programa 8 noviembre, 2013

21
8 Noviembre 2013

Upload: orquesta-sinfonica-de-xalapa

Post on 24-Jul-2016

221 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Diana Castro y Jan Bratoz, pianos Elena Herrera, Directora Invitada

TRANSCRIPT

Page 1: Programa 8 noviembre, 2013

8 Noviembre 2013

Page 2: Programa 8 noviembre, 2013

Joaquin TurinaLa Procesión del Rocío, Op. 9 (9’)

Triana en fiestaLa procesión

Francis Poulenc Concierto para dos pianos (19’)

Allegro ma non troppoLarghetto

Allegro molto

Diana Castro y Jan Bratoz, pianos

I N T E R M E D I O

Jean SibeliusSinfonía No. 1, Op. 39 (40’)

Andante, ma non troppo – Allegro energicoAndante (ma non troppo lento)

Scherzo: AllegroFinale (Quasi una fantasia): Andante – Allegro molto

Elena Herrera, Directora Invitada

Prog

ram

a

Page 3: Programa 8 noviembre, 2013

Not

as a

lpr

ogra

ma

por Juan Arturo Brennan

Inspirados por un mayor o menor grado de nacionalismo musical, pero siempre guiados por el amor al terruño, compositores de todos los tiempos y todos los estilos han dedicado música al lugar donde han nacido. Precisamente de ese amor al pueblo natal surgió una de las más importantes obras del compositor español Joaquín Turina (1882-1949). Nacido en Sevilla el 9 de diciembre de 1882, Turina realizó sus estudios musicales en su ciudad natal y más tarde en Madrid, y en el año de 1905 se mudó a París, ciudad que por entonces era la meca de todos los músicos que querían perfeccionar sus conocimientos. En la capital francesa, Turina estudió el piano con Moritz Moszkowski (1854-1925) y la composición con Vincent D’Indy (1851-1931). Durante sus estudios en París, Turina absorbió en su lenguaje muchos elementos musicales típicamente franceses, pero gracias a la influencia y los consejos de Isaac

Albéniz (1860-1909), hizo un esfuerzo consciente por conservar en su música los rasgos poderosa-mente españoles que habrían de convertirlo en un auténtico representante del nacionalismo musical de su país. Hacia 1912 Turina comenzó a producir sus primeras obras importantes, la Sonata española y La procesión del Rocío. En 1913, finalizados sus estudios en la capital francesa regresó a España y de inmediato estableció una sólida reputación como composi-tor. A partir de entonces, su natal Sevilla habría de figurar de manera prominente en su pensa-miento musical, y a ella dedicaría obras altamen-te descriptivas y evocativas, como su famosa Sinfonía sevillana de 1920, y Canto a Sevilla, de 1927, para voz y orquesta. También en sus breves piezas para piano, Turina evocó a Sevilla, componiendo entre otras cosas, Rincones sevillanos y La leyenda de la Giralda. Entre sus composiciones más exitosas cabe mencionar sus numerosas canciones, así como sus dos óperas, Margot (Madrid, 1914) y Jardín de oriente (Madrid, 1923). La procesión del Rocío es una de las obras orquesta-les más interesantes de Turina, y comparte con muchas otras partituras suyas un fuerte e inconfundible sabor español. El compositor sevillano compuso la obra en 1912, y la dividió en dos movimientos que se tocan de manera continua: Triana de fiesta, y La procesión. La obra fue editada en 1913, y Turina dedicó la partitura al destacado violinista, director, compositor y arreglista español Enrique Fernández Arbós, quien se encargó de estrenar la obra en el Teatro Real de Madrid el 30 de marzo de 1913.

En el catálogo de obras de Francis Poulenc (1899-1963) destacan de manera importante sus cuatro conciertos: uno para clavecín y orquesta que data de 1927-1928; uno para dos pianos y orquesta, de 1932; uno para órgano, cuerdas y timbales, escrito en 1941; y uno para piano, de 1949.

En los primeros meses de 1932, Poulenc tuvo la fortuna de ser requerido por la princesa Edmond de Polignac para la realización de una nueva partitura. Aquellos eran tiempos en los que todavía existían ricos patrocinadores musicales que no dudaban en abrir sus bolsillos para permitir un respiro en las finanzas casi siempre azarosas de los atribulados composito-res. La princesa encargó específicamente a Poulenc un concierto con dos pianos solistas, reto que pareció fascinar de inmediato al compositor, ya que la partitura quedó terminada en apenas tres meses. El primer movimiento de la obra está claramente habitado por la influen-cia del music hall y las canciones de los cafés parisinos, mientras que en el segundo, Poulenc muestra su vena neoclásica y parece referirse en sus propios términos al mundo sonoro de Joseph Haydn (1732-1809) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Para el movimiento final, Poulenc retoma el ambiente festivo de cabaret del primer movimiento y lo interrumpe a la mitad con un interludio lánguido y sentimental para finalizar de una manera brillante y extrovertida.

Ante la sola mención de una obra para dos pianos, muchos melómanos hacen cara de sorpresa, suponiendo que se trata de una dotación poco común. La verdad, sin embargo, es otra, como lo demuestra esta breve e incompleta lista de composi-tores ilustres que han escrito buena música para dos pianos: Mozart, Schumann, Mendelssohn, Brahms, Chabrier, Fauré, Ravel, Saint-Saëns, Debussy, Milhaud, Messiaen, Stravinski, Bartók, Hindemith y Rachmaninoff, entre muchos otros. Es decir, que esta divertida y fresca obra de Poulenc no es una rareza musicológica ni mucho menos; por el contrario, se halla en muy buena compañía histórica.

El Concierto para dos pianos y orquesta de Poulenc fue estrenado el 5 de septiembre de 1932 en el Festival Internacional de Música de Venecia. Los solistas fueron Jacques Février y el propio Poulenc, y la Orquesta del Teatro de La Scala de Milán fue dirigida por Desiré Defauw.

Cuando un compositor se sienta ante el piano y un pentagrama vacío y piensa “¿Primera?”, se está enfrentando a una de las tareas más delicadas en el mundo de la música: la iniciación de su producción sinfónica. Después de todo, la decisión de escribir la primera sinfonía está cargada, para cada compositor, de toda la historia previa del género. Y tal historia no es poca cosa, considerando que desde la mitad del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XX, la sinfonía ha sido probablemente la forma más importante en el ámbito de la música de concierto.

Jean Sibelius (1865-1957) emprendió en 1898 la tarea de iniciar su catálogo sinfónico, y si en el caso de otros compositores fueron necesarias varias sinfonías para solidificar un lenguaje propio y personal, a Sibelius le bastó esta Primera sinfonía, ya que a partir de la Segunda sinfonía (1901) la voz sinfónica de Sibelius fue ya clara, definitiva e inconfundible. Es indudable que las siete sinfonías de Sibelius forman la parte medular de su catálogo, y en todas ellas, incluso en la primera, está bien presente esa dualidad que es la característica principal de Sibelius: una raíz tonal firmemente anclada en la tradición romántica del siglo XIX y, al mismo tiempo, un manejo de la tonalidad progresiva que por momentos parece presagiar su propia disolución. Por otra parte, desde su primer trabajo en la forma sinfónica Sibelius ofrece ya los avances de lo que más tarde sería su modo cíclico de construcción, un modo cíclico que nada tiene de repetitivo. Porque en el caso de Sibelius, cada vez que un motivo o un tema regresan al primer plano sonoro, lo hacen de un modo nuevo. Así, Jean Sibelius pudo darse el lujo de expandir y transformar las formas clásicas de la composición sinfónica; en la Primera sinfonía, esto es especialmente evidente en el último movimiento, cuya estructura está lejana de un clásico finale de una sinfonía tradicional. Tan lejano, que el mismo composi-tor lo llamó quasi una fantasia.

La Primera sinfonía de Sibelius contiene numerosos momentos de gran riqueza musical, desde el largo y profundo tema del clarinete con que empieza la obra (retomado al inicio del cuarto movimiento), hasta la similitud en la conclusión del primero y el último movimientos de la obra, pasando por el robusto scherzo y su

peculiar figura rítmica, y el movimiento lento en el que se pueden detectar algunas deudas con la música rusa.

El pensamiento sinfónico de Sibelius, con su transformación de la tonalidad y de la forma, siguió desarrollándose a través de sus otras seis sinfonías, hasta culminar en la Séptima sinfonía de 1924, en la que Sibelius resume la gran forma en un solo movimiento continuo. No deja de ser buen material para la especulación el recordar que después de terminar su Séptima sinfonía (y arrojar años después al fuego el manuscrito de la Octava) Sibelius abandonó esta forma para siempre. ¿Hasta dónde hubiera llegado si hubiera dedicado sus 33 años restan-tes de vida a componer más sinfonías siguiendo las líneas de pensamiento bosquejadas en su Primera sinfonía y solidificadas en las seis siguientes?

