revista de arte y literatura "el faro"

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Revista de Arte y Literatura de la Asociación de Artistas, Escritores y Promotores Culturales Ecuatorianos - ASOARTES

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  • La TERTULIA

    Dir.: 24 de Mayo entre Jos A. Eguiguren y 10 de Agosto Email: [email protected] Cel.: 0979148886

    LOJA - ECUADOR Claudio Vincenzo Lombardo

    Escchanos todos los sbados de 9:00 a 10:00 por Radio Zapotillo 96.1 fm

    yy sssssAAA ii ii EEE itAAAAAAAAAAAAAssssssssoooooooooccccccccccccciiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaccccccccccccccccciiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnnnnnnnn ddddddddddddd sssssss yyyyyyyyyy EEEEEEEEEEEEEsssssssssscccccccccrrrrrrriiiiiiiiiitttttttttttttoooooooooorrrrrrrrrrrrrrreeeeeeeeeeeeeeee aannnnnnnnnnnnnnnnnnnnoooooooooooooooooooossssssssssssssssssAAAAAAAssssssooooooccccciiiiiiiaaaaaacccccciiiiiiinnnn ddd ssss yyyyy EEEEssssccccrrrriiiiiittttttooooorrrrreeeee annnnnnoooooossss

    Escribiendo la nueva historia cultural de Loja

    1ao

    dd AAAAA tttii tddddddddddddddddddeeeeeeeeeeeeeee AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAArrrrrrrrrrrrrrrtttttttttttttttiiiiiiiiiiiiiiiiissssssssssssssstttttttttttttttaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssdddddddeeeee AAAAAArrrrttttttiiiiiissssstttttaaaaasssss EEEEE tt iieeeeeeeeeeeeeeeesssssssss EEEEEEEEEEEEEEEEcccccccccccuuuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaattttttttttttttttoooooooooooooooorrrrrrrrrrriiiiiiiiiaaaaaaaaaaaannnnneeeeessss EEEEEEccccuuuuuaaaaaattttttooooorrrrriiiiiiaaaaannnnn

    11 o

    AAA

    11

    Un pecado irresistible!!

    rdesrr entrerr Se ucrerr y18deNe ovoo ivvembrerr

    Gracias al gentil auspicio de:

    ejjee ojj r eoo lee eccll icc ii n

    ANDERSON MILAN

    - NOTA EDITORIAL. 1- LA PARADOJA DEL SISTEMA 2 - CRNICA DE UN PERRO MOJADO 4 - MIGUEL NGEL SUREZ ROJAS: El sin par maestro 6 - LAS RUINAS DE MAURO 11 - EL CASO DE LA VECINA MALA 14 - EL BREGAR RECIN EMPIEZA... 19- NOTICIAS 2014 20 - TRAIDOR OLVIDO 22- LAS MUJERES DE CARLOS EDUARDO JARAMILLO 23 - VISOS DE FE 25- SUCURSAL DE UN SUEO 26- CONTIGO MUERTE - JUVENTUD 27- FINALES - ROSAS 28- A TU MEMORIA 29- NO ES ACASO - EL DELIRIO DE LA VIDA 30 - NUESTRAS COSAS ROTAS - NALGAS DELICIOSAS - */**/*** 31- LA VENTANA 32 - JOS CORONEL ILLESCAS: Pionero de la radiodifusin lojana 34 - DISCURSO TRIUNFADOR DEL I CONCURSO INTERCOLEGIAL DE ORATORIA 39

    El faro/ Revista de arte y literatura de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos ASOARTES || N 1, enero 2015 || Director y Editor: Jos Luis iguez Granda || Consejo Directivo de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos: Presidente, Jos Luis iguez Granda; Vicepresidente, Gaizka An-dre Cueva Jara; Secretario, lvaro Jos Coronel Guarnizo; Tesorera, La Selena Matute Ochoa; Pri-mer Vocal, Kevin Kenji Castillo Granda; Segundo Vocal, Ren Mauricio iguez Granda; Tercer Vocal, Tatiana Carolina Barba Narvez || Diagramacin: Francisco Guachizaca || Portada: Anderson Milan

    Direccin y canje:Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos ASOARTES.

    Tercera planta alta del Teatro de Artes Segundo Cueva Celi de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamn Carrin, Ncleo de Loja. Calles Bernardo Valdivieso y Rocafuerte.

    Email: [email protected] - [email protected] en la Editorial Gustavo Serrano Aguilar de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Ncleo de Loja

    LOJA - ECUADOR

  • La TERTULIA

    Dir.: 24 de Mayo entre Jos A. Eguiguren y 10 de Agosto Email: [email protected] Cel.: 0979148886

    LOJA - ECUADOR Claudio Vincenzo Lombardo

    Escchanos todos los sbados de 9:00 a 10:00 por Radio Zapotillo 96.1 fm

    yy sssssAAA ii ii EEE itAAAAAAAAAAAAAssssssssoooooooooccccccccccccciiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaccccccccccccccccciiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnnnnnnnn ddddddddddddd sssssss yyyyyyyyyy EEEEEEEEEEEEEsssssssssscccccccccrrrrrrriiiiiiiiiitttttttttttttoooooooooorrrrrrrrrrrrrrreeeeeeeeeeeeeeee aannnnnnnnnnnnnnnnnnnnoooooooooooooooooooossssssssssssssssssAAAAAAAssssssooooooccccciiiiiiiaaaaaacccccciiiiiiinnnn ddd ssss yyyyy EEEEssssccccrrrriiiiiittttttooooorrrrreeeee annnnnnoooooossss

    Escribiendo la nueva historia cultural de Loja

    1ao

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    11 o

    AAA

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    Un pecado irresistible!!

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    Gracias al gentil auspicio de:

    ejjee ojj r eoo lee eccll icc ii n

    ANDERSON MILAN

    - NOTA EDITORIAL. 1- LA PARADOJA DEL SISTEMA 2 - CRNICA DE UN PERRO MOJADO 4 - MIGUEL NGEL SUREZ ROJAS: El sin par maestro 6 - LAS RUINAS DE MAURO 11 - EL CASO DE LA VECINA MALA 14 - EL BREGAR RECIN EMPIEZA... 19- NOTICIAS 2014 20 - TRAIDOR OLVIDO 22- LAS MUJERES DE CARLOS EDUARDO JARAMILLO 23 - VISOS DE FE 25- SUCURSAL DE UN SUEO 26- CONTIGO MUERTE - JUVENTUD 27- FINALES - ROSAS 28- A TU MEMORIA 29- NO ES ACASO - EL DELIRIO DE LA VIDA 30 - NUESTRAS COSAS ROTAS - NALGAS DELICIOSAS - */**/*** 31- LA VENTANA 32 - JOS CORONEL ILLESCAS: Pionero de la radiodifusin lojana 34 - DISCURSO TRIUNFADOR DEL I CONCURSO INTERCOLEGIAL DE ORATORIA 39

    El faro/ Revista de arte y literatura de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos ASOARTES || N 1, enero 2015 || Director y Editor: Jos Luis iguez Granda || Consejo Directivo de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos: Presidente, Jos Luis iguez Granda; Vicepresidente, Gaizka An-dre Cueva Jara; Secretario, lvaro Jos Coronel Guarnizo; Tesorera, La Selena Matute Ochoa; Pri-mer Vocal, Kevin Kenji Castillo Granda; Segundo Vocal, Ren Mauricio iguez Granda; Tercer Vocal, Tatiana Carolina Barba Narvez || Diagramacin: Francisco Guachizaca || Portada: Anderson Milan

    Direccin y canje:Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos ASOARTES.

    Tercera planta alta del Teatro de Artes Segundo Cueva Celi de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamn Carrin, Ncleo de Loja. Calles Bernardo Valdivieso y Rocafuerte.

    Email: [email protected] - [email protected] en la Editorial Gustavo Serrano Aguilar de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Ncleo de Loja

    LOJA - ECUADOR

  • NOTA EDITORIAL

    F ue el 4 de enero de 2014 cuando un grupo de jvenes lojanos que tenemos incli-nacin por las manifestaciones culturales, nos reunimos en los altos del Tea-tro de Artes Segundo Cueva Celi de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Ben-jamn Carrin Ncleo de Loja, para fundar lo que hoy se denomina Asociacin de

    Artistas y Escritores Ecuatorianos ASOARTES, que tiene como misin promover las ex-

    presiones artsticas de Loja y el Ecuador a travs de espacios participativos, incluyen-

    tes y democrticos que revaloricen al actor cultural como impulsor del desarrollo social.

    Este deseo de agruparnos y dar luz a esta nueva institucin cultural, naci tras

    una serie de experiencias que nos hicieron entender que la mejor forma de lograr espa-

    cios para la juventud, es crendolos nosotros mismos. Es as que a lo largo de todo este

    tiempo, el bregar ha sido intenso y ha costado bastante avanzar con la carga impues-

    ta. Han sido doce meses de arduo trabajo, en donde nuestro principal enemigo ha sido la

    falta de recursos econmicos para solventar gastos inherentes a una serie de actividades.

    Sin embargo, y pese a una serie de dificultades, el ferviente empeo puesto en cada uno

    de los proyectos trazados, cumplidos y por cumplir, nos ha permitido en muy corto tiempo

    abrir nuevos espacios para que la juventud vigorosa de la patria pueda ser luz del pensamien-

    to, el conocimiento y la grandeza, sin caer en individualismos o enfermizos sentimientos.

    Bajo esa consigna, desde hace algn tiempo atrs nos propusimos el reto de entregar a

    la ciudadana de Loja y de la patria, una revista de literatura y arte que ha sido concebida no

    solo con el afn de difundir y dar a conocer los nuevos talentos, sino tambin con el firme pro-

    psito de dar testimonio de nuestra rebelda con causa y demostrar que los jvenes estamos

    llamados a ser parte de un presente que nos exige calidad, visin, criticidad, esmero y entrega.

    Llegar hasta aqu, es decir hasta conseguir un producto final, ha costado dema-

    siado y ha significado un enorme sacrificio. Sin embargo, queda la satisfaccin de sa-

    ber que esta revista est destinada exclusivamente para autores jvenes que no tienen

    las grandes posibilidades, como s las tienen los escritores y poetas de dilatada trayec-

    toria, de difundir su obra con el fin de mejorar, recibir crticas que construyan y espe-

    cialmente aportar al engrandecimiento de la herencia cultural de Loja y el Ecuador.

    En estas pginas, estimados lectores, no encontrarn sino un nctar bastan-

    te puro, un talento que se convierte en una verdadera mina por explotar, un compromi-

    so fresco, ideas visionarias y propuestas con carcter, as como datos informativos so-

    bre las actividades ejecutadas por nuestra Asociacin en este primer ao de fundacin.

    Y es que al ser ste el primer nmero de El faro, no hemos de desear sino que

    esta revista de literatura y arte reciba el respaldo necesario por parte de la ciudada-

    na y de los actores culturales, para que as pueda ir marcando camino siendo con-

    secuente con su espritu, sin entreguismos de ninguna clase y con la firme vocacin

    de hacer de la cultura el medio que faculte el desarrollo sostenible de los pueblos.

    Acudamos entonces a un encuentro serio y honesto con nuestra propia conciencia. Ese

    ha de ser el acto que nos permita vislumbrar con buenos ojos mejores das para la patria.

