ulises estrada. tania la guerrillera y la epopeya suramericana del che

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  • ULISES ESTRADA LESCAILLE (Santiago de Cuba, 11 de diciembre de 1934). Desdemuy joven se incorpor a las luchas contra el golpe de Estado del general FulgencioBatista (10 de marzo de 1952). En 1955 ingres al Movimiento 26 de Julio (M-26-7),fundado luego del asalto al cuartel Moncada (26 de julio de 1953) por Fidel Castroy otros de sus compaeros de lucha. En esa organizacin realiz varias accionesclandestinas, tanto en Santiago de Cuba, como en La Habana.

    Inmediatamente despus del triunfo de la Revolucin (1ro. de Enero de 1959)cumpli diversas tareas vinculadas a la Direccin de Inspeccin y a la Direccin deInteligencia (G-2) del Estado Mayor del Ejrcito Rebelde; entre ellas, la jefaturaprovisional de la Seccin de Operaciones del G-2 en la zona del Escambray, ubicadaen la antigua provincia de Las Villas, donde ya haban comenzado las luchas delpueblo cubano contra las bandas contrarrevolucionarias organizadas y financiadaspor la Agencia Central de Inteligencia del gobierno de los Estados Unidos (CIA).

    En 1961, se incorpor al entonces naciente Ministerio del Interior de la Repblicade Cuba (MININT), donde ingres al llamado Viceministerio Tcnico (InteligenciaPoltica), encabezado por el comandante Manuel Pieiro Losada, alias Barbarroja.Bajo la direccin de ste, en 1970, particip en la fundacin de la Direccin Generalde Liberacin Nacional (DGLN) del MININT. En ambas unidades cumpli delicadasmisiones vinculadas a la solidaridad de la Revolucin cubana con las luchas porliberacin nacional y social en frica y en Amrica Latina y el Caribe.

    En 1975, fue nombrado Vicejefe Primero del entonces recin fundadoDepartamento Amrica del Comit Central (CC) del Partido Comunista de Cuba(PCC). A partir de 1979 fue, sucesivamente, Embajador de Cuba en Jamaica, en laRepblica Popular y Democrtica de Yemen, en la Repblica Democrtica y PopularArgelina, en la Repblica rabe Saharaui Democrtica (RASD) y en la RepblicaIslmica de Mauritania. Tambin encabez la Direccin del Movimiento de PasesNo Alineados y la Direccin de frica y Medio Oriente del Ministerio de RelacionesExteriores de la Repblica de Cuba.

    Posteriormente, fue nombrado Jefe de Informacin del semanario GranmaInternacional, rgano oficial del CC del PCC, y, despus, del bisemanario El Habanero,editado por el Comit Provincial del PCC de la provincia La Habana. Desde esasresponsabilidades colabor con el peridico Juventud Rebelde, con la revista Bohemiay con las emisoras Radio Habana Cuba y Radio Cadena Habana. Desde el ao 2000,es director de la revista Tricontinental que publica la Organizacin de Solidaridadde los Pueblos de Asia, frica y Amrica Latina (OSPAAAL). Es Licenciado enCiencias Sociales y ha sido coautor de los libros Tania, la guerrillera inolvidable yAmilcar Cabral, un precursor de la independencia africana.

  • Tania la Guerrilleray la epopeya suramericana del Che

    Ulises Estrada Lescaille

    Edicin y prlogo por Luis Surez Salazar

  • Cubierta: ::maybe

    Derechos 2005 Ulises Estrada LescailleDerechos 2005 Ocean Press

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicacin puede ser reproducida,conservada en un sistema reproductor o transmitirse en cualquier forma o por cualquier medioelectrnico, mecnico, fotocopia, grabacin o cualquier otro, sin previa autorizacin del editor.

    ISBN 10: 1-920888-21-7ISBN 13: 978-1-920888-21-3Library of Congress Catalog No: 2005925583Primera impresin 2005

    Publicado por Ocean PressAustralia: GPO Box 3279, Melbourne, Victoria 3001, Australia

    Fax: (61-3) 9329 5040 Tel: (61-3) 9326 4280E-mail: [email protected]

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    Australia y Nueva Zelanda: Palgrave MacmillanE-mail: [email protected]

    Cuba y Amrica Latina: Ocean PressE-mail: [email protected]

    [email protected]

  • NDICE

    DEDICATORIA xi

    AGRADECIMIENTOS xiii

    PRLOGO 1

    PREFACIO 5

    CAPTULO I: Contexto histrico 9

    CAPTULO II: La Operacin Fantasma 17

    CAPTULO III: El Caso Tania 23

    CAPTULO IV: Preparacin operativa en Cuba 31

    CAPTULO V: Graduacin de una combatiente clandestina 43

    CAPTULO VI: Un imborrable recuerdo 54

    CAPITULO VII: Una leyenda fallida 61

    CAPTULO VIII: El nacimiento de Laura Gutirrez Bauer 71

    CAPTULO IX: Un ao fecundo 83

    CAPTULO X: Un encuentro esperado 95

    CAPTULO XI: Reencuentro con el Che 104

    CAPTULO XII: Tania la guerrillera 116

    CAPTULO XIII: En brazos de la inmortalidad 128

    CAPTULO XIV: Mi pequea Ita 140

  • ANEXOS

    ANEXO 1:Autobiografa elaborada por el Caso Tania 151

    ANEXO 2:Plan de Trabajo que deba cumplir Tania en Cienfuegos 155

    ANEXO 3:Informe de Tania sobre las tareas cumplidas duranteel ejercicio prctico en Cienfuegos 160

    ANEXO 4:Mensaje enviado por Tania desde Praga luego de suprimer recorrido por Europa Occidental 175

    ANEXO 5:Mensaje enviado por Tania desde Praga en vsperasde su segundo viaje a la Repblica Federal Alemana(RFA) y a Berln Occidental 178

    ANEXO 6:Leyenda de Laura Gutirrez Bauer 182

    ANEXO 7:Mensaje enviado por el Centro Principal a Mercyinformndole los detalles sobre su futuro contacto conTania en Bolivia 193

    ANEXO 8:Informe enviado por Mercy sobre los diversos contactosque sostuvo con Tania en Bolivia y Brasil, entreel 7 de enero y los ltimos das de marzo de 1966 195

    ANEXO 9:Trascripcin del informe oral sobre su primer ao enBolivia que Tania le ofreci a Ariel durante el contactoque sostuvieron en Mxico, el 16 de abril de 1966 209

  • ANEXO 10:Entrevista realizada a Nadia Bunke por ChristophWiesner y publicada por el diario berlins Junge Weltel 7 y el 8 de marzo de 1998, bajo el titulo Mi batallapor la verdad, acerca de las mentiras vinculadas a latrayectoria revolucionaria de Tania 255

    ANEXO 11:Comunicacin oficial enviada al abogado de NadiaBunke por el Comisionado Federal para losdocumentos del Servicio de Seguridad del Estado dela desaparecida Repblica Democrtica Alemana (RDA)donde desmiente la vinculacin de Tania con la STASI 262

    ANEXO 12:Informe del Jefe de la Oficina de Prensa del Serviciode Inteligencia Exterior de la Federacin Rusadesmintiendo la supuesta existencia de vnculos deTania con el Cmite de Seguridad del Estado (KGB)de la desaparecida Unin de Repblicas SocialistasSoviticas (URSS) 264

    ANEXO 13:Nota manuscrita que le entreg a Nadia Bunke el exTeniente General y el ex Responsable del Trabajo enel continente americano del KGB, N.S. Leonov, dondecertifica que Tania no tuvo ninguna vinculacincon ese rgano de la inteligencia sovitica 265

    ANEXO 14:Carta enviada por Nadia Bunke al Presidente delConsejo de Estado y del Consejo de Ministros de laRepblica de Cuba, Fidel Castro, solicitndole el apoyodel Gobierno cubano en la bsqueda, exhumacin eidentificacin de los restos de Tania 266

  • ANEXO 15:Respuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro a lacarta que le envi Nadia Bunke solicitndole el apoyodel Gobierno cubano en la bsqueda, exhumacin eidentificacin de los restos de Tania 268

    ANEXO 16:Discurso pronunciado por el Comandante en JefeFidel Castro, presidente de los Consejos de Estado yMinistros de la Repblica de Cuba y Primer Secretariodel CC del PCC, en ocasin de la llegada de los restosdel Comandante Ernesto Che Guevara y de otros de suscompaeros de lucha en Bolivia al memorial erigido enla ciudad de Santa Clara, Cuba 269

    ANEXO 17:Discurso pronunciado, el 30 de diciembre de 1998, porel Comandante de la Revolucin Ramiro ValdsMenndez en ocasin de la llegada de los restos deTania al Memorial Ernesto Che Guevara, enclavado enla ciudad de Santa Clara, Cuba 273

    NOTAS 279

  • A NADIA BUNKE

    Por acogerme como a un hijo durante ms de treinta y cinco aos.

    Por su valiente y abnegada actitud ante el sacrificio revolucionariode su hija Hayde Tamara.

    Por su defensa incansable de la hazaa realizada por Tania frente a loscobardes que han tratado de empaar su herosmo en la lucha

    revolucionaria, hasta entregar su propia vida.

    Por el amor que le tengo, a ella que la muerte no le permiti continuarsu misin en defensa de la vida heroica de su hija, ni conocer la

    versin final de esta obra, la que le dedico como un sencilloy ltimo homenaje al ejemplo que dej entre nosotros

    con su existencia comunista.

  • AGRADECIMIENTOS

    No fue tarea fcil comenzar y terminar de escribir este libro. Por eso, miprimer agradecimiento es para Karen Lee Wald, periodista y amigaestadounidense, quien insistentemente me estimul a hacerlo y, paralograrlo, me abri el camino hacia la direccin de la editorial Ocean Press.Sin el entusiasmo con el que Karen me contagi, quizs este texto nunca sehubiese escrito.

    A Jos Gmez Abad (Diosdado), compaero de largos aos de trabajoen el Viceministerio Tcnico (VMT) y en la Direccin General de Inteligencia(DGI) del MININT de la Repblica de Cuba. l asumi esta obra comosuya. No slo me entreg testimonios nunca antes divulgados, sino quecontribuy a ejercitar mi memoria, a localizar a algunos protagonistas delos hechos y a revivir aquellos hermosos aos de lucha revolucionaria. Suesposa, Elsa Montero Maldonado, tambin me prest una insuperable ayudaen los inicios del trabajo de edicin, mientras recordbamos las experienciasque compartimos en el VMT y en la DGI. A la Elsa de hoy, la Gina de ayer,mi gratitud.

    A Juan Carretero Ibez (Ariel), quien por primera vez ofrece su relatosobre la participacin que tuvo en esta historia. Asimismo, a Ivn Montero(Renn), amigo y compaero de luchas por la redencin latinoamericana,cuya verdadera identidad contina siendo un enigma en las obras sobre elChe publicadas hasta hoy. A pesar de que en esas obras se reflejan miserablesdudas sobre su incuestionable actitud revolucionaria, por primera vez yslo para la preparacin de este libro, Renn decidi revivir pblicamentesus recuerdos sobre Tania. A l un agradecimiento muy especial.

