revista acción magistral nº1

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R EVISTA A CCI Ó N M AGISTRAL Revista 1• Marzo 2015 M ediación escolar, una estrategia para abordar el conflicto en el aula

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Mediación escolar, una estrategia para abordar el conflicto en el aula

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REVISTA

ACCIÓN

MAGISTRAL Rev

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Mar

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015

Mediación escolar,una estrategia para abordarel conflicto en el aula

FIRMA INVITADA¿QUIÉNES SOMOS?

es un proyecto de ayuda al profesorado que trabaja la Educación en Valores en el aula donde se ofrece a

los docentes posibilidades de formación (cursos online propios y becas), recursos y programas para su utilización en el aula, blogs informativos sobre actualidad educativa, espacios para el debate y la reflexión, encuentros virtuales con expertos educativos, etc.

Se trata de una iniciativa de la FAD, la Comisión Española de Cooperación con la UNESCO y BBVA que se dirige específicamente a docentes de Educación Infantil, Primaria y Secundaria que trabajen o quieran trabajar en el aula proyectos de Educación en Valores y transmisión de valores sociales (solidaridad, tolerancia, respeto, justicia, igualdad, etc.) a través de metodologías innovadoras.

LOS OBJETIVOS DE ACCIÓN MAGISTRAL

Cohesionar y crear una comunidad activa de profesores comprometidos y motivados que

trabajan en valores sociales dentro del aula y que, de esta manera, tienen una influencia directa en su comunidad.

Potenciar y apoyar a esta comunidad de docentes innovadores, que diseñan y realizan proyectos

de educación en valores, en su más amplio sentido. Ayudarles a ser más visibles y formarles en competencias básicas para poder convertirse en actores del cambio educativo.

Extender y ampliar de manera paulatina la comunidad y el número de profesores que

trabajan los valores sociales en su comunidad.

www.accionmagistral.orgSíguenos en:

@accionmagistral

Editado por:©FAD, 2015

Avd. de Burgos 128036 Madrid

[email protected]

ACCIÓNMAGISTRAL

02Firma invitada: La asamblea: una forma de mejorar la convivencia, de

Gloria Pastor Blanco

05Hablamos con Juan José Nieto, director del IES Julio Verne de

Leganés y presidente de “Mejora tu Escuela Pública”

09Trabajo en el aula: Mediación y prácticas restaurativas de Vicenç

Rullan

19En los blogs...Los mejores post sobre mediación publicados por Rosa

Mª Llorente y Óscar Martín Centeno en Acción Magistral

www.accionmagistral.org // 2

SUMARIOGLORIA PASTOR BLANCO

Maestra, licenciada en Historia del Arte, master en Formación de Formadores y autora del libro ¿Pactamos?

Colegio Nueva Castilla, Villa de Vallecas, Madrid.

“Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida y les

faltan el respeto a sus maestros.”

(Sócrates siglo V a. C.)

Desde mi experiencia como profesora y tutora debo negar esta afirmación de Sócrates. Se puede conseguir la educación de adolescentes de una manera más eficaz y sencilla mediante el método de la asamblea a nivel comunitario y de la realización de pactos a nivel individual con el objetivo de tratar de conseguir que la vida familiar y escolar con chavales de esta edad resulte más fácil y, por lo tanto, más feliz.

Desde mi punto de vista profesional la función de los profesores y tutores no puede reducirse exclusivamente a dar clase, a impartir conocimientos, a garantizar el orden y la organización. Ser profesor y tutor es mucho más. Un buen profesor de alumnos adolescentes debe potenciar las relaciones positivas, debe educar en valores porque toda educación que no humaniza ni encierra valores es estéril.

La educación ha de basarse en el esfuerzo, el respeto, el afecto, la responsabilidad y la participación.

El tutor debe ser un mediador entre el alumno y su familia y concienciarse de que es un c o n t i n u a d o r de la labor de los padres, manten iendo una relación con

ellos basada en la colaboración, la información y el apoyo mutuo. Dentro de una clase, el profesor ha de ser capaz de generar un clima escolar adecuado basado en el respeto y la autoridad. Este clima debe ser compatible con el sentido del humor y con la disciplina. Un profesor, sea de la asignatura que sea, debe enseñar valores, normas y costumbres educando en el cumplimiento de las mismas y buscando compromisos. Es crucial enseñar a rechazar las discriminaciones por razones de sexo, raza, estatus social o discapacidad, así como a aceptar las diferentes formas de pensar. El profesor debe tener tolerancia cero con cualquier tipo de violencia tanto física como verbal, no permitiendo la típica frase de “no pasa nada, estábamos jugando, era de broma”, cuando sus alumnos realicen algún tipo de agresión. Otros valores importantes son enseñar a escuchar y a tener respeto por las otras personas, estimular la honradez, potenciar la capacidad crítica, de poder pensar con perspectiva propia y trabajar actitudes de solidaridad y de comprensión con los más débiles.

La mejor manera que tenemos en el colegio para llegar a acuerdos entre alumnos y profesores es la asamblea. Es una fórmula excelente para tomar el pulso diario de los acontecimientos paralelos a la enseñanza que tienen lugar en el día a día de la convivencia. En la asamblea es donde se toman decisiones, se pactan soluciones, se generan consecuencias y se revisan los pactos que se han realizado.

Establecer, organizar y llevar a cabo asambleas con los alumnos adolescentes es también una manera de establecer los límites y las normas de una manera consensuada. Cada semana deberá haber una asamblea. Todos los cursos deberían tener fijada una hora de tutoría en su horario escolar.

La asamblea: una forma de mejorar la convivencia y resolver conflictos

El objetivo de la asamblea es triple. El primer objetivo es crear un clima de participación, de confianza, de autonomía y de respeto. El segundo objetivo es fomentar la responsabilidad y la autonomía de los alumnos mediante cargos de responsabilidad, señalando en qué consiste cada cargo. El tercero es la resolución de conflictos entre iguales. Es el foro donde se piden y dan explicaciones, se piden y aceptan disculpas y, si fuera necesario, se asumen consecuencias.

Para conseguir el primer objetivo debemos explicar a nuestros alumnos en qué consiste la asamblea. Lo primero que tenemos que hacer es elegir entre toda la clase un moderador que vaya dando los turnos de palabra; para poder empezar, puede ser el delegado del curso anterior. En una asamblea es fundamental que todos los alumnos deban opinar y participar. Al principio si no están acostumbrados a hablar en público les costará. Si es así, para que al principio les sea más fácil crearemos grupos de cuatro o cinco alumnos donde todos opinen y haya un portavoz de los mismos pero lo mejor es que hablen todos, en el gran grupo, todas las opiniones deben ser respetadas aunque estén o no de acuerdo. Esto ayudará a los alumnos más tímidos a poder expresar sus opiniones y a no sentirse cohibidos.

Para el segundo objetivo fijaremos las normas de la asamblea que consistirán en respetar el turno de palabra, escuchar a quien habla y respetar la opinión de los demás. Los alumnos elegirán los cargos de la clase necesarios para facilitar la convivencia.

Finalmente, el objetivo más importante de la asamblea es la resolución de conflictos. A lo largo de una semana surgen muchas cuestiones, conflictos de convivencia u otros temas entre adolescentes que comparten tantas horas a lo largo del tiempo de permanencia en el colegio. El secretario de asamblea tiene la misión de ir apuntando los temas, sugerencias y quejas que los demás compañeros le propongan en un cuaderno. El tutor por su parte, cuando un alumno le informe de algún hecho que tenga que ver con la convivencia no lo tratará de resolver en ese momento, lo dejará para plantearlo en la asamblea.

A modo de ejemplo cuando tengamos asamblea los alumnos responsables de los cuadernos deben estar antes en clase y repartirlos. Después saldrán dos alumnos (empezaremos con el del final y el del principio de la lista) a dirigir y controlar la asamblea de este día. El secretario de asamblea apunta en la pizarra el orden del día con los temas propuestos y quién los propone. También escribe “regaños y felicitaciones” pero no especifica a quién se dan porque este punto es el último que se trata. Después el secretario se sienta y empieza la asamblea. El tutor deberá sentarse entre los alumnos. El control de la clase y el orden corresponden a los alumnos que dirigen la asamblea.

Primero leerán los temas propuestos y nombrarán al alumno que lo ha propuesto para que lo explique. Una vez hecho esto se plantea al gran grupo su opinión del mismo y cómo plantear resolverlo y las posibles soluciones. Los alumnos van opinando en turno de palabra hasta que se llega a una solución. El tutor es un miembro más de la asamblea y para opinar, lógicamente, pedirá turno de palabra. Con cada tema planteado los alumnos apuntan en su cuaderno las soluciones propuestas. Después de los temas tratados se revisan los pactos. Es este el momento en que el tutor informa a la clase de qué pactos se han hecho, con quién y cuáles son los objetivos del mismo. Los alumnos que tienen pactos firmados deben comentar cómo los llevan y qué están consiguiendo.

Los “regaños y felicitaciones”

Una vez comentados todos los temas, los responsables dirán “regaños y felicitaciones”. Los regaños se les dan a los alumnos que han hecho algo incorrecto o han hecho mal a lo largo de la semana o algo en lo que pueden mejorar. Las felicitaciones es lo contrario, se les da a los alumnos que han hecho algo excepcional, o se han esforzado, o han mejorado. Tanto los regaños como las felicitaciones los puede dar o recibir cualquier alumno, el tutor o algún profesor. Cuando se da un regaño o una felicitación la persona que lo da debe dar una explicación, una justificación, no debe ser nunca algo aleatorio, ni a la ligera y la persona que lo recibe debe decir si lo acepta o no, debiendo razonar el porqué de su negativa al regaño.

