pobreza y exclusión social dr. héctor lamas rojas · pobreza y exclusión social dr. héctor...
TRANSCRIPT
Pobreza y exclusión social
Dr. Héctor Lamas Rojas
Academia Peruana de Psicología
El fenómeno de la pobreza ha estado presente en la región de manera consistente
por muchos años, incluso en períodos de alto crecimiento. Para toda la región, el
número de personas pobres desde l950 ha venido aumentado. La observación de
más de 40 años de estadísticas sobre pobreza, nos indica que algo en el patrón de
desarrollo de los países de la región ha impedido que, aún en períodos de rápida
acumulación, se beneficien ampliamente todos los sectores de la población.
AmartyaSen al entender el desarrollo como un proceso de expansión de las
libertades reales que disfrutan los individuos, nos plantea una visión ética del
concepto que cuestiona las teorías clásicas del desarrollo, teorías que pretendían
alejarse de toda presunción ética al concentrarse en variables económicas externas
al individuo para definir y evaluar el proceso de desarrollo: el crecimiento del PIB,
el grado de industrialización, el avance tecnológico, entre otras. En contraste, lo
propuesto por Sen pone el acento en el tipo de vida que las personas valoran y
desean seguir, enfatizando los fines que hacen al desarrollo importante para los
individuos antes que los medios para su consecución. Se humaniza el concepto de
desarrollo y se amplía su espectro más allá de la esfera económica.
Desde esta perspectiva la pobreza es vista como una privación inaceptable de
libertades sustantivas de los individuos, una condición de vida que limita sus
capacidades para vivir la clase de vida que tienen razones para valorar. El individuo
en situación de pobreza es aquél obligado a vivir una vida que no valora, obligado a
sobrevivir, a subsistir.
De otro lado, "la pobreza reproduce pobreza" (nos observa Renes, 1987). Nos
encontramos en una situación de carencias concretas, en una familia o en un grupo
social. "E1 ambiente social se desarraiga (agresividad, desequilibrios afectivos,
despreocupaciones y malos tratos, con especial incidencia en mujeres, niños...)".
"Cada uno busca su salida: alcohol, abandono familiar..." "Los hijos conforman su
personalidad en esta situación y buscan su solución fuera de casa, en las pandillas,
delincuencia, drogas..." "El efecto escolar es negativo: faltas de asistencia, retraso,
fracaso, abandono de las escuela..." "Desde estas situaciones los hijos reinician el
proceso al que sus padres habían llegado..." "Desde pequeños van a la mendicidad,
recogida de residuos, ventas ambulantes..."
El círculo vicioso de la pobreza se cierra. Cada vez hay menos posibilidades de
romperlo. Más aún, la interdependencia de los factores causantes de esta situación
se acumulan y necesariamente se transmiten de una generación a otra. En los
hogares más desheredados los hijos se transforman en constantes testigos de la
angustia vivida por sus padres. ¿Podrán vivir ellos de otra forma? El futuro se les
presenta fatalmente similar a lo que están experimentando. Imposible cualquier
proyecto de formación personal que les facilitaría salirse de la marginación y
precariedad que han experimentado desde la infancia.
Por supuesto que esta pobreza se manifiesta de múltiples maneras: desde el total
desarraigo de la sociedad (mendicidad constante, delincuencia, prostitución, etc.,
como únicas formas de subsistencia), hasta precariedad crónica (hambre,
degradación humana, aislamiento del entorno social, etc.). La pobreza persistente
se halla sometida, en el actual sistema socio-económico y cultural, a unas reglas
difíciles de quebrar.
¿Nos encontramos ante la consolidación creciente y estructural de una sociedad
dual, inherente al sistema, formada de un lado por los pobres persistentes y los
nuevos pobres, y de otro por la sociedad establecida?. Nuevos pobres, nuevas
formas de pobreza son los términos para designar a las diversas formas de
precariedad surgidas, fundamentalmente, a raíz del paro masivo que se ha hecho
presente durante la última década en los países desarrollados. Imposible, sin
embargo, definir con precisión lo que son esas nuevas formas de pobreza dada su
complejidad y las múltiples formas y circunstancias en que se manifiestan.
Más que intentar ofrecer una definición teórica es más útil acercarnos a la realidad
que emerge, sea imperceptiblemente, sea de forma dramática y masiva. Hasta
hace poco disponían de ingresos estables, aunque fueran modestos. Y ahora,
repentinamente, a causa de una reconversión o de un simple regulación, o de una
flexibilización laboral, etc., se ven envueltos, casi sin darse cuenta, en un proceso
de marginación sin retorno con síntomas muy precisos: degradación en las
condiciones de la vivienda, problemas de salud (depresión, droga alcoholismo,
cáncer...), quiebras familiares, pérdida de toda esperanza para escapar de la nueva
situación, pérdida del status social... Es e] camino abierto hacia la exclusión social.
Medición de la pobreza
La pobreza se puede identificar y cuantificar a través de múltiples maneras, a partir
de la medición unidimensional y de la medición multidimensional.
La medición unidimensionalse realiza a través del Método Indirecto conocido mejor
como el Método del Ingreso o de la Línea de la Pobreza, el cual mide a la pobreza a
través de un enfoque cuantitativo, y a partir de un nivel de ingreso es como se
determina la línea de la pobreza. El objetivo de este método es medir a la pobreza
a través de la incapacidad monetaria para satisfacer las necesidades más básicas
en base a un ingreso mínimo, por eso se le conoce como el ―método del ingreso‖.
Detrás de este método subyace la idea de que la pobreza es únicamente resultado
de la distribución desigual del ingreso.