    A Onelia Chaveco, directora de la Agencia de Informacin Nacional(AIN) de Cienfuegos y a Vitalia Lorenzo, quienes me prestaron unimportante apoyo en la reconstruccin de la presencia de Tania en esa

  • bella ciudad ubicada en el centro-sur de la isla de Cuba. Igualmente, aAna Elisa Garca, quien contribuy a la digitalizacin de esta obra, y aAileen Gonzlez Garca, quien restaur y me facilit las fotos de laspertenencias de Tania que aparecieron junto a sus restos mortales enBolivia. Tambin a la doctora Mara del Carmen Ariet por su testimoniosobre los detalles de ese histrico hallazgo.

    Gracias a todas ellas y a todos ellos, as como a la paciencia y a laayuda de la direccin de la editorial Ocean Press, especialmente de supresidente David Deutschmann al igual que al del autor del prlogo yeditor de esta obra, el doctor Luis Surez Salazar, he concluido estevolumen: uno de mis ms sentidos tributos a esa combatienteinternacionalista que tuve la oportunidad de conocer y amarprofundamente.

    El Autor

  • PRLOGO

    El 31 de agosto de 1967 luego de permanecer durante ms de dos aoscumpliendo tareas clandestinas en la capital boliviana y por ms decinco meses en las filas de uno de los dos grupos guerrilleros rurales enlos que involuntariamente qued dividido el Ejrcito de LiberacinNacional (ELN) de Bolivia: formalmente fundado por el comandanteErnesto Che Guevara el 25 de marzo del propio ao cay heroicamente,en una criminal emboscada tendida por el ejrcito boliviano en el vadode Puerto Mauricio, en las mrgenes del Ro Grande, Hayde TamaraBunke Bder, ya identificada con el apelativo de Tania la guerrillera.1

    Desde entonces hasta hoy, con variable intensidad, los enemigos yadversarios de la redencin de los pueblos oprimidos y explotados delmundo han hecho hasta lo imposible por ocultar o denigrar el perdurableejemplo de esa emblemtica mujer nacida en Argentina el 19 denoviembre de 1937 que, desde muy joven, sin perder su alegra, suternura, ni su amor a la vida, convirti las multiformes luchas de lahumanidad contra el imperialismo, contra el capitalismo, por lademocracia, la justicia social, el socialismo y el comunismo en laquintaesencia de su trascendente existencia.

    Con vistas a tratar de mellar ese legado y de empaar su significadopara las nuevas generaciones, algunos intelectuales vinculados a lasclases dominantes estadounidenses, europeas y latinoamericanas ociertos plumferos a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia de losEstados Unidos (CIA), han tratado de presentar a Tania como una mujerfatal, cuyo intil sacrificio estuvo presuntamente movido por sussecretas y escabrosas relaciones extramatrimoniales con el Che y conotros de sus compaeros de lucha. Igualmente, como una vulgar espa

  • 2 TANIA LA GUERRILLERA

    de los servicios de inteligencia cubanos o como una triple agente delos rganos de inteligencia de las ya desaparecidas RepblicaDemocrtica Alemana (RDA) y Unin de Repblicas SocialistasSoviticas (la STACI y la KGB, respectivamente)2 a su vez infiltrada enlas filas de la Revolucin cubana y, por encargo de sus aparatos deespionaje, en las altas esferas del gobierno boliviano.3

    A desacreditar de manera documentada todas esas groseras mentirasest expresamente dirigido este testimonio elaborado con entraableamor y admiracin hacia Tania por Ulises Estrada Lescaille; quien,adems de su compaero en la vida ntima, entre 1963 y 1964, bajo ladireccin del comandante Manuel Pieiro Losada (Barbarroja),4 tuvoa su cargo la seleccin y la direccin del entrenamiento de Tania en losmtodos y las tcnicas conspirativas, as como de la lucha guerrilleraurbana y rural que ella requera para cumplir exitosamente lasimportantes tareas vinculadas a las contiendas revolucionariassudamericanas que personalmente le haba encomendado el comandanteErnesto Che Guevara.

    Como quiera que otras responsabilidades vinculadas a la solidaridadde la Revolucin cubana con las luchas por la liberacin nacional ysocial de los pueblos africanos (entre ellas, su apoyo a la materializacindel sueo africano del Che),5 al igual que la compartimentacin tpicade las actividades clandestinas le impidieron participar de maneradirecta en los entrenamientos que recibi Tania en diversos paseseuropeos (incluida la ya desaparecida Checoslovaquia),6 al igual que enlos ulteriores contactos secretos que se desarrollaron con ella en Bolivia,Brasil y Mxico, para la elaboracin de esta obra, su autor nuevamentearticul sus recuerdos con los testimonios (algunos de ellos totalmenteinditos) de otros compaeros cubanos y latinoamericanos que a sudecir tuvieron el privilegio de conocer y trabajar con esa guerrillerainolvidable.7

    Asimismo, para garantizar el rigor histrico y la fidelidad de su relato,revis, otra vez, la documentacin clasificada que an permanece en losexpedientes de Tania que se conservan en los Archivos Histricos delComit Central (CC) del Partido Comunista de Cuba (PCC). Adems, cotejla informacin contenida en esos expedientes (entre ellas, la autobiografaelaborada por Tania durante su proceso de seleccin y preparacin)8

    con los relatos de la madre de esa herona, Nadziega (Nadia) Bunke,9 aligual que de otros competentes funcionarios cubanos de diversas

  • PRLOGO 3

    jerarquas que por diferentes razones an prefieren permanecer enel anonimato.

    Lamentablemente, la leyes inexorables de la vida y de la muerte leimpidieron a Ulises Estrada entrevistar a otros compaeros cubanos,peruanos y bolivianos directamente vinculados con las accionesguerrilleras en las que Tania particip como parte del llamado grupo deJoaqun,10 al igual que con las actividades clandestinas que elladesarroll en Bolivia; primero, bajo la direccin del combatienteinternacionalista cubano Jos Mara Martnez Tamayo (conocido porPapi)11 y, luego, junto al ya desaparecido comunista boliviano RodolfoSaldaa.12 Este ltimo, directamente vinculado a la incipienteorganizacin de la red urbana que siguiendo instrucciones del Chefuncion en la capital boliviana hasta que, a mediados de 1967, fueparcialmente desarticulada por los rganos represivos (formados yasesorados por la CIA) de la sanguinaria dictadura militar encabezada,entre noviembre de 1964 y abril de 1969, por el general Ren BarrientosOrtuo.13

    Por otra parte, a pesar de las ingentes gestiones realizadas por elautor de esta obra, otros testimonios de compaeros bolivianos vinculadoscon Tania en esa red urbana no pudieron obtenerse para ser incluidos enesta edicin; cual fue el caso de las remembranzas de Loyola GuzmnLara; quien segn le indic en 1983 a los historiadores cubanos AdysCupull y Froiln Gonzlez se vincul directamente con Tania cuando,en los primeros tres meses del ao 1967, ambas, prcticamente sin saberlo,compartieron importantes responsabilidades en la estructura urbanaclandestina antes referida.14

    No obstante, este libro completa y ampla la informacin sobre la vida(incluida la vida privada) y la actividad clandestina y guerrillera deTania que hasta ahora ha estado disponible para los lectores de diferentespases del mundo. Tambin ofrece, a modo de primicia, algunasinformaciones de primera mano sobre ciertas actividades solidarias dela Revolucin cubana con las luchas por la liberacin nacional y socialde los pueblos suramericanos que bajo el nombre genrico de OperacinFantasma se desarrollaron, entre 1962 y 1965, siguiendo instruccionesdel comandante Ernesto Che Guevara.

    Esas informaciones contribuyen a derrotar, una vez ms, las arguciasde algunos bigrafos de ese legendario internacionalista acerca de lassupuestas e irreconciliables contradicciones dentro del liderazgo poltico

  • 4 TANIA LA GUERRILLERA

    cubano que, a partir de marzo de 1965, habran determinado que el Cheabandonara sus mltiples cargos y a su familia en Cuba para buscarla muerte en el frustrado empeo de crear dos, tres, muchos Vietnam,primero en el corazn del continente africano y, luego, en el macizo andinosuramericano;15 en tanto el testimonio de Ulises Estrada demuestra, contotal precisin, cmo la seleccin, el entrenamiento y la infiltracin deTania en Bolivia formaban parte de los diversos planes elaborados por elChe, desde 1961, para incorporarse personalmente a la lucha armadaguerrillera en alguno de los pases del subcontinente que desde muyjoven l haba denominado la Amrica mayscula.16

    Por todo lo sealado, esta obra adems de relatar con lujo de detalleslos ltimos cuatro aos de la trayectoria personal y poltica de Tania laguerrillera tambin contribuye a la imprescindible reconstruccin delos antecedentes y pormenores de una de las pginas ms heroicas de lasinconclusas luchas de los pueblos de Amrica Latina y el Caribe por suverdadera y definitiva independencia: la epopeya suramericana del Che.

    El Editor

  • PREFACIO

    Como se ver en las pginas que siguen, durante los dos ltimos aos dela estancia en Cuba de Hayde Tamara Bunke Bder, ahora conocida entodo el mundo como Tania la guerrillera, sostuve con ella estrechasrelaciones de trabajo y personales. De tal intensidad que, antes de supartida hacia la misin internacionalista que a la postre la inmortaliz,acordamos que, al concluir la misma, uniramos nuestras vidas yprocrearamos todos los hijos que ella soaba tener.

    Salvo para un escassimo nmero de compaeros comunes, as comopara sus padres y su hermano esas relaciones se mantuvieron totalmenteocultas hasta que, en contra de mi voluntad y a solicitud de su inolvidablemadre, Nadia Bunke, recib la orientacin superior de incluir una carta(que hasta entonces yo desconoca y en la que Tania le haba informadoacerca de nuestro amor) en el libro sobre su ejemplar trayectoria que, en1969, me encontraba escribiendo junto a las conocidas periodistascubanas Marta Rojas y Mirta Rodrguez Caldern.1

    Posteriormente, en un homenaje pstumo a Tania en la Universidadde La Habana y en sucesivas entrevistas a los diarios cubanos Granma yJuventud Rebelde, Nadia difundi mi identificacin como el negritocubano con el cual su hija haba soado casarse y tener muchosmulatitos cuando concluyera sus tareas clandestinas en Bolivia.2

    Por otra parte, debido a la trascendencia de ciertas actividadesclandestinas, polticas y diplomticas que realic en algunos paseslatinoamericanos y caribeos (entre ellos, Chile y Jamaica), as como a lapublicacin de algunas fotos en las que aparezco junto al comandanteErnesto Che Guevara durante su experiencia guerrillera junto a los

  • 6 TANIA LA GUERRILLERA

    combatientes del Consejo Nacional de la Revolucin del entonesllamado Congo Leopoldville,3 fui conocido en determinados mbitosinternacionales como uno de los hombres del legendario comandanteManuel Pieiro Losada (tambin conocido como Barbarroja), estrechamentevinculados a la aplicacin de la perenne poltica internacionalista ysolidaria de la Revolucin cubana.

    El creciente inters por conocer la mayor cantidad de detalles acerca delas epopeyas del Che y de otros de sus compaeros y compaeras de lucha(entre ellos, los de la nica mujer que haba participado en la guerrillainternacionalista boliviana),4 despert la avidez por entrevistarme devarios periodistas, escritores y cineastas latinoamericanos y europeos.

