semillero de ideas no. 33

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Zona de paso la frontera. Vivimos, estudiamos, enseñamos, investigamos, dialogamos en un espacio donde objetos y personas están siempre en movimiento, en tránsito continuo y permanente. La vida como metamorfosis y la mirada que ve un mundo que se transforma a cada instante.

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N O V E D A D E D I T O R I A L

Adquiéralo en las librerías y en los recintos universitarios de su ciudad. Para más información visíte-nos en el edificio de Rectoría en Av. Álvaro Obregón y Julián Car-rillo s/n, en Mexicali, B. C., o bien, comuníquese con nosotros al (6) 551-82-63 o a través de nues-tro correo electrónico:[email protected]

El Ariel, de José Enrique Rodó, es una crítica a la democracia membretada bajo el rubro del espíritu utilitarista, y presenta el caso de los Estados Unidos como referente. Propone la educación como corrector de esa democracia, favoreciendo a través de ella el sur-gimiento de una aristocracia del espíritu, que estaría avalada por el consentimiento de la mayoría y el principio según el cual los mejores se deben a los demás en igual proporción que los exceden en su capacidad de amor, de entrega y sacrificio.

El presente libro es un recuento y una revaloración finisecular del mensaje de Ariel, libro de ensayos publicado por José Enrique Rodó (Ciudad Vieja de Montevideo, 1982) al alba del siglo, justo en el año 1900: una reconsideración al mensaje desde una perspectiva contemporánea, a través de una lectura rescatable por encima de las faltas y defectos que justificarían su olvido, pero salvando el ánimo original que lo alienta.

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Zona de paso la frontera. Vivimos, estudiamos, enseñamos, investigamos, dialogamos en un espacio donde objetos y personas están siempre en movimien-to, en tránsito continuo y permanente. La vida como metamorfosis y la mirada que ve un mundo que se transforma a cada instante.Pero no sólo hay, en nuestras vidas, el obvio tránsito fronterizo que va del migrante en pos de la quimera al deportado que vuelve a su patria con las manos vacias. Tambien está el tránsito de la vida a la muer-te, el paso doloroso por esa frontera inevitable para todos.Y no olvidemos el rito de pasaje que sucede cuando un ser humano debe cambiar de valo-res, debe educarse a sí mismo para integrarse a un grupo social, político o religioso determi-nado. La educación como una manera de ser mejores individuos, mejores ciudadanos.Vivimos, pues, distintos tránsitos y atravesamos innumerables fronte-ras en nuestras vidas. Semillero es, igualmente, una frontera más: abierta siempre y en la que no hay un solo pasaporte válido sino una gran variedad de documentos que nos aclaran qué somos, quiénes somos y cuáles son los motivos que nos mantienen en pleno movimiento y acción.Bienvenidos al tránsito de ideas, a la metamorfosis de una verdad irreductible a un solo criterio u opinión.

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C.P. Víctor Everardo Beltrán CoronaRector

M.C. Juan José Sevilla GarcíaSecretario general

Dr. René Andrade PetersonVicerrector zona costa

Dr. Gabriel Estrella ValenzuelaDirector general de Extensión Universitaria

Revista Universitaria

COORDINACIÓN GENERALLydia Coronel Yáñez

ASISTENTEAna Gabriela Rubio Moreno

EDITOR LITERARIOTomás Di Bella

DISEÑO EDITORIALJosé Guadalupe Durán Ascencio

CAPTURA Y FORMACIÓNEdith Meza Suárez

Semillero

EDITOR RESPONSABLE Gabriel Trujillo Muñoz

CONSEJO EDITORIALManuel Ortiz y Blanca Bastidas, Facultad de Ciencias Humanas; Irma Rivera Garibaldi, Dirección General de Asuntos Académicos; Rene Suástegui León, Es-cuela de Turismo; Roberto Guerrero Obscura, Escuela de Ciencias Sociales y Políticas.

COMITÉ EDITORIALJosé A. Moreno Mena, Instituto de Investigaciones

Sociales; Rodolfo GómezCastellanos, Escuela de Ciencias Sociales y

Políticas; María Aurora Lacavex Berumen, Facultad de Derecho; Francisco Javier Galarza del Ángel,

Jesús Becerra Villegas, Marco Antonio Villa y Blanca Verdugo, Facultad de Ciencias Humanas; Elvia Méndez Fregozo, Comisión de Planeación y

Desarrollo Institucional.

Semillero de ideas, año 9, número 33, enero-marzo de 2001. Revista trimestral publicada por la Univer-sidad Autónoma de Baja California. Los artículos firmados son responsabilidad de su autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los mate -riales publi-cados siempre y cuando se cite la fuente. Certificado de licitud de título núm. 7435. Certificado de licitud de contenido núm. 5349. Reserva de título de derecho de Autor núm. 2845-93. Tiraje: 1 500 ejemplares. Impresión: Sonora Container Corp., Quintana Roo 402-B, col. El Choyal 83130, Hermosillo, Sonora, tel. (62) 14-92-50. Correspon dencia Revista Universitaria Coordinación general UABC-Rectoría, Ave. Obregón y Julián Carrillo s/n Mexicali, B.C., 21100. Tel. (6) 551-82-63 y 551-82-22,exts. 3274# y 3276#, e-mail [email protected]. uabc.mx., [email protected].

í n d i c e

3Características socioeco-nómicas de las mu-jeres migrantes deportadas por Baja California

José A. Moreno MenaRosa María Avendaño

A través de este artículo, se muestran indica-dores como nivel de escolaridad, estado civil, actividades laborales en el lugar de origen, dependientes económicos e hijos, que ayudan a conocer el tipo de mujeres que cruzan ilegal-mente la frontera con Estados Unidos.

13Federalismo y administración de justicia

Marina del Pilar Olmeda GarcíaElizabeth Rosas Robles

Acercamiento a las dificultades que enfrenta el poder judicial para ejercer, debido al sistema federal en que está inmerso.

19Una muerte digna:la eutanasia como bien jurídico tutelado

Alma Rosa Ramos

La voluntad de un enfermo terminal para terminar con su sufrimiento ¿Debe ser cuestio-nada por el Estado?

35De cara a la

inevitable muerte

Antonio Cabrera Angulo

Consideraciones psicológicas ante la pérdida de un ser humano cercano: familiar, amigo, etcétera.

41Educar para la competencia o educación basada en competencias

Manuel Ortiz MarínVictoria Santillán

En las universidades públicas se está dando un movimiento para cambiar de un proceso de en-señanza centrado en el docente, a otro que intenta que los educandos sean la parte activa.

47Dos puntos de vista de la integración educativa en

Baja California

Marco Antonio VillaAgustín Sández

Los grupos integrados vistos desde la perspectiva de los padres de familia y de los propios profe-sores, en cuanto las vicisitudes de la educación especial en Baja California.

53Formación de valores:Entrevista conArturo Cardona

Ma. Angélica Lizaola MartínezJuan Manuel Montejano Gaspar

El autor del libro nos narra algunos pasajes refer-entes a la aventura vivencial de plasmar por escrito sus experiencias con los valores humanos.

58Un bestiario como suplemento didáctico

Luisa Fernández Pellón

Fotografía de portada:Isabel Reyes

Portada: Obra Plastica Fantasías en azul y blanco, de Mercedes Villanueva

NOtAs

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3ENERO-MARZO DE 2001Semillero

Características socieconómicasde las mujeres migrantes deportadas

por Baja California1

Hasta ahora, la mujer migrante no ha sido motivo de estudio por quienes realizan investigación sobre la migración indocumentada y, en aquéllos donde aparece, se le asocia inmediatamente a la migración mascu-lina, bajo el argumento de que su emigración sólo se da para acompañar al esposo, al padre o hermano y no como una decisión y realización propias. Afortuna-damente, la visión académica tradicional sobre este tema, poco a poco está pasando a un segundo término para dar cabida a una visión de género que considera que las mujeres no sólo emigran por acompañar a sus familiares sino por determinación y necesidades propias.

Es cierto que la deportación de trabajadores migrantes por la patrulla fronteriza en la frontera norte de México se compone abru-madoramente por varones, pero también la migración de la mujer ha venido adquiriendo importancia en los últimos años, tal vez no en forma cuantitativa –ya que el porcentaje de mujeres varía entre 10 y 15% del total de los migrantes devueltos– pero sí en su carácter cualitativo.

*Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la uabc, y coordinador del Centro de Derechos Humanos y Educación Cívica A.C. (cedhe).**Catedrática en la Facultad de Ciencias Humanas de la uabc e integrante de cedhe.1Las organizaciones que participaron en este trabajo son el Albergue Juvenil del Desierto; el Centro de Apoyo al trabajador Migrante; Centro de Derechos Humanos y Educación Cívica y Casa para Mujeres Migrantes Madre Assunta, organismos no gubernamentales defensores de los derechos de los migrantes de Baja California, a quienes agradecemos su invaluable apoyo por permitirnos utilizar la base de datos.

José A. Moreno Mena*Rosa María Avendaño**

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4Semillero

enero-marzo de 2001

Dentro del universo de la migración femenina indocumentada, la mujer migrante devuelta a México por la patrulla fronteriza, representa sólo un segmento del conjunto de mujeres que se aventuran a cruzar hacia los Estados Unidos en busca de un futuro mejor, pues no hay que olvidar que ese universo lo conforman también aquellas mujeres que sí lograron cruzar y se encuentran en Estados Unidos, las que fracasaron en su intento y no lograron el cruce, así como aquéllas que perdieron la vida en su travesía. De igual forma, la mujer migrante es también un pequeño subconjunto del universo de trabajadores migrantes que cada año se introducen sin documentos hacia los Estados Unidos.

Con la intención de aportar información sobre este fenómeno migratorio, presentamos aquí los resultados de un estudio desarrollado por algunas organizaciones no gubernamentales (ong) en la frontera Baja California-California, y que tuvo como objetivo explorar las características socioeconómicas y las circunstancias de la migración de mujeres devueltas a México por la patrulla fronteriza en las garitas de Baja California.2

Es preciso señalar que en este trabajo únicamente se presentan las características socioeconómicas, dejando el otro aspecto para un análisis posterior, y que el estudio completo forma parte de los esfuerzos que las ong locales y nacionales desarrollan para incursionar en la discusión sobre el fenómeno migratorio en general.3

2El estudio está basado en una muestra aleatoria por cuotas (381 registros válidos) que se tomó en las ciudades de tijuana y Mexicali y fue aplicada durante los meses de octubre de 1998 a febrero de 1999; como la muestra no pudo realizarse proporcional a las dos ciudades, únicamente se puede generalizar a las dos ciudades y no en lo particular a cada una.3El grupo de ong que participó a nivel nacional estuvo conformado por el Albergue Juvenil del Desierto; el Centro de Apoyo al trabajador Migrante; Centro de Derechos Humanos y Educación Cívica; Casa Ma-dre Assunta y sin Fronteras. Mientras que en los académicos también estuvieron Gustavo López Castro del Colegio de Michoacán y Rodolfo García Zamora del Departamento de Estudios Migratorios de la Uni-versidad Autónoma de Zacatecas, todos ellos coordinados por Blanca Villaseñor, directora general del Albergue Juvenil del Desierto.4O. Woo Morales, “Migración femenina indocumentada”, Revista Fron-tera norte, vol. 9, núm. 17, enero-junio, El Colef, tijuana, B.C., 1997. 5R. turián, (Coord.), Migración México-Estados Unidos. Presente y futuro, Conapo, México, D.F., 2000, pp. 131.

Las características sociodemográficas de la mujer migranteAntes de entrar al análisis de los resultados obtenidos, también es pertinente aclarar que con la intención de tener un parámetro de comparación sobre datos sociodemográficos se tomaron como referencia los estudios de Ofelia Woo Morales “La migración femenina indocumentada”, en donde se analiza la encuesta “Cañón Zapata”, aplicada por el Colegio de la Frontera Norte durante varios años4 y, los análisis que hace el Consejo Nacional de Población de la Encuesta sobre Migración en la Frontera (Emif, 1993-1997), realizada por la secretaría del trabajo, el Consejo Nacional de Población y el Colegio de la Frontera Norte.5

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5ENERO-MARZO DE 2001Semillero

Fuente: Encuesta a la mujer migrante deportada por Baja California, Albergue Juvenil del Desierto, Centro de Apoyo al Trabajador Migrante, Centro de Derechos Humanos y Educación Cívica y Casa Madre Assunta, B.C, 1999-2000.

Menos de 15 años 1.5

De 15 a menos de 20 años 28.3

De 20 a menos de 25 años 29.3

De 25 a menos de 30 años 20.1

De 30 a menos de 35 años 7.2

De 35 a menos de 40 años 7.2

De 40 a menos de 45 años 4.6

De 45 a menos de 50 años 1.0

De 50 y más 0.8

Total 100.0

Cuadro 1. Edad dE las mujErEs dEvuEltas por la patrulla frontEriza

Rango de edades

(años cumplidos)%

Sobre la edad y la educación de las mujeres migrantesAl analizar los resultados obtenidos respecto de la edad de las mujeres migrantes deportadas, encontramos que la emigración femenina se presenta en cualquier etapa de la vida: desde la niñez hasta la tercera edad. Es decir, los rangos de edad de las mujeres encuestadas se ubican entre los 12 y 73 años, aunque hay que aclarar que estos dos casos realmente se presentan como excepcionales, pero son una muestra de que las mujeres pueden decidir emigrar a cualquier edad, aún siendo niñas o de edad muy avanzada. sin embargo, las edades en que se presenta con mayor frecuencia la migración femenina indocumentada, se pueden apreciar mejor si las observamos por intervalos (ver cuadro 1).

En principio, en el cuadro 1, se observa que casi ocho de cada diez mujeres migrantes son menores de 30 años, lo cual nos indica que es una población bastante joven, en la plenitud de su reproducción. Esta situación se acentúa aún más al observar que 57.6% de las mujeres migrantes se encuentran entre los rangos de 15 a menos de 25 años, y además, nos sugiere que es una mano de obra potencialmente productiva y adecuada para las necesidades que tiene el mercado laboral estadounidense, sobre todo en el segmento informal de la economía. En el estudio de Ofelia Woo, 64% de las mujeres encuestadas se ubicaron entre los 20 y los 30 años de edad, lo cual coincide con nuestros datos y confirma la juventud de las mujeres migrantes.6

De manera general, también estos rangos de edades sugieren la falta de oportunidades para la población joven de nuestro país, y si a esto le agregamos el ingrediente de género, es posible señalar que para las mujeres jóvenes mexicanas tales oportunidades parecen muy limitadas.

Cabe precisar que en nuestra encuesta la edad promedio de las mujeres devueltas a México fue de 25.7 años de edad, mientras que en otros estudios, como la Encuesta sobre la migración en frontera norte de México 1993-1997 (Emif), el promedio de edad de migrantes varones devueltos a México por la patrulla, llegó a 26 años,7 dato que refuerza lo planteado en cuanto a la escasez de alternativas, al menos en términos laborales, para el sector de los y las jóvenes mexicanos (as).

sobre el nivel de escolaridad, los datos obtenidos nos indican que más de 50% de las mujeres entrevistadas, llegó al menos a secundaria. Del total, 3.2% incursionó en una carrera universitaria y 2.2% en una carrera técnica. En este aspecto, cabe señalar que a nivel nacional, la población que alcanza estos niveles de escolaridad, no llegan ni a una cuarta parte.

6O. Woo, op. cit., pp. 119.7R. turián, op. cit., pp.132.

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6Semillero

enero-marzo de 2001

Esto es importante remarcarlo, puesto que al igual que los varones y los menores de edad, se continúa comprobando que las mujeres migrantes internacionales, que tienen como destino los Estados Unidos, cuentan con un nivel educativo que rebasa la media nacional.8

De acuerdo con el estudio del Conepo9 los varones devueltos por la Patrulla Fronteriza en 1997 tenían un promedio de 6.6 años de escolaridad y en la encuesta sobre mujeres el promedio llegó a 7 años lo que nos sugiere que al igual que la edad, no hay diferencias significativas entre ambos géneros.

La alta escolaridad es un elemento importante que permite explicar en parte, la fácil incorporación de la mujer a las actividades económicas. Es decir que un nivel educativo significativo combinado con otros aspectos

8Al respecto ver B.Villaseñor (coord.), La esperanza truncada. Menores deportados por la garita Mexicali-Caléxico, Academia Mexicana de Derechos Humanos y Coalición Pro Defensa del Migrante-sección Mexicali, México, D.F., 1997.9R. turián, op. cit., pp.121.10Ibídem.

relacionados con habilidades y destrezas naturales, abren mejores expectativas de emplearse con mayor rapidez.

En lo que respecta al analfabetismo, solamente 5.1% de las mujeres presentaron ese problema; índice que, aún comparado con la media nacional, resulta ser bajo, ya que en la Emif los datos sobre analfabetismo en las mujeres varió entre 6.8 y 5.7% durante el primero y segundo registro efectuados en 1997 y 1998.10

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7ENERO-MARZO DE 2001Semillero

Michoacán 12.9

Jalisco 11.3

Guerrero 8.9

Oaxaca 8.7

Guanajuato 7.3

Distrito Federal 6.8

Baja California 6.0

Edo. de México 5.5

Sinaloa 5.5

Puebla 4.7

Fuente: Encuesta a la mujer migrante deportada por Baja California, Albergue Juvenil del Desierto, Centro de Apoyo al Trabajador Migrante, Centro de Derechos Humanos y Educación Cívica y Casa Madre Assunta, B.C., 1999-2000.

Cuadro 2. Estados dE origEn dE las mujErEs dEportadas por Baja California, méxiCo.

estados de oRigen %

Ya no emigra solamente la mujer casadaEl análisis del estado civil de las encuestadas mostró que casi la mitad de las mujeres tienen compromiso de pareja; 41.7% manifestaron estar casadas y 8.0% en unión libre. El otro 50% se encuentra soltera bajo ciertas modalidades: separadas, viudas, divorciadas o nunca han contraído compromisos.

Al realizar un comparativo con los estudios realizados por Woo respecto al estado civil de las mujeres migrantes, encontramos una pequeña diferencia en el porcentaje de las que son solteras, ya que mientras Woo encontró que 43% tenían ese estado civil, nuestra encuesta arroja que 50% eran solteras.

Los datos anteriores nos demuestran que ya no sólo la mujer que tiene compromiso de pareja es la que emigra, como ocurría anteriormente, sino que ahora, ante las circunstancias económicas por las que pasa el país, también las mujeres solteras se ven obligadas a buscar mejores horizontes de vida.

En cuanto a la procedencia de las mujeres indocumentadas, se encontró que las deportadas por Baja California, solamente 8.7% corresponden a los estados fronterizos, es decir, aquellas mujeres que manifestaron contar con una residencia mayor a los seis meses en esos lugares, sea que hubiesen nacido ahí o fueron inmigrantes.

En el cuadro 2 se presentan los 10 estados de mayor procedencia de las mujeres deportadas por Baja California.11

Baja California tiene una aportación de 6% del total, el resto se encuentra repartido en otros 13 estados. Centro-américa y eua juntos llegan a 1%.

