parte 2 trastornos de la infancia

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Lecciones de Psicopatología de Infancia y Adolescencia Parte 2 Trastornos de la Infancia Lección 1 Trastornos Emocionales Autor: Ps. Alfredo Rojas Otálora Ph D 1. Introducción Los trastornos de niñez y adolescencia se evalúan de acuerdo a diferentes criterios y convenciones. En la actualidad se acepta que se evalúen de acuerdo a sistemas de clasificación que son aceptados por comunidades de expertos y entre estas clasificaciones se encuentran el DSM IV TR, que es el Manual Diagnóstico de la Asociación Psiquiátrica Americana, El CIE 10 de la Organización Mundial de la Salud y la Clasificación Francesa de los Trastornos Mentales del Niño y del Adolescente CFTEMEA-R 2000. Estas clasificaciones son herramientas de apoyo y de facilitación para comunicación de información sobre los diagnósticos. En la actualidad se han modificado algunos de estos manuales, siendo ya publicado el DSM V, sobre el cual se han despertado grandes polémicas. Mantener la información actualizada y la visión amplia sobre estos manuales es un asunto central para todo psicólogo, pero en especial para quienes se enfocan hacia las áreas de salud y comunitaria. Los manuales se han desarrollado con gran influencia del modelo médico psiquiátrico y este ha sido cuestionado constantemente por la influencia que tiene la industria farmacéutica sobre la psiquiatría. Se considera importante conocer la teoría que subyace estas clasificaciones y los riesgos de asimilar los problemas de las personas con los diagnósticos de manera que se termine creando estigmas inadecuados a los pacientes, y lo correcto es tener en cuenta en primer lugar a la persona y saber que los diagnósticos son mecanismos de ayuda, pero que el modelo de la psicopatología debe tener una visión amplia que vaya más allá de una perspectiva que limite y encasille los trastornos en una estructura que les asimile a las enfermedades médicas de orden con mayor predominio de lo biológico. Algunos de los problemas de infancia se denomina internalizados y en este tipo de trastornos los niños se enfocan en si mismos y pueden sentirse inadecuados o sin valor; además en muchas ocasiones no expresan o manifiestan estos sentires haciendo difícil la detección del trastorno (Sarason & Sarason, 2006). En esta sección se trabajará sobre este tipo de trastornos.

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Page 1: Parte 2 Trastornos de La Infancia

Lecciones de Psicopatología de Infancia y Adolescencia

Parte 2 Trastornos de la Infancia

Lección 1 Trastornos Emocionales

Autor: Ps. Alfredo Rojas Otálora Ph D

1. Introducción

Los trastornos de niñez y adolescencia se evalúan de acuerdo a diferentes criterios y

convenciones. En la actualidad se acepta que se evalúen de acuerdo a sistemas de

clasificación que son aceptados por comunidades de expertos y entre estas clasificaciones

se encuentran el DSM IV TR, que es el Manual Diagnóstico de la Asociación Psiquiátrica

Americana, El CIE 10 de la Organización Mundial de la Salud y la Clasificación Francesa de

los Trastornos Mentales del Niño y del Adolescente CFTEMEA-R 2000. Estas clasificaciones

son herramientas de apoyo y de facilitación para comunicación de información sobre los

diagnósticos. En la actualidad se han modificado algunos de estos manuales, siendo ya

publicado el DSM V, sobre el cual se han despertado grandes polémicas. Mantener la

información actualizada y la visión amplia sobre estos manuales es un asunto central para

todo psicólogo, pero en especial para quienes se enfocan hacia las áreas de salud y

comunitaria. Los manuales se han desarrollado con gran influencia del modelo médico

psiquiátrico y este ha sido cuestionado constantemente por la influencia que tiene la

industria farmacéutica sobre la psiquiatría.

Se considera importante conocer la teoría que subyace estas clasificaciones y los riesgos

de asimilar los problemas de las personas con los diagnósticos de manera que se termine

creando estigmas inadecuados a los pacientes, y lo correcto es tener en cuenta en primer

lugar a la persona y saber que los diagnósticos son mecanismos de ayuda, pero que el

modelo de la psicopatología debe tener una visión amplia que vaya más allá de una

perspectiva que limite y encasille los trastornos en una estructura que les asimile a las

enfermedades médicas de orden con mayor predominio de lo biológico.

