poemas de amor en un hospital. · en medio de un paisaje íntimo y transparente, llora el recién...
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POEMAS DE AMOR EN UN HOSPITAL.
AUTOR : PEDRO MIGUEL COSMES MARTÍN
Madrid, 1985 a 1987.
27 - 29 años.
En marzo de 1983 comencé a trabajar como Médico Interno
Residente en la Clínica “Puerta de Hierro” de Madrid, donde ejercí
hasta febrero de 1987, los siguientes versos corresponden a esta
etapa de mi vida, y están impregnados del dolor ante la enfermedad
y la muerte. Quiero agradecer a los médicos, que tanto me
enseñaron, su abnegada, ejemplar e impagable labor a favor de sus
semejantes enfermos.
En 1983 me casé con Ana María Arévalo García.
También quiero dedicar este libro a mi hermano F. Javier Cosmes
Martín, y a las personas que trabajan o que están temporalmente
ingresadas en los hospitales, con la intención de darles ánimo para
que jamás se rindan y desearles todo lo mejor.
1
UN HOSPITAL CUALQUIERA.
20/12/94
Colmena de cemento,
habitaciones blancas,
pasillos sin final
que unos y otros recorren.
Laberintos reales,
con luces amarillas
y olores sorprendentes,
donde mis pasos suenan.
Abiertos al que busca
cuidados y consuelo,
estación de dolencias
de todos y de nadie.
Donde difunde el miedo,
donde flota la angustia
que el enfermar genera,
y donde comprobamos,
2
con rabia contenida,
nuestra fragilidad,
pues somos vulnerables,
y nuestra impotencia.
En medio de un paisaje
íntimo y transparente,
llora el recién nacido,
busca el calor materno,
y escucha el moribundo
el canto de los pájaros,
la llamada posible
del amor que aletea.
Aquí los hombres sufren
pero luchan, resisten,
y encuentran la esperanza,
el ánimo preciso.
3
Aquí, frente al pesar,
el amor se acrecienta,
la humanidad florece,
cobra valor la vida.
Qué soledad terrible
del ser ante sí mismo,
porque el mundo se rompe
mientras agonizamos.
Qué compañía inmensa
cuando alguien lo comparte,
y atiende sin desmayo,
y arranca una sonrisa.
Para no doblegarme
ante la muerte pienso,
para no vacilar
me sobrepongo y lucho.
4
MADRID.
15/11/85
Te atribuyo este vuelo
de alondras contra el muro,
la propaganda escrita,
el salitre que emana.
Hago tuyas las vísceras
del pájaro atropellado,
su sangre como vino
que desprecia los cálices.
Porque truncas la vida
extenderé raíces
bajo el asfalto muerto,
bajo tu negra máscara.
Desgranado en mil luces,
Madrid,
laberinto inútil.
5
LA BOCANADA sombría.
20/2/86
Bajo la sombra puntiaguda
del ciprés
la muerte se acumula.
Por su tronco
gotea la resina,
nadie lloró
lágrimas tan amargas.
Dicen que hubo un cielo,
tras los muros,
que los gorriones
vendrían
a dormir en sus ramas.
Lo dicen,
pero en este preciso,
doloroso instante,
sólo contemplo su sombra vacía.
6
Qué oscuro y agudo perfil,
qué fauce tenebrosa,
donde no teje la araña,
ni las orugas hilan,
donde no crecen líquenes
ni trepan madreselvas…
El polvo apenas huele
pero su aroma es sombra.
Apoyé mis manos en su tronco.
La lluvia me caló,
lentamente.
Sentí en mi cara
las caricias del viento
y besé
la rugosidad de sus cortezas.
Una llamada
ancestral y terrena
se apoderó de mí.
7
EL PÉSAME.
16/11/86
A la mujer, que solloza
desconsoladamente,
ofrezco caracolas,
seco el rocío perlado
de sus mejillas
y en lluvia lo transformo.
