universidad y progreso

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UNIVERSIDAD Y LIBERACIN NACIONALUn estudio de la Universidad de Buenos Aires durante las tres gestiones peronistas: 1946-1952, 1952-1955 y 19731975

ARITZ E ICIAR RECALDEEl Estado encomienda a las universidades la enseanza en el grado superior, que prepare a la juventud para el cultivo de las ciencias al servicio de los fines espirituales y del engrandecimiento de la Nacin y para el ejercicio de las profesiones y de las artes tcnicas en funcin del bien de la colectividad. Las universidades tienen el derecho de gobernarse con autonoma, dentro de los lmites establecidos por una ley especial que reglamentar su organizacin y funcionamiento. Una ley dividir el territorio nacional en regiones universitarias, dentro de cada una de las cuales ejercer sus funciones la respectiva universidad. Cada una de las universidades, adems de organizar los conocimientos universales cuya enseanza le incumbe, tender a profundizar el estudio de la literatura, historia y folklore de su zona de influencia cultural, as como a promover las artes tcnicas y las ciencias aplicadas con vistas a la explotacin de las riquezas y al incremento de las actividades econmicas regionales. Las universidades establecern cursos obligatorios y comunes destinados a los estudiantes de todas las facultades para su formacin poltica, con el propsito de que cada alumno conozca la esencia de lo argentino, la realidad espiritual, econmica, social y poltica de su pas, la evolucin y la misin histrica de la Repblica Argentina, y para que adquiera conciencia de la responsabilidad que debe asumir en la empresa de lograr y afianzar los fines reconocidos y fijados en esta Constitucin. Constitucin Argentina del ao 1949, Artculo 37, IV De la Educacin y la Cultura, inc. 4

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NDICE Agradecimientos Prlogo INTRODUCCIN I- Universidad, Nacin y Tercermundo II- Universidad, pas e historia nacional I- LA UNIVERSIDAD ARGENTINA -Un punto de partida: algunos debates historiogrficos acerca de la universidad de 1946 A- Clase media y juventud durante el primer Gobierno de Pern -A la universidad tambin se entra en alpargatas: minoras o acceso irrestricto -El peronismo y la participacin de sectores medios B- La universidad peronista de 1946 -El esquema de funcionamiento de la universidad segn la Ley N 13.031 de 1947 y la Ley N 14.297 de 1954 -El pensamiento de Ricardo Guardo -Breve resea biogrfica -Acerca de La Nueva Universidad Argentina 1- Ley N 13.031 de 1947 A- Gobierno universitario B- Sobre la autonoma universitaria C- Universidad y nacin D- Ingreso masivo E- Universidad obrera F- Universidad y desarrollo econmico nacional G- Universidad peronista e Iglesia 2- Ley N 14.297 de 1954 A- Gobierno universitario B- Sobre la autonoma universitaria C- Universidad y nacin 3- A modo de conclusin II- UNIVERSIDAD Y MOVIMIENTO DE LIBERACIN DESDE LA PTICA DE JOHN WILLIAM COOKE 1- Breve biografa de J. W. Cooke 2- Universidad y peronismo tras el golpe de 1955 -La universidad post 1955 A- Frondizi y la universidad -La cuestin educativa 8 9 15 15 20 24 24 29 29 37 43 55 57 57 58 62 62 65 67 68 70 71 73 75 75 76 76 78 84 86 87 87 97 99

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B- El ingreso a la dcada de 1960: Illia, Revolucin Cubana y fragmentacin de las corrientes de izquierda -El gobierno de Illia -Las incapacidades del Peronismo y el relanzamiento del Movimiento de la Juventud Peronista (MJP) -La UCR al gobierno -La revolucin cubana -Fragmentacin de las corrientes de izquierda C- Ongana y la universidad -La intervencin de la UBA - LOS POSTULADOS DE COOKE A- Acerca del peronismo: hecho maldito del pas burgus Grfico de Sntesis I B- Intelectuales y peronismo -Intelectuales y organizacin del Movimiento Nacional -La relacin entre las masas y los dirigentes combativos -Intelectuales y dirigentes: factores activos de concientizacin -Acerca de la teora revolucionaria en una nacin perifrica: principios tericos bsicos para la formacin de un movimiento nacional -Intelectuales y su funcin en la lucha ideolgica -Intelectuales y teora de la violencia: principios para una tctica insurreccional - La centralidad del legado del peronismo combativo en el programa de la universidad popular de 1973 Grfico de Sntesis II III- LAS CTEDRAS NACIONALES 1- Contexto poltico de surgimiento de las Ctedras -Las Ctedras Nacionales y la universidad de 1946, 1955 Y 1960 -La universidad y la izquierda liberal -Universidad y peronismo -El ingreso a la universidad de docentes ligados a la Iglesia 2- Los nuevos docentes de las Ctedras -Sobre la reformulacin de los contenidos -Corrientes internas y marxismo -Algunos debates internos 3- Las publicaciones de las Ctedras Nacionales: Antropologa 3er. Mundo y Envido -Antropologa 3er. Mundo: transformar la realidad en clave nacional popular y tercermundista -Proyecto intelectual y poltico en ATM: disputas y pasaje a la accin -Envido y el diseo de una universidad nacional, popular

104 104 105 106 108 113 116 117 119 122 126 127 127 127 129 129 130 133 135 139 140 142 142 142 144 146 148 151 153 153 158 158 159

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y antiimperialista 4- Las disputas dentro de la universidad: desarme de las Ctedras Nacionales y desaparicin de Envido y ATM -Ctedras Nacionales Ctedras Marxistas -El GAN: FAP, Montoneros y las Ctedras -Montoneros, FAP y las Ctedras Marxistas 5- A modo de conclusin IV- SOBRE LA ORGANIZACIN DE LA JUVENTUD UNIVERSITARIA CON POSTERIORIDAD A 1955 1- Las primeras agrupaciones estudiantiles peronistas 2- Las agrupaciones de la corriente humanista -Las transformaciones de la Iglesia -Las agrupaciones estudiantiles 3-Las agrupaciones del reformismo -Escisiones del partido Comunista en la universidad -El Frente de Estudiantes Nacionales (FEN) 4-Organizaciones de tronco histrico peronista 5- Acerca de la modificacin de la estructura mental en el estudiantado y la masificacin de las agrupaciones estudiantiles 6-Sobre las actividades de las agrupaciones peronistas A- Las agrupaciones peronistas con posterioridad a 1955 B- Las agrupaciones peronistas de fines de la dcada de 1960 y principios de 1970 La llegada de Cmpora y los nuevos desafos del estudiantado Sobre la divisin de las agrupaciones peronistas Sobre el programa de la juventud universitaria peronista en 1973 -Universidad y Nacin -Universidad y polticas de gobierno JUP, Montoneros y Pern: pujas, contradicciones, ruptura y pase a la clandestinidad V- UNIVERSIDAD Y TERCER GOBIERNO PERONISTA 1-El peronismo en 1973 llega al poder de la mano de la clase media -La clase media, el golpe de Estado de 1966 y la lucha armada -La unidad de las organizaciones militares -La CGT de los argentinos -El Cordobazo -Fin del auge militar: cae Ongana -Hacia el triunfo popular: Cmpora al gobierno- Pern al poder

164 166 166 168 169 172 174 176 183 183 189 191 194 195 200

205 210 212 216 217 220 221 223 226 230 233 235 236 239 241 243 246 248

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-Las primeras dificultades del frente nacional durante el tercer gobierno peronista 2- El gobierno de Pern -Enfrentamiento entre Pern y la Tendencia -La violencia de las Formaciones Especiales y el llamado de Pern al desarme 3- LA UNIVERSIDAD

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A- La UBA durante la gestin de Cmpora. Momento de irrupcin y ruptura del esquema universitario vigente hasta 1973 con la asuncin de Puiggrs como Rector Interventor 267 1- Asuncin 267 -Puiggrs en la universidad 267 2- El pensamiento de Puiggrs en torno al programa poltico y cultural de la universidad 271 -Breve biografa de Rodolfo Puiggrs 271 -El Proyecto de una Universidad Popular 272 -Una universidad genuinamente federal 272 -Una universidad sin aranceles 273 -Una universidad humana y humanista 274 -Una universidad participativa 275 -El Proyecto de una Universidad Nacional 278 -Nacin y autonoma universitaria 278 -Nacin y cultura 279 -Nacin y desarrollo industrial 280 -Una universidad nacional es una universidad antiimperialista 282 -Nacin y clases sociales 283 -La salida de Puiggrs 284 3- Las medidas ms importantes de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires en los primeros 90 das de gobierno universitario 285 B- La UBA tras la salida de Cmpora y durante la gestin de Pern. Desarrollo del proyecto de la UNPBA 296 -La renuncia de Cmpora: Pern en el poder y sus repercusiones en la universidad 296 1-Principales actividades desarrolladas durante la gestin de Villanueva 297 -La JUP y la Ley Taiana 301 2-Ley N 20.654: Ley Orgnica de las Universidades Nacionales 302 A-Universidad y desarrollo de la economa y de la cultura nacional 305 B-Sobre el gobierno de la universidad 307 C-Financiamiento e ingreso popular 307 -Una innovacin para el ingreso 309 D-Universidad y Nacin 309 -Contradicciones y dificultades polticas durante la gestin de Villanueva - La salida de Villanueva -Conflictos polticos nacionales y disolucin de los marcos 311 311

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institucionales de la UBA VI- CAE EL PERONISMO: LOS EFECTOS DE LA DICTADURA DE 1976 PARA EL ESQUEMA DE FUNCIONAMIENTO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL I- Ley N 22.207 de 1980 1- Atribuciones de la dictadura sobre las universidades 2- Aranceles y tasas 3- Eleccin del gobierno de la universidad A- Designacin de Rectores y Decanos B- Designacin de profesores II- La universidad en trnsito entre la dictadura y la democracia A- Los acuerdos de la Multipartidaria B- El PJ y la antesala de las elecciones de 1983 C-Tres Congresos para la Liberacin 1- El diagnstico de la universidad argentina 2- Sobre las medidas estructurales para la nueva universidad -Gobierno universitario -Ingreso -Normas de funcionamiento: Ley Taiana -Concursos y reincorporaciones VII-LA UNIVERSIDAD Y LA LLEGADA DE LA DEMOCRACIA 1-La paradoja de un gobierno que se dice democrtico y obedece la legislacin de la dictadura 2-La paradoja de un gobierno que se dice democrtico y que mantiene los docentes elegidos bajo la dictadura -La ley de Punto Final para la revisin de concursos -La ley de Punto Final para reincorporar los docentes cesanteados y perseguidos 3-Las resistencias del hecho maldito del pas burgus y el ocaso del gran movimiento nacional 4-Sobre los intentos de levantar las banderas de los Tres Congresos para la Liberacin VIII-A MODO DE CONCLUSIN RECTORES DE LA UBA DURANTE LAS GESTIONES PERONISTAS BIBLIOGRAFA ENTREVISTAS

