revista horizontes

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    Horizontes Sociolgicos

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    AAS COMISIN DIRECTIVA:

    Presidenta: Palermo, AliciaItatVicepresidentaprimera: Gastrn, LilianaReneBilevichde Vice

    presidentasegunda: Zaffaroni, Adriana

    Vicepresidente tercero: DardoRocha, Norberto

    Secretariageneral: Capln, AliciaEdith

    Secretario de Relaciones Institucionales : Maresca, Bernardo Ral

    Tesorera: Giannattasio, AliciaNora

    Vocales:Bravin, ClaraClot, Mnica

    Lynch, GloriaVujocevic, Jorge

    Comisin Revisora de cuentas:

    Ossorio, Alfredo

    Halliburton Eduardo

    Suplente: JavierHermo

    Representacionesregionalesysuscoordinadores:

    La AAS, en funcin de representar a los/as socilogos /as de todo el pas, ha establecido coordinaciones

    regionales, queabarcantodalaRep. Argentina.

    ReginNOA Lic. AdrianaZaffaroni(UniversidadNacionaldeSalta)

    ReginNEA AnaMaraPrez(UniversidadNacionaldelNordeste, Chaco, Corrientes)ReginCuyo Lic. AliciaNaveda(UniversidadNacionaldeSanJuan)

    ReginPampeana Lic. GloriaLynch(UniversidadNacionaldeLujn)ReginPatagnica Lic. NorbertoRocha(UniversidadNacionaldelComahue)

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    ao 1 nmero 1mayo-juniode2013

    PublicacinInternacional deCienciasSociales.AsociacinArgentinadeSociologaFranklin6, 3 B CiudaddeBuenosAiresE mail: horizontessociologicos @gmail.comPg. Web:http://aasociologia .wordpress.com

    http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/http://aasociologia.wordpress.com/
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    Horizontes SociolgicosRevista de la Asociacin Argentina de Sociologa

    ao1 nmero1 mayo-juniode2013

    Publicacin Internacional de Ciencias Sociales, de periodicidad semestral.

    Directora- Editora Responsable: Alicia Itat PalermoCoeditora: Silvia Castillo Winter

    Diagramacin: Alexis Osvaldo Sandoval Mota

    Copyright by AASHecho el depsito que marca la leyRegistro de la propiedad intelectual N (en trmite)ISSN en trmiteBuenos Aires, 2013

    Objetivos:

    1. Conformar un espacio de comunicacin e intercambio entre la AAS,sus asociados/as, profesionales de las ciencias sociales e institucionesacadmicas y profesionales de nuestro pas y del extranjero del campode las Ciencias Sociales.

    2. Brindar un espacio para que investigadores y acadmicos de las Ciencias

    Sociales, del mbito nacional e internacional, puedan comunicar susproducciones cientficas originales e inditas.

    3. Constituir un medio de actualizacin acadmica.

    4. Incrementar y jerarquizar la actividad acadmica de la AAS y del Centrode Formacin e Investigaciones Sociales de la Asociacin Argentina deSociologa (CEFIS AAS).

    Los artculos expresan exclusivamente la opinin de los autores. Se autoriza su re-produccin parcial a condicin de mencionar el autor y la fuente. Prohibida la repro-duccin total de los artculos sin autorizacin expresa del editor.

    Horizontes Sociolgicos, Revista Argentina de Sociologa es una publicacin inter-

    nacional de la AAS que publica trabajos originales e inditos del campo de las CienciasSociales. Su periodicidad es semestral.Estn invitados a publicar investigadores y estudiosos de las ms variadas proble-

    mticas y disciplinas de las Ciencias Sociales, del mbito nacional e internacional.Est incluida en Revistalas, Red de Revistas de la Asociacin Latinoamericana de

    Sociologa. Este nmero cont con el auspicio del Foncyt.

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    DIRECTORA O EDITOR RESPONSABLE: Alicia Itat Palermo (AAS, Unlu,)COEDITORA: SilviaCastilloWinter(AAS LaSorbona, Francia,)

    COMIT EDITORIAL:

    GloriaLynch, UniversidadNacionaldeLujnAdrianaZaffaroniUniversidadNacionaldeSalta

    NorbertoRocha, UniversidadNacionaldelComahueAliciaNaveda, UniversidadNacionaldeSanJuan

    GabrielaGmezRojas, UniversidadNacionaldeMar delPlataAnaMaraPrez, UniversidadNacionaldelNordeste

    MarceloLangier, UniversidaddeBuenosAiresPablo Vommaro, ConsejoLatinoamericano deCienciasSociales; UBA

    EduardoSandovalForeroUniversidadAutnomadelEstadodeMxicoBernardoMaresca, AsociacinArgentinadeSociologa

    AndreaGastrn, UniversidaddeBuenosAires

    Stella Maris Mas Rocha, Universidad Nacional de San Martn

    EugeniaMartin, UniversidadNacionaldeCuyo

    COORDINADORES DE REDACCIN:LucianaGuido(CONICET)

    JaquelinaAnapo(AAS)

    ASESOR EDITORIAL:

    EduardoAndrsSandovalForero, UniversidadAutnomadelEstadodeMxico

    ASISTENTES DE REDACCION:

    Francisco Favieri (UNSJ)CasandraGil

    Correctoras:

    EricaLanderCarmenKousinkas

    COMIT ACADEMICO INTERNACIONALBeln lvaro, UniversidadNacionaldelComahue Dora

    Barrancos, CONICET

    AlbertoBialakowsky,UniversidaddeBuenosAires

    GracielaCastro, UniversidadNacionaldeSanLuis.NstorCohen, UniversidaddeBuenosAires

    GracielaCousinet, UniversidadNacionaldeCuyoAlciraDaroqui. UniversidaddeBuenosAires

    ZulmaGarca, UniversidadNacionaldeSanJuanLilianaGastrn, UniversidadNacionaldeLujn

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    SilviaGrinberg, UniversidadNacionaldeSanMartn

    SilviaLagoMartnez, UniversidaddeBuenosAiresValeriaLLobet, UniversidadNacionaldeSanMartn

    AnaMatus, UniversidadNacionaldelComahueAstor Massetti, Universidad Nacional de Mar Del Plata

    FernandoNpoli, Universidad Tecnolgica Nacional

    Susana Novick, Instituto Gino Germani, Universidad de Buenos AiresJulietaOddone, FacultadLatinoamericanadeCienciasSociales

    AzucenaReyes, UniversidadNacionaldeCuyoSilvia Rodrguez, Universidad Nacional de Santiago del EsteroSusanaRoitman, UniversidaddeVillaMaraLucas Rubinich, Facultad de Ciencias Sociales, UBA

    VirginiaSabattini, UniversidaddeVillaMaraMara Cristina Tortti, Universidad Nacional de La PlataVirginiaTrevigani, UniversidadNacionaldelLitoral

    BeatrizWehleUNQ; FacultaddeCienciasEconmicasUBA

    SaraVictoriaAlvarado, CINDE, UniversidaddeManizales, ColombiaNancy Berthier, Centre National de la Recherche Scientifique, CNRS- Ecole desH autes tudes en sciencessociales-EHESS, Francia

    DanielCamachoMonge, UniversidaddeCostaRica

    MaraIsabelDomnguezCentrodeInvestigacionesPsicolgicasySociolgicas, CENIAI, Cuba JeanPaulDuviols UniversidadParsSorbona, Francia

    ConsueloFlechaGarcaUniversidaddeSevilla, EspaaJulio Fuentes Fuentes, Universidad Nacional de San Agustn, Arequipa, Per.

    NoraGarita, UniversidaddeCostaRica.TeresaGonzlezPrez, UniversidaddeLaLaguna, EspaaFrederiquLangue, UniversidaddelaSorbone. Pars, Francia.

    AdrianaMarrero, UniversidaddelaRepblica, Uruguay.

    JulioMejaNavarreteUniversidadNacionaldeSanMarcosPer.PauloHenriqueMartins, UniversidadFederaldePernambuco, Recife, Brasil.

    BrgidaPastor, CentroSuperiordeInvestigacionesCientficas, Espaa Jaime

    Preciado. UniversidaddeGuadalajara, Mxico

    Gabriel Restrepo, Universidad Nacional de ColombiaJorgeRojas, UniversidaddeConcepcin, Chile

    Marta Nlida Ruiz Uribe, Universidad de Tijuana, MxicoBeatrizSchmuklerInstitutoMora, Mxico.

    CONTENIDO

    Ao 1 / nmero 1 / mayo-junio de 2013ISSN en trmite

    15 Editorial

    17 Foro Sur-Sur: Ciencias Sociales y Colonialidad del Poder.Teora y Praxis (Auspicio del Foncyt)

    19 Presentacin de HerminiaC.FOOKONGDEJOYALBERTO L.BIALAKOWSKY

    25 Bien Vivir: Entre el desarrolloy la des/colonialidad

    ANBALQUIJANO

    39 Algunas observaciones sobre la economa no azucarera en laCuba batistianaSilviaCastillo-Winter

    57 Entre la Privatizacin y La Reconstruccin de lo Pblico enChile: Movimientos Estudiantiles y el Debate acerca delDevenir de la UniversidadVicenteSisto

    73 Liberalismo, desigualdades y poltica social: Justicia ocompensacin?AliciaNaveda, VirginiaBalmacedaySoniaVega

    93 Identidades, disporas y prcticas religiosas: los judos deorigen sirio en Mxico y Argentina durante la segundamitad del Siglo XXSusanaBrauneryLizHamui

    115 Biopoltica y ambiente en cuestin. Los lugares de la basuraSilviaGrinberg, SofiaDafunchioyLucianoMartnMantin

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    143 La Violencia Familiar en la adolescencia en la etapa deembarazo, parto y puerperio, desde la mirada de lasadolescentesGraciela Colombo, Gabriela Iglesias, Natalia Luxardo, GabrielaPombo, MnicaViglizzoyLucianaVeneranda.

    163 Prcticas intelectuales y dilogo intercultural. El caso del

    Programa de co-investigacin en las comunidades delChaco salteoAdrianaZaffaroni

    177 Adolescencias y juventudes en los escenarios actuales.

    Desafos desde la investigacin socio-educativaPaulaFainsod

    191 Legalidad e ilegalidad. Un esquema de interpretacin

    restrictivo de la problemtica del narcotrfico en lasAmricasEdgardoManeroyL isandroTanzi

    217 Notas219 Estudios de gnero y renovacin de las

    Ciencias Sociales en Argentina

    DoraBarrancos

    233 Rolando Garca, legado de siglo XX. In memoriam

    AlbertoL. B ialakowsky

    243 Representacin poltica y violacin a la cuota de gnero en

    MxicoManuelngelRodrguez

    249 Argentina: nacimiento de una literatura nacional

    Recordando a Paul Verdevoye, traductor del Martn Fierro enversos franceses

    Jean-PaulDuviols

    257 Cometarios de Libros

    259 Jvenes, Polticas y Culturas: Experiencias, Acercamientos y

    DiversidadesLucianaManni

    263 Noticias Institucionales

    265 PRESENTACION DE LA AAS Y EL CEFIS AAS

    273 PAUTAS PARA LA PUBLICACION DE ARTICULOS

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    EDITORIAL

    Iniciamos, con la edicin de este primer nmero de Horizontes Sociolgicos, Revistade la Asociacin Argentina de Sociologa, un camino que nos propusimos al crearnuestra asociacin.