Page 4: Programa 8 noviembre, 2013

Inspirados por un mayor o menor grado de nacionalismo musical, pero siempre guiados por el amor al terruño, compositores de todos los tiempos y todos los estilos han dedicado música al lugar donde han nacido. Precisamente de ese amor al pueblo natal surgió una de las más importantes obras del compositor español Joaquín Turina (1882-1949). Nacido en Sevilla el 9 de diciembre de 1882, Turina realizó sus estudios musicales en su ciudad natal y más tarde en Madrid, y en el año de 1905 se mudó a París, ciudad que por entonces era la meca de todos los músicos que querían perfeccionar sus conocimientos. En la capital francesa, Turina estudió el piano con Moritz Moszkowski (1854-1925) y la composición con Vincent D’Indy (1851-1931). Durante sus estudios en París, Turina absorbió en su lenguaje muchos elementos musicales típicamente franceses, pero gracias a la influencia y los consejos de Isaac

Albéniz (1860-1909), hizo un esfuerzo consciente por conservar en su música los rasgos poderosa-mente españoles que habrían de convertirlo en un auténtico representante del nacionalismo musical de su país. Hacia 1912 Turina comenzó a producir sus primeras obras importantes, la Sonata española y La procesión del Rocío. En 1913, finalizados sus estudios en la capital francesa regresó a España y de inmediato estableció una sólida reputación como composi-tor. A partir de entonces, su natal Sevilla habría de figurar de manera prominente en su pensa-miento musical, y a ella dedicaría obras altamen-te descriptivas y evocativas, como su famosa Sinfonía sevillana de 1920, y Canto a Sevilla, de 1927, para voz y orquesta. También en sus breves piezas para piano, Turina evocó a Sevilla, componiendo entre otras cosas, Rincones sevillanos y La leyenda de la Giralda. Entre sus composiciones más exitosas cabe mencionar sus numerosas canciones, así como sus dos óperas, Margot (Madrid, 1914) y Jardín de oriente (Madrid, 1923). La procesión del Rocío es una de las obras orquesta-les más interesantes de Turina, y comparte con muchas otras partituras suyas un fuerte e inconfundible sabor español. El compositor sevillano compuso la obra en 1912, y la dividió en dos movimientos que se tocan de manera continua: Triana de fiesta, y La procesión. La obra fue editada en 1913, y Turina dedicó la partitura al destacado violinista, director, compositor y arreglista español Enrique Fernández Arbós, quien se encargó de estrenar la obra en el Teatro Real de Madrid el 30 de marzo de 1913.

En el catálogo de obras de Francis Poulenc (1899-1963) destacan de manera importante sus cuatro conciertos: uno para clavecín y orquesta que data de 1927-1928; uno para dos pianos y orquesta, de 1932; uno para órgano, cuerdas y timbales, escrito en 1941; y uno para piano, de 1949.

En los primeros meses de 1932, Poulenc tuvo la fortuna de ser requerido por la princesa Edmond de Polignac para la realización de una nueva partitura. Aquellos eran tiempos en los que todavía existían ricos patrocinadores musicales que no dudaban en abrir sus bolsillos para permitir un respiro en las finanzas casi siempre azarosas de los atribulados composito-res. La princesa encargó específicamente a Poulenc un concierto con dos pianos solistas, reto que pareció fascinar de inmediato al compositor, ya que la partitura quedó terminada en apenas tres meses. El primer movimiento de la obra está claramente habitado por la influen-cia del music hall y las canciones de los cafés parisinos, mientras que en el segundo, Poulenc muestra su vena neoclásica y parece referirse en sus propios términos al mundo sonoro de Joseph Haydn (1732-1809) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Para el movimiento final, Poulenc retoma el ambiente festivo de cabaret del primer movimiento y lo interrumpe a la mitad con un interludio lánguido y sentimental para finalizar de una manera brillante y extrovertida.

Ante la sola mención de una obra para dos pianos, muchos melómanos hacen cara de sorpresa, suponiendo que se trata de una dotación poco común. La verdad, sin embargo, es otra, como lo demuestra esta breve e incompleta lista de composi-tores ilustres que han escrito buena música para dos pianos: Mozart, Schumann, Mendelssohn, Brahms, Chabrier, Fauré, Ravel, Saint-Saëns, Debussy, Milhaud, Messiaen, Stravinski, Bartók, Hindemith y Rachmaninoff, entre muchos otros. Es decir, que esta divertida y fresca obra de Poulenc no es una rareza musicológica ni mucho menos; por el contrario, se halla en muy buena compañía histórica.

El Concierto para dos pianos y orquesta de Poulenc fue estrenado el 5 de septiembre de 1932 en el Festival Internacional de Música de Venecia. Los solistas fueron Jacques Février y el propio Poulenc, y la Orquesta del Teatro de La Scala de Milán fue dirigida por Desiré Defauw.

Cuando un compositor se sienta ante el piano y un pentagrama vacío y piensa “¿Primera?”, se está enfrentando a una de las tareas más delicadas en el mundo de la música: la iniciación de su producción sinfónica. Después de todo, la decisión de escribir la primera sinfonía está cargada, para cada compositor, de toda la historia previa del género. Y tal historia no es poca cosa, considerando que desde la mitad del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XX, la sinfonía ha sido probablemente la forma más importante en el ámbito de la música de concierto.

Jean Sibelius (1865-1957) emprendió en 1898 la tarea de iniciar su catálogo sinfónico, y si en el caso de otros compositores fueron necesarias varias sinfonías para solidificar un lenguaje propio y personal, a Sibelius le bastó esta Primera sinfonía, ya que a partir de la Segunda sinfonía (1901) la voz sinfónica de Sibelius fue ya clara, definitiva e inconfundible. Es indudable que las siete sinfonías de Sibelius forman la parte medular de su catálogo, y en todas ellas, incluso en la primera, está bien presente esa dualidad que es la característica principal de Sibelius: una raíz tonal firmemente anclada en la tradición romántica del siglo XIX y, al mismo tiempo, un manejo de la tonalidad progresiva que por momentos parece presagiar su propia disolución. Por otra parte, desde su primer trabajo en la forma sinfónica Sibelius ofrece ya los avances de lo que más tarde sería su modo cíclico de construcción, un modo cíclico que nada tiene de repetitivo. Porque en el caso de Sibelius, cada vez que un motivo o un tema regresan al primer plano sonoro, lo hacen de un modo nuevo. Así, Jean Sibelius pudo darse el lujo de expandir y transformar las formas clásicas de la composición sinfónica; en la Primera sinfonía, esto es especialmente evidente en el último movimiento, cuya estructura está lejana de un clásico finale de una sinfonía tradicional. Tan lejano, que el mismo composi-tor lo llamó quasi una fantasia.

La Primera sinfonía de Sibelius contiene numerosos momentos de gran riqueza musical, desde el largo y profundo tema del clarinete con que empieza la obra (retomado al inicio del cuarto movimiento), hasta la similitud en la conclusión del primero y el último movimientos de la obra, pasando por el robusto scherzo y su

Tu

rin

a

peculiar figura rítmica, y el movimiento lento en el que se pueden detectar algunas deudas con la música rusa.

El pensamiento sinfónico de Sibelius, con su transformación de la tonalidad y de la forma, siguió desarrollándose a través de sus otras seis sinfonías, hasta culminar en la Séptima sinfonía de 1924, en la que Sibelius resume la gran forma en un solo movimiento continuo. No deja de ser buen material para la especulación el recordar que después de terminar su Séptima sinfonía (y arrojar años después al fuego el manuscrito de la Octava) Sibelius abandonó esta forma para siempre. ¿Hasta dónde hubiera llegado si hubiera dedicado sus 33 años restan-tes de vida a componer más sinfonías siguiendo las líneas de pensamiento bosquejadas en su Primera sinfonía y solidificadas en las seis siguientes?

Page 5: Programa 8 noviembre, 2013

Pou

len

c

Inspirados por un mayor o menor grado de nacionalismo musical, pero siempre guiados por el amor al terruño, compositores de todos los tiempos y todos los estilos han dedicado música al lugar donde han nacido. Precisamente de ese amor al pueblo natal surgió una de las más importantes obras del compositor español Joaquín Turina (1882-1949). Nacido en Sevilla el 9 de diciembre de 1882, Turina realizó sus estudios musicales en su ciudad natal y más tarde en Madrid, y en el año de 1905 se mudó a París, ciudad que por entonces era la meca de todos los músicos que querían perfeccionar sus conocimientos. En la capital francesa, Turina estudió el piano con Moritz Moszkowski (1854-1925) y la composición con Vincent D’Indy (1851-1931). Durante sus estudios en París, Turina absorbió en su lenguaje muchos elementos musicales típicamente franceses, pero gracias a la influencia y los consejos de Isaac

Albéniz (1860-1909), hizo un esfuerzo consciente por conservar en su música los rasgos poderosa-mente españoles que habrían de convertirlo en un auténtico representante del nacionalismo musical de su país. Hacia 1912 Turina comenzó a producir sus primeras obras importantes, la Sonata española y La procesión del Rocío. En 1913, finalizados sus estudios en la capital francesa regresó a España y de inmediato estableció una sólida reputación como composi-tor. A partir de entonces, su natal Sevilla habría de figurar de manera prominente en su pensa-miento musical, y a ella dedicaría obras altamen-te descriptivas y evocativas, como su famosa Sinfonía sevillana de 1920, y Canto a Sevilla, de 1927, para voz y orquesta. También en sus breves piezas para piano, Turina evocó a Sevilla, componiendo entre otras cosas, Rincones sevillanos y La leyenda de la Giralda. Entre sus composiciones más exitosas cabe mencionar sus numerosas canciones, así como sus dos óperas, Margot (Madrid, 1914) y Jardín de oriente (Madrid, 1923). La procesión del Rocío es una de las obras orquesta-les más interesantes de Turina, y comparte con muchas otras partituras suyas un fuerte e inconfundible sabor español. El compositor sevillano compuso la obra en 1912, y la dividió en dos movimientos que se tocan de manera continua: Triana de fiesta, y La procesión. La obra fue editada en 1913, y Turina dedicó la partitura al destacado violinista, director, compositor y arreglista español Enrique Fernández Arbós, quien se encargó de estrenar la obra en el Teatro Real de Madrid el 30 de marzo de 1913.