    1

  • La paradoja del sistemaTriunfador del I Concurso de Relato Juvenil Voces en tinta

    Solo, completamente solo yaca en el lecho de toda su vida, el cura Larrea, enfermo de tantos aos cargando pe-sares de ajenos, cantando en nombre de desconocidos y ce-lebrando para hermanos que nunca haba conocido.Eran ya trece das que acom-paado por vasos de agua fra, trozos del pan del domingo, y papeles de tanto mdico que dicen haberlo visto, sobrevive como puede. El campanario de la iglesia no suena desde que el octogenario reverendo cay enfermo. Ni las splicas diarias que escritas deban re-basar algn texto fantasioso, lo logran sacar de la cama. En el barrio, casi nadie de los vecinos era viejo, todos jve-nes, burcratas, deportistas y un poco de estudiantes que con la premura de la acade-mia, ni siquiera se paraban a cruzar palabra. A ese ritmo, vive el barrio del cura. Nadie lo ha visto. Tam-poco nadie se ha preocupado de l. Todos suponen algo, nadie acierta con lo que es. El cura enfermo ha perdido el papelito arrugado y mugro-so donde tena el telfono de doctor Barriga, el que sola atenderlo cuando se le anto-

    jaba ser atendido.El cura, no abre ni siquiera las cortinas para no levantar un pice de viento que con migajas de respiro, se le con-gelan hasta las entraas. Estaba tan mal, su cara ya no le perteneca. La sotana es-taba de ms, pareca el cuer-po de un nio que no admite alimento alguno. No sopor-taba el ruido minsculo de una carreta vieja que pasaba una vez por da. Se encerraba en el ltimo cuartucho de la casa para que la luz no atur-da sus pupilas, ni la noche le recuerden sus aos junto a Lenidas, ese muchachito, su sobrino que por muerte de su hermano lo cri como hijo propio. El televisor y la radio haban quedado en el cuarto mster donde pasaba por las noches, en aquellos aos donde vivir era rutinario. No saba ni del da ni de la hora. El peridico dejado en correspondencia, debe estar como en montaa al pie del portn. Los santos deben es-tar con ganas de irse para no sentir ms polvo o ms bien que l se vaya pronto. Solo completamente, vive en el desierto de la ciudad, en

    medio de un poco de herejes y nada compadecidos. Por lega-do de su conviccin fielmente guarda en su cabecera el tex-to de hojas finas y enseanza sempiterna, al que acude casi todas las horas del da, para ah, ojal encontrar fortaleza alguna. Afuera, ya se desat el es-cndalo. La batahola genera-da alrededor de un golpe de Estado, haba terminado ya. La accin rpida del ejrcito -del todopoderoso de los pue-blos, de los que amansan ma-sas con bombas y balas- haba detenido cualquier intento de sublevacin. Los peridicos lucan de ver-de opaco, todas las fotos per-tenecan a los soldados victo-riosos, que con sangre en sus

    Pablo Javier Vivanco Ordez

    2

  • harapos que algn da fueron uniformes, se sentan nicos dueos de un pueblo ame-drentado hasta el hasto. Las patraas de un rgimen militarizado haban puesto la camiseta de hroes a los sol-dados tteres, manejados por las ms grandes cpulas, que estaban con hambre de poderUn poco de ignorantes clasi-ficados por mritos de sumi-sin eran los amos y seores del pas. La verdad era nica-mente la que ellos le pronun-ciaban en titulares majestuo-sos al pueblo. La voz de Dios ya no era ni la ua de la vo-luntad de todos. Esclavos, amarrados a la os-curidad de sus casas. Solos por el silencio abrumador del miedo. El da se haca eterno. La no-che era el paladn de lgrimas de los padres que entendan claramente lo que devena para sus hijos. Novios y prometidos, fir-maban en el secreto de la casa paternal el compromiso eterno de vivir hasta que la muerte los separe. Saban que aquel da llegara pronto y no tendran que hacer mayor es-fuerzo.Todos vivan en la crcel que con su esfuerzo haban hecho. Su casa era su mundo. Las ca-lles ya se olvidaron de guar-dar secretos, y ya extraa el paso multitudinario del pue-blo. De vez en cuando pasan unos camiones cargados de armamento, un par de solda-dos resguardando la sumisin total. El pueblo saba que la muerte

    estaba parada en la esquina, esperando que el primer hom-bre salga en busca de ser mr-tir. Nadie. Nadie se atreva a llegar si quiera a la puerta de la sala. Los perros y los ga-tos ya fueron desollados para manejar el espectro macabro e inescrupuloso del ejrcito. As que sonido alguno se es-cuchaba cercanamente.Ya vivan con la muerte sobre sus hombros. El cura viva con la muerte en su espalda, la cama se haca de cemento, no la soportaba ms, el oc-cipucio haba perdido su fi-sonoma, no soportaba estar parado y la cama ya no era refugio. Estaba sobreviviendo en el ol-vido y no saba que la muerte estaba rodando por las calles.Un da, cuando supona que era el acabose de su vida, in-til de pronunciar la oracin final, se decide a salir en bus-ca de la parroquia ms cer-cana, para pedirle a su cura amigo, que lo ayude a bien morir. Fue una verdadera historia vestirse, arroparse mejor di-cho, logro su cuerpo una so-tana guardada, estaba limpia de tantas palabras desgarra-doras que eran testigos de la muerte aclamada por el cura Larrea. De cabello le quedaba muy poco, se ech un som-brero panam para disimular su hlito final y emprendi as el ltimo va crucis de su existencia.Sali, con pasos aletargados como si un viento aguanta-ra su caminar. Pas en tiem-po lento el callejn, con paso

    moribundo segua hasta lle-gar a la esquina, donde termi-naba el terreno de la iglesia. Justo en diagonal suyo, vio excitarse unas manos. Vio sin mayor cautela un par de fusi-les levantarse. Sigui caminando y sin im-portarle las armas empua-das, no se inmut. Al llegar a mitad de cuadra, escuch un grito que ordenaba: Vamos Larrea El primer mrtir es tuyo! No aceler el paso el cura. Camin tres metros y ya ha-ba llegado el soldado Larrea en trote de asesino. Tir con vehemencia el brazo lngui-do del cura. Se encuentran de frente. Aos que el cura no vea a su sobrino y el sobrino no haba visitado a su padre adoptivo. El cura Larrea haba decidi-do el camino del sacerdocio porque ya estaba grande Le-nidas y estaba decidido a ser militar, a eso se fue y jams se volvieron a ver. Lenidas intil con un arma en sus manos, la tir, arro-dillado frente al cura: su to, despojado de tanta ansia de sangre y vida ajena, el unifor-me ya no era de valiente, era de debilidad. Se abrazaron, con amor extra-o cayeron al suelo y tirados estuvieron pocos minutos. Hablaron con emocin en el final de su historia. Horas despus, recogidos para alimentar la fosa de to-dos, nadie saba ni del cura Larrea ni del soldado que no pudo disparar.

    3El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • Vas hacia la tumbatemblando, sacando la lengua

    mordindote de vez en cuando la famlica carne,con los colmillos rotos haces un ruidito as:

    shick /shick /shickpara rascarte las llagas que te deja la vida.

    Cuando eres un perro mojadonadie est cerca porque hueles a lluvia

    divagas sucio, tu hogar es una laberntica ciudadque te alimenta de basura y olvido.

    Y vas de frente, meneando la cola contra la eternidad.Necesitas todo el da para dar con un dueo improvisado

    que te aviente un trozo de pana cambio del truco de mirarlo con el espritu

    como se mira la vida por primera vez,como se mira a los de tu raza que salen limpios

    del culo de tu madre: vacos aun de chillidos y miseria.Cuando aprendes a ladrar

    Louis Armstrong toca el saxoy todos los perros lloran.

    Crnica de un perro mojadoTriunfador del I Concurso de Poesa Juvenil Versos desnudos, 2014.

    Pal Chimbo Torres

    4

  • Antes la soledad, la lluvia; despus el ladrido, la luna.Cuando los perros ladran,

    escupen sobre la tierra su dolor.Estn solos, siempre solos

    porque nadie quiere a los tristesdentro de su vidafuera de sus casasdebajo de la falda.

    Un perro abandonado es alimento de la muerte.No tengo sitio en el corazn de las calles -ladras.

    Mrame pasar sin menear la colame estoy quedando vaco, sin pulgas y sin sangre

    sintiendo que el cementerio de mascotasest en cualquier humano que no dice nada.

    No he venido a ver vivir nadie entendi eso -ladras.El da que me vaya sin que nadie lo sepa,

    aullar por ltima vez para ti, esa ser mi despedida.Voy hacia la tumba temblando, sacando la lengua

    escuchando la msica de un extrao ngelque me llama dicindome

    psss psss pssss.

    5El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • MIGUEL NGELSUREZ ROJAS:

    El sin par maestroJos Luis iguez Granda

    Loja y la patria entera tuvieron en l, no solo a un maestro sin tacha, sino a un ser humano n-tegro que siempre coloc los intereses colectivos so-bre los personales, y que se preocup, entregando con denuedo no solo su capa-cidad y conocimiento, sino tambin su fortuna, a la causa ms noble en bene-ficio de la humanidad: la educacin. Las generaciones enteras de nios y jvenes que tuvieron el privilegio de recibir sus enseanzas, lo vieron no solo como a un maestro, sino tambin como a un filntropo y benefactor de indiscutible calidad humana. Y es que su mejor legado, es su obra. Es su instituto en el que se formaron y an se forman grandes masas de hombres notorios, que procurando seguir su ejemplo, pusie-ron y an ponen sus con-tingentes para beneficio de

    la sociedad. Por lo mismo, y siendo creyente de que el traidor olvido es el peor signo de ingratitud para un ser hu-mano que tanto aport al desarrollo social de esta tierra, pretendo median-te este escrito recordar y honrar la memoria de tan profundo pedagogo.La ciudad de Loja vio na-cer a don Miguel ngel Surez Rojas un 13 de abril de 1905, da que quince aos ms tarde sera de-clarado para rendir tribu-to al Maestro Ecuatoriano. Sus padres, el Comandante Fernando Surez y la se-ora Filomena Rojas Al-meida, se preocuparon por brindarle una formacin frrea, fundamentada en autnticos valores huma-nos y cristianos, cosa que a lo largo de la vida se viera reflejada en la egregia per-sonalidad de don Miguel ngel Surez. Recibi el sacramento del

    Jos Luis iguez Granda (Loja-Ecuador, 1996). Es-tudiante universitario de Derecho, escritor, orador y promotor cultural. Gana-dor del IV Concurso Pro-vincial de Cuento Ecol-gico 2010 y del Concurso de Oratoria por las Bodas de Oro del Orfanato Doro-tea Carrin, 2012. Su corta trayectoria cultural y lite-raria ha sido reconocida por el Concejo Municipal de Loja; Concejo Munici-pal de Newark, New Jersey, EE.UU; Centro Social Loja de New Jersey, EE.UU; C-mara de Comercio Ecua-toriana Americana de New Jersey, EE.UU; Consejo Nacional Todas las San-gres, de Lima-Per e Ins-tituto Educacional Miguel ngel Surez. El Consejo Nacional Todas las San-gres de Per lo condecor con la Orden Jos Mara Arguedas en el Grado de Gran Gestor y Promotor Cultural. En diciembre de 2013 fue in-

    6

  • Bautismo el 27 de abril del mismo ao, de manos del eximio sacerdote y respe-table abogado lojano, Dr. Lautaro Loaiza. Fueron sus padrinos el Comandante Jos Ignacio Larrea y doa Zoila Ordez, su esposa. Parte de su educacin pri-maria la recibi en la Es-cuela de Nios Miguel Riofro, en donde tuvo la suerte de tener como sus maestros al profesor As-drbal Castillo y al Dr. Miguel Espinoza. Tiempo despus, sus padres deci-dieron llevarlo a la Escuela Jos Antonio Eguiguren, en donde recibi la ense-

    anza por parte de Igna-cio de Loyola, Rafael Ma-ra y Heliodoro Jos, todos Hermanos de La Salle y respetables maestros de la sociedad lojana. Aqu ob-tuvo, en 1922, con notas sobresalientes, el ttulo de Profesor de Tercera Clase. Cuando joven frisaba los escasos 16 aos de edad, el Consejo Escolar de Loja lo nombr, el 27 de enero de 1922, profesor de la Escue-la de Nios de Sozoranga. Esta fue la partida, el ini-cio firme hacia el camino de la entrega y el servi-cio, que don Miguel ngel Surez mantuvo a lo largo

    vitado a Cajamarca (Per) para dictar la conferencia Los retos de la juventud latinoamericana en el siglo XXI y en agosto de 2014, seleccionado para partici-par en el I Foro de Parti-cipacin Ciudadana en la Integracin Regional de la Unin de Naciones Su-ramericanas (UNASUR), efectuado en Cochabamba (Bolivia).Entre las principales dig-nidades desempeadas, estn: Presidente del Con-sejo Estudiantil del Insti-tuto Educacional Miguel ngel Surez (2012-2013), Presidente del Consejo Internacional Todas las Sangres Captulo Ecuador (2012-2013), Abanderado del Pabelln Nacional del Instituto Educacional Mi-guel ngel Surez (2013-2014). Actualmente se desempea como Miem-bro de Nmero de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamn Carrin, Ncleo de Loja y como Presidente Fundador de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos ASOAR-TES. Es articulista de dos dia-rios de la localidad y sus creaciones se han publica-do en antologas naciona-les e internacionales. Ade-ms, ha realizado aportes para diversas revistas lo-cales, regionales y nacio-nales.

