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Un poco de ciencia novohispana
Elba Lázaro-Chávez Mancilla
El trabajo de Elías Trabulse en su Historia de la Ciencia en México
es excepcional. El autor se da a la tarea de recuperar un pasado
olvidado y desconocido sobre el desarrollo científico en nuestro
país desde la era novohispana hasta el siglo antepasado. Este
recorrido histórico es de vital importancia para la mejor comprensión del
acontecer nacional en el ámbito de la ciencia.
Los años 1500Cuando los españoles llegaron a América -en 1492- encontraron varias
civilizaciones de un alto nivel cultural, así como un panorama totalmente
desconocido que los impulsaría a modificar sus esquemas mentales acer-
ca del mundo que habitaban. Como es sabido, los virreinatos principales
se establecieron donde existían los grupos más fuertes, originando desde
el siglo XVI una intensa actividad intelectual y científica en la Nueva Espa-
ña. Esto dio lugar a que la ciencia indígena y los recursos naturales ame-
ricanos adquirieran una rápida y gran fama en el ámbito científico europeo
y que se difundiera, asimilara y ampliara en el hemisferio occidental.
El primer tomo de La Historia de la Cien-
cia en México contiene textos científicos del
siglo XVI sobre el saber y la práctica mé-
dica; los productos naturales de América
y la terapéutica; novedades y bellezas de
la naturaleza americana; las nuevas espe-
cies de animales; farmacopea y botánica;
zoología; tecnología; supersticiones y he-
chicerías del nuevo mundo; mineralogía y
metalurgia; temple y cualidades de México
y el ingenio americano. Todos los textos
están acompañados de bellas ilustracio-
nes, anotaciones y fichas bibliográficas.
Entre otros, se recogieron documentos
sobre investigación científica que se de-
sarrolló en la Nueva España de Francisco
Bravo, Agustín Farfán, Martín de la Cruz y
Juan Badiano, Fray Bernardino de Saha-
gún, Gonzalo Fernández de Oviedo, Fray
Toribio de Motolinía, Bartolomé de Medina,
Álvaro Alonso Barba, Juan de Cárdenas y
Fray Agustín de Vetancourt.
Los siglos posterioresEl desarrollo científico tiene una continui-
dad temporal que vincula las diferentes
épocas y no es fácil determinar los puntos
de enlace de dichas etapas debido al ca-
rácter heterogéneo que poseen las ideas
científicas. De allí que se hayan fijado los
siguientes períodos para delimitar a la
ciencia mexicana novohispana:
Lázaro-Chávez, E. (2010). Un poco de ciencia novohispana [Versión electrónica], Ciencia Compartida, 1, 32-35. Recuperado el (día) de (mes) de (año), de (dirección electrónica).
ReferenciasTrabulse, Elías. Historia de la Ciencia en
México. Estudios y Textos. Siglo XVI, V1,
México, Consejo de Ciencia y Tecnología y
Fondo de Cultura Económica, 1983, 468 p.
•1521-1580: Aclimatación de la ciencia eu-
ropea medieval y renacentista. Estudios bo-
tánicos, zoológicos, geográficos, médicos,
etnográficos y metalúrgicos.
•1580-1630: Aparición de los primeros
textos de ciencia elaborados en México. Es-
tudios astronómicos, botánicos y zoológicos.
•1630-1680: Cambio en los intereses cien-
tíficos. Primeros textos de ciencia moderna,
estudios matemáticos, astronómicos y geo-
gráficos.
•1680-1750: Difusión lenta de la teoría mo-
derna. Estudios matemáticos, astronómicos
y geográficos.
•1750-1810: Aceptación paulatina de las
nuevas teorías taxonómicas, mecanicistas y
triunfo de estas últimas al finalizar el siglo.
Estudios botánicos, zoológicos, médicos,
químicos, metalúrgicos, geológicos, astronó-
micos, físicos, geográficos y estadísticos.
•1810-1850: Supervivencias ilustradas.
Nuevo cambio en los intereses científicos.
Estudios botánicos, zoológicos, médicos,
mineralógicos y geológicos.
•1850-1910: Impulso positivista. Especiali-
zación. Aportes en botánica, zoología, me-
dicina, geología, paleontología, evolución,
antropología, química, física, metalurgia,
geografía, estadística y astronomía.
Cada una de estas divisiones son aglome-
raciones de pequeños grupos o comunidades
que comparten uno o varios paradigmas
científicos y que por su cohesión pueden
ser englobados en una determinada época.
Es justo en ellas en donde se van dando los
cambios de mentalidad científica, gracias a
la aceptación o rechazo de las nuevas teo-
rías. No obstante, las pequeñas comunidades
científicas se van gestando sin ser un conti-
nuo totalmente explicable.
Nuestros pionerosLas actividades científicas en la Nueva Es-
paña se desempeñaron no solo en la Ciudad
de México, sino también en diversas regio-
nes del país, abordando todas las ramas del
saber científico. Desde los inicios coloniales
Puebla, Guanajuato, Querétaro, Guadalaja-
ra, Morelia, Oaxaca y Mérida contaron con
pequeños núcleos de hombres de ciencia
que legaron valiosas aportaciones. La mayo-
ría se dedicó a la docencia y a la divulgación
del saber científico y técnico, además de que
fundaron instituciones y publicaciones perió-
dicas para difundir sus trabajos generando
polémica sobre los temas más variados; en
otras palabras, con ellos vimos los primeros
esfuerzos de lo que hoy conocemos como
divulgación de la ciencia.
Tales comunidades fueron las protago-
nistas del cambio en las creencias científi-
cas, para lo cual lucharon con un número
considerable de obstáculos. Y paulatina-
mente fueron aceptando los nuevos pos-
tulados que la ciencia moderna les ofrecía.
Así, desde mediados del siglo XVII se
acoge el heliocentrismo y a principios de
Siglo XVIII la teoría de la circulación de la
sangre y de la naturaleza de la presión at-
mosférica y el vacío. Décadas más tarde,
la taxonomía linneana, la generación se-
minal, la mecánica celeste newtoniana y
las novedosas teorías sobre la electricidad
se convierten en partes fundamentales del
sistema científico. Al finalizar el Siglo XVIII
tiene cabida la química moderna y en la
primera mitad del siguiente siglo se acep-
tan las nuevas teorías geológicas. Hacia el
último tercio del siglo XIX se contempla la
difusión del evolucionismo darwiniano y de
las teorías electromagnéticas.
Aunque no es fácil determinar con preci-
sión en qué momento las núcleos científicos
mexicanos adoptaban alguna teoría nueva,
sí es posible señalar los resultados de su
asimilación y cómo fueron utilizadas y enri-
quecidas con aportes originales adquiridos
a través de su experiencia. Tal es el caso de
las etapas por las que pasaron las taxono-
mías botánica y zoológica mexicanas en los
tres siglos coloniales. Estas surgen de una
mezcla entre las clasificaciones indígenas
prehispánicas y las corrientes europeas del
siglo XVIII, tiempo en el que se inicia un ex-
tenso trabajo taxonómico bajo los auspicios
de la corona. Otro caso es la evolución de
las matemáticas: en el periodo que va desde
la segunda mitad del siglo XVI hasta fines
del XIX, las matemáticas ejercieron una
gran influencia en la difusión de las teorías
mecanicista y la forma en que modificaron
el quehacer de “ingenieros y mecanistas”
mexicanos en el periodo colonial.