    Desde su creacin, en diciembre de 2009, pusimos el acento en constituirnos enun verdadero referente y espacio de encuentro y de reflexin crtica sobre temas delas ciencias sociales y ms especficamente de la sociologa, a nivel nacional e inter-nacional.

    Diferentes acciones y propuestas confluyeron en ese propsito: la creacin del

    Centro de Estudios e investigaciones Sociales, que es centro miembro de CLACSO yen el cual funcionan 16 Areas Acadmicas, la organizacin como una de las institu-ciones locales del II ISA Forum, la organizacin y auspicio de Foros de Debate Sur Sur,

    entre otras actividades.Con el propsito de garantizar el alcance nacional de nuestra asociacin, creemos

    relevante la presencia de socilogos/as de diferentes provincias del pas en la Comi-sin Directiva y el establecimiento de regionales, con sus respectivos coordinadores/as. Nuestra asociacin cuenta hasta el momento con coordinadores en las regionesde NOA, NEA, Cuyo, Centro y Patagonia, y todos ellos integran el Comit Editorial denuestra revista.

    Queremos agradecer especialmente a los/as directores/as de las carreras desociologa de las universidades nacionales, la designacin de representantes de susrespectivas carreras para el Comit Acadmico Internacional.

    Tambin queremos destacar la tarea del equipo editorial de la revista, entre losque se destacan su coeditora, el asesor editorial, las coordinadoras editoriales y loscoordinadores del la seccin especial Relaciones Sur Sur, los asistentes editorialesy los correctores. Este trabajo conjunto ha hecho posible la edicin de este primernmero.

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    Nuestra revista pretende constituir un espacio de debate e intercambio acercade las complejas realidades de Latinoamrica y el Caribe, en dilogo con el contextointernacional, desde una perspectiva crtica. Pretende dar cuenta de la diversidad desituaciones y problemticas de las diferentes regiones y de los diferentes pases y delos aportes de los cientistas sociales a la bsqueda de alternativas que posibilitenmejorar las condiciones de vida de los actores sociales y que apunten a la transfor-macin social.

    Incluimos una Seccin Relaciones Sur Sur, que ser una seccin permanente denuestra revista.

    Optamos por una revista on line, coherente con una poltica de acceso abierto alconocimiento y que a su vez posibilite una mayor visibilidad. Las revistas acadmicaspueden cumplir con su objetivo de comunicacin del conocimiento cientfico cuandogarantizan tambin una adecuada distribucin y posibilitan el acceso a los artculospublicados en ediciones anteriores.

    Asimismo, acordamos con una poltica de cooperacin entre editores de revistas deAmrica latina y el Caribe, por lo cual sostenemos la importancia de integrar redes derevistas de ciencias sociales y de trabajar en forma conjunta para la visibilidad de lasrevistas de nuestra regin.

    Nos hemos propuesto editar una revista cientfica de calidad, que responda a lasnormas y parmetros internacionales: como periodicidad declarada, ISSN, sumario,

    mencin de objetivos, cobertura temtica y pblico al que va dirigida, resumen delos trabajos y palabras claves en dos idiomas, sistema de arbitraje con evaluadoresexternos, afiliacin institucional de los miembros del Comit Editorial, instrucciones alos autores, originalidad de los trabajos publicados, fecha de aceptacin de los origi-nales, Comit Acadmico con cientficos de diversas disciplinas sociales y corrientesde pensamiento, de la institucin pero tambin externos a ella, etc.

    Apostamos a una revista en la cual investigadores y estudiosos de las ms variadasproblemticas y disciplinas de las Ciencias Sociales, del mbito nacional einternacional, puedan publicar sus trabajos inditos y originales y que se constituyaen referente tanto nacional como regional.

    Alicia Itat PalermoEditoraPresidenta AAS

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    PRESENTACIN DEL FORO SUR-SUR:

    CIENCIAS SOCIALES Y COLONIALIDAD DEL PODER.

    TEORA Y PRAXIS

    Herminia C. Foo Kong Dejo y Alberto L. Bialakowsky

    El Foro Sur Sur: Ciencias Sociales y Colonialidad del Poder. Teora y Praxis, convo-cado con el auspicio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de BuenosAires, el Consejo latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Asociacin Lati-noamericana de Sociologa (ALAS), la Asociacin Argentina de Sociologa (AAS), FO-MERCO, ACAS, PIUBAGIR, tuvo lugar el 6 de agosto de 2012 en la sede de la Facultadde Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en la ciudad de Bs. As.,Argentina

    El acto estuvo a cargo de las autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales y de la

    Universidad de Buenos Aires y de sus principales organizadores: Alberto Bialakowsky,Paulo Henrique Martins de Albuquerque, Alicia I. Palermo, Adriana Clemente y Silvia

    Lago Martnez, quienes destacaron la importancia estratgica de esta iniciativa, cuyopropsito es construir un espacio para el dilogo y el desarrollo del pensamiento crticoque abarque el sur del planeta.

    El evento se desarroll en dos partes. La primera integrada por dos mesas redondas

    coordinadas por Carolina Mera y Rosa Martha Romo Beltrn:

    1. Descolonialidad del poder y praxis intelectual Sur - Sur, con Herminia

    C. Foo Kong Dejo (Mxico), Jos Mauricio Domingues (Brasil) y Mona Abaza

    (Egipto).

    2. Giro del paradigma en Ciencias Sociales y autonoma intelectual,Eduardo Grner (FCS-UBA), Nora Garita (Costa Rica), Ricardo Antunes

    (Brasil).

    La segunda parte, coordinada por los organizadores Alberto L. Bialakowsky, Paulo

    Henrique Martins, Alicia I. Palermo y Breno Bringel, con la colaboracin de Javier Her-

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    mo, se desarroll en plenaria, con la participacin de todos los asistentes. a los movimientos sociales. Lo demostr la Declaracin de independencia de la pri-La reflexin gir alrededor de varios ejes: mera revolucin social de Amrica protagonizada por el pueblo de Hait, contra la

    dominacin francesa: independentista, de liberacin nacional, anticolonial y antica-pitalista: Todos los ciudadanos, de aqu en adelante, sern conocidos por la denomi-

    Cmo concebir al Sur y cul deber ser su agenda? nacin genrica de negros.Lo indica tambin el legado de Bolvar y Mart, el de Jos Carlos Maritegui duran-

    Habremos de pensar el Sur como referente histrico, poltico, social y cultural y no te la primera mitad del siglo XX, los aportes de los latinoamericanistas de la segunda

    nicamente como frontera geogrfica. Seculares temas como los binomios extrema mitad del siglo XX sobre la dependencia, el desarrollo, los Estados nacionales, la mi-pobreza y desigualdad, esclavitud y marginalidad, olvido y condena, frente a progre- litarizacin y la democracia, sin ignorar las actuales contribuciones de los socilogosso y modernidad, dominacin colonial y lucha anti capitalista, liberacin nacional y de la emancipacin y la poscolonialidad.

    lucha contra hegemnica por la independencia y contra toda forma de explotacin, El pensamiento del Sur incluye la crtica poscolonial a toda forma de dominacinson matrices bsicas para la construccin de puentes entre nuestra Amrica, frica y y poder y propone para superarlos, la construccin de un pensamiento crtico, eman-

    Asia, continentes hermanados por una historia comn y trgica. cipatorio y liberador.Existe una crisis en la teora social expresada en vacos tericos, en la prdida de

    su capacidad predictiva, en su distanciamiento de la realidad, en la produccin de sa-beres que son usados como repositorios del poder dominante. sta, que es, a su vez, De la importancia del colectivo:

    crisis de crecimiento y no de parlisis, radica en la desarticulacin entre pensamientoy accin, entre teora y prctica, entre paradigmas y realidad, entre objeto y sujetos Se seal que un eje temtico central para proyectar al Foro Sur Sur y darle hori-

    de investigacin. zonte, es el trabajo y la creacin colectiva de conocimiento, a la par de la invencinLa actual crisis terica slo podr ser superada desde una nueva epistemologa del colectivo mismo.

    ecumnica, incluyente, horizontal y solidaria que conciba al Sur como el espacio de Su identidad no podra ser pensada si no es desde y con los actores sociales, recu-confluencia de voluntades cuya identidad se construye en el reconocimiento de los perando la mejor tradicin de lucha y las lecciones de los innumerables movimientos

    mismos problemas y la bsqueda de soluciones; participando cotidianamente como sociales que recorren el planeta resistiendo la dominacin y su hegemona.sembradores de las causas ms nobles de la humanidad. Habr que trasladar la re- Ello implica a su vez, una crtica radical a la lgica productivista, individualista y

    flexin sobre los paradigmas a la reflexin de las realidades cuya comprensin y com- colonizada impuesta a la praxis intelectual y se enfatiz en la importancia del com-plejidad es el reto actual de las ciencias sociales. promiso colectivo, la comunidad gestante, revisando la praxis colonizada de los cien-

    Hoy se hace necesario recuperar la mejor tradicin terico - epistemolgica de tficos y sus mtricas. Debe pensarse a la dimensin Sur como una visin alternativa,nuestras sociedades. Desde su origen, hace ms de dos siglos, el pensamiento lati- anteponiendo lo real gregario al individualismo y la fragmentacin.

    noamericano contribuy al pensamiento universal abriendo un campo de reflexin En esta bsqueda comn resulta sustancial avanzar en los estudios crticos so-poscolonial. Sus tempranos aportes - momentos despus del triunfo de la revolucin bre la colonialidad del poder y del saber. El pensamiento latinoamericano, desde lo

    francesa- sentaron las bases y se anticiparon a la crtica a la colonialidad del poder, de poscolonial, es una crtica raigal al etnocentrismo y una revisin de las categoras,los saberes y de la modernidad concebida como razn instrumental de un modelo conceptos y lgicas instrumentales para pensar al mundo de la modernidad. La teo-

    civilizatorio que hoy colapsa, basado en la lgica de la acumulacin capitalista, de sus ra de la colonialidad no slo es una forma de produccin de conocimiento, sino demegaempresas y de la destruccin planetaria. realidad, una teora de la praxis y una praxis de la teora. Esta perspectiva epistmica,

    Desde principios del siglo XIX, Amrica Latina y Caribe aportaron al pensamien- con develamiento del marco epistmico que subyace a la produccin cientfica y cul-to universal el ejercicio crtico y la lucha por una praxis intelectual con autonoma. tural, permite comprender a Amrica Latina y el Caribe y su utopa AbyaYala como

    Concebido desde el Sur, el pensamiento latinoamericano estuvo ntimamente ligado una nocin Sur ms all de la configuraciones geogrficas para abarcar frica y Asiacomo el Sur social en el Norte.