    En consecuencia, en las cercanas del treinta aniversario de suscorrespondientes desapariciones fsicas, selectivamente conced algunasde esas entrevistas; guiado como muchos otros compaeros cubanospor el nico afn de divulgar a los cuatro vientos la vida y obra de esoshroes de la lucha por la verdadera y definitiva independencia de todoslos pueblos del todava denominado Tercer Mundo y, en particular, delas naciones que, a fines del siglo XIX, Jos Mart denomin NuestraAmrica.5

    Lamentablemente, mis intenciones no coincidan con las de la mayorade mis interlocutores. En sus correspondientes publicaciones muchos deellos tergiversaron o falsearon mis testimonios; ya fuera con descaradosfines de lucro o con el objetivo poltico de desmeritar el cimero ejemplodel Che y de Tania, como fueron los casos del francs Pierre Kalfon,6 ydel intelectual y poltico mexicano Jorge G. Castaeda, con quien sloconvers brevemente en dos ocasiones y a quien nunca le entreguninguna de las informaciones que l me atribuye en su seudo biografadel Che.7

    Incluso, en algunos de esos libelos, a ella se le presentaba como laprotagonista de una virtual novela de ficcin o de espionaje, al convertirlacomo por arte de magia en la amante con la que el Chesupuestamente haba vivido diversos momentos romnticos tanto enPraga,8 la entonces capital de Checoslovaquia (lugar en el que nuncacoincidieron), y en Bolivia: pas donde slo estuvieron juntos y rodeadospor decenas de compaeros de diferentes nacionalidades (argentinos,bolivianos, cubanos y peruanos) entre el 31 de diciembre de 1966 y el 2de enero de 1967, as como entre el 20 de marzo y el 17 de abril del propioao.9

  • PREFACIO 7

    Esos u otros chupatintas tambin relataban la historia de Tania comola de una de las tantas agentes que han sido infiltradas en las filas de susenemigos por los presuntamente omnipresentes y omnipotentes rganosde la inteligencia cubana, sin reparar en que todas las actividadesclandestinas que ella desarroll en Bolivia (incluida su penetracin enaltas esferas del gobierno y en los crculos de la derecha poltica) noestuvieron vinculadas a una labor clsica de espionaje, sino a la pacientey prolongada preparacin de las condiciones operativas que finalmentepropiciaron el inicio, en 1967, de la lucha armada revolucionaria en esepas suramericano.

    La constante lectura de todas esas groseras mentiras me llev, poco apoco, a escribir este libro. En l haciendo honor al apego a la verdadhistrica que siempre ha acompaado los comportamientos ticos de laRevolucin cubana revelar pasajes de los ltimos cuatro aos de lavida de Tania tanto en Cuba, como en Europa y Amrica Latina que, pordiversas razones (la mayor parte de ellas vinculadas a las seguridad dealgunas personas), no se pudieron divulgar en las ediciones de Tania: laguerrillera inolvidable publicadas en varios idiomas en Cuba y en otrasnaciones del mundo entre 1970 y el ao 2001.

    Ese fue el caso, por ejemplo, del informe integro del ya desaparecidorevolucionario guatemalteco Carlos Conrado de Jess Alvarado Marn,slo identificado, hasta la edicin del 2001, con el seudnimo de Mercy.10

    Igualmente, de algunas fechas que aparecen en los libros antesmencionados. Estas fueron intencionalmente alteradas para no divulgarante el enemigo el momento exacto en que nuestro trabajo ya habaalcanzado el alto nivel operativo que se denot en la preparacin deTania, as como de su infiltracin en Bolivia. Por consiguiente, las fechasy los lugares que aparecen en este volumen se corresponden con elmomento exacto en que ocurrieron cada una de las acciones relatadas.

    Para completar y complementar mis recuerdos sobre las mismas, aligual que con vistas a garantizar el rigor histrico de mi relato, en estevolumen incluir nuevos testimonios de compaeros cubanosdirectamente vinculados con la preparacin y la infiltracin de Tania bajo la falsa personalidad de Laura Gutirrez Bauer en los crculospolticos, periodsticos, culturales y de la burguesa boliviana cercanos alos aparatos de poder de la sanguinaria dictadura militar del generalRen Barrientos (1964-1969). Tambin incluir como anexos diversosdocumentos hasta ahora total o parcialmente inditos.

  • 8 TANIA LA GUERRILLERA

    De ms est decir que, con la precisin y ampliacin de la informacinsobre diversas facetas de la vida de Tania, as como sobre nuestrasrelaciones ntimas y profesionales, slo pretendo rendirle un merecidohomenaje a su imperecedero ejemplo, a la grandiosa amistad y al infinitoamor que me brind prcticamente desde que nos conocimos en LaHabana en el mes de marzo de 1963.

    El Autor

  • CAPTULO IContexto histrico

    Para una mejor comprensin de las razones que llevaron al comandanteErnesto Che Guevara siguiendo su decisin personal de continuar elcombate liberador en otras tierras del mundo y la lnea internacionalistatrazada por el mximo lder de la Revolucin cubana a impulsar lalucha emancipadora latinoamericana e incorporar a la misma a laargentina Hayde Tamara Bunke Bder considero necesario reflejar deforma sinttica la situacin existente en Amrica Latina y el Caribe en elprimer lustro de la dcada de 1960.

    Como se conoce, la Revolucin cubana, bajo la direccin del fundadory jefe del Movimiento 26 de Julio y del Ejrcito Rebelde, doctor FidelCastro Ruz, triunf el primero de enero de 1959 luego de ms de cincoaos de sangrientos combates en ciudades, llanos y montaas contra ladictadura del odiado general Fulgencio Batista; quien en todo momentocont con el apoyo poltico, econmico y militar de diferentesadministraciones estadounidenses.1 Acompa a Fidel en la luchaarmada guerrillera contra esa tirana el joven mdico argentino ErnestoGuevara de la Serna. Luego del desembarco del yate Granma (2 dediciembre de 1956) y de las primeras acciones militares, ste rpidamentese convirti en uno de los ms destacados Comandantes del EjrcitoRebelde.2

    Inmediatamente despus de la victoria revolucionaria cubana y juntoa las cruentas satrapas preexistentes (como la de Franois Duvalier enHait, la de Anastasio Somoza en Nicaragua y la de Alfredo Stroessneren Paraguay) se instauraron en Amrica Latina nuevas dictadurasmilitares y diversos gobiernos democrticos representativos puestosal servicio de los intereses del gobierno de los Estados Unidos y de los

  • 10 TANIA LA GUERRILLERA

    grupos de poder econmico y militar dominantes en ese pas.Expresiones de esa subordinacin a los dictados de la Casa Blanca

    fueron, entre otras, el silencio cmplice de la mayor parte de los gobiernosdel continente frente a las agresiones contra Cuba desplegadas por losEstados Unidos (incluida la agresin mercenaria de Playa Girn),3 y lassucesivas reuniones de la Organizacin de los Estados Americanos (OEA)donde se conden al gobierno revolucionario cubano hasta proceder asu ilegal expulsin de esa organizacin en enero de 1962. Asimismo, ladecisin colectiva de la misma (adoptada en julio de 1964) de obligar asus pases miembros a romper relaciones diplomticas, comerciales yconsulares con Cuba.4 Tal decisin fue inmediatamente acatada por todoslos gobiernos latinoamericanos y de los pases entonces independientesdel Caribe, con la sola excepcin del gobierno mexicano.5

    A pesar de los demaggicos postulados de la llamada Alianza para elProgreso (formalizada por la administracin del demcrata John F.Kennedy en la reunin del Consejo Econmico y Social de la OEAefectuada en Punta del Este, Uruguay, en agosto de 1961) todos esosgobiernos sumergieron a sus pueblos en las ms terribles condiciones deexplotacin y represin; en particular despus de los sucesivos golpesde estado que se produjeron, en 1962, en Argentina, en Per y en Ecuador.Estos fueron seguidos meses despus por los cuartelazos de RepblicaDominicana (septiembre de 1963), Honduras (octubre del propio ao) yde Brasil (marzo de 1964).6

    A ello se uni el frreo control colonial estadounidense sobre PuertoRico, el golpe de estado perpetrado en Bolivia el 4 de noviembre de 1964,as como la criminal agresin yanqui contra los pases africanos yasiticos que haban roto sus dependencias coloniales frente a laspotencias imperialistas europeas. En aquellos aos fueron emblemticasla complicidad de la Casa Blanca con el asesinato del Primer Ministro dela Repblica Popular y Democrtica del Congo, Patricio Lumumba (17de enero de 1961), y la criminal agresin desatada por lasadministraciones de los demcratas John F. Kennedy (1961-1963) yLyndon Johnson (1963-1969) contra los pueblos de Vietnam, Laos yCamboya. Tambin la brutal intervencin militar estadounidense enRepblica Dominicana (abril de 1965) y la posterior instauracin conla complicidad de la OEA de un gobierno ttere presidido por uno delos testaferros de la prolongada y sanguinaria dictadura de RafaelLeonidas Trujillo (1930-1961), Joaqun Balaguer.

  • CONTEXTO HISTRICO 11

    La consolidacin de ese y otros regimenes represivos en AmricaLatina (como fueron los casos de las democracias representativas queentonces gobernaban en Colombia, Per y Venezuela) fue facilitada porlas fragilidades que entonces tena la unidad de las organizacionesrevolucionarias, algunas de ellas divididas por las discrepancias chino-soviticas que haban hecho eclosin pblica en la ConferenciaInternacional de los Partidos Comunistas y Obreros efectuada, amediados del ao 1960, en Mosc: capital de la otrora llamada Unin deRepblicas Socialistas Soviticas (URSS).

    Por otra parte, a pesar de estar perseguidos e ilegalizados en buenaparte de los pases, los partidos comunistas latinoamericanos y caribeos,considerados como vanguardias del movimiento revolucionario, en sumayora no desarrollaban una poltica coherente que los condujera atomar el poder poltico. Bajo el supuesto de que la revolucinlatinoamericana deba desarrollarse en dos etapas (una democrtica-burguesa y otra socialista), ellos mantenan el esquema de ir debilitandoal enemigo mediante la obtencin de pequeas y a ratos secundariascuotas de poder en los sindicatos, las organizaciones campesinas,estudiantiles y profesionales. Al par, los que se mantenan legalizados,luchaban por acceder a representaciones dentro de ciertos gobiernosmunicipales, al igual que a algunos escaos parlamentarios, lo que pococontribua a la liquidacin de la dominacin oligrquica e imperialistasobre sus correspondientes pases.