Al igual que en los registros que se han llevado a cabo durante una década sobre los menores,12 comienzan a destacar estados considerados “poco tradicionales” en la aportación de migrantes internacionales, como lo son Guerrero, D.F. y Oaxaca, a los que se les suma el estado de México. Esto es importante recalcarlo porque incluso estas entidades rebasan a otras que han sido consideradas

tradicionales exportadoras de mano de obra, como Guanajuato por ejemplo. Es claro que los estados del centro de la república comienzan a tener una importancia nodal en el flujo migratorio.

También es evidente que los flujos migratorios se desplazan por diferentes rutas, por lo que seguramente existe una diferencia del lugar de procedencia de las mujeres indocumentadas que intentan cruzar por Baja California y sonora, como de Chihuahua y tamaulipas.

11Particularmente, los estados de Jalisco y Michoacán son entidades tradicionales en cuanto a la migración de trabajadores, ya que algunas comunidades de esos estados tienen una larga tradición generacional de migración hacia eua.12Ver B. Villaseñor, (Coord.), op. cit.

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En el caso de Baja California, resulta significativo que entidades como Guerrero y Oaxaca tengan un lugar importante como lugares de procedencia de las mujeres migrantes, lo cual, en principio, pudiera deberse a que esos dos estados expulsan migrantes internos para el trabajo agrícola, principalmente a la zona sur de Baja California. situación que permite suponer que una parte de ese flujo migratorio que llega al sur del estado, también intenta cruzar a Estado Unidos.

Actividades laborales en el lugar de origen A las mujeres encuestadas también se les preguntó sobre las actividades que desempeñaron en el lugar de origen con el propósito de explorar si tenían antecedentes laborales. En principio, 7 de cada 10 manifestaron sí contar con algún antecedente de trabajo, mientras que 3 de cada 10 no tenían una actividad laboral fuera de su hogar. Esto indica que un alto porcentaje de mujeres ya cuentan con experiencia para incursionar en el mercado laboral.

En cuanto a las actividades que desempeñaban en sus pueblos antes de emigrar, 34.4% manifestó ser ama de casa; mientras que 11.5% se dedicaba al servicio doméstico (lavar, planchar, cuidar niños, asear casas, etcétera); 12.5% trabajó en actividades que requieren cierta capacitación de nivel técnico o profesional donde se atiende al público, tales como secretaria, burócrata, profesionista por su cuenta, técnica y empleada de mostrador; 6.3% se desempeñó como obrera industrial; 3.4% como comerciante en pequeño o ambulante; 9.4% manifestó haber estado estudiando antes de emigrar; solamente 5.2% trabajó de jornalera agrícola. Las que se dedicaron a la venta de alimentos y empleadas de cocina alcanzaron 7.9%; y 5.2% trabajó en actividades diversas.

Al preguntarles si la actividad desarrollada les generó algún ingreso, 60% de los casos respondió afirmativamen-te. Presuponemos que las actividades que no tenían ingreso fueron amas de casa y estudiantes, puesto que ambas ocupaciones suman aproximadamente 40% restante.

En ese sentido, Ofelia Woo señala que en el caso de las mujeres que emigran y logran trabajar en los Estados Unidos, independientemente de la actividad que hayan realizado en sus lugares de origen, la mayoría se inserta en el servicio doméstico, sector turismo e industria de la transformación.13 Lo que, complementado con nuestros datos sobre las actividades desarrolladas en los lugares de origen, indica que esos sectores ocupacionales en eua cuentan con trabajadores que tienen una amplia experiencia laboral en otros ámbitos.

13O. Woo, op. cit., p.121.

Fuente: Encuesta a la mujer migrante deportada por Baja California. Albergue Juvenil del Desierto, Centro de Apoyo al Trabajador Migrante, Centro de Derechos Humanos y Educación Cívica y Casa Madre Assunta, B.C., 1999-2000.

Cuadro 3. oCupaCión En los lugarEs dE origEn dE las mujErEs dEvuEltas por la patrulla frontEriza En Baja California, méxiCo.

ocupación %

Amas de casa 34.4

Servicio doméstico 11.5

Servicio público 12.5

Obrera industrial 6.3

Comerciante o vendedora 3.4

Estudiante 9.4

Jornalera agrícola 5.2

Venta y preparación de alimentos 7.9

Otras actividades 5.2

No contestó 1.6

Total 100

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9ENERO-MARZO DE 2001Semillero

Es interesante conocer los datos que nos genera el cruce de las variables estado civil con las actividades en el lugar de origen, porque nos aportan más elementos para entender la migración de la mujer. Al respecto se tiene que las mujeres migrantes casadas o en unión libre que fueron deportadas por Baja California, un poco más de la mitad (53.2%) se dedicaban al hogar; 6.5% a estudiar, mientras que 34.4% realizaba actividades laborales remuneradas y las desempleadas constituyeron 5.4%.

Cuadro 4. aCtividadEs laBoralEs En El lugar dE origEn sEgún CondiCión dE Estado Civil.

Fuente: Encuesta a la mujer migrante deportada por Baja California. Albergue Juvenil del Desierto, Centro de Apoyo al Trabajador Migrante, Centro de Derechos Humanos y

Educación Cívica y Casa Madre Assunta, B.C.1999-2000.

estado civil casadas o

unión libRe

divoRciadas

sepaRadas o viudassolteRas

ocupación % % %

Amas de casa 53.2 13.9 17.1

Estudiante 6.5 0 14.5

Desempleadas 5.4 0 10.5

Actividades laborales 34.4 80.6 54.6

Renumeradas

No contestaron .5 5.5 2.0

Ninguna actividad 0.0 0.0 1.3

Total 100 100 100

Esta situación se invierte en el caso de las mujeres solteras, pues mientras que 17.1% se dedicaban a ser amas de casa, 14.5% estudiante, 10.5% desempleadas, más de la mitad (54.6%) se dedicaron a alguna actividad de caracter laboral.

Los datos anteriores también nos pueden sugerir que todabía sigue prevaleciendo, de manera considerable, el rol tradicional de la mujer mexicana casada al no incursionar en el mercado laboral.

sobre la relación actividad laboral y situación de alfabetismo, se tiene que el mayor porcentaje de analfabe-tismo se presentó en las mujeres que manifestaron dedicarse a las actividades del hogar con 8.3%; le

siguen las mujeres empleadas en actividades de preparación de alimentos y cocina con 5.8%; luego las obreras de la industria con 4.1%; finalmente las mujeres desempleadas con 3.7%. En las demás actividades prácticamente el analfabetismo no existe. Aunque cabe aclarar que el promedio de mujeres analfabetas es sumamente bajo, alrededor de 5%.

Las anteriores características nos permiten tener un perfil cercano del segmento de las mujeres que migran hacia Estados Unidos, en este caso, las que habiendo intentado internarse en el vecino país, fueron detenidas y devueltas o deportadas por las garitas de Baja California.

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10Semillero

enero-marzo de 2001

Dependientes económicos e hijossobre aspectos que apenas se exploran en los análisis sobre mujeres migrantes, como son los temas de los dependientes económicos e hijos, encontramos que más de la mitad (56.5%) de las mujeres encuestadas, manifestaron tenerlos en sus lugares de origen o en Estados Unidos, ya sean éstos hijos u otros parientes.

Lo anterior es indicativo de que considerable porcentaje de mujeres tiene una responsabilidad familiar muy grande y que de alguna forma la asumen y la enfrentan con la decisión de migrar.

Los datos anteriores también coinciden con el porcentaje de mujeres que manifestaron tener hijos. En este caso 6 de cada 10 contestó afirmativamente; mientras que 4 de cada 10 no tienen hijos. El promedio de hijos de las mujeres que afirmaron tenerlos, llegó a 2.7 hijos por mujer, que es más alto respecto al registrado en el censo de población de 1990.

Cuando hacemos el cruce entre las que dicen tener dependientes económicos y al mismo tiempo las que tienen hijos, resulta que 88.4% de las mujeres que tiene dependientes económicos, correspondió precisamente a aquéllas que tienen hijos, el restante 11.6% a otros parientes que pueden ser padres, hermanos, etcétera (ver cuadro 5).

De las mujeres que manifestaron tener hijos, más de 70.7% tienen hijos menores de 5 años y el resto 29.3% tienen hijos mayores a esa edad.

Una de las cuestiones sumamente preocupantes para las mujeres que emigran resulta ser con quién deja a los hijos para su cuidado. Al respecto, se tiene que en primer lugar son los familiares que se encuentran en el lugar de origen los que se quedaron al cargo, principalmente las madres o abuelas. A este grupo le correspondió 45.3%; en segundo lugar, 17.3% respondió que los hijos se quedaron

Sí 88.4 11.6 0 100.0

No 16.1 82.5 1.4 100.0

No contestó 66.7 16.7 16.7 100.0

Total 60.9 38.3 8 100.0

Fuente: Encuesta a la mujer migrante deportada por Baja California. Albergue Ju-

venil del Desierto, Centro de Apoyo al Trabajador Migrante, Centro de Derechos

Humanos y Educación Cívica y Casa Madre Assunta, B.C.,1999-2000.

Cuadro 5. dEpEndiEntEs EConómiCos sEgún Cantidad dE hijos

tiene dependientes

económicos sí no nc total tiene hijos

con otras personas; en tercero, 11.6% indicó que los hijos se quedaron con el esposo que vive en Estados Unidos, lo cual indica que ya hay familiares en el otro lado; en cuarto lugar los hijos cruzaron con ella (10.8%), lo cual presupone que también recorrieron todo el trayecto de viaje de la mujer migrante; el quinto lugar lo ocupan los familiares, pero en este caso, en la ciudad de cruce migratorio (4.7%).

solamente 3.9% de las mujeres manifestó que los hijos ya están casados o son mayores de edad que se pueden valer por sí mismos.

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11ENERO-MARZO DE 2001Semillero

California constituyen una población que se concentra en edades productivas y reproductivas, tengan o no compromisos de pareja, lo cual se manifiesta en el alto porcentaje de población con antecedentes laborales y con una escolaridad mayor que la de la población que permanece en sus lugares de origen, lo que puede facilitarles el acceso al trabajo. también es una población joven que tiene la fuerza e inquietud suficiente como para buscar los medios que le permitan satisfacer sus necesidades elementales o acceder a una mejor posición social.

El hecho de que un porcentaje mayoritario tenga dependientes económicos explica en cierta forma la enorme necesidad de buscar mejores horizontes y si a esto le sumamos las pocas posibilidades de mejorar sus condiciones de vida en su país, entonces entenderemos por qué estas mujeres valientes se aventuran a emigrar hacia Estados Unidos, a veces exponiendo la vida en el trayecto.

Consideraciones finalesComo lo expresamos al principio de este artículo, este tipo de trabajos pretenden ser una contribución desde las ong a la discusión que existe sobre los fenómenos migratorios. Ahí, donde se manifiesta un vacío de información es posible que las organizaciones civiles que se encuentran desarrollando actividades de difusión, asistencia y defensa de los derechos humanos de los trabajadores migrantes indocumentados puedan incursionar en la documentación, sistematización de experiencias y datos que permitan un mejor entendimiento del problema.14

Como pudimos constatar, los datos sobre el pequeño segmento de las mujeres migrantes deportadas, nos dan mayor luz sobre la problemática por la que pasa el universo de mujeres migrantes que van hacia Estados Unidos. La información obtenida, constata que hay una serie de características que se asemejan a las de los varones migrantes, pero que existen especificidades que sólo en el sexo femenino se pueden dar.

En resumen, los datos son indicativos de que las mujeres migrantes deportadas por las garitas de Baja 14Como ejemplo podemos mencionar el trabajo: Informe sobre Migra-

ción: México entre sus dos Fronteras. senado de la República, México, D.F.,1999.

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12Semillero

enero-marzo de 200112Semillero

ENERO-MARZO DE 200112Semillero

ENERO-MARZO DE 2001

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13ENERO-MARZO DE 2001Semillero

Federalismo y administración

de justicia Marina del Pilar Olmeda García*

Elizabeth Rosas Robles*

*Catedráticas de la Facultad de Derecho-uabc, Mexicali.

He visto imputar los males del Estado a una infinidad de causas diversas, pero nunca a la libertad comunal. He oído a los ciudadanos atribuir la grandeza o la

prosperidad de su patria a una multitud de razones; pero los he oído a todos poner en primera línea y clasificar a la cabeza de todas las otras ventajas la libertad provincial. ¿Creeré acaso que hombres naturalmente tan divididos que no se ponen de acuerdo ni sobre las doctrinas religiosas, ni sobre las teorías políticas, coinciden sobre un solo

hecho, el que pueden juzgar mejor, puesto que tiene lugar todos los días ante sus ojos, y que ese hecho sea erróneo?

Alexis De Tocqueville .

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La idea federal ha sido una fuerza que atraviesa la historia de México: penetra, se difunde, se transforma constantemente en nuestro devenir. Cuando examinamos el régimen federal, tenemos forzosamente que convenir que hacia él parecen dirigirse todos los caminos de nuestro destino.

Los precedentes más lejanos del federalismo mexicano, según algunos autores, se encuentran en la vieja organización política prehispánica; esta tesis reposa en la afirmación de que los pueblos del Anáhuac tuvieron pactadas diversas alianzas a la manera de un organismo federal. Recuérdese a este respecto las uniones de Tenochtitlán-Texcoco-Tlacopan o Tlaxcala-Cholula-Huejotzingo, en torno a las cuales se agruparon diversos señoríos

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Antecedentes y fuerza del federalismo en MéxicoEs aceptado que el examen de la forma del Estado mexicano parte de la distinción entre la estructura definida en la Constitución y el significado que históricamente produce la idea federalista en la sociedad mexicana. Su estudio incluye las tres entidades que integran el estado federal: su composición, la distribución de competencia que define su dinámica normativa y las relaciones que guardan entre sí.

El federalismo se caracteriza como un sistema en el que se reconoce a sus partes, las entidades federativas, como entes integrados en una federación.

Puede afirmarse que si algo fue analizado y aceptado con todas sus implicaciones desde que fue creada la primera Constitución en 1824 “al establecerse México como nación independiente” lo constituyó el federalismo, uno de los caracteres estructurales de la forma de gobierno en nuestro país.

La idea federal ha sido una fuerza que atraviesa la historia de México: penetra, se difunde, se transforma constantemente en nuestro devenir. Cuando exami-namos el régimen federal, tenemos forzosamente que convenir que hacia él parecen dirigirse todos los caminos de nuestro destino (Fix, Zamudio H. 1999).

Los precedentes más lejanos del federalismo mexicano, según algunos autores, se encuentran en la vieja organización política prehispánica; esta tesis reposa en la afirmación de que los pueblos del Anáhuac tuvieron pactadas diversas alianzas a la manera de un organismo federal. Recuérdese a este respecto las uniones de Tenochtitlán-Texcoco-Tlacopan o Tlaxcala-Cholula-Huejotzingo, en torno a las cuales se agruparon diversos señoríos (Lee, Benson N. 1955).

En los últimos años del régimen colonial español y en los albores de la independencia, encontramos ciertos hechos que habrían de influir notablemente para la instauración de la forma federal: a) el sistema francés de intendencias, complementado por las llamadas provincias internas; b) la influencia de los ayuntamientos, que en la independencia cierran filas en contra de la invasión napoleónica, y que reclamaron autonomía y encabezaron los primeros movimientos libertadores; c) la creación de las diputaciones provinciales, con base en las intendencias por la Constitución de Cádiz de 1812 (Fix, Zamudio H. 1999).

Evidentemente no puede ignorarse que en México, la forma de gobierno recibió una gran influencia de las instituciones constitucionales estadounidenses, y que no sólo gozaban de un enorme prestigio entre distinguidos constituyentes de 1824, sino que eran promovidos por los propios políticos (Gaxiola, Jorge F. 1952). Sin em-bargo, debe reconocerse que el federalismo mexicano tiene otros precedentes más lejanos, según el deseo soberano de iniciar una vida nacional con base en la libre determinación –pese a la lucha encarnizada que ello suscitó– por encontrar la mejor forma de gobierno y organización y que después de muchos esfuerzos, se haya decidido por el federalismo.

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Reconocido por la historia, el federalismo en México no surgió de los hechos, ni fue un producto natural en el que se integraron varias entidades independientes; sino al contrario, al consumarse el movimiento revolucionario de independencia en 1821, se formó un estado unitario centralizado que decide adoptarse por mandato constitucional.

Así, desde la Constitución de 1824 se establecieron y aún hoy siguen vigentes en México los principios del federalismo.

Federalismo y administración de justiciaEn efecto, el sistema de los dos órdenes coexistentes en un mismo territorio, cada cual con sus propias atribuciones, pero separados e independientes, se estableció desde que nos convertimos en un país independiente constitucionalmente. En la norma, se mantienen los principios constitucionales; en los hechos –en materia de administración de justicia particular-mente–, se han convertido en una falacia.

El juicio de garantías para proteger los derechos fundamentales del gobernado, se crea sin el interés de desplazar a los jueces locales. Sin embargo, desde 1857, al establecerse la garantía de legalidad, que en su momento fue combatida por Vallarta y Rabasa, adquiere más autoridad en perjuicio de la competencia jurisdiccional de las entidades federativas.

En el presente, nuestra carta magna determina en los artículos 40 y 41 la naturaleza jurídica de nuestro sistema federal. Estos preceptos delimitan la forma de organización política social y las respectivas competencias que corresponden a los integrantes como parte y, a la federación, como el todo. Así, el artículo 40 constitucional establece “es voluntad del pueblo mexicano, constituirse en una República, representativa, democrática y federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.

En el esquema constitucional están distribuidas claramente las competencias entre el orden federal y las entidades locales, sólo bajo estos principios se garantiza y se hace posible el federalismo judicial.

Sin embargo, existe la confusión –ratificada diaria-mente en las resoluciones jurisdiccionales–, de que la jurisdicción constitucional y la federal son una sola, y por ello, la jurisdicción local debe estar sujeta a la primera.

En particular el artículo 107 constitucional consagra una terrible centralización de la justicia en el poder judicial federal. Por ello, en estos momentos de renovación, democracia, pluralismo y marcos parti-cipativos incluyentes, debe repensarse la estructura del poder judicial, mediante una reforma a este artículo y a la legislación de amparo en lo referente para disminuir las atribuciones del poder judicial de la federación en beneficio de los poderes judiciales locales.

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Esta labor intenta proponer un cambio en el paradigma de la administración de justicia en las entidades federativas, de la subordinación de la justicia local a la justicia federal, situación que es contraria y está por encima de las declaraciones constitucionales vigentes, en el sentido de que la justicia local asuma la capacidad no únicamente de hacer, sino también de interpretar y aplicar en forma definitiva su propio derecho.

Con esto no se menoscaba el juicio de amparo, sino que se fortalece al reconocer que el Derecho local, su interpretación y su aplicación, adquiere la importancia, categoría y fuerza que se le ha quitado, pero que se puede recuperar si retomamos el sentido pleno del significado del federalismo en México.

Es necesario rescatar el sentido original del amparo, que fue concebido por grandes pensadores como una institución promotora del equilibrio y de la seguridad social y como la más noble y generosa de las instituciones jurídicas.

Los excesos nacidos de la práctica del amparo tienen a la justicia de las entidades federativas, sometidas a la administración de la justicia federal.