En América Latina como en otras regiones pobres es común la aplicación de este
método en su variante alimentaria; porque la desnutrición es considerada un
aspecto esencial de la pobreza y por lo tanto se le considera un indicador
fundamental de ésta, ya que el hambre deteriora la condición humana, y en un
estado severo, ocasiona daños físicos y mentales irreversibles en los seres
humanos, provocándoles serios impedimentos para desarrollarse adecuadamente,
lo cual se refleja en un bajo rendimiento escolar, laboral, y alta probabilidad de
contraer enfermedades a lo largo del ciclo vital y hasta provocar una muerte
precoz. El método del ingreso en su variante alimentaria le concede prioridad a las
necesidades alimentarias frente a otras necesidades.
Este método tiene muchas desventajas por lo cual no es recomendable usarlo, pero
la limitación principal es que concibe a la pobreza como un problema
unidimensional, y lo reduce a un problema único de ingreso insuficiente.
Actualmente está demostrado que la pobreza es un problema ocasionado por
múltiples factores que van más allá de la ausencia o falta de un ingreso adecuado.
La medición multidimensional contempla al menos 6 métodos para identificar y
cuantificar a la pobreza, entre ellos se encuentran: el Método Directo o el de las
Necesidades Básicas Insatisfechas (MNBI), el Método Integral de la pobreza (MIP),
el Índice de Pobreza Humana en países en desarrollo y desarrollados, el Índice de
Pobreza Global y la Masa Carencial.
El Método Directo también conocido como el Método de las Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI), tiene como objetivo medir la pobreza a partir de la
insatisfacción de las necesidades básicas educación, salud y vivienda. Identifica a
los pobres de una manera directa,por la carencia de no tener una vivienda de
mínima calidad, vivir en condiciones de hacinamiento, no tener acceso a agua
potable, no contar con servicios de drenaje, no tener acceso a la educación básica,
con la inasistencia a la escuela de niños en edad escolar, con el nivel educativo, etc.
Al igual que el método indirecto posee muchas desventajas y se considera como un
método incompleto en la medición de la pobreza, porque no toma en cuenta otras
necesidades esenciales que permiten elevar el nivel de vida, como son la
alimentación, el vestido o calzado, entre otros.
El Método Integral de la Pobreza (MIP) es una aportación latinoamericana, en
función de que los dos métodos anteriores presentan ciertas limitaciones que
impiden una cuantificación exacta de la pobreza. El Método Integral intenta reunir
los puntos rescatables de los dos métodos anteriores, pero el resultado es menos
confiable, porque se puede hacer una doble cuantificación de la pobreza.
El Índice Global de Pobreza (IPG) es un índice que sirve para identificar a los
hogares pobres. Se calcula en base a cinco necesidades básicas: Ingreso per capita
del hogar, nivel educativo promedio por hogar; disponibilidad de espacio de la
vivienda; disponibilidad de drenaje; y disponibilidad de electricidad-combustible
para cocinar. Un hogar se considera en pobreza extrema si tiene un Índice Global
de Pobreza entre cero y uno.
La Masa Carencial agrega el volumen de los hogares haciendo abstracción de la
insatisfacción social que presentan, a partir de la identificación basada en el Índice
Global de Pobreza. La masa carencial tiene su unidad fundamental en el hogar y
puede agregarse hasta el nivel nacional.
Una variable social
El término de los paradigmas que caracterizaron al siglo XX en los centros
industrializados fue acompañado en América Latina y el Caribe por una crisis
económica, social y política de envergadura tal que culminó con el replanteamiento
del patrón de desarrollo de los últimos cuarenta años. La apertura hacia el mercado
mundial, el retiro del Estado de la actividad productiva y el papel predominante del
mercado en la asignación de los recursos se convirtieron en los ejes del nuevo
patrón de desarrollo en los países de la región. En el plano macroeconómico, y en
procura de alcanzar una inflación reducida, el sector público otorgó prioridad al
manejo equilibrado de las cuentas fiscales y al control riguroso de la oferta
monetaria. En el plano social, las políticas de atención universal abrieron paso a la
focalización de los recursos públicos en los grupos más carenciados y, además, el
sector privado extendió sus inversiones hacia la educación, la salud y la previsión
social.
En los años noventa, una vez superada la crisis, no se ha logrado la consolidación
de un crecimiento sostenido; de otro lado, el ritmo de reducción de la pobreza se
atenuó en comparación a las décadas previas al ochenta y, sobre todo, se amplió la
brecha de la desigualdad (Altimir, 1997; CEPAL, 1996; CEPAL, 1997).El deterioro
social de los países de la región va acompañado por un fenómeno psicosocial de
naturaleza inédita: la desconfianza en el actual patrón de desarrollo y en el tipo de
modernización que lo caracteriza. En efecto, existen indicaciones de que una amplia
mayoría de ciudadanos se siente insatisfecha tanto con la distribución desigual de
los frutos del crecimiento como con su participación poco equitativa en las
oportunidades y riesgos propios de la modernización y la globalización. Los grupos
descontentos percibenque las nuevas instituciones sociales (por ejemplo, los
sistemas privados de salud y previsión social) aumentan la inseguridad y
vulnerabilidad de las personas. Esta percepción parece atribuirse al sentimiento de
indefensión generado por el repliegue del Estado desde su función protectora del
pasado —que, incluso en las limitadas condiciones de subdesarrollo, desempeñaba
un destacado papel, especialmente en favor de las capas medias y grupos urbanos
de bajos ingresos— y al agotamiento de aquellos referentes paradigmáticos de
transformación que ofrecieron esperanzas de una mejor vida para los grupos
sociales subordinados en los países de la región. Quizás sea esta la razón para que,
por ejemplo, los jóvenes no encuentren en la actividad política una gran motivación
oparaque los partidos tradicionales se vean reemplazados por nuevos liderazgos,
muy distantes de las concepciones ideológicas conocidas históricamente.
