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  • 8/3/2019 Pedro Rosas - Jovenes, rebeldes y armados_Una mirada a la identidad y la memoria militante durante la transicin

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    Pedro Rosas AravenaJvenes, rebeldes y armados. Una mirada a la identidad

    y la memoria militante durante la transicin chilena, 1990-2004

    Revista iZQUIERDASAo 2, Nmero 3

    ISSN 0718-5049

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    Jvenes, rebeldes y armados. Una mirada a la identidady la memoria militante durante la transicin chilena, 1990-2004

    Young and armed rebels. A look at the identity

    and memory militant during the transition in Chile, 1990-2004

    Pedro Rosas Aravena*Resumen

    Con el inicio de la transicin poltica chilena, las organizaciones que utilizaronla violencia entre sus herramientas de lucha contra la dictadura

    permanecieron polticamente activas en su accionar propagandstico ymilitar. Qu elementos histricos explicaban este proceso y cmo habansurgido y que base poltica, social e incluso tica sustentaba la accin rebelde?Exista una perspectiva sociocultural especfica que les diera justificacin ycoherencia interna a sus acciones? Cmo se haban formado estosmilitantes, sus organizaciones y cules eran sus estrategias de lucha yproyecto poltico? Cmo se haba enfrentado la persecucin, la tortura y lacrcel durante ms de una dcada y como se signific a nivel subjetivo elproceso de pacificacin? Este trabajo busca responder a varias de estasinterrogantes.

    Palabras clave: Violencia poltica, Transicin democrtica,

    organizaciones armadas, sujeto poltico

    Abstract

    With the start of the political transition in Chile, the organizations that used violence between their tools of struggle against dictatorship remainedpolitically active in their propaganda and military action. What this historicalprocess and explained how they had come and that political, social ethics andeven supporting the rebel action? Was there a specific socio-culturalperspective that would give them justification and internal consistency totheir actions? How are these militants had formed, their organizations and what their strategies of struggle and political project? How had faced

    persecution, torture and imprisonment for more than a decade and wasmeant as a subjective process of "peace"? This paper seeks to answer some ofthese questions.

    Keywords: Political violence, democratic transition, armed organizations,political subject

    * El autor es Historiador. Director de la Escuela de Historia. Universidad ARCIS

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    Con el inicio de la transicin poltica chilena, las organizaciones que utilizaron la violenciaentre sus herramientas de lucha contra la dictadura permanecieron polticamente activasen su accionar propagandstico y militar. El discurso de los gobiernos de la concertacinles neg su condicin de actores polticos. Se les sindic, persigui y juzg como delincuentessubversivos o terroristas, disendose un modelo llamado de "pacificacin que contempl elencuadre y captura de los insurgentes. Paralelamente oper un mecanismo de aislamiento,mediante la construccin de una crcel de alta seguridad, con un sistema de segregacinmxima del exterior y un rgimen disciplinario de castigo en el interior. En su mayora habansido detenidos en democracia por acciones cometidas durante los ltimos meses de ladictadura y los tres primeros aos de la transicin.

    Los rebeldes justificaron su accionar en la lucha contra una poltica continuista del rgimenmilitar; en la mantencin de su normativa jurdica poltica y de un modelo que no resolva lasproblemticas de los sectores populares. Pervivan en el pas condiciones de injusticia eimpunidad en materia de derechos humanos y sobre los mismos rebeldes se practic latortura fsica y sicolgica. En las sombras operaron nuevos aparatos secretos del Estado y unaresistencia, invisible y silenciada busc por ms de una dcada sobrevivir y poner fin alcautiverio. Qu elementos histricos explicaban este proceso y cmo haban surgido y quebase poltica, social e incluso tica sustentaba la accin rebelde? Exista una perspectivasociocultural especfica que les diera justificacin y coherencia interna a sus acciones? Cmose haban formado estos militantes, sus organizaciones y cules eran sus estrategias de lucha y

    proyecto poltico? Cmo se haba enfrentado la persecucin, la tortura y la crcel durante msde una dcada y como se signific a nivel subjetivo el proceso de pacificacin? Preguntas deesta naturaleza interrogan a una subjetividad popular, joven y contestataria desandando supensamiento y accin, su praxis historicista revolucionaria y constituyen la matriz de arranquede este trabajo que rastrea la socializacin rebelde, la construccin de la subjetividad militante ysu historicidad.

    Historiando la accin rebelde y la represin en la transicin democrtica

    Esta investigacin articula lo propiamente historiogrfico en base a fuentes primarias ysecundarias as como un abordaje que implic un trabajo de campo cualitativo en historiasocial. La "muestra" aspir a ser una cobertura de diversas posiciones del habla, o perspectivasemergidas en un colectivo donde la funcin estructurante que cumple el discurso construidocomo texto investigativo, unifica la diversidad de los sujetos sociales en cuanto tales (rebeldes,pobladores, jvenes, Estado, institucin carcelaria, miradas analticas etc.) pero eventualmentetambin a nivel individual microsubjetivo; los procesos biogrficos que consideramosindispensables para comprender la conformacin intersubjetiva.

    Entre 1990 y 1994 se constat la existencia de 400 presos polticos a partir de los cuales seinvestig en torno a su militancia, insercin social preexistente, discursividad poltica y

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    subjetividad militante. Adems, respecto de los motivos, circunstancias, modalidad, y losorganismos que desarrollaron detenciones y la prctica de la tortura en el perodo. Dentro deese universo se verific la existencia (segn informacin cruzada de fuentes rebeldes yderechos humanos) de ciento setenta (170) casos de detencin por causales polticas, cientocuarenta (140) casos de tortura y noventa (90) casos de muertes en procedimientos policiales.Asimismo, se estableci y ranque informacin sobre las causales jurdicas y operativas de lasdetenciones y las formas operativas empleadas para lograr las detenciones. Junto con ello, loslugares de detencin, el grupo aprehensor y el tratamiento dado a los detenidos as como eltiempo mnimo y mximo de detencin.

    Tambin se consultaron como fuente 26 testimonios escritos de casos de tortura relatados porlos prisioneros entre 1990 y 1994 a la Organizacin de Defensa Popular ODEP a los que sum

    la informacin recogida en las entrevistas desarrolladas y que se incorporaron al tratamientoespecfico de cada aspecto particular.

    Para la obtencin de la informacin, se tom una muestra de 100 casos de prisioneros polticosde un total (con una matriz preestablecida de datos mnimos confirmables) de 163 casosdisponibles. Esta muestra represent casos de militantes y ayudistas del Frente PatriticoManuel Rodrguez, FPMR, Mapu Lautaro-Movimiento Juvenil Lautaro y MIR en sus distintasfracciones y correspondientes a distintos lugares del pas.

    Para la construccin de muestras, elaboracin de perfiles y organizacin y sistematizacin de lainformacin, se elabor una ficha previa que contempl militancia, responsabilidad en la

    organizacin, nombre (codificado), edad, sexo, actividad laboral, estudios, estado civil, ciudadde origen, ciudad de detencin, lugar y forma de detencin, causal, procesos judiciales ycondenas en los casos que las hubiera.

    En la seleccin de campo, utilizada previamente al mtodo biogrfico fundamental en nuestrotrabajo (Delgado y Gutirrez, 1995), se seleccion primero a prisioneros del mismo mdulo, yaque el sistema de segregacin interna impidi, en principio, tener contacto con prisioneros deotros mdulos y adems porque dado el rgimen interno en la Crcel de Alta Seguridad, losprisioneros eran encerrados solos largas horas en sus celdas. Cuando el rgimen interno lopermiti (mediante la flexibilizacin lograda con huelgas de hambre) se hicieron entrevistassemiestructuradas ms prolongadas para construir historias de vida.