En la primera asamblea se elegirán los cargos de responsabilidad de la clase, lo ideal sería que cada alumno tuviera uno, es muy importante, a los adolescentes les gusta colaborar y sentirse útiles. El profesor escribirá los diferentes cargos en la pizarra y cada alumno deberá ir seleccionando el cargo que crea que desarrollará mejor. Entre los cargos está el de delegados/as, responsables del reciclaje de papel, bibliotecarios de aula, secretario de asamblea, encargados de material, responsables de cada asamblea, responsable del panel donde se cuelgan los carteles de la clase, tesoreros, responsables de completar el parte de asistencia, responsables de los armarios, responsables de cuadernos de tutoría, compañero ayudante de alumnos que presentan dificultades en alguna materia, etc... Uno de los cargos que más desean los alumnos es el de mensajero. Este cargo consiste en ser el responsable de salir del aula cuando haya que informar de algo o a pedir algo a otra clase. Como es el cargo más demandado, la forma correcta para designar a qué alumno le corresponde será quien sea propuesto por un compañero de clase bajo el objetivo de que haya hecho algo bueno por alguien a lo largo de la semana. En esta primera asamblea

pueden surgir nuevos cargos que los alumnos consideren necesarios. Es importante involucrar a todos los alumnos en una responsabilidad de la clase a lo largo del trimestre.

Idealmente en cualquier asamblea de la clase podrían acudir los padres u otros profesores, siempre que haya sido hecha la propuesta y la asamblea lo haya aceptado por mayoría.

En mi opinión, la asamblea junto con el pacto individual son las herramientas más útiles con la que contamos los profesores para ayudar al alumno a mejorar como estudiante y como persona en su proyecto de vida.

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“La asamblea es el foro donde se piden y dan explicaciones, se piden

y se aceptan disculpas y, si fuera necesario, se asumen consecuencias”

“La asamblea junto con el pacto individual son las herramientas

más útiles con la que contamos los profesores”

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HABLAMOS CON...

Los problemas actuales como la falta de autoridad y la difícil convivencia escolar, ¿cómo afectan dentro del aula?

Hemos mejorado bastante en estos últimos años dentro del tema de convivencia escolar y autoridad de los docentes. Nosotros tenemos bastantes alumnos. Este centro tiene 1.100 alumnos de Secundaria, Bachillerato, Ciclos Formativos de Formación Profesional Básica, etc. y lo percibimos desde hace tiempo. Es verdad que tuvimos un bache en el que empeoró un poquito la disciplina y nos pusimos en marcha con un Plan de Mejora y esto mejoró.

Desde hace ya diez u once años nos lanzamos con un proyecto que se llama la Tutoría Personal que consiste en hacer un seguimiento personal a algunos chicos con más dificultades. Eran los que expulsábamos siempre que tienen más dificultades psicosociales, familiares, económicas, etc. y que al final son esos chicos disruptivos en el aula. Bueno, pues ese proyecto de seguimiento personal llevó a que muchos de estos chicos mejoraran con lo cual lo que realmente mejoró es la atención personal.

Sí que es verdad que si llegas a un chico más directamente y él

te ve cerca y estás pendiente, las cosas mejoran y si mejora la convivencia en el aula mejora el rendimiento académico. Si no hay buena convivencia en el aula cómo voy a explicar Física.

¿Cuál es la predisposición de la comunidad educativa y de las instituciones a la hora de colaborar en este tipo de acciones de mejora de la convivencia?

Juan José Nieto director del IES Julio Verne de Leganés y presidente de “Mejora tu Escuela Pública”

“Si no hay buena convivencia en el aula cómo voy a explicar Física”

La verdad es que en general es muy buena. Es verdad que 25 profesores este año han cambiado en nuestro centro.

Con 25 profesores nuevos es muy difícil activar el centro cada año pero cuando hay proyecto educativo rápidamente la gente se pone las pilas, se pone en marcha y está muy predispuesta. Es verdad que el proyecto de Tutoría Personal sale de la pura generosidad del profesor porque lo hacemos en huecos libres después del horario de clase. Sé que es complicado pero hay unos cuantos profesores que se prestan voluntarios, los tutores que hacen su Plan de Acción Tutorial y luego desde todos los departamentos con ese Plan de Mejora de la

Convivencia intentan trabajar transversalmente en todas las áreas.

¿Y las familias, hay una buena implicación?

La gran mayoría tiene una buena implicación. Es verdad que nosotros vemos mucho a los padres porque parece que esta es una de las claves. Las relaciones familia/escuela son fundamentales, son decisivas si hay buena implicación, si todos vamos a una, si los chicos y las chicas ven que estamos unidos.

Los responsables de su educación son sus padres. Se nos echa a la escuela todo el peso de la situación social de este país pero nosotros no tenemos la culpa de la situación social. Cada vez se pasan más horas en los centros por las necesidades de los padres, su situación laboral y demás. Cada vez se echa más a los centros el peso de esta sociedad y te culpan del fracaso escolar cuando me parece que detrás de esto hay un fracaso social que hay que abordar. Si no va uno a la raíz donde están los problemas no los vamos a arreglar.

La unión padres/colegios, unión familia/escuela, implicar a los padres en la educación de sus hijos, también lo tenemos que propiciar desde la escuela. Vernos mucho, nosotros nos vemos todos los trimestres con los padres de todos los cursos de Secundaria para decirles cómo ha ido el trimestre, qué va a pasar el trimestre siguiente y luego ya les damos las notas. La dedicación a los padres es clave porque también tienen mucho que hacer. Yo no soy capaz de corregir la actitud de un chico si luego en su casa no se corrige y al revés, si en su casa ponen medidas y luego en el colegio no nos preocupamos y

vamos por libre. La cooperación, esa es la palabra, padres/colegios es muy importante.

¿Cuáles han sido los cambios más significativos que habéis notado en el centro?

La educación es muy complicada. No hay varitas mágicas. Sí que se sabe que haciendo ciertas cosas la situación mejora y aquí hay varios platillos girando que no se pueden parar. El platillo de los padres, el platillo de los profesores, el platillo del equipo directivo que tiene que ser el impulsor del proyecto educativo, de mejoras y de innovación, el platillo de los jefes de departamento dentro de los profesores. Los jefes de departamento son muy importantes porque al final si los departamentos son motores, el centro vuela.

Cuando todos los platillos se ponen en marcha, ¿qué pasa? Pues que no solamente damos clases sino que hacemos actividades extraescolares interesantes porque son complemento de la acción educativa. Uno de los canales para mejorar la convivencia son las actividades extraescolares. Es un momento donde cualquier profesor o el tutor trabajamos con los chicos las normas de convivencia.

Cuando los alumnos salen fuera del centro, al teatro, por ejemplo, son el Julio Verne y eso es una responsabilidad. Se sienten del Julio Verne y eso es un orgullo para ellos y es muy difícil conseguirlo. Hay una sensación de pertenencia tanto de los profesores como de los alumnos como de los padres al

Juan José Nieto lleva casi 30 de años de profesión docente a sus espaldas siempre dedicado a la mejora de los centros públicos. Además de ser el director del IES Julio Verne desde hace más de 10 años aún le queda tiempo para presidir la plataforma “Mejora tu Escuela Publica”, participar como experto en diferentes jornadas de educación, foros y proyectos o ejecer la vicepresidencia de la Asociación profesional de directores de Secundaria de la Comunidad de Madrid.

“La educación es muy complicada. No hay varitas mágicas. Sí que se sabe que

haciendo ciertas cosas la situación mejora”

centro, cosa que en la pública es muy difícil. Bueno, pues eso se está consiguiendo.

Decía extraescolares, pero doy un salto más. La implicación de los profesores en proyectos. Cuando tienes a los chicos implicados en un proyecto de arte, en un proyecto de latín, griego y teatro clásico o en un proyecto de teatro en inglés. Cuando tienes más de 50 proyectos en marcha, cuando no solo das las clases sino que trabajas proyectos y están los chicos en mil cosas entonces la idea de centro es distinta y eso se nota en el ambiente.

Hablando de proyectos, ¿Qué importancia le das a trabajar la Educación en Valores en el aula?

Me parece clave. Dentro de nuestro Plan de Acción Tutorial casi todo tiene que ver con la Educación en Valores porque si no podríamos formar máquinas y tenemos que educar personas.

Es verdad que los tutores son pieza clave. Nosotros tenemos claro que en vez de lengua, matemáticas o inglés en la hora de tutoría vamos a hacer tutoría porque nos parece que es un momento clave de trabajo, de relaciones, etc. Tenemos trimestralmente una pequeña fiesta: en Navidades tenemos un festival de villancicos, en carnavales un concurso de chirigotas y en mayo tenemos la fiesta del instituto que es una feria de ocio y tiempo libre donde se hace todo trabajo en equipo con el tutor porque al final estás trabajando sobre valores de respeto, de solidaridad, de lealtad, la espontaneidad de los chicos, etc.

Además de estar trabajando para que sean mejores personas consigues que pierdan la vergüenza, que estén en su centro, que estén a gusto y bueno, eso un año y otro año… Porque en Educación los cambios no se dan de hoy para mañana, a lo mejor conseguimos dentro de unos años la cosecha, pero cuando tenemos ya activado el centro efectivamente se crea este buen ambiente.

Me parece clave la Educación en Valores.

Trabajo en red entre docentes, ¿tenéis alguna experiencia en este sentido? ¿A nivel personal como ves que los docentes intercambien proyectos y experiencias?

Tengo algo que ver con “Mejora tu Escuela Pública”. Esto surge de intentar exportar e importar cosas buenas que están haciendo los centros de toda España. Había cosas que funcionan aquí pues dijimos vamos a ponerlas en valor y a ofrecérselas a los demás y

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al subirlas a la web se empezó a conectar gente. Intentamos implicar a los profesores y compartir buenas prácticas.

Tenemos ya cerca de 300 proyectos que han presentado al concurso de buenas prácticas de centros de toda España. La idea es compartir buenas prácticas, interaccionar, que vea la gente que es posible, que con esta crisis, con estas dificultades pues hay gente que se mueve y no voy a poner a llorar en una esquina. Nuestros chicos no tienen la culpa de la situación social que atravesamos. Por lo tanto hay que pelear por nuestros chicos y hacer todo lo que podamos por ellos.

