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PROLOGO I LA EPOCA El ambIente mtelectual del Uruguay, en la últtnta década del sIglo XIX y la Prtmera del sIglo XX, se caracterIZa por la gran varIedad de tendencIas que se entrecruzan v que tan pronto parecen converger haCia un centro co- mún como partIr de un centro comú_n para dI- verger bIen pronto Esta hetero¡!;eneIdad hace que el periodo mdIcado sea un periodo extre- madamente complejo Para mtmr esta comple- lIdad es suficiente recordar los trazos de la obra y personalidad de las flWlras más repre- sentativas El neriodo se dibUJa, entonces, con los rasgos de una flsonornfa mtelectual que auna muy diversos matices Junto al naturalismo zo- leano de gran Parte de la obra de Javier de Vlana (1868 -1926) Y al realismo del teatro de Flo- rencia Sánchez (1875 - 1910) se halla la enra- reCida atmósfera lírICa de la obra de Julio He- rrera y ReissIP: (1875 - 1910); lUnto al pen- samiento denso y seno de José Enrique Rod6 (l...871- 1917). las distorSIOnadas creacIOnes de los prImeros lIbros de Horacio Quiroga (1878- 1937); Junto a la penetración critIca para el análiSIS fIlosófiCO de Carlos Vaz Ferreira (1872 -1958), el erotIsmo, por momentos nar- VII

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PROLOGO

I

LA EPOCA

El ambIente mtelectual del Uruguay, en laúlttnta década del sIglo XIX y la Prtmera delsIglo XX, se caracterIZa por la gran varIedadde tendencIas que se entrecruzan v que tanpronto parecen converger haCia un centro co­mún como partIr de un centro comú_n para dI­verger bIen pronto Esta hetero¡!;eneIdad haceque el periodo mdIcado sea un periodo extre­madamente complejo Para mtmr esta comple­lIdad es suficiente recordar los trazos de laobra y personalidad de las flWlras más repre­sentativas El neriodo se dibUJa, entonces, conlos rasgos de una flsonornfa mtelectual que aunamuy diversos matices Junto al naturalismo zo­leano de gran Parte de la obra de Javier de Vlana(1868 -1926) Y al realismo del teatro de Flo­rencia Sánchez (1875 - 1910) se halla la enra­reCida atmósfera lírICa de la obra de Julio He­rrera y ReissIP: (1875 - 1910); lUnto al pen­samiento denso y seno de José Enrique Rod6(l...871- 1917). las distorSIOnadas creacIOnes delos prImeros lIbros de Horacio Quiroga (1878­1937); Junto a la penetración critIca para elanáliSIS fIlosófiCO de Carlos Vaz Ferreira(1872 -1958), el erotIsmo, por momentos nar-

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PROLOGO

CISISta y desmelenado, de la llOesía de DelmlraAg:ustlm (1886. 1914;) ; Junto a la narratIva deCarlos Reyles (1868 -1938), empeñado en pe­netrar en el corazón de su época, la llOesía deMaría Eugema Vaz FerreJra (1875 -1924), en·c1austrada en uua orgullosa soledad a la que noes ajena la anp:ustIa eXIstencIal o metafísIcaLa complejidad de este cuadro se acrecIenta SIse recuerda que algunos de estos creadores Im­pusIeron a su orIentacIón htelRrla golpes brus­cos de timón que varió ~u trayectorIa. Y seacrecIenta aún má~ SI se recuerda --Quedan CI­tadas solamente las fIguras prommentes de lallamada qeneraetón del noveC'lentos- que sehallan aún en pleno ardor creador alp;unos delos máJnmos escntores de la promocIón ante­rior Juan Zorrllla de San Martín (1855 - 1,931)pubhca ese gran mural éPICo-hIstórICo que esLa epopeya de Arttgas (1910) y Eduardo Ace­vedo Diaz (1851- 1921) cIerra con Lanza 1/ sa­ble (1914) su tetralogía éPIco-novelesca, Imcia­da con Ismael. (1888), segUIda con Natwa(1890) y contInuada con Gllto d§ qlona (1893)

Esta flsonomia mtelectual tan ne& ~ ma­tizada adqUIere, sm embargo, en el núcl!lO dela qeneracuín del noveC'lentos. qna cie.rta cohe­renclR Y la adqUIere a través de un rasgo, que

-de un modo u otro, en todos se mamÍlesta To­dos vIven la conviCCIón de que en esos años enque un SIglo muere y otro nace han surp;1do unnuevo modo de sentIr la VIda y una senSIbIlidadnueva compleJislma y refmada Dos textos sonextremadamente ilustratIvos al respecto El pn-

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PROLOt.-O

mero es el notable ensayo de José EnrIque RodótItulado El que vendrá (1896) El loven ensa­YIsta añora alli el advemmIento del Reveladorprofético en cuya obra plasmarán esas anSIasdel corazón y del pensamIento a las que todavía"nadu ha~ forma". esos "estremeC1muntoscuya Vtbratnón no ha lleqado a nmqún labw".esas "wqu¡etudes para las que todavía no se ka.nvent!ado un nombre" El otro texto es la pá­gma tItulada Al lector Que Carlos Reyles pusoal frente de la primera de sus Academias. PrI­m.tovo (1896), y reIteró, con algunas ampba­CIonea, al frente de la ,egunda, El e:draño(1897) Se lee allí lo sigUIente "Me pI'opongoescnb.r, baja el títula de Academias, una serude novelas cortas, a nwdo de tanteos a ensa1l0Sde arte. de un arte que no sea mdiferente a losestremee.m<entos e .nquutudes de la se'llS.búI­dad fm de sIglo, ref.nade, 11 eompleJís.ma. quetransm.ta el eco de las awnas 'l/ dolores onnom­brables que experimentan las almas atm'menta­das de nuestra época, '1 esté pronto a escucha,luulta los más déb,les lat,dos del corazón model'­¡w, tan enfermo l/ gastado En m,tanCla unfruto de la estacum".

Este sentir que la vIda renacía con formanueva se traduce en muchos núcleos mtelectua­les, formados especialmente por hombres muylóvenes. en una serIe de ademanes VItales Quedan una tómca o coloraCión partIcular a la VIdaintelectual de esos años Para la mayoría de loslóvenes escrItores el máXImo esfuerzo creadordeJ»a canallzarse haCia el hallazKo de nuevas

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PROLOGO

formas de expreSIón, formas mnovadoras quellermIheran dar voz a ese nuevo modo de sentIrla VIda Y a esa presuntamente nueva senSIbIll­dad Para esos ¡óvenes, que en su mayoria másque sent~r, con todo lo que el senttr tIene de rIcacarnalldad, pre-sentían, con todo lo que el pre­8enttr tIene de vago anhelo e mdecIso rumbovItal, ser artIsta era ser un raro. Ser artIstaera sentIrse eXQuIsito y hallarse como traspa­sado o agoUlJoneado por las más extrañas sen­saCIones No es extraño, pues, que muchos deesos Jóvenes al descender por pnmera vez a laarena llterana la convIrtieran en la arena deun cIrco donde afanosamente practIcaban pos­turas clownescas Para muchos, la VIda mtelec­tual se convIerte en una nebulosa Los Vle¡ossentimIentos eternos, la salud moral, la VIrilvIsIón normal de la VIda se conSIderan s6lodignos del VII buen burgué8, sobre el Que recaentodos los desprecIOs, o del "vulqo mummpal 11espeso" que seguramente no era TII tan espeso,DI mumClpal DI vulgo Al mIsmo hempo, apa­rece el tnte!ectua! de café, que estreplta el am­bIente con su anarquismo ítalo-catalán quedará lugar a la fundaCIón del Centro Interna".ctonal de Estudto8 SoC'tale~ y se promueven es­candalosas polémicas llterarJas en las Que lospoJ.emlstas hacían goala, entre otras cosas lleores,de un repulSIVO compadrIsmo Estas llolémlcasno trataban de dIlUCIdar nada importante. EranexplOSIOnes de vamdad herIda y un anhelo im­perIalista de afIrmar el propIo ego. En la ma­yoría, quede bIen aparte el tan noble Rafael

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PROLO(rU

Barrett (1875·1910), el mismo anarqUismo sereducía a una llecuhar mamfestaclOn eg-olátrlCRMás que un ana!!llll.!!!!l!t&lJ:la1 se trataba~eespecie l!'eliñarQUlsmo mosqueteril y tlco.El estetIclsmo, en verdad, tant<r en a' Villa .como en la 'cleuClón; es'el slg-no caractenzantede esos núcleos mtelectuales J&J1.cllo.~ elobjeto de adoración suprema, aunque con ello sedesgonzara la integridad de la vida esplntual,y roto el eqUlhbno, la vida entera -en el planode la reahdad y en de la creaclón- quedata ca­mo obturada Esa adoracIón por Lo Bello, consI­derado como objeto mdependlente, hmlta y cons­trIñe la vIda, y toda ráfaga Vital poderosa essentIda como una amenaza Sólo se desea reah­zar Lo Bello a través de una exacerbaCión de lossentIdos, se elude lo sustancial humano; se car­ga el acento en el hallazgo de ritmos verbalesextraños y novedosos; se mtentan efectos sor­preSIVOS e mconslstentes; los medIOs llegan aser sustantivos v adjetivos los fmes, se hace delyo un obJ eto Imperial Por los mismos años.otros hombres na.da estetIcIstas se desangrabanen las cuchillas, en las de 1897 y 1904

Este estetIcIsmo es uno de los SignOS detec­tables eneriimllleríte mtelectual del Uruguay­en el cruce de los Siglos XIX y XX No es, des­de luego, el úmco, pero colora mtensamente laVida mtelectual de esos años Tanto, que mfil·traciones estetIclstas se da en la obra de crea­dores a los cuales no se les podria adjudICarcon jUstICIa el ad¡etIvo Piénsese, por ejemplo,en Rodó y Reyles. ambos VIVieron una obsesiva,

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PROLOGO

devoradora paSIón por lo formal e mcluso ensus Ideologías hay trazos de estetiCISffiO, aunqueello no les ImpIdIÓ la creaCIón de un orbe mte­lectual comple¡o y seno. en el que tIenen ecomúltIples resonanCIas, y que traSCIende amplIa­mente la actItud estetICIsta; pIénsese en JavIerde Vlana' su fuerte realIsmo no lo hace proclI­ve al estetlclsmo. pero es pOSIble descubrIr ensu obra la huella estetICIsta, espeCIalmente enalgunos toques de preCIOSIsmo deSCrIptIvo no m­frecuentes en su narratIva El SuprlllI10 Sacer-dote del EstetIclsmo es, sm duda. .ñrIílrRe= ly RmssIg. cuya poesía. a pesar de ello. muestra.en muchos aspectos, calIdades de prImer ordenque la hacen nerdurable, pero donde el estetI­CIsma novecenhsta se muestra más al desnudoes en las creaCIOnes de algunos escrItores me­nores, no deStlOlados CIertamente de talento. yen las obras mIClales de algunos de los creadoresmayores Esas obras, por carecer preCIsamente.de las cualIdades y calIdades hasta CIerto puntomtemporales de las obras peI durables, estáncomo traspasadas de momentaneldad y, por lomIsmo, el SIJ(110 estetICIsta se mamflesta smvelos

Esta antololl'ía mcluye, es CIerto, allnlnostextos de Horaclo QUlrOll'a, Carlos Revles y J u-_110 Herrera y RelssIg. esto es. de tres de losrepresentantes mayores de la llamada ll'enera­clón del noveCIentos No representan al autor,en sus rasgos sustanCIales. smo una etapa desu trayectorIa creadora vmculada al 900 Tam­bIén se mcluyen para representar el final del

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PROLOC.O

modernismo tres poemas de Fernán SIlva Val­dés, cuya obra. en lo que tIene de sustantIvo vperdurable pertenece a un momento v orienta­Ción wstmtos Pero, en lo esencial. esta antolo­gis está formada, y por la razón antes expuesta,por textos de nueve poetas que podrían ser de.nommados poetas novecentUJtas menores (y estadenommaClón le cabe, aSImiSmO, a don AlbertoZum Felde, que en su mlClaclón correspondióde lleno al novecientos y Que luelto cambiÓ .apluma del poet¡¡ por la del crítIco y ensaYista).Esos,nueve poetas son TorlblO Vldal Belo, Ro­berto de las Carreras, FederiCO Ferrando, Pa­blo Minelli González, César Miranda, Juan YllaMoreno, FranCISco G Vallarmo. Justmo Jlmé­nez de Aréchal!'a, Julio Lerena ¡uanicó Sm du­da alguna. todos ellos tIenen ese aire de falDl­ha provemente del haberse formado dentro decoordenadas VItales y lIterarIaS IdéntIcas perocada uno de ellos dibUJa un perfil literarIO vVital bien personalIzado Diseñar esos perfIleses un modo de subrayar algunos trazos de laépoca Es lo que se proponen las semblanzas Quesiguen a estas págmas Imclales

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LOS POETAS

y DESPUÉS EL SILENCIO.

