primera parte biografía y presencia de fray zeferino gonzález

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Gustavo Bueno Sánchez, La obra filosófica de Fray Zeferino González. Página 35 de 590 Tesis Doctoral para obtener el grado de Doctor en Filosofía. Universidad de Oviedo (España). Junio de 1989 Versión digital del original, publicada por el Proyecto Filosofía en español: http://www.filosofia.org Primera Parte Biografía y Presencia de Fray Zeferino González

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Gustavo Bueno Sánchez, La obra filosófica de Fray Zeferino González. Página 35 de 590Tesis Doctoral para obtener el grado de Doctor en Filosofía. Universidad de Oviedo (España). Junio de 1989

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Primera Parte

Biografía y Presenciade Fray Zeferino González

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Biografía de Fray Zeferino Gonzñalez(1831-1894)

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Biografía de Fray Zeferino González(1831-1894)

De Villoria (1831-1844) a Ocaña (1844-1848)

«De la región donde Pelayo un dia,batió la multitud sin ley ni freno,que invencible creyéndose seguíalas banderas del bárbaro agareno,como rayo de luna, que en la umbríaselva derrama su fulgor sereno,se levanta otro sabio que su gloriaha de legar del mundo a la memoria.»(José Mª García y Collado, Santo Tomás y el siglo XIX, pg. 93)

«No habría necesidad de escribir su nombre, está en labios de todos;todos se me anticipan a expresarle: es doctor, académico; Obispo, Arzobis-po, Purpurado, eminente filósofo, reflejo del Angel de las Escuelas; y loque acaso es más raro todavía, escritor de formas cicerónicas, con arran-ques oratorios y, pudiera decirse, tribunicios; en una palabra: es el P. ZeferinoGonzález. Esta lumbrera del saber nació en un pintoresco valle de Asturias,de esos que parece obligan al hombre a mirar al cielo» (Juán Calatrava yAguilera, El emmo. y rmo. P. Fr. Zeferino González, pg. 37)

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«Desde risueño valle de cesped tapizado,Ceñido de altas sierras que su corona son;Recinto delicioso de ambiente perfumadoQue esconde sus tesoros á orillas del Nalón:Oscuro, débil niño, en cuya frente oscilaDel génio, sacra llama, palpita de placer,En la empinada cúspide clavada la pupila,El claro sol naciente contempla aparecer.»(Francisco J. Valdés, La gloria de mis montañas, pg. 159)

«Allá, señores, en aquella tierra clásica de la nobleza y la hidalguía,donde levantara Pelayo sus pendones para libertar a la patria del ominosoyugo sarraceno, fué donde el sabio P. Zeferino González en una infanciahumilde y modesta pasada con la inocencia que respiran las riberas delNalón y los humildes y pintorescos valles de Villoria, echó los cimientos deuna humildad y una modestia que, si en todo hombre cuadra bien, en unapersona religiosa es su mejor decoro y ornamento y que al P. Zeferino le halevantado por extraordinaria manera, haciéndole querido y muy amado detodos los que de cerca han tenido la dicha de poder pesar y apreciar losquilates de su virtud y natural modestia.» (Manuel Valls y Merino, Elogiodel Emmo. Sr. Cardenal González, pg. 60)

«¡Quién al visitar el modesto albergue de la familia del P. Zeferino,enclavado en el fondo de un oscuro valle y en la aldea más ignorada delConcejo de Laviana, al verle ya correr entre los frondosos castaños en esadichosa edad de la infancia, ya vistiendo el tosco sayal de novicio, ya pro-feso en el Colegio de Ocaña, había de pensar que los ejércitos le presenta-rían armas a su paso, las banderas habían de saludarle, y las bandas milita-res batirían marcha al advertir sy presencia! (Elias M. Martínez Nubla,Apuntes biográficos, pg. 198)

La pluma que tanto ha escrito del filósofo Zeferino González pidesobriedad tras tanto lirismo. Nació el que llegaría a ser Cardenal Gonzálezel viernes 28 de enero del año 1831 en el pueblecito asturiano de Villoria (amenos de cuatro kilómetros de la capital del concejo, Pola de Laviana), enel seno de una familia de labradores.

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La Asturias (que dos años después del nacimiento de Fray Zeferinotomará por siglo y medio el nombre de provincia de Oviedo) de la decadade los años treinta del pasado siglo ve comenzar su transformación, posibi-litada por las ingentes riquezas mineras de sus entrañas, de región eminen-temente agrícola y ganadera, ni siquiera eotécnica, a una de las zonas másindustriales de la España decimonónica, la Asturias paleotécnica del car-bón y el hierro, negra, ruidosa y contaminada que hoy, ya en declive, cono-cemos: en 1833 la regente María Cristina autoriza la Real Compañía Astu-riana de Minas; en 1839 el Marqués de las Marismas comienza la cons-trucción de la carretera carbonera.

Pocas eran las posibilidades que se les ofrecían a unos padres humil-des para poder mantener a sus hijos (pues ni siquiera todos podrían depen-der del entorno rural y aldeano). El futuro más seguro (tanto para los vásta-gos como para sus padres) continuaba siendo la entrega y preparación delos hijos a la religión, aunque el estado religioso, en aquellos años, no pro-metía ser necesariamente un camino de rosas: muerto Fernando VII, des-aparecido el tapón que contenía aquella botella de cerveza que se decía eraEspaña, las fuerzas contenidas desde hacía una década se desatan y losclérigos, que habían ido acumulando la animadversión tanto de elementospopulares como ilustrados, recogerán la cosecha que habían ido sembran-do durante años: a las matanzas de frailes de Madrid, el 17 de julio de 1834,y Barcelona, el 25 de julio de 1835, como más representativas de las ocu-rridas en otras partes de España, la política anticlerical del Conde de Toreno,que en junio de 1835 reemplaza a Martínez de la Rosa, se va a traducir en laextinción de la Compañía de Jesús y de los conventos poco numerosos (eldecreto de 11 de octubre de 1835 declaraba extinguidas todas las órdenesreligiosas, sin otra excepción que las consagradas a la asistencia de enfer-mos -Hermanos de San Juán de Dios- y a la enseñanza de los niños pobres-Escolapios-, o a las que formaban misioneros para las Filipinas). Tiene elniño Zeferino González seis años cuando el ministro Mendizabal declarade propiedad nacional los bienes raices, rentas, derechos y acciones de lascomunidades e institutos de religiosos y religiosas, desamortización ecle-siástica que había de reducir, sin duda, el número de «vocaciones».

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Los padres de nuestro filósofo, Manuel González González y TeresaDiaz Tuñón, dieron, en efecto, a la Iglesia a varios de sus hijos: el dominicoJosé Ramón González Diaz Tuñón (nacido en Soto de Aller en 1820 y conun curso biográfico similar al que seguiría su hermano pequeño: tomó elhabito en Ocaña en 1841 y fué profesor de Filosofía en Manila desde 1847,donde en 1878 llegó a prior de la provincia dominicana de Filipinas, mu-riendo víctima de un ataque de perlesía el 15 de abril de 1880), el sacerdoteAtanasio González Diaz Tuñón (que habiendo estudiado en el Seminariode Oviedo, murió el dia 4 de marzo de 1894, meses antes que su hermano elCardenal, como Canónigo de la Metropolitana de Sevilla, tras haber acom-pañado a este tanto en Córdoba como en Toledo y Sevilla).

Si hubieramos de hacer caso al biógrafo Martínez Nubla, habría sidoFray Zeferino, quién «muy niño aún, acudió a sus padres en demanda delicencia para vestir el hábito de los hijos de Santo Domingo produciendoquizás por primera y única vez un dolor, él, que despues ha sido bálsamo yconsuelo de tantos otros» (pg. 199), como siguiendo, al parecer, algún im-pulso innato que le hiciera preferir esa religión a otra. Más facil se haceentender que su hermano José Ramón, que cuando Zeferino tenía diez añosya había tomado el hábito en Ocaña, fuese quién más cercanamente influ-yese para arrastrar a su hermano al toledano convento de misioneros domi-nicos, donde fué admitido, por el P. Orge, el 28 de noviembre de 1844.

Juán Alvarez Guerra ha recreado con lirismo insuperable la escena:«En tarde otoñal, mediado crepúsculo, y lugar agreste y montañoso, se veen una eminencia un grupo compuesto de tres seres. Una mujer, un ancianoy un niño. El anciano se muestra adusto, la mujer acongojada, y el niñoresuelto. A sus piés se extiende un camino, a la derecha se alza una toscacruz, que vela a la entrada de un espeso robledal; queda a la espalda, enprofundo valle, pequeño caserío, y corre a su izquierda murmurante rio queva a verter sus aguas en el más bravío de los mares; cerrando todo aquelcuadro abruptas montañas coronadas de castaños, robles y avellanos. Aque-llas montañas guardan la primera hoja de la grandiosa epopeya de nuestrareconquista; el caserío, es la Villoria de San Nicolás; el rio, el Nalón; y elcamino a que da sombra la cruz, el que dirige a las dos Castillas. Mientrashemos descrito el paisaje, el niño y el anciano, están para perderse entre la

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espesura. La mujer se poaya en los brazos de la cruz para no caer... ¡Yaapenas los divisa! ¡Ya van a desaparecer! En aquel supremo instante lanzóun grito intenso, amargo, desgarrador, grito de madre que se separa del hijode sus entrañas quizás para siempre. ¡Adios Zeferino, hijo mio, que la Vir-gen te acompañe! Estas palabras vertieron sus lábios en un grito de dolor alpar que asomaba a sus ojos una ardiente lágrima, que orearon las vesperti-nas brisas de aquella tarde de otoño. El niño que se alejaba acompañado desu padre, no tenía trece años: se llamaba Zeferino González y Diaz Tuñón,y se dirigía a Ocaña para vestir el hábito del misionero. La mujer que en laeminencia quedaba cayó desfallecida al pié de la cruz.» (Dos lágrimas,pgs. 177-178).

Las ocho provincias administrativas en las que en 1221, a la muertede Santo Domingo, organizaba su Orden el mundo, fueron sufriendo, conel paso del tiempo, la natural transformación acorde al crecimiento de la«empresa», a los nuevos descubrimientos geográficos y a las formacionesde las estructuras geopolíticas modernas. Aquella originaria provincia deEspaña que abarcaba toda la península ibérica fué dividida, ochenta añosdespués, dando lugar a la provincia de Aragón (que incluía el reino de Aragóny Navarra). Mas tardé se desgajó de la provincia de España la de Portugal,y a comienzos del siglo XVI aquella primitiva gran provincia vió como seindependizaba de ella la Bética (que incluía Canarias y Murcia). A fines delsiglo XVI, las provincias dominicas «españolas» (España, Aragón y Bética),vieron cómo se formaba la nueva Provincia del Santísimo Rosario de Fili-pinas. Desde 1830 el convento dominico de Ocaña (fundado en 1527) seconvirtió en lugar de preparación y colegio de misioneros. Actualmente,tras la pérdida hispana de Filipinas y la constitución de una provincia do-minica autónoma en aquellas islas, se produce la curiosa situación con lapervivencia de esa provincia del Santísimo Rosario (que ha visto acortadosu nombre) como cuarta provincia dominicana en España -aunque propia-mente no tenga territorio asignado, sino una suerte de «bases» dentro de lasotras provincias: Ocaña, Avila, Alcobendas, &c. Para esta provincia delSantísimo Rosario de Filipinas fué para la que fué captado el joven Zeferino,razón por la cual su futuro en la orden pasaba por su desplazamiento aUltramar.

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En el convento de Ocaña tomó el hábito de la Orden el 28 de noviem-bre de 1844 y profesó en el agitado año de 1848, incluso por dos veces, alhaber resultado inválida la primera por haberse realizado cuando aún notenía la edad requerida, circunstancia que sirve a sus biógrafos para supo-ner una hipotética posibilidad teórica «ortodoxa» de haber abandonado elhábito, o lo que es lo mismo, una redoblada profesión: «Un error inconce-bible vino a poner a prueba la vocación del joven dominico, prueba de quesalió triunfante, dejando más confirmado así su invencible amor a la reli-gión de Santo Domingo. Profesó tan joven, que solo contaba, según la fe debautismo, el tiempo canónico necesario para poderlo verificar, cuando, pa-sado un año, recibió aviso del superior de que su fe de bautismo estabaequivocada, y que, por lo tanto, su profesión era nula, y podía, si tal era suvoluntad, abandonar el hábito. No se hizo esperar mucho la respuesta, ytras pocos dias de ejercicios, volvió a profesar solemnemente, confirmandoasí por dos veces su ardiente amor a Dios, a la religión y a la ciencia»(Alejandro Pidal, El filósofo español..., pg. 574). Al profesar cambió for-malmente su nombre de bautismo por el de Antonino de Florencia, que nohemos visto que utilizara.

De Ocaña a Manila (1848-1866)

La delicada situación político social que se produjo en 1848, comoreflejo de los procesos revolucionarios de febrero en Francia, aconsejó apre-surar la marcha para las misiones de los jóvenes dominicos que se forma-ban en Ocaña, entre ellos Fray Zeferino. Formaban la misión LXXIV, de1849, que se embarcó en Cádiz en la fragata española Fama Cubana el 5 dejunio de 1848 (pueden leerse los cursos biográficos de los componentes deesta misión en el libro de Hilario Maria Ocio Viana, Compendio de la rese-ña biográfica de los religiosos de la Provincia del Santísimo Rosario deFilipinas, Manila 1895). El viaje fué muy accidentado, pues una fuertetempestad maltrató la nave, que logró llegar tras muchos padecimientos aRio de Janeiro, desde donde, a bordo de un buque inglés (donde no habíade faltar un incendio y un motín) retomaron el viaje a Manila, donde llega-ron ocho meses despues de abandonar España, el 9 de febrero de 1849

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Al llegar a Manila, Fray Zeferino era un simple acólito de dieciochoaños que había estudiado tres años de Filosofía y debía continuar sus estu-dios. Los terminó mientras desempeñana en el Colegio de Santo Tomás elcargo de Lector de Humanidades, ocupación que se le encomendo el 23 deMayo de 1851. En junio de 1853 se le nombra Lector de Filosofía, cargo enel que le confirma el Capítulo de la Orden de 1855, añadiéndole elVice-Rectorado del Colegio. En enero de 1854 había sido ordenado Presbí-tero, expuesto poco después como Confesor (Fr. Miguel Rubin de Celisnos relata el suceso de una monja de Sta. Catalina, de la que Fray Zeferinoera confesor -en 1866 también redactó Fray Zeferino el Reglamento delColegio de Niñas de Santa Catalina del Sena, bajo la dirección de las reli-giosas dominicas de Manila, monja que, despues de muerta, ‘a juicio de lasque la asistían’, volvió en sí, antes de morir definitivamente, informando anuestro dominico asturiano del siguiente vaticinio, que de Celis nos ofreceincluso en verso: «¡Oh Padre! Reservado / Os tiene nuestro Dios para sugloria / A destinos altísimos; honrado / Sereis: guardad memoria, / Y oradpor mi ya en ellos colocado», pg. 150).

En 1857 están datados sus dos primeros trabajos publicados. Es inte-resante advertir que estas dos primeras publicaciones no tienen un carácterfilosófico, sino que corresponden a las ciencias naturales: Los temblores detierra y La electricidad atmosférica.

A finales de ese año, pronto a cumplir los 28 años de edad, fué asig-nado como enfermo a San Carlos, en la provincia de Pangasinán, a unos500 kms. al norte de Manila, en la misma isla de Luzón. El delicado estadode su salud había desaconsejado a los responsables de la Orden acceder alos, al parecer, vehementes deseos de Fray Zeferino de convertirse en unmisionero de hecho en lugares más comprometidos, en Ton-Kin, dondevarios de sus hermanos de religión estaban alcanzando el martirio por suansia evangelizadora. Pero no debió detenerse mucho en aquella provincia,pues el Capítulo de 1859 le encomendó una Cátedra de Teología en la Uni-versidad de Santo Tomás de Manila.

La «delicada constitución del P. Zeferino» (en expresión de Pidal,quién sitúa los comienzos de tal debilidad en las circunstancias del acci-

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dentado viaje ultramarino a Filipinas) parece que fué responsable de queperdieramos un posible martir misionero pero también de que ganásemosun filósofo. Encargado de la Catedra de Teología de la Universidad de San-to Tomás desde 1859 a 1866 (donde ya había sido lector de Filosofía desde1853), Fray Zeferino compondrá en Manila su obra doctrinal más solida,los Estudios sobre la filosofía de Santo Tomás, publicados en Manila entres volúmenes en 1864.

Leemos en la reseña biográfica que de Fray Zeferino realiza HilarioOcio: «Trasladado a San Juán de Letrán el 19 de octubre de 1860, confirmóleen estos cargos [de Catedrático,...] el Capítulo de 1863, añadiéndole ade-más los de Secretario y Socio del Provincial, Cronista de la Provincia yVicaría de Santa Catalina. Estos eran los empleos que desempeñaba contoda fidelidad cuando el 8 de Diciembre de 1866 se acordó concederle lalicencia para restituirse a la Península en atención a sus graves dolenciasque le habían puesto en trance de muerte y las repetidas instancias que eneste sentido hiciera con la Provincia el Rmo. P. Orge» (pg. 813).

Vuelto a España (1867-1875)

En Marzo de 1867 Fray Zeferino está ya en Barcelona, despues dehaber pasado unos dias en Marsella de vuelta de las Filipinas. Es un frailejoven, de 36 años, ya formado, desconocido en los ambientes de la metró-poli y desconocedor de los detalles de una sociedad que había abandonadosiendo casi un niño. Llega a la península precedido por los voluminososEstudios sobre Santo Tomás, y en su equipaje le acompañan, sin duda, losborradores elaborados en los años de docencia filipina que iban a convertir-se, al año siguiente, en los dos tomos de la Philosophia elementaria. Lacarrera académica que había iniciado se verá truncada por las responsabili-dades en la Orden y por su papel de hombre de Iglesia (antes de diez añosdesde su vuelta de Manila ya ocupará un Obispado).

La ‘presentación en Sociedad’, en la sociedad madrileña y, por tanto,española, de Fray Zeferino, parece ser que tuvo lugar en el Ateneo al pocode llegar. El Padre Alvarez cuenta el episodio presentando a Fray Zeferino

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casi como un maletilla que pide una oportunidad arrojándose al ruedo:«Llegado de Manila a Madrid a principios de 1867, se anunció que daríauna conferencia filosófica en el Ateneo un joven que entonces empezaba abrillar, y también a malearse, de gran cultura como jurisconsulto, de rique-za de palabras, gracia en el decir, entonación musical en la peroración, todoacompañado de airosa presencia. Habló, en efecto, aquel joven, por nom-bre Segismundo Moret, expuso ideas no conformes con la filosofía cristia-na (que cristiana es la filosofía cuando sirve de lugar teológico para apoyarlas verdades del cristianismo). Terminada y aplaudida la conferencia, óyeseuna voz que dice: ‘Pido la palabra’. Fijáronse todos en quien la pedía. Eraun sacerdote joven, de aspecto modesto, demacrado de rostro, con ojos decentella, completamente desconocido. Obtenida la venia habló aquel sa-cerdote. Sus palabras despedían luz, su lenguaje era sentencioso, sus razo-namientos eran tenazas que no dejaban evasiva, y rebatió no pocas de lasque acababan de recibir aplausos. La verdad triunfó en los ánimos, y cuan-do ansiosos se preguntaban los concurrentes quién era aquel aparecido, unjoven valenciano, clásico y brillante literario, dijo: ‘Es un fraile dominicoque se llama Fray Ceferino González’. Era aquel valenciano joven EnriqueVillarsaya, gran literato, que después fue diputado y senador del reino»(Alvarez, III, 813-814).

Fray Zeferino, en Madrid, no cesará su actividad docente. Se ha llega-do a hablar de un «grupo de la Pasión» (nombre de la calle donde se encon-traba el convento madrileño de la provincia dominica de misioneros, calleque actualmente lleva precisamente el nombre de Fray Zeferino), para de-signar a un conjunto de ‘civiles’ que participaron en una serie de reunionesfilosóficas que se organizarón en torno al asturiano recién llegado de ultra-mar y que habían de prolongarse un tiempo. Sin duda el discípulo más fiely la personalidad más influyente que Fray Zeferino tuvo ocasión de confor-mar fué Alejandro Pidal y Mon (quién, nacido en 1846, patrocinó la edi-ción, en 1873, cuando tenía 26 años, de los dos volúmenes que recogíanuna miscelanea de artículos sueltos de su maestro, los Estudios religiosos,filosóficos, científicos y sociales; dos años antes de que diera a la estampasu propio libro Santo Tomás de Aquino, Madrid 1875, 416 pgs., donde abun-dan las referencias a Fray Zeferino). El propio Pidal y Mon escribía enaquellos años, en 1874, y en un artículo titulado precisamente «El filósofo

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español Fray Zeferino González» publicado en La Defensa de la Sociedad(20 febrero 1874, nº 69, pg 579-580):

«Mientras en este trabajo se ocupaba [la preparación de la versiónespañola de su Tratado filosófico, la Filosofía Elemental], pudimos conse-guir que algunos dias prescindiese de su exagerada modestia el P. Zeferino,y que en la humilde celda de la calle de la Pasion, donde habita, admitida larenuncia del cargo de Rector del colegio de Ocaña, que desempeñó durantealgún tiempo (...) nos expusiese en algunas conferencias los inmortalesprincipios de la filosofía tomista. Así lo hizo, en efecto, tres dias por sema-na, en que, sin aparato ni ostentación y casi peripatéticamente, expuso laimportante cuestión de las categorías, la admirable teoría de la verdad, lade la razón, y toda la psicología empírica y casi toda la racional, ante unreducido pero atentísimo auditorio, en el que se hallaban jóvenes de talen-to, periodistas, sacerdotes y títulos de Castilla: recordando entre otros va-rios a Perez Hernandez, ya bien conocido por su especial talento y afición alos estudios filosóficos, Pagazartundua dado a las artes y a las letras, elmarqués de Heredia con su afición a la cienciay a la literatura, el poeta yperiodista Melgar, el conocido publicista Perier, el conde de Llobregat, dis-cípulo en Francia del R. P. Gratry y ahora del P. Zeferino en España, y otrosjóvenes entre los que se hallaba el autor de estas líneas, el mas ferviente sibien el menos aprovechado de sus discípulos. Pero cuando se nos presenta-ban en seductora perspectiva las importantes cuestiones ontológicas, la cien-cia médica obligó al padre Zeferino a suspender las conferencias por algúntiempo, atendido el cada vez peor estado de su vista. Ignoramos si la Provi-dencia volverá a reunir a los que acudiamos presurosos a la calle de laPasión a escuchar las conferencias del P. Zeferino, pero, sea lo que quiera,estamos bien seguros que todos los que a ellas asistieron llevarán siempreen su corazón y en su cabeza impreso el recuerdo de aquellos fugaces ins-tantes, tan útiles y tan queridos, en que, irradiando luz de su altísimo enten-dimiento, iluminaba los nuestros con la claridad, la precisión y la sencillaelocuencia de sus explicaciones».