Compartimos buenas prácticas y también estamos impulsando la formación directiva. El equipo directivo tiene que ser el motor del centro y no se nos enseña a dirigir personas. Tenemos que ayudarles en todo el tema de dirección de personas y compartir buenas prácticas directivas también. Esa es la línea de “Mejora tu Escuela Pública”.

¿Cómo te gustaría que fuera la escuela del futuro?

La escuela debería ser creativa, innovadora, la selección del profesorado debería ser muy buena que los mejores sean los profesores. Con esto no quiero decir que los profesores que tenemos no sean buenos, yo me quedaría con la mayoría de los profesores. Quiero decir que sean personas que trabajen las nuevas tecnologías, que se crean que el aula tiene que ser viva, que hay que aprender de lo nuevo. Que trabajen el

aprendizaje cooperativo, el trabajo por proyectos, una escuela mucho más abierta, que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje y el profesor sea el guía. Veo una escuela más estable, que no haya tanta movilidad del profesorado, que los profesores puedan tener destinos cuanto antes para que se puedan implicar en sus centros. Si cambian todos los años estamos quemando profesores.

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“Uno de los canales para mejorar la convivencia

son las actividades extraescolares. Es un

momento donde trabajamos con los chicos las normas de

convivencia”

“El equipo directivo tiene que ser el motor del centro y no se nos enseña a dirigir

personas.”

TRABAJO EN EL AULA

En los centros educativos ha dominado la creencia de que es el profesorado quien gestiona la convivencia y por lo tanto quien concreta las normas que deben seguirse con el fin de lograr el clima necesario para alcanzar los objetivos académicos propuestos.

Así se ha considerado, tanto por parte de las familias, como del mismo alumnado, de tal forma que generalmente se correlaciona la capacidad del profesor para mantener el orden con su grado de autoridad.Por otro lado, los profesores hemos asumido plenamente la responsabilidad en los procesos relacionales y disciplinarios y nos hemos convencido de que si cedíamos esta función, quedábamos desprotegidos y expuestos a no poder desarrollar nuestra tarea docente con eficacia.

Esta creencia minusvalora la tentación de los jóvenes a desafiar las normas que les son impuestas y, sobre todo, su capacidad para establecerlas y llevarlas a cabo.Por ello, una vez superadas las reticencias iniciales, debidas en gran parte al desconocimiento de los modelos participativos en la gestión de conflictos, decidimos aplicar alternativas más novedosas, dando la posibilidad a los alumnos de intervenir en la prevención y tratamiento de los conflictos que surgen día a

día en el contexto escolar, como parte de su formación en la solución de los conflictos a los que se va a enfrentar en su vida.En este artículo queremos compartir con el lector nuestra experiencia que forma ya parte de un proyecto global en el que estamos muchos centros, compartir para crecer en una cultura de Paz.

Experiencia que ha sido posible gracias a la implicación del profesorado y del equipo directivo en los Proyectos de Convivencia de nuestro instituto que desde el curso 2005-2006 hasta hoy han creído (y creen) en este proyecto y que han estado dispuestos a aprender y a dedicar su tiempo y su esfuerzo a esta tarea.

La primera necesidad que nos encontramos fue la de adquirir la formación necesaria para poder llevarlo a cabo. Pues no es suficiente con “querer” sino que es preciso “poder”. Esto ha sido posible gracias al centro de profesores que nos coordinó nuestros planes de formación dentro del centro, a instituciones comprometidas con el desarrollo de la función docente y a actuaciones como Acción Magistral que nos han dado la oportunidad de

avanzar en nuestro pensamiento pedagógico a través del trabajo cooperativo entre iguales. Esto, unido al apoyo de los sucesivos equipos directivos y, especialmente a nuestros alumnos que aceptaron el reto de implicarse con generosidad en la ayuda a los demás, han hecho realidad este reto.

El programa de “Mediación Escolar” comienza su andadura en nuestro centro en el curso 2007-2008 con el objetivo de que el alumnado adquiera mayor protagonismo en la resolución de los conflictos entre iguales. Nos proponemos en ese momento, que un equipo de chicos y chicas esté preparado para intervenir en los casos de peleas, disputas, amistades rotas y cualquier otra circunstancia que derive en un conflicto en el que las dos partes atenten contra el respeto y a la dignidad personal de la otra parte. La mediación es una estrategia muy potente para tratar de forma eficaz conflictos simétricos. En los mismos no debe haber abuso de una parte sobre la otra, pues en este caso no se permite mediación sino que se aplican los protocolos que se establecen en el RRI. Reconocemos que las desavenencias entre los adolescentes siempre se han dado (y se seguirán dando) y de que en algunos sectores no se considera anormal que puedan “llegar a

La intervención del alumnado en la gestión de la convivencia: Programa de Mediación Escolar

las manos”. Puede admitirse que es parte del aprendizaje para la vida y que el alumnado debe aprender a “hacerse respetar”… Y si es cierto que sólo se aprende cuando hay conflicto, también lo es que el conflicto en sí mismo no lleva implícito un adecuado aprendizaje. Para que sea posible, debe intervenir la voluntad de querer aprender lo positivo de la situación, es cuestión de actitud; pero no es suficiente, es imprescindible saber resolverlo de forma pacífica, es cuestión de aptitud también.

Gestionar los conflictos no es fácil. Debemos tener presente que a diferencia de otros problemas, los relacionales llevan consigo una carga emocional importante que nubla la mente, distorsiona la realidad y daña la autoestima de una de las partes, o de las dos. Lo más habitual es que una parte gane y la otra pierda. Partimos de que para que podamos desarrollarnos como personas auténticas, ambas partes deben ganar, hecho que sólo puede conseguirse cuando se está dispuesto a ceder algo a la otra parte. Y esta es la tarea de los mediadores. Sin tomar partido por ninguna de las dos partes implicadas en el conflicto, les ayudarán a ponerse en el lugar del otro, a empatizar para comprender sus sentimientos y necesidades y a consensuar compromisos que plasmarán en un documento firmado por ambas partes. Para ello, los mediadores deben formarse, además de en habilidades sociales y de comunicación en estrategias de mediación para poder desarrollar de forma correcta sus fases y aplicar el protocolo de forma correcta.

El proceso de mediación se inicia cuando el profesorado coordinador del programa de mediación recibe la solicitud de demanda y la información previa por parte de los implicados que

sirve para identificar a los actores y organizar la primera sesión.

Es conveniente llevar a cabo una primera sesión de pre-mediación con cada uno de los mediados por separado en la que se llevará a cabo la presentación inicial, se dará a conocer la mediación, sus reglas básicas y las características del proceso. Es importante en esta primera fase involucrar a las partes para que sean parte activa e interesada en que todo salga bien.

Ya en la fase de mediación, hay varios momentos clave en los que el mediador ha de tener muy clara su intervención para conseguir:

• Ayudar a pasar de la posición a los intereses. Para ello, se invitará a cada una de las partes a relatar el suceso, el origen del conflicto, personas implicadas, etc., cuidando que cada parte exponga y escuche. El mediador recogerá las aportaciones de ambos resumiendo y centrando el tema al mismo tiempo que les hará preguntas abiertas para que reflexionen sobre los intereses y necesidades que les han llevado a cada uno de

ellos a la posición en la que se encuentran. Las preguntas serán realistas y claras, no presentarán juicios de valor y no se dirigirán a provocar acuerdos predeterminados por el mediador. Es imprescindible en el mediador flexibilidad de pensamiento, paciencia, distancia para ver y escuchar lo que las partes dicen y rapidez mental para descubrir diferencias y elaborar resúmenes del relato que recojan lo esencial, además de la capacidad para transmitir confianza. Sólo así se ayudará a que las personas en conflicto expresen su propia individualidad y reconozcan la del contrario,

lo que les permitirá pasar de las posiciones iniciales a los intereses y necesidades que preocupan a las partes.

• Identificación de los puntos clave: Se trata de conseguir distanciar el conflicto de las personas. El mediador los escribe en una única lista, pues el conflicto es común y los ordena para hacer la información más manejable.

• Búsqueda de opciones de

“Gestionar los conflictos no es fácil… Los relacionales llevan consigo una carga emocional

importante…”

Conchita MurilloIES Reyes Católicos. Ejea de los Caballeros (Zaragoza)

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acuerdo: El mediador plasmará los intereses en las preguntas de replanteo, involucrará a las partes en la búsqueda de soluciones y reconducirá a las partes hacia intereses comunes y no sólo individuales.

El acuerdo.

El mediador, teniendo siempre muy presente que las soluciones al problema planteado sean verdaderamente de los implicados, procederá a redactar el acuerdo y plasmarlo sobre papel en un lenguaje adecuado a las partes que lo han de llevar a cabo. Se fijará, además cómo y cuándo será la revisión del mismo. Se considera adecuado un plazo de quince días, dejando claro que cualquiera de las dos partes puede acudir al mediador cuando lo estime oportuno.

El mediador precisará de una buena dosis de energía, paciencia y poner en práctica sus habilidades de negociación para fomentar la colaboración entre las partes, pues es imprescindible que ambas deberán ceder para resolver el conflicto.

En la actualidad, contamos con la segunda generación de mediadores, quince chicos y chicas dispuestos a intervenir cuando sus compañeros los necesiten.

Las dificultades

La primera dificultad es la de tener que invertir energías y dedicar tiempo extra a esta tarea. Tiempo que ha de restarse al ocio o a otras tareas. Por lo tanto, es necesaria una buena planificación del tiempo para un proceso que requiere atención y calma, tanto para la formación, pues existen distintos ritmos de aprendizaje, como para la aplicación práctica de la mediación.

Aprender supone esforzarse, y esforzarse cuesta. Aprender a ser imparciales, aprender a entender al otro, aprender las estrategias de resolución de conflictos es un proceso. No acaba nunca. Por otro lado, hay que aceptar que en conflictos muy complicados no vamos a poder ayudar a resolverlos del todo.

Otra dificultad importante es la tarea de conseguir la motivación y la implicación, tanto de profesorado y alumnado, como de los equipos directivos.

Por último, la dificultad para trabajar en equipo, tanto dentro del mismo centro como con otros centros educativos.