Hace más de 100 años, un gran jurista como lo fue Vallarta, denunció los riesgos de la garantía de legalidad y se opuso a lo que él vislumbraba en el futuro de la justicia local, en el sentido de convertir a los jueces federales en superiores jerárquicos de los jueces y magistrados de los estados.

Por ello es evidente que necesitamos una reforma profunda, ya que no existe duda alguna de que es a través del amparo como se centraliza la justicia en México.

ConclusionesPrimera: Es impostergable que se revise en este proyecto de reforma a que hemos sido convocados, lo que está pasando con la centralización en la administración de justicia para lograr una renovación del pacto federal, que actualice al federalismo y establezca una correcta distribución de competencias entre las dos jurisdicciones: la federal y la local.

Segunda: Es innegable que el poder judicial de la federación monopoliza prácticamente la resolución judicial en cuestiones de legalidad y constitucionalidad; los estados a través del poder judicial sólo tramitan la primera instancia y la apelación, mientras que al poder judicial federal le corresponde el amparo casasional y el amparo de legalidad en resoluciones intermedias, lo que origina que los estados sólo resuelvan provisionalmente sus conflictos judiciales; los de la última palabra, las órdenes judiciales definitivas sólo corresponden a los juzgadores federales.

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Tercera: Por tanto, la reforma que se propone, es que el artículo 107 constitucional delimite explícitamente la competencia de los tribunales federales en materia de amparo, sólo para que resuelvan sus propios conflictos, es decir, debe limitarse la competencia de los tribunales colegiados de circuito para resolver el litigio de amparo en asuntos federales, para que sean tribunales estatales, los que en cada entidad federativa sustituyan a los tribunales colegiados en la misma competencia que ahora tienen sobre la justicia local.

Cuarta: Sonora, como estado de vanguardia en esta materia, tiene la estructura que se necesita para desterrar el centralismo judicial: jueces de primera instancia; tribunales regionales de circuito que pueden tener la competencia total de la apelación, y el supremo tribunal de justicia, como tribunal de amparo cuando se reclamen actos emanados de un juicio.

Quinta: Es necesario en estos momentos de pluralismo, de democracia y de cambio, repensar toda la estructura judicial, reformando el artículo 107 constitucional y empezar a cuestionar y contestar estas y otras preguntas:

¿Cómo podemos lograr una justicia local de calidad?

¿Cómo podemos lograr que la justicia local no esté subordinada a la justicia federal?

¿Subsisten las mismas condiciones sociales, políticas y económicas de hace más de 100 años que dieron origen al amparo directo?

¿Es mejor la justicia federal que la local?¿Tienen las dos jurisdicciones capacidad de resolver

en forma definitiva sus conflictos jurisdiccionales?¿Debemos seguir confundiendo jurisdicciones

consti-tucionales, locales y federales?

BibliografíaCALZADA Padrón Feliciano, Derecho constitucional, Harla,

México,1990, p. 207.CONSTITUCIÓN Política de los Estados Unidos Mexicanos.DE TOCQUEVILLE Alexis, La democracia en América, Fondo de

cultura económica, México, 1957, p. 105.FIX Zamudio Héctor, Derecho constitucional mexicano y comparado,

Porrúa, México,1999, p. 925.LEE Benson, La diputación provincial y el federalismo mexicano,

Colegio de México, México,1955, p. 9 y ss.LEY de Amparo. SÁNCHEZ Bringas Enrique, Derecho constitucional, Porrúa,

México,1997, p. 313.VALLARTA Ignacio, El juicio de amparo y el Writ of Heabes Corpus,

Imprenta de J.J. Terrazas, México, 1896, p. 114.

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Alma Rosa Ramos*

Una muerte digna:

La eUTanasia,bien jurídico tutelado

*Licenciada en derecho por la uabc. Actualmente se encuentra cursando la maestría en asuntos internacionales en la misma institución.

Al hablar de la eutanasia abordamos un tema muy amplio, polémico y controversial, pues en torno a su instrumentalización han surgido todo tipo de restricciones, tabúes y prohibiciones reli-giosas y sociales. A pesar de que en determinadas situaciones existen razones sólidas para aceptar de forma abierta la necesidad inminente de legalizar su práctica, no por ello debe provocar la discrepancia y la polémica que hemos vivido en años anteriores, como ha ocurrido en los casos del aborto, el divorcio, la contracepción, la fertilización in vitro y la clonación.

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1Juan Pablo II, “La eutanasia y el suicidio asistido”, discurso a la Ac-ademia Pontificia para la vida, Roma, 27 de febrero de 1999, http://edunet.es/arvo/Etica/Eutanasiajpl.htm.

Para entender la posición que asume el ser humano ante un hecho irremediable como la muerte, basta analizar el miedo que todo hombre siente por lo desconocido y su rechazo instintivo a él, lo que dificulta cualquier análisis racional sobre el tema.

El hombre es el único ser que tiene conciencia –además de su vida–, de su muerte; por lo que se ha esfor-zado en suavizar el momento de su desaparición. Es razón justificada para que también, conscientemente, elija la manera menos dolorosa y traumática para llegar a su fin.

Por ello nos preguntamos que, si con los grandes avan-ces médicos que la ciencia ha logrado, se está prote- gien-do la vida o se está alargando inútilmente la agonía.

Significados diversos de la eutanasiaSegún su etimología, eutanasia significa muerte dulce o sin sufrimiento físico, del griego eu =bueno, thanatos= muerte, buena muerte. Con el paso del tiempo el “morir bien” ha recibido diversos significados:

1. En la historia griega, Hipócrates (460-377 a. C.) en su juramento (ver cuadro 1) afirmó que no dará medica-mento mortal por más que se lo soliciten:

“se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo”.2. Dentro de los estoicos (300 a 50 a.C.), séneca

señaló: “Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sen-tido y con sufrimiento”. Mientras que Epíctecto predicó la muerte como una afirmación de la libre volun-tad.

3. En el mundo grecorromano, eutanasia significaba el morir bien, sin dolor, sin tener en cuenta la ayuda al morir. Cicerón (106-43 d.C.) fue quien le dio el significado a la palabra como “muerte digna, honesta y gloriosa”.

4. Entre los romanos la práctica fue múltiple: muerte sin dolor por miedo a afrontar conscientemente el sufrimiento y la propia destrucción.

Pero este término ha continuado evolucionando y en la actualidad se le entiende como el fallecimiento provocado voluntariamente a una persona que sufre dolo-res por una enfermedad terminal, o a quien se encuentra en estado vegetativo y que no queda esperanza alguna de vida, convirtiéndose de esta manera en una carga pesada, tanto para sí misma como para su familia, en el aspecto espiritual, psicológico y económico.

Aún cuando el término ha evolucionado de esta mane-ra, en su historia encontramos diferentes corrientes del pensa-miento acerca de su aceptación o no, como las siguientes:

Para el jusnaturalismo existe la obligación por razón divina de respetar la vida en toda circunstancia. En cuan-do a la teoría utilitarista de los derechos, la eutanasia es una opción práctica, puesto que la vida se muestra como una existencia marcada por el dolor y sin posibilidad de felicidad; así, es buena porque nos evita el sufrimiento, disminuye los daños a la sociedad y elimina la carga que representa para su familia un enfermo incur-able en la etapa terminal.

Juan Pablo II, en su encíclica El evangelio de la vida, se refirió a la eutanasia como “adueñarse de la muerte”, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin “dul-cemente” a la propia vida o a la de otro. Y se considera esto como una “cultura de la muerte” que se ve en las sociedades de bienestar, caracterizada por una mentalidad eficientista que va en contra de los ancianos y los más débiles, a quienes se ve como algo gravoso e insoportable, aislada por la familia y la sociedad, según la cual una vida inhábil no tiene ya valor alguno.1

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cuadRo 1.

Juramento de Hipócrates

Juro por Apolo médico y por Asciepio y por Higía y por Panacea y todos los dioses y diosas, poniéndoles por testigos, que cumpliré, según mi capacidad y mi criterio, este juramento y declaración escrita:

TrATAré al que me haya enseñado este arte como a mis progenitores, y compartiré mi vida con él, y le haré partícipe, si me lo pide, y de todo cuanto le fuere necesario, y consideraré a sus descendientes como a hermanos varones, y les enseñaré este arte, si desean aprenderlo, sin remuneración ni con-trato.

Y hAré partícipes de los preceptos y de las lecciones orales y de todo otro medio de aprendizaje no sólo a mis hijos, sino también a quienes me hayan enseñado y a los discípulos inscritos y ligados por juramento según la norma médica, pero a nadie más.

Y me serviré, según mi capacidad y mi criterio, del régimen que tienda al beneficio de los enfer-mos, pero me abstendré de cuanto lleve consigo perjuicio o afán de dañar.

Y no dAré ninguna droga letal a nadie, aun-que me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y sanamente.

Y no cAsTrAré ni siquiera (por tallar) a los calculosos, antes bien, dejaré esta actividad a los artesanos de ella.

Y cAdA vez que entre en un caso, no lo haré sino para bien de los enfermos, absteniéndome de mala acción o corrupción voluntaria, pero especialmente de trato erótico con cuerpos femeninos o masculinos, libres o serviles.

Y si en mi prácTicA médica, o aun fuera de ella, viviese u oyere, con respeto a la vida de otros hombres, algo que jamás deba ser reve-lado al exterior, me callaré considerando como secreto todo lo de este tipo. Así pues, si observo este juramento sin quebrantarlo, séame dado gozar de mi vida y de mi arte y ser honrado para siempre entre los hombres; mas si lo quebranto y cometo perjurio, sucédame lo contrario.

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En Utopía, tomás Moro expone el concepto médico y moral de la eutanasia:

[...] cuando a estos males incurables se añaden sufrimientos, los magistrados y sacerdotes, se presentan al paciente para exhortarle, tratan de hacerle ver que está ya privado de sus bienes y funciones vitales [...] y puesto que la vida es un puro tormento, no debe dudar en aceptar la muerte, no cabe duda en liberarse a sí mismo o permitir que otros le liberen [...] esto es, la muerte no le apartará de las dulzu-ras de vida sino del suplicio y se realiza una obra piadosa y santa [...] este tipo de muerte se considera algo honorable.

Aquí se ve una atención esmerada para los pacientes de una enfermedad intolerable, por lo que legitima la eutana- sia voluntaria, además de tomar en cuenta los derechos de las personas, como son la responsabilidad moral y la libertad, los sacerdotes son intérpretes de la divinidad.

Por su parte, Hume criticó la posición de los mor-alis-tas en cuanto al suicidio y a la eutanasia, de esta forma:

[...] nuestro horror a la muerte es tan grande que cuando ésta se presenta bajo cualquier forma distinta de la que un hombre se había esforzado en conciliar con su imaginación, adquiere nuevos aspectos aterradores y resulta abrumadora para sus pocas fuerzas. Y cuando las amenazas de la superstición se añaden a esta natural timidez, no es extraño que consiga privar a los hombres de todo poder sobre sus vidas [...] si disponer de la vida humana fuera algo reservado exclu-sivamente al todopoderoso, y fuese un infringimiento del derecho divino el que los hombres dispusieran de sus propias vidas, tan criminal sería el que un hombre actuara para conservar la vida, como el que decidiera destruirla [...] Quien se retira de la vida no le produce daño a la sociedad, a lo sumo deja de producirle un bien.

Más allá de su significado y su evolución, nos interesa conocer la realidad en torno a la eutanasia, cuya práctica es más frecuente que lo que reportan las estadísticas. La Asociación Estadounidense de Hospita-les informa que alrededor de 70% de las muertes en los nosocomios, se presentan después de que se ha tomado la decisión de suspender el tratamiento para mantener con vida a los enfermos. Otros pacientes fallecen cuando la medicación que están tomando para calmar el dolor, disminuye, y luego detienen la respiración. Los médicos dicen que con frecuencia dan de alta a pacientes de un hospital con el entendimiento implícito de que los están enviando a casa a que mueran cerca de sus familia-res y seres queridos.

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La eutanasia a través de la historiaLa eutanasia es un fenómeno que siempre hemos encontrado a lo largo de la historia del hombre, desde los griegos –con Hipócrates y Platón–, hasta nuestros días, sin poder ignorar a grandes personalidades de la historia que marcaron y dieron rumbo a la humanidad, entre ellos Napoleón, quien en 1779 pidió a su médico militar aplicar la eutanasia a soldados infectados con enfermedades contagiosas para evitar su propagación. Otro ejemplo es Adolfo Hitler, quien en octubre de 1939 estableció la eutanasia eugenésica; derivado de ello más de 80 000 enfermos mentales de Alemania y Austria fueron ejecutados en cámaras de gas entre 1940 y 1941.

Para tener una idea más clara de la importancia y los alcances que la eutanasia ha logrado, se enlista su trayectoria cronológicamente.

•1938. Se funda la Sociedad de Eutanasia de América (Eutanasia society of America, esa) con la finalidad de legalizar el suicidio asistido para los enfermos terminales. A través de esa se conocieron las atrocidades de los nazis.

•1940-1945. Hitler, después de la matanza eugénica de casi tres millones de alemanes arios considerados “defectuosos”, procedió a la elimi-nación de las razas “defectuosas” y destruyó unaraza completa de gitanos, seis millones de

judíos, y quizá a todos los polacos, rusos y otros europeos que fueron capturados.

•1967. Nace el Eutanasia Educational Fund (eef). Por medio de testamentos vivos se realiza un esfuerzo para que la educación pública considere a la eutanasia como una opción aceptable.

•1970. Durante esta década surgen sociedades tanto a favor de la eutanasia como en contra; pero la característica general de éstas es que la ven con más res-peto y de una forma más abierta. Esto a causa de algunos

casos que cautivaron la atención mundial como el de Karen Ann Quinlan de 21 años, quien sufrió un colapso por ingerir una sobredosis de drogas mezcladas con alcohol que le provocó estado de coma el 15 de abril de 1975. Fue man-tenida en vida durante muchos meses mediante un aparato respirador y alimentada intravenosamente; al no ver espe-ranza de recuperación, sus padres solicitaron al hospital que retirara el respirador, a lo que los médicos se negaron. Los padres acudieron ante un juez de la Corte superior de Nueva Jersey, quien también negó la solicitud; ante ello se pre-sentó la apelación y la Corte suprema de Nueva Jersey por unanimidad resolvió, el 1 de abril de 1976, quitar el respirador. sin embargo, Karen

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continuó respirando por su cuenta sin salir de su estado de coma y fue hasta 1986, cuando dejó de existir.

Algunas de las sociedades más grandes en el ámbito internacional fundadas en esta década, son: la society for Right to Die (La sociedad por el Derecho a Morir); la Eutanasia Educational Council; la Concern for the Dying y la Hemlock society.

•1981. Holanda legaliza la eutanasia a partir de una decisión del Colegio Criminal de Rotterdam. Los médicos holandeses comenzaron a interrumpir el agua y los ali-mentos a pacientes con enfermedades terminales, pero al ver la lentitud con que éstos morían, decidieron cambiar este método por la aplicación de inyecciones letales.

•1986. Datos relaciones con este tema, aunque no son del todo precisos, pero sí aceptables, indican que médicos holandeses mataron entre 5 000 y 20 000 per- sonas de un total de 120 000 muertes ocurridas este año.

•1990. El “doctor muerte”, como se conoce al doctor Jack Kevorkian, presentó sus inventos para ayudar a morir a los enfermos terminales con la utilización de dos métodos: una máscara de gas conectada a una botella de monóxido de carbono; y, un mecanismo de autoinyección de una droga mortal.

Durante esa década se realiza juicio contra el doctor Kevorkian por la comercialización de una máquina que ayudaba a personas a morir sin dolor. Al no encon- trarse dolo de homicidio, fue absuelto. Luego Kevorkian ayuda a 12 personas más a terminar con su vida.

•1991. Durante 18 semanas consecutivas el libro Final Exit (La salida final) de Derek Humphry, permanece en primer lugar en la lista de best sellers del periódico The New York Times.

Jack Kevorkian ayuda a dos personas más a terminar con su vida. La Junta Médica de California anuló su licen-cia como patólogo.

En Inglaterra, Bob Dent de 66 años, un paciente de una enfermedad terminal (cáncer) escribe: “si usted difiere con la eutanasia voluntaria, entonces no la use, pero por favor no me niegue el derecho”. En presencia de su esposa y un doctor, inició el proceso con una inyección mortal de droga.

•1992. En el estado de California, los votantes recha-zan la Proposición 161, que consistía en una propuesta para legalizar el derecho a morir con asistencia de un médico.

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Jack Kevorkian ayuda a cinco personas más a terminar con su vida.

•1993. Muestra el Harris Poll2 que 73% de los estadounidenses están a favor de la legalización a morir con asistencia médica.

Los Países Bajos se constituyen en las primeras nacio-nes industrializadas en autorizar oficialmente la eutanasia.

•1994. En el estado de Óregon, el 8 de noviembre, se aprobó por referendum popular una Ley para una muerte digna que admitía la eutanasia activa o voluntaria para quien se le diagnosticara menos de seis meses de vida.

•1995. En el territorio del norte australiano, el Acta relativa a los derechos de los enfermos terminales de junio de 1995 admitió la eutanasia activa y voluntaria o la ayuda al suicidio de adultos que sufran una enfermedad terminal altamente dolorosa, pero fue derogada el 27 de marzo de 1997 por el parlamento europeo.3

Un estudio realizado en Holanda arrojó que durante este año recurrieron a la eutanasia cerca de 3 600 perso-nas. El 80% de los casos de eutanasia o suicidio asistido, fue de enfermos terminales de cáncer.

•1996. Australia, territorios del norte. Primera eutanasia legal en el mundo por computadora.

Canadá: “La persona es responsable de su propia salud y puede rehusar todo tratamiento si está informada”. El doctor Kevorkian ayuda a su paciente número 45 a terminar con su vida.

•1997. En Argentina surge en octubre un proyecto de ley que permite a enfermos terminales elegir una muerte digna.

La suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos decidió, en forma unánime, que los enfermos terminales no tienen un derecho constitucional a recibir ayuda de un médico para cometer suicidio.

Janet Adkins, enferma de Alzheimer, es ayudada a ter-minar con su vida con la autoinyección letal, por el doctor Kevorkian.

En este mismo año, otro caso que conmocionó a la sociedad fue el de Nancy Beth Cruzan, joven de 25 años, quien permaneció durante ocho años en estado vegetativo hasta que la Corte suprema autorizó la interrupción de la administración de agua y alimentos.

2El Harris Poll es una de las encuestas de opinión más importan-tes en Estados Unidos.3M. G. Morelli, La eutanasia (http://catnoc-church.org/lussia-ive/apologetica/vvidaeut.htm)

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Murió después de 12 días de retirada la sonda que la alimentaba; lo cuestionable aquí fue –debido a que se con-sideraba como tratamiento desproporcionado o extraordi-nario a la provisión de nutrientes en una situación de extrema complejidad–, que este caso no esta-ba dentro de esa condición.

La muestra del Roper Poll arrojó que 63% de los esta-dounidenses están a favor de la legalización del derecho a morir con la asistencia de un médico.