En el catálogo de obras de Francis Poulenc (1899-1963) destacan de manera importante sus cuatro conciertos: uno para clavecín y orquesta que data de 1927-1928; uno para dos pianos y orquesta, de 1932; uno para órgano, cuerdas y timbales, escrito en 1941; y uno para piano, de 1949.

En los primeros meses de 1932, Poulenc tuvo la fortuna de ser requerido por la princesa Edmond de Polignac para la realización de una nueva partitura. Aquellos eran tiempos en los que todavía existían ricos patrocinadores musicales que no dudaban en abrir sus bolsillos para permitir un respiro en las finanzas casi siempre azarosas de los atribulados composito-res. La princesa encargó específicamente a Poulenc un concierto con dos pianos solistas, reto que pareció fascinar de inmediato al compositor, ya que la partitura quedó terminada en apenas tres meses. El primer movimiento de la obra está claramente habitado por la influen-cia del music hall y las canciones de los cafés parisinos, mientras que en el segundo, Poulenc muestra su vena neoclásica y parece referirse en sus propios términos al mundo sonoro de Joseph Haydn (1732-1809) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Para el movimiento final, Poulenc retoma el ambiente festivo de cabaret del primer movimiento y lo interrumpe a la mitad con un interludio lánguido y sentimental para finalizar de una manera brillante y extrovertida.

Ante la sola mención de una obra para dos pianos, muchos melómanos hacen cara de sorpresa, suponiendo que se trata de una dotación poco común. La verdad, sin embargo, es otra, como lo demuestra esta breve e incompleta lista de composi-tores ilustres que han escrito buena música para dos pianos: Mozart, Schumann, Mendelssohn, Brahms, Chabrier, Fauré, Ravel, Saint-Saëns, Debussy, Milhaud, Messiaen, Stravinski, Bartók, Hindemith y Rachmaninoff, entre muchos otros. Es decir, que esta divertida y fresca obra de Poulenc no es una rareza musicológica ni mucho menos; por el contrario, se halla en muy buena compañía histórica.

El Concierto para dos pianos y orquesta de Poulenc fue estrenado el 5 de septiembre de 1932 en el Festival Internacional de Música de Venecia. Los solistas fueron Jacques Février y el propio Poulenc, y la Orquesta del Teatro de La Scala de Milán fue dirigida por Desiré Defauw.

Cuando un compositor se sienta ante el piano y un pentagrama vacío y piensa “¿Primera?”, se está enfrentando a una de las tareas más delicadas en el mundo de la música: la iniciación de su producción sinfónica. Después de todo, la decisión de escribir la primera sinfonía está cargada, para cada compositor, de toda la historia previa del género. Y tal historia no es poca cosa, considerando que desde la mitad del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XX, la sinfonía ha sido probablemente la forma más importante en el ámbito de la música de concierto.

Jean Sibelius (1865-1957) emprendió en 1898 la tarea de iniciar su catálogo sinfónico, y si en el caso de otros compositores fueron necesarias varias sinfonías para solidificar un lenguaje propio y personal, a Sibelius le bastó esta Primera sinfonía, ya que a partir de la Segunda sinfonía (1901) la voz sinfónica de Sibelius fue ya clara, definitiva e inconfundible. Es indudable que las siete sinfonías de Sibelius forman la parte medular de su catálogo, y en todas ellas, incluso en la primera, está bien presente esa dualidad que es la característica principal de Sibelius: una raíz tonal firmemente anclada en la tradición romántica del siglo XIX y, al mismo tiempo, un manejo de la tonalidad progresiva que por momentos parece presagiar su propia disolución. Por otra parte, desde su primer trabajo en la forma sinfónica Sibelius ofrece ya los avances de lo que más tarde sería su modo cíclico de construcción, un modo cíclico que nada tiene de repetitivo. Porque en el caso de Sibelius, cada vez que un motivo o un tema regresan al primer plano sonoro, lo hacen de un modo nuevo. Así, Jean Sibelius pudo darse el lujo de expandir y transformar las formas clásicas de la composición sinfónica; en la Primera sinfonía, esto es especialmente evidente en el último movimiento, cuya estructura está lejana de un clásico finale de una sinfonía tradicional. Tan lejano, que el mismo composi-tor lo llamó quasi una fantasia.

La Primera sinfonía de Sibelius contiene numerosos momentos de gran riqueza musical, desde el largo y profundo tema del clarinete con que empieza la obra (retomado al inicio del cuarto movimiento), hasta la similitud en la conclusión del primero y el último movimientos de la obra, pasando por el robusto scherzo y su

peculiar figura rítmica, y el movimiento lento en el que se pueden detectar algunas deudas con la música rusa.

El pensamiento sinfónico de Sibelius, con su transformación de la tonalidad y de la forma, siguió desarrollándose a través de sus otras seis sinfonías, hasta culminar en la Séptima sinfonía de 1924, en la que Sibelius resume la gran forma en un solo movimiento continuo. No deja de ser buen material para la especulación el recordar que después de terminar su Séptima sinfonía (y arrojar años después al fuego el manuscrito de la Octava) Sibelius abandonó esta forma para siempre. ¿Hasta dónde hubiera llegado si hubiera dedicado sus 33 años restan-tes de vida a componer más sinfonías siguiendo las líneas de pensamiento bosquejadas en su Primera sinfonía y solidificadas en las seis siguientes?

Page 6: Programa 8 noviembre, 2013

Inspirados por un mayor o menor grado de nacionalismo musical, pero siempre guiados por el amor al terruño, compositores de todos los tiempos y todos los estilos han dedicado música al lugar donde han nacido. Precisamente de ese amor al pueblo natal surgió una de las más importantes obras del compositor español Joaquín Turina (1882-1949). Nacido en Sevilla el 9 de diciembre de 1882, Turina realizó sus estudios musicales en su ciudad natal y más tarde en Madrid, y en el año de 1905 se mudó a París, ciudad que por entonces era la meca de todos los músicos que querían perfeccionar sus conocimientos. En la capital francesa, Turina estudió el piano con Moritz Moszkowski (1854-1925) y la composición con Vincent D’Indy (1851-1931). Durante sus estudios en París, Turina absorbió en su lenguaje muchos elementos musicales típicamente franceses, pero gracias a la influencia y los consejos de Isaac

Albéniz (1860-1909), hizo un esfuerzo consciente por conservar en su música los rasgos poderosa-mente españoles que habrían de convertirlo en un auténtico representante del nacionalismo musical de su país. Hacia 1912 Turina comenzó a producir sus primeras obras importantes, la Sonata española y La procesión del Rocío. En 1913, finalizados sus estudios en la capital francesa regresó a España y de inmediato estableció una sólida reputación como composi-tor. A partir de entonces, su natal Sevilla habría de figurar de manera prominente en su pensa-miento musical, y a ella dedicaría obras altamen-te descriptivas y evocativas, como su famosa Sinfonía sevillana de 1920, y Canto a Sevilla, de 1927, para voz y orquesta. También en sus breves piezas para piano, Turina evocó a Sevilla, componiendo entre otras cosas, Rincones sevillanos y La leyenda de la Giralda. Entre sus composiciones más exitosas cabe mencionar sus numerosas canciones, así como sus dos óperas, Margot (Madrid, 1914) y Jardín de oriente (Madrid, 1923). La procesión del Rocío es una de las obras orquesta-les más interesantes de Turina, y comparte con muchas otras partituras suyas un fuerte e inconfundible sabor español. El compositor sevillano compuso la obra en 1912, y la dividió en dos movimientos que se tocan de manera continua: Triana de fiesta, y La procesión. La obra fue editada en 1913, y Turina dedicó la partitura al destacado violinista, director, compositor y arreglista español Enrique Fernández Arbós, quien se encargó de estrenar la obra en el Teatro Real de Madrid el 30 de marzo de 1913.

En el catálogo de obras de Francis Poulenc (1899-1963) destacan de manera importante sus cuatro conciertos: uno para clavecín y orquesta que data de 1927-1928; uno para dos pianos y orquesta, de 1932; uno para órgano, cuerdas y timbales, escrito en 1941; y uno para piano, de 1949.