    Se logr as entrevistar militantes y ex militantes de distintas organizaciones y de diferente nivelde responsabilidad organizacional, de diferentes edades y de experiencias polticas, militares ysociales diversas. La informacin obtenida fue cruzada y cada vez se volva a entrevistar a losmismos o a otros prisioneros sobre aspectos generales o especficos de cada tema, y aun en laredaccin final de los primeros informes (acadmicos, editorial, Organismos Internacionales,Cmara y Senado) se volvi a cruzar informacin para ratificar o cambiar algn criterio que secrey incompleto o incorrecto.

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    Por ejemplo, al rastrear los antecedentes de la muerte de la joven militante del Lautaro Norma Vergara, nos encontramos ante una versin oficial dada a la prensa, diferente a la versinoficial presente en los partes policiales adjuntos al proceso judicial y la versin de suscompaeros. Entre estos ltimos, se reconstruye el evento posteriormente y la versin entrelos sobrevivientes del evento es ligeramente distinta a la de otros militantes, que significarnde manera diferenciada la situacin.

    Para la prensa se trat de un enfrentamiento con delincuentes, en los partes policiales se sealaque se pesquis un vehculo sospechoso desde donde una mujer abri fuego que respondieronlos policas, para los militantes en general se trataba de una operacin de exterminio, ya que lasfuerzas policiales efectivamente se encontraban en superioridad numrica y tctica lo que seconstata terminado el evento.

    En este tipo de casos, era en extremo difcil el reconstruir los hechos o agrupar los conjuntosde significados que los actores tenan sobre los eventos, cruzndolos de manera simple. Sinembargo, con un anlisis de las fuentes combinado a la experiencia operativa de los militantesse fueron estableciendo, en conversaciones sucesivas, los elementos de juicio memoria,sumados a otras informaciones confiables que permitan despejar las versiones que en algunoscasos parecan o eran contradictorias.

    Pensamos con razn que dado lo particular del tema (el gobierno negaba la condicin depresos polticos y estos ltimos deban construir un espacio de legitimidad especialmenteinternacional) no podamos dejar zonas oscuras o sin poder respaldar con antecedentes o con

    una investigacin acuciosa hasta donde nos fuera posible1

    . No se trat de diferenciar entreverdad o mentira; resulta claro que nos hallamos ante significados sociales construidos por ungrupo que conoce y comprende desde su experiencia y significa desde su sentido y perspectivade lucha por oposicin a un agresor, que simblica y factualmente, le acosa permanentemente.

    El argumento oficial de "terrorista muerta en enfrentamiento" es enfrentado con lassignificaciones "militante asesinada" "aniquilada framente", "muerta en combate" o para otros,"prefiri enfrentarse a ser capturada".

    1En este como en otros casos y temticas ms generales, se comentaban en entrevistas o en conversaciones

    grupales, las "copias de sentencia", los relatos de los testigos presenciales y de quienes hablaron con ellos al

    llegar a la prisin, la disposicin de medios de fuego por ambas partes, las trayectorias balsticas probables ylos informes balsticos entregados a los abogados, el emplazamiento y tiempo de desplazamiento de unidades

    policiales, el escaneo de transmisiones radiales de la polica realizado por los militantes etc. La carga

    emocional involucrada en este tipo de trabajo especfico, tanto para el investigador como para los

    colaboradores, era muy grande pues no solo reviva el momento de la muerte de algn amigo y compaero

    sino adems los interrogatorios bajo tortura, las crticas a la poltica militar de las organizaciones,

    recriminaciones personales, generacionales, a las direcciones y eventualmente, aunque en menor grado,

    alguna autocrtica.

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    Entonces, queramos combinar todas las miradas posibles y cuando no logramos estableceruna "media" cualitativa plausible, se opt por sealar slo provisionales "hechos positivos" yjunto a ellos indicamos las diversas fuentes de significacin; esclarecindolas comointerpretaciones situadas y legtimas. Como ejemplo del tratamiento de la informacin y suanlisis, presentamos un fragmento que acompaa un registro de los 26 eventos (adems de 6muertos en caso Apoquindo) en que militantes perdieron la vida entre 1990 y 1993; relativotambin a nuestra significacin del caso de la joven militante:

    En la mayora de los casos, se alude a la idea de enfrentamiento como evento causal de muerte,pero es necesario diferenciar entre las acciones de tipo ofensivo (es decir, ataques armados deuna fuerza en movimiento a una de posicin o mvil, siempre intencionados) y aquellasacciones de orden defensivo en la cual el enfrentamiento se produce pare evitar la detencin.

    Entonces, slo podra hablarse de enfrentamiento cuando en estos casos, la fuerza policial nodisponga medios y fuerzas vivas a priori, con el objeto de "abrir enfrentamiento" sino slo paraasegurar la captura y reduccin. Cuando por el contrario, pudiera minimizar esa posibilidad yno lo hiciera, entonces sera claramente una emboscada o un ataque ofensivo y no unenfrentamiento. Acciones combativas de tipo militar que no corresponden a una fuerza policialpreventiva.

    Acciones de carcter claramente ofensivas (ataques o emboscadas) por parte de elementosVPP (en la investigacin, sigla para violencia poltica popular) las cuales se registran muertesde militantes se verifican slo dos: un ataque a bus policial (N1) y un ataque a guardia de

    escolta de intendente Pareto (N17). El enfrentamiento en estos casos deriva del ataque VPP.

    Casos de enfrentamiento de tipo defensivo se registran un total de 10 en los cuales se rode ycerc a militantes VPP los cuales ante la disyuntiva de rendicin, ser muertos sin combatir uoponer resistencia, habran optado por esta ltima. Sin embargo es claro que la fuerza represiva(carabineros o investigaciones) cont en cada caso con, a lo menos, la eleccin del momento ylugar, dispuso los medios tcnicos y fuerzas vivas superiores y por tanto, cont con lasuperioridad tctica que le permitira haber alcanzado con amplio margen la captura, si eseobjetivo, hubiese sido prioritario al aniquilamiento fsico. Casos de enfrentamiento defensivofueron: N2 a N5; N8 a N15; N18 a N21 y N23. Distribuidos en once (11)enfrentamientos donde perdieron la vida 17 militantes.

    Existe otro tipo de evento asociado al enfrentamiento sin ser tal, que no podra ser catalogadoni ofensivo ni defensivo y en los cuales slo se presume el enfrentamiento por la versinpolicial. No consta ni en la prensa u otro medio, ni en el testimonio VPP o sus partesoperativos que hubiera accin combativa de tipo defensivo, por tanto, la accin reactivapolicial no permiti ningn tipo de respuesta y oper sobre seguro causando la muerteinmediata de los militantes. Aqu se trata de algo ms que una emboscada de captura condesenlace fatal o de un choque armado, pues concurren elementos que permitiran pensar enhomicidios. Los casos donde no se esclarece el enfrentamiento y culminan en muerte de

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    militantes fueron: N 16, N 22; N 24 a N 26. Distribuidos en cinco (5) eventos catalogadosde enfrentamientos (slo en la versin policial) con igualnmero de muertos.

    En los casos restantes N 6 y N 7 slo existe versin policial escueta y no se puede indicar sihubo o no enfrentamiento y de qu tipo. No hemos considerado en este balance el caso"Apoquindo", que se trat especialmente y se suma a la categora de "enfrentamientodefensivo" dada la respuesta inicial de los militantes, pero claramente segn la versin de lospasajeros y el chofer del bus, deriva en una accin de aniquilamiento fsico. El saldo de eseevento es de tres (3) militantes muertos, tres (3) personas civiles muertas y trece (13) heridospor balas policiales"(35).

    La subjetividad rebelde desde la historia oral y el trabajo de campo en historia social.

