pedro poveda, mártir y fundador - alfa y omega · los censos de madrid en la pri- mera mitad del...

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EDIC. NACIONAL SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 346-20-III-2003 Pedro Poveda, mártir y fundador Pedro Poveda, mártir y fundador

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EDIC. NACIONALSEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 346-20-III-2003

Pedro Poveda,mártir y fundador

Pedro Poveda,mártir y fundador

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Etapa II - Número 346Edición Madrid

Delegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz

Redacción: Pza. del Conde Barajas,1.

28005 Madrid. Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:http://www.alfayomega.es

E-Mail: [email protected]

Director: Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte: Francisco Flores Domínguez

Redactores: Anabel Llamas Palacios,Ricardo Benjumea Vega,

Carmen María Imbert Paredes,Jesús Colina Díez (Roma)

Secretaría de Redacción:Rut de los Silos Antón

Documentación:María Pazos Carretero

Elena de la Cueva TerrerInternet:

Beatriz Jaso Ollo

-Imprime y Distribuye: Diario ABC, S.L.-Depósito legal: M-41.048-1995.

Edita:Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 Carta pastoral de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Madrid: Tocar con la mano a Dios.

13 Carta pastoral de los obispos de Navarra y del País Vasco: Indicaciones prácticas para la nueva evangelización

Iglesia en Madrid

12 Carta pastoral de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Madrid: Tocar con la mano a Dios.

13 La voz del cardenal arzobispo: El sentido de la educación

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

La pintura hispanoflamenca.Bartolomé Bermejo y su época:Cuando Flandes llegó a España

Mundo

20 La acción preventiva verdadera:evitar la guerra.

21 La Visita del Papa a Españaen Internet

22-23 La vida

Desde la fe

24/25 Pequealfa.

27 Monseñor Javier Echevarría,Prelado del Opus Dei: La paz nace en el corazón del hombre.

28 Monseñor Javier Martínez, nuevo arzobispo de Granada:A la Iglesia no le daña el mal que viene de fuera.

29 Libros.

3/7Pedro Poveda:

entre nosotros enlas calles y plazas.

Escribe laDirectora General

de la InstituciónTeresiana.

«Acudid siempre a la misericordia

de Dios».La fe vivida en voz alta

18/19Vocacionessacerdotales:Algo se mueve.

Importa el testimoniomás que el número.

Prohibido ser cura

26El arzobispo

de Pamplonaresponde

al Parlamento de Navarra:Acusación

injusta

Los censos de Madrid en la pri-mera mitad del siglo que aca-ba de terminar nos dirían mu-

cho de la vida del Beato Pedro Pove-da en esa ciudad. Son varios los lu-gares que habitó. Lugaressignificativos para las personas que,en otros veintinueve países, treinta conEspaña, conocen y se inspiran en suvida. Sin embargo, Poveda, en sus 61años de vida, solamente salió de Es-paña para peregrinar a Lourdes. Re-sidía en Madrid en 1923, cuando laInstitución Teresiana tenía que ser pre-sentada al Papa Pío XI para solicitar suaprobación como una asociación paraseglares, nueva en su tiempo. Pero nocreyó que debía ser él, como funda-dor, quien viajara a Roma, y confióesta tarea a las jóvenes en quienes re-caía la dirección de la Obra.

Se presentaba al Santo Padre unarealidad vivida, incipiente, a la vezque configurada, con aprobación ci-vil y aprobación eclesial diocesanadesde 1917. Sus raíces estaban en eltrabajo del joven sacerdote Poveda,iniciado en 1902, en el barrio de lasCuevas, de Guadix (Granada). Suscomienzos los sitúa él mismo en Ovie-do en 1911, cuando su idea toma for-ma en acciones concretas.

Caminos no frecuentados

Las calles de Guadix, 1902-1905,le vieron recorrer un camino muy po-co frecuentado: el que conduce al ba-rrio de las Cuevas. Allí, junto a unapoblación marginada, experimentóque la fuerza del Evangelio tiene quealcanzar y transformar la realidad hu-mana. Allí se le hizo patente la fuerzade la educación como mediación detransformación social. Allí experi-mentó que el compromiso de la fe con-lleva dolor, anonadamiento, y tuvo quedejar sus proyectos.

Covadonga le ofrece a Pedro Po-veda una nueva atalaya, desde la quever la realidad de España y de Europa.Sus caminos son también allí pocotransitados. Caminos amasados en ladoble experiencia de oración y estu-dio, de fe y cultura. Se integran en suvida la soledad de la montaña de Co-vadonga y la controversia ideológica,

el debate y el estudio en torno a la Uni-versidad de Oviedo. Fueron siete añosde oración y reflexión, de diálogos conmuchas gentes. Bajo la mirada de laSantina, «se oró, se proyectó, se vió,por decirlo así, el desarrollo de laObra». Allí planea acciones conjun-tas de los profesionales católicos en elcampo de la educación, para que, uni-dos por el mismo ideal, el del Evan-gelio, busquen un nuevo estilo de cul-tura, un nuevo humanismo que hun-de sus raíces en la fe. Publica, elaboraproyectos, como Ensayo de Proyec-tos Pedagógicos, y en 1911 inicia ac-ciones de formación de educadores,cuyo campo principal de actuación vaa ser la escuela pública, por medio deAcademias y Centros pedagógicos.Hay que creer y hablar con una sólidaformación, con un estilo plenamentehumano, porque henchido de Dios,como amigos fuertes de Dios, a lo Te-resa de Jesús, a quien da la titularidad.

Su Obra, en manosde seglares

Pedro Poveda, desde su análisis dela sociedad, es consciente de la fuerzaevangelizadora de los seglares. Pro-yecta con y para los seglares. Es Jo-sefa Segovia, Directora de la Institu-ción Teresiana, a los 32 años, quienpresenta al Santo Padre la InstituciónTeresiana para pedir su aprobación.La relevancia de la mujer en ese mo-mento era otra. No había correo elec-trónico para orientar sus pasos y setrataba de algo nuevo. Ello suponíapresentar una obra con una misiónarriesgada, con diversidad de voca-

En portada Alfa y Omega 20-III-2003 3

Pedro Poveda: entre nosotrosen las calles y plazas

El padre Poveda en el barrio de las Cuevas de Guadix (Granada) en 1903

Loreto Ballester, Directora General de laInstitución Teresiana

El sacerdote Pedro Poveda reza ante el crucifijo

ciones específicas. Se solicitaba la for-ma jurídica más simple: la de una PíaUnión, al modo como se asociaban lasgentes sencillas en pueblos y parro-quias, porque era necesario para ac-tuar en la sociedad con la flexibilidadque esta misión requería. No era tanevidente que, en etapas históricas to-davía lejanas al Vaticano II, esta ideabuena, en palabras de Poveda, fueracomprendida fácilmente en toda suprofundidad. Así, como Pía Unión,fue aprobada en 1924.

Fueron mujeres, entre las primerascon educación superior en España,maestras, inspectoras, profesoras deEscuelas Normales, mujeres activasen el compromiso social, quienes com-prendieron y dieron vida a esta Insti-tución. Para Poveda una cosa bastaba: «Nuestra Obra es un organismo vivoalentado por un espíritu». Tambiéncon los varones había iniciado PedroPoveda acciones y proyectos, pero suincorporación como miembros ha lle-gado históricamente más tarde.

Desde el año 1921, Pedro Povedavive en Madrid y desarrolla una gran

actividad, además de impulsar la Ins-titución Teresiana. Vivió en una pen-sión de la calle Carretas, en casa desu tío en la Carrera de San Jerónimo,en la Pensión Gayarre de la Plaza deOriente, en la calle Sacramento y, fi-nalmente, en Alameda 7.

Su vida le fue arrebatada en las ta-pias del cementerio de la Almudena,después de entregarse libremente:«Soy sacerdote de Cristo». Era juliode 1936, tiempo de violencia, de ries-go de martirio, y él no aceptó salir deMadrid y dejar a sus gentes. Sus restosreposan en un arcón de madera, en unasencilla capilla de la Casa de Espiri-tualidad Santa María, de la Institu-ción Teresiana, en Los Negrales, cer-ca de Madrid.

Las calles nos hablan de nuestra vocación laical

Hoy no contamos en Madrid conlas casas donde vivió y el domiciliomás significativo, en la calle Alameda7, quedó destruído. Probablemente tie-ne su simbolismo: el de un intenso vi-

vir de 61 años siempre al encuentrode las necesidades de las gentes en lascalles y plazas, en la intemperie de laHistoria.

Porque la vocación laical es voca-ción no de espacios cerrados, de ca-minos apoyados en certezas, sino, alcontrario, es vocación de sentir con,buscar con, es vocación de frontera,donde los límites no siempre están se-guros. Es vocación, llamada y envío, aexperimentar como propios los dolo-res y las esperanzas de nuestros con-temporáneos, a caminar en las condi-ciones de las gentes, sometidos a lasmismas tentaciones. Y así, poder decir,con la fuerza del Evangelio, una pa-labra decidida y humilde, nacida enla experiencia del Resucitado. Con lamisión, recibida de la Iglesia, de abrircaminos para que la cultura se im-pregne del Evangelio, la dignidad depersonas y pueblos sea reconocida, elnombre de Jesús se anuncie. Y la vidacambie. Ésta es la santidad de la Igle-sia vivida en los fieles laicos.

Como los primeros cristianos y lasprimeras comunidades cristianas, en

las que Poveda entronca la espiritua-lidad de la Institución Teresiana, setrata de anunciar la salvación en todoslos espacios, porque todos lo son depresencia y acción del Dios encarnado,sin que se requieran lugares singulares.Con un modo de ser y de actuar, una feviva y una calidad humana cuyo se-creto está en henchir de Dios a quie-nes han de vivir una vida auténtica-mente humana. También como suje-to social que anuncia, se comprome-te y une fuerzas con otros. Que sientela responsabilidad de enriquecer la ex-periencia y la reflexión eclesial.

Quien escribe estas letras tambiéntransita por las calles de Madrid. Ca-tedrática de Química en la Universi-dad Complutense de Madrid, y dedi-cada desde hace tres años a la Direc-ción de esta Asociación internacional.Mis calles han sido durante años elaula y el laboratorio de investigación,los congresos científicos, la forma-ción de educadores y los proyectos decooperación. En esta calle del mundocientífico, los desafíos no están tantoen posturas que miren la fe como im-pedimento concreto para el desarro-llo de la ciencia, como lo fue en lostiempos en que vivió Poveda. Están enuna fe llamada a aportar razones desentido, a iluminar cuestiones éticas,a interpelar la responsabilidad en lainvestigación y en las aplicaciones tec-nológicas.

Vivir mi vocación laical en estarealidad cultural es camino de doblesentido: sazonar la ciencia con el sabordel Evangelio y llevar las interpela-ciones y las aportaciones del mundocientífico a la Iglesia en su reflexiónteológica y pastoral. Es también opor-tunidad de compartir las búsquedasde los jóvenes universitarios. PorquePoveda, que en 1914 creó en Madrid laprimera residencia universitaria fe-menina de España, hoy Colegio Ma-yor Padre Poveda, creyó en los jóve-nes: «Vosotros podéis cambiar el mun-do, ni más ni menos».

Poveda canonizado en las calles de Madrid

Es mucha la gente que seguimoshoy transitando por las calles de Ma-drid, de tantos Madrid como hay por elmundo. ¿Basta esto para dar sabor yalumbrar, para ser capaces de discrepar,ofrecer alternativas, y contribuir a quela Historia avance en la dirección delReino? Es cierto que esto no basta. Nobasta cualquier modo de transitar. Qui-zás nos sirva a este propósito una pa-labra breve e incisiva, al modo como seexpresaba Pedro Poveda: «Creer bieny enmudecer no es posible».

Porque su vida fue así, porque cre-yó y no enmudeció, arriesgó, entrególa vida, abrió caminos a la vocaciónlaical, y ofreció una espiritualidad pa-ra nuestro tiempo. Probablemente porello, precisamente en estas calles deMadrid, será canonizado Pedro Pove-da, el próximo 4 de mayo.

Dra. Loreto Ballester Directora Institución Teresiana

En portadaAlfa y Omega4 20-III-2003

«Creer bieny enmudecer

no es posible»:así se expresabaPedro Poveda.

Porque su vida fue así,porque creyó

y no enmudeció,arriesgó, entregó

la vida, abrió caminosa la vocación laical,

y ofrecióuna espiritualidad

para nuestro tiempo

Los padres del nuevo santo

La Institución Teresiana tuvo su origen en Covadonga en 1911

Es ésta la frase de Pedro Poveda que me haacompañado en la vida desde que, en octubrede 1934, se la oí a él. Se encontraba en San

Sebastián una temporada y las casi-niñas que acabá-bamos de entrar en la Institución Teresiana, pasába-mos las tardes en la casa teresiana.

En cierta ocasión, en una celebración sencilla queél oficiaba, nos atacó la risa. Al momento, caímosen la cuenta de la fechoría y decidimos ir a pedirleperdón. Nos recibió enseguida y, tras escucharnoscon la mayor atención, comenzó a decirnos su granalegría por este acto nuestro de humildad y confian-za, que le había llevado a pensar en el gozo del Señorcuando deseamos su perdón; luego nos insistió enque, por muy grande que fuera alguna vez nuestropecado, no dudáramos jamás en implorar su miseri-cordia. «Acudid siempre a la misericordia de Dios»,nos repetía con su modestia y serenidad característi-cas.

Un buen día, vino a visitarle un sacerdote, Ca-pellán real como él, y nosotras quisimos ver el encuentro pensando (como las señoras de Madridcon santa Teresa) que el tema de su conversación se-ría elevado… Pero hablaron del paraguas que aca-baba de comprarse el sacerdote amigo.

De aquellos días conservo también su imagen al piede un aparato de radio, ¡de 1934!, esforzándose por se-guir el Congreso Eucarístico Internacional de BuenosAires. Y recuerdo cómo nos atendía a nosotras que no

éramos nadie; como buen educador, ponderaba la menorayuda que proporcionábamos y, cuando al atardecer íba-mos a despedirnos y pedirle la bendición, a veces se pre-ocupaba de que, en aquellas circunstancias –momento dela Revolución de Asturias–, anduviéramos por las ca-lles hasta la casa de nuestra familia.

Tuve la suerte de participar en la celebración eu-carística del padre Poveda. En sus misas resplandecíansu sencillez de siempre, la intensidad de la celebracióncomo de quien saborea el gran momento del día; a lacelebración seguía de costumbre una acción de gra-cias larga, prolongada, propia de quien repetiría, dosaños más tarde, a quienes lo apresaban: «Soy sacer-dote de Jesucristo».

Pero, con el paso de los años y el florecer de ini-ciativas apostólicas en la Iglesia en el siglo XX, en Pe-dro Poveda resplandece su figura como innovador,adelantado a su tiempo. Este sacerdote en 1902, asus 28 años, se inquieta por los que viven rechazadosen un suburbio de la pequeña ciudad de Guadix y,en contacto con ellos, se le despierta su vocación deeducador; en 1911 se agrupan a su alrededor quie-nes tienen una vocación laical nueva: «Seguimos uncamino nuevo», escribiría más adelante su principalcolaboradora, Josefa Segovia.

El fundador escribe a unos y otros (entre éstos laMadre Maravillas que, en 1919, trataba de discernirsu vocación), explicando esta nueva forma laical deentrega en la Iglesia y aprovechando los consejos de

valiosos católicos (el padre Herrera Oria le dice en1919: «No permanezcan a la defensiva, sino que pa-sen a la ofensiva por medio de conferencias y pro-paganda acerca de la Institución Teresiana»). Definela espiritualidad de la Institución Teresiana: «Santi-dad más que nunca, virtudes sólidas a costa de la vi-da… Una mínima asociación en el orden canónico,pero nada que obstaculice su marcha… ¡Cuán gran-de es su misión! ¡Cuánta santidad se les pide!»

A medida que va viendo aprobada su Obra (en1924 Pío XI la aprueba a perpetuidad, y antes, en1917, le había sido concedida la aprobación diocesanaen Jaén), se confirma en esta vocación y puntualiza lascaracterísticas de esta forma nueva: «Prototipo: losprimeros cristianos. Tan santas como ellos, tan ab-negadas, tan desasidas de todo lo terreno, tan celosaspor la gloria de Dios, tan proselitistas, tan de la Igle-sia».

Se adelantó a su tiempo, también en su tesón por con-seguir la aprobación pontificia que él veía oportuna.

Cuando hoy la riqueza de la Iglesia es tan paten-te en la abundancia de carismas típicamente laicalesque florecen en nuestro tiempo, es obligado volver lavista y el corazón agradecidos a este pionero que ro-turó campos y abrió un camino laical realmente nue-vo en 1911.

Juana María Baranguán

En portada Alfa y Omega 20-III-2003 5

«Acudid siempre a la misericordia de Dios»

Un grupo de peregrinos con el padre Poveda en el Santuario de Covadonga en 1910

Yo creí, por eso hablé»: esta frase del após-tol Pablo retrata lo que fue la vida de PedroPoveda, un hombre de fe por encima de to-

das las cosas. Vivió en una sociedad secularizada.Creyó y habló. Su adhesión a Jesucristo, su opciónpor la persona y el empeño en unir la fe y la cienciafueron las claves del humanismo que siempre de-fendió.

Poveda impulsó la acción de los laicos en la Igle-sia y la presencia de las mujeres en la sociedad, no-tables aportaciones que, a principios del siglo XX,constituían una auténtica sociedad.

Estima la justicia tanto como la vida

Su inquietud social comienza en Guadix (Gra-nada), donde llega como seminarista en 1894 y, mástarde, celebra su primera misa: ¡Bendito día!, lla-mará siempre a esta fecha. Pedro Poveda es un hom-bre entregado a los demás. Su empeño en la forma-ción de la persona humana, le lleva a emprender en1902 una acción social, cuyo centenario se celebraahora, en medio del barrio empobrecido de las Cue-vas. Allí, el cura joven se instala entre la gente, enuna cueva más, y emprende todo un trabajo de pro-moción humana y cristiana. «Estima la justicia tan-to como la vida», escribe. Y la vida es dignidad.Una dignidad que sólo se reafirma si, junto a losmedios económicos, se emplea la cultura y la for-mación. Poveda abre escuelas para niños, impartecatequesis, crea talleres para mujeres adultas y acer-ca a aquella población hasta la Ermita Nueva y has-ta la cueva de la Virgen de Gracia. Toda su acción so-cial parte y se basa en el Evangelio. Querido porunos e incomprendido por otros, los últimos añosde estancia en Guadix no le fueron nada fáciles.

Poveda abandona Guadix para trasladarse a Co-vadonga, lugar de soledad y oración, donde tieneoportunidad de estudiar a fondo la situación educa-tiva de la España de principios de siglo. Preocupadosiempre por los métodos pedagógicos más apropia-dos para formar personas en toda su integridad, elque ya es canónigo de la Colegiata no deja de con-tactar con las últimas corrientes de pensamiento.Pedro Poveda fue un pedagogo innovador. Su pro-puesta se abrió camino en unos tiempos difíciles pa-ra la realidad social española, con un modelo edu-cativo basado en el interés por la persona, la nece-sidad de educar en valores transcendentales, la cien-cia y el conocimiento y la formación del profesorado.Concibe la idea de unir a los profesores católicos, sinprescindir de la fe como hacían otras corrientes pe-dagógicas. Pedro Poveda emprende un movimientode Academias, con esta finalidad, que se van repar-tiendo por distintos lugares de España. La primera deellas, en Gijón, la segunda en Oviedo, la tercera enLinares, la cuarta en Jaén, y después en otras ciu-dades españolas.

Ciencia y santidad

Lo que pretende es formar a personas desde co-ordenadas humanas y cristianas. Y esto piensa quedeben hacerlo los laicos; nadie como los seglarescomprometidos con su fe pueden poner manos a laobra en esa empresa. Vivir la vida corriente con unhondo sentido de sal y de luz, de Iglesia, de fer-mento en la masa.

En 1911 funda, con esta idea, la Institución Te-resiana, una asociación de seglares comprometidoscon la realidad desde su ser creyente y con la me-diación específica de la educación y la cultura.

Poveda cree en la utopía de un cambio posiblecon la fuerza subversiva del Evangelio; toda una

contracultura basada en el poder de la mansedumbre,la afabilidad, el valor de lo pequeño, la eficacia de logratuito, del dar sin regreso; el perdón y la toleran-cia frente a la violencia. El amor que salva. Seguroque una sociedad montada sobre estos pilares seríadiferente. Pero primero hay que creer que es posible,y después implicarse en ello. Requiere hombres ymujeres de fe dispuestos a dar lo mejor de sí mismos.Personas que viven la problemática social y culturaldesde dentro, interviniendo en los asuntos polémicos,alzando la voz –«Creer y enmudecer no es posible»,dirá Poveda–. Para todo ello, considera imprescin-dible una fe ilustrada, con argumentos, con razo-nes: «Mostrar con los hechos que la ciencia herma-na bien con la santidad de vida».

Pedro Poveda vive en Madrid desde 1921, dondedesarrolla la mayor parte de su acción universitaria.Fomenta la participación de las mujeres en la so-ciedad civil, en la escuela, en la universidad. Cola-bora con diversas instancias sociales y eclesiales:es Capellán real, forma parte de la Junta Nacionalcontra el Analfabetismo, de la Federación de Ami-

gos de la Enseñanza, de la Hermandad del Refugio,y colabora con muchos; habla, actúa, y gasta su vi-da en la promoción de valores cristianos. Su carác-ter humilde y sencillo, no violento, se deja ver enmomentos que se prestaban especialmente a la cris-pación social.

El 28 de julio de 1936, Poveda muere en la capi-tal de España, entregando su vida por la fe, comosacerdote de Jesucristo. En Los Negrales (Madrid)descansan sus restos, y en la madrileña catedral de LaAlmudena se dedica una capilla a su veneración.

El 10 de octubre de 1993 fue beatificado en Ro-ma por Juan Pablo II. El reconocimiento eclesial desu vida y de su martirio nos invita a leer desde elpresente su cristianismo audaz: su empeño en cons-truir un mundo más humano y más de Dios, la paz deida y vuelta, su sentido de la solidaridad, lo acercana nuestras preocupaciones actuales. Y puede ser unareferencia del modo de estar los cristianos en las so-ciedades de este principio de siglo.

Marisa Rodríguez Abancéns

En portadaAlfa y Omega6 20-III-2003

La fe vivida en voz alta

Povedaconsidera

imprescindibleuna fe con

argumentos,con razones:«Mostrar conlos hechos

que la cienciahermana bien

conla santidad

de vida»

La fuente de La Cibeles a principios del siglo XX

Junto a esta tapia del cementerio del Este, de Madrid, fue fusilado Pedro Poveda

Las razones profundas por lasque Dios quiso que la inspira-ción de Pedro Poveda fuera pro-

fética, en la primera mitad del sigloXX, se están manifestando en el pre-sente y seguirán haciéndolo en la his-toria futura. Así se recoge en algunaspalabras de Juan Pablo II, en la homi-lía de la misa de beatificación de PedroPoveda, en la Plaza de San Pedro, enRoma, el 10 de octubre de 1993: «(…)a los pies de la Santina en Covadonga,llevado de su profundo amor a la Vir-gen María, el nuevo Beato encontróla inspiración de sus anhelos apostó-licos, que se centraron en promoverla presencia evangelizadora de loscristianos en el mundo, principalmentedesde el campo de la enseñanza y de lacultura con un espíritu de profundosentido eclesial, de fidelidad sin re-serva y de generosa entrega».