De esta manera, la problemática social del presente ciclo histórico tiene formas
muy distintas a la que caracterizó a los países de la región desde los años treinta a
los setenta. El vínculo entre desarrollo y pobreza adquirió nuevas especificidades,
que son propias del actual rumbo que adoptaron la economía y el Estado. La
destacada importancia que se otorga a la macroeconomía no ha permitido
encontrar todavía caminos apropiados para enfrentar la persistencia de la pobreza y
la ampliación de las desigualdades. Paralelamente, el desamparo económico, social
e ideológico en que se encuentran vastos grupos urbanos —y también algunos
rurales, como las etnias originarias— convierte a la vulnerabilidad social en un
concepto interpretativo vigoroso para entender la persistencia de la pobreza y la
ampliación de las desigualdades que caracterizan a la región.
La vulnerabilidad que es una variable social, se ve afectada por las relaciones de la
comunidad con su medio ambiente, por la intensificación de las actividades
económicas y sociales, el mayor o menor grado de desarrollo político económico de
la población, la organización social y su nivel de participación en la toma de
decisiones, la cosmovisión, las creencias y mitos entre otros factores.
Las poblaciones más vulnerables son las constituidas por los que podrían
denominarse sectores populares: construyen sus viviendas en sitios deleznables,
invaden áreas que "pertenecen" a un volcán o río, comunidades sin identidad ni
cohesión, carentes de líderes, poblaciones pobres que sobre explotan la tierra, con
viviendas que no cumplen condiciones de diseño o estructuras sismo resistentes.
.La vulnerabilidad tiene expresiones distintas según se trate de países, de
territorios subnacionales, de rubros productivos, de comunidades o de hogares. En
estos últimos, por ejemplo, la vulnerabilidad, los comportamientos demográficos y
las pautas disfuncionales de estructuración familiar suelen acompañar a la pobreza,
conformando un verdadero síndrome de desventaja social. Se consolida así un
círculo que tiende a reproducir, de generación en generación, las condiciones de
vida desmedradas. Esta conjunción de factores se yergue también como un
obstáculo para las políticas sociales que procuran atenuar la pobreza y reducir las
desigualdades.
Pobreza, vulnerabilidad y exclusión
El concepto de pobreza,que ha sustentado la mayor parte de los trabajos sobre el
tema, realizados en las dos últimas décadas, es entendida como carencia y refiere a
un estado de deterioro, a una situación de menoscabo que indica tanto una
ausencia de elementos esenciales para la subsistencia y el desarrollo personal como
una insuficiencia de las herramientas necesarias para abandonar aquella posición.
Estas carencias refieren a dificultades más estructurales o más coyunturales, según
sea la índole de los indicadores que se utilizan y por ende, el método por el cual se
mide y clasifica el fenómeno. De este modo se es pobre cuando no se logra
satisfacer algunos de los requerimientos que han sido definidos como "necesidades
básicas", pero también se es pobre cuando, aun cubriéndolas, los ingresos se
ubican por debajo de una imaginaria línea de pobreza. Como resultante se habla de
pobreza estructural, pauperizados, pobres por ingreso; estas distinciones marcan
algunas características de quienes se encuentran en esta condición y en todo caso
muestran que los primeros, independientemente del ingreso en el momento de la
medición, han tenido históricamente dificultades para alcanzar niveles mínimos de
acumulación familiar.
En los diferentes conceptos de pobreza aparece la idea de dificultad y de ausencia.
Pero los miembros que integran este universo de "pobrezas" reconocen diferentes
orígenes, son efectivamente el resultado de una variedad de situaciones previas, no
se participa de la misma historia y por tanto serán diversas las modalidades de
enfrentarse a la condición que los une, que resulta no ser otra que la imposibilidad
de lograr condiciones de vida aptas para el ejercicio pleno de los derechos que le
competen como ser humano. La situación de carencia y deterioro no sólo
compromete el presente, con el debilitamiento de la trama social sino que
involucran a las generaciones futuras, en la perspectiva de la transferencia
intergeneracional de la pobreza.
En esta línea que entiende pobreza como carencia es a la que se vinculan las
nociones de vulnerabilidad y de exclusión y la posibilidad de pensar si pueden ser
herramientas analíticas que permitan una aproximación más dinámica tanto a la
diversidad de situaciones a las que se enfrentan los que de una u otra manera son
partícipes de algún tipo de privación como para indagar en el proceso por el cual
amplios sectores de la sociedad perdieron la participación en una o varias formas
de relación social.
El uso de estas categorías plantea en primer lugar un interrogante: ¿cuál es la
relación que tienen los desarrollos vinculados a las mismas, en cierto modo
"importadas" de la discusión europea, con la línea de trabajo y reflexión que se dio
en América Latina, desde los años sesenta, sobre marginalidad primero e
informalidad después. En otros términos si se trata de un nombre distinto para
tratar la misma problemática o si agrega algo a los diversos enfoques de la
marginalidad latinoamericana. Una respuesta inicial y provisoria considera que el
proceso de exclusión/inclusión y vulnerabilidad implica incorporar la dimensión de
la pertenencia y da un marco que otorga un "lugar central a la problemática de los
derechos civiles, políticos y sociales lo que permite plantear una nueva concepción
de las políticas públicas para moverse a la consideración de las necesidades como
derechos".