    En consecuencia, el ejemplo de Cuba, su resistencia y sus victoriasfrente a las constantes agresiones del imperialismo yanqui, llevaron asectores de algunos partidos comunistas, fundamentalmente de sujuventud, a considerar que el camino que seguan sus correspondientesorganizaciones no estaba acorde con las necesidades del momento. Estosal igual que otras organizaciones surgidas de los desprendimientosde los partidos nacional-reformistas y socialdemcratas entoncesexistentes en la regin (cual era el caso del Partido Accin Democrticade Venezuela y de la llamada Alianza Popular Revolucionaria Americanade Per) se fueron agrupando en la entonces llamada nuevaizquierda, cuyos principales destacamentos abrazaron la lucha armada,predominantemente rural, como la estrategia fundamental para la tomadel poder poltico y convirtieron la experiencia cubana en su cardinalpunto de referencia.7

    Por tanto, sus principales dirigentes acudieron a La Habana en busca

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    de ayuda poltica, econmica o militar para lograr sus propsitosrevolucionarios. La direccin poltica cubana fue receptiva a susdemandas; pero sin pretender en momento alguno exportar suRevolucin, a no ser su ejemplo de dignidad, resistencia y combate. Esaconducta provoc severas crticas de los partidos comunistas que, con elapoyo del Partido Comunista de la Unin Sovitica (PCUS), planteabanque las relaciones cubanas con esas organizaciones revolucionariasdebilitaban sus posiciones polticas en Amrica Latina y en algunospases del Caribe. No obstante, Cuba mantuvo fraternales relacionespolticas con la absoluta mayora de esos partidos, al par que siguiendosu inalterable posicin internacionalista continu apoyando a aqullasorganizaciones revolucionarias latinoamericanas y caribeas querecababan su solidaridad.

    Fue en ese contexto histrico que el Che recordando el compromisoque Fidel haba asumido con l en Mxico de permitirle continuar suscombates por la redencin de otros pueblos de Amrica Latina cuandotriunfara la Revolucin cubana y sus servicios no fueranimprescindibles comenz a crear las condiciones que le permitierancontinuar la lucha armada revolucionaria en otros pases del continente,en particular en su pas natal: Argentina. A tal fin, desde 1961, comenza planificar la puesta en prctica de esta decisin.

    En ese entonces se encontraban en Cuba los hermanos colombianosAntonio, Juan Martn y Patricio Larrotta Gonzlez. Todos haban llegadoa La Habana semanas despus de haber fundado en su pas, en enero de1959, el llamado Movimiento Obrero Estudiantil Campesino (MOEC). Sudecisin de abrazar la lucha armada revolucionaria los acerc al Che;quien valor altamente la personalidad revolucionaria de Antonio,forjada en el debate poltico en su pas, as como durante su destacadaactividad como presidente de la Unin Nacional de EstudiantesColombianos.

    En consecuencia, a partir de su inters en recibir preparacin militar,Antonio y Juan Martn se haban incorporado a diferentes unidades delas nacientes Milicias Nacionales Revolucionarias cubanas. Desde lasfilas de esa organizacin poltica y militar, Antonio particip en la batallade Playa Girn (17 al 19 de abril de 1961) defendiendo las conquistasalcanzadas por el pueblo cubano frente a la agresin de ms de 1 200mercenarios pagados, entrenados, armados y transportados hastanuestras costas por la CIA y por buques de las fuerzas armadas

  • CONTEXTO HISTRICO 13

    estadounidenses. A su vez, Juan Martn combati contra las criminalesbandas contrarrevolucionarias que, tambin con el apoyo de laadministracin de John F. Kennedy, se haban alzado en armas en lasmontaas del Escambray, ubicadas en la zona central de la isla de Cuba.8

    En reconocimiento a esas solidarias conductas y tomando en cuentala creciente agresividad del gobierno colombiano contra la Revolucin,9

    las autoridades cubanas los apoyaron en su afn de abrir un frenteguerrillero en la zona del Valle del Cauca. Incluso segn me relatJuan Martn Larrotta, hoy periodista de la revista cubana Bohemia sehaba previsto que l, junto con el Che, se incorporaran a ese destacamentoguerrillero cuando culminara su fase de asentamiento. Pero la muerte encombate de Antonio y de otros dirigentes del MOEC en mayo de 1961desarticul ese plan.

    Sin embargo, ese revs no vari en lo absoluto la decisin tomada porel Che. Por el contrario, en todo momento mantuvo su apoyo a lasoperaciones guerrilleras urbanas y rurales que por entonces desarrollabanotros revolucionarios latinoamericanos. En consecuencia, continubuscando el camino que le permitiera incorporarse directamente a lalucha armada en el sur de nuestro continente hasta que pudiera llevar laguerra liberadora a su amada Argentina.

    Con vistas a crear las condiciones a tal fin, a partir del derrocamientomediante un golpe de estado del gobierno reformista del presidenteArturo Frondizi (29 de marzo de 1962),10 el Che apoy personalmente yde manera decidida la preparacin poltica y militar de diversosrevolucionarios argentinos que, por entonces, se encontraban en Cuba.Entre ellos, algunos integrantes de la llamada Formacin RevolucionariaPeronista (en honor al depuesto presidente y lder del Partido Justicialista,Juan Domingo Pern) encabezada por los destacados dirigentes de esaformacin poltica William Cooke y Alicia Eguren. Asimismo, laorganizacin de un selecto grupo de revolucionarios de ese pas,encabezados por su amigo y compaero, el prestigioso periodistaargentino Jorge Ricardo Masetti;11 quienes previamente haban recibidopreparacin militar en Cuba.

    Este ltimo grupo, en 1963, concluy su preparacin militar en laentonces recin liberada Repblica Democrtica y Popular Argelina;12 y,a mediados del propio ao, emprendi los primeros pasos dirigidos aestructurar un destacamento guerrillero en la zona de Salta, ubicada enel norte de Argentina. Paralelamente, comenzaron a radicarse de manera

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    ms o menos legal en Bolivia diversos oficiales del Ministerio del Interiorde la Repblica de Cuba. Fue en esas circunstancias que el Che le orienta Pieiro la seleccin y la preparacin de una ciudadana argentina convistas a su radicacin clandestina en la capital boliviana.

    Segn los conceptos iniciales del Che, sin inmiscuirse en los asuntosinternos bolivianos, todos ellos, en coordinacin con el aparato militardel Partido Comunista de ese pas, tendran que cumplir importantestareas vinculadas al apoyo de la lucha revolucionaria en los pasesvecinos (Per y eventualmente Paraguay), pero particularmente a lapreparacin de las condiciones para su eventual incorporacin aldestacamento del Ejrcito Guerrillero del Pueblo (EGP), encabezado porMasetti; quien, en ese momento, apareca identificado con el seudnimode Comandante Segundo.13

    Sin embargo, la desaparicin de este ltimo, junto al asesinato o lacaptura en los meses de marzo y abril de 1964 de otros de sus compaerosde lucha, pospusieron nuevamente los anhelos del Che. Fue entoncesque, a fines de ese ao, luego de pronunciar en nombre del gobiernocubano un estremecedor discurso en la Decimonovena Asamblea Generalde la ONU,14 l emprendi un largo recorrido por diversos pases delMedio Oriente, as como del norte y del centro de frica, al regreso delcual el comandante Fidel Castro le aprob que encabezara el grupo demilitares cubanos que segn las propuestas previamente enviadas porel Che tendran la responsabilidad de entrenar y apoyar a losdestacamentos guerrilleros vinculados con el llamado Consejo Nacionalde la Revolucin del Congo Leopoldville (CNRC).

    En consecuencia, a comienzos de abril de 1965, el Che particlandestinamente hacia Tanzania, desde donde, el da 22 del propio mesingres, a travs del Lago Tanganica, al sureste del Congo Leopoldville:ruta que ya haban seguido o que siguieron despus ms de un centenarde combatientes internacionalistas cubanos cuidadosamenteseleccionados por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionariasde nuestro pas.

    Las derrotas, la falta de combatividad y la progresiva dispersin delas inconsecuentes fuerzas polticas y militares congolesas asentadas enesa zona, junto al reconocimiento por parte de la Organizacin de laUnidad Africana (OUA) del recin estrenado gobierno del general MobutoSese Seko (quien, a comienzos de noviembre, le haba propinado unfulminante golpe de Estado al timorato presidente Joseph Kasavubu)

  • CONTEXTO HISTRICO 15

    determinaron que el CNRC decidiera suspender sus acciones militares yle solicitara a los internacionalistas cubanos la retirada de ese pas.

    En consecuencia, el 21 de noviembre de 1965, el Che se traslad enforma secreta a Tanzania; desde donde luego de una prolongadaestancia clandestina en la Embajada cubana en Dar-es-Salaam viaj aPraga con vistas a reiniciar su proyecto de desarrollar la lucha armadarevolucionaria en Suramrica y, en especial, en Bolivia, Per y Argentina.

    Aunque nunca me lo dijo mientras lo acompa en esa travesaclandestina y en los primeros momentos de su estancia secreta en Pragaentre comienzos de marzo y el 19 de julio de 1966, siempre he credo queen su decisin influy el incremento de la resistencia popular (enparticular de los trabajadores mineros) contra la dictadura del generalboliviano Ren Barrientos,15 as como el nuevo golpe de estado que,encabezado por el clebre general argentino Juan Carlos Ongana, el 26de junio de 1966, derroc al dbil gobierno constitucional de ArturoIlla,16 e instaur, hasta mayo de 1973, la primera dictadura de seguridadnacional que con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos asola ese pas suramericano.

    Es, por tanto, totalmente falso e injurioso lo que plantean algunosmercenarios de la pluma, as como ciertos traidores a la Revolucincubana acerca de que el Che parti de Cuba hacia el Congo Leopoldvilleen abril de 1965 y dieciocho meses despus hacia Bolivia a causa de suspresuntas contradicciones con el Comandante en Jefe Fidel Castro y conel Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el entoncescomandante y ahora general de ejrcito Ral Castro.17

    Por el contrario, en las mltiples conversaciones que sostuve con elChe despus de su salida de frica y mientras permanecimos durantecerca de un mes alojados clandestinamente en un pequeo apartamentoubicado en la ciudad de Praga, en varias ocasiones me relat diversasancdotas acerca de sus estrechas relaciones con Fidel, a quienconsideraba como el hombre que, con sus enseanzas, lo haba convertidoen un verdadero comunista. A su vez, las apreciaciones del Che sobreRal Castro estuvieron siempre encaminadas a resaltar el respeto y laadmiracin que senta hacia l por sus probadas condiciones comodirigente poltico y militar.

    Segn me indic en esas conversaciones, fue a partir de suidentificacin con la necesidad de apoyar las luchas antiimperialistasen diferentes pases del mundo (plasmada en su Carta de Despedida a

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    Fidel Castro y, posteriormente, en su Mensaje a todos los pueblos delmundo a travs de la Tricontinental),18 as como de su reiterada decisinpersonal de abandonar las altas responsabilidades que ocupaba en elgobierno cubano y en el entonces llamado Partido Unido de la RevolucinSocialista de Cuba (ahora Partido Comunista de Cuba) que Fidel loautoriz y lo apoy en todas sus acciones dirigidas a incorporarse, en elmomento oportuno, a la luchas por la liberacin nacional y social que yase desarrollaban en Colombia, Guatemala, Nicaragua, Per y Venezuela.

    Como he indicado y como veremos en los captulos que siguen, fueesa inquebrantable decisin del Che la que uni mi trayectoriarevolucionaria con ciertas facetas de su actividad internacionalista y, apartir de los primeros meses de 1963, con la trayectoria poltica y personalde la protagonista de este testimonio: la ex ciudadana de la ahora extintaRepblica Democrtica Alemana (RDA), nacida en la Argentina, HaydeTamara Bunke Bder, quien en esos momentos ya era conocida endiferentes medios de la capital cubana por su segundo nombre.

