representación social de la infancia siglo xvi

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    La representacin social de la infancia mexicaa principios del siglo XVI

    Alejandro Daz Barriga CuevasPosgrado de Estudios Mesoamericanos, UNAM

    Plumaje rico, joyas preciosas, cabellos y uas de gran generacin, con

    estas palabras se designaba a los nios y las nias mexicas, comparn-dolos con objetos de gran valor para la sociedad. Esta expresin nos

    muestra la concepcin que haba de los nios y las nias entre los

    mexicas, en la que se maniestan los valores y los signicados de la

    niez, reejando tambin elementos propios de la cosmovisin del

    grupo, y en trminos generales, la representacin social que se tena

    de dicho sector.

    Las representaciones sociales son denidas como un sistema de

    valores, ideas y prcticas colectivas cuyo objetivo es orientar a los in-dividuos dentro del mundo social y material,1permitindoles a la vez

    construir un marco de referencia que facilita las interpretaciones de

    la realidad, organizando las conductas y las comunicaciones sociales,

    motivo por el cual se encuentran ampliamente integradas en el tejido

    1

    Serge Moscovici, Foreword, en Claudine Herzlich, Health and illness: asocial psychological analysis, Londres, Academic Press, 1973, p. XIII.

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    cultural.2Al ser concebidas como una forma de conocimiento social, el

    cual es elaborado, recreado y modicado en el curso de las interaccio-

    nes as como en las prcticas sociales,3son parte de procesos variados

    como la difusin y la asimilacin de los conocimientos, el desarrollo

    individual y colectivo, la denicin de las identidades personales y so-ciales, la expresin de los grupos y las transformaciones sociales,4de

    ah la relevancia de su estudio dentro de las sociedades antiguas.

    En este sentido, el objetivo del presente captulo es el estudio de las

    representaciones sociales de la infancia que tena la sociedad mexica,5

    2Mara del Carmen Vergara Quintero, La naturaleza de las representaciones

    sociales,Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niez y Juventud,Uni-versidad de Manizales, Colombia, Centro de Estudios Avanzados en Niez y Juven-tud, v. 6, n. 1, 2008, p. 58. Es importante sealar que el concepto de representacinfue planteado por Durkheim desde nales del siglo XIX, partiendo de la creencia dela existencia de tipos colectivos de representaciones de naturaleza distinta a las delindividuo y que tenan una funcin coercitiva en la sociedad. En este sentido lasrepresentaciones colectivas eran concebidas como hechos sociales, expresados den-tro de los pensamientos, sentimientos y las conductas de los miembros individua-les de un grupo social. Cfr. mile Durkheim,Las reglas del mtodo sociolgico,traduccin de Ernestina de Champourcin, Mxico, Fondo de Cultura Econmica,

    2001, p. 40-41.3Jos Antonio Castorina y Caterina V. Kaplan, Las representaciones sociales:

    problemas tericos y desafos educativos, en Jos Antonio Castorina (comp.),Representaciones sociales. Problemas tericos y conocimientos infantiles, Barce-lona, Gedisa, 2003 (Coleccin Psicologa Cognitiva, Cultura y Educacin), p. 12.

    4Rossana Podest Siri,Encuentros de miradas. El territorio visto por dife-rentes autores,Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 2007, p. 68.

    5El estudio sobre la infancia mexica es de reciente aparicin, y a pesar de quela niez prehispnica ha sido parte de diversas investigaciones, no fue sino hastael ao de 1986 cuando el pediatra Max Shein, inspirado en la lectura del libro deLloyd deMause, The history of childhood, se dio a la tarea de recopilar una seriede informes sobre la infancia prehispnica maya, mexica e inca (vid. Max Shein,Elnio precolombino, Mxico, Villicaa, 1986). No fue sino hasta 2006 cuando Tra-cy Ardren y Scott R. Hutson editaron el libro The social experience of childhood inancient Mesoamerica, publicacin en la que se aborda el estudio de la infanciaprehispnica mesoamericana desde el marco de la arqueologa de la infancia.Asimismo el tema de la infancia nahua ha sido abordado en algunas tesis como:Mnica Snchez Ziga,Los sacricios de los nios entre los mexicas en la pocaPostclsica, tesis de licenciatura en Historia,Mxico, Universidad Nacional Aut-

    noma de Mxico, Facultad de Estudios Superiores-Acatln, 2005; Aline CajigaSnchez,Breve historia de la infancia en el mundo nahua, tesina de licenciatura

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    25LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    buscando de esta forma un acercamiento a las formas simblicas inte-

    riorizadas de la cultura y de la sociedad, que inuyeron en la forma en

    que los mexicas del altiplano central mesoamericano, en los momentos

    previos al contacto, perciban y explicaban a la infancia.

    Es importante sealar que el hecho de que las fuentes hayan sidoelaboradas por adultos no implica que siempre se nos muestren repre-

    sentaciones sobre lo que era un nio o nia ideal, alejado completa-

    mente de su comportamiento real,6sino que se debe tener presente,

    tal como mencionaba Chombart de Lauwe los adultos, actuando con-

    forme a estas representaciones de la infancia, crean los mundos en los

    cuales los nios crecen,7es decir, que la representacin social de la

    infancia era incorporada por los nios y las nias, dndoles a su vez las

    pautas a seguir mediante el comportamiento esperado.

    Partiendo de lo anterior se debe mencionar que en algunas cultu-

    ras los nios y las nias, al ir adquiriendo la representacin social que

    explica y da sentido al mundo que los rodea, reproducen a su vez los

    mismos parmetros estructurales que adquiran, comportndose de

    acuerdo con stos, y en algunos casos, su propio proceder modicaba

    el signicado de las representaciones sociales.

    Aunque es cierto que dentro de algunas sociedades o momentoshistricos los nios se resisten y se rebelan ante los modelos, en lo

    referente a las sociedades indgenas prehispnicas, y en concreto den-

    tro de los grupos nahuas del altiplano central mesoamericano, los di-

    ferentes datos e investigaciones sobre la forma de organizacin social

    en Historia, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Facultad de Filo-sofa y Letras, 2008; MnicaSnchez Ziga,El papel de la infancia en la cosmo-visin mexica, tesis de maestra en Estudios Mesoamericanos, Mxico, UniversidadNacional Autnoma de Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, 2010, y mi tesisElsacricio de infantes: percepcin de la niez en la cuenca de Mxico a nales del

    Postclsico tardo, tesis de licenciatura en Etnohistoria, Mxico, Escuela Nacionalde Antropologa e Historia, 2008.

    6Cfr. Sonya Lipsett-Rivera, Model children and models for children in EarlyMexico, en Tobias Hecht (ed.), Minor omissions: children in Latin Americanhistory and society, Madison, The University of Wisconsin Press, 2002, p. 53.

    7Citada en Robert M. Farr, De las representaciones colectivas a las repre-

    sentaciones sociales: ida y vuelta, en Jos Antonio Castorina (ed.), Representa-ciones sociales. Problemas tericos y conocimientos infantiles, op. cit., p. 161.

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    y familiar muestran que la sociedad se basaba en normas sumamente

    dominantes y rgidas, estructuradas la mayor parte de las veces en

    torno a preceptos religiosos o dogmticos.8 Al igual que todos los

    miembros de la sociedad, los nios y las nias tenan que respetar y

    acatar las reglas impuestas so pena de graves castigos.9

    En este sentido, se debe considerar que las representaciones so-

    ciales entre los grupos prehispnicos no tenan las mismas caracters-

    ticas que las de las sociedades contemporneas, que tienden a ser ms

    exibles, sino que eran representaciones hegemnicas compartidas

    por todos los miembros de la sociedad, similares a las de grupos alta-

    mente estructurados, en los que existe un tipo de resistencia tnica o

    grupal, y en las que se conservan y predominan implcitamente las

    prcticas simblicas o afectivas, las cuales son uniformes, coercitivas

    y profundamente arraigadas en el pensamiento y comportamiento de

    un pueblo.10Este tipo de representacin social es adquirida y desarro-

    llada desde la infancia, y en el caso de las sociedades indgenas meso-

    americanas, posiblemente provenan de un tiempo histrico anterior,

    lo que posibilitaba a los miembros de dicha sociedad una mayor esta-

    bilidad, y los nios y las nias, al ir siendo incorporados en la sociedad,

    mantendran y reproduciran los valores preexistentes.Por otro lado, se debe mencionar que las representaciones socia-

    les sobre la infancia mexica y sus experiencias se pueden interpretar

    a partir de las diferentes manifestaciones culturales en las que apare-

    cen los nios, como, por ejemplo, el lenguaje y los diferentes trminos

    que eran utilizados para designarlos. Asimismo, las representaciones

    8Al respecto consltense: Christian Duverger, La or letal. Economa delsacricio azteca,Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1996; Pablo Escalante, Laciudad, la gente y las costumbres, en Historia de la vida cotidiana en Mxico, I.Mesoamrica y los mbitos indgenas de la Nueva Espaa,Mxico, El Colegio deMxico/Fondo de Cultura Econmica, 2006 (Coleccin Historia de la vida cotidia-na en Mxico, t. I), p. 199-230, y Mara J. Rodrguez-Shadow, La mujer azteca,Mxico, Universidad Autnoma del Estado de Mxico, 2000, entre otras obras.

    9A. Alejandro Daz Barriga Cuevas,Nios para los dioses y el tiempo. El sacri-cio de infantes en el mundo mesoamericano, Buenos Aires/Mxico, Libros de laAraucaria, 2009 (Coleccin Etnohistoria, 1), p. 126, 225-229. Vase ms adelante.

    10

    Siendo de esta forma muy similares a las representaciones colectivas deDurkheim. Cfr. Siri, op. cit., p. 71.

