ricardo blanco beledo, compilador - contextos de la hermenéutica analógica

8/8/2019 Ricardo Blanco Beledo, Compilador - Contextos de la hermenéutica analógica

http://slidepdf.com/reader/full/ricardo-blanco-beledo-compilador-contextos-de-la-hermeneutica-analogica 1/84

Contextos de Ca

hermenéutica anafögica

Ricardo Bianco Betedo(Compilador)



Primera edición, 2006

« Ricardo Blanco Bclcdo

© Editorial Torres Asociados

Coras, manzana 110, lote 4, int. 3, Col Ajusco,Delegación Coyoaeán, 04300, México, D.F,Tél/fax 56107129 y tel. 56187198editori al torres@p rodi gy. net. mx

Ksta publicación no puede reproducirse toda o enpartes, para fines comerciales, sin la previa autorización escrita del titular de los derechos.

ISBN 970-9066-44-7

Í N D I C E

I N T R O D U C C I Ó N 7

Ricardo Blanco Beledo

A N A L O G Í A , P R U D E N C I A Y A B D U C C I Ó N E N L A R A C I O

N A L I D A D I N T E R P R E T A T I V A . U N A A P R O X I M A C I Ó N A

L A F I L O S O F Í A D E M A U R I C I O B E U C Ü O T

María G. Navarro

1. Historia de un concepto,historia de un quehacer filosófico 9

2. La incondicionalidad de la ley y la aretehermeneutiké: los prolegómenos gadamerianos

de la hermenéutica analógico-icónica 14

3. Las consecuencias de la phrónesis y laapplicatio en nuestro ideal de racionalidad 19

4. La forma lógica del razonamiento en lainterpretación: la analogía en el argumentoy el argumento como analogía 27

H E R M E N É U T I C A A N A L Ó G I C A :P A R A D I G M A D E L P E N S A R L A T I N O A M E R I C A N O

'uiio César Barrera Vélez

1. Pensamiento filosófíco-hermcncuticocontemporáneo y hermenéutica 39

2. Ubicación de la obra de Mauricio Beucholen el pensamiento contemporáneo 42

2.1. Sinopsis Biográfica 42

2.2, De la ubicación 43



4

3. Rasgos esenciales de la hermenéutica analógica. 45

3.1. Noción de Analogía 4 5

3.2. De los fundamentos de la hermenéuticaanalógica 49

3.3. De la heurística en los procesos

metódicos de la hermenéutica analógica 53

E L P R O C E S O D E L C O N O C I M I E N T O Y

L A H E R M E N É U T I C A A N A L Ó G I C A

Sixto J. Castro

1. Introducción

2. La construcción del conocimiento 60

2.1. Constructivismo epistemológico 63

2 2 Constructivismo hermenéutico 66

3. Conclusión / 0

H E R M E N É U T I C A A N A L Ó G I C A Y H E R M E N É U T I C A

P R A G M A T I C 1 S T A

Beatriz Mattar

1. Introducción ° 1

2. Sentido del Pragmatismo peirceano y Abducción 82

3. Realismo gnoseológico en la hermenéuticade Peirce y Beuchot 85

4. La abducción como método hermenéutico 93

5. Hermenéuticas con fundamento lógico 97

6. Intuición y razón en el proceso de interpretación 98

7. Proceso de interpretación"potencialmente" infinito 1 0 2

8. Concepción de verdad 1 0 8

5

9. Abducción, analogía e icono mg

10. Lincamientos metodológicos de lahermenéutica analógico-icónica 112

11. Reglas de la abducción ] 14

12. Conclusión ¡22

13. Bibliografía 124

A N A L O G Í A : E J E A R T I C U L A D O R D E L A

H E R M E N É U T I C A A N A L Ó G I C A Y L A E V A L U A C I Ó N

Fernando Monroy Dávila

1. Un acercamiento a la distinción de laevaluación: término y concepto 127

2. La evaluación como línea de reflexiónen tomo a la pedagogía \ 31

3. Algunas notas sobre la(s) teoría(s) y la Teoría 132

4. La educación, centro del debate en elcampo pedagógico 137

5. Pedagogía, hermenéutica analógica yevaluación; el inicio del "amarre" de lincasconceptuales j3g

6. Agonía entre la referencia y el sentido;

búsqueda de una evaluacióninscrita en la analogía 143

7. Interpretación evaluativa; entre la metáforay la metonimia 145

8. Huellas de una evaluación analógica en laproducción teórica j 4^

9. Referencias 15 j



6

H E R M E N É U T I C A A N A L Ó G I C A , E D U C A C I Ó N Y

M U L T I C U L T U R A L I S M O

Pedro Alonso Benítez

1. Introducción2. La hermenéutica analógico-icónica

del símbolo 1 5 7

3. La hermenéutica analógica y elmulticulturalismo 1 5 8

4. Intercultural 1 5 9

5. Educación multicultural 1 6 1

6. Conclusión 1 6 2

INTRODUCCIÓN

Ricardo Blanco Beledo'

•

En estos trabajos reunidos se analizan diversas facetas dela hermenéutica analógica, propuesta del filósofo mexicano Mauricio Beuchot, la cual que ha cobrado un notableauge en nuestro medio, pero también en otras partes. Así,además de trabajos realizados por autores mexicanos, encontramos otros efectuados por dos españoles, un colombiano y una argentina.

Esto comprueba que el movimiento de la hermenéutica analógica avanza con fortaleza y se muestra fecundo yútil para muchos estudiosos del mismo en varios países, nosólo en el nuestro. Algunos analizan la estructura interna(de la hermenéutica analógica) y su lugar en las hermenéuticas, como es el caso de María G. Navarro, del Institutode Filosofía del CSIC, de Madrid. Otros estudian las aplicaciones y su papel en la filosofía latinoamericana, comose hace en el trabajo de Julio César Barrera Vélez, profesor en la Universidad de Pamplona, Colombia.

Sixto .1. Castro, profesor de la Universidad de Valla-dolid, España, aborda el tema del conocimiento desde lahermenéutica analógica. El trabajo de Sixto Castro es unaaplicación de la hermenéutica analógica a un problemahondamente filosófico: explicar el proceso del conocimiento. Ya de suyo la hermenéutica es reflexión, y tieneque ser crítica; pero no hay nada que requiera más de esa

* Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. México, DF.



8 Ricardo Blanco Beledo

reflexión crítica que el proceso mismo del conocer, lo quese ha acostumbrado a tratar en la gnoseologia o crítica delconocimiento. Beatriz Mattar, profesora en la Universidadde San Juan, Argentina, hace una comparación entre la

hermenéutica analógica de Beuchot y la hermenéuticapragmaticista de Peiree, ya que se encuentran muchas semejanzas y coincidencias.

Además, Fernando Monroy Dávila, de la Universidad Pedagógica Nacional, plantel Ajusco, aplica la hermenéutica analógica al difícil tema de la evaluación escolar.Y, finalmente, Pedro Alonso Benítez (BUAP, Puebla) hace una aplicación de la hermenéutica analógica a la educación multicultural.

Estamos seguros de que estos trabajos podrán ayudar

a quienes se interesen en iniciarse en la hermenéutica analógica, y a los que ya la conozcan, a profundizar en ella, alver las diversas elucubraciones teóricas que ha suscitado ylos distintos ámbitos de aplicación que ba encontrado.

A N A L O G Í A , PRUDENCIA Y ABDUCCIÓN EN

L A RACIONALID AD INTERPRETATIVA,

U N A APROXIMACIÓN A LA FILOSOFÍA

D C MAURI CI O BEUCHOT*

María G, Navarro"

1. H I S T O R I A D E U N C O N C E P T O , H I S T O R I A D E U N

Q U E H A C E R F I L O S Ó F I C O

En este artículo analizaremos las que consideramos son las

líneas de pensamiento y los problemas filosóficos por cuyaelaboración y dedicación viene siendo reconocida la filosofía dc Mauricio Beuchot. Ofreceremos, pues, al amablelector, un recorrido que no pretende ser tan exhaustivocuanto indicativo de la complejidad de los legados, orientaciones y perspectivas que, tanto en el pensamiento deBeuchot como en la tradición hermenéutica, cuya sabiaurdimbre debemos al propio Hans Georg Gadamer hacende la propuesta de una hermenéutica analógico-icónícauna filosofía que se destaca por su capacidad de evocación

y vivaz interpretación de las múltiples problemáticas queella aglutina, produciendo un efecto teórico comparable,valga el símil, con el que, en el campo de la óptica, origina

Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación "Una nueva filosofía de la historia para una nueva Furopa"(I1UM2005-02006/F1SO), financiado por el Ministerio dc Ciencia yTecnología español y cuya investigadora principal es Concha Roldán.

Instituto efe Filosofía, Consejo Superior dc Investigaciones Científicas. Madrid, España, [email protected]

mailto:[email protected]

mailto:[email protected]



10 María G. Navarro

el prisma triangular cristalino, a saber, la producción, reflexión y refracción dc la luz, o también con el que. en elcampo de la astronomía, y para terminar dc asentar el sig

nificado de esta metáfora, se sabe se consigue colocandodicho prisma delante del objetivo a fin de observar muchos espectros lumínicos al unísono.

Mauricio Beuchot mismo nos proporcionaba ya lasclaves para entender la genealogía de su pensamiento demanera particularmente nítida y compleja en ta entrevistaque le hiciera Francisco Arenas-Dolz para el número monográfico dc más de novecientas páginas que la revistaÉnáoxa dedicara al pensamiento de Gadamer'. En dichaentrevista, Beuchot relata que fue durante una estancia en

la Universidad de Friburgo, en Suiza, y teniendo comoprofesores a Joszef M. Bochénski y a Guido Küng. cuandocomenzó a introducirse en el estudio de la lógica y de lafilosofía del lenguaje2, sobre todo a través del pensamientode Ch. S. Peirce y de W. Quine, y más específicamente,siendo entonces la tarca dilucidar la diatriba ontològicasubyacente a la extensa problemática de los universales.

•

1

Cf F. Arenas-Dolz, "Hermenéutica, analogía y retórica. lintievista aMauricio Beuchot", Éndoxa, Hans-Georg Gadamer: El logos de laera hermenéutica. Series filosóficas, N" 20, (2005), UNED, Facultadde Filosofía, Madrid, edición de Teresa Oñale y Zubia/ Miguel ÁngelQuintana Paz/ Cristina García Santos, pp. (Í77-7J7. Elnúmero de larevista va acompañado de un valioso material para el investigador yamable lector: el DVD Gadamer. Memoria de un siglo, editado poi- elVicerrecíorado de Nuevas Tecnologías de la Universidad NacionalEspañola a Distancia, basado en el programa televisivo emitido porTelevisión española: "Voces del pensamiento" organizado y dirigidotambién por T. Oñale y Zubia.2 En este sentido es muy aconsejable la lectura de uno de los últimos

libros de Beuchot, Historia de la filosofia del lengua/e, FCE, México,2005.

Analogía, prudencia y abducción en la racionalidad interpretativa 11

Tras años de magisterio en el área de la filosofía del lenguaje y de la historia de la lógica en la Universidad Iberoamericana y en la Facultad de Filosofía y Letras de la

UNAM (México), comenzó una nueva andadura comoinvestigador en el Instituto dc Investigaciones Filosóficasde dicha Universidad, donde prosiguió durante once anos

ahondando en las mentadas disciplinas. Fue a raíz de sutrabajo como investigador en el Instituto de Investigaciones Filológicas cuando comenzó a dedicarse a la hermenéutica. Pertrechado de los valiosos conocimientos en filosofía del lenguaje y en lógica que dicha filosofía exigetener en el haber intelectual de aquel que la enfrenta, sushallazgos le llevarían a ampliar su intuición radical dc la

analogía hasta el campo de la pragmática, el problemalógico de la referencialidad y las diferentes teorías de laverdad, problemas que, como sabemos, no dejan dc plantearse durante toda la historia de la filosofía del lenguaje yla historia de la misma lógica3. Para el autor, entrar encontacto con P. Ricoeur en el año 1987 fue, en este sentido, fundamental; así como su lectura de la Metáfora viva,pues fue entonces cuando comenzó a gestar un pensamiento en torno a la problemática encerrada en el concepto deanalogía que Beuchot desentraña haciendo uso de unaperspectiva que, a mi parecer, podríamos asociar con lapracticada en la Begrijfsgeschichte o historia conceptual'1.

3 El resultado de la dedicación de Beuchol a estas disciplinas es tanprolija que resultaría imposible hacer aquí un recuento de ella sinquebrantar el espacio y la función que cabe asignar a una nota a pie depágina. Sin embargo, remitimos al leclor a la entrevista cilada aquí enla nota N" I ; en ella se dedican 17 páginas a la enumeración de laproducción bibliográfica del autor.

Cf. Concha Roldan/ María G. Navarro, "Hermenéutica y filosofía dela historia", Homenaje a G. Vattimo, ed. de Miguel Ángel Quintana,

Anthropos, Hareelona (en prensa).




Asi pues, y para indicar aquí muy someramente los esta

dios por los que atraviesa la conformación del concepto deanalogía en el pensamiento de Beuchot cabe caracterizar a

éstos de la siguiente manera: (1) el pitagórico, pues elconcepto de analogía representaba una respuesta frente alos hallazgos matemáticos de los números irracionales y lainconmensurabilidad dc la diagonal; (2) el platónico, pues

dicho concepto es el que subyace a los mitos de Platón—que son, en efecto, búsquedas de analogías—; (3) elestadio representado por el problema de la predicación enAristóteles que se produce u ordena, en cada caso, y segúnÍndica Beuchot, en virtud de un "analogado principal" oaquel que le es más propio, según grados, al objeto predi

cado; dicho estadio aristotélico vendría justificado tambiénpor la concepción de la phrónesis como virtud hermenéutica por excelencia5; (4) el estadio barroco, cumbre de laanalogía y expresión suya desde la música hasta la arquitectura, y en el que Leibniz ocupa un lugar destacado'1, yno hay que olvidar que éste estadio iría precedido dc laescolástica medieval, en el que Beuchot es un especialista;(5) el derivado de la filosofía de Peirce en el que la analogía fue comprendida en tanto ¡conicidad (analógica),haciendo esta expresión referencia a la idea de que en el

icono, como problema semiótico y como objeto de investigación, y en tanto representación perfecta del concepto

5 Véase, a este respecto, el artículo "La phrónesis gadameriaha y unahermenéutica analógica", en Juan José Acero / Juan Antonio Nicolás,el al. (eds.), El legado de Gadamer, Universidad de Granada, 2004,pp. 439-449. Dicho artículo está basado en la conferencia que pronuncióMauricio Beuchot en el Congreso internacional de Hermenéutica filosófica, organizado por Juan Antonio Nicolás y celebrado en la Universidad de Granada —en su Facultad de Filosofía— en diciembre de 2003.6 Cf. Quintín Racionera/ Concha Roldan, G. W. Leibniz. Analogía yexpresión, Editorial Universidad Complutense de Madrid, 1994.


de analogía, nunca se puede concluir en la univocidad,tampoco en la equivocidad, sino que va más allá y sólopuede ser concebido desde la lógica de la analogía; (6) y elque sería su último estadio —sin obviar al gran maestro enel uso de la analogía y la metáfora que fue Nietzsche, o alpropio H. Blumenberg, al que Beuchot olvida mencionar—,y que conduciría al problema de la abducción como un modo particular de argumentación, a saber, la argumentaciónpor analogía; estadio que estaría vinculado con el anterior.

La recepción de sus primeros esbozos —nótese queeste recuento de los diferentes estadios o notas semánticascon los que dicho concepto fue requerido y conformadopara desgranar arduas problemáticas filosóficas, comprende, en gran medida, la línea de pensamiento del propioBeuchot— fue, como nos cuenta él mismo, muy sugestiva,ya que obtuvo desde un comienzo, es decir, en el inicio desu gestación, y entre especialistas de la talla de GianniVattimo, Mariflor Aguilar, Raúl Alcalá, Ambrosio Velasco,Samuel Arriarán, José M. Orozco, etc., un reconocimientoinmediato que confirmó que su dedicación al desentraña-micnto del problema de la analogía no era en nada baladí.

Tras ofrecer al lector una síntesis de lo que hubo deser el recorrido que realiza Beuchot a través de la historiade la filosofía, con el propósito de conformar ese haz detonalidades lumínicas, que el concepto de analogía produce y deja intuir a su través —cual un cristal poliédrico—,en lo que sigue, dedicaré estas páginas a una reconstrucción que justifique, desde las que tenemos por más atinadas perspectivas, la conexión de la propuesta de una hermenéutica analógico-icónica con algunos de los instantesfundamentales en esa historia a la que hemos hecho alusión arriba describiéndola, hegelianamente, en sus diferentes estadios. Dichos instantes corresponden a las siguientestemáticas: primero, la de la filosofía gadameriana y, más



14 Maria G. Navarro

específicamente, el problema de la retórica, la phrónesis ylas razones por las que Gadamer no tiene por menos queapoyar su concepción de la hermenéutica en el modelo de la

filosofía práctica aristotélica; la segunda temática se derivade la anterior y conduce al hallazgo de la dimensión argumentativa que toda interpretación consistente debe albergaren su seno y explorar, en ese doble proceso que la concierney al que se debe, a saber, el de la inventio y la demostrado.

2 . L A I N C O N D I C I O N A L I D A D D E L A L E Y Y L A ARETE

HERMENEUTIKÉ: L O S P R O L E G Ó M E N O S G A D A M E R I A -

N O S D E L A H E R M E N É U T I C A A N A L Ó C I C O - I C Ó M C A

En 1961 Hans Georg Gadamer dictaba en la ciudad ale

mana de Walberberg una conferencia que sería de grantrascendencia en la difusión de su pensamiento y que fueintitulada Über die Möglichkeit einer philosophischenEthik 1. En dicho artículo, Gadamer bosqueja lo que, deacuerdo con uno de los tópicos más extendidos de la filo

sofía moral actual —mas no sólo de ésta—, habrían de serlas líneas de argumentación posibles para una fundamen-tación de las ciencias humanas en general o ciencias del

7 Este mismo parecer es compartido por Jeaii Grondin en Hans-GeorgGadamer. Una biografía, Herder, Barcelona, 2000. Para ahondar en elcontexto filosófico y vivencial de producción en el que se enmarcadicho artículo se pueden consultar las pp. 375-395; si bien no existen, endicha biografía, alusiones explícitas al mismo, salvo las que hace elautor en la exhaustiva cronología que Le dedica en el primer anexo. Ci.

Ibtd pp. 439-459. El artículo de Gadamer se encuentra en las Gesammelte Werke 4: Neuere Philosophie, U, Probleme, Gestalten, J.C.B.Mohr, Tübingen 1999 [1987], pp. 175-188 (en lo que sigue referidacomo GW). Existe una traducción a! castellano precedida de una brevepero muy erudita introducción de Luis E. de Santiago Guervós en "H¬G. Gadamer: Sobre la posibilidad de una ética filosófica'', Pliilosopbica Malacitana, V, (1992), Universidad de Málaga, pp. 173-187.

Analogía, prudencia y abducción en laracionalidad interpretativa 15

comprender, a saber: por una parte, el formalismo kantiano; por otra, la filosofía práctica aristotélica. A juicio deGadamer, es únicamente en la filosofía práctica aristotélica donde se encuentran las posibilidades más consistentesde resolución de la problemática mediación entre la subjetividad de todo saber y los inevitables procesos de generalización y universalización de que es presa, es decir, laeonflictiva mediación aristotélica entre la subjetividad delsaber y la sustancialidad del ser. Más esto no obstó a que,de hecho, reconociera que ninguno de los dos filósofosresuelven sino en parte dicha problemática. Tanto paraKant como para Aristóteles es el saber ético aquel modelode saber que funda, no sólo el saber práctico, sino el saber

sin más —al que Gadamer bautiza siguiendo a WilhelmDilthey con la archifamosa formula y problema epocal delas ciencias del espíritu o ciencias del comprender. Tal ycomo Gadamer sostiene "la ciencia no es una quintaesencia anónima de la verdad, sino una posición humana frentea la vida (é^t? TOÍ3 áXrjOcwivi))"8. Pues bien, puede decirseque ésta es la síntesis de una de las problemáticas vigentesen la filosofía contemporánea, y ello en virtud de la rehabilitación del legado aristotélico efectuada por Gadamer;rehabilitación del todo necesaria pues, si bien es cierto quela obra de Kant constituye una reflexión sobre el problemafilosófico subyacente a tal tesis, a saber, que la articulación de los principios morales tiene lugar y rige en la situación práctica de la vida, sus desarrollos no ofrecen unaimbricación tan evidente, tan directa o tan consistente entre el saber práctico y las ciencias teóricas de la razón engeneral como la que, por el contrario, hace patente el concepto aristotélico de phrónesis. Esta circunstancia, muy

Cf. Ibid. L . E.de Samiago Guervós, p. 175.




probablemente, hunde sus raices en la particular comprensión griega de la theoria que, como nos recuerda Gadamer, incluía un participar completamente arrojado, un es

tar presente, un pleno contemplar los acontecimientos entendido como pathos 9 , quedando, por tanto, en ella refle jado el modo supremo de ser del hombre. Comprensiónésta, como se habrá de notar, que nada tiene que ver con laconcepción moderna que haría de la theoria el medio quegarantiza, indirectamente, el dominio práctico de los fenómenos naturales. Para Kant será, precisamente, fuera delorden de los fenómenos donde rige un orden inteligible alque queda vinculado el ser humano en su condición de serracional, esto es, en tanto ser al que se le impone la incon

dicionalidad teórica de la razón práctica. Mas esta imposición genera lo que Gadamer gustó en llamar "dialéctica dela excepción", la cual es propiciada, favorecida e incluso

9 Véase, a este respecto, la conferencia impartida en la Escuela Superior de Salzburgo en 1974 intitulada "Díe Aktualitat des Schonen.Kunst ais Spie!, Symbol und Fest" en GW 8: Ásthetik und Poctik i,Kunst alsAussage, pp. 94-142, (ed. cf. supra ñola n.n 3). Especialmente aclaratoria resulla la nota N° 3 de Santiago Guervós, ibid. p. 175.Esta comprensión de la theoria, salvando ladistancia representada porla comprensión de ésta como "participación vivida como pathos",según fórmula de Santiago Guervós, era la que compartía tambiénKant, como queda claro en su opúsculo de 1793: En lomo al tópico:eso vale para la teoría, pero no sirve de nada en la práctica más conocido entre nosotros como Teoría y práctica, y en el que éste afirmaba"Cuando la teoría sirve de poco a la práctica, esto no se debe achacar ala teoría, sino precisamente al hecho de que no había bastante tcoria".Trad. de Roberto R. Aramayo/ Manuel Francisco Pérez López, en¿Qué es la Ilustración1.', Alianza Editorial, Madrid, 2004. El lemaTheoria cuín praxi da nombre al proyecto académico y editorial delDepartamento de Filosofía Teorética del Instituto de Filosofía delCS1C; fruto suyo es la triple línea de publicaciones: Serie Stu-rf/íi /monografías, Serie fiwpro»toAnateriales y Serie flash:«/textos.

Analogía, prudencia y abducción en ¡a racionalidad interpretativa 17

justificada —en ciertas circunstancias de excepcionalidad—por la forma general de la ley moral cuya pureza radica enla libre coacción inherente a la especificidad de la fuerza

con que se nos impone la obligatoriedad moral, o mejor, eldeber moral'". La objeción fundamental que hace Gadamera Kant constituye no sólo la critica radical que, en definitiva, cabe hacer a la filosofía práctica de éste, sino tambiénlo que habrá de motivar en el pensamiento del filósofo deBreslau el retorno a la filosofía práctica aristotélica, esto

es, la búsqueda de ese segundo camino o línea de argumentación que mencionábamos al comienzo de este apar

tado. Gadamer expresa dicha objeción del modo siguiente:

"[ . . . ] la solución que Kant ofrece para nuestra

cuestión sobre el significado ético de la filosofíamoral me parece, en última instancia, irisatisfactoría. Se le puede conceder que ningún hombre se li -

bra de situaciones morales conlliclivas y que poreso la excepción de ser inducido al error es una situación general del hombre. ¿Pero no se deduce deesto que es necesario para cualquier hombre el paso a una metafísica de las costumbres? De hechoKant saca esta consecuencia. Su concepción de la

Gadamer refiere en este mismo artículo que acaso llcgel esté en locierto en su crítica a la noción kantiana de deber, pues ésta presuponela manera de un prejuicio, la oposición entre eldeber y el querer... por

jo que, argumenta, laesencia de la eticidad estaría mejor vista no en laImposición y necesidad de una ética imperativa o del deber sino, antesbien, en la objetivación del orden élieo exhibido en las costumbres. Eneste sentido, cabe argüir que Gadamer olvidaba en esle comentario laimportanciadecisiva que juega, en el pensamiento kantiano, la Metafísica de las costumbres de 1797; el propio Gadamer no deja de apuntarlo en dicho articulo, mas sin enfrentarse a las consecuencias de éstasobre las criticas kantianas. A este respecto, sigue siendo valiosísimoel estudio preliminar de Adela Cortina; véase, por ejemplo, Ed. Tec-

1108, Colección Clásicos del pensamiento, Madrid, 1989.



! 8 María G Navarro

moral quiere sólo esclarecer al máximo la metafísicasecreta de cada uno (y con esto llevar también alhombre mismo ¡i una mayor estabilidad moral). Pero, ¿es aceptable una consecuencia como ésta? ¿No

hace resurgir Kant en sí mismo a Rousseau?"Como vemos, esta segunda línea de argumentación fue laque, por fuerza, terminó alzándose como aquella que elpropio Gadamer se ocupó de practicar, ampliando su campo de acción hasta el punto de repensar, a su través, lasdistintas polémicas filosóficas, científicas, morales y políticas en las que se veía inmersa la Europa de su tiempo,instaurada en una extrema situación de violencia a raiz delas dos guerras mundiales. Dicha línea de argumentaciónes la que, no por azar, se ha consolidado en la filosofía

moral contemporánea, es más, podría decirse que atraviesaa ésta hasta el punto de convertirse, en sí misma, en unmodo de hacer y entender el propio pensamiento. Nos estamos refiriendo, claro está, al único argumento capaz dedesiegitimar al intelectual i smo socrático, del que, según elparecer de Gadamer —pero también del propio EdmundHusserí, quien, como sabemos, renombró la posible salidaa la aporía bajo la fórmula del Lebenswelí—, es herederoel universalismo kantiano mismo. Dicho argumento reza:"la virtud no sólo consiste en el saber, [. .. ] la posibilidad

del saber depende más bien de cómo es uno, y [...] esteser de cada uno ha recibido su impronta progresiva de laeducación y del modo de vivir" 12 . Esta concepción de lavirtud marca una diferencia sustantiva entre los dos modelos de argumentación que nos han sido legados a través delas filosofías de Aristóteles y Kant. Esa diferencia radica

" Cf. L. E. de Santiago Guervós, tbid. p. 180.12

Cf. L. E.de Santiago Guervós, ibid., p. 182.

wm

Analogía, prudencia y abducción en la racionalidad inleipretativa 19

en que, para el segundo, la razón práctica, así como losargumentos morales que ella produce, quedaba liberada delos condicionamientos de la naturaleza humana, de lascontingencias de la vida en común, etc., mientras que, por

el contrario, en el primero, alcanzaba todo su esplendorpara el asunto de la razón práctica en orden a las siguientes tesis: (1) la condicionalidad o contingencia de la existencia humana y la influencia que ésta habría de ejercersobre todo razonamiento ético; (2) que es la concreción, delo general un problema que remite a radice a la filosofíapráctica tanto como a la cuestión de la aplicación de la ley,o para decirlo con la propiedad que corresponde a lasenumeraciones en las que existe una grado ascendente dederivación lógica: (3 ) la tesis de que "el carácter condicio

nado de nuestro juicio en general no es ni un límite ni undefecto". Gadamer arguye, llegados a este punto, que lacondicionalidad en que se asienta el juicio y, en general, elrazonamiento ético, es una condición de posibilidad parala determinación de lo mejor en la vida política. Mas suargumento parece enflaquecer cuando prosigue con él, yextrae la consecuencia de que el peligro del relativismoque a esta concepción de la virtud se asocia, tanto como delos razonamientos que cabe formular dentro de su esfera,

se puede combatir en virtud de la existencia de un derecho

natural, esto es, que se le puede hacer frente por mor delprincipio de que el deber ser se acaba imponiendo en lavida política pues no depende de convenciones sino de la"naturaleza de las cosas".

3. L A S C O N S E C U E N C I A S D E L A PHRÓNESIS Y L A

APPUCATIO E N N U E S T R O I D E A L D E R A C I O N A L I D A D

En este punto, y en razón de ese anunciado debilitamientode la fuerza de su argumento, cabe recordar que, al parecer, esto último tampoco se puede confundir con la idea de



20 María G Navarro

que existan acaso principios legales cuya dignidad seainamovible, sino que lo que parece sostener Gadamer, y através suyo el propio Aristóteles, es que "la idea del derecho natura] es completamente imprescindible frente a la

necesaria deficiencia de toda ley vigente, y se hace particularmente actual allí donde se trata de la ponderación dela equidad, que es la que realmente halla el derecho" 13.Probablemente la conclusión a la que llega Gadamer no sehaya leído con la carga de provocación lógica que le sub-yace; en efecto, su planteamiento conduce, contradictoriamente, a la aporía con que trataba de rescatar a la in-condicionalidad de la ley, mas caigamos en la cuenta deque tal vez sea ésta la fácil lectura a la que invita el hechode que no solemos asociar a un espíritu humilde, concilia

dor, como era el del filósofo alemán, un gesto provocadore innovador que, sin embargo, sí existe en su pensamiento,y prosigamos, entonces, en su lógica. Así es, se ha insistido siempre en el relativismo y la contradicción a la queaboca la paradójica tesis gadameriana acerca de la antiguaincondicionalidad de la ley —y no sólo de la ley moral,sino de los actos incondicionados de conciencia— hereda

da, como sabemos, del sistema de pensamiento kantiano,sin parar mientes en que, en puridad, no hay presencia derelativismo sino, antes bien, la búsqueda de una fórmula

que conduzca a una constante actividad critica, revisionista, ponderadora... Y es que lo que sostiene finalmenteGadamer es que sólo puede encontrarse la esencia verdadera de la incondicionalidad en la cuestionabilidad conque la ley y sus garantes deben observar en lo posible to-

I J H.-G. Gadamer, Verdad y melado. Salamanca, Ediciones Sigúeme,1997, p. 391 y ss., trad. de Ana Agud/ Rafael Aparicio. En GW I,

Hermeneutik I, Wahrheit und Methade, p. 325 y ss. (ed. loe. Cit.).


dos sus contenidos, siendo esta tarea, por así decir, su verdadero contenido esencial14.

Beuchot se refiere a esta misma problemática cuando afirma que " [ . . . ] lo importante es que para el discurso

ético se requiere una perspectiva analógica. Las personastienen algo de inconmensurable, pero también cierta conmensurabilidad. Se hacen conmensurables por analogía.Lo mismo los grupos y las culturas. [ . . . ] . Una justicia unívoca es inconseguible o vana, y una justicia equívoca simplemente no es justicia" 15 . A tal punto se puede, y esto eslo que subyace a la introducción y bosquejo de este problema filosófico, entender la hermenéutica analógica deBeuchot como un desarrollo del problema de la applicatiotal y como fue replanteado por la hermenéutica gadame

riana. He aquí una de las proposiciones fundamentales delfilósofo de Bieslau a tal respecto: "Ahora está finalmenteclaro el sentido de la aplicación que aparece en toda formade comprensión. La aplicación no quiere decir aplicaciónulterior de una generalidad dada, comprendida primero ensí misma, a un caso concreto; ella es más bien la primeraverdadera comprensión de la generalidad que cada textodado viene a ser para nosotros"16. Por consiguiente, delprincipio efectual de la comprensión se pueden extraer lossiguientes corolarios: (1) la práctica jurídica (mero ejem

plo prototípico del problema de la aplicación de la norma,

14 En este sentido, el desarrollo gadameriano deeste problema sobre laincondicionalidad de la ley y su particular perspectiva sobre el derecho natural es el que habría seguido, implícitamente, el propio Beuchot. A este respecto, véase de J. A. de la Torre Rangel, "Racionalidadanalógica: un modo de acceso al iusnaluralismo histórico", Revista deinvestigaciones Jurídicas, 22 (2000), pp. 411-428.

Cf. M. Beuchot, Hermenéutica, Analogíay Símbolo, Herder, México, 2004, p. 24.I5H,-G. Gadamer, Verdad y método, op. cit. p. 414, en GW l, op. cit. p. 346



22 María G Navarro

la generalidad dada o la ley, sea ésta jurídica o moral) serealiza a través de la aplicación e interpretación de enunciados generales o de normas deducibles, mas éstas obtie

nen su carácter normativo a partir del proceso mismo de subúsqueda; (2) la racionalidad no es simplemente inmanente al texto, o a la obra en el amplio sentido del término,sino que emerge históricamente, de ahí que su codificación no pueda escapar a la circunstancia de que su textua-lidad sea una forma de objetivación nunca completamentelograda o acabada; (3) es ilógico presuponer la existenciade parámetros de racionalidad objetivos, lo que no obsta aque la incondicionalidad de la ley acoja, no sólo la concreción del caso, sino su novedad; esa integración tiene lugar

por medio de procesos interpretativos, no deductivos, porlo que la posibilidad de toda aplicación radica en la fuerzamediadora de la razón como instancia interpretativa;(4) nada de lo anterior supone que no sea posible dar conuna metodología normativa de la interpretación; aunque sí es cierto que dicha metodología tampoco se obtendría pormedio de la deducción, y esto sí se deriva de lo anterior (ala luz de este corolario hay que entender la empresa deBeuchot y, más específicamente, su insistencia en el argumento abductivo, como veremos adelante); (5) posiblemente se deduzca de todo lo anterior que no haya metodologías normativas correctas o incorrectas sino fuertes odébiles, en la medida en que las hacemos descansar sobrela práctica interpretativa, y sobre la realidad semántica ypragmática de los lenguajes, es decir, sobre la realidad deluso argumentativo de todas las proposiciones; (6) de loanterior se infiere que no es posible que la aplicación de lanorma sea el efecto de situamos ante un objeto dado (elcódigo, la legislación, la obra de arte, etc.), puesto quetodo objeto, todo código, pertenece a la historia eiectual oal ser de lo que se comprende.