Como hemos podido apreciar, la aplicación de la eutanasia a través de la historia ha ido ganando terreno. La sociedad por medio de organizaciones que luchan contra la eutanasia o a favor de su aplicación, ha tomado el control y de alguna forma ha obligado al Estado a que intervenga para su legalización. Actualmente son pocos los países que tienen contemplada dentro de su legislación a la eutanasia, ya sea como un acto legal o como un acto ilegal. Este aspecto lo revisaremos más adelante, antes abundaremos en los tipos de eutanasia y su clasificación.

Clasificaciones de eutanasiaa) Su finalidad:

•Eugénica. Por razones de “higiene racial” libera a la sociedad de una carga al eliminar a los enfermos (como se hizo en los años de 1939 a 1946 por el programa alemán de eutanasia que eliminó ancianos, enfermos mentales, niños discapacitados y todo aquel que era considerado “defectuoso”).

•Piadosa. se aplica a pacientes de una enfermedad terminal con el objetivo de dar fin a los sus dolores y sufrimientos. b) sus medios:

•Positiva. Es aquélla en la que un tercero de manera directa y positiva actúa sobre el paciente provocándole la muerte.

•Negativa. Un tercero omite o deja de hacer algo que le permite proseguir con vida al paciente.c) sus intenciones:

•Directa. Cuando en un tercero existe la intención de provocar la muerte del paciente de una manera directa.

•Indirecta. Es la muerte causada de forma no intencional a consecuencias de los efectos secundarios de un tratamiento paliativo del dolor.d) su voluntariedad:

•Voluntaria. Es la solicitud que se hace de forma oral o escrita por el paciente.

•Involuntaria. Es la que se aplica sin el consentimiento del paciente.

Tipos de eutanasiaEs importante aclarar que el término eutanasia no tiene contenido monolítico; por el contrario, existen en el ámbi-to internacional dos vertientes aceptadas: la pasiva y la ac-tiva y que, si bien, la intención es la misma, la diferencia está en la manera en que se aplica.

La eutanasia pasiva se basa en la decisión de omitir aquellos medios mecánicos que mantienen con vida artificial a un paciente; asimismo, suspender tratamientos sofisticados, uso de drogas experimentales y algunas otras conocidas pero sólo con la finalidad de alargar inútilmente el tiempo de vida del paciente.

Dentro de este mismo tipo se encuentra la eutanasia pasiva indirecta, reconocida también como la doctrina del doble efecto, es decir, efectuar terapéuticas que tienen

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como efecto secundario la muerte; está vinculada a los cuidados paliativos. Un ejemplo de la eutanasia pasiva indirecta nos lleva a pensar en los analgésicos, que si bien se administran para aliviar dolores agudos, también abrevian la vida al paci-ente. Es moralmente lícito usar analgésicos, siempre y cuando el propósito principal del fármaco sea aliviar el dolor severo, pues cabe la posibilidad de que una persona administre una fuerte dosis de analgésicos de manera deliberada a su paciente y entonces estaríamos frente a otro tipo de eutanasia.

también en la eutanasia pasiva tene-mos la llamada eutanasia pasiva negativa, aquélla que por la omisión de hacer algo, el paciente pierde la vida, pues ese algo le permitía seguir viviendo. Aquí tenemos un tipo de eutanasia bastante controversial, pues se dice que no existe diferencia alguna en matar que en dejar morir ya que se con-sidera reprobable la idea de administrar algo que ayude a terminar con la vida, como es desconectar la sonda que suministra artifi-cialmente agua y alimentos a un paciente.

La diferencia es el estado en que se en-cuentra el paciente es decir, si estamos frente a alguien que está sufriendo los dolores insoportables de una enfermedad terminal o si este paciente se encuentra en estado de coma o estado vegetativo.

A su vez, dentro de la eutanasia pasiva en-contramos a la eutanasia pasiva voluntaria

Asimismo, en este tipo de testamento se encuentra una cláusula que permite la revocación.

En cuanto a la eutanasia pasiva involuntaria, ésta ocurre cuando el paciente no está en posibilidades de solicitar su aplicación, ya sea por el estado de inconsciencia, por la incapacidad (cuando hablamos de una persona quizá adulta pero deficiente mental) o por la edad (esto se refiere a los niños y a los ancianos). En estos casos –altamente polémicos– son los familiares, los médicos o un juez quienes toman la decisión.

Cuadro 2. tEstamEnto vital, propuEsto por la asoCiaCión por El dErECho a morir dignamEntE.

Testamento vital(Manifestación de

voluntad sobre el final de mi propia vida)

Yo...........con documento nacional de identidad número...........mayor de edad, con domicilio en ..........., en plenitud de mis facultades mentales, libremente y tras prolongada reflexión, DECLARO: Que, si llego a encontrarme en una situación en la que no pueda tomar decisiones sobre mi cuidado médico a consecuencia de mi deterioro físico y/o mental, por encontrarme en uno de los estados clínicos enumerados en el punto cuatro de este documento, y si dos médicos independientes coinciden en que mi estado es irrever-sible, mi voluntad inequívoca es la siguiente:

1. Que no se prolongue mi vida por medios artificiales, tales como técnicas de soporte vital, fluidos intravenosos, fármacos o alimentación artificial,

2. Que se suministren los fármacos necesarios para paliar al máximo mi malestar, sufrimiento psíquico y dolor físico causados por la enfermedad o por falta de fluidos o alimentación, aun en el caso de que puedan acortar mi vida.

3. Que, si me hallo en un estado particularmente deteriorado, se me administren los fármacos necesarios para acabar definitivamente, y de forma rápida e indolora, con los padecimientos expresados en el punto dos de este documento.

4. Los estados clínicos a los que hago mención más arriba son: daño cerebral severo e irreversible. Tumor maligno diseminado en fase avanzada. Enfermedad degenerativa del sistema nervioso y/o del sistema muscular en fase avanzada, con importante limitación de mi movilidad y falta de respuesta positiva al tratamiento específico si lo hubiere. Demencias preseniles, seniles o similares. Enfermedades o situaciones de gravedad comparable a las anteriores.

Otras: (específicar si se desea) ...........5. Designo como mi representante para que vigile el cumplimiento de las instruc-

ciones sobre el final de mi vida expresadas en este documento, y tome las decisiones necesarias para tal fin, a:

Nombre del representante: ........... Documento nacional de identidad número ...........

6. Manifiesto, asimismo, que libero a los médicos que me atiendan de toda responsabilidad civil y penal que pueda derivarse por llevar a cabo los términos de esta declaración.

7. Me reservo el derecho de revocar esta declaración en cualquier momento, en forma oral o escrita.

Fecha............................ Lugar .................................Firma............................ Testigos..............................

Asociación por el Derecho a Morir DignamenteApartado Postal 3134

08080, Barcelona, España

y la eutanasia pasiva involuntaria. La primera es aquélla en donde el paciente de forma oral o escrita solicita ese derecho.

Para la segunda forma existe el testamento vital (véase cuadro 2), que es un escrito en donde el paciente después de registrar todos sus generales, declara su vol-untad sobre el final de su propia vida, designa represen-tante para vigilar el cumplimiento de su voluntad, señala testigos, libera de toda responsabilidad civil o penal a los médicos que apliquen la eutanasia.

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La eutanasia activa es aquélla en que el paciente, o muchas veces el doctor que le asiste, toma medidas deliberadas para poner fin a la vida, y la más útil desde el punto de vista del paciente.

En la eutanasia activa tenemos la llamada eutana-sia directa, la cual ha generado la gran polémica por su aceptación o no. Aquí encontramos la intención manifiesta para terminar con la vida de un paciente, así como el método a utilizar para el mismo fin.

La mayor parte de las legislaciones aceptan la eutana-sia pasiva, pues se considera que el paciente muere de la enfermedad y no por la acción del hombre mismo; en la eutanasia activa la acción es el medio para llegar al fin.

tenemos la eutanasia activa voluntaria y la eutana-sia activa involuntaria. En cuanto a la primera, el punto controversial es la comparativa con el suicidio. En esta forma de eutanasia el paciente está solicitando se aplique lo que comúnmente se le llama suicidio asistido, en donde el médico juega un papel muy importante, puesto que son pocos los países que han legalizado al respecto.

En la eutanasia activa involuntaria, terminar con la vida del paciente no es decisión del mismo paciente, con frecuencia se hace sin su consentimiento y esto puede ser por causas diversas: la inconsciencia, el deterioro físico o mental del paciente, la edad o la incapacidad.

La sociedad ante la eutanasiaDespués de haber explicado brevemente las clasificaciones y los tipos de eutanasia que el mismo hombre ha creado para su comodidad y para suavizar el momento de la muerte, señalaremos algunas posiciones que ha tomado la sociedad a favor de la eutanasia, así como aquéllas en que está en contra.

El movimiento en pro de la eutanasia ha tomado fuerza en todo el orbe. Existen asociaciones que están luchando por legalizar el derecho que una persona –en circunstan-cias difíciles de muerte y dolor– tiene para elegir una muerte digna.

En Estados Unidos, hasta 1997 existían cuatro insti-tuciones que se dedicaban a fomentarla y practicarla. En total, hasta ese año había 32 en el ámbito internacional y unidas en federación mundial. No obstante, también en-contramos en todo el mundo asociaciones que luchan con-tra la eutanasia y defienden la vida. Veamos las posiciones que justifican la práctica de la eutanasia y las posiciones que no justifican su aplicación.

Posiciones que justifican la práctica de la eutanasiaEn cuanto a la aplicación de la eutanasia –expresamente la voluntaria positiva– encontramos que cuando una persona ha dejado de llevar una vida útil, es decir, ha dejado de ser productiva para la sociedad, ha perdido la posibilidad de estar con su familia sin causar dolor o sufrimiento por el estado en que se encuentra debido a una enfermedad terminal. Pero lo más dramático para el ser humano, es haber perdido su autonomía, su autosuficiencia; lo que hace de vital importancia escuchar al que sufre, al que está cansado de ser una carga.

Por lo tanto, es razonable que dicha persona esté justi-ficada por buscar terminar con esa vida de sufrimiento, ya sea por su propia cuenta o con ayuda de alguien más. Obligar a una persona a continuar soportan-do el sufrimiento de una enfermedad terminal, cuando ya no quiere vivir, y cuando el sufrimiento resulta inútil por no tener esperanza de recuperación alguna, es todavía más inhumano que permitir que la persona acabe con su propia vida.

Otra posición que justifica la aplicación de la eutanasia es en el momento en que una persona –al saberse sin esperanza alguna de recuperación y que la muerte de cualquier manera se aproxima y sufre dolores a causa de una enfermedad terminal–, elige el menor de los males, prefiere terminar con su vida que sufrir inútimente. Este aspecto es uno de los más importantes, desde nuestro punto de vista. se trata del deseo de continuar siendo digno, no sólo mientras se vive bien o con buena salud, sino en todo momento –aún en el de la muerte– ya que en determinadas condiciones, la imagen que se pro-yecta a los seres queridos y amigos puede ser humillante.

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Prolongar inútilmente la vida puede llegar al extremo de convertirnos en un caso clínico interesante o de experimentación, punto que nos remite al “ensañamiento terapéutico”, practicado actualmente con mucha frecuencia, lo que atenta contra la dignidad humana.

Aún existen muchos aspectos que pueden de alguna forma justificar la práctica de la eutanasia, sin embargo, los valores aquí mencionados, son los que de alguna manera han logrado transformar poco a poco la conciencia de la sociedad, y así tener la claridad de que algún día no muy lejano, pueda ser legalizada la eutanasia, dando a los individuos el derecho de morir dignamente.

Posiciones que no justificanla práctica de la eutanasiaUna razón de gran valor a esta negativa está dada en el orden religioso que sustenta la creencia de que si Dios nos da la vida, sólo él puede, decide y elige cómo quitárnosla. Al igual que no podemos decidir el comienzo de nuestra vida, tampoco podemos decidir el momento para terminar con ella.

Otro punto importante que va en contra de la prác-tica de la eutanasia, es que no siempre el paciente está consciente o en óptimas condiciones para tomar una determinación como ésa. El desgaste físico y mental que sufre una persona en la etapa terminal de la enfermedad, puede provocar cierta inestabilidad emocional, por lo que es común que sea la familia, un doctor o un juez quien decida, y lo más delicado es que muchas veces van de por medio otros intereses que bien pueden ser médicos (cuan-do se habla de trafico de órganos); económicos (cuando se recibirá por su muerte una herencia o un seguro de vida); o sociales (cuando se trata de ancianos o familiares que por su condición pasaron a ser una carga para la sociedad o la misma familia).

Otra razón contra la práctica de la eutanasia es el hecho de compararla con el aborto y la pena de muerte. En este sentido, el principio “La conservación de la vida por en-cima de cualquier circunstancia” no justifica esta práctica. se argumenta que tanto en el aborto como en la eutanasia se está terminando con una vida. La comparación con el aborto es que en éste se trata de dar muerte a un niño, a un incapaz, por lo que son los padres quienes toman la decisión.

En cuanto a la comparación con la pena de muerte, es porque al ejecutar al sentenciado se le anuncia la hora exacta de su muerte y esto es considerado inhumano y cruel.

Quizá se puede deducir que al admitir la eutanasia cor-remos el riesgo de aceptar de alguna manera un suicidio disfrazado; el paciente que sufre o que está inconforme con la condición de vida que debe afrontar, pudiera recur-rir a ésta aprovechando la falta de precisión en cuanto a los límites que acotan a la eutanasia; esto es, aún no están delimitadas las condiciones o situaciones en que el paci-ente debe encontrarse para entonces decidir si se aplica la eutanasia, sin que quede duda de que lo sea.

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Postura de la iglesia ante la eutanasia“La Iglesia, ciertamente, está en contra de la eutanasia activa, pero trabaja con decisión en favor de que la muerte sea vivida de un modo digno por el ser humano”. Éstas fueron las palabras que la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe externó sobre la eutanasia en un docu-mento publicado en 1993. En éste, la iglesia se sitúa en el centro de dos extremos: la eutanasia activa y el en-sañamiento terapéutico. En cuanto a la primera, considera que es la eliminación directa de una vida humana, y nadie puede disponer de ella puesto que es sagrada. Es sagrada porque es un don, un patrimonio intocable de la humani-dad. Por lo que se refiere al dolor o a morir con dolor, nos dice que la muerte por más que resulte inquietante y dolorosa, la fe y la esperanza permiten e impulsan a asumir la muerte como el supremo acto de nuestra libertad, por el cual se entrega la vida al señor, sabiendo que es la puerta para un modo de vida más pleno y cercano a la fuente de la vida, que es dios.

Respecto al segundo, la iglesia reconoce los avances que la medicina ha logrado y los beneficios que esto trae para la humanidad. Pero cuando se alarga una vida mantenién-dola de modo costoso tanto en lo económico como en el sufrimiento para el paciente y sus familiares, la iglesia pi-ensa que es irracional e indigno para el ser humano: “Igual como no debemos de disponer de la vida para quitárnosla, tampoco debemos apegarnos a ella a toda costa. Lo digno es esperar el momento de la muerte y aceptarla como se nos presente”.

Como podemos apreciar, este punto de vista ya no es tan rígido; sin embargo, ni en este tema ni en ningún otro, analiza y elimina los extremos del asunto, aquellos puntos en los que cae fácilmente el hombre por su natural corrupción.

La eutanasia desde el punto de vista moralPara abordar este tema debemos antes diferenciar lo moral de lo religioso; si bien es cierto que la moralidad lleva su antecedente en lo religioso, no debe haber confusión, pues esto nos llevaría a pensar que quien no es creyente es una persona inmoral.

Conducirse con moral vendría a ser, no que se esté usurpando el lugar de dios, sino lo que se debe hacer o dejar de hacer sin pensar expresamente en los intereses propios, sino en el dolor del semejante.

Cuando sabemos que un paciente está siendo víctima de un ensañamiento terapéutico, es decir, que está siendo obligado a continuar con la vida, aun bajo el conocimiento de los médicos de que su situación no tiene remedio, lo que se está logrando es prolongar la agonía, por lo que se está actuando de forma inmoral, independientemente de nuestras creencias.

La eutanasia desde el punto de vista médicoLa ciencia de la medicina ha logrado gigantescos avances tecnológicos, encaminados todos ellos a la con-servación y mejoramiento de la vida. Gracias a éstos, el hombre ha obtenido grandes conquistas e innumerables beneficios para la humanidad; sin embargo, el poder que ha adquirido pensando que puede derrotar a su eterna enemiga, la muerte, lo ha llevado a la incansable búsque-da por conservar la vida a cualquier costo, desafiando las leyes naturales.

El hombre ha tenido que soportar dolorosas consecuencias por esta actitud incontrolada y ha aprendi-do la lección: se ha visto en la necesidad de ceder ante las leyes naturales e incluso buscar métodos que le permitan ayudar de una forma no dolorosa a llegar a la inevitable desaparición.

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Criterios de muerteLa eutanasia, aunque ilegal todavía en casi todo el mundo, se practica con mucha más frecuencia de la que imagina-mos. Pero veamos los criterios de muerte que la medicina analiza para aplicar la eutanasia en el momento adecuado y de una manera responsable.

•Muerte cerebral: Es el cese irreversible de todas las funciones cerebrales incluyendo el tronco cerebral que regula la respiración y la circulación. En el presente caso no encontramos conflicto ético de ninguna índole para su aplicación.

•Muerte neocortical: se le denomina así al síndrome apálico (descerebrado) o estado vegetativo persistente con funciones del tronco reservadas. Este tipo de muerte nos indica que el paciente está biológicamente vivo, pero que carece de identidad, de conciencia en lo moral y en lo económico. La decisión de aplicar la eutanasia en este caso es muy controversial.

•Coma: se trata del estado siempre mutante a la recu-peración, al estado vegetativo persistente o a la muerte. Es otro de los “estados de vida” controversiales, dado que sin ser una persona en la extensión de la palabra, se está vivo, por lo que está latente la posibilidad de recuperación.

•Síndrome de encastillamiento: se presenta cuando existe lesión mesencefálica, hay conciencia con muerte del tronco, y habitualmente se requiere de un respirador.

Desde el aspecto médico se presentan los dos extremos respecto a la práctica de la eutanasia. Los cuidados paliativos –como una solución para aquéllos que no aceptan dicha práctica– y el ensañamiento terapéutico –la lucha constante e incansable por conservar la vida a cualquier costo–.

Para quienes consideran algo inhumano e inmoral el acabar con una vida, aun en el momento en que se sabe que no queda esperanza alguna, los cuidados paliativos son la alternativa, porque mejoran la calidad de vida del enfermo. Es una cuestión humanitaria, donde el amor está presente al atender al moribundo y de esta forma se le da la oportunidad de esperar el momento de la muerte de una manera digna. La medicina se visualiza como el arte de cuidar y curar si se puede.

El otro extremo a que nos referimos, el ensañamiento terapéutico es una práctica a la que es fácil acudir, ya que la primera obligación del médico es salvar la vida de su paciente y con frecuencia vemos que se somete a la persona a terapias extraordinarias y experimentales, que lejos de curar sólo consiguen alargar inútilmente una vida, agudizando el dolor del paciente y de sus familiares.