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314 316 316 318 319 319 320 321 321 322 323 323 324 324 325 325 325 327 327 330 331 331 333 334 336 346 347 353

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Una gran cantidad de profesores, por razones de edad (tambin frecuentemente de posicin econmica) responde a un sentido reaccionario que a veces trata de disfrazarse de avanzado, casi siempre conserva, con relacin a cada momento presente, el atraso correspondiente a la poca en que inici sus actividades docentes. Mientras tanto, el pueblo sigue marchando y defendiendo ideas nuevas. Si quienes gobiernan los centros de enseanza no responden a ellos, no cabe decir que la institucin sea democrtica. A lo sumo, se podr decir que se gobierna a si misma, pero su gobierno ser hostil al sentimiento mayoritario de la Nacin. El rector o los consejeros que designe un Poder Ejecutivo libremente elegido por el pueblo respondern a la tendencia predominante y, en ese sentido, ser perfectamente democrtico: en tanto que esas mismas autoridades, an elegidas por el propio claustro, pueden ser antidemocrticas si la composicin del claustro que las elige no representa el ideario de la masa ciudadana. Se conoce bien la crtica a que se presenta la tesis difundida, pero se abriga el convencimiento de que asiste la razn y por eso, repetidamente se ha dicho que hay que dejar de lado las formas puramente externas de la democracia, para sembrar las bases de una nacin sincera. Dr. Ricardo Guardo, La nueva Universidad Argentina1, Bases para la Ley de Educacin Superior de 1947 La universidad no es patrimonio de nadie y pertenece al pueblo de Cuba, y si este pueblo que hoy esta aqu y cuyos representantes estn en todos los puestos de gobierno, se alz en armas y rompi el dique de la reaccin, no fue porque esos diques no fueran elsticos, no tuvieron la inteligencia primordial de ser elsticos para poder frenar con esta elasticidad el impulso del pueblo, y el pueblo que ha triunfado, que est hasta malcriado en el triunfo, que conoce su fuerza y se sabe arrollador, est hoy a las puertas de la universidad y la universidad debe ser flexible, pintarse de negro, de mulato, de obrero, de campesino, o quedarse sin puertas, y el pueblo las romper y l pintar la universidad con los colores que le parezca. Ernesto Guevara, Obras Escogidas 1957-1967 Y en los momentos decisivos, una juventud maravillosa supo responder a la violencia con la violencia y oponerse, con la decisin y el coraje de las ms vibrantes epopeyas nacionales, a la pasin ciega y enfermiza de una oligarqua delirante. Cmo no ha de pertenecer tambin a esa juventud ese triunfo, si lo dio todo -familia, amigos, hacienda, hasta la vida- por el ideal de una Patria Justicialista! Por eso, la sangre que fue derramada, los agravios que se hicieron a la carne y al espritu, el escarnio de que fueron objeto los justos, no sern negociados. Hctor J. Cmpora, Mensaje en la Asamblea Legislativa del 25 de mayo de 19732

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Las citas correspondientes a La Nueva Universidad Argentina de Ricardo Guardo estn extractadas del volumen de Pronko, Marcela, Coleccin Fragmentos de una memoria / Documentos, Libros del Rojas, UBA, 2000. En adelante los citaremos como Guardo (2000). 2 Cmpora, Hctor J., La Revolucin Peronista, EUDEBA, Coleccin Amrica Libre y Unida, 1973, p.80. 7

AGRADECIMIENTOS A Ernesto Villanueva, por el tiempo dedicado a la lectura de los diversos borradores y por sus valiosas sugerencias que forman parte de este trabajo. A Roberto Grabois, por su inmenso aporte cristalizado en largas reuniones de caf. A Mario Kestelboim, por toda su experiencia brindada desinteresadamente al servicio de la investigacin de la historia argentina reciente. A Mario Rabey, por sus inagotables ideas. A Ana Lorenzo, por su tarea incesante de recuperacin del proyecto de la Universidad Popular. A Germn Ibez, gua intelectual de muchas de las ideas que aparecen en el libro. A Delia Puiggrs, que permiti hurgar en la historia viva del pensamiento nacional a travs de los documentos y escritos inditos de Rodolfo.

Este libro est dedicado: A la accin incesante de las Organizaciones Libres del Pueblo de donde nacen y a quienes van dirigidas todas y cada una de estas pginas. A la Nacin Argentina A Edurne, Maite y Catalina

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PRLOGOLos acontecimientos del 19 y 20 de diciembre del 2001 no slo significaron el repudio del Que se vayan todos a una dirigencia en su mayor parte perimida. Resultaron, asimismo, el inicio de la ruptura con un mundo ideolgico viejo, cargado de fbulas y mitos, que los poderosos de adentro y de afuera haban instilado sobre los cerebros de la mayora de los argentinos, en especial, sobre sus clases medias. A partir de ese momento fueron arrojados al desvn tanto el liberalismo econmico divulgado por los muchachos traviesos del CEMA, como las propuestas del consenso de Washington y la supuesta neutralidad del FMI, junto a los libros venerables de la historia mitrista con que haban sido azonzadas varias generaciones y el complejo de autodenigracin con que se haban apagado tantos sueos. En ese desbordar de las aguas, quebrando los antemurales dispuestos por la clase dominante, ha ido ocupando mayor espacio el pensamiento nacional vinculado a los mejores aos vividos por el pueblo argentino, mientras se verificaba que la catstrofe del ltimo cuarto de siglo quedaba estrechamente ligada a concepciones nefastas que ya no podran volver: la prdica privatista, las relaciones carnales, la incorporacin al primer mundo, etc. Estamos asistiendo, pues, a un renacer del pensamiento nacional, a un reencuentro con aquellos malditos que osaron cuestionar las ideas dominantes, los Scalabrini Ortiz, Cooke y tantos ms. Este recupero de aquel pensar en nacional de la posguerra y del agitado perodo que fue desde el Cordobazo hasta la muerte del Gral. Pern resulta fundamental en una poca en que la sociedad argentina se sumerge en profunda introspeccin. Las asambleas populares, los piquetes y las fbricas recuperadas ms all de marchas, contramarchas y hasta frustraciones son los sntomas de esa bsqueda. Los argentinos de los diversos sectores del campo popular quieren saber por qu estn como estn, cules son las razones fundamentales de la pobreza y la indigencia en un pas rico, del endeudamiento externo sin contrapartida de inversiones, de la impotencia de polticos e intelectuales para desentraar la realidad nacional y ofrecer caminos de superacin. Estamos volviendo los ojos sobre nosotros mismos e indagando en el pasado aquellas verdades que nos permitan comprender el presente y arrojarnos audazmente hacia el futuro. En este cuadro de situacin, se advierte que, desde las catacumbas, marginado de la prensa y las academias, discriminado en los medios masivos de comunicacin, sin embargo el pensamiento nacional avanz sobre cuestiones claves que es preciso retomar y profundizar,

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desde la renta agraria diferencial, descubierta por los hombres de Frente Obrero en el 45, y profundizada luego por Jorge E. Spilimbergo y Alberto Methol Ferr hasta la comprensin de Amrica Latina como nacin fragmentada que hay que reunificar, segn predic Manuel Ugarte, desde la alienacin de nuestra inteligencia reducida a copiar y traducir, como enjuiciaron Arturo Jauretche y Juan Jos Hernndez Arregui, hasta el modo de operar del imperialismo que empezamos a aprender con Scalabrini Ortiz y profundizamos luego con Alejandro Olmos. Pero ese pensamiento nacional en desarrollo se detuvo, sin embargo, ante algunos temas considerados tabes y entre ellos, el ms importante fue la Universidad durante los gobiernos peronistas. Hubo, es cierto, orientaciones generales sobre la cuestin, como cuando Hernndez Arregui sostuvo que si bien no fue perfecta, tuvo grandes fallas, pero fue nacional. Pero no se fue ms all de definiciones generales. En cambio, desde el antiperonismo aparecieron cidas crticas, como sta: La universidad fue uncida al carro poltico del peronismo...Durante una dcada, la labor de las universidades argentinas qued en las sombras. Fue una poca que tuvo su calificativo: la de los profesores flor de ceibo, aquellos que ocuparon las ctedras de los renunciantes o cesanteados o jubilados de oficio como el prestigioso titular de Fisiologa, Bernardo Houssay ... (Hugo Gambini, Historia del peronismo). Hoy, interpretaciones como sta, ya no entusiasman a nadie, salvo a algn liberal anacrnico que nada ha aprendido en el ltimo medio siglo. Pero quedaba un tremendo vaco: qu opinaba el campo nacional sobre la Universidad del 50 o la Universidad del 73? Se pudo pensar que tan intensa haba sido la campaa de la colonizacin pedaggica que hasta en el campo nacional muchos prefirieron no incursionar en el tema universitario por temor a recibir el mote de flor de ceibo o ser tildados de fascistas, curialescos o ultramontanos. Asimismo, alguien pudo suponer que la carencia de ensayos sobre el tema evidenciaba la debilidad del pensamiento nacional para encarar su propia historia en un rea tan delicada como los altos estudios. Si as fue, ahora puede afirmarse con este libro que tengo el gusto de prologar- que el pensamiento nacional ha cumplido esa asignatura pendiente y lo ha hecho con profundidad, rigurosidad y espritu crtico. Profundo y riguroso, digo, pero tambin comprometido, quebrando desde ya la zoncera tan divulgada de que si es comprometido no es cientfico, segn el criterio de aquellos para los cuales la ciencia est al margen de las luchas sociales y polticas. Se trata de un ensayo escrito a la luz de una informacin minuciosa y abrumadora , que no solo aborda lo especfico de la Universidad sino tambin el contexto social donde ella10