Hasta 1874 Fray Zeferino prestó en España distintos servicios a suOrden: de 1868 a 1871 fué Rector del Convento en el que se había forma-do, el de Ocaña, y de 1871 a 1874 ocupó el puesto de Procurador de laProvincia Dominicana de Filipinas en Madrid.

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Ya hemos dicho que al año siguiente de su vuelta a la Península publi-có la Philosophia elementaria ad usum academicae ac praesertimecclesiasticae juventutis, opera et studio, Madrid 1868, en dos tomos (apartir de la tercera edición en 1881, se editaron en tres volúmenes). EnOcaña proyectó una Biblioteca de teólogos españoles, y escribió y publicódistintos trabajos de carácter netamente filosófico y crítico, impulsado has-ta cierto punto por el empeño que ponía Pidal y Mon en difundir su obra,como La inmortalidad del alma y sus destinos según una teoríakrauso-espiritista, La filosofía en la historia, El positivismo materialista oLa economía política y el cristianismo. El propio Pidal prologó en 1873 larecopilación de estas obras breves, los Estudios religiosos, filosóficos, cien-tíficos y sociales, que aparecieron el mismo año que la edición española dela Filosofía elemental.

Obispo de Córdoba (1875-1883)

Fray Zeferino, que ya comenzaba a ser conocido, iba a sufrir los fru-tos de tal ‘popularidad’ muy pronto, en la modalidad de obispable. Al con-vertirse en 1875 en Obispo de Cordoba, a pesar de sus protestas, su activi-dad intelectual se vió hasta cierto punto resentida. Durante los quince añosen que ocupó puestos de responsabilidad en la Iglesia, las ocupacionespastorales amortiguaron el ritmo de su producción filosófica, reducida casia la tarea de corregir y actualizar las sucesivas ediciones de sus obras. Tresaños despues de ocupar la silla cordobesa vió la luz la obra por la que quizáha sido y es más conocido Fray Zeferino, la monumental, en términos rela-tivos a la época y a España, Historia de la Filosofía (editada en 1878-79 entres volúmenes y en 1886 en 4 volúmenes, traducida al francés en 1890).La Historia de la Filosofía de Fray Zeferino representaba la más completay amplia obra de su género escrita por un español hasta entonces.

Fray Zeferino ocupó el Obispado de Córdoba durante casi diez años.En ese periodo sus preocupaciones pastorales y sociales fueron notables.Le cabe el mérito de haber sido pionero en la organización de los CírculosObreros, estructura cuya implantación en España se suele atribuirerroneamente al P. Vicent (ver L. Palacios Bañuelos, Circulos obreros ysindicatos agrarios en Córdoba (1877-1923), Córdoba 1980 y J. AndrésGallego, «Los círculos de obreros (1864-1887)», en Hispania Sacra 29:1976,

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259-310). También fué pionero Fray Zeferino en la acomodación de losSeminarios eclesiásticos a las enseñanzas del bachillerato civil, convirtien-do de hecho los seminarios conciliares en colegios de bachillerato (ver ladefensa que Francisco Antonio de Aguilar hace de esta medida tomada enCórdoba, y que creó polémica aunque se extendió por España, en La Cruz,1877, 2, 371).

La labor de un filósofo a la cabeza de un Obispado no podía por me-nos que causar prevención en elementos del clero mas ‘profesionalizados’.Encontramos un testimonio interesantísimo sobre la opinión que en algu-nos sectores de la Iglesia se tenía de la personalidad del dominico en unacarta escrita en el contexto del rumor que en 1881 hacía a Fray Zeferino,entonces Obispo de Córdoba, candidato a ocupar la sede arzobispal vacan-te de Zaragoza tras el fallecimiento del Cardenal García Gil: en esa carta,escrita el 13 de mayo de 1881 por el jesuita Vigordan al P. Costa, a propó-sito del edificio que los jesuitas proyectaban construir en Zaragoza

en relación con la vacante arzobispal, se dice que ‘sería una calami-dad para nosotros y también para la diócesis’ que fuera nombrado Arzobis-po Fray Zeferino (Archivo de Roma, SI, Litt.Ass.Hisp.Arag.; apud ManuelRevuelta González, S.J. La Compañía de Jesús en la España Contemporanea.Tomo 1: Supresión y reinstalación (1868-1883). Universidad Pontificia deComillas, Madrid 1984, pg. 1005, nota 36.).

Arzobispo de Sevilla y Toledo, y Cardenal 1883-1889

En 1883 Fray Zeferino es preconizado Arzobispo de Sevilla, siendocreado Cardenal al año siguiente, el 10 de noviembre de 1884, por LeónXIII, con el título de Santa María supra Minervam. Quizá fué en Maniladonde causó un mayor impacto la noticia de la elevación de Fray Zeferinoal Cardenalato. La Universidad de Santo Tomás de Manila se volcó en or-ganizar un Certamen científico literario y distintas veladas del 5 al 8 demarzo de 1885 (que tuvieron su reflejo después en un libro de 354 pgs.,donde incluso se publica el texto y la música de una Cantata en su honorpara coro a dos voces y solo).

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En pleno ascenso jerárquico es promovido inmediatamente, en 1885,a Toledo, siendo el primero en haber ostentado la Sede Primada junto a ladignidad de Patriarca de las Indias (dignidad que era fruto de lo acordadoen 1885 entre la Santa Sede y Alfonso XII). Pero una vez más la salud seiba a interponer en su camino, determinando pocos meses despues de suentrada en Toledo, la vuelta de nuevo a Sevilla, en enero de 1886. El 30 dediciembre de 1889 se anunció su renuncia definitiva al Arzobispadohispalense, alcanzando, sin haber alcanzado los sesenta años, la situaciónprematura de retirado.

Los últimos años 1890-1894

Tras su renuncia a la archidiócesis sevillana continuó viviendo untiempo en esa ciudad, donde publicó su última gran obra (la más recienteen el tiempo pero quizá la que primero quedó anticuada), La Biblia y laCiencia.

Un cancer de maxilar mortificó los últimos meses de su vida al sufrirgrandes dolores y no poder contar con gran auxilio por parte de la medicina(a pesar de la operación a la que se sometió en Alemania). Durante estosúltimos meses las noticias del avance de la enfermedad fueron seguidascon especial atención por la prensa nacional, y en particular por la asturia-na.

Murió el 29 de noviembre de 1894, en la Procuradoría de los domini-cos misioneros en Madrid, en la calle de la Pasión. Las ceremonias celebra-das con ocasión de su entierro fueron acordes al gran prestigio, respeto yadmiración, que su figura y su obra lograron alcanzar.

Fué enterrado en Ocaña, pero hoy en dia no se conservan más quefragmentos de la lápida del rico mausoleo que se levantó para guardar susrestos: tan magnífico era el monumento funerario que, en la agitación natu-ral de nuestra última Guerra Civil, fué dinamitado, se supone que para re-cuperar supuestos tesoros.

El recuerdo de Fray Zeferino sigue formalmente vivo entre nosotros,aunque sea en la forma de rotulo de una calle. En la actualidad, sin preten-

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der ser exhaustivos, llevan su nombre varias calles españolas. En Sevilla lacalle medianera entre la Catedral y la Casa de Contratación, actualmenteArchivo de Indias, que antes se llamaba ‘Gradas del Sur’, pasó en 1890 allamarse del ‘Cardenal González’ y a partir de 1900 de ‘Fray CeferinoGonzalez’, y así sigue. Idéntico nombre lleva la calle que Gijón dedicó alasturiano. En Madrid la calle de la Pasión, donde vivió y murió, en plenoRastro, lleva hoy el rótulo de ‘Fray Zeferino González’. En Oviedo no ha-bía transcurrido un mes de su muerte cuando el Ayuntamiento acordó de-nominar así la calle que, todavía en proyecto, iba a unir la de Uria y Rio deSan Pedro (hasta 1912 no se lograría unir la calle del ‘Padre ZeferinoGonzalez’ o ‘Fray Zeferino’ a la calle Independencia). En Córdoba, dondecuando estuvo no fué Cardenal, sí que lleva ese título la calle que le siguededicada, ‘Cardenal González’.

Más interesante es constatar también el recuerdo oral que de FrayZeferino se ha transmitido y sigue vivo en personas cultas jovenes, particu-larmente de Asturias y Sevilla (como hemos podido constatar, de formaespontanea, y no necesariamente en ambientes dominicos). La anécdotamás frecuente que se atribuye a Fray Zeferino suele ser variante de la si-guiente: leía tantos libros y era tan despistado que un dia al ir al comedorleyendo tomó una sardina para marcar la página en la que abandonaba lalectura, cerrando el libro con ella dentro (variantes degeneradas e impro-pias hacen a la mencionada sardina, ‘en aceite’, para mas engrasar el libro).En la trastienda de una librería de viejo de Sevilla, un anónimo interlocutorme refirió esta otra, no exenta de ciertos matices volterianos: como hacíamucho calor en Sevilla gustaba Fray Zeferino desplazarse, a la hora de lasiesta canicular y por el palacio arzobispal, en ropa interior, pero precedidode unos monagillos que hacían sonar sus campanillas; unas monjas que noconocían la costumbre, creyendo que se acercaba el Altísimo -en la moda-lidad de formas consagradas- se arrodillaron humildes ante el Cardenal quecruzaba los pasillos en calzones. Hemos oido inclus atribuir también a FrayZeferino lo que se asegura de don Marcelino, que leía en un libro las dospáginas a la vez, dedicando un ojo a cada una de ellas.

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Cronología documentada de Fray Zeferino Gonzalez

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Cronología documentada de Fray Zeferino Gonzalez

1831 Enero 28. Nace en Villoria (Laviana,Asturias).

1844 Ingresa en el Convento dominico deOcaña.

1848 Profesa como Dominico. Inicia via-je a Manila.

1849 febrero. LLEGADA A MANILA

1851 Comienza a dar algunas clases deHumanidades.

1853 Lector de Filosofía.

1854 Ordenado sacerdote.

1857 Septiembre. Los Temblores de tierra(Manila).

1857 La electricidad atmosférica (Manila).

1859 Catedrático de Teología en la Uni-versidad de Santo Tomás

1862 Enero. La economía política y elcristianismo (Manila).

1862 Marzo. Sermón predicado el 7 de marzode 1862... [sobre] Santo Tomás (Manila).

1864 Estudios sobre la filosofía de SantoTomás (Manila, 3 vols.)

1866 Reglamento del Colegio de Niñas deSanta Catalina de Sena, de Manila(Manila)

1866 VUELVE DE MANILA A ESPAÑA

1866-67 2ª edición de los Estudios sobre lafilosofía de Santo Tomás, (Madrid, 3 vols.).

1867 Enfrentamiento en el Ateneo conSegismundo Moret

1868-1871 RECTOR EN OCAÑA

1868 Philosophia elementaria (Madrid, 2vols).

1869 Mayo. Sobre una biblioteca de teó-logos españoles (Ocaña).

1869 Agosto. La inmortalidad del alma segúnuna teoría krauso-espiritista (Ocaña).

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1870 «La filosofía de la historia», en LaCiudad de Dios (Madrid).

1870 Agosto. La definición de la infalibilidad(firmado en Ocaña, publicado en Madrid).

1870 Agosto 13 «El notable escritor filosófi-co fray Ceferino Gonzalez acaba de publi-car un opúsculo bien escrito sobre la infali-bilidad del Pontífice». En LA EPOCA,1870-VIII-13 (24 Diarios, II-8669)

1871 Marzo 6. «Carta de Fray C.G. Rec-tor del Convento de Ocaña, protestandosontra un artículo de ‘La Iberia’», en ElPensamiento Español (Madrid)

1871-1874 PROCURADOR DE LA PRO-VINCIA DOMINICA DE FILIPINAS,EN MADRID

1872 El positivismo materialista (publicadoen La Defensa de la Sociedad y luego comofolleto de 46 pgs. en Madrid)

1872 Octubre 26. «El ilustre escritor pa-dre Ceferino Gonzalez se encuentra en-fermo». En LA EPOCA, 1872-X-26 (24Diarios, II-8671)

1873 Enero 23 «La Academia de Cien-cias Morales y Políticas ha elegido paracubrir tres vacantes a los señores Arnao(Antonio) y Valera, habiendo obtenidomayoría de votos el filósofo dominicoFray Ceferino Gonzalez». En LAIBERIA, 1873-I-23 (24 Diarios, I-2475)

1873 Filosofía elemental (Madrid, 2 vols).

1873 Estudios religiosos, filosóficos, cien-tíficos y sociales (Madrid, 2 vols).

1874 Escribe y presenta a la Academia de Cien-cias Morales y Políticas su discurso de re-cepción sobre La causa principal originaria,ya que no la única, del malestar que esterili-za y detiene la marcha de la Sociedad por loscaminos del bien..., que sin embargo no seráleido hasta el año 1883 a causa, primero, delos sucesos políticos y luego de las ocupa-ciones episcopales del autor.

1874 Enero. «La moral independiente», enLa Defensa de la Sociedad (Madrid)

1874 Junio. «Carta a Don Alejandro Pidaly Mon», en La España Católica (Madrid).

1874 Noviembre 2. «El P. Joaquín Fonseca,asturiano, dominico en Ocaña, autor de unCanto épico sobre lo del Callao, de un poe-ma sobre Sto. Tomás de Aquino y AlbertoMagno (que forma un tomo) y no sé si deotras obras, es verosimil que sea tambien tra-ductor. Nada perderá V. con escribirle. Quizále sea tambien útil para adquirir noticias detraductores y escritores de Filipinas. El me-jor modo de ponerse V. en correspondenciacon él será que en mi nombre visite al Ilmo.Sr. Fr. Zeferino Gonzalez, (Pasión 15), a quiénescribo hablándole de V. Tambien, si quiere,puede visitar a Ortí y Lara», en carta deGumersindo Laverde a Menéndez Pelayo,desde Valladolid 2 noviembre 1874(Epistolario de MMP, tomo 1, carta 140).

1874 Noviembre. «Fr. Zeferino me con-testa que tendrá mucho gusto en recibir aV. y que le podrá dar noticias de traduc-ciones a los dialectos filipinos», «La horamás a propósito para ver a Fr. Zeferino(Pasion, 15) es de 3½ a 4 de la tarde», encartas de Laverde a Menéndez Pelayo (de6 y 17 de noviembre, Epistolario de

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MMP, tomo 1, nº 145 y 150). «Mañana,que tengo la tarde libre, a consecuenciade haberse suspendido las clases por cier-tos motines universitarios, haré una vi-sita a Fr. Zeferino, a quien no he podidover hasta ahora», en carta de MenéndezPelayo a Laverde, de 24 de noviembre(tomo 1, carta 153).

1875 Febrero 8. «El P. Fr. Zeferino Gonz.me dice que sintió mucho no estar encasa cuando V. fué a visitarle. Repita V.la visita pronto, a las 4 de la tarde, antesde que obispe, pues luego ya no será tanfacil verle, y puede suministrar a V. cu-riosas noticias sobre traduccs. a los dia-lectos filipinos hechas por nuestros mi-sioneros», en carta de Laverde aMenéndez Pelayo, desde Nueva deLlanes, 8 febrero 1875 (En Epistolariode MMP, tomo 1, carta 177).

1875 Febrero 21. «Parece que está pro-puesto para el cargo de Patriarca de lasIndias el señor Obispo de Malaga, FrayCeferino Gonzalez», en La Iberia,1875-II-21 (24 diarios, II-8672)

1875 Abril 26. «He visto al P. Zeferino,que me ha prometido datos de traducto-res filipinos», en carta de MenéndezPelayo a Laverde desde Madrid(Epistolario de MMP, carta 1, carta 198).

1875 Junio. «Observaciones a una cartadel señor Salmerón», en La Defensa dela Sociedad (Madrid).

1875-1883 OBISPO DE CORDOBA1875 Julio 5. Preconizado Obispo deCordoba

1875 Julio 23. «Cabildo extraordinario.Viernes 23 de Julio de 1875. Objeto delCabildo. El P. Dean hizo presente al Ca-bildo le había suplicado se reuniera poruna comunicación del Ilmo. Sr. Obispo,preconizado para esta Diócesis, Fr.Ceferino Gonzalez. Hallándose en la salacapitular los Sres. Dean, Arciprestes,Chantres (...) se leyó referida comunica-ción, en la que Fr. Ceferino informaba queobligado por Su Santidad Pio nono a acep-tar la pesada carga del episcopado a pe-sar de sus reiteradas renuncias y gestio-nes en contra, y preconizado por Ntro.Smmo. Padre para la Iglesia y Obispadode Córdoba, tenía el honor de ponerlo enconocimiento de esta corporación comonatural y legítima representante de estaSanta Iglesia / por tantos títulos acreedo-res a que le hubiese cabido en suerte Pre-lado más digno y más apto para su go-bierno espiritual. El Cabildo oyó con ex-traordinaria complacencia esta comuni-cación, acordando que en el momento seacontestada en los términos más atentos(...). Y no habiendo otra cosa que trata seconcluyó este Cabildo. El Dean», en Ac-tas Capitulares [manuscritas], Archivo dela Catedral de Córdoba, tomo 119.

1875 Agosto 24. «Cabildo extraordinario.Martes 24 de Agosto de 1875. Hallándo-se en la Sala Capitular los Sres. Dean,Arciprestes, Maestres (...) se manifestópor el S. presidente que había suplicadoal Cabildo que se reuniera para que se de-terminara si se felicitaba al Sr. Obispo pre-conizado de esta Diócesis con motivo decelebrarse en el 26 de los corrientes SanCeferino / Santo de su nombre. El Cabil-do despues de alguna discusión acordó

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que así se verifique, redactando el oficiocorrespondiente por la Diputación de Ha-cienda y Mesa en los términos debidosy más atentos. Con lo que concluyó esteCabildo», en Actas Capitulares [manus-critas], Archivo de la Catedral de Cór-doba, tomo 119.

1875 Octubre 30. «Tan luego como vi en losperiódicos que había llegado A. Pidal, fuí asu casa, y no encontrándole en ella, le dejélos dos ejemplares de su tesis doctoral. Solodormió en ésta; no comió en su casa; se fuéa Ocaña para asistir a la consagración delObispo de Cordova, Fray Ceferino González,y se marchó de nuevo para Asturias dondesigue toda su familia (...)», en carta de MaginBonet a Menéndez Pelayo (en Epistolariode MMP, tomo 1, carta 258).

1875 Noviembre 20. Los apoderados deFray Zeferino toman posesión en sunombre de la silla episcopal de Córdo-ba, donde hace su entrada el dia 25, entren procedente de Madrid.

1875 Diciembre 25. Carta pastoral delObispo de Córdoba (Córdoba, 31 pgs.)

1876 2ª edición de la Filosofía elemental(Madrid, 2 vols.).

1876 «Carta pastoral del Sr. Obispo de éstadiócesis insertando un notable documen-to -la unidad católica- de S.S. al Sr. Car-denal Arzobispo de Toledo», en BoletínOficial del Obispado de Cordoba.

1876 «Pastoral del Prelado: trata de laconservación y organización del Semi-nario Conciliar de S. Pelagio...», en Bo-letín Oficial del Obispado de Córdoba.

1876 Septiembre 8. «Forner en El Pasa-tiempo hace notar que Vives no se limitóa combatir los vicios de la Escolástica, sino los de todas las sectas y sistemas. Fr.Ceferino Gonz. pónele entre los que tra-bajaron por restaurar el sano escolasti-cismo y halla bastante conformidad, enlo general, entre sus doctrinas y las deSto. Tomás (...) Fr. Zeferino Gonz. me es-cribe que há leido en La España surevillesca 1ª y le gusta mucho. ‘Lástimaserá, añade, que nuestros gobiernos nopongan a ese joven en posición y circuns-tancias favorables para desarrollar sus ex-traordinarias facultades’», en carta deLaverde a Menéndez Pelayo (Epistolariode MMP, tomo II, carta 69).

1877 2ª edición de la Philosophiaelementaria (Madrid, 2 vols.)

1877 Circular sobre el establecimiento deCírculos Católicos (Cordoba).

1877 Febrero 14. «Mi querido maestro elP. Ceferino González ha escrito contra al-gunos heterodoxos de nuestros dias, es-pecialmente contra el Sr. Eguilaz; y susobras filosóficas tienen cada dia mayoraceptación en toda Europa y América. Nole crea V. un simple comentador de losescolásticos, aunque esto sería una glo-ria; antes tiene pensamiento y solucionespropios, no solo en psicología, ontología,etc. sino hasta en ciencias físicas y natu-rales, como lo prueban sus estudios so-bre los terremotos, electricidad, econo-mía, filosofía de la historia, etc. (...) si deEspaña arrancamos el tomismo, ¿con quénos quedaremos?. Precisamente dentro deesta escuela florecieron los grandes filó-sofos católicos de nuestra patria. Hoy

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mismo, los PP. Cuevas y Ceferino,Balmes y Ortí y Lara, el P. Alvarez yotros, no son otra cosa que tomistas, queexponen con más o menos tino la doctri-na filosófica del Angel de las Escuelas(...). Sobre lo que es el tomismo y su in-fluencia en el Cristianismo, y sobre elmismo como expresión genuina de laidea católica, bueno es ver la FilosofíaCristiana del P. Raulica, y los Estudiossobre la Filosofía de Sto. Tomas de miquerido maestro el P. Ceferino González,obra traducida ya a algunas lenguas», encarta de Ramón Martínez Vigil aMenéndez Pelayo (publicada por JoséLuis Perez de Castro, en el Boletín de laBiblioteca Menéndez Pelayo, 1952).