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    As se ensaya una accin intelectual y social con una perspectiva renovadora para versalmente como la convergencia de la crtica y la accin de emancipacin de lasuperar la coaccin que ejerce de la racionalidad instrumental impuesta en la mo- condicin subalterna y la pluralidad a condicin de inclusin. Asimismo, la desterri-dernidad y todas sus violencias, como por sus lmites histricos lanzados a la de- torializacin del Sur como teora y como realidad compele al pensamiento crtico apredacin planetaria y la necesidad de resignificar el principio de igualdad para los resignificar la idea de Sur, incorporando, con actitud inclusiva, territorios y socieda-pueblos del Sur en el Sur y del Sur en el Norte. La igualdad definida en los mrgenes des frecuentemente marginados en la teora social, superando la separacin entrede la baja modernidad, slo puede ser superada por medio de la accin de los movi- Amrica Latina y el Caribe, por ejemplo. Estas tareas penden y son una muestra de losmientos intelectuales y sociales en lucha emancipatoria y liberadora de toda forma retos que habremos de enfrentar para construir puentes y pensar en una verdadera

    de opresin, colonialidad y poder, sus lgicas y hegemona. integracin desde y con los pensadores Sur.Es importante destacar que el contexto actual de la teora y las Ciencias Socia-les ha cambiado en las ltimas dcadas y por lo tanto, sus prioridades temticas. Lavasta produccin terica y de las Ciencias Sociales de los sesenta/setenta tena un

    Quines sern los destinatarios de esta convocatoria? fuerte vnculo con los movimientos de cambio de la poca y, por lo tanto, la prioridadacadmica de las ciencias y los cientficos sociales latinoamericanos es repensar este

    La importancia del pensamiento crtico para pensar nuestras realidades deber vnculo como as respecto de las integraciones regionales y sus sujetos polticos.traducirse en la construccin de una teora crtica de la identidad que someta a juicio De all que la imaginacin sociolgica de entonces y el reto actual de las Cienciascrtico categoras y concepciones etnocntricas del mundo y de construccin carto- Sociales supone incluir el pensamiento producido a partir para y con las necesidadesgrfica mundial. recprocas academia y sociedad, academia y movimientos de resistencia y cambio,

    El binomio Sur/Norte no es homogneo. La idea de Sur no es territorial ni geogr- as como la re-visin sobre qu hacer.fica y por lo tanto, los esfuerzos emancipatorios por integrarnos debern compren- Habr que profundizar entonces sobre lo descolonial y lo postcolonial tomandoder a sectores, clases, grupos y sujetos que sufren igualmente la opresin, ubicados en cuenta la matriz violenta de la dominacin imperial y las luchas anticoloniales,

    en otras latitudes, incluyendo el mundo del llamado Norte geogrfico. lo que implica una revisin crtica de la historia de nuestra insercin subalterna enLa produccin de conocimiento no puede sustraerse de la prctica poltica, la pra- el mundo, incluyendo el fenmeno mestizo, pues la frontera Norte/Sur adems que

    xis intelectual rene estos significados en s, explicitarlos no tiene otro motivo que una construccin terica, es una divisin histrica ligada al ejercicio del dominio.desmitificar los alcances sociales que toda produccin cientfica, intelectual y cultural El pensamiento crtico, por definicin, es una praxis liberadora, de all la nece-contienen, como el propio binomio poder-saber. Hay una lgica de produccin de sidad de construir una teora y una prctica para descolonizar el saber y contribuirconocimiento (colonial) de la que no escapamos. La lucha por la descolonizacin del a descolonizar el poder considerando a los trabajadores universales sometidos apoder y los saberes requiere un ejercicio cotidiano de autoevaluacin de nuestras regmenes de explotacin. La transformacin ser posible -quizs- alentando unprcticas, reconociendo que el artefacto Norte/Sur tambin existe y se reproduce en proyecto global de cambio que considere a los productores de bienes materiales eel mundo de los intelectuales latinoamericanos crticos. intelectuales al unsono y se apoye en la coproduccin de saberes y prcticas.

    El pensamiento crtico debe incluir temas como el ambiental, y la incidencia del La agenda para ese Sur deber considerar futuros descolonizados y alternativos.progreso y el avance tecnolgico, que conllevan graves impactos sobrela natura- La tarea es pensar en comn proyectos emancipatorios, sosteniendo la condicinleza como expresin de la morfologa del capitalismo y sus contradicciones: como dialgica y la accin directa y presencial de los sujetos, como desde la accin poltica

    contradicciones entre capital-trabajo y capital-naturaleza. y los espacios culturales.Est emergiendo una nueva forma de Ser y Hacer Social, puesta en juego de ver- La lucha por la descolonizacin de saberes incluye la lucha para controlar la mer-dad. cantilizacin del conocimiento, la defensa del acceso universal y gratuidad de la edu-

    A su vez, los conflictos actuales en el mundo obligan a profundizar conceptos. cacin, as como el financiamiento estatal de las universidades pblicas, la libre acce-Los logros alcanzados -por ejemplo- en el tema de la interculturalidad no se corres- sibilidad a la informacin y a sus medios y el derecho universal a la creacin cientficaponden con los avances por descolonizar el poder. El Sur puede ser pensado uni- y cultural.

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    BIEN VIVIR: ENTRE EL DESARROLLO Y LA DES/El pensamiento del Sur, fincado en la bsqueda de la emancipacin concibe a la

    libertad como un acto colectivo. Se precisa cambiar nuestra cosmovisin del mundo:pensar al Sur para y con el Sur y el orbe. Construir una praxis que incluya de maneraunvoca el nosotros, conocimiento y colectivo.

    Al concepto de raza superior, que es una construccin excluyente, dominante,de la modernidad occidental, habr de contraponerle el ser universal, entre pares.Pensar epistemolgicamente desde otro paradigma, pensar en nuevas formas para

    producir conocimiento implica un cambio en la mentalidad y prctica de su produc-cin; que supere la dicotoma entre sujeto y objeto de investigacin y se apoye en lacoproduccin, en la investigacin y la accin colectiva.

    La fuerza intelectual del pensamiento crtico radic siempre en su proyecto basa-do en la defensa de la vida, hecho por el cual muchos intelectuales fueron vctimas, aquienes prestamos memoria y testimonio. El proyecto de la modernidad etnocntri-ca y su idea de progreso, ciencia e igualdad basada en la dominacin colonial, fracasy con l un modelo de civilizatorio bajo esta bases productivas y reproductivas. El daen que se lo reconozca como dimensin de pensamiento social, se sentarn las basespara la construccin de puentes dialgicos con una mirada desde el Sur, es decir des-de una nueva opcin epistemolgica donde todas todos tendremos un lugar basadoen la libertad, la justicia, en un mundo igualitario, equitativo solidario y colectivo.

    Conclusiones:

    Las conclusiones pusieron el acento en la elaboracin de una agenda de trabajopara el corto y mediano plazo, que considere:

    Ampliar la convocatoria y consolidar el Foro Sur-Sur, incluyendoa pensadores interesados, as como a actores de los diferentescontinentes.

    Crear Foros de reflexin, ctedras y grupos de investigacin alrededorde lneas y temticas globales, regionales y subregionales, de interscomn.

    Promover en las universidades, la reforma de planes y programas deestudio en Sociologa y Ciencias Sociales, incluyendo la agenda delForo Sur-Sur, as como la inclusin de la obra de pensadores crticos delmundo, en especial de Amrica Latina, Asia y frica.

    COLONIALIDAD DEL PODER *

    Anbal Quijano

    Lo que aqu propongo es abrir una cuestin crucial de nuestro crucial perodo his-trico: Bien Vivir(1), para ser una realizacin histrica efectiva, no puede ser sino uncomplejo de prcticas sociales orientadas a la produccin y a la reproduccin demo-

    crticas de una sociedad democrtica, un otro modo de existencia social, con su pro-pio y especfico horizonte histrico de sentido, radicalmente alternativos a la Colonia-lidad Global del Poder y a la Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada (2). Este patrn depoder es hoy an mundialmente hegemnico, pero tambin en su momento de ms

    1Bien Vivir y Buen Vivir, son los trminos ms difundidos en el debate del nuevo movimiento de lasociedad, sobre todo de la poblacin indigenizada en Amrica Latina, hacia una existencia social diferentede la que nos ha impuesto la Colonialidad del Poder. Bien Vivir es, probablemente, la formulacin msantigua en la resistencia indgena contra la Colonialidad d el Poder. Fue, notablemente, acuada en elVirreynato del Per, por nada menos que Guamn Poma de Ayala, aproximadamente en 1615, en su NUEVACORONICA Y BUEN GOBIERNO. Carolina Ortiz Fernndez es la primera en haber llamado la atencin sobreese histrico hecho: Felipe Guaman Poma de Ayala, Clorinda Matto, Trinidad Henrquez y la teora crtica. Suslegados a la teora social contempornea, En YUYAYKUSUN, Nro. 2.Universidad Ricardo Palma, diciembre2009, Lima, Per. Las diferencias pueden no ser lingsticas solamente, sino, ms bien, conceptuales. Sernecesario deslindar las alternativas, tanto en el Espaol latinoamericano, como en las variantes principales

    del Quechua en Amrica del Sur y en el Aymara. En el Quechua del Norte del Per y en Ecuador, se diceAllin Kghaway (Bien Vivir) o Allin Kghawana (Buena Manera de Vivir) y en el Quechua del Sur y en Bolivia sesuele decir Sumac Kawsay y se traduce en Espaol como Buen Vivir. Pero Sumac significa bonito, lindo,hermoso, en el Norte del Per y en Ecuador. As, por ejemplo, Imma Sumac ( Qu Hermosa), es el nombreartstico de una famosa cantante peruana. Sumac Kawsay se traducira como Vivir Bonito Inclusive, nofaltan desavisados eurocentristas que pretenden hacer de Sumac lo mismo que Suma y proponen decirSuma Kawsay,

    2La teora de la Colonialidad del Poder, o Colonialidad del Poder Global, y del Eurocentrismo o Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada, como su especfico horizonte histrico de sentido, fue originalmente propuestaen mis textos desde comienzos de la dcada final de l Siglo XX. Para los fines del actual debate, puede sertil mencionar los principales. Colonialidad y Modernidad/Racionalidad, originalmente publicado en PERUINDIGENA, Vol.13, No. 29, Lima 1991; Americanity as a Concept or the Americas in the Modern World-System,publicado en co-autora con Immanuel Wallerstein en International Social Science Journal, No. 134, Nov.1992, UNESCO/BLACKWEL, pp. 549-557, Paris, Francia; Amrica Latina en la Economa Mundial, publicado enPROBLEMAS DEL DESARROLLO, Instituto de Investigaciones Econmicas, UNAM, vol. XXIV, No. 95, octubre-diciembre 1993, Mxico; Raza, Etnia y Nacin: Cuestiones Abiertas. En JOSE CARLOS MARIATEGUI Y EUROPA.Ed. Amauta, 1993, pp. 167-188. Lima, Per Colonialit du Pouvoir et Democratie en Amerique Latine, enFUTURE ANTERIEUR: AMRIQUE LATINE, DEMOCRATIE ET EXCLUSION. LHarmattan,1994. Paris, Francia;

    Colonialidad, Poder, Cultura y Conocimiento en Amrica Latina. En Lima, ANUARIO MARIATEGUIANO, 1998,vol. IX, No. 9, pp.113-122. Per; Qu Tal Raza!. En: FAMILIA Y CAMBIO SOCIAL. CECOSAM, ed. 1998. Lima, Per;Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y Amrica Latina, en Edgardo Lander, comp. COLONIALIDAD DELSABER, EUROCENTRISMO Y CIENCIAS SOCIALES, UNESCO-CLACSO 2000, pp. 201ss; Colonialidad del Podery Clasificacin Social, originalmente en FESTSCHRIFT FOR IMMANUEL WALLERSTEIN. En Journal of WorldSystems Research, vol. VI, No. 2, Fall/Winter 2000, pp.342-388. Special Issue. Giovanni Arrighi and WalterL.Goldfrank, eds. Colorado, USA. Colonialidad del Poder, Globalizacin y Democracia. Versin revisadaen SAN MARCOS, Segunda Epoca, No. 25, Julio 2006, pp. 51-104, Universidad de San Marcos, Lima, Per.