En este aspecto se mezclan muchos factores importantes, como lo son el económico, en el sentido de que muchos médicos con poca ética, buscan la forma de continuar que su paciente les sirva como experimento y a su vez, están recibiendo ganancias jugosas, tanto por sus servicios, como por la estancia en un hospital.

Otro es la investigación. Los pacientes en una circunstancia así son muchas veces utilizados como experimentos. Pero, ¿qué encierra todo esto? El Estado destina anualmente una cantidad de recursos económicos para la investigación médica y para el avance de la ciencia, y es obvio que los voluntarios no están esperando turno.

El último factor, quizás el más importante, es la bioéti-ca, es decir, la ética de la vida, término que es poco con-ocido y por lo tanto poco aplicado en la mayor parte de los países. En esta disciplina se encuentran temas como: eugenesia; experimentación en humanos; prolongación artificial de la vida; relación médico-paciente; calidad y valor de la vida; tecnología reproductiva; genética; transplante de órganos; salud men-tal; derecho de los pacientes; eutanasia.

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Algunos países han empezado a buscar la formación y legalización de comités de ética biomédica, cuyo propósito fundamental sea proteger con ética y bajo una ley, la vida y los derechos del ser humano en su cal-idad de paciente ante un médico, y que por la naturaleza misma de la situación, en la mayoría de los casos se encuentra ignorante de las intenciones del médico no ético.

también se pretende que exista un comité hospitalario en cada hospital público y privado, conformado por un equipo multidisciplinario: médicos, personal paramédi-co, abogados, filósofos y psicólogos. Como vemos, la creación de nuevas figuras jurídicas que vayan acordes a los cambios que ha generado la práctica real de la eutana-sia, es una necesidad social.

El Estado ante la eutanasiaEntre muchos de los deberes que el Estado tiene, están los de la seguridad social y jurídica de sus habitantes, los cuales se han garantizado con ordenamientos jurídicos que ofrecen solución a problemas sociales; sin embargo, en lo que atañe a la eutanasia, es muy poco lo legislado, incluso en algunos países no se encuentra siquiera en la norma jurídica la palabra eutanasia.

Ante esto, la sociedad se ha visto en la necesidad de ejercer una constante presión hacia el gobierno, a través de las asociaciones creadas ya sea a favor o en contra de la eutanasia para obtener su intervención directa. son po-cos los países que tienen legalizada la eutanasia, algunos otros sólo en casos muy específicos la permiten o bajo determinadas condiciones.

Condición legal actual de la eutanasia

Como ya fue señalado, el Estado ha tomado cartas en el asunto e intervenido para legalizar, en algunos países, o condicionar en algunos otros, y en aquéllos en donde no está legalizada, sanciona y castiga a quienes la practican.

Aun cuando por primera vez en la historia la eutana-sia se legalizó en 1981 en Holanda, para llevarse a cabo deben cumplirse ciertos requisitos:

•Los antecedentes médicos del paciente.•La solicitud de eutanasia, la cual debe ser completa-

mente voluntaria, duradera, mediata e informada.•La consulta a otro médico colegiado.•El paciente debe sufrir un estado de salud irreversible

que le cause sufrimiento físico o mental insoportable.•No exista una alternativa razonable que alivie su

sufrimiento (desde el punto de vista del paciente).En el territorio del norte de Australia, recientemente se

legalizó el suicidio asistido, permitiéndolo sólo en circunstancias altamente restrictivas. En los Estados Unidos, los ciudadanos del estado de Óregon aprobaron por referendum popular la medida el 16 de noviembre de 1994, que legalizó la eutanasia bajo condiciones limita-das.

El 20 de mayo de 1997, la corte constitucional de Camboya legalizó la eutanasia en enfermos mentales que han manifestado claramente su voluntad. Ahora tendrán que reglamentar sobre el caso y considerar cada asunto por separado. En Japón, para considerar la apli-cación de la eutanasia, la corte exige se cumplan cuatro condiciones:

•Que el paciente sufra un dolor insoportable.•Que la muerte sea inevitable e inminente.•Que se hayan tomado todas las medidas posibles para

eliminar el dolor.•Que el paciente haya expresado claramente su consen-

timiento.Alemania es un país en donde la eutanasia es ilegal.

Recientemente, después de que un tribunal investigó sobre un caso donde a través de los hijos, una persona dio su consentimiento para que se le aplicara la eutanasia, ésta fue autorizada por dicho tribunal después de percatarse de que no había más que hacer con el paci-ente, quien no luchaba más por su vida.

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Un ejemplo de mecanismo para aplicar la eutanasia de manera racional es el testamento vital. se trata de una propuesta hecha por la Asociación por el Derecho a Morir Dignamente, de origen español, la cual aún no cuenta con apoyo legal específico; sin embargo, ha sido aceptado en los hechos y cuenta con gran validez dado que es una manifestación de voluntad unilateral y personal. En la práctica se ha demostrado que dicho testamento facilita a los familiares tomar la decisión de aplicar la eutanasia al ser querido (véase cuadro 2).

A raíz de la realidad preocupante sobre la práctica de la eutanasia, es nuestro deber como parte activa de la sociedad, sugerir se realice un análisis de esta problemáti-ca social, para lograr en el futuro su legalización, en la cual se establecerán los límites que definan lo que es la eutanasia y el momento adecuado para su aplicación, sin correr el riesgo de confusión y de cometer un suicidio o un homicidio.

BibliografíaCÓDigO Penal Colombiano.CÓDigO Penal de la República Oriental del Uruguay (artículos:

36, 37, 39, 40 y 45).COMiSiÓN episcopal para la doctrina de la fe, Sobre la eutana-

sia, EDICE, Madrid, 1993.ENCICLOPEDIA Microsoft Encarta, 1993.“EUtANAsIA”, revista Adiós, núm.9, año III, junio, 1998,

España.JUAN Pablo II, La eutanasia y el suicidio asistido, discurso a

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LAZZARI, Alejandro, “Eutanasia, rechazo al tratamiento y sui-cidio”, Revista clínica virtual ginecológica, noviembre 1997, Buenos Aires, Argentina.

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WILLKE Jack, Barbara, Aborto. Preguntas y respuestas, Hayes Publising Company, Inc., Cincinnati, Ohio, 1985.

La corte constitucional de Colombia resolvió que el reconocimiento en la constitución de ese país por el respeto a la dignidad humana y la autonomía, obligue a interpretar que el código penal no castigue la eutanasia real-izada con el consentimiento del paciente.

En esta lista de países, es observable de acuerdo con el marco legal en torno a la práctica de la eutanasia, que en el mundo, aun con diferencias de idioma, política, ideología, economía y moral, está presente este problema. Lo que muestra la imperiosa necesidad de que el Estado interven-ga para la legalización de esta práctica, pues sería la única forma de frenar la creciente ola de incertidumbre y temor que ha generado su aplicación de una manera irracional y sin escrúpulos.

Consideraciones finalesEs justificable la negativa a la eutanasia al comprender que el hombre por su naturaleza tiende a rechazar lo que le es desconocido. Pero es de vital importancia que haga-mos un esfuerzo de análisis con la finalidad de prepararnos ante la desventura de ser parte de un acontecimiento tan natural como es la muerte, así como para una situación donde emer-ja la posibilidad de aplicar la eutanasia.

Para ello consideremos:•Está permitido disponer de nuestros bienes materia-les a

través de un testamento.•Está permitido disponer de nuestros órganos a través de

una donación.•En algunos países está permitido interrrumpir el

embarazo con la práctica del aborto.Entonces, ¿por qué no está permitido elegir una muerte

digna a través de la eutanasia?tanto lo referente a un testamento, una donación o un

aborto, se lleva a cabo en el estado facultativo más amplio del individuo. Igualmente consideramos que sería válido aceptar que una persona en sus facultades mentales y físicas óptimas, tuviera el derecho –llegado el momento de su muerte y bajo determinadas circunstancias– de decidir sobre la aplicación o no aplicación de la eutanasia.

Consideramos que la eutanasia es un derecho. Es de suma importancia para la sociedad aceptar el ejercicio de éste cuando la vida del individuo se encuentra fuera de peligro y no en el momento de la muerte. La decisión de aplicar la eutanasia entonces ocurre en medio del dolor por el estado de salud físico y mental deteriorado; o también por la influencia de la depresión, la insuficiencia económica para continuar y/o el abandono de amigos y familiares.

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De cara a la inevitable

muerte

*Catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Mexicali. Psicólogo clínico en el imss/Mexicali.1Ponencia presentada durante la sesión clínica de hospital en el Hospital Regional de Especialidades no. 30 del imss, 13 de junio de 1997, Mexicali, B.C.

Antonio Cabrera Angulo*

ignoramos la muerte de los otros, que muchas veces apa-rece como un acontecimiento cotidiano y a veces masivo, donde los medios de información proporcionan noticias de personas que mueren por distintas causas. Éstas son muertes impersonales de las que sí podemos hablar.

1. Negar el hecho de la muerte, evadiendo de esta forma hablar de ella.

2. Otros la enfrentan, pero es un tema que genera ansiedad, ya que no es fácil pensar sobre la muerte porque produce diversos sentimientos internos contradictorios.

3. Hacer bromas, chistes, parodias, etcétera, en torno a la muerte y lo que ella conlleva.

La preocupación por la ansiedad que genera la muerte nos ha llevado a pensar por qué cada vez reflexionamos sobre ella, nos sentimos incomodos y actuamos como si la muerte fuera siempre algo lejano y ajeno. si bien no

onforme avanzamos en edad, se nos presenta una realidad que más

frecuentemente nos toca a la puerta, y ésta es el tomar conciencia de que son cada

vez más las ocasiones en que asistimos a funerales que a bautizos y casamientos;

que primero buscamos en los periódicos las esquelas y que empezamos a sentir

la muerte de personas muy cercanas a nosotros. Como una reacción casi

automática, para evitar deprimirnos, interrogamos a nuestros

colegas y amigos si también ellos se están preguntando lo

mismo, y descubrimos que es un fenómeno bastante común

el hecho de que al llegar a un determinado periodo de edad

la preocupación por la muerte irrumpe irrevocablemente en

casi todos nosotros así, en la práctica encontramos por lo

menos tres reacciones:

35ENERO-MARZO DE 2001Semillero

C

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De esta forma, la ansiedad que genera hablar de la muerte, me parece que parte de dos paradigmas opuestos y una postura intermedia:

a) Uno de los paradigmas sobre el miedo a la muerte, es abordado como un fenómeno etológico (instintivo), donde se plantea que los seres humanos reaccionan ante la posiblidad de la muerte de una forma repulsiva y que esa forma de actuar es el mismo sentimiento de sobrevivencia, es decir, cuando nosotros agredimos, la misma agresión humana es un instinto de sobrevivencia, claro que en el accionar de nuestra cultura la agresión pasa de ser esto, convirtiéndose en una acción común que el individuo debe controlar para poder vivir en grupos so-ciales. De ahí que existan sistemas sociales para controlar la agresión, como es el caso de las normas y leyes a través de la internalización de ésta. De esta forma, el miedo a la muerte puede ser entendido como un instinto natural que se encuentra dentro de nosotros y no podemos hacer nada al respecto.

El miedo a la muerte surge como un tema psicoanalítico de introspección en Freud, el cual señaló que cuando éste surge, hay que tratarlo para ver de qué es manifestación, ya que en muchos de los casos tratados en la depresión, se ve como un elemento mediador. De esta forma, dentro de este paradigma la ansiedad hacia la muerte es instintual debido a lo cual no podemos hacer nada, por ende, es parte normal del individuo y hay que

verlo en forma individual.b) Un segundo paradigma señala que el miedo

y la ansiedad a la muerte es un producto social y cultural, y como tal, viene a ser una construcción de nuestras culturas, y que a partir de ella surgen mitos, ritos y supersticiones en torno al miedo a la muerte y, por lo tanto, en la mayoría de las culturas existe el hecho de que uno no muere realmente sino que va a reencarnar y que se volverá o se trasladará a una vida mejor, que existe otra vida después de esta, etcétera. todo ello aparece como ritos, mitologías o crencias de carácter cultural que el grupo social al que perte-nece ha creado como una forma de con-frontar la posibilidad de atenuar la ansiedad por

la muerte.c) Una postura intermedia es aquélla que

plantea que el miedo a la muerte es instintual pero que la cultura y la sociedad moldean una estructura en la cual todo ese instinto va a ser manejado de

tal forma que las personas disminuyan su nivel de ansie-dad en torno al tema de la muerte. De ahí que pudiéramos pensar, por ejemplo, que los ritos religiosos son cultos en los cuales se reconoce al respecto instintual, ya que esto lo encontramos en casi todas las culturas y casi todas tienen ritos muy elaborados para trabajar sobre eso.

Esta tercera postura señala que si bien el miedo a la muerte es instintual, hay una diversidad de factores socioculturales que la moldean, que la deforman o desdibujan, es decir, diversas culturas confrontan el miedo a la muerte de distintas formas y su primordial objetivo es disminuir dicho temor.

Viktor Frankl (1978:116-122) se llegó a plantear si la muerte puede realmente anular el sentido de la vida. Él analizaba que por el contrario si nuestra vida no fuese finita en el tiempo, sino temporalmente ilimitada y el hombre fuera inmortal, podría con razón aplazar cada una de sus actividades hasta el infinito, no tendría el menor interés en producirlos exactamente ahora, y podría abandonarlos por mañana, para dentro de un año o más tiempo.

En cambio, viviendo como vivimos en presencia de la muerte como una cotación insalvable de nuestro futuro, nos vemos obligados a aprovechar el tiempo de vida limitado de que disponemos y a no dejar pasar en balde, desperdiciando las ocasiones que sólo se nos brindan una única vez y cuya suma finita compone la vida.

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Desde una perspectiva de la física nos han llegado a decir que se puede observar una agitación muy intensa en la materia aparentemente muerta. Que la verdadera muerte, el reposo absoluto, son cuestiones tratadas por los físicos de un modo totalmente teórico, al afirmar que toda energía, según el segundo principio de la termodinámica, está condenada a la muerte por disipación.

Sin embargo, algunos naturistas afirman que estas energías disipadas se reagrupan periódicamente, aunque los periodos sean de larga duración. La materia llamada muerta (inorgánica) contiene un “germen de vida” y en consecuencia, tendencias regresivas hacia el complejo de orden superior cuya descomposición le ha dado origen.

se acevera que no existe una vida absoluta sin participación de las tendencias de la muerte, esto lo han afirmado las ciencias naturales desde hace tiempo; Freud, por su parte, evidenció la acción de los impulsos de muerte en todo lo que está vivo, “el objetivo de toda vida es la muerte, porque lo inanimado se encuen-tra ahí antes que lo vivo”.

Es posible que la muerte “absoluta” no exista, y puede ocurrir que lo inorgánico oculte gérmenes vitales y ten-dencias regresivas.

Para nosotros, que estamos involucrados en los servicios del sector salud, la “agonía” de algún ser humano nunca es tranquila, porque incluso un orga-nismo incapaz de sobrevivir lucha contra la muerte. Una muerte “natural”, dulce, tranquila, sólo existe en nuestras representaciones de deseo, dominados por ese mismo impulso de muerte; en realidad, la vida acaba de forma catastrófica, lo mismo que el nacimiento se ha iniciado por una catástrofe. Parece que se pueden descubrir caracte- res regresi-vos en los síntomas de la agonía que se esfuerzan por moldear la muerte a imagen del naci-miento, haciéndola de este modo menos cruel. Así, los primitivos enterraban a sus muertos en posición fetal y no se diga de la identidad del simbolismo

de la muerte y del nacimiento en los sueños y en los mitos, lo cual no puede sólo ser efecto del azar.

Por ello, en la práctica clínica, durante el dece-so de un familiar íntimo o algún amigo de nuestro

paciente, el terapeuta puede alejarse brevemente de su actitud profesional. Puede ofrecer al paciente la expresión personal de condolencia. Pero antes de hacerlo, debe tener la certeza de que el fallecimiento resulta ser una genuina pérdida para el paciente y, por lo tanto, una causa para su aflicción.

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2Karl A. slaikeu. Intervención en crisis, Edit. Manual Moderno, México, 1998, pp. 51-54.

El muerto puede ser una persona cuyo deceso es bienvenido por parte del paciente, debido al odio que le profesaba, por ser rival del paciente en su vinculación con alguna persona o en alguna otra situación. su muerte puede haber sido grata porque inmovilizaba la libertad de acción del paciente (madre, hermano, enfermo, o invalido).

Por otra parte, se espera que un terapeuta sepa que la muerte de una persona odiada no excluye para el análisis, la existencia simultánea de inclinaciones amistosas tiernas y cálidas que existen en la mente del paciente (consciente e inconscientemente) hacia aspectos más aceptables de esa misma persona ya fallecida. Por lo cual, podría suceder que en razón de la existencia de estos últimos sentimientos, la desaparición de la persona hasta cierto punto odiada, despierta aflicción y una sensación de pérdida y no se diga a los sentimientos de culpa que se dan en todos los casos de muerte dentro del círculo íntimo del paciente.

El terapeuta debe tener presente que el periodo de duelo –sin ayuda del terapeuta–, libera normalmente a la persona acongojada de sus ataduras con el difunto. sin embargo, en ocasiones se llega a observar a pacientes que han perdido a un ser amado y que por una u otra razón, fueron privados, o se privaron ellos mismos del privilegio de llorar al muerto.

Si el terapeuta no tiene la seguridad sobre el signifi-cado del fallecimiento de un familiar o amigo íntimo del paciente, puede manifestarlo y sugerir la investigación psicoterapéutica, en lugar de expresar cualquier senti- miento de apoyo o simpatía antes de saber si es adecuado o no mas que desde un punto de vista convencional.

La muerte repentina2

En nuestros días la conciencia de la mortalidad se inicia, hipotéticamente durante la infancia, con una pri-mera reflexión, “puesto que alguien cercano a mí muere, yo podría morir”. La anticipación resulta ser una razón importante de la muerte inminente, ya sea la nuestra o la de algún ser querido. Bajo estos antecedentes, en la edad adulta se reconoce que cada vez es menos la vida que nos resta, opuesta a la que ya se ha vivido.

Numerosas experiencias de la vida nos traen a cuenta el tema de la muerte: la pérdida de un ser amado, ver una película sobre algún fallecimiento, redactar un testamento, todo ello es capaz de forzar a los individuos a confrontar su propia mortalidad.

Es importante señalar que no todos los duelos son crisis. En cuanto a que la muerte es anticipada (como en la vejez), un duelo involucra experimentar e introyectar una pérdida, aunque no necesariamente acompañada de una desorganización e incapacidad grave para enfrentarla. Cuando comparamos los diferentes duelos relacionados con el suicidio, muerte natural y accidental, encontramos que el duelo es de mayor gravedad cuando la muerte no se anticipó o previó. En muchos casos, el suicidio deja al cónyuge sobreviviente con la incertidumbre sobre el papel que no pudo haber jugado para causar la muerte. Y este sobreviviente teme compartir su experiencia y sentimien-tos con los otros, ya que se temen las reacciones de los otros sobre el descubrimiento de que la muerte fue por suicidio.

La literatura sugiere que las reacciones emocionales que acompañan a una muerte repentina atraviesan por varias fases:

1. Aparece una reacción de letargo o negación de los sentimientos acompañada de una separación emocional de la realidad del hecho sucedido. Ello se manifiesta como una reacción autoproyectora natural, admitiendo sólo tanta realidad sobre el hecho en la medida que se puede soportar.