funciona, pero cuya seriedad no exime la pasin. Los autores no son observadores de laboratorio, que pinchan conejos y toman distancia para medir la reaccin, sino que forman parte de lo mismo que estn analizando, que se hallan profundamente involucrados, desde adentro, siguiendo el consejo de Gramsci: comprender, pero sentir. Es decir, analizar, pero sin negar que ese anlisis integra tambin la lucha por la liberacin. Por lo que conozco, es el primer trabajo de esta ndole desde el campo nacional, insoslayable para quienes se interesen en el tema o hagan poltica universitaria. La obra define los distintos modelos de universidad, desde aquella de las elites, con la Facultad de Derecho convertida en incubadora de diputados y senadores, hasta la reformista de la poca radical, pasando luego a la del 46 tan infamada, despus a la del liberalismo oligrquico y luego nuevamente a la peronista de los aos setenta. Desde el campo nacional, los hermanos Recalde tiran sobre la mesa sus datos, desde los estadsticos hasta los que resultan de testimonios y muestran sus conclusiones, sin ambigedades ni concesiones a tantos prejuicios que circulan profusamente en los mbitos estudiantiles respecto a esta cuestin. Seguramente, habr muchos que se escandalizarn pues la obra rompe esquemas consagrados, desnuda zonceras, arrasa con mitos cuidadosamente instalados por la clase dominante sobre los sectores medios, desarrolla tesis que no son comunes en la discusin entre los estudiantes. La obra es slida, precisa, contundente... y polmica. Pero, qu mejor oportunidad para polemizar, especialmente para aquellos que durante largos perodos han tenido el monopolio de la verdad? Que ocasin interesante para que bajen al ruedo los acadmicos, tan poco proclives al dilogo, acostumbrados al viejo monlogo de las clases magistrales! Esperamos esa polmica, ardua y profunda aunque conocemos que desde el sector privilegiado se polemiza generalmente silenciando las obras que disgustan. Confiemos, sin embargo, en que la discusin se produzca. Inclusive hasta desde el campo nacional habr quienes no compartirn todas las conclusiones de estos ensayistas. Quien escribe hasta lneas, por ejemplo, coincide ms con la opinin crtica de Alcira Argumento sobre la Universidad del 46/55 -que los autores reproducen- que con la interpretacin que ellos mismos hacen de ese perodo que, por momentos, parece eximir al peronismo de responsabilidad en el desencuentro entre el Gobierno y los estudiantes y profesores. Recuerdo, al efecto, el alerta de Jauretche a Pern acerca de este problema, en una carta no demasiado conocida (del 4/7/44) donde le sugiere corregir la tctica desarrollada respecto al estudiantado y la clase media en general. Pero tambin es cierto que sobre este desencuentro es difcil encontrar responsables: la clase dominante impone sus ideas al resto de la11

sociedad y especialmente a la clase media cuyos cuadros polticos e intelectuales, en su mayor parte, se le someten y de ah las dificultades cuando un gobierno popular intenta incorporar a esos sectores, cuya actitud es tozudamente opositora. (Bastara con preguntarle al comandante Hugo Chvez acerca de esta carencia de cuadros polticos e intelectuales, originada en causas semejantes a aquellas del 46). Recuerdo siempre que en una oportunidad, al concluir una conferencia sobre la necesidad de reemplazar la Historia Oficial por una historia revisada, en colegios primarios y secundarios, se me acerc una maestra y me dijo: -usted podra hacerlo, si maana lo nombrasen Ministro de Educacin? -Lo intentara, le contest, aunque saba que el gran problema est dado por los planteles docentes, los educadores que tambin han sido educados como seala Hernndez Arregui, aunque mucha agua ha corrido bajo los puentes y hoy existe una bsqueda tambin entre maestros y profesores que se observa en la nutrida concurrencia a los ciclos de debates sobre Historia Argentina. Pero estos son, por un lado, matices, que provienen de las diversas experiencias vividas por cada uno de nosotros, an dentro mismo del campo nacional o de los obstculos que el viejo rgimen opone a los cambios revolucionarios y en manera alguna debilitan el valor singular de esta obra. Su enorme importancia reside en que aborda el problema universitario, con una ptica nacional, nutrida en Jauretche, Cooke y otros, punto de partida para una posible vinculacin orgnica entre estudiantes y trabajadores, que falt en el primer peronismo, que tendi a darse en los setenta, aunque tambin con grandes dificultades. Por otra parte, el estudio de los hermanos Recalde con respecto a la universidad del perodo 46-55 revela aspectos poco conocidos o premeditadamente olvidados por los formadores de opinin. Es rico en informacin y sugerencias. Asimismo, resulta valioso cuando analiza crticamente a la Universidad pretendidamente cientfica de los sesenta, desnudando el mito de la Universidad neutra y asentando el principio fundamental de que no puede difundir verdad una Universidad inmersa en un pas sometido. Dejan ellos en claro que es falso el planteo de la isla democrtica donde se preservaran los valores que no existen en el resto de la patria vasalla, as como tambin insisten en la necesidad de llegar a la verdad con una confrontacin vasallaje. Tambin enriquecen el trabajo varias reflexiones tomadas de John William Cooke, que, a mi juicio, no merecieron, hasta ahora, la debida atencin por parte de las agrupaciones universitarias peronistas. Muy interesante resulta, adems, el estudio de las Ctedras12

implacable con el

discurso de la clase dominante, que reasegura ese

Nacionales donde recupera para la memoria

la importancia de

Justino OFarrell y

Gonzalo Crdenas- como as la indagacin sobre

la revista Antropologa del Tercer

Mundo y la revista Envido, as como la lucha entablada para que se enseara marxismo y se analizase el peronismo en los claustros. En todos estos casos se trata de caminos poco transitados por los ensayos publicados sobre esa poca y su recupero resulta valiossimo para comprender en profundidad lo que fue la JUP y en especial, las organizaciones armadas del campo nacional. En este aspecto, destaco la riqueza de los testimonios que reproducen, en especial los de Alcira Argumedo, Horacio Gonzlez y Mario Kestelboim. Alcira seala certeramente, cmo en esa poca se empezaron a legitimar esas ideas provenientes del campo popular que eran vistas como en los suburbios del pensamiento: Arturo Jauretche, Ral Scalabrini Ortiz y Pern. El ensayo aporta tanto informacin como interpretaciones sobre cuestiones claves de ese momento histrico singular como la discusin sobre el foquismo, la relacin entre marxismo y peronismo, as como tambin la influencia ejercida desde el campo de los trabajadores por la CGT de los Argentinos. Sobre estos temas brindan materiales no demasiado conocidos que permite recrear la atmsfera de las polmicas y entender el fenmeno tan particular de esa juventud que pas al campo nacional de manera tumultuosa, dispuesta a asaltar al cielo. Finalmente, cabe destacar la recreacin de los marcos histricos en que se desarrollan los diversos modelos de Universidad. En esa contraposicin, y para aquellos que slo ven los defectos en la pocas de avance popular, resulta oportuno recordarles no slo que profesores y estudiantes universitarios embistieron contra Yrigoyen en 1930 y contra Pern en 1945, sino otros pecados no tan divulgados, como cuando el Consejo Superior Universitario se expidi favorablemente sobre el Tratado Roca Runciman, en plena Dcada Infame o cuando y esto va por mi cuenta- la FUBA se ofreci en el 56 para manejar democrticamente los tranvas ante la huelga de la U.T.A. Quizs algunos nos puedan tildar de tendenciosos por estas opiniones. En ese caso, estimo que no hay que preocuparse sino por el contrario, asumirse como tal. No hay historia sin poltica. Slo que nosotros nos reconocemos integrando uno de los bandos en lucha, mientras que ellos pretenden que son neutros y pasan la mercadera de contrabando. O en otras palabras, la vieja enseanza de Claude Lanzmann: Cuando alguien dice que izquierdas y derechas no existen, es porque es de derecha. Saludemos, pues, la aparicin de este ensayo que viene a cubrir un vaco en el pensamiento nacional y entendmoslo como la confirmacin de que las mayoras populares en la Argentina estn de nuevo avanzando, dispuestas a protagonizar en este momento clave de13

la historia latinoamericana, donde todo indica que estn cada vez ms cercanas las metas por las cuales bregaron nuestros libertadores. Norberto Galasso.

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INTRODUCCIN Razas enteras fueron exterminadas, las praderas se poblaron. Las selvas vrgenes se explotaron y muchas se talaron criminalmente para siempre. La llamada civilizacin entr a sangre y fuego o en lentas tropas de carretas cantonas. El aborigen fue sustituido por inmigrantes. Estos eran hechos enormes, objetivos, claros. La inteligencia americana nada vio, nada oy, nada supo. Los americanos con facultades escriban tragedias al modo griego o disputaban sobre los exactos trminos de las ltimas doctrinas europeas. El hecho americano pasaba ignorado para todos. No tena relatores, menos an poda tener intrpretes y todava menos conductores instruidos en los problemas que deba encarar. () El conocimiento preciso de la realidad fue suplantado por cuerpos de doctrina, parcialmente sabidos, que no haban nacido en nuestro suelo y dentro de los cuales nuestro medio no calzaba, ni por aptitudes, ni por posibilidades, ni por voluntad. Ral Scalabrini Ortiz3 I- Universidad, Nacin y Tercermundo Los debates acerca de las vinculaciones entre la universidad pblica estatal y la poltica, o dicho de otro modo, entre la Universidad de Buenos Aires y el gobierno peronista en el perodo comprendido por las tres gestiones de gobierno peronista (1946-1955, 19521955 y 1973-1975) son piezas de una discusin mucho ms amplia que la meramente acadmica o de puro carcter cientfico. Estas instituciones y las prcticas de sus actores la universidad, el Estado, la poltica o las actividades de las organizaciones libres del pueblo- se vinculan de manera orgnica con las relaciones de poder del proceso histrico del cual forman parte. Es por esta razn, que la historia de la universidad argentina debe estudiarse en su vinculacin con el conjunto de fenmenos y procesos acaecidos en la nacin. Este es nuestro punto de partida y la razn del ttulo de este volumen Universidad y liberacin nacional, denominacin que intenta dar cuenta del objetivo de esta investigacin centrado en el intento de dilucidar de qu manera se comport la universidad y la clase media argentina en el marco de la revolucin nacional inaugurada en el ao 1945, cuyo proceso poltico tiene un desenlace trgico en marzo del ao 1976. Al margen de este aplazamiento, la construccin y consolidacin de las bases culturales, econmicas y polticas de un programa emancipador hoy recorre un trnsito de vertiginosa bsqueda, no exenta de contradicciones, pero caracterizada por marchar hacia el futuro en la larga labor de formacin de una identidad nacional y popular para los pases perifricos. El Tercermundo navega en el gran maremoto de la poltica mundial y la posibilidad de naufragar o de salir airoso de la tormenta y el cataclismo que nos lleva hacia el subdesarrollo3