Es frecuent!!, Y frecuente con temible ex­ceso en los países de lengua española, el caso

XIII

PROLOGO

de qUIenes, slll aptItud real, y quizás tambIénsm verdadera vocaCIón, experImentan la nece­SIdad de senttrse poetas Esta necesIdad, nadacensurable como actItud intIma, ba aparejadola prohferaclón de mfimtos seudo-poemas, m­numerables cotllO las arenas del desierto, por­que la necesIdad de senttrse poeta no ha que­dado, como debla, reducIda al ámbIto personal.SItuacIón ésta tan lamentable como mevltable.Más lamentable es el caso contrarIO. cuandoeXISte aptItud real y ella queda práctIcamentemeJercld.a A veces, este abandono de lo que setIene en si llega a ser totalmen~ mexphcableEsta sItuacIón se da en Torlblo Vldal Belo(1878 - 1923) Lo que de él se conoce revelaauténtIcas Ima¡nnaclón y senslblhdad poétIcas,YJ lo que hace más extrafia su EutuBCl6n, unadestreza expresIVa llevada casI al grado de eseofte'!O que el eJ'crltor alcanza generalmente ensu madurez Torlblo Vldal Belo, sm embargoo,alcanzó ese ofICIO a los 20 años Luego se SI­lenCIó para SlCmpre Su labor, por otra parte,es, por escasa, caSI mVlslble (1) De él sólo seconocen tres poemas, publIcados en "La Re­vista" de J uho Herrera 1[. Relsslg. y reCOgIdosdespués en El P~1'1UJ,sO Qr,ental (1905), de RaúlMontero Bustamante, y dos págInas en prosa,De mw prosas de tabe1'1UJ, y La últtma páqtna,apareCIda, la prImera, en "Almanaque ArtlstIcoSIglo XX, 1901". Y transcrlPta. la segunda, enla conferenCIa El deoodentl,smo en Amérwa,dIctada por César MIranda el 2 de agosto de1907. en el "Ateneo" de MontevIdeo baJO los

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PROLOGO

auspIcios de la "AsoCIacIón de los EstudIantes"Esta obra, tan breve, concItó, SID embar~o, loselogIos entumastas del Sacerdote de "La Torrede los Panoramas" y tambIén de sus corl­feos. (.) Y aún hay más: esos pocos poemas,y la personalIdad del Joven poeta. pueden serestimados como uno de los elementos determi­nantes de la transfQrmación estética de JulIoHerrera y Reissig, tres años mayor que él.cuando el poeta de Los peregnnos de p~edro.

pasa de sus elocuentes cantos de corte román­tico, como Canto a Lamarttne (1898). a susprImeros poemas modeTlllstas. Es mdudable quetanto por la calIdad de su brevíSIma obra comopor la mfluenclS ejercIda y su total mutIsmolIterarIO posterIor, Torlbio Vidal Belo confI­gura una de las pel'8onabdades más sIDgu]aresde la bteratura uruguaya del nOVecIentos

Los tres poemas. CItados de TonblO VldalBelo son, SID lugar a dudas, las nrlmeras ma­mfestaclOnes en el Uruguay' de poesía moder­msta PublIcados apenas una década despuésde la aparIcIón de la obra maestra del post- 'romantICIsmo uruguayo, Tabaré. de Zorrllla deSan Martín, los tres poemas denotan una sen­slbihdad que ha Ido más allá de la inspIracIónpost-romántIca caracteristIca de la poesia uru­guaya de esos !lños SI los romántICOS y post­romántIcos mtentaron Impactar al lect{)r con losgrandes temas eternos - el amor, la muerte. lanaturaleza sentIda a través de un elan de tonopanteísta - y COD lps decorados tenebrosos en

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PROJ... OGO

los que prolIferaban sepulcros v cipreses. To­rlblO Vldal BelQ. por lo contrano. busca sedu­cir al lector mediante un tema muv tenue quele sirve para el bordado de una filigrana ver­bal Y: metafórlpa Su postura poética es. pues,típicamente modernIsta. tanto en la búsquedade un tema expresivo de una sensibilIdad fuerade lo vulgar como en la aspiración de lograr lametáfora mnovadora. el adjetivo mhabltual, elrefmamiento o exqUisitez de las sensacIOnes.Son. aSUlnsmo. poemas en los que lo decora­tivo, como en 108 más característIcamente mo­dernistas. alcanza valores sustantivos En lostres poemas. ])Or otra parte. pero muy especial­mente en el selnlDdo. hav otro ras/(o moder­msta la conlunclón de lo pagano o lo exóticocon los elementos paramentales de la relIgióncristiana (con lo que los poemas se tiñen, aun­que no se Impregnan, de un vago sentImientode relIgiosidad). Los tres poemas. SI bien node un gran poeta, tienen mdudables valores.Léanse en voz alta y se percibirá su sostemdoritmo verbal. nótense en algunos versos el aJus­tado luego de vocales y consonantes. pereibasela adecuaCión de la metáfora a la Imagen visualque se QUiere trasmitir (por eJemplo. "Y a wsgolpes del remo se enrula'lt las pelucas de es­pumas de ámbar") Todo ello muestra. sm duda.la mano diestra de un poeta V sorprende queesa destreza haya Sido lograda casI de un golpe,sobre todo cUl\.ndo el poeta. como de un salto,se ubica en el centro de la corriente má, mno-

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PROLOGO

vadora del momento Tenía, SIn duda, muy bienaprendidos su Verlame v su Rubén Darío Peroésto no dismmuye el mérito de haber poetizadoe-n modernt8ta por pnmera vez en el Uruguayy de haberlo hecho a los veinte años y con trespIezas recordables En De mt8 pr()8(UI de ta­berna y La última pág.na, se perciben IdénticasmtenclOnes y análoga calidad de reahzaclónSon prosas poemáticas - por momentos prosarítmica - en la que el autor logra un ajustadoequílIbrlO de ele1!1entos objetivos y subJetiVOsy en todo, prosa y verso, es VISible la presenciade un espíritu aristocrático, en el mejor sentidode la palabra En diCiembre de 1902, el poetaobtuvo el titulo de abogado en la Universidadde Montevideo, y, absorbido por la profesión,por tareas adminIstrativas v por la acción po­Iitica desapareció del escenariO literarIO InICIÓen el Uruguay un movllnIento renovador en lapoesía, después, fue el silencIO

EL LUZBEL CRIOLLO

El entusiasmo con Que, en el Uruguay, al·gunos J6ven~s escritores, V otros que ya no loson tanto, se dedican a explotar el tema eróticopodría hacer pensar que han descubierto unfilón hterarlo hasta ahora médlto al que hayque explorar hasta su última veta Las raícesde Eros, claro está, son mI1enanas, y en elU1'Uguay no faltaron, naturalmente, quienes,

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PROLOGO

desde hace ya muchas décadas, InCIdIeran enel te!l1a. Y en algún caso, con tanta desenvol.tura y falta de velos como ahora Y con mayorcora¡e. Porque a esta altura de los tIempos,pornografía más o menos suele resbalar por lasmás dehcadas epIdermIs morales sm dejar ron­cha, y en aqueIlos años, una leve audaCIa podíaser el escándalo y aún aparPjar, para el audaz,la excomUnIón SOCIal En este aSllecto, Y en losaños InICIales de este SIglo, nadIe fue másaudaz, en VIda v obra, que el ya casI mítIcoRoberto de las Carreras (1873 - 11163), quien seautotltuló Doctor en AnarqUIsmO y Voluptuo­sIdad y que, enarbolando la bandera del AmorLIbre, predicó la RevolucIón Sexual, escandah­zando al MontevIdeo más o menos aldeano desu época con su satamsmo crIOllo aunque deImportacIón francesa El estudIO de su perso­nalidad sería un mteresante capítulo de esacienCIa que Ortega y Gasset gustaba IlamarConommtento del Hombre Promotor de Inci­dentes escandalosos, que lleJr8ron hasta la pá­gma pohclal, fue "protagomsta de una cr6111canovelesca en cuyo carácter se mezclaron la ele­gante tronía de Alctbuuies. la rebeldía romá.1t-­ttca de Lord Byron y el címco ltberttnaJe deCasanova", seg¡U¡ ha escrIto don Alberto ZumFelde (') No por la cahdad de su obra smopor la singularIdad y lo SIgnifIcatIVO de su per­sonahdad - parad¡gmátlca de lo vItalmentemás hondo del novecIentos - Roberto de lasCarreras merecerla que se le dedicara un hbro

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PROLOGO

Un llbro que sin dejar de atender a lo anecdó­tIco y lo pmtoresco, no descUidara lo realmenteImportante del personaje su representatIVIdadhIstórIca, ya que asumIó con autenticIdad mne­gable las vIgencias étIcas, estéticas, sOCIales deciertos grupos de la mtelectualidad uruguayade comIenzos de este sIglo, smcrómcas, por lodemás, con las producidas por la sensIbIlidadfin de sIglo en todo el ámbn.. de la culturaoccidental.

La obra lIterarIa de Roberto de las Ca­rreras puede fácIlmente dIVIdirse en tres gru­pos' poesía, prosa poemátIca o narratIva yprosa de lIbelIsta. La poesía está fundamental­mente representada por un lIbro, Al lector(1894), dedIcado a Carlos Vaz FerreIra, deQUIen era fntIm9 aDllgo, y alj;tunos poemas pu­blIcados en dIarIOS o reVIstas; son prosa poe­mática o narrativa Sueño de orwnte (1900),OraCtón pagana (1904), Yo no soy culpable(1905), Pslilmo a Venus Cavalten (1905), Enonda azul (1905), Dtadema fúnebre (1906),La 'In8wn del arcángel (1908), El cáltz (1909),La Venus Cele'l.te (1909); el llbelIsta, y apartede las publIcacIOnes en la prensa dIarIa provo­cadas por polémIcas varIas. se halla especIal­mente representado en Amor hb1'e IntervlewBvoluptuosos con Roberto de- las Carreras (1902)Fuera de esta claSIfIcacIón queda Panstnas(1904). donde combma la prosa poemática conalge del lIbelIsta y hace crítIca lIterarIa EstecOD)unto de obras, si bien no constituye labor li-

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PROLOGO

terarla perdurable, no carece de Interés Comopoeta, Roberto de las Carreras se mamflesta co­mo un versIfICador dIestro -v con rara maes­tría en el manejO del alejandrIno- aunque, enverdad, prosaico en el contemdo, sus poemas sonrelatos versIfICados, en los que no es posIble ver,todavía, los trazos de la estétIca modernIstano hay en ellos nI metaforismo suntuoso, nI ex­quisitez paramental, nI adjetIvacIón deslum­brante, nI exotIsmo geográfICO o hIstórIcoHay, sí, la manIfestacIón de una personalIdadrebelde, a contrapelo de todas las convenCIOnessocIales y que se va perfIlando ya con los ras­gOS del dandy excéntrICO, provocatIvo, mezclade AIClbíades, Lord Byron y Casanova, segúnZum Felde, que serán los perfIles de su perso­nalIdad futura Sus versos, con todo rIl1'or. sonconfeslOne" anecdótIcas o subjetIvas Son, ade­más, en general, dIvertIdos y se leen SIn mayoresfuerzo De su prosa poemátIca y narratIva, elmás famoso, nomInalmente, de los lIbros deRoberto de las Carreras es Pso1mo a VenusCavo1wn El PreStIgIO, un tanto de leyenda, deesta obra, se debe, en gran parte, al lujo conque fue edItada, a la fama y belleza de la de&­tmatarla y al desenfado con que el poeta ledIrIge su reto amoroso Hay en estas págmasun chIsporroteo metafórICO no carente de pu­Janza y en el cu.al entran - y en ésto ya el autorse ubIca en plena estétIca modernIsta - unll)numerable tropel de nombres de las cultura,grIega, latma y orIental. Aunque hay hermosos

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PROLOGO

momentos, el carácter exarcebadamente rítmIcoy poemátIco de esa prosa, debajO de la cual nohay mucha sustancIa, no la hacen de amenalectura El melor momento se da en el reto amo­roso fmal, donde se declara "púqt! deZ 8en8un.­

/l8mo" AnotaCIOnes SImIlares corresponden asus otras pIezas de prosa poemátIca, de lascuales, Incluso por su brevedad, la más legIble esYo no 80Y cuZpable, En sus últImos librosde esta índole -La Vl,8tón del Arcánqel y LaVenus Celegte- la SItuacIón se agrava: ya enlos lmdes de la demenCIa, poseído por arrebatoscaSI místICOS, el tono llega a lo delirante, elrItmo de la prosa tropIeza frecuentemente y elconJunto se torna íncoherente y caSI Incom·prenslble Son. en cambIO. de fáCIl y dIvertIdalectura su novela breve Amwo8, trasunto de susituaCIón VItal y lIterarIa hllcla 1894 y en laque refleJa su aInlstad con Carlos Vaz F..§rrelra,y Sueño de Onente, donde relata su frustradomtento de sedUCIr a una mUler casada Perodonde en verdad su talento se revela es en sufaz de lIbelIsta: poseía un casI endIablado In­gemo para la invectIva, una desaforada Imagi­nacIón para el Insulto y la dIfamaCIón Por des.­graCIa, se han perdIdo los manuscrItos de sustres hbros inéditos destInados a zaherIr la VldamontevldellJ1a, cuyos titulos eran, según recuer­da Zum Felde, El Sátt~o, referIdo a la VIda galan­te, Fuego al Ateneo, defensa del Amor LIbre, yAntología de la Aldea, sátIra al medIO Intelec­tual, con especial dedICaCIón a 108 poetas Su