2. Debido a que evadirse de la cruel realidad del dece-so ya no se puede eludir, y los sentimientos relacionados con la pérdida empiezan a sobresalir. Es un momento de preocupación por la persona muerta y un amor intenso por la pérdida. Esta fase se caracteriza por un trastorno emocional y una desorganización (depresión y cólera por el deceso), perturbación por las rutinas regu-lares (el trabajo, la escuela, el sueño), y una incapacidad general para funcionar.

3. Una fase más se caracteriza por una aceptación gra-dual de la realidad de la pérdida y la paulatina aceptación de la muerte del ser querido. Esta etapa final comprende un movimiento hacia un funcionamiento más óptimo y adaptado sin el ser amado, presentándose poco a poco un desarrollo de nuevas relaciones afectivas que buscan compensar aquéllas que se han perdido.

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Así, tal como la mayor parte de las heridas sanan, de-jando huellas pero permitiendo el restablecimiento de la función, así también la mayoría de la gente se recupera de los duelos. Pero también debemos considerar que el proceso de duelo se encuentra afectado por la comunidad, la cultura a la que pertenecemos y por el tipo de personalidad de cada deudo.

Por ejemplo: algunas personas son capaces de expre-sar sus sentimientos a la familia y amigos; otros pueden tomar una actitud más privada volcando el duelo hacia sí mismos, etcétera.

Por otra parte, las llamadas muertes intempestivas rebasan las expectativas individuales de sobre-vivencia. Pueden sobrevenir a través de la muerte prematura, inesperada o trágica de un niño, de un joven o de un adulto maduro. Aquí el duelo tiene el potencial para tomar proporciones de crisis cuando la muerte es intempestiva por lo prematura, inesperada o trágica.

El proceso de intervención pretende, primero que todo, facilitar un proceso de duelo que es un paso para tener en cuenta las variaciones individuales y la adap-tación a las costumbres psicosociales y expectativas de los deudos. El objetivo último es contemplar el proceso de duelo, con un sentido de ayuda donde se busca restaurar el equilibrio perdido que le permita enfrentar el futuro.

Desde un punto de vista práctico (sistema de Weis-man) sugiere que la intervención inicial, después de la muerte inoportuna, debería dirigirse a transformar cognoscitivamente este tipo de muertes en formas más aceptables, es decir: transformar las muertes trágicas en inesperadas, éstas en prematuras y las prematuras en ade-cuadas.

Algunas reacciones esperadasWeisman sugiere dar la noticia a los miembros de una familia después de la muerte de un ser querido, lo cual corresponde al personal de urgencia, oficiales de policía, trabajo social, enfermera, etcétera. Existe el hecho de que no existen argumentos que permitan dar la mala noticia sin dolor. Los deudos serán por supuesto lastimados, pero sobrevivirán. Por su parte, las personas que dan la mala noticia deben esperar: incredulidad, choque o cruel antagonismo, porque después de todo, son los portadores de noticias que desgarran, e incluso los per-petradores psicológicos de una injusticia. Algunas veces las respuestas iniciales son de cólera, confusión, quedarse sin palabras recorriendo nerviosamente la habitación, per-diendo el conocimiento. Esto puede ser seguido por autoa-cusaciones, o acusaciones dirigidas contra la autoridad en quien la familia a confiado hasta ese momento.

En contraste, al principio hay adormecimiento y la incredulidad puede dar una falsa impresión de tranquilidad y control (puede aparecer primero es-cepticismo, después transformarse en pánico y luego en negación). Por tanto, durante estos momentos, seguidos de una simple pero mitigadora plática de los acontecimientos básicos, el profesional deberá prepararse para ayudar, absorver diversas res-puestas sin acobardarse ni precipitarse, ni intentar mejorar mediante explicaciones intelectuales, los sucesos. No deberá ser defensivo, sentirse culpable ni expresar actos arbitrarios de arrepentimiento personal.

Por ello, debemos procurar que ante la vigencia de una fatal tragedia se debe transformar en un acci-dente inesperado. El propósito aquí no es el de negar lo que pasó o tan sólo suavizar el contratiempo, sino

adaptar las realidades de modo que el individuo pue-da empezar a asimilarlo, esto es, asumir las primeras

etapas hacia la asimilación del duelo.

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Educar para la competenciao educación basada

en competenciasManuel Ortiz Marín*Victoria Santillán**

si por el título de este texto, suponen que nos equivocamos de foro y va-

mos a hablar de competencias deportivas a propósito de fiestas olímpicas,

lamento decirles que nuestra cultura en materia de deporte no pasa de ser

la general. Aunque el tema de competencias tal vez sí tendría que ver con

lo relacionado entre habilidades y destrezas de los individuos.

Para no decepcionar a los fanáticos del deporte, señalaremos que Howard

Gardner en su libro sobre inteligencias múltiples,1 se refiere a la inteligencia

cinético-corporal que tienen algunos individuos. Es decir, esos conocimien-

tos y habilidades para controlar el movimiento del cuerpo para expresar una

emoción o controlar el movimiento de la mano, para calcular la cantidad

de potencia que se requiere para golpear una pelota, ya sea en el beisbol,

tenis o volibol. Lo anterior implica tener una competencia no sólo física

sino también cognitiva.

*Director de la Facultad de Ciencias Humanas-uabc, en Mexicali.**subdirector académico de la Facultad de Ciencias Humanas-uabc, en Mexicali.1H. Garner, 1995.

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Otro de los escenarios de los futuros profesionistas, son los cambios o reciclajes ocupacionales. Cada día, la innovación en los sectores productivos y sociales, requiere del egresado universitario una competencia amplia para adecuarse a los procesos de reconversión profesional.

En este sentido, en las universidades mexicanas, por lo menos las públicas, empieza un movimiento para cambiar el centro de atención del proceso de enseñanza. De un modelo centrado en el docente y de carácter unidireccio-nal, se pasa a uno que recupera las capaci-dades de los educandos, quienes se constituyen en una parte activa –ya no sólo son receptores– del proceso de enseñanza-apren-dizaje.

Este proceso de cambio educativo se acompaña de un nuevo paradigma denominado “aprendizaje a lo largo de la vida”, y que es visto como una experiencia huma-na y social, en la cual la parte de la educación formal, sólo prepara para un posterior proceso de mejoramiento continuo del individuo en los diferentes ambientes en los que se desenvuelve, tanto profesionalmente como en su expresión social.

En cuestiones de materia educativa, el arribo a un nuevo siglo trae aparejado transformaciones en campos tan di-símbolos como el arte y el deporte, la ciencia matemática y la historia antigua a la biotecnología y la música. Por supuesto que la educación no podía dejar de estar inmersa en estos procesos de innovación.

Desde Comenio hasta los últimos pedagogos, una de las preocupaciones ha sido educar lo mejor posible. Este concepto de “lo mejor posible” se ha entendido en diferentes épocas de múltiples maneras. Más alumnos, más tecnología, mejores libros, más maestros, mejores aulas, más escuelas, mejores egresados, más y mejores conocimientos, etcétera. En particular esto último siempre ha sido interés de maestros, autoridades y sistemas educa-tivos y, por supuesto, también de los alumnos.

El dilema en este tercer milenio, es cómo educar mejor a los estudiantes para resolver los retos de un mundo globalizado. En particular, los estudiantes universitarios ingresan hoy a las aulas de cualquier centro de estudios, esperanzados en poder obtener los conocimientos sufi-cientes y actualizados que les permitan ser competitivos al incorporarse al ámbito laboral. La relación entre educación y empleo, tiene un fuerte com-ponente social y educativo. Los universitarios demandan de las instituciones, planes educativos, maestros, labora-torios, textos, bibliotecas y talleres lo mejor equipados y actualizados con relación al mundo de su futura profesión.

Las empresas y las organizaciones públicas y privadas a su vez, requieren de profesionistas con amplios conoci-mientos, múltiples habilidades y destrezas, y sólidas actitudes y valores para una exitosa y rápida inser-ción en el mercado laboral. El dominio de los lenguajes, tanto de los idiomas como de cómputo; las habilidades para trabajar en ambientes altamente competitivos y multidisciplinarios; su capacidad para comunicar ideas; el pensamiento lógico y una sólida for-mación en valores éticos, son algunas de las competencias que distinguirán a los profesionistas del mañana.

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Luego entonces, la escuela deja de ser el único espacio de conformación del intelecto y se suma a espa-cios de interactuación como son los escenarios laborales y otros más que la tecnología informática ofrece de manera cada vez más diversa, acelerada y amplia.

Es entonces cuando los planes de estudio se enfrentan al reto de preparar en experiencias de aprendizaje que perciban al educando en todas sus dimensiones, vinculados al desarrollo del aprendizaje continuo que no proviene sólo de las instituciones educativas, sino también del campo profesional.

Para qué preparar para la vida y para el empleosegún el Banco Mundial el incremento de la matrícula universitaria se compone de la siguiente manera: “un promedio del 51% en los países de la ocde en com-para-ción con el 21% en los países de ingresos medios y un 6% en países de bajos ingresos”.2 Lo cual constituye proba-bles condiciones altamente competitivas para conseguir empleo por parte de los egresados universitarios, dependiendo en buena medida del capital cultural que posean éstos.

Factores como el incremento en el número de egresados universitarios, el cambio en los sistemas de producción, la acelerada tecnologización de los procesos industriales o el cambio de una sociedad de la infor-ma-ción a una sociedad del conocimiento, conllevan a la apertura a nuevos modelos educativos, más flexibles, como modalidades diversas de enseñanza-aprendizaje y que preparen en las competencias básicas y específicas para el mundo del futuro.

Por lo anterior resulta evidente que en el proceso edu-cativo convergen un gran número de elementos matizados y determinados por las condiciones en las cuales se realiza la acción educativa, el sentido es tal, que las condiciones sociales definen el modelo educativo y la educación a su

vez participa de la definición de un determinado modelo social. Es así que la educación puede contribuir a la crea-ción de la oferta educativa necesaria para el desempeño profesional. La relación entre educación y sociedad es bilateral mediante un proceso de mutua determinación.

Resulta obvio y cierto que los estudiantes ingresan a la educación superior con el interés y deseo de prepararse en algún campo disciplinario con el propósito de, al finalizar sus estudios profesionales, poder ubicarse laboralmente. Por lo tanto, se parte del supuesto de que todo conoci-miento adquirido debe de tener la posibilidad de ser útil y pertinente para este fin.

Pasemos pues, a explicar más detalladamente qué en-tenderíamos como educación basada en competencias.

La Educación Basada en Competencias (ebc) integra la inspiración de la epistemología genética y el humanis-mo en su fundación teórica; desde el humanismo compar-te los principios básicos de la enseñanza centrada en la persona, reconociendo la capacidad y el potencial en los individuos a desarrollarse, así como la incorporación de elementos del medio histórico-sociocultural en el que se desenvuelven, acentuando la formación de valores. De la epistemología genética se considera el enfoque cognitivo a través de la visión constructivista, en el sentido del desa-rrollo de las potencialidades de la persona a partir de su capacidad autogestora, lo cual implica la consideración de la educación como un proceso de construcción humana, de autoconstrucción, de condición activa, continua partici-pativa y holística.3

2U. teicher, 1998.3Desde esta perspectiva la “finalidad última de la intervención pedagógi-ca será contribuir a que el alumno desarrolle las capacidades de realizar aprendizajes significativos por sí mismo, y que aprenda a aprender”, C. Coll, 1991, p. 133.

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La ebc se centra en la educación integral a través de promover el aprendizaje en tres áreas sustanciales:

•Aprender a aprender.•Aprender a hacer.•Aprender a ser.Es así, que la ebc promueve la formación en valores,

acititudes, habilidades y conocimientos, y en este sentido, se busca que los individuos desarrollen conductas valiosas y pertinentes dentro de un contexto histórico y social determinado. Pero ¿qué son las compe-tencias?

Para efectos de esta presentación, las competencias serán entendidas como la capacidad de un individuo para realizar una tarea dada, o más específicamente, como un conjunto de procesos y subprocesos activados durante la planeación y ejecución de la tarea.4

De esta manera, la competencia se propone como el con-junto de capacidades y conocimientos, y ha de ser aplicada en un contexto concreto: las situaciones profesionales. Representa el saber en acción y se constituye en el campo de las prácticas profesionales, tomando en cuenta el contexto en el cual tiene lugar la acción a través de su compleja estructura en términos de atributos, tareas y situación. La combinación de atributos, tareas y contexto produce el método integrado de la competencia.

Además, la competencia supone la capacidad de transferir y aplicar habilidades y conocimientos a nuevas situaciones y entornos. Es a través de las competencias que es posible identificar lo que se espera de un individuo en una práctica profesional concreta.

La competencia se integra por un conjunto de elementos como conocimientos, habilidades y actitudes, que se requieren para realizar una función productiva; permite incorporar la ética y los valores como elemento del desempeño competente, la importancia del contexto, y reconocer que es posible ser competente de diversas maneras. Incluye:

•Los comportamientos socioafectivos, habilidades cognitivas, psicológicas, sensoriales y motoras para llevar adecuadamente una función, actividad o tarea concreta (visión integral del ser humano).

•Los requisitos para desarrollar tareas individuales.•Los requisitos para ejecutar tareas diferentes dentro de

una práctica profesional.•Los elementos necesarios para enfrentar

responsabilidades y expectativas del ambiente de trabajo con otras personas.

•El desempeño real, la puesta en práctica de las compe-tencias (conocimientos, habilidades y actitudes) en una situación real.

Una vez precisada la conceptualización de la compe- tencia, podemos enumerar algunas de sus características:

•Su carácter relacional, en el sentido de vincular atri-butos y tareas para general combinaciones en función de las situaciones.

•La consideración del contexto y la cultura, en térmi-nos de una comprensión cultural para lograr combinacio-nes de su conocimiento técnico.

•Su condición holística, como totalidad, como unidad, la integración de varios elementos en su constitución, y no la suma de elementos.

4R. Brien, y N. Eastmond, 1994.

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•Su ubicación en el terreno del desempeño.•Hace énfasis en la transferibilidad de las competencias.•Cuenta con elementos para reconocer diversas

formas de aprendizaje.•Estimula la actualización continua de los individuos.•Refuerza la articulación entre mercado educativo y

mercado laboral.•Refuerza el propósito de la empleabilidad.

Las competencias se pueden clasificar en:1. Competencias básicas: “Capacidades básicas”. Des-

criben los comportamientos elementales que deben tener los individuos: se asocian a conocimientos de carácter formativo: lectura, redacción, aritmética, matemáticas, comunciación oral. se requieren en todas las prácticas profesionales.

2. Competencias genéricas o transferibles: “Capacidades generales”. Describen comportamientos asociados a desempeños profesionales comunes a diversas ocupaciones y ramas de actividad productiva (analizar, planear, sintetizar, interpretar, negociar, trabajo en equipo, etcétera).

3. Competencias técnicas o específicas: “Capacidades teconológicas o constitutivas”. Describen conocimientos de índole técnico vinculados a una función productiva profesional específica (diagnóstico de estados emocionales patológicos, prescripciones de tratamiento médico para disfunciones orgánicas, planeación de dise-ños curriculares para acciones educativas formales, etcétera).

Dado que la educación busca por naturaleza propia que los individuos se desarrollen integralmente, que desdoblen sus capacidades y potencialidades manifestándose en conductas valiosas, útiles y pertinentes dentro de un contexto histórico y social determinado, la ebc como acción educativa conserva estas mismas preocupaciones e intenciones, al promover que los individuos se eduquen para la vida tanto en el momento mismo de su formación como en la adquisi-ción de habilidades que le han de permitir aprender por cuenta propia (capacidad autogestora: “el individuo como responsable de su aprendizaje”), que le permita acceder a mejores niveles de vida, ya que este tipo de educación propone que las acciones educativas propicien la forma-ción y no la sola información.

La ebc parte de una nueva intencionalidad de las pro-puestas curriculares, es decir, introduce un cambio en el nivel de contenidos y objetivos, las organizaciones curri-culares basadas en el enfoque por competencias, signifi-can una visión diferente de la educación, pues se inspiran en la idea de preparar al individuo para las transformacio-nes. “La idea de formar al hombre para el cambio, debe de convertirse en la idea esencial. Adaptarse al cambio ya no es suficiente. Toda formación debe de prever el cambio con el fin de orientarlo y considerarlo”.5

Para finalizar, es importante señalar que la reflexión y la participación son los medios para la construcción del aprendizaje y permiten la emergencia de competencias cuando la persona es consciente de los conocimientos, habilidades y actitudes que posee, así como del contexto en el que puede aplicarlos. En este sentido, el enfoque por competencias es ante todo una estrate-gia conceptual y metodológica para la estructuración y reestructuración de diseños curriculares, a manera de un esquema descriptivo que refleja una estructura curricular para regular y orientar las acciones educativas, donde se involucran los aspectos cognoscitivos, motores, afectivos y sociales de la personalidad del que aprende. De esta manera, la ebc representa educar para la complejidad y diversidad.

BibliografíaBRIEN, Robert & Eastmond, Nick, Cognitive Science and In-

struction, Educational technology Publications, Englewood Cliffs, New Jersey, 1994, resumen inédito de Yolanda Leyva Barajas.

COLL, César. Psicología y currículum. Una aproximación psicopedagógica a la elaboración del currículum escolar, Paidós Mexicana, México, 1991.

GARNER, Howard, Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica, Paidós, España, 1995.

tEICHER, Ulrich, Las exigencias del mundo del trabajo, oit, París, ago. 1998.

UNEsCO, “Plan de acción para la transformación de la educación superior de la América Latina y el Caribe”, expo-sición presentada por Luis Yarzábal, Director de la Cresal, en el encuentro Internacional AsCUN-CREsAL/Unesco, Caracas, Venezuela, 1998.

5Unesco, 1998.

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Dos puntos de vista de laintegración educativaen Baja California1

*Catedrático de la Facultad de Ciencias Humanas-uabc, en Mexicali.**Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales-uabc, en Mexicali.1se presenta este trabajo en dos partes, una es la experiencia como psicólogo en el programa de Grupos Integrados en el estado de Campeche y en Baja California en el lapso de casi 15 años, posteriormente la experiencia de un padre de familia que se enfrenta con dos diferentes sistemas (el oficial y el de la iniciativa privada) que atienden a la educación especial.

Marco Antonio Villa*Agustín Sández**

unque en 1989 el Programa Nacional de Integración Educa-

tiva se oficializa, ya desde 1973 se contaba en México con una

experiencia de trabajo en muchas escuelas primarias en todo

el país, involucrados alumnos de primero y segundo año con

problemas de aprendizaje, profesores, psicólogos, trabajadores

sociales, directores de escuela, administrativos y autoridades

educativas. Es 1973 sin duda, un año importante para la

educación especial en México, ya que aparece el programa

llamado Grupos Integrados, siendo ésta la primera iniciativa

en cuanto a la integración educativa.