Estas palabras reflejan el momen-to en el que el sacerdote Poveda tomaconciencia de la misión de los cristia-nos en la sociedad, llamados espe-cialmente a evangelizar de nuevo elmundo. La enseñanza y la cultura erancampos privilegiados para la nuevaevangelización y, al tiempo, el modomás adecuado para ser solidarios, en laconstrucción de un mundo más justo.

Una respuesta profética

Poveda estuvo comprometido consu tiempo en el campo sociocultural,como lo atestigua su labor en las cue-vas de Guadix, y después su obra edu-cativa y cultural materializada en laInstitución Teresiana, una asociaciónlaical, primero de mujeres en la ense-

ñanza pública, que pronto abarcó dis-tintas asociaciones, de profesionalesde la cultura, o de aquellos que vivenel carisma desde la familia: las aso-ciaciones de matrimonios, extendidastambién por los cinco continentes.

En su tiempo Poveda tuvo que en-frentarse con gravísimas dificultades,las que provenían de una sociedad quevivió en aquellos años un laicismo mi-litante. Hoy las circunstancias no sonlas mismas, pero qué duda cabe quela increencia generalizada y las difi-

cultades, que ofrece nuestra sociedadpara vivir la fe, vuelven a hacer ac-tualísima la idea povedana: evangeli-zar con el testimonio y con la palabra,como lo hicieron los primeros cristia-nos en una sociedad pagana.

Pedro Poveda, consciente de la ne-cesidad de una nueva evangelización,de que no se perdiese el contacto vivocon el mundo, en aquellas cuestionesque apuntaban a un futuro distinto, sesintió movido por el Espíritu a pre-sentar el mensaje del Evangelio de un

modo adecuado a la comprensión cul-tural, al diálogo con las diversas co-rrientes espirituales y sociales de unasociedad plural.

Atento a la realidad, procura estarmuy directamente relacionado conpersonas y grupos cristianos: el Cen-tro de Defensa Social, la Federación deMaestros Católicos, la Oficina de In-formación, del Círculo de El Debate,Acción Católica, etc.

Animador de que los cristianos par-ticiparan en la vida social, sentía la

necesidad de actuar con los enseñan-tes, pero también con los pobres y hu-millados. «No es suficiente no vivirpara sí, hay que vivir para Cristo –es-cribe–. El que vive para Aquel quemurió por todos, vive para todos, por-que en todos ve la imagen de Cristo,sin mirar pobreza ni riqueza, sabiduríani ignorancia».

Pedro Poveda no tenía otro poderque el amor y la fidelidad a la Iglesia.Una fidelidad a Jesucristo que dijo:«Yo estaré con vosotros hasta el findel mundo». Frente a una sociedad in-diferente y agnóstica, ofreció la alter-nativa de la civilización del amor y dela verdad: «Vosotros habéis de elevarcuanto toquéis».

Invitaba a sus seguidores a que nofueran esclavos del espíritu munda-no, que no perdieran su identidad cris-tiana – el sabor de la sal–, que no hu-yeran del mundo. El reto estaba encambiarlo, y para ello será necesarioconocerlo, amarlo: salir al encuentrodel hombre contemporáneo con todassus grandezas, y también con sus pa-radojas y confusiones.

No es extraño que le preocupara lapreevangelización, el desarrollo de losvalores morales naturales. La evange-lización en la tradición de la Iglesiano ha estado separada de la incultu-ración, del diálogo de la fe y la cul-tura, que contribuye a un enraiza-miento más profundo de la fe, y tam-bién a la elevación de la cultura.

Fidelidad a su sacerdocio

«Soy sacerdote de Cristo», fueronsus palabras cuando lo detuvieron enel año 1936. Lo llevó a cabo en lostres ministerios esenciales: el de la Pa-labra, el de la Eucaristía y el de la Re-conciliación. En el de la Palabra, cuan-do buscaba para sus seguidores quefuesen crucifijos vivientes. En la Eu-caristía vivió Pedro Poveda cotidia-namente su entrega sacerdotal. La Re-conciliación tiene una versión singularen sus escritos, cuando reflexiona so-bre la necesidad de la mansedumbre.De aquellas palabras de Jesús:«Aprended de mí que soy manso y hu-milde de corazón» (Mt 11,29), dedu-ce la definición del seguidor de Cristo.

Pedro Poveda, como también hoytenemos ejemplos, fue consciente deque para la Iglesia no había concluidouna etapa martirial, y de que la pruebamás sublime de amor es dar la vidacomo la dio su Maestro. Esta gracia,otorgada al sacerdote Pedro Poveda,corrobora que su carisma fue una res-puesta providencial y profética.

María Dolores de Asís

En portada Alfa y Omega 20-III-2003 7

El Beato Poveda, sacerdote,en una sociedad secularizada

El beato Pedro Poveda en Madrid, en 1934

«Soy sacerdote de Cristo», fueron sus palabras cuando lo detuvieronen el año 1936... Pedía a sus seguidores que fuesen crucifijos vivientes.Pedro Poveda fue consciente de que para la Iglesia no había concluido

una etapa martirial, y de que la prueba más sublime de amores dar la vida como la dio su Maestro

A poco más de un mes para que el Papa Juan PabloII canonice en la madrileña plaza de Colón a estoscinco Beatos españoles, Alfa y Omega inicia con es-te número un itinerario espiritual, que a la vez quiereser un testimonio, y un recuerdo agradecido, por lavida ejemplar de cada uno de ellos.

En la Carta pastoral que los obispos de la ProvinciaEclesiástica de Madrid han hecho pública reciente-mente, con este motivo, se lee: «Hoy se habla muchode la credibilidad de la Iglesia; no siempre con la sin-ceridad ni con el noble afán de la conversión que em-pieza por cada uno de nosotros. Los santos hacen

creíble a la Iglesia, es de-cir, hacen que ella puedareconocerse en su iden-tidad propia, que es lasantidad de Cristo. En-contrarse con un santo estocar casi con la mano lapresencia de Dios. Nues-tro mundo necesita per-sonas así: como el mártiry fundador padre PedroPoveda, como el jesuitaapóstol y confesor padreRubio», y como las fun-dadoras y vírgenes Ge-noveva Torres, Ángela dela Cruz y Maravillas deJesús.

La fotoAlfa y Omega8 20-III-2003

Una Iglesia creíble

Lo más importante que sucede enel mundo, después de la encar-nación del Hijo de Dios, es el

nacimiento de un niño»: así comenza-ba, hace unos años en una pequeña ciu-dad española, su conferencia sobre laidentidad del ser humano una de lasmás reconocidas autoridades en elcampo de la antropología, la sexualidady la bioética. La más elemental sensi-bilidad de todo bien nacido no puedepor menos que ratificar esa rotundaafirmación del valor en sí, y no en fun-ción de otro, de toda vida humana.Basta con escuchar al propio corazón,constituido por deseos infinitos, quereclama esa absoluta dignidad que co-rresponde al sello indeleble de la ima-gen misma de Dios, con la que hom-bres y mujeres hemos sido troquela-dos, desde el instante mismo de la con-cepción. Esa promesa llena deesperanza, sin embargo, ¿por qué seve frustrada, y hasta extremos tan ho-rribles como el dolor y la angustiainauditos de lo horrores de la guerra,así como del hambre y de las enfer-medades mil que asolan a una inmen-sa mayoría de la Humanidad, por nohablar de los dolores y las angustiasdel alma del resto?

En nuestro número anterior, a pro-pósito del peligro de la guerra, hacía-mos en esta misma página algo tanpoco políticamente correcto como re-cordar ese mal, que está en la raíz detodos los males, llamado pecado. Nopor el hecho de ignorarlo disminuye–más bien ocurre todo lo contrario–su terrible poder de destrucción, a laque, en este caso, le cuadra perfecta-mente el calificativo de masiva: llevala muerte hasta el fondo mismo del al-ma humana. «¿Quién nos rescatará deeste cuerpo de muerte?», gritaba sanPablo ante la experiencia de ese malendémico que atenaza a los hombres ya los pueblos, y que él tan hondamen-te experimentó antes de encontrarsecon Jesucristo. Sin duda hoy es del to-do políticamente incorrecto mentar alpecado, pero, humanamente, hacerloes más que correctísimo. Ignorarlo esquedar más letalmente aún condena-dos a su dominio mortal. Que del pe-cado viene la muerte, como se dice enla Sagrada Escritura desde sus prime-ras líneas, no es afirmación que nece-site de grandes demostraciones. Es su-ficiente con no cerrar los ojos a la re-alidad.

No es fácil, sin embargo, contem-plar la realidad en toda su verdad cuan-do se vive en el pecado, que precisa-mente tiene la propiedad de defor-marla. Ya lo dijo el príncipe de la men-tira en el relato del Génesis: «¡Seabrirán vuestros ojos y seréis comodioses, conocedores del bien y del

mal!» Los ojos, efectivamente, se lesabrieron, pero lo que contemplaron esque «estaban desnudos». No se puededescribir mejor la radical indefensióndel hombre y de la mujer sometidos ala soledad terrible del pecado. Porqueéste no es tanto la presencia del malcuanto la ausencia del Único Bien.

Hoy se llama: independencia, ser unomismo, realizarse…, puros eufemis-mos de la muerte.

Iniciamos esta semana un apasio-nante recorrido por la vida y las obrasde cada uno de los cinco españolesejemplares a los que el Papa Juan Pa-blo II, Dios mediante, canonizará en lamadrileña plaza de Colón el próximo4 de mayo, durante su quinta Visitaapostólica a España. Es a éstos, y no alos independientes, a los que se hanhecho a sí mismos, a los poderososque en realidad están desnudos, y me-nos aún a los famosos al uso, a quienesla Iglesia, experta en humanidad, nospropone como testigos a los que imi-tar y seguir. Son los que han sido res-catados del pecado y de la muerte, pa-

ra ser esa Humanidad nueva que to-dos anhelamos desde lo más hondo,pero que nosotros no nos la podemosdar a nosotros mismos. Sencillamen-te, porque, como verdadera imagen deDios, nuestra vida es de Otro y paraOtro. ¿No es el amor, acaso, lo quellena la vida de sentido y de gozo in-finito? ¡Pues eso precisamente es loque nos muestran los santos!

Se habla ya en los medios finan-cieros, cuando se anuncia inmediatala intervención militar en Irak, de queel final de la incertidumbre de si gue-rra sí o guerra no, de si con aval de laONU o sin aval de la ONU, va a sig-nificar una bajada del precio del pe-tróleo, un bien para la Economía –¿pa-ra la economía de quién?–… Si es o noun bien para el ser humano, para cadauno de los seres humanos víctimas deella, o no, ¿quién se lo pregunta? Ne-cesitamos con la más imperiosa de lasurgencias volver a escuchar hoy, conidéntica fuerza que entonces, la pre-gunta de Jesús a los independientes,a los que se han hecho a sí mismos, alos poderosos, a los nuevos fariseos(este vocablo hebreo significa justa-mente eso: separado): «¿De qué le sir-ve al hombre ganar el mundo enterosi se pierde a sí mismo?».

Después de la encarnación del Hi-jo de Dios, basta contemplar a ese re-cién nacido de Georges de La Tourque, para ilustrar esta página, repre-senta a todos los seres humanos con-cebidos del mundo, para considerarque todo lo demás es basura, comoexclamó san Pablo al ser rescatado delpecado y recobrar la vida y la liber-tad verdaderas.

Criterios Alfa y Omega 9

Crucifijoviviente

Pedro Poveda manifiesta, enla contemplación del Cruci-

ficado, lo que para él tiene queser la fuerza y el poder de suministerio y de toda la tareaapostólica que el Señor pide desu vida:

«Os diré hoy, en primer tér-mino, que el Crucifijo es la fuer-za, el poder, el único tesoro…Que todo lo podéis en su Cru-cifijo, con su Crucifijo y por suCrucifijo… El poder… está enel Crucifijo… Además, el Cru-cifijo es la gloria… El Crucifijoes también el sitio donde ha deestar archivado el corazón…,porque allí está su tesoro… ElCrucifijo es la propiedad úni-ca…; todo lo demás lo habéisdejado… El Crucifijo, por tan-to, lo tenemos por derecho pro-pio… Os he dicho ya que… notenéis otra fortaleza que la queviene del Crucifijo, que es vues-tra armadura, la armadura deDios; que el Crucifijo es el úni-co tesoro, la única propiedadque por diversos títulos legíti-mamente poseéis. Pero ahoraos digo más: que… no debéiscontentaros con sólo eso, sinoque debéis aspirar a transfor-maros en Crucifijo, es decir, serun Crucifijo viviente… No bus-quéis el apoyo humano, afir-maos cada día más en vuestroamor al Crucifijo y exclamadcomo el Apóstol: Todo lo puedoen Aquel que me conforta».

En una carta autógrafa queconservo de Carmen SánchezBeato, para indicarme que memandaba la obra de don Feli-pe Fernández Ramos, Espiri-tualidad bíblica en Considera-ciones de Pedro Poveda, medice así: «El padre Poveda–concluye este autor– no eraun biblista, pero sí un hombrebíblico». Y concluyo yo, el hom-bre bíblico por excelencia es elque se nos regala en el rostrode Dios que se hace Hombre,que es Crucificado y muere pornosotros y que ha Resucitado.Éste es el Único y Eterno Sa-cerdote que vivió y sigue vi-viendo en las entrañas de lacultura. A este Sacerdote úni-co y Eterno, Pedro Povedaprestó toda su vida para queen él se hiciera presente paralos hombres.

Carlos Osoroarzobispo de Oviedo

ΑΩ

20-III-2003

Una Humanidadnueva

Aborto y excomunión

Se ha escrito y se ha dicho en tertulias que la niña ni-caragüense y sus padres han sido excomulgados

por la Iglesia de Nicaragua y por el Vaticano. Tal afir-mación es falsa. Nadie en la Iglesia ha pronunciado niemitido formalmente ninguna excomunión al respecto.El Código de Derecho Canónico, en el canon 1.398,establece que, quien procura el aborto, si éste se pro-duce, incurre en excomunión latae sentenciae; es de-cir, que se incurre en ella ipso facto, sin que se tengaque producir ningún pronunciamiento. Pero, además, enlos cánones 1.323 y 1.324 se determinan las condicio-nes para la efectividad de la misma, y entre ellas estáel que existiera plena advertencia de que el aborto com-porta esta pena canónica. Dudo mucho que una niña de9 años tuviera tal advertencia y lo que significa, y, portanto, que esté excomulgada. Y habría que ver si lo es-tán sus padres, dado, como se dice, su bajo nivel de for-mación. Lo que no entiendo es por qué casi nadie dice,como han afirmado destacados ginecólogos, que laMedicina actualmente dispone de recursos para habersalvado a la niña y al feto. Y tampoco por qué todo elmundo siente lástima de la niña y muy pocos del ser ino-cente que llevaba en su seno. ¿Es que es políticamenteincorrecto?

Lluís Esquena Romaguera Torroella de Montgrí (Gerona)

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Dilema de EpicuroUn comunicante de Valencia que se esconde bajo las

iniciales E.F.I.C.A. escribe:

Dios quiere evitar el mal del mundo, pero no puede:es impotente.

Puede, pero no lo quiere evitar: no nos ama.No puede ni quiere evitarlo: Dios no es bueno, y

además es impotente.Sí puede y sí quiere evitarlo: entonces, ¿de dónde

viene el mal real? ¿Y por qué no lo elimina?» (Epicuro,filósofo griego nacido en el 341 a.C.)

Por favor, sería conveniente que tratasen estos asun-tos en su revista.

N. de la R: Asunto tratado. Mucho ha llovido desdeEpicuro; estamos ya en el tercer milenio cristiano, yademás falta algo muy importante, que a Epicuro ni sele ocurrió: Dios ama tanto a los hombres que nos dala libertad, pero a menudo no la sabemos usar.

CartasAlfa y Omega10 20-III-2003

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Jóvenes y sexualidad

He oído que la Comunidad Autónoma de Madrid plantea colocar, en los colegios,máquinas expendedoras de preservativos para evitar que los alumnos dejen de

protegerse al no adquirirlos, por vergüenza, en las farmacias. Por motivos semejan-tes, otras Comunidades y Ayuntamientos están repartiendo otros folletos inapropia-dos. Primero hay que preguntarse qué sentido tiene el que, de forma innata, los ado-lescentes –ellos y ellas– sientan vergüenza al tratar con desconocidos de estos temas.Sencillamente: la sexualidad es una parte tan hermosa como importante del ser hu-mano, y la vergüenza no es más que una señal de alarma, aviso de que se busca unaplacentera función psicológica, pero que involucra y compromete a toda la persona.Colocar al mismo nivel los preservativos y las bebidas refrescantes, así como los con-sejos para gozar del sexo a la altura de las elementales instrucciones de un manual pa-ra el uso de un electrodoméstico, es un engaño del que la juventud puede pedir res-ponsabilidades.

Eusebio FerrerMadrid

¿Dónde está hoy el pecado?

Soy mayor y también abuelo. He tratado toda mi vida de vivir en gracia deDios, con la actualización presente que requieren los mandamientos pa-

ra no pecar, y la práctica de los sacramentos para unirse a Dios. Trato deproponer este modo de vivir en mi entorno: familia, amigos y conocidos, los cua-les me dicen frecuentemente que estoy desfasado, que el pecado es una ac-ción muy relativa y, a la vez, muy subjetiva; en definitiva, que estoy atrasado.Recurro a los textos de siempre, los catecismos, pero no encuentro nada quepueda apoyar mi postura. Estoy convencido, porque es doctrina de la Iglesia,de que todos los males vienen del pecado, y que el estado de la sociedadactual es consecuencia de los pecados de los hombres, que, consciente o in-conscientemente, a veces sin que el pecador sea responsable, hacen daño ala sociedad; y todo esto sin que Dios intervenga, por el compromiso que tie-ne de respetar el libre albedrío concedido al hombre: «Dios, que te creó sin ti,no te salva sin ti».

No obstante, parece que la palabra pecado ha desaparecido del vocabu-lario actual, incluso en el eclesiástico; y así como puedo encontrar textos so-bre la guerra, la educación, la inmigración, la justicia distributiva…, es casi im-posible encontrar en los medios ordinarios referencias al pecado y sus con-secuencias, sobre todo en el aspecto personal.

Antonio García de GuidalMadrid

José Francisco [email protected]

Más allá del antiamericanismode charanga, pegatina y pan-dereta, más allá del bien y

del mal; más alla de la Historia y de laintrahistoria, ha nacido, en las Azo-res, una estrella: un Nuevo OrdenMundial, novísima Alianza Transa-tlántica. Una vez más las preguntasson las mismas: ¿pero sobre qué fun-damentos? ¿Acaso sobre los de unnuevo orden moral? Lamento tenerque recordar al Hermann Hesse, glo-sado por Vintila Horia en su libro Losderechos humanos y la novela del si-glo XX, del libro El juego de los aba-lorios: «La inseguridad y el carácteradulterado de la vida intelectual deaquella época que, desde muchos pun-tos de vista, daba señales sin embargode energía y de grandeza, se explicanhoy como un síntoma del miedo que seapodera del espíritu cuando, al límitede un período de triunfo y de prospe-ridad aparentes, se encuentra de re-pente ante la nada, de un gran desa-liento material, de un período de hu-racanes políticos y de guerras, presade la noche a la mañana de la descon-fianza de sí mismo, dudando de sufuerza y de su dignidad, y quizá de suexistencia».

Xavier Batalla, en la Revista deLa Vanguardia, del 16 de marzo, es-cribía: «Hubo un tiempo en que losestadounidenses tuvieron una especialdebilidad por la Organización de lasNaciones Unidas (ONU), entre otrascosas porque la consideraron comouna hija. El máximo organismo inter-nacional no sólo nació en suelo esta-dounidense (San Francisco, 1945), si-no que fue impulsado por el PresidenteFranklin D. Roosevelt, quien a su vezresucitó las ideas del Presidente Wo-odrow Wilson, inspirador de la Ligade Naciones. El magnate Rockefellerdonó el terreno sobre el East River,donde operaba el matadero de NuevaYork, para levantar el rascacielos dela ONU. Y Henry Cabot Lodge, em-bajador estadounidense ante la ONUen la década de 1950, sentenció queel máximo organismo internacionalfue creado para evitar que fuéramos alinfierno, no para que nos llevara alcielo».

Para el historiador Ricardo Gar-cía Cárcel, en su artículo del pasadolunes, en ABC, «la crisis de NacionesUnidas ¿es, como quieren algunos, lacrisis de la inocencia del voluntaris-mo moral, de la ingenuidad de losgrandes principios éticos? ¿Hemos deencerrar a la ONU en el armario de

nuestra nostalgia, como el pasado de lailusión, la ilusión imposible de enten-dernos? O, como proponen otros, lacrisis de la ONU ¿es testimonio delfracaso de la política manierista, abu-rrida, de la razón práctica, de la au-sencia de ideales y principios? De larespuesta a estos interrogantes depen-de nuestro futuro. Nos va mucho enello».

En la conferencia del arzobispo deMadrid, cardenal Antonio MaríaRouco, sobre Los problemas de la pazy de la justicia internacionales. Del11 de septiembre al Sínodo de losObispos. Una reflexión a la luz de ladoctrina social de la Iglesia, en la Re-al Academia de Ciencias Morales yPolíticas, el 11 de diciembre de 2001,ahora editada por el Arzobispado deMadrid, leemos: «También perteneceal patrimonio de sabiduría universalde la Humanidad el saber que, en losúltimos trasfondos de la guerra, se en-cuentra, con mayor o menor efectivi-dad destructiva, el hombre mismo enla condición de tentabilidad y de fra-gilidad ante las incitaciones y des-lumbramientos del mal que le es pro-pia. Lo que san Pablo designaba co-mo el hombre viejo. Se trata de unacondición histórica, pero inherente a la

naturaleza humana en su estado real–en lenguaje teológico, en el estadode naturaleza caída–, y que, por tanto,no la abandona nunca. Los vientos dela guerra nacen siempre, en último tér-mino, de la conjunción explosiva delas pasiones ancestrales del hombre:del deseo de dominio y del despreciode las personas y, si buscamos las cau-sas más profundas, de la envidia hu-mana, la desconfianza, la soberbia ylas demás pasiones egoístas. Hoy, es-tas pasiones, en el contexto global delmundo, se desarrollan y se plasmanen nuevas expresiones de violencia,de una refinada y cruel eficacia, tantoen los países más poderosos –¿los do-minadores?– como en los más pobres–¿y dominados?–, y operan a todoslos niveles y en todos los estratos so-ciales. Sus líneas y direcciones de in-fluencia se entrecruzan y combinanmás allá de las fronteras nacionales,como se puede comprobar en los fe-nómenos de las mafias internacionalesdel crimen, con el comercio de la dro-ga y de la explotación de las personasy, de un modo especialmente amena-zador, con el terrorismo. Es más, enesta coyuntura histórica de la Huma-nidad, tan marcada por la tensa situa-ción que se puede crear en las rela-

ciones con el Islam, es lícito –y obli-gado– preguntarse por la probabilidado, al menos, la posibilidad de si se es-tá generando una nueva constelaciónhistórica de grandes conflictos inter-nacionales. ¿Tiene alguna razón de serel discurso sobre la inmanencia –o pre-sencia ya– de la guerra de civilizacio-nes y/o de culturas, tan socorrido enlos medios de comunicación social?