    Una de las particularidades de la investigacin esta dada por que no recopila informacinnicamente sobre el pasado reciente y su impacto en el presente adems el proceso se instalaen el momento en que los acontecimientos en los cuales los actores estan insertos sedesarrollan. De all que sin agotar la posibilidad de los cruces y triangulaciones con otrasfuentes el papel de la entrevista en profundidad y la historia oral se hicieron elementosarticuladores claves para el entramado de significados y significaciones que nuestro trabajolevanta en la perspectiva de delinear una subjetividad militante en el perodo.

    Entrevistas como las de Luka o Chejov, de Victor o Negro posibilitaron cruzar subjetividadestransgeneracionales, de segmentos sociales variados y de distinto nivel de responsabilidadmilitante y especializacin en la lucha clandestina. En todo caso y en todo el modelo trabajadoen Luka, que aqu se presenta en detalle, representa uno de esos rostros a los que el olvido y laindiferencia del tratamiento poltico, simblico e histrico de la transicin han vuelto y siguen volviendo la cara operando dispositivos de invisivilizacin y criminalizacin. El tratamientohistoriogrfico de esta temtica es entonces un punto de entrada a la lectura de un capitulo denuestra historia reciente, que sumi en su vorgine a cientos de jvenes-nios que, iniciados ala lucha poltica en el enfrentamiento a la dictadura, tomaron el camino de la lucha armada y lavida clandestina en nuestro pas.

    Esta forma de accin poltica juvenil, rebelde y clandestina, se prolong ms all del arriboformal de la democracia y tuvo como respuesta una accin represiva global por parte de losgobiernos de la Concertacin. El resultado de la poltica gubernamental de "pacificacin" delos grupos rebeldes y de "Seguridad Ciudadana" para combatir la "delincuencia subversiva"arroj un balance que segn cifras de la Corporacin de Defensa de los Derechos del Pueblo(Codepu) ascendi entre 1990 y 1994 a 140 casos de tortura y a 96 muertes en procedimientospoliciales. Las muertes mencionadas fueron causadas por heridas de bala, en el 80% de loscasos; asfixia e inmersin en el 7%; golpes en el 6%, y otras causas, 7%" (Codepu, 1994: 21).

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    En el mismo perodo, entre 1990 y 1994, haban sido detenidas 170 personas por actividadesde motivacin poltica. La Organizacin de Defensa Popular (ODEP) constat la existencia dems de 400 detenidos entre 1990 y el ao 2000. Segn nuestra investigacin (Rosas, 2004) lamayora de estos delincuentestenan entre 18 y 23 aos al momento de ser detenidos y algunos,como fue el caso que la prensa de la poca llam el nio-terrorista, Marcelo Villarroel,detenido pocos meses antes de cumplir los 14 aos, fueron ingresados en unidades especialeshasta cumplir la mayora de edad.

    Estos detenidos fueron rpidamente catalogados de terroristas y no se les consideraba presospolticos, an cuando sobre ellos pesaba objetivamente un "rgimen especial" de tratamientopoltico-jurdico y penitenciario. Sobre ellos se aplicaron incomunicaciones prolongadas,torturas y procesos paralelos en la justicia civil y militar sin defensa jurdica eficaz y oportuna

    que culminaron en la internacin en una crcel de alta seguridad donde se concentr a losentonces jvenes integrantes del Frente Patritico Manuel Rodrguez (FPMR), MovimientoLautaro y del Movimiento de Izquierda revolucionaria (MIR) y cuya existencia se prolong porms de una dcada2.La accin poltica o las orientaciones y tendencias de intervencin de estos grupos rebeldes 3durante el perodo dictatorial, y hasta mediado de la dcada de los 90, puede sintetizarse,brevemente como sigue:

    * Construccin y recreacin a ritmos y nfasis diversos, segn cada grupo, de unareflexin poltica, produccin de proyecto, implementacin y accin poltica en base aestrategias de cambio social heredadas de programas formulados en el periodo anterior en susorganizaciones originales fundadas en la dcada del 60 y 80 para el caso del MIR, el FPMR y

    Lautaro respectivamente por militantes de direccin de una, dos y hasta tres generacionesanteriores con los cuales, por efecto del exilio, muerte o descuelgue de sus estructuras madreya no haban relaciones ni vinculaciones polticas.

    * Agitacin y propaganda permanente de su crtica y denuncias primero antidictatorialesy luego antisistmicas y difusin de sus propuestas de corto y largo plazo vinculadas a lo que seestimaba representaban intereses y demandas de los sectores populares postergados yparticularmente centradas en el mundo juvenil. Un ejemplo paradigmtico de ello es la polticadel Movimiento Juvenil Lautaro. Estos en sus murales, volantes y consignas- se referan al

    2 A comienzos de 2003, la Comisin de Derechos Humanos del Senado de la Repblica de Chile, por peticin

    de la Iglesia Catlica, discuti un Proyecto de Ley destinado a buscar una formula de solucin a la situacin

    de los presos polticos chilenos de la transicin y cuyo tiempo de reclusin fluctuaba entre los 10 y 13 aos en

    condiciones de aislamiento extremo. La liberacin efectiva de los presos polticos de la democracia, solo seraposible tras aprobarse dos proyectos de ley durante 2004 y 2005 y al momento de iniciar este trabajo, an

    quedaban cuatro de ellos en prisin esperando autorizacin para salir algunas horas durante el da domingo.

    Al trmino de estas lneas muchos de ellos continan con medidas de control y reclusin nocturna en

    cumplimiento de condenas por hechos ocurridos durante la primera mitad de los aos 90. El tratamiento dado

    a los militares violadores de DDHH, en Chile al igual que en el resto de los pases del cono sur, ha seguido el

    camino de la dilacin y trato judicial preferente cuando no la impunidad absoluta.3 Para una comprensin del perodo, las acciones, planteamientos y motivaciones de los grupos rebeldes, as

    como la poltica de control por parte del Estado ver Rosas, 2004. Tambin, Farfn, Claudia, 2006.

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    gobierno de Aylwin y Frei como de Viejos cartuchos, eunucos y llamaban a vivir el SexoNuestro, a realizar Fiestas de las Ganas y a Tomarnos Todo con las Armas, Las Ideas y elPueblo. El grupo Lautaro se catalogaba a s mismo como Jvenes, Rebeldes y Armados(Movimiento Lautaro, 1983)

    * Discusin poltica, formacin interna de militancia en las reas polticas, tcnicas ymilitares en eventos y escuelas desarrolladas a tales efectos.

    * El trabajo social y de masas con organizaciones y movimientos sociales de base. En elcaso del Movimiento Lautaro, al que perteneci nuestro entrevistado, es destacable que este seencontraba particularmente centrado en la juventud popular de territorios llamados Bastin,liceos, grupos de jvenes de esquina y en menor medida de universidades. En el caso de lasorganizaciones MIR y FPMR estos se nutran de militantes provenientes de sectores msdiversos y especialmente en universidades. En estos espacios, se establecan adems, relaciones

    polticas y eventuales coordinaciones con otras agrupaciones rebeldes.* Acciones de violencia poltica contestataria, reivindicativa y agitacin de masas, de tipo

    miliciano o propiamente militar dado su nivel de especializacin e impacto. Entre ellas secuentan: copamientos armados transitorios de reas urbanas poblacionales o comerciales, cono sin participacin de poblacin; ataques y emboscadas a fuerzas y smbolos de la represindictatorial, gubernamentales o de grupos econmicos, "recuperaciones" de armamentos ybienes de consumo para uso del grupo, distribucin en la poblacin, sabotajes y propagandas.