A

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El objetivo general del programa de Grupos Integrados, que sin duda era loable y se justificaba con la problemática de la deserción y reprobación escolar de ese entonces, era: “evitar la deserción escolar, debido al fracaso temprano producido por la reprobación en los primeros años de primaria”. De los niños reprobados de primer grado, se seleccionaban a aquéllos que supuestamente serían reincidentes, dado algún problema de aprendizaje con la lectura, escritura y el cálculo aritmético. Con esto, los problemas de aprendizaje se comenzaron a considerar como parte importante de los programas de la educación especial oficial, esto es de la Dirección General de Educación Especial.

Fueron más de 20 años de trabajo con niños a quie-nes se les detectó, diagnosticó, evaluó e integró a un grupo de reprobados, bajo la responsabilidad de un maestro y un equipo de apoyo, y que en los finales de los setenta, cuando los Grupos Integrados al-canzaban casi una total cobertura en todo el país, aún no se tenía la experiencia ni la preparación su-ficiente para enfrentar el caso de estos niños, ade-más, la intervención de los psicólogos se limitaba por decreto a la aplicación de tests psicológicos, orientaciones a padres y maestros y programas conductuales o interpretaciones psicoanalíticas, dependiendo de la formación del psicólogo, a veces contradiciendo la filosofía y teoría cognosci-tiva, la de Piaget, la cual pretendió marcar la pauta de trabajo durante toda la vigencia del programa de los grupos integrados.

Debemos reconocer que en el momento de la instrumentación de los grupos integrados, el perso-nal que participamos en sus inicios, no dominába-mos las bases teóricas del programa, ni las condiciones de trabajo eran las adecuadas para aplicar dicha teoría, a pesar de los esfuerzos que realizó la Dirección General

de Educación Especial por capacitar a su personal a través de cursos impartidos por expertos que pretendían que los maestros y equipos de apoyo, dominaran bajo un formato de enseñanza tradicional que chocaba con la realidad de trabajo de cada profesor. Este problema era muy claro en los Grupos Integrados del medio rural, ya que con una postura centralista, se pretendió reproducir con profesores de necesidades y características diferentes y propias de cada región, y que nunca fueron tomadas en cuenta.

Recuerdo el caso en el estado de Campeche en los años 79 y 80, cuando llegaban capacitadores del D.F. enviados por la Dirección General de Educación Espe-cial; éstos se enfrentaban a problemas verdaderamente serios, como el de capacitar a profesores sin ninguna experiencia en la educación especial, sin antecedentes mínimos sobre la teoría de Piaget, en el mejor de los casos, los profesores comenzaban a estudiar la especialidad, muchos de ellos en la ciudad de México, y sumándose a eso, no se consideraba la historia y cultura de la región, ni los problemas económicos y políticos que vivía el magisterio en esos momentos.

Posteriormente, de 1981 a 1987, tuve la oportuni-dad de trabajar en los Grupos Integrados en Mexica-

li, B.C., donde aparecían las mismas carencias de infraestructura y de improvisaciones de personal poco preparado e interesado en el programa, y como casi siempre, anteponiendo las necesidades administra-tivas y políticas sobre las necesidades educativas de los niños y la capacitación de los profesores.

Podríamos mencionar tres problemas que caracterizaron a los grupos integrados durante su existencia:

1. Crear grupos integrados aunque no hubiera suficientes profesores preparados para enfrentar el problema. Por ejemplo: el caso reportado por una madre de familia, la cual se quejaba de que la

maestra de Grupo Integrado castigaba a los niños poniéndolos hincados con un ladrillo o piedra en cada mano (Mexicali, B.C,1984).

2. Aplicar el Programa de Grupos Integrados aun-que no hubiera salones adecuados, como el caso de

la colonia El Cóndor, en Mexicali, B.C. (1984), donde un grupo de niños designados para formar el grupo integrado, inició en un jacal hecho de cartón y láminas sobre piso de tierra y fuera de la escuela, en un terreno

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aún baldío y sin profesor, estuvo algunas semanas en esas condiciones con temperaturas de hasta 44ºC. O en los pasillos de una escuela, o en la bodega de la escue-la, inclusive en un rincón de la dirección, (Campeche, Cam. 1979). Como estos casos, se podrían citar muchos otros en ambos estados del país.

3. Nunca se sensibilizó a la población sobre este programa, por lo que la desinformación causó problemas con directores de escuelas primarias que no apoyaron debidamente a los grupos integrados, los pro-fesores de los grupos regulares no hacían las canaliza-ciones adecuadas, ni daban un seguimiento a los niños que regresaban a los grupos una vez supuestamente resuelto el problema de aprendizaje, incluso quedaban estigmatizados en la mayoría de los casos.

Estas situaciones eran contrarias al argumento de Eliseo Guajardo, quien fue uno de los principales pro-motores del Programa Nacional de Integración Educativa “…Este programa de Grupos Integrados constituyó una medida estratégica de integración institucional y ade-más, esta cooperación entre educación especial y educación primaria fue de gran trascendencia para iniciar uno de los relevantes periodos de mejoramiento de la calidad educativa en

nuestro país” (Eliseo Guajardo,1994). Si por estas razones se decidió terminar con el progra-

ma de los grupos integrados, se justifica, y entonces se debería considerar esta experiencia, retomar los errores y aciertos, los cuales deberían estar registrados por los investigadores y los que están traba-jando y proponiendo el Programa Nacional de Integra-ción Educativa. Pero que al parecer, la instrumentación de este programa no toma en cuenta la amarga experiencia para algunos niños, padres y profesionistas que participaron en algún momento en los grupos integrados.

Ahora, con la supuesta “integración educativa”, podemos apostar que está pasando lo mismo, es decir, hay intereses políticos y se sigue abusando de la buena voluntad de los maestros y psicólogos que sí creen en la integración y están trabajando en ello. A continuación se presenta la opinión de un padre de familia, que bien valdría por la opinión de muchos.

Opinión de un padre de familia en relación con la integración educativaEl apunte que se presenta a continuación, no pretende siquiera esbozar alguna evaluación o juicio formal ni de las formas particulares que presenta ni mucho menos de los fundamentos con que se ha justificado el impulso a programas de integración educativa. Antes que eso, esta nota constituye un punto de vista personal ante un conjunto de situaciones que se presentan al padre de familia cuando enfrenta la decisión de elegir entre dife-rentes opciones en la atención de un hijo que requiere alguna modalidad de educación especial.

Independientemente de que el concepto integración pueda relacionarse con situaciones de aprendizaje, que difieren del caso que trataré a continuación, considero que existen serias implicaciones del mismo, si lo enfocamos sobre algunas situaciones específicas.

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Sara Fernanda, mi hija menor, tiene actualmente siete años. Hace poco más de dos años, asiste a un centro de atención especia-lizado en autismo. Este centro se sostiene a partir de recursos generados con actividades que realiza un patronato privado y de aportaciones económicas de los mismos padres que tenemos hijos que reciben atención en el centro. La atención terapéu-tica que se ofrece es completamente profesional, pues todo el personal que allí labora cuenta con formación académica en psicología, además de que su directora ha realizado estudios de posgrado en el área de educación especial.

Como padres, mi esposa y yo hemos participado activa-mente en lo relacionado con el desarrollo del centro a partir de nuestra incorporación a esta asociación privada. Por lo mismo, podemos dar testimonio de lo difícil que resulta el sostenimiento de centros de educación especial, sobre todo cuando se intenta ofrecer programas en condiciones realmente aceptables. Nuestra perspectiva actual, por lo tanto, asume un compromiso a largo plazo con este tipo de acciones.

Sin embargo, parece que comencé en el orden inverso. Empecé por lo reciente y no por el principio. De pronto, hace ya varios años, como padre, un día descubres “algo sucede con mi hija”, y de ahí una tremenda ansiedad que resulta de la incerti-dumbre y de rechazos que van sucediéndose uno a otro. Primero en un lugar, luego en otro y así.

Desde el nacimiento de Sara en diciembre de 1992 hasta mediados del año de 1997, en que intentamos que ella asistiera al jardín de niños, existió por parte nuestra el más completo des-conocimiento de la situación real que se presentaba. En alguna medida, pensábamos que algunos rasgos, como el escaso len-guaje y deficiente dicción, eran parte de un proceso hasta cierto punto normal. Sin embargo, cuando la maestra de preescolar nos dijo que no podría manejar el caso, provoco extrañeza de parte nuestra. ¿Acaso la maestra no tiene la preparación para resolver situaciones como ésta? En nuestro desconocimiento, pensamos que se trataba de un caso manejable por parte de una educadora con la prepara-ción regular. Pero no era así.

Posteriormente, se nos recomendó dirigirnos a un centro dedicado a problemas de aprendizaje. En él se nos atendio ama-blemente, también se nos ofreció cierta información preliminar, en la que apareció por primera vez la expresión “rasgos autísticos”. Se intentó muy seriamente evitar el impacto de una noticia como ésa. Sin embargo, una vez más, se nos dijo que ese no era el lugar más apropiado. Ella estaría mejor en otra parte.

Una vez que descubrimos esa “otra parte”, nuestra preo-cupación aumentó día con día. El centro de atención múltiple al que fue canalizada nuestra hija contaba con un grupo de niños autistas, de reciente formación, bajo la tutela de una persona con buena disposición pero sin equipo de trabajo, con instalaciones y material limitados, quien intenta-ba realizar una tarea grandiosa en condiciones precarias. Frecuentemente se encontraba solo o con un único ayudante ante la demanda de atención especial de seis, siete u ocho niños. Además, en ese centro se ofrecía atención a pequeños con otras discapacidades como neuromotora, auditiva y visual. Aunque ubicados en diferentes aulas, todos en un mismo sitio.

Sara se resistía todos los días a quedarse en ese lugar. Casi a diario, se escondía entre los asientos del automóvil para dificul-tar que pudiésemos bajarla y dejarla allí. Una vez cerca del salón, tensaba las piernas para dificultar el paso, llegando incluso, en ocasiones, a abrazarse de mi por la espalda, deseando que no tuviera que retirarme y dejarla “en su nueva escuela”. De hecho, desde la mañana cuando intentábamos levantarla de la cama,

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Sara parecía recordar a donde tendría que dirigirse y seguido rechazaba pararse y comenzar el día. Así fue todo el tiempo que estuvo allí.

Un día nos comunicamos con una persona que nos habló de un centro de atención especializado en autismo. Al principio, nos dirigimos a él para obtener y proporcionar información, pasando inmediatamente a buscar un segundo diagnóstico. La calidad de atención que recibimos pudo advertirse desde el primer momento. En este punto, un factor clave, puede decirse crucial, es la actitud y compromiso de la persona que dirige el centro. Pudimos captar, desde un principio, una actitud muy profesional, seria y comprometida. Sin apresuramientos pero tampoco sin ofrecer resultados fáciles. La incorporación de Sara al centro no fue de la noche a la mañana sino después de una evaluación psicológica del caso y condiciones de la familia.

Actualmente, Sara asiste regularmente al centro, casi siempre con gusto, aunque a veces, sienta poquita flojera cuando aun tiene sueño. Pero nunca manifiesta desagrado ni temor, hasta hoy. Lleva diariamente su mochila con sus útiles escolares y una lonchera con el desayuno.

Sabemos que Sara deberá continuar con su programa por mucho tiempo. Estamos con ella y dispuestos a enfrentar las dificultades que todo ello implica. A la vez creemos que todos los niños con discapacidad, independientemente de su condición familiar en materia social, económica, creencia, filiación política o de cualquier índole, merece una atención profesional que ofrezca un programa terapéutico de calidad, capaz de orientar adecuadamente a toda la familia para proveer de las condiciones adecuadas para su desarrollo como individuos.

Cualquier concepto de integración educativa que atente contra la necesidad de ofrecer condiciones aceptables, especializadas y profesionales de atención para niños con discapacidad, sería cuestionable. Acti-vidades dirigidas a la “socialización” de niños especia-les no implican dejar de destinar mayores recursos para desarrollo y mantenimiento de centros especializados, tanto por parte del esfuerzo gubernamental como de la sociedad misma. No debe desvirtuarse el aspecto positivo que el concepto de integración comprende en tanto implica que no haya segregación. Pero la calidad de atención sólo se asegu-ra bajo la existencia de centros especializados.

No sería posible que bajo un esquema economicista de “minimizar costos de atención”, en particular en lo correspondiente a la educación que promueve el sector público, se pretenda una integración que no asegure una oferta adecuada de espacios en educación especial. No se trata de ahorrar dinero. Al contrario, tenemos que revisar con una visión mucho más inte-gral el diseño de la política social incorporando más decididamente temas como estos. Mas bien se trata de lograr ofrecer calidad de vida a personas especiales. En ello no se puede escatimar esfuerzo ni aplicar criterios económicos. No se vale.

ConclusiónTanto desde la perspectiva de algunos profesiona-les que trabajan en la educación especial como de algunos padres de familia existe una preocupación respecto a las formas en que estos programas de integración han sido llevados a cabo. Por una parte, se puede observar que en los hechos se han presentado problemas serios con la formación del personal a cuya responsabilidad ha estado la realización de las accio-nes correspondientes. La infraestructura y los recursos destinados a ello han sido frecuentemente precarios y ello ha conducido en ocasiones a resultados que distan muy notablemente de lo esperado. En el caso de las familias de los niños con discapacidad, persiste el inte-rés por asegurar programas que faciliten una atención de calidad, bajo una relación adecuada, aunque por otro lado, siga manteniéndose en algunos casos poca participación y compromiso en el tratamiento de los hijos. Se han dado pasos importantes; sin embargo, un concepto adecuado de integración tendría que reconocer la importancia de dar a ésta una connotación más profunda, pues tendríamos que hablar de la integración entre padres y maestros, entre padres y administrativos, entre maes-tros y autoridades. Una vez dando pasos firmes en este sentido podremos hablar de una etapa en que la inte-gración ya no sea un problema, sino una parte de un proceso natural en la educación formal y no formal de las personas con necesidades especiales y esto resulte benéfico para todos.

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Formación de valores:entrevista con Arturo Cardona

Ma. Angélica Lizaola Martínez*Juan Manuel Montejano Gaspar*

*Alumnos de la Facultad de Ciencias Humanas, uabc.**Coedición uabc- Grijalbo, 2000.

E n este momento en que vivimos en un mundo al que lo menos que le preocupa es hablar de valores, arturo Cardona, nos da en su libro de Forma-ción de valores: teorías, reflexiones y respuestas,** las ideas centrales con las cuales define lo que son los valores, desglosando ca-da una de sus partes y explicándolas por separado. Probablemente lo más importante que plantea este libro es que la socie-dad en la cual vivimos actualmente, está despreocupada de los valores, y que es

común ver casos de suicidios, droga-dicción, violencia y corrupción entre

muchos otros más.Todo lo que hacemos refle-ja nuestros valores, además

que nos queda claro que los valores son cuestiones internas,

ideas o creencias fuertemente arraigadas. Para finalizar, aprendi-

mos mucho respecto a los valores, pero queda en el aire la interrogante ¿cuándo la sociedad entenderá este problema?

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Entrevistador: ¿Quién es el profesor Arturo Cardona?

Autor: Es una persona –siento yo–, inquieta curiosa, necia; cuando me interesa algo voy tras ello, y en ese sentido me interesa el deporte y lo académico.

E: ¿Cuál fue su inquietud para escribir el libro de formación de valores?

A: Inicialmente no fue una inquietud realizar un libro, fue consecuencia de mi trabajo, de mis intereses personales y existenciales. Así entro al campo de la psico-logía, neurología, porque siempre me llamó la atención la naturaleza humana, ¿por qué sentimos, por qué lloramos? y toda esta gama de preguntas existen-ciales. Recuerdo que hubo un libro que me llamó mucho la atención en primaria llamado Historia de la filosofía de Will Durán, y que a partir de su lectura me quedé con preguntas existenciales que me llevaron entre otras cosas, a irme de “raite” a Oaxaca, comunicarme con indígenas, con la gente de la calle; en pocas palabras, parte de la edu-cación de mi vida fue la vagancia, pero una vagancia con un sentido, tratando de responder a una búsqueda sobre el sentido de la vida.

En este proceso me puse a meditar y hacer cosas por el estilo. Luego en México trabajé como profesor en la unam, estudié la licenciatura en psicología, y empiezo a hacer investigación en neurociencia, empiezo a publicar, y dentro de esta misma inquietud, me empiezo a preguntar otro tipo de cosas: la naturaleza, el medio, nosotros, la cultura, etcétera, y me fue llamando la atención el aspecto de los valores, la antropología, por ejemplo. Empezaba a leer, a irme con mis amigos a ver las pinturas rupestres. Aquí en Mexicali trabajé psicología, y propusimos que se impartiera la materia de valores. se acepta, se desarrolla y me di cuenta que no había la suficiente información en este tema y mi naturaleza ha sido escudriñadora, inquieta, no conforme, me puse a buscar información.

Para la materia acomodé mis apuntes a lo largo de 7 u 8 años, ya tenía algún material, luego intenté un doctorado en España, pero no se aprobó, así que me tomé

un año para intentar hacer el libro. Mis apuntes tenían características muy sintetizadas, sistemáticas, ello no me satisfacia del todo. Así que me puse a trabajar y luego lo mandé a diferentes editoriales y Grijalbo fué quien con-testó. El libro es el resultado de una serie de inquietudes relacionadas con mi trabajo, mi compromiso con la educación.

trabajamos manuales para la materia, en este laboratorio se imparten cada semestre de 20 a 25 cursos diferentes, las clases que damos, cursos de inducción, jornadas de desarrollo humano, etcétera.

El libro es una parte de un complejo proceso de accio-nes académicas, que más que nada no estamos trabajando tanto por el lado de la universidad sino por compromiso personal.

E: ¿Qué proyectos tiene después del libro?

A: seguimos con la formación, estamos tratando de concretar actividades de vinculación de intercambios aca-démicos, tratando de ir a España y a Cuba, precisamente en febrero a un congreso de pedagogía. Ya me aceptaron una de las ponencias, ya tengo la carta, hablé con la administración, y si hay dinero para principios del año, me van a apoyar; en fin, están saliendo cositas ahí, aparte del compromiso con las materias aquí, y los talleres vivenciales. Me hablaron de la univer-sidad Iberoamericana de tijuana para que les hiciera el favor de darles un curso, hemos tenido correspondencia con Chihuahua de programas que mane-jan los valores, y con gente interesada y estudiada, para que les dé sugerencias, en lo que están haciendo, todo enfocado a los valores.

El trabajo que aquí se hace perfila a otros egresados, y los mete en una actitud de seguirse superando, para ejercer y ese es otro campo en el que estamos formando, además de recursos humanos, información, material aca-démico de apoyo, como los manuales.

Estoy nominado como candidato al premio nacional de psicología; por parte de la Facultad fui propuesto al premio al merito académico en la universidad, todo ello

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es consecuencia de mi trabajo. En este momento estoy en una dinámica de hacer cosas, hacemos que las cosas ocurran, y con el tiempo, la gente se entera de ellas. Yo estoy en ese movimiento, no tengo el rumbo que le di des-de un principio pero creo que es algo trascendente o por lo menos que me hace sentir satisfecho existencialmente.

Dejo el campo de la psicofisiología y me vengo al campo del desarrollo humano.

E: ¿Qué es lo que hace en los talleres vivenciales?