Por tanto, tenemos que es en la dimensión prudencial y ponderadora de la razón práctica donde queda cifrada la posibilidad de que nuestra propia racionalidad seasigne, a sí misma, tamaña empresa, a saber, la de inter

pretar la idealizada incondicionalidad de la ley en el amplio sentido del término, la de enfrentar tanto la generalidad del saber cuanto la condicionalidad de su caso y aplicación, la de gestar tradiciones —científicas, artísticas,religiosas, etc.—, en cuyo seno, tienen sentido no sólopuntuales controversias, sino activos principios racionalespor cuya participación y mediación existe la posibilidadlógica e histórica de retornar otrora a las mismas, reinter-pretándolas. Por esta razón, sostiene Gadamer que es en elmodelo de la filosofía práctica aristotélica —en razón de

la necesidad de dar, en cada caso, con una aplicación ponderada para todo saber, toda norma, ley o principio—donde encuentra, con justeza, sustento la racionalidadhumana, cuyo despliegue, tanto en las ciencias experimentales cuanto en las ciencias del espíritu, tiene lugar históricamente, es decir, en el contexto de tradiciones políticasvivas, y en virtud de las cuales —la pluralidad de las mismas parece así atestiguarlo, y la imposibilidad de una solay valedora metafísica de las costumbres lo corrobora—son lógicamente inconsistentes, no composibles (si acop

lamos las premisas anteriores y sus respectivos condicionamientos ontológicos): tanto la univocidad de la ley,cuanto la falaz determinación de una acaso mera equivoci-dad de los casos particulares. Gadamer entiende que elmodelo de la ética aristotélica va más allá del ámbito de lafilosofía práctica (como también el modelo kantiano), pues

desde ella se pergeña la noción de la arete hermeneutiké:condición de posibilidad no sólo de las buenas interpretaciones o de los argumentos más fuertes, sino de la racionalidad misma, cuya universalidad, en todo caso y si aten-



24 Maria G Navarro

demos a las numerosísimas incursiones de Gadamer eneste punto17 , dista mucho de la noción elaborada desde lasmetafísicas modernas18.

Pues bien, es en el seno de la filosofía gádameriana,

y en relación a la problemática aquí esbozada, donde, anuestro juicio, se encuentra el marco argumentativo queotorga verdadera hondura a la propuesta de Beuchot entorno a la analogía como punto intermedio entre la univocidad y la equivocidad, entre la hermenéutica positivista yla romántica, y que, en puridad, está fundada en el modelode aquella citología —la que sostiene que el ser se dice demuchas maneras— que el autor anduvo a la busca desde elcomienzo de sus investigaciones2": cuando estudiaba filo-

l7Cf. H.-G. Gadamer, GW l , Hermeneutik l, "Der universale Aspektder Hermeneutik", pp. 478-494 [trad. cast. pp. 213-224] (eds. loc.cit.); GW 2, Hermeneutik Ii, "Die Universalität des hermeneulischenProblems", pp. 219-231 [trad. cast. pp. 567-585]; GW 8, Ästhetik und Poetik I, "Grenzen der Sprache", pp. 350-361. Un buen marco decomprensión del problema de la universalidad de la hermenéutica enGadamer, atendiendo al gestarse de esta problemática en el pensamiento de M. Heidegger se encuentra en E. y D. Klocker., "Sobre elpostulado heideggeriano de la universalidad de la hermenéutica: génesis y alcance", Tiiémala, Universalismos, Relativismos y Pluralismos,

N" 27, (2001), pp. 173-179.'* Véase, a este respecto, el capitulo que dedica Beuchot a la épocamoderna en Historia de. la filosofìa del lenguaje, op. cit., pp. 109-165,especialmente su Colofón, p. 164." Sobre la variedad de acepciones del término 'analogia', a los que nopodemos aludir aquí en toda su extensión, puede consultarse mi recensión al libro de M. Beuchot, Perfiles esenciales de la hermenéutica,Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, en Daimon.

Revista de filosofía, N° 36, (2005), pp. 188-190.2 0 Cf. M. Beuchot, "La naturaleza de la lógica y su conexión con laontologia en Alberto Magno", Dianoia, 33, (1987), UNAM; "La búsqueda de la omologia en Gadamer", Intersticios, 6/ 14-15, pp. 25-39.

Cf. también nuestra interpretación con la de C. Peregrina Mancilla,


sofía analítica21 , indagaba en el problema del nominalismo , desarrollaba las tesis de la teoría de la argumentación de Ch. Peretman y L. Olbrechís-Tyteca 23 , o se aso

maba, tras el desencantamiento de la propuesta de Bo¬

chenski, al modelo de una lógica paraconsistente como lade Lorenzo Peña24 , etc.

De la ya clásica problemática que hemos creídoconveniente reproducir en estas primeras páginas, Beuchotextrae abundantes corolarios; a partir de ellos, elabora supropuesta filosófica en torno a la noción de analogía. Así,por ejemplo, sus sutiles distinciones entre la hermenéuticatransitiva (centrada en el problema mismo del comprender), la intransitiva o reproductiva (gracias a la cual algose hace, de nuevo, transmisible; tal es el caso, por ejemplo,

de la interpretación de tina partitura del barroco latinoame-

"La hermenéutica analógica y su fundamentación ontològica en Mauricio Beuchot", Analogia Filosófica, N° 9, (2001), UNAM, México.

Cf. M. Beuchot, Filoso/la analitica, filosofa tomista y metafísicaU1A, México, 1983.2 2 Sobre este problema pueden consultarse sus trabajos: La filosofiadel lenguaje en la Edad Media, UNAM, México, 1992 [1981]; "Signoy lenguaje en San Agustín", Revista Dianoia, 32, (1996), UNAM.México; "Ontologia y lenguaje en Juan Escoto Eriúgena",Revista

Ergo,2,

(3987), Universidad Veracruzana.Sobre este menester escribió un articulo muy interesante, a saber,"Filosofía y retórica en Ch. Perelman: El auditorio universal razonable", Éndoxa: Series Filosóficas, N" 3, (1994), UNED, Madrid, pp.301-316. Sobre el tema de la retórica, véanse "Reflexiones sobre laretórica desde la hermenéutica", Acta Poetica, (1993-1994), UNAM,México; así como La retórica como hermenéutica y pragmática,Anlhropos, Barcelona, 1998.

Beuchot se refiere en Hermenéutica, Analogía y Símbolo, cf. supra,p. 21., concretamente, a dos de los trabajos de L. Peña, Rudimentos delógica matemática, CSIC, Madrid, 1991 ya "Contradicciones y paradigmas: un enfoque paraconsistente" en M. Dascai (eomp.), Relati

vismo culturaly filosofia, UNAM, México, 1992, pp. 43-81.



26 María G Navarro

ricano) y la normativa (cuya finalidad es la aplicación denormas jurídicas, morales, etc.) que el autor asume comoreproductiva, de otro modo no podría ser aplicada en virtud de que, como ya hemos argüido, la ley no se puede

aplicar sin la mediación de la arete hermeneutiké que asegura a aquella una morada en la generalidad e incondicio-nalidad a que la ley misma aspira inmersa en la corrientehistórica. Distingos que ya se desplegaban —rescatados

por Beuchot mediante argumentación analógica— en lasnociones escolásticas de lógica utens y lógica docens queel autor concibe —si no nos equivocamos aquí al buscar

esta quintaesenciada proposición— a la manera de epítetossustraídos del sustantivo 'hermenéutica1, cuya historia noha podido por menos que distinguirse en dos periodos: el

de una hermenéutica clásica en que ésta era asumida comométodo para dilucidar la corrección de cualesquiera sentidos y una hermenéutica filosófica, en la que es analizada ala luz del hecho de que no podemos sustraernos al factumde la comprensión para dilucidar, interpretar, aducir o,simplemente, razonar25. En razón de ese factum, nociónque evoca la problemática kantiana, cobra sentido el que lasutil distinción que elabora Beuchot en torno a una analogía textus, nos conduzca, lógicamente, a la analogía Ínter-

pretationi.s y, al cabo, a la analogía entis , esto es, a la

ontología. Porque la insuperabilidad o irremonlabilidad(lingüística) de ese hecho, esto es, el que no exista unalógica o, mejor, mctalógica, allende y distinta de la lógica(de la comprensión), y por cuya mediación cupiera describir a ésta última —fenómeno al que Gadamer hace refe-

2 5 Cf, M. Beuchot, Tratado de hermenéutica analógica. Hacia unnuevo modelo de interpretación. Editorial ítaca, UNAM, 2005 £1" ed.1997; 2a ed.2000],pp. 15-34.

2 6Cf .M . Beuchot, op.cit..p. 115.


rencia al hablar de la circularidad de la comprensión, parangonare, a mi parecer, con la aporía de la que es unaanalogía la paradoja de Epiménides de B. Russell—, obligaa buscar un tipo de relación de semejanza, un tropo, conque describir o representarse, como vemos, el susodichoproblema por medio de una especie de afinidad analógica.

4. L A F O R M A L Ó G I C A D E L R A Z O N A M I E N T O E N L A

I N T E R P R E T A C I Ó N : L A A N A L O G Í A E N E L A R G U M E N T O V

E L A R G U M E N T O C O M O A N A L O G Í A

En los párrafos precedentes sosteníamos que el afamadocambio de paradigma hacia un modelo de racionalidadinterpretativo hunde sus raíces, de incuestionable espesor

(tal es el caso de reflexionar en torno a los principios onto-lógicos del pensar sin reproponer, al estilo del racionalismo o del empirismo, ya sea una intuición intelectual, yauna sensible, y cuidándose mucho de que sostener quetoda argumentación se dé en el seno de una tradición noimplique una absurda deducción ad inftnilum de los principios rectores del pensar en la línea histórica y contingente del tiempo, de las culturas o de las lenguas...), en unacompleja reflexión en torno a las limitaciones de la arquitectónica de la razón kantiana, manifiestas en los efectosde su filosofía práctica a la luz del que se ha tenido porfundamento de la eticidad y del sistema (práctico) de la

ciencia en la filosofía aristotélica, a saber, la prudencia.Mas la cuestión es analizar el alcance y sentido de seme

jante transformación y, para ello, preciso es atender almodo en que nuestra actualidad filosófica viene construyendo, sopesando, interpretando este problema esencial.

La filosofía de Beuchot se hace cargo, a mi juicio,del estado en que queda nuestro ideal de racionalidad ñasel giro hermenéutico al que la filosofía parecía irremisiblemente llamada. La hipótesis de partida que aquí se si-




gue, y que tiene también la pedagógica función de ofreceruna incursión lo más directa posible en el meollo del problema, es que la historicidad y lingüisticidad de la comprensión, el círculo de la comprensión, o el retorno al

asunto de la retórica y de las condiciones de nuestro propio argumentar y demás desarrollos constitutivos del girohermonéutico de la filosofía son el efecto de diseñar lalógica de la razón a la luz, no del criticismo kantiano sino,antes bien, de la concepción prudencial que encontramosen la, por ello, etica política de Aristóteles. Siendo ésta latransformación acontecida en la filosofía contemporánea,la pregunta que se viene formulando con insistencia es quécabe esperar de la razón, y, por otra parte y toda vez que elproblema de la argumentación parece actualizar el conflic

to normativo que, en un sentido laxo, aludiría al problemade los valores y de la razón práctica mas también al de laposibilidad misma de conocer con criterio... cómo darcuenta de nuestro ideal de racionalidad cuando aceptamos

que éste, pese a la indemostrabilidad y principialidad delos arjai, acontece en la historia por mediación del lengua

je y es expresión, también, de voluntades y disposiciones,por fortuna nunca dispuestas a dejarnos coaccionar, abso

lutamente, por la fuerza de los más plausibles argumentosy la evidencia de las mejores razones. Si recordamos, muy

otra era la distinción kantiana entre la convicción y la persuasión, pues mientras para la primera concedía que sufundamento era objetivamente suficiente (en razón de lomismo sostenía también Descartes que la claridad y ladistinción aseguran, por sí solas, la adhesión de un auditorio), la persuasión, sin embargo, la hacía radicar en la índole particular del sujeto. Mas a día de hoy, la perspectivaargumentativa e interpretativa de la lengua, en la que sebasan ambas: convicción y persuasión, perspectiva sobrela que pivota, en definitiva, cualquier apriorismo, cual-


qtiier formalismo imaginable en qué sustentar una nociónde 'convicción' otrora alejada de la mundanal dimensiónpragmática de la lengua viva, hacen que estos distingoskantianos no resulten operativos en las nuevas concepcio

nes de la racionalidad. A esta conclusión se llega, simplemente, analizando las investigaciones de Frege —tan determinantes para la hermenéutica analógico*irónica deBeuchot — y las expresiones que quedaban fuera de suconcepción semántica de la verdad, a saber, las expresiones enfáticas de las que nos valemos para ayudar o asegu

rar la comprensión (por ejemplo: aún, todavía, pero, ya,etc.); las oraciones en las que no se plantea la cuestión desu verdad y los deícticos (adverbios, pronombres demostrativos, etc.). Para este género de expresiones no cabe unaaplicación de su concepción lógica de la verdad, porquelas oraciones y expresiones mismas son insuficientes paradeterminar las condiciones de verdad; por consiguiente,tenemos que es gracias a la información contextual (lógi-amente no necesaria, ni derivable de la expresión) como

podemos deducir el valor de verdad atribuible a cada unaen un acto de habla cualquiera.

La hermenéutica analógico-icónica que postula Beuchot constituye una salida a la aporía mentada, consistente,como veíamos, en establecer distinciones lógicas, pragmá

ticamente inconsistentes entre la naturaleza de la convicción (racional) y la persuasión (particular, subjetiva y, porello y llegado el caso, incluso patológicamente interesada).Sus investigaciones en lógica fueron primordiales a este

respecto, y, de hecho, la noción de analogía no obtiene su

3 7 Véase, por ejemplo, Hermenéutica, Analogía y Símbolo, cf loe. cit.supra, p. 78 y ss., asi como el planteamiento que el autor utiliza en"La analogía como instrumento lógico-semántico del discurso", en Analogía, I/ l (1987), México, pp. 5-13.



30 Maria G Navarro

verdadera pregnaneia teórica hasta que no se la comprendecomo una noción lógica y semánticamente derivada de lanoción de equivocidad y univocidad; incluso podría llegar

a afirmarse que la noción de analogía conlleva una reflexión sobre los principios de identidad y de no contradicción, y que ta posibilidad misma de interpretar se baseen la lógica de la analogía que no es otra que la de la sutileza y la observancia de diferencias, grados de atribución,proporcionalidades, etc. que nos permiten argumentar y, alargumentar, conformar y ofrecer interpretaciones. Algoabsolutamente inconcebible c impracticable en el lenguajenatural y en los formales, ora sólo existiera la mera univocidad, ora la vacua equivocidad. Así lo explica Beuchot:

"La univocidad se da en un termino T usado cu dos

enunciados p y q si T significa en p la misma propiedad que q, y si en ambos tiene la misma extensión. Por ejemplo, "hombre" en "Pedro es hombre"y "Hitler es hombre". El término T es equívoco sisucede lo contrario. Por ejemplo "gato" en "elanimal que tengo en casa es un gato" y "la palancaque tengo en casa es un gato". Para pasar a laana

logía, diremos que tiene varias clases: de desigualdad, de atribución, de proporcionalidad propia y deproporcionalidad impropia o metafórica. Un término T es análogo de desigualdad si en p y q es uní

voco, pero la propiedad F. significada por él, esposeída por el sujeto de p en diferente grado (según algún patrón), o de diferente manera (necesidad, contingencia, etc.) que el sujeto de q. Porejemplo "virtud" en "la justicia es una virtud" y "ladureza de ia piedra es una virtud"" .

Cf. M. Beuchot, cf. Ibid., pp. 21, 22 y ss.


La conclusión, en relación al problema de la argumentación y, por tanto, al de la interpretación, parece obvia: "Laargumentación analógica puede abarcar desde lo metafóri

co, como se hacía en la Edad Media con la hermenéuticabíblica, hasta la analogía de desigualdad de la física, en laque se consideraba que el acercamiento a la univocidadera correlativo a los grados de contingencia que se acerca

ban a la necesidad, es decir, lo que era contingente pero sedaba las más de las veces (lo contingerts ut in pluribus).Lo unívoco se daba, si acaso29 , en la lógica formal y en lasmatemáticas. Pero, sin entrar en esos campos, lo importante es que para el discurso ético se requiere una perspectivaanalógica"- . Nuestra argumentación anterior ha consisti

do, de alguna manera, en horadar ese acaso al que Beuchot aludía, sacando a la luz la dimensión prudencial enque se asienta el razonar mismo en todos y cada uno de losdiscursos, ya sean estos científicos, artísticos, filosóficos,o (en definitiva) políticos; con lo que se estaría únicamente haciendo patente la dimensión interpretativa de todocomprender y conocer o, por decirlo de otra manera, lalingüisticidad inobjetable de todo saber del mundo y saber

de sí. Toda argumentación es analógica en virtud de queno existen definiciones de términos en las que éstos nodesplieguen sus contenidos semánticos —las notas que leson inherentes por definición— en relación al uso y, portanto, significado que el sistema de la lengua hablada leshubiera conferido alguna vez. Dado que al argumentarhacemos uso de palabras, expresiones, ideas, tesis, conceptos, etc. susceptibles de adquirir notas y grados semánticos diferenciales en función de los contextos (de signifí-

La cursiva es nuestra.

Cf, M. Beuchot., Op. cit. supra, pp. 23-24.



32 María G Navarro

cación) en que sean rescatables en un argumento cualquiera, esto implica que a los argumentos les depara la mismasuerte que a las palabras objeto de definición. Por consi

guiente, cabe afirmar que nuestros argumentos son unasuerte de analogía. El argumento en el que la observanciadel principio analógico resulta más patente es el que seTunda en la inducción abductiva o, simplemente, argumento abductivo 31. Si tuviéramos que analizar la estructuralógica que seguimos al realizar la mayor parte de nuestras

interpretaciones, se podría concluir que la estructura deéstas es de naturaleza abductiva. Como sabemos, la abducción es un método de razonamiento —en ocasiones

clasificado como un tipo específico de razonamiento inductivo— utilizado para generar explicaciones. Lo particular de este tipo de razonamiento es que se comienza porla conclusión y se buscan derivar las condiciones argumentativas que harían, de esa conclusión, una conclusiónlógica y eventualmente necesaria o consistente. De tal manera que todos los razonamientos que siguen el esquema:

si la proposición (p-> q) es verdadera y y es verdadera,entonces p es probablemente verdadera, pueden tenerse

por razonamientos abductivos, es decir, argumentos quegeneran explicaciones posiblemente verdaderas. Este tipode razonamiento encierra una suerte de comprensión ana

lógica de la verdad. Mientras en el razonamiento deductivo se preserva la verdad pues se utilizan axiomas que seaceptan como verdaderos o bien se obtienen, por derivación, a partir de otros conocidos como verdaderos—presuponiendo que la verdad lógica debe regirse con-

11 Sobre este punto me extiendo en la última parte de mi tesis doctoral La dimensión dialéctica, especulativa y argumentativa de la teoría de

la interpretación (inédita).


forme al principio de identidad—, en el razonamiento ab-ductivo se acepta que una conclusión es verdadera si cabe

en ella una investigación tal que proporcione explicaciones que, en función del principio de proporcionalidad o

analogía que rige en la lengua y que acrecienta nuestroacervo, puedan ser reconocidas como valedoras en unadisciplina cualquiera. Hay en el razonamiento abductivouna suerte de analogía decíamos, y esta se sostiene en virtud de una concepción coherencial de la verdad.

Pues bien, a mi juicio, una de las consecuencias mássugestivas y valiosas en el pensamiento de Beuchot es ladescripción del razonamiento abductivo en los términos dela lógica por analogía. Trataré dejustificarlo con rapidez. Elrazonamiento abductivo podría ser analizado a la luz de la

rehabilitación de los estudios en retórica y teoría de la argumentación, así como de la radical dimensión prudencial enque se instala todo pensar; de manera que siendo las cienciasdel espíritu aquella forma de reflexión en que éstos aspec

tos esenciales de nuestra racionalidad (a saber, prudencia,razonamiento abductivo, retórica, generación de saber ohallazgos investigadores, etc.) quedan ejemplificados ymanifiestos, puede decirse que sí cabe una forma lógica dela interpretación en aquella forma ejemplar de reflexión, yque ésta forma corresponde a la forma lógica presente en

la inducción abductiva la cual opera conforme al principiode la analogía. Analicemos esto ahora con más demora.

Manuel Garrido señalaba en su Lógica simbólica*2

que un argumento es deductivo cuando el paso de las premisas a la conclusión es analítico o necesario; por el contrario, un argumento es inductivo cuando el paso de laspremisas a la conclusión es sintético o no necesario. Sin

M. Garrido, Lógica simbólica. Tcenos, Madrid. 199]



34 María Ci. Navarro

embargo, estas dos modalidades de argumentos son insuficientes para explicar el proceso por medio del cual loshablantes nos formamos hipótesis explicativas acerca deuna innumerable cantidad de fenómenos. Si un razona

miento no es meramente un argumento deductivo ni tampoco inductivo eso implica que cuando razonamos no llegamos a conclusiones analíticas, esto es, no sólo establecemos derivaciones de valor semántico inherentes a lasnociones de partida en una o varias premisas, luego losrazonamientos no son meras derivaciones tautológicas oanalíticas. En puridad, si nuestros razonamientos fueranexclusivamente deductivos, éstos podrían tenerse por definiciones. El problema filosófico que quiero esbozar aquí muy brevemente, y que tendría su inspiración en la her

menéutica analógico-icónica de Ucuchot, es el siguiente: sinuestras interpretaciones no pueden tenerse por deducciones y si los argumentos son operaciones que encierran unacomplejidad tal como para no ser reducidos a las reglas deinferencia que en ellos presiden, entones, cabe preguntarsedos cuestiones, a saber, ¿existiría una forma lógica de lainterpretación? Y, de ser así, ¿cuál seria ésta? Por otraparte, cabría preguntarse: ¿por qué nuestros argumentospueden constituirse como interpretaciones en la muy diversa conformación de teorías habidas?

Para resolver este dilema, Charles Morris distinguióentre categorías sintácticas y categorías semánticas, si bienfue Alfred Tarski33 quien sentó las bases de la teoría semántica (o teoría que investiga las relaciones entre un signo y su contenido) al afirmar que la noción de verdad deun enunciado no es absoluta sino relativa a un lenguaje

3 1 A. Tarski, "Der Warhrheitsbegriff in den formalisierten Sprachen",Sudia Philosophica, vol. I (1936), pp. 261-405.


dentro del cual dicho enunciado o proposición se enuncia.Como todos sabemos, una de las mayores contribucionesde Tarski fue la distinción entre lenguaje objeto y meta-lenguaje (a la paradoja de Epiménides aludíamos antes no

en vano, y a una comparación con la aporía implícita en elcírculo de la comprensión), pero no menos importante essu noción de modelo, a partir de la cual, elabora una definición de las siguientes nociones: interpretación, satisfaci-bilidad y verdad lógica y consecuencia lógica. Si bienTarski vertía luz con ello sobre los fundamentos metalin-güísiicos de la lógica, su modelo no deja de ser una pro-fundización, desde el punto de vista lógico, en la concepción de la verdad como correspondencia, siendo el problema de la verdad concebido desde el punto de vista de

una teoría del sistema deductivo.Este modelo resulta insuficiente para explicar los razonamientos abductivos34 debido a que no contempla lasrelaciones del signo con el hablante que los usa, esto es, ladimensión pragmática que incorpora todo razonamiento35.En efecto, para este modelo pasa desapercibido que lossignos no poseen un sentido intrínseco como podría decirse de las definiciones en las que se explicitan las notas

semánticas de un término sino que, más allá de esta concepción de la verdad como correspondencia entre los sig-

En mi conferencia "El razonamiento abductivo y la hermenéutica"presentada en el Instituto de Filosofía del CSIC, y en el marco delSeminario Internacional de Jóvenes Investigadores (SIJ1) en junio de2006, me refería al potencial de dicho argumento para una exploraciónlógica del nivel onlológico en que se asienta la hermenéutica filosófica, en particular la de Gadamer.

Un espléndido artículo en lomo al razonamiento abductivo se encuentra en Uwe Wirth, "El razonamiento abductivo en la interpretación según Peirce y Davidson", Analogía filosófica. Revista de filoso

fía, año XII, N uI, (1998), UNAM, México, pp. 113-123.



36 María O. Navarro

nos y sus referentes, toda deducción integra una mediaciónprevia, a saber, la interpretación que cada signo incorporaen todos nuestros razonamientos y actos de habla. Así pues, y para encauzar la segunda de las preguntas, cabe

argüir que si nuestros argumentos son, en sí mismos, in terpretaciones, ello no es en virtud de que, como sosteníaTarski, nuestras interpretaciones —en relación a un con junto de fórmulas o, en general, a un universo— satisfaganuna fórmula o fórmulas cualesquiera si como resultado dela tal interpretación se obtiene un enunciado verdadero(asimilando así, en términos metalógicos, el concepto deecuación matemática) sino, antes bien, en virtud de queellos, nuestros argumentos, son el resultado de interpretaciones cuyo valor de verdad es directamente proporcional

a la capacidad de nuestros argumentos para generar efectos de verdad.

La tradición analítica ha definido y considerado laabducción como el primer estadio de la interpretación, pues

toma a aquélla como una búsqueda de premisas plausiblespara la formación de hipótesis explicativas consistentes.Pero lo que aquí se sostiene matiza el juicio que ha merecido a la tradición analítica este tipo de razonamiento. Enefecto, lo cierto es que todo proceso de búsqueda y conformación de hipótesis lógicamente consistentes descansa so

bre un presupuesto lógico y ontològico previo, a saber, elmétodo al que quedamos irremisiblemente abocados envirtud de la dimensión interpretativa que todo lenguaje alberga, Por tanto, resulta necesario recalcar que el razonamiento abductivo no agota el campo semántico del término'interpretación', esto es, no agota sus propiedades o notas

semánticas desde un punto de vista intencional sino que, entodo caso, revela, en cuanto argumento, una estructura lógica, a partir de la cual, cabe analizar la forma lógica de ciertas interpretaciones. Mas eso no implica que dado que todo

Analogía, prudencia y abducción en laracionalidad interpreta!iva 37

razonamiento abductivo entraña un proceso de búsqueda delas mejores explicaciones posibles para llegar a ciertas conclusiones (lo que implicaría claramente un proceso interpretativo) sea entonces el problema de la interpretación sub-

sumible bajo la naturaleza del razonamiento abductivo. Enrealidad, se pueden construir interpretaciones siguiendo elesquema lógico de un argumento deductivo. Mas parece,

sin embargo, cierto que tanto la noción de argumento abductivo como el de interpretación no sólo pueden ser analizados desde un punto de vista epistemológico, sino desde

los presupuestos ontológicos inherentes a la radical lingüis-ticidad con que se nos da (el decir) el mundo. Tenemosentonces que la conclusión (en verdad, una linca de investigación) podría ser presentada, con brevedad, en los siguien

tes términos: La ontología lingüistica o filosofía hermenéutica es la condición de posibilidad de la existencia de procesos argumentativos a través de los cuales y conforme a loscuales, ya sea por mediación de una deducción, una inducción o una abducción, se producen y/o establecen conclusiones con diferentes grados de consistencia lógica. Estalinca de investigación si bien se inspira en los comentariosde Beuchot en torno al razonamiento abductivo, tambiénamplía, a mi parecer, las diferentes incursiones del filósofoen tomo al asunto del razonamiento abductivo por analogía,dado que asume aquélla modalidad de argumento desde sudoble faceta, a saber, desde el plano de una ontología lingüística y, por consiguiente, desde la perspectiva de unateoría hermenéutica o interpretativa de la argumentación3*'.

La filosofía hermenéutica o teoría de la interpretaciónha investigado, a juicio mío, aquellos condicionamientos

lista hipótesis de investigación es explorada en mi tesis doctoral¡lada en nota 31.



38 María G Navarro

de tipo ontològico y epistemológico que permiten a nuestras interpretaciones satisfacer cualesquiera fórmulas hasta

convertirse en enunciados eventualmente verdaderos y haproporcionado a nuestra contemporaneidad esa forma de

nueva koiné de la que tan frecuentemente ha hablado Vattimo. Mas lo interesante, a mi parecer, es seguir indagandoen el problema y las paradojas de la applicatici, tal y comoquedaron esbozadas en el pensamiento de Gadamer. Laprofundización en la cuestión de la applicatio conduce,irremisiblemente, a la pregunta en torno a la lògica inherente a las argumentaciones que conforman nuestras

interpretaciones. A mi entender, la filosofía de Beuchot,tal y como en estas páginas se ha intentado poner de manifiesto, constituye una indagación en esa importante temá

tica y, por ello, amplía y, en buena medida, impulsa y endereza una de las más importantes cuestiones en el legado dela filosofía hermenéutica desde Aristóteles hasta Gadamer.

HERMENÉ UTICA ANAL ÓGICA; PARADIG MA DEL

PENSAR LATINOAMERICANO*

Julio César Barrera Vélez

Con aprecio para mi amigo en eltrasegar tras las huellas de Mermes, Dr. Mauricio Beuchot Puente.

El objeto del presente texto es exponer los rasgos fundamentales de la propuesta hermenéutica del filósofo mexicano Mauricio Beuchot Puente como un arquetipo del

pensar latinoamericano. El corpus del texto lo conformanlos siguientes acápites: 1. Descripción del pensamientofilosófíco-hermenéutico contemporáneo. 2. Ubicación dela obra de Mauricio Beuchot en el pensamiento contemporáneo. 3. Rasgos esenciales de la hermenéutica analógica.

1. P E N S A M I E N T O F I L O S Ó F I C O - Ü E R M E N É U T I C O

C O N T E M P O R Á N E O Y H E R M E N É U T I C A

La singular transición hacia el nuevo milenio ubica al hombre frente a una serie de inquietantes preguntas. Dichas

preguntas aparecen en todos los ámbitos en los que se desenvuelve la vida y el obrar humanos. En esta perspectivael campo del saber filosófico no constituye una excepción.

Conferencia dictada en el marco del /// Seminario de Filosofía de laFacultad de Arles y Humanidades de la Universidad de Pamplona,Colombia, en homenaje a los 45 años de su fundación.

Profesor-lnvesligador de la Facultad de Artes y Humanidades. Deplo.de Filosofía. Miembro del Grupo de investigación Fray Bartolomé delas Casas, reconocido por Colciencias. Registro Co10027325-Categoría B.



40 Julio Cesar Barrera Véle/.

Por tanto, si observamos el desarrollo filosófieo-ctilturalde los últimos tiempos, constatamos que a partir de la segunda mitad del siglo XX el problema del lenguaje o elllamado "giro lingüístico" constituye uno de los principa

les temas de reflexión. Reflexión que ha sido sistemáticamente desarrollada desde diversas sensibilidades filosóficas. En esta linea aparece la "hermenéutica" como una nueva Á/J ¿«tí filosófica desde la cual se "apalabra" el mundo.

De tal manera que en este espacio comprenderemosde manera general por hennenéutica, entre sus muchasacepciones, el arte de la interpretación y del diálogo. Esuna corriente filosófica y cultural en que el mundo y elhombre se constituyen como tales en y por el lenguaje, demodo que llegar a ser es llegar a la palabra y, por lo mis

mo interpretación. Todo se da y se articula en el lenguaje,sede del sentido, del ser-sentido-lenguaje.El mundo no es una realidad física ajena al hombre,

sino un haz de interpretaciones. Hcidegger dirá que todaverdad es una articulación interpretativa de una precom-prensión en la que nos encontramos por el hecho mismode existir como "seres-en-el-mundo". Esto significa quetoda comprensión es mediata, es decir, "se encuentra ya yen cada caso tiene lugar ya en medio de situaciones tácticas, conformaciones históricas y prejuicios, que acotan y a

la par orientan, la comprensión. Por otra parte, dentro delhorizonte hermenéutico contemporáneo afloran diversastendencias. Una caracterización ilustrativa1 de las mismaspresenta cinco grandes bloques, a saber:

1 La presente taxonomía la tomo de Herrera Restrepo, Daniel. Fenomenología y Hermenéutica. En: Cuadernas de Filosofía Latinoamericana. Universidad Santo Tomás. Nos. 72-73, 1998.

Hermenéutica analógica: paradigma del pensar latinoamericano 41

1. Hay una Hermenéutica Metódica, heredera de Dilthey,que ante los éxitos de las llamadas ciencias de la naturaleza, alcanzados gracias a su universalidad y objetividad, se interroga sobre las condiciones de posibilidadepistémicas y metodológicas de las llamadas cienciashumanas para que su interpretación del mundo alcance,igualmente, "universalidad y objetividad".

Esta tendencia cree, ingenuamente, que en este mundose puede dar la pretendida distancia entre sujeto y objeto que se da en las ciencias de la naturaleza.

2 . Desde otra orilla, tenemos una Hermenéutica Ontològica, aquella de un Heidegger o de un Gadamer, paraquienes la experiencia se configura en el lenguaje. Interesados en el ser, tras largos análisis, llegan a la conclusión que el único ser que nos es accesible es el que senos revela en el lenguaje. Sin embargo, olvidan que ellenguaje también es un medio de dominio y de poder;que el lenguaje puede ser el lugar de la verdad y de lacomunicación correcta, pero también de la no verdad yde la comunicación distorsionada. Pues los actos delhabla no sólo son lingüísticos, sino comunicativos, loque supone no jugar solitariamente un juego lingüístico,sino someter el habla a las reglas cuyo cumplimientocorresponde siempre el interlocutor, al menos ideal, conlos mismos derechos del hablante.

