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Resumen de Tesis: El posconflicto en Colombia, coordenadas para la paz. Este documento, busca hacer un llamado de atención a la comunidad académica, al sector privado y al Estado, respecto de los problemas y planteamientos del posconflicto en Colombia y tiene dos objetivos específicos, el primero es estructurar los fundamentos conceptuales del posconflicto a través de: 1) Las siete coordenadas del posconflicto: contexto, acción en las víctimas, rehabilitación institucional, cooperación internacional, avance, anticipación al problema y asistencia humanitaria, 2) brindando una distinción entre posconflicto parcial y posconflicto total y 3) definiendo cuatro conceptos cruciales para el posconflicto a saber: reconstrucción, rehabilitación, asistencia humanitaria y construcción de paz. El segundo objetivo es examinar en detalle lo que se ha querido denominar como posconflicto parcial, analizando la situación de los miembros combatientes de las fuerzas militares que dejan de participar de los enfrentamientos armados. Para poder llevar a cabo los objetivos antes mencionados, el texto se estructura en siete capítulos que pretenden recorrer paso a paso los temas propuestos de la siguiente manera: se establece un punto de partida el cual permitirá al lector darse una idea inicial del posconflicto y las dificultades que presenta al mostrarse las “patologías del posconflicto”. En el capitulo segundo, de bases teóricas del posconflicto, el lector encontrará los términos que fundamentan el posconflicto: reconstrucción, rehabilitación, asistencia humanitaria y construcción de paz. En los capítulos tercero a sexto, se habla específicamente de cuatro coordenadas: contexto, rehabilitación institucional y cooperación internacional y en el capitulo séptimo se concreta el escenario de posoconflicto parcial que incluye un trabajo de campo con infantes de marina. El trabajo de campo y en general el planteamiento de las bases teóricas del posconflicto, arroja como resultado la necesidad imperante de llevar a cabo un paquete de asistencia integral a las víctimas del conflicto armado en el cual se canalicen los recursos y las políticas en la atención no sólo de la población civil afectada por el conflicto sino también a los miembros de las fuerzas armadas que han dejado de combatir y que presentan patologías complejas como el estrés postraumático de guerra. De todos los planteamientos propuestos, se concluye que el posconflicto es una realidad que plantea una serie de problemas y situaciones que deben ser tratados adecuadamente, antes de la terminación del conflicto armado, en lo que constituye una verdadera construcción de paz.
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EL POSCONFLICTO EN COLOMBIA: COORDENADAS PARA LA PAZ
JUAN DIEGO GARZÓN GALIANO ADELA DEL PILAR PARRA GONZÁLEZ
ANA SELENE PINEDA NEISA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS
DEPARTAMENTO DE DERECHO PROCESAL CENTRO DE ESTUDIOS EN CRIMINOLOGÍA Y VICTIMOLOGÍA
“JORGE ENRIQUE GUTIÉRREZ ANZOLA”
BOGOTÁ 2003
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EL POSCONFLICTO EN COLOMBIA: COORDENADAS PARA LA PAZ
JUAN DIEGO GARZÓN GALIANO ADELA DEL PILAR PARRA GONZÁLEZ
ANA SELENE PINEDA NEISA
Trabajo de grado en Derecho
Director
JULIO ANDRÉS SANPEDRO ARRUBLA Director Centro de Estudios en Criminología y Victimología
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS
DEPARTAMENTO DE DERECHO PROCESAL CENTRO DE ESTUDIOS EN CRIMINOLOGÍA Y VICTIMOLOGÍA
“JORGE ENRIQUE GUTIÉRREZ ANZOLA” BOGOTÁ
2003
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A nuestras familias
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CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN 1 1. EL PUNTO DE PARTIDA 6 1.1 ACERCAMIENTO AL POSCONFLICTO 6 1.2 HACIA LAS COORDENADAS DEL POSCONFLICTO 9 1.2.1 Patología del conflicto 10 1.2.1.1 Aspectos complejos de la etapa posconflicto 10 1.2.1.2 Algunos casos en concreto de la etapa posconflicto 10 1.2.1.3 Problemas gubernamentales 11 1.2.2 Las coordenadas del posconflicto 11 1.2.2.1 Contexto 11 1.2.2.2 Acción en las víctimas 11 1.2.2.3 Rehabilitación institucional 11 1.2.2.4 Cooperación internacional 12 1.2.2.5 Anticipación al problema 12 1.2.2.6 Avance 12 1.2.2.7 Asistencia humanitaria 13 2. BASES TEÓRICAS DEL POSCONFLICTO: POSCONFLICTO, RECONSTRUCCIÓN, REHABILITACIÓN, ASISTENCIA HUMANITARIA (CONTINUUM Y CONTIGUUM) Y CONSTRUCCIÓN DE PAZ 14 3. CONTEXTO: UNA MIRADA AL CONFLICTO COLOMBIANO 23 4. REHABILITACIÓN INSTITUCIONAL 32 4.1 SEGURIDAD 32 4.2 GOBERNABILIDAD Y DEMOCRACIA 35 4.2.1 Gobernabilidad democrática en Colombia desde el marco del PNUD 39 4.3 BIENESTAR HUMANO, ECONÓMICO Y SOCIAL 40 4.3.1 El Plan de Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia 43 4.4 VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN 44 5. COOPERACIÓN INTERNACIONAL 48 5.1 EUROPA: LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y SU SOLIDARIDAD CON EL POSCONFLICTO ARMADO COLOMBIANO 48 5.2 LAS NACIONES UNIDAS 52
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5.3 LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS 52 6. LAS VÍCTIMAS EN EL POSCONFLICTO 54 6.1 LAS VÍCTIMAS 54 6.2 PAQUETE INTEGRAL DE ATENCIÓN A VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO 58 7. EL POSCONFLICTO PARCIAL: ACTORES ARMADOS EN ESCENARIO DE POSCONFLICTO ARMADO 67 7.1 ACTORES ARMADOS 67 7.2 CESE DEL CONFLICTO PARA MIEMBROS DE LAS FUERZAS MILITARES 71 7.2.1 Causas de la cesación en el combate 71 7.2.1.1 Oficiales y suboficiales 72 7.2.1.2 Soldados profesionales 74 7.2.1.3 Soldados voluntarios 75 7.2.1.4 Otros soldados 75 7.2.2 Presentación de algunos casos de militares fuera de conflicto 75
7.2.2.1 El programa mediante el cual se conocieron los casos 76
7.2.2.2 Algunos casos de cese de combate en infantes de marina 80
7.2.2.3 Materialización de los casos en el marco del posconflicto parcial 84
7.2.3 El posconflicto armado parcial o individualizado: análisis de los efectos de la pérdida de la condición de combatiente desde el Stress postraumático de guerra 85 7.3 UN MARCO JURÍDICO DEL CESE DEL CONFLICTO PARA MIEMBROS DE GRUPOS ARMADOS ILEGALES: LEY DE ALTERNATIVIDAD PENAL 91 7.3.1 Descripción del proyecto 91 7.3.2 Sobre el debate en torno al proyecto de ley 94 CONCLUSIONES 98 BIBLIOGRAFÍA 103 ANEXOS 109
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LISTA DE ANEXOS ANEXO 1: CARACTERÍSTICAS DE LAS GUERRAS MODERNAS ANEXO 2: DECLARACIÓN SOBRE JUSTICIA Y ASISTENCIA PARA LAS VÍCTIMAS ANEXO 3: REGLAMENTO CE 2258 DE 1996 ANEXO 4: LEY DE ALTERNATIVIDAD PENAL ANEXO 5: ASPECTOS DEL DESARROLLO DEL PROGRAMA CON INFANTES DE MARINA Y PERSONAL CIVIL DE LA ARMADA NACIONAL ANEXO 6: GRÁFICO DE LAS COORDENADAS DEL POSCONFLICTO ANEXO 7: GRÁFICO DEL PAQUETE DE ATENCIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO
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INTRODUCCIÓN
En medio de una ausencia casi absoluta de iniciativas para consolidar una paz duradera en
Colombia surge la tesis: “Posconflicto en Colombia, coordenadas para la paz” cuyo
objetivo principal es llamar la atención de la comunidad académica, del sector privado y del
Estado, con respecto a los problemas que plantea el posconflicto en Colombia y su
tratamiento.
Este documento se encuentra dividido en siete capítulos en los que se busca
específicamente, estructurar los fundamentos conceptuales del posconflicto, a través de
coordenadas que permitirán entender los aspectos que lo determinan, las cuales se
presentan de manera genérica en el capítulo primero, y en forma más detallada en los
capítulos tercero a sexto, dando nociones de suma importancia para el posconflicto como
las de rehabilitación, reconstrucción y asistencia humanitaria que se presentan en el
capítulo segundo.
Una vez se tiene claridad sobre las coordenadas y las bases teóricas del posconflicto, se
pretende examinar en detalle lo que se ha querido denominar como posconflicto parcial
analizando la situación de los miembros combatientes de las fuerzas militares que
dejan de participar de los enfrentamientos armados (Capítulo Séptimo). En este
capítulo, se hace una descripción de las causas de cesación en el combate, las cuales
permitirán saber cuando un Oficial y Suboficial, un Soldado Profesional o un Soldado
Voluntario, deja de participar del enfrentamiento armado.
Conociendo las causas de cesación, se muestran casos concretos de excombatientes, los
cuales se recogieron de la experiencia del programa de apoyo a infantes de marina, que
nació como una iniciativa del Centro de Estudios en Criminología y Victimología “Jorge
Enrique Gutiérrez Anzola” - CECRIV, adscrito al Departamento de Derecho Procesal de la
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Facultad de Ciencias Jurídicas de la Pontificia Universidad Javeriana, después de una
solicitud de la presidenta de Acción Social Naval, Carmen Abril de Soto.