En los primeros meses de 1932, Poulenc tuvo la fortuna de ser requerido por la princesa Edmond de Polignac para la realización de una nueva partitura. Aquellos eran tiempos en los que todavía existían ricos patrocinadores musicales que no dudaban en abrir sus bolsillos para permitir un respiro en las finanzas casi siempre azarosas de los atribulados composito-res. La princesa encargó específicamente a Poulenc un concierto con dos pianos solistas, reto que pareció fascinar de inmediato al compositor, ya que la partitura quedó terminada en apenas tres meses. El primer movimiento de la obra está claramente habitado por la influen-cia del music hall y las canciones de los cafés parisinos, mientras que en el segundo, Poulenc muestra su vena neoclásica y parece referirse en sus propios términos al mundo sonoro de Joseph Haydn (1732-1809) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Para el movimiento final, Poulenc retoma el ambiente festivo de cabaret del primer movimiento y lo interrumpe a la mitad con un interludio lánguido y sentimental para finalizar de una manera brillante y extrovertida.

Ante la sola mención de una obra para dos pianos, muchos melómanos hacen cara de sorpresa, suponiendo que se trata de una dotación poco común. La verdad, sin embargo, es otra, como lo demuestra esta breve e incompleta lista de composi-tores ilustres que han escrito buena música para dos pianos: Mozart, Schumann, Mendelssohn, Brahms, Chabrier, Fauré, Ravel, Saint-Saëns, Debussy, Milhaud, Messiaen, Stravinski, Bartók, Hindemith y Rachmaninoff, entre muchos otros. Es decir, que esta divertida y fresca obra de Poulenc no es una rareza musicológica ni mucho menos; por el contrario, se halla en muy buena compañía histórica.

El Concierto para dos pianos y orquesta de Poulenc fue estrenado el 5 de septiembre de 1932 en el Festival Internacional de Música de Venecia. Los solistas fueron Jacques Février y el propio Poulenc, y la Orquesta del Teatro de La Scala de Milán fue dirigida por Desiré Defauw.

Cuando un compositor se sienta ante el piano y un pentagrama vacío y piensa “¿Primera?”, se está enfrentando a una de las tareas más delicadas en el mundo de la música: la iniciación de su producción sinfónica. Después de todo, la decisión de escribir la primera sinfonía está cargada, para cada compositor, de toda la historia previa del género. Y tal historia no es poca cosa, considerando que desde la mitad del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XX, la sinfonía ha sido probablemente la forma más importante en el ámbito de la música de concierto.

Jean Sibelius (1865-1957) emprendió en 1898 la tarea de iniciar su catálogo sinfónico, y si en el caso de otros compositores fueron necesarias varias sinfonías para solidificar un lenguaje propio y personal, a Sibelius le bastó esta Primera sinfonía, ya que a partir de la Segunda sinfonía (1901) la voz sinfónica de Sibelius fue ya clara, definitiva e inconfundible. Es indudable que las siete sinfonías de Sibelius forman la parte medular de su catálogo, y en todas ellas, incluso en la primera, está bien presente esa dualidad que es la característica principal de Sibelius: una raíz tonal firmemente anclada en la tradición romántica del siglo XIX y, al mismo tiempo, un manejo de la tonalidad progresiva que por momentos parece presagiar su propia disolución. Por otra parte, desde su primer trabajo en la forma sinfónica Sibelius ofrece ya los avances de lo que más tarde sería su modo cíclico de construcción, un modo cíclico que nada tiene de repetitivo. Porque en el caso de Sibelius, cada vez que un motivo o un tema regresan al primer plano sonoro, lo hacen de un modo nuevo. Así, Jean Sibelius pudo darse el lujo de expandir y transformar las formas clásicas de la composición sinfónica; en la Primera sinfonía, esto es especialmente evidente en el último movimiento, cuya estructura está lejana de un clásico finale de una sinfonía tradicional. Tan lejano, que el mismo composi-tor lo llamó quasi una fantasia.

La Primera sinfonía de Sibelius contiene numerosos momentos de gran riqueza musical, desde el largo y profundo tema del clarinete con que empieza la obra (retomado al inicio del cuarto movimiento), hasta la similitud en la conclusión del primero y el último movimientos de la obra, pasando por el robusto scherzo y su

peculiar figura rítmica, y el movimiento lento en el que se pueden detectar algunas deudas con la música rusa.

El pensamiento sinfónico de Sibelius, con su transformación de la tonalidad y de la forma, siguió desarrollándose a través de sus otras seis sinfonías, hasta culminar en la Séptima sinfonía de 1924, en la que Sibelius resume la gran forma en un solo movimiento continuo. No deja de ser buen material para la especulación el recordar que después de terminar su Séptima sinfonía (y arrojar años después al fuego el manuscrito de la Octava) Sibelius abandonó esta forma para siempre. ¿Hasta dónde hubiera llegado si hubiera dedicado sus 33 años restan-tes de vida a componer más sinfonías siguiendo las líneas de pensamiento bosquejadas en su Primera sinfonía y solidificadas en las seis siguientes?

Sib

eliu

s

Page 7: Programa 8 noviembre, 2013

PostalesSinfónicas

Ayer falleció en esta ciudad el maestro Juan Lomán y Bueno. Retirado de toda actividad pública desde hace varios años por motivos de salud, Juan Lomán siempre estuvo –y estará- presente en la memoria de todos los xalapeños y veracruzanos amantes del arte. Figura fami-liar para todas las clases sociales de nuestra capital, gracias a su permanencia durante casi tres décadas al frente de la Banda de Música del Estado, el maestro tiene también el mérito de haber fundado una orquesta sinfónica, hazaña cultural difícil de lograr en cualquier país. Sabemos que la creación de una sinfónica requiere la conjunción de muchas circunstancias favorables, pero éstas se dieron en Xalapa a principios de 1929: el gusto por la buena música del gobernador Adalberto Tejeda; la presencia de instrumentistas de primer nivel en la Banda, muchos entre ellos capaces de ejecutar lo mismo instrumentos de aliento que de cuerda; una variada vida musical, sostenida con entusiasmo por familias que cultivan el arte, entre las que destacaron los Aguirre, los Bouchez, los Montiel y el apreciado médico don Pedro Rendón Domínguez, notable violoncellista a�cionado y sus hermanas, las pianistas María y Estefanía, sin olvidar al joven Víctor Reyes, xalapeño egresado del Conserva-torio Nacional. En este selecto ámbito, cobra especial importancia la familia Lomán y Bueno. Nacidos en la cercana Coatepec, hijos del maestro de música Juan Lomán Bretón, al menos cuatro hermanos han desta-cado en el arte: Joaquina, maestra de piano y solfeo;

Xalapa, Veracruz. 3 de febrero de 1965

Page 8: Programa 8 noviembre, 2013

PostalesSinfónicas Por Guillermo Cuevas

Primera Serie / Número 6 Directores: Juan Lomán y Bueno

Fernando, destacado pianista que fue el primer solista de la sinfónica xalapeña; Francisco, violín concertino de la misma orquesta durante casi treinta años y, desde luego, Juan, director fundador de la Orquesta Sinfóni-ca de Xalapa y titular hasta 1945. Hoy nuestro conjunto sinfónico vive una nueva etapa bajo la batuta de Francis-co Savín y tiene una nueva sede en el Teatro del Estado, la maestra Joaquina continúa con sus clases de solfeo en la Escuela de Música y el maestro Fernando es director de la Facultad de Bellas Artes, mientras don Francisco dirige el Cuarteto de Cuerdas de nuestra Máxima Casa de estudios. Juan Lomán fue instrumento imprescindi-ble para la fundación de nuestra Sinfónica de Xalapa. Más allá de la buena disposición de un gobernante, del entusiasmo de los músicos de la Banda y las simpatías de la sociedad xalapeña, fue necesaria una mente musi-cal consciente del gran compromiso que representa una sinfónica. Juan Lomán tuvo maestros inmejorables: José Rocabruna, Luis G. Saloma y Julián Carrillo; culti-vó la música de cámara como integrante de los mejores cuartetos de cuerda que han existido en nuestro país: el Cuarteto Clásico Nacional y el Cuarteto Beethoven; después de pasar casi veinte años en la ciudad de México, regreso a Xalapa en 1925 y un año después fue nombrado director de la Banda del Estado. Hoy lamen-tamos su ausencia pero también celebramos su memo-ria. El apellido Lomán en Veracruz seguirá siendo sinó-nimo de Música.

Page 9: Programa 8 noviembre, 2013
Page 10: Programa 8 noviembre, 2013

La OSX en el Patio del Colegio Preparatorio Juárez, en 1930. Al centro su Director Fundador, el Maestro Juan Lomán."