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    27LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    sociales pueden encontrarse dentro de los diversos registros grcos

    en los que fueron plasmados los infantes, elaborados en una gran can-

    tidad de soportes, como piezas de cermica, murales o piedras talladas

    procedentes de varios contextos arqueolgicos, as como en los cdices

    de tradicin prehispnica o colonial. En todas estas fuentes quedaronregistradas las relaciones que se mantenan entre los diferentes gru-

    pos de edad, las formas en que stos eran comprendidos y las mane-

    ras en que se codicaban y se categorizaban los diferentes miembros

    de la comunidad.

    En los cdices de tradicin prehispnica la infancia fue retratada

    de diversas formas, aunque en ocasiones su presencia es de difcil in-

    terpretacin, debido a que no haba una convencin estilstica para

    representarla. Sin embargo, con algunas excepciones, se puede men-

    cionar que en los cdices del grupo Borgia11y en el Cdice borbnico12

    se puede delimitar que a los nios se les pint con ciertas caractersti-

    cas que sirven para identicarlos.

    Existen entonces algunos elementos que son repetidos en la re-

    presentacin de los nios, como son el cabello corto a una altura su-

    perior al cuello, la desnudez, as como un tamao menor en contraste

    con el de los adultos o las deidades con las que comparten la escena.13

    Igualmente, otra caracterstica que puede servir para su identicacin

    11Cdices de contenido religioso-calendrico (cdices Vaticano B, Borgia,Cospi, Fejrvry-MayeryLaud) fueron agrupados por Seler debido a que compar-ten pasajes paralelos. Vid.Bodo Spranz,Los dioses en los cdices mexicanos delgrupo Borgia, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2006, p. 12. Se desconocesu lugar de origen aunque hay propuestas de que proceden de la regin mixteco-poblana o de la tlaxcalteca-poblana. Vid. Nelly Gutirrez Solana, Cdices deMxico. Historia e interpretacin de los grandes libros pintados prehispnicos,

    Mxico, Panorama Editorial, 1992, p. 25-28.12Cdice posiblemente realizado en Colhuacn o Mxico a principios de la

    poca colonial y del que se considera que es una copia de un documento anteriorelaborado en el ao de 1504. Vid.Michel Graulich, Elementos de las estas de lasveintenas en las trecenas del Cdice borbnico, en Rodrigo Martnez Baracs et al.,Cdices y documentos sobre Mxico. Segundo simposio, Mxico, Instituto Nacio-nal de Antropologa e Historia, 2007 (Coleccin Cientca, 356. Serie Historia),v. II, p. 205.

    13

    V. g.cdicesFejrvry-Mayer, lm. 23;Borgia, lm. 58 y 60;Laud, lm. 23,yBorbnico, lm. 34, entre otros.

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    es la ausencia de elementos como tocados, vestidos, pintura facial, pec-

    torales y brazaletes, salvo el caso de los nios que son transportados

    por adultos en ciertas festividades,14o cuando se trataba de deidades

    en su acepcin de nios.15En todos estos casos, los infantes son de

    corta edad, por lo que es difcil poder reconocer cundo se trata de ni-os mayores, aunque se podra proponer que en estos casos se les pin-

    t con las mismas caractersticas arriba mencionadas, pero vestidos

    con el maxtlatl.16

    Por otro lado, en los cdices mixtos, en los que se combinaban los

    sistemas escriturales prehispnicos con los caracteres latinos reali-

    zados desde el momento del contacto en 1521 hasta aproximadamente

    el siglo XVIII, quiz debido a la inuencia del arte europeo o como pro-

    ducto derivado de la exigencia de la nueva situacin colonial de descri-

    bir las caractersticas de los grupos indgenas, las representaciones

    grcas de la infancia comienzan a denotar signos especcos de los

    grupos de edad, como son, adems de la desnudez en los infantes ms

    pequeos, la utilizacin de vestimenta sencilla y la presencia de nias.17

    Las divisiones de edad entre los mexicas

    Cada sociedad genera su propia denicin de las categoras de edad,

    las cuales se encuentran ampliamente integradas a la composicin de

    la organizacin social y corresponden no solamente a factores biolgi-

    cos, sino tambin a prejuicios y actitudes sociales. En este sentido, es

    importante sealar que los lmites entre los grupos de edad son relati-

    vos y exibles, correspondiendo a concepciones, capacidades o logros

    alcanzados por los miembros de un grupo social.

    En cuanto a los cortes de edad entre los mexicas, no existen datosexactos en las fuentes sobre la divisin de las edades. Tambin es un

    obstculo el hecho de que en la mayora de los casos, para acercarnos a

    14V. g.en las lminas 31 y 33 del Cdice borbnicolos nios aparecen ador-nados con plumas y con pintura facial, transportados en la espalda de sus madres.

    15Vid.Cdice borbnico, lm. 13.16

    V. g.Cdice Laud, lm. 3(22), superior derecha.17En los cdices arriba descritos, no he encontrado representaciones de nias.

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    29LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    las concepciones sociales de los grupos indgenas, se tiene que apelar

    a documentos elaborados en tiempos coloniales por cronistas euro-

    peos, los cuales describieron la realidad y composicin social de los

    grupos americanos bajo sus propios preceptos. En lo referente a la

    infancia, los cronistas utilizaron trminos como nio, prvulo, mozo,mozuelo, mancebo, doncella, entre otros similares.18Es por ello que

    una forma de aproximarse a las concepciones de edad es el estudio de

    las lenguas indgenas y los vocablos utilizados para denir a los grupos

    de edad y su comparacin con las concepciones europeas. Para el

    caso de la lengua nhuatl, el fraile Alonso de Molina registr una serie

    de trminos utilizados para denir a la infancia, mismos que sigue

    Alfredo Lpez Austin19y que permitiran delimitar los cortes de edad

    utilizados por los mexicas: 1) nios de teta: occhichi, occhichi pilton-

    tli; 2) nios que an no hablan: ocatl, xochtic, octototl, conechichilli;

    nios destetados: tlachichihualcahualtilli; nio o nia delicada, muy

    tierna: cone alacton, conechichilpil; 3) nios menores de seis aos:

    18Los espaoles basaron su divisin en la diferenciacin de los grupos de edadde Hipcrates, y sobre todo en los escritos de san Agustn y san Isidoro, en los que

    consideraban la existencia de seis grupos de edad: infantia(hasta los siete aos),pueritia(hasta los catorce), adolescentia(hasta los veintiocho), iuventus(hasta loscincuenta), gravitas(hasta los setenta), senectus(hasta la muerte). Vid. JacquesLe Goff y Jean-Claude, Schmitt (eds.),Diccionario razonado del Occidente me-dieval, Madrid, Akal, 2003, p. 246-247. Vase tambin Cristina Masferrer Len,Hijos, hurfanos y expsitos. Un recorrido por la niez de la poca colonial novo-hispana, en Lourdes Mrquez Morfn (coord.),Los nios, actores sociales igno-rados, Mxico, Escuela Nacional de Antropologa e Historia, 2010, p. 306-307. Secorrespondan entonces los trminos de nio y prvulo con el primer grupo de edadmenor a los siete aos. Por su parte los trminos mozo y mozuelo se aplicaban alsegundo grupo de edad (7-14 aos), mientras que el trmino mancebo era destina-do a aquellos del tercer grupo (14-28 aos). Vid. annimo, Tratado de la comuni-dad (Biblioteca del Escorial Ms. &-II-8), edicin de Frank Anthony Ramrez,Londres, Tamesis Books Limited, 1998, p. 127-129.

    19Alfredo Lpez Austin recopil algunas de las palabras utilizadas para desig-nar a los miembros de diversos grupos de edad, lo cual le permiti dividir las etapasde la vida en cinco grandes grupos: infancia, adolescencia, juventud, madurez (tem-prana y avanzada) y vejez, cada uno de stos subdivididos a su vez. Alfredo LpezAustin, Cuerpo humano e ideologa.Las concepciones de los antiguos nahuas,3a.

    ed., 2 v., Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Instituto de Investi-gaciones Histricas, 1996.

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    30 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    conetl, conetontli, pipil, cocone; 4) nios o nias20mayores de seis

    aos:piltontli, piltzintli.21

    Aunado a lo anterior, hay elementos culturales que pueden ser

    importantes al momento de intentar esclarecer los grupos de edad exis-

    tentes en la sociedad. En este sentido, se debe mencionar que para losmexicas la vida en todos sus aspectos (religiosos, econmicos, polticos

    y sociales) estaba regulada por medio del calendario, todas las activi-

    dades humanas, desde el nacimiento hasta la muerte dependan di-

    rectamente de las fechas de nacimiento y de la concepcin cclica del

    tiempo. Es por ello que existe la posibilidad de que los grupos de edad

    estuvieran a la vez divididos de acuerdo con aspectos calendricos.

    Aunque por problemas de espacio no es posible tratar aqu las

    caractersticas generales de los calendarios mesoamericanos, me enfo-

    car en la divisin bsica del cmputo del tiempo. La duracin del ciclo

    indgena era de 52 aos, compuestos por cuatro divisiones de 13 aos

    cada una (134 = 52). Partiendo de ello, y atendiendo a la importancia

    que tena el calendario dentro de la sociedad como regulador de la vida

    cotidiana, es probable que los grupos de edad estuvieran regulados

    mediante la divisin del calendario, es decir, existiran cuatro grupos

    de edad de duracin de 13 aos cada uno (infancia, juventud, madurezy ancianidad), sumando en total 52 aos, lo que representaba el ciclo

    ideal de la vida de los hombres y mujeres.22

    20Debe mencionarse que no haba una distincin del sexo en los primeros aosde vida, ya que por ejemplo el trminopiltzintlisignicaba nio y nia, pero si sedeseaba especicar el sexo se deca: oquichpiltzintlipara los varones y cihua-piltzintlipara las nias. Vid. Horacio Carochi, Arte de la lengua mexicana conla declaracin de los adverbios della, Mxico, Museo Nacional de Mxico, 1892,cap. 3, p. 408.