Además de lo anterior, en esta parte, se ofrece un análisis psicológico de las consecuencias
de la guerra para un individuo excombatiente.
Estos tres elementos básicos: Causas de cesación del combate, casos concretos de
excombatientes y aspectos psicológicos de la terminación de la guerra, permitirán
estructurar el escenario de posconflicto parcial.
A lo largo del documento también se plantea la necesidad de llevar a cabo planes
estratégicos de atención y tratamiento del posconflicto para poder lograr una sociedad
colombiana alejada de conflictos. Con esta intención toma importancia el derecho como
instrumento que debe promover la solución de los mismos, y en ese sentido, será la
herramienta que materializará todas y cada una de las propuestas que se encuentran en este
documento el cual tendrá como norte darle aplicabilidad a los principios de la
DECLARACIÓN SOBRE JUSTICA Y ASISTENCIA A LAS VÍCTIMAS1, ampliamente
defendidos por el autor Antonio Beristain2, que fueron propuestos para su estudio al
Séptimo Congreso Internacional de las Naciones Unidas “Sobre prevención del delito y
tratamiento del delincuente” en 1985. Esto en el escenario del posconflicto: para
reivindicar los derechos de las victimas y establecer formas y medios que aseguren su
protección, tratamiento humano y compensarles por los daños sufridos, tal y como lo prevé
el Artículo I de la misma Declaración.
Con las anteriores consideraciones, se ha querido proponer un PAQUETE INTEGRAL DE
ASISTENCIA A LAS VICTIMAS EN COLOMBIA de cara al posconflicto, el cual se
presenta en el numeral 6.2., y pretende materializar los fundamentos conceptuales del
posconflicto establecidos en los capítulos primero a sexto.
1 Ver anexo 2. 2 BERISTAIN, Antonio, Victimología, Nueve Palabras Clave, Ed. Tirant Lo Blanch, Valencia, 2000. Pg 74- 80.
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La verdad, dada la complejidad del tema, y las innumerables variables que lo determinan,
no es fácil lograr una cohesión absoluta de los contenidos del posconflicto, sin embargo, se
ha hecho un gran esfuerzo en aras de sistematizar algunos componentes, y así se ha querido
hacer a través de las coordenadas del posconflicto y de la diferenciación de dos tipos de
posconflicto: posconflicto total y parcial.
La estructura propuesta en este documento puede considerarse como un paso a paso que
recorre el posconflicto y que comienza con un punto de partida, el cual ofrece un panorama
general del mismo, su “patología” y una descripción de las coordenadas, y culmina con el
análisis de los casos de posconflicto parcial anteriormente mencionados. Entre el punto de
partida y el análisis de los casos de posconflicto parcial, se da una mirada al conflicto
colombiano para entender sus características particulares lo cual permitirá que los planes
estratégicos que se lleven a cabo para el posconflicto respondan a esas particularidades y a
las necesidades específicas nacionales (Coordenada de contexto), también se muestra la
importancia de un cambio en la forma en que el Estado debe actuar en un escenario
posconflicto (en la coordenada de rehabilitación institucional); se examinan herramientas
de cooperación internacional para la reconstrucción y rehabilitación en el posconflicto
(Coordenada de Cooperación Internacional), y se establece el concepto de víctima que
deberá regir en el posconflicto colombiano (Coordenada de Acción en las Víctimas).
A continuación, se brindará una descripción general de cada capítulo, para que se observe
de qué manera se recorren paso a paso, el posconflicto.
El punto de partida permitirá al lector darse una idea inicial del posconflicto y las
dificultades que presenta al mostrar las “patologías del posconflicto”. Hace una
descripción inicial del tema propuesto y enuncia las coordenadas. Esto le permitirá
familiarizarse con el concepto de posconflicto.
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En el capítulo segundo de Bases teóricas del posconflicto, el lector encontrará los términos
que fundamentan el posconflicto: La reconstrucción, la rehabilitación y la asistencia
humanitaria, los cuales junto con las coordenadas configuran las bases conceptuales del
posconflicto.
En los capítulos tercero a sexto, como se mencionaba anteriormente, se detallan las
coordenadas de contexto (capítulo tercero), rehabilitación institucional (capítulo cuarto),
cooperación internacional (capítulo quinto) y acción en las víctimas (capítulo sexto). Cada
coordenada es muy importante ya que configuran el fundamento conceptual del
posconflicto.
Se quiso estructurar de esta manera, a través de coordenadas porque era una forma
académica de sistematizar aspectos determinantes de la etapa posconflicto y que analizando
a autores sobre la materia eran recurrentes pero no se concretaban en denominaciones
específicas.
Ya teniendo claro el panorama general del posconflicto, sus bases conceptuales y teóricas y
sus coordenadas, el lector se encontrará en el capitulo séptimo con el escenario de
posconflicto parcial, es decir, el escenario del individuo que ha combatido y ha tenido en la
guerra su medio de vida, y que una vez deja de combatir por causas específicas, deberá
enfrentarse a una realidad a la que no está preparado. Acá se observarán las causas de
cesación del combate, se analizarán casos concretos de combatientes infantes de marina en
un escenario de posconflicto parcial y además se expondrán las consecuencias psicológicas
de la guerra, específicamente, lo que hace al Stress postraumático de guerra.
Ya para finalizar, dentro de este capítulo, se quiso hacer mención a la ley de alternatividad
penal, como un marco jurídico del cese del conflicto armado para miembros de grupos
armados ilegales, en la medida en que los reinsertados, también se encuentran en un
escenario de posconflicto parcial. Es importante reconocer y examinar alternativas que
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busquen la reinserción de actores armados y propicien la terminación del conflicto, en lo
que constituye una construcción de paz desde antes de la cesación del conflicto armado.
De esta manera se ha querido estructurar el tema propuesto. Claramente, el mismo no se
agota con los planteamientos esbozados por lo que es fundamental que se siga
profundizando y estudiando.
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1. EL PUNTO DE PARTIDA
1.1 APROXIMACIÓN AL POSCONFLICTO
“El derecho no ha sido ni puede ser ajeno a estos fenómenos (La violencia
armada), y en su afán de ordenador social, ha conocido dentro de sus
contenidos normas del derecho a la guerra, así como el derecho de la guerra,
con reglas sobre tratamiento de prisioneros y comportamientos debidos. Pero
hoy lo que se reclama son aportes a las perspectivas de lo que se llamaría Ius
Posbelli, derecho posbélico, el derecho del posconflicto. La crisis del Estado
no es la crisis del derecho, sino un cierto derecho que espera su remozamiento
frente a las nuevas circunstancias. Ahí radica su fuerza y tarea”3.
El fin de la confrontación armada en Colombia, no implica el fin de las fuentes de conflicto,
la terminación del mismo supone el comienzo de una nueva etapa, que de no ser estudiada
y tratada a tiempo, puede resultar incluso más desastrosa que la anterior y constituir un
círculo vicioso en donde las consecuencias de la guerra se vuelven causa de nuevas
problemáticas sociales. De ahí la importancia de hablar del posconflicto en Colombia. Pese
a que parezca una utopía4, el posconflicto es una realidad y plantea una serie de problemas
que deben ser examinados detalladamente.
Ciertamente, hablar de temas relacionados con el conflicto armado colombiano no es una
tarea fácil. La complejidad de la coyuntura que se vive y las innumerables variables que la 3 ESCOBAR PEREZ, Billy, Ponencia introductoria, en el marco del seminario internacional, Preparar el posconflicto: Problemas sociales y jurídicos de la reconciliación. Universidad Central, Embajada de Italia, Instituto Italiano de Cultura, Universidad de Bolonia y Universidad de Udine, Bogotá, Septiembre 2 de 2003. 4 En el mismo sentido se pronunció el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo Ramírez, ibidem: “ Parecería utópico pensar en estos momentos, en Colombia, en el posconflicto y en los retos de la reconciliación, cuando todavía vivimos el dolor cotidiano de un conflicto armado, que durante muchos años ha dejado su huella de sangre, muerte y dolor en el espíritu de nuestros compatriotas, sin embargo, nada más sensato que prepararnos desde ya para transitar esa ruta del posconflicto y esa ruta de la reconciliación.”
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condicionan, obligan a que su tratamiento se haga con la mayor seriedad y responsabilidad,
manteniendo el respeto por los diferentes puntos de vista que existen. Por eso, este
documento no discute o define fórmulas para la solución del conflicto, ni juzga cuál de las
alternativas para conseguirlo, es la más acertada. El punto de partida es la realidad y
crueldad del conflicto armado colombiano (Contexto), el cual, para algunos militantes
habrá terminado por diversas razones5, mientras que para la sociedad y quienes aún hacen
parte del cuerpo armado que participa en la guerra, tendrá que llegar algún día a su fin, es
así, como se pueden diferenciar dos momentos en que se presenta la etapa posconflicto. El
primero se configura cuando un miembro de las fuerzas armadas deja de combatir. Para él y
su familia el conflicto armado habrá terminado y dará comienzo a una nueva vida
completamente diferente en lo que se podría denominar el posconflicto parcial. El segundo
momento se presenta cuando se logra la solución del conflicto por un acuerdo de paz o
porque una de las partes se impuso a la otra: posconflicto total. 6
Para empezar a transitar la ruta de la reconciliación, en los términos propuestos por el Alto
Comisionado para la paz, se deben establecer las coordenadas que fundamentan el
posconflicto, partir de lo que implica socialmente estar en la etapa posterior a la guerra
analizando las distintas concepciones doctrinales sobre la materia.