No queremos concluir el apartado de dificultades sin apuntar que todas ellas nos ayudarán, sin duda, a crecer en nuestro proyecto si las abordamos de forma positiva.

Los beneficios

Sin ninguna duda, el programa de Mediación Escolar incide de forma muy positiva en el desarrollo de una buena convivencia en el centro y ha contribuido de forma notable a la reducción a cero del número de expedientes disciplinarios en los dos últimos años. Incluso el rendimiento escolar ha mejorado gracias a un buen clima que favorece el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Pero los mayores beneficios son los que se refieren al desarrollo personal y social en el alumnado. Además de desarrollar su

autoestima, la capacidad de empatía y las habilidades sociales, se trata de un verdadero aprendizaje para la vida.

La mediación es una potente herramienta que te da la confianza suficiente para enfrentarte a los conflictos sin miedo, pues solo enfrentándote a ellos podemos aprender y crecer en una sociedad más humana. En definitiva, avanzar en una verdadera cultura de paz.

“El mediador precisará de una buena dosis de energía,

paciencia y poner en práctica sus habilidades de negociación para fomentar la colaboración entre las

partes…”

Mediación y prácticas restaurativas

Vicenç Rullan IES Ramon Llull. Palma de Mallorca

Los conflictos son hechos naturales, inevitables, propios de la convivencia entre las personas y, cómo no, de las personas que conviven en un centro educativo: compartiendo tiempo, actividades y relaciones durante muchas horas a la semana, a lo largo de meses y años.

En la escuela convivimos con niños y jóvenes, personas cuya maduración biológica se está produciendo al tiempo que acuden a la escuela: personas en formación, en proceso de crecimiento y, por tanto, “inacabadas”. Aunque muchas de sus actitudes se forman en el entorno familiar, parte de su aprendizaje social lo realizarán gracias a las experiencias que vivan en la escuela.

Por ello, la forma en que tratemos las desavenencias, los desencuentros, los comportamientos incorrectos, ayudará (o no) a que nuestros alumnos aprendan de sus errores, reflexionen sobre el efecto que sus actos causan en los demás y sobre cómo pueden cambiar para que su forma de comportarse

facilite el bienestar de los demás y el suyo.

También sabemos que una buena convivencia en la escuela nos ayuda aprender mejor, ya que un buen clima escolar nos permite centrarnos en los aprendizajes. En la escuela podemos tratar los conflictos de muchas formas:

• Ignorándolos (“ya se arreglarán entre ellos”)

• Decidiendo quien tiene la razón, de acuerdo con nuestras normas

• Aplicando sanciones, que pueden ir del “siéntate un rato a pensar” o “escribe cien veces ‘hablaré con respeto a mis profesores”

En ciertos casos, excluyendo temporalmente al alumno

del centro, con el frecuente efecto de incrementar su mal comportamiento.

La mediación surge de la convicción de que el conflicto, lejos de ser solo una “molestia” a evitar, es un aviso de que hay algo que no termina de funcionar bien en las relaciones y, por ello, es bueno sentarse a hablarlo. Ahora bien, en mediación sabemos que para que el diálogo rinda sus frutos, no basta con hablar de la forma en que lo hacemos habitualmente, dando culpas, sermoneando, juzgando o hablando todos al mismo tiempo. Cuando mediamos, utilizamos formas de sentarnos a hablar que sirven especialmente para unir a las personas en conflicto en la comprensión mutua y la búsqueda colaborativa de acuerdos que permitan mejorar las cosas y convivir mejor.

El proyecto que hemos iniciado entre escuelas de Galicia, Mallorca e Ibiza tiene como objeto poner en común nuestras experiencias en mediación y prácticas restaurativas, como paso previo a una coordinación más amplia con otros centros educativos que llevan tiempo utilizando la mediación o desearían empezar a utilizarla.

¿En qué consiste la mediación?

Dos alumnos se han pegado en el patio, o han tenido una discusión. La razón variará, dependiendo de su edad: uno no deja jugar al otro (en Primaria) o se enfrentan debido a que a uno le han llegado rumores de que el otro habla mal de él, o de que le quiere pegar a la salida (Secundaria).

“La mediación surge de la convicción de que el

conflicto, lejos de ser solo una “molestia” a evitar, es un aviso de que hay algo

que no funciona bien en las relaciones”

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Una forma común de tratar esta situación es aplicar las medidas enunciadas más arriba (ignorar, decidir quién tiene la razón, sancionar, etc.); otra es reunirse con ellos para poderlo hablar. Para ello, nos sentaremos en un espacio tranquilo, ayudando a que hablen por turnos, utilizando preguntas como “cuéntame qué pasó”, ¿cómo te sentiste cuando …?”, etc., seguidas o no de parafraseo, dependiendo de la edad de los alumnos. Normalmente, el mero hecho de sentarse a hablar por turnos suele ser suficiente para que la tensión baje y se abra la posibilidad de una comprensión mutua, de la que se deriva fácilmente un acuerdo.

Aunque la filosofía de la mediación es una, sus formas pueden variar, según la edad de los implicados, o el tipo de conflicto.

En Educación Infantil, la mediación puede tomar la forma del rincón de la boca y la oreja, en el que los niños en conflicto van por su cuenta a hacer las paces a un lugar de la clase en el que hay dos sillas, una con una boca, la otra con una oreja. Uno habla sentado en la silla con la boca, y el que se sienta en la silla de la oreja, escucha. Luego cambian los papeles.

En Primaria puede haber alumnos mediadores de patio para pequeños conflictos. Cuando el conflicto no se resuelve en el acto, se puede fijar una mediación en un espacio más tranquilo.

En Secundaria, puede haber parejas de alumnos mediadores, así como mediadores adultos que tratarán conflictos más complejos o en los que intervienen alumnos mayores o adultos. La mediación no tiene porqué ser sólo entre alumnos.

De la mediación a las prácticas restaurativas

Algunos conflictos, para poder ser debidamente tratados, requieren reunir a más de dos personas en conflicto. Los círculos restaurativos son una de las formas de diálogo comunitario que permite que un grupo numeroso pueda tratar un conflicto y llegar a unos acuerdos que ayuden a restaurar las relaciones afectadas por el conflicto.

Por ejemplo, hace unos años nos encontramos que toda una clase de cuarto de Primaria se dirigió a la directora de la escuela para pedirle que cambiara de grupo a una niña de la que tenían quejas: quitaba y rompía el material escolar a los compañeros, se levantaba continuamente durante la clase y molestaba cuando jugaban en el patio. También el tutor se sentía muy incómodo con su comportamiento. ¿Cómo llevar a cabo una mediación en una situación como esta? En este caso, hicimos un círculo restaurativo en el que participó, además de la clase y el tutor, la directora del centro y los padres de la alumna. Cuando al cabo de varias semanas revisamos el resultado del círculo, constatamos que el comportamiento había mejorado mucho y ya no constituía un problema.

Las prácticas restaurativas se centran en crear, mantener y reparar / restaurar el sentimiento de comunidad de los miembros del grupo. Una práctica restaurativa central es el círculo de diálogo, que usamos para tratar temas de forma conjunta, de forma que habla la persona que tiene el

“objeto para hablar” (una pelotita u otro objeto que se va pasando) y los demás escuchan con respeto.

Existen prácticas restaurativas destinadas a crear relaciones. Otras se orientan a reparar las relaciones cuando surgen problemas. Entre las segundas, algunas son de uso muy inmediato, como los mensajes en primera persona, destinados a expresar de forma constructiva que algo no va bien. Otras requieren el uso de “preguntas restaurativas” que se pueden utilizar en el momento en que ocurre algo que afecta negativamente a otros. Algunas prácticas, como los círculos restaurativos requieren bastante preparación y las usaremos sólo cuando el conflicto lo requiera.

Las prácticas restaurativas en la comunidad

En 2011-2013 participamos en un proyecto europeo con la ciudad inglesa de Hull, con el objetivo de crear una “zona restaurativa” en un barrio de Palma. Es decir, una zona en la que las personas que tratan con jóvenes tienen una formación y unas actitudes que les permiten enfocar los conflictos de una forma restaurativa, tendente a hacer reflexionar al niño sobre los efectos de sus acciones y a reintegrarle en la comunidad. Seguimos en ello.

Para saber más:• Belinda Hopkins. Prácticas Restaurativas

en el aula. http://goo.gl/hI9dbV• Bob Costello, Joshua Wachtel,

Ted Wachtel. Manual de Prácticas Restaurativas para Docentes, Personal Responsable de la Disciplina y Administradores de Instituciones Educativas 2013. Versión Kindle.

• Mejoramos la convivencia con las prácticas restaurativas. Documento elaborado a partir del proyecto europeo con Hull http://goo.gl/tSJaZf

• Vicenç Rullan. Justicia y Prácticas Restaurativas. 2011 http://goo.gl/hI9dbV

• Video del proyecto con Hull https://

vimeo.com/66645486

“Aunque la filosofía de la mediación es una, sus formas pueden variar, según la edad de los implicados, o el tipo de

conflicto”

Mediación escolar. Alumnas y alumnos mediadores en Educación Primaria y Secundaria Txaro Etxeberria y Pello Aguirrezabal

Hirukide Jesuitinak. Tolosa (Guipúzcoa)

El Centro Educativo Hirukide es producto de la fusión de tres centros religiosos concertados que de forma muy inteligente decidieron pasar de un modelo basado en la competitividad a un modelo de cooperación hace ahora 11 años. Tras la fusión surgió el nuevo centro Hirukide. El centro está ubicado en Tolosa, un pueblo a 25 km. de San Sebastián que tiene 18.000 habitantes. El equipo de educadores lo forman 105 personas, y el alumnado 1.200. Tras un complejo y rico proceso de reflexión en el que no vamos a detenernos, surgió el Proyecto Pedagógico cuyo objetivo era “educar a la persona” en su globalidad. Llegamos a la conclusión de que para afrontar los retos que se les presentarán en el siglo actual, nuestros estudiantes tenían que ser personas creativas, autónomas y comprometidas.