No se olvide, al respecto, el hechono sólo socio-político, sino intelectualy moral, de la creciente relativizaciónconceptual y axiológica de la decla-ración de los derechos fundamentalesde la persona humana que se hace ca-da vez más patente. En un recentísi-mo simposio, celebrado hace pocassemanas en la Universidad del Ruhr,en Bochum, sobre los problemas dela tecnología genética, se puso de ma-nifiesto cuánto se ha adelantado ya,en uno de los frentes de la discusión,en el proceso teórico del cuestiona-miento de la aplicación universal dela categoría persona al ser humano,justamente con la inevitable conse-cuencia, ontológica y ética a la vez,de la forzosa relativización de su dig-nidad. Se ha propugnado abiertamen-te la clasificación por grados de esadignidad: hay seres humanos con unadignidad personal mayor que la deotros, según una escala diversa de po-sesión de cualidades físicas, biológicase intelectuales. En contraste con ello sedebate intensamente sobre la antro-pología y la concepción del Estado ysu relación con la religión dentro delIslam, y sobre la hermenéutica o co-rrecta interpretación de su libro sa-grado, el Corán.

La tipología de los terribles aten-tados de Nueva York y Washingtondel 11 de septiembre, causados porsuicidas que han explicado su accióncriminal, al parecer, entre otras co-sas, con motivaciones y razones re-ligiosas, así como las subsiguientesreferencias a la guerra santa que sehan oído con distinto tono y fre-cuencia en boca de algunos políticosy líderes religiosos islámicos, hanreavivado la pregunta por una expli-cación completa y en profundidad delas causas que amenazan actualmen-te la paz y que son semilla de gue-rra. Sea cual fuere el final y las con-clusiones del análisis del estado dela cuestión, forzosamente delicadoy difícil, dada la complejidad de losfactores en juego, es claro que, en-tre los medios hoy decisivos parapromover la paz mundial, hay queconsiderar como de primerísima im-portancia los de orden cultural, es-piritual y religioso».

Aquí y ahora Alfa y Omega 20-III-2003 11

y contarlooír...Ver

Los riesgos de la nada

La presencia del Papa entre nosotros nos invi-ta a renovar nuestra adhesión al sucesor dePedro, el cual, en los inicios históricos de

nuestra fe, fue el primero en confesar que Jesús es elCristo, el Hijo del Dios vivo, el único que tiene pa-labras de vida eterna. Nosotros somos los suceso-res de los primeros cristianos, que hoy como enton-ces estamos llamados a anunciar las alabanzas deDios mediante el testimonio de una vida redimida porCristo. Sí, nosotros somos para el mundo de hoy lostestigos de Cristo.

El Papa viene a inscribir en el Catálogo de lossantos a cinco miembros de la Iglesia que peregrinaen España, y que se enriquece así con la frescura deuna santidad de la que muchos de nosotros hemos si-do testigos. Alabemos a Dios, hermanos, por el tes-timonio de los santos. Démosle gracias por PedroPoveda Castroverde, sacerdote, fundador y mártirde Cristo, cuya caridad por el hombre le llevó a lu-char por elevarle a su condición de hijo de Dios sinescatimar esfuerzos en la eliminación de todo obs-táculo que le impidiera ser plenamente hombre,abriendo nuevos caminos pedagógicos de extraor-dinaria fecundidad. Démosle gracias por el padreJosé María Rubio y Peralta, jesuita, infatigable con-fesor en el ministerio del perdón sacramental, pre-dicador del Evangelio y padre de los pobres, cuya en-trega a los hombres en la atención personal fue unsigno de la solicitud que el Buen Pastor, Jesucristo,tiene por cada uno de los hombres. Démosle gra-cias por Genoveva Torres Morales, virgen y funda-dora, en la que Dios ha mostrado, una vez más, quesu fuerza se manifiesta en la fragilidad de quien leama, convirtiendo a una mujer físicamente dismi-nuida en una madre capaz de acoger a multitud de hi-jas, jóvenes y ancianas, necesitadas de amor. Dé-mosle gracias por sor Ángela de la Cruz (María delos Ángeles Guerrero González), virgen y fundado-ra, que tomó la cruz de Cristo sobre sus frágiles es-paldas y se consagró al servicio de los más pobres en-tre los pobres, manifestando así que Dios tiene unasingular predilección por los que el mundo consi-dera despreciables. Démosle gracias, finalmente,por la madre Maravillas de Jesús (Pidal y Chico deGuzmán), virgen carmelita descalza y fundadora demonasterios donde la oración, el sacrificio y la go-zosa soledad alimentan la caridad heroica con la quelas hijas de santa Teresa de Jesús aman a Cristo yse entregan con Él por la salvación de los hombres.

Estos hombres y mujeres nos recuerdan que laprimera aportación que el cristiano debe hacer a laIglesia es la de su propia santidad. La santidad querecibieron en el Bautismo fue devuelta a la Iglesia en-riquecida por su propia experiencia cristiana y por lanovedad personal con que se distinguieron en el se-guimiento de Jesús. Encontrarse con un santo es to-car casi con la mano la presencia de Dios. De ahíque los santos han producido en la Iglesia riadas deseguidores, que vieron en ellos caminos seguros desantidad. Cuatro de los que el Papa elevará a los al-tares son precisamente fundadores. Nuestro mundonecesita personas así.

Al proponerlos como modelos de vida cristiana,la Iglesia nos invita a seguir sus pasos, a conformar

nuestra vida –como hicieron ellos– con la del Se-ñor. Mucho se habla hoy de la credibilidad de laIglesia. No siempre con la sinceridad ni con el nobleafán de la conversión que empieza por cada uno denosotros. Los santos hacen creíble a la Iglesia, esdecir, hacen que ella pueda reconocerse en su iden-tidad propia, que es la santidad de Cristo.

Santidad y evangelización

En su Carta apostólica Tertio millennio ineunte,Juan Pablo II nos ha recordado que «confesar a laIglesia como santa significa mostrar su rostro de Es-posa de Cristo, por la cual Él se entregó, precisa-mente para santificarla». Nadie dudará de que lossantos muestran, de modo eminente, el rostro más be-llo de la Iglesia. Y al hacerlo así se convierten eneficaces evangelizadores, por el testimonio de supalabra y vida unidas de modo coherente. No hayfisura entre lo que viven y confiesan. En definitiva,el secreto y el fin de la evangelización: que los hom-bres conozcan a Dios y a su enviado Jesucristo. Aello nos referimos los obispos españoles en nuestroPlan Pastoral cuando decimos que «la floración desantos ha sido siempre la mejor respuesta de la Igle-sia a los tiempos difíciles».

Cada santo es un auténtico programa de pastoral,siempre vigente, que nos libera de la tentación, se-ñalada por Juan Pablo II, de hacer prevalecer el ha-cer sobre el ser.

El Papa viene a exhortarnos; es parte fundamen-tal de su ministerio como Pastor supremo. Abra-mos, pues, nuestro corazón a la exhortación del Pa-pa. A las nuevas generaciones, de modo especial,les alienta a huir de la mediocridad, de todo confor-mismo y adecuación al paganismo de nuestros días.

Les anima a vivir siempre atentos a Cristo, el Ami-go por excelencia, el Redentor del hombre, el Hijo deDios encarnado. Os invitamos, por tanto, a recibir alSanto Padre orando intensamente por él y por la fe-cundidad de su Viaje pastoral a España, hacia la queha mostrado desde siempre un singular afecto.

Una invitación especial queremos dirigir, juntocon el resto de los obispos de España, a los jóvenes.El Papa quiere encontrarse con vosotros en una Vi-gilia de oración en la que, de la mano de María, con-templemos el rostro de Cristo Redentor. No olvi-déis que sois parte de la Iglesia, y que ninguna de es-tas decisiones puede ser tomada al margen de vues-tra conciencia de Iglesia. Cristo cuenta con vosotrospara que la Iglesia, de la que formáis parte, avancehacia el futuro animada por vuestra entrega y gene-rosidad. En ese futuro, debéis contemplar también laposibilidad de entregaros a Dios en el ministerio sa-cerdotal o en la vida consagrada.

Nuestra última exhortación: sed acogedores, prac-ticando la hospitalidad. Es uno de los signos máselocuentes de que la Iglesia es la casa de los hijos deDios, el hogar de la catolicidad. En el huésped, laIglesia ha visto al mismo Cristo. Los primeros días demayo muchos peregrinos vendrán a Madrid para en-contrarse con el Papa. Abridles las puertas con ge-nerosidad, convirtiendo nuestras diócesis, parroquias,colegios, instituciones, e incluso nuestros hogares,en una casa común que alivie las incomodidades de to-do viaje y peregrinación, y ofrezca a los peregrinos larecompensa de sentirse tratados como miembros de laúnica comunidad de la Iglesia. No sólo os invitamosa la acogida material, sino a la espiritual que conlle-va la plegaria común, la comunicación de bienes es-pirituales que se da siempre en torno a la Palabra deDios y a la catequesis de la Iglesia.

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 20-III-2003

Carta pastoral de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Madrid, ante la visita del Papa

Tocar con la mano a DiosLos obispos de la Provincia eclesiástica de Madrid acaban de publicar una Carta pastoral para animar a los fieles a prepararse

a la próxima visita del Papa Juan Pablo II a España. La firman Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid, Francisco José Pérez y Fernández-Golfín, obispo de Getafe, Jesús Catalá Ibáñez, obispo de Alcalá de Henares, Fidel Herráez

Vegas, obispo auxiliar de Madrid, César Augusto Franco Martínez, obispo auxiliar de Madrid, Eugenio Romero Pose, obispo auxiliarde Madrid, Joaquín López de Andújar y Cánovas del Castillo, obispo auxiliar de Getafe. Entre otras cosas, dicen:

Juan Pablo II en Madrid, durante la Misa de las Familias en la plaza de Lima, en su primera Visita apostólica a España.1982

La XIX Jornada de Enseñanzaes ocasión propicia para que osacerquéis a la realidad del mun-

do educativo, tan importante para lamisión de la Iglesia, y para que ad-quiráis una mayor conciencia de vues-tra responsabilidad en esta tarea evan-gelizadora. El Concilio Vaticano IIexhorta a los hijos de la Iglesia a quecolaboren con generosidad en todo elcampo de la educación, sobre todocon el fin de que los beneficios pro-pios de la educación y la instrucciónpuedan extenderse cuanto antes a to-dos los lugares de la tierra. En estesentido, la importancia que cobra latarea educativa para el futuro de la so-ciedad es de tal magnitud que los cris-tianos no podemos quedarnos al mar-gen de los esfuerzos que invierten tan-tos hombres y mujeres en la forma-ción de niños y jóvenes.

El lema de la Jornada de este año–Una educación para nuevos tiem-pos. Aportaciones cristianas– se sus-tenta sobre el reconocimiento de lanecesidad de escrutar a fondo las lla-madas que los nuevos tiempos diri-gen al mundo educativo para inter-pretarlas y tratar de responderlas a laluz del Evangelio. Se ha de afrontarcon valentía – afirma Juan Pablo II–una situación que cada vez es más va-riada y comprometida, en el contextode la globalización y de la nueva ycambiante situación de pueblos y cul-turas que la caracteriza. Permane-ciendo plenamente fiel al anuncioevangélico y a la tradición eclesial, elcristianismo del tercer milenio deberesponder cada vez mejor a la exi-gencia de inculturación para que elEvangelio llegue a todos los hombres.El nuevo milenio presenta una seriede retos, ligados a la globalización,que están afectando no sólo a los mo-dos tradicionales de vida, sino tam-bién al conjunto de las institucionessociales, entre las que se encuentranlas educativas. Una mayor hegemoníade los saberes técnicos, con sus acen-tuaciones utilitarias; la presencia cre-ciente de la inmigración, con la apor-tación de culturas diferentes; y el avan-ce imparable de las nuevas tecnologí-as de la información y lacomunicación son factores que estánincidiendo de forma clara en la es-cuela y en los procesos de aprendiza-je de los alumnos.

Cualquier educador estaría olvidan-do su vocación si diese la espalda a es-tos nuevos desafíos y siguiese actuandocomo si nada de lo que ocurre a su al-rededor le afectara en su tarea educati-va. Conviene recordar, nuevamente, quela educación va más allá de enseñar co-nocimientos y capacitar al educando

con una serie de habilidades técnicasque le permitan alcanzar su propia au-tonomía. No basta con responder a lapregunta de cómo son las cosas paraque a la persona humana se le mani-fieste el sentido último de lo que hacecon su vida. El educador cristiano des-cubre este sentido cuando ahonda enlas raíces de su identidad, pues sólo asíalcanza a comprender su tarea y su mi-sión. En el momento actual, la escuelaha de apoyar la búsqueda de este senti-do –que comienza en el ámbito fami-liar– y abrir la puerta con total norma-lidad a la dimensión trascendente queforma parte fundamental de la perso-na. De ahí la importancia que adquiere«la dimensión humanística y espiritualdel saber y de las diversas disciplinasescolares. La persona, mediante el es-tudio y la investigación, contribuye aperfeccionarse a sí misma y a la propiaHumanidad. El estudio resulta caminopara el encuentro personal con la ver-dad, lugar para el encuentro con Diosmismo». Este estudio no puede redu-cirse a un mero conocimiento de larealidad, al margen de aquellos valoresque permiten al educando hacerse unjuicio personal del mundo en el que vi-ve. Para el educador cristiano estos va-lores están enraizados en la persona ymensaje de Jesucristo, en su fe, de for-ma que la educación en la fe le ofrece laclave definitiva de la dignidad de la per-sona humana y la posibilidad de su re-alización eficaz.

La convocatoria y puesta en marchadel tercer Sínodo de la archidiócesis deMadrid trata de poner especial empe-ño en la transmisión de la fe con el finde alumbrar la esperanza en una cul-tura que se va alejando de la compren-sión cristiana del mundo y de la vida.

+ Antonio Mª Rouco Varela

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 20-III-2003 13

La voz del cardenal arzobispo

El sentido de la educación Con ocasión de la XIX Jornada diocesana de Enseñanza, celebrada bajo el lema: Una educación para nuevos tiempos.

Aportaciones cristianas, nuestro cardenal arzobispo ha escrito una exhortación pastoral . Dice en ella:

Cuaresma, itinerario de esperanzaEn su homilía, en la Eucaristía del Miércoles de Ceniza, nuestro cardenal- arzobispo dijo:

Quizá una de las raíces más hondas de los pro-blemas y peligros que asedian a la Humani-

dad en esta hora tan delicada de su historia radicaen la no aceptación por parte nuestra de que hemospecado. Incluso ente los cristianos es difícil en-contrar hoy quien se confiese humildemente pe-cador. Nada más valiente ni digno del hombre quereconocer su verdad: ser humilde.

No es un mensaje, el cuaresmal, con conteni-dos sombríos y pesimistas; todo lo contrario: esuna propuesta de renovación y de vida la que sedesprende y sigue del acontecimiento nunca pa-sado, siempre actual e imperecedero, del misteriode Jesucristo muerto y resucitado por nosotros.

Las apariencias que caracterizan nuestro acon-tecer cotidiano pueden hablar otro lenguaje –el deldesaliento, el del dolor y el fracaso, el del desen-cuentro con lo más íntimo de uno mismo y su dig-nidad personal; el de la ofensa y desprecio mu-tuos, etc.–; incluso, más, el discurrir de la Historiapuede presentarse como ensombrecido por el odio,la explotación y las amenazas contra la paz por lavía del terrorismo y por la fuerza de la lógica de laguerra en tantos escenarios internacionales. Y, sinembargo, es tiempo para el perdón, la misericordia,la conversión y, como su fruto más maduro, la paz:la paz interior de cada persona, la paz entre lospueblos, la paz del mundo.

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 20-III-2003

La presencia del Papa entre nosotros nos invi-ta a renovar nuestra adhesión al sucesor dePedro, el cual, en los inicios históricos de

nuestra fe, fue el primero en confesar que Jesús es elCristo, el Hijo del Dios vivo, el único que tiene pa-labras de vida eterna. Nosotros somos los suceso-res de los primeros cristianos, que hoy como enton-ces estamos llamados a anunciar las alabanzas deDios mediante el testimonio de una vida redimida porCristo. Sí, nosotros somos para el mundo de hoy lostestigos de Cristo.

El Papa viene a inscribir en el Catálogo de lossantos a cinco miembros de la Iglesia que peregrinaen España, y que se enriquece así con la frescura deuna santidad de la que muchos de nosotros hemos si-do testigos. Alabemos a Dios, hermanos, por el tes-timonio de los santos. Démosle gracias por PedroPoveda Castroverde, sacerdote, fundador y mártirde Cristo, cuya caridad por el hombre le llevó a lu-char por elevarle a su condición de hijo de Dios sinescatimar esfuerzos en la eliminación de todo obs-táculo que le impidiera ser plenamente hombre,abriendo nuevos caminos pedagógicos de extraor-dinaria fecundidad. Démosle gracias por el padreJosé María Rubio y Peralta, jesuita, infatigable con-fesor en el ministerio del perdón sacramental, pre-dicador del Evangelio y padre de los pobres, cuya en-trega a los hombres en la atención personal fue unsigno de la solicitud que el Buen Pastor, Jesucristo,tiene por cada uno de los hombres. Démosle gra-cias por Genoveva Torres Morales, virgen y funda-dora, en la que Dios ha mostrado, una vez más, quesu fuerza se manifiesta en la fragilidad de quien leama, convirtiendo a una mujer físicamente dismi-nuida en una madre capaz de acoger a multitud de hi-jas, jóvenes y ancianas, necesitadas de amor. Dé-mosle gracias por sor Ángela de la Cruz (María delos Ángeles Guerrero González), virgen y fundado-ra, que tomó la cruz de Cristo sobre sus frágiles es-paldas y se consagró al servicio de los más pobres en-tre los pobres, manifestando así que Dios tiene unasingular predilección por los que el mundo consi-dera despreciables. Démosle gracias, finalmente,por la madre Maravillas de Jesús (Pidal y Chico deGuzmán), virgen carmelita descalza y fundadora demonasterios donde la oración, el sacrificio y la go-zosa soledad alimentan la caridad heroica con la quelas hijas de santa Teresa de Jesús aman a Cristo yse entregan con Él por la salvación de los hombres.

Estos hombres y mujeres nos recuerdan que laprimera aportación que el cristiano debe hacer a laIglesia es la de su propia santidad. La santidad querecibieron en el Bautismo fue devuelta a la Iglesia en-riquecida por su propia experiencia cristiana y por lanovedad personal con que se distinguieron en el se-guimiento de Jesús. Encontrarse con un santo es to-car casi con la mano la presencia de Dios. De ahíque los santos han producido en la Iglesia riadas deseguidores, que vieron en ellos caminos seguros desantidad. Cuatro de los que el Papa elevará a los al-tares son precisamente fundadores. Nuestro mundonecesita personas así.

Al proponerlos como modelos de vida cristiana,la Iglesia nos invita a seguir sus pasos, a conformar

nuestra vida –como hicieron ellos– con la del Se-ñor. Mucho se habla hoy de la credibilidad de laIglesia. No siempre con la sinceridad ni con el nobleafán de la conversión que empieza por cada uno denosotros. Los santos hacen creíble a la Iglesia, esdecir, hacen que ella pueda reconocerse en su iden-tidad propia, que es la santidad de Cristo.

Santidad y evangelización

En su Carta apostólica Tertio millennio ineunte,Juan Pablo II nos ha recordado que «confesar a laIglesia como santa significa mostrar su rostro de Es-posa de Cristo, por la cual Él se entregó, precisa-mente para santificarla». Nadie dudará de que lossantos muestran, de modo eminente, el rostro más be-llo de la Iglesia. Y al hacerlo así se convierten eneficaces evangelizadores, por el testimonio de supalabra y vida unidas de modo coherente. No hayfisura entre lo que viven y confiesan. En definitiva,el secreto y el fin de la evangelización: que los hom-bres conozcan a Dios y a su enviado Jesucristo. Aello nos referimos los obispos españoles en nuestroPlan Pastoral cuando decimos que «la floración desantos ha sido siempre la mejor respuesta de la Igle-sia a los tiempos difíciles».

Cada santo es un auténtico programa de pastoral,siempre vigente, que nos libera de la tentación, se-ñalada por Juan Pablo II, de hacer prevalecer el ha-cer sobre el ser.

El Papa viene a exhortarnos; es parte fundamen-tal de su ministerio como Pastor supremo. Abra-mos, pues, nuestro corazón a la exhortación del Pa-pa. A las nuevas generaciones, de modo especial,les alienta a huir de la mediocridad, de todo confor-mismo y adecuación al paganismo de nuestros días.

Les anima a vivir siempre atentos a Cristo, el Ami-go por excelencia, el Redentor del hombre, el Hijo deDios encarnado. Os invitamos, por tanto, a recibir alSanto Padre orando intensamente por él y por la fe-cundidad de su Viaje pastoral a España, hacia la queha mostrado desde siempre un singular afecto.

Una invitación especial queremos dirigir, juntocon el resto de los obispos de España, a los jóvenes.El Papa quiere encontrarse con vosotros en una Vi-gilia de oración en la que, de la mano de María, con-templemos el rostro de Cristo Redentor. No olvi-déis que sois parte de la Iglesia, y que ninguna de es-tas decisiones puede ser tomada al margen de vues-tra conciencia de Iglesia. Cristo cuenta con vosotrospara que la Iglesia, de la que formáis parte, avancehacia el futuro animada por vuestra entrega y gene-rosidad. En ese futuro, debéis contemplar también laposibilidad de entregaros a Dios en el ministerio sa-cerdotal o en la vida consagrada.

Nuestra última exhortación: sed acogedores, prac-ticando la hospitalidad. Es uno de los signos máselocuentes de que la Iglesia es la casa de los hijos deDios, el hogar de la catolicidad. En el huésped, laIglesia ha visto al mismo Cristo. Los primeros días demayo muchos peregrinos vendrán a Madrid para en-contrarse con el Papa. Abridles las puertas con ge-nerosidad, convirtiendo nuestras diócesis, parroquias,colegios, instituciones, e incluso nuestros hogares,en una casa común que alivie las incomodidades de to-do viaje y peregrinación, y ofrezca a los peregrinos larecompensa de sentirse tratados como miembros de laúnica comunidad de la Iglesia. No sólo os invitamosa la acogida material, sino a la espiritual que conlle-va la plegaria común, la comunicación de bienes es-pirituales que se da siempre en torno a la Palabra deDios y a la catequesis de la Iglesia.