La consecución de dichas coordenadas, constituye una herramienta para la paz pues tiene
por objeto prevenir nuevos conflictos en Colombia, los cuales de persistir el descuido de las
5 Cuando se habla de la terminación del conflicto para algunos militantes, se hace referencia concreta a la situación de ciertos miembros de los diferentes grupos armados, quienes han dejado de participar activamente en el enfrentamiento militar por diversas razones, entre las que pueden considerarse sanciones de tipo disciplinario como la destitución del cargo. El retiro en diferentes circunstancias constituye otra situación de posconflicto parcial para determinadas personas, lo mismo que las incapacidades temporales o permanentes derivadas de lesiones tanto físicas como sicológicas, ocasionadas en medio de las hostilidades. Sobre las causales que la Ley establece para separar de combate a un miembro de las Fuerzas Militares, se hace una explicación más amplia en el capítulo séptimo: “ El Posconflicto parcial: actores armados en escenarios de posconflicto armado” numeral 7.2.1. 6 La clasificación de posconflicto en parcial y total, es una propuesta conceptual que se ofrece en este documento, a partir del estudio teórico sobre posconflicto, desarrollado en el Capítulo Segundo sobre “Bases teóricas del posconflicto” y del análisis de la realidad de los infantes de marina luego de participar en el conflicto armado colombiano, a la cual se hace referencia en el Capítulo Séptimo sobre “El posconflicto parcial: actores armados en escenario de posconflicto armado” numeral: 7.2.2.2 “Algunos casos de cese de combate en infantes de marina”
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víctimas pasadas, la falta de atención a las víctimas presentes y el desinterés respecto de
los factores generadores de víctimas futuras, traerán consecuencias sociales peores que las
que se sufren en la actualidad.
Sobre este aspecto, ha existido un descuido casi absoluto de los gobiernos. Hoy sólo se
habla de guerra y los recursos se destinan en gran parte a financiarla (comprar helicópteros,
armamento, dotar a la tropa), pero muy poco dinero se destina a la consecución de planes
que puedan sopesar la “bomba social” que se avecina y también que atiendan
inmediatamente el posconflicto parcial, proveyendo al soldado excombatiente, como lo
anota Alberto Piris7, de raciones alimenticias, vivienda material, acceso a la tierra,
productos agrícolas, créditos blandos para reconstruir su propiedad o poder crear
microempresas brindándole cursos de altísimo nivel que lo capaciten en diferentes áreas y
que le permitan defenderse en su nueva realidad8. También se debe plantear la discusión
respecto de la creación de zonas9 que podrían denominarse “zonas filtro” a las que se lleven
soldados que salgan de la confrontación armada para darles toda la atención, tanto física
como psicológica. Así el Estado podrá entregar verdaderas herramientas académicas y de
capacitación. Trascurrido un tiempo en esta zona, el excombatiente, tendrá por supuesto
unas bases más sólidas para llevar una vida civil. Lo ideal es configurar estrategias viables
de atención a los soldados excombatientes y sus familias que sirvan de contingencia de la
realidad posconflicto para toda la sociedad.
7 CIP, Centro de Investigación para la Paz, Después de la guerra, Capt. I Bases de la rehabilitación post Bélica, PIRIS, Alberto, Icaria Editorial, Pg. 34, Barcelona. 8 En este sentido ya se empieza a ver un clamor generalizado por no olvidar la realidad humana de la guerra. Incluso editoriales como la del periódico El Tiempo de Bogotá, de fecha Domingo 17 de agosto de 2003 Pg1-14, llaman la atención sobre este tema “ No se debe olvidar en qué tipo de guerra estamos, ni cómo está afectando a la población. En medio del campo de batalla, hay un país de millones de civiles indefensos y para el Estado es una obligación medir los resultados de la guerra también en términos humanos. Para ganarla de verdad no sólo hay que derrotar a la guerrilla y los paramilitares, sino lograr mitigar, aún en medio de las hostilidades la macabra crisis humanitaria que ha convertido a Colombia en centro de las preocupaciones internacionales.” “ La guerra es dura, ciertamente. Y vivimos tiempos de guerra en los que la preocupación del gobierno además de ganarla debe ser cómo preservar a la población civil de sus efectos. En la medida en que lo vaya logrando el balance es más completo.” 9 Idea tomada del texto, Después de la guerra, Capt I Bases de la rehabilitación post Bélica Icaria Editorial, Barcelona.
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Ya en un sentido mucho más amplio que supone la terminación absoluta de la
confrontación armada, el posconflicto total debe ser una prioridad. Es fundamental que
desde hoy se empiece a mirar cómo se movilizarán los recursos para ello, quiénes llevarán a
cabo los programas de atención y cómo se definirán las tareas y funciones de los
implicados en el proceso.
Con esto, se busca hacer un llamado de atención a la academia, a la población civil y en
general a toda la comunidad nacional e internacional, un llamado de atención sobre la
importancia de construir el verdadero camino que nos lleve a la paz duradera y efectiva, el
cuál debe recorrerse con la institucionalización de políticas desde el Estado y con una
actitud decidida de toda la comunidad, tanto del sector privado como del público, cuyo
norte sea no sólo una secundaria reconstrucción física y de infraestructura, sino
especialmente una rehabilitación de los tejidos sociales colombianos resquebrajados por la
confrontación que se vive en este momento.
La estructuración de dichas políticas, tendrá que tener a las víctimas pasadas, presentes y
futuras del conflicto, como el sujeto principal al cual se destinen los esfuerzos y se orienten
los objetivos. Para ello es necesario puntualizar el concepto de víctima en concordancia con
la Declaración sobre justicia y asistencia para las víctimas10, según la cual:
Víctima es la persona que ha sufrido una lesión o daño físico o mental, una
pérdida o daño material, o cualquier otro perjuicio social como resultado de una
acción que:
a) Este en violación con las leyes penales nacionales;
b) Es un crimen catalogado bajo la ley internacional; o
c) Constituye una violación a las normas de los Derechos Humanos
internacionalmente reconocidos que protegen la vida, la libertad y la seguridad
personal; 10 BERISTAIN, Antonio, Victimología, Nueve Palabras Clave, Ed. Tirant Lo Blanch, Valencia, 2000, pg: 74- 80.
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d) I. Constituye un abuso de poder ejercido por personas que, en razón de
su posición política, económica o social ya sean oficiales políticos, o agentes o
empleados del Estado o entidades comerciales, estén fuera del alcance de la ley;
o
II. Que aunque no este realmente proscrito por las leyes nacionales o
internacionales causa daños físicos, sicológicos o económicos comparables a los
causados por los abusos de poder, constituyendo de esta forma un delito dentro
de la ley internacional o una violación a las normas internacionalmente
reconocidas de los Derechos Humanos y cree serias necesidades en sus víctimas
similares a las causadas por violación de esas normas.
El término víctima incluye a toda persona que ha sufrido una pérdida daño o
lesión ya sea como individuo o como integrante de un grupo o colectividad.
Cuando corresponda, el término persona se referirá a entidades legales
organizaciones, asociaciones, comunidades, el Estado o la sociedad en un todo.
1.2 HACIA LAS COORDENADAS POSCONFLICTO
Las características del posconflicto, la estructuración de su base o fundamento y el camino
que debe seguirse en esta etapa, esta determinado por lo que se ha querido denominar
“COORDENADAS DEL POSCONFLICTO11”, y que como se enuncia en el título de esta
obra son coordenadas para la paz.
Así las cosas, traspolando el concepto de coordenada12,para el posconflicto estas son siete,
a saber: contexto, acción en las víctimas, rehabilitación institucional, cooperación
internacional, avance y asistencia humanitaria. Se analizarán en detalle cuatro de ellas, por
11 Ver Gráfico 1. 12 “Coordenado, a adj. y F. Dícese de las líneas que se utilizan como referencia para fijar la posición de un punto en el plano y el espacio”. PLANETA. Diccionario Planeta de la lengua española usual. Bogotá: Planeta, 1988. p.316.
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ser los más relevantes en el caso colombiano: contexto, rehabilitación Institucional,
cooperación internacional y acción en las víctimas, aclarando que parte de la coordenada de
asistencia humanitaria se tratará en el capítulo de “Bases teóricas del posconflicto”, y se
verá también en el capítulo de “Cooperación internacional”, pues una y otra coordenada,
guardan estrecha relación.
1.2.1 Patología del posconflicto
Las coordenadas responderán a la que se podría denominar “patología del posconflicto”
cuyo diagnóstico, puede contemplar los siguientes tres elementos, conforme lo establece
Alberto Piris13:
1.2.1.1 Aspectos complejos de la etapa posconflicto
• Como consecuencia de la guerra, los hábitos propios de la misma no desaparecen
pues la violencia se convierte en una forma de vida y un medio económico.
• Dificultad cultural, psicológica y económica de pasar de las armas al trabajo no
violento.
• Paso sociocultural de la imposición de la fuerza al consenso.
• Paso de la huida y la clandestinidad a la libertad.
1.2.1.2 Algunos casos en concreto de la etapa posconflicto
• Guerrilleros y soldados que no saben trabajar.
• Personas perseguidas y torturadas que temerán siempre por su vida.
• Hombres que al volver a su espacio familiar ejercen violencia a sus hijos y su
cónyuge.
• Guerrillas que no encuentran un papel en la vida política.
13 Después de analizar el texto: Centro de Investigación para la Paz, Después de la guerra, Capt I Bases de la rehabilitación post Bélica, PIRIS, Alberto, Icaria Editorial, Barcelona
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• Erradicación de las minas de los campos de cultivo: Implica una rehabilitación
social, pues se protege el derecho a la vida y una reconstrucción económica toda vez
que se favorece al agro.
• Niños que militaron en la guerra.
• Presencia de innumerables contingentes de excombatientes que amenazan la paz.
1.2.1.3 Problemas gubernamentales
• Falta de personal preparado a causa del exterminio o eliminación sistemática de los
intelectuales, de la emigración de personas de mayor nivel cultural y del deterioro
de los sistemas e instituciones educativos y de enseñanza.