Como consecuencia de la multidimensionalidad de la pobreza, resulta
necesariorealizar un análisis sobre aquellos aspectos que generan vulnerabilidad
entre las personas y acentúan su situación de pobreza. Este factor de vulnerabilidad
se relaciona directamente con la exclusión social, un fenómeno que ha sido poco
considerado en los países en desarrollo, mientras que en países como Francia ya se
vienen trabajando los factores que estarían determinando que algunas personas se
sientan excluidas de la sociedad (Roca Rey y Rojas,2002).
En los países europeos el uso de la categoría de exclusión se difunde ampliamente
en los '90 y el "éxito" se debe en gran parte a la toma de conciencia colectiva de la
amenaza que pesa sobre franjas cada vez más numerosas y mal protegidas de la
población, así como a que lo consideran diversos sectores del espectro político.
Surge para designar una de las características salientes de los nuevos pobres, a
partir de los análisis y trabajos que han investigado el aumento de los fenómenos
socioeconómicos que hacen a una sociedad cada vez más dual. Así el debate sitúa
los términos del problema no en el crecimiento económico, ni en la producción de
riquezas, sino en la manera de repartirla y de tener acceso a ella. "El dualismo
social se plantea a partir de la creciente división social entre los que participan de
los beneficios de la modernidad, gozando de ingresos suficientes y estables, y
aquellos que excluidos de los beneficios de la modernidad, viven con ingresos
insuficientes y trabajan en situación precaria", pero además con fronteras entre
incluidos y excluidos difíciles de delimitar.
Roca Rey y Rojas(2002), nos señalan que el concepto moderno de la exclusión
social tiene por lo menos dos antecedentes.El primero de ellos son los estudios
sobre los efectos del desempleo en los vínculos conla comunidad iniciados en 1933
en el poblado de Marientahl en Austria por Jahodaet.al. los que han sido
continuados por autores europeos concernidos con los efectossociosicológicos del
desempleo (Paugam en Francia, 1991 y Gallie en Inglaterra , 1998). La segunda
fuente son los estudios antropológicos de Lewis en México y Guatemala sobre ―La
Cultura de la Pobreza‖ en los años 60.
Ambas vertientes parten de estudiar hogares e individuos pobres para, a partir de
estos identificar otras dimensiones relacionadas con el contexto social y cultural de
la vida familiar y comunitaria de los más pobres, enfatizando ambas perspectivas la
falta de integración de estos hogares/individuos con la vida y los recursos
institucionales de su medio. La exclusión social se puede observar en tres
dimensiones:
_ Relatividad: las personas están excluidas de algo en relación con otras que no lo
están,
_ Agencia: Las personas se auto-excluyen o bien otros las excluyen y
_ Dinámica: Existen grupos con pocas posibilidades para el futuro no sólo para ellos
sino para sus hijos. La exclusión social se puede transmitir entre generaciones
(Atkinson&Hills, 1998). Son individuos atrapados en una posición de ingreso
relativo menor (Bourgignon, 1999). Estos tres elementos deben ser considerados
en el análisis empírico de la exclusión social(Roca Rey y Rojas,2002).
Atkinson (1998) marca tres componentes que aparecen regularmente en los
debates para definir la exclusión: sobre su carácter relativo, acerca de los
mecanismos y el elemento dinámico que la caracteriza. En primer lugar implica
tiempo y espacio, una sociedad en un territorio y un período determinado; toda
definición de exclusión debe considerar el funcionamiento de toda la sociedad no
sólo la trayectoria individual ya que las causas por las que algunos grupos tienen
esta condición generalmente se encuentra en otro sector de la sociedad. En
segundo término implica una acción donde están involucrados otros actores. El
tercer componente, el carácter dinámico de la exclusión, concierne a las
perspectivas futuras, a la transmisión por generaciones de las condiciones de
riesgo.
Exclusión entonces debe ser entendida como un concepto relativo y en un doble
sentido: "constituye la contrapartida de la inclusión, es decir se está excluido de
algo cuya posesión implica un sentido de inclusión. Este algo puede significar una
enorme diversidad de situaciones o posesiones materiales y no materiales, como
trabajo, familia, educación, vivienda, pertenencia comunitaria, etc. No es un
concepto dicotómico que divide a los individuos o grupos en dos; existe una serie
de situaciones intermedias entre ambos estados". Es también relativo porque varía
espacial e históricamente, en los contextos situados; por otra parte tiene mayor
potencialidad analítica para referirlo a aquellas situaciones que implican "fuerte
acumulación de desventajas".
R. Castel (1991, 1995, 1996) considera las situaciones de carencia en función de
relacionar dos ejes: Un eje de integración-no integración con relación al trabajo, es
decir la relación con los medios por los cuales un individuo logra o no reproducir su
existencia en el plano económico; otro vinculado a la inserción, o no, en una
sociabilidad socio familiar, es decir la inscripción o la ruptura con respecto al
sistema relacional en el seno del cual reproduce su existencia en el plano afectivo y
social. Esta intersección generaría tres zonas: de integrados-estables, de
vulnerabilidad y de exclusión donde se encuentran los más desfavorecidos. Sitúa el
centro de la "metamorfosis" en la precarización de las condiciones de trabajo que
rompe con la solidaridad y las protecciones construídas en torno a las relaciones
laborales y plantea la aparición de "una nueva matriz de desigualdades: la
desigualdad ante la precariedad". La contracara en sentido positivo implica la
posibilidad de "inclusión", tomando en cuenta las dimensiones social y económica
que surgen de la intersección de los ejes antes mencionados y por los que se
generan las diferentes situaciones: integración o no al trabajo e inserción –o no- en
una sociabilidad relacional con mayor o menor densidad. Desafiliación y
vulnerabilidad son fenómenos que deben ser comprendidos desde un horizonte más
amplio en el que señala la precariedad del lazo social en las sociedades
contemporáneas y la pérdida de poder integrador del Estado a partir de la crisis de
la sociedad salarial.
