teología de la creación y teoría de la evolución
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Teologa
de la
reacin
eora de la
Evolucin
. ~ _ .
Rafael Pascual, L C
Lo que en l fondo est en juego no es una cues-
tin de poco valor:
se
trata en ltima instancia de la
concepcin del hombre, de cmo l se ve a
s
mismo,
con todas las consecuencias que esto tiene en su vida
personal moralidad), en su dimensin social relacin
con los dems hombres) en su relacin con el entorno
cuestin ambiental).
Professor no Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma.
CENCULD 2
a
Srie 47186 2008), 33-52
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El tema que nos ocupa constituye uno de los argumentos cruciales del debate
cultural de nuestro tiempo. A modo de ejemplo, podemos citar dos libros publicados
recientemente en Italia. En el primero, del filsofo Orlando Franceschelli, se sostiene
que las mutaciones casuales y la seleccin natural supondran la confutacin de
la teologa natural por parte del naturalismo darwiniano, y haran plausible el paso
del creacionismo al naturalism0
En
el segundo, de Telmo Pievani, profesor de
filosofa de la ciencia de la Universidad de Miln-Bicocca, ya desde la portada se
presenta la siguiente proclama:
La evolucin es un hecho. Quien se lanza contra Darwin no lo hace
por amor a la verdad. Quien quisiera ensear en las escuelas el teorema del
"proyecto inteligente" tiene en mente una sociedad antimoderna, condicionada
por valores religiosos invasivos y dogmticos2.
Lo que en el fondo est en juego no es una cuestin de poco valor: se trata
en
ltima instancia de la concepcin del hombre, de cmo l se ve a s mismo,
con todas las consec uencias que esto tiene en su vida personal (moralidad), en su
dimensin social (relacin con los dems hombres) y en su relacin con el entorno
(cuestin ambiental). Como haca notar el Papa Juan Pablo 11
La razn ltima para que el hombre viva, respete y proteja la vida del
hombre est en Dios. iY el fundamento ltimo del valor y de la dignidad del
hombre, del sentido de su vida, es el hecho de que es imagen y semejanza
de Dios 3.
Si se cuestiona este fundamento ltimo, entonces todo se pone en juego.
ef o
FRANCESCHELLI,
Dio e Oarwin. Natura e uomo tra evoluzione e creazione, Donzelli Editore,
Roma 2005, p 23.
2
T PIEVANI,
Creazione senza Dio, Einaudi, Torino 2006. Traduccin mia.
3 JUAN
PABLO
11 Homila en
l
atrio de la Catedral de
Turn
domingo 13 de abril de 1980;
cfr
L Osservatore Romano, edicin semanal en l engua espaola, 20 de abril de 1980, pp. 10-11.
TEOLOG DE L
CRE CIN
Y TEOR DE L EVOLUCIN
En el tema que nos ocupa, lo primero que es necesario hacer es aclarar
los trminos, pues de lo contrario corremos el riesgo de caer en confusiones y
equvocos, como a menudo sucede en los que abordan estas cuestiones. Mucha s
veces, en efecto, no se d i s t i n g u ~ entre evolucifry evolucionismo, por una parte,
as como tampoco entre creacin y creacionismo, por otra parte. Y si queremos s er
ms precisos, tambin hay que evitr
t
6 ~ f s n
entre
creacionismo
y
teologa
natural, como sucede en el caso
d:
primer autor que citamos en nuestro estudio.
1 EVOLUCiN Y EVOLUCIONISMO; CREACiN Y CREACIONISMO
Comencemos, por tanto, aclarando qu entendemos en este articulo
por
los
trminos que tratamos de precisar para evitar equvocos:
a) Cuando hablamos de evolucin, refirindonos concretamente a la evolucin
biolgica, nos referimos a una teora cientfica, basada en algunos datos (fsiles,
distribucin geogrfica de los vivientes, semejanzas y diferencias entre ellos, c
digos genticos, etc.) y en algunas otras ciencias (estratigrafa, embriologa, ana
toma comparada, etc.) segn la cual todos los seres vivos proceden de ances tros
comunes; existe un nexo gentico entre todos ellos, y hay un proceso sucesivo
de aparicin entre las especies, a partir de algunas pocas formas primitivas y ele
mentales, hacia una abundante variedad de formas ms complejas, desarrolladas
y perfeccionadas, a travs de un amplio periodo de tiempo.