A esa mujer,
bajo la luz de una lámpara,
cuyo llanto estéril
no empapará la tierra,
anuncio, con pesar,
que aún quedan días
de trágico dolor
para el ser querido
que, sin remedio,
agoniza.
8
Pronuncio otras palabras
que ayudarla pretenden,
pero no hay voz ni bronce
que rompa su silencio.
Es el instante del mar
petrificado,
de la sangre granítica,
de la impotencia.
LA REALIDAD CRUEL.
13/1/86
Llegar aquí,
desterrar la inocencia,
mostrar el pecho,
entreabierto como una granada.
Prender la duda,
siempre flor, entre el cabello.
Contemplar la sangre
coagulada en el firme.
9
Yo que extendí mis manos
y ofrezco las salamandras
que puso la aurora en ellas
y, temerosas, tiritan.
Alguien pide
que cese esta
tragedia
cuando la sangre
llega hasta los labios
y el corazón pende,
como una cereza,
a punto de estallar
en su dulce madurez.
Alineamos los bordes
de una herida
que no cierra jamás
y que se agranda.
10
LA DESESPERACIÓN.
20/12/86
Como el niño limpia
el cristal empañado
para ver caer los copos de nieve,
retiro el salitre
del muro, por contemplar
su entraña,
la avidez de la tierra
por el alma confundida.
Podría llorar bajo cipreses,
bordear a ciegas el abismo,
ofrecer mi saliva a los vencejos
sedientos de cada duda.
Podría dormir bajo laureles,
para olvidarme del mundo
y del tiempo que nos consume
irremediablemente.
11
Podría reflejarme en otros ojos,
en otras lágrimas
como diminutos, temblorosos
espejos.
Porque el frágil equilibrio
de este vuelo se ha roto
y cae el pájaro herido
sin que nadie lo perciba.
PARADA CARDIORESPIRATORIA.
10/3/86
Cuando la vida acaba
triunfa el silencio,
que agolpa mariposas
cuyos colores tiznan.
He visto, a través de sus alas
membranosas,
luchar contra la muerte
y he luchado,
12
bajo el calor de focos
cegadores
que iluminaban un pecho
sin latidos,
una boca inmóvil,
una mirada turbia,
unas mejillas pálidas,
una frente de hielo.
Cuando un minuto
significa la vida
y un error la muerte
y la desgracia.
Por eso, Dios mío, mírame,
estoy manchado de sangre
y de silencio, me deslumbró
la luz entre tantas mariposas.
13
No es mi paz la que reina
en el cáliz de una violeta,
aunque esa quietud exista
y esté cercana.
AL PÁJARO AZUL DE CERCENADAS ALAS QUE QUISO
HUIR DE LA CAJA DE CARTÓN.
4/86
Sin soporte, inmensamente solo,
cruzo la franja gris de la penumbra,
abandono la oscuridad,
me adentro en el día.
Atrás queda lo inútil
del cuerpo desgarrado,
la caracola vacía,
el cáncer destrozando.
14
La sombra del eclipse
que amamanta el espanto,
fragmentos de los ángeles
descuartizados.
Atrás el musgo recubre
los rostros y se agosta,
jadea el toro herido
en su soledad infinita.
Porque no hay lluvia
que limpie estos cerebros,
en los que la vida
ha injertado el miedo.
Ni manantial que borre
sus visiones confusas,
fruto de la incertidumbre
que la realidad nubla.
15
Allí reina el desorden
de la muerte que liba,
del hombre redimido
que al mar se precipita.
La roca que se agranda,
el muro sin rendijas,
la lucha milenaria
que a todos nos salpica.
JUNTO A TI.
5/8/86
Hoy quisiera sentir tu frescura
porque quiero respirar sin trabas.
Ahora me abandono y, en tus brazos,
recupero amor y calma.
16
LA GUARDIA.