En este sentido el concepto de vulnerabilidad refiere a aquella diversidad de
"situaciones intermedias" y al proceso por el cual se está en riesgo de engrosar el
espacio de exclusión. Vulnerabilidad no es exactamente lo mismo que pobreza si
bien la incluye. Esta última hace referencia a una situación de carencia efectiva y
actual, mientras que la vulnerabilidad trasciende esta condición proyectando a
futuro la posibilidad de padecerla a partir de ciertas debilidades que se constatan en
el presente. Desde este punto de vista es un concepto más dinámico y más
abarcativo. En su sentido amplio la categoría de vulnerabilidad refleja dos
condiciones: la de los "vulnerados" que se asimila a la condición de pobreza es
decir que ya padecen una carencia efectiva que implica la imposibilidad actual de
sostenimiento y desarrollo y una debilidad a futuro a partir de esta incapacidad; y
la de los "vulnerables" para quienes el deterioro de sus condiciones de vida no está
ya materializado sino que aparece como una situación de alta probabilidad en un
futuro cercano a partir de las condiciones de fragilidad que los afecte
(VULNERABILIDAD Y EXCLUSIÓN SOCIAL. Una propuesta metodológica para el
estudio de las condiciones de vida de los hogares Documento recuperado el 10.5.06
de http://www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p15.4.htm).
En la investigación psicosocial, se utiliza en múltiples contextos la expresión de
vulnerabilidad. En un sentido muy general, el concepto de vulnerabilidad se refiere
a las dificultades de una persona o de un grupo para resistir o hacer frente a una
determinada amenaza o problema. El uso más generalizado del término
"vulnerabilidad" y del adjetivo "vulnerable", se ha producido en la investigación
sobre el estrés. El estrés es un tipo de respuesta psicológica que se produce en
situaciones que, real o figuradamente, constituyen una amenaza para una persona
o un grupo. Se dice que una persona o grupo es vulnerable cuando se prevén
dificultades o incapacidad manifiesta para adaptarse a una situación de riesgo o
amenaza (real o atribuida). Aceptando esta definición, lo que resulta importante no
es la mera descripción de la vulnerabilidad, ni siquiera de su posible tratamiento. Es
decisivo definir las causas de la amenaza o del riesgo, así como de los costes que
supone la adaptación a la misma. La exclusión social, particularmente la que
aparece en la ciudad, ha sido descrita utilizando, entre otros términos, la expresión
"espacios vulnerables". En efecto, esta expresión ha sido propuesta para referirse
a aquéllos espacios en los que se hace especialmente urgente la puesta en marcha
de actuaciones encaminadas a combatir los procesos de degradación espacial y
exclusión social.
Existe una estrecha relación entre pobreza y exclusión social aunque las
dimensiones de la exclusión pueden variar significativamente al interior de los
diversos grupos que componen la sociedad, incluyendo a los grupos de pobreza
extrema. En este sentido, la importancia de determinar quiénes se han visto
excluidos y de qué manera han sido y están siendo afectados, debe ser reconocida
y calculada. De igual modo, se plantea la necesidad de saber de qué están siendo
excluidos y cuáles son las medidas y programas que puedan contribuir a disminuir
los niveles de exclusión social(Roca Rey y Rojas,2002)
La investigación de Roca Rey y Rojas (2002) deja en claro ciertos aspectos respecto
de la exclusión social en el Perú:
_ Las mujeres presentan índices de exclusión más altos que los hombres en el caso
de la educación.
_ Las personas que viven en la Sierra presentan los índices de exclusión más altos
a nivel nacional.
_ Los índices más bajos de exclusión se encuentran en Lima Metropolitana.
_ La exclusión del esparcimiento y diversión es muy alta (mayor a 50% en todos
los dominios geográficos, etnia y nivel de ingresos).
_ Poblaciones no consideradas pobres al ser medidas en términos de ingreso están
excluidas de la educación y la salud, por lo que constituyen un grupo vulnerable
susceptible de caer en estado de pobreza.
_ Los pobres y además excluidos, son extremadamente vulnerables en la medida
que pueden estar entrampados en la pobreza y transmitirla a futuras
generaciones.
_ Estos grupos vulnerables deben recibir especial atención en pos de superar su
estado mediante programas integrales de inclusión. Por ejemplo, no basta con
promover el acceso a servicios de salud sino dar paralelamente educación ya que,
de lo contrario, no utilizaran los servicios de salud debido a factores culturales.
De acuerdo con las investigaciones psicoambientales sobre este problema, se puede
hablar de tres tipos de fuentes de vulnerabilidad. En primer lugar, aquéllas que
amenazan el bienestar físico. En segundo lugar, aquéllas otras que amenazan el
bienestar emocional. Y, en tercer lugar, aquéllas que suponen una amenaza al
bienestar social (cohesión social, identidad, etc).
En este sentido, deben mencionarse algunos de los indicadores básicos de
vulnerabilidad y de exclusión social. Establecer una relación exhaustiva de estos
indicadores es una tarea que desborda el alcance de estas notas, aunque debería
ser objeto de trabajo en el futuro. Aquí se propone un esquema de partida para el
establecimiento de un sistema definido de indicadores de vulnerabilidad. Tales
indicadores de vulnerabilidad (predictores de situaciones de exclusión social),
afectan a todas las áreas de la organización social y la vida humana. En este caso,
podrían ser considerados, al menos, indicadores que reflejen el nivel de inclusión
social en, al menos, las siguientes diez categorías:
1. Acceso a los recursos económicos.
2. Acceso al empleo e inclusión laboral.
3. Acceso a los recursos educativos y a la formación.
4. Acceso a la vivienda, equipada y adecuada a las necesidades personales y
familiares.