• Burocracia: En algunos eventos algunos gobiernos se encuentran con una
sobreabundancia de departamentos, agencias y organizaciones paraestatales
superfluas, creadas o reforzadas durante el conflicto para regular la producción, el
comercio y la distribución de suministros a la población, o para controlar a esta
misma
• Durante la guerra se complica la eficiencia del estado y la transparencia.
1.2.2 Las coordenadas del posconflicto
1.2.2.1 Contexto. Cada país inmerso en el tipo de “guerra moderna”14, tiene su propio
proceso de rehabilitación y reconstrucción. Hay que entender las características del
conflicto interno particular y su sociedad, así como el escenario internacional que lo
condiciona, para poder diseñar y ejecutar las estrategias de acuerdo a los elementos
distintivos específicos de la confrontación.
1.2.2.2 Acción en las Víctimas. Las víctimas constituyen el sujeto principal de la etapa del
posconflicto, hacia ellas se dirige gran parte de la planeación estratégica de rehabilitación y
reconstrucción. Por esta razón, la estructura jurídica (especialmente a lo que hace al
derecho penal), las políticas del Estado y en general la cultura de la población, deben
14 Ver anexo 1.
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volcarse decididamente a la atención de las victimas producidas por la confrontación,
reestableciendo la verdad y estructurando paquetes de atención integral.
1.2.2.3 Rehabilitación institucional. Esta coordenada implica repensar el papel y
participación del Estado en el posconflicto. Las funciones básicas del mismo deben
redefinirse ya que el escenario posterior a la guerra demanda de todo el aparato estatal
acciones y políticas diferentes a las que venía desarrollando. En especial, la rama ejecutiva
adquiere relevancia, en la medida en que comprende al Gobierno Nacional y a la Fuerza
Pública. El primero traza políticas públicas a través de la gestión del Presidente, los
ministros del despacho y los directores de departamentos administrativos15, concurre a la
formación de leyes16, presenta el plan nacional de desarrollo e inversiones públicas y
envía a la Cámara de Representantes el proyecto de presupuesto de rentas y gastos que,
entre otras funciones, le permiten impulsar al Estado el paquete de atención integral a
víctimas que se plantea en el capitulo sexto. En cuanto a la segunda, el cambio del
escenario de conflicto armado interno por el de posconflicto total le impone un nuevo rol
desde el punto de vista de la seguridad.
1.2.2.4 Cooperación internacional. La participación de la comunidad internacional en la
rehabilitación y reconstrucción de un pueblo después del conflicto armado, es un acto de
responsabilidad. Así, por ejemplo, Europa se ha comprometido con este tipo de iniciativas
en países de Centroamérica tales como Guatemala y El Salvador.
Colombia deberá apelar a esta voluntad decidida de los países de la Unión Europea y de la
comunidad internacional en general, obteniendo de ellos recursos políticos, económicos,
logísticos y de asistencia humanitaria.
1.2.2.5 Anticipación al Problema. Supone que la consecución de los planes estratégicos se
presente desde el conflicto, como una manera de prevenir situaciones adversas en el futuro.
15 REPUBLICA DE COLOMBIA. Constitución Política.Art. 208, inciso 1. 16 Ibid, Art. 200, numeral 1.
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Inmersos en un escenario puramente crítico y violento se debe visualizar y diagnosticar las
consecuencias negativas del mismo, para empezar a aplicar de inmediato los correctivos
más apropiados. El objetivo es romper el círculo vicioso en donde los efectos de una
confrontación armada se vuelven causas de nuevas controversias sociales. Sólo
anticipándose a los problemas, es posible construir paz.
1.2.2.6 Avance. La rehabilitación de un país, no implica volver a traer las condiciones
sociales e institucionales que existían antes del conflicto. Es necesario analizar
detalladamente los factores sociales e institucionales que sirvieron de detonante para la
generación de la guerra, con el objeto de no repetirlos. De hecho la existencia del conflicto
pone en evidencia falencias no sólo del Estado, sino también de los ciudadanos. Deben
proponerse alternativas en la relación de los colombianos entre sí y de ellos con el Estado,
definiendo nuevas funciones para el sector privado especialmente en lo que se refiere a su
responsabilidad en la atención de las víctimas.
1.2.2.7 Asistencia humanitaria. El posconflicto, debe manejar planes de atención
humanitaria, a corto y a largo plazo (emergencia y desarrollo). La asistencia humanitaria,
guarda una intima relación con la cooperación internacional, pues la aplicación de esta
coordenada en conflictos armados de carácter interno nació de las comisiones de la
comunidad europea en proyectos de soporte a países en vía de desarrollo.
El tratamiento de las “enfermedades del posconflicto” debe llevar necesaria y
especialmente a la academia, a plantear nuevas alternativas en la consecución de la paz
duradera, en lo que constituye un verdadero imperativo.
“Sin lugar a dudas, si no nos preparamos con las herramientas adecuadas
tanto de tipo jurídico, político y psicosocial para la superación de los
conflictos entonces vamos a quedar perpetuamente atrapados en odios
que ya durante muchas décadas han hecho mella en la conciencia de
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muchos colombianos y que nos han dificultado llegar a la tan anhelada
reconciliación”17.
17 Luis Carlos Restrepo Ramírez, Alto Comisionado para la Paz. Seminario internacional, Preparar el posconflicto: Problemas sociales y jurídicos de la reconciliación. Universidad Central, Embajada de Italia, Instituto Italiano de Cultura, Universidad de Bolonia y Universidad de Udine, Bogotá, Septiembre 2 de 2003.
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2. BASES TEÓRICAS DEL POSCONFLICTO: POSCONFLICTO, RECONSTRUCCIÓN, REHABILITACIÓN, ASISTENCIA
HUMANITARIA (CONTINUUM Y CONTIGUUM) Y CONSTRUCCIÓN DE PAZ
Dar el paso firme y seguro hacia una paz duradera y presionar el fin de la confrontación, es
la base que fundamenta cualquier proceso de construcción de paz antes de la terminación
del conflicto armado18. Como se ha visto en la experiencia internacional, el fin del
conflicto, ya sea a través de un acuerdo negociado o por la victoria militar de una de las
partes, no constituye una garantía de paz a largo plazo, simplemente condiciona las
características y retos de la etapa posconflicto, pues de las debilidades o fortalezas de la
negociación, las circunstancias que rodearon la derrota de la parte vencida o del entorno
mismo del conflicto, depende la forma como se abordará el proceso posterior que consolide
la justicia y erradique por completo las fuentes generadoras de violencia o confrontación.
Animarse a dar una definición exacta de posconflicto que aborde todos los aspectos que
rodean el problema propuesto resulta complejo, sin embargo, se debe afirmar que es simple
y limitado considerar el posconflicto como el mero período de tiempo que se inicia con el
cese de hostilidades entre las partes previamente enfrentadas19, porque posconflicto no
sólo contiene una variable temporal, sino que supone además una ubicación espacial
condicionante, que responde a la pregunta, posconflicto ¿en dónde?, también depende del 18 Conforme se verá más adelante, existen varias perspectivas de construcción de paz, una minimalista, una maximalista y otra ecléctica. Esta última considera que el proceso de construcción de paz se debe iniciar durante las hostilidades y debe finalizar cuando una sociedad se ha recuperado del daño físico y ha consolidado un sistema político y económico a partir del fortalecimiento de la democracia. Esto de una u otra forma implica presionar, desde el conflicto la terminación del mismo, para poder lograr la consecución de la paz duradera y estable. 19 “En resumen, existe acuerdo acerca de que mientras el post-conflicto es aquel período de tiempo que se inicia con el cese de hostilidades entre las partes previamente enfrentadas, la construcción de paz prepara el terreno desde mucho antes”: FUNDACIÓN IDEAS PARA LA PAZ, Preparar el Futuro: Conflicto y Post-conflicto en Colombia, Pg, xix, Libros de Cambio.
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modo de terminación del conflicto y el tipo de guerra, (posconflicto ¿de qué?), e implica
unas circunstancias que producen efectos a unos sujetos específicos, (posconflicto ¿para
quién?). Por eso es importante distinguir dos situaciones: la del Posconflicto parcial y la
del posconflicto total, en los términos descritos en el “punto de partida” .
También, cuando se habla de posconflicto confluyen inmediatamente dos términos:
reconstrucción y rehabilitación20. La reconstrucción, se circunscribe al aspecto de
infraestructura física de la guerra, e implica levantar nuevamente las estructuras y
arquitecturas devastadas por la confrontación. En el caso Colombiano significaría, entre
otras cosas, rehacer nuevamente aquellas poblaciones que han quedado prácticamente
destruidas tras los combates entre los actores armados, devolver al campesino un agro
próspero saneado de minas o montar nuevamente los oleoductos y edificaciones. En este
caso se trata de volver las cosas a su estado anterior, es decir, reconstruir es traer al
presente nuevamente las condiciones físicas existentes con antelación al conflicto bélico.
Por otro lado, el concepto de rehabilitación es mucho más amplio y aborda el aspecto
humano, social, político e institucional. No supone como en la reconstrucción, volver las
cosas al estado en el que se encontraban antes de la guerra sino, por el contrario, busca
avanzar hacia nuevas formas de dirección del Estado y participación ciudadana.
Para conseguir la reconstrucción y la rehabilitación, es fundamental que exista ayuda
humanitaria, especialmente estrategias que consoliden la paz a futuro.