3. Otra tendencia a es la Hermenéutica Semiológíca dePaul Ricoeur. Su interés, sin embargo, es igualmenteontològico. Mas como buen francés, que no renuncia alespíritu cartesiano, está orientado a la comprensión delyo. Para lograrlo, sigue el largo camino del análisis delas zonas simbólicas producidas por el hombre: sueños,mitos, ritos, metáforas, etc. Ricoeur ha puesto de relievecómo el lenguaje simbólico es multívoco y, como tal, lomás opuesto al lenguaje unívoco de las ciencias. Por tan-



42 Julio Cesar [Jarrera Vélez

to, sólo y a través de análisis semiológicos detallados dedicho lenguaje podemos llegar a saber lo que somos.

4. Como cuarta tendencia tenemos la Hermenéutica Críticade Habermas y Apel, quienes parten de la convicción

de que la posibilidad del conocimiento se fundamentaen los intereses de la vida cotidiana. Para quienes se interesan en el mundo social, se trata del interés de laemancipación de los dominados, emancipación quepresupone una crítica de las ideologías que sostienen alos dominadores: es necesario develar el sentido de estas ideologías para posibilitar la comunicación y convergencia entre las diversas perspectivas de cada uno delos mundos cotidianos en pro de la convivencia, pues elcriterio de validez de una norma sólo puede ser el con

senso cotidiano. Este consenso es posible si el oyenteentiende al hablante, lo cree veraz, acepta la verdad delcontenido proposicional y si, finalmente, considera correcta la norma aprobada.

5. Por último encontramos la propuesta de Gianni Vattimo(que denominaremos Hermenéutica Nihilista), quienconcibe la hermenéutica como una cosmovisión en elmarco del pensamiento débil o des fundamentado. Cuyolelos es poner de presente la urdimbre de interpretaciones desde y sobre las cuales tenemos que habérnosla

con el fluir constante de lo real, en donde el ser patentiza su aniquilamiento.

2. U B I C A C I Ó N D E L A O B R A D E M A U R I C I O B E U C H O T E N E L

P E N S A M I E N T O C O N T E M P O R Á N E O

2.1. Sinopsis Biográfica

Mauricio Beuchot Puente es doctor en filosofía por laUniversidad Iberoamericana de México. Actualmente esprofesor de la Eacultad de Filosofía y Letras de la UNAMe investigador en el Instituto de Investigaciones Filológi-

Hermeuéutica analógica: paradigma del pensar latinoamericano 43

cas y director de la revista Analogía Filosófica. Entre suspublicaciones más importantes tenemos:

* Postmodernidad, hermenéutica y analogía. México:Universidad Intercontinental-MiguelÁngel Porrúa.1996.

* Tratado de hermenéutica analógica. México: UNAM1997.

* Perfiles esenciales de la hermenéutica. México: Instituto de Investigaciones Filológicas-UNAM.1997.

* La retórica como hermenéutica y como pragmática.Barcelona: Anthropos.1998.

* Hermenéutica analógica y del umbral. Salamanca:Sanesteban. 2003

* Hermenéutica Analógica. Aplicaciones en América Latina. Bogotá: El Buho. 2003.

* Hermenéutica, Analogía y Símbolo. Barcelona: Herder. 2004.

* Antropología Filosófica. Hacia un personalismoanalógico-icónico. Madrid: Fundación EmmanuelMounicr. 2004.

Más numerosos artículos en revistas especializadas, tantoen lengua castellana como francesa e inglesa.

2.2. De la ubicación

Inserta en el debate modernidad-postmodemidad se en

cuentra la reflexión fílosófico-hermenéutica de Beuchot.Al respecto acota:

(...) La postmodernidad anuncia la bancarrota de lamodernidad. La razón moderna no ha cumplido suprofecía de progreso indefinido, antes bien, nos hallevado al fracaso que contemplamos en la actualidad. (...) En contra de la universalidad de la razóny de la unificación de la cultura —que pretendía lamodernidad—, se ha llegado más bien a formas depluralismo que no apuntan a un sentido unitario. Se



44 Julio César Barrera Vétóz

esfuma, pues, la visión unitaria que era característica de la búsqueda de la identidad, y se vuelve lavista a la diferencia, a la multiplicidad. Lo unitarioestable se considera 'metafísico' y se 1c condena".

Como lo afirma el autor, es esta problemática y su intención de dialogar con ella, la que ha motivado el surgimiento de una hermenéutica analógica*. A este respecto el proyecto hermenéutico de Beuchot busca un punto intermedioentre la univocidad de algunas hermenéuticas y la equívo-cidad de otras. Por esto, al decir del autor en cuestión:"(.. .) Dada esa dolorosa tensión entre la univocidad y laequivocidad, se presenta como coyuntura la analogía, colocada entre el univocismo de la modernidad y el equivo-cismo de la posmodernidad"4. Empero, en el contexto de su

pensamiento es necesario precisar que el aporte que hace

este filósofo a la reflexión hermenéutica actual, no es meramente metodológico. Puesto que el proyecto de una hermenéutica analógica se inserta en el horizonte de una verdadera meditación sobre cómo desde nuestro ethos de mestizosy cómo en y desde América Latina interpretamos nuestrocontexto inmediato. En este sentido Beuchot nos dice:

(...) Lo veo como una buena alternativa; no sóloporque tengo la convicción de que la analogicidadayudará a sintetizar las tensiones modernidad:

posmodernidad, sino poique estoy persuadido de

3 Beuchot Puente, Mauricio. Hermenéutica analógica y crisis de lamodernidad. En: Revista de laUNAM. 1998, p. 25.3 Mas los supuestos básicos de este proyecto filosófico se encuentranexhaustivamente expuestos en las siguientes obras de Beuchot, a saber: Postmodernidad, hermenéutica y analogía. Tratado de hermenéutica analógica y Perfiles esenciales de la hermenéutica.4

Beuchot, op. clt.

Hermenéutica analógica; paradigma del pensar latinoamericano 45

que la analogicidad está en la entraña misma delconocimiento humano?

Por otra parte, dentro de esta misma línea de reflexióncabe recordar que la originalidad en filosofía hay que si

tuarla en el marco de la clásica idea de repetición y diferencia, puesto que para la comprensión de lo más remotose interpela desde el presente y al mismo tiempo para lacomprensión del presente se hace necesario ir retrospectivamente a la etiología de las cosas mismas. En este sentido el pensamiento vivo de Beuchot se realiza en diálogocrítico con las diferentes tradiciones filosóficas. Al respec

to, a mi modo de ver, la obra de Beuchot es una síntesismadura entre la tradición anglosajona (Peirce, Morris) y latradición continental (Gadamer, Greimas y Ricoeur). Au

nado a lo anterior, quiero destacar que la multifacética(por la diversidad de tópicos que aborda pero desde unaóptica unificadora: la hermenéutica analógica) obra deBeuchot, es una obra viva que echa sus raíces afincadaprofundamente en la realidad, materializando de este modo la máxima hegeliana de que la filosofía es la época expresada en conceptos.

3. R A S G O S E S E N C I A L E S DE L A H E R M E N É U T I C A

A N A L Ó G I C A .

3 .1 . Noción de AnalogíaBeuchot, reactualizando la tradición aristotéüco-tómista,se sumerge en la problemática contemporánea del tinivo-eismo-equivocisino y brinda una alternativa equilibrada almismo. A este propósito afirma:

(...) Frente a estos extremos del equivocismo y elunivocismo, queremos presentar un modelo analó-

5 Op. cit., p. 28.



46 Julio César Barrera Vélez

gico de la interpretación, una hermenéutica analógica, inspirada en la doctrina de la analogía deAristóteles y los medievales. F.n la interpretaciónunivocista se defiende la. igualdad de sentido, en la

cquivocista, la diversidad. En cambio en la analógica se diee que hay sentido relativamente igual(secundum quid eadem) pero que es predominantey propiamente diverso (simpüciter diyersum) paralos signos o textos que lo comparten6.

En este ámbito recordemos que la analogía es un conceptoque se encuentra ya presente en la lógica aristotélica. Seutiliza en dos campos: en el estudio del término (dicción)y también en una de las clasificaciones del concepto comouno de los modos primarios de predicación o antepredica

mentos. Así, el término es la expresión (oral o escrita) delconcepto. Es significativo el hecho de que si bien puede

haber términos unívocos, equívocos o análogos, el concepto sólo puede ser unívoco o análogo. De tal manera que unconcepto es análogo cuando se predica de varias cosas conuna significación parcialmente la misma y parcialmentediversa, pero con predominio de la diferencia7. De esta manera, Beuchot descubre que la predicación análoga sirve

* Beuchot Puente, Mauricio. Tratado de hermenéutica analógica. Haciaun nuevo modelo de interpretaciim. México: UN AM. 1997, p. 37.7 Al respecto, Beuchot acota que: "(...) Según nos dice la semántica,lo análogo tiene un margen de variabilidad significativa que le impidereducirse a lo unívoco pero también le impide dispersarseen !a equi-vocidad. La semántica de lo análogo ya ha sido trabajada por Aristóteles y algunos medievales, que llegaban a decir que lo análogo es pre¬ponderantemente diverso, respeta las diferencias; pero evita la puradiferencia al punto de poder ser tratado incluso en el silogismo, de unamanera silogística dinámica, no cerrada y fija". Cfr. Beuchot Puente,Mauricio. Perfiles esenciales de la hermenéutica. México: Instituto de

Investigaciones l-'ilológicas-UNAM. 1997, p. 2%.


de fundamento a un modo de acceso (léase comprensión/ interpretación) a la realidad equilibrado. Por ello afirma:

(...) La analogía es, por tanto, un modo de ser, unmodo de conocer y una actitud vital. Es un modo

de ser, porque el ser mismo es analógico, se dicede diversas maneras. Es un modo de conocer, porque se opone a los reduccionismos del modo unívoco de conocer y a los relativismos del modoequívoco de conocer. Pero es también una actitudvital porque está conectada con la prudencia, auncon cierto conocimiento por connaturalidad, quepodemos llamar empatia, muy importante para laética y las ciencias sociales. Tiene pues un sustratoontológico, uno epistemológico y otro ético8.

Siguiendo con la profundizadón del concepto en cuestión,

Beuchot comenta los márgenes y criterios de la analogía quemanejaba c! pensamiento medieval. Al respecto nos dice:

(...) La analogía es proporción, y puede serlo demanera simple o de manera compuesta. A la primera suele llamársela analogía de atribución, c implica una marcada jerarquía entre un analogadoprincipa! y otros analogadqs secundarios. Así, "sano" se predica primariamente del organismo, ydespués (o secundariamente) del clima, del alimento, de la medicina o de la orina. El primero recibela atribución con mayor propiedad que los segundos, los cuales reciben esa atribución precisamentepor relación con él. La analogía de proporcionalidad es una proporción compuesta. En ella lo que secompara no es un analogado con otro, sino que secomparan dos proporciones simples. No se coinpa-

B'euchot Puente. Mauricio et al. ¿'Tiene la analogía alguna junciónen el pensar filosófico? México: Universidad Iberoamericana. 1997,p. 149-150.




ran correlatos, sino relaciones. Aquí no se ve tantola jerarquía como en la otra, pero hay un cierto orden,ya que Unía analogía implica un más y un menos.La analogía de proporcionalidad puede ser propia ometafórica. Ejemplo de la propia: "la razón es parael hombre lo que el instinto para e! animal", poreso entendemos la expresión "el animal se adapta(instintivamente) al medio ambiente". Ejemplo dela metafórica: "la risa es al hombre lo que las floresal prado", por eso entendemos laexpresión metafórica "el prado ríe". Esta última es de singular importancia, pero no es el único tipo de analogía'1.

De esta forma la reflexión sobre los tipos de analogía llevaa Beuchot a conclusiones que resultan novedosas para

muchos contemporáneos: "(...) pretiero como paradigmade la analogía la de proporcionalidad propia, para que noobtenga una prioridad absoluta, sino relativa a los casos enque se practica o aplica". 10

Mas nuestro autor rescata, a mi juicio, algo que generalmente se pasa por alto en la misma tradición metafísica cuando acota que:

(...) De hecho, la analogía siempre implica proporcionalidad, esto es, una relación en la que no sepuede atribuir algo a diferentes cosas sin conocer y

matizar lo que tienen de común, y, sobre todo, loque tienen de diferente. Ya que en la analogía predomina la diferencia, exige conocer en qué se distinguen las cosas más que lo que tienen en común.No se puede aplicar, por eso, donde no hay multitud ni donde no hay diversidad".

" Beuchot Puente, Mauricioel al. Op. cit., p. 146.10 Beuchot Puente, Mauricio et al. Op. cit., p. 147-148.11

Beuchot Puente, Mauricio el al. Op. cit., p. 148.


En términos generales, el modelo analógico (eje central del proyecto hermenéutico en cuestión) lo concibe elautor como un: "(•••) modelo analógico intermedio entrelo unívoco y lo equívoco, pero tendiendo más a este últi

mo, ya que es primariamente diverso y secundariamenteidéntico." Por ende, en la dynamis de este modelo interpretativo se patentiza una amplia racionalidad comprensiva,en donde el movimiento de acercamiento y alejamiento enla actividad interpretativa evitan los extremos, propendiendo a un equilibrio interpretativo.

3.2. De los fundamentos de la hermenéutica analógica

Apoyado en la lectura de la obra de Beuchot y del intercambio personal con el autor, junto al acopio de los argu

mentos que expone y al diálogo que su pensamiento filosófico entabla con Gadamer, Ricoeur y Peirce, esbozarécinco 'caminos' o 'sendas' y categorías que, a mi juicio,expresan la razón de ser de una interpretación analógica.

/. Senda o Camino Ontològico.

Aunque en el clima postmoderno se crea ingenuamente quela ontologia reflexiona sobre 'esencias ahistóricas y atem¬porales', la ontologia accede al conocimiento de la esencia

y ésta siempre se encuentra encarnada en una situación his

tórica cultural determinada y concreta. Por consiguienterequiere una comprensión (léase intelección/interpretación)analógica. Ya que el telas es acceder a lo común sin perderlas diferencias. En este sentido el mismo autor afirma:"(.. .) En esta metafísica analógica recuperamos el ser,dentro de sus diferencias, sin sacrificar con ello lo que deunidad podemos asegurarle."12

Beuchot Puente, Mauricio. Filosofía analítica, filosofía tomista y

metafísica. México: Universidad Iberoamericana. 1983, p. 78.




2. Senda o Camino Gnoseológico

De manera análoga a la situacionalidad de las esencias endiversos contextos culturales, los hombres, abocados a

conocer y comprender, también se encuentran espacio-temporalmente situados en marcos culturales diversos. A lrespecto, Beuchot nos dice:

(...) Puede concederse casi sin dudar que no hayun metasistema que englobe a lodas las culturas ydé razón de ellas. Pero también es posible concederque desde la propia cultura —sin brincar a un meta-sistema inalcanzable, por inexistente, y sin tenerque erigir a la propia cultura como totalmente universal, porque no es cierto— se pueden juzgar lasdemás culturas. De manera dia-filosófica, no meta-

filosófica. Por analogía. Para comprender aigo nohace falta tener que vivirlo (como decía Ortega yGasset; para estudiar al pato no hace falta ser pato)ni siquiera recordarlo (podemos condenar los campos de concentración sin haber estado en ningunode ellos), ni compartirlo idealmente; basta con poder compartirlo de manera analógica, proporcional,por acercamiento ¡cónico al paradigma o modeloque se nos muestra de ello. Así, podemos acercarnos (según cierta gradación) a la comprensión deotras culturas13.

3. Senda a Camino Existencial

En la perspectiva de la reflexión hermenéutica heideggc-riana, en donde lo hermenéutico no es simplemente un'modo de ser' sino la aprehensión vital del comprenderhumano, resulta incontrastable sXfactum de que la razónhumana se mueve comparativamente. Es decir, encaramos

I J Beuchot Puente, Mauricio. Hermenéutica analógica y crisis de ¡a mo

dernidad. México, lid. Nora María Matamoros f-'raneo. 1998, p. 15.

f lermenéutica analógica: paradigma del pensar latinoamericano 51

la comprensión/interpretación de la realidad por la vía dela analogía de la comparación.

4. Senda o Camino Antropológico

Dada la finitud humana, se comprende la necesidad deacceder a los procesos de comprensión mediante la comparación. De tal forma que en la obra de Beuchot aflorauna "hermenéutica de la facticidad del ser humano"14. Endonde el hombre, de manera general se concibe, como"icono del ser e icono del tiempo". En donde el hombrecomo "animal hermenéutico" está llamado a comprenderel mundo y por lo mismo a interpretarlo.

5. Senda o Camino Etico

Según Beuchot15, una ética hermeneutizada se plantea demanera distinta, y tiene que ser considerada en relacióncon la hermenéutica. Igualmente, la hermenéutica analógi-co-icónica remite a la ética a la dimensión metafísica,abierta por la hermenéutica misma, donde ambas se aposentan, se mueven y conviven. De tal manera que una delas intenciones de este modelo de comprensión es hacer

una lectura de la naturaleza humana como un texto, paraextraer de él las consecuencias y aplicaciones que necesf tamos para dirigir su conducta. Sin ese conocimiento delhombre, sin esa interpretación de su ser, tendremos unaética muy formal y muy pura, pero completamente vacía.

Beuchot Puente, Mauricio. Antropología Filosófica. Hacia un personalismo analógico-¡cónico, Madrid: Fundación Hmmanuel Mounier.2004, p. 47.15 Cfr. Beuchot Puente, Mauricio. Perfdes esenciales de la hermenéutica. México: Instituto de Investigaciones Filológicas-UNAM. 1997.




En lo relativo a las principales propuestas categoría-les16 o corpus conceptual desde el cual la propuesta de lahermenéutica analógica se articula, tenemos:

1.La analogicidad como espacio intermedio entre la interpretación univocista de los positivistas o cientificis-tas y las hermenéuticas equivocistas de muchos postmodernos.

2. Interpretación bajo la guía de la analogía de proporcionalidad. De tal manera que genere una lectura proporcional al texto, tanto a) metonímica (o de proporcionalidad propia) como b) metafórica (o de proporcionalidad impropia).

3. Aplicación de ¡a analogía de atribución que nos dará la

posibilidad de más de una interpretación válida (contrael positivismo) pero con límites (contra el posmodernismo), de modo que haya un grupo de interpretacionesválidas de un texto pero jerarquizadas, en las cuales

habrá una que sea el analogado principal (no necesa

riamente la interpretación más verdadera, pero si lasmás rica en matices) y otras que irán descendiendo has

ta que comiencen ya a ser falsas.

4. Una hermenéutica analógico-icóníca, es decir, queatienda a la ¡conicidad, según Peirce, para quién la ana

logía es ¡conicidad, y la ¡conicidad tiene tres clases otipos: imagen, diagrama y metáfora, con lo cual se obtiene otra vez el polo metonímico y el polo metafórico,los cuales, según Jakobson, son los dos pilares de! pensamiento humano (el metonímico para hacer ciencia yel metafórico para hacer poesía).

16 Cfr. Barrera Vélez, Julio César. Charlas con Mauricio Beuchot. Bo

gotá: Sed. 2005, p. 4.


5. Analogicidad y simbologicidad, porque, corno ya decíaKant, el símbolo sólo puede interpretarse por analogía,conocerse analógicamente. Esto evitará el univocismode muchos que interpretan el símbolo para traducirlo al

lenguaje científico (L. Lévi-Bruhl) y el equtvocismo deotros que dicen que el símbolo no se puede interpretarsino sólo vivir (R. Panikkar).

6. Articulación de la dimensión metonímica y metafórica:dado que la metonimia nos permite pasar de los efectosa las causas (o abducir) y de la parte al todo (inducir),es un aspecto que se materializa en el discurso de lasciencias. En cambio, la metáfora nos permite expresar

el pensamiento indirecto, traslaticio, poético. De talmanera que en la aprehensión de la realidad ésta gana

una plusvalía de sentido17

.En suma, el proyecto de la hermenéutica analógica se ubicacomo un gozne (entre el univocismo y el equivocismo) quepermite alcanzar un diálogo profundo y genuino con eltexto (comprendiendo el término "texto" en sentido amplio)y su contexto, A lo cual se puede acceder sin detrimentode marcar un orden entre las diversas interpretaciones.

3.3. De la heurística en los procesos metódicos de la

hermenéutica analógica

Recordemos que el término "heurística" viene de los vocablos griegos "heu " y "rein ", que significan "correr bien"; ydicho sentido es cercano al de método, que es "meta¬

hodos ", es decir, atravesar un camino. De tal manera que,a nivel etimológico, la heurística ayuda a recorrer bien elcamino metodológico. De forma más precisa "(•••) la heu-

Beuchot Cliente, Mauricio. Hermenéutica Analógica y del umbral.Salamanca: San Esteban Editores. 2003, p. 44-46.



54 Julio César BarreraVélez

ristica es una parle del método: la que lleva al descubrimiento, más que a la demostración de lo descubierto."Entonces, ¿cuál es la heurística de la hermenéutica ana-lógica? Dada la naturaleza mediadora de la hermenéutica

analógica, el interprete debe aprender a captar, según Beuchot, "(•••) la semejanza y la diferencia, sobre todo la diferencia. Vemos las diferencias desde la semejanza; pero sinperder la diferencia". Más, ¿cómo ocurre el proceso?

(...) Después de la pregunta interpretativa sobre eltexto, la interpretación se plantea primero en formade hipótesis o conjetura. (Después se verá si tieneconcordancia con el texto, y aun se argumentaráque la tiene, se ofrecerán argumentos dialécticos oretóricos para apoyarlo.) Mas el acto interpretativo

es la actuación de una competencia que se va formando. Es la construcción de una virtud hermenéutica que nos hace capaces o nos hace competentespara realizar el acto interpretativo1''.

Más adelante, en esta misma línea, aclara con más exactitud el proceso, al decir:

(...) El acto de interpretación tiene como previo uncueslionamiento o pregunta interpretativa. Acercadel significado de un texto. El acto interpretativo

1S Beuchot Puente, Mauricio. Hermenéutica, Analogía y Símbolo.Barcelona: Herder. 2004, p. 105-106.19 Beuchot Puente, Mauricio. Op. cit., p. 110-111.2Ü Al respecto, en el texto Perfiles esenciales de la hermenéutica.México: Instituto de Investigaciones rilológieas-UNAM. 1997, Beuchot propone como modelos las siguientes preguntas interpretativas:La pregunta interpretativa es siempre con vistas a la comprensión.¿Qué significa este texto?, ¿qué quiere decir?, ¿a quién està dirigido?, ¿qué me dice a mí?, o ¿qué dice ahora?, y otras más. Puededecirse que la pregunta es un juicio prospectivo, está en prospecto, en

proyecto. Se hace juicio efectivo cuando se resuelve la pregunta).


será precisamente la construcción de una hipótesisde interpretación, una interpretación hipotética.Más, ¿qué ayuda a alcanzar una buena hipótesis interpretativa? A eso ayuda el familiarizarse con elcontexto del texto (...) Así mismo hay que estar

impregnados del conocimiento de la historia y lacultura del autor del texto21.

Por último, en lo relativo al proceso en cuestión, Beuchotsubraya la dimensión ¡cónica de la hermenéutica analógicaal decirnos:

(...) Para interpretar un texto, a veces se intentará"copiar" de plano su sentido (ti obtener un análogodel mismo que se acerque a la correspondenciaunívoca o biunivoca), a veces se necesitará hacer undiagrama del mismo y a veces sólo una metáfora

suya. Los dos primeros quedan sobre todo en textosque tienen una intención más inclinada al litcralis-mo, a! sentido literal, y los dos últimos cuando setiende al sentido simbólico, alegórico o no literal22.

•orno cierre, es necesario esbozar algunas razones de porqué considero el proyecto filosófico hermenéutico deMauricio Beuchot un "paradigma del filosofar latinoamericano": porque, insertado en la filosofía contemporánea,este aulor buscar rehabilitar la frónesis interpretativa, detal manera que, en diálogo con la tradición (desde preso-

cráticos a Ricoeur) y tematizando aspectos esenciales denuestra mismidad, tales como la dimensión analógica denuestra condición mestiza, ha entablado un fructífero diálogo en donde lo universal del pensar filosófico occidentalse atempera en la relectura de los mitos fundacionales del

Cfr. Beuchot Puente, Mauricio. Hermenéutica, Analogia v Símbolo.Barcelona: Herder.2004, p. I I I .1 Beuchot Puente, Mauricio. Op. cit., p. 115.



56 Julio César Barrera veles!

Valle de México o en las formas discursivas que re-creanel ayer que aflora: ya sea en la plaza de mercado o la liturgia de la academia. Además vale la pena recordar que elpensamiento analógico ha estado presente en los procesos

de construcción de nuestra identidad latinoamericana desde el encuentro de las civilizaciones precolombinas con laeuropea hasta nuestros días. Por tanto, en esta perspectiva,les pido me permitan entrar de puntillas en "ese sueño quese construye todos los días y que genéricamente se llamaUniversidad de Pamplona", para seguir tras las huellas deSófiá, que aflora no sólo en los constructos que deja elpaso del pensar, sino también en el ágrafo lenguaje de lamontaña y en la policromía del paisaje.

E L PROCESO DE L CONOCIMIENTO Y LA

HERMENÉUTICA ANALÓGICA

Sixto.!. Castro

i. I N T R O D U C C I Ó N

El problema del conocimiento ha estado siempre presenteen la historia de la filosofía, pero de un modo conspicuo esa partir de la Edad Moderna cuando el problema del conocimiento se convierte en una de las disciplinas centrales dela filosofía.

Ahora bien, cuando hablamos de el proceso de conocimiento, no debemos quedarnos en este título, sino quedebemos revertirlo en aquel otro de "procesos del conocimiento", porque, en efecto, hay muy diversos procesosque tienen orígenes bien diferentes y finalidades completamente distintas. Una cosa es el proceso que me lleva aconocer la serie de los números naturales, otro el que melleva a elaborar la tabla periódica de los elementos, y otrabien distinta es el proceso que me lleva a conocer a mimujer o a saber tocar un instrumento musical. La adquisición de conductas, de información, de representaciones dalugar a ese complejo que llamamos conocimiento. En este

sentido, ha sido muy influyente la distinción de GilbcrtRyle entre "saber que" (knowing that) y "saber cómo"(knowing how). El conocimiento preposicional se formulageneralmente en expresiones de la forma "saber que". Al-

Universidad de Valladolid, Espafia.



58 Sixto J. Castro

gurtas de las formas de "saber cómo" son redueibles al"saber que" (se cómo se produce ta caída de los gravesequivale a sé que la caída de los graves se produce por laatracción gravitatoria). Pero no siempre es así, pues los

casos más interesantes del "saber cómo" son aquellos enlos que está en juego una habilidad independiente de todo"saber que", con lo que saber cómo equivale a "poder". Encierto modo, esto nos es más que una variación de la antigua distinción aristotélica entre episleme, o conocimientoteórico y phrónesis, o conocimiento práctico, aunque laplirónesis no sea más que el grado supremo de este saber-

cómo, y el modo más eximio, de radical y renovada importancia en al ámbito de la filosofía de la acción, caracterizado por el hecho de que no se deja reducir a lo preposi

cional, al igual que tampoco se pueden reducir otras saberes prácticos, pues yo puedo saber tocar el órgano o andaren bicicleta sin ser capaz de poner esto en forma proposi-cional, o puedo conocer a mi mujer o a mí mismo sin sercapaz de decir en qué consiste este conocimiento.

Antes de abordar la cuestión en detalle, quisierahacer otra anotación: es necesario no caer en el engaño delas imágenes que habifualmente se utilizan en la psicologíacognitiva y en la filosofía de la mente, especialmente ladel hombre como una computadora, que únicamente se

dedica a procesar información. La psicología y la filosofíavan con los tiempos. En el pasado, cuando las computadoras aún eran ciencia ficción, al hombre se le comparabacon un gran mecano o con una calculadora. La metáforadel ordenador es propia de nuestra época, y a medida quela neurología y la psicología del conocimiento avancen, lametáfora será completamente distinta.

Conscientes ya del poder de las imágenes y atentos alos peligros que estas metáforas pueden entrañar, puestoque normalmente acarrean más problemas que soluciones,

El proceso del conocimiento y la hermenéutica analógica 59

centrémonos en el tema que nos ocupa, y, dado que el es¬acio y el tiempo del que disponemos son limitados, en el

campo del conocimiento proposicional, ya que si hablásemos de otros procesos de conocimiento, la cuestión nosllevaría muy lejos.

El ser humano, constitutivamente, es un ser cognoscente, y su estructura es dinámica y ideológica, es decir,el conocimiento no es algo dado, sino algo que se lleva acabo, y que puede conducir a posiciones bien diversas;siendo sus extremos el dogmatismo (la creencia en la posesión de verdades inmunes a todo examen crítico) y elescepticismo (la creencia de que nada podemos conocer ode que debemos dudar de todo conocimiento), y una de lasmás contemporáneamente difundidas el relativismo. ¿Có

mo se llega a ellos? Esa es la pregunta. ¿O acaso se comienza siendo dogmático, escéptico o relativista? En miopinión, uno puede llegar a uno de esos extremos sólodespués de un largo proceso de desarrollo del conocimiento. Nadie nace escéptico o dogmático. Imagino que esa esla gran preocupación de los educadores, pues tanto eldogmatismo como el escepticismo representan los límitesinfranqueables más allá de los cuales no cabe el diálogo,es decir, no cabe la comunicación ni, por ende, la educación, la cual, si bien puede aceptar ciertos márgenes derelativismo, es lo más opuesto al relativismo extremo, enel que todo vale, o, lo que es lo mismo, nada tiene consistencia por sí mismo. Se entienda como se entienda la educación, como un proceso de comunicar contenidos o dedesarrollo de habilidades y aptitudes, es evidente que eldiálogo es fundamental. Y en la medida en que los educandos se acercan más a esos tipos puros que constituyenel dogmático y el escéptico (y en cierto modo el relativistaextremo), más difícil es la tarea del educador. Por eso,creo que es fundamental determinar en qué consisten estos



60 Sixto J. Castro

tipos puros, para poder, de algún modo, desarmarlos, yrecuperar al alumno para el diálogo educativo.

Veremos que el dogmatismo univocista y el relativismo equivocista pueden ser superados en una postura

hermenéutica analógica, tal como la está desarrollandoMauricio Beuchot.1

2. L A C O N S T R U C C I Ó N D E L C O N O C I M I E N T O

Desde Kant, sabemos que el conocimiento es construido,es decir, que en lo conocido intervienen tanto el objetocomo el sujeto. Y ese es un dato que no admite vueltaatrás, como ha puesto de relieve la fenomenología, para laque el objeto es trascendente al sujeto, y éste tiene que irintencionalmente, como conciencia, hacia el mismo, salirhacia el objeto, de manera que en la respuesta que se dé ala relación cognoscentc-conocido pueden agruparse lasdistintas soluciones que, en el ámbito de la historia de lafilosofía, se han dado a esta cuestión, desde el realismo(primado del objeto) al idealismo (primado del sujeto).Soy consciente de que en la filosofía contemporánea lanoción de sujeto es problemática, pues son varios los filósofos que han firmado su acta de defunción, pero no cabe

duda de que, en lo que al proceso de conocimiento se refiere, es imprescindible hablar de esta instancia ontológicacognoscente (que algunos llaman mente, otros conciencia,otros subjetividad, etc.) que es condición de posibilidaddel mismo.

La teoría kantiana, como es bien sabido, representaun momento cumbre el la historia del pensamiento, aque

llo que se llamó el giro copemicano. Si basta entonces la

' Ver Mauricio Beuchot, Tratado de hermenéutica analógica. Hacia unnuevo modelo de la interpretación, México, UNAM-ílaca, 2000 (2a. ed.).


investigación gnoseologia había estado centrada en el ob jeto, a partir de Kant, ésta se dedica por entero a la constitución del sujeto trascendental como condición de posibilidad de todo conocimiento. Esto no pasaría de ser unanota erudita si no fuese porque el giro kantiano marcó todala reflexión posterior, proponiendo un modelo constructí-vista en el que el conocimiento ya no es algo puro, sinoprecisamente un proceso en el que el individuo pone,construye de alguna manera la realidad conocida, y ya nose puede acceder al ámbito puro del objeto, en e! quesiempre queda un reducto incognoscible, la cosa en sí, elnoúmeno, que, de alguna manera, resulta ser el límite in franqueable, aunque, eso sí, móvil y dinámico, de nuestroconocimiento, como bien supieron ver algunos de los post¬kantianos. Frente a las versiones más descriptivistas, queconciben el conocimiento como un proceso de asimilaciónde formas, al modo aristotélico, el constructivismo concibe el mundo como una entidad dependiente, en lo que a suconocimiento se refiere, de los sujetos que lo constituyen.En cierto modo, uno de los pasos determinantes de este

proceso post-kantiano, es la idea heideggeriana, expresada

en el parágrafo 13 de Ser y Tiempo, de que el conocimiento no es sólo algo que está en el sujeto, sino que es un"modo de ser", un constitutivo ontològico del Dasein, conlo que la división clásica de sujeto-objeto en el proceso de

conocer, ya puesta en crisis por el idealismo, queda supe

rada definitivamente, y la pregunta respecto a la relaciónentre ambos aspectos del conocimiento queda del todosustituida por aquélla que hace referencia a las cuestionesontológicas relativas a qué clase de ser es el Dasein y cómo nuestro ser está inextricablemente unido a la inteligibilidad del mundo.