Carta pastoral de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Madrid, ante la visita del Papa

Tocar con la mano a DiosLos obispos de la Provincia eclesiástica de Madrid acaban de publicar una Carta pastoral para animar a los fieles a prepararse

a la próxima visita del Papa Juan Pablo II a España. La firman Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid, Francisco José Pérez y Fernández-Golfín, obispo de Getafe, Jesús Catalá Ibáñez, obispo de Alcalá de Henares, Fidel Herráez

Vegas, obispo auxiliar de Madrid, César Augusto Franco Martínez, obispo auxiliar de Madrid, Eugenio Romero Pose, obispo auxiliarde Madrid, Joaquín López de Andújar y Cánovas del Castillo, obispo auxiliar de Getafe. Entre otras cosas, dicen:

Juan Pablo II en Madrid, durante la Misa de las Familias en la plaza de Lima, en su primera Visita apostólica a España.1982

Ricardo Benjumea

El entorno no favorece al cristiano. Los obisposde Navarra y el País Vasco recogen esta citade Karl Rahner: «El hombre religioso de ma-

ñana será un místico, una persona que haya experi-mentado algo, o no podrá ser religioso, pues la reli-giosidad de mañana no será ya compartida como unaconvicción pública, unánime y obvia». Pero si «la fede una notable minoría es viva, vigorosa, sentida»,no puede decirse que éste sea el caso de la mayoría delos creyentes. A muchos, «el núcleo del mensaje cris-tiano les dice muy poco», participan con poca asi-duidad en la Eucaristía y «su sensibilidad ética se en-cuentra bastante distanciada de los criterios morales dela comunidad cristiana». En general, les cuesta integrarla fe «en su vida amorosa, laboral, cultural y social»,hasta el punto de llegar a preguntarse: «Yo, ¿creo deverdad?» Pero hay aquí algo más que pura costumbre,resto de un pasado intensamente religioso, o mera fi-delidad a una tradición cristiana familiar. Los obis-pos firmantes pretenden, en esta Carta, ayudar a tra-bajar ese fondo, a «reconocer, acoger y consentir aeste Dios insistente a través de la fe», y, después, aque «el mensaje cristiano se aclimate, se arraige ennuestro interior como algo familiar y connatural, sinperder nunca su carácter paradójico e interpelador».

Las circunstancias culturales son hoy las que son,y no queda más que «afrontar noblemente la situa-ción real en la que se encuentra la sociedad y la mis-ma comunidad. El fenómeno del oscurecimiento deDios en el horizonte de nuestro mundo europeo espreocupante, e incluso tentador. Pero encierra dentrode sí una llamada del Señor a su Iglesia que ésta nopuede eludir». Bueno es tener en cuenta que «Diosestá postulando de su Iglesia una espiritualidad de fi-delidad y no del éxito». Vemos que, «a Jesús, la pasiónpor evangelizar no le deja sestear, pero tampoco lequita el sosiego. No vive devorado por la fiebre decurar a todos los enfermos, de saciar a todos los ham-brientos, de liberar a todos los esclavos, de atraer atodos los descarriados. No tuvo la pretensión de ha-cerlo todo. Realizó acciones significativas del Reinoque inauguraba. Busquemos la calidad de nuestra ac-ción por encima de la cantidad».

Servicio a los excluídos

Sobre la acción pastoral para despertar a los cris-tianos de fe debilitada, el documento habla de unaserie de «hechos ordinarios o extraordinarios» que«llevan a estos creyentes de fe descuidada a un esta-do próximo al encuentro vivo con el Dios vivo», aun-que «estas personas no suelen tener, generalmente,recursos interiores para interpretar lo que sienten, ni loque les sucede, como una llamada del Señor». Se tra-ta, por tanto, de «ayudarles a realizar una adecuada lec-

tura creyente de lo que están viviendo», sin olvidarque «sólo el iniciado puede iniciar», y que éste es «undelicado proceso» que reclama «una atención indi-vidual y personalizada. ¿No estaremos descuidándo-la a favor de otras tareas tal vez más urgentes, peromenos necesarias?» Esa atención «reclama de noso-tros no sólo dedicación de tiempo, sino también unamayor implicación personal. Nadie promueve la con-versión de los demás sin exponer su propio corazón».

Otra de las vías que señalan es «el servicio a los ex-cluidos», y la constatable paradoja de que quien creedar termina por ser quien más recibe: «Para personasque se han enfriado en la fe, uno de los caminos másindicados para recuperar su vigor estriba en impli-carse en ese noble servicio». Por último, aconsejanno menospreciar las manifestaciones de piedad po-pular, porque «la fe es un árbol que habitualmente seasienta y crece mejor en un solar provisto de las salesde la religiosidad que en la tierra empobrecida de unaindiferencia religiosa casi total», aunque insisten enque «necesitan recibir de la comunidad eclesial undiscernimiento paciente y comprensivo, pero real, ne-to y firme. Y, sobre todo, es preciso que intentemos unaeducación en la fe que, partiendo de lo que viven, lesconduzca hacia lo que todavía no han descubierto».

En cuanto a los que son ya creyentes motivados, losobispos consideran necesario limar algunos aspec-tos, como el subestimar «la espiritualidad en aras deun compromiso auténtico, o bien caer en el reduc-cionismo contrario». También ven necesario «enseñara orar», y alertan contra un nuevo tipo de fariseísmo:«La presencia de Dios está reclamando un estilo de re-

lación con las personas que no esté marcada ni por elafán de dominar, ni por el deseo de seducir, ni por lacautela desconfiada, ni por el complejo de superiori-dad, ni por la frialdad, ni por la doblez ni por el utili-tarismo, sino que esté impregnada de un estilo since-ro, generoso, humilde, cálido, confiado y gratuito».

Los no creyentes que quieren creer

Hoy se dan múltiples fenómenos en que los obis-pos de Pamplona y Tudela y del País Vasco perciben«un retorno de la inquietud religiosa reprimida ennuestra sociedad occidental». Para «despertar la ex-periencia de la fe en increyentes noblemente inquie-tos», la Carta pastoral propone, ante todo, diálogo ytestimonio. Este testimonio debe ser individual, perotambién colectivo, porque «el sujeto propio del testi-monio público es la comunidad. Cuando una comu-nidad reconoce a Jesucristo como su único Señor,obra con perseverancia, vive fraternamente, cuidandode manera especial a sus miembros más débiles, prac-tica el servicio al entorno en el que está inscrita yanuncia su fe sin complejos». De este modo, se con-vierte en «comunidad alternativa, que muestra, a es-cala menor, que es posible vivir de otra manera ensociedad». Al mismo tiempo, es «profética en el do-ble sentido de la expresión: denuncia las inhumani-dades del mundo y anuncia un mundo nuevo, dife-rente, mejor, más humano y más conforme al cora-zón de Dios. De este modo, la comunidad se tornasigno del Reino».

Aquí y ahora Alfa y Omega 20-III-2003 13

Carta pastoral de los obispos de Navarra y del País Vasco: Vivir la experiencia de la fe

Indicaciones prácticaspara la nueva evangelización

«Renovar nuestra experiencia creyente no es sólo el específico objetivo de esta Carta, sino la meta de la Cuaresmay de toda la vida cristiana», escriben los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria, en su Carta pastoral

Vivir la experiencia de la fe, hecha pública el Miércoles de Ceniza. Como en años anteriores, estos obispos han dirigido una «llamadacuaresmal a la conversión», que nace de su preocupación ante «la especial dificultad para suscitar y cultivar la fe en nuestros días».Ofrecen guías para ayudar al creyente –desde el más apático al más comprometido– a profundizar en su fe, para que «la creencia sea también vivencia», y exploran modos de acercarse a los no creyentes que «desearían que Dios existiera» y le buscan a tientas

TestimonioAlfa y Omega14 20-III-2003

Os voy a contar la historia de mivida. Yo nací en julio de 1986,y nueve meses antes yo ya

existía, aunque esos meses nunca secuentan, no sé por qué, y la gente creeque no eres nada y que te pueden ma-tar. Yo, esos meses, los pasé dentro demi mamá, aunque hay otros que sóloestán siete u ocho. La verdad es que,aunque se estaba muy calentito, eramuy agobiante estar ahí dentro, todorodeado de tubos y cosas extrañas; yome lo pasaba muy bien dando patadi-tas a mi mamá, porque luego oía a to-do el mundo emocionado y alegre. Aveces me daba miedo moverme, por-que no quería hacer daño a mamá. Undía, por fin, decidí salir porque ya co-nocía muy bien a mamá por dentro yme gustaría ver cómo era por fuera.

Cuando yo nací, fue un poco dolo-roso, pero mereció la pena. Mi papáfue el primero que me vio al salir, des-pués del médico, claro. Él estaba muycontento, y le decía a mamá que eralo más bonito que había visto nunca.Es una pena que, con el paso de losaños, se me olvide todo esto, que esuna experiencia muy bonita e intere-sante. Los primeros años de mi vidasólo me dedicaba a jugar, y mis ma-yores problemas eran cuando llegabala hora de comer, y si mi mamá mehacía caso. Mi vida consistía en jugar,comer y dormir. Luego, a partir de lossiete años, ya me iba enterando de al-go; con ocho hice la Primera Comu-nión, y ya empezaba a tener que estu-diar, porque con esa edad no te plan-teas nada sobre la vida, sólo te preo-cupas de vivirla.

Ahora, que ya voy creciendo, a vecesme pongo a pensar sobre la vida; pien-so lo que es exactamente, pero sólo hellegado a la conclusión de que la vida esun laberinto en el que hay muchos ca-minos distintos, unos mejores que otros,

más largos, más dolorosos, más ale-gres…, y todos acaban en el mismo si-tio; antes o después, todos acaban en lamuerte. Yo prefiero no pensar en lamuerte y disfrutar de la vida. Pienso enque no hay que estar agobiado pensan-do que vas a morir; cuando toque, to-cará. La verdad es que sobre la muerteno he pensado mucho, ya que en la ac-tualidad nos creemos que a nosotrosnos queda mucho, aunque no lo sabe-mos. A mí, por suerte, la muerte no meha tocado muy de cerca, y de ahí queno me haya preocupado mucho.

Yo creo que la muerte es la salidadel laberinto de la vida, donde te espe-ra lo que te mereces. Según por qué ca-mino hayas llegado. Después hay tresascensores, que te llevan a la recogidade Premios, y un hombre te dice en cuáldebes entrar: uno es el del Cielo, otro eldel Purgatorio y otro el del Infierno.Hay un ascensor en el que no para deentrar gente, y otro que tiene telarañasporque casi nadie entra. Me gusta cre-er que el de las telarañas es el del In-fierno, donde hay muy poca gente.Aunque, como alguien me contó unavez, yo creo que el Cielo y el Infiernoson dos salas iguales en las que hayuna mesa muy grande donde está todoel mundo sentado ante un plato de so-pa y unas cucharas tan largas que nose puede dar de comer a uno mismo.En el Cielo cada uno da de comer al deen frente, pero en el Infierno, como sonegoístas, nadie quiere dar al de en fren-te e intentan comer con las manos y,por tanto, nadie lo consigue. Esto meparece muy representativo y me gus-taría sinceramente que de verdad fueraasí. Pero, tranquilos, cuando me mue-ra, os contaré en qué ascensor he subi-do y cómo es la sala. Así que os espe-ro en la recogida de Premios.

Elisa de Miguel Fernández

Os voy a contar...

Crónica de una existencia

Hace años se murió un hijo mío de tres meses. Como toda pérdida, se sufre; pero un ángel en el cie-lo casi es de conformidad y en el fondo de alegría. Tened por cierto que es un ángel. Al día siguiente

fui al sanatorio y me dieron el pésame con la palmadita en la espalda. Somos indigentes en esta vi-da; tanto más cuanto más nos apartamos de Cristo.

Un compañero contó un chiste y todos nos reímos. Me tomó del brazo y me apartó a cierta distanciadel grupo, y me preguntó por qué me reía si se me había muerto unos días antes un hijo. «Creo queestá en el cielo –le dije–, y me ayudará allí más que si viviese en la tierra». Sin darme cuenta me abra-zó entre lágrimas y me dijo: «Estoy separado de mi mujer, y no tengo hijos con la compañera actual,y lo peor es que no creo en Dios. Situación difícil para mí».

Le respondí así: «Nada más rezando por ti te puedo ayudar, y reza a mi hijo que está en el cielo pa-ra que vivas con paz y resuelvas tu situación matrimonial, y tendrás siempre compañía y gozo por to-do cuanto Dios ha creado para ti y para mí».

Somos personas porosas, que vivimos entre el bien y el mal, si no estamos atentos a Dios que nossacude de la indolencia con el dolor, la soledad, etc.

Importa ser útil y dejar que la brisa amorosa de Dios despeje nuestra persona de la moda, delconsumismo y del erotismo. Aquel día mi compañero me dijo: «Tengo que agarrarme a Dios».

Pablo de Lucas Estremera

«Tengo que agarrarme a Dios»

El Día del Señor Alfa y Omega 20-III-2003 15

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jerusalén,por este motivo, triplicaba su población. Eltemplo es enorme y el alboroto de trafican-

tes que en estaocasión hay enél, también. Je-sús muestra sucelo, no sólo enpalabras, sinotambién en ges-tos: con un azotede cordeles yvolcando las me-sas de los cam-bistas. Qué auto-ridad tiene paraobrar así, le pre-guntan. Jesúsresponde queson ellos los quevan a destruir eltemplo, pero queva a ser Él quienlo levante en tresdías. La situa-ción era muyofensiva y humi-llante, y la res-puesta de Jesúsmuy poco creí-ble, porque eltemplo de Jeru-salén, cuya construcción duró casi medio siglo,recapitulaba los tres grandes poderes: el econó-mico, el político y el religioso, con la riqueza ju-día, el Sanedrín y como lugar de los sacrificiosprescritos y meta de las peregrinaciones. ¿Quiénera Jesús para oponerse a tan grandes poderes?Una persona anónima y, si indagaban su proce-dencia, un obrero de Nazaret, hijo de carpintero.

Cuando, tras el ejercicio de su misión en que,predicando y haciendo los signos del reino deDios, se acredita como profeta todavía más mo-

lesto, al ser prendido por la amenaza que supone para lasautoridades y las creencias sobre el mesianismo que ellasdifundían, dos testigos venales recordaron en el proceso

del Sanedrín que ya ha-bía dicho que podíadestruir el templo y re-construirlo en tres dí-as. Un escándalo sindisculpa. Pero los dis-cípulos de Jesús com-probaron que se refe-ría a su propia resu-rrección.

¡El templo! Jesús ledice a la Samaritanaque a Dios se le puedeencontrar en cualquierlugar, si se le busca consinceridad, porqueDios es espíritu y ver-dad. Pero su propiocuerpo es el templonuevo, y los que a Él seunen por el amor, for-man un solo cuerpo,una verdadera comu-nión. San Pablo nos re-cuerda que la Iglesia esel templo de Dios, edi-ficado sobre Cristo, yque cada uno de losmiembros de este

cuerpo es también templo de Dios y morada del EspírituSanto.

La Humanidad entera peregrina en el tiempo hacia eltemplo de la Jerusalén celestial, porque Jesucristo, que hamuerto por todos, nos ha precedido para prepararnos lu-gar en la Casa del Padre. Nuestra tarea más importante esresponder a la invitación que nos hace a seguirle, es de-cir, a convertirnos de corazón y de obras.

+ José Delicado arzobispo emérito de Valladolid

III Domingo de Cuaresma

El Templo: Cristo resucitado

Cristo Pantocreator, con la Madre de Dios y con san Juan Bautista (año 800)

Entre las formas del ateísmo moderno debe mencionarse la que pone la liberación del hombre princi-palmente en su liberación económica y social. Pretende que la religión, por su propia naturaleza, es un

obstáculo para esta liberación, porque, al orientar el espíritu humano hacia una vida futura ilusoria, apar-taría al hombre del esfuerzo por levantar la ciudad temporal. Por eso, cuando los defensores de estadoctrina logran el dominio político del Estado, atacan violentamente a la religión, difundiendo el ateísmo,sobre todo en materia educativa, con el uso de todos los medios de presión a su alcance.

La Iglesia, fiel a Dios y fiel a los hombres, no puede dejar de reprobar con dolor, pero con firmeza, co-mo hasta ahora ha reprobado, esas perniciosas doctrinas y conductas, que son contrarias a la razón y ala experiencia humana universal y privan al hombre de su innata grandeza. El reconocimiento de Dios nose opone en modo alguno a la dignidad humana, ya que esta dignidad tiene en el mismo Dios su funda-mento y perfección. Enseña además la Iglesia que la esperanza escatológica no merma la importancia delas tareas temporales, sino que más bien proporciona nuevos motivos de apoyo para su ejercicio. Cuan-do, por el contrario, faltan ese fundamento divino y esa esperanza de la vida eterna, la dignidad humanasufre lesiones gravísimas –es lo que hoy con frecuencia sucede–, y los enigmas de la vida y de la muer-te, de la culpa y del dolor, quedan sin solucionar, llevando no raramente al hombre a la desesperación. Elremedio del ateísmo hay que buscarlo en la exposición adecuada de la doctrina y en la integridad de vi-da de la Iglesia y de sus miembros. Esto se logra principalmente con el testimonio de una fe viva y adul-ta, educada para poder percibir con lucidez las dificultades y poderlas vencer. Numerosos mártires dierony dan preclaro testimonio de esta fe, la cual debe manifestar su fecundidad imbuyendo toda la vida, inclusola profana, de los creyentes, e impulsándolos a la justicia y al amor.

Constitución Gaudium et spes, 20-21

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

Evangelio

En aquel tiempo se acercaba la Pas-cua de los judíos y Jesús subió a Je-

rusalén. Y encontró en el templo a losvendedores de bueyes, ovejas y palomas,y a los cambistas sentados; y, haciendoun azote de cordeles, los echó a todosdel templo, ovejas y bueyes; y a los cam-bistas les esparció las monedas y les vol-có las mesas; y a los que vendían palo-mas les dijo: «Quitad esto de aquí: noconvirtáis en un mercado la casa de miPadre».

Sus discípulos se acordaron de lo queestá escrito: «El celo de tu casa me de-vora». Entonces intervinieron los judí-os y le preguntaron: «¿Qué signos nosmuestras para obrar así?» Jesús contes-tó: «Destruid este templo, y en tres díaslo levantaré». Los judíos replicaron:«Cuarenta y seis años ha costado cons-truir este templo, ¿y tú lo vas a levantaren tres días?» Pero Él hablaba del templode su cuerpo. Y cuando resucitó de entrelos muertos, los discípulos se acordaronde que lo había dicho, y dieron fe a laEscritura y a la palabra que había dichoJesús.

Mientras estaba en Jerusalén por lasfiestas de Pascua, muchos creyeron ensu nombre, viendo los signos que hacía;pero Jesús no se confiaba con ellos, por-que los conocía a todos y no necesitabael testimonio de nadie sobre un hombre,porque Él sabía lo que hay dentro de ca-da hombre.

Juan 2, 13-25

A. Llamas Palacios

La pintura gótica hispanofla-menca. Bartolomé Bermejo ysu época realiza un repaso ex-

haustivo por las obras de artistas es-pañoles que, a partir de la década de1420, se vieron fuertemente influen-ciadas por la pintura flamenca, de lamano de artistas como Robert Cam-ping, los hermanos Van Eyck y Ro-gier van der Weyden.

Esta exposición, realizada por elMuseo Nacional de Arte de Cataluñay por el Museo de Bellas Artes de Bil-bao, se centra especialmente en la fi-gura de Bartolomé de Cárdenas, co-nocido como el Bermejo, pintor cor-dobés que vivió en la segunda mitaddel siglo XV y cuyas obras son un fielreflejo de esta tendencia de arte his-panoflamenco.

La exposición, formada por 76 pin-turas procedentes de diversos museoseuropeos, estadounidenses, estatales,y colecciones de particulares, se haubicado en el Museo Nacional de Ar-te de Cataluña hasta el próximo 11 demayo, y la entrada es gratuita para elpúblico.

La pintura de Bartolomé Bermejoabarca distintos territorios dentro dela península ibérica: viajó y vivió enValencia, Daroca, Zaragoza y Barce-lona.

Las primeras noticias documenta-les que se poseen sobre el artista lo si-

RaícesAlfa y Omega16 20-III-2003

Virgen con el Niño. Pedro de Aponte

Tríptico de la Virgen de Montserrat. Bartolomé Bermejo Cuerpo del Retablo de la Virgen, san Agustín y san Nicolás de T

La pintura hispanoflamenca. Bartolomé Bermejo y su época

Cuando Flandes llegó a EspañaMientras nacíael Renacimiento italiano,el arte flamenco surgía casia la par. Sin embargo,los artistas de los reinoshispanos del siglo XVse vieron influenciadospor este último estilo,especialmente duranteun período de casi 70 años.La exposición realizadapor el Museo Nacional de Artede Cataluña y el Museode Bellas Artes de Bilbao:La pintura hispanoflamenca.Bartolomé Bermejoy su época hace un recorridopor la pintura de influenciaflamenca del siglo XVen la Corona de Aragóny de Castilla, centrándoseespecialmente en la figuradel genial artista BartoloméBermejo, un hombre que vivióy trabajó en ciudadescomo Valencia, Zaragozao Barcelona

Raíces Alfa y Omega 20-III-2003 17

túan en Valencia, alrededor del año1468, cuando realizó el retablo mayorde la iglesia Sant Miquel de Tous, cuyatabla central hoy se conserva en la Na-tional Gallery, de Londres. De esta es-tancia suya en Valencia, la exposiciónexhibe una Virgen con el Niño de unacolección particular, una Virgen con elNiño del Museo de Bellas Artes de Va-lencia, la tabla de San Agustín en suestudio, que conserva el Instituto deArte de Chicago, y la tabla de San JuanBautista del Museo de Bellas Artes deSevilla. También en Valencia, pero enfechas posteriores, realizaría Barto-lomé Bermejo la espléndida Virgen deMontserrat, de la catedral de AcquiTerme, obra encargada por el merca-der Francesco della Chiesa. Esta obraha sido objeto sagrado de devoción du-rante más de cinco siglos, y por pri-mera vez ha sido sacada fuera de Italiapara esta exposición.

Desde Valencia, el pintor viajó has-ta Daroca, en Zaragoza, y allí, en tie-rras aragonesas, pasó aproximada-mente tres años. La Dormición de laVirgen, de la Galería de Arte de Berlín,es una de las obras que BartoloméBermejo realizó allí. El Retablo desanta Engracia, también de la épocade Daroca, ha sido reunido por pri-mera vez para esta exposición. Las

pinturas de este retablo estaban es-parcidas por diversos museos: el deArte de San Diego (California), el dela Colegiata de Daroca y el de BellasArtes de Bilbao. Además, también seencuentran el Cristo de la Piedad, delMuseo del Castillo de Peralada, y cua-tro tablas de un mismo conjunto conlas escenas del Descenso al Limbo,Cristo en el Paraíso, La Resurreccióny la Ascensión de Cristo.

Más tarde, y hasta 1484, BartoloméBermejo residió en Barcelona. Allí secomprometió a terminar el retablo deSanto Domingo de Silos, al que per-tenece la tabla del Encuentro de santoDomingo de Silos con el rey FernandoI de Castilla. El retablo está dedica-do a la Virgen de la Misericordia parala capilla de don Juan de Lobera, delclaustro de la iglesia de Santa María laMayor o del Pilar de Zaragoza, con lacolaboración de Martín Bernat, cuyatabla central se exhibe en esta muestra.Como obra de ambos artistas se in-cluye también el Descendimiento, delMuseo de Zaragoza.

Una de las obras más importantesde este pintor es el Retablo de la Pie-dad, fechado en 1490, que no ha sidotrasladado a la exposición por moti-vos de seguridad, pero que se puedetambién contemplar en el Museo de

la catedral de Barcelona. Durante su estancia en Barcelona,

Bermejo debió pintar para la reina Isa-bel la Católica la Epifanía y Verónicade Cristo, obra que procede de la Ca-pilla Real de Granada y que forma par-te de esta exposición.