    La historizacin de la accin rebelde permite sostener que la accin social juvenilrevolucionaria, semilegal y clandestina e incluso en ciertos momentos el accionar polticomilitar, se sostuvo, domicili y desarroll, sobre todo en dictadura, inicialmente en el seno de

    mltiples expresiones de los movimientos sociales. En estos espacios sociales, preferentementepopulares y juveniles, los grupos rebeldes expresaban abiertamente su discurso poltico y semanifestaban en coincidencia de formas y momentos con la actitud radical del movimientopopular de masas. Peculiarmente imbricada fue esta relacin en la juventud popular de sectorespoblacionales como "La Legua" y "La Victoria", como tambin entre pobladores y estudiantessecundarios y universitarios de Santiago y regiones.

    El historiador Gabriel Salazar seala que sera equvoco, simplista e interesado, calificar deextremista o terrorista las acciones de violencia poltica popular (Salazar, 1990: 553). Sinembargo, la criminalizacin y "pacificacin" radical de estas expresiones durante la transicinno tena que ver tanto con una comprensin y asimilacin poltica del problema de la accinrebelde como fenmeno histrico, social y poltico, como con su necesidad interna de mostrarfirmeza institucional y fidelidad al pacto de transicin ordenada y regulada, acordada con laderecha y las FFAA. Sealando de paso y consistentemente, lo que se poda y no se podademandar al nuevo rgimen en materia de reformas socioeconmicas y derechos humanos.

    El 23 de octubre de 1993, el candidato y luego Presidente de la Repblica Eduardo Freirefirindose a la accin policial para detener a un grupo de jvenes lautaristas (entre 18 y 23aos) protagonistas de un asalto bancario en que murieron 3 militantes, 3 pasajeros de un bus yque tuvo un saldo de 12 heridos por la accin policial seal: "Algunos crticos de la oposicin

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    decan que haba impunidad para los terroristas. Despus de los ocurrido ayer nadie podrhablar de impunidad"4. Los hechos acontecidos en el permetro del Banco O' Higgins delsector Apoquindo (barrio alto de Santiago) fueron ampliamente cubiertos por la televisin quemostr en directo las inequvocas seales de rendicin de los lautaristas que fueron abatidos.

    Bajo la declaracin de Frei, se esconde una transicin subterrnea, no registrada en la pticaque entiende el proceso poltico como un momento de pura convocatoria electoral, dedelegacin de la participacin y de "entrega de la esperanza" por parte de los sectorespopulares hasta ese momento hiperactivos. Quienes eran estos jvenes que no aceptaban elrelevo?, encarnaban algn proyecto poltico?, eran actores contestatarios legtimos, surgidosde un proceso de dilatada brutalidad de Estado? Rebeldes con causa, o expresiones de anomiay descomposicin de identidades colectivas atomizadas por el modelo impuesto por la

    dictadura?

    Luka: identidad y subjetividad de un joven rebelde en la transicin chilena

    El primer acercamiento con Luka (militante del Movimiento Juvenil Lautaro) se dio cuandoambos ramos presos y yo realizaba una investigacin, para mi tesis de grado largamentepostergada por el encarcelamiento, sobre la transicin, la accin poltica rebelde y, comoderivacin, la poltica de pacificacin-aniquilamiento y la prisin poltica en el perodo. En esosdas la investigacin y las prolongadas conversaciones, eran una ventana para mirar e intentarpensar el mundo, construir un punto de fuga, una forma de correr los cercos y las fronteras

    humanas del encierro y del silencio sobre una ms de las historias ocultas de la transicinpoltica chilena.

    Luka me indicaba que no era yo quin escribira sobre aquella parte de nuestra historia y laprisin que nos toc vivir por ms de una dcada. Eran esos hechos y esos testimonios (en lainvestigacin base se hicieron12 entrevistas en profundidad, 26 testimonios escritos y 8historias de vida, se consultaron documentos internos de las organizaciones, declaracionesjudiciales y archivos de prensa) los que se estaban dejando escribir ya no solo en los archivosjudiciales de las declaraciones bajo tortura y los titulares de las crnicas rojas de losenfrentamientos y los asaltos bancarios. Eran esas historias las que se iran abriendo crtica,autocrtica y valientemente, a veces no pocas veces- dolorosamente a la posibilidad de queotros, ms all de nosotros, pudieran or. Luka se revela entonces como una identidad entrnsito, una subjetividad perifrica(Urbano, 2006) incluso entre sus compaeros pero a la vez yen muchos planos, ilustrativa de otros militantes jvenes de fines de los 90.

    Para Luka nuestro trabajo no tena sino el sentido de dar expresin y visibilidad a la historiaque habamos compartido; especialmente en una coyuntura de meses de aislamiento como

    4Declaracin de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, "Sangre en Las Condes", La Nacin, domingo 31 de octubre de

    1993.

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    Pedro Rosas AravenaJvenes, rebeldes y armados. Una mirada a la identidad

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    castigo por una movilizacin que buscaba conquistar el derecho a tener visita de familiaresindirectos, las entrevistas, se tornaban una terapia contra el dolor y el decaimiento. Comoseala Igor Goicovic (1997: 27) estos procesos en cuanto involucran activamente a los sujetospueden articular historia personal y memoria histrica situando a la primera en el contexto deprocesos sociales ms amplios donde puedan reconocerse, recuperando la autoestima yaportando a la recomposicin de procesos sociales ms amplios. Desde la negra y pesadapuerta metlica de la celda 309, en el tercer piso del mdulo H-norte de la Crcel de AltaSeguridad, el an joven militante sentenci emplazndome epistemolgicamente:

    "El da que salga el ltimo preso de esta crcel: cuando se cierre la ultima rejaguen, la ultima puerta, esta historia... se termin. Tengo un testimoniovlido, pertenezco a un concepto de hombre, que aunque histricamente se

    vea ahora como una guev aeja, tenemos que contar nuestra parte, la partede los que quedaron en este episodio que es la prisin, dar cuenta de queaunque algunos piensen que ramos delincuentes, tenemos una historia, unabase histrica que tiene que ver con la forma de vida violenta, brutal en quenacimos a la lucha. Aunque yo no soy militante de los 80 como ustedes, igualnacimos y crecimos, nos hicimos libres enfrentando a la dictadura, aportamospara frenarla, nuestras armas tambin fueron tiles, hay memoria querecuperar y somos parte de esa memoria".

    Luka tena entonces 25 aos, corra julio de 1999 y estaba detenido desde febrero de 1994.Haba cumplido 6 aos y 8 meses de prisin y haba sido militante del Movimiento JuvenilLautaro desde 1990. A diferencia de muchos otros militantes de la dcada del 70 u 80, Luka no

    fue parte de la generacin que vio La Moneda en llamas, no se form en las filas de la heroica yautoreferente resistencia a la dictadura en los primeros tiempos, no fue un actor directo de lasmultitudinarias Protestas de los aos 80, no era un militante fogueado en la primitivaorganizacin de la lucha clandestina ni era hijo de padres militantes. Luka reivindicaba ser unhijo de la memoria y el silencio y como muchos jvenes populares, particip con entusiasmoen las campaas delNO en el plebiscito. La figura de Salvador Allende lo llev a participar endiversos grupos de jvenes militantes sintiendo a poco andar, que la transicin no era elcambio que esperaba:

    "Cachaba que la democracia no era real, que no iba a traer un horizonte demejores perspectivas para las personas, para el pueblo y para nosotros comojvenes. En esos trminos yo me senta claro y entr a militar. Tena que vercon la lucha contra la opresin, contra los viejos culiaos, contra el yugo delsistema.

    En esos das funcionalmente los militantes cumplan tareas de tipo poltico, operativas ysociales muchas veces combinadamente. As lo expresaba Luka:

    "Como militantes del Lautaro hacamos trabajo entre los jvenes, trabajoestudiantil en una organizacin que se llamo en principio el AIEP que

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    significaba Accin, Intransigencia, Educacin Popular, que dur unos mesesnoms y despus el CEP que era como la continuacin de lo otro porque sellamaba Colectivo de Estudiantes por una Educacin Popular. El ao 91,intentamos tomarnos un Liceo pidiendo al nuevo gobierno una educacinpopular y toda la huev, con reivindicaciones. Hicimos "metradas" que eratomarnos el Metro, hicimos "caleta" de movilizaciones en esos momentos yconvocbamos a "caleta" de gente, de cabros de Liceos y llegaban como 6 o 7Liceos a las reuniones que hacamos."