    Actualmente se desarrolla un debate mundial sobre la teora.

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    profunda y raigal crisis desde su constitucin hace poco ms de quinientos aos. Enestas condiciones, Bien Vivir, hoy, solo puede tener sentido como una existencia socialalternativa, como una Des/Colonialidad del Poder.

    DESARROLLO, UNA PARADOJA EUROCENTRICA:MODERNIDAD SIN DES/COLONIALIDAD.

    Desarrollo fue, sobre todo en el debate latinoamericano, el trmino clave de undiscurso poltico asociado a un elusivo proyecto de desconcentracin y redistribucinrelativas del control del capital industrial, en la nueva geografa que se configuraba enel Capitalismo Colonial-Moderno Global, al trmino de la Segunda Guerra Mundial.

    En un primer momento, ese fue un discurso virtualmente oficial. Sin embargo,pronto dio lugar a complejas y contradictorias cuestiones que produjeron un rico e in-tenso debate, con reverberacin mundial, como clara expresin de la magnitud y de laprofundidad de los conflictos de inters poltico-social implicados en toda esa nuevageografa de poder y en Amrica Latina en particular. As fue producida una extensafamilia de categoras (principalmente, desarrollo, subdesarrollo, modernizacin, mar-ginalidad, participacin, de un lado, e imperialismo, dependencia, marginalizacin,revolucin, en la vertiente opuesta) que se fue desplegando en estrecha relacin conlos conflictivos y violentos movimientos de la sociedad, que llevaron sea a procesos

    inconducentes o a cambios relativamente importantes, pero inacabados, en la distri-bucin de poder (3)

    De modo breve, se podra decir que en Amrica Latina el resultado principal fue laremocin del Estado Oligrquico y de algunas de sus instancias en la existencia socialde la poblacin de estos pases. Pero ni su dependencia histrico/estructural en la Co-lonialidad Global de Poder, ni los modos de explotacin y de dominacin inherentesa este patrn de poder, fueron erradicados o alterados suficientemente como paradar lugar a una produccin y gestin democrticas del Estado, ni de los recursos deproduccin, ni de la distribucin y apropiacin del producto. Ni el debate logr, a pe-sar de su intensidad, liberarse de la hegemona del Eurocentrismo. En otros trminos,esos cambios no llevaron al desarrollo. De otro modo no podra entenderse porquel trmino reaparece siempre, ahora por ejemplo, como fantasma de un inconcluso

    pasado (

    4

    )

    3Los nombres de Ral Prebisch, Celso Furtado, Anbal Pinto, Fernando Henrique Cardoso-Enzo Faletto,Andrew Gunder Frank, Rui Mauro Marini, Theotonio Dos Santos, Jos Nun, entre los muchos que tomaronparte en dicho debate, son probablemente familiares a la generalidad de los lectores. Y hay, por supuestodisponible, a ese respecto, una extensa literatura.

    4Ver de Anbal Quijano: El Fantasma del Desarrollo en Amrica Latina. En Revista Venezolana de Economa y

    LA COLONIALIDAD GLOBAL DEL PODER Y EL FANTASMA DEL ESTADO/NACION

    La hegemona del Eurocentrismo en el debate llevaba en Amrica Latina a plan-tearse el desarrollo en relacin al Estado/Nacin. Pero, en el contexto de la Colonia-lidad Global del Poder, esa perspectiva era histricamente inconducente. Ms an,precisamente cuando despus de la IIa. Guerra Mundial, este patrn de poder ingre-saba a escala global, en un prolongado perodo de cambios decisivos que aqu es tilsumarizar:

    1. El capital industrial comenz a vincularse estructuralmente con lo queentonces fue denominada como revolucin cientfico-tecnolgica.Esa relacin implicaba, de una parte, la reduccin de las necesidadesde fuerza de trabajo viva e individual y, en consecuencia, del empleoasalariado como estructuralmente inherente al capital en su nuevoperodo. El desempleo dejaba de ser un problema coyuntural o cclico.Desempleo estructural fueron los trminos posteriormente acuadosentre los economistas convencionales para significar ese proceso.

    2. Esas tendencias de cambio de las relaciones entre capital y trabajo,implicaron la ampliacin del margen de acumulacin especulativa,tambin como tendencia estructural y no solamente cclica, y llevaron a

    la dominacin progresiva de la financiarizacin estructural. As se fueconfigurando un nuevo capital industrial/financiero, que pronto tuvouna relativamente rpida expansin mundial.

    3. Un proceso de tecnocratizacin/instrumentalizacin de la subjetividad,del imaginario, de todo el horizonte de sentido histrico especfico de laColonial/Modernidad/Eurocentrada. Se trata, en rigor, de un proceso decreciente abandono de las promesas iniciales de la llamada racionalidadmoderna y, en ese sentido, de un cambio profundo de la perspectivatico/poltica de la eurocntrica versin original de la colonialidad/modernidad. Esta no dej de ser, no obstante su nuevo carcter,atractiva y persuasiva, aunque tornndose cada vez ms paradgica yambivalente, histricamente imposible en definitiva.

    4. El desarrollo y la expansin del nuevo capital industrial/financiero, junto

    Ciencias Sociales, 2/2000, pp.73-91, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela. Del mismo autor OsFantasmas da America Latina, en Adauto Novais, org. Oito Visoes da America Latina. SENAC, pp. 49-87, SaoPaulo, 2006, Brasil.

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    con la derrota de los grupos nazi/fascistas de la burguesa mundial, enla disputa por la hegemona del capitalismo durante la Segunda GuerraMundial, facilitaron la desintegracin del colonialismo europeo en Asia yAfrica, y, al mismo tiempo, la prosperidad de las burguesas, de las capasmedias, inclusive de sectores importantes de los trabajadores explotados, delos pases euro/americanos.

    5. La consolidacin del despotismo burocrtico (rebautizado de socialismorealmente existente) y su rpida expansin dentro y fuera de Europa,ocurri dentro de ese mismo cauce histrico. Dicho modo de dominacinfue siendo afectado, cada vez ms profunda e insanablemente, poresa corriente tecnocrtica e instrumental de la racionalidad colonial/moderna.

    6. En ese contexto, la hegemona de esa versin de la modernidad operaba como el ms poderoso mecanismo de dominacin de la subjetividad,tanto por parte de la burguesa mundial como de la desptica

    burocracia del llamado campo socialista. De ese modo, no obstantesus rivalidades, ambos modos de dominacin/explotacin/conflicto,confluyeron en su antagonismo represivo a los nuevos movimientosde la sociedad, en particular en torno de la tica social respecto del

    trabajo, del gnero, de la subjetividad y de la autoridad colectiva.Sera ms difcil explicar de otro modo, la exitosa alianza de ambos modosde dominacin para derrotar (sea en Paris, Nueva York, Berln, Roma,Jakarta, Tlatelolco, o en Shanghai y Praga), a los movimientos, juvenilessobre todo, que entre fines de los 60s y comienzos de los 70s del SigloXX, luchaban, minoritariamente pero en todo el mundo, entonces ya nosolamente contra la explotacin del trabajo y contra el colonialismo yel imperialismo, contra las guerras colonial-imperiales (en ese perodo,Vietnam era el caso emblemtico), sino tambin contra la tica social delproductivismo y del consumismo; contra el pragmtico autoritarismoburgus y burocrtico; contra la dominacin de raza y de gnero;contra la represin de las formas no convencionales de sexualidad; contrael reduccionismo tecnocrtico de la racionalidad instrumental y por una

    nueva tesitura esttica/tica/poltica. Pugnando, en consecuencia, porun horizonte de sentido histrico radicalmente distinto que el implicadoen la Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada.

    7. Al mismo tiempo, emerga un nuevo patrn de conflicto. En primer

    trmino, la deslegitimacin de todo sistema de dominacin montadosobre el eje raza/gnero/etnicidad. La tendencia comenz ya desdefines de la Segunda Guerra Mundial, como resultado de la revulsa mundialrespecto de las atrocidades del nazismo y del autoritarismo militarjapons. El racismo/sexismo/etnicismo de dichos regmenes despticosno solo quedaba, por lo tanto, derrotado en la guerra, sino tambin y nomenos, convertido en referencia deslegitimatoria de la racializacin, delpatriarcado, del etnicismo y del autoritarismo militarista en las relaciones

    de poder. Pero fue sobre todo durante la dcada de los aos 60 del sigloXX que el gran debate sobre la raza y sobre el genero pudieron cobrarun nuevo y definitivo relieve, anunciando el gran conflicto mundial actualen torno del control de los respectivos mbitos de prctica social.

    8. 8. Por todo eso, no obstante la derrota de los movimientos antiautoritariosy antiburocrticos, y de la secuente imposicin de la globalizacin delnuevo Capitalismo Colonial Global, la simiente de un horizonte histriconuevo pudo sobrevivir entre la nueva heterogeneidad histrico/estructural del imaginario mundial, y germina ahora como uno de lossignos mayores de la propuesta de Bien Vivir.

    EL NUEVO PERIODO HISTORICO:LA CRISIS RAIGAL DE LA COLONIALIDAD GLOBAL DEL PODER

    El desarrollo de aquellas nuevas tendencias histricas del Capital Industrial-Finan-ciero, llev a ese prolongado perodo de auge y de cambios a culminar con la explo-sin de una crisis raigal en el patrn de poder como tal, la Colonialidad Global delPoder, en su conjunto y en sus elementos raigales, desde la segunda mitad de 1973.

    Con esa crisis, el mundo ha ingresado en un nuevo perodo histrico, cuyos proce-sos especficos tienen profundidad, magnitud e implicaciones equivalentes, aunquecon un casi inverso signo, a los del perodo que denominamos como Revolucin In -dustrial/Burguesa. Los trminos neoliberalismo, globalizacin y postmodernidad(que aqu no podran ser discutidos detenidamente) (5), presentan con razonable efica-

    5Mi contribucin al debate de esas cuestiones, principalmente en: Modernidad, Identidad y Utopa enAmrica Latina. Ed. SOCIEDAD Y POLITICA, Lima 1988; Colonialidad del Poder, Globalizacin y Democracia,originalmente en TENDENCIAS BASICAS DE NUESTRA ERA. Instituto de Estudios Internacionales PedroGual., 2001. Caracas, Venezuela. Una versin revisada, en SAN MARCOS, No. 25, Julio 2006, revista dela Universidad de San Marcos, Lima, Per; Entre la Guerra Santa y la Cruzada, originalmente en AMERICALATINA EN MOVIMIENTO, No. 341, octubre 2001. Quito, Ecuador; El Trabajo al Final del Siglo XX, originalmente

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    cia, no obstante todas sus ambivalencias y complejidades, el carcter y las tendenciasmayores del nuevo perodo.