Desde esta perspectiva fenomenològica del conocimiento, que trata de describir de modo puro el proceso del



62 Sixto Castro

conocimiento, el conocer se asume como algo que tienelugar cuando el sujeto aprehende un objeto que le trasciende, con lo que el objeto pasa a estar representativamente en el sujeto. Si la representación del objeto por el

sujeto es fiel a como éste es, el conocimiento es verdadero; de lo contrario, es falso. El sujeto y el objeto aquí aludidos son puramente gnoseológicos, no "reales", lo que hasuscitado numerosos debates, en la medida en que el sujetoy el objeto quedan reducidos a una de sus múltiples dimensiones, y, a pesar de la fuerza de la explicación fenómeno-lógica del conocimiento, es necesario atender a otros factores constitutivos del ser humano, para acceder a un modelode conocimiento menos descarnado y más holístico,

Desarrollemos algo más la noción de constructivismo,

que nos puede ayudar a clarificar algunas de estas cuestiones. En él hay una orientación epistemológica, que, aunque

reinterpreta la noción de verdad como adecuación, no renuncia a una idea fuerte de verdad. Hay también una orientación hermenéutica, que plantea la incompatibilidad dedefender a la vez la intervención activa del sujeto en la con-fonnación del objeto y una noción epistémicamente fuertede verdad y de objetividad. El constructivismo kantiano, elpiagetiano, el sistémico y el lógico representarían la primeraorientación, mientras que el socio-constructivismo, en sus

diversas fórmulas (socioepistemología de Bloor, Collins oWoolgar, la semiótica de Latour, el textualismo de Rorty,el deconstruccionismo de Derrida, etc.) pertenecerían a lasegunda. Todo esto tiene su arranque en el Kant de la Crítica de la Razón Pura, para quien el conocimiento es resultado de un proceso en el que lo dado no es sino el momento inicial de una tarea, un proceso de síntesis sucesivas, en virtud de las cuales los datos sensibles son llevados, a través de las formas cognoscitivas a priori, a la


apercepción trascendental (unidad sintética de la conciencia pura), condición de todo conocimiento posible.

2.1. Constructivismo epistemológico

En esta línea está el constructivismo de Jean Piaget, aunque Piaget, a diferencia de Kant, insiste en la evolución delas formas y categorías de espacio, tiempo y causa (lasmismas, por otra parte, conservadas por Schopenhauer ensu lectura de Kant). Por ello, Piaget tipifica una sucesiónde estructuras de conocimiento o fases de la inteligencia,que se originan unas a partir de otras en virtud de un dobleproceso de asimilación y acomodación. Desde las máselementales acciones sensomotrices de la inteligencia pre-lógica a las más complejas operaciones intelectivas de lainteligencia lógico-formal, el conocimiento está enlazadopor un proceso de transformación. Las intuiciones de esta

epistemología genética piagetiana fueron continuadas porteóricos de sistemas como Roberto Maturana o FranciscoVárela. Para ellos, el cerebro es un sistema autopoiétíco,es decir, autorregulado y en constante intercambio con elentorno, en busca siempre de un equilibrio dinámico.Mientras que los sistemas biológicos inferiores, como elcirculatorio, están cerrados a la fluctuación y se ajustanautomáticamente para conservar el equilibrio, rechazando

todo elemento externo que pueda perturbar su funciona

miento, los sistemas superiores, como el cerebro, estánabiertos a la fluctuación. Así, a partir de bases biológicas,estos autores concluyen la inadecuación del paradigmarealista, que concibe el conocimiento como una conformidad entre dos entidades, mente y realidad, conceptuadas, asu entender, de modo erróneo, como heterogéneas y cerradas, es decir, alopoiéticas. Al contrarío, en el ámbito delconocimiento hay un proceso constante de asimilación yacomodación, aunque los puntos de llegada de este proce-



64 Sixto J. Castro

so no son idénticos para todos los individuos. ¿Qué es loque hace de los individuos dogmáticos, cscépticos, o receptivos al sistema educativo? ¿Es posible que sea el lenguaje, y no tanto el intercambio sujeto-objeto lo que da

lugar a un individuo de tal o cual caracterización?Así lo creen Russell y Carnap quienes, desde unpunto de vista más empírista, desarrollan el constructivismo lógico. Su fenomenismo babia llevado a ambos a defender la existencia de ciertas nociones lingüísticas elementales que, al denotar entidades que forman parte de laconstitución básica de la realidad, pertenecen al vocabulario mínimo necesario para describir el mundo. Por ello, enun lenguaje "lógicamente reconstruido" podemos tener laseguridad de que La gramática no nos desorientará respectoa la verdadera forma de las proposiciones, y, por ende,

respecto de la verdadera "forma" del mundo. Así puede

distinguirse entre lo que el propio mundo aporta al conocimiento, es decir, la información sensorial, y lo que procede de la manipulación lógica de esa información porparte del sujeto. Es cierto, como señala Carnap en su obra

La construcción lógica del mundo, que lo dado nunca estáen la conciencia como material simple, bruto, sino quesiempre va acompañado de conexiones más o menos complejas, mas la reconstrucción racional a partir de los elementos sensibles, permite distinguir analíticamente entrelo que se nos da y su elaboración por la conciencia. Porello, la clave está en poder reducir todo nuestro lenguajesignificativo a enunciados que recojan nuestras experiencias perceptivas inmediatas. Ya sabemos los problemasque este tipo de constructivismo lógico arrastra, y lo másprobable es que, de ser así, los individuos caigan en uno delos dos extremos que hemos detallado: bien el dogmatismo,en la medida en que sólo se aceptan como enunciados significativos los empíricamente vcriftcables (principio de


verificación, dicho sea de paso y por todos sabido, que noes él mismo verificable), bien al escepticismo, en la medidaen que, ante la imposibilidad manifiesta de reducir todosnuestros enunciados significativos a esos enunciados protocolarios, consideremos que es imposible el conocimiento.

A partir de aquí, últimamente se habla de la "definición tripartita del conocimiento", según la cual, el conocimiento proposicional, es una creencia verdadera adecua

damente justificada. Lo importante de esta aproximaciónes que en ella se introduce una nueva dimensión, que es lade creencia, que es la que, en mayor o menor medida, guíanuestra vida, mucho más allá del conocimiento verificado.No obstante, esta concepción a la que aludimos, el conocimiento como tal debe cumplir tres condiciones individualmente necesarias y conjuntamente suficientes: justificación, verdad y creencia, lo que equivale a afirmar que e¡conocimiento entraña la verdad de la creencia y no unamera certeza psicológica. No puedo decir que conozco que

x es el caso sin creer a la vez que x es el caso y sin que JC

sea el caso. Ciertamente, el mero creer no entraña conocer,pues las creencias pueden ser falsas, y para hablar de saber

es necesario poder distinguir entre la verdad y falsedad deenunciados y proposiciones, utilizando algunos de elloscomo evidencias para otros. Claro que esto plantea problemas, pues no es fácil discernir qué enunciados pueden

lomarse como criterios de evidencia para otros en orden aconstruir este conocimiento. La clave del asunto está en

justificar nuestras creencias, para aceptar unas y rechazarbtras. Ahora bien, en esta aproximación cognitivá hay queBtender a varios posibles puntos de llegada (que a su vezse convierten en puntos de partida), que son el relativismoy el objetivismo, de los que hablaremos más adelante.



66 Sixto J. Castro

2.2. Constructivismo hermenéutieo

Por otro lado, tenemos una aproximación más hermenéutica, que se inserta en la tradición lingüística alemana, en la

que el lenguaje disputa a la subjetividad kantiana la autoría de las operaciones constituyentes del mundo, de talmodo que nuestras creencias son productos del acuerdo deuna comunidad que comparte un mismo lenguaje y, porello, una misma forma de comprender la realidad (unaforma de vida, que diría Wittgenstein). Esta aproximaciónprobablemente no nos llevará al dogmatismo, ni tampoco alescepticismo, sino al relativismo, como veremos, en el cuales muy difícil encontrar modos de educar. Si asumimos sinmás la concepción relativista del conocimiento, acabare

mos en la imposibilidad de la educación. Veamos por qué.Rorty sostiene que la trama del lenguaje nunca se

encuentra cortada por la realidad. La verdad y la objetividad del conocimiento no se deciden por encuentros con larealidad, sino por "conversaciones entre colegas". Rortysostiene que no existe una actividad llamada "conocimiento" que tenga una naturaleza por descubrir y para la quelos científicos naturales estén especialmente dotados. AIcontrario, existe sólo el proceso de justificar creencias ante

una audiencia. En este sentido, puede hablarse de quecualquier acto de percepción implica una interpretación.

Lo que percibimos es siempre dependiente de una teoría,de un conocimiento previo, lo que abre las puertas al relativismo. No deja de ser curioso que el cine, en películascomo Rashomon (Akira Kurosawa, 1951), Doce hombressin piedad (Twelve Angry Men, Sidney Lumet, 1957), o Hilary cmdJackie (Anand Tucker, 1998) hayan fundamentado sus narraciones en esta propuesta relativista o, mejordicho, perspectivista. Rorty, considera que la verdad essólo una cuestión de acuerdo social, un acuerdo lenguaje alenguaje, en lugar de un acuerdo lenguaje a mundo, lo que

FI proceso del conocimiento y la hermenéutica analógica 67

ha sido severamente criticado, y ya la misma práctica noslo demuestra, porque, de ser cierto lo que afirma Rorty, loscientíficos deberían pasar menos tiempo experimentando ymás haciendo estudios sociales de qué es lo que haría que

otros científicos estuviesen de acuerdo con ellos.McDowell muestra que el contenido empírico re

quiere estructuras ricas de intencionalidad, es decir, que seconsidere que el mundo es de cierto modo. Sin esa compleja auto-comprensión y direccionahdad hacia el mundo,nuestros ítems mentales o verbales no tendrían éxito en sercreencias genuinas acerca del mundo. Un espacio de conceptos o términos lingüísticos o representaciones culturales circulantes sería insignificante sin esa compleja fenomenología de relaciones yo-al-mundo. Los giros lingüísti

co y sociológico son falsos en su degradación de la fenomenología. Parecen considerar garantizado que con apelarsimplemente a la circulación de signos culturales por loscerebros de los individuos es suficiente para explicar laestructura de la creencia, lo que es falso2.

Relativismoy objetivismo

El relativismo cognitivo sostiene que la verdad o falsedadde cualquier afirmación es relativa a algún conjunto decondiciones y asunciones. Frente a él está el objetivismocognitivo, que consta de dos tesis relacionadas. La primeraes una tesis acerca de la naturaleza del mundo, según lacual se establece que hay un mundo independiente de lamente, un mundo hecho de objetos cuya existencia es independiente de lo que cualquiera piense. La segunda tesis

es acerca de la naturaleza de la verdad: a esta tesis se ladenomina la teoría de la verdad como correspondencia,

2 Ver John McDowell, Mind and World, Cambridge,1 tarvartí University Press, 1994.



68 Sixto J.Castro

según la cual la verdad de una afirmación está determinada por si la afirmación corresponde o no a uno de loshechos verdaderos de este mundo independiente de lamente. La negación de la primera tesis corresponde a una

versión del idealismo; la negación de la segunda, al relativismo cognitivo, concretamente a la que defiende el relativismo de ¡a verdad, que asume que la verdad o falsedadde una afirmación debe ser juzgada relativa a un particularesquema conceptual. El relativismo de la verdad difiere deotras formas más radicales de relativismo cognitivo al sos

tener que la racionalidad es universal (en el sentido kantiano) y puede ser usada para juzgar la adecuación (aunqueno la verdad objetiva) de los esquemas conceptuales queentran en competencia. Fijémonos que el relativismo de la

verdad no niega la existencia de un mundo independientede la mente, es decir, no niega la primera de las dos tesis

objetivistas. SÍ es asi, ¿por qué no usar este mundo comocriterio para juzgar la verdad o falsedad de las tesis? Algunos responderán que los conceptos que usamos al seg

mentar los datos sensoriales y al formar juicios son cualitativamente diferentes del modo en lo que lo es realmenteel mundo independiente de la mente, es decir, hay un cierto salto entre nuestros conceptos y el mundo, por lo que lateoría de la correspondencia no es una opción. Otros rela

tivistas de la verdad rechazan la teoría de la correspondencia porque dicen que un criterio de verdad debe ser aplicable en la práctica, y los argumentos escépticos han mostrado que posiblemente no podríamos aplicar la teoría de laverdad como correspondencia, porque nunca podemos saber

cómo es realmente este mundo independiente de la mente.

El relativismo de la verdad no es la forma mas radical de relativismo. No obstante si combinamos este relativismo de la verdad (relativismo relativo a cómo se determina el valor de verdad de afirmaciones individuales) con

E\ proceso del conocimiento y la hermenéutica analógica 69

el relativismo de la racionalidad (relativismo relativo a loque hace de un esquema conceptual bien justificado), llegamos a una afirmación relativista bastante más radical.

El relativismo de la racionalidad sostiene que no

hay respuesta a la pregunta de qué garantiza que algo seauna buena razón para adoptar un esquema conceptual determinado, bien porque la noción de racionalidad es ellamisma relativa a un esquema conceptual, bien porque laracionalidad, tal como se entiende en el mundo occidental,no es un criterio universal. Según el relativismo de la racionalidad, "lo que garantiza la creencia depende de cánones de razonamiento (...) que deben ser vistos propiamente como normas sociales, relativas a una cultura y un período"!3. Los a priori kantianos no son ya tales, sino categorías que son resultado de un producto social, comohabían adelantado ya Mannheim, Durkheim o Max Weber.En su forma más extrema, el relativismo de la racionalidadcuestiona incluso que la lógica tenga algún tipo de estatutoobjetivo. Es el relativismo de la lógica, según el cual lasleyes de la lógica, como el principio de no contradicción,son meras normas sociales que no reflejan las leyes quegobiernan el mundo independíente de la mente.

El filósofo que mejor refleja el relativismo de la racionalidad es Nietzschc. Es famosa su máxima de que "no

hay hechos, sólo interpretaciones". ¿Significa esto quetodo esquema conceptual es tan bueno como cualquierotro? Nietzschc responderá que no. Hay un combate devoluntades, y vencerá aquella cuya perspectiva incorporeel esquema conceptual que más facilite la vida, resolviendo la cuestión de un modo bien pragmático. Para Nietzs-

Martin Mollis and Steven Lukes, Rationality and Relativism, Cambridge, MA. MIT Press, 1982, p. 10.



70 Sixto J. Castro

che la verdad "es ese tipo de error sin el cual una clase

particular de criamras vivientes no podrían vivir". Nietzs¬che es punto de partida próximo del pensamiento postmoderno. Ahora bien, como Donald Davidson afirma, aque

llos que suponemos que hablan de un modo significativodeben compartir, a! menos hasta cierto punto, una concepción básica de la racionalidad.

Esta idea de Davidson no es compartida, en general,por el postmodernismo, cuya clave es la afirmación de queno hay criterios objetivos para determinar la verdad o lafalsedad de los juicios individuales o para juzgar la ade

cuación de los esquemas conceptuales. La tradición occidental había creído erróneamente en criterios objetivos,porque nuestro lenguaje ha creado el mito de un mundo

independiente de la mente con el que se pueden comparartos juicios. Según Gene Blocker, una de las metas delpostmodernismo es exponer este mito del mundo independiente de la mente como tal mito, "deconstruyendo el lenguaje, esto es, mostrando primero la brecha entre palabra yobjeto, lenguaje y realidad, y luego mostrando que la así llamada realidad es simplemente creada por el lenguajemismo. La deconstrucción muestra cómo el lenguaje haconstruido lo que llamamos 'realidad' y luego deconstruyeestas construcciones lingüísticas. Lo que esto lleva a cabo

básicamente, si tiene éxito, es exponer como mitos las descripciones lingüísticas que se hacen pasar por la realidad:el mito de la [teoría de la verdad como correspondencia],el mito de la universalidad intercultural de la objetividad yla racionalidad, el mito de la investigación neutral, libre devalores, etc. Las cosas a las que nos referimos no son partes reales y objetivas de la realidad; son sólo modos dehablar que se han hecho populares y luego se han 'interna-

El proceso del conocimiento y laliermenéática analógica 71

lízado' de modo que asumimos erróneamente que describen apropiadamente y revelan una realidad independiente"4.

El resultado del relativismo postmoderno es la legitimación de todos los punios de vista. No hay algo así como una verdad objetiva ni una racionalidad universal. Loecánones de la lógica son meramente un conjunto de normas sociales entre otras que no tiene un derecho especial ala aceptación universal. Llevado a su extremo, en la postmodernidad "no hay criterios externos ni siquiera internospara la consistencia y coherencia personal o cultural quenos restrinjan. Somos, por ello, libres de ir con lo que nosparece convincente en el momento y somos guiados ennuestras articulaciones sólo por el deseo de persuadir, deconseguir un seguimiento receptivo"5. Así pues, en esta

atmósfera intelectual que conforma la postmodernidad,uno puede ser dogmático respecto a una cosa, escéptico

respecto a otra o, incluso, dogmático y escéptico respecto

a lo mismo en momentos diferentes. Supongo que los educadores no se encontrarán demasiado cómodos en esta

atmósfera de anarquía intelectual, en la que no es posibleel debate, porque todo vale. Y sin embargo, al menos des

de el punto de vista teórico, parece que nos ronda la inquietud de que no es así. SÍ todo vale, se acabó el intercambio de ideas, se acabó la investigación. El todo vale esequivalente a aquella afirmación de Dostoyevsky: si Diosno existe, todo está permitido. En el ámbito de la teoría

hay que buscar un principio rector, que haga las veces deDios. Lo mismo sucede en el ámbito educativo, en el ámbito de la transmisión y la creación de habilidades, porque

4 Gene Blocker, "The Challenge of Post-Moderaism", en ¡ntroducionlo Modern Phüosophy, ed. by A. Castell, D. Brochect and A.Zucker,linglewoodClirTs, NJ.Prentice Hall, 2001, 7" ed., pp. 554-555.5 ¡Ind., pp. 558-559.

El proceso del conocimiento y lahermenéutica analógica 73



72 Sixto J. Castro

no todo es lo mismo. De ser así, caeríamos en lo que Torrente Ballester expresó brillantemente en una de susobras: "Su excelencia tiene razón, pero no la tiene toda, yla poca que tiene no le sirve de nada"6.

Por eso surge la pregunta, ¿es el relativismo cogniti¬

vo correcto? Los dos argumentos principales que se suelendar a favor del relativismo cognitivo son uno empírico yotro teórico. El empírico es que diferentes grupos de personas tienes visiones diferentes. El teórico parte de lapremisa de que toda observación está cargada de teoría: nopodemos ver el mundo a no ser a través de las lentes de unesquema conceptual, o como ya había dicho ÍCant, las intuiciones sin concepto son ciegas.

Los objetivistas pueden responder a estos argumentosrespetando algunas de las afirmaciones relativistas, peronegando otras. El objetivísta puede aceptar que diferentespersonas pueden tener visiones diversas, al tiempo que niega que estas visiones diferentes sean inconsistentes con lastesis objetivistas. Del mismo modo, el objetivísta puede

aceptar que toda observación está cargada de teoría, sinseguir al relativista cognitivo en la asunción de que la verdad subjetiva, es decir, la verdad relativa al mundo de laexperiencia creada mediante una red de conceptos, sea todala verdad. Quizá este "encontrar la vía media del relativismo" es lo que Maclntyre tenía en mente al sugerir que elrelativismo encarna una verdad que no hay que desatender.

Hay otros argumentos a favor del relativismo cognitivo, que ha alcanzado un relativo nivel de aceptación entre los intelectuales, debido al término de T. S. Kuhn,"cambio de paradigma" o a la descripción de Sapir de los

6 Gonzalo Tórrenle Ballester, Filomeno, a mi pesar, Madrid, Barcelona, RBA, 1099, p. 340.

El proceso del conocimiento y lahermenéutica analógica 73

individuos "viviendo en mundos diferentes". Claro que elrelativismo extremo nos lleva a determinados problemasmorales, como, por ejemplo, tener que aceptar que un esquema conceptual racista, genocida, esclavista, etc., no esobjetivamente mejor o peor que otro, por lo que nadie tie

ne derecho a condenar moralmente mis acciones basadasen estos esquemas. Igualmente, el relativismo cognitivoencara el problema de explicar qué es lo que busca la investigación intelectual, si no es la verdad objetiva. Parece

como si ya tuviésemos conocimiento en el sentido relativista, de modo que ¿para qué continuar la búsqueda? Entodo caso, la mayor critica contra el relativismo cognitivoes que se autorrefuta, como ya bien lo vio Platón en sudiscusión de las visiones de Protágoras en el Teeteto. Si laverdad de todos los juicios es relativa, entonces la verdad

del juicio "el relativismo cognitivo es correcto" es ellamisma relativa: es verdadera de acuerdo con ciertos esquemas conceptuales y falsa según otros, y no son másapropiados unos que otros.

El problema que daba lugar al escepticismo es queno tengo modo de saber que mis percepciones representanadecuadamente los objetos que están ahí mera, en el mundo independiente de la mente, no puedo rodear estas percepciones y acceder directamente a los objetos para asegu

rarme de que mis percepciones lo captan correctamente.

La manera kantiana de solucionar esto fue subrayar que lamente no era sin más un perceptor pasivo del mundo de laexperiencia, tal como había asumido la teoría de Descartes

de las percepciones representativas, sino más bien unconstructor del mundo de la experiencia. En el mundokantiano, el escepticismo no tiene cabida. Puedo saber quemis percepciones representan adecuadamente los objetosdel mundo porque mi mente ha construido estos objetosrepresentados. Pero esta reinterpretación kantiana del pa-



74 Sixto i. Castro

peí de la mente en la percepción tiene un coste filosófico:si nosotros imponemos una estructura a nuestras percepciones, decidiendo dónde están los límites del objeto, porejemplo, parece como si Kanl hubiese evitado el escepti

cismo cayendo en el subjetivismo más radical. El conocimiento y la verdad son ahora relativos al perceptor individual. Kant no estaría de acuerdo, más bien pensaría quetodos los perceptores comparten una estructura común,una estructura trascendental, pero muchos psicólogos, filósofos y antropólogos culturales niegan esta posibilidad ymuestran evidencias en su contra. Es lo que se llama relativismo conceptual débil: la percepción debe ocurrir en elmarco de un determinado esquema conceptual. Lo que enun esquema conceptual carece de sentido, lo adquiere en

otro. Si esto es así, ¿hay algún esquema conceptual mejorque otro? Para los relativistas cognitivos fuertes, la respuesta es claramente no, aunque los relativistas cognitivosdébiles aceptan que puede haber esquemas conceptualesque son objetivamente incorrectos. Sin duda, el relativismo postmoderno puede ser entroncado, remotamente, conKant, antes que con Nietzsche, con quien habitualmente sele asocia de modo próximo. Pero con Kant puede aliarsetambién la perspectiva objetiva, la cual, desde un punto devista externista privilegia las condiciones "objetivas" del

conocimiento. Se subraya que entre el estado mental concontenido informativo, que es la creencia teórica, y elacontecimiento del mundo, sobre el que tal estado contiene información, hay una relación causal.

En el tercer ensayo de las Meditaciones metafísicas,Descartes desarrolla una teoría que algunos han llamado"teoría de las percepciones representativas", según la cual,una percepción es genuina si es causada por y representaapropiadamente el objeto externo que da lugar a la misma.La percepción visual de la mesa que tengo delante es ge-


nuina si realmente hay una mesa que existe ahí, fuera demi mente, y si esa mesa es la causante de producir la percepción que experimento ahora: debe ofrecer informaciónapropiada acerca del tamaño y forma de la mesa, así comoel lugar en el que está ubicada con respecto a los otrosobjetos que percibo ahora. Si una percepción satisfacetodas estas condiciones, entonces es genuina. El problemade Descartes es saber cómo el que percibe puede tener laevidencia de que una percepción es causada por y representa adecuadamente un objeto externo. En la primeraMeditación, Descartes pone el ejemplo del tacto para confirmar esa evidencia, pero eso sólo le convence de queañade una percepción más, de tal modo que, si tenemos encuenta que sólo experimentamos nuestras sensaciones, yno los objetos mismos, no podemos justificar nuestracreencia en los objetos por referencia a nuestro contactodirecto con ellos. Sólo el yo pensante le salvará del escep

ticismo, pero Hume negará incluso la existencia de ese yo,como una entidad centralizada y continua, no siendo másque una suma de percepciones sucesivas. Claro que esto

puede llevarnos a lo que algunos han llamado "el solip¬sismo del momento presente", es decir, la afirmación deque todo lo que podemos conocer con certeza son las percepciones momento a momento y los pensamientos quesurgen de ellas. Este solipsismo parece la salida inexorablede la afirmación de que no tenemos conciencia directa delos objetos. Pero tanto Berkeley como Kant se opusieron aesta posibilidad. Berkeley, en su peculiar idealismo, afirma que no hay objetos independientes de la mente, sinoque los objetos son conjuntos de percepciones: esse est

percipi, con lo que el escepticismo, que establece ese corteentre lo que puedo conocer (mis estados perceptuales) y elobjeto, desaparece. Todo lo que necesito para saber sirealmente esta mesa está delante de mí es abrir mis ojos, y

El d l i i t l h é ti ló i 77



76 Sixto J. Castro

ahí está. Los objetos no son cosas independientes que están ahí fuera. Las percepciones reales son más vividas,stirgen independientemente de la voluntad y están conectadas a las percepciones anteriores y subsecuentes de un

modo en que no lo están las percepciones imaginarias. Enúltimo término, será Dios quien perciba todo lo que nopercibimos actualmente. Kant, en cierto modo siguiendoesta línea, y distinguiendo entre el mundo fenoménico y elnouménico, afirmará que podemos estar ciertos de quenuestras percepciones representan de modo apropiado losobjetos en el mundo, porque las percepciones no nos pueden dar una falsa representación del mundo; no obstante,hay que tener en cuenta que este mundo fenoménico no esel nouménico. Recomiendo, para los educadores, que se

planteen estas cuestiones en dos películas: Matrix (Andy& Larry Wachowski, 1999) y Desafio total (Total Recall,Paul Verhoeven, 1990).

Contemporáneamente, han sido especialmente Moo¬re y Wittgenstein quienes han defendido la oposición entreel escepticismo filosófico y nuestras certezas cotidianas.En último término, en su importante trabajo Sobre la certeza, Wittgenstein viene a decir que la duda escéptica requiere de fundamentos y nos compromete con su afirmación, es decir, la duda, presupone, al menos, el dominio de

un juego del lenguaje (del que no se puede dudar) y, portanto, certeza. Wittgenstein viene a decir, como ya habíaapuntado San Agustín, que la misma contradicción per¬formativa que comete el que afirma "yo no existo" la comete quien afirma que nada existe o que nada conocemos.

3. C O N C L U S I Ó N

La tarea del educador, en lo que respecta al conocimiento,es considerarlo como un proceso eminentemente constructivo, en el que hay que renunciar tanto a los presupuestos


dogmáticos como a los escépticos, sin que esto tenga queconducir necesariamente al relativismo extremo. Hemosvisto que el proceso del conocimiento puede llevar al tantoal dogmatismo como al escepticismo, y está en la mano deleducador evitar estos extremos, pues educar es conducir,(faceré, posibilidad negada tanto por dogmáticos como porescépticos desde la misma constitución de sus presupuestos.

Evidentemente, los hechos siempre están sujetos ainterpretación, pero no vale cualquiera. Por eso, el docentedebe guiar al alumno en el proceso interpretativo.

Un modelo interpretativo estrictamente mexicanoreciente, promovido por el profesor Mauricio Beuchot, lahermenéutica analógica, utiliza la analogía para establecer

un punto intermedio, controlable, en la interpretación, queno ha de ser unívoca, ni equívoca, teniendo presente altexto y al autor para jerarquizar las posibles interpretaciones de una obra. De este modo tanto se opone al singula-rismo interpretativo o monismo (lo que Beuchot llamahermenéutica positivista), con el riesgo de univocismo quetrata de consolidar una posición literalista, como al multi-plicismo descontrolado, en el que cualquier interpretaciónpuede ser válida, sin atenerse a ningún tipo de criterios,cayendo en un simbolismo incontrolable, con el riesgo derelativismo que esto conlleva (denominada por Beuchothermenéutica romántica), tan presente en muchos pensa

dores postmodernos. La clave de la hermenéutica está enla interpretación del texto con sutileza, "la clarividenciarespecto de un camino intermedio"7, como insiste Beuchot, retomando aquella intuición tomista, y por tanto, laaproximación analógica, teniendo en cuenta primeramente

_ Mauricio Beuchot, Tratado de hermenéutica analógica, Méxicoítaca, 2000, 2:ied.p. 77.



78 Sixto J. Castro

la diversidad y secundariamente la identidad, pero sin olvidar el limite que evita que la diferencia disperse nuestra

interpretación de modo incontrolable. Se trata, pues, de unmodelo pluralista que no olvida lo que de bueno puede

haber en el monismo, porque tanto el relativismo en el quepuede caer el pluralismo exacerbado, como el univocismopropio del monismo se autorrefutan. De este modo, lahermenéutica analógica parece una vía muy plausible para

encarar el problema de la interpretación.Beuchot insiste en que su modelo hermenéutico

"permite que un texto tenga varias interpretaciones válidas, no una sola [lo que convierte a Beuchot en pluralista,en el sentido de que el presupuesto básico del pluralismoes que no hay siempre una interpretación mejor única y

que, al menos para algunas obras, hay más de una interpretación óptima, entendiendo por óptima aquella interpretación mejor que la cual no hay otra, pero que no tiene porqué ser única]; pero según niveles de validez. Y quien determina esa validez es el intérprete, en la medida en quesea capaz de rescatar la intención del autor del texto (lacual intencionalidad es el criterio de verdad o de validezinterpretativa)"*, aunque Beuchot habla más de predominio de la intención del autor que de la búsqueda exclusivade ésta, lo cual aproxima la intuición analógica a lo que en

las recientes teorías de la interpretación se ha llamado m-tencionalismo, ahora bien, un intencionalismo sui generis,pues el intencionalismo radical sostiene que el objetivo dela interpretación es llegar al significado o los significadospretendidos para la obra por el autor. De este modo, lainterpretación queda restringida por el requisito de quecorresponda a lo que el autor pretendió significar: el autor

Id, p. 56

01 proceso del conocimiento y la hermenéutica analógica 79

puso un significado en la obra y la tarea del intérprete sería simplemente recuperarlo. No obstante, el intencionalismo analógico, en la medida en que trata del predominiode la intención del autor, y no tanto de la exclusividad de

la misma, sería un modo moderado de intencionalismo,cercano a los modelos propuestos en el ámbito anglosajónpor Jerrold Levinson o Noel Carroll (todos estos son ana

lógicos, sin saberlo), pero, en cierto modo superior, en lamedida en que se encuentra enraizado en el concepto deanalogía, que le proporciona una base teórica fuerte para

emprender la posible jerarquización de las interpretaciones, pues la hermenéutica analógica niega que la relatividad de la interpretación pueda extenderse ad infinitum eintroduce de lleno en su propuesta la phrónesis aristotéli

ca. Beuchot afirma que "por la analogía de proporcionalidad habrá más de una [interpretación], pero no todas quesean válidas; y por la analogía de atribución estarán jerarquizadas según grados de aproximación y alejamiento res

pecto de la verdad textual (y el analogado principal no sequedará como el único válido, sino como el que tiene quecompartir la validez con otras más; formarán un conjuntoordenado de interpretaciones, que serán varias, pero ordenadas según esta jerarquía de aproximación)" y La universalización analógica pretende evitar tanto una universalización unívoca (lo mismo para todos), cuanto una universalización equívoca (fragmentos para todos), y en ese sen

tido puede hablarse de una universalización fronimótica,en la que se respeta tanto la subjetividad (sentido), comola objetividad (referencia), siendo el sumo analogado elpredominio de la intenctio auctoris, que no la intención

'' Mauricio Beuchot, Hermenéutica analógica y del umbral, Salamanca, San listeban, 2003, p. 40.



8(1 Sixto J.Castro

del autor como un dato perfectamente accesible al herme-neuta, sino como un dato obtenido en un proceso de discusión analógica.

De este modo, recuperando lo que de bueno hay en

la tradición y dialogando con las propuestas más actuales

de teoría de la interpretación, no hay duda de que, si aplicamos el modelo analógico, podemos superar tanto eldogmatismo como el escepticismo, sin caer, por ello, enlas garras del relativismo. Muy recientemente Michael P.Lynch, en su obra True to Ufe™ defiende que la verdad esobjetiva, que es bueno creer lo que es verdad, que la verdad es una meta a la que merece la pena dedicar esfuerzosy que la verdad es algo que merece preocupación por sí misma, y todo esto es parte de una vida feliz, que es la

meta de la educación.Terminamos, pues, citando a Antonio Machado:

"Tu verdad no; la verdad v ven conmigo a buscarla.

La tuya, guárdatela ".

111 Michael P. Lynch, Trite to Life, Cambridge, MA, The MIT Press, 2004

HERMENÉUTICA ANALÓGICA Y

HERMENÉUTICA PRAGMATICI STA

Beatriz Mattar"

I . I N T R O D U C C I Ó N

Este artículo ofrece algunos resultados de una investigación, que presentó al pragmaticismo peírceano como teoríaepistemológica que describe y explica un proceso hipotéti-co-deductivo de selección, formulación y prueba de hipótesis científicas, En ella se reconoce una lógica de la inter

pretación y en consecuencia, contiene elementos de unateoría hermenéutica. Además, se atendió a la hermenéuticaanalógica de Mauricio Beuchot, quien retomando algunosconceptos peirecanos, formula una nueva propuesta supe¬

radora de las precedentes teorías de la interpretación. Laaproximación entre ambos autores es señalada por el mismo Beuchot, por ello, el propósito de esta comunicaciónsólo consiste en destacar algunos aspectos que permitenmarcar la compatibilidad entre la hermenéutica analógicay la "hermenéutica pragmaticista". 1

Para Pcirce conocer es

interpretar y la teoría de la abducción expresa la lógica dela interpretación, por lo mismo, tiene sentido reconocerlocomo antecedente teórico de la hermenéutica y aproximarlo a Beuchot. Ambos autores, no sólo proponen una concepción teórica sino que también ofrecen lincamientos

* Universidad de San Juan, Argentina.1 Damos el nombre de "hermenéutiea pragmaticista" a la teoría de laabducción peirceana, entendida como lógica de la interpretación.

82 Beatriz MattarHermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticista 83



82 Beatriz Mattar

metodológicos, de ahí que cualquier posihle comparacióndemanda atender ambos aspectos.