Scalabrini Ortiz, Ral, Poltica Britnica en el Ro de La Plata, Plus Ultra, Buenos Aires, 2001, p. 6. 15

definitivo, depender de la lucha cultural contra la colonizacin pedaggica impuesta a travs de dcadas. Por eso, discutir actualmente el rol de la Universidad de Buenos Aires forma parte de una tentativa de comprensin y anlisis de las configuraciones culturales y nacionales de un Estado de la periferia que intenta liberarse e instituirse como una patria libre y soberana. En este sentido, reflexionar sobre una institucin formadora y generadora de cultura en un pas del Tercermundo, esto es, pensar la Universidad de Buenos Aires en la actualidad o en el contexto de las dcadas de las dcadas del 40 o del 70, supone la necesidad de partir del hecho categrico de que nuestras instituciones estn caracterizadas por una fuerte dependencia a la hora de concebir y desarrollar sus programas de accin respecto de los modelos impuestos por las naciones centrales. La falta de esquemas propios de desarrollo y la dificultad para garantizar la estructuracin de una identidad nacional, local y regional, son rasgos caractersticos de una nacin perifrica respecto al rol de sus instituciones y de sus programas de desarrollo en su totalidad. Por eso en nuestro pas, la actual imposibilidad de generar programas de gobierno en funcin de los intereses nacionales, lejos de las afirmaciones de los intelectuales modernizadores y liberales de los grandes medios de comunicacin antinacionales, es un problema poltico, no meramente cultural en el sentido dado por los operadores del neoliberalismo. La crisis de las instituciones nacionales es parte de la derrota poltica de las naciones latinoamericanas, que a lo largo de su historia y pese a la gran cantidad de batallas entabladas, an no se han conformado como pases soberanos, cayendo en las garras de los intereses de las metrpolis y sus socios locales del gran poder econmico. El programa emancipador latinoamericano surgido tras la ruptura del vnculo con la Espaa monrquica en el siglo XIX y los programas de formacin de un proyecto nacional encauzados por los movimientos de liberacin y por las organizaciones libres del pueblo en el siglo XX, son bosquejos an de una nacin a medio camino, de una independencia inconclusa y demorada. En este marco, consideramos que un Estado que no ha desarrollado su propio programa nacional es un Estado dependiente de los esquemas de las naciones centrales, es un Estado neocolonial. Un Estado es nacional si logra desarrollar un programa de gobierno polticamente soberano, no subordinado a los vaivenes y a las ambiciones de las naciones centrales, esto es, si consolida un esquema de desarrollo econmico independiente, centrado en el mercado interno y en el desenvolvimiento de la produccin industrial local e insertado en el contexto internacional a travs de una propuesta propia y regional, no impuesta desde fuera; un Estado es nacional si pudo configurar una identidad cultural propia, no importada y si la misma identidad es un fenmeno de cohesin16

y no de fragmentacin de los intereses regionales; un Estado es nacional y popular, si este programa econmico, poltico, social y cultural es articulado en relacin a los intereses de las clases subalternas y expresa los anhelos de la comunidad en su totalidad. Al margen de que enumeremos algunos rasgos generales y necesarios en la formacin nacional de los pases latinoamericanos, es necesario aclarar que el modelo de formacin de la nacionalidad no es unvoco para todos los Estados. Existen matices entre los distintos proyectos nacionales y populares abanderados por las organizaciones libres del pueblo actualmente existentes. Pensemos, por ejemplo, en el modelo de Cuba Estado Socialista o en Venezuela, actualmente en el marco de un programa de reconstruccin de un capitalismo endgeno y en trnsito hacia la socializacin y la democratizacin de la economa, de la poltica y de la cultura. Ahora bien, nuestra nacin actualmente inconclusa, es parte de una batalla por la construccin de un proyecto poltico, econmico y cultural genuino. Todo proyecto de pas implica un enfrentamiento de intereses colectivos dentro de un mismo territorio y a su vez, implica tambin, un enfrentamiento entre pases centrales y pases perifricos en la tarea de formacin y desenvolvimiento de programas de gobierno para la nacin en su conjunto, contrapuestos siempre a lo largo de la historia, a los proyectos de las minoras antinacionales. No existen instituciones ni sujetos por fuera de esta batalla por la construccin de la nacionalidad. Ms o menos concientes, los sujetos y las instituciones son parte de la formacin de la conciencia nacional, a favor o en contra, esto es, como activos creadores de un programa para las clases subalternas o como componentes de la reproduccin del sistema y del proyecto de las naciones centrales y sus socios, los grandes grupos econmicos locales. Todo programa de gobierno de una institucin en un pas perifrico, sea la universidad, un Ministerio o una escuela, forma parte de un esquema general de un programa poltico, un programa econmico, un programa social y un programa cultural del Estado y ste, a su vez, se inserta en un esquema de disputa geopoltica internacional. Por eso, un Estado que no desarrolle las bases institucionales para garantizar un proyecto econmico, poltico y cultural soberano y emancipador para las todos sus habitantes, es un Estado dependiente, es un Estado neocolonial y sus instituciones, tarde o temprano, sern caldo de cultivo para la accin devastadora de las multinacionales y de los intereses forneos. En esta batalla cultural y poltica, tanto de resistencia como de ofensiva constante desde las organizaciones libres del pueblo contra el aparato de la colonizacin pedaggica, las instituciones que defienden los valores nacionales corren el peligro de fragmentarse si no consiguen garantizar un proyecto colectivo que las articule en un programa poltico global. Las universidades, los Ministerios o las escuelas, pueden correr la17

suerte de la nacin de la que forman parte y al ser derrotados los programas polticos y los sectores populares que los sostienen, en muchos casos, los espacios de resistencia sern ocupados por el proyecto del vencedor para reproducir los programas de las metrpolis neoliberales. La universidad est inscripta en las relaciones de poder caractersticas de las naciones de las periferias y es parte de la batalla por la construccin de la conciencia nacional de las clases subalternas. El vnculo entre universidad, nacin, pueblo y metrpoli, debe ser analizado en su desenvolvimiento, ya que no es estanco sino que es parte de una cruzada por la formacin de una conciencia nacional y popular: teora y prctica del programa emancipador para un pas perifrico. La universidad es un eslabn ms en la construccin de la nacin y debe ser analizada en relacin a su capacidad de aporte a la estructuracin del programa de desarrollo de la economa, la poltica y la cultura propias de su nacin. Dados los altos niveles de dependencia respecto a los intereses extranjeros y la inmensa fragmentacin social acontecida en Argentina, toda universidad que no se plantee el desarrollo de un programa de liberacin cultural, econmica, poltica y social, es una universidad al servicio del programa neocolonial vigente, es una institucin que gira en torno de los proyectos de las minoras del gran capital multinacional, es una universidad al servicio de la colonizacin pedaggica de las naciones opresoras. Es un rasgo caracterstico de un pas oprimido, que pese a que sus clases medias universitarias vivan en una nacin tercermundista, piensen con categoras importadas de la metrpoli, denostando un sndrome de inferioridad de todo lo autctono o de cualquier patrn de cultura que exprese algn acercamiento a las problemticas nacionales reales. Esta caracterstica es tpica de una nacin incompleta y de un pas semicolonial, cuyos intelectuales universitarios, al margen de padecer cotidianamente los modelos polticos y econmicos impuestos por los centros de poder, por el FMI o por la Comisin de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, son admiradores del liberalismo de la metrpoli y de las formas de ver y pensar impuestas por las grandes empresas que hoy saquean la nacin. Las clases medias en un pas perifrico, utilizan la tecnologa y la maquinaria importada del Este Asitico y los servicios de las multinacionales europeas radicadas en las neocolonias, que liquidan la produccin local y cualquier propuesta de desarrollo de un mercado interno. Adems, estos sectores medios universitarios, piensan y actan a partir de categoras culturales norteamericanas. La intelectualidad antinacional en Latinoamrica escribe o habla en espaol, pero lamentablemente para el pas, articula su pensamiento bajo el prisma del extranjerismo cultural norteamericano. En este contexto de avasallamiento de la produccin18

nacional por la importada del Este asitico o del imperialismo europeo y por la colonizacin cultural made in USA, gran parte de las universidades nacionales son una cuna en donde nacen liberales, futuros operadores del programa de las minoras antinacionales y detractores del pueblo pobre y del productor local. Por eso, la disputa sobre el perfil de la UBA y su relacin con los aportes a la formacin de la conciencia nacional, constituye una pieza clave de las luchas del pueblo por la construccin del programa emancipador. En esta marcha de los pases del Tercermundo, se inscriben las luchas en la universidad y esto es inevitable, pese a la accin de las minoras enclaustradas en las instituciones y atadas a lo viejo. La formacin de la nacin es un proceso ineludible para las periferias y en este camino de bsqueda de una herramienta poltica emancipadora y combatiendo contra los cementerios parlamentarios en pos de la construccin de una identidad para la patria, se juegan las posibilidades de las generaciones venideras. No hay alternativa colectiva por fuera de la consolidacin de la nacionalidad y del programa de liberacin social y poltica argentina y la universidad no est fuera de esta encrucijada. Est en cada pueblo dotar de carbn al naciente programa de reconstruccin nacional, que como una locomotora, dar sus primeros pasos hacia el futuro entre los rieles de la larga historia latinoamericana. Es deber de cada hombre y mujer, estudiante, docente o no docente, trabajador activo, trabajador desempleado o militante de las organizaciones libres del pueblo, poner la energa para que el movimiento de liberacin nacional marche hacia adelante. Creemos entonces, en la necesidad histrica de volver a pensar el rol que deberan o podran cumplir las instituciones argentinas desde categoras nacionales y latinoamericanas, ya sea la UBA o cualquier otra universidad o institucin. La posibilidad de interpretacin de nuestra nacin perifrica a travs de categoras aptas para pensar y analizar crticamente nuestra realidad de pas subalterno es actualmente imperiosa.

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II- Universidad, pas e historia nacional El intelectual argentino, hasta ahora (las cosas estn cambiando mucho) ha debido criarse, educarse y prestigiarse, en Buenos Aires, plaza sucursal de Europa, ms que capital argentina. Esa educacin europea lo hace extrao a su pas, lo torna libresco, extico, solo atento a las sugestiones de la librera europea. En una palabra, lo desvincula de las masas. Ramn Doll4 La actual UBA, como el pas en su totalidad, forma parte de un proyecto de nacin aplazado e inconcluso. La Argentina, nacin inconclusa, historia de un pueblo combatiente durante un tormentoso siglo XX, sueo de inmigrantes, nacin de ilusiones de una Patria Grande en los proyectos de San Martn, Bolvar, Rosas, Pern, Guardo, Puiggrs, Ugarte, Cooke o Jauretche, hoy despierta de su letargo y comienza a caminar hacia el futuro. Este sueo, el del programa de los libertadores de la Patria Grande, despert violentamente tras el modelo de construccin nacional implementado durante las dcadas de 1980 y 1990, que estuvo sujeto a las aspiraciones del gigante imperialista. El neoliberalismo sigue proyectndose en las villas y tras su paso, el pas se derrumba y el edificio de la nacin se cubre de escombros de muerte. El programa de la universidad de Buenos Aires del ao 1946, con todas sus contradicciones, caera bajo la accin del golpe de 1955. Asimismo, el programa de 1973 sera derrotado hacia 1975 a travs de la intervencin de sectores polticos ligados a la derecha del peronismo. En ambos casos, ser sustituida una universidad que funcionaba como parte de un gobierno constitucional por la accin de la violencia y el revanchismo militar clasista. Estas experiencias, ms all de su cada abrupta, sern las que analizaremos a lo largo de estas pginas. Ambos momentos forman parte de la batalla por la construccin de una identidad nacional soberana truncada tras el golpe de Estado de 1976. Es necesario entonces, pensar esta derrota, la del desarrollo de la UBA al servicio de los Planes Quinquenales o la del intento de desarrollar la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires bajo el gobierno de Cmpora, como un elemento interpretativo ms, en la comprensin del origen de la cadena que ata y oprime actualmente a nuestra nacin. Su derrota es la nuestra, su negacin son nuestros millones de pobres e indigentes, sus mrtires nuestros nervios desgarrados de la patria, sus luchas, equivocaciones y legados, parte de nuestras actuales banderas de liberacin. Una de las derrotas ms trgicas que puede padecer un pueblo es, adems de sus muertos, la prdida de su memoria histrica. La batalla por el sentido y las interpretaciones