La evolucin, entendida as como teoria cientfica, es decir, basada en da-
tos empricos, parece estar bastante bien afirmada, aunque no es verdad
que
no
haya nada que aadir o completar, sobre todo en cuanto a los mecanismos que la
regulan. Tampoco es verdad que haya un total acuerdo en el modo de concebirla,
por lo que no existe una sola, sino varias teoras de la evolucin.
Por otra parte, existen todava muchas cuestiones abiertas, como el origen de
la vida, el origen del hombre, el influjo del ambiente, la cuestin de los caracteres
adquiridos, la "macroevolucin", las discontinuidades en los registros fsiles, las
"explosiones biolgicas", etc.
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TEOLOG DE L CRE CIN Y TEOR DE L EVOLUCIN
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-
b) Cuando hablamos de
evolucionismo,
aunque a veces se usa este trmino
como sinnimo del anterior, nos referimos a una extrapolacin o interpretacin
de carcter ms bien filosfico e
ideolgico
de la teora de la evolucin, llevada a
cabo por autores como Herbert Spencer, Thomas Huxley, Ernst Haeckel, en el
s.
XIX, y
en
la actualidad continuado y desarrollado
en
cierto modo por autores como
Jacques Monod, Richard Dawkins, y los que citamos al inicio de este artculo:
Orlando Franceschelli y Telmo Pievani, entre otros.
En esta posicin se suelen tomar ideas de tipo naturalstico y materialstico,
que revelan precisamente su carcter filosfico, pues tal evolucionismo no es
sostenible ni como verdad cientfica, ni como consecuencia necesaria de la teora
cientfica de la evolucin, como algunos sostienen.
En consecuencia,
el
evolucionismo niega cualquier tipo de finalismo en la
naturaleza, y sostiene que todo el proceso evolutivo se debe al azar y a la necesi
dad, como se evidencia
en el
ttulo del libro del premio Nobel Jacques Monod,
en
el que sostiene abiertamente el materialismo ateo. Por lo menos Monod tiene la
honestidad de reconocer de que est escribiendo un libro no de carcter cientfico,
sino de filosofa de la naturaleza, como se evidencia en el subttulo del mism0
4
.
Por otra parte, habra que distinguir entre teora o teoras) de la evolucin,
y
darwinismo,
y adems, dentro del mismo
darwinismo,
entre sus elementos de
carcter
cientfico
y los de tipo
filosfico
o
ideolgico. En
efecto, no hay que con
fundir la
ciencia
con
el cientificismo,
como por desgracia algunos hacen, de modo
involuntario o a propsito. Un ejemplo reciente de tal confusin podemos verlo en
el reciente artculo de un filsofo de la ciencia de la Universidad de Roma 3, el
prof. Mauro Dorat0
5
c)
El
tercer trmino es el de
creacin.
Aqu lo entendemos en sentido teolgico,
como uno de los atributos de Dios, el nico que puede llamarse
Creador
propia y
4 Cf.
J. MONOO El azar
y
la necesidad. Ensayo sobre la filosofa natural de
l
biologla moderna,
Barral, Barcelona
1972.
5
M DORATO L ossessione dello scientismo , en MicroMega, 3/08, pp.
79-90.
plenamente. En efecto, slo Dios puede crear, es decir, dar el ser, producir algo de
la nada. Se trata de la causalidad propia de quien es
causa primera
de todo lo que
existe, por lo que las cosas dependen
en
su existencia de Dios
en
todo momento.
La causalidad propia de las cosas creadas, que 'Suele llamarse
causa segunda
supone la precedente; es una casalidad participada, que propiamente no
crea,
sino slo
transforma
lo que
ya
de hecho existe
e
Uno' u otro modo.