5. Disponibilidad de equipamientos básicos del entorno residencial.
6. Participación, formal e informal, en las redes sociales y grupos.
7. Participación en la planificación y desarrollo de la comunidad, con especial
incidencia de los recursos de compensación social de situaciones de
desigualdad o diversidad de partida.
8. Acceso a los recursos y posibilidades de movilidad y flujo.
9. Acceso a los recursos sociales, sanitarios y de promoción de la salud para el
bienestar físico y emocional, personal y colectivo.
10. Acceso a los sistemas de garantía, previsión y seguridad futura.
Las propuestas de buenas prácticas relacionadas con la exclusión social pretenden
modificar algunos de estos parámetros que inducen exclusión social.
Integración social
La Integración Social, como señalan Alfaro y Báez, es vista como un fin en la
medida que reporta un cierto orden societario, pero también es vista como un
camino, por el cual transitan los sujetos para incorporarse a tal estructura. En este
sentido la Integración social requiere de la capacidad de vincular individuo y
sociedad en un solo gesto. Es decir, la integración es un producto del proceso de
vinculación social, en sus diferentes planos.
Por consiguiente, cuando existe un proceso de ruptura o debilitamiento de los
vínculos sociales nos enfrentamos a una estructura en desintegración social, o lo
que es lo mismo, a la exclusión social de los sujetos respecto de la sociedad.
Este proceso de debilitamiento o ruptura de los lazos que unen al individuo con la
sociedad, prosiguen Alfaro y Báez, ha sido explicado preferentemente en los planos
materiales, para lo cual se han construido categorías de análisis tales como la
desigualdad o la pobreza, que sin entrar en mayores detalles corresponden a dos
modelos de comprensión de la desventaja social de los sujetos en la sociedad.
En el caso de la desigualdad como categoría de análisis, se puede decir que
corresponde a la respuesta frente a la distribución de los ingresos, es decir, a la
repartición de los beneficios de una sociedad, en este sentido se fija en el acceso
relativo de los medios materiales para ciertos fines que, en última instancia
corresponden al logro del bienestar. El concepto compara el grado de desventaja
de unos sobre otros, permitiendo la observación de la tradicional dicotomía que hay
entre los de "arriba" y los de "abajo" o, dicho en otras palabras, entre los
monopolios y los monopolizados. Corresponde a un concepto que sitúa a los grupos
en un esquema jerárquico de participación de la riqueza social.
Por otro lado, la categoría de pobreza sitúa a un individuo respecto de una cierta
medida de comparación. Tal medida es una definición taxonómica en cuanto a
cantidad de ingresos y grado de satisfacción de las necesidades básicas; apunta
fundamentalmente a la condición de vida actual de los individuos, es un fenómeno
esencialmente económico que se asocia principalmente a formas de participación
incompletas o parciales dentro de la estructura social y se expresa en el
subconsumo.
Ambas categorías responden básicamente a la distancia material que hay entre los
sujetos, con ello se restringen las dimensiones de la vida social en la que ellos se
sienten cohesionados, o no alcanzan a abordar la vinculación que se requiere para
ser partícipe de la sociedad.
En la actualidad la discusión se centra en el uso de conceptos como
"desintegración", entendiéndolo como sinónimo de "exclusión" (Mac Clure, 1995), el
cual adquiere diversas connotaciones. Se dice que "la exclusión es polisémica", y
"que tiene múltiples significados" (Silver, 1994). Tales significados incorporan tanto
al intercambio material, como al intercambio simbólico, lo que alude a una variedad
de dimensiones en las cuales opera concretamente la observación de la desventaja
social de los sujetos.
Tales dimensiones consideran factores económicos, políticos, y sociales. Así en lo
económico se sitúa el problema de "acceder a los medios necesarios para participar
en el intercambio productivo" (De los Ríos, 1995). En lo político, el punto central
considera "la desigualdad de derechos entre los miembros de una sociedad" (De los
Ríos, 1995). Luego, en la dimensión sociocultural, la exclusión está referida a:
"primero, la precariedad o ausencia en la participación de personas en redes
sociales, segundo, la precariedad de la relación entre individuos e instituciones
sociales, y tercero, la ruptura entre ciertas personas o grupos con la cultura de la
sociedad" (De los Ríos, 1995).
De este modo la Exclusión Social comprende tanto "la denegación de los derechos
sociales como las privaciones materiales. Consiguientemente, abarca no sólo la
falta de acceso de bienes y servicios, vinculada con la pobreza, y la insatisfacción
de las necesidades básicas, sino también con la exclusión de la seguridad, la
justicia, la representación y la ciudadanía" (OIT, 1995).
Por otra parte, se dice que la exclusión corresponde a "un proceso que surge a
partir de un debilitamiento progresivo o un quiebre definitivo o duradero de los
lazos que unen a los sujetos a la sociedad a la que pertenecen, de modo tal, que se
establece una división entre los que están dentro y quienes están fueran de ella"
(De los Ríos, 1995). También, "la exclusión dice relación con la forma de
integración que construye cada sociedad, da cuenta de la sociedad y de como se
realiza la relación entre las personas y la sociedad" (De los Ríos, 1995).