La exposición, por momentos se detendrá en uno u otroautor, introduciendo referencias comparativas, que marcanlos puntos de contacto que encontramos entre ellos.

Sin duda, la comparación entre la hermenéutica ana

lógica de Beuchot y la hermenéutica pragmaticista dePeirce reclama estudios más amplios y profundos que losresultados alcanzados en esta investigación. Por el momento sólo nos atrevemos a sostener que tienen puntos decontacto que las aproximan notablemente.

2. S E N T I D O D E L P R A G M A T I S M O P E I R C E A N O Y A B D U C C I Ó N

Peirce no se ajusta a un pragmatista típico. El cambio delnombre "pragmatismo" por "pragmaticismo"2 señala cla

ramente la intención peirceana de separarse del pragmatismo de su época, pero no resulta suficiente para ubicar suposición filosófica.

Genova' y Aliseda4 coinciden en considerar que elsentido de su pragmatismo significa la separación delpragmatismo de James, por cuanto no se lo puede considerar una filosofía de la acción práctica ni una filosofía de lavida. Gonzalo Génova sostiene que, la distancia entre elpragmatismo de James y el de Peirce está dada por la diferencia entre "acción concebible" y "acción efectiva". A

partir de la relación del pragmatismo peireeano con la se-

2 Peirce, Ch., ¿Qué es él pragmatismo?, 1904, GEP, UNAV, España,trad. Normar Ahumada, http://www.utiav.es/gep/reirce-csp.htlm,p. 43 Génova, G. Charles S. Peirce: La lógica del descubrimiento, 1999,GEP, UNAV, España, http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.hllm, 4 Aliseda, A. Abducción y Pragmatifcijsmo en C.S.Peirce (Borrador),2003, Instituto de Investigaciones filosóficas, UNAM, México.5 Génova, G., op. cit., p. 19

miótica, lo ubica como método para verificar el significadode las concepciones intelectuales. Es una puesta en relacióndel significado de los conceptos con sus consecuencias

prácticas concebibles, puesto que el "significado pragmaticista" es algo universal, que pertenece al mundo de los

conceptos, al mundo de las disposiciones a obrar. Muestraque la separación del positivismo y su aproximación alrealismo, se encuentra en su teoría de la abducción comométodo para generar nuevas ideas e hipótesis explicativas. De este modo, con la teoría de la abducción, el pragmatismo cobra un nuevo sentido al constituirse en el eje dela lógica del descubrimiento científico

También, Atocha Aliseda entiende que este pragmatismo no puede ser considerado como una mera filosofíade la vida, sino que está ligado a su epistemología y a la

teoría de la abducción.6

Lo entiende como un método lógico para la filosofía. Sostiene que es el método que proporciona la máxima para la admisibilidad de las hipótesisexplicativas, señalando la necesidad de que estén posteriormente sujetas a corroboración experimental. Pero lacorroboración experimental no debe ser entendida comosinónimo de corroboración empírica sino que es el procesode concebir ios posibles efectos de una cierta concepción.

Puede verse que estos autores relacionan al pragmaticismo y a la abducción con diversas expresiones: método

de corroboración, método para verificar significados, método lógico para concebir los posibles efectos de una cierta concepción y método para generar hipótesis. Por esto

mismo, destacan que el sentido del pragmatismo peireeanoes epistemológico y metodológico, del mismo modo que elde la abducción.

"Aliseda, A. op. cit., p. 9

84 Beatriz Mailar• Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticista 85

http://www.utiav.es/gep/reirce-csp.htlm

http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.hllm

http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.hllm

http://www.utiav.es/gep/reirce-csp.htlm



84 Beatriz Mailar

Estas interpretaciones encuentran apoyo en las expresiones de Peirce7, quien da a su pragmatismo el sentido deun método de contrastación, para validar formulacionesteóricas. Explícitamente ligan al pragmatismo y a la abducción tanto con la generación o admisión de hipótesis comocon la contrastación o verificación de significados y teorías.

Desde nuestro lugar, entendemos que su formaciónacadémica y su actividad de investigación, constituyen elcontexto adecuado para pensar que su producción filosófica, especialmente su posición epistemológica y la teoría dela abducción, está pensada desde la pregunta por el "des

cubrimiento y la comprobación" en las ciencias exactas yexperimentales. Pero, su relación con el arte y la estéticasignifican una puerta de entrada a su inquietud por la lógi

ca de la "creatividad artística" y la "producción de conceptual" en el más amplio sentido. Por esto, pensamos, la larga evolución de la teoría de la abducción y la preocupación por clarificar el sentido de su pragmatismo refleja ellargo camino de búsqueda de una respuesta. Peirce quiereresponder no sólo al problema del "descubrimiento científico", sino también, al de la "creatividad artística" y laproducción teórica en general.

La distribución de las formas de inferencia en elproceso epistémico y en los pasos del método son el más

claro reflejo de que el pragmaticismo abarca la formulación y la prueba de las hipótesis. La abducción es la adopción tentativa de una hipótesis sugerida por los hechos

contrarios a las expectativas. La deducción es el diseño yextracción de consecuencias ideales experienciales (necesarias y probables) de la hipótesis y la extracción de predicciones de la hipótesis, con relación a lo que serian los

Peirce Ch., ¿Qué es el Pragmatismo?, op. cit., p. 7

g y p g

resultados de un experimento. La inducción es la pruebade la hipótesis, haciendo experimentos y comparando laspredicciones con los resultados reales del experimento.

Puede verse en estas afirmaciones que la epistemología de Peirce se muestra como un claro antecedente del

hipotético deductivismo, ya que refleja un proceso de formulación de hipótesis, elaboración de predicciones y realización de confrontaciones. Sin embargo no puede identificarse plenamente con esa posición epistemológica. Solamente, el hecho de postular y desarrollar una lógica deldescubrimiento científico, contenida en la teoría de la abducción, la aleja de aquella epistemología que la niegaexplícitamente.

La epistemología peirceana contiene el reconocimiento de un momento hermenéutico, con teoría y método

explícitamente desarrollados. Éste es el que encontramosComparable con la hermenéutica de Beuchot, básicamente,porque comparten algunos supuestos filosóficos y la estructura procedimentaí del proceso de interpretación.

3. R E A L I S M O C N O S E O L Ó C I C O E N L A H E R M E N É U T I C A D E

P E I R C E Y B E U C H O T

El modelo teórico de Beuchot apuesta al rescate de unobjetivismo moderado en el campo de la hermenéutica.Acepta un entrecruce ente lo subjetivo y lo objetivo. Pro

pone una hermenéutica, que aceptando la incidencia de lasubjetividad, no traicione la intencionalidad del autor. 8 Suposición es la defensa de una objetividad moderada, queno significa considerar a la interpretación como una copiade la intencionalidad del autor pero entiende que abando-

•

Beuchot, M., Tratado de Hermenéutica Analógica. Hacia un nuevomodelo de Interpretación, Ed. IJNAM-ítaca, México, 2005, p. 51

86 B i M Hermenéuticaanalógica y hermenéutica pragmaticista 87



86 Beatriz Mattar

nar completamente el propósito de objetividad, comohacen las ultimas teorías de la interpretación, es quedarse

con una lectura subjetiva desmedida y posiblemente distorsionada de la verdad textual. Además, se define en de

fensa de la ontologia y la metafísica. Destaca que la ontologia hermenéutica de Gadamer y la ontologia débil deVattimo, significan ladesontologizaeión de la hermenéutica porque son posturas que hermeneutizan la ontologia,aquí, ya no es posible hablar de hechos sino solamente deinterpretaciones. Por el contrario, él se propone reontolo-gizar la hermenéutica y la presenta como espacio de posibilidad de la metafísica. A esta hermenéutica analógicasólo puede acompañarla y fundamentarla una ontologiaanalógica, una metafísica analógica, que en la instancia

interpretativa conduce a abordar el sentido de un signo y asu vez, el sentido del ser. Se trata de una omologia limitro fe, analógica, icònica. Se define a favor una ontologiahermeneutizada coherente con una teoría hermenéuticaontologizada. Este compromiso con la ontologia significael paso de un relativismo absoluto a un relativismo analògico. Entendemos que ello implica una posición gnoseologica realista.

También, la concepción hermenéutica de Beuchotevita una epistemologia idealista, subjetivista y relativista

tanto corno una epistemologia absolutista y objetivistaextrema. Es coherente con una epistemología realista moderada que reconoce como obvio que se conoce desde unadeterminada perspectiva teórica, que acepta que las esen

cias se dan de manera fundamental, presupositiva y dispositivamente en las cosas y de manera formal en la mentehumana. Pero las esencias individuales se dan de maneraformal en las cosas mismas y son dinámicas, es decir, queestán dadas y soportan una evolución accidental. Además,son iconos de sus referentes y por esto, desde un conocí-

Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticista 87

miento parcial y particular es posible llegar a un conocimiento universal válido.9

Por su parte, la historia de la filosofía ubica a Peircecomo representante del pragmatismo y éste se correspondecon una concepción gnoscológica relativista y subjetivista.Por ello, para mostrar su proximidad a Beuchot es necesa

rio descartar estas características en la concepción teóricapeirceana.

Según Peirce, todo pensamiento es un signo y el conocimiento es relación entre signos. Conocer es interpretar, ya que cualquier signo implica necesariamente interpretación. Por esto, su teoría del conocimiento es una teoría de la interpretación. El conocimiento configura un proceso indefinido de elaboración de signos y creación deinterpretantes. El interpretante es el significado de un signo en una instancia de interpretación. Pero, puede convertirse en signo en el proceso de interpretación, surgiendo unsegundo interpretante sobre el primer interpretante y así sucesivamente. El interpretante es también un esquema deacción. El proceso de conclusiones de inferencias y esquemas de acción que de ellas se derivan, constituyentambién una cadena continua de interpretantes. Concebidocomo estructura de acción, configura el marco referencia!berciano a partir del cual se organiza la confrontación delas hipótesis científicas empíricas, ya que significa el dise

ño de experimentos.Para que algo sea un signo debe representar a un ob

jeto, y éste es una construcción del intérprete. Por ello,dice Peirce que puede ser algo achual, pasado o futuro,ulgo singular o una colección, algo sustancial o una accidentalidad, una acción o un deseo, etc. El objeto de un

Beuchot, op. í;íí.,pp. 97-134

88 Beatriz Mattar Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticista 89



signo es lo perceptible o sólo imaginable o incluso imaginable en un sentido determinado. 1 0 Un signo sólo puede

estar por un objeto en alguno de sus aspectos y este aspec

to particular percibido es el fundamento o ground, queexiste como un objeto de la conciencia inmediata que de

termina la constitución del signo.11

til concepto de ground no significa la negación de larealidad externa, sino que supone el reconocimiento de laexistencia del objeto real, porque el fundamento es unacualidad abstracta, que no podría darse sin un soporte en elcual inhiera. El ground de un signo es el objeto inmediatodel percepto, es el aspecto del objeto que posibilita la elaboración del juicio perceptivo. SÍ bien, el objeto de la interpretación es el objeto percibido, la enunciación de un

juicio perceptivo es una afirmación hipotética que expresa

una relación de similitud entre interpretante y objeto. Entonces, el interpretante no es una construcción caprichosao arbitraria del sujeto sino una "réplica"*2 de la realidadinterpretada.

La concepción peirceana del conocimiento se alejadel subjetivismo y del relativismo. Si así no fuera, no debiera incluir como exigencia del conocimiento científico,la instancia de confrontación de las hipótesis elaboradas enel proceso de interpretación. Si se tratara de considerarcomo válida cualquier interpretación subjetiva, ¿qué senti

do tendría confrontar las hipótesis? Que el juicio percepti-

1(1 Pcirce, Ch., Los signos y sus objetos, GEP, UNAV, España, IratiMariluz Restrepo, litip:// www.unav.es/gep/Peirce-esp.htlm, § 2.232" Peirce, Ch. Algunas consecuencias de cuatro incapacidades, 1968,trad. José Vericat, GEP, UNAV, España, § 21/23, 3 Perez Constanzi), 1. La noción de interpretante coma fundamentodel realismo filosófico de Charles Sanders Peirce, Ponencia I Jornada"Peirce en Argentina", Dueños Aires, 2004

vo exprese un aspecto parcial del objeto {ground) sólosignifica que las otras partes quedan fuera del acto de conocimiento. Consecuentemente, la verdad que se puede

alcanzar es parcial, en la medida que contempla unos aspectos y deja de lado otros. Pero el hecho de que enuncia

dos parciales sobre una misma realidad puedan ser igualmente verdaderos o expresar uno de ellos una verdad másamplia que otro, no significa relativismo gnoseológico,sino que sólo refleja la clásica relación lógica de oposiciónentre enunciados subcontrarios. En el pensamiento peir-ceano, la verdad es relativa porque es una verdad parcial yprovisoria y porque refleja las limitaciones cognitivas delhombre, quien no tiene la capacidad de conocer ínmitiva-mente la totalidad sino que siempre conoce por signos,siempre conoce por interpretación. Asi, el relativismo y

subjetivismo que parece suponer el concepto de semiosisinfinita queda limitado por el reconocimiento de una realidad externa al sujeto y por la relación de similitud entreobjeto e interpretante.

La finalidad del proceso de conocimiento es otropunto que marca el alejamiento del subjetivismo y relativismo. El conocimiento en general y la indagación científica en particular es la lucha del hombre por pasar del estado de duda al estado de creencia.13 La duda es una cues

tión, es un estado de inquietud e insatisfacción Si bien

estimula la indagación para destruir la duda, el investigador lucha por salir de ella. Es un estado mental que indicala privación de un hábito. La creencia es un juicio, es unestado de tranquilidad y satisfacción. El investigador desea

mantenerse en ella y estimula activamente una conduela

¥ Peirce, Ch., La fijación de la creencia, 1877, trad. De José Vericat,HjJP, UNAV, España, 1988, http://www.unav.es/gep/Peirce-csp.htlm

90 Beatriz MattarHermenéutica analógica y hermenéutica pragmalicista 91

http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.htlm

http://www.unav.es/gep/Peirce-csp.htlm

http://www.unav.es/gep/Peirce-csp.htlm




determinada, guia los deseos y determina las acciones. Esindicativo de la posesión de un habito14 La indagacióncientífica es el paso de una duda auténtica a una creencia-hábito. La creencia científica no puede entenderse comouna afirmación que puede ser verdadera para unos y falsa

para otros. Es creencia por diferenciación al concepto deverdad absoluta, en la medida que expresa una verdadprovisoria y siempre abierta. Pero es un hábito y como talexpresa el poder del hombre para explicar la regularidad.

El método científico no promueve el alejamiento detoda duda sino que parte de la duda auténtica. No acepta

como verdadera una proposición por el sólo hecho de sersostenida por una autoridad o impuesta por un poder supe

rior sino en la medida que pueda sostenerse por confrontación con la realidad. No acepta como verdaderas, afirmaciones solamente "agradables a la razón", tomándolas como verdades últimas y absolutas sino que debe basarse enlos hechos observados y aceptar como verdad lo que concuerda con la experiencia. Es necesario que ofrezca uncamino que permita ciertas garantías de coincidencia entrelas opiniones y los hechos. Así, debe ser un método me-

14 En este contexto, el hábito no debe entenderse simplemente como

una tendencia a actuar de un modo concreto bajo determinadas circunstancias, sirio como ley general de acción, y como capacidad paraformuiar ¡uicios naturales sobre "lo razonable" (terceridad). El hombretiene la capacidad para regular las influencias del mundo exterior(percepciones) y del mundo interior (fantasías) y esta regulación larealiza a través de la formación de hábitos. En los hábitos radica elpoder para crear y explicar la regularidad. El hábito-creencia formadoa partir de la percepción externa y la imaginación permite la comprensión. Las hipótesis que buscan explicar la realidad o desentrañar lasleyes para llegar a la verdad, constituyen un hábito-creencia imaginario. Consultar: Barrena, Sara, "Los hábitos y el crecimiento: una perspectiva peirceana", en Razón y Palabra, N" 21, Abril 2001.

diante el cual puedan determinarse nuestras creencias des

de afuera, por algo permanentemente externo que puedaafectar a cada hombre y no sólo a un sujeto particular.Debe ser un método que permita a distintos investigadoresllegar a semejante conclusión.

Esta caracterización de ta ciencia se apoya en un doble supuesto, que podríamos darle el nombre de "supuesto

de realidad" y "supuesto de cognoscibilidad". El texto esexpresivo del realismo epistemológico de Peirce; existeuna realidad extramental y es posible conocerla. 15

La ciencia como comunidad de indagación es definida como la "efectiva ocupación viva de un grupo efectivo de hombres vivos",16 como lo que los científicoshacen. . La búsqueda de la verdad es un trabajo cooperativo y los resultados alcanzados en una investigación de

ben poder ser retomados y controlados por otros científicos. El deseo de conocer la verdad, seguir un método efectivo y formar parte de una comunidad dedicada a este

hacer, son características definitorias del hombre de ciencia. Afirma que el hombre de ciencia es un buscador des

interesado de la verdad, que empeña, junto a otros, toda suvida en esta tarea y espera que quienes continúen con sustrabajos avancen en la búsqueda de la verdad.18 Resultaclaro que el trabajo cooperativo supone la comunicabilidad y la conmensurabilidad del conocimiento y que el

15 Peirce, Ch„ Lafijación de la creencia, ap. cit., g 27lh Peirce, Ch., La naturaleza de la ciencia, 1905, trad. de Sara Barrena,1996, GEP, UNAV, España, http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.htlm,p. 2

Peirce, Ch., Una clasificación detallada de las ciencias, 1902, trad.(le Fernando Vevia, GEP, UNAV, España, 1997, http://www.unav.es / gep/Peirce-esp.hllm, § 232-237" Peirce, Ch., Formas de vida, trad. Sara Barrena, GEP, UNAV, Es

paña, 2005, http://www.unav.es/gep/Peiree-esp.htlm,g 640.



http://www.unav.es/

http://www.unav.es/gep/Peiree-esp.htlm

http://www.unav.es/gep/Peiree-esp.htlm

http://www.unav.es/




proceso de interpretación queda limitado por el control dela comunidad científica. Todo ello resulta imposible en elmarco del subjetivismo y relativismo.

Se separa del absolutismo, cuando descarta tres modos de concebir a la ciencia: como cuerpo de conocimiento

sistematizado y ya establecido, como conocimiento acabado

y perfecto y como un cuerpo de conocimientos sistematizados que pudieran existir en un futuro.

Su posición marca el alejamiento de cualquier posición escéptica absoluta (Pirrón o Sexto Empírico) porqueapuesta a la existencia de una realidad exterior que puede

ser conocida; se aleja también del escepticismo subjetivis-ta (Hume) porque el conocimiento del mundo extramentalno es solo subjetivo sino que avanza basta alcanzar el estado de creencia; y además, se aleja del escepticismo me

tódico (Descartes), puesto que la única duda aceptada esuna duda auténtica disparadora de la búsqueda de explicación científica.

También significa el alejamiento de todo idealismoporque no niega que las ideas respondan a objetos (esta esla afirmación más general que se puede atribuir a un idealismo -Fichte, Schelling, Hegel, Berkeley-). Además,todo idealismo conduce a alguna forma de escepticismo,por cuanto, alejarse de todo escepticismo es a la vez ale

jarse de todo idealismo (idealismo absoluto como el deBerkeley o idealismo fenómeno lógico como el de Kant).

La posición de Peirce contiene elementos que permiten aproximarlo aun realismo moderado. Acepta que existe una realidad, que no es una construcción de la mente,sino algo distinto que la conciencia percibe. El mundoexterior se impone al sujeto que lo percibe por experienciay razonamiento, aunque no se trate de un conocimientoexhaustivo.

Creemos que la relación de similitud entre interpretante y objeto, tiene un sentido análogo a la relación deanalogía de proporcionalidad propia. El reconocimiento deque el científico alcanza verdades provisorias, se aproximaa la afirmación de que en la hermenéutica hay que hablar

de verosimilitud más que de verdad. Finalmente, la dirección de superación del subjetivismo, relativismo y absolutismo, también es coincidente en ambos autores.

No pretendemos sostener que la posición gnoseoló-gica en la que se apoya la epistemología peirecana puedaser identificada punto por punto con el realismo moderadode Beuchot pero, entendemos que resulta compatible conel mismo. De igual modo, el método científico de Peirce,no es el método hermenéutica de Beuchot porque el primero es más amplio, está pensado para el completo espectro

del saber. Creemos que en Peirce se encuentra desarrollada una teoría hermenéutica, y que metodológicamentepodría ubicarse como un momento del proceso epistémico.

4. L A A B D U C C I Ó N C O M O M É T O D O H E R M E N É U T I C O

Beuchot toma de Peirce la teoría de la abducción, comoparte de la fundamentación de su propuesta de una hermenéutica analógica, superadora del pendular planteo y soluciones que en la historia de la filosofía se ha dado hasta elmomento. Peirce es un precedente de su hermenéutica

analógica, porque en su pensamiento hay nociones que lesirven de fundamento. Peirce debería ser ubicado entre losreferentes teóricos de la hermenéutica porque aborda ellema de la interpretación y su método.

La abducción es más que una forma inferencia! diferenciada de la deducción y de la inducción, tampoco podría identificarse, sin más, con la estructura del procesoepistémico. Es una forma inferencia! porque tiene una es-Imetura lógica específicamente definida, pero las reglas

94 Beatriz Mattar Hermenéutica analógica y liermenétnica pragmaticisla 95



94 Beatriz Mattar

establecidas por Peirce no son reglas lógicas sino metodológicas. La abducción no es coextensiva con el procesoepistémico, sino que es parte de él, en tanto que describesolamente, el momento correspondiente al descubrimiento

e intctpretación del proceso de formulación de hipótesis,mientras que el proceso epistémico incluye además, lainstancia de prueba de las hipótesis. Entendemos que laabducción es la metodología de la interpretación propuestapor este autor. Es la formulación de un método hermenéu-tico que tiene una estructura inferencial y por lo tanto, nose apoya en la intuición ni en la empatia, y sus reglas así lopermiten sostener.

Con relación a este aspecto, creemos importante hacer una observación. Beuchot sostiene que Peirce reúne la

deducción y la inducción en la abducción y que debe seridentificada con lo hipotético-deductivo, con la conjetura-refutación y con el ensayo-error. Sostiene, además, que el

juicio interpretativo comienza siendo hipotético y luegopasa a tesis. A la tesis se llega descondicionando la hipótesis, es decir, cuando se ve que la hipótesis se cumple efectivamente. Entiende que este paso es un argumento porabducción.19

Estas afirmaciones dan a entender que Beuchot interpreta a la abducción como el proceso completo de pro

poner hipótesis y probarlas. Por nuestra parte, creemos queésa no es la concepción peirecana de la abducción, sinoque es el proceso de proponer hipótesis plausibles, peroellas no son formuladas con base en un proceso intuitivo oempático sino que debe necesariamente apoyarse en unrazonamiento abductivo. Creemos que la diferencia con el

Beuchot, op. cit., p. 32

g y p g

hipotético-deductivo, con la conjetura-refutación y con elensayo-error es definitiva, y no pueden identificarse.

El hipotético-deductivismo es también una forma dedescondicionalizar afirmaciones hipotéticas pero lo hacen

siguiendo las reglas de la lógica deductiva. La abduccióntiene una estructura que no se ajusta a tales reglas, ademástiene connotaciones semánticas ausentes en el Modus Po-nens de Carnap y el Modus Toilens de Popper. En el marco del pragmaticismo peirceano, deberíamos decir que unahipótesis pasa a ser tesis cuando se encuentra justificada yno cuando se encuentra probada. La abducción es fundamentalmente la descondicionalización concebible. Este esel sentido que encontramos en Peirce. Se diferencia claramente del hipotético-deductivismo de Hempel y de laConjetura-refutación de Popper, por cuanto éstos no reconocen otra forma de razonamiento que no sean las formasdeductivamente válidas y consecuentemente la producciónde hipótesis es una cuestión de psicología del conocimiento, carece completamente de interés lógico. Por el contrario la abducción peirceana es un proceso lógico.211 La abducción peirceana no es el proceso por el cual se llega auna tesis ya inferida y probada sino que corresponde alproceso que permite seleccionar una hipótesis como plausible y digna de ser sometida a la prueba. La respuesta adecuada a la pregunta acerca de porqué un científico elige

someter a la prueba experiencia! sólo unas pocas hipótesis,está en que tales hipótesis son la conclusión de una inferencia abductiva. Es decir, que se apoya en razones que avalany justifican la decisión del científico de iniciar el costoso

Peirce concibe a la lógica de un modo no restringido a la noción delógica formal deductiva. Es la teoría general de los signos. Entendemos que se aproxima más a la noción de lógica en Aristóteles, siemprei|ue no se la limite a la Analítica.

96 Beatriz Mattar Hermenéutiea analógica y hermenéutica pragmaticista 97



96 Beatriz Mattar

momento de la prueba experieneial. Esto se advierte claramente en las reglas que Peirce asigna a la abducción.

De este modo, entendemos que la abducción no expresa el proceso epistémico total, sino que describe un

proceso hermenéutico. La abducción es la lógica de lainterpretación, entendida como el momento del "diseñoconcebible" de una hipótesis que va a ser probada. Aunque, para Peirce, la instancia hermenéutica vale para cualquier ámbito cientifíco: ciencias naturales, ciencias exactas o ciencias humanas.

La propuesta hermenéutica que encontramos contenida en la teoría de la abducción permite, en este contexto,caracterizarla como:

1. Interpretación controlada: es una interpretación resul

tado de una inferencia que en la investigación constituye un proceso controlado o guiado por propósitos en elcual asociamos signos con otros signos.

2. Interpretación analógica: en ese proceso de inferenciael interpretante tiene con su objeto una relación similara la relación que el signo original mantiene respecto asu objeto.

3. Interpretación inacabada: en el proceso de interpretación los interpretantes determinados en el proceso deinferencia son signos que producen nuevos interpretantes siguiendo un decurso potencialmente infinito.

4. Interpretación confrontable: los interpretantes, comoesquemas de acción, constituyen el marco mediante loscuales es posible el diseño de la confrontación experimental que posteriormente se hará efectiva en el momento de prueba.

5. Interpretación prospectiva: si en el momento de pruebade una hipótesis, el objeto real se ajusta a las expectati-

g y p g

vas previstas en el diseño, entonces puede decirse quedicha hipótesis tiene ciertas consecuencias.

6. Interpretación relativa: si la hipótesis permite la predicción de consecuencias experimentales, entonces

puede decirse que dicha hipótesis representa de algúnmodo un modelo de la realidad interpretada.Las tres primeras características que asignamos a la interpretación peirceana, que marcarían a la hermenéutica pragmaticista, encuentran cierta correspondencia con la hermenéutica de Beuchot. En efecto, la estructura del procesohermenéutico es abductivo, la abducción se basa en la ana

logía y su concepción de interpretación se aleja del univo-cismo. Las otras tres características expresan la idea deque las hipótesis contienen el diseño concebible de la confrontación empírica. Este aspecto, contenido en el conceptode interpretación peirceano, resulta comprensible dado quese trata de una teoría concebida para todas las ciencias. Eneste sentido, esta hermenéutica tendría un campo de apli-cabilidad más amplio que la hermenéutica de Beuchot,aunque esta última avanza en profundización porque seconcentra en el fundamento de la abducción, la analogía.

5. H E R M E N É U T I C A S C O N F U N D A M E N T O L Ó G I C O

La hermenéutica analógica y la hermenéutica pragma

ticista son propuestas con fundamento lógico y representan instancias teóricas superadoras de posiciones antagónicas precedentes.

Entre la posición de un objetivismo interpretativo,que busca reproducir la intención del autor, y el subjetivismo interpretativo ad infinitum, Mauricio Beuchot postula un modelo de hermenéutica analógico-¡cónica, deespecial utilidad para las ciencias humanas e inspirada enla doctrina de la analogía aristotélica y medieval. La finalidad es superar el univocismo ideal de la hermenéutica

98 Beatriz Mattar Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmatista 99



98 Beatriz Mattar

positivista, apoyada en la verificación empírica, y el equi-vocismo de la hermenéutica romántica, apoyada sólo en elsentimiento de empatia.21 Por el contrario, en la analogíahay un sentido relativamente igual pero predominantemen

te diverso. La analogía tiende a lo equívoco y el esfuerzohermenéulico consiste en equilibrar hacia lo univocó, lanatural equivocidad de la realidad textual y del significado.Además, ya se ha mencionado, que reconoce a la abduc

ción como fundamento lógico del proceso hermenéutica.

Por su parte, Peirce no se inscribe en la tradiciónhermenéutica de su época (fines del siglo XIX y principiodel siglo XX ), sino en la tradición epistemológica. Porello, ofrece una solución superadora en el campo de lalógica de la investigación científica, que se aparta del racio

nalismo y del empirismo. Entre el deductivismo racionalistae idealista y el inductivismo empirista y positivista, Peircepropone a la abducción como forma lógica que evita ambos extremos epistemológicos. Pero todo conocimiento esinterpretación y ésta es el resultado de un proceso de razonamiento abdttctivo y no de un acto de simple intuición.

6. I N T U I C I Ó N Y R A Z Ó N E N E L P R O C E S O D E

I N T E R P R E T A C I Ó N

Beuchol destaca que, si en la filosofía no se aceptan fun

damentos ni principios sino sólo narración, la novedadinterpretativa no puede quedar apoyada más que en la intuición o la emoción. Por el contrario, la hermenéuticaanalógica preserva, para el acto interpretativo, la intervención de la inteligencia razonadora y explicativa, a la vezque da intervención a la razón intuitiva y comprensiva.Esta hermenéutica aboga por una razón dialógica y analó-

11 Beuchol, op. di, pp. 45-49

Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmatista 99

gica que permita el "rejuego" de la intuición y la argumentación, de la innovación y la justificación. Reconoce

que resulta necesaria la "sutileza" indispensable para alcanzar la "clarividencia" del camino intermedio, del me

dio "prudencial" entre los extremos disonantes,

22

y a lavez, reclama para la hermenéutica carácter argumentativo.Para ello, poslula la aceptación del modelo de Pe-

relman, que significa una ampliación de la lógica de talmodo que incluya la argumentación dialéctica y retórica.23

Las herramientas argumentativas de la retórica sirven para

fundamentar y persuadir sobre lo que se ha interpretado,incorporando los elementos valorativos, además de losdescriptivos. La teoría de la argumentación de Perelmantiene plena aplicación en la hermenéutica ya que contempla a la argumentación dirigida hacia una comunidad deintérpretes y la argumentación hermenéutica es una argumentación situada, contextuada, que busca generalizar larazonabilidad alcanzada.24 Retórica y hermenéutica seaproximan pero se diferencian.25 La finalidad de la retórica está en argumentar para comunicar y persuadir, la her

menéutica también tiene que argumentar para explicar locomprendido y para decidir entre interpretaciones rivales.La finalidad argumentativa no está en llegar al univocismoni justificar el equivocismo, sino que está en justificar la

jerarquía de interpretaciones verosímiles.

La aceptación de la razón intuitiva en el proceso deinterpretación marcaría una importante diferencia entre

Beuchot, op. cit., p. 79Beuchot, op. cit., p. 90

V Beuchol, op. cit., pp. 83-92• Beuchot, M , La retórica comopragmática y hermenéutica, Anlrho-pos, España, 1998, pp. 125-132

LOO Beatriz Matter Hennenéutíea analógica y hermenéutica pragmaticisla 101



ambos autores, ya que Peirce niega explícitamente que elhombre tenga capacidad de conocimiento intuitivo.

Pero, la revista Analogía Filosófica, publicó en 1998un número especial sobre "Charles S. Peirce y la Abducción" conteniendo un conjunto de importantes trabajos

referidos al tema de la abducción. En algunos de estostrabajos, encontramos diversas expresiones que, según nospareció, hacían reaparecer el tema de la intuición en laabducción. Sugerencia que nos- viene como un destello(Aliseda), flash de entendimiento (Debrok), descubrimiento de un nuevo punto de vista, hecho sorprendente experimentado en forma inmediata (Hoffman); son expresiones

que llevan a preguntamos: ¿hasta qué punto es posiblesostener que la abducción se opone a la intuición?.

En Cuestiones acerca de ciertas facultades atribui

das al hombre, la intuición está definida como un conocimiento directo e inmediato por oposición al conocimientoderivado de cogniciones anteriores o cogniciones inferen-ciales. Además, el conocimiento intuitivo tiene la caracte

rística de ser un conocimiento indemostrable, infalible eindudable. El texto peirceano contiene siete cuestiones y entodas mantiene la misma estrategia argumentativa. Va explicando distintas situaciones de conocimiento y mostrandoque se pueden justificar suponiendo que el hombre carece

de la facultad intuitiva. Afirma que todo pensamiento se

da en signos y la esencia del signo es remitir a otro, poresto, todo pensamiento debe ser interpretado en otro. Todacognición está determinada por una cognición previa y nohay ni es necesario que haya una inferencia primera.

2 b Peirce, Ch., Cuestiones acerca de ciertas facultades atribuidas alhombre, 1868, GEP, UNAV, España, irad. Carinen Ruiz, 2001,http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.litlm, cuestión 5.

La lección VI y VII de lecciones sobre el Pragmatismo son centrales para aclarar la conexión entre abduc

ción e intuición en Peirce. Allí, abducción, percepción,intuición e interpretación aparecen estrechamente conec

tadas. La caracterización del juicio perceptual nos permite

definirlo como una proposición27

singular2

*, evidente, incontrolable e incuestionable que expresa una relación posible " y es punto de partida para deducir una proposiciónuniversa l .