Algunos de los problemas de infancia se denomina internalizados y en este tipo de

trastornos los niños se enfocan en si mismos y pueden sentirse inadecuados o sin valor;

además en muchas ocasiones no expresan o manifiestan estos sentires haciendo difícil la

detección del trastorno (Sarason & Sarason, 2006). En esta sección se trabajará sobre este

tipo de trastornos.

Page 2: Parte 2 Trastornos de La Infancia

2. Ansiedad

Se define la ansiedad como “la actitud de espera de un acontecimiento desagradable”

(Almonte & Montt, 2012, pág. 451). Los trastornos relacionados con la ansiedad son

variados en los niños y adolescentes y en las clasificaciones como el DSM IV y el CIE 10

existe solo un trastorno de este tipo y es el Trastorno de ansiedad por separación, sin

embargo en la Clasificación Francesa, existen varias opciones para ello. Por otro lado, en la

DSM IV otras opciones se asimilan a trastornos que también se aplican al adulto.

Estos otros trastornos son, en el niño:

El Trastorno de Ansiedad generalizada.

El Trastorno por Estrés Postraumático.

El Trastorno Obsesivo-compulsivo.

Se describen brevemente los cuadros y se recomienda revisar en detalle el Manual DSM

IV, para reconocer los criterios para evaluar y efectuar el diagnóstico diferencial.

Trastorno de Ansiedad generalizada:

Se caracteriza por una excesiva preocupación en diferentes contextos, sin correlatos

orgánicos que lo justifiquen, acompañado de incapacidad para controlar el nivel de

preocupación, teniendo como consecuencia modificaciones en el desarrollo normal del

niño o adolescente y ocasionando deterioro social y/o académico.

Puede el niño expresar síntomas como: tensión muscular, fatiga, pérdida de energía,

dificultades en el sueño, disminución de capacidad de atención, muchas quejas somáticas.

En cuanto al comportamiento manifiestan tendencias al perfeccionismo, mucha

preocupación por todo lo que hacen, preocupación por temas como muerte, enfermedad,

situaciones de conflicto en relaciones, dificultades económicas, etc.

Se asocia el trastorno con frecuencia con trastornos fóbicos y depresión.

Page 3: Parte 2 Trastornos de La Infancia

Trastorno por Estrés Post traumático:

Es muy similar en los niños a los que presenta el adulto, y corresponde a una respuesta

posterior a una situación estresante o de alto nivel de amenaza, o experimentación de un

maltrato o abuso.

Se reexperimenta vivencialmente el evento.

Se evaden en forma persistente los estímulos relacionados con el evento

Pueden fácilmente revivir las situaciones por estímulos asociados (visuales, sonidos,

olores, etc)

Trastorno por Ansiedad de Separación:

Se experimenta por parte del niño o adolescente una excesiva angustia que se

desencadena por la situación de separación, habitualmente de la madre o persona muy

significativa o al separarse del hogar.

La ansiedad es superior a la esperada en sujetos del mismo nivel de desarrollo. La

alteración debe mantenerse durante un período de por lo menos 4 semanas, empezar

antes de los 18 años y provocar malestar clínicamente significativo o deterioro social,

académico (laboral) o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. No se

establece (Almonte & Montt, 2012)el diagnóstico si la ansiedad aparece exclusivamente

en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro

trastorno psicótico, o, en adolescentes y adultos, o si se explica mejor por la presencia de

un trastorno de angustia con agorafobia.

Se relaciona con una dificultad en el proceso de individuación- separación, aspectos

temperamentales que definen un alto grado de vulnerabilidad y situaciones muy

específicas de ambientes familiares determinados. Es característico de la edad media

escolar (de 7 a 9 años aprox.)