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PROLOGO

obra maestra_ en el género es Amor ubre. In­tervwws voluptuosos con Roberto de las Carre­ras El libro es. a la vez. aleg-ato doctrmarlO ycrómca autoblOgTáflca Casado con una menor-Berta Bandmelli, prima suya- a la Que habiaseducIdo, Roberto la adoctrmó en AnarqUIsmoy Amor LIbre La dlscipuls resultó aventaladay al poco tiempo el maestro la halló con unamante Y el Luzbel Criollo escrIbe, entonces,su libro. en el que JustifIca a su mUJer. la llamasu mejor dIscipula y la proclama Musa del AmorLIbre Los mte~Iews son tres En el prImeronarra y JUstifIca los hechos, en el seJ>:Undo, seteorIza sobre AnarquIs_mo y Amor LIbre, en­frentando, en fQ.rma caSI eXIstenClalista, a dosentIdades antagóDlcas El MarIdo y El Amante,en el tercero, se narra el reencuentro vaslOnaldel MarIdo. convertido en Amante, con la en­gañadora, cuyo temperamento paSIOnal es pro­clsmado Impar Todos los textos de Roberto delas Carreras Importan, desde luego, más Que porsus valores mtrinsecos por su carácter testImo­mal en trIple sentido: muestran aspectos mte­resantes de la socIedad monteVIdeana de prin­CIPIOS del SIglo XX, dIbUjan CIertos perftles dela lIteratura y del clima mtelectual del mtsmoperlodo y aportan datos de la VIda de unode sus representantes más sIgmficatlvos, ya queno por su obra si por su VIda. Es en funCIón deeste valor testunonal que deben ser leidos Sóloas! tendrá sentido su lectura

Los textos seleCCIOnados procuran dar una

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PROLOGO

Imagoen lo más completa posIble de Roberto delas Carreras. Tras lo arrIba escrIto, no es pre­CISO comentarlos uno a uno Cabe agregar unospocos datos sobre algunas de las páginas selec­cIOnadas a fIn de facIlItar la comprensión alubIcarlas en sus cIrcunstanCIas Mt herencUL,como surge del texto, es un alegato en favorde SUB derechos a su parte de la herencIa faIlll­liar Debe recordarse que Roberto de las Carre­ras era hiJo natural de Clara Garcia de Zúñigay de Ernesto de las Carreras, secretarIo deLeandro Gómez cuando la Defensa de Paysan­dúo y que su madre era hIja de don Mateo Gar­cía de Zúñlga señor feudal de Entre Ríos vposeedor de una de las mayores fortuna.s argen­tInas de su época El texto referido a AlvaroArmando Vasseur es una réplica a la SIluetapublIcada por éste en "El TIempo" venIa cual,aunque SIn CItarlo explÍCItamente, hacía un de­mgrante retrato del autor del PBaJmo a VenusCavaJlen, En cuanto a Oración pagana, apa­recIó en un folleto titulado La Tmqedta de! Pra­do, nombre dado a un escandaloso suceso dela época Una esposa infIel Alevosa actItud delmarIdo que fInge la reconcIlIacIón. lleva a laeSllOsa al Hotel del Prado y la mata de dos tirosReaCCIón del abogado. Dr Teófilo Díaz. que asu vez mata al marIdo La Oracwn paqana fueescnta con intención de ser leída en el sepelIOde la dama. InterutetW políttco con Roberto delas Carreras, publIcado en hOJa suelta, es uncomentarlo histórico-polítlco con motIvación en

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PROLOGO

los acontecImIentos polítIcos de 1903, cuandova se preveía el levantamIento revolucIOnarlOque se produJo al año SIgUIente, pero SU Inten­cIón secreta es preSIonar a Batlle para que leotorgara la LelnlCIÓll del Uruj("uay en Paris

UN DESVío SUGESTIVO

Tras su InICIal Por la vula (1888), novelacon rasgos autobIográfICOS que de InmedIato re­tIr6 de clrculacI6n, Carlos Reyles publIc6 Beba(1894), novela naturalIsta de ambIente ruralDos años después, y con esa su nartIcular sen­sIbIlIdad para ponerse sIempre a la altura delos tiempos, Carlos Revles (1868 - 1938), Y deacuerdo con las vIgencIas vItales y lIterarIasde la época da un vuelco en su orIentacI6n lI­terarIa V de su InICIal naturalIsmo transIta ha­CIa un modo de narratIva que entronca con laCr<!8cl6n lIterarIa modernIsta-PublIca, enton­ces, sus Academms PrtmItwO (1896), El ex­traño (1897) y Sueño de rapIña (1898) Enellas qUIere re!jlIzar "una obra de arte tan ex­qU18ItO, que afIne la sensIbIlIdad con múltIples" vartadas sensacwnes, y tan profundo que dl-­In.te nuestro concepto de In. vIda COn una Vl8tónnueva y cln.ra", según escrIbe en el prólogo.Al lector, de la AcademIa ImClal De las tresAcademIa8 es, SIn lugar a dudas. El extraño,tanto por su peI'l¡o)1aJe como por realízacI6n, lamás tfpicamente modermsta de las tres Y es.

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PPOLOGÜ

tambIén. la prImer mamfestaclón clara, cons­CIente y de valor del modermsmo --o decaden­tlsmo-- en la narratIva uruguaya Pero en lapostura modernista de Reyles hav una particu­lar mflexIón Que debe ser subravada Importa,por conslglllente, eVIdencIar cuáles son los ID­

gredlentes modernIstas o decad~ntI6tas de Elextraño y cuál es la aludIda mflexlón partIcular

Queda mdlcado ya Que los rasgos decaden­tIstas de El extraño son ostenSIbles tanto en elpersonaje como en la rea]¡zaclón de esta brevenovela • Qlllén es y cómo es Juho Guzmán, elprotagomsta de la obra? El prImer perfIl de sucarácter es la eXQlllsltez o el reflDanllento, SI portal se entIende el gusto por lo raro, 10 exótIco,lo d¡flcJ! y fuera de serIe "Una acctón mfamepodm no sublevarw, -.:escrIbe el autor- PIM"O

las pequeims eQU1Vocacwne<. la.• tontadlU, las1JUlgarutades le produeíam verdadero dolor fí­s,eo Su <ntel,genew. era artstoerátwa, su modo7UJ,turaJ, sW' eomplumdo, estudumo, de <Qua! ma·nera que el natural de otro. es ser senc1l10s yllanotes. Amaba. lo 'aro, lo d.fim!, lo que porez,g.r c.ena .nte!ectualmad para ser compren­dtdo y aprecmdo. no está al alcance de todos"Esta exqlllsltez o reflDamlento le apareja, comoes natural, un dIStanciamIento de su medIO:sIente el mundo en que le toca VIVIr como ex­presIón de nna abommable vulgarIdad y noSIente que le sean pr6J'mos los seres Que lo ro­dean Es, en consecuencia, un extraño, en eldoble sentido de su rareza y de su foraueldad

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PROLOGO

con respeto a su medio Más cabe prelnlntareeBI esa rareza V esa foraneldad, SI BUS refi­namientos y exqUIsiteces son, en verdad. el fon­do msobornabl" de su ser. El mismo personaje.en un momento en que se autoanaliza, responde"S.n duda una mezcla extraña de elementosforman la esencuz int.ma de m. ser. tengo elalma muerta, y, mn embarqo. no eX1.Bte nadtenuís aceemble que yo al entusw8mo 11 la 8enB1­

bleria, 80Y una criatura naturalmente falJ<a. tn­sincera, swmpre lo he 8ab.do nuís o men08 bten.pero nunca he podtdo remedmrw" Esta con­feSión puede rubncarse con una palabra: elmauténtico La de Juho Guzmán es una Vidamauténtlca, la de un ser que no ee atreve aVIVir desde los centros reales de su ser El re­fmado es proclive a la sensiblería. su a¡emdades temor a la VIda Es incapaz de VIVIr desdeuna radical smcerldad para consigo mismo ypara con los otros Por eso tiene, y él lo dice,el alma muerta a pesar de su capaCidad parael entusiasmo Esta Vida enajenada busca unaforma de escaJ;!lsmo en la literatura. V se dedi­ca a pulir y repulir un libro de poemas, Zaft1'Os.V otro de prosa. TralJado del amor. Pero uno Votro son sólo bIsuteria literaria, expresiones deun estetiClsmo vácuo EscrIbe Revles' "Guzmáne'l'a un dmmant1.Bta del ver80. un artillee nuísque un poeta; su amor a la precwsura del artetn8ptrábale el qusto del térm~no raro. de la ex­prestón recamada y pulida. el gusto de 'las ti/I/,.granas, taraceas y ctneeladuras de la frase" Es

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PPOLOGO

notono, a través de lo expuesto, que este antl­héroe novelesco es paradIgma del personale ti­pIeamente decadente, de ese "corazón moderno.tan enfermo _y qastado". a que el autor se re­fIere en el prólogo No menos eVIdente es que,en SU realIzacIón, El extraño se alusta a las In­novacIOnes modermstas El mIsmo Rey]es buscaqUIntaesencIas expresivas. se complace en de­corados donde lo paramental toma carácter sus­tantlvo, se obstma en hallar lo raro. Que en loanecdótIco se traduce en ese doble amor SImul­táneo, tan intenso el uno como el otr(} Que des­garra el alma del pers(}na1e. JUlIO Guzmán, quees sin duda un enfermo de la voluntad, reapa­rece en La raza de Cain (1900) Pero ahi yacomIenza (}tra hIstorIa

El extraño es. reitero, la prImer mamfes­tación del modernIsmo narratIv() en el UruguayMas el modernismo de Reyles tIene, como seha IndIcado antes, una Inflexión personal Es-lo he procurado demostrar en otro traba­JO- (4) un modermsmo atenuado. Acepta suespirltu innovador, los nuevos aportes Que traea la lIteratura; se complace, mcluso, en el ¡¡-us­to por lo raro caracteristIco del modermsmoPero ve con clarIVIdenCIa sus lImItacIOnes; enespeCIal, su tendenCIa al estetIclsmo Y en esteaspecto. está más allá del modernismo al pIede la letra Su concepcIón de la novela como unaforma de COnOCImIento, como un Instrumentode buceo en lo humano lo ponen fuera del rIesgodel puro esteticlsmo Y en ésto, su pOSICIón ero-

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PROLOGO

parenta con la de Rodó, que tambIén aceptó elmodermsmo pero en fOl'ma moderada, cautelosay re~trmglda Es necesarIO subrayar que El extroño, SI bIen obra muy teñIda por las VIgencIaslIterarIas del momento, tIene valores memora­bles Los personaJes VIven, la construcCIón essólIda la anécdota se desenvuelve con preCISIónZum Felde, aunque opma que El extraño es"un momento de desvío suqebtwo en la vida.mtelectual de Reyles", afIrma tambIén que lanovela es la más Importante de las tres Aca.­demm8, "porque en ella se mantfIe8ta por enrtero el estado de conCIenCIa del autor, volVIendoal motwo autoblOqraflCo" (") El extraño, porotra parte, y ésto demuestra que causó Impacto,provocó una áspera crítIca de don Juan Valera,que acusó a Reyles de segUIr la últIma modade Paris, mamfestando luego "El autor, en mIopimón, aspIra, a que admIremos a su héroe;pero salo logra que nos parezca lnsufrIb!e. de­gollante y apestoso"

ANTES DE LA S~VA

- La Imagen que de HoracIO QUIroga tienenla mayoria de sus lectores es la caSI mítIca delhombre semí..aalva]e, huraño, enqUIstado enuna querIda soledad y que, en su retIro de la'lelva mISIOnera. escnbía de cuando en cuandoun cuento de Impar calIdad, en tanto dedIcabalo meJor de sus energias a sus trabaJOS de VIO-