A: Levo a los estudiantes a un lugar en la sierra, donde haya árboles, ardillas, lagos, armamos casas de campa-ña, y caminamos un rato más, platicamos de las plantas, entrando así más en contacto con el ambiente.

todo esto va generando estimulación interna y va despertando la naturaleza de cada quien. Vamos ponien-do contenidos a las cosas, platicamos de la historia del hombre, de nosotros, ¿qué hacemos aquí y ahora, después

de millones de años de evolución del cosmos? Hacemos un recuento de todo esto, perfilando ideas, reflexionando sobre nosotros antes, ahora y para maña-na, con dinámi-cas muy sencillas de reflexión y diálogo.

Los talleres vivenciales son cursos de filosofía, de desarrollo humano, de reflexión, es un alto en el camino para detenerse y ver lo que hay alrededor, escuchar la música, etcétera. Esto genera un diálogo que cautiva y si le ponemos contenido, tu vida hoy, tu vida mañana, den-tro de diez años, ¿qué quieres para tus hijos? Hacemos reflexionar al estudiante hacia lo que él es, qué quiere ser, qué piensa hacer para hacer lo que quiere ser, pues no somos lo que decimos que somos, somos más lo que hacemos y más aún lo que hacemos para cambiar lo que somos; el taller vivencial es un curso en el que progresivamente vamos llevando la reflexión a un campo interior, a un grupo que se convierte casi en terapéutico al segundo día. Esto es el primer nivel; el segundo nivel es una intención hacia el arraigamiento de la identidad.

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E: ¿En realidad este taller deja algo en los estudiantes?

A: Estoy convencido en que deja algo en todos, ¿qué tanto? eso depende de la necesidad del otro, interés del todo. Este taller es un campo de interacción entre factores humanos, compromisos, esperanzas, conocimientos, etcé-tera. Yo creo que es un escenario ideal para darle sentido, forma, tiempo y planificar para que las cosas cambien.

si un profesionista no es concebido como gente de cambio, para mí no es un profesionista, es un técnico que reproduce lo que la empresa indica, tiene que ser capaz de evaluar el entorno, de generar cambios para que las cosas cambien hacia el bien, no sólo empresarial. El taller vivencial te ayuda a reestructurar aspectos que hacen falta en el joven de ahora, sentido de pertenencia, identidad, orgullo por la cultura, sentirse feliz profesionalmente el día de mañana, el taller vivencial es un espacio para este tipo de cosas.

El tipo de cosas en las que participa la gente que ha tomado el curso son cosas más trascendentes, que las per-sonas que no han asistido, en términos generales tiende a participar en actividades con tendencias más importantes, este tipo de trabajos no los forma del todo pero ayuda a su formación. E: ¿Qué tipo de valores faltan en la sociedad?

A: Un poco de todos, yo pienso que los valores están

ahí, pero deben de formarse, puedes encontrar valores en un libro, discurso político, yo pienso que los valores son cosas que se deben vivir. En este sentido hace falta un trabajo profundo acerca de valores y un trabajo muy com-plejo, pues debe ser integral, desde las cúpulas de poder, programas del gobierno, programas educativos, que se reflejen en las materias, en programas de estudios desde jardín de niños, primaria, secundarias que haya secuencia-lidad en ese proceso y eso no existe, existe esa infraestructura en que los valores se vayan permean-do a la sociedad, están muy al azar las cosas, hacen falta desde los más elementales, hasta los más complejos y abstractos.

Existen algunas personas como Ghandi, Buda, Cristo, sócrates, en algunos personajes, tú puedes encontrar cla-ros ejemplos de portentos en valores, la sociedad necesita una buena formación de valores de manera muy sistemá-tica y comprometida, mientras se hable de valores y no se haga nada, no se va a cambiar. Los síntomas que estamos viendo indican que no va a cambiar.

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E: ¿Qué autores son los que usted maneja dentro de su libro?

A: En el libro, dependiendo del capítulo y del tema que se desarrolle, se toman desde los clásicos hasta los modernos, los puramente filosóficos hasta autores más que nada científicos, es una gama amplia; sin embargo, el enfoque intenta ser más que nada académico, formativo, facilitando el tema en el entendimiento de los valores. En este sentido uno de los autores más reconocidos es Juan Escames, quien es un autor español que tiene muchos artículos publicados y capítulos de libros sobre el tema de los valores, la ética, la moral.

E: ¿Qué comentarios ha recibido usted de su libro?

A: Los comentarios que he recibido son periféricos, por e-mail. No son de especialistas, son de profesores que han querido trabajar valores dentro de su materia; como en el programa de Chihuahua, la coordinadora leyó mi li-bro de punta a punta y está totalmente de acuerdo conmi-go, lamentablemente tampoco es especialista en el tema, sin embargo, está trabajando valores, por eso la auspicia el gobierno, sobre todo está viendo valores en educación. He recibido buena retroalimentación de la gente que me ha leído, y me mandan su opinión, o ayuda para mejorar errores que en una segunda edición se puedan corregir, en general, dicen que el libro es excelen-te porque no está dirigido a los expertos, sino dirigido al público.

No intento ni traducir, ni interpretar a los filósofos, no pretendo descubrir el hilo negro, sería muy presuntuoso decir que voy a aclarar el asunto, sólo trato de resumir la información de todos los filósofos, con ideas claras y pre-cisas. sobre todo va dirigida a grupos académicos.

E: ¿Cuál es su definición de valores éticos?

A: si hablamos de valores, primero hay que darnos cuenta que existen varios tipos; los valores serían aquellas ideas, convicciones o creencias fuertemente arraigadas.

Uno cree que conocer un valor es suficiente; uno sabe qué es bueno o qué es malo, pero no por eso se tiene el valor.

Una cosa es saber qué es el valor y otra es tener el principio arraigado.

Resumiendo, los valores son creencias, ideas, convicciones fuertemente arraigadas, aprendidas a través de experiencias significativas no con un discurso sino con vivencias relacionadas con el bien hacer, que tienen que ver obviamente con el bien del humano, en armonía con las leyes de la naturaleza. Ésta es la definición de los valores éticos.

E: ¿Qué opina usted acerca de los valores impartidos dentro de la enseñanza?

A: En educación no tienen un concepto claro de lo que son los valores, pues en el diplomado que damos so-bre valores, estamos trabajando con directivos de prima-ria, secundaria, etcétera, y me doy cuenta porque la gente que está interesada en el tema o que ha trabajado en él, ya sea en tesis o doctorados, me ha co-mentado que gracias al curso cambió toda su tesis sobre los valores. Por lo demás no tienen una visión clara de qué son los valores, ni cómo se forman, no tienen los conocimientos científicos ni fundamentos claros, son gente bien intencionada que hace lo mejor, pero siento que hay mucha confusión.

Hay programas como la educación cívica y ética en se-cundaria, es un buen ejercicio respecto a valores, pero, si tú le pones la lupa, son programas de catecismo, relacio-nado a las empresas. En educación privada ya tienen todo un perfil y tiende a ser un poco religioso; son raras las gentes que tienen noción de qué se entiende por valores dentro de la educación.

todavía falta mucho trabajo respecto de este tema dentro de la educación.

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Un Bestiario comosuplemento didácticoA mis padres que me inculcaron el amor a la lectura

notas

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que los niños mejoren su retención es la de combinar información con imágenes vívidas y aderezadas con una buena dosis de humor.

Scott Bornstein, fundador de “Knowledge Management Systems” y “Memory Training”, ha desarrollado un sistema para adquirir una memoria prodigiosa basándose en el antiguo principio aristotélico que establece primero, que es más fácil retener en la memoria lo que podemos ver, y segundo, que todo conocimiento es relacio-nal. Por lo tanto, afirma Bornstein, un sistema de memorización eficaz es aquel que proporciona información atractiva sobre todo al sentido de la vista, que es nuestro sentido dominante, y que además, logra impactar y establecer conexiones con nuestro conocimiento

Luisa Fernández Pellón*

previo de manera que la información se desplace de la memoria de corto plazo para fijarse inde-leblemen-te en nuestra memoria permanente.

Como este bestiario no pretende ser una investigación pedagógica ni tampoco un estudio en mnemotécnica, sino un suplemento literario, me limitaré a señalar las fuentes de información para aquellos que estén interesados en ahondar en el tema de la mnemo-técnica. Mi intención más bien se remite a brindar a los lectores un texto ameno y divertido. Es mi deseo fundamental incul-car en mis estudiantes el amor que siento hacia la literatura a partir de mi experiencia personal.

Cuando era apenas una niña, mis padres se tomaron la molestia de introducirme en el *Profesora de primer grado

en la escuela Eugene Field, en Pasadena, California.

Podríamos emplear una amplia gama de métodos para enseñar a los niños el abecedario; a diario surgen nuevas técni-cas, nuevas investigaciones las más de las útiles sin duda. Quienes están a la vanguardia de la mnemotécnica por ejemplo, sugieren que de entre las estrategias más provechosas para lograr

maravilloso mundo de los libros. Mi madre gozaba leyéndonos en voz alta y mi padre siempre estaba dispuesto a investigar. Si teníamos alguna pregun-ta nunca nos contestaba directamente, sino que nos encaminaba hasta la biblioteca y ahí nos enseñaba cómo buscar información en dicciona-rios y enciclopedias. Mi mamá tenía una bella voz y conocía muchas canciones infantiles. Recuerdo como escribía en una hoja cada una de la letras mientras nos cantaba “La Marcha de las Letras”, de Crí-Crí. Así fue como aprendí a reconocer el alfabeto mucho antes de poner un pie en la escuela, de hecho, esto despertó en mí tal curiosidad que no tuve más remedio que escaparme al colegio.

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ingeniaba para mante-nernos sosegados. Incur-sio-nábamos en el mundo maravilloso de la imagi-nación cuando durante la comida abría su mágico libro de cuentos.

Por las noches, antes de acostarnos mi papá también nos leía y como éramos tantos, no entraba en nuestras habitaciones

Una mañana, mientras mi mi mamá hablaba con el chofer del camión de la escuela aproveché para colarme entre mis hermanos mayores. Ellos me escondieron debajo de su asiento. Al llegar al colegio rápidamente nos metimos al salón de mi hermana María. Sonó la campana, y entrron los

Aa Afanado y atolondrado anda el anciano achacoso alacrán.

Bb Buen barril de brandy bebe el borracho burro bermejo.

Cc Contenta cuenta cuatro cuen-tos cortos la carismática codorniz.

Dd Despierten y dancen los durmientes dantescos dinosaurios.

Ee Enflaquecen entreteniendo ensueños encantadores los enor-mes elefantes.

Ff Fantasiosas las focas forman una fabulosísima y fantasmagórica fila.

Gg Generalmente, las gua-písimas grullas gritan graciosas galanterías a los gallardos gene-rales.

niños seguidos de la maes-tra, quien sorprendida al verme le preguntó a mi hermana si mi mamá sabía que yo estaba en la escuela. Por desgracia mi hermana dijo que no, así que fui a dar a la dirección. La directora fue muy comprensiva conmigo, me dijo que no habia nece-sidad de venir sin

permiso pues dentro de muy pocos meses entraría al Jardín de Niños. Al cabo de un rato, el mismo ca-mión que me había traído me regresaba a casita a donde mi mamá ya me esperaba.

Fuimos catorce hijos y por mucho tiempo no tuvimos televisión, sin embargo, mi madre se las

Hh Honorables hipopótamos hipnoti-zan hileras de hienas hipocondríacas.

Ii Indómitas e irreflexivas iban al islote las ilustres iguanas.

Jj Justamente juzgó la jauría de juicios jaguares jamaiquinos.

Kk Koalas en kimonos practican ka-rate sobre el kayak que los conduce al kindergarden.

Ll La letrada lechuza legítimamente le-gisla a la legión de licenciosas lombrices.

Mm Martas en mantillas madrileñas meditan monótonos mantras en mitad del Mediterráneo.

Nn Nutríanse de nardos y nenúfares las nostálgicas nutrias noruegas.

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Todos sabemos que es más fácil retener en la memoria lo que pode-mos visualizar, o lo que nos ha causado gracia. Mi propósito al escribir este abecedario es el de ayudar a los niños a memorizar el alfabeto de una manera didáctica y amena.

sino que dejando las puertas abiertas se senta-ba en la estancia y desde ahí leía para todos hasta que al fin el sueño nos vencía.

Se ha comproba-do que los estudiantes con mejor rendimiento escolar son aquéllos que reciben apoyo acadé-mico en sus hogares. El

triunfo de un estudiante radica en la conjunta y constante cooperación de maestros y familiares. Pa-dres y maestros sabemos cuán importante es que los padres se involucren en el proceso educativo de sus hijos. Ellos no sólo imitan todo lo que oyen y ven en los adultos, sino que buscan en nosotros

Oo Un ocurrente ocelote obse-sionado olisquea a once orgullosas odaliscas.

Pp Pantera paracaidista prepá-rase para parir pacientemente en pleno precipicio.

Qq ¿Quién quebranta al quimé-rico quetzal quitándole su quitasol?

Rr Robusto y risueño, el ratón roe su redonda rebanada de rico rockeford.

Ss Sueña la serpiente con sor-prender secretamente al sapo con un salto.

Tt Trompetas, timbales, y tambo-res tocan los trece traviesos tigres tailandeses.

Uu La uraña urraca unta cada una de sus uñas con ungüentos urugüayos.

Vv Un visón vanidosísimo valientemente vocifera, “vayamos al Vaticano”.

Ww Un weekend de whisky y waterpolo y Walter wapiti saldrá del watercloset.

Xx Xenón, el xenofóbico xilocopo toca su xilófono.

Yy Mejor que yugo, un yogurt de a yen, sugiere la yegua yerbera mientras yace yerta sobre la yedra.

Zz Zigzagueante sobre zancos la zarigüella zalamera zarpa zumbando su zanfonía.

A mi madre, sobrinos y alumnos.

un estímulo, un modelo a seguir. Esas experien-cias, enriquecieron para siempre mi vida, por eso es que ahora que soy maestra quisiera devolver un poco de lo mucho que yo recibí, enseñando a leer a otros niños. Ins-pirándoles ese amor por la lectura que mis padres me inculcaron.

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1. Todo artículo debe ser inédito.2. La extensión debe ser entre seis y quince cuartillas a máquina, escritas a doble espacio.

Si se tiene una colaboración más extensa podría publicarse en dos partes.3. Para la edición de Semillero de ideas le pedimos nos envíe su colaboración grabada en

un disquete en programa Microsoft Word (versión 6.0 en adelante) y acompañada de dos copias impresas.

4. El lenguaje de los artículos debe ser claro y sencillo, pero igualmente se aceptan artícu-los con lenguaje especializado o con temáticas académicas o de investigación, siempre y cuando se explique su utilidad para el lector.

5. Puedeincluirseunapequeñalistabibliográfica:trescitasdebensersuficientesynuncaexceder de cinco; un número mayor se puede aplicar cuando el artículo verse sobre re-sultadosobtenidosdeunarevisiónbibliográficaodeunainvestigación.

6. Labibliografíadeberácitarsedelasiguientemanera:

GARCÍA, Diego Javier, Esteban Cantú y la revolución constitucionalista en el Distrito Norte de la Baja California,mecanografiadoinédito,pp.6,10,11,15.BENÍTEZ, Fernando, El libro de los desastres, México, Era, 1998, p.35.MORENOMena,José,“Losniñosjornalerosagrícolas:unfuturoincierto”, en Semillero de ideas, núm. 3, junio-agosto 1993.

7. En relación con los títulos es preferible seleccionar uno corto y que sea atractivo para los lectores. Considere que un buen título y el uso de subtítulos constituyen una forma infalible de captar la atención del lector. El comité técnico-editorial de Semillero de ideas se toma la libertad de cambiar el título del artículo y hacer adecuaciones en su formato cuando lo considere necesario.

8. Los autores deberán precisar, en unas cuantas líneas, sus datos personales, incluyendo dirección y teléfono donde puedan localizárseles.

9. Los artículos que se proponen para su publicación deben enviarse al editor responsable de Semillero de ideas, o a la coordinación general de Revista Universitaria, cuyos datos aparecen en el directorio de esta edición. Si tiene alguna duda o sugerencia, por favor háganosla saberpor fax, correo, personalmente, anuestras direcciones electrónicas:[email protected], [email protected], o al teléfono 551-82-00, ex-tensiones 3274 y 3276.

La revista Semillero de ideas, dedicada a las ciencias sociales, educativas, jurídicas y políticas, así como a la psicología y comunicación, es una publicación trimestral de la Universidad Autónoma de Baja California, destinada a establecer un puente de comunicación entre la comunidad académica y científica de la universidad y el público en general, con trabajos pertinentes a estas áreas del saber.

Los artículos propuestos serán evaluados por especialistas, a través del Comité Editorial de la revista, y deberán tener las siguientes características:

I n f o r m a c I ó n s o b r e

cómo publicar en Semillero de ideas

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Adquiéralo en las li-brerías y en los recin-tos universitarios de su ciudad. Para más infor-mación visítenos en el edificio de Rectoría en Av. Álvaro Obregón y Julián Carrillo s/n, en Mexicali, B. C., o bien, comuníquese con nosotros al (6)551-82-63 o a través de nuestro correo electrónico:[email protected]

N O V E D A D E D I T O R I A L

Voy a dejar aquíalgunas palabraspara que las digael que quiera gritarconmigoporque ya también yosoy aire.

LA FLORDE

SEIRVAT

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N O V E D A D E D I T O R I A L

Adquiéralo en las librerías y en los recintos universitarios de su ciudad. Para más información visíte-nos en el edificio de Rectoría en Av. Álvaro Obregón y Julián Car-rillo s/n, en Mexicali, B. C., o bien, comuníquese con nosotros al (6) 551-82-63 o a través de nues-tro correo electrónico:[email protected]

El objetivo de este libro es desarrollar un análisis comparativo de corte transversal sobre las formas y niveles de ahorro de los hogares urbanos en México, 1984 y 1994, que muestre que la aplicación de una eficaz políti-ca de promoción del ahorro en México requiere considerar patrones de ahorro del hogar y las prioridades de este último, así como el ambiente de estabilización en que se han desarrollado durante los últimos quince años.

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N O V E D A D E D I T O R I A L

Adquiéralo en las librerías y en los recintos universitarios de su ciudad. Para más información visíte-nos en el edificio de Rectoría en Av. Álvaro Obregón y Julián Car-rillo s/n, en Mexicali, B. C., o bien, comuníquese con nosotros al (6) 551-82-63 o a través de nues-tro correo electrónico:[email protected]

Este libro es un serio estudio sociológico acerca de un problema aparentemente claro y sencillo: el grupo religioso testigos de Jehová frente a la formación escolar, pero que tiene una multiplici-dad de perspectivas posibles: la observancia o violación de los derechos humanos de los niños; la polémica jurídica en torno a la legalidad de la expulsión de los alumnos testigos de Jehová de las escuelas; el debate de los símbolos legítimos y merecedores de culto; el dilema de los do-centes entre la represión y la empatía; el doble esfuerzo educativo contradictorio –laico por un lado y religioso por el otro– que se desarrolla paralelamente sobre el niño, y la potencial varia-ción de las trayectorias escolares de los estudiantes.

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