    En virtud de las necesidades de las organizaciones rebeldes, era posible encontrar militantesque, sin tener problemas de tipo represivo, podan estar "profesionalizados" y por lo tanto"asignados" (con apoyo econmico) y dedicar todo su tiempo a la militancia; esto lo hacan sinser necesariamente ilegales o clandestinos en su modo de vida ya que podan, por ejemplo,visitar o vivir con sus familias, asistir a lugares pblicos, usar su documentacin, etc. Junto aellos estaban los militantes "pblicos" o "abiertos" que en ciertos momentos declarabanexplcitamente su filiacin poltica en ciertos frentes sociales y territoriales (grupos juveniles,universidades, sindicatos, grupos de esquina, etc.), an cuando su organizacin fueralegalmente proscrita. Para el caso de Lautaro, esta situacin se tornaba cada vez ms complejacuando -como nos relata Luka- el tipo y cantidad de su accionar, les hacia cada vez ms, unobjetivo prioritario de las fuerzas de seguridad. Luka operaba y se mova tempranamente en ladifusa frontera entre la legalidad y la ilegalidad, transitando cotidianamente la delgada lnea queseparaba el juego del acto fallido... y fatal.

    "Yo perteneca a una clula estudiantil, nuestro trabajo era de estudiantes,

    entonces los objetivos nuestros tenan que ver con la radicalizacin, o sea,lograr que salieran a las calles a pelear por sus reivindicaciones, por unaeducacin popular, cuestin que no tiene que ver con el capitalismo sino conun sistema distinto. Llegaban locos de todas las lneas de izquierda, venanminas del Liceo 1, del Instituto Nacional, del Liceo de Aplicacin, delLatinoamericano, de varios que no me acuerdo ahora. Hacamos discusionesbien encachadas. Como dos aos estuve en ese ritmo".

    El paso de la vida cotidiana a la vida militante, implicaba sin duda el paso gradual o acelerado(un cambio en todo caso rotundo) a un modo de vida eminentemente poltico-operativocomportando una ruptura simblica y material con la vida cotidiana de cualquier otro joven desu edad. Para los individuos sumergidos en las redes de la clandestinidad, por lo general

    jvenes construyendo penosamente su identidad, la militancia resultaba un paso muytrascendental en el cual se produca el descubrimiento de un nuevo tipo de individualidad.Podra decirse que se trataba de un rito, en el cual la vida, hasta entonces "normal" se llenabade existencia y de aventura:

    "Mi primera accin fue un bombazo a un local de la UDI y de ah paraadelante las 'hicimos todas', tomamos un liceo en la zona oriente y hicimos

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    propaganda armada. Primero chequeamos un liceo, que significa ver larutina de cualquier fuerza represiva, verificar cual era la hora ms prudentepara meterse durante unos minutos; rayar el liceo por dentro, sacar cabros dela sala de clase, un discurso y un disparo al aire. Ese liceo lo estuvimoschequeando aproximadamente 15 das. Esa primera accin a mi me marcdefinitivamente, fue la osada ms grande que he sentido en mi vida huen,fue un momento de irresponsabilidad y osada ms grande que la cresta. Losque bamos a hacer la accin ramos como 15, cerca de quince pendejos, confierros (armas) cortos; revlver, pistolas, una escopeta y eso... y radiostambin para escuchar la frecuencia de los pacos, una cuerda para cortar loscables telefnicos, un napolen pa' cortar los candados Fue la primera vezque use un arma... se explic la misin y se distribuyeron los fierros que erancinco "cortos" me acuerdo que nos pusimos los fierros en la guata. Salimos

    de la casa y empezamos a caminar as; los cinco en lnea, como lospistoleros... uno de los compas dice que tambin era la primera vez que sepona un fierro Entonces vamos caminando y uno dice 'Young Guns''Jvenes pistoleros'... y nos cagamos de la risa de nosotros mismos porque fueuna huev chistosa, bamos as con las manos a los lados, abiertas...(Risas)...me dio ms risa que la chucha y nos fuimos A ese liceo entramospor la puerta de la parte posterior haba que cortar cables telefnicos,romper el candado y entrar. Yo entr por otro sector y salt una reja porquetena que ir a "reducir" la parte delantera con otros compas Ahempezamos a hacer propaganda al interior del liceo con toda la gente queestaba y sali todo bien hasta que empezamos a retirarnos y no sala nunca lagente, yo tena la responsabilidad de proteger la salida de los otros compas,

    tena que esperar...Y no sala nadie huen y yo estaba con el fierro en lamano, encapuchado incluso una profesora intent quitarme el fierro Alfinal salimos con 6 compaeros, cruzamos una villa y avanzamos como 50metros hasta donde pasaban micros y atajamos una y cuando estoy subiendopasan 5 pacos en motoscachamos llegando un helicptero, as que nosempezamos a alejar... Cuando llegamos al 'control' estaban casi todos bien,porque haban 'encanado' a dos compaeros.

    El proceso de construccin de la identidad rebelde en Luka no se reduce a una arqueologa dela aventura; Luka se entrega al riesgo absoluto y ciertamente, no lo hace ni con dramatismo nicon tristeza, juega riesgosa pero alegremente a la vida mientras nace a ella rompiendo con eltradicional simbolismo de herosmo y sacrificio de muchos de los relatos militantes de las

    generaciones anteriores. Como en el cine, Luka juega, es un 'Young Guns' en un juegoverdadero y elprotagonistava adquiriendo en ese instante rotundo, plena y temprana concienciadel costo de sus opciones. La militancia y el acto de irrupcin en la escena poltica, social ehistrica, era para ste y otros muchos jvenes militantes entrevistados, tambin un rito depasaje a la adultez, a su querer ser un ser social; a tener su lugar en la polis y a vivenciar suhistoricidad. Era el tiempo y lugar, real-bestial del rito de pasaje, lo que haca el transito terribley mortal. Era la realidad histrica de un pas de promesas y contradicciones no resueltas, conaislados actos rebeldes ms simblicos y testimoniales que destructivos del orden, la que

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    pareca demandar la ms alta entrega militante en un contexto de retirada y desmovilizacinsocial casi absoluta.

    La palabra presente en todo el relato es "consecuencia", la compulsin de hacer coincidirdiscurso y acto en el juego verdadero... y un juego verdadero... Luka lo saba; ya no era unjuego. Esta forma peculiar de integracin social, como proceso ms intuitivo que racionalizado,o racionalizado de otra forma; como un modo de vida y no slo como pura crtica discursivacontestataria, confronta las interpretaciones de tipo anmico acerca de la trasgresin juvenilrebelde del perodo. La sita, de por si y ante s rebelde, como una praxis poltica y por lo tantouna forma de integracin-cambio social que puede ser rebatida y cuestionada polticamente ensus formas y oportunidad, pero difcilmente invisibilizada o descalificada histricamente y

    patologizada.

    La opcin poltica de Luka, an iba a colocarlo ante nuevas disyuntivas y decisiones; no estabaan en un camino sin "retorno", tena todava la posibilidad de mantenerse alternando su vidacotidiana de estudiante e hijo y las tareas de la militancia. El optar opt sin embargo por laclandestinidad: la revolucin se torn rpidamente en su proyecto de vida.