En nuestro proyecto pedagógico desde el principio una de las líneas estratégicas fue la promoción de la convivencia positiva. En este sentido hemos trabajado intensamente dos aspectos fundamentales: la inteligencia emocional (inteligencia intrapersonal e interpersonal) y las estrategias para la resolución de conflictos de forma dialogada y

pacífica, incluyendo el uso de metodologías de enseñanza como el aprendizaje cooperativo. En cuanto a la inteligencia emocional, el claustro realizó muchas horas de formación gracias a una iniciativa de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Vista la importancia que tuvo esta formación en el ámbito personal, familiar y laboral,

se pensó que la educación en sentimientos y emociones había que incluirla en el currículum del alumnado. Por ello, un equipo de trabajo creó durante un año y medio todo un Programa de Inteligencia Emocional en el que se trabajan cinco competencias emocionales desde los tres años en adelante: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, habilidades sociales y habilidades para la vida. La DFG decidió editar el programa que habíamos desarrollado y puesto en práctica y distribuirlo gratuitamente a todos los colegios de la provincia (junio de 2008).

El Rincón del consenso

En el tema de la resolución de conflictos, comenzamos con una metodología, conocida como el Rincón del consenso.

En cada aula del último curso de Educación Infantil tenemos el Rincón del consenso. En Primaria están situados en los pasillos. El Rincón del consenso ha sido una pieza fundamental en la resolución de infinidad de conflictos por parte del alumnado. Al principio, el acompañamiento de los tutores

y tutoras es fundamental, hasta lograr que lo utilicen de forma autónoma. En base a nuestra experiencia constatamos que era una herramienta válida en los cursos iniciales, pero a medida que avanzaban la edad o el grado de complejidad de los conflictos, en ocasiones, las partes en conflicto no eran capaces de llegar a un acuerdo por sí mismas.

Por ello, hace concretamente seis años, decidimos dar un paso más. Dedicamos todo un curso a formar al profesorado en temas de mediación y a diseñar el servicio de mediación escolar.

En este servicio las personas mediadoras son alumnos y alumnas de 5º y 6º de E.P, y el alumnado de 3º a 6º es quien hace uso del servicio. La metodología es idéntica a la utilizada en el Rincón del consenso, pero en este caso, además de las partes en conflicto están presentes dos personas mediadoras. La función de éstas es la de ayudar a las partes a que se comuniquen de forma adecuada y puedan llegar a un acuerdo. Los mediadores y mediadoras por tanto, no desempeñan la función de policía o juez, no imponen ni ofrecen soluciones, sino que su función es construir puentes de comunicación entre ambas partes.

Al resolver los conflictos de este modo, las personas se sienten más reparadas, se sienten protagonistas

“Los mediadores, por tanto, no desempeñan la función de

policía o juez, no imponen ni ofrecen soluciones, sino que su función es construir puentes de comunicación

entre ambas partes”

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en la resolución de su conflicto, con lo cual, la probabilidad de que cada parte cumpla con el compromiso adquirido es mayor.

Una vez sistematizado este servicio en Primaria, decidimos ampliarlo a Secundaria, creando el servicio de Alumnos/as ayudantes mediadores. En este caso, sus funciones son más amplias. El objetivo principal es la prevención de los conflictos y la mediación en los mismos.

En ambos programas, el proceso de selección de alumnado mediador y ayudantes-mediadores, es similar. En la sesión de tutoría se presenta a los alumnos y alumnas las características del servicio de mediación, sus funciones y el perfil más idóneo para desempeñar el rol de persona mediadora. Cada alumno o alumna señala si está o no dispuesta a ser persona mediadora. También nombra dos o tres personas de su aula que desde su punto de vista cumplen los requisitos adecuados para la mediación. La tutora o tutor del grupo hace lo propio. Con todos estos datos, el equipo de coordinación confecciona el listado de personas mediadoras (dos por aula y a ser posible manteniendo un equilibrio entre los sexos) y se convoca a una reunión a sus familias. Una vez informadas del objetivo del servicio de mediación, su funcionamiento, etc., las familias firman un documento de consentimiento para que su hija o hijo sea mediador.

A partir de ese momento, el alumnado seleccionado recibe una formación de catorce o quince horas, en la cual se trabajan técnicas de escucha activa, parafraseo, reflejo de emociones, las fases de una sesión de mediación, el ciclo del conflicto, factores que contribuyen a que surjan

los conflictos (percepciones, creencias…) etc.

Algunas conclusiones

Nuestra experiencia nos dice que el haber trabajado la inteligencia emocional desde los tres años, facilita considerablemente tanto la formación de las personas mediadoras, como la consecución de acuerdos de quien hace uso del servicio de mediación.

Al principio había profesoras y profesores que no confiaban mucho en que el alumnado de 10-11 años pudiera mediar en conflictos entre compañeros. Sin embargo, en cuanto comprobaron la utilidad de este servicio se sumaron a quienes desde un principio apostaron por el proyecto. Lo mismo podemos decir de las monitoras del comedor, algunas de las cuales han recibido la formación al mismo tiempo que las personas mediadoras. Las familias, una vez superados los recelos y dudas de los primeros años, también valoran enormemente el que sus hijos e hijas tengan esta experiencia de aprendizaje en el centro.

Siendo conscientes de que el conflicto es parte de la vida, lo que pretendemos con todo este trabajo es que sea un proceso de aprendizaje para la vida. Poner en marcha el servicio de mediación y, sobre todo, mantenerlo exige un gran esfuerzo por nuestra parte, pero compensa con creces.

Otro de los objetivos de nuestro centro es que la escuela sea agente de transformación social que contribuya a mejorar la

sociedad en la que vivimos. De ahí que hace dos años decidiéramos invitar a personas e instituciones que trabajan en pro de una convivencia positiva a la última jornada de formación de las personas mediadoras.

Así, el 6 de noviembre de 2013, tras la invitación al acto de entrega de diplomas y pañuelos distintivos al equipo mediador que se convocó en nuestro centro, acudieron representantes del mundo de la empresa, de la política, de la Universidad, del ámbito educativo formal y no formal, de los estamentos relacionados con la paz y la convivencia, etc. El 12 de noviembre de 2014, realizamos una convocatoria similar en la Escuela de Magisterio de la Universidad del País Vasco.

Para finalizar, podemos afirmar que este proyecto genera gran impacto en diversos estamentos, ya que hemos sido invitados a acudir con alumnado del equipo mediador, a que expliquen su trabajo a personas universitarias, a jornadas de innovación educativa…

• anual de Prácticas Restaurativas para Docentes, Personal Responsable de la Disciplina y Administradores de Instituciones Educativas 2013. Versión Kindle.

• Mejoramos la convivencia con las prácticas restaurativas. Documento elaborado a partir del proyecto europeo con Hull http://goo.gl/tSJaZf

• Vicenç Rullan. Justicia y Prácticas Restaurativas. 2011 http://goo.gl/hI9dbV

• Video del proyecto con Hull https://

vimeo.com/66645486

“Siendo conscientes de que el conflicto es parte de la vida,

lo que pretendemos con todo este trabajo es que sea un

proceso de aprendizaje para la vida”

El CEIP Manuel Altolaguirre y la Fundación Mediara han apostado por la mediación como estrategia esencial de resolución de conflictos en el Polígono Sur, formando al alumnado, profesorado, personal de administración y servicios y algunos vecin@s referentes en el barrio, gracias a la asociación cultural gitana: vencedores. Este centro supo extraer la herramienta principal de la mediación: el diálogo, y las características básicas de su proceso para elaborar su propio proceso de mediación. El alumnado media sin saber que lo hace, las familias dialogan y solucionan, y hay niñ@s que empiezan a decir: “Maestro, esto ya sí sirve en el barrio, porque mi tío el Pedro, también media”.

A menudo, cuando definimos mediación, tendemos a describirlo como un proceso largo, cerrado y con pautas muy marcadas, sin embargo, también planteamos que es un procedimiento que acelera la respuesta que un determinado juzgado podría dar a una denuncia. En el claustro del CEIP Manuel Altolaguirre hace cinco años, no teníamos mucha idea sobre este procedimiento, era un claustro que no paraba de investigar, elaborar, concluir, practicar y fracasar en todas y cada una de las medidas que implantaba para mejorar la convivencia entre su alumnado y las familias.

En medio de esta búsqueda imparable de soluciones, la Fundación Andaluza para la Mediación (MEDIARA) propone a los centros educativos de Polígono Sur (3.000 viviendas) su proyecto Aprendiendo a Mediar. Los maestros y maestras no lo dudamos y nos

propusimos hacer de la mediación nuestra nueva arma de cambio masivo.

Cada miembro del claustro teníamos unas expectativas distintas, y esta formación despertaba unas sensaciones dispares, pero todos y todas teníamos claro que era una apuesta a caballo ganador. Pero,… cuando Isabel Medina (formadora que MEDIARA contrató) empieza a activar los conocimientos previos y detectar las ideas iniciales del claustro sobre mediación, las respuestas eran tan dispares que las risas y carcajadas impedían que la formación continuase, ya que como el maestro Luis Miguel expuso entre risas: “si llegamos a hacer esta lluvia de ideas antes de aceptar la formación, esta no se hubiera llevado a cabo, ya que cada uno tiene una idea completamente diferente sobre el concepto, las características, utilidad y forma de uso”.

A pesar de este batacazo inicial (hablamos de unos 30 minutos, no más), Isabel supo reconducir la situación y comenzó la formación a unos maestr@s muy críticos y con una realidad muy peculiar. Maestros a los que no les gusta escribir sobre papel mojado, y que cada técnica y herramienta planteada, rápidamente la ponen en práctica, bien imaginativamente o bien en las propias aulas al día siguiente.

Esta actitud crítica y práctica hizo que el claustro nos diéramos cuenta rápidamente que la mediación era una buena estrategia, pero no para el CEIP Manuel Altolaguirre. No obstante, el claustro había adquirido un compromiso y queríamos cumplirlo, así que junto a la Fundación Mediara analizamos qué aspectos de la #Mediación eran útiles y qué dificultades se planteaban, concluyendo:

Con #m de diálogo, mediadores y mediados

Juan Ramón Carballo CarballidoCEIP Manuel Altolaguirre. Sevilla

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• Un principio básico para mediar es que no hubiera violencia, y nuestros principales conflictos eran violentos.