1877 Marzo 18. «El P. Zeferino González meencargó que le dijese a V. que ignorando suresidencia no le había escrito a V. para darlelas gracias y que lo había hecho a Laverde.¿Recibió V. su carta?. También me encargóel Sr. Obispo que llamase su atención de V.si reimprimía la obra para que viese si habíaalgo que modificar en la página 194 porquesi sus reminiscencias no eran inexactasSuarez no mitigó las peligrosas opiniones deMolina y Gabriel Vázquez, sino de Molinay Lisio, y entre sus discípulos cree recordarque no debe contarse a Toledo que murióbastantes años antes que Suarez con el cualduda que haya tenido relaciones de discípu-lo. De quien cree que fué discípulo es deDomingo de Soto de Salamanca. V. dirá»,en carta de Alejandro Pidal a MenéndezPelayo (Epistolario de MMP, tomo 2, carta158).

1877 Mayo 3. «Persista V. en su tono de mo-deración y de respeto hacia el tomismo. Po-dría V., si tuviese a la mano las obras de Fr.Zeferino, invocarle en su apoyo, pues en al-gunas de ellas recuerdo haber leido que te-

nia por una exageración el reputar inutil cuan-to desde Santo Tomás acá -y fuera de su es-cuela- se ha hecho en materia de filosofía, ytacha a San Severino de nimis scholasticum,y hablando de Vives, dice que, en lo funda-mental, no discuerda del Angel de las Escue-las. Tambien halla bastante de aprovechableen la Escuela Escocesa», en carta de Laverdea Menéndez Pelayo (Epistolario de MMP,tomo 2, pg. 173).

1878 «Dos palabras acerca de los caracteresgenerales de la filosofía escolástica y de lafilosofía alemana», en La defensa de la So-ciedad (Madrid).

1878 «Raymundo Lulio», en La Ciencia Cris-tiana (Madrid).

1878 Abril 7. «Despues de estarme ocho diasen Granada, volví a Castilla, deteniéndomeuno en Córdoba para ver la Catedral y salu-dar al P. Zeferino, con quien tuve una largaconversación. Díjome que estaba cansado deser obispo y deseando dejarlo, porque no te-nía tiempo para estudiar. Díjome tambien quepensaba escribir una historia extensa de laFilosofía, dando grande importancia a la es-pañola y utilizando mis datos, &», en cartade Menéndez Pelayo a Laverde (Epistolariode MMP, tomo 3, carta 48).

1878 Abril 11. «A Fr. Zeferino le haríanmil favores si le admitiesen la dimisiónde la mitra y le dieran una jubilación de5.000 pesetas. Tambien la ciencia espa-ñola saldría gananciosa», en carta deLaverde a Menéndez Pelayo (Epistolariode MMP, tomo 3, carta 51).

1878 Junio 13. «Me alegro de que Fr.Zeferino siga manejando su docta péño-la en una obra de tanta importancia como

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la Historia de la Filosofía», carta deLaverde a Menéndez Pelayo (Epistolariode MMP, tomo 3, carta 82).

1878-79 Historia de la Filosofía (Madrid,3 vols.).

1879 Marzo 26. «¿Has visto la Historia de laFilosofía de Fr. Zeferino González?. En lacubierta del último nº de La Ciencia Cris-tiana viene anunciada», en carta de Laverdea Menéndez Pelayo (Epistolario de MMP,tomo 3, carta 264).

1879 «Carta Pastoral sobre el dinero deSan Pedro», «Carta Pastoral sobre la En-cíclica de S.S. León XIII acerca del ma-trimonio cristiano», «Pastoral sobre laencíclica ‘Aeterni Patris’», «[Biografíade Osio]», en Boletín Oficial del Obis-pado de Córdoba (Córdoba).

1879 «Junta de fomento de los CírculosCatólicos de Cordoba», en La CienciaCristiana (Madrid).

1880 Marzo 27. «He ojeado el tomo 3º dela Historia de la Filosofía del P. Zeferino.Noto bastantes omisiones, faltas de mé-todo y desproporción en la amplitud conque trata de los diversos filósofos y es-cuelas. Por lo demás, me gusta», en car-ta de Laverde a Menéndez Pelayo(Epistolario de MMP, tomo 4, carta 138).

1880 «Un teólogo español del siglo XVI [Pe-dro Soto]», en Boletín Oficial del Obispadode Córdoba y La Ciencia Cristiana.

1880 Diciembre 12. El hermano de FrayZeferino, Atanasio González, toma po-sesión de la Dignidad de Arcipreste dela Catedral de Córdoba.

1881 Enero 16. «Carta al Conde de Orgaz»,en Boletín de la Unión Católica.

1881 3ª edición de la Philosophiaelementaria (Madrid, 3 vols.).

1881 3ª edición de la Filosofía elemental(Madrid, 2 vols.).

1882 4ª edición de la Philosophiaelementaria (Madrid, 3 vols.).

1883 Enero 10. «Circular presentando laencíclica ‘Cum multa’ de León XIII», enBoletín Oficial del Obispado de Córdo-ba.

1883 Marzo 5. Grabado de CeferinoGonzalez, con un pie «Excmo. e Ilmo.Fr. Ceferino Gonzalez, Electo Arzobispode Sevilla», en La Ilustración Católica(Madrid).

1883 Marzo 6. «Pastoral de despedida delObispo de esta diócesis Dr. D. Fray Z.G.», en Boletín Oficial del Obispado deCórdoba.

1883-1885 ARZOBISPO DE SEVILLA

1883 Marzo 17. Preconizado Arzobispo deSevilla.

1883 Junio 2. «La Academia de CC Mora-les y Políticas celebrará mañana a las dosde la tarde sesión pública para dar pose-sión de plaza de número al académicoelecto Excmo. señor don Fray CeferinoGonzalez, arzobispo de Sevilla. El señorDon Fernando Alvarez contestará al dis-curso del nuevo académico», en El Im-parcial (24 Diarios, II-8674).

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1883 Junio 3. Junta pública de la Academiade Ciencias Morales y Políticas en la queFray Zeferino lee su discurso de recepción,escrito y entregado en 1874, y no modifica-do, sobre La Causa principal originaria, yaque no la única, del malestar que esterilizay detiene la marcha de la sociedad por loscaminos del bien, es esa gran negación ocul-ta y encarnada en el principio racionalista:la negación de Dios, la cual es principio ge-nerador del mal en todas sus formas, que escontestado por el académico D. FernandoAlvarez.

1883 Junio 3. «Ha sido recibido en la A. deCC. Morales y Políticas el padre C.G.», enLa Epoca (24 diarios, II-8675).

1883 Junio 4. «Esta tarde se ha verificado enla R.A. de CC. Morales y Políticas, la recep-ción del Rvdo. P.C. Gonzalez, antes humil-de religioso y ahora prelado insigne de laIglesia Universal, y antes y ahora filósofoespañol de gran autoridad. Entre el públicoy en los bancos de los académicos se veíanrepresentantes de todas las opiniones, de to-das las escuelas y de todas las clases socia-les. El tema de su discurso, ‘La Sociedad sinDios’, fué muy comentado», en La Corres-pondencia de España, (24 Diarios, II-8676).

1883 Junio 5. «La recepción del Arzobispode Sevilla Fray Ceferino Gonzalez, sabiodominico, en la Academia de Ciencias Mo-rales. Gran discurso del mismo arzobispo»,en El Siglo Fututo, (24 Diarios, II-8677).

1883 Octubre 7. «Anteayer fuí a visitar alpadre Zeferino, quien, dicho sea entre no-sotros, me pareció poco divertido. Us-ted dirá que un Arzobispo no tiene nece-

sidad de divertir. Yo no digo lo contrario.Digo sólo que el Padre Zeferino me pa-reció poco divertido. Estuvo, no obstan-te, amable, y me dió memorias para us-ted y otros amigos», en ‘Carta de Valeraa Menéndez Pelayo’ desde Sevilla, 7 deoctubre de 1885 (Epistolario de Valera yMenéndez Pelayo. En edición de Madrid1946, carta 135).

1883 Octubre 15. «Real Academia Sevillanade Buenas Letras / Tengo una verdadera sa-tisfacción en participar a V.E.I. que en sesióncelebrada por esta Real Academia el viernes5 del corriente, fué nombrado por aclamaciónindividuo de ella, en clase de Preeminente.La Academia ofrece a V.E.I. con este motivoel testimonio de su mas respetuosa conside-ración. Dios g. a V.E.I. mº aº. Sevilla, 15 deOctubre de 1883. El Stro. 2º. Joaquín Guichot./ Excmo. Sr. D. Fray Ceferino González, Ar-zobispo de Sevilla» [carta manuscrita conser-vada en el Archivo Diocesano de Sevilla, Go-bierno, Caja 352, donde se conserva la minu-ta de la respuesta:] «Acepto con el mayorgusto el favor que esa Real Academia me dis-pensa, dandome puesto preferente entre susilustres miembros, y ruego a V. tenga la bon-dad de ser para con ella el intérprete de missentimientos de gratitud por tan apreciabledistinción. Dios... (13 de Nbre). / Sr. D. Joa-quín Guichot, Secretario 2º de la Real Aca-demia de Buenas Letras de Sevilla».

1883 Octubre 31. «Sociedad Económicade Amigos del Pais. Sevilla / Excmo. Sr.,Tengo el honor de poner en conocimien-to de V.E. que esta Sociedad ratificandoel ofrecimiento que en nombre de la mis-ma fue hecho a V.E. por la Comisión quede su seno tuvo la honra de saludarle,

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acordo en Junta celebrada en 15 del corrien-te mes de Octubre, nombrar a V.E. Socio Ho-norario de la Corporación. Tengo así mismoel honor de acompañar adjunto el Diplomaque acredita el citado nombramiento a favorde V.E. Dios guarde a V.E. m.a. Sevilla, 31de Octubre de 1883. El presidente, ManuelHarter[?], el Socio Secretario, Pedro José dePaul. / Excmo. Sr. Arzobispo de Sevilla» [car-ta manuscrita conservada en el ArchivoDiocesano de Sevilla, Gobierno, Caja 352,donde se conserva la minuta de la respues-ta:] «He recibido con profunda gratitud laatenta comunicación de VV. y el diploma queme concede un puesto de honor en esa ilus-tre Sociedad. En su consecuencia, ruego aVV. se sirvan hacer presentes a la misma mivivo reconocimiento y los deseos que meaniman de cooperar en cuanto me sea posi-ble a los altos fines que se pongan. Dios...(13 de Nbr.). / Sres. Presidente y Secretariode la Sociedad Económica de Amigos delPais de Sevilla».

1884 Febrero 7. «Nombramiento de Rectorpara el Seminario Conciliar. Hecha ya la ti-rada de los pliegos anteriores de este Bole-tín, en que se publican los nombramientoshechos por su Excia. Rvdma. ha tomado po-sesión del honroso cargo de Rector de esteSeminario COnciliar, con que ha sido agra-ciado el dignísimo hermano de nuestro sa-bio y prudente Prelado el Muy Iltre. Sr. Li-cenciado D. Atanasio González, Dean quees de la Sta. Iglesia de Segorbe, a cuyo actoconcurrieron el anterior Rector que le dio laposesión, varios Sres. Capitulares (...)», enBoletín Oficial del Arzobispado de Sevilla(1884, pg. 311).

1884 4ª edición de la Filosofía elemental (Ma-drid, 2 vols.)

1884 noviembre 10. Preconizado Carde-nal por León XIII

1885-1886 ARZOBISPO DE TOLEDO

1885 5ª edición de la Philosophiaelementaria (Madrid, 3 vols.)

1885 Se publica la traducción alemana deKarl Joseph Nolte de los «Estudios sobrela filosofía de Santo Tomás» en Ratisbona(Regensburg), 3 vols. 1885.

1885 Mayo 25. Preconizado Arzobispo Pri-mado de Toledo

1885 Junio 13. «Importantísimo. El Pur-purado Ilustre, Cardenal Arzobispo de Se-villa, Fr. Zeferino González, ha puesto enconocimiento del Excmo. Cabildo Cate-dral su preconización para esta PrimadaIglesia y Archidiócesis. El Cabildo Tole-dano ha oido leer con sumo gozo y conrespeto profundo la comunicaciónelocuentísima de su nuevo Prelado, ha-biendo acordado en el acto que pase aMadrid a felicitar en su nombre a SuEmcia. Rdma. una Comisión de su seno.Abrigamos el convencimiento de que elArzobispado entero ve con satisfaccióngrande, y considera como señalada hon-ra, que tan acertadamente se haya pro-visto a las necesidades de esta Iglesia ysu Metrópoli en la respetabilísima per-sona del Emmo. Sr. Cardenal Fr. ZeferinoGonzález, cuyas acendradas virtudes y al-tísima sabiduría han popularizado sunombre con mucha justicia, no en la Igle-sia de España solamente, sino en todo elorbe católico. La grey regida un dia porSan Ildefonso y por Cisneros, que vió condolor la muerte de su Pastor egregio el

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Emmo. Sr. Cardenal Moreno, da hoy graciasa Dios por haberle deparado un Pastor tandigno, y lo espera todo de su ferviente celo,de su ilustración y de sus bondades. Felici-tamos respetuosamente a nuestro Preladoinsigne, y rogamos a Dios que se digne con-cederle venturosos dias y gracias abundan-tes para el fiel desempeño de su Pastoral en-cargo», en Boletín Eclesiástico del Arzobis-pado de Toledo (XXXIII, 24).

1885 Junio 20. [En la toma de posesión FrayZeferino no estaba personalmente en Toledo]«Posesión tomada en este dia del Arzobis-pado de Toledo por el Emmo. Sr. CardenalFr. Zeferino González, Arzobispo que ha sidode Sevilla. La Imperial Ciudad está de enho-rabuena, y lo está también el Arzobispadoentero; no es estraño. Ha cesado la orfandadde la Archidiocesis Toledana; su Pastorvigilantísimo la saluda hoy con efusión ca-riñosa, y comienza a regir desde este dia faus-to a su grey querida. Sin duda que el dia 20de Junio de 1885, en el cual ha tomado po-sesión de esta Primada Iglesia y su Arzobis-pado el Emmo. Sr. Cardenal Fr. ZeferinoGonzález, será un dia de gloria para la reli-giosa Toledo. (...). En esta misma mañanaha tenido lugar la solemne ceremonia deposesión, finito choro, según costumbre. (...).Concluida la ceremonia, marcharon todos losinvitados al Palacio Arzobispal, donde sehabía preparado por el Sr. D. Cipriano La-brador, acreditado confitero de la Real Casa,una espléndida mesa con todo el gusto yesquisita elegancia con que dicho señor sabehacerlo, presentando en ella con la mayorabundancia y variedad dulces delicados, ri-cas pastas, preciosos ramilletes, finos lico-res y escogidos habanos. Antes de tomarasiento se tiró mucha calderilla desde el bal-cón principal de Palacio. La concurrencia a

la ceremonia ha sido inmensa. Se veían cua-jadas de gente las anchurosas naves de estetemplo grandiosísimo, rebosando alegría lossemblantes de todos. Se comprende. Son co-nocidas las grandes virtudes y dotes superio-res del Prelado esclarecido que empieza hoya regir la Archidiócesis, y el pueblo Toledanoha dado una prueba de que sabe apreciarlas yde que las apreciará siempre. (...). Quiera elCielo escucharnos en bien de esta ciudad yArzobispado, que todo lo confían a su celo-sísimo y docto Prelado, Emm. Sr. CardenalFr. Zeferino Gonzalez. La Redacción», enBoletín Eclesiástico del Arzobispado deToledo (XXXIII, 25).

1885 Junio 27. «Ultima hora. Acaba de hacercon felicidad y con grande ovación la entra-da solemne en esta su amada Metrópoli elEmmo. y Rmo. Sr. Fr. Zeferino González,nuestro Prelado egregio. Felicitamos cordial-mente la bienvenida a nuestro Pastordignísimo, y mañana daremos cuenta a nues-tros suscritores de su esplendoroso recibi-miento y del ceremonial de entrada en la SantaIglesia Primada, si así tuviera a bien dispo-nerla», en Boletín Eclesiástico del Arzobis-pado de Toledo» (XXXIII, 26).

1885 Junio 29. «Está entre nosotros; glo-ria a Dios. Así creemos deber exclamaral contemplar por vez primera en su Pa-lacio Arzobispal a nuestro Prelado Emmo.recibiendo respetuosos plácemes de sugrey querida. Gloria a Dios, repetimos,prez y loor al tres veces Santo. (...). Ape-nas brillaron los primeros albores del sá-bado 27 de los corrientes, dia designadopor el Prelado para hacer su entrada, laanimación se dibujaba en todos los sem-blantes, las calles comenzaron a llenarsede gente, y el ruido de muchos carruajes

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que cruzaban por ellas, los militares de altagraduación con sus uniformes de gala, losedificios públicos cubiertos con preciosascolgaduras, y el entusiasmo, y el bullicio, yla algazara, anunciaban uno de esos aconte-cimientos que se inspiran naturalmente contoda su significación al corazón de los pue-blos católicos. (...). Unos veinte minutos ha-bían pasado, cuando la locomotora, que con-ducía orgullosa al esclarecido Huesped, to-caba en la estación de Toledo. En el momen-to en que se apeaba el Purpurado insigne,las campanas de la Catedral, que dieron laseñal a todas las de la ciudad, las salvas re-petidas de artillería del Alcázar, cohetes yvoladores en gran número, mezclaron susecos en armonioso concierto, dando a cono-cer a los Toledanos que estaba ya entre ellossu Pastor deseado (...)», en Boletín Eclesiás-tico Extraordinario del Arzobispado deToledo del lunes 29 de junio de 1885.

1886 Un recuerdo a las religiosas del Arzo-bispo de Toledo, o sea la Instrucción pasto-ral del Emmo... a las religiosas de los con-ventos de su jurisdicción (Toledo, 63 pgs.).

1886 Enero 15. Preconizado Arzobispo deSevilla

1886 Marzo 17. Cese como Arzobispo deToledo

1886 Marzo 20. «El Consistorio Secreto, enque nuestro Emmo. Prelado fué preconiza-do para Sevilla, y declaración de la Vacante.El dia 15 de Enero ha celebrado Su SantidadLeon XIII un Consistorio secreto, en el cual(...) se ha dignado designar y proveer las Igle-sias siguientes... La Metropolitana de Sevi-lla para el Cardenal Zeferino González (...)»,

«Hecha, segun vemos, en este dia lapreconización de Nuestro Emmo. y Rmo. Sr.Cardenal Arzobispo para la Silla Hispalense,y venida de Roma el Acta Consistorial, lanotificó el 17 del actual el Excmo. y Rmo. Sr.Nuncio de S.S. a Su Emcia.Rma., y éste lohizo en el mismo dia al Excmo. Cabildo Pri-mado, el cual se congregó el 18, a las nuevede la mañana, para enterarse de la Vacante,ocurrida por traslación, y acordar lo de cos-tumbre y derecho en casos idénticos o análo-gos, cuando se consolida en los Caildos lajurisdicción episcopal ordinaria vi juris nondecrescendi (...)», en Boletín Eclesiástico delArzobispado de Toledo (XL, 3ª época, 12).

1886-1889 ARZOBISPO DE SEVILLA(2ª vez)

1886 Mayo 24. «Je n’ai pas encore trouvéD. Servando et je sais qu’il a été fortoccupé ces jours-ci, au sujet de l’arrivée(magnifique!!) de Msgr. Gonzalez, el pa-triarca», en carta de Fredrik Wulff aMenéndez Pelayo (Epistolario de MMP,tomo 7, carta 521).

1886 Carta Pastoral al inaugurar su se-gundo pontificado (Sevilla).

1886 2ª edición de la Historia de la Filo-sofía (Madrid, 4 vols.).

1886 Julio 21. «La nueva edición de laHistoria de la Filosofía del P. Zeferinoestá muy aumentada especialmente en laparte de filosofía novísima. También haañadido algo en la parte española, vol-viendo a poner a Isaac Cardoso, a quienhabia omitido en la primera edición, aun-que le incluyó en la Filosofía Elemental

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latina», en carta de Menéndez Pelayo aLaverde (Epistolario de MMP, tomo 8,carta 19).

1886 5ª edición de la Filosofía elemental(Madrid, 2 vols.).

1887 Marzo 5. «Me he informado de lo relati-vo a los estudios de Luis [hijo de Valera].Para la enseñanza libre no hay matrícula;puede pedirse el examen en cualquier épocadel año. Las asignaturas del año preparato-rio de Derecho son: Metafísica, Historia deEspaña y Literatura General. El profesor deMetafísica es Ortí y Lara, y tiene por textola Filosofía elemental del P. ZeferinoGonzález», en carta de Menéndez Pelayo aValera, desde Madrid, el 5 de marzo de 1887(En Epistolario de Valera y MenéndezPelayo. En edición de Madrid 1946, carta255).

1887 Agosto 19. «El Emmo. Sr. Cardenal Ar-zobispo de Sevilla me encarga diga a V. quecon esta fecha se escribe al Rector del Semi-nario, ordenándole ponga de texto la obrade su señor padre. Con memoria del Emmo.Sr. aprovecha (...)», en carta de José Mª Frailea Menéndez Pelayo desde Pintueles(Epistolario de MMP, tomo 8, carta 480)[Menéndez Pelayo había escrito a los Obis-pos recomendando la obra de su padre comolibro de texto de Matemáticas, recibiendorespuestas similares de Tomás Cámara, Obis-po de Salamanca, de los Obispos de Astorga,León, Orihuela, &c. De todas las respuestasobtenidas a la recomendación del hijo porsu padre, la más terminante fué la de FrayZeferino: ‘ordenando ponga de texto’].

1889 6ª edición de la Philosophiaelementaria (Madrid, 3 vols.)

1889 Abril 27. Lee el discurso «La antiguedaddel hombre y la prehistoria», en el PrimerCongreso Católico Nacional Español (cele-brado en la Iglesia de San Jerónimo de Ma-drid, Abril-Mayo).

1889 Mayo 27. «Una rectificación» en LosLunes de El Imparcial [a propósito de la in-tervención en el Primer Congreso CatólicoNacional Español].