Actualmente no se ha logrado un consenso con respecto a las acciones y estrategias que
podrían implementarse con el fin de sentar las bases de una estructura social que logre en 20 Para elaborar el concepto de rehabilitación y reconstrucción se consulta: (CIP) Centro de Investigación para la Paz, Después de la guerra, Capt. I Bases de la rehabilitación post Bélica, PIRIS, Alberto, Icaria Editorial, Pg. 15, Barcelona y PEREZ ALONSO DE ARMIÑO, Karlos, Guerra y Desarrollo la Reconstrucción posconflicto, Diez Argumentos Básicos de Reconstrucción posbélica. Ed. UNESCO. Disponible también en versión HTML en: Http://www.unescoeh.org/unescoeh/paz/reconstruccion_post_conflicto/manual_indice.html
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buena medida desplazar sus conflictos hacía espacios menos violentos, la discusión parece
tomar cada vez más vigencia no sólo en el orden interno, sino incluso en el orden
internacional, en donde se resalta la importancia de considerar, en medio de escenarios de
conflicto, el análisis de hipótesis sobre el posconflicto como un paso fundamental, en lo que
se ha denominado: “proceso de construcción de paz”21.
Una perspectiva tradicional del posconflicto hace referencia concretamente a la ayuda
humanitaria que mediante la cooperación internacional se brinda a las comunidades como
respuesta “filantrópica espontánea, y en todo caso coyuntural”, para atender las
consecuencias inmediatas derivadas, bien sea de un desastre natural o de un conflicto
armado sobre la población. Esta ayuda es básicamente asistencialista, se concreta en
asistencia médica, en el suministro de alimentos, de ropa, de carpas, de frazadas, en fin, en
la ejecución de todas las acciones tendientes a salvar la vida de las víctimas del desastre o
del conflicto.
Sin embargo, desde mediados de los años 90 se ha empezado a hablar en el mundo de lo
que se ha denominado: “el nuevo humanitarismo”, concepto mucho más global que la mera
ayuda humanitaria, pues implica la consideración de etapas con miras al fortalecimiento de
la paz y el desarrollo sostenible. Pero el desarrollo teórico de este reciente concepto, ha
propuesto metodologías de trabajo diferentes en cuanto al momento en que deben
implementarse las etapas antes mencionadas, estas etapas o fases son la emergencia, la
rehabilitación y el desarrollo.
Al respecto se ha discutido sobre la vinculación que debe darse entre emergencia y
desarrollo mediante la propuesta de ideas como el continuum y contiguum. La primera ha
sido entendida como la sucesión cronológica de las tres fases citadas, la segunda, por el
contrario, se refiere a una conexión simultánea de las tres en el tiempo.
21 RETTBERG, Angelika, CAMACHO, Álvaro, “Preparar el futuro: Conflicto y post-conflicto en Colombia. Libros de Cambio. Bogotá 2002
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Además, hay que considerar que la caída del muro de Berlín trajo como consecuencia una
reformulación en la manera en que se abordarían las crisis mundiales, especialmente desde
el punto de vista de la intervención. Esto supuso la comprensión del nuevo contexto de las
problemáticas y de las causas de los conflictos, el correlativo planteamiento de posibles
soluciones a los mismos y la responsabilidad en la prevención de nuevas confrontaciones.
Es precisamente en este escenario: el posterior a la guerra fría, en el que nacen instituciones
tales como el Grupo URD (grupo emergencia, rehabilitación y desarrollo)22, el cual se
preocupó por entender los nuevos litigios internacionales, especialmente aquellos que se
inscribían en el “nuevo género”, el género del Conflicto interno y que generaban la “nueva
emergencia”, la emergencia compleja23, que se localizaba en diferentes zonas, algunas
bastante deprimidas, como Somalia, Ruanda o Congo y que incorporaban diariamente
nuevas variables y problemáticas tales como la vulnerabilidad de zonas petroleras,
oleoductos o la puesta en marcha de técnicas terroristas, ataque a la población civil y
fuentes de financiación ilícitas como el narcotráfico. Por eso se afirma que “el mundo de la
posguerra fría es aún más inseguro que el que se vivía antes de ella24”, esto como
consecuencia de la extrema pobreza, la vulnerabilidad social los niveles de desplazamiento
y el recrudecimiento de la violencia.
Así las cosas, una vez la humanidad pareció despertar y volcar su mirada hacia los
conflictos internos, se empezó a cuestionar de qué manera intervenir en ellos y cuál era el
momento idóneo para hacerlo. Las respuestas a estos interrogantes dan lugar a las
concepciones del continuum y contiguum humanitario, que son indispensables para 22 “En este contexto nace en 1993 el grupo URD, concebido en sus inicios como un punto de encuentro entre las principales ONG de emergencia y desarrollo francesas. Poco tiempo después el URD invita a participar a otros actores, tales como el comité internacional de la cruz roja (CICR), el Overseas Develpment Institute (ODI), la Agencia de Cooperación e Investigación por el desarrollo (ACORD y el colectivo europeo VOICE” Tomado de: PIROTTE, Laire, Entre emergencia y Desarrollo cuestionamiento de las prácticas humanitarias, Barcelona, Ed. Icaria, pg. 11 23 Por emergencia compleja se entiende: “la situación causada por el hombre en la que hay víctimas por efecto de la guerra, los desplazamientos y las hambrunas y en donde la guerra, (en la mayoría de los casos una guerra civil no interestatal) se combina con un debilitamiento o colapso total de las estructuras económicas y estatales”: CURREA, Víctor, El debate humanitario, Editorial Icaria, Barcelona, julio 2002, Pg. 18 24 Ibid. p. 17
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entender el fundamento de los planes estratégicos que se llevarán a cabo para el
posconflicto colombiano.
El continuum humanitario, es un modelo lineal, que divide la situación de crisis en cuatro
momentos estancos independientes, a saber: antes de la crisis, durante la crisis, salida de la
crisis y desarrollo. Surge esta concepción como consecuencia de la pugna entre quienes
abogaban por una intervención inmediata y quienes propugnaban por una estrategia de
desarrollo a mediano y largo plazo ante situaciones de extrema dificultad como los
conflictos o los desastres naturales.
Muchas veces la aplicación a los conflictos de planes a corto plazo o a mediano y largo
plazo, sin una coordinación clara, generaba antes que la solución, el recrudecimiento de los
mismos. Por esta razón, organizaciones no gubernamentales (ONG´s) con la colaboración
de instituciones oficiales idearon una nueva concepción en la que se rompiera esa dualidad
sin lineamientos permitiendo una actuación coordinada. Así surge el concepto de
continuum humanitario, impulsado por la Unión Europea en el marco de la propuesta de
vinculación, de la ayuda, la rehabilitación y el desarrollo (conocida por las siglas VARD)25
que apuntaba a una actuación coherente entre cada una de estas modalidades, teniendo muy
claro que cualquier tipo de ayuda no sólo implica un suministro de bienes y servicios sino
que también envuelve un mensaje ético: la ayuda humanitaria no puede discriminar a los
destinatarios, tiene que ser imparcial y reivindicar la igualdad entre los seres humanos,
comprendiendo por supuesto el contexto propio de cada conflicto y de cada cultura, pues de
este contexto depende la identificación de los lazos conectores entre las comunidades en
conflicto a las que deben destinarse la intervención y ayuda humanitaria, o los factores
contrarios que generan el alejamiento de las partes.
Pese a las bondades de este planteamiento en cuanto a la búsqueda de una actuación
coordinada y coherente que entiende la realidad del conflicto, la gran mayoría de éstos no 25 REY, Francisco. Ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo en situaciones de conflicto: ante todo no dañar, Instituto de estudios sobre conflictos y ayuda humanitaria IECAH, Disponible también en versión HTML en: http://www.iecah.org/espanol/globaliza/accion/ayuda.html
27
http://www.iecah.org/espanol/globaliza/accion/ayuda.html
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podían tratarse con base en esta estructura de fases de intervención separadas “al estilo de
compartimentos estancos”26. Es así como se reconoce en junio de 1998 en la comisión
económica y social de las Naciones Unidas, ECOSOC el concepto de contiguum
humanitario que entiende que tanto la intervención inmediata como la intervención a largo
plazo tendiente a un desarrollo sostenible pueden combinarse entre sí perfectamente en el
mismo momento sin ser excluyentes. De ahí que la rehabilitación y a su vez el posconflicto,
como quiera que tiene en la rehabilitación uno de sus principales elementos, deba manejar
en forma armónica y coordinada asistencia inmediata y brindar, también prontamente,
procedimientos a largo plazo de consecución del desarrollo para toda la comunidad.
Utilizando esta misma lógica se ha entendido la construcción de paz a partir de dos
perspectivas,27 estas son las siguientes: una minimalista: cuyo enfoque corresponde a la “
(...) superación de las secuelas específicas del conflicto como, por ejemplo, la
reconstrucción de la infraestructura destruida ( distingue entre paz y desarrollo)” , mientras
que un enfoque maximalista implica “(...) parar la guerra y generar las condiciones para el
desarrollo económico, político y social del país para superar las causas “estructurales” de
los conflictos ( por ejemplo, la pobreza, la inequidad y la exclusión)”28. Una posición
ecléctica ha surgido al paso de estas dos formas de entender la construcción de paz, la cual
considera que esta se debe iniciar antes de que cesen las hostilidades y culmina ( y con ella,
el periodo de posconflicto) cuando una sociedad se ha recuperado del daño físico, ha
aprendido a jugar con nuevas reglas políticas y económicas y ha sanado sus heridas,
individuales y colectivas, de tal manera que haya una expectativa generalizada de que las
diferencias que persistan no van a exacerbarse hasta el punto de recaer en el conflicto
26 PEREZ ALONSO DE ARMIÑO, Karlos, Guerra y Desarrollo la Reconstrucción posconflicto, Diez Argumentos Básicos de Reconstrucción posbélica. Ed. UNESCO. Disponible también en versión HTML en: Http://www.unescoeh.org/unescoeh/paz/reconstruccion_post_conflicto/manual_indice.html 27 Es pertinente resaltar la estrecha relación que crea el nuevo humanitarismo en escenarios posbélicos con la edificación de estructuras que permitan abordar los conflictos mediante salidas no violentas; es decir que se consolide una paz más duradera lo que constituye un proceso de construcción de paz. 28Op Cit. RETTBERG, Angelika, Camacho, Alvaro, “Preparar el futuro: Conflicto y post-conflicto en Colombia. p. 2
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violento entre las partes.29 Si bien estas distinciones conceptuales pueden cobrar gran
interés en un plano académico e incluso jurídico y burocrático, por los eventuales
inconvenientes formales que se pueden presentar en el momento de implementar los
programas de cooperación, lo cierto es que independientemente de la etapa en la cual se
incluya, es de vital importancia atender el tema de la consolidación y el fortalecimiento de
la paz, o más bien de escenarios de enfrentamiento no violentos en medio de condiciones
menos excluyentes para los miembros de determinada sociedad.