    21Vid. Alonso de Molina, Vocabulario en lengua castellana y mexicana ymexicana y castellana, 5a. ed., estudio preliminar de Miguel Len-Portilla, Mxi-co, Porra, 2004. Lpez Austin, op. cit., p. 319-328; tambin Cdice orentino, 3v., edicin facsmil del original de la Biblioteca Medicea Laurenziana en Florencia,Italia, Mxico, Gobierno de la Ciudad de Mxico/Archivo General de la Nacin,1979, v. 2, lib. X, cap. Iy III, f. 1-5, 7-9.

    22Quetzalcatl tambin tena 52 aos cuando parti de Tollan. Cfr. Patrick

    Johansson K., Tiempo y muerte en el mundo nhuatl prehispnico, en VirginiaGuedea (coord.), El historiador frente a la historia. El tiempo en Mesoamrica,

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    31LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    El periodo de la niez era comprendido desde el nacimiento hasta

    los 13 aos de edad y se encontraba subdividido en los cuatro grupos

    ya mencionados. La culminacin de la infancia se daba entonces a los

    13 aos de edad; sin embargo, tal como se ha indicado, los lmites

    entre una etapa y otra debieron de ser exibles, correspondiendo a lascaractersticas fsicas o psicolgicas de los jvenes. Los padres eran

    quienes decidan el momento adecuado en que sus hijos podran

    pasar de un grupo a otro, lo cual ocurra cuando consideraban que sus

    hijos ya podan ver23y escuchar por s mismos, cuando no eran como

    pajaritos.24A partir de ese momento, los jvenes adquiran otra cate-

    gora dentro de la sociedad; se les permita utilizar un peinado espec-

    co y ropa de adulto.25

    El nuevo estatus y la caracterstica que adquiran los jvenes den-

    tro del pensamiento nahua tambin se puede corroborar dentro de los

    modelos religiosos; por ejemplo, se encuentra una clara diferenciacin

    en cuanto a la funcin y las caractersticas esenciales de los sacricios

    rituales en los que las vctimas eran infantes, con aquellos en los que

    se inmolaban jvenes.

    Por un lado se puede sealar que los nios y las nias eran sacri-

    cados en honor de las deidades de la lluvia, en momentos especcosdel calendario, al principio y al nal del ciclo anual, utilizando para ello

    infantes con una edad que iba desde los cero aos, hasta los 7 u 8 aos

    Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Instituto de InvestigacionesHistricas, 2004, p. 134.

    23En el Cdice orentinodice: ca ye timotlachialtia, haciendo referencia aya poder ver por s mismo. Sahagn en el mismo documento lo transcribe como yatienes discrecin. Vid.Cdice orentino, op. cit.,v. 2, lib.VI, cap. XL, f. 180v.Porsu parte fray Alonso de Molina traduce tlachialtiacomo hacer ver algo a otro,mostrndole lo que antes no haba visto, mientras que traduce tlachializtlicomoedad de la discrecin. Vid. Alonso de Molina, op. cit.,primera parte, p. 48r, ysegunda parte, p. 117v.

    24De ca aocmo cenca titototzintli, o ya no eres pajarito, Sahagn traduce ano eres como gallina. Vid. Cdice orentino, op. cit.,v. 2, lib.VI, cap. XL, f. 180v.

    25Cfr. Rosemary A. Joyce, Where we all begin: archaeologies of childhood inthe Mesoamerican past, prlogo de David Carrasco y Eduardo Matos, en Traci

    Ardren y Scott R. Hutson (eds.), The social experience of childhood in AncientMesoamerica, Boulder, University Press of Colorado, 2006, p. 285-286.

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    32 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    de edad.26Por su parte, en diversos sacricios a varias deidades se in-

    molaban adolescentes de entre 12 y 13 aos como ixiptla, represen-

    tantes de las divinidades.27

    Otro dato que puede servir para esclarecer los grupos de edad es,

    por ejemplo, la referencia que da Durn sobre las celebraciones de losmeses de TozoztontliyHuey Tozoztli, en las que se punzaban las orejas

    y se obligaba a ayunar a todos los menores de 12 aos.28En la tercera

    parte del Cdice mendocinose encuentra una clara diferenciacin en

    cuanto a los trabajos y roles desempeados por los mayores de 12 aos,

    los cuales comienzan a salir a realizar trabajos fuera de la casa.29

    El nacimiento

    Nada tena mayor importancia para los pueblos mesoamericanos que

    el nacimiento de un hijo o hija. Especcamente los mexicas compara-

    ban a los nios con plumas, piedras preciosas y regalos divinos. Es por

    ello que desde momentos previos a su nacimiento se realizaban diver-

    sos rituales con la nalidad de proteger a la madre y al recin nacido,

    e igualmente para darles la bienvenida.30

    Segn los informantes de Sahagn, los nios y las nias eran for-mados en el noveno cielo, el ms alto de todos, al lado de los dioses

    26Al respecto consltense: Juan Alberto Romn Berrelleza,Sacricio de niosen el Templo Mayor, presentacin de Eduardo Matos Moctezuma, Mxico, Insti-tuto Nacional de Antropologa e Historia, 1990 (Coleccin Difusin), p. 7-159.

    27Por ejemplo, vase el sacricio realizado en honor de la diosa Chicomecotl,en el que se inmolaba a una doncella de 12 o 13 aos de edad. Diego de Durn,His-toria de las Indias de Nueva Espaa e islas de tierra rme, 2 v., estudio preliminarde Rosa Camelo y Jos R. Romero, Mxico, Consejo Nacional para la Cultura y lasArtes, 2002 (Coleccin Cien de Mxico), v. II, tratado segundo, cap. XIV, p. 143, 183.

    28Ibidem, tratado tercero, tercero mes del ao, p. 252.29Cdice mendocino. Matrcula de tributos o cdice de Moctezuma,edicin

    facsmil preparada por Ferdinand Anders et al., Mxico/Graz, Akademische Druck-und Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1997, lm. 61.

    30Vid.Bernardino de Sahagn,Historia general de las cosas de Nueva Espa-a, 3a. ed., 3 v., edicin de Josena Garca Quintana y Alfredo Lpez Austin, Mxi-

    co, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2000 (Coleccin Cien de Mxico),v. II, lib.VI, cap. XXIV-XXVIII, p. 588-614 y s.

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    33LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    creadores Ometotl y Omechuatl,por cuyo mandato eran enviados

    desde el cielo la inuencia y el calor con que se engendraban los infantes

    en el vientre de sus madres.31Podemos observar grcamente lo ante-

    rior en la lmina 13 del Cdice borbnico, en la que se registr a la

    diosa Tlazoltotl dando a luz a un nio que previamente haba ingresa-do al cuerpo de la deidad desde el cielo32(vase la gura 1).Tlazoltotl

    era la diosa patrona de los partos y los nacimientos, por lo que fue repre-

    sentada grcamente en posicin de alumbramiento.33Su importancia

    en la vida de los recin nacidos se demuestra en que eran los sacerdotes

    de la diosa los encargados de leer el horscopo (tonalpohualli) a las

    criaturas, anuncindoles el porvenir al que estaban destinadas.34

    Un elemento importante en cuanto a la representacin de la infan-

    cia es el papel que ocupaba el cordn umbilical, que una a los nios

    con las madres, tal como se puede apreciar en la lmina 27 del Cdice

    Nuttall. Segn Matos Moctezuma y Luis Alberto Vargas,35el cordn

    umbilical signicaba a la vez la unin con el pasado, lo precioso y tal

    31Ibidem,lib. VI, cap. XXV, p. 592, y cap. XXXII, p. 622. Tambin vase lib. X,cap. XXIX, p. 953. En realidad el tonalli era una de las tres entidades anmicas que

    se insuaban en el cuerpo de las madres. Tal como seala Lpez Austin, debe com-prenderse que para los nahuas existan dos procesos de la concepcin: la etiologadivina atribuida a la dualidad suprema, y la etiologa siolgica, mediante la quese daba la formacin corporal del infante a partir de la unin de los lquidos gene-radores de los progenitores dentro del cuerpo de la madre. Vid. Alfredo LpezAustin, op. cit., p. 226-230, 335-338. Sobre el embarazo y el parto entre los nahuaspuede consultarse: Aline Cajiga Snchez,Breve historia de la infancia en el mun-do nahua, tesina de licenciatura en Historia, Mxico, Universidad Nacional Aut-noma de Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, 2008, p. 10-30. Tambin vaseEduardo Matos Moctezuma, Los aztecas: del nacimiento a la muerte, Mxico,Comisin Nacional de los Derechos Humanos, 2005, p. 17-61.

    32En dicha escena se plasm la posicin que tomaban las mujeres para parir,misma que se encuentra tambin en otros cdices, v. g.lm. 74 del Cdice Borgia,y el mismo pasaje en la lm. 74 del Cdice Vaticano B.

    33Vid. lmina 40 del Cdice Laud.34Alfonso Caso,El pueblo del sol, en Obras. El Mxico Antiguo (Nahuas), 12

    v., presentacin de Eduardo Matos, prl. de Lourdes Cu, Mxico, El Colegio Na-cional, 2007, v. 7, p. 227.

    35Eduardo Matos Moctezuma y Luis Alberto Vargas, El embarazo y el parto

    en el Mxico prehispnico,Anales de Antropologa, Mxico, Universidad NacionalAutnoma de Mxico, Instituto de Investigaciones Histricas, v. X, 1973, p. 305.