1889 Diciembre 30. Dimite como Arzobispode Sevilla

1890-1894 JUBILADO

1890-1891 Se publica la traducción al francésde G. de Pascal de la Historia de la Filosofía(Paris, 4 vols.).

1890 Abril 13. Eminentísimo Cardenal FrayZeferino Gonzalez (incluye un grabado). EnEl Carbayón, Año XII, nº 3737, Oviedo, Do-mingo 13 abril 1890.

1890 Agosto 28. Firma en Somió (Gijón) el«Prólogo» a la Historia del Colegio Mayorde Santo Tomás de Sevilla de Enrique de laCuadra (Sevilla, 1890, 2 vols.).

1890 Noviembre. «El lenguaje y la unidad dela especie humana», en La España Moderna.

1891 La Biblia y la Ciencia (Madrid, 2 vols.).

1891 Junio 29. «Anuncia los siguientes librosnuevos: ‘La Biblia y la Ciencia’ de FrayCeferino Gonzalez», En El Imparcial (24Diarios, II-8679).

1891 Julio 22. «Carta al M.R.P. Honoratodel Val», en La Ciudad de Dios (Madrid).Fechada en Vergara.

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1892 Enero 4. «Con motivo de la muertedel Eminentísimo Sr. Cardenal Payá, unperiodico publica la lista de los Arzobis-pos de Toledo, en la que figuran los as-turianos Francisco Lorenzana, Pedro deInguanzo y Fr. Ceferino González.» (ElCarbayón, lunes 4 de enero de 1892)

1892 2ª edición de La Biblia y la Ciencia(Sevilla, 2 vols.).

1892 Marzo 18. «Ateneo Asturiano. ElEmmo. Sr. Cardenal González, presiden-te honorario del Ateneo, ha remitido aeste un ejemplar de su última produc-ción, La Biblia y la Ciencia.» (ElCarbayón, viernes 18 de marzo de 1892)

1892 Julio 9. «Ha salido para los bañosde Alzola nuestro paisano eleminentísimo Cardenal González» (ElCarbayón, sábado 9 de Julio de 1892)

1892 Octubre 12. En La ilustración españolay americana aparece recogida, entre otras,la opinión del Cardenal Gonzalez sobre eldescubrimiento de América, en la conmemo-ración del IV Centenario. Aparecen recogi-das en ese número un total de 42 opinionesde distintas personalidades (Cánovas, Fita,Colmeiro, Pi y Margall, Vidart, Echegaray,Rubén Darío, Castelar, &c.). La respuesta deFray Zeferino aparece publicada en 4º lugar(después de las de León XIII, el Rey Carlosde Portugal y el Cardenal Patriarca de Lis-boa), siendo la que encabeza todas las opi-niones españolas. El texto de Fray Zeferinodestaca notablemente sobre los otros, porcuanto es el único que centra su respuestaen la importancia que el Descubrimiento tuvopara la ciencia. Este es el texto íntegro de larespuesta de Fray Zeferino:

«[Opinión] Del Emmo. Sr. Fr. ZeferinoCardenal González, Arzobispo dimisio-nario de Toledo y Sevilla. Si el descubri-miento del Nuevo Mundo por Colón re-presenta para España aumento de gloria,de riqueza y poderío, representa tambiénpara la ciencia nuevos horizontes y pro-gresos admirables en todas sus esferas, yprincipalmente en la geográfica, laantropológica, la prehistórica, lafilológica, a la vez que en todas las ra-mas de la historia natural. Pero ante todoy sobre todo, la empresa de Colón repre-senta y entraña grande y providencialcompensación en el terreno cristiano, lla-mando al seno de la Iglesia santa de Je-sucristo a muchedumbres innumerablesde hombres, a nuevas tribus, lenguas ynaciones, cuando Lutero arrojaba fuerade las corrientes católicas y arrastraba ensu apostasía a hombres, pueblos y nacio-nes del Antiguo Mundo».

1892 Octubre 24. La reseña sin firma (que ocu-pa casi toda la primera página de un total decuatro) aparecida en el periódico El Carbayónde Oviedo, sobre el libro de Martinez Vigil,La Creación, la redención y la Iglesia antela ciencia, la crítica y el racionalismo, co-mienza con esta referencia a Fray Zeferino:«Si nuestro virtuoso Prelado [Martínez Vigil]no tuviera bien ganada ejecutoria de ilustrepublicista, la obra cuyo título encabeza estaslineas, le acreditaría ante el tribunal de loshombres cultos, como escritor y apologistadoctísimo. Reciente todavía para gloria se-ñalada de Asturias, la aparición del profundolibro del sapientísimo Cardenal González LaBiblia y la Ciencia, sale ahora de las prensasla obra del Rmo. P. Martinez Vigil, notablepor muchos conceptos (...)».

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1893 Febrero 12. Crítica de La Biblia y laCiencia, en La Correspondencia de Espa-ña, (24 Diarios, II-8680).

1893 Marzo 1. «Asturias Parlamentaria. IV.Senadores de Asturias y Senadores Asturia-nos por otras provincias. (...) CardenalGonzález, por la de Sevilla, en 2 elecciones(...)», en El Carbayón.

1893 Marzo 9. «Ha llegado a Jerez de la Fron-tera, con objeto de practicar ejercicioscuaresmales en el convento de los padres je-suitas de aquella ciudad, nuestro paisano elilustre Cardenal Fr. Ceferino González», enEl Carbayón.

1893 Abril 3. «Ha llegado a Madrid nuestroilustre paisano el Cardenal González», en ElCarbayón

1893 Mayo 25. «Noticias de Cuba. (...) LaColonia Asturiana de Cienfuegos se ha luci-do en el presente año con las fiestas que hacelebrado en honor de nuestra excelsa Pa-trona la Virgen de Covadonga. Sabido es queallí existe una sociedad de beneficiencia,como la de La Habana. (...). Cuenta con 513socios activos y 18 honorarios, figurandoentre estos últimos el señor Cardenal Fr.Ceferino González, el Sr. Marqués de Pinardel Rio, el Sr. Pidal y otras notabilidadesasturianas (...)», en El Carbayón.

1893 Junio 16. «En el Palacio episcopal seestán preparando habitaciones para elExcmo. señor Cardenal González», en ElCarbayón.

1893 Junio 17. «Anteayer presento en la Aca-demia Española su discurso de ingreso eleminente filósofo Fray Zeferino Gonzalez.

De la contestación al sabio prelado está en-cargado el señor Canovas del Castillo», enLa Epoca (24 D, I-9153).

1893 Junio 21. «Ha presentado en la Acade-mia su discurso de ingreso nuestro ilustrepaisano el eminente filósofo Sr. CardenalGonzález. De la contestación al sabio prela-do está encargado el Sr. Cánovas del Casti-llo», en El Carbayón.

1893 Julio 1. «En el correo de ayer llegó aOviedo el Emmo. Sr. Cardenal Fr. CeferinoGonzález, nuestro paisano. En la estación fuéesperado por el señor Obispo de la Diócesis,con el Sr. Provisor y secretario de Cámara,gobernador civil, general gobernador militar,vice-presidente de la Comisión provincial,Comisiones del Cabildo Catedral, Seminarioy de los cuerpos de la Guarnición y algunosseñores sacerdotes. S. Emma. quedó enOviedo hospedándose en el Palacio episcopal.En esta ciudad permanecerá algunos dias tras-ladándose despues al palacio de Montealegre(Somió) que habitan los señores después deRiansares», en El Carbayón.

1893 Julio 7. «De veraneo (...). En Gijón seencuentra ya (...) el Cardenal González, quese hospeda en palacio de los duques deRiánsares (...)», en El Carbayón.

1893 Julio 14. «En el tren correo de ayer llegóa Oviedo el M.I. Sr. D. Atanasio González,Maestrescuela de la Catedral de Sevilla yhermano del Cardenal Fr. Ceferino», en ElCarbayón.

1893 Julio 28. «Desde Borines [establecimien-to balneario de] (...) Tambien se anuncia lavenida del Excmo. Cardenal Fray CeferinoGonzález», en El Carbayón.

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1893 Agosto 3. «En el palacio episcopal deVillamanín (Somió) se halla enfermo de al-gún cuidado, nuestro sabio paisano el Emmo.Cardenal, Fray Ceferino González, y paraasistirle y tal vez operarle, ha salido deOviedo el reputado médico Sr. Cuesta Olay.Sin que por ahora revista gravedad la dolen-cia del insigne purpurado, no obstante haofrecido en su principio algunos temores queafortunadamente después se han desvaneci-do. El ilustre enfermo se halla asistido conla mayor solicitud y acompañado incesante-mente por su hermano D. Atanasio, Digni-dad de Sevilla, y por sus hermanos de la Or-den, el Rvmo. Sr. Obispo de Oviedo y RR.PP.Fray Bartolomé Manzano, Rector de Ocaña,Fray Francisco Carrozal, y otros. Numero-sas personas se informan en Villamanín dela preciosa salud del paciente. Vivamentedeseamos el restablecimiento del doctísimoCardenal, gloria de Asturias», en ElCarbayón.

1893 Agosto 5. «Continúa mejorando en supreciosa salud el sabio Cardenal Fr. CeferinoGonzález», en El Carbayón.

1893 Agosto 11. «Se encuentra restablecidopor completo el Excelentísimo Cardenal Fr.Ceferino Gonzalez», en El Carbayón.

1893 Agosto 16. «El Excmo. CardenalGonzález. El 29 de Julio por la noche sintióserepentinamente atacado de un catarro vesicaleste ilustre escritor, en la casa de campo queel obispado de Oviedo posee en Somió. Asis-tido cariñosamente, tanto por el Sr. Obispodiocesano y otros hermanos de hábito, comopor cuatro doctores en medicina, que noabandonaron un instante al enfermo, la en-fermedad siguió su proceso natural, muy do-loroso por cierto, hasta el sábado último, diacatorce de padecimiento, en el cual se pre-

sentó una crisis favorable. Como por fortunano aparecen síntomas de otras complicacio-nes, muy de temer en esta clase de padeci-mientos, es de esperar que siga la mejoríainiciada, y que el ilustre purpurado entre pron-to en franca convalecencia. Así lo deseamosvivamente, pidiendo a Dios que prolongue lavida del Cardenal asturiano, que es gloria dela Iglesia, de la Orden de Santo Domingo yde las letras patrias. Mucho ha padecido es-tos dias el Cardenal González, y a muy dolo-rosas operaciones á debido someterse su na-turaleza, quebrantada por los estudios; perosu edad infunde esperanzas de que el autorde la Biblia y la Ciencia y de tantas otrasobras, enriquezca aún las letras con nuevasproducciones de su peregrino ingenio. Dioslo quiera», en El Carbayón.

1893 Agosto 18. [Noticia sobre la llegada aOviedo del Cardenal Sanz y Forés, arzobis-po de Sevilla] «(...) Entre las personas queaguardaban en la estación la llegada del Car-denal arzobispo de Sevilla, estaba el M.I.Sr.D.Anastasio González Tuñón, dignidad deMaestrescuela de aquella santa iglesia», enEl Carbayón.

1893 Agosto 19. [El Cardenal Sanz y Forés](...) «Como en otros años irá luego a tomarlas aguas de Caldas de Priorio y seguidamentevisitará en el palacio episcopal de Villamaninde Somió a su hermano en el Sacro ColegioEmmo. Cardenal González y al Rvmo. Sr.Obispo de Oviedo, allí retenido estos dias porla grave enfermedad de su huesped el sabioFr. Ceferino, su hermano de hábito», en ElCarbayón.

1893 Agosto 25. «En el expreso salieronpara Madrid el Emmo. Sr. Cardenal Fr.Ceferino González (...)», en El Carbayón.

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1893 Octubre 10. «Anteayer habrá llegado aMarmolejo nuestro ilustre paisano el Excmo.Cardenal González. Después de tomar lasaguas, irá a Sevilla, donde pasará el invier-no», en El Carbayón.

1893 Octubre 20. En la reseña publicada enEl Carbayón, de forma anónima, sobre el li-bro La creación, la redención y la Iglesiadel Obispo de Oviedo, el dominico MartinezVigil, se lee la siguiente referencia al Carde-nal González: «La cuestión del diluvio fuétratada recientemente en España por el Car-denal González, de la órden de Santo Do-mingo, y por el R. P. González, de la mismaOrden [se refiere a la obra de GonzálezArintero, El diluvio universal demostradopor la geología]. El Sr. Vigil la acomete conindependencia, porque aquellos dos traba-jos no habían aparecido al terminar él suobra; pero es notable, que en vez de conve-nir con el R.P. Gónzalez en la reprobacióndel sistema del abate Motais, se acueste a laopinión del ilustre Cardenal para proclamarla completa libertad de la exégesis. Pronun-ciase abiertamente a favor del diluvio res-tringido, por lo menos en cuanto al suelo y alos animales, y ridiculiza con gracia las com-binaciones necesarias paraalojar dentro delarca todas las especies conocidas en nues-tros dias».

1893 Octubre 30. «De El Noticiero sevillano:‘Ayer en el correo de Madrid regresó a estacapital después de larga ausencia, el Carde-nal Dr. Fray Ceferino González. Viene nota-blemente mejorado de sus dolencias. Baja-ron a esperarle a la estación numerosos ami-gos particulares, y visitado más tarde en sudomicilio por su sucesor el Cardenal Arzo-bispo de esta Archidiocesis», en ElCarbayón.

1893 Noviembre 28. «El sabio y virtuoso exArzobispo de Sevilla, Cardenal Dr. FrayCeferino González, continúa muy molestadopor su pertinaz dolencia; los dolores neurál-gicos se le han extendido a las mandíbulas,habiendo sido preciso extraerle un diente yuna muela. Quiera Dios otorgarle el prontoalivio que le deseamos», en El Carbayón.

1893 Diciembre 12. «Según El Noticiero Sevi-llano, nuestro ilustre paisano el Sr. CardenalFr. Zeferino González continúa avanzando enla convalecencia de su enfermedad», en ElCarbayón.

1893 Diciembre 18. «Dice El Correo: ‘Tele-grafían de Sevilla que la dolencia que sufreel Cardenal Fray Zeferino González ha teni-do un sensible retroceso. En la junta de mé-dicos verificada ayer tarde, han acordado ha-cer al virtuoso purpurado una nueva opera-ción. Hacemos votos porque el ilustre Car-denal obtenga pronto un total alivio», en ElCarbayón.

1893 Diciembre 19. «El Cardenal González.Nuestro ilustre paisano llegó a Madrid el 17para consultar sobre una dolencia que le aque-ja en el maxilar superior, y en cuyo diagnós-tico no han convenido los médicos de Sevillay dos de Madrid que se trasladaron a la ciu-dad andaluza para visitarle: el Dr. Argumosay nuestro paisano D. Joaquín López. Creenalgunos que sea una caries, e indispensableuna operación dolorosa y peligrosa. El Dr.Candelas, que visitó a última hora al virtuo-so Prelado, se muestra menos pesimista, aun-que reservado. No ha visto aún la necesidadde la operación quirúrgica. Una consulta delos Doctores Candelas, Rubio, Biforcos y al-gún otro, habrá resuelto anteayer el proble-

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ma. De todas veras deseamos la salud delsabio Cardenal», en El Carbayón.

1893 Diciembre 20. «El sabio cardenalfray Ceferino González, según dice unperiódico de Sevilla, no experimenta ali-vio en la grave dolencia que padece hacedias. Parece que el cirujano Sr. Saladoha decidido aplazar la operación acor-dada en consulta de profesores, los cua-les se colocan en actitud espectante envista de la variedad de caracteres que pre-senta la dolencia del virtuoso purpura-do», en El Carbayón.

1893 Diciembre 22. «El CardenalGonzález. Completando las noticias pu-blicadas en nuestro número del dia 19,acerca de la dolencia que aqueja al ilus-tre Cardenal asturiano, tenemos el sen-timiento de consignar que el resultadode la consulta médica celebrada el 17 delcorriente en Madrid dista mucho de sersatisfactoria. De acuerdo los cinco mé-dicos en que la enfermedad del P.Ceferino es gravísima, propuso el Dr.Candelas el examen del diagnóstico, de lanecesidad de una operación quirúrgica, y delas fuerzas del paciente para sufrirla. Discu-tidos los tres puntos aceptaron los doctoresel parecer de D. Federico Rubio cuyo resu-men es: 1º Que el Cardenal padece un sarco-ma, de extensión desconocida aún. 2º Es in-dispensable una operación quirúrgicapeligrosísima. 3º Pasados unos dias, paracerciorarse bién del diagnóstico, manifestarel caso al Cardenal, para que él decida lo quetenga por conveniente. Como nuestros lec-tores comprenden muy bien, el estado delilustre purpurado es grave, y dirigimos a Diosfervientes votos para que conserve una vida

que tanto ilustra las letras españolas y tanapreciada es en la Iglesia», en El Carbayón.

1893 Diciembre 30. «El Cardenal González.Continuamos informando a nuestros lectoresde las fases que va pasando el diagnósticodel ilustre enfermo. Despues de la consulta,de que dimos cuenta, y en la cual se habíaconvenido en que el Cardenal padecía un sar-coma, de extensión desconocida y de opera-ción necesaria y peligrosísima, surgió unadesidencia entre los doctores, afirmando al-gunos que solo había una caries. En este es-tado se anunció la operación para el dia 27,previniendo al enfermo que recibiera los auxi-lios espirituales, en previsión de cualquieraccidente funesto. Notose el 26 alguna mejo-ría, el enfermo salió de casa y los médicos,más esperanzados, hablaban ya de una ope-ración sencilla. Entonces el enfermo llamótelegráficamente al Dr. Creus para entregarsea su dictámen. Este, por desgracia, es pocosatisfactorio, pues aconseja la resección detodo el maxilar izquierdo superior, operacióndificilísima, que se ha pensado hacer en Ale-mania, sin que haya aún acuerdo definitivo.Quiera Dios que podamos pronto comunicara nuestros lectores informes menos pesimis-tas», en El Carbayón.

1894 7ª edición de la Philosophia elementaria(Madrid, 3 vols.)

1894 6ª edición de la Filosofía elemental (Ma-drid, 3 vols.)

1894 Enero 2. «Madrid, 31, 11 n. Hoy ha mar-chado para Berlin el Cardenal Gonzalez,acompañado de Don Alejandro Pidal, del Dr.Argumosa y de otras personas. Madrid, 1º,11’30 n. Los conservadores niegan que

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Cánovas recomendára a Pidal su pronto re-greso de Berlin cuando marchó acompañan-do al Cardenal Gonzalez. Fabra», en ElCarbayón (Sección telegráfica).

1894 Enero 5. «El Cardenal Gonzalez. Segúntelegrama de Berlin el ilustre Cardenal llegósin novedad. El diagnóstico del Dr.Bergmann es relativamente satisfactorio,pues aunque se necesita una operación, esde ejecución facil. Mucho celebramos estanoticia, que modifica notablemente los an-teriores diagnósticos», en El Carbayón.

1894 Enero 8. «Dice El Movimiento Ca-tólico: ‘El reverendo Padre Procuradorde los Dominicos ha recibido deleminentísimo señor Cardenal Rampollaun expresivo telegrama, diciéndole ennombre de Su Santidad León XIII queéste se ha afectado mucho con la noticiade la enfermedad de Fr. CeferinoGonzalez, y que desea saber diariamen-te del estado de salud del ilustre Carde-nal español’» (Sección Provincial). «Diceun periódico: ‘El Sr. Canovas ha recomen-dado al Sr. Pidal que regrese en breve deBerlin’. Cara de Páscua. Dice otro periódi-co: ‘Se ha dado torcida interpretación a laspalabras que se suponían dirigidas por el Sr.Cánovas al Sr. Pidal’. Cara de difuntos. Don-de digo digo, no digo digo, que digo diego»,en El Carbayón.

1894 Enero 9. «Dice Monte-Cristo en El Im-parcial: ‘Don José Pidal daba muy favora-bles noticias de la salud del ilustre cardenalfray Ceferino Gonzalez, con referencia a te-legramas enviados desde Berlin por el ex-presidente del Congreso. Por fortuna, la en-fermedad que sufre el sabio principe de la

iglesia no reviste gravedad alguna, y la ope-ración que han de hacerle en la cara será tanbreve que esperan los dos ilustres viajeros ha-llarse muy pronto de regreso en esta corte’.Sinceramente nos alegramos», en ElCarbayón.

1894 Enero 10. «Madrid, 9. Despachos deBerlin dicen que el Doctor Bergmam ha ne-gado que la enfermedad del Cardenal FrayCeferino Gonzalez sea un sarcoma. Es pro-bable que no sea necesaria la resección detodo el mascilar. La operación se hará a últi-mos de esta semana, pues Bergmam marchópara San Petersburgo a practicar otra opera-ción. Pidal y el Doctor Argumosa han salidopara Madrid. Fabra», en El Carbayón.

1894 Enero 12. «Nuestro ilustre paisano el Car-denal Gonzalez está ya instalado, en Berlin,en la clínica del Dr. Bergman», en ElCarbayón.

1894 Enero 13. «El Cardenal Gonzalez. Se-gún telegrama recibido de Berlin, nuestro ilus-tre paisano el Cardenal Fray ZeferinoGonzalez ha sido operado ayer felizmente porel Dr. Bergman. La operación, aunque otracosa se haya dicho, era terrible, pues se trata-ba de la resección de casi todo el maxilar su-perior izquierdo. Deseamos el rápido aliviodel sabio Cardenal» (Sección local). «Madrid12; 9’50 n. El Doctor Bergman operó estamañana en Berlin al Cardenal Fr. CeferinoGonzalez, con resultado satisfactorio. El ilus-tre enfermo se encuentra relativamente bien.Fabra», en El Carbayón.

1894 Enero 16. «Ayer habrá llegado a Madridel señor D. Alejandro Pidal. Cesa, por lo tan-to, en su cargo político interino el Sr. D. José

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Pidal» (Notas Políticas). «Madrid, 16, 1’45m. De Berlín se reciben detalles de la opera-ción hecha al ilustre Cardenal Fr. CeferinoGonzalez por el Dr. Bergman. Durante laoperación, que consistió en la resección delmasilar superior, el Cardenal fué clorofor-mizado. La enfermedad fué producida porla caries ocasionada por el crecimiento inte-rior de un diente. El enfermo continua me-jorando. Fabra», en El Carbayón.