Existe una rica tradicin teolgica sobre el telT)8 y la doctrina de la creacin,
que sera muy amplio tratar aqu
6
embargo, creo que conviene hacer notar un
aspecto que viene al caso para el tema que nos ocupa: la verdad de la creacin
no es slo una verdad de fe, es decir, de carcter sobrenatural, sino tambin de
razn, es decir, accesible a nuestra mente en su ejercicio natural. Tal verdad no es
evidente de modo inmediato, por lo que requiere de una demostracin, pero sta
es posible, al menos en lnea de principio, aunque de hecho muchas veces no se
alcance, por la defectibilidad y el oscurecimiento de nuestra razn como una de
las consecuencias del pecado original y del estado de naturaleza cada. Estamos
hablando aqu, ciertamente, en un contexto teolgico, pero nos parece bastante
evidente el hecho de la precariedad y falibilidad del entendimiento, sin caer en un
derrotismo o falibilismo extremo, que no sera admisible.
La doctrina de la creacin es, por tanto, una verdad no slo
religiosa
(sos
tenida por las tres grandes religiones monotestas: el judasmo, el cristianismo y
el islamismo), sino tambin
racional,
aunque no de carcter cientfico, sino ms
bien
filosfico.
La verdad de la creacin es accesible tambin a la razn natural,
sin necesidad de una revelacin sobrenatural.
En
efecto, se da una
revelacin
natural
de Dios a travs del mundo, como se afirma tanto en el Antiguo como en
el Nuevo Testamento:
De
l
grandeza
y
hermosura de las criaturas se llega,
por
analoga,
a
con-
templar
a
su Autor
(Sab 13,5).
6 Remitimos a la sntesis de esta doctrina que nos ofrece el Catecismo de la Iglesia Catlica,
publicado el ao
1992,
en los nos.
282-301,337-349, 1147-1149,2500-250.
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L
EVOLUCIN
" - ; : : ' ~ ~ ~ ~ ' ' ' S " : ' ~ ~ ~ ~ ~ ' ~ ~ ~ : : ; ' ~ ~ m f : : ~ ~ . 3 ~ ' ~ t ~ i 4 . : a J ~ i M ~
_ M ~ ~ ~ ~ ~ ~ i ~ r . ~ ~ y : : : . l ; ;
~ - ' - : ; : T , F ~ . ; , ' : Y '
Lo invisible de Dios desde la creacin del mundo se deja ver a l inteligencia
a travs de sus obras: su po er etemo su divinidad (Rm 1,20).
sia:
Esta misma doctrina se sostiene explcitamente en el Magisterio de la Igle-
La misma Santa Madre Iglesia sostiene y ensea que Dios, principio
y fin de todas las cosas, puede se r conocido con certeza a partir de las co
sas creadas con
la
luz natural de
la
razn humana: porque lo invisible de
Dios, desde la creacin del mundo, se deja ver a
la
inteligencia a travs de
lo creado (Rm
1,20 >>7.
Por tanto, la verdad de la creacin es accesible a la razn humana: puede
ser probada o demostrada racionalmente.
Desde luego, no se trata de una verdad cientfica ya que no es de carcter
emprico
ni
experimental; sin embargo, es una verdad filosfica que fue alcanzada
incluso por algunos de los ms grandes filsofos paganos, como Platn o Aristteles.
Ciertamente, la nocin de creacin de tales filsofos no es del todo idntica con la
de los creyentes udios, cristianos o musulmanes); sin embargo, no deja de estar
presente de algn modo.
d) El cuarto trmino es el creacionismo que no hay que confundir con el
precedente, como a veces hacen los adversarios del mismo, de modo semejante
a como se confunde
evolucin
y
evolucionismo.
De hecho, existe
un
paralelismo
entre
evolucin
y
evolucionismo
por una parte, y entre
creacin
y
creacionismo
por otra. En efecto, el creacionismo tiene un carcter ideolgico semejante al que
tiene, en el polo opuesto, el
evolucionismo.
Como el
evolucionismo
el
creacionismo
consiste en una especie de ideologa, basada a menudo en una teologa deficiente,
7 Concilio
Vaticano 1
Constitucin Dogmtica
Dei Filius
c.2, OS 3004;
cfr.
tambin
Catecismo
de l
Iglesia Catlica
nn. 32-38.
en su modo de entender e interpretar la Sagrada Escritura, pecando de literalismo
y reduccionismo bblico.