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PROLOGO

nero agrícola v de mdustnal experImental Esla Imagen que dllcumentan tantas fotos en lasque se le ve barbudo v desln'eñado, con su ro­tosa mdumentana de peón mISIOnero, dedICándo­se a las más dIversas tareas manuales Esta Ima­gen es indudablemente exacta V corresponde auno de los muchos QUIrOgaS que había en Ho­racIO QUIroga Pero hav otras Imáj¡'enes suvastan exactas como ésta Y no menos mteresantesEntre ellas, la luveml, que es la antíteSI" delQUIroga selvátIco Esta Imagen del QUIroga delos 20 años es la de un dandy, excéntnco v re­voltoso, anhelante de llamar la atencIón por susextravagancias, entregado a las aventuras ero­tICas V muy preocupado -, qué lelOS del QUIrOgaselvático '- por su atuendo llersonal Este QUI­roga es el QUlroga novecentIsta Que contrIbuvócon la "RevIst¡l del Salto", el ConSUltorIO dclGay Saber y Los arrew-fes de coral (1901) almOVImIento literarIO modernIsta uruj¡'Uavo Es­te período de su VIda, se extIende desde 1897,en que aparecen sus prImeras colaboraciones enperIódIcoS salteños, hasta 1904, año en Que pu­blica El crtmen del otro Los sucesos fundamen­tales de este período de la VIda de Qmrog'a, des­de el punto de VIsta literarIO, son los sIg'uíeutescamaradería literarIa con i\lberto J Br¡gnole,Julio J J aureche v José Hasda, con los queforma la "Comullldad de los Tres Mosqueteros",que culmIlla en la fundaC1ón \le la "ReVIsta deSalto", cuyo prImer número aparece el l1!IX!1899 y el últImo, el 20, el 4!II/1900 y donde

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PROLOGO

publIcó 32 colaboracIOnes, la fundacIón, enMontevideo, del Cownstor'lO del GtJ,y Saber, quecompartIó con la Torre de !os Panoronnas, deJulIo Herrera V Reissig, la primacia de los ce­náculos lIterarios montevideanos de esos añosy que estuvo mtegrado por QUlrOltR (Pontífirce), Federico Ferrando (Arcedw,no), JulIo J.Jauretche (SacnsfJano) , Alberto J BrIgDole(Campanero), Asdrúbal E Del¡¡ado y José Ma­ría Fernández Saldaña (Monaqos Menores) ; ellamentable ViaJe a París, para donde partió,el 30/III/1900, como "un dandy, flamante ro­pería, n.cas val'1as, camarote espeetal", y re­gresó, el 12/VII/1900 con "pasa1e de tercem( ), un mal 10ckey enc'ma de la cabeza, unMCO con la solapa levantada para ocultar laausenCla de cuello, unos pantalone8 de' sequndamano, un calzado deplorable", (O) el triunfoobtemdo en el concurso de cuentos or¡¡amzadopor "La Alborada" en 1900, con un Jurado mte­¡¡rado por José E Rodó. JaVier de Vlana yEduardo Ferreira, que le concediÓ el segundopuesto por el Cuento Inn razón pero cansado(el primero lo obtuvo Oscar Ribas por La frutade los olwos V el tercero, Alvaro Armando Vas­seur por Págma de la mfancta '1/ para la ,nfa'tirC'la). la publIcaCión de Las arrec'fes de coralV de El cnmen del otro

Los textos reCOgIdos en esta antoloJP:a do­cumentan los raSl!;os de esta pnmera etapa dela trayectoria creadora del narrador salteñoEl primero de ellos, Asperlos del modern'lsmo,

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PROI~OGO

muestra como el Joven Qmroga va sintomzandolas mqmetudes de su época ilDlentras hIla lasbases concsptuales de sU POSICIón modermsta,Con 1ma percepCIón vmcula la creacIón IItera­rla con el tono exIStencIal de la época: percIbeQue el modernismo es algo más que un modo lIte­rario, ya que, con todo :ogor, se trata de unaactitud vItal totalizadora Hay una forma mo­dernIsta de sentir el amor; hay una mdumen­tarla modermsta; hay un '!lodo modernIsta deaprender la naturaleza; hav, en 1m, un es­tado de concIencia que en lIteratura se llamómodermsmo pero que abarca todos los as­pectos de la VIda. El segundo texto, Ernsodw.que como el anterIOr pertenece al períod9 de la:'Remsta del Salto", es un cuento revelador deesa sensIbIlidad modernIsta v en él es vIsIble,además, la temprana mfluencla de uno de losmaestros de QUIroga. Eúg/lr A. Poe Como sumaestro. QUlroga se complace en el horror, haytamb,én la car.l.lcterístIca comlllacenCla moder­msta por lo raro El cuento. aunque no unaobra maestra, revela ya las dotes del narradorque su autor llegó a ser Los textos sIgUIentes-En un caballtto nt bueno m malo Layes,Una tarde en que MOUlés apacentaba sus ea­bras.. ,La 8t§soo" como un mño repletopertenecen al Archwo del Ga'lj Saber Esos seISpoemas, tíPICOS pIrueteos lIterarIOS como todoslos que constItuven el ArchIVO, revelan. sID em­bargo, las buellas dotes de verSIfIcador que ha­bla en QUlroga y sus dones nnagmatIvos Es

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PROl.OÚO

perceptIble en estos poemas la clara mfluenclade Lugones y de Rubén Darío En verdad nopasan de eJerCICIOS de aprendIz de poeta mo­dermsta De ese poeta, extravagante pero vamás maduro, uue se revelará públIcamentecon la publIcación de, Los arremfes de coral, dedonde prOVIenen los textos que se tItulan Tugarganta, El martes, ZI, de n01nembre, Lemerre,VanUlr '1/ Cía • F}/, tonel de amontIllado, A la se­ñonta Isabel Ruremonde El lIbro de donde sehan antologlzado estos textos es la decantaciónde los prmClpIOS estéticos v vitales de los com­ponentes del ConswtOTlo. Su publIcacIón pro­moVIó un pequeño escándalo en el MontevIdeo _de la época DedICado a Leopoldo LUll'ones, su­premo maestro de los conSistorIales, reune pá­j!'mas en prosa de carácter poemático o narra­tiVO, versos V tres cuentos: Jesucnito.llJl qwir­dabosque comedw,nte. y Cuento (es el premIadoen el concurso de "La Alborada") El lIbro ponede mamflesto el mdudable talento del autor,pero al mIsmo tiempo eVIdencia como estabaen una postura VItal y lIterarIa descolocadaHay en e~as pálpnas un talento deSVIado por unansIa de orIgmalIdad a toda costa, aún a costadel sentIdo común y del buen gusto Es un lIbro,me permIto decIrlo asi, delIberadamente enfer­mIZO y en el cual el no dISImulado anhelo deser un refmado lleva con frecuencIa al autor alo morboso Al respecto, baótan unos pocos de­talles se reIteran las págmas donde el amante,casI voluptuosamente, y en algún ca'o como ex-

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PROLOGO

preSIón sensual de goce erótIco, mata. real oImagmarlamente. a la amada. hay varIaS pro­sas donde el recuerdo de la amada muerta essentIdo con perverso goce. la perversIón sexualno está ausente, como es claro en la nál~ma tI­tulada ,A !a. señontCL Isabel Ruremonde, (brevenarraCIón bIen construida V con uno de esosefectos fmales gue con destreza usó muchas ve­ces el gran narrador de la madurez), El mundopoétIco creado en Los CLrreet!es de coro! es en­deble, pero el talento del autor es notorIO Asilo vio Leopoldo Lugones, que contrarIamente alresto de la crítica. que fue adversa, predllopara el autor un "seguro porvemr de prOSt8tCL"Por otra parte, Los CLrree,!es de coral es unlIbro meludlble en la hIstOrIa del modermsmoen el Uruguay. En cuanto al poema tItuladoTarde de los JCLrdmes tranqm!os y otoña'es, nofue recogIdo en lIbro Es un buen poema detono modermsta menor En él se da esa vetamodermsta que no buscó lo exótIco smo lo de­lIcado TIene buen rItmo verbal v tambIén unajustado rItmo en el desenvolVImIento del tema

LA MUERTE LO SEGÓ JOVEN

Manuel Acuña, en la lIteratura mexICana,y Adolfo Berro y Andrés Héctor Lerena Ace­vedo, en la uruguaya, pasaron a la VIda de lahIstOrIa rodeados de esa extraña aureola queutorga más O_UC la obra realIzada la presentIda

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PROLOGO

eomo posIble Muertos cuando recIén sallan dela ado:escencia. deJaron un manOlO de poemascuya msplraclón hace jJ'l!nsar Que deba10 deellos subyace un auténtIco poeta al Que lamuerte segó Joven, ImpIdIendo la plemtud desu rea1JzaClÓn. Análoga SItuacIón, aunque notan dIfundIda, es la del tambIén uru¡n¡ayo Fe­derICO Ferrando (1877 - 1902) Acuña se SUICI·dó, Berro y Lerena Acevedo fueron abatIdospor la enfermedad Ferrando fue muerto m­volutarJamente por su mejor amlll:o' HoraclOQUlroga. Sa:teño como QUlrOll:a, FErrando intI­mó con éste cuando, radIcados los dos en Mon­tevIdeo, el prImero caPItaneaba la alocada lI:reydel Cons.storw del Ga,¡ Saber Fueron ambos,sm duda, los que con mayor mtensldad smtIe­ron el anhelo mnovador En lo 1JterarlO Que con­VIrtIÓ el ConstBtorw en un mar de extravap;an­CIas, de, plrueteos mentales, de actItudes Cow­nescas más que 1JterarJas, de ebullICIón JUVEDlIque producía los máa de1Jrantea vapores síqUI­cos Muerto a los 25 años, la labor de Ferrandoes muy escasa Esta formada por tres cuentos(Un día de amor. En un café al caer el sol,Por el amante 8e talcUZa. el qrado de la .lu­8.Ón) , dos estampas (Juan Baut.sta 11 LUl8Gonzaga) , un extenso poema tItulado En~tro con el mannero, un soneto sm título. unasbIografías apÓCrIfas de al¡¡unos de los conslsto­ríales tItuladas Págmas de un dWlnonano bw­gráftco que vw la luz en Pam en 1950, lascontrIbucIOnes -poemas y elerCIClOS en pro­sa- al Archwo del Ga1j Saber

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PROLOGO

El mterés Que para el estudIo del procesode la hter!ltura uruguaya ofrece todo este ma­terIal es mdudabl'l Documenta Con preCISIónalgunos de los matices de la sItuam6n de la h­teratura uruguaya a comIenzos de sIglo Paraponer de reheve cuálEs son esos matIces no esnecesarIO un anáhsls pormenonzado Basta consubrayar al¡¡unos aspectos de los dIversos tra­baJos de Ferrando que ll.I1uí se reúnen ConvIe­ne comenzar con algunas mdlcaclOnes de lasprosas y versos extraídos del Archwo del Ga'lSaber. Esas prosas yesos versos eVIdencIan, conmerIdIana clarIdad, el desesperado afán de re­novacIón hterarIa v de orl/(mahdad a toda costaqUE fue en esos años, el ImllUlso sustancIal quemovía la pluma de la mayor parte de los Jó­venes escrItores. aunque no sumeran con exactI­tud en Qué debía consIstIr esa renovaCIón v sus­tItuyeron la auténtIca orlg-mahdad -que es ex­prESIón de un modo profundo y hasta entoncesmédlto de sentIr la VIda y el arte- por el lo¡¡orode lo meramente msóhto, que es sImplementeexpresIón de un querEr ser dIferente Dentrodel g'rupo del CortS'tStorw. el afán de renovacIóny orlg-mahdad condUjO a lo extravag-ante Se haseñalado en alg-una oportumdad que en los el er­CIClOS htErarlos de los consIstorIales hay ya,adelantándose a los surreahstas, un cIerto auto­matIsmo de escrItura. No lo creo En rI/(or, hayen esos eJercIcIos el dehberado propósIto dearrIbar al absurdo y el procedImIento, bIenostensible, consIste en destruir todas las asocia-

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PROLOGO

clones lógIcamente normales Se ooera -v per­mítase la paradoJa- medIante una muy lúcIdalógIca contraló¡\'lca La fórmula es sustItUirtoda asocIacIón por contIgUldad por aSOCIacIO­nes --en reahdad fIctIcIas- entre objetos oIdeas que nada tienen que ver entre sí, no regI­das m sIqUIera por una ley de contraposIcIón.que es sIempre un modo asocIatIvo normal Estono es automatIsmo smo delIberacIón Este pro­cedImIento, que no es. desde luego, el úmco em­pleado, permite algunos logros medIanamentedIvertIdos aunque hterarIamente nada Impor­tantes Ferrando. entre los consJstorIales. sedlstmgUló por su notorIO m~emo para este tIPOde eJerCICIOS. Léanse. por ejemplo. Le"enda ín­dtea y las dos secuencIas de estrofas que co­mIenzan, respectIvamente, con estos versosHCorre un río blanco como la esteanna" y "Unnaveqante .faltano. al mascar una nuez seoo"Esas estrofas eVIdencIan. por otra parte, queposeía aptItudes para la versIfIcacIón, sIempreflUIda y ágIl De Igual mterés son el soneto smtítulo v el poema tItulado Encuentro con el ma­"'nero El soneto encuadra abIertamente en lascoordenadas del modernIsmo. v hay en él re­sonancIas lugomanas y de JulIo Herrera v Rels­slg A través de elementos descrIptIvos, se m­tenta dar expresIón a una emocIón que preten­de ser CQ.Jllplela V refmada, pero. en verdad.sólo se trata de SImple Ingemosldad insustan­cIal En cambIO Encuentro con el marInerotIene reales valores Este poema, rebosante de