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de la historia que se ensea en las escuelas y en las universidades, forma parte de la disputa de las masas combatientes contra las minoras antinacionales y su aparato de colonizacin cultural articulado desde las instituciones que escriben y repiten la historia oficial positivista o liberal. En esta tarea de reconstruccin cultural de las clases subalternas, se juega la posibilidad de las masas oprimidas de comprender el presente como parte de un proceso, elemento central para la formacin de la conciencia nacional. Al cosificar la realidad en torno a la lgica impuesta por las naciones centrales, stas intentan impedir cualquier posibilidad colectiva nacional y popular emancipadora, presa del programa cultural nihilista e individualista impuesto por la voluntad de las minoras neoliberales. En este sentido, la derrota del programa poltico peronista y especficamente el que aqu interesa, el sector universitario de la UBA, se expresa entre otras cuestiones, en que fue borrado por la historia oficial, pero lo que es aun ms sintomtico, tambin fue dejado en los anaqueles del olvido por muchas corrientes de pensamiento autodenominadas de izquierda. El desconocimiento actual de la comunidad universitaria -estudiantes, docentes, no docentes, graduados, militantes estudiantiles-, sobre dicho proyecto nacional emancipador, es parte de la derrota de las masas contra las minoras, es parte del fracaso cultural de la nacin. La UBA, a diferencia de lo que establecen muchos intelectuales, tiene una larga historia en la cual se disputaron diferentes modelos de universidad y el actual no es el nico, como tampoco lo es el planteado por los reformistas del ao 1918. Existieron mltiples intentos de superar el esquema de la reforma del ao 1918, retomando sus valores reivindicables y adecundolos a la realidad y a las necesidades del momento. Estos debates, tal como observaremos a lo largo de esta investigacin, exceden la agenda que hoy se establece como supuesto invariante del esquema de funcionamiento universitario, protagonista de los altos niveles de desconexin entre los problemas nacionales y la universidad bajo la tan mentada autonoma. La UBA actual, con sus aciertos y adems, con sus incapacidades estructurales para implementar aportes claros al desarrollo nacional, es consecuencia de la dictadura de 1976 y de la derrota de las batallas llevadas a cabo a lo largo de tres dcadas. Por eso, creemos que es fundamental para la reconstruccin de un programa cultural y poltico para nuestro presente, reencontrarnos con la historia de las luchas de liberacin de nuestro pasado reciente: 1940, 1950, 1960 y 1970. Asimismo y retomando el objetivo concreto de nuestro escrito, la pregunta por los objetivos, programas y propuestas de la Universidad de Buenos Aires no se resuelve a secasDoll, Ramn, Acerca de una poltica nacional. La desconexin de los intelectuales, Dictio, Coleccin Biblioteca del Pensamiento Nacionalista Argentino, Buenos Aires, 1975, p. 94. 214

a travs del anlisis del pensamiento de los mentores de la legislacin y protagonistas de los proyectos como fueron Ricardo Guardo en el ao 1946 o Rodolfo Puiggrs en el ao 1973, sino que por el contrario, se inscribe en el anlisis total de los programas polticos, econmicos, sociales y culturales de los aos que van de 1940 a 1970 y an ms hacia atrs, a lo largo de la historia de las luchas populares de dcadas anteriores en nuestro pas y en Latinoamrica. La investigacin desarrollar un recorrido por la gestin de la Universidad de Buenos Aires centrado en el anlisis del perodo de los gobierno peronistas que transcurren entre los aos que van de 1946 a 1955 y de 1973 a 1975. El volumen se organiza a travs de ocho captulos. Se inicia con un estudio de la experiencia de la UBA entre los aos 1946 y 1955. Con este objetivo, se desarrolla un anlisis de las principales medidas implementadas y de la legislacin5 sancionada en el perodo. Adems, se hace especial mencin al planteo de Ricardo Guardo, intelectual vinculado a la formulacin de la ley N 13.032/47. El segundo captulo, intenta cavilar la formacin del programa de la UBA a partir de algunas ideas de John William Cooke, intelectual orgnico al movimiento de liberacin peronista y que pese a su temprana muerte en 1968, ser artfice de posiciones polticas que con distintas vertientes e interpretaciones, seguirn vigentes en los programas de las organizaciones libres del pueblo hacia 1973. Este apartado nos permitir reflexionar sobre la relacin entre las clases medias y el peronismo entre 1955 y 1973. En el captulo tres, se analiza una experiencia docente vinculada al peronismo y al proceso caracterizado por la nacionalizacin de las clases medias: las Ctedras Nacionales. En el captulo cuatro, se analiza la aparicin de las principales agrupaciones estudiantiles peronistas, organizaciones que permitirn al estudiantado tener una accin protagnica en el tercer gobierno de Pern. El captulo cinco es un desarrollo del programa de la universidad durante el tercer gobierno de Pern. De la misma manera que en el apartado del perodo referente a 1946, se analizan aqu las principales medidas implementadas, la legislacin sancionada y el planteo de uno de sus intelectuales ms reconocidos, pilar de las corrientes ideolgicas de la izquierda nacional: Rodolfo Puiggrs. El captulo seis es un breve estudio del proceso de aplazamiento de la experiencia de la universidad peronista en manos de la dictadura del ao 1976. En el captulo siete, nos referiremos a la forma en que se implement la normalizacin de las universidades tras la vuelta de la democracia y cmo actu en ese proyecto el

5 Es necesario aclarar, que pensamos las leyes como productos de una cristalizacin jurdica de una relacin de poder determinada. Toda ley comprende una parte dogmtica que fija sus fines y una parte orgnica que establece la forma en que se distribuir el poder entre los actores de un mbito especifico.

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peronismo post dictadura. Finalmente, el captulo ocho agrega unas pequeas lneas a modo de conclusin. Para dar cierre a esta introduccin, hace falta mencionar que la batalla cultural por la reconstruccin de la conciencia nacional avanza y la universidad, ms tarde o ms temprano, ser parte de la misma y la recorrer junto a los distintos sectores que levantan las banderas de las reivindicaciones sociales, polticas y econmicas de los pueblos pobres latinoamericanos que se alzan de pie en una marcha de ascenso hacia el futuro. Los pueblos, con sus contradicciones, victorias y derrotas, con el legado combativo de generaciones precedentes y concientes de que su cerro es la nacin liberada, no sern detenidos hasta llegar a la cspide, no sern atascados hasta que la educacin, la salud y el pan sean patrimonio de todas las mesas de los pobres y de cada hombre que hoy transita el suelo por el cual caminaron y por el que combatieron San Martn, Artigas, Rosas, Bolvar y Mart.

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I- LA UNIVERSIDAD ARGENTINA Los postulados de la Reforma del 18, extensin universitaria, agremiacin estudiantil, becas, residencias estudiantiles, cooperativas, comedores y asistencia mdica gratuita, universidad abierta al pueblo, equivalencia de ttulos para los estudiantes latinoamericanos, etc., fueron conquistas de la poca de Pern. Estas conquistas fueron efectivamente logradas durante el gobierno de Pern. Una espesa red de mentiras sistematizadas ha ocultado este hecho. La Universidad de la poca de Pern no fue perfecta. Tuvo grandes fallas. Pero fue nacional. Juan Jos Hernndez Arregui6 Un punto de partida: algunos debates historiogrficos acerca de la universidad de 1946 "El revisionismo argentino no se propone, por otra parte, la reivindicacin de determinadas figuras ni la condena de otras, que personalmente poco nos interesan. Su objeto esencial es interpretar el pasado con criterio nacionalista. No est de ms aclarar que no es la causa, sino la consecuencia de la madurez nacional que hoy se advierte en nuestra tierra. Jos Maria Rosa7 La llegada del peronismo al poder pondra al descubierto los niveles de desconexin, por un lado, entre gran parte de las clases medias universitarias atadas a esquemas ideolgicos extranjeros y por el otro, respecto de las organizaciones obreras comprometidas con el gobierno y el proceso de cambio inaugurado en nuestro pas. Las masas se haran presentes por intermedio de su apoyo al gobierno en las urnas, pero adems, a travs de la movilizacin popular reflejada el 17 de octubre. Los partidos demoliberales y la era de la poltica oligrquica tendran su fecha de muerte. En contraposicin al proceso que se abra en Argentina, muchos docentes universitarios estaran comprometidos con el viejo pas. Sobre esta desconexin poltica y cultural, debe partir el anlisis de la universidad: la historia de los intentos de modificar la universidad a partir del ao 1946, puede ser caratulada como el intento fracasado de vincular las clases medias de las casas de altos estudios con las luchas populares de liberacin. Los intelectuales vinculados a gran parte de las ctedras o de las federaciones de estudiantes en manos de la UCR o de la izquierda tradicional, bajo el supuesto de que los derechos adquiridos les permitiran desconocer el mandato popular, se enfrentaron a la decisin electoral de refundar la Argentina y sostuvieron para eso, una accin radical de oposicin. Los logros y los inconvenientes del funcionamiento de la UBA entonces, deben pensarse en funcin de las limitaciones de una clase media educada colonialmente y por eso, conservadora y atrasada varias dcadas en el6

Hernndez Arregui, Juan Jos, Comentarios sobre la Universidad de 1946, La formacin de la conciencia Nacional, Biblioteca de Pensamiento Nacional, Pia Lillo, Ediciones Continente, Buenos Aires, 2004, pp. 367368. 7 Rosa, Jos Mara, Rosas nuestro contemporneo, Edicin digitalizada en base a la primera impresin de la Editorial La Candelaria.