Se asocia a trastornos de angustia en un 50% de casos y a depresión en un 33% de casos

(Almonte & Montt, 2012)

Otros trastornos de ansiedad: (Revisar en DSM IV)

Fobia específica o simple

Trastorno agudo de angustia

Page 4: Parte 2 Trastornos de La Infancia

3. Depresión

La depresión en los niños no está relacionada como trastorno específico en el DSM IV, sin

embargo se aplican los criterios del trastorno en adultos. (Sarason & Sarason, 2006)

Anteriormente no se consideraba este trastorno en los niños, pero desde la década de lo

80´s se considera un trastorno que se puede manifestar a cualquier edad. Es importante

recordar los estudios realizados por Spitz en los años 40´s al respecto.

John Bowlby también observó que le niño luego de establecer una relación con la madre,

expresa una reacción de duelo cuando es separado de la misma, y esta se da en tres

etapas:

1. Protesta: llanto e intenta seguir a la madre. Dura dos o tres días así luego

disminuye su respuesta.

2. Desesperación: Rehusa comer, y se queda inactivo, callado y quieto. Se percibe

como sumido en gran dolor

3. Desvinculación: Después de un tiempo ya acepta a extraños, comida y juguetes, y

si su madre vuelve se muestra indiferente.

Estas investigaciones de Bowlby dieron origen a la teoría del apego que se ha ampliado y

profundizado determinado aspectos del psiquismo posterior, de acuerdo estas

situaciones de apego iniciales.

La depresión muestra relaciones con posibilidad de influencias hereditarias, así como

ambientales y combinaciones de ambos aspectos. Cuando los padres, y en especial la

madre presenta aspectos depresivos, es probable que no atienda adecuadamente las

demandas del niño y se generan respuestas depresivas, que si además se agregan a un

posible factor de herencia, el niño puede ser más sensible a esta falta de respuesta y su

reacción depresiva sería más marcada.

La detección de la depresión, sobre todo en niños muy pequeños no es fácil, aunque se

debe apoyar en el análisis de microexpresiones, es decir revisar cuidadosamente las

actitudes y respuestas del niño, y muy especialmente observar las interacciones con la

madre o persona sustituta.

Criterios de depresión:

- Humor disfórico

- Mal apetito, pérdida de peso o aumento excesivo

- Dificultades en el sueño

Page 5: Parte 2 Trastornos de La Infancia

- Falta de energía

- Agitación psicomotora

- Perdida de interés en actividades usuales

- Tendencia al autoreproche o exceso de culpas

- Disminución de la capacidad de concentración

- Pensamientos recurrentes de muerte o ideas suicidas

En niños menores de seis años, el criterio es que bastan que se presenten al menos tres

de los primeros síntomas de esta lista para hacer el diagnóstico.

****

Page 6: Parte 2 Trastornos de La Infancia

Lección 2 Trastornos del Comportamiento

Autor: Ps. Alfredo Rojas Otálora Ph D

1. Introducción

Los trastornos externalizados en niños y adolescentes se refieren a situaciones en las que el niño

parece que no logra adecuado control de sus impulsos y conductas. Se denominan externalizados

o de externalización porque se caracterizan principalmente por acciones en el mundo externo del

psiquismo del niño, como por ejemplo rabietas, conducta antisocial, hostilidad, dificultades de

atención, hiperactividad, entre otros.

Los niños con esta clase de dificultades generan problemas para ellos y para su grupo ya que

afectan el desempeño de actividades escolares, presentan niveles de agresividad y dificultades con

los demás, o no logran adecuados desarrollos dentro de ciertas normas. (Sarason & Sarason,

2006). Es importante pensar que hay aspectos culturales y de normas que en parte pueden

generar en ocasiones estas dificultades y se debe revisar la detección temprana y el manejo de los

ambientes para lograr el adecuado equilibrio entre las necesidades particulares del niño y sus

procesos de integración y socialización.

En la presente Unidad se describirán tres grandes grupos de trastornos, iniciando con los que se

relacionan con la atención y la hiperactividad, a continuación se expone los trastornos de

conducta y luego se comenta acerca de los trastornos relacionados con el aprendizaje.

2. Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Este trastorno es uno de los motivos más habituales de consulta en psicología clínica de infancia y

psiquiatría infantil. Aunque se plantea un fuerte origen biológico del trastorno existen importantes

componentes ambientales y culturales que entran en juego y que deben tenerse en cuenta como

referencia para el diagnóstico, evaluación y tratamiento.

El niño o niña que manifiesta este trastorno, presenta como características principales:

inatención, hiperactividad e impulsividad.

Page 7: Parte 2 Trastornos de La Infancia

Se considera al trastorno como una alteración de la función ejecutiva, la cual incluye las

capacidades necesarias para atender estímulos, planificar y organizar acciones, e inhibir

respuestas automáticas que aparecen ante estímulos para reemplazarlas por otras que puedan

ser más apropiadas. Se alteran las tareas cognitivas necesarias para esta función, tales como:

memoria de trabajo, inhibición (tanto motora como cognitiva y emocional) la atención selectiva y

de largo plazo, la fluidez verbal, la planeación, la flexibilidad cognitiva y el manejo de

interferencias. (Soutullo & Mardomingo, 2010)

El trastorno se reporta con una incidencia del 2 al 12% de la población infantil en el mundo, lo

cual implica una importante cifra, siendo además prevalente en los varones en una proporción de

4 a 1. (Soutullo & Mardomingo, 2010)

El diagnóstico de TDAH se realiza con mayor frecuencia en los primeros años de le escuela

primaria y esto puede explicarse por varias razones: Un es que en las edades anteriores las

características de impulsividad e hiperactividad se evalúan como más comunes en esa etapa del

desarrollo y además las actividades preescolares no implican el nivel de exigencia, normas y

control que las derivadas de la escuela primaria. Por otra parte la escolaridad primaria y la cultura

en esa edad exigen una serie de controles y normas que hacen más evidente la dificultad que

pueda presentar el niño (por ejemplo, estar sentado y atento en una clase o en la iglesia etc.)

(Sarason & Sarason, 2006)

La característica esencial del trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un patrón

persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, más frecuente y grave que el

observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar. Algunos síntomas de

hiperactividad-impulsividad o de desatención causantes de problemas pueden haber aparecido

antes de los 7 años de edad. Sin embargo, bastantes sujetos son diagnosticados habiendo estado

presentes los síntomas durante varios años. Algún problema relacionado con los síntomas debe

producirse en dos situaciones por lo menos (p. ej., en casa y en la escuela o en el trabajo. Debe

haber pruebas claras de interferencia en la actividad social, académica o laboral propia del nivel de

desarrollo. El trastorno no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado

del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explica mejor por la presencia de

otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno

disociativo o trastorno de la personalidad). Resumido de DSM IV (American Psychiatric

Association, 1995)

La comorbilidad de este trastorno es frecuente en niños y adolescentes, por lo menos dos tercios

de los niños en edad escolar con este diagnóstico presentan otro diagnóstico psicopatológico.

Algunas entidades que presentan comorbilidad son:

- Trastorno Oposicionista Desafiante (O Negativista desafiante) 35% a 50%

- Trastorno de Conducta 25%

- Trastorno depresivo 15%

- Trastorno ansioso 25%

- Trastorno Especifico de aprendizaje 15% a 75%

Page 8: Parte 2 Trastornos de La Infancia

- En adolescentes, trastorno por abuso sustancias 20%

Estos hallazgos resaltan la importancia de detectar en forma temprana y aplicación de

intervenciones para este trastorno y los relacionados, pues permite así mejorar el pronóstico y

calidad de vida de quienes lo presentan. (Almonte & Montt, 2012)

El diagnóstico diferencial es muy importante, pues se debe tener en cuenta que los tres síntomas

principales (dificultades de atención, impulsividad e hiperactividad) son inespecíficos y se pueden

presentar no solo en otros cuadros psicopatológicos, sino también en enfermedades neurológicas

o patologías pediátricas, por lo cual deben revisares y diferenciarse adecuadamente.