    Lo primero consiste, bsicamente, en la imposicin definitiva del nuevo capital fi-nanciero en el control del capitalismo global colonial/moderno. En un sentido preciso,se trata de la imposicin mundial de la desocupacin estructural, plenamente trama -da con la financiarizacin estructural. Lo segundo, en la imposicin de esa definidatrama sobre todos los pases y sobre toda la poblacin humana, inicialmente en Am-rica Latina, con la sangrienta dictadura del General Pinochet en Chile, y despus por

    la poltica de los gobiernos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan en Inglaterra y enEstados Unidos, respectivamente, con el respaldo y/o la sumisin de todos los demspases.

    Esa imposicin produjo la dispersin social de los trabajadores explotados y la des-integracin de sus principales instituciones sociales y polticas (sindicatos, sobre todo);la derrota y desintegracin del llamado campo socialista, y de virtualmente todos losregmenes, movimientos y organizaciones polticas que le estaban vinculados. Chi-na, y despus Vietnam, optaron por ser miembros del nuevo capitalismo realmenteexistente, industrial-financiero y globalizado, bajo un despotismo burocrtico recon-figurado como socio de las mayores corporaciones financieras globales y del BloqueImperial Global (6).

    En fin, postmodernidad denomina, no del todo inapropiadamente, la imposicindefinitiva de la tecnocratizacin/instrumentalizacin de la hasta entonces conocida

    como la racionalidad moderna. Esto es, de la Colonialidad/Modernidad/Eurocentra-da.

    Estamos, pues, inmersos en un proceso de completa reconfiguracin de la Colonia-lidad Global del Poder, del patrn de poder hegemnico en el planeta. Se trata, en pri-mer trmino, de la aceleracin y profundizacin de una tendencia de re-concentracindel control del poder.

    Las tendencias centrales de dicho proceso consisten, en un apretado recuento, en:

    1. la re-privatizacin de los espacios pblicos, del Estado en primer trmino;

    2. la reconcentracin del control del trabajo, de los recursos de producciny de la produccin/distribucin;

    en PENSE SOCIALE CRITIQUE POUR LE XXI SICLE, Melanges en lhonneur de Samir Amin. Forum duTiers- Monde, LHarmattan 2003, pp.131-149, Paris, France; y Paradojas de la Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada, en HUESO HUMERO, No. 53, abril 2009, pp. 30-59. Lima, Per.

    6Sobre el concepto de Bloque Imperial Global, remito a Colonialidad del Poder, Globalizacin y Democracia, yacitado.

    3. la polarizacin social extrema y creciente de la poblacin mundial;

    4. la exacerbacin de la explotacin de la naturaleza;

    5. la hiperfetichizacin del mercado, ms que de la mercanca;

    6. la manipulacin y control de los recursos tecnolgicos de comunicaciny de transporte para la imposicin global de la tecnocratizacin/instrumentalizacin de la colonialidad/modernidad;

    7. la mercantizacin de la subjetividad y de la experiencia de vida de losindividuos, principalmente de las mujeres;

    8. la exacerbacin universal de la dispersin individualista de las personasy de la conducta egosta transvestida de libertad individual, lo que en laprctica equivale a la universalizacin del sueo americano pervertidoen la pesadilla de brutal persecucin individual de riqueza y de podercontra los dems;

    9. la fundamentalizacin de las ideologas religiosas y de suscorrespondientes ticas sociales, lo que re-legitima el control de losprincipales mbitos de la existencia social;

    10. el uso creciente de las llamadas industrias culturales (sobre todode imgenes, cine, tv, video, etc) para la produccin industrial de unimaginario de terror y de mistificacin de la experiencia, de modo delegitimar la fundamentalizacin de las ideologas y la violencia represiva.

    LA EXPLOTACION DE LA NATURALEZAY LA CRISIS DE LA COLONIALIDAD GLOBAL DEL PODER.

    Aunque aqu de manera apenas alusiva, no sera pertinente dejar de sealar queuno de los elementos fundantes de la Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada es elnuevo y radical dualismo cartesiano, que separa la razn y la naturaleza (7). De all,una de las ideas/imgenes ms caractersticas del Eurocentrismo, en cualquiera de sus

    7Un debate ms detenido puede ser encontrado en Colonialidad del Poder y Clasificacin Social,originalmente en FESTSCHRIFT FOR IMMANUEL WALLERSTEIN. En Journal of World- Systems Research, vol.VI, No. 2, Fall/Winter 2000, pp.342-388. Special Issue. Giovanni Arrighi and Walter L. Goldfrank, eds. Colorado,USA.

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    vertientes: la explotacin de la naturaleza como algo que no requiere justificacin llevando a la resistencia misma a configurar un nuevo patrn de conflicto. La resisten-alguna y que se expresa cabalmente en la tica productivista engendrada junto con cia tiende a desarrollarse como un modo de produccin de un nuevo sentido de lala revolucin industrial. No es en absoluto difcil percibir la inherente presencia de existencia social, de la vida misma, precisamente porque la vasta poblacin implicadala idea de raza como parte de la naturaleza, como explicacin y justificacin de la percibe, con intensidad creciente, que lo que est en juego ahora no es slo su pobre-explotacin de las razas inferiores. za, como su sempiterna experiencia, sino, nada menos que su propia sobrevivencia. Tal

    Es al amparo de esa mistificacin metafsica de las relaciones humanas con el resto descubrimiento entraa, necesariamente, que no se puede defender la vida humanadel universo, que los grupos dominantes del homo sapiens en la Colonialidad Global en la tierra sin defender, al mismo tiempo, en el mismo movimiento, las condicionesdel Poder, en especial desde la revolucin industrial, han llevado a la especie a im- de la vida misma en esta tierra.

    poner su hegemona explotativa sobre las dems especies animales y una conducta De ese modo, la defensa de la vida humana, y de las condiciones de vida en elpredatoria sobre los dems elementos existentes en este planeta. Y, sobre esa base, el planeta, se va constituyendo en el sentido nuevo de las luchas de resistencia de la in-Capitalismo Colonial/Global practica una conducta cada vez ms feroz y predatoria, mensa mayora de la poblacin mundial. Y sin subvertir y desintegrar la Colonialidadque termina poniendo en riesgo no solamente la sobrevivencia de la especie entera Global del Poder y su Capitalismo Colonial/Global hoy en su ms predatorio perodo,en el planeta, sino la continuidad y la reproduccin de las condiciones de vida, de toda esas luchas no podran avanzar hacia la produccin de un sentido histrico alternativovida, en la tierra. Bajo su imposicin, hoy estamos matndonos entre nosotros y des- al de la Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada.truyendo nuestro comn hogar.

    Desde esta perspectiva, el llamado calentamiento global del clima en la tierra,o crisis climtica, lejos de ser un fenmeno natural, que ocurre en algo que llama - DES/COLONIALIDAD DEL PODER COMO CONTINUAmos naturaleza y separado de nosotros como miembros de la especie animal Homo PRODUCCION DEMOCRATICA DE LA EXISTENCIA SOCIAL.Sapiens, es el resultado de la exacerbacin de aquella desorientacin global de la es-pecie sobre la tierra, impuesta por las tendencias predatorias del nuevo Capitalismo Ese nuevo horizonte de sentido histrico, la defensa de las condiciones de su pro-Industrial/Financiero dentro de la Colonialidad Global del Poder. En otros trminos, es pia vida y de las dems en este planeta, ya est planteado en las luchas y prcticas so-

    una de las expresiones centrales de la crisis raigal de este especfico patrn de poder. ciales alternativas de la especie. En consecuencia, en contra de toda forma de domina-cin/explotacin en la existencia social. Es decir, una Des/Colonialidad del Poder comopunto de partida, y la autoproduccin y reproduccin democrticas de la existencia

    LA NUEVA RESISTENCIA: HACIA LA DES/COLONIALIDAD DEL PODER social, como eje continuo de orientacin de las prcticas sociales.Es en este contexto histrico donde hay que ubicar, necesariamente, todo debate

    Desde fines del Siglo XX, una proporcin creciente de las vctimas de dicho patrn y toda elaboracin acerca de la propuesta de Bien Vivir. Por consiguiente, se trata, antede poder, ha comenzado a resistir a esas tendencias, en virtualmente todo el mun- todo, de admitirla como una cuestin abierta, no solamente en el debate, sino en lado. Los dominadores, los funcionarios del capital, sea como dueos de las grandes prctica social cotidiana de las poblaciones que decidan urdir y habitar histricamentecorporaciones financieras o como gobernantes de regmenes desptico-burocrticos, en esa nueva existencia social posible.responden con violentas represiones, ahora no slo dentro de las fronteras convencio- Para desarrollarse y consolidarse, la Des/Colonialidad del poder implicara prcti-nales de sus propios pases, sino a travs o por encima de ellas, desarrollando una ten- cas sociales configuradas por:dencia a la re-colonizacin global, usando los ms sofisticados recursos tecnolgicosque permiten matar ms gente, ms rpido, con menos costo. a) la igualdad social de individuos heterogneos y diversos, contra la

    Dadas esas condiciones, en la crisis de la Colonialidad Global del Poder y, en espe- desigualizante clasificacin e identificacin racial/sexual/social de lacial, de la Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada, la exacerbacin de la conflictividad poblacin mundial;y de la violencia se ha establecido como una tendencia estructural globalizada.

    Tal exacerbacin de la conflictividad, de los fundamentalismos, de la violencia, b) por consiguiente, las diferencias, ni las identidades, no seran ms la

    aparejadas a la creciente y extrema polarizacin social de la poblacin del mundo, va fuente o el argumento de la desigualdad social de los individuos;

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    c) las agrupaciones, pertenencias y/o identidades seran el producto delas decisiones libres y autnomas de individuos libres y autnomos;

    d) la reciprocidad entre grupos y/o individuos socialmente iguales, en laorganizacin del trabajo y en la distribucin de los productos;

    e) la redistribucin igualitaria de los recursos y productos, tangibles eintangibles, del mundo, entre la poblacin mundial;

    f ) la tendencia de asociacin comunal de la poblacin mundial, en escalalocal, regional, o globalmente, como el modo de produccin y gestindirectas de la autoridad colectiva y, en ese preciso sentido, como elmas eficaz mecanismo de distribucin y redistribucin de derechos,obligaciones, responsabilidades, recursos, productos, entre los gruposy sus individuos, en cada mbito de la existencia social, sexo, trabajo,subjetividad, autoridad colectiva y co-responsabilidad en las relacionescon los dems seres vivos y otras entidades del planeta o del universoentero.

    LOS INDIGENAS DEL SUR GLOBAL Y LA PROPUESTA DE BIEN VIVIR:

    CUESTIONES PENDIENTES.

    No es por accidente histrico que el debate sobre la Colonialidad del Poder y sobre laColonialidad/Modernidad/Eurocentrada, haya sido producido, en primer trmino,desde Amrica Latina. As como no lo es que la propuesta de Bien Vivir provenga, enprimer trmino, del nuevo movimiento de los indgenas latinoamericanos.

    Amrica Latina es el mundo constituido en las Indias Accidentales (irnica refe -rencia a la divulgada idea de Indias Occidentales) (8). Por eso, como el espacio original y eltiempo inaugural de un nuevo mundo histrico y de un nuevo patrn de poder, el dela Colonialidad Global del Poder. Y, as mismo, como el espacio/tiempo original einaugural de la primera indigenizacin de los sobrevivientes del genocidio coloni-zador, como la primera poblacin del mundo sometida a la racializacin de su nuevaidentidad y de su lugar dominado en el nuevo patrn de poder.