8/86
Blancas, no de nieve, ni de paloma
blanca, ni de celindo perfumado,
son las paredes donde se consumen
tantos sueños sacrificados, rotos.
Donde el paisaje cesa sólo siento
la asfixiante blancura del presente,
largos pasillos, monitores, lámparas
completan escenario indiferente,
donde dolor y angustia se acumulan,
donde se marchitan rojos claveles.
En este pulcro albor quemo las horas
junto al moribundo, junto al enfermo.
Y, ante lo irremediable, suplicamos
ese milagro que jamás sucede.
Dios, es mejor luchar que abandonarse,
en este espejismo blanco del mundo.
17
CAIDA LIBRE.
7/1/87.
(En memoria de Rufi, enfermera de Urgencias de la Clínica Puerta
de Hierro de Madrid, fallecida en accidente aéreo en Guinea.)
No habrá ramaje frondoso que detenga
este hundirnos, sin compasión ni esperanza,
aunque gritásemos durante minutos,
aunque los ojos permanezcan cerrados,
pues caemos en un abismo con fondo,
porque la existencia es siempre limitada.
En el cerebro desafiante apartamos
este diluvio de mariposas blancas.
Más me duele tu caída prematura
por culpa de unos vientos enemigos,
al mar insensible, donde naufragaste,
valiosa vidriera rota en mil añicos.
Así, en un instante absurdo que no acepto,
sentí extraña esta realidad frágil.
Desperdiciamos vida que se evapora
mientras caemos en abismos con fondo.
18
CONTRASTES.
7/1/87
Se abomban las yemas
y brotan las flores, late
en la brisa el zumbido
de los insectos. Marzo
ha cubierto los troncos
de líquenes y musgos,
lucen, entre las sombras
del bosque, los narcisos.
Y aquí, Dios,
la cabeza arrancada,
el ala rota,
la campana sin badajo,
el toro desangrándose,
el corazón perforado
por golondrinas negras…
Y aquí, Dios,
19
se pudre el semillero,
se consume la hoguera,
ha caído la luna
y se ahoga en el agua.
LA MALA NOTICIA
31/1/87
Ahora, que tiemblan
tus manos y la voz
se hace sollozo,
te devuelvo la luna
rota de los estanques.
Tu dolor se derrama
desde su fuente oculta.
Nadie puede parar
tu llanto incontenible,
la rabia, la impotencia,
la pena se acumulan
en tus lágrimas tibias.
20
JUNTO A TI
5/8/86
¡Cuánta ternura me entregas !
¡Cuánto cansancio sentido,
como una espiga madura,
llevo en mi carne prendido !
Hoy mi mente se serena
y en tu compañía busca :
junto a ti se abre la flor,
anidan rayos de luna.
Brota el alba de tus ojos,
sólo tu luz me acompaña :
si me miras me devuelves
la alegría en tu mirada.
Hoy percibo tus caricias,
son céfiro entre avellanos,
la calidez de tu cuerpo
junto al roce de tus labios.
21
PRESENCIA Y AUSENCIA.
10/10/86
Acaricio tu piel y los paisajes
cambian, alrededor, pausadamente.
Acaricio tu piel y asoman rosas
entre las verjas del ayer latente.
Lejos de ti, sin frondas de castaños,
mi vida transcurre triste e impaciente,
consumo los segundos y me abraso
la memoria con tu recuerdo ardiente.
Pues se rompe la paz y la inocencia
del mundo cuando tú no estás presente.
Si me falta tu voz, un solo instante,
clama y brama la ola en su rompiente.
Tú que llegas como las golondrinas,
tu que pones violetas en mi frente,
tú que ríes, que lloras, que preguntas,
tienes el alma limpia de las fuentes.
22
MIENTRAS DUERMES.
10/10/86
A esta mujer, transparente
como el cristal, perfumada
como el laurel, quebradiza
como la luz,
pido perdón
por esa flor que no corté,
por cada cruz, por tantas horas
que no viví,
por cada lágrima
que no bebí,
mas que por mí
se derramó.