    Loja, 1966.- Personal Docente y Alumnado del Centro Educacional Maria-na Crdova de Sotomayor. (Foto: Historial de mi Vida de Maestro).

    7El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • de su existencia. Luego de laborar cuatro sacrificados aos en So-zoranga, en donde entreg todo de s, fue designa-do profesor de la Escuela de Chuquiribamba, hasta 1928. Este mismo ao re-cibi el nombramiento de profesor de la Escuela de Nios Miguel Riofro, en donde trabaj con indis-cutible acierto hasta el 30 de septiembre de 1934, ya que el Gobierno Nacional de ese entonces, median-te gestin de la Direccin Provincial de Estudios, le otorg una beca para que realice estudios de espe-

    cializacin en Ciencias de la Educacin, en el Nor-mal Manuel Jess Calle de la ciudad de Cuenca. Aqu obtuvo, el 15 de julio de 1936, el ttulo de Profesor Normalista. Meses despus nuevamen-te ocup el cargo de pro-fesor de la Escuela Miguel Riofro, siendo nombrado Director de la misma un 16 de septiembre de 1938, funcin que ejerci con to-tal responsabilidad hasta el 30 de marzo de 1942.El 31 de marzo de este mismo ao fue designado profesor de Pedagoga del Colegio Bernardo Valdi-

    vieso, desempeando al mismo tiempo su labor en colegios de carcter par-ticular como La Dolorosa y La Inmaculada, hasta el ao 1945.El 14 de agosto de 1946, el presidente de la Repblica de ese entonces, Dr. Jos Mara Velasco Ibarra, re-solvi, por Acuerdo N 002 de la fecha antes mencio-nada, nombrarlo Inspector de Educacin Provincial de Loja. Sin embargo, don Miguel ngel Surez deci-di no aceptar este cargo para dedicarse por entero a trabajar y pulir lo que sera el inicio de la obra que lo

    Loja, 1954.- Firma de la escritura de donacin de la casa para el Centro Educacional Mariana Crdova de Sotomayor. En la grfica, de pie: Sra. Rosa Jaramillo de Burneo, Presidenta del C. E. M. C. de S. y Sr. Miguel ngel Surez, director del C. E. M. C. de S. Sentado, Sr. ngel Sotomayor. (Foto: Historial de mi Vida de

    Maestro).

    8

  • convertira, con razn de justicia, en el benefactor indiscutible, en el filntro-po humanista. Es as que el primero de octubre de 1946, con apo-yo de Monseor Jorge Gui-llermo Armijos Valdivieso, rector para entonces del colegio La Dolorosa, fun-d el Pensionado San Luis en honor a San Luis Gon-zaga, quien es conocido como Patrn de la Juven-tud Catlica. Es aqu cuando inicia una de las obras educativas de

    Loja que ms trascenden-cia y significancia social ha tenido. Es aqu cuando don Miguel ngel Surez empieza a caminar sobre un sendero abierto, cons-truido y mantenido por l, siempre pensando en la necesidad fundamental de formar, instruir y educar, desinteresadamente, a un conjunto de seres huma-nos que sean capaces de aportar con altura, eficacia y eficiencia. Dos aos ms tarde, el Pensionado pas a lla-marse Centro Educacional Particular de Instruccin Primaria Mariana Crdo-va de Sotomayor, en honor a la esposa del Sr. ngel Sotomayor, quien don una casa ubicada en la calle Sucre, entre Azuay

    y Mercadillo, para que all funcione el prestigioso centro educativo. Bajo Acuerdo N 864 del 10 de abril de 1967, el Presidente Constitucional Interino de la Repblica, Dr. Otto Arosemena G-mez, le concedi la Con-decoracin al Mrito Edu-

    cacional de Segunda Clase, consi-

    derando su sacrifica-da tra-yectoria

    y total entrega en benefi-cio de la niez y juventud de Loja y de la patria. En 1972 le concedieron el de Primera Clase.En 1968, al ocupar el cargo de Senador de la Repbli-ca por la Educacin Par-ticular, logr dar valiosos aportes para la educacin ecuatoriana de carcter religioso. En lo que re-fiere a su instituto, desde esta funcin logr que el edificio del Pensionado se incluyera en el Plan Na-cional de Construcciones Escolares, adems de un incremento de la partida presupuestaria para el ins-tituto, la finiquitacin de la deuda con el Seguro y muchas otras que para la poca, requeran de urgen-te atencin. Este es uno de los muchos motivos para asegurar que todas las fun-ciones desempaadas por el ilustre maestro, estuvie-ron marcadas por su dina-mismo y entrega.En 1969, su perfil const en la Galera de Hombres Ilustres de Loja, junto a Rogelio Valdivieso Egui-guren, Arsenio Vivanco Neira, Luciano Laso Or-tega, Jorge Hugo Rengel y Mons. Francisco Valdivie-so Alvarado.El 13 de abril de 1970, el Ilustre Municipio de Loja, en la alcalda del Dr.

    9

  • Antonio Briceo Lojn, le otorg la Medalla de Oro considerando su labor de ms de cuarenta aos como educador, y por ser el pio-nero en la construccin del moderno edificio para que funcione el plantel, inau-gurado en 1969.Ms tarde, en noviembre del mismo ao, el Con-cejo Municipal de Loja lo declar Mejor Ciudadano de Loja en atencin y justo reconocimiento a su ejem-

    plar existencia como mo-delador de la niez lojana. Para entonces era alcalde el Dr. Rubn Ortega Jara-millo.En 1972, don Miguel ngel Surez cumpli cincuenta aos como educador, sien-do motivo ms que sufi-ciente para que el centro educativo que l fund con tanto esmero y sacrificio, pasara a llamarse Instituto Educacional Miguel ngel Surez, denominacin que

    se mantiene hasta la actua-lidad. En 1986, la Confederacin Ecuatoriana de Estable-cimientos de Educacin Catlica (CONFEDEC) le otorg el Mrito Educativo de Primera Clase, en reco-nocimiento a sus 63 aos de benemrito servicio do-cente. Falleci en la ciudad de Quito un 23 de diciembre de 1987.

    Loja, 1970.- El Dr. Rubn Ortega Jaramillo, alcalde de Loja condecora al Sr. Miguel ngel Surez al ser elegido Mejor Ciudadano de Loja.

    (Adelanto del libro Miguel ngel Surez Rojas: El sin par maestro).

    10

  • Las ruinas de MauroCon el pretexto de la necesidad pedaggica, dilataba cada da las horas

    dedicadas al sueo.

    Tambin rehzo el hombro derecho, acaso deficiente.

    A veces, lo inquietaba una impresin de que ya todo eso haba acontecido.

    J.L. Borges

    Casi siempre Mauro se siente inseguro de lo que har con el mucho tiem-po del que dispone. En su mente las horas se repi-ten y el tiempo pasa muy lentamente. Mauro sien-te que en l el tiempo se repite de otra forma. Las diez de la maana de ayer son exactamente iguales a las diez del da de hoy, sin embargo, el hecho de que sean iguales las hace de por s diferentes, porque al regresar, ya no tienen esa caracterstica defini-tor ia de su histor icidad que recubre su centro. El reloj as lo dictamina. Quin no lo ha visto? Y se pregunta: Qu hice ayer a esta misma hora? Pero una muralla de aconteci-mientos empaa nuestro recuerdo y nos dejamos

    llevar por el olvido, y de pronto, como una visin, se nos descubre el flash. -Ah!, ya lo recuerdoAntes de que la hora de la que hablamos llegue, fui al mercado; estaba en la calle y un auto casi me atropella; insult al con-ductor hasta que desapa-reci por la esquina-No, eso no pas as, eso lo hubiera recordado sin dificultad. Lo que pas fue que a las diez de la maana estuve comprando los mellocos para la ensalada y la ten-dera me dio diez centavos de menos y le reclam -No, eso no fue lo que pas. Lo que en verdad pas fue que me tom un jugo de boroj y el maldito vaso se me escurr i de las ma-

    nos y la seora de los jugos me cobr el vaso como si hubiese roto el cliz donde bebi Jess -Ah!, pero eso fue a las 11A las 10 de la maana lo que estuve haciendo, ti-rado en el banco de la casa, fue ver pasar unos perros en celo mientras yo preguntaba qu era lo que hice el da de ayer exactamente a las diez de la maana. Los acontecimientos qui-z no se repitan o quizs s. A Mauro le parece que desde hace unos aos se le repite la vida; se le in-crementan las sensacio-nes porque las causales se le repiten sin su autoriza-cin; est sobreexcitado por estar vivo y creer que su vida se repetir hasta el

    Daro Jimnez

    11El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • Mi nombre es Daro Jimnez. Nac en Loja, en el cantn Cal-vas, en 1984. Actualmente cur-so estudios de doctorado en Es-paa, aunque la culminacin es cada vez ms incierta. Mi tesis la estoy escribiendo sobre Pablo Palacio, el mejor escritor de to-dos los tiempos del Ecuador, al menos para m lo es.He publicado dos libros: una antologa titulada Antologa potica de autores lojanos, con la que me licenci, junto a Pau-lina Soto; y un libro de cuentos titulado Un da me ba desnu-do, que gan el primer lugar en el Concurso de Narrativa n-gel F. Rojas, promovido por la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Loja, en el 2011. He colabo-rado en un par de ocasiones con la Revista Suridea y es la prime-ra vez que colaboro con esta re-vista. Me gusta escribir, pero no lo hago de forma compulsiva, como se debe, sino en forma teraputica, como pasatiempo. Me gusta ensear literatura, y ms si es ecuatoriana, aunque no soy un experto.Tengo un libro de cuentos in-dito si algn editor se ani-ma, estoy a las rdenes.