  • CAPTULO IILa Operacin Fantasma

    Cuando, en una madrugada de finales de junio de 1961, en los locales de5ta y 14, Miramar, donde entonces radicaba la Direccin de OperacionesEspeciales del G-2 (contrainteligencia) del naciente Ministerio del Interiorde la Repblica de Cuba (MININT),1 el comandante Manuel PieiroLosada, me propuso incorporarme como Oficial Operativo al entoncesdenominado Departamento M (inteligencia poltica) que l diriga, nuncame imagin que en los imprecisos aos que an me quedaban por vivir,toda mi trayectoria poltico-profesional y mi existencia personalquedaran inseparablemente unidas a la multifactica solidaridad de laRevolucin cubana con las diversas luchas populares, democrticas,antiimperialistas, as como por la liberacin nacional y social de lospueblos de Asia, frica, Amrica Latina y el Caribe.

    Tampoco me imagin que, bajo la direccin directa del ya clebreBarbarroja (a quien progresivamente me fueron uniendo lazos cadavez ms fuertes de admiracin, amistad y respeto fraternal), as comosiguiendo el cercano aliento de los comandantes Fidel, Ral, Almeida,de Celia Snchez y de otros dirigentes de nuestro proceso revolucionario,2

    la acelerada dinmica de los acontecimientos hemisfricos einternacionales (entre ellos, la creciente agresividad de los crculos depoder estadounidenses contra mi patria) me llevaran a cumplir diversastareas poltico-militares, operativas y conspirativas vinculadas, demanera directa o indirecta, con las actividades internacionalistasemprendidas en Amrica Latina y en frica por una de laspersonalidades ms extraordinarias y carismticas de la Revolucincubana, latinoamericana y mundial: el comandante Ernesto Che Guevara.

  • 18 TANIA LA GUERRILLERA

    Mucho menos supuse que esas tareas solidarias e internacionalistasuniran, durante los aos 1963 y 1964, mltiples facetas de mi vidapersonal, poltica y profesional a Hayde Tamara Bunke Bder; aquellainteligente, tierna, culta, abnegada y bella mujer mundialmente conocidadespus que, en 1970, se divulgaron las diversas tareas clandestinas queella haba cumplido en y desde Bolivia bajo las orientaciones del Che, ascomo los detalles de su incorporacin a la columna madre del Ejrcitode Liberacin Nacional (ELN) de Bolivia.3

    El primer indicio al respecto lo recib cuando en octubre de 1962,despus de transitar como segundo jefe de la Seccin MM (inteligenciamilitar) del denominado Departamento M o simplemente M, Pieiro(entonces identificado con los seudnimos de XII o de Petronio) meencomend la misin de apoyar al compaero y amigo, capitn OloPantoja,4 al igual que a otros inolvidables compaeros cubanos (entreellos, Papi),5 en la organizacin de la Seccin de Operaciones Especiales(MOE) del entonces llamado Viceministerio Tcnico (VMT) del MININT.6

    Segn Pieiro me dijo en esa ocasin, a diferencia de otras Secciones yDepartamentos de ese naciente rgano de la inteligencia estratgicacubana, el MOE tendra como nica responsabilidad la conduccin dediversas operaciones clandestinas vinculadas a la solidaridad de nuestropas con las diferentes organizaciones y movimientos revolucionarios quecontinuaban surgiendo en varios pases de Amrica Latina, bajo el impulsode la victoria insurreccional cubana y en respuesta a las polticas proimperialistas, antidemocrticas y antipopulares de sus correspondientesgobiernos.

    La ntida postura solidaria de la Revolucin cubana hacia esas nuevasorganizaciones y nuevos movimientos, as como su renovadora y a lavez unitaria posicin frente a los debates tericos, estratgicos y tcticosque, desde 1960, ya sacudan al Movimiento Comunista y ObreroInternacional haba sido proclamada, unos meses antes, en la SegundaDeclaracin de La Habana como respuesta a la vergonzosa decisin deexpulsar a nuestro pas de la OEA que, bajo la instigacin de la CasaBlanca, haban adoptado la mayora de los gobiernos latinoamericanosy caribeos a la sazn integrantes de ese organismo hemisfrico.7

    En consecuencia, en tal declaracin y en respuesta al cnicopanamericanismo propugnado por los crculos de poderestadounidenses desde comienzos de la dcada de 1880,8 la AsambleaGeneral del Pueblo de Cuba haba asumido un firme compromiso con el

  • LA OPERACIN FANTASMA 19

    latinoamericanismo liberador propugnado desde fines del siglo XIXpor el Apstol de la Independencia de Cuba y precursor de la verdaderay definitiva independencia de los pueblos latinoamericanos y caribeofrente al imperialismo yanqui, Jos Mart.

    En la propia declaracin y en concordancia con lo planteado por elcomandante Ernesto Che Guevara en la reunin del Consejo Econmicoy Social de la OEA que, en agosto de 1961, aprob la tristemente clebreAlianza para el Progreso,9 la direccin revolucionaria cubana habaprevisto que dada la crtica situacin econmica, social y poltica delcontinente y la decisin de diversos organizaciones de la nuevaizquierda de abrazar la lucha armada revolucionaria como la vafundamental para tomar el poder poltico los Andes se transformaranen una nueva Sierra Maestra. O sea, en el escenario de nuevas y cruentasinsurrecciones populares contra el imperialismo y las vetustas clasesdominantes latinoamericanas y caribeas.

    De ah que, contradiciendo las deformadas tesis acerca de lacoexistencia pacfica entre los explotadores y los explotados defendidaspor algunos dirigentes de la Unin Sovitica y del llamado MovimientoComunista y Obrero Internacional (entre ellos algunos partidoscomunistas de Amrica Latina), la Revolucin cubana difundiera sucriterio acerca de que el deber de todos los revolucionarios (en particularde los latinoamericanos) era hacer la revolucin.

    A pesar de mi escasa experiencia en los problemas de la polticainternacional, para m aquella declaracin fue como un nuevo llamado ala guerra necesaria contra la dominacin colonialista e imperialistaen Amrica Latina y el Caribe.10 Por eso, asum con un enorme entusiasmola organizacin del MOE; pero, sobre todo, las diversas tareas poltico-operativas que por entonces me vincularon, por primera vez, condiversos militantes o dirigentes de los movimientos populares yrevolucionarios latinoamericanos y caribeos que ya radicaban,estudiaban o que sistemticamente visitaban nuestro pas.

    Mi entusiasmo fue mayor cuando en una reunin que sostuve con XIIen su histrica casa de la calle 18, nmero 3308, entre 33 y AvenidaLzaro Crdenas, en el reparto Miramar de la ciudad de La Habana(lugar donde en la dcada de 1960 se desarrollaron diversas entrevistasy debates sobre sus futuras acciones entre varios dirigentes delmovimiento revolucionario latinoamericano, el Comandante en Jefe, elChe y Pieiro), ste me comunic que debamos articular las diversas

  • 20 TANIA LA GUERRILLERA

    operaciones de solidaridad de la Revolucin cubana con el movimientopopular y revolucionario de Amrica del Sur que por entonces estbamosrealizando; ya que, a su decir, dadas las condiciones del continente y laintensificacin de las acciones enemigas sobre nuestro pas y sobre elpropio movimiento revolucionario latinoamericano, esas operacioneshaba que realizarlas como los fantasmas.

    Es decir, con el ms absoluto sigilo, sin dejar rastros ni siquiera antenuestros propios amigos (entre ellos, los del llamado campo socialistay los partidos comunistas latinoamericanos) y evitando a toda costa quefueran detectadas por los rganos de inteligencia y contrainteligenciadel enemigo; en particular, por la CIA y la comunidad de inteligenciade los Estados Unidos. Surgi as, casi espontneamente, el nombre deOperacin Fantasma para identificar las diferentes acciones de ayudapoltica y militar que por entonces la Revolucin cubana le estabaofreciendo a algunas organizaciones revolucionarias de Argentina,Colombia, Per, Uruguay y Venezuela.11

    Mi entusiasmo fue mayor cuando siguiendo los descentralizadosmtodos de trabajo de Pieiro tuve la oportunidad de acompaarlo,junto a algunos dirigentes revolucionarios latinoamericanos, a lasentrevistas por lo general a altas horas de la noche que estos sostenancon Fidel y, en particular, con el Che; tanto en la casa de Pieiro, como enlas oficinas del Che en el piso 9 del Ministerio de Industrias (radicado enla histrica Plaza de la Revolucin de La Habana) o en su residenciaprivada entonces ubicada en la calle 47, nmero 772, entre Conill yTulipn en el reparto Nuevo Vedado de La Habana.12

    Creci as, aceleradamente, m acendrada admiracin e identificacincon el pensamiento de estos lderes cubanos. Adems, para mi orgullo,comenzaron a forjarse mis relaciones directas con el Che y con otros desus colaboradores inmediatos, en primer lugar con el compaero JosManuel Manresa,13 quien entonces actuaba como su jefe de despacho.Por ello me sent enormemente congratulado cuando, en diciembre de1962, inmediatamente despus del polmico desenlace de la llamadacrisis de los msiles o crisis de octubre del propio ao,14 Pieiro meimplic en diversas tareas relacionadas con las llamadas OperacinMatraca y Operacin Sombra.

    Ambas se desarrollaban en Bolivia con la participacin de variosoficiales del MININT (entre ellos, el entonces comandante AbelardoColom Furry, hoy General de Cuerpo de Ejrcito y Ministro del Interior;

  • LA OPERACIN FANTASMA 21

    Papi y el capitn Olo Pantoja), as como de algunos integrantes delaparato militar del Partido Comunista de Bolivia (PCB), como los yadesaparecidos Rodolfo Saldaa y los hermanos Coco e Inti Peredo.15

    Mediante la primera de esas operaciones, el MOE estabacontribuyendo a preparar las condiciones para la entrada clandestina alterritorio peruano de una pequea columna guerrillera que tena porpropsito iniciar las acciones armadas del posteriormente denominadoEjrcito de Liberacin Nacional (ELN) de Per, encabezado por HctorBjar e integrado, entre otros, por el joven e inolvidable revolucionario ypoeta peruano, Javier Heraud.16

    A su vez, mediante la Operacin Sombra, (nombre tomado del libroDon Segundo Sombra)17 se estaba organizando el ingreso a Argentina deun grupo de militantes revolucionarios argentinos, acompaados pordos oficiales cubanos: el capitn Hermes Pea y el primer teniente AlbertoCastellanos.18 Como vimos, estos, bajo la direccin de Jorge RicardoMasetti y con la ya referida solidaridad del FLN de Argelia, tenan lamisin de fundar un frente guerrillero en la nortea provincia de Salta.La apertura y consolidacin de ese frente guerrillero constituan elembrin de los planes elaborados por el Che con vistas a incorporarsepersonalmente a la lucha armada revolucionaria en su patria chica.

    Al concluir mi participacin en esas operaciones, Pieiro me envi aparticipar en el entrenamiento guerrillero que entonces reciban algunosintegrantes de uno de los dos grupos de revolucionarios peruanos que sepreparaban en nuestro pas: el perteneciente al Movimiento de IzquierdaRevolucionaria (MIR), fundado y encabezado, hasta su muerte en 1966,por el doctor Luis de la Puente Uceda,19 considerado como uno de losms prestigiosos ex dirigentes del APRA (tambin conocido como PartidoAprista Peruano), dirigido hasta su muerte por el revolucionarioarrepentido Vctor Ral Haya de la Torre.20

    Fue, despus de concluida esa breve preparacin guerrillera, quePieiro me encomend la tarea de seleccionar, dentro de las residenteslatinoamericanas en La Habana, a una compaera argentina quetuviera las condiciones requeridas para cumplir en los marcos de laOperacin Fantasma una prolongada, riesgosa e importante tareaclandestina en un pas sudamericano an no precisado. Segn me indic,entre las candidatas a cumplir esa tarea, debamos otorgarle prioridad auna compaera propuesta por el Che cuyo nombre escuch por primeravez en mi vida: Hayde Tamara Bunke Bder.