A esta única, irrepetible,
bella mujer
que tanto amo,
pido perdón
y gracias doy
por tanto amor,
generosamente entregado,
y tanta paciencia.
23
SEAMOS
31/1/87
Fuertes como la flor
que perfora la nieve,
sensibles como pétalos
que la luz atraviesa.
CAUTIVO.
22/2/87
Desatado el embrujo
del narciso azufroso,
del ranúnculo acuático,
de la grácil violeta.
Suspendido en el aire
el aroma del lirio…
La primavera nace
a mis espaldas siempre.
24
Por amar la vida y
defenderla a ultranza
mamo la soledad,
el desarraigo mamo.
Lejos de las semillas
que en plantas se transforman,
lejos de las crisálidas,
de las metamorfosis.
Ajeno a la eclosión
incesante de yemas,
entre muros medito,
bajo lámparas lucho.
25
LA PRIMAVERA EN EL RECUERDO.
22/2/87
Campiña bejarana que despiertas
tan lejos en el tiempo y la distancia,
como añoro tus frondas y tus huertas
rebosantes de frescor y de fragancias.
Entre la sombra de hojarascas muertas
abril despunta y, en mi cerebro, escancia
el dulce jugo de su savia cierta
que satura mi presente y es ganancia.
Persiste un tragaluz por donde fluye
más claridad y, sin que sepa cómo,
la escarcha del invierno se desprende,
la flor en las cortezas restituye,
acrecienta la vida y todos somos
el gran milagro que nadie comprende.
26
EL REGRESO AL MUNDO REAL.
5/3/87
¡Qué fácil es soñar !¡Qué fantasía !
Mi corazón de adobe, los cipreses
con pájaros y la escarcha de fuego,
los muros de papel, todo armonía
en un planeta feliz…¡Qué no cese
la imaginación su lúcido juego !
¡Qué fácil es soñar en la agonía !
¡Qué duro despertar !¡Cuántos reveses !
Porque el dolor no cesa ni reposa
y, aunque ignorado, no desaparece.
Me sorprendió su noche tenebrosa
y me quebró la paz y la alegría.
Hoy sé del mal, de cipreses vacíos,
conozco el sufrimiento y lo hago mío.
27
LA PRIMAVERA NO DISFRUTADA.
5/3/87
Aún en marzo un escorpión de sombra
cosquillea en mi piel, perfora bruma.
Me inclino ante el milagro que me asombra.
Me enfrento al hondo abismo que me abruma.
Lejos del polvo, que mi noche alfombra,
pende la madreselva y me perfuma,
así el amor mi pesar desescombra
y sonrío, aunque el tiempo me consuma.
Surge y cesa el vivir, y nos imbrican,
somos el agua que mueve la noria :
fluimos y otras gotas nos replican.
Primavera, que guarda mi memoria,
cercano renacer que tanto añoro,
un soplo más de vida yo te imploro.
28
DECLARACIÓN AMOROSA.
9/3/87
Desde el atardecer que nos miramos
en tus aguas sombrías, transparentes,
tu recuerdo fluye, plácidamente,
y salpico de lirios cada tramo.
Viejo Ontoria, discurres por mi mente
desde la tarde que amor declaramos
y recobro los besos que dejamos
prendidos en tu musical corriente.
Brillantes algas tus cabellos fueron
al flotar en la poza grácilmente,
y fragmentos de un astro evanescente
las luces que en tus ojos florecieron.
Tus palabras de amor siguen presentes,
suenan en mi interior puras, vigentes.
29
LA AÑORANZA.
15/3/87
Hace ya tiempo que recorro el mundo
sin blancas madreselvas que me ciñan,
ni lirios que me anuncien que el difunto
invierno entre mil brotes se disipa.