1894 Enero 17. «El cardenal Gonzalez. Co-munican de Berlin noticias que pueden cali-ficarse de satisfactorias, respecto al ilustrefilósofo español. Tres cuartos de hora basta-ron al Dr. Bergman para la resección delmaxilar superior izquierdo del paciente, elcual, cloroformizado, nada absolutamentesintió. Con pleno conocimiento de su esta-do, y tranquilo relativamente, pasó despuésel dia en cama, sin que ningún accidente hayacomplicado la marcha de la cura. La opera-ción se efectuó el viernes último por la ma-ñana, asistiendo al doctor Bergman los mé-dicos de su clínica», en El Carbayón.

1894 Enero 18. «Se ha levantado el apósito alCardenal Fr. Ceferino Gonzalez. La heridase encuentra en estado satisfactorio. Se creeque el ilustre enfermo regresará pronto.Fabra», en El Carbayón.

1894 Enero 22. «Procedente de Berlin regre-só a Madrid el diputado a Cortes porVillaviciosa Don Alejandro Pidal», en ElCarbayón.

1894 Enero 24. «Madrid 23. Despachos deBerlin anuncian que el Cardenal P. Ceferinoha empeorado, no a consecuencia de la ope-ración que se le practicó, sino a causa de las

manifestaciones de otra afección que se le pre-senta en la laringe. Fabra», en El Carbayón.

1894 Enero 26. «El cardenal Gonzalez. La en-fermedad del maxilar que llevó a Berlin alilustre purpurado quedó perfectamente cura-da merced a la operación que, como sabennuestros lectores, le hizo el Dr. Bergmann.Más el dia 22 quiso el Cardenal que le reco-nociesen la garganta, y de esta inspección re-sulta, según dictamen de Bergmann, quenuestro filósofo padece allí un cancer que noadmite operación. Se le aconseja que vuelvainmediatamente a España. Damos esta noti-cia con el más profundo dolor, pidiendo aDios que otorgue al enfermo la deseada sa-lud, y sinó cristiana resignación» (Secciónlocal); «El Cardenal P. Zeferino ha salido deBerlin con dirección a España. Fabra» (Sec-ción telegráfica), en El Carbayón.

1894 Enero 27. «El sabio cardenal Fr. CeferinoGonzalez, cuyo estado de salud inspira tan-tos temores, cumple mañana 63 años deedad», en El Carbayón.

1894 Febrero 7. «Península. (...) León XIII yFr. Ceferino González. El padre procuradorde los Dominicos ha recibido del CardenalRampolla un expresivo telegrama, diciéndo-le de parte de Su Santidad León XIII que éstese ha afectado mucho con la noticia de la en-fermedad de Fray Ceferino González, y quedesea saber diariamente el estado de salud delilustre Cardenal español», en Diario deManila.

1894 Febrero 9. «El Cardenal Gonzalez. Elsabio Cardenal Fr. Zeferino continúa en elconvento de misioneros establecido en la ca-lle de la Pasión de la corte, donde es objeto

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de los mayores cuidados. Desgraciadamen-te, el ilustre Cardenal no mejora, y se temeun funesto desenlace», en El Carbayón.

1894 Febrero 17. «Según telegrama de Sevi-lla que publica El Imparcial, se han admi-nistrado los últimos Sacramentos a nuestrorespetable paisano el Canónigo de aquellaCatedral D. Atanasio Gonzalez, hermano delilustre Cardenal Fr. Zeferino. Deseamos elrestablecimiento del enfermo, tan querido yrespetado por sus virtudes y bello caracter»,en El Carbayón.

1894 Febrero 19. «El Cardenal Gonzalez. Deun diario de provincias reproducimos la si-guiente carta, que contiene interesantes por-menores de la situación en que hoy se en-cuentra el insigne Cardenal, honra de nues-tra provincia. ‘El cardenal fray ZeferinoGonzalez encuéntrase establecido ya en elmodesto convento de Misioneros de la callede la Pasión, de regreso de Berlin. La vidadel ilustre cardenal interesa a todos vivamen-te. Por la portería de su residencia desfilandiariamente personas de todas clases y cate-gorías, que acuden solíctas a saber el cursode la terrible enfermedad que postra y abateal insigne filósofo. Fray Zeferino Gonzalezsoporta con cristiana resignacion los dolo-res del cuerpo y las amarguras del alma. Ro-deado de contínuo de tres de sus más queri-dos familiares, conversa con ellos cariñosa-mente y esmalta sus disertaciones sobre talo cual problema filosófico o religioso, conpensamientos profundos y con sentencias desabio. Cuando el sufrimiento puede más quesu voluntad, inclina la cabeza, cierra los ojosy suspira con trabajo. Los familiares se reti-ran en silencio y cierran cuidadosamente lasventanas para que la luz del día no turbe el

sueño doloroso del ilustre prelado. Y así pasala vida el reverendo cardenal, honra de Espa-ña, cuyos valiosos estudios filosóficos se con-ceptúan en toda Europa como de poderosainfluencia para la exposición y crítica de lamoderna filosofía. Cuando ayer tarde visita-mos el convento de la Pasión, el cardenal des-cansaba, reclinado en un sillon de baqueta,en uno de esos sueños intranquilos que confrecuencia le postran. Hablamos con su fa-miliar de confianza, el padre José, que nosacogió con afabilidad suma. -Yo he acompa-ñado a su eminencia a Berlin -nos dijo- ypodré darles algunos detalles de los momen-tos de suprema angustia que allí hemos pasa-do. -Recurero el día en que fué reconocido elcardenal por el ilustre Bergmann. No nos per-mitieron entrar en la clínica. Los que acom-pañábamos a su excelencia y algunos buenosamigos suyos que residen en Berlin espera-mos en una habitacion contigua el resultadodel examen y de la operacion preparatoria.No es fácil hacer comprender aquellos terri-bles momentos. Detrás de aquella puerta seestaba decidiendo la suerte de un ser paranosotros queridísimo. Al descorrerse aque-llos pesados cortinones, todo habia conclui-do. La vida ó la muerte del sabio prelado. Heaquí lo que con ansia esperábamos y he aquílo que temíamos saber. Dentro, el doctorBergmann, con tres o cuatro ayudantes y va-rios médicos como él, cirujanos eminentes, yque tienen a honra inmensa presonciar los tra-bajos del insigne profesor. Fuera, algunosservidores leales del paciente, con la angus-tia en el alma y la muerte en el corazón (...).-Por fin se abrió aquella puerta. Uno de losayudantes, alto, rubio, de mirada viva y pers-picaz, se acercó a nosotros y nos dijo que laoperación se había hecho felizmente. El há-bil bisturí del ilustre cirujano había extirpa-

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do, en pocos momentos, un quiste que teníael reverendo cardenal en el maxilar inferio.Aquello era insignificante, un juego de ni-ños para el gran Bergmann. Cuando salió éstede la clínica, rodeado de varias personas, nosinclinamos respetuosamente hasta casi tocarel suelo con las frentes. Mis labiosmoviéronse en silencio, para bendecirfervorosamente a aquel hombre. / . La extir-pación del quiste alivió por algunos dias losdolores de nuestro prelado. Pero, por des-gracia, la mejoría duró muy poco y los sufri-mientos volvieron después con más fuerzaque antes. Hizose precisa una segunda ope-ración. Así lo acordaron algunos doctoresreunidos en consulta y así lo aseguróBergmann, ratificando el acuerdo de suscompañeros. Este trabajo de exploracion enbusca de la causa que producía tan terriblesdolores, duró muy poco, media hora apenas.El ilustre cirujano, separando tejidos con elbisturí, llegó al centro del mal, examinóle rá-pidamente, y, volviéndose a sus ayudantesdijo con sequedad: -¡Cubrid!. Aquella mis-ma tarde nos aconsejó el doctor Bergmannnuestro regreso a Madrid, asegurándonos quela operacion era inútil, por entonces. Y aquíhemos trído a su eminencia, porque supone-mos que en ninguna parte ha de hallar lascomodidades que en su casa. -¿Es cierto queel cardenal pensaba consultar con otras emi-nencias de Europa, acerca de su enferme-dad?. -No, señor. Nuestro reverendo padreno ha pensado tal cosa. Desde Berlín a sucasa de Madrid. Esto quería y esto ha hecho.Al ilustre purpurado le roe la gargante uncáncer’», en El Carbayón.

1894 Febrero 22. «El Cardenal Gonzalez. Esprobable que el Cardenal Gonzalez cambiede domicilio provisionalmente mientras que

acaban de habilitarse las habitaciones que enotra casa de la orden se le están preparando.Los médicos que le asisten opinan todos quelas condiciones higiénicas del sitio en que hoyreside impiden o retardan al menos la cura-ción de la enfermedad que padece», en ElCarbayón.

1894 Febrero 24. «Sevilla intelectual. AlfonsoCañaveral (nacido en 1855) (...) entre los cua-dros que ha hecho en estos últimos años fi-gura uno titulado ‘Rosa mística’ y encargadopor el Cardenal Fray Ceferino González,quien lo estima tanto que lo lleva consigo adonde quiera que marcha por alguna tempo-rada. El asunto es una alegoría de la Virgenenvuelta en una gasa y contemplando la rosade la Pasión que está coronada de nardos bajoel arco iris (...)», en Diario de Manila.

1894 Febrero 28. «Se encuentra muy me-jorado de la enfermedad que sufre nues-tro paisano don Atanasio Gonzalez, ca-nónigo de la metropolitana de Sevilla»,en El Carbayón.

1894 Marzo 7. «Madrid 6, 11’10 m. Ha falle-cido en Sevilla el M.I. señor D. AtanasioGonzalez Tuñon, dignidad Maestrescuela deaquel Cabildo y hermano del Cardenal Fr.Ceferino Gonzalez. En la Catedral se han ce-lebrado por su eterno descanso sustuosos fu-nerales, a los cuales asistió lo más distingui-do de la sociedad sevillana. la mierte del Sr.Gonzalez ha sido alli muy sentida» (Seccióntelegráfica). «Por el telegrama de Fabra (re-cibido con algun retraso) que publicamos enla seccion correspondiente, supimos ayer elfallecimiento de nuestro paisano el M.I. Sr.D. Atanasio González (...). En esta provinciaera muy popular por pasar en ella grandes

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temporadas y demostrarle gran amor y entu-siasmo. Aquí tuvimos el gusto de conversarcon él por última vez, cuando en el pasadoverano residió en el palacio episcopal deSomió asistiendo con nuestro prelado a susabio hermano el cardenal Fr. CeferinoGonzález, En el estado delicado en que seencuentra la salud de este sabio, no dejaráde influir esta desgracia. Dios quiera no seaasí», en El Carbayón.

1894 Marzo 8. [En Manila reseñan con ma-yor crudeza y realismo que en Oviedo la en-fermedad de Fray Zeferino] «Península. ElPadre Ceferino González. Las personas quehan visto al ilustre purpurado al dirigirse aBerlin y cuando regresó de Alemania, dicenque está muy desmejorado, y las que acom-pañan al insigne filósofo manifiestan que elDr. Bergman diagnóstico de cancer en lagarganta la afección del Cardenal; declaróque no es posible extirpar aquel, y recomen-dó que el enfermo regresara a Madrid cuan-to antes. Se cree que el término de la afec-ción será fatal y que el padre Zeferino vivirápoco tiempo, porque no puede comer,ademas de ser violenta la excitación que eldolor le produce. Con mucho sentimientotranscribimos las anteriores noticias, desean-do de todas veras que no se confirmen losfunestos augurios que dejamos consigna-dos.» «El ilustre purpurado llegó anteayer aParis y no se sabe aún cuando podrá llegar aMadrid. El R.P. Miguel del Val no se separadel enfermo un solo momento. Ahora mis-mo me dicen por teléfono de la Procuraciónde Dominicos que las últimas noticas reci-bidas de Paris son poco satisfactorias» [Lareferencia al teléfono sólo suponía, obvia-mente, una mayor rapidez en las comunica-ciones interiores de Madrid entre el corres-ponsal Kon-Gas y la Procuración de Domi-

nicos, pues sus noticias llegaban a Filipinaspor barco], en Diario de Manila.

1894 Marzo 9. «La Academia Española ha au-torizado al Padre Zeferino para verificar suingreso mediante representación. El Sr. D.Alejandro Pidal se encargará de leer el dis-curso de entrada, contestando, en nombre dela Academia, el Sr. Cánovas del Castillo»(Sección provincial). «La Unión Católica, deMadrid, de la que son redactores nuestrosamigos señores M. Pidal y Ruidiaz, ha publi-cado un notable número extraordinario dedi-cado a Santo Tomás de Aquino, el Angel delas Escuelas, ilustrado con los relatos del San-to, de SS. Leon XIII, del Cardenal Fr. ZeferinoGonzalez, del ex ministro Sr. Pidal y del P.Lacordaire. Los trabajos doctrinales han lla-mado la atención. Son un artículo sobre ladoctrina tomista, algunas páginas de la obradel Sr. Pidal, y de un panegírico del DoctorAngélico, por el Cardenal González y otrosexcelentes estudios. Felicitamos a nuestroestimado colega», en El Carbayón.

1894 Marzo 12. «Dice El Dia: ‘Por recomen-dación de los facultativos que asisten al Sr.Cardenal Gonzalez, ha trasladado éste su do-micilio desde el convento de la calle de laPasion a la de Serrano, num. 27. El cambiode aires ha iniciado alguna, aunque leve, me-joría en la salud del eminente filósofo’», enEl Carbayón.

1894 Marzo 20. «Madrid 18. El Cardenal Fr.Ceferino Gonzalez se empeoró anoche, te-miéndose un funesto desenlace, pero ahoraha mejorado algo. Fabra», en El Carbayón.

1894 Marzo 28. «La grave enfermedad que pa-dece el Cardenal Gonzalez se complicó conun nuevo ataque a la vejiga. Le asisten los

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doctores Suénder y Biforcos. Al extraerle laorina, el sábado de Ramos, padeció muchí-simo y expidió gran cantidad de sangre, porcuya razón las agencias telegráficas trans-mitieron despachos alarmantes. El estado delilustre paciente es realmente grave, a juiciode los médicos. Dios supla las deficienciasde una ciencia que aparece impotente paradevolver la salud al filósofo asturiano, quesigue algo mejor, aunque muy postrado», enEl Carbayón.

1894 Abril 4. «Península. Noticias de Madridy Provincias (Por Mala Inglesa). Madrid, 21febrero 1894. El Cardenal González. Es pro-bable que el Cardenal González cambie dedomicilio provisionalmente mientras queacaban de habilitarse las habitaciones que enotra casa de la Orden se le están preparando;los médicos que le asisten opinan todos quelas condiciones higiénicas del sitio en quehoy reside, impiden o retardan al menos lacuración de la enfermedad que padece. Estanoticia es de un periódico de la mañana. Porteléfono acaban de decirme desde laProcuración de Dominicos que el estado deS.E. el Cardenal González es, por desgracia,poco satisfactorio y que, en efecto, se ha to-mado una habitación de excelentes condicio-nes higiénicas en la calle de Serrano, a don-de es posible lo trasladen dentro de algunosdias. De Sevilla hay también noticias pocosatisfactorias referentes al hermano del Car-denal.» «El Círculo Católico de Obreros deCórdoba ha tomado el plausible acuerdo deofrecerse incondicionalmente al insigne Car-denal González, obispo que fué de aquelladiócesis, y fundados de dicho Círculo, lle-gando hasta a ofrecer la asistencia personalde todos sus socios al eminente purpurado,caso de que lo consideren necesario. Esto de-

muestra las grandes simpatías que en Córdo-ba como en todas partes supo inspirar el sa-bio prelado», en Diario de Manila.

1894 Abril 5. «En la relación de asturia-nos Académicos de número de la Espa-ñola, se omitió el nombre de nuestro es-clarecido paisano el Cardenal Gonzalez,electo para la silla L» [Se refiere a unanota publicada en el número del día an-terior que decía: ‘Actualmente son aca-démicos (asturianos): D. Luis Pidal yMon, marques de Pidal (electo) en la si-lla A, D. Ramón de Campoamor, que ocu-pa el sitial de Campomanes y D. Alejan-dro Pidal y Mon, el de Jovellanos’], enEl Carbayón.

1894 Mayo 23. «El Papa y el P. Zeferino. Conmotivo de la enfermedad que sufre el ilustrecardenal P. Zeferino Gonzalez, el cardenalRampolla ha escrito al Nuncio de Su Santi-dad en España lo siguiente: ‘Vivo sentimien-to nos ha producido al Santo Padre y a mi lanoticia que V.E. me comunioca, respecto alestado de salud del eminentísimo señor car-denal Gonzalez. Su Santidad quiere que V.E.vuelva a visitarlo y le participe la bendiciónespecial que el augusto Pontifice envía al ilus-tre enfermo en señal de paternal afecto y comoexpresión del vivo interés que toma por suestado. Al cumplir el encargo de Su Santi-dad, tenga V.E. la bondad de manifestar alpredicho señor cardenal que también yo meintereso por él vivamente, y ruego al Señor leconserve largos dias para decoro y lustre delSacro Colegio’», en El Carbayón.

1894 Junio 13. «Por desgracia sigue siendograve el estado del Cardenal Fr. CeferinoGonzalez. El epitelioma que padece el ilus-

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tre Prelado está haciendo rápidos progresos.La lengua está adquiriendo bastante hincha-zón y son cada dia mayores las dificultadesque tiene el Cardenal para deglutir», en ElCarbayón.

1894 Agosto 4. «Dedicada al señor CeferinoGonzalez ha traducido del francés el licen-ciado don Rafael Fernández Ramírez, un‘Diccionario de Antiguedades cristianas’,que comprende desde los principios del cris-tianismo hasta la Edad Media», en La Co-rrespondencia de España (24 D, II-8681).

1894 Agosto 27. «El Cardenal González. Gransatisfacción nos produjo la lectura de las si-guientes lineas que publica un periódico deMadrid: ‘Según noticias que tenemos, y queconsignamos con mucho gusto, el ilustre fi-lósofo y cardenal de la Santa Iglesia roma-na, Fr. Zeferino Gonzalez, no solamente noha empeorado en su larga dolencia, sino quepresenta en la misma síntomas de relativamejoría. El tumor de la garganta ha dismi-nuido algo, y el estado general sigue siendosatisfactorio, para consuelo de sus muchosamigos y admiradores», en El Carbayón.

1894 Septiembre 4. «Madrid 3; 6’45 t. El car-denal P. Ceferino ha sufrido una gravísimarecaida. Fabra», en El Carbayón.

1894 Septiembre 6. «Madrid 5. El cardenal P.Ceferino Gonzalez prepárase a hacer unaescursion a Lóndres.» [es errata porLourdes], en El Carbayón.

1894 Septiembre 14. «Vuelve a acentuarse lagravedad en la enfermedad que hace tiempoaqueja al sabio Cardenal Fr. ZeferinoGonzalez», en El Carbayón.

1894 Septiembre 15. «Fr. Ceferino Gonzalez.Las noticias que se reciben acerca del estadode salud del cardenal Gonzalez sondesconsoladoras. El retroceso brusco que hasufrido en su grave dolencia ha destruido susproyectos de un proximo viaje a Lourdes,concebido a virtud de una engañosa treguaque habia presentado el padecimiento y quehabia hecho retoñar risueñas esperanzas decuración. Pocos dias hace recibió la visita deuna caracterizada persona, pues a pocas sepermite ver al ilustre enfermo, y ésta le hallóen la situación más lamentable. Apenas pue-de hablar, la demacración ha hecho horriblesprogresos en su naturaleza y la vivacidad yfuerza de su mirada ha perdido todo su brilloy energia. Parece que lleva con heroica y cris-tiana resignación los dolores y trabajos de suenfermedad, y solo se ocupa de los dias eter-nos, que considera para él muy cercanos»,en El Carbayón.

1894 Septiembre 24. «Madrid 23. ElEminentísimo Cardenal Fray CeferinoGonzález se halla en estado gravisimo, te-miéndose por la vida del sabio filósofo.Fabra», en El Carbayón.

1894 Octubre 4. «Madrid 3. El Cardenal P.Ceferino Gonzalez está gravísimo. En brevese le hará una operación de taqueotamía [sic].Fabra», en El Carbayón.

1894 Octubre 23. «Las noticias que se recibende Madrid acusan estremada gravedad en ladolencia que con resignación ejemplar sufrenuestro sabio paisano Fr. Ceferino González.Ultimamente se ha negado a sufrir latraqueotomia, operacion que acaso hubierapodido alargar algún tanto la vida del emi-nente purpurado», en El Carbayón.

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1894 Noviembre 2. «Se encuentra en Madrid,donde ha visitado al Excmo. CardenalGonzalez, nuestro Reverendisimo Preladocon el Previsor de esta diócesis», en ElCarbayón.

1894 Noviembre 14. «En breve regresará aMadrid nuestro ilustre paisano el CardenalFr. Ceferino Gonzalez y fijará su residenciaen el convento de los Dominicos, de la callede la Pasión. Desgraciadamente no ha expe-rimentado alivio en sus dolencias el insignePurpurado», en El Carbayón.

1894 Noviembre 16. «El Cardenal Gonzalez.No había salido de Madrid, como equivoca-damente se dijo. Al declararse el epiteliomalos médicos y algunos amigos lograron tras-ladarle a una casa del barrio de Salamanca,con pretexto de recibir aires más puros. Laenfermedad, apesar de eso, siguió su curso,y advertido el paciente del peligro en queestá su vida, manifestó su deseo irrevocablede morir entre sus hermanos de hábito, re-gresando al convento de la calle de la Pa-sión, ya que no es posible llevarlo a Ocaña,donde hizo su profesión y quiere ser ente-rrado. Hasta hace poco ocupábase el ilustrepurpurado en corregir una edición de su ‘Fi-losofía elemental’, y en trabajos de Antro-pología; mas desde que conoce la inminen-cia del peligro dió de mano a esas ocupacio-nes, y no deja el rosario y el libro de la Imi-tación. Ordenó a su confesor, el P. Del Val,que vaya diariamente a darle la absolución,y en medio de los agudos dolores que le afli-gen, su resignación es admirable, sin unaqueja, ni un mal gesto. No puede hablar nada,y solo por señas, o escribiendo, manifiestasu voluntad. Habiendo tomado nuevo rum-bo la inflamación de la garganta, se esperaseguir alimentándole con la cánula, sin ne-

cesidad de acudir a la traqueotomía, sobre-vendrá la muerte por infección, salvo el casode un incidente violento. Sin un milagro, elestado del enfermo es desesperado. Dios ledé, como se lo pedimos, valor y resignaciónpara acrisolarse con tantos padecimientos»,en El Carbayón.