    "Por razones de seguridad, me vi en la disyuntiva de congelarme un tiempo yretomar luego las tareas o irme de la casa, pasar a dedicarme completamenteal partido. Me plantearon que si era esa mi decisin, me podan asignar, mepodan dar algo de plata para vivir, sostenerme y dedicarme as a lo que era delleno el trabajo de la organizacin Tena una asignacin de 50 lucas y coneso pagaba arriendo y coma, me met de lleno al Lautaro en un sentidooperativo, ya tena otras responsabilidades... era la vida clandestina. En esetiempo ya haba cado mucha gente, haban detenido a un nmero importantede la dirigencia del Partido, era el momento de decisiones importantes y mehago clandestino el 92."

    La salida de Luka del grupo familiar y el temprano abandono de su vida de estudiantesecundario, no slo lo llevara a convertirse en un militante de tiempo completo. Luka adquiereautonoma e independencia en muchos aspectos de su vida pero, paralelamente, tendr queconducirse con permanente cautela y atencin a su entorno, construir una fachada, conocer loshbitos y normalidad de su nuevo ambiente tendiendo un manto de encubrimiento sobre su

    actividad rebelde y sobre su verdadera identidad. Con la misma aplicacin, tendr quepreocuparse de la organizacin de su tiempo y la satisfaccin de sus necesidades bsicas, darsepor s mismo un espacio para estudiar, leer, or su msica o simplemente para el ocio del finaldel da. Todo tena que transcurrir sin dejar de cumplir las obligaciones contradas con susjvenes compaeros siempre en disposicin permanente para asumir tareas que, en cualquiermomento y lugar de la ciudad o el pas, le encomendaran. Progresivamente se transform enun cuadro operativo, pero en la soledad de la pequea pieza arrendada, teja por si mismo nuevasrepresentaciones y experiencias que tensaban conciencia y existencia.

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    "Lo que me causaba una cosa curiosa era conocer gente en la calle. Una vezyo vena llegando a la casa y veo a un tipo que estaba ah en una mampara ypaso por el frente y cacho que el huen me queda mirando, tena el pelocorto y era ms o menos fornido, yo lo miro y sigo caminando no ms... yopens que era polica y paso por el frente y me quedo pensando; estaba en laduda porque si era muy rara la situacin, tena que irme de la casa as quevuelvo a salir y el tipo estaba ah y me segua mirando con una cara comopersiguindome. As que paso a un boliche a comprar y me doy vuelta y pasode nuevo frente a l, lo quedo mirando y el huen me segua mirando y cruzode frente mirndolo a los ojos, yo andaba con mi fierro y dije: 'cualquierhuev con este huen le pongo un balazo y punto po' huen'. Le digo: qupasa compadre?, el loco estaba sentado en el quicio de su puerta y se para: no,no pasa nada porqu?. El tipo me mira y levanta los ojos y pone una cara de,

    de un tipo agradable y pacfico. Como yo codifiqu ese gesto me tranquilic altiro. Dijo que todas las tardes se pona a mirar gente y que viva solo, que ltrabaja todo el da y en la tarde se relaja. Ah nos ponemos a conversar y mecuenta su vida y yo le cuento mi historia falsa... y me invita a pasar a servirmealgo... La huev es que todas las noches era una forma de relajarme ir a la casadel loco, y el me cuenta que era homosexual y que por eso me quedmirando l era psiclogo y me contaba su rollo po', yo me persegua unpoco, pero l nunca me acos ni nada, estaba sorprendido de que yo loaceptara y me hablaba de su familia y me ayud mucho a vivir la soledad de lavida clandestina, de esa huev que es dura huen, sobre todo cuando uno estan joven pa vivir a los 19 aos. Yo al loco le digo que soy del Lautaro y elloco se espanta, o sea se emociona caleta y me dice "no, no sigas en eso que

    te va a pasar algo, "no sigan en esa huev me dice. Y yo le digo que nopuedo... Seguimos siendo amigos y yo llev a varios compaeros a su casalcomprenda lo que eran las organizaciones y le pareca justo y correcto, perol no estaba de acuerdo con los mtodos y el accionar. A m se me rompi unmito negativo de los homosexuales y no slo de palabra, sino de lacomprensin de su forma de vida y porqu el loco era as, lo duro que es serhomosexual; nos parecamos porque los dos ramos perseguidos, pero l loera no slo por el sistema represivo sino por la sociedad... hasta ese momentoyo no respetaba a los maricones y el loco me ense su forma de ver elmundo. En el tercer pleno del Lautaro en uno de los votos polticos, seadscribi a la lucha por la dignidad de los homosexuales.

    Por meses, Luka desarroll su ahora nutrida actividad clandestina manteniendo su fachada yapoyndose, afectiva y operativamente, en las personas con las que iba haciendo poderososlazos de amistad. Sin embargo, a pesar de las insistentes recomendaciones de sus jefes, apenasunos aos mayores que el, intentaba por diversos medios ver a sus padres, saber de sushermanos, recorrer sus calles; aventurarse a preguntar por sus amigos y encontrar, seguro"casualmente", a quien haba sido su compaera en los primeros das de la militancia.

    "En Febrero del 93 fui a mi casa y me qued una noche, al da siguiente salgode mi casa y noto que hay gente extraa, que se me haba repetido del da

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    anterior y me di cuenta que eran la polica, eran dos locos jvenes iba atomar micro, saliendo del sector de mi casa y llego a la esquinacorro unos50 metros y llego, y los locos no me esperaban y haban seguramentecalculado el momento en que sala de mi cas No estaban ah paradetenerme sino para hacerme el chequeo cruzo la calle, tomo la micro a lacarrera y me voy a la parte de atrs y por el vidrio de atrs cacho que sedevuelven corriendo y se juntan con el otro que trae el auto y quedanatravesados contra el transito... en eso la micro dobla hacia una calle dondehaban taxis, me bajo rajao, tome un taxi y me qued ah.

    El relato de Luka devela el ritmo y fragilidad de una actividad clandestina que se haba vueltoextremadamente intensa. El accionar de su organizacin se traduca en bombazos, operacionesde sabotaje, ataques a instituciones, hostigamiento a fuerzas vivas y la reiterada sustraccin devehculos para ser utilizados en cientos de asaltos bancarios5. Estas actividades se sucedan unatras otra y en ocasiones varias veces en una misma semana. Ya no slo el trabajo poltico y elaumento del accionar militar, sino, la sobrevida de decenas de militantes clandestinos ybuscados intensamente, obligaban a concentrar toda la fuerza en operaciones de "recuperacin"de dinero que tenan alto riesgo. Progresivamente esas acciones, fueron convirtindose enactos de propaganda en s mismos donde se repartan panfletos, dulces y condones. Cada vezms, lafiesta de las ganas, pareca acercarse ms a su dramtico final.

    "A esas alturas, yo como muchos otros ya no participbamos en el trabajoterritorial, yo estaba en las FRPL (Fuerzas Rebeldes Populares Lautaro) quehacan las acciones militares, de medios y plata. Yo creo que el principio del

    fin comenz a mediados del 91 cuando cae la Direccin de Concepcindespus de la muerte del Prefecto Sarmiento de la Polica de Investigaciones,ese fue un golpe importante para ellos y para nosotros fatal, cae el segundojefe del Lautaro y 5 dirigentes, se desconect mucha gente y estructurasintermedias y se pierde una importante capacidad de elaboracin poltica enese perodo al llenarse los cupos de los cados con gente sin experiencianotenan la capacidad poltica y militar de antes.