Como el lobo me escondo y ya barrunto
en el aire ladridos de batida,
acopio fuerzas y, en medio del luto,
sueño las alas del gorrión tendidas.
Viejas ciudades, todas semejantes,
donde la tensión agobia y esclaviza,
donde luchar por lo insignificante
tan falsamente eleva y dignifica.
Roto regreso y añoro, humildemente,
el sosegado olvido de las fuentes.
30
POEMA PARA SER LEIDO EN LA “UMBRÍA”.
15/3/87
Las fuentes, que son espejo
del que se mira en sus aguas,
el cristal que bebe el pájaro
y enturbia la salamandra.
Entre avellanos camino,
de sus ramas, como alambres,
penden las inflorescencias
y arrojan polen al aire.
Porque la tierra es matriz
tan henchida que desborda
en torrentes de narcisos
que lucen entre las sombras.
La oscuridad se salpica
de rayos desde el ramaje,
rectos chorros de platino
que tiemblan y se deshacen.
31
VERSOS DE PARTIDA.
22/3/87
En mudos vericuetos,
que son encrucijada,
las despedidas llegan
y amargamente pasan.
Dejo atrás el granito
de las peñas y casas,
dejo frondas y montes
donde los mirlos cantan,
los robles centenarios,
las vegas perfumadas,
las fuentes temblorosas,
los canchos y retamas…
En este instante y cuerpo
los paisajes me sangran
y un rosal, sobre el muro,
esparce su fragancia.
32
BARRIONEILA, 20.
22/3/87
Un invierno se derrumbó mi casa,
pudo más la lluvia de la tormenta
que sus débiles vigas de castaño
heridas por la carcoma y las grietas.
Aún el laurel perfumará el aire
que añora los balcones con macetas.
El verdín, sobre los adobes húmedos,
extenderá su mancha macilenta.
Edificio en ruinas que antaño fue
una feliz, bulliciosa colmena…
Pues en este solar abandonado
vieron mis ojos esa luz primera,
y aquí escuché cariñosas palabras
que no sepultarán las escombreras.
33
AQUELLOS DÍAS.
22/3/87
¡Qué aroma de celindos en flor
impregnaba la angosta calleja…!
Jardín de los peces de colores,
aún siguen cerradas tus puertas…
Al amanecer cruzan los niños
en grupos, camino de la escuela,
y en el aire se escuchan sonatas
de los telares y canilleras.
Han vuelto las cigüeñas, otro año,
las torres parecen más esbeltas,
pero faltan raudas golondrinas
en el aire que huele a primavera.
Jardín de los peces de colores,
aún siguen cerradas tus puertas…
34
AQUÍ Y AHORA.
3/4/87
Dolorosa verdad fue descubrir
la frágil existencia que albergamos,
y saber de otros dramas paralelos
que ignoré por ajenos y lejanos.
Porque yo, como tantos seres vivos,
intuyo en mi cerebro la agonía,
y en el rincón del ser perecedero
la muerte se acurruca entre la vida.
Su trampa resinosa nos impregna,
todos nosotros fuimos atrapados
en las gotas implacables del tiempo
que nos anuncia letales presagios.
Así lucho, inútilmente, por huir
de su influjo viscoso y despiadado,
pretendo superar este temor,
no quisiera vivir tan consternado.
35
CARA Y CRUZ.
4/4/87
Llevo un ciprés en mi carne plantado
que ilumina la luna desde el cielo,
con muros de granito rodeado,
prendidas sus raíces en el suelo,
con amargas cortezas adornado
y gotas de resina y desconsuelo,
sin pájaros en su ramaje helado
y una sombra de cruz como señuelo.
Frágil cordón de vasos vegetales
aporta el alimento, me da vida,
insufla aire, calienta mis tejidos
y bombea, con pulso, la energía.
Un ciprés, Dios, nos engarza a la tierra
que es el final y es punto de partida.
FIN.