    Amrica Latina y la poblacin indgena ocupan, pues, un lugar basal, fundante, enla constitucin y en la historia de la Colonialidad del Poder. De all, su actual lugar y pa-

    8Robert Finley: Las Indias Accidentales. Ed. Barataria, 2003. Espaa.

    pel en la subversin epistmica/terica/histrica/sttica/tica/poltica de este patrnde poder en crisis, implicada en las propuestas de Des/Colonialidad Global del Poder y delBien Vivir como una existencia social alternativa.

    Empero, si bien Amrica, y en particular Amrica Latina, fue la primera nueva iden-tidad histrica de la Colonialidad del Poder y sus poblaciones colonizadas los primerosindgenas del mundo, desde el Siglo XVIII todo el resto del territorio del planeta,con todas sus poblaciones, fue conquistado por Europa Occidental. Y tales poblacio-nes, la inmensa mayora de la poblacin mundial, fueron colonizadas, racializadas y, en

    consecuencia, indigenizadas. Su actual emergencia no consiste, pues, en otro mo-vimiento social ms. Se trata de todo un movimiento de la sociedad cuyo desarrollopodra llevar a la Des/Colonialidad Global del Poder, esto es a otra existencia social,liberada de dominacin/explotacin/violencia.

    La crisis de la Colonialidad Global del Poder y el debate y la lucha por su Des/Colonialidad, han mostrado a plena luz que la relacin social de dominacin/explo-tacin fundadas en torno de la idea de raza, es un producto de la historia del podery de ninguna cartesiana naturaleza. Pero tambin hacen patente la extrema hetero-geneidad histrica de esa poblacin indigenizada, primero en su historia previa a lacolonizacin europea; segundo, en la que se ha producido por las experiencias bajola Colonialidad del Poder, durante casi medio millar de aos y, finalmente, por la queest siendo ahora producida en el nuevo movimiento de la sociedad hacia la Des/Colonialidad del Poder.

    No tendra sentido esperar que esa histricamente heterognea poblacin, quecompone la abrumadoramente inmensa mayora de la poblacin del mundo, hayaproducido o cobijado un imaginario histrico homogneo, uni-versal, como alternati-va a la Colonialidad Global del Poder. Eso no podra ser concebible inclusive tomandoen cuenta exclusivamente Amrica Latina, o Amrica en su conjunto.

    De hecho, todas esas poblaciones, sin excepcin, provienen de experiencias hist-ricas de poder. Hasta donde sabemos, el poder parece haber sido, en toda la historiaconocida, no solamente un fenmeno de todas las existencias sociales de larga du-racin, sino, ms an, la principal motivacin de la conducta histrica colectiva de laespecie. Tales experiencias de poder sin duda son distintas entre s y respecto de laColonialidad del Poder, no obstante posibles comunes experiencias de colonizacin.

    Sin embargo, las poblaciones indigenizadas bajo la dominacin colonial, primeroen Amrica bajo Iberia, y ms tarde en todo el mundo bajo Europa Occidental, noslo han compartido en comn, universalmente, las perversas formas de dominacin/explotacin impuestas con la Colonialidad Global del Poder. Tambin, paradojal peroefectivamente, en la resistencia contra ellas han llegado a compartir comunes aspira-ciones histricas contra la dominacin, la explotacin, la discriminacin: la igualdadsocial de individuos heterogneos, la libertad de pensamiento y de expresin de todos

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    esos individuos, la redistribucin igualitaria de recursos, as como del control igualita-rio de todos ellos, sobre todos los mbitos centrales de la existencia social.

    Por todo eso, en la indigenidad histrica de las poblaciones vctimas de la Co -lonialidad Global del Poder, no alienta solamente la herencia del pasado, sino todoel aprendizaje de la resistencia histrica de tan largo plazo. Estamos, por eso, cami-nando en la emergencia de una id-entidad histrica nueva, histrico/estructuralmenteheterognea como todas las dems, pero cuyo desarrollo podra producir una nuevaexistencia social liberada de dominacin/explotacin/violencia, lo cual es el corazn

    mismo de la demanda del Foro Social Mundial: Otro Mundo es Posible.En otros trminos, el nuevo horizonte de sentido histrico emerge con toda suheterogeneidad histrico/estructural. En esa perspectiva, la propuesta de Bien Vivires, necesariamente, una cuestin histrica abierta (9) que requiere ser continuamenteindagada, debatida y practicada.

    ARTCULOS

    * Esta es una versin revisada de una ms breve que se public en el Boletn de OXFAM,

    Mayo 2010.

    9Acerca de eso, por ejemplo las recientes entrevistas a dirigentes aymaras en Bolivia, hechas y difundidasen el correo Internet de la CAOI. La revista Amrica Latina en Movimiento, de la Agencia Latinoamericanade Informacin (ALAI), ha dedicado el No. 452, febrero del 2010, ntegramente a este debate, bajo elttulo general de Recuperar el sentido de la vida. Respecto de las prcticas sociales mismas, hay ya unmuy importante movimiento de investigacin especfica. Ver Vivir Bien Frente al Desarrollo. Procesos deplaneacin participativa en Medellin. Esperanza Gmez et al., Facultad. de Ciencias Sociales, Universidadde Medellin, Colombia, 2010.

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    ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA

    ECONOMA NO AZUCARERA EN LA CUBA

    BATISTIANA

    Silvia Castillo-Winter

    Resumen

    Si bien la historia econmica de Cuba estuvo siempre signada por el azcar, nopor ello hay que descuidar el destino particular de otros sectores que se fueron im-plantando con mayor o menor suerte en la isla. Evocaremos aqu el caso de algunosde ellos que, aunque ciertamente menores, permiten apreciar las imbricaciones entrela economa local y la de los Estados Unidos. En paralelo a un sector agrcola en crisisconstante, la industria estaba, en efecto, al servicio de los intereses norteamericanos,en particular en el sector textil, con el casi monopolio de la familia Hedges. La in-dustria del cemento, en cambio, benefici a los cubanos, pero la poltica de grandes

    obras tuvo por inconveniente aumentar la deuda del Estado y disminuir las reservasde divisas. Adems, la construccin de hoteles, casinos y el desarrollo del turismo, sehicieron en beneficio de La Habana, acentuando an ms los desequilibrios con elresto del pas.

    Palabras clave: Cuba - Historia - Economa - Periodo republicano- Industria

    AbstractIf the economic history of Cuba has always been marked by sugar production,

    it must not neglect the particular fate of other industry sectors that have been de-veloped with more or less successful in the island. We discuss here the fate of someof them, which played a minor role, but that assess the overlap between the localeconomy and the United States. In parallel to a permanent crisis in the agricultural

    sector, the industry was in fact serving U.S. interests, including its textile sector, withthe quasi monopoly of the Hedges family. If the cement has undoubtedly benefited

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    to Cubans, the policy of public works had the disadvantage of increasing the nationaldebt and reduce currency reserves. Moreover, the construction of hotels, casinos andtourism development were made especially for the benefit of Havana, highlightingimbalances with the rest of the country.

    Keywords: Cuba - History - Economy - Republican Period - Industry

    ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA ECONOMA NO AZUCARERAEN LA CUBA BATISTIANA

    En Cuba, todos los observadores econmicos y los economistas de los aos cin-cuenta estaban convencidos de que la reconstruccin de los pases que haban sufri-do la guerra sera larga. Cuba haba credo poder perennizar el comercio del azcarcomo antao. Era un error: rpidamente Europa volvi a ser capaz de producir pararesponder a las necesidades de su propio consumo y las esperanzas de la isla se vo-latilizaron.

    Das despus de producido el golpe de Estado de Fulgencio Batista, la revista Bo-hemia1, en abril de 1952 sealaba que les hombres de negocios se preguntaban culsera el sentido de ese golpe, cmo iba a influir en la vida econmica de la nacin y

    cul sera la filosofa econmica del nuevo equipo. Esos interrogantes se planteabancon tanta ms gravedad cuanto que el balance de los dos primeros meses del aohaba mostrado una reduccin del volumen de los negocios. Ya entre 1950 y 1951, elpuerto de La Habana, cuyo trfico reflejaba la intensidad del comercio exterior, habavisto disminuir su actividad en un 7 %. La produccin minera haba decado, mientrasque la zafra de caa de azcar se anunciaba como la ms importante de la historia,lo que no era necesariamente algo positivo pues se haca imperioso encontrar mer-cados donde colocarla. Con ese cmulo de elementos adversos, resultaba urgenteconocer las disposiciones que el poder pondra en ejecucin para invertir el cursode los acontecimientos. El general Batista juzgaba muy importante el papel de losinversionistas extranjeros en Cuba y sealaba que el nivel econmico alcanzado por

    1Bohemia N 15, abril de 1952, Introduccin al artculo de Mc Carthy, Francis, Historia de una revolucin(Paz, trabajo y Progreso?), p. 54.

    el pas era el fruto del trabajo de los capitalistas y de los tcnicos extranjeros2. El pa-norama econmico a principios de 1952 no era muy brillante y los hombres de WallStreet consideraban que la llegada de Batista a la direccin del Estado cubano tenaque significar una ventaja para sus intereses en la isla, sobre todo si se comparaba sugobierno de los aos cuarenta con los que lo haban precedido o sucedido 3. Su firme-za pasada hacia los obreros y la certeza de que l no haba tomado nunca medidasrepresivas contra la industria4, presentaban al rgimen bajo auspicios favorables.

    Los observadores sostenan que el aplazamiento de las elecciones que hubieran de-bido realizarse el ao del golpe de Batista, evitaba un periodo que era tradicional-mente malo para los negocios; por otra parte, la autoridad del nuevo ejecutivo tenaque permitir un retorno a la ley, al orden, y a la paz pblica 5.

    Muy pronto los hechos desmentiran los pronsticos. La falta de confianza en elporvenir se hizo sentir muy rpidamente en el ambiente de los negocios6que impu-taba la responsabilidad a las causas internacionales y deseaba no obstante el man-tenimiento en el poder del general Batista quien, si desilusiona en el gobierno actual,es porque, quizs, est menos bien aconsejado que antes 7.

    Si bien la historia econmica de Cuba estuvo siempre signada por el azcar, nopor ello hay que descuidar el destino particular de otros sectores industriales que sefueron implantando con mayor o menor suerte en la isla. Evocaremos aqu el caso dealgunos de ellos que aunque ciertamente menores, permiten apreciar las imbricacio-

    nes entre la economa local y la de los Estados Unidos.

    2Bohemia N 15, abril de 1952, Mc Carthy, Francis, Historia de una revolucin, op. cit., p. 54.

    3Anexo al Despacho N 273 del 2 de abril de 1952. Boletn de informacin del consejero comercial de lasGrandes Antillas, febrero-marzo de 1952, Wall Street et le rgime de Batista , Archivo del Ministerio de

    Asuntos Exteriores (AMAE) francs, Dossier 39

    4Aqu se hace referencia a los decretos del presidente Pro en virtud de los cuales las sociedades azucare-ras estaban obligadas a tomar a su cargo la sociedad de ferrocarriles de La Habana. Ibdem.

    5Bohemia N 15, op. cit., p. 54.

