la soledad ha tenido siempre dos caras: la celda o el desierto, escribe. La soledad es una eleccin?En la historia de la religin cristiana hay toda una cultura del aislamiento voluntario. Y este aislamiento voluntario ha adquirido dos formas. Por un lado adquiri la forma monstica, cada uno solo en su celda pero en una comunidad; y por otra parte adquiri la forma del anacoreta, es decir, el que se retira y que est solo en el desierto frente a un espacio grande. En este caso se trata de la relacin de la soledad con el infinito. En relacin a esto, en mi libro tom dos ejemplos. Por un lado Roland Barthes que se situara del lado del monje que aspiraba a un tipo de vida comunitaria de este tipo pero que nunca lleg a realizar aunque le hubiera gustado. Barthes pasaba una parte del da encerrado en su despacho, es la idea de la clausura. Luego est William Henry Hudson que por su parte no sera exactamente el anacoreta porque el anacoreta est fijo en un punto del desierto- sino ms bien una especie de errante. En su caso fue errante durante mucho tiempo, recorri toda una parte de Argentina como un vagabundo pero lo que le gustaba era el desierto.Entran ganas de viajar leyendo su libro!Es verdad!La soledad ms deliciosa y ms apacible es aqulla en la que el otro est presente y no nos pide nada. Sera esta una soledad ms relacionada con la confianza, la comodidad o la familiaridad?S, esto es algo que Winnicott mostr muy bien. En relacin con la presencia materna el nio al mismo tiempo tiene su espacio. l habla mucho de los espacios transicionales. El nio tiene su propio espacio, su espacio de juego y al mismo tiempo permanece en el espacio materno. Esto tiene que ver con esa dimensin primitiva, se puede decir que es as como se construye la capacidad para estar solo, a partir de esta relacin con la madre: cuando la madre est ocupada en otras cosas y te deja en paz.Tiene algn libro a la vista?Ahora leo. Estoy en un momento de lectura. Nunca s cuando voy a escribir. Despus de un libro nunca s si voy a escribir algn otro. As que no lo s. Leyendo le doy vueltas a algo. Necesito espacio entre los libros que escribo.