  • 7/24/2019 representacin social de la infancia siglo XVI

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    34 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    vez el cielo, a lo que habra que agregar el destino.36Quiz por ello en

    algunas escenas de los cdicesBorgia,Fejrvry-Mayery Vaticano B

    aparecen los dioses de los puntos cardinales sujetando a una serie de

    nios por medio de los cordones umbilicales. En estos casos es inte-

    resante observar que se muestra una diferencia notable en la repre-

    sentacin de los nios frente a las deidades ya que, por ejemplo, en

    contraste con lo que ocurre con el Cdice Borgiay elFejrvry-Meyer,en el Vaticano B los nios se encuentran posiblemente muertos. Lo

    36Es necesario tambin mencionar la importancia que tena el ombligo, el cualera considerado uno de los centros ms importantes del cuerpo humano, ligado ala idea del punto central de la supercie de la tierra, sitio que permita la comuni-cacin de los distintos estratos csmicos, as como el lugar que relacionaba el

    vnculo con el cordn umbilical y por ende con el destino de la vida. Al respecto,consltese Lpez Austin, op. cit.,v. I, p. 186, 216.

    1. Diosa Tlazoltotl dando a luz. Cdice borbnico. El libro del ciuacoatl. Homenaje para el ao

    del fuego nuevo. Libro explicativo y facsmil, edicin de Ferdinand Anders, Maarten Jansen y

    Luis Reyes Garca, Madrid/Graz/Mxico, Sociedad Estatal Quinto Centenario, Akademische

    Druck- und Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1993, lm. 13 (detalle).

  • 7/24/2019 representacin social de la infancia siglo XVI

    13/40

    35LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    anterior se deduce de que en todos los casos en que aparecen se les

    pint recostados enfrente de las deidades y con los ojos cerrados, e

    inclusive, en la lmina 38 de dicho cdice se represent al nio recos-

    tado sobre una piedra sacricial (vase la gura 2).

    En cuanto un nio llegaba, la persona ms cercana, la partera, loreciba con las siguientes palabras:

    Seis muy bien llegado, hijo mo muy amado. Y si era hembra, deca,

    Seora ma muy amada, seis muy bien llegada. Trabajo has tenido.

    Haos enviado ac vuestro padre humansimo, que est en todo lugar,

    criador y hacedor. Habis venido a este mundo donde nuestros parien-

    tes viven en trabajos y en fatigas, donde hay calor destemplado y fros

    y aires, donde no hay placer, ni contento, que es lugar de trabajos y

    fatigas y necesidades.37

    Los nios eran adems destinados al acto de la guerra, a dar de

    beber al sol con la sangre de los enemigos y a morir en combate, mien-

    tras que a las nias se les auguraba un futuro de trabajo dentro del

    hogar, trayendo el agua y moliendo el maz en el metate, aadiendo las

    palabras: Habis de ser la ceniza con que se cubre el fuego en el hogar.Habis de ser las trbedes donde se pone la olla.38Con ello se denota-

    ba la diferencia dentro de las labores que tenan que realizar tanto

    hombres como mujeres.

    Con dichas palabras se destinaba a los infantes al trabajo, es decir,

    al ingreso inmediato dentro de las actividades cotidianas. Por su parte,

    cuando naca el hijo de algn principal o mercader, los parientes del

    infante, al conocer la noticia, iban a visitar al nio, hablndole de esta

    manera: Oh, nieto mo y seor mo, persona de gran valor y de granprecio y de gran estima! Oh, piedra preciosa! Oh, esmeralda! Oh,

    zaro! Oh, plumaxe rico, cabello y ua de alta generacin! Seis muy

    bien venido. Seis bien llegado.39

    37Sahagn, op. cit.,lib. VI, cap. XXX, p. 616.38

    Ibidem, lib.VI, cap. XXXI, p. 618-619.39Ibidem, cap. XXXIV, p. 628.

  • 7/24/2019 representacin social de la infancia siglo XVI

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    36 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    Se le daba la bienvenida comparndolo con objetos que para la

    sociedad eran considerados hermosos y de alto valor. En el Cdice

    mendocinose describen algunas ceremonias relacionadas con la lle-gada de los infantes; en la lmina 58 se reere que cuando el nio

    naca era depositado en una cuna y durante cuatro das40se mantena

    encendido un fuego para traer la buena ventura al recin nacido y para

    que no se debilitara su fuerza tonall.41Posteriormente la partera lo

    tomaba y le daba un bao, mientras tres nios se encontraban sen-

    tados alrededor comiendo maz tostado envuelto en frijoles cocidos,

    manjar denominado ixicueo ixic-huen, su ofrenda de ombligo42

    (vase la gura 3).

    40Es importante sealar que lo anterior slo ocurra cuando el nio naca enun da considerado de buen augurio, ya que, de lo contrario, el bao ritual se apla-zaba a una fecha ms favorable. Lpez Austin, op. cit., p. 232.

    41Una de las tres esencias divinas presentes en el cuerpo humano. ConslteseDuverger, op. cit., p. 44, y Lpez Austin, op. cit., p. 223-252.

    42

    Vase tambin Lpez Austin, op. cit.,p. 230-231. Sahagn, op. cit., lib. IV,cap. XXXIV, p. 410.

    2. Deidades que sujetan a infantes del cordn umbilical. Izquierda: Cdice Vaticano B, Manual

    del adivino, libro explicativo y facsmil, edicin de Ferdinand Anders, Maarten Jansen y Luis

    Reyes Garca, Madrid/Graz/Mxico, Sociedad Estatal Quinto Centenario/Akademische Druck-und Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1993, lm. 38 (detalle). Derecha: Cdice Bor-

    gia, Los templos del cielo y de la oscuridad. Orculos y liturgia, edicin de Ferdinand Anders,

    Maarten Jansen y Luis Reyes Garca, Madrid/Graz/Mxico, Sociedad Estatal Quinto Centenario/

    Akademische Druck- und Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1993, lm. 15 (detalle).

  • 7/24/2019 representacin social de la infancia siglo XVI

    15/40

    37LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    En dicha celebracin a los recin nacidos se les otorgaban las

    insignias relacionadas con su destino dependiente de su gnero. Por

    ejemplo, si se trataba de un varn, se le ponan los instrumentos conque su padre se ejercitaba, como herramientas de labranza o de cacera,

    todo ello en conjunto con una pequea rodela acompaada de cuatro

    echas a las que se les ataba el cordn umbilical,43el cual posterior-

    mente sera enterrado en algn campo de batalla, debido a que el nio

    estara destinado a la guerra.44Si se trataba de una nia, se colocaba

    una escoba y un huso para hilar, mientras que su cordn umbilical era

    enterrado bajo el hogar, ya que ella era destinada a las labores de la

    casa.45En dicho ritual, cuyo propsito era que el nio naciera porsegunda vez,46se le daba tambin su nombre calendrico, el nombre

    43Lo anterior tambin fue registrado por Sahagn, vid. lib.VI, cap. XXXVII, p. 644.44Sahagn, op. cit., t. I, lib. IV, cap. I, p. 351. Lo anterior puede observarse

    grcamente en el Cdice orentino,t. II, lib.VI, cap. XXXVII, f. 107.45Alfredo Lpez Austin, La educacin de los antiguos nahuas,2 v., Mxico,

    Secretara de Educacin Pblica/El Caballito, 1985,v. I, p. 95-96.46Lpez Austin, Cuerpo humano e ideologa, op. cit.,v. I, p. 232.

    3. Bao ritual. Cdice mendocino. Matrcula de tributos o cdice de Moctezuma, edicin deFerdinand Anders, Maarten Jansen y Luis Reyes Garca, Mxico/Graz, Akademische Druck- und

    Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1997, lm. 58v(cuadrete superior). Del lado iz-

    quierdo la madre y el infante en su cuna. Del lado derecho el primer bao de la criatura reali-

    zado por la partera.

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    38 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    de su abuelo47o de alguno de sus antepasados con la nalidad de le-

    vantar fortuna y suerte.48

    En la misma lmina del Cdice mendocinose registr que al cabo

    de veinte das, el infante era llevado al Calmecac, en donde era presen-

    tado por los padres al maestro de muchachos, prometindolo al templode enseanza que les corresponda dependiendo de su estatus social.49

    De esta forma eran recibidos los nios y las nias recin nacidos,

    se les hablaba de su destino, ligado directamente a las actividades co-

    tidianas, primero dentro de su grupo domstico y posteriormente den-

    tro del calpullial que pertenecan. Finalmente se les destinaba a los

    templos de formacin a partir de los cuales su unin con la sociedad se

    completaba; era entonces cuando tenan que realizar diversas labores

    rituales y comunitarias.50

    47Francisco Hernndez,Antigedades de la Nueva Espaa,edicin de Ascen-sin Hernndez, Madrid, Dastin, 2003 (Coleccin Crnicas de Amrica, 13), lib. III,cap. XV, p. 187.

    48Sahagn, op. cit., lib. VI, cap. XXXVII, p. 647. Lpez Austin seala que, alparecer, el propsito de imponer el nombre del abuelo era para establecer con lavida del nio la continuacin del tonallifamiliar. Vid. Lpez Austin,La educacin

    de los antiguos nahuas, p. 232. La costumbre de escoger los nombres de los abue-los para nombrar a los recin nacidos se ha registrado en comunidades actuales,como ocurre entre los tzutujiles de Santiago de Atitln. Carlsen y Prechtel en Guil-hem Olivier, Tambin pasan los aos por los dioses, niez, juventud y vejez en lacosmovisin mesoamericana, en Virginia Guedea (comp.),El historiador frentea la historia. El tiempo en Mesoamrica,Mxico, Universidad Nacional Autnomade Mxico, Instituto de Investigaciones Histricas, 2004, p. 155.