Además de las pinturas de Barto-lomé Bermejo, el visitante puede con-templar en la exposición obras de LuísAlincbrot, Joan Rosató, Antoine deLonhy, Michel Sittow y Juan de Flan-des, obras que proceden del Museodel Prado, del Museo de Mallorca, delMuseo Nacional de Arte de Cataluña,del Museo del Louvre y del MuseoThyssen-Bornemisza, de Madrid.

Además, la llegada de pintores pro-cedentes de Italia quedan reflejadospor obras de Jacomart, como la tablade la Aparición de la Virgen a sanFrancisco en la Porciúncula; de Pao-lo da San Leocadio, con Lamento so-bre el cuerpo de Cristo muerto; o dePedro Berruguete, el pintor con el quese inicia la influencia renacentista enCastilla tras su vuelta de Italia, y quefue el autor de la obra –en la que seunen elementos provenientes del len-guaje mudéjar, flamenco yrenacentista– Virgen con el Niño.

Cristo de la piedad. Bartolomé BermejoSan Miguel Arcángel. Maestro de Zafra

ás de Tolentino. Antonio de Lonhy

a España

Carmen María Imbert

Cada vez es mayor el número de jóve-nes que ingresan en el seminario conun título universitario bajo el brazo, o

con media carrera realizada. Los formadoresde los seminarios coinciden en que las eda-des de los que ingresan aumenta, que no quie-re decir que la llamada al sacerdocio no lasientan antes, en torno a los 14 ó 15 años.

Ayer día 19 de marzo, festividad de SanJosé, se celebró el Día del Seminario; por es-te motivo se dieron a conocer datos estadísti-cos, como los que recogemos en esta página,de los jóvenes que han ingresado en los semi-narios de España en este curso, así como losque permanecen cursando estudios hasta serordenados. Este año, la campaña para esta Jor-nada llevaba por lema: ¿Señor, qué quieresque haga?, que da en el clavo del secreto de to-da vocación; es la respuesta que este año handado los 327 jóvenes que han entrado en losSeminarios Mayores diocesanos, y los que sehan ordenado: 195 nuevos sacerdotes.

El número de seminaristas mayores hadescendido en el último decenio. En 1992eran 1.947, mientras que en 2002 son1.699, es decir, un 7,8% menos. Pero hayque observar que la población de varonesde 18 a 25 años en España, en el mismoperíodo, ha descendido el 18,2%. O sea,que la tasa de crecimiento relativo de se-minaristas, en relación a la población jo-ven, es de + 6,5 %. Detrás de estas cifras denuevas vocaciones, así como de las que semantienen fieles, se puede ver que hay jó-venes no sólo con sus nombres y apellidos,sino con unas familias, unos grupos de for-mación, movimientos, parroquias, que sonlos que generan el ambiente propicio paraque se dé la respuesta a la vocación.

Según el Director del Secretariado de laComisión episcopal de Seminarios y Univer-sidades, don José Luis Moreno Martínez, elenfoque de la pastoral vocacional trata de «ha-cer descubrir al adolescente o al joven que es-tá puesto en la vida para algo, que su vida tie-ne un sentido, más aún, que es un proyectodel amor de Dios. Para la pedagogía de la pas-toral de jóvenes este enfoque supone plante-arse la cuestión de ser, antes que la de haceresto o lo otro, o la de comprometerse de ésta ode la otra manera».

En España hay grupos de jóvenes en los quesurgen vocaciones, y además conviene destacarque los encuentros con el Papa, las experiencias deoración, los compromisos de servicio a los nece-sitados son cantera de vocaciones. «Se trata –sigueexplicando don José Luis– de colocar al jovenante Dios con apertura de corazón: ¿Qué quieresde mi vida? Cuando esto ocurre –y hay gruposde jóvenes donde ocurre–, se dan respuestas vo-cacionales para el ministerio presbiteral y para lavida consagrada, además de para el matrimonioentendido como vocación y para el compromisolaical».

Otro de los despertadores que hacen cons-ciente al joven que tiene vocación al semi-nario son los mismos sacerdotes. Muchos se-minaristas reconocen haber sentido la lla-mada al ministerio ordenado al conocer lavida y la misión de un sacerdote concreto,incluso, simplemente, al verle celebrar. Estedato debería hacer reflexionar a los católi-cos sobre dos aspectos: primero, que vivi-mos en un mundo donde las imágenes dicentanto como las palabras, por lo que se nece-sitan signos visibles que permitan reconocera los sacerdotes; y segundo, que no es tanimportante el número de los sacerdotes, nisu edad, como la santidad y el testimonio queofrezcan.

EspañaAlfa y Omega18 20-III-2003

Vocaciones sacerdotales: algo se mueve

Importa el testimonio másque el número SEMINARIOS MAYORES

DIOCESANOS CURSO 2002-2003Diócesis Número total Nuevos

de seminaristas ingresos

Albacete 11 1Alcalá 15 1Almería 20 5Astorga 13 0Ávila 8 0Barbastro 3 0Barcelona 61 15Bilbao 10 1Burgos 14 1Cádiz-Ceuta 29 8Calahorra 5 1Canarias 22 2Cartagena 68 23Ciudad Real 28 4Ciudad Rodrigo 3 2Córdoba 47 14

Redemptoris Mater 23 3Cória-Cáceres 13 1Cuenca 17 4Otros Seminarios 63 15Getafe 82 15Girona 6 2Granada 26 11Guadix-Baza 10 1Huelva 10 2Huesca 2 0Ibiza 2 0Jaca 2 0Jaén 32 2Jerez Frontera 19 8León 9 1Girona 6 2Lleida 2 0Lugo 17 0Madrid 143 19

Redemptoris Mater 82 10Málaga 33 5Mallorca 8 1Menorca 1 0Mérida-Badajoz 23 4Mondoñedo 8 2Orense 27 5Orihuela-Alicante 39 8Osma-Soria 4 0Oviedo 27 3Palencia 12 0Pamplona 19 6Plasencia 10 0Salamanca 10 1San Sebastián 10 1Santander 15 0Santiago 35 7Segorbe-Castellón 55 23

Redemptoris Mater 17 3Segovia 4 0Sevilla 75 15Sigüenza 15 3Solsona 5 3Tarazona 4 0Tarragona 8 1Tenerife 43 9Teruel 2 1Toledo 105 32Tortosa 9 2Tuy-Vigo 13 3Urgell 5 3Valencia 86 10Valladolid 14 2Vic 2 0Vitoria 2 0Zamora 16 0Zaragoza 16 1Arzobispado Castrense 5 1

España Alfa y Omega 20-III-2003 19

Da verdadera alegría encontrar a centenaresde jóvenes en los seminarios de España. Y nome refiero a las estadísticas ni a los números,

tan exactos como falaces, a los que enseguida nosaferramos. Da satisfacción conocerlos a ellos, en lasencillez propia de cualquier chico de hoy, pero conel gozo que da siempre una capacidad de entregasin alardes y una admirable grandeza de miras. Nose puede negar que se ha de tener un alma y una hu-manidad especial para dejar sus cosas, y vencer losenormes obstáculos del ambiente, tan sólo por que-rer vivir para hacer el bien. Porque, además, no seconsagran a un servicio cualquiera bien visto, sino alde representar a Cristo, bastante más discutido.

Cuando escucho ciertas consideraciones sobrelas vocaciones, sus dificultades, su crecimiento odescenso, me pregunto qué pasaría si llegásemos al-gún día a conectar con ese deseo de magnanimidadlatente que llevamos dentro, y que se nos pudre ynos gangrena literalmente cuando no encuentra sa-lida. ¿Es que hace falta el chapapote para que unbien nos catapulte a hacer heroicidades, o una ame-naza de guerra para trabajar por la paz? ¿Podemosconformarnos todavía con decir que la gente es co-modona y cien tópicos más? ¿Ha periclitado la era dela audacia, y la generosidad es ya una pieza de mu-seo?

Esto me recuerda a Sir Ernest Shackleton que,para reclutar los miembros de la expedición al An-tártico en 1914, puso en un periódico de Londres elsiguiente anuncio: «Se necesitan hombres para unviaje arriesgado: escaso salario, mucho frío, largosmeses de completa oscuridad, peligro constante, re-greso dudoso. Honra y fama en caso de éxito». Locurioso es que, con tal presentación disuasoria paralos mediocres, le llovieron miles de candidatos. Só-lo escogió a 28. Pasaron incontables penalidades,meses enteros exhaustos, perdidos y sin víveres, pe-ro regresaron a los dos años de haber partido. Aun-que habían explorado el polo Sur, el mayor desafíohabía sido ponerse a prueba a sí mismos, de modoque, haciendo una proeza para la Humanidad, des-cubrieron su propias posibilidades personales y en-riquecieron sus vidas para siempre.

Una entrega total

Multitudes han visto El Señor de los Anillos y sehan tragado sin pestañear a Frodo Bolsón, dicien-do que todos tenemos aquí una misión gravísimaque cumplir, y que en la guerra entre el bien y elmal no hay neutrales, y que vale la pena gastar así lavida sin dejarse corromper por la atracción de lospoderes. No es poco, pero nada de esto basta paraaceptar la entrega total a la que Cristo llama.

Acaso nos falte acierto para mostrar dónde está elverdadero mal y el auténtico bien de la persona ydel mundo, cuánto vale la redención, la vida nuevade Cristo, la Eucaristía, el perdón. Porque los jóve-nes que hoy quieren ser sacerdotes es porque hanencontrado a Cristo, que ha llegado al fondo de supersona, les ha tocado el corazón, se han sentidoperdonados. Han reconocido en ese precioso mundoque conocen tan bien, en todo lo bueno y hasta en susfalsas promesas y heridas, qué es lo que mata yQuién es el que salva.

Los creyentes tenemos ya a nuestro alcance, pa-ra empezar, un cambio de actitud necesario: decla-rar nuestro amor al sacerdocio de Cristo, defender suacción benéfica en el mundo y en la Iglesia. Peropodemos, sobre todo, proponer el sacerdocio con

toda su nobleza como catequistas, padres o sacer-dotes, con toda libertad y respeto, porque es una be-llísima e imprescindible vocación, sin excluir porello otra reflexión que profundice más en tantas otrasrazones poderosas e influyentes –hedonismo y al-truismo, instantaneísmo y proyecto de vida, relati-vismo, subjetivismo, o esa religión sin pertenencia ala que algunos aspiran– que tanto nos afectan.

Prohibido ser cura, titulaba hace ya bastantesaños Martín Descalzo un artículo de ABC, donde sequejaba molesto porque la vocación sacerdotal no fi-guraba en las listas de las profesiones, ni se le pre-sentaba a los jóvenes como una de las más valiosaspara el bien de los demás y para la propia felicidad.No sé si hemos cambiado mucho, pero es evidenteque, además de proponer, hemos de propiciar un po-deroso encuentro con Cristo.

Estos seminaristas que hoy se han sentido lla-mados por Dios, quieren llevar a Cristo y su salva-ción, algo imprescindible para todo hombre que vie-ne a este mundo. Dicen que han encontrado el te-soro escondido, y no les importa vender lo que seacon tal de comprarlo; y eso que viven, como todos,muy conscientes de los ataques contra la Iglesia quese estrellan con ira contra los sacerdotes, si bien escierto también que comprueban a diario que –cam-

pañas aparte– el cura es querido mayoritariamentepor sus fieles en la casi totalidad de los lugares en queejerce su ministerio, y frecuentemente hasta por losno creyentes, porque ven cómo sirve y cómo ama; y–todo hay que decirlo– gratis. Todo porque han en-trado, como los antiguos profetas, en el pathos deDios, en las emociones del Dios terrible y dulce, vi-brante de cólera y de perdón, de misericordia y depreocupación por su pueblo.

Quien vive esta simpatía con Él experimenta unatempestad del alma que toma posesión de su vida ycambia su dirección y sus intereses. Tanto si la en-cuentra como un abrazo de amor, o como luchacuerpo a cuerpo, será fuerza apasionada y expe-riencia totalizante. Aunque quiera salir corriendollevará impreso el testimonio del amor que salva y

le dolerá siempre el extravío de la gente. No es unaopción personal de la que somos dueños, reservadapara insensatos o héroes. (Este planteamiento esperverso y fatal; en él sucumben las vocaciones pornarcisismo, o quedan heridas para siempre de fun-cionariado). Es la llamada y el envío de Quien nosha seducido y expropiado. Porque los sacerdotessomos esclavos de nuestro carisma, como cautivosdel Espíritu, desde que aceptamos ser signos vi-vientes, y hasta un escándalo para los mediocres.Pero entonces ya no importan las condiciones y dalo mismo lo que esté socialmente prohibido. Segu-ramente por eso nuestros seminarios rebosan dealegría.

Rafael Zornoza

Prohibido ser curaEscribe el Rector del Seminario de Getafe:

La Iglesia católica continúa haciendo todo loposible para conseguir una solución pacíficaal conflicto de Irak. A las ya habituales in-

tervenciones del Papa en favor de la paz, se sumantambién las declaraciones de cardenales y obispos in-sistiendo en la necesidad de buscar una solución a lacrisis iraquí. Ahora se ha pronunciado el arzobispoitaliano monseñor Renato Rafaelle Martino, re-cientemente nombrado nuevo Presidente del Con-sejo Pontificio para la Justicia y la Paz y, desde 1986,Observador Permanente de la Santa Sede en la ONU.En una entrevista concedida a la revista 30 Giorni,monseñor Martino aboga porque se haga realmentetodo lo necesario por evitar la guerra: «¿Por qué nointentar todo lo posible para no ir a la guerra? Laverdadera acción preventiva es evitar la guerra, por-que –añadió– toda guerra supone destrucción, de-rramamiento de sangre, miseria y odio, y al final noresuelve nada; la anunciada guerra contra Irak tam-bién será así».

Ante los intentos del Gobierno de Estados Unidospara ganarse el apoyo de los católicos de su país –laembajada de Estados Unidos en la Santa Sede or-ganizó recientemente un simposio para demostrarque la guerra preventiva estaba justificada desde elpunto de vista de la moral católica–, monseñor Mar-tino recordó que la tesis del Vaticano es un «rotun-do no a la hipótesis de la llamada guerra preventiva,pues es, en realidad, una guerra agresiva, injustifi-cable desde el punto de vista moral y desde el De-recho internacional; para intervenir hace falta tenerpruebas, y la guerra debe ser siempre la última op-ción, además de tener en cuenta en todo momento lasconsecuencias que una intervención armada tendríapara la población civil, durante y después de la ope-ración militar. Hasta el momento –continuó mon-señor Martino–, no se ha demostrado claramenteque Irak sea el responsable del terrorismo interna-cional, ni que se haya dotado de armas de destrucciónmasiva que sen un peligro inminente para la Huma-nidad. Los inspectores de la ONU, en base a la re-solución 1.441 del Consejo de Seguridad, son el ins-trumento adecuado para detectar la eventual pre-sencia de tales armas, y luego destruirlas o desacti-varlas. Además, los medios para combatir elterrorismo son la diplomacia y los servicios de in-teligencia, no la guerra».

Angustiosa llamadaa los cristianos del mundo

El nuevo Presidente del Consejo Pontificio parala Justicia y la Paz cuenta con una amplia experien-cia en la diplomacia vaticana en países como Nica-ragua, Filipinas, Líbano o Tailandia, lo que le permitedeclarar «que el vivero del terrorismo internacionales la pobreza, y los países ricos deben reconocer suresponsabilidad en la situación de aquellos paísesdonde los jóvenes viven un presente terrible y ca-rente de esperanza; la desilusión de estos jóvenesno siempre se diluye en la resignación».

El Rector de la Facultad de Teología de Bagdad,arzobispo Jacques Ishaq, ha señalado que «la ver-

dadera causa de esta guerra es el interés por el pe-tróleo; el problema de Irak no es Sadam Hussein,sino el petróleo. En el mundo hay otros dictadores yotros países donde no hay asomo de democracia;entonces, ¿por qué no se habla de ellos? En cuantoa las armas de destrucción masiva, Corea del Norteha declarado oficialmente que está preparando labomba atómica, y otros países de nuestro entornotambién están bien armados; ¿por qué no hay unaresolución de la ONU contra ellos? Tampoco se hadetenido a ningún ciudadano iraquí relacionado conlos atentados del 11 de septiembre; todos procedíande Arabia Saudí o de Kuwait. No estoy defendiendoa Sadam Hussein; en Irak hay problemas, eviden-temente, pero no se resolverán con la guerra. Para mí,no se puede hablar de la crisis iraquí sin mencionarlos intereses occidentales por el petróleo».

Monseñor Ishaq hizo también un llamamiento atodos los cristianos del mundo: «La Iglesia en Iraksiempre ha convivido en paz en este país: somosmás de 800.000 fieles, cerca de 20 obispos, variascongregaciones religiosas masculinas y femeni-nas…, pero hoy corremos el riesgo de desaparecerdefinitivamente. Desde 1991, miles y miles de cris-tianos han dejado el país a causa del embargo, el

cual ha causado ya un millón de muertos por la fal-ta de alimentos y medicinas; las familias necesitansobrevivir y, las que pueden, emigran. Ruego a loscristianos del mundo que intervengan para defen-dernos, para defender a sus hermanos; en nuestropaís, la gente muere por el petróleo, nuestra sangrea cambio del petróleo; por eso os ruego: ¡detened-les!»

Alfa y Omega

MundoAlfa y Omega20 20-III-2003

La acción preventivaverdadera: evitar la guerra

Monseñor Renato Rafaelle Martino, nuevo Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz y hasta ahora Observador Permanente dela Santa Sede en la ONU, y Jacques Ishaq, Rector de la Facultad de Teología de Bagdad, se han unido recientemente

a la voz del Papa para buscar una salida pacífica al conflicto de Irak. Para monseñor Martino, «toda guerra supone destrucción,derramamiento de sangre, miseria y odio, y al final no resuelve nada; la anunciada guerra contra Irak también será así»

Última hora, al cierre de nuestra edición:

En relación con los últimos desarrollos dela situación internacional, el director de la

Sala de Prensa de la Santa Sede acaba dedeclarar: «Quien decide que se han agota-do todos los medios pacíficos de que dis-pone el Derecho Internacional, asume unagrave responsabilidad ante Dios, ante suconciencia y ante la Historia».

Mundo Alfa y Omega 20-III-2003 21

www.sereismistestigos.comÉsta es la página oficial de la Con-

ferencia Episcopal con motivo de lavisita apostólica del Papa. En ella seencontrará amplia y puntual informa-ción acerca de todos los aconteci-mientos y novedades que se vayan su-cediendo. La biografía de los santosque el Santo Padre canonizará, bio-grafía de Juan Pablo II, Mensaje delos obispos, información sobre en-cuentros mundiales de la juventud…

www.archimadrid.esLa página web del Arzobispado de

Madrid ha creado una sección espe-cial para el viaje del Papa. Entre otrasinformaciones de interés, se encuen-tra la sección 100 días, 100 respues-tas. El pasado 19 de enero, cuandofaltaban 100 días para la esperada vi-sita, dio comienzo una campaña in-formativo-pastoral consistente en lapublicación, simultánea en radio, te-levisión e Internet, de cien preguntasy cien respuestas breves sobre la per-sonalidad, la biografía, el magisterio,los viajes pastorales, el próximo via-je a España y en general el pontifica-do de Juan Pablo II. Con la generosay voluntaria colaboración de una de-cena de comunicadores expertos, y laaportación profesional de técnicos deInternet, radio, vídeo y televisión, elpúblico en general puede escuchar, ahoras de máxima audiencia en dife-rentes medios de comunicación, res-puestas a preguntas que quizá se ha-yan hecho ellos mismos alguna vez.

En esta página web tienen a su al-cance todas las preguntas y respues-tas de esta campaña: 100 días, 100respuestas.

www.deleju.orgLa página de la Delegación de Ju-

ventud, del Arzobispado de Madridofrece toda la información relativa ainscripción de peregrinos, voluntaria-do, acogida, etc., para los grupos pa-rroquiales, movimientos o particula-res interesados en acercarse hasta Ma-drid, los días 1 al 4 de mayo. Desdeesta misma página se pueden efectuaralgunas inscripciones, como las delvoluntariado, además de recibir ins-trucciones precisas sobre las activida-des que se llevarán a cabo.

www.conelpapa.comUna preciosa página, llena de in-

formación y curiosidades, creada es-

pecialmente para el viaje de Su Santi-dad a España. Con posibilidad de en-

viarle un mensaje al Santo Padre, do-nativos, oraciones por la paz, etc.

Apremianteexhortación

Deseo renovar un apre-miante llamamiento a

multiplicar el compromiso dela oración y de la penitenciapara invocar de Cristo el donde su paz. Los responsablespolíticos de Bagdad tienenel deber urgente de colabo-rar plenamente con la co-munidad internacional paraeliminar todo tipo de inter-vención armada: ¡que lasuerte de sus conciudada-nos tenga siempre la priori-dad! Pero quisiera recordartambién a los países miem-bros de las Naciones Uni-das, y, en particular, a losque componen el Consejode Seguridad, que el uso dela fuerza representa el últi-mo recurso, después de ha-ber agotado cualquier otrasolución pacífica, según losbien conocidos principios dela misma Carta de la ONU.Ante las tremendas conse-cuencias que tendría unaoperación militar internacio-nal para las poblaciones deIraq y para el equilibrio detoda la región de OrienteMedio, que tanto ha sufridoya, así como para los extre-mismos que podrían de-sencadenarse, les digo a to-dos: todavía hay tiempo pa-ra negociar; todavía hay es-pacio para la paz.

Pertenezco a la genera-ción que vivió y, gracias aDios, sobrevivió a la segun-da guerra mundial. Tengo eldeber de decir a todos losque no tuvieron esta expe-riencia: ¡Nunca más la gue-rra!, como dijo Pablo VI ensu primera visita a la ONU.¡Tenemos que hacer todo loposible! Sabemos bien quela paz a toda costa no es po-sible. Pero todos sabemoslo grande que es esta res-ponsabilidad. Por tanto,¡oración y penitencia!

(16-III-2003)

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Oración por el fruto espiritual de la visita del Papa

Oh Dios, que para suceder al apóstol san Pedro elegiste a tu siervo Juan Pa-blo II como Pastor de tu grey, escucha la plegaria de tu pueblo y haz que

nuestro Papa, Vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a todos los hermanos,y que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él por el vínculo de la unidad,del amor y de la paz, para que todos encuentren en Ti, Pastor de los hombres, laverdad y la vida eterna.

Te pedimos, por intercesión de la Virgen María, que la visita del Papa a Es-paña en el Año del Rosario produzca frutos abundantes de renovación cristianapor la acción de tu Espíritu de santidad, sea impulso de una nueva evangelización,nos fortalezca como testigos de Jesucristo, ayude a suscitar las vocaciones ne-cesarias de laicos, de sacerdotes y de vida consagrada, y a ser, como Iglesia,signo del amor de Dios, para la paz del mundo y la salvación de la Humanidad.Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Rosarios de Belén

La Conferencia Episcopal Española está preparando distintos materiales ysubsidios pastorales con motivo de la quinta visita del Papa Juan Pablo II a

España. Entre estos materiales, destacan los 300.000 rosarios que se distribuiráentre los jóvenes, que han sido confeccionados por 500 familias cristianas pa-lestinas de Belén, con recortes de leños de olivo. Estas familias forman parte dela organización cristiana Opere della fede Bethlehem. Con la adquisición de es-tos rosarios se está contribuyendo al sostenimiento económico de la familiacristiana de Belén.