M Presenta a la abducción como facultad de adivinar y como operación de intuir los elementos generales

de la naturaleza (terceridades). Sostiene además, que laabducción como intuición es de la misma clase de operación que los juicios perceptuales y como facultad tiene lamisma naturaleza del instinto.31 El juicio perceptivo y lainferencia abductiva son di ferene iab les pero no separables,

entre ellos existe una relación explicativa de regresión ad infinitum31 Explica en el §2 de la lección VII , la relaciónde la intuición con la interpretación. Afirma que el juicioperceptual supone necesariamente la preferencia de unadeterminada manera de clasificar lo percibido, por ello,cierta teoría de la interpretación preexistente de lo percibido impronta la percepción. Sostiene que la sugerencia

abductiva es un acto de intuición falible?1 La relación de parentesco34 entre el juicio perceptual y la abducción estáfundamentada en la idea de que ambas participan de los

l Peirce, Ch., op. cit.,p. 200 y 209 jí Peirce, Ch., op. cit., pp. 190-191¡T Peirce, Ch., op. cit.,p. 194P Peirce, Ch.,op. cit.,p. 193

Peirce, Ch., Lecciones sobre Pragmatismo, 1903, trad. DalmacioNegro Pavón, Buenos Aires, Aguilar, 1978, cap. VI, §4IJ Peirce, Ch.,op. c//.,p. 219

J J Peirce, op. cit.,p. 218F Peirce, op. cit., p. 221

102 Beatriz Mailar Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticisla 103

http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.litlm

http://www.unav.es/gep/Peirce-esp.litlm



caracteres de la interpretación. La percepción es interpretativa pero percibimos aquello para cuya interpretaciónestamos ajustados.^

El pensamiento peirecano sobre la relación entre ab

ducción c intuición nos resulta algo confusa. Sin embargo,Bcuchor"' revisa diversos textos peirceanos, y aclara quelo que rechaza es la intuición intelectiva del tipo de Kant,pero acepta la intuición abstractiva de Aristóteles y losescolásticos. La abducción no excluye este tipo de intuición sino que la contiene en el marco de un proceso deabstracción hipostática o por el establecimiento de modelos. De este modo, es posible afirmar que razón e intuicióntienen su lugar en la concepción de interpretación peircea-na. Entendemos que ésta es también, la clase de intuición

que retiene Beuchot para el proceso hermenéutico.7 . P R O C E S O D E I N T E R P R E T A C I Ó N " P O T E N C I A I M E N T E "

I N F I N I T O

Para Peirce el conocimiento es un proceso de semiosis sólo"potencialmente infinita", es un proceso de interpretación"potencialmente" continuo, porque siempre está abierto ala ampliación y modificación de las conclusiones alcanzadas, pero ello no significa que en un proceso concreto deinterpretación, el científico no pueda sostener una determinada

conclusión como verdadera. Como ya hemosdicho,

si asi no fuera, Peirce debiera sostener que en el procesode conocimiento, el hombre se mantiene en un estado deduda sostenida y además que la confrontación de las hipótesis no es necesaria para alcanzar la explicación científica. Y no es así. El paso de la duda a la creencia y la necesi-

" Peirce, op. cit., p. 2223(1 Beuchot, Mauricio, "Abducción y Analogía" en Analogía Filosófica, XII/1, 1998, pp. 57-68

dad de confrontación de las hipótesis son argumentos contradictorios con un concepto de semiosis absolutamenteinfinita; por el contrario son nociones que le ponen límite.

En efecto, para la ciencia son determinantes las verdades que "concebiblemente" permitan predicciones de"concebibles" percepciones futuras. La explicación científica no es una generalización a partir de hechos, sino unaelaboración teórica destinada a ser confirmada o disconfirmada. También, es determinante el ser una generalidad,una ley destinada a ser verdadera (verdad matemática,'ética o empírica). Si bien el conocimiento científico essiempre provisorio, esto no significa que el científico debarenunciar a la búsqueda de la verdad ni a la formulación deteorías 37 .

En suma, el conocimiento que puede reconocerse como explicación científica es el resultado de una confrontación expericncial, diseñada a partir de las predicciones delas hipótesis formuladas ante hechos sorprendentes. Y sicada predicción de las hipótesis es confirmada, entonces laexplicación puede comenzar a ser considerada científica.

Del mismo modo, las interpretaciones que puedencomenzar a catalogarse de científicas, son sólo aquellasque pueden pasar la prueba de la justificación, para soste

nerse provisoriamente como verdaderas. En el campo delas ciencias humanas, la exigencia de justificación, señala

también, el límite de la semiosis infinita.El objetivo de Peirce en Sobre la extracción de la

Historia a partir de documentos Antiguos, especialmente

Peirce, Ch., Sobre ta Lógica de ¡a extracción de la historia a partir de Documentos antiguos, especialmente de Testimonios, 1901, trad.Douglas Niño, GEP, UNAV, España, http://www.unav.es/gep/Peirce-csp.hllm § 7.192-7,194

104 Beatriz MailarHermenéutica analógica y hermenéutica pragmalicista 105

http://www.unav.es/gep/Peirce-

http://www.unav.es/gep/Peirce-



de Testimonios, es defender un método lógico para el tratamiento de documentos históricos antiguos. Marca laslimitaciones de la teoría del balance de las probabilidades,

38 desarrolla una metodología alternativa y la aplica.Reconoce que cuando las condiciones esenciales son cumplidas, el uso del método de la teoría del balance de lasprobabilidades es correcto, como ocurre en el ámbito delas ciencias exactas. Pero, en el estudio de la historia antigua esas condiciones no se dan, por lo tanto, no es posiblehablar de "prueba" o "demostración" en este ámbito científico. Si a aquel método se lo sostiene como el métodoestándar, la historia antigua quedaría reducida a "frivolaconjetura"™. La objeción principal que ofrece es que todorazonamiento matemático es un razonamiento "necesario",apropiado para aplicaciones de la ciencia. La correcciónde estos razonamientos está dada por la aplicación deprincipios ya asumidos, por estar científicamente establecidos. No hay lógicamente, aumento de conocimiento, esarreglo o sistematización del conocimiento establecido. Lahistoria es una ciencia descriptiva y su nomológica respec

tiva no está en condiciones de darle una ayuda valiosa eneste sentido. Por ello, "la parte demostrativa de la historiadebe permanecer muy pequeña por largo tiempo ". La base

del razonamiento en historia no debe ser de tipo demostrativo, mientras éste siga siendo una aplicación de la teoría

matemática de las probabilidades.40

Peirce formula teóricamente un método propio parala investigación de la historia antigua, lo fundamenta filo-

3 S La teoría del balance de las probabilidades es la reformulación peir-ceana de la doctrina de las probabilidades propuesta por Hume en1748 en Investigaciones sobre el entendimiento humano, sec. X),

3* Peirce, Ch„ op. cu., § 7.169411 Peirce, Ch., op. cit, § 7.181

sódicamente y regla su propuesta metodológica, pero ade

más, lo ilustra con problemas de la historia de la filosofía.El seguimiento metodológico de los casos de aplicaciónmuestran los distintos momentos del proceso. Comienzacon la descripción de la situación problemática, señalando

las "circunstancias sorprendentes", procede a la formulación de una hipótesis explicativa plausible, acompañada dela valoración de su plausibidad. Este momento exige quese tengan en cuenta todas las reglas que expresan los criterios para seleccionar la hipótesis "preferible". Es decir queantes de poner a prueba la hipótesis, es necesario justificarla, revisando las supuestas dificultades. Es un momentode profundo análisis y síntesis, de comparación y distinción, que permite desechar las hipótesis improbables yformular claramente las probables. Incluye además, la ex

tracción de consecuencias de la hipótesis, es decir, la identificación de fenómenos probables para los que se deberádiseñar estrategias experienciales. Hasta aquí llega el momento abductivo. La confrontación de cada una de las predicciones con los documentos históricos es una instanciaposterior.

La relevancia que asigna a la justificación de lashipótesis marca que concibe a la historia como una cienciaargumentativa más que demostrativa. Además, la afirmación de que el científico selecciona las hipótesis plausibles

muestra por una parte, que es posible la existencia de másde una hipótesis verdadera y por otra parte, que el procesode interpretación (selección y formulación de hipótesis) essólo potencialmente infinito porque define las hipótesisprobables y desecha las improbables.

Por su parte, Beuchot entiende que si bien las interpretaciones son potencialmente infinitas, quedan delimitadas por la consideración de la referencia del texto y no sólotic su sentido, y por el contexto que el mismo autor y el

106 Beatriz Mattar! lerraenéutica analógica y hermenéutica pragmaticisla 107



interprete reciben desde la comunidad de referencia, listo eslo que permite determinar las interpretaciones adecuadas,

alcanzadas por medio del diálogo interpretativo. Vale decir, que la objetividad alcanzable es la que corresponde a

la intersubjetividad. Esta hermenéutica analógica no evitael conflicto de interpretaciones pero suprime la posibilidaddel solipsismo univocista y del relativismo equivocista. ^

En consecuencia, la hermenéutica analógica significa la apertura a la posibilidad de aceptar la existencia demás de una interpretación verdadera de un texto, aunque

ello no implica aceptar la existencia de cualquier interpretación como adecuada. Encontrar la interpretación ade

cuada es encontrar la proporción entre la intención dellector y la intención del autor. Esto es, desechar interpre

taciones falsas e irrclevantes (analogía de desigualdad),encontrar la proporción de adecuación al texto entre interpretaciones diferentes (analogía de proporcionalidad) y

jerarquizar interpretaciones, consideradas adecuadas, según grados de aproximación a la verdad textual (analogíade attibución).42

El reconocimiento de interpretaciones jerárquicamente organizadas de la hermenéutica analógica no escomparable con la concepción peirceana, porque es unaconsecuencia de la consideración de la analogía como eje

de la hermenéutica. Por lo mismo, las precisiones metodológicas que de ello se derivan van a estar ausentes en Peir-ce y detalladamente explícitas en Beuehot.

Otro límite en el proceso de interpretación peirceanoestá dado por el conocimiento antecedente. Lo que causa

la explicación científica es que la anticipación del hecho

41 Beuehot, op. cit,,p. 554 2 Beuehot. op. cit.,p. 52-54

pueda ser contraria a lo que la razón espera o a lo que laexperiencia confirmaría. Lo que vuelve sorprendente a unfenómeno es la violación de una regularidad existente o laaparición de una regularidad inesperada.

4 3 Por esto, en elproceso de explicación es determinante la reconciliaciónde lo nuevo (sorpresa) con lo viejo (expectativa). Una expectativa no cumplida genera la búsqueda de una explicación científica. El conocimiento del saber antecedente resulta relevante para la ciencia, ya que marca la expectativa.

Esta última idea peirceana podría anatogarse parcialmente a la afirmación de que la interpretación hermenéutica está condicionada por la tradición y el lenguaje,señalada por Beuehot. La hermenéutica analógica, significa la ruptura de la disyuntiva entre tradición e innovaciónen la interpretación. Toda interpretación está ligada a unatradición, como contexto de referencia desde el cual seproduce el texto y desde donde se lee el texto. La innovación no siempre es romper con la tradición sino que también puede aportar a la tradición, ensanchándola (innovación sintagmática) o enriqueciéndola (innovación paradigmática). Para interpretar no es conveniente ni posibleaferrarse a la tradición para conservarla sin más, sino quees necesario introducirse en su movimiento de crecimientoy contribuir con él, en cada instancia interpretativa. Setrata de innovar buscando decir lo análogo. Por ello, se

inscribe en el marco de un contextualismo relativo (noabsoluto) que se aleja de la caótica interpretación posmo¬derna y de la rígida interpretación positivista.

43 Peirce, Ch., Sobre la Lógica de la extracción de la historia a partir de Daca/nentos antiguas, especialmente de Testimonios, op cil S 7 190

7,191líeuchot, op. cit., p.71

108 Beatriz Mattar Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmadeista 109

teorías de la verdad 48 En la obra lógica aristotélica la



8 . C O N C E P C I Ó N D E V E R D A D

La metodología propia de la hermenéutica es la suhtilüas,que significa encontrar una nueva posibilidad de interpretación. Si la interpretación se concentra en el nivel delsignificado intra e intertextual es necesario hablar de ver

dad sintáctica, que supone el concepto de verdad comocoherencia. Si la interpretación está dirigida a la explicación y comprensión del significado del texto como referencia, la verdad semántica es la que se busca alcanzar, ysupone el concepto de verdad como correspondencia. Loprofundamente hermenéutico es la interpretación que recupera la intención del autor a través de la propia, insertándolo en el contexto histórico-eulturai. Este significadocontextúa! se relaciona con la verdad pragmática, que supone el concepto de verdad como consenso.45 Por ello, el cri

terio de verdad o validez interpretativa es la recuperación dela intencionalidad del autor, alcanzado por el intérprete.46

Beuchot destaca que alcanzar la verdad pragmáticasupone alcanzar la verdad sintáctica y semántica. Comopasos hermenéuticos previos, las contiene y supone.47 Deesta manera, la hermenéutica analógica defiende una concepción de verdad integral, que conjuga la coherencia, lacorrespondencia y el consenso interpretativo. Pero, es necesario tener en cuenta que la intima vinculación entrehermenéutica y retórica, hace que en la hermenéutica ana

lógica más que de verdad absoluta y de racionalidad pura,habría que hablar de verosimilitud y razonabilidad.

Este modelo de hermenéutica se conjuga con la concepción de verdad aristotélica que compatibiliza las tres

5 Beuchot, op. cit., pp. 24-26i k Beuchot, op. cií., p. 544 7 Beuchot, op. cit., p. 90

teorías de la verdad. En la obra lógica aristotélica, laverdad como coherencia está presente en los Primeros

Analíticos, la verdad como correspondencia aparece en la Metafísica y los Segundos Analíticos y la verdad comoconsenso figura en los Tópicos y en la Retórica. Generalmente se reduce la lógica aristotélica a los Primeros Analíticos y la teoría epistemológica a los Segundos Analíticos,consecuentemente se atribuye a Aristóteles las dos primeras teorías de la verdad. Sin embargo, Beuchot destaca quela consideración de las otras obras lógicas señaladas muestra claramente el carácter dialógico de la lógica aristotélicay la presencia de la concepción de la verdad como consenso. La analogia es parte de la lógica aristotélica y es dialó-gica, la pertinencia y adecuación de una analogía y suprueba, necesita ser discutida entre sus usuarios.

Las tres dimensiones de la semiótica están claramente presentes en la concepción peirceana del signo y su interpretación. Están desarrolladas, explicadas y justificadasamplia y profundamente. Las ramas de la semiótica reconocidas por Peirce son la gramática semiótica, la lógicacrítica y la retórica universal, lo que implica que su concepción teórica se vincula con la verdad de las tres maneras señaladas. Además, la ciencia como comunidad deindagación supone el concepto de verdad como consenso,

y el realismo supone el concepto de verdad como correspondencia.

9. A B D U C C I Ó N , A N A L O G Í A E I C O N O

La vinculación más patente que Beuchot establece entre suhermenéutica y la concepción peirceana es el reconocimiento de la-abducción como estructura lógica del proceso

Beuchot, op. cit., p. 54

110 Beatriz MattarHermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticisla 111



de interpretación y ta consideración del texto como icono.Resulta superfluo argumentar sobre la relación entre ana

logía e icono, ya que Beuchot se ocupa especialmente deello. Sostiene que la analogicidad se conecta con la ¡conicidad porque el icono, en el sentido peirceano, es un signoanalógico y la analogía es ¡cónica. Así, entiende que esnecesario avanzar desde la hermenéutica analógica haciauna hermenéutica analógico-icónica. El icono es una clase

de signo intermedio entre el índice y el símbolo ya que noes pura presencia ni completa ausencia, por eso es analógico. La noción de icono peirecana, con su triple divisiónen imagen, diagrama y metáfora, encuentra correspondencia con la analogía de desigualdad y atribución, y de proporcionalidad propia e impropia4'' Destacar una u otra delas clases de analogía dará lugar a diversas formas de in terpretación. Por otra parte, sostiene el autor que el iconode Peirce coincide con el símbolo de Cassirer y Ricoeur enel sentido que el conocimiento de un fragmento nos permite el conocimiento de la totalidad, la parte nos conducehacia el todo, porque desde la parte se puede prever o adivinar el todo. Entender al texto como icono, en el sentidopeirceano del término50 , significa entender el paso de laparte a la totalidad contextúa!. En la parte es posible ver eltodo, igual que en el símbolo que nunca da un conocimiento perfecto sino aproximado. El símbolo encuentra un

sentido analógico porque: "El símbolo requiere de la intervención del hombre, si, pero "impone" sus leyes; no sedeja imponer la interpretación... "5I .

4 9 Beuchot, cp. cíí.,p,1915 0 La imagen se aproxima a la idea de significación univoca, la metáforaa laequivoeidad y el diagrama oscila entre univocidad y equivocidad." Beuchot, op. cit., p.194

La analogía no solo permite diferenciar y jerarquizarcon proporción sino que también posibilita la universalización desde el conocimiento particular. No es una uni-verzalización absoluta sino que se trata de una universalización con límites, porque la analogía obliga atender a los

elementos contextúales y particulares. Por ello, Beuchotdenomina hermenéutica del límite o limítrofe 52 a la hermenéutica analógico-icónica. Este modelo de hermenéutica se coloca en el límite entre univocidad y equivocidad,entre lenguaje y ser, entre naturaleza y cultura, entre tex-tualidad y contextúa!idad, entte lengua y habla, entre estructura y contenido, entre diacronía y sincronía, etc.

La abducción pcirceana marca la estructura de este

paso que conduce a un universal analógico, icónico, hipotético y revisable.53 La noción de icono es la que conduce

a la noción de una interpretación desde hipótesis parcialesy diagramáticas de los textos, hacia la totalidad de estos.

Una totalidad razonablemente alcanzable que se apoyaráun una interpretación que tendrá una objetividad fragmentaria pero suficiente para justificar la universalización.

Ya hemos señalado que Beuchot reconoce que la selección y formulación de hipótesis, en Peirce, es el resultado del proceso inferencial abductivo y supone un proceso de "abstracción hipostática". Advierte que la analogíaaristotélica se vincula con la abducción peirceana, puesto

que está en la base del proceso inferencial abductivo y estátambién en la base de la apagogé aristotélica. Es decir queBeuchot sostiene que:

1. Hay vinculación entre la abducción peirecana y laanalogía aristotélico-escolástica

S í Beuchot, op. cit., p.93-975 3 Beuchot, op. cit., p. 32

112 Beatriz Malvar

2 L " ibilid d ló i " i di bl

Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticista 113

Una consecuencia lógica de esa división de la her



2. La "sensibilidad analógica" es indispensable para

descubrir

3. La analogía está en la base tle la abducción

4. Existen semejanzas entre la analogía y la abducciónEl planteo de Beuchot rescata La abducción peirceana, la

aproxima a la analogía y a la vez, las diferencia.54

Abducción, analogía e icono pueden considerarse como conceptos interdefinibles en ambos autores.

10 . L I N C A M I E N T O S M E T O D O L Ó G I C O S D E L A

H E R M E N É U T I C A A N A I Ó G I C O - I C Ó N I C A

Por analogía al clásico reconocimiento de la división de talógica en "lógica docens" y "lógica ittens" 55 ,Beuchot des

taca a la hermenéutica como ciencia y como arte, es decirque su hermenéutica es una disciplina que dispone de un

conjunto teórico de conocimientos y también de reglas deprocedimiento para efectuar la interpretación. Así, la her- menéutica docens es la teoría general de la interpretacióny la hermenéutica utens adapta al caso concreto las reglasprácticas que derivan de la teoría56 . Esta división de lahermenéutica brinda un soporte teórico que apoya una.concepción de la interpretación que no queda reducida aun subjetivismo y relativismo absoluto. En efecto, ya quecualquier teoría hermenéutica, significa el reconocimientode una pluralidad significativa, reconocerle un métodopropio con reglas específicas, pone límites al relativismo y

subjetivismo ya que abre el camino a posibles instanciasreproductivas por parte de otros intérpretes diferentes delintérprete originario.

5 4 Beuchot, M., "Abducción y Analogía" en Analogía Filosófica.Xll/l , 199835 Beuchot, op. cit.,p. 22-275'' Beuchot, op. cíf.,p. 19-21

Una consecuencia lógica de esa división de la hermenéutica, resulta de especial interés para la educación, yaque la interpretación es un arte que se puede aprender mediante el estudio, el trabajo y la imitación. Si bien la capa

cidad de interpretación es innata en el hombre (análogamente a la capacidad lógica) el ejercicio ordenado puede

convenirse en un hábito, que su autor denomina "virtushermenéutica". A la virtus interpretativa le reconoce unaumento intensivo (cualitativo) y otro extensivo (cuantitativo). El primero es fruto de la penetración y sutileza parainterpretar y el segundo es el crecimiento que se da en elconocimiento de diversos textos e interpretaciones. 57 Interpretar y conocer otras interpretaciones intensifica lacapacidad para interpretar bien.

Beuchot no se propone dar un método para interpre

tar, sino sólo señalar algunos lincamientos útiles para lapráctica de la interpretación o, lo que es lo mismo, colocarun texto en su contexto.

Creemos que los siguientes puntos, podrían expresar

la hermenéutica metodológica del autor:1. Buscar el sentido y la referencia del texto, (el univocis-

mo busca sólo las referencias del texto y el equivocis-mo, sólo el sentido)1.1. Analizar los hechos

1.2. Analizar el sentido histórico, social y humano2. Evitar los extremos interpretativos. Alejarse de la uni

vocidad absoluta o de la multivocidad infinita3. Acercarse a la analogía

3.1. Buscar una interpretación diferenciada:3 .1 .1 . Marcar las diferencias con otros textos y otras

interpretaciones.

Beuchot, op. cií., p.77-78


Tratar el tema de las reglas es aproximar las formu



3.1.2. Atender a los detalles3.1.3. Señalar matices3.1.4. Enfatizar algunos aspectos sobre otros3.1.5. Seguir el procedimiento lógico dilemático.

Distinguir es encontrar una tercera alternativa

que las sintetice y supere3.2. Aceptar que puede haber más de una interpretación

válida3.3. Aceptar que las interpretaciones consideradas Co

mo válidas se organizan en grados jerárquicos deriqueza interpretativa y adecuación al texto

3.4. Preferir la interpretación que rescate una mayorproporción de sentido del texto

3.5. Preferir la interpretación más aceptada (o que persuada) por los especialistas de una disciplina o de

una época3.6. Desechar interpretaciones falsas e irrelevantes.

4. Aceptar que es posible señalar el punto en que una interpretación se aparta de la verdad textual

5. Alcanzar la objetividad por la intersubjetividad mediante el diálogo con la comunidad interpretativa y la tradición hermenéutica

6. Poner límites proporcionales a una progresión infinitade interpretaciones, evitando demasiada "sutileza"

11. R E G L A S D E L A A B D U C C I Ó N

Como ya hemos visto, la abducción es la forma de la interpretación en Peirce, ahora veremos que las reglas de laabducción son claramente metodológicas y no lógicas. Eneste punto justificamos fundamentalmente la apreciaciónsostenida anteriormente: la abducción es una respuesta

metodológica al problema del descubrimiento y la interpretación. Por lo mismo, creemos que la abducción es unapropuesta de hermenéutica metodológica.

•

Tratar el tema de las reglas, es aproximar las formulaciones teóricas a la práctica. Con ello no se pretende"mecanizar" la interpretación y la abducción, de tal modoque siguiendo tales reglas, automáticamente cualquierapueda interpretar, abducir o en definitiva, crear. Por el

contrario, tanto en Peirce como en Beuchot, puede verseque en estos procesos siempre están presentes instanciasque resultan imposibles de normar y que suponen la agudeza creativa.

Ofrecemos las reglas enunciadas por Peirce en tres

textos: Deducción, Inducción e Hipótesis, Cómo teorizar.(Sobre la Selección de Hipótesis) y Sobre la Lógica de laextracción de la Historia a partir de Documentos Antiguos, especialmente de Testimonio, e iremos señalando lospuntos de contacto que encontramos.

Reglas de la «Hipótesis" (1878)En Deducción, Inducción e Hipótesis, Peirce enuncia explícitamente tres reglas del proceso de construcción de unahipótesis probable5 .

Puede verse ya en la primera regla que el procesoabductivo no incorpora el momento de prueba de la hipótesis, sino sólo la formulación de una cuestión, una res

puesta posible y las predicciones sobre los posibles resultados. Otro aspecto de la abducción presente en esta regla,es la provisionaíidad de las enunciaciones de este proceso:la cuestión es discutible, la respuesta es posible, la predicción es de posibles resultados.

Encontramos que la segunda regla pone de manifiesto el realismo peirceano. La hipótesis es la previsión de un

Peirce, Ch., op. cit., p. 77-78

116 Beatriz Mattar I lermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticista i 17



estado de cosas destinada a ser confrontada a fin de controlar que no sea una elaboración subjetivamente arbitraria.

Finalmente, las tres reglas acentúan la eticidad quedebe acompañar a todo proceso de investigación. Apuntana garantizar una investigación genuina que debe ir acompañada de la virtud de la honestidad intelectual, la sinceri-

59

dad, imparcialidad y un auténtico amor por la verdad.Podríamos expresar brevemente las normas metodo

lógicas aquí contenidas, del siguiente modo:

1. Expresar una duda auténtica

2. Anticipar una respuesta posible

3. Predecir resultados posibles

4. Proceder éticamente

La abducción y la hermenéutica analógica se alejan de lasafirmaciones absolutas, ambas tienen que ver con la posibilidad y la verosimilitud. También ambas buscan analizarlo hechos (buscar la referencia del texto, dice Beuchot),desechar interpretaciones falsas e irrelevantes, y no renuncian a la búsqueda de la objetividad, aunque sea parcial,limitada y provisoria. La eticidad en el proceso de investigación no sólo está presente en Beuchot, sino que median -

te un tratamiento mucho más profundo, aboga por Unahermenéutica ética.

Reglas para una "buena" hipótesis (1903)Cómo teorizar (Sobre la selección de hipótesis) es otro delos textos de Peirce que contiene expresas menciones areglas de la abducción. Una vez más diferencia la abduc-

5 9 Este sentido ético de la actitud auténticamente científica es rescatado por Susan Haack para reflexionar sobre el ambiente de la investigación filosófica en la actualidad. Haack, S., "La ética del intelecto:un acercamiento peirceano" en Analogia, XI 1,1, \99% p. 157/170

ción de la deducción y la inducción. La deducción estárelacionada directamente con la demosttación matemática,la inducción es la inferencia por la que se verifican lasteorías en el ámbito de la demostración empírica y la abducción incluye todas las operaciones por las que se gene

ran las teorías y concepciones.Con el propósito de fundamentar su teoría, discute y

en algunos casos se opone a las concepciones de Mili,

Descartes, Leibniz, Compte. Poincaré y Mach, estableciendo las condiciones de una "buena" hipótesis.

Puesto que una buena hipótesis es una buena abducción, podría decirse que quedan establecidas también, reglas de la inferencia abductiva.

De este modo, se podrían agregar a las ya señaladasen Deducción, Inducción e Hipótesis, las siguientes reglas

de la inferencia abductiva, derivadas de las condiciones deuna buena hipótesis:

1. Proceder libre de prejuicios

2. Confiar en las "ideas de la percepción"

3. Preferir las hipótesis que permitan traducciones nuevas, más altas y amplias

4. Preferir la hipótesis más "fructífera en aplicacionesespeciales"

5. Debe ser verifieable (que permita predicciones)

6. Preferir la hipótesis más teórica

7 . Considerar cómo irrelevante la "probabilidad antecedente" (excepto en casos extremos)

8 . Preferir la hipótesis más ta economía (dinero, tiempo, energía y pensamiento)

El hecho de que la inferencia abductiva no sea un tipo deinferencia válida desde el punto de vista de la lógica formal, conduce inmediatamente a la imposibilidad de valo-

118 Beatriz Mattar Hermenéutica analógica y hermenéutica prag mat i cista 119



rarla según las pautas de la lógica deductiva. Aquí cobragran importancia el principio de economía.

Wirth 60 analiza el problema del criterio de validez dela abducción y sostiene que la abducción es una forma de

razonamiento pragmático al que le corresponden criteriosde coherencia y racionalidad pragmática, de ahí que elparámetro de valoración sea la mayor o menor eficaciaexplicativa en un contexto dado. Encuentra que el parámetro para valorar la mayor o menor eficacia explicativa deuna inferencia abductiva es el principio de economía. Laeconomía es directamente proporcional a la eficacia explicativa. Un proceso abductivo es más eficaz cuanto máseconómico es.

Pero, ¿qué significa la economía en la investigación

en la concepción de Peirce?En Cómo teorizar rechaza el concepto de Ernest

Mach, quien establece que el valor del pensamiento eseconomizar experiencias, porque este tipo de economíasólo abarca el proceso posterior a la formulación de hipótesis, por el contrario la abducción, como proceso de selección y formulación de hipótesis necesita tomar en consideración la etapa previa a la formulación de hipótesis.Por ello, es demasiado estrecho.

En Sobre la lógica de la extracción de la historia a

partir de Documentos antiguos, especialmente de Testimonios, Peirce explica el sentido del principio de economía y para esto, señala tres factores de los que depende laeconomía de la investigación61 .

fií) Wirth, U, "El razonamiento abductivo en la interpretación segúnPeirce y Davidson", en Analogía, XII, 1, 19986 1 Peirce, Charles, Sobre la lógica de la extracción de la historia a

partir de Documentos antiguos, especialmente de Testimonios, op. cit.,p. 41-45

Una hipótesis debe poder ser puesta a prueba conmuy poco costo de cualquier clase, principalmente el ahorro en experimentación innecesaria.

Las marcas instintivas de la adecuación explicativa

de una hipótesis ahorran gasto en experimentación y danla impresión de simplicidad, aplitud, racionalidad y buensentido. La existencia de un instinto natural para la verdad es la garantía más básica y primaria de la ciencia.

Por ou-a parte, están las marcas razonadas, conformadas por el conocimiento de hechos positivos que hacen a lashipótesis objetivamente probables. Estas marcas objetivasdeben ser valoradas en cada caso, porque algunas veces

pueden ser plausibidades que constituyan guías traicionerasy por esto, atentar contra la economía de la investigación.

Por último, hay tres cualidades para valorar la economía de una hipótesis: a) la cautela con que se descompongan los elementos lógicos de una hipótesis y, si searriesga sólo uno por vez, elimina alternativas de hipótesisteóricamente posibles y por lo mismo, ahorra instancias decomprobación; b) la consideración de la amplitud de lahipótesis también ahorra experimentaciones por cuanto sila hipótesis es poco amplia puede dejar de lado algunosfenómenos, lo que obliga a una nueva experimentacióncon una hipótesis más amplia; c) la no-complejidad, yaque las hipótesis muy complejas generalmente son muycostosas tanto en articulaciones conceptuales como enexperiencias de comprobación.

Reglas para explicar hechos históricos (1901)

Especialmente interesante resulta éste último texto, porqueen él ofrece reglas para explicar hechos históricos. La relevancia de este texto está en que no sólo se tratan reglasestablecidas especialmente para una ciencia humana sinotambién porque ofrece ejemplos ilustrativos de la aplica-

120 Beatriz Manar Hermenéutica analógica y hemienéulica pragmaticista 121



ción de su método, donde se advierte más claramente a laabducción como procedimiento hcrmenéutieo.

Peirce sostiene que la historia antigua busca explicarhechos que son de la naturaleza de los monumentos, la

mayoría de los hechos son documentales es decir que sonafirmaciones y afirmaciones virtuales que se leen en losmanuscritos o en las inscripciones. Por ello, considera quela historia antigua consiste en la interpretación de testimonios, y las hipótesis están ocasionalmente sustentadas orefutadas por la evidencia indirecta de los monumentos. Alrespecto enuncia seis reglas para explicar hechos históricos, en tal sentido, abarca todo el proceso: formulación,selección y prueba de las hipótesis. Pero de ellas puedenextraerse otras reglas que corresponden a la abducción .

Se podría expresar brevemente las reglas contenidasde tal manera que permita mostrar que incorpora algunasindicaciones metodológicas nuevas y reitera otras.

1. Debe explicar todos los hechos relacionados.

2. Se debe partir de la creencia de los testimonios

3. Preferir las hipótesis con probabilidad objetiva

4. Desechar la hipótesis con probabilidad mínima ysubjetiva

5. Probar individualmente cada elemento de la hipótesis

6. Preferir la más amplia7 . Preferir la más económica

En las ilustraciones a través de las cuales muestra la aplicación de su método puede verse claramente que en lashipótesis históricas no se puede dejar de tomar en conside-

6 2 Peirce, Ch., Sobre la lógica de la extracción de la Historia a partir de documentos antiguos, especialmente de testimonios, op. hit,, p 47-48(7.225/7.230)

ración las condiciones sociales y contextúales y fundamentalmente que las hipótesis deben ser valoradas en su

placibilidad antes de ser sometidas a la confrontación conlas marcas empíricas. Para ello resulta necesario aportarargumentaciones justificativas que atiendan a las posiblesdificultades para ser admitidas razonablemente como hipótesis. De esta manera podría agregarse, al menos, dos nuevas reglas:

t. Considerar y valorar el contexto socio-histórico

2 . Justificar argumentativamente la plaunsibidad de lashipótesis

Para finalizar, señalamos brevemente algunos aspectos enlos que se aproximan los lincamientos metodológicos dePeirce y Beuchot.

La consideración de! aspecto ético necesario a todainvestigación está contemplado en Peirce y tratado explícita y más profundamente en Beuchot.

Las reglas sobre Proceder libre de prejuicios y Considerar como irrelevante la "probabilidad antecedente"(excepto en casos extremos), son indicaciones metodológicas que podrían considerarse próximas a la indicación deBeuchot respecto a que el intérprete no debe sujetarse sinmás a la tradición hermenéutica.

La regla que indica Confiar en las ideas de la per

cepción, evoca la idea de sutileza hermenéutica que señalaBeuchot.

Las reglas que recomiendan Preferir las hipótesismás amplias y Preferir las hipótesis más teóricas, expresan la idea de subsumir las hipótesis en contextos teóricos.Creemos que esta idea podría asociarse al planteo de Beuchot con relación a que crear no implica necesariamenteromper con la tradición, sino que es posible crear en elmarco de una tradición.