    49De acuerdo con su estatus social, los jvenes ingresaban al Calmecacy alTelpochcalli, centros en donde eran educados para la religin, la guerra y el ser-vicio a la comunidad. Por su parte algunas adolescentes eran preparadas comosacerdotisas en el Cihuatlamacazqui, mientras que jvenes de ambos sexos ingre-saban al Cuicacalli,en donde se instruan en la danza y la msica. Sahagn, op. cit.,t. I, apndice del libro III, cap. IVy VII, p. 332-334, 336-338; t. II, lib. VI, cap. XL,p. 653-657. Vase tambin Alfredo Lpez Austin,La educacin de los antiguosnahuas,2 v., Mxico, Secretara de Educacin Pblica/El Caballito, 1985.

    50Es importante sealar que no existen pruebas contundentes de las edades enlas que los nios o los jvenes ingresaban en dichos recintos, debido a que hay unagran discrepancia en las fuentes, ya que por ejemplo los cronistas registraron lassiguientes edades: fray Toribio de Benavente (Motolina) y fray Alonso de Zorita, 5

    aos; Hernn Corts, 7 u 8 aos; fray Bernardino de Sahagn, 10 a 12 aos; Fernan-do de Alva Ixtlilxchitl, 8 aos; fray Diego de Durn, 12 y 13 aos; fray Agustn de

  • 7/24/2019 representacin social de la infancia siglo XVI

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    39LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    La primera infancia

    No existen muchos datos sobre los primeros aos de la vida de los in-

    fantes; sin embargo, se puede asumir que pasaban sus primeros aos

    junto a sus madres hasta culminar su periodo de amamantamiento, elcual duraba hasta por lo menos los dos o tres aos, o en ocasiones

    ms.51Por otro lado, en varios cdices se represent grcamente a

    algunos nios y nias, en la mayora de los casos de forma secundaria,

    como acompaantes de sus madres, presentes en escenas referentes a la

    migracin del pueblo azteca.52Aparecen tambin presenciando, en con-

    junto con sus padres y abuelos, rituales de suma importancia como fue

    el encendido del fuego nuevo,53o en ocasiones, participando directamen-

    te en las actividades litrgicas;54en algunos momentos ellos y ellas son

    los actores centrales de las mismas como vctimas sacriciales.55

    Vetancourt, 6 a 8 aos, mientras que en el Cdice mendocinose registr el ingresoa los 15 aos. Como se ve, resulta difcil poder asegurar una edad de ingreso; sinembargo, atendiendo a la propuesta de las divisiones de edades que he mencionadoy reconociendo que es un tema que an necesita mayor exploracin, me parece que

    se podra decir que en algunos casos los nios ingresaban a corta edad, mientrasque la mayora entraba a los templos a una edad aproximada entre los 12 y los 13aos, estando ah hasta la edad en la que los padres crean conveniente casarlos(posiblemente entre 15 y 20 aos. Vid.Pedro Carrasco, Estructura familiar en Te-poztln en el siglo XVI,Nueva Antropologa. Revista de Ciencias Sociales, Mxico,Universidad Nacional Autnoma de Mxico, v. 18, 1982, p. 150). De lo que no cabeduda es de que los nios, al ser presentados en el templo en momentos posterioresa su nacimiento, contraan (tanto ellos como sus padres) una serie de obligaciones,las cuales, tal como se ver ms adelante, hacan que los infantes participaran enalgunas celebraciones rituales, posiblemente aun antes de haber entrado formal-mente al recinto.

    51Inga Clendinnen, Aztecs: an interpretation, Cambridge, Cambridge Uni-versity Press, 2000, p. 155.

    52V. g.en el Cdice Azcatitlan, f. 4 y 11, entre otras.53Cdice borbnico. El libro del ciuacoatl. Homenaje para el ao del fuego

    nuevo, libro explicativo y facsmil, edicin de Ferdinand Anders et al., Madrid/Viena/Mxico, Sociedad Estatal Quinto Centenario/Akademische Druck- und Ver-lagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1993, lm. 34.

    54Ibidem, lm. 33.55

    V. g.lm. 25 del Cdice borbnico, en la que aparecen los nios que ha-bran de ser sacricados en el cerro Tlloc. Tambin Primeros memorialesde

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    40 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    En estas escenas, aunque pocas, se puede observar que los nios

    y las nias desde pequeos ya eran considerados parte integral de la

    sociedad. Su presencia permite comprender aspectos relevantes de

    la vida cotidiana de los grupos familiares, e igualmente nos demuestra

    su importancia dentro del mundo espiritual, siendo parte activa de losrituales, en los que su sola presencia podra haber tenido alguna fun-

    cin mgica o determinante para el buen funcionamiento del ritual. Lo

    anterior se puede suponer a partir de la comparacin analgica con

    rituales agrcolas practicados dentro de algunas comunidades indge-

    nas de la actualidad, en las que se utiliza a los nios con la nalidad de

    atraer las lluvias.56

    La accin social de la infancia mexica

    En las sociedades antiguas, las nias y los nios ocuparon entre 40%

    y 60% del total de la poblacin, es por ello que tuvieron una alta inje-

    rencia en las actividades cotidianas, manteniendo un papel activo como

    participantes de su cultura. Los nios y las nias ayudaban en la me-

    dida de sus posibilidades en las actividades econmicas, recolectaban

    alimentos y diversos materiales, aprendan mediante la prctica comu-nal la manufactura de objetos en los talleres familiares, intervenan

    directa o indirectamente en los rituales religiosos, regulaban las rela-

    ciones entre el Estado y la comunidad a la que pertenecan y formula-

    ban redes sociales con sus compaeros.57En este contexto, tal como

    reere Jeane E. Baxter, los nios al ser participantes activos dentro de

    los sistemas econmicos, sociales, polticos y religiosos, contribuan

    directamente al xito de la sociedad.58

    fray Bernardino de Sahagn, Mxico,Instituto Nacional de Antropologa e His-toria, 1974, f. 250r.

    56Al respecto, vase Daz Barriga, op. cit., p. 232-233.57Lourdes Mrquez Morfn, Bioarqueologa de los nios: enfoques tericos

    y metodolgicos, en Ernesto Gonzlez y Lourdes Mrquez (coords.),Paradigmasy retos de la bioarqueologa mexicana, Mxico, Escuela Nacional de Antropologae Historia, 2009, p. 77.

    58

    Jane Eva Baxter, The archaeology of childhood: children, gender and ma-terial culture,Walnut Creek (California), AltaMira Press, 2005, p. 11, 112.

  • 7/24/2019 representacin social de la infancia siglo XVI

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    41LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    A partir de que cumplan los tres aos de edad, cuando comenza-

    ban a recibir el nombre de conetl o conetontli, los nios y las nias

    iniciaban su incorporacin al medio social mediante su participacin

    en el trabajo colectivo, primeramente en las actividades laborales rea-

    lizadas dentro de su grupo parental o domstico, y posteriormente enunidades mayores como eran el calpulli.

    En la tercera parte del Cdice mendocinose representaron las

    labores realizadas por los nios y las nias de acuerdo con su edad y

    gnero, dirigidas o enseadas por sus padres. Tanto en la lmina 58

    como en las subsiguientes (hasta llegar a la edad de 14 aos) se deta-

    ll la edad de los infantes utilizando el sistema de numeracin con-

    vencional indgena. Se aadi tambin la cantidad de alimento que

    se les autorizaba ingerir, la cual iba en aumento con la edad: a los tres

    aos coman media tortilla, a los cuatro y cinco aos, una tortilla, y

    de los seis a los trece aos podan comer una tortilla y media (vase

    la gura 4).

    Se registraron tambin diversos atributos de la infancia, como la

    vestimenta y el corte de cabello: en el caso de los varones tanto los

    padres como los nios fueron pintados con el cabello corto. Es signi-

    cativo que el cabello largo (peinado de diversas formas) era utilizadonicamente por hombres de mayor jerarqua social, o por los jvenes

    guerreros y los alumnos del Telpochcalliy el Calmecac. Por su parte,

    las mujeres adultas portaban el peinado caracterstico del altiplano

    central (consistente en la utilizacin de dos trenzas amarradas alrede-

    dor de la cabeza), mientras que las nias fueron representadas con el

    cabello corto hasta la edad de 12 aos. En lo referente a la vestimenta,

    las nias usaban falda o cueitly un huipilli, mientras que a los nios se

    les pint utilizando indumentaria sencilla consistente nicamente enun tilmatli o manto atado al hombro, pero sin utilizar el taparrabos o

    maxtlatlhasta los 13 aos.

    Es importante sealar que en lo referente a las actividades reali-

    zadas por los nios y las nias se encuentra una clara diferenciacin en

    las labores que desempeaban, debido a que en ambos casos tenan que

    aprender las actividades que ms tarde habran de realizar, relacionadas

    con los ocios de sus padres y que habran de heredarles. Los infantes

    iran de esta forma aprendiendo de sus progenitores, preparndose

  • 7/24/2019 representacin social de la infancia siglo XVI

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    42 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    para su vida adulta y matrimonial,59mediante un proceso que se en-

    contraba situado dentro de la prctica comunal, en la cual el aprendiz

    no se instrua nicamente en habilidades, sino que iba adquiriendo deesta forma su propia personalidad e identidad social.60

    59Miguel Len-Portilla, La institucin de la familia nhuatl prehispnica,Cuadernos Americanos, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, aoXXVI, v. CLIV, septiembre-octubre 1967, p. 152.

    60Jane Lopiparo, Crafting children, prlogo de David Carrasco y Eduardo

    Matos, en Traci Ardren y Scott R. Hutson (eds.), The social experience of child-hood in ancient Mesoamerica, Boulder, University Press of Colorado, 2006, p. 135.

    4. Actividades de los nios y las nias de tres a seis aos. Cdice mendocino. Matrcula de tribu-

    tos o cdice de Moctezuma, edicin de Ferdinand Anders, Maarten Jansen y Luis Reyes Garca,

    Mxico/Graz, Akademische Druck- und Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1997,

    lm. 58r.