La visita del Papa en Internet

La próxima visita apostólica del Papa a España, los detalles de la Jornada, las inscripciones,oraciones o testimonios navegan por la Red para que todo el que lo desee pueda acceder a la

información que necesite. Facilitamos las páginas que ya han sido creadas especialmente con este motivo. En ellas encontrarán todo lo que necesiten:

La vidaAlfa y Omega22 20-III-2003

La dirección de la semanaEl Centro Josefino Español, con sede física en Valladolid, cum-

ple su segundo aniversario en la Red. Ofrece materiales parala investigación, documentación reflexión, información bibliográfi-ca y pautas para el debate en trabajos serios y de calidad sobre lafigura de san José. Para seguir creciendo, ofrece un apartado lla-mado Estudio San José, donde especialistas en Biblia, Patrística,Liturgia, Historia, espiritualidad y religiosidad colaboran en un forode trabajo activo.

www.centrojosefino.com

Internetwww.centrojesefino.com

Nombres propios

El Papa Juan Pablo II, que ha dedicado toda la semana pasadaa la oración y meditación en los Ejercicios espirituales que pa-

ra toda la Curia romana ha predicado este año monseñor AngeloComastri, arzobispo de Loreto, podría realizar una Visita pastorala Bosnia durante la segunda mitad del próximo mes de junio, segúnha anunciado la agencia italiana ANSA, recogiendo noticias defuentes oficiales serbias. El Papa proclamaría Beato al teólogo se-glar Iván Merz (1896-1928), nativo de Banja Luka.

El Departamento de Catequética de la Facultad de TeologíaSan Dámaso, de Madrid, ha organizado una Jornada de Estudio so-bre El Catecismo de la Iglesia católica, a los 10 años de su pro-mulgación. Se celebrará en la sede de la Facultad, en Madrid (ca-lle Jerte, 10), el próximo martes 25 de marzo. El padre jesuita Cán-dido Pozo abrirá la Jornada, a las 12 h., con una conferencia so-bre El Catecismo de la Iglesia católica y la formación teólogica. Alas 19 h., el cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid,presidirá la sesión de clausura en la que participarán el arzobispocastrense y miembro del Comité de Redacción del Catecismo,monseñor José Manuel Estepa, el profesor Manuel del Campo yel arzobispo de Toledo y Primado de España, monseñor AntonioCañizares, Presidente de la Comisión episcopal de Enseñanza yCatequesis.

El arzobispo de Toledo y Primado de España, monseñor Anto-nio Cañizares, inauguró el pasado 8 de marzo, en el palacio de Be-nacazón, de Toledo, la exposición conmemorativa del 75 aniversariode la Fundación del Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro.Pronunció una conferencia sobre El caballero cristiano del sigloXXI. Los actos conmemorativos comenzaron con una misa de ac-ción de gracias, oficiada por el obispo auxiliar, monseñor Juan Jo-sé Asenjo. Dentro del programa de actos conmemorativos, el día9 de marzo pronunció una conferencia don Santiago Calvo, Deánde la catedral Primada, sobre El cardenal Segura, fundador delCapítulo de Caballeros del Santo Sepulcro. El programa de actosconcluirá el 5 de abril próximo.

«No se trata de ser alarmistas, pero parece claro que la situaciónde la diócesis de Burgos con relación a las vocaciones sacerdotales,religiosas y, en general, de una especial dedicación, contrasta con lahistoria de nuestra diócesis, y no se puede prolongar, sobre todo sise tiene en cuenta la profunda dimensión misionera de la archidiócesisde Burgos»: así escribe monseñor Francisco Gil Hellín, arzobis-po de Burgos, en su Carta pastoral, al comienzo de la Cuaresma, ti-tulada Vocaciones sacerdotales y otras prioridades .

Don José Luis Pallarés, Director General de la Fundación Uni-versitaria San Pablo-CEU, ha inaugurado el III Ciclo de Cine deValores Quién responde por mi vida. El Vicepresidente de la Aso-ciación Católica de Propagandistas, don Julián Vara, intervino enla inauguración, así como doña Carla Díez de Rivera, directorade Actividades Culturales de la Universidad, y el coordinador delárea de cine, don Juan Orellana.

El arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo, ha tomado ladolorosa decisión de cerrar la parroquia sevillana del Divino Sal-vador. En una Carta explica que lo ha hecho «guiado exclusiva-mente por el deseo de preservar la seguridad de los visitantes y ase-sorado en todo momento por los técnicos conocedores del in-mueble». Al agradecer «a todas las Administraciones su pronta yconjunta voluntad de poner todos sus medios al servicio de estaobra de Dios y de la cultura», el arzobispo añade en la Carta que«el cierre ha sido providencial, ha sido el aldabonazo que esta ciu-dad necesitaba para tomar conciencia de que algo muy importan-te de su vida se estaba destruyendo».

El Vicario episcopal del Clero de la archidiócesis de Madrid, donJusto Bermejo, tendrá un ciclo de Conferencias Cuaresmales,abierto a todos, los próximos días 24, 25 y 26 de marzo, en la Ca-sa de la Familia, de Madrid (plaza Conde de Barajas 1 - 1º). Seránde 19 a 21:30 horas. Información: Tel. 91 435 32 07 y 91 561 26 31.

Sentados en el borde de un volcán es el título de las charlascuaresmales que acaba de editar el sacerdote y periodista AntonioGil Moreno, párroco de San Lorenzo, en Córdoba.

El ministro del Interior ha entregado al Presidente de la Univer-sidad Católica San Antonio, de Murcia (UCAM), don José LuisMendoza, la máxima condecoración de los enfermeros españo-les, que en el centenario de su organización colegial nacional rin-den homenaje a la UCAM por su aportación a los grupos vincula-dos con las ciencias de la salud.

40 años de Mundo cristiano

El Presidente de la Asociación de laPrensa, don Alejandro Fernández-Pom-

bo, y el exPresidente del Senado y exdi-rector del diario Madrid, don Antonio Fon-tán, han presidido en Madrid el acto con-memorativo de los 40 años de la revistaMundo Cristiano, cabecera propiedad deEdiciones Palabra. La revista, con estemotivo, ha lanzado su número 500, un es-pecial en el que se recoge la historia de lapublicación y artículos y comentarios deperiodistas que, a lo largo de estos años,han pasado por ella. Mundo Cristiano fuefundada en febrero de 1963 por el perio-dista Javier Ayesta y por el sacerdote donJesús Urteaga. Mezcla la actualidad y elanálisis de fondo, con el objetivo de informar, formar y entretener, coninspiración cristiana, sobre todo lo que interesa a la familia. Está pre-sente en miles de hogares y se estima que llega a 215.000 lectores. Suactual director es Darío Chimeno. Desde Alfa y Omega hacemos llegar aMundo Cristiano nuestra más sincera felicitación con este motivo.

Nueva especialidad en Teología

Una nueva especialidad en Orientación y formación de las vocacionesse iniciará el próximo curso, como una nueva Licenciatura en Teo-

logía, promovida por la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesa-nos y la Universidad Pontificia de México. Comenzará en agosto de2003, tras un largo proceso de preparación. Este proyecto quiere seruna respuesta concreta a la invitación del Papa a determinadas institu-ciones de Iglesia a ofrecer servicios especializados para una mejor ca-pacitación de los formadores de las vocaciones y, a la vez, una colabo-ración en la difícil tarea de la nueva evangelización, buscando nuevas ex-presiones y nuevos métodos para la formación de los agentes de pastoralvocacional. Este bienio de licenciatura, vinculado a la Universidad deMéxico, será impartido en el Centro de Estudios Vocaciones que la Her-mandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos tiene en aquella ciudad.

Desmentido de la Santa Sede

La Santa Sede ha desmentido que haya promovido una iniciativa, pa-ra facilitar el exilio de Sadam Hussein. El director de la Sala de Pren-

sa vaticana ha afirmado: «Esa información no tiene ningún fundamento».Una información atribuida a la revista Inside the Vatican, que cita fuen-tes anónimas vaticanas, afirmaba la existencia de esta propuesta, quedaría a Sadam y su familia 72 horas para aceptar el exilio.

Andrea Ricardi, historiador y fundador de la Comunidad de San Egi-dio, afirma que la impresionante labor diplomática de Juan Pablo II ysus colaboradores, buscando soluciones pacíficas a la crisis iraquí, se ba-sa en motivos éticos y que, como en la guerra del Golfo, el Papa noquiere que el enfrentamiento se transforme en un conflicto entre Occidentey el Islam; el único motivo de tanto esfuerzo no es solamente, pues, el he-cho de que los cristianos del mundo musulmán podrían quedar comorehenes de una reacción islámica contra Occidente.

La vida Alfa y Omega 20-III-2003 23

Para entender el rico pensamiento políti-co y jurídico de Carl Schmitt, son claves

las páginas de estebreve pero enjundio-so ensayo. La apari-ción de la obra en1923 (levemente mo-dificada en la definiti-va edición de 1925)produjo una auténti-ca conmoción en elmundo del pensa-miento alemán de laépoca, no sólo entrelos católicos. Es frutode minuciosas refle-

xiones de un hombre con un intenso senti-do de la responsabilidad. Lo edita Tecnoscon un valioso estudio preliminar, traduc-ción y notas de Carlos Ruiz Miguel, profesorde Derecho Constitucional de la Universi-dad de Santiago de Compostela. El autor(1888-1985) está considerado como uno delos pensadores políticos más sugestivos eimportantes de los iuspublicistas del sigloXX. Schmitt, difamado por unos y admiradopor otros, en realidad es desconocido porla mayoría, y la originalidad de su pensa-miento político ha tenido gran influencia. Esmuy singular su tesis de la aportación delcatolicismo al estudio de la representación,en cuanto que «la personificación del puebloy la unidad del Parlamento, su represen-tante, significan una reducción de la multi-plicidad de intereses y partidos a una unidadque está pensada representativa y no eco-nómicamente»; así, la representación bus-ca algo distinto al actuar en interés de.

Edibesa acaba de editar El libro del Ro-sario: 300 páginas con una amplia e in-

teresante biografía fi-nal sobre la historia yla doctrina prácticaacerca del Santo Ro-sario. La recienteCarta apostólica deJuan Pablo II sobre elRosario, compendiodel Evangelio hechooración, fue la basede estas páginas cu-yo autor, José Anto-nio Martínez Puchededica, muy elocuen-temente, «A mi madre, que me enseñó arezar el Rosario con la palabra y el ejem-plo; en toda su vida, jamás ha dejado de re-zarlo íntegramente. Y ahora, que no puedehablar, se conforma con pasar las cuentascon la mano..., y seguramente contemplade cerca los Misterios de gloria, mientrasvive los de dolor... gozosa e iluminadamen-te». En un Diccionario del Rosario, pasa re-vista a personajes y acontecimientos rela-cionados con él. Edibesa publica tambiénun comentario bíblico de los 20 misteriosdel Rosario a cargo de Salvador Muñoz Igle-sias, la Carta apostólica del Papa sobre elRosario, un folleto del padre dominico Pas-cual Meseguer con una reflexión del Evan-gelio, preciosamente ilustrada para cadaAvemaría.

M.A.V

El chiste de lasemana

Libros de interés

Mingote, en ABC

El Colegio Español en Roma

El Pontificio Colegio Español de San José, cuya ges-tión ha sido confiada por el episcopado español a la

Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, y porel que han pasado ya unos 3.250 alumnos, acaba deeditar el número especial de su revista Mater Clementí-sima dedicado al curso escolar 2001-2002. Durante esecurso los alumnos fueron 110, procedentes de 49 dió-cesis, 46 de ellas españolas, 2 de Iberoamérica y 1 deÁfrica. El promedio de edad de los alumnos fue de 34años: 2 diáconos, 106 sacerdotes y 2 seminaristas, quecursan sus estudios superiores en los principales centrosy academias universitarias de Roma. Los grados aca-démicos obtenidos fueron: 32 licenciaturas: 7 en Dere-cho Canónico, 5 en Teología Moral, 4 en Teología Espi-ritual, 4 en Filosofía, 3 en Teología Dogmática, 3 en His-toria Eclesiástica, 2 en Sagrada Escritura, 2 en Patrísti-ca, 1 en Liturgia y 1 en Ciencias de la Comunicación.Las tésis doctorales defendidas fueron 7. Como escribeen el editorial de la revista don Lópe Rubio Parrado,Rector del Colegio, «fue un curso de trabajo intenso, depasión eclesial, rico y provechoso. El 9º Ciclo Fe y cultura,organizado por el colegio durante los meses de febrero y marzo, está dedicado a La co-municación. Cultura y medios, y fue abierto por el Redactor Jefe de Alfa y Omega, don Jo-sé Francisco Serrano.

El órgano de la catedral de San Sebastián

El excepcional órgano de la catedral de San Se-bastián es, sin duda, el mayor de todos los ins-

talados en las catedrales de España. Solo com-parable al de Notre-Dame de París. Fue construi-do en Azpeitia (Guipúzcoa) en 1953, e inauguradoen 1954 con el estreno de obras de 4 composito-res vascos, que acudieron al concurso convocadoal efecto: Garbizu Urteaga, Otaño y Guridi, quien,con su Tríptico del Buen Pastor, obra hoy incor-porada al repertorio de los organistas, ganó el pri-mer Premio. El órgano tiene un cuerpo principalen el coro alto de la catedral, con una consola decinco teclados manuales, un pedalero, y 106 re-gistros, y otro órgano de ecos situado en el pres-biterio, con 2 teclados manuales y pedalero con20 registros: en total, 126 registros y 9.535 tubossonoros, el mayor de los cuales mide 10 metros dealtura. Tras 50 años de funcionamiento, es preci-

so restaurar su mecanismo, reparación que supone un coste de 540.910 Û (90 millones de pesetas).Para conseguir dicha cantidad se necesita la más amplia colaboración económica privada y pú-blica. Para lograrlo, cada tubo va a tener un patrocinador. Hasta ahora, 500 particulares han co-laborado en la campaña de recaudación que comenzó el pasado mes de diciembre. La diputaciónforal de Guipúzcoa se ha comprometido a aportar 150.000 Û.

Más información: www.organobuenpastor.org

Desde la feAlfa y Omega24 20-III-2003

EEll ppeeqquueeaallffaaTextos: A. Llamas Palacios. Ilustraciones: Elena de la Cueva

Más cosas en: http://www.alfayomega.es

mós es un campesino de la región deTecua. Se dedica al cultivo de hi-gos, pero el Señor le llamapara profetizar en el pue-blo de Israel.

En un período de bienes-tar, las clases privilegiadasviven en un derroche deriquezas que recae en laopresión de los más hu-mildes. Amós denuncia ellujo excesivo de los habi-tantes de Samaria, el des-pilfarro del rey y de suscortesanos, los nobles ysus esposas, los jueces ysacerdotes…

«Oprimís a los pobres,maltratáis a los míseros», les di-ce Amós. «Exprimís al pobre, des-pojáis a los miserables. Disminuís lamedida, aumentáis el precio, usáis balanzascon trampa, compráis por dinero al pobre, almísero por un par de sandalias, vendiendo has-ta el salvado del trigo. Recibís soborno. Hacéisinjusticia al pobre en el tribunal».

Todas es-tas cosas y muchas másdenunciaba Amós a los más ricos, y les acon-

sejaba: «Buscad el bien y no el mal; deeste modo, viviréis, y así estará convosotros el Señor vuestro Dios, co-mo deseáis. Odiad el mal, amad elbien, defended la justicia en el tri-

bunal. Quizá se apiade el Se-ñor de las huestes de los su-

pervivientes de José».A aquellos que oprimen

al pobre y buscan su pro-pia felicidad con riquezasmateriales, Amós les pro-fetizó, en nombre de Dios,que la oscuridad caería so-bre sus cabezas, y «llega-

rán días en los que enviaráhambre y sed al país. Pero nosed de agua y hambre de pan,sino de escuchar la Palabra de

Dios. Y andará el hombre erran-te de mar a mar, buscando la Pa-labra de Dios». ¿Qué esperanza

les queda? Luchar por unmundo más justo... Y, por en-

cima de todo, confiar en la salvaciónde Dios que siempre cumple sus promesas.

A

Historias de la Biblia

AAmmóóss ddeennuunncciiaa llaa iinnjjuussttiicciiaa ccoonn llooss ddéébbiilleess

Durante la última semana de marzo, las ca-rreteras españolas se llenarán de música

de la buena. Migueli y Martín Valverde se unenpara hacer una gira por siete ciudades espa-ñolas. Empezarán el día 23, en Córdoba, des-pués seguirán el 25 en Oviedo, el 26 en To-rrelavega, el 27 en Salamanca, el 28 en Va-lladolid y el 29 en Valencia. Finalmente, el día30 actuarán en los cines Kinépolis de Madrid.

Migueli es un cantante cristiano que acu-de fielmente a sus citas en los encuentrosmundiales de la juventud, al igual que canta enlocales de moda de Madrid o de cualquier pun-to de España. Ha colaborado con artistas de latalla de Víctor Manuel, La Barbería del Sur oCómplices. Tiene una facilidad especial paraconectar con el público más joven y sus ac-tuaciones están llenas de risas y de bailes.

Por su parte, Martín Valverde, de origencostarricense afincado en México, mueve ma-sas en Iberoamérica. A su último concierto

acudieron 30.000 personas. Tiene 38 años ylleva 20 dedicándose al mundo de la música,donde ha grabado ya 23 discos. Con su mú-sica transmite mensajes de alegría y espe-ranza a millones de jóvenes en el mundo.

Si vivís en alguna de estas ciudades, nodejéis de acudir a los conciertos: tenéis ase-gurado un rato inolvidable escuchando mú-sica de la buena, pero de la buena de ver-dad.

Córdoba: día 23 de marzo. Colegio MayorAsunción. Avda. Menéndez Pidal, s/n. 7: 30

horas. Información: 661 56 82 82.Oviedo: día 25. Cines Warner, Centro Co-

mercial Parque Principado. 20:00 horas. In-formación: 649 88 39 55.

Torrelavega: día 26. Colegio La paz. 20:00horas. Información: 610 25 59 38.

Salamanca: día 27. Colegio Calasanz, pa-dres Escolapios. 20:00 horas. Información:625 04 20 07.

Valladolid: día 28. Colegio Compañía deMaría, La enseñanza. 21:00 horas. Informa-ción: 983 20 20 22.

Valencia: día 29. Colegio de los Salesia-nos San Juan Bosco. 21:30 horas. Informa-ción: 650 23 70 43.

Madrid: día 30. Cines kinépolis (Ciudadde la Imagen). 21:00 horas. Información: 91595 12 00.

Para venta de entradas a grupos e infor-mación general: 677 71 16 19.

¡Jóvenes, leed esto!: Migueli y Martín Valverde dan conciertos por toda España

MMúússiiccaa ccoonn ccoonntteenniiddoo

Dónde, cómo y cuándo:

Desde la fe Alfa y Omega 20-III-2003 25

Yo pienso que…

SSíí aa llaa ppaazz,, ssíí aa llaa vviiddaaHemos hablado con unos niños del colegio Nuestra Señora de las Delicias, de Madrid. Ellos creen que la guerra es evitable,

que el diálogo aún no se ha acabado, que la guerra sí es una derrota de la Humanidad, un fracaso, una desgracia

¿Quieres contarnos tus opinión sobre la guerra? ¿Quieres mandarnos tu dibujo de un mundo en paz?

Escríbenos a:Pequealfa

Pza. Conde de Barajas, 128005 Madrid

Ana MaríaÁlvarez

Yo creo que cada unodebería aportar su

granito de arena. Creoque Sadam Husseindebería desarmarse desus armas peligrosas, yBush deberíareflexionar porque haymucha gente que va amorir, que no tiene laculpa de nada. Tambiénlos demás políticos, Aznar y Blair deberían reflexionar.

Los políticos deberían escucharnos, pues elpueblo no está de acuerdo con la guerra. Peronosotros desde nuestras casas también podemoshacer cosas por la paz, como portarnos bien.

Daniel Herrera

Creo que la guerra es evitable. Porque si Bushy Sadam Hussein se alían podría

terminarse. Yo intento en casa ayudar a mimadre, ir a las manifestaciones (he ido a todas),y hacer cosas para, desde mi casa y desde micolegio, apoyar a la paz.

Rafael Caldas

La guerra es mala porque hace daño a mucha gente inocente. Creo que los

políticos tendrían que ponerse en el lugar de todos aquellos que van a sufrir lasguerras. Ya que Irak se está desarmando,Bush podría esperar. Creo que todos lospaíses deberían unirse en contra de laguerra.

Adrián González

Yo creo que la guerra es una falta de comprensión por parte de los dos

políticos, Sadam y Bush. Creo que todospodemos aportar nuestro granito de arena paraque, entre todos, podamos evitar la guerra.

«¿Pero te vas a dormir con la bola del mundo?»«Anda, mami, deja que duerma conmigo. Últimamente la noto tan triste...»

Desde la feAlfa y Omega26 20-III-2003

Quiero dejar clara constancia de que la Iglesiacatólica se suma gustosamente al reconoci-miento de estas víctimas de la guerra civil y

a la restitución de su honor y de cuanto les sea debi-do en justicia ante la sociedad navarra y española.No solamente no tenemos nada en contra de este tar-dío reconocimiento, sino que nos parece una medi-da justa y recomendable desde todos los puntos devista. Podemos decir con satisfacción que la Iglesiaha sido la primera institución, y hasta ahora la única,que en Navarra, hace ya más de 25 años, honró lamemoria de las víctimas de aquellos lamentables su-cesos orando por ellos solemnemente, asociándolosal Santo Sacrificio de la Misa, acogiendo sus restosen los templos y dándoles sepultura en los cemen-terios según el rito de la Iglesia católica.

Los fusilamientos y atropellos que tuvieron lugaren Navarra, como en otras partes de España, en losprimeros meses de la guerra civil, se encuadran enuna situación general de debilitamiento de las insti-tuciones públicas y duros enfrentamientos entre lapoblación. Resulta difícil enjuiciar ahora las res-ponsabilidades de quienes tenían entonces la mi-sión de garantizar el orden público y la defensa de losderechos humanos y de las libertades de los ciuda-danos. La Iglesia se vio inmersa en esa situacióncomo cualquier otra institución y cualquier otro gru-po humano. Un sincero intento de reconciliacióntiene que contar con una verdadera autocrítica decada grupo y el reconocimiento de los propios erro-res o excesos. Con verdadero dolor de corazón, loscatólicos de hoy estamos dispuestos a reconocer loshechos censurables de los que aparezcan como res-ponsables algunos miembros de la Iglesia. Lo la-mentamos y pedimos perdón por ello una vez más.

En el texto presentado para la aprobación del Par-lamento, hay varias alusiones a la Iglesia católicaque no son verdaderas y constituyen una grave ofen-sa para la institución como tal y para los católicos na-varros. Se dice que los fusilamientos y asesinatos«se llevaron a cabo no sólo con el beneplácito de lajerarquía eclesiástica de la Iglesia católica, mani-festada públicamente a favor del llamado Alzamiento,sino en algunos casos con su participación directa».Se dice también que la jerarquía de la Iglesia católicano ha reconocido sus gravísimos actos ni ha pedidoperdón por ellos públicamente.