Page 11: Programa 8 noviembre, 2013

Cubana de nacimiento, la maestra Elena Herrera, ha sido reconocida por su trayectoria en la Pedagogía Musical y en la Dirección Orquestal. Su carrera como directora orquestal se inició en 1980 con la Orquesta Sinfónica de Matanzas, Cuba, y en 1985 ocupó la responsabilidad de Directora General de la Ópera de Cuba. Con la inauguración de los Festivales de Arte Lírico, promovidos por Alicia Alonso en 1987, Elena Herrera comienza una intensa carrera internacional que la hace merecedora en 1988 de la Distinción de la Cultura Polaca; en 1989 fue distinguida en el Libro de Honra del Gran Teatro de la Habana. También le fue otorgada la Orden de la Cultura Nacional de Cuba. Posteriormente, además de ser la Directora General de la Ópera de Cuba, fue nominada Directora Titular de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Matanzas.

Posee un vasto repertorio operístico y sinfónico que abarca desde el estilo Barroco hasta la música del actual siglo. Ha acompañado a excelentes cantantes como Evangelina Colón, Adolfo Casas, Eva Marton, Sherryl Milnes, Vicente Sardinero, Ignacio Encinas, Luís Lima, Ilona Tokody, Nicola Martinucci, Carlo Colombara, Anthony Michaels Moore, Dolora Zayik, Liubow Kazarnovskaya, Josef Bross, Sharon Spinetti, Ángeles Blancas, Ana Tomova-Zintow, Fernando de la Mora, Ainhoa Arteta, Raina Kabaivanska y Maria José Montiel.

Su trayectoria incluye la dirección musical de óperas y conciertos sinfónicos en Bytom y Wroclaw, en Polonia; Brasilia, São Paulo, Paraíba, Belém, Río de Janeiro y Curitiba en Brasil; Bogotá, en Colombia; Madrid, Oviedo, Córdoba, Santander y Jerez, en España; San Juan, Puerto Rico. En el año de 1996 fue nombrada Directora Titular de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional de Brasilia. En el período de 2001 a 2004 fue Directora Titular de la Orquesta Sinfónica de Paraíba. En Brasil ha dirigido también la Orquesta Sinfónica del Festival de Música de Belém de Pará; la Orquesta Sinfónica de Paraná; en la ciudad de São Paulo, la Orquesta Sinfónica Estatal, la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal y la Orquesta Experimental de Repertorio.

En 2005 dirigió conciertos sinfónicos con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Oviedo, España, y la Orquesta Sinfónica de San Juan en la clausura del Festival Iberoamericano de las Artes de Puerto Rico. En 2006 fue contratada por el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera, España, como directora musical en “La Boheme”, de Giacomo Puccini, y por la Asociación Asturiana de la Ópera en Oviedo, España, para dirigir “Manon Lescaut”, también de Puccini. Entre 2008 y 2010 fue directora titular de la Orquesta Sinfónica de Londrina, Paraná, Brasil. En el segundo semestre de 2010 fue nuevamente nominada Directora Titular de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional en Brasilia. En 2009 fue la directora musical de la producción de “Falstaff ”, de Giuseppe Verdi, en el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera. En 2011 fue invitada por el mismo teatro para dirigir musicalmente la producción de “Carmen” de Bizet. Recientemente ha dirigido “La Traviata” y “Il Trovatore” de Giuseppe Verdi y “Madama Butterfly” de Giacomo Puccini con la Compañía Estudio Lírico y la Orquesta Filarmónica Mediterránea en León, Madrid, España. Elena Herrera ha sido distinguida como miembro de la Academia de Artes y Música de Brasil.

Page 12: Programa 8 noviembre, 2013

Dire

ctor

a In

vita

da

Cubana de nacimiento, la maestra Elena Herrera, ha sido reconocida por su trayectoria en la Pedagogía Musical y en la Dirección Orquestal. Su carrera como directora orquestal se inició en 1980 con la Orquesta Sinfónica de Matanzas, Cuba, y en 1985 ocupó la responsabilidad de Directora General de la Ópera de Cuba. Con la inauguración de los Festivales de Arte Lírico, promovidos por Alicia Alonso en 1987, Elena Herrera comienza una intensa carrera internacional que la hace merecedora en 1988 de la Distinción de la Cultura Polaca; en 1989 fue distinguida en el Libro de Honra del Gran Teatro de la Habana. También le fue otorgada la Orden de la Cultura Nacional de Cuba. Posteriormente, además de ser la Directora General de la Ópera de Cuba, fue nominada Directora Titular de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Matanzas.

Posee un vasto repertorio operístico y sinfónico que abarca desde el estilo Barroco hasta la música del actual siglo. Ha acompañado a excelentes cantantes como Evangelina Colón, Adolfo Casas, Eva Marton, Sherryl Milnes, Vicente Sardinero, Ignacio Encinas, Luís Lima, Ilona Tokody, Nicola Martinucci, Carlo Colombara, Anthony Michaels Moore, Dolora Zayik, Liubow Kazarnovskaya, Josef Bross, Sharon Spinetti, Ángeles Blancas, Ana Tomova-Zintow, Fernando de la Mora, Ainhoa Arteta, Raina Kabaivanska y Maria José Montiel.

Su trayectoria incluye la dirección musical de óperas y conciertos sinfónicos en Bytom y Wroclaw, en Polonia; Brasilia, São Paulo, Paraíba, Belém, Río de Janeiro y Curitiba en Brasil; Bogotá, en Colombia; Madrid, Oviedo, Córdoba, Santander y Jerez, en España; San Juan, Puerto Rico. En el año de 1996 fue nombrada Directora Titular de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional de Brasilia. En el período de 2001 a 2004 fue Directora Titular de la Orquesta Sinfónica de Paraíba. En Brasil ha dirigido también la Orquesta Sinfónica del Festival de Música de Belém de Pará; la Orquesta Sinfónica de Paraná; en la ciudad de São Paulo, la Orquesta Sinfónica Estatal, la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal y la Orquesta Experimental de Repertorio.

En 2005 dirigió conciertos sinfónicos con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Oviedo, España, y la Orquesta Sinfónica de San Juan en la clausura del Festival Iberoamericano de las Artes de Puerto Rico. En 2006 fue contratada por el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera, España, como directora musical en “La Boheme”, de Giacomo Puccini, y por la Asociación Asturiana de la Ópera en Oviedo, España, para dirigir “Manon Lescaut”, también de Puccini. Entre 2008 y 2010 fue directora titular de la Orquesta Sinfónica de Londrina, Paraná, Brasil. En el segundo semestre de 2010 fue nuevamente nominada Directora Titular de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional en Brasilia. En 2009 fue la directora musical de la producción de “Falstaff ”, de Giuseppe Verdi, en el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera. En 2011 fue invitada por el mismo teatro para dirigir musicalmente la producción de “Carmen” de Bizet. Recientemente ha dirigido “La Traviata” y “Il Trovatore” de Giuseppe Verdi y “Madama Butterfly” de Giacomo Puccini con la Compañía Estudio Lírico y la Orquesta Filarmónica Mediterránea en León, Madrid, España. Elena Herrera ha sido distinguida como miembro de la Academia de Artes y Música de Brasil.

Elen

a H

erre

ra

Page 13: Programa 8 noviembre, 2013

En su trayectoria musical, Diana Castro, se ha colocado como una de las pianistas más promete-doras de la nueva generación de artistas mexica-nos, conquistando el aplauso de audiencias nacionales y extranjeras por su brillante técnica pianística, su innegable musicalidad y su atractiva personalidad escénica. Ganadora del Primer Lugar en el 2001 Mississippi Music Teachers Association Piano Competition, ha realizado numerosos conciertos para la difusión de la musica para piano como lo son el II Festival Internacional OSX 2013, Festival Internacional Poletje Evropske Kulture 2008 en Ljubljana, Slovenia, Medalla Mozart 2011, Festival Interna-cional Camerata 21, el Festival Junio Musical 2005, en programas del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del estado de Veracruz, y El instituto Mexicano de la Juventud. Diana ha recibido diversos estímulos y reconocimientos de instituciones como la University of Southern California, the University of Southern Mississippi (USM), the University of Victoria in Canadá (UViC), el Gobierno del Estado de Veracruz y la Universidad Veracruzana. Diana Castro realizo sus estudios profesionales con la Maestra Laura Sosa en la Universidad Veracruzana, y posteriormente realizo estudios de posgrado en el extranjero en perfeccionamiento pianistico bajo la guía de Stanley Waldoff en la University of Southern Mississippi en Hatties-burg (EEUU, 2000-2002), con el Mtro. Robin Wood en la University of Victoria (Canadá, 2002-2003), con el maestro Daniel Pollack (Maestría en Piano University of Southern California, (Los Ángeles CA, USA), y la Universi-tät Mozarteum en Salzburg Austria bajo la guia del maestro Klaus Kaufmann. Asi mismo ha participado en clases magistrales con los maestros Thomas Böckeler, Oliver Kern, Wan-Ing Oei-Ong; Louis Nagel, Norman Krieger, Nina Svetlanova, Yossi Resheff, Aquilles Delle-Vigne, Li Chian, y Jorge Federico Osorio. Actualmente, Diana forma parte del grupo de recitalistas REX, y se ha presentado con la Orquesta Sinfonica de Xalapa y la OSJEV con Jan Bratoz (D&J Piano Duo). Actualmente, realiza su labor academica en el Centro de Iniciación Musical

Infantil y la Facultad de Música de la Universi-dad VeracruzanaOriginario de Eslovenia, el pianista Jan Bratoz graduado con honores de la Universidad Mozarteum, se ha presentado en Austria, Alemania, Holanda, Suiza, Croacia, Italia, Estados Unidos y Mexico tanto como solista como en ensambles de cámara. Su labor musical le ha permitido obtener el Primer lugar en concursos como el Concurso Nacional de Eslovenia, Bradshaw and Buono International Piano Competition New York, USC Concerto Competition Los Angeles, y segundo en Los Angeles Liszt Competiton entre otras. En el 2005 fue invitado a participar como solista con la Pacific Symphony Orchestra (USA) y en el concierto de ganadores en Carnegie Hall en New York, 2007. En el 2007 crea el D&J piano duo con la pianista Diana Castro, el cual ha participa-do como solista con la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz bajo la batuta del maestro Antonio Tornero, II Festival Internacio-nal OSX 2013, Medalla Mozart 2011 con la Orquesta OSX y el Festival Internacional Camerata 21.