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tiempo en relacin a las ideas de los trabajadores. La revolucin avanzara con o sin stos sectores, hasta ser detenida por la violencia de 1955. La incomprensin de los sectores universitarios respecto al pas sera divulgada a travs de peridicos, ctedras y finalmente, por medio de la historia oficial, muchas veces renuente a reflexionar sobre el verdadero debate de la poca. Lo que estaba en juego en el ao 1946 no era solamente la excelencia acadmica de la universidad, la autonoma, alguna disputa por un lugar en una ctedra o por la formulacin de una teora particular. Lo que estaba en debate, era el destino del pas y de su revolucin. Por eso, cualquier intento de reflexionar sobre el proceso de cambio del ao 1946 que intente nicamente analizar el funcionamiento de la UBA desde la universidad misma, es parcial y esconde gran parte del debate concreto que enfrent el gobierno y su revolucin. Los vencedores del ao 1955 intentaron sostener la idea de que se estaba violando el normal funcionamiento de una institucin y por eso, escribiran ancdotas de expulsados, de curas de derecha o de cuadros y carteles con iconografas peronistas, esquivando con eso, que lo que en realidad estaba en juego era la transformacin del pas por la decisin electoral popular y no la continuidad del mero funcionamiento de la UBA de aos anteriores. La historia del primer gobierno peronista en su relacin con la universidad es una historia negra. Historia oscura no por que existieran dentro de ella profesores catlicos como, por ejemplo, plantearon los socialistas, sino que sera una etapa turbia para el pas por el rol antinacional, antidemocrtico y antipopular, que jugaron muchos docentes en su funcin de enfrentamiento de la revolucin. Los vencedores del ao 1955 y posteriormente los de 1976 escribieron por eso, una historia parcial sujeta al mero funcionamiento institucional, desconociendo gran parte debate histrico y poltico. Esta investigacin entonces, intentar reflexionar sobre los aportes realizados y las desavenencias acaecidas entre la universidad y la revolucin nacional. La necesidad de difundir una historia desde la ptica de las luchas nacionales de liberacin sigue vigente y a la espera de ser anunciada a las juventudes argentinas. El desconocimiento acerca de los programas culturales de la revolucin peronista de 1945 que fueron simplificados por los intelectuales liberales bajo el mote de dictadura, autoritarismo y fascismo ideolgico, forma parte de esta tarea. El peronismo, pese a sus

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Dentro de las corrientes intelectuales vinculadas al Partido Socialista, de donde provena Jos Luis Romero y muchos de los interventores de la UBA tras el golpe militar, existieron distintas vertientes ideolgicas, al margen de que en 1955 todos apoyaran la dictadura de Lonardi y luego la de Aramburu. Pese a esta actitud, no se pueden desconocer las diferentes posturas, tanto polticas como tericas, de las distintas corrientes socialistas que con el tiempo, derivaran en experiencias de militancia de distinta ndole, e incluso, algunas nacionales. En este sentido, Romero, pilar de la corriente historiogrfica de la Historia Social, sera de los 25

errores y a diferencia de lo que sostienen algunos intelectuales, fue el nico intento concreto de desarrollo de un programa cultural nacional, popular y antiimperialista en Argentina. No existi y no existe en la actualidad, ninguna tentativa que se le asimile. En el trnsito tumultuoso de los pueblos del sur americano hacia la formacin y la difusin de una historia nacional, cada combatiente cado y su lucha tergiversada por la prensa y los escribas extranjeros, o cada dirigente de las organizaciones libres del pueblo torturado y silenciado por los intelectuales modernizadores, son pedazos de patria desgarrada que no han muerto y que estn latentes en la conciencia colectiva de nuestro pas. Los muertos son desenterrados a travs de su rescate en los libros nacionales. El retorno al pasado y la posibilidad misma de reconstruir la conciencia histrica de una nacin no son tareas de intelectuales, ni de distinguidas academias. La disputa con la historiografa oficial no es solamente el debate contra sus escribas. El reencuentro con la Argentina combatiente tampoco es un espacio para dirigentes que como viudas tristes, fundan partidos nostlgicos de la edad de oro peronista, sino que por el contrario, la reconstruccin de los sucesos del pasado, es parte de la batalla de la Patria Grande que se alza lentamente y que hoy, de manera confusa pero siempre mirando esperanzadamente hacia el futuro, ingresa en la etapa de las nacionalidades bajo el ocaso del coloniaje cultural y de la reaccin de las minoras antinacionales detrs de las figuras de Hugo Chvez, Fidel Castro y Evo Morales. La historia nacional es la contracara de la historia colonial, ya que una y otra son producto de la derrota o del triunfo de la nacin o del coloniaje. La historia nacional se escribe sobre la marcha de los pueblos hacia su liberacin, detrs del humo de las luchas, bajo la sangre del pueblo derramada y con el trabajo de las organizaciones sociales que resisten y que conforman las trincheras culturales de las clases subalternas. De esta manera, la reconstruccin del proceso acontecido en la Universidad de Buenos Aires en 1973 o del ocurrido en 1946 que analizaremos en este apartado, implica necesariamente la confrontacin con los mecanismos ideolgicos de las minoras antinacionales que, a partir de la accin en universidades, peridicos, televisores o intelectuales, ha hegemonizado el sentido de las diversas instituciones sociales. Para poder abordar la problemtica sin ataduras mentales, debemos desarticular las estructuras de sentido montadas por el aparato de la colonizacin pedaggica impuesto desde 1955 y con ms mpetu an en 1976. En este camino de revelacin y reencuentro con la historia nacional, el primer paso metodolgico que debemos dar, es el que refiere a la posibilidad de dilucidar qu actores mandan a escribir la historia para, consecuentemente, poder identificar qu sujetos son los detractores del

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sentido de las instituciones y de la cultura nacional. Este supuesto implica asumir que la historia no la escriben ni las academias, ni los historiadores, ni los socilogos, ni los intelectuales de saln: las luchas de los pueblos en su liberacin son las que marcan el sentido de la historia y los intelectuales, nacionales o coloniales, nicamente vierten los sucesos en tinta y papel. Los debates acerca de la universidad son parte del mismo enfrentamiento cultural entre las mayoras populares y las minoras: la interpretacin del sentido de la universidad de 1946 no se la debemos a Jos Luis Romero9, rector interventor en la UBA tras el golpe de 1955, o a Gino Germani10, famoso por su actividad de difusin cultural marcadamente antiperonista, sino que por el contrario, fueron las bayonetas de la oligarqua claudicante lonardista y de Aramburu, las que desplegaron los conceptos y las interpretaciones de los excelentsimos intelectuales desde 1955. El significado de las instituciones culturales, de la universidad de 1946 y de las interpretaciones y legados de estos procesos, son parte de una batalla poltica que excede a la universidad y a los planteos de los intelectuales sealados. La interpretacin actual del sentido de la universidad de 1946 no se debe a la fra retrica de los liberales o socialistas, ni tampoco a la supuesta academia liberada sostenida por los docentes de 1955, sino que es a partir de las proscripciones polticas masivas al justicialismo, a las expropiaciones de radios, a la intervencin de locales partidarios, al cierre de peridicos o a las expulsiones masivas de docentes de la universidad, que se difundi durante dcadas a las juventudes el supuesto fascismo del programa cultural del primer, segundo y tercer gobierno peronista. Y fueron estos mismos democrticos liberales, estos militares o estos progresistas de 1955, 1966 o 1976, los que por si an quedaba alguna duda del significado del peronismo y desde la Libertadora, implementaran la plvora como pedagoga y derramaran la sangre popular sobre el suelo de Jos Len Surez. Los funcionarios que condujeron la universidad durante los gobiernos dictatoriales, fueron la retaguardia cultural del programa econmico, social e imperialista del capital extranjero y la oligarqua claudicante de la nacin. La Argentina factora rendira tributo al la dependencia cultural a travs de la pluma de los intelectuales: por cada barco de cereal que se exportaba a los centros del poder mundial, se importaran los mitos de la superioridad cultural europea y de la justificacin del predominio de la poltica de las metrpolis. Para que estos artfices de la dependencia cultural tuviesen la posibilidad de cumplir con su rol,10

Germani estuvo ligado por aos a Ricardo Levene, exponente de las corrientes de la historia liberal argentina. Germani renuncia a su cargo de profesor asistente con la llegada del peronismo, para reincorporarse

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las dictaduras sacaran del poder al pueblo y se lo entregaran a las diversas corrientes polticas durante 17 aos. A partir de la proscripcin de las masas de las decisiones de la poltica nacional, es que stos intelectuales distinguidos por las academias liberales y por el extranjero, estaran operando durante dcadas desde de la prensa escrita o desde la universidad intervenida. Pese a la violencia y como veremos ms adelante, muchas desmesurada, los intentos de inscripcin del sentido en las masas acerca de un supuesto tirano Pern, no pasaran del genio de los interventores universitarios. Estas ideas nicamente seran implementadas a fuerza de desarticular al pueblo organizado desde el asalto militar, que a la manera de un maln indio, copara las instituciones, intervendra los Ministerios, clausurara los partidos polticos y reprimira a los sindicatos durante ms de una dcada. Estara claro para las masas peronistas, que Pern y su programa cultural, universidad incluida, no seran una dictadura, ni tampoco el General un represor o un demagogo. Debajo de las cruces de madera que floreceran en las villas miseria producto de la muerte de los pobres tras los ajustes de la economa de la dictadura, no germinaran estas extraas interpretaciones de fascista y demagogo, sino que por el contrario, nacera la resistencia a la opresin y al fraude. Solamente con la dictadura de 1976, las ideas de estos predicadores de de las democracias selectivas para pocos, formaran parte de la cultura popular de nuestro pas. Pero, lo que resulta an ms claro y ejemplificador para comprender la talla de estos intelectuales liberales y mitromarxistas, sera la derrota total en su intento de negar el peronismo a la juventud, que por el contrario como analizaremos en estas pginas, se sumara activamente a las filas del tirano prfugo y cambiara de ptica nicamente bajo el terrorismo dictatorial de 1976, que sentara las bases para retroceder el reloj de la historia cien aos, para ingresar al siglo XXI nuevamente bajo la era del liberalismo. Los sectores populares en su lucha poltica y social, pero adems, en su legado cultural, haban dejado una nueva concepcin del hombre, del Estado y de la nacin y estos conceptos y prcticas, estas ideas, seran como semillas que germinaran en los proyectos de la juventud universitaria del sesenta. Contra la fuerza inmensa que implicaba el reencuentro entre la clase media y las luchas nacionales de las dcadas de 1960 y 1970, emergera el terrorismo militar de Estado que lograra hacer el trabajo sucio sobre una juventud argentina no dispuesta a bajar las banderas de liberacin en su activismo en las organizaciones libres del pueblo y ms all de las actividades de agitacin cultural de cientos de sus antes mentados pero desde ahora finiquitados, antiguos sabios predicadores universitarios.a la academia con la dictadura de Aramburu. Ser el protagonista de la fundacin del Departamento de Sociologa de la UBA y de la denomina Sociologa cientfica. 28