De cara a la cuestin de los seres vivos, el creacionismo sostiene
el
fijismo es
decir, la teora segn la cual todos los seres vivo slia n sido creados inmediatamente
y desde el inicio, por Dios, a partir de una interpretcin literalista de los primeros
versculos del libro del Gnesis .Para los
c r ~ i ; l C o n i s t a s
en consecuencia, no hay
lugar para ningn tipo de evolucin; a lo ms se e s ~ r dispuesto a admitir quiz la
micro-evolucin es decir, los cambis que pueden darse entre los individuos dentro
de una misma especie, pero nada ms.
Segn los creacionistas la Biblia contiene verdades y enseanzas tambin
de carcter y valor cientfico, que hay que respetar y seguir ciegamente. Slo a
partir de estas verdades cientficas se puede desarrollar una ciencia de
l
creacin
la cual obviamente se encuentra en conflicto con las teoras de la evolucin, que
consideran a priori como pseudo-cientficas y por ello de por s falsas.
Es evidente que no hay modo de alcanzar ningn acuerdo entre creacionismo
y evolucionismo. Para los creacionistas slo la ciencia de la creacin es vlida; toda
teora de la evolucin es necesariamente ideolgica y materialista. En este caso,
se confunde evolucin y evolucionismo.
Obviamente existen diversas variantes de creacionismo, ms radicales o
ms moderadas, pero de un modo u otro se pueden encuadrar en las ideas que
acabamos de exponer.
Los creacionistas se encuentran no slo entre algunas formas fundamen
talistas de las iglesias de la reforma luterana sino tambin en algunos grupos de
pensadores catlicos, tanto en los Estados Unidos como en Europa. Tambin se
encuentran ideas semejantes en algunos crculos de estudiosos judios y musul
manes.
Como veremos en nuestro estudio, si bien aunque creacionismo y evolucionis
mo son de por s incompatibles, no lo son necesariamente creacin y evolucin.
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-;X'l- '-r:1, ; r ~ ;:
: 1 ~ ~
: ~ ~ ~ ~ : ~ : ~ ~ ~ J 3 . ~ ~ - m * ~ - ~ f ~ _
e) Por otra parte, est la cuestin del as l/amado
proyecto inteligente
( intel/i
gent design ), expresin un tanto ambigua, como veremos, que algunos consideran
como una versin sofisticada y actualizada del creacionismo. Sin embargo, no se
identifica del todo con ste, pues algunos de sus fautores admiten la
evolucin,
pero no el evolucionismo.Tambin aqu hay que te ner en cuenta que existen diver
sas versiones, algunas de el/as ms cercanas a las posiciones del creacionismo
y otras, en cambio, dispuestas a admitir procesos de carcter evolutivo, pero lo
comn de el/as consiste en su intento de oponerse al evolucionismo, sobre todo
en su negacin de la existencia de un finalismo o un proyecto en el desarrol/o de
los procesos naturales, sobre todo de los biolgicos.
En este sentido, la teora del proyecto inteligente se presenta como una alter
nativa cientfica a las teoras de la evolucin que niegan el finalismo en los procesos
evolutivos de los seres vivos. Es por esto que algunos de sus secuaces sostienen
que se debera ensea r como una legtima antagonista, en el campo propiamente
cientfico, de tales teoras evolucionistas
B
Se podra concebir, en cambio, como una especie de versin actualizada
de la
quinta via,
de sto. Toms de Aquino para la demostracin de la existencia de
Dios
an Deus sit),
la cual se funda precisamente en el orden y el finalismo de los
fenmenos naturales:
La quinta va se toma del gobierno de las cosas. Vemos, en efecto, que
cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por
un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran
de la misma manera para conseguir lo que ms les conviene; por donde se
comprende que no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente.
Ahora bien, lo que carece de conocimiento no tiende a un fin
si
no lo dirige
alguien que entienda y conozca, a la manera como el arquero dirige la flecha.
Luego existe
un
ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin,
y a ste l/amamos Dios9.
8 Vgr.
W
S. HARRIS - J . H. CALVERT Intelligent Design. The Scientific Alternative
to
Evo/ution, en
The National Catholic Bioethics Quarterly 3 (2003), pp. 531-561.