Jan Bratoz ha participado en cursos de interpre-tación pianística y clases magistrales con los profesores Arbo Valdma (Estonia), Nina Tichmann (Alemania), Alexander Lonquich (Alemania), Leonard Stein (USA), Peter Feucht-wanger (Alemania), Yossi Reshef (Israel) y Claudio Soares. Jan comenzó sus estudios pianisticos en Eslovenia con los profesores Bojan Glavina, Janez Lovse y Siavush Gadjieff. Posteriormente obtiene de la Universidad Mozarteum de Salzburg Austria, la licenciatura y maestría en Ejecución pianistica bajo la tutela de los profesores Hans Leygraf y George Kern respectivamente. Sus estudios de doctorado en Ejecución pianística los realizó en la University of Southern California en Los Angeles CA (USA) bajo la dirección del pianistas Norman Krieger y Kevin Fitzgerald, como depositario del Frank & Dunphy Kerze Scholarship Award para pianistas. Actualmente se desempeña como pianista principal de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, como docente en la Facultad de Musica, y el Instituto Superior del Estado de Veracruz y realiza presentaciones como recitalista en el

Page 14: Programa 8 noviembre, 2013

En su trayectoria musical, Diana Castro, se ha colocado como una de las pianistas más promete-doras de la nueva generación de artistas mexica-nos, conquistando el aplauso de audiencias nacionales y extranjeras por su brillante técnica pianística, su innegable musicalidad y su atractiva personalidad escénica. Ganadora del Primer Lugar en el 2001 Mississippi Music Teachers Association Piano Competition, ha realizado numerosos conciertos para la difusión de la musica para piano como lo son el II Festival Internacional OSX 2013, Festival Internacional Poletje Evropske Kulture 2008 en Ljubljana, Slovenia, Medalla Mozart 2011, Festival Interna-cional Camerata 21, el Festival Junio Musical 2005, en programas del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del estado de Veracruz, y El instituto Mexicano de la Juventud. Diana ha recibido diversos estímulos y reconocimientos de instituciones como la University of Southern California, the University of Southern Mississippi (USM), the University of Victoria in Canadá (UViC), el Gobierno del Estado de Veracruz y la Universidad Veracruzana. Diana Castro realizo sus estudios profesionales con la Maestra Laura Sosa en la Universidad Veracruzana, y posteriormente realizo estudios de posgrado en el extranjero en perfeccionamiento pianistico bajo la guía de Stanley Waldoff en la University of Southern Mississippi en Hatties-burg (EEUU, 2000-2002), con el Mtro. Robin Wood en la University of Victoria (Canadá, 2002-2003), con el maestro Daniel Pollack (Maestría en Piano University of Southern California, (Los Ángeles CA, USA), y la Universi-tät Mozarteum en Salzburg Austria bajo la guia del maestro Klaus Kaufmann. Asi mismo ha participado en clases magistrales con los maestros Thomas Böckeler, Oliver Kern, Wan-Ing Oei-Ong; Louis Nagel, Norman Krieger, Nina Svetlanova, Yossi Resheff, Aquilles Delle-Vigne, Li Chian, y Jorge Federico Osorio. Actualmente, Diana forma parte del grupo de recitalistas REX, y se ha presentado con la Orquesta Sinfonica de Xalapa y la OSJEV con Jan Bratoz (D&J Piano Duo). Actualmente, realiza su labor academica en el Centro de Iniciación Musical

Dia

na C

astr

o Pi

ano

Infantil y la Facultad de Música de la Universi-dad VeracruzanaOriginario de Eslovenia, el pianista Jan Bratoz graduado con honores de la Universidad Mozarteum, se ha presentado en Austria, Alemania, Holanda, Suiza, Croacia, Italia, Estados Unidos y Mexico tanto como solista como en ensambles de cámara. Su labor musical le ha permitido obtener el Primer lugar en concursos como el Concurso Nacional de Eslovenia, Bradshaw and Buono International Piano Competition New York, USC Concerto Competition Los Angeles, y segundo en Los Angeles Liszt Competiton entre otras. En el 2005 fue invitado a participar como solista con la Pacific Symphony Orchestra (USA) y en el concierto de ganadores en Carnegie Hall en New York, 2007. En el 2007 crea el D&J piano duo con la pianista Diana Castro, el cual ha participa-do como solista con la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz bajo la batuta del maestro Antonio Tornero, II Festival Internacio-nal OSX 2013, Medalla Mozart 2011 con la Orquesta OSX y el Festival Internacional Camerata 21.

Jan Bratoz ha participado en cursos de interpre-tación pianística y clases magistrales con los profesores Arbo Valdma (Estonia), Nina Tichmann (Alemania), Alexander Lonquich (Alemania), Leonard Stein (USA), Peter Feucht-wanger (Alemania), Yossi Reshef (Israel) y Claudio Soares. Jan comenzó sus estudios pianisticos en Eslovenia con los profesores Bojan Glavina, Janez Lovse y Siavush Gadjieff. Posteriormente obtiene de la Universidad Mozarteum de Salzburg Austria, la licenciatura y maestría en Ejecución pianistica bajo la tutela de los profesores Hans Leygraf y George Kern respectivamente. Sus estudios de doctorado en Ejecución pianística los realizó en la University of Southern California en Los Angeles CA (USA) bajo la dirección del pianistas Norman Krieger y Kevin Fitzgerald, como depositario del Frank & Dunphy Kerze Scholarship Award para pianistas. Actualmente se desempeña como pianista principal de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, como docente en la Facultad de Musica, y el Instituto Superior del Estado de Veracruz y realiza presentaciones como recitalista en el

Page 15: Programa 8 noviembre, 2013

Pian

o

En su trayectoria musical, Diana Castro, se ha colocado como una de las pianistas más promete-doras de la nueva generación de artistas mexica-nos, conquistando el aplauso de audiencias nacionales y extranjeras por su brillante técnica pianística, su innegable musicalidad y su atractiva personalidad escénica. Ganadora del Primer Lugar en el 2001 Mississippi Music Teachers Association Piano Competition, ha realizado numerosos conciertos para la difusión de la musica para piano como lo son el II Festival Internacional OSX 2013, Festival Internacional Poletje Evropske Kulture 2008 en Ljubljana, Slovenia, Medalla Mozart 2011, Festival Interna-cional Camerata 21, el Festival Junio Musical 2005, en programas del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del estado de Veracruz, y El instituto Mexicano de la Juventud. Diana ha recibido diversos estímulos y reconocimientos de instituciones como la University of Southern California, the University of Southern Mississippi (USM), the University of Victoria in Canadá (UViC), el Gobierno del Estado de Veracruz y la Universidad Veracruzana. Diana Castro realizo sus estudios profesionales con la Maestra Laura Sosa en la Universidad Veracruzana, y posteriormente realizo estudios de posgrado en el extranjero en perfeccionamiento pianistico bajo la guía de Stanley Waldoff en la University of Southern Mississippi en Hatties-burg (EEUU, 2000-2002), con el Mtro. Robin Wood en la University of Victoria (Canadá, 2002-2003), con el maestro Daniel Pollack (Maestría en Piano University of Southern California, (Los Ángeles CA, USA), y la Universi-tät Mozarteum en Salzburg Austria bajo la guia del maestro Klaus Kaufmann. Asi mismo ha participado en clases magistrales con los maestros Thomas Böckeler, Oliver Kern, Wan-Ing Oei-Ong; Louis Nagel, Norman Krieger, Nina Svetlanova, Yossi Resheff, Aquilles Delle-Vigne, Li Chian, y Jorge Federico Osorio. Actualmente, Diana forma parte del grupo de recitalistas REX, y se ha presentado con la Orquesta Sinfonica de Xalapa y la OSJEV con Jan Bratoz (D&J Piano Duo). Actualmente, realiza su labor academica en el Centro de Iniciación Musical

Infantil y la Facultad de Música de la Universi-dad VeracruzanaOriginario de Eslovenia, el pianista Jan Bratoz graduado con honores de la Universidad Mozarteum, se ha presentado en Austria, Alemania, Holanda, Suiza, Croacia, Italia, Estados Unidos y Mexico tanto como solista como en ensambles de cámara. Su labor musical le ha permitido obtener el Primer lugar en concursos como el Concurso Nacional de Eslovenia, Bradshaw and Buono International Piano Competition New York, USC Concerto Competition Los Angeles, y segundo en Los Angeles Liszt Competiton entre otras. En el 2005 fue invitado a participar como solista con la Pacific Symphony Orchestra (USA) y en el concierto de ganadores en Carnegie Hall en New York, 2007. En el 2007 crea el D&J piano duo con la pianista Diana Castro, el cual ha participa-do como solista con la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz bajo la batuta del maestro Antonio Tornero, II Festival Internacio-nal OSX 2013, Medalla Mozart 2011 con la Orquesta OSX y el Festival Internacional Camerata 21.