1894 Noviembre 17. «Madrid 16. El Emmo.Cardenal Gonzalez será trasladado hoy a suresidencia de la calle de la Pasión. El estadodel ilustre enfermo es muy grave. Fabra», enEl Carbayón.

1894 Noviembre 19. «Madrid 18. El CardenalFr. Zeferino González se agravó de su enfer-medad. Fabra», en El Carbayón.

1894 Noviembre 23. «Madrid 22. El Nuncioha recibido un telegrama del Papa enviandosu bendición apostólica al ilustre Cardenal Fr.Ceferino Gonzalez. El estado del sabio do-minico es gravísimo. Se teme el fallecimien-to del Cardenal Gonzalez. Fabra», en ElCarbayón.

1894 Noviembre 24. «El Cardenal González.Dice El Movimiento católico: ‘Sigue por des-gracia agravándose en su enfermedad elsapientísimo filósofo y virtuoso Cardenal Fr.Zeferino Gonzalez, que lleva su doloroso pa-decimiento con edificante resignación cris-tiana. Como conserva integras sus facultadesintelectuales, y ha comprendido perfectamen-te lo grave de su estado, ocúpase, como diji-mos otro dia, en la lectura de libros piadosos,confiésase diariamente con el bondadoso P.del Val, y para que nada le falte en la católicapreparación que está haciendo de su alma parael viaje eterno ha pedido y le ha sido admi-nistrada la Extremaunción, ya que el SantoViático no le es posible, a pesar suyo, reci-

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birlo. Cuantas personas logran ver al emi-nente Purpurado, se admiran al observar lasuma transformación de resignación, pacien-cia y mansedumbre, operada en aquél carác-ter viril, enérgico, activo y laborioso, debidoa los fecundísimos auxilios de la Religión yde la esperanza en gozar la inefable presen-cia del Hacedor Supremo’», en El Carbayón.

1894 Noviembre 26. «Madrid 25. El ilustrefilósofo Cardenal Fray Ceferino Gonzalezinsiste en morir en Lourdes. Fabra», en ElCarbayón.

1894 Noviembre 27. «Madrid 27. El Carde-nal Gonzalez marcha para Lourdes engravísimo estado. Madrid 27. Cuando se dis-ponía a realizar esta noche el viaje el Carde-nal Gonzalez se puso gravísimo, siendo ne-cesario aplazarlo. Fabra», en El Carbayón.

1894 Noviembre 28. «Madrid 28. El ilustreCardenal Fr. Ceferino Gonzalez, está espi-rando. Fabra», en El Carbayón.

1894 Noviembre 29. «Con objeto de abrazaren los últimos momentos de la vida y despe-dirse de su Hermano de Habito Fr. ZeferinoGonzalez, salió ayer para Madrid nuestro Re-verendísimo Prelado [Martínez Vigil].» (Sec-ción Local). «Madrid 28. El CardenalGonzalez entró en el periodo agónico.Rodeánle sus hermanos de hábito. La anti-gua residencia de la calle de la Pasión es vi-sitada por gran número de personages. Seespera mañana al Obispo de Oviedo, su tes-tamentario. Fabra», en El Carbayón.

1894 Noviembre 29, Jueves. MUERE ELCARDENAL FRAY ZEFERINOGONZALEZ

1894 Noviembre 30. «FR. ZEFERINOGONZALEZ [al cuerpo tipográfico 66] Ayera las tres de la tarde se recibió en Oviedo elsiguiente telegrama: ‘Madrid 29; 12’25 tar-de. Gobernador eclesiástico. El CardenalGonzález falleció santamente a las doce, asis-tido por el Obispo de Oviedo’. Tras lenta ago-nía, como si la muerte se resistiera a arreba-tar al más ilustre y sabio de los españolescontemporáneos, ha fallecido en Madrid elEminentísimo Cardenal de la S.R.I. y arzo-bispo dimisionario de Toledo y Sevilla,sapientísimo filósofo, gloria imperecedera deAsturias. La muerte del insigne purpurado esuna desgracia nacional y causa de profundí-simo duelo para la patria. A él nos asociamosde todo corazón, como católicos, como espa-ñoles, como asturianos, admiradores de laciencia y virtud del inmortal Padre Zeferino.En estos tristes momentos en que con Espa-ña toda llora Asturias la muerte de uno de sushijos más esclarecidos, El Carbayón prefierereimprimir el siguiente brillantísimo estudioa insertar una necrología, desnuda y humil-de, que en estas columnas pudieran escribirsus redactores. La piadosa y altísma memo-ria del Padre Zeferino pide una pluma astu-riana como la del Sr. Pidal y Mon, ornamen-to de la tribuna y de las Academias naciona-les; y si a estos títulos juntamos la circuns-tancia de haber sido el ilustre ex-presidentedel Congreso discípulo predilecto y amigo decorazón, inseparable, y depositario de la últi-ma voluntad del famoso purpurado, se com-prenderá que ningún otro trabajo puede aven-tajarle. Más trazado con espíritu pensadorhace catorce años, si nada falta en él a la pro-fundidad del concepto y al razonamiento fi-losófico, como breve nota nos permitimosúnicamente trazar estas breves lineas en quecon escuetos datos históricos juntamos las

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noticias biográficas y bibliográficas del fi-nado Principe de la Iglesia porque unas noentraron en el propósito del Sr. Pidal y otrasson posteriores a la fecha de su notable es-crito.» [Sigue una larga notabio-bibliográfica y el inicio del trabajo dePidal, ‘El filósofo español Fray CeferinoGonzalez’, que sigue publicando en los si-guientes dias], en El Carbayón [la primerapágina del periódico aparece orlada en ne-gro].

1894 Diciembre 1. «Fr. Zeferino Gonzalez.Ultimos momentos. A las diez de la mañanallegó a Madrid el ilustre dominico Fary Ra-món Martinez Vigil, Obispo de Oviedo, quesumamente contristado por las noticias tele-gráficas respecto a la salud del Cardenal, sepuso en marcha en seguida, para ver por úl-tima vez a su hermano de hábito. Al entrarnuestro señor Obispo en la celda del P.Zeferino, éste abrió los ojos, fijó su miradapenetrante en el recien llegado, y por señasle pidio la absolucion. Diósela el Reverendoseñor Prelado, le hizo la recomendación delalma, y no se separó de él hasta lo último desu vida, que se extingió en breve agonía. Elcadáver del Cardenal yace sobre un humildecanapé y ayer fué embalsamado y despuesamortajado cpn el Hábito dominicano y lapúrpura cardenalicia. El P. Martínez Vigil,D. Alejandro Pidal y D. Santiago Magdale-na, Dean de Ciudad Real y antiguo provisordel finado en Sevilla, se ocupa en todos lospormenores del entierro y funerales que seharán en Ocaña». «En honor del cardenal.Acompañarán el féretro hasta Ocaña los tes-tamentarios, representantes de las diferentesOrdenes religiosas, y en especial de los Do-minicos y Carmelitas, y gran número de per-sonas de todas las clases sociales». «Las

Reales Academias Españolas y de Cienciasmorales y políticas, dedicarán sus próximassesiones a honrar la memoria del P. Zeferino;que pertenecía a aquellas corporaciones, don-de sucedió al poeta Zorrilla y a D. Pedro Fe-lipe Monlau». «Como debido homenaje dejusticia, debemos consignar que no se han se-parado de su lado, ni el fidelísimo servidor ycompañero inseparable canónigo de SevillaD. José Fraile, que ha pasado con él no sololos dieciseis meses de enfermedad, sino jus-tos dieciseis años; ni el virtuoso y bondado-so viceprocurador general de los misionerosdominicos de Ultramar, Dr. Fr. Miguel del Val,su cariñoso confesor». «El Iltmo. Claustro dela Universidad de Oviedo celebró ayer unasesión extraordinaria para discutir la formade honrar la memoria del sábio purpurado,Fray Zeferino Cardenal González, gloria dela Iglesia española y de la pátria asturiana,acordando por unanimidad: 1º Celebrar en lacapilla del Establecimiento solemne misa deRequiem y responso, el lunes 3 de Diciembreactual invitando por medio de los periódicos,al Ilmo. Sr. Rector, Claustro y alumnos, sinque se hagan invitaciones personales a causade lo reducido del local. 2º Organizar, deacuerdo con el Seminario conciliar de Oviedo,y con el concurso de todos los cuerpos do-centes y científico-literarios de la provinciauna sesión necrológica en honor del ilustrefilósofo español. 3º Y disponer la publicaciónde un libro destinado al mismo objeto, en elque han de colaborar publicistas admirado-res del insigne dominico». «De los herma-nos del cardenal Gonzalez, solo queda DªBalbina, en la actualidad viuda y residenteen la casa donde nació el P. Zeferino». «En-tre las muchas personas que ayer demostra-ban su pesar por la muerte del Cardenal, es-taba el Sr. D. Alejandro de Prado, canónigo

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de esta Catedral, que gozó de la intimidadde aquel y fué su Secretario en el Obispadode Córdova». «El distinguido artista asturia-no señor Folgueras sacó pocos momentosdespués de la muerte del P. Zeferino la mas-carilla». (...) «Madrid 30. Se hacen en Ocañagrandes preparativos para el entierro del Car-denal Fr. Zeferino Gonzalez. Asistirán losObispos de Madrid, Segovia, Oviedo,Cordoba, Zamora, Badajoz, Palencia, Leóny Salamanca. En Ocaña habrá MisaPontifical, oficiando el Rvmo. Fray RamonMartínez Vigil, Obispo de Oviedo. Fabra»,en El Carbayón.

1894 Diciembre 2. «El Ateneo de Madrid ce-lebró anoche una velada en honor de Fr.Zeferino Gonzalez. El señor Azcárate(Gumersindo) examinó las teorías del P.Zeferino. Don Alejandro Pidal leyó un tra-bajo en el que presentaba al prelado comosacerdote, misionero, sabio y martir», en LaCorrespondencia de España, (24 Diarios,1-3294).

«Con gran concurrencia se celebró anoche enel Ateneo la velada en honor del P. Zeferino,que acaba de morir (Fr. Zeferino Gonzalez,sabio prelado), ocuparon la tribuna los se-ñores Moret, Pidal, Azcárate y el P.Cienfuegos», en La Iberia, (24 Diarios,1-3295).

1894 Diciembre 3. «La Comisión provincialacordó dirigir el siguiente telegrama a los‘Sres Obispo de Oviedo, D. Alejandro Pidaly D. Santiago Magdalena. La Comisión pro-vincial de Oviedo profundamente afectadapor la irreparable pérdida del eminente filó-sofo Cardenal Fr. Zeferino Gonzalez, honrade España y en especial de Asturias, une susentimiento al de todos los amantes de las

glorias patrias’». «D. Alejandro Pidal, en unhermoso artículo que publica en La UnionCatólica dice lo siguiente: ‘Mucho pierde laIglesia, mucho pierde la Cristiandad, muchopierde la Orden de Santo Domingo con lamuerte del P. Zeferino, pero más pierde Es-paña, y Asturias, sobre todo, mucho más. Nosé si el vértigo que se viene apoderando deAsturias en la guerra intestina que se decla-ran sus hijos, en vez de auxiliarsemútuamente, respetará la paz y la gloria delos sepulcros. Pero si se respeta, ya que sucuerpo esté destinado a dormir el sueño de lamuerte en Ocaña, Asturias debe recordar queera asturiano el P. Zeferino, y debe porsuscripcion provincial levantar un monumen-to al más glorioso de sus modernos hijos’. Elpensamiento es nobilísimo. SeguramenteAsturias responderá a él con entusiasmo. Sehabla de que en el Congreso los diputadosasturianos apoyarán una proposición de leyen el mismo sentido. El Carbayón en la me-dida de sus escasas fuerzas, prestará todo suapoyo para la realización del proyecto». «Losbuques surtos en Gijón, izaron bandera amedia asta el dia del fallecimiento del P.Zeferino en señal de duelo».

«En las Cortes. En el Senado, al dar cuenta delfallecimiento del senador por derecho propioFr. Zeferino González, se pronunciaron lossiguientes discursos: ‘El Sr. Presidente.- Se-ñores Senadores: grande ha sido la pena quemi corazón ha experimentado al llegar a misoidos la triste nueva del fallecimiento deldignísimo Cardenal Fray Zeferino González.La Iglesia, la Pátria y la ciencia están cierta-mente de duelo, porque han perdido una ver-dadera lumbrera. Siento con toda mi alma queno haya podido venir a jurar su cargo de Se-nador vitalicio; pero aún cuando no llegamosa tener la honra de verle ocupando el escaño

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que de hecho le pertenecía, me consta quetodos, y yo particularmente el primero, sen-timos de todas veras esa inmensa desgraciaque nos embarga en estos instantes. Así, pues,creyéndome ser fiel intérprete de todos vo-sotros, propongo se haga constar en el actade la sesión de esta tarde el sentimiento conque hemos sabido tan triste nueva. ConfíoSres. Senadores, en que Dios habrá acogidoel alma del ilustre y sabio Prelado en su san-to seno, puesto que a ello se ha hecho acree-dor con sus muchas y grandes virtudes (Muybien, muy bien, en todos los bancos de laCámara). El Sr. Ministro de Gracia y Justi-cia: No solamente el Gobierno se asocia alas manifestaciones de duelo que aquí se hanhecho con motivos de la muerte del virtuosoy sabio Prelado fray Zeferino González, sinoque siente no encontrar frases bastantes conque expresar el sentimiento que en estosmomentos le embarga. Deseo, pues, en nom-bre del Gobierno de S.M., y de acuerdo conlo que el señor Presidente de la Camara hadicho, se haga constar en el acta el sentimien-to de todos nosotros. El Sr. Obispo deSalamanca: Si todos se hallan con el doloren el pecho, si todos habéis hecho constarvuestro sentimiento, ¿qué he de hacer yo sinoasociarme con todo el alma a vuestro dolor?.El Padre Fray Zeferino Gonzalez, verdadealumbrera de la Iglesia, era el restaurador dela filosofía del Angel de las Escuelas, SantoTOmás de Aquino, era quien nos mostrabacon gran sabiduría el camino del bien y nosapartaba con sus buenas doctrinas de la sen-da del mal. Saludo, pues, a esa figura inmor-tal, porque nunca morirá, porque sus obrasy su acrisolada virtud serán siempre aplau-didas por el mundo entero, por lo mismo quenos ha enseñado los buenos caminos, y lassanas doctrinas de la religion. Por unanimi-

dad se hace constar en el Acta el sentimientode la Cámara’». «El Congreso a propuestadel Sr. Conde de Casasola acuerda hacer cons-tar en el acta el sentimiento que en la Cámaraha producido la muerte del CardenalGonzález».

«El terrible padecimiento del P. Zeferino lehabia privado de la articulación de la palabray se comunicaba por escrito con las personasque le rodeaban. He aquí algunas de las últi-mas notas que tomamos de La Unión católi-ca: ‘Nada me han dicho de la traslación a laPasion, que yo deseo, si es posible, para mo-rir en casa de la Orden’, ‘Cuando una perso-na se encuentra en los últimos dias de su viday no puede hablar ¿como debe confesarse, omejor dicho, como debe determinar la mate-ria necesaria para la confesión? - Doctrina deSan Ligorio’, ‘Venga todos los dias a echar-me la absolución, y no se olvide de echarmea tiempo todas las indulgencias de la muer-te’, ‘Diga usted a los médicos y demás per-sonas que me dejen en paz para pensar en lamuerte’, ‘Averiguar si hay alguna peregrina-ción nacional o extranjera para Lourdes’,‘Inmediatamente preparar una peregrinaciónpara Lourdes, figurando en ella el P. Miguel.Deberá salir mañana, sin reparar en gastos,por cuenta mía, y aunque haya de morir en elcamino’, ‘Convenir y tratar con D. José Frai-le, sin reparar nada, para morir en obsequio ala Virgen aunque sea en el camino’, ‘Quieroa todo trance caer a los pies de la Virgen, aun-que no llegue a Lourdes. Es invencible mideseo de marchar a la Virgen’. ‘O salgo paraLourdes inmediatamente, o dejadme morir enpaz, pues no puedo sufrir más, ni demorarnada para Lourdes’, ‘Que me quite el Señorlos grandes dolores que tengo, y haría lo dela Santísima Virgen’».

«Las Escuelas Normales de esta ciudad han

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dirigido el siguiente telegrama a los Sres.Obispo de Oviedo, D. Alejandro Pidal y D.Santiago Magdalena: ‘Escuelas Normales deOviedo, asociándose al sentimiento generalde dolor por el fallecimiento del ilustre astu-riano Cardenal González, honra de la Reli-gión, de la Pátria y de la Filosofía cristiana.La Directora, Fano. El Director, Muñiz’». «Elcadaver del sabio purpurado fue embalsama-do por el Dr. Simarro, asistido de los Sres.La Riva y Gayarre. De amortajarle, revistién-dole con los ornamentos pontificales, se en-cargó el canónigo seor Fraile, inseparableamigo y fidelísimo servidor del padreZeferino. A las cuatro y cuarto de la tardelas cornetas de la tropa de infantería que dabaguardia al cadaver anunciaron la bajada delféretro. Este fué conducido a hombros porlos señores Pidal y Mon, Magdalena, padrePuebla y Sr. Fraile. El traslado se hizo por lacalle, que estaba atestada de gente, costandogran trbajo a los guardias de orden públicoabrir paso. La capilla de los dominicos es dereducido y pobre aspecto. Sobre el túmulo,colocado en el centro de la capilla, toda en-lutada, se colocó el cadaver revestido depontifical, con un Crucifijo entre las manosy el capelo cardenalicio a sus pies. La muer-te no ha impreso huellas profundas en el ros-tro del cardenal González: parece que duer-me. Dan la guardia de honor cuatro solda-dos de infantería. El Sr. Obispo de Oviedorezó un reponso por el cardenal. La multi-tud, una vez que tuvo permiso para entrar enla capilla, se precipitó a las puertas. Millaresde personas desfilaron ante el cadaver hastalas ocho de la noche, hora en que fueron ce-rradas las puertas de la capilla».

«El entierro. A las once de la mañana del sá-bado se puso en marcha la fúnebre comitiva.El féretro era conducido en hombros de ochoreligiosos de la Orden de Predicadores. La

comitiva fúnebre se dirigió por las calles dela Pasion, Embajadores, San Dámaso, Estu-dios, Toledo, a la catedral, deonde se cantóun responso, y prosiguió después otra vez porla calle de Toledo a la Plaza Mayor, calles deFelipe III, Mayor, Puerta del Sol, Carrera deSan Jerónimo por delante del Congreso, Pra-do a la estación del Mediodía. La carrera es-taba cubierta por tropas del ejército. Presi-dían el duelo el Nuncio de Su Santidad, lostestamentarios del Cardenal Gonzalez, seño-res Obispo de Oviedo, Pidal y Mon y Mag-dalena; los prelados que se encuentran en Ma-drid, los ministros de Estado y Gracia y Jus-ticia, en representación del gobierno; el du-que de Sotomayor, en representación de laReina; los sobrinos del ilustre filósofo, unode los cuales pertenece a la Orden de domi-nicos, y el procurador de ésta. Llevaban lascintas del féretro, el señor duque de Mandas,en representación de la Academia de Cien-cias Morales y Políticas; el conde de CasaValencia, por la Academia Española; el pa-dre Fita, por la de la Historia; el marqués dePidal, por el Senado; D. Matías Gomez, porla órden de los Dominicos: el general Hidal-go, por el ejército; el dean de San Isidro, porel clero de esta diócesis, y D. José Fuentes,en representación de la familia del finado. Lasbandas militares tocaban la Marcha Real alpasar el cadaver. El órden de la comitiva hasido el siguiente: Un piquete de la Guardiacivil, niñas del colegio de la Divina Pastora,alumnos del Seminario, padres de San Juande Dios, padres franciscanos, clero de la pa-rroquia de San Millan con cruz alzada, Obis-po de Madrid, de ponitifical. Sobre la caja,que era sencillísima y cubierta de paño ne-gro, iba colocado el birrete cardenalicio. Auno y otro lado iban escoltando el cadáveruna compañía del regimiento de Saboya conbandera y música. Al llegar el cadáver del

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Cardenal a la estación del Mediodía, fué de-positado en un furgon hasta Aranjuez. Des-de dicho punto hasta Ocaña irá en tren espe-cial. Acompañarán al cadaver, además delpersonal de la casa y de la Orden y diferen-tes comisiones y amigos, los prelados deOviedo, Madrid-Alcalá, Segovia, Córdoba,Zamora, Badajoz, Palencia, Sion ySalamanca. Desde que salio la comitiva dela calle de la Pasion, se han hecho disparosde cañón. En el anden dijo un responso elseñor obispo de Badajoz».