9 TOMS DE AQUINO Suma de teologla, 1 q.2 a.3.
TEOLOG DE L CRE CIN Y TEOR DE L EVOLUCIN
Sin embargo, en tal caso habra que aclarar que, aunque no tenga un carcter
propiamente cientfico, tampoco se trata propiamente de una doctrina religiosa, sino
ms bien filosfica, y por el/o se encuentra en el orden de la razn, y no en el de
la fe (en contra de la famosa sentencia del tribunarde Dover, USA, en contra de la
enseanda del intelligent design en las escuelas).
Este argumento del orden del muFidod:ue
-en
'ultima instancia constituye el
presupuesto o la condicin sine qa non de la c i e n ~ a , es tan actual y tan patente
que Albert Einstein ha aludido al m i s ~ o en diversas ocasiones, como puede verse
en una carta que escribi a su amigo Maurice Solovine:
Te parecer sorprendente que considere la comprensibilidad del mun
do
[oo.]
como un milagro o un misterio eterno. Pero, ciertamente, a priori, uno
creera que el mundo sera algo catico y que el pensamiento no lo podra
comprender en absoluto
[oo.]
Incluso aunque el hombre proponga los axio
mas de la teora, el xito de ese procedimiento supone, por parte del mundo
objetivo,
un
alto grado de orden que de ningn modo estamos autorizados a
esperar a priori. En esto radica el milagro , que se torna ms y ms eviden te
a medida que nuestros conocimientos aumentan10
Esta misma idea se refleja en esta otra famosa cita de Einstein: Lo que en
el
mundo hay de eternamente incomprensible, es el hecho de que sea comprensible 11
0, como recordaba el entonces Cardo Ratzinger, Albert Einstein dijo una vez que
en las leyes de la naturaleza 'se manifiesta una razn tan considerable que, frente
a el/a, cualquier ingenio del pensamiento o de la organizacin humana no es ms
que un plido reflejo'12.
Sucesivamente, el ahora Papa Benedicto XVI ha vuelto a hacer referencia a
este mismo principio en el famoso discurso de Ratisbona:
10 A.
EINSTEIN Lettres Maurice
S vine, Gauthier-Villars, 1956,
p.
115; citado
en
S.L.
JAKI
Ciencia,
fe
cultura, Ed. Palabra, Madrid 1990, p. 162.
11 A EINSTEIN en The
Journal
ofthe
Franklin Institute, vol. 221, n.
3
marzo de 1936.
12 J.
RATZINGER
Creacin ypecado, EUNSA, Pamplona, 1992, p. 47; clr.
A
EINSTEIN Mein Weltbild,
editado por C. SEELlG (Stuttgart-Zrich-Wien, 1953).
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TEOLOG
DE
L
CRE CIN
Y TEOR DE
L
EVOLUCIN
i I I i ' ~ ~ 1 l I I I I . ~ . ~ l I t ' t ~ ~ , l t ~ " , ~ , ; : t w ~ . " ' F ' " : . : ' .
La razn moderna propia de las ciencias natural es [ .. tiene que
aceptar sencillamente
la
estructura racional de
la
materia y
la
correspondencia
entre nuestro espritu y las estructuras racionales que actan en
la
natura-
leza como un dato de hecho, en el que se basa su mtodo. Pero de hecho
se plantea la pregunta sobre
el
porqu de este dato, y las ciencias naturales
deben dejar que respondan a ella otros niveles y otros modos de pensar, es
decir, la filosofa y la teologa
13
2.
EL ST TUS QU ESTlONIS
DEL DEB TE EN TORNO A L
EVOLUCiN
El problema es que a menudo no se distinguen los niveles que entran en
juego, sobre todo
el
cientfico y
el
filosfico. Esto sucede tanto entre los que sos-
tienen la teora de la evolucin (al confundir evolucin y evolucionismo como los
que proponen
el
creacionismo o la teora del proyecto inteligente. En cambio, hay
que distinguir los planos, aunque sin separarlos del todo, porque existe una cierta
relacin entre ellos.
En todo caso, habra que tener presente que la cuestin del finalismo, tanto
para los que lo excluyen como para los que lo sostienen, no se encuentra en el
orden cientfico, sino en el filosfico, por
lo
que debe ser tratada en esa sede.