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PROLOGO

1I11agmaclóll y versificado COII gallardía, denotala presencia de UII poeta ya en cammo de hallarsu llrOpla voz Característicamente modernistaes la alusión a países que se consideraban exóti­cos y llenos del colorido de lo pmtoresco (Ara­bia, Turquía) ; tamblen lo son, y además refleJOde los hábitos literarIOs del Conswtono, la m­tenClón de hallar una adjetivación sorpren­dente y una rima novedosa (" . me fU! conél, qu,e estaba con un semblante apático, / a lacasa vistosa de un mercader astátwo / que tienela sabiduría de un hombre numlBmátlco") , son,aSimismo modermstas y consistoriales. la con­cepción total del poema, que procura dar unpersonaje de ~aracterísticas Sicológicas smgu­lares y que VIV!) una situaCión extraña Pero,y en esto se diferenCia de los eJercIcIos lite­rarIOs de los conSistoriales, el poema tiene unaarqUitectura s§lida y regida por una lÚCidalógica poética Y, a pesar de la entonaciónmodermsta, modula dentro de la corriente untono personal - una especie de alegre frUiCiónen el Juego de la fantasía - que alcanza parahacer mtulr el poeta que pudo ser Ferrando smel trágiCO aCCidente que segó su Vida Este goceen el Jugueteo Imagmatlvo, aunque ejerCIdo conrntenclón diferente, es eVidente también en laspágmas, tan representativas del ambiente lite­rarIO de la época, tituladas Págznas arrancadasde un dlccIOnano bIOgráfiCO que 'VIO la luz enParís en el año 1950. De orientación moder­msta, l\Jlnque más por SU concepción que porsu estilo, son también los tres cuentos Que

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PROLOGO

recoge esta publIcacIón En dos de ellos, Un díade amor y Por el amante se calcula . el qradode la tlus,ón, el tema no es tanto el amor comola extraña SItuacIón SICOIÓIl'lCa con Que unamUjer enfrenta su Intima VIvenCIa amorosa oerótica En ambos cuentos, la téCnIca se apro­xIma a la del monólogo InterlOr El tercercuento, En un café al caer el sol, muestra aSI­mIsmo personales extraños, pero el autor haceincld,r el mayor Interés en lo ra, n de la sItua­cIón Ninguno de los tres cuentos llega a ser ungran cuento, pero están escrItos con flUIdez yse lem Sin esfuerzo, Personales y sltuaclOnesquedan delIneaqos, aunque un tanto primarIa­mente En Ferrando habla, Sin duda, dotes denarrador, y estas tres pIezas no carecen de in­terés para €I estudlO del proceso evolutivo dela narrativa uruguaya De las dos estampas,Juan Baut,sta y Lu," Gonzaqa, la más intere­sante y original es la prImera, que no carecede cIerto elan poétICO. En cuanto al articuloEnfermedades po ítwas, pertEnece a una serIede sIete trabal os de la mIsma Indole cuyos ma­nuscritos Integran el acerbo del DepartamentodE InvestlgaclOneS de la BIblIoteca NaclOnal(donaCIón Fernández Saldaña) Aunque estapublIcaCIón procura mostrar la fll!'ura !Iterarlade FederiCO Ferrando, no está demás dar aconocer este articulo de dIstinta índole aue eVI­denCIa que el alocado JuvenIl poeta del Cons,"­torto era capaz, cuando quería, de razonar sen­satamente

Un trágICO aCCIdente, reItero, termmó con

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PROLOGO

la vIda de este loven escrItor de qUIen, a mIJUICIO, mucho pudo esperarse, aunque lo realIza­do sólo haya SIdo un signo de época y no creac óncabal Su muerte, que concluvó con la VIda delCOnsuJtorw, fue, aUnqlle mdlrectamente, unaconSEcuenCIa de la actItud VItal y lIterarIa quelos mIsmos conSIstorIales asumían. Los conSIS­tOrIales no tenían pelos en la lengua Su actItudfUi! polénnca InevItablemente. se crearon ene­mígos. Uno de ellos fue Guzmán Papim y Zas,'que imcló, con la de Furando. una ~erIe deSüuetas en "La TrIbuna Popular". Al anunCIarlas Süuetas, el dIarIO adelantaba, en un sueltodel 25 de fi!brero de 1902, que ellas serían es­crItas por "una pluma bIen empapada en 8a~

áttca". La SIlueta de Ferrando, aparecIda el 26de febrero del mIsmo año, se tItulaba El hombredel caño, aludiendo a un robo comi!tIdo en unajoyería, unos días antes,. y a la cual penetró elladrón por el caño colector, V en la SIlueta seafIrmaba, y sIrva de eJemplo de lo que se en­tendía por sal átwa, que Ferrando se caracte­rIzaba "por su falta mfwctosa de hmpteza".agregando luego "J Mt héroe por parentesco desuC'!edad desctende de Dt6qenes; 'l. por las pús­tu/.as que le a'IJeqtgan el rostro, por lo que deno­mtnaré eon81l/,ngulntdad puru'enta, perteneee ala famüta de Job I A la raíz de su árbol qene~16gwo la vtgoTtzan con abonos reeoq,dos en elestercolero del qran leproso ( )"JEs un en­fBJrmo tneurable de tontería clástca compltcadacon un desaseo er6mco! Narelso del al>na, Nar­C'tSO lnverso, no se enamora de sus rústicas

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PROLOGO

e:x:terwndades, pero se contempla tntenormente,le nnde una íntima devoet6n a la beUeza de supedantería f" Los denuestos seguían en tono cre­cIente, y Ferr~ndo, tambIén por la prensa,contestó en el mIsmo tono. El enfrentamIentofíSICO de Ferrando y PapmI se respIraba en elaIre, y el prImero. preVIsor, compró una mstolaLafaucheux. Y esto desató la tral(edla Ferran­do, 1unto con su hermano Héctor y HoraclOQUlroga, comenzó a exammar el arma en el do­mICIlIo del pr!mero Ferrando y su hermanoestaban sentados en el borde de una cama, yante ellos QUlroga De pronto, QUlrOll'a tomóel arma, la cargó y al cerrar los dos caños paraasegurarla, se le escapó un tIro. Sonó una VIO­lenta detonaCIón Y cuando la madre de Fe­rrando penetró a la pIeza, enfrentó el cuadrotrágICO Ferrando ensangrentado - el tIro In­

voluntarIamente dIsparado por QUlroga le habiapenetrado por la boca y se le mcrustó en elhueso OCClPltal- y QUlroga, preso de una crISISde nervIOS, abrazado a su amIgO Ferrando.pnvado del habla, hIZO unos gestos con la manocomo dIsculpando a QUlroga Las atenCIOnesmédIcas fueron mútIles MurIó a los pocos mI­nutos QUlroga fue detemdo, y su defensor. elDr Manuel Herrera y Relsslg, logró a los pocosdías su lIbertad baJO fIanza La muerte de Fe­rrando termmó con el ConsUltorIO Fue tambIénuna de las tantas ráfagas de traKedla que con­mOVIeron la VIda de QUlroga TragedIa quetermmó con la. VIda de un Joven escrItor Quepudo haber realIzado obra perdurable Un azartrágICO se lo ImpIdIó

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PROLOGO

RIMAS DE LUTECIA

Roberto de las Carreras pasó a la historiade la hteratura uruguaya no por los valoresIntrínsecos de su obra SInO por el halo satánicoque rodeó, como una atmósfera de mito o le­yenda, su personalidad con fama de LuzbelcrIOllo Otro poeta, Pablo Mmelh González(1883 - 1970), ha pasado a la misma hlstorlUpor la Irradiación de escándalo - tormenta enun vaso de agua - de su hbro llllClS1 MUjeresflacas. El libro apareció en Montevideo, en 1904,en un tormato cuadrado, musual en esa época,y con una carátula dibuJada por el mismo autor,V en la cual se representa a una mUJer delgadahasta lo esquelétiCO, sumida balO un gran som­brero, ¡muy novecentlsta, enfundada en un ves­tido de arrastrante cola y con los brazos cru­zados sobre el vientre Los brazos totalmentecubiertos por las amphas mangas del vestidoImpiden ver las manos, las cuales, aunque mVI­slbles, sostienen un gran bolsón negro, cuyaubicaCión y forma le da una coloraCión tenue­mente pornográfica Esta carátula, y aún eltitulo del libro eran un desafio o provocaCión,en esa época, para el lector corriente Y el con­tenido se smtló como una agresión a las buenascostumbres e, mcluso, a los buenos sentimien­tos Así, en su vejez, me lo confesó el autor,que agregó que la pubhcaclón del libro - éltenía en ese entonces 21 años - determmó laruptura definitiva con la que en esa época erasu nOVIa El autor, íntimamente, renegó de sU:

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PROLOGO

lIbro, y en su velez -lo pude comnrobar per­sonalmente - sentía una CIerta mortIfIcacI6nde Que se le hablara de él O del que publIc6,en 1905. El alma del rapsoda, al que estImabaalgo me]or Que el anterIOr, pero al cual, porestar UbIcado dentro de la mIsma orIentaCI6nmodermsta, tamnoco consIdEraba de mayor Im­portancIa Y se lamentaba Que el recuerdo.moduladu con sesgo humorístico, de su lIbroImClal hubIera oscurecIdo a sus mel ores lo~os

posterIOres, esyecIalmente su Pa,saJe8 11 mari,­nas de IberUL (1949) y sus cr6mcas de dIversaíndole dIspersas en publIcacIOnes perI6dIcas.

La €xplIcable reacCI6n de Pablo MInel\¡González -literarIamente, Paul Mmely, a prm­CIPIOS de sIglo - contra Mu)erfS flacas noimpIde que el libro sea un testImomo unpor­tante del clima literarIO del Uruguay en losCOmI€nZOs del sIg-Io XIX Lo es ya en su dedi­catorIa, que dIce así. "Dedwaces / A Ju1w He­rrera '1 Re18s,q / Para Ud que es m, Maestro /Para tí que <res m. am,go / Para vos que S018m. POETA / P M G." Y no lo es menos enla págma ImcIal. Irónwo 11 galante, espeCIe deprofesI6n de fe vItal y poétIC.a, en la cual, comoexpresI6n de la g-a]ofIlIa del autor, que era tam­bIén la galofIlIa ambIente se aSIenta en laprImera línea "M. hbro VIene de París" Y esa¡ralofIlIa, que se mamfIesta a través de todaesa págma mtroductorIa, se eVIdencIa, desdeluego, a través del lIbro entero' las mUjeresflaca« "son toda« de PfLrís" , de ese v.eJo se­ductor París de los exotUlmo. " los ref.namwn

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pnOLOGO

tos. de los espasmos y los ruqulos de twbrey los maestros máxImos del poeta son tambIénfranceses' Vulame, Baudelalre, Arthur Rlm­baud. SI esta R'alofIlIa es tíPIcamente moder­msta, lo es Igualmente la fIgura que de sí mIsmocompone el poeta Como poeta modermsta od€..<ladente le es ImposIble ser un hombre normalRoberto de las Carreras buscó la excentrIcIdada través del dandIsmo, la pose luzbehana, laerotomanía, Paul Mmely la buscó aparentandouna distorsIón íntIma, afIrmando que en suHcuerpo /'aco" vIvía un Uespírttu enfermo"Esta actItud, sm lugar a dudas mucho más flc­tICla que r(al (yen ésto se dJferenCla de Ro­berto de las Carreras en cuya vIda hubo deverdad drama), condujo al esquelétIco poeta aImItar tambIén a sus maestros franceses "Paraparecerme a Verlame he bebulo aJenJo. - Paraparecerme a Char'es Gros me he pmtado la carade neqro. - Pa1 a parecerme a Corb,ere he tra­tado de ponerme tís'Co". En acuerdo con estaexcéntrIca actItud íntIma se halla el gusto delpoeta por un tIPO de mUjer tambIén fuera deserIe "noctámbulas hnas, Ojerosas 'IJ espectra­les, fantasmales. exanques, erotomaníacas" Co­mo es natural, todo remata en una especIe deteoría lIterarIa muy curIOsa y fuera de lovulgar, puede formularse en una sola cláusula'la lIteratura es veneno (o, más galamente,pmson) En todo esto hay, sm duda, más ImagI­nacIón Que realIdad Pero la postura VItal ylIterarIa 'de Paul Mmelv es bIen reveladora delas constancias del poeta mod(rnista, y de ahí

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PROLO(,.O

que, por representatIvo, su MUjeres flacas per­dure en el recuerdo Es un testlmolllo Igual quela persona Roberto de las Carreras, el hbro.Huleres flacaa paradIgmatIza cIertos aspeetosdel noveCIentos V tIene. dIré así. el carácter deun mIto menor En cuanto a los poemas, hov. atantos años. es dlfícl1 percIbIr (Iue hayan sIdosentIdos como escandalosos Son más bIen deuna rIente mgenUldad Y se le debe leer conuna sonrIsa El autor poseía don para versi­fIcar y un hmplo mgenio La lectura de estosversos - SI no se les pIde lo que no tIenen:poeoía - no deja de ser dIvertIda. Son versOlltransItados por un espírItu amablemente Jugue­tón e lIlcluso el autor, como es eVIdente en M.autto-aftche, Se Irolllza a sí mIsmo Ese espí­rItu burlón no desaparece del todo III SIqUIeraen Amor macábnco, a pesar de su tema Enverdad. lo que puede atraer en MUjeres flacases el zumo de época que contIene

Cmco años después de la pubhcaclón deMUjeres flacas, Pablo Mmelb González. a qUIenel espejIsmo parlslén había llevado a estudiaren la capItal de FranCIa en 1G02 y 1903. m­gresó a la dIplomacIa Y comenzó un largoperegrmaJe por Europa. durante años. reSIdIóen las más dIversas capItales europeas, desdeVIena a MadrId, desde Budapest a La HayaJubIlado en 1950, VIVIÓ los últImos 20 años enMontevIdeo. Esos postreros años fueron de po­breza y soledad ReclUIdo en un subsuelo de unaeasa de apartamentos de la calle Tremta v Tres.