  • 22 TANIA LA GUERRILLERA

    Tamara contino Pieiro trabajaba como traductora de alemnen el Ministerio de Educacin y colaboraba de manera muy estrecha conel Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y con lascompaeras de la direccin nacional de la Federacin de Mujeres deCubanas (FMC): organizacin en la que mantena estrechas relaciones,entre otras, con su presidenta Vilma Espn y con su entonces secretariade relaciones internacionales, Lupe Vliz.

    No obstante esas positivas referencias polticas, Pieiro tambin meorient que la evaluara junto a otras dos compaeras argentinas tambinradicadas en la capital cubana: Isabel Legua y la pianista LidiaGuerberoff.21 En funcin de ello agreg era imprescindiblecaracterizarlas y verificarlas antes de tomar nuestra decisin colectivaacerca de cual de ellas era la candidata ms adecuada para cumplir lasdelicadas tareas orientadas por el Che.

    Dada la situacin embrionaria de nuestro aparato de inteligencia latarea era compleja, ya que tenamos que verificar las condiciones polticasy morales de las tres compaeras, tanto en Cuba, como en sus respectivospases. En el caso de Isabel y de Lidia tenamos que acudir a nuestroscontactos polticos y operativos en Argentina; mientras que, en el caso deTamara, adems de verificar sus antecedentes familiares y polticos enese pas tenamos que obtener informacin en la RDA sin develar ante elpartido y los rganos de la inteligencia y la contrainteligencia de esepas nuestro inters poltico-operativo sobre esa compaera.

    Por todo lo anterior Pieiro le orient al compaero Ramn OrozaNabern (histricamente conocido en los medios del VMT y,posteriormente, de la DGI y de la DGLN del MININT con el seudnimode Demetrio), entonces jefe de la unidad especial de nuestracontrainteligencia, que de manera discreta realizara las investigacionespertinentes y lo ms rpidamente posible nos entregara los resultados.Como veremos en el prximo captulo, esas investigaciones concluyeroncon resultados totalmente positivos a comienzos del ao 1963.

  • CAPTULO IIIEl Caso Tania

    Gracias al esfuerzo realizado por nuestra inteligencia y por nuestraunidad especial de contrainteligencia, el proceso de verificacin de Isabel,Lidia y Tamara fue discreto y profundo. Pero cuando tuve en mis manoslos resultados de las investigaciones, me apareci una nueva complejidad:las tres candidatas tenan excelentes e incuestionables condicionespolticas y morales. Adems, existan evidencias de que todas ellas tenanuna clara disposicin a incorporarse a lucha por la redencin de NuestraAmrica. No obstante, deba presentarle una sola propuesta a Pieiropara que l, a su vez, se la presentara al Che.

    A consecuencia, despus de analizar y sintetizar toda la informacinacopiada a travs de diferentes fuentes sobre las tres compaeras antesmencionadas, me reun nuevamente con Pieiro. Luego de una cuidadosaevaluacin de las caractersticas y potencialidades de cada una, ambosoptamos por la candidatura de Tamara. No slo porque hubiese sidopropuesta por el Che (lo cual, en s mismo, le otorgaba un avalindiscutible), sino porque, en nuestro criterio, sus diversas experienciasen tareas vinculadas a las relaciones internacionales la aproximaban, enmayor grado que a las dems, a los requerimientos imprescindibles parael cumplimiento de las complejas tareas que pretendamos quedesarrollara en el futuro inmediato.

    Adems, en las investigaciones que se realizaron en La Habana,Buenos Aires y Berln Oriental,1 pudimos constatar la larga y limpiatrayectoria poltica y moral de ella, de su padre y de su madre. Todosposean una larga tradicin de luchas contra el fascismo y a favor de losideales socialistas, tanto en Argentina como en la RDA. Tambin pudimosverificar que, luego de haber pasado su infancia y primera adolescencia

  • 24 TANIA LA GUERRILLERA

    en Argentina e inmediatamente despus de su regreso a la tambinllamada Alemania Oriental, Tamara, con apenas catorce aos de edad,se haba incorporado a la entonces llamada Juventud Libre Alemana(JLA). Dado los mritos obtenidos en esa organizacin juvenil y a susolicitud, rpidamente recibi la condicin de candidata a miembro delPartido Socialista Unificado Alemn (PSUA).

    Desde las filas de esas organizaciones de raigambre comunista, habaparticipado activamente en dismiles tareas con las organizacionesestatales, polticas y culturales alemanas y, como traductora del alemnal espaol y desde ese idioma al alemn, haba acompaado a diversosdirigentes latinoamericanos que visitaban la RDA, en particular a losque se relacionaban con el Departamento de Relaciones Internacionalesde la JLA. Junto a los conocimientos sobre la situacin de nuestrocontinente que esa labor le haba aportado, esos contactos habanfortalecido sus sueos de regresar a Argentina para incorporarse a lasluchas populares y democrticas en su pas natal.

    Tamara tambin haba sido solidaria con la luchas por su liberacinlibradas por el pueblo cubano, y se haba mantenido al tanto del desarrollode la guerra redentora que se libraba en la Sierra Maestra. Esa actitud sehaba fortalecido despus de la victoria revolucionaria del 1ro de enerode 1959. A tal grado que, en los meses posteriores a ese acontecimiento,haba expresado su deseo de viajar a Cuba para participar, junto a loscubanos, en su duro enfrentamiento al imperialismo yanqui.

    Esa disposicin se acrecent cuando, en julio de 1959, ella conoci enla capital de la RDA al Capitn del Ejrcito Rebelde, Antonio NezJimnez, y al entonces primer teniente Orlando Borrego.2 Tambincuando, en diciembre del propio ao, en una reunin con estudiantesalemanes y latinoamericanos, le sirvi como interprete al comandanteErnesto Che Guevara, quien por primera vez visit Berln Orientalpresidiendo una importante delegacin del Banco Nacional de Cuba. Apartir de esa fecha, Tamara mantuvo estrechos contactos con las diversasdelegaciones cubanas que visitaron la RDA durante el ao 1960.

    Cuando despus de haber obtenido la autorizacin del PSUA y de lasexitosas gestiones que realiz con la prestigiosa bailarina cubana AliciaAlonso (Primera Bailarina y fundadora del Ballet Nacional de Cuba), enmayo de 1961, finalmente Tamara pudo llegar a Cuba, se incorpor deinmediato a diversas tareas como traductora en el ICAP, en el Ministeriode Educacin, en la FMC y en el MINFAR. En todos esos organismos

  • EL CASO TANIA 25

    haba ayudado a la atencin de las primeras delegaciones alemanas quevisitaban La Habana.

    Tambin haba colaborado con la entonces denominada Asociacinde Jvenes Rebeldes (a partir del 4 de abril de 1962 comenz adenominarse Unin de Jvenes Comunistas) en la organizacin delencuentro de la Unin Internacional de Estudiantes realizado en LaHabana en 1961. Igualmente, haba participado en mltiples trabajosvoluntarios, en algunos de los cuales haba coincidido con el Che.

    Adems, Tamara se haba integrado a una unidad regular de lasMilicias de la Defensa Popular,3 cuyo uniforme (pantaln verde olivo,camisa de tela de mezclilla azul y una boina negra), con una pistola alcinto, sistemticamente luca con orgullo en los lugares que visitaba enla capital cubana. Paralelamente, tambin mantena relaciones condiversos revolucionarios latinoamericanos que transitaban por Cuba enbusca de solidaridad para librar sus propios combates. Entre ellos, conel destacado revolucionario nicaragense y posterior lder y fundadordel Frente Sandinista de Liberacin Nacional (FSLN), Carlos FonsecaAmador,4 a quien le haba expresado su total disposicin a incorporarsede manera inmediata a la lucha guerrillera en ese pas centroamericano.

    Por otra parte, era una mujer muy culta. Dominaba varios idiomas,conoca de literatura, de pintura y de msica: expresin artstica en laque a travs del piano, la guitarra y el acorden haba demostradoun gran dominio de piezas clsicas del folklore latinoamericano endiferentes actividades realizadas por las personas de ese continenteresidentes en la capital cubana. Adicionalmente, como era muy estudiosay constantemente estaba en la bsqueda de nuevos conocimientos, habamatriculado la Licenciatura en Periodismo en la Universidad de LaHabana con el propsito de darle continuidad a los estudios de filosofaque haba comenzado en la famosa Universidad Humboldt de BerlnOriental. Adems, su conducta moral era intachable.

    Todos esos elementos avalaban la justeza de la proposicin del Che.Sin embargo, antes de presentarle nuestras conclusiones, estbamosobligados a conocer la disposicin de Tamara a cumplir las tareas queste pensaba encomendarle. Por esa razn, en los ltimos das de marzode 1963, la citamos a altas horas de la noche a la casa de Pieiro. Luegode los saludos de rigor se le invit a pasar al saln, forrado de caoba ysituado a la derecha de la entrada principal de la vivienda que otrorahaba servido como la biblioteca de sus antiguos propietarios.

  • 26 TANIA LA GUERRILLERA

    Fue all donde ella se encontr, por primera vez, con un Comandantedel Ejrcito Rebelde de tupida barba bermeja y a quien todos tratbamoscon mucho respeto, con un oficial del MININT, blanco y fornido al quesimplemente llambamos Papi y conmigo: un negro, alto y muy delgadoque apenas haba cumplido los veinticinco aos de edad y que respondaal nombre de Ulises.5 Los tres vestamos, un poco al descuido, nuestroscorrespondientes uniformes verde olivo. Ella, pistola al cinto, vesta congallarda su uniforme de miliciana.

    Luego de los saludos de rigor y de algunos comentarios sobre lasituacin poltica y econmica de Amrica Latina, as como acerca delavance de las luchas revolucionarias en ese continente, Pieiro entr enel tema del encuentro. Le indic que la habamos citado para proponerleel cumplimiento de una misin secreta que, en caso de aceptarla, leimplicara grandes riesgos personales. Esta, agreg, se desarrollara enun pas latinoamericano en condiciones de absoluta clandestinidad.Tantas que ni sus amigos ms ntimos podran conocer su paradero, ni elcarcter de sus tareas. Estas tampoco deban trascender a sus padres, enquienes confibamos plenamente, pero sobre cuyos hombros nopodamos hacer recaer el peso de guardar ese secreto.

    Ella lo interrumpi y sin titubear le dijo que no haca falta que le dierams explicaciones. Que si era para cumplir una tarea de la Revolucinpodamos contar con ella, sin importar los peligros que tuviese queenfrentar. Pieiro trat de calmarla con palabras de reconocimiento a suactitud, pues era notable la excitacin emocional en que ella se encontraba.Luego continu explicndole que los sacrificios a los cuales debasometerse comenzaran en Cuba, lugar donde ninguna de sus amistadestampoco podran conocer que haba sido seleccionada para esta misin.Adems, los oficiales que le impartiran los diversos cursos depreparacin operativa y militar a los que deba someterse, no podranconocer su verdadera identidad.