Seguramente el Cardo Schonborn, que suscit
un
apasionado debate al
respecto a partir del artculo publicado en el
New York Times
el ao 2005
14
estara
de acuerdo con esta tesis, como puede leerse
en su
artculo de la revista First
Things:
My argument was based neither on theology nor modern science nor
intelligent design theory. [ .. In short, my argument was based
on
ca refu
examination of the evidence
of
everyday experience; in other words, on
philosophy 15
13 BENEDICTO XVI, Discurso en la Universidad de Ratisbona, 12 de septiembre de 2006.
14 Cf. CH.SCHONBORN Finding Design in Nature, en
he
New York Times, 7 de julio de 2005.
15
CH.SCHONBORN
First Things 159, January 2006,
p.
34.
3
LA POSICiN DE LA IGLESIA
Vamos a continuacin a tratar de presentar a grandes rasgos
la
posicin de
la
Iglesia Catlica de cara a la teora de la evolucin y a
la
cuestin del finalismo.
a) En primer lugar, habra:que aclarar por qu la Iglesia trata esta cuestin,
sobre todo para poner
en
claro
que
no
setiatadeuna
invasin de campo,
como
algunos sostienen. En efecto, l Iglesia no p r e t ~ n d e tratar cuestiones que son
propiamente de carcter cientfico: lo cual deja a la investigacin de los especia-
listas. Sin embargo,
la
Iglesia siente el deber y la tarea de intervenir para aclarar
las consecuencias de naturaleza tica y religiosa que algunas de estas cuestiones
suscitan, ya que esto forma parte de su misin pastoral:
En virtud de su misin propia, la Iglesia tiene el deber de estar atenta
a las incidencias pastorales de su palabra. Conviene aclarar, ante todo, que
esta palabra debe corresponder a la verdad. Pero se trata de saber cmo
tomar en consideracin
un
dato cientfico nuevo, cuando parece contradecir
alguna verdad de la fe16.
As lo hizo notar
el
mismo Papa Juan Pablo
en
su famoso mensaje del
25
de octubre de 1996 sobre el tema de la evolucin:
Me alegra el primer tema que habis elegido, el del origen de la vida
y de
la
evolucin, tema esencial que interesa mucho a
la
Iglesia, puesto que
la Revelacin, por su parte, contiene enseanzas relativas a
la
naturaleza y
a los orgenes del hombre.
Tanto en el campo de la naturaleza inanimada como en el de
la
ani-
mada, la evolucin de
la
ciencia y de sus aplicaciones, plantea interrogantes
nuevos.
La
Iglesia podr comprender mejor su alcance en
la
medida en que
conozca sus aspectos esenciales. As, segn
su
misin especfica, podr
16 JUAN PABLO 11 Discurso a la Asamblea Plenaria de la Academia Pontificia de las Ciencias, 31
de
octubre
de
1992
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brindar criterios para discernir los comportamientos morales a los que todo
hombre est llamado, con vistas a su salvacin integral
17
b) La Iglesia,
en
lnea di principio, no ve que haya conflicto entre la teora
cientfica de la evolucin - entendida correctamente, es decir, precisamente como
teora cientfica, y no como ideologa o concepcin filosfica que pretenda negar la
causalidad divina o el finalismo, o pretenda sostener el materialismo - y la doctrina
de la creacin. En efecto, como deca el Papa Juan Pablo a los participantes en
un congreso sobre fe cristiana y teora de la evolucin,
Una fe rectamente entendida sobre la creacin y una enseanza recta
mente concebida de
la
evolucin no crean obstculos: en efecto,
la
evolucin
presupone la creacin; la creacin se encuadra en la luz de la evolucin como
un hecho que se prolonga en el tiempo - como una creatio continua - en la
que Dios se hace visible a los ojos del creyente como "Creador del cielo y
de la tierra"})
18
De modo semejante se haba expresado el entonces Cardo Joseph Ratzinger
en un sermn cuaresmal dentro de una serie dedicada al estudio de los primeros
versiculos del libro del Gnesis:
No podemos decir: Creacin o Evolucin; la manera correcta de plan
tear el problema debe ser: Creacin y Evolucin, pues ambas cosas responden
a preguntas distintas. La historia del barro y del aliento de Dios [ .. no nos
cuenta cmo se origina el hombre. Nos relata qu es l, su origen ms ntimo,
nos clarifica el proyecto que hay detrs de l. Y a la inversa, la teora de la
17 JUAN PABLO 11 Mensaje a los miembros a la Academia Pontificia de Ciencias reunidos en
asamblea plenaria, 22 de octubre de 1996; ct. L'Osservatore Romano, ed. semanal en lengua espaola,
25
de octubre de
1996,
p. 5.