• Normalmente entre la víctima y el victimario había desigualdad de poderes, por lo que tampoco se podía mediar.

• Era un proceso que requería tiempo para la ejecución y la resolución, y necesitábamos inmediatez.

• La herramienta principal es el diálogo y nuestro alumnado no tiene un nivel óptimo de comunicación.

• La formación que íbamos a recibir tenía como objetivo formar al alumnado mediadores y nuestro alumnado necesitaba ser formado también para ser mediado.

A cada una de estas dificultades iniciales, decidimos buscarle solución:

• Teníamos que incluir una fase más en el procedimiento: contención de la crisis en la que poder empoderar a la víctima y sancionar a los victimarios y, una vez igualados los poderes y resuelto punitivamente el conflicto (imperaba la ley del más fuerte y la ley del ojo por ojo y diente por diente), iniciar el proceso de mediación.

• Determinar qué habilidades eran las que debíamos trabajar en todos nuestros alumnos y alumnas y descubrimos que la solución principal pasaba por dotar a todo el alumnado en habilidades básicas como: asertividad, empatía, equidistancia, escucha activa, entender el conflicto como algo potencialmente positivo que les haga pensar, reactivar el conocimiento crítico de los alumnos, etc.

• Acelerar el procedimiento.

Con estos acuerdos, y teniendo en cuenta la peculiaridad del alumnado, en el claustro comenzamos a crecernos, ya que entendimos que al igual que en cualquier método nada es infalible; y que el objetivo de la formación no era convertirnos en mediadores, sino utilizar todo lo que la mediación nos ofrecía para mejorar la convivencia en el centro.

Con este nuevo objetivo, cada día, los maestros y maestras adaptaban las estrategias propuestas en la formación a la realidad del cole, pensaban en su utilidad y la forma de transmitírselo al alumnado, con ello nos marcamos los primeros objetivos en relación a la mediación:

1. Concienciar de la importancia de resolver los conflictos mediante el diálogo.

2. Quitar la importancia que la sanción – castigo tenía en un conflicto tanto a familias como alumnado.

3. Eliminar la sensación de conflicto no resuelto hasta que la dirección del centro actuaba. 4. Implantar la importancia que el alumnado debía tener en la solución de un conflicto. 5. Poner en valor la importancia de sus conflictos (había conflictos claramente no mediables como el “juramiento de los muertos”).

Con todo ello, el propio programa de la Fundación Mediara (“Aprendiendo a Mediar”) planteaba la finalización con la realización de una obra teatro, así que los objetivos de concienciación quedaban suficientemente cubiertos, y ¡manos a la obra! Confeccionamos junto con el alumnado y la Asociación de Teatro ASAT, financiado también por la Fundación Mediara, el trabajo para realizar la representación, contando con todos y cada uno de los agentes educativos: especialista en mediación escolar, monitores

de teatro social, tutores y tutoras, familias y por supuesto alumnado.

De este proceso, cabe destacar la construcción de la obra teatral a partir del análisis que los distintos agentes educativos realizamos de los conflictos y cómo a través de la improvisación de situaciones cotidianas, en relación a la forma de resolverlos se construyó el guión de la misma con las siguientes escenas:

1. Representación de un conflicto escolar.

2. Forma de solución habitual (violenta).

3. Consecuencias en la familia.

4. Consecuencias en el alumnado.

5. Regresión y replanteamiento del mismo conflicto.

6 . P re s en t a c i ó n de l a mediación.

7. Resolución del conflicto con la mediación.

8 . Comparat iva de las consecuencias.

La obra se representó en una jornada de puertas abiertas para el barrio, donde familiares, amigos/as, vecinos/as del barrio y autoridades invitadas pudieron disfrutar del trabajo hecho por los/as alumnos/as.

Los nervios, los miedos, las inseguridades, la vergüenza, etc. se superaron en el momento que subió el telón y se pusieron “manos a la obra”. Al finalizar se realizó un teatro fórum, en el que pudimos comunicar a las familias y toda la comunidad educativa que el CEIP Manuel Altolaguirre estaba cambiando su forma de resolver los conflictos introduciendo la mediación y el diálogo como principal vía de actuación.

De este debate, una de las principales conclusiones que se extrajo fue: la mediación ocupa un lugar muy importante en la cultura gitana, etnia mayoritaria en nuestro centro educativo. Reflexión que nos

sirvió para empoderar el proceso que habíamos iniciado.

Tras esta sesión, nos quedaba agilizar el procedimiento, para ello, elaboramos una herramienta que denominamos “Hoja de reflexión”, en la que el proceso de mediación está presente y los principios básicos reflejados. Esta hoja se resume en tres documentos:

1. El primer documento contiene las siguientes preguntas:

a. ¿Qué ha pasado? (¿Qué, cómo, cuándo y con quién ha pasado?)b. ¿Cómo es el problema de grande? ¿En cuántos problemas se puede dividir?c. ¿Puedo pararlo, empezando ahora a portarme bien?d. ¿Cómo te has sentido?e. ¿Cómo crees que se han sentido los demás o el compañero/a?

2. En el segundo, se plantean las soluciones básicas a cada pequeño problema, con las siguientes cuestiones básicas:

-Motivo del problema--¿Para qué lo he hecho?-

-¿Lo he conseguido?--¿Cómo lo puedo solucionar?-

-¿Cuándo?--¿Dónde?-

-¿Quíen me ayudará?--¿Cómo sé que lo ha cumplido?-

3. Y el tercer documento es un listado de las distintas soluciones, en el que se tiene la posibilidad de ir chequeando las actuaciones realizadas.

Con esta hoja hacemos responsables al alumnado, cuando ellos aclaran los hechos. Siendo partícipes, buscamos los intereses del alumnado aclarando para qué lo ha realizado y si había conseguido lo esperado, trabajamos la voluntariedad cuando les preguntamos si quieren solucionarlo, realizamos una búsqueda de información segmentando el conflicto en las pequeñas situaciones que nos han hecho llegar a la situación final grave, de modo, que el niño puede analizar en qué momento comenzó a escalar el problema. Y por último, analizamos todos los pequeños conflictos que han creado el conflicto final planteando el propio alumno cómo puede resolver las distintas situaciones a través de acuerdos con los distintos sectores implicados.

Si el problema ha sido con un compañero, la solución debe ser consensuada con el compañero o al menos, este debe sentir que el daño causado ha sido restituido o compensado. Utilizando la fórmula ganar – ganar, básica en mediación. De modo que tanto si se puede llevar a cabo

un proceso de mediación o no, siempre actuamos con los alumnos de la misma forma, ya sea de manera bidireccional maestro – alumno o en forma de mediación: mediador y mediados.

Con el pistoletazo de salida dado, con alumnado formado y concienciado y con maestros dispuestos, solo nos faltaba formar a los vecinos del barrio. En esto la Asociación Cultural Gitana Vencedores, autóctona del barrio, nos presenta su proyecto de mediación, (que era más bien arbitraje o negociación) y tras un largo proceso de selección, argumentación y estructuración, conseguimos extender la formación, a través de la Fundación Mediara, a los vecinos del barrio.

Aun así, nada es milagroso, hoy cerramos estas líneas con un nuevo incidente y agresión física y verbal a una maestra y al jefe de estudios por parte de una madre, “por lo que en estos momentos,…, pensamos en escuelas socialmente desprotegidas con mucho cariño, amor y esfuerzo en su interior” (sentimiento textual de una maestra).

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EN LOS BLOGS

La mediación es un proceso que impulsa la desconstrucción y la construcción compartida de significados convirtiendo a las personas en verdaderos protagonistas de la transformación cultural,

social, científica, técnica y emocional de su entorno.

La mediación escolar asume el reto de hacer frente a los propios conflictos de manera positiva, eludiendo cualquier forma de violencia y promoviendo la reconciliación entre las partes además de la reparación de los daños causados. Este proceso supone por tanto una gestión constructiva (comprometida, no violenta y positiva), creativa (inventando nuevos caminos, formulando ideas originales y abriendo nuestro pensamiento), cooperativa (reconociendo, revalorando y dialogando con las otras personas) y crítica (equitativa, transformadora y pacífica).

Desde hace varios cursos coordino un programa de mediación escolar en un centro de Educación Primaria y a lo largo de este período he podido observar los enormes beneficios que este sistema de ayuda entre iguales genera, no sólo a los alumnos que participan directamente del mismo sino también al centro en su conjunto como estrategia de prevención de conflictos. Es por ello que me gustaría profundizar en el proceso que supone.

La mediación escolar favorece relaciones positivas entre todos los miembros de la Comunidad Educativa, consolida el diálogo como la estrategia básica para resolver nuestras diferencias con los demás, potencia contextos colaborativos en las relaciones interpersonales, favorece la comprensión y confianza en la escuela, mejora el clima escolar a través de la prevención y la neutralización de comportamientos agresivos, contribuye a la transformación pacífica de las dinámicas de conflictos , al desarrollo activo de la cultura de paz y ayuda a la formación integral del alumnado.Cuando un equipo docente decide incluir la educación en el conflicto en el proyecto educativo del centro, puede hacerlo a través de la consolidación de Programas de Mediación Escolar puesto que éstos permiten sacar a los chicos y chicas del rol pasivo ante los problemas de convivencia y les ofrece la posibilidad de participar en

la creación y mantenimiento de un clima social positivo.

Todos los implicados en un proceso de mediación se benefician. Por un lado, las personas que han participado directamente en el conflicto: el agresor se responsabiliza y toma conciencia de los actos cometidos; el agredido encuentra un espacio de atención y escucha, de información, de desdramatización y por supuesto de reparación. Tanto agresor como agredido comparten ese espacio para una comunicación positiva y para la responsabilización. Y por otro, los alumnos mediadores crecen como personas, aprenden a comprenderse mejor a sí mismos y a los demás y a mostrarse solidarios; pero además se entrenan en una serie de técnicas y herramientas como escucha activa, mensajes en “yo”,etc.