Jan Bratoz ha participado en cursos de interpre-tación pianística y clases magistrales con los profesores Arbo Valdma (Estonia), Nina Tichmann (Alemania), Alexander Lonquich (Alemania), Leonard Stein (USA), Peter Feucht-wanger (Alemania), Yossi Reshef (Israel) y Claudio Soares. Jan comenzó sus estudios pianisticos en Eslovenia con los profesores Bojan Glavina, Janez Lovse y Siavush Gadjieff. Posteriormente obtiene de la Universidad Mozarteum de Salzburg Austria, la licenciatura y maestría en Ejecución pianistica bajo la tutela de los profesores Hans Leygraf y George Kern respectivamente. Sus estudios de doctorado en Ejecución pianística los realizó en la University of Southern California en Los Angeles CA (USA) bajo la dirección del pianistas Norman Krieger y Kevin Fitzgerald, como depositario del Frank & Dunphy Kerze Scholarship Award para pianistas. Actualmente se desempeña como pianista principal de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, como docente en la Facultad de Musica, y el Instituto Superior del Estado de Veracruz y realiza presentaciones como recitalista en el

Jan

Bra

toz

Page 16: Programa 8 noviembre, 2013

En su trayectoria musical, Diana Castro, se ha colocado como una de las pianistas más promete-doras de la nueva generación de artistas mexica-nos, conquistando el aplauso de audiencias nacionales y extranjeras por su brillante técnica pianística, su innegable musicalidad y su atractiva personalidad escénica. Ganadora del Primer Lugar en el 2001 Mississippi Music Teachers Association Piano Competition, ha realizado numerosos conciertos para la difusión de la musica para piano como lo son el II Festival Internacional OSX 2013, Festival Internacional Poletje Evropske Kulture 2008 en Ljubljana, Slovenia, Medalla Mozart 2011, Festival Interna-cional Camerata 21, el Festival Junio Musical 2005, en programas del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del estado de Veracruz, y El instituto Mexicano de la Juventud. Diana ha recibido diversos estímulos y reconocimientos de instituciones como la University of Southern California, the University of Southern Mississippi (USM), the University of Victoria in Canadá (UViC), el Gobierno del Estado de Veracruz y la Universidad Veracruzana. Diana Castro realizo sus estudios profesionales con la Maestra Laura Sosa en la Universidad Veracruzana, y posteriormente realizo estudios de posgrado en el extranjero en perfeccionamiento pianistico bajo la guía de Stanley Waldoff en la University of Southern Mississippi en Hatties-burg (EEUU, 2000-2002), con el Mtro. Robin Wood en la University of Victoria (Canadá, 2002-2003), con el maestro Daniel Pollack (Maestría en Piano University of Southern California, (Los Ángeles CA, USA), y la Universi-tät Mozarteum en Salzburg Austria bajo la guia del maestro Klaus Kaufmann. Asi mismo ha participado en clases magistrales con los maestros Thomas Böckeler, Oliver Kern, Wan-Ing Oei-Ong; Louis Nagel, Norman Krieger, Nina Svetlanova, Yossi Resheff, Aquilles Delle-Vigne, Li Chian, y Jorge Federico Osorio. Actualmente, Diana forma parte del grupo de recitalistas REX, y se ha presentado con la Orquesta Sinfonica de Xalapa y la OSJEV con Jan Bratoz (D&J Piano Duo). Actualmente, realiza su labor academica en el Centro de Iniciación Musical

Infantil y la Facultad de Música de la Universi-dad VeracruzanaOriginario de Eslovenia, el pianista Jan Bratoz graduado con honores de la Universidad Mozarteum, se ha presentado en Austria, Alemania, Holanda, Suiza, Croacia, Italia, Estados Unidos y Mexico tanto como solista como en ensambles de cámara. Su labor musical le ha permitido obtener el Primer lugar en concursos como el Concurso Nacional de Eslovenia, Bradshaw and Buono International Piano Competition New York, USC Concerto Competition Los Angeles, y segundo en Los Angeles Liszt Competiton entre otras. En el 2005 fue invitado a participar como solista con la Pacific Symphony Orchestra (USA) y en el concierto de ganadores en Carnegie Hall en New York, 2007. En el 2007 crea el D&J piano duo con la pianista Diana Castro, el cual ha participa-do como solista con la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz bajo la batuta del maestro Antonio Tornero, II Festival Internacio-nal OSX 2013, Medalla Mozart 2011 con la Orquesta OSX y el Festival Internacional Camerata 21.

Jan Bratoz ha participado en cursos de interpre-tación pianística y clases magistrales con los profesores Arbo Valdma (Estonia), Nina Tichmann (Alemania), Alexander Lonquich (Alemania), Leonard Stein (USA), Peter Feucht-wanger (Alemania), Yossi Reshef (Israel) y Claudio Soares. Jan comenzó sus estudios pianisticos en Eslovenia con los profesores Bojan Glavina, Janez Lovse y Siavush Gadjieff. Posteriormente obtiene de la Universidad Mozarteum de Salzburg Austria, la licenciatura y maestría en Ejecución pianistica bajo la tutela de los profesores Hans Leygraf y George Kern respectivamente. Sus estudios de doctorado en Ejecución pianística los realizó en la University of Southern California en Los Angeles CA (USA) bajo la dirección del pianistas Norman Krieger y Kevin Fitzgerald, como depositario del Frank & Dunphy Kerze Scholarship Award para pianistas. Actualmente se desempeña como pianista principal de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, como docente en la Facultad de Musica, y el Instituto Superior del Estado de Veracruz y realiza presentaciones como recitalista en el

Page 17: Programa 8 noviembre, 2013

MúsicosVIOLINES PRIMEROS

Mikhail Medvid (Concertino), Joaquín Chávez Quijano (Asistente), Manuel Lozano Torres (Asistente), Erasmo Capilla Montes, Luis Rodrigo García Gama,

Janina Harasymowicz, Aquiles Casana Zamora, Andrzej Zaremba, Luis Sosa Huerta, José Homero Melgar, Tonatiuh Bazán Piña, Alain Fonseca Rangel, Alexis Fonseca Rangel, Antonio Méndez Escobar, Alejandro Kantaria, Ilya

Ivanov Gotchev, Melanie Rivera Gracia.

VIOLINES SEGUNDOSJuan Manuel Jiménez (Principal), Ryszard Zerynger (Asistente), Estela Cuervo Vera, Adelfo Sánchez Morales, Elizabeth Gutiérrez Torres, Marcelo Dufrane

McDonald, Borislav Ivanov Gotchev, Lázaro Jascha González, Emilia Chtereva, Mireille López Guzmán, David de Jesús Torres, Jonathan Manacchio Parillo,

Nancy Hernández Ramírez (Interino), Joanna Lemiszka (Interino).

VIOLAYurii Inti Bullón Bobadilla (Asistente), Ernesto Quistián Navarrete, Eric Martínez

Toy, Marco Antonio Rodríguez, Andrei Katsarava Risk, Marco Antonio Díaz Landa, Jorge López Gutiérrez, Gilberto Rocha Martínez, Eduardo Villalpando

(Interino), Anamar García Salas (Interino).

VIOLONCELLOSDavid Nassidze (Principal), Dale Knight Hoaglin (Asistente), Alfredo Alva

Guzmán, Teresa Aguirre Martínez, Daniela Derbez Roque, Roland Dufrane McDonald, Maurilio Castillo Saenz, Ana Aguirre Martínez, Makcim

Fernández Samodaiev (Interino), Yahel Jiménez López (Interino).

CONTRABAJOSAndrzej Dechnik (Principal), Hugo G. Adriano Rodríguez (Asistente), Ramón Ramírez Saucedo, Carlos Barquín Viveros, Enrique Lara Parrazal, Fernando

Menchaca (interino), Jesús González García (Interino).

FLAUTA Othoniel Mejía Rodríguez (Asistente), Cecilia Valdés de Hoyos, David A. Rivera Martínez (Flauta y piccolo Interino), Megan Maiorana (Interino).

OBOESDonald Callahan Dinardo (Principal) Esther Gleason Cook (Co-principal), Michael Sydney McVicar, Laura Baker (Corno Inglés).