18 JUAN
PABLO
11. Discurso l Simposio cientfico intemacional sobre Fe cristiana
y
teora de la
evolucin celebrado en Roma, 26
de abril de
1985;
ct.
L Osservatore Romano,
ed. semanal en lengua
espaola,
7 de
julio
de 1985,
p. 4
TEOLOG DE L CRE CIN Y TEOR DE L EVOLUCIN
F : ; ~ ~ 1 i i ~ ~ ~ l ~ ~ ~ ~ ~ $ ~ : : . t 7 ~ ~ ' - ~ ; ' : :
~ : ? . ~ : ~ ; > ~ t ~ ~ ~ ~
evolucin trata de conocer y describir perodos biolgicos. Pero con ell o no
puede aclarar
el
origen del "proyecto" hombre,
su
origen ntimo
ni su
propia
esencia. Nos encontramos, pues, ante dos preguntas que
en
la misma medida
se complementan y que no se excluyen mtuamente19,
c) Como hemos dicho antes; 18 Iglesia Se 'siente llamada a intervenir en
estas cuestiones sobre todo porque est en jueQo la concepcin del hombre. En
efecto, en el Magisterio pontificio r ~ c i e n t e se subraya que el hombre no existe por
causalidad, sino que es fruto de un proyecto divino, y que ha sido creado a imagen
y semejanza de Dios. Su destino es eterno, De ah se sigue su dignidad, libertad y
responsabilidad, ya que, como se dice en el Concilio Vaticano 11 el hombre es la
nica criatura en la tierra a la que Dios ha amado por s misma (GS
n.24 20,
d) De cara a la cuestin de la casualidad en los procesos y fenmenos natu
rales, sta no se excluye que sta pueda tener lugar en los mismos. De hecho, as
lo ha sostenido un reciente documento de la Comisin Teolgica Internacional:
Segn la concepcin catlica de la causalidad divina, la verdadera
contingencia en el orden creado no es incompatible con una Providencia Divina
intencional. La causalidad divina y la causalidad creada difieren radicalmente
en su naturaleza, y no solamente en grado. As, incluso el resultado de un
proceso natural verdaderamente contingente puede, sin embargo, caber
dentro del providencial plan de Dios sobre la creacin21.
Por lo dems, como haca presente ese mismo documento, tal posibilidad ya
era reconocida por Toms de Aquino en el siglo XII . .. :
19
J.
RATZINGER, Creacin y pecado, EUNSA,
Pamplona
1992,
p.
75.
20
Cf. JUAN PABLO
11
audiencia general del
2 de
enero
de 1980,
cuando habla de una
antropologia
adecuada, contraponindola al reduccionismo de tipo "naturalstico", que frecuentemente va junto con la
teorla evolucionista acerca de los comienzos del hombre.
21
COMISION TEOLOGICA INTERNACIONAL, Comunin y servicio, n69. La traduccin
es
nuestra, dado
que al parecer no existe an una traduccin oficial publicada en espaol.
-
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R F EL P SCU L
El efecto de la providencia divina no consiste en que algo suceda de
cualquier modo; sino que suceda de forma contingente o necesaria.
Y
as
sucede de forma infalible y necesaria lo que
la
providencia divina dispone que
suceda de modo infalible y necesario. sucede de modo contingente lo que
la providencia divina determina que suceda contingentemente22.
e) Por otra parte, con respecto a la cuestin del finalismo en los fenmenos
naturales, podemos citar algunos textos recientes que lo sostienen. Quiz el ms
amplio, explcito y elocuente es el que presentamos a continuacin:
La evolucin de los seres vivientes, de los cuales la ciencia trata
de determinar las etapas, y discernir el mecanismo, presenta una finalidad
interna que suscita la admiracin. Esta finalidad que orienta a los seres en
una direccin, de la que no son dueos ni responsables, obliga a suponer un
Espritu que es su inventor, el Creador.
