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Tetas, senos y pechos cervantinos S e ha venido desarrollando en este segundo decenio del siglo XXI una campaña intensa que promueve la lactancia en el seno materno y el derecho de la mujer a dar el pecho al niño (bebé), en público, sin que se vea en ello una acción impúdica. Escribí “dar el pecho” cuando pude escribir “dar el seno” o “dar la teta”. La expresión del seno podría parecer rara pero aceptable; la de teta no, salvo que se refiriera al biberón; la del pecho tal vez sería pasable, aunque extraña, pese a que fue una locución en uso hasta no hace mucho. Dar la teta, excepto cuando se refiere al biberón como apunté arriba, es la frase menos aceptable porque la palabra teta, para referirse a los pechos femeninos ha sido apartada para usarse en alusiones más o menos libi- dinosas, para menciones más bien eróticas. Una breve historia de la palabra teta que improvi- semos ahora dirá que viene del germánico titta y que en a a el siglo XII se incorporó al español con su significado de órgano que segrega la leche en las hembras de los ma- míferos. Se lee en La Celestina donde el hidalgo Calisto, a a al describir a la hermosa y delicada Melibea nombra “la redondez y forma de las pequeñas tetas”. Cervantes, en una de sus Novelas ejemplares, “La Gitanilla”, hace uso de una gitana mayor para identificar a Preciosa; la medio desnudó “y miró si tenía debajo de la teta izquierda una señal pequeña a modo de lunar […]” En otro lugar, en sus Entremeses, en “El vizcaíno fingi- do”, Brígida al hablar mal de Cristina dice que tiene “las tetas como dos alforjas vacías”. El uso del vocablo teta se fue restringiendo y en su lu- gar se usa seno. En nuestro tiempo se prefiere decirle a los pechos femeninos “senos”, o a uno, “seno”. Pero en el autor del Quijote dicha palabra en singular o en plural tiene el significado de profundo, hondo; no abultado ni turgente. En “Las doncellas”, de Novelas ejemplares, don Rafael al declararle su amor a Leocadia le dice que su voluntad “quedaría enterrada en los senos del perpetuo olvido”. Un uso similar se aprecia en “La señora Corne- lia” cuando a guardianes que cuidarán de ella les encarga joyas: “sacó del seno una cruz de diamantes”. De igual modo, en “El casamiento engañoso”, el voca- blo seno tiene el sentido de pecho aun tratándose de un hombre. El Alférez dice que escuchó el diálogo de los pe- rros Cipión y Berganza y aunque no lo escribió completo: “El coloquio [lo] traigo en el seno”. Por otra parte, en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Cervantes usa muchas veces la palabra seno con los sentidos de profundo y hondo, profundidad y hondura que son protección y guarda. Varios hombres sacan del seno objetos valiosos como monedas, cartas, pergaminos y apenas se encuentra un papel en el seno de la muerta Luscinda. Pero, para ver el noble uso de “pechos” en vez de se- nos, volvamos a “La señora Cornelia”. En esta novela ejemplar la señora recibe en sus brazos un niño de pecho (como castizamente se decía en esta comarca): “se echó la toca de la cabeza encima de los pechos para poder dar, con honestidad, de mamar a la criatura”. En ese pasaje de las Novelas ejemplares, el autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, no usa el pudoroso “senos” de nuestra época ni el impúdico “tetas” arrinconado en las alusiones eróticas, sino usa el descriptivo “pechos”. (Quizá no conoció el nahuatlismo que ustedes sí conocen y que nombra los órganos que se- gregan la leche en las hembras de los mamíferos.) Así pues, un pudor antinaturalista como el del pasa- je de la señora Cornelia fue dando nuevos destinos a la palabra tetas y, como el pudor persiste no sólo llamán- dolas senos o pechos sino censurando la acción de ama- mantar en público a niños de pecho, ha sido necesaria una campaña que redignifique y revalore esa noble y sana acción femenina. Una breve historia de la palabra teta que improvisemos ahora dirá que viene del germánico titta y que en el siglo XII se incorporó al español con su significado de órgano que segrega la leche 56 SIGLO NUEVO Saúl Rosales / / / / Correo-e: [email protected] NUESTRO MUNDO

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Page 1: Tetas, senos y pechos cervantinos · 2016-05-02 · Tetas, senos y pechos cervantinos Se ha venido desarrollando en este segundo decenio del siglo XXI una campaña intensa que promueve

Tetas, senos y pechoscervantinos

Se ha venido desarrollando en este segundo decenio del siglo XXI una campaña intensa que promueve la

lactancia en el seno materno y el derecho de la mujer a dar el pecho al niño (bebé), en público, sin que se vea en ello una acción impúdica.