    En ese cuadro, los jvenes militantes tenan que procesar permanentemente las muertes y lasdetenciones. Cada golpe era resignificado como un verdadero aliciente para continuar la luchafrente a las necesidades de supervivencia de la militancia clandestina, el cerco represivo y lacarga moral, poltica y emocional de abandonar a los cados y los que seguan: eran los das en

    que frente al fantasma de abandonar el proyecto, se construa y estimulaba una subjetividad deresistencia y marcado herosmo frente al cerco. Una lgica altamente decisional. El presenterelato, como otros, indican que la forma en que los acontecimientos se desarrollan, sumado auna cierta caracterizacin de la realidad en que se es parte en un conflicto, genera unaextraordinaria sensacin de excepcin en la cual no hay aplazamiento ni justificacin posible

    5 Entre 1990 y 1993 el Movimiento Lautaro se adjudic ms de 80 asaltos bancarios que segn informacin

    del Ministro de Interior de la poca Carlos Figueroa habran superado el centenar solo en Santiago. Ver

    Libelo Corte de Apelaciones de Santiago, 10 de junio 1999, fojas 1 y 2.

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    para no tomar medidas extremas de defensa del grupo, de sus ideas, valores o la identidad delsector social de pertenencia6.

    "Hoy es fcil hacer mil crticas, hay que ponerse en el momento, como se veay se senta todo...Yo no puedo deslindar responsabilidades en los compaerosque eran dirigentes solamente No s si haba un culto al herosmo, almartirologio, aunque si se mira desde ahora, nosotros no tenamos ningunaposibilidad de llegar a ninguna parte que no fuera la muerte o la crcel, nohaba otros horizontes fuera, la nica alternativa era la lucha. Para nosotrosno haba ninguna posibilidad de mejorar la huev en el marco del capitalismoy en el Pleno dijimos que tenamos que seguir 'echndole para adelante', tratarde reclutar ms gente, atacar comisaras, hacer camiones de pollo, repartircosas, repartir ropa en las poblaciones. Todas esas huevs tenan que seguir ytenan que coincidir con el momento que iba a llegar. El momento en que elsistema econmico y poltico ya no iba a dar ms, el momento de crisis delgobierno y del sistema. Entonces nosotros bamos a estar ah, junto al puebloy haciendo cosas. No hubo posibilidad de decir: 'Ya, guardmonos aqu,paremos la guerra un rato, evaluemos... entonces preparmonos o vamos adesaparecer, va a llegar la mano (represin) y el Lautaro va a desaparecer'. Nose pudo, estbamos en la guerra misma, sobreviviendo, matndonos yhacindonos mierda... cmo no podamos seguir?.

    En base a las fuentes orales y documentales de los grupos rebeldes, sus similitudes con los deotros pases y con expresiones de violencia poltica popular que les antecedieron, es posiblecaracterizar poltica e ideolgicamente el espacio partidario en que Luka y otros militantes sedesenvuelven para acceder a su imaginario y ncleo poltico y tico.

    Digamos que -en general- las organizaciones rebeldes del periodo se identificaban con unacondicin marxista de matices diversos en que se apreciaban los siguientes aspectos: un ncleoduro o matriz de concepcin dialctica y materialista de la historia, la actitud y posicin deantagonismo radical al capitalismo y por divulgar, defender y practicar nociones socializantesde subversin de lo existente. Se planteaban, estructuralmente, la redistribucin del excedentesocialmente producido y la riqueza acumulada. Polticamente todos los grupos rebeldes,aunque en diferentes trminos, postulaban el cambio de las relaciones sociales y personales depoder, as como el trmino de toda marginacin y exclusin por razones de raza, gnero,

    6

    Este fenmeno ha sido estudiado por Carl Schmitt en relacin a la filosofa poltica ultraconservadora defines del siglo XVIII. Me parece que en este caso permite una comprensin del fenmeno poltico desde la

    subjetividad de la atmsfera creada. Se produce una verdadera hermenutica de la propia prctica rebelde,

    acosada y enclaustrada, que activa una facticidad prcticamente blindada a todo juicio que no la reafirme. En

    tal caso toda duda o crtica aparece como un ataque al ncleo tico y valrico que sustenta al grupo y su

    proyecto. Para mayor claridad, contenido y origen del concepto, ver: Carl Schmitt, teologa y poltica. Ed.

    Struhart & Ca., Bs. As. Argentina, Pgs. 43-44. En Luis A. Corvaln M. "Pensamiento conservador

    revolucionario y violencia extrema desde el Estado en Chile. 1973-1989", Mapocho N48, Santiago, 2do.

    semestre, 2000, Pgs. 275-276.

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    econmicas o sociales. Finalmente, la existencia de un sentido histrico que los hacarepresentarse a si mismos como continuadores de las luchas que les haban precedido.

    Todo lo anterior, es coincidente no slo entre las organizaciones rebeldes del perodo, adems,los llevara a identificarse y situarse un proyecto popular de larga data que fue articulndosepolticamente desde comienzos de siglo en esa matriz de identidad poltica. Sin embargo, desdefuera, dos expresiones se hicieron "sentido comn" en relacin con las motivaciones ycaractersticas de la organizacin lautarina que eran, peridica e insistentemente, reafirmadaspor personeros encargados de la seguridad interior de los dos primeros gobiernos de laconcertacin, las policas e incluso desde la izquierda tradicional.

    La primera tena relacin con la difusin del uso de drogas, el culto a la violencia y sobre todo

    al sexo. Recordemos que recin terminaba la dictadura y ante la necesidad de expresin denuevos espacios de libertades personales, culturales y de abierta diversidad sexual, los medioscomo tribuna de personeros eclesisticos y de la derecha, comenzarn en esos aos a debatirsobre la nueva "crisis moral". La propaganda lautarina que hablaba del "sexo nuestro" yreparta condones en liceos y universidades, causaba, para la poca, comentarios polticosortodoxos y de sospecha.

    La segunda expresin dirigida a la organizacin que Luka integraba, descalificaba al gruporebelde por su "precariedad poltica" y falta de "ideologa". Esto llegara a tal extremo que elMinistro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Sr. Arnoldo Dreyse, conden a varioslautarinos sealando en las 'Copias de Sentencia' que se les deba castigar severamente por

    constituir grupos de rotos de baja estofarepresentar a "fuerzas diablicas", "sensuales"y otras joyas delderecho penal chileno. La descalificacin, tambin surga desde la izquierda, adquiriendo unacontradictoria connotacin al sealarse que el grupo, estaba compuesto por elementos jvenesy marginales. Se les catalogara as como "delincuentes subversivos".7

    "Yo era un militante promedio, yo cuando estuve clandestino no tomcopete, ni me qued raja nunca, fum marihuana en fiestas exactamente dos veces en ms de un ao. Jams, nunca hubo hueveo en reuniones,honestamente yo no vi eso nunca... No ramos hueones tan zafados, eranzafadas las huevas que hacamos, nuestra poltica si quieren la critican peronosotros ramos responsables. Haban compaeros que tenan capacidadesreales, que entregaban su vida de verdad, hueones hermosos, de una calidad

    moral y generosidad que... no se, esta no la entiende nadie, yo los he vistomorir, los he visto caer en cana po' huen. Aqu la huev era el Lautaro... eratodo, hacerlas todas, eso s era real".

    7 Lus Maira, dirigente de la Izquierda Cristiana y dos veces diputado Socialista, embajador en Mxico y

    actualmente en Argentina sealaba a mediados de los aos 90 que una prioridad de la transicin era terminar

    con la delincuencia subversiva, ver Hernn Vidal, El tab del conflicto armado en Chile, Ed. Mosquito,

    Santiago 1995, pg. 135.

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    En lo relativo a la condicin poltica y proyecto de la organizacin Luka seala:

    "...la construccin de la realidad era un poco msticaun ideario en que elpueblo oprimido y la juventud asuma la lucha y se tomara el poder atravs de la fuerza de sus organizaciones populares y sus fuerzas militares.Una Guerra Insurreccional de Masas, un empate entre pueblo y vanguardia enque la juventud, nueva generacin revolucionaria que naci con las protestasse tomara el poder, la historia, el cosmos (risas)...