[ .. A todas estas 'indicaciones' sobre la existencia de Dios creador,
algunos oponen la fuerza del caso o de mecanismos propios de la materia.
Hablar de caso para un universo que presenta una organizacin tan compleja
de elementos y una finalidad en la vida tan maravillosa, significa renunciar a
la bsqueda de una explicacin del mundo como nos aparece. En realidad,
ello equivale a querer admitir efectos sin causa. Se trata de una abdicacin
de la inteligencia humana que renunciaria a pensar, a busc ar una solucin
a sus problemas.
En conclusin, una infinidad de indicios empuja al hombre, que
se esfuerza por comprender el universo en que vive, a orientar su mirada al
Creador. Las pruebas de la existencia de Dios son mltiples y convergentes.
Ellas contribuyen a mostrar que
la
fe no mortifica
la
inteligencia humana, sino
que la
estimula a reflexionar y le permite comprender mejor todos los 'porqus'
que plantea
la
observacin de lo
real23.
22
TOMAs DE AQUINO Summa Theol.
1 22 4 ad
1;
ef.
ibid.
23
JU N
PABLO 11 Catequesis durante la audiencia general del mircoles, 10 de julio de 1985; ef.
TEOLOG DE L CRE CIN Y TEOR DE L EVOLUCIN
Tambin el documento de la Comisin Teolgica Internacional antes citado
aboga por el finalismo de los procesos naturales, aun dando espacio a
la
posibilidad
de fenmenos aleatorios, como vimos poco antes; ms an, ni siquiera tal tipo de
fenmenos escapara
al
plan providente de Di6
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Dios, que es el primer agente, se extiende a todos los seres, y no slo respecto
a los principios de
la
especie, sino tambin a los principios individuales [ .. .
Es necesario que todas las cosas estn sometidas a la divina Providencia,
en
la
medida de su participacin en el ser
S. Theol. 1,22,2)>>24.
Recientemente, el Papa Benedicto XVI ha hecho referencia a este finalismo
en varias ocasiones, incluso desde el inicio de su pontificado:
No somos el producto casual y sin sentido de
la
evolucin. Cada uno
de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es
querido, cada uno es amado, cada uno es necesario25.
Creo que las palabras de este Santo Padre del siglo IV [san Basilio
Magno] tienen una actualidad sorprendente cuando dice: "Algunos, engaa
dos por el atesmo que llevaban en su interior, imaginaron que el universo no
tena gua
ni
orden, como si estuviera gobernado por
a
casualidad". i Cuntos
son hoy los que piensan as Engaados por el atesmo, consideran y tratan
de demostrar que es cientfico pensar que todo carece de gua y de orden,
como si estuviera gobernado p or la casualidad. El Seor, con la sagrada Es
critura, despierta la razn que duerme y nos dice: "En el inicio est la Palabra
creadora. Y la Palabra creadora que est en el inicio la Palabra que lo ha
creado todo, que ha creado este proyecto inteligente que es el cosmos - es
tambin amor 26.
En resumidas cuentas, quedan dos alternativas: Qu hay en el ori
gen? La Razn creadora, el Espritu creador que obra todo y suscita el desa-
24
COMISiN TEOLGICA INTERNACIONAL, Comuniny servicio,
na 69.
De
nuevo
la
traduccin
al
espaol
es nuestra.
25 BENEDICTO
XVI
Homila en la Santa Misa por
l
inicio del pontificado, domingo 24 de abril de
2005; cf.
L Osservatore Romano,
ed. semanal en lengua espaola,
na 17,
29 de abril de 2005,
p. 7.
26 BENEDICTO XVI
Catequesis durante la audiencia general del mircoles,
9 de noviembre de 2005;
cf
L Osservatore Romano,
ed. semanal en lengua espaola, na 45,11 de noviembre de 2005,
p.
20.
TEOLOG DE L
CRE CIN
Y TEOR DE L EVOLUCIN
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