En la implementación de un programa de mediación, destacaría dos fases bien diferenciadas:

PRIMERA FASE: Sensibilización y formación del profesorado. Para que el programa sea asumido por una mayoría del profesorado es preciso disponer de formación sobre este tipo de programas. Sería aconsejable que dicha formación fuera tanto dentro como fuera del centro. Y posteriormente como claustro reflexionar sobre ello, ventajas e inconvenientes, dudas, etc. Posteriormente será aprobado en Claustro y Consejo Escolar.

Motivación del alumnado: Todos los alumnos del centro deben conocer y profundizar sobre aspectos como: quienes formamos parte del colegio, para qué venimos al colegio, qué es un conflicto, quién nos puede ayudar, qué es un alumno mediador, su perfil y cómo se realiza el proceso de mediación.

Proceso de selección: A la hora de decidir quiénes serán los alumnos mediadores considero importante que sean sus propios compañeros quienes lo decidan, habiendo trabajado previamente el perfil que se precisa. En mis años de experiencia, he podido comprobar que los chicos y chicas de Primaria son capaces de identificar quienes mejor cumplen las cualidades requeridas para esta función. El mediador debe tener capacidad para ser neutral, flexible, responsable, paciente, empático, saber guardar el secreto, escuchar atentamente, ser

Profundizando en la mediación escolar

respetuoso y objetivo además de saber crear y mantener la confianza. De esta forma se valoriza esta figura en el centro ( son más valorados por el resto de compañeros ya que han sido ellos quienes han tomado la decisión).

Formación de alumnos mediadores: El objetivo será la creación de un sentimiento de grupo (el equipo de mediación es un “equipo de personas” que desempeña un papel muy importante para la vida del centro). Se trabajan dinámicas de grupo, se abordan aspectos como la comunicación y sus técnicas, concepto de conflicto, se estudian situaciones concretas (qué ocurriría si...). y se dramatizan posibles situaciones de mediación como entrenamiento previo. Pero la formación no debe limitarse a un simple intercambio de conocimientos, ni al modelaje de técnicas por parte de un experto. Se trata de fortalecer a las personas del grupo animándolas a descubrir su potencial para la mediación, respetando el contexto y fomentando la participación.

Presentación a toda la Comunidad Educativa. Un programa de mediación deber ser compartido por toda la comunidad educativa y para ello, debe ser lo suficientemente oficioso como para distinguirlo de otro tipo de actos (con la entrega de los distintivos que acreditan la tarea a realizar: diplomas, carnets, brazaletes, etc.)

SEGUNDA FASE: Resulta muy importante y beneficioso para su adecuada implementación esta segunda fase.

Comisión del Equipo de Mediación: En esta comisión, junto a los alumnos mediadores participan los profesores que forman parte del mismo, y entre los que se incluirá algún miembro del equipo directivo. Su periodicidad puede ser quincenal y en ella se analizan sus actuaciones, puesta en común de sus actuaciones, dificultades surgidas. Pero también constituye un potente lugar de encuentro donde los alumnos nos ofrecen una visión real de las situaciones ocurridas en patios, filas, etc. y donde plantean sus propuestas de mejora. En mi opinión, esta segunda parte es mucho más importante que la primera. Cada alumno puede disponer de un cuaderno personalizado y todos los documentos trabajado se sellan con el símbolo del programa, aspecto que aporta mayor oficialidad.

Evaluación continua: Se realizará un seguimiento del programa a partir de cuestionarios dirigidos a los propios alumnos mediadores, al resto de alumnos, profesores, monitoras de comedor , etc.

Veamos cómo se realiza un proceso de mediación.

Se inicia dicho proceso con una entrevista en la que el profesor y alumno mediador mantienen con cada alumno implicado en el conflicto (por separado). Éste debe contar, en primera persona, qué ha pasado y

cómo se ha sentido. Se les recuerdan las normas básicas de la mediación (mirar alos ojos, hablar en primera persona y confidencialidad) para generar seguridad y tranquilidad, confianza para poder expresar sentimientos y emociones, secretos que se desean mantener, etc.

Posteriormente, se produce una puesta en común de los mediadores en la que en base a la información aportada por cada alumno, valoran qué aspectos de todo lo que han contado pueden ayudar en el acto de mediación, siendo necesario incidir en ellos para canalizar la solución constructiva del conflicto.

Se inicia el acto de mediación en sí con las siguientes fases:

1ª CUÉNTAME. Los alumnos/as en conflicto se sientan en frente mirándose a los ojos y cuentan lo que ha ocurrido desde el “yo”. Cada parte expone su punto de vista y sus sentimientos y ambas partes identifican el problema pero de mutuo acuerdo. El mediador escucha activamente prestando atención al lenguaje verbal y no verbal. Es el momento en el que los mediadores van planteando cuestiones para aclarar el problema y expresar los sentimientos vividos durante el conflicto y en el momento presente.

2ª ACLARAR EL PROBLEMA. Los mediadores repiten lo que los alumnos en conflicto han contado utilizando técnicas de reformulación, connotación positiva para resaltar las cualidades positivas de las partes), estructuración y formulación de preguntas exploratorias para captar puntos de vista, estratégicas para determinar puntos clave y circulares para poder ponerse en el lugar del otro.

3ª LOS SENTIMIENTOS. Los mediadores les preguntan ¿cómo te sientes? Es el momento de destacar que ambos están muy incómodos ante la situación de conflicto que se ha generado y que ambos quieren buscar soluciones

4ª PROPONER SOLUCIONES. Ante la pregunta de ¿tú, qué necesitas de ...............? y ¿a qué te comprometes?, los alumnos/as plantean las soluciones propuestas por ambos en un ACUERDO DE MEDIACIÓN. Lo importante es que este acuerdo sea equilibrado, realista, concreto y evaluable.

El alumno mediador plasma todo ello en un documento que recoge estos acuerdos, firmado por todas las partes y con una fecha para su revisión. En el caso de conflictos graves es importante incluir mecanismos para verificar los acuerdos.

En todo este proceso estamos formando a nuestros alumnos en una serie de habilidades que les pueden resultar imprescindibles para su participación en la sociedad como miembros seguros, activos y equilibrados.

Rosa Mª Llorente GarcíaCEIP Ramiro Solans. Zaragoza

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La palabra es la herramienta fundamental para la adquisición del conocimiento, para la reflexión personal y para la relación entre las personas. Su utilización en nuestros centros educativos es constante.

Cuando dos personas interactúan mediante la palabra nace el diálogo. Este diálogo, para ser efectivo, debe tener como sustento principal la escucha activa por parte de los participantes. Mediante esa escucha activa, podemos entender los planteamientos de otra persona, confrontar ideas o modificar nuestro pensamiento.

Todos sabemos lo difícil que es el verdadero diálogo en nuestra sociedad, y cómo, en la mayor parte de las ocasiones, los conflictos surgen de una falta de atención en las conversaciones. Los malentendidos no se derivan siempre de un mal uso del lenguaje, sino de lo poco que escuchamos a las personas con las que dialogamos. La necesidad humana de la comunicación se está convirtiendo, en nuestra sociedad, en una necesidad de ser escuchados; lo malo es que si no hay comunicación real tampoco hay escucha real.

Por esa razón, cada vez están surgiendo más voces, en el terreno educativo, que buscan en estrategias dialógicas su principal componente de transformación. Estas estrategias, pasan por atender, en un primer momento, al cambio en la forma de relacionarse que tienen los alumnos. Porque un uso adecuado del diálogo transforma por completo nuestra interacción con los demás, favorece la negociación ante diferentes puntos de vista y mejora la comprensión del otro.

El poder de esta herramienta tan cotidiana cobra especial importancia cuando se observa las mejoras que produce un aprendizaje dialogado, tanto en los resultados como en la convivencia en las aulas. En la mayor parte de los casos, darle a los estudiantes la posibilidad de construir el aprendizaje a través del diálogo, no sólo contribuye a mejorar la adquisición de conocimientos, puesto que ellos mismos forman parte activa en su elaboración; también conseguimos mejorar otra serie de competencias fundamentales como el trabajo en equipo, la mejora de la convivencia y el desarrollo de su capacidad de organización.

Este tipo de estrategias, que siempre han tenido un peso específico en diversas teorías educativas, están tomando todavía más relevancia gracias a las Comunidades de Aprendizaje.

Este proyecto educativo, basado, precisamente, en la interacción dialógica entre docentes y estudiantes, está obteniendo muy buenos resultados en diferentes ámbitos socioeconómicos, demostrando cómo un buen sistema puede llegar a funcionar con independencia de donde se implante. La práctica demuestra que la interacción favorece el aprendizaje y cuando consigues que diversos alumnos interactúen entre ellos para cumplir una serie de objetivos de forma colaborativa, los buenos resultados suelen acompañar al esfuerzo.

Es cierto que, de cara al profesorado, estamos hablando de un gran cambio metodológico. Un nuevo sistema que prescinde de los libros para trabajar por proyectos en diferentes ámbitos. Además, el docente debe estar preparado para poner en marcha toda una serie de estrategias de comunicación destinadas a mejorar la interacción entre el alumnado. Estas dos cuestiones exigen, es cierto, una gran implicación del profesorado y una preparación previa para poner en marcha estas estrategias, pero posteriormente, cuando las dinámicas ya están en marcha, resulta mucho más sencillo obtener buenos resultados en el desarrollo de la clase.

Todo este tipo de estrategias pueden apoyarse también mediante el uso de las nuevas tecnologías. En la mayor parte de los casos, trabajar de una forma tan estrechamente colaborativa, implica también compartir materiales, aunar esfuerzos y desarrollar propuestas de forma conjunta.

El diálogo como herramienta transformadora El resultado del aprendizaje se puede convertir en herramienta para que otros estudiantes aprendan. Además, si cada actividad, cada investigación, acaba desarrollando un material específico, los estudiantes serán capaces de percibir, con más claridad, cuál ha sido el proceso de trabajo.