    Daro Jimnez

    infinito. Mientras lava los mellocos tiene que dete-nerse y dejar que el agua corra porque se ha puesto a pensar en los minuteros del reloj. Las manecillas del reloj no son las mis-mas, y siempre cambian con el tiempo y es impo-sible ver dos veces la mis-ma manecilla moverse; ahora, precisamente, son ms largas, parecen cor-batas estiradas infinitas. Salen del reloj, apuntan a un lugar fuera de la casa. Sern las diez?, se pre-gunta Mauro, no puede ver la hora que marcan. Deja los mellocos y se ve tentado de ir a buscar el lugar hasta donde llegan las manecillas. Salen por la ventana de la cocina, doblan a la izquierda y suben por las gradas, pa-san junto a los pollos que engorda su hermana; re-gresan, g iran a la derecha y van hasta la par te baja de la casa donde se en-cuentran los cachivaches y el polvo de aos de vida sosegada. Parece que no hubiese nadie en el mundo por-que siempre pasa lo mis-mo con Mauro. Todo es nuevo y tan conocido a la vez. Se pregunta si ya se habr acabado el agua

    de la llave porque seguro pas mucho tiempo desde que empez a recordar; el agua se repite. Mauro siente que no debe se-guirle el juego al reloj y se queda en la cocina, pa-rado, contemplando los mellocos. Los fideos ya deben estar, pero a l no le impor ta. Solo le inte-resa recordar y salir del laber into. Se dice: 20 aos y ni un solo da he dejado de pensar en ti. Sale de la cocina, se sien-ta a ver nuevamente a los perros que se aparean, vuelve a la cocina, toma una cerveza y se sienta a esperar que el segunde-ro vuelva a su lugar. Se acaba la cerveza. Toma un minuto pensar en lo que pasa y se da cuenta de que es eterno lo que ocurre porque eso ya pas, sin embargo no seguir a las manecillas hasta el piso de abajo donde estn los cachivaches. No les dar ese gusto. Se sienta nuevamente, con su cerveza vaca en la mano. Los perros siguen aparendose. Se acuerda de los fideos, pero no ir a apagarle a la estufa por-que seguro se repite lo que ayer pas; ya lo hizo con el arroz, el mismo

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  • arroz, los mismos fideos, pero otro tiempo que no deja de ser el mismo. Sale nuevamente. Sigue a los perros hasta que se pegan y se largan gr i-tando. Un hilo de soni-do lo persigue y el jadeo de los fideos echndose a perder en la olla lo llama, sin embargo, l no detie-ne su peregrinar y cam-bia de estado, busca su billetera. Saca su carnet de conducir y recuerda el da que lo obtuvo, son cinco aos desde aquella vez, ya no sir ve pero no se repetir. Lo deja de lado porque no se acuerda si tuvo un carro que res-paldase ese papel. Intenta descifrar su nombre pero su nombre no le suena a nada y teme que le hayan

    cambiado el nombre por uno igual al que tena; tal vez su nombre tambin se repite pero sin ser el mismo, y piensa en su nombre a la inversa, en el nombre de los dems que son los mismos nom-bres que otros poseen y los identifican, las mis-mas letras pero con otros tiempos, con otros so-sias que siguen siendo los mismos, desde otros ojos y circunstancias, pero di-ferentes a cualquier tiem-po vivido. Piensa en todos los nom-bres de cosas que conoce pero ninguno tiene senti-do. Todo est all pero ese todo no crea nada para darle sentido a lo que el recibe y asimila. Cambia de pensamiento y regresa

    a lo que es su costumbre, pensar en la muer te. Y cuando el ya no est, qu pasar?, el tiempo segui-r haciendo sufr ir a tan-ta gente y el ya no estar para recorrer las ruinas de su vida y dejar de se-guir las manecillas a las que ya no podr resistr-seles. Y piensa en que si cierra los ojos, tal vez, ya no los podr abr ir otra vez y quiz se quede cie-go y se perder el ver sa-lir las manecillas del re-loj ancho de la pared de la cocina que le indicarn el lugar donde tiene ente-rrada a su amada Lupe; y el reloj ya no le mostrar el camino hasta el lugar del pueblo que se repite igual, que siempre, en su imparcialidad detestable, le muestra el camino ha-cia donde se encuentra enterrada su madre. No le mostrar ya el mismo lugar donde nadie, en su similitud diferencial, sa-bra precisar lo que hizo l el Viernes Santo a las diez de la maana mien-tras los fideos se le so-brecosan en la estufa y su mujer se colgaba con una de sus corbatas en la par te de abajo de la casa donde guardaba los cachi-vaches junto a su tumba.

    13El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • Hrcules Poirot vino a la ciudad en busca de pistas que le sirvieran de cura al extremado malestar que le produca no encontrar so-luciones para el caso, an no resuelto, de la mascota muerta del Conde De Avig-non. O sea, se haba pro-puesto resolver un caso ms fcil para darse nimos con el ms complejo. Pero esta vez no pudo hacer nada y dio los dos casos por perdi-dos. Como decamos, en nuestro pueblo el tema del caso tena matices perru-nos y requera una mente lcida para desentraarlo, porque a pesar de que los ms entendidos del pue-blo en desapariciones de animales pensaban que era ms que seguro que doa Encarnacin Tejada hubie-

    ra tenido mucho que ver, el caso a todas luces pare-ca ser inexpugnable. Y no lo fue menos para Hrcules Poirot, a pesar de haber de-jado la vida leyendo infor-macin sobre el caso desde Blgica y llegar a perderse en este mar de misterios in-descifrables. As que se fue por donde haba llegado sin pena ni gloria. Pero por esas cosas que la vida no puede ex-plicar ni el silencio ocul-tar, result que, unos meses despus de que Hrcules Poirot llegara al pueblo, un tipo de mediana edad, alto y delgado, de cara enjuta y de mirar perdido, tom el caso en sus manos. Tronaba los dedos, todos los de una mano con la otra, y fumaba unos cigarros largos y apes-tosos. Este seor lleg con un tipo que usaba bombn,

    ya muy viejo, el bombn, l no tena ms de cuarenta aos; de cuerpo pequeo y tosco, robusto, mejillas rubicundas y espeso bigo-te engomado, y que deca ser un respetado qumico. Claro, nos referimos a don Pepe Salazar, el tipo medio loco del pueblo vecino que haba estudiado filosofa e historia, y a su camarada, medio cuerdo, Jorge Ram-rez, respectivamente, y no a otros investigadores con los que podran haber sido confundidos. En pueblos como estos es muy comn que lo confundan a uno con ese sujeto, le dijo don Pepe a su colaborador Ramrez en cuanto se bajaron del taxi que los traa del pueblo vecino. El taxista le haba cobrado de ms y le haba preguntado si no era el to que viva en Inglaterra de

    El caso de la vecina mala

    Daro Jimnez

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  • don Ramiro Soto, el Alcalde del pueblo. No se termina uno de sorprender de estas confusiones perversas. Solo en los pueblos, mi amigo. A pesar de que los pesquisas de la polica le haban advertido sobre el intento fallido de un cole-ga suyo en el caso de la pe-rra desaparecida, don Pepe Salazar dijo que aquel caso era trabajo para investiga-dores de verdad y no para monigotes inventados por la farsa de la literatura, encandiladora y lloricona. Los pesquisas hicieron un gesto y se miraron, aga-chando sus bigotes en una mueca que pudo ser tra-ducida bien como respeto o tambin como increduli-dad. Le cedieron el caso sin rechistar. Los hechos eran sen-cillos, aparentemente: La desaparicin de La Pelusa, la amada mas-cota de don Filiberto, y su final trgico. Cmo desapareci?: se la llevaron unos tipos, segn alguien confes des-pus, en la que haba sido la noche ms oscura para don Filiberto y, por lo visto luego, tambin para los tes-tigos que despus dijeron

    que solo haban sido som-bras las que observaron, porque el miedo siempre provoca que se confunda a las sombras con gentes, en este caso, con tipos. Dije-ron la palabra tipos como si se tratara de una entidad viviente, le dijo el pesquisa Paredes a su colega Roble-do, cuando ya los viejitos se haban ido. La polica no haba comentado sobre este testimonio porque adems de ser un poco mentiro-sos los Aguirre, solan ser cortos de vista. La diabetes no perdona, le dijo el juez Encalada al oficial Paredes momentos despus del in-terrogatorio, sin importarle

    ni ponerse a pensar en que en la sala de audiencias pu-diese haber habido alguien ms con diabetes. Cundo desapare-ci?: el 30 de diciembre de 2010. Se not su ausencia al no despertar a su amo, costumbre muy arraigada en la perra, a las seis de la maana para ir a pasear. Se presume que la desapa-ricin se habra producido a las doce de la noche. Don Filiberto escuch ruidos a esa hora, como comproba-ra en el reloj de su mesita. Lo ratificara luego en el in-terrogatorio. Y se extendi hasta dar detalles de cmo por su reumatismo no se

    15El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • haba podido levantar. Pero los oficiales que lo escucha-ban, parados bajo el dintel de la puerta, sin dejar de escrutar al viejo afeminado, vestido con pijama de seda, y que parado acariciaba un cojn de ceda, creyeron que menta porque en seguida

    dedujeron que no se haba levantado por ser muy ma-ricn, como demostraban sus pijamas; adems no les import demasiado. Por qu desapa-reci?: posiblemente una venganza en contra de don Filiberto por parte de doa Encarnacin Tejada, con el

    simple motivo de conver-tir su vida en una miseria. La causa pudo haber sido el comn hecho de que el seor rico y delicado no quiso prestarle a doa En-carnacin el dinero que le faltaba para irse del pue-blo en busca del amor de

    su vida. Esta declaracin se la haba hecho a don Fili-berto, meses despus, una amiga de doa Encarnacin con la que sola compar-tir sus tardes de costura. La amiga le haba contado a don Feliberto, que jams se recuper de su prdida, sobre aquella conversacin

    con doa Encarnacin en la cual no haba descartado la posibilidad de una maqui-nacin dispuesta para ha-cerle algn mal a su odiado vecino. As que cuando lle-garon los policas, don Fili-berto, sin saber aun lo que su vecina le contara luego, y con la cabeza caliente por el hecho, y puesto que no soportaba a la exmada-ma que viva junto a l, no dud en denunciarla, sin que sus palabras dejaran de sonar graciosas, por su voz de bartono, pero contun-dentes. La exmadama tena historial y eso bast a la au-toridad. La evidencia?: el cuerpo de la Pelusa enterra-do en el jardn de la casa de don Filiberto y un pauelo con las iniciales E y T sobre la tumba de la perrita. El principal sospe-choso?: Doa Encarnacin Tejada. Cuando requirieron el testimonio de la princi-pal implicada, esta dijo que ella esa noche ni siquie-ra haba estado en su casa, pero cuando le preguntaron donde haba estado se puso nerviosa y jur por la Vir-gen Santsima que su madre poda dar fe de que ella no estaba en nada malo. La ma-

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  • dre de doa Encarnacin se fue del pueblo antes de que pudieran verificar aquella informacin. Doa Encar-nacin prefiri no dar ms detalles porque desconfia-ba de su memoria, o al me-nos eso entendi el Fiscal Pesntez sin desprender su mirad de las cejas tatuadas de la seora muy bien con-servada para su edad. Don Pepe Salazar, con toda su inteligencia en-cendida, y con las luces de las evidencias delante de s, tena claro quin haba co-metido el secuestro y poste-rior asesinato; solo quedaba unir las partes del rompe-cabezas y el culpable sera descubierto. Esta era toda la informacin de la que dispona don Pepe Salazar, as que no tuvo problemas en deducir el para qu: el simple y llano intento de hacerle dao a alguien; el quin: no tard en ser des-cubierto. La Pelusa, en pala-bras temblorosas de don Filiberto, mientras daba su declaracin formal, tena todas las virtudes de los humanos y ninguno de sus defectos, as que no halla-ba mejor descripcin para darles a los investigadores.

    En cuanto se puso a descri-bir las patitas de la perra, su pelito blanco, sus ojitos saltones y clidos, su boca olorosa a eneldo silvestre, su lamer con caricias y su ladrido enternecedor, rom-pi en un llanto tan amargo que al soltern se le hizo de hiel la boca, y los prpados de gelatina a los investiga-dores. Que no procedan, dada su educacin y apti-tudes, con el pernicioso ta-lento que tiene la gente de juzgar sin saber. Ellos in-vestigaban antes de hacerse cualquier imagen de la gen-te y todo eso, pero ahora algo los haca que se iden-tificaran con el pobre hom-bre. Los tres tenan perros.