Para el estudio de la Integración Social el enfoque psicosocial, concibe la relación
entre lo individual y lo social desde una dinámica de mutua constitución. Tal
relación entre un sujeto individual o colectivo y un objeto social no es concebible
como una simple sumatoria de ambos elementos, o una interacción mecánica de
dos objetos preexistentes e independientes (no afectados o condicionados
significativamente por la dinámica de interacción), sino que corresponderá
principalmente a la interacción social dinámica entre ambas dimensiones.
En esa interacción se releva el papel de los procesos de percepción subjetiva en la
dinámica de construcción de objetos sociales, con lo cual la Integración Social no
sólo es abordada en sus planos "objetivos" o fácticos (propio de la mirada más
sociológica antes expuesta), sino que también en planos subjetivos o
representacionales. De este modo se incorpora la mirada del proceso que surge en
la dinámica de los distintos contextos sociales y el desarrollo del individuo dando
importancia a dimensiones subjetivas. (Asun, Alfaro y Morales, 1994).
El valorar la subjetividad permite considerar la especificidad de los fenómenos
observados, al mismo tiempo que resulta ser lo suficientemente comprensiva en lo
estructural para dar cuenta del fenómeno social en general. Centrándose
fundamentalmente en cómo se desarrolla la negociación entre el sujeto, su
problemática, sus recursos y su entorno socio-histórico (Asun , 1994).
Desde esta perspectiva la Integración Social se constituye en la relación que hay
entre subjetividad y estructura social en diferentes ámbitos, en cuanto a
dimensiones macro y micro sociales, en un cierto contexto histórico/cultural, en el
cual se pone en juego la posibilidad de pertenencia a un todo social.
Se aborda, entonces, la noción de Integración Social como una posición, estado o
forma de relación entre sujetos colectivos o individuales y el conjunto social, que
ocurre en distintos planos de la organización social, económica y cultural.
Individualmente esta posición social se constituye y es constituida por formas de
percibir subjetivamente y de relacionarse concretamente con lo social.
Respecto de estas distinciones analíticas de la I.S. (Subjetiva - Objetiva; Micro -
Macro), precisan Alfaro y Báez, es posible articular los siguientes conceptos que
permiten una primera operacionalización de la variable, para observar programas
sociales con un enfoque psicosocial.
Integración Social Dimensión Macro Dimensión Micro
Dimensión Objetiva PARTICIPACION SOCIAL ESTRUCTURA DE RED SOCIAL
Dimensión Subjetiva PERCEPCION DE
ANOMIA
PERCEPCION DE APOYO SOCIAL
El interjuego de estas variables comprende, en síntesis, una operacionalización de
la integración social en categorías psicosociales, las cuales corresponden a una
situación subjetiva en la cual el entorno (la sociedad y las relaciones
interpersonales significativas) son vivenciadas consistente y positivamente
(cercanas, comprensibles y coherentes) y como una situación fáctica en que los
sujetos mantienen vínculos reales (acorde con las tareas del desarrollo y
necesidades) en los planos familiares, educativos, laborales, sociales e
interpersonales. Así entendido, la Integración Social ocurre en la subjetividad y
objetividad de los vínculos. Por ende, es desde esta configuración que los
programas sociales deberían tender o estimular su trabajo, al mismo tiempo que les
permitiría observar su desempeño, logro e impacto.
En el Perú, como bien señalada López Más, la responsabilidad que asume
actualmente el Estado y la sociedad todavía es muy limitada y en el campo del
gasto e inversión social se actúa con fuertes condicionamientos a la disponibilidad
de recursos, y estos tienden muy a menudo a asignarse, a otros fines, como el
servicio de la deuda o los gastos de defensa.
Este insuficiente interés por la conservación de la vida de las personas es expresión
de la insuficiente conciencia moral de la sociedad. Es urgente que nuestro país
considere que el valor de la solidaridad social es fundamental cuando se trata de
establecer y mantener a lo largo de los años una política de eliminación tanto de la
pobreza como de diferencias graves en el acceso a bienes y servicios básicos para
un desempeño normal de las personas.
El desafío actual, según López, es proteger la estabilidad macroeconómica y
desarrollar bases sólidas para iniciar un proceso de expansión sostenido de la
economía y al mismo tiempo, consolidar el sistema democrático. Sin acceso
asegurado a un trabajo adecuadamente remunerado, la posibilidad de proteger la
vida de las personas depende de las políticas sociales garantizando que todo
peruano tenga acceso a la salud, la educación y la cultura
Investigaciones recientes
Velásquez, T. (2007).Salud mental en el Perú: dolor y propuesta. La experiencia de
Huancavelica. DEMUS, CARE Perú y Consorcio de Investigación Económica y Social
Observatorio del Derecho a la Salud
Si bien existen políticas públicas sobre salud mental, por un lado todavía hay
importantes disparidades entre los nuevos lineamientos y estrategias nacionales y
las obligaciones nacionales e internacionales en materia de derechos humanos y
salud mental; y por otro lado, dichas políticas no llegan a todos los niveles de
atención, pues en la realidad los servicios sanitarios que se prestan son muy
precarios.
Las actividades de psicología en la Estrategia Sanitaria de Salud Mental y Cultura de
Paz están divididas en recuperativas —las más frecuentes—, preventivas y
promocionales. Esto refleja que si bien hay un cambio en las políticas, en el trabajo
cotidiano la situación no ha cambiado y el énfasis continúa en la atención y no en la
prevención o promoción. Se mantiene una lógica individualista que encarece los
servicios que se prestan.
Rosales, L. Chinguiel,J y Siancas,D (2008)Convergencia económica y en desarrollo
humano en el norte del Perú. CIES y Universidad Nacional de Piura.