122 Beatriz Mattar

Debe ser verificable, Preferir la hipótesis fructífera

Hermenéutica analógica y hermenéutica pragmaticiata 123

reconoce una lógica de la interpretación. Además, supone

aceptar que su teoría del conocimiento como interpreta



en aplicaciones especiales, Preferir las hipótesis con probabilidad objetiva y Desechar las hipótesis con probabilidad mínima y subjetiva, son reglas que claramente hacenreferencia a que las hipótesis deben contemplar la previsión de !a confrontabilidad. Se podría considerar que estas

regías se aproximan al lincamiento metodológico de Beu-chot acerca de que la hermenéutica debe tener en cuentano sólo el sentido sino también la referencia.

Como diferencias importantes pensamos que puedenseñalarse que, por una parte, el principio de economía noparece estar presente en Beuchot y es central en la posición de Peirce, y por otra parte, que Beuchot desarrollaampliamente los lincamientos metodológicos relativos a laanalogía, que están ausentes en Peirce.

Ahora bien, ya se ha señalado la observación deBeuchot acerca de que en la base de la abducción está laanalogía y que la abducción es una forma de razonamientodiagramático o por exposición de modelo. Es decir quetratar más profundamente a la abducción significa entraren el campo de la analogía.

Beuchot desarrolla lo que estuvo ausente en Peirce,en tal sentido lo entendemos como un antecedente histórico de Beuchot y a su vez éste se ubica en una línea de pro-fundízación y de continuidad filosóficamente compatible.

Peirce, en algunas obras, se detiene en la mención dereglas para la formulación y selección de hipótesis. Por suparte, Beuchot propone también lincamientos metodológicos para la hermenéutica analógica.

12. C O N C L U S I Ó N

•

La aproximación entre Peirce y Beuchot que liemos ofrecido en este trabajo, supone la aceptación de que el prag-matícismo peirceano es una teoría epistemológica, que

aceptar que su teoría del conocimiento como interpretación significa una respuesta al problema de la interpretación, por lo tanto, contiene una teoría hermenéutica. Para

Peirce descubrir es interpretar y la interpretación es a lavez un descubrimiento. Si descubrir e interpretar es abducir

entonces la lógica que subyaee a ambos procesos es la lógica abductiva. La abducción no es sólo una forma inferencialsino que contiene la teoría y las reglas de la selección yformulación de hipótesis científica, en tal sentido, lo entendemos como el método de la hermenéutica pragmatteista.

Ambas concepciones evitan una epistemología idealista, subjetivista, relativista, absolutista y objetivista extrema y resultan coherentes con una epistemología realistamoderada.

Existe actualmente una especie de "optimismo ab-

duetista". Si las hipótesis se seleccionan y formulan por unproceso abductivo, toda la cuestión sería entonces, abducir. Pero Beuchot profundiza esta respuesta y encuentraque en la base de la abducción está la analogía y analogarsupone "captar" una relación de proporcionalidad, entonces descubrir e interpretar suponen la "sensibilidad analógica". Beuchot supera la respuesta peírceatia.

Por esto, para que la lógica de la interpretación, nosea solamente una respuesta teórica y sirva efectivamentepara orientar la práctica de la investigación en ciencias

humanas, resulta necesario preguntar no sólo por las "reglas" de la abducción sino también, por las reglas de laanalogía. Los lincamientos metodológicos son explícitosen ambos autores, en algunos aspectos coinciden y en ningún caso se contraponen.

Los desarrollos permiten aportar elementos queaproximan la hermenéutica analógica y la abducción, proponiendo que Peirce es un antecedente histórico de la



126 Beairí/. Multar

•

Fundamento Objeto e Interpretante \ 897 trad Mariluz



Fundamento,, Objeto e Interpretante. \ 897. trad. MariluzRcstrepo, GEP, UNAV, España

Sobre ta Lógica de la extracción de la historia a partir de Documentos antiguos, especialmente de Testimonios,1901, (rad. Douglas Niño, GEP, UNAV, España

l/fia clasificación detallada de las ciencias, 1902, Irad.Femando Vevia, GEP, UNAV, España

Lecciones sobre Pragmatismo, 1903, trad. DalmacioNegro Pavón, Buenos Aires, Aguilar, 1978

- -La naturaleza de la ciencia, 1905, trad. Sara Barrena,GEP, UNAV, España¿Qué es el Pragmatismo?, 1904, trad. Norman Ahumada,GEP, UNAV, EspañaFormas de vida, 1905, trad. Sara Barrena, GEP, UNAV,España

los signos y sus objetos, 1910, trad. Mariluz Rcstrcpo,GEP, UNAV, España,

Pérez Constanzó, I, "La noción de interpretante como fundamento del realismo filosófico de Charles S. Pcircc", /

Jornada "Peirce enArgentina ". Buenos Aires, 2004

Vallcjos, Guido, "Peirce-Pragmatistmo, Semiótica y Realismo"en Cinta de Moebio N° 5, Abril-1999, htlp:// rc-hue.csociitles.uchile.cl/publicaciones/mocbio/

Wirth, U, "El razonamiento abduclivo en la interpretación según Peirce y Davidson", en Analogía, Xl l , 1, 1998

A N A L O G Í A : EJE ARTICULADOR DE LA

HERMENÉUTICA ANALÓGICA Y LA EVALUACIÓN

Fernando Monroy Dávila

l. U N A C E R C A M I E N T O A L A D I S T I N C I Ó N Dlí L A

E V A L U A C I Ó N : T É R M I N O V C O N C E P T O

Actualmente la producción de textos acerca del tema de laevaluación da cuenta de una creciente importancia que losdistintos sistemas escolares y agentes educativos le hanatribuido. Así lo confirma Santos Guerra (1995, p. 9), al

señalar que la evaluación está de moda no solamente porque en las escuelas se evalúa cotidianamente, sino ante lafrecuencia con que se habla y se escribe de ella. No obstante,el hecho de que la evaluación sea en estos días una práctica extendida en cada uno de los diferentes niveles de enseñanza —aunque no por ello bien entendida y aplicada—,no se relaciona exclusivamente con la rápida expansión dela matrícula escolar sino con la problemática misma que laevaluación desencadena en el plano educativo a partir desus usos, funciones y formas o estilos de llevarla a cabo, si

tuaciones que obligan a distinguir al proceso de evaluación,ya como un término, ya como una construcción conceptual.

En el seno de la "fiebre" terminológica, la evaluación usualmente se asume como un indiscutible "vigilante" de los procesos escolares o una "lupa" especialista quese ocupa de "hallar" los "maleficios" de la práctica docente.

' UniversidadPedagógica Nacional. México, DF.

128 Fernando Monroy Dávila Analogía: eje articulador de la FIA y la evaluación 129

http://hue.csociitles.uchile.cl/publicaciones/mocbio/

http://hue.csociitles.uchile.cl/publicaciones/mocbio/



Por el contrario, la construcción conceptual de la evaluación implica asumir a los procesos educativos como problemáticas "vivas" inherentes al proceso formativo del serhumano. En este sentido, Alvarez Méndez menciona que

frecuentemente se acota sobre la evaluación "con demasiada ligereza, porque se parle de la premisa incuestionadade que "hay que evaluar", sinónimo equívoco de que "hayque examinar", antes de averiguar o de interrogar el sentidoy el significado del mismo hecho de evaluar" (2001, p. 49).

En consecuencia, ante el desmedido empleo de laevaluación con tan poco interés en el ámbito conceptual,mismo que produce una retórica evaluativa endeble, conviene hacer un alto reflexivo que conduzca a interpelar elcreciente torrente de la evaluación en los diferentes espa

cios escolares. En esta misma línea analítica, Pérez Abril yBustamante Zamudio sitúan a la evaluación en el planointernacional como un campo fértil que muy rápido ha aumentado la producción escrita, sin embargo, también desta

can que detrás de la vorágine actual hay un abismo con relación a su manejo conceptual y a su reiterado empleo como término (1996, p. 7). Al respecto, Díaz Barriga plantea:

La conformación del "término" evaluación se da apartir del proceso de industrialización que se produce en los Estados Unidos con caraclcrísticas

monopólicas. Este proceso no sólo transformó laorganización social y familiar del pueblo norteamericano, sino que, a su vez, fue un elemento determinante en la adecuación de la escuela a las exigencias de! aparato productivo. Este es el origendel moderno discurso científico sobre la educación,expresado como tecnología de la educación, diseñocurricular, objetivos del aprendizaje y evaluacióneducativa, conceptos que componen los lincamientos de la moderna pedagogía científica (1987, p. 3).

De acuerdo a lo citado, resulta interesante vincular el significado de la evaluación —como término— a la medicióncon la que se estiló "valorar" el rendimiento de los traba

jadores en el contexto industrial, situación que funcionócomo una "motivación" para que las instituciones escolares establecieran sus lincamientos evaluativos de acuerdoa las exigencias propias no de un centro escolar, sino de laproducción fabril en donde el supuesto de utilizar el recurso de la evaluación como una medida de control sobre el"aprovechamiento escolar" se proponía cumplir con lacreencia de que si la medición en el desempeño de los trabajadores aseguraba la productividad —y quizá hasta el"buen rumbo" de la industrialización—, en la escuela podríalograrse algo semejante. Así inició el desarrollo de la evaluación (como término) en nombre —y en detrimento—de la evaluación (como concepto).

La distinción entre término y concepto de evaluaciónes significativa porque con ella se abre la discusión entomo a la presencia tanto de una evaluación rígida, contro-ladora, unívoca, como una evaluación con sesgo equivo-cista, provocada por la ambigüedad y la polisemia. Lo cualapunta a la pertinencia de estudiar la evaluación desde eltalante hermenéutico analógico, mismo que recalca la importancia de los límites en la interpretación. Díaz Barrigaconsidera que:

Sólo estableciendo con claridad las aproximaciones teóricas de las que se parle y la delimitación deobjetos de estudio, se podrá lograr la claridad de loexcluido en el acto de evaluar (otras teorías, otrosobjetos, otros actores, otras metodologías); y escon esta conciencia de los límites como se puedeconstruir un sentido hermenéutico para la interpretación de la información recabada (1987, p. 15).

130 Fernando Monroy Dávila

Así también lo ha previsto De Alba cuantío acola: "Por su

Analogía: eje articulador de la HA y la evaluación 131

entienden los teóricos de la Postmodernidad—, pel l í i d d l i ó i i



pmismo carácter, la evaluación es un tópico neurálgico enla educación. Se la ha pensado de manera dominante desde

una perspectiva epistemológica (positivista-neoposilivista)y son pocos y relativamente recientes los esfuerzos por

pensarla desde otras posturas" (2002, p. 72).Por consiguiente, partir de que la evaluación es un

proceso dinámico y sistemático que se ubica como parteintegral y fundamental de toda acción educativa, remite aun ámbito hermenéutico conceptual que aporte, en funciónde alejarla de su acostumbrado y reduccionista empleocomo término. De acuerdo con Cerda Gutiérrez:

Tradicional mente, en el campo de la evaluaciónexiste una peligrosa tendencia a reducir el trabajoevaluatorío a sus niveles puramente instrumentales,

sin ningún referente filosófico o epistemológico...[En consecuencia, se requiere] una base teórica quede hecho se constituya en una auténtica concepciónsobre la praxis educativa y sobre la realidad dondeactúa (2000, p. 13).

Ahora bien, si es cierto que la evaluación requiere de unafundamentación teórica que conduzca a significarla con-ceptualmente en el plano educativo con la finalidad dereducir el peligro del equivocismo que encarna la facilidadcon la que se le usa en tanto término, la postura teóricadeberá estar inscrita en la analogía. Para Beuchot Puente,entrevistado por Olvera Mijares:

"El significado tiene tres tipos: el unívoco —todoigual, todo lo mismo, todo idéntico, lo que Hci-dcgger llamaría la "la lógica de la identidad"—,aunque también está la equivocidad —que es la diferencia pura, que es lo que muchos postmodernospiden ahora—, en medio estaría la analogía. Hayque tener cuidado porque analogía nos suena a semejanza, pero eso es muy trivial —en parte así lo

ro la analogía viene desde los pitagóricos, quienesla lanzan como cosa propia ya que eran matemáticos y manejaban la proporcionalidad, que en griego se dice analogía —ana logas, según razón o según proporción. Lagos significa tanto razón como

proporción— ahí está lo de razones y proporcionesque estudiábamos en aritmética. Esto es lo quedespués pasa a Platón y Aristóteles corno la fráne-sis o prudencia, que ahora dice Gadamer que escon lo que interpretamos... Para Aristóteles mismola frónests no es otra cosa más que la analogíapuesta en práctica, la analogía hecha carne, la proporción vivida". Analogía, (2003, p. 175).

De lo contrario, una "Teoría con mayúscula" representaríael riesgo de "alimentar el fuego" del univocismo evaluati-vo que tanto ha lacerado al mismo proceso evaluativo enlas instituciones escolares. Conviene entonces, interpelarel estado actual de la evaluación dentro del contexto deuna reflexión sobre los vínculos que ésta mantiene con unafilosofía y una pedagogía determinadas. De ahí la insistencia en colocar a la evaluación como una línea de reflexiónen torno al campo del debate pedagógico, en un intentopor "abrir" líneas teórico conceptuales con base en la hermenéutica analógica.

2. L A E V A L U A C I Ó N C O M O L Í N E A D E R E F L E X I Ó N E N

T O R N O A L A P E D A G O G Í A

Sobre la pedagogía se ha dicho mucho y se ha escrito más.Esta afirmación quizá puede sonar como una idea de pero-grullo, pero realmente se ha escrito y hablado tan extensamente desde los distintos espacios de significación sobreo en nombre de la pedagogía, que la confusión no sota-mente es vigente, sino que parece aumentar cada vez amayor velocidad. De ahí que al acudir al conjunto de refe-

132 Fernando Monroy Dávda

rentes que han ido conformando la producción discursiva

Analogía: eje articulador de la HA y laevaluación 133

eos, la apuesta radica en ir más allá de las grandes teorías,



rentes que han ido conformando la producción discursivaen tomo a la pedagogía, en la búsqueda de una elucidaciónque pueda ofrecer claridad respecto a su diferenciacióncon términos como educación, teoría(s) pedagógica(s),teoría(s) educativafs) y ciencia(s) de la educación, sea po

sible advertir que continuamente se generan propuestassobre evaluación sin una claridad argumentativa y portanto vinculadas a una noción filosófica y/o pedagógicaunivocista, o bien, inscritas en un equivocismo que renuncia al conjunto de referentes teórico conceptuales y portanto, se diluye en la relativización evaluativa. En suma, eldebate continúa ensanchándose debido a la complejidadque supone un esfuerzo dilucidatorio situado en los distintos espacios teórico disciplinares desde los cuales se efectúan las reflexiones. Por ello todo proceso evaluativo que

aspire a convertirse en "un buen argumento educativo debe tener referencias claras a sus vínculos epistémicos, pedagógicos y filosóficos" (Primero Rivas, 1999, p. 173).

3 . A L G U N A S N OTA S S O B R E L A ( S ) T E O R Í A ( S ) Y L A T E O R Í A

La teoría supone de inicio, un elemento básico para acudiral esfuerzo dilucidatorio. En este sentido, Fernández Rincón hace un interesante planteamiento de los conceptoscolocados en el debate partiendo del significado de la teoría como producto de un trabajo sistemático de racionali

zación reflexiva y rigurosa, diferenciándola del resultadode una acción espontánea (2005, p. 140). No obstante,citando a Goetz y LeComte (1988), reconoce la existenciade teorías en un sentido plural. En esta perspectiva, recupera de las autoras mencionadas las grandes teorías, mismas que se vinculan al plano abstracto de la explicacióncategorial, usualmente expresadas a manera de leyes universales, propias del modelo positivista inscrito en el llamado método científico. En el caso de los modelos teórí-

en tanto comprender al ser humano indiscriminadamentedesde las leyes universales, conlleva un riesgo reduccionista. Las teorías formales atienden "una área de la experiencia humana abstraída en forma conceptual y toman

como fundamento una base de datos empíricos explícitamente identificada" (p. 60). Finalmente, las teorías sustantivas "son proposiciones o conceptos interrelacionados quese centran en determinados aspectos de poblaciones, esce

narios o tiempos" (p. 61). A decir de Fernández Rincón,las teorías sustantivas se asocian a "los significados cotidianos que los sujetos dan a sus acciones" (2005, p. 141).Estos planteamientos, si bien ofrecen un apoyo a la labordilucidatoria emprendida, aumentan la complejidad envirtud de presentarse como una 'teoría adjetivada' sumada

a los calificativos de educativa o pedagógica y además,confirman que la teoría es un conocimiento sobre el que setienen diversos significados. De ahí la importancia deabordarla en función de sus diferentes acepciones antes deadjetivarla. Para Medina Melgarejo (2003), esto representaun problema complejo en el campo educativo, en tanto laacepción que se tiene de teoría signa en mucho la prácticadocente.

Teoría concebida como cúmulo o acumulación deconocimientos.

Teoría como conocimiento "válido" que permitesustentar "su aplicación sobre la práctica" y portanto su validez radica, paradójicamente, en el grado de generalización y abstracción que logre de laspropias realidades que la constituyeron y de lascuales se originó.

Teoría como acción y construcción social, comoproceso de pensamiento y conocimiento, comoforma y capacidad de pensar las realidades, como


productora de ellas, como potencionalidad del pensamiento (p 230)

Analogía: eje articulador de laHA y laevaluación 135

concreto y, por derivación, la aleja de la especulación.Retomando los planteamientos señalados por Medina



samiento (p. 230).

Las distintas acepciones en que la teoría es asumida en elplano de la docencia se vinculan con los fundamentos atribuidos a la labor pedagógica y al proceso de la evaluación,

dado que la orientación de todo proceso educativo depende de su ñindamentación teórica, sea ésta perfilada comoel resultado del proceso formativo de los sujetos o depositaría de la experiencia acumulada en la labor desempeñada. Ahora bien, más allá de asociar la práctica docente conuna lógica epistemológica positivista y/ó relativista, lanoción de teoría que subyace a ella se convierte en unelemento básico a explicitar. Así pues, si Teoría se escribey/o entiende con mayúsculas —grandes teorías—, la teorización se coloca en una orientación positivista construida

con base en los parámetros del método científico, en unaespecie de semejanza a la aparición de la pedagogía científica emparejada con la llamada ciencia de la educación, lacual "validaba" la educación a partir de un sólo método, asaber, el científico, con base en el cual se proponía combatir el contenido deontológico que la filosofía depositaba enla pedagogía. Así los procesos educativos en el contextode la ciencia de la educación y de la pedagogía científicase distinguieron por estar inscritos en el extremo univocis-ta de la explicación del ser y la realidad en detrimento del

deber ser del que se ocupaban tanto la filosofía como lapedagogía idealistas y especulativas. De aquí la insistenciaen la necesidad de una postura analógica que no solamentedefina a la pedagogía como reflexión y/o teorización sobre

la educación con base en una ñindamentación filosófica,sino que lo haga desde la tensión entre los factores ontoló-gicos y deontológicos de la formación del ser humano, locual se aleja tanto de una teorización con mayúscula comode una filiación idealista y a su vez, ubica a la teoría en lo

Retomando los planteamientos señalados por MedinaMelgarejo (2003), esto implica asumir a la teoría "comoacción y construcción social, como proceso de pensamiento y conocimiento, como forma y capacidad de pensar lasrealidades, como productora de ellas, como potencionali-

dad del pensamiento" (p. 230), es decir, como teoría sustantiva.

En el terreno de la evaluación analógica esto significa afrontar la realidad educativa de manera sutil y proporcional con la finalidad de conseguir una valoración analógica de los procesos educativos que no sólo sea capaz dereconocer las diferencias, sino que además, se inscriba enel ámbito conceptual y evite el reiterado uso del términovacío de significación. Lo cual supone avanzar sobre unapostura epistémica como forma de construcción del cono

cimiento humano, es decir, una postura que sin someterse

escrupulosamente al talante de la cientificidad, incluye alconocimiento científico pero va más allá de él. Esta postura epistémica, contraria a la epistemológica cientificista,entiende que la teoría no aparece separada de la práctica.

En este sentido, los vínculos analógicos destacados

significan en conjunto una teoría educativa integral queaporta sobre la teoría de la evaluación. Esto resulta espe

cialmente importante si la evaluación es asumida como unproceso pedagógico que contribuye significativamente a la

formación del ser humano, en tanto significa un elementocreativo en el seno de una filosofía educativa, a saber, lahermenéutica analógica. Beuchot Puente plantea que paraavanzar sobre una filosofía de la educación, es sustancialtener presente que:

Una teoría de la educación siempre supone una filosofía, una cosmovisión filosófica; pero, además,si no tiene una filosofía adecuada, corre el peligro


de ser ciega con respecto a los valores y principios

Analogía: eje articulador de la HA y la evaluación 137

se plantea la necesidad de una evaluación analógica, está



g p y p pque se requieren para formar un tipo concreto de!ser humano. Pero, sobre todo, una teoría de la educación supone una filosofía en la medida en quepresupone una imagen de ser humano que es la que

trata de alcanzar. Es lo que va a conseguir justamente por medio del proceso educativo. Y si no setiene cuidado con dicho paradigma o icono de lohumano —que compete a la antropología filosófica—, tendremos técnicas muy poderosas de la enseñanza, pero desencaminadas y fallas de una fina-lidad precisa y conveniente para que las oriente(2003, p. 37).

En consecuencia, la teoría en una acepción analógica representa una vía inmejorable para la argumentación entorno a una evaluación inscrita en la analogía. No obstan

te, la argumentación conceptual requiere una caracterización epistémica diferente a la del teoricismo especulativo,propio del plano abstracto de la explicación categoría! ycomúnmente expresado a manera de leyes universales,conforme al modelo positivista que ha conllevado la "perpetuidad" del univocismo al escenario evaluativo. En todocaso, la hermenéutica analógica insiste en ir más allá de lateoría especulativa. Sin embargo, el hecho de plantear unateoría inscrita en la analogía requiere una necesaria ubicación de los límites y/o criterios epistémicos para evitar

incurrir en la ausencia teórica tan aclamada en la llamadatardomodemidad.

En esta perspectiva, si la educación es el objeto de estudio de la pedagogía, los elementos epistémicos de tal ob

jeto funcionan como fundamentos filosóficos que determinan la práctica educativa, aspecto que para la hermenéuticaanalógica representa un principio sustancial en la búsquedade la formación de seres humanos virtuosos. Por ende, esnecesario considerar que el plano epistémico desde donde

precedido de una filosofía educativa analógica que traza elcontexto atingente para plantear la perentoriedad de unaevaluación asentada en la analogía como una labor queaporta a la cualificación de las prácticas evaluativas.

4. L A E D U C A C I Ó N , C E N T R O D E L D E B A T E E N E L C A M P O

P E D A G Ó G I C O

Interpelar el concepto de educación en su carácter decomplejo multidimensional ayuda un poco a comprenderel surgimiento de las ciencias de la educación, dado que alapartarse de un sólo método como condición para explicara la educación, se dio paso a distintas dimensiones comola sociológica, antropológica, psicológica, entre otras, quese ocuparon de abordar la educación sistemáticamente,

fácticamente. Con ello cada disciplina se propuso acercarse a la educación con su propio método. Las disciplinas sefueron convirtiendo poco a poco en las ciencias de la educación que con base en sus propios métodos explicabandesde diversos campos del conocimiento a la educación.Sin embargo, las ciencias de la educación en su afán deconcebir a la educación como un objeto de estudio multidimensional, también lo fragmentaron.

Muy cerca del desarrollo de las ciencias de la educación tuvo lugar el concepto de teoría educativa. En este

sentido, si la ciencia de la educación desplazó a la pedagogía y a lo más, intentó convertirla en una pedagogíacientífica, las ciencias de la educación desplazaron a lateoría pedagógica y se pronunciaron a favor de la teoríaeducativa. Quizá la perspectiva popperiana ilustra bienesta situación con sus planteamientos respecto a que antes

de construir las ciencias de la educación tenía que constituirse la teoría de la educación, pues solamente así se arribaría a la pretendida cientificidad, lo cual vendría a ser

138 Fernando Monroy IJávila

algo asi como construir sobre la práctica la teoría y sobrela teoría la ciencia sin duda una postura epistemológica

Analogía: eje articulador de laHA y la evaluación 139

los procesos educativos, a saber, una filosofía educativa,permite a su vez, un acercamiento a la conmensuración



la teoría la ciencia, sin duda, una postura epistemológicaque enfatiza la distancia entre la teoría y la práctica.

Para Fernández Rincón (2005, p. 145), actualmentees común el uso indistinto de teoría pedagógica y teoría

educativa, y esto lo lleva a plantear que así como la "pedagogía" podría estar integrada por "teorías pedagógicas",la(s) ciencia(s) de la educación están fonnadas por "teoríaseducativas". Agrega también que ahora el debate se tieneque centrar en si la pedagogía sólo está constituida porteorías pedagógicas y si acaso existe otro tipo de conocimientos que no ostentan el rango de teorías pero que deigual forma participa en la conformación de la pedagogía.En esta perspectiva, adquiere relevancia plantear la evaluación como línea de reflexión pedagógica distanciada de

"la «gran» investigación [teoría] que pretende aclarar osolucionar en forma absoluta los «grandes» problemas"(Pérez, 1996, p. 13).

5. PEDAGOGÍA, HERMENÉUTICA ANALÓGICA Y

E V A L U A C I Ó N ; E L INICIO D E L " A M A R R E " D E LÍNEAS

C O N C E P T U A L E S

AI destacar que la pedagogía encarna una perspectiva quese ha de reconocer en el plano de la teoría y/o filosofía conla que se vincula, cobra relevancia considerar lo plural,

por consiguiente las pedagogías y las teorías pedagógicasadquieren visibilidad si se les ubica en su contexto teóricoo disciplinar atingente, dado que su caracterización es distinta si su asociación gira en torno a la sociología del conocimiento o al ámbito hermenéutico, como también si suadscripción responde a los planteamientos de la filosofía ode otra disciplina. Por tanto, definir la pedagogía comoreflexión o teorización con fundamento filosófico sobre laeducación, es decir, una disciplina encargada de filosofar

p ,pedagógica desde la hermenéutica analógica. A este res

pecto, Nassif considera imprescindible señalar los puntosde contacto, aquellas coincidencias esenciales por encima,o por debajo de las diferencias sustanciales entre las diver

sas pedagogías (1989, p. 92). Además, Floyos Medina indica que la argumentación epistémica y hermenéutica podrá ayudar a la pedagogía más que las expresiones airadas

del voluntarismo subjetivista, o la aporía del objetivismo(1997, p. 8).

Por lo tanto, al tocar el tema de las pedagogías y/olas teorías pedagógicas, hay que señalar un acotamientoanalógico, es decir, sí bien la pedagogía y/o teoría peda

gógica univocista "clásica" del positivismo, entendidacomo única verdad y situada en el reino de la aporía, resulta oprobiosa por su círculo vicioso de la demostración sinfin y por tanto, generadora de sus propias contradicciones,también el arco abierto desmesuradamente en el términoplural resulta susceptible a una suerte de equivocismodonde el relativismo contribuye a la confusión en referencia a que, tal perspectiva, pueda fomentar la idea de queante la existencia de pedagogías y/o teorías pedagógicas,cualquiera de "ellas" goce de una validez irrefutable. Anteesta situación, la conmensuración, los puntos de encuentro, la argumentación epistémica y en particular, la herme

néutica confirman la necesidad de una pedagogía y/o teoría pedagógica inscritas en la analogía en tanto construcción con fundamentos en la filosofía beuehotiana, una pedagogía que requiera de unos pocos criterios que le denvalidez a la reflexión filosófica realizada sobre los procesos educativos pero que tienda siempre a la diferencia,cuidando, precisamente el desbordamiento de sus sentidoscon base en la analogía en tanto límite puesto entre la refe-

140 Femando Monroy Dávila

rencia y el mismo sentido. Ahora bien, la perentoriedad de

Analogía: eje articulador de la FIA y la evaluación 141

extremos usualmcnte alejados de la analogía, dado que sud ll h did fili ió i



una pedagogía proporcional que se sitúe por encima de lapedagogía estructural y se aleje del relativismo excesivo,planteada desde la hermenéutica analógica, engarza lanecesidad de una evaluación signataria de la analogía. Aeste respecto cabe señalar que el concepto evaluación sue

le ser a menudo tan amplio que de pronto pisa con ciertafacilidad el terreno resbaladizo del equivocismo en dondetodo "es válido" para "evaluar" o bien, se instala en elplano del absolutismo, del universalismo, es decir, delunivocismo inalcanzable, que obstinadamente se ha querido conseguir con el empleo del examen.

Por consiguiente, si la teoría pedagógica tiene lugaral analizar los fundamentos epistémicos de los cuerposteóricos, la pedagogía viene a significar una reflexión o

teorización de lo educativo pero construyendo o reconstruyendo desde una fundamentadón filosófica, de ahí lainsistencia sobre esta perspectiva. Aquí lo importante estriba en acercarse a una postura filosófica no absolutista nirelativista, por eso la línea de pensamiento bcuchotiano esespecialmente atingente, dado que su pronunciamiento poruna hermenéutica analógica se sitúa en un punto mediodinámico entre la filosofía de la razón y la filosofía de laemoción, pues la filosofía misma tiene un carácter reflexivo con el que se reconstruye, por lo tanto, se filosofa con

todo el hombre, con todo lo que tiene el hombre, no sólocon la razón. Esta postura filosófica abre la posibilidadpara generar una pedagogía atenta al contexto que impactaa la realidad estudiada, es decir, una pedagogía comunicativa, creativa y útil en tanto se mueva por una parte, entrela pedagogia y la teoría pedagógica como términos unívocos y por otra, entre las pedagogías y teorías pedagógicasen su carácter plural c inconmensurable. Esto es importante al pensar en la evaluación pedagógica inscrita en los

desarrollo ha respondido a su filiación con una matriz pedagógica de origen, de la cual ha sido entendida indistintamente ya como medición, exanimación, control, ya como procesual, dialógica, democrática y esto, mínimamen

te, ha contribuido a aumentar la confusión al momento desu ejercicio en el plano de la docencia. Esta confusión estápresente en el trabajo diario de los profesores a pesar delesfuerzo teórico por parte de quienes debaten sistemáticamente sobre la importancia de una distinción entre la medición y la evaluación:

La evaluación es con la que valoras el proceso enseñanza aprendizaje que llevan los alumnos, es decir, los conocimientos que van adquiriendo. Sihablamos cuantitativamente, es el número que le

asignas a cada uno de los alumnos.Por eso yo considero que una evaluación adecuadaes cuando el alumno aprueba porque muestra dominio de los contenidos y la evaluación negativa esdonde los alumnos no adquieren el aprendizaje quese les imparte.

A mi grupo le evalúo cada bimestre con un examenal que le doy un 70%, porque me interesa muchover que tanto han aprendido los alumnos, pues paramí la pedagogía es un proceso en el que los docentes transmitimos los conocimientos y los alumnos

los adquieren, pues nosotros no educamos, sino enseñamos, por eso digo que la educación es transmitir a los demás lo que sabemos, los conocimientosque sabemos. Laeducación viene de casa1.

1 EVLT ACA , entrevista a una profesora de escuela primaria en elDistrito Federal.


Conviene entonces recuperar lo apuntado por FernándezRi ó (2005 139) i D kh i (1976)

Analogía: eje arliculador de la HA y la evaluación 143

aunque el sujeto (docente) no reconozca, están presentes

en su labor educativa cotidiana Así en la medida en que



Rincón (2005, p. 139), quien se apoya en Durkheim (1976)para señalar a la pedagogía como la encargada de la reflexión y a la educación como aquella que se ocupa de laacción (p. 114). Lo cual es igual de importante que lo di

cho por Luzuriaga "la pedagogía es la integración de diversas interpretaciones acerca de la educación" (1981, p.13). Y son planteamientos significativos porque al vincular la definición de la pedagogía con las teorías pedagógicas que analizan los fundamentos epistémícos de los sabe

res pedagógicos o cuerpos teóricos que la definen y portanto, delimitan, es decir, por las distintas interpretacionesen torno a su significado, confirman la pertinencia de lafilosofía beuchotiana para analizar los asuntos de la evaluación. Especialmente la hermenéutica analógica, con

base en su énfasis sobre una distinción analógica de lasdiferentes interpretaciones, permite perfilar a la pedagogíacomo una filosofía educativa, misma que si bien recuperaaspectos de la teoría pedagógica, en el sentido unívocodestacado, da predominio a la diversidad, a lo plural. Porlo tanto, al correspondcrle a la pedagogía una transformación epistémica en el plano de la educación, en tanto seocupe de construir teorías —en el entendido de filosofíaseducativas— no únicamente sobre la educación sino parala educación, es decir, en tanto se asuma como una peda

gogía pensante y actuante que tenga como propósito principal la producción de conocimiento significativo en elcontexto del tratamiento directo con los problemas educativos, adquiere importancia la conceptualización de unaevaluación analógica. Así pues, si se considera a la praxiscomo la postura que integra el momento teórico y la situación práctica, hay que tener en cuenta que la construcciónsobre el mismo hacer es una situación posible en tanto elhacer lleva ya en ciernes rasgos de posturas teóricas que

en su labor educativa cotidiana. Así, en la medida en quecada docente pueda reconocer y reconstruir esas posturasteóricas, existirá la reflexión y por ende la producción denuevos conocimientos.

En el contexto de mi interés, esto significa la búsqueda de una evaluación analógica que aporte derroterosimportantes para la educación. De acuerdo con MoranOviedo, una evaluación que permita conjuntar la referencia y el sentido, dado que un proceso de evaluación peda

gógica no significa una:

Actividad terminal, mecánica e intranscendente conintenciones fundamentalmente administrativas, yaque, en esencia, constituye un proyecto de investigación que, además de abordar teóricamente el problema a investigar, debe determinar a su vez las estrategias de recuperación e interpretación de la in¬formación más significativa en los distintos niveleso etapas en que se va a desarrollar (1986, p. 103).