    6En su Despacho N 565 del 27 de septiembre de 1952, el embajador francs en Cuba convino en queEs cierto que la situacin econmica y financiera es menos buena que hace seis meses. El males-tar que se siente en el mbito de los negocios es an solo perceptible a nivel psicolgico; en ese pas

    que ha gozado durante veinte aos de una insolente prosperidad, el ms pequeo sntoma de unaprosperidad menor provoca una profunda inquietud. AMAE francs, Dossier 29. Traduccin nuestra.

    7Despacho N 688, AMAE francs. Traduccin nuestra.

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    LA INDUSTRIA TEXTIL

    En sus tiempos, el dictador Gerardo Machado y Morales haba tomado algunasmedidas para favorecer una mayor participacin del Estado en la economa. La msimportante de ellas para paliar los efectos de la crisis del azcar haba sido la reforma delas tarifas aduaneras para proteger la industria nacional8. Estos aranceles creados en1927 haban fomentado el desarrollo de una incipiente industria textil cubana. Al

    principio de los aos treinta

    9

    haban aparecido los primeros textiles de algodn defabricacin nacional de la Textilera Ariguanabo, de la familia Hedges 10. En 1945 seaadi11 la fbrica de rayn, la Compaa Rayonera Cubana S.A., conocida bajo elnombre de Rayonera de Matanzas, que produca en 1952 el 20% del rayn consumi-do en la isla. Ese ao, la industria del tejido de algodn contribua ya con un 40 % enel consumo local y la empresa Dayaniguas sembraba y cosechaba algodn cubano12. Apesar de esos progresos, la industria textil se enfrentaba a dos problemas: la obliga-cin de importar una parte de las materias primas y el contrabando.

    Das despus del inicio de la dictadura, el Journal of Commerce de Nueva Yorkexpresaba su entusiasmo por el retorno de Batista pues deba poder introducir unarevisin de tarifas aduaneras que facilitaran un desarrollo -relativo- de la industriatextil cubana13. Desde cundo la prensa econmica norteamericana se interesa-ba por el progreso industrial cubano? De qu manera, con pretexto de defender

    la industria cubana, Batista poda ayudar a los intereses imperialistas? Se trataba enrealidad de un pacto tcito entre exportadores de los Estados Unidos e importado-res cubanos que deseaban que la isla revisara durante la reunin del GATT (AcuerdoGeneral sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) de septiembre de 1953 a realizarse

    8Machado y Morales, Gerardo (1982). Ocho aos de lucha, Miami: ediciones Histricas Cubanas, p. 72.

    9Caparrs, Rogelio (1953). Cuba 1953: su economa y sus mercados, Bohemia N 21, mayo de 1953, p.84.

    10Segn Ibarra Cuesta, Jorge (1995), en 1949, Hedges posea en 1949 72 000 husos textiles, sobre un totalde 87 000 que existan en toda la isla. Cuba: 1898-1958 Estructura y procesos sociales, La Habana: editorialCiencias Sociales, p. 51.

    11Hedges, J. (1955). Levantemos parejo, Bohemia N 47, noviembre de 1955, p. 40.

    12De todos modos, las importaciones de algodn de Cuba representaban en 1953, 24 308 297 pesos y

    alcanzaron los 33 461 180 pesos en 1957. Zuaznbar, Ismael (1989). La economa cubana en la dcada del 50,La Habana: ed. Ciencias Sociales, p. 70.

    13Hevia, Carlos (1952). El golpe reaccionario del 10 de marzo, Bohemia N 14, abril de 1952, p. 55.

    Horizontes Sociolgicos AAS ao1 nmero1 mayo-juniode2013

    en Canad, su poltica de aranceles que protega la industria textil nacional14. Desde1951 el gobierno cubano otorgaba exoneraciones de aranceles a cuatro fabrican-tes de tejidos, lo que les permita importar hilo de rayn, exactamente como el queproduca Hedges. Como teln de fondo, una vez ms, se esgrima el espectro delcomercio azucarero: si Cuba no importaba tejidos, los Estados Unidos se vengarandisminuyendo la cuota de importacin azucarera.

    Se segua pensando en trminos de reciprocidad y privilegiando el producto rey.

    Antes de esas excepciones, los fabricantes cubanos de tejidos sintticos comprabanen el pas el 80,48 % de los hilos consumidos mientras que ms tarde solo adquiranel 4,15 %. Si tenemos en cuenta que el nico proveedor cubano de hilos sintticos erala sociedad Hedges, comprendemos su inters por una poltica protectora contra lasimportaciones de estas fibras. Finalmente, en 1956, el gobierno se pliega a la deman-da de Hedges y modifica por decreto la Ley de estimulacin Industrial, eliminando lasventajas concedidas a esas industrias que hasta entonces importaban, libres de dere-chos de aduana, las materias primas que no se producan en el pas. De ahora en ade-lante, si esas importaciones podan ser remplazadas por sustitutos y equivalentesfabricados en el territorio nacional15ya no seran exoneradas de aranceles. Algunosobservadores crean ver en esa disposicin una salvaguardia para la industria nacio-nal. El gobierno alentaba a los fabricantes de tejidos de acetato a que modificaran

    la calidad de sus tejidos, mediante el empleo de rayn cubano. Nada impeda queesos industriales siguieran importando el acetato pero, en ese caso, tendran que pa-gar derechos de aduana, lo que acarreara un aumento de los costos de produccinconvirtiendo los productos terminados en menos competitivos que los extranjeros.Dicho de otro modo, la medida favorecera indirectamente la importacin de tejidosde acetato (y no las materias primas) y la sociedad Hedges16que, como nica pro-ductora del rayn cubano, intentaba obtener subvenciones del gobierno para la ins-talacin de una fbrica de acetato en la isla. El cierre de algunas pequeas industriascuya produccin no era rentable consolidaba la posicin monopolstica de Hedges.

    14Cepero Bonilla, Ral (1953). Una conspiracin contra el inters cubano, Prensa Libre, 26 de mayo de1953.

    15Cepero Bonilla, Ral (1983) Retrato de un monopolio, Carteles, 4 de marzo de 1956, en Escritos co-nmicos, La Habana: ed. Ciencias sociales, p. 402.

    16El patrn de esta sociedad, Dayton Hedges, desde el 10 de marzo de 1952, apoy el gol-pe de Estado. Cepero Bonilla, R., ibd. 404. La evidencia de la relacin privilegiada de esta fami-lia con la dictadura es que su hijo, Burke Hedges, fue nombrado embajador en Brasil por Batis-ta. Dubois, J. (1959). Fidel Castro Rebelde, libertador o dictador?, Mxico: ed. Grijalbo, p. 217.

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    44 SilviaCastillo-Winter Algunas observaciones sobre la economa no azucarera en la Cuba batistiana Horizontes Sociolgicos AAS ao1 nmero1 mayo-juniode20134

    Cuadro N 1 Produccin cubana de rayn (en miles de libras)17

    Ao Produccin de rayn(en miles de libras)

    1951 20 190

    1952 18 092

    1953 19 5681954 21 473

    1955 20 673

    1956 22 412

    En 1956, a pesar de haberse obtenido una produccin nacional normal de rayn,esas importaciones y las de otras fibras sintticas se dispararon, alcanzando el picode ms de 26 millones de kilogramos. La importacin de fibras naturales, en cambio,se estancaba. Se puede ver en la evolucin de estas variables, el efecto de la modapues en esa poca los tejidos sintticos conocan un auge sin precedentes, pero nodebemos pasar por alto la influencia que ejercan sobre el gobierno los grandes mo-

    nopolios de la industria qumica estadounidense que deseaban ampliar sus merca-dos.

    Cuadro N 2 Importacin de materias primas para la industria textil(en millones de kilogramos)18

    Ao Algodn Rayn y otros Lana Totaltejidos sintticos

    1954 9.25 0.60 0.03 9.88

    1955 8.94 5.30 0.07 14.31

    1956 10.90 4.62 0.05 15.57

    17Fuente: Anuario Estadstico. Cuba 1957, pp. 212-213. Elaboracin propia.

    18Fuente: Banco Nacional de Cuba, Memoria 1957-1958, p. 165 y Memoria 1958-1959, p. 125. Elaboracinpropia.

    Ao Algodn Rayn y otros Lana Totaltejidos sintticos

    1957 12.43 26.76 0.03 39.22

    1958 10.72 3.34 0.02 14.08

    LAS INDUSTRIAS ALIMENTARIAS

    Hasta los aos cuarenta, los alimentos representaban entre el 30 y el 40 % delas importaciones cubanas. Aos despus, gracias a la modernizacin de la industriaalimenticia, que estaba en gran medida en manos de grupos de capitales extranje-ros, esas importaciones disminuyeron, alcanzando su nivel ms bajo en 1956-1957,cuando esos productos constituyeron slo el 21 % del total de las importaciones. Lasustitucin por productos nacionales explica en parte la menor representacin de losalimentos entre las importaciones.

    El otro factor explicativo es la cada de los precios de dichos productos. El BAN-FAIC19otorg crditos para la compra de nuevas tecnologas con el fin de mejorar laproductividad de las empresas cubanas. As fue como la produccin de leche, que

    haba exigido un desembolso de 8 715 753 pesos en 1952, represent en 1958 solo2 169 505 pesos20. En contrapartida, la produccin local de leche concentrada y deleche en polvo se increment, gracias a los aranceles proteccionistas21.

    Otro derivado de la industria lechera conoci un gran auge durante este periodo:la mantequilla, cuyas importaciones entre 1951 y 1954 cayeron de 2 millones de li-bras a 212 000 libras, y cuya produccin nacional pas de 1 582 000 libras en 1951 a4 millones de libras en 195422. En cambio, la produccin de cerveza no se desarroll y lasimportaciones se mantuvieron al mismo nivel durante toda la dcada23.

    19Banco de Fomento Agrcola e industrial de Cuba, creado en diciembre de 1950 por Carlos Pro Socarrs,quien fuera derrocado por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952.

    20Zanetti, Oscar. (1975) El comercio exterior en la repblica neocolonial, en La r epblica Neocolonial, Vol. I, La

    Habana: ed. Ciencias sociales, p. 87.21Cepero Bonilla, Ral, Una pequea inconsecuencia, Prensa Libre, 27 de enero de 1954.

    22Olsina, Michle, Fulgencio Batista et la politique intrieure cubaine de 1933 1958, tesis de doctoradode estado, dirigida por Charles Minguet, 1987, Universidad de Paris X, Nanterre, p. 319.

    23Zanetti, Oscar (1975). El comercio exterior de la Repblica neocolonial en La repblica neocolonial, Vol.1, La Habana: editorial Ciencias sociales, pp. 45-126, p. 87.