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PROLono

pobre, solitario v e:1fermo. el ex - diplomá ·co.que había almorzado con el emperador Fran­cisco José y gozado de la amistad de numerosascelebridades europeas, desde Sara Bernhard yRaquel Meller hasta Pío Baraja, convivía sólocon sus recuerdos. Unos pocos muebles desven­cijados, restos de glorias pasadas, una paredatiborrada de retratos de celebridades que elos había ~dicado, carpetas c.on cartas d2 otratantas celebridades constituían su ambiente.Allí lo conocí. Con más de 80 años. y a pe rde hallarse enfermo, mantenía una mente lú­cida. í y e~cribía. Y aunque se complacían el recuerdo de su . a pretérita, no deja a

la impre i6n de ballarse enquistado en ese pa­sado. N o ha ia en él d lida nostalgia ni resen­timiento por 1 cambio r dical que ex e imen­tó su vida. Cons~ 'ab íntegro un delicado yconm v or señ rí, una insobor ab.e finezade m d es. Con serenidad, y hasta con una obide te ironía que atenuaba las aristas ' spe­ras de su declinación social y económica, acep­taba sin a\ard'E;s de re 'gnación esa su opacavida crepuscular. "Todas las noches salgo a lacalle desafiar/(}o a la muerte" -confió a un pe­riodista- "pe1'o es la mue e la que huye f

mí; coquetea. conmigo, sabien o que '1'1.0 la te­mo, sin qne la deseo" (1). y n u o de sus '}­timos poe s, escrito ya p sados los ochenaños y en un tono muy distin y distante, dlos v r o de fuj e.e; flacas, moduló su sentirde esos años po treros:

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PROLOGO

¿A qué seguir viviendo mansamentecuando todo lo habido lIa está dado,y volve1' a camino cam.inado.árbol desnudo. enmudecida fuente?¿Para. qué r.eme1nbrar lo oue se ha a:mado1/ se ama Sie7iLV're con fervor creciente.cuando sólo el abismo o el orrernteresponden a! clamor de. csp rado?Este sobrevivú' sin nin,qún .hue·doe,~ 1'gual qu.e busca-,. en el desie1'fola Ua,m.a de pasión O'IU?' está extinguida,Pido un final sin dicha, ni to'rmento.pero Meno también a sufrim'ientode un cuerpo herido con un alma herida.

PÁGINAS SOBRE UN "SENSITIVO DEGENERADO"

Horacio Quirog-a. pontífice iuvenil y alo-­cado de una a~ocada y .i uvenil tropa de aspi-·rantes a poetas. acaudillaba a los iniciados delConsistorio del Gall Sabe1', En la Torre de losPanm'amas, el otro mítico cenáculo literario de!novecientos, Julio Herrera y Reissig- (1875­1910) oficiaba de Sumo SacC'rdote de la Be­lleza" También aquí una tropa .i uvenil, aun­que aparentemente menos alocada. rodEaba alSumo Sace1'dote y se emb(·bía en sus palabras(aunque no faltaron las disidencias, como lamanten:da con Roberto de las Carreras. queculminó en una escandalosa polémica por lapropiedad de una metáfora que. a la postre.no resulta ser muy original ni del Sumo Sa-

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ce'rdote. ni del Luzbel criollo). Mujeres flacasmereció la aprobación de HerrEra v Reissig.que escribió sobre quien se consideraba su dis­CÍpulo un largo artículo qUe si bien no es undechado de maduro juicio crítico revela, encambio. una prodigiosa imaginación v que :;elee con ~usto y entre sonrisas. Las náginas deReissig están escritas con un casi desaforadoentusiasmo. El artículo del poda de la Torrede· los Paíwrarnas es también, como Mu.ieresflacas, un testimonio de época con más valo­res documentales que lit·erarios. pero es un tes­timonio que adauif-re una excencional impor­tancia porque· proviene del mayor de lospoetas modernistas del Uruguay. Y no sólosubraya muy incisivamente rasgos vitales yliterarios del novec:ientos sino Que, también,ilustra sobre aspectos de la personal estéticadel autor. Y. aunqUE' apuntalados en formaharto retórica, el autor proporciona algunosdatos intereEantes sobre si mismo: Es innece­sario destacar nada de estas páginas de inten­c:ón tan transparente. En consonancia con el(·spíritu del libro de Paul Minely, exalta unarte cuyo centro es lo anormal o morboso. Poreso es un elogio para el poeta llamarlo "sensi­tivo degenerado". "bebedor de fue·go satánico"sumergido "hasta asfixiarse en la carroña pe­simista".

LETANíAS y LEYENDAS

Entre los Que pueden ser llamados poetasmenores del novecientos uruguayo, César Mi-

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PROLOGO--

randa (1884 - 1962) fue. sm duda, el de ma­yor talento, y uno de los pocos que -fuera,desde luego. de los astros mayores JulIO He­rrera y ReIsSljJ:. María EUj\"ema Vaz Ferrelray Delmíra Agustmí- escribIó all!'unos poemascuyos valores, dentro de la corriente moder­msta, sobrepa'l.an lo meramente testlmomal ypueden Juzgarse por sus calldades mtrínsecasEs, también. otra de las no mfrecuentes perso­nahdades hterarlas urUl!'uayas que, tras uncomienzo brillante. y cuando parecen encami­narse haCIa una rllal madurez creadora. enmu­decen, o. por lo menos, se alelan tanto de laactIvidad hterarla que, lo Que luel!'o escriben,es apenas el rescoldo de un fuego Que fue pro­ducto& ocasIOnales, escritos impuestos por CIr­cunstancIas menudas y reahzados ya sm realambiCión creadora Contertullo de la TfJrT'e d.los Panoramas, de la que dejó una muy plás­tica descnpclón en uno de sus trabalos sobreJ ullo Herrera y ~elsslg, César MIranda fue elmejor y más fIel dIScípulo del poeta de Los pe­reg1'1.nos de Ptedra Muerto éste, se -convIrtIó,de hecho, en su albacea hterarlO y colaborómuy actIvamente en la ediCión reahzada porOrsml M Bertam de las obras del poeta. MuyJoven, en 1904. cuando sólo contaba 21 ailos,pubhcó su prll:.ller hbro de poemas: Letaníasstmbóltcas. tres ailos después. pubhcó el se­j\"undo Las ¡evendas de! alma Muchos ailosmás tarde, editó Prosas (1918). donde reúneun extenso ensayo sobre amar Khávvám unaconferenCla sobre Juho Herrera y Rel~Sll!' y un

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PROLOGO

pequeño grupo de breves notas sobre el nusmoReISSlg, Rubén Darío, Vl1laespesa v GuerraJ unquelro Estos tres llbros, más su conferen­cIa sobre los poetas modermstas, de la cual sepubllean fragmentos en esta antología, es suobra llterarIa más vIsIble El resto son brevesnotas -más o menos CIrcunstanciales-- pu­bllcadas en dIarIOs y revistas Dentro del gru­po de los poetas nove¡:entIstas uruguayos, Cé­sar MIranda _se caracterIZÓ, según todas la,aparienCias por una gran mesura en sus acti­tudes personales No ha Quedado de él una hIS­torIa de desplantes, de actitudes de dandypresumido, de excéntriCO m de postulante aconvertirse en el terror de los maridos Losrasgos más típICOS de los novecentIstas, en lopersonal, están ausentes en él Buen estudian­te, se graduó muy ¡Oven, a los 24 años, con eltitulo de Doctor en Derecho v CIenCIaS SOCIa­l"" Luego fue dmutado en varias legIslaturasy ocupó varIOs cargos públlcos Y, por lo me­nos en forma públlca y a'ldua, renuucló al cul­tivo de las letras Mientras las cultivó, y nopodía dejar de hacerlo en esa época de seudó­mmos, tuvo el suyo Pablo de Gr~cla

CurIOsamente, este poeta que en sus actitu­des externas es el menos representativo de losnovecentlstas uruguayos, es, en cambIO, y Jun­to con Jullo Herrera v RelsSlg el Que en suobra se aj usta más al pie de la letra a lo quehoy podemos estimar como prece1Jt~va moder­msta En sus poemas, se dan caSI todos -o to­dos- los trazos de la poesía modernísta· deco-

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PROJ.. OGO

ratlvismo, gusto por lo exótico, variedad métrI­ca, búsqueda de la metáfora sorprEndente, má­xIma mtenslflcaclón del ntmo verbal, predomI­nIO de la sensacIón sobre el sentImIento, cro­matIsmo Sus pOEmll,ll eVIdenCIan sm lUl!"ara dudas, además, Que la estétIca modernIstafue asumIda Dar César MIranda con una luCI­dez conceptual de la Que carecieron la mavoriade los modernIstas urUl!"uayos, cuya posturamodernIsta mas oue una estétIca conscIente­mente asumIda fue un reflelo de la senSIbIlIdadante la Imantación de all!"unos de los I!"randesmaestros del momEnto. Esta lucidez ante la es­tética de su hora es bIen ostenSIble en su confe­rencIa sobre El decadenhsmo en Aménca, es­crIta a los 23 años Sus dos lIbros revelan. porotra parte, que la asuncIón de esa estétIca nofue estática smo dmámlca no sólo el segundosupera las calIdades del prImero, smo oue ponede manIfIesto que supo ver tempranamente loque el modernIsmo tenía de exceso ornamental,de postura sustancIalmente estetIcIsta V 10/!"ró,SIn dejar de ser fIel a su estétIca. depurarla deesos excesos V buscar modos más hondos depoesía En EstO. y salvadas las mnegables dis­tancIas, parece acompañar el proceso creadordel propIO Rubén Daría, que tras de ser elmaestro "de la se1lsactón y de la fOTmJa" SUPOmostrar "la honduTa de su alma". sjll(ún afIr­maCIón de Antomo Machado En su prImer lI­bro, Letanías slmbóllcas, reúne 18 poemas V unpeqJleño grupo de prosas poemáticas Esas pro­sas -que el mIsmo autor, en una de las seslo-

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PROLOGO

nes, denomina prosas de álbum- no tIenen ma­yor valor, salvo el de mostrar al desnudo lautlleria modernista: Japonerías, orlentabsmos,acumulacIón de vocablos presuntamente poéti­cos, flbgranas con aspIracIón de exquIsItez Lospoemas, muy trabaJados, aunan elementos slm­bobstas y parnaSlanos, síntesis tambIén bienmodernista En algún poema, Phlala, se com­place en un hermetIsmo que le eXIge una exé­j!'eSIS, en otros, por eJemplo, Fwt Lux. dedIca­do a Lugones, es bIen VISIble la influenCIa delmIsmo Lugone'S y del Jubo Herrera y Relsslgde Los parques abandonados. en otros, Pan ySaplentw. BUmma, obtiene buenos logro, en laexpresIón de esa sensuabdad más estética Quereal tan tfPlca, tambIén, de tantos poemas mo­dernistas Pero el poema más SIgnifIcativo delbbro es Los paquIdermos. del cual oPina ZumFelde lo slj!'Ulente "Un poema BUllO del pTlmerlibro, en el cual "pasan Dor las rutas amarIJlaslos paquIdermos antiguos", 1/ lueqo .n el pradosaltan pareCIendo, más que elefantes, chIVOSprovocó a bU hora otro de los mas resonantesescándalos en los corr?l'os de las comadres ltte­raTlas de la cwdad La qente TlO mucho. enton­ces, de aquellos paquIdermos acrobáticos. queles parecIeron Incongruentes; sIn embarqo, es"poema es uno de los meJores qu" produJo lalíTIca decadente en e! Uruguay" ( ) (') E.lpoema, como otros del bbro sintetiza el parna­Slamsmo descriDtlvo con el slmbobsmo d2 c ln­

tenido. Jj:n lo descrIptivo, lo~a un cuadro plás.tIcamente poderoso, bIen v.suahzable y, como