«Los datos precedentes, conformes a los queleemos en los periódicos de Madrid, son deuna carta que nos dirige un estimado paisa-no, que probablemente nos representará hastaOcaña. Menciona entre el numerosísimoduelo, con representación de la Reina Re-gente y del señor Sagasta, los ministros deEstado y Gracia y Justicia, general MartinezCampos, provinciales de Jesuitas, procura-dor de las misiones de Ultramar, muchossenadores, generales, diputados y académi-cos de la Española y Ciencias morales y po-líticas. Muchos fueron los asturianos y entreestos menciona a los Sres. Canga Argüelles,Teverga, Revillagigedo, Padre Montaña, SanMiguel (D. Crescente y D. José), Peñalver,Suarez (D. Tomás), Güanes, Uría,Olavarrieta, coronel Canella, Sampedro, Pe-dregal, generales Valdés y Cifuentes, Alau,Celleruelo, Pando y Valle, Balbin deUnquera, Olay, baron de Covadonga,Fernandez Vallin, Gil, Bances, Suarez Inclán,García Cernuda, Longoria, Miranda,Campogrande, Menéndez Pelayo, Lema,Tuñón, Granda, Labra, Llana, Carbajal,Menéndez Pidal, Ruidiaz, Secades (D. G.),Menendez de Luarca, Escalera, Aza,Careaga, San Roman, Menendez Valdés, Ca-sanova, Vallin, Toreno, Manzano, Cueva Pa-

lacios, Mendez Vigo, Niembro, Balmori,Camposagrado, Barzanallana, Padre Valdés,Villaverde, Real Transporte, Campoamor, Pa-lacio Valdés, Selgas, Herrero, Caveda, P.Laviana, M. Marina, Rendueles, Cotarelo,Dorado, Castropol, Alonso, Junquera, Mella,Trelles, Fernández del Valle, Granda,Folgueras, Ortiz, Rodríguez (D.J.), Solís,Castaño, Gamoneda, Elvira, Pellico, Nora,Capalleja, Armiñán, Sánchez, Fontela, DiazPalomo, Busto, Vior y otros muchos, connumerosa representación del Centro de As-turianos. Entre nuestros paisanos de Madrid,era profundo el pesar que se notaba, porquesi la muerte del insigne Fr. Zeferino es des-gracia nacional, para la provincia no puedeser mayor por las condiciones singularísimasdel hijo célebre de Villoria» « Las exequiasen la Universidad serán probablemente elmiércoles. Ayer se hacían gestiones para queen ellas pronuncie la oración fúnebre el nota-ble orador P. Ciarán, hermano de Hábito delilustre finado», en El Carbayón.

1894 Diciembre 4. «La Real Academia Espa-ñola anuncia la vacante de una plaza de nú-mero por fallecimiento del Cardenal frayCeferino Gonzalez, Plazo hasta el 31 de di-ciembre», en El Imparcial, (24 Diarios,2-8683).

«Mañana se celebrará en el Ateneo una ve-lada para honrar la memoria del Carde-nal fray Ceferino Gonzalez», en La Co-rrespondencia de España, (24 Diarios,2-8682).

1894 Diciembre 5. «Entierro del P. Zeferino.Ocaña 2 de Diciembre. A las nueve de la no-che llegó a la estación el cadáver del Carde-nal Gonzalez. Esperábanle la comunidad deP.P. Dominicos con cruz alzada, que entonó

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un Responso, las parroquias con sus cru-ces, autoridades y jefes y oficiales de laguarnición. La comitiva se puso despuésen marcha, costando trabajo abrirse pasoopr entre la gente que se aglomeraba. Unpiquete, que dió escolta, hizo las descar-gas de ordenanza. El cadáver fué depo-sitado en la iglesia y acto contínuo sepresentaron los militares, que estuvieronvelándole durante toda la noche, hastaque a las altas horas de la madrugada seles ordenó que podían retirarse hasta lahora en que debían celebrarse los fune-rales. En los funerales ofició de pontificalel Sr. Obispo de Segovia. El Sr. Obispode Oviedo, en unión de los religiosos,cantó cinco responsos, después de lo cualse dió cristiana sepultura al cadáver alpié del altar de la Virgen del Rosario. Latumba fué cubierta por una ligera capade tierra y una madera, interin se cons-truye la que está en proyecto. Descanseen paz el que en vida fué uno de los filó-sofos más esclarecidos del siglo presen-te, y que, piadosamente pensando, ha-brá Dios premiado en la vida eterna supiedad insigne y sus virtudes».

«El testamento del P. Zeferino. A las noti-cias que de Ocaña nos envió nuestroamigo y corresponsal, añade desde Ma-drid curiosos pormenores referentes a laúltima voluntad del Cardenal González.Las principales claúsulas del testamen-to leido el dia 3 a los parientes, residen-tes en Madrid, son: ‘Misas por su alma,y funeral y aniversario a elección de sustestamentarios. Los manuscritos, que nosean de familia ni privados, a juicio desus albaceas, se entregarán a D. Alejan-dro Pidal y Mon. Renuncia a favor delas iglesias que gobernó cualesquieraderechos que en su territorio tenga. Haceun legado al Padre Santo. La propiedadliteraria de sus obras, parte será para elColegio de Ocaña, y parte para sus pa-rientes de Asturias. La biblioteca para el

dicho colegio de Ocaña. La casa deVilloria para su sobrina Dª Concepción.Hace otros legados para santuarios de sudevoción y para los familiares que le asis-tieron en su enfermedad. Cumplidas lasanteriores mandas, se repartirá la mitadde su haber en limosnas en Córdoba, enSevilla, y la otra mitad en limosnas enToledo y en donativos a su hermana ysobrinos’. Esto es lo mas saliente del tes-tamento, pero como, ante todo, ha de pa-garse a los médicos y costearse el fune-ral y otros gastos, la herencia es muy pocacosa. El funeral será el jueves en la Cate-dral de Madrid, predicando el Obispo deOviedo», en El Carbayón. 5 de

1894 Diciembre 6. «Honras por el PadreZeferino en la Universidad. En la tardedel martes, y desde las primeras horas dela mañana de ayer, las campanas de lacapilla de San Gregorio y Santa Catalinade la Universidad literaria, doblaban enseñal de duelo, y como anuncio de las so-lemnes honras dispuestas por el Ilmo.Claustro en sufragio por el ama [sic] delinsigne Dr. Fray Zeferino Gonzalez.Cuando poco antes de las diez penetra-mos en el templo, se hallaba éste ocupa-do en gran parte por distinguidas seño-ras, y en el centro de los bancos destina-dos a la Corporación estaba, conforme aantiguos estatutos, el Colegio de niñasHuérfanas Recoletas, del patronato denuestra Escuela. La capilla aparecía en-lutada con negros cortinages, y a un ladose alzaba severo túmulo cubierto con am-plio paño de terciopelo negro y flecos deoro sobre el que, en rico almohadón, sehabían colocado la roja mucetacardenalicia y la blanca de Teología; elgran collar de la Orden de Cárlos III, ban-

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da de Isabel la Católica, libros deFilosofía y Teología, y el capelo y birre-te doctoral, rodeados de blandones. A lasdiez entró en el templo, presidido por elRector Sr. Aramburu, el Claustro de laUniversidad, con el del Instituto. Forma-ban con él el general Gobartt, Goberna-dor eclesiástico, Vicepresidente de la Co-misión provincial, Secretario del gobier-no civil, en representación del señorLapaliza, quien en carta dirigida al Rec-tor lamentaba que pertinaz indisposiciónle impidiera asistir. Seguían en sitios pre-ferentes, los señores Obín, Prado ySantamarina, por el Excmo. Cabildo Ca-tedral: Rector del Seminario y profesorseñor Hería, en representación de aquelcentro; González del Valle, presidente dela Academia de Bellas Artes de San Sal-vador; Mon, diputado a Cortes; coronelMorales, comandante ayudante del ge-neral, capitán de Artillería Sr. Valle, co-misionados por la guarnición: directo-res de las Escuelas de Bellas Artes y Nor-mal de Maestros, Sres. Romea y Muñiz,acompañados de los profesoresFernandez y Larios; señora Dª AngelaFano, y Dª Rosa Recalde, directora y pro-fesora de la Normal de Maestras; variosdoctores del cuerpo académico y sacer-dotes, algunos antiguos alumnos de laUniversidad. El resto del templo estabaocupado por los escolares y personas dedistinción. la comitiva entró precedidade los bedeles con las mazas enlutadas ylos doctores vestían las mucetas negrasde duelo. No se hicieron invitaciones per-sonales, sin más excepción que la únicay merecida para la señora doña BalbinaGonzález Tuñón, hermana del finadoCardenal y residente en Villoria,estensiva aquella para los miembros de

la familia, cura de la parroquia y Alcaldede Laviana. Esto no obstante, el templo yhasta el vestíbulo se hallaban material-mente ocupados por numeroso públicoque con su asistencia deseaba contribuira honrar la buena y piadosa memoria delpreclaro hijo de Asturias. Solamente fuénotada la falta de representación delAyuntamiento de Oviedo, motivada talvez por urgentes ocupaciones de los co-misionados. Oficio de Preste, el M.I. se-ñor Doctor D. José Fernández Alonso,Capellán de honor de S.M., Dignidad deMaestrescuela de la Catedral de Segovia,antiguo catedrático de Cánones y miem-bro del Claustro y Gremio de la Univer-sidad ovetense, al que pertenecen tambienlos licenciados en Derecho D. HJesúsFlorez Villamil, vice-secretario de Cáma-ra del Obispado y D. José de Aramburu,coadjutor de la parroquial de San Tirso,que si asistieron. Ayudaba en el altar eldiácono Sr. Gonzalez Granda, que des-pués de recibir el grado de licenciado enesta Facultad, cursa la carrera eclesiásti-ca en el Seminario.

La misa fué cantada por la capilla de mú-sica de la S.I.C.B., ejecutándose a todaorquesta la Misa de Requiem del maes-tro Hernandez y al final el responso Li-bera me, Dómine, del insigne Eslava; con-siguiendo ambas obras muy acertada in-terpretación, dirigida por el Maestro deCapilla Sr. Moreno. Después de la misa,ocupó la tribuna el R.P. Angel Ciarán,O.P., encargado de la oración fúnebre enhonor de su hermano de hábito Fr.Zeferino. Conocido es por su predicaciónen esta ciudad el jóven dominico. Naci-do en Elgoibar (Guipuzcoa), siguió porespacio de nueve años su carrera en elconvento de San Juan de Corias, donde

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tomó el blanco hábito de los hijos de SantoDomingo, terminando sus brillantes estudiosen Salamanca, y destinado después a difun-dir la luz del Evangelio en el territorio quecomprende la residencia dominicana dePalencia. No obstante el brevísimo plazo deque dispuso para su preparación, desde lamañana del lunes, el elocuente dominico, seprestó deferente a los deseos del Claustro, ysaliendo de Avilés en la madrugada de ayer,llegó a esta capital momentos antes de subiral púlpito. Comenzó su sentida y hermosaoración saludando a la corporación acadé-mica asturiana por el homenage que rendíaal célebre sabio hijo de este principado. Re-cordó en el exordio y en brillantes párrafos,los antecedentes históricos de la Universi-dad de Oviedo unida desde su fundación ala Orden dominicana, a la que pertenecierondesde los comienzos profesores ilustres dela Facultad de Teología; siendo sus prime-ros Catedráticos de Prima y Vísperas losPadres Fr. Diego Marquéz y Fr. Gerónimode Gamaza, a los que siguieron después otrosmuchos hasta los comienzos de este siglo,como los memorables Pedro de Santo To-más y Jacinto de Tineo.

Después presentó al Padre Zeferino como vivoejemplo y modelo acabado de virtud y deciencia; representada la primera en su deci-dida vocación al claustro y los santos votoscon que ofreció su vida al Altísimo; y comoprueba evidentísima de su ciencia, su pro-fundo saber, sintetizado en las admirablesobras filosóficas, científicas y de polémica,que elevaron su nombre a inmensa altura, nosolo dentro de la patria española, sino en todoel mundo científico. Ampliando aquellas ca-pitales ideas hizo ver cómo el humilde hijode Villoria sintió en sí ansias vivas de morirpor Cristo, como su maestro el Proto-mártirasturiano; pero en los adorables designios

estaba destinado a otra clase de martirios; losdel estudio e incesante vigilia que le permi-tieron descubrir los arcanos de la Ciencia,madre de las demás, y apoyado en ella ser elmás firme baluarte de la verdad católica con-tra las escuelas heterodoxas, que en forma detradicionalismo, racionalismo, ontologismo ypositivismo, desgraciadamente estendieron suinfluencia por todas partes en los modernostiempos. Estuvo sintético cuanto acertado enel exámen de todas las obras del Cardenalasturiano, que, empezando por la monumen-tal ‘Exposición’ de la doctrina del DoctorAngélico se corona con la magistral produc-ción ‘La Biblia y la Ciencia’; sin olvidar queel P. Zeferino cultivó los principales ramosde la Ciencia natural, que, al fin y al cabo, nopuede divorciarse de la verdadera filosofía.Pendiente estaba el escogido auditorio de lafluida palabra del P. Ciarán e interesándosevivamente por su relato en el que aparecía lagigantesca figura del Cardenal González conlos méritos dichos, realzados por su acendradacaridad y por aquellas dotes de gobierno quemostró en Filipinas y Ocaña y como pastorcelosísimo de las diócesis de Córdoba, Sevi-lla y Toledo. Terminó el orador pidiendo unaplegaria para el alma del finado y terminan-do tan sencilla como piadosamente con el luxperpetua luceat ei de la caridad cristiana.Cuando bajó del púlpito el P. Ciarán fué acom-pañado por la Comisión hasta los sitiales delClaustro, desde donde asistió al Responso conque terminó la solemnidad religiosa.

La Corporación se dirigió a la Sala Rectoral yallí el Presidente Sr. Aramburu despidió y diósentidas gracias a los concurrentes que se ha-bían asociado al duelo universitario. El 2ºBatallon del Regimiento del Príncipe, conbandera, música y escuadra, hizo en la callede San Francisco los honores de Ordenanza,dispuestos por R.O. especial, comunicada por

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telégrafo en la mañana de ayer al GeneralGobartt y al Rector de la Universidad. El R.P.Ciarán recibió en la Universidad y fuera deella, muchas enhorabuenas, y los concurren-tes se disputaban la honra de felicitarle porsu magnífico discurso. En comision delCláustro, los señores Aramburu y Amandiconcurrieron a despedir, a la una de la tarde,al elocuente orador sagrado, que durante lasbreves horas de su permanencia en Oviedo,se hospedó en casa del catedrático Sr.Canella, saliendo a dicha hora el P. AngelCiarán para continuar en Avilés la predica-ción que le está encomendada por las Hijasde María en aquella villa. En resúmen: fue-ron por todos conceptos solemnísimas y bri-llantes las honras fúnebres que la Universi-dad de Oviedo dispuso en sufragio del almadel Cardenal Gonzalez (q.s.g.h.)». «Conti-núan los trabajos preparatorios de la granvelada literaria que la Universidad deOviedo, asociada de todos los Centros do-centes de la provincia, dispone en honor delCardenal González», en El Carbayón.

1894 Diciembre 7. «En honor del P. Zeferino.Dos noticias que cortamos de los periódicosde Madrid: ‘Varios concejales del Ayunta-miento de Madrid, de acuerdo con el señorconde de Romanones, se proponen presen-tar una moción al Ayuntamiento para que lacorporación municipal acuerde dar el nom-bre a una de las calles o plazas de esta villadel sabio filósofo Fray Zeferino González.El acuerdo es digno de aplauso y de todoelogio, por lo cual felicitamos al Sr. Figueroay Torres y a los concejales que con su votoacuerden tan justo tributo’; ‘Teniendo encuenta que el jueves serán las solemnes exe-quias por el Cardenal Zeferino Gonzalez, yque el sabado y domingo son dias de fiesta,

el Ateneo ha dispuesto trasladar al lunesproximo 10 de Diciembre la velada que enhonra y conmemoración del ilustre domini-co celebra la corporación. Tomarán parte enesta solemnidad los Sres. Cánovas del Casti-llo, Azcárate, Silvela, Moret, Pidal y el filó-sofo P. Cienfuegos, de la orden dominicaca,que leerá un trabajo sobre un punto de la me-tafísica del P. Zeferino. Una orquesta dirigi-da por el maestro Monasterio tocará una mar-cha fúnebre’». «Madrid 6. Se han celebradosolmennes honras fúnebres por el CardenalFr. Zeferino González, concurriendo el Nun-cio, obispos residentes en Madrid, Gobiernoy representación, ordenes religiosas y acadé-micas. Fabra», en El Carbayón.

1894 Diciembre 11. «Ayuntamiento. Sesión deldia 5 de diciembre de 1894. Presidencia delSr. A. Lana (...) Fué tomada en consideracióny pasó a la Comisión correspondiente unaproposición de los Sres. Buylla, Casielles yGarcía Braga para que se dé el nombre delCardenal González a la nueva calle que seestá construyendo desde la de Uria al Rio deSan Pedro». «En Montoro y en otras pobla-ciones de Andalucía y Toledo se han celebra-do exequias por el alma del ilustre asturianoCardenal González, y en algunas localidadesse ha iniciado la suscripción para erigir enOviedo una estatua al sabio filósofo». «Calledel P. Zeferino. Madrid y otras capitales da-rán el nombre del Cardenal a algunas calles.Esto seguramente debe hacerse y se hará enOviedo, y nuestro colega La Opinión deAsturias propone que lleve aquel esclarecidonombre la calle de la Rua. No hemos de dis-cutir por esto, cuando estamos muy confor-mes en lo principal, pero otras vías pudieranvariar de denominación primero que la indi-cada, una de las más antiguas de Oviedo, pues

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ya se llamaba así en 1242, tomando aquelnombre de una familia principal e ilustre dela que fueron miembros ovetenses muy dis-tinguidos, entre otros Rodrigo de la Rua yAlonso Gonzalez de la Rua, COntador unoy Contínuo otro de Carlos I de España, yambos de los hombres más notables de suépoca. La casa de la Rúa pasó después a lade Vigil y a la de Navia-Osorio, y era tanpreclara que nunca lo olvidó entre sus pri-meros apellidos el sábio y heróico marquésde Santa Cruz de Marcenado. Es una callecentral y típica en Oviedo que debe seguircon su viejo nombre, como sucede tambiénen otras poblaciones de España que conser-van sin rebautizar sus calles de la Rúa. En lade Oviedo nació además el CardenalCienfuegos Jovellanos, apóstol de caridad,sin que como en otras viviendas de nuestropueblo haya una lápida que lo conmemore.En Madrid piensar dar el nombre célebre delhijo de Villoria primero que a la calle delcentro, a la de la Pasión donde murió el Car-denal y tienen su residencia los PP. Domini-cos. En nuestra capital tenemos una Plazue-la y calle de Santo Domingo, y una de éstasbien pudiera denominarse, salvo mejoropinion, del P. Zeferino, lumbrera de la Or-den. Y ya que hablamos de cambio de nom-bres a calles para perpetuar la memoria deilustres favorecedores e hijos de Asturias yde su Capital, bueno será pensar esto cuan-do la apertura de vías nuevas, como la quevá de la calle de Uría a la del 9 de Mayo(Rio de San Pedro). La prolongación de lade Casal debió llevar otro nombre atendien-do su dirección (Escrito este suelto sabemosque el ayuntamiento dió el nombre de callede Fr. Zeferino González a la primera de és-tas. Celebramos el acuerdo con entusias-mo)». «Madrid 11. Se ha celebrado en elAteneo la velada en honor del Padre Zeferino

Gonzalez, pronunciando hermosos y elocuen-tes discursos encomiásticos los Sres. Cánovasdel Castillo, Pidal, Azcárate, Moret y un Pa-dre dominico. Fabra», en El Carbayón.

«Hubo anoche una velada en el Ateneo deMadrid en honor del padre CeferinoGonzalez», en La Epoca, (24 Diarios,2-8684).

«Velada en el Ateneo en memoria del Carde-nal fray Zeferino Gonzalez. En la tribuna losseñores Moret, Pidal, Azcárate y el padreCienfuegos», en El Imparcial, (24 Diarios,1-3293).

1894 Diciembre 13. «En honor del CardenalGonzález. Según estaba anunciado, el lunesse celebró en el Ateneo de Madrid la veladaen honor del ilustre dominico Fray ZeferinoGonzalez, con asistencia de los Excmos. Sres.Nuncio de Su santidad y Obispos de Sión,Oviedo y Zamora. El Sr. Azcárate tomó lapalabra, y a pesar de las ideas racionalistasdel orador, hizo cumplido y elocuente elogiodel difunto Cardenal como una de las gran-des lumbreras de la Filosofía tomista. Pon-deró sus altísimas dotes de pensador, su sere-nidad de juicio y su imparcialidad, no olvi-dando las excelsas virtudes que la adornaban.El P. Cienfuegos leyó después con profundaemoción y con una humildad propia del há-bito que viste un estudio de una parte de laMetafísica del Cardenal, que el público co-ronó con sus aplausos. El seguida el Sr. D.Alejandro Pidal, el grande amigo y el discí-pulo querido del egregio difunto; leyó un ad-mirable discurso que era al mismo tiempo unaelegía y un estudio brillántísimo de la figuracientífica del P. Zeferino. En elocuentísimospárrafos, durante la lectura de los cuales fuéruidosamente aplaudido, pintó la decadenciade las escuelas filosóficas a que a principiosde este siglo había llegado la filosofía; las in-

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numerables escuelas filosóficas que veníana destruir la obra de los antiguos filósofos, ydijo que, como en medio de estas ruinas, allado allá de los mares, después de haber he-cho sentir la idea de la pátria, aparece el ilus-tre dominico, sin otra púrpura que un sayalni otro cetro que una pluma, levantando elhermoso edificio de la filosofía tomista nocomo una copia de Santo Tomás, sino conun sentido propio, como résumen de los sis-temas filosóficos modernos. Trazó una her-mosa biografía del Cardenal Gonzalez, y alhablar de su nacimiento, dijo que nació enAsturias, donde la profundidad de los vallesexcitan a la profundidad del pensamiento, yla elevación de las montañas nos llevan a laelevación de las ideas y a Dios; y despuésde dedicar recuerdos al P. Zeferino como do-minico, como misionero y como hombre deciencia, terminó describiendo los últimosmomentos del hombre ilustre a quien la glo-ria clavó en el lecho del dolor, para uncirlomejor a su carro. Terminó su precioso tra-bajo el señor Pidal haciendo notar el hermo-so anhelo de morir el Padre Zeferino a lospiés de la Vírgen, anhelo que -dijo- repre-sentaba a la ciencia postrada ante la Reli-gión; mejor dicho, la ciencia arrodillada anteel amor. El Sr. Moret pronunció brevísimasfrases en elogio del Cardenal Gonzalez, ha-ciendo notar que no era él el llamado a hacerel resúmen de estos discursos», en ElCarbayón.

1894 Diciembre 19. [Llega la noticia de lamuerte de Fray Zeferino a Filipinas] «[Es-quela con cruz orlada en negro] El Emmo.Sr. D. Fr. Zeferino del titulo de Santa MariaSupra Minervam, Presbítero CardenalGonzález, del orden de Predicadores, Dimi-sionario de la Santa Yglesia Primada deToledo. Ha fallecido en Madrid el dia 29 de

noviembre de 1894. El Excmo. e Ulmo. Sr.Arzobispo de Manila, la Corporación de PP.Dominicos de Filipinas y el Ylmo. ClaustroUniversitario ruegan a V. se sirva encomen-darlo a Dios, y asistir a las solemnes exequiasque, en sufragio de su alma, se celebrarán enla iglesia de Sto. Domingo el dia 20 del co-rriente a las ocho de la mañana. Manila, 18de Diciembre de 1894», en Diario de Manila.