    Y de la misma raza, para colmo. Los tres tenan uno cada uno, french poodles, que parecan ser tres seres humanos ms. El investigador Sala-zar le haba jurado encon-trar a los asesinos, se lo ju-raba por su adorada Camila, una French Poodle color miel. Pero tena que recons-truir la escena del crimen; as que le pidi iniciar a don Filiberto la relacin de todos los hechos sucedidos para empezar con su proce-dimiento mental infalible. Empez don Filiber-to de la siguiente forma: -Me acost a las diez de la noche, como lo hago todas las noches, tom mi

    17El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • medicamento y acost a la Pelusita en su camita, al lado de la ma, y luego me qued tan dormido cmo siempre. Lo primero que me sorprendi al despertar fue la hora, eran las doce del medioda y no me haba despertado mi despertador-cita felpuda. Entonces fue cuando me di cuenta de que mi pobre Pelusa haba desa-parecido. En su camita mu-llida solo encontr el olor de su ausencia y en el patio, donde haba sido removida tierra recientemente, este pauelo con las iniciales que claramente delataban a la que evidentemente era la culpable: doa Encarna-cin! Escarb y encontr su cadver. Me desmay. Lue-go de volver en m, deam-bul por toda la casa como un poseso y sal corriendo mientras las lgrimas co-rran por mis desoladas mejillas y le gritaba a doa Encarnacin que pagara por lo que haba hecho. El resto ya lo conocen ustedes, mis queridos amigos. -Ya s quin es el asesino!, respondi ani-mado don Salazar, despus de un largo silencio y unas muecas que solo l enten-da, contino: el asesino se

    encuentra en estas pistas que usted me ha brindado y dentro de todo lo que aqu se ha dicho. Por ello se de-duce que es un individuo de complexin delgada, de unos cincuenta aos de edad, aproximadamente, caminar torcido y fuma ci-garros apestosos. Adems actu con su cmplice, un vil embustero. - Est usted segu-ro?, replic don Filiberto. -No es doa Encar-nacin la culpable, prosi-gui sentenciosamente don Pepe Salazar, ella es un chi-vo expiatorio; a todas luces se puede colegir que se trata de este vil ser; este hombre que se ha visto en la des-honrosa tarea de demos-trar, testarudo e intil, que me poda ganar un caso. Ese hombre que desde que aparec en las escenas de los crmenes no ha desper-diciado ocasin para inten-tar demostrar que yo no soy quien digo ser. Y ha tratado de hacer parecer culpable a quien no lo es, evidente-mente. Por ello le dejar a su criterio cmo sucedie-ron los hechos para que us-ted mismo los reconstruya, pero ya le digo quienes son los culpables, ahora le toca

    a usted empatar y hacerlo coincidir todo. Don Filiberto se que-d en las mismas, pues no comprenda nada de lo que pasaba, solo el dolor de sentirse en el infierno y la ausencia de su perra era lo nico que poda entender. Empez a llorar desconso-ladamente. Don Pepe Sa-lazar abandon la ciudad y no quiso saber ms del asunto. Don Filiberto se mud a una casa alejada de vecinas envidiosas y ma-las y ahora tiene tres rott-weilers. Doa Encarnacin sali de la crcel tres das despus de ocurridos los hechos. Dicen que ahora vive con su amor en Mia-mi. El dinero para el viaje nadie supo dnde lo consi-gui. Hrcules Poirot quiso retomar el caso en vista de que segua siendo un mis-terio, pero desisti cuando supo que don Pepe Salazar lo haba dado por cerrado y haba llegado a tan lgicas conclusiones. Adems, ya a nadie le importaba o lo re-cordaba siquiera. Jams se pudo com-probar si efectivamente las sombras en la oscuridad se podan parecer a tipos.

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  • El bregar recin empieza

    Socios fundadores y titulares de Asoartes. De izq. a dcha.: Fernanda Aguinsaca, Jos Luis iguez, La Matute, Ren iguez, Gabriela Bentez, lvaro Co-

    ronel, Kevin Castillo Granda, Tatiana Barba y Gaizka Cueva Jara

    Es definitivo que el tiempo no da tregua, ni descanso o muchas ve-ces pasa inadvertido. Pareciera que hace no mucho tiempo fue cuando un grupo de siete jvenes lojanos dedicados a la tarea de ha-cer, promover y fomentar cultura, tomamos la decisin de reunirnos y fundar lo que actualmente se conoce como Asociacin de Ar-tistas y Escritores Ecuatorianos ASOARTES, que hasta el da de hoy debe mantenerse como una sociedad de hecho por cuanto los recursos econmicos no han posi-bilitado obtener la respectiva per-sonera jurdica.Sin embargo, y pese a los mlti-ples problemas que se enfrentan

    a diario, la fortaleza, la entrega y el buen obrar, han marcado la ruta para poder avanzar. ASOARTES no naci pues, para ser una insti-tucin muerta, dormida, que tan solo sea nombre y no accin. No naci para ser tan solo un grupo de actores culturales, sino tam-bin, a la par, un grupo de jvenes actores sociales que sean capaces de dar lecciones histricas a Loja y el pas entero. No naci, enton-ces, para ser una organizacin ca-dver.Precisamente, y amparados en los principios que nos rigen, la tnica en estos doce meses de labor ha sido no desmayar y continuar con la tarea sobre los hombros. En un

    medio tan difcil, en donde cada da toma ms fuerza la tecnologa y todo cuanto tiene que ver con la superficialidad, fomentar cultura no es la tarea ms sencilla. Sin de-jar a un lado la falta de presupues-to, que evidentemente bloquea la mayor parte del tiempo, muchos proyectos y anhelos. Por ello, con mucha firmeza y cre-yendo en nuestras potencialidades y en las de los dems, estamos dispuestos a seguir porque cons-cientes estamos de que el bregar recin empiezaLoor a Asoartes en su pri-mer aniversario de funda-cin!

    19El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • Con la brillante participacin de representantes de algunas institu-ciones educativas de la ciudad de Loja, se efectu el I Concurso In-tercolegial de Oratoria Rol socio-

    cultural de la juventud lojana en el siglo XXI, organizado por Asoar-tes con aval del Ncleo de Loja de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. El concurso se efectu el 30 de

    abril de 2014 en el Teatro de Artes Segundo Cueva Celi de la CCE-L que luci prcticamente lleno, y en el que, de entre nueve concur-santes, el primer lugar lo obtuvo el estudiante Adrin Ortega Rojas, de la Unidad Educativa Vicente Anda Aguirre; el segundo lugar fue para Brenda Valdivieso Vlez, de la Unidad Educativa Jos Anto-nio Eguiguren, La Salle; y, el ter-cer lugar lo obtuvo scar Tadeo Hidalgo, de la Unidad Educativa Liceo de Loja. El Jurado Calificador estuvo con-formado por el Ab. Marcelo Agui-lera Delgado, Ab. Pablo Jos Ruiz Aguirre y por el Sr. Renato Agila Torres, todos grandes referentes de la oratoria.

    Luego de sus muy rescatables propuestas en el Encuentro para la conformacin de la Seccin Na-cional del Foro de Participacin Ciudadana de la Unin de Nacio-nes Suramericanas (UNASUR),

    Jos Luis iguez, presidente de Asoartes, fue uno de los seleccio-nados para conformar la delega-cin ecuatoriana que asisti al I Foro de Participacin Ciudadana en la Integracin Regional de la

    UNASUR, desarrollado en Cochabamba, Bolivia en agosto de 2014. Este even-to fue inaugurado por el primer mandatario de este pas, Evo Morales Ayma.iguez propuso la creacin de una universidad surame-ricana que forme gestores culturales profesionales con ttulo acadmico que tenga validacin en todos los pa-

    ses, adems de la creacin de un fondo econmico destinado para intercambios culturales entre ac-tores pertenecientes a las doce na-ciones que conforman UNASUR.iguez destac el adelanto que tiene nuestro pas en materias eco-nmica, poltica, social y cultural, y por supuesto, este progreso se reflej en la nutrida participacin de los ecuatorianos, que vale des-tacar, fue la delegacin ms nume-rosa, con propuestas prioritarias y la nica que contaba con amplia participacin de la juventud, lo cual tambin evidencia un adelan-to en cuanto a participacin ciu-dadana.

    Noticias 2014

    residente de Asoartes en Bolivia

    e efectu I Concurso Intercolegial de OratoriaS

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  • Un microcuento, autora de Gaizka Cueva Jara, fue seleccionado en el mes de julio para ser parte de la Antologa rase una vez un microcuento II, que edit el Grupo Creatividad Literaria en Espaa y que lleg a muchos pases del mundo.Al respecto, Jos Luis iguez, presidente de Asoartes, manifestaba que estos resultados permiten sacar a la luz los valores jvenes que Loja est dando en el campo literario.

    Bajo el pseudnimo de Catleya, Gabriela Bentez Loaiza obtuvo, el pasado 16 de julio de 2014, el III Lugar en la segunda edicin del Concurso Un verso para la vida organizado por la FEUTPL. Lo hizo con el poema intitulado Despedida. Me siento emocionada; creo que es genial que la universidad haga ese tipo de actividades porque los estudiantes somos ms que la carrera que seguimos; y pienso que el haber obtenido ese reconocimiento es una motivacin para seguir escribiendo y especialmente para mejorar, seal Bentez.

    Con el propsito de fomentar y promover la creacin literaria en la juventud de Loja y el pas, Asoartes convoc, a jvenes de entre 15 y 30 aos, a participar en el I Concurso de Relato Juvenil Voces en tinta, y I Concurso de Poesa Juvenil Versos desnudos. El triunfador del primer concurso es Pablo Javier Vivanco Ordez con el relato intitulado La paradoja del sis-tema, mientras que Pal Chimbo Torres, con Crnica de un perro mojado, se acredit el triunfo en el concurso de poesa. En este ltimo, el Jurado Calificador integrado por Susana lvarez Galarza y Benjamn Pinza Surez, recomendaron otorgar una Mencin de Honor al quiteo Alexander vila lvarez, por su poema Anecdotarios de los baos.

    Desde el 27 de julio de 2014, a partir de las 10H30, Asoartes mantiene domingo a domingo, por Radio Loja 97.7, el pro-grama radial La tertulia que tiene como objetivo principal valorizar y difundir el trabajo de la juventud lojana dentro del rea cultural, adems de informar sobre las importantes actividades que cumple semanalmente la institucin. A decir del presidente de Asoartes, esta es una propuesta nueva, enfocada en que la juventud se interese por temas re-levantes, sin dejar de lado el hecho de que tenga un formato nuevo, con ideas frescas y que permitan generar una con-ciencia crtica.

    lugar para socio de Asoartes en concurso de poesa

    ropuesta radial para jvenes

    oncursos de relato y poesa juveniles

    III

    P

    C

    icrocuento de Gaizka Cueva, en antologa internacionalM

    21El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

    residente de Asoartes en Bolivia

  • Traidor olvido

    Era un da como cualquier otro desde que partiste: me-lanclico y desgastado. Refu-giado tras el ventanal de mi casa, mientras sorba un jarro de caf, vea como las olas gol-peaban las rocas. Una espesa espuma eran los retazos que quedaban adheridos al material rocoso, que era de un rojizo penetrante.Seis malditos meses de mi vida, haba vivido con esa imagen nicamente. Puedo decir que ese era mi nico vicio, porque senta que la soledad me golpeaba ms que a esas mismas rocas. Es que desde que te fuiste, no soy yo. Y tampoco s quin soy ahora, cuando lo nues-tro muri en pleno floreci-miento. Mi corazn no supera el desgarre que sinti cuando ya no estabas ms y que te ha-bas ido alguna madrugada, silenciosamente. Desde ese momento, es un corazn que no sana cicatrices y que an, pese al tiempo y al engao, se resiste a creer que ya nunca volvers.Constantemente hemos habla-do y me ha pedido que salga-mos a buscarte. Mi mayor te-

    mor ha sido salir, navegar sin rumbo cierto y no encontrarte jams. Aunque no puedo ne-gar que la esperanza de volver a sentirte tan ma, si bien ha sido anulada muchas veces, ha estado presente.