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    21/40

    43LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    Las nias, independientemente de su condicin social, eran ins-

    truidas en las labores del hogar (hilado, tejido y la preparacin de

    alimentos), aunque seguramente tambin ayudaban con la cra de aves,

    el cuidado de sus hermanos menores y en las tareas artesanales de su

    grupo parental. El tiempo utilizado para realizar dichos trabajos limi-taba sus posibilidades de intervenir en otras labores, desarrollar otras

    habilidades o explorar otros mbitos.61Por su parte, los varones eran

    educados en las diversas actividades econmicas del grupo, como la

    agricultura, la pesca y la cacera, entre otras, que les permitan interac-

    tuar directamente con los miembros de unidades sociales mayores y

    los preparaban para desempearse en los trabajos propios de su g-

    nero, relacionados con la produccin y la adquisicin de productos

    alimenticios, as como con los aspectos militar, ritual, mercantil, arte-

    sanal y administrativo.62

    Al respecto se debe considerar que la sociedad mexica era alta-

    mente estraticada y las relaciones de gnero mantenan patrones de

    jerarqua entre sus miembros. Corresponda a las mujeres un papel

    de sumisin y de desigualdad social y jurdica.63Se les asignaban roles

    encaminados directamente al trabajo en el hogar, aunque tambin par-

    ticipaban en la produccin de bienes de subsistencia y en algunos casosdesempearon ciertos ocios: tamalera, tortillera, curandera, tejedora,

    verdulera, guisandera, casamentera, artesana, hilandera, hechicera,

    vendedora en el mercado, partera y prostituta.64Existan adems otras

    mujeres que eran mdicas o que se dedicaban al ocio de terapeuta,65

    61Mary Goldsmith, El trabajo domstico en la sociedad mexica, en MaraRodrguez-Shadow y Beatriz Barba de Pia Chan (eds.), Chalchihuite. Homenajea Doris Heyden, Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia, 1999 (Co-leccin Cientca, 387), p. 220.

    62Cfr. Mara Rodguez-Shadow, Las relaciones de gnero en Mxico pre-hispnico, en Mara J. Rodrguez-Shadow (coord.), Las mujeres en Mesoam-rica prehispnica, Mxico, Universidad Autnoma del Estado de Mxico, 2007,p. 68.

    63Vid. Laura Ibarra Garca, Las relaciones entre los sexos en el mundo pre-hispnico. Una contribucin a la sociologa del amor y el poder, Mxico, Porra,1998, p. 225.

    64

    Mara Rodguez-Shadow, op. cit.65Laura Ibarra Garca, op. cit., p. 177-178.

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    44 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    y en ocasiones podan acceder al sacerdocio de determinadas deidades

    o, en el caso de algunas nobles, a la elaboracin de cdices.66

    En el cuadrete superior de la lmina 58 del Cdice mendocinose

    pint a los nios y las nias de tres aos, mismos que comenzaban a

    ser educados por medio de consejos dados por sus padres. Los siguien-tes cuadretes continan con las diferentes actividades que tenan que

    realizar. Las nias iniciaban su instruccin en las labores de hilado y

    tejido primero observando a sus madres y comenzaban a trabajar por

    s solas a partir de los seis aos. En el caso de los varones, a partir de

    los cuatro aos de edad comenzaban a ayudar transportando pequeas

    cosas; la carga aumentaba para el siguiente ao en el que ya comenza-

    ban a acarrear lea y envoltorios de poco peso para llevarlos al merca-

    do.67Fray Gernimo de Mendieta reere que a los nios de primera

    edad, hasta los cinco o seis aos, los acostumbraban a realizar trabajos

    livianos, por ejemplo cargando cosas ligeras cuyo peso aumentaba con-

    forme crecan.68

    La ltima etapa de la infancia iniciaba a los seis o siete aos de

    edad (pilontli, piltzintli),momento en el que los nios comenzaban a

    realizar diversas actividades econmicas dentro y fuera de su grupo

    parental, teniendo adems una relacin ms directa con el calpulli.Para explicar lo anterior se debe sealar quelos infantes iniciaban su

    vida como miembros de una pequea comunidad, manteniendo inte-

    racciones cotidianas dentro de su grupo de parientes, que inclua a los

    padres, los hermanos, los tos, los primos y tal vez los abuelos u otros

    familiares de generaciones mayores. En este sentido considrese que

    66Por ejemplo, la nieta de Acamapichtli, casada con Huitzilhuitl. Cdice te-lleriano-remensis. Ritual divination and history in a pictorial Aztec manuscript,

    estudio y facsmil, edicin de Eloise Quiones Keber, Austin, University of TexasPress, 1995, f. 30v. Se debe mencionar que en los cdices de la regin mixteca esposible encontrar mujeres sacerdotisas y guerreras representadas. Al respecto:Mara de los ngeles Ojeda Daz y Cecilia Rossell,Las mujeres y sus diosas en loscdices prehispnicos de Oaxaca, Mxico, Centro de Investigaciones y EstudiosSuperiores en Antropologa Social/Miguel ngel Porra, 2003.

    67Cfr. Lpez Austin,La educacin de los antiguos nahuas, op. cit.,t. I, p. 99.68Gernimo de Mendieta,Historia eclesistica indiana, estudio preliminar

    de Antonio Rubial Garca, Mxico, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,2002 (Coleccin Cien de Mxico), v. I, libro segundo, cap. XX, p. 227-228.

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    45LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    los infantes pertenecan a grupos de familia nuclear,69 los cuales en

    ocasiones formaban parte de unidades mayores o familias conjuntas.70

    A partir de dicha edad los nios y las nias realizaban diversas

    actividades laborales dentro de la organizacin comunal, por ejemplo

    la ayuda en las milpas o chinampas domsticas. Asimismo comenza-ran a ir al mercado para intercambiar productos, empezando con ello

    su insercin al mundo social por medio de su participacin activa en

    los trabajos realizados dentro de la casa familiar, as como en las fun-

    ciones ceremoniales, polticas y econmicas de la misma.

    En el cuadrete inferior de la lmina 59 del Cdice mendocinoco-

    rrespondiente a la edad de seis aos, se observa que a los varones ya se

    les destinaba al trabajo artesanal y a la ayuda en la recoleccin de fri-

    joles o granos de maz, mientras que las nias ya comenzaban a hilar.

    Por su parte en la siguiente lmina se muestra cmo a la edad de siete

    aos, los varones aprendan a pescar, en tanto que las nias ayudaban

    en el hilado (vase la gura 5).

    En los siguientes cuadretes de este cdiceno se registraron las

    actividades econmicas, sin embargo el tlacuilodedic espacio para

    reproducir los castigos que eran aplicados a las nias y los nios ojos

    y desobedientes, los cuales tambin eran diferenciados de acuerdo conla edad. Los castigos iban desde la amenaza de ser punzados con espi-

    nas de maguey (a los ocho aos), el cual se les aplicaba al siguiente

    ao,71y aumentaban en rigor conforme los infantes avanzaban en la

    edad. Por ejemplo, a los diez aos se les golpeaba con un palo; a los

    once eran obligados a aspirar humo de chiles, y a los doce, a los varones

    69Susan Kellogg, Familia y parentesco en un mundo mexica en transforma-cin,en David Robichaux (comp.),Familia y parentesco en Mxico y Mesoam-rica. Unas miradas antropolgicas,Mxico, Universidad Iberoamericana, 2005,p. 102.

    70Cfr. Pedro Carrasco, Estructura familiar en Tepoztln en el siglo XVI,Nue-va Antropologa. Revista de Ciencias Sociales, Mxico, Universidad NacionalAutnoma de Mxico, v. 18, 1982, p. 152-153. Tambin Miguel Len-Portilla, Lainstitucin de la familia nhuatl prehispnica, Cuadernos Americanos, Mxico,Universidad Nacional Autnoma de Mxico, ao XXVI, v. CLIV, septiembre-octubre

    1967, p. 143.71Cdice mendocino, op. cit., lm. 59r.

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    46 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    se les castigaba acostndolos desnudos en la tierra hmeda, mientras

    que a las nias se les obligaba a barrer durante toda la noche.72

    En general, se debe mencionar que la desobediencia era altamen-

    te penada y los castigos muy severos, debido a que en la sociedad mexi-

    ca la moral y las buenas costumbres eran sumamente importantes y

    arraigadas. Esa actitud se manifestaba en una gran cantidad de prohi-

    biciones sobre aspectos como el juego, el licenciamiento sexual y la

    deshonra, entre muchos otros, lo que motivaba que la enseanza den-tro del hogar fuera muy estricta.73

    Por lo anterior, no resulta extrao el tipo de castigos a los que eran

    sometidos los nios, atendiendo a los valores y las normas que regu-

    72Ibidem, lm. 60r.73Al respecto, consltense Duverger, op. cit., p. 53-67; Escalante, op. cit.,

    p. 210-213; Rodrguez-Shadow,La mujer azteca, op. cit., p. 83; Inga Clendinenn,op. cit., p. 192, y Gernimo de Mendieta, op. cit., cap. XXIV, p. 242, entre otros.

    5. Actividades y castigos de los nios nahuas de seis a ocho aos. Cdice mendocino. Ma-

    trcula de tributos o cdice de Moctezuma, edicin de Ferdinand Anders, Maarten Jansen y

    Luis Reyes Garca, Mxico/Graz, Fondo de Cultura Econmica/Akademische Druck- und Ver-

    lagsanstalt, 1997, lm. 59r (detalle).

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    47LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    laban el comportamiento social, mismos que los padres intentaban

    inculcarles, primero incentivndolos a la buena conducta y, en caso

    contrario, mediante el castigo, el cual en los casos extremos llegaba a

    la propia venta del hijo incorregible como esclavo.74

    Como se ha visto hasta aqu, los nios y las nias participaban ac-tivamente en las labores cotidianas y ocupaban un lugar determinado

    dentro del grupo domstico al que pertenecan, en el que se les consi-

    deraba un miembro ms, con sus propias necesidades y obligaciones.