Debe tenerse en cuenta que la hiperactividad puede ser propia de las etapas tempranas del

desarrollo o en situaciones particulares, por corto tiempo. Igualmente cunado en determinados

ambientes se enfrenta a situaciones estresantes, lo cual se debe definir claramente. Por ejemplo

si la hiperactividad se presenta en la cas y no en el colegio, se debe revisar las circunstancias del

ambiente familiar para detectar aspectos que inciden en esta conducta y que indicarían otra

situación diferente al trastorno.

El trastorno presenta una etiología de múltiples factores entre los cuales se encuentran aspectos

genéticos, que implican que es más alta la probabilidad de su aparición en gemelos, así como en

presencia de padres con antecedentes del trastorno. Se han detectado múltiples genes

relacionados, sin embargo es importante anotar que no hay marcadores biológicos específicos que lo

determinen lo cual implica que este aspecto no es claramente de origen biológico.

Al respecto existen controversias en cuanto a la definición delos trastornos mentales como este y

a la dificultad de definirlos como enfermedades con sustento biológico, implicando que le

trastorno y muchos similares poseen características psicológicas y comportamentales por lo cual

su manejo debe hacerse desde perspectivas ambientales sin desconocer que hay variables

biológicas que influyen en ellos pero que no son determinantes y absolutas.

En cuanto a otras características biológicas, se encuentran cambios en las estructuras de

neurotransmisores específicos en áreas relacionadas con las funciones ejecutivas.

Sin embargo existe importante influencia de los factores ambientales y adicionalmente debe

tenerse en cuenta que la plasticidad neuronal es afectada también por el ambiente de manera

que, aunque hay indicadores de aspectos biológicos y genéticos, el diagnostico se basa en

evaluación clínica es decir que la evaluación se realiza a través de la Historia Clínica y evaluación

de la sintomatología, además de la información complementaria (padres, profesores,

antecedentes familiares, historia del desarrollo, ambientes de desempeño, etc.).

Page 9: Parte 2 Trastornos de La Infancia

El cuadro tiene una evolución en la cual su mayor presencia se da en la etapa o edad de la

escolaridad primaria, sin embargo, es posible que se haga tan evidente, precisamente porque es la

etapa en que las exigencias de funcionamiento hacen que se manifiesten más claramente las

carencias que ocasiona el trastorno.

Cuando no se atiende adecuadamente la presencia del trastorno la evolución es negativa ya que

el niño presenta fracasos escolares y se generan otros cuadros afectivos o de desajuste social que

se desprenden de las experiencias negativas y frustrantes de su situación.

Los adolescentes que han sido diagnosticados con TDAH en su infancia presentan un 75% del

trastorno, indicando que el trastorno persiste, y un 20% de adultos que lo presentaron en la

infancia, siguen mostrando síntomas que son limitantes. (Soutullo & Mardomingo, 2010)

La intervención para este trastorno debe ser multimodal, implicando orientación y educación a los

padres y maestros, y un tratamiento de intervención que se oriente por manejos de tipo de

manejo del ambiente (intervenciones de tipo conductuales-cognitivas), manejo de los aspectos

emocionales que implica el proceso (intervenciones psicoterapéuticas de manejo de ansiedad y

estructuración del sujeto en situación), y trabajo con la familia y ambientes (intervenciones de tipo

sistémicas). Adicionalmente debe trabajarse en coordinación con los ambientes educativos.

Existen intervenciones farmacológicas que se pueden desarrollar desde la intervención

psiquiátrica, las cuales deben analizarse y justificarse muy bien para lograr resultados esperados,

pero debe evitarse su utilización por facilismo y comodidad.

3. Trastornos Negativista Desafiante

Los trastornos de conducta se caracterizan por presentar patrones persistentes de conductas que

son negativas o de oposición a las normas y reglas y que violan normas y derechos de otros,

saliéndose en forma evidente de los parámetros o límites del comportamiento del común de los

niños de edades y condiciones similares.