A- CLASE MEDIA Y JUVENTUD DURANTE EL PRIMER GOBIERNO DE PERN El ascenso de los obreros peronistas en su grado de comprensin del mundo y de su ubicacin en l debe ser, lo esperamos, correlativo al ascenso de la conciencia revolucionaria de los intelectuales y universitarios de izquierda. Porque las tareas no son aisladas sino que son comunes, son inmediatas y son concretas. J. W. Cooke11 A la universidad tambin se entra en alpargatas: minoras o acceso irrestricto El frente poltico del peronismo de 1945 estara compuesto por una gran cantidad de jvenes y es importante resaltar, que este componente juvenil no sera una caracterstica tan solo propia del peronismo de 1960 o de la universidad de 1973. Ahora bien, la juventud universitaria de 1945 estaba en su mayora ajena al peronismo: tendran esta actitud poltica, por ejemplo, los hijos de sectores de la clase media universitaria acomodada, que al mismo tiempo que vociferaban contra el autoritarismo de Pern, bailaban en el Jockey Club y militaban bajo las banderas de una UCR que, tras la salida de la corriente yrigoyenista, estara cada vez ms cercana a posiciones conservadoras. El antiperonismo adems, sera el punto de vista de vastos sectores de jvenes militantes de la izquierda socialista o comunista universitaria y sus maestros defensores de los principios anti fascistas12, que al menos durante un tiempo, intentaran retroceder el reloj del tiempo tras las consignas antiperonistas de los dirigentes del Partido. Por otro lado, los hijos de obreros favorecidos por el programa de defensa del mercado interno y la legislacin inaugurada en el ao 1946; los hijos de peones rurales dignificados con el Estatuto del Pen del Campo y parte de los sectores de la clase media en marcado ascenso, ingresaran al peronismo con la poltica social del gobierno y se inscribiran entre la inmensa masa de jvenes que constituira, como nunca en la historia de nuestro pas, el masivo ingreso a la universidad popular de 1946. Esta juventud obrera hasta el momento de la revolucin de 1945, haba sido relegada de los programas culturales de la nacin diagramados por la oligarqua terrateniente y el capital britnico. En el modelo agroexportador, exceptuando algunos pequeos grupos de jvenes de clase media

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Cooke, John W., Universidad y pas en Baschetti Roberto (Compilador), Documentos de la Resistencia Peronista 1955-1970, Puntosur, Buenos Aires, 1988. p. 74. 12 Por ejemplo, Hctor P. Agosti, padre intelectual de la juventud comunista establece: Durante 10 aos de la dictadura justicialista, y en los das de euforia provocada por su cada, tratamos de conseguir que los intelectuales meditaran acerca de las causas determinantes del fenmeno peronista. Siempre aseguramos que este episodio de instalacin de un ensayo corporativo-fascista mostraba que algo andaba descompuesto en los fundamentos reales de la sociedad argentina. Paradjicamente, este intelectual anti fascista y de izquierda defendera pblicamente el acuerdo entre Stalin, presidente Ruso y Hitler, para repartirse los territorios de Polonia ocupados por los nazis en el ao 1939. En Agosti, Hctor P., Para una Poltica de la Cultura, Procyon, Buenos Aires, abril de 1956, p. 62. 29

destinados a la administracin de los grandes negocios y del aparato del Estado, la educacin superior sera un tema para minoras. La enseanza universitaria era un medio para garantizar y perpetuar la estratificacin social existente, esto es, la universidad formaba parte de la alineacin poltica de los hijos de terratenientes, comerciantes y banqueros. La universidad argentina en sus orgenes sera un reducto de la iglesia catlica. Con posterioridad, sera disputada por la oligarqua terrateniente de ideologa liberal, afianzada especialmente desde 1880, que trazara la normativa de la universidad vigente hasta 1947, a travs de la Ley N 1.597 de 1885, denominada Ley Avellaneda. Contra esta aristocracia de los claustros docentes y de las autoridades se enfrentara la reforma de 1918. En Crdoba, el enfrentamiento sera principalmente contra el modelo de universidad de la Iglesia y del catolicismo. En Buenos Aires, el enfrentamiento principal estara dado contra el modelo y las autoridades del liberalismo gobernante. En esta cruzada contra las estructuras de poder establecidas en la universidad por dcadas, la clase media ingresara al reparto de los cargos pblicos y al acceso de la cultura ms all de la educacin escolar bsica de la Ley N 1420. Ahora bien, pese a la obtencin de algunas concesiones, parte de los ideales reformistas del ao 1918 no dejaran de ser ideales y los principios transformadores de la juventud argentina enunciados en el Manifiesto Liminar y en el resto de las expresiones culturales y polticas de la poca, no encarnaran en el pas concreto que los haba originado. En realidad, la suerte de la reforma del ao 1918 y pese al sentimiento narcisista de la juventud y del conjunto de sus detractores, estaba ligada estrechamente al programa poltico detrs del cual tendra apoyatura y respaldo: Yrigoyen. Desplazado el primer caudillo popular del siglo XX en nuestro pas, la universidad, una pieza ms del andamiaje institucional de un Estado semicolonial, caera bajo el prisma conservador que asechara a la nacin: Alvear interviene la Universidad Nacional del Litoral y la Universidad Nacional de Crdoba, modificando los estatutos del ao 1922 y barriendo con esta medida, gran parte de las conquistas de los reformistas. Se inicia en palabra de Del Mazo, la denominada contrareforma.13 Los anhelos de la juventud por terminar con la universidad manejada de forma elitista, las demandas sobre la articulacin entre la universidad y el pueblo, la extensin universitaria o la integracin latinoamericana, seran en casi todos los casos exclusivamente consignas y no se institucionalizaran en la UBA.14 Muy al pesar de las intenciones proclamadas por los

Ramos, Jorge Abelardo, El sexto Dominio (1922-1943), Plus Ultra, Buenos Aires, 1972, p. 62. La avanzada reaccionaria post 1918 sera planteada por el reformista Bernardo Kleiner: La oligarqua, desalojada en parte de la Universidad por el Movimiento del 18, comenz a recuperar posiciones, con Jos Arce, durante los gobiernos radicales y, desde 1924, se introducen en el proceso democrtico las primeras14

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reformadores de 1918, esta universidad no sera una universidad nacional, ni menos an, democrtica. Por el contrario, al margen de haber surgido con la plvora y las consignas de masas del radicalismo en la revolucin de 1905 y luego en 1916, gran parte de los estudiantes agrupados en la F.U.B.A y de los docentes estaran alejados del movimiento popular y seran en 1930, parte de la oposicin a Yrigoyen15 y posteriormente, la apoyatura del conservador Robustito Patrn Costas16 en el ao 1943. El segundo mandato de Yrigoyen encontrara a gran parte de la universidad en las filas golpistas. Se acercaba el asalto del ao 1930 y la poltica argentina se convulsionaba tras la agitacin de los sectores de la oligarqua terrateniente y su organizacin, la Sociedad Rural Argentina, institucin satlite del imperialismo britnico. Acompaando el frente golpista estaban la Unin Industrial, la Cmara de Argentina de Comercio, la Bolsa de Buenos Aires, las empresas petroleras enfrentadas a la accin de Mosconi, la UCR antipersonalista, el Partido Socialista de la futura concordancia17, los conservadores, el Partido Comunista18 y lamentablemente, los ya mencionados docentes y estudiantes de la UBA. De esta manera, la universidad tena una intervencin externa y antireformista en manos de Alvear, medida que la alejaba de los sectores populares y de las consignas de transformacin del pas dependiente. Pero adems, la UBA formara parte de una intervencin interna, detrs de la accin de los Partidos Socialista, Comunista y Radical que comandaban la casa de altos estudios y que por distintos motivos, acompaaban el golpe militar y la cada del primer gran movimiento nacional del siglo veinte en Argentina. Los estudiantes universitarios, en varios casos, seran mejores parafraseadores de la defensa de la libertad universal, la guerra civilfisuras reaccionarias (aranceles, exmenes de ingreso, sanciones a dirigentes estudiantiles, etc.). En Kleiner, Bernardo, 1943-1963, 20 aos de Movimiento Estudiantil Reformista, Platina, Buenos Aires, 1964, p. 25. 15 La F.U.B.A que apoy la cada de Yrigoyen estaba en manos del socialismo independiente conducido por el diputado Roberto Noble. Comprenda adems, a personajes como Len Tourrs, Alejandro Von Der Becke, Fernando Bustos, Ral Uranga, Antonio J. Garibaldi, Alfredo Mangano, etc. Datos obtenidos en Ciria, Alberto y Sanguinetti, Horacio, La reforma Universitaria, Centro Editor de Amrica Latina, Biblioteca Poltica Argentina, Tomo I, Buenos Aires, 1983, p. 78. 16 Grupos de Docentes de la UBA apoyaran la candidatura del conservador Robustiano Patrn Costas a travs de una solicitada que estableca que: Los profesores universitarios que suscriben esta adhesin consideran que el doctor Robustito Patrn Costas como candidato a Presidente de la Repblica constituye un slido factor de unidad de los argentinos, pues representa igualmente y a justo ttulo tanto a los ncleos ilustrados que tienen su raz en la Universidades y en los centros de cultura, como a los hombres de trabajo, a quienes lo vincula su accin perseverante e incansable de precursor de nuestro derecho industrial, calidad que le ha merecido el sincero elogio de sus conciudadanos y le ha sido reconocida hasta por sus propios adversarios polticos. Ciria y Sanguinetti (1983), p.86. 17 Federico Pinedo, representante del Partido Socialista Independiente, dir en la Cmara de Diputados: Para m, la Presidencia actual es una dictadura tpica absolutamente desorbitada y no contenida por ningn freno legal. Esa situacin de dictadura tiene que desaparecer. Al presidente Yrigoyen hay que derribarlo; hay que concluir con la presidencia de Yrigoyen. Ramos (1972), p. 93.

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espaola y del socialismo sovitico,19 que de las luchas y reivindicaciones de los obreros argentinos. Es as como se organizaran grandes asambleas desde la Federacin Universitaria Argentina que por intermedio de su presidente, Ral Uranga, llamaban al auspiciante de la reforma del 1918, Hiplito Yrigoyen, como caudillo senil y brbaro, plegando mayoritariamente al estudiantado a las filas golpistas de Uriburu.20 En contra de sus postulados originarios, ese sera el rol de la universidad reformista despus de 1918: una isla dentro del pas, una institucin escindida de los problemas de las masas argentinas, un reducto de elevados ideales, de espaldas a las luchas populares. As es como sectores de la universidad veran con buenos ojos la cada de Yrigoyen. En una resolucin emitida por Alfredo Palacios21, docente de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad de Buenos Aires y de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la Universidad de la Plata, y elegido Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales en 1930, se estableca: 2: Asumir como propio el imperativo enunciado, en forma indeclinable por la conciencia juvenil, de exigir la renuncia del Presidente de la Nacin, Sr. Hiplito Yrigoyen y la inmediata restauracin de los principios democrticos dentro de las normas constitucionales. 3: Designar una comisin estudiantil para que haga entrega al presidente de esta resolucin y recabe su denuncia. Fdo.: Alfredo Palacios, Decano; Julio V. Gonzlez y Carlos Viamonte, Secretarios Ad-Hoc.22 Esta universidad dara batalla a Yrigoyen en nombre de la libertad y en contra del populismo. Paradjicamente, estos ideales emancipadores tendran sus matices de interpretacin y es por eso, que varios de estos universitarios seran funcionarios de las casas de altos estudios durante el gobierno militar de Justo y por el resto de la denominada dcada infame. Los sectores populares que acompaaran al peludo Yrigoyen, veran ante sus ojos y en sus condiciones de vida, cmo dicho perodo histrico oficiara como una18