Teniendo claro el panorama general de la actual intervención humanitaria y su incidencia
en el posconflicto, es pertinente analizar en conjunto el concepto de rehabilitación. Karlos
Pérez de Armiño30 la define en los siguientes términos:
La rehabilitación, como concepto general, podríamos definirla como un proceso
de reconstrucción y de reforma después de un desastre (sea éste motivado por
una catástrofe natural o por un conflicto), que sirve de puente entre las acciones
de emergencia a corto plazo y las de desarrollo a largo plazo, con las cuales
comparte algunos objetivos al tiempo que pueden solaparse parcialmente en el
tiempo. El objetivo de la rehabilitación es sentar las bases que permitan el
desarrollo, aprovechando la experiencia y los resultados del trabajo de
emergencia previamente realizado (Pérez de Armiño, 2001:469).31
29 Ibid. p. 2y ss. 30 Karlos Perez Alonso de Armiño: Profesor de Relaciones Internacionales en la UPV-EHU. Investigador asociado a HEGOA, Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional (UPV-EHU). Es Doctor en Ciencias Políticas y Licenciado en Geografía e Historia. Ha realizado varias investigaciones sobre la rehabilitación posbélica (con trabajo de campo en Mozambique, en 1996), seguridad y ayuda alimentaria (hambrunas en África) y ayuda humanitaria. Entre sus publicaciones figuran los siguientes libros: Guía de rehabilitación posbélica. El proceso de Mozambique y la contribución de las ONG, HEGOA, Universidad del País Vasco, Bilbao, 1997; y Diccionario de acción humanitaria y cooperación al desarrollo, HEGOA e Icaria, Barcelona, 2001: Guerra y Desarrollo la Reconstrucción posconflicto, Diez Argumentos Básicos de Reconstrucción posbélica. Ed. UNESCO, Se puede consultar en la página de internet: Http://www.unescoeh.org/unescoeh/paz/reconstruccion_post_conflicto/manual_indice.html 31 Op. Cit. PEREZ ALONSO DE ARMIÑO, Karlos, Guerra y Desarrollo la Reconstrucción posconflicto, Diez Argumentos Básicos de Reconstrucción posbélica.
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Esta definición parece no diferenciar claramente los conceptos de reconstrucción y
rehabilitación en los términos mencionados anteriormente y muestra la rehabilitación como
un puente entre acciones de emergencia y acciones de desarrollo, lo cual no es del todo
apropiado, pues la rehabilitación antes de ser un puente o un punto medio, entre una y otra
intervención es el marco atemporal (presente en el corto y el largo plazo) que determina los
fines de dichas acciones, en otras palabras, la rehabilitación establece los parámetros
generales, los fines y objetivos en los que deben moverse las intervenciones de emergencia
a corto plazo y las intervenciones de desarrollo a largo plazo. Cuando Pérez de Armiño dice
que el objetivo de la rehabilitación es sentar las bases que permitan el desarrollo,
aprovechando la experiencia y los resultados del trabajo de emergencia previamente
realizado, parece contradecir la concepción del contiguum humanitario pues se ven
diferenciados compartimentos estancos sucesivos en el tiempo entre emergencia –
rehabilitación (como puente) - y desarrollo como instancia final.
Tal vez por esa razón, Armiño, en el mismo texto, afirma:
Existe una cierta confusión conceptual, pues la definición de lo que es la
rehabilitación no está plenamente consolidada, siendo la que hemos ofrecido antes
una entre otras posibles. En efecto, para algunos la rehabilitación se limitaría a los
aspectos sociales, culturales e institucionales, a diferencia del concepto de
reconstrucción, que aplican al ámbito físico y económico. Otros, por el contrario,
adoptamos una definición amplia de rehabilitación, abarcando todas las esferas.
Otra posible distinción que algunos formulan entre ambos conceptos es no ya
temática, sino cronológica: la rehabilitación sería el ámbito de trabajo
inmediatamente posterior a un desastre, mientras que la reconstrucción vendría
detrás de aquélla y tendría una mayor duración. Para muchos, no obstante, tal
distinción no es pertinente y ambos niveles de actuación compartirían el mismo
marco cronológico.
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Así las cosas, se puede definir la rehabilitación, acorde a los planteamientos propuestos,
como el marco general que establece los objetivos y fines desde el punto de vista humano,
social e institucional del proceso con el que se llevan a cabo los planes estratégicos de
emergencia a corto plazo y los planes de desarrollo sostenible a largo plazo cuando tiene
lugar un conflicto o desastre humanitario. Lo mismo se puede afirmar de la reconstrucción
en lo que toca con los aspectos físicos y de infraestructura.
También podemos definir el posconflicto, recogiendo los elementos mencionados en este
capítulo, como el período de tiempo que procede a la terminación del conflicto armado en
sentido parcial (para el combatiente que estando en curso la confrontación ya no participa
de ella) y en sentido total (cuando hay una terminación total de la confrontación armada ya
sea por la derrota de una de las partes o por un acuerdo de paz), determinado por las
circunstancias mismas del conflicto, el origen, cultura e idiosincrasia de los sujetos
intervinientes y en el cual se trazarán las metas de reconstrucción y rehabilitación, que
se ejecutarán en planes estratégicos de emergencia a corto plazo y desarrollo a largo plazo,
con el fin de detener la proliferación de conflictos y de atender en forma adecuada e
integral a las víctimas generadas por la confrontación.
31
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3. CONTEXTO: UNA MIRADA AL CONFLICTO COLOMBIANO
Sin pretender una relación minuciosa de hechos, ni un análisis detallado de las causas
remotas y próximas que se han propuesto del conflicto armado en Colombia, se considera
necesario hacer un acercamiento al mismo, que permita contextualizar ciertos parámetros
de pensamiento en el posconflicto (como el de la cooperación internacional y el
tratamiento específico de las víctimas), escenario en el cual se deben concretar las acciones
de ayuda, rehabilitación y desarrollo de las que se habló en el Capitulo I sobre las Bases
teóricas del posconflicto.
Considerado una manifestación normal de las comunidades humanas, de acuerdo con
Alejo Vargas32, el conflicto debe ser entendido como una expresión de la diversidad y la
complejidad que caracteriza a los individuos y a las relaciones que entre ellos se tejen,
determinadas por los múltiples intereses, expectativas y perspectivas que los miembros de
la colectividad tienen frente a diferentes causas de carácter económico, político, social,
religioso o cultural, entre otras; favoreciendo en esta medida la configuración de espacios
de oposición en los que se presentan diferentes alternativas para asumir y dirimir la
controversia entre los grupos de presión que en mayor o menor medida se organizan en
medio de la divergencia social.
Comprendido de esta forma el conflicto, ha sido recurrente el empleo del recurso de la
guerra, como una de las expresiones de la violencia para alcanzar mayor poder en el
escenario político, en este sentido Alejo Vargas plantea: “[...] una distinción entre dos
dimensiones de las relaciones sociales. Por un lado, la dimensión conflicto, que implica un
campo de enfrentamientos sociales alrededor del cual hay posibilidades de arribar a la
negociación entre los actores que se miran a sí mismos como adversarios. Por el otro, la
dimensión contradicción, que hace referencia a ese campo de los enfrentamientos en torno
a demandas y reivindicaciones políticas y sociales que, ya sea por las prácticas
32 Vargas, Alejo, “Las Fuerzas Armadas en el Conflicto Colombiano. Antecedentes y perspectivas”. Bogotá-Colombia, Intermedio Editores, 2002
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antagonistas o por las imágenes que subyacen del otro (percibido como enemigo), hacen
casi ilusorios los espacios de acuerdo y dan margen al enfrentamiento, caracterizado por
la primacía de la coerción. Aquí la utilización de la violencia se convierte en un elemento
fundamental.” 33
El caso colombiano caracterizado por más de cuatro décadas de conflicto armado, que
actualmente se encuentra en proceso de profundización, bajo el análisis propuesto por el
mencionado autor, permite ser considerado bajo la perspectiva de la dimensión
contradicción, pues resulta evidente que las partes involucradas en el conflicto no
reconocen en el otro un contradictorio con el cual pueden reconciliar intereses opuestos en
un escenario sociopolítico diferente de la confrontación armada, la cual se constituye
aparentemente como la única herramienta posible para concretar sus propósitos de
dominación e imposición sobre el otro.
Con el fin de dar una idea clara y somera del conflicto armado colombiano y sus actores, a
continuación se hace una descripción, siguiendo el estudio de Alejo Vargas en su texto El
conflicto armado colombiano y sus perspectivas.34
La confrontación armada en Colombia que surgió hacia los años 60, marcado por la
Operación Marquetalia de 1964, y con gran influencia del bipartidismo y su violencia
asociada, dada desde la década anterior. Ya en los 90 se dan particularidades que llevan a
caracterizar a los grupos armados, los cuales, a lo largo del desarrollo del conflicto llegan a
ser de tres tipos fundamentales: guerrillas, autodefensas y Fuerza Pública.
Las guerrillas han tenido un proceso de expansión territorial, orientado a obtener control
sobre poderes regionales y locales y alcanzando el dominio territorial, aún de manera
transitoria. La expansión se ha venido dando hacia áreas estratégicas de confrontación,
militarmente hablando.