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PROLOGO

corresponde a la estética modermsta, de am­bIente exótico: el desIerto, los palmares dondegrandes monos pIruetean en los árboles, y, yacon claro sentido sImbólIco, unos lagos crIstalI­nos a los que Uaman Fuente de la8 Musas, enlo sImbólIco, ~ostula con clarIdad la concepcIónVItal y estética del modernIsmo, a través de unaOpOSICIón muy vIOlenta los pesados paqwder­mas- de hecho' el "vulqo mumc,pa/'IJ e81/esO"que desprecIó Darlo- y los cIsnes ~I aveanstocrátlca- emblema de la Belleza y la Poe­sla para los IJ)odermstas Los paqUIdermos consus pesadas patas enlodan la fuente de la purapoesla y los CIsnes poetas ya no cantan Opo­SICIón, pues, de lo selecto v lo vul.l(ar La POSI­cIón estética y vItal es dIscutible llero es mdu­dable que el poema 10gTa crlstalIzarla en unaImagen fuerte mCISIva, perdurable en el recuer­do En lo formal, e.s tambIén un buen logroComo ya quedó mdlcado, de Letanías simbólicasa La8 le'lendas del alma hay un doble progreso:mayor calidad poética y mayor denSIdad en elcontenido humano Pero manteniéndose SIempredentro de la más estrIcta orIentacIón moder­nIsta Un cotejo entre el va CItado poema Lospaquidermos, del prInler libro, y El buque fan­tasma, del se~undo, oermIte comprobar estaafIrmaCIón En ambos poemas, se da una sín­tesIs de elementos parnaSIanoS V s1mbolIstas, ven ambos, se alegorIza la estétIca modernista,con su OPOSICIón del poeta y la multitud, En elsegundo. sm embrago, la VISIón de lo qué ""el poeta y la poesla adqUiere una dImenSIón más

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PROLObU

honda No está ya representado por el arIsto­crático, delicsqo CIsne modernista, smo por uncorazón de hombre capaz de sentir "la ebrwdaddel ab1smo" Hay, también, una depuración delos elementos ornamentales, un sentimiento máshondo de lo real, y. por consigUiente. una menornecesidad de r~currenCIa al ambiente exóticoEn general, todos los poemas del libro se ubicandentro de esta nusma situaCIón El poeta ha am­pliado su hOrizonte humano y ha depurado suestética El tema caSI qmco del libro es ErosUn Eros estéticO, depurado de eSCOllas Mas esun Eros en el que se siente una densidad queno era perceptible en el libro anterIOr Y conuna IriSaCiÓn de matICes que en el libro anteriortampoco había Esta profundización y este en­riquecimiento pueden proyemr de una experien­Cia de base real o de un mero eJercICIO Ima~ma­

tIvo Pero, CualqUIera sea bU raíz, lo CIerto esgue el tema adqUiere una mayor hondura decontemdo al que corresponde un menor reque­rimiento de lo ornamental Y en alg-unos poe­mas, por eJemplo' AniMa de alabastro y loódos que se titulan En el ¡a,din de Eros.- ob­tiene excelentes logros y con tono personal,aunque en otros se percibe claramente la mflu­encla de Relsslg', hasta en la adjetivaCión pár­pados lilas, tarde VIOleta, OJos mag-os Pero aúnen estos poemas hay auténtica senSibilidad eImagmaclón poéticas y notoria destreza expre­SIV¡¡ El libro en su conjunto revela la madu­raCIón de un poeta. de un poeta que parecíaoríentarse haCia formas más hondas v sustan-

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PltOLOGO

Clales en su travectorla poética. Lamentable­mente, esta eclosión Juveml qnedó clausuradacuando el poeta tenia 23 años PosterIOrmentesó'o rEahzó labor perioditlsca De su obra enprosa merecen esueClal recuerdo su conferenciaEl decadenttsmo en Amértca donde ofrece unpanorama bastante completo de la poesia mo­dermsta, V los dos trabaJos, recol'(ldos en Prosas.destmados al estudIO de Ornar Khávvám deNalshapur y de Juho Herrera V Reisslg El pri­mero es un análISIS mtehl'(ente V sensible delpoeta árabe. el sel'(undo es la expresión de BUadmiraCión IDcondlclonal por el Iirlco de LaTorre de los Panoramas Con respecto a esteúltimo, corresponde señalar que Si bien muchosde los puntos de ViSta de César Miranda puedenser no compartidos no por eso deben ser deses­timados Postula una Ima¡¡en muy preCisa delpoeta Y la deÍlende con mtehl'(encla (aún enaquellos momentos en Que su prosa toma unaentonación lírica) Además, formula nitldamen­te una estética -o poétlca- que es. sm duda,la del modermsmo. pero enfocada a través desu vIsión personal De este modo. las pál'(masdel estudIO. y también las de El decadentISmoen Aménca, Importan para la historia de lasIdeas_ estéticas en el área cultural platcnse.

CINOO ENTRll MIL

Cualquier curioso lector Que recorra laspágmas de las reVistas, los almanaques, la pren-

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PROLOGO

aa diaria de Montevideo de loa primeros añosdel sIglo XX las encontrará profusamente sem­bradas de prosas y poemas modernIstas, escrI­tos por prosIstas V poetas de ambas márgoenesdel Plata En esta antoloJña se mcluven cmcopoemas que, dIré asi, asumen la representacIónde este núcleo de poetas y prOSIstas. Esos poe­mas son: De las estacwnes, de FranCISCO G. Va­lIarmo, Cuatro sonetos. de Juan PIcón OIaondo;El C1'epúsculo de los dtOses, de Justmo JIménezde Aréchagoa; Sabbat de los tnmortales. de JulioLerena JuanIcó v Presaqw. de Juan José YllaMoreno Estos cmco poetas. v aunque con dIS­tInta mtensIdad. partIcIparon en la batalla lI­terarIa lIbrada por los modernIstas en el Uru­guaV Los dos prImeros, Vallarmo V PICÓU OIa­ondo, fueron contertulIos de La Torre de losPanoramas y edItaron, en 1901, 1902 V 1903, elAlmanaque artísttco del s1qlo XX, donde He­rrera y ReIssIg' publIcó poemas V prosas. J ustI­no J Iménez de Aréchalfa publIcó cuentos. cri­bca. poemas, pero luelfo fue absorbIdo. comootros, por la acbvIdad profesIOnal y polítIca;JulIo Lerena ,Juamcó, muy f,no espírItu, ex,·gente conSIgo mIsmo, publIcó poco. pero tuvouna brIllante actuacIón como profesor de lIte­ratura, Juan José Ylla Moreno, tambIén con­tertulIo de La Torre. edItó un lIbro de poemas'Rubíes 11 amatwtas (1907) El poema de Valla­rmo V los cuatro sonetos de PIcón Olaondo en­cuadran dentro de las formas más caracteritIcasde los poemas de tema amoroso modermstas;El crepúsculo de los dwses, de JIménez de Aré·

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PROLOGO

chaga, procura dar una torsIón modernIsta alpensamiento filosófIco de tres germanos; Pre­sagio, de YIIa Moreno, mtroduce un tema mu­sual en el exotismo modermsta el tema eIt1PCIOEl más mteresante de estos poemas es 8abbatde los mmorta]es, de Lerena Juamcó Por suselementos descrIptivos y por su mSPlraclón te­nuemente sImbolista, el poema se filia sm es­fuerzo en el modermsmo, también, por las m­novacIOnes métrICas y de rIma que mtroduceel poeta. buscando un ntlno verbal cambIantev adecuado al contemdo v sentido de los distin­tos pasajes Es mdudable, aSImIsmo, que laasamblea de mmortales -poetas v sabIOS- Queel poema presenta, pertenece a una recurrentetemática modermsta Recuérdese, por ejemplo,Las Pascua.. del TIempo. de Herrera v Rel88Il{Pero corresponde señalar que la mtenclón últI­ma del poeta. a pesar del encuadre paramen­tal del poema. es msmuar una concepCIón filo­sófIca o VItal a través de la OPOSICión de lapoesía, mundo del ensueño, v la sabIduría, en­frentamiento con el Eml!'ma Esta mtenclón leda a 8abbat de los mmortoles una espeCial Vgrave mtensldad que lo conVIerte en uno de lostextos más mteresantes, aunque quizás de losdIfícilmente aSIbles en forma e,pontánea. de lospoetas novecentlstas menores TIene calidadesy cualidades aue exigen más de una lectura

UN CHAMBEIlOO DE ALAS AMPLIAS

Cuando Roberto de las Carreras escanda­lizaba al aldeano MontevIdeo del novecIentos,

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PROLUGÜ

en el SéqUIto de amIgos, dIscípulos y admIrado­res que lo acompañaban -y entre los cuales secontaban José G Antuña y Raúl MendIlaharsu­fIguraba un Joven alto, apuesto y delR'ado, quegastaba un gran chambergo de amplIas alas re­cubriendo una romántica rubia melena v cuyaarroR'ante cabeza, según aparece en un conOCI­do dIbUJO de José D Barbleri, parecía sostem­da por un alto cuello rígIdo al que se anudaballamatIvamente una gran corbata de moña EsteJoven no fue actor SInO más bIen testIgo pre­sencIal -o a lo más, partICIpante un tanto le­Jano--- de los escándalos promovIdos por suaillllgo, el Luzbel crIOllo Pero SI bIen este Jovenno pasó a la hIstorIa de la VIda lIterarIa uru­guaya como un poeta decadente promotor deescándalos personales, sí Integra el frISO de losnovecentlsta que, por sus escrItos o algunas desus actItudes Intelectuales, tIpIfICan posturaseJemplarlzadoras de las VIgenCIaS de la épocaFue, como Roberto de las Carreras, un anarco­estetIcIsta (aunque alguna de sus actItudes, se­gún me dIlO en una conversáclón, 10 dejaraconvertIdo "en un mwrobw rebelde 11 aná,'qu2­00") , elaboró sonetos bUrIlados con refInamIen­to bIzantInO v prosas poemátIcas con cIerto Im­pulso mesIámco, escrIbIó obras teatrales y po­lemIZÓ por ellas, afIrmando públIcamente, enocasIón del estreno de El derrumbe, que el fra­caso de la obra era consecuencIa de "una conju­ramón nefanda que hombres y CIrcunstanCIaskan tramado y reahzado", se proclamó dlsc¡­pulo del terrIble FederICO NIetzsche; supo asu-

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PROI.OGO

Jmr en defensa de sus postulados anárquIcos,la actItud del orador Que con su palabra enar­dece a las multItudeó, y en al~una ocaSIón SUbIÓa la trIbuna para apostrofar a los proPIOS audI­tores Su seudónImo de aquellos años. Aurehodel Hebrón, por su eufonía v sonorIdad, se co­rresponde con las actItudes del ¡oven poeta de­cadente. Hoy Aureho del Hebrón es don Al­berto Zum Felde y cuando rememorando, vuel­ve a SItuarse en aquellos sus años luvenIles, lohace con calor v fervor, con ObjetIvIdad leve­mente matIzada de nostal~a y, por momentos,pone sobre sus recuerdos un satmado de Ironía.A más de sesenta años de pubhcados, don Al­berto Zum Felde se horrorIza de sus escrItosJuvemles. e, mcluso. me ha acusado de traIdorpor haber descubIerto y leído a Lulú Marqat.Se mega obstmadamente a reconocer cahdad ensus escrItos JuvenIles Esos escrItos, no es pre­CISO subrayarlo. no tIenen m la sl~mflcaclón

m los valores de su labor posterIor y se hallanen una linea bterarla Que el autor abandonódespués Sm embargo, S1! ubIcan dentro de lomás sahente de la prodUCCIón del j(rupo de losJóvenes novecentIstas uru~uayos, muestran al­gunas cahdades eVIdentes y tIenen una slgmfl­caClón partlcutaI, ya que en CIerto modo, pre­fIguran al escr,tor que Aureho del Hebrón IllgÓa ser en su madurez

Antes de la pubhcaclón de El HuanakauT't(1917) obra Que puede estImarse como el um­bral de la selrunda etapa de su labor hterarIa,Alberto Zum Felde, o sea, Aureho del :tIebrón,