El Comit Central del Partido Comunista estableca:El gobierno del Yrigoyen es el gobierno de la reaccin capitalista, como lo demuestra su poltica represiva, reaccionaria, fascistizante, contra el proletariado en lucha, contra el cual aplica cada vez ms los mtodos terroristas. Ramos (1972), p. 94. 19 Para esta poca la Revolucin Rusa iniciar un proceso de ascenso de Stalin y de la burocracia sovitica. En el ao 1924 mora Lenin y tiempo despus sera expulsado Trotsky y se iniciaran los Procesos de Mosc de los aos 1936, 1937 y 1938:()Donde se fusilara a todos los fundadores del Ejercito Rojo, a los constructores de la industria pesada, a los vencedores de la guerra civil, a todos los miembros del Bur Poltico en tiempos de Lenin, a los principales tericos, economistas y polticos del viejo partido. Ramos (1972), p. 245. El Partido Comunista Argentino por mucho tiempo, oficiara como polea de transicin del stalinismo en nuestro pas, influyendo directamente sobre las concepciones de las agrupaciones de intelectuales y estudiantiles universitarias. 20 Ramos (1972), p. 118. 21 El Dr. Alfredo Palacios a lo largo de su biografa -anloga por cierto, a gran parte del mbito acadmico de los doctores universitarios de la UBA- pidi la renuncia de Yrigoyen, luego la de Pern y ms tarde, la de Frondizi. Extraamente, este acadmico no realiz dicha solicitud ni con Justo, ni con Ortiz, ni menos an, con el general Aramburu. Ramos (1972), p. 136. 22 Jauretche (1973), p. 148. 32

restauracin oligrquica y como un medio de reforzamiento de la dependencia extranjera.23 A pocos das de asumido el militar golpista, en medio de acusaciones al defensor de los sectores medios y de la reforma del ao 1918, el presidente Yrigoyen, se declarara la Ley Marcial y el Estado de sitio en el pas. En medio del gobierno de Justo y tras la concordancia para mantener el fraude electoral acordado entre el Socialismo Independiente, los conservadores y grupos de la UCR antipersonalista, el silencio de la UBA ser casi generalizado. A diferencia de estos ltimos y dentro de las filas del yrigoyenismo, durante la dcada del 30 se producirn levantamientos contra el rgimen fraudulento, por ejemplo, aquellos comandados por el teniente coronel Gregorio Pomar en Corrientes o por el Coronel Roberto Bosch en el Paso de los Libres, que contara con la participacin de Arturo Jauretche. A diferencia de la clase media que ingresara a las universidades, esta no sera la suerte de los hijos de obreros y de peones rurales. Hasta la llegada del peronismo y con la refundacin de la universidad en 1946, los sectores populares de bajos recursos estaran condenados a ser educados nicamente hasta el nivel medio de la educacin estatal. El acceso de los pobres a la cultura en nuestro pas, sera el correspondiente al rol asignado por la oligarqua a los obreros: peones de estancia y desde principios del siglo XX, a lo sumo, obreros mal remunerados en el creciente gran Buenos Aires. La Ley N 1420 de educacin universal bsica implementada por los liberales vencedores de Pavn, garantizara la formacin de las masas jvenes aptas para oficiar como mansos empleados de la aristocracia ligada al imperialismo britnico. Los hijos de los terratenientes mientras tanto, se educaran en las universidades aristocrticas nacionales y extranjeras a la espera de asumir los cargos de mando de la Argentina factora. La dinmica poltica del nuevo pas que se abra a fuerza de movilizaciones y reclamos populares en 1945, les permitira a los hijos de los obreros ser parte del crculo de ascenso social, esto es, los hijos de los obreros que llegaran escapando a la miseria desde el interior y se ubicaran en los mrgenes del riachuelo, en Buenos Aires o en el Litoral, ingresaran a la universidad y seran profesionales, escapando as de la situacin de opresin econmica de sus progenitores, en un pas con marcado crecimiento econmico y profunda distribucin del ingreso. Esta sera la principal razn por la cual no se produciran prcticamente conflictos en la universidad nacional peronista del perodo 19461955. Esta particularidad, estara marcando una gran diferencia con los altos grados de23

Glvez, intelectual nacionalista, se refera al gabinete de Uriburu: () Llama la atencin que tres de los ocho ministros estn vinculados a las compaas extranjeras de petrleo y todos, salvo dos o tres, a diversas

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conflictividad estudiantil silenciados bajo la represin policial en la universidad despus de 1955 y especialmente, en 1966 y 1976: exclusivamente en el ao 1957 se generaron 92 conflictos estudiantiles y haca 1959, llegaran a 250 los conflictos universitarios de distinta ndole. En este esquema de pacificacin democrtica se incluiran los 4000 funcionarios y docentes peronistas expulsados en la universidad sin juicio o sumario alguno24 por medio del artculo 32 del decreto N 6.403 de Aramburu que estableca que: No sern admitidos al concurso quienes hayan realizados actos polticos y ostensibles de solidaridad con la dictadura, que comprometan el concepto de independencia y dignidad de ctedra. 25 La inscripcin misma a los concursos tras 1955 sera parte de una violencia poltica inusitada y, por ejemplo, se establecera que para la presentacin a una ctedra el postulante tena que firmar un documento en el cual declaraba no haber tenido ningn compromiso con el antiguo rgimen. Asimismo, las autoridades26 universitarias de la dictadura de Aramburu, ms all de la idoneidad de los docentes, se reservaban el derecho de impugnar las candidaturas en base a un anlisis de la conducta moral del aspirante. Por ejemplo, por citar algunos casos, eran motivo de impugnacin aquellos postulantes que haban participado en el Congreso de Filosofa de Mendoza del ao 1949 o en el Latinoamericano de Sociologa durante el peronismo o cualquiera que tuviera publicaciones ligadas al gobierno anterior. Por el contrario, se premiara en los concursos el tem viajes al extranjero, especialmente a Europa y Estados Unidos, lo cual atestiguaba segn los jurados, tanto la importancia de que el candidato tenga un capital econmico, como asimismo, una supuesta erudicin cultural adquirida en los pases vencedores de la Segunda Guerra.27 Sobre este punto, la historiografa oficial escribira el mito del autoritarismo ideolgico de Pern y sus supuestas capacidades para desvirtuar la percepcin del orden social, bajo el supuesto prisma del corporativismo y el copamiento fascista de las instituciones. Ahora bien, este supuesto acatamiento juvenil generado a base de engaos del gobierno de Pern, se disolvera en el aire de libertad democrtica de 1955 y la juventud

empresas capitalistas europeas y yanquis. Los primeros actos del gobierno de Uriburu no dejan dudas de que la revolucin ser, si no lo es ya, una restauracin del rgimen. Citado en Ramos (1972), p. 146. 24 Hernndez Arregui (2004), p. 359. 25 Jauretche, Arturo, Los profetas del odio y la yapa, Corregidor, Buenos Aires, 2004, pp.131-132. 26 Los encargados de realizar las impugnaciones eran los representantes de la Agrupacin de Egresados de la Facultad y del Centro de Estudiantes. Neibur, Federico, Los Intelectuales y la invencin del Peronismo, Estudios de Antropologa social y cultural, Alianza, Buenos Aires, 1988, pp. 224-231. 27 Neiburg (1998), p. 223. 34

universitaria lo entendera a fuerza de represiones a la universidad bajo los gobiernos de Frondizi, Guido u Ongana. La universidad se democratiz en su acceso en 1946 como nunca lo haba hecho en la historia del pas. La gratuidad de la educacin a travs del decreto N 29.337 del ao 1949 y el ingreso irrestricto, encontraran su origen en este perodo y por eso, seran suprimidos todos los aranceles y los exmenes de ingreso, tal como comentaremos a continuacin. La masividad en el acceso a la universidad oficiara como un elemento de avance en la formacin de la conciencia nacional en la juventud: las clases sociales se mezclaran en la universidad abierta al pueblo pobre y los hijos de los antiperonistas conoceran los dramas de la poblacin real por intermedio de los hijos de los trabajadores peronistas. Este sera uno de los factores centrales de los nuevos vientos culturales que atravesaron la universidad y que propiciaron el proceso de nacionalizacin de la clase media argentina durante 1960. El primer peronismo, entonces, fue desde sus orgenes y marcando una diferencia con las interpretaciones habituales, un proyecto poltico con participacin juvenil. La universidad popular en este contexto, fue un medio de insercin de sectores de la juventud proveniente de las masas obreras, que por primera vez en la historia, entraran activamente en el reparto del capital cultural de la nacin. Pese a la existencia de altas tasas de deserciones en la universidad28 y a que no se transformara de raz el habitual ingreso a las carreras tradicionales, se estara iniciando una nueva experiencia poltica y cultural entre los sectores populares. La gratuidad o los servicios sociales de la universidad, junto a la cultura poltica obrerista del gobierno nacional, estaban marcando una verdadera revolucin cultural entre los sectores obreros y los grupos medios bajos. Desde ahora, la universidad sera percibida como un derecho social ms que generara la posibilidad de elevar espiritual y tcnicamente a la nacin. Los actores que no apoyaran al gobierno y se opondran a l, seran gran parte de los sectores juveniles universitarios organizados, claramente minoritarios en relacin a la poblacin total de la juventud argentina. Su condicin de minoras en relacin a los sectores populares, no les quitara protagonismo en su accionar en 1955 y por el contrario, las columnas de estudiantes catlicos y de la izquierda liberal, seran dinmicas vociferadoras a la hora de expresar sus diferencias con el tirano. Las circulares de la FUA y de la FUBA haran rimbombantes declamaciones por las que se denunciara el rgimen autoritario y se28

En el perodo 1947-1955, de cada 10.000 habitantes, llegaban a la universidad 80 jvenes, de los cuales se reciban 5. Datos extrados del volumen de Magnone, Carlos y Warley, Jorge A., Universidad y Peronismo (1946-1955), Centro Editor de Amrica Latina, Buenos Aires, 1984, p. 29. 35

convocara a derrocarlo. As quedara expresado por intermedio de la Mesa Directiva de la FUA, que el 23 de septiembre de 1955 manifestaba: Los estudiantes argentinos han saludado la cada del rgimen opresor y falaz que intent conculcar todo vestigio de democracia, sumiendo al pas en el caos. () La sublevacin ha triunfado en nombre de la democracia y la libertad.29

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Budeiski, Clara, El retorno oligrquico, Schapire, Coleccin Mira, Capital Federal, Argentina, 1973, p.30. 36

El peronismo y la participacin de sectores medios Otra de las lecturas parciales de la historiografa oficial versa alrededor de la supuesta ausencia en conjunto de actores denominados como clase media. El sentido del trmino clase media es de por si ambiguo y de difcil ubicacin, ya que dentro de esta categora y simplemente en su uso tradicional, encontraramos: - actores ms ligados cultural y econmicamente a la burguesa o a la aristocracia que a los sectores populares (clase media en sentido estricto: funcionarios de la conduccin estratgica de las multinacionales como gerentes, as