33 Ibid, p. 227 34 VARGAS. Alejo. El conflicto armado colombiano y sus perspectivas. Disponible también en versión HTML en : http://www. ub.es/solidatitat/observatori/esp/colombia/análisis/conflicto.htm#anchor636877
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Por su parte, las autodefensas han propendido por la legitimación en los territorios donde se
encuentran, siendo líderes de reivindicaciones sociales, con sentido crítico hacia el Estado y
sus Fuerzas Armadas.
La Fuerza Pública sigue una táctica defensiva para proteger instalaciones fijas
(especialmente de ataques terroristas), pero sin tener definido un ataque militar de manera
que se configura como fuerza pasiva. El efecto de esto se da en dos sentidos respecto de la
población: el acomodamiento con la guerrilla o al apoyo a las autodefensas como las únicas
capaces de derrotar a la guerrilla.
En el último Gobierno el fortalecimiento de la Fuerza Pública ha sido mayor en la medida
que se ha considerado que su papel es indispensable en el marco de seguridad democrática
propuesto por Álvaro Uribe Vélez.
El crecimiento de las organizaciones de actores armados ilegales demuestra que el conflicto
se está generalizando teniendo un determinante: lucha por dominio territorial consolidando
el poder en los territorios conquistados y disputando los que están dominados por el
adversario. Este fenómeno se ve en el área rural, pero además hay una tendencia a
posicionarse en espacios urbanos, aquellos tradicionalmente aislados del conflicto.
Además, se ha visto como el espacio electoral ha tomado otra connotación, pues si bien
antes era protegido o, al menos, respetado por organizaciones tales como el ELN y las
FARC-EP al punto de lograr treguas en período electoral para facilitar los comicios, hoy en
día se han visto acciones para impedir que las jornadas se lleven a cabo o para intimidar a la
población. De esta manera se afecta el ejercicio democrático que es básico en una
rehabilitación institucional.
Este panorama, al parecer, permite entender la estrecha relación que existe entre conflicto y
violencia en el contexto colombiano, donde diversos conflictos por los que atraviesan los
miembros de la sociedad son desplazados en buena parte al reducido plano de la violencia35
física, lo cual limita la posibilidad de crear alternativas menos excluyentes que permitan 35 Cfr: RICHES. David. “El fenómeno de la violencia”. Madrid -España. Ediciones Pirámida, S.A. 1998
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asumir y encontrar salidas para avanzar en la solución de los problemas que subyacen a la
reacción violenta, y que no pueden ignorarse sin que inevitablemente se sigan favoreciendo
las condiciones para la reproducción y agudización de posteriores conflictos.
Continuando con el acercamiento al conflicto armado nacional, es importante referir en
síntesis a diversos factores considerados como detonantes de este fenómeno. De un lado, se
cuentan actores que concurren en la utilización de la violencia como medio para conseguir
sus objetivos opuestos. Por el otro, factores de carácter histórico relacionados con el
recurrente empleo de la violencia para conseguir objetivos políticos, estructuras
económicas y sociales excluyentes, una estructura democrática formal, pero utópica,
representada en la práctica por una cultura autoritaria que generalmente se ha considerado
dominada por los partidos políticos tradicionales, caracterizados estos últimos no por una
ideología de colectividad necesariamente, sino por ciertas relaciones de poder a su vez
condicionadas por una clase social concreta y los aspectos específicos relacionados con la
aparición de las organizaciones de guerrillas en el territorio nacional. Finalmente y como
factores que contribuyen a su reproducción, se encuentran el negocio del narcotráfico,
como medio para financiar las actividades militares de las guerrillas, la crisis del Estado,
patología compartida por las diferentes naciones latinoamericanas, representada en el
colapso del aparato judicial, la corrupción administrativa y su débil autonomía política en el
orden internacional, explicada esta última por la evidente autoridad hegemónica ejercida
por Estados Unidos.
La anterior perspectiva corresponde a un análisis del conflicto armado nacional que ha sido
compartido por un número importante de violentólogos, historiadores e incluso politólogos,
no sólo nacionales como Alejo Vargas o Alfredo Rangel36, sino extranjeros, que han
producido una vasta literatura sobre el tema de la violencia política en Colombia,
evidenciando una estrecha relación, directamente proporcional, entre la agudización de la
36 Al respecto Alfredo Rangel afirma que el conflicto armado colombiano “ (...) se trata de una prolongada guerra interna que ha sido cruzada por una gran multiplicidad de factores de orden político, social, económico e histórico, los cuales han intervenido tanto en su gestación y permanencia como en su evolución reciente...” en RANGEL. Alfredo, “ Guerra Insurgente: conflictos en Malasia, Perú, Filipinas, El Salvador y Colombia” pág. 421. Bogotá-Colombia, Intermedio Editores. 2001
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crisis económica, política y social, y el correlativo aumento de la violencia armada en
Colombia. Un planteamiento de este tipo resultaría alentador pues permitiría concluir que
eliminando los factores estructurales del conflicto, desaparecería el enfrentamiento armado.
Pero un análisis menos auspicioso que se presenta como una crítica a la perspectiva antes
mencionada, (considerada poco profunda o inocente), desestima con fuertes argumentos la
relación que se pretende establecer entre la crisis del actual sistema socio-político y
económico y el recrudecimiento del conflicto armado.
Al considerar un examen comparado de conflictos armados en el mundo, Malcom Deas,
historiador inglés, experto en el tema de la violencia en Colombia, llega a conclusiones
desconcertantes en cuanto a la complejidad del conflicto armado en Colombia y la
dificultad de relacionarlo necesariamente con la crisis de legitimidad del Estado, de la
democracia y de la pobreza como tradicionalmente han coincidido numerosos estudiosos
del tema.
Aunque no se brindan respuestas definitivas y por el contrario se invita a la reflexión sobre
el complejo problema de la violencia política en Colombia, este análisis tal vez escéptico
permite, como el mismo Malcom Deas afirma, que el estudio de la violencia, considerada
no sólo desde la realidad actual, sino desde sus antecedentes y perspectivas, se presente
como un reto intelectual sobre el cual no se ha dicho la última palabra, y que aun no ha
agotado su análisis. Sin embargo, Deas no es el único que ha llegado a estas conclusiones,
porque en un sentido similar se han pronunciado autores como Fernando Gaitán37,
economista colombiano. Ambos, en sus investigaciones, también describen una Colombia,
que ha tenido periodos de relativos índices bajos de violencia y con una realidad socio-
política y económica38 compleja, pero en todo caso no muy diferente de la que han tenido
37 DEAS, Malcom, GAITAN, Fernando, “Dos ensayos especulativos sobre la violencia en Colombia”, Tercer Mundo Editores, Bogotá –Colombia, 1995 38 “(...) se observa que la violencia no ha impedido el desarrollo económico. El promedio de crecimiento del PIB del 4.6 % en los últimos treinta años no muestra evidencia de que exista una restricción al crecimiento por parte de la violencia. Incluso los periodos de mayor crecimiento del PIB percápita ( 1950-1955 y 1970-1908) han estado acompañados de una tendencia fuerte al alza de la taza de violencia.” Al respecto ver :
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que padecer otras sociedades, no sólo latinoamericanas, sino incluso europeas como el caso
de Irlanda del Norte, que paradójicamente no han desarrollado una guerra interna tan
intensa y de tan largo aliento como la nacional.
Un enfoque como este implica un análisis aun más complejo de un eventual escenario
posbélico, porque cuestionando seriamente las que al parecer se muestran como las
contundentes causas del conflicto colombiano, parecería que no es claro a qué o a quién
responsabilizar de la prolongada violencia. En esta medida intentar adelantar el arduo
proceso de rehabilitación que desde perspectivas como la del “nuevo humanitarismo”
insisten en la trascendencia del análisis de las causas del conflicto, toda vez que se debe
procurar su eliminación con el fin de disponer las condiciones que garanticen una paz
duradera y la eliminación del caldo de cultivo de nuevas dificultades sociales y políticas,
demanda un conocimiento mucho más profundo de este peculiar conflicto armado, por un
lado, y de otro, un conocimiento de la forma en que se logre la terminación del
enfrentamiento. En cuanto a este último aspecto, Roy Licklider afirma que el problema del
fin de las guerras civiles no es simplemente lograr que la gente deje de matarse, si los
actores involucrados en el conflicto continúan viviendo en el mismo Estado, (de acuerdo
con las investigaciones sólo se han presentado cinco casos de separación política después
de una guerra civil entre 1945 y 1994). El problema más complejo y a la vez interesante,
será el de crear un Estado en el cual antiguos enemigos puedan trabajar juntos. 39 El mismo
autor en su obra The Consequences of Negotiated Settlements in Civil Wars, se refiere a la
hipótesis de R. Harrison Wagner, quien concluye con un análisis sofisticado que los
acuerdos negociados tienden a crear situaciones de tensión en el poder, los cuales dificultan
un trabajo eficiente del gobierno, mientras que la victoria militar, supone la eliminación de
una de las estructuras organizadas, haciendo menos probable el resurgimiento de una guerra
civil.40 En el mismo sentido, se presentan argumentos de otros profesionales en la materia,
Juan Luis Londoño “Ante las cinco aperturas, Medellín abre su futuro”, en Medellín: Alternativas de futuro, Medellín, 1992 citado en Ibíd., p.400 39 LICKLIDER. Roy. “ The Consequences of Negotiated Settlements in Civil Wars, 1945-1993. American Political Science Reeview 89 (3), September 1995. p.684. –Traducción libre- 40 Ibid. p. 684 –Traducción libre-
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quienes afirman que los acuerdos negociados, que ponen fin a una guerra civil y reparten el
poder, son más vulnerables, (dando lugar al renacimiento de la contienda), en comparación
con el efecto de la victoria militar del establecimiento de poder.