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    46 SilviaCastillo-Winter Algunas observaciones sobre la economa no azucarera en la Cuba batistiana Horizontes Sociolgicos AAS ao1 nmero1 mayo-juniode20134

    Grfico N 1Cuadro N 3 Produccin de cerveza (en millones de litros)24 Importacin et Produccin de cemento (en millones de kilogramos)

    Ao Produccin de cerveza(en millones de litros)

    1954 120,2

    1955 117,9

    1956 120,51957 129,2

    1958 123,2

    En 1955, la prensa denunciaba la dependencia de la isla en cuanto a las importa-ciones de aceites vegetales, en particular de man y otras oleaginosas. Siete fbricasestaban en actividad en los aos treinta y quedaba solo una en los cincuenta 25. Estaproduccin estaba en vas de desaparicin por la imposibilidad de competir con losaceites extranjeros que se beneficiaban con subsidios otorgados por la dictadura. Elhecho de que la poltica del rgimen privilegiara los intereses extranjeros en detri-mento de las industrias locales fue demostrado durante el conflicto que opuso en

    1956 el molino de harina de trigo de Regla, en las afueras de La Habana, a los im-portadores. El fabricante le peda al gobierno el aumento de la cuota de produccinque le haba sido concedida con el objeto de poder funcionar con mayor eficacia.Los importadores, que se oponan ferozmente a esta medida, encontraron eco en el El ao 1955 registra la ms fuerte importacin de cemento, pero a partir de estagobierno que no autoriz ningn aumento de la produccin nacional26. fecha no cesa de declinar, para convertirse prcticamente en nula en 1958. En con-

    trapartida, la produccin de cemento sigui aumentando incluso si era insuficientepara asegurar el auto aprovisionamiento de la isla. Las necesidades de ese producto

    LAS OTRAS ACTIVIDADES fueron crecientes hasta 1956 antes de una primera baja en 1957, y una neta cada alao siguiente bajo el efecto de la recesin y de la guerra civil que afectaban al sector

    En fin, otro elemento merece ser analizado, pues es un buen indicador de la evo- de la construccin.lucin de la industria de la construccin y de las obras pblicas. Se trata de la impor- Con el objeto de contrarrestar las consecuencias de la disminucin de la pro-tacin y de la produccin nacional de cemento. duccin azucarera, el gobierno de Batista puso en prctica un programa de obras

    pblicas, llamado de gastos compensatorios y por sus detractores, de gastos ale-gres, que deba movilizar por medio de un crdito interno 350 millones de dlares. Ese plan iba a ser financiado por el sector bancario privado, por el Banco Nacional

    24Banco Nacional de Cuba, Memoria 1958-1959, p. 123. y otros organismos de financiacin del pas, por intermedio de obligaciones del Es-25Cepero Bonilla, R., Una industria maltratada, Prensa Libre, 6 de julio de 1955. tado. Esa aplicacin de las ideas keynesianas sobre el papel dinamizador del gasto26Cepero Bonilla, Ral, El rgimen favorece la produccin extranjera, Prensa Libre, 22 de agosto de 1956. pblico tena el inconveniente de reducir las reservas cambiarias y de aumentar la

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    48 SilviaCastillo-Winter Algunas observaciones sobre la economa no azucarera en la Cuba batistiana Horizontes Sociolgicos AAS ao1 nmero1 mayo-juniode20134

    deuda del Estado. Adems, una vez terminadas las obras, se volvera al mismo nivel Grfico N 2 Reparticin del valor de nuevas construcciones por provinciade desempleo que antes. Las inversiones realizadas en el marco del plan no gene-raran las divisas necesarias para financiar el incremento de las importaciones y porconsiguiente, stas fueron financiadas por la prdida de las reservas monetarias delpas. Los productores de azcar se oponan a esta inversin ya que para ellos, hubierasido ms productivo invertir aproximadamente 280 millones para desarrollar los pro-ductos derivados del azcar: la celulosa, la pulpa de papel, la glicerina, el furfural, la

    lignina y los piensos balanceados para el ganado con melazas . Segn ellos, las nicasindustrias que podan desarrollarse sin incentivos arancelarios, eran las derivadas delazcar.

    Los valores inscritos en el presupuesto del Estado para la puesta en ejecucindel Plan de Desarrollo econmico y social dejan entrever la distancia que separabaLa Habana del resto del pas. La primera reciba alrededor de cuatro veces el presu-puesto de todas las dems provincias reunidas. Como ejemplo, baste saber que laprovincia de Matanzas, en la que se halla la estacin balnearia de Varadero, en plenaexpansin en aquella poca, reciba solo una vigsima parte del presupuesto dedi-cado a La Habana. Adems, el valor promedio de cada inmueble construido variabasegn su localizacin geogrfica. Alcanzaba unos diecisiete mil pesos en La Habanamientras que en la provincia de Las Villas, nunca super los ocho mil pesos .

    Estas cifras se explican porque en La Habana fueron construidos lujosos hotelescon casinos que intentaban atraer el turismo internacional. Cuando se observa el n-mero de construcciones anuales se comprueba, una vez ms, la concentracin enla provincia de La Habana que reuna en promedio mil novecientas construccionesanuales mientras que la provincia de Pinar del Ro se enriqueca con aproximada-mente una centena en el mismo perodo . El ensanche del Malecn, la carretera decuatro vas hacia el barrio residencial de Miramar, el Palacio de Justicia, la CiudadDeportiva, la carretera Va Blanca, que une La Habana con Varadero, y el Tnel entreel centro de la ciudad y La Habana del Este , fueron obras con presupuestos colosalesque sirvieron, a travs de la sobrefacturacin, segn una tradicin bien establecidaen Cuba, al enriquecimiento personal de funcionarios venales y de adjudicatariosallegados al rgimen.

    En 1953, la sociedad francesa de Edmond de Rothschild firm un acuerdo con elgobierno cubano para la construccin del acueducto de La Habana. La prensa localse opona a dichas negociaciones y haca notar que en caso de cada del gobierno, loscubanos no respetaran esos compromisos contractados por la dictadura. Entre tan-to, la sociedad francesa se haba dirigido sin xito a los banqueros norteamericanoscon la esperanza de interesarlos por la fanciacin de las obras . La Financiera Nacional

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    emiti obligaciones del Estado para financiar esta realizacin.En 1955, el gobierno cubano confi la ejecucin del tnel bajo la baha de La

    Habana a la sociedad Grands Travaux de Marseille . Ms tarde, el ejecutivo otorguna concesin del tnel por cuarenta aos a Pedro Grauet y a sus asociados. Estasociedad no corra ningn riesgo pues no inverta sino que se limitaba a reembolsarlas obligaciones emitidas por el gobierno. Los estudios de los expertos probaban que ensolo veinte aos los ingresos del peaje permitiran reembolsar la deuda. O sea quedurante veinte aos el peaje servira a enriquecer esta sociedad privada .

    Asimismo el capital imperialista haba invertido en la fabricacin de neumticos.Tres sociedades se repartan ese mercado cubano: Firestone, Goodyear y U.S.Rubber. Sihasta 1953 el sector conoci fluctuaciones, a partir de 1954 encontr su equilibrio yaque Cuba era uno de los pases de Amrica Latina con mayor tasa de vehculos porhabitantes y el transporte vial reemplazaba a menudo el ferrocarril.

    Cuadro N 4 Produccin de neumticos (en unidades)

    Ao Produccin de neumticos(en unidades)

    1951 109 916

    1952 94 421

    1953 84 822

    1954 101 801

    Cuadro N 5 Consumo de electricidad por categora de usuario(en millones de KW)

    Consumo de electricidad en Cuba (en millones de KW)

    Ao Total Industrial No azucarera Comercial Residencial Otra

    1952 775 166 Desconocida 247 243 1

    1953 851 176 Desconocida 273 281 1

    1954 931 193 Desconocida 301 312 1

    1955 1020 211 190 334 349 1

    1956 1143 242 221 376 394 1

    1957 1282 271 246 428 444 1

    1958 1463 328 307 479 506 1

    Lo primero que se comprueba es que el consumo total se duplica entre 1952 y1958 y que aumenta en todas las categoras, aunque la industrial es siempre msdbil que la residencial o la comercial. En la categora Consumo industrial, se nota

    que entre el 80 y el 90 % del total corresponde a las industrias no azucareras. Quizsse pueda explicar esta aparente paradoja en un pas en el que reina el azcar, por ladisminucin de la produccin azucarera durante esos aos y por el nivel de mecani-

    1955 101 069 zacin relativamente escaso de esta industria. Un signo negativo en este crecimiento

    1956 129 137 del consumo de electricidad es que la residencial es la que ms se desarrollaba. Este

    1957 156 313 incremento no es entonces sinnimo de transformacin econmica duradera. Tieneque ser puesto en relacin con el auge de los electrodomsticos y con el crecimiento

    Del mismo modo que la produccin de neumticos refleja la importancia del de la poblacin urbana, en particular en La Habana, como consecuencia del xodo

    transporte automotor, el consumo de electricidad informa sobre la actividad comer- rural. Amplias zonas del interior de la isla no gozaban de esos progresos.

    cial e industrial de un pas. La industria del turismo conoci su apogeo en Cuba en tiempos de la dictadura.Las circunstancias de la vida social norteamericana y las excelentes relaciones en-tre Batista y una parte de la mafia de Estados Unidos, obraban en ese sentido. Los

    inversionistas en ese sector econmico eran en su mayora gnsteres de Las Vegas, auxiliados por los prstamos de los bancos oficiales y por organismos financierosde Cuba . Segn el semanario Newsweek, el juego haba atrado siempre a los tu-ristas norteamericanos hacia Cuba, pero mientras que antes era tolerado en treshoteles, en tiempos de Batista, un decreto lo autorizaba en todos los hoteles y ca-barets. Newsweek conclua que Cuba quera convertirse en el Las Vegas del Caribe .

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    Sin embargo no haba ninguna ventaja para los cubanos en ese tipo de turismo, en CONCLUSINel que los viajeros llegaban a La Habana en avin, pasaban sus veladas encerradosen los casinos de los hoteles y se marchaban al da siguiente sin dejar divisas ni en En paralelo a un sector agrcola con resultados cada vez ms aleatorios, las indus-los comercios ni en el interior del pas . Con su visi ta se beneficiaban solo los admi- trias no azucareras estaban al servicio de los intereses norteamericanos, en particularnistradores de esos hoteles-garitos . Por otra parte, The Havana Post informaba, el 3 en el sector textil, con el casi monopolio de la familia Hedges.de diciembre de 1955, que de 250 000 turistas norteamericanos que haban visitado Durante la dictadura de Batista, por otra parte, se increment la penetracin delCuba, solo 40 000 haban frecuentado la fortaleza del Morro, a escasos minutos de capital de Estados Unidos en inversiones directas, que representaron el 85% del totaltrayecto del centro de La Habana, desalentados por las dificultades de transporte y

    a fines del periodo . Algunos observadores han querido ver en la Asociacin Nacionallos costos excesivos. El nmero total de turistas extranjeros alcanz su znit en 1957, de Industriales de Cuba (ANIC), una fuerza nacionalista que se opona a las rebajascon 347 508 y cay el ao siguiente a 301 829 , a causa del clima de guerra civil que arancelarias y tenda a formar una verdadera burguesa nacional, al margen de losreinaba en la isla. intereses del Norte. Si bien en sus orgenes (1923), esos fueron los ideales que anima-

    La balanza comercial del turismo segua siendo negativa para Cuba pues las divi- ron su creacin, la lectura de la prensa de los aos 50 demuestra que en la ANIC pre-sas exportadas por los cubanos que viajaban al extranjero superaban a las dejadas en dominaron a menudo las opiniones de los representantes de los capitales forneos,la isla por los turistas extranjeros . Los ingresos vinculados al turismo fueron en 1954 que se opusieron a la creacin de pequeas industrias nacionales privilegiando losde 51 millones de dlares mientras que Mxico obtena en el mismo periodo 337 monopolios .millones por la misma actividad . Si el cem