    Tamara intervino nuevamente para decirle que para ella no era fcillo que se le peda, pues su vida en Cuba haba estado muy vinculada adiversos revolucionarios cubanos y latinoamericanos. En este ltimo caso,con los integrantes del Frente Unitario Nicaragense (posteriormentedenominado Frente Sandinista de Liberacin Nacional), encabezado porCarlos Fonseca Amador, con quienes haba proyectado ir a combatir aNicaragua. A todos ellos, agreg, le sera difcil de entender su alejamiento.Este podra levantar serias sospechas si no se justificaba adecuadamente.

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    Pieiro, sonriente, se alegr de la sagacidad de Tamara paracomprender la situacin que tendra que enfrentar y, restndoleimportancia al asunto, le manifest que los oficiales que dirigiran supreparacin operativa elaboraran las diferentes leyendas que tendraque utilizar con cada una de sus relaciones personales; de forma tal quese complementaran, sin que, a la vez, ninguna de ellas pudiera verificarla exactitud de las mismas. Esto se hara, la tranquiliz, teniendo encuenta fundamentalmente las opiniones de ella. Pero, mientras tanto, eranecesario que comenzara a separarse de sus amistades ms cercanas; demanera que stas no entorpecieran su entrenamiento y cuando, culminadoste, tuviera que salir de Cuba, su ausencia les llamara menos la atencin.

    Fue en ese momento cuando, con el rostro fruncido, con lgrimas ensus ojos, pero con su cabeza muy en alto, Tamara nos refiri todo lo quehaba ganado en su desarrollo poltico e ideolgico desde su llegada aCuba. Tambin nos indic cmo haban contribuido en su formacin lasdiferentes tareas revolucionarias que haba desarrollado y todava estabadesarrollando en nuestro pas, as como las fluidas relaciones quemantena con sus diversos amigos cubanos y extranjeros. No obstante,dijo, esperaba que la misin que le bamos a encomendar le permitiera unmayor desarrollo poltico y, sobre todo, cumplir con su gran sueo departicipar directamente en las luchas por la liberacin nacional deAmrica Latina.

    Pieiro le explic que el combate que ella soaba librar tena diferentesformas de realizacin y para que fuera exitoso implicara el empleo dediferentes mtodos vinculados al trabajo conspirativo. A veces, le detallcon un cierto aire pedaggico, tendra que servir como buzn pararecibir una carta con un mensaje secreto, del cual podra depender elxito de una operacin revolucionaria o la vida de un compaero. Porotra parte, las diferentes formas de contactos impersonales que aprenderales seran fundamentales en su futura misin para burlar la vigilanciasobre sus actividades de los rganos de seguridad enemigos.

    En igual sentido operaran los mensajes cifrados o con escriturainvisible que aprendera a elaborar. Tambin su dominio de las tcnicaspara preparar un escondrijo; es decir, un lugar secreto, bajo camuflaje,donde se pudiera depositar un mensaje, hacer entrega de un arma, demedios de comunicacin, de medicamentos o de dinero. Todos ellos,concluy Pieiro, separados o en su conjunto, eran mtodos quecontribuan a garantizar la eficiencia y seguridad del trabajo clandestino

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    que los revolucionarios deban realizar para lograr su victoria sobre elenemigo imperialista y, en particular, sobre sus rganos de inteligencia,contrainteligencia y policacos.

    Tamara le prestaba gran atencin a esas explicaciones, pero su carase ilumin cuando Pieiro, sin saber que pronosticaba su futuro, le dijo:No se puede excluir, en ningn caso, que, llegado el momento, tengasque incorporarte a un destacamento guerrillero para lo cual tambinrecibirs la preparacin militar necesaria.

    A esas alturas de la conversacin todos notamos que ella ya habainteriorizado la complejidad de las tareas que tendra que enfrentar y elgesto de preocupacin que reflejaba en su rostro. Por ello, Pieiro leasegur que recibira la preparacin necesaria para que enfrentaraexitosamente los riesgos que tendra que correr. Seguidamente le hablde ponerle un seudnimo (que despus le propondramos) con el cual seidentificara a todo lo largo de su preparacin operativa, sin revelar anadie su verdadera personalidad.

    Con marcado regocijo ella nos pidi que le permitiramos escogerlo.De inmediato como si lo hubiera pensado durante mucho tiemponos propuso que su nombre de guerra fuera Tania. Segn me contaos ms tarde su madre, Nadia Bunke, esa fue la forma sutil y sublimeescogida por su hija para testimoniar la admiracin que siempre habasentido por otra mujer que, en la clandestinidad, haba llevado esesobrenombre: la guerrillera sovitica Zoja Kosmodemjanskaja, detenida,torturada y asesinada en diciembre de 1941 por las hordas fascistas quehaban ensangrentado el suelo de su pas. Aunque entonces noconocamos esa historia, ni la identificacin poltico-emotiva de Tamaracon su protagonista, todos aceptamos el seudnimo que ella habaelegido.

    Das despus, acompa a Pieiro, a Tamara y a Papi (a quien el Chehaba orientado que se vinculara y familiarizara con la compaera queescogiramos en funcin de las tareas que en el futuro ambos tendranque desarrollar en la organizacin urbana que apoyara a undestacamento guerrillero en algn pas suramericano), al despacho deChe en el Ministerio de Industrias. Al entrar, ella no saba a quien bamosa ver.

    Sin embargo, ms que demostrar sorpresa, exterioriz un inmensoregocijo al vislumbrar que las tareas de las que Pieiro le haba habladoestaran vinculadas, en una forma que an desconoca, a aquel

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    compatriota de quien, en agosto de 1960, haba escrito al capitn AntonioNez Jimnez indicndole que, tal vez, algn da se lo llevara aArgentina para que ayude a lograr algunos cambios en nuestra tierra.6

    Por su parte, el Che que haba compartido con ella en trabajosvoluntarios con delegaciones alemanas y en ciertas actividades de lacolonia argentina radicada en Cuba (como el histrico asado que seefectu en los amplios locales del ICAP el 25 de mayo de 1962 para celebrarel 152 Aniversario de la independencia de Argentina frente alcolonialismo espaol) comenz preguntndole por algunos de suscompatriotas. Tambin le pregunt cmo marchaba su trabajo en losdiferentes organismos cubanos con los que cooperaba y sobre otros temasde su inters.

    Objetivamente, con aquel dialogo, el experimentado comandante ydirigente poltico quera eliminar la tensin inicial del encuentro. Cuandoconsider que haba cumplido ese propsito, mirndola fijamente a losojos, le pregunt qu le haba dicho Pieiro y cul era su decisin alrespecto, a partir del criterio de que su aceptacin de la tarea deba sertotalmente voluntaria. En caso de que en los das transcurridos desde sureunin con nosotros hubiese cambiado de opinin, eso no significaraagreg el Che ningn problema para ella, pues l saba que habandismiles tareas a cumplir por un revolucionario; incluidas algunasajenas a los graves peligros que ella tendra que enfrentar si finalmenteaceptaba la misin que se le haba propuesto.

    Sin vacilar un instante, con un poco de enfado, Tamara le respondique, como revolucionaria, ella tena una solo palabra. Que ya le habaexpresado a Pieiro su disposicin a cumplir cualquier tarea quecontribuyera a liberar a Amrica Latina de la explotacin imperialista, locual para ella era ms importante que cualquier riesgo que tuviera queenfrentar.

    Sonriente, el Che la calm y jovialmente le reiter que, una vez aceptadala tarea, quedaba comprometida con su total cumplimiento. Por ello,contino, l personalmente quera estar convencido de que as sera. Actoseguido se refiri a las grandes tensiones emocionales que ella tendraque enfrentar como consecuencia del alejamiento de sus seres msqueridos y de la vinculacin al mundo capitalista que ella siempre habadespreciado por sus actitudes egostas y explotadoras hacia nuestrospueblos. Adems, tendra que correr grandes peligros en los cuales podraperder la vida.

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    Despus comenz a analizar la situacin poltica, econmica, socialy militar del continente, la presencia (oculta para muchos) delimperialismo norteamericano en el saqueo de las principales riquezasde la regin y la subordinacin de los gobiernos locales a estos propsitos,por lo que, a cambio, slo reciban las migajas que los imperialistas leproporcionaban para que se enriquecieran sus dirigentes. No se puedeser revolucionario afirm categricamente el Che sin serantiimperialista. Por consiguiente, concluy, no haba otra alternativaque desarrollar la lucha abierta y frontal contra la presencia imperialistaen Amrica Latina y contra los gobiernos serviles, fueran estos o nodictaduras militares.

    Con palabras entrecortadas por la emocin que le producan esasaseveraciones, Tamara le respondi que sera fiel a esos principios alcosto que fuese necesario. Que a partir de ese momento ese sera el objetivofundamental de su vida. Tambin manifest que jams haba pensado enun momento como ste. Muchos menos en que sera directamente el Chequien le hablara y confiara en ella. Y finaliz afirmando: Esa confianzano la defraudar mientras me quede un hlito de vida.

    Termin as el proceso de seleccin de lo que en nuestro lenguajeoperativo comenzamos a identificar como el caso Tania. A partir deese momento, cumpliendo instrucciones de Pieiro, qued encargado dela organizacin y la direccin del equipo de oficiales de la Seccin Tcnicade la Inteligencia Poltica, de las Escuelas de Preparacin Militar y deotras dependencias del MININT, que se encargaran de su entrenamientoen los mtodos y las tcnicas conspirativas necesarias para el trabajoclandestino que ella tendra que realizar. Tambin de prepararla paraque, llegado el caso, pudiera incorporarse a la lucha armadarevolucionaria urbana o rural.

    Paralelamente, en estrecha coordinacin con otros especialistas delorganismo, tendra que comenzar a crear las condiciones para obtener ladocumentacin necesaria para la salida secreta de Tania de nuestro pas;pero, sobre todo, a elaborar la fachada y la leyenda que le posibilitarana Tania ingresar de manera segura y clandestina en el paslatinoamericano que el Che identificara en el momento oportuno.

  • CAPTULO IVPreparacin operativa en Cuba

    Sobre la base de lo acordado con Tania luego de nuestra reunin con elChe, en los primeros das de abril de 1963 me present en su apartamento,ubicado en el tercer piso del edificio que se encuentra en la calle 3ra,nmero 1080, entre 18 y 20, en el Reparto Miramar de Ciudad Habana.Al verme con otro compaero que ella no conoca, su rostro reflej ciertoasombro. Le expliqu que se trataba del oficial Juan Carlos (SalvadorPrat, actualmente dirigente del Ministerio de la Construccin de laRepblica de Cuba), quien me acompaara durante la mayor parte deltiempo de su entrenamiento. Se notaba tensa, expectante.

    Bebimos un delicioso caf que nos prepar a la manera cubana antesde comenzar a conversar, con la mayor naturalidad posible, acerca detemas referidos a las diferentes actividades que ella haba desarrolladoen Cuba. Luego de esa necesaria introduccin, entramos directamente enmateria. Como previamente le habamos solicitado, nos entreg unaautobiografa redactada de manera impersonal (ver Anexo 1). Actoseguido le indicamos que el entrenamiento que recibira sera prolongadoe intenso. Sin embargo, como le haba adelantado Pieiro, en los primerosdas nos limitaramos a revisar las leyendas que llevaramos preparadaspara ocultar las actividades que, a partir de ese momento, comenzaramosa realizar.