Durante el período comprendido entre 1995 y 2005, los ocho departamentos de la
Macro Región Norte presentan un proceso de convergencia económica absoluta,
cuya velocidad es de alrededor del 5% anual. Este mismo resultado es
corroborado por la estimación sigma convergencia, que muestra una reducción
en las disparidades económicas durante el período de estudio.
• Además, una de las características de este proceso es la de mostrar dos grupos o
clubes de departamentos que siguen hacia dos estados estacionarios.
• Los sectores de agricultura (incluido el sector pesquero), de construcción y de
servicios han sido favorables al proceso de convergencia económica, mientras
que en el sector manufactura han mostrado divergir unos departamentos de
otros.
• Las posibles explicaciones de estos resultados van por el lado de los desempeños
favorables que han tenido aquellos departamentos ligados a la extracción de
recursos primarios, y también por el aumento de las transferencias a los
Gobiernos Locales, de las cuales evidenciaron favorecer a la convergencia las de
tipo redistributivo (Foncomun y Vaso de leche), mientras que las transferencias
productivas (canon y sobrecanon) no mostraron tener influencia sobre tal
proceso, en parte debido a la no ejecución del total de los recursos financieros
por falta de proyectos de desarrollo.
Muñoz del Carpio-Toia,A y otros (2012)Promoviendo el derecho a la salud de los
más pobres. Cooperación Belga al Desarrollo y el Observatorio de la Salud-CIES.
El Observatorio de la Salud –CIES da cuenta de varios estudios sobre el derecho a
la salud de los más pobres: a) la violencia familiar contra la mujer en Arequipa,
región con uno de los más altos índices nacionales de esta forma de agresión, b)
sobre la naturaleza de los procesos de participación en salud que convocan a dos
grandes actores, el Estado y la sociedad civil, y en los cuales el diálogo, pese a no
haber sido siempre continuo ni sostenido, ha permitido el desarrollo de experiencias
sumamente aleccionadoras. c) a calidad de la atención que brindan las microredes
de la Gerencia Regional de Salud en los distritos de Arequipa, a través de una
muestra estratificada de usuarios y desde la perspectiva de estos, diferenciados
según su nivel de pobreza y comparando a la población afiliada al Seguro Integral
de Salud con aquella que no lo está, d) aplicación del protocolo de consentimiento
informado en el tratamiento contra el cáncer, e) evaluación de los programas de
salud enfocándose en las evaluaciones de impacto: y algunas conclusiones:
Identificar momentos críticos para impulsar cambios y ajustes a un programa o una
intervención, Sistematizar las conclusiones y recomendaciones de los documentos
de evaluación., Realizar un seguimiento al uso de las evaluaciones, entre otras.
Referencias bibliográficas
Alfaro Inzunza, J y Báez Tuñon, X. La integración social como modelo teórico
metodológico para la observación de programas sociales. Documento recuperado el
12.5.06 de
http://www.psicologiacientifica.com/publicaciones/biblioteca/articulos/ar-
jaime_alfaro02.htm
Asun, D; Alfaro, J y Morales, G ( 1994) "Análisis crítico del uso de categorías y
estrategias para el estudio e intervención psicosocial con jóvenes en Chile" En:
Revista Chilena de Psicología, Vol 15 Nº,
Asun, D ( 1994) "Acerca del Enfoque Psicosocial o la superación de una visión
biomédica de los Fenómenos Sociales" En: Primer Informe Nacional de Juventud.
Editorial Trineo.
Calderón Hernández, G El concepto de vulnerabilidad. Documento recuperado el
10.5.06 de
http://www.geocities.com/RainForest/Andes/8473/nunouno/vulnera.htm
Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE /
CEPAL) (2000) VULNERABILIDAD SOCIAL EN AMÉRICA LATINA Y EL
CARIBEDocumento recuperado el 10.5.06
de http://www.eclac.cl/celade/publica/LCDEMR298e.htm
Corraliza Rodríguez, J (1998)Exclusión Social y Calidad Ambiental. Notas sobre el
proceso de evaluaciónDocumento recuperado el 10.5.06
de http://habitat.aq.upm.es/boletin/n10/aacor.html
De los Ríos , D ( 1995) "La exclusión Social en Chile", Mimeo, OIT.
García, J. Pobreza y exclusión social Documento recuperado el 10.5.06 de
http://www.fespinal.com/espinal/castellano/visua/es20.htm
López Más, J. Ética, economía y desarrollo: el problema de la pobreza en el
Perú CSI Boletín 50
Mac Clure, O y Urnameta, R( 1995) "La Exclusión Social en Chile", OIT
Molina, E , USB La identificación y medición de la pobreza desde la perspectiva del
Desarrollo Humano
OIT, (1995) "La Exclusión Social en América Latina" OIT.
Palacios Escobar, AMedición de la pobreza Documento recuperado el 12.5.06 de
http://www.rolandocordera.org.mx/pobreza/medicion.htm
Roca Rey, I y Rojas, B (2002). Pobreza y exclusión social: una aproximación al caso
peruano.Bull. Inst .fr.étudesandines
Silver, H (1994) "La exclusión social y solidaridad social: Tres paradigmas" En:
Revista Internacional del Trabajo, Vol 113, núm 5-6 OIT.
VULNERABILIDAD SOCIAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Documento
recuperado el 10.5.06 de http://www.eclac.cl/celade/publica/LCDEMR298e.htm
VULNERABILIDAD Y EXCLUSIÓN SOCIAL. Una propuesta metodológica para el
estudio de las condiciones de vida de los hogares Documento recuperado el 10.5.06
de http://www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p15.4.htm