En este ámbito, por tanto, deberíamos distinguir entre herramientas para desarrollar el aprendizaje de forma colaborativa y herramientas de creación conjunta que nos permiten obtener materiales pedagógicos. En el primer caso, suelen ser de gran utilidad los documentos compartidos, los calendarios compartidos y los cuadernos de trabajo en línea.

Con herramientas como Google Drive, Google Calendar o Evernote, resulta muy sencillo que nuestros estudiantes puedan colaborar. Simultáneamente, nos darían la posibilidad a los docentes de preparar para ellos una serie de materiales de trabajo y ponerlos, de una forma sencilla, a su disposición.

Como herramientas de creación conjunta podemos tener los blogs, los programas de diseño gráfico para realizar mapas mentales o infografías, los programas de edición de audio y los programas de edición de vídeo.Todas estas herramientas nos podrían ayudar a formar una metodología pedagógica donde la aportación de los diferentes estudiantes sea decisiva para el desarrollo completo del aula.

El diálogo y la construcción del conocimiento deben estar unidos si queremos que el aprendizaje sea participativo. De esta forma, fomentaremos también su deseo de colaborar con los demás, mejoraremos sus estrategias para el trabajo en equipo, y haremos del aprendizaje una aventura en la que ellos mismos serán los protagonistas.

Óscar Martín CentenoCEIP Santo Domingo. Algete (Madrid)

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Tradicionalmente hemos venido confundiendo conflicto y violencia lo que nos ha llevado a conceptualizar negativamente los conflictos. Debemos tener presente que el conflicto es un

hecho inherente a la interacción humana porque la diferencia de opiniones, deseos e intereses es inevitable entre las personas. Asimismo, nos identificamos con una concepción del conflicto, que considera su existencia como consecuencia de la libertad humana y de la diversidad. Pero esto no significa que su consecuencia natural sea la violencia, la destrucción o el empeoramiento de las relaciones.

Se dice que un mundo sin conflictos sería tan inhabitable como uno en que sólo hubiera conflictos. Por ello, aceptando su carácter esencial y omnipresente en las relaciones humanas, puede ayudarnos a convivir el aprender a manejarnos con ellos, afrontarlos y resolverlos, sin negar su complejidad y asumiendo la difícil tarea que ello implica.

Hacer habitable el complejo escenario de un conflicto, necesita por nuestra parte un esfuerzo por comprender su naturaleza. La cuestión no es eliminar el conflicto sino convertirlo en un elemento positivo que permita la evolución y transformación de las relaciones entre las partes hasta llegar a un mayor acercamiento, comprensión, respeto y colaboración.

En una época como la que vivimos a nadie se le escapa que la resolución de conflictos de un modo pacífico es uno de los grandes retos de la sociedad actual. Por otro lado, conocemos experiencias de mediación en ámbitos muy distintos (educativo, comunitario, penal, etc. ) siendo positivos los beneficios que se obtienen. Desde las instituciones educativas se reclama, cada vez con mayor insistencia, la necesidad de contar con técnicas y procedimientos eficaces para atender a una diversidad de personalidades con distintos intereses, deseos, necesidades lo

cual genera situaciones de divergencia interpersonal. Y una buena respuesta para ello es la introducción de sistemas de ayuda entre iguales en los centros.

La realidad de nuestras aulas pone de manifiesto que ha habido un incremento de la conflictividad en el entorno escolar por múltiples causas (cambio del entorno social, cultura de la rivalidad, obligatoriedad más tardía: alumnos que no quieren estar, llegada de grupos sociales variados, violencia de la sociedad, política del mínimo esfuerzo, falta de valores, absolutización de los derechos, etc).

Existen tres caminos distintos para abordar el conflicto en las escuelas: normativo (se trata del modelo más clásico, basado en la sanción y que otorga el poder de la gestión a un tercero en base a unas normas no interiorizadas.

Por consiguiente, no corrige la conducta del agresor y deja indefensa a la víctima, sometida a la posible venganza del agresor), relacional (aquí se gestiona por medio de la relación, la comunicación directa entre las partes. Pretende prevenir el conflicto para evitar que explote la crisis y haya violencia. Pero no resulta fácil en los centros porque a veces no hay estructuras creadas ni tiempo suficiente para ello) e integrador (como su nombre indica, integra los valores de una sana disciplina, democrática y participativa, basada en la aceptación de los

Mediación escolar, abordaje constructivista del conflicto

derechos/deberes y la cultura de la propia gestión de conflictos. Es necesario que existan unas normas democráticas definidas que clarifiquen cómo debe ser la convivencia y unas estructuras que garanticen la cultura participativa a través de equipos de mediación con una preparación y entrenamiento).

Es nuestra obligación como docentes enseñar a que nuestros alumnos sean capaces de transformar el conflicto en elemento enriquecedor ofreciendo a las partes participantes, ciertas habilidades y procedimientos, uno de ellos la mediación.

La mediación ha sido tradicionalmente practicada de manera no formal en todas las épocas y en diferentes comunidades del mundo por personas con talante de consenso, dispuestas a escuchar y entender. El ejercicio formal, tal y como lo conocemos hoy en día, es más reciente por la vía directa de EEUU, a través de países del entorno y de Sudamérica. En relación a la mediación escolar, ésta comienza en torno a 1993 en el País Vasco y en 1966 en Cataluña. Un año más tarde, en Madrid se incorporaron un grupo importante de centros dentro de un proyecto institucional más amplio. En 1997 se imparte el primer curso de formación de profesorado. A partir de este momento la experiencia se va generalizando a otras comunidades, inicialmente en Educación Secundaria y posteriormente en Primaria.

La mediación es un proceso que impulsa la desconstrucción y la construcción compartida de significados convirtiendo a las personas en verdaderos protagonistas de la transformación cultural, social, científica, técnica y emocional de su entorno.

La mediación asume el reto de hacer frente a los propios conflictos de manera positiva, eludiendo cualquier forma de violencia y promoviendo la reconciliación entre las partes además de la reparación de los daños causados. Este proceso supone por tanto una gestión constructiva (comprometida, no violenta y positiva), creativa (inventando nuevos caminos, formulando ideas originales y abriendo nuestro pensamiento), cooperativa (reconociendo, revalorando y dialogando con las otras personas) y crítica (equitativa, transformadora y pacífica).

En mediación , se produce un proceso de responsabilización y de toma de conciencia de los actos cometidos por parte del agresor. Para la víctima, supone un espacio de atención y escucha, de información, de desdramatización y de reparación de los daños causados. Agresor y víctima convergen en un espacio para la comunicación y responsabilización produciéndose de esta forma su legitimización.

La implementación de Programas de Ayuda entre iguales (alumno ayudante/mediación) precisa de las siguientes fases. En la primera parte de PUESTA EN MARCHA: Sensibilización y formación del profesorado, Motivación del alumnado, Selección de alumnos Ayudantes/Mediadores y por último la presentación oficial a la comunidad educativa. Posteriomente, la fase de SEGUIMIENTO DEL PROGRAMA que requiere de la creación de un Equipo de Ayudantes/Mediadores cuya finalidad sería crear sentimiento de grupo, mantener la ilusión inicial, implicarles en la convivencia del centro y realizar una evaluación continua. Este proceso de evaluación continua debe ir dirigida también a profesores, alumnos del centro, monitores de comedor, etc.

La introducción de Programas de Ayuda entre iguales (alumno ayudante/mediación) permite prevenir la violencia escolar a través de potenciar la resolución constructiva de conflictos, permite enseñar estrategias y habilidades para desempeñar la función de mediación en conflictos y fomentar un clima socioafectivo a través de encuentros interpersonales enriquecedores. Evidentemente, no sólo el trato alumno-alumno se beneficia de la gestión constructiva, creativa, cooperativa y crítica de los conflictos. También salen fortalecidas las relaciones alumno/profesor, familia/profesor y aquellas que se generan entre miembros de la comunidad educativa.

Como referencias bibliográficas básicas:

“Conflicto en el centro escolar. El modelo de Alumno Ayudante como estrategia de intervención educativa” de Isabel Fernández. Editor Los Libros de la Catarata. ISBN: 8483191490, 9788483191491.

“Tiempo de mediación . Taller para formación de mediadores y mediadoras en el ámbito educativo” de M. Carme Boqué Torremorell. CEAC educación. ISBN: 84-329-1171-2.

“Mediación de Conflictos en Instituciones educativas. Manual para la formación de mediadores”. Juna Carlos Torrego (coord.). Editorial Narcea. ISBN: 978-84-277-1307-9

“Hagamos las paces. Mediación de 3-6 años” (propuesta de gestión constructiva, creativa, cooperativa y crítica de los conflictos. M. Carme Boquéy otros. CEAC educación: ISBN: 84-329-1093-7.

Rosa Mª Llorente GarcíaCEIP Ramiro Solans. Zaragoza

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RECURSOS DISPONIBLESSOBRE MEDIACIÓN ESCOLAR

Materiales para la convivencia escolar: Es un blog de recursos donde podrás encontrar bibliografía relacionada con la mediación escolar y la resolución de conflictos en el aula, así como documentos, vídeos e imágenes que te pueden servir para mejorar la convivencia en el aula. Visita este recurso aquí.

“La ayuda entre iguales para mejorar la convivencia escolar. Manual para la

formación de alumnos ayudantes”

Es el título del libro sobre mediación escrito por Juan Carlos Torrego Seijó de la editorial Narcea. Se trata un manual sobre cómo realizar mediación en las aulas. El autor hace un recorrido por diferentes centros en los que se desarrolla este método. Es el resultado de una investigación que se ha llevado a cabo en diferentes centros educativos en cuanto a la ayuda entre iguales a lo largo de los últimos años.

Prácticas de Mediación: En el portal de Educación de la Junta de Castilla-La Mancha encontrarás documentos explicativos sobre la mediación escolar. También puedes conocer casos prácticos y acceder a algunos ejemplos de mediación entre profesora-padre, profesora-alumna o alumna-alumna.Visita este recurso aquí.

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