CLARINETESAbel Pérez Pitón (Principal), José Alberto Contreras (Asistente), Juan Manuel Solís, David John Musheff (Requinto).

FAGOTESRex Gulson Miller (Principal), Armando Salgado Garza (Asistente), Arturo Hernández Salgado, Jesús Armendáriz Ramírez (Fagot y contrafagot).

CORNOSEduardo Daniel Flores (Principal), Dawn Droescher (Asistente), David Keith Eitzen, Tadeo Suriel Valencia, Larry Glenn Umipeg. TROMPETASJeffrey Smith (Principal), Bernardo Medel Díaz (Asistente), Timothy McKeown, Jalil Jorge Eufracio.

TROMBONESDavid Pozos Gómez (Principal), John Stringer (Asistente), Jakub Dedina.

TROMBÓN BAJOJohn Day Bosworth.

TUBAEric Fritz.

TIMBALESRodrigo Álvarez Rangel (Principal)

PERCUSIONESJesús Reyes López (Principal), Sergio Rodríguez Olivares, Gerardo Croda Borges, David Hernández Tinoco (Interino).

ARPAEugenia Espinales Correa.

PIANOJan Bratoz.

Page 18: Programa 8 noviembre, 2013

MúsicosVIOLINES PRIMEROS

Mikhail Medvid (Concertino), Joaquín Chávez Quijano (Asistente), Manuel Lozano Torres (Asistente), Erasmo Capilla Montes, Luis Rodrigo García Gama,

Janina Harasymowicz, Aquiles Casana Zamora, Andrzej Zaremba, Luis Sosa Huerta, José Homero Melgar, Tonatiuh Bazán Piña, Alain Fonseca Rangel, Alexis Fonseca Rangel, Antonio Méndez Escobar, Alejandro Kantaria, Ilya

Ivanov Gotchev, Melanie Rivera Gracia.

VIOLINES SEGUNDOSJuan Manuel Jiménez (Principal), Ryszard Zerynger (Asistente), Estela Cuervo Vera, Adelfo Sánchez Morales, Elizabeth Gutiérrez Torres, Marcelo Dufrane

McDonald, Borislav Ivanov Gotchev, Lázaro Jascha González, Emilia Chtereva, Mireille López Guzmán, David de Jesús Torres, Jonathan Manacchio Parillo,

Nancy Hernández Ramírez (Interino), Joanna Lemiszka (Interino).

VIOLAYurii Inti Bullón Bobadilla (Asistente), Ernesto Quistián Navarrete, Eric Martínez

Toy, Marco Antonio Rodríguez, Andrei Katsarava Risk, Marco Antonio Díaz Landa, Jorge López Gutiérrez, Gilberto Rocha Martínez, Eduardo Villalpando

(Interino), Anamar García Salas (Interino).

VIOLONCELLOSDavid Nassidze (Principal), Dale Knight Hoaglin (Asistente), Alfredo Alva

Guzmán, Teresa Aguirre Martínez, Daniela Derbez Roque, Roland Dufrane McDonald, Maurilio Castillo Saenz, Ana Aguirre Martínez, Makcim

Fernández Samodaiev (Interino), Yahel Jiménez López (Interino).

CONTRABAJOSAndrzej Dechnik (Principal), Hugo G. Adriano Rodríguez (Asistente), Ramón Ramírez Saucedo, Carlos Barquín Viveros, Enrique Lara Parrazal, Fernando

Menchaca (interino), Jesús González García (Interino).

FLAUTA Othoniel Mejía Rodríguez (Asistente), Cecilia Valdés de Hoyos, David A. Rivera Martínez (Flauta y piccolo Interino), Megan Maiorana (Interino).

OBOESDonald Callahan Dinardo (Principal) Esther Gleason Cook (Co-principal), Michael Sydney McVicar, Laura Baker (Corno Inglés).

CLARINETESAbel Pérez Pitón (Principal), José Alberto Contreras (Asistente), Juan Manuel Solís, David John Musheff (Requinto).

FAGOTESRex Gulson Miller (Principal), Armando Salgado Garza (Asistente), Arturo Hernández Salgado, Jesús Armendáriz Ramírez (Fagot y contrafagot).

CORNOSEduardo Daniel Flores (Principal), Dawn Droescher (Asistente), David Keith Eitzen, Tadeo Suriel Valencia, Larry Glenn Umipeg. TROMPETASJeffrey Smith (Principal), Bernardo Medel Díaz (Asistente), Timothy McKeown, Jalil Jorge Eufracio.

TROMBONESDavid Pozos Gómez (Principal), John Stringer (Asistente), Jakub Dedina.

TROMBÓN BAJOJohn Day Bosworth.

TUBAEric Fritz.

TIMBALESRodrigo Álvarez Rangel (Principal)

PERCUSIONESJesús Reyes López (Principal), Sergio Rodríguez Olivares, Gerardo Croda Borges, David Hernández Tinoco (Interino).

ARPAEugenia Espinales Correa.

PIANOJan Bratoz.

OSX

Page 19: Programa 8 noviembre, 2013

Secretario TécnicoEnrique Vázquez SelemAsistente del DirectorNelly PérezJefe de Administración y LogísticaDoris Martínez GarcíaJefe de MercadotecniaElsileny Olivares RiañoJefe de PersonalUlises S. Bullón SalcedoJefe de ForoMauro Torres SánchezAsistente de Jefe de PersonalDulce María Hernández GarcíaResponsable de BibliotecaJosé Luis Carmona AguilarSecretaria de AdministraciónAna MedranoInvitados EspecialesMarissa Sánchez CortezRelaciones PúblicasAlina Luna ReyesPromoción y ventasYanet Cruz SánchezDiseñoFrida Aguirre MerlosFotografía y videoPerseo BernalAuxiliar AdministrativoMaría del Rocío Herrera HernándezGloria Sosa OlivoAuxiliares TécnicosBartolo ReducindoGerardo HernándezMartín Ceballos, Luis Humberto OlivaAuxiliar de BibliotecaCristina Herrera CasanovaAuxiliares de OficinaJosé Guadalupe TreviñoAlfredo Gómez, Marcos CortezMirna Landa

Dir

ecto

rio

Ad

min

istr

ati

vo

A beneficio de laOrquesta Filarmónica de Acapulco

Tlaqná, Sala de Conciertos20:30 hrs.

Wolfgang Amadeus Mozart Sinfonía No. 41

Igor StravinskyLa consagración de la primavera

Lanfranco MarcellettiDirector Titular

LocalidadesPalco $120.00

General y Balcones $80.00Promeras Filas $50.00

Venta de Boletos en Tlaqnáel día del concierto

Body paintDarcy Santos Girón

Próximo concierto15 de Noviembre 2013

Músicos ExtrasAlejandra Lara Ochoa, Contrabajo

Carlos Hernandez Montero, ContrabajoRosa Alicia Colé Avendaño, violaEnrique Márquez Almazán, viola

Gabriela Martínez López, percusión.

Page 20: Programa 8 noviembre, 2013

Amigos Corporativos OSX

Socio mediático

Benefactor OSX

Pro

gram

aB

enef

acto

res

OSX

Secretario TécnicoEnrique Vázquez SelemAsistente del DirectorNelly PérezJefe de Administración y LogísticaDoris Martínez GarcíaJefe de MercadotecniaElsileny Olivares RiañoJefe de PersonalUlises S. Bullón SalcedoJefe de ForoMauro Torres SánchezAsistente de Jefe de PersonalDulce María Hernández GarcíaResponsable de BibliotecaJosé Luis Carmona AguilarSecretaria de AdministraciónAna MedranoInvitados EspecialesMarissa Sánchez CortezRelaciones PúblicasAlina Luna ReyesPromoción y ventasYanet Cruz SánchezDiseñoFrida Aguirre MerlosFotografía y videoPerseo BernalAuxiliar AdministrativoMaría del Rocío Herrera HernándezGloria Sosa OlivoAuxiliares TécnicosBartolo ReducindoGerardo HernándezMartín Ceballos, Luis Humberto OlivaAuxiliar de BibliotecaCristina Herrera CasanovaAuxiliares de OficinaJosé Guadalupe TreviñoAlfredo Gómez, Marcos CortezMirna Landa

Page 21: Programa 8 noviembre, 2013

Sara Ladrón de Guevara GonzálezRectora

Leticia Rodríguez AudiracSecretaria Académica

Clementina Guerrero GarcíaSecretaria de Administración y Finanzas

Miguel Flores CovarrubiasDirector del Área Académica de Artes

Esther Hernández PalaciosDirectora General de Difusión Cultural

A beneficio de laOrquesta Filarmónica de Acapulco

Tlaqná, Sala de Conciertos20:30 hrs.

Wolfgang Amadeus Mozart Sinfonía No. 41

Igor StravinskyLa consagración de la primavera

Lanfranco MarcellettiDirector Titular

LocalidadesPalco $120.00

General y Balcones $80.00Promeras Filas $50.00

Venta de Boletos en Tlaqnáel día del concierto