La característica esencial del trastorno negativista desafiante es un patrón recurrente de

comportamiento negativista, desafiante, desobediente y hostil, dirigido a las figuras de autoridad,

que persiste por lo menos durante 6 meses y se caracteriza por la frecuente aparición de por lo

menos 4 de los siguientes comportamientos:

- accesos de cólera

- discusiones con adultos

Page 10: Parte 2 Trastornos de La Infancia

- desafiar activamente o negarse a cumplir las demandas o normas de los adultos

- llevar a cabo deliberadamente actos que molestarán a otras personas

- acusar a otros de sus propios errores o problemas de comportamiento

- ser quisquilloso o sentirse fácilmente molestado por otros

- mostrarse iracundo y resentido

- ser rencoroso o vengativo

Para calificar el trastorno negativista desafiante, los comportamientos deben aparecer con

frecuencia mayor a la típicamente observada en sujetos de edad y nivel de desarrollo

comparables, y deben producir deterioro importante de la actividad social, académica o laboral.

No se establece el diagnóstico si el trastorno del comportamiento aparece unicamente en el

transcurso de un trastorno psicótico o de un trastorno del estado de ánimo, o si se cumplen los

criterios de trastorno disocial o de trastorno antisocial de la personalidad (en un sujeto mayor de

18 años).

Los comportamientos negativistas y desafiantes se expresan por terquedad persistente,

resistencia a las órdenes y renuencia a comprometerse, ceder o negociar con adultos o

compañeros. Las provocaciones también pueden incluir la comprobación deliberada o persistente

de los límites establecidos, usualmente ignorando órdenes, discutiendo o no aceptando el ser

acusado por los propios actos. La hostilidad puede dirigirse a los adultos o a los compañeros y se

manifiesta molestando deliberadamente a los otros o agrediéndolos verbalmente (normalmente,

sin las agresiones físicas más serias que se observan en el trastorno disocial. El trastorno se

manifiesta casi invariablemente en el ambiente familiar, pudiendo no ponerse de manifiesto en la

escuela ni en la comunidad. Los síntomas del trastorno suelen ser más evidentes en las

interacciones con adultos o compañeros a quienes el sujeto conoce bien, y, por lo tanto, pueden

no manifestarse durante la exploración clínica. Normalmente los sujetos con este trastorno no se

consideran a sí mismos negativistas ni desafiantes, sino que justifican su comportamiento como

una respuesta a exigencias o circunstancias no razonables. (American Psychiatric Association,

1995)

La incidencia del trastorno es variable según la metodología de análisis, pero en Estados Unidos se

calcula que hay una prevalencia de 16% a 22% en edades escolares. Se da en mayor proporción

en varones que en mujeres y se habla que es de dos a tres esta proporción, sin embargo también

se debe tener en cuenta que el manejo de la agresividad es más verbal y menos evidente en las

niñas, por lo cual estas medidas pueden ser diferentes. (Soutullo & Mardomingo, 2010)

El diagnóstico diferencial debe hacerse teniendo en cuenta que los comportamientos

perturbadores de los sujetos con trastorno negativista desafiante son de naturaleza menos grave

que las de sujetos con trastorno disocial y típicamente no incluyen agresiones hacia personas o

animales, destrucción de propiedades ni un patrón de robos o fraudes. Dado que las

características del trastorno negativista desafiante suelen estar presentes en el trastorno disocial,

Page 11: Parte 2 Trastornos de La Infancia

el trastorno negativista desafiante no se diagnostica si se cumplen criterios de trastorno disocial. El

trastorno negativista es una característica comúnmente asociada a trastornos del estado de ánimo

y a trastornos psicóticos de niños y adolescentes y no debe ser diagnosticado separadamente si los

síntomas aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo o de un

trastorno psicótico. Los comportamientos negativistas también pueden distinguirse del

comportamiento perturbador resultante de la desatención y la impulsividad propias del trastorno

por déficit de atención con hiperactividad. Cuando coexisten ambos trastornos, deben

diagnosticarse los dos. En sujetos con retraso mental sólo se establece un diagnóstico de trastorno

negativista desafiante cuando el comportamiento negativista es notablemente mayor que la

habitualmente observada en sujetos de edad, sexo y gravedad del retraso mental comparables. El

trastorno negativista desafiante también debe distinguirse de una incapacidad para seguir normas

resultante de una alteración de la comprensión del lenguaje (p. ej., pérdida auditiva, trastorno del

lenguaje receptivo-expresivo).