Grave injuria

Estas afirmaciones no son verdaderas y resultangravemente injuriosas para la jerarquía católica deaquellos años y para todo el conjunto de los católi-cos navarros. Resulta extraño comprobar que sea laIglesia católica la única institución mencionada yacusada de haber participado en estos crímenes, co-mo si hubiera sido la principal instigadora y hastaejecutora de los mismos. Tampoco se dice nada de loque, en aquel mismo momento, estaba ocurriendoen otros lugares de España, donde los católicos es-taban siendo perseguidos y fusilados sistemática-mente. Hay datos indiscutibles que hablan de 14obispos fusilados, más de 7.000 sacerdotes y 20.000católicos, algunos de ellos muy jóvenes, que fueronejecutados por el simple hecho de ser católicos. Al-gunos de estos fusilados en distintos lugares de Es-

paña eran navarros. Es cierto que unas injusticiasno justifican otras, pero la omisión de estos datosfalsea la realidad de la guerra civil, deforma la ver-dadera significación de los hechos denunciados yharía inútil cualquier deseo e intento de reconci-liación.

No es verdadero ni justo afirmar que los fusila-mientos se llevaron a cabo con el beneplácito de lajerarquía de la Iglesia. El hecho de que la jerarquía,más tarde, reconociera la legitimidad del Alzamiento,por muy discutible que pueda parecer a algunos, nopuede interpretarse como una aprobación de los fu-silamientos. ¿Qué miembros de la jerarquía de laIglesia participaron directamente en los fusilamien-tos? ¿Dónde están los documentos que justifiquen ta-les y tan graves acusaciones?

En cambio, sí hay documentos importantes, abso-lutamente ignorados por el texto presentado al Parla-mento, que demuestran lo contrario. El máximo re-presentante de la Iglesia católica en Navarra, que enaquellos momentos era don Marcelino Olaechea, fuela única persona investida de autoridad que protestópúblicamente y censuró los fusilamientos de formareiterada. Con fecha 1 de noviembre de 1936 publicó,en el Boletín Oficial de la diócesis de Pamplona, unaCircular a los señores Curas Párrocos de nuestra Dió-cesis, dirigida a todos los sacerdotes de la diócesis en laque les exhorta a ser actores de paz, a proceder siemprecon misericordia incluso con aquellos que «habían tra-mado su perdición», a trabajar para salvar vidas e im-pedir desgracias, y les recuerda la obligación de no in-miscuirse en juicios o procesos de los que se pudieranoriginar penas graves. A los pocos días, el 15 de no-viembre, pronuncia una homilía en la Iglesia de SanAgustín en la que, con acentos dramáticos, pide el ce-se de las ejecuciones y de todos los actos violentos quese estaban produciendo en Navarra. Este mismo texto,con el título de Ni una gota de sangre de venganza,fue publicado en el Boletín Oficial de la diócesis de 1de diciembre. Los datos demuestran que estas inter-venciones del obispo contribuyeron decisivamente areducir el número de las ejecuciones. Consta por di-versos testimonios que no pocos sacerdotes, siguiendolas directrices del obispo, impidieron que algunos de susfeligreses fueran ejecutados.

El texto al que nos venimos refiriendo ignora tam-bién los múltiples actos de desagravio y reparaciónque, por iniciativa de los párrocos, se celebraron enmuchas parroquias de Navarra, especialmente en lospueblos de La Ribera, entre los años 1977 y 1979,teniendo a veces que soportar duras críticas e in-comprensiones, recuperando los restos de los fusi-lados, siempre que era posible, para enterrarlos res-petuosa y piadosamente en los cementerios católi-cos y celebrando por su eterno descanso solemnesfunerales, y honras fúnebres según el rito de la Igle-sia católica. En las homilías de estos funerales, fue-ron muchos los sacerdotes que expresaron el dolor poraquellos atropellos, en nombre de la Iglesia, y pi-dieron perdón por la responsabilidad que pudieranhaber tenido en aquellos dolorosos hechos algunos desus miembros. Resultaría imposible de justificar quequien fue la primera en honrar la memoria de estasvíctimas y pedir perdón por estos hechos, sea ahorala única institución expresamente censurada en untexto oficial del Parlamento Foral representante ydefensor de los derechos de todos los navarros.

En un horizonte más amplio, no es posible ni jus-to aludir a las responsabilidades de la Iglesia en losacontecimientos de la guerra civil, desconociendo he-chos posteriores tan importantes como el pronuncia-miento de la Asamblea Conjunta de 1971, así como laindiscutible colaboración de la Iglesia en la realiza-ción pacífica de la transición política, la reconcilia-ción de todos los españoles y el advenimiento de la de-mocracia. Sin un esfuerzo de objetividad y de respetono se podrán alcanzar los efectos de reconciliación yde paz que la propuesta pretende conseguir. Por todoello, en favor de la paz y la tranquilidad de nuestropueblo, como primer representante de la Iglesia cató-lica en Navarra, apoyado en la fuerza de la verdad y dehechos comprobables, con el mayor respeto, pido que,teniendo en cuenta estas consideraciones histórica-mente demostrables, se supriman del texto propuestopara la aprobación del Parlamento esas frases referidasa la Iglesia católica, por no ser verdaderas y resultar gra-vemente injuriosas para la Iglesia y para los católicosnavarros, de entonces y de ahora.

Fernando Sebastián Aguilar

El arzobispo de Pamplona responde al Parlamento de Navarra

Acusación injustaEl Parlamento de Navarra ha aprobado una declaración en la que acusa, injustamente, a la Iglesia católica departicipar en los fusilamientos, desapariciones y represalias de la provincia durante la guerra civil de 1936. El ar-zobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Fernando Sebastián, ha hecho pública una Nota en la quedice:

Las primeras secciones del Requeté de Pamplona, dotadas de armas reglamentarias y formadas en la plaza del Castillo, Navarra.

Desde la fe Alfa y Omega 20-III-2003 27

En el inicio de la Cuaresma, quisiera hacer re-sonar los reiterados llamamientos del SantoPadre Juan Pablo II a favor de la paz del mun-

do. «En esta hora de preocupación internacional –di-jo en su alocución del Angelus el pasado 9 de fe-brero–, todos sentimos la necesidad de dirigirnos alSeñor para implorar el gran don de la paz. Comoafirmé en la Carta apostólica Rosarium Virginis Ma-riae, las dificultades que presenta el panorama mun-dial en este comienzo del nuevo milenio nos inducena pensar que sólo una intervención de lo alto (…)puede hacer esperar en un futuro menos oscuro. In-vito a todos a tomar en la mano el rosario para in-vocar la intercesión de la Virgen Santísima: No sepuede rezar el Rosario sin sentirse implicados enun compromiso concreto de servir a la paz».

Estas palabras cobran nueva urgencia a la luz delas actuales circunstancias. Es preciso que, con per-severancia y con fe en la eficacia de la oración, se al-ce al Cielo la súplica de todos los hombres de bue-na voluntad, especialmente de los que nos honra-mos con el nombre de discípulos de Cristo. Así lo hareafirmado, el 23 de febrero, el Santo Padre: «No-sotros, los cristianos, estamos llamados especial-mente a ser como los centinelas de la paz, en los lu-gares donde vivimos y trabajamos. Se nos pide quevigilemos para que las conciencias no cedan a latentación del egoísmo, de la mentira y de la violen-cia».

La verdadera concordia entre las naciones estámuy vinculada al respeto de la Ley de Dios, de su Pa-labra, de sus Mandamientos, precisamente porque esopus iustitiae, fruto de esa actitud de respeto y fi-delidad a las leyes divinas que la Sagrada Escriturallama justicia. Por eso mismo –afirma el Concilio Va-ticano II en su Constitución Gaudium et spes–, «lapaz jamás es una cosa hecha del todo, sino un per-petuo quehacer. Siendo tan frágil la voluntad hu-mana, herida por el pecado, el cuidado por la pazreclama de cada uno un constante dominio de sí mis-mo y vigilancia por parte de la autoridad legítima».

En este contexto resulta fácil comprender que lapaz ha de nacer en el corazón del hombre, de la mu-jer, como acogida libre y voluntaria del amor deDios. Si en el corazón de las personas persisten odiosy envidias, rencores y malquerencias, no puede ger-minar allí esta planta delicadísima. Se debe purificarel alma del afecto al pecado, para que en las familias,en la sociedad y en el mundo entero se difunda «elreino de justicia, de amor y de paz» que Jesucristo hatraído a la tierra. Peleemos todos contra cualquiersombra de resentimiento o de rencor que, por rom-per la fraternidad, quiebra la comunión con el Señor.

Escuchemos a san Josémaría, en Es Cristo quepasa: «Pax in coelo, paz en el cielo. Pero miremostambién el mundo: ¿por qué no hay paz en la tie-rra? No; no hay paz; hay sólo apariencia de paz,equilibrio de miedo, compromisos precarios. (…)No hay paz en muchos corazones, que intentan va-namente compensar la intranquilidad del alma con elajetreo continuo, con la pequeña satisfacción de bie-nes que no sacian, porque dejan siempre el amargoregusto de la tristeza».

Ved la enorme importancia de la propia luchainterior –de cada una, de cada uno–, para la causa dela paz del mundo. No lo consideréis como una uto-pía: un hombre o una mujer que procura –un día

tras otro– ser más grato a Dios, que se duele de susfaltas y se propone pequeñas metas y grandes as-censiones en la vida espiritual, que se dedica conempeño al bien de las personas con las que se rela-ciona más de cerca, que trata de comunicar a otroslos ideales cristianos que le mueven, esa personaestá colaborando de modo eficaz en la implanta-ción de la paz.

«Antes que nada –dijo también Juan Pablo II ensu alocución del Angelus del 23 de febrero–, im-ploraremos de Dios la conversión de los corazonesy la prudencia en las decisiones justas, para resolvercon medios adecuados y pacíficos las disputas, queobstaculizan el peregrinar de la Humanidad en estetiempo nuestro». Sólo la luz de Dios se muestra ca-paz de disipar el apasionamiento, el orgullo, los pre-juicios personales, de raza o de nación, que fre-cuentemente se hallan en la base de los fracasos pa-ra resolver pacíficamente conflictos entre las diver-sas comunidades humanas. La oración se muestracomo un medio de primera importancia, para queel diálogo entre los representantes de las nacionesproduzca sus frutos. No cesemos, pues, de rezar adiario por esta intención.

Seamos generosos –cada uno en la medida desus personales circunstancias–, en la práctica de lamortificación, que tanto remueve el corazón de Dios,e impulsemos a muchas otras personas a hacer lomismo, cuidando a lo largo de toda la Cuaresma,con particular esmero, el espíritu de penitencia en co-midas y bebidas, en la realización acabada del pro-

pio trabajo, en el descanso y el uso del tiempo li-bre, en el ofrecimiento de las contrariedades y pe-nalidades de la vida, llevando todo con alegría, co-mo nos recomendaba san Josémaría. «Fomenta tuespíritu de mortificación en los detalles de caridad–escribe en Forja–, con afán de hacer amable a todosel camino de santidad en medio del mundo: una son-risa puede ser, a veces, la mejor muestra del espíri-tu de penitencia».

La Cuaresma nos llama a una mayor entrega alos demás: las obras de misericordia, en sus varia-dísimas expresiones, constituyen otra de las prácti-cas tradicionales de este período litúrgico. En suMensaje para este año, el Romano Pontífice ha ele-gido como lema unas palabras de la Sagrada Escri-tura: «Hay mayor felicidad en dar que en recibir»(Hch 20, 35). Todos tenemos experiencia inmedia-ta de esta verdad. Cuando seguimos la llamada in-terior a servir a los demás, sin esperar nada a cambio,experimentamos una grandísima felicidad, que nocambiaríamos por ningún gozo de la tierra. En cam-bio, cuando nos resistimos a esa invitación de Diosy nos cerramos ante quienes nos rodean, nos senti-mos infelices e insatisfechos. Si esto sucede en loque se refiere a las simples relaciones humanas,¡cuánta mayor felicidad encontramos al respondercon nuestro amor al Amor –con mayúscula– de laTrinidad, con nuestra entrega a la entrega del Hijo,que Dios Padre ha realizado por causa nuestra!

+ Javier Echevarría

Habla monseñor Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei

La paz nace en el corazón del hombre

George Bush, Presidente de los Estados Unidos

Desde la feAlfa y Omega28 20-III-2003

Qué es lo primero que se le pasa por la ca-beza en estos momentos?Que mi vida pertenece a Otro, a Cristo, lo

cual es lo mejor que a uno le puede pasar en la vida.Ésa es la verdad de todo cristiano, pero es, de unamanera singular y propia, la de un sacerdote. Hayuna palabra en la tradición cristiana para expresareso, obediencia. Es una palabra maldita en el voca-bulario del entorno cultural contemporáneo, quizáporque el hombre contemporáneo tiene experienciade muchos malos señores, de muchas pretensionesdel poder sobre la vida del hombre. Pero la obe-diencia a Dios, la obediencia a Cristo, es lo mejor quea cualquiera le puede pasar en la vida. Y es una con-dición hasta para que un hombre y una mujer se pue-dan querer, para que los hijos quieran a los padres ylos padres a los hijos. Yo no he querido enseñar enCórdoba otra cosa.

Un cambio de obispo, ¿supone un cambio en lalínea que está siguiendo la diócesis?

El ministerio de un obispo no lo constituyen lasobras que hace, sino el testimonio que da de Jesu-cristo. Puesto que eso es lo esencial del ministerio,da lo mismo que haya un obispo que otro. Hace yatiempo que venía sonando la posibilidad de un cam-bio. Y, por poner un ejemplo, el actual arzobispo deGranada vino a Granada después de mí y se ha mar-chado antes que yo, y no hay ningún problema es-pecial en Granada.

¿Qué siente al tener que dejar a este pueblo?Sería injusto negarlo. Yo quiero a la Iglesia que el

Señor me ha confiado, a esta diócesis concreta, conun amor humano. En este momento hay un aspectode desgarro humano, porque, gracias a Dios, no soyuna máquina. Pero también, al mismo tiempo, ten-go la certeza de que la única fecundidad, y el únicogozo, y la única libertad posible para la vida está enCristo. Yo seguiré trabajando en otra partecita delCuerpo del Señor, y en la Eucaristía todos estare-mos. Si eso no lo destruye la muerte, mucho menosun destino nuevo. Yo no soy más que un icono delSeñor. Y el Señor no se va. Uno da gracias por laspersonas que te han acercado a Cristo. Como decíaPéguy: «Cuando uno es padre, lo es para siempre».

¿Qué puede decir de estos años en Córdoba?El número siete tiene un significado de plenitud

en la tradición judeo-cristiana. Han sido años plenos.La idea de plenitud me la sugieren, no los siete años,sino lo que he vivido. El Señor nos ha concedidovivir momentos de gracia grandes, de agradecimientopor la construcción de un pueblo, de agradecimien-to por una comunión naciente en medio de unas cir-cunstancias, en general nada fáciles para la fe y pa-ra la vida de la Iglesia; el crecimiento de una liber-tad grande en el pueblo de Dios, una libertad gran-de de expresarse, de vivir la fe al aire libre, consencillez, con naturalidad. El Señor me ha permiti-do ver cómo crece un pueblo y me siento muy agra-decido de ser testigo de eso. Creo que la diócesis de

Córdoba es un pueblo privilegiado por la miseri-cordia de Dios y, en un contexto probablemente nofácil, hay un pueblo cristiano, y ese pueblo cristianoes lo más bello que yo conozco. Han sido unos añospreciosos de crecimiento en el amor a Cristo y degratitud por la belleza de la Iglesia y por la Iglesia enCórdoba. En una sociedad en la que las relacioneshumanas parecen siempre regidas por intereses, aunnobles y legítimos, creo que el camino emprendidoes el de recrear y sostener unas relaciones humanasbasadas en la gratuidad. Eso es posible, y eso tieneun camino muy sencillo, muy paciente, de cuidarlas relaciones y de suplicar, de pedir a Cristo el donde la comunión. El Papa recuerda la espiritualidad dela comunión, como una condición previa para cual-quier planteamiento pastoral. Sin la comunión, lafe en Jesucristo y la moral cristiana terminan siendouna cosa abstracta, incapaz de sostener la vida denadie y de llenarla de alegría. Lo que a mí me haayudado a permanecer junto a Cristo, en medio de mifragilidad, es que la Iglesia no es una organización:es una comunión de personas, es una familia.

¿Qué obstáculos dificultan la comunión?La falta de pasión por la comunión. Cuando no-

sotros, los cristianos, y los pastores, los catequistaso los educadores, que tenemos ahí más responsabi-lidad, no tenemos pasión por ella, la experiencia deCristo queda reducida a una experiencia intimista osentimental, ideológica o abstracta. Uno de los sig-nos de esa reducción es que también nuestras rela-ciones con los demás empiezan a estar determinadaspor la mentalidad del mundo y, por tanto, por inte-reses. Yo creo que ése es el obstáculo, o uno de losobstáculos. A la Iglesia nunca le hacen daño los ma-les que vienen de fuera. A la Iglesia sólo le hace da-

ño el empobrecimiento o la reducción de su expe-riencia de Cristo. Esto hace daño a la Iglesia y almundo. Porque, aunque quizá nosotros no seamosconscientes de ello, de nuestra vida, y de nuestrotestimonio, y de nuestra comunión, depende tam-bién la esperanza del mundo. Estoy persuadido deque el mayor interés del Enemigo de la naturalezahumana es la fractura de la Iglesia, la fractura de lacomunión de la Iglesia. La comunión no puede serdestruida porque es Dios mismo; pero cuando a no-sotros nos impresiona el espíritu del mundo y ce-demos a su lógica, las fracturas de la comunión sonlo peor que podemos vivir, lo que hace imposiblela fe en el mundo. La comunión es un milagro tal,que sólo Dios la puede hacer.

En una sociedad empresarial o industrial, como lanuestra, la Iglesia puede tener la tentación de con-cebirse a Sí misma como una empresa, y confiar enlos medios del mundo, es decir, en los medios que lasempresas usan para lograr su crecimiento. Los cris-tianos, a la hora de reunirse, pueden tener muy fá-cilmente la tentación de concebirse a sí mismos co-mo una empresa que vende ciertas cosas: valores,experiencia de Dios, espiritualidad…, y pensar queeso deben hacerlo igual que las empresas que quie-ren incrementar sus ventas, utilizando los mismosmedios o cuidando los mismos procedimientos. Eso,si sucede, sería un error trágico, porque impediríaa la Iglesia mostrar la novedad de una humanidadnueva que sólo hace posible la Presencia de Cristo.

¿Qué criterios le han guiado en su relacióncon CajaSur?

Los mismos que en la relación con todos: el biende todas las personas, la libertad de la Iglesia y latransparencia del ministerio de la Iglesia en el mundo.

Monseñor Javier Martínez, nuevo arzobispo de Granada

A la Iglesia no le daña el mal que viene de fuera

El Papa ha nombrado al obispo de Córdoba, monseñor Francisco Javier Martínez Fernández, nuevo arzobispo de Granada (693.900 habitantes; 674.828 católicos; 457 sacerdotes; 1.711 religiosos).Éstas son algunas de sus primeras impresiones, tras sus siete años de ministerio episcopal en Córdoba

El nuevo arzobispo electo de Granada, durante un viaje reciente a Belén. Arriba a la izquierda, con su predecesor

Desde la fe Alfa y Omega 20-III-2003 29

Padres y educación sexual

Los padres son los primeros y principaleseducadores de sus hijos, y los profesores

–así como el resto de personas dedicadas atareas docentes– realizamos una labor deayuda a los padres, no de suplantación.

La educación sexual corresponde a lospadres. Algunos aluden a lo que llaman op-ción sexual, es decir, transmitir a los chicosy chicas que su orientación sexual es libre.Tal aberración se está produciendo, y yahan aparecido ciertos folletos (editados porcolectivos de gays y lesbianas), en algunoscolegios, además de charlas impartidas pordichos colectivos en las que transmiten su vi-sión de la sexualidad. Estas actitudes vul-neran los derechos de los padres, al con-fundir la tolerancia con la apropiación deunos derechos que sólo a los padres lespertenecen. Los responsables educativosdeberían tomar nota y evitar semejantes in-jerencias en la función educativa de los pa-dres.

Telemadrid, el pasado lunes 24 de fe-brero, organizó un coloquio-debate sobrelas actuales peticiones de los colectivos degays y lesbianas. Como suele suceder eneste tipo de programas, la falta de rigor bri-lla por su ausencia, y al final todo queda enun batiburrillo de frases, ideas y opiniones,en los que la falta de claridad es notoria. Lafigura del presentador-moderador producemás desconcierto en el debate. Se estable-ció una polémica sobre el uso de la palabramatrimonio, pues los homosexuales aleganque tienen derecho a contraer este víncu-lo; nadie les niega el derecho a vivir juntos ya que su unión tenga el reconocimiento quecorresponda, pero a esa unión no se le pue-de llamar matrimonio, pues el matrimonioes la unión de un varón y una mujer, con losfines y propiedades que le son propios; elmatrimonio es de derecho natural y res-ponde a una ordenación de la naturalezahumana.

Se hizo alusión a tener tal o cuál dere-cho –nunca hablan de obligaciones– y, porsupuesto, se habló del derecho a adoptarniños –parece ser que los derechos de losniños están en otro lugar–. Conozco a va-rios matrimonios heterosexuales que llevanaños tramitando una adopción, y todavía nolo han conseguido, pero no salen en televi-sión diciendo que tienen derechos, porquepiensan, en primer lugar, en el bien de los ni-ños y en su necesidad de tener un padre yuna madre.

No faltó la consabida alusión a la Iglesia,pero resulta llamativo que nadie aportó da-tos sobre cuándo, quién, cómo y dónde es-tá la Iglesia contra los homosexuales (otracosa son las prácticas homosexuales), pe-ro lo importante es acudir a frases dema-gógicas.

Hablan de la sexualidad como opción –esdecir, elección de algo–, cuando la sexuali-dad es una dimensión constitutiva de la per-sona humana. Esperemos que la sensatezy el sentido común se abran paso.

José Javier Ávila

Punto de vistaL I B R O SHay pequeños libros que son grandes, en su contenido y en la per-

tinencia de su publicación. Meditar cristianamente es uno deellos. Antes que nada, hay que advertir al lector que no se trata de

un libro de lectura fácil para los no iniciados teológicamente en VonBalthasar, o en su forma de hacer teología, de una golosina espiritualendulzada con el más granado de los condimentos de muchas de las ac-tuales publicaciones del orden y del desorden espiritual. Es éste un librorecio, anclado en las profundidades de la teología y en las corrientes deuna estética cristiana que muestra su fecundidad con la potencia argu-mentativa y la fidelidad a la tradición apostólica. La sombra de los Ejer-cicios Espirituales de san Ignacio es, sin duda, alargada. También en elpensamiento del teólogo de Lucerna. Y si de belleza sinfónica habla-mos en esta pieza, no tenemos más que fijarnos en la clarificación que ha-ce de lo específicamente cristiano de la oración del bautizado, y, porende, eclesial. En toda buena partitura, y en toda obra persuasiva –en elmás genuino sentido de la palabra persuasiva–, el movimiento inicialmarca el posterior desarrollo. Hans Urs Von Balthasar principia este tra-tado de la siguiente forma: «La cuestión decisiva de la que todo depen-de es si Dios ha hablado a los hombres –sobre sí mismo, naturalmente, y,también sobre su plan con respecto a la creación del hombre y del mun-do–, o si lo absoluto, más allá de todas las palabras mundanas, siguesiendo el silencio». El vector del silencio es fundamental para interpre-tar esta obra. Un silencio necesario para poder oír, escuchar, sentir, gus-tar, amar, en resumen, la Palabra de Dios: «El que quiera oír algo, tieneque prepararse mediante el silencio para poder percibirlo. Si habla élmismo, o si hablan en él sus pensamientos, deseos y preocupaciones, elruido que éstos hacen le impedirán oír. De ahí que toda la enseñanza pa-ra iniciarse en la meditación comience con la exigencia del silencio interiory del vacío para hacer sitio a lo que se ha de recibir».