1894 Diciembre 21. «El escultor asturianos Sr.Folgueras [es Cipriano Folgueras y Doiztua]lleva muy adelantado el busto del ilustre Car-denal González», en El Carbayón.

1894 Diciembre 22. «Ayuntamiento. Sesión deldia 21 de diciembre de 1894. Presidida por elSr. Alvarez Llana y con asistencia de los Sres.Perez Ayala, Buylla, Casielles, Castañón,García Braga, Huerta, Díaz González, Balbín,Ventura y Valles, se abrió la sesión: fueronaprobados: (...) la denominación de calle delP. Zeferino a una que partiendo de la de Uríatermine en la de Naranco», en El Carbayón.

1894 Diciembre 27. «El Ateneo de Sevilla hacelebrado una velada literaria en honor delilustre Cardenal Fray Zeferino González. Elpresidente de dicho Círculo, Sr. Hazañas, pro-nunció un elocuente discurso apologético; elCanónigo Sr. Arboli tuvo a su cargo otro, yleyeron muy sentidas poesías las señorasCheix y Velilla y los Sres. Herrara, Lamarquede Novoa y Puixesteves. Un sexteto musicalacompañó y puso término al acto», en ElCarbayón.

1895 Enero 12. [Un mes después de su muerteel nombre de Fray Zeferino comienza a sig-nificar más el rótulo de una calle que otracosa]

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«Ayuntamiento. Sesión del dia 11 de ene-ro de 1895. (...) Diose lectura al expe-diente relativo a la apertura de la nuevacalle del P. Zeferino. El Sr. Buylla haceconstar que a la vista del público pareceestrecha dicha calle y en vista de ésto seacuerda que pase de nuevo el expedien-te a la Comisión para que ésta vea lamanera de que los propietarios del terre-no concedan dos metros más de ancho»,en El Carbayón.

1895 Enero 19. «El Sr. Canovas del Cas-tillo ha escrito lo siguiente, hablando delcardenal Zeferino: ‘Al tiempo en que leconocí ya no estaba yo en condicionespara ser su declarado discípulo; máscomo tal le respeté y amé constantemen-te. Por su parte me otorgó siempreparticularísima consideración y cordialy franco afecto. Y al volver hoy los ojoshacia mi vida, con sinceridad declaro queno he tropezado en toda ella con hombre al-guno cuya estimación me haya satisfechotanto’», en El Carbayón.

1895 Enero 21. «El Sr. Cánovas del Castilloha dedicado en un periódico de ZAragoza elsiguiente recuerdo a la memoria del Carde-nal Fray Ceferino González: ‘Al volver deFilipinas su gobernador general D. RafaelEchagüe, me regaló el ejemplar, lujosamenteencuadernado, que le dieron allí de los Estu-dios sobre la filosofía de Santo Tomás, porFray Ceferino González. Desde entoncesadmiré yo al sabio dominico. Conocíle per-sonalmente años despues, por haberme visi-tado en compañía de D. Alejandro Pidal, afin de que influyese con el Cardenal Franchi,secretario de Estado de Su Santidad y gran-de amigo mío, para que se le dispensara deaceptar el obispado de Málaga. Cuanto pude

hice a la sazón por complacerlo; pero queríaleel Papa obispo a toda costa, y le preconizó alfin para lasilla de Córdoba. Ya no se interrum-pieron, de allí adelante mis relaciones con elinsigne filósofo. Mi larga intervención luegoen el gobierno durante el reinado de D. Al-fonso XII, permitióme contribuir al progresode su carrera eficazmente, pero forzando suvoluntad para que tras de la iglesia metropo-litana de Sevilla aceptase la Primada deToledo y el Capelo. Cuando residía en Ma-drid con frecuencia paseaba mi biblioteca, ypensando pensando más que hablando, solíatambien recorrer mi jardin, de buen talante.Al tiempo en que le conocí ya no estaba encondiciones para ser su declarado discípulo;más como tal le respeté y amé constantemen-te. Por su parte, me otorgó siempreparticularísima consideración y franco afec-to. Y al volver hoy los ojos hacia mi vida, consinceridad declaro, que no he tropezado entoda ella con hombre alguno cuya estimaciónme haya satisfecho tanto». «Dicen de Ocaña:‘Anoche celebróse en el Colegio de Domini-cos una gran velada en honor del cardenalGonzález, y a la cual asistieron todas las au-toridades, la comunidad y numerosos invita-dos, entr los que se encontraba D. José Pidal,representando a su padre, D. Alejandro. In-auguró el acto el rector, que pronunció undiscurso, siguiendo luego todo lo consigna-do en el programa a cargo de los padresHernández, Cobeña, Marin, Robledo, y losestudiantes Palacios, Heras, Corbató yLázaro, que leyeron inspiradas composicio-nes en que se ponía de relieve la ciencia delicomparable y virtuoso filósofo. Cantáronse,además, bointos coros, sobresaliendo los pa-dres Porta, Ferrer y Dañabeitia, el violinistaContreras y pianista Martin. Cerró la veladael Sr. Pidal, leyendo unas cuartillasencantandoras por su sencillez y su sentimien-

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to. Concluyó el acto obsequiando los Padresal elemento oficial con un lunch. El salón enque se verificó la velada hallábaseprofusamente iluminado y amueblado congusto artístico. En el centro, y bajo dosel,veíase el retrato del cardenal con el capeloque usó en vida’», en El Carbayón.

1895 Enero 24. «El Instituto provincial deOviedo ha acordado celebrar solemnes hon-ras fúnebres en sufragio del alma del Carde-nal Fray Zeferino González, mañana vier-nes, en la iglesia de Santo Domingo. Estáencargado de la oración fúnebre el elocuen-te orador sagrado don Leandro Sánchez, Ca-tedrático del Seminario Conciliar. La capillade la Catedral y varios alumnos del Semina-rio ejecutarán una Misa de Chuerubini [sic]y un responso a gran orquesta», en ElCarbayón.

1895 Enero 25. «Los funerales que debían decelebrarse en la Catedral por el eterno des-canso del Ilmo. Sr. D. Cesareo Rodrigo,Obispo de Orense, no empezarán hoy por in-compatibilidad con los que deben celebrar-se por el Emmo. Cardenal González en Sto.Domingo, sino que se celebrarán el sabadoy dias siguientes», en El Carbayón.

«El Conde de Viñaza ha sido nombrado ano-che académico de la RAE de la Lengua. Fuéelegido por unanimidad de votos para ocu-par la vacante del Cardenal Fray CeferinoGonzalez», en La Epoca, (24 diarios.2-8685).

«Muñoz del Manzano, Cipriano, Conde de laViñaza, académico. Fué definitivamente ele-gido por unanimidad para ocupar en la Aca-demia Española de la Lengua la vacante pro-ducida por el fallecimiento del CardenalGonzalez», en El Imparcial, (24 diarios.3-6351).

1895 Enero 26. «En honor del P. Zeferino. Ayerse celebró en la iglesia de Santo Domingosolemnísimo funeral por el eterno descansodel ilustre Cardenal asturiano, dispuesto porel Instituto Universitario al que se asociaronlos Colegios agregados que en el acto fúne-bre tuvieron su debida representación. Asis-tió el Rvmo. Prelado, y en los enlutados ban-cos tomaron asiento numerosas personas dedistinción pertenecientes muchas a diversascorporaciones e institutos eclesiásticos, mili-tares y civiles. Suntuoso catafalco, brillante-mente alumbrado, ocupaba el centro de lanave mayor. La Capilla catedral, considera-blemente aumentada, ejecutó el Invitatorio delmaestro Eslava, Lecciones de Hidalgo, y lagran misa de Requiem a tres del inmortalCherubini; alcanzando tan selectas obrasaceptable interpretación bajo la inteligentebatuta del Sr. Moreno. Finalizada la Misa, elcatedrático del Seminario Dr. D. LeandroSánchez ocupó la Cátedra Sagrada, exponien-do en animados párrafos las frases más im-portantes de la vida del sapientísimo y llora-do Cardenal, a quien aplicó las palabras delSagrado Texto: ‘Vosotros sois la luz del mun-do puesta ut luceat omnibus qui in domo sunt’demostrando que el P. Zeferino con sus ense-ñanzas era dentro de la Iglesia católica luzviva que ilumina las inteligencias por mediode sus varios escritos, tan llenos de verdadprofunda y sólida ante los modernos errores,como su vida fué modelo de virtudes dentrodel claustro y fuera de él. Terminó la fúnebreceremonia con el gran Responso del maestroEslava», en El Carbayón.

1895 Enero 28. «El periódico leonés ‘La Con-troversia’ publica una notabilísima composi-ción latina en honor del P. Zeferino González,

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escrita por el eminente poeta D. Ramón delBusto Valdés, Dean de aquella Santa IglesiaCatedral, y paisano nuestro muy querido»,en El Carbayón.

1895 Enero 30. «La R.A. de CC. Morales yPolíticas ha elegido para una vacante de donCeferino Gonzalez al director de La UniónCatólica, don Damián Serra», en La Corres-pondencia de España, (24 Diarios, II-8686).

1895 Enero 31. «Ultramar. De Manila. Fune-rales por el P. Zeferino. La Voz Española deManila dá estensos detalles del suntuoso fu-neral celebrado en el templo de Santo Do-mingo por el eximio Cardenal gloria de laOrden de predicadores. Veíase en los luga-res de preferencia a las autoridades superio-res, señores generales jefes de Artillería, In-genieros y E.M. Subdirector general de Ad-ministración civil, Gobernador civil de laprovincia, Excmo. Ayuntamiento, CabildoCatedral, Claustro Universitario, represen-tantes de la Banca, del Comercio, de la In-dustria, comisiones de los centros oficialesciviles y militares, de las diversas corpora-ciones civiles y numerosos religiosos repre-sentando las órdenes y corporaciones, asícomo los párrocos de Manila y sus arraba-les, y sinnúmero de personas, ebtre las queocupaban lugar preferente distinguidas da-mas de la buena sociedad. Ofició dePontifical el Rvmo. P. Nozaleda, venerablePrelado, que tuvo como Presbítero asistenteal Sr. Deán de esta Santa Iglesia Catedral D.Silvino Tuñón, como diácono y subdiáconode honor, al señor D. Manuel Clemente, dig-nidad de Chantre, y al Sr. D. Pedro Tablares,dignidad de Tesorero respectivamente. Secantó la gran Misa de requiem del maestro

Eslava, por una capilla compuesta de las or-questas de Santo Domingo, Catedral, SanJuan del Monte y Gruet y por unas cuarentavoces. En la nace central se levantaba un tú-mulo de tres cuerpos, estilo gótico, rematadopor un templete en el que descansaban losatributos del cardenalato: iluminaron este ar-tístico túmulo centenares de luces en cande-labros, bomas y flameros, formando un con-junto del mejor gusto. Varias hermosas coro-nas veíanse en el túmulo, recordando noso-tros: la de ‘La provincia del Santísimo Rosa-rio a su Emmo. hijo’, la de ‘El ExcelentísimoSr. Arzobispo de Manila a su ilustre hermanode hábito’, la de ‘El Claustro Universitario asu venerado e inolvidable comprofesor’, lade ‘Las religiosas dominicanas de Manila asu dignísimo e inolvidable vicario’, la de ‘LaV.O.T. de Santo Domingo a su antiguo Di-rector’, la de ‘La colonia asturiana de Manila’formando un conjunto hermoso y de grangusto artístico; y la de D. Abdon VicenteGonzalez, magistrado de Cebú y discípuloque fué del difunto, la cual lleva la inscrip-ción ‘Rogad por él’. La ceremonia religiosadio principio a las ocho de la mañana y ter-minó a las once, despues de los responsos can-tados que dijeron los M.RR.PP. Provincialesde Santo Domingo y San Francisco, R.P. Su-perior de Jesuitas, M.R.P. gregorio Sexma,Definidor de PP. Recoletos (representantes delM.R.P. Provincial en su ausencia) y elexcelentísimo e ilustrísimo Sr. Arzobispo. Laoración fúnebre se hallaba encomendada alM.R.P.Fr. Evaristo Fernández Arias, asturia-no, que subió al púlpito después de la misa yempezó su discurso haciendo un paralelo en-tre las fiestas que en 1885 celebraron la Uni-versidad y todo Manila por la promoción alcardenalato de Fray Zeferino y la triste cere-

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monia que hoy se verificaba. Habló en esesu exordio de las fiestas que entonces cele-bró la Universidad y al ocuparse en elcertámen abierto para ésta, recordó la me-moria del malogrado vate D. José GarcíaCollado, que entonces se llevó el premio deliteratura, poeta el más genial que ha habidoen estas regiones, según feliz expresión delPadre Arias. Imposible seguir paso a paso alPadre Arias en su bellísima oración; al ter-minar, después de hacer constar como el car-denal Fr. Zeferino sabíaque tenía cercana lamuerte y con qué resignación la esperó mu-riendo como un buen católico, como lo quefué, teniendo la dicha de recibir los divinossacramentos y la bendición papal, recibió eleximio orador múltiples plácemes de las nu-merosas y distinguidas personas que tuvie-ron la dicha de oir su hermosa oración fúne-bre que consumió sin sentir el tiempo mer-ced a sus hermosos conceptos y a la hermo-sura de las imágenes. En suma: solemnes ysuntuosos han sido los funerales que el Ex-celentísimo e Iltmo. Sr. Arzobispo, Corpo-ración Dominicana y Claustro Universitariode Manila han dedicado al eminente filóso-fo Fr. Zeferino», en El Carbayón.

1895 Febrero 8. «El general de la Orden depredicadores, Rvmo. Fr. Andrés Fruhwirth,ha dirigido una carta a todos los religiosos yreligiosas de la esclarecida Orden, sin másobjeto que encomiar las virtudes y la cienciadel P. Zeferino González, proponiéndolecomo digno modelo de los dominicos», enEl Carbayón.

1895 Febrero 11. «Noticias de Cuba. La ma-yor parte de los periódicos de la Isla de Cubapublican artículos necrológicos del Carde-nal González (q.e.p.d.). Las Villas, importan-

te diario de Cienfuegos, reproduce de ElCarbayón el que insertó este periódico cuan-do la muerte del insigne purpurado», en ElCarbayón.

1895 Febrero 18. «Entierro del Sr. Acebal [JoseMaría Acebal] (...). Todos lamentaban las do-lorosas pérdidas que han sufrido las cienciasy las letras de Asturias en las recientes muer-tes de los sabios Cardenal González y cate-drático Estrada y de los tiernísimos poetasAcebal y Cuesta», en El Carbayón.

1895 Marzo 21. [Fray Zeferino, además dehaber servido para dar su nombre a calles,comienza a ser objeto de sentida inspiracióna vates y artistas] «El pintor Turin está rifan-do estos dias un retrato al oleo del CardenalFr. Zeferino González», en El Carbayón.

1895 Marzo 29. «Carta de Cuba [reproduce unapoesía publicada en El Heraldo de Asturiasde La Habana, en memoria de Teodoro Cues-ta, por ‘Nolon’, Perfecto Fernández Usatorre].A la memoria del Inspirado Poeta AsturianoSeñor Don Teodoro Cuesta.

IFai poco morrios’ un subiuque foi gloria de la patria,

FRAY CEFERINO GONZALEZ,fiu de Villoria (Llaviana),y cuando Asturies per él,les llágrimes no’nxugara,

baxó pa la sepolturautra llumbrera asturiana,

el ilustre catredáticuSIÑOR DON GUILLERMO ESTRADA(...) Nolon, Habana 28 Febrero 1895», en El

Carbayón.

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1895 Abril 2. «D. Alejandrino Menéndez deLuarca [necrológica]. Implacable y ávara semuestra la muerte en estos últimos mesesarrebatando uno y otro dia a los asturianosilustres, a los hijos de esta Provincia que enprimera fila se distinguen por su virtud yciencia, por su inspiración, por su actividady amor en servir a la amada región asturia-na. Uno tras otro, en apretado plazo fuerondescendiendo al sepulcro el célebre Carde-nal González y D. Guillermo Estrada, lospoetas Acebal y Cuesta, y los representantesen Cortes Muros y Olavarrieta. Recientemen-te (...) pierde súbitamente a otro hijo, el Sr.D. Alejandrino Menéndez de Luarca y Avello(...)», en El Carbayón.

1895 Mayo 27. «El joven D. Antonio del Va-lle, que sólo cuenta 18 de edad (...) hijo delabogado de Gijón don Antonio del Valle (...)[ha hecho] un boceto en barro de Jovellanos(...). Ya ha hecho varias obras análogas, en-tre otras un boceto de Pelayo y el boceto delPadre Fray Ceferino González», en ElCarbayón.

1895 Mayo 29. «El Correo Español, de Bue-nos Aires, que tanto tiempo dirigió nuestroilustre paisano D. Rafael Calzada, ha edita-do en volumen especial la ‘Galeria de Espa-ñoles Ilustres’ que vienen apareciendo enaquel notable periódico de la América delSur. Entre las biografías impresas figuran lasde los ilustres asturianos Pelayo, Jovellanos,Argüelles, Campoamor, Riego, CeanBermúdez, Campomanes y Fr. ZeferinoGonzález», en El Carbayón.

1895 Junio 16. «En la Academia Española seha celebrado la recepción del señor Conde

de Viñaza, quién pronunció un importante dis-curso sobre la poesía satírico-política, no an-tes de haber dedicado sentidas palabras a en-salzar a su antecesor el Cardenal Gonzalez.Le contesto el señor Pidal, con un importan-te discurso de crítica y moral del asunto», enLa Epoca, (24 Diarios, II-8687).

1895 Junio 27. «Parece ser que algunos parti-culares tienen el proyecto de edificar en lanueva calle del Cardenal González y quecomo saben nuestros lectores es por acuerdodel Ayuntamiento la que va desde frente alfielato de la de Uría a desembocar en la delRío de San Pedro», en El Carbayón.

1895 Septiembre 27. [Anuncio] «VENTA devarios solares en las calles de Uría,Portugalete, Dr. Casal, Rio de San Pedro yCeferino González. En la calle de las Due-ñas, nº 2 bajo, se hallan de manifiesto el pla-no y pliego de condiciones», en El Carbayón.

1895 Octubre 9. «El cuaderno 17 de la granobra Asturias, que acabamos de reibir, vienemás interesante, si cabe, que los anteriores.Termina el trabajo del Sr. Alvarez Amandisobre los monumentos religiosos de Oviedo,y empieza la primorosa biografía que del P.Zeferino González ha escrito el ilustre expre-sidente del Congreso, D. Alejandro Pidal yMon. Encabeza el escrito un buén retrato delsabio filósofo asturiano», en El Carbayón.

1895 Octubre 25. «Hemos recibido el cuader-no 18 de la obra monumental Asturias quepublican los Sres. Canella y Bellmunt. Con-tiene una hermosa vista general, en fototipia,de la villa de Onís. En el texto termina la bio-grafía del P. ceferino, escrita por el Excmo.

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Sr. D. Alejandro Pidal y Mon y empieza untrabajo histórico de la villa de Gijón», en ElCarbayón.

1895 Noviembre 7. «El pensionado por laDiputación señor Muñoz de la Espada, hasolicitado prórroga de la pensión que se lehabía concedido para el estudio de la pintu-ra en Roma (...) del Sr. Muñoz de la Espada,que está haciendo ahora un retrato del Car-denal González», en El Carbayón.

1895 Noviembre 29. «Hoy hace un año falle-ció en Madrid, victima de cruel y larga en-fermedad, el ilustre Cardenal Fr. ZeferinoGonzález, honra de Asturias, filósofo emi-nente y prelado respetadísimo en la Iglesiauniversal. Elevado entendimiento que con-tribuyó como ninguno, con sus obras, al re-nacimiento de la filosofía tomista, gloria dela Orden dominicana; religioso de austera yacendrada vida, espejo de modestia y ejem-plo de caridad, la muerte del insigne sabiofué acogida con las manifestaciones de sen-timiento de todos los hombres de ciencia yde virtud. Al consagrar hoy un recuerdo alCardenal Gonzalez, afirmamos una vez másel profundo dolor con que Asturias recuerdala muerte de su preclaro hijo, dolor que solopuede atenuar la esperanza de que el Señorha premiado sus virtudes», en El Carbayón.

1895 Noviembre 30. «Madrid 29.Verificáronse solemnes exequias de cabo deaño por el descanso del Cardenal Fr. ZeferinoGonzález. En la residencia de PP. Domini-cos de la calle de la Pasión, recibiéronse in-

finitud de telegramas de pésame. Fabra», enEl Carbayón.

1895 Diciembre 2. «El pasado dia 29 se cele-braron en la capilla de PP. dominicos de Ma-drid honras fúnebres por el descanso eternodel alma del Cardenal González. El recintosagrado estaba revestido de paños negros, congalones de oro. En la parte central de la capi-lla se levantó un catafalco que alumbrabandoce cirios. Los bancos de la presidencia fue-ron ocupados por el Sr. D. Manuel Piedal, nrepresentación de su señor padre D. Alejan-dro, que no pudo asistir por encontrarse algodelicado de la vista, el señor de la Fuente,sobrino político del Cardenal; el P. Martias,en representación de la Orden, y un Coronelde la Guardia Civil, cuyo nombre no recor-damos. Entre otros de los que han asistido alsolemne funeral, hallábanse los señores Du-que de Sotomayor y Conde de Revillagigedo,el primero en representación de S.M. la Rei-na; el Marques de Sotomayor; el Sr. Magis-tral de la Catedral en representación del Ca-bildo; el señor Magdalena, Dean de CiudadReal, como testamentario, y los Sres. PrietoDíaz Gomez y D. Melchor Cano», en ElCarbayón.

1895 Diciembre 27. «En el Almanaque Astu-riano de El Carbayón para 1896 se contiene(...) ‘Para el monumento del P. Zeferino’»,en El Carbayón.

1907 7ª edición de la Filosofía elemental (Ma-drid, 2 vols.)