    He escrito docenas de libros, malos o buenos, pero que con-tienen las cartas que te envia-ra si supiera dnde ests. A lo mejor eso sanara un poco mi corazn y tranquilizara mi alma. Y aunque decidieras no responderlas, igual, me bas-tara con que las leas. Seguro estoy que hubiera conexin entre mi corazn y el tuyo. Es posible que su ritmo aumen-tara y generara respuestas que tendra como palabra cla-

    Jos Luis iguez Granda

    ve amor.Aunque, volviendo a la rea-lidad, s que son cartas que no tienen el destinatario de-seado y que por lo tanto, ese destinatario soy yo mismo. De nada sirve eso cuando t,

    mujer amada, deberas re-cibirlas como fiel testimo-nio de que te sigo amando como el da que me enter que eras imposible para m, pese a que nunca lo comprendOjal algn da tenga el valor suficiente de desem-polvar mi barca y navegar por el mismo mar que t navegaste cuando te fuiste. A lo mejor, y esta s es una esperanza mayor, el mar se

    porte bien conmigo y me indi-que la ruta que tomaste hasta llegar a tu destino final.No me importar verte cam-biada. Lo nico que siempre quise y sigo queriendo, es verte, abrazarte y acariciarte. Susurrarte al odo y suplicar-te que no te conviertas en mi asesina. Para serlo, no necesi-tas un revlver o un cuchillo. Mi soledad, producto de tu abandono, ha sido la vil pua-lada que lentamente mata.

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  • Las mujeres de Carlos Eduardo Jaramillo

    Carolina Encalada

    La poesa de Carlos Eduardo Jaramillo sufre una importan-te transformacin estilstica a mediados de los aos 70; la corriente latinoamericana de poesa conversacional, que haba tenido su auge en la d-cada anterior, atrapa a nuestro escritor y lo invita a poetizar desde lo insospechable. Los tres ltimos poemarios de Ja-ramillo, Tralfamadore, Blues de la Calle Loja y Canciones levemente sadomasoquistas son obras que se enmarcan dentro del escenario doms-tico, ensalzan la pureza de los actos cotidianos y juegan con un lenguaje coloquialista.En el viaje hacia un estilo conversacional, Jaramillo ha ido perdiendo y recuperando el inters por temas universa-les como el amor y la mujer, la muerte, Dios, la existen-cia. En la incansable bsqueda del amor y la amada, el poeta oscila entre dos formas uni-versales: el amor pasajero y el eterno, el intermitente y

    el constante, el irrenunciable y el imposible. A cada una de estas formas de amor la re-presentan dos tipos de muje-res que aparecen alternada-mente en su poesa: Eurdice y Nefertiti.Eurdice (tomamos el nom-bre de Viaje al planeta Eurdi-ce) es la promesa de un amor, el incumplimiento o la nega-cin de una relacin amorosa, generalmente adolescente, mientras que Nefertiti (de Nefertiti la bella ha venido) es la mujer universal, la femi-nidad encarnada en la bella, es la madre y la hija, fundi-das en una sola, es la amada personificando el mundo de lo femenino. La mujer se pre-senta para Jaramillo como una dualidad monstruosa: o una imposibilidad o una ver-dad universal.

    Eurdice

    Eurdice aparece como el co-no de la novia adolescente en

    ms de un poemario, con su nombre nos referimos aqu a todas las menciones femeni-nas que representan un amor primero, idlico, olvidado, irreal, imposible. En los poe-mas que dedica al personaje mtico, el poeta habla de los amores pasados como una prdida, los aborda con una nostalgia irreconciliable pero indispensable. Eurdice en-carna la angustia del tiempo que pasa, dejando detrs los amores que no fueron.La imposibilidad de volver a Eurdice, de voltear a mi-rarla como en el mito grie-go, se traduce tambin como la incapacidad de volver a la juventud. En Blues de la ca-lle Loja el poeta dice: [] la ciudad pequea/ a la que entonces quisiramos volver/ como a la infancia, a la pri-mera juventud, al beso de las novias perdidas/ si eso fuera posible. Eurdice es la mujer cuyo recuerdo permanece, ella es pasado y el poeta es el

    23El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • Orfeo que no puede resistir la tentacin de regresar a mi-rar en su historia, de buscar si es verdad que est ah, que existi. Estas mujeres lejanas no son ms que un inofensivo re-cuerdo de juventud, pero son las protagonistas de los pasa-jes ms erticos de la poesa de Jaramillo; son el recuer-do vvido de los primeros encuentros, de la intensidad del primer acercamiento. En el poema Encuentros cerca-nos del tercer tipo, el poeta recuerda: tu cuerpo descen-diendo/ de pie al fondo de la piscina/ []yo debajo del agua contemplndote/ como un Tritn/ ardiendo/ y el en-lazarte el talle bajo el agua/ y subir t primero rozndome con la quilla de tus pechos. El encuentro con Eurdice es siempre primerizo e irrepe-tible, Jaramillo la nombra en ms de un poemario, a veces por su nombre, a veces por un nombre espurio que la es-conde.

    Nefertiti

    En 1977, Carlos Eduardo Jaramillo publica Nefertiti, la bella ha venido, en donde encontramos un personaje femenino que si bien aparece solo en este poemario, cons-tituye una figura importante en su poesa. Nefertiti es, por su lado, la mujer que contie-

    ne a todas, la inmutable; el poeta encuentra en la bella, la contemplacin de la femini-dad, la antpoda de la muer-te, la belleza como el eterno remedio ante la angustia de la finitud, todo lo bello y huma-no encarnado en la mujer. En ella el poeta se reconoce. Contraponemos Eurdice a Nefertiti porque la primera es la mujer que se desvanece al mirarla, mientras que Ne-fertiti es la que est all para ser contemplada, aunque es posible que ninguna de las dos sea jams poseda por el poeta. Para Nefertiti, el poe-ta manifiesta su amor funda-mental: Acostado a la vera de la esfinge/ interrogndola fa-ran insomne/ yo el nacido/ de su propia costilla.La particularidad de Neferti-ti es que, al ser la nica y la inmutable fmina, su imagen no solo se refiere a la amada, sino que a menudo representa a otras mujeres eternas como la madre y, en el caso de Car-los Eduardo Jaramillo, la hija. La mujer que aqu llamamos Nefertiti es el concepto de feminidad relacionado a lo acogedor de la vida domsti-ca, la familia, la cotidianidad. De modo que la figura de Ne-fertiti tomar ms fuerza en la ltima etapa de su poesa.Como hemos mencionado brevemente al inicio de este artculo, la ltima poesa de Jaramillo es especialmente

    familiar y domstica; en los poemarios ms recientes la casa se vuelve el centro y la familia despierta tambin el amor del poeta. Conforme avanza su obra potica, y su vida, el concepto de amor de Carlos Eduardo Jaramillo se va afianzando como un sen-timiento inmutable que palia los dolores de vivir; la angus-tia existencial y la bsqueda de Dios han quedado en el pa-sado y han cedido a una nueva forma de reconocimiento, en s mismo, en su historia y en las Nefertiti de su vida.

    ***Con cul de estas dos formas universales de amor se que-da el poeta? Quizs l mismo nos responde hacia el final de Viaje al planeta Eurdice: Es que el amor no es/ slo en-cender fogatas/ para quemar deseos/ sino raz/ y lazo/ y compaa. Jaramillo es un defensor de las prcticas ruti-narias en pareja, para l estas no terminan, como se podra pensar, por acabar el amor, sino ms bien por nutrirlo. La costumbre es una especie de amor/ cuando el gozo la dora por dentro., dice Jara-millo, el poeta que encontr la belleza en la costumbre de la vida en pareja, en la ama-da constante a la que Neruda llam alguna vez acogedora como un viejo camino.

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  • Visos de fe

    Gaizka Andre Cueva Jara

    Gaizka Andre Cueva Jara nace en la ciudad de Loja a los 13 das del mes de noviembre de 1994. Es el primero de 4 her-manos. Desde pequeo mostr su gusto por las artes plsticas, talento que sera alimentado por las enseanzas de su ta. El gusto por las manifestaciones culturales se ve reforzado por el ejemplo de sus padres, cu-yas aficiones incluyen la danza y la msica folclrica. Su dedi-cacin lo ha llevado a obtener algunos reconocimientos, entre los que destacan el otorgado por el Municipal Council of Newark City, GAD Municipal de Loja, entre otros. Por sobre todo esta su amor a Loja y la constante bsqueda del cam-bio del pensamiento colectivo con miras en elevar al arte y sus diferentes manifestaciones al sitial que se maceren en nuestra localidad, esto acompaado del deseo de incluir y promocionar a los talentos jvenes dentro del mbito cultural de nuestro te-rruo, mediante la promocin de los espacios propicios para lograr este objetivo. Actual-mente cursa el tercer ciclo de la carrera de Arte y Diseo de la UTPL, es Vicepresidente de ASOARTES y es editorialista para el diario Crnica.

    El da estaba cambiante, como sue-le ser normal en una zona donde nadie asegura, a ciencia cierta, que despus de un par de horas de lluvia torrencial, no habr un sol calcinan-te, de esos que no perdonan ni a la ms burda seal de vida. Temprano por la maana empec la rutina diaria: prepar un caf carga-do, embut el queso ahumado en mi bollo y tom los mil y un brebajes que acompaan mi vejez, mi sole-dad. Despus de comprobar que la puerta de madera, vieja y agrietada, pudrindose lentamente y sucum-biendo ante las inclementes polillas, est cerrada, me acerqu a ver si las gallinas estaban en el corral, si los perros estaban bien alimentados y si la chiva tena hojas para tragar. Me aventur una vez ms y sal al tor-tuoso camino hacia la ciudad. -Oiga, lo vide a don Jacinto borracho murmuraba doa Cle-mencia con las viejas chismosas- -No est borracho, que no ve que el pobre ya est decho zafado. Noms ahoriticas lo vide caminan-do sin rumbo, onde se largar.Despus de tantas dcadas viviendo en el mismo pueblo, los rumores lle-garon a ser parte de mi diario vivir. Quiz desde un principio, mis cos-tumbres, mi educacin y mi destino no coincidan con aquel pueblecillo, pero algo me mantuvo atado a ste.

    Al final de cuentas, mi permanencia result ser buena; lo pequeo del recinto encerraba en s un ambiente de humildad y compaerismo, pero tambin de chismes y habladuras. Continuaba mi viaje y con ste, m trajn. Atrs quedaron las gallinas, los perros, las chivas y las viejas chismosas tambin. Dej mi vida all y en m no caban sentimientos de tristeza. Aun estando solo, me senta ms libre y con aires de bien-aventuranzas esperndome. Fue un da intranquilo, la ciudad perdi su cotidianidad y lo cambi por preparaciones de festejos e ilu-siones. Los minutos corran y no acert ms que a botar mis cuatro trapos en el piso y dejar caer mi delgado cuerpo en la vereda. Cerr los ojos y dorm.Seran aproximadamente las 4 de la tarde cuando despert. Un ro de gente se vislumbraba por una estrecha calle. Aglomerados en in-contables cuadras, avanzaban con paso lento, pero con gran algaraba. Precediendo tan pomposa caravana, se vea una pequea imagen, una mujer, una reina, de vistosas pren-das y mirada piadosa. Coincidi mi idilio con la apacible Loja, con la fecha ms alegre, el da ms resplan-deciente. Coincidi con la llegada de la Virgen del Cisne.