El hecho de evaluar involucra al acto de interpretar los diversos textos y por tanto, supone también una compleja ydelicada labor. No obstante, con la interpretación herme-néutico analógica, la labor interpretativa puede resultar provechosa al realizar el ejercicio epistémico de la conmensuración entre las interpretaciones univocistas y equivocistas,representativas tanto del castigo, verbalismo, imposición,autoritarismo, como de la presencia del relativismo eva-luativo que genera sospechas sobre sus propios alcances.

6. A G O N Í A E N T R E L A R E F E R E N C I A Y E L S E N T I D O ;

B Ú S Q U E D A D E UNA E V A L U A C I Ó N I N S C R I T A E N L A

A N A L O G Í A

Lo planteado en el punto anterior apunta a que en torno ala pedagogía, teoría pedagógica, educación y por supuesto,

144 Femando Monroy Davíla

evaluación, se ha generado un raudal de interpretaciones.

Analogía: eje articulado! de la HA y la evaluación 145

una gran prosa poética. En el Peri hermenéias —de la int t ió A i tót l t ti t Pl



Ahora bien, en toda interpretación la búsqueda de la conmensuración entre los extremos unívocos y equívocos,literales y alegóricos, metonímicos y metafóricos, a saber,

punto medio de la zona limítrofe entre la referencia y los

sentidos, reside siempre en una agonía —en la acepcióngriega de lucha—, en una tensión constante. La hermenéutica analógica a través de la analogía se ocupa de los límites en tanto esta última constituye en sí el límite entre losextremos. Para ello tiene en cuenta que el predominio dela diferencia en toda interpretación parte invariablementede un referente, pues esa viene a ser precisamente su condición de proporcionalidad, conmensurabilidad, es decir,su contexto. La analogía es ponerle límites a la univocidad—que de hecho los tiene— y a la equivocidad —que los

necesita—. Esto lo ha comprendido bien Sanabria (1995,p. 5), quien en su esfuerzo dilucidatorio del significado dela filosofía hermenéutica, se remonta al origen mismo dela palabra hermenéutica, refiriéndola como traducción deltérmino latino interpretatio, mismo que fue a su vez, traducido del hermenéia griego, muy importante para Platóny Aristóteles. El verbo interpretar —hermenéuein—, vuelve a señalar el autor citado, significa para Platón—discípulo de los pitagóricos, quienes le transmitieron lanoción de analogía— ya el modo de captar algo que pro

viene del inundo externo a través de los sentidos, ya lacondición de intérpretes dada a los poetas por interpretar alos dioses, a los oráculos divinos. El juego analógico entremetonimia y metáfora en este pensador está puesto en lamisma pretensión de "expulsar" a los poetas en La República, dado que para él las cosas son sombras de las ideas

y la poesía es sombra de las sombras porque transforma,engaña. Pero también toma en cuenta al relato —mito enel mundo griego— y en este sentido, sus escritos dejan ver

terpretación— Aristóteles, menos poeta y artista que Platón, o más realistay científico, como señala Sanabria, des

taca que el lenguaje es interpretación del pensamiento. Enla época Helenista y hasta la patrística se mantiene la in

terpretación en una doble vía de lo literal y lo alegórico, esel caso del tiempo de los padres de la iglesia en donde laescuela conocida como Antioquia realizaba una interpretación dura, seca, ascética, es decir, literal. Por otra parte, lallamada escuela de Alejandría efectuaba interpretacionesalegóricas. La edad media hereda de la época cristiana lalucha entre lo literal y lo alegórico, donde destacó el sentido literario de los escolásticos. En esta misma época Sto.Tomás de Aquino refirió a la interpretación como elucidación de los significados oscuros de un texto. La interpreta

ción en tanto punto nodal de la hermenéutica, como bienlo ha podido señalar Sanabria, encarna la huella más significativa de la historia de la hermenéutica, pues a partir deella, pensadores como Dilthey, Gadamer, Ricoeur, Derrida,Vattimo, permiten por un lado, hablar de hermenéuticas ya la vez, confirman la importancia de la conmensuración, esdecir, de la analogía que evite validar una interpretaciónunivocista y que acote sobre la interpretación infinita.

7. I N T E R P R E T A C I Ó N E V A L U A T I V A ; E N T R E L A M E T Á F O R A

Y L A M E T ONIM IA

Si bien, lo apuntado anteriormente da cuenta de la relevancia de lo analógico entre el sentido o metáfora y la referencia o metonimia en la interpretación. De la misma manera, en el caso evaluación, en tanto acto interpretativo, laimportancia radica en la incorporación de la analogía como un elemento sustancial para acotar la necesidad de unaevaluación que se ubique entre los extremos equivocistas y


los univocistas, dado que con ella se puede "andar" en la

Analogía: eje articulador de la FIA y la evaluación 147

conjuntar en un punto de mediación, de proporción, másf i l i i id l t



metáfora sin perder la metonimia.Una evaluación que desde su ubicación analógica

tome distancia de las evaluaciones univocistas, cientitícis-tas, conductistas, estructurales, positivistas, tradicionales,cerradas, que usualmente están asociadas a una lógica teo-ricista pero que suelen resultar tan perniciosas como lasequivocistas. Aquí el arraigo del univocismo no solamentese relaciona con la caracterización de la evaluación entanto única verdad en el origen mismo del concepto, sinocon las materialidades inscritas en una lógica de control,imposición y autoritarismo.

Una evaluación que en su calidad de analógica tengacuidado de las evaluaciones equivocistas, relativistas, tergiversadas, fetichizadas, disgregadas, que suelen avanzarpor el rumbo abusivo de los sentidos sin un mínimo dereferente, las que seducen con la tentadora invitación de laépoca posmoderna a viajar sobre el vértigo y olvidarnosdel límite del propio sentido, es decir, el "carruaje volátil"del equívocismo, visto ya como ausencia de referencia,carencia de límites, falta de elementos axiológicos, onto-lógicos, éticos o bien, como relativismo evalualivo extremo generador de una permisividad total.

Una evaluación que en su apuesta por la conmensuración de los extremos, se distinga por la analogía, es decir,por un equilibrio dinámico —proporción del equilibrista—y, por tanto, nunca punto medio geométrico, sino posturaprudencial y mesurada que busca colocarse en la mediación reconociendo el predominio de la diferencia peroatenta a no caer en el relativismo. Una evaluación que llegue a ser la mesura, el modo, la moderación epistémica y

práctica, la armonía. En suma, la prudencia con la que justamente se busca la conmensuración de tos extremos,una conmensuración que signifique aproximar, juntar.

que fusionar, amalgamar o unir con rigidez los extremos.Además, al tener en cuenta que la evaluación es una

interpretación, conviene aceptar que siempre existen varias interpretaciones "válidas", de ahí lo importante en

considerar que la validez de una interpretación se constituye con base en la analogía, misma que no solamentedetermina los límites que le son propios a la interpretación, sino que representa el eje interpretativo principalpara "entretejer" un punto medio entre la univocidad y 1¡?equivocidad. En el ejercicio de la evaluación, esto significa valorar —no en la acepción de apreciar sino de interpretar— los procesos escolares con base en un punto medio entre la referencia y el sentido. Sobre todo si se piensaen evitar abusos la analogía representa la posibilidad de

llevar a cabo una ruptura epistemológica de la dicotomíareferencia-sentido y con ello, eliminar el guión y ubicarlos extremos en un medio dinámico. Por ello, la evaluación inscrita en la analogía es sustancial para interpretarlos textos en el terreno educativo. Esto a su vez, puede

ayudar para comprender que con una evaluación basada

preponderantemente en la referencia, los estudiantesusualmente "aprenden" para un examen, sin embargo, recuperando el decir-mostrar de Wittgenstein, se hace visible la necesidad de darle sentido al alumno, a la subjetivi

dad que manifiesta en la vida cotidiana escolar —y desdeluego, en el ámbito cxtraescolar—, a aquello que lo conduce a mostraras) y no solamente a lo que dice. Por consiguiente hay que considerar los diversos sentidos de laevaluación para no abusar del control y/o medición tanusuales en el univocismo evaluativo, es decir, para mirarmás allá de la ilusión del puro decir, del rigor, de la exactitud, del cientificismo. No obstante, el sentido en la evaluación se torna complejo si no está precedido de límites, y


los univocistas, dado que con ella se puede "andar" en lametáfora sin perder la metonimia

Analogía: eje arliculador de la HA y la evaluación 147

conjuntar en un punto de mediación, de proporción, másque fusionar, amalgamar o unir con rigidez los extremos.



metáfora sin perder la metonimia.Una evaluación que desde su ubicación analógica

tome distancia de las evaluaciones univocistas, cientificis-tas, conductistas, estructurales, positivistas, tradicionales,

cerradas, que usualmente están asociadas a una lógica tco-ricista pero que suelen resultar tan perniciosas como lasequivocistas. Aquí el arraigo del univocismo no solamentese relaciona con la caracterización de la evaluación entanto única verdad en el origen mismo del concepto, sinocon las materialidades inscritas en una lógica de control,imposición y autoritarismo.

Una evaluación que en su calidad de analógica tengacuidado de las evaluaciones equivocistas, relativistas, tergiversadas, fetiebizadas, disgregadas, que suelen avanzar

por el rumbo abusivo de los sentidos sin un mínimo dereferente, las que seducen con la tentadora invitación de laépoca posmoderna a viajar sobre el vértigo y olvidarnosdel límite del propio sentido, es decir, el "carruaje volátil"del equivocismo, visto ya como ausencia de referencia,carencia de límites, falta de elementos axiológicos, onto-lógicos, éticos o bien, como relativismo evaluativo extremo generador de una permisividad total.

Una evaluación que en su apuesta por la conmensuración de los extremos, se distinga por la analogía, es decir,

por un equilibrio dinámico —proporción del equilibrista—y, por tanto, nunca punto medio geométrico, sino posturaprudencial y mesurada que busca colocarse en la mediación reconociendo el predominio de la diferencia peroatenta a no caer en el relativismo. Una evaluación que llegue a ser la mesura, el modo, la moderación epistémica y

práctica, la armonía. En suma, la prudencia con la que justamente sebusca la conmensuración de los extremos,una conmensuración que signifique aproximar, juntar,

q , g gAdemás, al tener en cuenta que la evaluación es una

interpretación, conviene aceptar que siempre existen varias interpretaciones "válidas", de ahí lo importante en

considerar que la validez de una interpretación se constituye con base en la analogía, misma que no solamentedetermina los límites que le son propios a la interpretación, sino que representa el eje interpretativo principalpara "entretejer" un punto medio entre la univocidad y I?cquivocidad. En el ejercicio de la evaluación, esto significa valorar —no en la acepción de apreciar sino de interpretar— los procesos escolares con base en un punto medio entre la referencia y el sentido. Sobre todo si se piensaen evitar abusos la analogía representa la posibilidad dellevar a cabo una ruptura epistemológica de la dicotomíareferencia-sentido y con ello, eliminar el guión y ubicarlos extremos en un medio dinámico. Por ello, la evaluación inscrita en la analogía es sustancial para interpretarlos textos en el terreno educativo. Esto a su vez, puede

ayudar para comprender que con una evaluación basada

preponderan temen te en la referencia, los estudiantesusualmente "aprenden" para un examen, sin embargo, recuperando el decir-mostrar de Wittgenstein, se hace visible la necesidad de darle sentido al alumno, a la subjetividad que manifiesta en la vida cotidiana escolar —y desde

luego, en el ámbito extraescolar—, a aquello que lo conduce a mostrarist) y no solamente a lo que dice. Por consiguiente hay que considerar los diversos sentidos de laevaluación para no abusar del control y/o medición tanusuales en el univocismo evaluativo, es decir, para mirarmás allá de la ilusión del puro decir, del rigor, de la exacti-lud, del cientificismo. No obstante, el sentido en la evaluación se toma complejo si no está precedido de límites, y

J 48 Femando Monroy Dávila

precisamente su complejidad se vincula con un desbordamiento de sentidos durante su empleo ya sea en la confu

Analogía: eje articulador de laHA y la evaluación 149

Así lo muestra una revisión efectuada a una parte dela producción teórica sobre evaluación en el contexto de la



miento de sentidos durante su empleo, ya sea en la confusión con la cual se define al concepto mismo o con unazozobra en el uso de instrumentos y/o estrategias para valorar los procesos escolares en el aula, en otras palabras el

relativismo evaluativo caracterizado por una creencia deque casi todo es válido para evaluar y/o evaluarse, se encamina a un destino equivocista,

8. H U E L L A S D E U N A E V A L U A C I Ó N A N A L Ó G I C A E N L A

P R O D U C C I Ó N T E Ó R I C A

La analogía se convierte en algo fundamental en la interpretación de textos referentes a la evaluación, con ella sebusca conmensurar y/o conjuntar, tanto la evaluación quecentra sus funciones en el control, generalmente asociada a

un enfoque cuantitativo, como la que se asocia a la mejora, amenudo referida a un enfoque cualitativo. Puntos que porotra parte, constituyen los principales elementos imbricados en la búsqueda de una evaluación analógica que coadyuve a mejorar tanto el proceso educativo escolar, comolas formaciones que estamos dándole a nuestra infancia yadolescencia en los espacios cotidianos.

En este sentido, es necesario partir de la premisa deque la interpretación heimenéutico analógica de los textosorientados tanto a la evaluación caracterizada como con

trol y/o medición y/o exanimación, como a la asociada conla mejora, permite la reflexión y/o construcción de unaevaluación delimitada en la analogía, una evaluaciónorientadora, una evaluación con contenido, es decir, unaevaluación pedagógica que signifique un proyecto éticoque recupere y fortalezca el escenario áulico a manera detensión entre los aspectos ontológicos y deontológicos dela formación humana.

pinvestigación latinoamericana y en lo referente a un par deautores ibéricos, quienes han realizado una producciónmuy significativa. Desde "aquí" ha sido posible "ubicar"

tanto al modelo de evaluación asociado con el control como al de la mejora. De ahí que en este momento se puedareferir la presencia matizada de una evaluación analógicaen los textos considerados, especialmente en los trabajosde Miguel Angel Santos Guerra (1995), autor español yÁngel Díaz Barriga, de procedencia argentina, quien ade

más de contar con una extensa producción que va de losaños ochenta con Didáctica y curricula —editada y corregida en el 2005 por Paidós Educador— hasta el 2005, conEl docente y los programas escolares, se ha consolidado

como un referente obligado en el estudio de la evaluaciónen nuestro país. En los desarrollos de dichos autores, laevaluación analógica se aborda a manera de coincidencia.En esta perspectiva, aún cuando no aparece intitulada como analógica, el rechazo sistemático que llevan a cabosobre la evaluación científica y/o técnico-instrumental quese pronuncia por la medición, da cuenta de la cercanía conel pensamiento analógico. En otros autores, como el espa

ñol Álvarez Méndez (2001), los colombianos Pérez Abrily Bustamante Zamudio (1996) y Cerda Gutiérrez (2000);

las brasileñas Saúl (1999) y Cappelletti (1999); y en todosellos sumados a los mexicanos De Alba, (2002), ArbesúGarcía (2001), Rueda Beltrán y Díaz Barriga Frida (2000),Rueda Beltrán, Díaz Barriga Erida y Díaz Pontones(2001), Pacheco Méndez (2000), Izquierdo Sánchez(2000), Aboites (1999), Fernández (1997), EscalanteHerrera (1993), Quesada Castillo (1988), a pesar de que laevaluación analógica no goza de una notoriedad explícita,la podemos encontrar con mucha facilidad en el espíritu


analógica de las intelecciones, las cuales denotan un es

Analogía: eje ártico 1ador de la FIA y la evaluación 151

del siglo XX: evaluación, curriculum, tecnología de laeducación planificación" (2005 p 124)



fuerzo de analogicidad entre las evaluaciones relativistas ylas univocistas. Para el año 2004, Palma Bernal publica:

Evaluación analógica: unapropuesta formal iva. Circunstancia que se puede explicar si se toma en cuenta que Beu-chot Puente publica su libro: Tratado de hermenéutica

analógica en la década de los noventa —con su terceraedición ya en el 2005.

Este "hallazgo" despliega el interés tendiente a explicar y comprender los referentes pedagógicos imbricadosen la noción de evaluación puesta en juego en la prácticaevaluativa de los docentes, como una labor heurística queaporte argumentos centrales en torno a las posibilidades deuna evaluación analógica. Por otra parte, no obstante quelas "huellas" indican que la analogía en el ámbito de laevaluación aparece siempre como viajera entre las evaluaciones "tradicionales" y las "contemporáneas", y de ahí laimportancia de viajar sobre ella para no anclarse al extremo univocista, pero tampoco quedarse en el terreno cqui-vocista, este mismo "hallazgo" supone límites para evadirtales riesgos. A este respecto, la importancia de "ubicar" ellímite analógico es necesaria en virtud de que actualmenteno sólo la noción de pedagogía científica se ha desvanecido en nombre de la llamada pedagogía contemporánea,sino también la medición y el examen usualmente asociados a la pedagogía tradicional, autoritaria, estructural, handerivado en que la llamada pedagogía contemporánea sepresente acompañada de una evaluación confusa y relativista. Así lo plantea Díaz Barriga cuando advierte que alacercamos a la pedagogía contemporánea nos situamos enuna ambigüedad de su lenguaje, en donde la polisemia quelo caracteriza confiere demasiados significados al concepto de pedagogía. Sostiene también que tal "polisemia sub-yace en los conceptos propios de la pedagogía pragmática

educación, planificación (2005, p. 124).En síntesis, hay que considerar como un hecho sus

tancial que toda actividad docente y en particular la relacionada con la evaluación, descansa sobre nociones peda

gógicas, éticas y filosóficas desde las cuales se legitima oniega la acción conducente. Mas esta condición requieredel límite —analogía—, y esto es precisamente lo que laevaluación analógica tendrá que aportar a partir de averiguarcómo es que surgen, se desarrollan, mantienen y/o cambianlos conocimientos sobre la evaluación. Así como enfalizaren qué términos es posible comprender los rasgos del movimiento de la evaluación del extremo univocista al equivo-cisla y finalmente, argumentar las categorías necesarias apartir de las cuales se pueda sustentar la posibilidad y/o via

bilidad de una evaluación analógica para la práctica docente.

9. R E F E R E N C I A S

Aboites. (1999). La cultura de la evaluación en México y \sevaluación de los académicos. En Rueda & Laudesmann(Eds.), ¿Hacia una nueva culturade la evaluación de losacadémicos?. Pensamiento Universitario, (88. 34-55).México, DF , México: CESU-UNAM.

Alvarez, M. (200!). Evaluar para conocer, examinar para excluir. Madrid, España: Morata.

Arbcsú, G. & Figueroa, R. (2001). La evaluación docente comoun proceso de diálogo, comprensión y mejora de la práctica. Cultura Universitaria / Serie Ensayo, 71, 161-174.México, DF,México: UAM,

lícuchot, P. (2005). Tratado de hermenéutica analógica. México, DF, México: Facultad de Filosofía y Letras, UNAM-ítaca.

Beuchot P, M. & Primero R, L. E. (Eds.). (2003). La hermenéutica analógica de la pedagogía de lo cotidiano. México,DF", México: Primero Editores.


Beuchot, P. (1997). Tratado de hermenéutica analógica. México DF México: Facultad de Filosofía y Letras UNAM

Analogia: eje articulado]' de la HA y la evaluación 153

Fernández, R. (2005). Reconocimiento de la pedagogía con unestudio de caso. En. Memoria del simposio internacional



co, DF, México: Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.

Cappelletti, F, (2004). Relato de una experiencia de la evaluación como proceso. En I. F, Cappelletti (Editor), Evaluación educativa, fundamentos y prácticas, (pp. 18-29).

México, DF, México: Siglo XX I .Cerda, G. (2000). La evaluación como experiencia total. Bogo

tá, Colombia: Nomos

De Alba, A. (2002). Evaluacum curricular. Conformación conceptual de! campo. México, DF, México: CESU-UNAM.

Díaz, B. A. (2005). Didáctica y curriculum. México, DF, México: Paidós Educador.

Díaz, B. A. (2005). El docente y los programas escolares.México, DF, México: Pomares.

Díaz, B. A. (2000). Evaluar lo académico. Organismos interna

cionales, nuevas reglas y desafíos. En T. Pacheco & A.Díaz (Eds.), Evaluación académica, (pp. 11-31). México,DF, México: UNAM-FCE,

Díaz, B. A. (1987). "Problemas y retos del campo de la evaluación educativa". En Perfiles Educativos, núm. 37, julio-septiembre. CISE-UNAM, 1987.

Díaz, B . A. (1984). Didáctica y curriculum. México, DF, México: Nuevo Mar.

Díaz, B. F. (2001). Aspectos éticos de la evaluación de la docencia. Cultura Universitaria. 71, 37-54. México, DF,

México: UAM .Durkhcim, E. (1976). Educación como socialización. Salaman

ca, España: Sigúeme.

Escalante, H. & Díaz. (1993). La Evaluación en la escuela primaria. México: Universidad Pedagógica Nacional.

Fernández, S. (1997). Carrera magisterial: ¿promoción o controldocente?. En Loyo Brambila. (Editor). Los actores sociales y la educación, (pp. 213-234). México, DF, México:Plaza y Valdés.

estud o de caso. . Memoria del simposio internacionalPresencia y/o ausencia de la teoría pedagógica o pedagogia en la práctica educativa. En nombre de la pedagogía, (pp. 139-153). México, DF. México: UPN.

Goelz & LeCompte. ( 1988). Etnografía y diseño cualitativo eninvestigación educativa. Madrid, España: Morata,

Moyos, M. (1997). Epistemología y objeto pedagógico. ¿Es lapedagogía una ciencia?. México, DF, México: CESU-UNAM-Plaza y Valdés.

Izquierdo, S. (2000). Sobrevivir a los estímulos: Académicos,estrategias y conflictos. Colección Educación, 15. México, DF, México: UPN.

Luzuriaga, L. (1981). Pedagogía. Buenos Aires, Argentina:Losada.

Medina, M. (2003). Herramientas del pensamiento crítico en eldesarrollo de las prácticas teóricas sobre el campo pedagógico y educativo. En Primero, R. Cantoral, U. & Escale

ra, B. (Eds.), La necesidad de la pedagogía, (pp. 229-248).México, DF, México: Universidad Pedagógica Nacional.

Moran, O. (1986). Operuiividad de la didáctica. Tomo 2.México. Gernika.

Nassif, R. (1989). Pedagogía general. Buenos Aires, Argentina:Kapeiusz.

Olvera, M, (2003). Entrevista con Mauricio Bcuchot, filósofo,humanista y poeta. En: Analogía, 2, 161-180.

Pacheco, M & Díaz, B, (2000). Evaluación Académica. México: CESU-UNAM-FCE.

Palma, B. (2004). Evaluación analógica: una propuesta formativa. En Primero, R. (Editor), Usos de la hermenéuticaanalógica, (pp. 93-131). México, DF, México: PrimeroEditores.

Pérez, A. & Bustamante, Z. (1996). Evaluación escolar ¿resultados o procesos'/. Colombia: Magisterio.

154 Femando Monroy Dávila

Pérez. (1996). La evaluación cié procesos: herramientas delaula En Pere/ A & BustamantC 7 (Itds ) Evaluación



aula. En Pere/, A. & BustamantC, 7.. (Itds.). Evaluaciónescolar ¿resultados o procesos?, (pp. 13-33). Colombia:Magisterio.

Primero Rivas, L. E. (1999). Emergencia de la pedagogía de lo

cotidiano. México, DF,México: Primero Editores.Qucsada, C. (1988). Conceptos básicos de ta evaluación del

aprendizaje. Perfiles Educativos, 41, 48.

Rueda & Díaz, B. F. (2000). Evaluación de la docencia. Pers pectivas actuales. México, DF, México: Paidós.

Rueda, B. Díaz, B. F. & Dia/, P. (2001). Evaluar para com prender y me/orar la docencia en la educación superior.Cultura Universitaria / Serie Ensayo, 71. México, DF,México: UAM.

Sanabria, J, R. (1995). Presenlación. Los márgenes de la inter

pretación: hacia un modelo analógico de la hermenéutica.Cuaderno de filosofía, (25. 5-9). México, DF, México:Universidad Iberoamericana.

Santos, G. (1995). La evaluación: Un proceso de diálogo, comprensión y mejora. España: Aljibe.

Saúl. A. (2004). Evaluación del aprendizaje: Una vía para elmejoramiento de la calidad en la escuela. En I F.Cappe

lletti (Editor), ¡"valuación educativa, fundamentos y prácticas, (pp. 9-17). México, DF, México: Siglo XXL

HERMENÉUTICA ANALÓGICA, EDUCACIÓN Y

MULTICULTURALISMO

Pedro Alonso Benítez

La cultura se alcanza leyendo libros; pero elconocimiento del mundo, que es mucho másnecesario, sólo se alcanza leyendo a loshombres y estudiando las diversas edicionesque en ellos existen.

Lord Chesterfield

Los pueblos que no se conocen han de darse prisa en conocerse.

José Martí

1. I N T R O D U C C I Ó N

En este escrito trato de comprender al hombre por mediode esa nueva corriente que ha ido creando el Multicultura¬lismo, ya que me interesa la educación del mismo hombre,

y al ver la deficiencias que tiene la Educación Multicultural, trato de comprenderla por medio de la hermenéutica,pero la hermenéutica más apropiada en estos casos es laanalogía; por lo tanto, hago uso de la propuesta del Dr.Mauricio Beuchot, de una hermenéutica analógica.

Debemos reformar nuestras metodologías de aprendizaje para que las personas aprendan y desarrollen las

* Benemérita UniversidadAutónoma de Puebla. México.



158 Pedro Alonso Benítez

tros propios sistemas para poder investigar nuestros problemas.

Hermenéutica analógica, educación y muliiculiuralismo 159

•

las políticas educativas, ni en la orientación para el diseñode propuestas pedagógicas para la escuela"8.



La hermenéutica analógica se conecta, sin poderloevitar, con el símbolo (Cassircr) y/o el icono (Pierce), alinterpretar estos símbolos-iconos que son el ingrediente

esencial de una cultura, y de cierta manara para podercomprender así este nuevo fenómeno cultural denominadomulticulturalismo.

Por lo tanto, diremos que es una hermenéutica apropiada al símbolo, que usa la analogía para poder contentarse con el conocimiento, usando la ¡conicidad, pues a partirde una parte se llega a! todo, con lo cual no se renuncia ala universalización. Y, por ultimo, es simbólica, pues tienela virtud de reunir, de hacerse reconocer, de poder convivir, en el ámbito de la ética y de la política6. Así, el símbo

lo da la sensación de unidad, y produce una solidaridad, elcompromiso con los demás, la responsabilidad en el cuidado de la vida, la vida que se manifiesta en los demás,que es precisamente de los otros.7

3 . L A H E R M E N É U T I C A A N A L Ó G I C A Y E L

M U L T I C U L T U R A L I S M O

México no puede escaparse de este fenómeno, el multiculturalismo, ya que forma parte de él, es decir, tiene muchas

comunidades indígenas, que cuentan con sus propias nor

mas y reglas culturales. Esto dificulta la enseñanza, ya que"es un concepto desconocido, no aparece como tal ni en

M. Beuchol, Perfiles esenciales de la hermenéutica, I I F , U N A M ,

México, 1999.7 M. Beúchot, Tratado de Hermenéutica Analógica, UNAM-ltaca,México, p. 101.

Así, la hermenéutica analógica será el instrumentocon el que pueda comprenderse esta problemática. Porsuerte, la analogicidad se conecta, sin poder evitarlo, con

la ¡conicidad (interpretar) y con la simbolicidad (vivir). Elsímbolo es un ingrediente esencial en cada cultura. Porquelos símbolos dan vida, ayudan a conservar la memoria y laidentidad de los pueblos. Ernest Cassirer, nos dice: "Elhombre no puede escapar de su propio logro, no le queda

más remedio que adoptar las condiciones de su propiavida; ya no vive solamente en un puro universo físico, sinoen un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y lareligión constituyen partes de este universo"9.

La analogía implica proporcionalidad a la vez que

jerarquía, una jerarquía proporcional, en función de ciertoscriterios. Esa proporcionalidad, a su vez, implica límites,porciones en un orden, estructuradas según una jerarquíaque brota de la misma naturaleza de la cosa o que es construida mediante el diálogo. La analogía requiere del diálogo para ser determinada cuando no es evidente.

4. I N T E R C U L T U R A L

Defino este término como el equilibrio "analogizante" delmulticulturalismo. Este término, es decir, "multicultura

lismo", como noción y como proyecto, es reciente. Surge apartir de los años 60 del siglo pasado, aproximadamente.A ello debe su existencia y legitimidad en las culturas nacionales. El multiculturalismo se ha transformado, en la

1 Díaz Tepepa. María Guadalupe. "Multicultuialismo y educación enMéxico", en Arriarán, Samuel y Hernández, Elizabelh (coordinadores), UPN, México 2001. p. 105.* Ernest Cassirer, Antropología Filosófica, l-'CE, México, p. 47.


actualidad, en uno de los campos de discusión de mayor

importancia en ¡as Ciencias Sociales. Los ejes de la aludi

Hermenéutica analógica, educación y mu|ticulturalisrno 16!

Este pluralismo analógico tratara de salvaguardar las

diferencias culturales, pero sin destruir valores universales

que se construyen entre todas ellas Más aún esos valores



da discusión reflejan la urgencia de pensar en las proble

máticas que acarrean la conformación cada vez más acele

rada de Estados multiétnicos. E l multiculturalismo ha re

flexionado sobre la discriminación de las minorías y latolerancia cultural, pero no ha prestado mucha atención al

hecho de que esas minorías étnicas, religiosas o sexuales

son objeto de profundos procesos de exclusión social y

empobrecimiento. Sin embargo encontramos dos tipos de

multiculturalismo1 :

* Multiculturalismo pluralista: este modelo aprecia la

diversidad y la considera fecunda, pero presupone

que la diversidad tiene que multiplicarse, y no sos-

tiene que el mejor de los mundos posibles sea un

mundo dividido en una diversificación eternamentecreciente. Sostiene que sólo puede haber un tipo de

hombre, una sola cultura. En efecto, según la antro

pología filosófica, el universalismo implica una vio

lencia hacia lo particular.

* Multiculturalismo antipluralista: este modelo es el

extremo del anterior. Se centra en la hegemonía y en

la dominación de una cultura sobre otras. Dice que

no puede haber nada común en el hombre, que sóloexiste lo diferencial de cada cultura y aun de cada

hombre individual. Al igual que la postura anterior,tienen sus problemas.

De ahí que se proponga un nuevo modelo, el multicultura-

lismo analógico. Este concepto nos abre horizontes no

sólo para pensar y desarrollar la noción, sino también paradesarrollar las finalidades de la Educación.

¡Mil., nota li'p, 107,

que se construyen entre todas ellas. Más aún, esos valores

universales resultan del contacto entre ellas, están implícitos en ellas, atemáticos, de manera virtual o potencial, y se

hacen explícitos cuando se confrontan unas con otras, no demanera unívoca sino analógica. Son universales análogos,que no prescinden completamente de los particulares, sino

que tratan de preservar en lo posible sus peculiaridades.

5. E D U C A C I Ó N M U L T I C U L T U R A L

También la educación forma parte de la existencia del su

jeto, es decir,como reflexión de sí mismo, de su actuar, es

uno de los tejidos denominado cultura. Por lo que no es

simplemente una instrucción que incluya, entre sus mate

rias curriculares, disciplinas que versan sobre otras cultu

ras. No es simplemente adquirir competencia sobre otras

culturas o ser capaces de manejarnos en ellas; es más bien

comprenderlas, porque sólo al hacernos cargo de las otras

podemos entender a la nuestra1!.

Además, es capacitar al alumno para que comprenda

su conducta y sus normas como algo ctilluralmente cons

truido 12 . Las relaciones entre la escuela y su contexto son

fundamentales para que la educación pueda tener éxito;pero se requiere de una clara conciencia, por parte de la

escuela, de las finalidades de la educación y, m ás aún, de

su misión. Sin esa conciencia no puede haber orientaciónposible y una intervención de carácter educativo de la co

munidad. Así, podemos afirmar que una educación integral

permite la realización plena y armoniosa del ser humano,

"ibid., nota l,p. 100.


potenciando, con ello, la desaparición de la pobreza, la mar-

ginación, el racismo, sólo por citar algunos de los males de

esta sociedad moderna. Unicamente por la educación se da



p

el transito de la barbarie a una condición humana;

6. CONCLUSIÓN

Este proyecto se centró en la comprensión del hombre

como un ente histórico-cultural y que tiene su punto de

apoyo en los símbolos. Sólo hasta tener una filosofía de la

cultura por medio de la hermenéutica, en este caso de la

hermenéutica analógico-icónica del símbolo, daremos

cuenta de sus elementos de manera más completa. E l

hombre que comunica algo al otro, cada uno con su siste

ma conceptual, con su cultura distinta, encontrarán, por

medio de la analogicidad, la diferencia que los une, los

símbolos. El hecho de que el ser humano, a través de la

historia, ha manifestado su esencia en símbolos; ya que la

esencia del hombre se da contextuada en una cultura, y ya

que la comprensión de la cultura es condición para lograr

lo máximo de la comunicación en el acontecimiento se-

miótico, por ello es necesario interpretar esos símbolos,

para detectar la complejidad de lo humano.

Sólo hasta llegar a una comprensión del hombre y de

su medio, en este caso de sil cultura, y de una manera par

ticular en México, se podrá resolver no sólo el problema

de la educación, sino también problemas políticos en torno

a los movimientos armados indígenas. En esto encontra

mos que la hermenéutica analógica puede ser un instru

mento filosófico que ayude en la discusión socio-política.



•

La presente obra fue impresa bajo demanda por vez primera en los talleres de

Publidisa Mexicana SA de CV en el mes de noviembre de 2006.

Publidisa Mexicana SA de CV

Calzada Chabacano N" 69, Planta AltaColonia Asturias Deleg. Cuauhtémoc

06850 México DF

www, ptihl ¡disa.com

http://xn--disa-zea.com/

http://xn--disa-zea.com/

ricardo blanco beledo, compilador - contextos de la hermenéutica analógica

Documents