    En funcin de lo anterior fuimos analizando, caso por caso, losorganismos cubanos con los cuales se encontraba trabajando y, siempreteniendo en cuenta sus opiniones, definimos lo que en el futuro inmediatotendra que plantearles a sus jefes y amigos con vistas a justificar supaulatino alejamiento de los mismos. Posteriormente, revisamos sus

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    relaciones personales ms cercanas, comenzando por el matrimonioestadounidense Lenna y Louis Yones que vivan en el piso superior al desu apartamento y con quienes Tania comparta diariamente en razn dela identificacin poltica que se haba creado entre ellos.1 Luego deestudiar diferentes alternativas, llegamos a un consenso acerca de lasexplicaciones que ella le dara al indicado matrimonio.

    Despus abordamos el caso particular de sus padres, Nadia y Erich,en quienes como le habamos indicado en la conversacin en casa dePieiro tenamos absoluta confianza poltica, pero a los que nodebamos someter a la incertidumbre que seguramente les provocaraconocer la realidad de sus futuras actividades clandestinas. Al respectoacordamos que comenzara a hablarles en sus cartas de un trabajoespecial que emprendera con las Fuerzas Armadas Revolucionariascubanas. Deba agregarles que esas tareas, llegado el momento, lasecuestraran de sus actividades normales.

    En ese contexto le insistimos en que la necesidad de elaborar esaleyenda no implicaba desconfianza hacia ninguno de los revolucionarioscubanos o extranjeros con los que ella estaba vinculada, pero que lacompartimentacin tpica de las tareas conspirativas era un principioinviolable de nuestro trabajo. Por su parte, Tania expres suconvencimiento de que sus padres entrenados durantes muchos aosen la lucha clandestina contra el fascismo comprenderan la situaciny nunca le preguntaran nada acerca de su trabajo especial.

    Despus le adelantamos que, pasado algn tiempo, analizaramos lanecesidad de mudarla a otra direccin que no fuese conocida por susamigos. Mientras tanto, para justificar mis constantes visitas a suapartamento a altas horas de la noche, acordamos que ella les dira queyo era su novio, pero que por el delicado trabajo que realizaba y por otrassituaciones personales, no quera mantener relaciones con ellos; cosaque Tania acept en la seguridad de que todos sus amigos comprenderanla situacin sin necesidad de tener que ofrecerles explicacionesadicionales.

    Ya relajada del intercambio sobre estos temas, nos seal con sufranqueza caracterstica la necesidad de que le hablramos con todaclaridad, incluso cuando tuviramos que sealarle sus errores odeficiencias. Pero demand que siempre furamos explcitos al expresarlenuestros puntos de vistas. Haciendo gala de su recia personalidad,tambin nos pidi que, en cada momento que ella no entendiera una

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    orientacin o una enseanza cualquiera, se le permitiera dar su criteriohasta que interiorizara claramente nuestras orientaciones. Ella saba,agreg, la importancia de mantener a toda costa la disciplina en tareastan complejas y riesgosas como las que tendra que emprender; pero estoslo le sera posible cuando tuviera una verdadera comprensin de loque tena que hacer, obviamente sin violar, en momento alguno, losnecesarios principios de la compartimentacin.

    Aunque estuvimos de acuerdo con sus reclamos pues en nuestrotrabajo no podan (ni pueden) imponerse los criterios, a Juan Carlos y am rpidamente se nos hizo evidente que el concepto de Tania sobre ladisciplina era muy particular. Este nos auguraba un trabajo difcil ypaciente. Sin embargo, ambos valoramos que los objetivos de nuestroprimer encuentro con ella se haban cumplido de manera satisfactoria.

    A partir de ah, nuestras reuniones con Tania fueron prcticamentediarias. La mayor parte de las veces nos veamos en horas de la nochehasta entrada la madrugada. Por consiguiente, poco a poco, nos fuimosconociendo y, en los momentos de mutua relajacin, comenzamos acompartir nuestras correspondientes inclinaciones hacia la msica, laliteratura, el cine, el deporte. En algunas ocasiones, ella tomaba suguitarra y nos regalaba sus interpretaciones de diversas piezas delfolklore argentino. Otras veces, al ritmo de su acorden, nos deleitabacon su maravillosa interpretacin de algunas canciones soviticas; entreellas, la afamada Noches de Mosc.

    As, sus plticas acerca de los detalles ms ntimos de su vida personalse fueron haciendo cotidianas. En forma ostensible ella demostrabasatisfaccin al contarnos su vida, la de sus padres (a quienes idolatraba),al igual que la del resto de su familia. Tambin se senta complacida alentregarnos sus recuerdos sobre su infancia y adolescencia en Argentina,al igual que acerca de la agitada vida que desarroll en la RDA comoconsecuencia de su entrega total al trabajo revolucionario.

    Para Juan Carlos y para m esos intercambios eran imprescindibles,ya que tenamos necesidad de conocerla con la mayor profundidadposible con vistas segn le explicamos a elaborar la fachada y laleyenda que definira la nueva personalidad que Tania asumira fuerade Cuba. En ese orden, nuestro propsito era que esa fachada y esa leyendase basaran en datos lo ms cercanos posibles a su vida real.

    El resto de la instruccin tambin fue muy rigurosa. Comenzamos pordebatir con ella el trabajo del enemigo. Le indicamos que estaba obligada

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    a dominar los mtodos de los rganos de inteligencia y contrainteligencialatinoamericanos. Estos, en muchos casos, eran similares en razn deque la mayora de esos rganos represivos eran entrenados por la CIA, elBur Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en ingls) o poroficiales de la Polica y de otras agencias especiales estadounidenses.

    Tanto Juan Carlos como yo le insistimos mucho en los mecanismos devigilancia y control poltico que empleaban los aparatos represivosbolivianos, aunque sin mencionarle el pas en el cual tendra queinfiltrarse. Adems, dedicamos das enteros al estudio de la situacinpoltica, econmica y militar que exista en los pases suramericanos; losvnculos de sus correspondientes gobiernos con el de los Estados Unidosy con los monopolios de ese pas. Tambin a hablarle a Tania (a partir delos conocimientos y experiencias que ya habamos acumulado) de lascostumbres y las formas de vida de sus correspondientes burguesas.

    Despus de abordar esos temas comenzamos a prepararlapsicolgicamente para las clases que recibira de nuestros instructoresen diversas tcnicas operativas. Esas clases, le indicamos, la convertiranen una verdadera especialista en los mtodos de trabajo de la inteligenciay la contrainteligencia enemiga, lo que le permitira detectar y, en lamedida de lo necesario, burlar o neutralizar las acciones que estos rganospudieran emprender contra ella. Sobre todo en los primeros momentosde su radicacin en cualquier pas, ya que muchas veces ante unextranjero recin llegado y que comienza a frecuentar los crculos depoder poltico y econmico, como parte de la rutina propia de su trabajo,esos rganos pueden ejercer determinados controles para conocer susverdaderas intenciones.

    Por otro lado, cual parte intrnseca de su entrenamiento, Taniacomenz a aprender cmo contrachequearse; es decir, los diferentesmtodos que deba emplear para detectar la vigilancia y el control quepoda ejercer sobre ella un potencial enemigo. Tambin aprendi achequear los objetivos que se le sealaban. Cuando entendimos que suasimilacin de la parte terica de esas materias era aceptable,comenzamos a salir con ella para realizar algunos ejercicios prcticos enla calle.

    En ese orden le orientbamos que, sin ponerse en evidencia, siguieraa un objetivo (o sea, a una persona escogida al azar) y luego nos rindieraun informe de todas las actividades que sta haba realizado. Aunque alprincipio tuvimos que corregir los errores que cometi a causa de su falta

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    de experiencia (en particular, en los casos en que el objetivo sealadopoda haber notado el seguimiento), su atencin en nuestros encuentrosy discusiones, as como su capacidad e inteligencia, permitieron querpidamente fuera superando esas deficiencias. Ms an porque paraella esos ejercicios de chequeo eran como un juego.

    En efecto, cuando nos explicaba los movimientos de alguien a quienhaba seguido lo hacia con una gran capacidad expresiva, cargando surelato con constantes sonrisas que le iluminaban su bello rostro. De modoque, poco a poco, comenz a sentir tanta seguridad en lo que estabahaciendo y en lo que tendra que hacer en el futuro inmediato que tuvimosque trabajar con ella para evitar su exceso de seguridad, lo que segnle explicamos utilizando el lenguaje entonces en boga en Cuba podrallevarla a bajar la guardia.2 Esa conducta, le insistimos, no eraaconsejable en las tareas clandestina. En estas, la desconfianza y lavigilancia constantes son virtudes inapreciables y, a la vez, principiosque como deca el Che respecto a la lucha guerrillera rural hay quetener presentes en cada instante.

    Paralelamente, Juan Carlos y yo tambin empleamos intensas jornadasde trabajo en ensearle las diferentes formas de contactos impersonales;entre ellas los escondrijos. Sus caractersticas le indicamos estabanestrechamente vinculadas al uso que finalmente fuera a drseles. A partirde ese concepto los lugares a escoger tambin diferan. Por ejemplo, elbanco de un parque puede servir para pegar en una parte no visible unsimple mensaje; mientras, una pared, un rbol o un terreno yermo seranlos lugares ms apropiados para el ocultamiento de un objeto de mayortamao. Adems, el o los elementos a ocultar deban estar debidamentecamuflados, de manera que a simple vista no les llamaran la atencin aninguna persona y nadie pudiera percatarse de su contenido.

    Para nuestra sorpresa, en mucho menor tiempo del calculado, Taniase convirti en una experta en el uso de esos mtodos de tanta importanciapara el cumplimiento de su futura misin. Por ello, comenzamos aexplicarle el uso de la escritura invisible y del sistema de codificacin.Pero slo lo hicimos desde el punto de vista terico y con el nico objetivode que ella tuviera una idea preliminar del contenido de las clases sobreesos temas que, posteriormente, le impartiran los compaeros de la tcnicaoperativa especializados en esas materias.

    Lo mismo hicimos con el uso de las transmisiones y con la recepcinpor radio de mensajes codificados con el empleo de la telegrafa. En ese

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    orden nicamente le trasladamos algunas experiencias y algunosconsejos que luego podra conocer con lujo de detalles en las clasesprcticas que recibira. Segn pudimos confirmar, las dudas que presenten nuestras conversaciones al respecto las fue disipando con susinstructores, ya que en opinin de ellos en esas materias obtuvoresultados satisfactorios.

    As tambin ocurri con el entrenamiento dirigido al establecimientode relaciones con personas desconocidas. Para Tania esas clases lesfueron fciles, ya que su aspecto, su nivel cultural, su belleza, su simpata,su audacia y sus otros atributos personales, le permitan cumplir esepropsito con relativa facilidad. Como si fuera ahora recuerdo unaprctica que realizamos en las calles San Rafael y Galeano, en La Habana.Entonces esa era una zona con muchos comercios dedicados a la ventade ropa, zapatos, efectos electrodomsticos y otros productos industriales.En consecuencia, sus inmediaciones eran muy transitadas en hora