    Tras un ao de intensa actividad operativa clandestina y cuatro de militancia, Luka fue

    detenido en febrero de 1994 por la Brigada de Inteligencia Policial de Investigaciones cuandovisitaba la casa de una amiga y militante, que haba sido vigilada durante varios meses.

    "Cuando me detienen yo no quera creer... (Yo) en manos de ellos en esemomento... fueron ms de 10 das con ellos. Camos 4 compaeros en esosdas, fue muy duro, muy violento, nos golpearon en la cabeza, en las piernas yen los testculos... estuve varios das amarrado, sin comer, sin agua, sin bao,sometimiento absoluto... un montn de amenazas con mi familia, que iban atraer a mi hermana y tenan a compaeros con su hija, a uno le partieron lacabeza de un fierrazo. Se hicieron eternos, realmente eternos esos das.

    La detencin abra la puerta a otro mundo desconocido para Luka comenzando as su vida en

    prisin. Este captulo, representara un devenir extremadamente duro para l; de castigosfsicos y largo aislamiento, con prologados episodios de soledad, conflicto y resistencia en quese combinaran mltiples aprendizajes y tambin profundas decepciones.

    "La vida en prisin es una lucha muy ntima, no slo en cuanto a la represin,las torturas, los traslados, las huelgas de hambre hemos enfrentado a loshuenes y no han podido pasarnos por encima, pero es dura; muy particular,en la cual, si tu quers seguir sosteniendo valores, una filosofa de vida tensque mantenerla en resistencia... Aqu hay gente que es ntegra, a m me haservido verlos, tambin he visto compaeros que han vivido crisis como yohe vivido... depresiones importantes y que te van enseando a vivir bien... lavida en prisin es tan dura po' huen

    El 12 de octubre de 1996, Luka dejaba la organizacin comenzando lo que l define como unaprofunda "crisis", que se gestara a partir de un proceso de debates polticos internos en el que varios de sus compaeros abandonaran la militancia. En ese proceso, algunos de ellosformaron pequeos grupos que en el interior de la crcel, continuaban haciendo vida polticacolectiva. Luka, como otros, se vuelca a un duro proceso de reflexin y balance personal quedesembocar en un episodio depresivo. Por un breve tiempo, segn su testimonio, todo le esajeno y parece perder el "sentido" de su experiencia e incluso de su propia vida; vivenciarentonces el abatimiento y por un tiempo, tiene la amarga sensacin de estar derrotado poltica

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    Pedro Rosas AravenaJvenes, rebeldes y armados. Una mirada a la identidad

    y la memoria militante durante la transicin chilena, 1990-2004

    Revista iZQUIERDASAo 2, Nmero 3

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    y personalmente.

    "Experiment una catarsis en la cual te das cuenta de lo que est pasando. Yosufro una cuestin que me ha marcado hasta hoy, me doy cuenta que lo quehaba sido mi vida hasta ese momento, no tena sentido; no era lo que yocrea, una especie de divorcio con lo que yo pensaba de mi vida... Nuestrasvidas se estaban jugando en prisin con un paradigma, con un horizonte slode prisin... ah comenz una etapa distintade mayor crtica orientada a mipropia vida y tambin de crtica a la visin de la revolucin... un proceso dereal maduracin y de hablar como individuo y no solo militante... madurarcomo hombre sin renegar.

    Tras este episodio de quiebre y abatimiento, desde el fondo de su soledad, Luka se plantearreconstruirse y buscar un nuevo sentido. Esta vez desde si mismo, sin dejar de atender a losprocesos que definen su tiempo y el espacio social y poltico que continuar inquietndole msall de la prisin como representacin de una construccin social de futuro:

    "Chile es muy distinto, infraestructuralmente es... distinto, por ejemplo, laPlaza de Armas ya no es como la dej de ver. Pero la miseria es la misma,la clase poltica sigue siendo una mierda, corrupcin, promesas, lasmismas huevs. Las relaciones sociales han cambiado... hay indiferencia,egosmo y soledad; de parte del poder, del gobierno, sus crisis hancambiado y son ms complejas, lejanas a lo que la gente puede sentir, lasFFAA, se siguen comportando con el mismo descaro que antes, no s sila gente y los que se manifiestan contra esto, son menos idiotas que antes,pero s con menos posibilidades de cambio que antes. No tienenparadigma, no tienen proyecto, no tienen nada. Salvo querer mejorar unpoco el aporte estatal... ms all no hay posibilidades por ahora. Porsobre todo me preparo para vivir y vivo y trato de estar bien, me cuidopsicolgicamente, leo, pienso... con los pies en la tierra y pal futuro...trato de despojarme lo ms posible de prejuicios... hay que nacer denuevo para vivir... pa' no ser sometido. Me veo con gente, necesito a lagente, voy a buscar y dar explicaciones, necesito las calles... caminar porMatucana.

    El 17 de Septiembre de 1999, tras permanecer casi siete aos en prisin y a los 26 aosde edad, Luka obtuvo la libertad bajo fianza y dej la Crcel de Alta Seguridad, cerrando el

    episodio hasta entonces ms duro de su vida. Atrs, junto a los objetos abandonados en unacelda del penal, junto a quienes le habamos acompaado fraternalmente y tambin junto aaquellos que -como verdugos- le haban escarnecido, quedaban los restos invisibles de un jovenLuka perdido para siempre. Al incorporarse a la vida en libertad, Luka vivi unos meses consus padres, inici y puso fin a una relacin de pareja, se gradu como tcnico en instalacionesinformticas, actividad en la cual trabaj durante algunos aos y particip activamente en lasactividades polticas tendientes a la liberacin de sus compaeros presos.

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    Pedro Rosas AravenaJvenes, rebeldes y armados. Una mirada a la identidad

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    La historia, junto a Luka, pisa las calles... nuevamente

    Al encontrarnos con Lukaas como con otras historias igualmente "contadas en los mrgenes"(James, 1992: 24) la superposicin y tensin de a lo menos dos voluntades. La de quien abre suvida o captulos importantes de ella (historia vivida) y la de quien piensa y cree firmemente quela subjetividad de los actores puede ser un instrumento vlido de conocimiento histrico(historia narrada). La historia, como la memoria, est sujeta a vicisitudes: las fragilidades delrecuerdo, la mistificacin del pasado y la propia experiencia, la autojustificacin, el silencio y laintervencin de los sentimientos, en los tpicos que se exponen, como una trama compleja conun doble sentido de significacin; el de las representaciones del hablante y la significacin quede ellas haga quien oficia de gestor-interprete del registro.

    No hablamos con Luka- de una subjetividad recndita a la que haya que desempolvar susrecuerdos lejanos. Los emblemas del recuerdo empapelan las murallas del presente; memoriade dolor y de ira, de lo intimo y lo social, de lo pico, de esperanza y abatimiento, memoria delespacio y el tiempo en que los pasos que parecan perdidos permanecen al retirarse la marea delsilencio. Memoria de un perodo histrico condensado y simplificado, historiadoperversamente desde la ahistoricidad de la oficializacin de la memoria y el predominio de laamnesia. Esta no es una historia oficial, no lo es desde la perspectiva de quienes juzgaron ycondenaron a Luka, pero tampoco desde la perspectiva de una determinada organizacinrebelde. Ni el herosmo, ni lo que Luka llama su "derrota", estn aqu en juicio, esta es lahistoria de un pasaje en la vida de un joven rebelde y cmo, desde su perspectiva, se vio a smismo y lo que le correspondi vivir en un pas de luces de artificio.

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    Pedro Rosas AravenaJvenes, rebeldes y armados. Una mirada a la identidad

    y la memoria militante durante la transicin chilena, 1990-2004

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    Recibido: 14 julio de 2008Aceptado: 16 diciembre 2008