El comportamiento negativista es una característica típica de ciertos estadios del desarrollo (p. ej.,

primera infancia y adolescencia). Sólo debe considerarse el diagnóstico de trastorno negativista

desafiante si los comportamientos en cuestión aparecen más a menudo y tienen consecuencias

más graves que las observadas típicamente en otros sujetos de nivel de desarrollo comparable,

conduciendo a deterioro significativo de la actividad social académica o laboral. La aparición de

comportamientos negativistas en la adolescencia puede deberse al proceso de individualización

normal. (Sarason & Sarason, 2006)

Evolución: “El trastorno negativista desafiante suele ponerse de manifiesto antes de los 8 años de

edad y en general no más tarde del inicio de la adolescencia. Los síntomas negativistas

acostumbran a aflorar en el ambiente familiar, pero con el paso del tiempo pueden producirse en

otros ambientes. Su inicio es típicamente gradual, y suelen mantenerse a lo largo de meses o años.

En una proporción significativa de casos el trastorno negativista desafiante constituye un

antecedente evolutivo del trastorno disocial.” (American Psychiatric Association, 1995, pág. 97)

La intervención para este tipo de trastorno se enfoca en la desde un a perspectiva multimodal y

sistémica enfocándose en los ambientes familiares principalmente, y revisando los diferentes

subsistemas familiares. (Almonte & Montt, 2012)

4. Trastornos del Aprendizaje

Estos trastornos presentan un grupo de dificultades que se manifiestan después de un nivel de

fracasos en actividades escolares.

Se diagnostican trastornos del aprendizaje cuando el rendimiento del individuo en lectura, cálculo

o expresión escrita es sustancialmente inferior al esperado por edad, escolarización y nivel de

inteligencia, según indican pruebas normalizadas administradas individualmente. Estos problemas

de aprendizaje interfieren en forma significativa en el rendimiento académico o en actividades de

Page 12: Parte 2 Trastornos de La Infancia

la vida cotidiana que requieren lectura, cálculo o escritura. Para establecer una discrepancia

significativa se pueden utilizar diferentes recursos estadísticos. Suele definirse como

sustancialmente inferior una discrepancia de más de 2 desviaciones típicas entre rendimiento y CI.

A veces se acepta una discrepancia menor entre rendimiento y CI (esto es, entre 1 y 2 desviaciones

típicas), especialmente cuando el rendimiento de un individuo en un test de CI puede haber sido

mediatizado por la asociación de un trastorno del procesamiento, un trastorno mental o una

enfermedad médica, o por las características étnicas o culturales del sujeto. Si se presenta un

déficit sensorial, las dificultades de aprendizaje deben exceder de las habitualmente asociadas al

déficit en cuestión. Los trastornos del aprendizaje pueden persistir a lo largo de la vida adulta.

(American Psychiatric Association, 1995)

La prevalencia de los trastornos del aprendizaje está entre el 5 % y el 10%, siendo mayor su

presencia en los varones en proporciones de 3:1 a 5:1. (Almonte & Montt, 2012).

Este tipo de trastornos presenta comorbilidad con:

- Trastornos del lenguaje

- Trastorno con déficit de atención e hiperactividad

- Trastorno negativista desafiante

- Trastorno de conducta disocial

- Trastornos del humor

- Trastornos de ansiedad

El diagnóstico diferencial de estos trastornos debe hacerse considerando los factores ambientales

y culturales, el Retraso Mental, dificultades sensoriales específicas (visuales, auditivas, táctiles)

problemas neurológicos, trastornos que afectan la capacidad de aprendizaje como el trastorno de

déficit de atención y los trastornos afectivos o de conducta. También se deben descartar los

trastornos del espectro autista. (Soutullo & Mardomingo, 2010)

Se considera que el origen de estos trastornos es multimodal aunque hay una importante

evidencia de factores biológicos de tipo genético hereditario.

La intervención de este tipo de trastornos debe enfocarse en el ambiente escolar principalmente,

pero debe trabajarse en forma importante la familia, para el logro del apoyo adecuado.

Page 13: Parte 2 Trastornos de La Infancia

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