Hay dos ideas más que quisiera compartir con los lectores: la referidaa la revalorización de la oración vocal, que «ha de producirse, natural-mente, también en la meditación que se hace fuera del culto en común. Enla vida de la Iglesia hay mucho de personal, pero no hay nada que sea pri-vado. Toda oración se realiza en la comunión de los santos, se apoya enella y junto a ella se dirige a Dios». Y la postrera reflexión sobre lo es-pecífico de la meditación cristiana: «Si ésta es también y ante todo caminohacia dentro, hacia la profundidad del misterio de Dios trinitario para de-jarse informar por la gracia de Dios que se revela, no puede olvidarse queese misterio está destinado a la Humanidad en su totalidad, más aún: enla encarnación, pasión y resurrección de Cristo ha afectado siempre ya ala Humanidad en su conjunto y ha influido en ella. La intimidad del en-cuentro personal con Cristo nunca puede ir en detrimento de su misiónuniversal; su entrega eucarística quiere incluir a todos los hombres, de lamisma manera que en la cruz cargó sobre sí las culpas de todos; si elcristiano que medita es consciente de esto, en su entrega al Señor seofrecerá a la vez para su propio ser entregado al mundo».

Monseñor César Franco es, además de un querido y apreciado obispoauxiliar de Madrid, un hombre de profunda sensibilidad estética y de

estilo literario. Sensibilidad estética manifestada tanto en su predicación co-mo en su presentación del misterio de Dios y de Cristo. Sensibilidad estéticaque bebe de las fuentes de la Sagrada Escritura, del estudio constante de losPadres y de una fina percepción de la teología más cierta y certera que seedita en nuestros días. Sus estudios de la Sagrada Escritura deben enmar-carse dentro de la renovadora, y a la par, en cierto sentido, revolucionariaen el campo de los estudios bíblicos Escuela de Madrid, que inició el sa-cerdote don Mariano Herranz y que continúa en la obra de sus discípulos,entre los que se encuentra más de un destacado obispo de la Iglesia que ca-mina en España. La categoría, y a la vez la metodología, sustantiva en es-ta nueva aportación a la hermenéutica bíblica, o quizá mejor dicho neo-testamentaria, es el denominado sustrato arameo, que explica las extrañe-zas insolubles de otro modo del texto griego, y la utilización que en losprocesos evolutivos de configuración del texto, y de cristalización materialy formal, se hace de esta clave siempre presente, pero no siempre mani-festada ni utilizada correctamente. Don César se adentra en varias períco-pas, de contenido eucarístico, para descubrir en ellas un significado, unsentido y una propuesta, teológica, vivencial e incluso espiritual, como lodemuestra, por ejemplo, su estudio de Jn 13, 2-17; o el de las celebracionesde la Cena del Señor en 1Cor 11, 17-22. No seré yo quien revele sus nue-vas ideas ni sus novedosas soluciones. Queda el libro, en manos del lector.

José Francisco Serrano

La oración en Cristo y en laIglesia

Título: Meditar cristianamente

Autor: Hans Urs Von Balthasar

Editorial: Ediciones Encuentro

La fuente de laEscritura

Títuo: Eucarística y presencia real: glosas de san Pablo y palabras de Jesús

Autor: César FrancoEditorial: Ediciones Encuentro-Fundación San Justino

Desde la feAlfa y Omega30 20-III-2003

Gentes

Mel Gibson, actor

«La Pasión de Jesucristo es bastante fuerte. Nos hemos acostumbradoa ver crucifijos bonitos colgados de la pared, y decimos: Jesús fue azo-tado, llevó su cruz a cuestas y le clavaron a un madero, pero ¿quién sedetiene a pensar lo que estas palabras significan realmente? En mi niñez,no me daba cuenta de lo que esto implicaba. No comprendía lo duro queera. El profundo horror de lo que Él sufrió por nuestra redención real-mente no me impactaba. Entender lo que sufrió, incluso a un nivel humano,me hace sentir no sólo compasión, sino también me hace sentir en deu-da: yo quiero compensarle por la inmensidad de su sacrificio».

Monserrat Sarto, primera directora de la revista Gesto

«El secreto del éxito no lo llamaría secreto. Es un conjunto de pequeñascosas que logran que el trabajo, al final, salga bien: mi gran fe en Dios ymi formación cristiana, que me hacen ser feliz, y eso se transmite. Los ni-ños y los jóvenes han sido y son mi debilidad…, y he creído en ellossiempre. Cuando trabajas para los niños, estás sembrando algo que, al-gún día, tendrá sus frutos. Saber eso ha sido suficiente para seguir».

Jim Caviezel, actor

«Si estás buscando una vida fácil, entonces lo tuyo no es la fe católica. Porlo menos haz una opción. Si la vida católica no es para ti, entonces hazotra cosa. Pero si vas a decir que eres católico, vívelo. Vive tu vida. Esoes lo que necesitamos. Necesitamos guerreros. Necesitamos santos enla tierra ahora. Los necesitamos urgentemente. Necesitamos personas quele den la espalda al pecado».

Jornadas de puertas abiertas

Historia e ideología

El pasado 11 de marzo el Parlamento na-varro aprobó una declaración en la que

se acusó a la Iglesia de ser cómplice de lamuerte y represión de las víctimas del fran-quismo. No me duele tanto la acusación con-tra la Iglesia (convertida de víctima en verdu-go por la ignorante decisión de un presunto le-gislador, socialista por más señas) como laviolación del principio fundamental en el quese apoya cualquier historiador: la verdad. Lasdeclaraciones políticas condenando hechoshistóricos están ahora muy de moda. Y lasalusiones a la Iglesia, chivo expiatorio de to-dos los tiempos, no podían faltar. Lo política-mente correcto ha irrumpido en los libros deHistoria, y nadie se atreve a discrepar pormiedo a que le tachen de fascista, o de fran-quista, o de ignorante. Así, sin rubor alguno, elpropio Congreso de los Diputados, e inclusola página web de la Presidencia del Gobierno,proclaman a los cuatro vientos que la II Re-pública fue un paraíso democrático con el queacabaron un puñado de militares golpistas.

Éstos –sostienen otras fuentes– instauraronun régimen de terror en el que imperó la re-presión y la más absoluta aridez cultural. Uncontertulio en la radio apunta (y no en la Serprecisamente) que, en aquella época, no sepodía hacer ni el amor, afirmación que dejamuy preocupados a los que nacieron antesde 1975. Entre tanto –sostiene un articulista–,la oposición al régimen franquista, aguerrida yperseguida, combatía a la policía represiva.Y la Iglesia –apostilla algún otro–, bendicien-do este estado de cosas tan lamentable. Des-graciadamente, estas afirmaciones no sonuna caricatura, sino un conjunto de argumen-tos extraídos de las noticias, y de alguna seriede televisión bien realizada e interpretada, y ca-rente de rigor histórico.

Los que criticaron el modelo educativounidireccional del franquismo imponen aho-ra el suyo. Y está perdido aquel que quieramatizar alguna de las afirmaciones oficia-les, o simplemente aportar una visión com-plementaria para llegar a la verdad. Pero esevidente que la mayoría de la sociedad es-pañola sabe que las cosas no sucedieroncomo nos las están contando. Incluso losque se abstienen de votar en las solemnesdeclaraciones parlamentarias saben que laHistoria fue otra. Pero ningún personaje pú-blico (periodista, político, actor) tendrá el va-lor de reconocerlo, aterrorizado por una cen-sura implacable imperante en los partidospolíticos, en las tertulias, en los periódicos yen las aulas. Y el resto de los españolitosasistimos atónitos a un debate manipuladoen el que no hay espacio para los frailes ase-sinados en Asturias en 1934 (dos años antesde la guerra civil, en una revolución desen-cadenada por el PSOE y la UGT), ni paraRamiro de Maeztu ni para Pedro Muñoz Se-ca (ambos asesinados en 1936, culpablesde pensar y escribir), ni para los más de12.000 sacerdotes y 13 obispos y los innu-merables laicos (sacristantes, congregan-tes marianos, maestros de pueblo, padresde familia, trabajadores...) torturados y fusi-lados. Todavía algún articulista avispado di-rá: Si los mataron, algo habrían hecho.

Teresa García-Noblejas

Punto de vista

Guarda en la memoria todo lo bueno que oigas, sin reparar en quién lo dijo». Sólo un amante dela verdad como santo Tomás de Aquino podría haber pronunciado una frase semejante. Es ver-

dad que, desde el siglo XIII hasta nuestros días, el mundo nos ha dado razones más que sufi-cientes para que nos volvamos un poco pesimistas y desconfiados; aunque en la época del Aqui-nate las cosas tampoco estaban mucho mejor. Es necesario que sigamos ejercitándonos en elamor a la verdad, más allá de prejuicios y de etiquetas. Ya hay bastantes partidos en la política, es-cuelas en la Filosofía, intereses en la Economía, para que añadamos nosotros nuevas fracturas.

La Iglesia católica es una desde que Cristo la fundó; esta unidad misteriosa y profunda sóloserá plena al final de los tiempos, precisamente cuando nos examinen en el amor; y yo creo queese examen lo aprobarán quienes hayan tenido la mente y el corazón más abiertos. Mientras año-ramos esa unidad en el amor –la que ya san Pablo anticipaba al pedir a las comunidades de fielesque tuvieran un mismo obrar y sentir–, podemos, desde ahora, participar de ella con pequeños ges-tos. ¡Qué más da que el acierto político haya sido de Zapatero o de Aznar, qué más da que la ex-plicación profunda haya llegado de la mano de Ortega o de Heidegger, o que el certero análisis eco-nómico haya partido de África o de Norteamérica! Estamos obligados a oir los ecos de la verdad allídonde se presenten. Eso sí, tiene que ser verdad, tiene que ser bueno, tiene que ser bello. Algu-nos todavía recuerdan que, cuando en Sevilla circulaban los duros falsos, los camareros los dis-tinguían de los verdaderos por el sonido de las monedas al caer sobre la mesa. Con la verdad pa-sa lo mismo: se la reconoce por el sonido.

Dora Rivas

Desde la fe Alfa y Omega 20-III-2003 31

Con el telón de fondo del Consejo de guerra de las Azores y de la aprovechadamanifestación de Saramago y Zapatero contra Aznar, según ha informado ElPaís en su portada, aquí estamos, al cierre de estas páginas, a punto de volvera tropezar, otra vez más, en la misma piedra: ha llegado ya la hora de las ex-cusas no pedidas que, como ya se sabe, son acusaciones manifiestas, la horade las grandes palabras vacías y de los misiles llenos de odio, muerte y des-trucción. Dejando de lado todas las miserables gangas de los aprovecha-mientos políticos y electoreros, y las ingenuidades y buenas intenciones –yadijo el clásico que el umbral del infierno está lleno de buenas intenciones– delos ingenuos e ilusos más despistados que Adán el Día de la Madre, quienesno han querido escuchar la voz de la sensatez y del sentido común, se llenanahora la boca de palabras rimbombantes, como esas que tratan de vender unnuevo orden internacional. Conviene recordar a los desmemoriados que, co-mo siempre, sin ir más lejos como en la última lamentable guerra del Golfo,ya se hablaba de que se trataba de buscar un nuevo orden internacional. Lo úni-co que se produjo, obviamente, es más de lo mismo, es decir, del viejo y su-cio desorden del mundo. Quien espere de esta guerra absurda como todas unnuevo orden, va listo; a no ser que se empeñe en entender por orden lo que to-da persona equilibrada considera prepotencia, violencia, injusticia.

Han pasado más de 60 años desde que acabó la incivil guerra civil española ytodavía nos salen en el Parlamento Navarro unos personajes desempolvandoodios, rencores y fantasmas que desde la transición democrática habíamos decididono volver a agitar. Por si fuera poca insensatez, tienen la desfachatez de decirque lo hacen «para buscar la reconciliación»... y, al acusar con intolerable secta-rismo a la Iglesia católica, se olvidan, insultantemente, de los miles de mártiresque aquella absurda y trágica guerra causó y que fueron asesinados por el merohecho de creer en Jesucristo. La pregunta que inexcusablemente hay que hacer esésta: ¿quién tiene interés, y por qué, en volver a airear esto precisamente ahora,cuando los herederos de Stalin pretenden dar lecciones de democracia y sueltanpalomas blancas a la puerta del Congreso de los Diputados?

El filósofo Xavier Rubert de Ventós se ha estrujado las meninges en un ar-tículo publicado en El País, bajo el título Sobre si Europa es cristiana; en él,llega a la conclusión que, antes de empezar a leer el artículo, yo ya me espe-raba: «La propia tradición cristiana que inspiró las inquisiciones y los inte-

grismos europeos está hoy en condiciones de auspiciar una Europa porosa, alér-gica a sus propias idolatrías... Si Su reino, al fin y al cabo, no es de este mun-do...» O sea, que a este señor no le va lo de la Europa cristiana. Pues, mire us-ted, que nuestro Reino no sea de este mundo no significa precisamente que seamos idiotas y que tengamos que buscar hacernos perdonar que Europa nose pueda entender sin la fe cristiana, algo tan evidente que ni me puedo ima-ginar siquiera que un señor tan inteligente como éste no pueda entenderlo.

La Santa Sede ha dado noticia oficial de las próximas cinco canonizacionesde cinco Beatos españoles en Madrid. ¿A que no saben ustedes cómo da la no-ticia Juan G. Bedoya en El País? Pues así: «Juan Pablo II canonizará en Ma-drid a un cura fusilado en 1936». ¡Ahí queda eso..., y la cosa no ha hechomás que empezar!

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

La mirada inocente es una novela que le salióa Georges Simenon con la misma pureza que

a Miguel Ángel el torso de sus esclavos. Por unmomento, dejó descansar a su inspector Mai-gret y nos contó la historia de un muchachueloanodino que sobrevive como puede en un su-burbio parisino. En la casucha de única habitaciónpor la que transcurre su infancia, pululan un po-rrón de hermanos que se pisan, se quieren, sepegan, se adoran... La historia no nos trae la mi-rada frívola del análisis de clase, del «dolor de laclase proletaria que espera la hora de la rebel-día». Se sabe que Lenin decía que la cultura de-bía ser manifestación de la clase que la producey Bajos fondos, de Máximo Gorki, se convirtióen todo un símbolo del proletariado, una novelade clase. Pero aquí Simenon huye del letárgicoarrebato ideológico, porque se aplica con toda mi-nuciosidad a contarnos los primeros momentosde la vida de un gran artista, la infancia de unpintor de renombre. Y la mirada del protagonis-ta de la novela es siempre una primerísima mi-rada, «en el patio no jugaba –dice Simenon–,no tenía ganas. Se quedaba mirando en un rin-cón o recogiendo guijarros que se habían in-

crustado en la tierra endurecida. Esos descubri-mientos de las piedras inadvertidas del patio delcolegio, o el hallazgo inaudito de los carros de fru-ta que abarrotaban todas las mañanas la plazadel mercado, son para él piezas valiosísimasque van dejando poso en su corazón de artista.Pero su talento no es carne de precipitación, dela noche a la mañana no se arranca en obrasmaestras. Louis, el chaval, dedica más atencióna saber mirar que a pergeñar sus obras. Pasaaños y años mirando. Mirando. Sólo el paso deltiempo le inducirá a mover su brazo para dirigir elprimer trazo sobre el lienzo. Y ese ritmo pacien-te es el que hace de Louis un auténtico artista.

Uno de los principios naturales que menosapreciamos en este siglo recién estrenado esel de los ritmos biológicos, a los que debemosadaptarnos irremediablemente para crecer. Alos primeros días de la primavera les van na-ciendo los vencejos, que se estrellan en to-dos los ventanales porque andan como atur-didos, y a los cerezos les vienen los primerí-simos brotes cuando apuntan las mañanas demarzo. André Glucksman dijo, hace un par dedécadas, que la televisión nos ha traído a los

humanos el horror de la urgencia, nos ha des-cuajeringado los ritmos y por eso nos ha ve-nido un hipo antinatural. No hay más que aso-marse a los telediarios de los últimos días pa-ra advertir que, tan pronto te meten en Irak yandas con el corazón en un puño viendo cómouna familia de Bagdad te cuenta la necesidadque tienen de medicamentos, como te cue-lan, sin solución de continuidad, la recientederrota del Atlético de Madrid en el Calderón.La urgencia ha hecho añicos el ritmo naturalentre la mirada y el análisis; por eso, quizá,una de las tragedias naturales más sobresa-lientes de nuestro tiempo sea la incapacidad deadueñarse de lo valioso, por no contar con eltiempo suficiente para la digestión. Y esa in-capacidad para la digestión por parte del es-pectador se puede manifestar en el drama dellegar a poner al mismo nivel de preocupaciónHotel Glamour que el estallido de la guerra enIrak. Si esto llega a ocurrir es que nuestro rit-mo se ha roto y nos ha venido el hipo.

Javier Alonso Sandoica

Nos ha venido el hipo

Mingote, en ABC

Podemos considerar el lenguajecomo un mosaico infinito, puesinfinitas son las combinaciones

de sus piezas. Usted puede utilizar ellenguaje como una baraja y pasarse latarde haciendo solitarios en espera deun buen póker: pato, apto, topa, pato;tampoco un full sería de despreciar:término, termino, terminó (mientrasafuera, seguramente, llueve), y he aquíque por fin, finalmente, ¡oh dadivosaFortuna!, hemos podido reunir una es-calera de color: paso, peso, piso, po-so, puso. Pues sí, ya ve, confieso queme gustan las palabras. Me gustan tan-to y de la misma manera que a otrosles gustan las cosas. Hay palabras ca-picúas: ojo, eje, anilina; las hay quepueden volverse del revés y significarotra cosa completamente distinta: risay asir, rata y atar. O significan la mis-ma cosa, pero en clave literaria: Arenysy Synera. O casi la misma cosa, peroen clave metafísica: Adán y Nada.Otras veces, las palabras vienen en-garzadas, igual que cuando sacamoscerezas de un cesto: peto, petate, pe-tardo, petunia, petulancia. Se dan aso-ciaciones fonéticas y otras de carácterconceptual: peto y adarga, mano y pie,mano y guante, homóloga y homófona.Efectivamente, existen palabras ho-mólogas y palabras homófonas. Cadauna de ellas constituye un polo deimantación que atrae a todas sus afi-nes: mano, manopla, manillar, manu-brio, manípulo, manuscrito. Hay pala-bras que han proliferado enormemen-te, palabras arborescentes: arbolario,arboladura, arboriforme, arboricultu-ra. Las hay que repican, y otras que re-tumban, otras reflejan y algunas re-fractan. Cada palabra tiene su color,su peso específico, su textura, densi-dad y punto de combustión. Se lo ase-guro, no hay dos vocablos sinónimos,como no hay dos hojas de abedul igua-les.

Las palabras son imbatibles, igualque aquel unicornio que tenía la vir-tud de situarse siempre a espaldas delcazador. Las palabras son hermosas.Oiga esto: los castillos de ladrillosamarillos. ¿Cacofonía? Sólo son con-denables las cacofonías indeliberadas,

lo mismo que las metafísicas involun-tarias.

Me gustan las palabras. Por favor,no crea nunca a los fumadores que di-cen abominar del tabaco, ni a los ha-bitantes de la gran urbe que escribieronsu menosprecio de corte y alabanza dealdea, ni a los vivos que confiesan an-helar la muerte. Las palabras siguensiendo valiosas.

En el principio era, y sigue siendo,la palabra. Hermosamente escribió sanIgnacio de Antioquia: «El Padre dicerelación al Hijo como el silencio a lapalabra». Tal afirmación no expresa enel favor del Padre ninguna prioridad,sino tan sólo un comentario de ordenmístico, ese vivir del Hijo en el senodel Padre, la palabra envuelta en el si-lencio y nutrida de silencio, palabracargada de sentido e interioridad. ElPadre no es anterior al Hijo. Tampocola idea es anterior a la palabra. Estavez con mayúscula: «En el principioera la Palabra».

Palabra y pensamiento, cuerpo y al-ma, tanto monta, monta tanto; ¿quién

podrá disociarlos? El hombre no tienecuerpo, es cuerpo a la vez que alma.¿Quién podrá separar la idea de la pa-labra? (¿Quién podrá llamar a la ama-pola de otra manera, con otro nombre?La palabra amapola, ¿no es casi unaamapola? Palabrería suena igual quepajarería. La palabra paja, ¿no raspaigual la garganta que una brizna de pa-ja? Decimos enjuto, y decimos una pa-labra que es austera y fuerte, toda ellamúsculo. La s es silbante, y, cuandodecimos silbar, empezamos de hechosilbando). Cuerpo y alma, alma y cuer-po, el alma transparece en el cuerpo,el cuerpo se ahonda y adelgaza hastallegar a hacerse alma. Lumen de lumi-ne. Palabras y cosas, cosas y palabras,poseen la misma espiritual, carnal sus-tancia. (Los fonólogos han comproba-do cómo el grupo ang produce una sen-sación de estrechamiento y congoja.Observemos qué real y adecuada re-sulta esta sensación en las palabras an-gosto, angustia, angina).

El lenguaje, por supuesto, es unmecano para armar mil modelos, un

depósito de ladrillos para construir ca-sas y más casas. Pero es también unduplicado del mundo; un saco de se-millas; un inmenso espejo; la espelun-ca de Platón; el arca de Noé y el aguaalrededor; género masculino, femeni-no y neutro; un orbe simétrico; una pis-cifactoría al lado del río; un atlas a es-cala natural.

Un atlas, efectivamente.Disponer del mapa de un territorio

significa abarcar éste, comprenderlo,dominarlo, una cierta manera de po-seerlo. Así, también los nombres delas cosas nos confieren sobre ellas cier-to poder, pues en algún modo las hacenasequibles.

Cuando el hombre primitivo fue po-niendo nombres a los objetos que lerodeaban, los hacía suyos, entraba enposesión de ellos. En el principio era lapalabra, aquella forma primera, la másincipiente, de incorporarse las cosasdel mundo, de hacer familiares las co-sas más extrañas.

José María Cabodevilla

AAllffaa yy OOmmeeggaa

En el principio eran las palabras

Hace muchos años que José María Cabodevilla, que acaba de morir, era un maestro. No en vano se había ganado el apelativo de Chesterton español. Este extracto de su libro Palabras son amores (BAC) lo demuestra:

AAllffaa yy OOmmeeggaa aaggrraaddeeccee llaa eessppeecciiaall ccoollaabboorraacciióónn ddee::