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  • Sucursal de un sueoGaizka Andre Cueva Jara

    Amanece en la ciudad de Loja. Los primeros rayos de sol golpean el fro y nublado ambiente de una urbe tranquila, relativamente tranquila, por lo menos para ser las seis de la maana. El barrio duerme en su ma-yora, exceptuando a un par de ma-dres de familia que ya llevan ms de dos horas en pie, han preparado ya un jugo, un caf, un prensado o han calentado los tamales.Aquel da sub presuroso a la univer-sidad, llegaba atrasado a una de las peores clases a las que haba asistido. De antemano saba que el profesor me reclamara por mi falta de aten-cin y por distraerme en cualquier cosa, principalmente garabatear en mi libreta. Haba sido an corta mi estancia en

    el recinto educativo cuando llam la atencin de mis ojos un lugar don-de siempre, de lunes a sbado y sin lugar a mayor descanso, trabajaban cuatro seoras, intentando a punta de caramelos, llevar algo de comida a sus hogares. Pero haba una que en su misterio pareca guardar ms que la ilusin del pan de cada da. Mien-tras las dems podan disponer de un remplazo, a ella se la encontraba siempre. -Venga mi joven, qu desea? Lleve el cafecito, los chiflecitos dice siem-pre que te acercas a su negocio. Su sonrisa desaparece cuando los po-sibles clientes se alejan de su posada. Es poco comn verla sin que muestre su alegra, mas, unos pocos lo han lo-grado, entre quienes me incluyo.

    Brota una lgrima cual roco al ama-necer, surcando la escabrosa geogra-fa de su tez, abrindose paso por los ptalos de sus cachetes. La ilusin ha golpeado su puerta, pero en ella ya no hay espacio para ms sueos ni desengaos que los que ya tiene. El porqu, no lo s y de seguro muy pocos lo saben. El misterio, la intri-ga, lleva a buscarle una explicacin a lo inexplicable. Por qu surgen esas lgrimas? Ella ve pasar las horas, mira al cielo, vende un par de caramelos y as transcurre su vida en aquel entor-no: 1.50 metros llenos de caramelos, chocolates, papas, chifles y un sinn-mero de ensueos, utopas y el an-helo de ser ms en esta vida, aunque para la mayora solo sea doa Ely.

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  • Naci el 29 de Agosto de 1995 en la ciudad de Loja. Estudiante de la Universidad Nacional de Loja en la carrera de Derecho, miem-bro fundador de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos (ASOARTES).Ha publicado en las Antologas de microrelatos: Pluma, Tinta y Pa-pel (Espaa 2013), Otoo e Invierno (Espaa 2014) y en la Anto-loga potica Versos en el aire (Espaa 2014).

    La Selena Matute Ochoa

    La Selena Matute Ochoa

    Contigo muerteLa noche desolada y fra,

    las nostlgicas notas de mi piano,la botella de vino vaca a mi lado,

    me empujan a traerte a m,a entregarte esta solitaria vida ma.

    Oh fnebre ngel del oscuro abismo,t, que destruyes la ilusin de un nuevo despertar,

    t, que robas el tiempo de vida sin avisar,ven ya, llvame, ven ya, toca mi puerta,

    ven ya, tindeme tu mano abierta.

    Socrreme, derrumbada te digo:he perdido este juego y solo tengo lgrimas.

    Este dao no tiene ms reparo,solo t puedes zurcir mi corazn;cupido como marioneta ya lo us.

    Quiero que todo este tonto,sufrido y sin sentido amor,quede solo en mi memoria.

    Necesito que cortes los lasos entreesta dolida alma y este cobarde cuerpo.

    Si prometes venir,un vestido me pondr,buena msica tocar,

    bebiendo vino de esta vida me despedir;porque hoy contigo muerte bailar.

    Gloria a la juventud enardecida,soadora y atrevida.

    se vuelve conquistadora sin calma,con la llama del ideal dentro del alma,

    lanzndose a lucha de la vida.

    Con paso vencedor, frente serena,con el alma candorosamente llena

    de esperanzas, de ensueos y de amores;embriagada en el cliz de las flores

    vas ignorando la pena.

    Marcha siempre risuea y altiva,dando gloria a tu enardecida alegra.

    que tu corazn cante siempre a la vidacomo las aves ante un nuevo da.

    No aprisiones tu libre idealismo,siempre cree en ti mismo,

    la fe en lo dems puede volverse un abismo;que bien puede devorar la luz de tus ilusiones.

    Y as, heroica, loca y airosa;con el aroma de tus quimeras,

    vas perfumando el sendero donde tu valor tremo-la;

    junto con tu lema de ser la primerasea en la lucha, la muerte o la victoria.

    Al final con la mira en alto,bendecirs la ruta que exhortaste,

    los sueos que alcanzaste,los amores, que amaste,

    y las batallas que ganaste.

    Juventud

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  • FinalesDe todos los demonios que no pudimos enfrentar,

    de todos los fracasos, de todos los recuerdos,me qued tu risa cerca del odo,

    acurrucada plcidamente entre un pendiente azul y mi alma

    De todos los adioses que no pudimos ahogar,de las fotos y retratos sin enmarcar,

    me qued tu pupila enganchadaa mis prpados, a mis pestaas.

    De todos los besos que no nos tocaron,de los besos cados y abrazos muertos

    me quedaron tus huellas como cardinales,como puntos en el mapa,

    como astros de constelacin,me quedaron tus huellas frescas,

    visibles, perdidas en los pantanos del corazn.

    Vestas ojos de otoo y blancas arrugas,se te escapaban los sueos que ya no tenas.Tenas la bata puesta y tus pupilas volabanentre pastillas, sueros y esperanzas baratas.

    Te perdiste mis das, me perd tus noches,

    tu sonrisa,la ltima bendicin de tus manos cansadas.

    Un da vestiste de nieve, el cabello, la piel, los ojos,

    me acerqu a tu corazn helado,rec para que tambin nevara en mi interior.

    Rosas

    Gabriela Stefana Bentez Loaiza (Loja, 1995). Bachi-ller en Ciencias especialidad Sociales por el Instituto Su-perior Tecnolgico Daniel lvarez Burneo; Msico mencin Piano nivel Tecno-lgico y Bachiller Tcnico Musical en la especialidad de piano por el Conservatorio Superior de Msica Salva-

    dor Bustamante Celi.Entre sus logros ms desta-cados estn: Portaestandarte del Instituto Superior Tecno-lgico Daniel lvarez Bur-neo, II Lugar en el Concurso de Oratoria por las Bodas de Oro del Orfanato Dorotea Carrin, III Lugar en el Con-curso Intercolegial de Orato-ria organizado por el Colegio Militar TCRN. Lauro Gue-rrero, y III Lugar en el Con-curso de Poesa Un verso para la vida organizado por

    la FEUTPL.Desde marzo de 2014 has-ta la actualidad se desem-pea como Socio Titular de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos

    ASOARTES.

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  • Fernanda Aguinsaca Satama

    A tu memoriaY me aferraba a tu memoria,

    como quien se empua desesperado

    a la raz de un rbol en precipicio.

    Cada remembranza, me amainaba

    recordar cuando te vi por primera vez;

    recordar ese primer beso, aquel abrazo,

    algo que sacuda mi piel

    y a la vez despertaba mis encantos,

    que pareca que nunca terminaran;

    como no quera que terminara la fuerza de mi alma,

    afianzada a los recuerdos te esper

    Esos que nunca pens que me llevaran as,

    a la orilla del abismo, del temor, del rencor, del desencanto.

    Hasta que la cada fue inevitable.

    Esos recuerdos debilitaron ms y ms

    la fuerza de mi amor por ti,

    y me aferr solo a tu memoria,

    porque estaba segura que es el nico lugar

    donde la necedad del corazn

    no volvera a lastimarme.

    Ms no s pues solo me aferr a tu memoria.

    Cinthya Fernanda Aguin-saca naci en la ciudad de Loja el 2 de abril de 1995. Tiene 19 aos. Se identi-fica en el arte del dibujo y la pintura. Sus estudios primarios los realiz en la Unidad Educativa Ca-lasanz; sus estudios se-cundarios los culmin en el Instituto Superior Tecnolgico Daniel lva-rez Burneo; actualmente es estudiante de la Ca-rrera de Derecho de la Universidad Nacional de Loja y forma parte de la Asociacin de Artistas y Escritores Ecuatorianos ASOARTES.

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  • No es acasoNo es acaso las suaves brisas del viento,

    la dulce meloda de su voz, que ensalzan mis odos y agudizan lo interno,

    y profundizan mis versos en una caja de ilusin.

    No es acaso sus ojos abismales,los que revisten mis miedos y evaden mis males,

    su profusa ternura convierte causales, he ah mis hoyuelos rebosantes de cristales.

    No es acaso la silueta de su sonrisa,que me inhibe dejar de deslumbrar,

    cada curvatura en m se hace meloda, en cada franja hay un sol al empezar.

    No es acaso la poesa dicha en ti,la creacin de belleza sobrenatural,

    que ahonda el alma de amor,con quien sueo nuevamente un empezar.

    Llega un momento en el que das tu primer gritorespiras y te es un todo desconocido

    donde poco a poco te preguntas silenciosamentey es la mxima pureza quien responde por ti.A partir de ese momento comienzas a existir.

    Llega un momento donde das un primer pasodisfrutas con sonrisas todo aquello que presencias

    descubres el mundo, juegas con l,y son tus ideas las que empiezan a crecer.

    A partir de ese momento comienzas a ser libre.

    Llega un momento en el que te arriesgas sin temer lo nuevo, lo desconocidosin saber qu es lo que te espera,

    tienes todo el valor para afrontar el destinosin que nadie ms que tu decida por ti.

    A partir de ese momento comienzas a vivir.

    Llega un momento en el que te pierdes un horizonte de aguas y al mismo tiempo de cielo,

    empiezas a creer que no hay nada mejor que esoy entregas tu corazn todo completoes pura tu inocencia y lleno el deseo.

    A partir de ese momento comienzas a sentir.

    El delirio de la vida

    Fernanda Aguinsaca Satama

    Llega un momento en el que no hay remedio,no hay cura capaz de sanar lo que est muriendo

    y nadie ms que t sabe que es ciertopuedes afrontarlo; sin embargo, pesa el tiempo

    recuerdos que juntos pasaron tan a pleno.A partir de ese momento comienzas a dudar.

    Llega un momento en el que comprendesque todo como va vuelve, una y otra vez,

    y descubre que es tiempo de empezar a crecer.te reta la rutina y propones voltear el sentido de la

    vidaaceptas que ya no hay salida, pero entregas lo mejor

    de ti.A partir de ese momento empiezas a ser t.

    Llega un momento en el que todo pasa,has encontrado el secreto de la felicidad

    aos sabios y exiguas fuerzas restanuna magia interna vive en ti

    te dices es momento de vivir feliz!A partir de ese momento empiezas a morir.

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  • Nuestras cosas rotas

    Nalgas deliciosas

    */**/***

    Gabriela Stefana Bentez Loaiza

    Jos Luis iguez Granda

    Jos Luis iguez Granda

    Me dejaste igual que cuando acab de leer el libro que me regalaste, ese con la pasta azul, viejo, roto y desco-cido, casi como t. Me dijiste lelo y te fuiste. Era uno de esos libros que no los leera todo el mundo, con un final triste, donde no lloras, solo te quedas en silencio, vaco, ingrvi-do, tan leve, tan solo. Ese libro tena todas las preguntas, pero ninguna respuesta. Me dej un poco de liber-tad, una libertad melanclica y dul-ce que adormece. Nunca supe qu

    hacer, nuestra historia era la misma. Quera decirte que no te vayas, por-que entend que era tu despedida. No te iras hoy, ni en un mes, pero eventualmente te iras. Nunca me dijiste adis, pero cuando tu beso fue as, tan urgente, cuando sent el sabor salado de tu lgrima en mi boca, lo supe. Entonces solo mir mi caf y t miraste mis manos. Recor-d cuando te conoc, con el cabello largo, converse rotas, y la mirada triste. Lo nico que nunca haba

    cambiado era tu mirada. Creo que llev un poco de luz a tu vida, t a la ma la sacaste de la eterna sombra, era como un juego el estar contigo, t me transformabas de luna a sol.Contigo fui todo, fui el tatuaje de tu espalda y la virgen de tus rezos. T en mis brazos fuiste el nio y el hombre que no te permitas ser. Re-mov el caf y pens en tus heridas. No logr curarlas. Dejaste otro libro en la mesa y el olor al ltimo cigarri-llo que fumaste.