Escribí “dar el pecho” cuando pude escribir “dar el seno” o “dar la teta”. La expresión del seno podría parecer rara pero aceptable; la de teta no, salvo que se refi riera al biberón; la del pecho tal vez sería pasable, aunque extraña, pese a que fue una locución en uso hasta no hace mucho.

Dar la teta, excepto cuando se refiere al biberón como apunté arriba, es la frase menos aceptable porque la palabra teta, para referirse a los pechos femeninos ha sido apartada para usarse en alusiones más o menos libi-dinosas, para menciones más bien eróticas.

Una breve historia de la palabra teta que improvi-semos ahora dirá que viene del germánico titta y que en titta y que en tittael siglo XII se incorporó al español con su signifi cado de órgano que segrega la leche en las hembras de los ma-míferos. Se lee en La Celestina donde el hidalgo Calisto, La Celestina donde el hidalgo Calisto, La Celestinaal describir a la hermosa y delicada Melibea nombra “la redondez y forma de las pequeñas tetas”.

Cervantes, en una de sus Novelas ejemplares, “La Gitanilla”, hace uso de una gitana mayor para identifi car a Preciosa; la medio desnudó “y miró si tenía debajo de la teta izquierda una señal pequeña a modo de lunar […]” En otro lugar, en sus Entremeses, en “El vizcaíno fi ngi-do”, Brígida al hablar mal de Cristina dice que tiene “las tetas como dos alforjas vacías”.

El uso del vocablo teta se fue restringiendo y en su lu-gar se usa seno. En nuestro tiempo se prefi ere decirle a los pechos femeninos “senos”, o a uno, “seno”. Pero en el autor del Quijote dicha palabra en singular o en plural tiene el signifi cado de profundo, hondo; no abultado ni turgente.

En “Las doncellas”, de Novelas ejemplares, don Rafael al declararle su amor a Leocadia le dice que su

voluntad “quedaría enterrada en los senos del perpetuo olvido”. Un uso similar se aprecia en “La señora Corne-lia” cuando a guardianes que cuidarán de ella les encarga joyas: “sacó del seno una cruz de diamantes”.

De igual modo, en “El casamiento engañoso”, el voca-blo seno tiene el sentido de pecho aun tratándose de un hombre. El Alférez dice que escuchó el diálogo de los pe-rros Cipión y Berganza y aunque no lo escribió completo:

“El coloquio [lo] traigo en el seno”.Por otra parte, en El ingenioso hidalgo don Quijote

de la Mancha, Cervantes usa muchas veces la palabra seno con los sentidos de profundo y hondo, profundidad y hondura que son protección y guarda. Varios hombres sacan del seno objetos valiosos como monedas, cartas, pergaminos y apenas se encuentra un papel en el seno de la muerta Luscinda.

Pero, para ver el noble uso de “pechos” en vez de se-nos, volvamos a “La señora Cornelia”. En esta novela ejemplar la señora recibe en sus brazos un niño de pecho (como castizamente se decía en esta comarca): “se echó la toca de la cabeza encima de los pechos para poder dar, con honestidad, de mamar a la criatura”.

En ese pasaje de las Novelas ejemplares, el autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, no usa el pudoroso “senos” de nuestra época ni el impúdico

“tetas” arrinconado en las alusiones eróticas, sino usa el descriptivo “pechos”. (Quizá no conoció el nahuatlismo que ustedes sí conocen y que nombra los órganos que se-gregan la leche en las hembras de los mamíferos.)

Así pues, un pudor antinaturalista como el del pasa-je de la señora Cornelia fue dando nuevos destinos a la palabra tetas y, como el pudor persiste no sólo llamán-dolas senos o pechos sino censurando la acción de ama-mantar en público a niños de pecho, ha sido necesaria una campaña que redignifi que y revalore esa noble y sana acción femenina.

Una breve historia de la palabra teta que improvisemos ahora dirá que viene del germánico titta y que en el siglo XII se incorporó al español con su signifi cado de órgano que segrega la leche

56 • S I G L O N U E V O

Saúl Rosales ///// / / Correo-e: [email protected]

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