Bajo esta perspectiva, el diagnóstico del eventual escenario posconflicto, que puede
considerarse dentro cualquiera de las siguientes dos probabilidades: un acuerdo conseguido
a través de una victoria militar de cierto actor sobre otro, bien sea una victoria militar de la
guerrilla, cualquiera que esta sea, sobre las Fuerzas Militares, o de estas últimas sobre las
primeras. O en segundo lugar el silenciamiento de las armas como consecuencia de la
superación política negociada del conflicto interno, determinará la debilidad o fortaleza de
los diferentes actores al enfrentar la situación posterior al conflicto, especialmente en lo
relacionado con el proceso de consolidación de la democracia, lo cual resultará
determinante para la implementación de políticas para las víctimas resultantes del conflicto
armado.
Sin embargo, las características que han determinado a las guerrillas en Colombia no han
permitido que se conviertan en una alternativa real de poder, incluso se habla de una
“insurgencia crónica” para caracterizar “un movimiento o conjunto de movimientos
insurgentes que, habiendo sobrepasado el estadio inicial de surgimiento, logran
expandirse y consolidarse, sin que ello signifique una capacidad real para derrocar el
poder instituido y constituirse como un nuevo régimen”41. Pizarro Leongómez al analizar el
contexto en el que se ha desarrollado y se ha consolidado la insurgencia en Colombia,
considera que el conflicto colombiano se encuentra en una situación de “empate negativo”
que en sus términos consiste en que “uno de los dos actores enfrentados, en este caso el
Estado, tiene una superioridad estratégica clara; pero, por diversos factores, no esta en
capacidad de liquidar a su adversario”. 42 Por lo anterior, se considera que a pesar de la
trascendencia que ha tenido la insurgencia en la historia política, económica y social de
41 PIZARRO LEONGÓMEZ, Eduardo. “Insurgencia sin revolución”. Tercer mundo editores / IEPRI UN. Bogotá, 1996. Pág. 210. 42 Ibid., pág. 231
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Colombia, la prolongación del conflicto durante tanto tiempo, aunque ha puesto en
evidencia no sólo una fuerte crisis de representatividad, además de una aguda crisis de
autoridad y de legitimidad institucional, no permite concluir que la insurgencia no pueda
ser derrotada militarmente por el ejército del Estado con todo y los altos costos que esta
decisión conllevaría en vidas y en recursos gestionados a través de cooperación
internacional e invertidos en gasto militar.
Bajo este panorama de violencia, parece que sólo se podría empezar a hablar de la
iniciación de un periodo de posconflicto después de que se logre la concertación de las
partes en conflicto mediante la iniciación de un proceso de paz, o como consecuencia de un
acuerdo que resulte de la disminución militar que consiga el ejército regular sobre la
insurgencia, presionando de esta forma un acercamiento entre las partes y un posterior
acuerdo, (estrategia que responde a la actual.política de seguridad democrática diseñada por
el Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez43), que en cualquier caso deberá reflejar
contenidos democráticos menos etéreos.
Considerando que la salida al conflicto se puede asimilar a una transición entre un régimen
político y otro, lo cual podría constituir una transición a la consolidación de una democracia
menos formal y más concreta, de lograrse un acuerdo ya sea como consecuencia de una
victoria militar o de un acuerdo negociado, según Felipe Agüero, citado por Alejo Vargas
en su obra sobre Las Fuerzas Armadas en el conflicto armado colombiano, se estaría
hablando de un periodo de transición entendido “como aquella situación en que una
democracia, una vez establecida, es sustentada por la dimensión actitudinal de los
ciudadanos, por el comportamiento efectivo de los principales grupos sociales y políticos
organizados, y carece de impedimentos formales -enclaves autoritarios- que limiten la
autoridad ejercida por representantes elegidos”44
43 Al respecto ver la propuesta de Plan Nacional de Desarrollo PND, 2002-2004, Hacia un Estado Comunitario.y el Manifiesto democrático, los 100 puntos de Álvaro Uribe Vélez. 44 Op cit. VARGAS VELÁSQUEZ, Alejo, Las Fuerzas Amadas en el conflicto colombiano : antecedentes y perspectivas. p.383-387
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Es precisamente esa transición a una nueva construcción de democracia la que deberá darse
en el escenario posconflicto, en el que se implementen programas integrales de asistencia y
ayuda a las víctimas del conflicto, entendiendo como víctimas no sólo a los actores
armados involucrados en el mismo, entre estos las Fuerzas Militares y de Policía, sino
incluso a la sociedad civil que necesariamente se ha convertido en destinatario de la guerra.
En todo caso hablar de posconflicto no implica de ninguna manera la eliminación total de
los detonantes de la guerra, pero al menos implica pensar y generar espacios no violentos
para la audición, confrontación y análisis de las diferencias entre grupos sociales
considerados marginados por factores como la pobreza o la exclusión
Pretender lo contrario, es decir; la consolidación de escenarios de convivencia en armonía
social absoluta, antes de generar plena satisfacción debería traer desconfianza,
especialmente entre quienes se empeñan en creer y fortalecer la democracia y el respeto por
las diferencias de cada persona como parte integrante y determinante de la sociedad. Son
precisamente regímenes dictatoriales y autoritarios en los cuales se pueden analizar
periodos de tensa clama y una supuesta estabilidad en el orden social, conseguido con altos
costos en cuanto a vulneración de derechos fundamentales.
El profesor Boaventura de Sousa Santos45 en un escrito titulado Pluralismo jurídico,
Escalas y Bifurcación, recogido por el Instituto Ser de Investigación e incluido en el libro
Conflicto y Contexto, se refiere a los que él considera los “tres grandes elementos
estructurales del derecho: la retórica, la violencia y la burocracia, -al respecto menciona
cómo los sistemas jurídicos- mezclan cada vez más la posibilidad de que la retórica se
convierta en violencia, y al mismo tiempo que la violencia se convierta en retórica. “ Sobre
este particular Boaventura explica como hay argumentos que conducen al otro al silencio,
45 Doctor en sociología de la Universidad de Yale. Profesor catedrático en la facultad de economía de la Universidad de Coimbra, director del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de Abril de la Universidad de Coimbra.
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como cuando “una argumentación conduce al gay al silencio o silencia al gay, la retórica
es violenta”.
En un país como el Colombiano en el cual se distingue una fuerte interculturalidad, en
términos del profesor Sousa Santos, la retórica puede ser una forma de violencia simbólica,
la conciliación puede ser la continuación de la violencia por otros medios46, lo que refleja la
complejidad del análisis y la implementación de mecanismos alternativos en la resolución
de conflictos, presupuestos de gran importancia al considerar políticas de Estado sobre
reconstrucción y rehabilitación.
46 DE SOUSA SANTOS. Boaventura, “Pluralismo jurídico, escalas y bifurcación”. En : Conflicto y Contexto, Resolución alternativa de conflictos y contexto social. Tm Editores/Instituto SER de investigaciones / COLCIENCISA, Programa de Reinserción. Bogotá, 1997. Pág. 63 y ss.
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4. REHABILITACIÓN INSTITUCIONAL47
La reconstrucción y la rehabilitación en el posconflicto no son conceptos nuevos, de hecho,
han sido usados por el Banco Mundial desde 1995, significando la reconstrucción del
marco socioeconómico de una sociedad.
Sin embargo resulta necesario dar mayor alcance a la aplicación de estos conceptos ya que
en un escenario de posconflicto armado se requiere de una estrategia clara y una capacidad
que esté a la altura de las necesidades para poder llevar a cabo no sólo la reconstrucción
física sino especialmente el proceso de rehabilitación que deberá integrar los siguientes
ejes institucionales:
4.1 SEGURIDAD
Se trata ante todo de seguridad pública en sentido genérico, la cual comprende tanto la
seguridad personal que brinda el Estado al garantizar derechos individuales, como la
seguridad pública específica al mantener el orden público48.
Esta seguridad pública puede atender a dos modelos49. Uno, el de la seguridad democrática
que parte de los derechos de la persona y la persona como base de toda seguridad que antes
de estatal es ciudadana, priorizando la necesidad de paz de los individuos y de vida en
condiciones de dignidad humana. Otro, la doctrina de la seguridad nacional según la cual se
busca preservar las instituciones públicas combatiendo al enemigo con base en la fuerza
militar del Estado. Este enemigo, durante la guerra fría, se daba en términos de la relación
47 Los deberes del Estado, se derivan de obligaciones legales, responsabilidad colectiva y solidaridad social: Artículo 3 Numeral 2 de la declaración sobre Justicia y Asistencia a las Víctimas. Ver Anexo 2. 48La Constitución, La Justicia y la Seguridad. Santa Fe de Bogotá: Universidad de los Andes, 1987. p.23. 49Cfr. BORDA MEDINA, Ernesto. Seguridad Ciudadana para la Paz En: Revista Javeriana Vol. 132 No. 651, 1999. p. 37-54.
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capitalismo-comunismo, pero ya en la posguerra y especialmente en Latinoamérica, se
observa un enemigo interno.
Resulta entonces pertinente considerar las anteriores nociones de seguridad para analizar las
funciones de la Fuerza Pública:
La Constitución Política de Colombia, en el Título correspondiente a la Rama Ejecutiva
dedica el Capítulo 7 a la Fuerza Pública50, la cual está integrada de manera exclusiva por las
fuerzas militares permanentes que comprenden el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, y
por la Policía Nacional. A las fuerzas militares se asigna la finalidad de defender la
soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional,
mientras que la Policía Nacional tiene el fin de mantener las condiciones necesarias para el
ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de
Colombia vivan en paz. Es así como a este último cuerpo armado permanente de naturaleza
civil se le encarga de la seguridad democrática, mientras que a las fuerzas militares se les
orienta a la seguridad nacional.
Pese a esta consagración constitucional, la realidad fáctica muestra qu