    Cuando tuvo en frente el cuerpo de la desafortunada mujer, cual reliquia que llamaba a la tentacin y al deseo carnal, termin rebanndole los senos, as como las madres preocupadas rebanan jugosos tomates de rin. Despus, con ms encanto todava, le dio vuelta al cuerpo y al verle esas nalgas, que pens quedaran deliciosas luego de frerlas, las reban con ms cuidado todava. Algo parecido a rebanar una sanda, o en su defecto, el to-cino.P.D. El susodicho nunca me cont qu hizo a la final con esa carne de mujer. Presumo, si es que no es delito, que las cocin, las sirvi y se las trag. Cunto haya disfrutado! Y de no ser as, entonces no se asombre si cuando vaya al supermercado, por all le vendan una carne con sello de importada.

    *Cuando se sinti enferma, en altas horas de la tarde, tom el colectivo y lleg a Emergencia del Hospital Local. Ha-ba sangre en las paredes y xido en puertas y pasamanos. Gente quejndose del dolor en el suelo. Bebs llorando sin control. Un olor nauseabundo. Mdicos con mandil ensangrentado, audfonos en las orejas y celular en mano. Gasas y jeringas ya usadas, esparcidas por el suelo. Ambulancias que en la puerta, anunciaban el arribo de un cuasi cadver. Un ambiente que dignificaba al pobre y mancillaba al rico?**Cuando se sinti enfermo, en altas horas de la tarde, pidi a su chofer que lo llevara a una clnica. All pasaba una secretaria pechugona y haba una recepcin pelucona. Era notorio tambin, la limpieza de las paredes, puertas y pasamanos. Gente enjoyada con esperanza de que la operacin salga exitosa. Bebs bien vestidos, junto a sus mams que no ocultaban la felicidad. Un olor a clnica. Mdicos con mandil pulcrsimo, audfonos guardados en quin sabe dnde y celulares apagados. Gasas y jeringas ya usadas, depositadas en el bote de la basura, que encima estaba clasificada. Ambulancias que en la puerta anunciaban el arribo de un enfermo que tendra muchas proba-bilidades de vivir. Un ambiente que dignificaba al rico y mancillaba al pobre?***S, respondi crudamente la injusticia a las dos interrogantes.

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  • La ventanaDanha Brayanes

    Es cierto, yo s oa sus conver-saciones. Desde el pasillo siempre pude hacerlo, pues l nunca tuvo cuidado de cerrar la puerta completamente. Pero no, no escuch nada que me preocu-para demasiado. Pero no me pueden culpar, era un jovenci-to, pensaba que sus ilusiones e intenciones no iban ms all de eso, de la fantasa. l era feliz, o por lo menos as lo vea yo cuando me contaba de ella, de lo mucho que se amaban y lo deseosos que estaban de vivir por siempre juntos. S, claro que recuerdo la ltima

    conversacin, cmo olvidarla: -Tienes que ayudarme, yo sola no puedo. -Eso trato de hacer, Ele-na. Nunca me import lo que deca la gente de ti, he estado a tu lado a pesar de todo.-Lo s y por eso es injusto. De-beramos hacer lo que queda-mos.-Pero tengo miedo.-No me amas?-Claro que s! Qu clase de pregunta es esa? Obvio que s lo hago, desde siempre. La voz empez a cortrsele.-Entonces vmonos, escape-mos. Contigo aqu nunca po-dremos estar juntos.-Ellos terminarn entendien-do que ya estoy grande, que si quiero estar contigo, no pue-den hacer nada para impedirlo.-No, amor, jams lo entende-rn. Mira, ya no tengo mucho tiempo, dime, lo haremos?-No lo s, Elena, no lo s.-Entonces me voy, abre la ven-tana. Ah, y dadas las circuns-tancias, no puedo prometerte que regresar.

    -Por qu? Yo necesito que re-greses, no me importa qu di-gan, yo te necesito.-Entonces hagmoslo. Es la nica forma de estar juntos.-Est bien, mi nia, pero no hoy.-No s cunto tiempo ms me pueda quedar. T sabes lo que me podran hacer si me descu-bren, si se enteran que an ha-blas conmigo.-Est bi-Alguien viene!-Vete, lo haremos hoy. Regresa en la noche.

    - Eso fue lo que escuch. Dije inmediatamente despus de terminar de narrarle la conver-sacin.- Nada ms? Y despus de eso No le dijo nada a usted?- Me pregunt.- No, slo dej una carta en la ventana. Sin embargo, no he podido leerla. En el sobre dice que hay que entregrsela a Ele-na.l tom la carta y empez a leerla en voz alta.

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  • No regresaste jams, Elena, a pesar de mis llamados, de mi llanto, de mis splicas. No en-tiendo nada. Por qu lo hicis-te?El torbellino de mi cabeza no me permite pensar con clari-dad. Es que entre tantas du-das y enredos, jams sabr, con certeza, si me amaste en reali-dad! Lo hiciste?Yo s, Elena, yo te am con locura y hoy dejo de hacerlo. Una rpida eutanasia debe ser aplicada a este amor, a ver si as, lo poco que queda de mi despedazado espritu, me sirve an para continuar luchando. Ya cerr la ventana, Elena, y como slo quiero ser feliz, ir a por ti, no a rogarte que re-greses, sino a decirte adis, ese que t no me has dicho; un adis fro, seco y forza-do, que ser escupido como un reemplazo mal hecho y grotes-co de un no te vayas o de un te esperar, pero que ser un adis de todas maneras.

    Con todo el odio que an no puedo tenerte:Yo.Al terminar de leer, l se rasc la cabeza, luego hundi su cara entre las dos manos y con un gesto de ira y resignacin me tir la carta.

    - Tan cerca! Todo lo que nece-sitbamos era un poco ms de tiempo y todo habra salido se-gn lo planeado.- Vaya irona! Le dije.- Irona?- Claro, pasamos aos intentan-do hacerle entender la verdad, que no poda vivir de ilusiones. Pero l era feliz de esa manera, sin entender la realidad de las cosas - Quiz sea cierto. Vea sus ojos, parece que mira hacia la venta-na. Tal vez hasta el ltimo ins-tante, tuvo la esperanza de que ella viniera por l. Bueno, en-fermera, ya es tarde, anote sus datos y hora de muerte.- Listo, doctor. Tenga buena no-che. - Buenas noches.

    Y en efecto, mientras limpiaba toda esa sangre, me di cuenta que l miraba hacia la ventana. Es cruel decirlo, pero daba un poco de lstima; nunca conse-guimos hacerle entender que Elena era slo un invento de su mente, que jams existi. Y ah estaba, aferrado a un pu-ado de cartas escritas todas con la misma letra, en hojas arrancadas del mismo cuader-no, que reposaban sobre su cuerpo helado. l se cans de esperarla y deci-di salir a su encuentro, en ese all desconocido, el all infini-to, al que slo accede la mente que se vuelve libre, al zafarse de la rutinaria y sobreestimada costumbre de estar cuerda.

    La verdadera locura quiz no sea otra cosa que la sabidura misma,

    que cansada de descubrir las vergenzas de este mundo, ha tomado

    la inteligente decisin de volverse loca

    Heinrich Heine

    33El faro ASOARTES || Edicin 1, enero 2015

  • JOS CORONEL ILLESCASPionero de la radiodifusin lojana

    lvaro Jos Coronel Guarnizo

    Hablar de Jos Coronel Illes-cas, es hablar de entrega, sa-crifico y generosa labor, es hablar de un ser humano n-tegro, culto, honesto y traba-jador, infatigable defensor de la justicia y la verdad. Quien entreg los mejores aos de su vida, al desarrollo de los ms nobles intereses de esta tierra; en favor de la cultura y el tra-bajo, como fuente inagotable de progreso y bienestar. La ciudad de Loja y su provin-cia, es fiel testigo del transcen-dental aporte que Jos Coronel Illescas otorg a la radiodifu-sin lojana, desde Radio Cen-tinela del Sur, aquella semilla frtil que en el transcurrir de los tiempos consagr los ms prsperos frutos.Como un descendiente de la morlaqua, Sabuln Jos Coro-nel Illescas, el recordado Don Pepito, naci el 31 de enero de 1932 en la cabecera canto-

    nal del Sigsig - Azuay. Prove-niente de una familia modesta pero trabajadora, rebosante de anhelos y aspiraciones, fueron sus padres: don Ernesto Coro-nel Bustos y la seora Virginia Illescas Bravo, ambos oriun-dos del cantn Sigsig.Su nivel de estudios alcanz la primaria en la ciudad de Loja, a la que vino junto con sus padres a la edad de 4 aos, por influencia de su hermano mayor Flavio Ernesto. Fue un aprovechado alumno de las escuelas Miguel Riofro y Hermanos Cristianos, ms la carencia de posibilidades eco-nmicas le impidieron conti-nuar sus estudios, razn por la que desde muy joven comenz a trabajar con el oficio de su padre: la pintura, que le pro-porcion grandes satisfaccio-nes por su habilidad innata, especialmente en vallas publi-citarias o letreros, y en retra-tos pintados al leo en casas, iglesias o lugares especiales de la poca. En los aos restantes de su adolescencia, Jos Coronel Illescas dedico su tiempo al apasionante mundo del arte musical, con mayor vehemen-cia por la guitarra, integrando varios tros, destacando entre ellos Los Granjeros, un gru-po musical que en sus mejores aos interpretaron las recor-dadas serenatas, rondando por las calles de la Loja romntica y melanclica.

    Como todo joven inquieto pero soador, consciente de la difcil situacin de su familia y la agobiante incertidumbre de su horizonte profesional, Jos Coronel Illescas saba desde su entraable ser la innegable vocacin que mantuvo desde siempre- por la radiodifusin; vocacin que se vera refleja-da en una labor sacrificada y prodigiosa; vocacin, que con algo de estricta formacin y experiencia adquirida pasara a formar parte de su vida.

    Radio Centinela del Sur Aquella casa grande de la democracia, el honor y la

    dignidad lojana.

    A inicios de los aos 40s, la ciudad de Loja acoga a tres estaciones radiales: Santa Ce-cilia, Ondas Castellanas y Radio Ftima, emisoras que desde sus inicios se encarga-ron de difundir mensajes mu-sicales, en vista del carente apoyo por parte de las casas comerciales.El hermano mayor de la fa-milia Coronel Illescas, Flavio Ernesto, haca de sombrerero y era poseedor de un impre-sionante inters por la radio-difusin, decidiendo estudiar radiotecnia por correspon-dencia, pese a la difcil situa-cin econmica que mantena. Gracias a esta preparacin disea y construye el primer transmisor en Loja, que lo uti-

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  • liz para retransmitir uno de los acontecimientos ms pre-ponderantes para una ciudad tan aislada como Loja: la visita del Presidente de la Repblica Dr. Jos Mara Velasco Iba-rra, el 28 de mayo de 1946. Es entonces cuando dicho trans-misor pas a llamarse 28 de Mayo.En 1947 sali al aire Radio Ondas del Zamora con cin-co accionistas, entre los que figuraba Flavio Ernesto, quien adems laboraba como tcni-co. Este espacio despert en su hermano menor, Jos Co-ronel, un especial inters por la radiodifusin, virtud que germin en condicin de ope-rador de sonidos de esta pres-tigiosa casa radial. Por varios aos Jos manejaba el sistema de radio, colocando discos de carbn de 78 revoluciones -para entonces-, y es en este momento cuando inicia su formacin como radiodifusor. Gracias a la experiencia adqui-rida en aos de ardua labor y una extraordinaria habilidad, el 18 de noviembre de 1956, a las 14h30 para ser exactos- en un magno evento, Flavio Ernesto Coronel inaugura Ra-dio Centinela del Sur. Durante su discurso, lleno de fervor patritico expres: En-trego a las Aut