    La relacin de la infancia con el mundo sagrado

    Hasta ahora se han presentado las relaciones de la niez dentro de las

    labores cotidianas dentro del grupo parental o domstico; sin embargo,

    un elemento importante de la infancia es lo concerniente a las activi-

    dades religiosas y rituales. Los infantes desde corta edad colaboraban

    en los rituales domsticos y las grandes celebraciones que se realizaban

    durante las estas mensuales. Lo anterior fue registrado en diversos

    cdices, donde aparecen como depositarios directos de los actos litr-

    gicos, o incluso como participantes.

    La presencia de los nios en las grandes estas mensuales se pue-de atestiguar en celebraciones como la del mes de Teotleco,en el que

    chicos y grandes realizaban danzas por los barrios y las calles de la

    ciudad, y aun a los nios de cuna les pintaban y aderezaban con plu-

    mas.75Por otro lado en la esta del mesXocotl Huetzi, dedicada al dios

    del fuego, se realizaban danzas y cantos en los que tomaban parte nios

    de diversas edades. Al respecto Sahagn recopil lo siguiente:

    74Vid. Durn, op. cit., t. II, tratado segundo, cap. XX, p. 188. Tambin Mendieta,op. cit., cap. XXIV, p. 242. Es de suponer que, en ocasiones, el destino nal de los niosvendidos como esclavos fuera su sacricio a las deidades del agua, ya que los sacer-dotes compraban infantes para la elaboracin de algunos rituales sacriciales, talcomo fue registrado por fray Toribio de Benavente: compraban cuatro nios escla-vos de edad de cinco o seis aos, y sacricbanlos a Tlloc, dios del agua, ponindo-los en una cueva, y cerrbanla hasta otro ao que hacan lo mismo. Vid. Toribio deBenavente (Motolina),Historia de los indios de la Nueva Espaa,edicin de Clau-

    dio Esteva Fabregat, Madrid, Dastin, 2003, tratado primero, cap. VII, p. 100.75Sahagn, op. cit., lib. II, cap. XXXI, p. 238.

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    48 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    juntbanse todos los mancebos y mozoelos y muchachos. Todos aque-

    llos que tenan vedixas76 de cabellos en el cogote, que llamaban

    cuexpaleque,77y toda la otra gente, se juntaban en el patio de Xiuhte-

    cuhtli, a cuya honra se haca aesta [sic] esta. Luego, al medio da, co-

    menzaban a bailar y cantar.78

    En la lmina 28 del Cdice borbnicose registr esta danza reali-

    zada en torno a un tronco de rbol adornado con papeles colocado

    desde los primeros das de la festividad.79Los personajes visten una

    manta de maguey torcido, a manera de red llamada chalcayatl.80Esta

    sencilla vestimenta denotaba humillacin o subordinacin,81y era uti-

    lizada por los discpulos del telpochcalli, por los macehuales82e igual-

    mente por los alumnos del Cuicacalli 83(vase la gura 6).

    En la representacin de la danza, las categoras de edad, relacio-

    nadas a su vez con los grados militares, fueron magncamente plas-

    madas tanto por el propio tamao de los nios como por los diferentes

    atributos asociados con el rango social. En este sentido se observa a

    un primer grupo de infantes, los cuales an tienen el cabello corto

    y no portan ningn adorno tal como registr Sahagn: cuando eran

    pequeuelos andaban motilados o atusada la cabeza.84

    Les precedenun amplio grupo de nios mayores, los cuales ya traen orejeras y

    76Mechones de cabello.77Corte de cabello que llegaba hasta la parte superior del cuello y era utilizado

    por los jvenes del telpochcallique an no haban ido a la guerra. Vid.Alonso deMolina,Vocabulario en lengua castellana/mexicana, mexicana/castellana,edi-cin de Miguel Len-Portilla, Mxico, Porra, 2004 (Biblioteca Porra de Historia),p. 26v.

    78Sahagn, op. cit., lib. II, cap. XXIX, p. 227.79Ibidem, p. 223-224.80Idem.81Cfr. Justyna Olko, Traje y atributos del poder en el mundo azteca: signi-

    cados y funciones contextuales, Anales del Museo de Amrica, Madrid, n. 14,2006, p. 61-88.

    82Fernando Alvarado Tezozmoc, Crnica mexicana, notas de Manuel Oroz-co y Berra, Mxico, Leyenda, 1944, p. 308-309.

    83

    Cdice mendocino, op. cit., lm. 62r.84Sahagn, op. cit., t. II, lib.VIII, cap. XXI, p. 781.

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    49LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    collares de caracolillos, pero que carecen de cualquier atributo militar.

    Ms adelante se observa a dos jvenes guerreros, posiblemente ma-

    yores de trece aos, quienes ya han tenido participacin en guerras y

    han capturado enemigos, motivo por el que pueden utilizar en el cabe-

    llo una pluma blanca,85emblema que tambin se puede asociar a lostelpuchtlato encargados de ensear y corregir a los ms jvenes del

    Telpochcalli.86Finalmente todos ellos son dirigidos en la danza por dos

    guerreros ya experimentados, a los que se les reconoce por sus atribu-

    tos militares: el tocado propio de los hombres valientes en guerra,87

    85Ibidem,t. II, lib.VIII, cap. XXI, p. 782.86

    Vid. Cdice mendocino, lm. 64r.87Vid.Cdice mendocino, lm. 63r.

    6. Danza del mesXocotl Huetzi: a)nios de corta edad sin atributos militares; b)nios mayo-

    res, ya portan orejeras y el cabello hasta el cuello; c) jvenes mayores que ya han participado

    en batallas y han capturado enemigos; d) guerreros experimentados que dirigen la danza.

    Cdice borbnico. El libro del ciuacoatl. Homenaje para el ao del fuego nuevo , edicin de

    Ferdinand Anders, Maarten Jansen y Luis Reyes Garca, Madrid/Graz/Mxico, Sociedad Esta-tal Quinto Centenario/Akademische Druck- und Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica,

    1993, lm. 29.

    A B

    C

    D

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    50 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    y la utilizacin de bezotes, utilizados nicamente por los hombres de

    mayor jerarqua.88La anterior es quiz una de las mayores festividades

    religiosas mexicas en las que participaban los nios; sin embargo, los

    infantes tambin tomaban parte importante de diferentes rituales, uno

    de stos se encontraba directamente relacionado con la regeneracincclica del tiempo, y en el cual su presencia era de gran valor. Un ejem-

    plo de esto se puede observar en los diversos actos rituales realizados

    durante el ltimo mes del ao,Izcalli,89en el que se celebraba al dios

    del fuego y del tiempo, Xiuhtecuhtli,con la intencin de nalizar el

    ciclo anual y uno de los meses en los que se sacricaban un nio y una

    nia en los cerros de Tlloc y de Matlacueye.90En dicho mes, cada

    cuatro aos se realizaban diferentes ceremonias destinadas a los in-

    fantes, como era el ritual que propiciaba el crecimiento y en el que las

    madres tomaban a sus hijos de la cabeza y los jalaban, estirndoles

    tambin los miembros.91Asimismo se les agujeraban las orejas, les

    hacan bailar y les daban a beber pulque para emborracharlos92(va-

    se la gura 7).

    Es importante sealar que en la representacin social de la infancia

    en el mundo nahua se tena la creencia de que los nios y las nias po-

    sean la facultad de atraer las lluvias, generar el crecimiento y sobre todoregenerar la vida y el tiempo. Es por ello que, dentro de los rituales

    88Al respecto, consltese Sahagn, op. cit., t. II, lib.VIII, cap. XXI, p. 782.89Se trataba del ltimo mes del ao. La traduccin del nombre de la veintena

    presenta varias dicultades que por motivo de espacio no se pueden abordar; sinembargo, para nes del presente captulo se le puede denir como reverdecimien-to, renovacin, resucitar y crecimiento. Vase Daz Barriga, op. cit., p. 193-195. Tambin Michel Graulich,Ritos aztecas. Las estas de las veintenas,Mxico,Instituto Nacional Indigenista, 1999 (Fiestas de los pueblos indgenas de Mxico),p. 253.

    90Durn, op. cit., t. II, tratado tercero, diez y ocho mes del ao, p. 290.91Cdice telleriano-remensis, op. cit., f. 7r.92Durn, op. cit., tratado tercero, p. 289; Sahagn, op. cit., lib. II, cap. XXXVII,

    p. 265. Es importante mencionar que los rituales descritos formaban parte de uncomplejo ceremonial de paso entre dos etapas de la infancia nahua. Al respecto,vase Rosemary A. Joyce, Girling the girl and boying the boy: the production of

    adulthood in Ancient Mesoamerica, World Archaeology, Oxfordshire, n. 3, v. 31,2000, p. 477. Tambin Inga Clendinnen, op. cit., p. 155.

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    51LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    y sacricios realizados por los mexicas, los infantes ocuparon un lugar

    primordial. En este sentido, durante el mes de Izcallise realizaba

    la esta depilquixtia,93ceremonia que demuestra la importancia de la

    infancia como medio regenerador.

    En la esta denominada la renovacin, celebrada cada cuatro

    aos, se ayunaba durante ocho das, acabados los cuales se realizaba

    una danza en la que los adultos tomaban a los nios de las manos, re-

    presentando con ello la regeneracin: se volvan los hombr[es] comonios los cuerpos y as para represe[n]tar esta esta e[n] el bayle

    traya[n] vnos nios de las manos.94Esta referencia resulta muy sig-

    nicativa para poder observar la importancia de la infancia dentro de

    la representacin social que se tena tambin sobre el cosmos, la vida

    y el tiempo. Los nios y las nias eran relacionados con las ideas de

    rejuvenecer y de regenerar, es decir, con lo nuevo.