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PROLOGO

habia publIcado numerosas colaboraCIones-prosa y verso- en dIarIOs v revIstas. habiadado a conocer cuatro pIezas teatrales: La hI,­perbórea, (1908), Lu'ú Margat, (1908). E¡ de­rrumbe (1908>'. y La meqa (1909), Y. fmalmeil­te, habia edItado un lIbro de sonetos Domusauna (1908) De toda esa producción, estaantologia reCOl!'e los sonetos del CItado lIbro. lasegunda de las mezas teatrales menclOnada¡¡, ydos piezas oratorIas' Grtto de sanqre (1909)y el dIscurso >;!ronunciado en el sepelIo de J u1l0Herrera y Relsslg Estos textos alcanzan parahacer bIen ostensIble el perfIl hterario d-el mo­dernismo de Aureho del Hebrón. Domus aurea,Que se abre con esta exhortaCIón:"Purtfícate,extranJero". está formado por catorce sonetos.mas otro mtroductorlO. Loa a¡ soneto. y unabreve prosa fmal donde el poeta Justlflca lasvarIantes que mtroduoe en la rIma del sonetocláSICO Como en toda poeaia lirlCa. el Yo delpoeta es presencIa constante en estos sonetos.Pero ese Yo es" aqui. un Yo fllosóflCO o medIta­tivo. Todos los sonetos están carg-ados de pen­samIento El poeta bucea en si mIsmo y extraede esa autoreflexlón una conscIente concepcIónvital. en la que se con]ug'an a1¡~unas categ-oriassustancIales: Dolor. Soledad. Amor, Belleza,VIbraCIón, Esperanza, Fe. . Este carácter re­fleXIVO da a los sonetos de Domus Au? ea untono mtensamente personal que los dIferenCIade la mayor parte de la prodUCCIón de los Jó­venes poetas novecenbstas urup;uavos, que car­garon el acento, fundamentalmente, en la aen-

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PROLonO

saclón Pero se IdentIfIcan con la onentaclónmodernIsta por otros rasgos búsqueda de laexqUISItez, anhelo de excentrIcIdad con respectoal medIO, neC€sldad de sentIrse Untco No abun­dan en exotIsmos - helenIsmos. ¡aponerlas.orIentalIsmos -, aunque ellos no faltan Untrazo personal, sm embargo. les confIere unacIerta cualIdad exótIca a estos sonetos la ma­yusculIzaclón, l)1edlante la cual qUIta de sucontexto corrIente a conceptos u obletos comu­nes y los conVIerte, en mtenclón, al menos, encategorías, en cada soneto abundan los vocablosasí exotlzados Tálamo, Dolor, Destzno, Esttrpe,Grandeza, Hermano, Sol!tarw, Montaña Estre­llas, ExtastS, Verdad, Parábola, Delettl»<, Po­tmeta, Corazón SI Domus aurea sIgnIfIcauna InfleXIón personal en la p~ía modernIstaen el Uruguav, Lulú Marqat es tambIén .mamflexlón personal dentIo del teatro uruguavode esos años es uno de los pocos mtentos, en elUruguay, de llevar a escena la tÓnIca moder­nIsta y de hacfr vIvIr sobre las tablas perso­naJes de corte decadente La pIeza, denommadapor el autor "luquete tráq~co en un acto" poneen escena a un Joven calavera que descubre, dIfm, gue su amante, hIla natural de su madre,es, por conSIgUIente, su medIO hermana Lo Queda temperatura decadente a Lulú Marqat es,más Que el tremendIsmo del tema, el tono de losdIálogos y el tIPO de los personales En éstos,muy decadentes. el calavensmo no e~ VICIO - enla mtención del autor - smo arIstocracia deespírItu, refmamlento, un estar por enCIma del

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PROLOGO

"vulgo munic~pal1/ espeso", en aQ.uellos, aunqueatenuada por las eXigencias del diálogo escé­nico, se trasluce la oríebreria de la prosa y elpoema modermstas Y el personaJe femeninoprotagónico es también una exótica flor de de­cadenCIa" vicIOsa e mgenua, pasional y voluble,un alma por momentos cruel pero con la "tram­parenoia de las p~edrM prectOsas" Este Juguetetrágico, escrito a los 19 años, aparece hoy, amás de sesenta años de pubhcado, como un tantomgenuo, pero el diálogo es fluído y la construc­ción teatral conecta Junto a Lulú Marqat yDomus aurea, esta antoloj!;ía recoge dos piezasoratorias de ~ureho del Hebron que completansu Ílsonomía de Joven escritor decadente Laprimera, Gnto de sanqre, fue pronunciada en elmitin popular reahzado el 17 de octubre de1909, en Montevideo, como acto de protesta ':101'

el fusl1amIEmto, en MontJUlch (Barcelona), delanarqUIsta y lledagogo español FranCISco Fe­rrer, la segunda fue dICha el 19 de marzo de1910, en el CementerIO Central, ante el féretrode Juho Herrera y Relsslg Uno y otro confi­guran magnífiCOS actos de rebeldía El primeroes un acto de rebeldía contra una monstruosainJusticia socia\, contra la Irresponsable prepo­tenCia de una clase dommante brutal y corrom­Pl(Ia; el segundo es la rebeldia contra otraforma de inJ ustlcla: la que condena al creadora la incomprensión y aún a la miseria Gnto desangre está eSCrito con pUjanza PasIOnal y realelocuenCia, es un 1/0 acuso inCISIVo y poderoso,las mismas cuahdades tiene el discurso en el

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sepeho de_ Herrera y Relsslll' aunque transidopor una emoción personal que, por momentos,comumca a sus palabras una temperatura hu­mana más conmovedora Que el sostemdo tonooratorIO Y en ambas Piezas se percibe, a pesarde Que crecen desde raíces fuertemente emocIO­nales. al ser reflexIvo capaz de eqUilibrar emo­ción V pensamiento

En una nota publicada en "El País", el14/VI/64, Alberto Zum Felde msmúa Que elestado de conCIenCia característIeo de la mtelec­tualidad novec€ntIsta cambIó por la multItudi­naria trag-edla mlCIada en Tulio de 1914 Lo aÍlr­ma en relaCión con su proPIa evolUCión mte'ec­tual, al mamfestar que toda su labor posterIOra ese período "nada tlene que ver con aquelladeslumbrante traqwomed,a novecentwta, sobrela que ca1j6 el tel6n sombrío de la '1J1',meraGuerra Mund,al". Aunque afirmada nara sucaso nartlcular, la observaCIón tiene valIdez g-e­neral Ya en la década de 1910, el modermsmocomIenza su agonía Son dEtectables, de,deluell'o. algunas manifestacIOnEs anacrónicas delespíritu decadentista Pero sólo dos hbros re­cordab_es de poemas modermstas son pubhca­dos en esos años y con ellos se cIerra en mo­dernismo En el Urull'uay Ello, son Anforas debarro (1913) y Humo de 'nC'lenso (19:1,7) am­bos de Fernán Silva Valdés En cuanto a Au­relio del Hebrón, dejó de ser tal para conver.tIrse deCidIdamente en Alberto Zum Felde conla publIcaCión de El HuanakauTt. Con este libro.

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el autor abandona al Joven poeta y prosIstadecadente Que fue Aurelio del Hebrón y co­mienza otra etapa de su VIda intelectual.

UN POETA PÁLIDO Y MARCHITO

"SI a los veInte años fUI un bárbaro castanalfabeto, y a los treInta un exqulSlto 11 deca­dente, a los treInta 11 tres (en que escTlbí Ag-uadel tIempo) volví a ser un bárbaro, sí. pero- 11 yerdónenme la paradoJa - un bárbaro el­vlltzado" Estas palabras fueron escrItas porFErnán SIlva Valdés en su AutobwqrafÚL (9) YcaracterIzan, con preCIsIón, las tres etapas fun­damentales de su trayectorIa poétIca. En 1" prI­mera. de la que no ha quedado hbro, fue, y es,tambIén expresión suya. "un vulqar poeta qau­chescoU que. en poemas para consumo de amI­gos o payadas de afIcIOnados, seg'uía las huEi'asde José Hernández y Estamslao del Campo, enla segunda, testimOnIada por los dos hbros- Anforas de bp.rro y Humo de inCIenso - an­tes CItados, sIguIó los !lasos poétIcos de RubénDaría y J uho Herrera y Relsslg y escrIbIópOEmas de clara fIlIaCIón modernIsta, en latercera. se encontró a sí mIsmo y, ya no qau­chesco SInO natlv¡,gta, creó ese or1re poétIco per­sonal Que dIbUJa su fIsonomía InconfundIble yperdurable en la poesía platense El pOEta Queentra en esta antología es el poeta de la seg'undaetapa: el poeta páhdo y marchIto que no sabedel b,en nI mIde el mal Que el proPIO autor des­cribe en un poema, Yo era un hombre pálido,

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PROLOGO

transido de motivos autobIO~áflcos Es el poe­ta, alto y decadente, según el mismo poema, quese mancha de orltia y enciende su alba con mu­Jeres rubias y Que, llevando a sus últImas con­secuenCias sus afanes decadentIstas, se procuró"los paraísoB arltfunaleB" que proporcionan lasdrogas

Antoras de barro y Humo de mctemo noreqUIeren ampha caracterIzacIón, ya que enellos se dan, en ll"eneral, los rasgos caracteris­tIcoS de la poesía modernIsta en sus expreSIOnesmás nítIdas En sonetos a lo J uho Herrera vReIssIg o en poemas que, a la manera ruben­danana, procuran ntmos verbales novedosos, elpoeta se afana tras las sensaCIOnes exqUISItas Vraras y hace restallar sus versos con los latI­gazos de las metáforas detonantes En amboslibros se acumulan los lugares tóPICOS de lapoesía modermsta, en lo que tuvo de_ más efí­mero Estos dos hbros, sm embargo, y no obs­tante eVIdenCIar a un poeta fuera de ruta Quese complacía en motIVOS, rItmos V armonías vasm curso en esos años no deian de traslUCirun talento poétIco mdudable Posee destreza enel manelO del verso, muestra mventlva poétIca,atrapa Imágenes brIllantes, aunque todo eso, vno podía ser de otro mod.o en un mero epíll"onodel modermsmo, es más luego poético que crea­cIón auténtica Pero dentro de la postura enque se coloca, obtIene 10l!'ros poéticos no desde­ñables Los tres poemas InclUIdos en esta anto­logía lo comprueban No sobrepasan, desde lue­go, la estatura poétIca que puede alcanzar un

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epígono del modernIsmo, pero hay en ellosduende poético. y en uno V otro poema se peroclbe una aproxImación al tipo de metáfora Quecaracteriza al ultraísmo y otras oríentaclOnesde los años vemtl'. que, dentro de cIertos limItes,preanuncJan all(o de la poesia llosterlor delautor de Agua del hempo

Humo de tnctenso es, repIto, la última ma­nIfestaCIón recordable de la poesía modernistaen el Uruguay En el ~nIsmo año en que se pu­blicó el hbro, allarecló otro que mostraba vaclaramente que la poesía urultUaya tomaba nue­vos rumbos Ese hbro es Pantheo8. de CarlosSabat Ercasty El mIsmo Fernán SJiva Valdés,repIto tambIén, abandonó su falsa ruta poéticay con su natWtsmo. Imclado, según él ha dICho,tras una curacIón total de cuerpo y alma, co­menzó su labor poética llerdurable Esa laboren la que, según las palabras citadas al COIDlen­7.0, se funden el bárbaro casI analfabeto que fUea los vemte años y el refmado Que fue a lostremta Porque el natlvlsmo opera una síntesisdIaléctica de lo tradICIOnal y lo mnovador Tra­dICIOnal por su temátIca, es mnovador llor elenfrentamIento de la mIsma v llor su formaexpresiva .Y en ésto, la experiencia modernistadel poeta de Intemperie no fue vana Ella le dIOel amor por la Imagen novedosa y el afán deor¡glpahdad Para ser él mismo, sólo tuvo quebuscar esa origmalidad dentro de sí mismo yno en los moldes desgastados de una orientaCiónya agonIzante. Cuando se supo fue un lloeta

ARTURO SERGIO VISeALXV

NOTAS

1) Las reterenclaa blbllográflcaa figuran al pie de cadatexto

2) Ver AptMlce

8) Proceso Intelectual fiel Uruguay 11 crftico de suliteratura (Montevideo, Ediciones del Nuevo Mundo.8- edlclón, 1967)

(Montevideo,Clásicos Uru

Prólogo a Carlos Reyles EnsaUo3Biblioteca uARTIGAS", Colección deguaYOB, Vohlmenes 84·85 - 86, 1965)

5) Loe citada

6) José M Delgado· Alberto J Brlgnole Villa 11 obrade Horado QufrogG (Montevideo. Claudia GarcSo.& Cia. 1939)

4)

7) Ramón Mérlca Un reservista de la beUs e'J'oque

"El Pal." 18/6/69

8) Loe citada.

S) FerDan Silva Valdés A1ttobwgralta (Montevideo,Apartado de la "Revista Nacional". Nos 198 -194,1968)

CRITERIO DE LA EDlCION

Al pie de cada pieza, se indica. el texto de donde haeido tomada, el cual lSe reproduce fielmente, con laBola modifIcación impuestas por la modernización de lo.ortografía y la corrección de alguna errata endente

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