    En el Cdice telleriano-remensisse registr que en dicha esta se

    celebraba: la natura humana q[ue] nunca se perdi en las vezes q[ue]se perdi el mundo.95Era entonces en esta esta que se conmemora-

    ban los diferentes cataclismos que destruyeron el mundo, presentes en

    el mito de origen nahua la leyenda de los Soles, en la cual se narra la

    93Literalmente, rejuvenecer.94

    Cdice telleriano-remensis, op. cit., f. 7r.95Idem.

    7. Rituales para los infantes. Cdice florentino. A) Borrachera de nios. LII, c. 35, f. 159r. B)

    Perforacin de orejas. LII, c. 35, f. 158v. C) Estiramiento de miembros. LII, c. 37, f. 153r. Cdice

    florentino,edicin facsmil del original de la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia, Ita-

    lia, Mxico, Gobierno de la Ciudad de Mxico/AGN, 1979, v. 1.

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    52 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    creacin y la destruccin de cuatro edades o soles, anteriores al sol

    ltimo, el quinto oNahui Ollin, 4-movimiento.96

    Segn los datos registrados en el Cdice telleriano-remensis, du-

    rante los ltimos meses del ciclo anual mexica se conmemoraba la des-

    truccin de los soles anteriores. Es as como durante el decimosextomes,Atemoztli,se indicaba al sol,Nahui Atl, 4-agua; en el decimosp-

    timo mes, Tititl, aNahui Ehecatl,4-viento, y corresponda aIzcalli, la

    evocacin de la destruccin de todos los soles en conjunto,97y en espe-

    cco tambin se aluda al solNahui Quiahuitl, 4-lluvia,98mismo que

    fue destruido por una lluvia de fuego, posiblemente haciendo referen-

    cia a la terrible sequa que asol al altiplano central,99tambin ardi

    el Sol; y todas las casas de ellos ardieron,100provocando con esto la

    cada y abandono de la gran ciudad de Tula. Existe una referencia que

    relaciona a los nios con la destruccin del sol 4-lluvia, enLa leyenda

    de los solesse registr que: Su ao es ce tecpatl[1-pedernal]; y hasta

    96Cdice Chimalpopoca, Anales de Cuauhtitln y Leyenda de los Soles, 3a.ed., traduccin de Primo Feliciano Velzquez, Mxico, Universidad Nacional Au-

    tnoma de Mxico, Instituto de Investigaciones Histricas, 1992 (Primera SeriePrehispnica, 1), p. 115-120.

    97Daz Barriga, op. cit., p. 200-205.98Cfr. Michel Graulich, op. cit.,p. 263.99En el Cdice Chimalpopocase registr que en un ao 7 tochtlihubo una

    sequa que contrajo una terrible hambruna y en la cual los toltecas se sieteacone-jaron. A partir de ese momento se comenzaron los sacricios de nios y de hom-bres (Cdice Chimalpopoca, op. cit., p. 10-11). Es mencionada tambin enFernando de Alva Ixtlilxchitl,Historia de la nacin chichimeca, edicin de Ger-mn Vzquez, Madrid, Dastin, 2003 (Coleccin Crnicas de Amrica, 9), cap. III,p. 67. Aos despus el mismo fenmeno atmosfrico afect a los mexicas en un ao1-tochtli(1454). Al respecto, vase Cdice Vaticano A, libro explicativo y facsmil,edicin de Ferdinand Anders et al.,Madrid/Viena/Mxico, Akademische Druck-und Verlagsanstalt/Fondo de Cultura Econmica, 1996, f. 77r (75). Tambin: Cdi-ce telleriano-remensis, op. cit., f. 32r; Cdice Aubin, traduccin de Ch. E. Dibble,editado por Miguel Len-Portilla, en Literaturas indgenas, Mxico, Promexa,1991 (Gran Coleccin de la Literatura Mexicana, 1), p. 195-196, y Durn, op. cit.,tratado primero, cap. XXX, p. 294, entre otros. Sobre la relacin de la sequa comocrisis sacricial y el inicio de los sacricios de nios, vase: Daz Barriga, op. cit.,

    p. 139-176.100Cdice Chimalpopoca, p. 119-120.

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    53LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    que se destruyeron en un da nahui quiahuitl[4-lluvia], fueronpipiltin:

    es por eso que ahora se llama a los niospipilpipil.101

    Son diversas las fuentes y los datos que nos demuestran que el

    pueblo mexica viva en un constante miedo ante el porvenir. Se crea

    que el tiempo y el cosmos, al igual que todos los seres vivientes, estabansujetos a un proceso de degradacin fsica, envejecan, y para evitar su

    total destruccin era necesaria la realizacin de rituales especcos

    para mantener el orden csmico. El tiempo envejeca anualmente, al

    igual que lo haca cada 52 aos. Era por ello que se haca indispensable

    regenerarlo, lo cual era realizado mediante los rituales de regenera-

    cin que comenzaban desde el decimosptimo mes, Tititl, por medio

    del sacricio de una anciana, representante de la diosa Ilamatecuhtli.102

    Al morir, su cabeza era cercenada y un sacerdote vestido como la diosa

    tomaba la cabeza y realizaba una danza dando pasos hacia atrs, es

    decir, tratando de regresar el tiempo.103Continuaban entonces los ri-

    tuales del mes deIzcalli,ya descritos, e igualmente durante dicho mes

    se acostumbraba hacer rituales de puricacin con el fuego, con la -

    nalidad ltima de celebrar a la deidad del tiempo, Xiuhtecuhtli, cuyo

    otro nombre era el de Huehuetotl, o el dios anciano. Vena entonces

    un periodo de cinco das que no se contaban, los nemontemi, durantelos cuales la gente evitaba salir de sus casas, esperando con temor a que

    iniciara el siguiente ciclo anual, durante el mes deAtlcohualo, mes en

    el que se sacricaba a una gran cantidad de nios y nias en el remo-

    lino de Pantitlan y en los diferentes cerros aledaos a la laguna.

    El sacricio de nios, en contraparte al de la anciana, realizados

    durante el primer mes del ao demuestra la importancia que tenan los

    infantes como renovadores del tiempo, ya que por un lado, la anciana

    representaba el ao desgastado, y por otro, los nios el ao incipiente.Su inmolacin se realizaba con la nalidad de regenerar el ciclo anual

    y las fuerzas telricas.104

    101Ibidem, p. 115. Las cursivas son mas.102Sahagn, op. cit.,lib. II, cap. XXXVI, p. 257.103

    Johansson, op. cit., p. 138.104Daz Barriga, op. cit.,p. 204.

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    54 ALEJANDRO DAZ BARRIGA CUEVAS

    Comentarios finales

    Desde la dcada de los sesenta comenz a surgir la preocupacin por

    el estudio de la historia de la infancia. Lloyd deMause en 1974 lleg a

    categorizar que la historia de la infancia es una pesadilla de la querecientemente hemos comenzado a despertar,105mostrndonos con

    ello una imagen oscura de lo que fue la niez en el pasado. Al igual que

    DeMause, anteriormente Philippe Aris manifest que los nios en la

    Edad Media europea no eran considerados en su totalidad como seres

    humanos antes de haber pasado los periodos crticos de sus primeros

    aos. La alta mortandad infantil llev a dicho investigador a considerar

    que exista un alto desapego con los infantes, lo que signicara que

    generalmente los nios eran maltratados. Segn este autor, no fue sino

    hasta los siglos XVI-XVIIIcuando se comenz a construir el concepto de

    niez, culminando en el siglo XVIII, donde el nio ya era entendido

    como un ente diferenciado del adulto.106

    No cabe duda de que los postulados de Aris y de DeMause fueron

    fundamentales para el surgimiento de los estudios histricos sobre la

    infancia, y que an hoy en da existe la tendencia de pensar que la niez

    del pasado sufri diversos maltratos y que a los nios se les tratabacomo a pequeos adultos. Sin embargo, como se ha visto, la represen-

    tacin social de la infancia dentro de los grupos prehispnicos nos

    muestra sin lugar a dudas que los nios y las nias eran seres diferen-

    ciados del grupo de los adultos y que tambin ocupaban un lugar muy

    importante dentro de las relaciones sociales, econmicas, religiosas

    y polticas.

    Recientes investigaciones arqueolgicas e histricas han venido

    ofreciendo evidencias sobre diferentes aspectos de la niez en diversasculturas de la antigedad. Por ejemplo, los hallazgos de juguetes en

    pueblos medievales y ciudades de toda Europa demuestran que el juego

    105Lloyd deMause, Foreword, en The History of Childhood, Nueva York,Psychohistory Press, 1974, p. 1.

    106

    Philippe Aris,El nio y la vida familiar en el Antiguo Rgimen, Mxico,Taurus, 2001 (1960).

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    55LA REPRESENTACIN SOCIAL DE LA INFANCIA MEXICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI

    ocupaba un lugar importante dentro de la vida de los infantes, contra-

    riamente a lo que pensaba Aris.107

    Entre los mexicas la infancia era una etapa de importancia, no

    nicamente porque en ella se iban instruyendo sistemas culturales en

    los nios y las nias, sino porque dicho sector, aun desde los momen-tos previos a su nacimiento, ya formaba parte del mundo social, inte-

    ractuando en ste de diversas formas, siendo ante todo concebidos

    como actores sociales, primeramente dentro de su grupo parental, as

    como posteriormente dentro de los diferentes niveles o estructuras

    sociales. Si bien es cierto que los nios y las nias no tenan un espacio

    especco para sus necesidades tal como lo tienen hoy en da, y que el

    trabajo y no el juego eran las actividades predominantes de la niez en

    esa poca, de lo que no se puede dudar es de la gran estima que se les

    tena. Los nios estaban integrados al mundo social y eran ampliamen-

    te considerados, debido sobre todo a que ellos y ellas signicaban la

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